Poder Judicial de la Nación

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Causa n° 45.237 “Vázquez Cucho,
Felicidad y otros s/ procesamiento con
prisión preventiva y embargo”.
Juzgado n° 11 - Secretaría n° 21
Expte. n° 13654/10
Reg. n° 1170
//////////////nos Aires, 13 de octubre de 2011.
Y VISTOS: Y CONSIDERANDO:
I. Llegan las presentes actuaciones a conocimiento y decisión
USO OFICIAL
de este Tribunal en virtud de los recursos de apelación interpuestos contra el auto
de fecha 20 de diciembre de 2010, obrante a fs. 1/18 del incidente, del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, por: el Dr. Gustavo E.
Kollmann, Defensor Público Oficial, en cuanto dispuso el procesamiento de
Jorge Copa Vásquez por encontrarlo “prima facie” coautor penalmente
responsable del delito previsto por el artículo 145 ter y su apartado 1ro., ambos
del C.P., en concurso real con el reprimido por art. 117 de la ley 25.871 (punto
I), y el procesamiento con prisión preventiva de Felicidad Vásquez Cucho en
orden al delito reprimido por el art. 145 ter, apartado 2do. (punto III), trabando
embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de pesos siete mil y pesos diez mil
respectivamente; y la Dra. Perla I. Martínez de Buck, Defensora Pública Oficial,
en cuanto decretó el procesamiento de María Eugenia Márquez Mamani en orden
al hecho calificado a la luz del artículo 145 ter y su apartado 1ro., ambos del
C.P., en concurso real con el reprimido por art. 117 de la ley 25.871, y trabó
embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de pesos siete mil (punto II).
II. La defensa de Felicidad Vásquez Cucho y Jorge Copa
Vásquez se agravió por entender que las pruebas agregadas a la causa no
permitían afirmar la configuración de los elementos normativos del tipo objetivo
de la calificación legal escogida. Sostuvo que la resolución del a quo se fundó,
únicamente, en el testimonio prestado por la denunciante, el cual, según el
impugnante, era de dudosa credibilidad. Asimismo, interpretó que las demás
pruebas de la causa colisionaban con la versión de los hechos brindada por la
víctima.
La asistencia técnica de María Eugenia Márquez Cucho
postuló la nulidad parcial del resolutorio en crisis, toda vez que en la indagatoria
no se le comunicó, de manera clara y concreta, el hecho en infracción al artículo
117 de la ley 25.871 que se le atribuía. También valoró los distintos elementos
de prueba agregados a la causa y concluyó que ninguno de ellos daba cuenta de
que su pupila hubiera recibido, acogido y explotado laboralmente a Charquituna
Flores.
III. Se imputa a los nombrados el haber acogido, recibido y
explotado laboralmente a Marlene Ruth Charquituna Flores –cédula de identidad
de la República de Bolivia n° 7307307, nacida el XX/XX/XX— en el domicilio
ubicado en la Avenida La Noria XXXX, entre la calle XX y Xxxxx xxx Xxxxxx,
Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, lugar en el que funcionaba un
taller textil perteneciente a Jorge Copa Vásquez y María Eugenia Márquez
Mamani –quienes son pareja—, donde la obligaron a trabajar desde su arribo al
país junto con Felicidad Vásquez Cucho –madre del nombrado— desde el día 27
de agosto de 2010, hasta el 21 de octubre de dicho año, fecha en que se escapó
del citado domicilio, habiéndose los imputados desentendido de la suerte corrida
por la joven.
Durante el período indicado, no le fue abonado el salario
correspondiente a su actividad, la que consistía en el desatado de puños y el
cuidado del bebé de Márquez Mamani y Copa Choque. Tampoco fueron
satisfechas sus necesidades básicas como ser una adecuada alimentación,
vestimenta, salud, educación, estando sometida al poder y voluntad de los
nombrados.
Es importante destacar que Vásquez Cucho obtuvo la tenencia
provisoria de Marlene Ruth Charquituna Flores el día 11 de agosto de 2010 en la
Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Oruro, República de Bolivia, y que el
día 20 de ese mes y año obtuvo un permiso de viaje para la menor, el cual
especificaba que no era válido para trabajar.
