Juicio de amparo número de origen: 1013/2011

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Juicio de amparo número de
origen: 1013/2011-IV
Expediente auxiliar: 81/2012
Quejoso: (**********1).
Jueza: Paula María García Villegas Sánchez Cordero
SENTENCIA
Vistos y estudiados los autos para dictar sentencia en el
juicio de amparo 1013/2011-IV del índice del Juzgado
Primero de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal,
radicado en este Juzgado Quinto de Distrito del Centro
Auxiliar de la Primera Región, con residencia en el Distrito
Federal, con el número de registro 81/2012; y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Presentación de la demanda. Por escrito
presentado el uno de diciembre de dos mil once, en la Oficina
de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, (**********1), por su propio
derecho, demandó el amparo y protección de la Justicia
Federal, contra la autoridad y el acto siguientes:
“III. AUTORIDADES RESPONSABLES: juez Trigésimo
Quinto de lo Familiar en el Distrito Federal”.
“IV.- ACTO RECLAMADO y PROTESTA LEGAL: Lo
constituye la resolución emitida en el recurso de
revocación de fecha 4 de noviembre de 2011, publicada
el 8 del mismo mes y año, por el juez Trigésimo Quinto
de lo Familiar en el Distrito Federal, en el expediente
número (**********3), correspondiente al divorcio
incausado promovido por la C. (**********2), en contra
del suscrito”.
El quejoso señaló como derechos fundamentales
vulnerados, los contenidos en los artículos 14, 16 y 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, narró
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los antecedentes del caso, y expuso el concepto de violación
que consideró pertinente.
SEGUNDO. Prevención al escrito inicial de demanda
de amparo. Por auto de cinco de diciembre de dos mil once,
la jueza Primero de Distrito en Materia Civil en el Distrito
Federal, a quien por razón de turno correspondió conocer del
juicio en que se actúa, vista la demanda de amparo, requirió
al quejoso para que en el término de tres días, y con apoyo
en el artículo 116, fracción II, de la Ley de Amparo, realizara
lo siguiente:
“1).- Precise con toda exactitud el domicilio actual
y correcto de (**********2), toda vez que el quejoso es
parte en el procedimiento de origen por lo cual esta en
aptitud de dar cumplimiento a lo anterior”.
El requerimiento anterior, fue desahogado por el
quejoso por medio de escrito presentado el catorce de
diciembre de dos mil once, en la Oficina de Correspondencia
Común de los Juzgados de Distrito en Materia Civil en el
Distrito Federal.
TERCERO. Admisión de la demanda de amparo.
Mediante acuerdo de dieciséis de diciembre de dos mil once,
la jueza que inició el conocimiento del presente asunto,
admitió a trámite la demanda; solicitó a la autoridad
responsable su informe con justificación, mismo que debía ir
acompañado con copia de todo lo actuado en el expediente
del cual deriva el acto reclamado; tuvo como tercero
perjudicada a (**********2); otorgó la intervención legal que
corresponde al Agente del Ministerio Público de la Federación
de su adscripción; y, señaló fecha y hora para la celebración
de la audiencia constitucional.
CUARTO.
Celebración
de
la
audiencia
constitucional y remisión del juicio de amparo a éste
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órgano jurisdiccional. Continuando con la tramitación del
juicio de amparo, existiendo un diferimiento previamente, el
tres de febrero de dos mil doce, tuvo verificativo la audiencia
constitucional al tenor del acta correspondiente y, en atención
a lo previsto en el oficio STCCNO/816/2011, de ocho de
marzo de dos mil once, signado por el Secretario Ejecutivo de
Carrera Judicial, Adscripción y Creación de Nuevos Órganos
del Consejo de la Judicatura Federal, la jueza Primero de
Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, por acuerdo de
ocho de febrero del año que transcurre, ordenó remitir el
expediente a este Juzgado Quinto de Distrito del Centro
Auxiliar de la Primera Región, a efecto de que pronunciara
sentencia,
el
cual
fue
recibido
en
la
Oficina
de
Correspondencia Común del Centro Auxiliar de la Primera
Región, Sede Canoa número 79, con Residencia en el
Distrito Federal, el nueve de febrero del presente año,
remitido a este juzgado de Distrito, el mismo día, recibido a
las catorce horas con veinticuatro minutos, asignándole el
número de registro 81/2012.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia. Este Juzgado Quinto de
Distrito del Centro Auxiliar de la Primera Región, con
residencia en el Distrito Federal, es legalmente competente
para dictar sentencia, de conformidad con los artículos 103,
fracción I, y 107, fracción III, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 36 y 114, fracción IV, de la Ley
de Amparo1; 54, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder
1
Todas las citas de preceptos de la Ley de Amparo se refieren a la publicada el diez
de enero de mil novecientos treinta y seis, en el Diario Oficial de la Federación, y sus
subsecuentes decretos de reformas, y se invocan en la presente sentencia, pues aún
cuando el juicio de amparo que se resuelve fue promovido con posterioridad al
cuatro de octubre de dos mil once, fecha en que entró en vigor el Decreto por el
que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 94, 103,
104 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cierto es
que, en atención a que al dictado de la presente sentencia, aún no se publica la
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Judicial de la Federación, en relación con el Acuerdo General
13/2011 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que
modifica el diverso Acuerdo General 20/2009, que crea el
Centro Auxiliar de la Primera Región, así como los órganos
jurisdiccionales que lo integran; primero del Acuerdo General
48/2009 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal,
relativo al inicio de funciones de los Juzgados Cuarto y
Quinto de Distrito del Centro Auxiliar de la Primera Región y
el oficio STCCNO/816/2011, de ocho de marzo del dos mil
once, emitido por el Secretario Ejecutivo de Carrera Judicial,
Adscripción y Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la
Judicatura Federal, en que comunicó que éste órgano judicial
apoyaría en el dictado de sentencias al Juzgado Primero de
Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, toda vez que se
resuelve un juicio de amparo del índice del citado juzgado.
SEGUNDO. Fijación de los actos reclamados.
Previamente a establecer lo relativo a la certeza del acto de
autoridad reclamado, con fundamento en lo previsto en el
artículo 77, fracción I, de la Ley de Amparo, es necesario
precisar en qué consiste aquél, atendiendo al análisis integral
del escrito de demanda, determinación que se corrobora con
el contenido de la jurisprudencia P./J. 40/2000 sustentada por
el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, tomo XI, abril de dos mil, página 32,
cuyo tenor es el siguiente:
“DEMANDA
DE
AMPARO.
DEBE
SER
INTERPRETADA EN SU INTEGRIDAD. Este Alto
Tribunal, ha sustentado reiteradamente el criterio de
que el juzgador debe interpretar el escrito de demanda
nueva ley de la materia, se seguirá aplicando la Ley de Amparo en lo que no se
contradiga a lo dispuesto por los artículos de la Constitución Federal, vigentes a
partir de la entrada en vigor de las reformas publicadas en el Diario Oficial de la
Federación, el seis y diez de junio de dos mil once.
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en su integridad, con un sentido de liberalidad y no
restrictivo, para determinar con exactitud la intención
del promovente y, de esta forma, armonizar los datos y
los elementos que lo conforman, sin cambiar su alcance
y contenido, a fin de impartir una recta administración
de justicia al dictar una sentencia que contenga la
fijación clara y precisa del acto o actos reclamados,
conforme a lo dispuesto en el artículo 77, fracción I, de
la Ley de Amparo”.
