1084-2008 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de

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1084-2008
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las diez
horas con cuarenta minutos del día diecinueve de noviembre de dos mil diez.
El presente proceso de amparo se inició mediante demanda presentada el día 28-XI2008 por el abogado Manuel Antonio Rosales Chávez en su calidad de apoderado general
judicial de la sociedad Almacenes Simán Sociedad Anónima de Capital Variable que puede
abreviarse Almacenes Simán S.A de C.V.; contra actuaciones de la Asamblea Legislativa
que considera violatorias de sus derechos a la equidad tributaria, seguridad jurídica y
propiedad, de conformidad con los artículos 2, 103 y 131 ordinal 6° de la Constitución.
Han intervenido en el proceso, además de la parte actora, la autoridad demandada, y
el Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso, y considerando:
I. 1. El apoderado de la sociedad impetrante manifestó, en su demanda, que reclama
contra el artículo 9 del Decreto Legislativo No. 595 de fecha 25-I-1996 por medio del cual
se estableció como norma tributaria municipal un impuesto a cargo de las empresas
comerciales y de servicios que se dediquen a operaciones onerosas y, en concreto, que
presten servicios de compra y venta de mercaderías, argumentando que el legislador, en la
norma en cuestión, ha seleccionado como hecho imponible el activo de empresa, el cual
constituye un evento que de ninguna manera refleja capacidad contributiva alguna, ya que
el mismo, al no ser un elemento revelador de la riqueza a gravarse, sólo refleja la
potencialidad de la capacidad productiva, concepto que no debe confundirse con el de
capacidad tributaria. Asimismo, señaló que el quantum del tributo se desatiende de la
capacidad contributiva, dado que funciona como un impuesto progresivo, es decir, a mayor
capacidad de producción, mayor “castigo” tributario; incurriendo, como consecuencia, en
una disminución a los derechos fundamentales de los particulares.
Por todo ello, la impetrante estima que se le afecta su patrimonio de una manera
excesivamente gravosa y desproporcionada, por cuanto el activo de una empresa por sí solo
considerado no refleja capacidad contributiva o tributaria; y el quantum, por su parte, afecta
gravemente la capacidad productiva, razones por las cuales solicitó se le amparara en sus
pretensiones y se suspendieran los efectos de la normativa impugnada. Como apoyo a su
exposición citó jurisprudencia de este tribunal en casos, a su parecer, análogos al hoy
estudiado, y finalmente, señaló como tercero beneficiado a “la Municipalidad de
Sonsonate”, por corresponder a ésta los ingresos provenientes del arbitrio en cuestión.
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2. Mediante auto de las ocho horas con cuarenta y un minutos del día 9-XII-2008,
se admitió la demanda circunscribiéndose al control de constitucionalidad del artículo 9 de
la Ley de Impuestos Municipales de Sonsonate, departamento de Sonsonante, emitida
mediante Decreto Legislativo No. 595 de fecha 25-I-1996, a través del cual se estableció el
impuesto municipal para las empresas comerciales de esa localidad tomando como hecho
imponible el activo de las mismas, lo cual -a juicio de la sociedad demandante- podría
vulnerar sus derechos a la equidad tributaria, seguridad jurídica y propiedad, consagrados
en los artículos 131 No. 6, 2, y 103 de la Constitución, respectivamente.
En la misma interlocutoria, se decretó la inmediata y provisional suspensión de los
efectos del acto reclamado, se ordenó comunicar la existencia de este proceso a la
Municipalidad de Sonsonate (como tercero beneficiada) y se pidió informe a la autoridad
demandada; esta al contestarlo -por medio del señor José Antonio Almendáriz Rivas,
Secretario Directivo de la Asamblea Legislativa-, manifestó no ser ciertos los hechos que le
atribuyen en la demanda, pues de conformidad al artículo 2 de la Constitución, el Derecho
no solo está conformado por normas, sino también por principios y valores que definen una
estructura orientada a que el orden jurídico pueda cumplir tres funciones básicas: garantizar
la seguridad jurídica, garantizar el respeto a los derechos humanos y a la libertad; y, en
tercer lugar, cooperar al progreso, la justicia y a la paz social.
Señaló que el artículo 103 de la Constitución establece el derecho a la propiedad
privada, derecho real que implica el ejercicio de las facultades jurídicas más amplias que el
ordenamiento jurídico concede sobre todos los bienes susceptibles de apropiación; dicho
derecho, está limitado por las exigencias del bien común, la necesidad ajena, la ley y
subordinado, en todo caso, al deber moral.
