P i e D i a b é t i c o EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIABETES MELLITUS Dr. Rodrigo Rovayo Prócel En el momento actual no existe alguna región en el mundo que no se vea afectada por el problema de la Diabetes Mellitus. En el año 2003 la población mundial de diabéticos tipo 2 era de 193 millones y la proyección para el año 2025 será de 333 millones, es decir un incremento de la enfermedad de alrededor del 70%. Una de los mayores aspectos a considerar respecto a la diabetes en el mundo es el aumento de la morbilidad y mortalidad relacionada con las complicaciones de la enfermedad, además es importante tomar en cuenta que las personas afectadas de diabetes tienen un marcado incremento del riesgo para desarrollar complicaciones microvasculares como la retinopatía, nefropatía o neuropatía así como también los problemas macrovasculares cerebrales como el ictus, la cardiopatía isquémica por afectación coronaria o la enfermedad vascular periférica asociada a la presencia de ateroesclerosis (1). Aproximadamente un 15% de todos los pacientes con Diabetes Mellitus desarrollarán algún tipo de ulceración a nivel de pie durante la evolución de la enfermedad. Este es uno de los problemas más importantes desde el punto de vista médico, social y económico en el mundo; sin embargo los reportes sobre las complicaciones como la ulceración y la amputación varían mucho dependiendo de la región. En los países de mayor desarrollo la incidencia anual de ulceraciones reportada es del 2%, en estos países es la causa más común de amputación no traumática; aproximadamente el 1% de personas con diabetes sufre una amputación de extremidades inferiores. La aparición de problemas en los pies del diabético no son inevitables o inherentes al hecho de ser diabético, por el contrario, la mayoría de las lesiones son absolutamente prevenibles, pero a pesar de ello el 25% de la población diabética en el mundo es susceptible de presentar algún tipo de lesión en sus pies durante el curso de la enfermedad; particularmente en 1 de cada 10 1 C a p í t u l o 1 diabéticos que en el momento de su diagnóstico presenta factores de riesgo para desarrollar esta complicación (2). El National Diabetes Data Group reporta en el año 95 un estimado de 57.000 a 125.000 amputaciones por año en Norteamérica, pronosticaron que el 5 a 17% de este grupo morirían durante la intervención y entre el 2 al 23% durante los 30 días posteriores a la amputación. Una nueva amputación ipsilateral requerirían en el 8 a 22% de los sobrevivientes y del 26 al 44% de otra amputación contralateral en los siguientes 4 años, disminuyendo absolutamente su calidad de vida. El 40% en promedio, de la totalidad del grupo superviviente, tendrían una sobrevida de 5 años y solamente el 25% de esta población superarían los 80 años de edad, disminuyendo entonces su esperanza de vida. Uno de los factores asociados al pie diabético y las úlceras del pie en particular es la neuropatía diabética, el 85% de amputaciones de miembros inferiores está relacionado a úlceras del pie cuya incidencia anual es del 2%. (3-4). Del 5 al 7.5% de las ulceraciones en el diabético están relacionadas con la neuropatía diabética periférica, este factor asociado a un pobre control metabólico, provoca una disminución del efecto protector que es la sensibilidad al dolor haciéndolo al que lo padece, más susceptible a las lesiones ulcerativas del pie. La triada neuropatía, deformidad y trauma está presente en los 2/3 de los pacientes con úlcera del pie en el diabético (5-6). La Diabetes Mellitus en el Ecuador es considerada actualmente como la epidemia del siglo, factores como la obesidad y el estilo de vida inadecuados están provocando un aumento en la prevalencia de esta patología considerada actualmente como la primera causa de muerte en nuestra población (INEC 2007). Epidemiológicamente, dentro de los factores de riesgo como la ceguera, insuficiencia renal y amputación de miembros inferiores, la diabetes mellitus es factor etiológico preponderante en nuestro medio. Las proyecciones epidemiológicas mundiales sobre su morbilidad involucran de una manera importante a nuestro país, por lo que las medidas para la prevención 2 P i e D i a b é t i c o y un adecuado control metabólico deben ser las metas del Equipo de Salud que atiende al paciente diabético a nivel institucional y privado. Un seguimiento prolijo por medio de normas y un protocolo apegados a nuestras necesidades son los instrumentos necesarios para conseguir los objetivos que garanticen la disminución de las complicaciones microvasculares, macrovasculares y de neuropatía periférica que en conjunto provocan la aparición de los problemas secundarios como es el caso del pie diabético en nuestro medio. BIBLIOGRAFÍA: 1. Diabetes control and complications Trial Research Group. The effect of intensive diabetes treatment on the development and progression of long term complications in insulin-dependent diabetes mellitus. The diabetes Control and Complications Trial. New Engl.J.Med.329,978-986 (2006). 2. Buolton A. Diabetic Foot; epidemiology, risk factors and the status of care. Diabetes Voice 50, 5-7(2005). 3. Consensus Development Conference on Diabetic Foot Wound Care: 7-8 April1999, Boston, Massachusetts. Diabetes Care1999;22:1354-60. 4. Reiber GE, Vileikyte L, Boyko EJ, et al. Causal pathways for incident lower-extremity ulcers in patients with diabetes from two settings. Diabetes Care 1999;22:157-62. 5. Abbott CA, Vileikyte L, Williamson S,Carrington AL, Boulton AJM. Multicenter study of the incidence of diabetes and predictive risk factors for diabetic neuropathic foot ulceration. Diabetes Care 1998;21:1071-5. 3 C a p í t u l o NOTAS 4 1 P i e D i a b é t i c o CONTROL ENDOCRINO METABÓLICO DE LA DIABETES MELLITUS Dr. Miguel Pasquel A. Dra. Marina Moreno M. La ADA (Asociación Americana de Diabetes) DEFINE a la “Diabetes Mellitus como una condición caracterizada por hiperglicemia resultando de una inhabilidad del cuerpo de usar la glucosa como energía.” DIAGNÓSTICO DE DM: Se diagnosticará como DM los siguientes casos: 1) Glucosa en ayunas: mayor o igual a 126 mg/dl por 2 ocasiones 2) Glucosa a cualquier hora del día mayor o igual a 200 mg/dl. 3) Glucosa a las 2 horas en un Test de tolerancia a la glucosa con 75g, mayor o igual a 200 mg/dl. CLASIFICACIÓN DE LA DM: La diabetes puede aparecer en cualquier momento de la vida, no se nace con diabetes, se puede nacer con riesgos familiares o genéticos, pero en la mayoría de los casos se requiere un factor detonante para su aparecimiento; puede aparecer temprano en la vida o en forma tardía, puede aparecer en forma súbita o solapada, características que permiten clasificarla en diversos tipos, cada una de los cuales es etiopatogénicamente diferente. TIPOS DE DIABETES • Diabetes Mellitus Tipo 1 • Diabetes Mellitus Tipo 2 • Otros tipos específicos • Diabetes Mellitus Gestacional DIABETES MELLITUS TIPO 1: Es aquella en la cual hay una falla absoluta de secreción de insulina, el cuadro clínico se desarrolla en forma abrupta ya que se produce una pérdida de insulina a consecuencia de la destrucción definitiva de la célula beta, secundaria a una sobre respuesta inmunológica, es un proceso autoinmune (celular y humoral, anticuerpos) que se desarrolla en una gran mayoría de casos en individuos con predisposición genética expresada en el sistema HLA. Se clasifica como: 1.- Tipo A: en la que se puede identificar un proceso autoinmune que destruyó las células β 2.- Tipo B: se le considera idiopática. Se la denominaba como diabetes insulinodependiente ya que la dependencia hormonal es de vida o muerte; afecta preferentemente a niños y adolescentes, pero puede aparecer a cualquier edad, es poco frecuente en nuestro medio. 5 C a p í t u l o 2 DIABETES MELLITUS TIPO 2: Es aquella que se caracteriza en la mayoría de casos, por una insulinoresistencia crónica que produce luego un déficit relativo de secreción de insulina, se la conocía como DM no insulinodependiente, afecta generalmente a las personas adultas mayores de 35 años, pero puede encontrarse también en niños y adolescentes con obesidad. Es la más frecuente en nuestro medio. Fisiopatología DM2: Este tipo de DM es el resultado final de alteraciones metabólicas secuenciales que determinan diversos grados de toxicidad (adipotoxicidad, lipotoxicidad, insulinotoxicidad, glucotoxicidad), se inicia en la mayoría de casos con obesidad, la cual es una enfermedad inflamatoria crónica que produce un sin número de citoquinas (TNF-α, interleuquinas, etc.), principalmente la obesidad troncular o central, la cual se asocia con un alto grado de morbi-mortalidad cardiovascular. La obesidad central y sus citoquinas determinan una insulino resistencia periférica (muscular, hepática, adipocítica), provocan una hiperinsulinemia compensadora que intenta mantener la normoglucemia, pero que se asocia con alteraciones lipídicas como hipertrigliceridemia, incremento de LDL pequeña y densa, hipertensión arterial, proliferación vascular endotelial, estrés oxidativo. Periodo que se puede expresar clínicamente como Síndrome Metabólico (obesidad abdominal. TG altos, HLD bajo, hipertensión y disglicemia). S. METABOLICO NORMAL OBESIDAD Una vez que esta insulino compensación (hiperinsulinismo compensador) se deteriora a causa de una sobrecarga de trabajo de la célula beta pancreática, 6 P i e D i a b é t i c o que provoca un aumento de apoptosis y progresiva exhaustación de la secreción de insulina, todo lo cual dejara de mantener el equilibrio glucídico, por lo tanto se desencadena primariamente una hiperglicemia postprandial sostenida, seguida posteriormente con aumento de glucemia matutina que será valorada como diabetes (> 126 mg/ dl). Por lo tanto la mayoría de los casos de DM2 es consecuencia del papel deletéreo de la obesidad, razón por la cual debería llamársela DIA-BESIDAD. Otros tipos específicos: en este grupo se incluyen todas las patologías que producen o se asocian con alteraciones metabólicas-hormonales que provocan hiperglicemias (diabetes secundaria), entre estas tenemos: defectos genéticos de la célula β, defectos genéticos en la acción de la insulina, enfermedades del páncreas exócrino, endocrinopatías, inducida por drogas o tóxicos, infecciones. Diabetes Gestacional (DG): es aquella que aparece en el curso de un embarazo aparentemente normal (5-10 % de los embarazos), como consecuencia de la respuesta inadecuada de la secreción de insulina al efecto hiperglucemiante de las hormonas placentarias, generalmente este tipo de DM desaparece después del parto, sin embargo las mujeres que desarrollaron DG pueden desarrollar DM en el futuro por lo que deben ser evaluadas. IMPORTANCIA DEL CONTROL GLUCÉMICO EN LA PREVENCIÓN DE LAS COMPLICACIONES: Durante décadas se pensó en forma inadecuada que el aparecimiento de la DM, era el inicio de una enfermedad deletérea y progresiva, en cuyo curso natural se iban a desarrollar complicaciones crónicas, que terminaban en postración física y psicológica. Sin embargo el desarrollo de la ciencia arrojó nuevos conocimientos, que cambiaron los conceptos fisiopatológicos de las llamadas complicaciones de la DM, ya que se demostró que era la hiperglicemia crónica la causante de las lesiones, además se desarrollaron nuevas posibilidades terapéuticas, que permitieron a los pacientes tener un control adecuado de la DM y así prevenir o retrasar la progresión de las complicaciones, que se presentan en los diabéticos mal controlados. COMPLICACIONES CRONICAS EN LA DIABETES MAL CONTROLADA La factibilidad de desarrollar complicaciones crónicas, esta en relación a la mala calidad de control metabólico (hiperglicemia), tanto en la DM1 como en la DM2, debiendo recalcarse que en cada tipo de DM, las lesiones o compromisos vasculares, neuropáticos que predominan, son diferentes. En la DM1 predominan las lesiones microvasculares y en la DM2 las lesiones macrovasculares. 7 C a p í t u l o 2 COMPLICACIONES CRONICAS EN LA DM1 Como se puede observar en el gráfico, en la DM1: el riesgo factible de desarrollar lesiones secundarias a la hiperglicemia, se inician sobre una base metabólica previa de total normalidad. Las lesiones serán una consecuencia directa de la toxicidad de la hiperglicemia secundaria a la ausencia de insulina, por lo tanto la insulinización adecuada y funcional que lleve a la euglicemia, son los factores determinantes en la prevención de lesiones, ya que el riesgo estará en relación directa con el control de la diabetes. IMPACTO DEL CONTROL METABOLICO EN DM1 En DM1 los resultados del estudio DCCT realizado en los años 80’s en USA, demostraron que el control metabólico intensivo (> 4 inyecciones/día) permite alcanzar y mantener niveles de la glucemia lo más cercano a lo normal (HbA1c <7%), meta que fue determinante para prevenir la presencia y progresión de la retinopatía, nefropatía y neuropatía diabética. Demostrando por primera vez la relación directa entre los niveles altos de HbA1c y la presencia de complicaciones de tipo microangiopático. 8 P i e D i a b é t i c o COMPLICACIONES CRONICAS EN LA DM2 A la inversa de la DM1, el proceso deletéreo metabólico que se desencadena en la DM2, se inicia 5 a 10 años previos al diagnóstico, con el aparecimiento de la obesidad y su proceso inflamatorio crónico que determina stress oxidativo, dislipidemia, disfunción endotelial, proliferación vascular, ateroesclerosis, hipertensión arterial, todas relacionas con el sistema vascular MACRO. A todo este cortejo macro vascular deletéreo que se presenta ya al debut de la DM2 se sumará el riesgo de la hiperglicemia crónica que determinará lesiones micro vasculares asociadas, por lo tanto es importante tener en cuenta que el fenómeno deletéreo en la DM2 es de predominio macro vascular (infarto, accidentes cerebro vascular, lesiones vasculares periféricas). 9 C a p í t u l o 2 En la DM2 los resultados del estudio UKPDS realizado en Inglaterra en los años 80-90’s demostraron que el mejor control de la glucemia previno las lesiones de tipo microangiopático en forma similar al estudio DCCT, pero además reportó que el control de la presión arterial en los pacientes con DM2 es tanto o más importante que el control glucémico, en la prevención y control de las lesiones de tipo macroangiopático (infarto, enfermedad cerebral, vasculopatía periférica). PIE DEL DIABETICO...MAL CONTROLADO El mal llamado pie diabético está basado en un falso paradigma, el cual sustentaba el aparecimiento o “curso natural de deterioro en diabetes”, que solamente justificaba el mal control de esta, ya que como pasaremos revista a continuación, no es la diabetes la culpable sino su mal control, por lo tanto deberá llamarse el “Pie del diabético Mal controlado”. FACTORES DE RIESGO DE LESIONES EN PIE Existen reportados varios factores de Riesgo de afectación del pie en el paciente diabético, entre los que están: Edad mayor de 40 años, sedentarismo, tabaquismo, obesidad, deformaciones de los pies (dedos en garra, juanetes, etc.), uñeros, onicomicosis, hiperqueratosis plantar, a los que se asocian, Diabetes de más de 10 años de evolución, 10 P i e D i a b é t i c o retinopatía diabética, mal control de la diabetes y nivel socioeconómico bajo. Siendo estos 2 últimos los más determinantes para su aparecimiento, evolución y pronóstico. FISIOPATOLOGÍA DE LA ULCERACIÓN PERIFÉRICA Como se puede ver en la gráfica, es la HIPERGLICEMIA el factor detonante del desarrollo de las úlceras en los pacientes diabéticos, por un lado la NEUROPATÍA ya sea sensitivo motora y o autonómica, que se manifiesta con pérdida de sensibilidad, algesia, dermatopatías, miopatías, y artropatías, todas las cuales facilitarán lesiones en extremidades principalmente inferiores. Por otro lado la hiperglicemia se sumará a las ya precedentes lesiones macrovasculares agravándolas y acelerando el proceso. El prototipo de paciente que presenta este tipo de lesiones es por lo general un diabético tipo 2 de edad avanzada, de escaso recursos que no tienen acceso al sistema de salud, educativo, económico y social, lo cual le impide tomar contacto temprano con profesionales de salud, acceso a medicación y adecuado tratamiento. EFECTO DE LA HIPERGLICEMIA EN EL DESARROLLO DE LAS COMPLICACIONES CRÓNICAS (microvasculares) DE LA DIABETES MAL CONTROLADA. La fisiopatología de la DM, esta relacionada fundamentalmente con la hiperglicemia crónica, debiendo recordar que en la DM1 esta se inicia al momento de su debut y por lo tanto no existen otros factores coadyuvantes o agravantes previos, a diferencia de la DM2 en que la gran mayoría de pacientes presentan hipertensión, dislipidemia, ateroesclerosis e hiperglicemia solapada que se presentan por años antes del diagnóstico de la DM2. Browlee, al evaluar los mecanismos deletéreos de la glucosa, los comparó con piezas de un rompecabezas que tienen un mecanismo común. Son 4 vías por las cuales la hiperglucemia induce daño, todas tienen que ver al final con aumento de la producción de radicales libres. Vias metabólicas deletéricas de la hiperglicemia: 1. 2. 3. 4. Aumento de la vía de los polioles Aumento de los compuestos de glicosilación final (AGEs) Activación de la vía de isoformas de la proteinkinasa C Aumento de la vía de las hexosaminas 11 C a p í t u l o 2 La hiperglucemia induce a que las mitocondrias aumenten la producción de radicales libres, hay depleción de DNA mitocondrial, además la hiperglicemia induce aumento de la producción de radicales libres de oxígeno en las células endoteliales. 1. Aumento de los polioles: Está vía es activada por la hiperglucemia en múltiples células y tejidos, el exceso de glucosa es metabolizado hacia sorbitol y fructosa por acción de oxidoreductasas, las cuales se acumulan en el interior de la célula, esto lleva a una disminución del mioinositol, que ha sido estudiado como un mediador importante en la velocidad de conducción nerviosa en los pacientes diabéticos. Por otro lado la disminución de mioinositol es un factor limitante en la síntesis de recambio de fosfoinositide de membrana, necesaria para la transducción de señales propias de proteína G vinculada con fosfolipasa C y menores valores de diacilglicerol. Además el mioinositol tiene efectos en las vías de transducción de señales y metabolismo de ácidos grasos, que pueden disminuir la actividad de la oxido nítrico sintetasa, las vías de lipooxigenasa/COX o ambos. Que generan alteraciones de óxido nítrico y prostaglandinas en los ganglios simpáticos, neuronas periféricas y vasos del endoneuro. 2. Aumento de los AGEs: Son moléculas que se forman a partir de la unión de las proteínas con la glucosa (glicosilación), pero a diferencia de proteínas de corta vida, las cuales mantienen una relación no enzimática y reversible con la glucosa como es el caso de la fructosamina y hemoglobina glicosilada, estos (AGEP) productos terminales de la glicosilación avanzada, ya no son reversibles y determinan respuestas humorales, acción de receptores, macrófagos, etc. que producen cambios oxidativos, y la glicosilación por si misma alterara la estructura, matriz, colágeno de las membranas proteicas determinando cambios en endotelios y glomérulo, etc.. 3. Activación de isoformas de proteinkinasa C: Por otro lado la expresión de superoxido dismutasa (MnSOD) ante hiperglicemia induce la activación de PKC e induce la activación de NFĸB, el más potente mediador inflamatorio. Los incrementos de PKC se asocian con el desarrollo de lesiones en retina y neuropatía. 4. Activación de hexosaminas: Es otra de las vías alternativas ante la hiperglicemia que se asocia con complicaciones, ya que por esta vía se incrementa la expresión genética de IGF-B1 y el PAI-1, los cuales actúan negativamente sobre los vasos sanguíneos, al parecer juegan un rol en el desarrollo de la nefropatía diabética y enfermedad cardiovascular. Por estos cuatro mecanismos se llega a producir un incremento final de radicales libres y oxidación de predominio intracelular, que pueden explicar el papel general de la hiperglicemia en la etiopatogenia de las complicaciones de la DM mal controlada. 12 P i e D i a b é t i c o MECANISMOS FISIOPATOLÓGICOS DE LA TOXICIDAD DE LA GLUCOSA Y LAS COMPLICACIONES EN LA DM MAL CONTROLADA Adaptado de Browlee Todos estos mecanismos determinan alteraciones funcionales y estructurales tanto a nivel de microvasculatura, nervios periféricos (fibras largas y pequeñas), disminución de respuestas humorales y celulares, factores que sumados pueden dar trastornos como el mal llamado pie diabético, ya que esta no es una condición de todos los diabéticos sino del PIE DE LOS DIABETICOS MAL CONTROLADOS. MECANISMOS DE LAS COMPLICACIONES MACROVASCULARES EN LA DM2 En el caso de la DM 2 existen diversos factores de riesgo y facilitadores de un temprano y más severo desarrollo de ateroesclerosis que se inicia 5 – 10 años previos al diagnóstico de la DM2, durante la etapa de sobrepeso y obesidad, que es una enfermedad inflamatoria crónica y no un simple factor de riesgo CV, ya que el adipocito determina una Adipo-Cito-Kino- toxicidad que determina insulino resistencia, trombogénesis, disfunción endotelial, hipertensión arterial, a los que se suma una Lipotoxicidad expresada por alteraciones de ácidos grasos libres y formación de lipoproteínas aterogénicas ( LDL pequeñas y densa), posteriormente se asocia una Insulina-toxicidad, consecuencia de una hiperinsulinemia compensadora a la resistencia periférica que se asocia con proliferación vascular, hipertensión, todos los cuales determinaran lesiones macrovasculares, que explican la mayor presencia de hipertensión, hipertrigliceridemia, HDL baja, aumento de LDL, insulino resistencia, de largos años de evolución previos al debut de la DM2. Finalmente se adicionará el papel deletéreo de la hiperglicemia Glucotoxicidad (stress oxidativo, daño endotelial, ruptura de membranas basales, glicosilación no reversible) que determinará lesiones de tipo MICROVASCULARES que explican las alteraciones y riesgo de desarrollar retinopatía, nefropatía y neuropatía. 13 C a p í t u l o 2 La gráfica siguiente resume los periodos de toxicidad en DM2, que se inician desde etapas tempranas de deterioro metabólico, sedentarismo, sobrepeso, obesidad, periodos en los cuales la glicemia esta aun normal. ETAPAS DE DESARROLLO DE LESIONES DE TIPO VASCULAR EN DM2 PROATEROESCLEROTICO MECANISMOS DETERMINANTES DE VASCULOPATIA EN DM Entre los diversos mecanismos que se asocian para el desarrollo de una vasculopatía temprana y severa en los diabéticos tipo 2 podemos citar: 1. Factores inflamatorios de la obesidad El adipocito secreta un sin numero de citocinas y factores vasculares entre los que se encuentran: TNF alfa, leptina, angiotensinogeno, angiotensina 2, renina, PAI-1, PCR, con implicaciones directas a nivel vascular. 2. Anomalías de las lipoproteínas Los parámetros lipídicos están alterados a consecuencia de la insulinoresistencia, que determina un incremento de producción de ácidos grasos libres, los cuales fomentan mas hipertrigliceridemia hepática que luego producirá cambios en el número y calidad de las LDL, dando como resultado LDL pequeñas y densas las que son mas aterogenicas. Es de anotar que las lipoproteínas pueden glicosilarse y oxidarse lo cual altera más su estructura haciéndolas más aterogénicas. LDL: pequeña densa Glucosilada y oxidada HDL: mas densa y glicosilada VLDL: con abundante colesterol 14 P i e D i a b é t i c o 3. 4. 5. 6. 7. Trombosis Adhesión y agregación plaquetaría, PAI-1, fibrinógeno aumentado. Glicosilación proteica Que altera otros factores como antitrombina III, colágeno, etc. Homeostasis alterada Alteraciones de proteínas del tejido conectivo A consecuencia de glicosilación definitiva de colágeno y heparán sulfato. Disfunción renal Presencia de microalbuminuria, el cual es un marcador de disfunción endotelial. 8. Disfunción endotelial Determinara problemas de flujo y alteraciones a nivel de la producción de oxido nítrico. 9. Cardiomiopatia 10.Hipertensión MECANISMOS DE LA HIPERTENSIÓN EN DIABETES. Entre los mecanismos que facilitan el desarrollo de la hipertensión arterial están los mismos facilitan el aparecimiento de la Diabetes tipo 2, entre los que se cuenta: 1. Obesidad (citocinas, pépticos y hormonas del SRA secretadas por el adipocito) 2. Sistema renina-angiotesina (SRA): toxicidad de la ANG II 3. Disminución del efecto vascular de la Insulina y la consiguiente disminución de la producción de oxido nítrico endotelial y su papel relajante vascular. 4. Leptina-toxicidad 5. Insulina resistencia y aumento de actividad del sistema nervioso simpático 6. Papel proliferativo del hiperinsulinismo y de IGF-1 en músculo liso vascular 7. Función natriurética de la insulina a nivel de tubulo renal Como puede observar, son un sinnúmero de factores y alteraciones metabólicas vasculares las que se suman en el riesgo de ocasionar lesiones ateroescleróticas más tempranas y más severas en los pacientes mal controlados, razón por la cual el simple control de la glicemia no lo es todo, debiendo extremarse el cuidado y control de los lípidos, de la presión arterial, del stress oxidativo, basados en que el riesgo cardiovascular en el diabético no infartado es similar al no diabético ya infartado, por lo tanto deberán tanto sus metas como su manejo ser las mismas que las de un paciente con alto riesgo cardiovascular o infartado. 15 C a p í t u l o 2 OBJETIVOS DEL CONTROL EN LA DIABETES: Como hemos referido, la DM2 es un acumulo de alteraciones de tipo macrovascular, (Hipertensión, dislipidemia, ateroesclerosis, stress oxidativo, insulinoresistencia) a los que finalmente se suma la hiperglicemia, por lo tanto el tratamiento racional de la DM2 deberá ser de tipo integral que tome en cuenta todos estos factores, razón por la cual se deberá tener metas claras y estrategia para el manejo y control de la glucosa, de la dislipidemia, de la hipertensión, de la obesidad. Terapias que deberán coordinar criterios para la prevención y control de alteraciones secundarias como nefropatía, neuropatía, oftalmopatía, infecciones, etc. a.- Control lipidico y vascular en la diabetes La dislipidemia, la hipertensión y la ateroesclerosis son componentes imbricados en la diabetes, los cuales exacerban los riesgos y facilitan las lesiones macrovasculares de la DM2, determinando que las lesiones sean más tempranas y más severas en los diabéticos mal controlados. ESTOS ANTECEDENTES NOS OBLIGAN A SER MAS AGRESIVOS EN EL CONTROL DE LOS PACIENTES CON DM EN RELACION A LA POBLACION GENERAL, por lo tanto las metas son mas bajas, similar a las que se busca en un paciente con enfermedad coronaria previa. Presión arterial LIPIDOS Colesterol Total LDL- colesterol Triglicéridos HDL-colesterol META Menos de 130/80 Mm/Hg Menos de 200 mg/dl. Menos de 100 mg/dl Menos de 150 mg/dl Más de 50 en hombres Más de 45 en mujeres Estas metas determinan que la gran mayoría de los pacientes con DM2, requieran múltiples fármacos para el control adecuado de la dislipidemia y la hipertensión arterial, existiendo medicamentos que parecen ser más beneficiosos en los diabéticos como son los IECAS, ARAS en el tratamiento de la Hipertensión arterial. El uso de estatinas y/o fibratos para la dislipidemia es necesario en la mayoría de los casos ya que los cambios en los estilos de vida generalmente son insuficientes para los objetivos. No se debe olvidar la necesidad del uso de fármacos para el control de la obesidad, tomando en cuenta que los pacientes con obesidad mórbida pueden beneficiarse del tratamiento quirúrgico. 16 P i e D i a b é t i c o b.- Control glucidico de la diabetes Como se ha demostrado, la hiperglucemia sostenida es uno de las mas importantes factores que determina el desarrollo de las complicaciones tardías por mal control, por lo tanto la meta en el tratamiento y prevención de las complicaciones es mantener la glucosa lo más cercano de lo normal, euglicemia. El valor normal de la glucemia fluctúa diariamente entre 70 y 100 mg/dl en ayunas (antes de cada comida grande), esta se incrementa después de cualquier comida, a valores nunca superiores a 140 mg/dl. En el caso de los diabéticos, la glucosa en ayunas y antes de comidas (preprandial) debería estar entre 70 y 120 mg/dl, mientras que a las 2 horas después de comer no debería pasar de 140-160 mg/dl, pudiendo aceptarse niveles superiores para personas mayores de 70 años o en aquellos pacientes en los cuales los riesgos de hipoglicemia sean altos (infartados, accidente cerebro vascular, personas que vivan solas, etc.). La hemoglobina glicosilada es el parámetro que permite conocer el promedio de las glicemias pre y postprandiales de los últimos 3 meses, y por lo tanto determina si el control que lleva el paciente es adecuado o no en el largo plazo, por lo tanto esta prueba deberá ser solicitada cada 3 meses para conocer el grado de control metabólico del paciente y según ese resultado realizar los ajustes en el tratamiento. La siguiente tabla determina la relación entre los niveles de HbA1c y la glicemia Correlación entre HbA1c y promedio de glicemias HbA1c 5 6 7 8 9 10 11 12 13 % Glicemias promedio 92 118 145 171 197 224 259 277 303 mg/dl Fluckiger R. Pasquel M 1986 Lo recomendable es que NO debe estar por encima del 7%, ya que este punto discrimina principalmente el riesgo de lesiones microvasculares, según lo recomienda la Asociación Americana de Diabetes (ADA) o no mayor de 6,5% según la Internacional Diabetes Federation (IDF), ya que se ha demostrada que mientras más alta se encuentre la HbA1c mayor riesgo de complicaciones crónicas. Otro examen que se puede solicitar, si esta disponible, es la fructosamina, que mide la glicosilación de la albúmina, cuya vida media es de 21 días, por lo tanto nos provee información del control glucémico en ese periodo de tiempo, y esta no deberá estar por encima de 285 mg/dl. 17 C a p í t u l o 2 En la siguiente tabla se resumen los criterios de control glucemico según diferentes organizaciones. Metas del Control glucémico TRATAMIENTO GLUCIDICO DE LA DIABETES MELLITUS: El tratamiento va a depender del tipo de diabetes que tenga el paciente. En la Diabetes Mellitus Tipo 1 y Diabetes Gestacional, la única opción terapéutica es la Insulina, administrada con esquemas intensivos, es decir, no menos de 3 inyecciones diarias, acompañadas de 4 o más controles de glucosa capilar, estos pacientes deben estar manejados por un especialista con experiencia. En la Diabetes Mellitus Tipo 2, la más frecuente en nuestro medio, la estrategia básica son cambios a un estilo de vida saludable (cambios en los hábitos alimentarios y actividad física, abandono del tabaco y alcohol) a lo cual se suman las diferentes estrategias farmacológicas incluida la insulina. PLAN DE ALIMENTACIÓN: Tiene como objetivo lograr y mantener un estado nutricional normal, mantener la glucemia, parámetros lipídicos normales, debe ser individualizado, y de preferencia elaborado por un profesional de la nutrición. DEBE RECORDARSE que NO EXISTEN DIETAS PARA DIABETICOS, lo que existen son DIABETICOS QUE REQUIEREN DIETAS SALUDABLES. El aporte calórico estará basado en el estado nutricional del paciente, es decir si tiene un IMC normal el objetivo será mantenerlo (1600-1800 calorías), si tiene sobrepeso u obesidad se buscará bajar de peso (nunca menos de 1200 calorías), y si esta bajo peso o desnutrido se buscará aumentar de peso (mas de 2000 calorías). La distribución calórica será normal, es decir el 50 al 60% del aporte calórico será dado por los hidratos de carbono, se debe eliminar los mono 18 P i e D i a b é t i c o y disacáridos (azúcar, miel, panela, y todo producto que lo contenga) ya que tienden a elevar más intensamente la glucemia que los polisacáridos. Los polisacáridos pueden consumirse sin exceso, se debe preferir los cereales integrales ya que proveen mayor cantidad de fibra. Las proteínas deben cubrir las necesidades individuales, no hay razón para dietas hipoproteicas. Debe evitarse los excesos de grasas sobretodo las saturadas o de origen animal (manteca vegetal, margarina, mantequilla, grasa de las carnes y aves), se recomienda no utilizar la fritura, apanado y brosterizado como método de cocción, No usar aceite de palma africana o coco. El consumo de al menos 2 a 4 porciones de vegetales y frutas al día facilitan el aporte de fibra y vitaminas. Actividad física, es un puntal del tratamiento, por lo general se recomienda caminar 30 minutos diarios, sin embargo no es suficiente para bajar de peso aunque los parámetros metabólicos pueden mejorar. La actividad física debe ser prescrita tomando en cuenta las características individuales de los pacientes, es decir edad, género, capacidad física (flexibilidad, extensión, respuesta cardiovascular, etc.), presencia o no de complicaciones crónicas, estado nutricional, entre otros. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO: El tratamiento farmacológico esta encaminado a mantener los niveles normales de glicemia (EUGLICEMIA) en concordancia con los adecuados hábitos de alimentación y actividad física. Una vez que la DM2 se genera por dos grandes procesos fisiopatológicos: insulino resistencia periférica y falla definitiva y progresiva de las células beta, el tratamiento farmacológico estará destinado a disminuir la resistencia a la insulina y a estimular la secreción pancreática, estrategia que se viene desarrollando desde 1960 (sulfonilurea y metformina). En los últimos años el arsenal terapéutico para el tratamiento de la DM2 ha aumentado considerablemente, tanto en número de fármacos como de mecanismos de acción, dándonos mayores posibilidades para elegir el más adecuado para cada caso, así como realizar diferentes combinaciones. Entre los grupos de fármacos disponibles están: 1.- Secretagogos 2.- Metformina 3.- Glitazonas 4.- Inhibidores de alfa glucosidasa 5.- Incretinas (analogos GLP-1 e Inhibidores de DPP IV) 6.- Insulina 19 C a p í t u l o 2 1. SECRETAGOGOS.A todos los fármacos que estimulan la secreción de insulina preformada, se los conoce como secretagogos, por este efecto farmacológico se usan cuando se necesita aumentar la disponibilidad de insulina, y lo hacen a través de los canales de potasio ATP dependientes de la membrana de la célula β. Pertenecen a este grupo las conocidas sulfonilureas. Las sulfonilureas han sido usadas por mas de 60 años, son eficaces en bajar la glucosa sin embargo pierden su efecto con el tiempo, producen aumento de peso e incrementa el riesgo de hipoglicemia y aparente enfermedad cardiovascular, con estos fármacos se espera una reducción del 1,5 % de la hemoglobina glicosilada. Se pueden distinguir 2 grupos: 1. Primera generación: glibenclamida, glicazida, gliburide y 2. Segunda generación: glimepirida, Las diferencias entre ellas está principalmente en el tiempo de acción y vía de eliminación, siendo la glimepirida la más segura en función de riesgo de hipoglicemia. Las Meglitinidas actúan igual que las sulfonilureas pero en forma mas rápida, pertenecen a este grupo la repaglinida y nateglinida, estas se unen en diferente receptor pancreático que las sulfonilureas, tienen una vida de acción más corta que estas y deben ser administradas con cada comida, la hipoglicemia y la ganancia de peso es menor que la observada con las sulfonilureas y se espera un reducción de 0,7% en la HbA1c. 2. METFORMINA.Es un fármaco cuyo efecto es ayudar a controlar la hiperglucemia de la DM2, a esta droga se la conoce desde los años 60, y a sido mundialmente utilizada con gran experiencia desde hace muchos años, a pesar de que la FDA de USA le retiro del mercado por posibles riesgos de acidosis láctica. Luego de los resultados del estudio UKPDS, el mas importante realizado en DM2, se reconoció el potencial de la metformina en el tratamiento de la DM2 y es en la actualidad el fármaco de primera línea en todo esquema internacional. El mecanismo de acción de la metformina se ejecuta principalmente en el hígado, inhibe la producción hepática de glucosa, disminuye la concentración plasmática de ácidos grasos libres y retarda la oxidación de los lípidos. Además disminuye la resistencia periférica a la insulina al aumentar la captación de glucosa mediada 20 P i e D i a b é t i c o por la hormona, su efecto parece darse por aumento en el número y afinidad de los receptores de insulina, aumento de actividad de la cinasa del receptor de insulina, aumento de la expresión genética de los GLUT-4. También se ha reportado efectos sobre los parámetros lipídicos sobre todo en triglicéridos, y a la inversa que las sulfonilureas no tiene efecto sobre el peso. La dosis es variable según el paciente entre 250 a 2500 mg/día, teniéndose como dosis efectiva promedio entre 1500 a 2000 mg/día, Entre los eventos adversos, los trastornos digestivos (flatulencia, diarrea, dolor abdominal) son los más frecuentes y pueden ser desde leves hasta severos, en cuyo caso se debe bajar la dosis o suspender el medicamento si es necesario. Con el uso de metformina se espera una reducción de hasta 1,5% de la HbA1c. 3. GLITAZONAS.Las thiazolidinedinas (TZD) son fármacos relativamente nuevos que actúan en y con las célula grasa a nivel nuclear, se los considera antihiperglucemiantes, ya que disminuyen la resistencia a la insulina en el músculo, hígado y tejido adiposo, a través de la activación de los receptores nucleares PPARγ, los cuales al ser activados aumentan la transcripción de genes, entre los cuales se destaca los de diferenciación del adiposito, homeostasis de lípidos y acción de insulina, transportadores de glucosa GLUT1 y GLUT 4. Se le reconocen efectos tanto glucémicos (disminución de insulino resistencia entre 35-70%) como no glucémicos: aumento de HDL-C, Disminución de triglicéridos y ácidos grasos libres. Efectos Vasculares tales como mejoramiento de la función endotelial, disminución de la resistencia periférica, disminución de los marcadores de inflamación, etc.). El efecto sobre la glicemia se produce lentamente sobre 1 a 2 meses, se espera una disminución de la HbA1c de 1,5 a 2% a largo plazo. Existen 2 preparados en el mercado, Rosiglitazona y pioglitazona. Se debe tener precaución de no prescribir en pacientes con antecedentes de insuficiencia cardíaca, ni en pacientes con trastornos hepáticos, durante los 6 primeros meses de usos se debe vigilar estrechamente la función hepática. Entre los eventos adversos se pueden anotar el aumento de peso, retención de líquidos, edema pretibial, leve incremento de osteoporosis y riesgo de fracturas. 4. INHIBIDORES DE Α GLUCOSIDASA.Inhiben de forma competitiva las enzimas del borde en cepillo del intestino delgado, con lo cual la absorción y digestión de los carbohidratos son retardados y prolongados, disminuyendo la glucosa posprandial, también inhiben la secreción de algunos péptidos intestinales, tienen un efecto moderado sobre la glucemia, se espera una reducción del 0,5% de la HbA1c. No produce hipoglicemia y no afecta el peso. Entre los efectos adversos se ha 21 C a p í t u l o 2 reportado: distensión abdominal, flatulencia, diarrea, borborigmos, en el 50% de los pacientes, por lo que se recomienda iniciar con dosis bajas. 5. INHIBIDORES DPP IV.Estos fármacos están destinados a incrementar los niveles activos de hormonas gastrointestinales secretadas durante la alimentación como son GIP y GLP-1, esta última tiene un efecto dual: 1. Potencializan la secreción pancreática de insulina ocasionada por la hiperglicemia. 2. Simultáneamente disminuye la inadecuada secreción de glucagón la que contrarresta el efecto de la insulina. La combinación con metformina potencializa y mejora sus efectos. USO RACIONAL DE LOS FÁRMACOS PARA EL CONTROL GLUCIDICO Entre los factores etiopatogenicos de la DM2 se cuenta en primer lugar una insulinoresistencia por lo general secundaria a procesos inflamatorios asociados con la obesidad y en segundo lugar con un fracaso progresivo de la secreción de insulina, factor sin el cual no aparecería la DM2, si este es el conocimiento actual, el tratamiento fisiopatologico de la DM2 deberá contar con estos 2 causales. Es por eso que se propende el uso de terapia combinada incluso desde el diagnóstico, e inclusive se plantea el uso de insulina lo más temprano posible, con lo cual se permitiría un mejor control y preservación de las células β. Basados en estos conceptos se ha planteado el siguiente algoritmo, al cual le hemos hecho algunas adaptaciones. Algoritmo del Manejo inicial de Diabetes Tipo 2 Tabla 1.- Estrategias farmacológica en el tratamiento del paciente con Diabetes Mellitus tipo 2 recién diagnosticado 22 P i e D i a b é t i c o Pacientes de reciente diagnóstico Si HbA 1c 6% - 7% Inciar con monoterapia Opciones: Metformina Tiazolidinedionas Secretagogos Inhibidores Dipeptidyl - peptidase 4 Monitorear y ajustar dosis por 3 meses Considerar Terapia combinada si no se alcanzan objetivos de glicemia.en 2 a 3 mese s Cuando HbA 1c > 7% Iniciar terapia combinada Opciones: Secretagogo + metformina Secretagogo + thiazolidinediona. Tiazolidinediona + metformina Tiazolidinediona + secretagogo Metformina + inhibidor DPP IV Secretagogo + metformina + thiazolidinediona Iniciar terapia con insulina cuando la HbA 1c sea mayor de >10% Opciones: Insulina rápida o análogo de acción rápida más insulina NPH o análogo de acción prolongada . Premezclas de insulina. 23 C a p í t u l o 2 6. INSULINOTERAPIA EN DM2 Insulina.- Desde su descubrimiento en 1922, se cambió las perspectivas de la diabetes en el mundo, desde entonces hasta el momento actual se han desarrollado nuevas insulinas y dispositivos de administración con la finalidad de lograr una insulinización exógena lo más cercano a lo fisiológico. * INSULINO DEPENDENCIA Desde nuestra perspectiva y en función de un adecuado control y normalización de la glicemia, podemos decir que todo paciente diabético pasara a ser un diabético insulino dependiente, en el tipo 1 tendrá una dependencia temprana, mientras que en el tipo 2 tendrá una dependencia tardía si realmente queremos tener un buen y excelente control de la glicemia, como veremos a continuación Clásicamente se ha definido al tipo de DM que presenta en forma súbita una perdida de insulina, como DM INSULINO DEPENDIENTE, cuadro conocido actualmente como DM 1 en el cual el uso de insulina es OBLIGATORIO Y PERMANENTE, ya que de su presencia dependerá la vida del individuo, por lo tanto podemos hablar de una dependencia temprana o desde el inicio de la DM, Mientras que en el caso de la DM2 que se presenta inicialmente como una DM que responde a medicación oral o NO INSULINO DEPENDIENTE al inicio, el requerimiento de insulina o la dependencia tardía llegara a partir de los 10 años de evolución de la enfermedad, ya que inexorablemente la secreción de insulina se ira paulatina y progresivamente perdiendo, hasta llegar a requerir la ayuda de la insulina para complementar el tratamiento. 24 P i e D i a b é t i c o * INSULINO REQUERENCIA Podríamos definir 2 etapas en el tratamiento de la DM2: 1. Una etapa temprana ( menos de 8-10 años de evolución) en la que los pacientes con DM2 todavía poseen algo de insulina, ya que desde su debut existe una perdida importante de las reservas pancreáticas tal es así que el uso de insulina NO ES IMPRESCINDIBLE O DE VIDA O MUERTE desde el inicio, pero puede ser requerida en forma transitoria en casos de enfermedades graves, procesos infecciosos, infarto de miocardio, o cualquier condición que requiera hospitalización, periodos en los cuales se requiere un control rápido y estricto de las glicemias. Dependiendo de los casos se puede combinar medicación oral más insulina o suspender los hipoglicemiantes orales e iniciar insulina plena. 2. Una etapa tardía: mas de 10 años de evolucion de la dm2, etapa en la que una gran mayoría de pacientes con DM2 ya no responden a dosis adecuadas y altas de medicación oral, consecuencia de la deficiencia de respuesta y secreción pancreática que se vino desarrollando progresivamente, recordando que la medicación oral no baja las glicemias en forma directa, sino que actúa a través de la insulina restantes del organismo y por lo tanto mientras exista secreción de insulina la medicación oral actuará, cuando la secreción de insulina cae a menos del 10% se llega a una falla definitiva de la medicación oral y el requerimiento permanente de insulina. * INSULINOTERAPIA TRANSITORIA O INTERMITENTE Durante la evolución de la DM2, se pueden presentar periodos que alteren el equilibrio entre sensibilidad y producción de insulina y por lo tanto deterioren su control, lo cual obligara a cambiar la estrategia de tratamiento, hasta que estos factores sean controlados. Por otro lado la no compensación aguda, rápida o eficiente de la glicemia impedirá la recuperación, cura o mejoría de la condición asociada. FACTORES DE DETERIORO TRANSITORIO Entre los factores de deterioro de la glicemia se encuentran: a) Enfermedades intercurrentes: Infecciones, traumas, etc. b) Medicación c) Procesos médicos agudos (clínicos y quirúrgicos) d) Embarazo Como se podrá suponer, las variaciones de la glucosa se harán evidentes tan solo si se realiza autocontrol y monitoreo de glucosa en forma rutinaria en el hogar, y es de recordar que en estos periodos se debe intensificar el auto monitoreo. 25 C a p í t u l o 2 Enfermedades intercurrente: Se entiende a toda patología aguda que se adicione a la DM tipo 2. Dependiendo de la severidad, el manejo será ambulatorio o intrahospitalario. Debe valorar su transferencia para manejo de nivel superior. Cirugia: La insulinoterapia en necesaria en caso de cirugía mayor, que requiere anestesia general, y la glucosa esta sobre 180 mg/dl. Si el paciente usa ADO estos deben suspenderse el día de la cirugía. De preferencia el paciente debe ser operado en las primeras horas de la mañana. Se recomienda monitoreo de glucosa capilar cada hora en el transoperatorio y valorar su manejo posoperatorio con insulina s.c o incluso infusión IV. Estos casos deben ser manejados en II o III nivel de atención. Durante todos estos procesos, se altera el equilibrio metabólico previamente controlado por los fármacos orales, determinando un incremento de los niveles de glucemia, lo cual empeorará el proceso de la enfermedad intercurrente tanto en su evolución y recuperación (menos defensas, menos cicatrización, mas infecciones, etc.), la que no mejorara si no se instaura un tratamiento agresivo de la glicemia para evitar la glucotoxicidad aguda, tanto en ayunas como post prandial. * TRATAMIENTO COMBINADO (ADO mas insulina) En el caso de la diabetes mellitus tipo 2, el objetivo glucidico es tratar de mantener los niveles de la glucosa tanto pre y post prandiales lo mas estable y cercano a lo normal, lo cual se expresa en niveles de Hb glicosilada (HbA1c) inferiores a 7 % . De acuerdo a la historia natural de la DM2, en la mayoría de los casos esta tiene 2 grandes factores etiológicos: inicialmente una insulino resistencia que determinará una posterior declinación de la producción de insulina, lo que explica que al diagnóstico de la DM2 tan solo un 50% de la producción pancreática de insulina este presente, la misma que declinará en forma inexorable en los siguientes 10 a 15 años, hecho demostrado en el estudio UKPDS hace más de 10 años. 26 P i e D i a b é t i c o Por otro lado, el mismo estudio demostró que toda monoterapia oral para el control de la glicemia (sulfonilureas, metformina, insulina), solamente sirve en los primeros años de evolución, tanto es así que a los 3 años de la DM2 tan solo el 45 % de los pacientes mantienen HbA1c < 7%, lo que se agrava a los 6 y 9 años con respuesta de solo un 30 y un 15% respectivamente. Estudios últimos, como el estudio ADOPT vuelven a demostrar que la monoterapia con nuevas drogas (glimepirida, metformina, rosiglitazona), la respuesta es transitoria. Con estos antecedentes se explica en forma concreta que la monoterapia en DM2 no sirve en la mayoría de casos, por lo tanto la terapia deberá ser abordada en función de los factores causales de la DM2, lo que determina el uso temprano de terapia combinada, que mejore por un lado la sensibilidad a la insulina y por otro lado que estimule la secreción de insulina (secretagogos o incretinas), lo cual explicaría el uso temprano de “combos” para el manejo de la DM2. Independiente del tipo de tratamiento elegido, inexorablemente tendrá que incrementarse la dosis y el número de fármacos para mantener un nivel de HbA1c Inferior al 7%. Esto funciona en la mayoría de casos durante los primeros 10 años de evolución de la DM, luego de este periodo la producción de insulina es insuficiente para mantener la normalidad de la glicemia tanto en ayunas como postprandial, lo que obligará a iniciar una terapia concomitante de ADO con insulina, ya sea en forma intermitente, transitoria o en forma definitiva (fallo secundario), lo cual tendrá que valorarse con el cuadro clínico. * USO DEFINITIVO DE INSULINA EN DM2 El uso de insulina definitiva en DM2 se instaura cuando no se logra un control de la glucosa a pesar de dosis máxima de dos o más fármacos por vía oral. Esto sucede luego de 10 o mas años de la diabetes. FACTORES DE DETERIORO DEFINITIVO a) Falla renal b) Complicaciones tardías: retinopatía, neuropatía c) Fallo secundaria definitiva (insuficiencia de producción de insulina por larga duración de diabetes). a) nefropatia: En los casos de nefropatía clínica moderada y severa, se debe suspender los ADO, ya que tienden acumularse por déficit de metabolización de producto y/o de sus metabolitos y en el caso de la sulfonilureas pueden producir hipoglicemia severa y prolongada. Por otro lado también se altera la metabolización y clearance de la insulina lo que determina incremento de las concentraciones y tiempo de acción de la hormona, hecho que debe tomarse en cuenta. Debe ser referido para su control y tratamiento a un centro de nivel terciario, para manejo insulinico permanente. 27 C a p í t u l o 2 b) complicaciones tardias de la diabetes: En el caso de pacientes que presenten lesiones relacionas a un mal control como es la retinopatía, neuropatía autonómica, neuropatía periférica dolorosa, el control metabólico deberá intensificarse, por lo tanto debe ser referido a un nivel superior de atención, para manejo definitivo con insulinas. CUADRO DE EVIDENCIAS CLINICAS CON INSULINA EN DM2 c) terapia insulinica definitiva: la terapia insulinica permanente se instaurará cuando exista un fallo secundario definitivo que expresa una falla de secreción pancreática definitiva, la que se manifiesta como deterioro agudo de la glucosa al intentar suspender la insulina. COMO VALORAR EL REQUERIMIENTO DEFINITIVO DE INSULINA DETERMINACION DEL PEPTIDO C La única forma de poder valorar la reserva insulinica, es determinar los niveles del péptidos C, la que se basa en la valoración de una de las cadenas del precurso de la insulina como es la proinsulina, la que mantienen 3 péptidos, A y B al unirse conformaran la insulina y el restante es el péptido C, que se secreta a la sangre en forma equimolar a la insulina, razón por la cual su determinación expresa la secreción pancreática de la hormona. Entre las condiciones requeridas para su real valoración en ayunas, esta la suspensión de todo tipo de insulina de acción larga en la noche previa, ya que esta bloqueara la secreción matutina. Además se deberá determinar simultáneamente los niveles de glicemia, para poder correlacionarlos, ya que la medición aislada no valora adecuadamente la función pancreática. Para valorar la reserva pancreática, se diseño un estudio (Pasquel M. 1986) del cual se dedujo la fórmula de Índice de péptido C, el cual valora las necesidades de insulina exógena definitiva en DM2 con falla a ADO, el cual podría utilizarse para valorar el requerimiento definitivo de insulina en DM2 con falla secundaria a medicación oral combinada, si el resultado es inferior a 55. 28 P i e D i a b é t i c o MANEJO DE LA INSULINOTERAPIA Para iniciar insulina es importante tomar en cuenta algunas consideraciones: 1. Tipos de insulina. 2. Farmacocinética de los distintos tipos de insulina. 3. No se puede prescribir insulina sin recomendar autocontrol de glucosa capilar. 4. Los efectos adverso de la insulina (hipoglicemia). 5. La insulinoterapia debe ser ajustada al plan de alimentación y actividad física. En la actualidad se dispone insulina humana de 100 UI por cc., ya no se dispone insulinas porcinas o bobinas, ni concentraciones de 40 u 80 UI/cc. Se clasifican de acuerdo al inicio y tiempo de acción. Se han introducido en los últimos 15 años los llamados análogos de insulina que se caracterizan por que se han modificado la secuencia de aminoácidos de la molécula de insulina con la finalidad de modificar su tiempo de acción. En la siguiente tabla se pueden ver los diferentes tipos de insulina disponibles en el mercado. 