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APROXIMACIÓN A LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL DEL
PERIODISTA COMO AUTOR ASALARIADO (I)
Según la acepción segunda de la RAE, un periodista es una “Persona profesionalmente dedicada en un periódico o en
un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión.”
Según WordReference, un periodista puede ser, alternativamente, la persona que compone, escribe o edita un
periódico o la persona que, profesionalmente, prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro medio de
difusión.
De todo ello podemos extraer dos conclusiones, en primer lugar e indudablemente, que un periodista es un creador y
por ende un autor (art. 5.1 LPI). Y en segundo, que el periodista trabaja para un tercero, ya sea un periódico ya sea
cualquier otro medio de comunicación y, por tanto, se erige como autor asalariado (art. 51 LPI).
En el supuesto de los periodistas independientes o no asalariados, habrá que estar a lo estipulado en el contrato de
prestación de servicios entre ambos pero siempre teniendo en cuenta que la ausencia de mención a la cesión de los
derechos comportará que los mismos han sido cedidos al empresario, sin perjuicio de lo expuesto en el presente
informe.
Según la conclusión primera, el periodista dada su condición de autor, es titular de derechos de propiedad intelectual
los cuales, poseen tanto una dimensión personal como una dimensión patrimonial.
Los derechos de carácter personal responden al denominado Derecho Moral del autor, regulado en el art. 14 LPI. Este
derecho está integrado por facultades concretas que pertenecen al autor durante toda su vida sin que sea posible
renunciar a ellas o transmitirlas. Esta última característica es fundamental pues la propia Ley regula una única excepción
por la cual sí cabe la transmisión del ejercicio (que no titularidad) de algunas de estas facultades morales: la sucesión
mortis causa (art. 15 y 16 LPI).
Veamos a continuación cuál es el contenido de este Derecho Moral así como la concreción de las facultades morales
que podrán ejercitar los herederos del autor una vez fallecido éste.
Facultad moral (art. 14)
¿Legitimación mortis causa? (art. 15)
Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma
Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo seudónimo
o signo, o anónimamente.
Sí
Exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.
Sí
Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación,
modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus
legítimos intereses o menoscabo a su reputación.
Sí
Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las
exigencias de protección de bienes de interés cultural.
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Doctor Romagosa, 1 – Planta Tercera 46002 Valencia – ESPAÑA
Tel.: (34) 963 941 327
E-mail: [email protected] – http://www.whose.es
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Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones intelectuales
o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de
derechos de explotación.
Acceder al ejemplar único o raro de la obra cuando se halle en poder de
otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que le
corresponda.
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Por tanto, si yo soy periodista y escribo un artículo para el periódico P puedo y debo exigir (derecho irrenunciable) que
se me reconozca como autora del mismo y no sólo mientras dure la relación laboral sino aun extinguida la misma pues
los derechos morales no prescriben nunca. Este derecho en particular es el que se conoce como derecho de paternidad.
Los derechos patrimoniales son derechos de contenido económico. Se subdividen en dos:
a) Derechos de explotación (arts. 17 a 22 LPI). Se configuran como los distintos medios de los que dispone el
titular para explotar comercialmente la obra (reproducción, distribución, comunicación pública y
transformación). Su ejercicio corresponde en exclusiva al autor durante toda su vida y, una vez fallecido éste,
a sus herederos y/o causahabientes durante 70 años más (art. 26). Como vemos, a diferencia del Derecho
Moral, los derechos de explotación tienen un plazo de prescripción determinado.
Otra característica esencial es que si bien es cierto que la Ley dispone que se trata de derechos exclusivos del
autor (herederos y/o causahabientes en su caso) también prevé la posibilidad de transmisión inter vivos (art.43
LPI) y cesión de los mismos (art. 48 y 50) así como su hipoteca y embargo (art. 53). Los derechos de
explotación son:
 Derecho de reproducción (art. 18 LPI)
 Derecho de distribución (art. 19 LPI)
 Derecho de comunicación pública (art. 20 LPI)
 Derecho de transformación (art. 21 LPI)
 Derecho de colección (art. 22 LPI)
b) Derechos de simple remuneración, esto es, compensación (irrenunciable) equitativa por copia privada. La Ley
dispone que aquellas copias que se efectúen de la obra del periodista que sean sólo para uso privado y que
se efectúen sin fines comerciales, originan una compensación equitativa y única para el periodista.
Llegados a este punto conviene recordar que, además de la conclusión primera, hay una segunda muy importante
según la cual, un periodista no es solo autor sino autor asalariado, es decir, trabaja para alguien (el empresario) y ello
puede influir considerablemente en el ejercicio de los derechos de explotación del periodista, ¿por qué? Por el régimen
que la LPI prevé para el autor asalariado en su art. 51, a saber,
1. La transmisión al empresario de los derechos de explotación de la obra creada en virtud de una
relación laboral se regirá por lo pactado en el contrato, debiendo éste realizarse por escrito.
2. A falta de pacto escrito, se presumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva
y con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual del empresario en el momento de la
entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral.
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3. En ningún caso podrá el empresario utilizar la obra o disponer de ella para un sentido o fines
diferentes de los que se derivan de lo establecido en los dos apartados anteriores.
4. Las demás disposiciones de esta Ley serán, en lo pertinente, de aplicación a estas transmisiones,
siempre que así se derive de la finalidad y objeto del contrato.
5. La titularidad de los derechos sobre un programa de ordenador creado por un trabajador asalariado
en el ejercicio de sus funciones o siguiendo las instrucciones de su empresario se regirá por lo previsto
en el apartado 4 del artículo 97 de esta Ley.
De conformidad con lo anterior, podemos encontrarnos con 3 situaciones:
a) Hay contrato laboral escrito en el que consta clausula reguladora de derechos de autor  El ejercicio de los
derechos de explotación del periodista se acoge a lo estipulado en la misma con independencia de lo que se
pacte verbalmente.
b) No hay contrato laboral escrito  La ley presume que el periodista ha cedido –en exclusiva– sus derechos de
explotación al empresario. Ahora bien, SOLO “con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual
del empresario en el momento de la entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral.” (art. 51.2
LPI) Por tanto, si pasado un tiempo, el periódico para el que periodista trabaja escribiendo artículos de crítica
política decide editar mini libros sobre crítica política y usar sus artículos, el periodista ha de saber que dado
que ese no es el marco dentro del cual realizó su trabajo, el empresario no podrá reproducir, distribuir,
transformar… sus artículos puesto que se los entregó (cediendo sus derechos) cuando su actividad era otra.
c) Hay contrato laboral escrito con ausencia de clausula reguladora de derechos de autor  Ocurriría lo mismo
que en el caso anterior.
Asimismo el periodista debe saber que sea cual fuere el caso, el empresario nunca podrá utilizar sus creaciones para
un fin distinto del pactado o dentro de una actividad que no fuere la habitual al momento de entrega de los mismos (art.
51.3 LPI).
Finalmente y, en virtud de lo expuesto, aprovecho el presente para sugerir al sector no sólo la documentación de toda
relación laboral sino también la adecuada gestión de los derechos de propiedad intelectual que se deriven de sus
creaciones, fruto de un esfuerzo intelectual que no debe caer en saco roto.
Pilar Valverde Carrión
Abogada. Área jurídica WHOSE IP AGENCY
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