Expresó además, que el artículo 131 número 6 de la Constitución conlleva el
principio de generalidad tributaria, el cual implica que los tributos han de exigirse a todos
los que manifiesten la capacidad económica tipificada en los hechos imponibles de dichos
tributos y que, naturalmente, estén situados en el ámbito territorial al que se extienda el
poder tributario del ente público impositor.
Además, manifestó que de conformidad con el artículo 204 números 1 y 6 de
nuestra Carta Magna, las municipalidades cuentan con una autonomía que les permite crear,
modificar y suprimir tasas así como contribuciones públicas, con la finalidad de que la
administración del Estado tenga una mayor capacidad de atender la demanda ciudadana.
Concluye su informe señalando que el municipio constituye la unidad política
administrativa primaria dentro de la organización estatal, establecida en un territorio
determinado que le es propio, con autonomía para establecer su propio gobierno, el cual,
está encargado de la rectoría y la gerencia del bien común local, en coordinación con las
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políticas y actuaciones nacionales orientadas al bien común general, gozando para cumplir
con dichas funciones del poder, autoridad y autonomía suficiente. En virtud de lo anterior,
sostuvo que no existe la violación de derechos que le atribuye la sociedad demandante.
3. De conformidad a lo prescrito en el artículo 23 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, se confirió audiencia al Fiscal de la Corte, quien no hizo uso de la misma.
4. Por auto de las ocho horas con cuarenta y nueve minutos del día 26-II-2009, se
confirmó la medida cautelar de suspensión de los efectos del acto reclamado, y se pidió
informe justificativo a la autoridad demandada, la que al evacuarlo -por medio del señor
Roberto José D´aubuisson Munguía, Secretario Directivo de la Asamblea Legislativadefendió la constitucionalidad de la norma cuestionada en similares términos que en la
primera intervención, haciendo énfasis en la coordinación de competencias tributarias que
debe existir entre el gobierno municipal y el central a fin de potenciar el desarrollo del
pueblo. Finalmente, reiteró su convicción de no haber violado los derechos reclamados,
pidiendo se declarara no ha lugar al amparo solicitado.
5. Posteriormente, se confirieron los traslados que ordena el artículo 27 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales al Fiscal de la Corte y a la parte actora. El Fiscal
manifestó: “El ente demandado, deberá razonar, motivar y fundamentar las justificaciones
de los parámetros utilizados para la creación del tributo fiscal, objeto de este amparo, y
demostrar, que dicho tributo fiscal, no es el resultado de un criterio arbitrario, carente de
objetivación”.
Por su parte la impetrante, por medio de su apoderado, reiteró lo expresado en su
demanda señalando que existen a la fecha varios precedentes que en su opinión son
análogos al presente caso. Asimismo, cuestionó ampliamente que el hecho imponible de la
tributación sea el activo de una empresa como reflejo veraz de la capacidad contributiva, ya
que si bien dicho concepto comprende -verbigracia- bienes inmuebles, dinero en efectivo y
valores negociables, también comprende cosas compradas a plazos con garantía prendaria o
hipotecaria, es decir, afectados con obligaciones a cargo del comerciante y que no pueden
ser indicativos de verdadera riqueza.
6. Por resolución de las ocho horas con dos minutos del 30-VII-2009, se abrió el
proceso a pruebas, de conformidad con lo prescrito en el artículo 29 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, período procesal dentro del cual la autoridad demandada
se limitó a ratificar los argumentos esgrimidos en sus anteriores intervenciones, mientras
que la sociedad demandante presentó un escrito en el cual hizo relación a diversas pruebas
ya incorporadas a este expediente judicial.
7. Finalmente, se confirieron los traslados que ordena el artículo 30 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales al Fiscal de la Corte, a la actora, y a la autoridad
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demandada, etapa en la cual tanto el aludido agente del Ministerio Público como las partes
se limitaron a reiterar los conceptos vertidos en sus intervenciones anteriores. Así, quedó el
proceso en estado de pronunciar sentencia definitiva, con fecha 11-I-2010.
II. Expuesto los argumentos esgrimidos por la sociedad demandante para
fundamentar su petición de amparo, las razones aducidas por la autoridad demandada para
justificar el acto impugnado y la opinión del Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, es
necesario delimitar el objeto de control en el proceso de mérito.