29 C a p í t u l o 2 Con las distintos tipos de insulina disponibles se pueden realizar diferentes esquemas dependiendo del tipo de paciente, del tiempo de evolución de la DM, de las condiciones socioeconómicas. INSULINOTERAPIA BASAL EN LA PRÁCTICA DIARIA En estos casos de resistencia transitoria a la medicación oral, lo que existe es un incremento de glucosa matutino y general a consecuencia de una falta de una mayor concentración que controle el efecto hiperglicemiante del ritmo circadiano hormonal matutino y una mayor resistencia celular exacerbados por estos procesos. ALGORITMO DE MANEJO DE INSULINA BASAL Cuando no se logra un control glicémico (ayunas menos de 120 mg/dl o 2 horas postprandial inferior a 160 mg/dl) o no se logra mantener un control a largo plazo con HbA1c inferior a 8 %), a pesar de estar utilizando una dosis adecuada de medicación oral que integre un secretagogo (glibenclamida:10-15 mg/día, glimepirida: 8 mg/día, gliclazida MR 4 tab./día) mas un insulino-sensibilizador (metformina 2000 mg/día, rosiglitazona 8 mg/día, pioglitazona 45 mg/día), es necesario la adición de una insulina basal. PRIMERA FASE: MEJORIA MATUTINA Ante estos casos de no compensación metabólica, la primera respuesta terapéutica es la adición de una insulina de acción “larga” de preferencia en la noche, para que el efecto sea una mejoría de la glicemia matutina, que sirva de sustento a la acción de la medicación oral que incluso tendrá que incrementarse mientras dure el proceso. Se requiere utilizar insulinas de acción prolongada, pudiendo ser insulinas de tipo intermedio (NPH) o de acción larga sin pico de acción (insulina glargina estable por 24 hs) o detemir (estable por 12 hs). La única insulina que tiene un estudio de titulación para su manejo es la glargina con el estudio AT-LANTUS, en el que se encontró que la dosis inicial debería ser de 10-14 unidades a la noche, con incrementos de 2 unidades cada 48-72 hs si la glicemia matutina no se logra mantener bajo de 100 mg/dl, esquema que puede ser utilizado también con la insulina NPH. Estudios que compararon la adición de estas insulinas (ya sea glargina como NPH) ya sea a sulfonilurea (secretagogo) como a metformina (insulinosensibilizador), demostraron que la calidad de control fue similar, mientras que la calidad de vida expresada con el riesgo y presencia de hipoglicemia siempre fue inferior con el uso de la glargina. 30 P i e D i a b é t i c o La adición de una insulina basal nocturna es factible con un secretagogo, un sensibilizador o con ambos, tomando la precaución de quizás disminuir la dosis nocturna de la tabletas. Si con esta adición se logra estabilizar el control tanto matutino como post prandial, esta es la terapia momentánea, pero si a pesar de lograr una mejoría matutina (glucosa entre 80 a 120 mg/dl), las glicemias post prandiales o vespertinas se mantienen altas (sobre 160-180 mg/dl), esto demostraría que los secretagogos ya no logran estimular la secreción de insulina postprandial que permitiera el control metabólico. SEGUNDA FASE: CONTROL DE GLICEMIA POST PRANDIAL Si las glicemias post prandiales se mantienen elevadas a pesar del uso de secretagogos en dosis adecuadas, se demuestra que la respuesta insulinica es inadecuada y se requerirá suspender la medicación oral y pasar a utilizar insulina de acción rápida preprandial, por lo que este paciente deberá ser referido a un nivel de atención superior (especialidad). Este tipo de tratamiento es el recomendado en casos de pacientes hospitalizados con proceso transitorios de descompensación aguda (infecciones, cirugías, etc.) En una buena mayoría de casos, la respuesta insulinica se restablece cuando se logra la compensación de la glucosa luego de eliminarse la causa transitoria de la resistencia insulinica y que depende de la reserva pancreática, lo que permitirá el valorar la suspensión paulatina de la administración subcutánea de la insulina. La Insulinoterapia intensiva que es la que ha demostrado permite alcanzar un mejor control metabólico se realiza combinando una insulina NPH o un análogo de acción prolongada con 3 o más dosis de insulina de acción rápida o un análogo de acción rápida. Lo cual permite realizar los ajustes de la dosis dependiendo de caso. Las mezclas de insulina no permiten esos ajustes, por ello usamos en muy pocos casos. 31 C a p í t u l o 2 BIBLIOGRAFÍA: 1. INEC, Anuario de estadísiticas Vitales, 2007. 2. American Diabetes Association, Summary of Revisions for the 2009, Clinical Practice Recommendations Diabetes care, Vol 32, suppl, january 2009. 3. AACE Diabetes Mellitus Clinical Practice Guidelines Task Force, Endocrine practice. Vol 13 (Suppl 1) May/June 2007. 4. Diabetes Control and Complications Trial Research Group. The effect of intensive treatment of diabetes on the development and progression of long-term complications in insulin-dependent diabetes mellitus. N. Engl. J. 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Para el diagnóstico y manejo del pie diabético complicado se justifica un recordatorio de la anatomía regional del miembro inferior, que facilite al estudiante de pregrado y posgrado y al médico general el conocimiento fisiopatológico en la evolución de esta enfermedad especialmente en lo relacionado a los componentes neurovasculares que la diabetes mellitus determina en estos enfermos. SISTEMA OSEO DEL MIEMBRO INFERIOR Y CADERA Anatómicamente el miembro inferior esta constituido por: 1) cadera, 2) muslo, 3) rodilla, 4) pierna y 5) pie. La cadera une al miembro inferior con el tronco. Está formada por un solo hueso, el iliaco o coxal. El hueso sacro y el cóccix junto a los huesos iliacos forman la pelvis. El hueso iliaco es plano, ancho y torcido sobre su eje principal, de manera similar a las aspas de una hélice; está dividido en tres segmentos: 1) superior, denominado ala iliaca o ilion, 2) medio, denominado cavidad cotiloidea o acetábulo, que es estrechado y excavado en su parte externa por una cavidad articular y 3) el inferior, conocido como agujero isquiopubiano, que forma los bordes de este amplio orificio. La mitad anterior de dicho orificio óseo la forma el pubis y la mitad posterior está formada por el isquion. Fig. 1 Huesos de la cadera 35 C a p í t u l o 3 Anatomía ósea del muslo El fémur, único hueso del muslo, por arriba se articula con el hueso coxal y por abajo con la tibia. La parte superior del fémur está compuesta por una eminencia articular que forma la cabeza femoral, por dos eminencias rugosas conocidas como trocánter mayor y trocánter menor y por una formación que une a los trocánteres con la cabeza y el cuerpo femorales que se denomina epífisis proximal. La parte inferior del fémur, llamada epífisis distal, es más voluminosa que la proximal; está formada por dos grandes eminencias articulares denominadas cóndilo interno y cóndilo externo. Los cóndilos están separados por una hendidura denominada escotadura intercondílea. La formación ósea que une a ambas epífisis tiene una forma prismática triangular con tres caras y tres bordes; las caras son una anterior y dos posteriores (interna y externa) y los bordes son dos laterales y uno posterior. Fig. 2.- Fémur, único hueso del muslo. Anatomia ósea de la rodilla y de la pierna La rótula se encuentra en la parte anterior de la rodilla y es un hueso sesamoideo desarrollado en el tendón del cuadríceps. Tiene forma triangular con una base superior aplanada de adelante hacia atrás, una cara anterior y una posterior, una base superior, un vértice inferior y dos bordes laterales. 36 P i e D i a b é t i c o La pierna consta de dos huesos: uno interno y grande conocido como tibia y otro externo llamado peroné. Ambos están articulados en sus extremos (epífisis) y se encuentran separados en toda su longitud diafisaria por un claro denominado espacio interóseo. Fig. 3 pierna Elementos óseos de la rodilla y de la La tibia es un hueso voluminoso que ocupa la parte interna de la pierna. Su parte superior se articula con el fémur y la inferior con el astrágalo. Por su parte, el peroné se encuentra situado en la parte externa de la pierna. Es un hueso largo y delgado que se articula en su porción proximal con el fémur, la tibia y la rótula, y en su extremo distal con la tibia y el astrágalo. Componentes óseos del pie El tarso es un macizo óseo formado por siete huesos cortos colocados en dos filas para formar la parte posterior del pie. La fila posterior está compuesta por el astrágalo y el calcáneo, que están sobrepuestos. La fila anterior la forman el cuboides, el escafoides y tres cuneiformes o cuñas que se encuentran yuxtapuestos. Los siete huesos del tarso se articulan para formar una bóveda cóncava hacia abajo sobre la que reposa todo el cuerpo. Por su parte, el metatarso está formado por cinco huesos largos, los metatarsianos, que se articulan en su extremo proximal con los huesos de la segunda fila del tarso y en su extremo distal con las primeras falanges de los dedos. Los espacios que quedan entre uno y otro se conocen como espacios interóseos. Los 37 C a p í t u l o 3 metatarsianos se diferencian de afuera hacia adentro como primero, segundo, tercero, cuarto y quinto, si bien tienen características comunes y propias que permiten diferenciarlos. Fig. 4 Elementos óseos del pie Las falanges forman el esqueleto de los dedos del pie. Son cinco y toman el nombre del dedo al que corresponden, es decir, primero, segundo, tercero, cuarto y quinto. Se trata de huesos largos con características comunes y propias que permiten diferenciarlos. Como ocurre en la mano, cada dedo tiene tres falanges: la proximal, media y distal o primera, segunda y tercera, aunque también se les denomina falange, falangina y falangeta. Cabe señalar que el dedo grueso o primero solo tiene dos falanges. Las falanges son cuerpos semicilíndricos, convexos hacia atrás y planos o ligeramente cóncavos hacia delante. La extremidad proximal es la base y la distal es la cabeza. Existen pequeñas formaciones óseas con apariencia de grano de cebada llamadas huesos sesamoideos; se localizan en el espesor de algunos tendones y en las cercanías de las articulaciones, en este caso sobre la cara plantar. Hay dos que son constantes en la cara inferior de la primera articulación metatarsofalángica; también pueden aparecer cerca de la articulación metatarsofalángica del segundo dedo. 38 P i e D i a b é t i c o ARTICULACIONES DEL MIEMBRO INFERIOR Los componentes óseos del miembro inferior se unen mediante las siguientes articulaciones: coxofemoral, de la rodilla, peroneotibiales superior e inferior, del cuello del pie y de los dedos. Además, los tejidos blandos de la cadera están en relación anatómica y funcional directa con los ligamentos sacrociáticos y con la membrana obturatriz. Estas estructuras pertenecen a la pelvis y tienen gran importancia en las diferentes funciones del miembro inferior. Los ligamentos sacrociáticos son dos, el mayor y el menor, y la membrana obturatriz se extiende en casi toda la extensión del agujero isquiopubiano. Articulación coxofemoral Está formada por la cabeza del fémur, misma que encaja en la cavidad articular cotiloidea del hueso coxal y tiene movimiento en todas direcciones. Se trata de una enartrosis formada por las siguientes estructuras osteotendinosas: 1) cabeza del fémur, 2) cavidad cotiloidea y 3) rodete cotiloideo. Articulación de la rodilla Se trata de una articulación trocleoartrósica o gínglimo angular que permite deslizamientos y que se une al fémur, a la tibia y a la rótula. La extremidad inferior del fémur presenta a la tróclea en su parte anterior y en su parte posterior a las superficies condíleas separadas por las ranuras condilotrocleares. Su superficie articular está revestida por una capa cartilaginosa. Los medios de unión de la articulación de la rodilla son la cápsula articular y los ligamentos. Articulaciones peroneotibiales El peroné y la tibia están unidos por las articulaciones peroneotibiales superior e inferior y por el ligamento interóseo. La articulación peroneotibial superior une la extremidad superior del peroné a la extremidad inferior de la tibia y se considera una artrodia. La articulación peroneotibial inferior une a los dos huesos de la pierna para formar una articulación tipo anfiartrosis. El ligamento interóseo es una membrana formada por fibras que se dirigen en sentido oblicuo hacia abajo y hacia afuera desde el borde externo de la tibia hasta la cresta interósea de la cara interna del peroné. 39 C a p í t u l o 3 Articulación del cuello del pie o tibiotarsiano La articulación tibiotarsiana une los dos huesos de la pierna al astrágalo y se considera una articulación troclear. Tiene una superficie articular tibioperonea y una superficie astragalina. Su medio de unión es la cápsula articular y la sinovial, así como los ligamentos, principalmente los laterales internos, y la fascia peronea. Articulaciones del pie Comprenden: 1) articulaciones entre los huesos de la primera fila del tarso o astragalocalcáneas; 2) articulaciones de la segunda fila entre sí; 3) articulación mesotarsiana o de Chopar, que une las dos filas del tarso; 4) articulación tarsometatarsiana o de Lisfranc; 5) articulaciones metatarsofalángicas y, 6) articulaciones interfalángicas La interlínea articular se extiende desde el punto medio del borde interno del pie hasta la parte media del borde externo, según una línea oblicua hacia afuera y hacia atrás que tiene su extremo interno aproximadamente a 2 cm por delante del extremo externo. Esta línea describe una curva ligeramente convexa y distal pero muy irregular debido al engranaje de los arcos tarsianos y metatarsianos. La extremidad interna de la interlínea se encuentra entre el primer cuneiforme y el primer metatarsiano. Los cuatro huesos de la segunda fila del tarso y los cuatro primeros metatarsianos se encajan alternativamente para formar la articulación tarsometatarsiana. Los medios de unión son sus cápsulas articulares y sus ligamentos. Los metatarsianos se articulan entre sí por su extremidad posterior o base. La extremidad proximal del primer metatarsiano normalmente no se articula con la del segundo, pues solamente están unidas por algunos fascículos fibrosos. Las bases de los cuatro últimos metatarsianos están articuladas por artrodias. Las articulaciones interfalángicas son articulaciones trocleares. Existen dos articulaciones interfalángicas en cada dedo, con excepción del pulgar que solamente tiene una. MÚSCULOS DEL MIEMBRO INFERIOR Los músculos del miembro inferior se dividen en cuatro grupos: de la pelvis, del muslo, de la pierna y del pie. 40 P i e D i a b é t i c o Músculos de la pelvis Se extiende desde la pelvis hasta el fémur y ocupan la región glútea con el psoas iliaco, situado en la región anterior del muslo. Psoas iliaco El psoas iliaco está formado por dos músculos: psoas e iliaco, que se unen en las cercanías de su inserción femoral. El psoas es voluminoso, largo, muy fuerte, fusiforme y está situado a lo largo de la columna lumbar; se extiende desde las vértebras duodécima dorsal y quinta lumbar hasta el trocánter menor. El iliaco es un músculo ancho y grueso en forma de abanico que ocupa la fosa iliaca interna. El músculo psoas iliaco flexiona el muslo sobre la pelvis y le imprime un movimiento de rotación hacia afuera. Músculos de la región glútea Los músculos de la región glútea se disponen en tres planos: profundo, medio y superficial. El plano profundo se aplica sobre las caras superior y posterior de la articulación coxofemoral. Este es el plano rotador del muslo hacia afuera y abductor del mismo; el gémino superior, que comparte su acción de rotación del muslo hacia afuera con el obturador externo, el gémino inferior y el obturados interno; y el cuadrado crural, que es rotador hacia afuera y aductor. El plano medio está formado por un solo músculo, es decir, el glúteo medio, que es obturador del muslo. En cuanto al plano superficial, está formado por el glúteo mayor y el tensor de la fascia lata. El glúteo mayor es extensor y rotador del muslo hacia afuera; asimismo, sus fascículos inferiores son aductores del muslo, mientras que sus fascículos superiores son abductores. Por su parte, el tensor de la fascia lata es extensor de la pierna y ligeramente abductor y rotador del muslo hacia adentro. Músculo del muslo Los músculos del muslo se presentan en tres grupos: 1) anterior o de los extensores, 2)interno o de los aductores y 3) posterior o de los flexores. El grupo muscular anterior comprende el cuadríceps y el sartorio. El cuadríceps está formado por el recto anterior, los vastos interno y externo y el crural, los cuales se insertan por un tendón común sobre la rótula. El cuadríceps es extensor de 41 C a p í t u l o 3 la pierna y, junto con la acción del recto anterior, determina la flexión del muslo sobre la pelvis. Por su parte, el sartorio es un músculo muy largo y aplanado que va desde la espina iliaca anterosuperior hasta la extremidad superior de la tibia. Su acción consiste en flexionar la pierna sobre el muslo, llevándola hacia adentro para luego flexionar el muslo sobre la pelvis. El grupo muscular interno está formado por cinco músculos: el recto interno, el pectíneo y los tres aductores del muslo. De los músculos aductores, los del muslo y el pectíneo determinan la aducción y la rotación del muslo hacia afuera. El pectíneo y los dos primeros aductores también ejercen acción flexora sobre el muslo. El recto interno tiene acción flexora y aductora de la pierna. El grupo muscular posterior está formado por el semimembranoso, el semitendinoso y el bíceps. El primero ejerce la acción flexora de la pierna; realizada esta acción, extiende el muslo sobre la pelvis para imprimir una acción de rotación hacia adentro. El segundo tiene la misma acción que el primero. El bíceps es un músculo voluminoso que está situado por fuera del semitendinoso y se forma a partir de dos cabezas, una isquiática o porción larga y otra femoral o porción corta. Es un músculo flexor de la pierna y cuando la pierna está flexionada, se convierte en extensor del muslo sobre la pelvis y rotador de la pierna hacia afuera. Músculos de la pierna Los músculos de la pierna se dividen en tres grupos: anterior, externo y posterior Los tres grupos musculares están separados entre sí por el esqueleto de la pierna, el ligamento interóseo y dos tabiques intermusculares que se dividen en anterior y externo. El grupo muscular anterior comprende cuatro músculos: 1) tibial anterior, 2) extensor propio del dedo gordo, 3) extensor común de los dedos y 4) peroneo anterior. El tibial anterior flexiona el pie y le imprime un movimiento de aducción y rotación hacia adentro. El extensor propio extiende la segunda falange del dedo gordo sobre la primera y ésta sobre el primer metatarsiano; además, actúa sobre el pie flexionándolo sobre la pierna e imprimiendo al mismo tiempo un movimiento de rotación. El extensor común de los dedos flexiona el pie y le imprime un movimiento de abducción y de rotación hacia afuera. El peroneo anterior flexiona el pie y al mismo tiempo lo coloca en abducción y en rotación hacia afuera. El grupo externo comprende dos músculos: el peroneo lateral largo y el peroneo lateral corto. La acción del lateral corto es un movimiento de abducción y rotación 42 P i e D i a b é t i c o externa. Por su parte, el lateral largo actúa sobre el pie y determina la extensión, la aducción y la rotación hacia afuera ; además, contribuye a aumentar la concavidad de la bóveda plantar. El grupo muscular posterior está colocado atrás del esqueleto de la pierna, del ligamento interóseo y del tabique intermuscular externo. Este grupo consta de ocho músculos colocados en dos planos, uno profundo y otro superficial. En el plano profundo se encuentran el poplíteo, que flexiona la pierna y le imprime un movimiento de rotación interno; el flexor largo común de los dedos, que flexiona los dedos y además extiende el pie sobre la pierna; los lumbricales, que flexionan la primera falange y extienden los otros dedos; el tibial posterior, que es aductor y rotador del pie hacia adentro; y el flexor largo propio del dedo gordo, que flexiona la segunda falange del dedo gordo sobre la primera falange y ésta sobre el primer metatarsiano. Por su parte, el plano superficial está formado por el tríceps sural y el plantar delgado. El tríceps sural está formado por tres músculos: gemelos externo e interno y sóleo, los cuales se insertan por abajo en el calcáneo en el llamado tendón de Aquiles. El trípceps sural produce la extensión y también determina la aducción y la rotación del pie hacia adentro. El plantar delgado es el vestigio de un músculo que en algunos animales se continúa por debajo del calcáneo; se considera que tiene una acción auxiliar muy débil del tríceps. Músculos del pie Los músculos del pie se distribuyen en dos regiones: dorsal y plantar. La región dorsal comprende un músculo, es decir, el pedio o extensor corto de los dedos, el cual extiende las primeras falanges e inclina los dedos hacia afuera. Músculos de la región plantar Los músculos de la región plantar se dividen en tres grupos: medio, externo e interno. El grupo muscular medio comprende trece músculos y está separado de los grupos externo e interno por tabiques fibroóseos intermusculares que van desde la aponeurosis superficial hasta el plano esquelético. Los músculos del grupo medio se disponen en tres planos: 1) profundo o de los interóseos, que ocupa los espacios intermetatarsianos y se divide en dorsales y plantar, mismos que flexionan la primera falange de los dedos; 2) medio, formado por cinco músculos, cuatro lumbricales ya descritos y el accesorio del flexor largo común de los dedos o cuadrado carnoso de Silvio, y 3) superficial, formado por un solo músculo, el 43 C a p í t u l o 3 flexor corto plantar que flexiona la segunda falange de los cuatro últimos dedos sobre la primera falange y ésta sobre el metatarsiano correspondiente. El grupo muscular interno del dedo gordo comprende tres músculos: aductor, flexor corto y abductor. Su acción es flexionar el dedo; el aductor tiene una acción flexora y aductora y el abductor una acción flexora y abductora. En el grupo muscular externo también se encuentran tres músculos: abductor, flexor corto y oponente del quinto dedo. La acción del primero es flexora y abductora y la de los dos últimos es flexora y de oposición. VAINAS FIBROSAS Y VAINAS SEROSAS DE LOS TENDONES EN LOS MÚSCULOS DE LA PIERNA Y EL PIE Los tendones de los músculos están envueltos por vainas fibrosas, osteofibrosas y serosas, sobre todo en la región del cuello del pie¸ las fibrosas ejercen la función de poleas de flexión y las serosas facilitan el deslizamiento de los tendones en las vainas fibrosas. Las vainas fibrosas y osteofibrosas forman: 1) el ligamento anular anterior del tarso y vainas fibrosas de los tendones del tibial anterior y de los extensores de los dedos del pie; 2) el ligamento anular externo y las vainas osterofibrosas de los peroneos laterales, y 3) el ligamento anular interno y la vaina osteofibrosa de los músculos tibial posterior y los flexores de los dedos. Las vainas serosas de los tendones de los músculos de la pierna en el cuello del pie son anteriores, externas e internas. Además, existen las vainas falángicas osteofibrosas y serosas de los tendones flexores, así como las bolsas serosas tendinosas de los lumbricoides. APONEUROSIS DEL MIEMBRO INFERIOR Aponeurosis de la región glútea Los músculos de esta región están cubiertos por la aponeurosis glútea, que se desprende de la cresta iliaca, del sacro y del coxis, y se continúa hacia abajo con la aponeurosis femoral. Tiene tres hojas: superficial, media y profunda. Aponeurosis del muslo Forma una vaina completa en el muslo. En las partes anterior y superior se fija el arco crural para continuarse con la aponeurosis glútea. En la parte inferior se 44 P i e D i a b é t i c o prolonga alrededor de la rodilla e inserta en la rótula y el la tibia. La aponeurosis femoral se une al fémur por los tabiques intramusculares externo e intramuscular interno. Asimismo, forma el conducto femoral, que es una vaina que recubre los vasos femorales. La constituyen el revestimiento aponeurótico de los músculos que limitan el canal (aponeurosis de los músculos psoas y vasto interno por fuera, pectíneo y aductores por dentro) y la lámina aponeurótica que pone los dos bordes de este canal a su paso por delante los vasos. El conjunto tiene forma de prisma triangular y se tuerce de tal manera sobre su eje de la cara que es anterior hacia arriba se vuelve interna en la parte inferior. El orificio superior del conducto toma el nombre de anillo crural y está limitado anteriormente por el arco crural, exteriormente por la cintilla iliopectínea e interiormente por el ligamento de Gimbernat. Este ligamento es una lámina fibrosa triangular que se extiende desde la extremidad interna del arco crural hasta la cresta pectínea y por detrás por un engrosamiento de la aponeurosis pectínea que se llama ligamento de Cooper. El orificio inferior del conducto es el anillo del tercer aductor. Aponeurosis de la pierna La pierna está envuelta en una vaina aponeurótica que se interrumpe en el ámbito de la tibia, donde la aponeurosis se confunde con el periostio. Aponeurosis del pie Se divide en dorsal del pie y plantar. La cara dorsal del pie tiene tres planos aponeuróticos que se denominan superficial, del pedio y profundo o interóseo dorsal. La aponeurosis plantar está situada por debajo de la piel y se encuentra separada por una capa gruesa de tejido graso. Desde las líneas donde la aponeurosis superficial se une a la aponeurosis lateral externa e interna parten tabiques fibrosos que profundizan hasta el plano esquelético. VASOS DEL MIEMBRO INFERIOR Arterias del miembro inferior La irrigación es llevada por la arteria femoral y por las ramas paralaterales extrapélvicas de la arteria hipogástrica. Las ramas extrapélvicas de la arteria hipogástrica o iliaca interna constituyen la rama de bifurcación interna de la iliaca primitiva, Ésta nace en el ámbito de la aleta 45 C a p í t u l o 3 del sacro y termina un poco por encima de la escotadura ciática mayor, donde da origen a dos ramas, que se dividen en tres grupos: 1) viscerales, 2) parietales intrapélvicas y 3) parietales extrapélvicas. Desde su origen, la arteria obturatriz se dirige hacia adelante aplicada sobre la pared lateral de la pelvis menor hasta el conducto subpubiano, en el cual se introduce par penetrar al muslo. La arteria glútea atraviesa el plexo sacro, sale de la pelvis por la parte superior de la escotadura ciática mayor y penetra a los glúteos. Fig. 5 Vasos del abdomen y pélvis La arteria isquiática sale de la pelvis menor por la parte inferior de la escotadura ciática mayor por debajo del piramidal y dentro de la pudenda interna, la cual pertenece a la región glútea tan sólo en una pequeña porción de su trayecto, región en la cual da uno o dos pequeños romos que terminan en el glúteo mayor y en dos arterias gemelas destinadas a los géminos, al piramidal y al abductor interno. Arteria femoral Fig. 6 Sistema circulatorio arterial del muslo La arteria femoral es continuación de la arteria iliaca externa, está en la parte anterointerna del muslo y se extiende desde el arco femoral hasta el anillo del tercer aductor; recorre el conducto femoral en toda su extensión y va acompañada de la vena 46 P i e D i a b é t i c o femoral que está por fuera de la arteria en la parte inferior, pero que se sitúa en su trayecto ascendente, primero detrás y después por dentro de este vaso. Sus ramas colaterales son la subcutánea abdominal, la circunfleja iliaca superficial, la pudenda externa superior, la pudenda externa inferior, la femoral profunda y la anastomótica mayor. Arteria poplítea Fig. 7 Sistema circulatorio arterial del miembro inferior Es continuación de la arteria femoral; se inicia en el anillo del tercer aductor, atraviesa de arriba hacia abajo el hueco poplíteo y termina en el arco del sóleo, donde da dos ramas: tibial anterior y tronco tibioperoneo. Sus ramas colaterales son las arterias articulares superiores, articular media, articulares inferiores y gemelas. Arteria tibial anterior Desde su origen se dirige hacia adelante y atraviesa el orificio comprendido entre la tibia y el peroné. Desciende hasta el borde inferior del ligamento frondiforme, donde toma el nombre de pedia. Sus ramas colaterales son recurrente peronea posterior, recurrente tibial anterior, recurrente peronea anterior, maleolar interna y maleolar externa. Fig. 8 Esquema circulatorio arterial del pie normal y del diabético. 47 C a p í t u l o 3 Arteria pedia Comienza en el borde inferior del ligamento en onda y es continuación de la tibial anterior. Se dirige en línea recta sobre la cara dorsal del pie hasta la extremidad posterior del primer espacio interóseo, al que atraviesa verticalmente para anastomosarse con la plantar externa. Sus ramas colaterales son dorsal del tarso, del seno del tarso, supratarsiana interna, dorsal del metatarso interósea dorsal del primer espacio. Tronco tibioperoneo Es la bifurcación posterior de la arteria poplítea. Se inicia en el anillo del sóleo y termina dividiéndose en dos ramas, la arteria peronea y la tibial posterior. Sus ramas colaterales son la recurrente tibial interna y la nutricia de la tibia. Arteria peronea. Es la rama de la bifurcación externa del tronco tibioperoneo. Sus ramas colaterales son numerosos ramitos musculares y la arteria nutricia del peroné. Arteria tibial posterior. Es una rama de la bifurcación interna del tronco tibioperoneo. Suministra ramas musculares y un ramo anastomótico transverso. Arteria plantar Al dividirse la arteria tibial posterior da dos ramas terminales: plantares externas y plantares internas. Las ramas colaterales de dichas arterias son las perforantes posteriores: externa del quinto dedo e interóseas plantares de los espacios segundo, tercero y cuarto, así como la interósea del primer espacio. La arteria plantar interna se dirige directamente hacia delante al dedo grande. Región anterior del pie La irrigación de esta zona incluye el arco vascular, formado por la conjunción de la arteria tarsal con la arcuata, donde inicia la irrigación de la región media y anterior del pie a través de las arterias metatarsales para culminar en las arterias digitales. Hidalgo y Shaw realizaron estudios de la vascularización plantar de 15 cadáveres. Describieron 4 zonas de anatomía arterial regional: 1) área plantar proximal, 2) área plantar media, 3) pie lateral, y 4) pie distal. El área plantar proximal se extiende desde la cara posterior del calcáneo hasta 48 P i e D i a b é t i c o aproximadamente la mitad de la longitud de la cara plantar del pie y es irrigada por ramas de envoltura de la arteria dorsal del pie, que se anastomosan con la arteria plantar lateral. El área plantar media recubre los dos tercios distales de la aponeurosis plantar. Habitualmente se designa como zona limitrofe debido a que su suministro sanguíneo procede de muchas fuentes, y recibe cantidades variables de sangre desde las arterias plantar medial, plantar lateral y plantar profunda sin suministro arterial significativo musculocutáneo o fasciocutáneo el área del pie lateral abarca la región lateral hasta la aponeurosis plantar en el tercio medio de la cara plantar del pie, y está irrigada por anastomosis de la rama plantar profunda de la rama dorsal del pie y el componente transversal profundo de la arteria plantar lateral, con una pequeña contribución de la arteria plantar interna. Attinger y col después describieron límites distintos de los angiosomas que irrigan la planta del pie. Estos angiosomas fueron definidos por : 1) la arteria dorsal del pie/dorsal del primer metatarsiano, 2) la rama calcánea de la arteria tibial posterior, 3) la rama calcánea de la arteria peronea, 4) la arteria plantar media y 5) la arteria plantar lateral. Se llego a la conclusión de que la rama superficial de la arteria plantar interna, la arteria plantar interna profunda y la arteria plantar lateral irrigan las porciones interna, central y lateral de la cara plantar del pie respectivamente. Además la arteria digital común plantar y las arterias digitales individuales irrigan la cara plantar del antepie, y las ramas calcáneas de las arterias tibial posterior y peronea irrigan el talón. VENAS TRIBUTARIAS DE LA ILIACA Las venas se dividen en profundas y superficiales, según estén por debajo o por encima de la aponeurosis superficial. Las venas profundas, a excepción del tronco venoso tibioperoneo, la vena poplítea y la vena femoral, se presentan en pares por cada arteria y reciben el nombre de las arterias que acompañan. Las dos venas satélites de una arteria se comunican por numerosas anastomosis transversales. Todas estas venas están provistas de válvulas y sus ramas colaterales presentan siempre una válvula ostial. Por su parte, solo hay un tronco venoso que corresponde a las arterias tibioperonea, polpítea y femoral. Las válvulas de las venas profundas se disponen de la siguiente manera: dos en tronco tibioperoneo, de una a cuatro en la vena poplítea y cuatro en la vena femoral. Las venas superficiales forman una red venosa en el tejido celular subcutáneo 49 C a p í t u l o 3 cuya snagre se vierte en dos troncos colaterales: la safena interna y la safena externa. La red venosa del pie que da origen a las safenas está formada por la red venosa dorsal y la red venosa plantar. Fig. 9 Sistema Circulatorio Venoso del Miembro Inferior En cuanto al origen de las venas safenas, la interna va desde el maléolo y asciende por la cara interna de la pierna para irse por detrás de la cara lateral del cóndilo interno del fémur; al llegar al muslo continúa paralela al sortario, atraviesa la fascia cribiforme por encima del ligamento del Alan Burns y desemboca en la femoral. La vena safena interna posee un número de válvulas que va de cuatro a veinte, de las cuales es constante una, la ostial. Por su parte, la vena safena externa va del borde posterior del maléolo externo hasta la parte media de la pierna, pasa por arriba de la aponeurosis y después la atraviesa al llegar al nivel de la línea interarticular, formando un cayado para desembocar en la cara posterior de la vena poplítea. GANGLIOS LINFÁTICOS Los grupos ganglionares del miembro inferior de abajo hacia arriba incluyen a los ganglios poplíteos y a los ganglios inguinales. Además existen, sobre el trayecto de los vasos linfáticos los llamados ganglios de relevo, que de abajo hacia arriba incluyen a los tibiales anteriores y posteriores, a los peroneos y a los femorales. Estos ganglios se comunican con los vasos linfáticos, siendo estos últimos superficiales y profundos. 50 P i e D i a b é t i c o NERVIOS DEL MIEMBRO INFERIOR Los nervios en el miembro inferior proceden de los plexos lumbar y sacro. El plexo lumbar está formado por las ramas anteriores de los cuatro primeros pares lumbares y da ramas colaterales y terminales. Las ramas colaterales son pequeñas y van al cuadrado lumbar y a los psoas mayor y menor. Las ramas terminales son los nervios abdominogenitales mayor y menor, femorocutáneo, genitocrural, obturador y crural. El plexo sacro está formado por la unión del tronco lumbosacro con las ramas anteriores de los tres primeros sacros. Sus ramas colaterales son los nervios del obturador interno, glúteo superior, piramidal, géminosuperior, gémino inferior, cuadrado crural y nervio ciático menor. La rama terminal del plexo sacro es el nervio ciático mayor. El nervio ciático poplíteo externo es la rama de bifurcación externa del ciático mayor y tiene cuatro ramas colaterales: nervios articular de la rodilla, accesorio del safeno externo o safeno peroneo, cutáneo peroneo y superior del tibial anterior; como rama terminal está el musculocutáneo. El ciático poplíteo interno es la rama de bifurcación interna del ciático mayor y da los ramos musculares, el ramo articular posterior de la rodilla y el nervio safeno externo. Por su parte, el nervio tibial posterior se inicia en el anillo del sóleo, donde se continúa con el ciático poplíteo interno y da los ramos musculares, articular y el nervio calcáneo interno. En cuanto al nervio plantar interno, da ramas terminales, es decir, la interna y la externa. De igual manera, el nervio plantar externo da ramas colaterales y terminales. En la intervención de los dedos, los tegumentos de los dedos del pie tienen una inervación que se diferencia de la de la mano en que las colaterales dorsales de los dedos medios no se extienden más allá de la cara dorsal de la primera falange. BIBLIOGRAFÍA: 1. Rouviere H, Delmas A. Anatomía humana: descriptiva, topográfica y funcional, 9na edición Barcelona: Masson-Salvat, 1996. 2. O´Rahilly R. Anatomía de Gardner, 5ta edición México: McGraw-Hill interamericana, 1989. 3. Marieb E, Mallat J. Human anatomy. Boston: Addison Wesley & Longman, 2001. 51 C a p í t u l o NOTAS 52 3 P i e D i a b é t i c o CLASIFICACIÓN PATOGÉNICA DEL PIE DIABETICO GENERALIDADES Dr. Clemente Guerrero Ross Siempre será preferible hablar de “pie en riesgo” para entender al pie susceptible de desarrollar complicaciones y lesiones mas graves, y de “pie diabético complicado” cuando estas lesiones ya se han desarrollado (1-2). El concepto de pie diabético es difícil de delimitar con precisión. La definición implica una frecuencia elevada de lesiones en los tejidos del pie, causadas por isquemia, neuropatía periférica, infecciones y alteraciones del apoyo. Las infecciones del pie diabético representan una urgencia médica: el retraso en su diagnóstico y tratamiento aumenta la morbilidad y la mortalidad y contribuye a una tasa mas alta de amputación. En el año 94-95, en un estudio realizado en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, en 30 pacientes con ICCMI (isquemia crítica del miembro inferior),16 pacientes (53.3%) eran diabéticos con pie complicado, de los cuales 6 (37.5 %) pacientes se amputaron al llegar al hospital y otros 3 (18.75 %) post revascularización. Se salvaron 7 (43.75 %) extremidades en 7 enfermos a los cuales se les realizo diversos procedimientos de by pass, por lo tanto la frecuencia de amputación en diabéticos es alta en nuestro medio hospitalario (38-39). Varios factores etiológicos pueden por sí solos ser una causa de lesiones del pie, pero las mismas habitualmente se desencadenan por la acción de macro o microtraumatismos de origen térmico, mecánico y químico, los cuales deben tenerse en cuenta a la hora de la prevención. PIE DIABETICO EN RIESGO Los riesgos para desarrollar úlceras se clasifican así: Riesgo bajo Estructura del pie normal sin alteraciones vasculares o neurológicas. Riesgo alto Hay vasculopatía y/o neuropatía periférica con o sin deformaciones óseas. En estos casos, además de extremar los controles de la diabetes y el cuidado de los 53 C a p í t u l o 4 pies, hay que iniciar el tratamiento de la vasculopatía y/o neuropatía. Riesgo muy alto Pacientes con antecedentes de úlcera y/o amputaciones, o una lesión actual del pie con hiperqueratosis, cambios de color de la piel, descamación, ampollas, micosis interdigitales o ungueales. En este caso, debe realizarse tratamiento específico de acuerdo al caso y un exhaustivo seguimiento hasta que mejoren las lesiones. Las lesiones del pie son muchas veces no prevenidas, no diagnosticadas, y el tratamiento generalmente no es integral. Es imprescindible que los pacientes sean abordados desde una perspectiva multidisciplinaria ( 3-4-16). PIE DIABÉTICO COMPLICADO: La complicaciones pueden ser de variada naturaleza, y por ello es necesario especificar el tipo de complicación predominante en cada caso, sin perder de vista que la etiología del daño es multifactorial. El daño neuropático tiene un componente somático y uno autonómico. El primero produce insensibilidad superficial y profunda. La incapacidad para reconocer la acción nociva de estímulos externos (quemaduras, heridas punzantes, contusiones, etc.) evidencia el compromiso de la sensibilidad superficial; el déficit de la sensibilidad profunda se traduce en la ausencia de los cambios de posición propios de la acomodación del pie (hiperqueratosis, lesiones por compresión, mal perforante). El segundo se asocia a piel seca, delgada y con pérdida de la untuosidad, por lo que es mas susceptible a la acción de los hongos y bacterias.(5-6-13-14) El daño circulatorio se manifiesta por la mayor propensión que tienen los diabéticos a hacer arterioesclerosis obliterante, y por ende enfermedad arterial obstructiva (EAO) de vasos tronculares; por la oclusión de las arterias pequeñas y de las arteríolas, y por un daño difuso de la microcirculación. Expresión de este daño son el retardo de cicatrización (ulceras tórpidas y de aspecto pálido) y la tendencia necrótica de los procesos inflamatorios. Por este último concepto debe considerarse que toda inflamación, sea ella térmica, química, traumática o infecciosa, será necrotizante en el paciente diabético. El daño ortopédico determina deformaciones, con prominencias óseas que llevan a hiperqueratosis y las lesiones por compresión. Sea cual sea el o los factores de riesgo que constituyen “el pasado” del pie diabético, el pie diabético tiene un “presente”. Todos los pacientes tendrán los 54 P i e D i a b é t i c o factores de riesgo, en una proporción variable y muy personal, pero es necesario establecer una etapificación de los diferentes tipos de lesiones predominantes. Según la patología predominante, es recomendable clasificar a los pies diabéticos en: 1. Pie Diabético Séptico 2. Pie Diabético “Isquémico” 3. Pie Diabético Ortopédico 4. Pie Diabético Neurológico 5. Pie Diabético Dermatológico Esta clasificación tiene varios propósitos: • Plantea los objetivos para la capacitación de los profesionales de la salud. • Incide sobre la programación de la educación médica de pre y postgrado. • Facilita la derivación de los pacientes hacia los especialistas. • Coloca a los diferentes especialistas ante la necesidad de asumir su rol en el complejo manejo de la afección. • Ordena la acción de los diferentes especialistas en el diagnóstico, tratamiento y prevención del pie diabético. • Una vez efectuada la clasificación debe procederse, en el caso del pie diabético séptico, a su etapificación (7-8). No existe una clasificación universalmente aceptada en la evolución del pie diabético y su desarrollo complejo ha determinado la publicación de múltiples clasificaciones. Entre las mas descriptivas estan: Clasificaciones de San Antonio, Gibbons, Wagner, ANM de prevalencia, entre muchas otras. Para entender al pie diabético ulcerado, se busca una clasificación sencilla, comprensible para el personal médico y no médico, flexible para adecuarla a cualquier caso individual y que facilite elegir la opción quirúrgica más oportuna y menos agresiva que se ajuste a las recomendaciones de la American Diabetes Association (ADA) para los estándares de manejo. Entre estos estándares para el pie diabético se incluyen determinar en las lesiones la etiología, tamaño y profundidad, identificar los daños a las estructuras vecinas, el grado de celulitis y las fluctuaciones del tejido periférico, así como valorar los sistemas vascular, nervioso periférico, además de tratar de predecir los resultados, guiar el tratamiento y facilitar la comunicación entre los especialistas (7-9-10-13-14). En la reunión de expertos de la ADA, celebrada en Boston, Massachusetts en abril de 1999, se llegó a la conclusión de que ningún sistema de clasificación ha sido aceptado universalmente y tampoco ha sido validado en forma prospectiva. 55 C a p í t u l o 4 Cuadro 1. Carácterísticas de una clasificación - - - - - - - - Que sea flexible Que presente una definición clara ante cada lesión Que sea simple Que permita identificar infección, isquemia, neuropatía Que sea entendible por médicos y no médicos Que oriente en la toma de decisiones Que oriente en la educación del paciente y su familia Que establezca normas para la prevención primaria, secundaria y terciaria(6-24 ) Adaptado de Jeffcoate WI, et al. The description and classification of diabetic foot lesions. Diabetic Med 1993;10:676. Cuadro 2 .Criterios que deben considerarse al elaborar una clasificación - - - - - - - - - Establecer la etiología de la lesión Determinar el tamaño, profundidad y daños a las estructuras subyacentes Examinar la secreción purulenta y tejido necrótico Determinar edema, celulitis, abscesos y fluctuaciones en tejido periférico Diferenciar la infección sistémica Valorar la vasculatura Vigilar la evolución de la cicatrización Uniformar términos Facilitar el tratamiento (7-16-17-20) Adaptado de Standards of the American Diabetes Association. Consensus on Diabetic Foot Wound, 1995-1999. CLASIFICACION DE WAGNER Ha sido el sistema de clasificación mas ampliamente aceptado, citado y utilizado en todo el mundo para las lesiones del pie diabético. Desarrollado en la déccada de 1970. (8-17-31-33) Esta clasificación reúne las características de sencillez y flexibilidad, pero no establece separaciones en cuanto a etiología. Algunos autores deducen que los grados I, II Y III son de origen neuropático y que los grados IV Y V son de etiología vascular, aunque en la práctica se observan lesiones de grado V 56 P i e D i a b é t i c o francamente de etiología neuroinfecciosa y lesiones de los grados I y II con estigmas vasculopáticos. Hay dos conceptos en esta clasificación que deben de ser revisados: 1) las lesiones del pie diabético desde las ulceras de grado 1 a la gangrena de grado 5, se producen de forma progresiva sin solución de continuidad. Los grados no llegan a describir de modo apropiado la gravedad relativa ya que el paciente con una lesion de grado 3 podría precisar una amputación transtibial mientras que el paciente con la lesión de grado 4 podría necesitar solo una amputación transmetatarsiana. No existen vias fiables retrógadas ni anterógradas de paso de grado a grado de la lesión. Cuadro 3. Clasificación de Wagner Grado Lesión 0 Ninguna: ‘’pie de riesgo’’ Carácteristicas Callos gruesos, cabezas de metatarsianos Prominentes, dedos en garra,deformidad Ósea. Fig. 10.- Lesión Grado 0 H.CAM. I Úlceras superficiales Destrucción del espesor total de la piel Fig. 11.- Lesión Grado I. H.CAM. Quito 57 C a p í t u l o Grado 4 Lesión II Úlcera profunda Carácteristicas Afección del pie, grasa y ligamentos sin llegar al hueso; infección. Fig. 12.- Lesión Grado II, ulcera profunda. H.CAM. Quito III Úlcera profunda mas abceso (osteomielitis) Úlcera extensa y profunda, secreción, mal olor Fig. 13 Lesión Grado III, úlcera sucia extensa. H:CAM. Quito IV Gangrena limitada Necrosis de una parte del pie o de los dedos, talón, planta Fig. 14,15 y 16.- Lesión grado IV con cicatrización total y recuperación funcional del pie. 58 P i e Grado Lesión V Gangrena extensa D i a b é t i c o Carácteristicas Afección de todo el pie. Efecto sistémico Fig. 17.- Lesión Grado 5. Gangrena irreversible para amputación. H.CAM. Quito CLASIFICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE TEXAS Entre las muchas clasificaciones existentes se encuentra la propuesta de Armstrong, la cual incluye una versión modificada, así como un trabajo de validación publicado en 1998 y la comparación entre la llamada clasificación de la Universidad de Texas en San Antonio y la clasificación de Wagner publicada en enero del año 2001. El citado trabajo tiene varios puntos de coincidencia con la clasificación ¨profundidad / isquemia¨ de James W. Brodsky, publicada en 1991 que apareció en Foot and Ankle Clinics de marzo de 1997. (30-32-34-37). La clasificación de Jeffcoate y Macfarlane, publicada en el Diabetic Foot Journal de Londres con el nombre de S (AD) SAD por sus iniciales de System Area, Depth, Sepsis, Arteriopathy and Denervation (sistema de área, profundidad, septicemia, arteriopátia y desnervación). En la misma revista aparece la clasificación SSS de Foster Edmonds, llamada así por sus iniciales Simple Staging Systems (sistemas de clasificación simple), que se basan en la evolución de las lesiones que llevan a una amputación. Esta publicación ha establecido un interesante debate sobre la comparación de dichos sistemas e invita a quienes la leen a desarrollar trabajos de validación. La SSS es parecida a los estadios que menciona la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular.(18-19-21-26-27-28). 59 C a p í t u l o 4 Cuadro 4. Clasificación de la Universidad de Texas en San Antonio Estadio 0 Grado A Antes o Lesión superficial, Lesión que afecta Lesión que después; sin afectar ten- tendón o cápsulaafecta al ulceración dones o huesohueso o completa-articulación mente cicatrizada Grado B Infección Grado C Isquemia Estadio I Estadio II Estadio III Infección Infección Infección Isquemi IsquemiaIsquemia Grado D Isquemia + Isquemia más Isquemia másIsquemia infección infección infecciónmás infección Armstrong DG, Lavery DG, Harkless LB. Validatión of a diabetic wound classification system; the contribution of depth, infection and ischemia to risk of amputation. Diabetes Care 1998;21;855. Cuadro 5. Clasificación de la Universidad de Texas Categoría 0 Categoría 1 Categoría 2 Categoría 3 Pie sano Neuropatía sin Neuropatía con Evolucuón deformidad deformidad Sensibilidad pro- Sensibilidad pro- Sensibilidad pro- Sensibilidad protectora presente tectora ausente tectora ausente tectora ausente con el monofi- lamento de Semmes Weinstein Índice tobillo- Índice tobillo- Índice tobillo- Índice tobilloBrazo 0.8 y presión brazo 0.8 y presión brazo 0.8 y presión brazo 0.8 y presión 60 P i e D i a b é t i c o Sistólica del ortejo sistólica del ortejo sistólica del ortejo sistólica del ortejo 45 mm Hg 45 mm Hg 45 mm Hg 45 mm Hg Sin Charcot Sin Charcot Sin Charcot Puede existir de- formidad del pie Sin deformidad Deformidad presente Deformidad presente No hay antecedentes Sin antecedentes de ulceración de ulceración Antecedente de ulceración Charcot Sin antecedentes de de ulceración Categoría 4a Categoría 4b Categoría 5 Categoría 6 Pie neuropático Pie de Charcot Pie infectado Pie isquémico Sensibilidad pro- Sensibilidad pro- Puede haber sen- Puede no haber sentectora ausente tectora ausente sibilidad protectora sibilidad protectora Índice tobillo brazo Índice tobillo brazo Índice tobillo brazo Índice tobillobrazo 0.8 y presión sistólica 0.8 y presión sistólica 0.8 y presión sistólica 0.8 y presión sistólica del ortejo 45 mm Hg del ortejo 45 mm Hg del ortejo 45 mm Hg del ortejo 45 mm Hg Con o sin Charcot Charcot Charcot Deformidad o normalidad Con o sin deformidad Con o sin deformidad Deformidad presente Úlcera Úlcera no infectada Lesión infectada Sin Charcot Lesión con o sin infección Modificado de Armstrong DG, Lavery LA, Harkless LB. Treatment-baset classification system for assessment and care of diabetic feet. J Am Podiatr Med Assoc 1996;86(7): 311. En Albrant DH, Management of foot ulcers in patients with diabetes. J Am Pharm Assoc 2000; 40(4):467. 61 C a p í t u l o 4 CLASIFICACION DE PROFUNDIDAD E ISQUEMIA Corresponde a la Clasificación de Wagner modificada. Los fines de esta clasificación modificada son: 1) hacerla más racional y más fácil de utilizar al distinguir entre la evaluación de la herida y la vascularización del pie; 2) esclarecer las distinciones entre los grados, especialmente entre los grados 2 y 3, y 3)mejorar la correlación clínica de los tratamientos apropiados con el grado de la lesión. Esta clasificación de las lesiones del pie diabético hace que la toma de decisiones sea más clara y la información obtenida más accesible que con el empleo de los algoritmos de Wagner. La clasificación de la Universidad de Texas, comentada previamente, representa un avance en el tratamiento del pie diabético. Separa la valoración de la isquemia de la profundidad de la herida, y emplea las mismas categorías para esta última, al igual que se hace en la clasificación por profundidad-isquemia ( 29-30). Aunque los sistemas de clasificación se centran en las características locales de la herida en combinación con la perfusión del pie, es mucho menos lo que se ha escrito sobre la localización anatómica de la lesión . Se ha estudiado la localización anatómica y se ha demostrado que es menos importante que las características (clasificación) de las propias heridas. Sin embargo, merece la pena observar que en el paciente diabético las heridas en el antepié, especialmente las que se localizan más allá del tercio distal de los metatarsianos, tienen habitualmente una tasa de salvamento de la extremidad muy superior, con respecto a las lesiones proximales del pie, incluso si los tiempos de cicatrización reales de las lesiones y proximales son aproximadamente los mismos . Las lesiones del talón en particular tienen una tasa más elevada de amputación transtibial, así como una mayor dificultad en cicatrizar. El cirujano o médico que trata al paciente debe tener en mente el riesgo generalmente mayor de lesiones, tanto de empeine como del talón. Este riesgo apunta también a la naturaleza multifactorial de estas heridas y a la probabilidad de que las heridas del pie diabético nunca puedan ser resumidas completamente por único sistema de clasificación. 