Directrices para la aplicación del concepto de minimis en el

Anuncio
LC 37/16
Anexo 9, página 1
ANEXO 9
PROYECTO DE DIRECTRICES PARA LA APLICACIÓN DEL CONCEPTO DE MINIMIS
EN EL MARCO DEL CONVENIO Y PROTOCOLO DE LONDRES
(Basado en el documento IAEA-TECDOC-1759 de 2015 (el recientemente
actualizado documento IAEA-TECDOC-1375 de 2003))
1
INTRODUCCIÓN
1.1
El Convenio sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de
desechos y otras materias, 1972, y el Protocolo de 1996 relativo al Convenio de Londres 1972
(Convenio de Londres 1972 y Protocolo de Londres 1996) prohíben la evacuación en el mar
de desechos radiactivos y otras materias radiactivas. Sin embargo, todos los materiales,
incluidos los inertes y los de origen natural, contienen radionucleidos naturales y, con
frecuencia, están contaminados con radionucleidos artificiales procedentes de fuentes
antropogénicas tales como las deposiciones debidas a pasados ensayos nucleares realizados
en la atmósfera, accidentes nucleares y descargas autorizadas de instalaciones nucleares y
radiactivas. Por consiguiente, las Partes Contratantes del Convenio de Londres 1972 y del
Protocolo de Londres 1996 reconocieron la necesidad de elaborar definiciones y directrices
que permitieran evacuar de conformidad con lo dispuesto en dicho Convenio y Protocolo los
materiales considerados (es decir, los desechos u otras materias cuya evacuación en el mar
no esté prohibida de conformidad con lo dispuesto en el anexo I del Convenio) que contengan
niveles de radionucleidos de minimis.
1.2
El concepto de minimis aplicado a las sustancias radiactivas se debatió por vez
primera en 1976, en la primera Reunión consultiva de las Partes Contratantes del Convenio
de Londres 1972. Desde entonces, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha
elaborado varios informes sobre este tema, todos los cuales suponen un fiel reflejo del estado
de evolución del concepto en el momento de su publicación. Paralelamente a los avances que
se han realizado en la esfera de la protección radiológica, ha habido también una evolución
en el propio Convenio. En 1993 se modificaron los anexos I y II del Convenio de Londres 1972
para prohibir el vertimiento en el mar de desechos radiactivos u otras materias radiactivas. En
la decimonovena Reunión consultiva, celebrada en 1997, las Partes Contratantes acordaron
pedir al OIEA que continuara elaborando el concepto de minimis y, en particular, que "facilitara
orientaciones que permitan juzgar si los materiales que se tenga previsto verter podrían
quedar exentos del control radiológico o si sería necesaria una evaluación concreta"
(LC 19/10, párrafo 6.31). En el párrafo también se indica que se pediría además al OIEA que
"facilitara orientaciones a las autoridades nacionales responsables de efectuar esas
evaluaciones concretas".
1.3
En 1998, el OIEA expuso sus ideas sobre el concepto de minimis en un documento
(LC 20/7) presentado a la vigésima Reunión consultiva de las Partes Contratantes. La
Reunión pidió al Organismo que revisara ese documento teniendo en cuenta las
observaciones formuladas por las Partes Contratantes. La Reunión consultiva acordó que,
para elaborar más el concepto de minimis, debían examinarse con detenimiento las siguientes
cuestiones (LC 20/14, párrafo 7.9):
".1
la garantía de que el concepto de minimis se aplica sólo a los desechos cuya
evacuación no está prohibida en virtud del Convenio;
.2
la protección del medio marino, incluidas la salud humana, la fauna y la flora
del medio marino, así como los usos legítimos del mar; y
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 2
.3
la necesidad de que las autoridades nacionales responsables de autorizar las
actividades de evacuación en el mar dispongan de orientación práctica y
uniforme."
1.4
El texto revisado del informe del OIEA, titulado Application of Radiological Exclusion
and Exemption Principles to Sea Disposal [1], se distribuyó con la signatura
IAEA-TECDOC-1068 (en inglés solamente). Las Partes Contratantes aceptaron estos
principios y criterios y los interpretaron en más detalle en las Directrices relativas al Convenio
sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras
materias, 1972 (Directrices relativas al Convenio y al Protocolo de Londres) [2]. En dicho
momento, las Partes Contratantes pidieron al OIEA que elaborara orientación adicional sobre
la realización de evaluaciones concretas para determinar si los materiales considerados para
su evacuación en el mar contenían niveles de radiactividad de minimis.
1.5
El OIEA elaboró esta orientación adicional y la publicó en 2003 en el
documento IAEA-TECDOC-1375 (en inglés solamente) titulado Determining the suitability of
materials for disposal at sea under the London Convention 1972: A radiological assessment
procedure [3], que contiene asesoramiento sobre cómo efectuar las evaluaciones radiológicas
específicas de los materiales considerados. El procedimiento del documento
IAEA-TECDOC-1375 se basó en principios y criterios exclusivos para la protección de los
seres humanos, dando por supuesto que la protección a los seres humanos implica un cierto
nivel de protección a todas las demás especies del entorno. Posteriormente, las Partes
Contratantes del Convenio y el Protocolo de Londres solicitaron al OIEA que elaborara un
método para evaluar de manera más explícita el impacto radiológico en la flora y la fauna de
los efectos de la radiación ionizante a fin de que pudiera tratarse adecuadamente la protección
del medio ambiente.
1.6
En 2003, la Reunión consultiva del Convenio y el Protocolo de Londres instó al OIEA
a que continuara su labor de elaboración de un mecanismo para determinar el nivel de
protección ambiental de la radiación ionizante a fin de que en esta fase pudiera tratarse
adecuadamente la protección de la flora y la fauna.
1.7
En 2013, el OIEA presentó, con miras a que lo examinaran las Partes Contratantes
del Convenio y el Protocolo de Londres, un nuevo procedimiento, en el que se incorpora el
documento IAEA-TECDOC-1375 a fin de evaluar las dosis para los trabajadores y los
miembros del público, y en el que se añade un enfoque similar destinado a evaluar las dosis
para la flora y fauna marinas, basándose en las Normas de seguridad del OIEA actualizadas
para la protección de las personas y el medio ambiente [4, 5] y en las recomendaciones
recientes de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (CIPR) sobre la protección
de los seres humanos y el medio ambiente [6, 7]. La propuesta del OIEA se aprobó en la XX?
Reunión consultiva de las Partes Contratantes del Convenio y el Protocolo de Londres,
celebrada en octubre de 2013.
1.8
Posteriormente, el OIEA elaboró y publicó en 2015 el informe titulado Determining the
suitability of materials for disposal at sea under the London Convention 1972 and London
Protocol 1996: A Radiological Assessment Procedure, edición de 2015 [8]
(IAEA-TECDOC-1759) (en inglés solamente), que incorpora el documento
IAEA-TECDOC-1375 y lo sustituye, y está destinado a ser utilizado principalmente por las
autoridades normativas nacionales responsables de autorizar la evacuación en el mar de
materiales considerados y las compañías e individuos que solicitan permisos a dichas
autoridades para evacuar estos materiales en el mar. También tiene por objeto proporcionar
orientaciones a las autoridades nacionales de protección radiológica que puedan participar en
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 3
determinar si los materiales considerados pueden designarse como de minimis a efectos del
Convenio y el Protocolo de Londres.
1.9
El texto que figura a continuación ofrece orientaciones concretas1 con respecto a la
definición y a la aplicación del concepto de minimis únicamente a los materiales considerados.
En estas orientaciones se reproducen las partes pertinentes de la labor del OEIA para elaborar
el concepto de minimis a los efectos del Convenio de Londres 1972 descrito en el documento
IAEA-TECDOC-1068 de 1999 y en los documentos posteriores IAEA-TECDOC-1375 (2003)
e IAEA-TECDOC-1759 (2015).
