Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles

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Contenido
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes....................................................................................509
Protocolo Facultativo de la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes...................................................................................................517
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura...........................................................................................525
Conjunto de Principios para la protección de todas las personas
sometidas a cualquier forma de detención o prisión........................................................529
Principios relativos a la investigación y documentación
eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes....................................................................................................535
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las
personas privadas de libertad en Las Américas................................................................537
Ley del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes - Decreto No. 40-2010.................549
Anexo
Protocolo de Estambul..........................................................................................................557
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes
Adoptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión
por la Asamblea General en su resolución 39/46, de 10 de
diciembre de 1984.
Entrada en vigor: 26 de junio de 1987, de conformidad
con el artículo 27 (1)
Los Estados Partes en la presente Convención,
Considerando que, de conformidad con los principios
proclamados en la Carta de las Naciones Unidas, el reconocimiento de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana es la base de la libertad, la
justicia y la paz en el mundo,
Reconociendo que estos derechos emanan de la dignidad
inherente de la persona humana,
Considerando la obligación que incumbe a los Estados
en virtud de la Carta, en particular del Artículo 55, de
promover el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales,
Teniendo en cuenta el artículo 5 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos y el artículo 7 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, que proclaman que nadie
será sometido a tortura ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes,
Teniendo en cuenta asimismo la Declaración sobre la
Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, aprobada por la Asamblea General el 9 de diciembre de 1975,
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No
se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean
inherentes o incidentales a éstas.
2. El presente artículo se entenderá sin perjuicio de cualquier instrumento internacional o legislación nacional que
contenga o pueda contener disposiciones de mayor alcance.
Artículo 2
1. Todo Estado Parte tomará medidas legislativas, administrativas, judiciales o de otra índole eficaces para impedir los actos
de tortura en todo territorio que esté bajo su jurisdicción.
2. En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado de guerra o amenaza de guerra,
inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia
pública como justificación de la tortura.
3. No podrá invocarse una orden de un funcionario superior
o de una autoridad pública como justificación de la tortura.
Artículo 3
1. Ningún Estado Parte procederá a la expulsión, devolución
o extradición de una persona a otro Estado cuando haya
razones fundadas para creer que estaría en peligro de ser
sometida a tortura.
Deseando hacer más eficaz la lucha contra la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en todo el
mundo,
2. A los efectos de determinar si existen esas razones,
las autoridades competentes tendrán en cuenta todas las
consideraciones pertinentes, inclusive, cuando proceda, la
existencia en el Estado de que se trate de un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes o masivas de los
derechos humanos.
Han convenido en lo siguiente:
Artículo 4
Parte I
Artículo 1
1. A los efectos de la presente Convención, se entenderá por
el término “tortura” todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean
físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero
información o una confesión, de castigarla por un acto que
haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar
o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón
basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario
público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
1. Todo Estado Parte velará por que todos los actos de
tortura constituyan delitos conforme a su legislación penal.
Lo mismo se aplicará a toda tentativa de cometer tortura y a
todo acto de cualquier persona que constituya complicidad
o participación en la tortura.
2. Todo Estado Parte castigará esos delitos con penas
adecuadas en las que se tenga en cuenta su gravedad.
Artículo 5
1. Todo Estado Parte dispondrá lo que sea necesario para
instituir su jurisdicción sobre los delitos a que se refiere el
artículo 4 en los siguientes casos:
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Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
a) Cuando los delitos se cometan en cualquier territorio bajo
su jurisdicción o a bordo de una aeronave o un buque
matriculados en ese Estado;
b) Cuando el presunto delincuente sea nacional de ese Estado;
c) Cuando la víctima sea nacional de ese Estado y éste lo
considere apropiado.
2. Todo Estado Parte tomará asimismo las medidas necesarias para establecer su jurisdicción sobre estos delitos en los
casos en que el presunto delincuente se halle en cualquier
territorio bajo su jurisdicción y dicho Estado no conceda
la extradición, con arreglo al artículo 8, a ninguno de los
Estados previstos en el párrafo 1 del presente artículo.
3. La presente Convención no excluye ninguna jurisdicción
penal ejercida de conformidad con las leyes nacionales.
Artículo 6
1. Todo Estado Parte en cuyo territorio se encuentre la
persona de la que se supone que ha cometido cualquiera de
los delitos a que se hace referencia en el artículo 4, si, tras
examinar la información de que dispone, considera que
las circunstancias lo justifican, procederá a la detención
de dicha persona o tomará otras medidas para asegurar su
presencia. La detención y demás medidas se llevarán a cabo
de conformidad con las leyes de tal Estado y se mantendrán
solamente por el período que sea necesario a fin de permitir
la iniciación de un procedimiento penal o de extradición.
2. Tal Estado procederá inmediatamente a una investigación
preliminar de los hechos.
3. La persona detenida de conformidad con el párrafo 1
del presente artículo tendrá toda clase de facilidades para
comunicarse inmediatamente con el representante correspondiente del Estado de su nacionalidad que se encuentre
más próximo o, si se trata de un apátrida, con el representante del Estado en que habitualmente resida.
4. Cuando un Estado, en virtud del presente artículo,
detenga a una persona, notificará inmediatamente tal detención y las circunstancias que la justifican a los Estados a que
se hace referencia en el párrafo 1 del artículo 5. El Estado que
proceda a la investigación preliminar prevista en el párrafo 2
del presente artículo comunicará sin dilación sus resultados
a los Estados antes mencionados e indicará si se propone
ejercer su jurisdicción.
Artículo 7
1. El Estado Parte en el territorio de cuya jurisdicción sea
hallada la persona de la cual se supone que ha cometido cualquiera de los delitos a que se hace referencia en el artículo 4,
en los supuestos previstos en el artículo 5, si no procede a su
extradición, someterá el caso a sus autoridades competentes
a efectos de enjuiciamiento.
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2. Dichas autoridades tomarán su decisión en las mismas
condiciones que las aplicables a cualquier delito de carácter
grave, de acuerdo con la legislación de tal Estado. En los
casos previstos en el párrafo 2 del artículo 5, el nivel de las
pruebas necesarias para el enjuiciamiento o inculpación no
será en modo alguno menos estricto que el que se aplica en
los casos previstos en el párrafo 1 del artículo 5.
3. Toda persona encausada en relación con cualquiera de los
delitos mencionados en el artículo 4 recibirá garantías de un
trato justo en todas las fases del procedimiento.
Artículo 8
1. Los delitos a que se hace referencia en el artículo 4 se
considerarán incluidos entre los delitos que dan lugar a
extradición en todo tratado de extradición celebrado entre
Estados Partes. Los Estados Partes se comprometen a incluir
dichos delitos como caso de extradición en todo tratado de
extradición que celebren entre sí en el futuro.
2. Todo Estado Parte que subordine la extradición a la existencia de un tratado, si recibe de otro Estado Parte con el
que no tiene tratado al respecto una solicitud de extradición,
podrá considerar la presente Convención como la base jurídica necesaria para la extradición referente a tales delitos. La
extradición estará sujeta a las demás condiciones exigibles
por el derecho del Estado requerido.
3. Los Estados Partes que no subordinen la extradición a la
existencia de un tratado reconocerán dichos delitos como
casos de extradición entre ellos, a reserva de las condiciones
exigidas por el derecho del Estado requerido.
4. A los fines de la extradición entre Estados Partes, se considerará que los delitos se han cometido, no solamente en el
lugar donde ocurrieron, sino también en el territorio de los
Estados obligados a establecer su jurisdicción de acuerdo
con el párrafo 1 del artículo 5.
Artículo 9
1. Los Estados Partes se prestarán todo el auxilio posible en
lo que respecta a cualquier procedimiento penal relativo a
los delitos previstos en el artículo 4, inclusive el suministro
de todas las pruebas necesarias para el proceso que obren en
su poder.
2. Los Estados Partes cumplirán las obligaciones que les
incumben en virtud del párrafo 1 del presente artículo de
conformidad con los tratados de auxilio judicial mutuo que
existan entre ellos.
Artículo 10
1. Todo Estado Parte velará por que se incluyan una educación y una información completas sobre la prohibición de la
tortura en la formación profesional del personal encargado
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
de la aplicación de la ley, sea éste civil o militar, del personal
médico, de los funcionarios públicos y otras personas que
puedan participar en la custodia, el interrogatorio o el tratamiento de cualquier persona sometida a cualquier forma de
arresto, detención o prisión.
2. Todo Estado Parte incluirá esta prohibición en las normas
o instrucciones que se publiquen en relación con los deberes
y funciones de esas personas.
Artículo 11
Todo Estado Parte mantendrá sistemáticamente en examen
las normas e instrucciones, métodos y prácticas de interrogatorio, así como las disposiciones para la custodia y el
tratamiento de las personas sometidas a cualquier forma de
arresto, detención o prisión en cualquier territorio que esté
bajo su jurisdicción, a fin de evitar todo caso de tortura.
Artículo 12
Todo Estado Parte velará por que, siempre que haya motivos
razonables para creer que dentro de su jurisdicción se ha
cometido un acto de tortura, las autoridades competentes
procedan a una investigación pronta e imparcial.
Artículo 13
Todo Estado Parte velará por que toda persona que alegue
haber sido sometida a tortura en cualquier territorio bajo su
jurisdicción tenga derecho a presentar una queja y a que su
caso sea pronta e imparcialmente examinado por sus autoridades competentes. Se tomarán medidas para asegurar que
quien presente la queja y los testigos estén protegidos contra
malos tratos o intimidación como consecuencia de la queja
o del testimonio prestado.
Artículo 14
1. Todo Estado Parte velará por que su legislación garantice
a la víctima de un acto de tortura la reparación y el derecho
a una indemnización justa y adecuada, incluidos los medios
para su rehabilitación lo más completa posible. En caso de
muerte de la víctima como resultado de un acto de tortura,
las personas a su cargo tendrán derecho a indemnización.
2. Nada de lo dispuesto en el presente artículo afectará a
cualquier derecho de la víctima o de otra persona a indemnización que pueda existir con arreglo a las leyes nacionales.
Artículo 15
Todo Estado Parte se asegurará de que ninguna declaración que se demuestre que ha sido hecha como resultado de
tortura pueda ser invocada como prueba en ningún procedimiento, salvo en contra de una persona acusada de tortura
como prueba de que se ha formulado la declaración.
Artículo 16
1. Todo Estado Parte se comprometerá a prohibir en
cualquier territorio bajo su jurisdicción otros actos que
constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes
y que no lleguen a ser tortura tal como se define en el artículo 1, cuando esos actos sean cometidos por un funcionario
público u otra persona que actúe en el ejercicio de funciones
oficiales, o por instigación o con el consentimiento o la
aquiescencia de tal funcionario o persona. Se aplicarán, en
particular, las obligaciones enunciadas en los artículos 10,
11, 12 y 13, sustituyendo las referencias a la tortura por referencias a otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes.
2. La presente Convención se entenderá sin perjuicio de
lo dispuesto en otros instrumentos internacionales o leyes
nacionales que prohíban los tratos y las penas crueles, inhumanos o degradantes o que se refieran a la extradición o
expulsión.
Parte II
Artículo 17
1. Se constituirá un Comité contra la Tortura (denominado en
lo que sigue el Comité), el cual desempeñará las funciones que
se señalan más adelante. El Comité estará compuesto de diez
expertos de gran integridad moral y reconocida competencia
en materia de derechos humanos, que ejercerán sus funciones
a título personal. Los expertos serán elegidos por los Estados
Partes teniendo en cuenta una distribución geográfica equitativa y la utilidad de la participación de algunas personas que
tengan experiencia jurídica.
2. Los miembros del Comité serán elegidos en votación
secreta de una lista de personas designadas por los Estados
Partes. Cada uno de los Estados Partes podrá designar una
persona entre sus propios nacionales. Los Estados Partes
tendrán presente la utilidad de designar personas que sean
también miembros del Comité de Derechos Humanos establecido con arreglo al Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y que estén dispuestas a prestar servicio en
el Comité constituido con arreglo a la presente Convención.
3. Los miembros del Comité serán elegidos en reuniones
bienales de los Estados Partes convocadas por el Secretario
General de las Naciones Unidas. En estas reuniones, para las
cuales formarán quórum dos tercios de los Estados Partes,
se considerarán elegidos para el Comité los candidatos que
obtengan el mayor número de votos y la mayoría absoluta
de los votos de los representantes de los Estados Partes
presentes y votantes.
4. La elección inicial se celebrará a más tardar seis meses
después de la fecha de entrada en vigor de la presente
Convención. Al menos cuatro meses antes de la fecha de
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Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
cada elección, el Secretario General de las Naciones Unidas
dirigirá una carta a los Estados Partes invitándoles a que
presenten sus candidaturas en un plazo de tres meses. El
Secretario General preparará una lista por orden alfabético
de todas las personas designadas de este modo, indicando
los Estados Partes que las han designado, y la comunicará a
los Estados Partes.
5. Los miembros del Comité serán elegidos por cuatro años.
Podrán ser reelegidos si se presenta de nuevo su candidatura. No obstante, el mandato de cinco de los miembros
elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos años;
inmediatamente después de la primera elección, el presidente de la reunión a que se hace referencia en el párrafo
3 del presente artículo designará por sorteo los nombres de
esos cinco miembros.
6. Si un miembro del Comité muere o renuncia o por cualquier otra causa no puede ya desempeñar sus funciones en el
Comité, el Estado Parte que presentó su candidatura designará entre sus nacionales a otro experto para que desempeñe
sus funciones durante el resto de su mandato, a reserva de
la aprobación de la mayoría de los Estados Partes. Se considerará otorgada dicha aprobación a menos que la mitad o
más de los Estados Partes respondan negativamente dentro
de un plazo de seis semanas a contar del momento en que el
Secretario General de las Naciones Unidas les comunique la
candidatura propuesta.
7. Los Estados Partes sufragarán los gastos de los miembros
del Comité mientras éstos desempeñen sus funciones.
Artículo 18
1. El Comité elegirá su Mesa por un período de dos años. Los
miembros de la Mesa podrán ser reelegidos.
2. El Comité establecerá su propio reglamento, en el cual se
dispondrá, entre otras cosas, que:
a) Seis miembros constituirán quórum;
b) Las decisiones del Comité se tomarán por mayoría de votos
de los miembros presentes.
3. El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionará el
personal y los servicios necesarios para el desempeño eficaz de
las funciones del Comité en virtud de la presente Convención.
4. El Secretario General de las Naciones Unidas convocará la
primera reunión del Comité. Después de su primera reunión,
el Comité se reunirá en las ocasiones que se prevean en su
reglamento.
5. Los Estados Partes serán responsables de los gastos que se
efectúen en relación con la celebración de reuniones de los
Estados Partes y del Comité, incluyendo el reembolso a las
Naciones Unidas de cualesquiera gastos, tales como los de
personal y los de servicios, que hagan las Naciones Unidas
conforme al párrafo 3 del presente artículo.
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Artículo 19
1. Los Estados Partes presentarán al Comité, por conducto
del Secretario General de las Naciones Unidas, los informes
relativos a las medidas que hayan adoptado para dar efectividad a los compromisos que han contraído en virtud de la
presente Convención, dentro del plazo del año siguiente a
la entrada en vigor de la Convención en lo que respecta al
Estado Parte interesado. A partir de entonces, los Estados
Partes presentarán informes suplementarios cada cuatro
años sobre cualquier nueva disposición que se haya adoptado, así como los demás informes que solicite el Comité.
2. El Secretario General de las Naciones Unidas transmitirá
los informes a todos los Estados Partes.
3. Todo informe será examinado por el Comité, el cual podrá
hacer los comentarios generales que considere oportunos y
los transmitirá al Estado Parte interesado. El Estado Parte
podrá responder al Comité con las observaciones que desee
formular.
4. El Comité podrá, a su discreción, tomar la decisión de
incluir cualquier comentario que haya formulado de conformidad con el párrafo 3 del presente artículo, junto con las
observaciones al respecto recibidas del Estado Parte interesado, en su informe anual presentado de conformidad con
el artículo 24. Si lo solicitara el Estado Parte interesado, el
Comité podrá también incluir copia del informe presentado
en virtud del párrafo 1 del presente artículo.
Artículo 20
1. El Comité, si recibe información fiable que a su juicio
parezca indicar de forma fundamentada que se practica
sistemáticamente la tortura en el territorio de un Estado
Parte, invitará a ese Estado Parte a cooperar en el examen
de la información y a tal fin presentar observaciones con
respecto a la información de que se trate.
2. Teniendo en cuenta todas las observaciones que haya
presentado el Estado Parte de que se trate, así como cualquier
otra información pertinente de que disponga, el Comité
podrá, si decide que ello está justificado, designar a uno o
varios de sus miembros para que procedan a una investigación confidencial e informen urgentemente al Comité.
3. Si se hace una investigación conforme al párrafo 2 del
presente artículo, el Comité recabará la cooperación del
Estado Parte de que se trate, de acuerdo con ese Estado Parte,
tal investigación podrá incluir una visita a su territorio.
4. Después de examinar las conclusiones presentadas por
el miembro o miembros conforme al párrafo 2 del presente
artículo, el Comité transmitirá las conclusiones al Estado
Parte de que se trate, junto con las observaciones o sugerencias que estime pertinentes en vista de la situación.
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
5. Todas las actuaciones del Comité a las que se hace referencia en los párrafos 1 a 4 del presente artículo serán
confidenciales y se recabará la cooperación del Estado Parte
en todas las etapas de las actuaciones. Cuando se hayan
concluido actuaciones relacionadas con una investigación
hecha conforme al párrafo 2, el Comité podrá, tras celebrar
consultas con el Estado Parte interesado, tomar la decisión
de incluir un resumen de los resultados de la investigación
en el informe anual que presente conforme al artículo 24.
Artículo 21
1. Con arreglo al presente artículo, todo Estado Parte en la
presente Convención podrá declarar en cualquier momento
que reconoce la competencia del Comité para recibir y
examinar las comunicaciones en que un Estado Parte
alegue que otro Estado Parte no cumple las obligaciones
que le impone la Convención. Dichas comunicaciones sólo
se podrán admitir y examinar conforme al procedimiento
establecido en este artículo si son presentadas por un Estado
Parte que haya hecho una declaración por la cual reconozca con respecto a sí mismo la competencia del Comité.
El Comité no tramitará de conformidad con este artículo
ninguna comunicación relativa a un Estado Parte que no
haya hecho tal declaración. Las comunicaciones recibidas en
virtud del presente artículo se tramitarán de conformidad
con el procedimiento siguiente:
a) Si un Estado Parte considera que otro Estado Parte no
cumple las disposiciones de la presente Convención podrá
señalar el asunto a la atención de dicho Estado mediante
una comunicación escrita. Dentro de un plazo de tres meses, contado desde la fecha de recibo de la comunicación,
el Estado destinatario proporcionará al Estado que haya
enviado la comunicación una explicación o cualquier otra
declaración por escrito que aclare el asunto, la cual hará
referencia, hasta donde sea posible y pertinente, a los procedimientos nacionales y a los recursos adoptados, en trámite
o que puedan utilizarse al respecto;
b) Si el asunto no se resuelve a satisfacción de los dos Estados Partes interesados en un plazo de seis meses contado
desde la fecha en que el Estado destinatario haya recibido
la primera comunicación, cualquiera de ambos Estados
Partes interesados tendrá derecho a someterlo al Comité,
mediante notificación dirigida al Comité y al otro Estado;
c) El Comité conocerá de todo asunto que se le someta en
virtud del presente artículo después de haberse cerciorado de que se ha interpuesto y agotado en tal asunto todos
los recursos de la jurisdicción interna de que se pueda
disponer, de conformidad con los principios del derecho
internacional generalmente admitidos. No se aplicará esta
regla cuando la tramitación de los mencionados recursos
se prolongue injustificadamente o no sea probable que
mejore realmente la situación de la persona que sea víctima
de la violación de la presente Convención;
d) El Comité celebrará sus sesiones a puerta cerrada cuando examine las comunicaciones previstas en el presente
artículo;
e) A reserva de las disposiciones del apartado c, el Comité
pondrá sus buenos oficios a disposición de los Estados
Partes interesados a fin de llegar a una solución amistosa
del asunto, fundada en el respeto de las obligaciones establecidas en la presente Convención. A tal efecto, el Comité
podrá designar, cuando proceda, una comisión especial
de conciliación;
f) En todo asunto que se le someta en virtud del presente
artículo, el Comité podrá pedir a los Estados Partes interesados a que se hace referencia en el apartado b que
faciliten cualquier información pertinente;
g) Los Estados Partes interesados a que se hace referencia en el
apartado b tendrán derecho a estar representados cuando el
asunto se examine en el Comité y a presentar exposiciones
verbalmente o por escrito, o de ambas maneras;
h) El Comité, dentro de los doce meses siguientes a la fecha
de recibo de la notificación mencionada en el apartado b,
presentará un informe en el cual:
i) Si se ha llegado a una solución con arreglo a lo
dispuesto en el apartado e, se limitará a una breve
exposición de los hechos y de la solución alcanzada;
ii) Si no se ha llegado a ninguna solución con arreglo
a lo dispuesto en el apartado e, se limitará a una
breve exposición de los hechos y agregará las
exposiciones escritas y las actas de las exposiciones
verbales que hayan hecho los Estados Partes
interesados.
