Poder Judicial de la Nación

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AMPARO. GAS. DTO. 2067/O8 PEN. E.. CARGO
TARIFARIO:NATURALEZA TRIBUTARIA.
AMPARO. GAS. DTO. 2067/O8 PEN. E.. CARGO TARIFARIO.
INCONSITUCIONALIDAD: ASUNCIÓN DEL EJECUTIVO DE
FACULTADES
LEGISLATIVAS.VIOLACIÓN
PRINCIPIO
DE
LEGALIDAD.
PODER JUDICIAL DE LA NACION
La Plata, 10
de mayo de 2012.
AUTOS Y VISTOS: este R.S. 2 T224 f*86-92 expte. N°° 17.571/11,
caratulado “S., M. A. y otros c/PEN y otros s/Acción de Amparo”, que
proviene del Juzgado Federal de Primera Instancia de Junín;
Y CONSIDERANDO:
LA JUEZA CALITRI DIJO:
I. Llegan estos autos a la Alzada en virtud de los recursos de apelación
deducidos por el Ente Nacional Regulador del Gas (E.) a fs. 230/242 y por el
Estado Nacional – Poder Ejecutivo Nacional- Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios (MPFIPyS) a fs.244/259vta. contra la sentencia de
primera instancia que hizo parcialmente lugar a la demanda en relación a la
inaplicabilidad del Dto. 2067/08 y reglamentaciones, en cuanto a los planteos
subsistentes a la Res. 828/09. Asimismo, impuso las costas a la parte vencida y
reguló los honorarios de los Dres. M. A. S. y P. M. P. en la suma de $2.000 para
cada uno y los del Dr. F. O. en la suma de $ 1.000, con más el 10% fijado por la
ley provincial 6716 (fs. 224/226vta.).
II. Antecedentes del caso.
Cabe aclarar que M. A. S., B. P., M. d. l. Á. I., S. R., I. H. A., G. F.y T. N.
V., en su carácter de usuarios del servicio público de gas natural distribuido por C.
G. P. S.A, promovieron acción de amparo contra el Estado Nacional (PEN) y el
Ente Nacional Regulador del Gas (E.) a fin de que se declare la nulidad del
decreto n° 2067/08, resolución n° 1451/2008 del Ministerio de Planificación
Federal, Inversión Pública y Servicios, Resolución n° 536 del E. y Resolución n°
571/08 del 16.12.08 y de toda norma dictada en consecuencia de las aquí
cuestionadas.
En su libelo inicial, los amparistas expresaron que las normas cuestionadas
vulneraban su derecho a una tarifa justa y razonable, siendo perjudicados por un
incremento en los valores de las facturaciones finales, producido como
consecuencia del “cargo tarifario”, el que calificaron como un encubierto y viciado
tributo.
III. Agravios de las recurrentes.
Los agravios de los recurrentes se dirigen a criticar la sentencia dictada en
cuanto el juez a quo consideró procedente la acción (siendo que el amparo no
resulta la vía adecuada atento la necesidad de mayor debate y prueba) y soslayó el
análisis acerca de la existencia o no de un acto manifiestamente arbitrario o
ilegítimo. Así, señalan que el error del sentenciante derivó de considerar a los
cargos del Decreto n° 2067/08 como “tributos” cuando no lo son, y entender que
su dictado no correspondía al legítimo ejercicio de las facultades del Poder
Ejecutivo.
Asimismo, la apoderada del Estado Nacional – PEN – MPFIPyS se agravia
respecto de la imposición de las costas y de la regulación de honorarios realizada a
la representación de la parte actora, por considerarlos altos.
IV. Normas cuestionadas
Por decreto n°° 2067/08 el Poder Ejecutivo Nacional creó el “(…) Fondo
Fiduciario para atender las importaciones de gas natural... que sean requeridas
para satisfacer las necesidades nacionales de dicho hidrocarburo, con el fin de
garantizar la continuidad el abastecimiento interno y la continuidad del
crecimiento del país y sus industrias” (artículo 1 del citado decreto).
A través de su artículo 2° dispuso que la integración del Fondo Fiduciario
estaría dada con los recursos provenientes de “ los cargos tarifarios a pagar por
los usuarios de los servicios regulados de transporte y/o distribución, por los
sujetos consumidores de gas que reciben directamente el gas de los productores
sin hacer uso de los sistemas de trasporte o distribución de gas natural y por la
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empresas que procesen gas natural; de los que se obtengan en el marco de
programas especiales de crédito que se acuerden con los organismos o
instituciones pertinentes, nacionales e internacionales; y de los que surjan de
sistemas de aportes específicos, a realizar por los sujetos activos del sector”.