Por su lado, en el allanamiento del domicilio aludido,
específicamente en la habitación de Copa Vásquez y Márquez Mamani, fueron
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halladas la cédula de identidad, la autorización de viaje al exterior, y los
formularios de egreso de Bolivia e ingreso al país de la damnificada.
En aquella oportunidad se encontraban trabajando en el
taller Franklin Copa Choque y Rita Eugenia Márquez Mamani –hermana de
María Eugenia Márquez Mamani—, también nacionales de la República de
Bolivia.
Cabe aclarar que esta última ingresó al país el 8 de marzo de
2010 y que a la fecha no ha efectuado los trámites necesarios en la Dirección
Nacional de Migraciones para obtener su radicación (ver fs. 475/477, 480/483 y
587/589).
IV. En primer término, corresponde expedirnos respecto del
USO OFICIAL
planteo de nulidad parcial introducido por ambos Defensores Oficiales en sus
escritos de apelación, en donde sostuvieron que se procesó a Copa Vásquez y a
Márquez Mamani por hechos por los que no se los había intimado en las dos
oportunidades en que se les recibió declaración indagatoria, específicamente,
con relación a aquel previsto y reprimido por el artículo 117 de la ley 25.871.
Al
respecto,
consideramos
que
ambas
declaraciones
indagatorias contienen una descripción detallada del suceso que conforma el
objeto procesal del legajo en cuestión, habilitando el ejercicio del derecho a ser
oído y contestar la imputación, cumpliendo de ese modo con la manda del
artículo 298 del ritual (ver C.N° 45.155 “Domínguez, Gladys Alicia s/
procesamiento y embargo”, reg. 965 del 31/08/11).
V. Ahora bien, los planteos de fondo introducidos por las
respectivas defensas no tendrán favorable acogida, pues a lo largo de la
investigación se han logrado acreditar preliminarmente los extremos de la
imputación que pesa sobre los recurrentes.
Para lograr un mejor orden expositivo, se sintetizarán los
agravios que fundaron los recursos, consistentes en que: la menor ingresó al país
para acompañar a Felicidad Vásquez Cucho y visitar a los parientes de la misma;
nunca trabajó en el taller textil en cuestión; su relato era inverosímil, pues en el
pasado habría tenido problemas de conducta; su testimonio, según el informe
elaborado a fs. 82/84, se hallaría influenciado por los “…condicionamientos
psico-sociales propios del desarraigo vivenciados… a lo cual se sumó el estrés
propio de la adaptación al nuevo lugar y sus costumbres, el lenguaje, modismos,
etc…”; la versión prestada por Charquituna colisionaba con los testimonios
prestados por Rita Eugenia Márquez Mamani y Mirta Aquino.
1- Con relación a la primera afirmación formulada por la
defensa, es decir, que la menor habría ingresado al país con Felicidad para
“visitar”, ella resulta, cuanto menos, poco creíble.
En efecto, del informe elaborado por la Oficina de Rescate y
Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, obrante a
fs. 33/35, se desprende que Charquituna conoció a Felicidad y a su hermana poco
tiempo antes de viajar a este país. La joven comentó que “…un día se
encontraba en una calle de su pueblo y que se le acercaron dos mujeres que
cargaban bolsas con alimentos y que le solicitaron que las ayudara a cargarlas
hasta el domicilio (…) Explicó que en aquella ocasión, que sucedió hace
aproximadamente un mes, la Sra. Felicidad le ofreció viajar con ella a la
República Argentina para trabajar y le prometió que iba a ganar buen dinero.
Afirmó que aceptó la propuesta porque se quería ir lejos de su familia porque
cuando ve a su padre y hermana siente pena de ellos, y no quiere verlos más…”
Asimismo, la mentada oficina destacó la particular situación de vulnerabilidad en
la que se encontraba la víctima en dicho momento.
Tampoco cabe perder de vista que Felicidad Vásquez Cucho
trajo a la menor al país y la alojó en un taller textil clandestino, en el que se
trabajaba al menos 12 horas diarias, en condiciones precarias, sin proporcionarle
cuidados básicos, como por ejemplo: educación (estas circunstancias se
encuentran corroboradas y, hasta el momento, no han sido cuestionadas).