62 P i e D i a b é t i c o Cuadro 6. Clasificación de profundidad e isquemia Grado 0 1 2 3 Profundidad Pie en riesgo, úlcera previa o neuropatía con deformación que puede causar otra lesión. Úlcera superficial sin infección. Úlcera profunda que afecta tendón o articulación con o sin infección. Ulceración extensa con exposición de hueso más infección profunda, osteomielitis o absceso. A B C D Isquemia Sin isquemia Isquemia sin gangrena Gangrena parcial del pie Gangrena completa del pie Modificado de Brodsky JW. Thediabetic foot. En Mann RA, Coughlin MJ (eds). Surgery of the foot and ankle 6th ed. St Louis: Mosby-Yearbook, 1992; 1361. RESUMEN No es sencillo clasificar las lesiones ulcerativas en el pie del enfermo diabético, pero es importante guiar el problema clasificándolo para el análisis y conducta clínica a seguir. Debemos de considerar una clasificación sencilla, práctica y que proporcione los detalles que deban incluirse para aplicarla en los enfermos diabéticos con el pie complicado. La clasificación de Wagner y Meggitt combinada con sistemas referenciales racionales relacionados a los principales factores de la profundidad e isquemia de la herida, constituye un esquema válido para el manejo de estas lesiones. Al combinar un grado numérico para la profundidad de la herida con un grado literal que denota el estado vascular del pie, el cirujano puede formular un plan de tratamiento que tenga probabilidad de éxito. 63 C a p í t u l o 4 BIBLIOGRAFIA: 1. 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INTRODUCCION Siendo el pie diabético, por su complejidad etiopatogénica y clínica una patología interdisciplinaria en su estudio y tratamiento, la mayor parte de las iniciativas en divulgar su importancia surgen de especialistas en Angiología y Cirugía Vascular debido a que en esta especialidad es donde adquiere su grave y a menudo terminal dimensión. El pie diabético es una infección, úlcera o destrucción de tejidos profundos del pie asociados con neuropatía y/o enfermedad arterial periférica en extremidades inferiores en pacientes con diabetes. NEUROPATIA DIABETICA (ND) La ND es una de las complicaciones más comunes de la diabetes mellitus (DM), y que comprende anormalidades en los nervios sensitivos y motores, distales y proximales asi como en el sistema nervioso autónomo (1-2). La diabetes mellitus es una enfermedad de prevalencia alta y creciente, y sus complicaciones siguen un curso paralelo. Su morbimortalidad deriva de las propias complicaciones que la (DM) acaba produciendo a medio y largo plazo, se situa entre las mas prevalentes la patología vascular periferica. Paralelamente a ella los programas de prevención precoz, correctamente estandarizados y aplicados han demostrado su efectividad en la profilaxis de estas complicaciones, en la mejoría de la calidad de vida y en la reducción de la tasa de mortalidad. La neuropatía Diabética (ND) es la complicación mas frecuente de la Diabetes Mellitus. De las personas afectadas 1 de 4 es sintomática, casi el 50% tiene signos objetivos en el examen clínico y sobre el 95% tienen signos objetivos cuando se evalúa usando técnicas sofisticadas para la evaluación del nervio (1). Existe un amplio rango en la prevalencia de la neuropatía en los pacientes diabéticos debido a los diferentes criterios y métodos usados, variando en diferentes estudios entre 5 a 65%. (2-3-4-5). La mayor morbilidad asociada con 67 C a p í t u l o 5 la neuropatía diabética somática es la ulceración del pie, que es responsable del 40% de las amputaciones no traumáticas (6). El riesgo de desarrollar neuropatía sintomática en los diabéticos es de aproximadamente 4-10% a los 5 años del diagnóstico y mayor de 15% a los 20 años (3). Sobre el 50% de pacientes con diabetes tipo 2 tienen neuropatia y pies de alto riesgo. La neuropatía sensitivo-motor y neuropatía simpática periférica son los factores de alto riego para ulcera de pie diabetico. La neuropatía diabética es la gran desconocida, la gran olvidada de las complicaciones crónicas de la diabetes, y ello a pesar de su alta prevalencia y de sus importantes implicaciones en la morbilidad del paciente diabético; basta recordar su papel central en la etiopatogenia de la úlcera plantar diabética, (Fig.1) principal causa de hospitalización y amputación no traumática en el paciente diabético, cuya tasa anual de presentación es siete veces mayor en presencia de neuropatía (1). También tiene tremendo impacto sobre la calidad de vida de estos pacientes ya que causa además debilidad, ataxia, e incoordinación predisponiendo a caídas y fracturas. Fig.1. Úlcera plantar diabética. Las úlceras neuropáticas suelen localizarse en las zonas plantares sometidas a mayor presión, como son en el diabético las 68 P i e D i a b é t i c o cabezas de los metatarsianos o la cara plantar de los dedos. Esta falta de conocimiento es debida a la existencia de problemas en la definición y caracterización de la neuropatía, dando lugar, por una parte, a una falta de homogeneidad entre los diversos estudios existentes, lo cual no permite extraer conclusiones definitivas sobre la misma; y por otra, a su manejo inadecuado en la práctica clínica diaria, lo cual resulta en un incremento innecesario en su morbilidad asociada y en el coste sanitario. Aunque está descrita la existencia de una afectación neural central en la diabetes mellitus, la afectación esencial es del nervio periférico, y es a esta neuropatía diabética periférica a la que nos referiremos en esta revisión. FISIOPATOLOGÍA Cuatro factores actúan de forma conjunta en la instauración del pie diabético (7). 1. Factor básico o inicial: los niveles plasmáticos de glicemia en cifras superiores a 130 mg y mantenidos inalterables durante un periodo de tiempo (a partir de los diez años para la DM tipo I y de 15 años para la DM tipo II), constituyen la base fisiopatológica de los factores primarios y secundarios (8,9). 2. Factores primarios: Neuropatía, Microangiopatía, Macroangiopatía. Neuropatía a) Etiopatogenia: Se ha postulado dos teorías para explicar su instauración y progresión. Teoría metabólica: La hiperglicemia mantenida potencia la vía metabólica que posibilita el incremento de sorbitol intraneural. La glucosilación protéica no enzimática provoca una depleción de los niveles de mioinositol, con disminucion de la ATP-asa y ambos, la degeneración neural y el retardo en la velocidad de conducción (10-11-12-13-14). Teoría Vascular. La hiperglicemia mantenida provoca alteración reológica, que comporta aumento de la resistencia vascular endoneural, disminución del flujo sanguíneo e hipoxemia neural. (15-16-17) b) Elementos Fisiopatológicos de la Neuropatía sobre la instauración del pie diabético: 69 C a p í t u l o 5 Polineuropatía Sensitivo Motora: Componente Sensitivo: Pérdida sensorial, térmica, vibratoria y táctil, que comporta vulnerabilidad frente a traumatismos continuados, aparición de callosidades y de deformidades óseas. Componente Motor: Atrofia de los músculos intrínsecos del pie, con subsiguientes deformidades por subluxación plantar de la articulación metatarsofalángica y dorsal de la interfalángica (dedos en martillo y en garra) (8-13-18-19) Neuropatía Autonómica: Responsable de los siguientes factores fisiopatológicos: I. Anhidrosis con la subsiguiente sequedad de la piel y aparición de fisuras. II. Apertura de shunts arteriovenosos, con derivación del flujo de los capilares nutricios. III. Pérdida de la vasoconstricción postural, que propicia el edema. IV. Calcificación de la capa media arterial (20-21). Microangiopatía: Consiste en el engrosamiento del endotelio que conforma la capa basal del capilar (22) que es responsable de: I. Apertura de shunts A-V II. Disminución de la capacidad de vasorregulación térmica, isquémica y sensorial. III. Disminución de la vasoconstricción postural: aumento de la presión intracapilar, edema (23). Macroangiopatía: La diabetes Mellitus se comporta como un factor de riesgo para alteración del endotelio arteriolar y arterial que interviene en la formación de la placa de ateroma, la progresión de la misma y sus complicaciones (estenosis, obliteración vascular), con la consiguiente reducción del flujo, presión de perfusión e isquemia (24-25). 70 P i e D i a b é t i c o 3. FACTORES SECUNDARIOS: Hematológicos, Inmunológicos, Articulares y Dermatológicos. 4. FACTORES DESENCADENANTES: Factores Intrínsecos: • Deformidad ósea. • Limitación de movilidad (26-27). Factores Extrínsecos: • Traumatismos: mecánico, térmico, físico, químico, biológico (28). En resumen, los factores predisponentes (Básicos, Primarios, y Secundarios) sitúan al pie diabético en una “Fase de Riesgo”. Y sobre esta situación los factores desencadenantes inician la aparición de la lesión clínicamente manifiesta - ulceración o necrosis – y acaban de conformar el perfil del Pie Diabético. La Neuropatía es el factor inicialmente condicionante y que determina de forma prevalente que el pie en el enfermo diabético sea especialmente vulnerable a factores externos. Una vez establecida la úlcera, actúan los factores agravantes: la infección y la propia isquemia que dificultará la auto limitación y la cicatrización, y la Neuropatía que retrasará el reconocimiento de la lesión. La prevalencia de estos factores van a determinar el pronóstico de la extremidad. CONCEPTO Y CLASIFICACION La neuropatía diabética periférica podría definirse como la presencia de síntomas y/o signos de disfunción nerviosa periférica en personas con diabetes, después de excluidas otras causas (1-2). No existe una clasificación unánimemente aceptada de neuropatía diabética. Las clasificaciones más utilizadas son las basadas en la forma de presentación clínica, pero hay que tener en cuenta a la hora de abordar cualquier clasificación que la neuropatía diabética es heterogénea en su presentación clínica, existiendo cuadros mixtos, y que diversas formas de neuropatía pueden presentarse en un mismo paciente (1-3-4). 71 C a p í t u l o 5 Tabla No. 1 Las polineuropatías afectan característicamente a varios nervios de forma simétrica, fundamentalmente en porciones distales de extremidades inferiores, mientras que en las neuropatías focales y multifocales existe afectación de un solo nervio (mononeuropatías) o más raramente varios pero de forma asimétrica (neuropatías multifocales). MANIFESTACIONES CLINICAS determinar la calidad del dolor (28). 72 Es importante en la evaluación clínica P i e D i a b é t i c o Tabla No. 2 Anormalidades sensoriales en el Dolor Neuropático Hipoestesia Hipoalgesia Hiperalgesia Alodinea Hiperpatía Parestesias Disestesia Analgesia Disminución de la sensación al tacto Disminución de la respuesta al estímulo doloroso Aumento de la respuesta al estimulo doloroso Dolor producido por estÍmulo leve táctil o térmico (frío/calor) que normalmente no provoca dolor Reacción dolorosa anormal a estímulos repetitivos, por aumento del umbral doloroso Sensación de adormecimiento Sensación anormal no placentera a los estímulos Ausencia del dolor en respuesta a estimulación normalmente dolorosa Merskey H et al. Descriptions of chronic Pain Syndromes and Definitions o Pain Terms. 1994:209: 212 Neuropatía Hiperglicémica Rápidamente Reversible: Anormalidades de la función nerviosa reversibles con síntomas sensoriales distales puede ocurrir en pacientes con diabetes mal controlada y recientemente diagnosticada. La recuperación se realiza tan pronto se restaure la euglicemia. Neuropatía Sensitiva Aguda: La neuropatía sensitiva dolorosa aguda es una variedad de la neuropatía diabética distal y se caracteriza por severo dolor, caquexia, pérdida de peso, depresión, y en hombres disfunción eréctil. Los pacientes se quejan de entumecimiento, dolor profundo e hiperestesia especialmente en los pies, otro síntoma incluyen, punzadas, dolor tipo corriente, parestesias de extremidades inferiores que aparecen especialmente en la noche. No se encuentran signos visibles en el examen clínico, excepto por alodinea (exagerada respuesta a estímulos no dolorosos) y ocasionalmente ausencia o disminución del reflejo Aquiliano. Se asocia con mal control de la glicemia, pero puede también aparecer después de rápida corrección de la glicemia. Algunos lo llaman Síndrome de Neuritis por Insulina, pero este también puede aparecer con el uso de hipoglicemiantes orales. 73 C a p í t u l o 5 La clave para manejar este síndrome es alcanzar estabilidad en la glucosa sanguínea. La mayor parte de pacientes requieren medicación para tratar el dolor neuropático La historia natural de esta enfermedad es la resolución de los síntomas dentro de un año. Polineuropatía Distal Simétrica (PDS): La polineropatía distal diabética es la variedad más común de Neuropatía diabética, aparece en ambos tipos I y II con similar frecuencia y puede estar ya presente cuando se diagnostica a pacientes con Diabetes tipo II. Es una mezcla de Neuropatía sensitivo-motora, sin embargo los síntomas sensoriales son más prominentes que los síntomas motores y usualmente involucran a las extremidades inferiores. Los síntomas sensoriales incluyen, dolor, parestesias, hiperestesia, dolor profundo, adormecimiento, dolor tipo punzada aguda, alodinea, pueden experimentar síntomas negativos como entumecimiento en los pies y piernas llevando a ulceras dolorosas y subsecuentes amputaciones. En el examen físico de pacientes existe distribución de las anormalidades sensoriales en bota o guante en las partes distales de las extremidades. Todas las modalidades sensoriales pueden estar afectadas particularmente la vibración, tacto y posición, (por daño de fibras grandes A alfa y A beta ) y anormal percepción de la temperatura al calor y frío por daño de fibras pequeñas (A delta y desmielinización fibras C). Figura 2 74 P i e D i a b é t i c o Revisión del sistema Nervioso Periférico y descripción de las causas fundamentales de neuropatías de fibra fina y gruesas. Las fibras A alfas son gruesas y mielinizadas, se encargan de la función motora y control motor, la fibras A alfa/ beta son fibras gruesas mielinizadas también con funciones sensitivas tales como percepción al tacto, vibración y posición. Las fibras A delta son finas y mielinizadas se encargan del dolor, y percepción del frió. Las fibras C pueden ser mielinizadas y desmielinizadas y tienen tanto funciones sensitivas (percepción de dolor y calor) y funciones autonómicas (presión sanguínea, frecuencia cardiaca, sudoración etc.) función gastrointestinal y genito urinario. El reflejo Aquileo puede estar ausente o disminuido, debilidad de músculos pequeños y atrofia en las manos y pies llevando a una compensación de los músculos grandes causando deformidad en los pies (dedos en garra), puede observarse debilidad en pantorrilla o muslo pero es raro, esto se observa más en polineuropatía inflamatoria crónica, puede acompañarse de neuropatía autonómica, todos estos pacientes tienen riesgo alto de úlceras del pie y neuroartropatia de Charcot’s. Se puede resumir en el siguiente figura. Figura 3 Fig.3 Algoritmo de Polineuropatía distal simétrica 75 C a p í t u l o 5 Polineuropatía sensitiva por fibras de diámetro pequeño: Esta neuropatía afecta predominantemente a los axones de diámetro pequeño, típicamente a las fibras C. Tabla No. 3 Frecuentemente está presente sin signos objetivos o evidencia electrofisiológica de daño nervioso. Se manifiesta por síntomas en las extremidades inferiores, produciendo dolor e hiperalgesia seguida de una pérdida de la sensibilidad termoalgésica y, al tacto ligero, relativa preservación de la propiocepción y reflejos. Hay evidencia en la PDS a favor del deterioro del flujo sanguíneo neurovascular y pérdida de fibras nerviosas cutáneas que son positivas para el marcador neuronal producto del gen de la proteína P G P (9-5-29-30-31) Se pueden distinguir dos tipos de neuropatía dolorosa: la aguda, que es aquella presente por lo menos durante 6 meses, y la crónica, que tiene una duración mayor de 6 meses Neuropatía dolorosa aguda: Algunos pacientes desarrollan una neuropatía predominantemente de las fibras pequeñas que se manifiesta con dolor y parestesias. Se puede asociar con el inicio de la terapia con insulina (2) o sulfonilureas. Los síntomas se exacerban por las noches y se manifiesta más en los miembros inferiores que en las manos. 76 P i e D i a b é t i c o Los episodios de dolor pueden ser incapacitantes. El dolor varía en intensidad y características: algunos lo describen como quemante, lancinante, punzante o intenso. Parestesias o episodios de sensación alterada como agujas, frialdad, adormecimiento quemante, acompañan frecuentemente al dolor. En el examen clínico se puede evidenciar hiperestesia intensa. Se puede asociar con un síndrome caracterizado por considerable pérdida de peso y depresión severa, cuadro que ha sido llamado caquexia neuropática. Neuropatía dolorosa crónica: Es otra variedad de neuropatía dolorosa, que se presenta frecuentemente después de varios años del curso de la DM; el dolor persiste por más de 6 meses y llega a ser incapacitante. Es extremadamente resistente a toda forma de tratamiento, siendo frustrante para el paciente y el médico. El mecanismo de dolor en las fibras pequeñas no está bien establecido. La hiperglucemia puede ser un factor que disminuye el umbral doloroso. El dolor neuropático puede ser resultado de descargas incrementadas espontáneas o mecánicamente inducidas desde los neuromas distales y los axones regenerantes. Hay una secuencia en la neuropatía diabética: un nervio con buen funcionamiento no produce dolor, pero conforme la neuropatía progresa hay disfunción nerviosa y dolor. La desaparición del dolor representa una degeneración de las fibras nerviosas más que una recuperación. Neuropatía de fibras de gran diámetro: Este tipo de neuropatía, conocida también como pseudotabes diabética, es poco frecuente. Es una polineuropatía atáxica no dolorosa, resultado del compromiso desproporcionado de las fibras de gran diámetro. Puede involucrar fibras sensitivas, motoras o ambas. Es una neuropatía que produce más signos que síntomas 77 C a p í t u l o 5 Tabla No. 4 Las fibras grandes incluyen a las fibras motoras, las de percepción, vibración o palestesia, sentido de posición en el espacio o propiocepción y tacto epicrítico o discriminativo. A diferencia de las fibras pequeñas, las de mayor diámetro son mielinizadas y por lo tanto de conducción rápida, siendo éstas las usualmente evaluadas con las pruebas neurofisiológicas. Estas fibras, además de su gran diámetro, son largas, conducen desde las extremidades y tienen su primera sinapsis en el extremo inferior del bulbo. Estas tienden a comprometerse primero debido a su longitud y en la diabetes a la degeneración axonal distal. Los síntomas pueden ser mínimos, desde sensación de caminar sobre algodón, sentir el piso como “extraño”, incapacidad para pasar las páginas de un libro o no poder discriminar las monedas. Se caracteriza por pérdida precoz de reflejos osteotendinosos y deterioro propioceptivo, llegando a presentar inestabilidad para la marcha. Es característico que el déficit sensitivo termoalgésico sea mucho menor de lo esperado para el compromiso marcado de fibras grandes. Se debe diferenciar de otras neuropatías, neuronopatías sensitivas, y de enfermedades de la médula espinal que comprometen los tractos posteriores (32). CIDP (Polineuropatia desmielizante inflamatoria crónica) y Diabetes Mellitus: A veces 78 P i e D i a b é t i c o resulta difícil diferenciar la polineuropatía distal simétrica sensitivo motora (PDS) de la polineuropatía inflamatoria desmielinizante crónica (CIDP). Se debe sospechar CIDP en el paciente diabético cuando presenta neuropatía distal predominantemente motora y proliferativa con marcada disminución en la velocidad de conducción y en particular si se evidencia bloqueo de conducción (9). Algunos pacientes con PDS crónica presentan características de neuroconducción que cumplen con los criterios para CIDP; en ellos también se han reportado proteínas incrementadas en el líquido cefalorraquídeo (LCR) aunque en menor cantidad que en CIDP. La biopsia de nervio tampoco es determinante, pues en ambas podría encontrarse degeneración axonal, desmielinización y remielinización e infiltrado inflamatorio. Sin embargo, el criterio final que puede diferenciarlas parece ser la respuesta al tratamiento. Stewart y col reportaron 7 pacientes diabéticos con polineuropatía que cumplían con los criterios de CIDP y fueron tratados con combinaciones de azatioprina, metilprednisolona y plasmaféresis, encontrando mejoría en todos los paciente. Kendrel y col. también reportan 26 casos de pacientes con neuropatía de características desmielinizantes que mejoraron con tratamiento antiinflamatorio e inmunoterapia. Jaradeh ha reportado casos de poliradiculoneuropatía diabética progresiva, que cursaron con incremento de proteínas en el LCR y respondieron favorablemente al tratamiento con plasmaféresis o gammaglobulina endovenosa. (33-34) Neuropatía autonómica: 79 C a p í t u l o 5 Es raro encontrar una neuropatía autonómica diabética (NAD) pura; sin embargo, el espectro del compromiso autonómico en la polineuropatía diabética va desde los rangos de NAD subclínica a disfunción severa a nivel cardiovascular, gastrointestinal y genitourinario. Tabla No. 5 La presencia de NAD es de particular importancia, influye probablemente en el pronóstico, el desarrollo de actividades de la vida diaria, así como en el riesgo anestésico. La evidencia clínica o de laboratorio usualmente no está presente al inicio de la diabetes, aunque puede desarrollarse durante el primer año posterior al diagnóstico. Después de 10 a 15 años, se pueden detectar signos de NAD en aproximadamente 30% de los pacientes, aunque las manifestaciones de falla autonómica son mucho menos frecuentes variando entre 1 y 5%. La severidad de la NAD se incrementa con la duración de la DM, la severidad de la hiperglucemia, la neuropatía periférica y la edad (28). La hipotensión ortostática (HO) afecta de 10 a 30% de pacientes diabéticos de larga evolución. Se presenta por falla del sistema nervioso simpático para incrementar la resistencia vascular sistémica al estar en posición de pie y deterioro 80 P i e D i a b é t i c o en la aceleración compensatoria de la frecuencia cardiaca. La HO suele empeorar luego de la ingestión de carbohidratos, actividad física, temperatura ambiental incrementada o baños calientes. Es crucial excluir un efecto de medicación o hipovolemia coexistente. La denervación vagal del corazón produce frecuencia cardiaca acelerada en reposo y pérdida de ritmo sinusal. Se ha reportado una incidencia incrementada de infarto de miocardio silente en pacientes con neuropatía autonómica diabética. La disfunción eréctil es frecuentemente la primera manifestación de falla autonómica en los varones. Los probables mecanismos involucrados son la neuropatía autonómica y el compromiso arteriosclerótico acelerado de la arteria pudenda interna, disminución de factores relajantes del músculo peneano dependientes del endotelio, la calidad del control metabólico y una disminución de la sensibilidad a nivel testicular y peneano. La neuropatía gastrointestinal puede involucrar desde el esófago hasta el recto. La gastroparesia se manifiesta con náuseas, vómitos, saciedad precoz y dolor epigástrico difuso. El síntoma intestinal prominente es la diarrea acuosa, que es súbita, paroximal, con frecuencia se presenta en las noches, persiste por varios días y puede acompañarse de incontinencia fecal. Los probables mecanismos involucrados son la neuropatía autonómica, sobrepoblación bacteriana intestinal, insuficiencia pancreática exocrina e isquemia de la mucosa intestinal por microangiopatía. La constipación, que es la manifestación colónica más prominente, puede deberse a una denervación extensa del colon. La incontinencia fecal es menos frecuente como manifestación de neuropatía rectal. Los síntomas de cistopatía incluyen atonía vesical con prolongación de los intervalos entre las micciones, incremento gradual del volumen residual e infecciones secundarias y, finalmente, incontinencia. Los síntomas sudomotores son frecuentes pero no se les presta mucha atención. Inicialmente pueden presentar hiperhidrosis en los pies, asociada con sensación de frialdad, seguido por anhidrosis y alteraciones vasomotoras. Neuropatías asimétricas Mononeuropatías craneales: La neuropatía craneal más común en diabéticos es la mononeuropatía ocular (nervios craneales III, IV o VI) dolorosa, aguda o 81 C a p í t u l o 5 subaguda, con típica recuperación completa o parcial en semanas o meses. Es característico la preservación de la respuesta pupilar a la luz, reflejando injuria de axones centro fasciculares, que la diferencian de los procesos compresivos. El abrupto inicio de la parálisis del III nervio craneal es consistente con bases isquémicas y hay estudios patológicos que lo sustentan. Es interesante que dichos estudios han mostrado una desmielinización focal que va de acuerdo con la recuperación satisfactoria; sin embargo, hay que resaltar que la isquemia causa normalmente daño axonal más que desmielinización y es posible que la lesión diabética focal sea el resultado de injuria por reperfusión, la cual puede causar desmielinización. Otros síndromes incluyen la neuropatía facial y, menos frecuentemente, neuropatía craneal simple o múltiple asociada con infecciones serias y de alta mortalidad, como la mucormicosis rinocerebral y la otitis externa maligna causada por la pseudomona aeuroginosa de presentación casi exclusiva en diabéticos con pobre control de la glucemia. Mononeuropatía en extremidades: Puede presentarse compromiso de un solo nervio en los diabéticos, ya sea por infarto o atrapamiento. Los infartos se presentan con dolor agudo focal, seguido por debilidad, atrofia y pérdida sensitiva. Debido a degeneración axonal, la recuperación es lenta e incompleta. Los nervios más frecuentemente comprometidos son el mediano, cubital y tibial. Las mononeuropatías deben distinguirse de los síndromes por atrapamiento, que se inician lentamente, progresan y persisten si no se interviene (1). Se considera que en los diabéticos existe una incrementada vulnerabilidad del tejido nervioso a la compresión focal. En estas neuropatías el mecanismo fundamental es la desmielinización segmentaria focal primaria que explica la recuperación más rápida. Las neuropatías por atrapamiento en la diabetes son a nivel del nervio mediano, cubital, radial, femoral, cutáneo lateral del muslo, peroneal y plantar medial y lateral. El síndrome del túnel del carpo es mucho más frecuente (el doble) en los diabéticos si se compara con la población general, probablemente debido a trauma repetido, cambios metabólicos o edema dentro del espacio confinado al tunel del carpo (5). Al túnel del carpo. En el estudio Rochester (4), aproximadamente una cuarta parte de los pacientes presentaba síndrome del túnel del carpo subclínico y sólo el 7,7% tenían síntomas. 82 P i e D i a b é t i c o Radiculopatía torácica o neuropatía troncal: La radiculopatía torácica diabética o neuropatía troncal involucra generalmente a las raíces T4 a T12, causando dolor y parestesias en áreas del tórax y abdomen. Este único síndrome troncal doloroso es más frecuente en ancianos con DMNID y puede presentarse en forma aislada o junto con la radiculoplexopatía lumbosacra. El inicio puede ser abrupto o gradual. Los pacientes describen el dolor como quemante, punzante o tipo en faja. Las características clínicas pueden imitar enfermedades intrabdominales, intratorácicas e intraraquídeas, así como el herpes zoster, requiriendo cuidadosa evaluación. Los hallazgos neurológicos están limitados a hiperestesia o hiperpatía sobre el tórax y abdomen. En algunos casos puede presentarse pérdida sensitiva o disestesia y puede involucrar un dermatoma o áreas restringidas a la distribución de la rama anterior o posterior. También se puede observar debilidad localizada de los músculos de la pared abdominal. Neuropatía diabética proximal: (amiotrofia diabética) Este cuadro también ha sido llamado síndrome de Bruns-Garland, neuropatía femoral diabética, radiculopatía lumbosacra diabética o amiotrofia diabética. El término amiotrofia diabética fue usado por Garland para referirse a una neuropatía aguda dolorosa simétrica proximal en los miembros inferiores que se desarrolla en pocos días o, menos frecuentemente, una neuropatía proximal simétrica con paraparesia que se desarrolla en semanas o meses. Este patrón de la neuropatía diabética es más frecuente en el sexo masculino en la quinta a sexta década y está asociado con pobre control glucémico. El cuadro típicamente se inicia con dolor unilateral severo en la región lumbar baja, la cadera y parte anterior del muslo. La debilidad se presenta días a semanas después afectando los músculos proximales (iliopsoas, glúteos, aductores del muslo, cuadriceps y a veces también los músculos gemelos y tibial anterior). En ocasiones es precedido por una disminución moderada de peso (10-30 libras). En algunos casos el otro miembro es afectado de días a meses después. Casi siempre los reflejos aquiliano y rotuliano están ausentes. La característica clínica es la de una neuropatía predominantemente motora proximal dolorosa, debilitante con profunda atrofia en músculos afectados. El dolor, por lo general, cede antes que la atrofia inicie su recuperación, la cual toma periodos largos hasta de 24 83 C a p í t u l o 5 meses, debido a la lenta regeneracion axonal y en algunos casos persiste una paresia leve a moderada. En este síndrome los estudios neurofisiológicos y el examen clínico detallado son útiles para confirmar el diagnóstico y muestra que en aproximadamente un 75% de los casos cursa en forma concomitante con la PDS. En el líquido cefalorraquídeo las proteínas están usualmente aumentadas, sin acompañarse de pleocitosis. Los hallazgos patológicos muestran infiltrado de células inflamatorias y vasculitis. Combinaciones: Existen cuadros que combinan los diferentes síndromes descritos entre los cuales resaltamos la caquexia neuropática, síndrome caracterizado por pérdida marcada de peso, depresión severa, insomnio e impotencia, asociado frecuentemente con neuropatía dolorosa aguda o con poliradiculoneuropatía diabética II. Con mayor frecuencia se presenta en el sexo masculino, tanto en la DM tipo I como II. Se puede presentar en cualquier tiempo de la evolución, es autolimitada y responde con facilidad al tratamiento sintomático. Debe excluirse la enfermedad de Fabry, infección por el VIH, intoxicación por arsénico y alcoholismo. Otra probable combinación de síndromes incluye la polineuropatía con síndrome del túnel del carpo u otra neuropatía por atrapamiento, y polineuropatía con radiculopatía lumbar. Hay que tener en cuenta que en ocasiones el paciente diabético presenta síntomas que podrían equivocadamente ser atribuidos a un deterioro de la neuropatía diabética, cuadros enmascarados por la neuropatía diabética o acompañados por la misma como la neuropatía dolorosa del III nervio craneal en caso de aneurisma cerebral, o una enfermedad maligna a nivel de pelvis confundida con radiculoplexopatía lumbosacra (35-36). DIAGNOSTICO No existe una única prueba o método diagnóstico. Los posibles métodos diagnósticos se podrían clasificar en cuatro grandes grupos: evaluación clínica, estudios electrofisiológicos, pruebas neurológicas cuantitativas y estudio histológico. Un mínimo de 2 anormalidades (síntomas, signos, anormalidades en conducción 84 P i e D i a b é t i c o nerviosa, resultado de test sensorial cuantitativo o resultado de test autonómico cuantitativo) es requerido para diagnostico, uno de estos 2 debe incluir resultado de test cuantitativo o hallazgos electrofisiológicos positivos. Test estandarizados que usa la Puntuación de síntomas Neurológicos y Puntuación de deterioro Neurológico que se usan para calcular la puntuación de neuropatía que corresponde a la severidad. Tabla No. 6 Puntuación Total de Neuropatía y Severidad de Neuropatía Puntuación de Neuropatía Severidad de Neuropatía 0 ninguno 1 a 9 leve 10 a 19 Moderado Más de 20 Severa La asociación Americana de Diabetes recomienda que todos los pacientes con diabetes tipo II sean evaluados para Neuropatía en el momento del diagnóstico y todos los pacientes con diabetes tipo I sean evaluados para neuropatía a los 5 años del diagnostico. La evaluación debe ser repetida anualmente y debe incluir examen sensitivo de los pies y reflejo Aquileo. Uno o más de las siguientes funciones sensoriales deben ser evaluadas: punta de alfiler, temperatura, percepción de vibración (usando un diapasón de 128Hz). Y la percepción de peso con un monofilamento de 1 y 10 gr. El más sensible es la detección del umbral de vibración. La combinación de uno o mas test da una sensibilidad del 87 % en detectar Neuropatía. Es esencial en cualquier estudio de neuropatía y en la práctica clínica diaria, ya que permite establecer la existencia o ausencia de manifestaciones clínicas (no distingue lógicamente las formas subclínicas) y su progresión; excluir causas de neuropatía distintas de la diabetes (causas genéticas, metabólicas, tóxicas, farmacológicas, infecciosas, inflamatorias, inmunológicas, neoplásicas, mecánicas o vasculares); y, distinguir el tipo de neuropatía diabética de la que se trata. 85 C a p í t u l o 5 Esta evaluación clínica debería realizarse de forma al menos anual en la práctica clínica diaria e incluir la valoración sistemática y estandarizada de síntomas y signos clínicos por personal adecuadamente entrenado, para intentar así disminuir lo máximo posible los problemas de baja sensibilidad y reproductibilidad de la evaluación clínica. Se recomienda, en este sentido, la utilización de cuestionarios de síntomas y examen neurológico estandarizados y validados, disponiéndose en la actualidad de varios de ellos, como el Neuropathy Symptom Score, Neuropathy Symptoms and Change Questionnarie (NSC), Neuropathy Impairment Score (NIS), Cuestionario del dolor de McGill (versión modificada), Escala de puntuación de Boulton, esta última de fácil implementación (37,38). El tipo de protocolo a seleccionar deberá lógicamente adaptarse a las necesidades y recursos de cada centro asistencial, pero deberá incluir mínimamente en lo que a exploración física se refiere, y siguiendo las “ de percepción de la presión” (monofilamento de Semmes - Weinstein de 10 g). También podría realizarse una prueba de sensibilidad al frío (mango frío del diapasón) (30). Existen distintos tipos de técnicas Estudios electrofisiológicos: neurofisiológicas para el estudio del nervio periférico. Las más usadas son: la electromiografía (EMG) con velocidad de conducción nerviosa que es el método más sensible de detección de patología motora axonal; valora la función nerviosa con una alta reproductibilidad y sensibilidad, aunque su normalidad no excluye la existencia de neuropatía periférica, ya que no permiten valorar fibras mielínicas finas y fibras amielínicas (valorables por pruebas cuantitativas sensoriales y autonómicas). Por otra parte, hay que señalar que no son más específicas que la evaluación clínica para el diagnóstico de neuropatía diabética y aunque no son métodos invasivos sí son aversivos. Pruebas neurológicas cuantitativas: Son métodos de valoración con una alta sensibilidad y reproductibilidad y no son invasivos ni aversivos. Sin embargo, no son más específicos que la evaluación clínica para el diagnóstico de neuropatía diabética, de hecho su alteración no implica necesariamente que la lesión se localice en el nervio periférico, ya que las pruebas cuantitativas sensoriales evalúan la totalidad del sistema aferente (desde el receptor sensorial a la corteza 86 P i e D i a b é t i c o cerebral). Por otra parte, la mayor parte de ellos requieren un aparataje costoso y consumen tiempo, por lo que la mayoría no constituyen métodos rutinarios de evaluación. Las pruebas neurológicas cuantitativas se podrían clasificar en tres grupos: motoras (no nos referiremos a ellos, ya que la afectación motora no es frecuente en la polineuropatía diabética), sensoriales (QST) y autonómicas. Pruebas cuantitativas sensoriales: Son el equivalente cuantitativo de la exploración de la sensibilidad del examen neurológico convencional. Se basan en la aplicación de un estímulo de intensidad precisa para cuantificar el umbral sensorial mínimo capaz de ser percibido. Entre ellos merecen especial mención el monofilamento de Semmes- Weinstein y el discriminador circunferencial táctil (TCD), por ser dos métodos simples y efectivos para identificar pacientes con neuropatía periférica y con riesgo de desarrollar úlcera plantar, presentando una sensibilidad y especificidad similar a métodos de valoración más complejos y costosos (39-40). Otro método sencillo y razonablemente reproducible para identificar a pacientes con neuropatía es la prueba de percepción vibratoria con diapasón graduado, resultando algo más complejos los realizados con biotensiómetro, vibrameter o neurotensiómetro de mano. Se dispone en el momento actual de otros aparatos más sofisticados de evaluación sensorial asistida por ordenador, Computer- aided Sensory Examination (CASE IV), que permiten valoraciones cuantitativas tanto de sensibilidad vibratoria como térmica y dolorosa (calor como dolor), pero el coste del aparataje y el tiempo que se consume en la realización de las pruebas hacen que queden fuera de la práctica clínica rutinaria. Estudio histológico: Constituyen un método de estudio invasivo, con morbilidad asociada, por lo que sus indicaciones se limitan a situaciones muy concretas como son neuropatías con una presentación clínica no habitual o cuando se sospecha la existencia de otra causa tratable de neuropatía. Es más discutida la indicación de realizar estudio histológico en estudios epidemiológicos o ensayos clínicos con fármacos para valorar sus efectos metabólicos o estructurales a 87 C a p í t u l o 5 nivel del nervio periférico. El método de elección es la biopsia del nervio sural completa, ya que la biopsia fascicular presenta más artefactos estructurales. Las lesiones histopatológicas en la polineuropatía diabética son muy diversas y no específicas. Lo más característico es la pérdida y atrofia progresiva de fibras tanto mielinicas como amielínicas, así como diversas alteraciones microangiopáticas en vasos epineurales y endoneurales, con hiperplasia de células endoteliales y engrosamiento de la membrana basal. Estos cambios son multifocales, predominando en las porciones más distales de las fibras nerviosas más largas, sin que esté aclarado si la desmielinización es primaria o secundaria a la degeneración axonal. Acompañando a la pérdida de fibras existen fenómenos regenerativos en grado variable. En resumen, dado que no existe ningún método o prueba diagnóstica especifica de neuropatía diabética en general y, de polineuropatía diabética en particular, el diagnóstico se basará en la interpretación de un conjunto de pruebas diagnósticas que evalúen distintos aspectos de la función nerviosa, en el contexto de una diabetes mellitus, siempre que se hayan excluido otras causas distintas de la misma. Se realizará una completa caracterización de la polineuropatía valorando síntomas clínicos, examen clínico, estudios electrodiagnósticos, pruebas cuantitativas sensoriales (QST) y pruebas de función autonómica como la señalada por la Conferencia de San Antonio de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) y la Academia Americana de neurología para estudios de investigación clínica (41-42). Neuropatías focales y multifocales: El diagnóstico es clínico, confirmándose por estudios electrofisiológicos, debiéndose siempre antes de atribuir la etiología del cuadro clínico a la diabetes excluir otras posibles causas mediante la utilización de las pruebas diagnósticas necesarias en cada caso. Así, por ejemplo, en la mononeuropatía del III par craneal es obligado realizar tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN) craneal con contraste para descartar compresión extrínseca del III par por aneurisma o tumor; y, en la neuropatía motora proximal asimétrica es obligado descartar otras causas 88 P i e D i a b é t i c o de plexopatía lumbosacra mediante TAC pélvico o de radiculopatía mediante RMN de columna lumbosacra. Neuropatía autonómica: En el screening rutinario de neuropatía autonómica sólo está indicada la utilización de pruebas no invasivas como son (41,42): 1. Prueba de función parasimpática a. Prueba de control de la frecuencia cardíaca con la respiración profunda (variación R-R), con la maniobra de Valsalva o con la bipedestación. 2. Prueba de función simpática a. Prueba de control de la tensión arterial con la bipedestación. b. Prueba de función sudomotora: Prueba de sudación inducida por la temperatura (prueba de sudación termorregulada o TST); o, químicamente inducida con pilocarpina (prueba de imprimación con silastic) o acetilcolina (QSART). c. Prueba de adaptación pupilar a la oscuridad tras bloqueo parasimpático. La alteración en más de una prueba por más de una ocasión se considera indicativo de neuropatía autonómica, siempre que se haya excluido enfermedad del órgano diana y otros factores de confusión como fármacos, enfermedad intercurrente y edad. (41-42) En caso de que existiesen síntomas sugestivos de disfunción autómica en un órgano determinado habrá que realizar las pruebas diagnósticas pertinentes para confirmar el diagnóstico de la alteración y excluir otras posibles causas de la misma. Así, habrá que realizar, por ejemplo, estudios isotópicos de vaciamiento gástrico y endoscopia o manometría y endoscopia para el diagnóstico de trastornos en el vaciamiento gástrico; o bien, prueba de tumescencia peneana nocturna, prueba de inyección intracavernosa de vasodilatadores y estudio hormonal para el estudio de impotencia (42). 89 C a p í t u l o 5 TRATAMIENTO Tratamiento preventivo y etiológico: No existe duda de que la mejor y más efectiva estrategia contra la neuropatía diabética es la prevención. En el momento actual, la medida que se ha mostrado más efectiva para prevenir o disminuir la progresión de la neuropatía diabética es la optimización del control metabólico (43-44-45-46-47-48) Así, en el DCCT (Diabetes Control and Complications Trial Research Group) el grupo de diabéticos tipo I en terapia intensiva redujo a los cinco años el riesgo de desarrollar neuropatía en un 69% respecto al grupo en tratamiento convencional, reduciéndose igualmente un 57% la progresión de la misma en el primer grupo respecto al segundo. Otras medidas preventivas son el control de otros posibles factores de riesgo, como alcohol, tabaco, hipertensión y dislipidemia. En lo que se refiere al empleo de fármacos como tratamiento para la Neuropatia diabetica dolorosa (PDN), hay que señalar que aunque en estudios en experimentación animal se obtuvieron resultados prometedores con diversos fármacos, hasta la fecha ninguno de ellos ha demostrado suficientemente su utilidad en humanos; Hay que señalar que cualquier paciente con polineuropatía sensitivo-motora simétrica distal debe ser considerado de alto riesgo para el desarrollo de úlcera plantar diabética, amputación y de la afortunadamente rara neuroartropatía de Charcot (fig. 4), por lo que resulta fundamental realizar en los mismos una educación adecuada sobre el cuidado de sus pies, la cual ha demostrado disminuir en más del 50% el riesgo de ulceración y amputación. 90 P i e D i a b é t i c o Fig.4 Pie de Charcot con importantes deformidades en tobillo y región tarsometatarsiana con hundimiento o colapso del arco plantar. Tratamiento del dolor: El dolor es común a diversas formas de neuropatía diabética. Su tratamiento incluye la optimización del control metabólico por un lado, y el empleo de fármacos con acción analgésica y/o medidas físicas por otro. La optimización del control metabólico, ya sea con antidiabéticos orales o con insulina, se ha mostrado eficaz en la mejoría del dolor neuropático. En cuanto a los fármacos y medidas físicas que han sido propuestos como eficaces para el tratamiento de las “neuropatías diabéticas dolorosas” están recogidos en la siguiente tabla. 91 C a p í t u l o 5 Tabla No. 7 Opciones Farmacológicas Con Evidencia de Estudios Clinicos Rabdomizados con Eficacia en el Tratamiento Sintomático de Neuropatía Diabética Periférica Dolorosa (DPNP) Tomado de Pain Medicine 2008;9:660-674 92 P i e D i a b é t i c o Los analgésicos convencionales suelen tener pobres resultados, aunque pueden utilizarse en primera instancia en los casos de dolor de intensidad leve (1-28-49). Como fármacos de primera línea en los casos de dolor más intenso se suele recurrir al empleo de antidepresivos tricíclicos, sobre todo amitriptilina y desipramina, (2846), que se han mostrado efectivos para mejorar el dolor, aunque rara vez consiguen eliminarlo completamente. Se desconoce con exactitud su mecanismo de acción, pero parece ser la inhibición de la captación de noradrenalina en las sinapsis de los sistemas centrales de control del dolor. La respuesta es dosis dependiente y parece ser mejor si existe depresión asociada. Se recomienda iniciar el tratamiento a dosis bajas antes de acostarse (25-50 mg de Amitriptilina) e ir aumentando progresivamente en función de la respuesta clínica (máximo 150 mg). En ocasiones se ha potenciado el efecto analgésico al asociar flufenazina, pero sólo debería valorarse en casos muy severos y durante un tiempo no superior a tres meses por el riesgo de discinesia tardía. Los efectos secundarios más frecuentes de los antidepresivos son de tipo anticolinérgico y cardiovascular; en ocasiones la hipotensión ortostática y taquicardia limitan su uso, sobre todo en ancianos. Diversos anticomiciales y antiarrítmicos han sido también utilizados en el tratamiento del dolor neuropático. Su mecanismo de acción parece ser la estabilización de las membranas neuronales, a través de un efecto en el transporte de sodio. La respuesta con fenitoína ha sido variable en distintos estudios e inhibe la secreción de insulina, por lo que generalmente no se recomienda. Se han obtenido en general resultados algo mejores, aunque no espectaculares con Carbamacepina y Mexiletina (análogo oral de Lidocaína), por lo que se puede valorar su uso si los antidepresivos tricíclicos no son efectivos, como tratamiento único o incluso asociado a los mismos. La dosis media útil de esta última es de 450 mg/día, sin que se hayan observado a estas dosis efectos secundarios cardiovasculares. Mención especial merecen los nuevos anticomiciales, Gabapentina (900-1.800 mg/día) Lamotrigina, Pregabalina esta última aprobada por la FDA como tratamiento de primera línea para dolor neuropático de origen diabético que parecen obtener buenos resultados y ser bastante bien tolerados (los efectos secundarios más frecuentes fueron vértigos y somnolencia) a dosis de 150 a 600 mg /día (43-50). 93 C a p í t u l o 5 El Clonacepam a dosis nocturna de 0,5-3 mg/día está también indicado. La aplicación tópica de capsaicina al 0.075%, alcaloide del pimiento capsicum, se ha mostrado eficaz en el tratamiento del dolor disestésico, por lo que constituye una alternativa de tratamiento para este tipo de dolor. Su mecanismo de acción parece ser la estimulación selectiva de las neuronas de las fibras amielínicas C, provocando la liberación de sustancia P y posiblemente otros neurotransmisores; y en última instancia una depleción de sustancia P, alterando así la transmisión del impulso del dolor a los sistemas centrales y produciendo un fenómeno de desensibilización. Su efecto es dosis-dependiente, realizándose habitualmente de dos a cuatro aplicaciones/día. No produce efectos secundarios sistémicos significativos, pero en ocasiones da lugar a picor y sensación de quemazón en la zona de aplicación no tolerados por el paciente. Estos efectos secundarios son máximos en la primera semana de aplicación y luego tienden a disminuir. El tratamiento a largo plazo con capsaicina ha sido cuestionado por algunos autores por su posible neurotoxicidad. El dolor neuropático es uno de los síndromes dolorosos más complejos, cuya fisiopatología involucra diversos procesos, por lo que resulta difícil que un solo medicamento (gabapentina o pregabalina) cubra por completo los distintos mecanismos; por lo que es necesario la prescripción de un tratamiento combinado que, mediante diferentes mecanismos de acción, brinde un control integral del dolor neuropático. En el tratamiento del dolor neuropático existe una asociación fija de reciente introducción en el mercado latinoamericano de gabapentina (neuromodulador) que modula las subunidades α2δ de los canales de calcio, mecanismo importante en el dolor neuropático con más de 14 años de eficacia comprobada y las vitaminas neurotropas B1 y B12 que es requerido para la síntesis de mielina y el mantenimiento de la integridad del tejido neuronal con acción antineurítica y analgésica. Como consecuencia se produce neuro-sinergia que disminuye el dolor neuropático de diversa etiología, y brinda mejor tolerabilidad y seguridad a diferencia de gabapentina sola. La ventaja de este medicamento, que esperamos contar pronto en nuestro país, es una mejor adherencia al tratamiento ya que disminuye la toma de pastillas por la asociación y además brinda un mejor control del dolor neuropático. Por último, en lo referente al tratamiento fármacológico del dolor hay que señalar que se han utilizado inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina como la Duloxetina a dosis de 60 mg/día ha sido también aprobado para tratamiento de dolor neuropatico. Los opiaceos como la oxicodona y el tramadol son utilizados con buenos resultados para el dolor pero con efectos colaterales importantes como efectos adictivos, estreñimiento, mareo, vomito. El empleo de tratamientos físicos para el dolor (estimulación nerviosa transdérmica transcutánea) ha tenido desiguales resultados en diversos estudios, pudiéndose 94 P i e D i a b é t i c o considerar su uso en pacientes que no responden a otras formas de tratamiento. Debe tenerse cuidado con el empleo de terapias alternativas como acupuntura en los casos de extremidades con sensibilidad disminuida por el riesgo de que se produzcan ulceraciones. Neuropatías focales y multifocales: Suelen resolverse espontáneamente, por lo que el tratamiento es generalmente conservador, optimizando el control metabólico y tratando el dolor si existe. En los casos en los que hay atrofia muscular es necesario fisioterapia. En las mononeuropatías por atrapamiento suele ser necesario tratamiento quirúrgico descompresivo. Neuropatía autonómica: El tratamiento irá destinado al tratamiento de los síntomas cuando existan. En caso de gastroparesia el cisapride es de primera elección; sildanefil parece obtener buenos resultados en casos de impotencia; medidas antigravedad asociadas o no a fluorohidrocortisona en hipotensión ortostática; loperamida o codeína en casos de diarrea; sondaje urinario si existe retención urinaria; y, en diaforesis gustatoria el glucopirrolato parece un fármaco prometedor. ALGORITMO PARA MANEJO DE NEUROPATIA DIABETICA SINTOMATICA 95 C a p í t u l o 5 BIBLIOGRAFIA: 1. Vinik A. and Cassellini C, Clinical Manifestations and Current treatment options for Diabetic Neuropathies. Endocrine Pactice 2007; 13: 550-566. 2. Vinik AI, Park TS, Stansberry KB, PittengerGL. Diabethic neuropathies. Diabetologia 2000;43: 957-973. 3. Bosch E, Smith B. Disorders of peripheral nerves.In: Bradley W, Daro ff R, FenichelG., MarsdenC. (eds) Neurology in Clinical Practice.T h i rd edition. Boston: Butterw o rt h - H e i n e m a n n 2000: 2097-2013. 4. Dyck PJ, Kratz KM, Karnes JL et al. 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La propuestas terapéuticas modernas en el manejo de la DM han prolongado, en los pacientes, su esperanza de vida, pero a la vez ha permitido el aparecimiento de complicaciones asociadas a las vasculopatías, neuropatías e infecciones de las extremidades inferiores (1-3). Epidemiología En el Ecuador, la DM se halla entre las diez primeras causas de morbimortalidad hospitalaria y se estima existen 500.000 personas afectadas, abarcando de manera importante a la población mayor de 60 años (4-6). Las infecciones en los pies son en la actualidad una de las causas más importante por las que los diabéticos ingresan a nuestros hospitales ( 25% en un estudio personal en el HCAM). Se calcula que en U.S.A. el 25% de los diabéticos tienen problemas en sus pies. Las infecciones del pie diabético se convierten en la causa principal de amputaciones no traumáticas de los miembros inferiores hasta en un 54%. Entre el 25-50 % de los pies infectados llevan a amputaciones menores, así como, entre el 10-40% requieren amputaciones mayores (7-13). 