Mediante el artículo 6 se facultó al Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios, con la asistencia técnica de la secretaría de Energía
y del Ente Nacional Regulador del Gas (E.), a fijar el valor de los cargos y a
ajustarlos conforme fuera requerido a los efectos de atender al pago de las
importaciones de gas natural.
En el marco de estas atribuciones se sucedieron distintas resoluciones
tendientes a reglamentar el alcance e implementación de los cargos tarifarios.
Así, el 12 de diciembre de 2008, la resolución n°° 1451 del Ministerio de
Planificación estableció la constitución de un Fideicomiso con el objeto de
garantizar y asegurar la disponibilidad de recursos necesarios para atender el pago
del costo de las importaciones, e instruyó al E. para que determine el valor de los
cargos y los agentes de percepción de los mismos. El 15 de diciembre la
resolución n° 563/2008 del E. implementó los cargos tarifarios dispuestos por
decreto 2067/08, exceptuando del pago a los usuarios comprendidos en el artículo
6 segundo párrafo de la resolución n° 752/2005 de la Secretaría de Energía Atodos los organismos o dependencias estatales del Estado Nacional, Provincial
o Municipal que operen sin fines comerciales o industriales específicos, los
centros asistenciales, colegios nacionales, provinciales, y municipales, y
entidades religiosas, que acrediten fehacientemente tal condición” - y en el
artículo 1 de la resolución n° 2020/2005 de la Secretaría de Energía -usuarios
servicio general P grupo I, grupo II y grupo III en remisión a los sujetos del
artículo 6 de la res. 752 mencionada- y el 16 de diciembre la resolución n°
572/2008 del E. aprobó el cuadro de tarifas con vigencia a partir del 1 de
noviembre de 2008, cuya metodología en cuanto a facturación, percepción,
información y depósito se aprobó por resolución n° 615/2009.
La resolución n° 730/2009 del E., del 23 de abril de 2009, exceptúo del
pago del cargo a los usuarios residenciales R3 1 de las provincias de Mendoza,
San Juan, San Luis, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego,
La Pampa y Buenos Aires. Posteriormente, el 4 de junio de 2009, por resolución
768/2009 del E., se resolvió exceptuar del pago del cargo tarifario instituido por el
decreto 2067/2008, durante el período comprendido entre el 1 de mayo de 2009 y
el 31 de agosto de 2009, a los usuarios R3 1 y R3 2, e hizo extensiva la excepción
a los usuarios residenciales R3 3 correspondientes a las provincias detalladas en la
resolución 730/2009 citada.
Asimismo, por el artículo 3 se dispuso que al vencimiento del plazo
establecido en dicha resolución, los usuarios afectados al pago del cargo decreto
2067/2008, serían los establecidos en la resolución n° 563/2008, con las
excepciones previstas en la resolución 730/2009.
A través de la resolución n° 828/2009, el Ente Nacional Regulador del Gas,
resolvió modificar la resolución 768/2009 y extender el período de vigencia
durante el cual se exceptuaba al pago de los cargos tarifarios de aplicación a los
consumos de gas natural verificados entre el 1 de mayo y el 31 de agosto de 2009,
hasta el 30 de septiembre de 2009, asimismo estableció el procedimiento tendiente
a la reposición de los montos abonados en concepto del cargo del decreto
2067/2008 por los usuarios residenciales en el período comprendido entre junio y
julio del año en curso.
El 4 de mayo de 2010 se publicó en el Boletín Oficial la resolución
n°1179/2010 del E., a través de la cual se decidió exceptuar del pago del cargo
tarifario a los usuarios residenciales R3 1° y R3 2° de todo el país, y a los usuarios
residenciales R3 3° de las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis, Neuquén,
Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Pampa y Buenos Aires,
estableciendo la vigencia de esa medida, a partir del 1 de mayo de 2010, y por el
período comprendido entre el 1 de mayo de 2010 y 30 de septiembre de 2010.
En iguales términos que la resolución precedentemente indicada, dicho
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Organismo, dispuso una nueva excepción – n° 1707/11- con vigencia a partir del
01/05/11 de aplicación a los consumos de gas natural que se verifiquen durante el
período comprendido entre el 01/05 y 30/09 de 2011.
