REVISTA Hl STORLkNAVAL Año Vi Núm. 24 INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL ARMADA ESPAÑOLA INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL ARMADA ESPAÑOLA REVISTA DE HISTORIA NAVAL Año VI 1989 Núm. 24 REVISTA DE HISTORIA NAVAL CONSEJO RECTOR: Director del Instituto de Historia y Cultura Naval. Federico Fernando Bordejé y Morencos. contralmirante. Presidente: Vicepresidente Director: Cervera José Pery. coronel auditor de la Armada. y Secretario general del Instituto de Historia y Cultura Naval. Antonio Mci Vocales. rás Baamonde. capitán de navío. Redacción: Maria Vigón Tahar. María del Pilar San Pío Aladrén. Lola Higueras Rodríguez. Hugo O’Donnell y Duque de Estrada. Isabel Hernández Sanz. Adminisrración: José Luis Pando Villarroya, teniente coronel Armada, y Paloma Moreno de Alborán Calvo. DtRECCION Y ADMINTSTRACION: Museo Naval—Montalbán. 28014 Madrid (España). 2. IMPRIME: f S.SAG.,SA. C/. Lenguas. 4. Villaverde Alto (Madrid). Publicación trimestral: primer trimestre 1989. Precio del ejemplar suelto: 550 ptas. Suscripción anual: España y Portugal: 2.000 ptas. Resto del mundo: 30 $ USA. Depósito Legal: M. 16.854-1983. ISSN-0212-467X. NIPO: 098-89-014-6. Frinted in Spain. CUBtERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval. de Intendencia de la SUMARIO Págs. NOTA EDITORIAL: Ante una nueva etapa5 Un viaje inédito deAntonio de Ulloa a México al mando de la flota de Nueva España (1776-1778), por Francisco de Solano7 Métodos de arqueo en el sigloXVL por José Luis Rubio Serrano29 Las dos piedras con naves en relievede la catedraly torre inclinada de Pisa, por Laureano Carboneil Relat .... 71 La lucha anticorsariaen Valencia durante la Edad Media. El episo dio protagonizado por Pere Cabanyelles, por Andrés Díaz Borras105 Establecimiento del asiento de avería en el comercio de Indias, por Pilar Castillo Manrubia131 La Armada y Godoy. por Margarita Barrionuevo Cañas y Juan Manuel de Blas y Osorio147 Documento165 Noticias Generales, por Lola Higueras Rodríguez173 La Historia Marítima en el Mundo, por M. Pilar San Pío Aladrén177 Recensiones 179 COLABORAN EN ESTE NUMERO Francisco de Solano, doctor en Historia de América, es Director del Centro de Estudios Históricos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Premio Nacional de Literatura y Premio Nacional Menéndez Pelayo a la Investigación Histórica. Ha sido profesor de la Universidad Com plutense de Madrid y de las Universidades de Lisboa, San Carlos de Guatemala, San José de Costa Rica, Caracas, México, Lima y Universidad Católica de Chile. Ha publicado más de cien obras sobre su especialidad y es miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia (Madrid), de la Academia Nacional de la Historia (Caracas) y de la Academia Mexicana de la Historia. José Luis Rubio Serrano, investigador naval en la rama histórica, pertenece a la Liga Naval Espa ñola desde 1978. Ha colaborado en diversas ocasiones en la celebración del Día del Mar, especial mente en las exhibiciones de modelismo naval con modelos de naves construidos por él. Primer premio en las exposiciones de 1979, 1981 y 1982 en Málaga, la Liga Naval le nombró socio de honor! en 1982. En la actualidad está centrado en el estudio delas naves españolas del Renacimiento. Laureano Carbonell Relat es capitán de la Marina Mercante y licenciado en Historia. Autor de numerosas publicaciones, tanto en revistas nacionales como extranjeras, ha participado en congre sos de tema maritimo y ha estado al frente del Museo Maritimo de Barcelona. En la actualidad es el encargado del curso de Historia de la Marina de la Escuela Superior de la Marina Civil de Barce lona. De su obra, siempre relacionada con la vida en la mar, tenemos que destacar su importante aportación al estudio de la construcción naval, sobre todo medieval. Andrés Diaz Borrás es doctor en Historia por la Universidad de Valencia, en cuyo seno ejerce su labor investigadora centrada en temas relacionados con la guerra, la historia maritima y el comer cio. Es autor de numerosos trabajos relacionados con dichas materias. Premio Senyera de investiga ciones históricas en 1984, está becado en la actualidad por el Ministerio de Cultura, Educación y Ciencia, dentro del Plan de Perfeccionamiento del Personal Investigador. Pilar Castillo Manrubia, doctora en Historia, está a cargo de la biblioteca del EMA. Ampliamente vinculada con la Armada, ha realizado numerosas colaboraciones y trabajos relacionados con la Historia Marítima. Margarita Barrionuevo Cañas es licenciada en Universidad Complutensé de Madrid. Nombrada la Armada, reorganiza y completa los ficheros de nuestra última contienda civil 1936-39. Autora de ñola, ha colaborado, asimismo, en exposiciones Filosofia y Letras —Filología Románica— por la en el año 1970 archivera del Servicio Histórico de la documentación procedente de las dos zonas de diversos ensayos relativos a la citada guerra espa sobre temas navales. Juan Manuel de Blas y Osorio, capitán de navío del Cuerpo General de la Armada, especialista en Electricidad y Comunicaciones. Tuvo diversos mandos en la mar y entierra, asistiendo durante año y medio a distintos cursos en Estados Unidos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complu tense, ha colaborado en publicaciones sobre temas navales. La dirección de esta REVISTA no se hace responsable de las opiniones expresadas por los autores en sus artículos. La reproducción y la traducción, parcial o integra, de los textos e ilustraciones debe ser previamente solicitada por escrito a la dirección de la REVISTA. NOTA EDITORIAL: ANTE UNA NUEVA ETAPA Afrontamos desde este número de la Revista de Historia Naval correspondiente al primer trimestre de 1989—una nueva etapa. Para ello actualizamos la portada con el anagrama del Instituto de Historia y Cultura Naval, circundada con el aporte marinero de la estacha y los nudos de tanta tradición y prestancia. Pero no ha de quedar el propósito renovador sólo en la “fachada”. Desde este número también iniciamos una serie de colaboraciones especiales de prestigiosas firmas del mundo de la investigación y de la Historia, encabe zadas por un excelente artículo del profesor Francisco de Solano, sobre un viaje inédito de don Antonio de Ulloa como Comandante de la Flota de Nueva España en los años de 1776-1778. Los métodos de arqueo en el siglo XVI son estudiados por el profesor José Luis Rubio Serrano, que conjuga la oportunidad del tema en plena revita lización de la época de los Descubrimientos, con su aporte erudito y científi co, para que de otra parte el que fuera Director del Museo Marítimo de Bar celona, Laureano Carboneil, ofrezca una curiosa y documentada visión de las dos piedras con naves en relieve de la catedral y torre inclinada de Pisa. Uno de los aspectos menos conocidos de los todavía numerosos pasajes casi inéditos del medioevo español, la lucha anticorsaria en Valencia du rante la Edad Media con el episodio protagonizado por Pere Cabanyelles, en el estudio de Andrés Díaz Borrás, mientras que Pilar Castillo Manrubia Doctora en Historia y Bibliotecaria del Estado Mayor dé la Armada, sienta las bases del establecimiento del asiento de la avería en el Comercio de Indias. La fecunda colaboración entre la investigadora Margarita Barrionuevo y el Capitán de navío Blas Osorio, da como fruto un interesante primer pla no de la Marina en tiempos de Godoy, con el intento de recreación del almi rantazgo, en el que tanto empeño puso el Príncipe de la Paz, para que el nú mero cierre con su acostumbrado documento y las habituales secciones de Historía Marítima, noticias generales ylas recensiones de los libros dela ac tualidad histórico-naval, de los que el Instituto tiene concebido un amplio programa editorial. Ante el significativo estímulo que representa la confección de este nuevo número, la Revista de Historia Naval, siente una íntima satisfacción, no só lo de cara a suscriptores y lectores, para quienes la revista se publica y dirige, sino en el propio reflejo de nuestros mejores afanes que en todo momento quieren buscar la meta de un logro deseado y necesario. — Año 1989 UN VIAJE INEDITO DE ANTONIO DE ULLOA A MEXICO AL MANDO DE LA FLOTA DE NUEVA ESPAÑA (1776/1778) Francisco DE SOLANO Director del Centro de Estudios Históricos CSIC. Madrid Francisco de Solano, autor de “Antonio de Ulloa y la Nueva España”, libro editado por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1987y por lo tanto escasamente conocido y difundido en España, nos ofrece con este excelente estudio una primacía de publicación. La Revista de HistoriaNaval se honra con iniciar las primeras colaboraciones especiales de autores destacados, con tan distinguida firma. Preámbulo Resulta sorprendente que se ignore casi por completo la importante pre sencia de Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral en México. Al virreinato de la Nueva España llegó como comandante de la Flota de Indias, saliendo de Cá diz en julio de 1776,realizando el tornaviaje en 1778,después de verificar en México muy diversas actividades. Pero todas ellas son tan ignoradas que pueden ser clasificadas, sin exageración, como inéditas. Durante el tiempo mexicano Ulloa dirigió, como jefe de la Flota, las operaciones de carga/ descarga, vigiló el aprovisionamiento y carga de los navíos, su reparo y acon dicionamiento; y colahoró estrechamente en la política naval propugnada por el virrey Antonio María de Bucareli (astilleros en Veracruz y aplicación de la matrícula de mar). Además, el marino Ulloa tuvo tiempo para progra mar un plan para mejorar los conocimientos geográficos y cartográficos del virreinato. De esa permanencia en México proceden dos importantes documentos, inéditos igualmente hasta 1979en que los publicó la Universidad Nacional Autónoma de México (1). Ahora se ha procedido una segunda edición (apaSiglas utilizadas AEA: Anuario de Estudios Americanos, CSIC, Sevilla. AGI: Archivo General de Indias, Sevilla. AGN: Archivo General de la Nación, México. BNM: Biblioteca Nacional, Madrid. RAH: Real Academia de la Historia, Madrid. (1) Francisco DE SOLANO. Antonio de Ulloay la NuevaEspafla Instituto de Investigacio nes Bibliográficas, Universidad Nacional Autónoma de México, México 1979,CLX426 pagi nas, La segunda edición, México 1987 (aparecida en 1988). Año 1989 FRANCISCO DE SOL4NO recida en 1988.México), aunque resulta documentación escasamente cono cida en España, Estos documentos son una Descripciónde/a Nueva España y una densa correspondencia de 160cartas cruzadas entre Ulloa y su paisano sevillano el Virrey Bucareli. y que son exponentes de las importantes tareas desplegadas por el científico en México. Resulta por ello algo insólito que todas estas actividades se hayan apaga do, no resaltándose el paso de Antonio de Ulloa en México, hasta el punto de no ser ni siquiera recordado: sus biógrafos, que se preocupan por facetas más brillantes o más espectaculares, no lo señalan; yio mismo ocurre con todos los especialistas que se detienen sobre sus obras como elementos de obligada y fundamental consulta. Su labor como comandante de flota es una olvidada faceta en sus biógrafos; ni siquiera en obras recientes que se han dedicado es pecíficamente a espacios marítimos y sistemas de comunicación interconti nental, lo mismo que al estudio de la feria de Jalapa (2), lo resaltan, refirién dose todas ellas a Antonio de Ulloa como otro marino más, sin lograr identi ficarlo con el célebre científico. Con ánimo de corregir este pecado de olvido la Universidad Nacional Autónoma de México editó miAntonio de (1/loay la Nueva España, como un reconocimiento a sus muchas iniciativas y trabajos, colocando su viaje a Mé xico, también, entre sus muy fructíferas realizaciones. Antonio de Ulloa, Comandante 1776/1778 de la Flota de Nueva España, Los grandes acontecimientos internacionales del siglo XVIII se ca racte rizaron por el papel protagonista que América tiene en el contexto de la es trategia y de la geopolítica de las potencias europeas. En la centuria prece dente hubo, sí, diferencias que se habían resuelto en el intento de desteñir al Caribe de su intensa coloración española: la ocupación de Jamaica, Martini ca,Curaçao, Guadalupe, parte de Santo Domingo y otras islas por manos in glesas, holandesas y francesas representaba el mejor empleo de que aquellas intencionalidades habían sabido encauzarse positivamente. No obstante, los confrontamientos bélicos internacionales se habían definido sobre la propia piel europea. Sólo como intento de la “americanización” de los con flictos europeos, se habían ensayado en la invasión holandesa de Brasil y la toma de Jamaica. El clima de permanente piratería en el Caribe, o de guerra al corso, puede considerarse más como uno de los medios empleados por las (2) Guillermo CESPEDES DEL CASTILLO, “La avería en el comercio de Indias”, AEA, VII, pp. 515-608;Valentín VAZQUEZ DE PRADA. “Las rutas comerciales entre España y América en el siglo XVIII”, AEA, )O(V, pp. 197-241, 1968 y José Joaquín DEL REAL, “Las ferias de Jalapa”. AEA, 1959.X[I, pp. 167-314. 8 24 UN VIAJE INEDITO DE ANTONIO DE ULLOA A MEX/CO potencias europeas contra España para restar —por aquellos medios— po der e influencia en su política europeísta. El siglo XVIII va a señalarse, por el contrario, como la centuria en la que los espacios americanos van a considerarse con una óptica nueva, entrando dentro de la estrategia y de la geografía bélica. América comenzó a participar en los juegos políticos internacionales, aun cuando los motivos se formula ran a muchos millares de leguas de sus costas: las guerras provocadas por las sucesiones a los tronos de España, Polonia o del Imperio y la rivalidad per manente por la hegemonía suscitada entre Inglaterra y Francia contaron con enfrentamientos bélicos también sobre determinadas zonas americanas. En todos estos acontecimientos —además de los meramente localizados (guerras de Italia y norte de Africa)— la vinculación entre Marina y Ejército fue cada vez más estrecha. La política de renovación naval comenzada en España desde José Patiño (1717-1736)y el Marqués de la Ensenada (17371756) tiene su justificación no sólo en el potenciar los contactos ultramarinos entre las orillas hispánicas del Atlántico y el Pacífico, sino también el agili zar los desplazamientos de tropas en un mundo tan dilatado como el español. En estos climas de defensa de las costas —europeas. africanas, america nas, asiáticas— o en la efectiva participación armada se ejercitáron los co mandantes de las flotas. Fernando Chacón, Antonio Serrano, el Marqués de Man y Rodrigo Torres que comandaron las flotas de 1720,1723,1725, 1729y 1732; Manuel López Pintado y Joaquín Manuel de Villena, que lo hicieron con las de 1735y 1757,y Carlos Reggio, que mandaba la de 1760,fueron pro tagonistas relevantes en episodios contra argelinos, franceses e ingleses. Agustín de Idiáquez, que mandó la flota de 1765,desde sus actuaciones en la expedición a Ceuta (1720) y Orán (1732) a su dirección de la escuadra desti nada al corso en el Mediterráneo (1762),potencia el aprendizaje y categoría resolutoria en momentos de peligro que se requerían para el mando de una empresa de tanta responsabilidad como la flota de Indias. Casi los mismos escenarios y semejantes experiencias a las vividas por Francisco Javier Eve rardo Tilly. que comandó la flota de 1768,y por Luis de Córdoba, que lo hizo con la de 1772.Marinos hábiles en la dirección de grandes movimientos na vales, lo mismo que expertos en la navegación transatlántica. Antonio de Ulloa y de la Torre-Guiral, por el contrario, alcanzaba el alto puesto de comandante de flota sin haber participado en ninguna batalla na val. Y su experiencia mandando un flavio se reducía a los siete primeros me ses de 1743,en que tuvo a sus órdenes a “La Rosa del Comercio”, con el encar go de cortar la retirada de la escua dra de George Anson que, perseguida y dis persa por la escuadra del almirante Pizarro, había cruzado el cabo de Hornos hacia la Mar del Sur: meses en que hizo la derrota Callao-Juan Fernández-Valparaiso-Talcahuano, dedicado al estudio de las observacio nes marítimas, realizando mediciones, estudiando corrientes y corrigiendo cartas náuticas. Sus ascensos en la carrera naval no los consiguió,jamás, por méritos de guerra. Sus éxitos los alcanzaba en los campos de la técnica y de la Año 1989 FRANCISCO DE SOLANO ciencia. El Estado le recompensaba, por ellos, con puestos de dirección polí tica, en los que no alcanzó igualar sus triunfos científicos. A pesar de ello, Ulloa obtenía el nombramiento de comandante de flota,en un momento de extrema conflictividad internacional —preludios de guerra contra Portugal y contra Inglaterra—, justo algo después de haber estado en Luisiana (1766) donde había tenido una problemática actuación como Gobernador. Ulloa era, no obstante, un teórico del mar. Perfecto conocedor de sus co rrientes, de sus riesgos, del ritmo de los vientos y de la problemática de la na vegación de altura. Conocimientos que le venían “por las navegaciones dilatadas que he practicado desde los 60° de latitud en el hemisferio austral hasta la misma en el septentrio nal, en las estaciones crudas y frígidas del invierno (3)”. Cinco veces cruzó el Atlántico. La primera en 1730,a los trece años, en la ar mada de galeones dirigida por Manuel López Pintado, Marqués de Torre Blanca, que llegó a Cartagena de Indias. La segunda vez, en 1734,después de haber ingresado en la Real Academia de Guardiamarinas de la isla de León y de un viaje de prácticas a bordo del “Santa Teresa”, que hizo derrota desde Cádiz a Barcelona yNápoles. Su viaje de 1734tenía carácter especial, por tra tarse de una expedición científica hispano-francesa destinada a verificar de modo práctico la exacta figura de la Tierra. Junto a Jorge Juan Santacilia, Ulloa acompañaba a astrónomos y académicos franceses para verificar que la Tierra era un “elipsoide elevado al ecuadory depreso hacia los polos”, con cluyendo con el viejo sistema copernicano. Ulloa contaba diecinueve años; Juan,veintiuno.Anihos fueron ascendidos a tenientes de fragata, para que su juventud y su categoría de alférez de navío no resultase en demérito ante los laureados componentes dela expedición francesa: La Condamine, Bougery Godin. Todos ellos se trasladaron al reino de Quito con el fin de medir bajo del ecuador un meridiano; y con la ayuda de un especializado y avanzado material científico verificar, con el mayor rigor, su situación: elemento pri mordial para exigir fidelidad tanto en las cartas marinas como en la determi nación de las distancias y cálculo de los tiempos empleados en navegacio nes. En diferentes misiones actuó Ulloa en América del Sur, resaltando la lle vada a cabo desde 1740,con instrucciones del Marqués dela Ensenada, con intención de realizar informes sobre determinados aspectos políticos y ad ministrativos del virreinato. En colaboración estrecha con Jorge Juan, sus observaciones científicas y políticas se plasman en diversa sobras, que serian (3) Conversacionesde Ulloa con sus tres hijos en servicio de la marina, instructivas y curiosas, sobre/as navegaciones y modo de hacerlas,del pilotaje y las maniobras; noticias devientos,mares,co rrientes pájaros y anfibios y de losfenómenos quese observanen los mares de/a redondezde la tierra. Madrid, Imprenta de Sancha. 1795, p. 43. 10 24 UN VL4JE INEDJTODE AI’VTONIODE ULLOA A MEXICO publicadas en 1748,o a partir de ese año, después del regreso a España de Ulloa, tras un accidentado viaje. Los dos viajes siguientes —en 1758y en 1766—los hizo Ulloa con misio nes algo diferentes a las que había realizado hasta entonces. Su permanente dedicación científica, orientada hacia el desarrollo práctico de diferentes disciplinas —investigando técnicas, compulsando teorías y nuevos hallaz gos, promocionando mejoras en diferentes artes y estudios— se habían tra ducido en unas serie de iniciativas de las que es él el verdadero promotor en España: activó la creación del Gabinete de Historia Natural, del que fue su primer director; dio a conocer los primeros estudios sobre la electricidad y magnetismo artificial; estableció las bases para la real fábrica de tejidos en Segovia; había dado a conocer el platino como cuerpo simple, así como sus propiedades; promocionó el arte delgrabado, en cobre y piedra; impulsó la relojería y la cirugía, eligiendo estudiantes que se formaron en Francia, Ho landa y Suiza para instruirse como maestros; potenció la red de canales “caminos acuátiles”— que irrigaron las secas tierras castellanas y leonesas y’ finalmente, “dio instrucciones y noticias para facilitar el comercio de fru tos de España con los puertos de Indias, cuya dirección se encargó en San tander a don Juan de la Isla, teniendo por objeto el fomento de la agricultura de Castilla la Vieja, montañas y sus confines, en donde por falta de extrac ción estaban sus habitantes en la mayor infidelidad, sobrándoles losfrutos propios y careciendo de los que no se crían en su país” (4). Hechos todos ilustrativos de la versatilidad de Ulloa, pero algo alejados de su propia especialidad náutica. No obstante, Ulloa se consideraba un hombre de mar y en él deseó obtener su máxima gloria. Sus objetivos tanto en 1758como en 1766eran, no obstante, diferentes a su preocupación mari na. En la primera fecha cruzaba el Atlántico para dirigir el departamento de Huancavelica como gobernador y superintendente. Sus conocimientos científicos en mineralogía, su práctica en Almadén, donde estableció algu nas mejoras técnicas, aconsejaron su nombramiento para que sacae la pro ducción del cinabrio peruano de sus dificultades. Bastantes años se estuvo en el virreinato peruano, que sumó a los que ya había estado en su etapa anterior. En 1766,una nueva dirección política: Gobernador de Luisiana,justo en el momento en que la antigua colonia de Francia era entregada a España como compensación a las pérdidas sufridas por sus compromisos en el Pac to de Familia en la lucha contra Inglaterra. Puesto difícil y complejo, porque los colonos franceses se resistieron y, a pesar de las buenas intenciones del Gobernador, se tuvo que garantizar la posesión de la colonia por medio de las armas. Ulloa abandonaba Nueva Orleans ese 1766: escasa gloria que unir al hecho de su casamiento, que se efectuó —y por poderes— con la li — (4) Juan Sempere, Biblioteca española del reinado de Carlos III, Madrid, 1789. VI, p. 153-176. AÍo 1989 FRANCISCO DE SOLANO meña doña Francisca Ramírez de Laredo, hija de los condes de San Javier y de Casa Laredo (5). Y allá estuvo el matrimonio hasta que regresaron a la Península, vía La Habana, en donde ejercía el cargo de Capitán general el sevillano Antonio María de Bucareli. Cinco años más tarde salía del puerto de Cádiz dirigiendo, como co mandante, la flota de Indias: la última flota que uniría Veracruz con Espa ña. Después de Ulloa, se producía la liberalización del rígido sistema de los viajes agrupados. Se abandonaba el tendido de una rígida ruta soportada sobre puertos únicos —Cádiz y Sevilla, La Habana y Cartagena de Indias, Veracruz y Nombre de Dios—, fuerte y agresivamente defendidos, por el tiempo del libre comercio, aun cuando la estrategia recomendase la misma permanente atención por el navío y por la fortificación. 1. Perfil de la última flota de Indias El 15 de marzo de 1776suscribían Carlos lily José de Gálvez el nombra miento de Antonio de Ulloa como comandante de la flota, así como las ins trucciones que debería observar a lo largo de su viaje y tornaviaje (6). Uno de los primeros documentos firmados por Gálvez en su nuevo puesto de minis tro de Indias. Se mantenía el criterio de Julián de Arriaga —bailío de la Or den de San Juan de Jerusalén y Ministro de Marina y de Indias— que fue quien había propuesto a Ulloa para tan alto puesto. El renovador y activo Gálvez, con ánimos de aplicar movilidad a la política reformista ilustrada —algo lastrada durante los últimos años del ministerio del Marqués de Gri maldi y de Arriaga—, nada oponía a la categoría de Ulloa. Este tendría que atenerse a una normativa especificada a lo largo de quince artículos: puntual cumplimiento del Proyecto de flotas —viejo de 1720 (7), pero eficaz— (Art. 2). Una total dependencia de la autoridad del Vi rrey, con excepción de los asuntos de la flota (Art. 3). Debería agilizar la descarga de los efectos sin esperar la llegada de la orden virreinal (Art. 4); aviso perentorio a España de la llegada a Veracruz, con descripción de las inci dencias ocurridas durante el viaje, lo mismo que en el tornaviaje durante la escala en La Habana, con atención primordial al ahorro de tiempo y elimi (5) El matrimonio se efectuaba el 11 de marzo de 1766en la Parroquia de San Sebastián (Libro 4.° de Matrimonios 1710-1788,fol. 123 y.). Los suegros del marino eran don Francisco Buenaventura Ramírez de Laredo Torres y Laredo, primer Conde de San Javier y de Casa La redo, y doña Francisca Javiera Calvo de Encalada y Chacón, naturales de Santiago de Chile. Datos que debo y agradezco a mi buen amigo Guillermo Lohman Villena. (6) AGI. México 2986. (7) Proyectopara los galeonesy flotas delPerú, Nueva España y paro los navíos de registro y de aviso que navegarána ambos reinos,Madrid, Imprenta de Juan de Ariza, 1720.Publicado tam bién por Ricardo Levene en su Colecciónde documentospara la Historia de Argentina, Buenos Aires. tomo y, pp. 2 1-77. 12 24 UN VL4JE ¡NEDITO DE AKNIO DE ULLOA A MEXJCO nación de demoras inútiles (Art. 5). El comandante haría de notario en alta mar, en caso de algún accidente grave de algún pasajero; si éste era comer ciante y moría sin testamento serían los diputados del comercio quienes efectuarían sus negocios y, registrado, dado cuenta y entregado al Presiden te de la Casa de la Contratación (Art. 6). Surto en Veracruz, el comandante observaría lo regulado en 1720(Art. 7).Tendría una vigilancia extrema para que regresasen a España los empleados en la flota (maestros, contadores, carpinteros, calafates, etc.) casados y avecindados en la Península (Art. 8); lo mismo que con las eclesiásticos, permitiendo únicamente el paso a aquéllos que tuviesen su documentación en regla, no valiendo el que pasasen con el pretexto de ejercer el puesto de capellán en algún buque, ya de guerra, ya mercante (Art. 9); quedando totalmente prohibido el que fuesen llevados. presos, de cualquier naturaleza (Art. 10).La necesidad de cobre en la Nueva España justificaba que los navíos pudiesen ser lastrados con él (Art. 11). Cuando los navíos estuviesen prontos para el tornaviaje —una vez repara dos los desperfectos y tomadas las providencias del abastecimiento— debe ría comunicarlo al virrey, a los oficiales reales y a la diputación del Comer cio, con el fin de que se potenciasen los trámites y diligencias necesarios pa ra la exportación de los productos novohispanos (Arts. 12 y 13). En el tornaviaje, ya a la vera de la bahía de Cádiz, la escuadra esperaría el recono cimiento de los vistas de aduanas (Art. 14).En casos especiales no conteni dos en la Instrucción y Ordenanzas de la Casa de la Contratación, se esperaba que Antonio de Ulloa resolviese con el “acuerdo, celo y prudencia que co rresponde, y fío de vos, para el logro de tan importantes fines”. Las primerasa diligencias de Ulloa, como las de todo capitán de navega ción ultramarina —navíos de registro, sueltos, etc.— se canalizaron hacia el barco y a fijar la fecha de la salida. Esta debería notificarse con una cierta anterioridad para que se procedieran las correspondientes operaciones ad ministrativas pertinentes, registrando la exportación y permitiendo las ges tiones oportunas a los aseguradores (8). Los navíos de guerra —que en esta ocasión eran el Dragón yE! España, de 64 cañones cada uno y.una dotación de 560 marineros en cada buque— habían sido reparados y acondicionados en el astillero y arsenal de La Carraca, salidos de rada con toda garantía. La fecha idónea de salida lo era durante la primavera. Tal como recomendaba el Proyectode 1720,para aprovechar los vientos favorables y eliminar las tur bonadas en el Golfo. El bailío Arriaga confirmaba dicha fecha (9). El co mandante, a la par que aceleraba preparativos e incitaba al comercio a que hiciese lo propio, escribía y editaba un folleto con las Señales, órdenes e ins trucciones para el gobiernode lapresentefiota (10),en donde se insertaban dife (8) Céspedes del Castillo en (1) y Manuel Garzón, “El riesgo en la Carrera de Indias”, Re vista de Indias (1975). Se ocupan de analizar la panorámica y sistema de los seguros en el co mercio ultramarino. (9) AGI, México 2986. (10) Impreso en Cádiz. en la imprenta de Manuel Espinosa de los Monteros, 1776. Año 1989 FRANCISCO DE SOLANO rentes señales indicativas sobre situaciones de flota, incidencias en los na víos (desperfectos, fuego, falta de alimentos, etc.), en la tripulación (enferme dad, motín, etcétera), precauciones para evitar la dispersión de los buques y normas para la intercomunicación sobre determinadas eventualidades: desde las formaciones de la escuadra —“Orden de convoy de bolina o lar go”, “Orden de convoy a popa”, “Formación en línea”. “Línea de frente a popa”— hasta las distintas posiciones que la flota debería tomar en caso de ser provocada o atacada: folleto que se distribuyó entre los jefes y capitanes de los buques. El propio Bucareli juzgaba de él: “He visto con gusto las instrucciones de señales con que na vegó la presente flota. Este es el modo de que las cosas salgan bien, pero no es el seguido por los más de los que mandan: por que unos no son capaces de hacerlo y otros no quieren que haya gesto sobre que reconvenirlo. Será papel que guardaré entre los útiles (11).” La flota no saldría durante el mes de abril, a pesar de la orden del recién Ministro de Indias, que confirmaba la anterior deArriaga (12), sino lo hacía el día 8 de mayo de 1776,a pesar de los vientos contrarios (13).La persistente resistencia del comercio gaditano —como procedería igualmente el novohispano en la misma circunstancia— fue la causante del retraso. El comer cio procuraba demorar al máximo la salida para permitir, por ese procedi miento, un mayor margen de ganancia en sus operaciones de última hora. Pero entre el interés del comerciante ye! acoso del Estado activando los via jes —y sobremanera el tornaviaje— existió siempre una dicotomía, de la que podrían salir perjudicada la propia flota si los tiempos de salida no esta ban bien escogidos. Los tiempos buenos o malos guardaban una categoría diferente para el marino y para el comerciante o el político. Aquél se obliga ba a mantener una travesía lo más perfecta y rápida posible, ganando fe chas, para huir tanto de las épocas en que los vientos y las corrientes fuesen adversos, lo mismo que de aquéllas en que las calmas paralizarían la mar cha, con peligro de agotamiento en el avituallamiento. A pesar de todo, las flotas con rumbo a la Nueva España salieron del puerto de Cádiz en todas las épocas. Las que lo hicieron durante el siglo XVIII alcanzaron récords, tanto en velocidad como en morosidad. El tiem po corto lo ejemplarizan los 68 días empleados en llegar a Veracruz por la armada de 1760,que salió durante el verano; mientras el tiempo largo alcan(11) Bucareli a Ulloa, México, 11 de noviembre de 1776.En correspondenciaprivada entre Antonio María Bucareli, Yirrevdela Nueva España,y Antonio de Ulloay dela Torre-Guiral,Jefe de la Flota de Indias (1776-1779). (12) Gálvez a Ulloa, El Pardo, 29 de marzo de 1776. En AGI, México 2986. (13) Ulloa a Bucareli, Veracruz, 25 de julio de 1776. 14 24 LW VIAJE INEDITO DE A1’ITONIODE ULLOA A MDJCO za los 122 días mpleados por la flota de 1757, que dejó Cádiz durante el invierno. Toda navegación tenía sus incónvenientes: salir en días tardíos de la pri mavera peninsular representaba encontrarse con riesgos de tormentas y hu racanes en el Golfo, lo mismo que con fuertes vientos del norte en Veracruz y riesgo en la operación del atraque de los navíos: ¡quince días tardaron en entrar en Veracruz los dieciséis buques de la flota de 1735!No obstante, del número de flotas que salieron de Cádiz desde que nace la centuria hasta 1776, sólo tres lo hicieron durante la primavera: las restantes, durante el oto ño o el invierno (cinco) y durante el verano (diez). Epoca de salida Flota Tiempo t ranscurrido en la navegación. Días Primavera 1708. Andrés del Pez 1772. Luis de Córdoba 1776. Antonio de Ulloa 74 79 79 Verano 1711. 1712. 1715. 1717. 1720. 1722. 1725. 1729. 1732. 95 79 Andrés de Urriola Juan de Uhilla Manuel López Pintado Antonio Serrano Fernando Chacón Antonio Serrano Antonio Serrano Marqués de Marí Rodrigo Torres 1760. Carlos Reggio Otoño-invierno Diego Fernández de Santillana 1735. Manuel López Pintado 1757. Joaquín Manuel de Villena 1765. Agustín Idiáquez 1768. Marqués de Casa Tilly . — — 81 . 74 69 75 88 68 81 . 115 122 91 9314 — Los riesgos de la imprevisibilidad del viento condicionaban que el avi tuallamiento del navío, como muy bien ha demostrado Pierre Chaunu (15), tuviese que ser calculado con respecto del tiempo máximo de travesía em pleado por flotas precedentes: para evitar el peligro del hambre o sed a bor-’ (14) 240. (15) Cuadro realizado sobre el estudio de Valentin Vázquez de Prada en (2), pp. 239Seville et ¡Atiantique. París. SEVPEN. 1954-1959. Alio 1989 FRANCISCODE SOL4NO do. Tiempos que van desde ese tiempo corto de 68 días a los 122,de lo simple a lo doble: de dos meses a casi el doble. Casi los mismos tiempos empleados por los lentos buques del siglo XVII. La navegación en convoy, a pesar de sus seguridades, continuaba lastrando la intercomunicación entre las ori llas del Atlántico. Un navío de aviso, por el contrario —bergantín o paque bote. los más veloces—, sin la atadura de la obligatoriedad de la navegación agrupada recorría aquellas mismas distancias en tiempos sensiblemente menores. Salida deCádiz Llegada a Veracruz Flota 1706. Diego Fernández de Santillana. 1708. Andrés del Pez. 1711. Andrés de Urriola. 1712. Juan de Ubilla. 1715. Manuel López Pintado. 1717. Antonio Serrano. 1720. Fernando Chacón. 1722. Antonio Serrano. 10 marzo 22 mayo 3agosto 16 sept. 21 agosto 29 mayo agosto 3 oct. 5 dic. 3 28 julio agosto 7 9 julio 26 oct. 20 sept. 1725. Antonio Serrano. 15 julio 21 sept. 1729. Marqués de Marí. 6agosto 18-22 oct. 1732. Rodrigo Torres. agosto 2 24-28 oct. 1735. Manuel López Pintado. 1757. Joaquín Manuel de Villena. 1760. Carlos Reggio. nov. 22 1765. Agustín de Idiáquez. 1768. Marqués de Casa Tilly. 1772. Luis de Córdoba. 1776. Antonio de Ulloa. - 11nov. 29 junio febrero 24 febrero 18 marzo 10 sept. 4 15/16mayo 23dic. marzo 26 29mayo 12/15 agosto 8mayo Composición 25de julio navíos 3 de guerra 13 mercantes de 3guerra 15 mercantes de4 guerra 16 mercantes de3 guerra 17 mercantes de4 guerra mercantes 12 de2 guerra mercantes 10 de 2guerra 18 mercantes 2deguerra mercantes 12 de2 guerra mercantes 8 de 2 guerra 14 mercantes de 2 guerra 15 mercantes16 (16) Guillermo Céspedes (1),José Joaquín del Real (1),p. 15y Valentfn Vázquez de Prada (2), pp. 239-240. 16 24 UN VL4JEINEDITODE ANTONIODE ULLOAA MEXICO Los récords de máximos y mínimos en la navegación en convoy pueden establecerse en cada estación: los viajes efectuados durante los otoñoinviernos son los más lentos: entre 81 y 122 días; de 74 a 79 los días emplea dos por aquellas flotas que salen de Cádiz con la primavera; de un mínimo de 68 días a un máximo de 95 las que lo hacen durante el verano. Toda esta desigualdad tiene sus razones en la imprevisibilidad de los vientos, en los tiempos perdidos durante las diferentes operaciones que de bía ejecutar la flota —compuesta de un número de 10 a 20 navíos— y por la desigualdad de los portes de cada buque: unos, ligeros y más navegables; pe ro otros, pesados y perezosos, obligaban a que todo el convoy soportase su ritmo. Fragatas, corbetas, urcas y bergantines, briks y paquebotes, aptos pa ra la navegación ultramarina; aunque también saetías y polacras, proceden tes de la navegación mediterránea y por ello menos dispuestas a las condi ciones atlánticas. La última flota gastaba 79 días en cruzar la distancia que separa Cádiz de Veracruz: acercándose sensiblemente al tiempo corto de la travesía nor mal. Había salido de Cádiz el 8 de mayo de 1776:tal vez por ello se encontró con cuatro días de vientos contrarios no más salir de la bahía. Los dos bu ques de guerra y los quince mercantes —llevando entre todos una carga de efectos que sumaban las 8.176toneladas— (17) siguieron la derrota tradicio nal. Utilizando como guías las cartas náuticas inglesas de Juan Bautista Homan y Peter Goos, haciendo constantes mediciones y confrontaciones con dichas cartas geográficas para hallar en cada momento la situación exacta del navío (18), observando “diariamente la variación de la aguja para el acierto de las travesías largas” (19). Después de padecer “engolfados cuatro días de calma” (20),y siguiendo dichas cartas, mandó Ulloa “en 22 de junio (17) Especificación de nombres de buques, propietarios y capitanes, así çomo su carga en AGI, México 2986. (18) Las cartas náuticas de América del Norte y Central editadas en Londres, París y Amsterdam iban precisando posiciones a medida que se iban realizando estudios geográfi cos, hidrográficos y astronómicos, lo que les hacía ser de gran utilidad para la navegación. No obstante, dichascartas eran un medio, también, para precisar con mayor éxito la acción pirá tica o de guerra abierta contra las rutas comerciales españolas al señalarse dichas rutas, sobre todo las seguidas por las flotas. Como, por ejemplo, en el Map of NorihArnericaaccordingtone west and most exact observations(Londres, 1725),de Hermann Moil, se incluían planos de los puertos de La Habana. Portohelo, Veracruz, Cartagena de Indias y Acapulco, yjunto al itine rario de la flota la explicación siguiente: “Aquí, una de las naves echa el anda, para anunciar el Rio Hacha que vienen los galeones e inmediatamente salen correos por tierra hacia Carta gena, Lima, Panamá, para que apronten los tesoros del Rey”. Yjunto al plano de Cartagena. “Aquí los galeones permanecen generalmente sesenta días y desde aquí van a Portohelo, don de paran otros treinta, y entonces regresan a Cartagena desde donde, tras algunos días de es tancia, navegan a La Habana para reunirse allí a la flota —que consta de un corto número de barcos— que van a Veracruz para embarcar allí las mercancías y efectos de aquel país”. SGE (Madrid). (19) Conversaciones(10), p. 17. (20) Ulloa a Bucareli, Veracruz, 25 de julio de 1776. Año 1989 FRANCISCO DE SOLAI’,TO hacer pairo desde las doce de la noche a las cinco de la mañana” (21). La fi delidad y el rigor de aquellas cartas de marear le verificaba tanto su admira ción como su deseo de que en España hubiese técnicos y medios necesarios que eliminasen los múltiples errores que contenían las españolas y se reali zasen del modo semejante. Se avistaba aquella mañana del verano de 1776 la isla de Anguila, de las Pequeñas Antillas. De allí, siguiendo la ruta al sur de las Grandes Antillas, se tomó aguada en Puerto Rico —desde donde se notificó a España las indicaciones de la flota y su ritmo de marcha: 56 días empleados. Veintitrés días después, tras haber padecido “cinco temporales desde que se descubrió la Anguila” (22) se avistaba Veracruz el 25 de julio. El anda de la nave capitana se dejaba caer junto al castillo de San Juan de Ulúa exactamente a las 31/2 de aquella tarde (23). La travesía se había, pues, verificado “sin el menor quebranto”. Y entra dos y atracados los diecisiete navíos en Veracruz —“que con impropiedad se llama puerto” (24)— Ulloa se enorgullece, con justicia, de haber cumplido el viaje con toda felicidad y haber realizado la maniobra del atraque con tan tos navíos sin percance alguno. La estrechez del puerto veracruzano yla vio lencia de los vientos extremaban la dificultad del atraque, máxime cuando se trata de evolucionar a un crecido número de embarcaciones. Tanto que muchas veces el peligro de naufragio se producía, precisamente, en casa. El propio Ulloa define al puerto de Veracruz como “uno de los más difíciles que haya para amarrarse con seguridad, a causa de los nortes en la estación que reinan estos vientos. Practícase esto al abrigo de una muralla o cortina del castillo de San Juan de Ulúa, en unos argollones de bronce que para este efecto hay en la misma muralla y se dan hasta siete u ocho ama rras de cable en ellas, procurando templarlos para que todos ha gan fuerza con igualdad y aún en este modo no quedan navíos seguros, porque llegando a faltar una de estas amarras sucesiva mente sucede con los demás, y el bajel es perdido. El modo de amarrarse es sumamente engorroso y costoso, por ser necesario forrar todos los cables con esteras, mudarlos estos aforros con frecuencia y mantenerlos flotantes por medio de almohadas de madera que se les ponen (25).” Ulloa, en fin, podía felicitarse y contentarse de que su travesía se realiza se sin contratiempo alguno, en vidas ni en buques “cosa que rara vez se ha visto” (26).Tanto “porque los peligros por donde pasa la flota no son cortos: (21) Gonversaciones(10), p. 30. (22) Ulloa a Bucareli, Veracruz, 25 de julio de 1776. (23) Idem. íbidem. (24) Bucareli a Ulloa, México, 31 de julio de 1776. (25) Conversaciones(10), p. 69. (26) Ulloa Bucareli. Veracruz, 25 de julio de 1776. En “Conversaciones”. 18 24 UN ViAJE INEDITO DE AI’TON!O DE ULLOA A MEXICO sólo Dios puede dirigirlos aciertos. Las diligencias de los hombres son nada para conseguirlos. ¡Dios quiera continuarme sus divinos auxilios hasta el fin, como lo han sido hasta el presente!” (27).Llegaba, pues, a Veracruz con tiempo diligente y carga numerosa (28)y sin detrimento en los navíos. Inclu so con salud la tripulación y pasaje, fácilmente lesionahie por el rigor, las condiciones y la monotonía de la dieta alimenticia. El viaje se consideraba óptimo si a los éxitos anteriores se unía la conservación de la salud. La par quedad y rigidez de la dieta en alta mar, sostenida durante un tiempo pro longado, condicionaba a un deterioro proteínico y vitamínico que conducía con facilidad al escorbuto. Para eliminarlo se aconsejaba una alimentación a base de limón, que fue indicada por el célebre médico portugués Antonio Ribeiro Sánches en su Tratadoda conservaçáoda saudedospovos —publicado en París en 1756—y empleado por el propio Ulloa tres años después. en 1758, navegando por la Mar del Sur en aquel viaje que le llevaba hacia su destino de Huancavelica: “Zumo de limón y media hora después igual can tidad de aguardiente, uno y otro, poco” (29). 2. Descarga. Conexión con Jalapa Las operaciones destinadas a la descarga de los efectos de las diecisiete naves —incluidas las dos de guerra que transportaban igualmente géne ros— se efectuaron desde los días inmediatos a la llegada a Veracruz. Entra ba directamente dentro de las atribuciones del comandante dirigir toda su complejidad. En la operación intervendrían todas “las lanchas de los na víos”, descargando primero los de guerra y siguiendo por los mercantes. La descarga sería atendida por todos los mercantes, pues “no será justo que ha biendo gozado del beneficio común de la protección de los navíos de guerra, cualquier navío se quiera relevar de concurrir al alivio de otro siendo tan precisa la recíproca correspondencia entre todos” (30). Sesenta y cuatro días se tardaron en efectuar la operación de la descarga. Se terminaba, exactamente, el día 3 de octubre de 1776 (31).A lo largo de su. correspondencia privada con Bucareli, Ulloa le va comunicando las inci dencias de la operación: ritmo de la descarga, su almacenamiento en Vera cruz y su posterior y paulatina subida a Jalapa. Los fardos de telas se desembarcaron en primer lugar. La flota transpor taba 1.869piezas de lienzos, que se descomponían en 71.918tercios deropa. (27) (28) Jefe de (29) (30) (31) Ulloa a Bucareli. Veracruz, 5 de marzo de 1777.En “Correspondencia”. “Navíos y carga de la Flota que se despacha al puerto de Veracruz, mandada por el Escuadra don Antonio de Ulloa. Abril 1777”. AGI, México 2986. Conversaciones (10), pp. 224-225. Artículo IV de las Instruccionesa Ulloa. Ulloa a Bucareli, Veracruz, 8 de octubre de 1776. En “Correspondencia”. Año 1989 FRANCISCO DE SOL4NO 242 de caserillos, 1.711de crudos. 95 envoltorios y 12 barriles arpillados con ropa (32). La mayor cantidad transportada, el hierro y herramientas: 21.045 quin tales de hierro en barra y 153 de labrado las naves mercantes; 2.736quintales los navíos de guerra 7.120quintales de acero los mercantes: 70 los de guerra (33). Gran número de piezas de metal: 564 quintales de clavazón; 47 de hilo de alambre y47 de hilo en carretes: 2 yunques y 74cajones con herramientas diversas: 32 barriles de hoja de lata. En segundo lugar, el vino y el agua r diente. La riqueza vitivinícola de la región occidental andaluza hace supo ner, sin duda. que se traten de caldos de Jerez. Sanlúcar de Barrameda. Chi clana o de El Puerto de Santa María, en sus diferentes calidades de “finos”. “manzanilla” y “oloroso”, tal cual hoy. Aunque también de la región sevilla na: vinos del Aljarafe y del condado de Niebla, fuertes, de elevada gradua ción aunque no de tanta calidad como los gaditanos: 4.800barriles, sin espe cificar procedente (34). La importación de aguardiente es muy elevada: 16.607 barriles. Algo insólito cuando el capítulo de bebidas fuertes estaba debidamente representado en la propia Nueva España a través del aguar diente de caña y a pesar de contar con las prohibiciones de venta a la pobla ción indígena. Eso supone que entre blancos y mestizos se bebían tan eleva da cantidad. La calidad y la demanda del aceite, utilizando la cocina criolla preferen temente las grasas animales, justifica las 7.690 arrobas de aceite común. El capítulo de especias. a pesar de contarlas en las Indias, aunque de calidad algo gruesa. se completaba con 344.565libras de canela y9 cajones con aza frán. Interesante este capítulo por suponer que la primera proviene de fuen tes de producción orientales, y por lo tanto también de fácil entrada por la nao de Manila; el azafrán era peninsular, proveniente de la zona de La Mancha, en pleno corazón geográfico de la Peninsula. En los restantes efectos entran productos de muy variada índole: 500 es padas, 370 fardos con bulas de la Santa Cruzada, 2.248 arrobas de cera. 77 arrobas de incienso, 386.000 piedras de chispa y productos fármacos. Los navíos de guerra transportaban 2.481quintales de azogue. Elemento indispensable a los mineros y a la propia producción de plata, la exporta (32) “Efectos de la Flota que han salido de Veracruz a Jalapa, del 6 de agosto al 18de di ciembre de 1776”.Real Academia de la Historia (Madrid). Correspondencia por la vía reser ‘ada de don Antonio María de Bucareli, tomo 68, fol. 164,Ms. 9/4375. (331) 1 quintal= 100 lihras=46 kilos. La pormenorización de la carga en (28). (34) Dentro de este capítulo de importación de vinos, algunos procederían tic otras zo nas. sin duda. Para determinados consumidores sería rentable al comerciante importar repu tados vinos —ya españoles (Rota, Málaga, Cariñena, Priorato, Valdepeñas, Rioja, etc.), ya extranjeros— de otra procedencia: tal como efectuó el propio I.Jlloa con vinos de Burdeos y que ofreció al Virrey (“Correspondencia’. carta n.° 21). La frugalidad de Bucareli y su régimen de vida. austerísimo, le hicieron rechazarlo: “Me regala Vm. vinos exquisitos y yo se lo agra dezco, sin embargo de que solo bebo agua fría; y que haciéndome comer solo, no tengo ni aún el gusto y distracción que da la mesa” (“Correspondencia”). 