101 C a p í t u l o 6 Factores de riesgo Existen muchos factores de riesgo para la ulceración e infección en el pie diabético: - Neuropatía motora periférica. Esta desencadena anomalías en la anatomía y biomecánica del pie, angulación de los dedos o subluxación de las articulaciones metatarso-falángicas. Esto lleva aumento de la presión, formación de callo y úlceras. - Neuropatía periférica sensorial. Esta anomalía lleva a la pérdida de sensibilidad protectora, y a la falta de sensación ante lesiones menores causadas por exceso de presión y lesiones mecánicas o térmicas. - Neuropatía periférica autonómica. Déficit de sudoración, lo que determina sequedad y piel quebradiza. - Deformidades neuro-osteoartropáticas. Anomalías anatómicas y biomecánicas, que llevan al aumento de presión en la zona medio-plantar. - Insuficiencia vascular. Déficit que conduce a la falta de vitalidad tisular, cicatrización de heridas, y al aporte de neutrófilos. - Hiperglicemia y otras alteraciones metabólicas. Estas afectan la función inmunitaria (neutrófilos) y la cicatrización de heridas. - Discapacidades. Determinadas por reducción de la capacidad visual, la movilidad , amputaciones, etc. - Desadaptación conductual. Por la poca aceptación de la enfermedad. Falta de adherencia al tratamiento, medidas de prevención y vigilancia. - Sistemas de salud deficitarios. Que generan un control, vigilancia y cuidado inadecuados. Falta de educación y cuidado del pie (14). Patogenesis La comprensión de la patogénesis y los mecanismos que predisponen a la adquisición de infecciones por parte del diabético es fundamental para entender esta importante patología. Existen tres factores importantes a tomarse en cuenta: neuropatía, angiopatía y en menor grado trastornos inmunitarios que favorecerán el aparecimiento de la patología infecciosa. 102 P i e D i a b é t i c o 1. Neuropatía. Este tipo de trastorno afecta al 80 % de los pacientes con pie diabético. Los problemas que causa son: a) Trastornos de la sensibilidad y anestesia, que favorecen las lesiones termomecánicas y que llevan a la formación de úlceras. b) Neuropatía motora, alterando la mecánica, estabilidad y forma del pie. c) Disfunción autonómica, que lleva a disminución de la inervación autonómica lo que determina el aparecimiento de una piel seca, escamosa y quebradiza. d) Estas alteraciones anatómicas llevan a una mala distribución del peso en el pie, con aumento de la presión y predisposición a la formación de úlceras, colonización bacteriana e infección (15). 2. Angiopatía. La lesión vascular es una macro y microangiopatía que se desarrolla en más del 50 % de los diabéticos con una enfermedad mayor a 10 años de evolución. La macroangiopatía es una aterosclerosis que afecta a los grandes vasos; se presenta de manera más acelerada en los diabéticos, con el aparecimiento de calcificaciones en la capa media de las arterias de los miembros inferiores (Arteriopatía de Monckeber). La microangiopatía se presenta como un engrosamiento de la membrana basal de los capilares y arteriolas. Estos procesos llevan a un trastorno de la perfusión tisular, predisposición a la trombosis y alteración en los procesos de cicatrización, así como una disminución de la disponibilidad tisular de los fármacos en las zonas afectadas (16). Alteración Inmunitaria. Se han detectado trastornos desencadenados 3. por afectación del sistema inmunitario como alteración de la función de quimiotaxis leucocitaria, fagocitosis y la función bactericida. Potenciales anormalidades en los mecanismos de defensa de los pacientes con DM son: a) Ruptura en la integridad de la función de barrera por parte de la piel. b) Anomalías en la microvasculatura. c) Función anormal de los PMN: movilización y quimiotaxis, fagocitosis, muerte intracelular. d) Posible afectación en la inmunidad celular (función linfocitaria y monocitaria) (17). 103 C a p í t u l o 6 La Ulcera en el pie diabEtico La úlcera neurotrófica del pie es la causa más importante de consulta en los diabéticos. Las úlceras están estrechamente relacionadas, mas con la presencia de neuropatía, que con la enfermedad vascular periférica. La neuropatía motora existente lleva al desarrollo de deformidades que se expresan con un incremento de la presión plantar a nivel de las cabezas de los metatarsianos. Este proceso traumático repetitivo desencadena una respuesta cutánea de hiperqueratosis, así como de inflamación y edema en los tejidos profundos de la planta, esto lleva al aparecimiento de úlceras neurotróficas circulares, predominantemente a nivel de las cabezas del primero, segundo y quinto metatarsianos. La profundidad de la ulceración está limitada por un margen de callo extendiéndose en profundidad hasta las estructuras tendinosas, cápsula articular y hueso subyacente. Se han propuesto varios sistemas de clasificación para determinar el grado de profundidad de las úlceras del diabético, así como su gravedad clínica. Wagner hace algunos años categorizó la profundidad de la úlcera junto a la presencia de infección o la gangrena de la misma (18-20). Grado 0: Ausencia de úlcera. Deformidad o hiperqueratosis Grado 1: Ulceración superficial. Celulitis superficial. Grado 2: Ulcera profunda que alcanza tendones y huesos, sin que la infección los afecte Grado 3: Ulcera profunda que alcanza tendones y huesos, con infección de los mismos. Grado 4: Gangrena limitada a los dedos, antepie o talón. Grado 5: Gangrena que afecta a la mayor parte del pie Armstrong de la Universidad de Texas categoriza la profundidad de la úlcera o lesión en cuatro grados; y la presencia de infección, añadida junto a la perfusión vascular de la extremidad afectada, en cuatro estadíos (21). 104 P i e D i a b é t i c o Tabla No 1 Tabla No 1. Clasificación de la Universidad de Texas. Como se observa en la tabla anterior, ésta tiene un importante valor predictivo del riesgo de amputación; la que aumenta mientras es mayor la profundidad de la lesión añadida a la presencia de isquemia e infección de la misma. INFECCIÓN EN EL PIE DIABETICO La infección es una complicación de las úlceras o traumatismos en el pie diabético. En el terreno isquémico del pie diabético mal oxigenado, al que llegan con dificultad los leucocitos con un funcionalismo alterado, hace que las infecciones sean más graves y de difícil tratamiento. Existe una expresividad clínica muy variable, que va desde lesiones superficiales de la piel y uñas, hasta lesiones más graves que amenazan la integridad de la extremidad e incluso la vida del paciente. No todas las úlceras neuropáticas se hallan infectadas, por lo que es importante una correcta evaluación de los procesos infecciones en las úlceras, para realizar un abordaje y tratamiento adecuados (22-28). 105 C a p í t u l o 6 DIAGNÓSTICO CLÍNICO El diagnóstico primordial de infección se lo define clínicamente con la evidencia de drenaje purulento o la presencia de dos o más signos o síntomas de inflamación (eritema, induración, dolor, edema). Los procesos infecciosos se sospechan por la presencia de signos locales (inflamación, exudación, fístulas, mal olor o crepitación) añadidos a signos sistémicos (fiebre, escalofríos taquicardia, malestar general). Las lesiones cutáneas o úlceras del pie diabético, deber ser evaluadas íntegramente por lo que es necesario el desbridamiento de la escara o el material necrótico para evaluar la profundidad de la lesión. No olvidar la palpación ósea del fondo de la úlcera con un estilete metálico estéril, para diagnosticar osteomielitis (29-34). Diagnóstico de Laboratorio El hemograma nos puede evidenciar leucocitosis, neutrofilia, aumento de la velocidad de sedimentación globular y de la proteína C reactiva (PCR). Sin embargo, estas pruebas, por si solas, no son sensibles ni específicos del proceso infeccioso. La química sanguínea nos demuestra la descompensación metabólica: hiperglicemia, cetosis, hiperazoemia, acidosis metabólica, etc. (3538). Diagnóstico Imagenológico La radiología convencional nos sirve para excluir la presencia de gas en los tejidos blandos o la presencia de lesiones óseas compatible con osteomielitis. A la vez, es muy útil la realización de un estudio ecográfico de alta resolución de los tejidos blandos, con el cual podemos definir la profundidad de la afectación tisular y la presencia de abscesos o cuerpos extraños (39). Figuras No 1 y 2. 106 P i e D i a b é t i c o Figura No. 1. Radiografía del pie evidenciando presencia de gas en los tejidos blandos del primer dedo Figura No 2. Ecografía de partes blandas demostrando una colección en el TCS 107 C a p í t u l o 6 MICROBIOLOGÍA DE LA INFECCIÓN DEL PIE DIABÉTICO La superficie cutánea del cuerpo humano presenta una simbiosis con microorganismos bacterianos saprofitos, no patógenos que colonizan la misma de manera transitoria o permanente. La presencia de neuropatía autonómica afecta los mecanismos de protección cutánea como la sensibilidad e integridad cutánea, lo que permite que patógenos como S. aureus o estreptococos betahemolíticos colonicen la piel no intacta. La presencia y proliferación de microorganismos patógenos en la piel afectada, desencadena el proceso infeccioso con la respuesta inflamatoria secundaria del huésped. Las infecciones se limitan a los planos superficiales cuando afectan exclusivamente a la piel y el tejido celular subcutáneo; en tanto que las infecciones son profundas cuando invaden las fascias, músculos, tendones, articulaciones o huesos (40-42). Microorganismos. La bacteriología de las úlceras en el pie diabético pueden ser evidenciada por la presencia de gérmenes solitarios como S. aureus o Estreptococos en las infecciones superficiales o leves, a tal punto que no se recomienda en la mayoría de estos casos el cultivo para su identificación. Situación completamente diferente sucede en las lesiones moderadas o severas, con úlceras profundas, en las que los hallazgos bacterianos son de tipo polimicrobiano, con gérmenes tanto aeróbicos ( S. aureus, S epidemidis, Estreptococos grupo D tipo Enterococos, Bacilos entéricos gram negativos y P. aeruginosa). Los gérmenes de tipo anaerobio se hallan presentes cuando hallamos lesiones necróticas y gangrenosas (Bacteroides, clostridios, estreptococos de tipo anaeróbico) (43-44) . Los gérmenes más frecuentes hallados en infecciones del pie diabético se resumen en la siguiente tabla: 108 P i e D i a b é t i c o Tabla No 2 Tabla No 2. Microorganismos hallados en infecciones del Pie Diabético Cultivo Bacteriano. La obtención de las muestras para cultivos nos permitirán la identificación del agente etiológico siempre y cuando el espécimen sea obtenido y procesado adecuadamente. No debemos olvidar la posibilidad muy frecuente de contaminación de las heridas con microorganismos que colonizan la piel, así como con gérmenes hospitalarios multiresistentes, lo que favorece el crecimiento de flora microbiana mixta. Por lo que recomendamos obtener las muestras de tejidos profundos (biopsia para cultivo) y de manera aséptica durante la limpieza quirúrgica, o a través de punción aspiración directa sin contaminación con la herida infectada. Las muestras deben ser procesadas para una tinción de Gram, y cultivo en medios tanto aeróbicos como anaeróbicos. Por último, un estudio adecuado del antibiograma para los gérmenes encontrados nos permitirá realizar una tratamiento antimicrobiano apropiado, ya que es muy común el hallazgo de bacterias multiresistentes en pacientes con úlceras crónicas previamente tratadas con antimicrobianos o adquiridas en unidades hospitalarias (45-46). Clasificación Clínica de las Infecciones del Pie Diabético. Las infecciones en el Pie Diabético pueden dividirse en leves o superficiales y serias o profundas en las que hay amenaza de la integridad de la extremidad o la vida del enfermo. Estas últimas por su gravedad se las clasifica en moderadas y 109 C a p í t u l o 6 severas, siendo el Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) el que determina su diferenciación (47-48). Tabla No 3 Tabla No 3. Características clínicas que definen la gravedad de la infección del Pie Diabético. Tabla N° 4 Tabla No 4 . Clasificación clínica y etiología de las infecciones en las úlceras del pie diabético. 110 P i e D i a b é t i c o Infección Leve Se caracteriza por la presencia de úlceras superficiales que no amenazan la integridad de la extremidad o la vida del paciente. Son úlceras con un proceso de celulitis menor de 2 cm de diámetro, sin evidencia de afectación de planos profundos, control metabólico adecuado y bacteriológicamente son de tipo monomicrobiana. Figura No 3 Figura No 3. Infección de piel y tejidos blandos leve Infección Moderada Se caracteriza por la presencia de úlceras profundas que llegan a tendones, músculos y hueso, amenazando la integridad de la extremidad del paciente. Presencia de celulitis mayor de 2 cm de diámetro con presencia de abscesos, trayectos fístulosos. Son producidas por gérmenes polimicrobianos (cocos aeróbicos Gram positivos, bacilos Gram negativos y anaerobios estrictos). 111 C a p í t u l o 6 Figura No. 4 Figura No 4. Infección Moderada Infección Severa Se caracteriza por presencia de úlceras profundas con características clínicas similares a la anterior, añadida a un Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica, acidosis, hiperglicemia severa o azoemia; trastornos que llevan a la sepsis y amenazan la vida del paciente. Están producidas por gérmenes polimicrobianos junto a microorganismos multiresistentes. Figura No 5 Figura No 5 . Infección Severa 112 P i e D i a b é t i c o ERISIPELA- CELULITIS Es un proceso infeccioso superficial que se inicia a menudo en los espacios interdigitales y suele invadir el dorso del pie. Abarca la epidermis y la dermis, pudiendo diseminarse a planos profundos si no son tratadas de manera oportuna (49-51). Diagnóstico. La presencia de dos o más signos de inflamación ( eritema, calor, dolor, induración o edema) hacen el diagnóstico clínico, en ausencia de úlcera cutánea. Figura No 6 Figura No 6. Celulitis más edema en el dorso del pie y tobillo. Microbiología. Son infecciones monomicrobianas en donde se ha identificado la presencia de S. aureus Meticilino-Sensible o S. pyogenes (Estreptococo betahemolítico del grupo A). Habitualmente, por lo benigno de las lesiones cuando son tratadas precozmente, no se recomiendan los cultivos bacterianos. 113 C a p í t u l o 6 FASCITIS NECROSANTE Es una de las infecciones cutánea más peligrosas para la vida del diabético, ya que se asocia a un nivel de mortalidad de casi el 40%. La infección se inicia en la piel, continúa en el tejido celular subcutáneo y se difunde a través de las fascias y los músculos de la extremidad inferior (52-53). Diagnóstico. El síndrome se caracteriza por la presencia de dolor intenso en un terreno de lesiones eritematosas, bullosas, rojo vinosas, que afectan piel, tejidos celular subcutáneo y fascias. Además en la patolología gangrenosa se puede apreciar mionecrosis, fácil de detectar con la ecografía convencional. También puede existir la presencia de crepitación u olor pútrido por la presencia de gas que se evidencia en imágenes radiológicas de la zona afectada. Se ha reportado además piomiositis por S aureus en pacientes diabéticos con fiebre, dolor y edema muscular. El diagnóstico y propuesta terapéutica debe ser inmediata, por lo que es imperativo la evaluación por el cirujano para la limpieza y desbridamiento quirúrgico así como la administración inmediata de antibióticos (53-55). Figura No 7 Figura 7. Fascitis Necrosante y Mionecrosis Microbiología. Es obligatorio la identificación del agente etiológico realizando coloración de Gram de la lesión, cultivo de la misma en medio aerobio y anaerobio 114 P i e D i a b é t i c o y hemocultivos. Por sus características microbiológicas las fascitis necrosantes se las ha clasificado en dos grupos. Tipo I Polimicrobiana, causada por una combinación de gérmenes anaerobios ( B fragilis o Clostridium) y aerobios facultativos (Bacilos Gram negativos- E.coli). Representan el 90 % de los casos (56). Tipo II Monomicrobiana, causada por Streptococcus Beta-hemolítico del grupo A . Abarca el 10% de los casos (57). OSTEOMIELITIS La osteomielitis del pie es un problema muy serio y frecuente en pacientes diabéticos, ya que genera un aumento importante en los gastos financieros debido a la prolongada estancia hospitalaria, procedimientos quirúrgicos repetitivos y el uso prolongado de antibióticos parenterales. La osteomielitis u osteítis del pie diabético, es la principal causa de amputación no traumática de miembros inferiores en los países occidentales. En nuestro medio es una enfermedad subdiagnosticada, y como tal es la principal causa de recurrencia de úlceras infectadas en diabéticos (58-60). Patogénesis. Se ha demostrado que hasta en un 60% de las úlceras infectadas en pacientes diabéticos tienen osteomielitis. El principal factor de riesgo para el aparecimiento de osteomielitis, es la presencia de neuropatía periférica, proceso que desencadena en neuroartropatía, y ésta en osteoartropatía, también llamada Enfermedad de Charcot. La infección ósea se produce por contiguidad de lesiones cutáneas profundas hacia la cortical ( osteítis) y medular (osteomielitis). Diagnóstico Clínico. Es difícil el diagnóstico en la mayor parte de los casos. La presencia de eritema, edema y calor en el antepie o en un dedo de donde se obtiene pus o fragmentos óseos nos hacen sospechar en osteomielitis. Son inusuales los signos sistémicos, y si ellos existen, nos hablan de un proceso necrótico extenso asociado a bacterias anaerobias. La presencia de tejido óseo 115 C a p í t u l o 6 en el fondo de la úlcera es muy decidor de osteomielitis. Así como, la presencia de úlceras mayores de 2cm2 de superficie tienen una sensibilidad de 56 % y una especificidad de 92% para el diagnóstico de osteomielitis en comparación a la biopsia ósea (61-62). Figura No 8 Figura No 8. Osteomielitis con exposición ósea más necrosis cutánea. Prueba de la Sonda. Lindsay Grayson, en un estudio de pacientes con infección que amenazaba la extremidad, demuestra que la identificación del tejido óseo mediante palpación con un estilete de metal en el fondo de la úlcera ( Probeto-bone Test) tiene una sensibilidad de 66%, una especificidad de 85% y un valor predictivo positivo de 89% en comparación al diagnóstico histológico de osteomielitis. Esta prueba, simple y barata, tiene un gran valor diagnóstico por lo que recomendamos su uso de manera rutinaria (63). Hematología y Bioquímica. No es muy común hallar leucocitosis. La velocidad de sedimentación globular (VSG) y la PCR suelen hallarse muy elevadas, mas estas pruebas no son específicas de la infección ósea. Una VSG > de 70 mm/h se ha demostrado tener una especificidad de 100% para diagnóstico de osteomielitis. 116 P i e D i a b é t i c o Imagenología. La radiología convencional tiene muy poca sensibilidad en el diagnóstico temprano de osteomielitis, ya que la infección ósea puede preceder a los cambios radiológicos hasta en cuatro semanas al aparecimiento de lesiones radiológicas. Sin embargo, la presencia de cambios radiológicos subsecuentes son muy indicativos de la afectación ósea. No olvidar los cambios óseos radiológicos similares que produce la osteoartropatía de Charcot. Los estudios gammagráficos con radionucleótidos son una excelente herramienta en el diagnóstico de Osteomielitis. Dentro de estos tenemos el scanning óseo con Tc99m, Gallium 67, leucocitos marcados con Indium111, Tc99 o ciprofloxacino marcado. Estos estudios tiene una buena sensibilidad y una baja especificidad. En la actualidad la Resonancia Magnética Nuclear se ha convertido en el “gold estándar” de los estudios de imagen con una gran sensibilidad y especificidad (64-67). Figura No. 9 Figura No. 9. Radiografía simple, signos de osteomielitis metatarso falángica del V dedo. 117 C a p í t u l o 6 Figura No. 10 Figura No 10. Resonancia Magnética Nuclear. Signos de osteítis e infección de tejidos blandos Figura No. 11 Figura No 11. Gammagrafía Osea. Zonas de hipercaptación metatarsofalángicas 118 P i e D i a b é t i c o Los porcentajes de sensibilidad, especificidad y valor predictivo positivo de los estudios de imagen se resumen en la siguiente tabla: Tabla No 5 Tabla No 5. Comparación bioestadística de estudios de imagen para el diagnóstico de Osteomielitis en el Pie Diabético Biopsia Osea. Es la piedra angular en el diagnóstico de la infección ósea añadido al análisis microbiológico. Se debe tomar la biopsia por vía percutánea guiada con fluoroscopia o TAC o mediante el acceso quirúrgico directo (68). Microbiología. Los gérmenes implicados en la osteomielitis están en estrecha relación con los hallados en las infecciones de piel y tejidos blandos contiguos. La osteomielitis del pie diabético es un proceso infeccioso polimicrobiano, a menudo causado por S. aureus como bacteria predominante, pero se encuentra frecuentemente acompañado de otro tipo de microorganismos especialmente cocos Gram positivos y bacilos Gram negativos aeróbicos. No hay que olvidar la presencia de bacterias anaeróbicas hasta en un 40% de los casos. En el siguiente algoritmo, se resumen las acciones para un abordaje y tratamiento adecuado de la osteomielitis en el pie diabético. 119 C a p í t u l o 6 Figura No 12 Figura No 12 Algoritmo de diagnóstico y manejo de osteomielitis en el pie diabético 120 P i e D i a b é t i c o TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES DEL PIE DIABETICO El abordaje de un paciente diabético portador de un proceso infeccioso en el pie requiere una atención cuidadosa, coordinada e integrada por un equipo profesional multidisciplinario, donde la presencia de un especialista en enfermedades infecciosas es indispensable. Este equipo, a la vez, debe estar integrado por un internista, un endocrinólogo, un cirujano vascular, un cirujano plástico, un traumatólogo, un nutricionista, un podólogo, un fisiatra, y una enfermera especialista en el cuidado de heridas (69-71). Tratamiento Antimicrobiano El principal objetivo de la antibióticoterapia en el tratamiento de la infección del pie diabético, es prevenir y/o detener el daño colateral que el proceso infeccioso genera en los tejidos afectados, añadido a una evaluación quirúrgica adecuada, junto a un óptimo control metabólico (72-74). Necesidad de hospitalización. No se debe hospitalizar a los pacientes quienes presentan infecciones leves que no amenazan la integridad de la extremidad o la vida del enfermo, basta en ellos una pauta antimicrobiana oral. Los pacientes con lesiones moderadas, severas o con afectación vascular importante, justifican su internación y una inmediata antibióticoterapia parenteral. Estabilizar al paciente. El manejo clínico integral es importante en el abordaje de este tipo de pacientes. Es fundamental el manejo metabólico con restauración de líquidos y electrolitos, corrección de la hiperglicemia, hiperosmolaridad, acidosis metabólica, hiperazoemia. Los pacientes quienes necesitan de cirugía deben ser estabilizados lo más pronto posible y no demorar al procedimiento quirúrgico por más de 48 horas desde su ingreso al hospital. Factores que determinan la calidad del tratamiento antimicrobiano. Son múltiples los factores que influencian en el tipo de antibiótico a usarse, estos son: 121 C a p í t u l o 6 a) El tipo de infección: la severidad de la misma, presencia o no de osteomielitis, tipo de microorganismo o tratamientos antimicrobianos previos. b) El tipo de huésped: la presencia o no de alergias, gastroparesia, enfermedad renal, insuficiencia arterial y el control glicémico. c) El tipo de antibiótico: su farmacocinética, farmacodinamia, efectos colaterales y costos (75-76). Indicaciones para la terapia antimicrobiana. Se estima que alrededor del 50% de los pacientes que presentan una úlcera del pie diabético son tratados con antimicrobianos, por lo que es importante definir de manera adecuada la necesidad de su utilización. No se justifica el uso de antibióticos en úlceras no infectadas, en las que se considera pueda existir un índice alto de colonización bacteriana. Este uso inadecuado estimula, a la postre, el desarrollo de resistencia bacteriana, efectos adversos colaterales y aumentos en los costos. Dosis y ruta de administración. Los antibióticos deben ser administrados inmediatamente después del diagnóstico y luego de las tomas microbiológicas correspondientes. Las dosis de los antimicrobianos deben ser administradas en las dosis mayores toleradas, tanto por la vía oral o parenteral, ya que la presencia de la vasculopatía diabética limita la disponibilidad tisular de los mismos, en el sitio de la infección. Vía de administración. Se recomienda la vía oral para el manejo de patologías leves a moderadas de manera ambulatoria. La vía intravenosa es obligada en los pacientes con infecciones moderadas a severas. De acuerdo a la evolución clínica, se puede secuenciar el antibiótico a la vía oral (switch therapy) con los antibióticos que tengan la mejor biodisponibilidad y la cobertura antimicrobiana suficiente. Tratamiento antibiótico empírico. Por razones obvias, la propuesta terapéutica antimicrobiana debe hacerse de manera empírica, con antibióticos de amplio espectro por vía parenteral, para 122 P i e D i a b é t i c o luego ser modificados, de acuerdo a los gérmenes hallados a antibióticos de espectro más limitado y de menor costo. La selección del antibiótico a utilizarse se basará en la vía de administración, el espectro antimicrobiano, la modificación al tratamiento específico, los efectos adversos y la duración del tratamiento. Cuando las infecciones son leves, pequeñas y el espectro microbiológico más estrecho, una propuesta antimicrobiana empírica es suficiente; en tanto que, en infecciones graves y la flora microbiológica más diversa o resistente, se justifica una antibióticoterapia específica precedida de un tratamiento empírico racional previo. Más no debemos olvidar las dificultades tecnológicas que, en nuestro entorno, determina la investigación microbiológica adecuada, por lo que el pilar más importante del tratamiento antimicrobiano se sustenta en una terapia empírica racional, segura, efectiva y de bajo costo (77-78). Antibióticos Recomendados. Las infecciones leves y algunas moderadas pueden ser tratadas con monoterapia de espectro limitado, en tanto que la mayor parte de las infecciones moderadas y graves justifican una terapia antimicrobiana combinada y de más amplio espectro. No debemos olvidar la cobertura para gérmenes anaerobios, si las condiciones clínicas lo justificaren. En las tablas No 6 y No 7, hacemos una descripción sucinta de los tratamientos recomendados, de acuerdo al tipo de infección, el antibiótico de primera elección o alternativo, su ruta de administración y la duración del tratamiento (79-81). Tabla N°. 6 123 C a p í t u l o 6 Tabla No 6. Tratamiento de las infecciones del Pie Diabético según su clasificación clínica Tabla N°. 7 Tabla No 7. Tratamiento de las infecciones del Pie Diabético según diagnóstico anatómico 124 P i e D i a b é t i c o Tratamiento antimicrobiano específico Ante la presencia de hallazgos microbiológicos específicos como causales de los eventos infecciosos, se recomienda secuenciar la terapia antimicrobiana de amplio espectro a una específica de espectro más limitado, de menor costo, de cobertura más estrecha y de menor inducción de resistencia (82-83). Tabla No 8 Tabla No 8. Tratamiento antibiótico según el microorganismo identificado. 125 C a p í t u l o 6 Duración del tratamiento. El definir de manera empírica la duración del tratamiento antimicrobiano es muy difícil. Está ligado a la evolución clínico quirúrgica de la lesión, así como, a las posibilidad de un egreso precoz añadido a un tratamiento ambulatorio. En la siguiente tabla se resumen: la vía de administración del antibiótico, sitio de administración y duración de la misma. Tabla No 9 Tabla No 9. Vía de administración, lugar y duración del tratamiento antimicrobiano MANEJO QUIRÚRGICO INTEGRAL Todo paciente hospitalizado, portador de una infección del pie diabético, debe tener una evaluación quirúrgica integrada urgente. Esta debe ser realizada por el Cirujano Plástico para la realización del desbridamiento quirúrgico, drenaje de colecciones, realización de fasciotomías, excisión de tejido necrótico y las reconstrucciones necesarias de los tejidos blandos. La presencia obligada del 126 P i e D i a b é t i c o Cirujano Vascular nos ayuda muchísimo en el diagnóstico y manejo de la patología vascular del paciente infectado, la revascularización de la extremidad y, si el caso fuere necesario, la delimitación del nivel de amputación. En el caso de existencia de afectación ósea, la cooperación del Cirujano Traumatólogo es fundamental para el manejo de la osteomielitis, deformidades óseas y, si el caso lo justificase, la amputación respectiva. En síntesis, no se puede concebir en la era moderna un abordaje del pie diabético infectado sin la presencia, cooperación y toma de decisiones conjuntas y oportunas de un equipo clínico-quirúrgico integrado (84-90). Cuidado de la Heridas Las heridas en el manejo del pie diabético infectado deben ser abordadas con la colaboración de una enfermera especialista en el cuidado de heridas. De esta manera, el uso adecuado de la múltiple cantidad de productos para el cuidado de heridas (apósitos) van a mejorar el proceso de curación de las mismas. Se debe estimular la cura en ambiente húmedo con los diversos apósitos usados apropiadamente, considerando la conveniencia de su uso y el costo de los mismos. De la misma manera, son prometedores los resultados obtenidos con el Factor de Crecimiento Epidérmico Humano Recombinante (Citoprot-P) de origen cubano en la mejor cicatrización de las úlceras del pie diabético y reducción del riesgo de amputación (91-98). Tratamientos Adyuvantes Existen muchos reportes sobre terapias adyuvantes en el manejo de la infección del pie diabético. Se han utilizado sistemas de drenaje al vacío, sustitutos de piel, apósitos antimicrobianos, y terapias con larvas estériles. De todas ellas debemos mencionar la importancia de la terapia hiperbárica y del factor estimulante de crecimiento de colonias (G-CSF). La terapia con oxígeno hiperbárico ha demostrado disminuir la incidencia de amputaciones, en tanto que el G-CSF reduce la necesidad de procedimientos quirúrgicos (99-101). 127 C a p í t u l o 6 Bibliografía: 1. Joshi N., Caputo G., Weitekamp M., Karchmer A. Infections in Patients with Diabetes Mellitus. NEJM. 1999; 341(25): 1906-12. 2. Agata E., Eliopulus G. Infections in the diabetic patient. Internet. http:// www.nfid.org/ publications/clinicalupdates/id/diabetic.html 3. Escobedo de la Peña J. Incidencia y letalidad de las complicaciones agudas y crónicas de las diabetes mellitus en México.Salud Pública de México. 1996;; 38:pag 236-242. 4. Pacheco V. Guerrero R. Diabetes Mellitus en Ecuador. Una revisión de estudios de prevalencia a 1995. Endocrinología Bolivariana. 1995: 4; pag 41-46. 5. Trujillo F. Epidemiología. En Recomendaciones de consenso para Ecuador sobre diagnóstico y manejo básico de la diabetes mellitus tipo 2. 1998.MSP. 3ra Edición.pag 2-8. 6. Harris M. 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Kathy Pozo Mejía VALORACIÓN DEL PIE DIABÉTICO POR MÉTODOS NO INVASIVO El pie es una maravilla biomecánica que consta de 29 articulaciones, 26 huesos y 42 músculos para realizar coordinada y armónicamente sus funciones básicas de movimiento, soporte, marcha y equilibrio, la piel plantar posee un estrato córneo que responde normalmente a las demandas de fuerza, estres, marcha, peso corporal y ejercicio INTRODUCCION: La diabetes es una de las principales causas de enfermedad vascular periférica, una enfermedad metabólica que determina cambios biomecánicos que lesionan el pie, la neuropatía, la isquemia y la infección son los mecanismos patogénicos principales asociados a las lesiones del pie. El pie diabético es una de las complicaciones más temida de la diabetes de larga evolución. La intensionalidad de este capítulo es que todos los médicos de las distintas especialidades relacionadas directa o indirectamente con los pacientes diabéticos tengan conocimiento de los tests diagnósticos del pie diabético. La exploración vascular no invasiva proporciona información que puede ser útil para iniciar un tratamiento de la herida, así como para permitir un seguimiento objetivo de la progresión de la arteriopatía periférica. Son muchas las diferentes técnicas no invasivas que se han propuesto para desempeñar este papel, las determinaciones de presión y las formas de ondas, la oximetría transcutánea y la exploración ecográfica doppler parecen ser los métodos más ampliamente aceptados (26). ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS 1. 8% a 10% de las personas con diabetes presentarán en su vida lesiones del pie 2. 5% a 10% serán amputados 3. 20% de las hospitalizaciones en pacientes diabéticos son por lesiones del pie 137 C a p í t u l o 7 4. 50% de los amputados volverá a amputarse al cabo de 5 años 5. Las úlceras son responsables de aproximadamente el 85% de las amputaciones 6. 50% de los amputados fallecerá dentro de los 3 años que siguen a la amputación 7. La enfermedad vascular periférica es más frecuente entre los diabéticos que en la población general y contribuye a producir y agravar cualquier lesión del pie (2). En capítulos anteriores se han mencionado acerca de los mecanismos patogénicos del pie diabético, en este capítulo nos centraremos al estudio no invasivo del pie diabético EXPLORACIÓN BÁSICA DEL PIE DIABÉTICO Un paciente diabético con lesión en el pie frecuentemente sufre de enfermedad oclusiva arterial. En términos más sencillos, al decir que los pulsos en el pie no son palpables podemos admitir que existe una enfermedad oclusiva. La interpretación clínica puede ser particularmente difícil en pacientes portadores de neuropatía, vasculopatía y / o lesiones ulcerativas. Una vez examinado detenidamente el pie del paciente diabético deberá ser valorado en la primera consulta con todos los métodos diagnósticos no invasivos al alcance de nuestras manos, y determinar, tamizar con prontitud al paciente con pie diabético en riesgo. La valoración debe ser secuencial para que al momento de observar un deterioro en los parámetros de los exámenes vasculares no invasivos nos anuncie la necesidad de acudir a los métodos invasivos, con la visión de resolver quirúrgicamente (22). 1. EXPLORACIÓN CLÍNICA Nivel de evidencia I a. Aspecto de la pierna y del pie: pie frio, piel fina y brillante, cambios de coloración espontáneo y con el cambio de posición (rubor de dependencia), callosidades, deformidades, fisuras grietas, eczema y dermatitis, atrofia del tejido celular subcutáneo, dilatación venosa, ausencia de pulsos (femorales, 138 P i e D i a b é t i c o poplíteos, tibial posterior, anterior) b. Edema: localización, bilateralidad, grado, consistencia c. Trastornos en la alineación de los dedos: hallux valgus, varus, garra, martillo d. Trastornos estructurales: pie cavo, plano, pronado, supinado, atrofia de la musculatura intrínseca. 2. a. b. c. EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA Test de sensibilidad vibratoria (diapasón) Test de presión fina cutánea (test del filamento) Valoración del reflejo aquileano Diapasón graduado: se aplica la base del diapasón sobre la cabeza del primer metatarsal, cuando el diapasón vibra, los triángulos en el cursor aparecen dobles. El número más próximo que aparece como punto de intersección de los lados largos de los dos triángulos que vibran en el momento en que el sujeto cesa de percibir la vibración, constituye la medida (6). Los pacientes vulnerables a las ulceraciones serían aquellos en los que la lectura fuese menor a 4 Test del filamento de Semmes-Weinstein: Nivel de evidencia I Constituye un método fiable, se aplica en la cara plantar del pie, por 1 a 1,5 segundos hasta que el filamento se doble ligeramente, no hay consenso sobre las zonas a explorar pero se aplica sobre las cabezas de los metatarsianos, primero, tercero y quinto, en el talón y entre la base del primero y segundo dedo en su cara dorsal. Su sensibilidad en la detección de enfermos con neuropatía sensitiva es del 95%-100% y su especificidad del 80%. (8). 139 C a p í t u l o 7 Valoración del reflejo aquileo: su negatividad o asimetría son indicadores de alteración de la sensibilidad propioceptiva, no valorable a partir de los sesenta años. Cabe recalcar que su ausencia indica existencia de neuropatía. Su presencia no la descarta. Nivel de evidencia I 3. EXAMEN OSTEOARTICULAR a. Inspección: un elemento fundamental a precisar es, si las lesiones estructurales presentes en los pies de los diabéticos son alteraciones preexistentes y por lo tanto independientes de su patología; entre las deformaciones estruc140 P i e D i a b é t i c o turales más importantes en el pie diabético se encuentran: pie plano valgo, pie cavo, dedos en garra o en martillo y en etapa más avanzada se puede encontrar el pie deformado por la desorganización de su arquitectura o pie de charcot. El podoscopio óptico de Lelievre, que consta de un vidrio donde se apoyan los pies, cuya imagen es reflejada en un espejo, permite la evaluación tanto estática como dinámica en diversas posiciones, nos proporciona una imagen de la huella plantar donde las zonas que soportan mayor presión se observan pálidas y de coloración gradualmente más intensa en las zonas de menos apoyo. b. Exploración radiológica: junto con la prevención a través de las campañas de educación para la salud (prevención primaria), tratamiento de manifestaciones clínicas (prevención secundaria), prevención del desarrollo de la enfermedad (prevención terciaria) donde debe participar el podólogo activamente. La exploración juega un importante papel y dentro de las herramientas que se encuentra a nuestra disposición está la radiología convencional, que nos permite valorar los cambios a nivel de las partes blandas y del tejido óseo Alteraciones de partes blandas Según J. Lelievre ¨ El arte de la radiografía consiste en analizar la textura de los tejidos: esqueleto y partes blandas¨ (27). a. Aparición de un cuerpo extraño b. Existencia de gas en el espacio tisular c. Aumento de las partes blandas secundaria a edema d. El contraste con aire de la úlcera e. Calcificaciones arteriales Aparición de un cuerpo extraño: siempre que un paciente presente una lesión de continuidad en el pie es necesario realizar una radiografía para descartar la presencia de un cuerpo extraño, siempre que este cuerpo sea radiopaco 141 C a p í t u l o 7 Existencia de gas en el espacio tisular: la presencia de gas que se infiltra a través de los planos del tejido blando, nos sugiere la presencia de infección por agentes anaeróbio, manifestación visible en una radiografía convencional. Aumento de las partes blandas secundaria a edema: aumento de porosidad capilar secundario a un proceso infeccioso Contraste con aire de la úlcera: nos da una dimensión de la profundidad de la misma. Calcificaciones arteriales: es frecuente en los diabéticos encontrar calcificación de las paredes sin llegar a obstruirlas totalmente, (arteria pedia, tibial posterior y plantar con mayor frecuencia) calcificación denominada Medio calcinosis de Monkeberg. Alteraciones en el tejido óseo a. Infección ósea b. Osteopatía diabética c. Neuroartropatia a. Infección ósea: la infección del hueso generalmente es por contigüidad desde los tejidos blandos adyacentes, la osteomielitis es la infección de la médula ósea 142 P i e D i a b é t i c o b. Osteopatía diabética: destrucción de las cabezas metatarsales c. Neuroartropatía: alteración que se produce a nivel sensitivo-motor y autonómico. Alteraciones que nos configura un pie con estas características - Hundimiento de la bóveda plantar - Convexidad medial del pie - Acortamiento del eje antero posterior del pie - Ensanchamiento transversal del pie - Pie en mecedora con promi nencia de la parte media del pie - Prominencias en otras zonas de consolidación ósea Resonancia Magnética (RM) Nivel de evidencia I Las complicaciones del pie diabético, la principal causa de morbilidad, mortalidad y discapacidad pueden a la larga llevar a la amputación de la extremidad inferior, si la amputación es la indicación , las pruebas de imagen deben visualizar de modo preciso la extensión de la infección con el fin de reducir al mínimo la extensión de la amputación. 143 C a p í t u l o 7 La resonancia magnética tiene la capacidad de crear imágenes en cualquier plano con grandes campos de proyección. Se utiliza T1 para evaluar los cambios de la médula ósea y de la grasa subcutánea y una imagen en T2 con supresión grasa para evaluar el edema de la médula ósea, las partes blandas y los tendones circundantes. La resonancia magnética se ha convertido en el estudio predilecto para la evaluación de la osteomielitis del pie y del tobillo en los pacientes con diabetes mellitus, con una sensibilidad entre el 77 y el 100% y una especificidad entre el 79 y 100%. En la RM la osteomielitis se manifiesta: por señal baja en la médula ósea en T1; señal brillante en T2, desestructuración cortical y periostitis. Osteomielitis del calcáneo con absceso y secuestro óseo asociado La resonancia magnética nos permite visualizar: artritis séptica, infección de los tendones, abscesos, callos cutáneos, ulceraciones, gangrena, granuloma por cuerpo extraño, infarto del músculo diabético, infarto óseo. 144 P i e D i a b é t i c o Úlcera cutánea y osteomielitis con tractos lineales infecciosos del calcáneo Pie diabético Grados 0 y 1: radiología simple en proyecciones antero-posterior Pie diabético Grados 2 a 5: radiología simple. En caso de sospecha clínica de osteomielitis y radiología dudosa, TAC y/o RNM 4. EXPLORACION HEMODINAMICA Aún en ausencia de sintomatología clínica y con positividad de pulsos, el estudio funcional hemodinámico es importante en la extremidad inferior. Diversos estudios coinciden en señalar la existencia de una arteriopatía clínicamente asintomática (18). 145 C a p í t u l o 7 EXPLORACIONES FUNCIONALES HEMODINAMICAS DE UTILIDAD Y APLICACIÓN EN EL DIAGNOSTICO DE LA ISQUEMIA CRÓNICA DE LAS EXTREMIDADES EXPLORACION FUNCIONAL HEMODINAMICA Doppler bidireccional ESTUDIOS A REALIZAR - Indices tensionales Curvas de velocimetria Test de esfuerzo Eco doppler modo B Morfología vascular Pletismografía Curvas de volumen de pulso Test de bloqueo simpático Oximetría Tensión trascutánea Laser - doppler Circulación cutánea Capilaroscopía Morfología y dinámica capilar ECOGRAFIA DOPPLER COLOR Ha evolucionado no solo para el diagnóstico, sino también para permitir decisiones terapéuticas y como vigilancia de la progresión de la arteriopatía periférica en las arterias nativas y en los injertos vasculares siendo una prueba directa e incruenta que identifica áreas de formación de placas y calcificaciones así como alteraciones en el flujo sanguíneo debida a estenosis arteriales. El estudio de la arteriopatía de los miembros inferiores ha tenido clásicamente la arteriografía como examen de referencia, el desarrollo de 146 P i e D i a b é t i c o las técnicas de ultrasonido en los años 70 y el perfeccionamiento del eco doppler en los últimos años han contribuido a modificar sus indicaciones. Los estudios retrospectivos de los pacientes sometidos a una arteriografía, muestra una tasa de complicaciones de aproximadamente un 2.9% con una tasa de mortalidad menor al 0.4%. Actualmente y gracias al desarrollo del eco doppler color y a los nuevos exámenes no invasivos, NO SE REALIZA LA ARTERIOGRAFÍA CON FIN ÚNICAMENTE DIAGNÓSTICO (recomendación de la American Heart Association (24-16). En las investigaciones que se han realizado para comparar la exactitud de la ecografía dúplex de flujo en color y la angiografía en pacientes candidatos a una revascularización de la extremidad inferior se alcanzaron conclusiones muy parecidas, y se comprobó que la ecografía tenía una exactitud igual o superior a la de la angiografía a la hora de predecir resultados vasculares adecuados. Moneta et al demostraron la capacidad de exploración mediante la ecografía doppler color para distinguir una estenosis del 50% o mayor de la oclusión en la extremidad inferior. Fueron capaces de visualizar el 99% de los segmentos arteriales por encima de las arterias tibiales. Las sensibilidades globales para detectar una estenosis del 50% o mayor variaron entre el 89% en los vasos iliacos y el 67% en la arteria poplítea. La capacidad para detectar oclusión en los vasos tibiales fue del 90%, pero disminuyó al 82% en la arteria peroneal (3). El eco doppler aporta datos morfológicos (visualización directa del vaso, de su luz y de las estructuras adyacentes) y datos velocimétricos cuya combinación utilizamos para cuantificar una estenosis. El trazado normal es trifásico con reflujo protodiastólico seguido de una pequeña onda diastólica ortograda. 147 C a p í t u l o 7 Estenosis en diámetro reducido mayor al 20 %: se evidencia ensanchamiento del espectro en el punto del obstáculo Estenosis en diámetro reducido del 20-50%: persistencia de la onda de reflujo, aumento de la velocidad máxima sistólica por encima de un 30% en relación al segmento preestenótico. Estenosis en diámetro reducido entre 50-99%: desaparición de la onda de reflujo (trazado monofásico) velocidad máxima sistólica aumentada en mas del 100% en relación al segmento pre-estenótico. Trazado anormal en distalidad a la lesión si las estenosis es mayor del 80% Oclusión total: ausencia de señal en el punto del obstáculo (4). VALORACION HEMODINAMICA DE LA CIRCULACION ARTERIAL DE NIVELES INFERIORES Nivel de evidencia I Implica la determinación de presiones, el registro de las formas de ondas y la valoración de los efectos de la inducción de una mayor demanda del flujo arterial y su efecto sobre los cambios de presión en el tobillo con respecto a los niveles basales, esta determinación a nivel del muslo, supragenicular, infragenicular y maleolar, intenta determinar la localización anatómica de la afección aterosclerótica (17). 148 P i e D i a b é t i c o En un experimento con perros Moore y Malone demostraron que: - El porcentaje de disminución de la presión sanguínea fue el mismo que el porcentaje de disminución del flujo sanguineo ( la presión y flujo sanguíneo varían de modo directo) - Cuanto mayor es el flujo, menor es la estenosis necesaria para crear la misma disminución progresiva en la presión. Puede obtenerse mayor información cuando se provoca una respuesta a una demanda de flujo máximo en una extremidad, Strandenss y Bell demostraron que el ejercicio físico en presencia de enfermedad arterial oclusiva proximal al aporte de sangre de los músculos de la pantorrilla da lugar a una disminución transitoria en la presión de la sangre en el tobillo. Las presiones digitales en el pie proporcionan un método muy exacto para determinar la probabilidad de éxito de la cicatrización de una úlcera o de una amputación menor, previniendo así una amputación mayor más proximal, posiblemente discapacitante, según Holstein et al. El dolor en reposo, las lesiones cutáneas o ambos se hallaban presentes aproximadamente en el 50% de las extremidades con presiones digitales menores o iguales a 30 mmHg. Los autores concluyen que una presión digital de más de 30 mmHg es indicativa de un buen potencial de cicatrización, y una presión maleolar de menos de 80 mmHg se asocia con una cicatrización deficiente Ramsey et al, comentan el hecho de que las determinaciones de la presión en el tobillo con frecuencia no llegan a reflejar la gravedad de la isquemia periférica cuando los vasos subyacentes se hallan calcificados o con una arteriopatía pedia o digital extensa. Con el empleo de un manguito neumático digital llegaron a la conclusión de que las determinaciones de las presiones digitales obvian este problema. La presión sanguínea en los dedos de los pies, ofrece ventajas significativas frente a la determinación de la presión sanguínea en el tobillo y es más eficaz en la detección de los pacientes diabéticos con arteriopatía silente. 149 C a p í t u l o 7 DETERMINACIONES REGIONALES DE LA PERFUSION HISTICA DE OXIGENO Nivel de evidencia 3 Evalúa el estado de perfusión de los tejidos de los miembros y en particular de la piel, la presión parcial de oxígeno transcutánea (pO2TC) se realiza con un electrodo que dispone de una parte sensible al oxígeno, además consta de un cátodo de platino combinado, rodeado por un anillo de plata que actúa como ánodo y que contiene un elemento calefactor. El electrodo tiene un diámetro de 9 mm se fija a la parte de la piel en estudio, se pueden colocar los electrodos en diferentes zonas, uno se sitúa normalmente en la parte anterosuperior del tórax para que sirva de control mientras que el segundo se coloca en el punto de interés en estudio (21). Mustapha et al emplearon la pO2TC para seleccionar el nivel mas adecuado para la amputación mayor de la extremidad inferior, una lectura de 40 mmHg o más indica una perfusión adecuada de la piel. Algunos autores creen que el valor de la pO2TC en la prueba de esfuerzo consiste en distinguir entre las causas vasculares y de otro tipo del dolor de la pierna inducido por el esfuerzo. Cabe recalcar ciertas limitaciones de la determinación de la pO2TC dadas por edema acusado, hiperqueratosis, celulitis y obesidad, factores que pueden artefactar la conductividad térmica del flujo capilar y por consiguiente, la transmisión de oxígeno. La pO2TC complementa, pero no necesariamente sustituye el empleo de las pruebas hemodinámicas. Hauser et al, concluyeron que las determinaciones de pO2TC son la única técnica no invasiva consistentemente exacta para evaluar el estado de la arteriopatía en 150 P i e D i a b é t i c o la población diabética, y “que el pie de un paciente con diabetes en el que se encuentra hipoxia por determinación de la oximetría regional es merecedor de la arteriografía con contraste con independencia de los pulsos o de cualquier otro resultado en una técnica no invasiva” (23). VELOCIMETRIA POR LASER DOPPLER Nivel de evidencia 4 El dispositivo por laser doppler emite un rayo láser monocromático de helio-neón a una frecuencia de 632.8nm, que es conducido hasta la piel a través de una sonda flexible de fibra óptica, el fundamento de la velocimetría por láser es que un rayo colimado se dispersa difusamente, es absorbido y se amplía cuando se aplica a la piel, lo que da lugar a cambios en el doppler que pueden ser detectados por un fotodetector sensible. La señal fotodetectada reflejada se introduce en un procesador de señales analógicas y los valores se expresan en milivoltios, el trazado normal es bastante característico, mientras que los tejidos isquémicos generan ondas de pulso de menor magnitud y amplitud. El cambio en el doppler se relaciona linealmente con la velocidad media de los hematíes dentro de los capilares de la piel. Los pacientes que presentan un valor superior a 20 mV se asociaron a cicatrización satisfactoria de la herida, y los pacientes con valores menores a 20 mV no logran cicatrizar sus heridas. 151 C a p í t u l o 7 ALGORITMO PARA LA EVALUACIÓN EN LA CONSULTA DE LA ARTERIOPATÍA DIABÉTICA DE LA EXTREMIDAD INFERIOR Tomado de Robert Rutherfor 152 P i e D i a b é t i c o BIBLIOGRAFIA: 1. Veves, A.; Sarnow, M.R: Diagnosis, classificacation and treatinent of diabetic peropheral neuropathy. Clin. Podiatr.sug., 1995; 12:19-30. 2. Robert B. Rutherford, Md. Facs,Frcs.;Cirugía Vascular, Madrid, 6ta edición, 2006, cap 16, 233-253. 3. William J. Zwiebel, Md.; Ultrasonografía Vascular, cuarta edición, cap 16. 229-261. 4. Kozak, Campbell, Frykberg, Habershaw.; Tratamento Do Pé Diabético, 2da edición, 1996; 14: 151-161. 5. Eddmonds,M.E.:The diabetic foot: pathophysiology and treatment. Clin. endocrinol. Metab., 1986;15:899-916. 6. Bloom,S.; Trll,S.; Sonksen,P.Et.Al.: Use of biothensiometer to measure individual vibraction thresholds and their variation in 519 nondiabetic subjects. Brit. Med. J., 1984;288:1793-95. 7. Young, M.J.;Breddy,J.L.;VevEs, A.et al.: The prediction of deabetic neuropathic foot ulceration using vibration perception thresholds. Diabetes Care, 1994;17:557-60. 8. Kumar,S.: Fernando,D.J.S.; Veves,A.et al.: Semmes-Weisntein monofilaments: a simple, effetive and inexpensive screening device for identifying diabetic patients at risk of foot ulceration. Diabetes Res. Clin Pract., 1991; 13:63-68. 9. Brodsky,J.W.: The diabetic and insensitive foot.J. Orthop.Surg., 1989,3:18. 10. Birke,J.A,, Franks,B.D.: Foto,J.G.: First ral limitation, pressure and ulceration of the first metatarsal head in diabetes mellitus. Foot Akle Int., 1995;16:277-84. 11. Rossenbloom,A.L.: Skeletal and joint manifestations of childhood diabetes. Ped. Clin. North Ain.; 1984;569-89. 12. Grayson,M.L.; Gibbons,G.W.; Valogh,K.Et Al.: Probing to bone in infected pedal ulcers, A clinical sing of underlying osteomyelitis in diabetic patients. JAMA, 1995; 273:721-3. 13. Hardy,D.C.;Stai@Le,T.W.; Imaging of the diabetic foot. En: LEVINE,M.E.; ONEAL,L. W. eds, The diabetic Foot, CV Mosby Company.St Louis, 1988; 131-150. 14. Boulton,A.; Hardisty, C.: Vetts,R. el al,: Dynamic foot pressure and other studies as diagnostic and management aids in diabetic neuropathy. Diabetes Care, 1983; 6:26. 153 C a p í t u l o 7 15. Vega,M.E.; Ley,J.: Aidama,A.Et Al.: Bases hemodinámicas para la cuantificación automatizada del grado de obstrucción en arterias periféricas de pacientes diabéticos. Angiología, 1993; 1: 16-20. 16. Fitzgerald,D,E,; Carr, J,: Peripheral arterias disease: assesment by arteriography and altermativi non-invasive measurements, amer.J. Roentgenol., 1977; 128: 385-88. 