En cada asunto, se enviará el informe a los Estados Partes
interesados.
2. Las disposiciones del presente artículo entrarán en vigor
cuando cinco Estados Partes en la presente Convención
hayan hecho las declaraciones a que se hace referencia en el
apartado 1 de este artículo. Tales declaraciones serán depositadas por los Estados Partes en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas, quien remitirá copia de las mismas
a los demás Estados Partes. Toda declaración podrá retirarse en cualquier momento mediante notificación dirigida
al Secretario General. Tal retiro no será obstáculo para que
se examine cualquier asunto que sea objeto de una comunicación ya transmitida en virtud de este artículo; no se
admitirá en virtud de este artículo ninguna nueva comunicación de un Estado Parte una vez que el Secretario General
haya recibido la notificación de retiro de la declaración, a
menos que el Estado Parte interesado haya hecho una nueva
declaración.
Artículo 22
1. Todo Estado Parte en la presente Convención podrá
declarar en cualquier momento, de conformidad con el
presente artículo, que reconoce la competencia del Comité
para recibir y examinar las comunicaciones enviadas por
personas sometidas a su jurisdicción, o en su nombre, que
aleguen ser víctimas de una violación por un Estado Parte
513
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
de las disposiciones de la Convención. El Comité no admitirá ninguna comunicación relativa a un Estado Parte que no
haya hecho esa declaración.
2. El Comité considerará inadmisible toda comunicación
recibida de conformidad con el presente artículo que sea
anónima, o que, a su juicio, constituya un abuso del derecho
de presentar dichas comunicaciones, o que sea incompatible
con las disposiciones de la presente Convención.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 2, el Comité
señalará las comunicaciones que se le presenten de conformidad con este artículo a la atención del Estado Parte en
la presente Convención que haya hecho una declaración
conforme al párrafo 1 y respecto del cual se alegue que ha
violado cualquier disposición de la Convención. Dentro de
un plazo de seis meses, el Estado destinatario proporcionará al Comité explicaciones o declaraciones por escrito que
aclaren el asunto y expongan, en su caso, la medida correcta
que ese Estado haya adoptado.
4. El Comité examinará las comunicaciones recibidas de
conformidad con el presente artículo, a la luz de toda la
información puesta a su disposición por la persona de que
se trate, o en su nombre, y por el Estado Parte interesado.
5. El Comité no examinará ninguna comunicación de una
persona, presentada de conformidad con este artículo, a
menos que se haya cerciorado de que:
a) La misma cuestión no ha sido, ni está siendo, examinada
según otro procedimiento de investigación o solución
internacional;
b) La persona ha agotado todos los recursos de la jurisdicción
interna de que se pueda disponer; no se aplicará esta regla
cuando la tramitación de los mencionados recursos se prolongue injustificadamente o no sea probable que mejore
realmente la situación de la persona que sea víctima de la
violación de la presente Convención.
6. El Comité celebrará sus sesiones a puerta cerrada cuando
examine las comunicaciones previstas en el presente artículo.
7. El Comité comunicará su parecer al Estado Parte interesado y a la persona de que se trate.
8. Las disposiciones del presente artículo entrarán en vigor
cuando cinco Estados Partes en la presente Convención
hayan hecho las declaraciones a que se hace referencia en el
párrafo 1 de este artículo. Tales declaraciones serán depositadas por los Estados Partes en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas, quien remitirá copia de las mismas
a los demás Estados Partes. Toda declaración podrá retirarse
en cualquier momento mediante notificación dirigida al
Secretario General. Tal retiro no será obstáculo para que se
examine cualquier asunto que sea objeto de una comunicación ya transmitida en virtud de este artículo; no se admitirá
en virtud de este artículo ninguna nueva comunicación de
514
una persona, o hecha en su nombre, una vez que el Secretario
General haya recibido la notificación de retiro de la declaración, a menos que el Estado Parte interesado haya hecho una
nueva declaración.
Artículo 23
Los miembros del Comité y los miembros de las comisiones especiales de conciliación designados conforme al
apartado e del párrafo 1 del artículo 21 tendrán derecho a
las facilidades, privilegios e inmunidades que se conceden
a los expertos que desempeñan misiones para las Naciones
Unidas, con arreglo a lo dispuesto en las secciones pertinentes de la Convención sobre Prerrogativas e Inmunidades
de las Naciones Unidas.
Artículo 24
El Comité presentará un informe anual sobre sus actividades
en virtud de la presente Convención a los Estados Partes y a
la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Parte III
Artículo 25
1. La presente Convención está abierta a la firma de todos
los Estados.
2. La presente Convención está sujeta a ratificación. Los
instrumentos de ratificación se depositarán en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 26
La presente Convención estará abierta a la adhesión de todos
los Estados. La adhesión se efectuará mediante el depósito de
un instrumento de adhesión en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas.
Artículo 27
1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día
a partir de la fecha en que haya sido depositado el vigésimo
instrumento de ratificación o de adhesión en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.
2. Para cada Estado que ratifique la presente Convención o se
adhiera a ella después de haber sido depositado el vigésimo
instrumento de ratificación o de adhesión, la Convención
entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que
tal Estado haya depositado su instrumento de ratificación o
de adhesión.
Artículo 28
1. Todo Estado podrá declarar, en el momento de la firma
o ratificación de la presente Convención o de la adhesión a
ella, que no reconoce la competencia del Comité según se
establece en el artículo 20.
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
2. Todo Estado Parte que haya formulado una reserva de
conformidad con el párrafo 1 del presente artículo podrá
dejar sin efecto esta reserva en cualquier momento mediante
notificación al Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 29
1. Todo Estado Parte en la presente Convención podrá
proponer una enmienda y depositarla en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas. El Secretario General de las
Naciones Unidas comunicará la enmienda propuesta a los
Estados Partes, pidiéndoles que le notifiquen si desean que
se convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de
examinar la propuesta y someterla a votación. Si dentro de los
cuatro meses siguientes a la fecha de esa notificación un tercio
al menos de los Estados Partes se declara a favor de tal convocatoria, el Secretario General convocará una conferencia con
los auspicios de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoría de Estados Partes presentes y votantes en
la conferencia será sometida por el Secretario General a todos
los Estados Partes para su aceptación.
2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el párrafo
1 del presente artículo entrará en vigor cuando dos tercios
de los Estados Partes en la presente Convención hayan notificado al Secretario General de las Naciones Unidas que la
han aceptado de conformidad con sus respectivos procedimientos constitucionales.
3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán obligatorias
para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que
los demás Estados Partes seguirán obligados por las disposiciones de la presente Convención y por las enmiendas
anteriores que hayan aceptado.
Artículo 30
1. Las controversias que surjan entre dos o más Estados
Partes con respecto a la interpretación o aplicación de la
presente Convención, que no puedan solucionarse mediante
negociaciones, se someterán a arbitraje, a petición de uno
de ellos. Si en el plazo de seis meses contados a partir de la
fecha de presentación de la solicitud de arbitraje las Partes
no consiguen ponerse de acuerdo sobre la forma del mismo,
cualquiera de las Partes podrá someter la controversia a
la Corte Internacional de Justicia, mediante una solicitud
presentada de conformidad con el Estatuto de la Corte.
2. Todo Estado, en el momento de la firma o ratificación de
la presente Convención o de su adhesión a la misma, podrá
declarar que no se considera obligado por el párrafo 1 del
presente artículo. Los demás Estados Partes no estarán obligados por dicho párrafo ante ningún Estado Parte que haya
formulado dicha reserva.
3. Todo Estado Parte que haya formulado la reserva prevista
en el párrafo 2 del presente artículo podrá retirarla en cualquier momento notificándolo al Secretario General de las
Naciones Unidas.
Artículo 31
1. Todo Estado Parte podrá denunciar la presente
Convención mediante notificación hecha por escrito al
Secretario General de las Naciones Unidas. La denuncia
surtirá efecto un año después de la fecha en que la notificación haya sido recibida por el Secretario General.
2. Dicha denuncia no eximirá al Estado Parte de las obligaciones que le impone la presente Convención con respecto
a toda acción u omisión ocurrida antes de la fecha en que
haya surtido efecto la denuncia, ni la denuncia entrañará
tampoco la suspensión del examen de cualquier asunto que
el Comité haya empezado a examinar antes de la fecha en
que surta efecto la denuncia.
3. A partir de la fecha en que surta efecto la denuncia de
un Estado Parte, el Comité no iniciará el examen de ningún
nuevo asunto referente a ese Estado.
Artículo 32
El Secretario General de las Naciones Unidas comunicará
a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas y a
todos los Estados que hayan firmado la presente Convención
o se hayan adherido a ella:
a) Las firmas, ratificaciones y adhesiones con arreglo a los
artículos 25 y 26;
b) La fecha de entrada en vigor de la presente Convención
con arreglo al artículo 27, y la fecha de entrada en vigor
de las enmiendas con arreglo al artículo 29;
c) Las denuncias con arreglo al artículo 31.
Artículo 33
1. La presente Convención, cuyos textos en árabe, chino,
español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, se
depositará en poder del Secretario General de las Naciones
Unidas.
2. El Secretario General de las Naciones Unidas remitirá
copias certificadas de la presente Convención a todos los
Estados.
515
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura
y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
Anexo
La Asamblea General,
Recordando el artículo 5 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos1, el artículo 7 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos2, la Declaración sobre la Protección
de todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes3 y su resolución 39/46, de
10 de diciembre de 1984, por la cual aprobó y abrió a la firma,
ratificación y adhesión la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, así como
todas sus resoluciones posteriores sobre la cuestión,
Reafirmando que el derecho a no ser sometido a torturas
debe estar protegido en todas las circunstancias,
Considerando que la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos, celebrada en Viena del 14 al 25 de junio de 1993,
declaró firmemente que los esfuerzos por erradicar la tortura
debían concentrarse ante todo en la prevención y pidió
que se adoptase cuanto antes un protocolo facultativo de la
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes destinado a establecer un sistema
preventivo de visitas periódicas a los lugares de detención,
Observando con satisfacción la aprobación del proyecto de
protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
por la Comisión de Derechos Humanos en su resolución
2002/33, de 22 de abril de 20024, y por el Consejo Económico
y Social en su resolución E/2002/27, de 24 de julio de 2002,
en la que éste recomendó a la Asamblea General que aprobara el proyecto de protocolo facultativo,
1. Aprueba el Protocolo Facultativo de la Convención contra
la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes que figura en el anexo de la presente resolución, y pide al Secretario General que lo abra a la firma,
ratificación y adhesión en la Sede de las Naciones Unidas en
Nueva York a partir del 1° de enero de 2003;
2. Pide a todos los Estados que han firmado y ratificado
la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes o se han adherido a
ella, que firmen y ratifiquen el Protocolo Facultativo o se
adhieran a él.
77ª sesión plenaria
18 de diciembre de 2002
1
Resolución 217 A (III)
2
véase la resolución 2200 A (XXI), anexo
3
Resolución 3452 (XXX), anexo
4Véase Documentos Oficiales del Consejo Económico y Social, 2002, Suplemento
No. 3 (E/2002/23), cap. II, secc. A.
Protocolo Facultativo de la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes
Preámbulo
Los Estados Partes en el presente Protocolo,
Reafirmando que la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes están prohibidos y constituyen
violaciones graves de los derechos humanos,
Convencidos de la necesidad de adoptar nuevas medidas para
alcanzar los objetivos de la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
(en adelante denominada la Convención) y de fortalecer la
protección de las personas privadas de su libertad contra
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes,
Recordando que los artículos 2 y 16 de la Convención obligan
a cada Estado Parte a tomar medidas efectivas para prevenir
los actos de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en todo territorio bajo su jurisdicción,
Reconociendo que los Estados tienen la responsabilidad
primordial de aplicar estos artículos, que el fortalecimiento
de la protección de las personas privadas de su libertad y el
pleno respeto de sus derechos humanos es una responsabilidad común compartida por todos, y que los mecanismos
internacionales de aplicación complementan y fortalecen las
medidas nacionales,
Recordando que la prevención efectiva de la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes requiere
educación y una combinación de diversas medidas legislativas, administrativas, judiciales y de otro tipo,
Recordando también que la Conferencia Mundial de
Derechos Humanos declaró firmemente que los esfuerzos
por erradicar la tortura debían concentrarse ante todo en la
prevención y pidió que se adoptase un protocolo facultativo
de la Convención destinado a establecer un sistema preventivo de visitas periódicas a los lugares de detención,
Convencidos de que la protección de las personas privadas
de su libertad contra la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes puede fortalecerse por medios no
judiciales de carácter preventivo basados en visitas periódicas a los lugares de detención,
Acuerdan lo siguiente:
517
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
Parte I
Principios generales
Artículo 1
El objetivo del presente Protocolo es establecer un sistema
de visitas periódicas a cargo de órganos internacionales y
nacionales independientes a los lugares en que se encuentren personas privadas de su libertad, con el fin de prevenir
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
Artículo 2
1. Se establecerá un Subcomité para la Prevención de la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes del Comité contra la Tortura (en adelante
denominado el Subcomité para la Prevención) que desempeñará las funciones previstas en el presente Protocolo.
2. El Subcomité para la Prevención realizará su labor en el
marco de la Carta de las Naciones Unidas y se guiará por
los propósitos y principios enunciados en ella, así como por
las normas de las Naciones Unidas relativas al trato de las
personas privadas de su libertad.
3. Asimismo, el Subcomité para la Prevención se guiará por
los principios de confidencialidad, imparcialidad, no selectividad, universalidad y objetividad.
4. El Subcomité para la Prevención y los Estados Partes
cooperarán en la aplicación del presente Protocolo.
autoridad judicial o administrativa o de otra autoridad
pública, en una institución pública o privada de la cual no
pueda salir libremente.
Parte II
El Subcomité para la Prevención
Artículo 5
1. El Subcomité para la Prevención estará compuesto de
diez miembros. Una vez que se haya registrado la quincuagésima ratificación del presente Protocolo o adhesión a él,
el número de miembros del Subcomité para la Prevención
aumentará a veinticinco.
2. Los miembros del Subcomité para la Prevención serán
elegidos entre personas de gran integridad moral y reconocida competencia en la administración de justicia, en
particular en materia de derecho penal, administración penitenciaria o policial, o en las diversas materias que tienen que
ver con el tratamiento de personas privadas de su libertad.
3. En la composición del Subcomité para la Prevención se
tendrá debidamente en cuenta una distribución geográfica
equitativa de los miembros y la representación de las diferentes formas de civilización y sistemas jurídicos de los
Estados Partes.
4. En esta composición también se tendrá en cuenta la necesidad de una representación equilibrada de los géneros sobre
la base de los principios de igualdad y no discriminación.
Artículo 3
5. El Subcomité para la Prevención no podrá tener dos
miembros de la misma nacionalidad.
Cada Estado Parte establecerá, designará o mantendrá, a
nivel nacional, uno o varios órganos de visitas para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes (en adelante denominado el mecanismo
nacional de prevención).
6. Los miembros del Subcomité para la Prevención ejercerán
sus funciones a título personal, actuarán con independencia
e imparcialidad y deberán estar disponibles para prestar
servicios con eficacia en el Subcomité para la Prevención.
Artículo 4
1. Cada Estado Parte permitirá las visitas, de conformidad
con el presente Protocolo, de los mecanismos mencionados
en los artículos 2 y 3 a cualquier lugar bajo su jurisdicción
y control donde se encuentren o pudieran encontrarse
personas privadas de su libertad, bien por orden de una
autoridad pública o a instigación suya o con su consentimiento expreso o tácito (en adelante denominado lugar
de detención). Estas visitas se llevarán a cabo con el fin de
fortalecer, si fuera necesario, la protección de estas personas
contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes.
2. A los efectos del presente Protocolo, por privación de
libertad se entiende cualquier forma de detención o encarcelamiento o de custodia de una persona por orden de una
518
Artículo 6
Cada Estado 1. Parte podrá designar, de conformidad con
el párrafo 2 del presente artículo, hasta dos candidatos que
posean las calificaciones y satisfagan los requisitos indicados
en el artículo 5, y, al hacerlo, presentarán información detallada sobre las calificaciones de los candidatos.
2. a) Los candidatos deberán tener la nacionalidad de un
Estado Parte en el presente Protocolo;
b) Al menos uno de los dos candidatos deberá tener la nacionalidad del Estado Parte que lo proponga;
c) No se podrá proponer la candidatura de más de dos nacionales de un Estado Parte;
d) Un Estado Parte, antes de proponer la candidatura de un
nacional de otro Estado Parte, deberá solicitar y obtener
el consentimiento de éste.
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
3. Al menos cinco meses antes de la fecha de la reunión de
los Estados Partes en que deba procederse a la elección, el
Secretario General de las Naciones Unidas enviará una carta
a los Estados Partes invitándoles a que presenten sus candidaturas en un plazo de tres meses. El Secretario General
presentará una lista por orden alfabético de todos los candidatos designados de este modo, indicando los Estados Partes
que los hayan designado.
Artículo 7
1. La elección de los miembros del Subcomité para la
Prevención se efectuará del modo siguiente:
a) La consideración primordial será que los candidatos satisfagan los requisitos y criterios del artículo 5 del presente
Protocolo;
b) La elección inicial se celebrará a más tardar seis meses
después de la fecha de la entrada en vigor del presente
Protocolo;
c) Los Estados Partes elegirán a los miembros del Subcomité
para la Prevención en votación secreta;
d) Las elecciones de los miembros del Subcomité para la Prevención se celebrarán en reuniones bienales de los Estados
Partes convocadas por el Secretario General de las Naciones Unidas. En estas reuniones, para las cuales el quórum
estará constituido por los dos tercios de los Estados Partes,
se considerarán elegidos miembros del Subcomité para la
Prevención los candidatos que obtengan el mayor número
de votos y la mayoría absoluta de los votos de los representantes de los Estados Partes presentes y votantes.
2. Si durante el proceso de selección se determina que dos
nacionales de un Estado Parte reúnen las condiciones establecidas para ser miembros del Subcomité para la Prevención, el
candidato que reciba el mayor número de votos será elegido
miembro del Subcomité para la Prevención. Si ambos candidatos obtienen el mismo número de votos se aplicará el
procedimiento siguiente:
a) Si sólo uno de los candidatos ha sido propuesto por el Estado Parte del que es nacional, quedará elegido miembro
ese candidato;
b) Si ambos candidatos han sido propuestos por el Estado
Parte del que son nacionales, se procederá a votación
secreta por separado para determinar cuál de ellos será
miembro;
c) Si ninguno de los candidatos ha sido propuesto por el Estado Parte del que son nacionales, se procederá a votación
secreta por separado para determinar cuál de ellos será
miembro.
Artículo 8
Si un miembro del Subcomité para la Prevención muere
o renuncia, o no puede desempeñar sus funciones en el
Subcomité para la Prevención por cualquier otra causa, el
Estado Parte que haya presentado su candidatura podrá
proponer a otra persona que posea las calificaciones y
satisfaga los requisitos indicados en el artículo 5, teniendo
presente la necesidad de mantener un equilibrio adecuado
entre las distintas esferas de competencia, para que desempeñe sus funciones hasta la siguiente reunión de los Estados
Partes, con sujeción a la aprobación de la mayoría de dichos
Estados. Se considerará otorgada dicha aprobación salvo
que la mitad o más de los Estados Partes respondan negativamente dentro de un plazo de seis semanas a contar del
momento en que el Secretario General de las Naciones
Unidas les comunique la candidatura propuesta.
Artículo 9
Los miembros del Subcomité para la Prevención serán
elegidos por un mandato de cuatro años. Podrán ser reelegidos una vez si se presenta de nuevo su candidatura. El
mandato de la mitad de los miembros elegidos en la primera
elección expirará al cabo de dos años; inmediatamente
después de la primera elección, el Presidente de la reunión a
que se hace referencia en el apartado d) del párrafo 1 del artículo 7 designará por sorteo los nombres de esos miembros.