2- Con relación a lo alegado por los apelantes en cuanto a que
no se encontraría probado que Charquituna Flores hubiera trabajado en el taller
textil mencionado, el Tribunal estima que, en sentido contrario, los elementos de
convicción incorporados al expediente son suficientes como para afirmar la
versión sostenida por el Juez de grado.
La defensa negó ese hecho en virtud de los descargos de los
imputados y, particularmente, del testimonio prestado por Mirta Inés Aquino
(locadora del bien inmueble en el cual funcionaba el taller textil) a fs. 493/495.
Si bien es cierto que la última dijo que nunca vio a la menor confeccionando
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prendas en el taller textil, también los es que, según sus propias palabras, no
estaba al tanto de las tareas que allí se realizaban. Concretamente dijo que: “…no
la vi trabajar, porque yo no voy al fondo, las veces que fui atrás la vi con el
bebé, yo creo que lo atendía al bebé…”
Corresponde recordar que la víctima manifestó que trabajaba
en el lugar por un número indeterminado de horas por día, siendo que en algunos
casos amanecía prestando tareas y recién era autorizada para dormir a las 2 de la
mañana; no le pagaban remuneración alguna por los servicios prestados (ya que
no vino al país a trabajar sino que lo hizo para acompañar a Felicidad y para
“abrazarse”); la agredían física y psicológicamnete, entre otras cosas, para que
se despertara y trabajara; la alimentaban deficientemente; y no proveían lo
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necesario para su educación.
Esa versión se ve reforzada por el testimonio de Rita Eugenia
Márquez Mamani (empleada del taller y hermana de María Eugenia Márquez
Mamani), quien refirió que la menor prestaba tareas laborales en el lugar específicamente, desatando nudos que luego ella cosía- y, además, cuidaba del
bebé. Respecto de la remuneración de la menor, refirió que le iban a pagar a su
padre en Bolivia. Nótese que, por su parte, Rita Márquez Mamani trabajaba por
jornadas diarias de 12 horas, en virtud de las cuales no cobraba remuneración
alguna ya que, según los encausados, también le pagarían al volver a Bolivia.
A su vez, tanto los testigos como los imputados afirmaron que
Charquituna Flores atendía al bebé de Jorge Copa Vásquez y María Eugenia
Márquez Mamani. Al respecto, es válido considerar dicha actividad como
laboral, en virtud de la cual los imputados se beneficiaban sin otorgar
remuneración alguna, formando parte, de ese modo, del cuadro de explotación
investigado.
3- Con relación a la supuesta inverosimilitud de las
manifestaciones de Charquituna Flores resaltada por la defensa, conviene
recordar que, desde el origen de los presentes actuados, la nombrada relató una
serie de hechos que daban cuenta de una posible trata de personas con fines de
explotación laboral. Dicho relato fue reproducido, sin contradicciones, en varias
oportunidades, tanto en sede judicial como ante las instituciones de apoyo que
intervinieron en su contención.
La instrucción llevada a cabo por el Dr. Bonadío, en gran
medida, se centró en constatar los hechos descriptos por la menor, para lo cual,
además de desarrollar tareas de reconocimiento en presencia de aquella, se
dispusieron distintas medidas probatorias que confirmaron las circunstancias en
que la víctima habría ingresado al país, su paradero, condiciones de vida a lo
largo de su estadía en Argentina, y la forma en la que ésta escapó de la finca en
la que se encontraba. Cabe resaltar que fue en virtud del testimonio de la menor
que se logró dar con el taller textil clandestino a cargo de los imputados, en el
cual se trabajaba precariamente y en manifiesta infracción a las normas
laborales, de seguridad social, y a la ley 25.871. También se verificó que la
damnificada no sólo se alojó en aquel taller, sino que desempeñó tareas laborales
en el lugar y en las condiciones mencionadas ut-supra.