17. Fitzgerald,D,E,: Doppler ultrasound arterias scanning, En.: Methods in Angiology Verstraete ed. Martinus Nijhoff. London, 1980. 18. Marinelo-Lo,J.: Exploraci{on funcional hemodinámica de los sectores arteriales de las extremidades inferiores, En: La Exploración Hemodinámica en Angiología y Cirugía Vascular. Jurado Grau ed. Barcelona, 1988:95110. 19. Nielsen,P.E.;Bell,G.: Lassen,N,A,: The measurement of digital blood pressure by stain gauge techineque. Scand,K, Clin. Lab, Invest., 1972; 29:371-8. 20. Popposelli,F.B.; Marcaccio,E,J.: Gibbons, G. W. 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M, Gutierrez, S. Cancer- Perez, J,M. Alfayate-Garcia.; Estudio de Prevalencia de la enfermedad arteria periférica y diabetes en España., 2008; 60 (5); 317-326. 27. Dr. Dionisio Martos Median., Aspectos Radiológicos del pie diabético, 2003., 1-5. 154 P i e D i a b é t i c o TRATAMIENTO LOCAL DEL PIE DIABETICO Dr. Jorge Jarrín M. Dr. Juan Esteban Yépez INTRODUCCION Se estima que la atención de los pacientes con diabetes genera el doble de gastos que la de los no afectados por esta condición clínica, en gran medida generados por la atención de sus complicaciones crónicas. Entre estas, una de las más temidas es la afección del pie. Sin embargo y a pesar del impacto que esta entidad produce en la calidad de vida, de su costo socioeconómico, de su alta frecuencia de aparición y de su carácter de entidad prevenible, la evaluación de los pies no suele formar parte efectiva de los controles rutinarios del paciente con diabetes, lo que suele conducir a que el diagnóstico y el tratamiento de sus complicaciones no se realice con la celeridad y pericia adecuados (1). DEFINICION Se define al pie diabético, como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglicemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie (2). EPIDEMIOLOGIA A nivel mundial se estima que la diabetes aumentará de 246´000.000 de personas a 380.000.000 hasta el año 2025, lo que corresponde a un 35% más, de los cuales 4% corresponden a DMTI y 96% a DMTII, según datos de la OMS (3-4-5); muchos de estos pacientes desarrollaran complicaciones de miembros inferiores en particular úlceras y amputación del pie mostrando una notable variación en cuanto a incidencia, prevalencia e impacto económico. La diabetes mellitus tiene una prevalencia en la actualidad del 6% aunque se estima que existe un porcentaje similar de pacientes con esta enfermedad sin diagnosticar, aumentando estas tasas con la edad y llegando al 11% en los mayores de 65 años (6,7,8). El problema de pie diabético como complicación de la diabetes mellitus, es uno de los mas dramáticos, aproximadamente 20% de los pacientes que presentan un episodio de pie diabético mueren antes de un año (9). La afección de las extremidades inferiores en los pacientes con diabetes es dos veces mas frecuente que en la población general y afecta aproximadamente a 155 C a p í t u l o 8 uno de cada tres pacientes mayores de 40 años (10,11) una gran proporción de los pacientes que lo desarrollan están en riesgo 15 veces mayor de sufrir una complicación y, dependiendo de las definiciones empleadas, quizá del 40 al 80% de éstas se infectarán (12). La prevalencia estimada de neuropatías periféricas como factor de riesgo prevalerte para el desarrollo de ulceras oscila entre el 30% al 70%, y la prevalencia de enfermedad vascular periférica en diabéticos se halla calculada que oscila entre un 10% al 20% (13). El desarrollo de estas complicaciones se atribuyen a factores de riesgo individuales, la pobreza, las diferencias raciales y étnicas y calidad de los sistemas sanitarios locales y nacionales. La percepción global de las complicaciones del miembro inferior está conduciendo a estudios sobre la incidencia y la prevalencia en muchos países. La incidencia anual basada en la población diabética reporta que entre 1.9% al 2.2% desarrollará úlceras en pie, con variaciones tan bajas 1.8% en el Reino Unido hasta el 11.8% reportado en EE.UU. La presencia de una úlcera en el paciente diabético es el más importante precursor de forma aislada para las amputaciones y es el responsable del 85% de estas. (14-15-16). El factor pronóstico más importante de estas lesiones úlceradas es la infección y es motivo de ingreso hospitalario en más del 20% de los pacientes. La localización de la ulcera en el pie diabético es importante, los sitios más frecuentes son los dedos del pie (superficie dorsal o plantar), seguidos por la planta a nivel de la cabezas metatarsianas, y por el talón, se estima que la mayoría de estas ulceras se reepitelizan y solo un 8% no cicatrizan. En resumen, es necesaria mayor atención para diagnosticar y clasificar correctamente las heridas del pie en el paciente con diabetes; ya que las úlceras y las amputaciones son un problema realmente importante a nivel sanitario por las altas tasas de hospitalización. También se han identificado muchos factores de riesgo independientes para formación de úlceras y su consiguiente amputación, de los cuales muchos pueden ser modificados por el mismo paciente y por el personal de salud, se 156 P i e D i a b é t i c o debe tener claro que una vez que un paciente con diabetes presenta una ulcera el riesgo de re-ulceración es alto y de esa misma manera una vez que se ha realizado una amputación , la probabilidad de una amputación subsiguiente es elevada a los 5 años, aumentando progresivamente la mortalidad , asociándose a la edad y comorbilidades ya existentes. FISIOPATOLOGIA El inicio de la alteración clínica del pie diabético radica en el descontrol metabólico y las cifras por arriba de 100mg/dl en ayunas, 140 después de dos horas de cualquier comida y cifras de hemoglobina glucosilada por arriba de 6.5%, potencian la vía de incremento en el sorbitol intraneural por glucosilación proteica no enzimático provocando una disminución de mioinositol y ATPasa con la consecuente degeneración neuronal y el retardo en la conducción nerviosa; y por otro lado la misma hiperglucemia sostenida provoca alteración en la vasculatura endoneural disminuyendo el flujo y consecuentemente ocasionando hipoxia neural, así se genera el mecanismo fisiopatológico inicial de la neuropatía, cuyo componente sensitivo motor en el pie diabético va generando pérdida sensorial térmica, vibratoria y táctil, que hace vulnerable el pie frente a traumatismos, apareciendo callosidades y deformaciones óseas. El componente motor de la neuropatía, cursa con atrofia y debilidad de los músculos intrínsecos del pie, con deformidades crecientes en la región plantar por sub-luxación de la articulación metatarsofalángica y la región dorsal interfalángica, ocasionando los dedos en martillo y garra, que favorece la protrución de las cabezas de los metatarsianos y una distribución anormal de las cargas en el pie, lo que genera alteraciones en la marcha (17-18). Las lesiones de las fibras nerviosas de calibre pequeño existentes en los pies dan lugar a entumecimiento, sensación de quemazón, hormigueo, prurito y dolor y en fibras de mayor calibre alteración en la percepción vibratoria en la propiocepción y en los reflejos tendinosos profundos. El incremento de la presión o la aplicación de fuerzas de cizallamiento sobre las prominencias ósea y deformidades establecen el inicio de la úlcera. La neuropatía autonómica tiene su participación en el pie diabético por los siguientes factores: etiopatogénicos; anhidrosis debido a la sequedad ocasiona fisuras por la afectación de las fibras simpáticas post ganglionares de las glándulas sudoríparas y potencia la formación del callo; apertura de 157 C a p í t u l o 8 cortocircuitos arteriovenosos que disminuyen la perfusión de la red capilar y aumentan la temperatura de la piel, ocasionando déficit de aporte; pérdida de la vasoconstricción postural que produce edema y respuesta inflamatoria anormal frente a la agresión a los tejidos, además la neuropatía, participa como responsable de la calcificación de la capa media arterial. La neuropatía de Charcot, es una de las peores secuelas de la diabetes en el pie, en esta situación los traumatismos repetitivos por la pérdida de la sensibilidad provocan distensión ligamentosa y microfracturas, y el peso corporal una destrucción articular progresiva que da lugar a frácturas y subluxaciones fenómenos que se ven alterados por aumento de la reabsorción ósea osteoclástica secundaria a la hiperemia por la denervación simpática de la microcirculación (19-20). La enfermedad vascular se presenta en el diabético bajo dos formas distintas la macroangiopatía que comúnmente se inicia en la edad madura, morfológicamente indistinguible de la arterioesclerosis no diabética afectando arterias de grande y mediano tamaño produciendo lesiones en arterias coronarias, cerebrales y en miembros inferiores la enfermedad arterial periférica (21). La microangiopatía que afecta más a los insulina dependientes y diabéticos juveniles, es un proceso que se asienta en la pared de los capilares, arteriolas pre-capilares y vénulas post-capilares engrosando la membrana basal de estos vasos, esto provoca la retinopatía, neuropatía y nefropatía que caracterizan al paciente diabético (22). La interacción de los mecanismos fisiopatológicos neuropáticos, microvasculares y macrovascular forma la placa de ateroma con la consecuente progresión de la misma y la aparición precoz de estenosis, obliteración con reducción del flujo, presión de perfusión e isquemia con las características de multisegmentaridad, bilateralidad y afección de troncos tibioperoneos, también ocurren a la vez otras alteraciones bioquímicas, en las proteínas plasmáticas y factores de la coagulación, como niveles elevados de glicoproteínas, fibrinógeno, haptoglobina, lipoproteína(a), lipoproteína(beta), ceruloplasmina y macro globulina alfa. A su vez estos cambios particularmente el fibrinógeno y la haptoglobina elevadas, aumentan la viscosidad plasmática hasta en un 16%, incrementando así la resistencia al flujo sanguíneo. 158 P i e D i a b é t i c o También se ha informado el incremento de los factores de la coagulación V, VII, VIII, IX, X y XI, así como un aumento en el complejo trombina-antitrombina (TAT) en el plasma y niveles disminuidos de activador del plasminógeno, con alteración del sistema fibrinolítico en pacientes diabéticos, lo cual propicia un estado de hipercoagulabilidad implicado en la evolución de las complicaciones vasculares (23-24). CLASIFICACION A. FORMAS CLINICAS: 1. Pie diabético sin lesión trófica: denominado pie de riesgo, se incluye en este concepto a cualquier enfermo con diabetes que presente algún tipo de neuro-artro-dermo o vasculopatía. 2. Ulcera neuropática: es una úlcera en un punto de presión o deformación del pie, redondeada, callosidad peri-úlcerosa e indolora con perfusión arterial y pulsos existentes; que presenta tres localizaciones prevalentes: primer y quinto metatarsiano en sus zonas ácras y calcáneo en su extremo posterior. 3. Artropatía neuropática: se manifiesta por existir fracturas espontáneas asintomáticas, radiologicamente se observa reacción perióstica y radiolísis, en su fase más avanzada da lugar a la artropatía de Charcot (existencia de la subluxación plantar del tarso, pérdida de concavidad medial del pie causada por el desplazamiento de la articulación calcáneo astragalina asociada o no a luxación tarso-metatarsial) con alta prevalencia de úlcera asociada. 4. Ulcera neuro-isquémica: presenta necrosis seca de progreso rápido a húmeda y supurativa si hay infección sobreañadida, de localización laterodigital con pulsos dístales abolidos y con la existencia de neuropatía previa asociada (Tabla 1) 1. 5. Pie diabético infectado: existentes tres formas: celulitis superficial, infección necrotizante y osteomielitis (25). 159 C a p í t u l o 8 Tabla 1: Características de úlcera neuropática y neuroisquémica. CLASIFICACION DE LAS ULCERAS EN PIE DIABETICO Las dos clasificaciones citadas a continuación son las más utilizadas actualmente para establecer el grado de las úlceras del pie diabético. 1. Clasificación de la úlcera de Meggit-Wagner: 2 __________________________ Protocolo pie diabético, HOSPITAL UNIVERSITARIO RAMON Y CAJAL, Madrid-España, Junio 2005 1 160 P i e D i a b é t i c o 2. Clasificación de TEXAS: 3 TRATAMIENTO El abordaje terapéutico de las úlceras diabéticas requiere paciencia, experiencia y seguridad profesional, el objetivo consiste en ayudar a cicatrizar la lesión y evitar la amputación, las medidas generales en el tratamiento del pie diabético incluyen adecuado control de la enfermedad, estudio y tratamiento del flujo arterial, desbridamiento y curetaje adecuado de la lesión, descarga adecuada de la zona y descartar y tratar la infección. Cuando el paciente ya presenta una herida a nivel de miembro inferior se debe tener en cuenta la clasificación de las heridas que nos ayuda a decidir la cura local diferenciando el estado y color del tejido (26-27). 1) Necrosis seca: escara reseca y endurecida, placa necrótica negra 2) Fase de desbridamiento: tejido necrótico en el lecho de la lesión en forma de esfacelos (tejido blando, fibrinoso en forma de hilos de color amarillogrisáceo). 3) Fase de Granulación: El lecho de la lesión aparece de color rojo brillante y vivo, con aspecto carnoso (mamelones). 4) Fase de epitelización: aparece tejido epitelial de color rosa aperlado. Problemas en los pies en los pacientes con Diabetes, (Primera Entrega): Generalidades y manejos de las Ulceras, Evidencia Actualizada en la Práctica Ambulatoria, Vol 11, N 3, MayoJunio 2008. 2 161 C a p í t u l o 8 El abordaje local de la lesión se basa según la escala de Wagner. Grado 0: • Hiperqueratosis: cremas hidratantes a base de lanolina, urea después de un correcto lavado y secado de los pies 1 o 2 veces al día. También es útil el uso de vaselina salicílica al 10%, el uso de piedra pómez es recomendable para eliminar durezas, fisuras uso de antisépticos suaves que no tiñan la piel. La incisión de callosidades debe ser realizado por el podólogo. • Deformidades: valorar la posibilidad de prótesis o plantillas o cirugía ortopédica. • Uña incarnata: no cortar las uñas sino limarlas. • Uso de calzado que no comprima los dedos, si es recidivante el tratamiento es quirúrgico. • Micosis: uso de antimicóticos tópicos. Grado I: • Ulcera superficial. Reposo absoluto del pie lesionado durante tres a cuatro semanas, limpieza diaria con suero fisiológico y mantener medio húmedo, valorar la lesión cada 2 a 3 días y se ha propuesto el uso de sustancias antisépticas, factores de crecimiento, derivados de plaquetas o productos de colágeno. 162 P i e D i a b é t i c o Grado II: • Ulcera profunda: reposo absoluto del pie lesionado se debe sospechar existencia de infección principalmente por los signos locales, celulitis, linfagitis, crepitación, exudado purulento, fístulas. • Se realizará debridamiento quirúrgico minucioso eliminando los tejidos necróticos así como la hiperqueratosis que cubre la herida. • Esfacelos que no pueden ser retirados por bisturí, se puede utilizar enzimas proteolíticas o los hidrogeles. • Tópicamente ante signos de infección estaría indicado el uso de Sulfadiazina argéntica o apósitos con plata y en lesiones muy exudativas uso de productos absorbente tales como apósitos de hidrofibra de coloide y los alginatos. • Se instaurará el uso de tratamiento antibiótico tras la toma de una muestra de la ulcera para cultivo y antibiograma. • Si hay sospecha de osteomielitis realizar radiografía de la zona. Grado III: • Ante zona de celulitis, absceso u osteomielitis o signos de sépsis el paciente debe de ser hospitalizado de forma urgente para debridamiento quirúrgico y tratamiento antibiótico por vía parenteral. 163 C a p í t u l o 8 Grado IV: • Al haber existencia de gangrena en un dedo o dedos del pie el paciente debe ser hospitalizado para estudiar circulación periférica y valorar tratamiento quirúrgico con la realización de la colocación de un by-pass, angioplastia o amputación. Grado V: • Gangrena total del pie debe ser hospitalizado para amputación (28-29-3031). PRODUCTOS PARA LA CURA DE HERIDAS: Un apósito ideal debe ser biocompatible, proteger la herida de agresiones externas físicas, químicas y bacterianas, mantener el lecho de la úlcera continuamente húmedo y la piel circundante seca, eliminar y controlar exudados y tejido necrótico mediante su absorción, dejar la mínima cantidad de residuos en la lesión, ser adaptable a localizaciones difíciles, respetar la piel perilesional y ser de fácil aplicación y retirada. Los apósitos de gasa no cumplen con la mayoría de los requisitos anteriores. La selección de un apósito de cura en ambiente húmedo deberá de realizarse considerando las siguientes variables: • Localización de la lesión • Estado 164 P i e • • • • • • • • • D i a b é t i c o Severidad de la úlcera Cantidad de exudado Presencia de tunelizaciones Estado de la piel perilesional Signos de infección Estado general del paciente Nivel asistencial y disponibilidad de recursos Coste-efectividad Facilidad de aplicación en contextos de autocuidado Para evitar que se formen abscesos o se “cierre en falso” la lesión será necesario rellenar parcialmente (entre la mitad y las tres cuartas partes) las cavidades y tunelizaciones con productos basados en el principio de la cura húmeda. La cantidad de productos que hay en el mercado para la cura húmeda de heridas es enorme, siendo estos muy heterogéneos y muchas las clasificaciones que se han propuesto, la más común (32-33-34): • • • • • • Películas de Poliuretano (oclusivo) Espumas Poliméricas (oclusivo) Los Hidrocoloides (oclusivo) Los Hidrogeles ( no oclusivo) Los Alginatos ( no oclusivo) Las Pomadas ( no oclusivo) Los productos oclusivos o semioclusivos están contraindicados en forma absoluta en las heridas infectadas y en forma relativa en las heridas en fase de desbridamiento. Dado su costo deben ser bien utilizados y primordialmente en fase de granulación donde se puede espaciar el tiempo de curación. • Películas de Poliuretano: Láminas sintéticas permeables al vapor de agua, oxigeno y otros gases e impermeables agua y bacterias, tiene una capacidad de retención de exudado elevado pero no capacidad de absorción, elimina el exceso de exudado en poca cantidad mediante perdida de vapor de agua, esta indicada en heridas de baja o nula exudación, ulcera crónica en epitelización, heridas superficiales, laceraciones, erosiones de pies y prevenir efectos de fricción continua. • Hidrocoloides: Lámina de carboximetilcelulosa sódica cubierta por una 165 C a p í t u l o • • • • • 8 lámina externa de poliuretano, parte de este apósito se deshace y se mezcla con exudado forma un gel, el cuál es absorbido por el apósito hasta su saturación, produce olor levemente desagradable sin significar infección. También se presenta en gránulos y pasta para lesiones cavitadas o trayectos sinuosos, al estar en forma hidrófoba puede ser utilizado en ulcera infectada, Espuma Polimérica: Se presentan en forma de diferentes estructuras poliméricas, alveolares, hidropolimérica, hidrocelular, tienen buena capacidad de absorción al integrar el exudado a su estructura y evaporando el resto gracias a su gran permeabilidad al vapor de agua, generan un aislamiento térmico del lecho lesional, menor maceración de bordes de herida. Hidrogeles: Polímeros insolubles, absorben y retienen volúmenes significativos de agua pero no se disuelven en ella, proporcionan un medio ambiente húmedo que resulta muy adecuado para el tratamiento de heridas secas y necróticas, favorecen los procesos autolíticos, no son adhesivos requieren de un apósito secundario. Alginatos: Formado por sales de ácido algínico de la pared celular de algas pardas, gran capacidad de absorción hasta 20 veces su peso, al contacto del exudado se transforma en un gel acuoso, inerte rico en proteínas naturales, aminoácidos y factores de crecimiento generados del lecho de la lesión, reducen el mal olor de las heridas se pueden utilizar en presencia de infección. Pomadas y cremas: Mantienen húmedo el lecho de la herida, interactúan con el exudado dejando restos y a veces difíciles de retirar de la herida en la curación, son útiles cuando se hacen curaciones frecuentes. Otros productos: Como el colágeno en polvo (fase de granulación), apósitos vaselinados de baja adherencia, ácidos grasos perioxigenados (prevenir heridas en zonas de presión), vendajes multicapa (ulcera vascular) Y apósito de carbón activado (reduce el olor). PREVENCION Tiene como objetivo definir, proponer y realizar una serie de acciones estratégicas con la finalidad de evitar la aparición de lesiones desde el mismo momento del diagnóstico de diabetes mellitus con la consiguiente reducción del número de complicaciones, amputaciones y reintervenciones en pacientes con pie diabético. (35) 166 P i e D i a b é t i c o En la prevención primaria del pie diabético se propondrá, consensualizará y realizará acciones tanto por el paciente, familiares, profesionales médicos, y sanitarios para determinar y actuar sobre los factores de riesgo que presenta el paciente para presentar úlceras en miembros inferiores en un pie diabético grado cero o solamente en riesgo. FACTORES DE RIESGO Sexo masculino Consumo de tabaco y alcohol. Padecimiento de DM por más de 10 años. Control insuficiente de la glucemia. Antecedentes de úlceras o amputación en los pies. Neuropatía diabética: estos pacientes presentan sensibilidad disminuida a nivel de miembros inferiores y cualquier golpe, roce o mal corte de uñas puede llevar a lesiones, úlceras y amputaciones. • Hipertensión: ya que estos presentan un riesgo de cinco veces mayor de desarrollar vasculopatía periférica que puede llevar a las úlceras y amputación de miembros inferiores. • Dislipidemia: ya que esta aumenta el riesgo de oclusiones venosas y arteriales en miembros inferiores y puede llevar a lesiones ulcerosas o isquemia que requiera amputación. • Nivel socio económico: ya que los malos hábitos de higiene, la no aceptación de la enfermedad, la demora en la consulta inicial y un déficit de respaldo de familiares aumenta la formación de úlceras y amputación. • • • • • • En este grado se debe realizar controles preventivos los que comprenden (36). 1) Control biomecánico: realizar un estudio biomecánico informatizado, con el fin de detectar las zonas de hiperpresión, consejo respecto al tipo de calzado mas adecuado: en forma, material, altura del tacón y uso de soportes plantares, para evitar lesiones queratósicas (las cuales deberán ser deslaminadas regularmente) y deformidad de los pies. 2) Control educativo: Se realizará educación sobre los cuidados básicos del pie, incluyendo la observación, higiene e hidratación de la piel y cuidado de las uñas con un especialista tanto en el corte como control de onicomicosis. 167 C a p í t u l o 8 3) Control metabólico: Control de la hiperglicemia, hiperlipemia, y tabaquismo para prevenir o retrasar el inicio de las complicaciones. 4) Control vascular: Se realizará para valorar los pulsos de los miembros inferiores, mediante controles periódicos con doppler en el servicio de vascular. Entre los seis principios primordiales de prevención de la úlcera del pie diabético se puede nombrar las 6P. (TABLA 4).4. 168 P i e D i a b é t i c o Gibbons G.W, Eliopoulos G.M. Infection of the diabetic foot. In Kozak G.P, Campbell D.R, Frykberg R.G, Habershaw G.M, eds. Management of diabetic foot problems. 2 ed. Philadelphia: WB Saunders; 1995. p121-9. 4 BIBLIOGRAFIA: 1. Primerano A., Problemas en los pies de los pacientes con diabetes: generalidades y manejo de las ulceras. Evid. Actual. práct. Ambul 2008; 11(3): 83-86. 2. Blanes J.L., Lluch I., Morillas C, Nogueira J.M., Hernández A, Fisiopatología. En Marinel Lo Roura J Dir. Tratado De Pie Diabetico, 2da edición, MadridSalvat 2002, pág. 33-41. 3. Ibáñez V, Marinel Lo Roura J. Epidemiologia, En Marinel Lo Roura J Dir, Tratado De Pie Diabetico, 2da edición, Madrid-Salvat 2002, pág 11-17. 4. Gallardo Pérez U.J. ,Zangronis Ruano L. ,Hernandez Piñero L., Perfil Epidemiologico Del Pie Diabetico, Revista Cubana de Angiologia y Cirugía Vascular 2004, 5 (1). 5. T E. Doiz-Artazcoz y colaboradores Antibioterapia empírica en el pie diabético, revista de angiología del 2005; 57(5):pag 389-400. 6. Centers For Desease Control Diabetes. A Serius Health Problem. AT-AGlanse2000. Center For Desease Control and Prevention. Atlanta GA 2000. 169 C a p í t u l o 8 7. American Diabetes Association. Report of de Expert Committee on the Diagnosis and Classification of Diabetes Mellitus. Diabetes Care 2000; 23 suplemento 1 S4-S19. 8. Consenso sobre el tratamiento antimicrobiano de las infecciones del pie diabético, Asociación española de cirujanos, Sociedad española de Angiología y Cirugía Vascular, Revista Española de Quimioterapia, Marzo 2007, Vol 20 (N1: 77-92005; 57(5):Pág. 389-400. 9. Mendoza M, Ramírez M. Abordaje multidisciplinario del pie diabético. 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Am J Surgery 1998; 176(suppl 2); 5s-10. 18. Miguel Ángel Mendoza, María Ramírez, Abordaje Multidisciplinario del pie diabético, Revista de Endocrinología y Nutrición Vol 13, N4, OctubreDiciembre 2005, Pág. 165-179. 19. Boulton A.J.M, Peripheral Neuropathy and the Diabetic. The foot 1992, pág 77-72. 20. Abordaje Multidisciplinario del Pie diabético, Revista de Endocrinología y Nutrición, Vol 13, N4, Octubre-Diciembre 2005. 21. Jordi La Torre, José Escudero y Antonio Rosendo, Pie diabético Anales de Cirugía Cardiaca y Vascular, 2006; 12(1): Pág. 12-26. 22. Jordi La Torre, José Escudero y Antonio Rosendo, Pie diabético Anales de Cirugía Cardiaca y Vascular, 2006; 12(1): pag 12-26. 23. Reiber G.E, Lipsky B.A, Gibbons G.W. The burden of diabetic foot ulcers. Am J Surgery 1998; 176(suppl 2); 5s-10. 170 P i e D i a b é t i c o 24. Miguel Angel Mendoza, María Ramirez,Abordaje Multidiciplinario del pie diabético, Revista de Endocrinologia y Nutrición Vol 13, N4, OctubreDiciembre 2005, pag 165-179. 25. Complejo Hospitalario de Mallorca, Manual de heridas Crónicas, Ulceras Vasculares Pie Diabético, 2006. 26. www.eListas.net/lista/piediabetico. 27. www.enfermeria21.com/lista/doc.htm 28. Lawrence, J.C. Dressing and wound infections. 2004. 29. Watret, L. Management of complicated wounds with use of a hidrofibre dressing. 1997. 30. Platek, S. Alginatos de calcio para el tratamiento húmedo de ulceras de origen diabético. Wound Forum 1997. 31. Complejo Hospitalario de Mallorca, Manual de heridas Crónicas, Ulceras Vasculares Pie Diabético, 2006. 32. www.htp://gneaupp.readysoft.es/ 33. www.ulceras.net 34. Asociación Española de Enfermeria Vascular, Consenso sobre Ulceras Vasculares y Pie Diabético de la Asociación Española de Enfermeria Vascular, Primera Edición, Mayo 2004. 35. Ibáñez V Martin, J L Vasquez y P fernandez y I. marinel.lo,Estrategias de prevención de atención primaria hospitalaria, capitulo 13 del Tratado de pie diabético. 36. María D. Arx, Enric Giralt, Virginia Novel, Elena de Planell, Tratamiento Preventivo en el Pie Diabético, El Peu 2002, 22(2) pag 79-85. 171 C a p í t u l o NOTAS 172 8 P i e D i a b é t i c o TRATAMIENTO CLÍNICO DE LA ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA EN PACIENTES DIABÉTICOS BASADO EN LA EVIDENCIA Dr. Juan Francisco Benalcázar Freire Dra. Gabriela Elizabeth Escobar Por cada error que se comete por no saber, se comete diez errores por no mirar J. A. Lindsay INTRODUCCIÓN Y FACTORES DE RIESGO La mayoría, de las 150 millones de personas con diabetes mellitus en todo el mundo, habitan en países en vías de desarrollo. La Enfermedad Arterial Periférica (EAP) suele ocurrir a edad más temprana en pacientes que sufren de diabetes, y es más probable que afecte a vasos dístales. Lesiones en el pie pueden complicar a estos pacientes en más del 15% durante su vida; las úlceras en las extremidades inferiores preceden en más del 80% de las amputaciones no traumáticas de extremidades inferiores y su antecedente aumenta el riesgo de amputación de 2 a 3 veces (109). La proporción de úlceras en el pie con neuropatía e isquemia es similar en todo el mundo. En el Reino Unido, Kumar et al., encontraron neuropatía en 46% de quienes tenían antecedente de úlcera en el pie, isquemia en el 12%, neuropatía e isquemia en el 30% y ninguno en el 12%. De igual forma Walters et al., halló que la mayoría de úlceras en el pie fueron neuropáticas, seguidas por las neuroisquémicas y por último isquémicas (110-111). La diabetes mellitus es una enfermedad compleja y multifactorial que tiene una prevalencia global aproximada del 5% en Estados Unidos. Estudios epidemiológicos han confirmado la frecuencia de todas las formas EAP en diabetes; por ejemplo, el estudio Diabetes Audit and Reserch in Tayside Scotland (DARTS), reportó que la incidencia anual de EAP en diabéticos es de 5,5 por 1 000 pacientes con diabetes tipo I y 13,6 por 1 000 en quienes padecen de diabetes tipo II. Reportes de EUA y Finlandia han confirmado que la EAP es un factor de riesgo importante en la patogénesis de la ulceración en el pie y por ende de amputaciones extensas. Sin embargo, la EAP por sí misma no es la 173 C a p í t u l o 9 única causa de ulceración. La neuropatía, traumatismos menores y la infección secundaria demandan mayor circulación, más allá de la limitada capacidad circulatoria lo que produce ulceración isquémica y riesgo de amputación (113, 114). La EAP esta directamente relacionada con la presencia de diabetes y la suma de factores de riesgo de la misma, que determinan la sobrevida de los pacientes como se ha demostrado en varios estudios como el Framingham. El riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) es significativamente mayor en varones y mujeres diabéticos. Las tasas reales ajustadas por edad para los episodios cardiovasculares fueron del 38 por 1 000 anual para varones y del 30 por 1 000 para mujeres. Dado que las personas de sexo femenino, que no sufren de diabetes, tienen menos ECV que los varones, el riesgo relativo fue mayor en mujeres diabéticas (3,8%) que en varones diabéticos (2,4%). Si se ajustan los datos para el colesterol total, el tabaquismo, la presión arterial sistólica y la presencia de hipertrofia izquierda los riesgos relativos son de un 2,3% para mujeres y de un 2,0% para varones. Además, el estudio Framingham demostró que la presencia de diabetes mellitus se asociaba a un aumento significativo de la mortalidad global por ECV y por cardiopatía coronaria (6, 103). Un estudio prospectivo, realizado por Assmann y Schulte en Alemania, ha revelado resultados similares que confirman la asociación independiente y la interacción sinérgica que tiene la diabetes con otros factores de riesgo (104). Estudios postmortem han demostrado que, los pacientes que fallecen por infarto de miocardio tienen el doble de probabilidades de haber presentado estenosis en las arterias iliacas y carótidas en comparación con los pacientes que murieron por otras causas. La enfermedad de la arteria carótida, determinada por dúplex, se produce entre el 26% y el 50% de pacientes con claudicación intermitente, pero sólo alrededor del 5% con EAP tendrán un evento cerebrovascular (27). El contexto evolutivo crónico y sus manifestaciones abarcan un amplio espectro de síntomas y signos; desde formas silentes hasta cuadros que representan una amenaza cierta para la viabilidad del miembro. A pesar de múltiples esfuerzos la tasa de amputación no traumática en personas con diabetes sigue siendo de 10 a 20 veces mayor que en pacientes sin diabetes. El riesgo de mortalidad pos amputación compite con el del cáncer, con una media de supervivencia de 2 a 5 años. La prevalencia e incidencia de las úlceras en el pie va en aumento y su medición es todo un reto debido a la falta de sistemas de seguimiento intra y extra hospitalario (4). La recurrencia de las úlceras es del 60% y es más común en aquellos con neuropatía periférica grave, menor control glucémico y retrasos en la búsqueda de atención médica. Esto se debe al compromiso psicológico que 174 P i e D i a b é t i c o se ha demostrado en el meta-análisis, realizado por Anderson y Col y Lustman y Col, el cual dice que alrededor del 14% de pacientes diabéticos padecen de depresión clínica, y que existe la posibilidad de 2 a 3 veces más de sufrir de estas alteraciones en diabéticos que en no diabéticos (45-46). No existen en el Ecuador, estudios nacionales sobre la prevalencia de la diabetes mellitus. Investigaciones parciales sugerirían una prevalencia actual en la población urbana de Quito en adultos mayores a 25 años se ha incrementado de 4.7 en 1 986 al 6% en el 2 004. La vasculopatía como complicación crónica de la diabetes mellitus descritas en revisión de series del 1 960 - 2 000 en el Ecuador era del 37.8% que son índices más altos de los señalados universalmente. Y la tasa de mortalidad por diabetes mellitus en 1 965 era del 3.38% por cien mil habitantes y en el 2 005 es del 21.2% (26). ANATOMÍA PATOLÓGICA El ateroma intimal es el factor responsable del estrechamiento de la luz y de los cambios hemodinámicos asociados a la perturbación del flujo sanguíneo. Estos se manifiestan clínicamente cuando la luz del vaso disminuye en más del 60%. Los depósitos grasos en la pared, determinantes de la constitución de la placa, la ulceración de ésta con la consecuente y progresiva sobre-posición de mallas de fibrina y elementos formes en la superficie endotelial denudada o la eventual hemorragia intra-placa son todos factores que conducen al progresivo deterioro 175 C a p í t u l o 9 arterial y al evento trombótico final, que ocluye definitivamente la luz del vaso. Cuando esto sucede, la viabilidad funcional y anatómica del miembro queda librada a la existencia de circuitos colaterales compensadores y/o a la eficacia de los gestos terapéuticos aplicados en tiempo y forma oportunos (2). La irrigación de los miembros inferiores depende de la integridad anatómica y funcional de la aorta abdominal infrarrenal, de ambos ejes ilíacos y de las arterias intrínsecas de cada miembro (ejes femoropoplíteos y dístales). Cualquier lesión que interfiera con el flujo sanguíneo a lo largo de estos extensos circuitos, tiene la probabilidad de desencadenar una insuficiencia circulatoria de las extremidades, de grado variable. Pero este compromiso global no siempre es simétrico ni uniforme, lo que justifica su evaluación por sectores basada en modalidades anatómicas y fisiopatológicas que le son propias a cada uno de ellos. Es así como las lesiones suprainguinales (sector aortoilíaco) se asocian a una evolución más favorable y a opciones terapéuticas más efectivas. La enfermedad infrainguinal proximal (sector fémoropoplíteo), unifocal o limitada, conlleva así mismo un mejor pronóstico. No sucede lo propio con las arteriopatías infrapopliteas o dístales (oclusiones por debajo de la rodilla), las que se cuentan entre las de más problemático abordaje terapéutico e incierto futuro. La diabetes puede afectar todo el árbol arterial pero inexplicablemente tiene predilección por este sector. Esta esquematización, por demás simplista, tiende a describir las formas puras, la presentación frecuente es de focos lesiónales múltiples y/o multisegmentarios e incrementa la complejidad de los cuadros clínicos y combina sus características (57- 62). CLINICA La exteriorización clínica de la insuficiencia arterial es polimorfa, dependiendo del contexto en que ocurre, tiene importancia el patrón lesional (lesiones únicas o múltiples, uni o bilaterales, segmentarías o en tándem, proximales o dístales) su condición evolutiva, la efectividad de los mecanismos compensatorios, los factores de riesgo asociados, la respuesta al tratamiento, etc. Diferentes enfoques han sido empleados con el objeto de describir las sucesivas etapas por las que atraviesa la historia natural de la arteriosclerosis y sus manifestaciones clínicas en los miembros inferiores. Una de los más prácticas y de más arraigada vigencia es la conocida clasificación de Estadio de Fontaine y las Categorías de Rutherford, que abarca a la enfermedad arterial en su espectro más amplio y contiene una sustancial proyección clínica vinculada con el manejo del paciente en cada etapa (27). 176 P i e D i a b é t i c o CLASIFICACIÓN DE LA EAP: ESTADIOS DE FONTAINE Y CATEGORÍAS DE RUTHERFORD (27) FONTAINE RUTHERFORD El Estadio I. Se detecta solamente en el curso de una exploración médica, ya que el paciente no presenta síntomas. Más de dos tercios de los pacientes con EAP son asintomáticos o tienen síntomas atípicos y por tanto, no puede ser reconocido. De esto resulta la falta de tratamiento a tiempo de la aterosclerosis. La prueba primaria no invasiva de selección es el índice tobillo brazo menor de 0.9. La evaluación clínica inicial de EAP es una historia clínica minuciosa, que identifica los factores de riesgo y un examen físico general con especial interés en la palpación de todos los pulsos. Cuando los pulsos dístales están presentes y el valor predictivo negativo es de más del 90%, se puede descartar el diagnóstico de EAP en muchos casos. En contraste, una anomalía del pulso (ausente o disminuido) sobrestima significativamente la verdadera prevalencia de EAP. Es necesario la toma del índice tobillo brazo en todos los pacientes que se sospecha tienen EAP (79). El Estadio II. El síntoma característico es la claudicación intermitente. Se acostumbra a diferenciar la forma invalidante de la que no lo es. Si bien esto tiene que ver con matices muy individuales del paciente en cuestión, se acepta que la claudicación limitante es aquella que interfiere con mínimos requisitos de calidad de vida, independientemente de la edad, pauta laboral, patologías asociadas, etc. Una historia de la claudicación intermitente es útil para aumentar la sospecha de EAP, pero subestima significativamente su verdadera prevalencia. La claudicación intermitente indica que el riesgo de la pérdida de la extremidad 177 C a p í t u l o 9 en pacientes que no tienen diabetes es bajo (menos del 2%). Sin embargo, pacientes con esta alteración que requieren tratamiento oral o terapia de insulina son comparados con pacientes no diabéticos. El riesgo se incrementa del 20 al 25% por cada 0,1 de disminución en el índice tobillo brazo (8). El cuestionario de claudicación de Rose, creado en 1962, es el siguiente: ocurre dolor en la pantorrilla al andar y se resuelve en plazo de 10 minutos de reposo. Los síntomas se deben al apresuramiento o al caminar cuesta arriba y se alivian al detenerse o al disminuir el paso. Por último, el dolor no cede con la marcha sostenida, ni empieza mientras el individuo se encuentra sentado o de pie. Se establece el diagnóstico de claudicación si se satisfacen todos estos criterios. Se demostró de manera subsecuente que dicho cuestionario tenía una sensibilidad del 66% y una especificidad del 99,7%, cuando se recurrió al diagnóstico clínico médico como parámetro. La capacidad de algunos sujetos que claudican para “seguir andando” a pesar de su dolor en las piernas explica la sensibilidad relativamente baja de este cuestionario. Por tanto, el médico debe considerar que pueden ser atípicos los síntomas de claudicación, como sucede con la angina de pecho. Hace poco se elaboró un cuestionario de Rose modificado, denominado Cuestionario de la claudicación de Edimburgo, que excluye el problema de la sensibilidad baja, su sensibilidad es del 80% (60-18). Las preguntas eran: ¿Siente dolor en alguna pierna al caminar? ¿Este dolor también lo siente cuando está de pie o sentado? ¿Siente dolor en pantorrillas? ¿Siente dolor cuando camina cuesta arriba o rápido? ¿Siente dolor cuando camina normalmente o sobre una superficie lisa? ¿Este dolor desaparece cuando camina? ¿Qué hace cuando el dolor aparece? ¿Qué sucede con el dolor cuando se detiene? Nunca hay que dejar de sospechar que el dolor en las extremidades podría obedecer a otras causas como: enfermedad de disco lumbar, ciática, radiculopatía muscular, neuropatía, síndrome compartimental (109). El Estadio III. Llamado pre-trófico, se caracteriza por el dolor isquémico en reposo y por signos inequívocos de déficit circulatorio grave como palidez, cianosis, frialdad, trastornos de la motilidad y la sensibilidad, pérdida de pulsos, etc. Anuncia la presentación, en un lapso de tiempo variable pero casi siempre corto, de lesiones tróficas dístales. El Estadio IV. Es evidente la lesión de los tejidos, la misma que puede ser localizada y autolimitada o, por el contrario, extensa y progresiva. Toda arteriopatía obstructiva crónica puede ver complicada su evolución por la presencia de eventos trombóticos agudos. Estos pueden comprometer nuevos ejes principales, o bien, bloquear circuitos derivativos, con la consiguiente interferencia de la circulación colateral 178 P i e D i a b é t i c o previamente establecida. Como resultado de estas nuevas oclusiones, el cuadro clínico, hasta entonces compensado, ingresa en una etapa de agravamiento súbito, conocido como obstrucción arterial aguda por trombo; instancia clínica que demanda esfuerzos diagnósticos y terapéuticos específicos. Recientemente, con el objeto de normalizar y hacer comparables las publicaciones referidas al tema, se ha propuesto caracterizar las etapas más graves de la enfermedad (estadios III y IV). Esta se llamó isquemia crítica, la misma que fue definida de acuerdo con el compromiso de los tejidos se la clasifica en viable, con viabilidad amenazada o no viable y de acuerdo al grado de compromiso vascular. De esto se desprenden implicancias diagnósticas, pronosticas y terapéuticas de indudable significado para el cirujano vascular en el momento de la toma de decisiones (50). DIAGNÓSTICO El diagnostico clínico de EAP es un proceso minucioso que consiste en la identificación de los factores de riesgo y detalla los síntomas durante la anamnesis, además de examen físico orientado a identificar los cambios tróficos propios de insuficiencia arterial (disminución del TCS, del vello en las extremidades, de la masa muscular y cambios a nivel de piel y faneras). Esto seguido valorar el llenado capilar a nivel de pulpejos de dedos y la palpación de todos los pulsos y la toma del índice tobillo brazo con un valor normal de 1 + /- 0.1. Un valor de 0.9 confirma la presencia de EAP. ÍNDICE TOBILLO/BRAZO (ITB) 179 C a p í t u l o 9 Para calcular el ITB se debe tomar la presión sistólica de las aterías, pedía y tibial posterior a nivel de tobillo (numerador), y la presión sistólica a nivel del brazo (denominador). A estos dividirlos y su resultado normal es de 1 más/menos 0.1 El cálculo del ITB es recomendado como una prueba inicial. Un resultado anormal (0.9 o menos) es suficiente para hacer un diagnóstico de EAP clínicamente establecido. Cuando se sospecha de la presencia de la enfermedad con las bases clínicas observadas, pero el índice tobillo/brazo es normal, el índice debe ser calculado después del ejercicio (después de que el paciente en posición de pie realiza movimientos de arriba hacia abajo consecutivamente o al caminar sobre una banda estática) (8-52-100). Este detecta la EAP en pacientes asintomáticos y/o sedentarios; se usa en el diagnostico diferencial de síntomas en las extremidades inferiores para proporcionar información clave y pronosticar a largo plazo con un ITB < 0,90; esto asociado a un incremento de riesgo cardiovascular de 3 a 6 veces, a demás la estratificación de riesgo a futuro. Cuando existe un ITB bajo, indica mal pronóstico y se asocia con enfermedad coronaria y cerebral (9-27). Los pacientes con ITB menor a 0,4 en una persona con diabetes conocida, con extremidad inferior debe ser objeto de inspecciones periódicas de los pies. De esta forma, se detecta signos objetivos de isquemia crítica y riesgo de pérdida de la extremidad (nivel de evidencia B) (108). Recomendaciones de ITB: (9-27). • ITB < 0.9 y/o > 1.4 es un signo sugestivo de enfermedad arterial periférica. Tiene un medio eficaz para su seguimiento, debido a que es generalmente estable entre distintas mediciones en un mismo individuo. La calcificación de la media, que impide la compresión de las arterias es la responsable de los errores que se producen al medir la presión arterial en el tobillo con un manguito neumático. Esta observación es especialmente válida en pacientes diabéticos, ya que las mediciones pueden ser 10% más elevadas que su valor real (nivel de evidencia B). • El ITB se debe realizar como rutina en pacientes con dolor en las extremidades tipo claudicación, con edades entre los 50 – 69 años, con antecedentes de diabetes mellitus, hipercolesteronemia o tabaquismo, y en todos aquellos pacientes de 70 años o más (nivel de evidencia B). • 180 P i e D i a b é t i c o DOPPLER DÚPLEX.- Es un examen necesario en los pacientes con enfermedad arterial periférica, con claudicación intermitente con ITB mayor a 1.4 o con valores de 0.9 a 1.4 después del ejercicio, la sensibilidad y la especificidad de este estudio depende del operador (9-27). Recomendaciones de doppler dúplex.• El ultrasonido doppler dúplex de las extremidades es útil para detectar la localización anatómica y el grado de estenosis en un paciente con EAP. Es recomendado para la vigilancia rutinaria de los pacientes pos operados de una derivación femoropoplítea o femorodistal (nivel de evidencia A). • El ultrasonido doppler dúplex de las extremidades puede ser útil para seleccionar pacientes como: candidatos a terapia endovascular o tratamiento quirúrgico convencional o para seleccionar los sitios de anastomosis de una derivación (nivel de evidencia B). La angiotomografía, la angioresonancia se deben realizar previamente a la indicación de angiografía, estudios que no se deben realizar de rutina para evaluar a los pacientes que necesitan de tratamiento clínico, se indicaran salvo ciertas situaciones especiales, se los debe considerar de rutina cuando el paciente es candidato para tratamiento quirúrgico convencional o endovascular (9). Estos métodos diagnósticos se comentaran oportunamente en este libro. 181 C a p í t u l o 9 TRATAMIENTO Sus líneas fundamentales ya han sido esbozadas. El tratamiento médico (control de factores de riesgo, marcha programada, fármacos antiagregantes y modificadores de la hemorreología, etc.) debe estar presente en todas las etapas, dado que la arteriosclerosis es una enfermedad sistémica y evolutiva (73- 74-78). a) MODIFICACIÓN DE FACTORES DE RIESGO Todos los lineamientos que a continuación enumero son tomados de ACC-AHA 2005 guidelines for the management of patients with peripheral arterial disease (lower extremity, renal, mesenteric, and abdominal aortic): executive summary a collaborative report from the American Association for Vascular Surgery/Society for Vascular Surgery, Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, Society for Vascular Medicine and Biology, Society of interventional Radiology, and the ACC-AHA Task Force on Practice Guidelines (Writing Committee to Develop Guidelines for the Management of Patients with Peripheral Arterial Disease) endorsed by the American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation National Heart, Lung, and Blood institute; Society for Vascular Nursing; Trans-Atlantic Inter-Society Consensus; and Vascular Disease Foundation (9) y el Inter-Society Consensus for the Management of peripheral Arterial Disease (TASC II 2007) (27). Al momento de la publicación de este libro son las guías con suficiente evidencia científica: DIABETES.- La enfermedad aumenta el riesgo de EAP, aproximadamente de tres a cuatro veces, y el riesgo de claudicación dos veces. La mayoría de los pacientes con diabetes tienen otros factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, hipertensión y dislipidemia) que contribuyen al desarrollo de EAP. La diabetes se asocia también con neuropatía periférica y disminución de la resistencia a la infección, lo que conduce a mayor riesgo de úlceras e infecciones del pie. Varios estudios de diabetes tipo I y II han demostrado que la reducción agresiva de glucosa en la sangre puede prevenir complicaciones microvasculares (retinopatía y en particular nefropatía). Lo que no se ha demostrado para la EAP es principalmente porque los estudios realizados hasta la fecha no han sido diseñados ni potenciados para examinar EAP. La Asociación Americana de Diabetes recomienda que la hemoglobina glicosilada sea < 7% como meta para el tratamiento de la diabetes en general. Pero señala que para un paciente individualizado el valor debe ser lo más cercano a lo normal (<6%). Sin embargo, no está claro si el cumplimiento de este objetivo ejerce un efecto sobre 182 P i e D i a b é t i c o la protección de la circulación periférica o sobre la prevención de la amputación (38-97). Recomendación para los pacientes diabéticos.- • Los pacientes con diabetes y EAP deben tener un control agresivo de los niveles de glucosa en sangre con una meta de hemoglobina glicosilada < 7% o lo más cercano al 6% como sea posible (nivel de evidencia C). FUMAR.- Los eventos cardiovasculares son la mayor causa de muerte en pacientes con EAP. La modificación de factores de riesgo ateroscleróticos se está garantizado rutinariamente con un particular énfasis sobre dejar de fumar. Sin embargo, el papel de abandono del hábito de fumar en el tratamiento de los síntomas de claudicación no es claro. Los estudios han demostrado que dejar el hábito de fumar se asocia con una mejor caminata a distancia, pero no todos los pacientes. En el meta-análisis realizado por Willigedael EM, et al se demostró que el riesgo de fracaso del injerto en fumadores que continúan fumando es tres veces mayor, que la reducción en el riesgo de fracaso en no fumadores (34). Recomendación para pacientes fumadores.• Todos los pacientes que fuman deben ser aconsejados repetidamente para dejar de fumar (nivel de evidencia B). • Todos los pacientes que fuman deben recibir un programa de asesoramiento médico, sesiones de grupo, la adición de un tratamiento farmacológico antidepresivo (bupropión) y la sustitución de nicotina (nivel de evidencia A). HIPERTENSIÓN. - La hipertensión arterial es asociada con un riesgo de dos a tres veces mayor de EAP. Las guías de manejo y tratamiento agresivo de la presión arterial en pacientes con aterosclerosis, en grupos de alto riesgo, recomiendan actualmente que el objetivo sea TA < 140/90 mmHg y < 130/80 mmHg si es que el paciente también tiene diabetes o insuficiencia renal. En cuanto a la elección de drogas, todos los fármacos que disminuyen la presión arterial son eficaces para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares. Los diuréticos tiazídicos son agentes de primera línea. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o los bloqueadores de los receptores de angiotensina deben utilizarse en pacientes con enfermedad renal diabética o con insuficiencia cardiaca congestiva y para los bloqueadores de los canales de calcio en casos que el control de la hipertensión sea difícil (5-6). La mayoría de los pacientes requieren múltiples agentes para lograr los objetivos de la presión arterial. Los IECA han demostrado beneficios en el EAP, posiblemente con un efecto diferente a la reducción de la presión arterial en los grupos de alto riesgo. Esto se ha documentado por los resultados específicos en 183 C a p í t u l o 9 el estudio de 4046 pacientes con EAP de la HOPE Heart Outcomes Prevention Evaluation (Resultados de Prevención y Evaluación del Corazón). En este subgrupo, hubo un 22% de reducción de riesgo en pacientes aleatorizados a ramipril en comparación con el placebo, que es independiente de la reducción de la presión arterial. Basado en este resultado, en Estados Unidos, la Federal Drug Administration ha aprobado para su ramipril beneficios cardioprotectores en pacientes de alto riesgo, incluidos quienes tienen EAP. Así, en términos de una clase de medicamentos, los inhibidores de la ECA se recomiendan en pacientes con EAP (7). Los bloqueadores Beta-adrenérgicos han sido desalentadores en el EAP, debido a la posibilidad de empeoramiento de síntomas de claudicación. Sin embargo, esta preocupación no ha sido corroborada por los ensayos aleatorios, por lo tanto estas drogas pueden ser utilizadas con seguridad en pacientes con claudicación (11). Recomendación para hipertensos.• Todos los pacientes con hipertensión arterial deben tener controlada a presión <140/90 mmHg o <130/80 mmHg si también padece de diabetes o insuficiencia renal (nivel de evidencia A). • Las tiazidas y los inhibidores de la ECA deben considerarse inicialmente para la reducción de la presión arterial-EAP y para disminuir el riesgo de eventos cardiovasculares (nivel de evidencia B). • Los bloqueadores beta-adrenérgicos no están contraindicados en EAP (nivel de evidencia A). HIPERLIPEMIA.- Las recomendaciones actuales son alcanzar un nivel de colesterol LDL < 2,59 mmol / L (< 100 mg / dL), además de tratar el aumento de triglicéridos y colesterol HDL bajo. Para poder alcanzar estos niveles de lípidos, la dieta de modificación debería ser el enfoque inicial. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la dieta sola no será capaz de disminuir los niveles de lípidos a valores ideales, por lo tanto, el tratamiento farmacológico será necesario. En el estudio Heart Protection se incluyó 6748 pacientes con EAP, muchos con ningún historial previo de enfermedad del corazón o un derrame cerebral. Los pacientes, asignados al azar, recibieron 40 mg de simvastatina, vitaminas antioxidantes, una combinación de tratamientos o un placebo con seguimiento de 5 años. Simvastatina 40 mg se asoció con una disminución del 12% de la mortalidad total, el 17% de reducción de la mortalidad vascular, el 24% de reducción 184 P i e D i a b é t i c o en eventos de enfermedad coronaria, el 27% de reducción de todos los accidentes cerebrovasculares (12). Las guías ACC/AHA recomiendan, como objetivo general, un tratamiento que logre un nivel de colesterol LDL<2,59 mmol / L (<100 mg / dL) en todos los pacientes con EAP y en aquellos con alto riesgo. La niacina es un potente fármaco para aumentar los niveles de colesterol HDL y tiene más bajo riesgo toxicidad hepática. En pacientes con EAP, niacina se ha asociado con la regresión de la aterosclerosis femoral y la reducción de la progresión de aterosclerosis coronaria. No se conoce todavía si los fibratos y / o niacina pueden reducir la progresión de la arteriosclerosis periférica o el riesgo sistémico de los eventos cardiovasculares en pacientes con EAP (9). Recomendación para el manejo de la hiperlipemia.• Todos los pacientes con EAP sintomática deben tener las lipoproteínas de baja densidad (LDL)-colesterol en niveles menores a 100 mg/dL. Las estatinas deberían ser un tratamiento primario para conseguirlo y reducir los eventos cardiovasculares (nivel de evidencia A). • En los pacientes con EAP con un historial de enfermedad vascular en otros lugares (por ejemplo, enfermedad de las arterias coronarias) es razonable que los niveles de colesterol LDL estén inferiores a 1,81 mmol / L (< 70 mg / dL) (nivel de evidencia B). • Todos los pacientes asintomáticos con el EAP y sin evidencia clínica de enfermedad cardiovascular deben también tener su nivel de colesterol-LDL <100 mg / dL (nivel de evidencia C). • La modificación dietética debe ser la intervención inicial para controlar los niveles de lípidos anormales (nivel de evidencia B). • Fibratos y/o niacina deben usarse para elevar los niveles de HDL y disminuir los niveles de triglicéridos, y deben ser considerados en pacientes con EAP e hiperlipemia (nivel de evidencia B). HOMOCISTEÍNA.- Un elevado nivel de homocisteína en el plasma es un factor de riesgo independiente para la EAP. El suplemento con vitamina B y / o ácido fólico puede reducir los niveles de la homocisteína. No hay evidencia suficiente en relación a la prevención de eventos cardiovasculares debida a estos suplementos. Por el contrario, dos estudios aplicados en pacientes con enfermedad cardiovascular no demostraron ningún beneficio e incluso sugirieron que puede ocasionar daños, por lo que esta terapia no se puede recomendar como rutinaria (13). 185 C a p í t u l o 9 Recomendación para la homocisteínemia.• A los pacientes con EAP y otras pruebas de enfermedades cardiovasculares no se les debe administrar suplementos de ácido fólico para reducir su riesgo de eventos cardiovasculares (nivel de evidencia B). ESTADO SOCIOECONÓMICO BAJO.- No sorprende que las personas de nivel socioeconómico bajo estén en desventaja en todos los aspectos del proceso de atención médica. La falta de educación determina que las medidas preventivas no se cumplan. La dificultad para acceder a servicios médicos de primer y segundo nivel de calidad, la falta de permisos laborales son un determinante más. En nuestro medio los servicios médicos relacionan la calidad con la capacidad de pago. Sin embargo, esto sucede inclusive en países en los cuales la atención es gratuita para todos, independientemente de la situación económica. Todo esto es una fuerte predicción de amputación (116). Recomendaciones para el estado socioeconómico bajo.• Adoptar y/o hacer protocolos sencillos de atención de primer y segundo nivel, los mismos que deben pasar por un proceso de análisis y discusión por el personal medico a cargo, con una clara estrategia para su difusión y aplicación tomando en cuenta nuestra realidad médica y las políticas de salud del estado. Todo este trabajo no es posible sin el presupuesto estatal destinado específicamente al tratamiento de este tipo de enfermedades (nivel de evidencia…). b) TERAPIA DE EJERCICIOS EN LA EAP.En un meta-análisis de 18 estudios, el gran beneficio (relacionado con la distancia caminada antes del desarrollo de claudicación) fue asociado con la caminata continua hasta que el dolor máximo se presente; con sesiones de duración de 30 minutos, fueron tomados en tres o más episodios por semana, y esto por más de seis meses. Típicamente, en el primero y en el segundo mes el paciente empezó a notar beneficios, los cuales gradualmente se incrementaban con algunos meses más (21-22-23). Además se ha demostrado que la caminata produce un aumento de la fluidez de la sangre, de la capacidad oxidativa de las células musculares que origina un aumento de la eficiencia del metabolismo; “economía de la técnica de marcha”, en la cual los pacientes aprenden a valerse más de los músculos no isquémicos, se mejora la circulación arterial colateral, 186 P i e D i a b é t i c o disminuye la producción PAI 1, la síntesis de TNF, interleucinas, factores de crecimiento de angiotensinógeno y de la hormona resistina, disminución de LDL colesterol, incremento del HDL colesterol, mejor control de la presión arterial y de la hemoglobina glicosilada (98-99-100-101). Recomendaciones de ejercicio: • El ejercicio supervisado debe estar disponible como parte del tratamiento inicial de todos los pacientes con EAP (nivel de evidencia A). • Los programas más efectivos emplean una banda sin fin o caminadoras que sean de la intensidad suficiente para inducir la claudicación, seguida del reposo, en el transcurso de una sesión de 30 a 60 minutos. Las sesiones de ejercicios deben ser realizadas 3 veces por semana por 3 meses (nivel de evidencia A). c) TERAPIA ANTIPLAQUETARIA EN EAP Se ha demostrado que la diabetes afecta al mismo tiempo la coagulación y la fibrinólisis. Existen pruebas de que tanto las plaquetas como los factores de la coagulación están acelerados en la diabetes; quizás estos pueden provocar un aumento de la trombosis. Además, esta altera la degradación del coágulo de fibrina. Se han demostrado que la hiperinsulinemia, hipertrigliceridemia e hiperglucemia elevan el PAI-1, lo que impide que se produzca una fibrinólisis normal (106). Los fármacos antiplaquetarios evitan los episodios de enfermedad cardiovascular en pacientes con diabetes. En el meta análisis antiplatelet trialists` collaboration de 189 ensayos de fármacos antiplaquetarios, participaron más de 100 000 pacientes, de los cuales 4 502 eran sujetos diabéticos. En la mayor parte de estos ensayos se utilizó aspirina. Cuando se analizó a este subgrupo, la incidencia de eventos cardiovasculares (muertes de origen cardiovascular, infarto de miocardio e ictus) se redujo de un 22,3% a un 18,5% con la utilización de fármacos antiplaquetarios (P<0,002, significativo) (64). El tratamiento antiplaquetario también demostró efectos beneficiosos en los sujetos no diabéticos (107). Ácido acetilsalicílico (ASA).- Se ha comprobado que la mejor dosis terapéutica con el menor perfil de riesgo digestivo es de 80 a 100 mg/día. Hay que destacar que el ácido acetilsalisilico no ha demostrado mejorar la distancia de claudicación o los síntomas de la EAP. 187 C a p í t u l o 9 El Clopidrogrel.- Es un fármaco antiagregante considerado como una alternativa a la aspirina, particularmente en pacientes que no pueden tolerar la aspirina. Clopidrogrel tiene un perfil de seguridad similar a la aspirina, con casos raros de trombocitopenia (18). No hay evidencia científica que demuestre que el Clopidrogrel mejora los síntomas de la claudicación intermitente. Recomendaciones de antiplaquetarios en EAP: • Todos los pacientes con EAP sintomáticos con o sin historia de otras enfermedades cardiovasculares deben recibir antiagregantes plaquetarios a largo plazo para reducir la morbi-mortalidad (nivel de evidencia A). • El ASA es eficaz en pacientes con EAP que tienen también evidencia clínica de otras enfermedades cardiovasculares (coronaria y/o carotidea) (nivel de evidencia A). • El ASA se usa en pacientes con EAP que no tienen evidencia clínica de otras formas de enfermedad cardiovascular (nivel de evidencia C). • El Clopidrogrel es eficaz para reducir los eventos cardiovasculares en un subgrupo de pacientes con EAP sintomática, con o sin otra evidencia clínica de enfermedad cardiovascular (nivel de evidencia B). d) Farmacoterapia para la claudicación intermitente La claudicación intermitente es causada por aterosclerosis que conduce a estenosis arterial y oclusiones en los grandes vasos de suministro en las extremidades inferiores, dando lugar a un desajuste entre el suministro de oxígeno y la demanda metabólica del músculo que está asociada al síntoma de claudicación. La claudicación es el malestar en el músculo de los miembros inferiores producido por el ejercicio y que se alivia aproximadamente en 10 minutos. Los pacientes pueden describir fatiga muscular, dolor o calambres en el esfuerzo. Los síntomas más comunes están localizados en la pantorrilla, especialmente en los pacientes diabéticos. También puede afectar al muslo o las nalgas. La claudicación típica ocurre hasta en un tercio de los pacientes con EAP (102). 188 P i e D i a b é t i c o Cilostazol.- Es un inhibidor selectivo de la fosfodiesterasa 3, que incrementa los niveles de AMPc, tanto a nivel de músculo liso del vaso como a nivel plaquetario, dando como resultado vasodilatación y antiagregación. Aprobado por la FDA para el tratamiento de la claudicación intermitente desde 1999 (50). Los beneficios de este fármaco se han descrito en varios estudios como el Dawson DL publicado en el año 2000 en el que se demostró la eficacia y seguridad del cilostazol, frente al placebo y a la pentoxifilina (20). Posteriormente estos resultados fueron corroborados en los meta-analísis publicados Regensteiner JG y cols y otro realizado por Thompson PD y cols en los que se estudiaron 1 751 y 2 629 pacientes con claudicación respectivamente. Trabajos randomizados en los que se comparó el cilostazol vs pentoxifilina vs placebo demostraron el beneficio de cilostazol sobre el placebo y la pentoxifilina; mejoraron en la prueba de la banda rodante aumentando la distancia máxima caminada y la distancia libre de dolor, además una mejoría en la calidad de vida. Los efectos secundarios incluyen dolor de cabeza, diarrea y palpitaciones (24-25). Sin embargo, no debe administrarse a pacientes con cualquier tipo de prueba de insuficiencia cardíaca. En la vigilancia post marketing de 70 430 pacientes se reportaron 461 efectos adversos de los cuales 34 pudieron ser considerados serios y consistieron en: hipertensión, palpitaciones, taquicardia, leve hipotensión, aleteo y fibrilación 189 C a p í t u l o 9 auricular. Se puede concluir que el perfil de seguridad de cilostazol en dosis de 50 a 100 mg, dos veces por día, ofrece una aceptable relación riesgo/beneficio. Un paciente que se sienta subjetivamente mejor y que no tenga efectos secundarios significativos debería continuar el tratamiento indefinidamente, aunque hay que reevaluarlo periódicamente por el desarrollo de insuficiencia cardíaca congestiva y, en ese caso, interrumpir el fármaco (50). Además se han reportado buenos resultados en prevención secundaria posterior a procedimientos de revascularización post stent o angioplastia percutánea coronaria (estudios CREST), y secuelas de infarto cerebral (102). Pentoxifilina.- Disminuye los niveles de fibrinógeno, mejora la forma de células rojas y células blancas y, por tanto, reduce la viscosidad de la sangre. Si bien los primeros ensayos fueron positivos en pruebas de ejercicio rendimiento en banda rodante, más tarde varios meta-análisis han llegado a la conclusión de que el fármaco se asocia con modestos aumentos en la caminata en la banda rodante a pie sobre el placebo. Los beneficios clínicos de la pentoxifilina en la mejoría de calidad de vida no han sido evaluados. Aunque la tolerabilidad del fármaco es aceptable, no se dispone de una amplia base de datos en cuanto a su seguridad (50). Recomendación farmacológica para la claudicación intermitente: • El tratamiento con Cilostazol 100 mg dos veces al día durante 3 – 6 meses debe ser la primera línea de la farmacoterapia para el alivio de los síntomas de claudicación, ya que la evidencia demuestra una mejoría tanto en el ejercicio como en la calidad de vida (en ausencia de falla cardiaca). (nivel de evidencia IA). • La pentoxifilina (400mg tres veces al día) puede ser considerada como una alternativa después del cilostazol para mejorar la distancia de caminata en pacientes con CI. (nivel de evidencia IIB). • La efectividad clínica de la pentoxifilina como terapia para la claudicación no está bien establecida. (nivel de evidencia IIB). La claudicación intermitente, sólo en circunstancias especiales, podría considerarse para terapia invasiva de revascularización, ya sea quirúrgica o endovascular. Para indicar cirugía se debe tener en cuenta: el fracaso a la terapia 190 P i e D i a b é t i c o farmacológica y el ejercicio, presencia de una discapacidad grave, o limitación en el trabajo normal, o un muy grave deterioro de otras actividades importantes para el paciente, que la morfología de la lesión deberá ser tal que la intervención quirúrgica tendría un bajo riesgo y alta probabilidad de éxito a largo plazo (9). En el CHEST 2008 la recomendación para pacientes con claudicación de moderada a severa que no responden a la terapia con ejercicios y tienen contraindicación para cirugía (convencional y/o endovascular) se recomienda el uso de cilostazol 100 mg VO BID (nivel de evidencia IA) (108). CONCLUSIONES El médico clínico juega un rol fundamental en la pesquisa de los primeros síntomas de EAP por lo que se les recomienda: 1) Explorar los pies y piernas en busca de deformidad 2) Palpación de pulsos pedios 3) Valoración de sensibilidad del pie con monofilamento de nailon de 10 g o diapasón 4) Inspección del calzado Si las circunstancias del pie diabético ameritan la derivación al equipo multidisciplinario o al cirujano vascular de manera urgente, se debe seguir las siguientes recomendaciones: 1) Descartar o tratar la insuficiencia vascular 2) Iniciar y supervisar el manejo de la herida 3) Usar apósitos y desbridar cuando esté indicado 4) Uso de antibióticos sistémicos en caso de celulitis u osteomielitis 5) Asegurar una adecuada distribución de presión del pie, incluyendo calzado, prótesis y yesos especializados 6) Tratar de alcanzar buen control glucémico y factores de riesgo cardiovascular. 191 C a p í t u l o 9 Todas estas son recomendaciones emitidas por el National Institute of Clinical Excellence (NICE 2004), que en el Reino Unido son medidas simples, de aplicación masiva, que tienen un formidable impacto económico a largo plazo. Esta premisa debe tener absoluta vigencia y orientar al médico clínico a acciones tempranas de gran costo-efectividad, lo que diferirá y reducirá la necesidad del empleo de los recursos más sofisticados y costosos (35). Ejemplos como éste se deberían implementar en nuestro país y tratar de protocolizar el manejo del pie diabético desde el primer nivel de atención del paciente. Los medios complementarios de diagnóstico deben seguir una secuencia lógica, guiada siempre por la clínica y por la eventual selección de nuevas opciones terapéuticas, en función de los hallazgos obtenidos. La conocida clasificación de Fontaine y Rutherford son, en ese sentido, un útil indicador de tales algoritmos. El tratamiento médico debe ser común a todas las etapas de la enfermedad. Las decisiones terapéuticas intervencionistas (cirugía convencional, terapias endoluminales, etc.) tienen un sólido fundamento cuando de ellas se espera un cierto beneficio. BIBLIOGRAFÍA: 1. Selvin E, Erlinger TP. 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En éste capítulo abordaremos únicamente el tratamiento de la isquemia secundaria a obstrucción arterial, la clínica, fisipatología, clasificación y los demás tratamientos como limpiezas quirúrgicas, amputaciones menores o mayores y tratamiento endovascular son estudiados a profundidad en otros capítulos de éste libro. El Consenso de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, define al Píe Diabético como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglicemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia y previo desencadenante traumático produce lesión y/o ulceración del pie (11). ARTERIOPATÍA DIABÉTICA En 1959, Goldemberg realizando estudios en piernas amputadas de diabéticos concluyó que la proliferación de células endoteliales puede producir oclusión de los vasos pequeños, una de las características de la vasculopatía diabética, lo que favorece el desarrollo de las úlceras y gangrena, este falso concepto determinó que durante muchos años no se puede realizar ningún tipo tratamiento quirúrgico sobre las arterias. En 1984 Lo Gerfo y Coffman demostraron que cuando se aplican técnicas adecuadas de revascularización se puede alcanzar buenos resultados clínicos a largo plazo. Para tener éxito en el tratamiento de revascularización del pie diabético, es necesario reconocer que una de las causas de su problema es la oclusión de las 201 C a p í t u l o 1 0 arterias que produce isquemia grave a nivel periférico. Hasta la presente fecha se cree en forma errónea que la gangrena, la falta de cicatrización de úlceras, y las amputaciones se deben a la presencia de microangiopatía diabética y por lo tanto no se puede ofrecer nada desde el punto de vista circulatorio al paciente diabético. Este concepto erróneo se ha refutado por varios estudios multicéntricos y seguimientos a largo plazo, demostrando que pacientes diabéticos de larga evolución, bien estudiados, se pueden beneficiar mucho de una revascularización, disminuyendo importantemente los niveles de amputación o salvando los miembros. Está demostrado que por sí sola la diabetes es un factor de riesgo para la ateroesclerosis, son pacientes con mayor afección a nivel coronario, cerebro vascular y periférico, por este motivo son pacientes de riesgo más elevado (1-16). El tratamiento perioperatorio cuidadoso, junto a una monitorización cruenta en tras y postoperatorio ha disminuido el índice de morbi mortalidad cardiaca en el paciente diabético. TECNICAS DE REVASCULARIZACION • Injerto vascular con prótesis heteróloga: dacrón y PTFE o vena autóloga • Endarterectomía • Cirugía endovascular • Simpatectomía ASPECTOS DEL PIE • Uno de cada 6 diabéticos tendrá una úlcera en el pie durante su vida • Cada treinta segundos se pierde una pierna en el mundo debido a la diabetes • Los problemas en el pie son la causa principal de hospitalización en los diabéticos • En los países desarrollados puede representar hasta un 40% de los recursos de salud • Las úlceras y amputaciones pueden prevenirse hasta un 85% Los resultados de la permeabilidad de los injertos vasculares a un año en el segmento aorto ilíaco y femoral son casi similares en los pacientes no diabéticos y diabéticos, existen diferencias marcadas en revascularizaciones dístales por debajo de la rodilla. 202 P i e D i a b é t i c o Tomado de TRATADO DEL PIE DIABÉTICO J MARINEL.LO ROURA La tasa de morbi mortalidad esta en relación directa a la valoración pre operatoria y control pos operatorio sobre todo en los parámetros de cardiopatía isquémica, problemas pulmonares, niveles de creatinina en plasma, control metabólico y la edad aparente del paciente. En el paciente diabético las lesiones oclusivas arteriales puede afectar a todo el árbol circulatorio de los miembros inferiores, comenzando por la aorta abdominal, ilíacas, femorales y poplíteas, sin embargo las lesiones más significativas y en porcentaje mayor se localizan en las arterias dístales a las rodillas, esto es las tibiales anteriores, posteriores, peróneas y con menor intensidad las arterias de los pies, esto es muy importante porque dentro de la posibilidad de anastomosis distal están consideradas estas arterias (7). No todos los pacientes diabéticos son candidatos al tratamiento quirúrgico de revascularización. Aquellos que presentan síntomas mínimos de lesiones vasculares periféricas, que al examen físico y los exámenes no invasivos demuestran que están bien compensados no necesitan ninguna intervención sobre las arterias. Todos estos pacientes se benefician de una buena educación sobre características del pie diabético, cuidados, profilaxis de lesiones y controles estrictos de los factores de riesgo, glucosa presión arterial, dislipidemia, cigarrillo, vida sedentaria, controles periódicos donde los diferentes especialistas encargados del paciente diabético, considerando que es una patología que debe ser manejada de forma multidisciplinaría (15). 203 C a p í t u l o 1 0 Dentro de las principales recomendaciones del Consenso Español con Nivel de Evidencia 1 están: • Se debe realizar una exploración vascular de despistage de arteriopatía asociada a Pie Diabético, en la que debe valorarse la presencia o ausencia de pulsos en los miembros inferiores, y valoración de color y temperatura • Corrección metabólica, control de factores de riesgo y reposo funcional de la zona afectada, constituyen las medidas básicas esenciales en el tratamiento del Pie Diabético • El estudio angiográfico constituye una exploración básica e imprescindible para planear una buena técnica de revascularización, no debe solicitarse solo por diagnóstico • No existe una diferencia sustancial entre la indicación, táctica y técnica de la revascularización en el paciente isquémico diabético del no diabético, en los diabéticos, en el segmento infrapatelar existe cierta limitada indicación por el politopismo lesional, larga segmentariedad y la calcificación. Se insiste en la mayor necesidad de realizar cirugía revascularizadora a troncos tibiales dístales (11). No son candidatos a revascularización • Pacientes que no caminan • Pacientes que por motivos neurológicos y por la isquemia presentan graves contracturas musculares que impiden el movimiento adecuado de caderas y rodillas • Pacientes con cáncer terminal o procesos mórbidos con expectativa corta de vida • Paciente con pié irrecuperable, con infección necrotizante extensa El proceso infeccioso aumenta las demandas metabólicas en los tejidos isquémicos, lo que acelera o exacerba las lesiones necróticas de los tejidos. En los pacientes diabéticos, la respuesta inflamatoria y neurológica están bastante disminuidas, lo más probable es que no se manifiesten los síntomas y signos clásicos de una infección severa. Esto hace indispensable una buena historia clínica, examen físico minucioso con exploración a fondo de las úlceras, escaras y callos superficiales en busca de abscesos en espacios profundos, es frecuente ver que en muchos centros se está más esperanzado en los resultados del laboratorio o gabinete que en la confección de una buena historia clínica (17). La necesidad de controlar la infección puede retrasar la cirugía de revascularización, pero es necesario el debridamiento de tejidos necróticos, drenaje de abscesos, cultivo y antibiograma y administración intravenosa de antibióticos de amplio espectro para cubrir gérmenes gram positivos, gram negativos y anaerobios, características de la infección polimicrobiana del pie diabético; con el resultado del cultivo se puede reprogramar la administración de los antibióticos. Un debridamiento amplio, una buena limpieza quirúrgica, una amputación menor bien realizada, sin restablecer previamente la circulación distal en un paciente con problemas obstructivos arteriales, puede determinar que se formen úlceras 204 P i e D i a b é t i c o mas profundas, que aparezca necrosis en los bordes de la amputación y que termine en amputaciones mayores. La simpatectomía para el pie diabético ya no es indicación ni para la claudicación intermitente mucho menos ante la presencia de ulceraciones neuroisquémicas. En la evolución natural de la enfermedad va aumentando la circulación hacia las extremidades, debido a la neuropatía secundaria a denervación simpática, esto se ha comprobado con diferentes técnicas: pletismografía, ultrasonido doppler, láser doppler, de tal manera que cuando se produce la obstrucción del tronco arterial, la autosimpatectomía ya se ha realizado, es por esto que cuando se realiza la cirugía de simpatectomía no se observa ningún beneficio (7). En la obstrucción del sector aórto ilíaco existen varias técnicas de revascularización, cuando el sector de la aorta terminal y las ilíacas están obstruidas, la mejor indicación es la colocación de un injerto de dacron bifurcado aórto bifemoral, con nivel de evidencia comprobado que demuestra una permeabilidad a 5 años entre el 85 y 90% con una morbi-mortalidad del 5%, las lesiones ateroscleróticas a éste nivel son similares tanto en los pacientes diabéticos como no diabéticos (5). En situaciones especiales en que solo se encuentra afectado uno de los ejes ilíacos y la situación general del paciente informa de cierto tipo de restricción cardíaca o pulmonar o nos encontramos frente a un paciente con un abdomen hostil, se pueden realizar injertos extra anatómicos fémoro femorales, áxilo femoral o bi femoral y en pacientes seleccionados, injertos ileo femorales con abordaje del retroperitoneo a nivel de la fosa ilíaca vía extraperitoneal. CASO DE ATEROESCLERÓSIS AORTOILIACA BILATERAL REVASCULARIZADO CON BYPAS EXTRA ANATÓMICO Pie Diabético grado III Aortografía con obstrucción completa de la A. Ilíca común izquierda, estenosis significativa de la ilíaca contralateral 205 C a p í t u l o 1 0 Buen lecho receptor, permeabiliddad Injerto de Dacron aórto bifemoral de las arterias femoral superficial y profunda. CASO DE ATEROESCLEROSIS EJE ILÍACO CON REVASCULARIZACION EXTRA ANATOMICO Obstrucción completa ilíaca izquierda 206 Repermeabilización distal de Arterias femorales P i e D i a b é t i c o Anastomosis del PTFE a la arteriafemoral Control con angio TAC postoperatoria, común derecha del injerto Fémoro-femoral CASOS DE REVASCULARIZACION CON BYPAS ANATOMICO CORTO CON PROTESIS VASCULAR PTFE ILEO FEMORAL PTFE-FEMORAL PTFE POPLÍTEO ALTO CASO CLINICO: Paciente masculino de 72 años diabético con 20 años de evolución consulta por presentar cuadro de isquemia crítica con dolor en reposo, arteriografía demuestra obstrucción completa de la arteria ilíaca externa y femoral superficial derechas, con mínima red colateral. Se realiza injerto secuencial con PTFE 1° ILEO FEMORAL y a continuación FÉMORO POPLÍTEO ALTO, control pre y postoperatorio doppler con registro. 207 C a p í t u l o 1 0 DOPPLER CON REGISTRO PRE OPERATORIO POST OPERATORIO Ondas Monobásicas altas con incremento del índice de presión tobillo brazo en relación al pre operatorio SECTOR FEMORO POPLÍTEO DISTAL Es el sector mas afectado en el paciente diabético llegando alcanzar hasta el 75% de los casos. Dependiendo de los hallazgos en el examen físico y pruebas no invasivas, se puede considerar si un paciente necesita de un tratamiento clínico o quirúrgico, si es quirúrgico solicitamos la angiografía aorto ilíaca y de los miembros inferiores pidiendo que lo hagan lo mas tardías posibles para poder visualizar la circulación de la pierna y el pie, este examen no se solicita de rutina, solo para planificar la cirugía en los pacientes que lo requieran (20). Los aspectos a tener en cuenta en la planificación de la cirugía son: • Injerto venoso adecuado de un calibre no menor a 3 milímetros en la porción distal, longitud adecuada, ausencia de esclerosis o dilataciones. Todos estos datos se puede obtener con un estudio eco doppler preoperatorio en que claramente nos indica el diámetro de la vena a nivel superior y distal, el trayecto de la misma, características de la pared, presencia de dilataciones, colaterales importantes o perforantes que deben ser ligadas durante la cirugía 208 P i e D i a b é t i c o • Arteria donadora de buen calibre sin estenosis significativas, de encontrarlos hay que resolver antes de la cirugía mediante dilataciones o colocaciones de stent • Un lecho receptor bueno, esto hablando debajo de la rodilla si están los tres troncos permeables el éxito será mayor tanto en el postoperatorio inmediato como a largo plazo • Lupas quirúrgicas con un aumento entre 2.5 y 4 veces • Iluminación adecuada • Instrumentos para microcirugía vascular • Equipo necesario para la realización de arteriografías para valoración trans operatoria • Un aparato de Eco doppler para evaluaciones intra operatorias de las anastomosis y lechos dístales, por ser un método no invasivo, al momento éste examen está reemplazando a la valoración angiográfica trasoperatoria (9-3-4). Desde que en 1962 Hall introduce el concepto de utilizar la vena safena magna como un Bypass in situ, comienza la controversia de cual es el mejor si éste método o el de safena invertida, es recomendable que el cirujano comprometido con el salvataje de los miembros debe estar familiarizado con los dos métodos, en nuestro servicio hemos dado preferencia y nos ha sido mas familiar el Bypass con safena in situ, e incluso cuando tenemos que realizar injertos extra anatómicos, se retira la safena de su lecho y no invertimos. Las ventajas del bypass venoso in situ son: • La vena es dejada en su lecho, lo que permite que la perfusión del endotelio a través de la vasa vasorum se mantenga • Al dejar la vena en su sitio, se evita angulaciones o rotaciones que se pueden dar al colocarlos en el nuevo túnel cuando la safena es invertida • El bypass in situ da una mejor equivalencia en cuanto al tamaño de la anastomosis, dejando el diámetro mayor para la femoral y el menor para la arteria distal de calibre menor • La desventaja como lesión del endotelio o dejar una válvula parcialmente competente se han logrado superar con el advenimiento de nuevos valvulotomos plásticos de diferente calibre que garantizan una devalvulación completa con un mínimo daño endotelial Nosotros no somos partidarios del método que expone la vena en toda su longitud, por el problema de cicatrización de una herida tan larga, lesiones, espasmo o resecamiento de la vena safena. En más del 90% de nuestros casos sólo realizamos heridas en la parte superior del muslo para abordar la arteria femoral y la vena safena para realizar la anastomosis superior. En el parte inferior, a nivel del pierna, si se ha planificado la anastomosis a nivel de la poplítea abordamos en el 1/3 superior, en el 1/3 medio cuando se ha 209 C a p í t u l o 1 0 planificado la anastomosis a nivel de la tibial posterior o perónea y en el 1/3 distal si se ha planificado una anastomosis a nivel del tobillo. Incisiones pequeñas para ligadura de perforantes o ramos de gran calibre identificados en el estudio eco doppler pre operatorio. Cuando la longitud de la vena safena no es la adecuada se debe ver la posibilidad de la utilización de la safena externa del mismo lado o segmentos de venas superficiales de los miembros superiores. La vena safena interna contralateral se respeta ya que en un alto porcentaje de pacientes presenta lesiones obstructivas que en un futuro mediato necesitarán de revascularizaciones dístales. Primero realizamos la anastomosis superior, una vez que la columna de sangre se introduce en la luz de la safena, ésta se detiene en la primera válvula competente, lo que mantiene las cúspides cerradas, determinando que sean abordadas eficientemente por las láminas cortantes del valvulotomo y se realice la devalvulación, el valvulotomo que es introducido por la boca inferior de la safena se desliza suavemente hasta la anastomosis superior, luego se retira con mucho cuidado, una resistencia leve se encuentra cuando alcanza la válvula, conforme se va devalvulando se obtiene pulso en la safena, si la resistencia es mayor, esta debe ser vencida haciendo movimientos rotatorios, si no surte el efecto, en contados casos la zona debe ser expuesta directamente realizando la devalvulación en forma retrógrada a través de un ramo próximo. Si se realizan maniobras bruscas para vencer la resistencia se corre el peligro de lacerar la vena o incluso de traer toda la safena con la cabeza del valvulotomo a manera de safenectomía. Terminada la devalvulación de todo el segmento de la safena a ser utilizado, se obtiene flujo pulsátil y fuerte, se realizan lavados con suero fisiológico heparinizado y se procede a la anastomosis distal, teniendo las precauciones rutinarias de que la vena sea lo suficiente larga para permitir los movimientos de flexo extensión de la rodilla, no sufra torsiones que son causa de obstrucción precoz y que la boca anastomótica sea lo suficientemente amplia para evitar estenosis. Una vez completada la anastomosis distal el flujo del injerto y de la arteria receptora en la mayoría de veces se evaluaba con un arteriografía trasoperatoria; en los últimos años lo estamos haciendo a través del transductor del eco doppler color, que nos brinda una buena imagen e inclusive nos calcula la velocidad y cantidad del flujo. A continuación realizamos un estudio de todo el trayecto de la vena safena arterializada en busca de colaterales importantes que ya fueron identificadas en el pre operatorio, para realizar la ligadura de las mismas. Cuando no existen venas autólogas la alternativa es la utilización de PTFE. En segmento fémoro poplíteo alto existe evidencia de permeabilidad del 76% en el primer año y del 58% a los tres años (Veith y Colaboradores) 210 P i e D i a b é t i c o Según los hallazgos se puede planificar un injerto entre la femoral y cualquier parte del árbol arterial del miembro afectado, si la obstrucción es de la femoral superficial con pobre red colateral, se pueden realizar injerto fémoro poplíteo a diferente nivel, sea supra genicular, si la recanalización de la poplítea esta por debajo del anillo de Hunter o infragenicular, en proceso obstructivo que comprometa el segmento inicial de la poplítea. Cuando la obstrucción interesa la poplítea, se puede planificar injertos venosos hacia el tronco tibio peróneo con abordajes en cara interna de la pierna. Los injertos venosos dístales, esto es las anastomosis a las arterias de la pierna o pie, están indicados a los pacientes con isquemia crítica, con alto riesgo de amputación, en casi todos ellos encontramos aterosclerosis multisegmentarias. Para tener éxito en la cirugía de revascularización uno de los factores importantes es obtener una buena angiografía que nos permita visualizar sistemáticamente todas las arterias permeables a nivel de la pierna y píe, esto ayuda a planificar correctamente el nivel de la anastomosis distal. Si no existe un buen lecho receptor por delante de la anastomosis, realizar la cirugía es una mala indicación lo que terminará en obstrucción del puente venoso en el pos operatorio inmediato (2). Otros de los progresos para tener éxito en éste tipo de cirugías son la utilización de instrumental adecuado para los pequeños vasos y la ayuda de las lupas que le permitan un aumento de 3 a 4 veces. La utilización de injertos venosos cortos de la poplítea a las arterias dístales nos da la posibilidad de obtener una vena autóloga de buena calidad con resultado excelentes a largo plazo (6). Están indicados los injertos venosos dístales, hacia las arteria tibiales o peróneas, para preservar el miembro, caso contrario terminarán en amputación a consecuencia de la isquemia y/o proceso infeccioso, es necesario restablecer el flujo arterial pulsátil directo para el pie, solo de esta manera habrá circulación suficiente para controlar los problemas que llevan a la amputación mayor y además permitirá una cicatrización de las heridas y ulceraciones. Debido a que son intervenciones complejas y tienen cierto grado de morbi mortalidad, no esta indicado para la claudicación intermitente, se ha visto que esta patología se beneficia más del tratamiento clínico y un correcto control de los factores de riesgo (10). 211 C a p í t u l o 1 0 CASO DE OBSTRUCCIÓN FEMORO POPLÍTEA REVASCULARIZADO CON INJERTO DE VENA SAFENA Obstrucción arteria femoral superficial Injerto fémoro poplíteo con safena 212 Repermeabilización de A. Poplítea alta Arteriografía trasoperatoria fémoro poplítea P i e D i a b é t i c o CASO DE OBSTRUCCIÓN FÉMORO POPLÍTEA, RESUELTO CON INJERTO DE PTFE FEMORO POPLÍTEO Úlcera isquémica en tobillo PTFE: Anastomosis Femoropoplítea CASO DE ARTEROESCLEROSIS POPLITEO-DISTAL RESUELTO CON BYPASS FEMORO DISTAL Obstrucción de la A. poplítea Ausencia de A. poplítea, revascularización de A. tibial anterior y troco tibio-peróneo 213 C a p í t u l o 1 0 Puente Safeno: Fémoro-tibial posterior Anastomosis Safeno tibial posterior Angiografía post operatoria CASO DE PIE DIABÉTICO GRADO III Necrosis del dorso de pie, exposición de tendones y amputación del 5° dedo 214 Obstrucciones multisegmentarias de la la A. Femoral superficial P i e Estenosis de más del 90% de la Arteria poplítea Bypass con safena in situ Fémoro tibial posterior Anastomosis de Safena con Tibial posterior D i a b é t i c o Estenosis del Tronco Tibio peróneo Anastomosis de Safena con la Arteria femoral Úlcera en fase de granulación 215 C a p í t u l o 1 0 Estado de granulación apta para recibir Resultado final, salvataje del miembro injerto de piel Amputación de 4° y 5° dedos Las gangrenas extensas del pie y en especial las del talón están consideradas como una contraindicación para la realización de los puentes venosos dístales, en éstos casos una amputación por debajo de la rodilla, desarticulación de la misma o a nivel del muslo, le permitirán al paciente reiniciar una rehabilitación adecuada y movilización precoz con prótesis. Los abordajes a las arterias de los miembros inferiores están regladas desde hace muchos años y no han habido variantes significativas, las arterias femorales y poplíteas son las mas utilizadas como origen para los puentes venosos, las arterias receptoras son el tronco tibio peróneo y los segmentos proximales de la tibial posterior y perónea, son abordadas a través de una incisión medial por debajo de la rodilla, cuando se encuentra la arteria puede ser necesaria la ligadura de ramos venosos para una buena exposición, ningún ramo arterial por pequeño que sea debe ser ligado o lesionado (6-8). Si el tronco tibio peróneo esta obstruido y la arteriografía nos demuestra que está permeable la tibial anterior, se puede planificar un injerto “EXTRA ANATÓMICO” con safena no invertida, devalvulada, el mismo que va desde la arteria femoral, pasando por el plano subcutáneo de la cara anterior del muslo, hacia la cara antero externa de la pierna, donde se aborda la arteria tibial anterior y se realiza la anastomosis distal (17). 216 P i e D i a b é t i c o CASO TRATADO CON PROCEDIMIENTOS COMBINADOS, ANGIOPLASTIA DE LA ILÍACA E INJERTO EXTRA ANATÓMICO FÉMORO-TIBIAL ANTERIOR Ausencia de Tibial posterior y Perónea, Tibial anterior como arteria única de la pierna, con estenosis en su inicio. 217 C a p í t u l o 218 1 0 P i e D i a b é t i c o OTROS CASOS DE INJERTO EXTRA ANATOMICOS FEMORO TIBIAL ANTERIOR 219 C a p í t u l o 1 0 CASO DE ÚLCERA ISQUEMICA EN BORDE EXTERNO DE PIE IZQUIERDO 220 P i e D i a b é t i c o Varios factores han contribuido para que cada vez se realicen con más frecuencia injertos venosos dístales hacia las arterias de la pierna y pie, algunos de éstos ya conocidos para tener éxito en la revascularizaciones tradicionales son los siguientes: • Arteriografías que nos permiten visualizar las porciones más dístales, lo que permite planificar correctamente el injerto que necesita el paciente. • Instrumentos, lupas e hilos monofilamentos montados en pequeñas agujas atraumáticas. • Mejor reconocimiento por los Cirujanos lo que hace más factible realizar con éxito éste tipo de cirugías y brinda evidencia de un alto porcentaje de salvataje de los miembros. • Utilización de la safena in situ, popularizado y difundió Leather y colaboradores, quienes introdujeron un mejor instrumental para la devalvulación de la safena, lo que permite realiza injerto desde la femoral a cualquier nivel del miembro, llegando inclusive al tobillo o píe. • El concepto de bypass venoso corto, en la práctica tradicional se consideraba como única arteria donadora la femoral común, desde hace algunos años existen trabajos que demuestra que si se encuentran en condiciones la arteria femoral superficial por encima del anillo de Hunter, la Poplítea o el Tronco tibio peróneo pueden servir como arterias donadoras para realizar injertos cortos, lo que aumenta la disponibilidad de una vena autóloga de buena calidad, simplifica la cirugía, evita la región inguinal en paciente obesos y zonas con infección o fibrosis (21). Para tener éxito en una cirugía de revascularización, es necesario que la arteria donadora sea permeable con un buen flujo de salida, si existe una lesión significativa en las Arterias ilíacas o femorales es mandatorio mejorar estas arterias, con tratamiento endovascular sea dilatación simple o con colocación de stents o dependiendo del caso y la lesión realizar injertos secuenciales aorto femorales, fémoro poplíteos y poplíteo dístales para asegurar una buena llegada de flujo hacia el sito del problema, esto es el píe isquémico. Considerando que los injertos venosos hacia las arterias tibiales y perónea, son cirugías complejas con cierto grado de morbi – mortalidad, no deben ser realizadas como tratamiento de la claudicación intermitente, esta cirugía está indicada para preservar un miembro isquémico, en pacientes que presentan dolor intenso de reposo que interfiere en su vida cotidiana o durante el sueño, presencia de ulceraciones o gangrena que continúa en aumento pese al tratamiento clínico. Si no se realiza una reconstrucción arterial apropiada que restablezca un flujo arterial pulsátil directo hacia la zona isquémica el miembro afectado terminará en amputación (13). 221 C a p í t u l o 1 0 La realización de un injerto venoso con éxito, no impide la progresión continua del proceso patológico aterosclerótico, en algunos pacientes la cirugía da inicio a la evolución de hiperplasia neointimal, esta lesión puede presentarse en los vasos que generan el flujo de salida o entrada, también a nivel del implante venoso pueden desarrollarse lesiones hiperplásicas que aceleran la reducción del diámetro de la luz, proceso que puede ser localizado o difuso, sumado a estos defectos de técnica quirúrgica, que reduce el flujo, disminuyendo la eficacia hemodinámica y por último llegando a la obstrucción del injerto. El consenso inter sociedades para el manejo arterial periférica (TASC II) brinda las siguientes recomendaciones (14-23-24): • Recomendación 24: el tratamiento óptimo para un paciente con isquemia crítica de los miembros es la revascularización. • Recomendación 26: el cuidado de un paciente con isquemia crítica de los miembros que ha desarrollado una úlcera a nivel del pie requiere un cuidado multidisciplinario para evitar la pérdida del miembro. CLASIFICACIÓN Y TRATAMIENTOS DE LAS LESIONES SEGÚN EL TASC II LESIONES EN EL SEGMENTO AORTO ILÍACO Lesiones tipo A: • Estenosis uní o bilateral de la arteria ilíaca común • Una estenosis corta de menos de 3 centímetros de la arteria ilíaca externa Lesiones tipo B: • Estenosis de menos de 3 centímetros de la aorta infrarenal • Oclusión unilateral de la arteria ilíaca común • Una o múltiples estenosis totalizando entre 3 a 10 centímetros que afectan a la arteria ilíaca externa sin llegar a la arteria femoral común • La oclusión unilateral de la arteria ilíaca externa sin interesar los orígenes de la ilíaca interna o de la arteria femoral común Lesiones tipo C: • Oclusión bilateral de la arteria ilíaca común • Estenosis entre 3 a 10 centímetros de largo que interesa la arteria ilíaca externa sin llegar a la arteria femoral común • Estenosis unilateral de la arteria ilíaca externa que se extiende hasta la arteria femoral común • Oclusión unilateral de la arteria ilíaca externa que interesa los orígenes de la arteria ilíaca interna y/o arteria femoral común 222 P i e D i a b é t i c o • Oclusión con calcificación de la arteria ilíaca externa con o sin interesar los orígenes de la arteria ilíaca interna y/o arteria femoral común Lesiones tipo D: • Oclusión infrarenal del segmento aorto ilíaco • Enfermedad arteroesclerótica que envuelve la aorta y las dos arterias ilíacas • Múltiples estenosis difusas que envuelven unilateralmente las arterias ilíaca común, ilíaca externa y femoral común • Oclusión unilateral de las arterias ilíaca común e ilíaca externa • Oclusión bilateral de la arteria ilíaca externa • Estenosis ilíaca en pacientes de aneurisma de aorto abdominal que requieren de tratamiento quirúrgico abierto y no es factible una endoprótesis TASC CLASIFICACION DE LESIONES AORTO – ILIACAS 223 C a p í t u l o 1 0 LESIONES EN EL SEGMENTO FEMORO-POPLITEO Lesiones tipo A: • Estenosis simple de menos de 10 centímetros de longitud • Oclusión pequeña de menos de 5 centímetros de longitud Lesiones tipo B: • Múltiples lesiones oclusivas o estenóticas cada una de menos de 5 centímetros • Oclusión o estenosis de menos de 15 centímetros que no interese la arteria poplítea infragenicular • Oclusión por placa calcificada de menos de 5 centímetros de longitud • Estenosis única de la poplítea Lesiones tipo C: • Múltiples oclusiones o estenosis que totalizan menos de 15 centímetros con o sin placas calcificadas • Recurrentes oclusiones o estenosis que necesitan tratamiento quirúrgico luego de 2 intervenciones endovasculares Lesiones tipo D: • Oclusiones totales crónicas de las arterias femoral común y superficial • Oclusión crónica de la arteria poplítea y proximal de los vasos tibiales TRATAMIENTO EN EL SEGMENTO AORTO ILIACO: TASC Lesiones A y D: Terapia endovascular es el tratamiento de elección para el tipo A. Cirugía para el tipo D. TASC Lesiones B y C: Tratamiento endovascular para el tipo B y la cirugía está indicada para pacientes de riesgo moderado para el tipo C. TRATAMIENTO EN LESIONES DEL SEGMENTO FEMOROPOPLITEO: TASC Lesiones A y D: Endovascular para las lesiones tipo A y cirugía para tratamiento en tipo D. TASC Lesiones B y C: Endovascular para el tipo B y cirugía para el tipo C. 224 P i e D i a b é t i c o TASC LESIONES DEL SEGMENTO FEMORO POPLITEO 225 C a p í t u l o 1 0 BIBLIOGRAFÍA: 1. Canadian Diabetes Association. Prevalence of diabetes. Feb., 1996. 2. Murray, K.K: Hawkins, I.F.: Angiografía de las extremidades inferiores en la vasculopatía aterosclerótica. En Clinicas Quirúrgicas de Norteamérica, 1992. Vol. 4:731 -54. 3. Wagner, F. W.: The dysvascular foot: a system for diagnosis and treatment. Foot ankle. 1991; 2:64-7. 4. Harrelson, J. M.: Management of diabetic foot. Orthop. Clin. Of North Am., 1989; 20:605-19. 5. Crawford. E. 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Andrew J.M Boulton et al 2006. 461-467. 227 C a p í t u l o NOTAS 228 1 0 P i e D i a b é t i c o CIRUGIA ENDOVASCULAR PARA EL TRATAMIENTO DEL PIE DIABETICO Dr. Victor Hugo Jaramillo Vergara El conocimiento básico para decidir realizar cualquier tratamiento de revascularización en el paciente diabético está en comprender­­la fisiopatología de la diabetes, la causa de los síntomas isquémicos en las extremidades inferiores y el por qué de la oclusión de los vasos arteriales de las piernas y particularmente de la oclusión y estenosis macrovascular, sobre todo en las arterias femoral y poplítea, extendida a los vasos distales (1), tema ya demostrado en la actualidad y que aclara el por qué de las complicaciones de la isquemia y gangrena de los pies del diabético y la dificultad en la cicatrización de las heridas y de las complicaciones infecciosas de los mismos. Este conocimiento es el puntal para poder evaluar mejor y proceder a un tratamiento de revascularización abierto o endovascular para salvar las extremidades y no tener tanta amputación innecesaria en el diabético que lo lleva a complicaciones para toda su vida (38). Los injertos venosos continúan siendo los más seguros para la revascularización de los miembros inferiores, en los diabéticos tienen más éxito, sobre todo, en las revascularizaciones infrainguinales por lo que en la actualidad la indicación de cirugía abierta continúa. Cuando se presenta la isquemia acompañada de lesiones ulcerativas en los pies y más aún si están infectadas, la cicatrización es tormentosa, difícil y muy larga; acompañada de complicaciones sistémicas que pueden ser graves e inclusive mortales (2). En la revascularización del diabético se pueden presentar una serie de complicaciones sistémicas,y otras vasculares que conllevan a la realización de varios procedimientos quirúrgicos adicionales para lograr la cicatrización y el salvamento de la extremidad (38). Actualmente y a pesar de todos los adelantos técnicos en lo que a endoprótesis se refiere, la vena safena mayor continua siendo el patrón de oro para la revascularización en el diabético, otras alternativas son la vena safena menor y venas de los brazos. Indicación nivel 1 A (37). 229 C a p í t u l o 1 1 En caso de que el paciente no tenga venas para su revascularización, como sucede frecuentemente, la única alternativa de la que podemos disponer son los injertos protésicos, los mismos que al ser utilizados pueden traer consigo complicaciones hemodinámicas, trombogénicas e infecciosas muy frecuentemente. Los pacientes jóvenes diabéticos, desarrollan complicaciones estenóticas y oclusivas rápidamente debido a que la diabetes está acompañada de una ateroesclerosis muy severa y prematura por lo que el paciente joven va a necesitar de una cirugía de revascularización muy pronto y si ésta se realiza puede desarrollar complicaciones transoperatorias y postoperatorias con mayor frecuencia , comparándolo con el paciente mayor no diabético, sobre todo en lo referente a la permeabilidad del injerto, frecuentemente el éxito técnico es bueno pero el injerto se ocluirá más pronto. Las indicaciones quirúrgicas en los pacientes diabéticos se ven restringidas ante la presencia de lesiones gangrenosas que acarrean con frecuencia la infección de las heridas y la contaminación de los injertos, y de forma preponderante cuando éstos son protésicos. Es importante saber que al momento actual el tratamiento quirúrgico es una buena opción, pero no la mejor ni la primera (38). Los procedimientos endovasculares tienen su indicación y son una alternativa actual para los pacientes con lesiones gangrenosas, infecciones y que tienen contraindicación para la cirugía abierta o para la anestesia ya que las infecciones son menos frecuentes y no existe el riesgo de la anestesia general. La elección del paciente para estos procedimientos endovasculares es importante, son mejores los resultados en vasos largos con lesiones proximales, que en vasos distales. Actualmente existen múltiples opciones de tratamiento endovascular, aunque no todos probados ya que la tecnología avanza tan rápido que no se pueden realizar todavía estudios grandes sobre cada una de las técnicas disponibles (2). Los pacientes diabéticos tienen lesiones de las arterias iliacas, femorales y poplíteas, de tipo simétrico, y requieren de amputaciones mayores en 10 veces más frecuentemente que los no diabéticos (31). Los estudios de imagen han avanzado muchísimo en los últimos años, los métodos no invasivos tienen mucha utilidad para la evaluación de la arteriopatía 230 P i e D i a b é t i c o periférica, sin embargo la angiografía convencional continúa siendo el examen más importante para la valoración de la arteriopatía y más aun en la expectativa de la realización de un procedimiento endovascular. En la actualidad los procedimientos endovasculares han mejorado muchísimo con la aparición de balones más efectivos, liberadores de fármacos, endoprótesis más sofisticadas, stents de tipo autoexpandible, liberadores de fármacos y biodegradables. Las endoprótesis son más finas, de manejo fácil, de mejores materiales y con la incorporación de anticoagulantes y de antibióticos; la indicación del uso de estos materiales es mayor, y se pueden alcanzar los vasos distales del pie, superando enormemente a la antigua indicación de únicamente tratar a los vasos iliacos. La contextura y flexibilidad de las actuales guías, endoprótesis y stents nos permiten acceder a todos los vasos en las extremidades inferiores teniendo gran cuidado en la indicación para el uso de los mismos. El tratamiento endovascular abarca desde la angioplastia con balón, la aterectomía con catéter, la angioplastia con frío, con laser hasta la colocación de endoprótesis a todo nivel. ANGIOPLASTIA PERCUTANEA La angioplastia transluminal percutánea (ATP) es la técnica básica para el tratamiento endovascular, es la más sencilla pero a partir de ella se pueden realizar las técnicas más complejas. Introductor. Son catéteres que poseen una válvula que impide el reflujo de la sangre y tienen conectores laterales para la administración de de drogas y lavado del dispositivo,son de varias longitudes y diámetros, sirven para la introducción de las guias y de los catéteres. Guias. Es una cuerda con un centro metálico generalmente de acero inoxidable o de nitinol muy flexible, recubierta de PTFE, teflón o 231 C a p í t u l o 1 1 polímeros hidrófilos ,estos materiales en contacto con la sangre se desplazan con mucha facilidad , generalmente tienen una punta flexible que se acomoda a la forma y luz de los vasos. Las hay de varias longitudes y diámetros. La ATP consiste en la cateterización del vaso a tratar con una guía que servirá para la introducción en dicho vaso del catéter de angioplastia o balón, el mismo que al ser inflado a varias atmosferas de presión va a romper la placa ateromatosa que se encuentra en su interior, causando fisuras de la misma e impactarla en la pared de la arteria, este tratamiento endovascular está indicado en las lesiones estenóticas de corta longitud, su indicación más importante es la de tratar la isquemia crítica y sobre todo en el paciente con gangrena. Pero mientras más distal es el vaso el riesgo de complicaciones es mayor al igual que el de pérdida de la extremidad La lesión de la arteria con 1 a 3 estenosis, y de menos de 3 cm es la más favorable para la ATP, es mejor en las estenosis que en las oclusiones y más aún si las estenosis son concéntricas (Transatlantic Intersociety Consensus) (3), en las iliacas la permeabilidad es de un 60 % y en vasos , distales puede llegar al 40% a los 12 meses (4). Los grado lll y IV de Fontaine se asocian a un resultado más desfavorable (13-14). La insuficiencia renal crónica, muy frecuente en el diabético empeora los resultados, ya que este tipo de patología se acompaña de calcificación de los vasos (15). En la arteria femoral superficial (AFS) debido a sus características anatómicas y hemodinámicas, ya que es un vaso largo y de alta resistencia distal, y en el que las oclusiones predominan sobre las estenosis, se han efectuado la mayor cantidad de procedimientos endovasculares (2). Balón de Angioplastia Es difícil concluir que la ATP es la mejor terapéutica endovascular debido a la gran diversidad y tipos de estudios, ya que en éstos tiene mucho que ver el tipo de paciente elegido, la lesión y las manifestaciones clínicas (9). 