20 24 UN VL4JE1NEDITO DE ANTONIO DE ULLOA A MEXÍCO ción del cinabrio de Almadén tiene una justificación de primer orden: tanto que una exportación específica de este mineral se efectuó en urcas, denomi nadas “de azogues”, para matizar el principal producto exportado por ellas. No obstante se aprovechaba cualquier oportunidad para acallar tanto la de manda novohispana como las reclamaciones del virrey, atendiendo a aqué llas que corrían, caso de dificultarse los envíos, el miedo de trabajar a bajo rendimiento o por medios antiguos y costosos. Los riesgos de la navegación y la escasa exportación del mercurio peruano fueron una de las causas de los precios, algo elevados, en las ventas del azogue y de la actividad que se desató en la Nueva España procurando encontrar cinabrio en el propio vi rreinato (35). Por último, papel: 182.886resmas, que acusa, bien a las claras, la necesi dad de la producción literaria novohispana,junto a 244.000plumas de escri bir. Y libros, 283cajones conteniendo libros, en los que, infelizmente, no se indican los títulos de la literatura que exigía el afán cultural mexicano. Sin duda, algunos religiosos; pero los más, libros de pensamiento y de reflexión y crítica, de política económica e histórica: tal vez alguno clandestino: La letire á dA/em bert, de Diderot; el Essai sur les moeurs, de Voltaire; la Enciclope dia francesa, la Histoire philosophique et politique des établissementset du com merce des europeensdans les deux Indes, del abate Raynal. Y técnicos. Y mu cho Feijóo, que es el máximo representante ilustrado y el primordial res ponsable de la renovación cultural y política de España y sus Indias. * * * Flota y feria eran vinculantes. Aunque en la evolución de ésta operasen importaciones que entraban en el reino por otras vías —navíos de registro, contrabando—, la gran ocasión de movimiento de numerario y efectos se realizaba en Jalapa desde las semanas siguientes a la llegada de cada con voy, por lucrarse de las exenciones de ciertos impuestos y otras ventajas. Una encontrada rivalidad enfrentaba los comercios novohispanos y anda luz, pero a pesar de ello ambos comercios temían los anuncios de comercio libre que se propalaban (36) y que restarían la dirección a determinadas mi norías comerciantes que hasta entonces lo habían monopolizado. Las subi das de efectos de Veracruz a Jalapa deberían realizarse escalonadamente. Los ritmos pueden seguirse —casi mensualmente desde agosto de 1776— a (35) M. F. Lag. 1969“La búsqueda del azogue en el México colonial”. HistoriaMexicana, México, XVIII, n.° 4, pp. 473-484. (36) “La feria ha tenido contrarios: por lo crecido de la carga de flota, por la agitación de los negocios públicos, por las voces del comercio libre y por las ideas de los flotistas de que se declaraba la guerra”, comentario que Bucareli transmite a Ulloa en carta fechada en México a 5 de enero de 1778, “Correspondencia”, n.° 128, y que traduce bien las diferencias de senti mientos y de la buena información de los comerciantes. El Reglamentoy arancelesrealespara el Comercio Libre de España e Indias se publicaba el 12 de octubre de 1778. Año 1989 FRANCISCO DE SOLANO través de los informes oficiales de Ulloa al virrey (37). En su corresponden cia privada Ulloa va dejando oír la voz de los flotistas y sus lamentaciones por falta de operaciones (38) y también la del virrey, que no se deja conven cer (39). (37) Las autoridades de hacienda de Jalapa transmitían, igualmente, los pormenores de la feria y el Virrey enviaba relación detallada al Ministro de Indias. Tal documentación, para la flota que nos ocupa, en AGI, México 2987 “Expediente de flota y sus incidencias. 17771778”. Una documentación de extraordinario interés y muy poco utilizada se halla en la Real Academia de la Historia (Madrid). Todas las copias de los informes, cartas y demás documen tación oficial despachada por el virrey Antonio María Bucareli en sus nueve años de mando en la Nueva España se encuentran recogidas en 112 volúmenes, ricamente encuadernados, y avalados todos ellos por la firma del secretario del virreinato don Melchor ctePeramás. Docu mentación que bien requerida, por lo menos, su catalogación, ya que dada, en ciertos aspec tos, mucha luz a facetas poco claras o poco analizadas por defecto de la restante documenta ción, dispersa o escasa. (38) En agosto 1776:“aún no parece que es tiempo de que los compradores acudan a ha cer sus empleos” (“Correspondencia”); en 23 diciembre 1776“veremos en la abertura de cami nos cómo se pueblan para esa capital, sin embargo la flota ha sido demasiado crecida y no conviene tanto de golpe”. En Veracruz las primeras ventas “sólo la hacían subir a 14.000pie zas y por la noticias que Vm. me da fue de una séptima parte más, correspondiendo su valor con el exceso al importe del que tuvo la flota antecedente”. En febrero 1777“puede que a los úl timos meses se ponga en movimiento el negocio de ventas”. En marzo, “las ventas de Jalapa es cierto que están paradas. Veremos en el mes que viene si se avivan. Los flotistas así lo esperan y de lo que más se quejan es de los plazos que pretenden los compradores, hasta la flota veni dera, que es la causa de no determinarse a vender. No puedo discernir este punto cuando con sidero que debe haber mucho caudal en el reino y no es regular que quede en él al irse la flota”. En abril, “según me informan la dificultad de las ventas no consiste en los precios y sí en los plazos, que pretenden extenderlos hasta tres despachos, que es el de la flota futura: y en estos términos, ni aún en los de dos despachos a ninguno tiene cuenta vender. No lo extraño a vista de que los aguardientes no se venden, por pretender que la paga sea con plazo, cosa que nunca se ha visto: éste es el inconveniente de las flotas tan crecidas como la actual. Si sólo hubiera consistido en siete y ocho marchantes y los dos de guerra, ya se hallada todo evacuado. El rei no se hallaria proveído con proporción a lo que consume y los efectos sedan frescos”. Durante el mes de septiembre de 1777,Ulloa, como observador directo, escribe ál virrey desde la propia Jalapa: “Esto no parece lugar de feria: no se ve concurrencia, que sería regular, ni se hacen ventas. Créese que hasta fines de noviembre o diciembre no acudan los comprado res; pero siempre les ha sido muy fácil a ambos comerçios la demora, con la cual esperan co brar lo vendido y que la venta última será mayor teniendo este mes tiempo los concurrentes para expender los efectos y para recaudar su importe.” Sin embargo, en los primeros días de diciembre, “en Jalapa no aparece un alma. Los compradores que ha habido, sobre precios ba jos, pretenden al fiado, con plazos de 18y 24 meses. Yen estos términos están resueltos a que darse 1o flotistas. Tampoco se pagan los plazos cumplidos de la primera venta y así no acu den al registro”. (39) En diciembre 1776:“de feria parece que aún se había hecho poco, porque se observa ban mútuamente los comercios. En lo que queda de mes veremos más claro y entretanto vivo sin cuidado”. (“Correspondencia”). “La primera salida de efectos vendidos excede de 16.000 piezas y excede el equivocado valor que le dan en 6.250.000pesos de lo que sucedió en la ante cedente, que no completó los 6.000.000.Y aún me avisan continuaban con tesón los compra dores: hechos que deben asegurarnos para lo sucesivo y, aun para mí, suficientes a desvanecer cuidados”. En febrero 1777,Bucareli reconoce que “las ventas han aflojado, pero Vm. puede conocer el motivo en todos los recelos que ahulta el comercio” y “la feria no va mal, aunque 22 24 fIN VIAJE INEDITO DE AKTONIO DE ULLOA A MEXICO Vinculación entre flota y feria que requería la disponibilidad de un serio servicio de arriería y de infraestructura. Tanto en el caso del traslado a Jala pa y su distribución por las diferentes provincias de la Nueva España, como en el caso de la preparación de las exportaciones novohispanas y su traslado a Veracruz para el tornaviaje. El primer caso fue diligenciado por el virrey a través de diferentes bandos: “1776. 21 de agosto. Bandoconinserciónde artículosformados por el Superintendente de la Aduana de Veracruz,don Miguel Páez, para la observanciadel comisariode guías destinado a Jalapa (40). 1776. 29 de agosto. Bando en que se prescribenlos modos y me dios para la descargade efectos.conduccióndeproducros,feriade Ja lapa, actitud de conductores,arrieros,traficantesy viandantes (41). 1776. 30 de septiembre. Bando por el que se prorroga el término para la subida de efectos a Jalapa e internación al Reino (42). 1776. 27 de noviembre. Bando sobre permiso de venta de efectos en Jalapa y extracción de los que corresponden a vecinos del Reino (43). 1777. 8 de enero. Circulara losJusticias nombrando losinterven tores por Real Hacienda, de los efectosdeflotas que entren en sus tér minos para el cobro de aquel derecho (44).” 3. Tornaviaje Concluidas las operaciones pertinentes a la reparación y puesta a punto de los navíos de guerra, procedía fijar la fecha de salida para iniciar su tor naviaje. Varias razones dilataron la salida de la flota: inseguridad en el mar, a causa de la coyuntura internacional —guerra declarada y abierta en 1776 entre España y Portugal; rebelión de las Trece Colonias contra Inglaterra y tensión entre ésta y Francia—; discordancia entre la fecha indicada a Ulloa y la fijada por el virrey; serias averías encontradas en el caso del navío ca pitana de flota Dragón. pudiera ir mejor” (Idem,carta 58). En abril, “de flota, no tenga Vm. cuidado. Los comercios se acomodarán y nunca sabremos la realidad de los hechos, ni distinguiremos con seguridad lo que conviene”. Yen octubre, “jsi nos gobernásemos por los comercios no acabaríamos nunca! Su máxima constante es la de la queja, la de que se pierde y la de que no se cobra. Y contra esto tenemos los grandes caudales que han bajado, los muchos vecinos que están en Jalapa para comprar y las ningunas ejecuciones que vemos de plazos cumplidos que no se hayan satisfecho”. (40) AGN. Bandos,vol. IX, fols. 266-267. (41) Archivo General de la Nación, Bandos,volumen D(, fols. 253-257v. (42) AGN. Bandos,vol. IX fols. 294-295. (43) AGN. Bandos,vol. IX, fols. 377-378. (44) AGN. Bandos,vol. X, fols. 3-4. AÑo 1989 FR4NCISCO DE SOL4NO El Proyectode 1720especificaba que las flotas saliesen de Veracruz para La Habana, lo más tarde, el 15 de abril de cada año. Un bando de Antonio de Bucareli especificaba, por el contrario, que los registros de mercancías se cerrarían el día 1 de octubre de 1777 (45). por lo que la flota saldría breves días después. En una razonada carta de Ulloa al Ministro de Indias (46) es pecificaba lo improcedente de esta segunda fecha, aun cuando hubiese ejemplos anteriores: las flotas mandadas por Andrés del Pez, Andrés de Urriola y Luis de Córdoba, por ejemplo, lo habían hecho durante los meses de noviembre de los años 1706. 1711 y 1772. respectivamente, pero ex puestos á “los peligros que ofrecen los temporales, desde el instante en que se piensa al desamarrar los navíos de este crítico paraje hasta que largan el anda en la bahía de Cádiz acá se emprende el via je en la estación que reinan los nortes con furia, se va a pasar el canal de Bahamas con los mismos peligros y se llega a las costas de España en lo fuerte de los vendavales, que es el tiempo más climatérico del año para tomar la bahía, por causa de ser vientos de travesía y de la cerrazón que causan en las costas (47).” Y prueba de ello se tuvo en la flota de 1772,que sufrió serios desperfectos (48). El Ministro de Indias rectificaba su orden de 13de noviembre —en que aprobaba la salida en 1 de octubre— deseando que se adelantase al mes de abril de 1777 (49). El propio Virrey contestaba el 26 de abril de ese mismo año exponiendo la imposibilidad material de dicha salida —“ni por la habi litación de los buques, ni por el estado de las negociaciones” (50). quedando ésta fijada cuando los inconvenientes se venciesen y en el momento más idóneo. La travesía, empero, debería realizarse procurando obtener “seguridad y (45) Bando del virrey Antonio María Bucareli. AGN, Bandos, vol. X, fols. 79-80. (46) Ulloa a Gálvez, Veracruz, 19 de agosto de 1776.AGI, México 2986. (47) idem, ibídem. (48) Lo mismo había ocurrido a la flota 1765/1766.En 1766el Marqués de San Leonardo, marino, escribía a su hermano Pedro Fitz-James Stuart, Duque de Berwick y de Alba, en Pa rís: “La flota, que salió de Veracruz el 26 de agosto, y que hahiéndola dado un temporal por el sur, en la altura de El Negrillo, se vio un navío de ella desarbolado de un mastelero por dos na vios de su conserva: con trabajo llegaron a La Habana en septiembre”. Citado por José Cepe da Adam en “La política americana vista por un cortesano de Carlos III”.Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, 1964, XXI, p. 441. (49) Orden del Ministro de Indias al Virrey, Madrid, 21 de diciembre de 1776.AGN. Rea les Cédulas, vol. 109, exp. 162. (50) Bucareli a Gálvez, México, 26abril 1777,despacho 2878. RAH. Correspondencia de Bucareli, tomo 73, ms. 9/4380. 24 24 UN VIAJE INEDITO DE AIVTONIO DE ULLOA A MEXJCO brevedad” (51).Ambas cosas se perderían en el caso de que la flota contuvie se mercantes de “poco andar y menos barlovento.., pues no sólo retrasan el viaje sino que lo pueden poner en contingencias en que se hallen” (52). La salida, pues, se haría a principios de 1778,por los meses de enero o febrero, en pleno invierno, por lo que convenía una navegación “sin sujeción de bu ques que retrasen la llegada”. Serias averías se encontraron en los navíos de guerra. Falto el Dragón de “estopas en las costuras de cabeza y batideros de toda y codaste” (53). Las re paraciones coincidieron, muriéndose octubre de 1777,con la persistencia y violencia de los vientos en el puerto de Veracruz: sobre todo uno que ocurrió durante la noche del día 26, que provocó el hundimiento de cuatro mercantes. El derrotero venía indicado en orden despachada el día de Nuestra Se ñora de la Merced. La peligrosidad del mar ataba, necesariamente, al mari no a ser un permanente devoto. Promesas y exvotos de hombres amenaza dos por el mar se encuentran en todos los santuarios. La primera promesa marinera americana la hizo el propio Almirante Cristóbal Colón, que se acercó al monasterio de Guadalupe (Cáceres) para cumplir algún voto reali zado en momentos de inquietud o de zozobra en su viaje descubridor. La flota debería hacer escala en La Habana yluego, después de remon tar el canal de Bahamas, acercarse a Canarias. Una derrota inusual, “por haber sabido que hay novedad en Europa” (54). En caso de peligro, en Ca narias se dejaría el tesoro que transportaba la flota a buen recaudo, para irlo posteriormente llevando a la Península en diversos navíos. El mismo tesoro debería ir repartido entre los dos navíos de guerra hasta La Habana y allí, a otros dos, para —en caso de eventualidad— pudiera salvarse alguno de los cuatro navíos (55). No obstante el volumen de lo exportado era realmente crecido: por cerca de veintidós millones de pesos, de lo que Bucareli y Ulloa se enorgullecen de haber conseguido: el primero activando la labor acuña dora de la Casa de la Moneda, de haber saneado la hacienda del virreinato y de propiciar diferentes actividades que engullían parte del erario, pero de haber agilizado el comercio capaz de enviar montos crecidos de pasadas y futuras operaciones mercantiles; Antonio de Ulloa, transportando tama ña cantidad. (51) Ulloa a Gálvez, Veracruz, 27 de agosto de 1777.AGI, México 2987. La respuesta del Ministro de Indias no la recibió Ulloa: ya había dejado Veracruz cuando llegó la contesta ción: “Enterado el Rey de las reflexiones que expone VS.en su carta de 27 de agosto yen con secuencia de las órdenes que están dadas, me manda SM. prevenir a VS. que con los buques de guerra de su mando, que conducen el tesoro de la flota, no dé conserva a otros algunos, sien do el ánimo de S.M. que VS. acelere su viaje a España sin perder instante. Madrid, 13diciem bre 1777.” (52) Ulloa a Gálvez, Veracruz, 27 de agosto de 1777. (53) Ulloa a Gálvez, Veracruz, 31 de octubre de 1777. AGI, México 2987. (54) Gálvez a Ulloa, San Ildefonso, 24 septiembre de 1777. AGI, México 2987. (55) Gálvez a Diego Navarro, Gobernador de La Habana. AGI, México 2987. A1o 1989 FRANCISCO DFOO La flota —la última flota de Indias— entraba en Cádiz el 29 de julio de 1778, después de 186días de navegación. Las incidencias del tornaviaje pue den conocerse a través de las cartas que Ulloa envía al virrey. Había salido de Veracruz el 16 de enero de 1778.A La Habana llegaba el 13de febrero, ha ciendo en aquel puerto “la entrada más hermosa y feliz que jamás se haya visto”. El 12 de marzo salía de La Habana para —siguiendo una derrota infrecuente— recalar en Santa Cruz de Tenerife, gastando en esa travesía 74 días (56). Falto de aguas y de víveres, con vientos contrarios, provocaba la entrada en Canarias. La flota había subido a los 42°;casi un mes con vientos de popa “en que no se pudo adelantar riada”, acercándose al cabo de San Vi cente y descendiendo al cabo Caucín o Cantín (Marruecos) para entrar en Canarias sin percances notables. La flota, en fin, a pesar de haber realizado un tornaviaje técnicamente perfecto, empleaba 186 días en realizarlo. Todo ello porque “habiendo sido conveniente regresar sin descubrir tierra alguna y evitar cuantas embarcaciones se avistaron, para que no tuvie sen conocimiento de ser la flota, dirigiéndome en derechura a la isla de Tenerife fue preciso hacer la navegación distante de las Terceras y no pudiendo practicarse por el paralelo, por ser con trarios los vientos brisaso Este, fue preciso ir a buscar la sonda del Cabo Cantín, en la costa de Africa, para no exponer el viaje a las contingencias y graves inconvenientes que se seguirían si no se acertaba a dar con ella en la recalada. Esto obligó a hacer una derrota muy extraordinaria y nunca hasta entonces practi cada (57).” La inquietud que había producido su tardanza —que no su lentitud, por que los viajes ultramarinos quedaban obligatoriamente hipotecados por las condiciónes de la navegación a vela— quedaba reflejada en las expresiones y manifestaciones devotas del propio Antonio de Ulloa: se había encomen dado a Nuestra Señora de los Remedios (58),pero, sobre todo, a Nuestra Se ñora de Guadalupe —imitando, sin duda, a Bucareli (59)— “para que me sa que con felicidad de este empeño, mediante su divina protección” (60), en(56) Ulloa a Bucareli, Santa Cruz de Tenerife, 22 de mayo de 1778. En “Correspon dencia”. (57) C’onversaciones(3), PP.30-31. (58) El Virrey Bucareli encargaba una novena a la Virgen de esa advocación para pedir por la protección de la flota. Noticia dada por Ulloa a su paisano en carta de 7 de enero de 1778, en “Correspondencia”. (59) Es conocida la proverbial devoción que el Virrey profesó a la Virgen de Guadalupe, hasta el punto de desear ser enterrado en su santuario. Como muestra personal, el mejor rega lo que ofrecía a su sobrina era un excelente cuadro de Francisco Antonio Vallejo de la Señora: devoción que trasciende en su epistolario: “Correspondencia”, cartas núms. 124, 138. (60) Ulloa a Bucareli, La Habana, 7 de marzo de 1778. “Correspondencia”. 26 24 UN VIAJE INEDITO DE AKTONIO DE ULLOA A MEKICO cargando un novenario, en Cádiz, a dicha Virgen en acción de gracias, declarando “confesará que su intercesión ha sido medio para que se logre una felicidad tan completa, como lo manifiesta el hecho de no ser la diligencia la que nos ha libertado de los desastres que se te mían, sino la providencia del Altísimo que, dilatado el viaje con tra los esfuerzos de nuestros deseos, la ha conducido segura y sin peligro (61).” Como compensación a la tardanza del tornaviaje, Ulloa y sus colabora dores —Joaquín de Aranda, capitán de fragata, y Pedro Winthuisen, te niente de navío— encontraban la satisfacción de haber verificado un expe rimento astronómico importante capaz de “perfeccionar el conocimiento de la física celeste y determina ción de la longitud del Cabo de San Vicente, que no estaba bas tantemente asegurada, sin embargo de ser un punto de los más notables de la tierra y de los más frecuentados en las navegacio nes (62).” El 24 de junio de 1778podían analizar un “eclipse de sol, por primera vez observado y medido desde el mar”, que tenía, además, particularidades extraordinarias: “el admirable fenómeno de un ánulo que le llamaremos refracta rio por distinguirlo del verdadero anular, en donde el disco del sol es el que lo forma, y otro fenómeno aún más raro, consistien do en manifestarse el disco del sol como por un agujero muy pe queño hecho en el de la luna, antes de parecer por el limbo de es te planeta (63).” Esta última circunstancia, como “es muy propio darle el mismo nombre para que quede así distinguido.a la posteridad y que se sepa el tiempo y las circunstancias en que acaeció el fenómeno”, Ulloa lo bautizaba Caverna lu minosa lunar del navío El España por haber sido desde ese buque analizado. Observación que fue enviada a diferentes sociedades científicas y, sobre to do, a aquellas a las que pertenecía Ulloa, ya como académico de número, ya (61) Ulloa a Bucareli, Cádiz, 17 de julio de 1778. “Correspondencia”. (62) El eclipsedelSo!conel anillo refractariodesusrayos.La luz deesteastrovistaa travésdel cuerpodela Luna o antorchasolarensudisco.Observado enel navío“España‘ mandadoporelfefr de escuadradonAnionibdeUlloaypracticadala observación pore! mismogeneral,conasistenciade otros oficialesde!mismonavíoen24dejulio de1778.Madrid, Imprenta Antonio de Sancha, 1779, p. 2. (63) Idem, p. 1: Año 1989 FRANCISCO DE SOL4NO como correspondiente: Academia Real de las Ciencias de París, Real Socie dad de Ciencias de Londres, Academia de Ciencias y Bellas Letras de Berlín y la Academia de Ciencias de Estocolmo. La última flota de Indias, de la mano de Antonio de Ulloa, realizando un viaje técnicamente perfecto, cerraba en Cádiz, con un volumen de cerca de 22 millones de pesos (64) —cifra que hay que corregir en las apuntadas por Real y Vázquez de Prada— el prolongado sistema de la comunicación agru pada transatlántica. (64) Exactamente 21.960.092 pesos. Su especificación señala un millón de pesos, Refe rencia que toma Vázquez de Prada. 28 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI José Luis RUBIO SERRANO Desde los comienzos de la navegación se han clasificado las naves por su tamaño, que define el volumen de carga que pueden transportar. El cál culo de la capacidad de carga se hace midiendo el volumen del casco (1). Para hallar el volumen (arqueo) de cualquier cuerpo hay que multiplicar la longitud por la anchura y por la altura. En un cuerpo de forma regular esto no ofrece dificultades; pero en un volumen de formas tan variables como es un buque, el cálculo del arqueo es más complicado. De una manera muy simplificada podemos representar el casco de una nave en la forma que muestra la figura 1. (M) es la anchura máxima Figura 1 (manga); (E), la longitud mayor (eslora); (Q),la longitud menor (quilla); (H), la altura (puntal); y (P), la base (plan) de la sección transversal (a) en la anchura máxima o manga. La longitud media será Q+E aproxi madamente. Los constructores españoles del siglo XVI consideraban que la sección media de toda la longitud del casco era la mitad de la manga (M) multipli (1) Refiriéndonos a naves del siglo XVI sería más apropiado usar la palabra buque, que proviene del germano “huk” y que significa vientre o panza, pero el lector actual está tan acos tumbrado a la palabra casco, que obtamos por esta última, advirtiendo que en el siglo XVI se decía buque y no casco. La única excepción que hemos encontrado es de finales de ese siglo. Al final del memorándum del capitán Sancho de Achiniega a Felipe II, Achiniega escribe cas cos refiriéndose al número de buques que tenían los holandeses. Año 1989 29 2 JOSE LUIS RUBIO SERRANO cada por el puntal (H), o la mitad del puntal multiplicada por la manga máxima, que es lo mismo; esto es, MII siempre que el plan (P) fuese 2 igual a la mitad de la manga. Siendo la longitud media Q+E, el volu 2 men aproximado, o arqueo, se obtenía multiplicando esta longitud media por la sección media: , MH 2 x Q+E o,lo que es igual: MH(Q+E) 2 4 En tiempos anteriores al siglo XVI y durante gran parte de ese siglo era costumbre hacer el cálculo del arqueo de un modo aún más simple: multi plicaban la sección media, que consideraban era la mitad de la sección por la cuaderna maestra como hemos dicho, por la longitud mayor o eslora, sin tener en cuenta la longitud menor o quilla. Esta forma de calcular daba un volumen mayor del que realmente tenía el casco, cuya longitud media no era la eslora, sino la semisuma de quilla y eslora. La nao de 1.000toneles de Iñigo de Artieta (1493) En el asiento del Consejo de Indias sobre la escuadra de Artieta que se armó para las Indias en 1493 hay una anotación que dice: La Capitana de Iñigo de Artieta se tasó en mil tonelespor mucho recabdo é diligencia que se puso, porque comunmente todosla tasaban é tasan en mil é dos cientos toneles. Esta discrepancia entre los tasadores y el armador probablemente era debida a la forma de medir el casco. En los siglos XV y XVI las dimensiones lineales de las naves se medían en codos (0,575 m.) y el volumen o arqueo se expresaba en toneles hasta mediados del siglo XVI en que se generalizó la expresión del porte en toneladas, que en realidad era la misma medida que los toneles, según hemos visto en el capítulo sobre las unidades de medida. El volumen de un tonel, llamado tonel macho, era de ocho codos cúbicos (1,5 18 m3). Las proporciones de las naos hasta finales del siglo XVI eran las de la regla del As, dos, tres. Según esta regla, para una manga igual a uno, la quilla era igual a dos; y la eslora tres veces la manga (2). Con estas propor ciones no es necesario medir la quilla (que estaría sumergida) para hallar la longitud media; basta con medir la eslora. Sin tener en cuenta la curvatura (2) Estas proporciones no son aplicables a las carabelas y otras naves sutiles, que tenían mayor longitud de quilla y eslora en relación a la manga. 30 24 METODOS DE ARQUEOEN EL SIGLOXVI de la roda de proa, la longitud media (Lm) será una sexta parte menor que la medida de la eslora; medida que era fácil de comprobar (figura 2). E=3 M=1 Lm= %E •1 Figura 2 Supongamos que la nao de Artieta, construida con la proporciones de la regla delAs, dos,tres,tuviera 20 codos de manga, 40 çodos de quilla, 60 codos de eslora y una altura o puntal de 16 codos (figura 3). Una naó grande del (34.5 m) Figura 3 porte de la de Artieta tendría dos o tres cubiertas. En 1493la eslora y el pun tal se medirían por la cubierta más alta para incluir todo el volumen del casco en el cálculo del arqueo. El arqueo de esta nao, calculado con la medida de la eslora sin tener en cuenta la quilla, sería: 20X16 2 x 60 = 9.600 codos cúbicos, que divididos por ocho (codos cúbicos que medía un tonel), harían los 1.200toneles que pretendía el armador como porte de su nave. Sin embargo, un resultado más ajustado a la realidad se obtiene haciendo el cálculo con la longitud media o semisuma de quilla y eslora. Sin Año 1989 31 JOSE LUIS RUBIOSERRANO tener en cuenta la curvatura de la roda, la longitud media sería: 60+40 = 50. Esta longitud media se puede hallar también, sin necesi dad de medir la quilla, restando una sexta parte a la medida de la eslora cuando quilla y eslora son proporcionales a dos y tres. Por tanto, el cálculo del arqueo de la nao de Artieta que hicieran los tasa dores sería: 20X16 X 50 (longitud media) igual a 8.000 codos cúbicos, que divididos por ocho dan los 1.000toneles en que se tasó la nao. Aunque no se pudiera medir la quilla por estar sumergida, los tasadores calcularían que la longitud media era un sexmo menor que la medida de la eslora, según las proporciones del As, dos, tres. En consecuencia, tasaron la nao de Artieta en mil toneles por mucho recabdo é diligencia que pusieran los armadores. (Hacemos la observación de que las diferencias entre Artieta y los tasadores no pueden deherse a que usaran diferentes unidades españolas de medida. En el caso de que Artieta hubiese calculado el porte en supuestos toneles viz caínos, y los tasadores en hipotéticos toneles andaluces, el resultado habría sido a la inversa: Artieta habría obtenido un porte menor para su nave que los tasadores de Sevilla, puesto que se supone que los toneles vizcaínos habrían de ser una unidad de volumen 1,2 veces mayor que los toneles o toneladas de Sevilla y no al revés). No obstante, podría ser que las diferencias entre los tasadores y Artieta respecto al porte de la nao de éste tuvieran su causa en alguna otra razón dis tinta de la expuesta sobre la forma de medir el casco. Quizá Artieta recla mara un 20% más de porte de registro para su nao por ser para de armada, como se hacía a finales del siglo XVI, pero esto es poco probable. No hay indicios de que tal coeficiente de aumento se aplicara en el año 1493.Más probable parece la posibilidad de que Artieta hiciera el cálculo del arqueo en alguna otra clase de unidades, como los toneles portugueses, por ejem plo. a fin de obtener un tonelaje mayor a efectos del pago de los acostamien tos. Incluso es posible que el asiento del libro DespachodeArmadas de 1496 se hiciera para terminar con todas estas discrepancias, fijando definitiva mente la unidad del arqueo en el tonel macho de ocho codos cúbicos. En cualquier caso, debemos insistir en que esta unidad de volumen, dijérase tonel o dijérase tonelada, era la que se usaba durante todo el siglo XVI para el cálculo del arqueo, pese a la confusión creada por la explicación que da Escalante de Mendoza acerca de toneles vizcaínos y toneladas a que nos hemos referido en el capítulo sobre las unidades de medida. Ya hemos dicho antes que el porte atribuido a cada nave era muy impor tante para los propietarios, puesto que los acostamientoso subvenciones que daba la corona para estimular la construcción de naves se pagaban según los toneles o toneladas de porte reconocido, o arqueo registrado. Por Real Provisión de 15 de octubre de 1502 los Reyes Católicos establecían primas para los particulares que construyesen carracas de 1.500 toneladas para arriba, por lo que tales acostamientos datan de aquella fecha al menos. 32 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI En la primera mitad del siglo XVII,especialmente durante el reinado de Carlos Y, el control del cálculo del arqueo no debió ser muy riguroso. Las riquezas que en aquella época afluían a España desde las colonias america nas permitían que el pago de los ácostamientos y fletes fuese generoso, y que los visitadores(tasadores) de la Casa de la Contratación se mostrarañ tole rantes con la forma en que se tomaban algunas dimensiones, permitiendo que se midiera el casco en la forma más conveniente para los armadores. La eslora y el puntal se mediría probablemente por la cubierta más alta, y el cál culo del arqueo se haría con la medida de la eslora, en lugar de la semisuma de quilla y eslora. Nao de 500 toneladas según Escalante de Mendoza (1575) Escalante de Mendoza da unas proporciones de 2,2;5y 7 para las dimen siones de manga, quilla y eslora. No da medidas concretas, pero en otros párrafos de su obra (3) Escalante se refiere a una nave de quince codos de manga, y dice también (4) que le parecen mejores las naos de mediano porte, poniendo como ejemplo una de quinientas toneladas. Con todos estos datos no es difícil conjeturar cuáles serían las dimensiones de esta nao. Aunque explicaremos esto con más detalle en un próximo capítulo, anticiparemos que las medidas de la nao de Escalante serían las siguientes: Codos 15 35 50 10,5 Manga Quilla Eslora Puntal Teniendo en cuenta que en la época en que Escalante escribía (1575) todavía era costumbre calcular el arqueo con la medida de la eslora, en lugar de la semisuma de quilla y eslora, el cálculo del porte de la nao de Escalante es sencillo: 15X10,5 X 50 = 3.937,5 codos cúbicos, que divididos por ocho resul •2 tan ría 492 toneladas y un quinto, aproximadamente; a las 500 toneladas que dice. (3) (4) Año que Escalante Edición del Museo Naval de Madrid de 1985, página 43. Ibídem., pag. 33. 1989 redondea JOSE LUIS RUBIO SERRANO Nao de 400 toneladas según García del Palacio (1587) En su obra Instrucción Náutica de 1587, Diego García del Palacio des cribe una nao de 400 toneladas con las siguientes dimensiones (figura 4): Q=3 19.5 in NAOde400toneladassegúnGARCIAdelPALACIO Reproducción dejos originales de 1587.Se han añadido las medidas acotadas y líneas de trazos del nivel de cubiertas. Figura 4 Codos Manga Plan Puntal (en la primera cubierta) Quilla lanzamiento a proa11 lanzamiento a popa5 Eslora 16 5 1/3 (5,33) 8 1/2 (8,5) 34 511/3 (51,33) Calculando el arqueo de la misma manera que lo hemos hecho con la nao de Escalante, el porte de la nao de García del Palacio seria: 16 x 8,5 X 51,33 2x8 = 436 toneladas y un tercio. Esta forma de calcular el porte era aplicable cuando la medida del plan era la mitad de la medida de la manga. Pero observemos que la medida del plan de la nao de García del Palacio son 5 1/3 (5,33) codos. Cuando el plan era mayor o menor que la mitad de la manga habían de hacerse algunas correcciones en los cálculos del arqueo. La regla del arqueo incorporada a las ordenanzas de 1613(segundo modo, n.° 16), explica estas correcciones en la siguiente forma: 34 Núm. 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XJ7 si tuviere el Plan mayor, o menor, que la mitad de la manga, se sacará su diferencia, restando el Plan de la mitad de la manga, 6 al contrario,como queda dicho, y la mitad de tal diferenciase quitará de los codos que tuvierela manga, si fuere su mitad mayor que el Plan, 6 se le añadirá, si fuere menor. y la manga, haviendosele quitado, 6 añadido esto, se multiplicará por la mitad delpuntal, y lo que de estosalierese multiplique por mitad de la suma de la Esloria,y Quilla,y quedará el valor,y cabida de el buque, que se arquea. Considerando que en el año 1587en que escribe García dé! Palacio tóda vía era usual calcular el arqueo con la medida de la eslora, sin tener en cuenta la quilla, tomemos de esta regla solamente el ajuste correspondiente a la menor medida del plan, cuya medida es menor que la mitad de la manga. El cálculo de la sección media de la nao de García de Palacio será ahora: (16 — 8—5,33) )< 4,25 (mitad del puntal) = 62,33 codos3 Entonces, el cálculo total del arqueo será: 62,33 (sección media) X 51,33 (eslora) 8 (codos3/tonel) = 400 toneladas. (Resultan 400 toneladas exactamente haciendo el cálculo con fracciones de un tercio (1/3), que es como se debe hacer, en lugar de fracciones decima les de 0,33). De manera que, según esto, García del Palacio ya usaba el ajuste corres pondiente a la menor medida del plan bastantes años antes de que se publi case la nueva regla del arqueo de 1613,aunque al parecer, hace los cálculos con la medida de la eslora, en lugar de la semisuma de quilla y eslora. Sin embargo, la nao de García del Palacio también resultaría de 400 toneladas haciendo los cálculos con la semisuma de quilla y eslora y añadiendo des pués el veinte por ciento como se hacía a partir de 1590.Esta doble interpre tación posible se debe a que la nao de García del Palacio tiene las pro porciones del As, dos, tres, como la nao de Artieta. El cálculo del arqueo, más riguroso Durante el reinado de Felipe lila situación económica sigue empeo rando, hasta el punto de que en el mismo año de 1575en que Escalante escri bió su Itinerario deNavegación fue declarada una nueva suspensión de pagos en todo el reino. (Era la segunda vez que esto ocurría). Año 1989 JOSE LUIS RUBIOSERRANO En 1590Cristóbal de Barros establece un nuevo método de arqueo por el que se aplica un aumento del 20% al resultado del arqueo en las naves de armada. También se introduce un descuento del 5% por el volumen que ocu paban los elementos internos del casco; o, como dice Tomé Cano.porlo que son delgados (5), árboles, baos y bombas. El aumento o bonificación del 20% en el porte de registro que se daba a las naves de armada era para compensar el volumen que hubiere entre la primera y la segunda cubiertas. Este espacio quedaba inutilizado para la carga de mercancías al estar ocupado por las piezas de artillería. De aquí que se compensase la menor cantidad de carga que podían transportar las naves de armada añadiendo este 20% de bonificación en el porte oficial. Como los acostamientos o subvenciones se pagaban según el tonelaje, las cantidades percibidas por estos conceptos compensaban la pérdida de fletes. Sin embargo. algunos armadores calculaban el porte de sus naves tomando las medidas por la cubierta más alta y además añadían el 20% si eran naves para de armada. Así lo hace Tomé Cano según veremos a conti nuación. Este modo de calcular el arqueo tenía que provocar discrepancias con la Administración puesto que el 20% de aumento en el porte oficial se daba precisamente para compensar el espacio entre cubiertas, que no se medía. De manera que si se medía la eslora por la cubierta más alta, no era correcto añadir además el 20%, como hace Tomé Cano. En 1613este aumento del 20%se daba ya a todas las naves, tanto mercan tes como de armada porque todas las naves de la flota en Indias debían ir armadas para poder defenderse de los asaltos de piratas y corsarios. En las ordenanzas de 1613 se dice expresamente que dicho aumento se daba para compensar el volumen existente entre la primera y la segunda cubiertas, volumen que no se incluía en los cálculos del arqueo. La “nueva fábrica” Las reformas y modernización de la marina que se acometen a princi pios del siglo XVII a instancias del almirante Brochero, y que en lo referente a la arquitectura naval son reflejadas en las ordenanzas de 1607,1613y 1618, cambian radicalmente, no solamente las proporciones de las naves, sino las normas constructivas y los métodos de arqueo. La nueva arquitectura naval ya había sido llevada a la práctica algunos años antes por Juan de Veas. En la relación de navíos fondeados en El Ferrol en 1597, figura el galeón San Mateo, de 600 toneladas que, según consta en dicha relación era de/a nuevafábrica deRenrería. (Esta nave era un segundo San Mateo, no el San Mateo que tan gloriosamente combatió en la (5) 36 Finos de popa y proa desde los redeles hasta los raseles. 24 METODOS DE ARQUEOEN EL SIGLOXVI batalla naval de San Miguel de 1582durante la conquista de las Azores por Felipe II, puesto que este primer San Mateo se perdió en la expedición de 1588 contra Inglaterra). Según nos dice Tomé Cano, el creador de la nuevafábrica (nueva arqui tectura naval) fue Juan de Veas; y, según consta en el testimonio dado por el propio Juan de Veas el 21 de diciembre de 1609 ante el escribano real Este ban de Alducin que se inserta al principio del libro de Tomé CanoArte para Fra bricarNaos, Juan de Veas era maestro mayor de las fábricas de navíos de Su Majestad residente en Rentería. Por tanto, el galeón San Mateo de 1597, que era dela nuevafábrica deRenteria, debió ser construido por Juan de Veas con las nuevas proporciones introducidas por éste. En otra ocasión analiza remos el trazado de este galeón con más detalle. Por el momento diremos que, según las nuevas proporciones, debía tener 16 codos (8,75 mts.) de manga (M), 56 codos (30,63 mts.) de eslora (E) y 9 codos (5,92 mts.) de puntal (H). Teniendo en cuenta que era una nave armada, a las que en esta época se añadía ya un 20% más sobre el cálculo del arqueo, este cálculo seria: 16(M)x4,5(1/2H)x56(E) 8 x 1,2 = 604,8 toneladas. Según las proporciones de la nueva arquitectura de Juan de Veas el casco debía ser más largo en relación a la manga, llegando a ser de tres a uno la relación quilla/manga en naves de doce codos de manga (6,9 m.). El puntal en la manga máxima se estableció en una medida que había de ser la mitad de la manga, estando la cubierta un codo más arriba. La anchura del plan en la cuaderna maestra debía ser igualmente la mitad de la medida de la manga. El alargamiento del casco en relación con su anchura supone una dismi nución del volumen, por lo que las naves construidas según las normas de la nueva fábrica, resultaban con un porte bastante menor que las construidas con las proporciones antiguas, para una misma longitud de quilla. Esto sig nifica que, con la misma quilla y número de cuadernas (y por tanto a igual coste), las nuevas naves podían transportar menos carga y además perci bían menores cantidades por acostamiento al ser su porte menor. Tomé Cano explica todos estos cambios en la siguiente manera (6): Cuando el emperador Carlos Quinto nuestro señor, de gloriosa memoria, mandó tasar las toneladaspor el archeajeantiguo, que era seys realesy medio por tonelada, archeaba conforme a él quinientas toneladas una nao de las que aora no archean trezientasy cincuenta. (6) “Arte para Fabricar Naos”. Sevilla 1611, pags. 94-95. Año 1989 JOSE LUIS RUBIO SERRANO Sin embargo, no toda esta diferencia de porte se debía a las nuevas pro porciones de las naves, sino también a las distintas formas de calcular el arqueo que empleaban Tomé Cano por una parte y la Administración, por otra. La forma de arquear de Tomé Cano En su libroArte para Fabricar,Fortificar,yAparejarNaos de GuerrayMer chante, Tomé Cano describe una nao de doce codos de manga con las siguientes dimensiones: Una nao de doze codos de manga a de tener treyntay seys de quilla, y siete de puntal, losquales sietecodos a de iançara la rodade proa en nivel del mesmo pun tal y de popa la mitad, que son tres codosy medio, por manera que a de tener de esioria, en el dicho puntal, quarenta y seys codos y medio (figura 5). M=12c (6,90m) E46½cdS (26,73m) 1 1Cbsrta11Cub.a J.7 31/2J.Q=36cds (2,Olm) (20,70 ml (4,02m) Figura 5 Estas medidas y proporciones son las de la nuevafábrica establecidas en las ordenanzas de 1607.Tomé Cano explica el modo de calcular el arqueo de esta nao de doce codos de manga, de la siguiente manera: Yasse de hazer esta quenta para archearla:quarentay seys codosy medio (7) muliplicados por seys, que es la mitad de la manga, hazen duzientos y setenta y nuebe, los cuales, multiplicados por siete codos que ay de puntal, seran mili y nobecientosy cincuentay tres (8). De estossean de sacar y bajar cincopor ciento por lo que son delgados, arboles,baosy bombas, y de ellosrestarámil/y ochocien tosy cincuentay seys, que repartiéndolospor ocho vendrá a tener la nao dozientas y treynta y dos toneladasde merchahte,’sobre las cuales se le a de añadir a veynte por cientoarcheandola para la armada y assi vendráa archeardozientasy setenta y ocho toneladas y cinco dozabos. (7) (8) 38 Es la medida de la eslora. Codos cúbicos. 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI Hasta aquí, los cálculos que hace Tomé Cano son conformes con las nuevas ordenanzas. Pero Cano no está muy de acuerdo con la forma de medir el puntal. A este respecto, dice lo siguiente: Leonardo (9).—Si mal no me acuerdoparecemeque el maestro Juan de Veas llama puntal al altor de la mitad de la manga de la nao, que es a uso de la nueba fabrica, y allí le dá la manga (10). Thomé.—Es ass(y en ello dferimos losdos, porque yo llamo puntal a lo que la nao hinche de carga, que es conforme sefabrica al uso de Portugaly Andaluzia y se fabricaba antiguamente en Vizcaya. Con esto Cano quería decir que el creía que el cálculo del porte debía hacerse midiendo el puntal hasta la cubierta más alta. (Hacemos la observa ción de que en el siglo XVI se llamaba Vizcaya a todo el país vasco. Para Tomé Cano, Rentería, en la provincia de Guipúzcoa, era también Vizca ya). Por otra parte, Tomé Cano parece empeñado en conseguir el mayor porte de registro posible para sú nao de doce codos de manga. Unos párrafos más adelante continúa: Advirtiendo que la nao de doze codos de manga para de merchante, puede muy biensufrir ocho codosy mediodepuntalen esta manera: a tres codosy medio los baos (baos de la bodega o baos vacíos) y a dos y medio (por encima de éstos) la primera cubierta,y la segunda cubierta a otros dosy medio; y en la quál medida podrá llevarcastilloy tolda y la manga en sietecodos de puntal, teniendo de esloria quarenta y nuebe. (En segunda cubierta o cubierta de la puente) (figura 6). Manga Puntal en la manga Quilla Lanzamiento Lanzamiento Eslora de proa de popa = M. H. = Q. = = = = Li. L2. E. NAO MERCANTE de 356 toneladas según TOME CANO (1610). Figura 6 (9) La obra de Tomé Cano esu%escrita en forma de dialogos, al estilo de la época. (10) Nivel de la manga maxima. Año 1989 39 JOSE LUIS RUBIO SERRANO De manera que Tomé Cano añade una segunda cubierta a esta nao de doce codos de manga. Sin embargo, las nuevas ordenanzas establecían que una nave de estas dimensiones debía tener solamente una cubierta, más el alcázar o tolda y el castillo de proa. El puntal de ocho codos y medio en la segunda cubierta que dice Tomé Cano es el mismo que se daba en la pri mera cubierta en las naves anteriores a la nuevafábrica. Pero aquéllas tenían más manga en relación con su eslora. Al estrecharse la manga en relación con la longitud de quilla no podía darse tanto puntal como dice Tomé Cano sin que peligrara la estabilidad de la nave: o por lo menos, sin que resultara brusca y difícil de maniobrar. A continuación. Tomé Cano calcula el porte de esta nao de dos cubiertas en la siguiente manera: Quarenta y nuebe codos de es/oria multiplicadospor seys (... que es la mitad de la manga, y por ocho y medio) que es e/puntal, hazen dos mili quatrocientos nobenta y nuebe:y sacados de estoscincopor cientode los delgados,arboles,baos y bombas, restarádos miii trezientosy setenta y cuatro:y partidos estospor ocho, saldrán duzientas y nobenta y seys toneladas y seys dozabos de merchante. Y abiendo de servir para de armada, se le a de añadir a veynte por ciento y assi archeará trezientasy cincuenta y seys toneladas. (El párrafo entre paréntesis falta en el original). Tomé Cano hace el cálculo del arqueo con la medida de la eslora de la segunda cubierta en lugar de medir la eslora por la primera cubierta y mide el puntal también por esta segunda cubierta que, según él, puede soportar la nave. Medir eslora y puntal por la cubierta más al(a podría haber sido hahi mal en los años del reinado de Carlos Y, pero no era correcto cuando Cano escribe (1608-1610).En estas fechas debía medirse siempre la eslora y el puntal por la primera cubierta. La omisión del párrafo entre paréntesis (que debería decir que multi plica por ocho codos y medio de puntal además de por los seis codos de la mitad de la manga), hace que la explicación de Tomé Cano resulte equí voca. En principio puede leerse que multiplica por seis codos de puntal, que es el puntal que debía tener la nao según las nuevas normas. Pero, en reali dad, lo que hace Tomé Cano es multiplicar por seis codos de la mitad de la manga,yporochoy medio (frase omitida) del puntal en la segunda cubierta. El equívoco se produce porque la mitad de la manga son seis codos, lo mismo que el puntal, según las nuevas ordenanzas. Para calcular la sección media, daba igual multiplicar la manga (M) por la mitad del puntal (H); o bien el puntal por la mitad de la manga: M X 1/2 H, y 1/2 M X es lo mismo: Podía hacerse en cualquiera de las dos formas cuando 2 el plan (P) era igual a la mitad de la media de la manga, que era el caso de todas las naves construidas según la nueva norma (figura 7). 