Artículo 10
1. El Subcomité para la Prevención elegirá su Mesa por un
mandato de dos años. Los miembros de la Mesa podrán ser
reelegidos.
2. El Subcomité para la Prevención establecerá su propio reglamento, que dispondrá, entre otras cosas, lo siguiente:
a) La mitad más uno de sus miembros constituirán quórum;
b) Las decisiones del Subcomité para la Prevención se tomarán por mayoría de votos de los miembros presentes;
c) Las sesiones del Subcomité para la Prevención serán
privadas.
3. El Secretario General de las Naciones Unidas convocará la
reunión inicial del Subcomité para la Prevención. Después
de su reunión inicial, el Subcomité para la Prevención se
reunirá en las ocasiones que determine su reglamento. El
Subcomité para la Prevención y el Comité contra la Tortura
celebrarán sus períodos de sesiones simultáneamente al
menos una vez al año.
Parte III
Mandato del Subcomité para la Prevención
Artículo 11
El mandato del Subcomité para la Prevención será el
siguiente:
a) Visitar los lugares mencionados en el artículo 4 y hacer
recomendaciones a los Estados Partes en cuanto a la
protección de las personas privadas de su libertad contra
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes;
b) Por lo que respecta a los mecanismos nacionales de
prevención:
519
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
i) Asesorar y ayudar a los Estados Partes, cuando sea
necesario, a establecerlos;
ii) Mantener contacto directo, de ser necesario
confidencial, con los mecanismos nacionales de
prevención y ofrecerles formación y asistencia
técnica con miras a aumentar su capacidad;
iii) Ayudar y asesorar a los mecanismos nacionales de
prevención en la evaluación de las necesidades y
las medidas destinadas a fortalecer la protección
de personas privadas de su libertad contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes;
iv) Hacer recomendaciones y observaciones a los
Estados Partes con miras a reforzar la capacidad
y el mandato de los mecanismos nacionales para
la prevención de la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes;
c) Cooperar, para la prevención de la tortura en general,
con los órganos y mecanismos pertinentes de las Naciones Unidas así como con instituciones u organizaciones
internacionales, regionales y nacionales cuyo objeto sea
fortalecer la protección de todas las personas contra
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
Artículo 12
A fin de que el Subcomité para la Prevención pueda cumplir
el mandato establecido en el artículo 11, los Estados Partes
se comprometen a:
a) Recibir al Subcomité para la Prevención en su territorio
y darle acceso a todos los lugares de detención definidos
en el artículo 4 del presente Protocolo;
b) Compartir toda la información pertinente que el Subcomité para la Prevención solicite para evaluar las necesidades
y medidas que deben adoptarse con el fin de fortalecer la
protección de las personas privadas de su libertad contra
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes;
c) Alentar y facilitar los contactos entre el Subcomité para la
Prevención y los mecanismos nacionales de prevención;
d) Examinar las recomendaciones del Subcomité para la Prevención y entablar un diálogo con éste sobre las posibles
medidas de aplicación.
Artículo 13
1. El Subcomité para la Prevención establecerá, primeramente por sorteo, un programa de visitas periódicas a los
Estados Partes para dar cumplimiento a su mandato de
conformidad con el artículo 11.
2. Tras celebrar las consultas oportunas, el Subcomité para
la Prevención notificará su programa a los Estados Partes
para que éstos puedan, sin demora, adoptar las disposiciones
prácticas necesarias para la realización de las visitas.
520
3. Las visitas serán realizadas por dos miembros como
mínimo del Subcomité para la Prevención. Estos miembros
podrán ir acompañados, si fuere necesario, de expertos de
reconocida experiencia y conocimientos profesionales acreditados en las materias a que se refiere el presente Protocolo,
que serán seleccionados de una lista de expertos preparada
de acuerdo con las propuestas hechas por los Estados Partes,
la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos y el Centro de las Naciones Unidas
para la Prevención Internacional del Delito. Para la preparación de esta lista, los Estados Partes interesados propondrán
un máximo de cinco expertos nacionales. El Estado Parte de
que se trate podrá oponerse a la inclusión de un determinado experto en la visita, tras lo cual el Subcomité para la
Prevención propondrá el nombre de otro experto.
4. El Subcomité para la Prevención, si lo considera oportuno,
podrá proponer una breve visita de seguimiento después de
la visita periódica.
Artículo 14
1. A fin de que el Subcomité para la Prevención pueda
desempeñar su mandato, los Estados Partes en el presente
Protocolo se comprometen a darle:
a) Acceso sin restricciones a toda la información acerca del
número de personas privadas de su libertad en lugares
de detención según la definición del artículo 4 y sobre el
número de lugares y su emplazamiento;
b) Acceso sin restricciones a toda la información relativa al
trato de esas personas y a las condiciones de su detención;
c) Con sujeción a lo dispuesto en el párrafo 2 infra, acceso
sin restricciones a todos los lugares de detención y a sus
instalaciones y servicios;
d) Posibilidad de entrevistarse con las personas privadas de
su libertad, sin testigos, personalmente o con la asistencia
de un intérprete en caso necesario, así como con cualquier
otra persona que el Subcomité para la Prevención considere que pueda facilitar información pertinente;
e) Libertad para seleccionar los lugares que desee visitar y
las personas a las que desee entrevistar.
2. Sólo podrá objetarse a una visita a un determinado lugar
de detención por razones urgentes y apremiantes de defensa
nacional, seguridad pública, catástrofes naturales o disturbios graves en el lugar que deba visitarse, que impidan
temporalmente la realización de esta visita. El Estado Parte
no podrá hacer valer la existencia de un estado de excepción
como tal para oponerse a una visita.
Artículo 15
Ninguna autoridad o funcionario ordenará, aplicará,
permitirá o tolerará sanción alguna contra una persona u
organización por haber comunicado al Subcomité para la
Prevención o a sus miembros cualquier información, ya sea
verdadera o falsa, y ninguna de estas personas u organizaciones sufrirá perjuicios de ningún tipo por este motivo.
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
Artículo 16
1. El Subcomité para la Prevención comunicará sus recomendaciones y observaciones con carácter confidencial al
Estado Parte y, si fuera oportuno, al mecanismo nacional de
prevención.
2. El Subcomité para la Prevención publicará su informe,
juntamente con las posibles observaciones del Estado Parte
interesado, siempre que el Estado Parte le pida que lo haga. Si el
Estado Parte hace pública una parte del informe, el Subcomité
para la Prevención podrá publicar el informe en su totalidad o
en parte. Sin embargo, no podrán publicarse datos personales
sin el consentimiento expreso de la persona interesada.
3. El Subcomité para la Prevención presentará un informe
público anual sobre sus actividades al Comité contra la
Tortura.
4. Si el Estado Parte se niega a cooperar con el Subcomité para la
Prevención de conformidad con los artículos 12 y 14, o a tomar
medidas para mejorar la situación con arreglo a las recomendaciones del Subcomité para la Prevención, el Comité contra la
Tortura podrá, a instancias del Subcomité para la Prevención,
decidir por mayoría de sus miembros, después de que el Estado
Parte haya tenido oportunidad de dar a conocer sus opiniones,
hacer una declaración pública sobre la cuestión o publicar el
informe del Subcomité para la Prevención.
Parte IV
Mecanismos nacionales de prevención
Artículo 17
Cada Estado Parte mantendrá, designará o creará, a más
tardar un año después de la entrada en vigor del presente
Protocolo o de su ratificación o adhesión, uno o varios
mecanismos nacionales independientes para la prevención
de la tortura a nivel nacional. Los mecanismos establecidos
por entidades descentralizadas podrán ser designados mecanismos nacionales de prevención a los efectos del presente
Protocolo si se ajustan a sus disposiciones.
Artículo 18
1. Los Estados Partes garantizarán la independencia
funcional de los mecanismos nacionales de prevención, así
como la independencia de su personal.
2. Los Estados Partes tomarán las medidas necesarias a fin de garantizar que los expertos del mecanismo
nacional de prevención tengan las aptitudes y los conocimientos profesionales requeridos. Se tendrá igualmente
en cuenta el equilibrio de género y la adecuada representación de los grupos étnicos y minoritarios del país.
3. Los Estados Partes se comprometen a proporcionar los
recursos necesarios para el funcionamiento de los mecanismos nacionales de prevención.
4. Al establecer los mecanismos nacionales de prevención, los Estados Partes tendrán debidamente en cuenta los
Principios relativos al estatuto de las instituciones nacionales
de promoción y protección de los derechos humanos.
Artículo 19
Los mecanismos nacionales de prevención tendrán como
mínimo las siguientes facultades:
a) Examinar periódicamente el trato de las personas privadas
de su libertad en lugares de detención, según la definición
del artículo 4, con miras a fortalecer, si fuera necesario, su
protección contra la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes;
b) Hacer recomendaciones a las autoridades competentes
con objeto de mejorar el trato y las condiciones de las
personas privadas de su libertad y de prevenir la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes,
tomando en consideración las normas pertinentes de las
Naciones Unidas;
c) Hacer propuestas y observaciones acerca de la legislación
vigente o de los proyectos de ley en la materia.
Artículo 20
A fin de que los mecanismos nacionales de prevención
puedan desempeñar su mandato, los Estados Partes en el
presente Protocolo se comprometen a darles:
a) Acceso a toda la información acerca del número de personas privadas de su libertad en lugares de detención según
la definición del artículo 4 y sobre el número de lugares
de detención y su emplazamiento;
b) Acceso a toda la información relativa al trato de esas personas y a las condiciones de su detención;
c) Acceso a todos los lugares de detención y a sus instalaciones y servicios;
d) Posibilidad de entrevistarse con las personas privadas de
su libertad, sin testigos, personalmente o con la asistencia
de un intérprete en caso necesario, así como con cualquier
otra persona que el mecanismo nacional de prevención
considere que pueda facilitar información pertinente;
e) Libertad para seleccionar los lugares que deseen visitar y
las personas a las que deseen entrevistar;
f) El derecho a mantener contactos con el Subcomité para
la Prevención, enviarle información y reunirse con él.
Artículo 21
1. Ninguna autoridad o funcionario ordenará, aplicará,
permitirá o tolerará sanción alguna contra una persona u
organización por haber comunicado al mecanismo nacional
de prevención cualquier información, ya sea verdadera o
falsa, y ninguna de estas personas u organizaciones sufrirá
perjuicios de ningún tipo por este motivo.
521
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
2. La información confidencial recogida por el mecanismo
nacional de prevención tendrá carácter reservado. No
podrán publicarse datos personales sin el consentimiento
expreso de la persona interesada.
Artículo 22
Las autoridades competentes del Estado Parte interesado
examinarán las recomendaciones del mecanismo nacional
de prevención y entablarán un diálogo con este mecanismo
acerca de las posibles medidas de aplicación.
Artículo 23
Los Estados Partes en el presente Protocolo se comprometen
a publicar y difundir los informes anuales de los mecanismos
nacionales de prevención.
Parte V
Declaración
Artículo 24
1. Una vez ratificado el presente Protocolo, los Estados Partes
podrán hacer una declaración para aplazar el cumplimiento
de sus obligaciones en virtud de la parte III o de la parte IV.
2. Este aplazamiento tendrá validez por un período máximo
de tres años. Una vez que el Estado Parte haga las presentaciones del caso y previa consulta con el Subcomité para
la Prevención, el Comité contra la Tortura podrá prorrogar
este período por otros dos años.
Parte VI
Disposiciones financieras
Artículo 25
1. Los gastos que efectúe el Subcomité para la Prevención en
la aplicación del presente Protocolo serán sufragados por las
Naciones Unidas.
2. El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionará el personal y los servicios necesarios para el desempeño
eficaz de las funciones asignadas al Subcomité para la
Prevención en virtud del presente Protocolo.
Artículo 26
1. Se creará un Fondo Especial con arreglo a los procedimientos de la Asamblea General en la materia, que será
administrado de conformidad con el Reglamento Financiero
y Reglamentación Financiera Detallada de las Naciones
Unidas, para contribuir a financiar la aplicación de las recomendaciones del Subcomité para la Prevención a un Estado
Parte después de una visita, así como los programas de
educación de los mecanismos nacionales de prevención.
2. Este Fondo Especial podrá estar financiado mediante
contribuciones voluntarias de los gobiernos, organizaciones
522
intergubernamentales y no gubernamentales y otras entidades privadas o públicas.
Parte VII
Disposiciones finales
Artículo 27
1. El presente Protocolo estará abierto a la firma de todos los
Estados que hayan firmado la Convención.
2. El presente Protocolo estará sujeto a ratificación por cualquier Estado que haya ratificado la Convención o se haya
adherido a ella. Los instrumentos de ratificación serán depositados en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
3. El presente Protocolo quedará abierto a la adhesión de
todos los Estados que hayan ratificado la Convención o se
hayan adherido a ella.
4. La adhesión se efectuará mediante el depósito de un
instrumento de adhesión en poder del Secretario General de
las Naciones Unidas.
5. El Secretario General de las Naciones Unidas comunicará
a todos los Estados que hayan firmado el presente Protocolo
o se hayan adherido a él el depósito de cada uno de los
instrumentos de ratificación o adhesión.
Artículo 28
1. El presente Protocolo entrará en vigor el trigésimo día
a partir de la fecha en que haya sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o adhesión en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.
2. Para cada Estado que ratifique el presente Protocolo o
se adhiera a él después de haber sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión en poder
del Secretario General de las Naciones Unidas, el presente
Protocolo entrará en vigor el trigésimo día a partir de la
fecha en que ese Estado haya depositado su instrumento de
ratificación o de adhesión.
Artículo 29
Las disposiciones del presente Protocolo serán aplicables a
todas las partes componentes de los Estados federales, sin
limitación ni excepción alguna.
Artículo 30
No se admitirán reservas al presente Protocolo.
Artículo 31
Las disposiciones del presente Protocolo no afectarán a las
obligaciones que los Estados Partes puedan haber contraído
en virtud de una convención regional que instituya un sistema
de visitas a los lugares de detención. Se alienta al Subcomité
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
para la Prevención y a los órganos establecidos con arreglo a
esas convenciones regionales a que se consulten y cooperen
entre sí para evitar duplicaciones y promover efectivamente
los objetivos del presente Protocolo.
Artículo 32
Las disposiciones del presente Protocolo no afectarán
a las obligaciones de los Estados Partes en virtud de los
cuatro Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 y
sus Protocolos adicionales de 8 de junio de 1977 o la posibilidad abierta a cualquier Estado Parte de autorizar al
Comité Internacional de la Cruz Roja a visitar los lugares
de detención en situaciones no comprendidas en el derecho
internacional humanitario.
Artículo 33
1. Todo Estado Parte podrá denunciar el presente Protocolo
en cualquier momento mediante notificación escrita dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas, quien
informará seguidamente a los demás Estados Partes en el
presente Protocolo y la Convención. La denuncia surtirá
efecto un año después de la fecha en que la notificación haya
sido recibida por el Secretario General.
2. Esta denuncia no eximirá al Estado Parte de las obligaciones que le impone el presente Protocolo con respecto
a cualquier acción o situación ocurrida antes de la fecha
en que haya surtido efecto la denuncia o las medidas que
el Subcomité para la Prevención haya decidido o decida
adoptar en relación con el Estado Parte de que se trate, ni la
denuncia entrañará tampoco la suspensión del examen de
cualquier asunto que el Subcomité para la Prevención haya
empezado a examinar antes de la fecha en que surta efecto
la denuncia.
3. A partir de la fecha en que surta efecto la denuncia del
Estado Parte, el Subcomité para la Prevención no empezará
a examinar ninguna cuestión nueva relativa a dicho Estado.
Artículo 34
1. Todo Estado Parte en el presente Protocolo podrá proponer
enmiendas y depositarlas en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas. El Secretario General comunicará
las enmiendas propuestas a los Estados Partes en el presente
Protocolo, pidiéndoles que le notifiquen si desean que se
convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de
examinar las propuestas y someterlas a votación. Si en el plazo
de cuatro meses a partir de la fecha de la comunicación un
tercio al menos de los Estados Partes se declara a favor de la
convocación, el Secretario General convocará la conferencia
bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Toda enmienda
adoptada por una mayoría de dos tercios de los Estados
Partes presentes y votantes en la conferencia será sometida
por el Secretario General a todos los Estados Partes para su
aceptación.
2. Una enmienda adoptada de conformidad con el párrafo 1
del presente artículo entrará en vigor cuando haya sido aceptada por una mayoría de dos tercios de los Estados Partes en
el presente Protocolo, de conformidad con sus respectivos
procedimientos constitucionales.
3. Las enmiendas, cuando entren en vigor, serán obligatorias
para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que
los demás Estados Partes seguirán obligados por las disposiciones del presente Protocolo y por las enmiendas anteriores
que hayan aceptado.
Artículo 35
Se reconocerá a los miembros del Subcomité para la
Prevención y de los mecanismos nacionales de prevención
las prerrogativas e inmunidades que sean necesarias para
el ejercicio independiente de sus funciones. Se reconocerá a los miembros del Subcomité para la Prevención las
prerrogativas e inmunidades especificadas en la sección 22
de la Convención sobre Prerrogativas e Inmunidades de las
Naciones Unidas, de 13 de febrero de 1946, con sujeción a las
disposiciones de la sección 23 de dicha Convención.
Artículo 36
Durante la visita a un Estado Parte, y sin perjuicio de las
disposiciones y objetivos del presente Protocolo y de las
prerrogativas e inmunidades de que puedan gozar, los miembros del Subcomité para la Prevención deberán:
a) Observar las leyes y los reglamentos del Estado visitado;
b) Abstenerse de toda acción o actividad incompatible con
el carácter imparcial e internacional de sus funciones.
Artículo 37
1 El presente Protocolo, cuyos textos en árabe, chino,
español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos,
será depositado en poder del Secretario General de las
Naciones Unidas.
2. El Secretario General de las Naciones remitirá copias
certificadas del presente Protocolo a todos los Estados.
523
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura
Adoptada en Cartagena de Indias, Colombia, el 9 de
diciembre de 1985 en el decimoquinto período ordinario de
sesiones de la Asamblea General
consecuencia de medidas legales o inherentes a éstas,
siempre que no incluyan la realización de los actos o la aplicación de los métodos a que se refiere el presente artículo.
Los Estados americanos signatarios de la presente
Convención,
Artículo 3
Conscientes de lo dispuesto en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en el sentido de que nadie debe
ser sometido a tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes;
Reafirmando que todo acto de tortura u otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes constituyen una ofensa
a la dignidad humana y una negación de los principios
consagrados en la Carta de la Organización de los Estados
Americanos y en la Carta de las Naciones Unidas y son violatorios de los derechos humanos y libertades fundamentales
proclamados en la Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre y en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos;
Señalando que, para hacer efectivas las normas pertinentes contenidas en los instrumentos universales y
regionales aludidos, es necesario elaborar una Convención
Interamericana que prevenga y sancione la tortura;
Reiterando su propósito de consolidar en este continente las
condiciones que permitan el reconocimiento y respeto de la
dignidad inherente a la persona humana y aseguren el ejercicio pleno de sus libertades y derechos fundamentales,
Han convenido en lo siguiente:
Serán responsables del delito de tortura:
a. los empleados o funcionarios públicos que actuando en
ese carácter ordenen, instiguen, induzcan a su comisión,
lo cometan directamente o que, pudiendo impedirlo, no
lo hagan.
b. las personas que a instigación de los funcionarios o empleados públicos a que se refiere el inciso a. ordenen,
instiguen o induzcan a su comisión, lo cometan directamente o sean cómplices.
Artículo 4
El hecho de haber actuado bajo órdenes superiores no
eximirá de la responsabilidad penal correspondiente.
Artículo 5
No se invocará ni admitirá como justificación del delito de
tortura la existencia de circunstancias tales como estado de
guerra, amenaza de guerra, estado de sitio o de emergencia,
conmoción o conflicto interior, suspensión de garantías
constitucionales, la inestabilidad política interna u otras
emergencias o calamidades públicas.
Ni la peligrosidad del detenido o penado, ni la inseguridad
del establecimiento carcelario o penitenciario pueden justificar la tortura.
Artículo 1
Artículo 6
Los Estados partes se obligan a prevenir y a sancionar la
tortura en los términos de la presente Convención.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 1, los Estados
partes tomarán medidas efectivas para prevenir y sancionar
la tortura en el ámbito de su jurisdicción.
Artículo 2
Para los efectos de la presente Convención se entenderá
por tortura todo acto realizado intencionalmente por el
cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o
mentales, con fines de investigación criminal, como medio
intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin. Se entenderá
también como tortura la aplicación sobre una persona de
métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o
a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen
dolor físico o angustia psíquica.