232 P i e D i a b é t i c o Angioplastia transluminal percutánea con balón cortante. En la práctica consiste en la angioplastia con balón pero la particularidad de estos catéteres , es que poseen hojas cortantes en sus extremos las mismas que realizaran un corte a lo largo de la placa con o que la dividen en varias secciones las mismas que al ser comprimidas con el balón dejan dilatar más fácilmente la arteria y con menor presión, si bien aún no se realiza con gran frecuencia este tratamiento, pero el hecho de cortar la placa lo hace más efectivo que la simple ATP (5). En lesiones infrainguinales con un seguimiento de 3 a 12 meses , la permeabilidad del vaso ha sido de un 88% y el salvamento de la extremidad de un 89% (6-7). Balones impregnados de farmacos Se utilizan para la ATP con la particularidad de que los medicamentos que tiene impregnado el balón, pasan a la pared arterial, estos pueden ser, anticoagulantes, antibióticos u otros destinados a disminuir la proliferación neointimal, la trombosis y las infecciones (8). 233 C a p í t u l o 1 1 Angioplastia subintimal Esta técnica ASI consiste en la disección del vaso abriendo una luz de entrada y otra de salida para formar un canal falso en la arteria impactando con el balón de angioplastia la intima hacia la media del vaso , dejando cerrada la luz verdadera, pero con flujo arterial por la nueva vía (9-10). Se prefiere realizarla en vasos largos y en las ilíacas. El éxito técnico es de un 80% pero la permebilidad a los 12 meses llega entre el 30 % y 60% (11-12). STENS EL stent es una malla metálica, son fabricados en acero, de una aleación de níquel y titanio, de otras aleaciones y de substancias absorbibles, son de forma 234 P i e D i a b é t i c o tubular flexible con presiones en sus paredes determinadas por la clase del material ,el mismo que le da una memoria expandible, estas mallas proporcionan un soporte de presión con fuerza radial hacia la pared vascular para mantenerla abierta (16). Actualmente se disponen stents de estos diferentes materiales, pero además son liberadores de fármacos, impregnados de antibióticos y de anticoagulantes. Los stents de nitinol, han superado a los de acero inoxidable sobre todo en que; son mejor tolerados en la pared arterial, tienen una mejor flexibilidad y menor trombogenisidad. Se colocan en el vaso con la misma técnica de la ATP, pero luego de la dilatación con el balón se introduce y despliega la prótesis, para así mantener abierta la luz del vaso. 235 C a p í t u l o 1 1 COLOCACION DEL STENT Stents autoexpandibles Los stents autoexpandibles poseen memoria para expandirse o abrirse y así mantener su forma y la presión radial al ser desplegados, por eso se los usa sobre todo en sitios de flexión, como ocurre en la zona poplítea y distal .Superan a los de acero, y a los expandibles con balón ya que se adaptan a los zonas tortuosas y de flexión en sitios en los que los otros se pueden colapsar o fracturar . La rotura o fractura de estas endoprótesis sobre todo en los sitios de flexión pueden provocar la lesión y ruptura de la pared arterial (17-18). 236 P i e D i a b é t i c o Stents liberadores de farmacos Se disponen además de stents liberadores de fármacos, están impregnados de antibióticos, de heparina y de substancias químicas destinadas a disminuir la proliferación neointimal, y la trombosis del stent, y se ha visto que pueden ser superiores a los simples, dada su capacidad antitrombogénica, y resistencia al crecimiento de la neoíntima (24). En los stents impregnados de fármacos, tenemos a los que llevan substancias radioactivas las que también van a inhibir la proliferación de la neoíntima y evitar la reestenosis, este tipo de terapia se encuentra aún en fase de investigación, sobre todo debido a los riesgos que implica el tratamiento con radiación . Y aunsi tiene no se conoce si tiene o no ventaja sobre simple stent. 237 C a p í t u l o 1 1 ENDOPROTESIS. Este tipo de aparato está compuesto por la malla de un stent y recubierto por una fina capa de tejido que puede ser de PTFE o de dacrón diseñados sobre todo para el tratamiento de la enfermedad arterial aneurismática, y en el caso de la enfermedad estenosante producen una inhibición y limitación en la penetración y proliferación celular en la pared de la endoprótesis, siendo mejores en el tratamiento de lesiones más extensas. También son utilizados cuando los stents simples han fallado, se han fracturado o lesionado la pared del vaso (1-33). 238 P i e D i a b é t i c o ANGIOPLASTIA PERCUTANEA CON LASER Técnica ya descrita hace varias décadas, pero que se dejo su uso ya que que no se disponía de los actuales laser y de los balones de angioplastia. (19-20). Esta técnica consiste en la descrita angioplastia con balón ,previa la introducción de una guía laser al sitio donde se desea realizar la angioplastia para la vaporización de la placa por un fenómeno fotoquímico, y realizar la dilatación con más facilidad y menos atmosferas de presión, es útil cuando no se puede pasar la guía debido a una oclusión total del vaso, y a que la luz laser puede recanalizar la arteria y lograr el paso de la guía y del balón, esta técnica tiene complicaciones como son la ruptura y la perforación del vaso (21-22). Los resultados inmediatos son similares a los de ATP ANGIOPLASTIA CON LASER 239 C a p í t u l o 1 1 ANGIOPLASTIA FEMORAL RECANALIZADA CON LASER CRIOANGIOPLASTIA Esta técnica se basa en el uso del frío para realizar la angioplastia. Mediante la combinación de la angioplastia y el enfriamiento rápido, la terapia del frío reduce el traumatismo en la pared arterial, utiliza una fuente de oxido nitroso para enfriar, produce una deshidratación y rehidratación celular rápida, que se cree produce una apoptosis (muerte de las células del musculo liso y reducir su población), disminuyendo la hiperplasia neointimal y la reestenosis del vaso (23). Se requiere de un balón reservorio de oxido nitroso suministrado por una bomba. Balón de crioplastia 240 P i e D i a b é t i c o RESUMEN En la mayoría de pacientes con enfermedad femoropoplitea su evolución suele ser benigna, con el tratamiento clínico, el control de los factores de riesgo y el ejercicio ya que asi, se logra mantener una calidad de vida aceptable y con mejoría de la claudicación, es por eso que el tratamiento quirúrgico y o endovascular está indicado en los casos de isquemia crítica o lesiones distales (26). Las lesiones más distales del sector poplíteo tibial son más difusas y por lo tanto más difíciles de tratar, generalmente están asociadas a enfermedad femoral, por lo que es necesario plantearse la pregunta de si se debe realizar un procedimiento quirúrgico o endovascular más distal aún en ausencia de vena para un puente. Ya que mejorando la entrada proximal y dando flujo pulsatil, se ha visto, que la colateralidad aumenta y se puede abrir flujo distal y lograr el salvamento de la extremidad. La ATP infrapoplitea se indica en estadios clínicos lll y lV de Fontaine, los éxitos técnicos dependen de la extensión de las lesiones y el tipo de ellas, actualmente se sabe que la colateralización al sector trófico mejora y es suficiente para cambiar el estadio clínico (27). La indicación para la colocación de un stent en el diabético es cuando la angioplastia con balón no sea suficiente, se presente una reestenosis en el sitio tratado o en caso de disección de la arteria luego de un procedimiento intravascular (28-29). Se evita colocar los stents muy distalmente en región infrapoplitea debido a que se trombosan y fracturan con facilidad por las presiones y flexiones a que son sometidos (26). Los resultados que se obtienen en los pacientes diabéticos tratados con procedimientos endovasculares son peores frente a los obtenidos en los no diabéticos, debido a que los diabéticos tienen lesiones más severas y difusas y generalmente estos pacientes tiene otras enfermedades asociadas (31). Todos los pacientes deben recibir tratamiento antiagregante plaquetario para reducir el riesgo de IAM y el ACV. La dosis de la aspirina es de 100 a 325 mg. en combinación con el clopidogrel que se debe administrar 75mg al día­: siempre es recomendable la combinación de los dos fármacos después del tratamiento endovascular por lo menos por un año (32). Las ventajas del procedimiento endovascular sobre la cirugía abierta son ­­: anestesia local con o sin sedación, el riesgo anestésico y quirúrgico y el tiempo de hospitalización son menores, los procedimientos pueden ser repetidos sin mayor complicación para el paciente y hay bajo riesgo de infección. 241 C a p í t u l o 1 1 FEMORAL ESTENOTICA FEMORAL POST ANGIOPLASTIA ANGIOPLASTIA DE LA ARTERIA FEMORAL COMPLICACIONES DE LOS PROCEDIMIENTOS ENDOVASCULARES Las complicaciones asociadas al procedimiento mismo, como son la imposibilidad de la canalización arterial, la hemorragia, la trombosis el desgarro y la disección arterial, perforación del vaso luego de la colocación del stent o de la angioplastia, siendo necesario la intervención quirúrgica abierta. 242 P i e D i a b é t i c o Las complicaciones más temidas y graves en estos procedimientos son las infecciones, que a pesar del perfeccionamiento de las técnicas endovasculares, la calidad de las endoprótesis la infección puede llevar a lo menos grave que es la pérdida de la extremidad y aún la muerte (33-34). En estos procedimientos se produce una bacteriemia transitoria con bacterias procedentes del sitio de abordaje como el S. epidermidis, Streptococo por lo que siempre es necesario realizar la profilaxis antibiótica respectiva (35-36). La infección puede ser primaria proveniente de las mismas paredes arteriales, de los aneurismas, de los trombos, y del stent o de la endoprótesis. Pueden producirse infecciones luego de una simple angioplastia, o peor aun luego de la colocación de una endoprótesis. Los riesgos de infección, como en todo procedimiento invasivo están en relación al estado nutricional del paciente, a la presencia de enfermedad subyacente, la diabetes, la edad, la insuficiencia renal, la duración del procedimiento endovascular y la presencia de bacterias en los sitios de acceso sobre todo en la ingle o distales a estos. Cuando el procedimiento endovascular requiere de una arteriotomía , es imprescindible realizarlo en sala de operaciones: en la actualidad en muchos países, la sala de operaciones ya cuenta con el equipo de imagen necesario. Siempre se debe realizar la asepsia y antisepsia quirúrgica. Es recomendable realizar siempre la profilaxis antibiótica, y en presencia de lesiones distales, o gangrena isquémica el tratamiento debe continuarse. La infección de las endoprótesis es menor que en el caso de cirugía abierta ya que las vías de acceso son pequeñas, la duración del procedimiento es menor, al igual que el tiempo de hospitalización. La infección a las endoprótesis se propaga por vía endoluminal, se manifiesta con fiebre, dolor en el vaso tratado, pueden presentarse seudoaneurismas , hay empastamiento con celulitis en el sitio de acceso, petequias en todo el cuerpo, posteriormente distres respiratorio y sépsis. Los métodos utilizados para el diagnóstico de las infecciones son la tomografía, la RMN y las técnicas con radioisótopos. 243 C a p í t u l o 1 1 En resumen las infecciones se deben a causas focales, provenientes del sitio de punción o acceso, cirugía y o arteriografía previa, zonas fibrosas. Factores sistémicos debido a la misma diabetes, insuficiencia renal, desnutrición y el estado general. Factores exógenos, defectos en la asepsia y antisepsia, procedimiento de emergencia y hospitalización prolongada. En caso de infección protésica, el único tratamiento es el retiro de la misma, con todos los riesgos y complicaciones que esto implica, aún con riesgo de muerte y pérdida de la extremidad. Bibliografia: 1.- Bakal CW,CynamonJ,SprayregenS.Infrapopliteal percutaneous transluminal angioplasty;What we know.Radiology 200;36_43. 2.- Vogt FmAjajW HunotP et al;venous compression at high spatial resolucion three dimensional MR angiography of peripheral arteries. 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En los primeros temas se analizara principios básicos sobre la biomecánica y fisiología aplicada del pie, los cuales nos permitirán entender de mejor manera los protocolos de tratamiento. PRINCIPIOS BÁSICOS DE ORTOPEDIA DEL PIE Mecánica del pie Pare entender la mecánica del pie, debemos tomar en cuenta su rol en el ciclo de la marcha. Las relaciones mecánicas de los componentes óseos y partes blandas se entrelazan para formar un complejo funcional perfecto. La alteración de cualquiera de sus componentes rompe un delicado equilibrio mecánico. De la restitución de éste equilibrio depende el éxito o fracaso del tratamiento. Actitudes del pie en relación al ciclo de marcha Se conoce como ciclo de marcha al periodo completo durante el cual el miembro del sujeto pasa del contacto inicial del talón al contacto final del mismo talón. A esto se le denomina también “avance” y consta de 2 pasos, 1 por cada pie (1). Cada ciclo se divide en: • Periodo estático, 60% del ciclo, este es el periodo de contacto del pie con el piso, el 25% de este, el apoyo esta en las 2 extremidades con los 2 pies tocando el piso. • Periodo oscilatorio: 40% del ciclo de marcha, periodo durante el cual el pie se mueve hacia delante sin contacto con el piso. Cada uno de estos periodos puede dividirse en fases. Cada autor tiene su denominación a estas fases, si usamos la nomenclatura descriptiva propuesta por Perry, identificaremos ocho patrones funcionales. 249 C a p í t u l o 1 2 En lo expresado anteriormente, debemos tomar en cuenta las áreas criticas a considerar en el pie, como podemos ver, es en el talón, y la base de los dedos 1,2 y 5 en donde se realiza la mayor descarga de energía al caminar (ver gráfico). Sin embargo es necesario realizar un análisis diagnóstico de cada caso para determinar las variantes anatómicas de cada pie y tener en cuenta las áreas de híper presión que nos podrían generar problemas en el transcurso de la enfermedad diabética.2 250 P i e D i a b é t i c o Deformidades intrínsecas del pie en el pie diabético Como alteración inicial de interés podemos decir que debido a la degeneración vasculo-nerviosa, altera la propiocepción del pie, generando tensión y retracción a nivel del tendón de Aquiles, dando como resultado el equino del pie, generando así híper presión a nivel de todo el arco anterior del pie. Es allí en donde se iniciara la búsqueda de áreas de híper presión (3). Según los estudios de Tiberio en 1988, las deformidades subtalares generan una serie de adaptaciones que se expresan como alteraciones en las áreas de descarga del pie, las cuales deben ser determinadas en el examen clínico del pie. En las siguientes imágenes damos una idea de la alteración mecánica de fondo así como el grafico del área de interés en la génesis del problema (4). Estas son: 1.- En reposo, pie varo con calcáneo invertido y articulación subtalar normal. Esta deformidad al momento de la descarga de peso, compensa con la pronación de la articulación sub astragalina generando una híper presión de la región medial a nivel óseo. Es importante mencionar que el retorno de la neutralidad en la articulación subtalar, en la fase media de la marcha, a la neutralidad es retardada. El objetivo inicial del tratamiento al detectar esta alteración es dar un soporte medial mediante una plantilla y realizar una mejor distribución de cargas. 2.- Varo del antepie. En reposo, la articulación subtalar es neutra, y existe una inversión del plano de las cabezas de los metatarsianos en relación al plano del retropie. 251 C a p í t u l o 1 2 Al momento de la descarga de peso se trata de compensar esta alteración mediante la pronación de la subastragalina en base al eje de contacto del primer metatarsiano generando una importante carga en el mismo. (B. Esto genera una excesiva pronación en la fase media de la marcha, en donde el pie necesita mayor contacto con el piso. El objetivo del tratamiento inicial es el de evitar la pronación de la articulación subastragalina mediante una plantilla de soporte medial y posterior. 3.- Valgo del antepie. Se produce cuando la articulación subtalar esta en punto neutro, el plano de las cabezas de los metatarsianos están evertidas en relación al plano del retropie (fig. A) Al deambular en el periodo medio, la persona compensa con supinación del la articulación subtalar, la pronación de la misma en la fase terminal del ciclo de carga. (Fig B) Esta deformidad lleva a la inestabilidad dolorosa del pie en la fase de carga y despegue, por lo que se requiere una ortesis de cuña lateral delantera para estabilizarlo. De igual importancia se debe considerar las posibles alteraciones de la longitud de los metatarsianos, basados en la llamada formula metatarsiana, la cual es: 2>1>3>4>5 o su variante 2>1=3>4>5. Esta relación considera una descarga adecuada del peso en el arco anterior y por ende en la cabeza del primero y quinto metatarsianos. Existen alteraciones definidas de estas relaciones óseas como pasamos a describir. 252 P i e D i a b é t i c o Segundo metatarsiano largo. Esta es la variación mas frecuente, genera una híper presión a nivel de la cabeza del segundo metatarsiano, inicialmente con una callosidad a este nivel muy bien identificable, que posteriormente se acompaña de diferentes grados de deformidad del dedo y áreas de híper presión. Primer metatarsiano corto. Patología descrita por primera vez por Morton en 1935, el primer metatarsiano es insuficiente para realizar el despegue adecuado del pie, transfiriendo la carga hacia el segundo, generando así una importante área de híper presión en la cabeza del mismo. Esta patología la podemos explicar en el modelo dinámico llamado “palitos de helado”. En donde normalmente al despegar la carga se transfiere de manera uniforme del primero al segundo MTT, a comparación del modelo B en donde debido a la discrepancia de longitud la carga se concentra en la cabeza del segundo MTT. 253 C a p í t u l o 1 2 Esta alteración se acompaña con la deformidad progresiva de las articulaciones interfalangicas y la inestabilidad del segundo radio con pronación del la articulación sub talar. Primer metatarsiano largo. Esta patología se caracteriza por el incremento de la presión a nivel de la cabeza del primer MTT, con limitación a la movilidad, denominándose Hallux rigidus o limitus. El tratamiento de ésta es quirúrgico, realizándose un acortamiento del mismo para la restitución de la longitud normal. Pie de Morton. Esta alteración consiste en el acortamiento del primer metatarsiano, adelgazamiento del segundo metatarsiano, hipermovilidad del 1er radio y desplazamiento posterior de los sesamoideos. Esta alteración se puede compensar con la llamada plantilla de extensión de Morton, la cual tiene la función de mantener la propulsión del 1er metatarsiano, disminuir la presión del segundo y en conjunto disminuir la pronación de la articulación subtalar (7). 254 P i e D i a b é t i c o Deformidades angulares de importancia. Hallux valgus-hallux abducto valgus. Este proceso patológico, que afecta al primer radio, caracterizado por la desviación lateral del primer dedo (hallux), y una desviación medial del primer metatarsiano (metatarsus Primus varus), generando así no solo una alteración esférica sino como lo llama Viladot “el síndrome de la insuficiencia del primer radio”, refiriéndose a la alteración mecánica y dinámica del pie. Descrito inicialmente por Laforest, cirujano del rey Luis XVI en 1782, recibe el nombre de Hallux valgus por parte de Hueter en 1871. Su incidencia es alta entre los 40 y 60 años en pacientes femeninos, debido al calzado, sin embargo se ha determinado una predisposición genética a desarrollar dicha enfermedad y el calzado sería un factor desencadenante para la expresión de una susceptibilidad. En base a esto podemos decir que el Hallux Valgus es el resultado de una serie de factores que al actuar sobre el pie llegan a generar la deformidad. 255 C a p í t u l o 1 2 Causas intrínsecas para génesis del Hallux. 1.- Antepie adducto 2.- Alteración de la fórmula metatarsiana (el llamado pie Egipcio en donde el 1er. metatarsiano es más grande que los demás o en su defecto alteraciones en las falanges que generan un pie de estas características) Causas relacionadas con la Morfología y entorno articular 1.- Se identifican 3 formas principales de la cuneo-metatarsiana: la redondeada, oblicua medialmente y la cuadrada, siendo las 2 primeras las causas más relacionadas a la génesis de la lesión. 2.- Alteración de la cabeza del metatarsiano con una forma redondeada, aplanada y con una cresta central, lo que generaría una predisposición a la inestabilidad. 3.- laxitud ligamentosa. 4.- Morfotipo del miembro inferior. 5.- Procesos inflamatorios articulares crónicos. 6.- Procesos neurológicos. Causas Extrínsecas. 1.- Calzado (punta estrecha y angulación del pie) 2.- Posturas laborales. 3.- Lesiones traumáticas. El manejo de esta lesión se basa en los grados de deformidad y la presencia del llamado “bunion” que es la prominencia osea medial de la cabeza del primer metatarsiano. En los primeros grados se maneja de forma ortopédica mediante plantillas y espaciadores de dedos, coadyuvando a la eliminación de factores de riesgo, por otra parte en los grados más avanzados en donde se aprecia área de híper presión a nivel del bunion o en las áreas interfalángica, el manejo quirúrgico es necesario (8). Fotografía comparativa del pie antes y después del procedimiento quirúrgico. 256 P i e D i a b é t i c o Juanete de sastre. Es la prominencia de la cabeza del V metatarsiano, con la desviación en varo del 5to dedo, genera un área de hiperpresión en el borde lateral del pie, más frecuente en mujeres de forma bilateral. Tiene su etiopatogenia en variantes anatómicas de la cabeza del V metatarsiano. • Quinto dedo normal con la cabeza del metatarsiano grande y cóndilo lateral prominente. • Quinto metatarsiano en posición divergente • Aumento de la incurvación del V metatarsiano. Al igual que el caso del Hallux valgus, el uso de calzado inadecuado, posturas y traumatismos pueden ser factores que generen esta deformidad. Una vez determinada el área de lesión debemos categorizarla para su manejo adecuado, para esto es muy útil la clasificación de las lesiones del pie diabético en base a su profundidad de afectación y su grado de isquemia, descrito por Brodsky (9). Por su profundidad 257 C a p í t u l o 1 2 Por Isquemia Lesiones Grado 0: Llamada “pie en riesgo”, el manejo inicia con valoración periódica y calzado adecuado, realizamos valoración ortopédica para determinar patologías que generen áreas de híper presión en base a lo expresado anteriormente, se valora la tensión del tendón de Aquiles, siendo ésta la primera causa de aumento de presión del antepié y analizar, si el caso lo amerita, el alargamiento del mismo. El 50% de pacientes a quienes se les realiza el alargamiento del tendón de Aquiles, logra una importante mejoría a los 2 años de realizado el procedimiento y manejan presiones adecuadas a los 8 meses luego del procedimiento (10). Lesiones Grado 1: “úlceras superficiales”, con tejido de granulación en su base, no se expone tejidos profundos. El tratamiento se enfoca al uso de calzado adecuado. Es importante 258 P i e D i a b é t i c o determinar la zona de presencia de las ulceras, si están en la planta del pie, se consideran trastornos de presión relacionados con el ciclo de la marcha, en cambio se presentan en el dorso o rebordes del pie, se considera la relación directa con el uso de calzado inadecuado. Como primera línea de tratamiento tenemos las plantillas de materiales suaves que absorban la energía, como el Plastazote; o si la lesión lo requiere, el manejo con el llamado “yeso de contacto total” el cual tiene 2 efectos importantes para la mejoría de este tipo de lesiones. Primero, el almohadillado reduce la presión sobre las áreas de carga en las apófisis óseas y segundo, el encapsulamiento de los dedos redistribuye las cargas hacia las cabezas de los metatarsianos, además es importante incorporar los dedos en el yeso para reducir el frote con el mismo (11). Pasos para la colocación de un yeso de “contacto total” 259 C a p í t u l o 1 2 1. Realice una curación adecuada del área, limpie con sustancias antisépticas, y coloque un apósito adhesivo estéril en la zona. 2. Coloque stockinette, desde la rodilla hasta sobrepasar el reborde de los dedos de 4 a 8 centimetros, doble este sobrante hacia el dorso del pie. Fije el extremo con esparadrapo suave, no debe quedar tenso el borde de los dedos. 3. Coloque una banda fina de fomix o plastazote que cubra la espina tibial y con bandas laterales para los maléalos. 4. Coloque una banda adhesiva de acolchonamiento que cubra todo el margen de los dedos, debe cortarse los bordes laterales que sobresalen. 5. Coloque el paciente en posición prono, con la rodilla flexionada en 90 grados, se coloca venda de algodón cubriendo todo el segmento, acolchonando adecuadamente las áreas de eminencias óseas. 6. En la posición anterior solicite al paciente que mantenga la flexión de rodilla en 90 grados y el pie en neutro. Verificamos que no queden dobleces o áreas de atrapamiento de los vendajes. Si es así, debemos acomodarlas para no causar lesión. 7. Con vendas de yeso de 4” húmedas se venda de distal a proximal. Se debe cubrir todas las áreas acolchadas, de manera uniforme y regular, no deben quedar excesos de yeso. 8. Vende el yeso con vendas húmedas de fibra de vidrio de 3” de distal a proximal, cubriendo adecuadamente el área. 9. Refuerce la porción posterior a manera de valva, con vendas secas de fibra de vidrio, se recomienda de 4” sin embargo su ancho debe abarcar los arcos del pie protegiéndolos. 10.Coloque un molde rígido, de madera de 5mm a manera de plantilla que abarque desde el reborde de los dedos hasta el talón. 11.Coloque otro refuerzo posterior con venda de fibra de vidrio de 3” no húmeda. Moldee adecuadamente en la región del talón con la plantilla. 12.Finalice con venda de fibra de 4” de manera igual a la expuesta el paso 8. 13.No permita el apoyo por 15 minutos hasta que todos los elementos completen su fraguado. 14.Provea al paciente de una hoja de instrucciones, y procedimientos de emergencia para su férula. No se recomienda realizar toda la férula con vendas de yeso, puesto que quedaría muy pesada y sería muy susceptible de deterioro. 260 P i e D i a b é t i c o Es importante recalcar los peligros que puede traer tanto el mal manejo de este vendaje, así como del procedimiento de retiro del mismo, puesto que la laceración con la sierra podría traer complicaciones. (Recomendamos ver el video http://www.youtube.com/watch?v=a4LJldGHbbA, para aclarar los pasos mencionados) Pasos sugeridos para el retiro del yeso de contacto total. • Con un marcador trace 2 líneas paralelas a los lados de la línea de la espina tibial, más o menos a 2 centímetros de la misma a cada lado. • Corte por estas líneas, teniendo cuidado de no sobrepasar el vendaje de algodón. • Realice cortes hacia los maleolos a cada lado. • Realice un corte sobre el margen del arco de los dedos. • Extraiga progresivamente el dorso de la férula con distractores pequeños, liberando poco a poco cada capa. • Corte el stockinette con tijeras ortopédicas (con protección en la punta), evitando las lesiones de piel. • Distraiga la férula sobrante y extraiga el pie y la pierna. Se ha planteado el uso de muletas o sistemas de no descarga de peso en el pie, consideramos que estas opciones son muy difíciles de mantener y a menudo son ilusorias. Se debe tomar en cuenta que estos pacientes tienen contracturas 261 C a p í t u l o 1 2 musculares y sobrepeso, le manejo de este tipo de tratamiento causaría mayores problemas, esto lo demostró el Dr. Mueller, con su estudio de yeso de contacto total en comparación con otros métodos de diferir la carga en 1998.12 Esquema de manejo del yeso de contacto total: (13) Es importante considerar los manejos quirúrgicos para la corrección de deformidades que lleven a lesiones en este grado. A continuación una tabla de los procedimientos más frecuentes (14). 262 P i e D i a b é t i c o Lesiones Grado 2: Estas lesiones llegan a planos profundos con exposición del tendón y el hueso, requieren un manejo quirúrgico formal, con debridamiento de tejidos desvitalizados, limpieza y apoyo antibiótico. Se deben tomar en cuenta los signos de drenaje de líquido sinovial o áreas de fistulización hacia el hueso, lo que indicaría ya un proceso más importante y se catalogaría la lesión como de tercer grado (15). Esta lesión requiere ya de un manejo cooperativo, en donde la interacción entre los servicios involucrados, esta encaminada no solo a evitar una lesión mayor, sino en determinar cuándo y cómo tomar las mejores acciones para el beneficio del paciente. El tratamiento debe enfocarse no solo al manejo local de la lesión, sino a mejorar la condiciones de perfusión, en casos seleccionados los crecimientos de Bypass ayudan a mejorar el estado. La conducta y el pronóstico deben basarse en métodos de perfusión especiales como la oximetría transcutánea, presión de oxigeno transcutánea, electromiografía y estudios de imagen que determinen adecuadamente el progreso o deterioro del segmento afectado. En esta fase con frecuencia se nos plantea la pregunta del posible diagnóstico de la extensión ósea mediante estudios radiográficos. Las radiografías en 2 posiciones tienen una sensibilidad de entre el 62 y 75%, en identificar la osteomielitis, sin embargo la osteolisis diabética, que se caracteriza por el adelgazamiento de los metatarsianos y el desvanecimiento con patrón esmerilado de las falanges pueden confundirse con cuadros infecciosos. Es importante relacionar los hallazgos radiológicos con el cuadro clínico de las partes blandas, puesto que es muy difícil la presencia de lesiones óseas líticas infecciosas sin complejo secundario o lesión de partes blandas. Es importante recordar que la osteomielitis en el pie diabético principalmente llega por invasión directa de los tejidos adyacentes (16). Se ha propuesto el uso de la gammagrafía ósea en triple fase, sin embargo no ha demostrado beneficios en el tratamiento, el uso de Tecnecio e Indio no sobrepasa el 70% de especificidad tomando en cuenta que debido al trastorno vascular y de la posible presencia de la artropatía de Charcot, puede alterarse el diagnóstico (17). 263 C a p í t u l o 1 2 La resonancia magnética, tiene baja incidencia de falsos positivos, opacándose por no identificar si el edema es de reacción inflamatoria local u osteomielitis. Sin embargo se ha transformado en una gran herramienta diagnóstica para identificar la progresión de la lesión. Como se menciono anteriormente lo importante es realizar una correlación adecuada entre el cuadro clínico, la imagen y la evolución de la lesión. Lesión Grado 3: Estas lesiones se caracterizan por la exposición de tejido óseo y articular, con abscesos y tejido necrótico. En el área en donde no se pueda realizar un procedimiento de revascularización, debe considerarse la amputación, esto se lo tratará más profundamente en el capítulo de amputaciones, sin embargo podemos mencionar que la regla es tratar de salvar el pie mediante cogajos, revascularización y limpiezas quirúrgicas. Tomamos interés en la osteomielitis del mediopie, en donde el riesgo de terminar en una amputación es muy elevado. Para completar el tratamiento, se requiere aclarar que el manejo antibiótico se lo realiza de forma multidisciplinaria, puesto que son infecciones polimicrobianas en donde los laboratoristas, infectólogos e internistas deben decidir que esquema es el óptimo para nuestro paciente. Pie de Charcot: El pie de Charcot es la repentina y progresiva artropatía del pie, su fisiopatología es neurovascular. Los huesos se debilitan al punto de fracturarse y con el andar continuado el pie eventualmente modifica su forma. A medida que el trastorno progresa, el arco se vence y el pie adopta una forma convexa, tomando la apariencia de la base de una mecedora, dificultando mucho el caminar. 264 P i e D i a b é t i c o Se han propuesto dos teorías de la etiología de la enfermedad, la teoría neurotraumática, en donde se postula que la pérdida de las respuestas de propiocepción por la alteración neurológica genera una inadecuada compensación en el ciclo de marcha, con un microtrauma repetido y la degeneración progresiva. Por otra parte la teoría neurovascular menciona que el transtorno simpático genera una alteración de perfusión local con hiperhemia, con la consecuente activación osteoclástica, degradación – osteoporosis y la fragilidad ósea lleva a la patología. Sin embargo todos los estudios recientes mencionan una afectación mixta para la génesis de la patología. Saltzman’s y su grupo determinaron que las fractura en esta lesión son mas frecuentes en el tobillo y antepie, en cambio las artropatías se producen con mas frecuencia en el mediopie. Los patrones de fractura se relacionan con una baja de la densitometría ósea y los de artropatía con luxación cursan con valores de densidad normales. En la fase aguda el pie se manifiesta edematoso, con francos signos de inflamación, se acompaña de dolor, aunque el dolor no siempre este en relación a la progresión de la enfermedad. El cuadro puede confundirse con cuadros infecciosos, y los estudios de imagen no suelen ser específicos como se mencionó en párrafos anteriores. Esta patología se clasifica según el área de afectación, según el esquema de Brodsky: 265 C a p í t u l o 1 2 La evolución natural de la enfermedad es a la consolidación y alivio espontáneo, sin embargo el éxito del tratamiento es el de mantener el pie plantigrado para evitar futuras recaídas y/o complicaciones. Se ha tomado como promedio que la lesión tardará en completar su evolución mas o menos 1 año. Para esto podríamos mantener un calzado adecuado, con soporte en el arco o si la patología lo amerita, hacerlo con un yeso de contacto total, como lo explicado anteriormente. La gravedad de la lesión lo determina el grupo articular afectado, como podemos ver en la figura 2A y 2B, el 70% de estas lesiones afectan las articulaciones tarso metatarsianas, lesiones tipo 1, es importante hacer un seguimiento, puesto que generan áreas de híper presión y requieren un manejo quirúrgico. Las lesiones tipo 2 afectan a las articulaciones mediotarsianas y subtalar, representando el 20% de las lesiones. Las lesiones tipo 3 afectan el tobillo y el retropie a nivel del calcáneo por lo cual se las a subclasificado como A, para el tobillo y B para el calcáneo, siendo este tipo de lesión las de peor pronóstico para el paciente puesto que generan a futuro inestabilidad que requiere manejo quirúrgico. La mayor complicación de la artropatía de Charcot es la secuela de ulceración, éstas debido tanto a la alteración mecánica del pie, como la génesis de exostosis en el proceso de cicatrización de la misma, el tratamiento va desde un simple fresado percutáneo de las exostosis, hasta las osteotomías con artrodesis articular para devolver la funcionalidad al pie. Es importante recalcar las posibles secuelas del tipo 3A en donde en los casos mas severos se genera una gran inestabilidad en donde se requiere un manejo quirúrgico mediante una artrodesis combinada del tobillo y subtalar mediante un clavo trans calcáneo y el apoyo de una ortesis permanente. En las tipo 3B en donde se afecta la inserción del tendón de Aquiles, nos enfocamos con un manejo ortopédico, puesto que la reinserción del mismo no es conveniente y mediante una férula adecuada el paciente puede lograr una funcionalidad adecuda (18). Como conclusión final de este capítulo, podemos mencionar que el tratamiento del pie diabético es un reto para el Ortopedista, que requiere un meticuloso examen del paciente y compenetrarse médica y afectivamente con el mismo, solo el enfoque global de la enfermedad basado en el triangulo del tratamiento ortopédico, clínica, imagen y análisis mecánico nos permitirá tener éxito y mantener la calidad de vida de nuestros pacientes. 266 P i e D i a b é t i c o BIBLIOGRAFIA: 1. Marion Trew, Tony Everett, Santiago Madero García, Jesús J. Rojo González, Fundamentos del movimiento humano. 2. Rene Caillet, Davis, Boulton A. Foot and Ankle pain, A pathway to ulceration aetiopathogenesis. The foot in diabetes. Second edition. 1994:37-48. 3. Tiberio, D. (1988). Pathomechanics of structural foot deformities. Physical Therapy, 68, 1840-1849. 4. Michaud, T.C. (1997). The forefoot varus deformity. 5. Pribut, S. (1998). Biomechanics of foot and leg problems. Dr. Stephen M. Pribut’s Sport Page. 6. Michaud TC (1993) Foot orthoses and other forms of conservative foot care. Williams and Wilkins, Baltimore. 7. Cirugia percutanea del pie. Mariano Prado, Pedro Ripoli, Pau Golano, Masson. 2007. 8. Brodsky JW. Outpatient diagnosis and management of the diabetic foot. Inst Course Lect 1979;28:143-65. 9. Armstrong DG, Stacpoole-Shea S, Nguyen H, Harkless LB. Lengthening of the. 267 C a p í t u l o 1 2 10. Achilles tendon in diabetic patients who are at high risk for ulceration of the foot. J Bone Joint Surg [Am] 1999;81-A:535-8. 11. Myerson M, Papa J, Eaton K, Wilson K. The total-contact cast for management of neuropathic plantar ulceration of the foot. J Bone Joint Surg [Am] 1992;74-A:261-9. 12. Mueller MJ, Diamond JE, Sinacore DR, et al. Total contact casting in treatment of diabetic plantar ulcers: controlled clinical trial. Diabetes Care 1989;12:384-8. 13. Sinacore DR: Total contact casting for diabetic neuropathic ulcers. Phys Ther 76:286-295, 1996. 14. Brodsky JW. The diabetic foot. In: Coughlin MJ, Mann RA, Saltzman CL eds. Surgery of the foot and ankle. Philadelphia: Mosby Elsevier, 2007:1333. 15. Grayson ML, Gibbons GW, Balogh K, Levin E, Karchmer AW. Probing to bone in infected pedal ulcers: a clinical sign of underlying osteomyelitis in diabetic patients. JAMA 1995;273:721-3. 16. Crerand S, Dolan M, Laing P, et al. Diagnosis of osteomyelitis in neuropathic foot ulcers. J Bone Joint Surg [Br] 1996;78-B:51-5. 17. Jay PR, Michelson JD, Mizel MS, Magid D, Le T. Efficacy of three-phase bone scans in evaluation diabetic foot ulcers. Foot Ankle Int 1999;20:34755. 18. Brodsky JW. Patterns of breakdown in the Charcot tarsus of diabetics and relation to treatment. Foot and Ankle 1986;5:353. 268 P i e D i a b é t i c o AMPUTACIONES EN EL PIE DIABETICO Dra. Ximena Ávila Dr. Fernando Pérez Las amputaciones siguen siendo una práctica común para los cirujanos vasculares, cirujanos generales y traumatólogos, a pesar de los avances en tratamientos de revascularización. Estas deben ser realizadas por un cirujano muy experimentado de manera que tenga como resultado un muñón locomotor que calce perfectamente con una órtesis, prótesis o calzado modificado. Hasta mediados del siglo XX por la falta de antibióticos y por seguridad de preservar la vida del paciente la amputación mas practicada era la transfemoral (17). Los adelantos en las técnicas de revascularización, el control de la glucemia, técnicas quirúrgicas de amputación, prótesis, cuidado de la nutrición, cicatrización de heridas, medición de la oxigenación tisular, tratamiento antibiótico, ha hecho que el cirujano realice amputaciones menos extensas, y más distales ofreciendo, conservación de la zona de carga terminal y de las vías propioceptivas normales, lográndose una marcha más normal mientras más distal sea la amputación. En las amputaciones en donde se conserva la rodilla se puede lograr que el paciente realice una marcha casi normal (14) y necesitan 10 a 40% más energía para deambular con prótesis que los amputados sobre la rodilla los mismos que necesitan hasta un 50 a 70% más energía (17). INCIDENCIA DE AMPUTACIONES Del 39 al 57% de pacientes diabéticos sufre amputación. El 15% de estos pacientes necesitara una amputación supracondilea. El 15 % sufrirá una amputación contralateral (Veteran affaire nacional –Surgical Quality Improvement Program). Las amputaciones se realizan en: 1. DIABETES 60-80%. 2. Isquemia aguda sin reversión o intentos fallidos de revascularización (39%) 269 C a p í t u l o 1 3 3. Isquemia crónica con fracaso de revascularizacion mas enfermedades graves, asociada a gangrena e infección 20% 4. Infecciones del pie 2-5% 5. Traumatismos 5- 10% 6. Otras causas 3- 5% 7. Osteomielitis 3-5% NIVEL DE AMPUTACION La causa más frecuente de amputación en diabéticos es una infección con gangrena húmeda secundaria, combinada con neuropatía y deformidad del pie, por un calzado inadecuado, u otras causas como quemaduras y trastornos vasculares. Es difícil determinar el grupo de pacientes cuyo mejor tratamiento es la amputación. Los objetivos son: 1. Eliminar todo el tejido inviable o enfermo 2. Preservar una función residual óptima 3. Minimizar la morbilidad quirúrgica. Para lograr estos objetivos se analizan: 1. Aspectos técnicos de la revascularizacion y son candidatos o no a este procedimiento. 2. Problemas de la curación de la herida del pie. 3. Enfermedades asociadas La mayoría de pacientes ancianos amputados que tienen una cicatrización completa son trasladados solo en silla de ruedas, pueden dar algunos pasos con muletas y se mantendrán en su comunidad, ellos prefieren cambiar su entorno a realizar una completa rehabilitación, y algunos sufrirán caídas con fracturas mayores mientras usen prótesis. La amputación infracondilea debe considerarse en pacientes que tengan una esperanza realista de la de-ambulación extensa con su prótesis en el postoperatorio. (14) Las amputaciones de entrada se practican en lesiones extensas del pie mas enfermedades graves y o anatomía desfavorable (17). 270 P i e D i a b é t i c o DETERMINAR EL NIVEL DE AMPUTACION 1. CRITERIO CLINICO a. Edad. b. Estado general. c. Enfermedades asociadas en el diabético, y grado de control endócrino metabólico mediante hemoglobina glicosilada. d. Estado de la piel de la extremidad. e. Tiempo de evolución 2. CRITERIO DE LABORATORIO a. Las concentraciones de glucohemoglobina superiores a 7% aseguran un mal control metabólico por tanto guarda relación con la mala cicatrización que se relaciona con inmunodepresión, trastornos en la neovascularización, disminución del acido nítrico, del colágeno, y de la masa del tejido de granulación (14). b. Hemoglobina mayor 10g/l. c. Proteínas totales mayores a 6 g/l (albúmina mayor de 3.5g/l). d. Estudio de la función renal inadecuado cuyos valores deben considerarse hasta: creatinina menor de 2.50 mg/l, urea menor 9mg/l, ácido úrico menor 15mg/l, filtración glomerular mayor 50 ml/minuto. e. Factores hemorreológicos de la sangre fibrinógeno, deformabilidad eritrocitaria, agregabilidad plaquetaria. (18). f. Linfocitos: mayor a 1500/mm3, menor a esto indica pacientes inmunodeprimidos con alta probabilidad de infección de heridas (14). 3. CRITERIO HEMODINAMICO a. Ecografía Doppler determinando presiones segmentarias de los miembros inferiores e índice de las presiones pierna/brazo. Con una presión diastolita mayor a 90mmHg (18). b. Los registros del volumen del pulso dan la onda del flujo pulsátil a todas las arterias de la extremidad incluida las interdigitales (14). 4. a. b. c. CRITERIO ANGIOGRAFICO Patrón esteno-oclusivo. Estado del resto del árbol arterial. Circulación colateral. 271 C a p í t u l o 1 3 5. CRITERIO PSICOSOCIAL Y DE REHABILITACION a. Nivel de actividad física. b. Probabilidades de rehabilitación tanto desde el punto de vista físico como psíquico y social, entrevista al paciente y familiares para aumentar el nivel de aceptación, disminuir la frustración, optimizar el apoyo emocional. c. evaluación de la situación socioeconómica del paciente por parte de un asistente social. d. Aspectos que incluyen la rehabilitación física: Posibilidad de inicio precoz, la preparación física y la rehabilitación mental (18). La oxigenación de los tejidos se evalúa con índice tobillo brazo (Evidencia 1 A) que en la gran mayoría de los casos no es muy aplicable debido a que en el diabético la calcificación de las arterias dan valores de presión sistólica artificialmente altos por ser vasos incompresibles, además que la presencia de cortocircuitos arteriovenosos proporcionan presiones adecuadas en el tobillo pero privan a la zona distal del antepié y dedos del oxigeno suficiente, Los registros de volumen de pulsos subsanan este inconveniente porque pueden ser valorados en los dedos del pie. La determinación de la concentración tisular de oxigeno por encima de 30-40 mmHg (3) preveé que la herida puede cicatrizar. La nicotina es un vaso constrictor a corto plazo y provoca que el monóxido de carbono se una a los receptores en la hemoglobina que normalmente transportan oxigeno, además un factor de riesgo de ateroesclerosis. Las infecciones y reintervenciones en los fumadores es 2,5 veces mayor que en los no fumadores (14). Una vez decidida la amputación se debe realizar: 1. En la región proximal a la zona de la gangrena. 2. Resección total de todo tejido inviable e infectado. 3. El borde quirúrgico debe estar libre de lesiones tróficas, material purulento e infeccioso local o circundante (celulitis). 4. Los tejidos en el sitio del procedimiento deben tolerar la carga biomecánica de la extremidad al cicatrizar y eventualmente, de un órtesis o prótesis. 5. Demostrar con métodos objetivos la competencia vascular y de perfusión de la extremidad. 6. Sensibilidad intacta. 7. Piel disponible en longitud y calidad (18). 272 P i e D i a b é t i c o Cuando la presión sistólica máxima en el tobillo es de 90mmHg y la presión transcutanea de oxigeno es mayor de 30mmHg las posibilidades de cicatrización son elevadas (18) con menos de 20mmHg podría cicatrizar con la ayuda de oxigenoterapia hiperbárica (14). Cuando no se garantice las condiciones de erradicación de focos sépticos o zonas isquémicas, se prefiere realizar amputaciones mayores que salve la vida del paciente. Existen 2 conceptos importantes. 1. Nivel crítico: Es aquel a cuya altura deberá realizarse preferentemente una amputación con el objeto de obtener un buen muñón de amputación. 2. Nivel óptimo. Mas elevado que anterior, constituye el punto más alto al cual puede ser realizada la disección esquelética y más alta de la cual el muñón deberá ser considerado como malo (según criterios de la fuerza de palanca para funcionalidad) (18). En pacientes ancianos con EPOC que se encuentra en silla de ruedas se realizara amputación transfemoral sacrificando la funcionalidad y en compensación tendremos más fácil cicatrización, y reducir la morbilidad quirúrgica. A diferencia de un paciente joven al cual se le puede realizar varios procedimientos quirúrgicos, transferencia miocutánea para rescatar la articulación de la rodilla, que compensará la funcionalidad a largo plazo en relación la morbilidad a corto plazo. La ausencia de pulso femoral hace más probable la mala evolución de una amputación transfemoral pero la presencia de pulso femoral no garantiza el éxito en este tipo de amputaciones. Del 75 al 85% de exactitud en el pronóstico de una amputación esta en el juicio clínico del cirujano basado en la hemorragia tisular, el músculo viable y la creación de heridas sin tensión (17). Ninguna de las pruebas sea cruentas o incruentas pueden pronosticar el fracaso de la cicatrización con exactitud (14). VALORACION DEL PACIENTE (18) Las amputaciones mayores de la extremidad inferior tienen un porcentaje de mortalidad que va desde el 7 al 15% (18), debida a que estos enfermos están 273 C a p í t u l o 1 3 relacionados con anemia, mal nutrición, mal estado físico por la incapacidad, en comparación con el 2% de mortalidad que provoca la resección de Aneurisma de Aorta Abdominal, y al 2% en revascularizaciones, por lo tanto el paciente debe ser sometido a múltiples estudios complementarios: evaluación cardíaca minuciosa, control de glucemia, valoración renal así como la utilización de antibióticos, profilaxis de enfermedad tromboembólica (17% de mortalidad), rehabilitación, fisioterapia, cuidado de enfermería son puntos importantes y básicos en el cuidado del paciente (17). La exploración física determina (17): 1. Extensión de la gangrena y longitud máxima que alcanzara con la presencia de rubor. 2. La presencia de pulsos cercanos al nivel predice 100% el éxito de la curación pero la ausencia de pulsos no necesariamente predice el fracaso de la curación de la herida. 3. La experiencia cuenta el nivel de amputación no debe asignarse a cirujanos jóvenes o en formación. 4. Medición de las presiones segmentarias, mayor a 60mmhg y el análisis de sus ondas, predice del 50 a 90%. 5. La presión de perfusión de la piel con estudio ganmagráfico, inyectando yodo 123 en distintos niveles de amputación, se aplica presión externa y la medición de la eliminación del isótopo permite determinar la presión de perfusión de la piel. a. Nivel mayor de 20mmHg predijo el fracaso de la herida en el 89% de las amputaciones b. Lectura mayor de 20mmHg predijo la curación el 99% de paciente (nivel 3) 6. La fluorescencia de la piel usando la luz ultravioleta después de la inyección de fluoresceína, la determinación cualitativa del flujo sanguíneo regional determina el nivel de amputación con una predicción del 86 al 100% 7. La concentración transcutanea de oxigeno tiene una exactitud del 87 al 100%. La tcPO2 baja en infección, inflamación y edema (17). PRINCIPIOS Y TECNICAS QUIRURGICA DE LAS AMPUTACIONES. El éxito de la amputación depende de toda la preparación, experiencia y habilidad quirúrgica propia de las operaciones vasculares (17). 274 P i e D i a b é t i c o CONCEPTOS GENERALES. (9) 1. Amputación: es la resección total o parcial de una extremidad seccionada a través de uno o más huesos, perpendicular al eje longitudinal miembro. a. Primaria. Producida por un agente traumático. b. Secundaria: realizada por un acto quirúrgico. c. Abiertas o en guillotina: se las hace en caso de emergencia cuando es improbable la cicatrización primaria, la cicatrización es bastante prolongada y dejan cicatrices irregulares y muchas veces hay que reamputar más alto. d. Cerrada o de elección: Se la realiza en pacientes previamente evaluados y sin peligro de infección. 2. Desarticulación: cuando el nivel de amputación pasa por la interlinea articular. 3. Muñón: es lo que queda de la extremidad después de la amputación. Debe tener un brazo de palanca para el manejo de una prótesis, que no sea doloroso, y capaz de soportar roces y presiones, por lo tanto debe tener musculatura potente, sin trastornos circulatorios y la piel bien endurecida. 4. Muñón patológico: no tiene las características anteriores. 