De igual forma, es de invocarse la tesis P. VI/2004,
sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que se consulta en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XIX, abril de
dos mil cuatro, página 255, que a la letra señala:
“ACTOS RECLAMADOS. REGLAS PARA SU
FIJACIÓN CLARA Y PRECISA EN LA SENTENCIA
DE AMPARO. El artículo 77, fracción I, de la Ley de
Amparo establece que las sentencias que se dicten en
el juicio de garantías deberán contener la fijación clara y
precisa de los actos reclamados, así como la
apreciación de las pruebas conducentes para tenerlos o
no por demostrados; asimismo, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha sostenido el criterio de que
para lograr tal fijación debe acudirse a la lectura íntegra
de la demanda sin atender a los calificativos que en su
enunciación se hagan sobre su constitucionalidad o
inconstitucionalidad. Sin embargo, en algunos casos
ello resulta insuficiente, por lo que los juzgadores de
amparo deberán armonizar, además, los datos que
emanen del escrito inicial de demanda, en un sentido
que resulte congruente con todos sus elementos, e
incluso con la totalidad de la información del expediente
del juicio, atendiendo preferentemente al pensamiento e
intencionalidad de su autor, descartando las precisiones
que generen oscuridad o confusión. Esto es, el juzgador
de amparo, al fijar los actos reclamados, deberá
atender a lo que quiso decir el quejoso y no únicamente
a lo que en apariencia dijo, pues sólo de esta manera
se logra congruencia entre lo pretendido y lo resuelto”.
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Tomando en cuenta que la congruencia de las
sentencias que se dicten en los juicios de amparo es una
cuestión de orden público, con fundamento en lo dispuesto
por el artículo 77, fracción I, de la Ley de Amparo, a
continuación se precisa el acto reclamado en el presente
juicio, el cual lo constituye:

La resolución de cuatro de noviembre de
dos mil once, dictada por el juez Trigésimo
Quinto Familiar del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en el juicio de
divorcio incausado expediente (**********3),
promovido por (**********2) en contra del hoy
quejoso, por medio de la cual confirmó el
auto de seis de octubre del mismo año,
mediante el cual se decretó como medida
provisional la salida del citado impetrante de
amparo
del
domicilio
conyugal,
con
apercibimiento de multa y arresto en caso
de no hacerlo.
TERCERO.
determinadas
combaten
por
Certeza
las
de
conductas
esta
vía
los
que
actos.
Una
vez
específicamente
constitucional,
es
se
menester
pronunciarse respecto de la certeza o inexistencia de las
mismas,
ello
atendiendo
a
una
cuestión
de
lógica
fundamental, ya que la existencia del acto autoritario es un
requisito esencial para efectuar el estudio relativo a la
constitucionalidad del mismo.
Al respecto, resulta ilustrativa la tesis de jurisprudencia
número XVII.2o. J/10, del Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Séptimo Circuito, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, tomo 76,
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abril 1994, página 68, que dice: “ACTOS RECLAMADOS,
CERTEZA O INEXISTENCIA DE LOS. TÉCNICA EN EL
JUICIO DE AMPARO”.
Actos
ciertos.
La
autoridad
responsable
juez
Trigésimo Quinto Familiar del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en su informe justificado (fojas
17 y 18), manifestó lo siguiente:
“(…)
Resulta
desacertado
el
perjuicio
constitucional que se duele el imperante, en razón del
acto reclamado, decretado en el juicio de divorcio
promovido, por (**********2), en contra de (**********1),
EXPEDIENTE (**********3), consistente en lo decretado
en la audiencia prevista en el artículo 272-B del Código
de Procedimientos Civiles, celebrada en fecha seis de
octubre de dos mil once, donde se dictó como medida
provisional, lo siguiente “(se transcribe)”.
De la transcripción anterior, se advierte que el juez
responsable no realizó manifestación alguna sobre la certeza o
inexistencia del acto reclamado, pero del análisis de las copias
certificadas del juicio de divorcio incausado (**********3), por él
remitidas, a las que se les otorga valor probatorio pleno de
conformidad con lo establecido en los artículos 129, 197 y 202
del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, en términos de su artículo 2,
segundo párrafo, a fojas 174 a 179 del legajo de pruebas, se
desprende la existencia del acto reclamado consistente en la
resolución de cuatro de noviembre de dos mil once, dictada en el
citado juicio de divorcio incausado, promovido por (**********2)
en contra del hoy quejoso, por medio de la cual confirmó el auto
de seis de octubre del mismo año, mediante el cual se decretó
como medida provisional la salida del impetrante de amparo del
domicilio conyugal, con apercibimiento de multa y arresto en
caso de no hacerlo, lo que resulta suficiente para tenerlo como
cierto.
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CUARTO. Análisis de causales de improcedencia.
Determinada la certeza del acto reclamado, a continuación, se
analiza la procedencia del juicio de amparo, por lo que es
indispensable señalar que la instancia en el amparo exige las
condiciones o los presupuestos de admisibilidad y procedencia
previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en la Ley de Amparo y en la jurisprudencia de la
Suprema Corte Justicia de la Nación.
Bajo ese contexto, la pretensión del gobernado en el
amparo debe ajustarse a esos requisitos, pues de no ser así es
inadmisible y, por ende, es improcedente, de ahí que el juez
debe estudiar la procedencia del amparo en primer término, ya
sea que lo aleguen las partes o que de oficio lo advierta esta
juzgadora, en términos de la última parte del artículo 73 de la Ley
de Amparo y la tesis jurisprudencial número novecientos cuarenta,
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de mil
novecientos diecisiete a mil novecientos ochenta y ocho, Segunda
Parte, visible a fojas mil quinientos treinta y ocho, que dice:
“IMPROCEDENCIA, CAUSALES DE. EN EL JUICIO
DE AMPARO. Las causales de improcedencia del juicio
de amparo, por ser de orden público deben estudiarse
previamente, lo aleguen o no las partes, cualquiera que
sea la instancia”.
En el presente juicio, no hay causa de improcedencia que
analizar, en virtud de que la autoridad responsable y la parte
tercero perjudicada no las hicieron valer, y de oficio la suscrita
no advierte la actualización de alguna.
Ahora bien, el presente juicio de amparo es procedente, en
virtud de que se promueve en contra del recurso de revocación
dictado por el juez de origen, hecho valer en contra de un auto
dictado dentro de un juicio de divorcio incausado, entonces, al
haberse agotado el recurso de revocación respectivo, lo
procedente es, como lo hizo el quejoso, acudir al juicio de
amparo indirecto.
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Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis I.9o.C.186 C, del
Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, de la entonces Novena Época, Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, XXXIV, agosto de 2011, página:
1319, materia(s): Común, de rubro y texto siguientes:
“DIVORCIO
INCAUSADO.
LAS
DECISIONES
ADICIONALES DICTADAS EN LA SENTENCIA QUE
LO DECRETA SON IMPUGNABLES MEDIANTE EL
RECURSO DE REVOCACIÓN, Y POR TANTO, DEBE
AGOTARSE PARA LA PROCEDENCIA DEL JUICIO
DE AMPARO INDIRECTO. Por regla general, cuando
los cónyuges no concilian sus intereses mediante los
convenios propuestos, de conformidad con el artículo
287 del Código Civil para el Distrito Federal, el Juez
decretará el divorcio y dejará a salvo los derechos de
los contendientes para que los diriman en la vía
incidental; la declaración de divorcio resuelve en forma
definitiva ese aspecto de la litis natural, que al ser
irrecurrible en términos del artículo 685 bis del Código
de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, debe
ser impugnada en amparo directo, acorde con la tesis
de jurisprudencia por contradicción número 1a./J.