40 Q+E 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI SECCION TRANSVERSAL“MEDIA” M H P (a) ó (b) = = = = Manga máxima. Puntal. Plan. Area de la sección “niedia”. (a y b son iguales). Figura 7 No nos atrevemos a pensar que la omisión del párrafo referente a los ocho codos y medio de puntal de la nao de Tomé Cano fuese intencionada por parte de éste. Quizá la censura de entonces hiciera suprimir dicho párrafo, que contravenía las nuevas normas; o quizá Tomé Cano tuvo que eliminar el mencionado párrafo para que la publicación de su libro fuese autorizada. Tomé Cano era propietario de naves que empleaba en la Carrera de Indias. Pudiera ser que tuviese alguna nao de doce codos de manga con una sola cubierta (así la describe al principio) y después le añadierauna segunda cubierta por el sistema de unir las cubiertas del alcázar y del castillo de proa, cubriendo el combés, modificación que se conocía en la época como correr los alcázares,y que las ordenanzas prohibían terminantemente. Cano trata ría de justificar la segunda cubierta añadida cuando escribe que la nao de doce codosde manga puede muy bien sufrir ocho codosy medio depuntal, lo cual contravenía las nuevas normas, que ordenaban un puntal de seis codos y una sola cubierta en naves de estas dimensiones. De los seis codos de puntal que mandaban las ordenanzas a los ocho y medio que dice Tomé Cano, obtiene éste un volumen adicional, o mayor porte; pero resulta una altura de dos codos y medio (1,43 mts.) entre la primera y la segunda cubierta. Des contando medio codo por el grueso de los baos y tablas de la cubierta, que daría una altura libre de dos codos (1,15 mts.); a todas luces insuficiente. Año 1989 41 JOSE LUIS RUBIO SERRANO Posiblemente, algunas naves de años anteriores tuvieran un espacio entre cubiertas exageradamente bajo. Así se deduce de lo que dice Eugenio de Salazar en 1573: Y allí por gran regalonos metieron en una camarilla que tenía trespalmos de alto... (11). Tres palmos (0,63 mts.) es, evidentemente, una exageración sarcástica; pero es muy probable que la nave en que viajaban Salazar y su familia no tuviera más altura libre entre cubiertas que los dos codos (1,15 mts.) que resultan en la nao de Tomé Cano. Estas escasas medi das parecen ser un abuso por parte de algunos constructores o armadores. En 1587ya dice García del Palacio que la altura libre entre la primera y la segunda cubiertas debía ser de tres codos (1,73 mts.), sin contar el grueso de los baos y tablas. Tomé Cano, nacido en Canarias y residente casi toda su vida en Sevilla, no era ningún ignorante. Por el contrario, era un experto de alta cualifica ción en su época. Había navegado durante más de cincuenta años como ca pitán ordinario de su Majestad; fue diputado de la Universidad del Mar de Sevilla y formó parte de las Juntas periciales encargadas de vigilar, compro bar y tasar el porte y cargamento de las naves de las flotas de Indias, flotas en las que Tomé Cano tuvo empleadas naves de su propiedad. Al parecer, algu nas de sus naves fueron condenadas y sancionadas pese a ser su propietario un personaje importante de la Administración, O, quizá, precisamente por posibles abusos en el ejercicio de su cargo, tasando con exceso sus propias naves. El motivo de la condena de las naves de Tomé Cano pudo ser por calcu lar el arqueo con la medida de la eslora en vez de la semisuma de quilla y es lora; o por medir la eslora y el puntal por la segunda cubierta; o bien porque añadiera una segunda cubierta corriéndoles los alcázares para obtener un mayor volumen de arqueo o porte, práctica ilegal bastante extendida en su época que se realizaba para conseguir mayóres cantidades por acostamien to o subvenciones de la Administración. O quizá por varias de estas infrac ciones. (Fig. 8) Corrsr los alcázares - Arqueo según Tomé Cano = Arqueo según las ordenanzas + = + + © + 20%. 20%. Figura 8 (11) 42 Carta d Eugenio de Salazar a Miranda de Ron en 1573. Núm. 24 METODOS DE ARQUEOEN EL SIGLO XVI Modificar un navío corriéndolelos alcázares era considerada infracción muy grave. El n.° 104 de las ordenanzas de 1613 dice, entre otras cosas: no se ha de permitir que a ninguno dellos le corran losAlcazares como lo acostumbran desde el Arbol mayor hasta el castillo de proa... Y unos párrafos más adelante, añaden: con aperzivimientoque se les haze de quepagaran de sus bienestodos losda ñosy menos cayosque se Recrezierena lostales dueñosyfabricadores deNavios de no les cumplir guardar y ecutar lo contenido en este capítulo... Tenemos la impresión de que Tomé Cano tuvo que pagar de sus bienes todos los daños y menoscabos de esas infracciones. El libro de Tomé Cano fue publicado en Sevilla el año 1611,pero debió ser escrito hacía 1607,año en que fueron promulgadas por primera vez las nuevas ordenanzas con las normas de la nueva fábrica. Estas ordenanzas fueron publicadas el 21 de diciembre de 1607.El libro de Tomé Cano éstaba terminado en diciembre de 1608según consta en el acta del escribano Diego Barreda, pero no fue publicado hasta el año 1611.En 1610el autor hizo algu nas modificaciones en el texto. ElArte para Fabricar,Fort!ficaryAparejarNaos de Tomé Cano es una bue na exposición de la arquitectura naval de la época, aunque no llega ni con mucho a la altura de los nuevos conceptos e ideas de Juan de Veas. El tema del arqueo y porte de las naves ocupa gran parte del libro, y da la sensación de que esto es lo que más preocupaba a Tomé Cano. Podría ser que una de las motivaciones, si no la principal, para escribir el libro, fuese la autojustificación del porte que el atribuía a sus naves. Cano dedicó su obra al almirante Brochero. Hasta su publicación en 1611, tuvo que pasar una larga serie de aprobaciones, controles y probable mente, censuras. Al comienzo del libro aparecen la aprobación del Ordina rio, Fray Juan de Urrutia y la del escribano Jorge de Tovar en nombre del Rey. Esta última está fechada en octubre de 1610.La presentación del libro incluye, además, testimonios de personas influyentes que avalan su publi cación. Entre estos avales se incluyen el de D. Francisco de Corral y Toledo (12); un acta del escribano Diego Barreda, fechada en Madrid a 22 de di ciembre de 1608, que da fe del testimonio del Capitán Lucas Guillén de Veas, maestromayor de las fábricas de navíos de su Majestad, quien dixo: que a vistola relación supra próxima de la fábrica de naviosde armada y de mer chante, hecha por Thomé Gano, capitan ordinariopor Su Magestad, vezinode Se villa y diputado de la Universidadde la Carrerade las Indias, la cual dicha rela (12) D. Francisco de Corral y Toledo era capitán de las flotas de Indias. En 1595organizó la defensa de La Habana junto con Escalante de Mendoza, que por entonces era General para Tierra Firme. Año 1989 1’ JOSE LUIS RUBIO SERK4NO ción está como de hombre tan práctico y experimentado en lafabricación de na vios de guerray merchantey en la navegación...Y otro testimonio otorgado el 21 de diciembre de 1609,en Rentería, ante el escribano real Esteban de Aldu cm, que dice: pareció presente el capitán Juan de Veas, estante en esta villa, maestro mayor de lasfábricasrealesde Su Ma gestady divo: (lo mismo que el an terior, etc.), añadiendo: ypor el zelocon que loa hechoservir a Su Magestad me rece le haga merced y los particularesse lo agradescan... Sin duda los hermanos Veas eran buenos amigos de Tomé Cano, lo que debió serle muy útil para conseguir ver publicado su libro. El texto parece haber sufrido algunas correcciones (voluntarias o impuestas por la censura de la Admisnitración), aun después de los favorables testimonios de los her manos Veas otorgados en 1608 y 1609,porque en la página 52 hay unos pá rrafos en los que Tomé Cano narra que, a propósito de unas consultas al Consejo de Indias sobre el método de Fonseca para hallar las longitudes geográficas, había sido Tomé Cano uno de los llamados al Consejo para oir su opinión: y dice textualmente que fue este año de mil y seyscientos y dies. Cuando fue publicada su obra en 1611,las desavenencias entre Tomé Cano y la Administración parecen ya totalmente superadas. Al fin ya! cabo, los fraudes en el arqueo no eran infrecuentes. En cierto modo, los propieta rios. de naves se veían obligados a esta picaresca a causa de la aguda crisis económica que azotaba España a finales del siglo XVI. Como dice Juan de Veas en su testimonio, los particulares debían estar agradecidos a Tomé Cano por la defensa que hace de los intereses de la iniciativa privada frente a una Administración que. a pesar de los meritorios esfuerzos del Almirante Brochero y otros, se mostraba incapaz de sacar al país de la profunda crisis que atravesaba. ... La nueva regla del arqueo Las primeras ordenanzas sobre la construcción de naves según las nue vas ideas y conceptos de la arquitectura naval fueron publicadas en 1607, como ya hemos dicho. No hemos podido encontrar tales ordenanzas, pero debían tener algunos defectos u omisiones, especialmente en lo referente a los métodos del arqueo, puesto que de otra forma, Tomé Cano no habría tra tado de explicar su modo de arquear en la manera en que lo hace en su libro de 1611. El 6 de julio de 1613 se publican nuevas ordenanzas que sustituyen a las anteriores. Ye! 19 de octubre del mismo año de 1613 es publicada la nueva regla del arqueo, que se incluye en las Ordenanzas de la Casa el 30 de junio de 1614. La nueva regla es una detallada normalización de cómo había de hacerse el arqueo de todas las naves. Consta de un preámbulo y veinte artí culos o párrafos, de los que citaremos y comentaremos los más importantes. 44 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XP7 Al final del capítulo se incluye una reproducción facsímil de la regla del arqueo de 1613 según el texto incorporado a la recopilación de Leyes de Indias hecha por Julián de Paredes en 1681,como Ley XXV, titulada Que en arquear, y medir losNavíos seguarde laforma que por estalev se manda; facsímil que nos ha sido amablemente facilitado por la Universidad de Málaga. Los primero que corrige la regla del arqueo es el modo antiguo de arquear. Ordenan que el cálculo ha de hacerse con la semisuma de quilla y eslora, y no con la medida de la eslora solamente (que es como aún lo hacía Tomé Cano dos o tres años antes). En el preámbulo explican textual mente: Por quanto haviendo considerado los inconvenientes,y daños que han resul tado contranuestraRealhazienda,yen perjuiziodenuestrosvassallos, ylos estrá geros quehan servidoconsusNaviosen nuestrasArmadas, y Flotasy la forma, y reglasconquehastaaquísehan arqueado,y medidolostalesNaviosparapagar les su sueldo,yfletes,por no serfundadosen la verdaderacienciadestafacultad, respetodeque delas cincodimensiones, o partesen queestrivalo principal dela fabrica de losNavios,queesla Esloria,Manga,Puntal,Quilla y Plan,solamente metían lastresprimerasenla cuenta,no considerando lasotrasdos,sin lo qual de ninguna manerasepuedehazerjustficadoarqueamiento(13),mandamos... que heaqui adelantesemidany arqueentodoslosNaviosnaturales,y estrangeros, que serecivierena sueldoyfletarenpara serviciodelasdichasnuestrasArmadas, y Flotas, y losquesehizierenpor cuentade nuestraReal hazienda,por la orden,y forma siguiente. Después exponen dicha forma en la siguiente manera: 4. La mangaseha demedir debabora estribor,por lo másanchodela Cubierta principal. ora estéen lo más anchode la Nao (14),ora estémás arriba, o mas abaxo, y se medirápor la superficiesuperiorde la Cubierta,pegadoa ella,y de tabla a tabla,y de dentroadentro,y loscodosquese hallarenserála manga,y si estuviereembaraçadacó algunosgenoles. setomaráel grossordeellos,y también será manga (figura 9). MANGA 1. 1 •1 Cuadernas Figura 9 (13) (14) ---tablas 7.7/ del forro Clara alusión al modo de arquear que usa Tomé Cano. Coincidiendo la cubierta con el nivel de la manga máxima. Año 1989 45 JOSE LUIS RUBIO SERRANO Aquí llaman genoles a las ligazones altas de las cuadernas a nivel de la cubierta. El grueso de los genoles (cuadernas) se cuenta también como manga, pero no el grueso de las tablas del forro. Siguen las especificaciones: 5. El puntal se medirá desde el Soler hasta la supeificie superiorde la misma Cubierta principal, donde se tomó la manga, de manera, que no se ceda de la tal superficie:y en el tomar el altor de las Urcas,ó en otras Navesestrangeras,no se ha de consentirque se desentable alguna parte del Soler,para colar la pica hasta el Plan... (15) (figura 10). 6 pIan Figura 10 6. La Esloria se ha de medirdesde elBranque al Codastepor la referidasuper fi cje superior de la Cubierta, sin desviarsede ella..,advirtiendo, que no se ha de tomar elgrossor de el Branque, nidel C’odaste,Roda, ni ontraroda, sino hasta la tabla, que en ello se coge de dentro adentro (figura 11). 7. El Plan se medirá por la Quaderna Maestra, que correspondea lo más ancho de la Cubierta,y se ajustará la medida con las señales, o puntos, que están en la Escoa, a un lado,y á otro de babor a estribor,y la Escoa se hallarájunto al Contraroda Figura 11 (15) 46 Hasta la varenga, también llamada plan. Núm. 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI palmejar, que está en la cabeça de las Orengas,6 Planes, en la parte de abaxo (figura 12). PLAN 1. L 1 Orengas (varengas) o planes Quilla Figura 12 Los números 8, 9, 10,11 y 12 contienen una larga y detallada exposición de cómo puede comprobarse la medida de la quilla desde el interior del casco de la nave. El método consistía en colocar, hacia la mitad del casco, una regla vertical o puntal (H), dividido en codos; y desde éste tomar tres dis tancias horizontales (xi, X2, x3) hasta la roda de proa, midiendo la altura (at) en la regla vertical (H), desde la quilla hasta la línea xi; y las alturas (a2, a3) desde xl, hasta X2y X3.Se hacía lo mismo desde el puntal (H) hasta el codaste a popa, donde bastaban dos medidas horizontales (x4,xs) y dos alturas (a4, a5), puesto que el codaste era recto (figura 13). H \ b5 \ • X b4 o — —-y — x oier QUILLA Figura 13 Hecho esto, se trazaba la línea XX sobre un plano y se trasladaban a éste las demás medidas. Se señalaban en el plano los puntos b1, h2, b3, que correspondían a las distancias horizontales medidas desde el puntal hasta el branque o roda de proa. Por estos tres puntos, dice el n.° 9 de la regla del arqueo que se tirará una porción de cfrculo,buscándolesu centro,como se acos tumbra, esto es, que se hallarán con el compás las bisectrices de los arcos hi, b2 y b2,b3. Donde éstas se crucen será el centro (C) de la circunferencia que pasa por los puntos b1, h2, b3, cuyo arco se prolongará hasta que corte la Año 1989 47 JOSE LUIS RUBIO SERRANO línea XX en Q. Prolongando la línea h4. h5, del codaste hasta que corte la línea XX en Q’, se obtiene la longitud de la quilla = QQ (figura 14). N b N b4 longitud de la guilla Figura 14 Este modo de comprobar la longitud de la quilla desde el interior del casco, aclara también la forma que tenía la roda. pues significa que traza ban el branque o roda con un arco de circunferencia, y no otra clase de curva compuesta. Continúa la regla del arqueo: 13. Sabidos los codos que tiene la manga, Puntal, Esloria, Quilla, y Plan de qualquierNavio que se haya de arquear (..) se podrá practicar,y hazer la cuenta por uno de los tres modos y regla siguiente. Primer modo. 14. Si el Navio que se ha de arquear tuviere el Plan igual á la mitad de la manga, como quiera que tenga la Esloria,y Quilla, y Puntal, se multiplicarán los codos que tiene la manga por los que tuvierala mitad de/Puntal, ó losde la mitad de/a manga por todo el Puntal, que es todo uno,y/o que de estoprocedierese ha de multiplicar por la mitad de la suma de la Es/oria,y Quilla, y saldrá la cavida del Buque en codos, que partidos por ocho queda reducida a toneles. 15. Pero siendo el Plan mayor, ó menor, que la mitad de la medida de la manga, se hará primero la cuenta, como sifueran iguales,como se dixo en el capí tulo precedente,y luegose sacará la diferencia que tiene el Plan de la mitad de la manga, restando los codos que tiene el Plan de los que tuviere la mitad de la manga, si el Planfuere menor que ella, ó al contrario,sifueremayor.y la mitad de la tal diferenciase multiplicará por la mitad de loscodos de el Puntal, y lo que de esto resultarese multiplique por la mitad de la Esloria,y Quillajuntas, y lo que saliere se ha de quitar del valor, 6 cabida del buque, colegida como si tuviera el Plan igual á la mitad de la manga, si la mitad de la manga fuere mayor que el Plan: ó se el ha de aÑadir,si fuere menor, y quedará el valor del buque. 48 Núm. 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI Segundo modo 16. Es una variantesimp4ficada del modo anterior.La hemos transcritoante riormente a propósito de la nao de García del Palacio. Tercer modo 17. A QualquierNavio, que tenga el pid igual á la mitad de la manga, ora sea mayor, ora menor, se tomarán las tresquartas partes de la mága,y sejuntarán con la mitad del Plan, y lo que estofuere se multiplicará por la mitad del Puntal, 6 la mitad dellopor todo elPuntal, yio que resultarese multiplique por la mitad de la suma de la Es/oria, y Quilla, y saldrá el mismo valor,y cabida del buque en los modos passados. 18. Hase de advertir,que el valorque dá en el buque qualquiera de los tresmo dos de/a reglade el arqueamiento, ajusta con elNavio que tuviere la Cubierta en lo mas ancho, pero en el que tuviere lo mas ancho sobre la Cubierta, se le ha de quitar trespor cientoal dicho valor,por cada medio codo de el que assi la tuviere,y al que tuviere lo mas ancho debaxo de la Cubierta,se le ha de añadir en el valor de el arqueamiento tres por ciento por cada medio codo... Este aumento o disminución del 3% se hacía para compensar la mayor o menor área que tenía la sección media estando el nivel de la manga más ba jo o más alto que la primera cubierta. (Fig. 15) + 3% porcadamediocododeladiferenciah M H H’ = = = Manga. Puntal en l. cubierta. Puntal en la manga. Figura 15 Sigue el número 18 de la regla del arqueo: y haviéndoseleañadido los trespor ciéto,6 haviendoselequitado, si se h uvie re de hazer conforme á lo que contiene este capitulo, se quitarán cincopor ciento (16) y á lo que quedare se ha de añadir veintepor cientopor todo lo que hay entre (16) Por los elementos internos del casco (árboles, baos, etc.) Año 1989 49 JOSE LUIS RUBIO SERRANO Cubiertas, y por losAlcaçares,y quedará eljusto valor en codos,que se devede ca bida al Navio que se arquea, que partidos por ocho, quedará reducido á toneladas. Número 19.Prevé una nueva corrección sobre el arqueo resultante en los casos en que la manga de la nave en los redeles no se ajuste a lo establecido en las ordenanzas, que dicen que debe ser un codo menos que la manga de la cuaderna maestra para el redel de proa; y dos codos menos para el redel de popa. Esta corrección se basaba en que una nave de dieciséis codos de manga máxima en la cuaderna maestra debía tener catorce y quince codos de manga en los redeles de popa y proa, respectivamente. El ajuste en el cál culo del arqueo consistía en que había que restar o añadir 1,5%al porte re sultante, por cada octava parte que faltase o sobrase en la medida proporcio nal de la manga que debían tener los redeles. Número 20. Prevé otra corrección en el cálculo del porte para los casos en que la anchura del plan en los redeles no fuese conforme a las ordenan zas, que establecían para éstos la mitad del plan que tuviera la nave en la cuaderna maestra. Había que restar o añadir 1,25%al porte, por cada octava parte que faltase o excediese en la medida del plan en los redeles, respecto de la medida establecida en las ordenanzas, que era la mitad del plan en la maestra, según se ha dicho. (Fig. 16) MM RR SS P P = = = = = Manga en la cuaderna maestra. Manga en el redel de popa = MM-2 codos. Manga en el redel de proa = MM-1 codo. en todas las naves Plan en la maestra. Plan en los redeles = 1/2 P. Figura 16 Los modos de calcular el arqueo establecidos según la regla del arqueo, se pueden agrupar y formular en la siguiente manera: A. NAVES CON EL PLAN IGUAL A LA MITAD DE LA MANGA (Primer modo, n°. 14) Este era el caso de todas las naves construidas según las nuevas ordenanzas de 1613y también de las ordenanzas de 1618.En el cálculo entran las medi 50 Núm. 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XJ’7 das de la manga, M; el puntal, H; la quilla, Q;y la eslora, E. No es necesaria la medida del plan. Su fórmula es: M x 1/2H (ó 1/2M x H, que es lo mismo), multiplicado porQ+E igual a codos cúbicos; que divididos por ocho, 2 dan toneles machos. A éstos hayque restar el 5% en todas las naves por lo que se suponía ocupaban los elementos internos del casco. Después se aña día el 20% para compensar el volumen de entrecubiertas en las naves con más de una cubierta, o el del alcázar y castillo en las naves con una cubierta más estas dos estructuras, volúmenes que no se incluían en el arqueo. El porte resultante se expresaba en toneladas. En las Naves con una sola cubierta, sin alcázar ni castillo, como los pata ches, se restaba el 5% pero no se añadía el 20%y por ello su porte se expresa ba en toneles machos. Restar el 5%es lo mismo que multiplicar por 0,95.Y restar este 5% y añadir el 20% es igual que multiplicar todo por 1,14. Las fórmulas resumidas de este “Primer modo n°. 14” se pueden expresar así: a) Nuevas con una sola cubierta, sin alcázar ni castillo de proa (pataches). MH(Q+E) 32(*) 0,95 = toneles machos. b) Naves con más de una cubierta,o una cubierta más el alcázary el castillo de proa. MH(Q+E) 32 (*) X 1,14 = toneladas. B. NAVES CON EL PLAN MENOR QUE LA MITAD DE LA MANGA (Primer modo, n°. 15 y Segundo modo, n°. 16) El primer modo, n°. 15 es una variante del segundo modo n°. 16. Usare mos este último por ser más sencillo. En el cálculo entra el Plan, P. a) Naves con una sola cubierta (pataches) H (Q + E) X (M - 322 (1/2M) P - 0.95 x = toneles machos. (*) Dividir dos veces por 2 (mitad del puntal y semisuma de quilla y eslora) y después por ocho (codos cúbicos/tonel) es lo mismo que dividir todo por 32. Año 1989 JOSE LUIS RUBIO SERRANO b) Naves con más de una cubierta H(Q+E)X(M- (1/2M)-P 2 1,14 X = toneladas. 32 C. NAVES CON EL PLAN MAYOR QUE LA MITAD DE LA MANGA Caso poco frecuente. Se daba en embarcaciones muy planudas, como las urcas. Se calcula lo mismo que el antenor (B), pero cambiando por el signo (+) los términos que en aquel apararecen con el signo (-). D. PARA TODA CLASE DE NAVES, TENGAN EL PLAN IGUAL, ME NOR O MAYOR QUE LA MITAD DE LA MANGA. (Tercer modo, n°. 17) En el cálculo entran las medidas de la manga, M; puntal, H: quilla. Q; es lora, E; y plan. P. Su fórmula es: a) Naves con una sola cubierta (vataches,.) H (Q + E) (3/4M + 1/2P) 32 X 0,95 = toneles machos. h) Naves con más de una cubierta. H(Q+E)(3/4M+1/2P) 32 X1,14 = toneladas. Todas las fórmulas expuestas son para naves cuyo puntal de bodega (primera cubierta) coincidiese con el puntal de la manga máxima. En naves con la primera cubierta más alta o más baja que el nivel de la manga había de añadirse o restarse el 3%por cada medio codo de diferencia entre dichos niveles. (N°. 18, Fig. 15) Todas las naves clasificadas en las ordenanzas de 1613(y probablemen te las de 1607)tenían el plan igual a la mitad de la medida de la manga, por lo que para el cálculo de su porte es aplicable el Primer modo. n°. 14,según la fórmula expuesta en (A). (17) (17) 52 También, naturalmente, la fórmula (D), tercer modo, N°. 17. 24 ME TODOSDE ARQUEO EN EL SIGLO X’7 Ejemplos: 1. Para el patache de 8 codos de manga (no. 1 de las ordenanzas de 1613), cuyas otras dimensiones para el cálculo del arqueo son 3 3/4 (3,75) codos de puntal, 28 codos de quilla y 33 3/4 (33,75)de eslora, siendo la suma de quilla y eslora 61,75 codos, el porte resultante es: 8 X 3,75 x 61,75 32 x0,95 55 toneles machos = Al final de la descripción y dimensiones para pataches de ocho codos de manga, las ordenanzas de 1613 dicen textualmente: No ha de llevarpuente ni castillosino solamente una cámara a popa. Estepa tache serádeporte de cinquenta y cincotoneles machos, quitados cincopor ziento, que no se le dan veinte por ciento porque no tiene más de una cubierta. 2°. Para el galeón de 17 codos de manga (n°. 10 de las mismas ordenanzas de 1613),que ha de llevar puente, alcázary castillo, cuyas otras dimensiones son: 8 1/2 (8,5) de puntal, 46 de quilla y 58 3/4 (58,75) de eslora, siendo la su ma de quilla y eslora 104,75codos, el porte resultante es: 17 X 8,5 x 104,75 12 1,14 x = 539,23 toneladas Que son las 539 1/4 toneladas que dicen las ordenanzas para este galeón, siendo de mercante. A continuación añaden:• pero sifuere de Armada será de quinientas y cinquenta y cinco toneladasy un cuarto. El mayor porte que dicen las ordenanzas para el galeón de Armada se debe a que, mientras en el de mercante coincide el puntal en la manga con el puntal en la primera cubierta, en todos los galeones de Armada de las orde nanzas de 1613sitúan el nivel de la manga máxima medio codo más abajo que la primera cubierta. En el galeón de Armada de diecisiete codos de man ga, el puntal en la manga es de ocho codos, estando la primera cubierta en ocho codos y medio. (Fig. 17) Aplicando lo establecido en el n°. 18 de la regla del arqueo, el porte del galeón de Armada de diecisiete codos de manga será un 3% más que el porte del mismo galeón de mercante: 539,23 X 1,03 = 555,4 toneladas. Año 1989 JOSE LUIS RUBIOSERRANO Que son, aproximadamente, las 555 toneladas y un cuarto que dicen las ordenanzas para este galeón, siendo de Armada. GALEONde17codosdemanga MERCANTE (1613) 539 1/4 toneladas Figura Las Ordenanzas ARMADA de (+ 3%) 1/4 toneladas 555 17 de 1618 El 16 de junio de 1618 se publican nuevas ordenanzas para la construc ción de naves, que sustituyen a las de 1613.Las modificaciones más impor tantes consisten en que acortan la quilla en dos codos para todas las naves (que ya no llaman galeones, sino navíos) y vuelven a aparecer los quebrados de proa y popa, para una mayor facilidad en la instalación y manejo de la bi ta el de proa, y de la caña del timón y pinzote el de popa. Respecto del gálibo, ya no hay distinción entre naves mercantes y de Ar mada. Todas las naves tienen el nivel de la manga máxima medio codo más bajo que la primera cubierta, como los galeones de Armada de las ordenan zas de 1613.También suprimen el patache de ocho codos de manga del año 1613, empezando la relación de naves clasificadas según las ordenanzas de 1618 con el navío de nueve codos de manga. Lo mismo que en 1613,todos los navíos de 1618 tenían el plan igual a la mitad de la medida de la manga. El cálculo del arqueo se hacía, asimismo, con la fórmula (A) según el Primer modo, n°. 14 de la regla del arqueo, aña diéndose el 3% (no. 18) por tener todas las naves el nivel de la manga medio codo más bajo que la primera cubierta. Sin embargo, hemos observado una variación: a los navíos de nueve y diez codos de manga de las ordenanzas de 1618, como en los pataches de 1613, tampoco les aumentan el 20% porque no tienen más de una cubierta. Pero no les deducen el 5%, que sí deducían en 1613,por los elementos inter nos del casco. Y el porte lo expresan en 1618en toneladas para todas las na ves clasificadas. 54 Núm. 24 METODOS DE ARQUEOEN EL SIGLOX1 En el cálculo del porte de los navíos de nueve y diez codos de manga de 1618 no hay que multiplicar, pues, por el coeficiente 0,95,quedando la fór mula en estos dos casos de la siguiente manera: MH(Q+E) = toneladas; que añadiendo el 3%, resulta: 32 MH(Q+E) X 1.03 = toneladas. 32 El porte 1618 de todos se calcula gla: los con la demás navíos misma MH(Q+E) clasificados fórmula x 1,14 = (A, según b) del primer las ordenanzas modo, n.° de 14 de la re toneladas. 32 de Al resultado las ordenanzas primera así obtenido cubierta, Incluimos de de 1613 rencias 1618 nos casos cían el respecto redondeos rencias. Y también de quebrado, en ta dos más siglos La forma de españoles a Regla de El modo con fue XVIII españoles las navíos que la en las El que Cano, ocasionan estas nó expuesto, fue a mediados del algu a que lo ha que pequeñas con decimal dife en por aritméticas sistema ligeras aparecen se deben Tomé operaciones ordenanzas Las ordenanzas, visto que hemos hasta que, actuales que más técnicas usaban por dicho utilizándose siglo de los dife fracciones se implantó has utilizada siglo cálculo, una Simpson secciones entran 19 Thomas y 20 la que del en de Simpson, la el cálculo regla del matemítico de casco mitad dos casco: regla sola es la por los XVIII, em basadas de siglos cuaderna XVI en la es tanto para sección tarde. por maestra) de En y redeles los ajustes más mé siglo exácta la Los cuader como del 1613 del el cálculo. transversal simplificación consi Este mediados Simpson la más puede (18). se tomen maestra función siglo Simpson hacía sección máxima en de inglés del tomaban el casco, porThomas también La del método matemático todavía. XVI españoles del transversales de todo tres los simplificada (aproximadamente media 1989 los bajo en las resultante. tonelada) pasos y XVII las secciones del troducido Año XVI de arquear maestra (18) de distintos el arqueo siglo la forma más números más clasificadas y porte dicen decimales. calcular imponerse y sigue pañoles todos codo tarde. establecido cuantas ción naves hemos hacían de tener Simpson. derarse todo los a que lugar de los pezaron que en las que por medio antes. arqueo como el 3% manga centésimas porte pasos, la dicho del unas del por añadir de de todas cálculo máximo, cálculo sucesivos na el que nivel se ha relación con (como el según una y hay 1618 ya usan de proa que sec método in los es y popa, prevén los arqueo. inglés (1710-1761). 5 JOSE LUIS RUBIO SERRANO Ahora debemos hacer algunas observaciones muy importantes: En pri mer lugar que, en todo lo que llevamos expuesto nos hemos limitado a averi guary exponerlos modos de arquear que se usaban, sin entrar en el análisis de cúanta era la aproximación que conseguían con aquellos métodos. Para calcular el arqueo con la mayor exactitud posible, tendremos que esperar a poder reproducir las formas del casco cuando hagamos el análisis del traza do y construcción de las naves en un próximo trabajo. Tomando entonces las necesarias secciones del casco podremos comparar cuál era la aproxi mación que conseguían con la sección media que utilizaban. En segundo lugar, recordar al lector que las toneladas que se usaban en el siglo XVI no eran toneladas métricas, sino toneladas derivadas del volu men del tonel macho, equivalente a 1,518 m3.Para reducir el porte a tonela das métricas hay que hacer cualquiera de estas dos operaciones: toneles machos X 1,1518 = toneladas métricas de volumen; o bien: toneladasantiguasX1,518 1,2 cas/volumen (metros cúbicos). toneladas = métri Y en tercer lugar, advertir que lo que se obtiene con esta transformación es el volumen del casco hasta la primera cubierta, que en el siglo XVI consi deraban debía ser el tonelaje oficial o porte de registro. No tiene nada que ver con el tonelaje de desplazamiento, que es el peso real de las naves, en las tre o cargadas. La compensación del 20% El aumento del 20% que añaden por todo lo que hay entre Cubiertas,y por losAlcaçares (no. 18 de la regla del arqueo) no compensa el volumen de entre cubiertas, que no incluían en el arqueo: y mucho menos aún si además se añade a éste el volumen del alcázar y castillo de proa, que tampoco se medía. La altura entre cubiertas y en los alcázares era de tres codos (1,72-mts.). El alcázar y el castillo de proa ocupaban aproximadamente el 40% de una cubierta completa. Puesto que el resultado del arqueo es directamente pro porcional a la medida del puntal, un sencillo cálculo revela que en una nave que tuviera nueve codos de puntal hasta la primera cubierta, los tres codos que había desde ésta hasta la segunda cubierta supondrían un 33%más de porte en caso de haberse incluido todo el volumen del casco hasta dicha se gunda cubierta. Esto sin contar el volumen de los alcázares que, al parecer, no se había incluido tampoco en épocas anteriores. El porcentaje de volumen que quedaba excluido en el cálculo del arqueo de las naves mercantes de 1613puede verse en el cuadro que damos a conti nuación. La única clase de naves que no resulta perjudicada es la de los de 56 24 METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI nominados “Navíos” en las ordenanzas de 1613,porque éstos no tenían na da más que una cubierta, más el alcázar y el castillo, cuyo volumen sí queda ba compensado con el 20% añadido. A los pataches de ocho, nueve y diez codos de manga no se aumentaba el 20% porque sólo tenían una cubierta sin alcázar ni castillo % VOLUMEN NO INCLUIDO EN EL ARQUEO Clase de nave en codos de manga 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Número decubiertas en l. cubierta Volumen Puntal entre cubiertas 2 codos % = puntal 1+ Volumen los de alcázares 1 % =“ AA puntal ss 22 20 6 alcazares dos 6,5 7 2+ alcázares 9 9,5 — 43 7,5 40 8 37 8,5 35 33 31 10 30 10,5 28 11 27 Total volumen no incluido en elporte, % 18 — 16 15 14 13 12,5 12 11 10 22 20 18 43 56 52 49 •46 43,5 42 39 37 Tenía, pués, razón Tomé Cano en cuanto a la pérdida en acostamientos y fletes que suponía para los propietarios la forma de hacer el arqueo esta blecida en las nuevas ordenanzas. Pero no precisamente en las naves de do ce codos de manga, que son las que Cano pone de ejemplo. En éstas, el 20% equivale perfectamente al volumen del alcázar y castillo de proa. Las razones de Tomé Cano Estrechar la manga y rebajar el puntal de la primera cubierta supone una reducción del volumen para una misma longitud de quilla. La cabida o capacidad de carga de la bodega es menor y se reduce, por tanto, el volumen de los fletes, además de percibirse menores cantidades por acostamientos al ser menor el porte oficial; acostamientos que aún se reducen más al hacerse más riguroso el control del arqueo. En los párrafos del libro de Tomé Cano citados anteriormente, dice éste que una nao que en tiempos de Carlos Y arqueaba 500 toneladas no se le re Año 1989 JOSE LUIS RUBIO SERRANO conocían ni 350 toneladas a principios del siglo XVII. No es necesario re montarse a la época de Carlos Y. La comparación de algunas naves citadas en este capítulo permite apreciar la disminución del porte oficial durante el último tercio del siglo XVI en naves que tenían parecida longitud de quilla: en Manga Puntal l.a cub. 1575 1587 1610 1613 Escalante de Mendoza García del Palacio Tomé Cano Ordenanzas 15 16 12 12 — 8,5 7 6 quilla eslora toneladas de porte 35 50 51 46 45 500 34 36 36 400 278 207 (medidas en codos) Dice también Tomé Cano que el archeaje antiguo (acostamiento) era de seis reales y medio por tonelada. A continuación añade: Y va/ja quatro mili ducados una nao de quinientas toneladasy vale oy quince miii(..) Eyo é llevado toneladasa cartagena de Indias, por doze ducados defletey dos de avenas (19). Y de presente van a quarenta ducados de flete y doze de averías (..) Pues de essa suerte, quando a las naos de guerra del mar occeano les den a diez y seys realespor tonelada cada mes,ya veyntey dos a las que llegan a las in dias, noparece que lessatisfazen el daño;y assi es cosa ciertaque no pueden devar deperderse losdueños de talesnaos, y mas quitando/es como les quitan el terciode lo que la nao archea, tanto en el nuebo archeaje como en la nuebafabrica manda da hazer agora,en la qual se ordenaque no se archeesino en la mitad de la manga por puntal, que aunque es muy buenapara naos de guerra,es de poco provechoy muy dañosa para los dueños (..) El negocio de armadores y comerciantes se había deteriorado notable mente durante el último tercio del siglo XVI y principios del XVII. Una nave que en la época de Carlos Y arqueaba 500 toneladas y valía cuatro mil duca dos (1.500.000 maravedís) (20) recibía de acostamiento seis reales y medio por tonelada y mes, que eran 110.500 maravedís mensuales por las 500 tone ladas (21), lo que representa el 7,5% del coste de la nave. En 1610, la misma (19) El derechode averíaera una especie deguro marítimo que pagaban las naves para el mantenimiento de las Armadas de guarda contra piratas y corsarios. (20) Un—ducadoeran 375 maravedís. (21) 58 Un real de plata eran 34 maravedís. 24 ca) 1E < - — a, ‘ 1 + 1 r-. ‘-‘ tu - 2 a, — ca) tu E Q ca, ç U) 1— LI) in N- U) 1_ ! E E c E - 1— 1— 1— 1— 1— 1— 1— 1— 1— 1— 1— ‘, < Ca, LU U) LU o U) O tu a- ca, U) ) U) U) C’J U) U) ca, aCa, U) U) ) ca, CO atu N- tu ca ) U) U) ca, U) U) O) C) N. Q_ a O) Ca) c a, - U) a, •LI U) O N. a’ N- U) t’-. 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II 0) aS O U) (S.J U) U) U) Csi U) , x o C) U) 0) 0) u) — — c’J — 1 x — CO (O II 1 1+x , csJ —— — U) (0 (0 U) 0) U) CO N- U)(0 U). 0 (SI r N- 0) 0) U) 0) (0U) (0 0) 0) 0) 0) CO CO 0) CO ,- U) U) U) o 5) Cao (0 g ca 0) , CO 0) 0) CO E a, U) (U > (0 CO (1) (1) U <(/) <U) C)Z O 0 (51 CO 0)) 0) a, •0) 2> CO r CO — E CO 0) 0) CO CO 0) 0) CO CO 0) 0) CO CO 0) 0) CO a, , a, a, a, a, a, a, a, •0) 2 > CO (S.J U) 0) 0 O — a, •0 2 > CO U) E E E E E 0) - CO 0) 0) CO E 0) - CO 0) 0) CO U) 0 0 O O . CO 0)) 0) U) . CO CO o U) 0 U) — E — CO 0) 0) CO E E CI) CC) CC) 0 0 0 0 0 U) 0 U) 0 o o o o o o •0) 2 > CO O U) a, •CO 2 O ‘ O U) O (0 ‘- .- ‘ •0) 0) a 2 a 2 > CO > CO > CO U) CO r— a, _O 2 > CO O N— a, •O 2 CO a, CI) O (SI — CO 0)) CO o o U) 0 O 0) — a, •0) 2 > CO > CO 0) 0 0 (S.J . a, 0 U) 0 (.1 0) 2 > CO E a, o U) O E U) O o O 0 (51 O .0) .2 > CO (S.J ,- (51 (SJ CO 0) = CO 0) a, o a (S.J (SI a, .0) 2 CO U) E a, .0) U) i a, METODOS DE ARQUEO EN EL SIGLO XVI nave sólo arqueaba 278toneladas segúnTomé Cano (207 3/4 según las orde nanzas de 1613)y valía quince mil ducados (5.625.000 maravedís) (22). Pues to que se pagaban veintidós reales por tonelada y mes a las de la Carrera de Indias, esta misma nave recibía de acostamiento 207.944maravedís para 278 toneladas, lo que representa solamente el 3,7%del coste de la nave. Con las 207 toneladas que dicen las ordenanzas de 1613,el deterioro económico es aún mayor. Eso sin contar con que el derecho de avería había subido un 600% (de dos a doce ducados por tonelada) (23) en el período de unos cin cuenta años que comenta Tomé Cano, mientras que el precio de los fletes sólo había subido el 33% (de doce a cuarenta ducados por tonelada) en el mismo período. Parecen estar bastante justificadas las quejas y críticas de Tomé Cano. Unos párrafos más adelante, comenta: Leonardo. Según esso,yo pienso que no a de ayer hombre particular que se atrevaya afabricar nao de guerra,ni tampoco a hazerlade merchante,por e/poco sue/o que da su Magestad por tonelada quando se sirve de e//aspara de Armada, porque aunque en el archeajede ellasdé a veyntetoneladaspor ciento,como aveys dicho, siendo tan cortoel sueldo quepor ellaspagan más esfabricar nao de launa y otra manera para el Rey que para sí mismo; eyo no siendo hombre tan inconsi deradoy enemigo de su hazienda que tan a lo ciertoy a lo clarose quieratomar tal daño para totalmente perderse,y más constandolecon pro4/a experiencialosmu chos dueños de naos que en estosaños sean perdido,solamente quedandose con la penitencia desu ruynay pobreza de sus hjosy casa, sin quejamás noporningún camino veamos que, condoliéndosede ellos, aya nadie que lesprocureayuda y le vantar. (24) Las quejas de Tomé Cano son las mismas que exponía Sancho de Achi niega, que hemos citado en el capítulo antenor. Evidentemente, el signo de los tiempos había cambiado para mal. Las ri quezas de América se habían dilapidado o habían sido robadas por piratas y corsarios. La decadencia económica y política de los españoles estaba en marcha de forma creciente. Los comienzos del siglo XVII eran ya, no sólo para Andalucía, sino para toda España, una época de vacasflacas, bien dis tinta de las vacasgordas de principios de siglo XVI mencionadas en un capí tulo anterior. (22) Representa un valor de unos 95 millones de pesetas de 1986. (23) El coste del mantenimiento de las Armadas de guarda era cada vez mayor por el cre ciente acoso de los piratas. (24) Op. cit.. pag. 93-94. Tomé Cano se refiere a la condena de sus propias naves. Mo 1989 tc losFabricadoresy Calafates 34 ¡os quales,haviendo con particular atencion, etiurlio, y cuidadotraba-’ jadoenello, fe tieneporcierto ha— verdado elpunto masajuítado 1,. xazon que fe pueckdeícubnir para medirlos dichos Navios1de mane ra , que no haya mcdielaFalfa, nl otrogenero de enga6o de los que procedian de la iiiccrtidurnbrcdc las reglas deque fe ka.’fado, que fiempre era arbitrario lo que aora hade ferfixo , yfe eícllíará eL dafio que fe liguiera nuc(ha ReaF l’iazicnda,y álos dudos de los Na— 168-1 ‘ios, naturales, y dllrangeros, que 5T Leyxxv.een4rqeea?,y med,’ fe recivierená fueldo para fervicio ¡o! Nvios Je guardela form4 que de lasArmarlas, y Flotas, y tendrán pcref/aIey/e 1aI,d4. fatisíacion de que no (e les haze agravio : y de que fe lespagará lo poradoQi.antohaviern1oCorilideé Vc.. losincon venienteS y da— que ju(hmenre bnivicrende haver, (,il at, o. nos que han refultadocontra nue efcuíandofc lo pleytos y dudas tra Realhazienda,y enperjuizio de que havia, y las inokflias que íc les nueí.ros vaífallos, y loseftráeros, rccrccian,ditgtandola averiguaciori e llan;o que hanfervidocon íus Navio en delascuentas. Vilo en ci nucllio ri nue(IrasArmadas,y Flotas,ylafor— Coriiejo de Guerra,ycon Nos con— Ja Caf, ma , rec,las conquehalla aoui fe fultado hemos relucko derogan 1 han arqueado,y medido los cales (corno por la prefente derogamos, I’avios para pagarlesfu fueldo y y anularnos)lasreglas, y ordenan fletes, por no íerFundadosenla ver ças, que cercade ello fe hant vfado. dadera ciencia della Facultad, rcf— y mandamos, que deaqui adelan peco de que de las cinco dirnenfio— te fe midan , y arqueentodos lo ncs, 6 partes en queeítrivaki priri— Navios naturales , y clirangeros, cipalde lt fabrica de los Navios, uc fc recivierená ftieldo y fleta queeslaEsloria, Manga, PuntaL ren para fcrviciodelasdkhasnuef— Ogilla, y Plan , folamente’metiari tras Armadas, y Flotas,y losque fe las cre3primeras cnt la cuenta no hizicren por cuenta de nrieílraReal coníiderandolas otrasdo, íin la hazienda,por la orden, y forma fi— qual de llinguna rnatlerafe puede guiente. hazer juíiicado arqueamiento, Y porque ellas reglaspreíu— mandamos,clu fe juntafln los h5- ponen las cincodimenfiones,á par bres roas pracosn1 de miniflc. teS referidas ,en qualquier Navia rio que fc LallaLl’cu en eflosR.eynos, que fc haya de arquear de losque fc fa. - RegladelArqueo ordenanzade 16132e4yede1z de ‘de de Jw&,4 — - ‘•. LibroIX.TituloXXVIII. fabricaren en ellosReyno, han de liempre que convenga, fc tenga la traer losduefiosdelios certificacion cuenta,yrazondello , y fepari las de [os Superintendentesde los dif. tnedidasy porte que tuvieren. Pararatificar la medida de tricos donde fc huviercu hecho los dichos Navios,y de losVeedores,¿ los derns Navios, de cuyas dimen— Contadores,que conformeálas or fionesnofepudiere haver relimo denes que tenemos dadas huvieren nios, fe medirán conforme á la or de intervenir con ellos á hazer los den que fe figue. ; El codo con que fe ha de ha tales arqueamientos,y d6de no bu— viere loscalesSuperintendenteshan zer eRa medida ha de tener dos derraertef[jmonjos firmados de la tercias de vara Cafleilana , y mas 1 uíLiciamascercana,y del Efcriva— vn treinta y dofavo de las mifmas no del Cabildo, 6 Concejo del tal dos tercias. Lugar en que declaren los codos .4 La manga fc ha de medir que los talcs Navios tuvieren de debaboráeítribor,porlo mas an Esloria, Manga, Puntal, QujIla, y cho de la Cubierta principal, ora Plan,y tambien de los Redeles, y efItcn lo mas ancho dela Nao, ora de la Qadra, y Amura, las quales cIé masarriba, 6 mas abaxo , y fe dichas certificaciones, y te[limo medirá por Ja fuperficie fuperior niosfe han de entregará nuctiroSe— de la Cubierta , pegado áella , y cretario de la G uera de Mar, para de tabla á tabla, y de dentro aden-. que viRasen el dicho Confcjo de rro,yloscodos que fe hallaren fe— Guerra, fc plovea lo que conven rála manga ,y fi eífuviere embara— ga, quanto á remitidas quien bu— ada c6 algunos Geuoles,fe tomará viere de hazr la cuentad las tone el groifor de ellos , y tambien ferá ladas, para que conEormeá ellas fe man ga. El Puntal fe medirá defdc les paguenlos fucidos, ¿ fletesque huviercn deliaver , y (can admiri— el Soler haíla la fuperficie fupcrior dos fus Navios á la viíita para na de la rniíma Cubierta principal, vegar en la Carrera, y Flotas de las donde fe tomó la m.rnga, de niane— Indias , fin la qual ccitiíicacion ra,quenofcexcedade la tal fuper— mandamos que no lo fean, aunque ficie: yen el tomar el altor del Pun concurran en elloslascalidades que tal en las Vrcas,ó en otras Naves cf-. fe declaraen las vltinias ordenan— trangeras,nofe ha de cónfcntir que çasdefabricasdeNavios, que han fe delcntable alguna parte del So de tener para navegar en la dicha ler, para colariapica haíta ei Plan, Caricra: y losdiclios Superinten y tomar dcfde alli la medida., fi— dente, yvliniftros han de cnvir á noes que para cargar de trigo, 6 manos dci dicho Secretailo cercifi cofa femejante,tenga hecho algtii cacion en la miíma conformidad Granel, y en cliccafo fe ha de ibrir que fc fabricaren , por cuenta de por junto á la Bomba, halla ¿cfnuelira Real haaienda, para que cubrir la Otenga, y poner encima vn De ¡osFabr1cadore,y Calafates. 3Ç vn pedaçode tabla al grofíor de la cuenta , con los figuiences me tres dedos, 6 clefcontarfclos, y dios. deallifchadcmedircl Puntal, que Pondráfevnaregla(queeí.. ferá como medirlo defdc ci So tdividiJaen codos) en el titio del Puntal y perpendicular íobrc el ler. 6 La Esloria fe ha de medir Soler, y en ellafc aplicará otra, de defde el Branque al Codalle por manera, quequeden á cfqnadra, y la referidafuperíicie fuperior de la fe irá prolongando áziaProa, halla Cubierta, íin dcfviarfcde ella, y Ii toparen ci Aibirana,y midiendofe la partede Proa ellu viere embara loscodos quehuviere deídeelPun— .ada con alguna Bularcama , 6 taU la Albitana, en la regla que fe Genol, o la de Popa conalgun Yu prolongo1 fe pondrán £ pat te , y fe go, íc meterá algunaVerguilla , 6 bolvcraáaplicarLimifma regla ea cofa futil, con que fc puedamedir la que eíláen el CitiodelPuntal, vn ci groflbrde la Bularcama,óYugo, pocomasarribade laprimera apli— y lo queello fuere,tambienfc con cacion, dos, 6 tres codos , los que tará porEsloria,advirtiendo , que fe quifiere,yfe prolongaráhaPcato no íe ha de tomar ci groifor de el parocra vez en el Albitana , y fe Branquc, nidel Codaíl:e,Roda, ni medirán en ellaloscodos como pri Contiaroda,finohaítaiatabla,9uc mero, esáfaher, dclJe el Puntal á en ello fe coge de dentro aden la Albitana, y fc pondrán tambicrt tro. á parte, y fc hará otra tercera apli— El Pian fe medirá por la cacion,dos,6 etescodos mas arri Qadcrna Mac(lra,que correfpon—ba de la fegunda , haziendofc lo de á lo masanchode la Cubierta, y miímo,y notando los codos que fcajuíbrála medidacon lasfcfa— huviere defde el Puntal á la Albita. les, 6 puntos,que elUn en la Ef— na: liiegoeu el plaiiodc vna tabla, coa,ávnlado, yáotrodc baborá ¿enotracoíaqueeflbien llana ( cíEribor,y la Efcoafe hallarájunto hará el Patron íiguienre.Tirefevna al Palmejar , que efU en la cabeça utica re1a, que fe llarnaLí lalinea de lasOiengas,óPlanes,enlaparte de la QEilla, y dividaíc en íefcnta de abaxo. partes iguales, que ferán codos , y E L.Qilla, fdftuvierefuera dcfde lu medio Fe levantará otra, del agua, cornofuccde , ellndo el 9UC quede£ e!ua-Ira con ella, y fe— Navio en atUNero,6 carcna, fe mc— rá lalinea del Puntal : y fe dividirá dirá de codJlo á codillo , y los co en cjuinze, ti veinte partes iguales dos que fe hallaren íerá la Quilla; entre , y á los de ¡a pmera linea, pero Ii eftuvierc dcbao dci agua, qrietarnbicn krán codos : y deíde fe medirá por dedentro del Navio, el ¡ttgr donde fe cruzan fe pondrán lo qual, aunque fe ha tenido por tres puntos en la linc del Puntal, tan dificultolo, k couícgtiiá co que dillen del tal lug1r los codos mo conviene á la certidumbre de que diflaren del Soler (os litios de las LibroIX. TituloXXV111. las tresaplicacionesdela regla que dos puntos en la ddPuntal,c1uedif— fc prolongó1y por cftos pútos fe ci ten de la linea de la Qitla los co tarán treslineas efquadra,con la dos quedi[laron dci Soler los fitios linea delPuntal,ycrt ellas, áziala de las dos aplicacionesde ¡a regla parte en que en el pacronfecófidera que fe prolong6 á Popa, y por los la Proa, fecon:arán los codos que tales puntos fc tirarándos lineas á huvocn las cres aplicacionesde la cíquadra, lobrela del Puntal, y en rcgla,que CeprolongddcfdcclPcin cijas, dcíde el mifrnoPuntal ázia la parte en que fc pone la Pupa, en el tal la Albitana, contandoen la nea masccrcana,ála que reprcfcnta patron, fe contarán loscodos que laQill,loscodos que huvocn la huvoen las dos aplicacionesde la primera aplicacion:yen la figuien regla, defdcel Puntal al Codafte, te los que huyo en la fcgunda apli contando en la linea mas cercana cacion: yen la otra los que huyo la de la QjlIa los que huyo en la en la tercera, y donde acabare la primera aplicacion:y en laCiguicu-. cuenta de c[los codos, Íeiialarán te, los que huyo en la fcguuda, y tres puntos en las tres lineas, y por donde acabare la cuenta de cílos ellos fe tirará vna porcion de circu— codos en lasdos lineas, fe pondrán lo,bufcandole fu centro, como fe dos puntos, y pallando por ellos acoftumbra y fe effender hafia vna regla,fc notará donde corta que corteen la linea de LaQ%lla: y la linca de la Oila, y las partes de las partes, ¿ codos que huviere en la miíma lirica de la Qilia , que ella, dcfde donie lacruia lalinca huviere clcfdcel cortamiciito, h*í— de el Puntal,haftadondela corta la cali linca de el Puntal , ícrán los porcion del circulo, íer.n loscodos codos , que tendrá la porcion de Qjlla,dcfdeel Puntala Popa: los suc tienela porcion de QilIa, de el quales, untandofc con los que tu Puntal Proa. vo it porcion de Q’lla , del Pun io Para hal!ar la porcion de talá Proa, quedara coaocnda toda Qilla, del Puntal £ Popa, fe pro la Quilla. longari vna reglados veies def.ic ir HaCe de advertir, que í otra, cjuecfIcu elíiciodel Puntal, por la mucha dillaucia , deídce[ haíla topar ene1 Codaíte, guardan Puntal £ la Albitana , ó Coda’ce dofe en codo ello lo inilino que no Fe pudiere poner en el litio de arriba fe diLc,cnci aplicar, y pro longarlaregladcfde el Puntal á la el Puntal la regla, en que fe ha de Albitana,y en cadaaplicacion de la aplicarlo que fe prolonga , fe po reglaque fe prolonga, fe contarán drá poner mascerca de la Popa , 6 los codosque huviere defdeelPun Proa , como fca en lo llano de ól Soler, no paflndo de los Redeles,y talal Codafle,y feguardaránápar fc harán dci dealli todas las opera— te: luego en el reícridopatron , def de donde fe cruzan la linea de la ciones, que arriba fcoi denaron,co Quilla, y la delPunral, fe pondrán mo ti cítuvicra la regla en el fto ¿ci u De losFabricadorés,yCatafates. 