No estarán comprendidos en el concepto de tortura las
penas o sufrimientos físicos o mentales que sean únicamente
Los Estados partes se asegurarán de que todos los actos de
tortura y los intentos de cometer tales actos constituyan
delitos conforme a su derecho penal, estableciendo para castigarlos sanciones severas que tengan en cuenta su gravedad.
Igualmente, los Estados partes tomarán medidas efectivas para prevenir y sancionar, además, otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes en el ámbito de su
jurisdicción.
Artículo 7
Los Estados partes tomarán medidas para que, en el adiestramiento de agentes de la policía y de otros funcionarios
525
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
públicos responsables de la custodia de las personas privadas
de su libertad, provisional o definitivamente, en los interrogatorios, detenciones o arrestos, se ponga especial énfasis en
la prohibición del empleo de la tortura.
Igualmente, los Estados partes tomarán medidas similares para evitar otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
Artículo 8
Los Estados partes garantizarán a toda persona que denuncie
haber sido sometida a tortura en el ámbito de su jurisdicción
el derecho a que el caso sea examinado imparcialmente.
Asimismo, cuando exista denuncia o razón fundada para
creer que se ha cometido un acto de tortura en el ámbito
de su jurisdicción, los Estados partes garantizarán que sus
respectivas autoridades procederán de oficio y de inmediato
a realizar una investigación sobre el caso y a iniciar, cuando
corresponda, el respectivo proceso penal.
Una vez agotado el ordenamiento jurídico interno del
respectivo Estado y los recursos que éste prevé, el caso podrá
ser sometido a instancias internacionales cuya competencia
haya sido aceptada por ese Estado.
Artículo 9
Los Estados partes se comprometen a incorporar en sus
legislaciones nacionales normas que garanticen una compensación adecuada para las víctimas del delito de tortura.
Nada de lo dispuesto en este artículo afectará el derecho que
puedan tener la víctima u otras personas de recibir compensación en virtud de legislación nacional existente.
Artículo 10
Ninguna declaración que se compruebe haber sido obtenida
mediante tortura podrá ser admitida como medio de prueba
en un proceso, salvo en el que se siga contra la persona o
personas acusadas de haberla obtenido mediante actos de
tortura y únicamente como prueba de que por ese medio el
acusado obtuvo tal declaración.
Artículo 11
Los Estados partes tomarán las providencias necesarias para
conceder la extradición de toda persona acusada de haber
cometido el delito de tortura o condenada por la comisión de
ese delito, de conformidad con sus respectivas legislaciones
nacionales sobre extradición y sus obligaciones internacionales en esta materia.
Artículo 12
Todo Estado parte tomará las medidas necesarias para establecer su jurisdicción sobre el delito descrito en la presente
Convención en los siguientes casos:
526
a. cuando la tortura haya sido cometida en el ámbito de su
jurisdicción;
b. cuando el presunto delincuente tenga su nacionalidad; o
c. cuando la víctima sea nacional de ese Estado y éste lo
considere apropiado.
Todo Estado parte tomará, además, las medidas necesarias para establecer su jurisdicción sobre el delito descrito
en la presente Convención cuando el presunto delincuente
se encuentre en el ámbito de su jurisdicción y no proceda a
extraditarlo de conformidad con el artículo 11.
La presente Convención no excluye la jurisdicción penal
ejercida de conformidad con el derecho interno.
Artículo 13
El delito a que se hace referencia en el artículo 2 se considerará incluido entre los delitos que dan lugar a extradición en
todo tratado de extradición celebrado entre Estados partes.
Los Estados partes se comprometen a incluir el delito de
tortura como caso de extradición en todo tratado de extradición que celebren entre sí en el futuro.
Todo Estado parte que subordine la extradición a la existencia de un tratado podrá, si recibe de otro Estado parte
con el que no tiene tratado una solicitud de extradición,
considerar la presente Convención como la base jurídica
necesaria para la extradición referente al delito de tortura.
La extradición estará sujeta a las demás condiciones exigibles por el derecho del Estado requerido.
Los Estados partes que no subordinen la extradición a la
existencia de un tratado reconocerán dichos delitos como
casos de extradición entre ellos, a reserva de las condiciones
exigidas por el derecho del Estado requerido.
No se concederá la extradición ni se procederá a la devolución de la persona requerida cuando haya presunción
fundada de que corre peligro su vida, de que será sometido a tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes o de
que será juzgada por tribunales de excepción o ad hoc en el
Estado requirente.
Artículo 14
Cuando un Estado parte no conceda la extradición, someterá el caso a sus autoridades competentes como si el delito
se hubiera cometido en el ámbito de su jurisdicción, para
efectos de investigación y, cuando corresponda, de proceso
penal, de conformidad con su legislación nacional. La decisión que adopten dichas autoridades será comunicada al
Estado que haya solicitado la extradición.
Artículo 15
Nada de lo dispuesto en la presente Convención podrá ser
interpretado como limitación del derecho de asilo, cuando
proceda, ni como modificación a las obligaciones de los
Estados partes en materia de extradición.
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura
Artículo 16
La presente Convención deja a salvo lo dispuesto por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, por
otras convenciones sobre la materia y por el Estatuto de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto
del delito de tortura.
Artículo 17
Los Estados partes se comprometen a informar a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos acerca de las medidas
legislativas, judiciales, administrativas y de otro orden que
hayan adoptado en aplicación de la presente Convención.
De conformidad con sus atribuciones, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos procurará analizar, en
su informe anual, la situación que prevalezca en los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos en
lo que respecta a la prevención y supresión de la tortura.
Artículo 18
La presente Convención está abierta a la firma de los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos.
Artículo 19
La presente Convención está sujeta a ratificación. Los
instrumentos de ratificación se depositarán en la Secretaría
General de la Organización de los Estados Americanos.
Artículo 20
La presente Convención queda abierta a la adhesión de cualquier otro Estado americano. Los instrumentos de adhesión
se depositarán en la Secretaría General de la Organización
de los Estados Americanos.
Artículo 21
Los Estados partes podrán formular reservas a la presente
Convención al momento de aprobarla, firmarla, ratificarla
o adherir a ella, siempre que no sean incompatibles con el
objeto y propósito de la Convención y versen sobre una o
más disposiciones específicas.
Artículo 22
La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a
partir de la fecha en que haya sido depositado el segundo
instrumento de ratificación. Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después de haber
sido depositado el segundo instrumento de ratificación, la
Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la
fecha en que tal Estado haya depositado su instrumento de
ratificación o adhesión.
Artículo 23
La presente Convención regirá indefinidamente, pero
cualquiera de los Estados partes podrá denunciarla. El
instrumento de denuncia será depositado en la Secretaría
General de la Organización de los Estados Americanos.
Transcurrido un año, contado a partir de la fecha de depósito del instrumento de denuncia, la Convención cesará en
sus efectos para el Estado denunciante y permanecerá en
vigor para los demás Estados partes.
Artículo 24
El instrumento original de la presente Convención, cuyos
textos en español, francés, inglés y portugués son igualmente
auténticos, será depositado en la Secretaría General de la
Organización de los Estados Americanos, la que enviará
copia certificada de su texto para su registro y publicación a
la Secretaría de las Naciones Unidas, de conformidad con el
artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas. La Secretaría
General de la Organización de los Estados Americanos notificará a los Estados miembros de dicha Organización y a los
Estados que se hayan adherido a la Convención, las firmas,
los depósitos de instrumentos de ratificación, adhesión y
denuncia, así como las reservas que hubiere.
527
Conjunto de Principios para la protección de todas las personas
sometidas a cualquier forma de detención o prisión
Adoptado por la Asamblea General en su resolución 43/173,
de 9 de diciembre de 1988
ordenadas por un juez u otra autoridad, o quedar sujetas a la
fiscalización efectiva de un juez u otra autoridad.
Ambito de aplicacion del Conjunto de Principios
Principio 5
Los presentes principios tienen por objetivo la protección de
todas las personas sometidas a cualquier forma de detención
o prisión.
1. Los presentes principios se aplicarán a todas las personas
en el territorio de un Estado, sin distinción alguna de raza,
color, sexo, idioma, religión o creencia religiosa, opinión
política o de otra índole, origen nacional, étnico o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Uso de los terminos
Para los fines del Conjunto de Principios:
a) Por “arresto” se entiende el acto de aprehender a una
persona con motivo de la supuesta comisión de un delito o
por acto de autoridad; b) Por “persona detenida” se entiende
toda persona privada de la libertad personal, salvo cuando
ello haya resultado de una condena por razón de un delito;
c) Por “persona presa” se entiende toda persona privada de la
libertad personal como resultado de la condena por razón de
un delito; d) Por “detención” se entiende la condición de las
personas detenidas tal como se define supra; e) Por “prisión”
se entiende la condición de las personas presas tal como se
define supra; f) Por “un juez u otra autoridad” se entiende una
autoridad judicial u otra autoridad establecida por ley cuya
condición y mandato ofrezcan las mayores garantías posibles
de competencia, imparcialidad e independencia.
2. Las medidas que se apliquen con arreglo a la ley y que
tiendan a proteger exclusivamente los derechos y la condición especial de la mujer, en particular de las mujeres
embarazadas y las madres lactantes, los niños y los jóvenes,
las personas de edad, los enfermos o los impedidos, no se
considerarán discriminatorias. La necesidad y la aplicacion
de tales medidas estarán siempre sujetas a revisión por un
juez u otra autoridad.
Principio 6
Ninguna persona sometida a cualquier forma de detención
o prisión será sometida a tortura o a tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes. No podrá invocarse circunstancia
alguna como justificación de la tortura o de otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes.
Principio 1
Principio 7
Toda persona sometida a cualquier forma de detención o
prisión será tratada humanamente y con el respeto debido a
la dignidad inherente al ser humano.
1. Los Estados deberán prohibir por ley todo acto contrario a los
derechos y deberes que se enuncian en los presentes principios,
someter todos esos actos a las sanciones procedentes y realizar
investigaciones imparciales de las denuncias al respecto.
Principio 2
El arresto, la detención o la prisión sólo se llevarán a cabo en
estricto cumplimiento de la ley y por funcionarios competentes o personas autorizadas para ese fin.
Principio 3
No se restringirá o menoscabará ninguno de los derechos
humanos de las personas sometidas a cualquier forma de
detención o prisión reconocidos o vigentes en un Estado en
virtud de leyes, convenciones, reglamentos o costumbres so
pretexto de que el presente Conjunto de Principios no reconoce esos derechos o los reconoce en menor grado.
Principio 4
Toda forma de detención o prisión y todas las medidas
que afectan a los derechos humano de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión deberán ser
2. Los funcionarios que tengan razones para creer que se ha
producido o está por producirse una violación del presente
Conjunto de Principios comunicarán la cuestión a sus superiores
y, cuando sea necesario, a las autoridades u órganos competentes que tengan atribuciones fiscalizadoras o correctivas.
3. Toda otra persona que tenga motivos para creer que se ha
producido o está por producirse una violación del presente
Conjunto de Principios tendrá derecho a comunicar el
asunto a los superiores de los funcionarios involucrados, así
como a otras autoridades u órganos competentes que tengan
atribuciones fiscalizadoras o correctivas.
Principio 8
Las personas detenidas recibirán un trato apropiado a su
condición de personas que no han sido condenadas. En
consecuencia, siempre que sea posible se las mantendrá
separadas de las personas presas.
529
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
Principio 9
Las autoridades que arresten a una persona, la mantengan
detenida o investiguen el caso sólo podrán ejercer las atribuciones que les confiera la ley, y el ejercicio de esas atribuciones
estará sujeto a recurso ante un juez u otra autoridad.
Principio 10
Toda persona arrestada será informada en el momento de su
arresto de la razón por la que se procede a él y notificada sin
demora de la acusación formulada contra ella.
Principio 11
1. Nadie será mantenido en detención sin tener la posibilidad
real de ser oído sin demora por un juez u otra autoridad.
La persona detenida tendrá el derecho de defenderse por sí
misma o ser asistida por un abogado según prescriba la ley.
2. Toda persona detenida y su abogado, si lo tiene, recibirán
una comunicación inmediata y completa de la orden de
detención, junto con las razones en que se funde.
3. Se facultará a un juez o a otra autoridad para considerar la
prolongación de la detención según corresponda.
Principio 12
1. Se harán constar debidamente:
a) Las razones del arresto; b) La hora del arresto de la persona
y la hora de su traslado al lugar de custodia, así como la hora
de su primera comparecencia ante el juez u otra autoridad;
c) La identidad de los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley que hayan intervenido; d) Información precisa
acerca del lugar de custodia.
2. La constancia de esas actuaciones será puesta en conocimiento de la persona detenida o de su abogado, si lo tiene, en
la forma prescrita por la ley.
Principio 13
Las autoridades responsables del arresto, detención o prisión
de una persona deberán suministrarle, en el momento del
arresto y al comienzo del período de detención o de prisión
o poco después, información y una explicación sobre sus
derechos, así como sobre la manera de ejercerlos.
el párrafo 1 del principio 12 y el principio 13 y a contar con la
asistencia, gratuita si fuese necesario, de un intérprete en las
actuaciones judiciales posteriores a su arresto.
Principio 15
A reserva de las excepciones consignadas en el párrafo 4 del
principio 16 y el párrafo 3 del principio 18, no se mantendrá
a la persona presa o detenida incomunicada del mundo exterior, en particular de su familia o su abogado, por más de
algunos días.
Principio 16
1. Prontamente después de su arresto y después de cada traslado de un lugar de detención o prisión a otro, la persona
detenida o presa tendrá derecho a notificar, o a pedir que la
autoridad competente notifique, a su familia o a otras personas
idóneas que él designe, su arresto, detención o prisión o su
traslado y el lugar en que se encuentra bajo custodia.
2. Si se trata de un extranjero, la persona detenida o presa
será también informada prontamente de su derecho a
ponerse en comunicación por los medios adecuados con
una oficina consular o la misión diplomática del Estado
del que sea nacional o de aquel al que, por otras razones,
competa recibir esa comunicación, de conformidad con el
derecho internacional o con el representante de la organización internacional competente, si se trata de un refugiado o
se halla bajo la protección de una organización intergubernamental por algún otro motivo.
3. Si la persona detenida o presa es un menor o una persona
incapaz de entender cuáles son sus derechos, la autoridad
competente se encargará por iniciativa propia de efectuar
la notificación a que se hace referencia en este principio.
Se velará en especial porque los padres o tutores sean
notificados.
4. La autoridad competente hará o permitirá que se hagan
sin demora las notificaciones a que se hace referencia en el
presente principio. Sin embargo, la autoridad competente
podrá retrasar una notificación por un período razonable en
los casos en que las necesidades excepcionales de la investigación así lo requieran.
Principio 17
Principio 14
1. Las personas detenidas tendrán derecho a asistencia de
un abogado. La autoridad competente les informará de ese
derecho prontamente después de su arresto y les facilitará
medios adecuados para ejercerlo.
Toda persona que no comprenda o no hable adecuadamente el
idioma empleado por las autoridades responsables del arresto,
detención o prisión tendrá derecho a que se le comunique
sin demora, en un idioma que comprenda, la información
mencionada en el principio 10, el párrafo 2 del principio 11,
2. La persona detenida que no disponga de asistencia de un
abogado de su elección tendrá derecho a que un juez u otra
autoridad le designe un abogado en todos los casos en que el
interés de la justicia así lo requiera y sin costo para él si careciere de medios suficientes para pagarlo.
530
Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión
Principio 18
Principio 23
1. Toda persona detenida o presa tendrá derecho a comunicarse con su abogado y a consultarlo.
1. La duración de todo interrogatorio a que se someta a una
persona detenida o presa y la de los intervalos entre los interrogatorios, así como la identidad de los funcionarios que
los hayan practicado y la de las demás personas presentes,
serán consignadas en registros y certificadas en la forma
prescrita por ley.
2. Se darán a la persona detenida o presa tiempo y medios
adecuados para consultar con su abogado.
3. El derecho de la persona detenida o presa a ser visitada por
su abogado y a consultarlo y comunicarse con él, sin demora
y sin censura, y en régimen de absoluta confidencialidad,
no podrá suspenderse ni restringirse, salvo en circunstancias excepcionales que serán determinadas por la ley o los
reglamentos dictados conforme a derecho, cuando un juez u
otra autoridad lo considere indispensable para mantener la
seguridad y el orden.
4. Las entrevistas entre la persona detenida o presa y su
abogado podrán celebrarse a la vista de un funcionario
encargado de hacer cumplir la ley, pero éste no podrá
hallarse a distancia que le permita oir la conversación.
5. Las comunicaciones entre una persona detenida o presa
y su abogado mencionadas en el presente principio no
se podrán admitir como prueba en contra de la persona
detenida o presa a menos que se relacionen con un delito
continuo o que se proyecte cometer.
Principio 19
Toda persona detenida o presa tendrá el derecho de ser
visitada, en particular por sus familiares, y de tener correspondencia con ellos y tendrá oportunidad adecuada de
comunicarse con el mundo exterior, con sujeción a las
condiciones y restricciones razonables determinadas por ley
o reglamentos dictados conforme a derecho.
Principio 20
Si lo solicita la persona detenida o presa, será mantenida en
lo posible en un lugar de detención o prisión situado a una
distancia razonable de su lugar de residencia habitual.
Principio 21
1. Estará prohibido abusar de la situación de una persona
detenida o presa para obligarla a confesar o declarar contra
sí misma o contra cualquier otra persona.
2. Ninguna persona detenida será sometida, durante su interrogatorio, a violencia, amenazas o cualquier otro método
de interrogación que menoscabe su capacidad de decisión
o su juicio.
Principio 22
Ninguna persona detenida o presa será sometida, ni siquiera
con su consentimiento, a experimentos médicos o científicos
que puedan ser perjudiciales para su salud.
2. La persona detenida o presa, o su abogado, cuando lo
disponga la ley, tendrá acceso a la información descrita en el
párrafo 1 del presente principio.
Principio 24
Se ofrecerá a toda persona detenida o presa un examen
médico apropiado con la menor dilación posible después
de su ingreso en el lugar de detención o prisión y, posteriormente, esas personas recibirán atención y tratamiento
médico cada vez que sea necesario. Esa atención y ese tratamiento serán gratuitos.
Principio 25
La persona detenida o presa o su abogado, con sujeción
únicamente a condiciones razonables que garanticen la
seguridad y el orden en el lugar de detención o prisión,
tendrá derecho a solicitar autorización de un juez u otra
autoridad para un segundo examen médico o una segunda
opinión médica.
Principio 26
Quedará debida constancia en registros del hecho de que
una persona detenida o presa ha sido sometida a un examen
médico, del nombre del médico y de los resultados de dicho
examen. Se garantizará el acceso a esos registros. Las modalidades a tal efecto serán conformes a las normas pertinentes
del derecho interno.
Principio 27
La inobservancia de los presentes principios en la obtención
de las pruebas se tendrá en cuenta al determinar la admisibilidad de tales pruebas contra una persona detenida o presa.
Principio 28
La persona detenida o presa tendrá derecho a obtener, dentro
de los límites de los recursos disponibles si se trata de fuentes
públicas, cantidades razonables de materiales educacionales,
culturales y de información, con sujeción a condiciones
razonables que garanticen la seguridad y el orden en el lugar
de detención o prisión.
Principio 29
1. A fin de velar por la estricta observancia de las leyes y
reglamentos pertinentes, los lugares de detención serán
531
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
visitados regularmente por personas calificadas y experimentadas nombradas por una autoridad competente
distinta de la autoridad directamente encargada de la administración del lugar de detención o prisión, y dependientes
de esa autoridad.
2. La persona detenida o presa tendrá derecho a comunicarse
libremente y en régimen de absoluta confidencialidad con
las personas que visiten los lugares de detención o prisión
de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 1 del presente
principio, con sujeción a condiciones razonables que garanticen la seguridad y el orden en tales lugares.
Principio 30
1. Los tipos de conducta de la persona detenida o presa que
constituyan infracciones disciplinarias durante la detención
o la prisión, la descripción y duración de las sanciones disciplinarias que puedan aplicarse y las autoridades competentes
para aplicar dichas sanciones se determinarán por ley o por
reglamentos dictados conforme a derecho y debidamente
publicados.
2. La persona detenida o presa tendrá derecho a ser oída
antes de que se tomen medidas disciplinarias. Tendrá
derecho a someter tales medidas a autoridades superiores
para su examen.
fiscalizadoras o correctivas una petición o un recurso por el
trato de que haya sido objeto, en particular en caso de tortura
u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
2. Los derechos que confiere el párrafo 1 del presente principio, podrán ser ejercidos por un familiar de la persona
presa o detenida o por otra persona que tenga conocimiento
del caso cuando ni la persona presa o detenida ni su abogado
tengan posibilidades de ejercerlos.