2
ASESORAMIENTO DEL OIEA SOBRE LOS CRITERIOS DE MINIMIS
(EXENCIONES5) PARA LOS MATERIALES CUYO VERTIMIENTO EN EL MAR
PODRÁ CONSIDERARSE EN VIRTUD DEL CONVENIO DE LONDRES
2.1
En la página 10 del documento IAEA-TECDOC-1068, el primer párrafo de la sección
contiene los siguientes criterios, según los cuales se concede la exención sin requerir más
examen:
Los materiales cuyo vertimiento en el mar podría considerarse en virtud del Convenio
de Londres que pueden clasificarse como de minimis (exentos5) sin proceder a otro
examen desde el punto de vista de su contenido de radionucleidos, son, por
consiguiente, los materiales que contengan únicamente:
1
1)
radionucleidos naturales presentes en el medio ambiente y en las materias
primas, a menos que la autoridad reguladora nacional sospeche que el
campo de radiación se verá sustancialmente modificado;
2)
radionucleidos presentes en materiales procedentes de actividades que
supongan alguna modificación de la composición de radionucleidos
naturales que haya sido examinada por la autoridad reguladora nacional, y
que se haya considerado que no justifica un control radiológico, teniendo
debidamente en cuenta el medio marino y otras condiciones pertinentes para
la evacuación, reutilización y reubicación de dichos materiales;
3)
radionucleidos ampliamente distribuidos resultantes de la deposición
radiactiva mundial debida a los ensayos de armas nucleares, la combustión
de satélites en la estratosfera y accidentes, que hayan ocasionado una gran
dispersión de radionucleidos que no justifiquen una intervención a juicio de
la autoridad reguladora nacional; y
4)
radionucleidos procedentes de fuentes y prácticas que hayan quedado
exentas o dispensadas a nivel nacional del control radiológico, de acuerdo
con la aplicación de los criterios internacionales para la exención y dispensa,
cuando se ha tenido debidamente en cuenta el medio marino y otras
condiciones pertinentes para la posible eliminación, reutilización y
reubicación de dichos materiales.
Estas orientaciones están concebidas específicamente para aplicar el concepto de minimis al anexo I del
Convenio de Londres 1972 y es posible que tengan que adaptarse para poder aplicarlas al Protocolo
de 1996 relativo al Convenio de Londres 1972 cuando éste entre en vigor.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 4
La nota a pie de página 5 del documento IAEA-TECDOC-1068 dice lo siguiente:
Por la expresión 'exento a los efectos del Convenio de Londres' se entiende que es
de minimis, o sea, que incluye los conceptos radiológicos tanto de exclusión como
de exención.
2.2
El texto con el que concluye la última sección del documento IAEA-TECDOC-1068 se
refiere a los materiales que no pueden quedar exentos sin un nuevo examen a los efectos del
Convenio de Londres 1972 (cabe señalar que la nota 5 de pie de página del
documento IAEA-TECDOC-1068 es válida también en este caso). El texto dice lo siguiente:
Los materiales considerados que no puedan quedar exentos5 sin un nuevo examen
podrán someterse a una evaluación concreta para determinar si todavía pueden
considerarse exentos5 a los efectos del Convenio de Londres. Esas evaluaciones
concretas tendrán que ser realizadas por las autoridades reguladoras nacionales
aplicando los criterios radiológicos de exención descritos en la sección 3 (del
documento IAEA-TECDOC-1068). En este contexto, cabe señalar que, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo IV y en el anexo III del Convenio, cuando se prevén
actividades de vertimiento se precisan otras evaluaciones de las características y
propiedades de los materiales considerados, aparte de las relacionadas con su
radiactividad. La evaluación concreta requerida para examinar la posible exención5 de
los materiales con el fin de determinar si éstos pueden considerarse "no radiactivos",
incluiría la evaluación de sus repercusiones radiológicas para la salud humana y el
medio ambiente (véase la sección 3 del documento IAEA-TECDOC-1068).
En los casos en que los materiales considerados estén contaminados por descargas
autorizadas o no, o se deriven de éstas, habrá que analizar cada situación en su
contexto específico. En determinados casos, también podría proceder examinar la
necesidad de una intervención.
3
PROTECCIÓN RADIOLÓGICA DE LOS SERES HUMANOS Y CONCEPTO
DE MINIMIS
3.1
El concepto de minimis fue elaborado originalmente por el OIEA tras la solicitud
formulada por las Partes Contratantes del Convenio de Londres de que se proporcionaran
orientaciones sobre cómo determinar si los materiales considerados podrían considerarse "no
radiactivos", y evacuarse en el mar [1]. En el término de minimis se subsume el examen de
dos conceptos distintos utilizados en la protección radiológica: "exclusión" y "exención"
[5, 9, 10]. La "exclusión" se aplica a las exposiciones a la radiación que no son muy fáciles de
controlar utilizando reglamentación, independientemente de la magnitud de la dosis [5, 9, 10];
por otra parte, la "exención" se aplica a las fuentes o prácticas que no tienen que estar sujetas
a algunos o todos los aspectos de control normativo basándose en que la exposición y la
exposición potencial son demasiado pequeñas para justificar un control normativo o que ésta
es la opción óptima para la protección, independientemente del nivel real de la dosis o los
riesgos [5, 9, 10].
3.2
Los principios y criterios relativos a la exención se describieron originalmente en [9] y
se actualizaron en [5]. Los principales conceptos y criterios para la exención expuestos en [9]
continúan siendo válidos y sirven de base para el asesoramiento previo y actual del OIEA al
Convenio y el Protocolo de Londres. Son los siguientes:
a)
los riesgos radiológicos para los individuos causados por la práctica o fuente
exenta han de ser lo suficientemente bajos como para que carezca de objeto
su reglamentación;
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 5
4
b)
el impacto radiológico colectivo de la práctica o fuente exenta ha de ser tan
bajo que, en las circunstancias existentes, no es preciso su control
reglamentario;
c)
las prácticas y fuentes exentas han de ser inherentemente seguras, sin que
exista probabilidad apreciable de marcos hipotéticos que pudieran llevar a
un incumplimiento de los criterios estipulados en los apartados a) y b).
EL CONCEPTO DE MINIMIS AMPLIADO PARA INCORPORAR LA PROTECCIÓN
DE LA FLORA Y LA FAUNA
4.1
El concepto de "exclusión", descrito en el documento IAEA-TECDOC-1068 [1], y
empleado previamente en el documento IAEA-TECDOC-1375 [3], basado solamente en la
protección de los seres humanos, también puede aplicarse a la flora y la fauna. Esto significa
que las exposiciones que se consideran difíciles de controlar desde la perspectiva de la
protección de los seres humanos, por lo general también se van a considerar difíciles de
controlar en el caso de la flora y la fauna.
4.2
En otras situaciones, cuando a efectos del Convenio y el Protocolo de Londres se
pueda aplicar el concepto de exención a los seres humanos, el OIEA señala que será
necesario efectuar una evaluación del impacto radiológico en la flora y la fauna. Esta
evaluación debería, al igual que en el caso de los seres humanos, demostrar que el impacto
radiológico en las poblaciones de la flora y fauna marinas es despreciable. A este respecto, la
orientación del OIEA propone un método para estimar las exposiciones a la radiación de la
flora y fauna marinas, con supuestos prudentes similares a los aplicados para evaluar las
exposiciones a la radiación de los seres humanos, y los criterios radiológicos que se deben
aplicar como referencia (los criterios para la flora y la fauna se presentan y analizan en más
detalle en [8]).
5
SIGNIFICADO Y CONSECUENCIAS DEL ASESORAMIENTO DEL OIEA
5.1
Tal vez sea necesario hacer algunas aclaraciones con respecto al asesoramiento
del OIEA que se recoge en estas directrices para los lectores que no estén familiarizados con
la terminología que se utiliza en el campo de la protección radiológica. A continuación se dan
algunas explicaciones para elaborar definiciones y directrices apropiadas a los efectos del
Convenio de Londres 1972. Cabe señalar que en el asesoramiento del OIEA, cuando se habla
de "autoridad reguladora nacional" se hace referencia a la autoridad nacional responsable de
la protección radiológica.
5.2
Todos los materiales contienen radionucleidos naturales. A veces, las actividades
humanas pueden alterar las concentraciones de radionucleidos, lo cual podría hacer aumentar
las dosis de radiación. Si esto ocurre, la actividad podría quedar sujeta al control radiológico.
Actividades humanas realizadas en el pasado, en particular los ensayos de armamento
nuclear en la atmósfera, también han introducido nuevos radionucleidos en el medio ambiente
y han hecho aumentar ligeramente las concentraciones generales de radionucleidos.
5.3
El OIEA distingue dos categorías en relación con el concepto de minimis:
–
en primer lugar, los casos en que los radionucleidos que contiene un material
considerado entran dentro de la categoría descrita en la sección 2.1 y
pueden definirse automáticamente (es decir, sin ulterior estudio) como
de minimis a los efectos del Convenio de Londres 1972; y
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 6
–
6
en segundo lugar, los casos en que se precisa una evaluación concreta para
determinar si el material considerado es de minimis o no (véase la
sección 2.2).