36 de ei Puntal , aísi en el aplicar, y de haverí tomado ellas medida; prolongar la regla, ha[a wpar e* en laforma referidatraerÁel dueflo el Albitana,¿ Codailej como etilo del Navio certilicacion, ¿ tcflitno dcms; pero harifedemedir los co mo, como fe deciar4en el capitulo dos que diftarcdelPunta, Popa, priniero deftas.ordenanças. *3 Sabidosloscodos que tie— óProa,c1 Litioen que fe pone ¡a re gla, para poncrenelpatron lamif— nc la manga,Puncal, Esloria, Qi— ma ditlanciacn lalinea de la Qi— lla,yPlandequalquier Navio que Ib, por fuscodos , defdc donde la fe hayade arquear, aísi de los que cruza ¡a del Puntal, ázia la miíma queda dicho, que fc fabricaren partcenquefeponclaPr.oa3 ó Po- ellos Reynos, comode los que vi pa, en el aiiímo patron paratirar, nieren de fuera de ellos, y fe fleta donde acabare latal diffancia, vna ren, ó rccivierená íueldÓ para fer— lineatefquadrafobrcladc la Qi vicio de nueítras Armadas, fc po ha, y dcídcellahazer lo rnifmo que drÁ practicar , y hazer la cuenta fc hizo deídela Uticade! Puncal,pa por vno de loscrcsmodos , y regla va hallarla porcion de la Qilla £ íiguicntc. Popa,yProa. Tambien fc pue den afiadirlos codos que montare Primer modo. lamifmadif}anciaálos que halla 14 1 ElNavioque feha de ren en cadaaplicacion, dcfdc el fi— arquear tuviere el Plan tio en qic fe pulo la regla, halla la Albitana, 6 Codaíle, y afsi fe po— igualÁ la mitad de la manga, co drobrarcnelpacron, como fi fc mo quiera que tenga la Esloria, y huviera pucílola reglaenci litio de Qilla, y Puntal , fc multiplicarÁn los codos que tiene la manga por el Puntal. a Aísimiímo fc advierte, los quecuvicrela mitad del Puntal, que la primeradif’canciaálitio dó— ólosdclamicad de la manga por de fe aplica la regla , que fe ha de todo el Puntal,que es todo vno, y prolongarPopa, y Proa, hade lo que de ello procediere fe ha do diílartantcscodosdeel Soler, que multiplicar por la mitad de la iii— pueda calarlela reglaj que fe pro madelaEslónia, yQgilla y fal-. longa, halla topar cnt1 Albitgna, 6 drÁlacavida del Buque en codos, Codaíte, tifl que embarace en lo que partidos porocho queda redu que fe levantan los delgados, dcfde cida á Toneles. 10511.edclcsáiaPopa,ó Proa, ylos 15- Pero fiendo el Plan ma demás Liriosde las otras aplicacio yor,ómenor,que la mitad de la nes, cjnantomas pudieren diEtarde manga, fe hará primevo la cuenta, ci primcro,y entre fi, ícgunla gran como ti fueran iguales,como fc di deza del Puntal , ferá mejor para xo en elcapitulo precedente, y loe— con ieguirk la medida de la Quilla gofefacarÁ la diferencia que tiene conlaprecifionquefe prcccodc: y ci Plan de la mitad de la manga, reí— LibroIX. Tit.iloXXVIII. tando lOS codos que tiene ci Plan de los quetuviere la mitad de la man ga, fi el Plan íure menor que ella, ó al contrario, fi fuere mayor: y la mitad de la tal diferencia le muiti’ pucará por la mitad de los codos de el Puntal,y lo que de ello refulcare fe mulcipliquepor la mitad de la Esloria, y Qjlla juntas, y lo que faliere fc ha de quitar del valor , 6 cabida del buque , wiegida como (1 tuviera el Plan igual á la mitad de lamanga, fi la mitad de la manga fueremayor que ci Plan:ófclcha deafiadir, fi fuere menor,y queda rá del valor del buque. 2erccromodo. Qalquier Navio, que tengaci Plá igual &la mitad de la manga, ora feama yor,ora menor, fe tomarán las tres quartas partes de la mága, y fc jun tarán con la mitad del Plan , y lo que cElofuere fc multiplicará por la mitad dciPuntal,ó la mitad dello por todo ej Puntal,y lo que rcíul— tare fc multiplique por la mitadde lafumade la Esloria , y Qjlla,y faidrá ci miímo valor, y cabidadcl buque en los modos paifados. ¡8 Hafe de advertir , que el Scgundomodo. valor que dá en el buque qualquie— ra delos tres modos dela reglade el i6 AL Navio’, qti tuviere arqueamiento , ajuifa con ci Na— ci Plan igualá la mi vio que cuvicrc la Cubierta en lo tad de lamanga, fe le hará la cuen mas ancho; pero en el que tuviere ta,como arriba fehizo ; pero fitu— lo mas ancho íubrc la Cubietra, fe, viere ti Plan mayor,6 menor que la le ha de quitar cresporcicncoal di mitad dela nJnnga,ícfacará fu di cho valor, por cada medio codo de ferencia, rrllarido el Plan de la mi— el que aísi la tuviere, y al quela tu taiiddamariga,óalcontrario,co.. viere lo mas ancho debaxo de la nio queda dicho, y la mitad de la Cubierta, fc le ha de aiadir co el tal diferenciafe quitará de los co valor de el arqueamiento tres por dos que tuviere la manga,íi fuere fu ciento por cada medio codo, y pa mitad mayor que ci Plan , d fe le ra ello fe ha de reconocer lo mas añadirá, fi fuere menor:y la man— ancho de la Nao,y del valor Ejdie ga,havicndofcle quitado, 6 ai’ia rda regla dci arqueamiento, ha dido ello , fc multiplicará por la viendolele aíiadido los tres por cia— mitaddelPuntal,yloque de ello to,ó haviendoíele quitado,fi fe bufalierefe multiplique pormitad de viere de hazer conforme £ lo que IafumadelaEsloria, yO,ill, y contienedile capitulo, fe quitarán ucdaráel valor, y cabida de el cinco por ciento, y á lo que queda— buque,q LICfe arquca. ¡cíe ha de aíadir veinte porciento por todo lo que hay entre Cubier— tas, y pór los Alcaçares, y quedará ci julio valor en codos 1quc fe deve de. 17 De losFabricadores,y Calafates. 37 decabidaal Navío que fe arquca, tales fitios, que diflen de ci Plan á que partidos por ocho, quciará re Popa, y Proa la n,ifma quarca pat— ducido á toneladas. tedela Esloria: y en el tomar to 19 Advierteíe,queel funda das eftas medidas fe guardará lo mentode la regla del arqueamien que fc ondcn6 en eltomar lasde la to prefupone, que ls fuper&cicsde manga, y Plan luego para ver fi el Plan, y de la manga, defde fus las dos lineas , que fe midieron en medios ázia Popa, y Proa, tengan laCubiertade elNavío que fear— diminucion conocida , y cierta, y quea, cojaterales£ lá manga • tiefegunella, teniendo la manga diez nen devida proporcion con ella, fo ykiscodos, hade haver vn codo de multiplicarán los codos de la mif diminucion en la linea que paífa ma manga por qu.inze, y lo que de por la quarta parte de laEsloria , y ello rcfukare fc partirá por diez y de la manga á Proa, donde fe fue— fcis , y fi falen co el quocienxe, 6 le ponerla amura, y dos codos en quarto numero , los codos que fc la tinta , que paifa por la mifma hallaron en.la linca que fe tnidi$ quarta parte de la Esloria , de la ázia Proa, tendrá con la manga la niangaá.Popa,dondeeftá la Qa proporcion que requlerc la regla dra: y aísimifmoen la quarta par del arqueamiento ; pero.fi en el tedelaEsloria, defde el medio de quarto numero falicren mas, 6 me la íuperHciedci Plan,ázia Proa , y nos codos que los que, tuvo la tal Fopa, donde fc ponen los Redeles, linea, fe guardarán á parte, y tam— ha de haver en cada vno de dimi bien fc mulciplicaLála manga por nucion la mitad del Plan, de manc— catorze, y lo que de elio procedie. ra,q fi fucrc el Plan ocho, ha de ha— reíc partirá pordiez yíeis:yli fa— ver quarro en cada Redel. Y para lieren en el quarto numero, los co— quec[’cadiminucionde las fupenii— dos quefe hallaron en la línea que ciesdelPlan,y mangas, fe guarde fe midió ázia Popa,efhrábien , y prqporcionalmcntc en todos los fi no íalicrcn fc notarán los zuc Vageles, 6 á lo menos en las qui— fueren mas , ó menos , y luego fe tro lineas,que fe han ícfialado, pa dividiran por ocho los codos de la raoviarlos fraudes que fe pueden mitad de la manga de el miímo intentarcontrala regladel arquea Navio , y por cada vna de eías miento, fc tomará en el buque, que oatias partes , qu faltare en ca fc arquca la medida de las dos Ii— da vno de los quacro numeros de neas,que paíIin por la u’iiperficie las dos reglasde tres , para igualar fuperior., ó inferior cquidiIantcs Lbs codos que fc hallaron en ca de la manga, y que.fe aparten de da viia de las dos lineas referidas, ella ázia Popa , y Proa la quarra feaF1adirá vno y medio por cien parte de la Esloria : y tambien fe to al valor que diere la regla del ar— medirán en el Soler las lineas que queawicnto en el buque, en que fc atravieíande babor á canibor por midieron, y por cadaotava parte G de Torno4 delas rniíinasen queexcedieronlos quatro nuneros,á los codos, ha. ¡lados en cada vna de las miímas doslineas,íe quitará vrio y medio por cicntode el valorque dá la re gla. zo El reconocer la propor don que tienen co el Plan las das lineas, que fe midieron con ci So ler, feráfacil , porque fi CCIel Na— vioenqueíeinidcn es cada vna la mitad del Plan , c(hrán bien; pe ro fi no lo fueren,fe dividirán por ocho los codos quetuviere el Plan, y por cada otava partedeílas, que faltare en cada vna de lasdos lineas referidas, para fer la mitad de el Plan, fc quiuridcl valor que dá la regladel arqueamiento, vno y vn cjuarto por ciento:y por cada oc— raya parcede lasmifmasque tuvie re cada vna de las dos lineas mas quelamitaddcclPlan, fc aiadirá vno y vn quarro por ciento al va 1orqu dá la regla. La qual dkha orden , y reglas mandamos, que fe obfcrven , y executen puntualmente por nucf— ¡ros Supcrintcndcnte de fabricas denucíllasArmadas, y Flotas, y por los Pro veedoies , y las demás perfonas £ cuyo cargo Lucremedir, y arquear los Naios , que fe re civiercu fueLlo , y fletaren para fcrvicio de las dkhas Armadas y Floras; y por dli orden fe comcci lasCuentas. ARTE PARA FABftICAR, FORTiFICAR, DE Y APAREJAR GVEF..RA. NAOS Y MERCHANTE; Con Is RegTs de Archcarlas:reduzidca toda Cu&a y Medida:yen grandevrilidadde Li Nacgacion. COMP’ESTO J’OR TROME r C.ANO C.4PJTA Ordiairio por ci Rey Nuifi ro Ser , ccnjodeGoerT4: Ntr1 dekr ¡fi41 deC4i4r1: y VeJno deSe)•iI1. DTRIG(DO A DON DIEGO BROCHT.RO ¿e An:va, Prior de HiberniEmbaxadcrde M31t1 del Crnrejo de Guerra de fu Mage(hd:Comenddnr de Yebene:tugr Tcnjonte del SS. Principe. Grin Prior dr S:n luan y a cuyo cargo eCli el deípacho da L Nacion 1gIand.1’a. C ON t y t i o: I7p7 effocnScu:lla,enCaja de L VTS AnOdej6xa. — A Don Diego Brochero de Anaya, prior de Hibernia, Embaxador de Malta, del Consejo de guerra de Su mages tad, Comendador de Yébenes, Lugar Theniente del Serení si’’ o Príncipe Gran Prior de San juan y a cuyo cargo está el despacho de la nación irlandesa. LAS DOS PIEDRAS CON NAVES EN RELIEVE DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA Laureano CARBONELL RELAT Introducción Todo visitante que llega a Pisa por primera vez empieza el recorrido de la ciudad porlapiazza delDuomo o Campo deiMiracoli, donde se encuentran la catedral, el baptisterio y la famosísima torre inclinada. Una vez allí, es pro bable tenga ocasión de escuchar, de boca de algún erudito próximo, que el proyecto de la catedral es del año 1063y su autor fue Buscheto. Por fortuna, la construcción se hizo con notable rapidez, a pesar de lo que normalmente suele ocurrir en la mayoría de obras similares, y quedó completada a fines del siglo XII. La torre, en cambio, la proyectó Bonanno Pisano, aunque hoy día se atribuye a Diotisalvi. La erección empezó en 1173y una vez hecho el conjunto de arcos del tercer piso, la progresiva inclinación que iba adqui riendo el conjunto provocó la paralización de las obras. Esto sucedía el año 1233. Posteriormente, en 1275,Giovanni di Simone las reanudó de nuevoyla torre, con el añadido de los tres últimos pisos de arquería y el cuerpo con que culmina, quedó terminada en 1350. Sin embargo, muchos visitantes, mientras contemplan con entusiasmo la belleza de cada uno de los monumentos citados, no se aperciben de la exis tencia de dos elementos realmente singulares. Me refiero a las dos piedras con relieves de tema naval que despiertan el interés de todos los amantes de la mary de los barcos. Desde el punto de vista artístico la composición de am bos relieves es idéntica. Los detalles, en cambio, son muy distintos. Ambos coinciden en la existencia de un faro en el centro de la representación y de dos naves prácticamente iguales una a cada lado del mismo. Sin embargo, tanto el faro como las naves difieren de una obra a otra. El emplazamiento de las dos piedras aludidas es el que refleja la ilustra ción n.° 1. Según puede apreciarse, la primera de ellas se encuentra en el lado derecho de la catedral, mirando desde la entrada principal, y hace de marco o montante vertical de una hornacina o ventana ciega, situada en el atrio, cer ca de la puerta existente en aquella parte. Se trata de una piedra de 2,19 me tros de largo por 0,77 de ancho y tiene la particularidad de que la escena (fig. n.° 2 y 3) presenta un giro de noventa grados respecto a la realidad. Es decir, la superficie del mar es vertical y, por consiguiente, las naves aparecen nave gando rumbo al cielo. La segunda piedra tiene 1,75metros de largo por 0,45 de ancho y está colo cada en el lienzo de muro comprendido entre las dos columnas situadas in Año 1989 LAUREANO CARBONELLREIAT mediatamente a la derecha de la puerta de acceso a la torre inclinada, a una distancia intermedia entre el límite superior de dicha puerta y el suelo del primer piso. En otras palabras, se halla justo encima de la tercera hilada de piedras más oscuras que contornea la torre, contada a partir del suelo. En es ta ocasión, la imagen aparece en posición normal, o sea, con el mar horizon tal (fig. 4). La existencia de las dos piedras citadas era conocida ya de antiguo. El in signe erudito Agustín Jal, cuando visitó Pisa en octubre de 1834,tuvo la opor tunidad de contemplarlas y unos años más tarde reprodujo la citada en últi mo lugar, aunque con notables diferencias respecto al original (1). Sorpren dentemente no hizo ninguna alusión a la otra piedra. Problemática de las dos piedras con relieve de tema naval No hay ninguna razón aparente que justifique la existencia de los relie ves con naves de la catedral y la torre de Pisa ni datos precisos que permitan conocer lo que significan o pretenden simbolizar. Así, pues, no es extraño que a lo largo del tiempo hayan aparecido algunas teorías que pretenden ex plicar tales escenas, en un intento de llegar a una interpretación aceptable. De hecho, en lo relativo a cronología, la diversidad de opiniones se refiere tanto a las piedras como a las naves. Respecto a la cronología existen dos tendencias. La primera asocia los re lieves a la era romana, en tanto que la otra los considera contemporáneos a la época de construcción de los monumentos donde se encuentran. Aquélla, basándose en un artículo de S. Guyer (2),la sustentó primeramente R. H. Do lley (3) en virtud del parecido (?)entre las naves de la torre con la corbita exis tente en el llamado relieve del Príncipe Torlonia, del siglo II, encontrado en Ostia y la escasa similitud con las representadas en los mosaicos de Ravena del siglo XIII. Inexplicablemente, comete el error de ilustrar el artículo con una representación del relieve de la catedral. Poco después, George M. Cunha (4)descubre la equivocación de fotogra fía cometida por el anterior y recuerda que la catedral se construyó para con memorar una victoria naval pisana cerca de Palermo. A continuación añade que una buena parte de la ornamentación de la obra se hizo con elementos procedentes del saqueo de monumentos antiguos, llegando a la conclusión (1) Jal, A.: ÁrchéologieNavale, París, 1840,tomo II pág. 371. (2) Guyer, S.: Der Dom von Pisa und das Rábel seiner Entstehung, publicado en el Mün chener Jahrbuch der bildenden Kunst. N. F., vol. IX (1932) págs. 351 a 376. (3) Dolley, R. H., en Mariner’s Mirror vol. 38, pág. 143,donde alude a la ilustración de la obra del Almirante Rodgers, W. L.: Naval Warfare underDars, 4th to l6rh Centuries,United Sta tes Naval Institute, Annapolis, Maryland, 1967,pág. 113,con el pie: Navesde/a torre inclinada de Pisa. Fecha, hacia el ¡200 d. de C. (4) Cunha, G. M., en Mariner’s Mirror vol. 38 pág. 324. 72 24 LA DOS PIEDRASCON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORREINCLINADA DE PISA de que el relieve de la catedral procede del desmantelamiento de alguno de época romana. La citada teoría se sustenta en unos argumentos muy sólidos y fáciles de comprobar. Según se recuerda perfectamente aún hoy en Pisa, las columnas que separan la nave central de las laterales de la catedral proceden del sa queo de un templo de la isla de Sicilia. Además, muchas piedras de los muros de la misma catedral visibles desde el exterior muestran perfectamente la existencia de restos de inscripciones antiguas. Esto confirma que la cons trucción se hizo aprovechando elementos procedentes de obras anterio res. Para completare! panorama, George M. Cunha opina que el relieve de la torre es una imitación de! existente en la catedra!, con la consiguiente moder nización de las naves romanas hasta adaptar!as a las formas propias de la Edad Media. G. B. Rubin de Cervin, en un excelente artículo (5), a!ude !os publicados por !os dos autores precedentes y aporta la información proporcionada por la Soprintendenza diMonumenti e GallerieperleProvinciedi Pisa.Livorno Lucca e Massa Carrara. Según esta institución, ambas piedras, juntamente con las restantes empleadas en !a obra, exceptuando !as columnas antes apuntadas, proceden de !as canteras existentes en las montañas de San Giu!iano, situa das a poca distancia de!a ciudad del Amo. Además, asocia e! relieve de!a ca tedral con el de! Príncipe Torlonia, remarcando e! parecido de las naves con las romanas. Destaca también la coincidencia de! faro, compuesto por una planta y tres pisos, con la cita del poeta galo Claudius Rutiius Namatianus, quien visitó la ciudad e! año 416 d. C. y dejó escrito (8): Inde Triturritam petimus; sic villa vocantur. Pisano Porto contigit alta sequi. Según observa G. B. Rubin de Cervin, e! faro de la piedra de la catedral di fiere del otro en un detalle muy característico y revelador. Se trata del arco apuntado de la puerta, que constituye un elemento importado por los cruza dos de Levante y cuya difusión inicial en Italia la realizó el mismo Buscheto que proyectó la catedral de Pisa. El faro de la piedra de latorre, en cambio, es de formas más clásicas y G. B. Rubin de Cervin supone se trata del erigido en los bajos de Meloria el año 1157,manteniendo las mismas líneas de otro an terior o también del situado en la TorreMagnale, construida a la entrada de Porto Pisano en 1163. Por otro lado, influenciado indudablemente por la ilustración deja!, Rubm de Cervin destaca las medias lunas que rematan los bañotes de popa del relieve de las naves de la torre, cuando en realidad se trata de esferas, como tendremos ocasión de comentar en otro lugar (.1), para asociar la escena a (5) Rubín de Cervin, G. B., en Mariners Mirror vol. 40, pág. 183. Año 1989 LAUREANO CARBONELLRELAT algún enfrentamiento de la flota pisana con los musulmanes, el más impor tante de los cuales tuvo lugar durante la expedición a Mallorca de 115 (6). Finalmente, R. L. Bowen,jr. (7),considera que el relieve de la catedral fue esculpido una vez la piedra estuvo colocada en su sitio, pues observa que la decoración del capitel que se apoya en ella aparece rebajada, en compara ción con la del otro lado. Además, muestra su convencimiento de que, por ra zón del arco apuntado de la puerta del faro, es imposible confundir las naves con las de época romana. En lo relativo al relieve de la torre R. L. Bowen deduce que fue ejecutado a propósito para la construcción, basándose en que la superficie del fondo se encuentra al mismo nivel y presenta idéntica curvatura que los bloques ad yacentes. Cita seguidamente la existencia de otro relieve, situado más abajo, así como de un segundo simétrico a éste en el lienzo de pared del otro lado de la puerta de acceso a la torre, ambos decorados con animales mitológicos, y de una inscripción, con la fecha 1174,grabada debajo del primero. Por la po sición del relieve de las naves y teniendo en cuenta que las obras no se parali zaron hasta 1233,una vez completada la arcada del tercer piso, Bowen dedu ce que la cronología del relieve debe ser muy similar a la fecha citada en pri mer lugar. A continuación procede a comparar las naves con otras del siglo XIII, como son las que ilustran las Cantigas de Alfonso X el Sabio y los mo saicos de Ravena (fig. 4 bis). Hasta aquí hemos reflejado sucintamente cuanto se ha dicho sobre las piedras que nos ocupan. Hagamos ahora un breve estudio de los detalles que aparecen en el relieve de las piedras, comentando seguidamente aquellas que guarden un cierto parecido con ellas, antes de establecer ninguna conclusión. Composición artística Se ha señalado ya que la composición de los dos relieves de naves de la catedral y torre de Pisa sigue un esquema muy frecuente entre los romanos. Por esta razón- empecemos presentando a continuación una muestra de al gunas obras artísticas romanas donde aparecen faros y naves, juntos o sepa radamente, para comprobar losfundamentos de tal afirmación. (6) La descripción aparece en el manuscrito LiberMaiolichinus De GestisPisanorumillus tribus, publicado por Ed. Senato, de Roma, en 1904. (7) Bowen, jr., R. L., en Marinery Mirror vol. 42 (1956), pág. 79 y siguientes. (8) 74 Claudius Rutilius Namatianus: De Reditu Suo, Lib. 1, II. Vs. 527, 11. 24 LA DOS PIEDRASCON NA VES DE L4 CATEDRAL Y TORRE INCLINADADE PISA A. FAROS Y NAVES A.1. Antigüedad a) Sarcófago de Ny Carlsberg procedente de Ostia Entre su decoración figura una escena en cuyo centro aparecen tres naves navegando, vistas de costado, entre una torre y un faro, situados en los extre mos izquierdo y derecho, respectivamente. Puede tratarse de una flotilla que sale del puerto de Alejandría. Está fechado en el siglo III d. de C. (9). b) Mosaico de Ostia Junto a la inscripción navi narbonensisaparece una nave, vista de costa do, navegando en dirección a un faro, situado a la derecha. Es del siglo III d. de C. (10). c) Nave mercante a la entrada de un puerto La escena representa la popa de una nave, con el característico remate del codaste en forma de cuello y cabeza de cisne y, a la izquierda, la torre de un faro. Probablemente se trate del puerto de Ostia. Es del siglo III d. de C. (11). d) Relieve del Príncipe Torlonia Consiste en una escena muy recargada en la que, entre otros muchos ele mentos, aparecen dos naves, una descargando un cargamento de ánforas de vino, mientras una segunda, más grande, está entrando en puerto. Entre am bas se encuentra el dios Neptunoyalgo más arriba la estatua deunpersonaie (9) La ilustración figura, entre otras obras, en las siguientes: Casson, L.: Ships and Sea manship in iheancieni World,Princeton University Press, Princeton, New Jersey, 3., 1973,figu ra n.° 147. Caddeo, R.: Storia Marirtima dell’Italia,Garzanti, Milán, 1942, tomo 1, pág. 223. (10) La ilustración puede contemplarse en: Thuhron, C.: Ancient Mariners, Time-Life Books, Amsterdam, 1981,pág. 159.Otro faro del mismo mosaico aparece en la obra de Cad deo, R.: op. cit., tomo!, pág. 59. En esta ocasión guarda un gran parecido con la reconstrucción ideal del puerto de Ostia dibujada por Canina en 1581,que publica Cartier, R. en LAventure de la Marine, Larousse París-Match, París, 1973, pág. 37. Indudablemente debió inspirarse en aquel. (11) La ilustración puede verse en Casson, L.: op. cit., figura 154y Caddeo, R.: op. cit., to mo 1, pág. 73. Año 1989 LAUREANO CARBONELL RELAT con una corona de laurel en la mano. A la izquierda de éste y oculto en parte por la vela de la nave, aparece un faro monumental, que se distingue por el fuego encendido en el terrado (12). e) Naves de cabotaje a la entrada del puerto de Roma Esta es la única representación cuya composición es idéntica a la de los relieves de la torre y catedral de Pisa. En el centro del relieve hay un faro y a cada lado de éste una nave vista de costado y dándole la popa. Es de destacar la cubertada de ánforas de ambas naves. Se trata del puerto de Roma y está fechado en el siglo III d. de C. (fig. 5) (13). O Medalla de Sexto Pompeyo Representa el faro de Mesina, probablemente el más antiguo de Italia. Sobre él hay una estatua de Neptuno. Al pie del faro se aprecia una nave cu yas insignias son un águila y un tridente. La medalla es del siglo 1 a. de C. (14). g) Moneda del emperador Cómodo (180-192 d. de C.) Aparece un faro y, a la derecha, una nave navegando hacia él (15). h) Medalla del emperador Cómodo (180-192 d. de C.) Representa el puerto de Ostia, con varias naves mercantes, a la izquier da, y un faro, a la derecha (16). A.2. Edad Media a) Miniatura de un Breviario, de la segunda mitad del siglo XIII En ella aparecen dos embarcaciones vistas de costado, navegando hacia un faro que ocupa el centro de la escena (17). (12) La ilustración puede verse, entre otras obras, en las siguientes: Moil, F.: Das Schjffin der bildenden Kunst, Bonn, 1929,lámina 6-19,figura 92.EnciclopediaGeneral delMar, Ed. Garri ga, Barcelona, 1968,2., tomo V, pág. 975.Caddeo, R.: op. cit., tomo 1,pág. 213 yCasson, L.: op. cit., figura 144. (13) Está ilústrado en Casson, L.: op. cit., figura 148. (14) La representación puede verse en Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, pág. 27. (15) Ilustrada en Caddeo, R.: op. cit., pág. 227. (16) La ilustración puede observarse en: La Rorie, G. et Vivielle, J.: Naviresel Manas de la Rame a IHelice, Editions Duchartre et van Buggenhoudt, París, 1930, tomo 1, pág. 67. (17) Ilustrado en Moli, F.: op. cit., lámina 6-19, figura k-23. 76 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA b) Mosaico de la catedral de San Marcos, de Venecia, del siglo XII Muestra una embarcación menor de vela latina navegando hacia un fa ro que se encuentra a la derecha de la escena (18). c) Mosaico de la catedral de San Marcos, de Venecia, del siglo XIV Muestra una nave vista de costado, alejándose de un faro situado junto a su misma popa (19). B. FAROS SOLOS B.1. De época romana a) Moneda de Antonio Pío (86-161 d. de C.) Aparece el faro de la isla Pharos, en Alejandría, construido entre los años 299y279 a. de C., y cuyos restos son visibles aún hoy en los cimientos del actual fuerte Kaidbey (20). b) Moneda del emperador Marco Aurelio Antonio (121-180 d. de C.) Representa un faro sobre un islote rocoso (21). c) Gema con faro Representa un grupo de edificios, entre los cuales destaca un faro coro nado por una estatua. Al pie se aprecia una persona que da la impresión de estar pescando con caña (22). d) Reconstrucciones ideales d-l) Faro de Gessoriacum (Boulogne-sur-Mer), construido por Calí gula el 41 d. de C. (23). (18) Lo ilustra Moli, F.: op. cit., lámina B-X e, figura 128. (19) Está ilustrado en Moli, F.: op. cit, lámina B-X e, figura 145. (20) Una ilustración puede verse en: Bass, G. F. :A History of Seafaringbasedon Underwater Archaeology,Tha mes and Hudson, Londres, 1972,pág. 102.Una representación artística del ci tado faro aparece en: Thubron, C., op. cit, pág. 92-93. Aunque no hace realmente al casó, creo interesante señalar la existencia de una representación contemporánea del puerto de Alejan dría en la lámpara romana ilustrada en Báss, G. F. op. cit., pág. 102. (21) La ilustración aparece en: Caddeo, R.: op. cit, tomo 1, pág. 217. (22) La ilustración puede cóntemplarse en: Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, pág. 217. (23) Véase la ilustración en la lámina de Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, frontispicio. Año 1989 LAUREANOCARBONELL RELAT d-2) Faro romano de Dubrae (Dover), del siglo II d. de C. (24). d-3) Faro, muralla y torres de defensa de Forum Julii (Fréjus), el puerto de la Galia utilizado como base naval de la classiso flota romana a su regreso de la victoria de Actium (31 a. de C.) (25). d-4) No debemos olvidar la Torre de Hércules, el faro de La Coru ña, de origen romano. B.2. De la Edad Media a) Puertoyfaro de Ostia, según aparecen representados en el portulano Peutingeriano (26). b) PortoPisano, rodeado de murallas y torres, alguna de las cuales se utili zaría como faro (27). Es curioso destacar que el emplazamiento del puerto de Pisa en sí es aún hoy día objeto de especulación. Una posible solución la muestra R. Ca ddeo (28). C. NAVES En lo que antecede, la relativamente escasa cantidad de representacio nes de faros existente, tanto de la antigtledad como de la edad media, nos ha permitido dar una visión general de los más característicos. Ahora, en cam bio, la cuestión es muy distinta. El reunir aquí una muestra, por reducida que sea, de los principales tipos de naves de los períodos antes aludidos se sale obviamente de los límites de este trabajo. Por esta razón nos limitare mos, en lo que sigue, a ofrecer una panorámica y un comentario de las que muestran algún parecido con las que nos interesan. Antes de empezar, sin embargo, haremos un breve análisis de los dos tipos que aparecen en los dos relieves objeto de este estudio. D. LAS NAVES DEL RELIEVE DE LA TORRE DE PISA Se trata de dos naves de alto bordo que, a pesar de las ligerísimas diferen cias de detalle existentes entre sí, se pueden considerar prácticamente idén ticas. Tales diferencias se deben a la mano del artista y se reducen a un nú (24) Está ilustrado en Caddeo, R.: op. cit., tomo 1.pág. 161.Una fotografía de los restos del faro original la publica Bass, G. F., op. cit., pág. 132. (25) La ilustración puede verse en Cacldeo, R.: op. cit., tomo 1, pág. 25. (26) Véase en Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, pág. 81. (27) Está ilustrado en Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, pág. 487. (28) Véase Caddeo, R.: op. cit., tomo 1, ilustración de la pág. 291. 78 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADADE PISA mero desigual de aberturas en los respectivos castillos. Ambas naves nave gan proa al faro, lo que nos da la oportunidad de ver un costado distinto de cada una. En lo concerniente al casco destacan las líneas dispuestas a lo lar go de él y que por su aspecto podemos asociar a cintones, es decir, a tablas del forro de un grueso superior a las contiguas y destinadas a reforzar longi tudinalmente la estructura. Una de tales cintas, al proyectarse a proa de la roda, parece significar que la abraza o rodea, y constituye un detalle real mente singular. Otro elemento a mencionar son los castillos. El de proa es, en este caso, completamente volante y descansa, por lo que se ve, en la regala y la cabeza de la roda. En el hueco de debajo se observan perfectamente tres bitas, usadas sin duda para amarrar la gúmena del anda. El castillo de popa, en cambio, consta de dos cubiertas, dispuestas del modo que Jal (29) de signa por vannum super vannum, las cuales protegen por arriba los espacios destinados a alojamiento de los pasajeros. Finalmente, debemos mencionar la existencia de dos timones, uno en cada aleta, de acuerdo con la disposi ción típicamente mediterránea y cuyos origenes se remontan a la antigile dad. Se trata de los timones llamados latinos o de caja y que, a pesar de la in troducción del denominado a la navaresca o de crujía (30), siguieron en uso en el Mare Nostrum hasta bien entrado el siglo XV. En lo relativo al casco, lo más destacado son, sin duda, las formas. Aun que Jal las interpretó muy mal (31), serán la base de nuestro estudio (fig. 6). Otro elemento a comentar es el aparejo. De acuerdo con la representa ción vemos que consta de dos palos, el trinquete o de proa, con mucha caída y el mayor, en candela. Ambos llevan gavia o cofa, que constituía un exce lente reducto para estacionar gente armada en caso de combate. Por todos los indicios es concebible que el aparejo sea latino, es decir, que gaste velas triangulares. A este tipo pertenece la de proa, según se puede apreciar, por cuanto aparece portando, es decir, en viento, ylo confirma la inclinación de la entena, propia de las de ese tipo. La mayor, en cambio, va aferrada y por esta razón el único indicio nos lo proporciona la disposición e inclinación (29) (30) Jal, A., op. cit., tomo II, pág. 371. Véase sobre este particular mi artículo “La Coca. Nave del Medioevo”, en Revista de Historia Naval, n.° 15, 1986, pág. 45 y siguientes. (31) Eldihujo publicado por éste (véase nota 1),pasó, sin la menor corrección a Caddeo, R.: op. ch., tomo!, pág. 287 y también a la Histoire de la Marine, Editions de l’Illustration. París, 1959, tomo 1,pág. 78. Entre sus numerosos defectos cabe mencionar: a) el codaste no presenta la inflexión que él le da, sino una curva revirada y continua; h) algo similar sucede con la roda. cuya parte superior, además, dibuja inexplicablemente como un elemento desligado de aque lla pieza estructural y por lo tanto si el menor sentido; c) por razón de lo dicho en b) la proa de la nave de Jal es completamente distinta del original; d) lós dos elementos triangula res rema tados por las correspondientes medias lunas que aparecen sobre el castillo de popa son un evi dente error de interpretación. De acuerdo con el dibujo de Jal es imposible asignarles ninguna función, cuando en realidad se trata de un elemento muy característico de la época. De hecho ese elemento triangular es simplemente la terminación engallada del extremo de popa de la amurada y en forma de sendos hañotes que rematan con una bola o galleta en cada cabeza. Alto 1989 L4UREANO CARBONELL REIAT Figura 6 Dibujo de las naves de la torre de Pisa según J. H. Pryor, en Mariner’sMirror, vol. 70, pág. 171 (arriba); B. Landstrm (abajo, izquierda) y A. Jal (abajo, derecha). de dicha entena. Se distinguen también los paños de las velas, así como la presencia de alguna jarcia firme y de labor, pero no vamos a entrar en estos detalles. Veamos seguidamente algunas representaciones iconográficas de naves similares a las del relieve de la torre de Pisa. La selección se ha hecho, en al gunos casos, por la coincidencia de algún detalle particular, sin tener dema siado en cuenta el parecido del conjunto. D. 1. Naves de la antigüedad a) Naves del relieve del Príncipe Torlonia (32) Puesto que varios estudiosos del relieve de la torre de Pisa se han apoya do en el del epígrafe, justo es dedicarle aquí unas palabras. A mi modo de ver, las naves del relieve del Príncipe Torlonia no consti tuyen ninguna referencia aceptable, por cuanto el parecido con las de la to rre de Pisa es ínfimo. La curvatura del contorno de la proa es muy distinta y (32) 80 Véase la nota (12). Núm. 24 LA DOS PIEDRASCON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA el conjunto formado por el cuello y la cabeza de cisne, que remotamente po dría asociarse a la figura reculada de la cabeza de la roda, no es aceptable hacerlo, puesto que va en la popa, o sea en la extremidad opuesta. Por el con trario, e] remate de la proa es ostensiblemente plano e inclinado hacia proa. El redondeo de la popa también es distinto, pues la decoración no llega a ocultarlo. De todos modos, debemos recordar la existencia de la nave del se pulcro de Sidón (33), cuyo codaste es redondeado, como en el relieve de la torre de Pisa que nos ocupa. Las coincidencias en la arboladura, compuesta de dos palos, los dos li mones y las cintas del casco, no son, a mi entender, razones suficientes para admitir la semejanza entre las naves del relieve de la torre de Pisa y las del Príncipe Torlonia. b) La corbita y otras naves del mosaico de Althiburus (siglo III o W d. de C.) En mi opinión, el único detalle válido para establecer la afinidad de las naves del epígrafe con las del relieve de la torre de Pisa es la curvatura de la roda y del codaste. El extremo superior de la roda, pese a que lo llevan recu lado, no es aceptable ni admite confusiones. En el caso de la nave de la torre de Pisa se trata de una inclinación muy ostensible de la roda hacia dentro, en tanto que en la corbitay demás naves romanas similares o asociables cro nológicamente a ésta, el elemento en cuestión es una simple voluta decorati va, muy parecida a la usada incluso hasta el siglo pasado en algunos buques o embarcaciones en sustitución del típico mascarón (34) (figura 7). D.2. Naves de la Edad Media a) Naves del Lapidario de Alfonso X el Sabio En este famoso manuscrito del año 1276,que se conserva en el monaste rio de El Escorial, aparecen una veintena de naves, muy parecidas y pertene cientes a un mismo tipo, si mal no recuerdo, pues cito de memoria (35). (33) La nave del sarcófago de Sidón, del siglo 1 a. de C., es muy conocida y su ilustración figura en múltiples obras. A modo de ejemplo cito las siguientes: Moli, F., op. cit., lámina G-19, ilustración 95. Casson, L., op. cit., figura 156.EnciclopediaGeneraldelMar. op. cit., tomo II, pág. 263. En esta misma obra figura, además (tomo VI, pág. 259) una fotografia del modelo hecho por el Dr. J. Sottas inspirándose en aquella. El Mar, de Salvat, S. A. de Ediciones, Pamplona, 1980, tomo X, pág. 117. (34) Véanse, por ejemplo, las ilustraciones A y B publicadas por Horneil, J. en Water Transport. Origins and early Evolution, David & Charles, Newton Ahbot, 1970, lámina XLV. (35) Las naves pueden verse en el magnífico facsímil editado por Edilán. Alguna o varias de ellas aparecen reproducidas, entre otras, en las obras siguientes: Mariner’sMirror, vol. 70, pág. 173,figura E Enciclopedia Generaldel Mar, op. cit., tomo V.pág. 290.Artiñano y de Galdá cano, G. de:Arquitectura navalespañola en madera,Oliva de Vilanova imp., Barcelona, 1920,lá minas XII y XIII. Año 1989 LAUREANO CARBONELL REIAT a o (U a. ¼. 4- --•“rt II o lA o ) E 1 i,J - 1 1 w ‘.- ,.)i2I . ‘.. cL O Ui ¼. > ‘.. IIIc íJAYJ >< ‘o •- Ui uJ a 1 •1 Ui -j a o 1 Figura 7 Naves del mosaico de Althiburus, del siglo 11101V d. de C., según L. Casson: Ships and seamanship in the ancient World. 82 Núm. 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLiNADA DE PISA En este caso, la semejanza se concreta en el contorno de la proa y de la popa, cuya curvatura es muy similar a la de las naves de la torre de Pisa. En cambio, la disposición del aparejo y del toldo en forma de sombrilla, que oculta el coronamiento de la popa, así como la ausencia de castillos, le dan un aspecto algo distinto. Concretamente es de señalar que la continuidad de la amurada en la parte de proa oculta el extremo superior de la roda, que por intuición es posible suponer de forma muy similar al de las naves de la torre. b) Naves de las Cantigas del Rey Alfonso X, del año 1280 Cuanto he dicho con respecto a las naves del Lapidario en el apartado anterior es aplicable a este caso (36). c) Nave de De Arte Venandi, del siglo XIII Aunque obviamente se trata de una embarcación menor es de destacar la coincidencia de la curvatura de la proa y de la proa, así como la recurva de la parte superior de la roda, con la que se observa en las naves de la torre de Pisa (37). d) Nave de los Annales Januenses Se trata indudablemente de la que guarda ms parecido con las repre sentadas en la torre de Pisa. Es de lamentar, sin embargo. la pérdida de la parte del dibujo correspondiente al mismo extremo de la proa, aunque ello no impide que los diversos estudiosos del tema coincidan en sus interpreta ciones (38). Como dato de interés es conveniente señalar que estos Anales se conservan en la Biblioteca Nacional de Paris y la ilustración es del período comprendido entre 1154y 1235 (figura 8). (36) Además de la magnífica edición facsímil de Edilán, el conjunto de miniaturas puede contemplarse en la obra siguiente: Guerrero Lovillo, J.: Las Cantigas. Estudio Arqueológico de sus Miniaturas. Instituto Diego Velázquez, C.S.I.C., Madrid, 1949.La que nos interesa concre tamente es la nave representada en la lámina 38. También reproduce las miniaturas, en este caso las de tema marítimo exclusivamente, la obra de Artiñano y de Galdácano, G. de, op. cit., láminas V a XI. (37) La ilustración figura en las obras siguientes: Heínsius, P.: Das Schiff der hansischen Frühzeit, Bñhlau Verlag, Colonia y Viena, 1986,pág. 36, fig. 6. Landstrñm B.: El Buque. Edito rial Juventud, Barcelona, 2., 1973, pág. 86, fig. 226. (38) La ilustración puede verse en las obras siguientes: MoIl, F.: op. cit., lámina G-l6, figura m-17. Heinsius, P.: op. cit., pág. 36, fig. 7.MarinersMirror, vol. 70, pág. 171,fig. L. Lands tróm, B.: op. cit., pág. 87, fig. 229.Como comentario cabe señalar que la figura representada en la obra de MolI es la más fidedigna. En ella se aprecia perfectamenteel extremo revirado de la Año 1989 LAUREANO CARBONELL RELAT - Figura 8 Nave de los Annales Januenses, del siglo XII o XIII, según P. Heinsius (arriba); J. H. Pryor (abajo, izquierda); y B. Landstrm (abajo, derecha). Al pie, nave del mosaico de la catedral de San Marcos, de Venecia, del siglo XIII, según J. H. Pryor. Ambas naves son unas de las pocas contemporáneas que muestran la extremi dad de la roda curvada hacia dentro, como sucede en las del relieve de la torre de Pisa. 84 Núm. 24 LA DOS PIEDRAS CON NAVES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA e) Nave de un mosaico de la catedral de San Marcos, de Venecia, del si glo XIII La coincidencia de la curvatura de la proa yla popa, así como la recurva de la extremidad superior de la roda, con la nave de la torre de Pisa es muy aceptable, prescindiendo de la arboladura y de otros detalles (39) (figura 8). E. NAVES DEL RELIEVE DE LA CATEDRAL DE PISA En este caso las dos naves son también prácticamente iguales entre sí, con la particularidad de ser casi anfidromas, es decir, de dos proas o, lo que es lo mismo, de proa y popa similares. El casco es de formas muy sencillas y destaca la acusada prominencia de la roda y codaste, que se elevan conside rablemente por encima de la regala. Al contrario de lo que sucede en el relie ve de la torre, ambas naves muestran únicamente el costado de estribor. Esto tiene el inconveniente de que no sabemos si llevan un timón en cada aleta o sólo el mencionado, lo que aclararía si se trata de naves de tradición latina o del mar del Norte. De todos modos hay un detalle que puede deshacer esta supuesta ambigiiedad. Las naves nórdicas se representan siempre con todo el timón por fuera del costado, mientras que en las primeras la madre suele penetrar en el interior del casco a través de una limera o pende de una es tructura dispuesta en el costado y situada en una especie de balconcillo construido en la misma aleta con ese objeto, algo por debajo de la regala, co mo sucede en las naves que nos ocupan. Dicho balconcillo tiene la particu laridad, común en estos casos, de ir protegido exteriormente por un forro de tablas, que apenas se distingue del costado, aunque se aprecia por la existen cia de una línea vertical situada algo a popa del timón, en las tracas más al tas del forro, a partir de aquella en que la madre del timón queda oculta. Al igual que las naves del relieve de latorre, el aparejo de las que nos ocu pan es de dos palos, con notable caída en el de proa y vertical o en candela el mayor. Ambas naves llevan las velas en viento, mostrando claramente los paños respectivos. La horizontalidad de las vergas parece indicar que se tra ta de velas cuadras o redondas, aunque esta interpretación ofrece bastantes roda, así como un elemento aparentemente embarrotado y que, por asociación con el que apa rece en la parte superior de la popa, es lícito suponer se trate del castillo de proa. En tal caso la proa sería idéntica a la de la nave de la torre de Pisa. La figura de Heinsius es una reproducción de la anterior. La ilustración de Landstrm es aceptable, aunque refleja una cierta confusión en la interpretación del castillo de proa, que re presenta con un sombreado muy inexpresivo y totalmente incomprensible. De todos modos resuelve ese detalle perfectamente bien en las representaciones artísticas de la misma nave, fi guras 228 y 231.La del Mariners Mirror es muy clara por su perfecta estilización, aunque se en cuentra a faltar la inclusión del castillo de proa. (39) Ilustrada en Moli, F.: op. cit., lámina B-X e, fig. 139. Año 1989 LAUREANO CARBONELL RELAT dudas, en buena parte debidas a la escasa calidad de las ilustraciones dispo nibles. La apariencia de la parte inferior de la vela mayor terminada en un solo puño, que lleva a pensar en una latina, puede ser engañosa, pues esta solución artística es bastante común en la representación de las velas cua dras en la Edad Media. Por otro lado, las naves del relieve de la catedral presentan un grave pro blema. Por razón y a pesar de su manifiesta sencillez es prácticamente im posible encontrar alguna representación de naves del Mediterráneo que muestren un parecido convincente con ellas. Y esto, aunque parezca raro, es aplicable tanto a la antigtiedad como a la Edad Media. Por esta razón, al se leccionar los ejemplos nos hemos visto obligados a prescindir de muchos detalles, como son el aparejo, la existencia de castillos o las diversas formas de instalación del timón en la aleta y a las cuales nos hemos referido ante riormente. En lo concerniente a los castillos es de señalar que, a principios de este milenio en que vivimos, no eran fijos, sino que empezaron armándo se provisionalmente cuando las circunstancias lo exigían. Por esta razón la existencia o no de un castillo de esas características no puede, en ningún ca so, constituir una prueba definitiva. E. 1. Naves de los primeros siglos de nuestra era a) Naves de cabotaje romanas del siglo III d. de C. Son las mismas aludidas anteriormente (13), aunque sólo la de la iz quierda presenta un parecido aceptable, en lo relativo a la curvatura de la roda y del codaste. b) Nave de vela del 200 d. de C. (40) Es de dos palos y el parecido de los extremos de proa y popa con las na ves del relieve de la catedral de Pisa es bastante aceptable. c) Nave de la estela funeraria de Kalleinikos, del siglo III d. de C. (41) Si prescindimos de que lleva un solo palo y de la existencia de una toldi lla, según se desprende de la mayor altura del costado en el tercio de popa, todo lo demás es francamente parecido a las naves del relieve que nos ocupa (figura 9). (40) Ver Casson, L.: op. cit., figura 142. (41) Ver Casson, L.: op. cit., figura 143.Un esquema muy claro de esta misma nave apare ce en Basch, L.: LeMuséelmaginaire de laMarineAntique, Institut Hellénique pour la Préserva tion de la Tradition Nautique, Atenas, 1987, pág. 481, figura 1.088. 