De la lectura de la demanda se advierte que la peticionaria alega que la Asamblea
Legislativa ha vulnerado el derecho a la equidad tributaria, el derecho a la seguridad
jurídica y el derecho de propiedad, en virtud del cobro de un impuesto basado en el artículo
9 de la Ley de Impuestos Municipales de Sonsonate, departamento de Sonsonate, ya que el
mismo incorpora un hecho imponible que no refleja capacidad económica o de pago, como
lo es el activo; asimismo, señala que el quantum del tributo es confiscatorio porque ha
configurado un impuesto progresivo, variable y sin límite.
En atención a lo anterior, el análisis de la presente sentencia consistirá en determinar
si el artículo 9 de la Ley de Impuesto Municipales de Sonsonate, departamento de
Sonsonate, incorpora un hecho imponible que no refleja capacidad económica o de pago,
como lo es el activo de las empresas; y, si el monto del impuesto impugnado es
desproporcionado y confiscatorio.
En ese sentido, el iter lógico de la presente decisión será el siguiente: (1) En primer
lugar, será necesario hacer algunas consideraciones respecto de los principios de capacidad
económica, proporcionalidad y progresividad en materia tributaria, los cuales constituyen
límites al ejercicio del poder impositivo del Estado; (2) luego, se hará una breve referencia
al criterio empleado por este tribunal para resolver, con base en los referidos principios, los
supuestos planteados en los amparos citados por la demandante, en los que se analizó si el
activo de una empresa revela una verdadera capacidad contributiva. Seguidamente,
utilizando el anterior marco jurídico-conceptual como parámetro de control en esta
sentencia, se procederá al análisis del caso concreto, a fin de determinar si el hecho
generador contemplado en la norma impugnada -“el activo neto o imponible de la
empresa”-, revela o no capacidad contributiva; y, en ese sentido, si el quantum del tributo
prescrito se traduce en un impuesto de carácter progresivo, variable y sin límite, que a
criterio de la impetrante resulta confiscatorio, transgrediendo de esa forma sus derechos
fundamentales.
III. 1. De conformidad con la jurisprudencia de este tribunal, específicamente, la
sentencia de inconstitucionalidad 35-2009 de fecha 9-VII-2010, considerando III, entre los
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principios inspiradores de un sistema tributario justo y equitativo, que fungen como
límites al poder impositivo del Estado, encontramos los siguientes:
a. El principio de capacidad económica o capacidad contributiva, es aquel en virtud
del cual el legislador es llamado a estructurar un sistema tributario en el que la
participación de los ciudadanos en el sostenimiento de los gastos públicos se realiza en
razón o en proporción a la aptitud económico-social que tengan para ello. Dicha capacidad
puede medirse, por ejemplo, a través de algunas circunstancias que pueden definirse como
índices (el patrimonio o la renta obtenida por el sujeto), o bien indicios (el consumo o
tráfico de bienes), que revelan la riquezas de las que dispone una persona. En la concreción
normativa de este principio, también opera el de “normalidad”, pues, cuando el legislador
configura una determinada situación como hecho imponible, atiende a un supuesto que
normalmente es indicativo de capacidad económica.
Se trata, entonces, de un principio que limita a los poderes públicos en el ejercicio
de su actividad financiera, pero que, además, condiciona y modula el deber de contribuir de
los ciudadanos. En ese sentido, puede afirmarse que el principio aludido actúa como
presupuesto y límite para la tributación.
En todo caso, la capacidad económica es una exigencia del ordenamiento tributario
globalmente considerado. Por ello, es una cualidad que no se demanda de cada tipo de
tributo, ya que éstos tienen naturalezas sustancialmente diferentes.
Por último, en ningún caso un tributo o el conjunto de tributos que recaigan sobre un
contribuyente deben afectar su “mínimo vital”, esto es, la cantidad destinada a la
satisfacción de las necesidades básicas de su titular.
b. En ese orden de ideas, otro de los principios determinantes en la actividad
normativa tributaria del legislador, es el de proporcionalidad, el cual en este ámbito se
refiere, concretamente, a que debe fijarse el cumplimiento de una carga tributaria de
manera razonable y proporcional, en atención a la capacidad contributiva del sujeto.
c. Vinculado con el anterior principio, se encuentra el de progresividad, según el
cual, a medida que aumenta la riqueza de los sujetos pasivos, aumenta la contribución en
proporción superior al incremento de la riqueza; en otras palabras, la alícuota o porcentaje
del impuesto podrá ir elevándose en la medida que aumenta el capital imponible del
obligado, siendo un límite infranqueable de esta actividad el atentar contra la capacidad
económica del contribuyente con alcances confiscatorios.