CRITERIOS DE EXENCIÓN AUTOMÁTICA
6.1
El párrafo del texto del OIEA que se cita en la sección 2.1 se refiere a los materiales
cuyo vertimiento en el mar podrá considerarse en virtud del Convenio de Londres 1972 y el
Protocolo de Londres 1996 sin ulterior estudio en relación con la protección radiológica. Las
disposiciones de este párrafo corresponden a la clasificación de minimis "automática" o "por
defecto" es decir, sin ninguna preocupación con respecto al contenido radiactivo de los
materiales considerados (los materiales cuyo vertimiento en el mar podrá considerarse) desde
el punto de vista de la protección radiológica. Para poder proceder a esa clasificación, hay
que tener en cuenta antes lo que se dice en los apartados siguientes. En cada uno de ellos
se especifican las clases de radionucleidos constituyentes que, según el OIEA, pueden
considerarse de minimis a los efectos del Convenio de Londres 1972 y el Protocolo de
Londres 1996.
.1
En el apartado 2.1 1) se especifica que los radionucleidos naturales
presentes en los materiales que se dan naturalmente entran dentro de la
categoría de minimis, a no ser que la autoridad nacional de protección
radiológica haya mostrado su preocupación por un aumento importante del
campo de radiación. En la mayoría de los casos, el traslado de tales
materiales de un lugar del medio marino a otro supone una modificación
relativamente pequeña de los campos de radiación existentes tanto en el
lugar (de vertimiento) inicial como en el final. Por tanto, esos casos no se
consideran preocupantes. Entre los casos relacionados con ese tipo de
materiales naturales en los que la autoridad nacional de protección
radiológica podría encontrar motivos de preocupación se encuentra el de la
reubicación deliberada de materiales naturales enriquecidos naturalmente
con radionucleidos naturales (por ejemplo, arenas monacíticas) a un medio
en el que el campo de radiación natural es pequeño. A menos que se haya
planteado ese tipo de preocupación, los radionucleidos naturales presentes
en materiales naturales no modificados pueden considerarse de minimis y
quedar exentos automáticamente sin ulterior estudio o evaluación. En los
casos en que la autoridad nacional de protección radiológica haya
manifestado algún tipo de preocupación, habrá que realizar una evaluación
concreta para determinar si esos materiales pueden clasificarse como
de minimis.
.2
El apartado 2.1 2) trata de los radionucleidos naturales relacionados con
materiales derivados de actividades humanas que han tenido como
resultado algún tipo de redistribución de los radionucleidos naturales que ha
podido modificar las concentraciones de éstos en materiales por lo demás
naturales. En algunos países, ese tipo de actividades pueden consistir en la
aplicación de fertilizantes fosfatados a los suelos y en otros en el tratamiento
de minerales, por ejemplo la producción de fertilizantes a partir de materiales
geológicos ricos en fosfatos. En este último caso, la distribución de los
radionucleidos naturales (por ejemplo, los radionucleidos de desintegración
del fósforo-31, uranio y torio) se ve alterada en ese proceso. Cabe señalar
que algunos países consideran el tratamiento de tales materiales como
práctica regulada, y no como una práctica de la que está excluida la
exposición. Los desechos de ese tratamiento pueden descargarse en el
medio acuático e incorporarse a sedimentos que tal vez haya que dragar.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 7
Es posible que la autoridad reguladora nacional haya evaluado esta práctica
y se haya pronunciado sobre su inclusión o exclusión de los controles. Si se
ha adoptado una decisión con respecto a la exclusión de la exposición
asociada a la práctica basándose en evaluaciones de toda ella en las que
se hayan tenido en cuenta las vías marinas de exposición, esa decisión se
traduce en una exención automática a los efectos del Convenio de
Londres 1972. En ese caso, no tendrían que tenerse más en cuenta los
componentes radiactivos o los efectos radiológicos de los materiales que se
deriven de esa práctica o que se vean afectados por ella. En el caso
contrario, sería necesario realizar una evaluación para determinar si el
material considerado puede clasificarse como de minimis o no.
.3
El apartado 2.1 3) trata predominantemente de los radionucleidos artificiales
procedentes de los ensayos de armamento nuclear realizados en la
atmósfera, la combustión de unidades de energía radiotérmica de satélites
en la estratosfera y accidentes nucleares. La precipitación atmosférica es un
término genérico pero que fundamentalmente comprende los radionucleidos,
especialmente los productos de fisión, procedentes de los ensayos de armas
nucleares que se realizaron en la atmósfera entre 1945 y 1981. A éstos se
han añadido radionucleidos concretos, tales como el plutonio-238,
procedentes de generadores termonucleares que han entrado en
combustión al volver a la atmósfera, y los radionucleidos más dispersos (es
decir, radionucleidos distribuidos por todo el mundo, más que por zonas o
regiones concretas) procedentes de accidentes nucleares. La precipitación
radiactiva mundial ha dado lugar a la contaminación de suelos y sedimentos
en toda la superficie de la tierra. El traslado de sedimentos acuáticos
contaminados por esa precipitación mundial a distancias relativamente
pequeñas, como es el provocado por las actividades de dragado y
vertimiento por ejemplo, no altera significativamente la distribución de tales
radionucleidos ni modifica de manera importante la concentración de éstos
en el medio ambiente. En los casos en que la autoridad nacional de
protección radiológica haya considerado que los radionucleidos de tales
fuentes no justificaban una intervención para reducir los niveles
correspondientes de exposición de seres humanos, tales materiales
contaminados pueden clasificarse como de minimis y quedar exentos sin
ulterior examen o evaluación. En otras circunstancias, habrá que realizar
una evaluación concreta para determinar si el material considerado puede
clasificarse como de minimis o no.
.4
El apartado 2.1 4) trata de los radionucleidos derivados de fuentes y
prácticas que han sido eximidas o dispensadas del control radiológico por la
autoridad nacional de protección radiológica con arreglo a los criterios
internacionales aplicables. En los casos en que la autoridad nacional de
protección radiológica haya eximido una práctica o dispensado del control
radiológico una práctica anteriormente regulada, basándose en una
evaluación de esa práctica y de la forma de evacuar, reutilizar y reubicar los
materiales asociados a ella, teniendo en cuenta también las vías marinas de
exposición ambiental, los radionucleidos derivados de esa práctica pueden
clasificarse como de minimis y eximirse automáticamente de los controles
radiológicos sin ulterior examen. En los casos en los que no se den esas
condiciones, será necesario realizar una evaluación concreta para
determinar si los materiales considerados pueden clasificarse como
de minimis o no.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 8
6.2
La clasificación de los materiales como de minimis con arreglo a los criterios arriba
descritos simplemente libera a la autoridad encargada de conceder el permiso de toda
obligación de realizar un examen ulterior de las propiedades radiactivas de tales materiales y
de las consecuencias radiológicas de su evacuación. Las restantes características y
propiedades de los materiales considerados todavía tendrán que ser evaluadas para
determinar la idoneidad de dichos materiales a efectos de su evacuación en el mar en virtud
del Convenio de Londres 1972 aplicando las disposiciones del artículo IV y de los anexos I
y III del Convenio y las Directrices para la evaluación de los desechos u otras materias cuyo
vertimiento podrá considerarse.
7
EVALUACIONES CONCRETAS
7.1
Los dos párrafos del texto del OIEA citados en la sección 2.2 se refieren a los casos
en que el material no puede clasificarse como de minimis automáticamente (es decir, sin
ulterior estudio). En el primer párrafo se define el carácter de la "evaluación concreta" que
tendría que realizar la autoridad reguladora nacional aplicando los criterios radiológicos
internacionales de exención que se citan en la sección 2.3 y teniendo en cuenta otras
consideraciones relativas a las repercusiones radiológicas para el medio ambiente.
7.2
El segundo párrafo citado en la sección 2.2 trata específicamente de la contaminación
de los materiales considerados por descargas autorizadas o no autorizadas de radionucleidos
en el medio ambiente. Las descargas autorizadas son las que están asociadas a prácticas
reguladas, tales como las operaciones de los reactores nucleares y la reelaboración de
combustible nuclear. Las descargas no autorizadas pueden ser ilícitas o involuntarias. En tales
casos, también sería necesario realizar una evaluación concreta aplicando los pertinentes
criterios radiológicos internacionales para determinar si el material puede clasificarse como
de minimis.