86 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA Figura 9 Nave de la estela funeraria de Kalleinikos, del siglo III, según L. Basch (arriba). Nave de un manuscrito griego del año 886, según la Enciclopedia General del Mar (abajo). E.2. Naves de la Edad Media Aunque parezca un contrasentido, las representaciones de naves que más se asemejan a las del relieve de la catedral de Pisa, con la salvedad de la del manuscrito griego del año 886, que citaremos en primer lugar, son todas de procedencia nórdica. Esto nos ha obligado a seleccionar los ejemplos en función de las formas del casco, prescindiendo, por tanto, de la disparidad de sistemas de construcción empleados en el Mediterráneo y el mar del Nor te, de la desigualdad de palos del aparejo y de la existencia o no de castillos. Año 1989 87 LAUREANO CARBONELL RELAT a) Nave de un manuscrito griego del año 886 (42) La de la derecha guarda un parecido bastante aceptable con la nave del relieve de la catedral de Pisa, si prescindimos de que lleva un solo palo y el grueso del codaste es excesivo (figura 9). b) Naves del tapiz de la Reina Matilde o de Bayeux, s. Xl (43) Uno de los errores más comunes que se cometen al representar una nave es el de dar al casco una altura desproporcionada, o, lo que es lo mismo, ha cerlo corto de eslora. Así, teniendo en cuenta esta circunstancia y corrigien do ese defecto, además de prescindir de la desigualdad del aparejo y de la disposición del timón, podemos admitir que las naves del tapiz en cuestión se parecen a las del relieve de la catedral de Pisa. El parecido es más notable si tomamos como referencia aquellas cuya roda y codaste no terminan en forma de cabeza de animal. c) Nave mercante de Skuldelev (44) Si tenemos en cuenta las mismas observaciones que hemos hecho en el apartado anterior con respecto al tapiz, podremos aceptar también la seme janza de forma de la nave que nos ocupa, conocida normalmente por wreck 1, es decir, naufragio 1. d) Nave de un manuscrito de alrededor del año 1170 La figura del casco es, en general, muy parecida a la del relieve de la cate dral de Pisa (45). e) Nave del sello de Dunwich, año 1199 En general, la semejanza de la nave de este sello con las del relieve de la catedral es francamente buena. Las únicas discrepancias son la ligeramente (42) Véase la ilustración en Enciclopedia General del Mar, op. cit., tomo V, pág. 290. (43) Véase la obra siguiente: Gibbs-Smith, C. H.: The Bayeux Tapestry,Phaidon Press Ltd., Londres, 1973.Concretamente interesan la ilustración 28(construcción y botadura de las naves); las 29 y 30, relativas a la navegación y la 31, que trata del desembarco de caballos. (44) La iconografía al respecto es muy abundante y por razones de brevedad nos limita remos a citar la siguiente: Greenhili, B.: Árchaeologyof the Boat, Adam and Charles Black, Londres, 1976,pág. 220.Casado Soto, J. L.: Arquitectura Naval en el Cantábrico durante el si glo XIII, Separata de la revista Altamira, 1975, Santander, 1976, pág. 24, fig. 7. (45) Lo ilustra Moli, F.: op. cit., lámina G-1 1, fig. t. 8. 88 24 LA DOS PIEDRAS CON NAVES DE lA CATEDRAL Y TORRE INCLINADADE PISA diferente curvatura de los extremos de la roda y del codaste y la necesidad de prescindir de las testas de los baos salientes que aparecen en ella (figura 10) (46). 1) Nave del sello de La Rochelle, de fines del siglo XII Si prescindimos del aparejo, en lo demás la semejanza con la nave de la catedral de Pisa es muy aceptable (figura 10) (47). g) Nave del sello de Winchelsea, del año 1274 Al igual que el caso anterior, la forma es muy parecida a la del relieve que nos ocupa (figura 10) (48). h) Nave del sello de Santander, del año 1297 Se asemeja notablemente a las naves del relieve de la catedral. Esto se aprecia muy bien en el dibujo reconstruido que aparece en la obra de Casa do Soto (figura 11) (49). i) Nave del sello del Consejo de San Sebastián, del año 1297 La forma del casco es muy parecida a la de las naves del relieve que nos ocupa, salvo la extremidad superior de la roda, cuya recurva es excesiva (fi gura 11) (50). (46) llustra, entre otras, las obras siguientes: Heinsius, P.: op. cit., lámina III, fig. 7.Kiedel, K. P., und Schnall, U.: Die Hansa Kogge von ¡380, Deutsches Schiffahrtsmuseum, Bremerha ven, 1982, pág. 63. Burwash, D.: English Merchant Shipping 1460-1540,David & Charles Re prints, Newton Abbot,. 1969, lámina 3 (entre págs. 86 y 87). (47) La ilustración aparece en las obras siguientes: Heinsius, P.: op. cit., lámina Vil, fig. 15. Además, en la pág. 48 hay un dibujo de la misma nave. Casado Soto, J. L.: op. cit., pág. 26, fig. 8. (48) La representación puede verse en las obras siguientes: Guerrero Lobillo, J.: op. cit., pág. 325.Lloyds, C.:Atlas ofMaritimeHistory, Country Life, 1975,pág. 14.Heinsius, P.: op. cit., lámina 1, fig. 2. Greenhill, B.: op. cit, pág. 251. Casado Soto, J. L.: op. cit., pág. 31, fig. 11. (49) Véanse las reproducciones en: Casado Soto, J. L.: op. cit., págs. 30 y 31, figs. 10y 11. Véase también la pág. 32, fig. 12.Guerrero Lohillo, J.: op. cit., pág. 325.Manera Regueyra, E. y otros: El Buque en la Armada Española. Editorial Sílex, Madrid, 1981, págs. 25 y 26. (50) La reproducen: Artíñano y de Galdácano, G. de: op. cit., lámina W. Manera Reguey ra, E. y otros: op. cit., págs. 25 y 26. Casado Soto, J. L.: op. cit., págs. 30 y 31, figs. 10y 11.Véase también la pág. 12, flg. 12. Año 1989 LAUREANO CARBONELLRELAT Figura 10 Sello de las ciudades de: Dunwich, del año 1199, según K. P. Kiedel und U. Schnall (arriba, izquierda); Winchelsea, del siglo XIII, según J. L. Casado Soto (arriba, derecha); Yarmouth, del siglo XIII, según J. L. Casado Soto (centro, iz quierda); Bristol, hacia 1300, según J. L. Casado Soto (centro, derecha) y La Rochelle, del siglo XII, según P. Heinsius (abajo). 90 Núm. 24 LA DOS PIEDRAS CON NAVES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINAEt4 DE PISA Figura 11 Sellos de Santander y San Sebastián, ambos de 1297(arriba, izquierda y dere cha, respectivamente) y dibujo de una nave inspirada en ellos, según J. L. Ca sado Soto (abajo). j) Nave dé! sello de San Vicente de la Barquera, del siglo XIII Obviamente cabe incluirla también entre las semejantes a las del relieve de la catedral de Pisa (figura 12) (51). (51) Está ilustrada en las obras que se citan seguidamente: Manera Regueyra, E.y otros: op. cit., pág. 26. Casado Soto, J. L.: op. cit:, pág. 26, fig. 8. Véase igualmente lá pág. 27, fig. 9. Año 1989 91 LAUREANO CARBONELLREL4T Figura 12 Sello de San Vicente de la Barquera, del siglo XIII, y dibujo de una nave basa da en él, según J. L. Casado Sóto. k) Nave de Las Cantigas de Alfonso X el Sabio, del año 1280 En concreto, la nave asimilable a la que nos ocupa es la representada en la Cantiga XXXVI (52). El parecido es francamente bueno, si prescindimos del aparejo, castillo de popa y de la inexistencia del timón. El extremo de la mda, en realidad, debería tener menos inclinación hacia popa (figura 13). 1) Nave del sello de Sandwich, del año 1238 En general es aplicable cuanto se ha dicho acerca de la forma del casco al comentarla nave de Las Cantigas, en el apartado anterior. En esta ocasión es preciso no tener en cuenta los dos castillos, el timón en la aleta de estribor y los baos salientes (53) (figura 14). (52) La reproducen las obras siguientes: Guerrero Lobillo, J.: op. cit., pág. 338,fig. 319 y lámina 32. Mo!!,F.: op. cit., lámina 6-11,figura 0-8.Artfñano y de Galdácano, G. de: op. cit., !á mina VIII. (53) La ilustración aparece, entre otras, en las obras siguientes: Heinsius, P.: op. cit., lámi na y, fig. 11.Guerrero Lobillo, J.: op. cit., fig. 299, pág. 325.Casado Soto, J. L.: op. cit, pág. 31, fig. 11. Anthiaume, A, Abbé: Le Navire,sa constructionen France el principalmeni chez lesNor mands,Laffitte Reprints, Marsel!a, 1980,pág. 105.Historie de la Marine,de !‘I!lustration, op. cit., t. 1, pág. 78. 92 Núm. 24 LI DOS PIEDRAS CON NA VES DE JA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA - Figura 13 Nave de Las Cantigas, según J. Guerrero Lobillo. 11) Sello de Dover, del año 1284 Es aplicable cuanto se dijo en la nave de Las Cantigas unos apartados más arriba, salvando, además, la desigualdad de aparejo y la existencia de dos castillos. Obsérvese también la presencia de timón en la aleta de babor (54). m) Naves de otros sellos Además de los sellos aludidos anteriormente, hay algunos más de otras ciudades donde aparecen también naves de forma similar a la del relieve de la catedral de Pisa. Si ponemos el límite en el siglo XIII podemos in dicar los siguientes: (54) Véase la ilustración en las obras siguientes: Lloyd’s, C.: op. cit., pág. 14.Histoire de la Marine, de l’Illustration, óp. cit., pág. 78. Heinsius, P.: op. cit., lámina IV, fig. 9. Año 1989 93 LAUREANO CARBONELL RELAT París, del año 1200(55); Hythe, del año 1275 (56); Dublín, del año 1297 (57); Yarmouth, del siglo XIII (58) y Brístol, también del siglo XIII (59),entre otros (figura 10). Figura 14 Sello de la ciudad de Sandwich, del año 1238, según J. Guerrero Lobillo (arri ba, izquierda); Histoire de la Marine de 1’Illustration (arriba, derecha); A. Ant hiaume (abajo, izquierda) y J. L. Casadó Soto (abajo, derecha). (55) Verlo ilustrado en: Moll, F.: op. cit., lámina E-VIb, fig. 140. Greenhill, B.: op. cit., pág. 251. (56) La ilustraciónse encuentra en: Moil, F.: op. cit., lámina E-VIc, fig. 543.Lloyd’sC.: op. cit., pág. 14. La Roerie. O., et Vivielle, J.: op. cit., lámina IX, fig. 1. (57) Aparece ilustrado en: Heinsius, P.: op. cit., lámina VI, fig. 13. Moli, F.: op. cit., lámina E-VIc. fig. 652. (58) Ver la ilustración en: Heinsius, P.: op. cit., lámina III, fig. 8.Casado Soto, J. L.: op. cit., pág. 31, fig. 11. (59) Está ilustrado en: Heinsius, P.: op. cit., lámina 1,fig. 1.Casado Soto, J. L.: op. cit., pág. 26, fig. 8. 94 Núm. 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE iNCLINADA DE PISA n) Nave de un manuscrito de Boulogne-sur-Mer, del siglo XIII El casco presenta una buena semejanza con el del relieve de la catedral de Pisa, salvo el aparejo (60). o) Nave de un manuscrito del siglo XIII (61) En general la semejanza con la del relieve de Pisa es buena, salvo el apa rejo, la existencia de castillos y el extremo de la roda excesivamente curvado hacia dentro. Conclusiones Una vez analizado cuanto se ha escrito sobre los relieves de la tórre y la catedral de Pisa, así como estudiado las principales representaciones de na ves cuya similitud con las de aquellos es manifiesta, procederemos en lo que sigue a exponer los resultados. Y lo haremos separadamente para cada pie dra. De todos modos y por ser aplicable a ambas quiero destacar que la com posición artística de las dos piedras esta inspirada en un modelo romano, que podría muy bien serel relieve de las naves de cabotaje anteriormente aludido u otro similar. Este hecho, aunque puede dar lugar a muchas inter pretaciones es. en realidad, algo consustancial con el hombre. En el aspecto artístico y sin entrar en detalles ¿cuántas veces la humanidad ha encontra do y seguido nuevas vías de expresión para finalmente volver a los cánones originales? El Renacimiento ¿no fue acaso una de ellas? A mayor abunda miento, hace algunos años, durante un viaje por distintos lugares de Améri ca tuve ocasión de conocer unos palacios y mansiones de gente de conside rable fortuna, construidos a fines del siglo pasado y principios de este. Esto me permitió comprobar que la totalidad de aquellos espléndidos edificios era, en realidad, un conjunto de copias de obras, elementos y detalles exis tentes en edificaciones similares de Europa, sin nada realmente original. Relieve de la torre de Pisa Después de la publicación de los artículos de G. B. Rubin de Cervin (62) y de R. L. Bowen jr. (63), las posibilidades de especulación para establecer (60) Lo ilustra la obra siguiente: Villain-Gandossi, Ch.:LeNavireMédiévalá niatures. Editions dsu C.N.R.S., París, 1985, fig.93. travers les Mi (61) Aparece ilustrada en: Bass, G. E: op. cit., pág 196.LaRoerie. G. et Vivielle, J.: op. cit., pág. 195.MolI, F.: op. cit., lámina G-9, tig. m-lO. Es de destacar que la ilustración procede del manuscrito De re militan, de Vegetio. (62) Véase nota (5). (63) Ver nota (7). Año 1989 LAUREANO CARBONELL RELAT unas conclusiones que encuadren cronológicamente esta piedra han que dado muy reducidas. Por mi parte, tras una profunda meditación sobre cuantos elementos he comentado anteriormente, coincido con el último y considero que el relieve de esta piedra es contemporáneo a la construcción de la torre donde se encuentra y, por lo tanto, debe fecharse hacia 1174. El hecho de ser la procedencia de esta piedra idéntica a las del resto de la obra, según el informe que aporta G. B. Rubin de Cervin, y la circunstancia de que el fondo sigue la curvatura propia del lienzo del muro donde se encuentra son demasiado evidentes para estar en desacuerdo. Se podría especular con la posibilidad de que la piedra con el relieve se hiciera y pusiera en el sitio que ocupa en época posterior, pero esto, aun siendo verosímil, no cambia en absoluto el resultado. La razón está en la existencia de unos valiosisimos do cumentos contemporáneos, los citadosAnnalesjanuenses, con una excelente representación, fechada entre los años 1154y 1235,y el mosaico veneciano del siglo XIII, que bastan para resolver cualquier duda. La coincidencia de la forma recurvada de la extremidad superior de la roda es tan manifiesta y el hecho de que tal característica fuera desconocida antes y después de esa época, pues, según hemos tenido ocasión de ver ya, los símiles aceptables son tan escasos, que es preciso rendirse a la evidencia y aceptar ese detalle como la clave y la solución del problema. Además, ¿cómo podemos suponer que alguien reprodujera algo que no hubiera visto nunca en naves de verdad? Nos quedan por decir unas palabras sobre el significado del relieve de esta piedra. Tanto por el lugar que ocupa como por el tema es indudable que debe tratarse de una distinción hecha en su día a los gremios y cofradías de comerciantes, patrones de naves mercantes o naucleros por haber traído sus afiliados la prosperidad a la ciudad de Pisa y cuyas aportaciones fueron la base para la construcción del conjunto monumental de lapiazza deiMiraco /1. También es posible suponer que se trate de un exvoto o rogativa pidiendo al Supremo Hacedor que las naves de la ciudad, fuera cual fuere el rumbo a que navegaran, tuvieran siempre un faro o luz que les sirviera de guía y así pudieran sortear todos los peligros hasta el puerto de destino. Relieve de la catedral de Pisa He dejado este relieve para último lugar por ser de interpretación algo más complicada y dejar más margen a la especulación. Además, en él hay algo que no encaja y ello es precisamente la posición anormal en que va dispuesto. El estudio comparativo de la tipología de las naves representadas en este relieve nos permite decir que, aun cuando hemos encontrado algunos sími les con naves de época romana, la semejanza es más manifiesta y acusada con las de la propia Edad Media y, más concretamente, con las del mar del Norte. En virtud de la observación de G. B. Rubin de Cervin sobre las carac 96 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA terísticas del arco de la puerta del faro es evidente que el relieve es medieval. R. L. Bowen, Jr., al destacar que la escená fue esculpida una vez la piedra es tuvo colocada en su sitio, no lo contradice en absoluto, sino todo lo contra rio. Por mi parte, no siento ningún reparo en considerar que, independiente mente la escultura se hiciera con la piedra colocada en su sitio o no, la fecha del relieve es la que corresponde a la construcción de la catedral. Es decir, entre la segunda mitad del siglo XI y fines del XII. Sin embargo, a mí me preocupan otros detalles que intentaré descifrar. Me refiero al tipo de naves y a la disposición del relieve, Al contrario de lo que sucede con las naves del relieve de la torre, que ob viamente responden a las unidades susceptibles de ser definidas, en térmi nos actuales, como de gran tonelaje y propias para la navegación de altura, las del relieve de la catedral, en cambio, son aparentemente más pequeñas, de concepción poco desarrollada y más adecuadas para él cabotaje. Por otro lado, la posición de! relieve no sugiere tampoco que se trate de ningún exvo to o distinción hacia alguien, sino todo lo contrario. Si tenemos en cuenta que en la marina de guerra a remos era usual remolcar las galeras captura das en combate por la popa, arrastrando los estandartes por el agua, es decir, haciendo navegar a las presas de forma contraria a la usual, podemos esta blecer que, por su posición, el relieve cumple ese mismo requisito. Entonces, si admitimos eso, no veo inconveniente alguno en aceptar que la imagen es vergonzante y despectiva, en cuyo caso todo se reduce a buscar alguna expli cación que encaje con el casco. Hay varias soluciones inmediatas, pero la más lógica es suponer que se trata de naves de alguna ciudad enemiga o practicante del corso contra Pisa en época de construcción de la catedral o algo anterior a ella. Además, si tenemos en cuenta que el tipo de nave es francamente asociable a las del mar del Norte el abanico de posibilidades se reduce prácíicamente a los normandos, autores de diversas incursiones de saqueo ene! Mediterráneo hasta que se asentaron enAversa, cerca de Nápo les, el año 1029y luego en Sicilia, el año 1072.En cuál de esas incursiones es taría pensando el autor al labrar el relieve no tengo intención de averiguarlo. Ese detalle, a mi modo de ver, corresponde a otra historia. MIo 1989 LAUREANOCARBONELLRELAT 4)— o .— 4)— ‘4) 4)4) z 00 — rttt ttt ‘ct bO cc QQ 1- bU —: ‘QQ QQ .2 2 QL ct • 4) tU 4) ti QQ 98 ,QN ‘0 4) 0— i — 4) o .,- Núm. 24 L. DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADADE PISA •1 f Naves del relieve de la catedral de Pisa. Mo 1989 99 L4UREANO CARBONELL REL4T — — E 1 — bu . 1 o 100 Núm. 24 LA DOS PIEDRAS CON NA VES DE LA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PISA o — 1 z Año 1989 101 LAUREANO CARBONELL RELAT Otra imagen de las naves del relieve de la torre de Pisa. Obsérvese algo más abajo otro relieve con animales mitológicos y debajo una inscripción donde se lee perfectamente la fecha 1174. 102 Núm. 24 JA DOS PIEDRAS CON NA VES DE lA CATEDRAL Y TORRE INCLINADA DE PiSA o Q ‘1) o E o o o ‘E o rd Lc o — Oc o — o rd z. Año 1989 103 LA LUCHA ANTICORSARIA EN VALENCIA DURANTE LA EDAD MEDIA. EL EPISODIO PROTAGONIZADO POR PERE CABANYELLES (1417-1418) Andrés DIAZ BORRAS Departamento de Paleografía Universidad de Valencia La galera, junto con todos los barcos con ella emparentados, fue la más genuina representante de la guerra naval y de buena parte de los tráficos mercantes, durante la Edad Media, dentro del ámbito mediterráneo. La uti lización de fuerza motriz a base de remeros, complementada con un escaso velamen, será el método ideal en un medio en el qe la navegación exclusi vamente a vela resultaba menos ápropiada que en el Atlántico, debido a las condiciones naturales de un mar interior, con vientos de dirección irregular y cambiantes (1). Sin embargo, la navegación a remo resultaba muy costosa por el número de individuos que era necesario emplear (2). Por ello, el erario público no podía financiar toda una flota de galeras con sus correspondien tes dotaciones de remeros, aun cuando éstos fueran forzados, por un perio do de tiempó prolongado o indeterminado. Afortunadamente, la versatili dad de la galera y de todas las fustas emparentadas con ella hacía posible su empleo, indistintamente, en las operaciones navales yen el tráfico mercante (1) Existe una amplia bibliografía sobre el tema, aunque en ocasiones los autores no se ponen de acuerdo en cuanto al uso de la vela o los remos. Según Francisco Felipe Olesa. la na vegación mercante se valdría prioritariamente de la propulsión por el viento, mientras que la militar, más necesitada de autonomía, emplearía con mayor frecuencia el remo. OLESA MUNIDO, Francisco Felipe,La organización navaldelosestados mediterráneos y enespecialdeEspa Ña durante lossiglosXVl y XVII Madrid, 1968,pp. 665-687.Mario del Treppo, sin embargo, opi na que las galeras venecianas empleaban el remo ante la carencia de vientos, a la vista de puerto, si las condiciones no eran propicias para la navegación a vela o en caso de peligro. In dica este investigador que probablemente la utilización de la fuerza motriz humana sería más frecuente de lo que parecen dar a entender las fuentes. DEL TREPPO, Mario, Els mercaders catalans i / ‘expansióde la (‘orona caía/ano-aragonesaal segleXV Barcelona, 1976,pp. 61-362.En cualquier caso, parece seguro que la rapidez de las galeras, gracias a los remos, sería mayor que la de los barcos a vela: al menos en el Mediterráneo ésta era su gran ventaja. LALINDE ABADIA Jesús, La Corona deAragón en el Mediterráneomedieval (1229-1479).Zaragoza, 1979, pp. 199-200. (2) Federico Foerster considera que entre 100y 180era el promedio de las galeras catala nas medievales aunque, como es lógico, las había mayores y fustas más pequeñas. FOERS TER LAURES, Federico, “La táctica de combate de las flotas catalano-aragonesas del siglo XLII, según la describe Ramón Muntaner (1265-1315)”Revista de HistoriaNaval, 16(1987), pp. 23-36, concretamente p. 26. Año 1989 ANDRES DL4Z BORRAS (3). Así pues, nos hallamos ante el hecho paradójico de que mientras flotas reales como la catalano-aragonesa se aparejaban y desarmaban debido a circunstancias coyunturales muy concretas. una gran cantidad de barcos dedicados a actividades comerciales estaba continuamente en disposición de afrontar acciones militares con garantías de éxito. La expansión mediterránea de la Corona de Aragón no podría entenderse sin atender a las responsabilidades asumidas por la iniciativa privada o por las poderosas ciudades costeras: Barcelona. Mallorca y Valencia. Estas últimas serán las que, por ejemplo, sostendrán la guerra contra Génova por la posesión de Cerdeña en un momento en que Alfonso el Benigno, su sobe rano, se desentenderá del problema (4). Desde tiempo atrás, con algunas vicisitudes, ya había sido autorizado el concurso de armadores particulares en operaciones de guerra de corso (5). Será, sin embargo, durante el reinado de Pedro el Ceremonioso cuando tal actividad alcance una considerable expansión, debido precisamente a la guerra contra Génova. En efecto, a una guerra terrestre en la isla de Cerde ña, que requerirá de continuos envíos de tropas y suministros a bordo de la escuadra catalano-aragonesa, se superpondrá una auténtica guerra naval en la que llegarán a verse implicados casi todos los países mediterráneos: Génova, Venecia, el Imperio Latino de Oriente, la Corona de Anjou ola pro pia Corona de Aragón. Cada uno de estos territorios buscará la alianza más provechosa para resolver sus problemas rápidamente, a través de una cam paña breve e intensa en confrontaciones navales y choques bélicos. No obstante, las cosas no ocurrieron como estaba previsto. El equilibrio de fuerzas era tan grande y el resultado de las batallas tan ajustado, que la solución drástica se demostró operativamente imposible. Por lo que no que dó otra alternativa que buscar métodos subsidiarios de desgaste del rival y debilitamiento a la espera de obtener una ventaja real y moral que permitie se plantear, de nuevo, un conflicto a gran escala. (3) Aunque la galera de gran porte y uso mercantil disponía de mayor altura de borda. menos remos y más velamen, una gran cantidad de galeras, galeotas y fustas, más pequeñas, desempeñaron un papel comercial o militar indistintamente. LOPEZ PIÑERO. José María, El artedenavegarenla Espmladel Renacimiento. Barcelona, 1986,pp. 219-220.Para constatar la utilización de fustas valencianas en el cuatrocientos, en misiones ambivalentes vid. GUIRAL. Jacqueline, Va/ence, port méditerranéen au XVesiócle(1410-1525). París. 1986,pp. 26-44.Y DEL TREPPO. Mario. passim...,pp. 359-473. (4) “Barcelona, autorizada por el monarca a llevar la guerra por su cuenta y a sus expen sas.ha sido respaldada además por él y ha conseguido así el valioso auxilio de Mallorca y ca nalizar múltiples ayudas, hasta poder hablarse de lo movilizaciónde todas/asfuerzas de/a Coro na de Aragón ‘ SALAVERT ROCA. Vicente, “La Corona de Aragón en el mundo mediterrá neo del siglo XIV”. VIII CongresodeHistoria de/a CoronadeAragón,vol. III (parte II). Valencia, 1967 (1973), pp. 31-64, concretamente p. 48. Vid. también MUTGE. Josefina, “El Conse// de Barcelona en la guerra catalano-genovesa durante el reinado de Alfonso el Benigno”.Anuario de EstudiosMedievales, II (1965), pp. 224-256. (5) GARCIA SANZ, Arcadi, Historiade la Marina Catalana.Barcelona, l9’7’7y COLON, Germá; GARCIA,Arcadi,LiibredeWonsolat deMar. Barcelona, 1981,1982y 1984,4vols. Para este caso, vid, vol. III, pp. 50 y st. 106 24 LA LUCHA ANTICORSARL4EN VALENCIA DURAITTElA EDAD MEDIA Las acciones de corso ligur contra puertos y barcos de la Confederación catalano-aragonesa se sucederán, ininterrumpidamente, desde mediados del trescientos hasta finales del cuatrocientos. Al mismo tiempo, Pedro el Ceremonioso dará carta blanca a los aparejos corsarios en sus territorios, contra los enemigos del rey (6). A cambio de condiciones muy favorables, muchos armadores particulares accederán a botar sus barcos, algunos en condiciones muy precarias, para asegurar las comunicaciones con Cerdeña y lanzar una contraofensiva que frenase la avalancha genovesa en aguas de la Corona de Aragón. Los objetivos pueden considerarse cumplidos. Si bien fue imposible derrotar a la bien armada flota ligur, se logró mantener abier ta la ruta hacia la isla sarda a la vez que las presas logradas fueron considerables. Precisamente, gracias a la preservación de las bases establecidas en Cer deña, Alfonso el Magnánimo dispondrá de un inmejorable trampolín para saltar sobre la Península italiana (7). El trasiego de barcos armados no sujetos más que coyunturalmente a la obediencia real, a la larga, constituyó un problema•y más teniendo en cuen ta que la articulación de la normativa que regulaba los armamentos era con fusa y la capacidad de hacerla cumplir muy limitada. Muchos patrones y ca pitanes de fustas habrían decidido, desde entonces, alternar los viajes co merciales con las incursiones corsarias contra enemigos del rey, de la fe o, y’ es lo más grave, contra cualquier barco que estuviere a su alcance. La guerra de corso y la piratería se confundirán con tanta asiduidad que obligará a tener que considerar a piratas y corsarios como dos categorías igualmente perseguibles en muchos casos. El área donde más se va a notar esta confusión será en los mares de Berbería. La lucha corsaria y las accio nes piráticas en aguas del norte de Africa representan una faceta importan tísima de la historia naval, todavía hoy mal conocida (8). En cualquier caso, la abundancia de barcos armados poco sujetos a las leyes de la guerra naval se convertirá en un problema por doquier. Junto a italianos, provenzales, castellanos y portugueses, merodearán por los mares dispuestos a capturar cualquier presa sin respetar el origen del barco o el status existente entre el (6) CAPMANY Y DE MONTPALAU, Antonio, Ordenanzas de las armadas navalesdela Corona deAragón,aprobadaspor el rey D. PedroIV año MCCGLIV Madrid, 1787,pp. 134141. (7) Precisamente en Nápoles se vivirá una sensación de renacer naval en tiempos de Al fonso el Magnánimo. El reino de Nápoles no vio esterenacimientodelpodernavaldurar másqueel rey que lo produjo.Separado deSicilia, Cataluña,Valenciay lasBaleares,el reinodejódejugar un papel estratégico importanteen losasuntosnavalesdel Mediterráneo, suscostos fueron presaspara los corsarios, yen el reinadode Fernando,unaflota turcacapturóla ciudadde Otranro.RYDER, Alan, El reinodeNápolesenla épocadeAlfonsoel Magnánimo.Valencia, 1987,p. 363. Es intere sante la lectura del capítulo dedicado a las fuerzas navales de este libro, pp. 337-363. (8) Nos hallamos becados dentro del plan de Perfeccionamiento para doctores y tecnólo gos. del Ministerio de Educación y Ciencia, para desarrollar este tema durante el período de la Era de los Descubrimientos (1480-1520). Año 1989 ANDRES DL4ZBORRAS país de procedencia de la víctima y el del agresor. Ante esta situación y ante la creciente avalancha de corsarios genoveses y musulmanes que corrían los mares catalano-aragoneses. sin que las armadas reales pudieran hacerles frente por las limitaciones a que se veían obligadas, como ya quedó dicho. aparecerá otra alternativa para la protección pública. Las ciudades de la Confederación catalano-aragonesa tenderán a formar ligas y a aparejar en común barcos, verdaderas flotillas de cuatro o seis unidades, para su auto defensa (9). La experiencia, sin embargo, siendo positiva, no acabó de consolidarse, por los múltiples factores que intervenían en cada armamento y la lentitud en acordar los planes de operaciones. Valencia había estado participando en tales aparejos conjuntos desde mediados del siglo XIV. Incluso tomaría parte en una de las operaciones más espectaculares llevada a cabo en 13971398 contra Berbería, en unión a Mallorca y a armadores particulares (10). Pese a todo, ni los enemigos cristianos cesaron en sus incursiones ni la pira tería musulmana desapareció tras la cruzada contra el norte de Africa. El proceso de formación de una liga de ciudades costeras en la Corona de Aragónpara la defensa de sus mares era lento, descorazonador, ya veces in fructuoso. Ante peligros de consideración, sin embargo, podía llegar a repre sentar la alternativa más conveniente. El papel de guardacostas se realizaba a plena satisfacción en aguas tanto de Cataluña como Baleares y Valencia, pero cuando los enemigos eran po tencialmente menos peligrosos habría resultado complicadísimo y despro porcionado la convocatoria, por parte de una de las capitales mencionadas, de una liga de ciudades. Así pues, en circunstancias normales, ante la ame naza de dos o tres barcos piratas, la reacción lógica fue la de actuar indepen dientemente cada población por su cuenta. Valencia contaba con una pe queña escuadrilla de barcos comunales compuesta por una o dos galeras y varias unidades menos efectivas (11). Sin embargo. como ocurriera con las armadas reales, su mantenimiento en activo resultaba insoportable para las finanzas públicas. De rechazo, generalmente, los buques permanecían va rados, desarmados y, en el peor de los casos, a la intemperie en las playas del Grao de la capital, siendo objeto de deterioro muy acelerado, o cuidadosa mente custodiadas en las atarazanas. Sea como fuere, frente a una opera ción menor como la vigilancia costera o la búsqueda, localización y elimi nación de un número reducido de piratas incluso resultaba gravosísimo la puesta en servicio de las galeras ciudadanas. Para soslayar tal inconvenien (9) DIAZ BORRAS, Andrés, Problemasmarítimos de Valenciaafinales de/a Edad Media:el corso, la piratería y el cautiverio en su incidencia sobrela dinámica económica 1400-1480.Valencia, 1988 (edición microfichada), pp. 257-270. (10) IVARS CARDONA, Andrés, Dues creuadesvalenciano-mallorquines a les costesdeBer beria (1397-1399,). Valencia, 1921. (11) QUEROL Y ROSO, Luis, Las milicias valencianasdesdeel siglo XIII a1XV Castellón de la Plana, 1935, pp. 157-162. 108 24 LI LUCHA AIVTICORSARIAEN VALENCIADURAIVTELA EDADMEDIA te se procedió con frecuencia a la contratación de naves de las que frecuen taban las playas del Grao. El flete de una nao de gran porte, con una dota ción bien armada, o la contratación de una galera siempre resultó más eco nómico y con frecuencia igualmente efectivo. Los barcos piratas raramente disponían de buenos y suficientes aparejos o armas (12). La problemática pirático-corsaria y Valencia Según los grandes estudiosos de la piratería todos los depredadores del mar tienden a reproducir esquemas de comportamiento similares. Suelen establecerse en aquellas áreas geográficas que mejor se adaptan a las pecu liaridades de su actividad. Eligen mares plagados de islas, con cómodos re fugios, costas recortadas, donde es fácil perder a los perseguidores o sorpren der a sus víctimas (13). Usualmente, es regla general también el considerar los actos de piratería o la guerra de corso propia de regiones litorales más atrasadas y próximas a zonas más ricas, en todo caso cercanas a las rutas de tráfico que proporcionan oportunidades de hacer presas. En cualquier caso, el riesgo que se corría al abordar un barco siempre fue grande y más en épo ca medieval, cuando las diferencias cualitativas y cuantitativas entre navíos de guerra y mercantes eran mínimas. Un factor añadido venía a complicar las cosas; por lo general, los piratas y corsarios que entraban en acción dis ponían de una fuerza armada muy reducida, los aparejos de sus barcos eran deficientes e incompletos, en suma, muchas veces los asaltantes corrían tan serios peligros de ser capturados como los que sufrían sus potenciales vícti mas (14).Todas estas características podían definir lo que era la cuestión de la piratería en los mares valencianos, que se diferenciaba poco de las nor mas generales que presidieron tales comportamientos en otras latitudes yen otras épocas. Las costas valencianas más intensamente castigadas por los malhecho res serán aquellas más abruptas: desde el Cabo de la Nao hasta Alicante, aproximadamente, yen un segundo plano desde Oropesa y Benicasim hasta la desembocadura del Ebro, ya en Cataluña (15). El resto de la costa, mucho más lineal, de playas regulares y largas, resultaba un ámbito donde los bar cos piratas eran avistados y localizados con tanta rapidez que ningún es fuerzo resultaba suficiente para que tuvieran éxito. (12) DIAZ BORRAS, Andrés, Problemas marítimosde Valencia..., pp. 368-370. (13) Vid., por ejemplo, GOSSE, Philip, Los corsariosberberiscos, lospiratasdelnorte.Ma drid, 1947. MASIA DE ROS, Angeles, Historia general de la piratería. Barcelona, 1959.HEN DERSON, Brian, Historiade lapiratería, Barcelona, 1963.GALL, J. y F., Elfihibusterismo.Méxi co, 1957, p. 13. (14) GALL. J. y F., El filibusterismo..., pp. 13-16. (15) HINOJOSA MONTAlVO, José, “Piratas y corsarios en la Valencia de principios del siglo XV (1400-1409)”.Cuadernos de Historia, 5. Hispania (1975), pp. 93-116. DIAZ BO RRAS. Andrés, Problemas marítimos de Valencia...,pp. 90-114. Año 1989 ANDRES DIAZ BORRAS Si el espacio geográfico resultaba fundamental para determinar la posi ble existencia de piratas y corsarios, había factores que también contribuían a perfilar varios tipos de comportamientos. La existencia de un puerto base para gran parte de los enemigos de la Corona de Aragón en las proximidades de aguas valencianas, los diferentes orígenes de los malhechores: musulma nes, berberiscos o granadinos; genoveses, provenzales, castellanos, portu gueses o súbditos de la Confederación catalano-aragonesa. Cada uno de es tos grupos tenía una forma propia de hacer la guerra y por descontado se en contraron con una actitud, por parte de las autoridades valencianas, dife rente. Es conveniente que nos fijemos en estas variantes antes de seguir adelante. Hay una fuente muy indicada para el seguimiento de las operaciones na vales de los enemigos de la Corona de Aragón (16). Se trata de los avisos de avistamiento de barcos sospechosos que se comunicaron a lo largo de la lí nea costera (17). Cada población del litoral se constituía en un centro local de seguimiento de la actividad en alta mar y a la vez, superpuesta a esta mi sión, cumplía otra de transmisión de informaciones procedentes de la costa. Por este procedimiento, mucho más complejo y delicado de lo que aparenta, sujeto a una serie de avatares considerables a lo largo de los siglos X[VyXV, somos capaces de entender las fórmulas de ataque y los objetivos de los dis tintos tipos de enemigos. Si tomamos el período 1400-1430 constataremos que se produjeron 154 avistamientos distribuidos del siguiente modo: 1400 1401 1402 1403 1404 1405 1406 1407 1408 1409 = = = = = = = = = = 11 7 4 0 1 2 0 0 0 1 = = = = = = = = = = 1405 4 1411 12 1412 7 1413 8 1414 11 1415 6 1416 2 1417 7 1418 6 1419 5 1420 2 1421 22 = 1422 10 = 1423 22 = 1424 1 = 1425 3 = 1426 O = 1427 O = 1428 O = 1429 O 1430= 0 = = FUENTE: DIAZ BORRAS, Andrés. Problemas marítimos de Valenciaafines de la Edad Media: el corso,la pirateríay el cautiverio en su incidenciasobre la di námica económica, 1400-1480. Tesis doctoral microfichada. Valencia, 1988, p. 94. (16) DIAZ BORRAS, Andrés, Problemas marítimos de Valencia...,pp. 669-764. (17) Para tener una visión general de los mecanismos de funcionamiento del sistema de alerta litoral y comunicación costera vid. Ibídem. pp. 232-254. 110 Núm. 24 LA LUCHA ANTICORSARL4EN VALENCIADURANTELA EDADMEDIA Si distribuimos estas cifras entre los tipos de enemigos que corrieron aguas valencianas en el período estudiado hallaremos los siguientes resultados: Decenio 1400-1409 Enemigos Avisos Porcentaje Genoveses Musulmanes No identificados 1 22 3 3,84% 1% 84,6 11,53% 1410-1419 Genoveses Musulmanes No identificados 7 55 6 10,29% 80,88% 8.82% 1420-1429 Genoveses Musulmanes No identificados 9 47 4 15,00% 78,33% 6,66% FUENTE: DIAZ BORRAS, Andrés. Problemas marítimos de Valencia...,p. 99. Las conclusiones que se desprenden del período son evidentes, una in mensa mayoría de la piratería sufrida por el litoral valenciano se debe atri buir a las fuerzas islámicas, granadinas o berberiscas, aunque con claras tendencias recesivas porcentualmente, aunque no en números absolutos. al pasar de más del 84% en 1400-1409 al 78% aproximadamente entre 14201429. Por el contrario, la piratería genovesa crece en términos totales y relati vos de un 3,84%a un 15%.El resto no fue identificado por los encargados de la custodia litoral valenciana. No obstante, estas cifras pueden reflejar una realidad desvirtuada. En efecto, los vigías costeros encargados de dar la alarma ante un barco sospechoso de ser de malhechores eran incapaces de descubrir si navíos propios o aliados eran o no piratas. Corsarios castella nos, catalano-aragoneses y de otras procedencias merodeaban continua mente por estos mares sin que nadie pudiese detectarlos. Así, sabemos que entre 1410y 1419hubo nueve casos de actos de piratería denunciados ante el baile general, máxima autoridad administrativa al servicio del Rey. De esos nueve casos seis estuvieron protagonizados pr piratas valencianos. dos por vascos y otro por un súbdito de la Corona de Aragón originario de Si cilia (18). Este grupo de incontrolados era de los más peligrosos por resultar impo sible preveer sus acciones. Sin embargo, no era éste el único riesgo que debía de afrontar el comercio y los poblados litorales de las tierras valencianas. (18) GUIRAL, Jaequeline, “Course et piraterie u Valence de 1410á 1430’.Anuario de Es tudios Medievales.10 (1980), pp. 759-765. Año 1989 ANDRES DL4Z BORRAS Habíamos dicho que cada tipo de enemigos se diferenciaba del resto por una serie de peculiaridades a la hora de elegir sus presas y botines. Efectiva mente, los corsarios musulmanes, por ejemplo, constituían la que podemos considerar escala más baja de la piratería en nuestras aguas. Con fustas, ge neralmente, pequeñas y mal equipadas. sabiéndose inferiores en técnica y capacidad de combate, los corsarios berberiscos y granadinos rehuyeron los encuentros con barcos de tráfico y buscaron los abrigos de la costa, los bar cos de pesca de bajura o las localidades litorales aisladas, mal defendidas y con escasa población. Sus objetivos se centraban casi exclusivamente en la captura de cautivos, aunque no desdeñaron tampoco el robo de ganado y bienes, éstos nunca se hallaron a la cabeza de sus prioridades (19). En el punto diametralmente opuesto se encontraba la piratería genovesa. Los ge noveses disponían de grandes y poderosas naves o galeras ante las cuales era necesario hacer gala de buenos fundamentos navales para vencerles. Por esta razón, sus objetivos eran los barcos que hacían las rutas comercia les o los grandes puertos de la Confederación catalano-aragonesa; Barcelo na, Mallorca. Valencia, etc., de acuerdo con la tradicional guerra de desgaste que venían manteniendo con la Corona de Aragón desde tiempo inmemo rial. El saqueo de puertos o la captura de barcos mercantes minaba la moral del rival y reportaba suculentos beneficios si se tenía éxito (20). Entre ambos extremos mencionados se situaba una buena cantidad de piratas y corsarios de distinto origen y variada condición. El comportamiento de las flotas catalano-aragonesas frente a esta surti da gama de malhechores tuvo que ser forzosamente diverso. Frente a los enemigos berberiscos o granadinos las soluciones del problema eran difíci les. Hubiese resultado gravosísimo aparejar una flotilla permanente para perseguirles cada vez que se tenía constancia de su presencia. Por otra parte, los estragos causados, aunque preocupantes y lamentables en muchas oca siones, raramente repercutían directamente en el comercio urbano. Esto hi zo que se adoptase una política de represalias y acciones de castigo que pu do justificar la pervivencia de las operaciones de corso en el norte de Africa durante decenios. Si los berberiscos corrían estas aguas en busca de botín y cautivos, los valencianos harán lo mismo en sus costas. Poco más se podía hacer, salvo, como es lógico, mantener un sistema de defensa litoral en tie rra, que a partir del siglo XVI se convertirá en un verdadero baluarte ante la ofensiva islámica. Expediciones como la de 1397-1398contra Berbería no volverán a producirse en este periodo hasta que, a comienzos del quinien tos, Fernando el Católico comience una metódica ocupación de las plazas norteafricanas. El problema de la piratería genovesa aunque más peligroso era también coyuntural. Con el paso del tiempo acabaría por desaparecer. Precisamente, para contrarrestarlo se formaron con frecuencia escuadras combinadas de (19) DIAZ BORRAS, Andrés, Problemasmarítimosde Valencia...,pp. 114-128. (20) Ibídem, pp. 128-141. 112 24 L4 LUCHA ANTICORSARL4 EN V4LENCL4 DURANTE L.4 EDAD MEDL4 barcos procedentes de los distintos territorios que componían la Corona de Aragón. No obstante, conforme fue decayendo el peligro ligur, estas armadas guardacostas, muy ónerosas, fueron enrareciéndose. Aunque al final se extinguieron, no fue insólito el aparejo individual de cualquiera de las ciu dades con objeto de perseguir barcos aislados. Independientemente de pre servar intercambios comerciales, tales aparejos tendrían como misión la salvaguardia de los suministros cerealistas. Como la mayoría de las metró polis mediterráneas, densamente pobladas, Valencia estaba necesitada de avituallamientos anuales de grano procedentes de Italia, Castilla, Provenza o Berbería. Los barcos con cereal formaban una verdadera y fundamental arteria de abastecimiento cuya ruptura podía tener repercusiones muy ne gativas para la capital. Es por eso que los rectores políticos cuidaban espe cialmente la continuidad de ese tráfico. Al mismo tiempo. los navíos trigue ros representaban un botín muy apreciado por los piratas que dispusieran de un fondeadero cómplice donde descargar unas mercancías muy requeri das. y por lo tanto de fácil venta, en todas partes. El puerto de Cartagena cumplió a la perfección esta misión. Concebido desde su creación con este fin, para facilitar las operaciones contra los musulmanes, pero también con tra la Corona de Aragón, se convertirá en base de recalada obligada para los enemigos de la Confederación catalano-aragonesa (21). Pere Cabanyelles y la lucha antipirática En 1417las acciones piráticas estaban poniendo en un durísimo aprieto a las costas y comercios valencianos. Alo largo de todo el año, según la do cumentación municipal, se habían producido al menos siete avistamientos de fustas de moros en aguas catalano-aragonesas, que correrían los mares en busca de botín con entera impunidad (22).Este hecho, con ser por sí solo representativo de los peligros que acechaban al litoral, n era algo aislado. El acoso musulmán, ya lo hemos visto, no constituía el riesgo más temido por comerciantes y navieros. Sin embargo, siempre había estado unido a otra faceta de la misma problemática. Se ha podido constatar que mientras las fustas islámicas corrían aguas valencianas en busca de cautivos y botín, otros barcos cristianos procedían de igual manera, a la espera de una buena oportunidad, de un abordaje fácil y lucrativo. Al menos, tres barcos piratas habían sido capturados en 1417,confiscados por la autoridad real, el baile general, y subastados y adjudicados a nuevos propietarios. Una galeota de Joan Gizbert, otra de Marc Rossel de Onhuela y un navío del siciliano resi dente en Mallorca Colas de Martorello (23). Todos estos individuos, súbdi (21) Ibldem, pp. 154-158.Vid, también. TORRES FONTES. Juan, El concejode Cartagena en el siglo Xlii. Murcia, 1977. (22) DIAZ BORRAS, Andrés, Problemas marítimos de Valenciap. 678. (23) GUIRAL, Jacqueline, Courseel piraterie... pp. 759-760. Año 1989 ANDRES DL4Z BORRAS tos de la Corona de Aragón, se habían visto involucrados en acciones de bandidaje marítimo. Pero hubo más y más graves a juicio de los rectores po líticos urbanos: el Consel! y los jurados de Valencia. El aparejo de Pere Cabanyelles, en 1417,sin haber sido estudiado hasta la fecha, ya ha merecido cierta atención superficial. Ha sido mencionado por la historiadora Jacqueline Guiral en dos ocasiones, aunque se trata de referencias muy breves (24). Por nuestra parte, también habíamos tratado el tema, un tanto más extensamente, pero sin idea de profundizar en la cues tión (25). No obstante, pensamos que merece ser analizado pormenorizadamente por cuanto se trata de un caso que podemos considerar paradigmáti co de la realidad marítima valenciana de la época. Entre los acuerdos del Conseil reunido el 28 de agosto de 1417 se hallará uno que hace referencia a la elección como capitán de la expedición anticorsaria, promovida por Va lencia, del noble mosén Pere Cabanyelles. Varios mercaderes y algunas otras personas transmitirán sus quejas relacionadas con la captura de bar cos y entorpecimiento de sus negocios, a los consellers,los cuales decidirán introducir el problema en el orden del día de la asamblea comunal. Las que jas y reclamaciones, legítimas o justificadas desde luego, no hubiesen sido suficientes para movilizar todo el aparato político-administrativo urbano a no ser por razones de peso. La reiterada repetición de las depredaciones. que podía generar un clima de tensión y malestar en ámbitos muy sensibles de la capital, y el incidir algunas de ellas en barcos de aprovisionamiento para Valencia, pagados con dineros públicos en mayor o menor medida, recla maban la adopción de urgentes iniciativas. Lo cierto es que ambos factores coadyuvaban en la desestabilización de la paz social interior y el segundo atacaba directamente los intereses de la comunidad. Por esta razón, el Conse!! decidió la formación de una expedición punitiva formada por una gale ra —y un laúd según Guiral—, que debería perseguir, capturar o eliminar a cuantos piratas encontrara en aguas valencianas. Se le concedía un plazo de (24) La acciónemprendidaencontradelos piratasva a ser ejercidasin descanso alguno.En agostode ¡417, de,iuevocomoconsecuencia delas quejasdeparticularesy de las incursiones em prendidascontralos navíosqueaprovisionaban al reino,el consejomandaque searmeuna goleoy un laut duranteun mes.El capitánesunodelosjurars:Perecabanvelles,ablo poderesalad acostu ma!. GUIRAL, Jacqueline, “La piratería, el corso: sus provechos y ganancias en el siglo XV”. EnNuestrallistorja, 3. Valencia, 1980,p. 276. La segunda referencia existente relativa a este te ma es la siguiente: Par cesquelquesexemples, piraterieel guerre de courseparaisse,rt si activesau large descóresvalenciennespendats cettepériode, quelesauloritéssesont émues. Dés¡417,eneffer,le Bailli deValenceafair appelá PereCabanvelles, cavaler,capitained’unegalérearmée,patronée par Cristófol Murta,pourprotégerla cóte.II estd ‘ailleurrérribuépar la vi/lede Valence:lo qual anavaa sou dela ciuratdeVal/vieja.11semblequesonactionoit étédurableetefficace, puisquele10novembre 1422 le PereGabanyelles reme!entrelesmainsduBaili, PereGallan maninerde Oriola,qui s‘adon nair vraisemblablemeniá la piratenie,e!qui s ‘étairemparépar volá Geuta,d’unegaliota dePortugal de 22 bancs.II avait donebien accompliso missioninitiale, commel’écrivaitJuan Mercader,le 29 Aout ¡417,’ecomanya aquellquesi ab la dita galerae ab qualsevolsfusts, podiohavera manssues los dits cossaris o algun de aquels’ GUIRAL, Jacqueline. “Course et piraterie...”, pp. 764765. (25) DIAZ BORRAS, Andr&s, Problemasmarítimosde Valencia...,pp. 277-278. 