137/2009, emitida por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXI, abril
de dos mil diez, página ciento setenta y cinco, de rubro:
"DIVORCIO POR DECLARACIÓN UNILATERAL DE
VOLUNTAD. ANTE LA FALTA DE ACUERDO DE LAS
PARTES RESPECTO DEL CONVENIO PARA
REGULAR LAS OBLIGACIONES QUE PERSISTEN
DESPUÉS DE DISUELTO EL MATRIMONIO, EL JUEZ
DE LO FAMILIAR DEBE DECRETAR AQUÉL Y
RESERVAR PARA LA VÍA INCIDENTAL LA
RESOLUCIÓN DE TODAS LAS DEMÁS CUESTIONES
(LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL VIGENTE A
PARTIR DEL 4 DE OCTUBRE DE 2008)."; sin embargo
en la práctica, los Jueces de lo familiar en el Distrito
Federal al decretar el divorcio suelen emitir
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pronunciamientos en forma provisional, sobre temas
relacionados con la disolución del matrimonio, tales
como alimentos, guarda y custodia, posesión de bienes,
entre otros, cuyas decisiones no son, por un lado,
definitivas y, por otro, no están pronunciados en el
trámite incidental a que se refiere el numeral citado en
primer término; en ese orden, si no es una sentencia
definitiva, porque no resuelven el fondo de esas
medidas, ni le pone fin al juicio, entonces son
impugnables en amparo indirecto; y para la procedencia
de ese medio extraordinario de impugnación debe
atenderse al principio de definitividad, consistente en
haber agotado el recurso de revocación a que se refiere
el artículo 685, segundo párrafo, del código procesal en
cita, porque procede en contra de todo tipo de
resoluciones sin hacer distinción alguna, cuando la
sentencia no sea apelable, por lo que es evidente que
comprende todo tipo de determinación, aun cuando se
dicten en la sentencia que decretó el divorcio, si se trata
de actos jurídicos distintos o independientes a la
disolución del vínculo matrimonial, siempre que sean
decisiones de carácter provisional, como alimentos,
guarda y custodia, preservación de bienes, ocupación
del domicilio, etc. No es obstáculo a lo anterior, que en
la misma sentencia el Juez haya resuelto lo relativo a la
disolución del vínculo matrimonial, pues si bien la
sentencia como acto jurídico es indivisible, no lo es
como documento, dado que éste representa la solución
que el juzgador da a determinado problema jurídico, y
puede
contener
diversos
pronunciamientos
independientes, y no existe inconveniente para que
cada uno de ellos sea combatido de manera destacada
en la vía y términos procedentes, acorde con la tesis de
jurisprudencia por contradicción número 1a./J. 17/99,
emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IX, mayo
de mil novecientos noventa y nueve, Novena Época,
página ciento cuarenta y tres, de rubro: "GASTOS Y
COSTAS EN MATERIA MERCANTIL. AMPARO
INDIRECTO
IMPROCEDENTE
CONTRA
LA
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LIQUIDACIÓN DE, AUN CUANDO LA SENTENCIA
RELATIVA COMPRENDA LA LIQUIDACIÓN DE
INTERESES."; pues aun cuando ésta se refiera a las
condenas en gastos y costas en materia mercantil y de
liquidación de intereses, decretadas en una sola
sentencia, lo cierto es que se partió de la base de que la
resolución, en sentido amplio, es divisible como
documento mas no como acto jurídico, y aquél
representa la solución que el juzgador dé a determinado
problema jurídico, sin hacer distinción en cuanto a que
se trate de una sentencia definitiva, de un auto o de una
interlocutoria. De ahí que si en la sentencia reclamada
el Juez realizó dos pronunciamientos independientes,
como fueron la disolución del vínculo matrimonial y la
fijación de medidas provisionales, y si el quejoso
únicamente se duele en contra de esas medidas,
entonces, deben combatirse mediante el recurso de
revocación, previamente al juicio de amparo indirecto.
Lo anterior no significa que exista división de la
continencia de la causa, ya que la disolución del vínculo
matrimonial y cualquier medida provisional son dos
actos jurídicos diversos expresados en un mismo
documento”.
QUINTO. Análisis de los conceptos de violación.
Precisado lo anterior, se procede al análisis del concepto de
violación que formula el quejoso en contra del acto reclamado,
mismo que se encuentra dentro de su demanda de amparo, el
que se tiene por reproducido como si a la letra se insertara,
siendo aplicable al respecto la jurisprudencia 2ª./J 58/2010,
aprobada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXXI, mayo de
2010, cuya literalidad es:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS.
PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE
CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS
SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU
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TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos integrantes del
capítulo X "De las sentencias", del título primero
"Reglas generales", del libro primero "Del amparo en
general", de la Ley de Amparo, no se advierte como
obligación para el juzgador que transcriba los conceptos
de violación o, en su caso, los agravios, para cumplir
con los principios de congruencia y exhaustividad en las
sentencias, pues tales principios se satisfacen cuando
precisa los puntos sujetos a debate, derivados de la
demanda de amparo o del escrito de expresión de
agravios, los estudia y les da respuesta, la cual debe
estar vinculada y corresponder a los planteamientos de
legalidad o constitucionalidad efectivamente planteados
en el pliego correspondiente, sin introducir aspectos
distintos a los que conforman la litis. Sin embargo, no
existe prohibición para hacer tal transcripción,
quedando al prudente arbitrio del juzgador realizarla o
no, atendiendo a las características especiales del
caso, sin demérito de que para satisfacer los principios
de exhaustividad y congruencia se estudien los
planteamientos de legalidad o inconstitucionalidad que
efectivamente se hayan hecho valer”.
Ahora bien, se tiene que el quejoso en el concepto de
violación que hace valer en su demanda de amparo, realizó
los argumentos siguientes:
 Que
es
ilegal
la
determinación
del
juez
responsable, al decretar la salida del suscrito del
domicilio conyugal, ubicado en (**********4), en
México, Distrito Federal, basándose solamente en
la afirmación de la hoy tercero perjudicada, en el
sentido de que es víctima de violencia familiar, sin
que se acreditaran dichas manifestaciones.
 Que obra en autos la documental pública de la
que se advierte que es la tercero perjudicada,
quien ha desplegado conductas violentas hacia el
quejoso.
 Que se vulnera en su perjuicio el contenido del
artículo 208 del Código de Procedimientos Civiles
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para el Distrito Federal, ya que dicho numeral
obliga al juez, a que en caso de violencia familiar,
se deben tomar en consideración los dictámenes,
informes y opiniones que hubieren realizado las
instituciones públicas o privadas dedicadas a
atender asuntos de esa índole, y que con
fundamento
en
el
diverso
941
del
citado
ordenamiento legal, está facultado para solicitar
de oficio dichos medios de convicción.
 Que el juez responsable decide que el quejoso
abandone el domicilio conyugal sin motivación que
justifique dicha decisión.
Por su parte, la sentencia de cuatro de noviembre de dos
mil once, que constituye el acto reclamado, en la parte
considerativa establece lo siguiente:
“(…) III.- Para una mejor comprensión de la
decisión que habrá de recaer a este asunto, se
destacan las actuaciones judiciales siguientes:
De acuerdo con la narrativa de hechos expuesta
en solicitud de divorcio y su contestación, el domicilio
conyugal establecido por las partes se ubica en
(**********4),
DISTRITO
FEDERAL,
actualmente
habitado por las partes.
Efectivamente, la C. (**********2), en la solicitud de
divorcio,
concretamente,
capítulo
de
medidas
provisionales, solicitó las transcrita a continuación:
“Solicito a (sic) Señoría ordenen al señor
(**********1), salga del domicilio conyugal, desde el
momento en que le sea notificada la solicitud de
divorcio, ya que he sido víctima durante muchos años
de violencia familiar de tipo física, psíquica y
económica…” (sic).