7.3
Una vez más, como en el caso de la clasificación del material como de minimis sin
ulterior examen (véase el párrafo 6.2), y con independencia de que se determine o no que un
material considerado es de minimis con respecto a los radionucleidos que contiene o a sus
propiedades radiactivas, el material todavía tendría que cumplir las disposiciones del
Convenio de Londres 1972, y en particular las de su artículo IV y sus anexos I y III, y habría
que evaluar su idoneidad para ser evacuado en el mar aplicando las Directrices para la
evaluación de los desechos u otras materias cuyo vertimiento podrá considerarse.
8
PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN PARA LA DEFINICIÓN DEL CONCEPTO
DE MINIMIS
8.1
En esta sección se describe la aplicación de la definición de de minimis del OIEA al
evaluar los materiales considerados en el marco del Convenio de Londres 1972. Lo que se
pretende es evaluar los materiales considerados para determinar si éstos contienen niveles
de radiactividad de minimis o si se requiere una evaluación concreta.2 La aplicación de este
procedimiento de evaluación exige tener en cuenta la información disponible sobre la
procedencia de los materiales y sedimentos considerados en relación con el medio marino
receptor, y más concretamente con el lugar de vertimiento. Las preguntas que se hacen en
cada una de las cinco primeras etapas están concebidas de modo que puedan responderse
sin necesidad de efectuar una medición directa de radionucleidos en el material considerado
o en el medio ambiente. De hecho, si esto hubiese sido un prerrequisito para las primeras
2
En la descripción de este procedimiento de evaluación se hace referencia a la autoridad nacional de
protección radiológica y a la autoridad encargada de conceder el permiso. En algunos países, esas
autoridades podrían estar representadas por el mismo organismo, podrían recibir otros nombres, o podrían
abarcar más de dos organismos.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 9
cinco etapas del procedimiento hubiera sido completamente opuesto a la esencia y la
interpretación del concepto de minimis. 8.2
En aquellos casos en que la información existente en la que basarse no resulte
suficiente, se requerirá una evaluación concreta.
9
PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN POR ETAPAS
ETAPA 1: MATERIALES CONSIDERADOS
Criterios de decisión: Los materiales considerados son los desechos u otras materias cuya
evacuación no está prohibida de otro modo por el anexo I del
Convenio de Londres 1972.
1
¿Reúnen los materiales propuestos las condiciones necesarias para su vertimiento
en virtud de lo dispuesto en el Convenio de Londres 1972 y el Protocolo de
Londres 1996?
2
Si la respuesta es NO, el material no puede ser vertido, y no es necesario ningún
examen ulterior.
3
Si la respuesta es SÍ, se pasa a la etapa 2.
ETAPA 2: INVESTIGACIÓN INICIAL DE LAS FUENTES DE CONTAMINACIÓN
Criterios de decisión: Prácticamente todos los materiales considerados tendrán
probablemente algún grado de radiactividad a causa de radionucleidos
naturales presentes en el medio y de los radionucleidos artificiales
procedentes de la deposición radiactiva mundial. La deposición
atmosférica mundial es un término genérico pero que se refiere
primordialmente a los radionucleidos, especialmente los productos de
fisión, procedentes de los ensayos de armas nucleares que se
realizaron en la atmósfera entre 1945 y 1981. A éstos se han añadido
radionucleidos concretos, tales como el plutonio-238, procedentes de
centrales termonucleares, que entraron en combustión al volver a la
atmósfera. Si los materiales considerados para su vertimiento en el
mar contienen únicamente esos radionucleidos naturales en niveles
similares a los que prevalecen en las proximidades del lugar de
vertimiento propuesto y radionucleidos artificiales procedentes de la
deposición radiactiva mundial, podrán ser considerados de minimis
sin más.
Si el resultado de esta investigación inicial lleva a la conclusión de
que no hay motivo para pensar que el material considerado sea un
material natural modificado o contaminado por otras fuentes,
el material se considerará de minimis a menos que a la autoridad
reguladora le preocupe que pueda haber una modificación sustancial
del campo de radiación en las proximidades del lugar de vertimiento
(este último caso se trata en la etapa 4 de este procedimiento).
1
¿Hay motivos para pensar que el material considerado contiene otra cosa que no sean
los radionucleidos naturales del medio, no modificados, comparables a los del medio
receptor y radionucleidos artificiales derivados de la deposición radiactiva mundial?
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 10
2
Si la respuesta es NO, los materiales son de minimis.
3
Si la respuesta es SÍ, se pasa a la etapa 3.
ETAPA 3: EVALUACIÓN DE OTRAS CAUSAS O FUENTES
Criterios de decisión: Si hay otros radionucleidos en el material considerado, es importante
hacer una distinción entre las causas o fuentes de la presencia de
esos otros radionucleidos. El aumento de los radionucleidos en el
lugar de vertimiento podría deberse a dos causas: 1) a diferencias en
la concentración de radionucleidos naturales en el material
considerado y en los sedimentos del lugar de vertimiento; y 2) a
actividades humanas que hagan aumentar la concentración de
radionucleidos naturales en los materiales considerados. La autoridad
encargada de conceder el permiso deberá explorar ambas
posibilidades antes de determinar si los niveles de radiactividad de los
materiales son de minimis. La primera de estas causas se analiza en
la etapa 4 de este procedimiento, y la segunda en la etapa 5.
La presente etapa tiene por finalidad determinar la naturaleza de las
causas o fuentes responsables de un aumento de la radiactividad en
el material considerado.
1
¿Cuáles son las otras probables causas o fuentes coadyuvantes a la radiactividad de
los materiales?
2
Si se trata únicamente de causas o fuentes naturales no modificadas, se pasa a la
etapa 4.
3
Si se trata de causas o fuentes antropogénicas únicamente, se pasa a la etapa 5.
4
Si se trata de causas o fuentes tanto antropogénicas como naturales, se pasa a la
etapa 5.
ETAPA 4: CAUSAS O FUENTES NATURALES
Criterios de decisión: Los materiales considerados de origen natural que no hayan
resultado modificados por actividades humanas son de minimis, a
menos que a la autoridad nacional encargada de conceder el permiso
le preocupe que la radiactividad pueda aumentar sustancialmente en
el lugar de vertimiento como resultado de la operación de vertimiento
del material.
En esta etapa se trata de determinar si el campo de radiación del lugar
de vertimiento resultará modificado sustancialmente por el vertimiento
de un material considerado que contenga radionucleidos naturales en
concentraciones no habituales como resultado de procesos naturales.
Toda evaluación realizada por la autoridad nacional de protección
radiológica constituirá una información valiosa en esta etapa.
1
Si el material fuera objeto de vertimiento ¿haría aumentar de forma importante la
radiactividad en el lugar de vertimiento?
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 11
2
Si la respuesta es NO, los materiales son de minimis.
3
Si la respuesta es SÍ, se pasa a la etapa 6.
ETAPA 5: CAUSAS O FUENTES ANTROPOGÉNICAS3
Criterios de decisión: En el caso de los materiales considerados que contengan
radionucleidos artificiales (distintos de los procedentes de la
precipitación mundial a que se hace referencia en la etapa 2) y/o
radionucleidos naturales modificados por actividades humanas, la
autoridad nacional encargada de conceder el permiso deberá
considerar las decisiones y medidas adoptadas anteriormente por la
autoridad nacional de protección radiológica. La autoridad encargada
de conceder el permiso deberá evaluar si la actividad humana que ha
contribuido a la radiactividad del material considerado es una
actividad que ha sido eximida o dispensada o una actividad de la que
la autoridad nacional de protección radiológica ha excluido la
exposición a las radiaciones basándose en criterios radiológicos
internacionales. La pregunta que hay que hacerse en estos casos es
si las decisiones relativas a la exclusión, exención o dispensa se
adoptaron considerando las vías de exposición ambiental marina a
los seres humanos y la flora y fauna marinas y si éstas son apropiadas
para la evaluación de la operación de vertimiento prevista. Si es así,
los materiales serán de minimis.
1
¿Formaban parte las probables causas o fuentes antropogénicas de prácticas
exentas o dispensadas o de exposiciones excluidas?
2
Si la respuesta es NO, se pasa a la etapa 6.