114 24 LA LUCHA AN77CORSARIA EN VALENCIA DURAKI’E L4 EDAD MEDIA un mes para que patrullara por mares próximos a la ciudad, ampliable du rante todo el tiempo que considerase oportuno para cumplir su misión (26). Dado que la capital no disponía de navíos en condiciones operativas, que la morosidad en conseguir poner a punto sus barcos haría imposible la empresa y que, por el contrario, se podría contar con el concurso de fustas privadas, se decidió fletar para la misma la galera de Cristófol Murta de Ma llorca, su patrón (27). De esta manera, se contrataría el barco mencionado colocándolo a las órdenes de un responsable de los poderes políticos urba nos. La elección recayó en uno de los jurados de Valencia, representante del aparato ejecutivo de gobierno local. Mosén Pere Cabanyelles reuniría en su persona las condiciones más idóneas al ser jurado y a la vez noble caballero familiarizado, en teoría, con las acciones militares, aunque tal vez menos acostumbrado a la vida naval. En cualquier caso, las tareas de gobierno de la galera estarían encomendadas a Cristófol Murta, su patrón, persona com petente en tales menesteres, Pere Cahanyelles tendría como responsabili dad exclusiva la supervisión del control del barco y la plena dirección de las operaciones militares, una vez fúesen avistados los enemigos (28). El mismo día 28 de agosto de 1417,actuando como testigos el notario Be renguer Rovira y En Bernat Mercader, el Capitán de la galera, Pere Caba nyelles, y el sindico de la ciudad, En Jaume Dezplá, firmaban las oportunas garantías y seguridades ante el Baile General, micer Joan Mercader. Efecti vamente, todos los aparejos de barcos armados, según los fueros, debían de contar con la aprobación de la máxima autoridad real en la jurisdicción (29). Esta práctica, tradicional en el ordenamiento legislativo valenciano, es explicable puesto que constituía la única fiscalización por parte de los recto res del reino de Valencia respecto de los armadores particulares, entre los cuales se veía incluida la ciudad, bien a su pesar. Precisamente por eso, la población pugnará por conseguir eludir tal deber en los casos en que la ur gencia lo hiciere recomendable (30). Aunque no es éste el caso, con frecuen cia, en años sucesivos, el proceso de armamento, que para ser operativo re quería gran celeridad, se vio paralizado por una burocracia colapsante y la animadversión del Baile General. En efecto, el representante real, conocedor de las pretensiones urbanas cerca del monarca, tendentes a la eliminación de su competencia en semejantes aparejos, entorpecerá, reclamará y apelará al soberano para retener sus atribuciones frente a Valencia. Ya en la reunión del Conseil, que hemos mencionado un poco más arriba, se hace referencia (26) Archivo Municipal de Valencia (desde ahora AMV), Man uals de Consells, A-26. f. 276 rv. (27) Archivo del Reino de Valencia (desde a hora ARV),Real Cancillería, 680,mano IV, f. 208 rv 209 r. (28) AMV, Man uals de Gonsells, A-26, f. 276rv. (29) ARV, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 208 rv 209 r. (30) DIAZ BORRAS. Andrés, Problemas marítimos de Valencia.... pp. 60-69. Año 1989 ANDRESDL4ZBORRAS expresa a la solicitud al monarca del permiso. obviando el papel que había venido jugando el Baile General: els dits honorablesjurats havien demanat u céncia al Senyor Rey de poder armarfusta ofustes per castigarlosdits malfaçanrs (31). Lo cierto es que pese a estas palabras el trámite correspondiente fue cumplimentado en manos de Joan Mercader. Se trataba, en definitiva, de un compromiso según el cual el barco armado no atacaría a súbditos o aliados del soberano catalano-aragonés. incluyéndose en esta categoría a moros y judíos de territorios en buenas relaciones con el país más oriental de la Pe nínsula Ibérica. Este compromiso, materializado en un juramento de fideli dad con reminiscencias de los rituales feudales, estaba complementado por la entrega de fianzas o la presentación de avaladores. En este caso, el síndico de Valencia, Jaume Dezplá. cumpliría ese papel. En la hipótesis de que Pere Cahanyelles incumpliera su juramento conscientemente o ante la posibili dad de que en un enfrentamiento fortuito se causaran daños a aliados o na turales de territorios del Rey, el garante respondería económicamente de las pérdidas ocasionadas. Es decir, la ciudad se comprometía a resarcir a cual quier siniestrado que pudiera demostrar su inocencia y reclamase la tropelía. En esta ocasión, la gestión de la autorización fue muy rápida, quizás por ello se efectuó. Al día siguiente, 29 de agosto, el Baile General libraba la co rrespondiente acreditación a Pere Cahanyelles para que pudiese actuar li bremente con elrespaldo legal (32).Según este documento, los responsables de la administración real, subordinados del baile general, repartidos por to do el reino de Valencia, estaban obligados a facilitar la tarea de búsqueda de los piratas y auxilio a la galera armada por la ciudad. El capitán designado por la ciudad se convertía también en el representante de Joan Mercader y por lo tanto lo era del monarca, con poderes para juzgar y castigar sumaria mente a cuantos malhechores encontrase, de acuerdo con su arbitrio. Igno ramos durante cuánto tiempo permaneció en labores de vigilancia la galera de Cristófol Murta de Mallorca pero no sobrepasaría en mucho el mes esti pulado en el acuerdo del Conseli. Sabemos que a mediados de octubre ya se hallaría de regreso en Valencia. De manera que entre el 29 de agosto y mitad de octubre serian las fechas tope de su posible misión guardacostas. Efecti vamente, el día 19de ese último mes los jurados de la capital escribían a mo sén Rodrigo de Luna. Comendador de Monzón, una carta en la que se men cionaba los trabajos efectuados por el patrón mallorquín y su barco (33). Rodrigo de Luna era un noble emparentado con Benedicto XIII y capitán de las galeras papales fondeadas en Peñíscola. Este personaje, que durante algunos años realizó una activa labor corsaria en Berbería, contaba con la colaboración y simpatías de los rectores urbanos. Con frecuencia, Valencia acudió a él en busca de auxilio naval; en reciprocidad, mosén Rodrigo de (31) (32) (33) 116 AMV, Manua/s de C’onse/ls, A-26, f. 276 rv. ARV, Real Cancillería. 680, mano IV, f. 209 iv. AMV. Llerres Mlssi ves, g3-13, f. 216 y. 24 LA LUCHA ANTICORSARL4 EN VALENCIA DUK4NTE LA EDAD MEDIA Luna solicitaría la cooperación ciudadana en cuestiones como avitualla miento de sus barcos o dotación técnica de los mismos (34). Es muy proba ble que en esta ocasión los jurados contestaran a un requerimiento del no ble en cuestión y que habría sido escrito en Peñíscola el día 12 de octubre. Se trataría de una petición para que la galera de Cristófol Murta se incorporara a la escuadra del Papa Benedicto. Los miembros del poder ejecutivo urbano lamentarían la imposibilidad de acceder a la solicitud de mosén Rodrigo de Luna, aduciendo el reciente regreso de la expedición de Pere Cabanyelles, a raíz de la cual la fusta se encontraría deteriorada por la travesía y en parte desarmada. Gracias a esta carta, sabemos que ya se habrían juzgado y con denado a algunos piratas. Según los jurados, Valencia ya había hecho gran punició de ladres e altresmais hómens entre los quals ni ha haüts de penjats e de açotats e en altra manera castigats(35). En total sufrieron el peso de la justicia, entre ejecutados, azotados y castigados, cuarenta piratas. Pese a que a mediados de octubre la galera ya había regresado al puerto de Valencia, no será hasta comienzos de noviembre cuando se inicien las gestiones tendentes a evaluar la presa realizada. Se trataba de dos galeotas, una de veintidós bancos y otra, un leño propiamente dicho, de trece. La ra zón de esta demora estuvo relacionada con las malas condiciones físicas en las que volvió mosén Pere Cabanyelles de la expedición. En efecto, el día 3 de noviembre de 1417,el Baile General del reino de Valencia conminaba al capitán de la ciudad a dar cuenta de los bienes, objetos y pertenencias de las dos galeotas apresadas en el plazo de veinticuatro horas, bajo pena de seis mil florines, cantidad muy respetable. Esta especie de ultimátum lanzado por Joan Mercader tenía su razón de ser en la obligación que todos los cor sarios legalmente armados debían de cumplir, la presentación de las presas (36). Dado que Cabanyelles ya se encontraría en Valencia desde mediados de octubre, parecía plausible interpretar su tardanza en presentarse ante la máxima autoridad real como una desconsideración o tal vez como un inten to de escamotear los bienes confiscados. Nada de ello era cierto y pudo com probarse de inmediato. El oficial subordinado encargado de llevar el reque rimiento a Pere Cabanyelles pudo comprobar, personalmente, que éste se hallaba postrado en su lecho y que así había permanecido desde su regreso, razón por la que no se había presentado ante el Baile General (37). Este he cho despejaba cualquier duda respecto de las intenciones de nuestro Capi tán, pero es que, además, el escrito de Joan Mercader significó la reacción del síndico de Valencia Jaume Dezplá que, puesto al corriente de lo que su cedía, se presentó de inmediato ante su presencia (38). Una vez certificado de todas estas circunstancias el Baile General prorrogará el plazo de verifica (34) (35) (36) (37) (38) DIAZ BORRAS, Andrés. Problemas marítimos de Valencia....pp. 265-268. AMV, Lletres Missives, g3-13,f. 216 y. ARV, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 210 r. ARV,Real Cancillería, 680, mano IV, f. 210 r. ARV, Real Cancillería, 680, mano IV, f 210 rv. ALio 1989 ANDRES DL4Z BORRAS ción de sus presas hasta que Pere Cabanyelles se hubiese recuperado de su convalecencia (39). No será hasta el día 10 de noviembre cuando el capitán valenciano haga acto de presencia ante Joan Mercader. Con tal fecha, se personaba cerca del administrador de los bienes reales dispuesto a revisar con él las presas que se hallaban en las atarazanas del Grao, en unión de la galera de Cristófol Murta. Cabanyelles justificaba su retraso por la enfermedad padecida, in formando al Baile General de que era la primera vez, desde su regreso, que salía de su casa. Además de los bienes capturados, entregaba a la justicia a Pere Galard, marinero de Orihuela y patrón pirata, máximo responsable de una de las galeotas capturadas. Es muy probable que con objeto de hacer es carmiento de los bandidos de mar que infestaban las aguas valencianas se hubiese procedido a hacer ejecuciones sumarias de la mayoría, dejando al más caracterizado de ellos para serjuzgado por los procedimientos habitua les. De esta manera, la publicidad lograda con una actuación tan rápida y contundente como la primera era continuada y prolongada con la segunda (40). Así pues, por orden del Baile General, acudieron al Grao de Valencia el alguacil de su corte Antoni Pasqual y el notario Berenguer Rovira, que junto a Pere Cabanyelles procederán a inventariar los aparejos de las dos galeotas atrapadas (41). Disponemos, afortunadamente, de ambos inventarios. Si generalmente es muy difícil establecer el resultado de las armadas ciudadanas contra pira tas, cosa que es posible en este caso, es mucho más complicado conocer las características de las presas efectuadas a los mismos. En este sentido el ejemplo de Pere Cabanyelles y la galera que capitaneó puede considerarse singular y muy valioso para el estudio de estos problemas y de las dotacio nes de los barcos corsarios o piratas de pequeñas dimensiones. Es por eso que consideramos altamente conveniente transcribir, íntegramente, esos inventarios. INVENTARIO DE BIENES DE LA GALEOTA Y LEÑO CAPTURADOS POR LA GALERA CAPITANEADA POR PERE CABANYELLES (42) Primerament, lo buch de la galiota de Portugal deXXflbanchs ab son arbree ses entenes (43). Item, dosfaxos de darts (44). (39) ARY, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 210 y. (411» ARY, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 210 y 211 r. (41) ARV, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 210 y 211 r. (42) ARV, Real Cancillería, 680, mano IV, f. 211 rv y mano V, f. 1 rv. (43) En primer lugar el casco de la galeota de Portugal. de 22bancos, con su palo mayor y sus entenas: yerga que sostiene la vela latina. (44) También. dos fajos de dardos. 118 24 JA LUCHA AJTTICORSARIAEN VALENCIA DURAKE ítem, ítem, ítem, ítem, Item, ítem, Item, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, Item, ítem, ítem, LA EDAD MEDIA VI costes (45). 1 anquilófornit (46). 1 orça d’avant (47). Iprode (48). 1 amant (49). 1 troça (50). 1 beta de collar (51). Iíorçapobs (52). 1 orça (53). 11 bragots (54). 1 cornalet d’erba (55). í bandera a senyal de Portogal sotil (56). III lançes largues (57). XVIII lançes man ens (58). XXXI escuts, VííII grans e XXIí pochs, ab diversessenyals (59). luí calderons grans e pochs (60). Vcalderetes planes (61). VII guanteroles (62). XJIíI barrilis (63). hun gran munt de pa de bescu,vt(64). palament LXXY(JIí rems (65). (45) No hemos podido identificar la palabra costes. (46) El término anquiló es una traducción catalana de la palabra genovesa anchino, que designa el cabo que tensa la yerga del palo mayor. (47) La orza o contrapeso situado a popa del trinquete de la fusta. (48) Aunque con reservas, esta palabra pensamos que designa al timón de proa. (49) El amante es el cabo de gran calibre, fijado por un extremo y libre por el otro, que se emplea para suspender objetos fácilmente. (50) La troza es el cabo forrado de cuero, formando una anula en su extremo, que man tiene unido el palo mayor y la entena de la vela latina. (51) El cabo utilizado para izar velas. (52) Orza a popa. Es el cabo, con anula en un extremo, empleado en las embarcaciones de vela latina para tirar a popa el caro percha de la entena, cuando hay buen viento o se pre tende recoger velqs. (53) Pieza de hierro muy pesada empleata como lastre o contrapeso. (54) Cabos que ligan la entena y el palo mayor. (55) Cabo de unos dos metros, aproximadamente. que se aplica para el mejor dominio del aparejo cuando éste está a todo trapo. (56) Una bandera pequeña de Portugal. (57) Tres lanzas largas. (58) Dieciocho lanzas cortas. (59) Treinta y un escudos, nueve grandes y veintidós pequeños con distintos distin tivos. (60) Cuatro calderos grandes y pequeños. (61) Cinco calderetas pequeñas. (62) Siete guanteletes para la protección de las manos. (63) Catorce barriles. (64) Un gran montón de pan de bizcocho. (65) Ochenta y tres remos. AIo 1989 AI’IDRES DL4Z BORRAS ítem, ítem, ítem, ítem, ítem, II timons bayonenchs (66). II timons Iatins (67), 1 ruxó (68). II ánquores (69). una caxeta defust d ‘Espanya,de dins la qual eren los cosessegüents (70). Primo II brúxoles (71). Item, dues ampoletes de ores (72). ítem, 1 carta de navegarja squinçada (73). Item, unes cestes (74). ítem, III palomeres d’erba (75). Item, 1 palomera d’erba ve/la (76). ítem, una spartina de cánem (77). Item, VIII peçes de ferre d’armar davant e de trás (78). ítem, VIII parelis de davant-braços (79). ítem, VIII caps de ferre (80). ítem,IIIbalestes (81). ítem,IIarbres de balesra (82). ítem, una canfonia (83). ítem, VIII pare/ls deguarda-braços o gosets (84). Item, un sach dins lo qual ha una peça d’arnes que era delpatró(85). ítem, VIII cap de ferre del patró (86). ítem, dos davant-braço del patró (87). Item, Vlspases (88). (66) Dos timones hayoneses. Dos timones latinos. (68) Un ruzón o anda de pequeñas dimensiones. (69) Dos áncoras. (70) Una cajita de madera de las fabricadas en Granada en la que había: (71) Dos brújulas. (72) Dos relojes de arena, de una hora cada uno. (731) Una carta de navegar ajada y destrozada. (74) No hemos podido identificar esta palabra. (75) Tres cabos para varar la fusta en tierra. (76) Un cabo viejo para varar la fusta en tierra. (77) Una esparcina o cabo para varar la fusta en tierra. (78) Ocho piezas de hierro empleadas para botar la fusta, tanto para proa como para popa. (78) Ocho pares de protectores de antebrazos. (80) Ocho cascos de hierro. (81) Tres ballestas. (82) Dos mangas de ballesta. (83) Un ingenio de ballesta similar al martinete y con idéntica misión de resorte. (84) Ocho piezas de protectores para los brazos. (85) Un saco dentro del cual había una pieza de armadura del patrón del barco. (86) Ocho cascos de hierro del patrón. (87) Dos protectores del antebrazo. (88) Seis espaldas. (67) 120 24 L4 LUCH4 ANTICORSARIA EN VALENCIA DURANTE LA EDAD MEDIA Ítem, Ítem, Ítem, ítem, Ítem, Ítem, Ítem, Ítem, Ítem, Ítem, Item, Ítem, Item, Ítem, Item, Ítem, Item, Ítem, Ítem, Ítem, Item, Ítem, Ítem, Ítem, 1 scut ab maneta (89). 1 artimó de drap do lona (90). 1 borda do lona (91). hun altre buch del leny de Xlii banchs ab son arbre e ses entenes (92). lo palament XXX rems (93). 1 palomera d’erba (94). 1 troça (95). 1 amant (96). II arçapobs (97). Iorça d’avant (98). 1 cornalet (99). VI costes (100). 1 bragot (101). 1 predech d’arborar (102). 1 tal/a de collar (103). VII lançes largues, la una sensferre sotil (104). III! guanteroles (105). XXIIÍI barrills (106). II timons (107). Í govern (108). Ílrexons (109). V carabaçesgrans apedaçades (110). 1 beta de collar (111). Í arbre ab ses entenes de la migana (112). (891) Un escudo con maneta para su sujeción. (90) (91) (92) (93) (94) (95) (96) (97) (98) (99) (100) (101) (102) (103) (104) (105) (106) (107) (108) (109) (110) (111) (112) El artimón o vela de popa tejida en lona. Debe de tratarse de otra vela del aparejo, pero no hemos podido identificarla. Un casco de leño de trece bancos con su palo mayor y entenas. Treinta remos. Un cabo para varar la fusta en tierra. Vid. nota 50. Vid. nota 49. Vid, nota 52. Vid. nota 47. Vid, nota 55. Vid. nota 45. Vid. nota 54. Vid. nota 48. Vid. nota 51. Siete lanzas largas, una de ellas pequeña y sin punta de hierro. Vid. nota 62. Vid. nota 63. Vid, nota 67. Timón para gobernar la embarcación.Vid. nota 67. Vid. nota 68. Debe de tratarse de cinco flotadores destrozados. Vid, nota 51. Palo y entenas de la mesana. Año 1989 ANDRES DUZ BORRAS ítem, 1111sachs de pa (113). liem, 1 artimó e 1 migana (114). Item, VI bacinets de ferre la hu ab capmal (115). Item, Iii cuyraçes blanques (116). Item, llcuyraçes negres (117). liem, Icuyraça vermella (118). lien?, 1 cuvraça blava (119). ítem, líbalestes (120). Item, 1 braç de balesta sens arbre (121). Item, VI paveses (122). Item, VII taulachos (123). Item, un caxó en que havia les coses següents (124). Primo, Vparels de manegues deftrre (125). liem, Igorgeri (126). lieni, II pareis de davant-braços (127). ítem, 1 broquerpoch (128). Item, 1 careta de ferre (129). Item, Icanfonia (130). ítem, Icint ab telola (131). ítem, Icint ab maneta (132). ítem, 1 cint sens maneta e telola (133). ítem, una altra caxa en que havia les coses següents (134). Primo, una brúxola (135). ítem, 1 quarquaix (136). (113) (114) (115) (116) (117) (118) (119) (120) (121) (122) (123) (124) (125) (126) (127) (128) (129) (130) (131) (132) (133) (134) (135) (136) 122 Cuatro sacos de pan de bizcocho. Vela de popa y la mesana. Seis bacines pequeños, uno con tapadera. Tres corazas pintadas de blanco. Dos corazas pintadas de negro. Una coraza pintada de rojo. Una coraza azul. Dos ballestas. Un brazo de ballesta sin mango. Seis escudos largos o paveses. Siete escudos circulares. Un cajón en el que se encontraban: Cinco pares de protectores de mangas de hierro. Una pieza de armadura que protegía el cuello. Dos pares de protectores de antebrazo. Un escudo circular con cazoleta para la mano. Una pieza adherida al casco y que protegía la cara. Vid. nota 83. Un cinto con corredera. Un cinto con maneta. Un cinto sin corredera ni maneta. Otra caja en que había las siguientes cosas: Una brújula. Un carcaj. 24 L4 LUCHA ANTICORSÁRIA EN VALENCIA DURANTE LI EDAD MEDIA ítem, Igarbó de biratons (137). ítem, II maraços (138). ítem, Iícoixins (139). ítem, un altre caxó o caxa, dins la qual havia les coses següents (140). Primo, una carta squinçada de navegar (141). ítem, 1111parels de calçes squinçades (142). ítem, ígarbeta deJiexes (143). Item, hun costalet dins lo qual eren ligats V troçetsde quatfes e deflaçades. squinjades (144). Item, hun altre costalen que havia ligatXXgoneles blanques, blavese burel/es, totes squinçades (145). Item, hun altre costalet en que havia ligat Víllí tabans e Vfiaçades oldanes squinçades (146). ítem, hun altre costalen que havia ligat una capa burel/a e Vílilgonelles totes squinçades e Vjupons totsrots,squinçats eh un troçetde tapicsquinçat tanbé e Víí katffes totes squinçades (147). ítem, una bonbarda petita (148). ítem, íII spases sens bahines (149). ítem, II calderons, ígran, altrepoch (150). ítem, ífeires de cuynar (151). ítem, ípaella (152). Item, una tenda de popa de drap de lana, barrada de vert e de blanch (153). (137) Un manojo de flechas pequeñas. (138) No hemos podido identificar esta palabra. (139) Dos cojines. (140) Otro cajón en el que se hallaron los objetos siguientes: (141) Vid. nota 73. (142) Cuatro pares de calzas destrozadas. (143) Un puñado de flechas. (144) Un costal pequeño en el que se encontraron cinco pedazos de alfombras y mantas destrozadas. (145) Otro costal en el que estaban atadas veinte sayas blancas, azules y negras, todas destrozadas. (146) Otro costal pequeño en el que se encontraron cinco mantas viejas y destrozadas, al igual que nueve piezas de otros enseres que desconocemos. (147) Otro costal en el que había atado una capa negra y nueve sayas destrozadas y cinco jubones, un fragmento de tapiz y siete alfombras, todo ello destrozado. (148) Una hombarda pequeña. (149) Tres espadas sin vainas. (150) Dos calderos, uno grande y otro pequeño. (151) Una parilla de cocinar. (152) Una sartén. (153) Una tienda de popa de lana, a franjas verdes y blancas, a modo de castillo de popa. Año 1989 ANDRES DIAZ BORRAS ítem, XXV emes, bernegats e scudiles defust (154). Item, una flaçada blanqua barrada tota squinçada (155). Como puede comproharse a través de la presente relación la galeota de Portugal llegó ya muy mal aparejada hasta la ciudad de Valencia. Bien es cierto que había sufrido una larga odisea. Destinada a socorrer Ceuta, de fendida por los portugueses ante el ímpetu berberisco, fue capturada en aquellas aguas por el pirata oriolano. Es de suponer que en tal acción ya per dió parte de sus armas defensivas y ofensivas, además de aparejos y vela men. Pero es que después tendría que sufrir una nueva acometida por parte de Cahanyelles y la galera de Murta, la cual recordemos que a su regreso a Valencia no se hallaba en perfectas condiciones. El leño de Sunyer. pese a ser más pequeño parece haber sufrido menos daños por las operaciones na vales. Su propietario se quejará cuando lo reclame de no haber realizado ningún acto punible por el que mereciera perder el barco. Con todo, ambos inventarios pueden darnos una idea aproximada de las posibilidades mili tares de los corsarios y piratas medievales en la Edad Media, sobre todo de aquellos con pocos recursos y barcos pequeños. En diciembre de 1417,el día 7. el Conseil procedía al pago del salario del capitán Pere Cabanyelles (156). Parecía como si todo estuviese ya conclui do sin embargo, aún habrá que afrontar algunos problemas y dilucidar nuevas cuestiones planteadas. Ya el día 26 de enero de 1418,Jaume Cabanes denunciaba ante el baile general las pésimas condiciones de conservación en las que se encontraban los bienes custodiados en las atarazanas. A causa de la humedad, muchos de ellos se deterioraban velozmente, por lo que pa recía recomendable adoptar alguna medida cuanto antes (157).Joan Merca der decidió subastar todos los objetos que fuera posible. encargando esta misión al corredor En Miralles Nom de Déu, el cual, junto a Antoni Pas qual, alguacil, y el escribano correspondiente se personarían rápidamente en el Grao de Valencia. El resultado de la suhasta fue el siguiente: INVENTARIO DE LOS BIENES SUBASTADOS PERTENECIENTES A LOS BARCOS CAPTURADOS POR CABANYELLES (158) Primerament, una flaçada ve/la sotil a.N Pere Navarro,flaquer, per preu de 1111s lId (159). Item, una sclavinavella,sotil,al dit PereNavarro,per preu de III s Iii d (160). (154) Veinticinco cubiertos y platos de varios tipos, todos de madera. (155) Una manta blanca, a franjas, toda destrozada. (156) AMV, Manuals de Gonselis, A-26. f. 294 r. (157) ARV,Real Cancillería, 680, mano V, f. 1 y. (158) ARV, Real Cancillería, 680. mano Y. f. 1 y al 3 r. (159) Primeramente, una manta pequeña, vieja, a En Pere Navarro, panadero, vendida por precio de 4 sueldos 2 dineros. (160) Item, una sclavina pequeña, vieja, vendida al dicho Pere Navarro por precio de 3 sueldos dineros. 124 24 LA LUCHA APTrIC0RSARL4 EN VALENCIA DURANTE LA EDAD MEDL4 ítem, altra sclavina ve/la oldana a.N PerePalau,per preu de Hl s VII d (161). ítem, altra sclavina veila sotil al dit PerePalau, per preu de EH s X d (162). ítem, ala-a sclavina sotil a.N Miquel Laçer, per preu de III s VII d (163). ítem, altra sclavina oldana a.N Pere Palau, per preu de III s III d (164). ítem, a/ira sclavina oldana a.N Johan d’Estandera,per preu de Vs E d (165). Item, cinchjuppons ve/lssquexatsa.NJacme Tomamira,perpreu deIs ld.(166). ítem, una capa burella vella squexada a.N Pere Palau per preu de 1111s VíId (167). Item, un a/bernuz o capot blanch ab listesnegresa.NPere Navarroperpreu de 1111s VIlil d (168). Item, tresgonellaçesve/lessquexades la una blava e les dues burel/es,a.NJac me Martí per preu de ls V d (169). Item, cinchgonellaçesve/lesmig podridesa.NJohan Stheve,perpreu del s (170). ítem, quatre gonellaçes squexades a.N Bernat Carboneli, per preu de 1 s VId (171). ítem, un capuxó pel-ras sotil a.N Pere Navarro, per preu de JIs X d (172). ítem, quatregonellesve/lesforadadesa.N PerePalau,per preu de Es VI! d (173). Item, quatregonelles vellessotils a.N Pere Palau,per preu de Hl s II d (174). Item, altres quatre gon e/les ve//es sotils a.N Jacme MartÉ per preu de II s 1111d (175). (161) ítem, otra sclavina, vieja y usada, a En Pere Palau vendida por precio de 3 sueldos 7 dineros. (162) ítem, otra sclavina pequeña, vieja, vendida al dicho Pere Palau por precio de 4 suel dos 10 dineros. (163) ítem, otra sclavina pequeña a En Miquel Laçer, vendida por precio de 3 suel dos 7 dineros. (164) ítem, otra sclavina usada, vendida a Pere Palau por precio de 3 sueldos 3 dineros. (165) ítem, otra sclavina usada, vendida a Joan d’Estandera, por precio de 5 sueldos 2 dineros. (166) ítem, cinco jubones, viejos y destrozados, vendidos a Jaume Tornamira por precio de 1 sueldo 1 dinero. (167) Isem, una capa negra, vieja y destrozada, vendida a En Pere Palau por precio de 4 sueldos 7 dineros. (168) ítem, un capote blanco, con franjas negras, vendido a En Pere Navarro, por precio de 4 sueldos 9 dineros. (169) ítem, tres gonelas o sayas viejas y destrozadas, una azul y dos negras, vendidas a En Jaume Martí por precio de 1 sueldo 5 dineros. (170) ítem, cinco gonelas o sayas viejas medio podridas, vendidas a En Joan Stheve, por precio de 1 sueldo. (171) ítem, cuatro gonelas o sayas destrozadas, vendidas a En Bemat Carhonell, por pre cio de 1 sueldo 6 dineros. (172) ítem, un capuchón de piel raída, pequeño, vendido a En Pere Navarro, por precio de 2 sueldos 10 dineros. (173) ítem, cuatro gonelas o sayas, viejas y agujereadas, vendidas a En Pere Palau, por precio de 2 sueldos 7 dineros. (174) ítem, cuatro gonelas viejas, pequeñas, vendidas a En Pere Palau. pór precio de 3 sueldos 2 dineros. (175) ítem, otras cuatro gonelas o sayas pequeñas y viejas vendidas a Jaume Martí, por precio de 2 sueldos 4 dineros. Aio 1989 ANDRES DL4Z BORRAS Item, dues gonelles de frisó vellessotils a.N Bendixo de Cardona, per preu deIs (176). Item, un raçel veli sotil a.N Pere Palau, per preu de lIs V d (177). Item, dos tapins totsforadat a.N Martí Fuster, per preu de ¡ s Vii d (178). Item, dues serpelleresburellesa.N Thomás Ynanyes,perpreu de Vs VIEd (179). Item, un capuxó de sayal burell a.N Pere Palau, per preu de X s 1 d (180). Item, un capot deftltre a.N Pedro Largo, per preu de luis Vi d (181). ítem, dos capots, la hu blanch defeltre e l’altreburell de sayal velisa.N Thomás Ynanyes, perpreu dellIs (182). Item, un manto de sayal blanch a.N Johan de Palença, per preu de Villi sXd (183). ítem, una flaçada vella sotil a.N Pere Navarro, per preu de lis X d (184). Item, altra flaçada vella sotil a.N Martí Fuster,per preu de luIs (185). liem, un razell vell sotil a.N PereNavarro, per preu de III s VII d (186). Item, un capot blanch de sayal veil a.N Johan Amich, per preu de liii s 1111d (187). Item, un raçell veil sotil a.NMartí Fuster, per preu de Jis lId (188). Item, dos capots burelis squexats a. NJohan Stheve. Vs Vlld (189). Item, un tendello de lenny blanch e vertde lanaforrat de canemaz LXXX ViII s Vid (190). (176) ¡em, dos gonelas de frisón, pequeñas y viejas, vendidas a Bendixo de Cardona por precio de 1 sueldo. (177) Ítem, un racel de barco, pequeño y viejo, vendido a Pere Palau, por precio de 2 suel dos 5 dineros. (178) liem, dos chapines, agujereados por completo, vendidos a En Martí Fuster por pre cio de 1 sueldo 7 dineros. (179) Ítem, dos arpilleras negras, vendidas a Tomás Ynanyes por precio de 5 sueldos 8 dineros. (180) liem, un capuchón de sayal negro, vendido a En Pere Palau por precio de 10sueldos 1 dinero. (181) Ítem, un capote de fieltro vendido a En Pedro Largo por precio de 4 sueldos 6 dineros. (182) Ítem, dos capotes, uno blanco de fieltro y Otro negro de sayal viejo, vendidos a To más Ynanyes por precio de 3 sueldos. (183) Item, un manto de sayal blanco vendido a En Joan Palença, por precio de 9 sueldos 10 dineros. (184) Item, una manta, vieja y pequeña, vendida a En Pere Navarro por precio de 2 suel dos 10 dineros. (185) Item, otra manta, pequeña y vieja, vendida a En Martí Fuster por precio de 4 sueldos. (186) liem, un racel de fusta, viejo y pequeño, vendido a Pere Navarro por precio de 3 sueldos 7 dineros. (187) Item,un capote blanco de sayal viejo, vendido a En Joan Amich por precio de 4 sueldos 4 dineros. (188) Ítem, un racel de barco, pequeño y viejo, vendido a En Martí Fuster por precio de 2 sueldos y 2 dineros. (189) liem, dos capotes, negros y destrozados, vendidos a En Joan Stheve por: 5 sueldos 6 dineros. (190) Ítem, una tienda, a modo de castilla de popa, de leño, color blanca y verde, de lana y forrada de cañamazo: 88 sueldos 6 dineros. 126 24 LA LUCHA AI1ICORSARL4 EN VALENCIA DURAKrE LA EDAD MEDIA La adjudicación de los bienes se hizo en la Cruz del Grao, al final del ca mino que conducía desde la ciudad hasta su puerto. La cantidad total alcan zada en la subasta se cifró en 202 sueldos 2 dineros, suma reducida en com paración con los posibles gastos del armamento, más aún si la comparamos con los gastos que semejante proceso había generado (191). La conclusión de todo el problema se va a dilucidar en los meses sucesi vos, con la entrega de los barcos a sus legítimos dueños. En efecto, el Conseil, reunido el día 4 de abril de 1418,discutió la propuesta presentada por mosén Luis de Falces, caballero aragonés y encargado de la defensa de los intereses portugueses en esta cuestión (192). Luis de Falces había sido elegido por el monarca lusitano para reclamar de la ciudad la devolución de la galeota pa troneada porAntón Sánxez. La fusta fue enviada por el rey de Portugal para socorrer Ceuta. Encontrada por los malhechores y capturada, pasaría a con vertirse en barco pirata hasta su apresamiento por Pere Cabanyelles. Te niendo noticia de ello en Portugal, se intentaba ahora recobrar la galeota haciendo la correspondiente solicitud. El Conseil yios jurados deliberarían acerca de la propuesta accediendo a ella y reintegrando el barco, en una evi dente muestra de generosidad. No obstante, demandarían que las personas que se hiciesen cargo de la fusta cumplimentaran las fianzas y seguridades correspondientes en manos del baile general, para evitar así cualquier futu ro incidente. Probablemente con esta decisión se ponía fin a la cuestión; sin embargo, aún disponemos de otro testimonio datado a 6 de noviembre de 1418 en el que se mencionaba un hecho inquietante. Los jurados de Valen cia escribían a Bernal Jornet, mercader de la capital, recabando mayor in formación respecto de una galeota portuguesa que infesta nostresmercaderse dficulta venir ac( les vituallese altres mercaderies,damnejant nostresmercaders, incursitant aqueixes mars (193). Entra dentro de lo posible presumir que éste barco fuese el mismo que meses antes había sido entregado por las autorida des valencianas (194). El leño o galeota más pequeña, segunda de las presas de Pere Cabanye lles, también fue reclamado por su legítimo propietario, Bernat Sunyer, ha bitador de la vila de Castellód’Ampurjes,en el Principado de Cataluña. Esta fusta, que había sido apresada en el Cabo Cervera, según su propietario, no (191) Se gastaron 2 sueldos 6 dineros en el transporte de los bienes desde.las atarazanas al lugar de la suhasta, 3 sueldos en pagar al corredor por sus gestiones y otros 3 sueldos por el salario del notario que levantó acta de la almoneda. Por último, se pagaron otros 3 sueldos al alguacil que dirigió la operación, de esta manera, quedaron limpios 190 sueldos 8 dineros que quedaron ingresados en la Tau/a de canvis del banquero Francesc Siurana, habitual operador con fondos del rey. ARV, Real Cancillería. 680. mano y. f. 3 rv. (192) AMV. Manuals de (‘onselis, A-27. f. 7 r. (193) AIv1V,Lletres Missives, g3-14.f. 50 r. (194) Sobre los efectos del corso portugués en Valencia, vid. DIAZ BORRAS, Andrés TRENCHS ODENA, José. “Piratería y Dret portugués: el ocaso lusitano en Valencia durante la transición del Mediterráneo al Atlántico (1450-1500)”.Congresso Internacional Bartolomeu Dias e a sua Epoca. Porto, 2 1-24 de setembro de 1988.Comunicación presentada y próxima mente publicada. AlIo 1989 ANDRES DUZ BORRAS había cometido ninguna tropelía. Con todo, Bernat Sunyer accedería a ple garse a la petición urbana de entregar fianzas y dar garantías siempre y cuando el barco le fuese devuelto (195). El Conseil del 23 de junio daba carta blanca para que se devolviera la galeota a su patrón. Ese mismo día el Baile General procederá de idéntica manera, tomando en consideración la actitud de Valencia y las intercesiones del noble mosén Bernat Centelles y de a/tres notables persones. Bernat Sunyer recibía la galeota. sus aparejos y algunos otros bienes (196). BIENES DEVUELTOS A BERNAT SUNYER. SEÑOR DEL LEÑO CAPTURADO POR CABANYELLES Prirnerament,sercuyraçes (197). liem, sis caps de ferre (198). ítem, sis parelis de manegues de ferre (199). lien?, un gorgeri de ferre (200). liem, un cmi de tel/ola (201). lien?, un altre cint menys de maneta (202). lien?, un altre cint ab manera (203). Item, dos parelis de davant-brassos (204). Item, una sanfonia (205). liem, un broquer (206). liem, un altre cmi ab maneta (207). liem, dos coixins (208). ítem, dues balestes (209). liem, un carcaix ab una garbera deflexes (210). liem, tres caxons en qué staven les sobrefitescoses (211). (195) AMY, Manuals de conselis,A-27, f. 36 y. También en ARV, Real Cancillería, 680. mano V, f. 4 r. (196) ARV, Real Cancillería. 680, mano Y. f. 4 r al 5 r. (197) Primeramente, seis corazas. (198) ítem, seis cascos de hierro. (199) ítem, seis pares de protectores de hierro para las mangas. (200) ítem, un protector de hierro para el cuello. (201) ítem, un cinto con corredera. (202) ítem, otro cinto sin la maneta. (203) Irem, otro cinto con la maneta. (204) ítem, dos pares de antebrazos protectores. (205) Ítem, un ingenio de ballesta similar al martinete y con idéntica misión de resorte. (206) Ítem, un escudo circular con cazoleta para la mano. (207) ítem, otro cinto con maneta. (208) ítem, dos cojines. (209) ítem, dos ballestas. (210) ítem, un carcaj y un puñado de flechas. (211) Item, tres cajones en los que estaban todas estas cosas. 128 Núm. 24 LA LUCHA ANTICORSARIAEN VALENCIADURANTELA EDADMEDIA Como puede apreciarse, la devolución de los bienes confiscados por la galera de mosén Pere Cabanyelles quedó limitada a un puñado de útiles y objetos, además del casco del leño, por parte del baile general. Es de supo ner, como así parece reconocerlo implicitamente la fuente, que el gobierno urbano haría otro tanto. No obstante, parece evidente que con los aparejos devueltos a Sunyer no era practicable hacerse a la mar. El objetivo de este trabajo, precisamente. está en consonancia con el re sultado al que hemos llegado. El mundo de la piratería y de la guerra de cor so, durante la Baja Edad Media, en el ámbito mediterráneo fue un mundo complejo y polifacético. Si las acciones emprendidas por los poderes públi cos para combatir esta lacra estuvieron sujetas a continuos cambios y al em pleo de técnicas y métodos diversos, las operaciones llevadas a cabo por los piratas y corsarios no les fueron a la zaga. El caso de la galera de Pere Ca banyelles y todo lo que en torno a ella gira puede ser entendido como muy representativo de la más cotidiana realidad. Su carácter coyuntural o episó dico no desmerece en absoluto de otros casos similares que se reproducirán a lo largo de todo el siglo XV en Valencia. No se trata, por lo tanto, de consi derar solamente la aventura del capitán Cabanyelles y sus repercusiones desde una óptica restringida y circunstancial, sino de ampliar esta visión a un sector importante de la lucha anticorsaria, por un lado, y al estudio de los aparejos piráticos por otro. En la sintonía entre esta doble realidad cabe si tuar nuestro trabajo, que pretende ser el reflejo de unos hechos, a nuestro juicio, paradigmáticos de una problemática, de una época y de un terri torio concretos. Año 1989 EL SEGURO DE AVERIA EN EL COMERCIO DE LAS INDIAS Pilar CASTILLO MANRUBIA Doctora en Historia A raíz del descubrimiento de América, se inician nuestras relaciones co merciales con aquellas tierras, y en cuanto se estableció el comercio con las provincias americanas los piratas fueron atraídos hacía él; y cuando en el s. XVIII desaparecen los piratas, surgen los contrabandistas. La causa principal de los ataques a la ruta de las Indias hay que buscarla en el empeño de los monarcas españoles por mantener su monopolio con el Nuevo Mundo. Este status fue aceptado al principio por las demás naciones europeas, pero bastó que Fernando Vázquez de Menchaca expusiera la teo ría de la libertad de los mares (s. XVI), para que Inglaterra opusiera un triple fundamento contra el derecho español al monopolio y a favor de la actua ción de sus corsarios frente a él: la teoría de la libertad de los mares; la pose sión lícita de un territorio por el primero que lo ocupara y no simplemente lo descubriera; y el principio de que una agresión fuera de Europa no supone una agresión europea. Estas teorías fueron aceptadas por holandeses y fran ceses, justificando así sus actos de piratería. Esta situación producía consecuencias funestas en una doble vertiente: por un lado, los piratas se estimulaban con el botín que, además, les permi tía armarse mejor; y, por otra, en los comerciantes españoles había un esta do de inseguridad que retardaba la salida de los buques y prolongaba la du ración de los viajes, porque se desviaban de la ruta buscando abrigo en puertos para esquivar a los piratas. Esto determinaba la disminución de re laciones entre España y sus colonias, con lo que el mundo de los negocios con Indias expenmenta crisis financieras al no recibirla remesa de caudales a que estaba acostumbrado. Y al Estado correspondía remediar esta situa ción, porque la organización mercantil implantada a través de la Casa de la Contratación no dejaba lugar a iniciativas individuales. Para evitar las graves pérdidas que la piratería producía en el comercio, la corona dicta en 1501una Ordenanza prescribiendo la construcción de ca nacas para la persecución de los piratas, ofreciendo un premio a aquéllas cuya capacidad excediera de 150toneladas. En 1507se enviaron dos carabe las para custodiar el regreso de varias naves que venían juntas, hecho que se repite en 1512además de una advertenciaa Portugalpara que no acoja en sus puertos a corsariosfranceses que andaban de armada esperandoa los navíos de Indias (1). Por Real Cédula de 1513, se ordenó a los funcionarios de la Casa (1) (Fernández Duro: Armada EspañolaStomo 1). Año 1989 PILAR CASTILLO MAIVRUBL4 de la Contratación que enviaran dos carabelas a vigilar las costas de Cuba para garantizar la navegación de las Indias contra los piratas franceses. El peligro de la piratería creció a partir de 1520con el comienzo de las guerras entre Carlos 1 y Francisco 1, a la par que las noticias de las riquezas encontradas en Méjico por los conquistadores excitaban la codicia. Los mercaderes, convencidos de que no podían recibir protección estatal, deci dieron cuidar ellos mismos de sus intereses, por lo que pidieron al rey auto rización para fletar una Armada protectora, que ellos se comprometían a mantener. El rey se la concede, nombrando para organizar la armada a un oficial de la Casa de la Contratación, tomando el mando de las naves D. Pe dro Manrique. Hay pruebas documentales inequívocas de que las armadas se organizan a instancias de los comerciantes sevillanos, y tres diputados por parte de éstos y un representate del Rey se hacen cargo del fletamiento. La coronase limitó a accedera la petición, dar amplios poderesa los comisiona dos por el comercio—lo queya se llama avería—, controlar/ospor medio de su re presentate, apoyarloscon su autoridadparafacilitarles lasgestionesa su cargo,re glamentar el tonelaje, tripulacióny equipo de los barcos mercantespara hacer el viaje a las Indias en las mejorescondiciones,y dar unasfacilidades de tipo econó mico nada extraordinarias,pero que raras vecesvolveríaa ofrecerel rey. Cedía el quinto correspondientea la Corona en todas laspresashechas en el mar, cuyo bo tín pasaba íntegroa engrosarlosfondos de la armada, y permitía a los adminis tradores la obtenciónde préstamos o anticiposno superioresa cuatromil ducados, quepodían solicitardelosfondosdelaRealHacienda. En 1522,la avería está to talmente organizada y señalados los sueldos de sus funcionarios: 40.000 ma ravedíes anuales a los representantes del comercio y 50.000 al delegado del Rey. Sólo le faltaba un detalle, que se añadió al crearse el Consulado: la pe riodicidad anual. Demostrado por la experiencia que este sistema de protección era insufi ciente, se prohibió la navegación de navíos sueltos, debiendo hacerla juntos en convoy o flota, armados todos, a fin de que unos ayudasen a los otros y se defendieran. Las nuevas Ordenanzas fueron aumentando el porte y arma mento de los navíos, señalando un mínimo de diez para cada flota, los pla zos de salida, la derrota y orden que habían de llevar en los viajes de ida y vuelta. Asimismo se ordenó que salieran las flotas escoltadas por armadas de cuatro galeones de 250 a 300 toneladas y dos carabelas de 80 a 100,fuerte mente artilladas y tripuladas; que en La Española se estacionara una arma da guardacostas a expensas de S. M. y otra en el cabo de San Vicente en la época de recalada de las flotas. En los fondos de la Casa de la Contratación se hace mención de un libro de las averíasque se cobraban de las mercancíasque se cargabany llevaban a las Indias de la costa deAndalucía desde el año 1518hasta el año de 1529.Así, pues, 1518 parece la fecha de nacimiento de este derecho. La avería se pagaba so bre las mercaderías de vuelta de las Indias, en principio; pero luego se carga ba en los dos viajes a fin de asegurar los gastos de las armadas defensivas para protegerlas contra los corsarios. 132 24 EL SEGURO DE A VERL4 EN EL COMERCIO DE L4S INDL4S El sistema de avería era uno de los más complejos y originales de la Ca rrera de las Indias. Se entendía por avería la cantidad que se cobraba pro porcionalmente sobre todos los artículos de tráfico embarcados para Amé rica o procedentes de ella, y que se destinaba a sufragar los gastos oca siona dos por los buques de escolta y armados que se crearon para proteger dicha navegación contra las agresiones de los piratas. Su característica principal es que se trata de una recaudación variable, proporcional a la cuantía de los productos gravados, y que era para beneficio inmediato y exclusivo de quie nes la pagaban. De acuerdo con esto, pudo darse fuera del comercio maríti mo. Así, en la segunda mitad del s. XVI se creó la averíadel camino con el fin de reparar y proteger militarmente la ruta terrestre que cruzaba el istmo de Panamá. Desde el punto de vista jurídico, la avería es un seguro marítimo mutuo, por el sistema de cuota única proporcional, calificado por un riesgo específico —la piratería—, ya que el móvil último en el seguro es evitar el da ño. La avería tiene carácter de seguro preventivo en vez de reparatorio. como lo tienen los demás seguros, que indemnizan de las pérdidas. Para convoyar las flotas mercantes que navegaban entre España yAmé rica, primero se despacharon escuadrones, que tenían como destino el puer to de Nombre de Dios para recaudar el oro y la plata del Perú, y, a la vuelta, embarcaban los caudales de Méjico y de otras provincias en La Habana o en Santo Domingo. La ordenanza que estableció la salida periódica de las flotas fue promul gada en agosto de 1543,a causa de haberse reanudado la guerra con Francia, y prescribía que sólo naves de cien toneladas o más podían conducir carga mentos a las Indias, en flotas de diez bajeles por lo menos. Se fijaron dos sa lidas anuales —una en marzo y otra en septiembre— y cada flota sería pro tegida por un buque de guerra, equipado y mantenido con el producto de la avería. El buque armado debía acompañar a los mercantes hasta que se se pararan para sus respectivos destinos en el Caribe, y luego situarse en La Habana como base para perseguir a los piratas de las islas circundantes. Los barcos mercantes que quisieran regresar tenían que reunirse en La Habana y después de tres meses, partir con el convoy para España. A los bajeles de Santo Domingo —por estar situado muy a barlovento de La Habana— se les permitía regresar en escuadrón aislado, escogiendo una de sus naos co mo capitana, la cual debía llevar menos carga y estar más armada que las restantes (2). A partir de 1543,los exportadores sevillanos creyeron insuficiente pro tección la de un solo barco armado, de modo que el Consulado envió otros tres buques juntos con lo necesario para armar dos en las Indias, reforzando así la flota en el retorno. En 1552,la armada constaba de seis navíos, cuatro de los cuales fluctuaban entre 250 y 350 toneladas y dos entre 80 y 100. Por entonces se dijo que la Armada de 1552 sería la última en su género que se (2) Martín Fernández Navarrete, vol. .)OU, n.