Frente a este cuadro, la evaluación llevada a cabo por los
profesionales respecto del testimonio de Charquituna Flores, en cuanto podría
encontrarse influenciado por la situación de desarraigo vivenciado, no aporta a la
hipótesis liberatoria preconizada por los impugnantes. Ello es así, puesto que
dicha conclusión no hizo más que explicar la evidente situación de
vulnerabilidad de la menor, la que, conforme la imputación, fue aprovechada por
los procesados. Sumado a ello, en el informe correspondiente, también se
mencionó que los dichos de la denunciante podrían haberse visto afectados por la
explotación a la que había sido sometida.
Por último, debe recordarse que la niña se fugó del
establecimiento en cuestión, ya que, según ella, quería conocer la Capital y evitar
la compañía de los encartados. Una semana después de su escape, Felicidad
Márquez Cucho regresó a Bolivia desentendiéndose de la suerte corrida por la
menor –repárese en que era tutora de la joven en virtud de que el día 11 de
agosto de 2010 se labró, en la Defensoría de Niñez y Adolescencia de Oruro, la
tenencia de Charquituna Flores a favor de la nombrada y su hermana Lía
Vásquez Cucho de Herbas, y que con fecha 20 del mismo mes y año se expidió
en dicha sede una autorización de viaje de la menor para Buenos Aires, que fue
efectivizada siete días después-(conf. fs. 319/27).
En este sentido cabe resaltar que en ningún momento se
denunció el extravío de la menor, a pesar de que los imputados le manifestaron a
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Inés Aquino que habían realizado el correspondiente reclamo. Dicha
circunstancia fue calificada por la testigo como “una mentira” proferida por los
tres encausados (ver fs. 493/495). A su vez, de los testimonios de Inés Aquino,
Prima Caliyza Achata y Rita Márquez Mamani, surge que éstos manifestaron
que la joven se había fugado con 1.000 pesos, lo cual, evidentemente, se
contradice con las constancias obrantes en la causa.
VI.
Atendiendo
a
las
circunstancias
descriptas
precedentemente, es acertada la calificación legal asignada por el Juez instructor
pues, más allá del posible encuadre en más de una de las previsiones relativas a
la trata de menores de 18 años de edad agravada (artículo 145 ter y sus
apartados), lo cierto es que, cuanto menos, para el caso de Felicidad Vásquez
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Cucho -tutora de la menor-, es aplicable la previsión del apartado segundo y,
para el de Jorge Copa y María Eugenia Márquez Mamani, la del apartado
primero. Ello, toda vez que se encuentra constatado, en los términos del artículo
306 del C.P.P.N. que la víctima fue sometida a la explotación investigada
mediante violencia, engaños y el aprovechamiento de una situación de
vulnerabilidad (art. 145 ter, apartado primero).
Por esa razón, la calificación legal relativa al delito de trata,
provisoriamente asignada por el a quo, será homologada.
VII. Con relación a la hipótesis delictiva contemplada por el
artículo 117 de la ley 25.871, los suscriptos consideran que el cuadro probatorio
permite afirmar, con un grado de probabilidad positiva, la responsabilidad penal
de los recurrentes.
En efecto, en la causa Nº 42.542 “Min Soo Kim s/
procesamiento”, el Tribunal efectuó una diferenciación entre la infracción
administrativa del art. 55 y el delito penal del art. 117, establecidos por la ley
25.871, “…por cuanto la gravedad sancionatoria de la figura legal del art. 117 prisión o reclusión de uno (1) a seis (6) años-, en contraposición con la sanción
de multa establecida por quien infringe la norma administrativa del art. 55,
párrafo segundo, encuentra su justificación en las diferencias que poseen ambas
disposiciones a nivel típico, indicativas del distinto disvalor de las acciones que
cada una de ellas intenta receptar.”
En esa dirección, se sostuvo que el elemento objetivo del tipo
penal de promoción o facilitación de la permanencia de extranjeros en el país, se
consuma por el aprovechamiento de la irregularidad migratoria como “política
de empresa”, elemento que debe estar acompañado por la existencia de un
mecanismo ilegal de captación de inmigrantes y por actos dirigidos al
aseguramiento o protección de la permanencia de estos individuos en nuestro
territorio.