3
Si la respuesta es SÍ, ¿examinó la autoridad nacional de protección radiológica las
vías de exposición ambiental marina a los seres humanos y la flora y fauna marinas?
y ¿son éstas apropiadas para una evaluación de la operación de vertimiento
propuesta?
3.1
Si la respuesta es SÍ, los materiales son de minimis.
3.2
Si la respuesta es NO, se pasa a la etapa 6.
ETAPA 6: EVALUACIÓN CONCRETA
Los materiales que no queden clasificados como de minimis en las etapas 1 a 5 de la
evaluación arriba descritas también podrían clasificarse como de minimis tras una evaluación
concreta. Las etapas antes descritas de ese procedimiento de evaluación permiten hacerse
una idea inicial del carácter y los requisitos de una evaluación concreta, según se indica a
continuación.
Una evaluación concreta deberá permitir evaluar los posibles efectos adversos para el medio
marino, incluidos los efectos sobre la salud humana y la flora y la fauna marinas, así como
sobre otros usos legítimos del mar. El carácter y la amplitud de una evaluación concreta
dependerán del conocimiento que se tenga de las fuentes y de la posible extensión de la
3
El OIEA modificó la etapa 5 en el documento IAEA-TECDOC-1759 y le incluyó una evaluación de la flora y
la fauna.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 12
contaminación radiactiva del material considerado. Por ejemplo, los materiales de dragado
considerados que contengan únicamente cantidades pequeñas de radionucleidos tal vez no
tengan que someterse a un proceso de evaluación innecesariamente pormenorizado o
complejo. En parte de esta evaluación deberían utilizarse criterios internacionales de exención
radiológica basados en la protección de la salud humana y criterios radiológicos
internacionales para la protección de la flora y la fauna; de esta manera, las autoridades
encargadas de conceder los permisos deberían hacer uso de la pertinente información
científica y utilizar un planteamiento preventivo (según se estipula en la resolución
LDC.44(14)) al realizar evaluaciones de los posibles efectos en el medio marino.
El OIEA ha elaborado orientaciones para realizar las evaluaciones concretas, incluido el
impacto radiológico para los seres humanos y la flora y fauna marinas en el documento
IAEA-TECDOC-1759, titulado Determining the Suitability of Materials for Disposal at Sea
Under the London Convention 1972 and London Protocol 1996: A Radiological Assessment
Procedure, edición de 2015.
Existen varias razones por las cuales los materiales considerados pueden requerir una
evaluación concreta en caso de llegar a la etapa 6 del procedimiento de evaluación por etapas.
Estas razones son las siguientes (no necesariamente en orden de importancia radiológica):
–
cuando la autoridad nacional que expide los permisos tiene cierta preocupación
de que la radiactividad aumentaría considerablemente en el sitio de evacuación
como resultado de la evacuación de los materiales considerados de origen
natural (no modificados por las actividades humanas);
–
cuando las probables causas/fuentes antropogénicas de los radionucleidos
artificiales y/o los radionucleidos naturales alterados que contiene el material
considerado no forman parte de prácticas exentas o dispensadas o no están
asociadas con actividades respecto de las cuales están excluidas las
exposiciones;4
–
cuando, a pesar de que las probables causas/fuentes antropogénicas de los
radionucleidos artificiales y/o los radionucleidos naturales alterados del
material considerado forman parte de prácticas exentas o dispensadas o de
exposiciones excluidas, las vías de exposición ambiental marina a los seres
humanos y las relacionadas con la flora y fauna marinas:
–
no fueron consideradas por la autoridad nacional de protección
radiológica;
–
fueron consideradas, pero no de manera adecuada para la
evacuación del material en el mar.
El objetivo de la evaluación concreta es determinar si los materiales considerados pueden
designarse como de minimis dentro del significado utilizado en el Convenio y el Protocolo de
Londres, significado que se analiza en el documento IAEA-TECDOC-1759. Debería
determinarse la naturaleza y el alcance de la evaluación concreta de conformidad con los
conocimientos existentes del origen del material considerado, las fuentes pertinentes de
contaminación por radionucleidos y el contenido de radionucleidos del material. En
consecuencia, es posible que los materiales considerados que consten de sedimentos que
solamente contengan cantidades relativamente reducidas de radionucleidos artificiales no
tengan que ser sujetos a un proceso de evaluación innecesariamente detallado y complejo.
4
Incluye a los radionucleidos derivados de descargas autorizadas.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 13
10
APLICACIÓN DE LAS ORIENTACIONES PARA LA EVALUACIÓN DE DESECHOS
10.1 Los materiales considerados que se determine que son de minimis en las etapas 1
a 6 de la evaluación deben posteriormente evaluarse aplicando las "Directrices generales para
la evaluación de desechos u otras materias cuyo vertimiento podrá considerarse" y/o las
orientaciones concretas elaboradas en relación con ellas. No es necesario volver a evaluar el
contenido de radionucleidos de los materiales considerados que sean de minimis.
10.2 Las presentes directrices se elaboraron basándose en los conocimientos científicos
existentes sobre protección radiológica y en el conocimiento de la tecnología actual. No
obstante, los estudios científicos y las novedades técnicas continúan, por lo que estas
directrices deberán mantenerse sometidas a revisión, en espera de los resultados de las
nuevas investigaciones.
11
EL PROCESO DE EVALUACIÓN CONCRETA
11.1 En esta sección se describe un proceso para efectuar evaluaciones concretas a fin de
determinar si un material considerado puede tratarse como si fuera de minimis según lo
dispuesto en el Convenio y el Protocolo de Londres (etapa 6 del procedimiento de evaluación
por etapas).
11.2 El método que el OIEA propuso para el Convenio y el Protocolo de Londres se basa
en la evaluación de las dosis individuales y colectivas para los seres humanos (trabajadores
y miembros del público) y las tasas de dosis para la flora y fauna marinas. En esta propuesta
se presenta un método de evaluación que, a pesar de ser de carácter general, introduce
supuestos prudentes respecto de la dispersión de los radionucleidos en el océano, la inclusión
de las vías de exposición de radiación completas y el examen de los datos de hábitos.
11.3 La evaluación concreta está concebida para estimar las dosis de radiación que pueden
recibir los seres humanos y la flora y fauna marinas expuestos directamente e indirectamente
a la radiactividad del material considerado para su evacuación en el mar.
11.4 En el diagrama de la figura 1, más abajo, se reseña el proceso para la realización de
una evaluación concreta de impacto radiológico en los seres humanos y la flora y fauna
marinas, incluida la verificación del nivel de su protección; en otras palabras, para decidir si
se permite el vertimiento de materiales considerados según las disposiciones del Convenio y
el Protocolo de Londres. Como se señala en la figura, en este proceso se incluyen distintos
tipos de evaluación: en primer lugar, dentro de una "etapa preliminar" y, como segunda opción,
una "etapa detallada" tanto para los seres humanos como la biota marina (flora y fauna).
11.5 La etapa preliminar (sección 5.3) se basa en el uso de coeficientes de selección
prudentes estimados, expresados en dosis o tasas de dosis por unidades de concentración
de actividad presentes en el material considerado. El OIEA calculó estos coeficientes de
selección, los cuales se presentan y analizan en el documento IAEA-TECDOC-1759.
11.6 La evaluación en la etapa detallada (sección 5.4), requiere que se recabe información
adicional y que se obtenga información de especialistas pertinentes. En el
documento IAEA-TECDOC-1759 se presenta orientación para efectuar una evaluación más
detallada para los seres humanos y la flora y fauna marinas, incluidas la selección de valores
de parámetros asociados y los modelos para la estimación de las dosis.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 14
Evaluación
concreta
Etapa preliminar
–
–
–
Sí a todo
¿Es la dosis individual anual para los seres humanos ≤10 µSv?
¿Es la dosis colectiva anual para los seres humanos ≤1 Sv-persona?
¿Es la tasa de dosis para la biota marina ≤DCRL?
No
Etapa detallada
Se debe utilizar más información en la evaluación detallada
¿Es la dosis
individual anual para
los seres humanos
≤10 µSv?
Sí
¿Es la dosis
colectiva anual para
los seres humanos
≤1 Sv-persona?
Sí
¿Es la solución
óptima para los
seres humanos?a
No
Sí
No
No
No
¿Es la tasa de dosis
para la biota marina
≤DCRL?