° 13. Año 1989 PIL4R CASTILLO M4NRUBL4 moviizara. porque a principios de año —probablemente por consejo del capitán Diego López de Roelas—, se resolvió abolir los convoyes como la contribución respectiva. y hacer que cada buque mercante fuese armada co mo para resistir el ataque de los corsarios. En compensación. la Corona mantendría dos escuadrones navales, uno en Sevilla para custodiar la costa andaluza y las aguas entre el cabo de San Vicente y las Azores. y otro en San to Domingo para proteger las islas y puertos en las Antillas. Se daba un pla zo de nueve meses para cumplir este decreto, pasados los cuales todo barco bien equipado podría hacer el viaje a América por sí solo. Pero no duró mucho la idea de suprimir las flotas y convoyes porque, a ruegos del Consulado, el emperador expidió una cédula en 1553para resta blecer durante el período de la guerra las flotas que deberían zarpar en ene ro y septiembre. acompañadas de cuatro navíos armados. mantenidos con la avería. El plan consistía en que el convoy se dispersara al llegar al Caribe: un buque se iría con los mercantes destinados a Santo Domingo: otro hacia Nombre de Dios; y los dos restantes, con la flotilla de Méjico hasta el cabo de San Antonio, de donde regresarían a La Habana, puerto que, como ya he mos dicho, constituía el centro de reunión para todos los barcos de viaje de vuelta a España. salvo los de Santo Domingo e islas de barlovento. Aunque pareció acertada la medida, en 1554,el prior y cónsules objeta ron la magnitud de las armadas. ya que cada nave armada costaría 20.000 ducados o 160.000 pesos en conjunto, sin contar los intereses del dinero tomado a préstamo, suma que alegaban no saber de dónde sacar, porque sólo la avería no era suficiente. En consecuencia, el Consulado propuso una modificación del plan de 1552, consistente en que el rey sostuviera dos escuadrones contra los piratas en las costas de España y las Antillas. y que sólo dos navíos de guerra y un pequeño correo armado o patache acompa ñara a las flotas de América: uno para convoyar los mercantes a Tierra Firme, y el otro. con el patache, los barcos para Veracruz; y los navíos para La Española u Honduras deberían seguir con el convoy mejicano hasta la proximidad de sus respectivos puertos. porque el comercio con estas regio nes era demasiado insignificante para requerir convoy aparte. El costo de tal empresa seria sufragado con una contribución del 2.5%sobre los artículos exportados y lo que fuera necesario sobre los importados hasta alcanzar la cantidad necesaria. Así pues, a finales del reinado de Carlos 1.la corona y los comerciantes se alternaron en la presentación de planes que coincidían en sus bases y se diferenciaban sólo en los pormenores. Los convoyes variaban en magnitud. En 1557sólo teníán dos barcos armados —la capitana y la almiranta—, y en 1558 eran seis, llegando en ocasiones a ocho. Pero firmada la paz con Fran cia, el número habitual era de dos y con frecuencia trasportaban mercan cías, reservando parte del tonelaje para acomodo de los soldados y la artillería. A partir de la paz de Cateau-Cambresis —1559—, los corsarios franceses dejaron de ser una pesadilla para las flotas españolas; pero surgió una 134 24 EL SEGURO DE AVERL4 EN EL COMERC!O DE LAS INDIAS nueva amenaza: en 1563 apareció Hawkins en las Indias Occidentales con su primer cargamento de guineanos; tres años después zarpaba con su amigo Drake para practicar de nuevo la trata de esclavos y dispuestos a la piratería, si les favorecían las circunstancias. A éstos se unieron Clifford, Grenville y otros, por lo que la avería se consideró más necesaria. Por Ordenanza de 16 de junio de 1561,la capitana y almiranta de un convoy debían embarcar cien toneladas menos de su capacidad total y lle var treinta soldados por lo menos. El flete por este espacio, el costo de armas y municiones y la paga y raciones de los soldados, era lo que se sufragaba con la avería. Esta misma ordenanza insistía en la obligatoriedad de zarpar en flotas convoyadas, so pena de incautación del buque y cargamento. Entre 1564 y 1566se dio a la navegación de las Indias la estructura que, con pocas variaciones, se mantuvo en toda la época de los Habshurgos. El 18 de octubre de 1564aparecieron unas ordenanzas que disponían la salida de flotas separadas anuales para Nueva España y el istmo de Panamá: una partiría en o mayo para el golfo de Méjico llevando los barcos de Hon duras y las Grandes Antillas; la otra partiría en agosto hacía Nombre de Dios convoyando los barcos de Cartagena, Santa Marta y otros puertos de la costa septentrional de Sudamérica. Ambas debían invernar allí. Los barcos de Panamá saldrían en enero y los de Veracruz en febrero, a fin de que todos estuvieran en marzo en La Habana, de donde partirían para España no antes del día 10,para hacer el viaje con buen tiempo. Estas fechas no siem pre se cumplieron puntualmente. Como la avaricia de los comerciantes llegaba al extremo de cargar de mercancías los buques de la armada, lo que los hacía poco útiles a la hora de tener que defender la flota, en enero de 1565se decretó que, en lo sucesivo, la capitana debía ser un galeón al menos de 300 toneladas, armado con ocho grandes cañones de bronce, cuatro de hierro y 24 piezas menores, y con 200 hombres, entre tripulantes y soldados, y que por ninguna circunstancia transportaría artículos de comercio, a menos que se tratara del cargamento rescatado de barcos perdidos en la mar. Y en octubre del año siguiente, se aplicó la misma ordenanza al navío que enarbolaba la insignia del almi rante. Como ya queda expuesto, además de estos convoyes, existían también las armadas de la Guardia de la Carrera de las Indias, escuadrones navales que hacían patrulla entre el cabo de San Vicente, las Canarias y las Azores, y que, ocasionalmente, acompañaban a las flotas hasta las Indias. Estos escuadrones aparecieron hacia 1521,cuando se hizo sentir por primera vez el peligro de los piratas franceses, siendo para su sostenimiento para lo que se creó primitivamente la contribución de la avería. El rey ordenó que los gastos de la Armada se costeasen mediante un impuesto sobre todos los buques, mercaderías y metales, procedentes de América o de las Canarias, ya por cuenta dé la corona o de los particulares. Este derecho recayó tam bién sobre todas las ciudades costeras expuestas a riesgo de corsarios. Las reglas correspondientes a la percepción y pago de la avería fueron Año 1989 PIL4R C4STILLO M4NRUBL4 codificadas en una serie de 43 ordenanzas dirigidas a la Casa de la Contra tación, el 3 de marzo de 1573.dictadas por Felipe II. Según estas ordenanzas. estaban obligadas al pago de la avería, sin excepción, todas las mercancías que salieran para las Indias o cualquier punto de su ruta. Solamente se libraban de ella los tripulantes de buques (pilotos, maestres, soldados y marineros) con objetos de valor no superior al importe de sus sueldos; algu nas remesas de caudales o metales preciosos hechas con fines religiosos (limosnas para canonizaciones y redención de cautivos, joyas para imáge nes, objetos de culto, etc.); las armas y pertrechos destinados a presidios. fuertes, fronteras y Armadas del Rey. y algún artículo de bajo precio y mucha necesidad que, al ser gravado, subiría en costo (hierro y yeso en pie dra). También se les perdonaba el pago de avería a las mercancías llegadas en flotas castigadas por temporales o piratas. con objeto de evitar la ruina completa de los comerciantes afectados. Los intentos para eximirse del pago de avería se castigaban con el decomiso de las mercancías, correspondiendo al denunciante la tercera parte del valor de lo confiscado. Estaba centralizado en Sevilla el cobro y administración de la avería, que siempre se había de satisfacer en dinero contante y sonante. El porcen taje se fijaba para cada flota que salía o entraba en Sevilla, y con frecuencia variaba dentro del mismo año e incluso para el viaje de ida y vuelta de una misma flota. Esta diferencia se justifica fácilmente: el porcentaje que se fijaba a priori era el mínimo; pero los gastos imprevistos (retraso o inver nada en Indias) gravaban en el viaje de regreso. La recaudación por la avería de los primeros años no se conoce hasta 1553, dato que, unido al tipo de cotización, nos permite estimar el volumen del comercio indiano; naturalmente, exceptuando los buques que viajaban fuera de la flota y el contrabando. Ya hemos dicho que en 1522 queda orga nizada la administración de la avería, que se halla por completo en manos de los comerciantes, quienes designan tres administradores —que son los que tienen las llaves del arca donde se guardan los fondos—, y el delegado del rey sólo ejerce la fiscalización, pero sin mando alguno sobre los otros. En 1525empiezan las limitaciones a los comerciantes, al prescrihirse un visado que ha de dar la Casa de la Contratación a todos los gastos, a la par que el tesorero de la Casa interviene en la preparación de la armada de dicho año. A partir de 1537, la administración de la avería se va transfi riendo gradualmente a los funcionarios de la Casa de la Contratación. Una razón muy de peso para mover a la Corona a su mayor intervención en la avería fue que la recaudación de 1525 se duplicó con relación a la de .1521; y en 1533 aumentó diez veces con relación a la de 1525.Por otra parte. las armadas aumentaron mucho su tonelaje con vistas a tener más potencia combativa y ampliar su radio de acción. En efecto, las carabelas o simples pataches que constituyen las primeras armadas, se van reemplazando pro gresivamente por galeones, y las naves mercantes de la flota van cada vez más artilladas. Lo que no pudo hacer el rey fue convertir la avería en un 136 24 EL SEGURO DE A VERL4 EN EL COMERCIO DE L4S INDIAS impuesto y apoderarse de las armadas, porque la oposición del comercio sevillano habría sido unánime, ya que ingresar en las arcas del Tesoro el producto de la avería y transformar sus armadas en reales armadas hubiera supuesto a los comerciantes perder buques y dinero, que hubiera ido a parar a Flandes o Italia. Pero, sin embargo, sí procuró controlarla. Esto explica el que no tengamos noticia de ningún asiento de avería desde 1537a 1591, lo que indica que la administración de la avería era llevada a cabo por la Casa de la Contratación. Llegado este momento, las tareas administrati vas que hasta entonces habían sido realizadas porel tesorero, contador y pagador, se diluyen en mayor número de funcionarios, evitando todo peli gro de complicidad en malversaciones. Las tres llaves del arca de avería se entregan: una al receptor, otra al juez de avería, y la tercera al Prior del Consulado. Y en el primer tercio del siglo XVII éste es sustituido como llavero por el diputado-contador. Al principio, los llaveros se reunían diariamente en presencia del escribano, que refren daba la anotación en el correspondiente libro; pero, más adelante, lo hacían semanal y hasta mensualmente. Como el receptor o tesorero no podía con servar en sus manos ni un ochavo, fue necesario crear otras cajas secunda rias fuera de Sevilla, en los puertos que tenían autorizado cargamento de naves para las Indias. También tuvo cada flota un arca, cuyo control lo tenían el veedor, contador y pagador de la misma. La importancia del diputado-contador fue en aumento hasta que se convirtío en jefe absoluto de los asuntos de la avería. En 1580 se desdobla el cargo, elevándose en 1594 el número de contadores a seis, que constituyen el Tribunal de la Contadu ría de Averías, cuyo fin era examinar las cuentas del receptor y pagador. Pronto este tribunal lo rigió el presidente de la Casa de la Contratación, como contador mayor superintendente. Y en 1597 el Tribunal se convierte en organismo inspector de todas las actividades económicas de la Casa, conservando su autonomía sólo la Caja real. Pero este Tribunal, con todo su aparato administrativo, era muy lento, por lo que entorpecía la marcha de los negocios, amparando así los abusos que debía evitar. En vista de ello, en 1580 el rey encargó de todo lo referente al despacho de flotas a Indias a una Junta compuesta por el general, almirante, contador, veedor, pagador, pro veedor y tenedor de bastimentos, cuya existencia fue muy corta. Los preparativos para cada armada los hacía el diputado-contador de la avería. Primero pregonaba flota, indicando destino y tonelaje, y luego eva luaba los artículos a embarcar, según el precio que tuvieran en el mercado sevillano. A la vez preparaba una armada suficiente para defender la flota en caso necesario a todo lo largo de la travesía. Este presupuesto era muy complicado, porque abarcaba: sueldos de tripulantes y funcionarios, provi siones y gastos de acarreo, contratos de fletamiento y conocimiento de la calidad de los barcos que debía alquilar. Una vez fijado el coste de la armada y el valor de las mercancías que se habían de transportar, el diputado-contador deducía el porcentaje de la avería, que tenía que ajus tarse al tope establecido por el rey, para lo que contaba con la ayuda de los Año 1989 PIL4R CASTILLO MANRUBIA oficiales y presidente de la Casa de la Contratación. Luego examinaba los registros hechos por el receptor, consignando en su libro de cuentas todos los gastos. Esta contabilidad era revisada por la Casa de la Contratación y enviada después al Consejo. Y, por último, ejercía de fiscal en los pleitos sur gidos por la avería hasta 1650.Naturalmente, este empleo tenía una buena retribución: 170,000maravedíes anuales. El cargo de diputado-contador se duplica en 1645 y seis años más tarde se nombra un tercero en Cádiz. En 1580 se le nombran dos contadores propietarios para auxiliares, yen 1596se nombran cuatro más, temporalmente. Una vez fijado el porcentaje de avería, el receptor la cobra al contado y en moneda acuñada, porque las Ordenanzas de 1573 le prohíben fiar. El importe de la recaudación se guardaba inmediatamente en el arca de tres llaves, asentando en el libro de caja los ingresos, y el escribano de registros refrendaba estos asientos. Por último, el receptor —que era nombrado por tres años a lo sumo— recibe las libranzas de todas las compras, justificán dolas, ya que eran revisadas por el contador y enviadas ambas en un plazo de dos meses al Consejo de Indias. El receptor abonaba el importe de las compras de avería al pagador, que realizaba materialmente los pagos. Este tenía un pagador delegado en cada flota, cargo que solía recaer en uno de los maestres de la nao y que era gratuito. La misión de recibir los artículos com prados para la armada, acarrearlos, distribuirlos y guardar los sobrantes, era desempeñada por el tenedor de bastimentos, que luego se denomina proveedor, quien se encarga de llevar a la práctica todo lo que el contador y receptor planearon y pagaron. El escribano daba fe de todos los acuerdos y providencias, haciendo el registro de las tripulaciones y signando las actas de compras y cuentas. En la armada el principal funcionario administra tivo era el veedor, quien ayudaba en las compras al proveedor, aunque su principal misión era dirigir el acondicionamiento de los buques, vigilar su abastecimiento y el uso y destino de los pertrechos e inspeccionar las cuen tas y actividades de los maestres del barco. Estos eran nombrados por la Casa de la Contratación o por los administradores de los asientos de avería, representándola en el buque a todos los efectos, encargándose de adminis trar, custodiar e invertir todas las reservas alimenticias, navales y bélicas del barco, dando cuenta al regreso. Dependían del véedor, que era de quien recibían órdenes. La jurisdicción de avería era absolutamente independiente; por eso las Ordenanzas de 1573 crearon un juez de averías de entre los letrados de la Casa de la Contratación y luego sus funciones fueron traspasadas al relator de la Contratación. En Indias los justicias ordinarios sí tenían jurisdicción en asuntos de avería, mientras las flotas estaban en sus puertos. Según Cédula de 11de abril de 1571,la avería tuvo letrado y procurador en la corte para los pleitos que iban al Consejo de Indias. Para evitar cualquier arbitrariedad en el desempeño de sus cometidos, por Cédula de 11 de agosto de 1522,se les prohíbe a los funcionarios de la avería tener barcos y traficar en la Carrera de las Indias, y a los que tenían 138 24 EL SEGURO DE A VERL4 EN EL COMERCIO DE LAS LVDL4S que manejar caudales se les exigía una fianza de 30.000ducados, que tenían que entregar al receptor y 8.000 al pagador. A pesar de tantas precauciones. hubo numerosos fraudes. No es exacto hacer al fraude el único responsable de la decadencia de la avería. Hubo otros factores: en primer lugar, la guerra contra Inglaterra y Holanda aumentó los gastos de defensa (el tonelaje de las armadas creció de 1601 a 1630 de 28.000 a 38.000toneladas); por otro lado. sabemos que, a partir de 1580,los salarios en Europa subieron muchos más deprisa que los precios de las mercancías, aumentando el costo de la construcción naval, lo que repercutió gravemente en la organización de la defensa de la Carrera; y el tercer factor fue el incremento de los precios, que fue mayor y más rápido en España que en el resto de Europa, por lo que el costo de las agresiones extranjeras resultaba más módico que la defensa de la navegación española. A los ataques de los holandeses los españoles responden protegiendo sus convoyes, multiplicando las armadas de defensa. A partir de 1608.el tráfico disminuye, siendo mayor este descenso en el momento del ataque holandés (a partir de 1621);y a medida que el tráfico decrece, los impuestos aumentan. En consecuencia, los comerciantes españoles buscan sacar mayor provecho pagando menos impuestos, es decir, pasando sus mercancías furtivamente. Entonces estalla el fraude bajo todas sus formas: contrabando, medias declaraciones, declaraciones falsas, amañadas, etc. El desarrollo del fraude restringe la percepción de la avería y frena la posibilidad de reemplazar las armadas, y entonces los navíos desaparecen. Así pues, el fraude concluye lo que los otros factores habían comenzado: la desaparición de la avería. Hemos visto cómo gradualmente la Casa de la Contratación. o sea, el Estado, fue absorbiendo la gestión administrativa de la avería; pero incapaz de mejorarla y mantenerla, y antes de llegar a la quiebra económica, tiene que devolverla a los comerciantes. La fiscalización estatal, cada vez más rigurosa, hace molesta y desagradable a los comerciantes desempeñar esta función, por lo que el Consejo de Indias insta reiteradamente a los particu lares a que se encarguen de ella. Las causas por las que la Casa de la Contra rtación llega a este casi desastre económico, son varias: los bajos porcentajes, que son inferiores a los gastos; las circunstancias internacionales que. a par tir de la Invencible, se agravan respecto a los ingleses; con los franceses a causa de la intervención de Felipe II en el país vecino; y con los holandeses, quienes desde principios del s.XVII eran nuestros enemigos en el mar. Todo ello obligaba a fletar armadas más grandes y, en consecuencia, aumentar los gastos. El excesivo número de funcionarios la hace muy gravosa, así como la abusiva intervención del soberano, quien a veces dispone exclusivamente de los recursos de la avería (para pagar a los funcionarios de la Casa de la Contratación, utilizando como préstamo cantidades que no devuelve, o empleando en sus empresas políticas europeas buques armados para la Carrera de las Indias). Lo que más consecuencias negativas tenía era la incautación de remesas de oro de particulares, que es el origen del aumento del contrabando en su. doble faceta —escondiendo los metales preciosos y Año 1989 PIL4R CASTILLOM4NRUBIA ocultando mercancías del registro—, con lo que se aminoraban los ingresos de avería, obligando así a elevar los porcentajes. Consecuencia de todo ello fue la desaparición de la gestión de la avería. sustituyéndola por otro sistema. Se decide cambiar la gestión de la Casa de la Contratación por la de los comerciantes, pero para que éstos aceptaran esta misión había que convertirla en negocio lucrativo. Así aparecen los asientos de avería, cuya gestión es realizada por cuatro administradores ase sorados por ocho consejeros nombrados entre los participantes en el asiento, sin más limitación que la intervención del Consulado y el superior control de la Corona, que no es precisamente una injerencia estatal, sino garantía de los administradores. Las visitas de las naves de averías cuando se hallan en disposición de zarpar hechas por losfuncionariosdel rey al objeto de examinar los buques, sus tripulaciones,pertrechosy armamento, tienen lafinali dad de salvar lá responsabilidad de los administradores ante cualquier posible desastre naval o militar en el viaje,mediante certificacionesdadas a los asentistas para que en todo tiempo conste que han cumplido. Evacuado este requisito. por cada galeón perdido se les rebajaban 6.000 ducados de la cantidad que tenían que pagar anualmente a la Casa de la Contratación. El contrato con cede a los asentistas la recaudación íntegra de la avería y el importe de las sanciones contra los que no pagaran el porcentaje. A los asentistas se les garantiza su independencia administrativa contra cualquier abuso del rey o de sus funcionarios. En esencia, los asentistas son una empresa comercial; pero el negocio fue una ruina, ya que sólo en el asiento de 1621 los partici pantes lograron repartirse una ganancia del 20%. El primer asiento de avería se registró en 1591 y fue financiado por el comercio sevillano y administrado por el Consulado, que percibió la avería y asumió la carga de la defensa: reconstrucción de la armada, su manteni miento, y el pago de los equipos y gentes de guerra. El 2 de julio de 1596la flota de Nueva España fue totalmente destruida por los ingleses en Cádiz, lo que repercutió tan gravemente en los comerciantes que. al decir de Chaunu, al año siguiente cargaron sus galeones sin pagar derechos, para recuperarse de las pérdidas. El segundo asiento se hizo en 1598 y duró cuatro años. El tercero tuvo la novedad de que el asentista fue un solo individuo: Juan Núñez Correa. En efecto, en la primera mitad de 1603.S. M. ordena se con voque concurso para un nuevo asiento de avería con el cobro del 7% de todo lo que viniera de las Indias e islas del Mar Océano, a su regreso a España, a contar desde enero de 1604.El pago de la renta se había de hacer de la forma siguiente: la mitad al llegar los galeones, y la otra mitad dos meses depués. La evaluación deias mercaderías se haría por la Aduana y almojarifazgo de Sevilla. La persona que cobrara este asiento estaría obligada a armar a su costa cada uno de los diez años en que disfrutara este arrendamiento diez galeones para las Indias: uno de 600 toneladas, otro de 500 y ocho de 400, tri pulados todos por 730 hombres de mar y 1.270de guerra. A toda esta gente le pagaría el asentista, así como proveería la pólvora, pelotería y municiones necesarias para la infantería y artillería. También se estipula que los diez 140 24 LL SEGURO DE A VERL4 EN EL COMERCIO DE LAS INDIAS galeones harían el viaje a riesgo de S. M., de manera que, en el caso de que alguno se perdiera, S. M. pagaría al asentista 12.000 ducados en dinero por cada uno; y que junto con estos diez galeones deberían ir dos barcos luengos o carabelas pagadas a su costa (capitana y almiranta de la flota). Para enviar avisos, el asentista estaría obligado a fletar cada año cuatro barcos luengos o carabelas, aprestados y proveídos de todo lo necesario a su cuenta y riesgo. Para sufragar todos los gastos que el asentista habría de hacer, S. M. le daría graciosamente 450.000ducados. Por este arrendamiento el asentista estaría obligado a pagar 650.000ducados (la mitad a la llegada de los galeones y la otra mitad dos meses más tarde). En esta convocatoria se exigía que los diez galeones habrían de estar a punto antes del 1 de marzo de 1604,así como entragados los despachos reales. Por último, se añadía que el dinero que se fuera cobrando por este asiento de avería, se iría metiendo en un arca de tres llaves, una de las cuales tendría el asentista, porque de allí sacaría el dinero para armar cada año las flotas, aclarando que el necesario para armar la pri mera —la de 1604—lo obtendría de la flota que volviera de las Indias en 1603, cobrándole también el 7%, con la advertencia de que este dinero lo devolvería en tres plazos. Si no regresaran los galeones de las Indias por alguna razón, S. M. le prestaría 200.000ducados, pagados antes de fines de octubre de 1603,préstamo que se haría por una sola vez. Asimismo se espe cificaba que el asentista tendría todos los guardas y oficiales que quisiera y pudiera poner en los galeones, así como que podría examinare! peso y valía del oro y la plata que vinieran en ellos, dándole traslado de los registros de oro, plata, perlas y mercaderías, que se hicieran en la Casa de la Con tratación. Juan Núñez Correa abrió la Carrera de las Indias a sus compatriotas. Dos años más tarde, otro portugués —también apellidado Correa—, dueño de la capitana de dicha Carrera, firmó un contrato en Lisboa y no en Sevilla, como se había hecho antes. Estos dos hechos implicaban dos peligros: la apertura oficial del comercio de las Indias a los portugueses y la virtual pér dida por Sevilla de su monopolio, si en lo sucesivo el comercio con las Indias dejaba de ser de productos agrícolas andaluces. Correa fue destituido y Sevilla recuperó su monopolio. Se propuso abrir los galeones al comercio, suprimiendo la armada de la Guardia de la Carrera de las Indias, reemplazándola por cuatro navíos de armada, que debían escoltar cada una de las flotas de Nueva España y Tie rra Firme. Y, para disminuir los gastos, cada uno de estos cuatro navíos debía transportar 200 tonéladas de mercancías, percibiendo la administra ción de la avería 40.000ducados de flete; pero este proyecto no fue aceptado. No obstante, en 1609 la armada partía henchida de productos de contra bando, transportando también una buena carga de mercaderías sevillanas, hasta el punto de que casi se transformó en flota, lo que suponía para el Consulado realizar el plan propuesto por él: mediante una suma entregada al rey, los comerciantes suprimían en parte la defensa y al mismo tiempo las cargas causadas por ella. Así, el Consulado era contrabandista y consu Año 1989 PIL4R CASTILLO MAI’JRUBL4 mero a la vez. La paz de 1611 hizo que los sevillanos se lanzaran a un nuevo asalto contra el sistema de defensa de la Carrera. Para realizar economías, los nueve galeones se redujeron a cinco, se suprimieron las galeras de Tierra Firme y muchos otros empleos. Los hombres de negocios de Sevilla concluyeron el 1 de abril de 1618un contrato, que había de durar hasta diciembre de 1620,comprometiéndose a entregar anualmente 70.000 ducados, armar seis galeones y500 hombres de mar y guerra —sin contar la armada de Nueva España—, mediante la per cepción de la avería, a razón del 6% a la vuelta y 1%a la ida. Pero por los con tinuos fraudes y estafas que se cometieron, se concedió la administración de la avería a los gaditanos el 2 de noviembre de 1620.Por diversas contrarieda des se produjo el hundimiento financiero de la gestión gaditana, lo que obligó al restablecimiento de las transacciones entre el Consejo y el Consu lado de Sevilla. El nuevo contrato de avería fue aprobado por el Consejo de Indias el 22 de diciembre de 1627, concediendo amplísimas facultades al Consulado y, por otra parte, con él, no se financiaba más que una parte, cada vez menor, de la defensa. Excepcionalmente, en 1629Consejo y Con sulado acordaron enviar a las Indias una armada reforzada: la armada de la Guardia se juntó con la del Mar Océano, formando una masa de 26 galeo nes; así, a la defensa pagada por la avería, se unía una defensa pagada por el Rey. El contrato de 1628fue sobre la base del 6%,pero en 1630se aumentó al 12%, así como el de 1634.En 1638 fue presentado al Consulado un proyecto de galiflota (expedición de comercio hecha en galeones), que fracasó. En 1640 fue firmado un contrato entre el reyy el Consulado por tres años, en el que participó la élite de los comerciantes sevillanos, pero excedía de sus posibilidades y no prosperó. En consecuencia, a partir de 1641,el Estado tuvo que asumirla adminis tración de la avería. La Casa de la Contratación era consciente de que la tasa abusiva de la avería había obligado a los comerciantes a transportar sus car gas sin registrar, convirtiendo en defraudadores a todos los hombres de la Carrera; la avería percibida por los productos registrados disminuía, en la medida en que cada vez se registraba menos. En estas condiciones, el Estado sólo aseguraba la defensa. En 1658 se dispuso la derogación de la avería y que, en su lugar, se repartiera entre los comercios de Indias y España y la Real Hacienda la cantidad necesaria para dotar las armadas y las flotas. Por Cédula de 31 de marzo de 1660,Felipe IV dispuso que la plata y el oro vinieran sin registro. Las armadas defensivas de las flotas de Indias pasan a ser obligación del Estado, que las atendería con un presupuesto de 790.000 ducados, que aportarían propórcionalmente la Hacienda y los comerciantes, acuerdo que fue aprobado por Cédula de 4 de julio de 1667; este sistema fue acertado, pues en 1704 todavía perduraba. Desde su implantación, la avería había sido un seguro mutuo. Sola mente el asiento de 15 de junio de 1667 es distinto de los demás, porque en realidad no lo es, ya que la distribución de los 790.000ducados se hace entre el Estado y el comercio: es un impuesto de cupo fijo anual. Se trata de un 142 24 EL SEGURO DE AVERL4 EN EL COMERCIO DE lAS INDL4S impuesto que, por Cédula de 1660,reemplazó a la avería que desapareció para siempre. El principal capítulo en el que se invertían los fondos de la avería era el fletamiento de las armadas. Otra fuente de gastos fueron los atrasos de los viajes sobre el calendario previsto. Lo recaudado por la avería debía al Estado 52.000 ducados. Cuando la flota zarpaba de Cádiz o Sanlúcar. la capitana iba en van guardia guiándose las demás por su estandarte, de día, y por su linterna de popa, de noche. Las Ordenanzas de 1573 mandaban que los buques mer cantes navegaran en orden de batalla, es decir, en varias filas en forma de media luna: la almiranta se quedaba en la retaguardia y el resto del convoy armado se situaba a barlovento para que le fuera fácil acudir en auxilio de cualquier barco en peligro de zozobra. Los capitanes y pilotos que permi tían que sus naves se perdieran de vista o se apartaran del rumbo, incurrían en pena de muerte, castigo que luego se redujo a multa de 50.000maravedíes, pérdida del cargo y exclusión de la navegación a las Indias durante dos años. Las flotas partían de la costa andaluza rumbo SO. hasta la costa de Africa, y de allí a las Canarias, donde se proveían de agua y bastimentos. De aquí viraban hacía el SO. como 16 grados, no cambiando rumbo hasta ver Deseada, Guadalupe u otra isla. A partir de aquí seguían rumbo SO. al cabo de la Vela y de allí a Cartagena. Entonces se separaba un patache que iba a la isla Margarita a recogerlas rentas reales,y las naves mercantes que iban a comerciar en la costa salían junto con el patache rumbo a Caracas, Mara caibo o Santa Marta, a recoger oro, cochinilla, cueros y cacao. Desde Carta gena los galeones continuaban por el oeste hasta Nombre de Dios o Portobelo, en el istmo. Y los mercantes se reincorporaban en Cartagena o La Habana. En 1579 se ordenó que ningún buque entrara o saliera de puerto ameri cano bajo la oscuridad, a riesgo de ser cañoneado. El rumbo dela flota meji cana se fijaba desde Deseada en dirección noroeste pasando por Santa Cruz y Puerto Rico, a la vista de los islotes de Mona y Saona, hasta la bahía de Neyba en La Española, donde los bajeles tomaban leña y agua. Rodeando Beata y Alta Vela, navegaba frente a cabo Tiburón, cabo de la Cruz, isla de Pinos y cabo Corrientes y San Antonio, al extremo oeste de Cuba; mientras. los barcos mercantes se habían separado para tocar en San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Santiago de Cuba y Trujillo y Ceballos en Honduras, donde cargaban cuero, cacao, etc., para reincorporarse a la flota en La Habana. Del cabo de San Antonio a Veracruz existía una ruta exterior o de invierno y una interior o de verano. La primera se extendía al noroeste, más lejos de los arrecifes de Alacrán, al oeste o suroeste de la costa mejicana sobre Veracruz. La ruta de verano estaba más cerca de la costa de Campe che. La flota se abría paso entre cayos y bajíos y llegaba a Veracruz por un canal situado al SE. Año 1989 PILAR CASTILLO MANRUBL4 La ruta a España partía de Cuba a través del canal de Bahama hacia el noroeste, entre el cabo Virginia y las Bermudas hasta cerca del paralelo 38° para aprovechar los fuertes vientos septentrionales. y luego continuaba al este hacía las Azores. Allí se obtenían las primeras noticias de España y en qué punto de la costa de Europa o Africa debían tocar y se dirigían a Sanlú car. Al llegar a la costa del Algarbe, estaba prohibido que ninguna embarca ción se aproximara a tierra, ni a ninguna persona de la costa se le permitiera ir a bordo bajo la pena de 200 latigazos y diez años de galeras. Al llegar a puerto, el General debía avisarlo al Consejo de Indias por medio del presi dente de la Casa de la Contratación. Se enviaba a Madrid a uno de los ayu dantes del general con la buena nueva del regreso de la flota, yen el plazo de un mes se daba aviso a Tierra Firme o Nueva España del feliz arribo. En los siglos XVI y XVII se enviaban despachos a las Indias y se traían de allí entre flota y flota, mediante veloces carabelas de 60 a cien toneladas. Aunque la avería fue siempre una institución privada y. por consi guiente, no podía aspirar a logros demasiado ambiciosos, dada la ausencia de una política naval del Estado intensa y bien dirigida, las armadas de ave ría rebasaban con mucho sus propios objetivos adquiriendo enorme relieve su papel histórico. Sus armadas, de misión táctica limitada a la exclusiva defensa de sus buques, escoltándolos únicamente, sirven de modelo a la corona, que adopta este sistema al reglamentar las flotas de Indias. La avería salvó al comercio indiano que, gracias a ella, pudo mantenerse. Su sistema de flotas fue eficaz, porque los piratas, que actuaron dos siglos en la ruta de América, arrasaron puertos, saquearon ciudades, ocuparon islas, se ceba ron en naves que viajaban aisladas, pero, a pesar de sus maléficas agresio nes contra los barcos que transportaban riquísimos cargamentos, la escolta les infundía respeto, pues se precisaban los recursos de un gobierno pode roso para lograr el pillaje de un convoy. Buena prueba de ello es que tan repetidos intentos sólo lograron triunfar en cuatro ocasiones: en 1596 la flota de Nueva España fue destruida en Cádiz con ocasión del saqueo de esta plaza por los ingleses; en 1628 fue destrozada por los holandeses a su regreso; y la intensa acción del bloqueo inglés dio por resultado la destruc ción de dos flotas en 1656y 1657.Pero esto no era nada teniendo en cuenta que. durante dos siglos, dos flotas anuales recorrieron la ruta de las Indias. Podemos concluir afirmando que todas las irregularidades de la avería tuvieron por causas la excesiva cicatería de los mercaderes quela pagaban y los innumerables defectos en su administración. En efecto, los barcos dedi cados a la navegación de la Carrera eran siempre lo más viejos: los comer ciantes los compraban para utilizarlos en el viaje de ida, dejándolos abandonados en los puertos americanos, una vez que habían vendido sus mercancías. Además, su artillería era deficiente y de baja calidad las tripula ciones. Por si todo esto no fuera bastante, aquellos buques —también por tacañería— iban excesivamente cargados, lo que les privaba de velocidad y capacidad de maniobra. Pero la codicia de los mercaderes llegaba al 144 24 EL SEGURO DE AVERÍA EN EL COMERCIO DE LIS INDIAS extremo de cargar la bodega de los navíos de escolta, a pesar de estar prohibido. Derivados del defecto en la administración, podemos citar: 1.° El com plicado procedimiento de recaudación. Desde el principio se estableció la obligación de declarar las mercancías que se transportaran para valorar los artículos sometidos al pago; pero como la apertura de fondos suponía una tarea interminable, este trámite se suprimió, salvo en el caso de una denun cia formal y concreta, lo que proporcionó una forma idónea para burlar el pago y disminuir los ingresos. 2.° Las cuotas se recaudaban poco a poco y con escasa antelación a la salida de las flotas, lo que impedía a los adminis tradores hacer grandes compras aprovechando oportunidades, y obligaba a reclutar tripulaciones, sin tiempo para seleccionarlas. 3.° Había un excesivo número de funcionarios en la administración de la avería, lo que implicaba carestía y fricciones entre ellos. Parece evidente que la Casa de la Contratación fue establecida con el fin de realizar el monopolio comercial absoluto de los frutos coloniales; pero en la práctica subsistió respectoal comerciode Indias como órgano de su inspec ción y centralizaciónen Sevilla,persiguiendoprincipalmente objetivosfiscales(3). Estos objetivosfiscales eran: l.° Los impuestos que, poco a poco, se fueron implantando en el comercio con América. 2.° Recibir los metales preciosos remitidos de Indias en un quinto de la Corona, 3.° Incautación de metales preciosos traídos de América a particulares, a cambio de juros pocas veces cumplidos, lo que favoreció el contrabando. Naturalmente, la avería no se escapó de esta rapiña real y buena prueba de ello es que, en 1603,el Consu lado, respondiendo a severas admoniciones del rey motivadas por los cre cientes gastos de la avería, le envía un Informe que le demuestra que muchas Armadas de avería fueron empleadas en cometidos distintos que los de con voyar las flotas de América. y resume: De todo estose saca que el estarel avería empeñada ha sido la causa VuestraMajestad,por haber mandado despacharpor cuenta del avería que tocaban a su real corona. Y, para terminar, podemos afirmar que, no sólo la política naval del Estado fue escasa y mal dirigida, sino que la Corona ahogó toda iniciativa particular. Hasta 1660,el rey se negó a expedir patentes de corso a navegan tes españoles, sin pensar que la contrapiratería era el medio con que se podía soñar para terminar con los ataques al comercio español, sin costarle un céntimo al Erario público. Pero, salvo al grupo monopolizador sevillano, a nadie se le permitió explotar el comercio con América. El dinero que se obtenía se empleaba en empresas de política europea, que no interesaban a los españoles. Consecuencia de este error fue otro aún mayor: la localiza ción del monopolio comercial americano en Sevilla, casi tres siglos. De haberse podido navegar libremente por el Atlántico, los navegantes y mer caderes españoles se habrían volcado sobre América, y los piratas habrían sido barridos por los corsarios españoles. Pero si el mar quedaba libre las (3) Ramón Carande Thovar: Carlos Vy sus banqueros. “Revista de Occidente”. 1943. Año 1989 PILAR CASTILLOM4NRUBL4 colonias se habrían desarrollado económicamente más deprisa, y Sevilla habría sido incapaz de satisfacer la demanda comercial de Ultramar. El monopolio podría haber subsistido como nacional, pero nunca como de una ciudad. Así se llegó al extremo de que los comerciantes sevillanos prohi bieran que las naves de Indias rebasaran las 550 toneladas, para que pudie ran atravesar sin peligro la barra de Sanlúcar. Esto le permite afirmar a Céspedes del Castillo que en estasituación monstruosa,por la cual la clase mer cantil de una ciudad domina sobre el tráfico entre dos mundos... la avería tiene apariencia de impuesto que parece destinado a sufragar un servicio público, cuando sólo sirve, en realidad, los intereses de un corto grupo de personas. BIBLIOGRAFIA ARCHIVO DE SIMANCAS:Sección de Guerra y Marina. Varios. Legajo 3.916. Año 1603. CESPEDES DEL CASTILLO,Guillermo:La avería en el comercio de las Indias. Sevilla, C. 5. 1. C. Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Universidad de Sevilla. 1945. CHAUNU, Pierre et Huguette: Sevillay elAtlántico (1504-1560,).Estructuras y coyuntura del Atlántico español e hispanoamericano. N.° 6 de la Colección Ports,routes, trafics du Cen tre Recherches historiques. Paris. FERNANDEZ DURO, Cesáreo: Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tomo 1. Madrid, Museo Naval. 1972. HARING, Clarence Henry: Comercio y navegación entre España y las Indias en la época de los Habsburgos. Méjico.Fondo de CulturaEconómica.1979. MORALES PADRON, Francisco: HistoriaGeneralde América.Madrid, Espasa-Cal pe. 1962. VEITIA LINAJE, José: Norte de la Contratación de las Indias Occidentales. Sevilla. Juan Francisco de Blas. 1672. 146 24 LAARMADAY GODOY Margarita BARRIONUEVO CAÑAS Licenciada en Filosofía y Letras Archivera del Servicio Histórico de la Armada Juan Manuel DE BLAS Y OSORIO Capitán de navío Licenciado en Derecho Notas biográficas El citar hoy día a Manuel Godoy como si se tratase de un desconocido, no sólo supondría un atrevimiento por nuestra parte, sino algo verdadera mente innecesario. No obstante, el recordar algunas fechas y datos biográfi cos nos parece de suma importancia para entenderla rápida ascensión has ta el poder de este joven extremeño que, si bien recibió una formación cultu ral elevada gracias a los cuidados de sus padres, sumamente interesados en su educación, nunca había soñado con llegar a puestos de tanta respon sabilidad. Nació nuestro protagonista en Badajoz, en mayo de 1767 y era hijo de don José Godoy y de doña María Antonia Alvarez de Faría (de origen portu gués), ambos nobles aunque de fortunas modestas. Falleció en Paris en 1851; es decir a los 85 años. Teniendo sólo 17 años viene a Madrid e ingresa en el Real Cuerpo de Guadias de Corps (es la época de Carlos III). Como nota destacada se hace hincapié en el hecho de que en pocos años asciende y pasa sucesivamente por ser: Comendador de la Orden de Santia go, Ayudante de su Compañía, exento de guardias, Ayundante General del Cuerpo, Brigadier de los Reales Ejércitos, Mariscal de Campo, Gentilhombre de Cámara de S.M. con ejercicio, Sargento mayor de Guardias de Corps, Ca ballero Gran Cruz de Carlos III, Duque de Alcudia, Grande de España, Con sejero de Estado, Superintendente general de correos y caminos y caballero del Toisón. En 1792,teniendo 26 años, se le nombra Ministro de Estado. España es taba en guerra con Francia; al firmarse con esta nación el conocido Tratado de Basilea se le confiere el título de Príncipe de la Paz (22 de julio de 1795). Se casa Godoy en primeras nupcias con María Teresa de Borbón y Villa briga (Condesa de Chinchón, nieta de Felipe Y, hija del Infante Luis Anto nio y, por tanto, prima hermana del Rey Carlos IV). La ceremonia tuvo lugar en 1797y con bastante escándalo, ya que en muchos círculos de la Corte se le acusaba de bigamia, aunque no se pudo demostrar su enlace anterior con Maria Josefa Tudó. De este matrimonio tuvo una hija, Carlota Luisa, Du quesa de Sueca. Año 1989 MARGARIT4 BÁRRIONUEVO Y JUAN MANUEL DE BL4S En 1828fallece su esposa y Godoy no tarda en casarse con Pepita Tudó, regularizando así una situación que había dado lugar a una conducta dudo sa. Con anterioridad habían tenido dos hijos: Manuel y Luis. La amistad con Portugal, que perjudica a los intereses de Francia, hace que se niegue a ratificar un tratado que le impone este último país. Los por tugueses, agradecidos, le concedieron el título de conde de Evora Monte. Durante su mandato, como Secretario de Estado, tiene lugar la batalla naval de San Vicente (14-11-1797),en la que una escuadra inglesa, mandada por el almirante Jervis, venció a una armada española conducida por el Te niente General José Córdoba. La gran enemistad que tiene con Francia yen palacio con diversos corte sanos, trae como consecuencia que el 28 de marzo de 1798sea relevado de su alta posición como Secretario de Estado, así como de la dirección de los ne gocios públicos, permaneciendo, no obstante, con todos sus honores, suel dos, emolumentos y entradas (1) de esta forma se termina el ministerio de Godoy ejercido durante cinco años y se le aparta del poder, aunque sólo sea aparentemente, pues continúa viviendo en la Corte y tomando parte en la política. Godoy y su relación con la Armada Para la dirección de la guerra con Portugal, que tiene lugar en 1801, se llama a Godoy a palacio y se recondiia éste con los Reyes, los que deciden tome el mando de las fuerzas combinadas. Para ello se le nombra Generalí simo de los Ejércitos españoles, siendo ésta la primera vez que se emplea es te título en nuestra Patria vinculado a una persona. Esta guerra es conocida con el nombre de “Guerra de las naranjas”, así llamada por los ramos de es ta fruta que crecían en los fosos de Jelves y que le entregan los soldados. Go doy se las remite a la reina con una carta en la que manifiesta: “Las tropas que atacaron al momento de oír mi voz, luego que llegué a la vanguardia, me han regalado de los jardines de Jelves dos ramos de naranjas que yo presen to a Su Majestad la Reina.” La Corte, que se mostró muy satisfecha, apreció tanto los servicios que prestó en la dirección de esta campaña, como su capacidad de mando, que el Rey, además de nombrarle Generalísimo de los Ejércitos por Decreto de 6 (1) Gaceta deMadrid n.” 26 deI viernes 30 de marzo de 1798.Al Príncipe de la Paz Aten diendo a las reiteradas súplicasquemehabeishechoasídepalabracomopor escritoparaqueos exi miesedelosempleosdeSecretariodeEstadoy deSargentoMayor demisRealesGuardiasdeCorps. he venidoenaccedera vuestras reiteradasinstanciaseximiendoos dedichosempleos, nombrando(..) quedando voscontodoslos honores, sueldos, emolumentos y entradasqueeneldía reneis;aseguran doos queestoysumamente satisfecho delzelo,amory aciertoconquehabeisdesempeñado todolo que ha corrido bajo vuestromando; y que os estarésumamente agradecido mientrasviva,y queentodas las ocasiones osdarépruebasnadaequivocas demi gratituda vuestros singularesservicios, Aranjuez 28 de marzode ¡798. 