3. La petición o recurso serán confidenciales si así lo pidiere
el recurrente.
4. Toda petición o recurso serán examinados sin dilación y
contestados sin demora injustificada. Si la petición o recurso
fueren rechazados o hubiere un retraso excesivo, el recurrente tendrá derecho a presentar una petición o recurso ante
un juez u otra autoridad. Ni las personas detenidas o presas
ni los recurrentes sufrirán perjuicios por haber presentado
una petición o recurso de conformidad con el párrafo 1 del
presente principio.
Principio 34
Las autoridades competentes procurarán asegurar, de
conformidad con el derecho interno y cuando se necesite, la
asistencia a los familiares de las personas detenidas o presas
que estén a cargo de éstas, y en particular a los menores, y
velarán especialmente por la tutela de los niños que hayan
quedado privados de supervisión.
Si una persona detenida o presa muere o desaparece durante
su detención o prisión, un juez u otra autoridad, de oficio o
a instancias de un miembro de la familia de esa persona o de
alguna persona que tenga conocimiento del caso, investigará
la causa de la muerte o desaparición. Cuando las circunstancias lo justifiquen, se llevará a cabo una investigación
iniciada de la misma manera cuando la muerte o desaparición ocurra poco después de terminada la detención o
prisión. Las conclusiones de esa investigación o el informe
correspondiente serán puestos a disposición de quien lo solicite, a menos que con ello se obstaculice la instrucción de
una causa penal en curso.
Principio 32
Principio 35
1. La persona detenida o su abogado tendrá derecho a
interponer en cualquier momento una acción, con arreglo
al derecho interno, ante un juez u otra autoridad a fin de
impugnar la legalidad de su detención y, si ésta no fuese
legal, obtener su inmediata liberación.
1. Los daños causados por actos u omisiones de un funcionario público que sean contrarios a los derechos previstos
en los presentes principios serán indemnizados de conformidad con las normas del derecho interno aplicables en
materia de responsabilidad.
2. El procedimiento previsto en el párrafo 1 del presente
principio, será sencillo y expedito y no entrañará costo
alguno para el detenido, si éste careciere de medios suficientes. La autoridad que haya procedido a la detención
llevará sin demora injustificada al detenido ante la autoridad
encargada del examen del caso.
2. La información de la que se deba dejar constancia en
registros a efectos de los presentes principios estará disponible, de conformidad con los procedimientos previstos
en el derecho interno, para ser utilizada cuando se reclame
indemnización con arreglo al presente principio.
Principio 31
Principio 33
1. La persona detenida o presa o su abogado tendrá derecho a
presentar a las autoridades encargadas de la administración del
lugar de detención y a las autoridades superiores y, de ser necesario, a las autoridades competentes que tengan atribuciones
532
Principio 36
1. Se presumirá la inocencia de toda persona sospechosa o
acusada de un delito y se la tratará como tal mientras no
haya sido probada su culpabilidad conforme al derecho en
un juicio público en el que haya gozado de todas las garantías necesarias para su defensa.
Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión
2. Sólo se procederá al arresto o detención de esa persona en
espera de la instrucción y el juicio cuando lo requieran las
necesidades de la administración de justicia por motivos y
según condiciones y procedimientos determinados por ley.
Estará prohibido imponer a esa persona restricciones que no
estén estrictamente justificadas para los fines de la detención
o para evitar que se entorpezca el proceso de instrucción o
la administración de justicia, o para el mantenimiento de la
seguridad y el orden en el lugar de detención.
Principio 37
Toda persona detenida a causa de una infracción penal será
llevada sin demora tras su detención ante un juez u otra
autoridad determinada por ley. Esa autoridad decidirá sin
dilación si la detención es lícita y necesaria. Nadie podrá
ser mantenido en detención en espera de la instrucción o
el juicio salvo en virtud de orden escrita de dicha autoridad.
Toda persona detenida, al comparecer ante esa autoridad,
tendrá derecho a hacer una declaración acerca del trato que
haya recibido durante su detención.
Principio 38
La persona detenida a causa de una infracción penal tendrá
derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o puesta
en libertad en espera de juicio.
Principio 39
Excepto en casos especiales indicados por ley, toda persona
detenida a causa de una infracción penal tendrá derecho, a
menos que un juez u otra autoridad decida lo contrario en
interés de la administración de justicia, a la libertad en espera
de juicio con sujeción a las condiciones que se impongan
conforme a derecho. Esa autoridad mantendrá en examen la
necesidad de la detención.
Cláusula general
Ninguna de las disposiciones del presente Conjunto de
Principios se entenderá en el sentido de que restrinja o
derogue ninguno de los derechos definidos en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
533
Principios relativos a la investigación y documentación
eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes
Adoptados por la Asamblea General en su resolución
55/89 Anexo, de 4 de diciembre de 2000
recto sobre los reclamantes, los testigos y sus familias, así
como sobre quienes practiquen las investigaciones.
1. Entre los objetivos de la investigación y documentación
eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (en lo sucesivo “torturas u otros malos
tratos”) se encuentran los siguientes:
a) Aclarar los hechos y establecer y reconocer la responsabilidad de las personas o los Estados ante las víctimas y sus
familias;
b) Determinar las medidas necesarias para impedir que se
repitan estos actos;
c) Facilitar el procesamiento y, cuando convenga, el castigo
mediante sanciones disciplinarias de las personas cuya
responsabilidad se haya determinado en la investigación,
y demostrar la necesidad de que el Estado ofrezca plena
reparación, incluida una indemnización financiera justa
y adecuada, así como los medios para obtener atención
médica y rehabilitación.
4. Las presuntas víctimas de torturas o malos tratos y sus
representantes legales serán informados de las audiencias
que se celebren, a las que tendrán acceso, así como a toda la
información pertinente a la investigación, y tendrán derecho
a presentar otras pruebas.
5. a)En los casos en que los procedimientos de investigación
establecidos resulten insuficientes debido a la falta de competencia técnica o a una posible falta de imparcialidad o a
indicios de existencia de una conducta habitual abusiva, o
por otras razones fundadas, los Estados velarán por que las
investigaciones se lleven a cabo por conducto de una comisión independiente o por otro procedimiento análogo.
Los miembros de esa comisión serán elegidos en función
de su acreditada imparcialidad, competencia e independencia personal. En particular, deberán ser independientes
de cualquier presunto culpable y de las instituciones u
organismos a que pertenezca. La comisión estará facultada para obtener toda la información necesaria para la
investigación que llevará a cabo conforme a lo establecido
en estos Principios 10 /.
b) Se redactará, en un plazo razonable, un informe en el que
se expondrán el alcance de la investigación, los procedimientos y métodos utilizados para evaluar las pruebas,
así como conclusiones y recomendaciones basadas en los
hechos determinados y en la legislación aplicable. El informe se publicará de inmediato. En él se detallarán también
los hechos concretos establecidos por la investigación, así
como las pruebas en que se basen las conclusiones, y se
enumerarán los nombres de los testigos que hayan prestado declaración, a excepción de aquellos cuya identidad
no se haga pública para protegerlos. El Estado responderá
en un plazo razonable al informe de la investigación y,
cuando proceda, indicará las medidas que se adoptarán a
consecuencia de ella.
6. a) Los peritos médicos que participen en la investigación
de torturas o malos tratos se conducirán en todo momento
conforme a las normas éticas más estrictas y, en particular,
obtendrán el libre consentimiento de la persona antes de
examinarla. El reconocimiento deberá respetar las normas establecidas por la práctica médica. Concretamente,
se llevará a cabo en privado bajo control de los peritos
médicos y nunca en presencia de agentes de seguridad u
otros funcionarios del gobierno.
b) El perito médico redactará lo antes posible un informe
fiel, que deberá incluir al menos los siguientes elementos:
i) Las circunstancias de la entrevista: el nombre
del sujeto y la filiación de todos los presentes en
el examen; la fecha y hora exactas; la situación,
2. Los Estados velarán por que se investiguen con prontitud y
efectividad las quejas o denuncias de torturas o malos tratos.
Incluso cuando no exista denuncia expresa, deberá iniciarse
una investigación si existen otros indicios de que puede
haberse cometido un acto de tortura o malos tratos. Los investigadores, que serán independientes de los presuntos autores
y del organismo al que éstos pertenezcan, serán competentes
e imparciales. Tendrán autoridad para encomendar investigaciones a expertos imparciales, médicos o de otro tipo, y
podrán acceder a sus resultados. Los métodos utilizados para
llevar a cabo estas investigaciones tendrán el máximo nivel
profesional y sus conclusiones se harán públicas.
3. a)La autoridad investigadora tendrá poderes para obtener toda la información necesaria para la investigación y
estará obligada a hacerlo . Quienes realicen dicha investigación dispondrán de todos los recursos presupuestarios
y técnicos necesarios para hacerlo en forma eficaz, y tendrán también facultades para obligar a los funcionarios
presuntamente implicados en torturas o malos tratos a
comparecer y prestar testimonio. Lo mismo regirá para
los testigos. A tal fin, la autoridad investigadora podrá
citar a testigos, incluso a los funcionarios presuntamente
implicados, y ordenar la presentación de pruebas.
b) Las presuntas víctimas de torturas o malos tratos, los
testigos y quienes realicen la investigación, así como sus
familias, serán protegidos de actos o amenazas de violencia
o de cualquier otra forma de intimidación que pueda surgir
de resultas de la investigación. Los presuntos implicados
en torturas o malos tratos serán apartados de todos los
puestos que entrañen un control o poder directo o indi-
535
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
carácter y domicilio de la institución (incluida la
habitación, cuando sea necesario) donde se realizó
el examen (por ejemplo, centro de detención,
clínica, casa, etc.); las circunstancias del sujeto en
el momento del examen (por ejemplo, cualquier
coacción de que haya sido objeto a su llegada o
durante el examen, la presencia de fuerzas de
seguridad durante el examen, la conducta de las
personas que acompañaban al preso o posibles
amenazas proferidas contra la persona que realizó
el examen); y cualquier otro factor pertinente;
ii) Historial: exposición detallada de los hechos relatados
por el sujeto durante la entrevista, incluidos los
presuntos métodos de tortura o malos tratos, el
momento en que se produjeron los actos de tortura o
malos tratos y cualquier síntoma físico o psicológico
que afirme padecer el sujeto;
iii) Examen físico y psicológico: descripción de todos
los resultados obtenidos tras el examen clínico físico
y psicológico, incluidas las pruebas de diagnóstico
correspondientes y, cuando sea posible, fotografías
en color de todas las lesiones;
iv) Opinión: interpretación de la relación que exista
entre los síntomas físicos y psicológicos y las
posibles torturas o malos tratos. Tratamiento
médico y psicológico recomendado o necesidad de
exámenes posteriores;
v) Autoría: el informe deberá ir firmado y en él se
identificará claramente a las personas que llevaron
a cabo el examen;
c) El informe tendrá carácter confidencial y se comunicará su
contenido al sujeto o a la persona que éste designe como
su representante. Se recabará la opinión del sujeto y de su
representante sobre el proceso de examen, que quedará
registrada en el informe. El informe también se remitirá
por escrito, cuando proceda, a la autoridad encargada de
investigar los presuntos actos de tortura o malos tratos. Es
responsabilidad del Estado velar por que el informe llegue
a sus destinatarios. Ninguna otra persona tendrá acceso a
él sin el consentimiento del sujeto o la autorización de un
tribunal competente.
10 / En ciertas circunstancias, la ética profesional puede exigir que la información tenga carácter confidencial, lo cual debe
respetarse.
536
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las
personas privadas de libertad en Las Américas
Adoptados por la Comisión durante el 131º período ordinario de sesiones celebrado del 3 a 14 de marzo de 2008
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a
instancia de su Relatoría sobre los Derechos de las Personas
Privadas de Libertad,
CONSIDERANDO el valor de la dignidad humana y de los
derechos y libertades fundamentales, reconocidos por el
sistema interamericano y por los demás sistemas de protección internacional de los derechos humanos;
RECONOCIENDO el derecho fundamental que tienen
todas las personas privadas de libertad a ser tratadas humanamente, y a que se respete y garantice su dignidad, su vida
y su integridad física, psicológica y moral;
DESTACANDO la importancia que tiene el debido proceso
legal y sus principios y garantías fundamentales en la efectiva protección de los derechos de las personas privadas de
libertad, dada su particular situación de vulnerabilidad;
TENIENDO PRESENTE que las penas privativas de libertad
tendrán como finalidad esencial la reforma, la readaptación
social y la rehabilitación personal de los condenados; la resocialización y reintegración familiar; así como la protección
de las víctimas y de la sociedad;
RECORDANDO que los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos se han comprometido a respetar y garantizar los derechos de todas las personas
privadas de libertad sometidas a su jurisdicción;
TENIENDO DEBIDAMENTE EN CUENTA los principios y las disposiciones contenidos en los siguientes
instrumentos internacionales: Convención Americana
sobre Derechos Humanos; Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura; Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas; Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer; Convención Interamericana para la Eliminación
de todas las formas de Discriminación contra las Personas
con Discapacidad; Declaración Americana de Derechos
y Deberes del Hombre; Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, y su Protocolo Opcional; Convención sobre
los Derechos del Niño; Convención sobre la Eliminación
de todas las formas de Discriminación contra la Mujer;
Convención Internacional para la Protección de todas las
Personas contra las Desapariciones Forzadas; Convención
Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos
los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares; Convención
sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación
Racial; Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad; Convención sobre el Estatuto de los
Refugiados; Convenio Número 169 sobre Pueblos Indígenas
y Tribales en Países Independientes; Convenios de Ginebra
de 12 de agosto de 1949, y sus Protocolos Adicionales
de 1977; Declaración Universal de Derechos Humanos;
Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia
para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder; Principios
Básicos para el Tratamiento de los Reclusos; Conjunto de
Principios para la Protección de todas las Personas sometidas a cualquier forma de Detención o Prisión; Principios
para la Protección de los Enfermos Mentales y el mejoramiento de la atención de la Salud Mental; Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos; Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de
Menores (Reglas de Beijing); Reglas de las Naciones Unidas
para la Protección de los Menores Privados de Libertad;
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas
no Privativas de Libertad (Reglas de Tokio); y en otros
instrumentos internacionales sobre derechos humanos aplicables en las Américas;
REAFIRMANDO las decisiones y jurisprudencia del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos;
OBSERVANDO CON PREOCUPACIÓN la crítica situación
de violencia, hacinamiento y la falta de condiciones dignas
de vida en distintos lugares de privación de libertad en las
Américas; así como la particular situación de vulnerabilidad
de las personas con discapacidad mental privadas de libertad
en hospitales psiquiátricos y en instituciones penitenciarias;
y la situación de grave riesgo en que se encuentran los niños
y niñas, las mujeres, y los adultos mayores recluidas en otras
instituciones públicas y privadas, los migrantes, solicitantes
de asilo o de refugio, apátridas y personas indocumentadas, y las personas privadas de libertad en el marco de los
conflictos armados;
CON EL OBJETIVO de aportar al proceso de preparación de
una Declaración Interamericana sobre los derechos, deberes
y la atención de las personas sometidas a cualquier forma de
detención y reclusión por el Consejo Permanente, en seguimiento a la Resolución AG/RES 2283 (XXXVII‐0/07);
537
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
ADOPTA los siguientes PRINCIPIOS Y BUENAS
PRÁCTICAS SOBRE LA PROTECCIÓN DE LAS
PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN LAS
AMÉRICAS (OEA/Ser/L/V/II.131 doc. 26)
PRINCIPIOS Y BUENAS PRÁCTICAS SOBRE LA
PROTECCIÓN DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE
LIBERTAD EN LAS AMÉRICAS
Disposición general
A los efectos del presente documento, se entiende por
“privación de libertad”:
“Cualquier forma de detención, encarcelamiento, institucionalización, o custodia de una persona, por razones de
asistencia humanitaria, tratamiento, tutela, protección, o
por delitos e infracciones a la ley, ordenada por o bajo el
control de facto de una autoridad judicial o administrativa o
cualquier otra autoridad, ya sea en una institución pública o
privada, en la cual no pueda disponer de su libertad ambulatoria. Se entiende entre esta categoría de personas, no sólo
a las personas privadas de libertad por delitos o por infracciones e incumplimientos a la ley, ya sean éstas procesadas
o condenadas, sino también a las personas que están bajo la
custodia y la responsabilidad de ciertas instituciones, tales
como: hospitales psiquiátricos y otros establecimientos para
personas con discapacidades físicas, mentales o sensoriales;
instituciones para niños, niñas y adultos mayores; centros
para migrantes, refugiados, solicitantes de asilo o refugio,
apátridas e indocumentados; y cualquier otra institución
similar destinada a la privación de libertad de personas”.
Dada la amplitud del anterior concepto, los siguientes principios y buenas prácticas se podrán invocar y aplicar, según
cada caso, dependiendo de si se trata de personas privadas
de libertad por motivos relacionados con la comisión de
delitos o infracciones a la ley, o por razones humanitarias y
de protección.
PRINCIPIOS GENERALES
Principio I
Trato humano
Toda persona privada de libertad que esté sujeta a la jurisdicción de cualquiera de los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos será tratada humanamente, con irrestricto respeto a su dignidad inherente, a
sus derechos y garantías fundamentales, y con estricto apego
a los instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
En particular, y tomando en cuenta la posición especial
de garante de los Estados frente a las personas privadas de
libertad, se les respetará y garantizará su vida e integridad
personal, y se asegurarán condiciones mínimas que sean
compatibles con su dignidad.
538
Se les protegerá contra todo tipo de amenazas y actos de
tortura, ejecución, desaparición forzada, tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, violencia sexual, castigos
corporales, castigos colectivos, intervención forzada o tratamiento coercitivo, métodos que tengan como finalidad
anular la personalidad o disminuir la capacidad física o
mental de la persona.
No se podrá invocar circunstancias, tales como, estados de
guerra, estados de excepción, situaciones de emergencia,
inestabilidad política interna, u otra emergencia nacional
o internacional, para evadir el cumplimiento de las obligaciones de respeto y garantía de trato humano a todas las
personas privadas de libertad.
Principio II
Igualdad y no‐discriminación
Toda persona privada de libertad será igual ante la ley, y
tendrá derecho a igual protección de la ley y de los tribunales de justicia. Tendrá derecho, además, a conservar sus
garantías fundamentales y ejercer sus derechos, a excepción
de aquéllos cuyo ejercicio esté limitado o restringido temporalmente, por disposición de la ley, y por razones inherentes
a su condición de personas privadas de libertad.
Bajo ninguna circunstancia se discriminará a las personas
privadas de libertad por motivos de su raza, origen étnico,
nacionalidad, color, sexo, edad, idioma, religión, opiniones
políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento, discapacidad física, mental o sensorial, género, orientación sexual, o cualquiera otra condición
social. En consecuencia, se prohibirá cualquier distinción,
exclusión o restricción que tenga por objeto o por resultado,
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de
los derechos internacionalmente reconocidos a las personas
privadas de libertad.
No serán consideradas discriminatorias las medidas que
se destinen a proteger exclusivamente los derechos de las
mujeres, en particular de las mujeres embarazadas y de las
madres lactantes; de los niños y niñas; de las personas adultas
mayores; de las personas enfermas o con infecciones, como
el VIH‐SIDA; de las personas con discapacidad física, mental
o sensorial; así como de los pueblos indígenas, afrodescendientes, y de minorías. Estas medidas se aplicarán dentro del
marco de la ley y del derecho internacional de los derechos
humanos, y estarán siempre sujetas a revisión de un juez u
otra autoridad competente, independiente e imparcial.
Las personas privadas de libertad en el marco de los
conflictos armados deberán ser objeto de protección y atención conforme al régimen jurídico especial establecido por
las normas del derecho internacional humanitario, complementado por las normas del derecho internacional de los
derechos humanos.
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en Las Américas
Las medidas y sanciones que se impongan a las personas
privadas de libertad se aplicarán con imparcialidad, basándose en criterios objetivos.
Principio III
Libertad personal
1. Principio básico
Toda persona tendrá derecho a la libertad personal y a ser
protegida contra todo tipo de privación de libertad ilegal o
arbitraria. La ley prohibirá, en toda circunstancia, la incomunicación coactiva de personas privadas de libertad y la
privación de libertad secreta, por constituir formas de tratamiento cruel e inhumano. Las personas privadas de libertad
sólo serán recluidas en lugares de privación de libertad
oficialmente reconocidos.
Por regla general, la privación de libertad de una persona
deberá aplicarse durante el tiempo mínimo necesario.
La privación de libertad de niños y niñas deberá aplicarse
como último recurso, por el periodo mínimo necesario, y
deberá limitarse a casos estrictamente excepcionales.
