¿Desparasitamos bien a nuestras mascotas?

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Virbac News 2010 °
MV Fernando Doti
Director técnico
Los argentinos ¿desparasitamos poco a
nuestras mascotas?
El notable aumento del número de perros y gatos como animales de compañía en
los últimos años, coloca al Médico Veterinario en una destacada posición en la
orientación de los propietarios, en cuanto al diagnostico, tratamiento, control y
prevención de las enfermedades de estos animales.
Los problemas causados por los parásitos gastrointestinales, pulmonares,
cardíacos y por protozoários en la actualidad son mucho más comprendidos
debido al creciente conocimiento que hemos adquirido sobre sus sistemas
biológicos.
Métodos de diagnostico más sofisticados y no simplemente basados en la
presencia o ausencia de huevos en la materia fecal, nos permiten identificar con
mucho más precisión, la ocurrencia de los diversos tipos de parasitismo. En
cuanto a la detección de parasitismo por análisis coproparasitológico sigue siendo
fundamental para un adecuado diagnostico como así también para realizar
observaciones relativas a la condición clínica del paciente.
También un conocimiento multidisciplinario de la biología del parásito sobre el
huésped, ayuda en mucho a detectar este problema.
Por ejemplo hoy sabemos que las hembras de los parásitos no producen huevos
de manera constante, por la influencia de la inmunidad del huésped, de su dieta,
su estado fisiológico y hasta mismo la estación del año, la producción de huevos
así como el desarrollo de las larvas pueden ser parcial o completamente inhibidos
por largos períodos de tiempo.
Todos estos esfuerzos por conocer mejor el desarrollo del parasitismo animal,
intentan mejorar las condiciones de vida de las mascotas y principalmente de
evitar el potencial zoonótico que muchas de estas enfermedades tienen.
Los veterinarios debemos, así como otros profesionales del área de la salud, en
función de la emergencia de varias zoonosis, colocarnos en la primera línea de
defensa de la Salud Publica. Para eso debemos utilizar nuestros conocimientos
para desmistificar el desconocimiento y la superstición de la población en general
en lo que se refiere al control de estas enfermedades.
Todo este conocimiento adquirido tendría un menor significado aún si no se
hubiesen desarrollado mejores tratamientos para combatir estas
enfermedades.Estudios sobre farmacodinamia y farmacocinética de varias drogas
permitieron desarrollar compuestos altamente eficaces y de fácil administración
contra los principales endoparásitos de los animales domésticos.
En la actualidad una de nuestras principales estrategias de tratamiento y control
del parasitismo es una asociación de principios activos, que confieren al producto
un espectro de acción más amplio para que pueda ser utilizado en una gran
diversidad de situaciones.
¿Cómo desparasitamos en nuestro pais,
comparado con otros?
Un estudio realizado hace ya casi una década, determinaba que en nuestro país
se desparasitaba con menor frecuencia, que en paises como Brasil y Estados
Unidos.
El promedio de desparasitación anual en Argentina, arroja cifras de promedio de
desparasitación 1,2 veces año, mientras que en Brasil es de 1,8 veces y en USA
de 3 veces por año. Suponemos que hoy esa brecha puede haber aumentado más
aún, al menos contra Brasil debido al extraordinario crecimiento del mercado de
mascotas en los últimos cinco años en ese país.
Por otra parte la relación de facturación en dólares, en Brasil y USA, comparativa
entre ectoparasiticidas y endoparasiticidas está cercana al 1,5 / 1, es decir por
cada dólar y medio que se factura de productos ectoparasiticidas, se factura un
dólar de endoparasiticidas. Si tenemos en cuenta que en Brasil y gran parte de
USA las temperaturas promedio anuales, son más altas que en Argentina esto nos
llevaría a suponer condiciones ambientales más propensas para el desarrollo de
pulgas, garrapatas y ectoparásitos en general. En Europa con climas más
templados y frios, las estadisticas comparativas arrojan relaciones de 1/1 entre
ecto y endoparasiticidas.
En Argentina, el mercado de ectoparasiticidas para pequeños animales es 10
veces mayor que el mercado de endoparasiticidas. Si leyó bien, diez veces mayor.
¿Cuáles podrían ser las causas de esta enorme diferencia?
• El desarrollo del mercado de pipetas ectoparasiticidas, con publicidad
masiva dirigida al público
• El desconocimiento por parte de los dueños de las mascotas sobre la
importancia de los parásitos internos en el animal
• El desconocimiento de las posibles consecuencias o el potencial
zoonotico que amenaza a los humanos sobretodo niños que conviven
con mascotas y sus parásitos internos
• El preconcepto de los dueños de mascotas, asemejando la relación
parásitos/humanos, donde estos afectan mayoritariamente a los niños
y en menor proporción a los adultos, es transpolado a los perros, con
lo cual desconocen la necesidad de desparasitar a los perros adultos
• La poca comunicación del veterinario sobre la problemática que
acarrean los parásitos en los perros, gatos y sus dueños.
• La sobreprotección del cachorro y la desatención del perro adulto.
Podríamos escribir una numerosisima lista de causas y efectos, responsables de
la baja frecuencia de desparasitación de caninos en Argentina. Pensar que cada10
pipetas antipulgas que se colocan, solo utilizamos 1 tratamiento antiparasitario
para parásitos internos, es una señal de alarma para la profesión. Algo estaremos
haciendo mal.
¿Cual es mi opinión?