148 24 El Príncipe de la Paz, vestido de Almirante, recibiendo el bastón de mando de manos de su Majestad el Rey Carlos IV. Cuadro de F. Llácer (Museo de Bellas Artes. Valencia). Año 1989 M4RGARITA BARRIONLJEVO Y JUAN MANtJEL DE BL4S de agosto de 1801,amplía este título, por Decreto de 4 de octubre del mismo año, nombrándole Generalísimo de mis armas de mary tierra, siendo ésta su primera vinculación con la Armada. En este último decreto se expresa asi mismo que para que seais distinguidopor estesuperiorcarácter,usareisde lafaja de colorazul en lugar de la roja de los generales.A partir de este momento, figu ra en los Estados Generales de la Real Armada con el título de Generalísimo de la RealArmada, y se le encarga que organice a su gusto el ramo militar de mar y guerra. El día 20 de diciembre de 1804,Godoy, en calidad de Generalísimo de las Armas, dirige a los españoles, y con particular interés a la Armada, un manifiesto (publicado en la Gacetade Madrid del día 28). Está motivado por la guerra que acaba de iniciarse contra Gran Bretaña yen el mismo se mues tra indignado por haber apresado los ingleses. en tiempos de paz, tres fraga tas españolas; invoca el amor y el patriotismo que siempre han demostrado los pueblos de España a través de la historia y apela al necesario desagravio por la afrenta recibida; también hace alusiones al honor y al deseo de casti gar a la nación culpable de tales desafueros. Las consecuencias de esta gue rra fueron de gran importancia para la Armada, ya que dieron lugar a los combates navales de Cabo Finisterre (22-VII-1805) y Trafalgar (21-X1805). Desde que a finales de 1801sele confiere a Godoy el cargo de Generalísi mo de lasArmas de mary tierra,en la primera surgen problemas interpretati vos sobre el lugar que le corresponde en la cadena de mando. Para solven tarlos dictó el rey una Real Cédula el 16 de enero de 1807,en la que da solu ción al problema, estimando que en los Reales Decretos de 6 de agosto y4 de octubre de 1801 no se hacía especialdiscernimiento de aquellasfacultades. Por su importancia, se reproduce a continuación: S.M se ha servidoexpedir la Real Cédula siguiente.El Rey. Quando por mis Reales Decretosde seis de agostoy quatro de octubrede mil ochocientosuno confié al zeloy talentos de vos Don Manuel Godoy, Príncipede la Paz, el importante en cargo de Generalísimode mis Armas de mary tierra,fue mi intención el revestiros de lasmás amplias y omnírnodasfacultadespara el exerciciode tan alto empleo,y el arreglode todo lo concernienteal gobierno militar, políticoy económico de mis Reales Exércitos y Armada; habiendo, pasado los efectos mucho más allá de mi espectáción, en quanto ha sido compatible con el estado de mis Reynos, y con la guerra que ha sobrevenidodespuéspor la injusta agresiónde/Rey de la Gran Bre taña, pero como entoncesno se hicieseespecialdiscernimientode aquellasfaculta des, y convengaahora a miservicioy bien de mis vasallosquesean sólidamente es tablecidas, áfln de que por lo tocante á Marina podais sin estorbosproporcionar suficientesfuerzas marítimas con que atenderá la vigorosodefensa de mis domi nios en España e Indias, concurriendoigualmente á losdesignios de mi aliado el Emperador de losfrancesesRey de Italia, de dará la Europa una paz generaly du radera; ha llegadoel caso de declarar,como declaro,que os competey perteneceel goce de la misma potestadyfacultades que con e/propio nombre de Generalísimo, ó los unívocosde capitán y GobernadorGeneral de la mar, y deAlmirante Gene - 150 24 LA ARMADA Y GODOY ral, gozaron en virtud de sus respectivaspatentes é instruccionesel serenísimoDon Juan de Austria, hUodel Señor Rey don Carlosj elsegundoD. Juan de Austria,h/o de/señor don Felipe IV el Infante Don Felipe, mi muy amado tíoy suegro,y las que siempre han correspondidoalAlmirantazgo de los mares, con las solas modi ficaciones 6 variedades6 que obligan las circunstanciasde lostiempos. En conse qüencia, dexando en su pleno vigormis referidosReales Decretosy Ordenesposte riores por lo respectivoal mando como Generalísimode mis fuerzas de tierra,y confirmandoos el nombramiento de mi Generalísimode la mar, 6 sea Almirante General de España é Indias, y de todas misfuerzas marítimas, con agregacióndel título de Protectordel Comercio marítimo de mis vasallosen todos mis dominios, que también obtuvo el serenísimo infante D. Felipe, es mi soberana voluntad que representando mi persona y veces,tengais el mando general de todas las dichas fuerzas en navíos,fragatasy qualesquieraotras embarcacionesque de mi cuentay disposición se hallaren en cualquiera partejuntas o separadas,y de los oficialesy gente de todas ellas,y mandeisyproveai. en mi nombre,genera/y particularmen te, todo lo que viereisser necesariopara su buen gobierno en qualquier apresto, prevención, viage6 empresa que se ofrezca,y exerzaisasimismo sobre ¡agente em pleada en los buques de mi RealArmaday mercantes toda lajurisdicción civily criminal, alta, baxa, meroy mixto imperio,queyo tengoy podría exerceivypodais dar comisión6/a persona ópersonas que ospareciere,para que en vuestrolugary en mi nombre conozcan de las causasdejusticia, y las determinen conforme6 de recho. Y para que se observey guarde un constantesistemade protecciónyfomen to 6 la Marina y al Comerciomarítimo, y que con el dictamen de personasexperi mentadas asegureismejor el aciertode vuestrasprovidenciassobre tan diversosob jetos, 6 los quales está ligada la ulterior prosperidad de la Monarquía, y 6 imitación también de lo practicado en parte por losSeñoresReyes mis antecesores; quiero seforme una Junta con el nombre de ConsejodeAlmirantazgo, que habreis de presidir... Dada en Aranjuez a 13 de enero de 1807 YO EL REY—. — Residencia la Armada del Almirante General Almirantazgo y los servicios de En época de Carlos III, Sabatini —Inspector General del Cuerpo de In genieros y famoso arquitecto de la época— construyó un palacio para alber gar al primer Secretario de Estado; podemos citar entre sus ocupantes a Gri maldi, el Conde de Floridahianca y Godoy. Posiblemente este último en 1798, al cesar en el citado cargo, no abandonó dicha residencia, sino que és ta pasó a ser palacio-vivienda del Generalísimo. Es entonces cuando al instituirse en 1803 el Consejo del Almirantazgo bajo la presidencia de Godoy, se piensa que el mismo podría albergarse en un edificio colindante al de la residencia del Almirante General. Ello dio lu gar a la adquisición por parte del Estado del que ocupaban hasta esas fechas los Agustinos Calzados, vivienda construida y donada a los mismos por María Fernández de Córdoba y Aragón, hija del Caballerizo Mayor de Felipe II Año 1989 -d 1-c ct 1— o o -c o -o -o y u Edificio construido en el siglo XVI por María Fernández de Córdoba y que en tiempo de Godoy pasó a ser la sede del Almirantazgo. Desde mediados del siglo XIX lo ocupa una de las dos cámaras legislativas: el Senado. 152 Núm. 24 L4 ARMADA Y GODOY y destinada eñ su origen a ser centro de estudios, pudiendo considerarse como la primera universidad que tuvo Madrid. Este edificio constituyó después el primitivo Senado. Se añaden a estas edificaciones una serie de fincas, al parecer de propie dad particular de Godoy, que él mismo vende al Almirantazgo, con objeto de que este organismo pueda tener en un recinto único todos los servicios que requería la Armada. De esta forma la Armada pasa a ocupar una man zana, la n.° 555. Parcelario del plano de Texeira que incluye la manzana 555. Año 1989 153 MARGARITA BÁRPJONUEVOY JU4N M4NUEL DE BLAS Está limitada portas calles del Reloj (2), Torija (3), Mira el Río (4), por ci tar las que existen en la actualidad. Como documento acreditativo de cuanto se expone referente a la adqui sición de todas las fincas ubicadas en la mencionada manzana, se acompa ña fotocopia del original (5). Es interesante resaltar como en el mismo año en que el Rey da poder om nímodo a Godoy, en todo lo relativo a la Armada, el Generalísimo vende al Estado, con afectación al Almirantazgo, los bienes de su propiedad colin dante con el ya mencionado palacio de Sabatini, según la escritura otorgada en 24 de julio de 1807. Del estudio de este documento deducimos que los terrenos pertenecien tes a Godoy y que el Estado le compra, suman una cantidad evaluada en 18 millones de reales de vellón. También se indica que su pago comienza en enero de 1808 debiendo abonarse en concepto de intereses de la deuda período junio-diciembre de 1807— la cantidad de 360.000 reales de ellón. Como hemos manifestado, el pago de los terrenos comienza en enero de 1808; su abono será de la siguiente forma: — — — 42 letras por un valor total de 3.000.000de reales de vellón. 288 letras por un valor total de 15.000.000de reales de vellón. De estas cifras podemos deducir que finalizaría su pago en 1832,abonos que debieron ser satisfechos puntualmente (incluso durante la Guerra de la Independencia), como más adelante se verá. Caída de Godoy; confiscación de sus bienes El Almirante General acostumbra a acompañar a los reyes durante el tiempo que permanecen en sus diversas residencias. Así no tiene nada de (2) CALLE DEL RELOJ Esta calle va desde la plazuela de los Ministerios a la del Río: su origen se toma de un reloj de sol que había en la fachada de las casas que fueron de doña Ma ría de Córdoba y Aragón, dama de la Reina doña Ana, esposa de Felipe Hy dueña de la infan ta doña Isabel, cuyas casas cedió para establecer provisionalmente el colegio de San Agustín, que después llevó su nombre. (3) CALLE DE TORÍJA.Esta calle va desde la plazuela de Sto. Domingo a la plaza de los Ministerios: el origen se toma de haber vivido allí en su propia casa Juan de Torija, arquitecto mayor de la villa, que murió el año de 1666.Escribió el Tratado de Ordenanzas de Madrid y de cómo se han de construir los edificios en ella y la elevación de las embovedades. (4) CALLE DE MIRA EL RÍO. Esta calle atraviesa desde la de Leganitos a la de Bailén: su terreno pertenecía al monasterio de San Martín y fue uno de los pedazos que el Rey D. Felipe II mandó adquirir de dicho monasterio; desde muy antiguo se denominaban las alturas de Mira el Río, porque desde ellas se descubría su curso de Norte a Sur. Después compró Otros pedazos de terreno para labrar allí sus casas el duque del Parque, y para darle comunicación con la calle de Bailén, se formó una escalinata de piedra que aún existe. (5) N.C. 41-115 A. y P. (Archivo del Servicio Histórico de la Armada). 154 24 LA ARMADA Y GODOY cc ruW(it »Oi Çr,vz gf 8’nc Oua$ :4 )* ano ( 4/ Túw ií 1a O* a Ob (‘$ Ofl O1t cn9i/t £ 4V: 1 k feMaa c4aitt o gjer.JJ» c1 * jo &te f JÇ7 Mi JtmcJxafli? y u / óxcepO* Í *on / a L ÇÇ aM aMí- cn. cy.u ; 8W atb4s y n 40,aatas #L.4 »er etv Año 1989 4c 4Jx cs/fru&24 ,t a $t%t* 4n d eMa ua* b* sceM 2? 4//M/ /ti cf ¡ cac4/M cA4, 4/ y txa» 4/4. f a? 7eA4*, 155 MARGARITA BARRIONUEVO Y JUAN M4NUEL DE BL4S particular encontrarle junto a Carlos IV en Aranjuez en el mes de marzo de 1808. El desplazamiento real se interpreta como un deseo (ante las presiones napoleónicas) de marchar hacia el Sur, a Sevilla, para embarcar en dicho puerto y dirigirse a América, donde podría reinar en paz. Así intentaban re petir lo que ya habían realizado sus hijos los reyes de Portugal —huir de la presencia de las tropas de Napoleón—. pues no hay que olvidar que su rei na era hija de los Reyes de España. Este deseo llegó a manifestarlo el propio monarca en un Consejo de Mi nistros; aunque más tarde, por un decreto y para tranquilizar al pueblo sus pende la partida. Sin embargo, las órdenes dadas a las guarniciones de Ma drid para que se trasladasen a Aranjuez y dar posteriormente protección a la familia Real en su tránsito hacia el Sur, no fueron revocadas. La presencia en el citado Real Sitio de los regimientos de la capital hace que las pequeñas villas cercanas se agiten. El estado de incertidumbre creado el día 17 por la noche da lugar a que una multitud temerosa de la marcha de los Reyes, rodee las dependencias reales de Aranjuez y en particular la casa-palacio de Godoy. La salida de Pepita Tudó a medianoche de la residencia del Almirante, escoltada por algunos de los guardias de honor del mismo, provoca el esta llido de una revuelta. Se oye un disparo y se asalta su palacio, buscándole por todas partes; en pocas horas no queda nada de su residencia. Tanto la mujer de Godoy como su hija fueron tratadas cortésmente y lle vadas al palacio real, buscando protección (no hay que olvidarse de que la esposa del Almirante era sobrina del Rey). Las versiones de lo acaecido en la búsqueda de Godoy son muy diferen tes. El mismo en sus memorias (6) nos da la suya, que es distinta de la que nos narran otros historiadores. El hecho es que permanece oculto unas 36 horas, hasta las diez de la mañana del día 19.Una vez descubierto, un grupo de Guardias de Corps lo llevan a su cuartel, perseguido por el pueblo, y evi tan que le hagan daño. El Rey ruega a su hijo Fernando que acuda en su ayuda, cosa que hace el príncipe y así se contiene a la multitud: Conocida la noticia en Madrid —día 19—se agrupó el pueblo en la pla zuela del Almirante y acometió su casa, haciendo iguales destrozos que en la de Aranjuez. Godoy es trasladado al castillo de Villaviciosa (a los cuatro días de su prisión), en el que permanece hasta que el general francés Murat, gran du que de Berg, solicita a instancias de Carlos TV,que ya se encuentra en Fran cia, la entrega del prisionero, lo que tiene lugar el día 20 de abril. Con escolta francesa emprende el camino de Bayona, ciudad a la que llega el 26 de dicho mes. (6) Memorias críticasy apologéticas para la historiadelreinadodelseñorCarlosIVde Borbón. Ed. Atlas, Madrid, 1965. 156 24 LA ARMADA YGODOY :i— 1 e’t» tt / / t • - 1 ‘: -—‘n ; £ ‘f € /24s Y, aC4ae CIJr4qr t c 4 12CV) £4 a ?44?/ r 4Ot(1fla 4 /fl’’ ‘ct/Jp/% 1 A’ea- 444t ,an4 / nPjj ‘, / Ác 4°-v$r %fr/ e/4r 1 Titit*4, gF,4 4 ctYcA’;r ;i; 2» ¿a?a ew t 41 &n r,pcr ¿ - ‘c’a tvZ Á >: Año 1989 t: 157 L4RGARITA BARRIONUEVOY fU-tV MANUELhE BLAS 1 t4 ¡ — £ — ¿‘ - - -- --- - - - *_--..:. 4 e / - - - ‘ - — -. ‘1 -‘ - - - e, - - - -- ‘-••r_#I____’ • -- i.C- — r. - ‘•l - 7 ‘- --o-’- - - Jc • CC4’#CIF t.etcfl7r f’ - :7 - — - /&‘- - - — ¿ -. - -4? - ‘e’ e -. - e - t/ t -t -t - r• e - - .4rcc’ e I, :v1 •-;:‘.-, e’ c-- ,#F•::#z ‘jÇP £ £Cu1*’ t, L-e, - ‘ ¿C -g o?’ --. • - €. £-‘ ‘4:-’r- - - - -Çk . -. e 1 •v —r - g g’ — rt:,-,re,. ‘flte ‘A1- a L /a :er -x ‘ ,ç. t J?sc. tL2t9 158 4? I’-ee e-, t.:-- /—- - - e. .. ‘, -i k 24 LA ARMADA Y GODOY Al día siguiente de la revuelta, o sea, el 18 de marzo, aparece un Real De creto de Carlos IV en virtud del cual se exonera a Godoy de sus empleos de Generalísimo y Almirante. En dicho decreto se dice: Queriendo mandar por mi persona el Ejércitoy la Marina, he venido en exonerara D. Manuel Godoy de sus empleos de Generalísimoy Almirante, concediéndole su retiro donde más le acomode. Dadas las circunstancias sobrevenidas, el mismo día 19 de marzo el Rey Carlos IV abdica la corona en mi mui caro h/o el Príncipede Asturias, el que reinará con el nombre de Fernando VII. El nuevo Rey, en 20 de marzo, expi de un Real Decreto en el que señala que su padre exoneró (Real Decreto de 18 de marzo) a Godoy del empleo de Almirante General de España c Indias, que le había sido concedido en virtud de las Reales Cédulas de 13de enero y 27 de febrero de 1807,y ordenaba que vuelvan todas lascosas al sery estadoque tenían antes de la citada Real Cédula de 13 de enero;y resuelvoque se establezca un consejo supremo de Marina, con la preeminencia de ser presidido por mi real persona. En este mismo mes de marzo, por otro Real Decreto, se acuerda la con fiscación de todos sus bienes. Posteriormente y por Real Orden de 3 de abril se ordena que Godoy sea juzgado. Vamos a analizar la jurisdicidad de dichos documentos. Por el primero se acuerda la confiscación de sus bienes, ignorándose si afecta a alguno de ellos o a la totalidad de su patrimonio, así como no se concreta el motivo de la misma. Parece más jurídico que primero sea juzgado y se esté a sus resul tas. Es decir: se encuentra más ajustado a derecho pensar que el primer acto para ir contra el patrimonio de Godoy hubiese sido el de embargar todos sus bienes, para posteriormente esperar la decisión judicial. Respecto a esto úl timo, se hace notar que Godoy nunca fue juzgado. Sin embargo, queremos apuntar que no debió de llevarse a efecto con mucha diligencia la confiscación citada. Como prueba, aportamos la foto grafía que se acompaña, en la que consta que la Armada llegó a pagar ínte gramente a Godoy la adquisición de las casas de que hemos hablado ante riormente (7). La mujer de Godoy y sus relaciones con la Armada Al fallecimiento de la Condesa de Chinchón, esposa de Godoy, éste que se encuentra exiliado en Roma— contrae nuevas nupcias con M. Jose fa de Tudó Cathalan Alcoman, conocida en la historia con el nombre de Pe pita Tudó, hija de un militar de la que con anterioridad había tenido dos hi jos: Manuel y Luis. Sin embargo, su nueva esposa permaneció poco tiempo en esa ciudad y regresó a España acompañada de sus hijos, donde fija su residencia. — (7) NC. 41-116 A. y P. (Servicio Histórico de la Armada). Año 1989 MARGARITA BARRIONUEVO Y JUAN MANUEL DE BLAS A. ‘ /1 g t)’ / / ) 17? Ç1p 1 fi 7 / J/ ,/ ,7, / j 11 2 /1 / y>r / / r J 1 2 ¿ / ? ;i: j /it/1 1 7 -,J// f — (1 7 ‘ 7Pr’ ,, 7I/ 1 )/4 7 1 ¿:W ‘ //:f ¡//i/ / / 2 i / 1 ft 91 2 1 160 f/ Núm. 24 LAARM4DA Año 1989 YGODOY 161 M4RGARJT4 BARRIONUEVO Y JUAN MANUEL DE BL4S En 1837,ya fallecido Fernando VII, el gran enemigo de Godoy, y encon trándose España bajo la regencia de María Cristina de Borbón, la Tudó re clamó los bienes de éste. Entre ellos se encuentran las fincas de propiedad particular del Almirante, ya varias veces mencionadas en este trabajo. Pepi ta Tudó pide al Almirantazgo su pago, pero el abono de las mismas ya había sido hecho conforme se hace constar en el escrito cuya fotografia se acom paña (8). Conclusiones A principios del siglo XIX, los diversos organismos que hasta hace unos cuantos años componían el Ministerio de Marina (hoy integrados bajo la expresión de Cuartel General de la Armada) ocupaban una serie de fincas entre las que se citan: el palacio de Sabatini, el edificio donado por Maria Fernández de Córdoba a los Agustinos Calzados y otros más, propiedad de Godoy, cuyo agrupamiento forma la manzana 555 del plano de Madrid. La unidad de todo este conjunto en un recinto único fue obra del Almi rante General. En cuanto al trato que dio el rey a Godoy, a su caída política, al analizar el problema —confiscación de bienes— bajo el punto de vista jurídico, no parece que fuese muy elegante. La esposa de Godoy, cuando creyó advertir que los tiempos podrían ser favorables a sus pretensiones, se dirige directamente a la Armada exigiéndo le el pago de las fincas, que estima son aún propiedad de su marido y que ocupa dicho organismo, formando la manzana 555. Verdaderamente, no se entiende que su petición de abono tenga ese encaminamiento, ya que aún continuaría en vigor el Decreto de confiscación; por otro lado, parece más consecuente que esa reclamación se hiciese al Patrimonio del Estado y no a la Armada, institución a la que están afectadas dichas fincas. Permanecen, por tanto, esas incógnitas de la Historia, a las que quizá ya través de nuevos documentos que puedan aparecer, sea posible darles una solución completa. Y finalmente, unas concreciones legislativas sobre Godoy: Por Real Decreto de 30 de abril de 1844 se le devuelven todos sus bienes. Pasaron, por tanto, 36 años entre la confiscación de los mismos y su reintegro. Por Real Decreto de 31 de mayo de 1847se le restituyen todos sus títulos y honores, a excepción del de Príncipe de la Paz, pues el título de príncipe iba unido al sucesor de la corona, así como tampoco los de Generalísimo y Al mirante General, que estaban definitivamente abolidos. (8) El escrito original se encuentra en el Servicio Histórico de la Armada (NC. 41-117) del Archivo A. y P. al Movimiento. 162 24 LAARM4DA YGODOY En París, donde reside Godoy desde el fallecimiento de los Reyes Carlos Ny su esposa María Luisa, le llegaron estas buenas nuevas, aunque él falle ce antes de poder disfrutar de su patrimonio: Durante su estancia en Fran cia, los gastos son sufragados mediante una pequeña subvención anual que le otorga el Gobierno francés. Godoy aún vivirá durante varios años, hasta 1851.La historia nos lo pre senta como un viejecito que acostumbra a salir todos los días a pasear por los jardines... Yél mismo, al final de susMemorias, nos descubre sus más ín timos sentimientos: Herido en lo más caroymás preciosopara e/hombre, que es la honra,privadodemistítulosy honores,desposeídode mis bienes,aún de/os ad quiridos, nopor mercedograciade/augustosoberanoa quienservia,sinoconfon dos propiosmíos(..) la Españaverá,enfin, en misdesgracias, un caso,no común en lashistorias,delosqueen tiemposdepartidosy borrascaslo aventurantodoy lo posponenal debersagradode servirsu patria (9). Si hemos de creer en la sinceridad de estas palabras, deberíamos juzgar le como un hombre íntegro, sensible y dado por entero al engrandecimiento y prosperidad de España, en las dificiles circunstancias en que le tocó vivir. No nos corresponde a nosotros analizarlo. Acaso, nilamisma historia pue da saberlo nunca con certeza. (9) Príncipe de lü Paz, Memorias. Biblioteca de Autores Españoles. Madrid, 1965.Tomo II. Pág. 500. Año 1989 DOCUMENTO José Ignacio GONZALEZ-ALLER HIERRO Capitán de navío Resulta, cuando menos, sorprendente comprobar que en 1732el teniente general de la Armada D. Francisco Cornejo actuaba en su expedición con tra Argel como hoy día lo haría un CFAO para organizar las fases de movi miento al objetivo y movimiento buque-costa de una operación anfibia. Es curioso y aleccionador destacar que en estas instrucciones, órdenes y señales el general dicta una serie de normas que cualquier profesional pue de fácilmente identificar como embriones o antecedentes de los documen tos que figuran en cualquier orden de operaciones de una FAO. Así se precisa quién es el jefe de la Fuerza de Desembarco: el Conde de Montemar (organización de mando); se señala en un plano la situación de cada buque o embarcación (organización para el movimiento); navíos que darán escolta a los transportes (organización del grupo de escoltas); lugar desde donde comenzará el movimiento buque-costa (diagrama de la zona de asalto); momento de comenzar el trasbordo y cómo llevarles a tierra (cua dro de trasbordo), e incluso el nombramiento de guía de ola. Igualmente hace referencia a la posición de las galeras para apoyar el desembarco (plan de fuegos) y la forma en que se desarrollará el desembarco (plan para el desembarco), así como el orden en que deberán desembarcar (cuadro de secuencia del desembarco) y el momento en que debe comenzar las olas a la orden y la descarga en general. Resulta muy interesante comprobarla forma en que tiene prevista la ins talación de pontones (coseway) para facilitar el desembarco de piezas de ar tillería y cargos logísticos. Verdaderamente Nada nuevo bajo el sol. Nihil novum sub sole. Año 1989 JNSTRUCCIONES ORDENES Y SEÍIALIS LOCANTES A LA MAR dia y dcfcmbarco -, i Os Scíorcs Oficiales de todas Clafes, y gcnçros, que componen ci Exercito terrcfre, que manda ci Scfior C6dc de Montcmar, fé fervirantcner entcn dido, para ci viage, por mar, que el Capitan de la cmbarcacion, lleva vna In1ruccion imprcfl’a en íi idiorna ( fe entiende en Francs Ingks, ó E(pafiol ) donde vri xplkidas las feía les de lo mas principal que fe puede o&c-. cr en la navegaci y por quanto es la lengua Ingkfa, la que menos entdçmos, ci Oficial principal, fuere en embar— cacion Ingicía, 1lcvar vna Inlruccion en lengua Eípaiola) que expi’c(ii lo niiímo que La que llçva ci Capitan de la Emharcacion i fin que fi efre fe defcuidare en algo, f lo advierta el Oficial de la Tropa, y fe execute lo que figni ficare la fcia1 que hizierc cfta Capitana, y los demis Na_ vios de Guerra, que deven repetirla; y aísi n-li(mo para mayor claridad, fe le dar-a vn plano, en que v dcmoftrado el or dcn en que han de marchar todas las Embarcaciones. Por la popa de ef’ta Capitana han de marchar en ala, c’i viia fila, los feis Pontones, y cada vno de ellos ha de llc var dos Galeotas, Javeques ( vria i cada vanda ), para ayudarles quc no k fotavcnten, fi no que vayan en 1i pucí_ to, y remolcar-los, fi fe neccísitare y lo Bateos Ionos, rari cn la rnifma fila de las Galeotas y Pontones no niczcladós fi no todos en la derecha de Ja fila. Los Oficiales de Infanteria Ikvarm fvido, que cn el via— ge han de navcgar,por la popa de las Galeotas, javequ cs, larcos, y Pontouc en la vanguardia de todo lo dcrns de ci Cornboy, llevando cn cada .Einbarcacion íd A 10, , , , 2. , , 3 , , , , Li &liutib (!..‘ 151 I;itnt:na a (iii q’.C te tn ella la ( valL’ria, !1L0tC, 51ltli0 oJUrLUIJC) :e cono VIia lCt!a, y fllCfl()S Ii fc pudi crc , entre Nav! cs de (,UCrIJ, IjLIC V.il1 VIlO en Cada cofado y una tma , han de dar 1Ofl(l() lo mas cerca c ptU de Li 01 lIla, dCLi cofta dci dclcmbarco, para nIC ft cxeCute COfl maS brevedad, y inciios conftiíion , y 1 .;Ce) L1LI:Liya (dido toda la Infantcria de la Embarca— ci V!fl) Od:ial, manda ¿i al Capitan de! Navio, que (5 I1C5I Vani.roia, para que fe conozca que alli no ha que— d.io que címarcar, y a{i de dia como dcnoche, 1k— vrn buena guardia, para no abordarfe con otra E&nbar— -icion , y hacetíc pedazos, fin fiaríe para eflo de la guar— di a de ¡os marineros. Lo uiifino rcípctivamente, han de obíervar los 06Cia les de la c’avallcria, con fus embarcaciones , con la diferen— cia ; que Jeven feguir la marcha immcdiat por la popa, de las de Li infantcria poniendo todo ci cuydado pofiblc en no r:iezciarfe vnos con otros, para lo qual advertirán al Capita ¿J navio , i fln que acorte aumente vcta, fegun fe neccíi tare, pra no adelantare , ni atrafatfc enla marcha; y dar fiando lo us cerc i que pucdan de la rnfantcria,y luego que avan liechadoci vltiino cavállofuerade la cmbarcacion, pcvcndran al C:’pitan de ella, quc quite la vanderola ama i-d!:i, de (u diflincciou , para dar cntcndr, que en ella, no ha quedado que de(cmbarcar. A.las cmbaraciones que llevan cavalleria, fcguiran las (iLle conducu ci tren de Artilicria, y todos fus pertrechos, n vanderolas blancas, y azulcs; corno tambicn ci Hofpi t5d, y los Oíkiales quc la lkvan fu cuydado, praicari lo mlino que fc ha cxprctíhdo, para la infantcria, y cavalicria. Detris de las embarcaciones dci Tren, han de ir las de la pija, y cevada ,con vaudcrolas blancas, la paja; y la ccva da blancas, y amarillas. Alas liinbarca.ioncs de la paja, y cevada, íeguirrn las quc • ‘, P1 S , , LLK 6 kvan fI iis piquetes y (ii (itil (hulintiba, fcrz vna 1) que llevaran t:olgada de vii penol. S ; las 1i:il r...Kiones dc la tlixuna íguirn las de la p ‘ia con vandcrol as azules. A las de la poivora 1guirin las que ikvan raciones de At uhida con vanderolas blancas, y roxas. io DLtras de Lis Embarcaciones de vivcrcs dc Armada, h.1n de ir las d las Harinas con vanderolas azules ,y r oxas. 1 L A las de las Hirmas feguidun fas que lican Bacas, y Crncrs, con vandcrolas azules, y amarillas. Vt;initnentc guiriun en la retaguardia de todo e! Com bov las Embarcaciones de traníporte ; que fc nombrarun que {e diJiaquen, quando fc haga la feal y mar ch n comboyadas de los dos Navios de guerra, el Con qador, y l.uAndalucia ,al parage que fc les ha ordcn en papel aparte. i 3 las (1dcuas deben ir cerrando la marcha detras del todo, :a ocurrir i LCOrrCr aquien lo neccísite; y fi el Señor 1). Miuei Riggio tuviere en que empicar al flavio Hercu 1e..v al Paquebor, Jupirer, que vm inmediatos por fu proa, i f.vir darles las ordenes que tuviere por conv. nientes. 1.4. Qjando c(’a Capitanadiípare dos caonazos, y pu(icrc, vna Vandera amarilla, en lo alto del palo mayor, fc (epa rarii del Coinboy, los Navíos de Gucrra, Conquifador, y la And.duzia, y afsi mifino las Embarcaciones dc traní porte, nombradas para dcftacarfc con ellos, y marcharrn adonde fc les h dcf’cunado Qiando c(lzuCapitana difparc tres caonazos, y puflctc vn Vandera azul, en lo altO cid plo mayor, todas las Embarcaciones de Guerra, y de trantortc, hccharrn fus Lanchas y Votes al agua,. con Marineros efcogidos, pro-. vcido:para comer, y beber todo el día, como tambien de rcnos, toletes, y cftrobos, fin que no tengan motibo de bol,:,V , , , , , h•• cnnchr yl d(entbrcr, j1itt() U1 [c la líitiia (vij.L’, 1 rE dc uiLF1, 1aia (Ji1 icailc ics tc las lii’,s, Y I(1 ‘l (I( ( F, !::1;L las’ nuInas ííilcs; las Cakras dcv n la Tti,y icda LhÍc !ohrc lO f(WO , pcr la pa de ci a C; p.tuia 1 Las1..ançhas, y Jotcs de las Frnbaraicrcs de ti’aní’ portc quio lic vain luf’antcria, p;:fIai i la v;:ratat i ponerfe dc1antc.d las 1 nbai’ccku cuc ria al cdal) dé ii qcfe 1é huvkre fefialado i de Ja e alli ! n fletare, para tn’ar Infanteria y llc21’ia : rii Las Llis,Botcs,y Ffqüitcs de lcs avcs, Clcrash rn barda,y Iiqucbctcs , cn’o tn bien lcs Ear&;s, Jac_ ques, y Cilects, { kn c [crer al fldo de las IrrLr caciones , que fe 1csífiaia12 , que 1eir l dc]a iiL iia primera, que ha de ir tierracViitMrc’C , (t:c’ r c-c. cha, Bote, Líquife, Barco, Jcv çue., C ct, ]“ de ii Oficial, Guardia M arma, crcai e la c-.rci. i6 Las Tartanas Sacnas, y dinas rn cr es de vra cu bierta ( que fe nornhrarin ) tcmarn en fu hoi’do la lii fanteria del NavIo que cada vna fc ha feialado, y mar charan la vanguardia, paifando adelante defta Capitana, la partc de tierra, dar fondo cn,dos brazas de agua, fren te de la Playa dci dcfmbarco. 1 7 Los Oficiales que fueren nombrados, fe emharcar cada vno en vn bote con vandera , y fe pondran repartidos cntre los Barcos, Javcques, y Lanchas para acompañarlos, bata defembarcar la Tropa, y para holvLr ccii cilor, tornar mas tropa de las embarcaciones , que la wvkrn, yertdo, y bolbiendo con la mayor ligereza que ía cfhle hafta que toda la Infantcria cfIé en ti ella, y ccn a ni1na atividad , fc ha de aíiftir al dcfcnbarco ,dc los foldadosde cavaileria, trcn de artilleria, y todo lo dcnis. 8 1 os Guardias marinas , Sargcntos, Cayos, Cadctcs Se? dados, fc cmbarcar çada yno en ci Barco,Javcquc, Galeo ta. t ítis bórdos, liia , ‘ , . ,Lanclia,yVote,que fe le deftinar, para lkvar Tropa i ncrra, 1uando (‘ehaga la cííai. 9 Qi.inJo cfa Capitana difjarc quatro cafionazos, y pu_ fire vna vandera blanca,cn lo alio dci paiodcl Trinquete, çddj’ucs de ayer quitado la azul)fe cmbarcar la Tropa Ls Lanchas, y Botes, y fc p3ndrn en ah como dos tiros de fufil, diítantcs delante de efla Capiana, la parte de tierra en otra parte, que fc ordenari, fi conviniere’ mas; Los Navios de repericion harin las rnirnas fcííaks; Y las Galeras dcvcn dividirfe por mitad y marchar vns por la derecha, y otras por ¡a izquicrda,i poncríc lo ms cerca de la orilla dela playa, que les permita el fondo,qucdan do di(bntes vnas de otras,como vna milla lo mts, cn cu yo intervalo, y al abrigo de fu Artifleria,(c ha de cxcutar 1defeinbarco, y en caf’ode ayer fondo fucicnte para Na vios dc guerra, í les dará la orden de acrcaríe, pirá ci mi(iTo cfco; Tarnbicn ía fcíal íaidrn en fus Faluas, los Capiranes de Navio, D. Juan Jofeph Navarro, Fr. Dou Franciko Liaíío, y ci Conde de Bene, llevando arbolado el palo mayor y en lo alto la Vandcra, para que (‘candif tinguidos, y en ea forma fe fituarn repartidos, en todo ci blanco del deíembarco,dclantc, y muy immcdiatos t las Lanchas, 3otcs, Barcos, y Javeques, para conducirlos haf. ta dcfinbarcar la Tropi, y para que cn poniendola en tierra buelban t toda diligencia las Embarcaciones dc vna cubierta, tornar ,y llevar i tierra mas Tropas, lo qual t ha de ccntinuar con el mayÓr calor hafta que no aya mas que conducir, para lo qua1,darin las ordenes que cornbengan, losOficialesfubalternos, Guardias marinas, Sargentos, Cayos, Cadetes, y Soldados que deven afsit’tir i efIa funcion, cn las Faluas, y Lanchas, que fc pondran fu cuydado, bien entendido, que ci dcGwbarco fe ha de hazcr fucctibarncntc; Primero toda la Infantcra; Dcfpucs toda la Cavalicria; Dcfpucs de cfta,cI ircude Arcihicria, a que fcguiruinlos dcms gcncros que ordenare ci Scíior Condc de Monteinar. B Q,an o t 1 , , ,. , , , , , u. , :0 Qando ella Capitana iípar cinco Caioti’azos, y pulicrc vna vandcra roja cii lo alto dci paIG mayor, mar chrn los Ponwne Galeotas, Javcqucs,IaasVoes, y Efuifcs cargados de unntcria? hafta varar en pIay, para que la Tropadcfernbarquc conla mayor facilidad; y oricn, advirtiendo quç los ícs Pontoncs han de qucda varados, la diftançia devn Cable1 vno de,oro,Airvicndo dcmucflcs, y afsiefks, coma todos los dcms pondran todo cuidado’, en que la reíaca no los vravie( fóbtc. la Playa, y los ancuc; Y lucg al inftantc; que cada‘no aya dçfcmbarcadoa gente que I1ev bglvçra COfl 13 fl1aQ çarar d Jnfantcria las crnbrcaciones don. dc (a }iuyirc, y afsi ló rcpcdr bafta qu todo cfl pucho çn ticrra A bordo dej Navi& San Felipe, en la Baa dc Atin , cc3á ‘i. de Junio dc 1732, 1’ NOTICIAS GENERALES Lola HIGUERAS RODRIGUEZ CONGRESOS Y SIMPOSIOS 1989-febrero 6 a 11. Madrid. Primeras Jornadas Nacionales de Historia de la Cartografía. Organizada por la Sociedad Española de Cartografía, Fotogrametría y Teledetección con sede en el Instituto Geográfico Nacional, General Ibáñez de Ibero, 3. 28003Madrid, se ha celebrado esta primera reunión nacional de historiadores de la cartografía que ha servido para dar a conocer los estudios que se están llevando a cabo en esta disciplina en España. Pretenden estas jornadas celebrarse anualmente y servir de base a la presentación de trabajos sobre la historia de la cartogra fia española. 1989-marzo 28 a 31. Bruselas Industrial Revolutions and the Sea, (I9th-2Oth Centuries). Coloquio organizado por la Real Academia de Ciencias, Letras y Be llas Artes de Bélgica, la Comisión Internacional de Historia Marítima, la Real Academia de Marina de Bélgica y la Fuerza Naval Belga. Lugar: Palacio de la Academia. Hertogstraat 1. B-1000 Bruselas. Bélgica. 1989-junio 8 a 10. San Francisco, California. Reunión conjunta de la SocietyfortheHistoy ofDiscoveriesy de la North American Societyfor Oceanic History. Para más información dirigirse al Dr. Sanford H. Bederman, Depart ment of Geography, Georgia State University, University Plaza, Atlan ta, GA 30303. El encuentro se celebrará en Fort Mason Convention Center, San Francisco, Ca. 1989-junio 26 a julio 1. Amsterdam (Holanda). XIII Conferencia Internacional de Historia de la Cartografía. Secretario de la Conferencia: Marc Hameleers. Faculty of Geogra phical Sciences. University of Utrecht. PO. Box 80115. 3508 TC Utrecht. Holanda. Tno. 3 1-30532052. Las sesiones tendrán lugar en la Biblioteca de la Universidad de Ams terdam. Singel 425. 1012 WP Amsterdam, Holanda. Año 1989 NOT1L4S GENERALES Temas que se van a tratar: 1. La cartografía: entre arte y ciencia. 2. Innovaciones en la cartografía marítima entre 1650 y 1800. 3. El conocimiento y el mecanismo de mercado como impulsos para la publicación de mapas. 4. Desarrollo de la cartografía temática en el siglo XIX. 5. La cartografía como un elemento de la administración colonial des de 1750. — 1989-agosto 1 a 9. Hamburgo y Munich. XVIII Congreso Internacional de Historia de la Ciencia. Para más información escribir a: CPO Hanser Service. Postfach 1221. D-2000 Hamhurg Barsbüttel. República Federal de Alemania. - 1989-agosto 4 a 6. Bergen. Shipping and Trade. 1750-1950. Seminario preparatorio de la Conferencia del grupo de historia marí timo-económica. Organizado por Lewis R. Fischer y Helge W. Nordwik. Norvegian Schoól of Economics. Bergen ÇNoruega). 1990-agosto 26 a septiembre 2. Madrid. XYII Congreso Internacional de Ciencias Históricas. Organizado por el Comité Internacional de Ciencias Históricas. La inscripción preliminar debe remitirse a SIASA CONGRESOS. S.A. P.° de la Habana, 134. 28036 Madrid (España). Este congreso incluirá la Conferencia de la Comisión Internacional de Historia Marítimá sobre.el tema El transporte marítimo y la alimen tación. Organizada por el Prof. Dr. Klaus Friedland, Presidente de la Comi Sión Internacional de Historia Marítima. Kreienholt 1, d-23035 Hei kendorf, República Federal de Alemania. 1992-abril 17 al 19. Vancouver (Canadá). Conference on Exploration and Discoverv. Para conmemorar la llegada del capitán Jorge Vancouver a la costa noroeste de América en 1792. La recepción de los resúmenes de los trabajos finaliza el 15 de septiem bre de 1989. Para más información escribir al director de la conferencia: Prof. Hugh Johnston, Department of History, Simon Fraser University, Burnaby, B.C. vSa 1s6, Canadá. 174 24 NOTICIAS GENERALES PREMIOS Premios Ejército 88. Para más información dirigirse a la Oficina de Relaciones Públicas del Cuartel General del Ejército. Las bases para concurrir a estos premios fueron publicadas en el “Boletín Oficial del Ministerio de Defensa” núm. 208 (27 de octubre 1988). Premio Ejército 1988 de Miniaturas Militares. Para promover el recuerdo y la tradición histórica de los uniformes que han vestido a través de los siglos los soldados del Ejército de Tierra español. El plazo de finalización de entrega de los trabajos será el 10 de mayo de 1989. Premio Ejército 1988 de Investigación. Para estimular la realización de estudios relacionados con el papel que el Ejército desempeña en la sociedad española y contribuir, de este modo, al desarrollo cultural y técnico de España. El plazo de presentación de trabajos finaliza el 15 de abril. EXPOSICIONES Con motivo del segundo centenario de la muerte de Carlos III se han cele brado en todo el territorio nacional a lo largo del año anterior numerosas exposiciones para conmemorar su reinado. En todas ellas han estado pre sentes objetos y recuerdos de la Marina de aquella época que tanto desarro llo alcanzó con Carlos III. Estas exposiciones han sido: La bahía de Cádiz en tiempos de Carlos III Organizada por la Consejería de Obras Públicas y Urbanismo de la Junta Municipal de Andalucía. Museo Histórico Municipal de Cádiz. Del 22 de octubre al 12 de noviembre de 1988. España. 200Años de Tecnología Organizada por la Dirección General de Innovación industrial y tecnológi ca del Ministerio de Industria y Energía. Celebrada en el Paseo de Coches del Retiro. Noviembre de 1988. Año 1989 NOTICIAS GENERALES Carlos III Alcaldede Madrid Organizada por el Ayuntamiento de Madrid. Centro Cultural de la Villa. Del 14 de diciembre al 29 de enero pasados. Carlos lily la Ilustración Organizada por una comisión interministerial. Palacio de Velázquez del Parque del Retiro de Madrid. Del 7 de noviembre al 15 de enero de 1989. Recientemente inaugurada en Barcelona en el Palacio de Pedralves. 176 24 LA HISTORIA MARITIMA EN EL MUNDO Por María Pilar SAN P10 La próxima aparición de una revista de historia marítima de carácter in ternacional llama da International Journal ofMaririme Historv es un aconteci miento digno de atención, ya que va a suponer, sin duda, un gran vehículo de comunicación para los historiadores del mar. Al frente del consejo editorial de la nueva revista se encuentran los pro fesores Lewis R. Fischer, de Canadá, y Helge W. Nordvik, de Noruega. Valeríe C. Burton, de Inglaterra, es la persona encargada de recibir las recensio nes y estudios de libros. El consejo editorial tiene miembros en muy diversos países de Europa, América del Norte, Asia y Australia. La International Journal of Maritime History nace con el propósito de ser una revista especialmente dirigida a aquéllos que investigan los aspectos económicos y sociales de la historia marítima, con especial dedicación al tráfico marítimo, la construcción ñaval, la pesca, los puertos, sociedades co merciales y marítimas, etc. La revista será semestral, apareciendo en los meses de junio y diciembre. a partir de este año. Cada número,de una extensión aproximada de 300 páginas, compren derá cinco artículos que recogerán la investigación marítima de carácter in ternacional más significativa en estos ámbitos. Esta publicación incluirá también notas de investigación de menor amplitud que los artículos, con ánimo de mantener a los lectores informados de las últimas líneas de inves tigación. La revista pretende igualmente incorporar en cada número al me nos un artículo de tipo historiográfico realizado por alguno de los autores más importantes en historia marítima. La revisión de libros será verdadera mente internacional en cuanto a sus contenidos e intentará ser lo más ex haustiva posible en este campo. Finalmente publicará una cuidadosa y ac tualizada bibliografía de los libros y artículos editados en todo el mundo acerça de los temas mencionados. La suscripción a la International Journal of Maritime Historv incluirá los dos números anuales de la publicación llamada International Newsletter of MaritimeHistory que aparecerá en marzo y septiembre. Este boletín sustitu ye al actualNewsletteroftheMaritimeEconomicHistory Group y continuando su línea procurará mantener informados a los historiadores marítimos de cuantas noticias internacionales se produzcan en el área de su interés, Uno de los grandes alicientes que este boletín viene proporcionando es la inclu sión de un directorio de investigadores marítimos indicando sus áreas de in vestigación para facilitar el contacto entre ellos creando una auténtica red mundial de historiadores marítimos, cuya eficacia ha sido probada. Mientras la Newsletterse había propuesto como objetivo prioritario cu brir la información de los historiadores marítimos en el campo económico y Año 1989 !sI4RL4 PIL4R SAN P10 social, la nueva International Journal of Maritime Hisrorv dará cabida en sus páginas a los especialistas en temas navales, especialmente a los estudios de la problemática planteada por la navegación en otras épocas, más que a es tudios monográficos sobre armamento, batallas, etc. El precio anual de la suscripción será de 45, y los interesados en recibirla deben dirigirse al profesor L. R. Fischer, Maritime Studies Research Unit, Memorial University of Newfoundland, St. John’s, NFLD A1C 5S7, Canadá. 178 24 RECENSIONES LAFUENTE, Antonio y SELLES, Manuel: El Observatoriode Cádiz (17531831). Ministerio de Defensa e Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid 1988 En edición conjunta del Ministerio de Defensa y el Instituto de Historia y Cultura Naval, dentro del programa conmemorativo del bicentenario de Carlos III y la Ilustración, se publica este magnífico estudio sobre el Obser vatorio Astronómico de Marina, del que son autores Antonio Lafuente y Manuel Sellés y que en su día obtuvo el Premio de Libros del Patronato “Virgen del Carmen” correspondiente a 1987. De las realizaciones de la España ilustrada de Carlos III en las que la Ar mada participó muy directamente, es sin duda la del Observatorio gaditano, más tarde trasplantado a San Fernando y donde en la actualidad permane ce, una de las más notable. Concebido como anexo a la Real Compañía de Guardiamarinas, su historia está intimamente ligada a los avatares y pro yectos de formación de una mentalidad ilustrada en los oficiales de Marina. Los avances astronómicos del setecientos se articulan substancialmente en torno a la institución por la que pasan los sabios de más renombre y los jefes y oficiales de la Armada de más cultivado talante. El libro es ambicioso en su planteamiento y muy completo en su conte nido, lo que de por sí constituye un excelente binomio de calidades, y sobre todo apunta datos de un conocimineto histórico hasta ahora poco desvela do. En líneas generales, en el capítulo primero se esbozan las principales lí neas de desarrollo de la astronomía y náutica del siglo XVIII; del segundo al cuarto se describen los procesos de institucionalización de la Academia y se estudian los proyectos según los cuales se creía viable la formación de una oficialidad científica en la Marina. En el octavo se contempla el traslado del Observatorio a la Isla de León, y se cierra el estudio con el análisis de la mar ginalización del Observatorio cuando la época de la Marina del “Deseado” ha dado por tierra buena parte de la obra de sus antecesores. Capítulos in termedios estudian también la acción y aportación de marinos ilustres co mo Jorgen Juan y Tofiño, sin olvidar tampoco el papel desempeñado por su primer director, el francés Luis Godin. Con “El Observatorio de Cádiz”, Lafuente y Sellés contribuyen directa y esencialmente al mayor esplendor en el conocimiento de la Marina de la Ilustración, que a través de Carlos III y del Departamento Marítimo gadita no alcanza sihgular prestigio y rango. J.C. P. Año 1989 MARTIN, Colin y PARKER, Geoffrey: La GranArmada. 1588.Traducción del inglés Julio A. Prados. Alianza, 1988, 336 p. El propósito de los autores es relatar cada paso del proceso de intento de invasión de Inglaterra de 1588,con nuevos documentos y evidencias, en vez de seguir el seudo-patriótico chauvinismo que ha caracterizado bastantes monografias sobre este tema. Han querido beber en las fuentes originarias, rechazando referencias manidas y publicaciones de tercera mano. Parker ha encontrado una gran cantidad de documentación inédita, y Martin ha excavado las reliquias submarinas; ambos han analizado sus descubrimientos y llegado a las conclusiones que en el libro se exponen. El relato de los acontecimientos es de alto interés y buena pluma, pero más interesantes son los nuevos puntos de vista sobre el estudio comparati vo de las fuerzas de ambos países, tanto de mar como de tierra. En el aspecto naval los autores consideran muy superiores a los barcos ingleses en todas las facetas, especialmente en velocidad, maniobra y técnica artillera; sin em bargo reconocen que de haberse conseguido el desembarco, nada se habría podido oponer al avance español. Los aspectos más novedosos se centran tal vez en las poco claras instruc ciones de Felipe II, en las consecuencias posibles de un ataque alternativo a las islas holandesas, en las dudas expuestas por el duque de Medina Sidonia mediante carta al rey, que éste nunca recibió, y en el estudio de los barcos perdidos en Irlanda, no como consecuencia de una ruta de retorno mal trazada, sino por haberse visto desconectados del resto de la flota, cuyo retorno y disciplina pueden considerarse como una hazaña náutica. Junto al desarrollo de la acción se aprovecha para desentrañar la perso nalidad de los protagonistas principales, tratados con objetividad. El entor no político de las potencias de la época y de Flandes está hábilmente dibujado, Las conclusiones, sin embargo, pueden parecer poco argumentadas ya que resulta difidil establecer comparaciones entre dos fuerzas navales cuan do sólo se dispone de datos fehacientes de una de las partes. De los pecios es pañoles deducen que los cañones se disparaban poco y que algunos de ellos eran poco menos que inútiles, pero nada sabemos de cómo eran los ingleses. Con los montajes de artillería se llega a elucubraciones aún más osadas, de duciendo de un tren de artillería de sitio la forma y tamaño de todos los de la Armada. Aunque este libro no es un trabajo que pueda considerarse definitivo, y los autores españoles que han venido investigando tendrán mucho que de cir y aun objetar, no cabe duda de que se trata de una aportación de alto inte rés y de una nueva visión sobre un viejo y maltratado evento. Hugo O’DONNELL 180 24 O’DONNELL DUQUE DE ESTRADA. Hugo (et al.): Los sucesos de Flandes de 1588 en Relación con la Empresa de Inglaterra. Madrid: Editorial Na val, 1988. Esta obra encuadrada dentro del proyecto GranArmada del Instituto de Historia y Cultura Naval, ha sido dirigida por Gonzalo Parente Rodríguez, Teniente Coronel de Infantería de Marina, jefe del grupo de trabajo Farnesio; constituido por los siguientes miembros: Juan Gil Fernández-Lloreda, te niente coronel de Infantería de Marina, Fernando Riaño Lozano, capitán de corbeta, Hugo O’Donnell Duque de Estrada, capitán de Infantería de Marina, licenciado en Derecho, María del Carmen Couceiro Molina, licen ciada en Historia del Arte, Francisco Fernández Segado, doctor en Derecho y María Armada Díez de Rivera, licenciada en Historia Moderna y Con temporánea. La obra que nos presenta la situación en Flandes en el marco del proyec to de invasión a Inglaterra, está estructurada en los siguientes apartados: In troducción con un detallado estudio de la personalidad de Farnesio (Fer nández Segado) y de la situación política imperante en flandes (Couceiro). La segunda parte se centra en los acontecimientos del año 1588,analizados cronológicamente; concluyendo con las consecuencias que tuvo la Jornada para la situación en Flandes (O’Donnell y Armada). Para finalizar, los autores nos presentan junto con las conclusiones una serie de apéndices que contienen los relatos más significativos de la época. Lo más relevante de la obra es la importante labor de documentación realizada por el grupo de trabajo Farnesio,el elevado número de bibliotecas y archivos consultados y la ingente cantidad de documentación acopiada. El trabajo representa una aproximación singular a las fuentes originales que ha cen de esta obra uno de los pilares básicos del conocimiento de la Historia de España del siglo XVI. M. VIGON Año 1989 Con objeto de facilitar la labor de la redacción, se ruega a nuestros posibles colaboradores se ajusten a las siguientes líneas de orientación en la presentación de sus artículos: El material que se ofrezca para su publicación sera enviado al director. Los autores pondrán en la página del título su nombre y apellidos completos y su dirección postal para posible correspondencia. Los artículos deben estar mecanografiados a dos espacios en hojas DIN-A4, por una cara, dejando un amplio margen a la derecha, que se utilizará par las correcciones. A principio de párrafo st dejarán cinco pulsaciones en blanco. Se evitará la utilización de abreviaturas. Se subrayarán los nombres de barcos, títulos de libros y revistas, así como las citas literales, para indicar el empleo de la cursiva en imprenta. Las notas a pie de página se reservarán exclusivamente para datos y referencias directamente relacionados con el texto. Se redactarán en la forma más sintética posible y se presentarán en una hoja aparte con numeración correlativa. Los títulos de las publicaciones periódicas se citarán íntegros la primera vez que se mencionen, y despuésse emplearán las abreviaturas existentes. Los autores proporcionarán las ilustraciones para sus trabajos, in dicando su localización en el texto; los originales de éstas tendrán la calidad necesaria para su reproducción. En todo caso deberán citar la procedencia del original y realizar los trámites precisos para que se autorice su publicación; la RFvIsrA no se responsabilizará del incum plimiento de estos trámites. Todas las ilustraciones enviadas pasarán automáticamente a for mar parte del archivo de la RF:v’rsI. La lista bibliográfica deberá presentarse en orden alfabético; en caso de citar varias obras del mismo autor, se seguirá el orden crono lógico de aparición de las mismas. Cuando la obra sea anónima, se alfabetizará por la primera palabra del título que no sea artículo. Como es habitual, se darán en listas independientes las obras impresas y las manuscritas.