Cuando se impongan sanciones penales previstas por la
legislación general a miembros de los pueblos indígenas,
deberá darse preferencia a tipos de sanción distintos del
encarcelamiento conforme a la justicia consuetudinaria y en
consonancia con la legislación vigente.
2. Excepcionalidad de la privación
preventiva de la libertad
Se deberá asegurar por la ley que en los procedimientos
judiciales o administrativos se garantice la libertad personal
como regla general, y se aplique como excepción la privación preventiva de la libertad, conforme se establece en los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
En el marco de un proceso penal, deberán existir elementos
de prueba suficientes que vinculen al imputado con el hecho
investigado, a fin de justificar una orden de privación de
libertad preventiva. Ello configura una exigencia o condición
sine qua non a la hora de imponer cualquier medida cautelar;
no obstante, transcurrido cierto lapso, ello ya no es suficiente.
La privación preventiva de la libertad, como medida cautelar
y no punitiva, deberá además obedecer a los principios de
legalidad, presunción de inocencia, necesidad y proporcionalidad, en la medida estrictamente necesaria en una
sociedad democrática, que sólo podrá proceder de acuerdo
con los límites estrictamente necesarios para asegurar que
no se impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones
ni se eludirá la acción de la justicia, siempre que la autoridad
competente fundamente y acredite la existencia, en el caso
concreto, de los referidos requisitos.
3. Medidas especiales para las
personas con discapacidades mentales
Los sistemas de salud de los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos deberán incorporar, por disposición de la ley, una serie de medidas en
favor de las personas con discapacidades mentales, a fin
de garantizar la gradual desinstitucionalización de dichas
personas y la organización de servicios alternativos, que
permitan alcanzar objetivos compatibles con un sistema de
salud y una atención psiquiátrica integral, continua, preventiva, participativa y comunitaria, y evitar así, la privación
innecesaria de la libertad en los establecimientos hospitalarios o de otra índole. La privación de libertad de una persona
en un hospital psiquiátrico u otra institución similar deberá
emplearse como último recurso, y únicamente cuando exista
una seria posibilidad de daño inmediato o inminente para
la persona o terceros. La mera discapacidad no deberá en
ningún caso justificar la privación de libertad.
4. Medidas alternativas o sustitutivas a la
privación de libertad
Los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos deberán incorporar, por disposición de la ley,
una serie de medidas alternativas o sustitutivas a la privación
de libertad, en cuya aplicación se deberán tomar en cuenta
los estándares internacionales sobre derechos humanos en
esta materia.
Al aplicarse las medidas alternativas o sustitutivas a la privación de libertad, los Estados Miembros deberán promover la
participación de la sociedad y de la familia, a fin de complementar la intervención del Estado, y deberán proveer los
recursos necesarios y apropiados para garantizar su disponibilidad y eficacia.
Principio IV
Principio de legalidad
Nadie podrá ser privado de su libertad física, salvo por las
causas y en las condiciones establecidas con anterioridad por
el derecho interno, toda vez que sean compatibles con las
normas del derecho internacional de los derechos humanos.
Las órdenes de privación de libertad deberán ser emitidas
por autoridad competente a través de resolución debidamente motivada.
Las órdenes y resoluciones judiciales o administrativas
susceptibles de afectar, limitar o restringir derechos y
garantías de las personas privadas de libertad, deberán ser
compatibles con el derecho interno e internacional. Las
autoridades administrativas no podrán alterar los derechos y
garantías previstas en el derecho internacional, ni limitarlos
o restringirlos más allá de lo permitido en él.
539
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
Principio V
Debido proceso legal
Toda persona privada de libertad tendrá derecho, en todo
momento y circunstancia, a la protección de y al acceso
regular a jueces y tribunales competentes, independientes e
imparciales, establecidos con anterioridad por la ley.
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a ser informadas prontamente de las razones de su detención y de los
cargos formulados contra ellas, así como a ser informadas
sobre sus derechos y garantías, en un idioma o lenguaje que
comprendan; a disponer de un traductor e intérprete durante
el proceso; y a comunicarse con su familia. Tendrán derecho
a ser oídas y juzgadas con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez, autoridad u otro funcionario
autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales, o a ser
puestas en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso;
a recurrir del fallo ante juez o tribunal superior; y a no ser
juzgadas dos veces por los mismos hechos, si son absueltas o
sobreseídas mediante una sentencia firme dictada en el marco
de un debido proceso legal y conforme al derecho internacional de los derechos humanos.
Para determinar el plazo razonable en el que se desarrolla un
proceso judicial se deberá tomar en cuenta: la complejidad
del caso; la actividad procesal del interesado; y la conducta
de las autoridades judiciales.
Toda persona privada de libertad tendrá derecho a la defensa
y a la asistencia letrada, nombrada por sí misma, por su
familia, o proporcionada por el Estado; a comunicarse con su
defensor en forma confidencial, sin interferencia o censura,
y sin dilaciones o límites injustificados de tiempo, desde el
momento de su captura o detención, y necesariamente antes
de su primera declaración ante la autoridad competente.
Toda persona privada de libertad, por sí o por medio de
terceros, tendrá derecho a interponer un recurso sencillo,
rápido y eficaz, ante autoridades competentes, independientes e imparciales, contra actos u omisiones que violen
o amenacen violar sus derechos humanos. En particular,
tendrán derecho a presentar quejas o denuncias por actos
de tortura, violencia carcelaria, castigos corporales, tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes, así como por las
condiciones de reclusión o internamiento, por la falta de
atención médica o psicológica, y de alimentación adecuadas.
Las personas privadas de libertad no deberán ser obligadas
a declarar contra sí mismas, ni a confesarse culpables. Las
declaraciones obtenidas mediante tortura o tratos crueles,
inhumanos o degradantes, no deberán ser admitidas como
medios de prueba en un proceso, salvo en el que se siga
contra la persona o personas acusadas de haberlas cometido, y únicamente como prueba de que tales declaraciones
fueron obtenidas por dichos medios.
540
En caso de condena se les impondrán las penas o sanciones
aplicables en el momento de la comisión del delito o de
la infracción a la ley, salvo si con posterioridad las leyes
disponen de una pena o sanción menos grave, en cuyo caso
se aplicará la ley más favorable a la persona.
Las condenas a la pena de muerte se ajustarán a los principios, restricciones y prohibiciones establecidas en el derecho
internacional de los derechos humanos. En todo caso, se les
reconocerá el derecho a solicitar la conmutación de la pena.
Las personas privadas de libertad en un Estado Miembro
de la Organización de los Estados Americanos del que no
fueren nacionales, deberán ser informadas, sin demora y en
cualquier caso antes de rendir su primera declaración ante la
autoridad competente, de su derecho a la asistencia consular
o diplomática, y a solicitar que se les notifique de manera
inmediata su privación de libertad. Tendrán derecho,
además, a comunicarse libre y privadamente con su representación diplomática o consular.
Principio VI
Control judicial y ejecución de la pena
El control de legalidad de los actos de la administración
pública que afecten o pudieren afectar derechos, garantías
o beneficios reconocidos en favor de las personas privadas
de libertad, así como el control judicial de las condiciones
de privación de libertad y la supervisión de la ejecución o
cumplimiento de las penas, deberá ser periódico y estar a
cargo de jueces y tribunales competentes, independientes e
imparciales.
Los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos deberán garantizar los medios necesarios para
el establecimiento y la eficacia de las instancias judiciales
de control y de ejecución de las penas, y dispondrán de los
recursos necesarios para su adecuado funcionamiento.
Principio VII
Petición y respuesta
Las personas privadas de libertad tendrán el derecho de
petición individual o colectiva, y a obtener respuesta ante las
autoridades judiciales, administrativas y de otra índole. Este
derecho podrá ser ejercido por terceras personas u organizaciones, de conformidad con la ley.
Este derecho comprende, entre otros, el derecho de presentar
peticiones, denuncias o quejas ante las autoridades competentes, y recibir una pronta respuesta dentro de un plazo
razonable. También comprende el derecho de solicitar y
recibir oportunamente información sobre su situación
procesal y sobre el cómputo de la pena, en su caso.
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en Las Américas
Las personas privadas de libertad también tendrán derecho
a presentar denuncias, peticiones o quejas ante las instituciones nacionales de derechos humanos; ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos; y ante las demás
instancias internacionales competentes, conforme a los
requisitos establecidos en el derecho interno y el derecho
internacional.
PRINCIPIOS RELATIVOS A LAS
CONDICIONES DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD
e. Autoridad que efectúa el traslado de la persona al
establecimiento;
f. Autoridad que controla legalmente la privación de libertad;
g. Día y hora de ingreso y de egreso;
h. Día y hora de los traslados, y lugares de destino;
i. Identidad de la autoridad que ordena los traslados y de la
encargada de los mismos;
j. Inventario de los bienes personales; y
k. Firma de la persona privada de libertad y, en caso de negativa o imposibilidad, la explicación del motivo.
Principio VIII
3. Examen médico
Derechos y restricciones
Toda persona privada de libertad tendrá derecho a que se
le practique un examen médico o psicológico, imparcial
y confidencial, practicado por personal de salud idóneo
inmediatamente después de su ingreso al establecimiento
de reclusión o de internamiento, con el fin de constatar su
estado de salud físico o mental, y la existencia de cualquier
herida, daño corporal o mental; asegurar la identificación y
tratamiento de cualquier problema significativo de salud; o
para verificar quejas sobre posibles malos tratos o torturas o
determinar la necesidad de atención y tratamiento.
Las personas privadas de libertad gozarán de los mismos
derechos reconocidos a toda persona en los instrumentos
nacionales e internacionales sobre derechos humanos, a
excepción de aquéllos cuyo ejercicio esté limitado o restringido temporalmente, por disposición de la ley y por razones
inherentes a su condición de personas privadas de libertad.
Principio IX
Ingreso, registro, examen médico y traslados
1. Ingreso
Las autoridades responsables de los establecimientos de
privación de libertad no permitirán el ingreso de ninguna
persona para efectos de reclusión o internamiento, salvo si
está autorizada por una orden de remisión o de privación
de libertad, emitida por autoridad judicial, administrativa,
médica u otra autoridad competente, conforme a los requisitos establecidos por la ley.
A su ingreso las personas privadas de libertad serán informadas de manera clara y en un idioma o lenguaje que
comprendan, ya sea por escrito, de forma verbal o por otro
medio, de los derechos, deberes y prohibiciones que tienen
en el lugar de privación de libertad.
2. Registro
Los datos de las personas ingresadas a los lugares de privación de libertad deberán ser consignados en un registro
oficial, el cual será accesible a la persona privada de libertad,
a su representante y a las autoridades competentes. El
registro contendrá, por lo menos, los siguientes datos:
a. Información sobre la identidad personal, que deberá
contener, al menos, lo siguiente: nombre, edad, sexo, nacionalidad, dirección y nombre de los padres, familiares,
representantes legales o defensores, en su caso, u otro dato
relevante de la persona privada de libertad;
b. Información relativa a la integridad personal y al estado
de salud de la persona privada de libertad;
c. Razones o motivos de la privación de libertad;
d. Autoridad que ordena o autoriza la privación de libertad;
La información médica o psicológica será incorporada en el
registro oficial respectivo, y cuando sea necesario, en razón
de la gravedad del resultado, será trasladada de manera
inmediata a la autoridad competente.
4. Traslados
Los traslados de las personas privadas de libertad deberán
ser autorizados y supervisados por autoridades competentes,
quienes respetarán, en toda circunstancia, la dignidad y los
derechos fundamentales, y tomarán en cuenta la necesidad
de las personas de estar privadas de libertad en lugares
próximos o cercanos a su familia, a su comunidad, al
defensor o representante legal, y al tribunal de justicia u otro
órgano del Estado que conozca su caso.
Los traslados no se deberán practicar con la intención de
castigar, reprimir o discriminar a las personas privadas
de libertad, a sus familiares o representantes; ni se podrán
realizar en condiciones que les ocasionen sufrimientos
físicos o mentales, en forma humillante o que propicien la
exhibición pública.
Principio X
Salud
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la salud,
entendida como el disfrute del más alto nivel posible de bienestar físico, mental y social, que incluye, entre otros, la atención
médica, psiquiátrica y odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e imparcial; el
acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos;
la implementación de programas de educación y promoción
541
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
en salud, inmunización, prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las medidas
especiales para satisfacer las necesidades particulares de salud
de las personas privadas de libertad pertenecientes a grupos
vulnerables o de alto riesgo, tales como: las personas adultas
mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las personas con
discapacidad, las personas portadoras del VIH‐SIDA, tuberculosis, y las personas con enfermedades en fase terminal. El
tratamiento deberá basarse en principios científicos y aplicar
las mejores prácticas.
En toda circunstancia, la prestación del servicio de salud
deberá respetar los principios siguientes: confidencialidad
de la información médica; autonomía de los pacientes
respecto de su propia salud; y consentimiento informado en
la relación médico‐paciente.
El Estado deberá garantizar que los servicios de salud proporcionados en los lugares de privación de libertad funcionen
en estrecha coordinación con el sistema de salud pública,
de manera que las políticas y prácticas de salud pública sean
incorporadas en los lugares de privación de libertad.
Las mujeres y las niñas privadas de libertad tendrán
derecho de acceso a una atención médica especializada,
que corresponda a sus características físicas y biológicas, y
que responda adecuadamente a sus necesidades en materia
de salud reproductiva. En particular, deberán contar con
atención médica ginecológica y pediátrica, antes, durante y
después del parto, el cual no deberá realizarse dentro de los
lugares de privación de libertad, sino en hospitales o establecimientos destinados para ello. En el caso de que ello no
fuere posible, no se registrará oficialmente que el nacimiento
ocurrió al interior de un lugar de privación de libertad.
En los establecimientos de privación de libertad para
mujeres y niñas deberán existir instalaciones especiales, así
como personal y recursos apropiados para el tratamiento de
las mujeres y niñas embarazadas y de las que acaban de dar
a luz.
Cuando se permita a las madres o padres privados de
libertad conservar a sus hijos menores de edad al interior
de los centros de privación de libertad, se deberán tomar las
medidas necesarias para organizar guarderías infantiles, que
cuenten con personal calificado, y con servicios educativos,
pediátricos y de nutrición apropiados, a fin de garantizar el
interés superior de la niñez.
Principio XI
Alimentación y agua potable
1. Alimentación
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a recibir
una alimentación que responda, en cantidad, calidad
y condiciones de higiene, a una nutrición adecuada y
542
suficiente, y tome en consideración las cuestiones culturales
y religiosas de dichas personas, así como las necesidades o
dietas especiales determinadas por criterios médicos. Dicha
alimentación será brindada en horarios regulares, y su
suspensión o limitación, como medida disciplinaria, deberá
ser prohibida por la ley.
2. Agua potable
Toda persona privada de libertad tendrá acceso en todo
momento a agua potable suficiente y adecuada para su
consumo. Su suspensión o limitación, como medida disciplinaria, deberá ser prohibida por la ley.
Principio XII
Albergue, condiciones de higiene y vestido
1. Albergue
Las personas privadas de libertad deberán disponer de espacio
suficiente, exposición diaria a la luz natural, ventilación y
calefacción apropiadas, según las condiciones climáticas del
lugar de privación de libertad. Se les proporcionará una cama
individual, ropa de cama apropiada, y las demás condiciones
indispensables para el descanso nocturno. Las instalaciones
deberán tomar en cuenta las necesidades especiales de las
personas enfermas, las portadoras de discapacidad, los niños
y niñas, las mujeres embarazadas o madres lactantes, y los
adultos mayores, entre otras.
2. Condiciones de higiene
Las personas privadas de libertad tendrán acceso a instalaciones sanitarias higiénicas y suficientes, que aseguren
su privacidad y dignidad. Asimismo, tendrán acceso a
productos básicos de higiene personal, y a agua para su aseo
personal, conforme a las condiciones climáticas.
Se proveerá regularmente a las mujeres y niñas privadas de
libertad los artículos indispensables para las necesidades
sanitarias propias de su sexo.
3. Vestido
El vestido que deben utilizar las personas privadas de
libertad será suficiente y adecuado a las condiciones climáticas, y tendrá en cuenta la identidad cultural y religiosa de
las personas privadas de libertad. En ningún caso las prendas
de vestir podrán ser degradantes ni humillantes.
Principio XIII
Educación y actividades culturales
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la
educación, la cual será accesible para todas las personas,
sin discriminación alguna, y tomará en cuenta la diversidad
cultural y sus necesidades especiales.
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en Las Américas
La enseñanza primaria o básica será gratuita para las
personas privadas de libertad, en particular, para los niños
y niñas, y para los adultos que no hubieren recibido o terminado el ciclo completo de instrucción primaria.
y garantizarán el establecimiento de talleres laborales permanentes, suficientes y adecuados, para lo cual fomentarán la
participación y cooperación de la sociedad y de la empresa
privada.
Los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos promoverán en los lugares de privación de
libertad, de manera progresiva y según la máxima disponibilidad de sus recursos, la enseñanza secundaria, técnica,
profesional y superior, igualmente accesible para todos,
según sus capacidades y aptitudes.
Principio XV
Los Estados Miembros deberán garantizar que los servicios
de educación proporcionados en los lugares de privación
de libertad funcionen en estrecha coordinación e integración con el sistema de educación pública; y fomentarán la
cooperación de la sociedad a través de la participación de
las asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales
e instituciones privadas de educación.
Los lugares de privación de libertad dispondrán de bibliotecas, con suficientes libros, periódicos y revistas educativas,
con equipos y tecnología apropiada, según los recursos
disponibles.
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a participar en actividades culturales, deportivas, sociales, y a tener
oportunidades de esparcimiento sano y constructivo. Los
Estados Miembros alentarán la participación de la familia,
de la comunidad y de las organizaciones no gubernamentales, en dichas actividades, a fin de promover la reforma,
la readaptación social y la rehabilitación de las personas
privadas de libertad.
Principio XIV
Trabajo
Toda persona privada de libertad tendrá derecho a trabajar,
a tener oportunidades efectivas de trabajo, y a recibir una
remuneración adecuada y equitativa por ello, de acuerdo
con sus capacidades físicas y mentales, a fin de promover
la reforma, rehabilitación y readaptación social de los
condenados, estimular e incentivar la cultura del trabajo, y
combatir el ocio en los lugares de privación de libertad. En
ningún caso el trabajo tendrá carácter aflictivo.
Los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos deberán aplicar a los niños y niñas privados de
libertad todas las normas nacionales e internacionales de
protección vigentes en materia de trabajo infantil, a fin de
evitar, particularmente, la explotación laboral y garantizar el
interés superior de la niñez.
Los Estados Miembros promoverán en los lugares de privación de libertad, de manera progresiva y según la máxima
disponibilidad de sus recursos, la orientación vocacional y el
desarrollo de proyectos de capacitación técnico‐profesional;
Libertad de conciencia y religión
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la
libertad de conciencia y religión, que incluye el derecho
de profesar, manifestar, practicar, conservar y cambiar su
religión, según sus creencias; el derecho de participar en
actividades religiosas y espirituales, y ejercer sus prácticas
tradicionales; así como el derecho de recibir visitas de sus
representantes religiosos o espirituales.
En los lugares de privación de libertad se reconocerá la diversidad y la pluralidad religiosa y espiritual, y se respetarán los
límites estrictamente necesarios para respetar los derechos
de los demás o para proteger la salud o la moral públicas, y
para preservar el orden público, la seguridad y la disciplina
interna, así como los demás límites permitidos en las leyes y
en el derecho internacional de los derechos humanos.
Principio XVI
Libertad de expresión, asociación y reunión
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la
libertad de expresión en su propio idioma, asociación y
reunión pacíficas, tomando en cuenta los límites estrictamente necesarios en una sociedad democrática, para
respetar los derechos de los demás o para proteger la salud o
la moral públicas, y para preservar el orden público, la seguridad y la disciplina interna en los lugares de privación de
libertad, así como los demás límites permitidos en las leyes y
en el derecho internacional de los derechos humanos.
Principio XVII
Medidas contra el hacinamiento
La autoridad competente definirá la cantidad de plazas
disponibles de cada lugar de privación de libertad conforme
a los estándares vigentes en materia habitacional. Dicha
información, así como la tasa de ocupación real de cada
establecimiento o centro deberá ser pública, accesible y regularmente actualizada. La ley establecerá los procedimientos
a través de los cuales las personas privadas de libertad, sus
abogados, o las organizaciones no gubernamentales podrán
impugnar los datos acerca del número de plazas de un
establecimiento, o su tasa de ocupación, individual o colectivamente. En los procedimientos de impugnación deberá
permitirse el trabajo de expertos independientes.