Con relación al aspecto subjetivo, el autor debe perseguir un
beneficio que debe tener contenido económico, es decir que se exige una
ultraintención, la cual se traduce en que este provecho es distinto del que
persigue quien contrata de manera aislada a personas con una residencia irregular
en el país, conducta inmersa en la infracción administrativa del art. 55 (conforme
ley 25.871). Por último, hemos dicho que la figura en cuestión admite solamente
el dolo directo, que abarca el pleno conocimiento de la condición de inmigrante
irregular y las consecuencias de su proceder con relación a la permanencia de
aquél en el país (ver en el mismo sentido la resolución de esta Sala en la causa
Nº 42.149 “Valdez, Gabriel H. s/ procesamiento”, reg. 741 del 4 de agosto de
2009).
Así las cosas, en virtud de las diversas constancias del
expediente, se ha podido determinar que Rita Eugenia Márquez Mamani, además
de habitar en el domicilio investigado, se encontraba en condiciones migratorias
irregulares. A su vez, de los testimonios se desprende que prestaba servicios
laborales en el lugar por jornadas de trabajo que alcanzaban, de lunes a viernes,
doce horas de trabajo por día, más allá de la hora de descanso durante el
almuerzo. Cabe agregar que esta persona no recibía remuneración alguna ya que,
supuestamente, le pagarían al llegar a Bolivia.
Teniendo en cuenta las características del caso, puede
pensarse que la precaria condición en que se encontraba esta persona tornaba
forzosa la obtención del dinero adeudado para subsistir, y que en esta dirección,
los empleadores habrían desplegado mecanismos de promoción y facilitación de
la permanencia, lucrando a través de asegurar esa situación. En estas
condiciones, es dable sostener que Jorge Copa Vásquez y María Eugenia
Marquez Mamani habrían perseguido y obtenido un beneficio económico
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directo, pues gozaban de lo recibido por la venta de las prendas por las cuales, no
pagaban a quienes los ayudaban a confeccionarlas.
Ante tal plexo probatorio, del cual se desprenden numerosos
elementos objetivos que ponen de manifiesto que los imputados conocían y
aprovechaban la residencia irregular en nuestro país de la nombrada, entendemos
que los agravios expuestos por la defensa carecen de un sustento fáctico que
permita conmover el temperamento adoptado por el a quo (ver C.N° 44.407
“Victoria Apaza Yapura y otros s/procesamiento”, rta. el 25/11/10, reg. n° 1190).
VIII. Este Tribunal ha resuelto oportunamente conceder la
excarcelación de Felicidad Vásquez Cucho y, posteriormente, reducir la suma de
la caución impuesta, por lo que la cuestión vinculada a su libertad se ha tornado
USO OFICIAL
abstracta (conf. c.n° 45.241, reg. n° 17, rta. el 14/01/11 y c.n° 45.249, reg. n° 22,
rta. el 02/02/11).
IX. Por último, en lo que atañe al monto del embargo trabado
sobre los bienes de los imputados, teniendo en cuenta los parámetros del artículo
518 del Código Procesal Penal de la Nación, especialmente una eventual
indemnización civil, las costas del proceso y los delitos que se les imputan, el
monto de la medida apelada aparece ajustado a derecho y, por lo tanto, se
confirmará en los tres casos.
Por todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:
I) RECHAZAR la nulidad introducida por las Defensas de
Jorge Copa Vásquez y María Eugenia Márquez Mamani.
II) CONFIRMAR los puntos I y II del auto recurrido en todo
cuanto disponen y fue materia de apelación.
III) CONFIRMAR el punto III de dicho decisorio en cuanto
decreta el procesamiento de Felicidad Vázquez Cucho por considerarla coautora
del delito de trata de un menor de 18 años de edad, agravado por resultar la
nombrada tutora de la víctima, trabando embargo sobre sus bienes hasta cubrir la
suma de pesos diez mil ($10.000).
IV) DECLARAR ABSTRACTA la apelación respecto la
prisión preventiva de la nombrada.
Regístrese, hágase saber al Fiscal de Cámara y devuélvase a
su anterior instancia para que se lleven a cabo las restantes notificaciones.
Sirva la presente de atenta nota de envío.
Fdo.: Dr. Jorge Luis Ballestero - Dr. Eduardo Freiler
Ante mí: Dr. Eduardo Nogales, Prosecretario de Cámara
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