Lo anterior tiene lugar cuando el tributo impuesto tiende a agotar la riqueza,
patrimonio o capital de la persona, a tal grado de privarle el disfrute de un mínimo
necesario de sus rentas y bienes, para su vital subsistencia.
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En perspectiva con lo anterior, existe la posibilidad de que algunos tributos
puedan revestir la forma o carácter de gravámenes progresivos, siempre que tal regulación
sea proporcional y acorde a la capacidad contributiva del sujeto destinado a soportar la
carga tributaria, y no tenga alcances confiscatorios.
Del contenido de los anteriores principios, puede determinarse que en el marco de
la interpretación del art. 131 ord. 6º de la Constitución, estos principios inciden en la
configuración de la norma tributaria, en especial, a la hora de regular el hecho generador
y el quantum de la obligación tributaria a la que se sujeta al contribuyente, existiendo la
posibilidad de que el tributo tienda a incrementar de manera progresiva, siempre y cuando
se preste especial atención a las situaciones o actividades que revelen una verdadera
capacidad contributiva por parte del obligado, y que la regulación de la carga tributaria
sea en proporción a aquélla.
2. Una vez reseñados algunos de los principios que deben regir la actividad
normativa tributaria del legislador, corresponde analizar en atención al contenido de los
mismos, los antecedentes jurisprudenciales a los cuales hace referencia la impetrante en su
demanda de amparo.
En las sentencias de fechas 12/IV/2005, 06/III/2006, 15/XI/2006 y 9-IV-2010, en
los procesos de amparo con referencias números 545-2003, 646-2004, 386-2005 y 10862008, respectivamente, esta Sala hizo hincapié en que cumpliendo con el principio de
capacidad económica, el legislador sólo puede elegir como hechos que generan la
obligación de tributar aquellos que, directa o indirectamente, reflejen, revelen o guarden
una relación lógica y racional con una cierta capacidad económica; y no puede elegir
como hechos significativos, a la hora de repartir la carga tributaria, situaciones que no
tengan tal significado.
Con respecto al activo de una empresa se aclaró que dicho concepto deber ser
abordado desde una perspectiva económica, jurídica y contable, siendo en este último
ámbito en el que adquiere una definición más amplia, puesto que el activo comprende el
total de los valores efectivos que un comerciante tiene a su favor, reducibles a dinero y de
los cuales se tenga la facultad de disponer libremente, v.gr. los bienes inmuebles, el dinero
efectivo, los valores negociables y las mercaderías. También quedan comprendidos los
bienes y las cosas en propiedad total o parcial y aquellos que se tengan en posesión tales
como las cosas compradas a plazos con garantía prendaria o hipotecaria o los derechos
sujetos a condición pactada. Asimismo, se pueden incluir los bienes sobre los cuales no se
tiene título alguno, como es el caso de las mercaderías en tránsito.
A simple vista podría deducirse, entonces, que el activo aparece como un supuesto
que normalmente es indicativo de capacidad económica, pues, al menos en abstracto,
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refleja valores cuantificables a nivel pecuniario. No obstante lo anterior, el activo
incorpora no sólo los bienes y valores que se encuentran libres de carga, sino también
aquellos que se ven afectados por alguna obligación a cargo del comerciante, así como
aquellos respecto de los cuales no se tiene título alguno. Estas dos últimas categorías no
representan una verdadera riqueza a favor del sujeto y, por lo tanto, no pueden ser objeto de
gravamen.
Por todo ello, se afirmó -en las referidas sentencias- que tomar como único
parámetro para la imposición del tributo el activo del comerciante -sin deducción del
pasivo- como base para la imposición, carecía de un índice revelador de verdadera
capacidad económica y contributiva, pues la aplicación de impuestos sobre los activos de
las empresas no es congruente con el principio de capacidad económica y contributiva que
debe aplicarse en materia de impuestos, para que pueda hablarse de una verdadera equidad
tributaria.