La ocupación de establecimiento por encima del número de
plazas establecido será prohibida por la ley. Cuando de ello
543
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
se siga la vulneración de derechos humanos, ésta deberá ser
considerada una pena o trato cruel, inhumano o degradante.
La ley deberá establecer los mecanismos para remediar de
manera inmediata cualquier situación de alojamiento por
encima del número de plazas establecido. Los jueces competentes deberán adoptar remedios adecuados en ausencia de
una regulación legal efectiva.
Verificado el alojamiento de personas por encima del
número de plazas establecido en un establecimiento, los
Estados deberán investigar las razones que motivaron tal
situación y deslindar las correspondientes responsabilidades individuales de los funcionarios que autorizaron tales
medidas. Además, deberán adoptar medidas para la no
repetición de tal situación. En ambos casos, la ley establecerá los procedimientos a través de los cuales las personas
privadas de libertad, sus abogados, o las organizaciones no
gubernamentales podrán participar en los correspondientes
procedimientos
Principio XVIII
Contacto con el mundo exterior
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a recibir
y enviar correspondencia, sujeto a aquellas limitaciones
compatibles con el derecho internacional; y a mantener
contacto personal y directo, mediante visitas periódicas, con
sus familiares, representantes legales, y con otras personas,
especialmente con sus padres, hijos e hijas, y con sus respectivas parejas.
Tendrán derecho a estar informadas sobre los acontecimientos del mundo exterior por los medios de comunicación
social, y por cualquier otra forma de comunicación con el
exterior, de conformidad con la ley.
Principio XIX
Separación de categorías
Las personas privadas de libertad pertenecientes a diversas
categorías deberán ser alojadas en diferentes lugares de
privación de libertad o en distintas secciones dentro de
dichos establecimientos, según su sexo, edad, la razón de su
privación de libertad, la necesidad de protección de la vida e
integridad de las personas privadas de libertad o del personal,
las necesidades especiales de atención, u otras circunstancias
relacionadas con cuestiones de seguridad interna.
En particular, se dispondrá la separación de mujeres y
hombres; niños, niñas y adultos; jóvenes y adultos; personas
adultas mayores; procesados y condenados; y personas
privadas de libertad por razones civiles y por razones
penales. En los casos de privación de libertad de los solicitantes de asilo o refugio, y en otros casos similares, los niños
y niñas no deberán ser separados de sus padres. Los solicitantes de asilo o refugio y las personas privadas de libertad a
544
causa de infracción de las disposiciones sobre migración no
deberán estar privados de libertad en establecimientos destinados a personas condenadas o acusadas por infracciones
penales.
En ningún caso la separación de las personas privadas de
libertad por categorías será utilizada para justificar la discriminación, la imposición de torturas, tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, o condiciones de privación de
libertad más rigurosas o menos adecuadas a un determinado grupo de personas. Los mismos criterios deberán ser
observados durante el traslado de las personas privadas de
libertad.
PRINCIPIOS RELATIVOS
A LOS SISTEMAS DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD
Principio XX
Personal de los lugares de privación de libertad
El personal que tenga bajo su responsabilidad la dirección,
custodia, tratamiento, traslado, disciplina y vigilancia de
personas privadas de libertad, deberá ajustarse, en todo
momento y circunstancia, al respeto a los derechos humanos
de las personas privadas de libertad y de sus familiares.
El personal deberá ser seleccionado cuidadosamente,
teniendo en cuenta su integridad ética y moral, sensibilidad a la diversidad cultural y a las cuestiones de género,
capacidad profesional, adecuación personal a la función, y
sentido de responsabilidad.
Se garantizará que el personal esté integrado por empleados
y funcionarios idóneos, de uno y otro sexo, preferentemente
con condición de servidores públicos y de carácter civil.
Como regla general, se prohibirá que miembros de la Policía
o de las Fuerzas Armadas ejerzan funciones de custodia
directa en los establecimientos de las personas privadas de
libertad, con la excepción de las instalaciones policiales o
militares.
Los lugares de privación de libertad para mujeres, o las
secciones de mujeres en los establecimientos mixtos, estarán
bajo la dirección de personal femenino. La vigilancia y
custodia de las mujeres privadas de libertad será ejercida
exclusivamente por personal del sexo femenino, sin perjuicio
de que funcionarios con otras capacidades o de otras disciplinas, tales como médicos, profesionales de enseñanza o
personal administrativo, puedan ser del sexo masculino.
Se dispondrá en los lugares de privación de libertad de
personal calificado y suficiente para garantizar la seguridad,
vigilancia, custodia, y para atender las necesidades médicas,
psicológicas, educativas, laborales y de otra índole.
Se asignará al personal de los lugares de privación de
libertad los recursos y el equipo necesarios para que puedan
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en Las Américas
desempeñar su trabajo en las condiciones adecuadas, incluyendo una remuneración justa y apropiada, y condiciones
dignas de alojamiento y servicios básicos apropiados.
previamente establecidas en las leyes, y no podrán contravenir las normas del derecho internacional de los derechos
humanos.
El personal de los lugares de privación de libertad recibirá
instrucción inicial y capacitación periódica especializada,
con énfasis en el carácter social de la función. La formación
de personal deberá incluir, por lo menos, capacitación sobre
derechos humanos; sobre derechos, deberes y prohibiciones
en el ejercicio de sus funciones; y sobre los principios y reglas
nacionales e internacionales relativos al uso de la fuerza,
armas de fuego, así como sobre contención física. Para tales
fines, los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos promoverán la creación y el funcionamiento de
programas de entrenamiento y de enseñanza especializada,
contando con la participación y cooperación de instituciones
de la sociedad y de la empresa privada.
2. Debido proceso legal
Principio XXI
Registros corporales, inspección de
instalaciones y otras medidas
Los registros corporales, la inspección de instalaciones y
las medidas de organización de los lugares de privación de
libertad, cuando sean procedentes de conformidad con la
ley, deberán obedecer a los criterios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad.
Los registros corporales a las personas privadas de libertad y
a los visitantes de los lugares de privación de libertad se practicarán en condiciones sanitarias adecuadas, por personal
calificado del mismo sexo, y deberán ser compatibles con
la dignidad humana y con el respeto a los derechos fundamentales. Para ello, los Estados Miembros utilizarán medios
alternativos que tomen en consideración procedimientos y
equipo tecnológico u otros métodos apropiados.
Los registros intrusivos vaginales y anales serán prohibidos
por la ley.
Las inspecciones o registros practicados al interior de las
unidades e instalaciones de los lugares de privación de
libertad, deberán realizarse por autoridad competente,
conforme a un debido procedimiento y con respeto a los
derechos de las personas privadas de libertad.
Principio XXII
La determinación de las sanciones o medidas disciplinarias
y el control de su ejecución estarán a cargo de autoridades
competentes, quienes actuarán en toda circunstancia
conforme a los principios del debido proceso legal, respetando los derechos humanos y las garantías básicas de las
personas privadas de libertad, reconocidas por el derecho
internacional de los derechos humanos.
3. Medidas de aislamiento
Se prohibirá, por disposición de la ley, las medidas o
sanciones de aislamiento en celdas de castigo.
Estarán estrictamente prohibidas las medidas de aislamiento
de las mujeres embarazadas; de las madres que conviven con
sus hijos al interior de los establecimientos de privación de
libertad; y de los niños y niñas privados de libertad.
El aislamiento sólo se permitirá como una medida estrictamente limitada en el tiempo y como un último recurso,
cuando se demuestre que sea necesaria para salvaguardar
intereses legítimos relativos a la seguridad interna de los
establecimientos, y para proteger derechos fundamentales,
como la vida e integridad de las mismas personas privadas
de libertad o del personal de dichas instituciones.
En todo caso, las órdenes de aislamiento serán autorizadas
por autoridad competente y estarán sujetas al control judicial, ya que su prolongación y aplicación inadecuada e
innecesaria constituiría actos de tortura, o tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes.
En caso de aislamiento involuntario de personas con discapacidad mental se garantizará, además, que la medida
sea autorizada por un médico competente; practicada de
acuerdo con procedimientos oficialmente establecidos;
consignada en el registro médico individual del paciente; y
notificada inmediatamente a sus familiares o representantes
legales. Las personas con discapacidad mental sometidas a
dicha medida estarán bajo cuidado y supervisión permanente de personal médico calificado.
4. Prohibición de sanciones colectivas
Régimen disciplinario
Se prohibirá por disposición de la ley la aplicación de
sanciones colectivas.
1. Sanciones disciplinarias
5. Competencia disciplinaria
Las sanciones disciplinarias que se adopten en los lugares
de privación de libertad, así como los procedimientos disciplinarios, deberán estar sujetas a control judicial y estar
No se permitirá que las personas privadas de libertad tengan
bajo su responsabilidad la ejecución de medidas disciplinarias, o la realización de actividades de custodia y vigilancia,
545
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
sin perjuicio de que puedan participar en actividades
educativas, religiosas, deportivas u otras similares, con
participación de la comunidad, de organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones privadas.
Se prohibirá al personal el uso de armas de fuego u otro
tipo de armas letales al interior de los lugares de privación
de libertad, salvo cuando sea estrictamente inevitable para
proteger la vida de las personas.
Principio XXIII
Medidas para combatir la violencia y las situaciones de
emergencia
En toda circunstancia, el uso de la fuerza y de armas de fuego
o de cualquier otro medio o método utilizado en casos de
violencia o situaciones de emergencia, será objeto de supervisión de autoridad competente.
1. Medidas de prevención
3. Investigación y sanción
De acuerdo con el derecho internacional de los derechos
humanos, se adoptarán medidas apropiadas y eficaces para
prevenir todo tipo de violencia entre las personas privadas
de libertad, y entre éstas y el personal de los establecimientos.
Los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos realizarán investigaciones serias, exhaustivas,
imparciales y ágiles sobre todo tipo de actos de violencia o
situaciones de emergencia ocurridas al interior de los lugares
de privación de libertad, con el fin de esclarecer sus causas,
individualizar a los responsables e imponer las sanciones
legales correspondientes.
Para tales fines, se podrán adoptar, entre otras, las siguientes
medidas:
a. Separar adecuadamente las diferentes categorías de personas, conforme a los criterios establecidos en el presente
documento;
b. Asegurar la capacitación y formación continua y apropiada
del personal;
c. Incrementar el personal destinado a la seguridad y vigilancia interior, y establecer patrones de vigilancia continua
al interior de los establecimientos;
d. Evitar de manera efectiva el ingreso de armas, drogas, alcohol y de otras sustancias u objetos prohibidos por la ley,
a través de registros e inspecciones periódicas, y la utilización de medios tecnológicos u otros métodos apropiados,
incluyendo la requisa al propio personal;
e. Establecer mecanismos de alerta temprana para prevenir
las crisis o emergencias;
f. Promover la mediación y la resolución pacífica de conflictos internos;
g. Evitar y combatir todo tipo de abusos de autoridad y actos
de corrupción; y
h. Erradicar la impunidad, investigando y sancionando todo
tipo de hechos de violencia y de corrupción, conforme a
la ley.
2. Criterios para el uso de la fuerza y de armas
El personal de los lugares de privación de libertad no empleará
la fuerza y otros medios coercitivos, salvo excepcionalmente,
de manera proporcionada, en casos de gravedad, urgencia y
necesidad, como último recurso después de haber agotado
previamente las demás vías disponibles, y por el tiempo y
en la medida indispensables para garantizar la seguridad,
el orden interno, la protección de los derechos fundamentales de la población privada de libertad, del personal o de
las visitas.
546
Se tomarán medidas apropiadas y se harán todos los
esfuerzos posibles para evitar la repetición de tales hechos
al interior de los establecimientos de privación de libertad.
Principio XXIV
Inspecciones institucionales
De conformidad con la legislación nacional y el derecho
internacional se podrán practicar visitas e inspecciones
periódicas en los lugares de privación de libertad, por parte
de instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, a fin de verificar, en todo momento y circunstancia,
las condiciones de privación de libertad y el respeto de los
derechos humanos.
Al practicarse las inspecciones se permitirá y garantizará,
entre otros, el acceso a todas las instalaciones de los lugares
de privación de libertad; el acceso a la información y documentación relacionada con el establecimiento y las personas
privadas de libertad; y la posibilidad de entrevistar en
privado y de manera confidencial a las personas privadas de
libertad y al personal.
En toda circunstancia se respetará el mandato de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y de sus Relatorías,
en particular la Relatoría sobre los Derechos de las Personas
Privadas de Libertad, a fin de que puedan verificar el respeto
de la dignidad y de los derechos y garantías fundamentales de
las personas privadas de libertad, en los Estados Miembros
de la Organización de los Estados Americanos.
Estas disposiciones no afectarán a las obligaciones de los
Estados Partes en virtud de los cuatro Convenios de Ginebra
de 12 de agosto de 1949 y sus Protocolos adicionales de 8
de junio de 1977 o la posibilidad abierta a cualquier Estado
Principios y Buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en Las Américas
Parte de autorizar al Comité Internacional de la Cruz Roja a
visitar los lugares de detención en situaciones no cubiertas
por el derecho internacional humanitario.
normas de derechos humanos, de tal forma que se aplique en
toda circunstancia las cláusulas más favorables a las personas
privadas de libertad.
Principio XXV
Lo establecido en el presente documento no se interpretará
como limitación, suspensión o restricción de los derechos y
garantías de las personas privadas de libertad, reconocidos
en el derecho interno e internacional, so pretexto de que
este documento no los contempla o loscontempla en menos
grado.
Interpretación
Con el fin de respetar y garantizar plenamente los derechos y
las libertades fundamentales reconocidas por el sistema interamericano, los Estados Miembros de la Organización de los
Estados Americanos deberán interpretar extensivamente las
547
Ley del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes - Decreto No. 40-2010
DECRETA:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA
CONSIDERANDO:
Que de conformidad con el artículo 3 de la Constitución
Política de la República de Guatemala, el Estado garantiza
y protege la vida humana desde su concepción, así como la
integridad y la seguridad de la persona.
CONSIDERANDO:
Que la prohibición de la tortura es una norma imperativa
de derecho internacional que forma parte del ius cogens, y
que la Constitución Política de la República de Guatemala,
en su artículo 46 establece el principio general de que en
materia de derechos humanos, los tratados y convenciones
aceptados y ratificados por Guatemala tienen preeminencia
sobre el derecho interno.
CONSIDERANDO:
Que el Estado de Guatemala es Parte de la Convención
Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas, así como
de su Protocolo Facultativo, el cual fue aprobado mediante
Decreto Número 53-2007 del Congreso de la República, cuyo
instrumento de ratificación fue depositado en las Naciones
Unidas el 9 de junio de 2008.
CONSIDERANDO:
Que el artículo 3 del Protocolo Facultativo citado, contiene el
compromiso para cada Estado Parte, de establecer, designar
o mantener a nivel nacional uno o varios órganos de visitas
para la prevención de la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, denominado Mecanismo
Nacional de Prevención, por lo que se hace necesario emitir
las normas adecuadas para crear el mecanismo respectivo
para nuestro país.
CONSIDERANDO:
Que derivado de los compromisos adquiridos al suscribir
los citados instrumentos internacionales, el Comité Contra
la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas, ha
recomendado que el Estado de Guatemala tome las medidas
legislativas adecuadas para prevenir la práctica de la tortura
dentro de su territorio nacional, así como por medios no
judiciales de carácter preventivo basados en visitas periódicas a los lugares de detención.
POR TANTO:
En ejercicio de la atribuciones que le confiere el artículo
171 inciso a) de la Constitución Política de la República de
Guatemala,
La siguiente,
LEY DEL MECANISMO NACIONAL DE
PREVENCIÓN DE LA TORTURA Y OTROS TRATOS O
PENAS CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
CAPÍTULO ÚNICO
CONSIDERACIONES GENERALES
Artículo 1. Objeto. La presente Ley crea el Mecanismo
Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes, de acuerdo con el
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de
las Naciones Unidas, en adelante el Protocolo Facultativo,
como un órgano independiente, con el fin de prevenir la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, a través de un sistema de visitas periódicas a lugares
donde se encuentren personas privadas de su libertad.
Artículo 2. Ámbito de aplicación de la ley. La presente Ley
regula todo lo relativo al Mecanismo Nacional de Prevención
de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes, en adelante el Mecanismo Nacional de
Prevención o Mecanismo.
Artículo 3. Naturaleza. El Mecanismo Nacional es de naturaleza preventiva en materia de tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 4. Definiciones. Para efectos del cumplimiento
del mandato del Mecanismo Nacional de Prevención, se
observarán las siguientes definiciones, las que se interpretarán de acuerdo al desarrollo normativo y a los principios
reconocidos internacionalmente en la materia, sin perjuicio
de cualquier instrumento internacional, regional o legislación nacional que sea aplicable y contenga o pueda contener
disposiciones de mayor alcance:
a) Tortura: Se entiende por tortura, todo acto por el cual
se inflija intencionadamente a una persona, dolores o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el
fin de obtener de ella o de un tercero, información o una
confesión, castigarla por un acto que haya cometido, o
se sospeche que ha cometido, o intimidar o coaccionar
a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en
cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores
549
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.
b) Tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes: Se
entiende por tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, todo acto u omisión, cometido por un funcionario
o empleado público, u otra persona que actúe por instigación o con el consentimiento o la aquiescencia del
Estado, que atente contra la dignidad o la integridad física
o psicológica de la persona, que por falta de gravedad o
intencionalidad no llegue a constituir un acto de tortura.
c) Privación de libertad: Se entiende por privación de libertad, cualquier forma de detención, internamiento,
encarcelamiento, custodia o reclusión de una persona en
un sitio público o privado, por mandato de una autoridad
judicial, administrativa o de otra autoridad pública, o por
su consentimiento expreso o tácito, que dicha persona no
pueda abandonar por su propia voluntad.
d) Lugar de privación de libertad, lugar de detención o
restricción de la libertad de locomoción: Se entiende por
lugar de privación de libertad, lugar de detención, rehabilitación o reeducación socioeducativa, cualquier lugar
donde se encuentren o pudieran encontrarse personas
privadas de su libertad, sean estos públicos o privados,
incluyendo entre otros, centros de detención, prisiones,
tanto centros de prisión preventiva como de cumplimiento de condena, estaciones de policía, zonas de tránsito en
aeropuertos, puertos y zonas fronterizas, albergues para
migrantes y solicitantes de asilo, hospitales, incluyendo
psiquiátricos, cárceles militares, centros de protección y
abrigo para la niñez y adolescencia amenazada y vulnerada en sus derechos, centros de privación de libertad de
adolescentes en conflicto con la ley penal.
e) Sistema de visitas: Se entiende por sistema de visitas, el
proceso de inspección regular que la Oficina Nacional de
Prevención realiza en los lugares de detención, a través
de visitas in situ, examinando todos los aspectos de la
privación de libertad. El sistema de visitas incluye la comunicación oral o escrita con las autoridades competentes; los
resultados de dichas visitas, además de las observaciones
o recomendaciones; y el seguimiento del cumplimiento
de éstas.
Artículo 6. Imparcialidad y objetividad. El Mecanismo
Nacional de Prevención ejerce sus funciones de forma
imparcial y objetiva.
TÍTULO II
CAPÍTULO III
MECANISMO NACIONAL DE PREVENCIÓN
OFICINA NACIONAL DE PREVENCIÓN DE LA
TORTURA
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS
Artículo 5. Independencia. El Mecanismo Nacional de
Prevención es un mecanismo independiente de cualquier
organismo del Estado, incluyendo su independencia orgánica y funcional, y la independencia de su personal y su
presupuesto.
550
Desarrolla su labor en el marco de la Convención Contra
la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes de las Naciones Unidas y su Protocolo
Facultativo, la Constitución Política de la República de
Guatemala y demás leyes aplicables, así como de los demás
tratados, directrices, reglas y principios internacionales relevantes a la promoción y protección de los derechos de las
personas privadas de libertad.
CAPÍTULO II
MARCO INSTITUCIONAL
Artículo 7. Estructura orgánica. El Mecanismo Nacional
de Prevención está integrado por la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes, en adelante la Oficina Nacional
de Prevención, o la Oficina. Contará con un órgano asesor
denominado Consejo Consultivo.
La Oficina cuenta con el apoyo de una Secretaría Ejecutiva,
cuya organización y funciones serán desarrolladas en el
reglamento de la ley.
Artículo 8. Composición del Mecanismo Nacional de
Prevención. El Mecanismo Nacional de Prevención es un
órgano multidisciplinario, compuesto por profesionales y
persona expertas en derechos humanos y en derechos de las
personas privadas de libertad.