5. Reamputación: cirugía sobre otro muñón corrigiendo dificultades para su uso. (8) En los pies se prefiere las amputaciones longitudinales sobre las transversales de modo que se estreche el pie en vez de acortarlo, simplificando la acomodación postoperatoria del calzado. Las partes blandas deben envolver las zonas móviles de manera de las proteja de las fuerzas de cizalladura que provocan las ulceras. Los colgajos plantares son ideales para recubrir las heridas sin que queden a tensión (14). PROCEDIMIENTO 1. Técnica quirúrgica meticulosa. 2. Traumatismo tisular mínimo posible. 3. Control minucioso de la hemostasia, ya que se pueden formar hematomas causantes de necrosis e infección. 4. Uso de torniquete el menor tiempo posible o prescindir de él en todos los casos que sea posible. 5. Escindir todo tejido necrótico o inviable (18). 275 C a p í t u l o 1 3 6. Colgajos cutáneos con piel buena móvil y sensible, la cicatriz debe estar lejos del hueso (18). 7. Los cortes musculares deben ser limpios y firmes, seccionarlos a 5 cm por debajo del nivel óseo y realizar una mioplastía entre grupos musculares antagónicos, ya que corrigen algunas fuerzas de deformidad (17-8). 8. El hueso debe ser seccionado, no desperiostizar excesivamente por el peligro de secuestros anulares, los bordes óseos se liman para que estén bien almohadilladas por las partes blandas. Se cierra el canal medular para mantener las gradientes de presión normal con colgajos osteoperiosticos o cera de hueso, guardar una proporción adecuada con la longitud musculotendinosa y cutánea lográndose una aproximación de tejidos sin tensión con una buena cobertura ósea. 9. Los tendones y cápsulas articulares hay que removerlos debido a que son avasculares y puede interferir en la formación de tejido de granulación (8). 10.Lavado exhaustivo con solución salina para eliminar fragmentos de hueso (17). 11.Los nervios deben ser sometidos a tracción suave para su sección lo mas proximal posible logrando su retracción y no estén involucrados en el sito de cicatrización o se forme un neurinoma, ligando sus vasos satélites (17-8). 12.Ligadura individual de cada vaso (arteria y venas) 13.Dren con vacío desde el extremo del hueso. 14.Cierre de la aponeurosis superficial 15.Evitar dejar espacios muertos, cerrando el plano subcutáneo siempre que se lo pueda realizar. 16.Al cerrar la piel es importante tomar en cuenta la tensión de la misma y los puntos solo deben aproximar los bordes para evitar la necrosis de la misma que provoque aperturas y reintervenciones. Evitando traumatizarla con pinzas u otros instrumentos (14). 17.Profilaxis antibiótica para Pseudomona y Clostridium lo que evita la gangrena gaseosa, la Penicilina más el Metronidazol cubre la mayor parte de los gérmenes. 18.El uso de profilaxis de enfermedad tromboembólica. 19.Cuando se encuentra infección en el nivel elegido se puede dejar parcialmente abierta la herida para curaciones secuenciales con un cierre definitivo cuando no haya signos de infección o cierre por segunda intención (17). 276 P i e D i a b é t i c o La crioanestesia, con la crioamputación o inmersión en agua con hielo más la aplicación de un torniquete en el nivel propuesto para la amputación, se aísla la extremidad del resto del cuerpo y se evita la propagación de la gangrena o infección, esto parece disminuir la morbilidad en el postoperatorio, esta técnica es poco popular. ANESTESIA EN PACIENTES CON PIE DIABETICO La mejor anestesia es la troncular distal que se logra infiltrando con lidocaína al 2% sin vasoconstrictores y eventualmente pueden requerir sedación con vigilancia estrecha del estado de conciencia, condición metabólica y función cardiorrespiratoria, esta se utiliza en lesiones bien localizadas y limitadas (18). COMPLICACIONES DE LAS AMPUTACIONES (9) Factores que favorecen el desarrollo de complicaciones. 1. Vasculares a. Ateroesclerosis b. Aumento de la viscosidad 2. Infección a. Desbridamiento inadecuado b. Microtrombosis local c. Disminución de la función de los neutrófilos d. Infecciones bacterianas recurrentes por diferentes bacterias e. Pobre aporte de sangre f. Hiperglucemia g. Infección polimicrobiana 277 C a p í t u l o h. 3. 4. a. b. 5. a. b. c. d. 6. a. 1 3 Osteomielitis Inmunosupresión Factores mecánicos Edema Sobrepresión del muñón Pobre nutrición Disminución de los niveles de albúmina Disminución de los factores de crecimiento Poca colaboración por parte del paciente Demora en el tratamiento y referencia Neurológicos Hiposensibilidad del muñón (9). COMPLICACIONES INMEDIATAS (9): 1. HEMATOMA: demora la cicatrización, es un medio de cultivo para bacterias. 2. NECROSIS: de los bordes por sutura a tensión, 3. INFECCION es común por vasculopatía periférica, todo absceso debe drenarse y realizar cultivos y antibiograma 4. MIEMBRO FANTASMA: es la percepción que la parte amputada esta presente, es perturbadora y desaparece con el uso de prótesis MEDIATAS (9). 1. CONTRACTURA DE LAS ARTICULACIONES DEL MUÑON se previne poniendo el muñón en tracción, y con ejercicios para fortalecer músculos y movilidad de articulaciones. 2. NEUROMA: el disconfort se produce cuando este se encuentra adherido al tejido cicatricial. La taza elevada de amputaciones muchas veces se debe a los conocimientos erróneos sobre la microangiopatia diabética, LoGerfo en 1984 demostró que la arteriopatía del diabético era macroangiopático, principalmente de distribución distal localizada en el segmento tibioperoneo. , Y la microcirculación presenta un engrosamiento de la íntima no oclusiva (18). 278 P i e D i a b é t i c o DRENAJE DE ABCESOS (6): El absceso es una de las complicaciones más desastrosas en el pie diabético. La sintomatología no siempre coincide con la magnitud y extensión de la infección, pues al gestarse una infección en tejidos profundos no se manifiesta sino hasta la salida espontánea de material purulento. Estos abscesos pueden localizarse en tres regiones denominadas compartimiento facial, medial, central y lateral. 1. Evacuar totalmente de la secreción purulenta que se detecte con la amplitud de las incisiones que se requiera 2. Retirar todo tejido necrótico e infectado de la herida 3. Conservar el tejido que al corte se observe sangrante y no desvitalizarlo 4. Irrigar de manera copiosa hasta dejar la herida limpia. Con incisión longitudinal en la región plantar profunda con bisturí 15 para acceder a los compartimientos plantares (central, medial y lateral). A nivel del talón debe ser longitudinal procurando utilizar los bordes, en el dorso del pie se debe realizar las incisiones evitando la arcada venosa, en los espacios interdigitales se realizan en forma de pequeños rombos, en los abscesos laterales en el borde lateral del pie o talón, Se realiza lavado y debridación extensos dejando la herida taponada con gasa mojada, el vendaje, el reposo absoluto, y curaciones frecuentes. Vias de abordaje para drenaje de abscesos 279 C a p í t u l o 1 3 TIPOS DE AMPUTACIONES (18) 1. AMPUTACIONES MENORES a. Digital b. Transmetatarsiana c. Syme 2. AMPUTACIONES MAYORES a. Infracondilea b. Supracondilea A. AMPUTACION DE LOS DEDOS: Indicaciones. (18). 1. Necrosis distal bien delimitada en la falange distal y media con una zona de piel lo suficientemente buena que de cobertura. 2. Fracturas expuestas de la falange de evolución crónica, por ulceraciones neurotróficas. 3. Secuelas iquémicas por quemadura de dedos. 4. Gangrena seca. 5. Osteomilitis. Contraindicaciones: (6) 1. 2. 3. 4. 5. Gangrena que incluye piel de la falange proximal Artritis séptica de la articulación metatarso-falángica Celulitis que penetra al pie Afección del espacio interdigital Dolor en reposo de dedos y antepié La falange se secciona a través de la diáfisis dejando al muñón óseo más proximal para un recubrimiento sin tensión. Con un pulso dorsal pedio intacto o con buena circulación colateral (presión tobillo con doppler mayor de 90mmHg) aunque existe un 2% de amputaciones que no cicatrizan. 280 P i e D i a b é t i c o B. DESARTICULACION DEL 1er DEDO (14) Indicaciones: 1. En presencia de celulitis proximal y de infección y osteomielitis que afecte a la articulación metatarsofalángica, y al hueso proximal es muy probable que no cicatrice la herida. 2. Osteomielitis limitada a la 1era falange con colgajo de piel suficiente. Se podría hacer una desarticulación de la misma valorando la necesidad de recortar las prominencias condilares de la falange proximal y la resección total del cartílago articular. En esta desarticulación se preserva el mecanismo cabestrante gracias a la primera falange. Si se necesita la resección de la falange proximal. Wagner recomienda dejar su base no infectada para mantener los huesos sesamoideos debajo de la cabeza metatarciana preservando el nuevo mecanismo cabestrante. Al estar infectada la totalidad de la falange proximal. Se realizara la desarticulación metatarso falángica, se libera el tendón del flexor corto del primer dedo en la falange proximal, se desplaza proximalmente los huesos sesamoideos, exponiendo la cabeza del 1er metatarsiano la misma que si sobresale mucho será necesario resecarla, extirpar las estructuras avasculares y redondear el extremo distal del metatarso. Se procede a cerrar la herida previo lavado con el colgajo posterior. 281 C a p í t u l o 1 3 C. DESARTICULACIÓN DEL RESTO DE DEDOS (14): a. Segundo dedo, las ulceraciones se producen debido a que es mas largo y la deformidad de dedo en martillo es mas prominente, su resección puede producir que el primer dedo se deforme con dedo en juanete por lo que se considera que es mejor realizar la amputación con resección en la metáfisis del metatarso para que se aproximen los otros metatarsos y evitar esta deformidad iatrogénica. b. La desarticulación del 3ero y 4to dedos en la articulación metatarso falangita se debe realizarla en la articulación metatarsofalángica. c. El 5to dedo debe ser resecado conjuntamente el cóndilo externo del metatarso para evitar su exposición. Se debe evitar que los dedos queden aislados ya que están más expuestos a traumatismos. Cuando el proceso de necrobiosis se extiende en dirección proximal, se debe valorar la realización de una amputación vía transmetatarsiana, es decir resecando la cápsula articular y epífisis distal de metatarso del dedo correspondiente (18). D. AMPUTACiON TRANSMETATARSIANA DE LOS DEDOS Indicaciones: 1. Infección grave de antepié con osteomielitis por las secuelas de neuropatía, isquemia irreversible. 2. Isquemia irreversible del antepié por lesión arterial distal con presión troncular mayor a 90mmHg. 3. Traumatismo con lesión extensa de hueso y tejidos blandos. 4. Procedimiento quirúrgico previo que haya condicionado la perdida de mas de dos dedos y no se logre cicatrización adecuada. 282 P i e D i a b é t i c o Contraindicaciones (14): 1. Artritis séptica de la articulación metatarso falangíca. 2. Celulitis que penetra el pie. 3. Afección de espacio interdigital. 4. Afección de más de 2 dedos. Se la realiza en las epífisis proximales de los metatarsianos, biselandolos a la cara plantar, los metatarsianos se los corta un poco mas largos a medida que se acerquen al primer dedo, preservando un colgajo de zona plantar que pueda cubrir sin tensiones los tejidos profundos ya que esta no es susceptible de coberturas posteriores. Se debe tener cuidado de no dañar la arteria interfálangica y no abrir los espacios articulares de las articulaciones vecinas La incisión de la piel se la realiza en la raíz de los dedos. En la presencia de lesión plantar en la cabeza de algún metatarsiano se puede realiza una incisión en cuña para excluir este sitio de lesión. Cuando no este afectado el primer dedo se lo puede dejar intacto conservándose la función de transferencia al final del apoyo como la longitud completa del pie en el zapato. La amputación del primer dedo transmetatarciano es catastrófica ya que es necesario una columna medial larga en la fase de apoyo como en la progresión hacia delante. Se debe salvar la máxima longitud diafisiaria de los metatarsianos que puedan recortarse con piel plantar en buen estado, los defectos dorsales pueden solucionarse con injertos de piel. Los colgajos deben curar sin tensión ni redundancia. Colocar una férula de contacto total acolchada en dorsiflexión y posteriormente un zapato es suela rígida arqueada en la punta con relleno integral. 283 C a p í t u l o 1 3 E. DESARTICUALCION TARSOMETATARSIANA (14) Se preserva las inserciones proximales de los tendones del peroneo largo y del tibial anterior en la cara medial del hueso cuneiforme. Para que sirva de refuerzo y preservar la eversión e inversión del pie residual, y contrarrestar la fuerza del tríceps sural (gastrosoleo) para prevenir la contractura en equino. Se preserva la base central del segundo metatarsiano y se desarticula el primero, tercero y cuarto metatarsiano. Se realiza un alargamiento percuatáneo fraccionado de la cuerda del talón colocando una férula con pie en ligera dorsiflexión, por 3 a 4 semanas. Para recuperar la funcionalidad se necesita dotar una prótesis o una órtesis de tobillo adaptada a la perfección que será colocada en el interior del zapato con una suela rígida en balancín. F. DESARTICULACION MEDIOTARSIANA O CHOPART. (14) Se realiza por la articulación astragaloescafoidea y calcanocuboidea dejando el retropié (astrágalo y calcáneo.) Se debe reinsertar el tendón del tibial anterior en la cabeza de astrágalo pasándolo a través de un orificio horadado en la cabeza o suturándolo en una fosita en la cabeza. Se reseca el ángulo anteroinferior del calcáneo para eliminar el saliente óseo potencialmente problemático, además del tendón, inmediatamente proximal al calcáneo. Mediante una incisión longitudinal independiente medial al tendón dejando la vaina del tendón en su sitio para permitir una reconstitución rápida a su longitud nueva. Colocamos una férula de contacto total acolchada en el tobillo en ligera flexión dorsal por 6 semanas, cambiándola periódicamente para valorar la herida. Permite una carga directa sin función de la transferencia. Se necesita una prótesis o una órtesis de tobillo rígida bien adaptada y un zapato con una suela rígida con la punta arqueada para que la fase de apoyo sea buena. G. DESARTICULACION DEL TOBILLO DE SYME. (14-12) Indicaciones: 1. Fracaso de la amputación transmetarciana. 2. Gangrenas o ulceras bien delimitadas del antepié. Contraindicaciones: 1. Lesiones próximas al tobillo. 2. Isquemia, ulceraciones o infecciones del talón. 3. Arteria tibial posterior obstruida. 4. Pie neuropático con ausencia de sensibilidad (relativa). 284 P i e D i a b é t i c o Se la hace a través de la articulación del tobillo preservando un colgajo de talón para permitir la carga en el extremo del muñón. Ofrece una recuperación más rápida de la carga que la artrodesis del tobillo, ya que se requiere una fusión o una anquilosis fibrosa de los huesos. La incisión inicia en el borde anterior del maléolo externo y sigue a lo largo del borde anterior de la articulación del tobillo hasta un punto medio del maléolo interno, se continúa hacia abajo, longitudinalmente hacia la de la planta del pie, posteriormente en la planta del pie con incisión sagital y termina en el borde externo hacia el borde anterior del maléolo externo con una incisión longitudinal. Se incide los tejidos hacia abajo hasta llegar al hueso. Los tendones que cruzan la cara anterior de la articulación del tobillo se los incide con un bisturí nuevo, se liga la arteria tibial anterior y posteriormente se corta la cápsula articular de la cápsula del pie. Apertura de la cápsula articular del tobillo, sección de los ligamentos laterales del pie, se realiza una flexión plantar para facilitar la sección de la cápsula posterior. Seccionar la inserción de tendón de Aquiles del calcáneo teniendo cuidado de no seccionar el pie separándolo. Despegamos las partes blandas de los maléolos y la retracción proximal permite seccionar la tibia y el peroné a un centímetro por encima de la capsula articular, el colgajo del talón lo rotamos anteriormente y después se sutura la piel en la zona anterior. H. AMPUTACION TRANSTIBIAL: Indicaciones: 1. Gangrena o infección que impide amputación mas distal 2. Dolor isquémico en reposo intratable con revascularización. 285 C a p í t u l o 1 3 Siguiendo las indicaciones de valoración para niveles de amputación, y los criterios clínicos, esta tiene una tasa de curación del 80%, en ausencia de pulso femoral la tasa de curación baja al 25%. Tipos de amputaciones transtibiales. 1. Colgajo miocutaneo posterior largo basado en el músculo gastrocnémico. 2. Colgajos miocutaneos anterior y posterior de igual longitud (boca de pez). 3. Colgajos miocutaneos mediales y laterales de igual longitud. 4. Colgajo fasciocutaneo de base medial. Objetivos: 1. Proporcionar una almohadilla al extremo distal. 2. Producir un muñón cilíndrico que facilite la utilización de una prótesis. Con colgajo miocutaneo posterior largo. Paciente en decúbito supino, se coloca una almohadilla en tercio superior de muslo. Incisión cutánea proximal irá a unos 5cm por debajo de la tuberosidad de la tibia que alcanza la mitad o los 2 tercios de la circunferencia total de la pierna, el colgajo posterior va desde los extremos medial y lateral de la incisión transversa y se extiende hacia distal siguiendo el eje de la extremidad cuyo largo debe garantizar un buen contacto con la piel de la incisión cutánea proximal. Las incisiones anteriores incluyen piel y tejido celular subcutáneo y la fascia profunda sin separarla de la piel, seccionar con cortes firmes los músculos del compartimiento anterior, ligar los vasos tibiales anteriores, sección del nervio y la membrana interósea. Liberar las inserciones musculares en el peroné y la tibia a 32 cm proximal al sitio de incisión. Sección de la tibia con cierra eléctrica, con bisel anterior a 10 o 12 cm de la la interlinea articular o a 2 traveses de dedo por debajo de la tuberosidad de la tibia, se moldea los bordes con escorfina. Sección del peroné con cierra de Gigli a 2 cm por sobre el borde del corte de la tibia, sección transversal de de los músculos del compartimiento profundo, se liga los vasos y se seccionan los nervios. Sección transversal del soleo previa disección manual delicada del músculo gastrocnémico disecando hacia distal el plano exponiendo el músculo gastrocnémico hasta que este se divide transversalmente en el ámbito distal del colgajo posterior. El extremo aponeurótico del gastrocnémico en el colgajo posterior se sutura con el anterior de periostio de la tibial son puntos sueltos con sutura reabsorbible. Resecar la piel en caso 286 P i e D i a b é t i c o de que esta quede redundante y se hace aproximación de bordes con suturas de nylon sueltas. Colgajos sagitales. a. Se crea colgajos musculocutaneos anterolaterales y posteromediales con los músculos subyacentes, como el tibial anterior o con la zona medial del gastrocnémico. I. DESARTICULACION DE RODILLA Indicaciones. 1. Pacientes que no tienen perspectiva de volver a caminar y tienen y circulación adecuada para que cicatrice una amputación transtibial. Ventajas: 1. Evita la contractura tardía en flexión de la cadera. 2. Da una palanca mas larga con mayor estabilidad y mejor propiocepción que la transfemoral. 3. Muñón indoloro. 4. Soporta mejor la carga. 5. Procedimiento rápido. 6. Con mínima pérdida sanguínea. Procedimiento: Incisión a 2 cm de la tuberosidad de la tibia transversal hacia fuera bajo la cabeza del peroné llegando al borde externo del mismo y hacia a dentro hasta 287 C a p í t u l o 1 3 la línea media lateral. Colgajo posterior largo generosamente, 3cm por debajo de colgajo anterior. Incidimos piel, tejido celular subcutáneo y fascia, sección del tendón rotuliano en su inserción tibial y se expone y abre la capsula articular de la rodilla, sección de los ligamentos cruzados de la rodilla en su inserción en la tibia, sección total de la capsula articular y los ligamentos laterales de la rodilla, ligadura de la arteria y vena poplítea que se encuentran inmediatamente posterior a la capsula articular, profundización del colgajo posterior con sección muscular en su segmento tendinoso, sutura del ligamento rotuliano con el ligamento cruzado anterior con sutura de nylon, sutura de los ligamentos posteriores en ligamento cruzado posterior, cierre de plano aponeurótico con sutura reabsorbible, aproximación de piel con nylon o con citillas adhesivas. J. AMPUTACION SUPRACONDILEA Se pierde la articulacion de la rodilla y la carga protésica se concentra en la zona isquiatica, el mecanismo de la rodilla debe quedar exactamente igual que la rodilla contralateral. Indicaciones: 1. Fracaso de la amputacion infracondilea. 2. Ausencia de pulso popliteo. 3. Infección, gangrena limitada a la pierna. 288 P i e D i a b é t i c o Contraindicaciones 1. Extensión de la gangrena o infección a nivel del muslo Se realiza una incisión con 2 colgajos iguales en boca de pescado iniciándose en la cara interna de la pierna en el punto donde va a ser seccionado el fémur, descendiendo hacia fuera, describiendo una curva amplia que cruzando la cara anterior del muslo, siga una trayectoria ascendente que finalice en la cara externa del muslo, línea media a la misma altura del punto de partida, el colgajo posterior se lo prepara de igual forma. Se profundiza la piel, tejido celular subcutáneo y aponeurosis profunda, se continúa con los planos musculares de la cara externa y anterior del muslo hasta el hueso. En la cara interna. Se realiza primero la disección y ligadura de la vena safena interna, se profundiza hasta encontrar el paquete vascular femoral y se liga los vasos femorales por separado. En la cara posterior se diseca el nervio ciático el mismo que se lo secciona lo mas proximal posible para evitar la formación de neurinomas, ligar la arteria perineuronal ya que en los isquémicos suele estar muy desarrollada, seccionar el resto de los músculos hasta exponer completamente el hueso transversalmente en la unión del tercio medio con el tercio inferior, cuidando de realizar hemostasia prolija, se procede a la mioplastia, cierre de aponeurosis y piel. 289 C a p í t u l o 1 3 El dolor postoperatorio es de 2 tipos y llega al 80% y en su mayoría episódico 1. Del muñón 2. Del miembro fantasma Su tratamiento hasta ahora es desalentador debido a que existe una gran laguna entre la investigación y la práctica clínica en el tratamiento del dolor residual y fantasma (17). Recomendación (TASC II 2007) * La decisión de amputar y la elección del nivel de amputación se debe tener en cuenta el potencial para la cicatrización, rehabilitación y reinserción de la calidad de vida, nivel de recomendación III C. BIBLIOGRAFÍA: 1. Aristides Garcia, El Pie Diabético.cap 4, 2004. 2. Benatmanea, Mohammedi F Ayad F et al.Diabetic foot lesions, etiologic and pronostic factors Diabetes Metab 2000. 3. Burgess Em, Romano, Rlet al: Aputations for the leg for peripheral vascular insufficiency. J bone Joint Surg am 1971. 4. Bild de, Selby IV, Sinnock P et al. Lower-extremity amputation in people with diabetes, epidemilogy and prevention. Diabetes Care 1987. 5. Consenso De La Seacv sobre Pie Diabético, Valencia, 1997. 6. Clandia Rrf, Peña MF Díaz AR et al. Revascularización distal, una buena alternativa para salvamento de la extremidad isquémica por obstrucción tibioperonea, Rev Mex angiol 1993. 7. Epps Ch Jr. Amputation of the lower limb 2da Ed 1990, 5121. 5161. 8. Fermin R. Martinez De Jesus, Pie Diabético Atención Integral, Segunda Edición, Cáp. 19, 21 24. 9. Fernandez Oscar MD, Cirugía Radical del Aparato Locomotor, Cáp. 18, 1998. 10. Finch Dr. Amputation for Vascular Disease, 1980, 67. 234.237. 11. Flynn M: The diabetic foot, In diabetic Naturopathy. Tooke JE, ED London, Arnold, 1999. 12. Gohschalk F, Transfemoral Amputation, clin Orthop 361: 15-22, 1999 13. Lehto S, Pyorola K, Ronnemaa T, Laakso M: risk factors predicting lower extremity amputations in patients with NIDDM diabetes care Cap 19 1996. 290 P i e D i a b é t i c o 14. Levin Y O”Neal, El Pie diabético, Séptima Edición, 2008, Sección D, Cáp. 20, 409. 15. Malone Jm, Snyder G, Anderson G et al. Prevention of amputation by diabetic education. Am J Surg 1989. 16. Pecorato Re, Reiber GE, Burgues EM. Pathways to diabetic limb amputation: basis for prevention, Diabetes Care. 17. Rutherford Robert, Md, Cirugía Vascular, Sexta Edición, 2007, vol 2, 2447-2482. 18. 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En los Estados Unidos, los problemas del pie diabético son cuestiones mayores de salud y causa de internación y amputación. Los pacientes se presentan con ulceración de la piel, infección o artropatía de Charcot. La etiología primaria es el deterioro del nervio periférico que implica la pérdida de la sensación protectora, de la disfunción autonómica o la alteración motora. Con la retroalimentación sensorial inadecuada se produce el colapso de la piel debido a traumatismos repetitivos no percibidos. Los pacientes con disfunción autonómica tienen piel seca, escamosa y agrietada lo que predispone a su ulceración La neuropatía motora produce un desequilibrio en los músculos intrínsecos del pie y como consecuencia deformidades en garra como subluxación o luxación de las articulaciones metatarsofalángica, posición plantar anormal de las cabezas metatarsianas, presión aumentada de la planta del pie, colapso cutáneo, ulceras, infecciones profundas y osteomielitis. Las fuerzas extrínsecas como zapatos ajustados, pueden contribuir con el colapso de la piel (1) La insuficiencia vascular y la neuropatía no solamente son causa de dolor y sufrimiento, sino también de lesiones que pueden tardar semanas e incluso meses en curar, y entonces, con suma frecuencia, conducen a la infección y la gangrena que requieren en último extremo la amputación. La rehabilitación general del paciente diabético debe planearse antes de la amputación, ya que las manifestaciones periféricas de la insuficiencia vascular, neuropatía, infección, ulceración y gangrena eventual progresan en general, en forma suficientemente lenta para permitir la orientación del paciente acerca de su incapacidad potencial antes de que surja la necesidad de la amputación (6) .Los signos y síntomas que conducen a la amputación se manifiestan mucho tiempo antes de que se haga evidente la necesidad de una intervención quirúrgica, por término medio 2 a 15 años (2). Es importante mantener el tratamiento 293 C a p í t u l o 1 4 conservador del pie diabético “intacto” del paciente, se ha visto que mas de la mitad de las amputaciones en la extremidad inferior se practican en pacientes diabéticos mayores de 55 años de edad, y es necesario reconocer la necesidad que estos pacientes sean sometidos a un plan apropiado de rehabilitación (17). No hay razón alguna para retardar la iniciación de la fase de rehabilitación, ya que manteniendo el deseo del paciente de ser independiente para sus propios cuidados, bien con muletas, con andador o con silla de ruedas se logrará a menudo, mantener el incentivo necesario para la independencia en la fase de cuidados después de la amputación. CRITERIOS PARA UN PLAN ADECUADO DE REHABILITACION PRINCIPIOS GENERALES El pie humano es una estructura ideal tanto en movimiento como en reposo, tiene un perfecto equilibrio músculo esquelético y ligamentario. Actúan sobre el en forma sinérgica la gravedad y la actividad muscular (2), estas fuerzas producen el movimiento del pie y su función en forma armónica. La estructura ósea y ligamentaria resiste la fuerza estática directa de la gravedad, esta se dirige hacia abajo siguiendo el eje longitudinal de la tibia hasta el astrágalo y la distribución posterior cruza desde el astrágalo al calcáneo en dirección posteroexterna, el cuello del astrágalo transfiere un porcentaje de carga hacia adentro y adelante. Una parte del peso anterior se dirige desde el astrágalo al escafoides y cuñas y alcanza el I y II metatarsianos. Una fuerza dirigida hacia adelante y afuera llega hasta el calcáneo, cuboides y tercera cuña llegando hasta el III, IV, V metatarsianos. El arco anterior del pie direcciona la carga hacia adelante por lo que el I y II metatarsianos soportan una carga interna de similar fuerza a la que se impone sobre los tres metatarsianos externos (8). FIGURA No. 1 294 P i e D i a b é t i c o Cuando se realiza la marcha normal el peso corporal se desplaza desde el retropié y es transmitido hacia adelante llegando a los componentes tanto interno como externo del trípode plantar en forma alterna. La mayor parte del peso se transmite desde el retropié hasta el trípode anterior de carga interna y desde aquí al dedo gordo con la iniciación del paso, de esta manera las fuerzas que actúan en el retropié y en el antepié se alternan en la deambulación. Durante la carrera el peso total es transmitido a través de los dos tercios anteriores del trípode, el retropié no participa sino hasta que disminuye la velocidad, se convierte en paseo o se detiene la carrera. Cuando se produce una amputación del pie en forma inevitable hay pérdida del soporte óseo y una alteración consecuente en la transmisión normal de la carga, para la iniciación de la marcha o de la carrera tiene una importancia fundamental la primera falange, mientras que el II, III, IV y V dedos son importantes para la posición de puntillas. Es fundamental en el tratamiento del paciente diabético el cuidado apropiado de sus pies ya que por acción de la gravedad en posición de bipedestación, constituyéndose en la única base de sustentación del peso corporal, se producen trastornos circulatorios y/ o neurológicos, a menudo, por primera vez en los pies, además son frecuentes los traumatismos y factores térmicos y químicos que también inciden en las lesiones de los pies diabéticos, así como el uso de zapatos inadecuados (4). La preservación de la integridad estructural y funcional del pie debe ser selectiva, con el propósito fundamental de mantener sanos todos los elementos blandos y músculo esqueléticos del pie. En la actualidad se recurre a las amputaciones mínimas para mantener en la medida de lo posible el pié en su mayor integridad y procurar respetar la capacidad de deambulación del individuo (12). En el paciente que sufre de diabetes, la enfermedad limita la elección de la amputación en mayor grado que en casos traumáticos. Entre el 50% y el 65%, en función de las diversas publicaciones, de todas las amputaciones de causa no traumática, son realizadas en enfermos diabéticos (3). La amputación es más favorable cuanto más baja se realiza, las amputaciones a nivel del pie permiten una deambulación sin dispositivos. La recuperación de la actividad y de mejor calidad es con la articulación de la rodilla que sin ella y si se 295 C a p í t u l o 1 4 logra preservar la articulación del tobillo permite una mejor función y estabilidad del miembro afectado (Fig 2). Es crítica la selección del nivel para la amputación, la elección del lugar debe permitir eliminar todas las áreas de necrosis o de riesgo que pueden llevar a una reamputación (14). Se sugiere como lugares de elección la falange proximal, transmetatarsiana, amputación distal de la tibia y peroné ( Syme ), tercio medio de la pierna, supracondílea y tercio medio del muslo. Es importante evitar otras regiones, excepto en circunstancias muy especiales (2) . NIVELES DE AMPUTACION FIGURA No. 2 296 P i e D i a b é t i c o DOLOR FANTASMA Después de la amputación es normal sentir sensaciones dolorosas, o la experimentación de la presencia de la parte amputada que pueden ser tratadas en forma conveniente aplicando diversos procedimientos terapéuticos que se utilizan en los centros de rehabilitación (24). En primer lugar existe la sensación de dolor post quirúrgico en el muñón, dolor que puede ser causado o agravado por una mala cicatrización o por un mal vendaje del muñón. Por último encontramos el dolor fantasma o del miembro amputado. El muñón de una amputación realizada en una extremidad inferior tiene como función básica permitir la carga y está sometido a una presión terminal, debe ser protegido, del impulso de la carga y de la fricción contra los dispositivos protésicos y demás objetos del ambiente. El muñón ideal debe tener una consistencia firme y estar recubierto con piel de buena calidad. El extremo óseo deberá estar bien recubierto con una buena masa muscular y o de partes blandas. La cicatriz de amputación debe ser no hipertrófica, sin neuromas, no dolorosa, la longitud del muñón no deberá ser corta con relación a la articulación para que proporcione presión óptima que permita una buena sujeción. Es importante conseguir una actividad muscular equilibrada sobre el muñón, de lo contrario, el muñón es traccionado fuera de su posición neutra y se altera su uso. Las amputaciones deben realizarse de tal forma que los colgajos no estén sometidos a tensión y se consiga una adecuada aproximación de los bordes cutáneos. EL VENDAJE Inmediatamente después de la intervención quirúrgica es de suma importancia realizar un vendaje compresivo, el cual debe satisfacer los siguientes objetivos: • Reducir el edema hasta eliminarlo si hace falta y prevenir una mayor progresión de mismo. • Estimular el metabolismo del muñón para una mejor cicatrización • Moldear el muñón para facilitar la adaptación a la prótesis. 297 C a p í t u l o 1 4 Es conveniente realizar el vendaje con venda elástica convencional de algodón, realizándolo en forma cruzada y no circular en espiral en condiciones óptimas, caso contrario pueden utilizarse telas o mallas elásticas que serán de mejor solución que un no vendaje o mal vendaje (Fig. 3). RECOMENDACIONES • El muñón debe estar continuamente vendado • El vendaje debe quitarse y ponerse cada cuatro o seis horas. • El vendaje no debe permanecer mas de doce horas seguidas en el mismo sitio. • En caso de molestias importantes, dolor y palpitaciones, se debe retirar el vendaje, descansar y colocar uno de nuevo. • Como mínimo el vendaje se retirará tres veces al día, se realizará un masaje al muñón durante quince minutos para mejorar la circulación, provocar desensibilización. Luego de esto se realizará inmediatamente el vendaje (11). • Es recomendable continuar vendando el muñón hasta por aproximadamente un año de llevar la prótesis definitiva durante la noche o cuando no utilice la prótesis. FIGURA No. 3 298 P i e D i a b é t i c o VENDAJE PARA AMPUTACIÓN SUPRACONDILEA VENDAJE EN ESPICA. 1. En posición de decúbito lateral sobre el lado sano, iniciar el vendaje por la cara anterior del muslo, porción proximal 2. Bajar la venda hasta la parte mas externa y posterior del muñón 3. Correr la venda hacia arriba por la parte posterior del muñón 4. Este paso se repite varias veces desplazando ligeramente la venda para terminar envolviendo el muñón completamente, con una presión uniforme 5. Debe finalizarse el vendaje con dos vueltas a la cintura, evitando que mantenga una actitud de flexión de cadera La parte más tensada del vendaje será siempre la situada en el extremo final del muñón de tal manera de obtener una conformación adecuada del muñón en forma cónica y no de pera ni de ocho. FIGURA No. 4 AMPUTACION INFRACONDILEA VENDAJE EN OCHO. 1. Con la rodilla extendida colocar la venda en la cara anterior del muslo, justo por encima de la rodilla 2. Pasar la venda por detrás del lado externo del muñón 3. Levar la venda por la parte posterior de la rodilla hasta el lado interno del muñón, posteriormente llevarla hacia delante haciendo la pasar por debajo de la rodilla y hacia arriba llegando a la parte inicial del vendaje 4. Pasar la venda hacia atrás y bajarla diagonalmente hasta la parte posterior del muslo dando una vuelta en el extremo final del muñón 5. Se realiza otra vuelta de la venda por encima de la rodilla y se finaliza dando varias vueltas al extremo del muñón 6. La rodilla quedará libre, sin vendar 299 C a p í t u l o 1 4 FIGURA No. 5 POSTURAS INADECUADAS QUE SE HAN DE EVITAR FIGURA No. 6 300 P i e D i a b é t i c o MASAJE DEL MUÑON Es fundamental que el fisioterapeuta realice el masaje adecuado del muñón, lo cual es beneficioso para estimular, relajar y mejorar la circulación del muñón (10). Puede considerarse los siguientes métodos: 1. Percutir el muñón con las yemas de los dedos de forma suave y continuada 2. Realizar una ligera fricción en forma continua con las dos manos 3. Amasar el muñón con las manos en sentido ascendente de manera lenta y progresiva Debe disponerse de un aparato de estimulación eléctrica para realizar reeducación y fortalecimiento de toda la musculatura del muñón que se encuentra atrofiada. EJERCICIOS DEL MUÑON Los objetivos del ejercicio son tonificar y dar elasticidad. La correcta realización permite evitar retracciones musculares, las adherencias de la cicatriz y la disminución de la movilidad articular (11). Un muñón bien tonificado y conformado permite un buen uso de la prótesis y una marcha más funcional. De todas formas la mejor manera de potenciar los músculos del muñón es iniciar el uso de la prótesis provisional lo más pronto posible como el estado de cicatrización lo permita. EJERCICIOS PARA RECUPERAR LA ELASTICIDAD ARTICULACION DE CADERA (Amputación supracondílea) 1. Movilidad en flexión. Se sujeta el muslo con las dos manos por la cara posterior y se forza el movimiento en flexión hasta su máxima aproximación al pecho, manteniendo el miembro inferior opuesto en extensión completa. 301 C a p í t u l o 1 4 FIGURA No. 7 2. Movilidad en extensión. En decúbito supino flexionar el miembro inferior indemne lo más próximo al pecho, manteniendo el muñón en extensión completa. ( Fig. 8 ) En decúbito prono apoyado sobre los codos con un cojín bajo los muslos realizar la extensión de la cadera del miembro amputado para estirar los flexores de cadera. ( Fig. 9 ) FIGURA No. 8 FIGURA No. 9 3. Movilidad en abducción. Apoyado a la pared para mantener el equilibrio el muñón se coloca sobre un taburete sin apoyo, la extremidad debe estar en ligera abducción, flexionar el miembro opuesto para conseguir el estiramiento de de los aductores de cadera. 302 P i e D i a b é t i c o FIGURA No. 10 ARTICULACION DE RODILLA ( Amputación infracondílea) 1. Movilidad en flexión. En posición sentado con la cadera y rodilla flexionadas cruzar la mano por la cara anterior de la pierna entre el muñón y la rodilla, flexionar simultáneamente rodilla y cadera. 2. Movilidad en extensión. Sentado con el muñón por fuera del borde de la cama y con la ayuda de otra persona forzar la extensión pasiva de la rodilla. FIGURA No. 11 303 C a p í t u l o 1 4 EJERCICIOS DE TONIFICACION ARTICULACIÓN DE CADERA: En las amputaciones supracondíleas la tendencia del muñón es colocarse en posición de flexión, rotación externa y abducción, para evitar se debe tratar los grupos musculares antagonistas y dar elasticidad a los músculos flexores rotadores externos y abductores 1. Extensores de la articulación de la cadera. Boca a bajo realizar una serie de extensiones de cadera (en el caso de los amputados tibiales, realizar los ejercicios con la rodilla en flexión y extensión.) FIGURA No. 12 En posición de pie, extender la cadera y evitar la flexión hacia delante del tronco en caso de amputados tibiales. En posición prona sobre una mesa extender la cadera. FIGURA No. 13 304 P i e 2. D i a b é t i c o Flexores de la articulación de la cadera. En posición supina, flexionar la cadera Sentado flexionar la cadera De pie, flexionar la cadera En todos estos ejercicios se puede realizar resistencia contraria al movimiento 3. Abductores de la articulación de la cadera. En posiciones supina y prona, separar el muñón de la otra pierna. De pie, alejar el muñón lateralmente del plano medio del cuerpo. En decúbito lateral, sobre el miembro sano, separar el muñón lateralmente. FIGURA No. 14 4. Aductores de la articulación de la cadera. En posición supina cruzar el muñón por encima de la otra pierna, igual en la posición sentado. 305 C a p í t u l o 1 4 En posición supina y con una ligera flexión de la cadera alejar y acercar el muñón a la otra pierna. FIGURA No. 15 5. Rotadores internos de cadera. Sentado, girar el muñón hacia fuera. Acostado boca a bajo, girar el muñón hacia adentro. De pie y apoyándose en la otra pierna, girar el muñón hacia adentro. ARTICULACION DE LA RODILLA En las amputaciones infracondileas, a menudo la articulación de la rodilla adopta una posición en flexión debido a la retracción de los músculos de la parte posterior del muslo la tonificación sirve para combatir la tendencia a la flexión y para preparar la articulación en el uso de la prótesis. 1. Extensores de rodilla. Realizar contracciones isométricas del cuadriceps. En decúbito supino subir y bajar el muñón con la rodilla en extensión, o empezar el ejercicio con la rodilla flexionada y extenderla. 306 P i e D i a b é t i c o Sentado en una silla, se debe continuar haciendo movimientos de flexo extensión de rodilla, se puede colocar un rodillo en la parte posterior de la rodilla. FIGURA No. 16 2. Flexores de rodilla. En posición lateral y de pie, flexionar el muslo y la rodilla. En posición prona realizar lentamente flexo extensión de la rodilla. En posición lateral y de pie extender primero el muslo y luego flexionar la rodilla. FIGURA No. 17 307 C a p í t u l o 1 4 EJERCICIOS DE PROPIOCEPCIÓN Con el propósito de acelerar la respuesta del mecanismo neuromuscular por estimulación de los propioceptores, se utilizan estos ejercicios. La amputación provoca una deficiencia neuromuscular que impide al paciente estar en condiciones de solucionar las exigencias diarias de movimiento. Estos son ejercicios que implican exigencias musculares diversas que ayudan a mejorar movimientos de apariencia muy natural. 1. 2. 3. 4. 5. Flexión y abducción con rotación interna Extensión y aducción con rotación externa Flexión y aducción con rotación externa Extensión y abducción con rotación interna Es fundamental apoyar el muñón en una superficie blanda, el terapeuta aplicará técnicas específicas en distintas direcciones. LA PROTESIS La prótesis es la substitución de un órgano o de una parte de un órgano por una pieza o aparato que reproduce mas o menos exactamente la parte amputada (24). La prótesis provisional. Después de una amputación, el muñón necesita de unos días para cicatrizar, el volumen del muñón se irá reduciendo rápidamente más aún si utilizamos un vendaje adecuado, inclusive conseguiremos el moldeamiento del muñón lo cual tardará hasta aproximadamente tres meses. La readaptación del amputado para la marcha empieza en la mayoría de los casos con una prótesis provisional, que es factible de modificarse y reajustarse según los cambios del muñón. El encaje ( Socket ) es el elemento de la prótesis que está en contacto con el muñón, debe ser modificado por el protesista a medida que se consiga la reducción del volumen, lo cual se produce por retroceso del edema y la perdida de masa muscular. 308 P i e D i a b é t i c o Al iniciar el uso de la prótesis se debe hacer progresiva y gradualmente, se debe comprobar el estado de la piel del muñón para evitar el no uso de la prótesis por la aparición de lesiones. Elaboración de la prótesis. El proceso es el mismo para todos los amputados. Siendo cada muñón distinto, se debe tomar las medidas correspondientes, el método mas habitual y hasta ahora el más eficaz es el molde de yeso, a partir de éste, se obtiene un encaje de control que permite posteriormente el acople del resto de los elementos de la prótesis, se realizan pruebas estáticas y dinámicas con el paciente. Es indispensable el alineamiento de todos los elementos de la prótesis, se verifica que el encaje sea confortable y recomprueba el buen funcionamiento dinámico de la prótesis, deben hacerse los retoques, correcciones y ajustes necesarios para conseguir el máximo bienestar y función posibles. Antes de la entrega definitiva de la prótesis, el paciente ha de haberla probado suficientemente y se la llevará a casa con su visto bueno. Es importante que la prótesis sea liviana, lo más estética posible, resistente a los impactos y no produzca rozamientos ni presiones excesivas. Como efectos secundarios debidos a defectos en el encaje o alineación, pueden producirse alteraciones cutáneas o úlceras en el muñón. Neuromas que si se exponen a presión, pueden producir mucho dolor. Por sudoración excesiva del muñón pueden producirse infecciones por hongos o bacterias. El uso correcto de medias para el muñón ayuda a combatir el exceso de sudor . Puede producirse a nivel de columna escoliosis y rotación de la columna vertebral. Estos efectos secundarios pueden ser evitados si se utiliza la prótesis adecuada. Por lo general no existe rechazo a la prótesis. COMPONENTES DE LA PRÓTESIS. Prótesis para amputados infracondilares: - Encaje blando - Encaje rígido 309 C a p í t u l o - - - - 1 4 Estructura Pie Sistema de suspensión Revestimiento cosmético Prótesis para amputados supracondilares: - - - - - - - Encaje blando Encaje rígido Estructura Rodilla Pie Sistema de suspensión Revestimiento cosmético Prótesis para desarticulación de cadera: - - - - - - Cesta pélvica Articulación de cadera Rodilla Estructura Pie Revestimiento cosmético Son importantes para la confección de la prótesis adecuada y efectiva las opiniones del técnico protesista, el estado médico y las características personales del paciente como la edad, la actividad laboral, el tipo de vida, las condiciones físicas. ENCAJE BLANDO: Prótesis para amputados infracondilares: Hay dos tipos: 1. Compuesto de material micro esponjoso que adopta la forma de muñón para amortiguar las presiones 2. Geles de silicona. Son los más utilizados actualmente cumplen las funciones anteriores y al mismo tiempo permiten fijar la prótesis con gran seguridad mediante el anclaje con pin ( perno enroscable ) 310 P i e D i a b é t i c o Prótesis para amputados supracondilares: Hay dos tipos: 1. Material semi flexible para las prótesis con sistema de fijación mediante el vacío (succión) 2. Geles de silicona, con las mismas características que las prótesis de rodilla Prótesis para desarticulación de cadera: Solo se utiliza un tipo de sistema de encaje: Cesta pélvica, que sujeta la cadera por encima de la cresta ilíaca. Prótesis para amputaciones parciales del pie: Amputación trans metatarsiana: Requiere generalmente algún tipo de relleno del zapato, puede ser espuma contorneada alrededor de la extremidad del muñón. Amputación de Chopart: Se aplicará un relleno en el zapato montado en suela rígida para evitar que la puntera del zapato se incurve hacia arriba. Amputación de syme: Requiere una prótesis completa con una abertura posterior o interna, está prótesis puede confeccionarse con material plástico resistente a la carga de peso ( polipropileno ) o para individuos más activos con material más resistente como la fibra de carbono. 311 C a p í t u l o 1 4 FIGURA No. 18 312 P i e D i a b é t i c o ESTRUCTURAS: Son elementos comunes a todas las prótesis, hay de dos tipos: 1. Endoesqueléticas: están formadas por tubos internos con distintas piezas que componen el acoplamiento y la conexión a los elementos de la prótesis. 2. Exoesqueléticas: Prácticamente no se usan en la actualidad Rodillas: Actualmente existen una gran variedad de rodillas ortopédicas en el mercado: • Rodilla de bloqueo: Se usa en pacientes con mucha inestabilidad. Proporcionan una marcha con la rodilla rígida y un desbloqueo para sentarse. • Rodilla con freno mecánico: Permite la marcha con flexión y extensión de rodilla y frena cuando se carga el peso en un ángulo aproximado de 30 grados. Son muy seguras y posibilitan una marcha bastante armónica. • Rodillas policéntricas: Están constituidas por ejes simultáneos que permiten un movimiento muy parecido a la rodilla anatómica y una gran seguridad cuando se está de pie. • Rodillas neumáticas: Pueden ser policéntricas, disponen de un cilindro neumático para la flexo extensión y permite regular la velocidad. • Rodilla hidráulica con freno: Está controlada por un cilindro hidráulico que permite variar la velocidad de flexo extensión, además dispone de un freno progresivo a la carga que actúa según el peso que se le aplica. Como resultado se pueden bajar rampas y escaleras con toda seguridad. • Rodillas electrónicas: Combinan las funciones de las rodillas hidráulicas con la información procedente de una serie de sensores colocados en la misma prótesis, permite una marcha más segura independiente de las condiciones de terreno. 313 C a p í t u l o 1 4 Pies: Existe una gran variedad de modelos: • Pie sach: Tobillo fijo, talón mullido, dispone de un amortiguador elástico y la parte anterior es de goma. Es el modelo más simple pesa poco y permite una marcha bastante regular. • Pie articulado: Compuesto por un eje y unos amortiguadores tanto en el talón como en el empeine. • Pie dinámico: Tiene por lo general una o mas láminas flexibles en su interior. • Pie multiaxial: Funciona como el pie dinámico pero además dispone de movimientos laterales, amortigua mejor las irregularidades del terreno. • Pie con sistema de almacenamiento de energía: Está formado por ballestas elásticas que almacenan energía al cargar el peso y lo liberan al levantar el pie del suelo. • Pie de talón ajustable: Disponen de un dispositivo que permite compensar las distintas alturas del tacón. • Pie de alto rendimiento: Utilizado con fines específicos para entrenamientos o competiciones deportivas. Son de fibra de carbón, se fabrican exclusivamente para cada persona en función de su peso, altura, actividad. Revestimiento cosmético: Tiene como finalidad dar un aspecto a la prótesis lo más parecido posible a la extremidad natural, pueden ser de espuma o de silicona, deben dar la apariencia y la forma muy parecida a la otra extremidad. FACTORES QUE INCIDEN EN EL MANTENIMIENTO DE LA PROTESIS El mantenimiento de la prótesis es bastante simple, consiste en revisarla regularmente y limpiarla diariamente por dentro y por fuera con agua y jabón neutro, para secarla la prótesis se puede utilizar una toalla o secador de pelo consultando si el material de la prótesis es sensible al calor. 314 P i e D i a b é t i c o Debe revisarse la alineación de la prótesis periódicamente, especialmente durante el primer año, una mala alineación puede alterar la marcha y/o dañar la piel del muñón. La altura real del tacón del calzado y el desgaste de las suelas son elementos muy importantes en el cálculo de la alineación, por esto se deberá realizar los chequeos con un protesista antes de cambiar los zapatos (24). No se debe utilizar la prótesis nunca sin zapatos. EL SOBREPESO El aumento de peso es uno de los factores más comunes que causa problemas en la adaptación de la prótesis, por tanto dificulta seriamente su uso, por cuanto altera el encaje correcto de la prótesis; igual situación puede ocurrir cuando hay pérdida de peso. En estos casos se considerará un retoque del interior del encaje o la confección de uno nuevo (23). EL CUIDADO DEL MUÑON Como ya se mencionó anteriormente debe lavarse a diario con agua y jabón neutro. No es aconsejable utilizar cremas, lociones o polvos entre el muñón y la prótesis, ya que pueden producir reblandecimiento de la piel y aparición de lesiones cutáneas. Para el caso existen productos específicos para su uso. No se debe dormir con la prótesis puesta, de esta manera se conseguirá ventilar el muñón para evitar irritaciones de la piel. Igual que la prótesis, el muñón debe revisarse periódicamente con el propósito de detectar a tiempo lesiones de la piel que dificultarán el uso de la prótesis (21). 315 C a p í t u l o 1 4 REEDUCACION DE LA MARCHA Una excelente forma de realizar la rehabilitación, que ha de permitir la recuperación más o menos completa de la función ausente por la amputación, es empezar a caminar con la prótesis lo antes posible. La marcha debe ser lo mas normalizada posible, la forma de caminar ha de ser suave, es decir evitando golpes o movimientos bruscos para no recargar excesivamente una parte del cuerpo de manera innecesaria. Hay algunos aspectos que influyen en la marcha. En primer lugar hay factores ambientales, como la superficie del terreno, visibilidad o condiciones metereológicas. Tienen también importancia e influyen los factores personales: la edad, el estilo de vida, la motivación, las condiciones físicas, el motivo de la amputación. Hay un factor derivado propiamente de la amputación que es la pérdida del esquema corporal debido a la alteración del sistema nervioso que se ha producido. Por otro lado hay factores derivados de la prótesis, sobre todo del encaje y la alineación que condicionan la marcha (7). Finalmente hay factores como una adaptación correcta a la prótesis, la preeducación de la marcha con la prótesis, con el propósito de mejorarlo visiblemente. Se debe detectar y corregir los defectos de la marcha muy comunes en los amputados y que reconociéndolos, se pueden rectificar, con el propósito de hacer una marcha lo más normal posible. FIGURA No. 19 316 P i e D i a b é t i c o BIBLIOGRAFÍA: 1. Walter B. Greene,Bases para el tratamiento de las afecciones musculo esqueléticas, 2º edición, Panamericana; 2002 (1). 2. 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