Por último, el E. dictó la resolución n° 1993/2011, por medio de la cual se
instruye a las Licenciatarias de Distribución y Subdistribuidoras a adoptar las
medidas tendientes a efectuar las nuevas facturaciones que resulten pertinentes,
conforme a los lineamientos que dispone. Entre ellos, se establece la aplicación
completa del cargo Decreto 2067/2008, a partir del 01/12/2011, a ciertos usuarios
residenciales, enumerados en el anexo de la misma; se mantienen las pautas y
condiciones de excepción y exclusión establecidas con anterioridad; se instruye
con el fin de poner a disposición de los usuarios que soliciten el mantenimiento del
subsidio, un formulario de declaración jurada sobre su necesidad; y también a
facturar a todos los usuarios residenciales el cargo y el subsidio correspondiente en
forma anualizada en cada período de facturación con posterior consolidación
correspondiente al volumen real consumido.
V- Análisis de Agravios
1) – a) Ante todo, es menester abocarse a dilucidar si el remedio procesal
intentado por la parte actora resulta idóneo a los efectos de obtener la tutela
constitucional pretendida.
Al respecto, cabe tener presente el texto del artículo 43 de la Constitución
Nacional, el cual en su primera parte reza que: “toda persona puede interponer
acción expedita y rápida de amparo siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que
en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidas por esta
Constitución, un tratado o una ley (..).”.
Así, el marco otorgado por el constituyente de 1994 a la figura del amparo
permitió ampliar los alcances de la acción y aún de la función judicial en orden a
la tutela constitucional (esta Sala II in re: “La Pequeña Plan de Salud S.R.L. c/
Estado Nacional s/ acción de amparo”, expte n° 970/99, fallo del 25.11.1999, voto
del Dr. Schiffrin al que adhiere el Dr. Dugo).
En efecto, “el agotamiento de las vías administrativas para corregir el acto
deja de ser exigible, pues el art. 43 sólo excluye el amparo cuando no existe otro
medio judicial más idóneo para la tutela expedita y rápida del derecho de
raigambre constitucional deducido en la litis y que sea capaz de producir la
declaración de inconstitucionalidad, inclusive de una ley, que resulte necesaria
para la defensa del mismo” (CFALP, Tribunal de Feria in re: “Asociación de
Trabajadores del Estado c/ Armada Argentina s/ Amparo”, expte. n° 1/97/F , fallo
del 15.01.1997.
Por ello, entiendo que la vía intentada por los accionantes es idónea a los
fines de obtener el resguardo de sus derechos que consideran vulnerados, sin
perjuicio de la existencia de otros procesos, dado que la manda constitucional se
refiere claramente al remedio judicial más idóneo (ver en este sentido fallos de esta
Sala II “Heredia, Armado c/ Telefónica de Argentina SA y otro s/ Acción de
Amparo”, expte. n° 6420, fallo del .06.2006, “Easy Rent Argentina S.R.L. c/
Aeropuertos Argentina 2000 S.A. s/ amparo”, expte. N° 15.887/08, fallo del
15/12/09, entre otros.).
Cabe agregar, asimismo, que las presentes actuaciones tienen como objeto
determinar si el Decreto 2067/08 dictado por el Poder Ejecutivo se dictó dentro de
la esfera de sus facultades o si por el contrario, actuó desconociendo principios
constitucionales.
De lo expuesto, -en el presente caso- se infiere que la acción está destinada a
obtener una respuesta eficaz y que, el carácter de las cuestiones a resolver son de
puro derecho, sin que sea necesario una mayor amplitud de debate y prueba que el
producido en el presente.
En tal sentido, nuestro Máximo Tribunal ha expuesto “(…) no requieren
mayor sustanciación ni prueba cuestiones vinculadas con hechos notorios y
reguladas por el derecho constitucional cuyo intérprete final –por imperativo de
los convencionales de Santa Fe- es esta Corte Suprema. Ignorar esto y dilatar la
decisión de los temas sustanciales so color de inexistentes –o sino inválidasrestricciones procesales, es hacer bien poco por el bien de la República que
reclama por un rápido esclarecimiento de la justicia de sus instituciones
fundamentales” (Fallos: 313:1513).