IV.- Los argumentos de inconformidad expresados
por el contendiente para intentar extinguir los efectos
del proveído recurrido, dice:
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“Es de señalarse que la determinación decretada
en la audiencia de fecha seis de octubre de dos mil
once, consistente en que como medida provisional
salga del domicilio ubicada en casa identificada como
(**********4), Distrito Federal, sin tomar en cuenta lo
alegado ante su señoría, consistente en el hecho de
que no podía salirme de dicho domicilio en virtud, de
que no tenía en donde vivir, aunado al hecho de que
como la misma accionante lo manifiesta no son mal
vivientes, y en caso de salirme de qué viviría, asimismo,
que la casa se encontraba dividida en departamentos,
con entradas independientes que el suscrito vive en la
planta baja y que ningún contacto tengo con ella.
De igual forma, se señaló que no he ejercido
ningún tipo de violencia en contra de la accionante, en
el tiempo que estuvimos casados (…)”.
PRECEPTOS VIOLADOS: Artículos 81 y 208 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal.
Me causa agravio la determinación decretada
como medida provisional, en virtud de que al momento
de tomar dicha determinación no valoró en debida forma
el material probatorio que se encuentra agregado en
autos, es así, ya que los documentos que presentó la
actora en ninguno se desprende ni siquiera
indiciariamente que el suscrito ejerza violencia en contra
de la actora, y sí por el contrario es ella la que ha
ocasionado violencia en contra del suscrito (…)” (sic).
Agravios que se anticipan infundados e
inoperantes. Primeramente, porque contrario a lo
estimado por el recurrente, el proveído en cuestión
atiende la motivación y fundamentación exigida a toda
resolución judicial. De inicio, en congruencia con los
antecedentes de autos, se apoya en el dictado las
medidas provisionales pertinentes para salvaguardar la
integridad y seguridad de los interesados, derecho
consagrado en nuestra Constitución de los Estados
Unidos Mexicanos, en el artículo 1° en la siguiente
máxima: “(se transcribe)”:
Así también los Estados Unidos Mexicanos al ser
miembro de la Convención Interamericana para
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Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, ésta le obliga bajo el principio de control de
convencionalidad y, por ende, desconocerla, aún más
de ser parte integrante de la Ley Suprema de la Unión
conforme el artículo 133 Constitucional, la cual prevé lo
siguiente: “(se transcribe)”.
Siguiendo la idea la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una vida libre de violencia establece en los
arábigos 4, 6, 7 y 8 lo siguiente: “(se transcribe)”:
Por tanto, siendo los problemas inherentes a la
familia de orden público como lo estatuye el numeral
940 del Código de Procedimientos Civiles; sus
integrantes tienen derecho a desarrollarse en un
ambiente de respeto a su integridad física,
psicoemocional, económica y sexual, para lo cual la
legislación familiar, faculta y obliga al juez familiar,
prevenir y combatir dichas conductas de violencia
familiar, como lo establece el artículo 323 de la ley
sustantiva.
En ese contexto, la determinación cuestionada
obedece a los dispositivos legales aplicables, y las
constancias allegadas, según lo estatuye el artículo 282,
inciso A), fracción I, del Código Civil: “(se transcribe)”.
En relación con el artículo 282, inciso B), fracción
I, del código sustantivo: “(se transcribe)”.
Luego entonces, en un entendimiento dialéctico
jurídico se coligue que como se anticipó tales conceptos
de violación analizados conforme las reglas de la lógica
y la sana experiencia se resuelven, improcedentes e
inoperantes, porque en congruencia con los
antecedentes de autos, concretamente la solicitud de
divorcio y solicitud de medidas provisionales, es facultad
del suscrito observar las disposiciones legales para
evitar conducta tendiente de violencia familiar.
Seguidamente, invoca las cualidades de orden público
las controversias familiares. Dando así noticia de las
circunstancias especiales y particulares tomadas en
cuenta para emitir la decisión atacada (motivación).
Ahora bien, en lo atinente a la fundamentación
entendida como la invocación de preceptos legales
aplicables al caso (razones de derecho), fueron
15
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Expediente de radicación: 81/2012
considerados los numerales que regulan dicha
situación.
A mayor abundamiento, ningún perjuicio causa al
inconforme porque en cualquier momento puede ejercer
su derecho, al habérseles dejado a salvo los mismos en
lo atinente a la disolución de la liquidación de la
sociedad conyugal para que los hicieran valer vía
incidental, según lo establecido en el artículo 267 del
código civil y 88 del ordenamiento adjetivo, acorde las
reglas de la lógica y de la sana experiencia
fundamentadas en los preceptos 402 y 403 de la ley
civil procesal”.
De la transcripción anterior se desprende, que el juez
responsable en el recurso de revocación, determinó que los
agravios hechos valer eran infundados e inoperantes, porque
contrario a lo estimado por el entonces recurrente, hoy
quejoso, el proveído de seis de octubre de dos mil once,
atiende la motivación y fundamentación exigida a toda
resolución judicial, ya que se dictó en congruencia con los
antecedentes de autos, proveyendo lo necesario a las
medidas provisionales pertinentes para salvaguardar la
integridad
y
seguridad
de
los
interesados,
derecho
consagrado en la Constitución Federal, artículo 1°, así como
en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer, que lo obliga bajo el
principio de control de convencionalidad, y haberse suscrito
por México, no debe desconocerla, conforme el artículo 133
constitucional; de igual forma, basó su resolución en los
numerales 4, 6, 7 y 8 de la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Por tanto, estimó el juez que siendo los problemas
inherentes a la familia de orden público como lo estatuye el
numeral 940 del Código de Procedimientos Civiles para el
16
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Expediente de radicación: 81/2012
Distrito
Federal,
sus
integrantes
tienen
derecho
a
desarrollarse en un ambiente de respeto a su integridad
física, psicoemocional, económica y sexual, para lo cual la
legislación familiar, lo faculta y obliga a prevenir y combatir
dichas conductas de violencia familiar, como lo establece el
artículo 323 del Código Civil para el Distrito Federal.
Luego entonces, consideró el responsable, que como se
anticipó tales conceptos de agravio analizados conforme las
reglas de la lógica y la sana experiencia era improcedentes e
inoperantes, porque en congruencia con los antecedentes de
autos, concretamente la solicitud de divorcio y solicitud de
medidas
provisionales,
es
su
facultad
observar
las
disposiciones legales para evitar conducta tendiente de
violencia familiar.
Finalmente, resolvió que ningún perjuicio causó al antes
inconforme porque en cualquier momento puede ejercer su
derecho, al habérseles dejado a salvo los mismos en lo
atinente a la disolución de la liquidación de la sociedad
conyugal para que los hicieran valer vía incidental, según lo
establecido en el artículo 267 del Código Civil para el Distrito
Federal y 88 del ordenamiento adjetivo civil, acorde las reglas
de la lógica y de la sana experiencia fundamentadas en los
preceptos 402 y 403 de citado código civil procesal.
Ahora bien, se advierte que el quejoso se duele de una
violación a los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución
Federal, ya que estima que el juez responsable no observó
las formalidades esenciales del procedimiento, al omitir el
estudio de las constancias aportadas y privarlo de su derecho
de audiencia, asimismo, considera que el acto reclamado no
se encuentra debidamente motivado.
17
Expediente de origen: 1013/2011-IV
Expediente de radicación: 81/2012
Al respecto, conviene precisar lo que establecen en la
parte que interesa, los preceptos constitucionales que el
impetrante de amparo estima vulnerados en su contra, los
que son del tenor siguiente:
“Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo
en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho. (…)”.
“Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento. (…)”.
“Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia
por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre
justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa
e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales”.
En el primer dispositivo enunciado se contiene el
derecho fundamental de seguridad jurídica, que entre otros
derechos y para lo que aquí interesa, contempla el de exacta
aplicación de la ley; lo que se traduce, en que cualquier
autoridad al emitir un acto debe aplicar exactamente la ley
que sea acorde al caso, pues de lo contrario se transgrede el
derecho constitucional en comento.
Concerniente al derecho público subjetivo que se
consagra en el numeral 16 constitucional, en términos
generales estatuye el derecho constitucional de legalidad que
deben respetar las autoridades frente a los gobernados, pues
18
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Expediente de radicación: 81/2012
exige los siguientes requisitos en la emisión de cualquier acto
de molestia proveniente de una relación pública de suprasubordinación:
1.
Que provenga de autoridad competente;
2.
Que se encuentre fundado y motivado, y
3.
Que conste por escrito.
El
primero
de
los
requisitos
en
cuestión,
indudablemente es la positivización del principio de legalidad
que rige dentro del sistema jurídico mexicano, donde las
facultades de las autoridades deben reconocerse en una ley,
por lo que su conducta se encuentra indefectiblemente
subordinada a un ordenamiento de carácter general,
abstracto e impersonal.
Por
su
parte,
el
requisito
formal
de
debida
fundamentación y motivación, implica que en todo acto de
autoridad ha de expresarse con precisión el precepto legal
aplicable al caso y las circunstancias especiales, razones
particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en
consideración para la emisión del acto; siendo necesario,
además, que exista adecuación entre los motivos aducidos y
las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se
configuren las hipótesis normativas.
Por último, el que se exija que la conducta de la
autoridad conste por escrito asegura que quede constancia
de ella, siendo así factible su análisis y confrontación con las
normas en que se debe fundar, para determinar así su
legalidad, y consecuente constitucionalidad.
Por su parte, del citado artículo 17 de la Constitución
Federal, se desprenden cinco derechos constitucionales a
saber:
1) La prohibición de la autotutela o "hacerse justicia
por propia mano";
19
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2) El derecho a la tutela jurisdiccional o acceso a la
justicia;
3) La abolición de costas judiciales;
4) La independencia judicial, y
5) La prohibición de la pena privativa de la libertad por
deudas del orden civil.
Como derechos fundamentales, dichos derechos
constituyen limitaciones al poder público, en cualquiera de
sus tres manifestaciones tradicionales: ejecutivo, legislativo y
judicial.
En cuanto al segundo de los derechos referidos
establecido
en
el
párrafo
segundo
del
artículo
17
constitucional, es decir, el derecho a la tutela jurisdiccional o
acceso a la justicia, que puede definirse como el derecho
público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos
y términos que fijen las leyes, para acceder de manera
expedita -esto es, sin obstáculos- a tribunales independientes
e imparciales, a plantear una pretensión o defenderse de ella,
con el fin de que a través de un proceso en el que se
respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión
o la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión.
Así, el derecho público subjetivo de acceso a la
impartición de justicia, consagra a favor de los gobernados
los siguientes principios:
1. Justicia pronta, que se traduce en la obligación de
las autoridades encargadas de su impartición, de resolver las
controversias ante ellas planteadas, dentro de los términos y
plazos que para tal efecto se establezcan en las leyes;
2. Justicia completa, consistente en que la autoridad
que conoce del asunto emita pronunciamiento respecto de
todos y cada uno de los aspectos debatidos, cuyo estudio sea
necesario; y garantice al gobernado la obtención de una
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resolución en la que, mediante la aplicación de la ley al caso
concreto, se resuelva si le asiste o no la razón sobre los
derechos que le garanticen la tutela jurisdiccional que ha
solicitado;
3. Justicia imparcial, que significa que el juzgador
emita una resolución, no sólo apegada a derecho, sino,
fundamentalmente,
que
no
dé
lugar
a
que
pueda
considerarse que existió favoritismo respecto de alguna de
las partes o arbitrariedad en su sentido; y
4. Justicia gratuita, que estriba en que los órganos del
Estado encargados de su impartición, así como los servidores
públicos a quienes se les encomienda dicha función, no
cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno por la
prestación de ese servicio público.
Entonces,
si
dicho
derecho
constitucional
está
encaminado a asegurar que las autoridades encargadas de
aplicarlo, lo hagan de manera pronta, completa, gratuita e
imparcial, es claro que las autoridades que se encuentran
obligadas a la observancia de la totalidad de los derechos
que la integran son todas aquellas que realizan actos
materialmente jurisdiccionales, es decir, las que en su ámbito
de competencia tienen la atribución necesaria para dirimir un
conflicto suscitado entre diversos sujetos de derecho, con
independencia de que se trate de órganos judiciales, o bien,
sólo materialmente jurisdiccionales.
Del texto constitucional se advierte que la prontitud
comprende tanto el desarrollo del trámite o procedimiento
como el pronunciamiento de la resolución respectiva a través
de la cual se dirima la controversia.
Precisado lo anterior, esta jueza de Distrito, califica de
infundados los argumentos hechos valer por el quejoso en el
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Expediente de radicación: 81/2012
concepto de violación plasmado en su demanda de amparo,
mismos
que
serán
analizados
en
su
conjunto,
con
fundamento en el artículo 79 de la Ley de Amparo.
En primer lugar, y al observarse que el caso, entre otras
cuestiones, se alega la existencia de violencia familiar, razón
por la cual se estima necesario citar lo que establece el
artículo 1° de la Constitución Federal, que en la parte que
aquí interesa dice lo siguiente:
“Artículo 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas
las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,
salvo en los casos y bajo las condiciones que esta
Constitución establece.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
(…)”.
El precepto constitucional transcrito, instituye que todos
los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos, gozarán de
los derechos humanos reconocidos en la Constitución
Federal, y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para
su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones
establecidas en la misma Constitución; asimismo, dice que
todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
22
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Expediente de radicación: 81/2012
garantizar los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad, lo que se traduce, en que el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los
derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Por su parte, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos2, que tiene como ideal común por el que todos los
pueblos y países deben esforzarse, a fin de que tanto las
personas como las instituciones, inspirándose tenazmente en
ella, originen, mediante la enseñanza y la educación, el
respeto a los derechos y libertades, y aseguren, por medidas
progresivas
de
carácter
nacional
e
internacional,
su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto
entre los pueblos de los Estados miembros como entre los de
los territorios colocados bajo su jurisdicción, en el artículo 1°,
establece:
“Artículo 1°.- Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros”.
Por otra lado, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, adoptada en la ciudad de San José de Costa Rica,
el veintidós de noviembre de mil novecientos sesenta y
nueve, en el artículo 5, número 1, funda lo siguiente:
“Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica y moral.
(…)”.
De lo anterior, se advierte que tanto los hombres como
las mujeres, nacen iguales en dignidad y derechos, y que
tienen derechos a que se respete su integridad física,
2
Cabe mencionar que la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, fue aprobada el 10 de diciembre de 1948, en el Palacio de
Chaillot, en París (Francia).
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psíquica y moral, razón por la cual, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros, ya que todos tenemos
el derecho de vivir en un hogar libre de violencia.
Sentado lo anterior, se advierte que el quejoso se duele
medularmente que el juez de origen, mediante la sentencia
de cuatro de noviembre de dos mil once, acto reclamado en
el presente juicio de amparo, confirmó la medida provisional
decretada en audiencia de seis de octubre de dos mil once,
consistente que el impetrante de amparo debe salir del
domicilio conyugal ubicado en (**********4), en México, Distrito
Federal.