Sí
¿Es la solución
óptima para la biota
marina?b
Sí
No
No es de minimis
Es de minimis
No se permite el
vertimiento
Se permite el
vertimiento
Figura 1: Procedimiento para efectuar la evaluación concreta5
5
Cabe señalar que los criterios de referencia para los seres humanos no se definen como absolutos o "límites". Los
criterios para las exenciones son los siguientes (documento IAEA-TECDOC-1759, sección 5.2.1):
i)
la dosis efectiva que se prevé va a recibir cualquier individuo debido a la práctica o fuente exenta es del
orden de 10 µSv en un año o inferior;
ii)
la dosis efectiva colectiva recibida en un año de desarrollo de la práctica no supera alrededor
de 1 Sv-persona, o al realizar una evaluación para optimizar la protección se revela que la exención es la
opción óptima.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 15
Los criterios radiológicos empleados para los seres humanos (10 µSv y 1 Sv-persona) y para
la biota marina (DCRL, "niveles de referencia de examen derivado") en la etapa preliminar y
la etapa detallada se analizan en el documento IAEA-TECDOC-1759. Estos criterios no se
definen como "límites", sino como referencias para adoptar decisiones informadas respecto
del nivel de protección radiológica de los seres humanos y de la flora y fauna marinas.
a
Aquí, una "solución óptima" sería determinar qué nivel de protección radiológica hace que las exposiciones
y la probabilidad y magnitud de exposiciones potenciales tengan el "valor más bajo que pueda
razonablemente alcanzarse, teniendo en cuenta los factores económicos y sociales" (ALARA), como lo
recomendó la CIPR [11] y como se adoptó en las Normas de seguridad del OIEA [5, 9].
b
En este caso, con una "solución óptima" se tendrían en cuenta otros factores, como la naturaleza de la
situación de la exposición, el tamaño de la zona potencialmente afectada, la duración de la contaminación,
el tipo de interés de los gestores, la flora y fauna presentes (incluido el número de especímenes) y la
presencia de otros factores de estrés ambiental en la misma zona.
12
CRITERIOS DE REFERENCIA PARA LOS SERES HUMANOS
12.1
La evaluación concreta para la protección de la salud de los seres humanos debería
incluir estimaciones de dosis individuales y dosis colectivas6 para las personas de referencia
a fines de comparación con los criterios radiológicos para la exención que figuran en el
documento IAEA-TECDOC-1068 [1]. Los criterios pertinentes se pueden resumir de la manera
siguiente.
12.2
La evaluación concreta para la protección de la salud de los seres humanos debería
incluir estimaciones de dosis individuales y dosis colectivas7 para las personas de referencia
a fines de comparación con los criterios radiológicos para la exención que figuran en el
documento IAEA-TECDOC-1068 [1]. Los criterios pertinentes se pueden resumir de la manera
siguiente.
12.3
Una práctica o fuente dentro de una práctica puede quedar exenta sin ulterior estudio
siempre y cuando se cumplan los siguientes criterios radiológicos en todas las situaciones
viables:
i)
la dosis efectiva8 que se prevé va a recibir cualquier individuo9 debido a la
práctica o fuente exenta es del orden de 10 µSv en un año o inferior;
ii)
la dosis efectiva colectiva10 recibida en un año de desarrollo de la práctica
no supera alrededor de 1 Sv-persona, o al realizar una evaluación para
optimizar la protección se revela que la exención es la opción óptima.
6
Cuando se refiera a los seres humanos y si no se especifica expresamente de otra manera, en este informe,
con el término "dosis" se indica la sumatoria de las dosis efectivas recibidas (ingestión o inhalación) y las
dosis efectivas de exposición externa, como se definen en las Normas básicas de seguridad actuales [5].
7
Cuando se refiera a los seres humanos y si no se especifica expresamente de otra manera, en este informe,
con el término "dosis" se indica la sumatoria de las dosis efectivas recibidas (ingestión o inhalación) y las
dosis efectivas de exposición externa, como se definen en las Normas básicas de seguridad actuales [5].
8
Por "dosis efectiva" se entiende la sumatoria de las dosis equivalentes de tejidos, cada una de ellas
multiplicadas por el factor de ponderación adecuado de cada tejido. La unidad de dosis efectiva es el Sievert
(Sv) [10]. La dosis efectiva se utiliza principalmente para estudiar las exposiciones de los seres humanos,
dado que su objetivo es cuantificar los efectos y riesgos estocásticos en los seres humanos.
9
El criterio de dosis de 10 µSv en un año debería aplicarse a un individuo hipotético que recibe una dosis
representativa de las dosis para los individuos de la población que han sufrido mayores exposiciones. En
el marco del Convenio y Protocolo de Londres, el criterio se aplica a los trabajadores más expuestos
(tripulación) y a los miembros del público.
10
Por "dosis efectiva colectiva" se entiende la dosis efectiva total para una población. La unidad de dosis
efectiva colectiva es el Sievert-persona (Sv-persona) [10].
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 16
12.4
Los criterios definidos en i) y ii) para la protección de los seres humanos no tienen
por objetivo constituir "límites", sino orientaciones numéricas para definir medidas de
protección que se condigan con la importancia del riesgo radiológico.
12.5
En el cuadro 1, más abajo, se presentan los criterios de referencia para los seres
humanos a fines de la evaluación concreta en el procedimiento de evaluación por etapas a
efectos del Convenio y el Protocolo de Londres.
13
CRITERIOS DE REFERENCIA PARA LA FLORA Y LA FAUNA
13.1
La CIPR define una serie de animales y plantas de referencia (RAP) a fin de evaluar
el impacto radiológico para la flora y la fauna [7]. La CIPR introdujo criterios radiológicos para
animales y plantas de referencia en forma de "niveles de referencia de examen derivado"
(DCRL), cuyo objetivo es orientar y optimizar las medidas de protección ambiental. Los DCRL
no son límites de dosis, sino que la CIPR los define como las tasas de dosis para las
exposiciones crónicas derivadas para la serie de RAP que sirven de marcadores en los que
uno debería centrarse a fin de examinar los datos de los efectos de la radiación conocidos
junto con otros factores pertinentes al considerar opciones de gestión [7]. Los DCRL se
agrupan en bandas para distintos RAP y que corresponden a bandas de posibles efectos a
nivel de individuo que pueden afectar el nivel de las poblaciones.
13.2
La evaluación concreta para la protección de la flora y fauna marinas debería incluir
estimaciones de exposición a la radiación correspondientes a una serie de RAP que sufren
una exposición mayor y comparar los resultados con los criterios de referencia
correspondientes. Para el medio marino y en las situaciones de exposición estipuladas en el
marco del Convenio y el Protocolo de Londres, el OIEA indica que los RAP que utiliza la CIPR
a efectos del Convenio y el Protocolo de Londres son un pez marino, un crustáceo marino y
un tipo de alga, con los criterios de referencia correspondientes.
13.3
Como se mencionó previamente, estas bandas no están concebidas para ser "límites
de dosis" sino indicadores de la necesidad de tener en cuenta otros factores a la hora de
adoptar decisiones relacionadas con la protección ambiental. Algunos de estos factores son:
la naturaleza de la situación de exposición, el tamaño de la zona en la cual se evalúa que
ocurrirán las tasas de dosis, la fracción de la población de biota expuesta, el periodo de
tiempo, el interés de gestión, otras formas de estrés ambiental coexistente, el nivel de
precaución [7].
13.4
En principio, el OIEA indica que a efectos del Convenio y el Protocolo de Londres, la
banda inferior de los DCRL debería utilizarse como criterio de referencia adecuado para la
protección de la flora y fauna. Si las tasas de dosis resultantes disminuyen junto con las
bandas, se debería evaluar si se han adoptado todas las medidas razonables en las
condiciones reinantes y teniendo en cuenta los factores mencionados a modo de ejemplo en
el párrafo previo. Las opciones que den como resultado dosis que excedan del nivel superior
de la banda DCRL pertinente suponen una necesidad mayor de considerar la posibilidad de
realizar esfuerzos de protección adicionales.
13.5
Cabe señalar que los DCRL utilizados a efectos del Convenio y el Protocolo de
Londres no se definen en ninguna norma internacional como "criterios de exención para la
protección de la flora y la fauna". Sin embargo, cuando se exponen pequeñas fracciones de
poblaciones de flora y fauna a pequeños incrementos de niveles de radiación que resultan en
tasas de dosis por debajo del DCRL –situación común en los marcos hipotéticos de exposición
prevalentes en las actividades relacionadas con el Convenio y el Protocolo de Londres– puede
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 17
concluirse que el impacto a nivel de poblaciones de flora y fauna marinas son despreciables
y no suponen inquietudes desde el punto de vista radiológico.