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2)- Sentado lo expuesto, corresponde examinar la naturaleza jurídica del
“cargo tarifario” a fin de determinar si como dice el apelante, el cargo carece de
naturaleza tributaria y por lo tanto su implementación corresponde a políticas
energéticas como facultad exclusiva del PEN o si de lo contrario tiene naturaleza
tributaria y su dictado ha vulnerado principios amparados constitucionalmente.
A fin de determinar la verdadera naturaleza del cargo, debemos ir más allá
de la denominación utilizada en la normativa y analizar sus elementos. En tal
sentido, nuestro Máximo Tribunal de Justicia ha manifestado que “no importa la
calificación que se utilice para denominar la realidad de las cosas, si se advierte
que las instituciones jurídicas no dependen del “nomen juris”, que se le dé o
asigne por los otorgantes del acto o el legislador incluso, sino de su verdadera
esencia jurídica económica, y entonces, cuando medie ausencia de correlación
entre nombre y realidad, deberá desestimarse el primero y privilegiarse la
segunda, o lo que es equivalente, los caracteres que la ciencia del derecho exige
para que se configuren los distintos hechos y actos jurídicos” (Fallos 21:498;
289:67; entre otros).
El apelante insiste en que el “cargo tarifario” carece de estructura tributaria,
expresando que es un instituto que tiene un régimen propio con finalidad
específica y que encuentra fundamento en las particulares circunstancias acaecidas
en el sistema energético nacional como resultado de la emergencia económica.
Empero, he de adelantar, que sus argumentaciones no han de prosperar.
Dentro del marco normativo descrito precedentemente, cabe señalar que el
decreto n° 2067/08 basó sus disposiciones en las facultades conferidas por las
Leyes n° 17.319 de hidrocarburos; n° 24.076 de regulación del transporte y
distribución de gas natural, n° 25.561 de emergencia pública, y en los incisos 1° y
2° del Artículo 99 de la Constitución Nacional.
Cabe hacer especial mención al art. 42 de la Constitución Nacional, donde
luego de la reforma constitucional se estableció que: “los consumidores y usuarios
de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de
su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz;
a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno” y que “las
autoridades proveerán a la protección de esos derechos, (…) al de la calidad y
eficiencia de los servicios públicos (…)”.
En tal sentido, la reforma constituyente otorgó rango constitucional a la
regulación de los servicios públicos y a la protección de los usuarios, por lo que las
tarifas deben ser justas, razonables y accesibles. Es decir, deben respetar los
caracteres de proporcionalidad en los términos del art. 28 y el de irretroactividad
de conformidad con el art. 17, ambos de la Constitución Nacional.
Como se expresara oportunamente, el decreto 2067/08 creó el “fondo
fiduciario para atender las importaciones de gas natural” estableciendo que el
mismo se integrará –entre otros- con los recursos provenientes de los “cargos
tarifarios” a pagar por los usuarios de transporte y distribución de gas, por los
consumidores que reciben directamente dicho hidrocarburo de los productores y
por las empresas que procesen gas natural.
A su vez, la Ley 24.065 -que estableció el marco regulatorio del transporte y
distribución de gas natural, consideró al servicio como “público” fijando dentro de
sus políticas generales la de “asegurar que las tarifas que se apliquen a los
servicios sean justas y razonables” (art. 2 inc. d).
Siguiendo las consideraciones realizada por mi distinguido colega Dr.
Schiffrin, respecto a la caracterización de la “tarifa” en su voto in re “PROCURAR
C/E.N. y otros s/ Acción declarativa de certeza”, expte. n° 3949 del 28-04-2005
(Rtro. Sala II L 114° F° 27/55) manifestó –en referencia a las tarifas- que “…son
retribuciones por un servicio de valor económico mensurable para cada usuario,
formado por el suministro a aquel de bienes concretos individualmente
cuantificables, de manera que el mayor o menor uso individual repercute en la
cantidad a pagar…”.
En definitiva, “la tarifa es el precio que el usuario del servicio paga por la
prestación que recibe. No se acuerda en el mercado, ni es fruto de una negociación
directa entre el prestador y el usuario, sino que –en teoría- se obtiene por el
regulador como resultado de calcular todos los costos que acarrea la prestación del
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servicio (incluidas las amortizaciones y el mantenimiento y renovación de la
infraestructura) y la rentabilidad razonable que un prestador eficiente obtendría si
su producto se vendiera en el mercado. El costo del servicio en un sentido amplio y
la rentabilidad razonable son los dos integrantes fundamentales de este precio que
integra el cuadro tarifario” (Bianchi, Alberto B. Objeciones regulatorias y
constitucionales a los llamados “cargos específicos” (A propósito del caso “Ulloa
c, E.”, La Ley, 2010-D, 155).