Ahora bien, con relación a lo anterior, conviene aludir a
lo establecido en los artículos 178, 179, 182 Bis y 182,
Quintus, fracción II, del Código Civil para el Distrito Federal,
que dicen:
“Artículo 178.- El matrimonio debe celebrarse
bajo los regímenes patrimoniales de sociedad conyugal
o separación de bienes”.
“Artículo 179.- Las capitulaciones matrimoniales
son pactos que los otorgantes celebran para constituir el
régimen patrimonial de su matrimonio y reglamentar la
administración de los bienes, la cual deberá recaer en
ambos cónyuges, salvo pacto en contrario”.
“Artículo 182 Bis.- Cuando habiendo contraído
matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal,
falten las capitulaciones matrimoniales o haya omisión o
imprecisión en ellas, se aplicará, en lo conducente, lo
dispuesto por este Capítulo”.
“Artículo 182 Quintus.- En la sociedad conyugal
son propios de cada cónyuge, salvo pacto en
contrario
que
conste
en
las
capitulaciones
matrimoniales:
(…)
II.- Los bienes que adquiera después de
contraído el matrimonio, por herencia, legado,
donación o don de la fortuna;”.
24
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Expediente de radicación: 81/2012
De los artículos transcritos, se desprende que el
matrimonio debe celebrarse bajo los regímenes patrimoniales
de sociedad conyugal o separación de bienes, y que cuando
se celebre bajo el régimen de separación de bienes, deben
pactarse capitulaciones matrimoniales, que son compromisos
que los otorgantes celebran para constituir el régimen
patrimonial de su matrimonio y reglamentar la administración
de los bienes, la cual deberá recaer en ambos cónyuges,
salvo pacto en contrario; asimismo, instituyen que en la
sociedad conyugal son propios de cada cónyuge, salvo pacto
en contrario que conste en las capitulaciones matrimoniales,
los bienes que adquiera después de contraído el
matrimonio, por herencia, legado, donación o don de la
fortuna.
Ahora, del análisis de las copias certificadas de las
constancias de autos remitidas por el juez natural, a las que
como ya se dijo, se les otorga valor probatorio pleno, se
desprende lo siguiente:
1.
El quejoso (**********1) y la tercero perjudicada
(**********2), contrajeron matrimonio bajo el
régimen de sociedad conyugal, sin haberse
pactado capitulación matrimonial alguna.
2.
Del
instrumento
notarial
(**********5),
se
desprende el contrato de donación celebrado
entre el antes Departamento del Distrito
Federal como donante, representado por la
arquitecta (**********6), y (**********2), hoy
tercero perjudicada, como donataria.
De lo anterior, se concluye que si bien el quejoso y la
tercero perjudicada, contrajeron matrimonio bajo el régimen
de sociedad conyugal, en principio, se tiene que la última de
los nombrados, comprobó en el juicio natural la propiedad del
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inmueble ubicado en (**********4), en México, Distrito Federal,
que recibió en donación por parte del Departamento del
Distrito Federal, y en el caso, no se constata que se hubiesen
acordado capitulaciones matrimoniales, entonces, al haber
acreditado la tercero perjudicada la propiedad del citado
domicilio, tiene el derecho de decidir quién puede o no
habitarlo3.
Cabe precisar, que en el caso, se advierte que ha
existido violencia familiar por ambas partes, lo que se
comprueba con las documentales aportadas en el juicio de
origen, de las que se colige que tanto el quejoso, como la
tercero perjudicada, han cometido conductas violentas entre
ellos, sin embargo, la fuerza física de un varón es mucho muy
superior a la de una mujer, lo que la pone en mayor riesgo en
proporción con el primero.
En este sentido, esta sentencia se dicta con una
perspectiva de género y al respecto se señala lo siguiente.
El
término
género
se
refiere
a
los
contrastes
construidos por la sociedad para hombres y mujeres, a su
forma de relacionarse y dividir sus funciones. Estas
diferencias se pueden alterar y cambian según el tiempo,
contexto y clase social, etnia, edad, región, cultura, religión.
Se enuncian en “lo femenino” y “lo masculino”. Son las
características
físicas,
sociales,
culturales,
políticas,
sicológicas, jurídicas y económicas que hacen diferentes a
3
Cabe precisar, que si bien, la propiedad del inmueble no es litis en el presente juicio,
en principio se presume que la tercero perjudicada es propietaria porque fue donado a
su favor por el antes Departamento del Distrito Federal, y como se menciona en el
cuerpo de esta sentencia, si bien el quejoso y la citada tercero perjudicada, estuvieron
casados por el régimen de sociedad conyugal, el artículo 182 Quintus, fracción II,
citado, dispone que las donaciones en la sociedad conyugal son de quien la recibe. En
efecto, del instrumento notarial (**********5), se aprecia que la parte donataria del bien
inmueble cuyo desalojo solicitó el juez al quejoso, es la tercero perjudicada, situación
que es otro aspecto a su favor para considerar que fue correcto que dicho juez
responsable, decretara como medida provisional la salida del quejoso del domicilio
conyugal.
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Expediente de radicación: 81/2012
las mujeres y los hombres, lo que de ningún modo pone a la
mujer en un situación de subordinación frente al varón, sino
en este asunto, simplemente en una situación de desventaja
física, que se tiene que tomar en cuenta para resolver.
Los estudios de género han distinguido que la
concepción abstracta y universalista del sujeto toma como
modelo la experiencia típicamente masculina y la enaltece
como
un
ejemplo
de
lo
humano,
desconociendo
la
multiplicidad de equivalencias y contextos determinados que
afrontan mujeres y hombres, razón por la cual, hay que
examinar la concepción del sujeto que está detrás de una
determinada norma, valorando el impacto característico para
ambos sexos en que tiene su aplicación.
Ahora bien, aplicando lo anterior a este caso, implica
tener en cuenta, que si bien el juez primario, en la sentencia
de cuatro de noviembre de dos mil once, pareciera que opta
por una actitud proteccionista hacía (**********2), cuando ella
también ha cometido actos de violencia en contra del aquí
impetrante de amparo, lo cierto es que al ser mujer, como se
señaló con antelación, es físicamente mas débil que el
quejoso, ya que hormonalmente el varón tiene una
concentración de testosterona mayor, lo que hace que su
calidad física sea superior en fuerza,4 entonces, si ambos se
han agredido, la separación por mandato judicial es necesaria
para evitar mayores ataques y que siga escalando la
violencia y pueda llegar a presentarse una situación
lamentable, porque como se advierte de las constancias de
autos, el aquí quejoso, tiene la habilidad física de boxear al
ser entrenador de dicho deporte, como él mismo lo
4
Sin que pase desapercibo que el quejoso es un adulto mayor cuyos niveles de
testosterona van poco a poco disminuyendo, sin embargo, la tercero perjudicada
tampoco es una mujer joven, teniendo alrededor de cincuenta y cuatro años, al
27
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manifiesta, de manera que, al tener la pericia para pelear es
que la tercero perjudicada, puede resultar lesionada en un
grado mayor. Además, no es material ni jurídicamente
permisible consentir la violencia entre una persona de edad
adulta y otra adulto mayor. Ellos es así, porque el quejoso ya
es un adulto mayor, al tener alrededor de sesenta y dos años
(como se advierte del acta de matrimonio presentada por la
tercero perjudicada que obra a foja 15 del legajo de pruebas,
y del acta levantada con motivo de la querella por el delito de
lesiones dolosas con arma blanca que obra a fojas 116 a 123
del legajo de pruebas), y la tercero perjudicada tener
aproximadamente cincuenta y cuatro años (lo que se
constata del acta de matrimonio presentada por ella, que obra
a foja 15 del legajo de pruebas).