IV. Trasladando los conceptos desarrollados en el acápite precedente, y tomando en
cuenta el contenido de las sentencias citadas como antecedentes jurisprudenciales,
corresponde analizar si existen las violaciones constitucionales argüidas por la sociedad
peticionaria, esto es, si en efecto el artículo 9 de la Ley de Impuesto Municipales de
Sonsonate, departamento de Sonsonate, contempla un impuesto sobre la base de un hecho
generador que no revela verdadera capacidad contributiva, y, en ese sentido, el elemento
cuantitativo o
quantum regulado por dicho precepto genera un impuesto progresivo,
variable y sin límite, con alcances confiscatorios, lo cual, a criterio de la parte actora,
transgrede sus derechos fundamentales.
1. Consta en la documentación que corre incorporada a este expediente judicial,
copia certificada del Diario Oficial de fecha 21-II-1996, tomo 330 número 36, de los folios
8 al 10, en el cual se publicó el Decreto Legislativo No. 595 que contiene la Ley de
Impuestos Municipales de Sonsonate, departamento de Sonsonate, cuyo capítulo II contiene
la regulación de los “IMPUESTOS A LAS ACTIVIDADES ECONOMICAS
APLICANDO TARIFA VARIABLE”, siendo la disposición contemplada en el artículo 9
de dicho cuerpo de ley, la norma impugnada por la sociedad actora. El inciso primero de
dicho precepto aclara que debe entenderse por empresa comercial –como sujeto pasivo del
tributo– a todas aquellas que se dediquen a la compra y venta de mercancías.
En el siguiente inciso, se regula, literalmente que por la “ACTIVIDAD
COMERCIAL”, éstas deberán pagar el impuesto conforme a la siguiente tabla: “Si el activo
neto o imponible es: De ¢25,000.01 a ¢50,000.00, el Impuesto mensual ¢50.00; De
¢50,000.01 a ¢150,000.00, el Impuesto mensual ¢50.00 más ¢0.85 por millar o fracción,
excedente a ¢50,000.00; De ¢150,000.01 a ¢250,000.00, el Impuesto mensual ¢135.00 más
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¢0.75 por millar o fracción, excedente ¢150,000.00; De ¢ 250,000.01 a ¢500,000.00, el
Impuesto mensual ¢210.00 más ¢0.65 por millar o fracción, excedente a ¢250,000.00; De
¢500,000.01 a ¢1,000.000.00, el Impuesto mensual ¢372.00 más ¢0.55 por millar o
fracción, excedente a ¢500,000.00; De ¢1,000.000.01 a ¢2,000.000.00, el Impuesto
mensual ¢647.50 más ¢0.45 por millar o fracción, excedente a ¢1,000.000.00; De
¢2,000.000.01 a ¢3,000.000.00, el Impuesto mensual ¢1,097.50 más ¢0.35 por millar o
fracción, excedente a ¢2,000.000.00; De ¢3,000.000.01 a ¢4,000.000.00, el Impuesto
mensual ¢1,447.50 más ¢0.25 por millar o fracción, excedente a ¢3,000.000.00; De
¢4,000.000.01 a ¢5,000.000.00, el Impuesto mensual ¢1,697.50 más ¢0.15 por millar o
fracción, excedente a ¢4,000.000.00; De ¢5,000.000.01 a ¢10,000.000.00, el Impuesto
mensual ¢1,847.50 más ¢0.10 por millar o fracción, excedente a ¢5,000.000.00; De
¢10,000.000.01 en adelante, el Impuesto mensual ¢2,347.50 más ¢0.05 por millar o
fracción, excedente a ¢10,000.000.00” (resaltado suplido).
De la norma anteriormente expuesta, se colige claramente que el hecho generador
del tributo, es el “activo neto o imponible” de la empresa, y que el legislador ha utilizado
como equivalentes estos dos términos contables, dotándoles el mismo significado. De ahí
que, en la norma en estudio, al referirse a estos conceptos, el legislador hace alusión al total
que resulta de la operación aritmética de restar el pasivo del activo de la empresa, por lo
que, en este caso, el gravamen recae en el capital real con el que ésta cuenta, esto es, los
valores que se encuentran libres de cargas, pues el activo neto no es más que los activos
resultantes de la deducción de las obligaciones contraídas por el sujeto pasivo descrito en el
precepto. En consecuencia, el activo neto o imponible al que se refiere la disposición legal
refleja, en definitiva, el patrimonio o capital de trabajo de la empresa; por tanto, la
persona a la que se dirige la norma carga con la obligación tributaria, luego de deducir
las obligaciones y responsabilidades correspondientes.