Ahora bien, a fin de determinar si el “cargo tarifario” posee el carácter
propio de un tributo, cabe preliminarmente remitirnos a la conceptualización que la
doctrina especializada realiza al respecto. Así, el Dr. V. en su obra “Curso de
finanzas, derecho financiero y tributario” caracteriza a los tributos como “… las
prestaciones en dinero (aunque algunos autores las aceptan en especie) que el
Estado exige en ejercicio de su poder de imperio, en virtud de una ley y para
cubrir los gastos que demanda la satisfacción de necesidades públicas...”.
Asimismo, cita al tributarista español, Sainz de Bufanda, quien entiende que el
tributo es “toda prestación patrimonial obligatoria –habitualmente pecuniaraestablecida por la ley, a cargo de las personas físicas y jurídicas que se encuentren
en los supuestos de hecho que la propia ley determine, y que vaya dirigida a dar
satisfacción a los fines que al Estado y a los restantes entes públicos estén
encomendados (Héctor Belisario Villegas, “Curso de finanzas, derecho financiero
y tributario”, Ed. ASTREA, 8° edición actualizada y ampliada, 1° reimpresión,
2009, pags. 151/152).
De los conceptos brindados, se advierte que los elementos que caracterizan a
los tributos, son “prestaciones en dinero y/o en especie”, “exigidas por el poder de
imperio del Estado”, “en virtud de una ley” a los fines de proveer de “recursos al
tesoro público” y cubrir los gastos que demanda la “satisfacción de necesidades
públicas”.
Establecidos los lineamentos descriptos, y teniendo en consideración que el
cargo no integra la “tarifa” sino que se dirige a constituir un fondo a fin de atender
las posibles insuficiencias de gas generadas por la falta de inversión suficiente, es
dable verificar que dicha prestación tiene naturaleza tributaria, en cuanto, su fuente
es un acto unilateral del Estado, es exigida coactivamente a los afectados, y tiene
como destino satisfacer necesidades públicas. Características éstas, propias de los
tributos.
Lo que aquí interesa, cabe destacar lo expuesto por el Dr. S. en oportunidad
de realizar su comentario al fallo “Ulloa, Álvaro y otros c. Estado Nacional- PENEnte Nacional Regulador del Gas” proveniente de la Cámara Federal de
Apelaciones de Salta: “la negación de que el cargo tarifario sea un tributo
constituye una expresión dogmática que carece de sustento (…)” y que “la
exacción impuesta a los consumidores o usuarios de gas y electricidad en concepto
de cargo tarifario no es un precio por la prestación de tales servicios, sino un
impuesto, pues se trata de una exacción en dinero que se le exige coactivamente a
tales usuarios o consumidores, con el destino específico de realizar determinadas
obras de infraestructura energética, o para la importación de gas” (S., R. R,
“Solapada maquinación en la creación de tributos a extramuros de la
Constitución”, La Ley 2010-D, 171).
Ahora bien, establecida la naturaleza tributaria del “cargo”, es menester
verificar que en su creación se haya respetado el principio de legalidad que hace a
la génesis del tributo, en cuanto “(…) ninguna carga tributaria puede ser exigible
sin la preexistencia de una disposición legal encuadrada dentro de los preceptos y
recaudos constitucionales, esto es válidamente creada por el único poder del
Estado investido de tales atribuciones, de conformidad con los artículos 4, 17, 44
y 67 -texto 1853-1860- de la Constitución Nacional(Conf. “La Bellaca
S.A.A.C.I.F. y M c/ Estado Nacional s/Repetición DGI”, 27/12/96, L.62, XXXI).