Por lo que hace al dicho del quejoso en cuanto a que no
lo obliguen a dejar el domicilio conyugal, no es materialmente
posible que los dos cohabiten, cuando se tiene acreditada la
violencia ejercida entre ellos, y haberse presumido en
principio, que el domicilio conyugal es propiedad de la tercero
perjudicada, por habérselo donado el antes Departamento del
Distrito Federal, y si ella no quiere que el quejoso habite ahí,
por haberse acreditado la violencia, es el quien debe
abandonar dicho inmueble.
Así, si bien el hombre tiene igual que la mujer el
derecho a una vida libre de violencia, lo cierto es que se han
emitido convenios y decretos internacionales, especialmente
dirigidos a proteger a la mujer para que goce de una vida libre
de violencia, principalmente por su desventaja física y
vulnerabilidad en este tema.
Con relación a lo anterior, conviene citar los artículos 1,
momento del dictado de esta sentencia. Lo referente a la edad, será motivo de
pronunciamiento en el cuerpo de la presente sentencia.
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2, 3, 4 y 7 de la Convención Interamericana Para Prevenir,
Sancionar y Erradicar La Violencia Contra La Mujer
"Convención De Belem Do Para", mismos que fueron
tomados en consideración por el juez de origen, que a la letra
dicen:
“Artículo 1.- Para los efectos de esta Convención debe
entenderse por violencia contra la mujer cualquier
acción o conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a
la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.
“Artículo 2.- Se entenderá que violencia contra la mujer
incluye la violencia física, sexual y psicológica:
a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad
doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya
sea que el agresor comparta o haya compartido el
mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre
otros, violación, maltrato y abuso sexual;
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada
por cualquier persona y que comprende, entre otros,
violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el
lugar de trabajo, así como en instituciones educativas,
establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus
agentes, donde quiera que ocurra”.
“Artículo 3.- Toda mujer tiene derecho a una vida libre
de violencia, tanto en el ámbito público como en el
privado”.
“Artículo 4.- Toda mujer tiene derecho al
reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los
derechos humanos y a las libertades consagradas por
los instrumentos regionales e internacionales sobre
derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre
otros:
a. el derecho a que se respete su vida;
b. el derecho a que se respete su integridad física,
psíquica y moral;
c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales;
d. el derecho a no ser sometida a torturas;
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e. el derecho a que se respete la dignidad inherente a
su persona y que se proteja a su familia;
f. el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la
ley;
g. el derecho a un recurso sencillo y rápido ante los
tribunales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos;
h. el derecho a libertad de asociación;
i. el derecho a la libertad de profesar la religión y las
creencias propias dentro de la ley, y
j. el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones
públicas de su país y a participar en los asuntos
públicos, incluyendo la toma de decisiones”.
“Artículo 7.- Los Estados Partes condenan todas las
formas de violencia contra la mujer y convienen en
adoptar, por todos los medios apropiados y sin
dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y
erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente:
a. abstenerse de cualquier acción o práctica de
violencia contra la mujer y velar por que las autoridades,
sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se
comporten de conformidad con esta obligación;
b. actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer;
c. incluir en su legislación interna normas penales,
civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza
que sean necesarias para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las
medidas administrativas apropiadas que sean del caso;
d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a
abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o
poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma
que atente contra su integridad o perjudique su
propiedad;
e. tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo
medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes
y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas
jurídicas o consuetudinarias que respalden la
persistencia o la tolerancia de la violencia contra la
mujer;
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Expediente de origen: 1013/2011-IV
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f. establecer procedimientos legales justos y eficaces
para la mujer que haya sido sometida a violencia, que
incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio
oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos;
g.
establecer
los
mecanismos
judiciales
y
administrativos necesarios para asegurar que la mujer
objeto de violencia tenga acceso efectivo a
resarcimiento, reparación del daño u otros medios de
compensación justos y eficaces, y
h. adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole
que sean necesarias para hacer efectiva esta
Convención”.
Los numerales transcritos disponen que violencia contra
la mujer significa cualquier acción o conducta, basada en su
género, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico, tanto en el ámbito público como en el
privado, la que incluye la violencia física, sexual y psicológica;
asimismo, instituyen que toda mujer tiene derecho al
reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los
derechos humanos y a las libertades consagradas por los
instrumentos regionales e internacionales sobre derechos
humanos; finalmente, fijan que los Estados Partes, como
México, deben condenar todas las formas de violencia contra
la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios
apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir,
sancionar y erradicar dicha violencia.
Además, la legislación interna, Ley General De Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, acorde a los
tratados e instrumentos internacionales, en sus artículos 4, 6,
7 y 8, que de igual forma, son considerados por el juez
primario al dictar la sentencia que se combate, en leen:
“Artículo 4.- Los principios rectores para el acceso de
todas las mujeres a una vida libre de violencia que
deberán ser observados en la elaboración y ejecución
de las políticas públicas federales y locales son:
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I. La igualdad jurídica entre la mujer y el hombre;
II. El respeto a la dignidad humana de las mujeres;
III. La no discriminación, y
IV. La libertad de las mujeres”.
“Artículo 6. Los tipos de violencia contra las mujeres
son:
I. La violencia psicológica. Es cualquier acto u omisión
que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir
en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia,
insultos, humillaciones, devaluación, marginación,
indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas,
rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas,
las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al
aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso
al suicidio;
II. La violencia física.- Es cualquier acto que inflige daño
no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de
arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya
sean internas, externas, o ambas;
III. La violencia patrimonial.- Es cualquier acto u omisión
que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta
en: la transformación, sustracción, destrucción,
retención o distracción de objetos, documentos
personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o
recursos económicos destinados a satisfacer sus
necesidades y puede abarcar los daños a los bienes
comunes o propios de la víctima;
IV. Violencia económica.- Es toda acción u omisión del
Agresor que afecta la supervivencia económica de la
víctima. Se manifiesta a través de limitaciones
encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones
económicas, así como la percepción de un salario
menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro
laboral;
V. La violencia sexual.- Es cualquier acto que degrada o
daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por
tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad
física. Es una expresión de abuso de poder que implica
la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y
concebirla como objeto, y
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VI. Cualesquiera otras formas análogas que lesionen o
sean susceptibles de dañar la dignidad, integridad o
libertad de las mujeres”.
“Artículo 7.- Violencia familiar: Es el acto abusivo de
poder u omisión intencional, dirigido a dominar,
someter, controlar, o agredir de manera física, verbal,
psicológica, patrimonial, económica y sexual a las
mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo
Agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por
consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato
o mantengan o hayan mantenido una relación de
hecho”.
“Artículo 8. Los modelos de atención, prevención y
sanción que establezcan la Federación, las entidades
federativas, el Distrito Federal y los municipios, son el
conjunto de medidas y acciones para proteger a las
víctimas de violencia familiar, como parte de la
obligación del Estado, de garantizar a las mujeres su
seguridad y el ejercicio pleno de sus derechos
humanos. Para ello, deberán tomar en consideración:
I. Proporcionar atención, asesoría jurídica y tratamiento
psicológico especializados y gratuitos a las víctimas,
que favorezcan su empoderamiento y reparen el daño
causado por dicha violencia;
II.