En perspectiva con lo anterior, si bien en las sentencias citadas se ha teorizado sobre
el término genérico “activo”, con el cual se estableció la forma en que éste debe gravarse
para que exista equidad tributaria; en el presente caso, este tribunal advierte la aplicación
por parte del legislador de un concepto económico contable diferente al invocado por la
parte actora -activo de la empresa-, pues en el gravamen impugnado el hecho generador es
el “activo neto o imponible”, entendiendo, en esencia, -como ya se explicó supra- que
dicha carga se impone al patrimonio o capital de trabajo de cada empresa, lo cual,
efectivamente refleja capacidad contributiva. En consecuencia, la norma impugnada sí ha
fijado parámetros adecuados y justos, con los que se cumple con los principios de
capacidad económica o contributiva, proporcionalidad y no confiscación, cuya aplicación
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es fundamental para la imposición de un tributo justo y equitativo; por consiguiente, en el
caso en estudio, no son aplicables los criterios contenidos en la jurisprudencia relacionada.
Sobre la base de lo expuesto, es posible concluir que al gravar el activo neto o
imponible se ha tomado en cuenta la deducción del pasivo correspondiente, pues dicha
obligación recae, en realidad, sobre el patrimonio o capital de trabajo de cada empresa,
por tanto, la norma impugnada establece como base un hecho generador que sí refleja una
verdadera capacidad económica y contributiva; en consecuencia, en el presente caso no
existe violación a los derechos fundamentales alegados como vulnerados por la sociedad
demandante; razón por la cual, no procede el amparo sobre este punto de la demanda.
2. Resulta ahora necesario retomar el otro argumento por el cual la peticionaria
arguye inconstitucional la norma tributaria antes mencionada. A su criterio, dado que dicha
disposición contempla una carga impositiva sobre la base de un hecho generador que no
revela capacidad contributiva, el quantum o elemento cuantitativo del mismo genera un
impuesto de carácter progresivo, variable y sin límites, con alcances confiscatorios.
No obstante lo anterior, tal como se expuso en el acápite precedente, resulta
imperioso hacer énfasis en que al configurar el legislador un impuesto sobre la base del
activo neto o imponible de una empresa no se está transgrediendo los principios de
capacidad económica o contributiva y la prohibición de no confiscatoriedad en materia
tributaria; pues, en la citada disposición, dichos conceptos contables hacen referencia al
capital real o patrimonio del que dispone una persona jurídica, con el que podría responder
y soportar, por tanto, la carga tributaria correspondiente.
Por otra parte, debe tenerse presente que la naturaleza de la actividad, negocio,
situación que está sujeta a gravamen -en este caso, el activo neto o imponible de las
empresas- determina en gran medida la clase de impuesto que configura la norma, así
como la técnica y aspectos que han de valorarse y aplicarse para establecer la cuota
tributaria, esto es, la cantidad que el sujeto pasivo debe cancelar al Estado en concepto de
contribución al gasto público, siendo uno de los referidos aspectos el elemento cuantitativo
o quantum del hecho generador.
El referido elemento expresa la medida en que la circunstancia a gravar se realiza,
es decir, su cuantía, monto, volumen o intensidad; sin embargo, debe aclararse que entre los
llamados tributos “fijos” y “variables”, sólo es posible identificar el quantum respecto de
estos últimos, porque solo en estos casos el hecho imponible es susceptible de producirse
en distinto grado, permitiendo detectar las diferentes variaciones que pueden manifestar la
capacidad contributiva de los sujetos pasivos y establecer, en proporción a la magnitud
reflejada, la carga tributaria correspondiente, en atención a los principios tributarios
tantas veces mencionados.
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Cabe acotar, entonces, respecto a los tributos variables en los que sí es posible
establecer diferentes grados o niveles de realización del hecho imponible, tal como sucede
con el importe de la renta, el valor del bien transmitido, o bien el monto al que asciende el
activo neto o imponible de la empresa, entre otros ejemplos; además, que el legislador debe
precisar en la norma tributaria -en atención al contenido de los principios desarrollados en
el romano III de esta resolución- los elementos de cuantificación que permitan, por su
aplicación a cada caso concreto, determinar la cuantía del tributo, según la medida o
intensidad con que se realizó el hecho imponible en cada caso, siendo los criterios a los
que se hace referencia la base imponible y el tipo de gravamen, sin perjuicio de que puedan
utilizarse otros diferentes.