Hace un par meses atrás, dí una conferencia de capacitación sobre “Actualización
en Antiparasitarios y su correcto uso en perros y gatos” a un grupo de 15 colegas
que trabajan todos en diferentes turnos de un mismo hospital veterinario.
Comencé pidiendo a cada uno de los participantes, que escribiera en una hoja
cual era, a su criterio, un correcto plan de parasitación para el cachorro, para el
perro adulto y para el geronte. De alguna manera les estaba preguntando ¿Qué
plan de desparasitación recomiendas a tus pacientes?
Cada uno escribió convencido de que su plan era el correcto o el que más se
acercaba al plan ideal de desparasitación.
Incluyendo mi plan de tratamiento, sumamos 16 papelitos.
Transcrí uno a uno en una pizarra el contenido de los 16 papelitos y el grupo
estalló en carcajadas al comprobar que los protocolos terapeuticos de
desparasitación de 16 colegas, no coincidian en lo más mínimo.
Entre todos fuimos analizando algunos errores conceptuales en que habíamos
incurrido, también los preconceptos que llevamos muy arraigados. En otros casos,
se arrastraban errores conceptuales del período universitario, sumado a mensajes
confusos y muy pocas veces acertado de algunos laboratorios veterinarios y todo
eso, condimentados con un toque particular de mitos propios y ajenos que ha
manera de secretos caracteristicos de las recetas de cocina, agregabamos como
expertos gurmet a nuestra salsa de protocolos para desparasitar correctamente a
un canino.
No quisiera aburrirlos con las innumerables variables que se podían armar con 16
protocolos distintos, pero a manera de resumen, algunos recomendaban
administrar un atiparasitario de una sola toma, durante tres días seguidos, otros
daban una sola toma pero repetian a los 15 días. Unos cuantos recomendaban
desparasitar a los perros adultos una sola vez por año y otros hasta 10 veces en
el mismo periodo de tiempo. Algunos recomendaban media dosis dos días
seguidos y otros dosis entéras durante 3 días consecutivos.
Interesante discusión la que se generó y a la hora de las conclusiones lo primero
que surgió irrefutable fue: que 15 veterinarios que trabajan bajo el mismo techo
tienen 15 opiniones distintas de cómo desparasitar a un perro, ahora bien ¿que
mensajes se les estaba comunicando a los dueños de las mascotas? Si una
persona, asiste tres veces al mismo hospital para completar un plan de
vacunación en un cachorro y en cada oportunidad es atendido por un colega
diferente, recibe tres mensajes diferentes de cómo desparasitar a su perro:
…...Un perro adulto debe ser desparasitado 1 vez al año…
… ¿Quien le dijo eso? Un perro adulto debe desparasitarse como mínimo 6
veces al año…
Pongamonos por un momento en el lugar del dueño de la mascota.
¿Cual de las dos recomendaciones elijo?
¿Cuál es el veterinario que me está diciendo lo correcto? ¿Alguno de los dos
debe estar equivocado?¿Pueden estar los dos equivocados?
Despues de este tonto ejemplo, que les aseguro, es más frecuente de lo que todos
suponemos, afirmo que: si no sabemos o no estamos seguros de lo que queremos
comunicar, nunca lograremos convencer a quien nos escucha. Y si los
veterinarios no nos ponemos de acuerdo en algunos puntos básicos, con las
lógicas diferencias de criterio, corremos el serio riesgo de perde
credibilidad.
Que grado de credibilidad generamos en los dueños de las mascotas cuando el
antipárasitario interno lo expende el vendedor del mostrador, a quien le tenemos
que transmitir más de 100 veces lo que debe decir porque 99 se ha olvidado.
Convengamos que salvo excepciones, los vendedores de mostrador de las
veterinarias, no son técnicos de las ciencias biológicas.
¿Cuántos dueños de mascotas, solicitan en el mostrador el producto y evitan ser
atendidas por el veterinario, pensando que este le va a cobrar la consulta?, que
por otra parte sería lo más lógico que así lo hiciese.
El dueño de la mascota debe pensar, como lo hacen los habitantes de otros
países del mundo, los mismos que utilizamos de ejemplo como paradigmas del
respeto y el orden, que no le está preguntando al verdulero: sobre cual es el melón
maduro o si las manzanas que ofrece son realmente jugosas.
Le está preguntando a un profesional que dedico 10 años de su vida al estudio
con todo lo que ello implica, desde su costo, hasta el altísimo sacrificio que solo
una profesión como esta requiere.
A ese consumidor le comento que en países como Inglaterra, Francia y Alemania,
exigen a aquellos estudiantes que quieren ingresar a la carrera de Veterinaria, un
mayor promedio, en las calificaciones sus tres últimos años de secundario que
para ingresar a estudiar Medicina. A Veterinaria se ingresa con promedio 9 o 10,
mientras que para Medicina, exigen promedio 8. La nuestra sí que es una carrera
difícil y socialmente no se nos valora aún como merecemos.
Luego de leer esta nota seguramente existirán un sinúmero de opiniones distintas.
Pero tal vez nos haga refleccionar sobre nuestro propio rol en la sociedad.
El dueño de una mascota debe asumir la responsabilidad de cuidarla y de prevenir
enfermedades como las que ocasionan los parasitos internos que pueden afectar
tanto a la mascota como a los seres humanos que la rodea. No alcanza con una
simple pregunta creo que una consulta con el veterinario es lo que
corresponde.Y a mis queridos colegas, decirles que estoy convencido que
debemos repensar nuestro rol como sanitaristas y como comunicadores, para la
prevención de enfermedades en la sociedad.
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