El Mecanismo Nacional de Prevención deberá garantizar el
equilibrio de género y la pertinencia cultural.
Artículo 9. Cooperación y coordinación con el Procurador
de los Derechos Humanos. Por su naturaleza, mandatos y
funciones, la Oficina Nacional de Prevención y el Procurador
de los Derechos Humanos, establecerán en cualquier
momento, acuerdos, convenios, mecanismos y proyectos de
cooperación interinstitucional para el desarrollo efectivo de
las funciones del Mecanismo Nacional de Prevención.
Artículo 10. Creación. Se crea la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes, como un órgano colegiado,
comisionado del Congreso de la República, no supeditado a
organismo, institución o funcionario alguno, que actúa con
absoluta independencia funcional, administrativa, financiera y patrimonial.
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura
La Oficina tendrá calidad de unidad ejecutora de presupuesto y unidad nominadora, administradora de recursos
patrimoniales y humanos.
Artículo 11. Ámbito territorial. La Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura cuenta con facultades para realizar
sus funciones y atribuciones en cualquier lugar que se
encuentre bajo la territorialidad y control del Estado.
Artículo 12. Mandato. La Oficina Nacional de Prevención
de la Tortura tendrá el mandato de:
a) Examinar periódicamente el trato y las condiciones que
reciben las personas privadas de libertad, en todos los
lugares de detención o centros de privación de libertad,
públicos o privados, con miras a fortalecer, si fuera necesario, su protección contra la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes.
b) Hacer recomendaciones y/o peticiones a las autoridades
competentes, con el objeto de mejorar el trato y las condiciones de las personas privadas de su libertad y de prevenir
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, tomando en consideración las normas pertinentes de derecho internacional de los derechos humanos.
c) Hacer recomendaciones y/o peticiones a las autoridades
competentes, con el fin de asegurar la integridad, dignidad y una efectiva atención y reparación a las víctimas
de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, tomando en consideración las normas pertinentes de derecho nacional e internacional de los derechos
humanos.
d) Hacer propuestas y observaciones acerca de la legislación
vigente o de los proyectos de ley, así como de las normas
de carácter administrativo en materia de prevención
de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
e) Comunicar y/o denunciar a los órganos y autoridades
competentes, la posible existencia de delitos u otras situaciones que requieran de investigación.
f) Comunicar a las autoridades competentes, el conocimiento que tengan sobre las debilidades en los sistemas de
seguridad e infraestructura de los lugares de detención,
para garantizar la vida e integridad de los detenidos, los
trabajadores y las visitas, así como en general la finalidad
del resguardo de la sociedad y evitar la comisión de delitos
desde los mismos centros.
Artículo 13. Facultades y atribuciones. Son facultades
y atribuciones de la Oficina Nacional de Prevención de la
Tortura, las siguientes:
a) Tener acceso a toda la información acerca del número
de personas privadas de su libertad y sobre el número de
lugares de privación de libertad y su ubicación;
b) Tener acceso a toda la información, documentación y
registros relativos al trato de esas personas y a las condiciones de su detención;
c) Tener acceso a todos los lugares de privación de libertad,
de detención o de restricción de la libertad de locomoción,
a sus instalaciones y servicios, sin restricción alguna;
d) Entrevistarse con cualquier persona privada de libertad,
sin testigos, personalmente o con la asistencia de un intérprete u otro profesional en caso necesario, en un lugar
que garantice la confidencialidad de la entrevista;
e) Entrevistarse con funcionarios públicos o cualquier otra
persona que la Oficina considere pertinente, que pueda
facilitar información que coadyuve al cumplimiento de
su mandato;
f) Implementar el sistema de visitas periódicas a cualquier
lugar de privación de libertad, de detención o de restricción de la libertad de locomoción, con o sin previo aviso,
programadas y no programadas, sin restricción alguna y
en las cuales participarán al menos dos relatores;
g) Emitir, publicar y difundir sus informes y recomendaciones acerca de los lugares de privación de libertad, de
detención o de restricción de la libertad de locomoción
que visiten, en cuanto al trato y condiciones de detención
de las personas privadas de libertad;
h) Dirigirse directamente a las autoridades competentes, para
formular las recomendaciones que considere convenientes;
i) Promover y realizar acciones preventivas complementarias
de capacitación y otras actividades para elevar el nivel de
la conciencia pública en relación a la tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes;
j) Solicitar al Ministerio Público, Ministros de Gobierno,
Secretarías, Organismo Judicial y cualquier otra entidad
pública o privada, el apoyo necesario para el cumplimiento
de sus funciones;
k) Solicitar asesoría al Consejo Consultivo, para el ejercicio
de sus funciones;
l) Mantener contacto directo y colaboración con el Subcomité Internacional para la Prevención de la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y otras
instancias nacionales e internacionales que realicen acciones relacionadas con la materia, incluyendo la suscripción
de convenios de cooperación;
m) Emitir sus reglamentos internos y demás disposiciones
para el desempeño de sus funciones;
n) Definir su organización y funcionamiento; y nombrar,
amonestar y remover al personal de la misma, de conformidad con las leyes de la materia; y,
o) Elaborar su presupuesto anual y someterlo al Pleno del
Congreso de la República, de acuerdo a los procedimientos
internos del Congreso de la República.
Artículo 14. Garantías. El Estado, para asegurar el desempeño de las facultades de la Oficina Nacional de Prevención
de la Tortura, garantiza:
a) La confidencialidad de la identidad de las personas privadas de libertad y de particulares que aporten información
a la Oficina. No podrán publicarse datos personales sin el
consentimiento expreso de la persona interesada;
551
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
b) Que no se aplique, permita o tolere sanción o medida
alguna contra las personas que integran la Oficina por el
cumplimiento de sus funciones, ni contra ninguna persona u organización, por haber comunicado a la Oficina
cualquier información, ya sea verdadera o falsa; ninguna
de estas personas u organizaciones sufrirá perjuicios de
ningún tipo por este motivo;
c) La independencia de la Oficina en la realización de sus
planes y políticas económicas/financieras. Además, la
presentación de su proyecto de presupuesto, de acuerdo a
los procedimientos internos del Congreso de la República;
y,
d) Que la Oficina seleccione de forma independiente su
propio personal, en base a los procedimientos, requisitos
y criterios que se desarrollan en su reglamento.
Artículo 15. Presentación de informe y memoria anual.
La Oficina Nacional de Prevención de la Tortura presentará
al Congreso de la República, por conducto de la Comisión
de Derechos Humanos, un informe anual de sus actividades
y recomendaciones realizadas a las autoridades correspondientes, dentro del primer trimestre del año inmediato
siguiente. Garantiza además que éste sea de acceso público.
Artículo 16. Obligaciones del Estado. Son obligaciones del
Estado:
a) Promover, en el marco de la implementación de sus políticas públicas, la prevención y erradicación de la tortura
y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
b) Publicar y difundir los informes anuales de la Oficina
Nacional de Prevención de la Tortura.
c) Dar apoyo inmediato y necesario a la Oficina Nacional
de Prevención de la Tortura, para el cumplimiento de su
mandato y facultades, en el momento y lugar que ésta lo
requiera.
d) Implementar las recomendaciones, atender las peticiones
emitidas por la Oficina y crear los espacios de diálogo sobre
las medidas y procedimientos que deben ser adoptados
para hacer efectivas y aplicables dichas recomendaciones,
identificando las autoridades competentes para este fin.
e) Informar en un plazo razonable a la Oficina, sobre las
medidas adoptadas para el cumplimiento de las recomendaciones y sobre las dificultades encontradas para su
implementación.
Artículo 17. Conformación de la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura. La Oficina Nacional de Prevención
de la Tortura se conformará por cinco (5) personas titulares,
e igual número de suplentes. Los suplentes asumirán la titularidad al producirse una vacante o ausencia temporal de un
relator o una relatora, y recibirán el salario que corresponda
cuando asuman dicha titularidad.
Artículo 18. Deberes de los Relatores y las Relatoras. Son
deberes mínimos de los Relatores o las Relatoras:
552
a) Dar cumplimiento al mandato y las facultades que le corresponden a la Oficina Nacional de Prevención, conforme
a la presente Ley y demás leyes y normas aplicables;
b) Formar parte de los equipos de visitas periódicas a los
lugares de detención; y,
c) Observar estrictamente las directrices emitidas por el pleno de la Oficina Nacional de Prevención, para el adecuado
cumplimiento de su mandato y facultades.
Artículo 19. Calidades. Para poder ser electo Relator o
Relatora de la Oficina se requiere:
a) Ser guatemalteco o guatemalteca de origen;
b) Ser mayor de edad;
c) Ser profesional en cualquiera de las ciencias humanas,
sociales, jurídicas, de la salud física y mental, entre otros,
que guarden relación con los ámbitos profesionales presentes o necesarios para prevenir la tortura en los centros
de privación de libertad; y,
d) Tener experiencia mínima de cuatro años en el campo
de los derechos humanos, administración de justicia, de
los derechos de las personas privadas de libertad, en la
prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, en investigación criminal, en
protección de la niñez y adolescencia, justicia juvenil o
en la rehabilitación de víctimas de tortura y otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 20. Incompatibilidades. No podrá ser electo
miembro de la Oficina Nacional de Prevención de la Tortura,
quien:
a) Desempeñe cualquier cargo público.
b) Sea familiar en los grados de ley por consanguinidad y afinidad entre sí y/o con alguno de los funcionarios públicos
siguientes:
b.1. Diputados al Congreso de la República.
b.2. Presidente y Vicepresidente de la República.
b.3. Ministros y Viceministros de Estado.
b.4. Secretarios y Subsecretarios de Estado.
b.5. Servidores públicos que ocupen puestos directivos
en los lugares definidos en el artículo 4 literal d de
la presente Ley.
c) Ejerza cargo directivo en un partido político.
d) Esté activo con cargo o rango en el Ejército de Guatemala,
o bien que esté en situación de disponibilidad.
e) Tenga calidad de ministro de cualquier religión o culto; y,
f) Sea responsable de violación a los derechos humanos en
Guatemala o fuera de la República, por sentencia condenatoria firme o por señalamiento del magistrado de
conciencia.
Artículo 21. Elección y nombramiento de los Relatores y
las Relatoras. Las personas que integran la Oficina Nacional
de Prevención de la Tortura son nombradas por el Congreso
de la República, de una nómina de candidatos propuesta por
la Comisión de Derechos Humanos, luego de un proceso de
selección realizado por la Comisión de Derechos Humanos.
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura
En la primera elección de integrantes de la Oficina, la nómina
será de quince candidatos. En las elecciones subsiguientes,
el número de candidatos variará de acuerdo al número de
Relatores que deban ser electos, según vaya concluyendo
el período de los que fueron elegidos, debiendo siempre
proponer la Comisión de Derechos Humanos al Congreso
de la República tres candidatos distintos por cada Relator
que se deba elegir. De estos tres, el Congreso debe elegir un
titular y un suplente.
La convocatoria se publicará en el Diario Oficial y en los
medios de comunicación de mayor difusión del país, por
la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la
República, señalando todos los aspectos atinentes a la
misma, incluyendo los requisitos que las o los candidatos
deben cumplir, definidos por la presente Ley.
La convocatoria, selección y depuración de los candidatos
y candidatas será realizada por la Comisión de Derechos
Humanas del Congreso de la República.
El proceso de elección se realizará en el marco de lo estipulado en el Decreto Número 19-2009, Ley de Comisiones de
Postulación, en lo que fuere aplicable.
Artículo 22. Duración del mandato de los Relatores y
las Relatoras. Los Relatores y las Relatoras ejercerán su
mandato durante un período de cinco (5) años, pudiendo
reelegirse para un período más. En la primera elección que
se realice, el Congreso de la República designará por sorteo
a dos Relatores para un período de cinco años y a tres para
un período de tres años.
Artículo 23. Finalización del ejercicio del cargo de Relator
o Relatora. Son causas que finalizan el ejercicio del cargo de
los Relatores y las Relatoras, los siguientes:
1. Finalización del período de su gestión o nombramiento.
2. Renuncia.
3. Muerte, ausencia o incapacidad indefinida.
4. Condena por delito doloso, o incumplimiento a sus funciones, mandato o a los principios de derechos humanos
que rigen el trabajo de la Oficina Nacional de Prevención.
Las causas previstas en los numerales anteriores serán resueltas
mediante procedimiento establecido en el reglamento, presentadas al Congreso de la República a través de la Comisión de
Derechos Humanos del Congreso, a afecto que se declare la
finalización del ejercicio del cargo y nombre su sustituto.
Artículo 24. Presidencia de la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura. La Presidencia de la Oficina
Nacional de Prevención de la Tortura será ejercida por un año.
Cada Relator o Relatora ejercerá la Presidencia una sola vez
en la duración de su mandato. La Presidencia será ejercida de
forma rotativa y el orden será determinado por edad y que no
haya ejercido la Presidencia en un mismo período de elección.
Artículo 25. Funciones de la Presidencia. Son funciones de
la Presidencia de la Oficina Nacional de Prevención de la
Tortura:
a) Convocar las reuniones de la Oficina y presidir las mismas;
b) Someter a discusión de la Oficina todos los asuntos relevantes al desempeño de sus facultades;
c) Autorizar los nombramientos del personal técnico y administrativo de la Secretaría Ejecutiva de la Oficina;
d) Ejercer la representación de la Oficina a nivel nacional e
internacional; y,
e) Convocar las reuniones de la Oficina con el Consejo
Consultivo.
Artículo 26. Toma de decisiones. La Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura toma decisiones por consenso. De
no ser posible, las decisiones de la Oficina se tomarán por
mayoría simple.
Artículo 27. Delegados y delegadas. Para el adecuado ejercicio de sus funciones, la Oficina Nacional de Prevención
podrá crear sedes en el territorio nacional y nombrar delegados que desempeñarán las funciones que determine la
Oficina.
Artículo 28. Secretaría Ejecutiva. La Secretaría Ejecutiva
será dirigida por un Secretario Ejecutivo o Secretaria
Ejecutiva, en adelante el Secretario, seleccionado en un
proceso de oposición llevado a cabo por la Oficina.
El Secretario deberá ser profesional universitario, colegiado
activo, con experiencia en materia de gestión y administración y cumplirá las siguientes funciones:
a) Apoyar a la Oficina en la organización de su trabajo y
desempeño de sus funciones y atribuciones;
b) Asistir y llevar registro de las reuniones de la Oficina;
c) Notificar las recomendaciones o peticiones y demás actos
resolutivos de la Oficina a las entidades correspondientes;
d) Apoyar la preparación de los proyectos de trabajo, informes, acuerdos y presupuesto de la Oficina;
e) Tramitar la correspondencia de la Oficina;
f) Planificar, dirigir y coordinar el trabajo del personal de la
Oficina; y,
g) Ejecutar las tareas que le sean encomendadas por la Oficina
o el Presidente de la Oficina y las demás establecidas en
esta Ley y su reglamento;
El Secretario fungirá como representante legal de la
Oficina, tanto laboral, administrativa como extrajudicial y
judicialmente.
La Secretaría Ejecutiva deberá proponer los reglamentos
operativos a la Oficina Nacional para su aprobación.
La persona que funja como Secretario tendrá las incompatibilidades reguladas en el artículo 20 de la presenta Ley.
553
Compendio de Legislación Vigente en Materia de Derechos Humanos
CAPÍTULO IV
TÍTULO III
CONSEJO CONSULTIVO DE LA OFICINA NACIONAL
DISPOSICIONES FINALES Y TRANSITORIAS
DE PREVENCIÓN DE LA TORTURA
CAPÍTULO I
Artículo 29. Consejo Consultivo. La Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura contará con un Consejo Consultivo,
como órgano de asesoría.
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 30. Conformación. El Consejo Consultivo
se conformará por cinco (5) personas, elegidas para un
período de tres (3) años, propuestos por organizaciones de
la sociedad civil que trabajen en el campo de los derechos
humanos, específicamente en la prevención, erradicación de
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, o en la rehabilitación de las víctimas.
Artículo 31. Elección y nombramiento. Los miembros
del Consejo Consultivo serán designados por la Oficina
Nacional de Prevención de la Tortura, elegidos de una lista
de candidatos propuestos por organizaciones de la sociedad
civil que trabajen en el campo de los derechos humanos,
específicamente en la prevención, erradicación de la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, o
en la rehabilitación de las víctimas.
Artículo 32. Calidades e incompatibilidades. Las calidades e incompatibilidades de los miembros del Consejo
Consultivo serán las mismas que rigen para los integrantes
de la Oficina, a excepción de lo establecido en el literal c del
artículo 20 de la presente Ley.
Artículo 33. Convocatoria. La convocatoria para elegir a
los miembros del Consejo Consultivo la realizará la Oficina
Nacional de Prevención de la Tortura, por medio de convocatoria pública dirigida a las organizaciones de la sociedad
civil, que presentarán candidatos para este efecto.
Artículo 34. Funciones del Consejo Consultivo. Son
funciones del Consejo Consultivo las siguientes:
a) Asesorar, emitir opiniones y hacer recomendaciones sobre
el trabajo y la planificación anual de la Oficina; y,
b) Cuando la Oficina Nacional de Prevención lo considere
necesario, emitir opinión sobre situaciones o casos especiales que dicha Oficina le plantee, relacionados con el
ámbito de la competencia de la Oficina, previo a que ésta
decida sobre el particular.
Artículo 35. Reuniones del Consejo Consultivo. El Consejo
Consultivo se reunirá con la Oficina al inicio y al final del
año. Además, el Consejo Consultivo deberá reunirse de
forma ordinaria trimestralmente con la Oficina y de forma
extraordinaria las veces que considere necesario.
554
Artículo 36. Presupuesto de la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura. La Oficina deberá presentar
su proyecto de presupuesto al Pleno del Congreso de la
República, de acuerdo a los procedimientos internos de
éste y conforme las disposiciones legales establecidas para
el efecto.
El presupuesto de ingresos y egresos de la Oficina Nacional
de Prevención de la Tortura deberá ser autorizado y financiado por el Estado de Guatemala garantizando las partidas
necesarias para el cumplimiento de sus funciones.
Artículo 37. Patrimonio de la Oficina Nacional de
Prevención de la Tortura. El patrimonio de la Oficina
Nacional de Prevención de la Tortura estará integrado
por los bienes muebles, inmuebles y recursos materiales
que adquiera, incluyendo los aportes estatales, donaciones
nacionales e internacionales y cualquiera otra forma de asignación de fondos en el marco de la ley.
CAPÍTULO II
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 38. Primera convocatoria. Al entrar en vigencia
la presente Ley, la Comisión de Derechos Humanos del
Congreso de la República deberá, en el plazo de dos (2)
meses, realizar la convocatoria para el nombramiento de la
primera Oficina Nacional.
Artículo 39. Rendición de cuentas ante el Congreso de la
República. La Oficina Nacional de Prevención de la Tortura
y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
rendirá cuentas sobre el uso y administración de sus
recursos, mediante su Secretaría Ejecutiva, ante las instituciones del Estado que manda la Constitución Política de la
República de Guatemala y las leyes financieras, presupuestarias, patrimoniales, laborales y demás.
La fiscalización respectiva estará a cargo de la Contraloría
General de Cuentas.
Artículo 40. Nombramiento del primer Consejo
Consultivo. La Oficina Nacional de Prevención de la Tortura
nombrará al Consejo Consultivo, en un plazo que no exceda
los tres (3) meses a partir de su conformación.
Artículo 41. Reglamentación. Una vez conformada la
Oficina Nacional de Prevención de la Tortura, ésta dispondrá
de tres (3) meses para emitir el reglamento de la presente Ley.
Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura
Artículo 42. Vigencia. La presente Ley entrará en vigencia
ocho días después de su publicación en el Diario Oficial.
REMÍTASE AL ORGANISMO EJECUTIVO PARA SU
SANCIÓN, PROMULGACIÓN Y PUBLICACIÓN.
EMITIDO EN EL PALACIO DEL ORGANISMO
LEGISLATIVO, EN LA CIUDAD DE GUATEMALA, EL
SEIS DE OCTUBRE DE DOS MIL DIEZ.
JOSÉ ROBERTO ALEJOS CÁMBARA
PRESIDENTE
CHRISTIAN JACQUES BOUSSINOT NUILA
SECRETARIO
REYNABEL ESTRADA ROCA
SECRETARIO
PALACIO NACIONAL: Guatemala, dos de noviembre del
año dos mil diez.
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE
COLOM CABALLEROS
Carlos Noel Menocal Chávez
Ministro de Gobernación
Carlos Larios Ochaita
SECRETARIO GENERAL DE LA
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
555
ANEXO
Protocolo de Estambul
Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y
otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes
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