Ahora bien, partiendo del hecho que la base imponible expresa la concreción o
cuantificación exacta de la capacidad económica manifestada de forma abstracta y general
por el presupuesto fáctico contenido en la norma tributaria, el tipo de gravamen indica qué
porción de esa capacidad medida por la base se reserva el ente público. En otras palabras,
este último elemento se refiere a la cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base
para obtener como resultado la cuota tributaria, el cual puede aplicarse de forma progresiva.
De tal forma que a medida que aumenta la base imponible, corresponde un monto, importe,
porcentaje o alícuota superior a la que recae sobre una base inferior. En consecuencia, la
cuota reflejará una proporción mayor sobre la base que la correspondiente a niveles
inferiores de ésta, bajo el principio de que a mayor capacidad contributiva, crece la
posibilidad del sujeto de soportar una mayor carga tributaria, lo cual no se traduce
ineludiblemente en la confiscación o afectación del mínimo vital que requiere para cubrir
sus necesidades.
En ese sentido, si el activo neto o imponible de las empresas de las personas
jurídicas que realizan operaciones de carácter oneroso en el Municipio de Sonsonate, entre
las que se encuentra la sociedad SIMAN, S.A. de C.V., experimenta variaciones en su
realización y, en consecuencia, refleja diferentes niveles o graduaciones en la capacidad
económica de los sujetos pasivos, no resulta extraño que en atención a esa circunstancia el
legislador haya configurado un impuesto variable, para el que ha regulado un tipo de
gravamen de carácter gradual, en atención al principio de progresividad desarrollado en
el romano III de esta sentencia.
En perspectiva con lo anteriormente expuesto, de la disposición tributaria contenida
en el artículo 9 de la Ley de Impuestos Municipales de Sonsonate, departamento de
Sonsonate, es posible colegir que tal impuesto tiene las características de un tributo directo,
subjetivo y de tarifa variable, ya que el legislador ha establecido una tabla progresiva que se
caracteriza por: 1) calificar como sujeto pasivo a todas aquellas empresas que se dediquen a
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operaciones onerosas, como la sociedad demandante, cuyo giro es la “compra y venta de
mercadería”; 2) tomar como hecho generador el activo neto o imponible, situación
reveladora de capacidad contributiva de aquellas, a diferencia de lo argüido por la
pretensora en este amparo; y 3) aplicar un tipo de gravamen gradual y variable, que permite
establecer cuotas tributarias diferenciadas, de acuerdo a la ubicación o posición que
adquiera el sujeto obligado en atención al volumen o magnitud en que ha realizado la
actividad que le está siendo gravada, esto es, su capacidad contributiva.
Por todo ello, el legislador ha previsto una norma genérica y abstracta que contiene
un impuesto cuyo quantum se determina por medio de una tabla que establece rangos por
millar, ubicando a las personas jurídicas obligadas conforme al activo neto o imponible que
poseen; por lo que el monto a pagar por éstas variará en proporción a su capacidad
contributiva, pues la alícuota del impuesto se eleva solo en la medida que aumenta el
capital imponible, lo cual no se traduce en una conculcación al principio de progresividad y
a la prohibición de confiscatoriedad en materia tributaria. Y es que, precisamente, al
establecerse un gravamen mediante una tarifa variable y progresiva, el monto a pagar no
representa un detrimento al patrimonio de cada sujeto pasivo, dado que la alícuota es en
proporción a la riqueza que éste en realidad posee, por lo que no existe la vulneración
constitucional alegada por la sociedad SIMAN, S.A. de C.V., y en consecuencia deberá
desestimarse su pretensión de amparo respecto de este punto.
POR TANTO, con base en las razones expuestas, y en aplicación de los artículos 2, 103, y
131 No. 6 de la Constitución y artículos 32, 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales esta Sala FALLA: (a) Declárase no ha lugar al amparo solicitado por la
sociedad Almacenes Simán Sociedad Anónima de Capital Variable que puede abreviarse
Almacenes Simán S.A de C.V., por no existir violación a sus derechos a la equidad
tributaria, seguridad jurídica y propiedad; (b) Cesen los efectos de la suspensión del acto
reclamado decretado en auto de fecha 9-XII-2008 y confirmada con fecha 26-II-2009; (c)
notifíquese.
---J. B. JAIME--- C. ESCOLÁN ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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