13.6
En el cuadro 1 a continuación se presentan los criterios de referencia para la flora y
fauna marinas a fines de la evaluación concreta en el procedimiento de evaluación por etapas
del Convenio y el Protocolo de Londres.
Cuadro 1: criterios de referencia para los seres humanos y la flora y la fauna11
para la evaluación concreta en el procedimiento de evaluación por
etapas a efectos del Convenio y el Protocolo de Londres
Sujeto expuesto
Tripulación/público, dosis individual
Tripulación/público, dosis colectiva
Pez marino, tasa de dosis
Crustáceo marino, tasa de dosis
Alga, tasa de dosis
14
Criterio de referencia
10 μSv en un año
1 Sv-persona en un año
40–400 μGy/h
400–4000 μGy/h
40–400 μGy/h
ETAPA PRELIMINAR DE LA EVALUACIÓN CONCRETA
14.1
En esta sección se describe un método genérico para evaluar si puede considerarse
que un material considerado es de minimis en relación con la evaluación concreta del
procedimiento de evaluación por etapas para el Convenio y Protocolo de Londres (véase la
caja 1 en la sección 4 y la figura 1 de esta sección). El método elaborado por el OIEA trabaja
con coeficientes tabulados para las dosis por unidad de concentración de actividad. Estos
coeficientes tabulados se derivan de modelos, parámetros y supuestos prudentes, y se
presentan en el documento IAEA-TECDOC-1759.
14.2
Los coeficientes preliminares que se presentan en el documento
IAEA-TECDOC-1759 (screening coefficients) permiten, en el caso de los seres humanos,
estimar las dosis individuales y colectivas en un año y, en el caso de la flora y fauna marinas,
estimar las tasas de dosis. En el caso de los seres humanos, en el procedimiento preliminar
se incorporan dos grupos de individuos que podrían recibir dosis del material evacuado. El
primer grupo consiste en miembros de las tripulaciones de los buques que transportan el
material al lugar de evacuación. El segundo grupo consiste en miembros del público que
pueden haber estado expuestos a los radionucleidos del material con posterioridad a la
evacuación. En el caso de la flora y la fauna se utilizan tres especies marinas de referencia
para estimar el impacto en la flora y la fauna: peces marinos, crustáceos marinos y algas [7].
14.3
Las dosis para los seres humanos/tasas de dosis para la flora y la fauna deberían
calcularse multiplicando los coeficientes preliminares que figuran en el cuadro 2 del
documento IAEA-TECDOC-1759 [8] por las concentraciones de actividad reales de los
radionucleidos y la masa del material considerado, dividido por la masa de referencia utilizada
para derivar los cuadros. Las concentraciones de actividad de los radionucleidos de los
materiales considerados deberían ser representativas del material en cuestión y dar una
promediación adecuada respecto del volumen y del tiempo transcurrido. La masa del material
considerado debería ser la que se planea verter en un periodo de un año en un lugar único.
14.4
En el documento IAEA-TECDOC-1759 [8] figuran más pormenores sobre la
elaboración y el empleo de los cuadros para esta etapa preliminar, incluido un ejemplo de
cálculo.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 18
15
ASPECTOS RELACIONADOS CON LA EVALUACIÓN CONCRETA
15.1
Al efectuar la evaluación concreta es importante tener en cuenta los siguientes
aspectos:
–
la evaluación que se presenta en el documento IAEA-TECDOC-1759 incluye
un enfoque modulado: una etapa preliminar y una etapa detallada. La
autoridad competente de protección radiológica podría proporcionar esas
herramientas respecto de si ambas etapas son necesarias y qué datos se
necesitan para efectuar una evaluación concreta y qué radionucleidos son
pertinentes;
–
una autoridad nacional competente pertinente podría identificar una
situación relacionada con la fauna o flora marinas en particular que requiera
consideraciones especiales que difieran de las de un carácter más general
que se presentan en el documento IAEA-TECDOC-1759. La existencia, por
ejemplo, de especies en peligro, zonas de protección especial o nichos
ecológicos muy sensibles podría requerir una evaluación menos general que
no solamente tenga en cuenta la perspectiva radiológica;
–
el cálculo que se presenta en el documento IAEA-TECDOC-1759 debería
efectuarse utilizando las concentraciones de actividad de radionucleidos
presentes en el material considerado, independientemente de su origen (por
ejemplo, natural o artificial). Cuando un aumento del nivel de los
radionucleidos naturales en los materiales considerados pueda deberse a
un proceso industrial, la autoridad nacional de protección radiológica debería
proporcionar asesoramiento sobre las concentraciones de actividad que
deben utilizarse para la evaluación;
–
en esencia, el enfoque utilizado para evaluar el nivel de protección de los
seres humanos y el medio marino que figura en el documento IAEATECDOC-1759 es de carácter general. No obstante, el OIEA considera que
este enfoque puede aplicarse a la mayoría de los marcos hipotéticos de
posición relacionados con las actividades de vertimiento marino que siguen
las Directrices generales [2] del Convenio y Protocolo de Londres, debido a
los supuestos conservadores que se utilizan para calcular las
concentraciones de actividad ambiental y para estimar las dosis de los seres
humanos de referencia y la flora y fauna marinas de referencia;
–
el empleo de criterios de referencia radiológicos para los seres humanos y
la flora y fauna en el ámbito de los procedimientos del Convenio y Protocolo
de Londres para definir materiales considerados como de minimis, como se
señala en el documento IAEA-TECDOC-1759 es muy prudente. Por
ejemplo, los criterios son respectivamente muy inferiores a las dosis típicas
de los seres humanos debidas a la radiación natural de fondo, y son del
orden de las tasas de dosis debidas a la radiación de fondo natural para la
flora y la fauna. En el anexo III del documento IAEA-TECDOC-1759 [8] se
ilustra la importancia radiológica de los criterios presentados por el OIEA, y
se comparan las dosis de los seres humanos y las tasas de dosis para la
flora y fauna marinas resultantes de la radiación natural de fondo.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 19
16
PRESCRIPCIONES PARA LA RECOPILACIÓN DE DATOS
16.1
Entre la información que se necesita para el procedimiento de evaluación por etapas
se encuentran estimaciones de la cantidad del material considerado para su evacuación, su
origen y las concentraciones de actividad de los radionucleidos que contiene. Es muy útil
disponer de conocimientos sobre el origen del material para determinar qué radionucleidos es
probable estén presentes. Las fuentes de radionucleidos podrían incluir, entre otras,
instalaciones de medicina nuclear, plantas generadoras nucleares, instalaciones de
procesamiento nuclear, actividades de minería pertinentes y plantas generadoras de
combustibles fósiles. Las actividades de minería podrían incluir la minería y el procesamiento
de fosfato, estaño, niobio, torio, titanio, gas natural, uranio y metales preciosos. Por
información adicional sobre la identificación de las causas o fuentes potenciales de los
radionucleidos véanse los cuadros V-2 y V-3 del anexo V del documento
IAEA-TECDOC-1759 [8].
16.2
Durante la etapa preliminar (véase la figura 1) se requieran estimaciones de las
concentraciones de actividad de los radionucleidos presentes en el material considerado. No
se prevé que será necesario efectuar nuevas mediciones de manera rutinaria para el proceso
preliminar, dado que ya se dispondrá de información suficiente. Se deberían tener en cuenta
las razones por las cuales el material no pasa el procedimiento de evaluación por etapas, el
origen y la forma del material considerado, los radionucleidos que contiene y sus fuentes.
Solamente se deberá tener en cuenta información pertinente para determinar si el material
puede tratarse como que es de minimis en virtud del Convenio y el Protocolo de Londres.
16.3
En la etapa detallada (véase la figura 1) es posible que sea necesaria la misma
información adicional que se requiere para estimar con más realismo las concentraciones de
actividad ambiental a fin de estimar las dosis de los seres humanos (por ejemplo, la
profundidad y flujo del agua) para calcular exposiciones a la flora y fauna marinas, dado que
los procedimientos para estimar concentraciones en el medio marino se basan en los mismos
modelos y datos. Este informe contiene parámetros y datos generales que pueden utilizarse
por defecto para efectuar una evaluación detallada; sin embargo, para la etapa detallada,
podrían utilizarse datos específicos por lugar en vez de datos generales.