En efecto, es doctrina reiterada del Máximo Tribunal que “el principio de
legalidad o de reserva de ley no es sólo una expresión jurídico formal de la
tributación, sino que constituye una garantía substancial en este campo, en la
medida en que su esencia viene dada por la representatividad de los
contribuyentes. En tal sentido este principio de raigambre constitucional abarca
tanto a la creación de impuestos, tasas o contribuciones como a las
modificaciones de los elementos esenciales que componen el tributo, es decir el
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hecho imponible, la alícuota, los sujetos alcanzados y las exenciones”
(Fallos:329:1554, 332:2872)
Cabe destacar que dentro de nuestro sistema constitucional, la facultad
legislativa en materia tributaria es una potestad privativa del Poder Legislativo –
art. 17-, y veda al Poder Ejecutivo la posibilidad de emitir disposiciones de
carácter legislativo en materia tributaria.
En tal sentido, ha dicho nuestro Máximo Tribunal que “los principios y
preceptos constitucionales prohíben a otro Poder que el Legislativo el
establecimiento de impuestos, contribuciones y tasas (Fallos: 155:290; 248:482;
303:245; 312:912; 332:2872, entre otros).
Cabe señalar, que en los considerandos del decreto 2067/08 se hace alusión
a las facultades que se delegaron en el Poder Ejecutivo en el marco de las leyes n°
25.561 –reordenamiento del sistema financiero, bancario y del mercado de
cambios, renegociación de los contratos de obras y servicios públicos- y n° 17.319
de hidrocarburos -referido a la fijación de las políticas energéticas a nivel federalpero no existe en el recorrido de las leyes ninguna delegación referida a la facultad
de crear “tributos” ni ello puede inferirse de la obligación de la administración
para adoptar las políticas del servicio público.
Sin perjuicio de ello, debe tenerse en cuenta que el art. 99 inc. 3 de la
Constitución Nacional veda al Poder Ejecutivo la facultad de dictar decretos de
necesidad y urgencia que regulen sobre materia tributaria, ni aún en aquellos
casos donde se configuren los requisitos exigidos para el dictado de este tipo de
decretos.
La doctrina de la Corte Suprema, en relación a la admisibilidad de la
delegación en esta materia, ha indicado que “ni un decreto del Poder Ejecutivo ni
una decisión del Jefe de Gabinete de Ministros pueden crear válidamente una
carga tributaria ni definir o modificar, sin sustento legal, los elementos esenciales
de un tributo” (Fallos:319:340;326:4251 entre otros). Respecto a las facultades
tributarias que surgen de la Constitución Nacional, ha precisado “que los
principios y preceptos constitucionales son categóricos en cuanto prohíben a otro
poder que el legislativo el establecimiento de impuestos, contribuciones y tasas”
(Fallos: 155:290; 248:482; 303:245; 319:3400).
En el sub examine, la asunción de facultades legislativas en materia
tributaria por parte del Poder Ejecutivo al dictar el decreto 2067/08, constituye una
clara violación al principio de reserva de ley y una extralimitación de sus
facultades por lo que, careciendo el “cargo” del debido respaldo legal, los
argumentos argüidos por el apelante defendiendo una naturaleza distinta a la
tributaria, no constituyen más que una postura tendiente a liberarse del
cumplimiento de las exigencias constitucionales y legales en las que se basa el
sistema tributario argentino.
Más aún, tampoco pueden tener acogida los argumentos del Estado Nacional
dirigidos a sostener que, la responsabilidad del Poder Ejecutivo en el diseño de las
políticas energéticas incluye la posibilidad de ejercer facultades privativas del
Poder Legislativo. Máxime, teniendo en cuenta que la Carta Magna dispone que
“sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4” –art.
17- y que corresponde a la Cámara de Diputados la iniciativa de las leyes sobre
contribuciones –art. 52-; como asimismo las consideraciones ya citadas del art. 99,
inc. 3.
Por ello, cabe concluir que con el dictado del decreto por parte del PEN se
ha conculcado el principio de legalidad tributaria o reserva de ley.
Por las consideraciones efectuadas y normas legales citadas, propongo al
Acuerdo: declarar la inconstitucionalidad del Decreto 2067/08 y normas
complementarias. Sin costas de Alzada, dado la ausencia de debate (art. 68,
segunda parte del CPCCN).
Así lo voto.
EL JUEZ SCHIFFRIN DIJO:
Que adhiere al voto que antecede.
Por ello, se RESUELVE: : declarar la inconstitucionalidad del Decreto
2067/08 y normas complementarias. Sin costas de Alzada, dado la ausencia de
debate (art. 68, segunda parte del CPCCN).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala II Leopoldo Héctor
Schiffrin – Olga Angela Calitri .Juez César Álvarez (art. 109, R.J.N.).
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