Brindar
servicios
reeducativos
integrales,
especializados y gratuitos al Agresor para erradicar las
conductas violentas a través de una educación que
elimine los estereotipos de supremacía masculina, y los
patrones machistas que generaron su violencia;
III. Evitar que la atención que reciban la víctima y el
agresor sea proporcionada por la misma persona y en el
mismo lugar. En ningún caso podrán brindar atención,
aquellas personas que hayan sido sancionadas por
ejercer algún tipo de violencia;
IV. Evitar procedimientos de mediación o conciliación,
por ser inviables en una relación de sometimiento entre
el agresor y la víctima;
V. Favorecer la separación y alejamiento del agresor
con respecto a la víctima, y
VI. Favorecer la instalación y el mantenimiento de
refugios para las víctimas y sus hijas e hijos; la
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información sobre su ubicación será secreta y
proporcionarán apoyo psicológico y legal especializados
y gratuitos. Las personas que laboren en los refugios
deberán
contar
con
la
cédula
profesional
correspondiente a la especialidad en que desarrollen su
trabajo. En ningún caso podrán laborar en los refugios
personas que hayan sido sancionadas por ejercer algún
tipo violencia”.
De los dispositivos legales citados se colige que los
principios rectores para el acceso de todas las mujeres a una
vida libre de violencia que deberán ser observados en la
elaboración y ejecución de las políticas públicas federales y
locales son: I. La igualdad jurídica entre la mujer y el
hombre; II. El respeto a la dignidad humana de las mujeres;
III. La no discriminación; y, IV. La libertad de las mujeres;
asimismo, establecen que los tipos de violencia contra las
mujeres son: I. psicológica; II. física; III. patrimonial; IV.
económica; V. sexual; y, VI. cualesquiera otras formas
análogas que lesionen o sean susceptibles de dañar la
dignidad, integridad o libertad de las mujeres; del mismo
modo, instituye que la violencia familiar, es el acto abusivo
de poder u omisión intencional, dirigido a dominar,
someter, controlar, o agredir de manera física, verbal,
psicológica, patrimonial, económica y sexual a las
mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo
agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por
consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o
mantengan o hayan mantenido una relación de hecho; y
finalmente, establecen que los modelos de atención,
prevención y sanción que establezcan la Federación, las
entidades federativas, el Distrito Federal y los municipios, son
el conjunto de medidas y acciones para proteger a las
víctimas de violencia familiar, como parte de la obligación del
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Estado, de garantizar a las mujeres su seguridad y el ejercicio
pleno de sus derechos humanos.
Ahora bien, de todo lo anterior se concluye que si existe
violencia física en contra de la tercero perjudicada (pero se
desprende que ella también la ejerció), y si los tratados y
convenios internacionales, así como la ley local interna,
protegen el derecho a una vida libre de violencia para la
mujer, entonces, es correcta la determinación del juez
responsable de haber resuelto decretar como medida
provisional la salida del quejoso del domicilio conyugal.
Sin que pase desapercibido, que el quejoso manifiesta
que su sustento de vida es el entrenamiento de boxeo que
imparte en el domicilio conyugal, a lo que esta jueza de
Distrito, haciendo una ponderación de derechos, al existir una
colisión de los mismos, y teniendo por un lado el hecho de
que el impetrante tiene su fuente de ingresos en dicho
entrenamiento, y por otro, que ambas partes tienen el
derecho a una vida libre de violencia como lo establece la
Constitución Federal y los tratados internacionales, llega a la
convicción de que debe prevalecer el derecho a una vida libre
de violencia, por ser un derecho fundamental de toda persona
humana, y por estar involucrada también, la integridad física
porque sin ella, ninguno de los dos podrá trabajar en el futuro,
en consecuencia, el quejoso deberá hacer el esfuerzo para
encontrar un lugar diverso donde impartir su referido
entrenamiento de boxeo.
Además, se insiste las partes no deben cohabitar, ya
que está comprobado que tienen conductas violentas el uno
contra el otro, lo mejor para ellos, es sin duda alguna, no
compartir el mismo domicilio.
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En consecuencia, de todo lo anteriormente señalado,
se concluye que fue correcta la determinación del juez de
origen, al confirmar la medida provisional decretada en
audiencia de seis de octubre de dos mil once, donde resolvió
que (**********1), hoy quejoso, debe salir del domicilio
conyugal ubicado en (**********4), en México, Distrito Federal,
de ahí que, los argumentos que hace valer son infundados,
por tanto, lo procedente es negar al peticionario de amparo
la protección constitucional solicitada, respecto de la
resolución de cuatro de noviembre de dos mil once, dictada
en los autos del juicio de divorcio incausado (**********3), por
el juez Trigésimo Quinto Familiar del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal.
Por lo expuesto y fundado, y con apoyo en los artículos
17, 94, 97, 103 y 107 de la Constitución Federal; así como 76,
77, 78, 155, 192 y demás relativos de la Ley de Amparo, se:
RESUELVE:
ÚNICO. La Justicia de la Unión NO AMPARA NI
PROTEGE a (**********1), por su propio derecho, en contra
del acto y la autoridad precisados en el resultando primero de
este fallo, en términos de los razonamientos invocados en el
último considerando de la presente sentencia.
Notifíquese; personalmente por conducto del juzgado
del conocimiento, en virtud de que este órgano jurisdiccional
no cuenta con actuarios judiciales para que lleven a cabo la
notificación de mérito, ya que en términos del Acuerdo
General 20/2009 del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, una vez que se dicta la sentencia de amparo,
procede se devuelva el juicio por conducto de la Oficina de
Correspondencia Común del Centro Auxiliar de la Primera
Región, con sede en el Distrito Federal, quien a su vez lo
entrega a la Oficina de Correspondencia Común de los
Juzgados de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal,
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para que lo remita al Juzgado Primero de Distrito en el
Distrito Federal, a efecto de que acuerde la recepción de
autos y ordene la notificación de la sentencia con la que
culminó el juicio de amparo que fue remitido para su
resolución a este juzgado auxiliar, dado que en la planilla de
este último, no se contempla que figure puesto alguno de
actuario judicial, esto es, que no se cuenta con el personal
autorizado para que lleve a cabo la notificación de las
resoluciones judiciales pronunciadas por este órgano de
control constitucional auxiliar, de ahí el lapso de tiempo que
pasa entre el dictado de la sentencia y su notificación (esto
último sólo para efectos informativos a las partes).
Asimismo, dése de alta en el módulo de sentencias del
Sistema Integral de Seguimiento de Expedientes y anótese
en el libro de registro; y, en acatamiento a lo dispuesto en el
punto quinto, inciso 6 del Acuerdo General 20/2009 del Pleno
del Consejo de la Judicatura Federal, que crea el Centro
Auxiliar de la Primera Región, con residencia en el Distrito
Federal, remítase este expediente junto con el disquete que
contenga el archivo electrónico de esta sentencia, al
Juzgado Primero de Distrito en Materia Civil en el Distrito
Federal, por conducto de la Oficina de Correspondencia
Común del Centro Auxiliar de la Primera Región Sede Canoa,
número 79, debiendo quedar testimonio de ella en el
cuaderno auxiliar 81/2012, del índice de este juzgado.
Así lo resolvió Paula María García Villegas Sánchez
Cordero, Jueza Quinto de Distrito del Centro Auxiliar de
la Primera Región, hoy veinticuatro de febrero de dos mil
doce, en que lo permitieron las labores del juzgado, quien
actúa asistida de la secretaria, que da fe.
MASM
Razón. En esta misma fecha se gira el oficio 095-2012, para remitir al juzgado de origen, el
expediente del juicio de amparo en el que se dictó la sentencia que antecede. Conste.
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