16.4
El documento IAEA-TECDOC-1759 [8] contiene información detallada sobre los
modelos, datos y supuestos utilizados para derivar los coeficientes preliminares para los
trabajadores, el público y la flora y la fauna. Las autoridades nacionales también podrán utilizar
esta información detallada como orientación cuando consideren necesario efectuar una
evaluación más detallada.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 20
Referencias
1
ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA: Application of
Radiological Exclusion and Exemption Principles to Sea Disposal, IAEATECDOC-1068, OIEA, Viena (1999).
2
ORGANIZACIÓN MARÍTIMA INTERNACIONAL: Directrices relativas al Convenio
sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras
materias. Informe de la 21ª Reunión consultiva de las Partes Contratantes del
Convenio sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de
desechos y otras materias. LC 21/13, OMI, adoptado en 1999, enmendado en 2003
(LC 25/16). Publicación ISBN 978-92-801-5150-3 de la OMI, Londres (2006).
3
ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA: Determining the
Suitability of Materials for Disposal at Sea Under the London Convention 1972: A
Radiological Assessment Procedure, (Determinación de la idoneidad de los
materiales para su evacuación en el mar en virtud del Convenio de Londres 1972:
Procedimiento de evaluación radiológica) IAEA-TECDOC-1375, OIEA, Viena (2003).
4
ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA: Principios fundamentales
de seguridad, serie de normas de seguridad Nº SF-1 del OIEA, OIEA, Viena (2006).
5
COMISIÓN EUROPEA, ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA
ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA, ORGANISMO INTERNACIONAL DE
ENERGÍA ATÓMICA, ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, AGENCIA
PARA LA ENERGÍA NUCLEAR DE LA OCDE, ORGANIZACIÓN PANAMERICANA
DE LA SALUD, PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE,
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD: Protección radiológica y seguridad de las
fuentes de radiación: Normas básicas internacionales de seguridad, serie de normas
de seguridad Nº GSR, parte 3, del OIEA, OIEA, Viena (2014).
6
COMISIÓN
INTERNACIONAL
DE
PROTECCIÓN
RADIOLÓGICA:
Recomendaciones de 2007 de la Comisión Internacional de Protección Radiológica
(CIPR), publicación nº 103, anexo ICRP 37 (2-4), Elsevier (2007).
7
COMISIÓN INTERNACIONAL DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA: La protección
radiológica del medioambiente, introduciéndose el concepto de animales y plantas
de referencia, publicación nº 108, Elsevier (2009).
8
ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA: Determining the
suitability of materials for disposal at sea under the London Convention 1972 and
London Protocol 1996: A Radiological Assessment Procedure, edición de 2015.
IAEA-TECDOC-1759, OIEA, Viena (2015).
9
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA
AGRICULTURA, ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA,
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, ORGANISMO DE ENERGÍA
NUCLEAR DE LA OCDE, ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD,
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD: Normas básicas internacionales de
seguridad para la protección contra la radiación ionizante y para la seguridad de las
fuentes de radiación, serie de normas de seguridad Nº 115, OIEA, Viena (1996).
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 21
10
ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA: Glosario de Seguridad
Tecnológica del OIEA, Terminología empleada en seguridad tecnológica nuclear y
protección radiológica, edición de 2007, OIEA, Viena (2007).
11
COMISIÓN INTERNACIONAL DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA: Recomendaciones
de 1990 de la Comisión Internacional de Protección Radiológica, publicación ICRP 60,
Pergamon Press, Oxford y Nueva York (1991).
Anexo I del Convenio de Londres 1972, enmendado en 1993
1
Compuestos orgánicos halogenados.
2
Mercurio y compuestos de mercurio.
3
Cadmio y compuestos de cadmio.
4
Plásticos persistentes y demás materiales sintéticos persistentes, tales como redes y
cabos, que puedan flotar o quedar en suspensión en el mar de modo que puedan obstaculizar
materialmente la pesca, la navegación u otros usos legítimos del mar.
5
Petróleo crudo y sus desechos, productos refinados del petróleo, residuos de la
destilación del petróleo y cualesquiera mezclas que contengan esos hidrocarburos, cargados
a bordo con el propósito de verterlos.
6
Desechos radiactivos u otras materias radiactivas.
7
Materiales de cualquier forma (por ej., sólidos, líquidos, semilíquidos, gaseosos o
vivientes) producidos para la guerra química y biológica.
8
Con la excepción del apartado 6 anterior, los párrafos precedentes del presente anexo
no se aplicarán a sustancias que se transformen rápidamente en el mar en sustancias inocuas
mediante procesos físicos, químicos o biológicos, siempre que:
i)
no den mal sabor a la carne de los organismos marinos comestibles, o
ii)
no pongan en peligro la salud del hombre o de los animales domésticos.
Si existiese alguna duda sobre si una sustancia es inocua, la Parte deberá seguir el
procedimiento consultivo dispuesto en el artículo XIV.
9
A excepción de los desechos industriales definidos en el apartado 11 infra el presente
anexo no se aplicará a desechos u otros materiales (tales como lodos de aguas residuales y
material de dragados) que contengan como vestigios de contaminantes las materias a que se
hace referencia en los apartados 1-5 del presente anexo. Estos desechos estarán sujetos a
las disposiciones de los anexos II y III, según proceda.
El apartado 6 no se aplicará a los desechos u otros materiales (tales como lodos de aguas
residuales y material de dragados) que tengan niveles de radiactividad de minimis (exentos)
definidos por el OIEA y aprobados por las Partes Contratantes. A menos que el anexo I lo
prohíba, estos desechos estarán sujetos a las disposiciones de los anexos II y III, según
proceda.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 22
10
11
a)
Se prohíbe la incineración en el mar de los desechos industriales definidos
en el apartado 11 infra y de los fangos cloacales.
b)
Para la incineración en el mar de cualquier otro tipo de desechos o materias
se exige un permiso especial.
c)
Al expedir los permisos especiales de incineración en el mar, las Partes
Contratantes aplicarán las reglas elaboradas en el marco del presente
Convenio.
d)
A los efectos del presente anexo:
i)
por instalación incineradora marítima se entiende un buque, una
plataforma u otra construcción cuyas operaciones tengan por fin la
incineración en el mar;
ii)
por incineración en el mar se entiende la combustión
deliberadamente provocada de desechos u otras materias en
instalaciones incineradoras marítimas para la destrucción térmica
de tales desechos o materias. Las actividades inherentes a las
operaciones normales de los buques, plataformas u otras
construcciones quedan excluidas del ámbito de esta definición.
Desechos industriales a partir del 1 de enero de 1996.
A los efectos del presente anexo:
Por desechos industriales se entienden los materiales de desecho resultantes de operaciones
de fabricación o de elaboración, y el término no incluye:
a)
materiales de dragado;
b)
fangos cloacales;
c)
desechos de pescado o materiales orgánicos resultantes de las operaciones
de elaboración del pescado;
d)
buques y plataformas u otras estructuras construidas en el mar, a condición
de que se haya retirado la mayor cantidad posible de materiales que puedan
producir residuos flotantes o contribuir de otra manera a la contaminación
del medio marino;
e)
materiales geológicos inertes no contaminados, cuyos constituyentes
químicos tienen pocas probabilidades de escapar al medio marino;
f)
materiales orgánicos no contaminados de origen natural.
El vertimiento de desechos y otras materias indicado en los anteriores incisos a) a f) estará
sujeto a las restantes disposiciones del anexo I y a las disposiciones de los anexos II y III.
El presente apartado no se aplicará a los desechos radiactivos u otras materias radiactivas
que se mencionan en el apartado 6 de este anexo.
I:\LC\37\LC 37-16.docx
LC 37/16
Anexo 9, página 23
12
Dentro del plazo de 25 años a partir de la fecha en que entre en vigor la enmienda al
apartado 6 y después de ello cada 25 años, las Partes Contratantes completarán un estudio
científico relativo a todos los desechos radiactivos y otras materias radiactivas que no sean
desechos o materias de alta actividad, teniendo en cuenta aquellos otros factores que las
Partes Contratantes consideren oportunos, y examinarán la oportunidad de mantener tales
sustancias en el anexo I, de conformidad con los procedimientos establecidos en el
artículo XV.
***
I:\LC\37\LC 37-16.docx
Descargar