Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria © Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara INSTITUTO TOMÁS PASCUAL SANZ Dirección postal y correspondencia: Paseo de la Castellana, 178, 3.º Derecha. Madrid 28046 Domicilio fiscal: c/ Orense, 70. Madrid 28020 Tel.: 91 703 04 97. Fax: 91 350 92 18 www.institutotomaspascual.es • [email protected] © Real Academia de Ciencias Veterinarias Maestro Ripoll 8 - Madrid 28006 Tel.: 91 561 77 99. Fax: 91 562 82 47 racveracve.es • www.racve.es Coordinación editorial: Alberto Alcocer, 13, 1.º D. 28036 Madrid Tel.: 91 353 33 70. Fax: 91 353 33 73 www.imc-sa.es • [email protected] Ni el propietario del copyright, ni el coordinador editorial, ni los patrocinadores, ni las entidades que avalan esta obra, pueden ser considerados legalmente responsables de la aparición de información inexacta, errónea o difamatoria, siendo los autores los responsables de la misma. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin permiso escrito del titular del copyright. ISBN: 978-84-7867-202-8 Aplicaciones de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria Coordinador D. Alfonso Perote Alejandre Director de Proyectos del Instituto Tomás Pascual Sanz para la nutrición y la salud. Autores Dra. Cristina Acín Tresaco Licenciada y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Profesora Asociada de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Dr. José Antonio Aínsa Claver Profesor Titular de Microbiología, Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza. Grupo de Genética de Micobacterias, CIBA, Universidad de Zaragoza. CIBER enfermedades respiratorias (CIBERES). Dr. Juan José Badiola Díez Catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Director del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España. Dr. Carlos Barreiro Méndez Investigador. Instituto de Biotecnología de León. INBIOTEC. Responsable del Servicio de Proteómica. Dra. Rosa Bolea Bailo Licenciada y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Profesora Titular de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Hicham Filali Licenciado en Biotecnología por la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tánger. Becario del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Carlos García Estrada Investigador. Instituto de Biotecnología de León. INBIOTEC. Responsable del Área de Biofarmacia y Biomedicina. Dra. M.ª Carmen Garza García Licenciada y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Jesús Gonzalo Asensio Doctor en Bioquímica y Biología Molecular y Celular. Investigador Programa Juan de la Cierva. Servicio de Microbiología Hospital Universitario Miguel Servet, IIS Aragón. Grupo de Genética de Micobacterias, Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza. CIBER enfermedades respiratorias (CIBERES). Carlos Alfonso Hedman Altamirano Licenciado en Veterinaria por la Universidade Estadual Do Ceará (Brasil). Becario del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Rodrigo Salomón Hernández Aco Licenciado en Veterinaria por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (México). Becario del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. William Jirón Toruño Profesor Titular de Anatomía Patológica de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNAN-León (Nicaragua). Profesor invitado del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. M.ª Belén Marín González Licenciada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Contratada del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Carlos Martín Montañés Catedrático de Microbiología de Universidad de Zaragoza. Director Grupo de Genética de Micobacterias, Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza. CIBER enfermedades respiratorias (CIBERES). Servicio de Microbiologia Hospital Universitario Miguel Servet, IIS Aragón Dra. Eva Monleón Moscardó Licenciada y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Profesora Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dra. Marta Monzón Garcés Licenciada y Doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Navarra. Contratada Doctora Investigadora de la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Bernardino Moreno Burgos Licenciado y Doctor en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Investigador del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Profesor Asociado de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Dra. Isabel Otal Gil Profesora Titular de Microbiología, Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte, Universidad de Zaragoza. Grupo de Genética de Micobacterias, Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza. CIBER enfermedades respiratorias (CIBERES). José Luis Pitarch Moré Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Becario del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Martí Pumarola i Batlle Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza y Doctor en Veterinaria por la Universidad Autónoma de Barcelona. Dr. Elías F. Rodríguez Ferri Catedrático de Sanidad Animal (Microbiología e Inmunología). Universidad de León. Instituto de Biotecnología de León. INBIOTEC. Dr. Antonio Rodríguez García Investigador. Instituto de Biotecnología de León. INBIOTEC. Servicio de Genómica, Transcriptómica y Análisis de Ácidos Nucleicos. Dr. José Luis Rodríguez-Marín Roy Teniente Coronel Veterinario Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria del Centro Militar de Veterinaria. Jefatura de Apoyo Veterinario. Inspección General de Sanidad de la Defensa. MINISDEF. Dra. Sofía Samper Blasco Investigadora Senior del Instituto de investigación Sanitaria de Aragón. Laboratorio de Investigación Molecular, Hospital Universitario Miguel Servet. IIS Aragón. Grupo de Genética de Micobacterias, CIBER enfermedades respiratorias (CIBERES). Dra. Rocío Sarasa Orcastegui Licenciada y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dra. M.ª Antonia Vargas Vargas Licenciada en Medicina por la Universidad de Sevilla y Doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Profesora Titular de la Universidad de Zaragoza. Investigadora del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes. Dr. Alberto Zamora Benito Comandante Veterinario. Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria del Centro Militar de Veterinaria. Jefatura de Apoyo Veterinario. Inspección General de Sanidad de la Defensa. MINISDEF. Dr. José Luis Vega Pla Teniente Coronel Veterinario. Director del Laboratorio de Investigación Aplicada. Organismo Autónomo Cría Caballar de las Fuerzas Armadas. Ministerio de Defensa. Dr. Ricardo Vicente Ullán Investigador. Instituto de Biotecnología de León. INBIOTEC. Responsable del Área de Energía y Medio Ambiente. Índice 9 Prólogo Ricardo Martí Fluxá 11 Prólogo Dr. Elías F. Rodríguez Ferri 17 Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos clásicos de detección y cuantificación de microorganismos: aplicación al diagnóstico preventivo en équidos Dr. José Luis Vega Pla 35 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos Dr. José Luis Rodríguez-Marín Roy y Dr. Alberto Zamora Benito 57 Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos Dr. Carlos García Estrada 105 El glioma canino como modelo animal natural de los gliomas humanos: estudio de las células madre cancerosas para la determinación de nuevas dianas diagnósticas y terapéuticas Dr. Martí Pumarola i Batlle 117 Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI Dr. Jesús Gonzalo Asensio, Dra. Sofía Samper Blasco, Dr. José Antonio Aínsa, Dra. Isabel Otal Gil y Dr. Carlos Martín Montañés 135 Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos Dra. Marta Monzón, Dra. Cristina Acín, Dra. Rosa Bolea, Dra. Eva Monleón, Dra. M.ª Antonia Vargas, Dr. Bernardino Moreno, M.ª Belén Marín, Rodrigo Salomón Hernández, José Luis Pitarch, Carlos Alfonso Hedman, William Jirón, Hicham Filali, Dr. Rocío Sarasa, Dr. M.ª Carmen Garza y Dr. Juan José Badiola 179 Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos Dr. Ricardo Vicente Ullán 209 Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos de la biología molecular Dr. Carlos Barreiro Méndez 237 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices Dr. Antonio Rodríguez García 253 Sanidad animal y biotecnología Dr. Elías F. Rodríguez Ferri Prólogo Estimado lector, En nuestro país, para la consecución de los objetivos y prioridades en investigación, desarrollo e innovación tecnológica a medio plazo, se establece un instrumento de programación y agenda en el sistema español de Ciencia, Tecnología y Empresa que se denomina Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (Plan Nacional de I+D+i). En su epígrafe 8 se establecen las acciones estratégicas y los programas relacionados, y reconociendo la Biotecnología como su segunda acción estratégica. El objetivo de ésta es “potenciar la participación española en el desarrollo de una Bioeconomía basada en el conocimiento que mejore la competitividad de nuestras empresas en los sectores de la salud, agroalimentarios, industriales y que protejan y mejoren el medio ambiente”. Según se explica en el citado documento “La Biotecnología es uno de los factores clave de la revolución de la economía basada en el conocimiento… La investigación en este campo es una actividad muy importante para el éxito de cualquier estrategia que se proponga mejorar la salud de los ciudadanos, la mejora de la producción agraria, la alimentación, las tecnologías de producción, la generación de energía, el desarrollo sostenible y la conservación y mejora del medio ambiente.” A su vez, el Plan Nacional de I+D+i establece las líneas de actuación en la estrategia de biotecnología: “Línea 1. Biotecnología para la salud. Línea 2. Biotecnología agraria y alimentaria. Línea 3. Biotecnología industrial. Línea 4. Bioenergía y desarrollo de biocombustibles. Línea 5. Biotecnología ambiental. Línea 6. Biología de sistemas, Biología sintética y Nanobiotecnología.” Como seguramente usted ya ha deducido, toda esta introducción me ha servido para evidenciar la oportunidad e interés del libro que tiene entre sus manos. Durante todo el año 2011 y 2012 celebramos, junto con la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, un ciclo de conferencias titulado “Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria”, en la que se trataron muchas de las líneas y sublíneas recogidas en el Plan Nacional de Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 10 Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (Plan Nacional de I+D+i) comentado anteriormente. Los autores, todos ellos de reconocido prestigio en investigación en sus diferentes campos, trataron en profundidad temas de la máxima actualidad en Biotecnología tales como las nuevas metodologías de la genética molecular y la genómica, su aplicación en la detección de enfermedades en animales de producción, las aplicaciones de los microarrays y micromatrices, los nuevos retos en ingeniería genética en el trasplante de órganos mediante inmunosupresores, la Biotecnología y bases moleculares de la producción de antibióticos, la utilización de modelos animales para comprender el mecanismo de las células madre cancerígenas, las nuevas técnicas de análisis microbiológico de alimentos, los avances en la comprensión de las enfermedades priónicas y los retos en la erradicación de enfermedades reemergentes como la tuberculosis; posteriormente, los mismos autores recogieron estas conferencias y las ampliaron en los documentos que han dado lugar a esta publicación digital. Nuestro Instituto se caracteriza por ser un firme defensor de la divulgación científica para el público en general y también para aquellos que, siendo más especializados, reclaman la información de una forma rigurosa, veraz e independiente. Por ello, dedicamos una parte importante de nuestros esfuerzos a la organización de ciclos de conferencias, cursos y seminarios relacionados con los avances en la ciencia en la mayoría de los campos de la salud, con especial énfasis en las nuevas tecnologías; fruto de este ambicioso objetivo es este libro. Es obligación para mí dedicar unas palabras de agradecimiento a todos los autores por el esfuerzo que supuso la preparación de todo este material y de sus conferencias, sin ellos no habría sido posible esta obra. También quiero agradecer la aportación del Dr. Elías Rodríguez Ferri, Presidente de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León y Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, cuyo empeño, ayuda y desinteresado trabajo ha empujado de forma importante esta obra. El prólogo de esta obra es suyo, así como un extenso capítulo en el que re recorre detalladamente la importancia de la Biotecnología en nuestra sociedad a través de la Ciencia Veterinaria, que es su vocación profesional. Y por último, un sentido y póstumo reconocimiento a una magnífica persona, gran profesor y amigo, el profesor Carlos Luis de Cuenca y Esteban, Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, principal impulsor de esta iniciativa junto con nuestro Instituto, que falleció durante la celebración del citado ciclo y al que deseamos dedicar esta obra. Descanse en paz. Gracias. Ricardo Martí Fluxá Presidente Instituto Tomás Pascual Sanz Prólogo Representa para mí un gran honor y una oportunidad única, que agradezco, tanto al Instituto Tomás Pascual Sanz, Fundación Tomás Pascual y Pilar GómezCuétara, como a la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, de presentar esta recopilación de textos recogidos con motivo de las Jornadas que sobre la “Aplicación de la Biotecnología a las Ciencias Veterinarias”, patrocinadas por ambas instituciones, se celebraron a lo largo de 2011 en distintas capitales de España (Córdoba, Valencia, Santander, Zaragoza, Lugo y León), en las que intervinieron destacados especialistas de la universidad, centros tecnológicos y de investigación, y empresas. Primero de todo es justo reconocer que fue el entusiasmo y buen hacer de nuestro querido amigo y respetado Presidente de la RACVE, D. Carlos Luis de Cuenca y Esteban a cuya memoria dedicamos este libro, el iniciador y gestor principal de la idea, con la colaboración de D. Alfonso Perote, por parte de la Fundación Tomás Pascual, en el marco del convenio de colaboración que mantenían ambas instituciones. El Dr. Cuenca, tuvo la gentileza de encargarme la organización de varias de las Jornadas que configuraron el periplo de la ‘Aplicación de la Biotecnología a las Ciencias Veterinarias’ y a ello me dediqué con entrega, coincidiendo con él, desde el primer momento, sobre la importancia e interés del tema, que ya había sido con anterioridad objeto de manifestaciones por mi parte, y que coincidía, a propuesta del Rector de la Universidad de León, con el encargo de dirigir los destinos del Instituto de Biotecnología de León, INBIOTEC. En cualquier caso, por mi especialidad (Microbiología e Inmunología, parte de la Sanidad Animal), nada podía resultar más atractivo. Las Ciencias Veterinarias, la Veterinaria, es una profesión milenaria cuya aparición coincide con el comienzo de la domesticación animal. Su progreso, en la antigüedad, estuvo ligado principalmente a los équidos, cuyo papel fundamental en los ejércitos, el transporte y las labores agrícolas exigía disponer de animales en buenas condiciones de uso, lo que impuso la necesidad de desarrollar métodos y técnicas dirigidas a su cuidado y a combatir o mitigar sus dolencias. En la etapa más reciente, los antiguos albéitares cedieron el testigo a los modernos veterinarios, surgidos de las primeras Escuelas de Veterinaria, con el encargo principal de organizar y coordinar la lucha contra las grandes enfermedades de los animales, como la peste bovina. Los veterinarios fueron de los primeros profesionales que abrazaron con convicción en las postrimerías del siglo XIX las nuevas doctrinas de Pasteur y Koch, que abrieron el camino a la teoría microbiana de las enfermedades infecciosas y a la aplicación de recursos de interés Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 12 diagnóstico y preventivo-curativo (desarrollo de vacunas y sueros) para su lucha y control. No en vano fueron animales los modelos en los que se apoyaron los primeros descubrimientos, como en los casos del carbunco bacteridiano, el cólera aviar, el mal rojo porcino, la rabia y otros muchos. Durante el siglo XX se produjeron grandes y revolucionarios descubrimientos científicos, y las profesiones se abrieron a campos nuevos. La Medicina Veterinaria tradicional, por ejemplo, amplió sus horizontes a la Producción Animal, incluyendo la nutrición, la mejora, la identificación, la etología, etc., y a la Higiene, Inspección y Tecnología de los Alimentos, buscando cualidades que mejorasen sus propiedades, abaratasen su costo de producción, estableciesen nuevos procedimientos de conservación y asegurasen su inocuidad; en la Medicina Veterinaria tradicional, también el amplio campo de las enfermedades producidas por agentes patógenos de todas las naturalezas (bacterias, hongos, protozoos, virus, helmintos o priones), que en los últimos años, y como consecuencia de alarmas de gran trascendencia, han configurado muchas novedades de interés. Los años 40 y 50 fueron especialmente fértiles en descubrimientos científicos. Avery, MacLeod y McCarty demostraron en 1944 que el ADN era el material genético, y Watson y Crick, en 1953, establecieron su estructura en doble hélice. A ello se sumó en 1960 el descubrimiento de la polimerasa, la enzima que define el sitio de inicio de la síntesis del ácido desoxirribonucleico. A partir de aquí, los acontecimientos se han sucedido de forma vertiginosa, hasta llegar a la secuenciación del genoma de la primera bacteria en 1997 y del genoma humano en 2001. El descubrimiento de la renaturalización o hibridación del ADN en 1961 después de su desnaturalización por calentamiento marcó el comienzo de todas las técnicas de hibridación. La utilización de enzimas capaces de cortar el ADN en secuencias específicas (palindrómicas) permitió obtener y estudiar fragmentos, lo que, unido al descubrimiento de otras enzimas (ADN ligasa) capaces de unir fragmentos separados, condujo a estudios de recombinación in vitro y dio origen a la tecnología del ADN recombinante, es decir, a la Ingeniería Genética o, lo que es lo mismo, a la Biotecnología Moderna. Decimos Biotecnología Moderna porque el término ya había sido utilizado en 1919 para describir procesos de obtención de productos a partir de distinto tipo de materias primas, con el concurso de organismos vivos. Su desarrollo se produjo cuando se incorporaron técnicas que permitieron la selección y extracción de fragmentos del ADN de un microorganismo introduciéndolos después en otro, haciendo que este expresara y produjera moléculas ajenas. La Ingeniería Genética hizo de la Biotecnología una ciencia principal, permitiendo una nueva revolución biológica. En esencia, la Biotecnología supone la aplicación de métodos y técnicas derivadas de la investigación en biología molecular y celular, microbiología, parasitología, inmunología, bioquímica, epidemiología, bioinformática y otras disciplinas afines, utilizadas donde quiera que se utilicen microorganismos (bacterias, virus, hongos, protozoos, etc.) o células (vegetales o animales). Prólogo 13 El desarrollo más espectacular de la Biotecnología se produjo en el campo de la fabricación de medicamentos y vacunas, y en la obtención de cultivos y animales modificados genéticamente con el propósito de producir alimentos, pero en la actualidad su campo de trabajo se ha diversificado mucho más. Desde la síntesis biotecnológica de insulina por recombinación genética en Escherichia coli, en 1978, ha tenido lugar una carrera de vértigo para obtener nuevos productos que hoy incluyen hormonas, proteínas de interés, antibióticos, antitumorales, antiparasitarios, anticuerpos monoclonales y un sinfín de moléculas más. Se ha generado, así, una pujante industria que representa ya un sector estratégico para muchos países y que, por su bajo coste, supone también una oportunidad para los países en desarrollo. Las Ciencias Veterinarias se ocupan de cuanto tiene que ver directa o indirectamente con los animales y sus relaciones útiles para el hombre. De este modo, la columna vertebral de las Ciencias Veterinarias es médica (Medicina Veterinaria), incluyendo las patologías producidas por agentes infecciosos (y agentes de zoonosis) y no infecciosos, igual que las de naturaleza espontánea, como consecuencia del envejecimiento, traumatismos, exposición a agentes físicos o químicos o el medio ambiente, pero los otros capítulos se ocupan de los animales sanos, vistos desde la óptica de su utilidad como productores de alimentos o útiles por una larga lista de motivos diferentes (animales de compañía, de ocio, de trabajo, de experimentación, salvajes, etc.), consagrados por el deseable bienestar y la mayor rentabilidad de sus producciones, su mejora genética dirigida a las opciones que en cada caso correspondan, incluyendo también la industria derivada del ocio para el hombre, y finalmente, el capítulo que se refiere a los alimentos para el hombre y los animales, desde la tecnología de su producción y conservación a su higiene y seguridad, para el consumo humano o animal, respectivamente. Cualquiera que sea la óptica con la que se decida analizar las Ciencias Veterinarias, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que está detrás la Biotecnología o que esta puede colaborar a su desarrollo con ventaja, y ello independientemente del campo objeto de análisis. En el plano médico, la Biotecnología proporciona recursos que facilitan el conocimiento de las causas de enfermedad y sus consecuencias, las interacciones entre los agentes de enfermedad y la respuesta orgánica (innata y adquirida), permite conocer en profundidad los caracteres de los agentes patógenos que intervienen en la génesis de las enfermedades, la base genética de los factores de virulencia y las complicadas reacciones que configuran la respuesta inmune. La Biotecnología permite el desarrollo de herramientas e instrumentos útiles para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención (fármacos antimicrobianos, antiparasitarios o antitumorales, pongamos por caso, vacunas más precisas, más seguras y más eficientes), incluyendo el desarrollo, hoy todavía a nivel experimental, de estrategias que representarán alternativas en los próximos años para el con- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 14 trol de todo tipo de enfermedades. No se puede entender la vigilancia epidemiológica, la Epidemiología en el más vasto de los sentidos, aplicada a cualquier actividad, sin recurrir a la Biotecnología. La OIE se ha referido, en relación con la Biotecnología, al desarrollo de estudios cuantitativos de genética de poblaciones para la investigación de marcadores de caracteres de interés sanitario, a los estudios de genómica funcional para las interacciones patógeno-hospedador, al desarrollo de herramientas para el diagnóstico y control de las enfermedades de los animales y al apoyo integral en las Ciencias Veterinarias. En Producción Animal tampoco puede entenderse la mejora de las especies domésticas y útiles sin la integración de la Biotecnología, mejorando los caracteres que más convienen, generando incluso procedimientos de selección basados en características de resistencia natural a las enfermedades o permitiendo conocer los mejores métodos de manejo que faciliten la expresión del caudal genético para lograr éxitos en cualquier campo. La Biotecnología, aquí, modifica genéticamente cultivos vegetales productores de alimentos, especialmente con destino a los animales, pero también al hombre, como sucede en el caso del maíz resistente a diferentes plagas, cuya primera variedad comercial se obtuvo ya en 1996, o el de otras materias primas, cuya lista aumenta continuamente. Todavía más, la Biotecnología es una pieza inexcusable en la recuperación de especies en peligro de extinción, en este caso animales, pero también vegetales, mediante la creación de bancos de germoplasma, una garantía para la creciente pérdida de biodiversidad que la civilización trae consigo. De todos son conocidos los éxitos logrados por la Biotecnología en materia de reproducción, iniciados en 1997 con la clonación de la famosa oveja Dolly (a partir de una célula única, procedente de una oveja adulta), aunque muchos de los resultados en esta y otras especies no han dejado satisfechos a todos, pero ahí están, sin embargo, los resultados de la transgénesis relativos a la hormona del crecimiento que han permitido obtener animales con mayor crecimiento, mayor producción cárnica, como es el caso de cerdos que no solo crecen más y más rápido, sino que incorporan a sus tejidos menos grasa. En el caso de los peces, se han obtenido truchas y salmones en los que se ha reducido el periodo de crecimiento necesario para la comercialización, con mayores tamaños y pesos. De igual modo, la Biotecnología es clave para el desarrollo de modelos animales con modificaciones genéticas dirigidas, que permiten su uso en experimentos destinados a la Medicina (Humana y Animal), y en cualquier caso, la Ciencia de los Animales de Experimentación ha contribuido a lo largo de los años, y lo sigue haciendo, al desarrollo de la Biología y la Medicina. Y otro tanto sucede en el campo de los alimentos para consumo humano o animal, en el que la Biotecnología contribuye al desarrollo de herramientas Prólogo 15 que permiten la vigilancia de su seguridad e inocuidad y, en último término, también su control. La industria alimentaria fía de la Biotecnología, antes de forma empírica y ahora con base científica conocida, más segura y eficaz, que aporta a los alimentos el valor añadido de su procesado, transformación y conservación, poniendo al alcance del consumidor gamas de productos de mayor calidad, más seguros, diversos y apetecibles, y todo ello mediante la intervención de agentes microbianos seleccionados de forma natural o transformados por intervención humana para orientar tal o cual actividad deseable. Apurando la esencia de la industria alimentaria, podría afirmarse que ha sido (y sigue siendo) desde su origen, consecuencia de la Biotecnología, aunque cuando ni tan siquiera se sospechara la intervención microbiana, como sucede en el caso del pan, las bebidas alcohólicas, los derivados lácteos, etc. ¿Cómo podría hoy entenderse, en fin, la industria alimentaria sin el concurso de iniciadores, de sensores biológicos, probióticos, prebióticos e innumerables productos más, cuyo origen o aplicación es biotecnológico? Y esto solamente considerando los aspectos que se refieren a modificaciones buscadas, a los que si se suma la infinidad de recursos originados igualmente a partir de la Biotecnología para garantizar su inocuidad o vigilar puntos o etapas de riesgo, configura un todo que de ningún modo puede prescindir de ella. En el campo de la Salud Pública y la Sanidad Animal, a las que ya nos hemos referido, todo es de aplicación o aplicable, particularmente respecto del estudio de la patogénesis, diagnóstico, prevención y tratamiento. Dicho queda. En la actualidad, las perspectivas no pueden ser más alentadoras. El sector de las bioempresas, en España (sociedad ASEBIO), por ejemplo, supera ya las mil empresas, y en casi la mitad la biotecnología es actividad principal o exclusiva, con una cifra de negocio que supera los 50.000 millones de euros, contribuyendo de forma transversal en sectores muy diversos, identificados por lo que hoy conocemos como Biotecnología Roja, Blanca, Gris, Verde o Azul; distintas orientaciones para un núcleo común de inmejorables expectativas. En España, la Biotecnología es considerada por el Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica, una prioridad estratégica, “uno de los factores clave de la revolución de la economía basada en el conocimiento… cuyo avance potencia nuevas disciplinas científicas, aporta respuestas y genera aplicaciones socioeconómicas múltiples... la investigación en este campo es una actividad muy importante para el éxito de cualquier estrategia que se proponga mejorar la salud de los ciudadanos, la mejora de la producción agraria, la alimentación, las tecnologías de la producción… podemos afirmar que la Biotecnología no es una ciencia per se, sino que aglutina varias disciplinas, como agricultura, biología, bioquímica, genética, ingeniería, medicina, microbiología, veterinaria, etc.”. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 16 Poco más se puede añadir para justificar el acierto de las Jornadas sobre la “Aplicación de la Biotecnología a las Ciencias Veterinarias”. La respuesta obtenida en las intervenciones realizadas por los especialistas que participaron en las mismas, de forma especial en aquellos lugares en los que coincidían centros relacionados con la formación veterinaria, pone de manifiesto la inquietud de las nuevas generaciones por estos campos tan atractivos. Vaya desde aquí nuestra felicitación a los organizadores, el agradecimiento a los participantes y el deseo de que acontecimientos como estos puedan seguir marcando la pauta en el futuro de las Ciencias Veterinarias. Dr. Elías F. Rodríguez Ferri Presidente de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos clásicos de detección y cuantificación de microorganismos: aplicación al diagnóstico preventivo en équidos Dr. José Luis Vega Pla Introducción Las pruebas de diagnóstico basadas en las tecnologías de amplificación de ácidos nucleicos están adquiriendo cada vez más importancia e interés en los laboratorios de Microbiología clínica desde hace algunos años. La aplicación de este tipo de tecnología, combinada con métodos eficientes de extracción y de preparación de las muestras, puede proporcionar ventajas muy importantes sobre los métodos tradicionales en términos de sensibilidad, simplicidad y rapidez. La aceptación de este tipo de pruebas ha estado también condicionada al desarrollo de kits comerciales que faciliten las labores de diagnóstico (David et al., 2010). Sin embargo, la implantación masiva de esta tecnología no es tan rápida como a los microbiólogos les gustaría. Se están publicando numerosos trabajos científicos proponiendo protocolos cada vez más precisos y sofisticados, pero validar una técnica para que se pueda confiar plenamente en su sensibilidad y especificidad es una tarea muy complicada. Uno de los casos más relevantes que ha dado un impulso a la investigación y desarrollo de nuevas pruebas fue la propuesta oficial de un protocolo de detección de micoplasmas en la producción de vacunas de origen vírico en EE.UU., aunque dicha propuesta parecía estar condicionada al fracaso de los métodos tradicionales: “in some cases, culture-based procedures cannot be used due to an inability to completely neutralize vaccine viruses, thus necessitating the use of PCR-based assays to test for mycoplasma in these products” (Center for Biologics Evaluation and Research, 2010). En 2007, la Farmacopea Europea aceptó este tipo de pruebas como una alternativa a los métodos tradicionales de detección de Micoplasma spp. después de una validación del método. Durante los últimos 25 años se han desarrollado muchas metodologías para el análisis de los ácidos nucleicos con fines diagnósticos, siendo la reacción en cadena de la polimerasa o PCR (Polimerase Chain Reaction) la más empleada. El proceso incluye tres pasos fundamentales: la extracción, la amplificación y la detección. El paso de la extracción del ADN, que servirá como diana y molde para el desarrollo de la PCR, es crítico, habiéndose diseñado multitud de protocolos, kits comerciales y diversos aparatos que facilitan la productividad de los laboratorios. El paso de am- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 18 plificación persigue generar multitud de copias fieles a la original, para lo que se usan diversos reactivos y tampones cuya selección y proporciones influyen directamente en esta fidelidad y rendimiento de la reacción. Finalmente, hay un paso de detección del producto amplificado que con ayuda de patrones y controles debe ser capaz de tipificarlo e identificarlo inequívocamente, se emplean sistemas de electroforesis, inmunológicos o se detecta el producto directamente mediante el empleo de sustancias fluorescente (http:// www.bioqtforum.com/295). La PCR fue desarrollada por Kary Mullis en los años 80 y muy rápidamente llegó a ser una de las técnicas más ampliamente usadas por varias razones de peso: era rápida, económica y simple, aportando el potencial de amplificar copias de ADN procedentes de pequeñas cantidades de material biológico de muy diverso origen e incluso de baja calidad. El nombre de la técnica proviene de la enzima polimerasa de ADN empleada durante la reacción para producir miles o millones de copias de ADN in vitro. Cada una de las copias tiene la propiedad de servir de molde para el siguiente ciclo de amplificación, de aquí su nombre de reacción en cadena. Así, la secuencia diana original se copia en el primer ciclo, se multiplica por dos en el siguiente ciclo y así sucesivamente para generar millones de copias después de 30 o 40 ciclos (figura 1). Los requerimientos de la PCR son básicamente cuatro: ADN molde procedente de la muestra; una enzima polimerasa de ADN, siendo la más común la procedente de una bacteria denominada Thermus aquaticus, que tiene la propiedad de soportar las fuertes variaciones de temperatura de la reacción sin deteriorarse excesi- vamente; cebadores, que son una pareja de oligonucleótidos que delimitan la secuencia a amplificar, y los dideoxinucleótidos, que son los que después de pasar del estado trifosfato al monofosfato darán lugar a la secuencia complementaria del ADN diana. Se requiere también un instrumento capaz de calentar y enfriar la reacción en cada ciclo de una manera precisa y un medio adecuado para que la reacción se lleve a cabo. Figura 1. Esquema del proceso de amplificación mediante PCR (http://www.nanodic.com). La PCR convencional requiere que, para detectar el producto amplificado, el tubo de la reacción sea abierto para someterlo a diferentes tipos de pruebas, fundamentalmente electroforesis; esta circunstancia le confiere una gran desventaja, pues los pequeños fragmentos de ADN producidos son susceptibles de formar aerosoles mediante las técnicas de pipeteo y manipulación y contaminar el ambiente, reactivos e incluso muestras. Higuchi y col. (1993) publicaron las características de la primera PCR cuantitativa a tiempo real (qPCR), que permite el análisis de los productos amplificados a medida que transcurre la reacción, lo cual representó un salto tecnológico importante; esto se consigue incorporando una serie de fluorocromos que se activan con el producto amplificado y son suscep- Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 19 nomina RT-PCR. En algún momento también se le ha denominado a la PCR en tiempo real RT-PCR (Real Time PCR), por esa razón es necesario denominar las dos reacciones de forma diferente, qPCR para la PCR en tiempo real y RT-PCR para retrotranscripción de ARN seguido de una PCR. De esta manera, cuando se emplea una qPCR posteriormente a una retrotranscripción de ARN en ADN se puede referir como RT-qPCR para evitar equivocaciones. tibles de ser detectados por el propio instrumento donde se desarrolla la reacción; también se pueden incorporar oligonucleótidos marcados que se hibridan con la secuencia amplificada, añadiendo un grado más de especificidad a la reacción. Además, mediante el uso de muestras de referencia, la qPCR permite inferir la cantidad de partida de dicho ADN (figura 2). Las polimerasas termoestables de ADN requieren ADN como materia, sin embargo, en ocasiones es necesario detectar la presencia de algún virus cuyo genoma esté constituido por ARN, y también es muy interesante poder acceder a secuencias de ARN ribosomal altamente conservadas entre especies de microorganismos. En estos casos se recurre a un primer paso, denominado retrotranscripción o transcripción inversa, durante el cual el ARN de la muestra es transcrito a ADN. A la retrotranscripción seguida de una PCR se le de- La técnica de la PCR en tiempo real o PCR cuantitativa (qPCR) La qPCR pone de manifiesto la cantidad de ADN presente en cada ciclo de amplificación mediante el uso se flouróforos. Durante la amplificación, la rapidez con que la señal fluorescente alcanza el nivel umbral (Threshold level) se correlaciona con la cantidad inicial de ADN molde, per- 45 40 Fase Meseta Fluorescencia 35 30 25 Fase Exponencial óptima 20 15 Fase Exponencial inicial Fase Lineal 10 5 0 Figura 2. 0 5 10 15 20 Ciclo 25 30 35 40 45 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 20 mitiendo de esta manera poder cuantificarlo. El número de ciclos necesarios para que la señal fluorescente alcance el nivel umbral se conoce como Threshold cycle (Ct) o ciclo de cuantificación (Cq), y es el parámetro en el cual se fundamenta la cuantificación. A mayor Cq, menor será la cantidad de ADN molde o diana inicial. En los últimos años el número de casas comerciales que ofrecen instrumentos y reactivos para qPCR, sumado a la inmensa cantidad de trabajos científicos publicados, ponen en evidencia la importancia de esta tecnología. Por lo tanto, el incremento de la señal de fluorescencia es proporcional a la cantidad de ADN doble hebra presente en el tubo de reacción y la misma se mide al final de la fase de extensión de la PCR (figura 3). Su principal desventaja es la inespecificidad, ya que se une independientemente de la secuencia del ADN, pudiendo generar resultados falsos positivos al detectar ADN espurios, como son, por ejemplo, los dímeros de cebadores de la reacción. Una forma de asegurar en estos casos la especificidad de la detección es analizando las curvas de disociación. Una de las ventajas fundamentales de la qPCR en relación a la PCR tradicional de punto final es que en la primera las mediciones se realizan en la etapa exponencial de la reacción donde, en teoría, por cada ciclo de amplificación se acumula el doble de producto respecto al ciclo anterior, asumiendo una eficiencia del 100%. Por el contrario, en la PCR de punto final la detección del producto de amplificación se realiza en la fase de meseta de la reacción, donde la misma ya se detuvo; por lo tanto, las medidas realizadas en esta fase no ofrecen resultados fiables en cuanto a la cantidad inicial de ADN molde de la muestra. Otras ventajas de la qPCR son la rapidez en la obtención de resultados, el amplio rango dinámico de cuantificación, la seguridad al evitar la manipulación del producto amplificado. Por otra parte, están los sistemas de identificación basados en oligonucleótidos fluorescentes. Básicamente se encuentran marcados con dos flourocromos (reporter y quencher) que interfieren entre sí mientras están próximos, de forma que mediante hidrólisis o hibridación se separan o se juntan ambos y uno de ellos emite luz a una determinada longitud de onda detectable con el instrumento adecuado (figura 4). Hay varios sistemas basados en sondas fluorescentes, los más conocidos son: TaqMan® probes, Molecular Beacons®, Hybridization probes, Locked Nucleic Acid (LNA) probes, LightUp probes, etc. En cada caso, múltiples colorantes fluorescentes (p. ej.: Fluorescein, 6-FAM, JOE, VIC, Cal Fluor, etc.) pueden ser utilizados con una variedad de inhibidores (p. ej.: TAMRA, DABCYL, BHQ, etc.). Dentro de los flouróforos, el más utilizado es el SYBR Green I®, que tiene la propiedad de unirse al ADN doble hebra de manera inespecífica, emitiendo hasta 1.000 veces más fluorescencia cuando se encuentra unido al ADN que cuando está libre en solución (absorbe luz de 480 nm de longitud de onda y emite a 520 nm). Es importante, cuando se diseña el sistema de amplificación a utilizar, tener en cuenta las ventajas y desventajas que presentan las diferentes opciones descritas. Utilizando sistemas basados en sondas fluorescentes, se suma la posibilidad de llevar a cabo reacciones multiplex, que tanta relevancia tienen a nivel diagnóstico Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 21 Figura 3. Sistema de detección mediante el uso de fluorocromos intercalantes (http://classic.the-scientist.com). Figura 4. Sistema de detección mediante hidrólisis de sondas específicas (http://classic.the-scientist.com). por su rapidez y economía. Sin embargo, es una técnica más cara y menos sensible, aunque en la mayoría de los casos es la de elección por su alta especificidad. minan el número de ciclo en el cual la fluorescencia alcanza el valor umbral (Cq). Este valor de Cq es inversamente proporcional a la cantidad inicial de la secuencia específica del ADN a cuantificar, en la muestra original. A partir del mismo, el software realiza los cálculos de cuantificación. Hay una amplia variedad de equipos adecuados para qPCR, que consisten en un termociclador para realizar la reacción y una parte óptica. La química elegida y el equipo están íntimamente relacionados. Hay tres formas básicas en que los instrumentos pueden aportar la energía de excitación para los fluoróforos: mediante lámparas, diodos o láser, combinados con distintos tipos de fotodetectores para medir la fluorescencia emitida (figura 5). Además es imprescindible el empleo de un ordenador que posea un software apropiado para la recolección y análisis de los datos generados. Las curvas de amplificación generadas por dicho software deter- Un tipo de cuantificación es la absoluta, que se utiliza para cuantificar muestras desconocidas por interpolación a partir de Figura 5. Sistema de excitación y detección en un termociclador (www.quigen.com). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 22 una curva estándar, generada a partir de diluciones en serie de una muestra de concentración conocida del ADN blanco. La cuantificación relativa es utilizada para analizar cambios en la expresión de un gen en una muestra dada en relación a otra muestra de referencia, por ejemplo, en respuesta a un tratamiento. Esas muestras de referencia contienen genes invariables (genes de referencia o housekeeping), los cuales normalmente no sufren cambios bajo las condiciones experimentales, sirviendo por lo tanto como estándares internos. Las aplicaciones más importantes de esta tecnología, además de incluir las de la PCR convencional, son, entre otras, los estudios de la expresión génica (RT-qPCR), detección y cuantificación de microorganismos, identificación de mutaciones o polimorfismos de base simple (SNP), etc. Áreas como la Microbiología, Genética y Farmacogenética, Oncología y Trasplante se han visto beneficiadas por la implementación de la qPCR. Otros campos de aplicación de esta tecnología de gran potencial son: Agricultura, Veterinaria, Alimentos y Medicina Forense. En definitiva, cualquier necesidad de medición rápida y precisa de pequeñas cantidades de ácidos nucleicos representa un futuro potencial para innovaciones basadas en qPCR. Guía MIQE para publicaciones científicas con ensayos qPCR La popularidad que ha ido adquiriendo la qPCR se ha traducido en la aparición de numerosas publicaciones científicas donde se describen diversos protocolos, reactivos, metodologías de análisis estadístico y donde se presentan los resultados con diferentes formatos. Esta importante falta de consenso sobre cómo desarrollar de la mejor manera un experimento basado en qPCR ha tenido como consecuencia la publicación de trabajos con graves deficiencias de diseño y escasa información técnica que hacen poco reproducibles los experimentos y poco creíbles los resultados en numerosas ocasiones (Bustin et al., 2009). Algunas de estas deficiencias tienen que ver con las muestras y su preparación; en ocasiones no se tiene en cuenta el tipo de almacenamiento (crítico para estudios de ARN mensajero), o el protocolo de extracción no es el adecuado, proporcionando un rendimiento muy bajo de la cantidad de ácidos nucleicos obtenidos. Otro tipo de deficiencia es una selección de los cebadores y sondas inadecuada que hace que la técnica sea poco robusta. Finalmente, se emplean a menudo tratamientos estadísticos inadecuados que arrojan resultados poco creíbles. El problema se exacerba por la escasa información proporcionada en muchas publicaciones, que impiden al lector evaluar de forma crítica la calidad de los resultados presentados o la repetición de los experimentos. En este sentido Bustin y col. (2009) elaboraron una guía para autores, revisores y editores, con especificaciones acerca de la mínima información que debería ser proporcionada en una publicación con experimentos basados en qPCR para asegurar su relevancia, precisión, correcta interpretación y repetibilidad; a esta guía se la denomina MIQE por las siglas en inglés de Minimum Information for Publication of Quantitative Real-Time PCR Experiments. Sin embargo la supuesta “mínima” infor- Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 23 mación es tan exhaustiva que la aplicación de la guía MIQE se hace tan compleja que Bustin y col. (2010) publicaron una serie de recomendaciones para aplicarla, incluyendo una lista de chequeo útil para editores, revisores y autores (tabla 1). Tabla 1. Relación de aspectos que deben revisarse para publicar una técnica qPCR de nuevo diseño según las recomendaciones de Bustin y col. (2009). Sample/Template Source Method of preservation Storage time (if appropriate) Handling Extraction method RNA: DNA-free Concentration RNA: integrity Inhibition-free Details If cancer, was biopsy screened for adjacent normal tissue? Liquid N2/RNAlater/formalin If using samples > 6 months old fresh/frozen/formalin TriZol/columns Intron-spanning primers/no RT control Nanodrop/ribogreen/microfluidics Microfluidics/3':5' assay Method of testing Assay optimisation/validation Accession number Amplicon details Primer sequence Probe sequence* In silico empirical Priming conditions PCR efficiency Linear dynamic range Limits of detection Intra-assay variation RefSeq XX_1234567 exon location, amplicon size even if previously published identify LNA or other substitutions BLAST/Primer-BLAST/m-fold primer concentration/annealing temperature oligo-dT/random/combination/target-specific dilution curve spanning unknown targets LOD detection/accurte quantification copy numbers not Cq RT/PCR Protocols Reagents Duplicate RT NTC NAC Positive control detailed description, concentrations, volumes supplier, Lot number ΔCq Cq & melt curves ΔCq beginning:end of qPCR inter-run calibrators Data analysis PSpecialist software Statistical justification Transparent, validated normalisation e.g., QBAsePlus e.g., biological replicates e.g., GeNorm summary Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 24 Diseño e implantación de la qPCR en los laboratorios de Microbiología Las técnicas de análisis de ácidos nucleicos y en concreto la qPCR se han extendido y se ha incrementado su uso en muchos laboratorios; sin embargo, su implantación en laboratorios de Microbiología está siendo relativamente lenta. Los principales obstáculos se han descrito recientemente (Denoya, 2009): • Universalidad: frecuentemente se necesita disponer de la capacidad para detectar todos los posibles microorganismos que se encuentran contaminando una muestra. Se plantean una serie de cuestiones acerca de si los cebadores empleados son lo suficientemente universales o si se puede aplicar la qPCR en forma múltiple. • Límite de detección: aún no está claro si la qPCR puede proporcionar mayoritariamente una probabilidad superior de detectar unidades formadoras de colonia a la alcanzada con los métodos de cultivo tradicionales. • Microorganismos viables no cultivables y muertos: se plantea la duda sobre si hay suficientes protocolos de qPCR para discriminar metabólicamente entre células durmientes, viables y muertas, lo que puede influir en un diagnóstico preciso. • ADN de fondo: el ADN extraído junto al ARN puede dar lugar a falsos positivos en lo que se refiere a las técnicas de RTPCR. • Contaminaciones cruzadas: la PCR es muy sensible a contaminaciones cruzadas y sobre todo a contaminaciones de producto amplificada que pueden dar falsos positivos y, en algunos casos falsos negativos, por la inhibición de la amplificación de la muestra en favor de otras secuencias. ¿Cuáles son entonces los criterios elementales que se deben aplicar para confiar en un ensayo determinado? La selección adecuada de muestras, la instrumentación calibrada y la metodología pertinente para lograr el fin perseguido son elementos de importancia crítica en la validación de pruebas. La continuidad de los experimentos queda asegurada cuando se escogen las muestras y los reactivos, se preparan de forma adecuada, divididas en alícuotas y almacenadas para su uso en cada experimento. Eso reduce al mínimo el número de variables, ayuda a prevenir fallos una vez iniciado el proceso de validación. Este enfoque reduce la variabilidad y proporciona los datos necesarios para establecer controles adecuados a fin de asegurarse de que cada aplicación de la prueba es válida. La puesta a punto de un protocolo de qPCR incorpora un escenario no contemplado en los criterios de validación clásicos. Se trata de usar las herramientas y algoritmos de comparación de secuencias que permiten conocer si un fragmento de ADN concreto se encuentra representado en otras partes del genoma del individuo o en cualquier otro espécimen previamente secuenciado. Hay diferentes bases de datos públicas y privadas que se están alimentando continuamente con secuencias de microorganismos, muchos de ellos implicados en las enfermedades descritas, como GenBank NCBI (National Center for Biotechnology Information), EMBL (European Molecular Biology Laboratory), RDP (Ribosomal Database Project), RIDOM Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 25 (Ribosomal Differentiation of Medical Microorganisms), MicroSeq (Applied Biosystems) y SmartGene IDNS (Integrated Database Network System). Este marco de comparación permite escoger las secuencias dianas más convenientes. A la vez que se publican trabajos con propuestas de protocolos de diagnóstico, se pueden tomar las secuencias propuestas para amplificar y compararlas con nuevas que van apareciendo en las bases de datos. De esta manera se observa si mutaciones puntuales pueden afectar a la especificidad o sensibilidad de la técnica propuesta. El diseño de una qPCR que ofrezca garantías de especificidad, sensibilidad, robustez y repetibilidad pasa por el empleo de modernas herramientas basadas en la secuenciación del ADN, manejo de bases de datos y programas informáticos que incorporen sofisticados algoritmos para calcular posibles acoplamientos y reordenamientos de los oligonucleótidos que se emplean en la qPCR. Una de las regiones diana más empleadas en bacteriología es la responsable de la codificación del ARN ribosómico (Rodicio y Mendoza, 2004). Los tipos de ARN ribosómico se han venido denominando tradicionalmente según su coeficiente de sedimentación, medido en svedbergs (S). De esta manera, en organismos procariotas existen tres ARN ribosómicos distintos (5S, 16S y 23S) y en organismos eucariotas cuatro (5S, 5'8S, 18S y 28S). Los genes para el ARN ribosomal están entre los más estables e inmutables genes conocidos. Hay mutaciones viables, pero no frecuentemente. En particular, los genes de la unidad pequeña del ARN (16S en procariontes o 18S en eucariontes) se usan ex- tensivamente para comparar organismos vivos, tan diversos como bacterias, hongos y eucariotas. Cada región codificante de ARN ribosómico incluye genes para los ARNr 23S, 16S y 5S, separados por regiones espaciadoras o intergénicas. El análisis de la secuencia de los ARNr 16S de distintos grupos filogenéticos reveló un hecho adicional de gran importancia práctica: la presencia de una o más secuencias características que se denominan oligonucleótidos firma. Se trata de secuencias específicas cortas que aparecen en la mayor parte de los miembros de un determinado grupo filogenético, y raramente están presentes en otros grupos, incluidos los más próximos. Por ello, los oligonucleótidos firma pueden utilizarse para ubicar a cada bacteria dentro de su propio grupo. Aunque existen otras regiones alternativas al ARNr 16S, hasta el momento ninguna ha conseguido desplazarle, siendo muy útiles como cronómetros moleculares. De hecho, esta macromolécula presenta una serie de características, en base a las cuales fue considerada por Woese como cronómetro molecular definitivo (Rodicio y Mendoza, 2004): • Se trata de una molécula muy antigua, presente en todas las bacterias actuales. Constituye, por tanto, una diana universal para su identificación. • Su estructura y función han permanecido constantes durante un tiempo muy prolongado, de modo que las alteraciones en la secuencia reflejan probablemente cambios aleatorios. • Los cambios ocurren de manera suficientemente lenta como para aportar información acerca de todos los proca- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 26 riotas y, junto con las variaciones en los ARNr 18S, a lo largo de toda la escala evolutiva. Los ARNr contienen, sin embargo, suficiente variabilidad para diferenciar no solo los organismos más alejados, sino también los más próximos. • El tamaño relativamente largo de los ARNr 16S (1.500 nt) minimiza las fluctuaciones estadísticas. • La conservación en estructura secundaria puede servir de ayuda en las comparaciones, aportando una base para el alineamiento preciso. • Dado que resulta relativamente fácil secuenciar los ADNr 16S, existen bases de datos amplias, en continuo crecimiento. Si no existe ningún trabajo publicado se lleva a cabo la búsqueda de secuencias del microorganismo de interés en las bases de datos y se elige una región que identifique inequívocamente a dicho microorganismo. En ocasiones se recurre a las zonas intergénicas del ADNr que no se expresan y que acumulan mayor variabilidad, lo que permite separar especies más fácilmente. Una vez que se dispone de una secuencia diana es necesario definir el tamaño del fragmento a amplificar que se encuentra acotado por los cebadores directo y reverso; además hay que seleccionar la secuencia donde se va a hibridar la sonda o sondas marcadas con fluorocromos, las cuales confirman que el fragmento amplificado es el adecuado. El diseño de los tres o, en su caso, cuatro oligonucleótidos es determinante para el éxito de la qPCR. Existen diversas aplicaciones para realizar el diseño con una cierta garantía de éxito, como: GeneFisher 2 (http://bibiserv.techfak.unibielefeld.de). AlleleID (http://www.premierbiosoft.com). Beacon Designer (http://www.premierbiosoft.com). Primer3Plus (http://www.bioinformatics.nl). FastPCR (http://primerdigital.com). PrimerExpress (http://www.appliedbiosystems.com). Es importante comprobar que la secuencia definitiva no hibrida con otras similares, por lo que se recurre de nuevo a los programas de alineamiento y búsqueda como GenBank NCBI, EMBL, RDP o RIDOM. A continuación es necesario encargar la síntesis de los cebadores y sondas y comenzar con un proceso básico de validación del ensayo. Validación de ensayos para la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) La necesidad de combatir las enfermedades de los animales a nivel mundial constituyó el motivo por el cual se creó la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) gracias a un acuerdo internacional firmado el 25 de enero de 1924. En mayo de 2003, la OIE se convirtió en la Organización Mundial de Sanidad Animal, pero conserva su acrónimo histórico OIE. El Comité Internacional de la OIE asignó a la Comisión de Estándares Biológicos de la organización la tarea de elaborar el Manual de animales terrestres. El propósito de este manual es facilitar el comercio internacional de animales y productos animales, así como contribuir a la mejora de los servicios de salud animal en todo el Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 27 mundo. El manual fija los estándares del laboratorio para todas las enfermedades de las listas A y B de la OIE, así como para otras varias enfermedades de importancia global. Sin embargo, el complejo proceso de validación de nuevos ensayos ralentiza enormemente la incorporación de nuevas tecnologías con la velocidad que los tiempos requieren. En la práctica se están incorporando tecnologías como la qPCR para complementar y, en muchas ocasiones, acelerar los procesos de discriminación de enfermedades, tanto las denominadas como de declaración obligatoria como otros procesos patógenos. El problema más importante que ralentiza la incorporación de este tipo de técnicas es el complejo sistema de validación del ensayo. En la gráfica 1 se puede observar un flujograma con el proceso que se debería seguir para validar una técnica para su empleo como herramienta de diagnóstico. Adecuación del ensayo a la necesidad Reactivos y controles Desarrollo del ensayo Requisitos esenciales Ensayo candidato vs. oficial Diseño y protocolos Características analíticas Sensibilidad Especificidad Reproducibilidad inicial Repetitividad Límite de detección Características diagnósticas Animales de referencia Animales experimentales Laboratorios participantes Reproducibilidad Panel de muestras Muestras de referencia Implementación Normas de interpretación Reconocimiento provisional Validación del ensayo Optimización y estandarización (OIE Terrestrial Manual/2010) Reconocimiento oficial por la OIE Gráfica 1. Flujograma con el proceso de validación según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) 2010. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 28 A continuación se comentan algunos de los puntos críticos del proceso de validación: • Comparación y armonización de los ensayos: normalmente, se elaboran nuevos ensayos para mejorar las técnicas en vigor. Para demostrar que un nuevo ensayo supone una mejora de una técnica ya existente, debe existir alguna forma de comparación que demuestre esa mejora. La comparación puede estar relacionada con las características de realización analítica y/o diagnóstica. También puede estar relacionada con características de tipo operativo, como el coste, la robustez, el tiempo para la obtención de resultados, el rendimiento, etc. Si el nuevo ensayo se va a integrar en un régimen de diagnóstico que incluye otros métodos de prueba, debería establecerse la razón de ser de su utilización, la interpretación de los datos y la toma de decisiones. • Optimización y estandarización de los reactivos: la elección y caracterización de los reactivos debe abordarse de forma cuidadosa o de lo contrario podrán peligrar las condiciones de realización de la prueba. Cuando un reactivo, como una muestra de control, está a punto de agotarse, resulta necesario preparar y probar repetidamente otro de repuesto antes de que se acabe. La nueva muestra de control se incluye en sucesivas realizaciones del ensayo antes del agotamiento del control original para establecer su relación proporcional con el que se está acabando. • Estudios de viabilidad y selección de muestras: se necesitan muestras para los experimentos a fin de determinar si la prueba propuesta es viable. Las muestras deberían representar tanto a animales que se consideran infectados como a aquellos no infectados dentro de la población que finalmente va a ser objeto de la prueba una vez que esta se haya validado. Por otra parte, las muestras deben haber dado los resultados esperados en uno o más ensayos clásicos además de aquel en el que se está validando. Con preferencia, las muestras deben proceder de animales individuales, aunque también pueden derivar de la acumulación de muestras de varios animales. Estas muestras pueden utilizarse en experimentos para determinar si la prueba es capaz de distinguir diferentes cantidades del componente analizado y para optimizar las concentraciones de reactivos y perfeccionar el protocolo. • Selección del método para lograr resultados normalizados: la normalización ajusta los resultados directos de la prueba para todas las muestras con relación a los valores de los controles incluidos en cada desarrollo del ensayo. El procedimiento de normalización requiere un algoritmo sofisticado, que usa varios controles ajustados a valores esperables, para obtener una curva estándar desde la que puede extrapolarse el valor de la muestra. Este método también permite la exclusión de un valor control que puede caer fuera de los límites de confianza esperados. Sea cual sea el método usado para la normalización de los datos, es esencial incluir controles adicionales para cada reactivo que pueda introducir variabilidad y que pueda limitar por tanto los intentos de lograr un ensayo validado. Los valores normalizados para tales controles tienen Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 29 que caer dentro de límites predeterminados (dentro de un múltiplo apropiado de la desviación estándar de la media de muchas reacciones de cada control). Los límites escogidos deberían reflejar una tasa tolerable de rechazo de ensayo y un riesgo aceptable de que algunas muestras de prueba puedan estar mal clasificadas. • Reproducibilidad: la evidencia preliminar de reproducibilidad (concordancia entre los duplicados dentro de un mismo ensayo y entre distintas realizaciones de la prueba) resulta necesaria para garantizar el posterior desarrollo del ensayo a validar. Esto se lleva a cabo evaluando los resultados de, como mínimo, tres de las cuatro muestras internas que representan la actividad dentro del rango lineal del ensayo. Se ensayan cuatro copias de esas muestras en al menos cuatro realizaciones del ensayo para determinar la variación (entre ensayos) dentro de una misma realización. La variación entre diferentes realizaciones del mismo ensayo se analiza utilizando las mismas muestras en un mínimo de 20 realizaciones (en total), por dos o más operarios, preferiblemente en fechas diferentes. Todas las realizaciones deben llevarse a cabo de forma independiente. • Determinación de la especificidad y sensibilidad analíticas: la especificidad analítica es el grado en que el ensayo no muestra reacción cruzada con otras secuencias de ADN. La sensibilidad analítica de un ensayo puede evaluarse mediante la cuantificación de la cantidad más pequeña de ADN que es detectable en la muestra. • Sensibilidad y especificidad diagnóstica: los valores de sensibilidad y especificidad diagnóstica constituyen los parámetros más importantes que se establecen durante la validación de un ensayo. Dichos valores deben establecerse tras el ensayo y se optimizarán y estandarizarán los reactivos; la alteración de los protocolos o los reactivos puede requerir una revisión de las características de realización. Constituyen la base para el cálculo de otros parámetros a partir de los cuales se realizan deducciones sobre los resultados. Por consiguiente, es muy importante que las estimaciones sobre la sensibilidad y la especificidad diagnóstica sean tan exactas como sea posible. En teoría, estos valores derivan del ensayo de una serie de muestras procedentes de animales de referencia cuya historia es conocida, así como su estado de infección/enfermedad, y que son además animales representativos de la región o país donde se pretende usar la prueba, pero tal cosa no siempre es posible. Debe elegirse un diseño de prueba que permita estimar las características de realización diagnóstica. No obstante, se trata de un proceso complicado por causa de limitaciones de tipo logístico y financiero. Los resultados de las pruebas tienen primero que reducirse a la categoría de positivo o negativo. Esto implica considerar un punto de corte (umbral o límite de decisión) en la escala continua de resultados de la prueba. Para establecer la sensibilidad y la especificidad diagnóstica, tanto el número como el origen de los animales de referencia y los métodos utilizados para determinar la sensibilidad y especificidad Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 30 analíticas son aspectos clave cuando se intenta una validación adecuada del ensayo para su uso con la población de animales a la que va dirigida. • Pseudomonas aeruginosa (Cattoir et al., 2010). En definitiva, son muy pocos los ensayos validados con técnicas qPCR por la dificultad de validación de los mismos y por las frustrantes experiencias previas con las técnicas de PCR por la falta de rigor en la estandarización. • Rodococcus equi (Rodríguez-Lázaro et al., 2006). Aplicación de las técnicas de análisis de ácidos nucleicos en el diagnóstico de enfermedades equinas La OIE, por las circunstancias anteriormente descritas, tan solo ha validado algunas técnicas para diagnóstico vírico en la versión on-line de su último Manual de Enfermedades Terrestres de 2010 referentes a caballos (OIE, 2010): • Virus de la arteritis vírica equina. • Virus de la fiebre del Nilo Occidental. • Virus de la peste equina. • Virus de la anemia infecciosa equina. • Virus de la gripe equina. Sin embargo, se han publicado técnicas de qPCR sin validar para detectar la presencia de otros microorganismos de interés equino que pueden ser útiles para análisis de discriminación y estudios epidemiológicos. A continuación se citan algunos ejemplos: • Taylorella equigenitalis (Wakeley et al., 2006). • Babesia caballi (Bhoora et al., 2010). • Theileria equi (Kim et al., 2008). • Klebsiella pneumoniae (Kurupati et al., 2004). En el Reglamento (UE) n.º 176/2010 de la Comisión Europea, de 2 de marzo de 2010, por el que se modifica el anexo D de la Directiva 92/65/CEE del Consejo en lo que respecta a los centros de recogida y almacenamiento de esperma, los equipos de recogida y producción de embriones y las condiciones aplicables a los animales donantes de las especies equina, ovina y caprina y a la manipulación de esperma, óvulos y embriones de dichas especies, se indica en el punto 1.5 del capítulo II que cada semental deberá ser sometido a las pruebas siguientes, realizadas y certificadas en un laboratorio reconocido por la autoridad competente, con arreglo al programa que se establece en el punto 1.6: a) Prueba de inmunodifusión en gel de agar (prueba de Coggins) o ELISA para la detección de la anemia infecciosa equina, con resultado negativo. b) Prueba de aislamiento del virus de la arteritis vírica equina con resultado negativo, realizada en una parte alícuota de todo el esperma del caballo semental donante, salvo que se obtenga un resultado negativo con una dilución de suero de 1:4 en una prueba de neutralización sérica para la detección de dicha enfermedad. c) Una prueba para la detección de la metritis contagiosa equina, realizada en dos ocasiones con muestras to- Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 31 madas del caballo semental donante con un intervalo de 7 días, mediante aislamiento de Taylorella equigenitalis en el líquido preeyaculatorio o en una muestra de esperma y en hisopos genitales tomados, como mínimo, del prepucio, la uretra y la fosa uretral, con resultados negativos en todos los casos. En ningún caso se cita el empleo de técnicas moleculares para el diagnóstico de estas enfermedades cuando tanto para la detección de T. asinigenitalis como para el virus de la arteritis vírica equina hay técnicas descritas que pueden ayudar a confirmar los aislamientos de ambos microorganismos (Mankoc et al., 2007; Wakeley et al., 2006). A continuación se citan algunos de estos ejemplos: Metritis equina contagiosa La metritis equina contagiosa consiste en una inflamación del endometrio de las yeguas causada por Taylorella equigenitalis, y que normalmente origina una infertilidad temporal. Se trata de una infección no sistémica, cuyos efectos se encuentran restringidos al tracto reproductivo de la yegua. La identificación del agente se realiza a partir de frotis, que deben transportarse al laboratorio con precaución para evitar pérdida de viabilidad. Los frotis deben sumergirse en medio de transporte Amies con carbón y transportarse al laboratorio de pruebas, preferiblemente con la temperatura controlada, para su resiembra dentro de las 48 horas siguientes a la recogida. El crecimiento de T. equigenitalis puede llevar al menos 72 horas, y puede extenderse hasta 14 días, aunque, normalmente, no le lleva más de 6 días a 37 ºC en medio enriquecido con sangre caliente y en una atmósfera del 5-10% de CO2. Es aconsejable realizar una incubación de al menos 7 días antes de certificar que los cultivos son negativos para T. equigenitalis. La naturaleza compleja de T. equigenitalis dificulta su aislamiento, y se han empleado pruebas realizadas en manadas de sementales para detectar el estado de portador como una ayuda valiosa al examen de los cultivos. Recientemente, otra especie de Taylorella, T. asinigenitalis, se ha aislado a partir de machos de burro y caballos sementales de los EE.UU. y caballos sementales de Europa. Se ha descrito que esta bacteria no produce ninguna enfermedad natural; habita en el tracto genital de los machos de burro, y puede transmitirse a otros burros y caballos durante la cópula. Puede adquirirse un sistema de aglutinación con bolas de látex para la identificación antigénica de T. equigenitalis, y se basa en el empleo de anticuerpos policlonales. Este método se utiliza ampliamente por los laboratorios de análisis rutinario para la confirmación de la identidad de las colonias que crecen en el medio selectivo, y que dan una reacción bioquímica consistente con T. equigenitalis. Debería recalcarse que esta prueba no distinguirá necesariamente a las cepas de T. equigenitalis de las de T. asinigenitalis. Durante el comienzo de la temporada de cría, se toman frotis de los sementales, incluyendo a aquellos que se encuentren en su primera temporada, en dos ocasiones separadas por no menos de 7 días. Las yeguas se clasifican de acuerdo con el grado de riesgo que presentan, y la frecuencia del muestreo se ajusta de manera apropiada. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 32 Este tipo de análisis es tedioso y exige la repetición de los análisis por la frecuencia de los falsos negativos que se presentan dada la dificultad de crecer en el laboratorio. La incorporación de técnicas más ágiles se impone como medida preventiva para el mantenimiento de la explotación controlada frente a esta enfermedad. Wakeley y col. (2006) proponen una técnica de qPCR que tiene la ventaja de discriminar entre T. equigenitalis y T. asinigenitalis. Este aspecto es importante, pues un aislamiento de Taylorella spp. conllevaría la declaración del estado de portador del animal y la toma de medidas preventivas para evitar la difusión de la bacteria cuando es posible que se trate de T. asinigenitalis que no produce metritis. El frotis destinado a ser analizado mediante qPCR puede ser congelado inmediatamente para detener el crecimiento bacteriano y, una vez en el laboratorio, el análisis se lleva a cabo en apenas 2 horas. Esencialmente se trata de amplificar un fragmento de 112 pares de bases de la región del ADN que codifica para la subunidad 16S de ARN ribosómico. La secuencia del fragmento amplificado presenta diferencias según se trate de T. equigenitalis o T. asinigenitalis. T. equigenitalis GGTTTGTGTTAATACCATGGACTGCT T. asinigenitalis GTTTTAGGATAATACCCTAGGATGCT Se añaden a la reacción dos sondas marcadas con fluorocromos diferentes, una con la secuencia de T. equigenitalis y la otra con la secuencia de T. asinigenitalis. Según se trate de una bacteria u otra se hibridará una de las dos sondas. La sonda, una vez hibridada, se hidroliza por acción de la polimerasa y comienza a emitir luz de una determinada longitud de onda. Según el color de la luz emitida se puede saber si la secuencia diana es de T. equigenitalis o de T. asinigenitalis. Mediante filtros se puede observar qué ocurre en la reacción con cada tipo de sonda. Arteritis vírica equina Según el Manual de Enfermedades Terrestres (2008): “La arteritis vírica equina (AVE) es una enfermedad vírica y contagiosa de los équidos causada por el virus de la arteritis equina (EAV), un virus con ARN clasificado en la familia Arteriviridae. La mayoría de las infecciones adquiridas naturalmente con el EAV son subclínicas. Cuando aparecen, los síntomas clínicos de la AVE varían en extensión y gravedad”. Se debe tratar de aislar el virus del semen de los sementales seropositivos con anticuerpos contra el EAV que no tengan antecedentes de vacunación contra AVE. El aislamiento del EAV debe realizarse con preferencia en una porción del eyaculado completo. El problema del aislamiento es que en ocasiones el efecto citotóxico del semen sobre las células de la monocapa provoca su destrucción, siendo imposible lograr un cultivo del virus aceptable que permita su identificación. Se han ido proponiendo diferentes técnicas de qPCR (Mankoc et al., 2007), aunque permanecen las dudas sobre las regiones mejor conservadas del genoma para evitar que mutaciones puntuales puedan dar lugar a falsos negativos (Zhang et al., 2007). Conclusiones • La PCR cuantitativa a tiempo real (qPCR) es una técnica rápida, sensible, especí- Amplificación de ADN a tiempo real, una alternativa a los métodos… 33 fica, robusta y de fácil implantación que la hace idónea para su aplicación en diferentes aspectos de la Microbiología. • La qPCR tiene una aplicación fundamental en el diagnóstico preventivo de enfermedades de declaración obligatoria en los caballos porque permite la detección temprana de focos epidemiológicos. • La proliferación de trabajos científicos exige cautela y prudencia, siendo necesaria una validación de las técnicas antes de su aplicación masiva. Bibliografía recomendada Bhoora R, et al. Development and evaluation of real-time PCR assays for the quantitative detection of Babesia caballi and Theileria equi infections in horses from South Africa. Veterinary Parasitology 2010; 168(3-4):201-11. Bustin SA, Benes V, Garson JA, et al. 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Genetic variation and phylogenetic analysis of 22 French isolates of equine arteritis virus. Archives of Virology 2007; 152(11):1.977-94. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 35 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos Dr. José Luis Rodríguez-Marín Roy y Dr. Alberto Zamora Benito Introducción La higiene alimentaria es labor básica de la profesión veterinaria; además, no sería descabellado considerarla como labor exclusiva de los veterinarios. Esta afirmación tan categórica viene apoyada por diferentes argumentos de índole legal, profesional e histórica. La legislación, en diferentes preceptos, atribuye a los veterinarios la exclusividad en la higiene de los alimentos de origen animal, tal es el caso de la Ley General de Sanidad (1) y de la Ley de Profesiones Sanitarias (2); así mismo, parece lógico deducir que los profesionales conocedores de la patología animal sean los que dictaminen sobre los productos alimenticios procedentes de los animales de abasto y de los derivados de las producciones animales de diferente índole. Históricamente no hace falta remontarse más que al siglo XIX para encontrar las primeras referencias a la inspección veterinaria de los alimentos. Los veterinarios municipales fueron incorporados a la inspección de víveres un lejano 10 de marzo de 1840 (3) por acuerdo del Excmo. Ayuntamiento de la Villa y Corte de Madrid, sancionado más tarde por Reglamento Municipal aprobado el 14 de diciembre de 1842, que decía: “El Ayuntamiento le expide el presente título para que sea reconocido, respetado y obedecido como inspector, quedando autorizado para reconocer los mataderos y las reses que existan en ellos, tanto vivas como después de muertas; las carnes, los pescados, caza, leche, fruta y, en una palabra, todo lo que sirva de alimento para el hombre y pueda comprometer su salud, por hallarse malsano o poco sazonado, como igualmente todo sitio que, por su situación topográfica o por el poco aseo que en él haya, sea foco de infección”. Años más tarde, otras ciudades, como Barcelona, Valencia, Oviedo, Granada y Navarra, copiaron este modelo de inspección veterinaria. Posteriormente le han seguido numerosas disposiciones, entre las que destaca el Real Decreto de 22 de diciembre de 1908, que, según Martín-Martínez Conde (3), es una verdadera obra maestra de la higiene de los alimentos. Las herramientas técnicas con las que los veterinarios han desarrollado su labor de higiene alimentaria han evolucionado desde la simple inspección de visu y el microscopio monocular con luz natural amplificada por lupa hasta las modernas técnicas de análisis inmunoenzimático o la cromatografía líquida de alta resolución. Por otra parte, el autocontrol en materia de inocuidad microbiológica de los alimentos es un concepto básico que se ha desarrollado desde hace pocos años como pilar fundamental del control de las 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 36 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 36 enfermedades de transmisión alimentaria. Este autocontrol se ha plasmado en los sistemas de calidad alimentaria denominados APPCC (acertada traducción del HACCP inglés). A nuestro entender el APPCC se ha revelado como una magnífica herramienta para evitar la transmisión de las enfermedades alimentarias, pero su correcta im- Ciencia veterinaria Conocimientos de anatomía, fisiología y patología animal Ecología microbiana Conocimientos de carga microbiana de los productos alimenticios en las diferentes fases de la cadena alimentaria plantación está condicionada por una serie de disciplinas, de las cuales la decisiva es la Ecología Microbiana de los Alimentos, es decir, el conocimiento en profundidad de las bacterias, virus y parásitos presentes de una forma inevitable en los productos alimenticios durante las diferentes fases de la cadena alimentaria (figura 1). Bromatología descriptiva Conocimientos de calidad, propiedades nutritivas y composición de los alimentos Tecnología alimentaria Conocimientos de los procesos de transformación de los alimentos y su repercusión sobre estos Determinación de peligros Evaluación y gestión de los riesgos Legislación alimentaria Conocimientos de la normativa alimentaria vinculante ANÁLISIS DE PELIGROS Y PUNTOS DE CONTROL CRÍTICO APPCC Análisis de alimentos Realización de ensayos acreditados por técnicas rápidas de tipo microbiológico y de tipo físico-químico Monitorización de puntos de control críticos Verificación del sistema APPCC y comprobación de la calidad sanitaria del producto alimentario final Figura 1. ALIMENTOS SANITARIAMENTE APTOS PARA EL CONSUMO 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 37 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 37 Esta “presencia inevitable” es consecuencia de: • El medio en el que se desarrollan y crecen los animales y plantas que darán lugar a determinados productos alimenticios; tal es el caso de los tubérculos y la presencia de microorganismos esporulados de origen telúrico. • Las fases de producción y transformación primaria a las que son sometidos estos productos; como ejemplo claro es la presencia de enterobacteriáceas en las canales de animales de abasto después de su faenado en mataderos. • Las diferentes operaciones que se realizan durante las fases de la cadena alimentaria, sobre todo en el picado o troceado de determinados alimentos animales. Además, los diferentes tipos de alimentos, la complejidad de la industria alimentaria y las necesidades del mercado están obligando a las industrias a contratar expertos sanitarios que sean especialistas en higiene alimentaria, ecología microbiana y análisis de alimentos, todo ello por diferentes sectores del mercado alimentario. Figura 2. Instalaciones del Servicio de Bromatología del Centro Militar de Veterinaria de la Defensa (fotografías de los autores). 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 38 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 38 La comprobación de la viabilidad de los sistemas APPCC se debe realizar por medio de análisis de alimentos que nos ofrezcan resultados fiables en el menor tiempo posible y, por supuesto, económico. Así pues, la conjunción de conocimientos de Ecología Microbiana que nos permita determinar los riesgos a los que nos enfrentamos, junto con la aplicación de un sistema APPCC, que nos ayude a eliminar o minimizar esos peligros por medio de un adecuado control de los riesgos, y con la inestimable ayuda de unos ensayos microbiológicos baratos, fiables y rápidos, que nos ayuden a monitorizar el plan APPCC y a comprobar la inocuidad del producto alimenticio final, será el sistema higiénico-sanitario ideal para el control de las enfermedades de transmisión alimentaria. Figura 3. Sistema TEMPO® (bioMérieux) basado en el número más probable (NMP) para análisis microbiológico de los alimentos utilizado en el Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria del CEMILVET (fotografía de los autores). 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 39 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 39 Ecología Microbiana Generalidades Se puede definir la Ecología Microbiana como la ciencia que estudia el componente microbiológico de los alimentos, tanto animales como vegetales, en las diferentes fases de la cadena alimentaria, así como el entorno de los alimentos y su influencia sobre estos y, por lo tanto, sobre la citada microbiota (4). Además, en los diferentes procesos de manipulación de estos alimentos se influye cuantitativa y cualitativamente en la microbiota que sobrevive a aquellos y en la que se desarrollará en los subsiguientes procesos de manipulación y almacenamiento. Existen dos campos de interés de entre los diversos aspectos que abarca la Microbiología Alimentaria: • Sanitario: relacionado con la protección del consumidor frente a enfermedades transmitidas por los alimentos. • Comercial: dirigido hacia la prevención de las alteraciones de los alimentos a través de los microorganismos. En líneas generales, el origen y las propiedades bioquímicas son diferentes en los microorganismos de interés sanitario respecto a los microorganismos responsables de la alteración comercial de los alimentos; esto motivaría tres situaciones: • Los alimentos que presentan una carga microbiana de patógenos o de sus toxinas suficientes como para provocar sintomatología clínica tras su ingesta no suelen ocasionar una modificación evidente en sus caracteres organolépticos. • Las medidas de control que se muestran eficaces frente al crecimiento de patógenos no tienen por qué serlo necesariamente frente al crecimiento de alterantes. Un ejemplo claro de esto es la leche pasteurizada. • Las medidas tendentes a reducir o inhibir el crecimiento de alterantes no sanean el alimento, es decir, no lo hacen inocuo en todos los casos, por dos motivos: – Ciertos patógenos existentes siguen conservando su poder infectivo. – Ciertos patógenos requieren dosis infectivas muy pequeñas. En vista de que la contaminación resulta muy difícil de evitar, las medidas prácticas en la industria alimentaria tienden a inhibir o reducir la multiplicación de los microorganismos contaminantes. Inicialmente se puede decir que la industria cuenta con suficientes conocimientos científicos y tecnológicos como para producir alimentos de buena calidad microbiológica, aunque el problema de su aplicación se halla condicionado al factor humano. El aseguramiento de la calidad microbiológica de los alimentos se basa en el control de la multiplicación de los microorganismos en el nicho ecológico, constituido por el sustrato que este proporciona y por el tipo de ambiente en el que se conserva. Así pues, el tipo de alimento, junto con una serie de factores externos al propio alimento, determinarán el tipo de microbiota presente en cada fase de la cadena alimentaria (figura 4). 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 40 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 40 Ecología microbiana de los alimentos La rama de la Microbiología Alimentaria que estudia las relaciones entre las poblaciones microbianas presentes en el alimento y los diferentes factores tanto relativos como ajenos a este, recibe el nombre de Ecología Microbiana de los Alimentos Microbiótica de carnes Microbiótica de pescados Microbiótica de huevos Microbiótica de leche y derivados Microbiótica de alimentos vegetales Microbiótica de otros alimentos } Factores intrínsecos: • Actividad de agua aw • pH (acidez) • Nutrientes • Potencial de óxido-reducción Factores intrínsecos: • Temperatura Tratamientos tecnológicos: • Calor • Cambios en la composición química de los alimentos Factores implícitos: • Sinergismo • Antagonismo IDENTIFICACIÓN DE PELIGROS GESTIÓN DE RIESGOS APPCC Figura 4. Los factores que influyen en la selección de la microbiota inicial y que son la causa de la multiplicación de solo una parte de ella (resistencia a la colonización del alimento) pueden ser (5): 1. Factores intrínsecos: propiedades físicoquímicas y biológicas. 2. Tratamientos tecnológicos. 3. Factores extrínsecos: condiciones ambientales. 4. Factores implícitos: antagonismo/sinergismo. Factores que afectan a la microbiota presente en el alimento (substrato) Factores intrínsecos: propiedades físico-químicas y biológicas Actividad de agua (aw) Agua de la que disponen los microorganismos para crecer; es inversa a la presión osmótica del alimento. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 41 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 41 • aw = 0,98-1, casi todos los microorganismos se desarrollan. • aw < 0,95, se mantienen cocos y lactobacilos. que permite que los alimentos enlatados de carácter ácido no requieran de un tratamiento térmico tan intenso como aquellos de menor acidez. • aw < 0,87, proliferan únicamente mohos (p.ej.: el almíbar). Su efecto inhibidor depende: Los microorganismos patógenos crecen con unos valores de aw < 0,86. • Otros factores limitantes: nutrientes, aw, temperatura... Figura 5. Cecina, ejemplo de alimento conservado por desecación y con baja aw (Mercado de Oviedo, fotografía de los autores). Figura 6. Alimentos conservados a pH bajo (Mercado de Valencia, fotografía de los autores). pH (acidez) Los pH alcalinos también dificultan el crecimiento de ciertos microorganismos; de forma que un pH de 9 (clara de huevo recién puesto) constituye uno de los mecanismos de protección del huevo frente a la invasión por microorganismos. La mayoría de los alimentos, como la carne, la fruta y el pescado en su estado natural, son ligeramente ácidos, a excepción de la clara de huevo, que tiene un pH alcalino. Todos los microorganismos se desarrollan bien con rangos de pH comprendidos entre 5 y 8, pero casi ningún patógeno se desarrolla con un pH de 4,5. Las bacterias sensibles a la acidez, como los bacilos gramnegativos, no pueden multiplicarse en alimentos de pH ácido, tales como las frutas o los encurtidos. De igual modo, Clostridium botulinum no prolifera a valores de pH < 4,5 (6), hecho • Del tipo de ácido: láctico o cítrico. Potencial de óxido-reducción El potencial redox indica las relaciones de oxígeno de los microorganismos vivos y puede ser utilizado para especificar el ambiente en el que un microorganismo es capaz de generar energía y sintetizar nuevas células sin recurrir al oxígeno molecular. • Microorganismos anaerobios: valores redox negativos (+ 300 mV). 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 42 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 42 • Microorganismos aerobios: valores redox positivos (– 420 mV). Nutrientes • Glúcidos: la degradación de alimentos ricos en almidón (patata, grano) requiere de microorganismos con una capacidad de subsistencia a partir de un suministro mínimo de nitrógeno y sales, así como un equipo enzimático amilasa eficaz frente a almidón no degradado. De igual forma, la asociación alterante de la celulosa, presente en los alimentos de origen vegetal, es muy restringida por la rareza de la presencia de enzimas celulolíticas en los microorganismos. El efecto selectivo de otros glúcidos de peso molecular más pequeño que el almidón o la celulosa también se da, aunque en menor medida. Así, en los productos lácteos predominan las especies lactosa positivas de Enterobacteriaceae, en contraste con la mayoría de los alimentos en los que son aventajadas por las cepas lactosa negativas. • Lípidos: la presencia de grasas en los alimentos estimula el predominio de microorganismos lipolíticos en los mismos. Estos microorganismos producen lipasas que hidrolizan las grasas dando lugar a la aparición de metabolitos, como los ácidos grasos, que a su vez sufren cambios, originando, entre otros, cetonas. En conjunto, estos cambios metabólicos detectables organolépticamente se han englobado en lo que se denomina rancidez microbiana (7). • Proteínas y péptidos: en general, las proteínas complejas no son frecuentemente atacadas por los microorganismos, por lo que no constituyen una fuente universal de nitrógeno. Sin embargo, existen bacterias productoras de colagenasa que desempeñan un papel importante en la alteración de la carne. Estas especies proteolíticas pueden desdoblar las moléculas nitrogenadas de mayor tamaño presentes en los alimentos, posibilitando la proliferación de otras especies no proteolíticas, que utilizan el nitrógeno de los compuestos de degradación originados por el ataque a las proteínas. • Vitaminas: muchos microorganismos no pueden crecer si no cuentan con un aporte adecuado de vitaminas del complejo B, incluso en medios óptimos en cuanto a otros requerimientos. Parece significativo que las frutas, pobres en vitaminas del grupo B, sean atacadas por mohos y levaduras, capaces de sintetizarlas por sí mismos. Por el contrario, los alimentos de origen animal, ricos en vitaminas del grupo B, son atacados por bacterias. • Otros nutrientes: constituyentes naturales antimicrobianos: aceites esenciales en productos de origen vegetal o lisozima y la conalbúmina en el huevo. Tratamientos tecnológicos Temperatura: calor Constituye el procedimiento más importante utilizado por la moderna tecnología y el más eficaz en lo que se refiere a la inocuidad para el consumidor de los alimentos así tratados. En general, las células calentadas muestran una mayor sensibilidad a las condiciones externas desfavorables, sensibilidad 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 43 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 43 que aumenta cuanto más drástico es el tratamiento. Este hecho implica que los factores antimicrobianos que tienen solo un pequeño efecto sobre las células limitan e incluso inhiben completamente la multiplicación de las mismas, si previamente han sufrido un tratamiento térmico subletal. caución por la falsa creencia de su inalterabilidad, son aun potencialmente mayores que los vinculados a los alimentos crudos, conservados a temperaturas de refrigeración. Tras un tratamiento de pasteurización (72 ºC/20 s), solo se encuentran en los alimentos tratados bacterias esporuladas de la familia Bacillaceae. Cuando aumenta la intensidad del tratamiento, incluso se inactivan los esporos de los microorganismos pertenecientes a la mencionada familia, sobreviviendo únicamente los más termorresistentes. • Modificación en la aw: puede reducirse, bien por eliminación de agua (desecación y deshidratación) o bien por aumento de la concentración de solutos (salazones y mermeladas). Pero estas consideraciones son válidas en los casos en que los alimentos estén protegidos de una contaminación posterior al tratamiento térmico, circunstancia que no siempre se da (8). La contaminación posterior al tratamiento de enlatados pocas veces se presenta, siendo más frecuente en los productos envasados en películas flexibles y apareciendo de forma regular en alimentos y platos cocinados que no se protegen mecánicamente de la contaminación. Los riesgos que supone la contaminación de estos últimos, que no se mantienen o manipulan con la debida pre- Tipo Cambios en la composición química de los alimentos • Modificación del pH: por adición directa de un ácido (ácido acético en pescado en escabeche) o por una fermentación láctica (yogur). • Adición de conservadores químicos: ácido cítrico en mermeladas. Factores extrínsecos Temperatura de conservación Los diversos microorganismos que son responsables de la alteración de los alimentos pueden crecer a temperaturas comprendidas entre –10 y 80 ºC. Cada uno de ellos tiene unas temperaturas “cardinales” de crecimiento: mínima, óptima y máxima, en función de las cuales pueden clasificarse: Temperatura Temperatura Temperatura mínima (en ºC) óptima (en ºC) máxima (en ºC) Psicrófilos –15 10-15 18-20 Psicrótrofos –5 20-30 35-40 Mesófilos 5-10 30-37 ~45 Termófilos 25-42 50-80 60-85 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 44 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 44 Las temperaturas de conservación resultan determinantes en la bioquímica del proceso alterativo. En carne refrigerada predominan procesos proteolíticos por desarrollo de microbiota psicrófila y psicrótrofa, reduciéndose la acidez del medio. En carnes a temperaturas superiores son mayoritarios los microorganismos esporulados y los de la familia Lactobacillaceae, produciendo al principio ácidos a partir de los glúcidos disponibles. Los alimentos congelados se conservan por debajo de los –15 ºC, cesando toda multiplicación microbiana como resultado no solo de la temperatura, sino también de la disponibilidad de agua (aw = 0,84 para una temperatura de –20 ºC). Además, a esta temperatura se inicia incluso una lenta inactivación de los microorganismos no esporulados, aunque esta inactivación carece de repercusiones prácticas. Factores implícitos Sinergismo • Cambios en el pH: reducción de ácido acético por el género Bacillus. • Cambios en la aw: el crecimiento de aerobios esporulados en pan de una a w cerca del límite de desarrollo de Clostridium botulinum eleva el contenido en agua, aumentando la posibilidad de multiplicación del primero. • Deterioro de las estructuras biológicas: proliferación de un moho determinante de podredumbre en una fruta intacta y posterior penetración de levaduras a través de la estructura dañada. Antagonismos Los mecanismos son muy similares a los explicados para el sinergismo: • Competición en la utilización de nutrientes: Micrococcus spp. frente a Staphylococcus spp. • Cambios de pH: Leuconostoc spp. frente a Lactobacillus spp. • Formación de sustancias antimicrobianas: CO2, H2O2, etanol, ácidos fórmico, láctico y propiónico, y bacteriocinas. La relación sinérgica se establece a través de diferentes mecanismos: Las relaciones de antagonismo son de gran importancia en el campo de la Salud Pública. Estos fenómenos contribuyen en parte a la incidencia relativamente baja de intoxicaciones por toxina estafilocócica, dada la alta sensibilidad de este microbio a la competencia por otros microorganismos, como Pseudomonas spp., Lactobacillus spp., Bacillus spp. y Micrococcus spp., entre otros (9). • Disponibilidad de nutrientes: producción de vitamina B por levaduras que posibilita el crecimiento de bacterias lácticas. Del mismo modo, la baja frecuencia registrada de casos de gastroenteritis por Bacillus cereus y por Clostridium perfringens puede ser debida a la inhibición na- Los fenómenos de sinergismo entre grupos de microorganismos son frecuentes: un microorganismo produce un cambio en el sustrato que favorece el crecimiento de otro microorganismo o grupo de microorganismos. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 45 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 45 tural de estas bacterias por la microbiota saprófita que se desarrolla al mismo tiempo. Los alimentos como sustrato de la microbiota. Presencia de determinados microorganismos característicos en la producción primaria (2) (resumen en la tabla 1) Carnes La carne es un substrato alimenticio ideal para el crecimiento de diversos microorganismos. La cría intensiva del ganado incrementa en gran medida la difusión de los microorganismos de animal a animal, y en el matadero y durante el procesado, de canal a canal. La persistencia de Salmonella spp. en la carne cruda de los animales de abasto varía, dependiendo de la especie animal y del método de cría. Los pollos y otras aves son los más frecuentemente contaminados por este microbio y una gran proporción de las canales de venta al por menor pueden estarlo. Microorganismos como Salmonella enteritidis fago tipo 4 pueden contaminar a los huevos mientras se forman en el oviducto. Campylobacter spp. suele contaminar las canales de pollo, sobre todo en el producto fresco. La incidencia de estos microorganismos en los puntos de venta de la carne de animales de abasto es menor, aunque los despojos suelen estar más contaminados. Los pollos albergan con frecuencia Listeria monocytogenes y Yersinia enterocolitica, habiéndose señalado también la presencia de Aeromonas spp. en la carne cruda de animales de abasto. La carne de cerdo contaminada puede ser una fuente esporádica importante de infecciones por Yersinia spp. Las temperaturas de refrigeración pueden no ser lo suficientemente bajas como para frenar el crecimiento de estas bacterias (10). La presencia de Escherichia coli y Clostridium perfringens puede esperarse en las canales, pero su número es bajo cuando se obtienen con buenas prácticas de higiene. En algunos países, la carne de vacuno picada, en particular las hamburguesas insuficientemente calentadas, pueden ser fuente importante de infecciones por Escherichia coli verocitotoxigénico. La mayoría de las bacterias alterantes son aerobias y crecen en la superficie de la carne, pudiendo distribuirse irregularmente a consecuencia del picado o la trituración. En el caso de las carnes cocinadas, el tratamiento culinario destruye las formas vegetativas de las bacterias, pero las esporas como las de Clostridium perfringens pueden sobrevivir y germinar si los alimentos no se refrigeran inmediatamente después. Todo proceso de cocinado extrae el oxígeno de los tejidos y da lugar a un ambiente que favorece el crecimiento de las bacterias anaerobias. En embutidos crudos curados su elaboración se desarrolla en cinco etapas: picado y amasado, fermentación, secado y maduración. Durante la etapa fermentativa acontece una multiplicación de las bacterias lácticas de la carne que se acompaña de una disminución de la microbiota gramnegativa. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 46 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 46 Huevos Es un alimento que se caracteriza por transmitir Salmonella enteritidis debido tanto a la contaminación interna (microorganismos acantonados en los oviductos de las gallinas que producen la contaminación interna del huevo) como a la contaminación externa (cáscara sucia y con excrementos de las aves). Figura 7. Carne de bovino (Mercado de Oviedo, fotografía de los autores). Se han señalado brotes de intoxicación estafilocócica por estos productos. La multiplicación de Staphylococcus aureus puede limitarse manteniendo la carne en refrigeración durante la fermentación inicial, dado que la acidificación rápida inicial favorece su crecimiento. Los derivados cárnicos tratados térmicamente, como el jamón cocido, presentados en lonchas envasadas al vacío, de un pH > 6 y una aw > 0,95, se alteran con el tiempo aun cuando se conserven refrigerados, principalmente por la proliferación de micrococos, bacterias acidolácticas, Brochotrix thermosphacta (11) y estreptococos de los grupos N y D. Estos últimos son bastante resistentes y poco puede hacerse para eliminarlos por completo; el resto se puede reducir en gran medida realizando las operaciones de cortado y envasado en las mejores condiciones higiénicas. La importancia de la transmisión de la salmonelosis por productos alimenticios en cuya composición interviene el huevo es tal que se ha prohibido la elaboración de salsas frías caseras (mayonesa) para su utilización en restaurantes y bares por una disposición legal de carácter nacional (12). Solo se permite la utilización de mayonesas producidas, envasadas y pasteurizadas por empresas autorizadas. Productos lácteos Dado que la mayoría de los productos lácteos que consumimos están tratados térmicamente, la transmisión de enfermedades de origen alimentario por estos resulta muy rara. A pesar de todo se sigue consumiendo lecha fresca y cruda (sin tratamiento culinario) que puede transmitir los siguientes microorganismos: S. aureus, B. cereus, Y. enterocolitica, L. monocytogenes, Brucella spp. Pescados y mariscos Salvo que se capturen en aguas contaminadas, los pescados frescos raramente son fuente de microorganismos patógenos para la salud humana. Los microorganismos de interés en Salud Pública que se asocian al pescado son Salmonella spp., Staphylococcus spp., Escherichia coli, Vibrio parahemolyticus, Clostridium 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 47 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 47 perfringens, Clostridium botulinum E y Enterovirus (13), que se encuentran fundamentalmente en el de origen marino, y Clostridium botulinum, implicado en brotes de botulismo debidos al consumo de pescado crudo escabechado. La biota del pescado es fundamentalmente psicrótrofa y en el de origen marino también es halofílica. Las contaminaciones más importantes se deben a que el pescado, pero sobre todo el marisco, se cría y recoge en aguas contaminadas. En el pescado son importantes las toxiinfeciones alimentarias producidas por Vibrio parahaemolyticus. En los mariscos, Salmonella spp., Escherichia coli, Vibrio parahaemolyticus, virus y mitilotoxinas. Alimentos vegetales En cuanto a la transmisión de enfermedades alimentarias, los productos alimenticios más significativos son los “vegetales terrestres”, es decir, los productos vegetales que crecen a ras del suelo. La contaminación microbiana en estos casos puede ser por microorganismos de origen telúrico o por microorganismos procedentes de aguas no tratadas, como las aguas residuales. Alimentos desecados Se producen pocas toxiinfeciones, pero los microorganismos implicados suelen ser: • Clostridium spp. Figura 8. Pescado y marisco (Mercado de Santander, fotografías de los autores). • Bacillus spp. Tabla 1. Principales fuentes de los microorganismos responsables de las toxiinfecciones alimentarias. Agente Salmonella spp. Clostridium perfringens Staphylococcus aureus Bacills spp. Escherichia coli Vibrio parahaemoliticus Yersinia enterocolitica Campylobacter jejuni Listeria monocytogenes Virus Fuente alimenticia Carne, leche fresca y huevos. Carne, alimentos desecados, especias. Comidas preparadas en frío, productos lácteos. Cereales, alimentos desecados, productos lácteos, carne, productos cárnicos, especias, frutas, verduras y tubérculos. Alimentos crudos. Pescado y marisco crudo y cocinado. Carne cruda, leche, productos lácteos y vegetales. Carne cruda, leche fresca o sometida a un tratamiento térmico inadecuado, agua no tratada. Carne, productos lácteos, vegetales y mariscos. Mariscos crudos, alimentos no cocinados (ensaladas) preparados por manipuladores infectados. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 48 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 48 Comidas rápidas (platos preparados y precocinados) considerable, sobre todo para la industria alimentaria. Son platos con una compleja ecología microbiana debido a los diferentes componentes que tienen y a la laboriosidad en su preparación, que implica una excesiva manipulación. Se suelen aislar los siguientes microorganismos: • Ahorrar coste financiero: debido a la inmovilización de partidas de alimentos mientras se están analizando. • Clostridium spp. • Bacillus spp. • Y. enterocolitica: en platos con carne. • L. monocytogenes: en platos con carne. Métodos rápidos de análisis microbiológico de los alimentos Leotta (14) define como “método rápido” a cualquier método destinado a la detección, el recuento, la caracterización y la subtipificación de microorganismos (patógenos y del deterioro) mediante el cual se obtienen resultados de manera sencilla, fiable y en menor tiempo que con los métodos convencionales. La instauración de métodos rápidos de análisis microbiológicos en laboratorios se debe, sin lugar a dudas, a la economía de tiempo; en nuestro laboratorio, donde la prontitud en la respuesta es esencial debido a la operatividad que deben tener las diferentes unidades de las Fuerzas Armadas, ha dado un resultado inmejorable. Además, estos métodos tienen otras ventajas que ha determinado perfectamente Machanie (15): • Liberar rápidamente para el consumo lotes de alimentos intervenidos sanitaria o comercialmente: esta es una ventaja • Ahorrar trabajo manual: es un factor muy importante frente a la Microbiología tradicional de alimentos; un solo analista puede procesar, en nuestro laboratorio, hasta 80 ensayos diarios. Todo esto frente a los 60 ensayos semanales de la Microbiología tradicional, sin contar la preparación de medios de cultivo, que implicaría invertir un tiempo de 3 días y la preparación del material utilizado (autoclaves, material de vidrio, tubos, campanas de Durham, matraces de diverso tipo y tamaño, etc.), y, por supuesto, el lavado de este material y su correspondiente esterilización, así como la gestión de residuos biosanitarios, que es mucho más voluminosa (tabla 2). • Racionalizar el recurso humano: el personal técnico que antes se ocupaba de labores propias de análisis microbiológico tradicional de los alimentos puede dedicarse a otras labores técnicas en el laboratorio, y lo que es más importante, ampliar la cartera de servicios del laboratorio con la implantación de nuevas técnicas. • Usar equipos semi o totalmente automáticos, con la facilidad que implica a la hora de manejarlos por medio del software adecuado. • Facilitar la ejecución de los ensayos: la importancia radica en la simplicidad en la ejecución. • Analizar cantidades importantes de alimentos. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 49 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 49 Tabla 2. Comparación de los tiempos de análisis microbiológico entre técnicas de Microbiología automatizada y tradicional. Microorganismos Microbiología tradicional Microbiología automatizada Sistema Tempo®/VIDAS® Distribución de tiempo según el resultado: Microbiología tradicional Aerobios mesófilos totales Mohos y levaduras 72 horas 40 horas 5 días Enterobacteriaceas 4 días 48 horas, incluido 2 horas en revitalización 24 horas Coliformes 5 días 24 horas E. coli 5 días 24 horas S. aureus 4 días 24 horas Salmonella spp. 6 días Listeria spp. 3 días 48 horas (24 horas de revitalización) 48 horas • Contribuir a realizar ensayos microbiológicos en momentos de crisis: como en casos de toxiinfecciones alimentarias, en las que se necesita un resultado rápido para poder tratar adecuadamente a las personas afectadas y localizar el alimento responsable del brote. • Ahorrar espacio en almacenes. • Facilitar la eliminación de residuos biológicos por su menor volumen, lo que implica un menor coste. • Aumentar la velocidad de los análisis o su respuesta. • Disponer de kits sensibles, precisos, con buen límite de detección: en la actualidad, en nuestro laboratorio se han acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) ensayos realizados con Tempo®. Si – 48 horas Si + 4 días Si – 3 días Si + 5 días Si – 2-3 días Sí + 5 días Si – 2 días Si + 4 días Si – 3 días Si + 6 días Si – 2 días Si + 3 días • Ahorrar espacio de los propios instrumentos y aparatos de análisis por miniaturización. No obstante, cabe señalar una serie de desventajas, como son: • En algunos casos se consideran de screening, ya que se deben confirmar los resultados positivos de microbios patógenos por Microbiología tradicional. • Algunos métodos necesitan enriquecer el analito que se busca antes de detectarlo: esto no es en sí una desventaja y solo en las analíticas para determinación de patógenos por enzimoinmunoensayo (método VIDAS ®, bioMérieux) se invierte un tiempo considerable. • Usualmente, costes algo más elevados que los métodos tradicionales: esto no es del todo exacto, ya que existen mé- 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 50 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 50 todos más baratos, sobre todo en el caso de utilización del método del NMP por Microbiología tradicional. No obstante, sería necesario realizar de un coste por ensayo realizado. • El horario del laboratorio podría modificarse según el método: este sí es uno de los inconvenientes importantes, ya que en muchos casos se amplían los horarios del personal técnico de laboratorio. • No siempre son flexibles; es decir, el kit no permite más de un tipo de uso. • No siempre hay disponibilidad regular de los kits en el mercado: este aspecto, junto con la exclusividad de las casas comerciales respecto al método de ensayo, ha hecho que tengamos que disponer de alternativas que se puedan usar rápidamente, manteniendo en nuestro caso los ensayos microbiológicos por método clásicos. • Algunos métodos también detectan los microorganismos muertos. Técnicas de análisis rápido en Microbiología de los alimentos Con relación a los diferentes métodos de Microbiología rápida, el estudio realizado por la Dra. Martín de Santos (16) es el más completo, si bien existen otras clasificaciones más generales, pero siempre basadas en la clasificación por fundamentos técnicos de análisis. A continuación enumeramos los que estamos utilizando dentro de nuestro ámbito de trabajo, como laboratorio de referencia en seguridad alimentaria del Ministerio de Defensa. Recuentos de células viables • Sistema Iso-Grid (QA laboratories Ltd., San Diego, Calif., EE.UU.): está aceptado por la Association of Official Analytical Chemists International (AOAC International) para la enumeración de bacterias, mohos y levaduras en muchos tipos de alimentos. Este sistema lo estamos utilizando para análisis microbiológico de aguas de consumo humano y se encuentra acreditado por ENAC, con unas ventajas considerables en tiempo de trabajo, simplicidad a la hora de realizarlo, pero con periodos de incubación muy parecidos a los empleados en Microbiología tradicional. • Sistema Petrifilm (3M Co., St. Paul, Minn., EE.UU.): utiliza medios de cultivo deshidratados sobre películas plásticas de tamaño y grosor similares al de una tarjeta. Figura 9. Utilización del Sistema Iso-Grid en el Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria (fotografía de los autores). 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 51 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 51 Existen equipos para la lectura automatizada de los resultados (lector de placas 3M Petrifilm, 3M®). Este método es muy utilizado en la monitorización de los protocolos de limpieza y desinfección (L + D), como parte de los prerrequisitos de los sistemas de APPCC. Se han realizado estudios comparativos del uso de los medios tradicionales y del sistema Petrifilm para Staphylococcus spp., no hallando diferencias significativas (p > 0,05) entre los recuentos medios, realizados en leche cruda y queso fresco contaminados con cepas de Staphylococcus spp. coagulasa positivos (19), para los sistemas de ensayo comparados. Sistemas miniaturizados y kits de diagnóstico • Los sistemas miniaturizados surgen a partir del concepto de placa microtituladora (96 pocillos, formato 8 x 12); es un sistema muy utilizado para la identificación de microorganismos hasta el nivel de especie. • Para la automatización del método del NMP se han desarrollado tarjetas de material plástico que contienen tres grupos de 16 pocillos, con un loga- Figura 10.Sistema API (bioMérieux Hazelwood, Mo, EE.UU.). Galerías que permiten la identificación de más de 800 especies de bacterias y levaduras como Salmonella spp. (fotografía de los autores). ritmo de diferencia en volumen para cada grupo de pocillos, y medios de cultivo con indicadores fluorescentes (Tempo®, bioMérieux, Hazelwood, Mo, EE.UU.). Es un sistema que nuestro laboratorio ha acreditado por ENAC y que está dando unos magníficos resultados en cuanto a la rapidez de respuesta en análisis de alimentos que consumen los militares españoles en operaciones en el extranjero. Las ventajas frente a la Microbiología tradicional se han definido en la tabla 2. Figura 11. Sistema Tempo®: determinación de indicadores microbiológicos de calidad y de sanidad. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 52 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 52 Equipos de medida de la biomasa microbiana • Bioluminiscencia o medida del ATP: se está utilizando este tipo de equipos para monitorización de limpieza y desinfección en servicios de restauración colectiva del Ejército de Tierra. • Turbidimetría: la turbidimetría o nefelometría es una técnica utilizada para evaluar el crecimiento de un cultivo microbiano. Se basa en la propiedad de las partículas de pequeño tamaño de refractar la luz incidente. Dentro de ciertos límites, existe una relación entre la cantidad de luz que atraviesa una suspensión celular y el número de microorganismos presentes en ella. Es importante destacar que en el año 2004 se leyó una tesis doctoral realizada en nuestro Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria cuya fase experimental se basó en esta técnica. Técnicas inmunológicas Sistema VIDAS ® (bioMérieux, Hazelwood, Mo, EE.UU.), que permite completar la reacción de ELISA entre 45 minutos y 2 horas dependiendo del microorganismo diana o toxina que se pretenda detectar. Puesto que la técnica incorpora un sistema de detección fluorescente recibe el nombre de ELFA (Elisa Linked Fluorescent Assay). En nuestro laboratorio está dando unos magníficos resultados. En la tabla 1 se comparan los tiempos de análisis entre esta técnica y las equivalentes de Microbiología tradicional. Figura 12. Equipo MINIVIDAS® del Servicio de Bromatología y Seguridad alimentaria del CEMILVET (fotografía de los autores). Técnicas de Biología Molecular Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real: se trata de una técnica basada en la amplificación del ADN de los microorganismos diana, con el fin de disponer de una cantidad suficiente que permita su detección. Es una técnica específica, sensible y rápida. Los procedimientos de análisis de ADN mediante PCR constan de tres etapas: purificación del ADN, amplificación de las secuencias específicas y detección de los productos de amplificación. En la PCR a tiempo real se emplean dos tipos de sistemas de detección por fluorescencia: agentes intercalantes y sondas específicas marcadas con fluorocromos. Los agentes intercalantes son fluorocromos que aumentan notablemente la emisión de fluorescencia cuando se unen a una molécula de ADN de doble hélice. El más empleado es el SYBR® Green I. La fluorescencia emitida se incrementa de modo proporcional al ADN que se forma en cada ciclo de PCR. Este sistema tiene la ventaja de ser más barato que las sondas específicas; sin embargo, tiene como inconveniente su baja especificidad, 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 53 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 53 puesto que se unen de manera indistinta a productos que se pueden generar inespecíficamente o a dímeros de los propios oligocebadores de la reacción. Las sondas de hibridación específicas se marcan con dos tipos de fluorocromos: un donador y un aceptor. El proceso se basa en la transferencia de energía fluorescente mediante resonancia (FRET) entre las dos moléculas. Las más utilizadas son las sondas de hidrólisis, también conocidas como sondas TaqMan®. Gracias a la alta especificidad de los cebadores y las sondas TaqMan® es posible distinguir el patógeno de estudio entre las especies filogenéticamente más relacionadas en el alimento, por lo que su uso es el más extendido en la cuantificación de bacterias (17). Las sondas TaqMan® son oligocebadores marcados con un fluorocromo donador en el extremo 5´ que emite fluorescencia al ser excitado y un aceptor o apantallador en el extremo 3´ que absorbe la fluorescencia liberada por el donador. La ADN polimerasa se desplaza sobre la cadena de ADN, sintetizando la hebra complementaria a partir de un fragmento de ADN que sirve de molde. Como consecuencia de la actividad 5´-3´ exonucleasa de la polimerasa, se produce la hidrólisis de la sonda, la separación física de los dos fluoróforos y un aumento en el rendimiento cuántico que permite la cuantificación del producto acumulado en cada ciclo. En la PCR en tiempo real se cuantifica ciclo a ciclo el producto de la reacción, para lo que se requieren sistemas de detección sensibles que permitan mostrar la acumulación de productos en la fase exponencial de la reacción (momento en el que existe una buena correlación entre concentración de producto amplificado y concentración inicial de moléculas diana). El parámetro que se emplea en la cuantificación es el ciclo umbral (Ct), definido como el número de ciclos necesarios para generar una señal estadísticamente significativa por encima de la señal de ruido. La cuantificación se basa en que cuanto mayor sea la concentración de secuencia diana, antes se alcanzará el Ct. Cuando la eficiencia es constante, el ciclo umbral es inversamente proporcional al logaritmo de la cantidad inicial de moléculas (18). Los valores Ct obtenidos con cantidades conocidas de la secuencia diana se usan para establecer una recta de calibrado, que permite calcular la concentración inicial de secuencia diana en la muestra problema. Las principales ventajas de la PCR en tiempo real son: • Minimiza el riesgo de contaminación, puesto que la amplificación y la detección se realizan en el mismo tubo. • Intervalo amplio de concentraciones de ensayo. • Alta capacidad de procesamiento. • Tiempos de análisis cortos. Respecto a estos dos últimos sistemas descritos (VIDAS® y PCR), se han realizado evaluaciones a partir de muestras contaminadas naturalmente con S. aureus coagulasa positivo (20), empleando los métodos cuantitativos clásicos de agar Baird-Parker, agar plasma de conejo y el sistema Petrifilm. Las colonias de morfología típica aisladas se estudiaron por el sistema VIDAS® y la PCR-rt; estos últimos presentaron mejor rendimiento para la 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 54 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 54 identificación de toxina del Staphylococcus aureus en comparación con los medios tradicionales descritos anteriormente, incluyendo una mayor frecuencia de toxinapositivos en colonias aisladas y mejores índices de correlación entre los recuentos típicos y los ya mencionados toxina-positivos. Entre todos los medios de cultivo evaluados, no hubo diferencia significativa (p > 0,05). Figura 13. Equipo PCR-rt del Servicio de Bromatología y Seguridad Alimentaria del CEMILVET (fotografía de los autores). ECOLOGÍA MICROBIANA DE LOS ALIMENTOS ANÁLISIS MICROBIOLÓGICO DE LOS ALIMENTOS Sistemas de análisis rápido y automatizado • Identificación de peligros • Gestión de riesgos • Establecimiento de PCC • Monitorización de APPCC • Verificación de PCC • Establecimiento de PCC APPCC ALIMENTOS SANITARIAMENTE SEGUROS Y, POR LO TANTO, AUSENCIA DE ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN ALIMENTARIA Figura 14. Bibliografía 1. Jefatura del Estado. Ley General de Sanidad. Boletín Oficial del Estado 29-04-1986; 102:15.207-24. 3. Martín-Martínez Conde J. Guía del Inspector Veterinario Titular. Biblioteca veterinaria AEDOS, Editorial AEDOS. 1975. 2. Jefatura del Estado. Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias. Boletín Oficial del Estado 22-112003; 280:41.442-58. 4. International Comission on Microbiological Specifications for Foods (ISMSF). Ecología Microbiana de los Alimentos 2. Productos Alimenticios. Editorial Acribia. 1982; vol. II. 2 Valencia 26 MAYO.qxd 14/12/12 11:06 Página 55 Ecología microbiana y nuevas tecnologías de análisis microbiológico de alimentos 55 5. International Comission on Microbiological Specifications for Foods (ISMSF). Ecología Microbiana de los Alimentos 1. Factores que afectan a la supervivencia de los microorganismos de los alimentos. Editorial Acribia. 1980; vol. I. 6. Sobel J. Botulism. Clin Infect Dis 2006; 41(8):1.167-73. 7. Haas MJ. Lipolytic Microorganism. En: Compendium of Methods for the Microbiological Examination of Foods, 4.ª Ed. American Public Health Association. 2001; 175-81. 8. Te Giffel MC, Beumer RR, Bonestroo MH, Rombouts FM. Incidence and characterization of Bacillus cereus in two dairy processing plants. Nederlands melk en Zuiveltijdschrift 1996; 50(4):479-92. 9. Paulin S, Horn B, Hudson JA. Factors influencing staphylococcal enterotoxin production in Dairy Products. MPI Technical – chose one Paper No: 2012/07. Ministry for Primary Industries. Nueva Zelanda. 2012. 10. Maragkoudakisa PA, Mountzourisb KC, Psyrrasa D, y col. Functional properties of novel protective lactic acid bacteria and application in raw chicken meat against Listeria monocytogenes and Salmonella enteritidis. Int J Food Microbiol 2009; 130(3):219-26. 11. Pennacchia C, Ercolini D, Villani F. Development of a Real-Time PCR assay for the specific detection of Brochothrix thermosphacta in fresh and spoiled raw meat. Int J Food Microbiol 2009; 134(3):230-6. 12. Parlamento Español. Real Decreto 1254/1991, de 2 de agosto, por el que se dictan normas para la preparación y conservación de la mayonesa de elaboración propia y otros alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente. Boletín Oficial del Estado 03-081991; (185):25.741-2. 13. Yagoub SO. Isolation of Enterobacteriaceae and Pseudomonas spp. from raw fish sold in fish market in Khartoum state. 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Enumeration of coagulase and thermonuclease-positive Staphylococcus spp. in raw milk and fresh soft cheese: an evaluation of Baird-Parker agar, Rabbit Plasma Fibrinogen agar and the Petrifilm Staph Express count system. Food Microbiol 2010 Jun; 27(4):447-52. 20. Zhang C, Zhang D , Yang J , Zhou J , Hu Q, R Ling , Dong M. Comparative evaluation of the association among enumeration methods and production of enterotoxins in food-derived Staphylococcus aureus. J AOAC Int 2012 Jan-Feb; 95(1):105-10. Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos Dr. Carlos García Estrada Resumen Con cientos de millones de prescripciones anuales, los antibióticos beta-lactámicos son unos de los medicamentos más frecuentemente empleados en la Medicina Humana y Veterinaria a nivel mundial. La síntesis de penicilina se lleva a cabo por un número limitado de hongos ascomicetos de los géneros Aspergillus y Penicillium. Dentro de este último género se incluye al productor industrial de penicilina, Penicillium chrysogenum. La penicilina no fue descubierta mediante sofisticados sistemas de selección y análisis de compuestos, sino por un científico que al volver de vacaciones se dio cuenta del poder antibacteriano que ejercía un hongo (poco después se sabría que era Penicillium notatum) que por casualidad había contaminado una placa de Petri sembrada con Staphylococcus aureus. Recientemente, se han cumplido 80 años desde que Alexander Fleming hizo este descubrimiento, logrando así uno de los hitos más importantes que han marcado la historia reciente de la medicina. La tremenda colaboración existente entre universidades y laboratorios de Inglaterra y Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial dio lugar a ensayos clínicos de gran escala con la penicilina para tratar a los heridos en batalla. El interés de las empresas farmacéuticas por el producto llevó a la búsqueda de cepas del hongo productor que tuviesen mayores rendimientos en la producción de antibiótico. Tras el aislamiento de P. chrysogenum NRRL 1951 a partir de un melón en un mercado local de Peoria (IL, EE.UU.) hace casi siete décadas, los programas industriales de mutagénesis clásica y selección han dado lugar al desarrollo de cepas industriales con una productividad aumentada en al menos tres órdenes de magnitud respecto al aislado inicial. Estas cepas industriales han sufrido numerosos cambios durante este largo proceso. Únicamente unos pocos de estos cambios se habían caracterizado hasta la llegada de la era de las “ómicas“ estos últimos años. Tras la publicación del genoma de P. chrysogenum en el año 2008, se aportó información relevante acerca de los aspectos reguladores y del desarrollo que controlan los procesos moleculares que se encuentran detrás de la síntesis del fármaco milagroso del siglo XX, la penicilina. Además, estudios más recientes de proteómica y metabolómica han proporcionado la clave para comprender los mecanismos moleculares subyacentes del proceso de mejora de cepas. Estos estudios han revelado que el incremento en la producción por parte de las cepas industriales de P. chrysogenum es consecuencia de un cuidadoso reequilibrio entre diversas rutas metabólicas, mostrando así la versatilidad de este hongo filamentoso para la producción de antibiótico. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 58 Introducción a los antibióticos beta-lactámicos El descubrimiento de los antibióticos fue uno de los avances más trascendentales en la historia de la medicina, puesto que con ellos se ha podido hacer frente a las enfermedades infecciosas que han causado la muerte de millones de seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad, consiguiendo estos reducir drásticamente el índice de mortalidad. Los antibióticos (palabra de origen griego que significa anti: contra y bios: vida; es decir, inhibidores de la vida de otros seres vivos) pueden definirse como sustancias químicas orgánicas de bajo peso molecular producidas por microorganismos que son capaces de inhibir selectivamente, a bajas concentraciones, el crecimiento de otros microorganismos (Waksman, 1947). Estos compuestos son mayoritariamente sintetizados una vez que la densidad del cultivo del microorganismo productor llega a su valor máximo, a su vez coincidiendo con una velocidad específica de crecimiento baja. Por este motivo y en función de que son compuestos no indispensables para la viabilidad del microorganismo productor, los antibióticos son considerados como metabolitos secundarios. La función biológica de estos compuestos en los microorganismos productores se atribuye generalmente a que confieren una ventaja ecológica cuando dichos microorganismos deben competir con otros por los nutrientes del medio ambiente (Martín y Demain, 1980). Clasificación y estructura química de los antibióticos beta-lactámicos Los antibióticos beta-lactámicos se incluyen dentro de los antibióticos de tipo peptídico. Se pueden clasificar según su estructura química en cinco grupos (tabla 1) (O´Sullivan y Sykes, 1986; Aharonowitz y col., 1992). La característica estructural común a todos ellos es un anillo beta-lactámico de cuatro miembros, formado por la condensación no ribosómica de tres aminoácidos: L-valina, L-cisteína y ácido L-α-aminoadípico. Exceptuando las monolactamas, que solo presentan el anillo beta-lactámico, estos compuestos están formados por un sistema bicíclico, siendo la estructura de este segundo anillo la que permite su clasificación. Tabla 1. Clasificación de los antibióticos beta-lactámicos según su estructura química. Estructura química H N R S O Penicilinas CH3 N O CH3 Antibióticos Penam COOH H N R O O Cefalosporinas R S N CH2R COOH Ceph-3-em Cefamicinas Cefabacinas Microorganismos productores Hongos Bacterias Gram+ Gram– P. chysogenum P. notatum A. Nidulans A. chysogenum P. persinicus Flavobacterium sp. S. clavuligerus L. lactamgenus N. lactamdurans Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 59 Tabla 1. Clasificación de los antibióticos beta-lactámicos según su estructura química (continuación). Estructura química O N O Antibióticos Ácido clavulánico R H HR Microorganismos productores Hongos Bacterias Gram+ Gram– S. clavuligerus Clavam N O Tienamicinas Ácidos olivánicos Epitienamicinas Nocardicinas R H H COOH R Carbapenem H N R R O SO3H H N E. carotovora Serratia sp. N. uniformis Subsp. Tsuyamanensis N O R S. clavuligerus S. olivaceus OH O Monobactamas N O H COOH E. radiobacter P. acidophila Monolactam En el caso de las penicilinas, el núcleo central es el 6-APA, formado por el anillo betalactámico asociado a un segundo anillo tiazolidínico. Sin embargo, las cefalosporinas y las cefamicinas contienen como núcleo central el ácido 7-aminocefalosporánico, formado por el anillo beta-lactámico unido a un anillo dihidrotiazínico (figura 1). Anillo dihidrotiazínico Anillo tiazolidínico H N R H N R S S O O O N O N COOH COOH Anillo ß-lactámico Penicilinas Figura 1. Estructura química general de penicilinas y cefalosporinas. R Anillo ß-lactámico Cefalosporinas Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 60 Los antibióticos beta-lactámicos poseen cadenas laterales (la R indica las diferentes cadenas laterales), que confieren un carácter hidrofílico o hidrofóbico; así, algunas penicilinas son de carácter hidrofóbico al presentar una cadena lateral de ácido fenilacético (penicilina G o bencilpenicilina) o ácido fenoxiacético (penicilina V), mientras que otras presentan una cadena lateral hidrofílica de ácido L-αaminoadípico (isopenicilina N). Las penicilinas con una cadena lateral hidrofóbica son exclusivamente sintetizadas por hongos filamentosos, como es el caso de especies del género Penicillium (P. chrysogenum, P. nalgiovense y P. griseofulvum). Sin embargo, la producción de antibióticos beta-lactámicos de tipo hidrofílico tiene lugar en hongos filamentosos, como Acremonium chrysogenum, y en muchos actinomicetos, como especies del género Streptomyces sp., además de algunas especies bacterianas gramnegativas (Aharonowitz y col., 1992). Algunas de las penicilinas son producidas de forma natural por los microorganismos que las sintetizan. A partir de las producidas naturalmente pueden sintetizarse químicamente otras penicilinas de mayor interés farmacéutico que se denominan penicilinas semisintéticas (ver más adelante). Mecanismo de acción de los antibióticos beta-lactámicos Los antibióticos beta-lactámicos son agentes bactericidas que bloquean la última etapa en la síntesis de la pared celular: el entrecruzamiento de las distintas cadenas del peptidoglicano, que es un componente indispensable de la pared ce- lular bacteriana que consta de cadenas de polisacáridos lineales que están entrecruzadas con péptidos cortos. La penicilina inhibe las enzimas DDtranspeptidasa y DD-carboxipeptidasa, proteínas llamadas “PBP“ (penicillin binding proteins) o de unión a penicilina, responsables de dicho entrecruzamiento, llegando al centro activo de estas porque se confunden con el sustrato normal de las enzimas, el compuesto acil-D-alaninaD-alanina, mimetizándolo en la reacción de entrecruzamiento. Estas penicilinil-enzimas ya no reaccionan más y, por lo tanto, quedan inhibidas de forma irreversible. Esto provoca que la pared celular se vuelva osmóticamente sensible, con la consiguiente autolisis de la bacteria (Giesbrecht y col., 1991; Frère y col., 1993). Además, estos antibióticos desencadenan la activación de hidrolasas de la pared celular y de autolisinas, lo que conduce a la lisis celular (Kong et al., 2010). La actividad de estos antibióticos es mucho mayor frente a bacterias grampositivas que frente a gramnegativas. La explicación a esta diferencia en la actividad se encuentra en el diferente porcentaje de peptidoglicano en la composición de la pared celular de ambos grupos. Mientras que el peptidoglicano es el componente mayoritario de la pared celular de las bacterias grampositivas, constituye solo una fina capa en la pared celular de las bacterias gramnegativas. En todo caso, el espectro de actuación se ha ido ampliando a lo largo de los años con la incorporación de nuevas moléculas que poseen una mayor actividad frente a los microorganismos Gram negativos. Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 61 Farmacocinética de las penicilinas Las penicilinas naturales son antibióticos tiempo-dependientes. La dosis de penicilina que se administra es de 10.000 a 20.000 UI/kg. Con esto se obtiene una concentración del antibiótico en el plasma de 2 μg/ml. Tras la administración parenteral intramuscular o subcutánea, las penicilinas se absorben rápidamente, se distribuyen a casi todo el organismo y alcanzan niveles muy altos en pulmones, riñones, útero, ubre e hígado. No atraviesan la barrera placentaria, ni el peritoneo ni la pleura. Tras su aplicación intrauterina, se absorbe al torrente sanguíneo y difunde a la glándula mamaria. La penicilina G sódica y la penicilina G potásica son las de más rápida absorción, alcanzan niveles terapéuticos en 15-30 minutos y su vida media se prolonga hasta 60 minutos después de su aplicación. La penicilina G procaínica alcanza niveles terapéuticos a las 4 horas y tiene una vida media de 24 horas. La penicilina G benzatínica es una combinación de la bencilpenicilina con benzatina, para que se absorba lentamente desde el punto de inyección. Es una opción cuando se requiere de tratamientos prolongados. Alcanza su máxima absorción a las 24 horas, con niveles séricos que permanecen hasta 48 horas después de la inyección. Las penicilinas se eliminan sin ser biotransformadas, no son metabolizadas o solo mínimamente metabolizadas y son excretadas en un 80% por los riñones y en un 20% por otras vías, que incluyen el hígado y la glándula mamaria. Las penicilinas son inestables ante la temperatura y la luz solar, son higroscópicas, se hidrolizan rápidamente, se oxidan fá- cilmente y son sensibles a las variaciones de pH. Penicilina: descubrimiento y caracterización Aunque el año que se suele tomar como punto de partida de la historia de los antibióticos es el del descubrimiento de la penicilina (1928), ya en el siglo XIX algunos investigadores, como Cornil y Babés (1885), llevaron a cabo experimentos con microorganismos vivos sobre antagonismo microbiano, sugiriendo que existiría un agente inhibidor de naturaleza química producido por uno de los microorganismos que interferiría en el crecimiento del otro, denominando a este fenómeno con el nombre de antibiosis. Algo más tarde, otros investigadores, como Ernest Duchesne y Andre Gratia, también observaron el efecto de antibiosis ejercido entre hongos y bacterias. En septiembre de 1928, Alexander Fleming, profesor de bacteriología del St. Mary´s Hospital de Londres, estaba intentando aislar la bacteria Staphylococcus aureus. Para este propósito desarrolló la bacteria en placas de cultivo y cuando observó estas después de un periodo corto vacacional, apreció la contaminación de alguna de ellas con un hongo. Las placas contaminadas deberían haber sido descartadas; sin embargo, Fleming se dio cuenta de la ausencia de crecimiento de bacterias alrededor de las colonias del hongo que contaminó accidentalmente los cultivos bacterianos. Fleming aisló el hongo y lo identificó, viendo que se trataba del género Penicillium; por su morfología concluyó que era Penicillium rubrum y denominó al Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 62 compuesto capaz de inhibir el crecimiento de las bacterias “penicilina“. Trató además de concentrar y purificar el antibiótico, pero encontró que la penicilina se destruía fácilmente y todos los intentos y propósitos fracasaron. El hallazgo de Fleming fue publicado el 10 de mayo de 1929 en el British Journal of Experimental Pathology (Fleming, 1929). El artículo describe una extensa serie de experimentos donde se establece claramente el potencial de la penicilina como agente terapéutico. El artículo de Fleming describiendo la penicilina no causó mucho interés al principio, y el descubrimiento quedó reducido a una mera observación, manteniéndose desconocido fuera del círculo científico. Solo unas pocas publicaciones referentes a la penicilina aparecieron en los siguientes 10 años, siendo la más importante la que identificó correctamente el hongo aislado por Fleming como Penicillium notatum en lugar de P. rubrum (Clutterbuck y col., 1932). Un segundo capítulo en la historia de la penicilina comenzó en el año 1938, cuando el médico patólogo australiano Howard Walter Florey y el bioquímico de origen alemán Ernst Boris Chain, junto con el británico Norman Heatley, iniciaron una investigación detallada de las propiedades terapéuticas de la penicilina. Florey se ocupó de los aspectos biológicos y farmacológicos, Chain se ocupó de las propiedades químicas y bioquímicas y Heatley se ocupó de la producción, de cómo cultivar la mayor cantidad posible del microorganismo para que produjese gran cantidad del principio activo y, finalmente, de separarlo del caldo de cultivo y purificarlo. Fruto de este trabajo se consiguió aislar el antibiótico con una pureza aceptable me- diante las nuevas técnicas cromatográficas en columna. En agosto de 1940 se describieron métodos para la producción de la penicilina y la utilización con éxito del antibiótico para curar infecciones en ratones (Chain y col., 1940). El éxito de estos experimentos iniciales permitió tomar la decisión de llevar a cabo el primer ensayo clínico en humanos. La importancia médica de la penicilina, gracias a los buenos resultados obtenidos, fue comprendida de inmediato. Debido al conflicto de la Segunda Guerra Mundial, Florey y Heatley fueron a los Estados Unidos y convencieron al Departamento de Agricultura Americano (USDA) y a varias compañías farmacéuticas (Charles Pfizer & Co., E.R. Squibb & Sons, y Merck & Co., entre otras) para que produjesen penicilina. La mejora del proceso y su producción a escala industrial fue llevada a cabo en los Estados Unidos en el Northern Regional Research Laboratory (NRRL) de Peoria, Illinois. En agosto de 1941, Abraham y colaboradores (1941) describieron en detalle las condiciones ideales para la producción de penicilina en grandes cantidades. El descubrimiento de la penicilina y el desarrollo de un método de producción masiva supuso la concesión del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en el año 1945 a los científicos Sir Alexander Fleming, Ernst Boris Chain y Sir Howard Walter Florey. Las innovaciones más relevantes en la producción de penicilina a gran escala fueron el aislamiento y selección de nuevas cepas y la optimización del proceso de fermentación, sustituyendo el cultivo en superficie por cultivos sumergidos (Moyer y Coghill, 1946a, b), la utilización de líquido de maceración de maíz como fuente de Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 63 nitrógeno y la adición de precursores de la cadena lateral, tales como el ácido fenilacético (Moyer y Coghill, 1947). El incremento de la producción también fue posible gracias al desarrollo de la tecnología del proceso industrial, introduciendo mejoras como la ingeniería de aireación y el sistema de mezclado en fermentadores. Paralelamente a las investigaciones destinadas a producir penicilina a gran escala, se llevaron a cabo estudios que permitieron determinar la estructura química de la penicilina (Clarke y col., 1949). El ácido 6-aminopenicilánico (6-APA) fue detectado en fermentaciones en el año 1957 y aislado en forma pura 1 año más tarde (Batchelor y col., 1959). Este hallazgo fue el punto de partida para el desarrollo de las penicilinas semisintéticas mediante la incorporación de diferentes cadenas laterales al núcleo de 6-APA por un proceso químico (ver apartado más adelante). Mejora de cepas productoras de penicilina La cepa original de Penicillium aislada por Fleming y que fue designada como P. notatum NRRL-1249 producía alrededor de 2-3 μg/ml de penicilina. En la búsqueda por conseguir cepas con un incremento en los títulos de penicilina se enviaron muestras de tierra de todas partes del mundo (recogidas durante la Segunda Guerra Mundial) al Northern Regional Research Laboratory (NRRL) de Peoria, Illinois, donde fueron analizadas, consiguiéndose cepas que incrementaban la producción de penicilina en cultivos sumergidos. Sin embargo, la mejor cepa aislada fue hallada en Peoria a partir de un melón enmohecido obtenido en el mercado local. Esta cepa fue designada como P. chrysogenum NRRL-1951, la cual presentaba mayor capacidad de producción (0,25 mM; 60 μg/ml) que la cepa de Fleming y era más adecuada para cultivos sumergidos (Raper, 1946). A partir de la cepa P. chrysogenum NRRL-1951 y por mutagénesis al azar utilizando mutágenos tanto físicos (luz UV, rayos X) como químicos (nitrosoguanidina), se fueron obteniendo sucesivas cepas que se seleccionaron según su mayor producción. Tras varios pasos de mutación se consiguió aislar la cepa Wis Q-176 con un título de hasta 1.000 μg/ml de penicilina. Esta cepa fue adoptada por la mayor parte de los fabricantes de penicilina y fue la original de la conocida línea Wisconsin en los distintos programas de mejora de cepas (Backus y Stauffer, 1955). Dichos programas han conseguido aumentar la productividad más de 1.000 veces (Lein, 1986; Elander, 2003). No solo ha sido importante el aumento del rendimiento en el desarrollo de las cepas, sino que también han sido optimizados otros factores que tienen un efecto muy importante sobre la recuperación del producto, como, por ejemplo, la eliminación de pigmentos que se purificaban junto con la penicilina. Aparte de la Universidad de Wisconsin, algunas compañías farmacéuticas desarrollaron sus propios programas industriales de mejora de cepas con el fin de obtener cepas de alta producción de penicilina. Sin embargo, se disponen de pocos datos acerca de dichos programas. Por ejemplo, Panlabs Inc. (Taiwán) comenzó el programa Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 64 Biosíntesis de penicilina con las cepas P1 y P2, ambas derivadas de la cepa Wis Q-176 (Lein, 1986); la empresa holandesa DSM, con sede en Delft, desarrolló la cepa DS04825 a partir de la Wisconsin 54-1255 (Gouka y col., 1991); Wyeth Lab (West Chester Pa, EE.UU.) desarrolló las cepas M (obtenidas a partir de la cepa Wisconsin 51-20 strain, uno de los ancestros de Wisconsin 54-1255), y Antibióticos S.A. (León, España) produjo las cepas AS-P-78, AS-P-99 y E1 a partir de la familia de cepas Wisconsin (Fierro y col., 1995). Los mutantes superproductores que se emplean actualmente por la industria pueden alcanzar títulos de más de 50 mg/ml (83.300 u.i./ml) en fermentaciones industriales (Peñalva y col., 1998). La ruta de biosíntesis de penicilina ha sido estudiada en detalle a nivel molecular y bioquímico (Martín y col., 2010). En la figura 2 se muestra un esquema de la ruta biosintética de penicilina con las actividades enzimáticas implicadas en cada una de las tres etapas. El primer paso consiste en la formación del tripéptido ACV: δ-(L-α-aminoadipil)-L-cisteinil-D-valina por condensación no ribosómica de los tres aminoácidos que lo conforman (ácido L-α-aminoadípico, L-cisteína y L-valina), llevada a cabo por la enzima ACV sintetasa (ACVS). El segundo paso de la vía biosintética es la ciclación oxidativa del tripéptido ACV para dar lugar al com- L-α-aminoadípico H2N L H L-cisteína H2N COOH COOH L-valina H2N SH COOH δ-(L-α-aminoadipil)-L-cisteinil-D-valina pcbAB (acvA) ACV sintetasa H2N H N H COOH (LLD-ACV) COOH O O SH NH COOH Isopenicilina N sintasa pcbC (acvA) H 2N L H COOH Isopenicillin N H N O O S N COOH PAA-CoA L-α-aminoadípico Bencilpenicilina H N O O penDE (aatA) Isopenicilina N aciltransferasa S N COOH HS-CoA Figura 2. Ruta biosintética de penicilina en P. chrysogenum. L-α-aminoadípico H2N PAA-CoA S O 6-APA N COOH Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 65 puesto isopenicilina N (IPN), ya con una débil actividad antibiótica. La enzima responsable de la ciclación es la isopenicilina N sintasa (IPNS), también denominada ciclasa. El paso final de la biosíntesis de penicilinas consiste en la sustitución de la cadena lateral de L-α-aminoadípico por un ácido orgánico activado mediante coenzima A (CoA), que en el caso de la bencilpenicilina es el ácido fenilacético. Este último paso es llevado a cabo por la enzima acil-CoA: isopenicilina N aciltransferasa (IAT). Genes y proteínas biosintéticos El gen pcbAB y la ACVS El gen que codifica la enzima ACVS fue denominado pcbAB porque se suponía que eran dos los genes implicados en la biosíntesis de L-α-aminoadipil-L-cisteinil (AC) en primer lugar y ACV a continuación (Martín y col., 1990). Algunas evidencias genéticas posteriores demostraron la existencia de un único gen que codifica una única enzima que contiene todas las actividades necesarias para la biosíntesis de ACV. Estudios transcripcionales revelaron la existencia de un ARN mensajero de aproximadamente 11,5 kb, tamaño que fue confirmado al secuenciarse el gen y comprobarse la existencia de un ORF (Open Readin Frame) de 11.376 pb, que codifica una proteína de 3.792 aminoácidos con un peso molecular deducido de 426 kDa. Este gen ha sido clonado en P. chrysogenum (Díez y col., 1990; Smith y col., 1990). El ORF de este gen no está interrumpido por ningún intrón y en su secuencia se observa la presencia de tres regiones repetidas o módulos. Cada uno de estos módulos pre- senta una gran similitud a dominios de péptido sintetasas de Bacillus brevis, además de regiones de unión a 4´-fosfopanteteína similares a las de policétido y ácido graso sintetasas (Martín, 2000a). La ACVS es una enzima multimérica con un peso molecular de 426 kDa. Los módulos que la conforman presentan las diferentes actividades catalíticas necesarias para realizar la síntesis del tripéptido ACV: reconocimiento y activación de los tres aminoácidos precursores (L-valina, L-cisteína y L-α-aminoadípico), formación de los enlaces peptídicos, isomerización de la L-valina a D-valina y tioesterificación para liberar el tripéptido formado. Esta enzima ha sido purificada a partir de P. chrysogenum (Theilgaard y col., 1997). El gen pcbC y la IPNS El gen que codifica la IPNS se denomina pcbC, tiene un tamaño de 1 kb, su secuencia no se encuentra interrumpida por ningún intrón y se clonó a partir de P. chrysogenum en la década de 1980 (Carr y col., 1986; Barredo y col., 1989a). La enzima codificada por este gen (IPNS) tiene una masa molecular de 48 kDa. Para llevar a cabo la reacción de ciclación del tripéptido ACV que origina el anillo betalactámico, esta enzima requiere Fe+2 y oxígeno molecular como cofactores y ascorbato como donador de electrones. La ciclasa ha sido purificada a partir de P. chrysogenum (Ramos y col., 1985; Carr y col., 1986). El gen penDE y la IAT El último paso en la biosíntesis de bencilpenicilina está catalizado por la enzima aciltransferasa. En este paso se produce el intercambio de la cadena lateral de Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 66 L-α-aminoadípico de la isopenicilina N por un ácido activado en forma de acil-CoA. Se ha propuesto un proceso de dos pasos enzimáticos (Queener y Neuss, 1982). En primer lugar, una actividad amidohidrolasa elimina la cadena lateral de L-α-aminoadipato de la isopenicilina N generando 6APA, y a continuación, una actividad acilCoA: 6-APA-aciltransferasa incorpora la nueva cadena lateral activada. Estas dos actividades enzimáticas residen en una proteína heterodimérica (Tobin y col., 1990, 1993; Álvarez y col., 1993) denominada IAT. La forma activa de la enzima IAT resulta del procesamiento del precursor monomérico de 40 kDa a un heterodímero que contiene dos subunidades: una de 11 kDa (subunidad α correspondiente a la región amino terminal) y otra 29 kDa (subunidad β correspondiente a la región carboxilo terminal). En P. chrysogenum, se ha conseguido purificar la subunidad de 29 kDa de la IAT (Álvarez y col., 1987), mientras que en Aspergillus nidulans (otro hongo productor de penicilina) se han purificado las dos subunidades (Whiteman y col., 1990). Ambas subunidades están codificadas por un único gen denominado penDE (Tobin y col., 1990, 1993). Dicho gen ha sido clonado en P. chrysogenum (Barredo y col., 1989b; Tobin y col., 1990) y en A. nidulans (Montenegro y col., 1990; Tobin y col., 1990). En contraste con los otros genes de la biosíntesis de penicilina, el gen penDE contiene tres intrones en similares posiciones en ambos organismos (Barredo y col., 1989b; Tobin y col., 1990; FernándezCañón y Peñalva, 1995). La presencia de intrones indica un posible origen fúngico (Aharonowitz y col., 1992), aunque este aún no está claro, ya que no se conocen análogos cercanos en organismos eucariotas o procariotas. Algunas características de este gen indican que derivó de una fusión de un gen eucariota con otro procariota (Martín y col., 1994). En A. nidulans se ha descubierto el gen aatB, un gen homólogo al gen aatA (que codifica la IAT), con una estructura similar y un modelo de expresión génica igual al gen aatA, lo que sugiere un origen a partir de un gen ancestral común. La proteína codificada por este gen posee actividad aciltransferasa e interviene en la biosíntesis de penicilina en A. nidulans. En otras especies de hongos productores de penicilina los genes homólogos al aatA forman parte de la agrupación de genes de biosíntesis de penicilina, mientras que los genes homólogos al aatB también están presentes en hongos no productores (Spröte y col., 2008). El análisis del genoma de P. chrysogenum reveló la presencia de un gen (Pc13g09140) denominado gen ial debido a que codifica una proteína de gran similitud (IAL por IAT-like) a la IAT. Al contrario que el producto del gen aatB de A. nidulans, la IAL no tiene actividad relacionada con la biosíntesis de penicilina. Estos resultados sugieren que los genes ial y penDE de P. chrysogenum podrían no haberse formado a partir de un mismo gen ancestral por duplicación génica. Por lo tanto, estos genes podrían no tener una función similar, sino distintas funciones dentro del organismo (García-Estrada y col., 2009). Organización génica de los genes biosintéticos en los microorganismos productores de penicilinas En bacterias y en hongos los genes implicados en la biosíntesis de antibióticos Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 67 beta-lactámicos tienden a localizarse en agrupaciones génicas denominadas clusters (Martín y Liras, 1989a; Martín, 1992). En los hongos productores de penicilinas A. nidulans y P. chrysogenum, los tres genes de la ruta biosintética de penici- lina se encuentran agrupados en un cluster localizado en el cromosoma I, en el caso de P. chrysogenum (Fierro y col., 1993), y en el cromosoma VI, en el caso de A. nidulans (Montenegro y col., 1990) (figura 3). pcbAB pcbC penDE ipnA aatA P. chrysogenum (cromosoma I) acvA A. nidulans (cromosoma VI) Figura 3. Agrupación de los genes de biosíntesis de penicilina en los hongos productores P. chrysogenum y A. nidulans. Los genes pcbAB y pcbC se transcriben en orientación divergente, existiendo entre ellos una región intergénica común que funciona como un promotor bidireccional. La expresión de estos genes que están situados en una región del genoma que contiene dos promotores divergentes ha sido asociada con la reorganización de la estructura de la cromatina, que permite la interacción facilitada de las regiones promotoras con la ARN polimerasa II y con factores transcripcionales (García y col., 2004; Ishida y col., 2006; Shwab y col., 2007). El gen penDE, situado aguas abajo del gen pcbC, se transcribe a partir de su propio promotor. Regulación de la biosíntesis de penicilina La penicilina es, posiblemente, el metabolito secundario más estudiado y su biosín- tesis la más investigada y conocida, debido en parte a que actualmente la penicilina sigue siendo uno de los antibióticos más importantes en términos de uso terapéutico y de volumen de producción anual. La producción de penicilina tiene lugar, preferentemente, en condiciones de desequilibrio de nutrientes y a velocidades de crecimiento bajas. El desequilibrio nutricional se refiere sobre todo a la limitación en las fuentes de carbono, nitrógeno y fósforo. Además de estos factores, aminoácidos como la lisina ejercen un marcado efecto en la producción de penicilina en algunos microorganismos. Diversos componentes del medio de cultivo, como, por ejemplo, el líquido de maceración de maíz y determinadas características del medio de cultivo, como pueden ser el pH y el oxí- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 68 geno disuelto, juegan un papel importante en el proceso de regulación. La producción de penicilina es un proceso relativamente ineficiente, ya que solo un 20% de la fuente de carbono consumida durante la fermentación termina incorporándose a la molécula de penicilina, aunque los análisis de flujos metabólicos en las cepas de alta producción estiman un rendimiento teórico de la conversión hasta valores del 50% (Jørgensen y col., 1995). La mejora en la producción y en el porcentaje de rendimiento de las cepas que actualmente se emplean se ha conseguido, en mayor medida, mediante la utilización de técnicas clásicas de mutación y selección. La introducción de la tecnología del ADN recombinante ha llevado a la clonación y caracterización de los genes estructurales de la ruta biosintética de penicilina y hace posible la investigación sobre su regulación a nivel molecular. Debido a que la expresión de los genes de biosíntesis de penicilina está sujeta a sofisticados controles, bien sea por factores nutricionales y/o factores reguladores, los conocimientos sobre los circuitos reguladores y la sobreexpresión de los posibles genes reguladores pueden llevar a incrementos importantes sobre la producción y el rendimiento en la biosíntesis de la penicilina. Reguladores transcripcionales La biosíntesis de penicilina está afectada por diversos factores nutricionales, como la regulación catabólica por fuente de carbono, nitrógeno y fósforo (Martín y col., 1999), y complejos procesos reguladores (Chang y col., 1990; Aharonowitz y col., 1992; Feng y col., 1994; Martín, 2000b; Brakhage y col., 2004). Diversos factores transcripcionales han sido identificados en diversos hongos filamentosos. Algunos de estos factores transcripcionales se unen a la región promotora de los genes pcbAB y pcbC y a la región corriente arriba del gen penDE en A. nidulans (Brakhage, 1998) y P. chrysogenum (Martín, 2000b). Estos factores transcripcionales actúan como elementos reguladores de la expresión de los genes de biosíntesis de penicilina (Chu y col., 1995; Feng y col., 1995; Kosalková y col., 2000, 2007, 2009). Sin embargo, no se ha encontrado ningún gen regulador específico en la región amplificada que contenga los tres genes biosintéticos (Fierro y col., 2006; Van den Berg y col., 2007), lo cual indica que la biosíntesis de penicilina debe ser controlada directamente por “reguladores globales“ más que por un regulador específico. Regulación por pH externo. Regulador PacC La producción de penicilina en A. nidulans está regulada mediante el pH ambiental o externo, siendo mayor en los cultivos incubados con valores de pH alcalinos. Este efecto se observa también en P. chrysogenum (Chu y col., 1997; Gutiérrez y col., 1999). Existen diferencias en el comportamiento de estos dos hongos, ya que mientras en A. nidulans un valor de pH alcalino contrarresta la represión catabólica ejercida por el azúcar sacarosa sobre el gen pcbAB cuando se utiliza esta como fuente de carbono (Espeso y col., 1993), en P. chrysogenum un valor de pH alcalino, aunque estimula la transcripción de los genes pcbAB, pcbC y penDE, no elimina la fuerte represión catabólica por glucosa que se ejerce sobre Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 69 los dos primeros genes de la ruta de biosíntesis de penicilina (Gutiérrez y col., 1999). En A. nidulans, el efecto regulador por pH externo está mediado a través del factor transcripcional PacC. Esta proteína es sintetizada como producto primario de la traducción, siendo inactiva en la regulación de los genes estructurales debido a las interacciones intramoleculares entre las regiones carboxilo y amino terminal (Arst y col., 1994; Tilburn y col., 1995). A pH ambiental alcalino la proteína PacC cambia su conformación y aproximadamente un 60% de la proteína inactiva (de la región carboxilo-terminal) es eliminada mediante proteolisis, dando lugar a una proteína funcional que contiene tres dominios de unión al ADN en forma de dedos de zinc que activa la transcripción de genes que se expresan bajo un pH alcalino y reprime la transcripción de los genes que se expresan a pH ácido (Tilburn y col., 1995). Suárez y Peñalva (1996) han determinado los sitios de unión in vitro de la proteína PacC de P. chrysogenum en la región intergénica pcbAB y pcbC. Dicha región intergénica contiene siete sitios de unión PacC mediante la secuencia consenso 5´-GCCARG-3´. Regulación catabólica por fuente de carbono. Regulador CreA La regulación por la fuente de carbono es un mecanismo general conocido en bacterias y hongos que impide la síntesis y/o la actividad de enzimas necesarias para la asimilación de las diversas fuentes de carbono cuando esté presente una fuente de carbono fácilmente utilizada, como puede ser la glucosa. Desde el punto de vista fisiológico, este tipo de regulación es be- neficioso para el microorganismo, ya que se utiliza la fuente de carbono más energética y no se desperdicia energía en la síntesis de otros sistemas catabólicos para fuentes de carbono alternativas. Los genes sujetos a represión por fuente de carbono pueden dividirse en tres grupos: los que codifican enzimas implicadas en el metabolismo de fuentes de carbono menos favorables, los que codifican enzimas implicadas en la gluconeogénesis y en el ciclo del glioxilato, y los relacionados con el metabolismo secundario. El mejor ejemplo del último grupo es la regulación por fuente de carbono de la producción del antibiótico penicilina. El término represión por fuente de carbono (o, más específicamente, represión por glucosa) se refiere a un efecto represor que ejerce la glucosa sobre la expresión de algunos genes. La glucosa es una de las fuentes de carbono con las que se produce un mayor crecimiento de micelio, pero ejerce un efecto represor sobre la producción de penicilina. En A. nidulans se ha observado el mismo fenómeno de represión catabólica en la biosíntesis de penicilina mediada por la fuente de carbono que en P. chrysogenum. La mejor caracterización del fenómeno de la regulación catabólica por la fuente de carbono en hongos se consiguió en S. cerevisiae. La regulación por glucosa en levaduras puede tener lugar mediante la activación o represión a nivel transcripcional o postranscripcional. En levaduras, el represor MIG1, codificado por el gen Mig1, es el efector responsable de la represión de los genes regulados por glucosa. La proteína MIG1 contiene dominios de unión de tipo dedos de zinc y se une a Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 70 cajas GC, motivo presente en muchos genes reprimidos por glucosa. El gen homólogo al Mig1 en A. nidulans se denomina creA. El factor regulador o proteína CreA contiene dos dedos de zinc del tipo Cys2-His2 y una región rica en alaninas indicativa de una proteína represora de unión al ADN. La proteína CreA se une a determinadas regiones del ADN con el propósito de modular la expresión génica. Se ha conseguido definir la secuencia de unión consenso para CreA: 5´SYGGRG-3´ (S = C o G; Y = C o T; R = A o G) que coincide en gran medida con la de Mig1: 5´-GCGGRG-3´. Se ha demostrado que la represión por la fuente de carbono del metabolismo primario es mediada por la proteína reguladora CreA. Sin embargo, la deleción de un fragmento de 29 pb protegido por el factor regulador CreA no alteró la represión catabólica en A. nidulans, lo que indica que la represión catabólica por la fuente de carbono del gen que codifica la ACV sintetasa (acvA) es independiente del represor transcripcional CreA. Estos resultados sugieren que en la biosíntesis de penicilina en A. nidulans está involucrado otro mecanismo de regulación independiente del gen creA. Sin embargo, en P. chrysogenum, una mutación dirigida a los sitios de unión del factor regulador CreA, indica que este tiene un papel importante en la regulación por glucosa en la biosíntesis de penicilina. La biosíntesis de penicilina en P. chrysogenum está fuertemente regulada por glucosa, sacarosa y, en un nivel más bajo, por otros azúcares, como la maltosa, la fructosa y la galactosa. Esta regulación no aparece cuando se utiliza como fuente de car- bono la lactosa, por este motivo inicialmente la producción industrial de penicilina en P. chrysogenum fue llevada a cabo utilizando como fuente de carbono lactosa, ya que se comporta de forma contraria a la glucosa, siendo menor el crecimiento en biomasa del microorganismo, pero no poseyendo un efecto represor sobre la producción de penicilina. La lactosa no ejerce efecto represor debido, probablemente, a una lenta hidrólisis de este azúcar como resultado de la muy baja actividad β-galactosidasa en este hongo. La glucosa en altas concentraciones reprime la formación del tripéptido ACV (reprimiendo la enzima ACVS) y la represión no es reversible por la adición del ácido α-aminoadípico, cisteína o valina, y también reprime la ciclasa (IPNS), pero no tiene efecto sobre la isopenicilina N aciltransferasa (IAT) (Revilla y col., 1986). También la biosíntesis de penicilina es reprimida por 2-desoxiglucosa. Este análogo de glucosa es fosforilado a 2-desoxiglucosa-6-fosfato, pero parece que no es metabolizado en la ruta glucolítica. Martín y colaboradores (1999) demostraron que los niveles de ARN mensajero de los genes pcbAB, pcbC y penDE están drásticamente reducidos en presencia de glucosa. Además, los cultivos crecidos con glucosa como fuente de carbono muestran niveles reducidos del ácido α-aminoadípico, efecto aparentemente causado por estimular la biosíntesis del aminoácido lisina y estimular a su vez el crecimiento del microorganismo (Revilla y col., 1984). En el año 1988 se aisló un mutante de P. chrysogenum (Barredo y col., 1988) desregulado en la represión ejercida por la glucosa sobre la biosíntesis de penicilina. Este mutante es incapaz de fosforilar la D-glucosa, Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 71 lo que sugirió que podría carecer de la actividad glucoquinásica. En relación con esta hipótesis, se demostró que la hexoquinasa II de S. cerevisiae posee un importante papel en la represión catabólica ejercida por la glucosa en levaduras (Entian y Fröhlich, 1984; Gancedo, 1998). Este hecho en hongos filamentosos no está del todo aclarado (Ruijter y Visser, 1997) dado que una deficiencia en la hexoquinasa provoca una disminución de la tasa de captación de glucosa, con lo que su efecto sobre la biosíntesis de penicilina podría explicarse en términos de una reducción de captación del compuesto represor. Todas las evidencias disponibles sugieren que la regulación catabólica por fuente de carbono en la biosíntesis de penicilina es ejercida por una proteína reguladora, el factor transcripcional CreA, que regula la producción de penicilina mediante dos mecanismos: uno indirecto, controlando el metabolismo general del hongo, y otro directo, regulando la expresión del gen pcbAB uniéndose a las cajas CreA. La mutación de las cajas CreA presentes en la región intergénica pcbAB-pcbC disminuye la tasa de represión de, al menos, el primer gen de la ruta biosintética de penicilina. Actualmente, el problema de la represión por glucosa ha sido parcialmente superado usando como fuente de carbono glucosa, pero en dosis no represoras. De este modo, la producción de penicilina es favorecida bajo condiciones subóptimas para el crecimiento del microorganismo (Demain y col., 1998). Regulación por la fuente de nitrógeno. Regulador NRE La represión por la fuente de nitrógeno en hongos es un ejemplo de un meca- nismo regulador global necesario para la coordinación de la expresión de los genes que aseguren un aporte de fuente de nitrógeno necesario para el crecimiento en respuesta a cambios medioambientales. El ión amonio y la glutamina o el glutamato son las fuentes de nitrógeno preferiblemente usadas por los hongos. En ausencia de fuentes de nitrógeno favorables se inicia una síntesis de novo de permeasas y enzimas catabólicas, cuya expresión es altamente controlada por el circuito regulador, que permiten el uso de las fuentes de nitrógeno secundarias, como pueden ser nitratos, purinas, proteínas y amidas (Marzluf, 1993; Caddick y col., 1994). En el hongo Neurospora crassa la regulación por la fuente de nitrógeno es llevada a cabo por el producto del gen nit-2 (Fu y Marzluf, 1990) y en A. nidulans por el producto del gen areA (Kudla y col., 1990). Ambos genes codifican los factores reguladores que contienen un dedo de zinc tipo Cys-X2-Cys-X17-Cys-X2-Cys. En P. chrysogenum la regulación por la fuente de nitrógeno es mediada por el producto del gen nre, homólogo a los genes nit-2 y areA (Hass y col., 1995). Los factores transcripcionales de los genes reguladores reconocen una secuencia consenso GATA en el ADN (Marzluf, 1997). En el hongo P. chrysogenum hay seis secuencias o cajas GATA en el promotor bidireccional pcbAB-pcbC, aunque se ha descrito que el producto del gen nre, el factor regulador NRE, únicamente interactúa fuertemente con solo dos de ellas (Haas y Marzluf, 1995). Cabe pensar, por lo tanto, que la regulación de la biosíntesis de penicilina esté mediada por la Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 72 misma proteína reguladora NRE que participa en el circuito regulador de la fuente de nitrógeno. Regulador transcripcional PENR1 De los circuitos reguladores conocidos, algunos de ellos han sido encontrados mediante el análisis de mutantes (creA, pacC) o mediante análisis bioquímicos o fisiológicos (nre). El análisis delecional de la región intergénica entre los genes pcbAB y pcbC en A. nidulans ha revelado la presencia de otro factor transcripcional denominado PENR1 (PENicillin Regulator 1) que se une específicamente a la secuencia que contiene la caja 5´-CCAAT-3´. La deleción de la región que contiene la secuencia 5´-CCAAT-3´ de la región intergénica pcbAB-pcbC o el cambio de cuatro pares de bases, provoca el incremento de hasta 8 veces, la expresión del gen pcbAB y una reducción simultánea del 30% del nivel normal de la expresión del gen pcbC. Estos datos indican que la proteína PENR1 está involucrada en la expresión de los genes de la biosíntesis de penicilina en A. nidulans y que la secuencia de la unión del PENR1 manifiesta un efecto opuesto en la expresión de los genes pcbAB y pcbC. Las cajas CCAAT están presentes en los promotores de aproximadamente el 30% de los genes de eucariotas y son sitios de unión de diferentes factores transcripcionales. Los complejos de unión a la secuencia 5´-CCAAT-3´ se denominan HAP, AnCF, CBF o NF-Y. Son requeridos para la activación de un amplio grupo de genes y fueron caracterizados inicialmente en S. cerevisiae y posteriormente en A. nidulans (Papagiannopoulos y col., 1996). Este complejo, en S. cerevisiae, está formado por cuatro subunidades, HAP2, HAP, HAP5 (formando un complejo heterotrimérico esencial para la unión al ADN) y HAP4, que es una proteína ácida que actúa como el dominio de activación transcripcional. El complejo HAP también se identificó en A. nidulans (denominado PENR1) (Bergh y col., 1996; Litzka y col., 1998; Steidl y col., 1999). La deleción o mutagénesis de los sitios de unión de la proteína PENR1 (409 pb corriente arriba del codón de iniciación del gen pcbAB) incrementó hasta un valor de 8 veces la expresión del gen acvA, mientras la expresión del gen ipnA fue reducida hasta un 30% del valor normal (Bergh y col., 1996). En resumen, la caja CCAAT I media un efecto positivo en la expresión del gen acvA y un efecto negativo sobre el gen ipnA. Otra caja CCAAT II, que es reconocida por el complejo proteico PENR1, está localizada 250 pb aguas arriba del inicio de la transcripción del gen penDE. La sustitución de la secuencia 5´-CCAAT-3´ por 5´GATCC-3´ resulta en una reducción de la expresión de este gen (Litzka y col., 1996). En P. chrysogenum, el complejo HAP está formado por los factores transcripcionales HAPB (fuerte similitud a la proteína HAPB de A. nidulans), HAPC (fuerte similitud a la proteína HAPC que se une a la secuencia 5´-CCAAT-3´ de Aspergillus oryzae) y HAPE (fuerte similitud a la proteína HAPE de A. oryzae). La contribución real del complejo PENR1 al control de la expresión de los genes de biosíntesis de penicilina no está muy clara. La deleción del complejo PENR1 debería permitir niveles de transcripción más altos Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 73 del gen pcbAB e incrementar la producción de penicilina en A. nidulans, donde es conocido que la expresión del gen pcbAB es limitante en la producción de penicilina. Regulador transcripcional PTA1 En P. chrysogenum, la expresión de los dos primeros genes de la ruta biosintética de penicilina, pcbAB y pcbC, se deben expresar de forma coordinada, ya que ambos muestran un modelo regulatorio y de expresión similar. El análisis de la secuencia de ADN de la región intergénica de estos dos genes revela la presencia de múltiples secuencias reguladoras que actúan en cis y que son objetivo de diversos reguladores transcripcionales como se ha visto hasta ahora. Así, un total de siete secuencias consenso para PacC, seis para CreA, seis para NRE y seis cajas CCAT son distribuidas a lo largo de la región del promotor bidireccional. Estudios realizados sobre la región intergénica muestran que al menos hay cuatro regiones que parecen ser importantes en la regulación de la expresión del promotor del gen pcbAB. Cuando se deleciona la región más distal del promotor pcbAB (posición 933 a -789 en referencia al punto de inicio de la transcripción), el resultado es un incremento de la expresión del gen pcbAB en un medio donde se ha utilizado como fuente de carbono lactosa. Además, hay otras tres regiones importantes en la regulación del promotor, denominadas cajas A, B y C, que producen un bajo nivel de expresión cuando son delecionadas, tanto si se utiliza como fuente de carbono glucosa o lactosa. Dos de estas regiones contienen secuencias que actúan en cis (cajas A y B). Ambas cajas contienen la mayoría de los motivos de unión al ADN de las diferentes proteínas que actúan como factores reguladores de la expresión génica (Martín y col., 1999). En la caja A aparece una secuencia heptamérica (TTAGTAA), que es el sitio de unión de una proteína reguladora denominada PTA1 (penicillin transcriptional activator 1). La deleción de la secuencia heptamérica provoca una drástica reducción de la expresión del gen pcbAB, por lo que este factor regulador es requerido para un alto nivel de expresión del gen pcbAB (Kosalková y col., 2000). La secuencia 5´-TTAGTAA-3´ se parece a la secuencia del factor regulador BAS2 (PHO2) requerido para la expresión de diversos genes en levaduras (TiceBaldwin y col., 1989). Regulador transcripcional penRFX Recientemente, se ha identificado un nuevo factor transcripcional en el hongo A. chrysogemun (CCPR1) y que muestra gran homología con la familia de factores reguladores animales RFX (Gajiwala y Burley, 2000). En A. chrysogenum, la proteína CPCR1 se une a una secuencia palindrómica imperfecta en la región promotora de los genes pcbAB-pcbC. La localización del sitio de unión de la proteína es aproximadamente 350 pb corriente arriba del lugar de inicio de la transcripción del gen pcbC, lo que sugiere que el factor de transcripción CPCR1 está involucrado en la regulación de la ruta biosintética de cefalosporina C. El gen homólogo del cpcR1 de A. chrysogenum se ha identificado en P. chrysogenum (penRFX), el cual presenta una homología del 60% con el gen cpcR1. Hasta el momento, muy poco se sabe del po- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 74 sible papel regulador de penRFX en la biosíntesis de penicilina en P. chrysogenum, pero los resultados de nuestro laboratorio indican que está implicado en el control transcripcional de los genes biosintéticos y de la biosíntesis de este antibiótico (Domínguez-Santos y col., 2012). Regulador global laeA En P. chrysogenum se ha identificado el gen que codifica un regulador global del metabolismo secundario denominado laeA. Este gen codifica una proteína nuclear (PcLaeA) con un dominio metiltransferasa. El gen laeA está presente como copia única en el genoma de cepas de baja y alta producción de penicilina y no está localizado en la región amplificada de 56,8 kb donde se encuentra el cluster de genes de biosíntesis de penicilina en las cepas de alta producción de este antibiótico, lo que significa que no ha ocurrido amplificación génica en el proceso de selección de las cepas de alta producción (Kosalková y col., 2009). Estudios realizados de sobreexpresión de este gen dieron como resultado un incremento de un 25% en la producción de penicilina, lo que indica que la proteína PcLaeA actúa como un regulador de la expresión del cluster de genes de biosíntesis de penicilina. Estudios realizados en mutantes donde se había interrumpido el gen dieron como resultado un descenso drástico de la producción de penicilina, una baja pigmentación y esporulación. Estos resultados evidencian que el gen laeA codifica un regulador global transcripcional que afecta a la esporulación, pigmentación y biosíntesis de penicilina en P. chrysogenum (Kosalková y col., 2009). Complejo regulador Velvet Velvet (VeA) es otro regulador global del metabolismo secundario que ha sido caracterizado en A. nidulans y más reciente en P. chrysogenum (Hoff y col., 2010). VeA forma parte de un complejo de alto peso molecular que contiene al menos 10 proteínas diferentes, entre las que se encuentra también LaeA. Ambos factores juegan un papel fundamental en la biosíntesis de penicilina y en diferentes procesos de desarrollo (Hoff y col., 2010). Regulación por aminoácidos La penicilina es sintetizada a partir de tres aminoácidos precursores, L-cisteína, L-valina y L-α-aminoadípico, por lo que estos compuestos tienen un papel importante en su regulación. Altas concentraciones de lisina reducen la producción de penicilina (Demain, 1957; Luengo y col., 1979). En P. chrysogenum, las rutas biosintéticas de la penicilina y de la lisina tienen varias etapas en común. El punto de ramificación de las dos rutas es el ácido α-aminoadípico. En la biosíntesis del aminoácido lisina este ácido es convertido en α-aminoadipato-δ-semialdehído mediante la enzima α-aminoadipato reductasa, mientras que en la ruta de la biosíntesis de la penicilina, el ácido α-aminodípico es condensado junto con L-valina y L-cisteína dando lugar al tripéptido ACV. La L-lisina ejerce la inhibición de la biosíntesis de penicilina en varios pasos. Masurekar y Demain describieron en 1974 que la primera enzima de la ruta biosintética de la lisina en P. chrysogenum, la homocitrato sintasa, era inhibida por el aminoácido lisina. Resultados similares fueron descritos por otros investigadores (Friedrich y Demain, 1978; Luengo y col., 1979). Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 75 La lisina también inhibe la actividad de la α-aminoadipato reductasa y se ha observado que esta inhibición se producía en mayor o menor intensidad según la cepa estudiada. El hecho de que algunas enzimas de la biosíntesis de lisina sean inhibidas mediante el proceso de retroalimentación ejercido por la L-lisina ocasiona una reducción del flujo del ácido α-aminoadípico disponible para la producción de penicilina (Brakhage, 1998). El α-aminoadípico tiene un papel importante en la biosíntesis de penicilina, puesto que la adición de α-aminoadipato externo (Friedrich y Demain, 1978) o la inducción de condiciones que incrementen el flujo intracelular de α-aminoadípico (Hönliger y Kubicek, 1989) aumentan la tasa de ACV y de biosíntesis de penicilina. Las cepas de alta producción de penicilina de P. chrysogenum presentan altos niveles de flujo intracelular de α-aminoadípico (Jaklitsch y col., 1986). Mediante la disrupción génica del gen lys2, que codifica para la enzima α-aminoadipato reductasa, Casqueiro y colaboradores (1999) consiguieron aumentar el flujo de α-aminoadípico disponible para la biosíntesis de penicilina. Regulación por la adición de líquido de maceración del maíz El líquido de maceración del maíz (corn steep liquor o CSL) es un subproducto de la manufactura del almidón de maíz y viene siendo empleado como ingrediente de los medios de cultivo microbiológico desde hace muchos años. El CSL es el líquido resultante del proceso de molienda húmeda del maíz para la fabricación del almidón y del gluten. El agua empleada en sucesivas operaciones a lo largo de la manufactura del almidón va arrastrando compuestos solubles contenidos en un principio en el grano y que han de separarse de los productos finales: almidón, gluten, germen y fibra. La adición de CSL al medio de producción de P. chrysogenum estimula la producción de penicilina (Ligget y Koffer, 1948). Una explicación de las propiedades básicas del CSL podría ser que en su composición hay un alto contenido en aminoácidos, polipéptidos, minerales y ácido láctico que favorecen la biosíntesis de penicilina. Las búsquedas de los compuestos simples, que son parte de esta mezcla tan compleja y que son responsables del efecto positivo que provoca su adición en el medio de fermentación, han sido infructuosas (Demain y Elander, 1999), debido en parte al fenómeno de la variabilidad en los CSL de diferente origen y debido a las enormes oscilaciones del porcentaje en la composición de este dependiendo de la intensidad de la fermentación que tiene lugar en la fabricación del CSL. Según Ligget y Koffer (1948), la fracción proteica del CSL tiene el importante papel de servir como fuente de nitrógeno al organismo P. chrysogenum. Los aminoácidos presentes no parecen tener proporciones constantes, dependiendo del tipo de maíz del que proceden y del grado de solubilidad proteica que hayan sufrido. Regulación mediada por oxígeno Para la producción de penicilina, conseguir una buena aireación del micelio con oxígeno es una de las condiciones imprescindibles. Diversas enzimas, como la ciclasa (IPNS), requieren oxígeno para su actividad. Sin embargo, el análisis trans- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 76 cripcional descrito por Renno y colaboradores (1992) demostró que la expresión de los genes pcbAB y pcbC en P. chrysogenum puede ser también inducida, como la respuesta al estrés, por la reducción de los niveles de oxígeno. Regulación mediada por la fuente de fósforo El efecto represor de la glucosa sobre la biosíntesis de penicilina depende de la concentración del fosfato inorgánico en el medio de fermentación. En el medio complejo de fermentación con la fuente de fósforo limitada, el efecto represor es del 13% cuando la fuente de carbono (glucosa) es añadida en el tiempo de inoculación, mientras que se incrementa hasta un 59% cuando el medio es suplementado a la vez con glucosa y con fosfato inorgánico a una concentración de 100 mM. La adición de fosfato inorgánico a una concentración de 100 mM no tiene efecto sobre la producción de penicilina en medios con la concentración de glucosa limitada o con lactosa como fuente de carbono (Martín y col., 1999). Compartimentalización de la biosíntesis de penicilina Las diferentes reacciones bioquímicas involucradas en la biosíntesis de penicilina ocurren entre el citosol y los peroxisomas (microcuerpos) (Martín y col., 2010), lo que significa que los sustratos y las enzimas de biosíntesis están separadas físicamente. Localización de la ACVS Como ya se ha indicado en apartados anteriores, el primer paso en la ruta de biosíntesis de penicilina consiste en la forma- ción del tripéptido ACV por condensación no ribosómica de los tres aminoácidos que lo conforman (ácido L-α-aminoadípico, L-cisteína y L-valina), llevada a cabo por la enzima ACVS. Estudios iniciales localizaron esta enzima asociada a estructuras membranosas del aparato de Golgi (Kurylowicz y col., 1987). Posteriormente, mediante experimentos de fraccionamiento celular, se localizó la enzima ACVS en el interior de vacuolas o vinculada a la membrana de estas (Müller y col., 1991; Lendenfeld y col., 1993). La purificación de la ACVS mostró que esta enzima era soluble (aunque altamente inestable) en ausencia de detergentes y que, además, su actividad no parecía depender de la presencia de detergentes o de lípidos (Van Liempt y col., 1989; Baldwin y col., 1990, 1991; Theilgaard y col., 1997). Un posterior análisis de la secuencia de aminoácidos de la ACVS mostró que era una proteína hidrofóbica, pero que no contenía ninguna región transmembrana (Lendelfeld y col., 1993) ni ninguna señal de localización (targeting) reconocible a retículo endoplásmico o vacuolas (Van de Kamp y col., 1999). Todos estos hechos hicieron replantearse de nuevo la localización de esta proteína y se realizaron más experimentos empleando las técnicas tradicionales de fraccionamiento, las cuales no mostraron ningún resultado claro dada la inestabilidad de la ACVS y su sensibilidad a la degradación proteolítica. La mejora de los protocolos de lisis celular, unida al uso de la técnica de inmunocitoquímica asociada a la microscopía electrónica, permitieron la localización subcelular de la proteína ACVS en el citosol (Van der Lende y col., 2002a). Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 77 En A. nidulans se ha conseguido además mostrar la localización de la ACVS en el citosol fusionándola a una proteína verde fluorescente (Vousden y Turner, 2001; Evers y col., 2004). Esta localización citosólica es más acorde con las propiedades bioquímicas de la ACVS, como un pH neutro (el pH de las vacuolas es ácido), requerimiento de cofactores y sensibilidad a proteasas (la vacuola tiene gran actividad proteolítica). Localización de la IPNS La segunda etapa de la biosíntesis de penicilina consiste en la ciclación oxidativa de LLD-ACV a IPN, catalizada por una proteína de 38 kDa denominada ciclasa (IPNS). Los resultados de los experimentos de fraccionamiento mostraron claramente que la IPNS era una enzima soluble y citosólica (Kurzatkowski y col., 1991; Müller y col., 1991). Esta localización está de acuerdo con la ausencia de regiones transmembrana y de señales de localización específicas en la secuencia aminoacídica deducida (Ramón y col., 1987; Barredo y col., 1989a), y también con todas las características bioquímicas y estructurales conocidas de la misma (Martín y Liras, 1989b; Roach y col., 1995, 1997). Esta enzima ha sido localizada también en el citosol utilizando técnicas de microscopía electrónica (Müller y col., 1991; Van der Lende y col., 2002a). La presencia de la IPNS en el citosol implica que puede utilizar directamente como sustrato el LLDACV producido por la ACVS. Se ha planteado que estas dos enzimas, ACVS e IPNS, podrían estar organizadas formando un metabolón o gran complejo, pero esto es algo de lo que no se tiene ninguna evidencia experimental. Localización de la IAT El tercer y último paso de la síntesis de penicilinas es el intercambio, catalizado por la IAT, de la cadena lateral L-α-aminoadípica de la IPN por el grupo fenilacetilo o fenoxiacetilo activado con coenzima A, dando como resultado la formación de bencilpenicilina o fenoxipenicilina, respectivamente. Estudios bioinformáticos muestran que una de las dos subunidades que forman la IAT (la subunidad β de 29 kDa), una vez realizado el procesamiento autocatalítico de la preproteína de 40 kDa (Aplin y col., 1993a, b), posee en el extremo carboxilo terminal una señal PTS1 que permite su localización en la matriz peroxisomal. Por tanto, el sustrato de esta enzima, la IPN, tiene que entrar en el peroxisoma para poder ser convertida en bencilpenicilina o fenoxipenicilina. El uso de técnicas inmunocitoquímicas asociadas a la microscopía electrónica ha permitido confirmar la localización de la IAT en el interior de los peroxisomas (Müller y col., 1991, 1992, 1995; GarcíaEstrada y col., 2008a). Se ha demostrado que el transporte de la enzima IAT al interior del peroxisoma no depende del estado de procesamiento de la enzima, ya que un mutante no procesable de la IAT (variante IATC103S) se transporta activamente al interior del peroxisoma aunque no sea activo (García-Estrada y col., 2008a). Finalmente, la localización de la IAT y dos ligasas (encargadas de la activación de la cadena lateral) en el interior de los peroxisomas ha sido confirmada por aislamiento físico de estos orgánulos e identificación de las proteínas perixomales mediante espectrometría de masas (Kiel y col., 2009). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 78 Otras enzimas implicadas en la biosíntesis de penicilina Además de las tres proteínas de la ruta biosintética de penicilina, existen algunas enzimas implicadas en el metabolismo primario que son necesarias para la formación de penicilina. Tres de las más importantes son la fosfopanteteinil transferasa (PPTasa), la fenilacetil-CoA ligasa (PCL) y la disulfuro reductasa. La ACVS es sintetizada como una apoproteína inactiva, cuya activación se logra mediante la adición de 4´-fosfopanteteína gracias a la acción catalizada por la PPTasa. Esta clase de enzimas son las responsables de la modificación postraduccional de enzimas implicadas en la biosíntesis de ácidos grasos, policétidos y péptidos no ribosómicos. Por lo tanto, la enzima PPTasa es necesaria para la biosíntesis de penicilina tanto en A. nidulans (Lambalot y col., 1996; KeszenmanPereyra y col., 2003; Márquez-Fernández y col., 2007) como en P. chrysogenum (García-Estrada y col., 2008b). Además de activar a la enzima ACVS, la PPTasa activa también en el citosol a la enzima α-aminoadipato reductasa, que convierte el α-aminoadipato en α-aminoadipato semialdehído en la ruta biosintética de la lisina en hongos (Casqueiro y col., 1998; Ehmann y col., 1999; Guo y col., 2001). Para que se lleve a cabo la reacción de sustitución catalizada por la IAT, los ácidos fenilacético o fenoxiacético que van a actuar como precursores de la cadena lateral tienen que estar activados en sus correspondientes tioésteres. Teóricamente, esta activación la puede realizar una enzima de actividad acil-CoA sintetasa (ACS) o de actividad PCL. En 1997, se identificó una enzima PCL que contenía una señal PTS1 (SKI) de localización en peroxisomas (Gledhill y col., 1997). Años más tarde, se consiguió clonar el gen phl que codificaba esta enzima PCL, comprobándose su actividad y su implicación de forma directa en la ruta biosintética de penicilina (Lamas-Maceiras y col., 2006). También se encontró que no era la única enzima que presentaba esta actividad en el microorganismo, ya que aunque su inactivación suponía una notable reducción, no bloqueaba completamente la biosíntesis de penicilina (Lamas-Maceiras y col., 2006). De hecho, también se ha clonado en P. chrysogenum un segundo gen implicado en la activación del ácido fenilacético, el gen phlB, el cual codifica una proteína que posee actividad PCL y una señal de localización peroxisomal en su extremo carboxilo terminal (Wang y col., 2007). Sin embargo, recientes estudios de Koetsier y colaboradores (2009, 2010) han puesto en evidencia que este gen (también denominado aclA) no interviene en la activación del ácido fenilacético y, por tanto, en la biosíntesis de penicilina, tratándose de un gen que codifica una acil-CoA ligasa de amplio espectro que activa ácido adípico. Un estudio aún más reciente ha identificado un tercer gen (phlC) en P. chrysogenum, que codifica una proteína que también tiene una señal de tipo PTS2 y estaría involucrada en la activación de ácido fenilacético (Yu et al., 2011). La localización subcelular en peroxisomas de la PCL es ventajosa, ya que es la misma localización que posee la IAT. Además, puesto que los ácidos fenilacético y fenoxiacético muy probablemente difunden a través de la membrana peroxisomal, su activación proporciona un mé- Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 79 todo muy útil para acumularlos en este microcuerpo en concentraciones más altas que en el citosol sin ejercer efectos tóxicos. Una vez que el tripéptido ACV se sintetiza en la célula, tiende a oxidarse y formar el dímero bis-ACV debido a las condiciones de aireación que existen en el medio de cultivo. Este dímero no puede ser utilizado como intermediario de la ruta biosintética, puesto que la IPNS solo admite como sustrato la ACV monomérica. Más aún, el bis-ACV inhibe la actividad de la ACVS (Theilgaard y col., 1997). La reincorporación del bis-ACV a la biosíntesis de penicilina es posible por la acción de un sistema tiorredoxina disulfuro reductasa (TrxAB) dependiente de NADPH. Este sistema está presente en el citosol y ha sido caracterizado en P. chrysogenum a nivel genético y proteico (Cohen y col., 1994). Importancia de la compartimentalización de la biosíntesis de penicilina La organización subcelular de la biosíntesis de penicilina en diferentes compartimentos permite la regulación y la optimización de los procesos implicados. El elevado rendimiento de la producción de penicilina en las cepas industriales supone un elevado gasto de precursores y cofactores tales como CoA, ATP y NADPH (Hersbach y col., 1984; Nielsen, 1995). La compartimentalización facilita la canalización de los cofactores necesarios y de los precursores procedentes del metabolismo primario (aminoácidos) hacia la ruta metabólica específica de la biosíntesis de penicilina, en lo que se conoce como control del flujo metabólico por una barrera física. La razón exacta de por qué el último paso de la ruta biosintética de penicilina se realiza en el interior del peroxisoma no está clara. Lo que sí se conoce es que este hecho proporciona una serie de condiciones favorables que pueden explicar que ocurra de este modo. Por ejemplo, crea un entorno específico para las enzimas que actúan en él. El pH de los microcuerpos de P. chrysogenum se ha investigado con experimentos de fluorescencia y se ha concluido que es ligeramente alcalino (pH 7,07,5) (Van der Lende y col., 2002b), lo cual está en concordancia con el pH óptimo (pH 8,2) de la enzima biosintética IAT y también de la PCL (Álvarez y col., 1993; Lamas-Maceiras y col., 2006). Otras posibles ventajas de la compartimentalización de algunas etapas enzimáticas pueden ser las altas concentraciones de proteínas y sustratos que se encuentran en los peroxisomas y que favorecen las reacciones que catalizan estas enzimas, la prevención de la pérdida de intermediarios de estas rutas por derivación de los mismos a rutas laterales no deseadas y la regulación de la ruta biosintética. La importancia de los peroxisomas en la biosíntesis de penicilina fue evidente cuando se demostró que la IAT estaba localizada en este orgánulo (Müller y col., 1991). Tratando de delimitar las implicaciones de esta localización, se realizaron unos experimentos en los que, tras la eliminación de la señal de localización a peroxisomas, se observaba que la IAT permanecía en el citosol, interrumpiéndose en estas condiciones la producción de penicilina, pese a que la enzima se expresaba in vivo y se mostraba activa in vitro (Müller y col., 1992). La explicación más factible a estos resultados es que la activación del Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 80 precursor por la PCL tiene lugar en el interior peroxisomal y, por tanto, al estar la IAT en el citosol, estos precursores activados se encuentran fuera de su alcance. Otra explicación que se planteó en su momento fue que la IAT no era capaz de desarrollar su actividad catalítica en el citosol. La obtención de un mutante de A. nidulans que carece de peroxisomas funcionales y que mantiene la producción de penicilina con las enzimas del peroxisoma localizadas en el citosol (De Lucas y col., 1997) hace que esta posibilidad sea menos probable. Además, estos resultados sugieren que los peroxisomas no son esenciales para la producción de la penicilina per se, pero que existe una correlación positiva entre el rendimiento de la producción de penicilina y el número de peroxisomas. La razón de esta correlación no se conoce, pero podría deberse a un incremento en la cantidad de enzimas de la ruta biosintética (Evers y col., 2004). Una evidencia clara de la importancia de estos microcuerpos en la biosíntesis de penicilina ha sido subrayada a través de la alteración del número y forma de estos orgánulos como resultado de la sobreexpresión de la proteína Pc-Pex11p (una peroxina que está involucrada en la abundancia de peroxisomas). La sobreexpresión de esta proteína se traduce en un incremento en la biosíntesis de penicilina. Este efecto positivo viene a estar relacionado con un aumento en el transporte de penicilina y/o de los precursores a través de los peroxisomas (Kiel y col., 2005), lo cual evidencia que el transporte a través de membrana en los orgánulos es muy importante. Además de los peroxisomas, orgánulos como la mitocondria y las vacuolas son im- portantes en la biosíntesis de penicilina. Las mitocondrias son esenciales para la biosíntesis del aminoácido precursor α-aminoadípico, ya que las enzimas responsables de su biosíntesis, como la homocitrato sintasa y la homoisocitrato deshidrogenasa, se localizan en la matriz mitocondrial (Kubicek et al., 1990; Jaklitsch y Kubicek, 1990). La vacuola fúngica está implicada en una amplia variedad de procesos celulares (Klionsky y col., 1990), entre los que se encuentran el control activo de la concentración en el citosol de muchos y muy diferentes componentes. La mayor parte de los aminoácidos libres básicos y neutros, y una parte sustancial de los aminoácidos ácidos, están localizados en las vacuolas (Klionsky y col., 1990; Kubicek-Pranz y Kubicek, 1991). Estudios acerca de los niveles de aminoácidos utilizados en la biosíntesis de penicilina en el citosol indicaron que existía una transferencia elevada desde las vacuolas (Jaklitsch y col., 1986; Hönlinger y Kubicek, 1989; Kubicek y col., 1990; Lendenfeld y col., 1993). Además, el ácido L-α-aminoadípico y la L-cisteína son tóxicos a concentraciones moderadas, siendo por tanto sus niveles citosólicos cuidadosamente regulados a través de su almacenamiento en la vacuola (Klionsky y col., 1990; Kubicek-Pranz y Kubicek, 1991). El transporte a través de la membrana de la vacuola tanto al interior como al exterior implica un sistema de antiporte de tipo H+-aminoácido, el cual está presente en la membrana vacuolar fúngica (Klionsky y col., 1990; Harvey y Nelson, 1992). Procesos de transporte La compartimentalización de la ruta de biosíntesis de penilicina implica el transporte de enzimas, precursores, interme- Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 81 diarios y del producto final a través de los orgánulos celulares, además de crearse distintas condiciones medioambientales específicas para cada etapa de biosíntesis. Transporte de precursores: aminoácidos y ácido fenilacético Los hongos filamentosos pueden sintetizar cualquier aminoácido, pero también son capaces de incorporarlos del medio de cultivo al interior celular para usarlos como fuente de nitrógeno y de carbono o como unidades estructurales para la síntesis de proteínas y péptidos (Horak, 1986), estando implicadas en este proceso permeasas activas de aminoácidos. La mayoría de las permeasas fúngicas de aminoácidos muestran similitudes muy significativas en la secuencia y forman una única familia conocida como AAP (permeasas de aminoácidos) (Andre, 1995), la cual pertenece a la superfamilia de proteínas APC (aminoácidos/poliaminas/organocationes) (Jack y col., 2000). Las permeasas tienen una estructura común con 12 posibles segmentos α-hélice transmembrana y regiones hidrofílicas en los extremos carboxilo y amino terminal localizadas en el citoplasma (Horak y Wolf, 1997; Regenberg y col., 1999). La incorporación de aminoácidos transcurre a través de un transporte secundario, mediante un gradiente electroquímico de protones como fuerza conductora que permite dicha incorporación contra el gradiente de concentración (Andre, 1995; Jack y col., 2000). En P. chrysogenum se han clonado y caracterizado tres permeasas de aminoácidos (Trip y col., 2002) y se han determinado y clasificado otras actividades en base a ensayos de competición y trans- porte. Se han publicado hasta el momento nueve sistemas de transportadores de aminoácidos: sistema I para la L-metionina (Benko y col., 1967), sistema II para la Lcisteína (Skye y Segel, 1970), sistema III para todos los aminoácidos (Benko y col., 1969; Hunter y Segel, 1971), sistema IV para aminoácidos ácidos, sistema V para la L-prolina, sistema VI para L-lisina y L-arginina, sistema VII para L-arginina, sistema VIII para L-lisina y sistema IX para L-cisteína (Hunter y Segel, 1971). La incorporación del aminoácido α-aminoadípico podría ser realizada mediante ambos sistemas, el sistema de transporte de aminoácidos ácidos (Hunter y Segel, 1971) y un sistema de transporte de aminoácidos general (Horak, 1986). Estudios más recientes muestran que la permeasa general de aminoácidos es la principal ruta para la incorporación a la célula de este aminoácido (Evers y col., 2004). Los ácidos fenilacético y fenoxiacético son ácidos débiles que entran rápidamente en las células de P. chrysogenum mediante difusión pasiva y se distribuyen a lo largo de la membrana de acuerdo con el gradiente transmembrana de pH (Eriksen y col., 1995; Hillenga y col., 1995). Este hecho actualmente aceptado fue durante un tiempo objeto de discusión, pues otros autores habían postulado un transporte activo para la adquisición del ácido fenilacético desde el medio de cultivo (Fernández-Cañón y col., 1989a, b; Martínez-Blanco y col., 1989). Las principales diferencias en estos estudios se encontraban en las concentraciones empleadas de ácido fenilacético y en el tipo de cepas (de bajo y alto rendimiento). Un análisis pormenorizado de estas variables condujo de nuevo a la misma conclusión, Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 82 que durante la biosíntesis de penicilinas se consumen grandes concentraciones de ácidos fenilacético o fenoxiacético, los cuales entran en la célula utilizando como ruta predominante la difusión pasiva (Eriksen y col., 1998). Por otro lado, este tipo de transporte supone que, a concentraciones muy elevadas de ácido fenilacético en el medio, se produciría una difusión masiva de este ácido hacia el interior celular, lo que conduciría a un colapso del gradiente electroquímico (Henriksen, 1996). Esto podría explicar en parte el efecto tóxico de estas moléculas cuando están presentes en elevadas concentraciones o en un medio de pH bajo (Barrios-González y col., 1993; Henriksen, 1996). Transporte de intermediarios El hongo P. chrysogenum secreta al medio de cultivo los tres intermediarios de la ruta biosintética de penicilina, además del producto final de la misma, la bencilpenicilina, cuando se utiliza ácido fenilacético como precursor de la cadena lateral. Se han encontrado en dichos caldos tanto el tripéptido ACV (López-Nieto y col., 1985), como la IPN y el 6-APA (Demain, 1983). En todos estos casos no está claro si la secreción de intermediarios se debe a un sobreflujo de la ruta biosintética en las cepas de alta producción o si es un proceso natural con un significado ecológico. La cantidad de cada uno de los intermediarios que se secretan al medio durante las fermentaciones es diferente. Mientras que el ACV se va acumulando en el caldo de cultivo llegando a ser una tercera parte de la concentración intracelular, las concentraciones de IPN extracelulares permanecen bajas y más o menos constantes durante toda la fermentación (Jørgensen y col., 1995). Aunque no hay evidencia experimental de ello, se ha propuesto que el ACV podría ser transportado fuera de la célula por el sistema de exportación del glutatión (GSH) (Meister y Anderson, 1983; Schwartz y col., 1988; Del Carmen Mateos y Sánchez, 1990), el cual se parecería al sistema glutatión S-conjugado (GSX) dependiente de ATP que se ha localizado en la membrana plasmática de eucariotas superiores (Deeley y Cole, 1997; Rea y col., 1998). Una vez que el tripéptido ACV es transportado al exterior celular, no es importado de nuevo hacia el interior, ni en forma dimérica, ni monomérica (García-Estrada y col., 2007). La IPN es el siguiente intermediario de la ruta biosintética de penicilina y, al igual que el tripéptido ACV, se sintetiza en el citosol y también se secreta parcialmente al caldo de cultivo. Mediante estudios de transporte realizados utilizando una cepa mutante que carece del cluster de genes de biosíntesis de penicilina (P. chrysogenum npe10 pygG–), transformada con un plásmido que contiene el gen penDE, se ha observado que la IPN atraviesa con dificultad la membrana plasmática. No ocurre lo mismo con el paso a través de la membrana peroxisomal desde el citosol, ya que en este caso probablemente este sea muy efectivo (García-Estrada y col., 2007). El 6-APA es el último intermediario de la ruta biosintética de penicilina antes de formarse bencilpenicilina cuando se añade ácido fenilacético como precursor de la cadena lateral. El 6-APA es un compuesto más hidrofóbico que los ante- Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 83 riores, ya que posee un grupo carboxilo menos. Esto, unido a su menor tamaño, hace más factible su transporte por difusión pasiva a través de las membranas. En estudios realizados de conversión de 6APA en bencilpenicilina utilizando el mismo microorganismo mutante que en el caso de la IPN, se ha podido apreciar que el 6-APA es transportado al interior celular mediante un transporte por difusión que depende de la concentración extracelular (García-Estrada y col., 2007). Hasta el momento, no se ha identificado ningún transportador que pueda estar implicado en el transporte de los compuestos intermediarios de la ruta al exterior celular. ficiales y electroquímicos, que probablemente son suficientes para inhibir drásticamente la difusión pasiva de penicilinas (Hillenga y col., 1994). En segundo lugar, la difusión pasiva no puede explicar una distribución de penicilinas con concentraciones más altas fuera que dentro de la célula (Van de Kamp y col., 1999). Las penicilinas aromáticas producidas por P. chrysogenum son compuestos anfipáticos, moderadamente hidrofóbicos y cargados negativamente al pH normal del citosol (Kirschbaum, 1986). Estas características hacen posible su secreción al exterior celular por difusión a través de las membranas peroxisomal y plasmática. Aparte de estas indicaciones, no se conoce mucho más acerca del mecanismo por el que los antibióticos beta-lactámicos son secretados al medio por las células de los hongos productores (Martín y col., 2010). Tampoco se puede excluir una tercera opción, situada entre la difusión pasiva y el transporte activo, que es el transporte vesicular (Luengo y col., 1986; Kurylowicz y col., 1987; Müller, 1991; Martín y col., 2010). Este tipo de transporte está implicado, por ejemplo, en la síntesis de la pared celular, en la secreción de feromonas, en la liberación de neurotransmisores y en el transporte y secreción de ácidos biliares en los organismos eucariotas. El hecho de que la penicilina sea sintetizada en el interior de microcuerpos, otorga posibilidades a este tipo de transporte mediado por vesículas, de modo que la bencilpenicilina, además, sea transportada desde el peroxisoma hasta la membrana citoplasmática sin encontrarse libre por el citosol. Aunque, por otro lado, el flujo de bencilpenicilina a través del citosol podría servir para explicar en parte la formación de 6-APA, atribuyéndola a una actividad acilasa citosólica (Nielsen, 1995). Existen varias razones que apuntan a un sistema de transporte activo, primario o secundario, como el más probable para la secreción de penicilinas a través de la membrana plasmática. En primer lugar, factores físicos relacionados con las características de la membrana plasmática, como el apretado empaquetamiento de su capa lipídica debido al alto contenido en ergosterol y diferentes factores super- Con respecto al transporte activo, hasta el momento no se ha identificado ningún transportador de penicilina en P. chrysogenum. La búsqueda de transportadores ha tenido algún resultado en A. nidulans, donde se ha encontrado un transportador de tipo ABC codificado por el gen atrD, que está implicado, de algún modo, en la secreción de penicilina (Andrade y col., 2000). Transporte de penicilina Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 84 Transporte a través de la membrana peroxisomal Los peroxisomas se han estudiado en varios hongos filamentosos como A. nidulans (Valenciano y col., 1996; 1998; De Lucas y col., 1997), A. niger (Van Dijken y Veenhuis, 1980; Schilling y Lerch, 1995) o N. crassa (Wanner y Theimer, 1982; Kionka y Kunau, 1985; Thieringer y Kunau, 1991a, b; De Zoysa y Connerton, 1994). El microcuerpo de P. chrysogenum es un compartimento pequeño de membrana sencilla con un diámetro de 200-800 nm, por lo que es de esperar que el flujo a través de este orgánulo sea alto. Aunque se han aislado microcuerpos de P. chrysogenum, la contaminación con otros orgánulos ha impedido su completa caracterización (Müller y col., 1995). Los peroxisomas están implicados en diferentes rutas metabólicas que varían según los distintos organismos. En hongos, el único lugar en el que se lleva a cabo la β-oxidación de ácidos grasos es en los peroxisomas. Además, estos orgánulos están implicados en otras funciones como la biosíntesis de penicilina y el desarrollo sexual. Durante mucho tiempo se pensó que los peroxisomas eran permeables a moléculas pequeñas debido a la presencia de porinas en sus membranas. Pero estudios posteriores realizados in vivo mostraron que estas membranas constituían una barrera efectiva, siendo impermeable a los protones (lo que permite la existencia de diferente pH entre la matriz peroxisomal y el citosol) y a otros pequeños solutos, como NADPH, acetil-CoA y ácidos grasos activados, para los cuales eran ne- cesarios transportadores especializados (Singh y col., 1992; Tabak y col., 1995; Van Roermund y col., 1995; Hettema y col., 1996). De todos modos, debido al bajo contenido en esterol de la membrana peroxisomal, se ha sugerido que es más permeable que la membrana plasmática (Sulter y col., 1993; Zinser y Daum, 1995). No existen datos disponibles de la permeabilidad de la membrana peroxisomal para el ácido fenilacético, ácido fenoxiacético, CoA y ATP, sustratos de la PCL, o para el fenilacetil-CoA, fenoxiacetil-CoA e IPN, sustratos de la IAT, ni tampoco para los productos de la reacción catalizada por la IAT, la bencilpenicilina y el ácido L-α-aminoadípico. En vista de las propiedades de permeabilidad de los ácidos fenilacético y fenoxiacético (Hillenga y col., 1995), es probable que tanto el ácido fenilacético como el ácido fenoxiacético difundan libremente a través de la membrana del microcuerpo. Del mismo modo, tomando como base las propiedades hidrofílicas y de peso molecular de la IPN y del ácido L-α-aminoadípico, es de esperar que se necesiten transportadores específicos para estos compuestos. En cuanto a las penicilinas hidrofóbicas formadas, podrían liberarse del microcuerpo tanto por difusión como por transporte activo. Pero esto hasta el momento son suposiciones, ya que no existe ninguna evidencia experimental de la implicación de transportadores activos en el transporte de IPN, ácido fenilacético, ácido L-α-aminoadípico o penicilinas hidrofóbicas a través de la membrana peroxisomal. Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 85 Implicaciones biotecnológicas en la producción de penicilinas y otros antibióticos beta-lactámicos derivados Junto con los programas industriales de mejora de cepas, la caracterización de los genes y proteínas implicados en la ruta biosintética de antibióticos beta-lactámicos ha permitido el desarrollo de diferentes estrategias a través de la ingeniería genética para modificar P. chrysogenum con el fin de obtener penicilinas semisintéticas y otros antibióticos beta-lactámicos, tales como cefalosporinas semisintéticas. Penicilinas semisintéticas Es bien conocido que si se añade al medio de cultivo un precursor de la cadena lateral se producirá de forma mayoritaria un tipo de penicilina. Las penicilinas así obtenidas se denominan biosintéticas siendo las más importantes la bencilpenicilina o penicilina G (cuando se añade como precursor de la cadena lateral el ácido fenilacético) y la penicilina V (cuando se añade como precursor de la cadena lateral el ácido fenoxiacético). Esta es la estrategia que se sigue para la producción de penicilinas semisintéticas, cuyo proceso de obtención se describe a continuación. Las penicilinas biosintéticas obtenidas mediante procesos fermentativos se purifican mediante cristalización tras añadir acetato potásico. Estas penicilinas no solo constituyen los precursores de las penicilinas semisintéticas, sino también de cefalosporinas, ya que tras la desacilación química o enzimática de la cadena lateral se obtiene el núcleo de 6-APA, que es la base para la síntesis de estos compuestos. La producción clásica de penicilinas semisintéticas comenzó en los años 70 y con- sistía en una desacilación química de la penicilina G obtenida mediante fermentación. Este proceso requería compuestos y solventes peligrosos, por lo que estuvo en uso hasta finales de los 80, cuando se sustituyó por la hidrólisis enzimática de la penicilina G o de la penicilina V. Para ello, se utilizan las enzimas penicilina G acilasa y penicilina V acilasa, ambas de gran eficiencia y que se obtienen como enzimas recombinantes a partir de Escherichia coli (en el caso de la penicilina G acilasa) o Fusarium oxysporum (en el caso de la penicilina V acilasa) (Arroyo y col., 2003). Aunque la penicilina V muestra una mayor estabilidad en soluciones acuosas a bajo pH durante la extracción a partir de caldos fermentados, la penicilina G es la molécula de elección en la producción de 6-APA (un 85% del 6-APA producido mundialmente se obtiene a partir de penicilina G). Tras la obtención del núcleo de 6-APA, se le adicionan químicamente diferentes cadenas laterales, dando lugar a las penicilinas semisintéticas, las cuales se agrupan en cinco categorías: penicilinas antistafilocócicas (cloxacilina, dicloxacilina, meticilina, nafcilina y oxacilina), aminopenicilinas (ampicilina, amoxicilina), carboxipenicilinas (carbenicilina, ticarcilina), ureidopenicilinas (piperacilina y mezlocilina) y penicilinas resistentes a beta-lactamasas (combinación de las anteriores con inhibidores de la enzima beta-lactamasa; por ejemplo, amoxicilina-ácido clavulánico, ampicilina-sulbactam) (Oshiro, 1999). Modificación de P. chrysogenum para producir cefalosporinas semisintéticas Las cefalosporinas derivadas de la penicilina se basan principalmente en el nú- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 86 cleo del ácido 7-aminodesacetoxicefalosporánico (7-ADCA), el cual se origina tras la expansión química del anillo de la bencilpenicilina (dando lugar al compuesto fenilacetil-7-ADCA) seguida de una desacilación enzimática que elimina la cadena lateral aromática (Barber y col., 2004) (figura 4). La expansión del anillo es un proceso complejo y contaminante, por lo que la producción de 7-ADCA a través de otros procesos, tales como la modificación genética de P. chrysogenum (que no produce cefalosporinas de modo natural), es conveniente. Expansión química Expansión vía adipyl 6-APA (Crawford y col., 1995) ACV ACV Isopenicilina N Isopenicilina N Ácido fenilacético Ácido adípico La gran capacidad que tiene P. chrysogenum para producir antibióticos, junto con el alto coste que tienen las fermentaciones realizadas con A. chrysogenum (el hongo productor de cefalosporinas), han promovido la producción de antibióticos derivados del anillo cefalosporánico en P. chrysogenum. Este hongo filamentoso ha sido modificado genéticamente, de modo que sea capaz de expresar diferentes combinaciones de genes biosintéticos de cefalosporinas provenientes de diversos microorganismos productores de cefalosporinas y cefamicinas. Expansión vía penicillin N (Cantwell y col., 1990, Beckman y col., 1993) ACV Isopenicilina N S. clavuligerus cefD (epimerasa) Penicilina N S. clavuligerus cefE (expandasa) S. clavuligerus cefE (expandasa) Expansión química del anillo Fenilacetil 7-ADCA ACV Isopenicilina N Ácido adípico Adipil 6-APA Adipil 6-APA Bencilpenicilina Carbamilación (Harris y col., 2009) Adipil 7-ADCA Glutaril acilasa Penicilina acilasa DAOC H2N O S N CH3 COOH 7-ADCA A. chrysogenum cefEF (hidr-exp) Adipil 7-ADCA A. chrysogenum cefEF (hidr-exp) Adipil 7-AHCA A. clavuligerus cmcH (carbamoiltr) ad7-ACCCA Figura 4. Estrategias para la producción de cefalosporinas semisintéticas usando P. chrysogenum. Mediante la introducción del gen cefE (expandasa) de Streptomyces clavuligerus o del gen cefEF (expandasa/hidroxilasa) de A. chrysogenum en P. chrysogenum, el microorganismo modificado resultante fue capaz de expandir el anillo tiazolidínico de la penicilina para formar un anillo dihidrotiazínico de seis miembros. La adición en exceso de ácido adípico como precursor de la cadena lateral dio como resultado la producción de adipil-6-APA, que fácilmente se expandió a adipil-7-ADCA (figura 4). Esta estrategia también condujo a la producción Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 87 de ácido adipil 7-aminocefalosporánico (adipil-7-ACA) cuando se introdujo el gen que codifica la acetiltransferasa (cefG) de A. chrysogenum. De modo similar, la introducción de los genes cefEF de A. chrysogenum y cmcH (carbamoil transferasa) de S. clavuligerus en P. chrysogenum dio como resultado la producción del ácido adipil-7-amino-3carbamoiloximetil-3-cefem-4-carboxílico (ad7-ACCCA), que es un precursor de cefalosporinas muy interesante desde el punto de vista de la estabilidad (Harris y col., 2009) (figura 4). Bases moleculares de la mejora de la producción de penicilina en P. chrysogenum Como consecuencia de los programas industriales de mejora de cepas, se introdujeron numerosas modificaciones responsables de los títulos de penicilina tan impresionantes producidos por P. chrysogenum. Algunas de estas modificaciones se han caracterizado en detalle, y se relacionan a continuación. El fenómeno de amplificación de la agrupación de genes biosintéticos Como se ha mencionado anteriormente, los genes pcbAB, pcbC y penDE se encuentran agrupados en un único cluster (figura 3) localizado en una región génica que está presente a modo de única copia en el genoma de las cepas de P. chrysogenum NRRL 1951 y Wisconsin 54-1255. Sin embargo, en cepas de alta producción, esta región, cuyo tamaño varía entre 56,8 kb y 106,5 kb (dependiendo de la cepa), sufre un fenómeno de amplificación en tándem, dando lugar a varias co- pias de la agrupación de genes biosintéticos (Fierro y col., 1995; Newbert y col., 1997). De este modo, la cepa AS-P-78 tiene 5-6 copias del cluster, la cepa E1 tiene 12-14 copias y la cepa DS0485 tiene 5-6 copias (Fierro y col., 1995; Van den Berg y col., 2007). El mecanismo que lleva a la amplificación no es del todo conocido, pero se ha sugerido que los hexanucleótidos conservados que se encuentran localizados en los bordes de la región amplificada pueden actuar de “sitios calientes“ para la recombinación (Fierro y col., 1995). Cabe señalar que además de los tres genes biosintéticos, la región amplificada también contiene otros genes (Fierro y col., 2006; Van den Berg y col., 2007). Puesto que estos genes adicionales también sufren el fenómeno de amplificación, cabría esperar que pudiesen jugar un papel en la biosíntesis, regulación o secreción de penicilina. Sin embargo, estos genes son esenciales para este propósito, ya que, como se comprobó posteriormente, la mera presencia de los tres genes biosintéticos fue suficiente para restaurar la producción de antibiótico en un mutante que carecía de la región completa (García-Estrada y col., 2007; Van den Berg y col., 2007). No se han encontrado reguladores específicos de la biosíntesis de penicilina en dicha región, lo que indica que tal regulación corre a cargo de reguladores globales del metabolismo secundario, tales como LaeA o el complejo Velvet. Tampoco se encuentran presentes dentro de la región amplificada otros genes que codifican enzimas que contribuyen a la ruta biosintética de penicilina, como es el caso del gen ppt, que codifica la enzima PPTasa encargada Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 88 de activar postraduccionalmente la ACVS (García-Estrada y col., 2008b), o del gen phl, que codifica la fenilacetil-CoA ligasa encargada de activar la cadena lateral aromática de la bencilpenicilina (LamasMaceiras y col., 2006). Curiosamente, la amplificación de los genes laeA, ppt o phl mediante ingeniería genética tiene como consecuencia el aumento de los títulos de penicilina (Lamas-Maceiras y col., 2006; García-Estrada y col., 2008b; Kosalková y col., 2009). Aunque las cepas de alta producción tienen varias copias de la región amplificada, se ha visto que no existe una correlación directa entre la producción de penicilina y el número de copias de los genes biosintéticos (ni tampoco con los niveles de transcritos o proteínas) (Smith y col., 1989; Newbert y col., 1997; Nijland y col., 2010; Smidák y col., 2010), lo que indica que existen otras modificaciones que también juegan un papel importante en el incremento de la producción de antibiótico. Disminución del catabolismo del ácido fenilacético Otra de las modificaciones que ha sido caracterizada en detalle está relacionada con el catabolismo del ácido fenilacético (el precursor de la cadena lateral de la bencilpenicilina). El ácido fenilacético es un ácido débil tóxico para las células en función de su concentración y del pH del cultivo. Este compuesto puede metabolizarse en P. chrysogenum al menos a través de dos rutas metabólicas: incorporación a la molécula de bencilpenicilina o catabolismo a través de la ruta del homogentisato (Fernández-Cañón y Peñalva, 1995; Mingot y col., 1999; Arias-Barrau y col., 2004; Ferrer-Sevillano y Fernández-Cañón, 2007). La primera etapa de la ruta del homogentisato consiste en la 2-hidroxilación del ácido fenilacético y la formación de 2-hidroxifenilacetato, el cual, en sucesivas etapas, se cataboliza a fumarato y acetoacetato. Esta 2-hidroxilación está catalizada por un citocromo P450 monooxigenasa microsomal denominada fenilacetato 2-hidroxilasa (EC: 1.14.13), la cual está codificada por el gen pahA. La secuenciación del gen pahA a partir de varias cepas de P. chrysogenum reveló que mientras que la cepa silvestre (NRRL 1951) contiene una C en la posición 598 del gen, la cepa 49-133 (y también su descendiente, Wisconsin 54 1255) sufrieron una mutación en esa posición, reemplazando la C por una T. Esta mutación en el gen da lugar a una modificación en la proteína (L181F), la cual es responsable de la reducción en la actividad enzimática. Por tanto, el catabolismo del ácido fenilacético está disminuido en la cepa Wisconsin 54-1255 y presumiblemente, en las cepas derivadas de esta, lo que tiene como consecuencia un mayor acúmulo de este compuesto y una mayor producción de bencilpenicilina (RodríguezSaiz y col., 2001). La importancia de la fenilacetato 2-hidroxilasa en la producción de penicilina se hizo más patente al comparar el gen pahA de P. notatum (el aislado original de Fleming) con el de P. chrysogenum NRRL 1951 (la cepa silvestre aislada de un melón en Peoria, IL). Esta última muestra una mutación en el gen (C1357T), lo cual se traduce en una modificación de la proteína (A394V). Esta modificación también Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 89 está presente en la cepa Wisconsin 541255 (y probablemente en sus cepas descendientes), lo que conduce a una disminución de la activad fenilacetato 2-hidroxilasa con la consiguiente reducción en la oxidación de ácido fenilacético y la mayor producción de penicilina, hecho que justifica la selección histórica de P. chrysogenum como productor industrial de penicilina (Rodríguez-Saiz y col., 2005). Por tanto, la acumulación consecutiva de mutaciones puntuales en la fenilacetato 2-hidroxilasa es otro de los motivos por los que P. chrysogenum es tan buen productor de penicilina. Modificaciones de la expresióngénica: Genómica y Transcriptómica Las modificaciones detalladas anteriormente fueron descubiertas y caracterizadas a lo largo de los años y no suponían más que la punta del iceberg. Muchas otras modificaciones se mantuvieron ocultas hasta la llegada de la era de las “ómicas“. Los microcuerpos son orgánulos involucrados en la última etapa de la ruta biosintética de penicilina (sustitución de la cadena lateral a través de la IAT) y en la activación de dicha cadena lateral mediante la enzima PCL. Se ha visto que existe una relación directa entre la abundancia de microcuerpos (peroxisomas) y el incremento en los títulos de penicilina (Kiel y col., 2005). De hecho, se ha comprobado que el número de microcuerpos se encuentra aumentado en las cepas de alta producción de penicilina (Van den Berg y col., 2008). La publicación de la secuencia completa del genoma de P. chrysogenum Wisconsin 54-1255 (Van den Berg y col., 2008) supuso el trampolín definitivo para que se desarrollasen varios estudios encaminados a descifrar los secretos que se encuentran detrás de la producción de penicilina. Una de las modificaciones que se encontraron fue la introducción de una repetición de 14 pb en un gen homólogo a una cefalosporina esterasa cuando se modificó la cepa Q-176 para dar lugar a la cepa Wisconsin 54-1255 (alterando el marco de lectura), lo que sugiere una reducción en la degradación no deseada de betalactamas. Otro ejemplo lo constituye la introducción de una mutación en un transportador de tipo ABC cuando se modificó la cepa Q-176 para dar lugar a la cepa Wisconsin 54-1255, lo que sugiere una modificación en las capacidades de transporte (Van den Berg, 2010). El hecho de que la ruta de biosíntesis de penicilina esté compartimentalizada entre el citosol y los microcuerpos ha sido crucial para la productividad, y parece que P. chrysogenum ha perdido su capacidad de sintetizar penicilinas en el citosol (Müller y col., 1992), ya que los peroxisomas son esenciales para una eficiente biosíntesis de penicilina (Meijer y col., 2010). Los datos proporcionados por los estudios de transcriptómica indican que la expresión de los genes implicados en la biosíntesis de aminoácidos precursores de la penicilina (cisteína, valina y ácido α-aminoadípico) está aumentada en las cepas de alta producción. Varios genes que codifican proteínas de microcuerpos siguen la misma tendencia (Van den Berg y col., 2008). Curiosamente, también se observó que la Aumento en el número de microcuerpos (peroxisomas) Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 90 transcripción de los genes biosintéticos pcbAB, pcbC y penDE se incrementa únicamente entre 2 y 4 veces en las cepas de alta producción (Van den Berg y col., 2008), lo que sugiere que otras modificaciones en otras rutas metabólicas han contribuido tanto como el fenómeno de amplificación génica anteriormente mencionado a la producción de penicilina. Aunque los datos provenientes de la Genómica y Transcriptómica han proporcionado una visión global de algunos de los mecanismos que han contribuido al incremento de la producción de antibiótico, la integración de otras “ómicas“ era aún necesaria para aumentar el conocimiento de las bases moleculares responsables del incremento de la producción. Modificaciones globales del metabolismo: Proteómica y Metabolómica La reciente aplicación de las técnicas de Proteómica y la optimización de la electroforesis bidimensional para P. chrysogenum permitió realizar un análisis comparativo detallado entre la cepa silvestre NRRL 1951, la cepa de baja producción Wisconsin 54-1255 y la cepa de alta producción AS-P-78 (Jami y col., 2010) con el fin de analizar las modificaciones acontecidas en el metabolismo durante el programa industrial de mejora de cepas. Una visión global de las proteínas expresadas diferencialmente en estas tres cepas reveló que la representatividad de algunas rutas y funciones se había ampliado durante el proceso de mejora, mientras que para otros casos estas habían disminuido. Se observó que en la cepa silvestre predominan las proteínas implicadas en la viru- lencia y la degradación de la pared celular de plantas para la obtención de nutrientes (esta cepa fue aislada de un melón y, por tanto, es capaz de infectar y crecer sobre frutas). Un ejemplo lo constituye la glucosa oxidasa. La escasa representación de esta enzima asociada con la infectividad de plantas en las cepas de alta producción no es sorprendente, ya que los cultivos líquidos sumergidos han sustituido al crecimiento natural sobre frutas. Probablemente, la pérdida más notable que se produjo durante la selección de estas cepas fue la que implica a algunas rutas del metabolismo secundario, lo cual potenció la biosíntesis de antibióticos beta-lactámicos. Algunas de las proteínas cuya síntesis estaba aumentada en la cepa silvestre llevó a plantear que una de las razones de la escasa cantidad de penicilina producida por la cepa silvestre podría ser el uso de los precursores y la energía para la biosíntesis de otros metabolitos secundarios, tales como los terpenoides (3-hidroxi-3-metilglutaril-CoA sintasa), porfirinas (coproporfirinógeno oxidasa) o pigmentos como violaxantina (zeaxantina epoxidasa) y la melanina (scytalone deshidratasa), lo cual desviaría los flujos metabólicos lejos de la ruta de biosíntesis de penicilina. Los pigmentos constituyen uno de los mejores ejemplos de metabolitos secundarios que se perdieron durante la manipulación de la cepa silvestre para obtener la cepa Wisconsin 54-1255, como es el caso del pigmento amarillo. Como se mencionó anteriormente, durante los tratamientos mutagénicos desde la cepa Q-176 a la cepa BL3-D10 (precursores de la cepa Wisconsin 54-1255), se seleccionaron cepas sin pigmentación. Durante la selección de la cepa de alta producción Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 91 AS-P-78, otras rutas del metabolismo secundario parecen haber sido bloqueadas, como sugiere la ausencia en la cepa ASP-78 de una supuesta isoflavona reductasa, la cual participa en la última parte de la ruta biosintética de medicarpina. Las proteínas implicadas en la biosíntesis o degradación de los aminoácidos precursores están representadas en las tres cepas de modo distinto. En la cepa silvestre NRRL 1951, el aumento de los niveles de la metilmalonato semialdehído deshidrogenasa podría ser otra de las razones de la baja biosíntesis de penicilina por parte de esta cepa. Esta enzima está implicada en la “vía distal“ del catabolismo de la valina (Goodwin y col., 1989; Zhang y col., 1996), conduciendo al agotamiento de las reservas de valina. La biosíntesis de cisteína parece ser una de las principales mejoras que se produjeron durante el proceso de selección. El flujo de producción de penicilina está fuertemente influenciado por la disponibilidad de cisteína para la formación de ACV (Nasution y col., 2008). La cisteína sintasa (encargada de la biosíntesis de cisteína a partir de serina) está más representada en la cepa Wisconsin 54-1255 que en la cepa silvestre. Esta mejora se conserva en la cepa AS-P-78 que, además, mostró mayor contenido de la enzima cistationina beta sintasa, una enzima implicada en la biosíntesis de cisteína a partir de metionina por transulfuración. Esto indica que en la cepa AS-P-78 se han mejorado las dos vías de biosíntesis de cisteína. En la cepa Wisconsin 54-1255 son predominantes las proteínas encargadas de la obtención de energía a partir de carbohidratos. Estas proteínas pertenecen en su mayoría al ciclo de los ácidos tricarboxí- licos, aunque también hay enzimas de la glicolisis y de la ruta de la fosforilación oxidativa. Es probable que durante el proceso de mejora de cepas, los mecanismos de obtención de energía fuesen beneficiosos para satisfacer la creciente demanda para la biosíntesis de penicilina. Un hallazgo interesante es que la cepa Wisconsin 54-1255 produce mayores cantidades, en comparación con la cepa de alta producción AS-P-78, de una proteína que podría estar relacionada con la modificación o degradación de penicilina. Esta enzima es similar a una 1,4-butanodiol diacrilato esterasa BDA1 (implicada en la conversión de 1,4-butanodiol diacrilato en 4-hidroxibutil acrilato) y contiene un dominio que está conservado en la clase C de beta-lactamasas y otras proteínas de unión a penicilina. Esta proteína muestra similitud con una supuesta transesterasa (LovD) de Aspergillus clavatus (85% de homología, 72% de identidad) y una beta-lactamasa de Paracoccidioides brasiliensis (48% de homología, 32% de identidad). La transesterasa LovD añade 2-metilbutirato a monacolina J para formar lovastatina. Por lo tanto, la proteína 1,4-butanodiol diacrilato esterasa podría unirse al núcleo de la penicilina contribuyendo a su modificación o degradación. La disminución de los niveles de esta proteína en la cepa AS-P-78 en comparación con las cepas silvestre y Wisconsin 54-1255 podría ser uno de los mecanismos que han contribuido al aumento de los títulos de la penicilina en esta cepa industrial. Otra modificación que podría haber servido de base para el aumento de los títulos de penicilina en la cepa AS-P-78 es la sobreproducción de enzimas de la ruta Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 92 de las pentosas fosfato. Las enzimas de la fase no oxidativa de esta ruta, como la ribosa-5-fosfato isomerasa o la transcetolasa, son predominantes en la cepa de alta producción. Además, algunas enzimas que intervienen en la síntesis de novo de pirofosfato de tiamina se encuentran más representadas en la cepa de alta producción. El pirofosfato de tiamina es un grupo prostético presente en numerosas enzimas. Una de estas enzimas es la transcetolasa (Shreve y col., 1983), que conecta la ruta de las pentosas fosfato con la glicolisis mediante la introducción del exceso de azúcares fosfato en las principales rutas metabólicas de carbohidratos. Es probable que se originen altas concentraciones de ribulosa-5-fosfato (junto con poder reductor en forma de NADPH) en la cepa de alta producción a través de la fase oxidativa de la ruta de las pentosas fosfato, por lo que el exceso de este azúcar fosfato sería convertido por la ribosa-5-fosfato isomerasa en ribulosa-5fosfato (precursora de nucleótidos y ácidos nucleicos) y por la transcetolasa en precursores para la glicolisis. El aumento en los niveles de NADPH se ha correlacionado positivamente con la producción de antibióticos beta-lactámicos (Jørgensen y col., 1995; Henriksen y col., 1996; Van Gulik y col., 2000). Se sabe que la producción de penicilina en las cepas de alta producción implica un gran suministro de NADPH (Kleijn y col., 2007) (la biosíntesis de un mol de penicilina requiere 8,10 moles de NADPH). Además, se ha descrito que la producción de penicilina está fuertemente influenciada por el nivel de ATP y la concentración de cisteína. Ya que el NADPH es necesario para la biosíntesis de este aminoácido, existe una relación po- sitiva entre los niveles de cisteína y NADPH y la producción de penicilina (Nasution y col., 2008). El NADPH también es necesario para reducir el glutatión oxidado que se deriva de las tasas de aireación intensa durante el estrés oxidativo (Díez y col., 1998). Los resultados obtenidos en este trabajo demostraron que varias proteínas implicadas en la respuesta al estrés oxidativo (glutatión S-transferasa, citocromo P450 monooxigenasa, quinona oxidorreductasa de NADPH, etc.) están más representadas en la cepa AS-P-78. Algunas diferencias observadas en la cepa AS-P-78 se corresponden con los datos proporcionados por la respuesta transcripcional de una cepa de P. chrysogenum modificada para producir ad7-ACCCA. Esto puede ser debido a que la cepa de P. chrysogenum utilizada en este estudio era una cepa superproductora de penicilina. Esta respuesta incluía una regulación positiva de la transcripción de una supuesta aflatoxina B1 aldehído reductasa, dos glutatión S-transferasas, una citocromo P450 monooxigenasa y una quinona oxidorreductasa de NADPH (Harris y col., 2009). Estos resultados apuntan a que la respuesta al estrés oxidativo constituye un mecanismo de adaptación a la superproducción de penicilina. Es curioso que otra proteína que está más representada en la cepa Wisconsin 541255 comparado con la cepa silvestre y también en la cepa AS-P-78 en comparación con la cepa Wisconsin 54-1255, haya sido identificada como una enoilrreductasa LovC (Pc20g05830). También se ha descrito que existe una regulación positiva del gen que codifica la enoilrreductasa LovC como una de las respuestas transcripcionales de la cepa de P. chrysogenum que Bases moleculares de la producción de antibióticos beta-lactámicos 93 produce ad7-ACCCA (Harris y col., 2009). Dicha proteína participa en la biosíntesis del precursor de lovastatina, dihidromonacolina L. Queda por establecer si esta proteína está verdaderamente implicada en la biosíntesis de lovastatina o si es una proteína indirectamente relacionada con la biosíntesis de penicilina. Conclusiones La era de las “ómicas“ ha permitido a los científicos, 80 años después del descubrimiento de Fleming del hongo productor de penicilina, empezar a comprender las bases moleculares del incremento de la producción de antibiótico como consecuencia de seis décadas de mejora clásica de cepas. Los avances en la Microbiología, Bioquímica, Genética y Biología Molecular han contribuido al conocimiento de los genes y enzimas estructurales, auxiliares y reguladores, junto con la caracterización de los compartimentos subcelulares involucrados en la biosíntesis de antibióticos beta-lactámicos. Los datos proporcionados por la Genómica, Transcriptómica, Proteómica y Metabolómica han revelado las modificaciones principales del metabolismo primario y secundario que han ocurrido durante los programas de mejora de cepas, dando lugar al cuidadoso reequilibrio entre procesos celulares y metabólicos responsables de los impresionantes títulos de penicilina alcanzados por las cepas industriales actuales. Estos hallazgos servirán de ayuda a la comunidad científica perteneciente tanto a la industria farmacéutica como al ámbito académico, no solo para continuar la explotación de la exitosa sinergia existente entre P. chrysogenum y la producción de antibióticos beta-lactámicos, sino también para explorar la producción de otros compuestos usando este hongo, que ha demostrado ser tan versátil como factoría celular. Agradecimientos Los avances en el conocimiento de la producción de antibióticos beta-lactámicos han sido fruto del trabajo llevado a cabo por varios grupos de investigación, siendo uno de los más importantes el formado por el profesor Juan Francisco Martín y su equipo de investigadores de la Universidad de León y del Instituto de Biotecnología de León (INBIOTEC). Gran parte de los trabajos han sido financiados a través de distintos organismos, entre los que destacan la Unión Europea (Proyectos Eurofung QLRT-199900729 y Eurofungbase), Ministerio de Industria (Proyecto PROFIT: FIT-0100002007-74), Ministerio de Ciencia y Tecnología, Programa Torres Quevedo (PTQ04-3-0411 y PTQ05-02-02553), Junta de Castilla y León (Proyecto LE13/04), Agencia de Inversiones y Servicios de Castilla y León (Proyecto Genérico de Desarrollo Tecnológico 2008) y DSM Antiinfectives. Bibliografía recomendada Abraham EP, Chain E, Fletcher CM, Gardner AD, Heatley NG, Jennings MA, Florey HW. Further observations on penicillin. Lancet, 1941; II:177-89. Aharonowitz Y, Cohen Gm Martín JF. Penicillin and cephalosporin biosynthetic genes: structure, organization, regulation, and evolution. Annu Rev Microbiol 1992; 46:461-95. Álvarez E, Cantoral JM, Barredo JL, Díez B, Martín JF. 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La especie canina es un modelo animal natural, con una incidencia de gliomas espontáneos similar, y en algunos casos incluso superior, a la de la especie humana. Además, el perro comparte con la especie humana su medio natural, está sometido a los mismos factores ambientales, dietéticos e incluso tóxicos. La profundización en el estudio de los gliomas caninos, mediante el estudio de las células madre tumorales, su identificación, estudio in vitro de sus propiedades biológicas (división, diferenciación, invasividad, etc.), así como su comportamiento in vivo (inoculación en ratones inmunodeficientes para reproducir el tumor canino original), permitirá identificar nuevas dianas diagnósticas, de pronóstico y terapéuticas que podrán ensayarse en la especie canina y aplicarse, posteriormente, a la especie humana. Antecedentes y estado actual de los conocimientos Las células madre (stem cells) se definen como aquellas que tienen la capacidad de perpetuarse mediante autorrenovación y de generar células maduras de un tipo particular de tejido mediante su diferenciación (1). Estas células han sido bien estudiadas y caracterizadas durante el desarrollo embrionario, son las llamadas células madre embrionarias (embryonic stem cells); se caracterizan por ser pluripotentes, es decir, pueden diferenciarse en células de linajes diferentes pertenecientes a las tres hojas embrionarias. En los últimos años se han identificado células madre en tejidos y órganos de animales adultos. Estas células madre adultas, en algunos órganos, son las encargadas de la sustitución y de la restauración de la funcionalidad celular. Su potencial de proliferación y diferenciación es mucho menor que el de las embrionarias o fetales. Se localizan en nichos, formados por células especializadas y células madre adultas. Son multipotentes, dan células del tejido al que pertenecen, a no ser que se reduzca su transdiferenciación. En el tejido nervioso adulto se han identificado zonas neurogénicas, donde residen células madre neurales (neural stem cells) (2), localizadas en nichos (3), localizadas tanto en el encéfalo como en la médula espinal. Además, se ha compro- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 106 bado su capacidad multipotencial, generando in vitro tanto en neuronas como en células gliales (2, 4). Células madre tumorales El potencial de proliferación indefinido que determina la formación y el crecimiento de un tumor, así como la similitud de los mecanismos que regulan la autorrenovación de las células madre normales con el de las células cancerosas, ha llevado a la hipótesis de que una parte de la población tumoral podría originarse directamente de células madre adultas y con ello se ha establecido la hipótesis de las células madre tumorales (en adelante las llamaremos CSC, abreviatura de cancer stem cells) (1, 5, 6). Según esta nueva hipótesis, no todas las células de un tumor tienen las mismas habilidades de proliferar y de mantener el crecimiento del tumor. Únicamente las llamadas CSC tienen la particularidad de proliferar y de autorrenovarse (7). Estas células, debido a su longevidad, son dianas para la acumulación de mutaciones genéticas, las cuales alterarían la regulación de su ciclo de renovación y podrían, así, cambiar su destino. Esta hipótesis justificaría el modelo jerárquico descrito en los tumores (8) por el que únicamente un grupo de células dentro del tumor tiene una capacidad de proliferación significativa y la habilidad de generar nuevos tumores similares al primario. Esta nueva hipótesis se añade a la llamada hipótesis tumorigénica tradicional por la cual los tumores se originan a partir de la desdiferenciación de células maduras en respuesta a alteraciones genéticas. En este caso, todas las células tienen un potencial tumorigénico parecido que se activa sincrónicamente y con una frecuencia baja (hipótesis estocástica clásica) (8). Esta nueva hipótesis se ha visto refrendada por diferentes grupos, especialmente en tumores malignos o de alto grado (5, 9), aunque también se ha demostrado en tumores benignos (6). Los tumores nerviosos también cumplen dicha hipótesis (7, 10-15) especialmente los gliomas (8, 15). Para confirmar esta hipótesis en los tumores nerviosos se requieren como mínimo diferentes estudios (15-17): • Marcadores de superficie celular e intracelulares: su número es muy grande y su eficacia muchas veces cuestionada (ver apartado siguiente: Identificación y estudio de las CSC en el tejido nervioso). • In vitro: – Ensayo de neuroesferas: se usa para definir la identidad de las células madre neurales. A partir de células individuales obtenidas de la disociación de células del tejido germinal, se exponen a factores de crecimiento en un sistema de cultivo no adhesivo. Su expansión clonal forma esferas que contienen NSC mezcladas con células más diferenciadas de líneas específicas. Su caracterización evalúa la multipotencialidad de las neuroesferas. Su capacidad de autorrenovación se evalúa aislando células de la neuroesfera primaria y generando nuevas neuroesferas. – Disociación de las neuroesferas y generación en medios de cultivo selectivos, de líneas celulares diferenciadas (neuronales, βIII tubulina+; astrocitarias, GFAP+...). • In vivo: – Para evaluar la capacidad tumorigénica totipotente, se inoculan células El glioma canino como modelo animal natural de los gliomas humanos: estudio de… 107 de las neuroesferas subcutáneamente en ratones inmunodeficientes, con lo que se puede seguir fácilmente la generación y desarrollo del tumor y su caracterización histológica. – Implantación en encéfalo de ratones inmunodeficientes de células de las neuroesferas disociadas. Deberá generarse un tumor fenotípicamente similar al que generó las neuroesferas al desarrollarse en un microentorno propio de estas células, confirmando con ello su capacidad tumorigénica específica. Identificación y estudio de las CSC en el tejido nervioso A mediados de los años 60 del siglo pasado se empezaron a publicar los primeros estudios que demostraban la existencia de zonas neurogénicas en el encéfalo adulto: el bulbo olfatorio, el hipocampo y zonas del neocórtex del encéfalo de rata y de gato adultos (18, 19). Dichos hallazgos se fueron confirmando en encéfalos de roedores (20, 21) y en otras especies, como en las aves (22). Sin embargo, estudios posteriores en mono adulto rechazaron o limitaron dicha hipótesis (23). A partir de los años 90, gracias a la utilización de nueva metodología, se reemprendieron los estudios previos y se confirmaron los hallazgos de neurogénesis en encéfalo adulto en las diferentes especies animales descritas (24, 25). Finalmente, se confirmó dicha hipótesis en la especie humana, demostrándose neurogénesis en el gyrus dentatus del hipocampo adulto (26). Con posterioridad, se han publicado muchos trabajos que confirman la neurogénesis en el encéfalo adulto, ampliando el número de zonas neurogénicas a la zona subventricular, estriado, bulbo olfatorio, córtex piriforme, amígdala, hipotálamo, substantia nigra, N. del vago, médula espinal, etc. (2). Como hemos mencionado en el apartado anterior, las mejoras introducidas en las técnicas de estudio aplicadas al tejido nervioso (3H-thymidine, BrdU, retrovirus,14C, etc.) son las que han permitido demostrar y confirmar la presencia de células madre activas en el encéfalo adulto (2). Ello ha permitido no solo localizarlas sino determinar las características de la neurogénesis en el adulto, evaluando su funcionalidad y los factores que regulan su mantenimiento, su proliferación, la elección de su destino, su migración y orientación, así como su integración en circuitos neuronales preestablecidos mediante su integración sináptica (4). Una atención especial está mereciendo el nicho, o microambiente, que rodea a las células madre y que regula su supervivencia y proliferación en el encéfalo adulto (3). Para el estudio e identificación de las células madre en el tejido nervioso adulto, tanto normal como tumoral, se han usado diferentes técnicas y marcadores celulares (5, 8, 0). La nestina, un filamento intermedio de clase IV, ha sido considerada durante mucho tiempo como una proteína específica del citoesqueleto de las células madre y de los neuroblastos, tanto en el embrión como en el adulto (27, 28). Sin embargo, se ha visto que no es tan exclusiva de dicha población celular, ya que se ha demostrado su presencia en células no nerviosas, como endotelios, músculo estriado y cardiaco, piel y anejos cutáneos, hígado, páncreas, riñón, adrenal y testículo (27, 29). Además, cuando el tejido nervioso se altera debido a lesiones traumáticas, exci- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 108 totóxicas o isquémicas, inflamación o epilepsia, se reexpresa en astrocitos activados (27, 30). Lo mismo ocurre en muchos tumores nerviosos, como neurocitomas y neuroblastomas, gliomas, en especial glioblastomas, astrocitomas y ependimomas, meduloblastomas y schwannomas (27), lo cual indicaría el grado de desdiferenciación de sus células (8). En la actualidad se considera un marcador de células madre siempre que se acompaña de otros marcadores que así lo confirmen y se utiliza en la mayoría de estudios que se están publicando sobre tumores nerviosos, en especial, los que estudian tumores de grado alto o poco diferenciados (31). Otro marcador ampliamente utilizado es CD133 (prominina-1), una glicoproteína transmembrana típica de células madre neuroepiteliales de ratón y humanas, aunque no exclusivo de las mismas, ya que las células madre hematopoyéticas también lo expresan (7, 8). Su función no es del todo conocida; se le relaciona con la polarización, migración e interacción entre las células y la matriz extracelular. Se ha visto cómo células CD133+ aisladas de tumores nerviosos muestran propiedades de células madre y pueden iniciar y dirigir la progresión del tumor in vivo (5, 7, 8, 32). Además, estas células CD133+ poseen resistencia a drogas y toxinas, activando su capacidad de reparación del ADN y su resistencia a la apoptosis, la irradiación y la quimioterapia (8). También se relacionan dichas células con la sobreexpresión del receptor de la quemoquina de superficie celular CXCR4, el cual regula la dirección de la migración celular y, con ello, la actividad invasiva tumoral (8). También se han utilizado en tumores nerviosos para identificar el nicho en el que se encuentran las células madre (12). Ante la variabilidad de resultados obtenidos se ha recurrido a la combinación de nestina y CD133 para asegurar una mayor fiabilidad en la identificación de células madre neurales (5, 8, 32), especialmente para el estudio de tumores nerviosos (13-15). La activación de vías de señalización que normalmente regulan las células progenitoras puede tener un papel importante en la formación de tumores (3, 4, 33); un exceso de dichas vías puede provocar la transformación fenotípica de dichas células. Así, se ha utilizado la familia de receptores transmembrana Notch –1, 2, 3 y 4–, esenciales para el mantenimiento de les células madre neurales, promoviendo su autorrenovación e inhibiendo la diferenciación neuronal o glial (8). En el mismo sentido se utilizan otros factores (5, 11, 34), como: BMI-1, esencial para la autorenovación de les células madre neurales; Sonic Hedgehog, relacionado con gliomas; las BMP, que regulan la homeostasis en diferentes órganos y tejidos controlando la diferenciación, proliferación y la apoptosis; PTEN, Hox, Wnt, etc. Los factores de crecimiento también han resultado de interés en el estudio de las células madre neurales y su transformación. PDGF (platelet derived growht factor) y sus receptores, identificados en el encéfalo adulto, en neuronas y astrocitos, especialmente en la zona subventricular, muestran activación durante la gliomagénesis, en especial en glioblastomas (8, 10). EGF (epidermal growth factor) estimula la proliferación y la diferenciación de las células madre neurales; cuando su nivel es alto se convierten en células gliales altamente invasivas típica de los gliomas; muchos astrocitomas expresan El glioma canino como modelo animal natural de los gliomas humanos: estudio de… 109 EGF (10). TGF y sus receptores también se han asociado a la generación de gliomas (35, 36) en especial de glioblastomas (37). Está surgiendo una nueva línea de investigación con el análisis de la nucleostemina, un gen presente en las células madre que codifica para una proteína del nucléolo celular y que, aparentemente, tiene un papel crítico para la autorrenovación de estas células (38). Esta proteína, expresada especialmente en precursores neuroepiteliales durante la embriogénesis, desaparece cuando la célula empieza su diferenciación, volviéndose a expresar en tumores nerviosos (39). CSC y tumores nerviosos caninos Existe una abundante bibliografía que describe la incidencia de tumores espontáneos en el sistema nervioso central de animales, siendo el perro la especie animal con mayor número de referencias (40, 41). Los tumores intracraneales se presentan con una incidencia anual superior en la especie canina que en la humana (14,5 por cada 100.000 perros, comparados con los 4-5 por 100.000 en humanos) (17). En el perro, el glioblastoma intracraneal se presenta con mayor incidencia en razas braquiocefálicas, en particular Bóxer (30%) y Boston Terrier; no se ha descrito predilección por sexo y su incidencia aumenta a partir de los 6 años (40). Las localizaciones más frecuentes son cerebro y diencéfalo. Las técnicas de imagen aplicadas a su diagnóstico, como la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN), permiten detectar características tumorales similares a las descritas en la especie humana (17). El estudio de la hipótesis de las CSC en tumores de animales domésticos es muy incipiente. En la literatura solo aparecen publicados dos trabajos realizados en tumores de piel y mama caninos y felinos (42, 43), uno en un osteosarcoma canino (44) y otro en carcinomas hepáticos caninos (45). En estos estudios, sus autores se limitan a demostrar la presencia de las CSC mediante ensayo de mamoesferas o sarcoesferas y a tipificar las poblaciones celulares diferenciadas a partir de dichos cultivos primarios. Hasta el momento, existe un único estudio llevado a cabo a partir de un glioblastoma canino (17) en el que, además de demostrar la presencia de CSC in vitro, mediante ensayo de neuroesferas y su diferenciación en células pertenecientes a distintas poblaciones neurales, reproducen in vivo el tumor canino original inoculándolo, intracerebralmente, en ratones inmunodeficientes. CSC, tumores nerviosos humanos y modelos animales En la especie humana, los tumores nerviosos constituyen menos del 2% de las neoplasias malignas, pero son el segundo tumor más frecuente en niños, después de las leucemias (46). De entre los tumores intracraneales, un 60% son de origen neuroepitelial, un 28% meníngeo y un 7,5% derivado de los nervios craneales. La mortalidad en pacientes con tumores encefálicos es muy alta, dependiendo del tipo y grado del tumor; los pacientes con tumores de grado IV, como es el caso del glioblastoma, tienen una supervivencia menor a los 2 años desde el momento de su diagnóstico. El Glioblastoma es el tumor en- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 110 cefálico más frecuente (un 12-15% de las neoplasias intracraneales y un 5060% de los tumores astrocíticos) con una incidencia de dos-cuatro nuevos casos por cada 100.00 personas/año. La ratio mortalidad/incidencia de los tumores nerviosos en la especie humana refleja la efectividad del diagnóstico y de las medidas terapéuticas (46). Los modelos animales utilizados hasta el momento para el estudio de la hipótesis de la CSC en tumores nerviosos se limitan a (46, 47): • Tumores creados mediante métodos que no se focalizan en un gen específico: – Desde los años 70 se utilizan inyecciones intravenosas repetidas de compuestos, como la methylnitrosourea (MNU) y la N-ethyl-N-nitrosourea (ENU), provocando gliomas en ratas inmunocompetentes. – Inyección de células de glioma de rata en hospedadores singénicos como la línea C6 de glioma, el modelo Fisher, la línea CNS-1 y sobre todo, la línea GL261. – Inyección de células de glioma humano implantadas en ratones atímicos. • Tumores creados por una mutación génica dirigida y conocida que también está presente en tumores humanos, como, por ejemplo, p53, INK4a/ARF, PTEN, EGF-R, PDGF, etc. También se están utilizando ratones en los que se provoca el tumor nervioso utilizando vectores virales (lentivirus) (48). Finalmente, se utilizan ratones modificados genéticamente (knockout condicionales, usando promotores como GFAP, S-100, nestina…), los cuales presentan una incidencia alta de tumores nerviosos espontáneos (49). La fiabilidad de los resultados obtenidos al extrapolarlos a los tumores nerviosos de la especie humana se han puesto en cuestión (47) debido, principalmente, a las deficiencias inmunológicas existentes en los modelos murinos descritos: muy baja expresión de antígenos de superficie e inmunosupresión local y sistémica asociada. Las ventajas de utilizar un modelo animal como es el perro, más cercano a la especie humana, resultan cada vez más evidentes y son defendidas por un mayor número de grupos de investigadores. Destacamos entre ellas (50-52): • Los estudios longitudinales son similares, debido a la vida más larga del perro respecto del ratón. • El perro comparte características bioquímicas y fisiológicas con los humanos: la presentación de la enfermedad y la respuesta clínica del perro son más semejantes a la de la especie humana. • Más de la mitad de las enfermedades hereditarias del perro tienen equivalente en el hombre (cardiomiopatía, distrofia muscular, cáncer de próstata, etc.) incluso las multifactoriales (diabetes, epilepsia, cáncer, asma). • Se ha secuenciado el genoma canino, lo que permite su estudio. • El perro ha sido fundamental como instrumento para el estudio y desarrollo del trasplante de médula ósea y de los protocolos de terapia génica, cardiovascular y ortopédica. El glioma canino como modelo animal natural de los gliomas humanos: estudio de… 111 • En los trasplantes, la cinética de las células madre en el perro es biológicamente comparable a la humana en relación a necesidades hematopoyéticas y respuesta a citoquinas. • Posibilidad de clonación terapéutica de células caninas. • Existen líneas celulares embrionarias caninas obtenidas a partir de blastocistos o de embriones de 13-14 días. • La reprogramación de células somáticas caninas hacia un fenotipo pluripotencial da como resultado células equivalentes a les células madre. Estado actual de grupos que trabajan con materias afines al proyecto En Medicina Humana, en los últimos años han proliferado enormemente los grupos que se dedican al estudio de las CSC en diferentes tipos de tumores, incluidos los nerviosos. Dentro de este último grupo destacamos los grupos liderados por el Dr. O. Brüstler (Institute of Reconstructive Neurobiology, Life and Brain Center, Universidad de Bonn, Alemania), el Dr. Schiffer (Departamento de Neurociencia de la Universidad de Turín, Italia), la Dra. Cattaneo (Centre for Stem Cell Research, Universidad de Milán, Italia), el Dr. Pollard (Wellcome Trust Centre for Stem Cell Research, Universidad de Cambridge, Reino Unido), Dr. Frisen (Department of Cell and Molecular Biology, Medical Nobel Institute, Karolinska Institute, Estocolmo, Suecia). En nuestro país son ya numerosos los grupos que desarrollan tanto investigación básica (Facultad de Medicina, Universidad de Barcelona, IDIBAPS; Insituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron, Barcelona; Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas –CNIO–, Madrid; Instituto de Investigación Biomédica –INIBIC–, A Coruña, etc.) como aplicada (Instituto de Biología Molecular y Celular del Cáncer, CSIC/Universidad de Salamanca; Hospital Universitario Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria, etc.) aplicada a la Neurooncología. En Medicina Veterinaria, tal como hemos citado en la sección anterior, existen aún pocos grupos que se dediquen al estudio de las CSC en tumores espontáneos animales. Citamos a continuación, los cuatro grupos que han publicado resultados al respecto: • Department of Medical Sciences, University of Wisconsin, Madison, WI, EUA, en colaboración con la Royal (Dick) School of Veterinary Studies, de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido (43, 44). • Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Milán, Italia, en colaboración con el Max Planck Institute, Muenster, Alemania (42). • Departments of Veterinary Pathobiology and Small Animal Medicine and Surgery, College of Veterinary Medicine, Texas A&M University, College station, TX, EUA (17). • Departamentos de Patología y Cirugía, Facultad de Medicina Veterinaria y de Ciencia Animal, Universidad de Sao Paulo, Brasil (45). En el Estado español no existe aún ningún grupo que haya publicado ningún trabajo en este ámbito en animales de compañía (perro o gato). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 112 Experiencia de nuestro grupo en el estudio de las CSC en tumores gliales caninos Nuestro Grupo de Neuropatología Veterinaria (GNPV) tiene amplia experiencia en el estudio y diagnóstico de las enfermedades neuropatológicas en animales tanto domésticos como salvajes y de laboratorio. Queremos destacar las siguientes. • Estudios clínico-patológicos en medicina de animales de compañía, general y de especialidad (Neurología, Medicina Interna, Dermatología, Imagen, Exóticos, Équidos), realizados por convenios con empresas o dirigidos a proyectos de investigación integrados y multidisciplinares. • Enfermedades infecciosas: participación en programas de vigilancia de enfermedades emergentes en nuestro país: lengua azul en rumiantes domésticos y salvajes, enfermedades víricas (flavivirus) vehiculadas por artrópodos (West Nile en équidos). Desarrollando técnicas de evaluación clínica y de diagnóstico histopatológico. • Neurooncología: colaboración con el Dr. Kaspar Matiasek, neuropatólogo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Múnich, Alemania, en su proyecto de estudio epigenético de tumores caninos en colaboración con el banco de tejidos (colección de tumores, estudios de expresión génica, etc.). • Neurodegeneración: líneas abiertas en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas animales (enfermedad de neurona motora, mielopatías degenerativas, leucodistrofias) en colaboración con grupos de investigación de medi- cina humana. Creación de una nueva línea de estudio del envejecimiento del tejido nervioso animal en colaboración con otros grupos (Parc Zoològic de Barcelona, Dr. Isidro Ferrer-Bellvitge), evaluando la utilidad de primates y perro como modelos para el estudio del envejecimiento humano. • Enfermedades priónicas en animales (Laboratorio PRIOCAT): estudio de la patogenia de la neurodegeneración usando modelos animales modificados genéticamente complementados con material de campo (casos autóctonos) en colaboración con el BTAC. Estudios de expresión génica en ovejas afectadas de scrapie en colaboración con el grupo que dirige el Dr. Juan Badiola, de la Universidad de Zaragoza. Evaluación de nuevas técnicas que mejoren los niveles de detección de la proteína priónica para detectar casos clásicos y atípicos, tanto en ovino como en bovino. Estudio de priones en especies no sensibles con el grupo del Dr. Joaquín Castilla, CIC-bioGUNE, Derio, Bilbao. • Animales modificados genéticamente: desde la Unidad de Patología Murina del CBATEG: servicio de fenotipado de ratones transgénicos (mouse clinic). Estudio de la patogenia de enfermedades metabólicas (diabetes, Sanfilippo). • Banc de Teixits Animals de Catalunya (BTAC): único biobanco con tejidos animales existente en nuestro país. Participación en estudios clínicos y proyectos de investigación de grupos de investigación externos aportando muestras del banco. Disminución del uso de animales para experimentación. El glioma canino como modelo animal natural de los gliomas humanos: estudio de… 113 Desde hace aproximadamente año y medio, hemos iniciado en nuestro grupo el estudio de las células madre del tejido nervioso, especialmente en el encéfalo de animales adultos. El primer paso ha sido poner a punto técnicas que nos permitieran identificar células madre adultas en encéfalos animales en tejidos fijados en formol e incluidos en parafina. Para ello, gracias a nuestra experiencia en estudios inmunohistoquímicos, pusimos a punto diferentes marcadores de las mismas. El primero de ellos fue nestina. A partir de encéfalos de diferentes especies animales, perro y ratón, identificamos células nestina+ en diferentes localizaciones encefálicas: zona subventricular y gyrus dentatus. A pesar de que los resultados obtenidos coincidían con los publicados por otros autores, ponían en cuestión la especificidad de este marcador, ya que en algunas zonas resultaban también positivas células maduras con morfología neuronal o glial (astrocitos). Con el anticuerpo contra Olig2, marcador de precursores gliales de la línea oligodendrocítica, no tuvimos problemas, ya que obtuvimos un marcaje específico y claro tanto en perro joven como en viejo. A continuación pusimos a punto CD133. En este caso, la puesta a punto la hicimos en riñón de perro, obteniendo positividad en los epitelios de los túbulos contorneados. En los tumores gliales, la positividad se correspondía con los vasos y con células aisladas. Una vez puestos a punto los nuevos marcadores, aplicaremos todos ellos al estudio de los distintos tumores gliales caninos. Estos resultados preliminares han sido presentados en dos congresos: • Como una comunicación oral titulada “Caracterización y clasificación de neoplasias de células gliales en perro, estudio histológico e inmunohistoquímico“, presentada en la XXI Reunión de la Sociedad Española de Anatomía Patológica Veterinaria (SEAPV), celebrada del 24 al 26 de junio de 2009 en Lugo. • Parte de una comunicación oral titulada “Cancer stem cells in canine gliomas: preliminary results in a study of 17 cases”, presentada en el 22nd Symposium European Society of Veterinary Neurology-European College of Veterinary Neurology (ESVN-ECVN), celebrado del 24 al 26 de septiembre de 2009, en Boloña (Italia). En paralelo a esta puesta a punto de técnicas de laboratorio, hemos organizado la recolección de tumores gliales caninos. Para ello, contamos con la colaboración imprescindible del SNN-FHCV-UAB, dirigido por la Dra. Sònia Añor y con su equipo de residentes. El primer paso ha sido la formación del grupo clínico para la detección de perros afectados de gliomas intracebrebrales inoperables o intratables; a estos animales únicamente se les puede recomendar una eutanasia humanitaria. Una dificultad adicional ha sido conseguir donaciones de cadáveres por parte de los propietarios de dichos perros. Para ello se instaló un póster en la consulta de Neurología del hospital informando a los propietarios del proyecto y animándoles a colaborar en el mismo, donando el cadáver de sus perros una vez eutanasiados. Inmediatamente después de practicada la eutanasia se procedió a la necropsia y extracción del encéfalo (post mórtem máximo Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 114 de 30 minutos). Se extrajeron muestras de tejido tumoral, de tejido nervioso adyacente al tumor y de tejido nervioso alejado del tumor (hemisferio contralateral). Las muestras en fresco fueron sumergidas en medio de cultivo. Se tomaron muestras en congelación para posteriores estudios inmunoquímicos. El resto del encéfalo fue sumergido en solución de formol tamponado. Una vez fijado, fue tallado e incluido en parafina de forma rutinaria. A partir de las muestras en fresco se procedió al cultivo de células madre cancerosas en flotación. El tejido disociado permitió el crecimiento y expansión de células madre formando glioesferas mantenidas en un estadio indiferenciado. El cultivo de células madre en medios de diferenciación permitió la obtención de diversos fenotipos neurales, tanto gliales (GFAP y Olig2) como neuronales (Tuj1). A estos tumores se les están aplicando las técnicas de inmunohistoquímica usando los marcadores descritos para detectar CSC, así como otros marcadores convencionales para tipificar las diferentes poblaciones celulares. Parte de estos últimos resultados han sido presentados en forma de póster titulado “Hipótesis de las células madre cancerosas (cancer stem cells) en tumores gliales caninos: resultados preliminares“, en la XXII Reunión de la Sociedad Española de Anatomía Patológica Veterinaria (SEAPV), celebrada del 16 al 18 de junio de 2010 en Valencia. Bibliografía 1. Reya T, Morrison SJ, Clarke MF, Weissman IL. Stem cells, cancer, and cancer stem cells. Nature 2001 Nov 1; 414(6.859):105-11. 2. Gould E. How widespread is adult neurogenesis in mammals? Nat Rev Neurosci 2007 Jun; 8(6):481-8. 3. Conover JC, Notti RQ. The neural stem cell niche. Cell Tissue Res 2008 Jan; 331(1):211-24. 4. Duan X, Kang E, Liu CY, Ming GL, Song H. Development of neural stem cell in the adult brain. Curr Opin Neurobiol 2008 Feb; 18(1):108-15. 5. Ailles LE, Weissman IL. Cancer stem cells in solid tumors. Curr Opin Biotechnol 2007 Oct; 18(5):460-6. 6. Xu Q, Yuan X, Tunici P, Liu G, Fan X, Xu M, et al. 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Tras el descubrimiento por Robert Koch del bacilo causante de la tuberculosis y su descripción pública el 24 de marzo de 1882, las medidas de higiene y prevención se fundamentaron en la detección de casos y en el aislamiento de los enfermos que eran tratados en los sanatorios antituberculosos. En los años sucesivos, la “lucha organizada contra la tuberculosis” unida a la mejora de las condiciones de vida permitió disminuir drásticamente el número de muertos en los países industrializados. En los años 20, Albert Calmette y Camille Guérin, tras 13 años de cultivos sucesivos del bacilo de la tuberculosis en el laboratorio, logran que pierda su virulencia y desarrollan la vacuna denominada BCG (ba- cilo de Calmette y Guérin). Esta vacuna ha mostrado su eficacia contra las formas más graves de tuberculosis, como son las localizaciones meníngea y diseminada. Conjuntamente a la utilización de la vacuna BCG, en la segunda mitad del siglo XX se descubrieron fármacos eficaces contra esta enfermedad. Administrados de forma conjunta y durante prolongados periodos de tiempo, constituyen un arsenal terapéutico eficaz para el tratamiento de la tuberculosis. Situación actual de la tuberculosis en el mundo El conocimiento de la historia natural de la enfermedad, la mejora de los métodos de diagnóstico y la existencia de un tratamiento eficaz llevaron a considerar en los países industrializados que la enfermedad se encontraba bajo control. Sin embargo, en los años 90, saltó la alarma en dichos países industrializados. El número de casos experimentó un aumento, registrándose un número de enfermos superior al esperado y se detectaron formas epidémicas de tuberculosis resistentes a los fármacos convencionales en hospitales de estos países; la tuberculosis se convertía de nuevo en una enfermedad incurable. En 1993, la Organización Mundial de la Salud declaró la tuberculosis como una emergencia global, estimando que, anualmente, el número de nuevos casos supe- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 118 raría los 10 millones y causaría 2 millones de muertos. Desde los años 60, en que se iniciaron los primeros tratamientos, se han descrito cepas resistentes a los distintos antituberculosos. Sirva de ejemplo que, en abril de 1991, el 33% de las cepas aisladas en Nueva York eran resistentes al menos a un antibiótico. El mal cumplimiento del tratamiento está considerado el principal factor asociado con la aparición de resistencias. Actualmente, los países en vías de desarrollo, especialmente África subsahariana, amplias zonas de Asia y algunas naciones latinoamericanas, son los que presentan un mayor número de casos de tuberculosis resistente a los principales antituberculostáticos. También supone un grave problema en algunos países de la antigua Unión Soviética, donde se han detectado epidemias de tuberculosis multirresistente, considerándose el control de estas epidemias una prioridad (OMS, 2004). Con el fin de describir este problema global, la OMS, en 1994, implementó un programa de vigilancia de resistencias que de manera rutinaria recoge datos y analiza las resistencias detectadas en los distintos países. Como dato alarmante, el último informe de 2012, que incluye datos de 80 países y ocho territorios, recoge el mayor índice de tasas de multirresistencia desde su inicio (Zignol, 2012). La estrategia del bacilo de la tuberculosis Comparado con otras bacterias, el bacilo de la tuberculosis se multiplica muy lentamente (24 horas). Crece dentro de las células del hospedador que infecta; en la tuberculosis humana, su único hábitat es el ser humano, transmitiéndose entre personas por vía respiratoria. Tras ser infectadas por el bacilo, entre un 5 y un 10% de las personas infectadas desarrollan la enfermedad, ya que la susceptibilidad a la enfermedad es multifactorial. Entre las múltiples causas que se asocian con desarrollar una tuberculosis se encuentran factores genéticos, pero también factores ambientales que pueden disminuir las defensas del individuo, como una mala alimentación asociada a la pobreza o enfermedades que afectan al sistema inmunológico, como el sida. Estudios moleculares recientes muestran que la estrategia de crecimiento lento del bacilo de la tuberculosis es muy eficaz y que, en comparación con otros microbios, su adaptación al ser humano es relativamente reciente, existiendo una gran similitud entre todos los aislamientos del bacilo de la tuberculosis, que serían descendientes de un antecesor común (Mostowy, 2005). La hipótesis es que el bacilo infectó a los primeros humanos, aproximadamente hace 15.000 o 20.000 años, cuando el ser humano comenzó a vivir en sociedad en comunidades agrícolas y ganaderas (Brosch, 2002, 2007). Epidemiología molecular de la tuberculosis: siguiendo el rastro del bacilo de la tuberculosis Los estudios moleculares permiten diferenciar una cepa del bacilo de la tuberculosis que ha producido la enfermedad en un determinado paciente. La posibilidad de detectar secuencias de ADN repetidas, en localizaciones y/o número diferente para cada bacilo, nos permite la diferen- Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI 119 ciación de cepas y seguir el rastro del bacilo de la tuberculosis. Estos estudios se iniciaron con el descubrimiento de una secuencia de inserción denominada IS6110, específica del bacilo de la tuberculosis. El número de copias de la secuencia IS6110 es variable y estas se localizan en distintas posiciones del cromosoma de forma polimórfica en las diferentes cepas. El estudio de esta secuencia, en cada cepa, permite obtener un patrón similar a un código de barras. Nuestros primeros trabajos se dirigieron al estudio de la estabilidad de este polimorfismo. Se estudiaron las cepas aisladas de pacientes tuberculosos y cepas aisladas de los mismos pacientes años más tarde (Otal, 1991). Confirmar que el patrón era diferente entre distintos pacientes y que a su vez permanecía estable en un mismo paciente nos permitió considerar su potencial utilidad en la detección de futuras epidemias. Posteriormente, nuestros esfuerzos se dirigieron a conocer el mecanismo biológico de ese polimorfismo, descubriendo que era debido al salto o transposición de esta secuencia IS6110 (Mendiola, 1992). Comprobada la utilidad del método, por su estabilidad en el tiempo y su universalidad entre cepas, al deberse a un mecanismo de transposición o salto común a otras bacterias, el método de diferenciación de cepas de bacilos de la tuberculosis comenzó a ser empleado por diferentes laboratorios de todo el mundo, pero, al utilizarse diferentes sitios de corte del genoma de bacilo y marcando ese polimorfismo de forma diferente, no permitía la comparación entre laboratorios. En una reunión celebrada en los CDC (Centers for Disease Control) de Atlanta, se planteó la nece- sidad de estandarizar el método de diferenciación de las cepas por RFLP (polimorfismo de la longitud de los fragmentos de restricción), con la secuencia de inserción IS6110, para su uso universal en la medicina humana. En este consenso participó activamente la Universidad de Zaragoza junto con, entre otros, los CDC de Atlanta, el Instituto Pasteur de París, el RVIM de Holanda o la UCLA (Van Embden, 1993). Actualmente, este es el método universalmente utilizado para la diferenciación del bacilo de la tuberculosis y es utilizado sistemáticamente para estudios epidemiológicos. El método publicado en 1993 por Van Embden continúa siendo el patrón universal de la epidemiología molecular de la tuberculosis. Después de más de 20 años de uso en estudios de epidemiología molecular del bacilo de la tuberculosis por RFLP-IS6110, sigue siendo el patrón oro, y decenas de miles de cepas en todo el mundo han sido estudiadas de forma estandarizada, permitiendo la comparación de bases de datos, lo que facilita el estudio del comportamiento del bacilo. Los resultados de estas técnicas se pueden analizar mediante programas informáticos de análisis de imágenes y son almacenados en bases de datos. Cada patrón o código de barras de las nuevas cepas se compara con las ya existentes en la base de datos y, si coinciden, se estudia la relación entre los pacientes. La Universidad de Zaragoza sigue participando en el estudio comparativo internacional de diferentes métodos de tipado, colaborando en la búsqueda de nuevos métodos que permitan acortar tiempos o mejorar la técnica (Otal, 1997), comparándolos con los métodos utilizados en la actualidad (Kremer, 1999). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 120 Actualmente, la técnica RFLP-IS6110 está siendo reemplazada por métodos más rápidos, basados en la reacción en cadena de la polimerasa, que necesitan menor cantidad de bacilos para realizarse, y cuya lectura se realiza mediante 24 dígitos, llamada MIRU-VNTR (Supply, 2006). Estas técnicas moleculares nos permiten identificar una transmisión de tuberculosis (un individuo sano es contagiado por un individuo enfermo), una reactivación (una cepa que infectó previamente y que se encontraba en fase silente en un individuo) o una reinfección con una cepa nueva, dependiendo de que los patrones genéticos de las cepas aisladas de los individuos sean idénticos o no. Estudios de epidemiología molecular en la Comunidad Autónoma de Aragón Los estudios efectuados entre los años 1993 y 1995 fueron pioneros en nuestro país (Samper, 1993). Permitieron establecer las similitudes y diferencias de la transmisión de la tuberculosis con estudios internacionales y posteriormente nacionales (Iglesias, 1998; Samper, 1998). Para estos estudios fue fundamental la colaboración de los Servicios de Microbiología de los dos grandes hospitales de la provincia de Zaragoza: el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y el Hospital Miguel Servet, así como la de los otros hospitales de Aragón. Desde el año 2004, en colaboración y coordinación con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón, se realiza la caracterización molecular sistemática de las cepas aisladas en Aragón. Este trabajo permite detectar y estudiar la presencia de los brotes activos, y posibilita a los microbiólogos des- cartar contaminaciones de laboratorio y diferenciar, dentro del complejo Mycobacterium tuberculosis, las subespecies que afectan a humanos: M. tuberculosis, M. bovis, M. bovis BCG y M. africanum. Estas investigaciones también permiten a los epidemiólogos realizar estudios poblacionales e identificar grupos y factores de riesgo, y a su vez a los sistemas de vigilancia epidemiológica el seguimiento de casos y la detección de brotes para un mejor control de la enfermedad (Iglesias, 2002). Desde el punto de vista de la investigación básica, estos estudios nos permiten reconocer cepas que puedan tener aumentada su virulencia, posibilitando el estudio de los mecanismos de patogenicidad del bacilo de la tuberculosis. Las técnicas de epidemiología molecular también se han aplicado a los bacilos de la tuberculosis aislados en animales para su utilización en medicina veterinaria. Se estudiaron aislamientos de bóvidos y cabras (Gutiérrez, 1995), siendo posible detectar en algún caso la transmisión de determinadas cepas a humanos (Gutiérrez, 1997). Por otra parte, se estudió la localización de la secuencia de inserción IS6110 en cepas causantes de tuberculosis tanto en vacas como en humanos que presentaban una reactivación de la enfermedad, con la finalidad de estudiar la posible relación de dicha secuencia con la capacidad del bacilo para permanecer en estado de latencia en el hombre (Otal, 2008). Estudios de epidemiología molecular a nivel nacional e internacional Nuestro grupo participa de forma muy activa en estudios de epidemiología de la tu- Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI 121 berculosis con otras comunidades autónomas como, entre otras, Galicia, Navarra (Dorronsoro, 2000), la Comunidad de Madrid (Cacho, 2005) y la Comunidad Valenciana (García, 2002). En Gran Canaria (Pena, 2003), estos estudios han descrito la posibilidad de reinfección con nuevas cepas del bacilo, en pacientes con una tuberculosis previa (Caminero, 2001a), y que la introducción en el año 1993 en la isla de Gran Canaria de una cepa de un determinado patrón genético, denominado “Beijing”, produjera ese año el mayor brote de tuberculosis en la isla. Estudios de años posteriores demostraron que, en 4 años, esta cepa pasó a representar el 27% de los casos de tuberculosis de toda la isla (Caminero, 2001b), indicando la enorme capacidad de transmisión del brote “Beijing”. Posteriores estudios de esta cepa denominada GC1237 nos han permitido la localización de 19 copias de la secuencia de inserción IS6110 en su genoma (Alonso, 2011), lo que a su vez ha posibilitado diseñar un ensayo para la rápida detección de esta cepa (MillánLou, 2012). Se han estudiado los factores que pueden afectar el comportamiento de este aislado y se ha desarrollado una prueba rápida de diagnóstico con la finalidad de ser introducida en los laboratorios de origen para detectar rápidamente los casos, ya que el control de ese brote específico reduciría de forma considerable la incidencia de la tuberculosis en la isla (Alonso, 2011; Millán-Lou, 2011). Las técnicas de epidemiología molecular también las hemos aplicado a los bacilos bovinos de la tuberculosis aislados en animales, en colaboración con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, para su utilización en medicina veterinaria, y a aislados en humanos, en colaboración con el Instituto Carlos III de Madrid; se estudiaron aislamientos de bóvidos y cabras (Gutiérrez, 1995), los patrones predominantes entre estos animales. En cuanto a la situación respecto a los humanos, se detectó en algún caso la transmisión de determinadas cepas a humanos (Gutiérrez, 1997), y que los casos de tuberculosis producidos por M. bovis y M. caprae en España representan una proporción pequeña respecto al total de casos de tuberculosis, y están ligados a exposición ocupacional y a la procedencia de países endémicos (Ervalin, 2009). En colaboración con grupos de veterinaria nacionales, se estudió la epidemiología de la tuberculosis en animales de ganadería y salvajes (Gortazar, 2005). Igualmente, con grupos de veterinaria latinoamericanos, para el estudio epidemiológico de tuberculosis en explotaciones ganaderas argentinas (Zumarraga, 1999b) y en animales salvajes, como los lobos marinos de las costas argentinas y de la Patagonia (Zumarraga, 1999a). Estudio de los mecanismos de adaptación del bacilo a los fármacos antituberculosos: estudio de los mecanismos de resistencia Como hemos indicado anteriormente, la utilización de antibióticos constituye una de las formas más eficaces de luchar contra las infecciones bacterianas. El estudio de los mecanismos por los que una bacteria se vuelve resistente a los antibióticos ayuda a prevenir este fenómeno, que representa un grave problema sanitario. Hasta el presente, las cepas resistentes a los fármacos que se Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 122 utilizan en el tratamiento de la tuberculosis que se han estudiado a nivel genético tienen modificaciones en el sitio diana de acción del fármaco, lo que les confiere unos niveles de resistencia significativos desde el punto de vista clínico. Sin embargo, se han encontrado bacilos resistentes en los que las proteínas diana no están alteradas, por lo que la resistencia está producida por otro mecanismo diferente. Nos interesamos en el estudio de los mecanismos por los cuales el bacilo de la tuberculosis aumenta la capacidad de hacerse más resistente, como es el aumento de tasas de mutación (Rad, 2003). Siguiendo la línea de investigación clásica iniciada por el profesor Gómez-Lus en el estudio de los mecanismos de resistencia en bacterias, nos enfocamos en el estudio de los mecanismos de resistencia aplicado a las micobacterias. Inicialmente, estudiamos las enzimas modificantes de antibióticos (Aínsa, 1996, 1997) y actualmente estamos investigando la contribución de las bombas de eflujo en el fenómeno de la resistencia a antibióticos en el bacilo de la tuberculosis, en colaboración con otros laboratorios europeos (Aínsa, 1998; Silva, 1998; De Rossi, 2002). Las bombas de eflujo actúan como sistemas de expulsión de determinadas sustancias, entre ellas elementos tóxicos para la bacteria, como los antibióticos, y por este motivo podrían facilitar la adquisición de mutaciones que confieren altos niveles de resistencia. El bacilo tiene más de 40 bombas de eflujo de distintas familias (De Rossi, 2006) y, al igual que sucede en otras especies bacterianas, además de la resistencia a fármacos, las bombas de eflujo están implicadas en otros procesos metabólicos (Ramón-García, 2009, 2012). En consecuencia, resulta in- teresante explorar la posibilidad de utilizar inhibidores de eflujo en la terapia de la tuberculosis (Rodrigues, 2011). Epidemiología molecular de la tuberculosis multirresistente De los fármacos disponibles actualmente para el tratamiento de la tuberculosis, dos de ellos, la isoniazida y la rifampicina, son de enorme importancia. La bacteria que adquiere resistencia, al menos a estos dos fármacos, la denominamos tuberculosis multirresistente. Por la dificultad de su tratamiento, se convierten en las formas más graves de tuberculosis. Su estudio y control están considerados de enorme importancia desde el punto de vista sanitario, epidemiológico y de Salud Pública. Tradicionalmente, en modelos animales se ha estudiado que los bacilos que se hacen resistentes a los fármacos son menos virulentos, perdiendo su capacidad de infectar tanto al ratón como al cobayo. Estos estudios han sido corroborados por nuestros trabajos de epidemiología molecular, en los que encontramos que las cepas sensibles a los fármacos, en general, se transmiten más que las cepas multirresistentes. Sin embargo, determinadas cepas multirresistentes se transmiten de forma epidémica. Tras la ocurrida en los años 90 de Nueva York, se estudió, en colaboración con hospitales de Málaga y de Madrid, la primera epidemia de tuberculosis multirresistente ocurrida en España (Samper, 1997), con una alta tasa de reinfección (Rivero, 2001), que, posteriormente, afectó a gran número de comunidades autónomas, incluida la aragonesa. Una cepa resistente a la mayor parte de los fármacos conocidos contra la enfermedad se diseminó entre enfermos con sida pro- Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI 123 vocando una elevadísima mortalidad. Después de este suceso, con la idea de detectar posibles epidemias de tuberculosis multirresistente, y en colaboración con la mayoría de los Servicios de Microbiología de los hospitales del país, nuestra universidad se planteó el estudio sistemático de las cepas multirresistentes de tuberculosis y se estableció una red de vigilancia de la tuberculosis multirresistente española, pionera a nivel mundial (Samper, 2000, 2005). Estudio de la tuberculosis multirresistente a nivel nacional Desde enero de 1998 se realiza de forma sistemática el estudio genético de cepas del bacilo de la tuberculosis, multirresistentes a los fármacos, en coordinación con el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, donde se informan los casos idénticos que aparecen entre diferentes comunidades autónomas. Este sistema de alerta de brotes de tuberculosis multirresistente posibilita la actuación en caso de epidemias. La red de vigilancia española de la tuberculosis multirresistente se denomina Grupo Español de Trabajo sobre TB-MR. Está formada por los laboratorios de micobacterias del Sistema Nacional de Salud, y coordinada por el grupo de Genética de Micobacterias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza (http://genmico.unizar.es/). Estudio de la tuberculosis multirresistente a nivel internacional Desde enero de 1998 se realiza de forma sistemática el estudio genético de cepas del bacilo de la tuberculosis, multirresistentes a los fármacos, en coordinación con el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, donde se informan los casos idénticos que aparecen entre diferentes comunidades autónomas. Con más de 10 años de continuidad, esta red de vigilancia molecular de la tuberculosis multirresistente en España la forman los laboratorios de micobacterias del Sistema Nacional de Salud, y está coordinada por el grupo de Genética de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza (http://genmico.unizar.es/) (Gavín, 2011). Este sistema de alerta de brotes de tuberculosis multirresistente posibilita la detección de epidemias en nuestro país o en el país de origen de nuestros inmigrantes (Gavín, 2009). A nivel europeo, el ECDC apoya el mantenimiento de una base de datos de los casos de tuberculosis multirresistentes, localizada en Holanda, que contiene los patrones genéticos de la cepas de tuberculosis multirresistente aisladas en los laboratorios de la Unión Europea, donde se posibilita la comparación de cada nuevo caso. El intercambio de datos hace posible detectar brotes entre diferentes países (Devaux, 2009). El trabajo en red nos permitió estudiar el traspaso de fronteras del bacilo de la tuberculosis. En el caso de un estudio con investigadores latinoamericanos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Colombia y Venezuela, pudimos comprobar que la tuberculosis multirresistente predominante en nuestros países no se detectaba en el resto de los países; sin embargo, es importante mantener esta vigilancia (Ritacco, 2011). En Europa, el ECDC trabaja en ello desde 2008, y en su nuevo programa para luchar Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 124 contra la enfermedad ve importante la continuidad de los estudios moleculares (PRog). Desarrollo de herramientas genéticas para estudiar el bacilo de la tuberculosis En los años 70 se desarrolla la Genética y Biología Molecular, utilizando distintas bacterias y virus como modelos. Las técnicas moleculares aplicadas al bacilo de la tuberculosis se desarrollaron con más de 20 años de retraso. Las razones de esta demora son diversas. El bacilo es difícil de manipular, debe manipularse en laboratorios de seguridad biológica, por tratarse de un patógeno que se transmite por vía respiratoria, y presenta un crecimiento muy lento. Experimentos que en otras bacterias no patógenas se realizan en días, con el bacilo de la tuberculosis se retrasan meses o años. A todo esto, se sumó el optimismo de los años 70, en que se pensaba que era posible la erradicación de la tuberculosis, menospreciando al enemigo, creyendo que no sería necesario estudiar y conocer el bacilo para luchar contra él. Para manipular directamente el bacilo de la tuberculosis ha sido necesario desarrollar útiles genéticos en microorganismos emparentados que nos sirven de modelo. Para la puesta a punto de estos nuevos útiles genéticos se eligen las especies no patógenas. El bacilo de la tuberculosis pertenece al género de las “micobacterias”. La investigación genética del género se inicia por dos grupos a finales de los años 80: uno en Estados Unidos y otro en Europa. El grupo americano está dirigido por el profesor Jacobs de la Facultad de Medicina del “Albert Einstein Institut” de Nueva York, y al grupo europeo lo dirige la profesora Gicquel del Instituto Pasteur de París. Por esta época, distintos miembros del actual Grupo de Genética de Micobacterias se formaron en el Instituto Pasteur. En este periodo, se aísla el transposón Tn610, que fue modificado genéticamente, introduciendo un marcador de resistencia a kanamicina, denominándose al nuevo transposón Tn611 (Martín, 1990). Con este se demostró, por primera vez, la transposición en micobacterias. También participamos en el desarrollo de las técnicas de manipulación genética por introducción de DNA por electrotransformación (Hermans, 1991) y desarrollamos vectores que permiten insertar genes de forma estable en las micobacterias (Martín, 1991). Participamos en la construcción de una serie de vectores que replican de forma condicional, como los plásmidos termosensibles para la replicación, para poder seleccionar gran número de sucesos de transposición. La replicación del plásmido, a una temperatura permisiva, permite que la transposición ocurra en el interior de la bacteria. Al aumentar la temperatura, la bacteria pierde el plásmido termosensible, pudiendo seleccionar los sucesos de transposición ocurridos durante la incubación a temperaturas permisivas. Estos plásmidos mutantes termosensibles para la replicación en micobacterias fueron obtenidos por mutagénesis química in vitro con hidroxilamina. Se obtuvo un plásmido derivado de pAL5000 seleccionando mutantes resistentes a kanamicina a 30 ºC pero sensibles a 39 ºC (Guilhot, 1992; Gavigan, 1995), que pueden ser utilizados para el reemplazamiento génico, por re- Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI 125 combinación homóloga en el bacilo de la tuberculosis (Jackson, 1996). En 1992 se crea el Grupo de Investigación en Genética de las Micobacterias en la Universidad de Zaragoza. El grupo se plantea contribuir al desarrollo de las herramientas necesarias para poder manipular el bacilo de la tuberculosis y buscar nuevos elementos genéticos móviles, “transposones”, como útiles de mutagénesis en micobacterias, que faciliten el estudio de los mecanismos de patogenicidad del bacilo de la tuberculosis. Se aíslan otros transposones (Guilhot, 1992; García, 1994) y se desarrolla un sistema de mutagénesis por transposición de alta eficacia (Guilhot, 1994; Gavigan, 1998; Pérez, 1998). Desde nuestro grupo también contribuimos a la identificación y construcción de plásmidos en micobacterias que pueden ser útiles para la manipulación del bacilo de la tuberculosis. Se aíslan nuevos plásmidos de cepas clínicas (Gavigan, 1997) y se realizan construcciones de plásmidos para simplificar la manipulación en el laboratorio (Aínsa, 1996). Hoy, el conocimiento generado por decenas de equipos de investigación en tuberculosis, que desde los años 90 se incorporaron al estudio molecular del bacilo, es enorme, destacando la posibilidad de estudios genómicos a partir del año 1998, en que el equipo del profesor Cole publica la primera secuencia del genoma completo de un bacilo de la tuberculosis. El importante esfuerzo invertido en capital humano y recursos en investigación contra la tuberculosis hace que hoy dispongamos de las herramientas necesarias para poder manipular los bacilos y podamos plantearnos metas tan ambiciosas como desactivar el bacilo de la tuberculosis. El sueño de una nueva vacuna contra la tuberculosis La experiencia de la vacuna viva BCG La vacuna actual contra la tuberculosis, BCG, es una vacuna viva atenuada, que confiere protección para los casos graves de tuberculosis. Su uso es recomendado por la Organización Mundial de la Salud en países con alta incidencia de tuberculosis, siendo actualmente la vacuna más utilizada en todo el mundo. En los casos de tuberculosis respiratoria, el grado de protección que confiere es muy variable, encontrándose entre el 70% en estudios realizados en Inglaterra y una falta de protección en estudios realizados en la India y en personas en las que la tuberculosis se presenta asociada a sida. Desarrollar vacunas más eficaces que la actual BCG contra las formas respiratorias y erradicar la tuberculosis es una prioridad. La vacuna BCG se obtuvo cultivando sucesivamente más de 200 veces en el laboratorio, con las técnicas rudimentarias microbiológicas de la época, un bacilo tuberculoso aislado de vacas, hasta que disminuyó su patogenicidad para los humanos. Los estudios genéticos actuales de la vacuna BCG señalan que más de 100 genes se han perdido en la cepa vacunal en diferentes regiones del genoma, sugiriendo que esta extrema atenuación sea causa de la pérdida de su eficacia. A esto debemos añadir que distintos laboratorios de todo el mundo han subcultivado esta cepa, lo que ha provo- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 126 cado la aparición de diferencias genéticas e inmunológicas entre las distintas variantes de BCG. Los avances en investigación en el campo de las vacunas, de la inmunología y el desarrollo de la genética de micobacterias, anteriormente descrito, hacen posible que nos planteemos la investigación y desarrollo de nuevas vacunas contra la tuberculosis. Mejorar la eficacia de la actual vacuna BCG Dos son las estrategias fundamentales en la investigación de nuevas vacunas contra la tuberculosis. Por un lado, mejorar la inmunidad conferida por la actual BCG, y por otro, la construcción de nuevas vacunas más eficaces y capaces de reemplazar la actual vacuna BCG (Martín, 2005). Desde el inicio del Proyecto Europeo “Tuberculosis Vaccine Development” del V Programa Marco de la Unión Europea, se han desarrollado y estudiado más de 100 candidatos a vacuna, basados en proteínas del bacilo (vacunas subunidades), y más de una veintena de vacunas vivas. Actualmente, se están ensayando diversos candidatos en diferentes modelos animales para determinar su grado de atenuación, de inmunidad y de protección, que permita garantizar su eficacia contra la tuberculosis en humanos. Es la primera vez, en más de 80 años, que nuevos candidatos a vacuna contra la tuberculosis han pasado a evaluarse en ensayos clínicos en humanos. Los primeros estudios se han publicado a finales de 2004 por la Universidad de Oxford. Estos primeros ensayos tratan de aumentar la inmunidad de BCG, en indi- viduos previamente vacunados, utilizando virus recombinantes que contienen un antígeno del bacilo de la tuberculosis con la idea de mejorar la protección de BCG. Desarrollo de vacunas vivas capaces de reemplazar a BCG El desarrollo de una nueva vacuna con mayor grado de protección, que pueda sustituir a la actual BCG, es un reto para la comunidad científica que permitiría, con un bajo coste, el plantearse erradicar la tuberculosis a medio plazo y reemplazar a la actual BCG (Martín, 2005). Nuevos candidatos vacuna, que hagan posible erradicar la tuberculosis en áreas endémicas, han de conferir una protección superior a la de BCG en las formas de tuberculosis respiratoria en adultos, teniendo en cuenta la población coinfectada con VIH, y que puedan ser producidas a gran escala y bajo coste. Para este objetivo, las vacunas vivas se plantean como buenos candidatos potenciales. Desarmar al bacilo de la tuberculosis. Elección de la estrategia La estrategia elegida por el Grupo de Genética de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con el Instituto Pasteur, ha sido –a partir del conocimiento del bacilo y del desarrollo de las herramientas genéticas para su manipulación– partir de una cepa virulenta de tuberculosis y eliminar genes de forma racional para construir una nueva vacuna. Una estrategia similar, pero utilizando distintos genes, es la elegida por el otro grupo pionero en genética de micobacterias, el grupo del “Albert Einstein Institut” de Nueva York. Los retos de la erradicación de la tuberculosis en el siglo XXI 127 Empezar desde el principio de una forma racional con la tecnología y conocimiento actual. ¿Qué genes elegir? Nos planteamos construir una nueva vacuna viva a partir de un bacilo aislado de un paciente e inactivar genes de virulencia de forma racional. Esta estrategia es más laboriosa, implica partir de cero y demostrar, en una primera etapa, la atenuación del candidato a vacuna construido y, en segundo lugar, una inmunidad superior a BCG, con el ambicioso objetivo de reemplazar a la actual BCG. Nuestra hipótesis de partida tuvo su origen en nuestros estudios sobre epidemiología molecular de cepas multirresistentes: si solo unas pocas cepas se transmiten más fácilmente que el resto, será porque estas poseen alguna característica que las hace aumentar su virulencia. Por lo tanto, si logramos saber a nivel genético cómo aumentan su virulencia, podremos inactivar ciertos genes para disminuir su virulencia. Tras las investigaciones de epidemiología molecular de tuberculosis multirresistentes en nuestro país, concentramos nuestros estudios en la cepa causante del mayor brote (Samper, 1997), y encontramos que un gen llamado phoP, y anotado como posible regulador de genes de virulencia en el genoma de M. tuberculosis descrito por Cole, estaba altamente expresado en esta cepa (Soto, 2004), por lo que su inactivación podría disminuir la virulencia del bacilo de la tuberculosis. En un aislamiento clínico de tuberculosis inactivamos únicamente el gen phoP, mediante las técnicas de ingeniería genética desarrolladas anteriormente (Pérez, 2001). La inactivación de este único gen conducía a una enorme atenuación, tanto en el modelo celular como en el modelo ratón (Pérez, 2001). Estudios posteriores demostraron una mayor atenuación que BCG en modelo ratón con sistema inmunológico disminuido (Martín, 2006). Hoy sabemos que el gen phoP forma parte de un sistema de dos componentes, que es el mecanismo usado por las bacterias para hacer frente a cambios en su alrededor. Como consecuencia de la eliminación del gen phoP, el bacilo de la tuberculosis no puede responder a ciertos cambios en el medio ambiente –como, por ejemplo, la infección de un paciente– y, por tanto, pierde virulencia. Nuestros estudios permitieron desvelar el mecanismo de acción del gen phoP en el bacilo de la tuberculosis (Gonzalo-Asensio, 2008a) y aprovechar este conocimiento para identificar los aproximadamente 80 genes bajo el control del gen phoP (Gonzalo-Asensio, 2008b). Entre dichos genes se encuentran algunos implicados en la síntesis de lípidos de virulencia, la ausencia de estos lípidos en el mutante phoP contribuye a la gran atenuación de este nuevo candidato a vacuna (GonzaloAsensio, 2006). Los ensayos de protección realizados en colaboración con equipos nacionales e internacionales de Inglaterra, Francia y México contra la infección por el bacilo de la tuberculosis han mostrado muy buenos resultados en modelo ratón, y una protección superior a BCG en modelo cobayo, con una inmunidad mayor que la actual vacuna BCG (Martín, 2006). Recientes ensayos con primates, realizados en el PBRC de Holanda, demuestran que el mutante phoP es capaz de proteger a estos animales frente a una infección con el bacilo de la tuberculosis. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 128 Ensayos del prototipo de vacuna hacia el ensayo clínico en humanos Los buenos resultados en fase preclínica de este candidato a vacuna, construido de forma racional por la inactivación de genes que regulan la virulencia, hacen del mutante phoP un prometedor candidato a vacuna y apuntan a su futuro ensayo en humanos. Uno de los principales retos de las vacunas vivas es su absoluta seguridad para su uso en humanos. Una vez demostrada su atenuación y protección, en ambos casos mejor que la actual vacuna BCG, estamos trabajando en una nueva generación de vacuna basada en el mutante phoP, añadiendo una nueva mutación que aumente su seguridad. Los futuros retos de la investigación en nuevas vacunas contra la tuberculosis La vacunación contra la tuberculosis plantea grandes retos. Un tercio de la población mundial está infectada con el bacilo de la tuberculosis y, recientemente, los estudios de epidemiología molecular de la tuberculosis han comprobado que la reinfección con nuevas cepas es más frecuente de lo que inicialmente se pensaba, por lo tanto, a diferencia de otras enfermedades, la propia infección con el bacilo no genera una respuesta inmune eficaz ni duradera (Martín, 2005). Las vacunas vivas atenuadas de forma racional por la inactivación de genes que regulan la virulencia están siendo unas prometedoras candidatas a vacuna. El desarrollo de una nueva vacuna con mayor grado de protección, que pueda sustituir a la actual BCG, es actualmente un reto para la comunidad científica, que permitiría, con un bajo coste, el plantearse erradicar la tuberculosis a medio plazo. Otro reto en la vacunación contra la tuberculosis es proteger a la población que actualmente está vacunada con BCG o infectada con M. tuberculosis (Martín, 2006). Recientes experimentos, utilizando vacunas de subunidades proteicas en animales previamente vacunados con BCG, están dando buenos resultados. Las vacunas vivas derivadas de un mutante phoP en una cepa de tuberculosis construida de forma racional se encuentran en avanzados ensayos preclínicos. Con el horizonte de erradicar la tuberculosis, las vacunas vivas atenuadas son buenas candidatas por su bajo coste de producción, así como por la enorme experiencia acumulada durante más de 90 años, tanto en el uso de BCG como en su producción. Actualmente, el proyecto “vacuna tuberculosis” cuenta con un socio fabricante, CZ Veterinaria, que tiene una amplia experiencia en la producción de vacunas de uso en veterinaria, y recientemente ha constituido una filial para el desarrollo de vacunas para humanos, BIOFABRI. Nuestro plan de investigación aplicada es el desarrollo de una vacuna viva atenuada contra la TB para su evaluación clínica en humanos. Bibliografía recomendada Aínsa JA, Blokpoel MC, Otal I, Young DB, De Smet KA, Martin C. Molecular cloning and characterization of Tap, a putative multidrug efflux pump present in Mycobacterium fortuitum and Mycobacterium tuberculosis. J Bacteriol 1998; 180:5.836-43. 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Luis Pitarch Moré, Carlos Alfonso Hedman Altamirano, William Jirón Toruño, Hicham Filali, Dra. Rocío Sarasa Orcastegui, Dra. M.ª Carmen Garza García y Dr. Juan J. Badiola Díez La aparición de la encefalopatía espongiforme bovina en el Reino Unido, y con posterioridad en el resto de países de la Unión Europea, desencadenó la crisis alimentaria más importante que se ha producido en Europa en las últimas décadas. El impacto social, mediático, político, sanitario, ganadero y en las industrias derivadas ha sido enorme. La desconfianza de los consumidores europeos hacia los productos bovinos y en general hacia la cadena alimentaria no ha tenido parangón, y las consecuencias económicas han sido de una gran dimensión, aunque todavía no se han evaluado en su totalidad. La lucha contra esta enfermedad ha sido especialmente complicada, dadas las dificultades inherentes a las características singulares y poco conocidas del agente causal y a las particularidades de sus mecanismos patogénicos y vías de transmisión y de los métodos de diagnóstico. No obstante, los avances científicos experimentados sobre esta enfermedad y las relacionadas con ella en estas dos últimas décadas, y la instauración por la Comisión Europea de programas de vigilancia y control bien diseñados y ejecutados, ha posibilitado minimizar el impacto sobre la salud pública europea y reducir de manera muy ostensible la incidencia y prevalencia de la enfermedad en todo el territorio de la Unión Europea. Una herencia adicional y muy positiva de la crisis alimentaria provocada por la encefalopatía espongiforme bovina ha sido una mejoría muy sustancial del sistema de control de los alimentos, que ha supuesto la asunción de una mayor responsabilidad por los operadores de la cadena alimentaria, bajo el principio de garantizar la seguridad de los alimentos “desde el campo a la mesa”, lo que ha sido percibido como algo muy positivo por los consumidores europeos y ha situado a la UE como uno de los lugares con mejores estándares de seguridad alimentaria del mundo. La proteína prión PrPsc es la responsable de un grupo de enfermedades neurodegenerativas letales, conocidas como enfermedades priónicas o encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), que afectan no solamente a humanos sino también a diferentes especies de animales, tanto domésticos como salvajes (1-3), que presentan una serie de hechos comunes, aunque no únicos, entre los que destacan: hipertrofia e hiperplasia de astrocitos, formación de vacuolas en las células del sistema nervioso, pérdida de neuronas y acúmulo de la proteína PrPsc (PrP 27-30). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 136 Tabla 1. Especies animales afectadas y etiopatogenia. Enfermedad EEB Scrapie CWD ETV EEF Especie Bovino Ovino y caprino Cérvidos Visones Felinos Etiopatogenia Infección Infección Infección Desconocida Infección EEB: encefalopatía espongiforme bovina; CWD: caquexia crónica del ciervo; ETV: encefalopatía transmisible del visón; EEF: encefalopatía espongiforme felina. Estas enfermedades de origen animal se propagan generalmente por infección, asumiendo como causa probable la ingesta de alimento contaminado. Hay que destacar que, aunque genéricamente se las clasifique como “infecciones”, no son realmente infecciones en el concepto clásico, ya que el agente in- fectante no se reproduce a sí mismo en la célula huésped, como hacen los virus, sino que induce a una proteína para que cambie de conformación. Así, ambas proteínas, aunque muy parecidas en su secuencia, no son la misma molécula, ya que la proteína infectante es de otro animal. Tabla 2. Enfermedades humanas y etiopatogenia. Enfermedades Etiopatogenia Kuru. Infección. Canibalismo ritualista. Creutzfeldt-Jakob iatrogénico (i-ECJ). Infección por contaminación priones (hormona crecimiento). Variante de Creutzfeldt-Jakob (v-ECJ). Infección por priones ¿bovinos? Creutzfeldt-Jakob familiar (f-ECJ). Hereditaria. Creutzfeldt-Jakob esporádico (s-ECJ). Mutación somática o ¿conversión PrPc en PrPsc? Gerstman-Sträussler-Sheinker (GSS). Hereditaria. Insomnio familiar fatal (FFI). Hereditaria. Insomnio esporádico fatal (FSI). Mutación somática o ¿conversión PrPc en PrPsc? Respecto a las EET humanas, la etiología es más variada, ya que pueden ser infecciosas, hereditarias y esporádicas. Las infecciosas, no solo son ritualistas como el kuru (los nativos de la tribu Fore de las tierras altas de Nueva Guinea se comían, por costumbres rituales, el cerebro de sus difuntos), sino que un porcentaje importante, dentro de la rareza de este tipo de patologías, puede ser de origen iatrogénico (tratamiento con hormonas de crecimiento, trasplante de médula, otro tipo Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 137 de operaciones quirúrgicas cuando el material no ha sido esterilizado adecuadamente para eliminar el prión) o por ingesta de alimento contaminado con proteína prión de origen animal. Las hereditarias conllevan modificaciones en el gen de la proteína y pueden ser inserciones y mutaciones. El scrapie es la enfermedad prototipo de las EET y la que se conoce desde hace más tiempo. La primera descripción de esta enfermedad data del año 1732. El agente causal Todas las EET están originadas por un agente transmisible de propiedades extraordinarias, tales como i) largos tiempos de incubación (meses, años e incluso décadas), ii) resistencia a altas temperaturas, iii) resistencia al tratamiento con formaldehído, iv) resistencia a la radiación ultravioleta, y v) resistencia a las radiaciones ionizantes. Todas estas propiedades son incompatibles con la presencia de ácidos nucleicos, lo cual hizo sospechar que el agente causante de estas enfermedades transmisibles carecía de material genético. Ello dio lugar a la especulación sobre tal origen molecular, y así se propusieron inicialmente varias hipótesis sobre su origen molecular, entre las cuales se incluyen estar formados por un “polisacárido replicante” (4), un ácido nucleico y proteína (5) o solamente por proteínas (1), o bien ser un virus lento. De todas las hipótesis planteadas sobre el origen de la enfermedad, la única aceptada actualmente es la propuesta por Prusiner en 1982 (“solamente es una proteína”), que cuenta con gran número de evidencias experimentales, aunque todavía no se ha podido cristalizar, lo que da pie a que algunos autores argumenten que además de la proteína existe algo más; así, Aiken et al. (6) y Manuelidis (7), entre otros, han mantenido durante largos años que la proteína envuelve un fragmento del DNA mitocondrial. La hipótesis predominante basada en que está constituido “solamente por una proteína” fue inicialmente propuesta por Griffith en una publicación en Nature en el año 1967 (8). Pero no fue hasta 1982 cuando Stanley B. Prusiner actualizó y enunció de forma detallada esta teoría, provocando con ello un debate en la comunidad científica al afirmar que el agente infeccioso responsable de ciertas enfermedades degenerativas del sistema nervioso central en animales y más raramente en el hombre era simplemente una proteína a la cual le dio el nombre de prión (Proteinaceous infectious particles), contraviniendo con ello una creencia, hasta entonces admitida por la comunidad científica, de que todo agente responsable de enfermedades transmisibles necesita material genético (DNA o RNA), imprescindible para que la enfermedad prevalezca en el huésped. La conversión de PrPc (proteína celular normal) en PrPsc (isoforma anormal causante de la enfermedad) implica un cambio en la conformación de la proteína: el contenido en α-hélice disminuye mientras que aumenta el contenido en hoja plegada β, pero ambas proteínas tienen la misma secuencia de aminoácidos. Existen abundantes apoyos experimentales para asegurar que la proteína celular de membrana (PrPc) y la proteína prión patológica (PrPsc) tienen la misma estructura primaria (secuencia de aminoácidos; Prusiner, 1990). Por lo tanto, se acepta que esta estructura primaria de PrPc puede adoptar dos dife- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 138 rentes conformaciones que explican la existencia de PrPc y PrPsc. Cuando las dos estructuras secundarias se comparan por técnicas espectroscópicas, FTIR (fourier transformer infrared), RMN (resonancia magnética nuclear) (9, 10), muestran que la proteína celular tiene un 40% de estructura en α-hélice y apenas un 3% de hoja plegada en β, mientras que la isoforma patológica tiene un 30% de α-hélice y un 40% de hoja plegada en β. Estudios comparativos de ambas proteínas con marcadores metabólicos demuestran que el cambio de conformación es un proceso postraduccional, que conlleva un cambio drástico en las propiedades de la proteína (Pan et al., 1993). Así, mientras que la proteína normal celular es soluble en detergentes suaves no desnaturalizantes y se digiere fácilmente con proteasas (proteinasa K), la isoforma patológica es resistente a los detergentes y solo es parcialmente digerida por proteasas, produciendo la isoforma conocida como PrPsc 27-30, llamada así debido a que deriva de la PrPsc y que su tamaño es de 27-30 kDa (2, 3). El gen que codifica a la proteína celular PrPc se expresa de forma constitutiva en tejidos neuronales y no neuronales de los animales adultos, pero se encuentra bajo un control muy riguroso durante el desarrollo embrionario (11-13). Los niveles más altos de mRNA y PrPc se localizan en el tejido neuronal, especialmente en el hipocampo, y más específicamente en las sinapsis, mientras que existen niveles sensiblemente más bajos en otros tejidos, como son corazón, músculo esquelético, y no se encuentran en el páncreas e hígado. El hecho es que los genes de la proteína PrP de humanos y ratones están localizados en los cromosomas homólogos 20 y 2, respectivamente, que se haya identificado en más de 15 especies de mamíferos y que su secuencia genética está altamente conservada, con una homología del 90%. En casi todos ellos, el gen está compuesto por dos exones, uno de los cuales no se traduce, y se encuentran separados por un intrón de aproximadamente 10 kb. Solamente tiene un marco de lectura (ORF), que en humanos (14), hámster (15), ratón (16), rata (17) y oveja (18) han sido secuenciados. La proteína que codifica tiene aproximadamente 250 aminoácidos y está localizado a 10 nucleótidos del extremo 3´ del aceptor de splicing (corte y empalme) del exón 2. En ratones, ovejas y ratas, el gen que codifica la PrP tiene tres exones siendo el exón 3 muy semejante al exón 2 de hámster (19). El promotor contiene regiones ricas en GC y carece de caja TATA, por lo que la región rica en GC funciona como un posible sitio de unión del factor de transcripción SP1 (20). Ante la incertidumbre causada por la dualidad conformacional de la proteína prión Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 139 se han tratado de buscar, tanto en los genes humanos como en los ovinos, otros motivos genéticos que expliquen esta doble conformación, pero hasta la fecha no se han encontrado ni posibles exones, ni otros marcos de lectura (ORF) que permitan splicing alternativo, ni otros motivos genéticos que expliquen la existencia de estas dos proteínas de propiedades tan diferentes. La síntesis de la proteína PrPc se realiza en el retículo endoplasmático rugoso, en forma de una pre-proteína que consta de 254 aminoácidos (según la especie animal) y en la que se pueden destacar las siguientes características estructurales: 1. En el extremo amino-terminal, una secuencia señal de 22 aminoácidos (péptido señal). 2. Desde el aminoácido 51 al 91, cinco repeticiones de un octapéptido. 3. Un núcleo hidrofóbico de unos 30 aminoácidos –112 al 145– muy conservados en todas las especies de mamíferos. 4. Cuatro segmentos separados que, por estudios de predicción de modelos estructurales por ordenador, son candidatos para formar estructuras secundarias. 5. Tres aminoácidos susceptibles de glucosilarse: Asn 181, Asn 197 y Ser 232. 6. Dos Cys (179 y 214) que forman un puente disulfuro que estabiliza la molécula. 7. Una región hidrofóbica de 22-23 aminoácidos en el extremo carboxi-terminal. Una vez terminada la síntesis, la proteína sufre un proceso de maduración complejo antes de convertirse en la proteína celular normal. El proceso de maduración empieza en el retículo endoplasmático rugoso y termina de completarse en el aparato de Golgi con el proceso de glicosilación. El descubrimiento de la proteína prión supuso un gran avance para caracterizar la etiología de las EET, al proporcionar un marcador molecular específico de dichas enfermedades. Así, aceptando como válida la teoría de Prusiner, por la que la PrPsc es una variante conformacional de la PrPc, los diferentes estudios de conversión postulan un modelo de propagación del prión que involucra una interacción proteína-proteína, entre la PrPc del huésped y la PrPsc externa, que actúa promoviendo la conversión de PrPc a PrPsc en un proceso autocatalítico, que a su vez procede muy eficientemente al interaccionar proteínas con la misma estructura primaria (21). Sin embargo, el mecanismo concreto de formación de la PrPsc todavía se desconoce. Algunos estudios especulan que esta proteína tiene una capacidad inherente para promover su propio cambio conformacional, mientras otros piensan que es necesaria una asociación de esta proteína con un agente infeccioso (proteína X) para su propagación (2, 3, 22). Aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento del papel de la proteína prión en las EET, la función biológica de la PrPc no es del todo conocida. Sin embargo, se ha sugerido que debe jugar un importante papel en el mantenimiento y/o regulación de las funciones neuronales. Estudios realizados demuestran su capacidad para unir cobre a la PrPc, y se ha propuesto su relación en la regulación de la concentración de cobre presináptico y en la transmisión sináptica. También se la ha relacionado con la señalización en la Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 140 superficie celular o con la adhesión celular, debido a su unión a la membrana plasmática a través de la GPI anteriormente mencionada. Métodos de diagnóstico Las técnicas de diagnóstico de este grupo de enfermedades se basan en la observación de las lesiones características de este grupo de enfermedades y en la detección de la PrPsc en el sistema nervioso central, principalmente mediante técnicas inmunoquímicas (OIE, 23). Al contrario que otras enfermedades infecciosas, las enfermedades causadas por la proteína prión no se pueden diagnosticar mediante la mayoría de los métodos convencionales. Dado que el agente causal de las EET carece de ácidos nucleicos, no se pueden utilizar técnicas como la PCR que se basan en la detección del genoma. Asimismo, los individuos infectados no reconocen como “extraña” la proteína PrPsc, por lo que no se produce una respuesta inmunológica específica y no son aplicables técnicas serológicas. Tampoco existen técnicas in vitro para aislar el agente causal, por lo que el método utilizado para demostrar la infec- Figura 1A. Vacuolización del pericarion neuronal de una oveja afectada de scrapie. tividad del agente es la inoculación en animales de experimentación. Los métodos laboratoriales de diagnóstico de las EET reconocidos oficialmente se realizan post mórtem en muestras de tejido del sistema nervioso central (OIE, 23). Actualmente no existe ningún test de diagnóstico de la EEB que se pueda aplicar en animales vivos. En el caso del scrapie; dado que la PrPsc se puede distribuir por el sistema linforreticular en gran cantidad, la detección de esta proteína en tejido linfoide obtenido mediante biopsias es el único método fiable de diagnóstico in vivo (24), aunque su sensibilidad no es del 100%. Tradicionalmente, el diagnóstico de las EET se ha basado en la observación de las lesiones características de estas enfermedades mediante microscopía óptica. Estas lesiones son únicamente microscópicas y se localizan exclusivamente en el sistema nervioso central (25); se caracterizan por una neurodegeneración espongiforme, acompañada generalmente de gliosis, degeneración y pérdida neuronal y, en determinados casos, amiloidosis cerebral (26). La lesión característica es la vacuoli- Figura 1B. Vacuolización del neuropilo de una oveja afectada de scrapie. Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 141 zación, generalmente bilateral y simétrica, del pericarion neuronal y del neuropilo de la sustancia gris (espongiosis; figura 1) localizada en regiones neuroanatómicas concretas (23, 26, 27). Las principales áreas del sistema nervioso central donde se localiza la vacuolización son las astas dorsales en la médula espinal, el núcleo del tracto solitario, el núcleo dorsal del nervio vago, el núcleo del tracto espinal del nervio trigémino, los núcleos vestibulares y la formación reticular en la médula oblongada, la sustancia gris central en el mesencéfalo, el área paraventricular en el hipotálamo y el tálamo y el área septal. Con menor frecuencia e intensidad se pueden observar también vacuolizadas otras áreas del sistema nervioso central, como el hipocampo, la corteza cerebelar o cerebral y los núcleos basales (25, 28). Un estudio realizado al inicio de la epidemia de EEB en Reino Unido demuestra que mediante el examen histopatológico de una única sección de la médula oblongada a nivel del óbex (figura 2), valorando el núcleo del tracto solitario y el núcleo del tracto espinal del nervio trigémino, se pueden detectar el 99,6% de los casos que presentan lesiones (29). En el caso del scrapie ovino, la vacuolización es más destacada en la médula espinal, tronco del encéfalo y tálamo, pero, a diferencia de la EEB, existe una gran variación en la distribución topográfica de las lesiones entre los individuos (23, 30, 31). La vacuolización puede afectar a la sustancia gris de diversas áreas del encéfalo, observándose en un alto porcentaje de los casos en la corteza cerebral y cerebelar (31). Entre los factores que pueden influir en el perfil lesional, se han descrito: la cepa del agente causal del scrapie, el genotipo del gen PRNP, la vía de infección, la edad del hospedador en el momento de la infección y la duración de la fase clínica (27, 32). A pesar de la variabilidad existente, el área que con mayor frecuencia e intensidad está afectada es la médula oblongada al nivel del óbex, siendo generalmente el núcleo dorsal del nervio vago la primera localización de la vacuolización. Otras localizaciones que frecuentemente se encuentran afectadas en las primeras fases de la enfermedad son el núcleo del tracto solitario, el rafe medio, el núcleo del tracto espinal del nervio trigémino y el núcleo de la oliva (33, 34). Figura 2A. Extracción del tronco del encéfalo. Ovino afectado de scrapie. Figura 2B. Médula oblongada en el tronco del encéfalo (punta del bisturí). Ovino afectado de scrapie. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 142 En 1998 se detectaron unos casos atípicos de scrapie, de los que se hablará más adelante, que no presentan vacuolización en la médula oblongada al nivel del óbex, siendo las áreas más afectadas la corteza cerebelar y cerebral y, en menor medida, el mesencéfalo. Este perfil lesional atípico se acompaña de una distribución de la PrPsc y un patrón de glicosilación diferente a otros casos de scrapie, se presenta en mayor proporción en ovejas con al menos un haplotipo AHQ y se ha asociado a una nueva cepa de scrapie, posiblemente de origen espontáneo (35, 36). A pesar de la uniformidad en el perfil lesional presente en la EEB y en menor medida en el scrapie, el examen histopatológico del encéfalo no garantiza la confirmación del diagnóstico de todos los casos clínicos de estas enfermedades. Las lesiones vacuolares varían en intensidad y en determinados casos pueden ser mínimas o insuficientes para confirmar el diagnóstico, dando lugar a resultados no concluyentes (29, 33). Por otro lado, se puede observar una vacuolización del tejido nervioso atribuible a otras causas, tanto patológicas como no patológicas. Por ejemplo, en bovinos con signos neurológicos, así como en animales sanos, se ha observado una vacuolización del pericarion neuronal en diversas regiones neuroanatómicas cuya causa se desconoce; se presenta frecuentemente en el núcleo rojo y en el núcleo habenular, y ocasionalmente en otras áreas, como la formación reticular, la sustancia gris intermedia de la médula espinal, el núcleo parasimpático y el núcleo motor del nervio facial, el núcleo motor del nervio oculomotor, el núcleo gracilis y el núcleo cuneado lateral (37, 38). En el caso del ovino también se puede detectar vacuolización en neuronas, y en el neuropilo en diferentes localizaciones en animales no afectados por una EET, entre las que se encuentra el núcleo dorsal del nervio vago (23, 39). Asimismo, diversas causas debidas a la toma o procesado defectuoso de la muestra pueden producir artefactos que se asemejan a las lesiones producidas por una EET (29, 40, 41). Finalmente, destacar que el término encefalopatía espongiforme es un término descriptivo que en neuropatología alude a cualquier enfermedad en la que la espongiosis o vacuolización es la lesión predominante (42). La espongiosis puede afectar tanto a la sustancia gris como a la blanca, siendo las enfermedades priónicas el principal ejemplo de enfermedades que cursan con vacuolización de la sustancia gris. La necrosis cerebrocortical o la intoxicación por plomo produce una espongiosis laminar en el neuropilo de la corteza cerebral (43). La espongiosis de la sustancia blanca es característica de diversas alteraciones tóxicas y metabólicas, como la encefalopatía hepática o la encefalopatía renal (37). Respecto a la gliosis, consiste en una respuesta común e inespecífica de las células de la glía frente a diferentes estímulos y que también está presente frecuentemente en las enfermedades priónicas (43). En este grupo de enfermedades puede observarse una astrogliosis hipertrófica y una activación de la microglía, generalmente asociadas a los depósitos de PrPsc, la vacuolización y la degeneración neuronal (28, 44-46). Los astrocitos, como la microglía, pueden acumular PrPsc tanto en casos naturales como experimentales de EET (47,48). Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 143 Otra lesión característica de las EET es la degeneración y pérdida neuronal, estudiada principalmente en animales de experimentación inoculados con el agente causal. En casos de infección natural de EEB y scrapie se han observado, además de la vacuolización, otras formas de degeneración neuronal, como neuronas necróticas diseminadas acompañadas en ocasiones por neuronofagia, neuritas distróficas y neuronas contraídas y basofílicas (31). En la EEB se observa un despoblamiento neuronal en determinados núcleos del sistema nervioso central, llegando a producirse una reducción de hasta el 50% de las neuronas en los núcleos vestibulares (49, 50) y en el núcleo de la oliva (51). Entre los núcleos en los que no se ha detectado una pérdida significativa de neuronas se encuentran el dorsal del nervio vago, el hipogloso, el caudado y el rojo (50, 51). En el scrapie se han detectado alteraciones intensas, con una apariencia laminar, en las neuronas piramidales de la lámina V de la corteza cerebral frontal (31). En diversas EET humanas y animales se ha observado la presencia de placas densas de amiloide en el sistema nervioso central coincidentes con un inmunomarcaje frente a la PrPsc (26, 28, 52-54). Estas placas son abundantes en determinadas EET humanas. Concretamente en el kuru, las denominadas placas de “tipo kuru” pueden observarse junto con finas espículas radiales, mientras que en la v-ECJ reciben el nombre de placas floridas al encontrarse rodeadas de vacuolas (55). La amiloidosis cerebral es también frecuente en el scrapie ovino y, en menor medida, en el caprino. Se localiza en el cerebelo y en áreas rostrales del encéfalo, principalmente en la corteza cerebral. Se presentan como placas generalmente con forma estrellada, rodeadas por áreas de vacuolización del neuropilo y una marcada astrocitosis; también son frecuentes las placas con disposición perivascular (31, 53, 56). La presencia de este tipo de placas en la EEB es muy escasa. Por otro lado, puesto que una característica común y específica de las EET es la acumulación en el sistema nervioso central de la proteína PrPsc (figura 3), este se considera el único marcador molecular identificado asociado a estas enfermedades (2, 3). La acumulación de PrPsc en el tejido nervioso es previa a la neurodegeneración espongiforme (57, 58), por lo que la utilización de métodos sensibles de detección de la PrPsc permite el diagnóstico de los animales infectados en los que las lesiones neuropatológicas son mínimas o no están presentes. Además, dada la alta resistencia de los priones a la degradación y a diversos agentes fisicoquímicos (59), estas técnicas se pueden aplicar en tejidos autolíticos o congelados en los que la falta de integridad del tejido impide el diagnóstico histopatológico. La mayoría de los métodos de diagnóstico actuales se basan en la detección del fragmento resistente a la proteinasa K (PrPres) de la PrPsc mediante el uso de anticuerpos específicos. Los anticuerpos que se utilizan en el diagnóstico de las EET no discriminan entre ambas isoformas de la proteína, por lo que previamente a la detección de la PrPres es necesario degradar la PrPc, generalmente con proteinasa K (PK). La inmunohistoquímica detecta la PrPsc in situ, lo que permite determinar tanto la presencia de la PrPsc como su distribución Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 144 Figura 3. Acúmulos de PrPsc en el tejido nervioso de la médula oblongada. Bovino afectado de EEB. en el tejido, su localización celular y las características morfológicas de la acumulación. Diversos trabajos demuestran la capacidad de la inmunohistoquímica para detectar la PrPsc en tejidos en los que no es posible realizar un diagnóstico histopatológico, ya que han perdido su morfología por la autolisis o por la congelación (60-62). Los depósitos de PrPsc pueden observarse, tanto asociados a las lesiones histopatológicas, como en áreas donde no se presenta vacuolización o esta es mínima (61, 63). La inmunotinción suele ser bilateral (64) y se localiza principalmente en el tronco del encéfalo, aunque en el caso del scrapie con frecuencia se distribuye por todo el sistema nervioso central (65, 66). El diagnóstico de las EET por inmunohistoquímica debe realizarse mediante la identificación del patrón característico de inmunotinción, a través de su distribución topográfica y una localización celular específica (25, 64). Los diferentes tipos de inmunotinción específicos del depósito de PrPsc en el scrapie (60, 63, 64, 67) han sido descritos detalladamente por González et al. (66, 68) siendo estos los siguientes: intraneuronal, intraglial, estre- llado, subpial, perivascular, subependimario, ependimario, lineal, punteado fino, partículas gruesas, coalescente, perineuronal y en placas. La especificidad y sensibilidad de la técnica inmunohistoquímica depende en gran medida de la metodología y los anticuerpos utilizados (63, 65, 69, 70). Como se ha descrito anteriormente, los anticuerpos utilizados para la detección de la PrPsc reconocen las dos isoformas de la proteína prión y tanto el proceso de fijación como la acumulación y formación de agregados de la PrPsc ocultan los epítopos necesarios para la reacción con el anticuerpo. Ello implica la necesidad de utilizar una metodología que permita la supresión de la PrPc, así como una recuperación e incremento de la exposición de los epítopos ocultos de la PrPsc (63). Para ello, diversos pretratamientos han sido aplicados previamente a la inmunotinción para desenmascarar epítopos, potenciando la inmunotinción específica y minimizando la inespecífica. Al contrario que en la EEB, en el scrapie se produce una amplia distribución de la PrPsc en el organismo, principalmente en el sistema linforreticular (71). En la actua- Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 145 lidad, la demostración de la presencia de la PrPsc en el tejido linfoide está utilizándose cada vez más para el diagnóstico del scrapie tanto in vivo como post mórtem (72-76). La aplicación de técnicas inmunohistoquímicas sobre muestras de tejido linfoide obtenido mediante biopsia, principalmente de tonsilas palatinas (72), tercer párpado (73) y mucosa rectal (77, 78), permite diagnosticar la enfermedad incluso en fases preclínicas de la misma. En animales con genotipos susceptibles se ha descrito una sensibilidad del test realizado en biopsia de tejido linfoide asociado al tercer párpado y a la mucosa rectal del 85-90% (73, 79). Sin embargo, esta técnica presenta algunas limitaciones, debido principalmente a que algunos animales infectados únicamente presentan depósitos de PrPsc en el sistema nervioso central. La técnica de Western blot para la detección de la PrPsc es un método de diagnóstico de las EET de una alta sensibilidad con el que se obtienen resultados cualitativos que permiten confirmar la especificidad de la señal (80). Puesto que, como se ha mencionado anteriormente, tanto la PrPc como la PrPsc tienen un peso molecular (Pm) de 33-35 kDa (2, 3, 81), si ambas proteínas se someten a un proceso de digestión con PK, la PrPc se degrada completamente, mientras que en la PrPsc se elimina el extremo N-terminal quedando una fracción de la misma resistente a la PK de un Pm de 27-30 kDa, denominada PrP 27-30 o PrPres (12). La técnica de Western blot permite la detección del fragmento PrPres de la PrPsc mediante la reacción específica con anticuerpos (figura 4). La metodología básica consiste en la extracción del fragmento resistente de la PrPsc mediante una digestión con PK, la separación de las proteínas en un gel de poliacrilamida mediante una electroforesis y su transferencia a una membrana de nitrocelulosa. En este protocolo general, la OIE recomienda incluir una extracción con detergentes (N-laurilsarcosina) y varios pasos de ultracentrifugación, lo que permite obtener una mayor concentración de proteína y, por lo tanto, una mayor sensibilidad de la técnica (82). La sensibilidad de esta técnica depende también de otros factores, como el proceso de extracción o los anticuerpos utilizados (83). La detección de la PrPres mediante la técnica de Western blot se utiliza frecuentemente en el diagnóstico de la EEB y del scrapie, especialmente para confirmar aquellos casos en los que las lesiones neuropatológicas son mínimas o no están presentes o el tejido no es adecuado para el examen histopatológico por autolisis, congelación o destrucción de las áreas de localización de las lesiones (84-89). La detección de la PrPsc en animales preclínicos que no presentan lesiones en el sistema nervioso central indica una mayor sensibilidad de la técnica respecto al examen histopatológico (34, 90). También se ha demostrado una mayor sensibilidad de la técnica de Western blot con respecto a la demostración de las SAF (Scrapie Associated Fibrils) (91). Además, en animales afectados por EEB se han detectado depósitos de PrPsc en áreas del sistema nervioso central donde las lesiones histopatológicas no suelen presentarse, como en el cerebelo o la corteza cerebral, aunque las señales más intensas se obtienen en la médula oblongada y el mesencéfalo (85, 88). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 146 Figura 4. Bandas específicas de la PrPsc en una muestra de médula oblongada de ovino afectado de scrapie. Las fibrillas asociadas a scrapie (SAF), observables mediante microscopía electrónica, son marcadores ultraestructurales específicos de las EET (92) cuyo constituyente principal es la PrPsc (93). Se observaron por primera vez en ratones y hámsteres infectados experimentalmente con el agente causal del scrapie (94), y posteriormente se han detectado en diversas EET, como el scrapie ovino (92) y el caprino (95). Su detección en los primeros casos de EEB en Reino Unido constituyó una evidencia adicional al cuadro clínico y lesional para incluir a esta nueva enfermedad dentro del grupo de las EET (96). Estas fibrillas se pueden observar mediante microscopía electrónica utilizando técnicas de tinción negativa en fracciones subcelulares de tejido nervioso de animales afectados por la EEB y el scrapie, y se pueden identificar por su morfología característica. La metodología consiste básicamente en el tratamiento de fracciones subcelulares del tejido nervioso con detergentes que solubilizan la PrPc, mientras que la PrPsc se agrega en forma de varillas o fibrillas que posteriormente se pueden separar mediante ultracentrifugación y visualizar en el microscopio electrónico (81, 92). Las SAF miden entre 100-500 nm de longitud, presentan una disposición lineal y están compuestas de dos o cuatro fila- mentos de 4-6 nm de ancho. En función de su morfología se pueden identificar principalmente dos tipos, tipo I y II, aunque también se han observado fibrillas que tienen propiedades de ambos tipos (94). La alta especificidad de la técnica y su eficacia en tejidos autolíticos o congelados (92, 97, 98), dio lugar a que se utilizara en el diagnóstico del scrapie y la EBB como un criterio de diagnóstico independiente y de apoyo a las técnicas histopatológicas en el programa de vigilancia de estas enfermedades en Reino Unido (99). Patogenia y transmisión La puerta de entrada más habitual del agente etiológico en los casos de EEB y scrapie es la vía oral. Así, se acepta que se produce a través del consumo de piensos o leches maternizadas contaminados con la proteína prión (25). En la enfermedad del scrapie, otro de los procedimientos más importantes de acceso del agente es la ingesta de la placenta. También se contemplan otras vías en el caso de la enfermedad de scrapie (la presencia de pequeñas heridas en la piel, por ejemplo), que también podrían contribuir a la entrada de la PrPsc en animales de las especies ovina y caprina cuando están en contacto con otros animales infectados o simplemente por la contaminación presente en el medio en rebaños afectados de la enfermedad (61, 100). En la infección natural, el agente causal penetra en el organismo por vía oral a través del tracto intestinal. Sin embargo, en los estudios experimentales se han descrito otras vías efectivas, como la intracerebral, la intraperitoneal, la intrave- Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 147 nosa, la intraocular y conjuntival y a través de escarificaciones en la piel (61, 101103). Los puntos de entrada del agente tras la ingestión de material contaminado pueden ser distintos, aunque siempre implican al sistema inmunitario (104). Tanto en la EEB como en el scrapie, la PrPsc entra en el organismo principalmente a través del tejido linfoide asociado al intestino (GALT), sobre todo a la altura del íleon, ya que este alberga la placa de Peyer ileal, que actúa como tejido linfoide primario e involuciona con la edad. En consecuencia, parece que existe mayor susceptibilidad a contraer la enfermedad a edades tempranas (105). En el mecanismo de incorporación desempeñan un papel importante las células M, que se localizan adyacentes a las placas de Peyer, intercaladas en el epitelio de recubrimiento intestinal. Las células M son enterocitos modificados (presentan linfocitos B subyacentes) capaces de captar proteínas sin su posterior degradación a fin de presentarlas como antígenos al sistema linforreticular. Así, la PrPsc pasa al sistema linforreticular, donde se acumula y se replica en células macrofágicas y en células dendríticas foliculares (104). Estos tipos celulares, junto con los linfocitos B, son cruciales en la patogenia de las EET. Estudios efectuados en ratones transgénicos demostraron que, en ausencia de linfocitos B, los ratones eran resistentes a la infección por PrPsc. Más tarde se demostró que la ausencia de linfocitos B impedía que maduraran las células dendríticas foliculares, evitando así que estas acumularan la proteína prión (106). Asimismo, otros autores sostienen que la expresión de PrPc en linfocitos B no es necesaria para que se produzca neuroinva- sión (107). Los folículos linfoides, estructuras en las que se encuentran las células dendríticas foliculares, son muy eficaces para la replicación de la PrPsc. De hecho, se ha demostrado que la presencia de estas estructuras en localizaciones no habituales, como sucede en casos de inflamación crónica, permite la acumulación de PrPsc. Eso hace que, por ejemplo, en las mamitis crónicas que cursan con la formación de folículos linfoides, pueda excretarse PrPsc a través de la leche (por ejemplo, coinfección con lentivirus de los pequeños rumiantes) o, en el caso de nefritis crónicas, por la orina (108-110). En resumen, las células M captan la PrPsc y la incorporan al tejido linfoide subepitelial (104), donde son procesados por las células dendríticas foliculares. La tonsila palatina se considera otro punto de entrada del agente; desde el punto de vista histológico, en este punto el tejido linfoide se caracteriza por intercalarse con epitelio escamoso del paladar. El objetivo del tejido linfoide en esta localización y en condiciones normales es la identificación de antígenos que penetren en el organismo por vía oral. Tras un tiempo de permanencia variable en dicho tejido, el agente se dirige al sistema nervioso central por dos rutas principales: una directa, a través del sistema nervioso periférico, y otra indirecta, que implica la participación del sistema linforreticular (nódulos linfáticos, bazo, amígdalas) y del sistema nervioso periférico (104, 111). En el caso del scrapie se ha observado una amplia participación del sistema linforreticular (100), mientras que en la EEB esa participación es mínima (112). En el sistema linforreticular, la participación más relevante es la del bazo, aunque depende de la vía de Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 148 inoculación (101, 113). Una vez que la PrPsc está presente en el bazo, su concentración aumenta hasta estabilizarse, previamente a la neuroinvasión del sistema nervioso central (113). De hecho, en la enfermedad del scrapie algunos autores señalan que el diagnóstico de la enfermedad, tomando como muestras objeto de estudio tanto la médula oblongada como el sistema linforreticular (nódulo retrofaríngeo, tonsila palatina, biopsia de tercer párpado, por el tejido linfoide asociado a la membrana nictitante, o de mucosa rectal), permitiría diagnosticar también gran parte de los casos preclínicos, debido a la temprana distribución de la proteína prión en el tejido linforreticular (74-76, 79, 114). No obstante, la replicación de la proteína prión en el sistema linforreticular no es requisito indispensable en todos los casos (115, 116). De hecho, la participación del citado sistema puede verse influida por factores endógenos o exógenos (por ejemplo, dosis infectivas elevadas) al individuo (117, 118). Así, en animales de experimentación se ha descrito neuroinvasión de prión en ausencia de sistema linforreticular (119), realizándose el proceso directamente por transporte axonal (120). En el caso de los pequeños rumiantes, la ruta de neuroinvasión de la proteína prión varía sustancialmente dependiendo del agente infeccioso implicado, de la especie del huésped y de la susceptibilidad genética propia del individuo (100, 111, 121, 122). Así, factores como el genotipo del huésped pueden hacerla variar considerablemente. En ovinos que portan los genotipos más resistentes al codón 136 del gen PRNP (por ejemplo, ARR), la implicación del sistema linforreticular en la repli- cación de la proteína prión es muy pequeña, y la neuroinvasión se produce sin que el sistema linforreticular acumule PrPsc (119). En la EEB, la replicación del prión se restringe al sistema nervioso central (123), siendo mínima la replicación del prión en el tejido linforreticular. Es importante destacar que el tejido linfoide intestinal se extiende proximal y distalmente a lo largo del tracto gastrointestinal. En el sistema linforreticular, la PrPsc se distribuye por su extensión (sobre todo en la especie ovina, dependiendo también de genotipos específicos) y se transfiere al sistema nervioso entérico (111), que se considera el punto de entrada del agente causal del scrapie en el sistema nervioso, ya que se ha detectado PrPsc en dicho sistema durante las primeras fases de la infección. No se conoce con precisión el mecanismo de transferencia del agente causal desde el sistema linforreticular al sistema nervioso central, pero diversos estudios sugieren que se produce desde las células dendríticas foliculares hasta las fibras nerviosas que inervan los folículos linfoides, siendo mayor la velocidad de neuroinvasión cuanto menor es la distancia topográfica entre estas células y las terminaciones nerviosas (122, 124). La difusión del agente puede ser pasiva, desde las células degeneradas que lo liberan hasta las terminaciones nerviosas, o mediante el transporte de células móviles, como los macrófagos o las células dendríticas (115). Inicialmente se pueden observar depósitos de PrPsc, en los ganglios de los plexos que se encuentran en el íleon, que se van distribuyendo progresivamente a lo largo de todo el sistema nervioso entérico, presentando un patrón de diseminación similar al del sistema linforreticular Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 149 (122, 125). Desde el sistema nervioso entérico, utilizando estructuras nerviosas del sistema nervioso autónomo, y en concreto del sistema parasimpático, la PrPsc podría llegar al sistema nervioso central por dos puntos: a través de la médula espinal a nivel torácico (columna intermediolateral, segmentos T5-L1), mediante el nervio esplácnico y los ganglios mesentéricos craneal y celíaco, o a través de la médula oblongada, en el núcleo motor dorsal del nervio vago. Estos hallazgos han sido descritos en trabajos realizados sobre la distribución tisular de la PrPres mediante técnicas inmunohistoquímicas en modelos experimentales murinos (111, 126). No obstante, los primeros lugares del sistema nervioso central donde se acumula la PrPsc, tanto en casos naturales del scrapie y de EEB como en diversos modelos experimentales, son la médula oblongada y la médula espinal torácica (127, 128). Una vez alcanzado el sistema nervioso central, el agente se disemina de forma ascendente y descendente a través del mismo (129). Asimismo, desde la descripción de los primeros casos de scrapie atípico, se sabe que en animales que presentan esta variante de la enfermedad, el depósito de PrPsc no se realiza principalmente en la médula oblongada, sino que su mayor concentración se localiza en el cerebelo (35). Sin embargo, no se puede descartar que el proceso de neuroinvasión ocurra en parte por la fracción de PrPsc que circula por la sangre, y que el agente acceda al encéfalo a través de este fluido (101, 107). En 2002 se publicaron trabajos que describen la transmisión del scrapie mediante transfusiones sanguíneas (130), lo que reforzó la teoría de que la disemina- ción de esta proteína se produjese también por la vía hematógena. Por ello, esta vía de distribución del prión puede representar una ruta alternativa de neuroinvasión a la del sistema nervioso entérico/sistema nervioso autónomo, que se apoya en la descripción de la presencia de depósitos de PrPsc en los órganos circunventriculares del cerebro, en los que la barrera hematoencefálica no existe (131). Otra vía de diseminación descrita ha sido la linfática, ya que se ha detectado PrPsc en los senos subcapsulares de los ganglios linfáticos (116). Actualmente, todavía no se conocen por completo las rutas naturales de transmisión de las EET. Se acepta que la transmisión horizontal se produce sobre todo mediante la excreción alimentaria y la ingestión oral, pero los largos periodos de incubación que caracterizan a estas enfermedades hacen que sea muy difícil relacionar los casos clínicos con sus fuentes de infección originales. Los estudios epidemiológicos sugieren que la transmisión natural del scrapie clásico ocurre principalmente por vía horizontal, ya sea por contacto directo entre animales o, indirectamente, mediante la contaminación del ambiente (132). Se ha observado que este tipo de transmisión se produce de forma natural cuando ovejas sanas sin ninguna exposición previa se ponen en contacto con ovejas infectadas de scrapie. En consecuencia, se asume que la PrPsc se elimina a través de excreciones (heces y orina) o secreciones (leche y saliva) (133). Se estima que las principales fuentes de contaminación ambiental en la enfermedad de scrapie son la placenta (134, Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 150 135), las heces (101) y las canales de animales infectados. En el scrapie ovino se reconoce la transmisión materna en condiciones naturales, aunque resulta difícil de evaluar, dado el posible contagio lateral entre animales de todas las edades. Existe un relativo desconocimiento respecto a la vía de infección de una oveja afectada de scrapie hacia su descendencia y si la infección ocurre in utero, en el periodo posnatal o en ambos momentos. La transmisión vertical “pura”, aquella que se produce in utero, nunca ha sido demostrada (6). La presencia de PrPsc e infectividad en la placenta, incluso en estados preclínicos de la enfermedad, sugiere que la transmisión tendría lugar desde las madres infectadas de scrapie a su descendencia y a otros animales durante el periodo de parto a través de la placenta. Se ha observado que no todos los animales infectados acumulan PrPsc en la placenta y que el mismo animal no acumula PrPsc en todas las gestaciones. Dicha acumulación parece depender del genotipo del feto (134-136), ya que no se han detectado depósitos de PrPsc en placentas de ovejas infectadas de scrapie cuyo feto presenta genotipo resistente al scrapie clásico. En las ovejas ARR/VRQ con scrapie no se acumula PrPsc en sus placentas, incluso cuando el genotipo fetal es VRQ/VRQ (considerado susceptible). Esto podría estar asociado a la falta de PrPsc en el tejido linfoide en animales infectados con genotipo ARR/VRQ y, en consecuencia, a una ineficiente diseminación de PrPsc en la placenta (137). Sin embargo, la acumulación de PrPsc en la placenta no solo depende del genotipo de la madre y del genotipo del feto, sino también de la posición del feto en el útero. La proteína patológica puede estar presente en cotiledones de fetos con genotipos resistentes a scrapie cuando se produce un parto múltiple, en que los fetos (con genotipo resistente y susceptible) están compartiendo el mismo cuerno uterino. Esto se podría explicar por la existencia de anastomosis sanguíneas entre cotiledones de los diferentes fetos (136). La duración de la exposición de los corderos a las placentas tras la época de partos afecta a la transmisión a la descendencia. Así, los corderos que se separan inmediatamente después del parto de sus madres infectadas de scrapie y del rebaño presentan menos incidencia de scrapie en la edad adulta que aquellos que se separan más tarde o que los que no son segregados. La progenie de ovejas que desarrollan scrapie presenta más probabilidad de contraer la enfermedad que la procedente de ovejas aparentemente sin scrapie, debido tanto a la influencia de la genética como a la transmisión de la enfermedad. No obstante, aunque de forma excepcional, existen animales nacidos de ambos padres infectados de scrapie que no desarrollan la enfermedad. Cuando solo uno de los padres está afectado, sobre todo si es el macho, el riesgo para la descendencia se reduce. En consecuencia, se acepta que la transmisión materna es mucho más importante que la paterna, aunque esta diferencia es menor si la progenie es separada tras el parto, protegiéndose de este modo de una posterior infección horizontal (132). En el ganado vacuno, todas las evidencias indican que en condiciones naturales el agente de la EEB no se propaga horizontalmente en el entorno mediante excreciones y/o secreciones, ni verticalmente a través de transmisión materna (138, 139). Así, se acepta que la epidemia de la EEB fue debida a la intervención humana, al Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 151 utilizarse canales de animales infectados con priones para la producción de harinas de carne y hueso como fuente de alimentación del ganado vacuno. La retirada de estas harinas para la alimentación animal ha tenido un claro efecto sobre la incidencia de la EEB, que se ha reducido de forma drástica. La transmisión materna y/o vertical en la EEB, desde la madre al ternero, parece ser muy rara o incluso inexistente en estadios tempranos de incubación de la enfermedad, pero el riesgo aumenta dependiendo del periodo transcurrido entre el nacimiento del ternero y el comienzo de los signos clínicos en la madre. Así, se considera que, en una vaca afectada de EEB que tenga el parto hasta 6 meses antes o después de la aparición de los signos clínicos, la probabilidad de que su ternero adquiera la enfermedad aumenta considerablemente (140, 141). Sin embargo, no se sabe si la transmisión puede ocurrir por vía transplacentaria durante la gestación o tempranamente en el periodo posnatal a través de secreciones o excreciones maternas (133). Se han sugerido otras posibles vías de entrada de la PrPsc, como la mucosa olfatoria en humanos (142) o las heridas en la lengua en un modelo de enfermedad transmisible del visón (ETV) en hámsteres (143). Todos los estudios realizados sobre la patogenia y transmisión del scrapie y la EEB son los que han precisado qué órganos y tejidos pueden ser considerados peligrosos para el consumo humano, siendo calificados como material específico de riesgo (MER). En España, el RD 3454 del año 2000 define el programa integral coordinado de vigilancia de las EET, y por tanto, regula su retirada, tratamiento y control documental. No obstante, es el Real Decreto 1911 del año 2000 y sus posteriores modificaciones el que define concretamente qué materiales deben ser retirados de la cadena alimentaria como medida de protección del consumidor. De esta forma, quedan definidos en función de la especie los siguientes tejidos y órganos: • Bovinos: – El cráneo, excluida la mandíbula e incluidos el encéfalo y los ojos, y la médula espinal de los bovinos de más de 12 meses. – La columna vertebral, excluidas las vértebras de la cola, las apófisis espinosas y transversas de las vértebras cervicales, torácicas y lumbares, y la cresta sacra media y las alas del sacro, pero incluidos los ganglios de la raíz dorsal, de los animales mayores de 30 meses. – Las amígdalas, los intestinos, desde el duodeno hasta el recto, y el mesenterio de los bovinos de todas las edades. • Ovinos y caprinos: El cráneo, incluidos el encéfalo y los ojos, las amígdalas y la médula espinal de los ovinos y caprinos de más de 12 meses o en cuya encía haya hecho erupción un incisivo definitivo, así como el bazo y el íleon de los ovinos y caprinos de todas las edades. Factores genéticos Los factores genéticos que influyen en la susceptibilidad y el desarrollo de una EET animal continúan todavía en fase de estudio. Es una cuestión relevante, ya que el descubrimiento de un gen directa- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 152 mente implicado en el desarrollo de este grupo de enfermedades ha permitido la aplicación de un sistema de control mediante la selección de animales resistentes, lo que se ha llevado a cabo en la especie ovina en la Unión Europea. El gen de la proteína prión (PRNP) tiene una longitud variable, entre 16.000 y 22.000 bases, y está formado por dos o tres exones (dependiendo de la especie), si bien toda la región codificante (ORF) se encuentra en un único exón. Este gen codifica una glicoproteína de membrana, la PrPc, que posee entre 230 y 255 aminoácidos, y cuya secuencia está altamente conservada entre especies. Este gen se ha identificado en un gran número de especies, tanto domésticas como salvajes. La homología entre las distintas especies es muy elevada; por ejemplo, un 94% de la secuencia nucleotídica de las especies bovina y ovina es idéntica. A su vez, estas especies muestran una homología con el gen humano del 66,7 y el 65,4%, respectivamente. En relación con él se ha descrito un gran número de polimorfismos o variantes genéticas en distintas especies que se pueden clasificar en: • Mutaciones puntuales: un cambio de un nucleótido en un codón da lugar a un cambio aminoacídico en la proteína. • Inserciones y deleciones: se producen en la región de octapéptidos, dando lugar a un número distinto de repeticiones (según los diferentes individuos). El desarrollo de una EET de forma natural está muy influido por las alteraciones en el gen del hospedador que codifica para la proteína PrP (144). Estos polimorfismos pueden influir en la conversión de PrPc en la isoforma PrPsc (145). Los mecanismos por los que una variante alélica individual conduce a una susceptibilidad alterada o a un cambio en el periodo de incubación no han sido bien definidos. Se ha propuesto que, en humanos, los polimorfismos del gen PRNP pueden presentarse en sitios críticos implicados en la transición de conformación de PrPc a PrPsc (146). El gen de la proteína PrPc humana se localiza en el cromosoma 20, tiene una longitud de 16.000 bases y codifica una proteína de 253 aminoácidos. Ciertas mutaciones dan lugar a un cambio aminoacídico que, al provocar una modificación conformacional del plegamiento de la proteína prión, origina una EET. Se han observado mutaciones en las formas familiares de la ECJ, en el síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker (GSS) y en el insomnio familiar letal. Por ejemplo, la mutación que supone el cambio de prolina por leucina en el codón 102 es suficiente para causar una forma de GSS. Los distintos polimorfismos observados en la especie humana se deben a inserciones o deleciones de octapéptidos o a mutaciones puntuales. En la actualidad se han descrito 25 mutaciones en el gen PRNP humano, pero no todas ellas ligadas al desarrollo de la enfermedad. La causa más frecuente de ECJ familiar es la mutación puntual en el codón 20, que aparece en más del 70% de las familias con ECJ hereditaria en todo el mundo. La predisposición genética tiene su influencia en todos los tipos de ECJ (familiar, iatrogénica y esporádica). El codón 129 parece ser el que está implicado en esta predisposición. Así, los casos iatrogénicos resultantes del uso de la hormona del crecimiento están asociados con el ge- Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 153 notipo homocigoto valina en este codón. Por otro lado, los casos de la v-ECJ han aparecido en individuos homocigotos metionina. El gen que codifica para la proteína prión bovina tiene un tamaño de 20-22.000 bases y se encuentra en el cromosoma 13 (13q17). La secuencia aminoacídica de la proteína codificada difiere de la ovina en siete u ocho posiciones. Como consecuencia de la epidemia de EEB sufrida en el Reino Unido, se han llevado a cabo diversos trabajos con el fin de detectar la base genética de esta enfermedad en la especie bovina. Además de la necesidad de contacto con el agente (relacionada con el consumo de alimentos contaminados), la epidemiología de esta enfermedad induce a pensar que, al igual que ocurre en otras especies (humanos u ovinos), existe un componente genético. Se han descrito algunos polimorfismos en el gen PRNP de esta especie (W84R, G100S, K113R, V115M, H143R, S146N y N177S), pero la demostración de su relevancia respecto a la susceptibilidad frente a la EEB está todavía en fase de estudio (147, 148). Recientemente, se ha demostrado la asociación entre la susceptibilidad a EEB y la inserción/deleción de 12 y 23 pares de bases (pb) en la región promotora del gen PRNP (149, 150). El mayor efecto lo produce la deleción en homocigosis, tanto de las 12 como de las 23 pb. Las primeras investigaciones destinadas a la identificación de una base genética que pudiera explicar la diferencia en cuanto a la susceptibilidad y al desarrollo de una EET se llevaron a cabo en la especie ovina. De hecho, la influencia de la genética del hospedador en esta especie es una de las mejor conocidas, incluso se han llegado a establecer relaciones entre algunos polimorfismos del gen PRNP y la susceptibilidad al scrapie. En la actualidad, como ya se ha indicado, se están aplicando estos conocimientos en el control de esta enfermedad. La revisión realizada por Kimberlin, en 1979 (151), resume los conocimientos de la época respecto a la susceptibilidad o la resistencia genética frente a la enfermedad, tanto experimental como natural. En esta revisión se hacía referencia a dos hechos fundamentales que ayudaron a comprender la complejidad de la enfermedad. Uno de ellos consistía en proponer que los animales podían mostrar resistencia a la enfermedad, pero tal vez no a la infección, de forma que podrían existir animales que tuvieran un periodo de incubación más largo que su propia vida, pero no por ello dejar de transmitir el agente causal. Otro era la posibilidad de que los animales fueran resistentes a la única cepa utilizada en todos los experimentos realizados hasta el momento (SSBP-1), pero que no lo fueran para otras nuevas cepas de scrapie todavía no caracterizadas. El descubrimiento de un gen celular que codificaba la proteína PrPc fue una de las aportaciones más importantes que revolucionó la genética del scrapie (12). A partir de ese momento, todos los estudios de susceptibilidad genética a la enfermedad giraron en torno a diferentes polimorfismos descritos en el gen PRNP. A partir de esta información, se comprobó la existencia de un polimorfismo en el codón 171 que codificaba dos aminoácidos (glutamina/arginina) (152). Pese a Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 154 que en aquel momento se desconocía la importancia de este descubrimiento, el polimorfismo del codón 171 ha sido uno de los más importantes en el control del scrapie, y está asociado, como se referirá más adelante, a la susceptibilidad o la resistencia a la enfermedad. En 1995, el equipo de investigación de Belt estableció las cinco variantes haplotípicas presentes en el gen PRNP ovino y su asociación con el scrapie. Aunque existen diferencias en la frecuencia de los haplotipos entre las razas ovinas y en los haplotipos asociados a la enfermedad, se han observado algunas características comunes entre ellas. Por ejemplo, el haplotipo VRQ está asociado a una alta incidencia de scrapie y el haplotipo ARR a una incidencia baja; este último tiene un efecto dominante, ya que tanto los animales homocigotos como los heterocigotos presentan un menor riesgo de padecer la enfermedad; respecto a los haplotipos AHQ, ARQ y ARH, su asociación con la enfermedad depende en gran medida de la raza (153). En la especie ovina, el gen PRNP tiene un tamaño de 20.000 pb y codifica para una proteína de 256 aminoácidos. Este gen ha sido localizado en el cromosoma 13. El gen presenta un alto grado de polimorfismo, y hasta la fecha se han descrito 40 mutaciones que suponen un cambio aminoacídico en 27 codones distintos (154). La mayoría son raros y no se han asociado a ningún fenotipo de la enfermedad, ni en la infección natural ni en la experimental. Sin embargo, las variantes genéticas de los codones 136, 154 y 171 parecen tener influencia en la susceptibilidad a la enfermedad. Del conjunto total de posibles alelos (2x2x3), solo cinco se de- tectan con una frecuencia relativamente alta. La forma original del gen parece ser la variante ARQ, habiéndose originado el resto de haplotipos mediante mutaciones puntuales. La frecuencia y la distribución de las distintas combinaciones varían según la raza. En los últimos años se han publicado numerosos trabajos en los que se determina la distribución de estos alelos en otras razas europeas. Concretamente, parece ser que los haplotipos predominantes en las poblaciones ovinas españolas son ARQ, ARR, ARH (155) y ARQ en las poblaciones ovinas afectadas por la enfermedad (156). Resultados similares se han obtenido en la raza sarda italiana y en razas portuguesas. Según los datos obtenidos principalmente de razas británicas y francesas, existe una clara influencia del genotipo de PRNP para los codones 136, 154 y 171 en la susceptibilidad del animal a presentar el scrapie clásico. El genotipo de PRNP se muestra como el principal factor asociado a la incidencia de esta enfermedad si se tiene contacto con el agente causal. Las conclusiones que se obtuvieron a partir de estas investigaciones se resumen a continuación: • El haplotipo VRQ es el más estrechamente relacionado con la susceptibilidad al scrapie. Los animales homocigotos para este haplotipo son los que presentan mayor riesgo. Los heterocigotos con el haplotipo resistente (ARR y AHQ) tienen menor riesgo. • La forma original ARQ también se ha asociado a la susceptibilidad a presentar esta enfermedad, aunque con un menor riesgo o una penetrancia menor que el VRQ. Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 155 • Los haplotipos ARR y AHQ se han asociado a la resistencia a esta EET. El grupo nacional de información de scrapie establecido en el Reino Unido desarrolló una Guía universal para clasificar los 15 posibles genotipos del gen PRNP en niveles de riesgo. Con este objetivo, se establecieron distintas clasificaciones de genotipos teniendo en cuenta los alelos predominantes en las distintas razas. Los genotipos se agrupan en función del nivel de riesgo del animal y del de su posible progenie. Dawson et al. (153) proporcionan las tablas de riesgos, resaltando que las interpretaciones de esta clasificación están basadas en probabilidades y no en certezas. Las tablas se revisan de forma periódica y pueden estar sujetas a modificaciones. Las distintas agrupaciones de los genotipos se basan en el riesgo al desarrollo de la enfermedad (R) y han sido valoradas de R1 a R5: • R1: indica un riesgo muy bajo de desarrollar la enfermedad en el individuo y un riesgo muy bajo en la progenie de primera generación. • R2: indica un riesgo bajo del individuo y de la progenie. • R3: indica un riesgo bajo individual, pero el de la progenie puede aumentar en función del genotipo del otro parental. • R4: indica que el scrapie se puede encontrar de forma ocasional y que la progenie tiene mayor riesgo que la del grupo anterior. • R5: indica que este ovino tiene el mayor riesgo de desarrollar scrapie. Esta guía realiza distintas clasificaciones en función de los alelos predominantes de las razas; no obstante, se ha establecido una única clasificación universal para todas las razas. En los últimos años, como se ha adelantado, se han descrito casos de scrapie cuyas características clínicas, patológicas, inmunoquímicas y estructurales difieren en gran medida de la enfermedad clásica. En la actualidad, se considera que estos casos se han producido como consecuencia de la aparición de cepas atípicas de scrapie diferentes de las descritas hasta ahora, denominadas genéricamente cepas clásicas. La primera descripción de la presencia de cepas atípicas de scrapie en Europa se realizó en Noruega; su descubrimiento en el año 1998 dio origen al propio nombre de una de estas cepas, la Nor98. Una de las características más importantes del scrapie atípico es que parece estar asociado a animales con un genotipo resistente al scrapie clásico, incluidos los ARR homocigotos. Además, pocos casos de scrapie atípico están asociados al haplotipo sensible (VRQ). Del mismo modo, se ha observado una relación entre el polimorfismo 141 leucina (L)/fenilalanina (F) y la susceptibilidad a las cepas atípicas (157). Ante la imposibilidad de disponer de un método fiable para el diagnóstico in vivo de las EET, su control se debe realizar mediante la ejecución de una vigilancia activa y pasiva. Como complemento, el genotipado se utiliza como una herramienta para pronosticar el riesgo de padecer la enfermedad. Cuando se detecta un caso positivo, una vez que se realiza el análisis de los restantes animales del rebaño, muy pocos animales son diagnosticados como Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 156 positivos, de forma que el sacrificio masivo de toda la explotación podría ser una medida desmesurada. Sería preferible analizar el genotipo de los animales del rebaño y sacrificar solo a los que posean una clínica compatible con EET y los que tengan un genotipo sensible. Los programas de vigilancia basados en el genotipo de los animales se están aplicando en diversos países y, aunque todavía es un poco precipitado extraer conclusiones, parecen estar dando resultados alentadores en el control del scrapie clásico. Por otro lado, además de los programas de vigilancia activa y pasiva, distintas Decisiones de la Comisión Europea se dirigen hacia el establecimiento de programas de mejora enfocados a la selección de una resistencia del ganado ovino a las EET, junto con la definición de medidas que cabría tomar en caso de ser detectado un foco de scrapie; ambas medidas están basadas principalmente en el genotipo para el gen PRNP. Epidemiología y programas de vigilancia y control de la EEB y scrapie Los estudios epidemiológicos llevados a cabo al inicio de la epidemia de la EEB, confirmaron que la fuente común de todos los casos investigados era el uso de piensos comerciales fabricados con harinas de carne y hueso, por lo que se sospechó que estas eran el principal vehículo de transmisión de la enfermedad (158). La aceptación de que la causa inicial de la EEB era el consumo de piensos contaminados motivó la prohibición en el Reino Unido en 1988 de alimentar a los rumiantes con harinas procedentes de ru- miantes. Se asume que el origen de la enfermedad se produjo a consecuencia de una modificación efectuada a comienzos de los años 80 en los procesos de transformación de restos de matadero para la producción de las harinas de carne y hueso, utilizadas como suplemento de los piensos destinados a alimentar a animales de producción. Dicha modificación se produjo en los sistemas de producción utilizados en las plantas transformadoras, que hasta entonces eran sistemas continuos, que fueron sustituidos por otros discontinuos o en fases. Asimismo, se suprimió el uso de solventes orgánicos hidrocarbonados para la separación más eficiente de la materia grasa de las harinas de carne y hueso, factor al que se atribuye una gran transcendencia causal (159), y se llevaron a cabo cambios en el tratamiento térmico que muy probablemente impidieron la inactivación completa del agente causal de la enfermedad de scrapie en dichos productos, manteniéndose así una elevada carga infectiva (160). Aunque esta hipótesis basada en la transmisión de la enfermedad por harinas de carne y hueso es la más aceptada, existen otras teorías diferentes que tratan de explicar su origen, como las que apuntan la posibilidad de que un nuevo agente, originado posiblemente por una mutación del gen PRNP bovino u ovino, fuera el origen de la EEB. Hasta julio de 1991, en torno al 70% de las explotaciones afectadas solo presentaron uno o dos casos de EEB, lo que parece indicar que la dosis de exposición fue baja. Aun así, se supone que una proporción importante de la cabaña bovina británica (unos 4 millones de adultos) estuvo expuesta al agente causal desde 1981- Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 157 1982 hasta el verano de 1988, fecha en que se implantó la prohibición del consumo de proteínas de origen animal. Esto explica por qué el número de casos de EEB en el Reino Unido ha sido tan elevado (159). A partir de 1993, en este mismo país, el número de animales afectados por EEB fue decreciendo gracias al descenso de nuevas infecciones, como consecuencia principalmente de la prohibición establecida en 1988 de alimentar a los rumiantes con harinas de carne y hueso (161). Sin embargo, se continuaron detectando varios casos en animales nacidos tras la prohibición, por la contaminación de los alimentos para el ganado bovino con ingredientes que se utilizaban en la alimentación de otras especies (162). Para evitar esta contaminación cruzada, en 2001 se prohibió el uso de este tipo de harinas procedentes de cualquier mamífero para la alimentación animal. No obstante, se han detectado nuevos casos de EEB en animales nacidos tras esta prohibición y, aunque el origen de la infección todavía está investigándose, los datos preliminares sugieren que se debe a la importación de alimentos contaminados (163). Al principio se pensó que el problema afectaba únicamente al Reino Unido, pero el paso del tiempo ha demostrado que no era así. Desde 1990, cada vez fueron más los países que detectaron casos de la enfermedad, y como resultado del establecimiento en 2001 del Programa de vigilancia de la EEB en la Unión Europea (Reglamento CE 999/2001), muchos países que se consideraban libres de la enfermedad fueron identificando casos, aunque el único en el que se ha producido una verdadera epidemia ha sido el Reino Unido. Los programas sistemáticos de vigilancia comunes de las EET llevados a cabo en la Unión Europea a partir de 2001 se han centrado en la investigación de casos de EEB en el ganado vacuno, de scrapie en el ovino y caprino y, más recientemente, de la enfermedad crónica caquectizante en ciervos domésticos y de vida silvestre. Estos programas se basan en sistemas de vigilancia pasiva y activa. La información que se ha obtenido sobre la epidemiología de este grupo de enfermedades ha sido extraída en buena parte de los informes anuales que publica la Comisión Europea (Dirección General SANCO) sobre los programas de análisis y monitorización para la detección de la presencia de las EET en los rumiantes de la Unión Europea (EU TSE Annual Reports 2010). En lo que se refiere a los bovinos, el programa de vigilancia ha sido obligatorio para todos los animales que hubieran superado una determinada edad, que, según señala la legislación comunitaria, fue establecida a partir de 2001 en los animales de más de 30 meses (en España e Italia 24 meses, por decisión de cada país), habiéndose procedido a una progresiva elevación de la edad límite de análisis, en la actualidad, entre 48 y 72 meses, dado que en la actualidad la inmensa mayoría de casos se detectan en animales de más de esa edad. El programa establece varios grupos diana: • Bovinos sanos sacrificados en el matadero para consumo humano. • Bovinos muertos o que se han sacrificado en la explotación o en el transporte. En este caso se establece que los Estados miembros pueden no llevar a Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 158 cabo la toma de muestras en zonas remotas con una baja densidad de animales, aunque ese grupo de animales no puede superar el 10% de la población total del país. • Bovinos que han sido sacrificados de urgencia. • Bovinos que muestran signos de enfermedad en la inspección ante mortem en el matadero. • Bovinos pertenecientes a explotaciones en las que se ha detectado algún caso de EEB, bien de la cohorte de edad (nacidos 1 año antes o después del caso de EEB), de la cohorte de alimentación (criados junto con el caso de EEB durante el primer año de vida) y cualquier otro sacrificado por tener un vínculo epidemiológico con un caso de EEB. • Bovinos clínicamente sospechosos de estar afectados de una EET por presentar síntomas compatibles con ella (Reglamento CE 999/2001, artículo 3) y sujetos a las medidas que se establecen en los artículos 12 y 13 de dicha norma. En cuanto al programa llevado a cabo en la investigación de una EET en ovinos y caprinos, se analiza una muestra representativa de la población ovina y caprina de cada país. En este caso se consideran los siguientes grupos diana: • Animales sacrificados para consumo humano, en los que se analiza un mínimo anual de animales de más de 18 meses. • Animales que no se sacrifican para consumo humano, grupo constituido por los muertos en la explotación, los sacrificados de urgencia y los que presentan signos de enfermedad en la inspección ante mortem. El muestreo, constituido por animales de más de 18 meses, tiene que cubrir unos mínimos. • Animales sacrificados a consecuencia de las actuaciones que se llevan a cabo para erradicar la enfermedad en rebaños con casos detectados de EET. • Animales clínicamente sospechosos de estar afectados de una EET por presentar síntomas compatibles con ella. Recientemente, y para dar cumplimiento a lo establecido en la Decisión 2007/182/EC, de 19 marzo de 2007, se ha establecido un programa de vigilancia para detectar los casos de encefalopatía crónica y caquectizante en cérvidos domésticos y silvestres, que incluye diferentes especies y grupos. El establecimiento de programas de vigilancia en otras especies es voluntario por parte de los Estados miembros de la UE. El muestreo y la analítica en el caso de la vigilancia activa se han llevado a cabo mediante la toma de fragmentos de tejido nervioso procedente de la médula oblongada y su análisis mediante los test rápidos autorizados por la CE (Reglamento CE 999/2001). La confirmación de los casos positivos o no concluyentes de la vigilancia activa y la de los animales sospechosos se realiza mediante estudios histopatológicos, inmunocitoquímicos, con un immunoblotting o mediante la demostración de las fibrillas SAF con microscopía electrónica. Además, la discriminación entre EEB y scrapie es obligatoria desde junio de 2005 (Reglamento CE 36/2005). Los procedimientos utilizados se basan en test de immunoblotting, inmunocitoquímica o ELISA. Adicionalmente, ciertas muestras deben someterse a pruebas de bioensayo en ratones. Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 159 Finalmente, se lleva cabo un programa de genotipado en ovinos, como ya se ha citado antes, mediante el muestreo y análisis del genotipo del gen PRNP. Este debe realizarse en todos los ovinos afectados de scrapie y en una muestra de ovinos mayores de 18 meses de edad. Los últimos datos sobre los resultados del programa de vigilancia y monitorización de la EEB publicados por la Comisión Europea corresponden al año 2010. En lo que se refiere al muestreo, se estima que desde 2001 se han analizado en la Unión Europea alrededor de 96 millones de vacunos. La mayoría de los análisis se llevaron a cabo en la población de animales sacrificados para consumo humano (en torno al 80% de media). Alrededor del 5% del total de los análisis de la UE se han realizado en España. A la hora de valorar los casos de EEB detectados en la UE, hay que tener en cuenta que el programa de vigilancia activa comenzó a aplicarse en 2001, en concreto a partir del mes de julio de ese año. Existe una clara diferencia entre el tipo de vigilancia aplicado en el Reino Unido y el del resto de la UE. De hecho, la mayoría de los casos del Reino Unido han sido detectados a través de la sospecha clínica (vigilancia pasiva), a diferencia de lo ocurrido en los demás países de la UE, en los que la mayoría de casos se han identificado mediante el sistema de vigilancia activa. Tras la aparición de los primeros casos de EEB en 1987 en el Reino Unido, donde se registraron cifras crecientes hasta alcanzar un máximo de casos en 1992, en que se diagnosticaron 37.280 en todo el país, la incidencia de casos anuales comenzó a decrecer progresivamente como conse- cuencia de la medida adoptada por las autoridades británicas en junio de 1988, en que deciden prohibir el uso de harinas de carne y hueso de origen rumiante para la elaboración de piensos destinados al consumo bovino. En 1989 se describen los primeros casos en la República de Irlanda, en 1990 en Portugal y Suiza, en 1991 en Francia y en 1992 en Alemania y Dinamarca. A partir de ese año siguen incorporándose nuevos países de dentro y fuera de la UE a la lista de países afectados. Como ya se ha indicado, el país que ha registrado un número más elevado de casos en términos absolutos ha sido el Reino Unido. En otros países también se ha producido un número apreciable de casos, aunque las cifras son muy inferiores a las del Reino Unido: Irlanda, Portugal, Francia, España, Suiza y Alemania. Sin embargo, la mayoría de ellos cuentan con los censos de bovino de más de 2 años de edad más elevados de la UE. Desde 2001 se observa una clara tendencia a la disminución del número de casos en el conjunto de la UE. La tasa de incidencia anual de casos de EEB (número de casos autóctonos por millón de bovinos de más de 24 meses de edad) en los países del mundo que han registrado casos ha experimentado amplias variaciones, dependiendo de las fechas de aplicación de las medidas de lucha contra la enfermedad y, muy en particular, de la aplicación de la medida clave de prohibir la utilización de las harinas de carne y hueso de origen animal para la alimentación del ganado bovino. Estas cifras las facilita la Organización Mundial de la Sanidad Animal (www.oie.int) a partir de la información suministrada por Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 160 los distintos países. En el Reino Unido, el país que ha presentado la epizootía más destacada, en el que se registraron los primeros casos de EEB y en el que primero se aplicaron las medidas para reducir el número de casos, la tasa de incidencia anual de casos comienza a decrecer a partir de 1993, tendencia que se ha mantenido hasta la actualidad. En España, la tasa de incidencia máxima de casos se produce en 2003 y comienza a disminuir a partir de 2004, en una tendencia que se ha mantenido de forma continuada hasta la actualidad. Portugal, Irlanda, España y Reino Unido son los países de la UE que presentan las prevalencias más altas. La prevalencia de la enfermedad (ratio de casos positivos de EEB por 10.000 ani- males analizados) en los 27 países de la UE se ha ido reduciendo año tras año, independientemente de que el número de análisis realizados se haya incrementado o haya permanecido estable. Esa reducción progresiva se ha observado en los principales grupos diana de población, es decir, tanto en animales sacrificados para consumo como en los grupos de riesgo. La mayoría de los positivos se detectan cada año en los meses de otoño e invierno (en verano y primavera el número es menor). Por todo lo comentado, puede afirmarse que en el conjunto de la Unión Europea, y en particular en los 15 países previos a la incorporación de los 12 últimos, aunque el número de análisis realizado a partir de 2001 se ha mantenido estable (figura 5), 12.000.000 10.996.023 11.057.727 10.425.549 10.123.880 10.113.914 10.000.000 10.051.735 9.728.273 8.487.675 8.000.000 7.528.862 7.504.787 2009 2010 6.000.000 4.000.000 2.000.000 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Figura 5. Número de análisis realizados anualmente en el periodo 2001-2010 en la UE (EU. DG Health & Consumers). Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 161 es evidente que se ha producido una reducción gradual de la incidencia (figura 6) y la prevalencia (figura 7) de la EEB. Otra conclusión que cabe extraer es que la capacidad de detección precisa de casos está claramente relacionada con la im- 2500 2.167 2.124 2000 1500 1.376 1000 865 561 500 320 175 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 125 67 45 2008 2009 2010 Figura 6. Evolución del número de casos positivos de EEB en la UE desde 2001 (EU. DG Health & Consumers). 3,00 2,50 2,55 2,04 2,00 1,50 1,25 1,00 0,78 0,55 0,50 0,32 0,18 0,00 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 0,12 0,09 0,06 2008 2009 2010 Figura 7. Evolución de la prevalencia de casos positivos de EEB en los animales analizados en la UE desde 2001 (EU. DG Health & Consumers). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 162 en los bovinos de los 12 países de más reciente incorporación a la UE. Esa distribución característica de los casos de EEB se observa también en las dos principales poblaciones vacunas analizadas (animales sacrificados para consumo y animales de riesgo) en la UE en el periodo 2001-2008. Todo ello indica sin duda que las medidas adoptadas, y particularmente la prohibición del consumo por los bovinos de piensos elaborados con harinas de carne y hueso, han sido realmente efectivas. plantación generalizada de la vigilancia activa en el año 2001. Otra cuestión de interés es la distribución de los casos de EEB por edades en los países de la UE. De hecho, un fenómeno general y claramente apreciable en el conjunto de los 15 países iniciales de la UE es la tendencia a detectar los casos de EEB en animales de edad cada vez mayor y, recíprocamente, la reducción progresiva del número de casos de EEB en animales jóvenes (figura 8). Este hecho no es tan claramente observable 180 160 140 120 100 80 60 2001 2002 2003 2004 2005 Healthy slaughtere 2006 2007 2008 2009 2010 Risk animals Figura 8. Edad media (en meses) de los casos positivos de EEB detectados de la UE en el periodo 2001-2010 en poblaciones bovinas sacrificadas para consumo (marrón) y de riesgo (azul) (EU. DG Health & Consumers). Un dato importante es conocer el grado de cumplimiento de la medida de prohibición del uso de harinas de carne y hueso en la fabricación de piensos. Para ello resulta relevante conocer la distribución de los casos de EEB en la UE según el año de nacimiento (figura 9). De acuerdo con la información proporcio- Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 163 1000 160 900 140 800 120 700 600 100 500 80 400 60 300 Irlanda Reino Unido Francia Alemania España Italia Holanda 2004 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 0 1991 0 1990 20 <1990 100 <1990 40 200 Portugal Figura 9. Distribución de los casos de EEB detectados en el periodo 2001 a 2010 por año de nacimiento en ocho países de la UE (EU. DG Health & Consumers). nada por los Estados miembros de la UE, esta distribución es variable e indica el grado de uso de harinas de carne y hueso contaminadas de la alimentación bovina de cada país y el cumplimiento de las prohibiciones de su utilización. El Reino Unido y Portugal registraron el mayor porcentaje de casos entre 1993 y 1995, aunque Portugal registró otro pico de casos en 1996-1997, Francia e Irlanda en 1994-1996, Alemania, Italia y Holanda en 1995-1997, y España en 1995-1999. El número de casos de EEB en animales nacidos después de la prohibición definitiva y generalizada del uso de harinas de carne y hueso en la alimentación bovina en 2001 ha sido bajo (35 en 2001, 15 en 2002, 10 en 2003, 7 en 2004 y 1 en 2005). Ello indica que la medida ha sido efectiva, aunque existen diferencias por países según las distintas fechas de aplicación de la prohibición, sobre todo entre los que la aplicaron con anterioridad a 2001 y los 12 países que se incorporaron a la UE después de 2001. Un dato relevante es que, a partir de 2006, se han detectado muy pocos animales con EEB, y entre ellos, solo dos tenían menos de 48 meses. Esta es la razón por la que se ha decidido elevar la edad límite de análisis a los 4 o 6 años. Otro dato importante es que solo tres animales tenían menos de 30 meses; dos de ellos se detectaron en 2001 y uno en 2007. Los primeros casos de EEB en España fueron diagnosticados a finales de 2000 en el Centro Nacional de Referencia de las EET de Zaragoza en dos vacas de Galicia, mediante el sistema de vigilancia pasiva. Una de ellas, confirmada el 22 de noviembre de 2000, procedía del municipio de Carballedo (Lugo), había nacido el 30 de mayo de 1995 y era de raza cruzada. La segunda, confirmada en diciembre del mismo año y procedente del municipio de Coristanco (A Coruña), había nacido en septiembre de 1995 y era de raza Fleckwich (164). A principios de 2001, en consonancia con lo establecido por la legislación europea, se introduce en España el sistema de vigilancia activa (RD 3454/2000). A partir de ese año Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 164 de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio del Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (www.eeb.es), y en los facilitados periódicamente a la CE y la OIE. y en los siguientes, comenzaron a detectarse nuevos casos en todas las comunidades autónomas, aunque con especial frecuencia en algunas de ellas. Los datos de las analíticas realizadas a partir de ese año y sus resultados constan en los informes epidemiológicos anuales sobre las EET en España publicados por la Dirección General El número de focos de EEB detectados en España desde el año 2000 hasta finales de 2011 ha sido de 783. El número mayor se registró en el año 2003 (figura 10). N.º focos/año 200 167 150 137 127 98 100 82 68 50 39 25 0 18 13 2009 2010 2 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Figura 10. Distribución anual de los focos de EEB detectados en España en el periodo 2001 a 2010 (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente). El número de análisis realizados desde 2001 hasta la actualidad se ha mante- nido relativamente constante (figura 11). Número de test 700.000 600.000 578.125 546.056 567.366 621.818 539.856 500.000 400.000 524.543 468.168 466.833 424.943 386.588 300.000 200.000 100.000 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Figura 11. Distribución anual de los test realizados para la detección de la EEB en el periodo 2001 a 2010 (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente). Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 165 Como se hizo referencia con anterioridad, los animales afectados de EEB en España habían nacido mayoritariamente entre los años 1995 y 1999 (figura 12). 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Nacimiento casos Casos detectados Figura 12. Distribución anual de los casos de EEB detectados en España y su relación con los años de nacimiento en el periodo 2001 a 2010 (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente). En relación con la distribución geográfica de los focos de EEB en España, la mayoría de casos se concentran fundamentalmente en la mitad noroccidental del país, coincidiendo con el área de mayor densidad de vacuno de más de 2 años de edad (Galicia, Castilla y León, Asturias, Cataluña, Cantabria, Baleares y Extremadura) (figura 13). Galicia y Castilla y León han reunido cerca de los dos tercios de los casos registrados en España. Se han observado algunas concentraciones de casos en ciertas comarcas o zonas concretas, como el occidente de A Coruña, la Tierra Llana de Lugo, el occidente de Asturias, el norte de Navarra y Cataluña, Menorca y a lo largo de la carretera nacional 630. Al principio la mayoría de los casos se detectaban en vacas más jóvenes (media de 6,4-6,8 en 2001-2003), para progresivamente detectarse en animales mayores (media de 9,1 y 10,25 en 2007 y 2008), de forma similar a lo ocurrido en otros países de la UE. En lo que respecta a la raza y tipo de producción, la gran mayoría de los casos de EEB se han registrado en vacunos de leche, en concreto de raza frisona y en animales mestizos. Y en cuanto a la incidencia en las distintas poblaciones de riesgo, al inicio se detectó un número importante en animales sacrificados para el consumo humano en el matadero, y gradualmente se han diagnosticado mayoritariamente en la población de animales de riesgo. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 166 Figura 13. Distribución provincial de los focos de EEB detectados en España en el periodo 2001 a 2011 (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente). Respecto al programa de vigilancia del scrapie, se establece no tanto por el riesgo para la seguridad alimentaria que podía suponer el agente del scrapie, ya que hasta ahora no ha sido demostrado, sino por la sospecha de la posible transmisión del agente de la EEB al ganado ovino y caprino, a través del consumo de alimentos elaborados con harinas de carne y hueso contaminadas. De hecho, se sabe que los ovinos y caprinos son receptivos al agente bovino, lo que ha sido demostrado experimentalmente. El sistema de vigilancia llevado a cabo en la UE en el caso del scrapie ovino y caprino ha sido muy similar al utilizado para la vigilancia de la EEB. Las diferencias esenciales son que, en este caso, el programa de vi- gilancia activa se implantó en 2002, y que no es obligatorio para toda la población ovina y caprina, sino para una muestra representativa de ella (distintas razas, sistemas de producción, estaciones del año...). Los métodos de análisis son similares a los utilizados para el ganado vacuno. La cifra de animales analizados en la UE se incrementó sustancialmente a consecuencia de la introducción de la vigilancia activa en 2002, ya que con anterioridad el sistema mayoritario de análisis era la vigilancia pasiva. La población diana en la que se ha llevado a cabo el mayor número de análisis ha sido la de los animales sacrificados para consumo humano. El número de muestras analizadas se reduce significativamente en 2008, Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 167 como consecuencia de la introducción en julio de 2007 del Reglamento (EC) 727/2007, que enmienda los programas de monitorización de las EET en los pequeños rumiantes. La incidencia y prevalencia de casos de scrapie ha sido superior en el ovino que en el caprino. Se han detectado casos en la mayoría de los países de la UE, aunque se ha registrado un mayor número de casos por 10.000 ovinos analizados en los animales sacrificados para consumo humano en Chipre, Eslovenia, Grecia, Eslovaquia y Holanda (figura 14). En la población de animales de riesgo, los países con cifras más elevadas fueron Chipre, Grecia, Rumania, Italia y Reino Unido (figura 15). 1.000 382,3 100 32,5 24,2 16,0 10,5 10 7,2 5,9 9,8 5,6 3,7 3,2 2,7 3,4 2,1 1,8 1 6,6 5,6 6,2 9,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 BE BG CZ DK DE EE EL ES FR iE 0,0 1,0 0,0 IT CY LV LT LU HU MT NL AT PL PT RO SI SK FI SE UK NO Figura 14. Prevalencia de casos de scrapie en ovinos sacrificados para consumo en los países miembros de la UE en el periodo 2002-2010 (EU. DG Health & Consumers). 10.000 1.190,4 1.000 187,2 100 64,5 39,9 21,8 19,1 10 7,7 6,6 13,0 12,8 10,9 5,2 5,2 3,7 3,1 1,5 1 1,5 BE BG CZ DK DE EE EL ES FR iE 0,0 0,0 0,0 0,0 26,8 19,119,2 10,5 8,0 4,1 0,0 IT CY LV LT LU HU MT NL AT PL PT RO SI SK FI SE UK NO Figura 15. Prevalencia de casos de scrapie en animales de riesgo en los países miembros de la UE en el periodo 2002-2010 (EU. DG Health & Consumers). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 168 La prevalencia de esta enfermedad en las dos principales poblaciones diana (animales sacrificados para consumo y animales de riesgo) fue significativamente superior en los animales de riesgo que en los destinados a consumo humano. Respecto a la edad de presentación de los casos, la mayoría de los diagnosticados en el periodo 2000-2008 tenían entre 18 y 60 meses (figura 16). 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% < 12 2002 12-23 2003 24-35 2004 36-47 2005 48-59 2006 2007 60-71 2008 72-83 2009 84-95 > 95 2010 Figura 16. Evolución de la distribución de la edad de los casos de scrapie en la UE y Noruega en el periodo 20022010 (EU. DG Health & Consumers). 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% < 12 Atypica 12-23 24-35 36-47 48-59 60-71 72-83 84-95 > 95 Others Figura 17. Comparación de las edades medias de aparición de casos de scrapie clásico y atípico en la UE en el periodo 2002-2010 (EU. DG Health & Consumers) Las enfermedades priónicas, un antes y un después para la seguridad de los alimentos 169 Se han detectado casos de scrapie atípico en varios países miembros de la UE, llegando a representar en algunos de ellos un número importante respecto al total de casos. En cuanto a la edad de presentación, los casos de scrapie atípico se diagnosticaron en animales de mayor edad (figura 17). Tras aplicar los test discriminatorios, que permiten diferenciar el agente de la EEB del agente del scrapie en los pequeños rumiantes en los casos en que se ha diagnosticado una EET, en 2008 no se detectó ninguno positivo, aunque hubo 10 animales que ofrecieron resultados no concluyentes (nueve ovinos y un caprino). Bibliografía 1. Prusiner SB. Novel proteinaceous infectious particles cause scrapie. Science 1982; 216 (4.542):136-44. 2. Prusiner SB. Prions. Proc Natl Acad Sci USA 1998; 95(23):13.363-83. 3. Prusiner SB. The prion diseases. Brain Pathol 1998; 8(3):499-513. 4. Alper T, Cramp WA, Haig DA, Clarke MC. Does the agent of scrapie replicate without nucleic acid? Nature 1967; 214(5090):764-6. 5. Weissmann C. A unified theory of prion propagation. Nature 1991; 352(6.337):679-83. 6. Aiken JM, Williamson JL, Marsh RF. Evidence of mitochondrial involvement in scrapie infection. J Virol 1989; 63(4):1.686-94. 7. Manuelidis L. 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Decisión de la Comisión 2007/182/CE, de 19 de marzo de 2007, relativa a un estudio sobre la caquexia crónica en los cérvidos [notificada con el número C(2007)860]. Reglamento (CE) n.º 36/2005 de la Comisión, de 12 de enero de 2005, por el que se modifican los anexos III y X del Reglamento (CE) n.º 999/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, por lo que se refiere a la vigilancia epidemiológica de las encefalopatías espongiformes transmisibles en animales bovinos, ovinos y caprinos. Reglamento (CE) n.º 727/2007 de la Comisión, de 26 de junio de 2007, por el que se modifican los anexos I, III, VII y X del Reglamento (CE) n.º 999/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, por el que se establecen disposiciones para la prevención, el control y la erradicación de determinadas encefalopatías espongiformes transmisibles. Nacional Real Decreto 3454/2000, de 22 de diciembre, por el que se establece y regula el Programa Integral coordinado de vigilancia y control de las encefalopatías espongiformes transmisibles de los animales (y sus posteriores modificaciones). Real Decreto 1911/2000, de 24 de noviembre, por el que se regula la destrucción de los materiales especificados de riesgo en relación con las encefalopatías espongiformes transmisibles (y sus posteriores modificaciones). Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos Dr. Ricardo Vicente Ullán Antibióticos β-lactámicos Los antibióticos son compuestos de bajo peso molecular producidos por microorganismos y que a bajas concentraciones son capaces de inhibir selectivamente el crecimiento de otros microorganismos (acción bacteriostática) o provocarles la muerte (acción bactericida). Pertenecen al grupo de agentes quimioterapéuticos en el que se engloban antivirales, antifúngicos y antiparásitos (Davies, 1990). Estos compuestos son considerados metabolitos secundarios, puesto que no son necesarios para el crecimiento, desarrollo o reproducción de los microorganismos que los producen. Su función biológica es controvertida y se atribuye a que su producción confiere una ventaja frente a otros microorganismos en la competencia por los nutrientes (Martín y Demain, 1980). Los antibióticos β-lactámicos son antibióticos de naturaleza peptídica que se forman mediante síntesis no ribosomal de tres aminoácidos: L-valina, L-cisteína y ácido L-α-aminoadípico. Su estructura química da nombre al grupo y se basa en un anillo β-lactámico de 4 átomos (3 átomos de carbono y 1 átomo de nitrógeno). Con la excepción de las monobactamas y nocardicinas, que solo presentan el anillo β-lactámico, estos antibióticos están formados por un sistema bicíclico, siendo la estructura de este segundo anillo la que permite su clasifica- ción. Adicionalmente, este tipo de antibióticos posee cadenas laterales que le confieren carácter hidrofóbico o hidrofílico. Los antibióticos β-lactámicos se clasifican en cinco grandes grupos (O´Sullivan y Sykes, 1986; Kycers y col., 1997; Asbel y Levison, 2000; Petri y col., 2001; Chambers y col., 2005) (figura 1): • Penicilinas: son producidas por hongos filamentosos y se caracterizan porque poseen el núcleo penam en su estructura química. • Cefalosporinas: en su estructura química poseen el núcleo ceph-3-em y son sintetizadas tanto por hongos filamentosos como por bacterias Gram positivas y Gram negativas. • Clavamas: producidas por especies del actinomiceto Gram positivo Streptomyces; poseen en su estructura química el núcleo clavam. • Carbapenemas: en su estructura química poseen el núcleo carbapenema, estando producidas tanto por bacterias Gram positivas como Gram negativas. • Monolactamas: son producidas por bacterias Gram positivas y Gram negativas; agrupa las nocardicinas y las monobactamas. Los antibióticos β-lactámicos actúan como agentes bactericidas al inhibir la biosíntesis del peptidoglicano de la pared celular bacteriana durante la división celular. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 180 Estructura química H N R S O Penicilinas CH3 N O CH3 Antibióticos Penam COOH H N R R O O S N CH2R COOH Ceph-3-em O N O R H HR Cefalosporinas Cefamicinas Cefabacinas Citinovorinas Ácido clavulánico Microorganismos productores Hongos Bacterias filamentosos Gram+ Gram– P. chysogenum P. notatum E. nidulans A. chysogenum P. persinicus Flavobacterium sp. K. tethys S. clavuligerus L. lactamgenus A. lactamdurans S. clavuligerus Clavam R H H COOH R N O Carbapenem H N R R O N O SO3H H N R OH O Tienamicinas Ácidos olivánicos Epitienamicinas Nocardicinas S. clavuligerus S. olivaceus N. uniformis Subsp. Tsuyamanensis Monobactamas A. radiobacter P. acidophila N O H E. carotovora Serratia sp. COOH Monolactam Figura 1. Clasificación de los antibióticos β-lactámicos según su estructura química. Su mecanismo de acción consiste en la unión covalente a las proteínas PBP (penicillin binding proteins) dada su similitud estructural con su sustrato natural acil-Dalanina-D-alanina. Las enzimas PBP quedan bloqueadas de manera irreversible y no pueden catalizar la unión de las moléculas de peptidoglicano en la reacción de entrecruzamiento en la última etapa de la síntesis de la pared celular. El resultado, tras la acción de los antibióticos β-lactámicos, es una pared celular defectuosa que finalmente se degrada por completo tras la activación de hidrolasas y autolisinas endógenas (Kong y col., 2010). Estructura química de penicilinas y cefalosporinas Las penicilinas son antibióticos β-lactámicos que contienen el núcleo penam como estructura química esencial. Su estructura tridimensional fue determinada en el año 1945 por Dorothy Crowfoot Hodgkin, aplicando la difracción por rayos X (Hodgkin, 1949). El núcleo penam o anillo 6-aminopenicilánico consiste en un anillo tiazolidínico unido a un anillo β-lactámico. Además del núcleo penam, anclado a su grupo amino poseen una cadena lateral, consistente en diferentes derivados del grupo acilo en función del tipo de penicilina (fi- Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 181 gura 2A). La formación del anillo β-lactámico es previa a la formación del anillo tiazolidínico en el proceso de síntesis del núcleo penam (Cooper, 1993; Burzlaff y col., 1999). El anillo tiazolidínico y la cadena lateral, conjuntamente, son responsables de las propiedades farmacológicas, el espectro antibacteriano, la susceptibilidad a β-lactamasas y la potencia antibiótica de cada tipo de penicilina, mientras el anillo β-lactámico es el responsable de la acción antibacteriana. Las penicilinas hidrofóbicas son exclusivamente sintetizadas por algunas especies del género Penicillium y Emericella nidulans (Aspergillus nidulans). de las penicilinas (Abraham y Newton, 1961; Loder y col., 1961; Hodgkin y Maslen, 1961). La cefalosporina posee características hidrofílicas debidas a la cadena lateral de D-α-aminoadípico que aparece unida al anillo β-lactámico en el grupo amino del carbono 7 (figura 2B). Las cefalosporinas son sintetizadas por los hongos Acremonium chrysogenum (Cephalosporium acremonium), Paecilomyces persicinus y Kallichroma tethys, junto con las bacterias Gram positivas Streptomyces clavuligerus y Amycolatopsis lactamdurans (Nocardia lactamdurans), que sintetizan también cefamicinas, además de bacterias Gram negativas, como Lysobacter lactamgenus y Flabobacterium sp. (además sintetizan cefabacinas) (Brakhage y col., 2009; Martín y col., 2010). Las cefalosporinas contienen el núcleo ceph-3-em (cefen) que está constituido por el anillo β-lactámico y un anillo dihidrotiazínico (figura 2B) diferente al sistema de anillos β-lactámico-tiazolidínico B A Anillo tiazolidínico H N R H2N S O O Anillo dihidrotiazínico H N COOH Anillo ß-lactámico H N D COOH R1 O O S N CH2R2 COOH Anillo ß-lactámico Figura 2. Penicilinas y cefalosporinas (A) Estructura química de las penicilinas donde se muestran los anillos β-lactámico y tiazolidínico característicos del núcleo penam. (B) Estructura química de las cefalosporinas formada por los anillos β-lactámico y dihidrotiazínico correspondientes al núcleo cefen junto con la cadena lateral hidrofílica D-α-aminoadípico. Ruta biosintética de los antibióticos penicilina y cefalosporina C en hongos filamentosos La biosíntesis de penicilina y cefalosporina (figura 3), tanto en bacterias como en hongos filamentosos (Brakhage y col., 2009; Martín y col., 2010), comienza con la condensación no ribosómica de tres precursores aminoacídicos: ácido L-α-aminoadípico, L-cisteína y L-valina para formar el tripéptido δ-(L-α-aminoadipil)-L-cisteinil-D- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 182 valina (LLD-ACV) (Aharonowitz y col., 1992; Martín, 2000). Esta reacción la cataliza la ACV sintetasa (codificada por el gen pcbAB) (Díez y col., 1990; Gutiérrez y col., 1991; MacCabe y col., 1991). El siguiente paso en la ruta biosintética consiste en la ciclación del tripéptido para formar isopenicilina N (IPN), que es el primer intermediario de la ruta con actividad antibiótica. Esta reacción está catalizada por la IPN sintasa (codificada por el gen pcbC) (Samson y col., 1985; Carr y col., 1986; Ramón y col., 1987; Barredo y col., 1989a). Estas dos primeras reacciones enzimáticas son comunes en todos los procesos biosintéticos de antibióticos β-lactámicos. A partir de aquí la ruta puede dirigirse hacia la biosíntesis de penicilinas hidrofóbicas, como ocurre en Penicillium y E. nidulans con la producción de las penicilinas G y V, o bien hacia la biosíntesis de cefalosporina C en el caso de Acremonium chrysogenum, Paecilomyces persicinus y Kallichroma tethys. Los hongos filamentosos P. chrysogenum y E. nidulans sintetizan penicilina G (benzilpenicilina) y penicilina V (fenoximetilpenicilina) por la sustitución de la cadena lateral del L-α-aminoadipil de la IPN por cadenas laterales no polares, como son el ácido fenilacético o fenoxiacético, respectivamente. El proceso tiene lugar en dos pasos catalizados por dos actividades enzimáticas codificadas por el gen penDE (Barredo y col., 1989b; Montenegro y col., 1990). En un primer paso la cadena lateral de L-α-aminoadípico de la IPN se elimina formando el ácido 6-aminopenicilánico (6-APA) en una reacción catalizada por la actividad isopenicilinil N amidohidrolasa. Posteriormente, al 6-APA se le incorpora una cadena lateral hidrofóbica de un ácido aromático previamente activado como CoA por una arilCoA ligasa (Gledhill y col., 1997; LamasMaceiras y col., 2006; Wang y col., 2007; Yu y col., 2011). En el caso de la penicilina G (PenG), el ácido fenilacético es activado como fenilacetilcoenzima A en una reacción catalizada por la actividad acil-CoA: 6APA aciltransferasa (Álvarez y col., 1993). El ácido fenoxiacético es el que se incorpora al 6-APA para formar la penicilina V (PenV). En P. chrysogenum el gen penDE posee un marco de lectura abierto que codifica una proteína de 39,94 kDa y, al igual que en E. nidulans, posee tres intrones en la mitad final del gen (Barredo y col., 1989b; Montenegro y col., 1990; Tobin y col., 1990). La conversión de IPN a PenG está catalizada por una única enzima (isopenicilina N aciltransferasa) con dos subunidades (Whiteman y col., 1990) que se sintetiza como una preproteína de 40 kDa, sufriendo posteriormente un procesamiento postraduccional (Tobin y col., 1990). El primer paso específico de la ruta que conduce hacia la biosíntesis de cefalosporina C (CPC) implica la epimerización de la cadena lateral del ácido L-α-aminoadípico a D-α-aminoadípico, formándose penicilina N (PenN), que es el precursor común a todas las cefalosporinas. Esta reacción está catalizada por una IPN epimerasa (Kovacevic y col., 1990; Coque y col., 1993) en el caso de bacterias, y por un sistema de al menos dos enzimas en A. chrysogenum. Dichas enzimas son una isopenicilinil N-CoA sintetasa (codificada por el gen cefD1) y una isopenicilinil N-CoA epimerasa (codificada por el gen cefD2), pudiendo existir una tioesterasa, probablemente inespecífica, que libera la PenN del CoA (Ullán y col., 2002a). Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 183 L-α-aminoadípico L-cisteína (L-α-AAA) H2N H2N COOH COOH L-valina H2N SH COOH COOH ACV sintetasa pcbAB H N H2N COOH SH O O NH δ-(L-α-aminoadipil)-L-cisteinil-D-valina COOH (LLD-ACV) Isopenicilina N sintetasa (Ciclasa) pcbC Fenilacetil-CoA 6-APA H2O L-α-AAA Fenilacetil-CoA penDE CoA H N O O H N S O O N COOH Isopenicilina N Isopenicilina N aciltransferasa CoA L-α-AAA H 2N L H COOH Isopenicilina N-CoA sintetasa Isopenicilina N-CoA epimerasa cefD1 cefD2 H N H2N D H COOH O COOH Desacetoxicefalosporina C sintetasa (expandasa) cefEF N COOH N Penicilina N S Penicilina G (PenG) S O H N H2N D H COOH S O N O COOH Desacetoxicefalosporina C (DAOC) Desacetoxicefalosporina C cefEF sintetasa (hidroxilasa) H N H 2N D H COOH S O O OH N COOH Desacetilcefalosporina C (DAC) Acetil-CoA Desacetilcefalosporina C acetiltransferasa cefG CoA H2N D H COOH H N O O S OCOCH3 N COOH Cefalosporina C (CPC) Figura 3. Estructura química y ruta biosintética de los antibióticos penicilina G y cefalosporina C. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 184 A continuación la PenN es convertida en desacetoxicefalosporina C (DAOC) en una reacción catalizada por una DAOC sintetasa (conocida como expandasa). Mediante esta reacción, el anillo tiazolidínico de la PenN sufre una expansión para originar el anillo dihidrotiazínico (que poseen todas las cefalosporinas) y el núcleo ceph-3-em (Kupka y col., 1983; Dotzlaf y Yeh, 1987). En el siguiente paso, el grupo metilo del carbono 3 de DAOC es hidroxilado y posteriormente oxidado para originar desacetilcefalosporina C (DAC). Dicha reacción está catalizada por una DAC sintetasa (hidroxilasa). En bacterias, estas reacciones sucesivas de hidroxilación y oxidación están catalizadas por dos enzimas diferentes (Jensen y col., 1985), mientras que en A. chrysogenum ambas están catalizadas por una única enzima bifuncional, denominada DAOC sintetasa (expandasa)/DAC sintetasa (hidroxilasa), codificada por el gen cefEF (Samson y col., 1987). El último paso para la formación de CPC en A. chrysogenum conlleva la acetilación de la cadena lateral de DAC, procediendo el grupo acetilo que se transfiere del acetil-CoA. Esta reacción está catalizada por la acetil-CoA: DAC acetiltransferasa, una enzima de 49 kDa codificada por el gen cefG (Gutiérrez y col., 1992; Matsuda y col., 1992; Mathison y col., 1993). Organización de los genes de biosíntesis de penicilina y cefalosporina C en hongos filamentosos En los hongos filamentosos E. nidulans y P. chrysogenum, los tres genes implicados en la biosíntesis de penicilinas (pcbAB, pcbC y penDE) forman parte de una agrupación génica (cluster) situada en el cromosoma VI y en el cromosoma I, respectivamente (figura 4A) (Fierro y col., 1993; Montenegro y col., 1990). En el caso de P. chrysogenum, el cluster se localiza en el centro de una región de ADN de 120 kb, que aparece amplificada en tándem en las cepas industriales (Fierro y col., 2006; Van den Berg y col., 2007). Las repeticiones aparecen separadas entre sí por un hexanucleótido altamente conservado, cuya secuencia es TGTAAA/T (Barredo y col., 1989c; Fierro y col., 1995, 2006; Newbert y col., 1997). En A. chrysogenum, los genes de biosíntesis de CPC están disponibles en una sola copia en el genoma y se organizan en dos clusters: el temprano y el tardío (figura 4B). El cluster temprano agrupa a los genes pcbAB y pcbC, los cuales se transcriben en sentido opuesto (Skatrud y col., 1989; Skatrud, 1992). A continuación del gen pcbC (corriente abajo) se encuentran los genes cefD1 y cefD2 bajo el control de un único promotor bidireccional (Ullán y col., 2002a). Este cluster se encuentra localizado en el cromosoma VII (4,6 Mb) en A. chrysogenum C10 (Gutiérrez y col., 1999) y en el cromosoma VI en la cepa 394-4 (Skatrud y Queener, 1989). Por otro lado, los genes cefEF y cefG, que se transcriben de manera divergente a partir de un único promotor bidireccional, se encuentran agrupados en el cluster tardío localizado en el cromosoma I (2,2 Mb) en A. chrysogenum C10 (ATCC 48272) (Gutiérrez y col., 1999) y en el II en el caso de A. chrysogenum 394-4 (Skatrud y Queener, 1989). Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 185 A Emericella nidulans pcbAB pcbC penDE Penicillium chrysogenum pcbAB B pcbC penDE Acremonium chrysogenum cluster temprano cefR cefP cefT ORF3 pcbAB pcbC cefD2 cefD1 cefM cluster tardío cefEF cefG Figura 4. (A) Organización cromosómica de los genes de biosíntesis de penicilina en P. chrysogenum y E. nidulans. (B) Organización cromosómica de los genes de biosíntesis, de cefalosporina C en A. chrysogenum. En el cluster temprano se muestra la localización de los genes de secreción cefT, cefM y cefP junto con la del gen regulador cefR (ver más adelante). En A. chrysogenum, el cluster temprano se encuentra en el cromosoma VI y el tardío en el cromosoma II. Sin embargo, en las cepas de alta producción, como ATCC 48272, la localización cromosómica de estos clusters es diferente (Smith y col., 1991), indicando que durante la mejora de las mismas han ocurrido reordenamientos significativos en los cromosomas (Gutiérrez y col., 1999). Compartimentación de las rutas de biosíntesis de penicilina y cefalosporina C Los pasos específicos de la ruta biosintética de penicilinas en P. chrysogenum están compartimentados dentro de las células fúngicas, transcurriendo en el citosol y en los peroxisomas (revisiones de Van de Kamp y col., 1999; Evers y col., 2004). Así, la condensación no ribosómica de los aminoácidos L-cisteína, L-valina y L-α-aminoadípico, catalizada por la ACV sintetasa, es una reacción citosólica (Van der Lende y col., 2002). Igualmente está descrita como citosólica la reacción de ciclación de LLDACV en IPN catalizada por la IPN sintasa (Ramos y col., 1985; Müller y col., 1991). Finalmente, el reemplazamiento de la cadena lateral de L-α-aminoadípico de la IPN por una cadena hidrofóbica es una reacción que transcurre en el interior de los peroxisomas. Este reemplazamiento comprende tanto la activación de la cadena hidrofóbica (Gledhill y col., 1997; LamasMaceiras y col., 2006; Wang y col., 2007; Yu y col., 2011) como la incorporación de Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 186 dicha cadena (Müller y col., 1991, 1992, 1995) en el 6-APA procedente de la eliminación de la cadena lateral de IPN. Otro dato que avala la localización de estas enzimas en peroxisomas es que la sobreexpresión de la peroxina Pc-Pex11p (proteína implicada en la biogénesis de peroxisomas en P. chrysogenum) duplica la producción de PenG (Kiel y col., 2005). Estos autores relacionan dicho incremento de la producción con el aumento en el número de peroxisomas presentes en la célula fúngica. En resumen, la ruta biosintética de penicilinas transcurre entre dos compartimentos: el citosol y los peroxisomas. En el caso de A. chrysogenum se presuponía que todas las enzimas están localizadas en el citosol a pesar de no haberse realizado estudios directos sobre este tema (Van de Kamp y col., 1999; Evers y col., 2004). Esta localización citosólica no tenía aún en cuenta el descubrimiento de los genes cefD1 y cefD2 responsables de la epimerización de IPN en PenN (Ullán y col., 2002a). El análisis bioinformático de las secuencias de las proteínas CefD1 y CefD2 muestran señales PTS de localización en peroxisomas (Reumann, 2004); en concreto, señales PTS-1 (Secuencia consenso: S/C/A-K/R/H-L) y PTS-2 [Secuencia consenso: (R/L)(L/V/I)-X5-(H/Q)(L/A)] para CefD2 y señal PTS-1 para CefD1 (Teijeira y col., 2009; Martín y col., 2010; Ullán y col., 2010). De tal forma que si dicha epimerización transcurre en los peroxisomas, se requiere un transporte tanto del sustrato (IPN) como del producto (PenN) a través de la membrana peroxisomal en el cual estarían implicadas proteínas transportadoras de membrana. En el cluster temprano de biosíntesis de CPC (figura 4B) se encuentran dos genes denominados cefP (Ullán y col., 2010) y cefM (Teijeira y col., 2009), que codifican dos proteínas de membrana. El análisis de las proteínas CefM y CefP mediante herramientas bioinformáticas revela la presencia de dominios Pex19p en ambas proteínas. Este dominio es característico de proteínas de membrana peroxisomal de clase I que son reconocidas por la peroxina Pex19p para ser internalizadas en dicha membrana (Rottensteiner y col., 2004; Matsuzono y col., 2006). El gen cefM está localizado corriente abajo del gen cefD1 (figura 4B) y codifica una proteína de 482 aminoácidos (con un peso molecular deducido de 52,2 kDa) formada por 12 segmentos transmembrana (TMS) y con los motivos conservados A, B, C, D2 y G característicos del grupo de proteínas transportadoras de la superfamilia MFS (Major Facilitator Superfamily). La presencia de estos motivos y los 12 segmentos transmembrana en la proteína CefM la incluyen dentro de la familia 3. Dichas proteínas actúan mediante un mecanismo de antiporte protón motriz. La interrupción del gen cefM causa un acúmulo intracelular de PenN junto con una drástica reducción en la producción tanto de CPC como de PenN (Teijeira y col., 2009). En el mismo cluster temprano de cefalosporinas está localizado el gen cefP (figura 4B), el cual codifica una proteína con 11 dominios transmembrana constituida por 866 aminoácidos y con un peso molecular deducido de 99,2 kDa. Los transformantes interrumpidos en cefP son incapaces de sintetizar cefalosporinas de forma eficiente y acumulan IPN en los caldos de cultivo, lo cual indica que la conversión de IPN en PenN está bloqueada (Ullán y col., 2010). Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 187 Estudios de microscopía confocal de fluorescencia muestran que ambas proteínas están localizadas en la membrana peroxisomal (Teijeira y col., 2009; Ullán y col., 2010). Estos resultados en su conjunto indican que la ruta biosintética de CPC en A. chrysogenum está compartimentada y transcurre entre el citosol y los peroxisomas. Según esta hipótesis (figura 5), la proteína CefP importa IPN desde el citosol a la matriz peroxisomal para su conversión en PenN mediante la acción combinada de las proteínas CefD1 y CefD2. Posteriormente, el intermediario PenN es transportado desde el lumen peroxisomal al citosol mediante la proteína CefM para su conversión en DAC y CPC, reacciones catalizadas por las enzimas expandasa/hidroxilasa y DAC-acetiltransferasa, respectivamente. El gen cefT está localizado en el cluster temprano de genes de biosíntesis de cefalosporina (figura 4B) y codifica una proteína de 561 aminoácidos con un peso molecular deducido de 61,3 kDa (Ullán y col., 2002b). La proteína CefT pertenece a la familia de transportadores de drogas (MDR), y en concreto a la familia MFS (Major Facilitator Superfamily). Dicha proteína tiene 12 segmentos transmembrana y contiene los motivos A, B, C, D2 y G característicos de la familia 3 (transportadores antiporter droga H+) dentro de la superfamilia MFS (la misma que la proteína CefM). La sobreexpresión del gen cefT incrementa hasta el 100% la secreción de cefalosporinas; sin embargo, su interrupción no bloquea la producción de dicho antibiótico. Además, la expresión heteróloga del gen cefT en P. chrysogenum indica que la proteína CefT está implicada en la secreción de β-lactamas hidrofílicas (que contienen la cadena lateral de ácido α-aminoadípico) (Ullán y col., 2008) y que está localizada en la membrana plasmática (Nijland y col., 2008). Adicionalmente, en el cluster temprano, corriente arriba del gen pcbAB, se encuentra la ORF3 (figura 4B), que codifica una D-hidroxiácido deshidrogenasa de función desconocida (Ullán y col., 2002b). En cuanto a la regulación de la secreción de los intermediarios y del producto final de la ruta biosintética de CPC en el cluster temprano corriente arriba del gen cefP se encuentra el gen CefR (figura 4B), que codifica una proteína reguladora con un dominio fungal-trans (dominio característico de múltiples reguladores fúngicos). La inactivación dirigida del gen cefR disminuye y retrasa la producción de cefalosporinas e incrementa la secreción de PenN. Por otro lado, la sobreexpresión del gen cefR disminuye la secreción de PenN, evitando la pérdida de este intermediario y por tanto incrementando la producción de CPC. El análisis transcripcional de los genes biosintéticos y de los transportadores de la ruta biosintética de CPC en los transformantes interrumpido y sobreexpresado en cefR reveló que la proteína CefR actúa como un represor de los genes cefT y cefM (figura 5), evitando así la pérdida de intermediarios (IPN, PenN y DAC) y favoreciendo la síntesis de CPC (producto final). Así, mientras la interrupción del gen cefR provoca un incremento de la expresión de los genes cefM y cefT (provoca pérdida de intermediarios), su sobreexpresión la disminuye (retiene los intermediarios e incrementa la producción del producto final CPC). La proteína CefR constituye el primer ejemplo de un modulador de transportadores de β-lactamas en hongos filamentosos (Teijeira y col., 2011). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 188 Figura 5. Modelo propuesto para la compartimentación de la ruta biosintética de cefalosporina C en A. chrysogenum. Se muestra la localización de los transportadores CefT, CefM y CefP. CefR actúa como un represor de la expresión de los genes cefM y cefT. L-α-AAA, ácido L-α-aminoadípico; L-Cys, L-cisteína, L-Val, L-valina; ACV, δ-(L-α-aminoadipill)-L-cisteinil-D-valina; ACVS, ACV sintetasa; IPNS isopenicilina N sintasa; IPN, isopenicilina N; IPN-ACS, isopenicilina N-CoA sintetasa; IPN-ACE, isopenicilina N-CoA epimerasa; PenN, penicilina N; EH, expandasa/hidroxilasa; DAC, desacetilcefalosporina C; DAC-AT, DAC acetiltransferasa; CPC, cefalosporina C. Biotecnología en la producción de penicilinas Historia del descubrimiento de la penicilina En 1928, Fleming aisló la primera cepa productora de penicilina (Fleming, 1929) conocida como Penicillium notatum NRRL-1249 (Clutterbuck y col., 1932). Posteriormente, en 1938, Howard Walter Florey (médico patólogo), Ernst Boris Chain (bioquímico) y Norman Heatley (bioquímico) iniciaron una investigación detallada de las propiedades terapéuticas de la penicilina. De esta forma, mientras Florey se ocupaba de los aspectos biológicos y farmacológicos, Chain se encargó de evaluar las propiedades químicas y bio- químicas. Por otro lado, Heatley se ocupó de los aspectos relacionados con la producción del antibiótico estudiando la forma de cultivar la mayor cantidad posible del hongo y cómo recuperar el principio activo del caldo. Como resultado de estos trabajos se establecieron las bases para la producción de la penicilina y su uso tal y como lo conocemos actualmente (Chain y col., 1940). Posteriormente, en 1943, en un mercado de la localidad de Peoria en Illinois (EE.UU.) y a partir de un melón cantaloupe de aspecto mohoso, se aisló una nueva cepa conocida como Penicillium chrysogenum NRRL-1951 (ATCC 9480). En dicha cepa, la capacidad productora estaba mejorada con respecto a la ante- Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 189 rior y además era adecuada para el crecimiento en cultivos sumergidos (Raper y Alexander, 1945; Raper, 1946). Esta capacidad de crecimiento en medio líquido permitía llevar a cabo fermentaciones, por lo cual se potenciaba aún más la capacidad productora. Programas de mejora industrial en la producción de penicilinas Partiendo de la P. chrysogenum NRRL-1951 y mediante el uso de agentes mutagénicos se fueron seleccionando las cepas que presentaban una mayor producción. De esta manera se llegó a la cepa WisQ176, pasando de una producción de penicilina de 60 μg/ml en P. chrysogenum NRRL-1951 a una de 2.500 μg/ml. P. chrysogenum WisQ176 fue incluida en distintos programas de mejora de cepas, en busca de una cepa con un gran rendimiento productivo (Backus y Stauffer, 1955; Hopwood y Merrick, 1977). Los agentes mutagénicos más utilizados fueron los rayos X, los rayos UV, mostazas nitrogenadas y, más recientemente, nitrosoguanidina, agentes alquilantes y nitritos. En estos programas de mejora de cepas también han sido aplicadas otro tipo de técnicas como son la fusión parasexual de protoplastos y la ingeniería genética. La fusión parasexual de protoplastos pretendía conseguir el intercambio de ADN entre dos cepas superproductoras para facilitar una hibridación interespecífica en la que los organismos recombinantes presentaran un genotipo diferente al de las cepas parentales. El genotipo del organismo recombinante sería el producto de la unión de todas las mutaciones que conducen a una mayor capacidad productiva en las dos cepas de partida. Teóricamente, la capacidad productora del fenotipo resultante sería igual a la de las dos cepas parentales juntas (Anné, 1977; Tahoun, 1993). Mediante ingeniería genética, la mejora de la producción se ha llevado a cabo realizando mutagénesis dirigida, incrementando la dosis génica de enzimas involucradas en etapas limitantes del proceso de biosíntesis y expresando de forma heteróloga los genes biosintéticos (Chiang, 2004). De esta manera, la sobreexpresión tanto del gen ppt (que codifica la enzima PPTasa encargada de activar la ACVS) (García-Estrada y col., 2008) como del gen LaeA (que codifica la proteína PcLaeA, un regulador global del metabolismo secundario que regula positivamente la expresión de los genes de biosíntesis de penicilina) (Kosalková y col., 2009) tienen como consecuencia un incremento en la producción de penicilina. El resultado de los programas de mejora son cepas industriales como P2 (Panlabs, Taiwán), DS04825 (DSM antiinfectives, Holanda) o AS-P-78 y E1 (Antibióticos S.A, España) cuya producción de penicilina en cultivo sumergido (feed-batch) puede llegar a los 70 g/l (Olano y col., 2008). Esta mayor producción en estas cepas industriales es el resultado del elevado número de copias del cluster de biosíntesis que, como se indicó anteriormente, están incluidas en una región de ADN que aparece amplificada en tándem en las cepas industriales. De esta forma, mientras P. chrysogenum NRRL-1951 tiene una sola copia del cluster de biosíntesis, P. chrysogenum E1 cuenta con un número de entre 12 y 14 copias (Fierro y col., 2006). Además, en las cepas industriales existe una mayor expresión de los genes biosintéticos de penici- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 190 linas (Barredo y col., 1989c; Fierro y col., 1995; Newbert, 1997; Kosalková y col., 2007). Por otro lado, la vía del homogentisato también ha sufrido modificaciones durante los programas de mejora industrial de las cepas. Esta vía, que se utiliza para el catabolismo del ácido fenilacético (el precursor de cadena lateral en la biosíntesis de PenG), está disminuida en P. chrysogenum Wisconsin 54-1255 y en buena lógica en las cepas derivadas. La causa es la modificación de una fenilacetato hidroxilasa (citocromo P450 monooxigenasa) codificada por el gen pahA, que conduce a una reducción de la degradación de ácido fenilacético y, por lo tanto, a una mayor disposición de este ácido para la síntesis de PenG (Rodríguez-Saiz y col., 2001). mentación de la cepa industrial en cultivo feed-batch sumergido, donde se añaden los precursores de cadena lateral, ácido fenilacético para PenG o ácido fenoxiacético para PenV. La fermentación transcurre en reactores de acero inoxidable con capacidades de 20.000 a 500.000 litros y a una temperatura óptima de 25 a 27 ºC. Al ser un proceso aeróbico requiere un aporte continuo de O2 (0,05-0,1 vol O2 vol cultivo-1 min-1) que se mezcla con el medio de cultivo gracias a impulsores de tipo turbina (Elander, 2003). Producción de penicilinas semisintéticas Una fermentación típica de PenG consta de dos-tres fases iniciales de crecimiento de 40 horas con un tiempo de duplicación de 6 horas (durante las que se genera la mayor parte de la masa celular) seguida de una fase de producción de penicilina que puede extenderse hasta las 120-160 horas. Una vez concluida la fermentación, se separa el micelio del medio de cultivo por filtración, empleando un filtro rotatorio a vacío tipo cilindro. A continuación, el caldo de cultivo filtrado, rico en PenG, es inmediatamente enfriado a 0-4 ºC con el objeto de disminuir la degradación enzimática y química en etapas posteriores. El antibiótico PenG, al ser un ácido, es altamente soluble en solventes orgánicos, por lo se que extrae eficientemente con acetato de amilo, butilo o isobutilo y a un pH ácido (2,5-3,0), que se consigue añadiendo al medio de cultivo filtrado H2SO4 o H3PO4. Además puede hacerse un tratamiento con carbón activo para eliminar pigmentos y otras impurezas. La PenG extraída se cristaliza añadiendo excesos de Na+ o K+ y los cristales obtenidos se lavan con un solvente volátil y se secan. La estrategia seguida para producir penicilinas biosintéticas consiste en una fer- Ambas penicilinas biosintéticas (PenG y PenV) pueden ser empleadas directamente Más recientemente, Van der Berg y col. (2008) han visto que la abundancia de peroxisomas y el aumento de la transcripción de los genes que codifican las enzimas encargadas de la biosíntesis de los aminoácidos precursores también están directamente relacionados con el aumento de la producción. Los estudios de proteómica muestran que durante el proceso de mejora de cepas el incremento en la producción de penicilina parece ser una consecuencia de la disminución tanto de la biosíntesis de otros metabolitos secundarios como de la capacidad infectiva del hongo, además del resultado de un aumento en el metabolismo redox y en la biosíntesis de NADPH (Jami y col., 2010). Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 191 o para obtener el 6-APA, mediante una desacilación química o enzimática. El 6-APA se utiliza como núcleo estructural para producir una gran variedad de penicilinas semisintéticas, al incorporarle diferentes cadenas laterales (Rollinson y Geddes, 2007). La síntesis química tradicional de 6-APA comenzó alrededor de 1970 y se mantuvo durante 15-20 años. Este procedimiento era altamente contaminante, ya que requería productos químicos y solventes, siendo desplazada por la síntesis enzimática que la convirtió en no rentable (Demain y Elander, 1999). Actualmente, la producción industrial de 6-APA se realiza por la hidrólisis enzimática de la PenG o PenV mediante la inmovilización de las enzimas PenG acilasa y PenV acilasa, respectivamente. Estas enzimas se obtienen a partir de cepas recombinantes de Escherichia coli, Bacillus megaterium (ambas para la PenG acilasa) y Fusarium oxysporum (para la PenV acilasa), cuyas actividades enzimáticas están mejoradas (Arrollo y col., 2003; Rajendhran y Gunasekaran, 2004; Sio y Quax, 2004). El principal problema que presentan las penicilinas es la pérdida de su funcionalidad dada su susceptibilidad al ataque de β-lactamasas y su ligera inestabilidad en medio ácido. Para solucionar este problema se crearon las penicilinas semisintéticas, en las cuales al núcleo 6-APA se le incorporan diferentes cadenas laterales. La presencia de estas cadenas laterales les confiere diferentes propiedades a las penicilinas, como son la biodisponibilidad, el espectro antibacteriano, la estabilidad, la tolerancia, así como la eficacia contra una amplia gama de bacterias, incluidas varias especies de estreptococos y estafilococos, Gram negativas aerobias y muchas anaerobias. Las penicilinas semisintéticas se pueden agrupar en cinco categorías: penicilinas penicilinasa resistentes o antiestafilocócicas (meticilina, oxacilina, nafcilina, cloxacinina y dicloxacilina), aminopenicilinas (ampicilina, amoxicilina y bacampicilina), carboxipenicilinas (carbenicilina y ticarcilina), ureidopenicilinas (mezlocilina, azlocilina y piperacilina) y penicilinas con inhibidor de β-lactamasas (amoxicilina-ácido clavulánico, ampicilina-sulbactam, ticarcilina-ácido clavulánico y piperacilina-tazobactam) (Jacoby y Medeiros, 1991; Kalant y Roschlau, 1998; Oshiro, 1999; Kadurina y col., 2003). Biotecnología en la producción de cefalosporinas Historia del descubrimiento de la cefalosporina C La historia del descubrimiento de las cefalosporinas (Hamilton-Miller, 2000) se remonta al año 1945, cuando en la localidad de Cagliari (Cerdeña, Italia) Giusseppe Brotzu observó que, a pesar de que la fiebre tifoidea era endémica en Cerdeña, las personas que se bañaban y consumían marisco crudo en las proximidades donde se vertían aguas residuales al mar no enfermaban. Consciente de este hecho pensó que en el mar podría haber algún tipo de proceso de autodepuración, posiblemente debido a la producción de antibióticos por la flora autóctona. Por lo tanto, se puso a trabajar aislando y bioensayando, frente a patógenos, los microorganismos procedentes del mar. Como resultado de esta búsqueda aisló un hongo productor de antibióticos que procedía de aguas residuales vertidas al mar (Brotzu, 1948). Este autor Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 192 observó que en los cultivos había sustancias que inhibían el crecimiento de Salmonella typhi, S. paratyphi B, Yersinia pestis, Brucella melitensis, Vibrio cholerae y Staphylococcus aureus. Sin embargo, no presentaba actividad aparente frente a las cepas bacterianas Escherichia coli y Shigella dysenteriae. Brotzu también realizó ensayos clínicos en los que trataba pacientes afectados por infecciones causadas por estafilococos o estreptococos mediante la inyección intramuscular o rectal de los extractos crudos (filtrados) procedentes del cultivo de este hongo. El efecto del tratamiento en los pacientes (salvo por una sensación desagradable de ardor local) era la desaparición del dolor, la reducción de la inflamación, la disminución de la fiebre y finalmente la resolución bacteriológica de la infección. Todos estos trabajos se publicaron en una revista médica italiana denominada Trabajos del Instituto de la Higiene de Cagliari, con el título: “Búsqueda de un nuevo antibiótico” (Brotzu, 1948). Este hongo inicialmente denominado Cephalosporium acremonium fue rebautizado más tarde con el nombre de Acremonium chrysogenum (Gams, 1971). Estos primeros estudios realizados por Brotzu no concluyeron en la purificación del antibiótico debido a la falta de financiación y tuvieron su continuidad en el laboratorio Sir Willian Dunn School of Pathology en la Universidad de Oxford. El grupo de Oxford demostró que la cepa de Brotzu producía los antibióticos cefalosporina P y cefalosporina N. La cefalosporina P es un compuesto de naturaleza esteroide químicamente relacionado con los ácidos fusídico y helvólico y que es activo frente a bacterias Gram positivas. La cefalosporina N es una penicilina hidrofílica que es activa frente a bacterias Gram positivas y Gram negativas (Burton y Abraham, 1951; Crawford y col., 1952) a través del grupo carboxilo de su cadena lateral D-αaminoadipil (Abraham y col., 1953). Este último compuesto fue denominado penicilina N (PenN) (Florey, 1955) y nunca se comercializó. Durante los estudios sobre PenN, Abraham sospechaba que otra sustancia estaba presente en las preparaciones, ya que aparecía una absorción considerable de luz ultravioleta a una longitud de onda de 260 nm que no correspondía a PenN. Este compuesto fue el tercer antibiótico aislado de A. chrysogenum y se denominó cefalosporina C (CPC). La CPC posee algunas ventajas con respecto a las penicilinas, como son la resistencia a penicilinasas estafilococales y el hecho de tener una mayor estabilidad en medio ácido. Programas para la obtención de cepas industriales de A. chrysogenum; condiciones de fermentación Los programas de mejora comenzaron a mediados de los años 50 y se realizaron a partir de la cepa original de A. chrysogenum aislada por Brotzu mediante el uso de agentes mutagénicos, concretamente radiación UV. De esta manera se obtuvo la cepa M-8650, que constituyó en la cepa de partida en numerosos programas industriales de mejora de la producción de cefalosporinas (Elander y Aoki, 1982). Como ejemplo de estos programas de mejora, la compañía americana Eli Lilly & Co. obtuvo el mutante CW-19, el cual puede producir 15 veces más CPC que el aislado Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 193 original de Brotzu (Elander y Espenshade, 1976). Actualmente, la producción de las cepas industriales de A. chrysogenum se sitúa en torno a los 20-25 g/l y, a diferencia de P. chrysogenum, estas cepas contienen únicamente una sola copia de los genes biosintéticos. El desarrollo de las técnicas de ADN recombinante sobre A. chrysogenum ha permitido la actuación directa sobre los genes implicados en la biosíntesis, regulación y secreción de CPC. De esta forma, el incremento del número de copias del gen cefEF conduce a un incremento en la producción de un 47% con respecto a la cepa control y a una falta del indeseado intermediario PenN en los caldos de fermentación (Skatrud y col., 1989). Posteriormente, se demostró que el efecto de este incremento era también resultado del incremento en la dosis del gen cefG (Gutiérrez y col., 1992, 1999). En esta línea, Gutiérrez y col. (1997) incrementaron el nivel de transcripción del gen cefG tras colocar este gen bajo el control de promotores de expresión fuerte. El resultado fue una mayor producción de CPC de hasta 4-5 veces con respecto a la de la cepa parental, como consecuencia de una mayor actividad DAC-acetiltransferasa que procuraba una conversión más eficiente de DAC en CPC. Esta misma ingeniería genética ha hecho posible que la sobreexpresión del gen cefT o del tándem de genes cefD1-cefD2 duplique la producción de cefalosporinas con respecto a la de la cepa control (Ullán y col., 2002b, 2004). Otro aspecto a tener en cuenta son las condiciones en las cuales se fermenta A. chrysogenum para maximizar la pro- ducción de CPC. Así, se observó que la adición de DL-metionina estimula la producción de CPC, proporcionando el átomo de azufre del antibiótico (Demain, 1963) e induce las enzimas de síntesis de CPC (Drew y Demain, 1973; Komatsu y col., 1975; Sawada y col., 1980; Velasco y col., 1994; Martín y Demain, 2002). Igualmente, estos estudios determinaron que la L-cisteína y la L-valina son precursores del núcleo 7-ACA (ácido 7-aminocefalosporánico) (Trown y col., 1963a; Demain, 1963), mientras que el L-α-aminoadípico es precursor de la cadena lateral D-α-aminoadipil (Trown y col., 1963b). Por otro lado, la concentración de oxígeno disuelto en el medio (DOC) tiene que mantenerse por encima de un 20%, ya que valores inferiores tienen como consecuencia un acúmulo del intermediario PenN en los caldos, disminuyendo de manera considerable la producción de CPC. De esta manera, mantener los niveles de DOC en un 40% conduce a una mayor producción de CPC. Esto es debido no solo a las características aerobias de A. chrysogenum sino a los requerimientos de oxígeno por parte de las enzimas de la ruta biosintética de CPC (Zhou y col., 1992). La composición del medio de cultivo varía dependiendo de la cepa industrial de A. chrysogenum, pero en líneas generales se trata de medios complejos cuyos componentes principales son líquidos de maceración de maíz (principal fuente de nitrógeno y fósforo), soja y harina de semillas de algodón o de cacahuete (fuentes de proteínas). Como fuentes de carbono de consumo rápido está la glucosa, y de consumo lento, el almidón o el aceite de soja. También se incluyen sales Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 194 y, por supuesto, el aminoácido DL-metionina (Barber y col., 2004). Los procesos fermentativos para la producción industrial de CPC se inician con el inóculo de la biomasa fresca (de la cepa industrial de A. chrysogenum) procedente de placas de medio sólido en un medio de cultivo líquido que proporcionan biomasa. Dicha biomasa se utiliza como inóculo de los llamados estados vegetativos de la fermentación, un total de tres que sirven para producir suficiente cantidad de biomasa para inocular fermentadores de 100 m3 en la llamada fase de producción, en la cual se sintetiza CPC (Barber y col., 2004). Finalizada la fermentación, la CPC tiene que ser purificada a través de un proceso sumamente complejo en el que se incluye una costosa purificación cromatográfica. En el primer paso, la biomasa y el caldo que contiene el antibiótico se separan por filtración. A continuación, el caldo filtrado se pasa a través de un par de columnas de cromatografía de interacción hidrofóbica para separar las proteínas, péptidos, sales y otras impurezas que incluyen los intermediarios DAC y DAOC. La primera columna, conocida como scavenger, se llena de una resina de adsorción (por ejemplo, Diaion HP20) que presenta una mínima adsorción de CPC y que permite la unión de compuestos coloreados e hidrofóbicos. La segunda columna, denominada adsorber, consiste en una resina hidrófoba, como Sepabeads SP700, a la que se une la CPC. La elución de los antibióticos es resultado de un cambio de pH y su purificación se lleva a cabo a través de cromatografía de intercambio iónico, lo que elimina las impurezas coloreadas. Finalizado el proceso se obtiene una solución acuosa de CPC, la cual puede ser cristalizada en forma de su sal sódica o potásica o utilizada para producir 7-ACA. Producción industrial de cefalosporinas semisintéticas A nivel farmacológico, las cefalosporinas semisintéticas más importantes derivan de los anillos 7-ACA y 7-ADCA. Dichos anillos cefalosporánicos se obtienen mediante la ingeniería genética de los hongos filamentosos A. chrysogenum y P. chrysogenum. Producción industrial de 7-ACA La escasa eficacia como antibiótico de la CPC impulsó el desarrollo de nuevos derivados semisintéticos más activos mediante la introducción en el núcleo 7-ACA de diferentes cadenas laterales en la posición 7´ y modificaciones en 3´. Estas alteraciones mejoran el espectro antibacteriano, la estabilidad frente a β-lactamasas y, en general, incrementan las propiedades farmacocinéticas de la molécula. El 7-ACA puede obtenerse con métodos químicos o enzimáticos mediante la eliminación del grupo 7-aminoadipil de la cadena lateral de la molécula de CPC. Básicamente, en los métodos químicos, después de la protección del grupo amino y carboxilo de la CPC, se emplea pentacloruro fosfórico para eliminar el 7-aminoadipil, obteniendo una molécula de 7ACA con una calidad excelente (figura 6A). El uso de los métodos químicos para la producción industrial de 7-ACA fue iniciado por Morin y col. (1969) y, si bien ha sido notablemente mejorado, resulta medioambientalmente insostenible, ya que son necesarios solventes orgánicos que Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 195 generan residuos químicos sumamente tóxicos (Barber y col., 2004). Actualmente, la conversión industrial de CPC en 7-ACA se realiza a través de un proceso enzimático en dos pasos (figura 6A) empleando las enzimas D-aminoácido oxidasa (DAO) y glutaril acilasa (GLA) (Conlon y col., 1995; Riethorst y Reichert, 1999). En el primer paso, la CPC es desaminada oxidativamente a ceto-adipyl-7ACA (CA-7-ACA) por medio de la actividad enzimática DAO. El peróxido de hidrógeno producido en la reacción provoca de manera espontánea la descarboxilación oxidativa del CA-7-ACA, originando el glutaril-7-ACA (GL-7-ACA). Finalmente, en la segunda etapa este compuesto se hidroliza a 7-ACA y glutarato por la acción de la enzima GLA. Dicha enzima también acepta CA-7-ACA como sustrato, pero su afinidad es baja y la reacción es fuertemente inhibida en presencia de GL-7-ACA. Otro proceso alternativo para la conversión enzimática de CPC en 7-ACA resulta de la acción combinada de DAO, GLA y una catalasa. De esta manera, la enzima DAO cataliza la desaminación oxidativa de CPC a CA-7-ACA y la catalasa elimina todo el peróxido de generados durante la reacción, evitando así la formación de GL-7-ACA. Bajo estas condiciones, GLA convierte CA-7-ACA en 7-ACA y cetoglutarato (Guisan y col., 2002). Un intento significativo para una producción directa de 7-ACA (recuperable de los caldos de fermentación) fue llevada a cabo por Isogai y col. (1991). En A. chrysogenum se introdujo un operón biosintético de 7-ACA formado por dos genes: uno que codifica una DAO de Fusarium solanarum y otro que codifica una GLA de Pseudomonas diminuta. La cepa resultante transforma directamente CPC en 7ACA (figura 6B), junto con los ácidos 7-aminodesacetilcefalosporánico (7-DAC) y 7-aminodesacetoxicefalosporánico (7ADCA). Sin embargo, los niveles producidos de 7-ACA no resultaron industrialmente rentables, pero ponían de manifiesto la posibilidad de expresar genes bacterianos en hongos. Producción industrial de 7-ADCA El proceso tradicional para la producción industrial del 7-ADCA tiene lugar tras la fermentación de P. chrysogenum mediante un proceso con múltiples pasos, que además es costoso y contaminante (figura 6D). En dicho proceso tiene lugar la expansión química del núcleo de la PenG a fenilacetil-7-ADCA, seguido de la eliminación de la cadena lateral aromática mediante una desacetilación enzimática catalizada por una penicilina acilasa (Herbasch y col., 1984). La alta capacidad de P. chrysogenum para producir antibióticos, el mayor coste de los procesos fermentativos de A. chrysogenum y la ingeniería genética han promovido la creación de cepas de P. chrysogenum con capacidad de producir el anillo cefalosporánico. La primera aproximación fue la fermentación de cepas recombinantes de P. chrysogenum que portaban los genes cefD (epimerasa) y cefE (expandasa) de S. clavuligerus, pero que, sin embargo, presentaron una baja producción de la molécula DAOC, que es la precursora del 7-ADCA tras la eliminación en el carbono 7 de la cadena lateral alifática D-α-aminoadipil (figura 6F) (Cantwell y col., 1992; Beckman y col., 1993). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 196 A B A. chrysogenum C A. chrysogenum ACV ACV IPN IPN Pen N ACV IPN penDE A. chrysogenum cefD1-cefD2 Pen N DAC Pen N A. chrysogenum cefEF DAC CPC DAC (extracelular) A. chrysogenum cefEG CPC Pentacloruro fosfórico P. chrysogenum TA98 CPC (intracelular) Operón DAO-GLA DAO GLA CA-7-ACA GL-7-ACA NH2 O S OCOCH3 N COOH 7-ACA D P. chrysogenum E P. chrysogenum ACV ACV IPN IPN Ácido adípico Ácido fenilacético F P. chrysogenum S. clavuligerus cefE (expandasa) Expansión química del anillo ACV IPN IPN S. clavuligerus cefE (expandasa) Pen N cefEF S. clavuligerus cefE (expandasa) DAOC DAO DAOC CA-7-ADCA GLA NH2 Penicilina acilasa ACV Pen N Adipil-7-ADCA Fenilacetil-7-ADCA A. chrysogenum (cepa cefEF) S. clavuligerus cefD (epimerasa) Adipil-6-APA Penicilina G G O GL-7-ADCA S N GLA CH3 COOH 7-ADCA Figura 6. Estrategias para la producción de 7-ACA y 7-ADCA en A. chrysogenum y P. chrysogenum. Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 197 Un método alternativo a la expansión química para producir 7-ADCA se basa en utilizar cepas de P. chrysogenum que expresan los genes cefE de S. clavuligerus o el gen cefEF de A. chrysogenum. De esta forma, cuando en la fermentación se añade ácido adípico como precursor de la cadena lateral en lugar de ácido fenilacético se forma adipil-6-APA, el cual, por la acción de la actividad enzimática expandasa, se expande a adipil-7-ADCA (Crawford y col., 1995). Posteriormente, el tratamiento enzimático con DAO elimina la cadena lateral de ácido adípico produciendo 7-ADCA (figura 6E). Siguiendo un enfoque similar, los genes cefEF de A. chrysogenum y cmcH de S. clavuligerus (que codifica una carbamoil transferasa) se expresaron en P. chrysogenum, dando lugar a la producción de ad7ACCCA (ácido adipoil-7-amino-3-carbamoiloxymethil-3-cefem-4-carboxílico). Este compuesto es altamente estable y se utiliza como precursor en la elaboración de cefalosporinas semisintéticas (Harris y col., 2009). Durante la búsqueda de cepas de P. chrysogenum con aplicación industrial para la producción de cefalosporinas, se obtuvo la cepa P. chrysogenum TA98 (Ullán y col., 2007). Este transformante deriva del mutante P. chrysogenum npe6 pyrG– (Cantoral y col., 1993), que carece de la actividad IPN aciltransferasa como consecuencia de una mutación en el gen penDE (Fernández y col., 1994) y tiene integrados en su genoma todos los genes cefD1, cefD2, cefEF y cefG (genes específicos de la ruta biosintética de CPC de A. chrysogenum). De esta forma, en P. chrysogenum TA98, la IPN, que es normalmente transformada en penicilina G o penicilina V en la cepa parental, es transformada en DAC y CPC (figura 6C). Sin embargo, en los caldos de cultivo solo se detecta DAC y no CPC que sí se detecta a nivel intracelular. La ausencia extracelular de CPC puede ser el resultado de su degradación en los caldos de fermentación o por la falta de un transportador apropiado del que carece P. chrysogenum (Ullán y col., 2008). Velasco y col. (2000) desarrollaron otro proceso alternativo al expresar el gen cefE de S. clavuligerus en una cepa industrial de A. chrysogenum previamente interrumpida en el gen cefEF. El resultado es un transformante que produce mayoritariamente DAOC, que es el sustrato para la producción de 7-ADCA mediante dos pasos enzimáticos (figura 6G). En el primer paso, DAOC se transforma en ácido cetoadipil-7ADCA (C-7-ADCA) mediante una DAO de Rhodotorula gracilis (Alonso y col., 1998). Este compuesto reacciona espontáneamente con el peróxido de hidrógeno producido en la reacción, originándose el ácido glutaril-7-ADCA (GL-7-ADCA). Finalmente, el GL-7-ADCA se hidroliza a 7-ADCA por una GLA de Acinetobacter sp. La ventaja principal de este sistema de producción es su eficiencia tanto a nivel industrial como medioambiental, ya que evita el uso de procesos químicos. Cefalosporinas semisintéticas La base de las cefalosporinas comerciales en la elaboración de las cefalosporinas semisintéticas la constituyen los núcleos 7-ACA, 7-ADCA y 7 DAC, aparte de los núcleos derivados de las cefamicinas. La adición en estos núcleos de una nueva cadena lateral en la posición 7' o la alteración de los 3' conduce a la modificación de las propiedades farmacocinéticas de la cefalosporina semisintética resultante, Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 198 cambiando el espectro antibacteriano y posibilitando una mayor estabilidad frente a β-lactamasas. En función de su espectro y la resistencia enzimática a la degradación se han desarrollado cefalosporinas comerciales de hasta cuatro generaciones (Demain y Elander, 1999; Barber y col., 2004). Las cefalosporinas de primera generación aparecieron en la década de los 60 (19641969), presentan un espectro de acción moderado, son generalmente susceptibles a β-lactamasas y son menos eficaces que las penicilinas frente a microorganismos anaerobios. Son activas contra numerosas bacterias Gram positivas y su espectro se extiende también a muchas Gram negativas, como cepas de E. coli, varias especies de Klebsiella (como K. pneumoniae), Proteus indol negativos (no positivos) Salmonella, Shigella y especies de Enterobacter. Sin embargo, no tienen ninguna actividad contra Bacteroides fragilis, enterococos, estafilococos resistentes a meticilina, Pseudomonas, Acinetobacter, Enterobacter o Serratia. Los miembros de esta familia de antibióticos son la cefradina, la cefalexina, el cefadroxilo, la cefalotina, la cefaloridina, la cefapirina, la cefazolina y la cefradina. La cefradina y cefalexina son ácido resistentes, por lo que pueden administrarse por vía oral, a diferencia de la cefalotina, que solo se puede hacer por vía intravenosa. Las cefalosporinas de segunda generación aparecieron en la década de los 70 y poseen un espectro antibacteriano mayor que las de la primera. Son en líneas generales más resistentes a β-lactamasas, pero tienen una escasa penetración de la barrera hematoencefálica. Presentan actividad frente a un mayor número de bac- terias Gram positivas y Gram negativas, especialmente frente a estas últimas. Entre su espectro antibacteriano se sitúan Haemophilus influenzae, E. coli, Klebsiella, cepas de enterobacter, cepas indol positivas, Neissseria gonorreae, Neissseria meningitidis y microorganismos anaerobios. Son ineficaces frente a Pseudomonas aeruginosa, especies Actinobacter y un buen número de anaerobios estrictos. Ejemplos de la segunda generación de cefalosporinas son el cefaclor, la cefuroxima, la cefatrizina, el cefamandol, la ceforanida, el cefonicid y el cefmetazol. Dentro de esta generación también se incluyen el cefmetazol, el cefotetán y la cefoxitina (con actividad frente a bacterias anaeróbicas), a pesar de pertenecer al grupo de cefamicinas dentro de los antibióticos β-lactámicos. Las cefalosporinas de tercera generación (década de los 80) poseen en líneas generales una actividad similar a las de la primera generación frente a bacterias Gram positivas. Sin embargo, las de tercera generación son más resistentes a las betalactamasas y poseen una mayor actividad antibacteriana frente a numerosas infecciones provocadas por gérmenes Gram negativos, como Proteus vulgaris, y diferentes especies de los géneros Enterobacter, Citrobacter, Haemophilus, Neisseria y Moraxella. Por otro lado, su actividad es menor frente a estafilococos, aunque por lo general son eficaces contra las cepas de Streptococcus pneumoniae resistentes a la penicilina. Algunas cefalosporinas de esta generación pueden atravesar la barrera hematoencefálica con relativa facilidad (alcanzando importantes concentraciones en el líquido cefalorraquídeo) y penetrar en el sistema nervioso Biotecnología de la producción de antibióticos beta-lactámicos 199 central, lo que los hace efectivos en el tratamiento de la meningitis bacteriana causada por bacterias sensibles a este antibiótico. Algunos ejemplos de estas cefalosporinas son la cefixima, el ceftibuteno, la cefotaxima, la ceftriaxona, la ceftazidima y la ceftizoxima (Klein y Cunha, 1995). La cuarta generación de cefalosporinas tiene una mayor resistencia a las β-lactamasas que la generación anterior. Su espectro de actividad es más amplio (Gram positivas y Gram negativas, pobre contra anaerobios) con una reducción de la resistencia por parte de las bacterias Gram negativas debido a las características de la estructura química de la molécula antibiótica. Además, la mayoría puede cruzar la barrera hematoencefálica, lo cual las hace eficaces contra la meningitis. También estos antibióticos se utilizan para combatir las infecciones causadas por P. aeruginosa. Como ejemplo de la cuarta generación de cefalosporinas está la cefepima, la cefpiroma, la cefquinoma, la cefclidina, el cefoselis, el cefluprenam y el cefozoprán. Para mejorar la actividad antibiótica de las cefalosporinas y minimizar la aparición de microorganismos resistentes, algunas de estas cefalosporinas semisintéticas han sido combinadas con inhibidores de β-lactamasas. Un ejemplo es la combinación de la cefalosporina de tercera generación cefoperazona y el inhibidor sulbactam en el producto comercial Sulperazone® (Demain y Elander, 1999). Por otro lado, las cefalosporinas de quinta generación se han desarrollado en el laboratorio para luchar específicamente contra cepas resistentes a los antibióticos. En particular, el ceftobiprol y la cefatarolina son eficaces contra bacterias Gram negativas y Gram positivas, incluidas las cepas resistentes a meticilina (SARM) de Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae (Kollef, 2009; Steed y Rybak, 2010). Actualmente, los programas de investigación están centrados en el desarrollo de nuevas generaciones de cefalosporinas semisintéticas con las cuales se pretende incrementar la estabilidad frente β-lactamasas, el espectro de acción y su biodisponibilidad. Perspectivas futuras Los antibióticos β-lactámicos destacan sobre las demás familias de antibióticos porque son los más prescritos en todo el mundo. La mayoría de estos antibióticos, concretamente las penicilinas y cefalosporinas, presentes en el mercado son comercializados como genéricos. Únicamente un pequeño porcentaje, como el ceftobiprole, son nuevas moléculas sujetas a patentes farmacéuticas. Sin embargo, la presencia de los β-lactámicos en el mercado de los antibióticos ha pasado de un 50% en 1998 a un 65% en la actualidad. En cifras, se ha pasado de 11 a 18 billones de dólares, 10 en el caso de las cefalosporinas y 8 en el caso de las penicilinas (Schmidt y col., 2010). Los estudios de genómica y proteómica han contribuido al conocimiento de las bases moleculares que justifican la mayor producción de antibiótico por parte de las cepas industriales. Las líneas de investigación actuales se centran en el estudio del transporte, tanto de los intermediarios biosintéticos como de la secreción del producto final. Igualmente es objeto de estudio la interacción entre el metabolismo primario y secundario, así como las interacciones de los componentes involucrados en la bio- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 200 síntesis de los antibióticos β-lactámicos. También es relevante el conocimiento de los circuitos reguladores y las vías de transducción de señales. La presencia tan fuerte de los β-lactámicos hace que, a pesar de llevar más de 50 años en el mercado de los antibióticos, son un importante pilar para el tratamiento de las infecciones bacterianas. Por este motivo se está intentando tanto economizar los procesos de producción de los antibióticos β-lactámicos como innovar con nuevos derivados semisintéticos. Bibliografía recomendada Abraham EP, Newton GG. The structure of cephalosporin C. Biochem J 1961; 79:377-93. Abraham EP, Newton GGF, Crawford K, Burton HS, Hale CW. Cephalosporin N: a new type of penicillin N. Nature 1953; 171:343. Aharonowitz Y, Cohen G, Martín JF. 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La donante (Dénise Darvall), una joven oficinista de 25 años, había sido atropellada por un automóvil horas antes. Este fue el primer trasplante de corazón en humanos, el cual catapultó a cirujano y receptor a la fama mundial. Desafortunadamente, 18 días después el paciente murió de una neumonía. Pero la semilla del proceso quirúrgico ya estaba plantada y esta permitió al Dr. Barnard continuar con los trasplantes cardiacos. Este primer trasplante se produjo 3 días antes de que el Dr. Adrian Kantrowitz del Maimonides Medical Center de Brooklyn realizara el primer trasplante pediátrico de corazón. Posteriormente, el tercer trasplante cardiaco se produjo el 2 de enero de 1968, no sin un aura de polémica, ya que el receptor era un hombre blanco (Dr. Philip Blaiberg) y el donante era un hombre negro (Clive Haupt). Este corazón latió durante 563 días y ayudó a incrementar la fama del Dr. Barnard, que pasó a formar parte del star-system mediático, llegando a la portada de la revista Time y algunas de la prensa rosa. Aunque el Dr. Barnard permanece en el subconsciente colectivo cuando se piensa en trasplantes, muchos otros fueron los que previamente se habían dedicado a los trasplantes de órganos. El origen de los injertos vegetales no está muy claro, pero las antiguas civilizaciones que se dedicaban al cultivo arbóreo ya observaron la unión natural de árboles compatibles a través de ramas creciendo contiguas. Al igual que sucede con estos injertos en las plantas, donde se puede conseguir que un único tronco produzca diferentes variedades de manzana o inclusive almendras y melocotones a la par, el hombre ha tratado de conseguir desde antiguo el éxito en los trasplantes. Ya en la Ilíada (siglo VIII a.C.) Homero hace referencia a Quimera (mitológico animal mezcla de león, cabra y serpiente matado por Belerofonte), presentando la idea de Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 210 mezcla de partes procedentes de diferentes especies en un solo cuerpo. Posteriormente, Jacobo de la Vorágine en su libro La Leyenda Dorada (siglo XIII), donde describe la vida de unos 180 santos y mártires cristianos, relata el primer alotrasplante u homotrasplante (dentro de la misma especie) al citar cómo los santos Cosme y Damián (patrones de cirujanos, farmacéuticos, médicos, peluqueros, dentistas y trabajadores de los balnearios) trasplantaron una pierna completa, procedente de un criado etíope muerto la noche anterior, a un presbítero de una iglesia de París encomendada a la protección de los dos santos (Calne, 1965). Pero ya en el siglo VII a.C. se tuvo la primera noticia de autotrasplantes (mismo individuo) atribuidos al cirujano hindú Sushruta, el cual reconstruyó narices y orejas con trozos de piel tomados del propio individuo. Este método no fue conocido por los cirujanos europeos hasta que Gaspare Tagliacocci en el siglo XVI injertó un colgajo de brazo en la nariz de un rinotomizado, consiguiendo que este se revascularizase. Posteriormente, Joseph Constantine Carpue lo reintrodujo en Europa a finales del siglo XVIII tras su experiencia como médico militar británico en la India, donde aprendió estas técnicas de rinoplastia. Jacques Louis Reverdin, en 1870, detalló el injerto libre desde el propio individuo, con la salvedad de que el injerto era grueso, lo que facilitó la rápida revascularización, al contrario de los anteriores, que eran finos. Actualmente hay autotrasplantes de piel, vena, arteria, hueso y otros tejidos (Gracia, 1996). En lo relativo a xenotrasplantes (entre especies), la pri- mera referencia documentada proviene de 1668, cuando el médico holandés Job van Meeneren realizó el primer trasplante exitoso con hueso craneal de perro para reparar el craneo herido de un soldado ruso. Posteriormente, la iglesia ortodoxa rusa lo tacharía de antinatural. Como suele suceder en casi todas las aplicaciones técnicas, el avance en una determinada área de conocimiento viene determinado por el progreso en otras áreas paralelas que resuelven dificultades técnicas colaterales. Así, en 1901, Karl Landsteiner descubrió y tipificó los grupos sanguíneos (sistema ABO), lo que abrió las puertas a los trasplantes de órganos líquidos, como es el caso de la sangre (Pace, 1997). Un año después, el investigador galo Alexis Carrel describió la anastomosis vascular, presentando las técnicas conocidas hoy en cirugía vascular para la ligación de venas y arterias. Este avance hizo factible realizar trasplantes de riñón, pero seguían produciéndose rechazos, salvo en el caso de gemelos univitelinos. Habría de pasar casi una generación para que en 1958 Jean Dausset y Jan Van Rood consiguieran explicar ese rechazo en los trasplantes gracias al descubrimiento del sistema HLA (Human Leukocyte Antigen) de histocompatibilidad en humanos (Carral y Parellada, 2003). El propio Jan Van Rood creó 10 años después la Fundación Eurotrasplante con el fin de encontrar receptores compatibles para los riñones donados a nivel europeo. En la tabla 1 se resumen algunos de los principales avances en el campo de los trasplantes a nivel mundial. Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 211 Tabla 1. Relación cronológica de los principales hitos en la evolución de los trasplantes. Fecha VII Hitos históricos para los trasplantes a.C. Primeros autotrasplantes para la reconstrucción de narices y orejas (Sushruta; Varanasi, India). 1597 Gaspare Tagliacozzi describe su método de reconstrucción nasal utilizando autoinjertos de piel (Universidad de Bolonia, Italia). 1667 Primera transfusión sanguínea de un cordero a un niño de 15 años (Dr. Jean-Baptiste Denis; Francia). 1668 Primer trasplante óseo documentado de cráneo de perro a un soldado ruso (Job van Meeneren; Amsterdam, Holanda). 1770 John Hunter trasplantó el espolón de un gallo a su cresta (Royal College of Surgeons, Reino Unido). 1816 Joseph Constantine Carpue describe su sistema de reconstrucción nasal con tejido de la frente (Londres, Reino Unido). 1846 William TG. Morton utiliza dietiléter en una demostración pública para producir anestesia quirúrgica (Massachusetts General Hospital, Boston, EE.UU.). 1865 Joseph Lister describe los antisépticos (Glasgow Royal Infirmary, Glasgow, Escocia). 1901 El Dr. Karl Landsteiner describe los grupos sanguíneos (Universidad de Viena, Austria). 1902 El Dr. Alexis Carrel describe sus técnicas para la unión de arterias y venas (Montreal, Canadá). 1905 Primer trasplante de córnea duradero (Dr. Eduard Zirm; Hospital Olomouc, Moravia). 1913 Primer riñón artificial creado en Gran Bretaña. Permitía limpiar la sangre utilizando anticoagulantes de sanguijuelas. 1932 Se crea el primer banco de sangre desde individuos muertos en Leningrado (Rusia). En 1936 se crearía el primer banco de sangre desde vivos en el Chicago's Cook County Hospital debido al desarrollo de los anticoagulantes. Esto abriría las puertas a los bancos de hueso, córneas... 1933 Primer trasplante de riñón entre humanos. Funcionó 2 días (Dr. Yu Yu; Voronoy, Ucrania). 1954 Trasplante de riñón entre gemelos univitelinos (Dr. Joseph Murray y Dr. David Hume; Brigham Hospital, Boston, EE.UU.). 1959 Trasplante de riñón entre gemelos no univitelinos previa irradiación del receptor (Dr. Joseph Murray; Brigham Hospital, Boston, EE.UU.). 1962 Primer trasplante de riñón desde donante muerto (Dr. Joseph Murray y Dr. David Hume; Brigham Hospital, Boston, EE.UU.). 1963 Primer trasplante de pulmón (Dr. James Hardy; University of Mississippi Medical Center, Jackson, EE.UU.). 1966 Primer trasplante de páncreas/riñón (Dr. Richard Lillehei y Dr. William Kelly; University of Minnesota, Minneapolis, EE.UU.). 1967 Primer trasplante de hígado (Dr. Thomas Starzl; University of Colorado, Denver, EE.UU.). 1967 Primer trasplante de corazón (Dr. Christiaan Barnard; Groote Schuur Hospital, Cape Town, Sudáfrica). 1968 Una mujer texana de 20 años se convierte en la primera donante multiorgánica. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 212 Tabla 1. Relación cronológica de los principales hitos en la evolución de los trasplantes (continuación). Fecha Hitos históricos para los trasplantes 1968 Se establece la Uniform Donor Card como documento para legalizar la donación de órganos post mórtem. 1970 Descubrimiento de la ciclosporina A producida por el hongo Tolypocladium inflatum por la compañía Sandoz (Basilea, Suiza). 1973 Primer trasplante de médula ósea de un donante no pariente (Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New York City, EE.UU.). 1981 Primer trasplante corazón/pulmón (Dr. Brice Reitz; Stanford University Medical Center, Stanford, EE.UU.). 1982 Primer trasplante de un corazón artificial (Jarvik-7) (William DeVries; University of Utah, EE.UU.). 1983 La FDA (Food and Drugs Administration) aprueba el uso del inmunosupresor ciclosporina A. 1983 Primer trasplante de un único pulmón (Dr. Joel Cooper; Toronto General Hospital, Toronto, Canadá). 1984 Científicos de la compañía Fujisawa (Japón) descubren el FK506 o tacrolimus producido por la bacteria Streptomyces tsukubaensis como un inmunosupresor más potente que la ciclosporina A. 1986 Primer trasplante doble de pulmón (Dr. Joel Cooper; Toronto General Hospital, Toronto, Canadá). 1988 La FDA aprueba el Viaspan, solución para la conservación de órganos donados (hígado, riñón, páncreas, corazón…). 1989 Primer trasplante de intestino delgado en un niño desde donante fallecido (Dr. Olivier Goulet; París, Francia). 1989 Primer trasplante de hígado de donante vivo (Dr. Christoph Broelsch; University of Chicago Medical Center, Chicago, EE.UU.). 1990 Primer trasplante de pulmón de donante vivo (Dr. Vaughn Starnes; Stanford University Medical Center, Palo Alto, EE.UU.). Se trasplantó el lóbulo de un pulmón de mujer adulta a su hija de 12 años. 1990 El Papa Juan Pablo II apoya la donación de órganos como la última expresión del amor y la caridad humanas. 1992 Primer trasplante de hígado de babuino a humano (Dres. Satoru Todo, Andreas Tzakis y John Fung; University of Pittsburgh Medical Center, Pittsburgh, EE.UU.). Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 213 Tabla 1. Relación cronológica de los principales hitos en la evolución de los trasplantes (continuación). Fecha 1992 1994 1995 1997 1998 1999 2005 2010 Hitos históricos para los trasplantes El Concilio Rabínico Ortodoxo de América reconoce el trasplante de órganos para el cumplimiento de pikuach nefesh (requerimiento de salvar vidas siempre que sea posible). Las principales religiones mundiales apoyan la donación de órganos y tejidos. La FDA aprueba el tacrolimus en la presentación Prograf®. El Dr. Charles Vacanti del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts (Worcester, EE.UU.) logró injertar en un ratón una oreja previamente cultivada en laboratorio con forma humana. Sarah Marshall fue la paciente más joven en recibir un trasplante múltiple de hígado, estómago, páncreas e intestino grueso con 6 meses de vida. Primer trasplante de mano (Dr. Earl Owen y Dr. Jean-Michel Dubernard; Lyon, Francia). La FDA aprueba la rapamicina (sirolimus). Primer trasplante facial parcial (Dr. Bernard Devauchelle y Dr. Jean-Michel Dubernard; Amiens, Francia). Primer trasplante total de rostro (Hospital Vall d'Hebron, Barcelona, España). Basada en los datos obtenidos de: New York Organ Donor Network (http://www.donatelifeny.org/all-abouttransplantation/organ-transplant-history/); The Gift of a Lifetime (Fusionspark Media: http://www.organtransplants.org/ understanding/history/index.html); Gracia (1996) y Tilney (2000). Legislación y ética de trasplantes Como diría Sebastián en la verbena de la Paloma: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Y afortunadamente así ha sido en el caso de los trasplantes de órganos en las últimas décadas, lo que casi de una manera inmediata ha presentado los primeros problemas éticos. Así, la bioética nació por pura necesidad como consecuencia de la revolución científica y técnica operada en las ciencias biosanitarias a partir de los años 50. El término bioética surge en los años 70 de la mano del oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter y el obstetra de origen holandés André Hellegers con la idea de actuar de puente en la ruptura existente entre la cultura científica y la cultura humanística. Y así trata de responder a preguntas que a lo largo del siglo XIX y principios del XX no se plantearon, ya que se pensaba que lo científico y técnicamente correcto no podía ser malo. Al igual que sucedió con la moratoria de Asilomar (península de Monterrey, California) en 1975, donde se planteó un periodo de análisis sobre los peligros biológicos potenciales de las moléculas de ADN recombinado, así los propios integrantes de la comunidad médico-científica fueron planteándose los límites éticos de los trasplantes. Son muchas las disquisiciones que la nueva técnica de trasplantes presenta, ya que muchos son los factores que se ponen en juego. Por ejemplo: i) no todo el mundo que necesita un trasplante lo obtiene en el mo- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 214 mento, como indica el Centro para la Bioética de la Universidad de Minnesota (http://www.ahc.umn.edu/bioethics/); ii) ¿se debe hacer todo lo que técnicamente se puede? (Gracia, 2001); iii) ¿deben poner los médicos en riesgo la vida de un donante sano para salvar o mejorar la de un enfermo? (Troug, 2005). A todo esto debemos sumar que de los 66.000 trasplantes de riñón, los 21.000 de hígado o los 6.000 de corazón descritos en 2005 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 10% fueron a través del "turismo de trasplantes de órganos” (Biggins et al., 2009), donde países como China obtienen, en gran medida, estos órganos de prisioneros ejecutados (Delmonico, 2011). Para evitar esta última situación se publicó la declaración de Estambul sobre tráfico de órganos y turismo de trasplantes, sumándose a la condena que la OMS ha hecho durante décadas e instando a la prohibición de este tipo de comercio (The Declaration of Istanbul on Organ Trafficking and Transplant Tourism, 2008). Cabría esperar que a todos los problemas o cuestiones técnicas, metodológicas y morales se pudieran unir las diferentes interpretaciones religiosas de la donación o el trasplante de tejidos humanos. Así, se podría pensar, como dijo nuestro hidalgo caballero Don Quijote de La Mancha a su inseparable Sancho: “Con la iglesia hemos topado”. Pero por contra, actualmente las principales religiones aceptan la donación de órganos como manera de preservar la vida humana. Algunas lo hacen de manera colectiva y en otros casos lo dejan como decisión personal del individuo. La evolución de la ética de los trasplantes ha seguido un camino paralelo a las necesidades que la técnica iba solucionando o planteando en cada época. Así, si la dividimos por décadas desde los años 50, siguiendo la reflexión de Diego Gracia (2001), estas podrían ser las etapas: • Años 50, ética de la mutilación: a raíz de los primeros trasplantes se plantea la duda de hasta dónde se podía crear un mal a una persona en aras de un bien futuro. • Años 60, ética de la experimentación: tras el éxito de los primeros trasplantes y ante el aumento de los mismos se planteó si se estaban usando a los humanos como cobayas. • Años 70, ética de la donación: se plantea la problemática de la donación in vivo y los problemas que el comercio de órganos puede acarrear. También se tratan de fijar los límites de la muerte para la donación. • Años 80, ética de la distribución: se plantean los criterios de selección de pacientes ante un recurso escaso como son los órganos. • Años 90, ética de la organización: se ve que el éxito o fracaso de los programas de trasplantes dependen sobremanera de factores organizativos. Aunque parece que la teoría y la práctica de los trasplantes están bastante completas, en épocas venideras surgirán nuevos problemas morales que se deberán solventar desde la visión de la ética biomédica. La tabla 2 recoge algunos de los momentos más importantes de la historia de los trasplantes que se han visto refrendados por la legislación. Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 215 Tabla 2. Avances legales en el campo de la donación y trasplante de órganos y tejidos humanos. Año 1963 1964 1966 1971 1971 1972 1972 1979 1984 1986 1989 1996 1998 1999 2001 2002 2009 2010 Avances legales La FDA publicó el nuevo reglamento para regir la experimentación de nuevos fármacos. Declaración de Helsinki, estableció los requisitos éticos para los experimentos o ensayos con seres humanos. Los NIH (National Institutes of Health) y el Departamento de Salud y Bienestar (DHEW) publicaron: Clinical Investigations Using Human Subjects, obligando a la revisión previa de los protocolos de experimentación en humanos por un comité de la institución. El Department of Health, Education and Welfare (DHEW) publicó el denominado Yellow book (The Institutional Guide to DHEW Policy on Protectionn of Human Subjects). En 1974 pasó a ser norma. Mohandas y Chou publicaron los denominados “criterios de Minnesota” estableciendo criterios para la definición de la muerte cerebral. 1976 y 1979: los Reales Colegios de Médicos del Reino Unido definen el “Código del Reino Unido”, describiendo la Brainstem Death o Clinical Death (muerte clínica). En 1981 se publica el Uniform Determination of Death Act. Con ello se define la muerte cerebral. En EE.UU. se establece la Uniform Organ Donor Card que permite a cualquiera mayor de 18 años ser donante. El congreso de los EE.UU., mediante el programa End Stage Renal Disease (ESRD), incluye el trasplante de hígado a través de Medicare (seguro social administrado por el gobierno de EE.UU.). Mediante la Ley 30/1979 se establece la “muerte cerebral” y se regula la extracción y trasplante de órganos de forma oficial en España. La NOTA (National Organ Transplant Act, EE.UU.) establece un registro computarizado de trasplantes. Se prohíbe la compra/venta de órganos en EE.UU. El Omnibus Reconciliation Act incluye la obligación de los hospitales americanos que traten pacientes Medicare o Medicaid a preguntar a sus familiares sobre la donación de órganos. Creación de la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) en España. Se regulan las actividades relativas a la utilización de tejidos humanos en España. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. indica que las organizaciones de trasplantes deben ser informadas de cada muerte hospitalaria. Se regulan las actividades de obtención y utilización clínica de órganos. Se regulan las buenas prácticas clínicas en la experimentación con productos clínicos para humanos dentro de la Unión Europea. Se establece la Convención de Derechos Humanos y Biomedicina en lo relativo a trasplante de órganos y tejidos de origen humano en Europa. Se aprueba el estatuto de la ONT. Se publica la directiva de la UE sobre normas de calidad y seguridad de los órganos humanos destinados al trasplante. Basada en la información obtenida del documento Ethics of Organ Transplantation de la Universidad de Minnesota (EE.UU.); la Organización Nacional de Trasplantes de España y Gracia (2001). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 216 Unidos u otras zonas del mundo, según confirmó en enero de 2011 el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, siendo el español un modelo considerado como “ejemplo a imitar”. Estado de los trasplantes en España Los avances técnicos y farmacológicos han facilitado que el número de trasplantes haya aumentado casi de manera exponencial en España en las últimas décadas. Según la ONT, durante 2010 se registraron en España 1.502 donantes reales de órganos sólidos, situando la tasa por millón de población (pmp) en 32,0 (figura 1). De estas donaciones, 210 fueron donantes en los que desafortunadamente ningún órgano pudo ser finalmente utilizado, lo que presentó una cifra de donación efectiva de 1.292 y una tasa de donantes efectivos pmp de 27,5. Estos datos en 2009 fueron de 206 donantes no efectivos, por lo tanto, una tasa real de donación efectiva de 29,9 donantes pmp. Estas cifras de donación nacional son las más altas del mundo, muy por encima de la Unión Europea, Estados En lo referente a la distribución por sexos, el 60,7% de las donaciones provienen de hombres, mientras que un 39,3% proceden de mujeres. Así, el donante tipo de España sería hombre con más de 45 años cuya causa de muerte sería el accidente cerebrovascular. Por comunidades, la mayor tasa por millón de población la presentó Cantabria (44,1), seguida de La Rioja (43,8), el País Vasco (42,2) y Castilla y León (40,2), aunque esta última fue la primera en su esfuerzo por incrementar el número de donantes (+18,4%). A la cola de esta tasa de donantes se situó Extremadura (19,8), Cataluña (26,8) y Castilla-La Mancha (27,6). Si los datos se analizan por el número de 50 1.800 1.600 1.409 1.443 1.400 1.495 1.546 1.509 1.550 1.577 1.606 1.502 40 1.334 1.345 1.335 1.250 1.200 1.000 800 35 1.155 33,6 33,9 1.037 1.031 960 869 25,0 27,0 26,8 45 31,5 32,5 35,1 33,8 34,3 34,2 34,4 33,7 33,8 34,6 29,0 32,0 30 25 20 22,6 600 15 400 10 200 5 0 1993 1995 Número 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 0 Tasa (PMP) Figura 1. Número de donantes y tasa de donación (pmp: por millón de población) en España entre 1993 y 2010. (Datos obtenidos de la ONT). Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 217 400 349 350 318 300 353 336 341 310 287 292 278 282 290 294 287 292 274 274 254 250 241 232 200 217 164 150 100 97 73 50 0 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2.500 1.996 2.023 2.000 1.800 1.861 1.633 1.707 1994 1996 1.938 1.924 2.032 2.131 2.125 2.200 2.157 2.211 2.229 2010 2.328 2.098 1.492 1.488 1.500 1.371 1.240 1.000 873 1.039 500 0 1988 1990 1992 1998 2000 2002 2004 2006 1.200 1.033 1.037 1.040 1.000 1.070 1.051 2008 2010 1.112 1.108 1.099 960 954 972 971 899 790 800 698 700 614 600 468 495 412 400 200 0 313 123 1988 170 1990 1992 Corazón 1994 1996 Riñón 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 Hígado Figura 2. Número de trasplantes de corazón, riñón e hígado en España entre 1988 y 2010. (Datos obtenidos de la ONT). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 218 donantes, el primer puesto lo ocupa Andalucía (261), seguido de Madrid (231) y Cataluña (201). Las cifras de 2010 suponen una ruptura en la tendencia ascendente en la donación de órganos de los años anteriores, cuyas posibles causas son múltiples, apareciendo entre ellas la evolución descendente de la mortalidad por accidente cerebrovascular, el descenso de traumatismos craneoencefálicos ligado a la reducción de los accidentes de tráfico y cambios cualitativos en los cuidados al final de la vida. El creciente número de donaciones ha tenido su reflejo en el número de ór- ganos trasplantados, que, como se ve en la figura 2, en el caso de corazón, riñón e hígado ha ido incrementándose paulatinamente. Además, según los datos de la ONT, España presenta un éxito de supervivencia postrasplante equiparable a los existentes a nivel mundial (tabla 3). Así, hasta octubre de 2004 se habían realizado 35.763 trasplantes renales, 11.529 trasplantes hepáticos, 4.607 trasplantes cardiacos, 1.226 trasplantes pulmonares, 568 trasplantes pancreáticos y 15 trasplantes intestinales, lo que sumaron un total de 53.708 trasplantes de órganos realizados. Tabla 3. Mayor supervivencia postrasplante (en años) de diferentes órganos a nivel mundial y español. (Datos de la ONT, 1 de enero de 2005). Órgano Riñón Hígado Corazón Páncreas Pulmón Supervivencia (años) Mundial España 41 35 34 19 25 20 21 17 16 13 Aparición de los inmunosupresores La acumulación de avances experimentales y tecnológicos en el ámbito biosanitario ha permitido llegar hasta el actual número de trasplantes que exitosamente se han conseguido, llegando muchos de ellos a una longevidad inimaginable hace escasamente unas décadas. Según la ONT, en los años 80 se produjo un auténtico despegue de la técnica de trasplantes influenciada de manera muy importante por el uso de inmunosupresores. Estos compuestos son sustancias que anulan o reducen (según dosis) la respuesta del sistema inmunitario, lo que facilita el mantenimiento de los órganos trasplantados. La necesidad de sustancias que repriman el sistema inmune se hizo presente desde el momento en que se intentaron realizar homotrasplantes o xenotrasplantes, o sea aquellos que no provenían del propio individuo. Esta necesidad se fue haciendo más acuciante según los descubrimientos, como los grupos sanguíneos o el com- Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 219 plejo de histocompatibilidad, fueron exponiendo las diferencias existentes entre distintos individuos, lo que mostraba que estamos lejos de ser todos iguales, inmunológicamente hablando. Una vez conocido el sistema que permitía la compatibilidad entre órganos, el siguiente paso fue evitar el rechazo, para lo cual en 1959 se realizó el primer trasplante de riñón entre gemelos no univitelinos previa radiación del receptor. Tras este proceso, el receptor vivió 26 años (Gracia, 1996), pero en términos generales los resultados de la radiación no fueron la solución deseada, ya que los receptores quedaban indefensos antes las infecciones. Este problema de las infecciones ha sido una de las mayores causas iniciales de mortalidad entre trasplantados. La historia reciente de los trasplantes de órganos está plagada de episodios de rechazo agudo. A raíz de la introducción de nuevos agentes inmunosupresores el éxito en los trasplantes ha llegado a ser algo común (McPartland y Pomposelli, 2007). Actualmente, dos son los inmunosupresores que se vienen empleando en trasplantes de órganos (riñón, hígado, corazón...) para su mantenimiento: la ciclosporina y el tacrolimus. Inicialmente se utilizaron corticoides como tratamiento antirrechazo tras el trasplante, pero estos compuestos afectan a varias líneas de leucocitos, mientras que los inhibidores de la calcineurina, como la ciclosporina y el tacrolimus, son específicos sobre las células T. Asimismo, su uso ha reducido los casos de rechazo y las infecciones secundarias provocadas por el tratamiento con corticoides (Duncan y Wilkes, 2005). Ciclosporina: orígenes y aplicaciones En 1969 y 1970 dos especies de hongos imperfectos (o mitospóricos: se reproducen asexualmente) fueron aisladas de muestras de suelo de Wisconsin (EE.UU.) y Hardanger Vidda (Noruega) por científicos de la compañía Sandoz Ltd. (actualmente Novartis). Estos hongos fueron clasificados como Cylindrocarpon lucidum y Tolypocladium inflatum, respectivamente (Tribe, 1998). Ambos sintetizaban metabolitos neutros y lipofílicos con estructura de ciclopéptidos (Kürnsteiner et al., 2002). Estos compuestos presentaban un estrecho rango de actividad antifúngica principalmente contra Aspergillus niger y Neurospora crassa. Las pruebas de actividad inmunosupresora mostraron que se trataba de metabolitos únicos, ya que inhibían muy selectivamente la proliferación de linfocitos y no la de otras células somáticas. Asimismo, se observó que suprimían la inmunidad mediada por células y por anticuerpos. La mezcla inicial de metabolitos presentó dos compuestos: ciclosporina A y ciclosporina B, viéndose que la primera era mucho más activa (Tribe, 1998). La estructura de ciclosporina A fue identificada como un péptido cíclico de 11 aminoácidos presentando la configuración en “S” de los L-aminoácidos naturales, con la excepción de la D-alanina de la posición 8. Siete de los aminoácidos demostraron estar N metilados y el presente en la posición 1 servía para diferenciar las ciclosporinas. Mientras el hongo C. lucidum no presentó interés comercial debido a la baja producción de ciclosporina A, T. inflatum fue depositado en la colección de cultivos NRRL (Northern Regional Research Lab), también conocida como ARS (Agricultural Research Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 220 Service), bajo el número de acceso 8044 (=ATCC34921). Inicialmente esta especie había sido denominada Trichoderma polysporum, pero cuando Grams en 1971 describió el género Tolypocladium a partir de un aislado en Obergurgl (Austria), pasó a denominarse Tolypocladium inflatum y este ha sido el nombre utilizado por Sandoz desde 1978 para denominar esta cepa. Esta especie fue posteriormente reclasificada en 1983 como Tolypocladium niveum, para que posteriormente Von Arx (1986) fusionase los géneros Beauveria y Tolypocladium pasando a denominarse al productor de la ciclosporina A como Beauveria nivea. Actualmente, la colección americana de cultivos tipo (ATCC: American Type Culture Collection) mantiene esta última nomenclatura, aunque se ha demostrado que diferentes aislados depositados en diferentes colecciones presentan patrones que permiten diferenciar B. nivea de T. Inflatum, lo que presenta serias implicaciones en el ámbito de las patentes (Kürnsteiner et al., 2002). La ciclosporina fue el primer metabolito procedente de un microorganismo utilizado en clínica para regular el crecimiento y la función de células de mamífero normales. En 1973, el mercado de los trasplantes era demasiado pequeño y cuando Sandoz evaluó los costes que suponía la aprobación por la FDA del uso de la ciclosporina en humanos (250 millones de dólares) decidió abandonar el proceso. La solución para proseguir venía de la mano de hallar alguna aplicación dentro de un área de investigación ya aprobada por la FDA. Así, se probó como antiinflamatorio, ya que en los primeros test se había incluido su administración a ratas con encefalomielitis alérgica (en humanos, esclerosis múl- tiple), observándose una marcada mejora. Los primeros análisis mostraron su eficiencia en reacciones inflamatorias mediadas por el sistema inmune. Evitando, al contrario de lo que sucedía con otros antiflogísticos, la formación de úlceras. Por ello, su primera indicación fue en el tratamiento de la artritis reumatoide, aun cuando sus propiedades inmunosupresoras eran incuestionables. Finalmente, en 1976 se determinó su estructura (figura 3), viéndose que el segundo aminoácido en la ciclosporina A era un alfa-amino butírico mientras que en la ciclosporina B era una alanina. En 1976, Borel y colaboradores publicaron las características de la ciclosporina: i) selectivo con los linfocitos (principalmente células T ayudadoras y efectoras); ii) suprime la repuesta inmune mediada por células y anticuerpos y la inflamación crónica; iii) inhibe la fase de inducción de las células linfoides; iv) no era tóxico para los linfocitos al tener un efecto reversible; v) era efectiva en todos los mamíferos testados (ratón, conejo, mono, perro...); vi) no presentaba efectos cardiovasculares, psicotrópicos u otros que afectasen su efectividad en humanos. Como casi cualquier nuevo compuesto, en los estudios iniciales comenzó a mostrar algunos efectos secundarios, como disfunciones hepáticas, que se redujeron disminuyendo la dosis y combinándola con esteroides (Tribe, 1998; Heusler y Pletscher, 2001). Finalmente, la ciclosporina fue aprobada por la FDA en 1983 y salió al mercado comercializada por Sandoz como Sandimmun®. Trece años después, en 1996, 200.000 trasplantados utilizaban la ciclosporina. Actualmente se pueden encontrar diferentes formulaciones y proveedores de la ciclosporina. Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 221 Así, en España existen al menos 15 formulaciones diferentes (desde 25 a 100 mg), tanto en cápsulas como en solución, de diferentes fabricantes (p. ej.: Cantabria Pharma SL, Germed Pharma). En definitiva, el descubrimiento de la ciclosporina supuso un hito en el avance del tratamiento postrasplante, facilitando la supervivencia de muchos de los órganos trasplantados. CH3 CH3 H3C CH3 HO H 3C CH3 O N N N O CH3 H3C N CH3 O CH3 CH3 N H 3C N CH3 H N N O CH3 O CH3 H3C CH3 CH3 O H N N H O O CH3 CH3 CH3 CH3 O O H 3C O H N CH3 Figura 3. Estructura de la ciclosporina descrita por Sandoz en 1976. Tacrolimus: el relevo generacional La importancia de la ciclosporina es innegable como primer fármaco antirrechazo, permitiendo la disminución de fallos postrasplante, rechazo agudo e infección sistémica. A pesar de ello, según su uso se fue generalizando se detectaron efectos secundarios que debían tenerse en cuenta. Así, Patel y Kobashigawa en 2004 revisaron los efectos colaterales descritos para la ciclosporina tras 20 años de experiencia en trasplantes cardiacos: i) hipertensión; ii) hiperlipemia; iii) infecciones; iv) riesgo de cáncer; v) efectos sobre el sistema nervioso central; vi) hipertricosis; vii) hepatotoxicidad; viii) efectos sobre la médula ósea; ix) nefrotoxicidad. Aun así, nuevas dosificaciones y sistemas de aplicación más eficaces han permitido reducir los efectos secundarios de la ciclosporina (Patel y Kobashigawa, 2004). Estos efectos adyacentes, y posiblemente el hecho del pujante éxito en el mercado de la ciclosporina, hicieron que comenzase una búsqueda de nuevos compuestos inmunosupresores procedentes de otros microorganismos. Se buscaba que estos presentasen menores efectos Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 222 secundarios y un mayor efecto inmunosupresor. En los análisis de producción de ciclosporina se había observado que esta inhibía la generación de células T citotóxicas y liberación de las linfoquinas de las células T-ayudadoras, especialmente la interleucina 2 (IL2), la cual sirve de factor de crecimiento de las células T. Por ello, la búsqueda de nuevos inmunosupresores se realizó mediante la denominada “reacción de linfocitos mezclados” (MLR: mixed lymphocyte reaction), la cual correlaciona in vitro el rechazo a alotrasplantes con una reacción dependiente de IL2. De esta manera se testaron las muestras de los caldos de cultivo de miles de microorganismos aislados del suelo. Como resultado se descubrió una cepa, denominada 9993, que producía un potente inmunosupresor. Dicha cepa, que provenía de un aislado obtenido de Tsukuba (Prefectura de Ibaraki, Japón), resultó pertenecer al género Streptomyces y A de ahí el nombre de Streptomyces tsukubaensis (figura 4). El género Streptomyces se encuadra dentro de las actinobacterias y está compuesto por bacterias Gram positivas cuyo genoma presenta un alto contenido en G+C (guanina y citosina). Dicho género es el mayor productor de compuestos de interés industrial (Olano et al., 2008), muy por encima de los hongos, por lo cual no era de extrañar que entre su batería de compuestos se encontrase alguno con efecto inmunosupresor. Y así fue cómo en 1984 un caldo de S. tsukubaensis presentó un claro resultado positivo en los test MLR sin inhibir la proliferación constitutiva de las células. Este compuesto que inicialmente fue denominado FR900506 (FK 506), posteriormente también se llamó fujimicina o tacrolimus (Tsukuba Macrolide Inmunossupresant) (Kino y Goto, 1993; Wallemacq y Reding, 1993). B Figura 4. Micrografías de S. tsukubaensis. A) Colonias de S. tsukubaensis en medio ISP4. B) Micrografía electrónica de barrido. Fotos cedidas por M. Martínez-Castro (Instituto de Biotecnología de León-INBIOTEC). Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 223 La búsqueda de este compuesto se realizó por la empresa farmacéutica japonesa Fujisawa Pharmaceutical Co. (desde 2004 denominada Astellas Pharma Inc., tras la fusión entre Yamanouchi y Fujisawa) (Kino et al., 1987a, 1987b; Kino y Goto, 1993). Este compuesto, producido por especies filogenéticamente di- HO ferentes del género Streptomyces (Garrity et al., 1993), fue el primer inmunosupresor macrólido descubierto. Posteriormente, se han descubierto varias moléculas similares en estructura y función, como la rapamicina (sirolimus) y la ascomicina (FK520 o FR 900520), entre otros (figura 5). HO CH3O O CH3 N O H3C O O O OH O HO CH3O CH3 HO CH3 N CH3 CH3 OCH3 OCH3 Tacrolimus O H3 C CH3O CH3 CH3 OCH3 O CH3 CH2 O O O OH O HO CH3 N CH3 CH3 O CH3 O HO H3 C O HO H 3C O O O CH3 OCH3 O CH3 OCH3 OCH3 Ascomicina Rapamicina Figura 5. Estructura química del tacrolimus y otros macrólidos inmunosupresores. La ascomicina solo difiere del tacrolimus en la cadena lateral del carbono 21 (indicado con un óvalo) mientras que la rapamicina (sirolimus) presenta una estructura más diferente. La estructura de FK-506 fue deducida mediante degradación química, estudios de espectroscopía y cristalografía de rayos X. Finalmente se vio que era una nueva clase de macrólido lactona, cuyo anillo consta de 23 miembros (figura 5), cuyo análogo más próximo, cuando se descubrió, era la rapamicina (sirolimus). Este último compuesto fue inicialmente descrito como un antifúngico producido por Streptomyces, pero posteriormente también se describió su actividad inmunosupresora, aunque con diferente mecanismo de acción. A pesar de presentar diferentes estructuras (figuras 3 y 5), el tacrolimus y la ciclosporina poseen la propiedad de inhibir los linfocitos T. Diferentes análogos relacionados estructuralmente con el tacrolimus fueron inicialmente aislados por los investigadores de Fujisawa: i) metil- (FR900425); ii) etil(FR900520); iii) prolina- (FR900525), pero el más activo fue el tacrolimus (FK506) (Kino y Goto, 1993). La ascomicina, por su parte, es un compuesto prácticamente idéntico con una única diferencia en el carbono 21, donde el tacrolimus presenta una cadena lateral alilo (-CH=CH2) y la ascomicina una cadena etilo (-CH2-CH3), mientras que la rapamicina, de estructura menos similar, está compuesta por un anillo de 31 átomos con tres enlaces dobles conjugados (Reynolds y Demain, 1997). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 224 Aplicaciones de tacrolimus En los últimos años, el uso de la ciclosporina A ha disminuido en favor del tacrolimus debido a la menor toxicidad y especialmente a la mayor efectividad de este último (Gummert et al., 1999; MeierKriesche et al., 2006) (figura 6). El tacrolimus presenta una actividad entre 100 y 200 veces superior a la descrita para la ciclosporina A en la supresión de la respuesta inmune (Ochiai et al., 1987; Sawada et al., 1987) y reduce en gran medida los efectos metabólicos adversos que la ciclosporina produce en el organismo (Mor et al., 1997). También puede utilizarse para el tratamiento del rechazo a aloinjertos cuando otros medicamentos no son eficaces como inmunosupresores (Patel y Kobashigawa, 2007), otros fármacos esteroides (Westhoff y Van der Giet, 2007), antirreumáticos (Kitahara y Kawai, 2007) o inmunomoduladores en inflamaciones intestinales (Chow y Leong, 2007). Durante más de una década, el tacrolimus se ha comercializado por la compañía Astellas Pharma bajo la marca comercial Prograf® (adultos) Advagraf® (adultos, de liberación más lenta que Prograf®) y Modigraf® (niños) (www.emea.europa.eu). Actualmente otras compañías han aparecido en el mercado debido a la expiración de las patentes, como es el caso de Sandoz desde 2009, o Watson Laboratories, Inc., Mylan Pharma y Dr Reddys Labs LTD desde 2010 (www.fda.gov). Los inhibidores de la calcineurina también son efectivos como pomada para uso tópico en el tratamiento de la dermatitis atópica (Koo et al., 2005; Ingram et al., 2009), seborreica o la balanitis de Zoon (Rallis et al., 2007). El tacrolimus se comercializa en formato pomada bajo el nombre de Protopic® y la ascomicina como Pimecrolimus®. Además, estos compuestos presentan una potente actividad antifúngica, lo que sugiere un papel en la naturaleza como inhibidores de microorganismos competidores de la especie de Streptomyces que los produce (Arndt et al., 1999). El tacrolimus presenta un amplio rango de aplicaciones, especialmente en enfermedades autoinmunes. Aunque estos usos aún se encuentran en fase experimental, actualmente se ha probado la eficacia y seguridad en el tratamiento de la artritis reumatoide (Akimoto et al., 2008) y también se han obtenido buenos resultados en el tratamiento de la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades autoinmunes. También se ha descrito su posible aplicación como antiviral en cultivos celulares infectados con ortopoxvirus (Reis et al., 2006). Estos resultados aún deben ser confirmados con estudios clínicos más amplios (Benson et al., 2008). Los agentes inmunosupresores, como el tacrolimus y la rapamicina, también presentan propiedades antimitóticas, anticoagulantes y antiinflamatorias, lo que permite su uso en stents, dispositivos metálicos colocados en arterias coronarias para evitar su obstrucción (Romano et al., 2010). La neurorregeneración y la neuroprotección son otras de las propiedades que presenta el tacrolimus, por lo que podría ser efectivo en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Parkinson (Guo et al., 2001). Todas estas posibles nuevas aplicaciones están siendo cuidadosamente analizadas para valorar los riesgos y ventajas de las terapias con tacrolimus, ya que el tratamiento con este compuesto presenta Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 225 A 100 80 % Pacientes 60 40 20 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 Corazón Pulmón Corazón y pulmón Año B 100 75 % Pacientes 50 25 0 Riñón Páncreas Páncreas tras riñón Ciclosporina Páncreas y riñón Hígado Intestino Tacrolimus Figura 6. Evolución del empleo de los inmunosupresores (ciclosporina y tacrolimus) en trasplantes de órganos. A) Tendencia en el tratamiento para el mantenimiento de la inmunosupresión en trasplantes de hígado. B) Empleo de inhibidores de calcineurina expresados por órgano trasplantado en 2004 (modificado de: MeierKriesche et al., 2006). efectos secundarios, como nefrotoxicidad o hipertensión, que hay que valorar (Bai et al., 2010). En el caso de la clínica veterinaria, el tacrolimus se utiliza para el tratamiento de la queratoconjuntivitis Sicca, la cual se caracteriza por el enrojecimiento e inflamación de la conjuntiva debido a una carencia de lágrimas (Hendrix et al., 2011). Biosíntesis del inmunosupresor tacrolimus La ruta de biosíntesis de tacrolimus es similar a la de otros policétidos macrólidos descritos hasta el momento, como la eritromicina (Cortes et al., 1990) o la rapamicina (Schwecke et al., 1995), y sigue un mecanismo similar a la síntesis de ácidos grasos. Dicha ruta consiste en una condensación secuencial de ácidos carboxílicos de cadena corta (normalmente 2-4 átomos de carbono), activados en forma de ésteres de coenzima A (CoA). Esta síntesis implica complejos sistemas enzimáticos conocidos como policétido sintasas codificados por genes de tamaños superiores a 20 kb (kilopares de bases). La síntesis de los inmunosupre- Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 226 sores tacrolimus, rapamicina y ascomicina es llevada a cabo por sistemas híbridos de policétido sintasas (PKS: polyketide synthases)/sintasas de péptidos no ribosomales (NRPS: nonribosomal peptide synthases). moléculas de metoximalonil-CoA (pasos 7 y 8) y una molécula de 5 átomos de carbono (propilmalonil-CoA o alilmalonil-CoA) (paso 4). En la biosíntesis de la ascomicina se ha descrito que la unidad que se incorpora en el paso 4 es etilmalonil-CoA; dicha unidad supondrá la diferencia con la molécula de tacrolimus. Tras 10 rondas de condensación, una molécula de pipecolato (derivado del metabolismo de la lisina) se une a la cadena mediante la formación de un enlace amida con un grupo acilo seguido de la ciclación de la cadena formando el anillo macrólido. Dicho anillo La unidad iniciadora en la biosíntesis de tacrolimus es dihidrociclohexil carbonil CoA, un derivado del ácido siquímico (precursor de los aminoácidos aromáticos). Las unidades que van a constituir el esqueleto carbonado comprenden 2 moléculas de malonil-CoA (pasos 3 y 10), 5 moléculas de metilmalonil-CoA (pasos 1, 2, 5, 6 y 9), 2 fkbC fkbB Módulo de iniciación Mód. 1 Mód. 2 DH KR Mód. 3 DH KR Mód. 4 Mód. 5 Mód. 7 ER DH KR DH KR DH KR fkbA Mód. 6 Mód. 8 ER DH KR CAS ER ACP KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP Mód. 9 Mód. 10 ER DH KR KR S KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP KS AT ACP O O S O S 26 S O H HO OH HO S O O OH OH 26 H OH HO S HO O 21 O OH 26 HO H OH ácido siquímico HO H3CO fkbM OH HO CH2 O 14 OH 14 OH S O OH H OH HO 21 O OH OH OH 26 OH H OH N fkbP 26 HO CH3 30 10 21 O H HO 29 O OH 26 OH O 10 OH H OH 8 OH OH 26 O 21 O OH OH N S 8 + 21 O OH 26 H OH 34 31 O-Metilación OH HO HO 32 14 18 21 O H HO O OH 18 21 O OH S 10 O O 14 26 OH S 18 OH 26 S 14 O O OH 26 H OH S 21 O OH H OH S 18 fkbL S Lisina H HO OH 24 27 2 6 N 9 21 20 O H3CO O O CH3 17 15 CH3 14 fkbD Hidroxilación Oxidación HO O O O OH 11 H3 C 13 OCH3 fkbO Figura 7. Ruta de biosíntesis de tacrolimus. Las flechas que aparecen en la parte superior representan las policétido sintasas y los rectángulos marcan los módulos (Mod.) de los que se componen cada policétido sintasa. Los diferentes dominios catalíticos se representan con círculos: ACP, proteína transportadora de grupos acilo; AT, acil transferasa; CAS, CoA-sintasa; DH, deshidratasa; ER, enoil-reductasa; KR, oxoacil-reductasa; KS, oxoacil-sintasa. La cadena policetídica aparece en diferentes colores dependiendo de la policétido sintasa que está implicada (rosa FkbB, verde FkbC y azul FkbA), la unidad iniciadora se representa en negro y en naranja el ácido pipecólico. En la parte inferior izquierda se recoge la estructura completa del tacrolimus con las diferentes modificaciones pospolicétido sintasa. Algunos de los genes implicados en la biosíntesis de tacrolimus se representan con flechas anchas marcando la función que desempeñan. (Tomado de Martínez Castro, 2011; modificado de Motamedi y Shafiee, 1998). Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 227 sufre diferentes modificaciones pospolicétido sintasa: el carbono 9 es hidroxilado y oxidado dando lugar a la configuración · cetoamida y el grupo hidroxilo presente en el carbono 31 es metilado (Motamedi et al., 1997; Wu et al., 2000; Goranovic et al., 2010). Especies productoras de tacrolimus dentro del género Streptomyces El descubrimiento de S. tsukubaensis como productor de tacrolimus supuso un boom en la búsqueda de nuevas cepas de Streptomyces productoras que todavía continúa en nuestros días. Esto ha hecho que hayan aparecido una o dos nuevas especies de “supuestos” Streptomyces productores de tacrolimus cada año durante la última década (tabla 4). Muchas de estas especies son de compañías o centros que no las ceden para investigación ni las depositan en colecciones, por lo que es prácticamente imposible verificar su producción. Uno de nuestros más grandes cómicos, Paco Martínez Soria, protagonizó en 1969 la comedia “Se armó el belén”. Este sería el título que actualmente mejor definiría la situación de muchos de estos supuestos productores de tacrolimus. Aun así, se han realizado diferentes estudios taxonómicos con el objetivo de profundizar en la relación entre estas cepas, poniendo de manifiesto la gran lejanía filogenética entre las misma. Esto sugiere la transferencia horizontal de genes como explicación a que estas cepas compartan rutas de biosíntesis similares (Garrity et al., 1993; Muramatsu et al., 2005). Mecanismo de acción de los inmunosupresores El mecanismo de acción de estos compuestos inmunosupresores se basa en el bloqueo de la actividad de los linfocitos T. Aunque químicamente no están relacionados, el tacrolimus y la ciclosporina A Tabla 4. Especies del género Streptomyces productoras de compuestos inmunosupresores utilizados en trasplantes de órganos (modificado de Martínez-Castro, 2011). Inmunosupresor Sinónimo Productor S. tsukubaensis Streptomyces sp. ATCC 55098 (MA 6858) Streptomyces sp. ATCC 53770 (MA 6548) Streptomyces sp. MA 6949 Streptomyces kanamiceticus KCC-S0436 Streptomyces glaucescens Streptomyces clavuligerus CKD 1119 Tacrolimus FK506 Fujimicina Ascomicina FK520 FR9520 Inmunomicina Streptomyces hygroscopicus subsp. yakushimaensis S. tsukubaensis Streptomyces hygroscopicus var. ascomyceticus Streptomyces tubercidicus Rapamicina Sirolimus Streptomyces hygroscopicus Everolimus Derivado de la rapamicina Streptomyces hygroscopicus Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 228 ejercen su efecto de manera muy similar mediante la inactivación de la calcineurina (Wiederrecht et al., 1993), mientras que la rapamicina, compuesto macrólido similar estructuralmente al tacrolimus, bloquea una ruta diferente de activación de los linfocitos T, el conocido como sistema mTOR (mammalian target of rapamycin) (Neuhaus et al., 2001). El tacrolimus o FK506 difunde a través de la membrana plasmática de las células T (figura 8), uniéndose en el interior citoplasmático a una proteína denominada inmunofilina FKBP12 (FK506-binding protein-12kDa) (Siekierka et al., 1989). La ciclosporina A actúa de manera similar uniéndose a una inmunofilina denominada ciclofilina (CpN). Los complejos formados por los fármacos inmunosupresores y las inmunofilinas bloquean la función de la calcineurina, una serina/treonina fosfatasa dependiente de calcio, impidiendo su acceso y desfosforilación a determinados sustratos (Clipstone y Crabtree, 1992), como el NF-AT (nuclear factors of activated T cells). Si la fracción citosplasmática del NF-AT no es desfosforilada no puede acceder al núcleo donde se uniría a la fracción nuclear formando el complejo activo de este factor transcripcional. Entre los genes regulados por los factores NF-AT, se encuentran genes que se requieren para la activación de las células B, como la interleucina 4 (IL-4) y el ligando CD40 y genes implicados en la proliferación de las células T, como la interleucina 2 (IL-2). Por lo tanto, la presencia de los fármacos inmunosupresores en las células T origina una depresión en el sistema inmune, evitando así el rechazo al órgano trasplantado (Ho et al., 1996; Dumont, 2000). Figura 8. Mecanismo de acción del tacrolimus. Obsérvese cómo la unión del tacrolimus a la proteína de unión citosólica FKBP12 crea un complejo que impide la acción de la calcineurina-fosfatasa dependiente de calcio, la cual imposibilita al factor nuclear de las células T activadas (NF-AT) penetrar en el núcleo y activar la producción de citoquinas (modificado de Dé Tran et al., 2001). Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 229 Beneficios económicos generados por los inmunosupresores EvaluatePharma® (http://www.evaluatepharma.com) es la página web dedicada a suministrar información sobre empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, así como de sus productos. En ella se puede seguir la evolución de los distintos productos prescritos en clínica. Basándonos en sus datos podemos ver cómo se encuentra actualmente el mercado de los inmunosupresores. Estos compuestos incrementaron sus ventas un 8% en 2010 con respecto al 2009. En términos económicos, el tacrolimus en su formulación Prograf® fue el in- munosupresor más vendido, generando sus ventas 1.826 millones de dólares, lo que supone un 29% del mercado mundial de inmunosupresores (figura 9) y 585 millones más de beneficios que el compuesto situado en segundo lugar. Actualmente existen 1.605 sustancias o formulaciones inmunosupresoras en el mercado según EvaluatePharma®. Este número se prevé que siga aumentando ya que hay dos nuevos inmunosupresores listos para salir al mercado, dos en fase clínica III, cinco en fase clínica II, cinco en fase clínica I y once en fase preclínica. Ventas por años (mill. $) Porcentaje Posición Marca Compuesto Compañía 2008 2009 2010 2008 2009 2010 1 2 3 4 5 Otros Prograf® CellCept® Neoral® Myfortic® Stelara® Tacrolimus Micofenolato mofetil Ciclosporine Ácido micophenólico Ustekinumab Astellas Pharma Roche Novartis Novartis Johnson & Johnson 1.882 1.942 956 290 1.037 6.107 1.945 1.455 919 353 33 1.117 5.823 1.826 1.241 871 444 393 1.518 6.293 31% 32% 16% 5% 17% 33% 25% 16% 6% 1% 19% 29% 20% 14% 7% 6% 24% Total Inmunosupresores (2010) Otros 24% Prograf® 29% Stelara® 6% Myfortic® 7% Neoral® 14% CellCept® 20% Figura 9. Ventas de inmunosupresores a nivel mundial. Superior: tabla de beneficios de los 5 inmunosupresores más vendidos entre 2008 y 2010, indicándose la marca comercial, compuesto, compañía productora y beneficios generados en millones de dólares y en porcentaje. Inferior: representación de los porcentajes de ventas de los inmunosupresores en 2010. Datos obtenidos de EvaluatePharma® (http://www.evaluatepharma.com). Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 230 Nuevas tendencias Haddad y colaboradores (2006), en un estudio sobre pacientes trasplantados de hígado, comparaban la eficiencia de la ciclosporina versus tacrolimus concluyendo que: “el tacrolimus es superior a la ciclosporina tras el trasplante de hígado, pero estos pacientes deben tener controlado el desarrollo de diabetes”. Asimismo, recomiendan que se realice más investigación para disociar los efectos no deseables de estos inhibidores de la calcineurina de su beneficioso efecto inmunosupresor. El tacrolimus a veces es utilizado solamente con pacientes en estadios severos de enfermedad o hipersensibles a otros tratamientos debido a sus efectos colaterales (disfunción renal, efectos gastrointestinales, neurológicos, hipertricosis o hiperplasia gingival). Tratamientos prolongados con este compuesto requieren un estricto seguimiento terapéutico debido a su estrecho índice terapéutico (medida del margen de seguridad de un medicamento) y a la gran variabilidad entre individuos, que puede llevar a daños debido a sobre o infradosis (Roy et al., 2006). Esto se debe a su baja biodisponibilidad (fracción de la dosis administrada que alcanza su diana), que acarrea una variable exposición sistémica cuando se dosifica oralmente, lo que a veces requiere su aplicación intravenosa (Tamura et al., 2003). Por ello, la investigación en análogos que permitan mejorar la biodisponibilidad oral, que reduzcan la toxicidad sistémica debida a la incorrecta dosificación y faciliten la administración oral es de gran interés (Borris et al., 1990; Moss et al., 2010). Esta investigación debe ir encaminada a explorar diferentes perfiles farmacocinéticos e interacciones entre compuestos para la mayor supervivencia del paciente y del órgano trasplantado, con los menores efectos secundarios (Haddad et al., 2006). La figura 7 muestra la biosíntesis del tacrolimus, en la cual grandes genes denominados policétido sintasas (PKS) presentan varios módulos que realizan la incorporación de las diferentes precursoras que conforman la molécula. La modificación de estos módulos, de los genes que realizan las modificaciones post-PKS (p. ej: fkbO, figura 6), el reemplazamiento de los genes que inician el proceso para que utilicen otras moléculas precursoras o inclusive el uso de moléculas iniciadoras no naturales son soluciones que se están aplicado para obtener moléculas con propiedades farmacocinéticas mejoradas (Moss et al., 2010). Para poder realizar estas modificaciones es necesario poseer un conocimiento muy detallado de los procesos de síntesis de los inmunosupresores. Esto se consigue mediante la obtención de la secuencia completa de las agrupaciones de genes implicadas en la síntesis e inclusive de los genomas de los microorganismos productores, como ha sucedido con el genoma de S. tsukubaensis (Barreiro et al., 2012). Con la llegada de los nuevos sistemas de secuenciación ultrarrápida, como 454 lifescience® (Roche), Solexa® (Illumina), Ion Torrent® (Applied Biosystems), se han podido obtener genomas completos en unos pocos días. Aunque actualmente el cuello de botella se encuentra en el editado de dichos genomas, la actual velocidad de obtención de secuencia génica está abriendo la puerta a la aplicación de otras ómicas. Este neologismo engloba a aquellas áreas de la biología molecular que estudian los constituyentes de esa área de manera colectiva, como puede ser la Proteómica, que estudia el conjunto de las proteínas gene- Avance en el trasplante de órganos mediado por el uso de inmunosupresores. Nuevos retos... 231 radas por un genoma en un tiempo y condiciones concretas. Así, la Proteómica, Transcriptómica, Lipidómica o Metabolómica (Greenbaum et al., 2001) facilitan la síntesis de nuevos análogos con mejores características funcionales. En el caso del inmunosupresor rapamicina (sirolimus, figura 5) producida por Streptomyces hygroscopicus ha aparecido una batería de derivados con diferentes propiedades como antitumorales o inmunosupresores. Así el temsirolimus, comercializado como Torisel® (Wyeth Pharmaceuticals), es un éster soluble de la rapamicina de reciente aprobación por la FDA que presenta actividad contra los carcinomas renales avanzados. Otros análogos de la rapamicina se encuentran en fase III o han sido aprobados para determinados usos (Rini, 2008). El everolimus producido por Novartis [marca comercial: Zortress® (EE.UU.), Certican® (Europa y otros países) para trasplantes y Afinitor® para oncología] ha sido recientemente aprobado para su uso en cáncer de riñón (marzo de 2010), prevención de rechazo en trasplante renal (abril de 2010) o metástasis progresiva en tumores neuroendocrinos de páncreas (mayo de 2011) y se encuentra en fase III en otros tipos de cáncer. El ridaforolimus (AP23573, MK-8669 o deforolimus) desarrollado por Merck y Ariad Pharmaceuticals ha superado la fase III en junio de 2011 para metástasis de tejidos blandos y sarcomas de hueso. El zotarolimus (ABT-578), un derivado sintético de la rapamicina diseñado para su uso en stents producido por Medtronic, Inc. bajo el nombre de Endeavor®, se comercializa desde 2008. Igualmente el umirolimus (biolimus o biolimus A9) es un derivado altamente hidrofóbico de la rapamicina utilizado también para recubrir stents propiedad de Biosensors International. Por otra parte, la mejora en la eficacia de los inmunosupresores también se puede lograr a través de la dosificación. Actualmente, los médicos disponen de un completo arsenal de sustancias inmunosupresoras. Obviamente cada uno de estos compuestos, como hemos visto a lo largo del capítulo, presenta una serie de efectos secundarios que en muchos casos acarrean enfermedades cardiovasculares. Esto es algo que también se tiene en cuenta a la hora de dosificar inmunosupresores. Por todo ello, la monitorización de los fármacos (TDM: Therapeutic Drugs Monitoring), que asegure el mantenimiento de los niveles plasmáticos correctos de los inmunosupresores dentro de sus rangos terapéuticos, llevará a la inmunosupresión individual, lo que prevendrá la sobre e infradosificación (Sprangers et al., 2011), aunque esto actualmente no es completamente posible debido a varias razones: i) no existen test fiables que permitan predecir el estado inmunológico del paciente; ii) no se ha establecido plenamente la contribución de cada inmunosupresor a las diferentes complicaciones producidas; iii) no existen pruebas suficientemente representativas para la supresión del uso de determinados inmunosupresores comerciales (Sprangers et al., 2011). Por tanto, se puede concluir que la evolución en el trasplante de órganos y su mantenimiento es el resultado de la acumulación de diferentes conocimientos. Entre ellos, el descubrimiento de los compuestos inmunosupresores, que ha supuesto un importante avance sobre el que se debe seguir investigando desde todas las ramas biosanitarias. Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 232 Agradecimientos Quiero agradecer al grupo de Streptomyces especializado en tacrolimus de INBIOTEC (Instituto de Biotecnología de León), especialmente a mi colaboradora, Dra. Miriam Martínez-Castro. Bibliografía recomendada Akimoto K, Kusunoki Y, Nishio S, Takagi K, Kawai S. Safety profile of tacrolimus in patients with rheumatoid arthritis. Clin Rheumatol 2008; 27(11):1.393-7. Arndt C, Cruz MC, Cárdenas ME, Heitman J. Secretion of FK506/FK520 and rapamycin by Streptomyces inhibits the growth of competing Saccharomyces cerevisiae and Cryptococcus neoformans. Microbiology 1999; 145(Pt. 8):1.9892.000. Bai JP, Lesko LJ, Burckart GJ. Understanding the genetic basis for adverse drug effects: the calcineurin inhibitors. 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Si la biología molecular se concibe como el estudio de la estructura, replicación y expresión de los genes y de la estructura, interacción y función de los productos génicos, este estudio ha sido posible gracias a las técnicas usadas para identificar, aislar y estudiar el ADN, el ARN y las proteínas. Por medio de la clonación, hibridación de ácidos nucleicos, secuenciación del ADN y reacción en cadena de la polimerasa (PCR), además del análisis funcional génico, se ha podido determinar la secuencia de genomas completos. En este aspecto, la tecnología de micromatrices ofrece la posibilidad de interrogar sobre la actividad de todo el genoma. Inicialmente, el estudio de la expresión génica se ha basado en el principio de hibri- dación específica entre moléculas de ácidos nucleicos con secuencias complementarias. Este fenómeno se utilizó en primer lugar para la detección de fragmentos de ADN separados electroforéticamente en geles de agarosa por medio de la hibridación con una sonda complementaria. La sonda correspondía a la secuencia de estudio y estaba marcada radiactivamente (Southern, 1975). El mismo fundamento fue aplicado para el análisis de los transcritos de un único gen, la denominada habitualmente como técnica Northern (Alwine y col., 1977). En esta técnica, las moléculas de ARN diana se fijan a un filtro de nailon después de una electroforesis en gel de agarosa que las separa por tamaño. La sonda de ADN corresponde a un fragmento del gen de estudio y está marcada con un isótopo radiactivo o químicamente. Tras la hibridación, la señal proporcionada por la sonda del gen de estudio permite detectar el tamaño del ARN mensajero y cuantificar la transcripción en el momento de la extracción de la muestra. Con el desarrollo de la tecnología de micromatrices se puede analizar en un experimento la transcripción, no de un único gen, sino de todo el genoma de un organismo. Micromatrices de ADN (o microarreglos, más frecuente en la literatura americana) es el término castellano para los denominados microarrays (del griego mikro, pequeño, y del francés arayer, a su vez del latín arredrare, arreglar) o DNA 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 238 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 238 chips. Las micromatrices permiten la medición simultánea de la transcripción de cientos, miles o de todos los genes de un organismo. Una vez que, hoy en día y cada vez más, se dispone de la secuencia genómica de miles de organismos, las micromatrices constituyen una herramienta fundamental de la genómica funcional. Además de aumentar el conocimiento de la función génica, la tecnología de las micromatrices, junto con otras técnicas ómicas, colabora a la revolución en la que se bate la biología molecular, una revolución en el abordaje del estudio de la vida. Durante los años 80 y 90, la biología molecular se preocupó principalmente del estudio de la función biológica de genes y de proteínas considerados individualmente. Este enfoque reduccionista se enfrenta a la visión del organismo biológico como un sistema. No cabe duda de que el funcionamiento biológico surge de las interacciones entre los genes, sus productos y el ambiente celular. La descripción matemática de las redes reguladoras y de las interacciones entre genes y productos, esto es, la biología de sistemas, es el futuro del estudio de la vida y necesita del inventario lo más completo posible de los componentes moleculares en un momento o estado del sistema. Desarrollo histórico de la tecnología de micromatrices Durante los años 90 se desarrollaron en paralelo dos tecnologías de micromatrices. La primera tecnología en lograr la publicación de un análisis de expresión génica fue la tecnología de matrices impresas de ADN complementario (cDNA microarrays). Esta tecnología fue desarrollada en el labora- torio de Patrick Brown en la Universidad de Stanford. Consiste en la impresión de clones de ADN complementario (ADNc) sobre un cristal del tamaño de un portaobjetos de los usados en microscopía. Se obtiene una matriz ordenada de pequeñas zonas circulares o puntos que contienen las moléculas de ADN depositadas sobre el cristal (spotted microarrays). Dos muestras de ARN se marcan con sendos fluoróforos y se hibridan simultáneamente sobre una misma micromatriz para comparar la abundancia de transcritos entre ambas (genotipo control y mutante, por ejemplo). El uso de dos fluoróforos es característico (two-color microarrays o micromatrices de dos colores). En el primer ensayo se analizó la expresión diferencial de 45 genes de Arabidopsis (Schena y col., 1996). Esta tecnología se hizo accesible a laboratorios de cierto tamaño y abrió la posibilidad del estudio masivo (high throughput) de la expresión génica en muchas áreas de la investigación biomédica aun cuando la secuenciación de genomas completos estaba iniciándose. Ya en 1997, Lashkari y col. publican el primer trabajo propiamente genómico con el análisis de la expresión génica de 2.479 genes de la levadura Saccharomyces cerevisiae. En este caso utilizaron como ADN sondas productos de PCR en vez de clones de ADNc. La segunda tecnología también se desarrolló en California y no por casualidad, ya que aplicaba los procedimientos para la fabricación de microprocesadores del vecino Silicon Valley para la síntesis fotolitográfica de oligonucleótidos sobre cristal (Fodor y col., 1991, 1993). Se necesita un equipamiento industrial caro y sofisticado, y por ello este método de fabricación no es accesible a un laboratorio 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 239 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 239 En los primeros años del siglo XXI la tecnología de micromatrices se pone de moda por lo que promete en el campo de las investigaciones científicas y de las aplicaciones médicas y biotecnológicas. Esta expansión del uso de las micromatrices se manifiesta en el crecimiento rápido del número de publicaciones que contienen los términos microarray y gene en la Web of Knowledge (el último término de búsqueda sirve para descartar artículos de ingeniería: figura 1). Por esta época también crece el número de genomas secuenciados, lo que posibilita el análisis genómico de la transcripción diferencial en varios organismos modelo. Como en toda implantación de una nueva tecnología, durante los primeros años se perfeccionan los métodos de fabricación de las micromatrices y los procedimientos bioquímicos. A su vez, aparecen nuevos métodos estadísticos y programas bioinformáticos para hacer posible, fiable y práctico el análisis de los grandes conjuntos de datos que se generan. No obstante, la utilización de las micromatrices ha estado limitada por el coste elevado del material fungible y del equipamiento para la fabricación en el laboratorio y para la lectura de la fluorescencia una vez hibridada la micromatriz; también por la dificultad técnica para efectuar los ensayos de una tecnología novedosa, y por la complejidad y tamaño de los datos gene- rados, que exigían un cambio en el modo de planificar la investigación y de interpretar los resultados experimentales. Por último, los resultados publicados en los primeros años de expansión no siempre se hicieron con el rigor experimental apropiado, lo que hizo recelar de la técnica. Hoy en día, la tecnología de micromatrices está madura. La fabricación industrial garantiza una gran calidad, los procedimientos bioquímicos están desarrollados y estandarizados para que la fiabilidad de los resultados no dependa de las prestaciones de la propia técnica. Número de referencias en Web of Knowledge que contienen “microarray” y “gene” 7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 universitario. De hecho, su desarollo está asociado a la empresa Affymetrix, que, desde entonces, es referente mundial y fabrica y comercializa las micromatrices de oligonucleótidos con la marca GeneChip®. El primer análisis de la expresión génica utilizando esta tecnología se publicó en 1996 (Lockhart y col.). Figura 1. Fundamento metodológico ¿Qué se entiende por una micromatriz? El fundamento metodológico ha sido desarrollado por Schena (2003), que define la micromatriz como una colección ordenada de elementos microscópicos sobre un sustrato plano que permite la unión específica de secuencias o productos génicos. Esta definición abarca otras aplica- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 240 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 240 ciones además del estudio de la transcripción génica, que es el campo al que esta discusión se ciñe. En este ámbito, los “elementos” hacen referencia a las moléculas de ADN que están fijadas en áreas definidas del soporte. Estas moléculas son consideradas como las sondas, ya que se conoce su naturaleza: a qué gen hacen referencia las moléculas de cada elemento. Estos elementos están ordenados y dispuestos sobre un sustrato plano para facilitar su fabricación, la lectura de las señales que emitan y su identificación. El sustrato plano, además, permite la reducción del volumen de la muestra, a diferencia de lo que ocurre con el soporte de nailon de los experimentos de tipo Northern. Son elementos microscópicos (15-30 µm para la técnica fotolitográfica, 50-350 µm para las micromatrices impresas) para posibilitar el análisis paralelo y cinéticas rápidas de reacción. En una matriz de expresión habitual el número de elementos es de unos diez mil, pero puede llegar a contener cientos de miles, lo que posibilita el análisis de un genoma entero. Por último, la técnica ha de favorecer la unión específica de las moléculas que están en solución (moléculas diana) con las moléculas fijadas (sonda). En el caso de las matrices de ADN, la unión específica se realiza por la hibridación entre cadenas complementarias. La unión específica permite que la señal proveniente de un elemento se relacione con la abundancia (análisis cuantitativo, por tanto) del transcrito de un gen. Es este un factor fundamental para la exactitud de los resultados. Schena (2003) ha definido el ciclo metodológico (figura 2) del análisis con micromatrices que nos sirve para explorar las fases y requerimientos para utilizar con éxito esta tecnología. Consta de cinco etapas, que empiezan por la definición del problema o pregunta que queremos hacer al sistema biológico y terminan con el análisis de los resultados experimentales obtenidos. A diferencia de las técnicas no masivas, el trabajo en la poyata del laboratorio emplea mucho menos tiempo que el trabajo delante del ordenador para analizar e interpretar los datos obtenidos. Es de esperar que, si el diseño del experimento fue adecuado, podamos contestar a la pregunta inicial, aunque es posible, de ahí lo de ciclo metodológico, que surjan nuevas preguntas que inicien un nuevo proceso de análisis. Diseño experimental Para que el uso de las micromatrices sea fructífero, esto es, que merezca la pena la inversión económica, en tiempo y en esfuerzo, se deben cuidar todas las fases del ciclo metodológico, pero la etapa crucial y probablemente más importante es la primera. Se debe establecer cuidadosamente la pregunta biológica con la que interrogaremos a nuestro sistema experimental, pregunta que en análisis de expresión trata sobre saber qué genes se transcriben, cuánto, cuándo y dónde (el porqué que completaría las “cinco W” de la práctica periodística quedaría para la fase final de interpretación de los resultados). El cuánto se transcriben los genes necesita una matización. Generalmente, los valores que se obtienen son valores relativos, no absolutos, e implican la comparación entre dos condiciones experimentales. Se pueden comparar: a) genotipos (genotipo o genotipos mutantes comparados con la referencia, el genotipo parental, silvestre 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 241 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 241 Pregunta biológica Diseño del experimento Análisis y modelado Preparación de las muestras A) Cuantificación, preprocesamiento, análisis estadístico, agrupamiento, representación; B) Interpretación 1) Fabricación de la micromatriz; 2) Obtención de los ác. nuc. diana marcados con fluoróforos Detección Reacciones bioquímicas Ajuste del lector, obtención de las imágenes Hibridación y lavados Figura 2. o salvaje); b) tratamientos a fármacos, tóxicos o estreses en experimentos que comparan el organismo tratado con el no tratado o control; c) muestras obtenidas de distintos tejidos u órganos para desentrañar la expresión espacial de los genes en un organismo pluricelular; d) muestras de tejidos enfermos para compararlas con muestras del mismo tejido sano; e) muestras obtenidas en una serie temporal para ver la evolución de un sistema biológico, como pueda ser un cultivo bacteriano o para estudiar el desarrollo de un organismo. Este último diseño se puede combinar con los anteriores para ver el cambio de expresión inducido como respuesta a un tratamiento o estrés. Una vez establecido qué queremos averiguar sobre la expresión génica de nuestro sistema, se aborda el diseño experimental. Se debe determinar, antes que nada, qué tipo de plataforma usar. Los distintos fabricantes de micromatrices se listarán más adelante, pero la cuestión clave es si usar micromatrices de un canal o color (Affymetrix) o de dos colores, ya que esto determina el diseño experimental. Las micromatrices monocanal tienen una gran flexibilidad a la hora de hacer comparaciones entre condiciones, ya que las muestras se ensayan por separado (una muestra, una matriz). En cambio, con las micromatrices de dos colores se analizan dos muestras distintas simultáneamente. Si pretendemos comparar la expresión entre solo dos condiciones (silvestre frente a mutante, por ejemplo), el diseño sería el más sencillo: muestras de las dos condiciones se hibridarían en la misma micromatriz. Este diseño de comparación directa [figura 3, i)] presenta la ventaja de ser más económico (se requieren la mitad de micromatrices que muestras) y de dar lugar a una mayor precisión, ya que se minimizan las variaciones técnicas de una hibridación a otra (como en el caso de las matrices monocanal o de las comparaciones indirectas). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 242 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 242 A A C i) A C ii) B iii) B A B B C D … iv) Referencia Figura 3. La comparación directa está limitada por el número de condiciones que se quiere ensayar. Si tenemos tres condiciones, la alternativa es hacer comparaciones directas entre las condiciones más relevantes y comparar indirectamente las demás condiciones [A con C, figura 3, ii)] o hacer todas las combinaciones entre condiciones [figura 3, iii)], lo cual es más costoso en tiempo, esfuerzo y material. Esta opción será más costosa cuantas más condiciones distintas se ensayen. Otro inconveniente de este planteamiento es que es más dificultoso ampliar el experimento a nuevas condiciones (nuevos mutantes, por ejemplo), ya que las muestras iniciales pueden haberse agotado. La alternativa es hacer comparaciones indirectas por medio de una muestra de referencia que se incluya en todas las hibridaciones [figura 3, iv)]. Esta referencia puede prepararse a partir de una mezcla de ARN de las condiciones ensayadas, puede ser comercial (en caso de ensayos con organismos modelo multicelulares, especialmente de tejidos humanos) o, una solución muy conveniente y frecuente en procariotas, puede ser ADN genómico. El ADN genómico es mucho más estable y fácil de extraer que el ARN. Además, no sufre de las variaciones en su composición (número de copias de cada gen) por factores biológicos que sufre el ARN. Las ventajas de este diseño es que un experimento hecho en un determinado momento se puede ampliar muy fácilmente a nuevas condiciones y muestras, que el diseño es sencillo e inmediato, y que todas las comparaciones se efectuarán con la misma precisión [a diferencia de, por ejemplo, el diseño ii) de la figura 3]. Los inconvenientes es que se emplea una matriz por muestra (como en las matrices monocanal) y en que las comparaciones son indirectas y, por ello, se pierde algo de precisión. Un valor añadido importante cuando se utiliza ADN genómico como referencia es que se obtiene un valor de expresión para condición y gen que se aproxima a un valor absoluto de expresión. Es un valor similar al que se obtiene con las matrices monocanal. Estos valores ayudan a la interpretación de los resultados, especialmente en las series temporales. El diseño experimental se completa determinando el número de réplicas biológicas para cada condición. Esto es, de cuántos organismos (pluricelulares) o de cuántos cultivos (unicelulares) se obtienen muestras. Es claro que cuantas más réplicas, mayor poder tendrá la prueba estadística; la limitación viene del coste y de la disponibilidad. En general, se suelen utilizar un mínimo de tres réplicas biológicas. En series temporales, no obstante, puede ser suficiente con una única réplica biológica para un análisis detallado con un gran número de muestras, apoyada por otra u otras réplicas para corroborar los cambios más importantes. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 243 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 243 Preparación de las muestras: fabricación de las micromatrices Por el método de fabricación se pueden distinguir dos grandes grupos de micromatrices: el depósito del ADN sonda sobre el soporte o la síntesis del ADN sonda en el mismo soporte (síntesis in situ). El primer tipo corresponde a las micromatrices impresas y se obtienen depositando los ADN sondas sobre cristales portaobjetos por medio de un robot. El equipamiento es asequible para un laboratorio universitario. Se requiere la síntesis previa de las sondas: clones de ADN complementario, productos de PCR o bien oligonucleótidos obtenidos de un servicio de síntesis. En un principio este método de fabricación permitió la expansión de la tecnología de micromatrices cuando los proveedores industriales eran escasos o caros sus productos, o no se contaba con la matriz industrial para el organismo de estudio. Sin embargo, hoy en día este tipo de matrices queda confinado para usos especiales, como la utilización como sonda de grandes fragmentos de ADN (BAC) en micromatrices teseladas (tiling) para análisis genómicos que exceden el objetivo de esta discusión. Ello es debido a que se han abaratado los precios de las micromatrices industriales de síntesis in situ y a la preferencia por las sondas de oligonucleótidos. En el transcurso del desarrollo de la tecnología ha habido un debate sobre la longitud más adecuada del ADN sonda para el análisis de la expresión diferencial. El consenso indica que las sondas más adecuadas son las sondas de oligonucleótidos y la obtención de sondas de oligonucleótidos está accesible para la síntesis in situ. Las micromatrices de este tipo son todas industriales y, dado que estas matrices no adolecen de los problemas de variabilidad técnica en la deposición de más o menos cantidad de sonda en cada elemento de la micromatriz, han desplazado a las micromatrices impresas. La calidad y fiabilidad de las micromatrices industriales, además, está garantizada. Otras ventajas importantes son la flexibilidad en la fabricación (no se necesita la síntesis previa de una colección de oligonucleótidos) y la densidad de sondas. Dos fabricantes representativos son Affymetrix, ya mencionado, y Agilent. El primero utiliza la síntesis fotolitográfica, el segundo la tecnología de chorro de tinta. Estas distintas tecnologías se traducen en que las micromatrices de Affymetrix tienen limitado el tamaño de los oligonucleótidos sondas a 25 nucleótidos, mientras que las de Agilent alcanzan los 60 nucleótidos. En principio, el tamaño mayor de las sondas de Agilent indica una mejor calidad en los resultados. La contrapartida es que la tecnología fotolitográfica logra una mayor densidad de sondas. En estos momentos, las densidades máximas logradas por estos fabricantes corresponden a 6 millones de sondas por micromatriz de Affymetrix frente al millón de Agilent. Una ventaja importante de Agilent es su flexibilidad: aceptan pedidos de tan solo una micromatriz, con un conjunto personalizado y único de sondas. Affymetrix requiere un pedido mínimo de micromatrices para organismos fuera de catálogo y cobra el servicio de diseño. Las micromatrices de Affymetrix son monocanal, mientras que las de Agilent se usan generalmente como de doble canal, aunque pueden usarse como de un solo color. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 244 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 244 Dada la buena calidad y reproducibilidad de las micromatrices industriales y que hoy se cuenta con procedimientos de laboratorio estandarizados, el factor más determinante para la calidad de los resultados es el diseño de las sondas. Una vez que se ha secuenciado el genoma de un organismo o que se cuenta con un banco de secuencias expresadas (EST, expressed sequence tag), por medios bioinformáticos se eligen las secuencias que definirán las sondas de la micromatriz y sus propiedades. Son cuatro los factores que determinan el rendimiento de las sondas: especificidad, sensibilidad, ruido y sesgo. La especificidad de una sonda (que solamente hibride con ella las moléculas diana provenientes del gen correspondiente) aumenta con la longitud de la sonda hasta unos 100 nucleótidos, aproximadamente. Para maximizar la especificidad de las sondas se utilizan programas bioinformáticos que buscan coincidencia total o parcial en la secuencia elegida con otras regiones del genoma potencialmente expresadas. La sensibilidad es la capacidad para detectar cantidades mínimas de las moléculas diana. Aumenta con la longitud de la sonda y depende de factores menos controlables a la hora del diseño (propiedades termodinámicas de la secuencia, concentración de la sonda en el elemento de la matriz, química de la superficie de la matriz y accesibilidad de la diana en las condiciones de hibridación). El ruido de una sonda se define como la variación aleatoria entre hibridaciones replicadas. Disminuye con la longitud de la sonda. El sesgo constituye una desviación sistemática de la medida que proporciona la sonda respecto del valor real y es difícil de eliminar, aunque disminuye con la lon- gitud de la sonda. De lo expuesto se deduce que la longitud de la sonda mejora la sensibilidad, el ruido y el sesgo, y hasta 100 nucleótidos, la especificidad. Las estrategias que han adoptado los fabricantes para optimizar el diseño de sus sondas son básicamente dos: o bien consiguen la síntesis in situ de sondas de un tamaño cercano al óptimo, como Agilent (60 nucleótidos), o bien compensan la insuficiente longitud de las sondas con la inclusión de sondas múltiples por cada gen, caso de Affymetrix (sondas de 25 nucleótidos, pero mayor densidad de fabricación). El promediado de sondas múltiples por gen consigue cancelar el ruido, ya que es aleatorio, y minimiza el sesgo si las sondas poseen sesgos distintos. Preparación de las muestras: obtención de los ácidos nucleicos diana marcados con fluoróforos La obtención de las moléculas diana con las que se van a hibridar las micromatrices constituye obviamente un paso clave para el éxito del experimento. El material de partida habitual son muestras de tejidos u órganos, o muestras de cultivos de células de las que se extrae el ARN. Es fundamental que la muestra sea representativa de la condición experimental de estudio. Esto puede ser un auténtico desafío en el caso de muestras de tumores, pues células cancerígenas pueden estar entremezcladas con células normales. El método de extracción de ARN puede influir en los resultados, por lo que, una vez establecido el método adecuado, no se debe variar. El ARN es un material delicado, fácilmente degradable por las ribonucleasas. Hay que asegurar que los 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 245 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 245 tubos y soluciones estén libres de estas enzimas ubicuas y llevar guantes siempre, además de renovarlos frecuentemente. Existen detergentes comerciales, como RNaseZap® de Ambion, para la limpieza de pipetas y gradillas. Además, los sistemas de reactivos comerciales para la purificación de ARN de diversas fuentes ahorran la necesidad de la preparación de reactivos libres de ribonucleasas. A la hora de la toma de la muestra es necesario determinar la cantidad de tejido o células para extraer la suficiente cantidad de ARN. Habitualmente son suficientes 10 µg de ARN, que se obtienen con 2 mm3 de la mayoría de tipos de tejidos. Otro factor importante es evitar los cambios en el ARN durante la manipulación de la muestra. Para ello, o bien se congela inmediatamente en nitrógeno líquido, o bien se utilizan reactivos comerciales que paralizan la maquinaria celular de síntesis y degradación del ARN, además de aumentar la estabilidad del ARN, mientras se conservan las muestras refrigeradas o congeladas hasta el momento de la extracción. Soluciones estabilizantes habituales son RNAlater® (Ambion) y RNAprotect Bacteria® (Qiagen), para muestras de células eucariotas o de procariotas, respectivamente, y los tubos PAXgene® para muestras de sangre. debe ser 2:1 o superior como indicador de la pureza del ARN. Estas medidas se realizan idealmente en instrumentos que emplean cantidades mínimas de la solución de ARN, de 1 a 2 µl, como es el caso del espectrofotómetro NanoDrop™. Por otro lado, el análisis de la integridad del ARN es esencial para que los transcritos no estén degradados y para evitar sesgos en los resultados por comparar muestras de distinta calidad. En electroforesis en gel de agarosa desnaturalizante se puede visualizar las bandas correspondientes a los ARN ribosomales, que deben ser nítidas, guardar una relación próxima a 2 entre sus intensidades y no mostrar trazas de degradación. No obstante, el instrumento que se ha convertido en el estándar para el control de la integridad del ARN en el análisis de expresión es el aparato de electroforesis capilar en chip Bioanalyzer 2100 de Agilent. Además de ahorrar tiempo y trabajo, proporciona una cuantificación precisa de la integridad del ARN por medio del valor del denominado RIN (RNA integrity number), que debe idealmente ser superior a 8 (el valor máximo es de 10). En ciertos tipos de muestras es difícil alcanzar ese valor. En ese caso, se debe cuidar que todas las muestras tengan valores comparables para evitar el sesgo técnico en caso contrario. El ARN extraído debe ser analizado para comprobar la concentración, pureza e integridad. Por medio de un barrido espectrofotométrico se detectan contaminaciones de la preparación, además de obtenerse una estimación de la concentración por medio de la relación de la absorbancia a 260 nm. Así, una unidad de A260 indica una concentración de 40 µg/ml de ARN total. Además, la relación A260/A280 Las muestras de ARN deben ser marcadas para poder identificar la señal debida a su abundancia cuando son hibridadas con las micromatrices. El procedimiento habitual implica la síntesis de ADN complementario a partir de la retrotranscripción, utilizando como molde las muestras de ARN y como cebadores, o bien oligonucleótidos de secuencia aleatoria (normalmente una mezcla de hexanucleótidos 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 246 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 246 con todas las combinaciones de cuatro nucleótidos en cada posición), o bien polímeros de timina para obtener ADN complementario de los ARN mensajeros exclusivamente en el caso de los organismos ecuariotas. En el proceso de retrotranscripción se puede incorporar el fluoróforo si se sustituye parte de un desoxinucleótido por el desoxinucleótido unido al fluoróforo. Este es el marcaje directo. El desoxinucleótido marcado usado habitualmente es dCTP-Cy3 (unido al fluoróforo cianina 3) o dCTP-Cy5 (unido a cianina 5). En las matrices de dos colores, las dos muestras que van a ser hibridadas con la misma micromatriz son marcadas con estos dos fluoróforos, una con uno y la otra con el otro, para poder diferenciar la señal de fluorescencia que proviene de cada una. Los fluoróforos Cy3 y Cy5 (siglas utilizadas frecuentemente para referirse a ellos) no son totalmente equivalentes como marcadores. Ello es debido en gran parte a que tienen distinto tamaño molecular y en el marcaje directo no se incorporan con la misma tasa en el proceso de retrotranscripción. Para evitar el sesgo en los resultados debido al fluoróforo utilizado, se realiza un intercambio de los fluoróforos (dye-swap) entre réplicas biológicas de las condiciones. Por ejemplo, si se comparan dos condiciones A y B, en una hibridación se marca una muestra de A con Cy3 y una muestra de B con Cy5, pero en una segunda hibridación se intercambian los fluoróforos (A con Cy5 y B con Cy3), idealmente usando muestras que sean réplicas biológicas de las primeras. El sesgo debido al distinto tamaño del fluoróforo se evita haciendo un marcaje indirecto. En la retrotranscripción, en vez del dCTP unido al fluoróforo se incorpora aminoalil-dCTP. Este nucleótido modificado puede, en un segundo paso del marcaje, incorporar el fluoróforo en la reacción química denominada de acoplamiento (coupling). Aun usando marcaje indirecto, se suele recomendar el intercambio de fluoróforos, porque estos no tienen las mismas propiedades de fluorescencia. Reacciones bioquímicas: hibridación y lavados El fin último de esta fase es maximizar la hibridación específica entre las moléculas diana en solución y las moléculas sonda fijadas al soporte de la micromatriz. Una vez marcadas con los fluoróforos las muestras de las moléculas diana, se diluyen en la solución de hibridación de composición adecuada y se ponen en contacto en la superficie de la micromatriz. A continuación se incuba a una temperatura adecuada durante un tiempo determinado para que la cinética de las reacciones de hibridación permita la máxima señal y la máxima especificidad en las condiciones de salinidad de la solución de hibridación y de concentración de las moléculas diana y sonda. En la hibridación, además de los anteriores, es necesario cuidar los factores siguientes. Primero, la cantidad de marcaje que se añade a la hibridación de cada muestra. Es necesario cuantificar tanto la cantidad total de fluoróforo incorporado como la tasa de incorporación en las muestras marcadas (porcentaje de nucleótidos con fluoróforo). Este control también se realiza espectrofotométricamente en instrumentos como el NanoDrop™, que emplea volúmenes mínimos de muestra. Para evitar la desecación del mínimo vo- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 247 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 247 lumen de hibridación, la micromatriz se incuba en un compartimento hermético. Por último, la solución debe repartirse homogéneamente por la superficie de la micromatriz. En el caso de las micromatrices de portaobjetos, la solución de hibridación se distribuye y se mantiene homogéneamente plana depositando un cubreobjetos sobre el líquido. El conjunto de ambos cristales se introduce en un estuche estanco. Otros sistemas son, por ejemplo, el de Agilent, en el que la estanqueidad de la solución se garantiza con un cristal del mismo tamaño del portaobjetos con una goma toroidal que abarca el área de la matriz. Cuando se sella con este cristal la solución de hibridación, se deja un espacio de aire, una burbuja que permite la agitación continua de la solución sobre la superficie de la matriz cuando el conjunto de cristales se introduce en un horno rotatorio. Además, este sistema permite la hibridación independiente de hasta ocho micromatrices replicadas sobre la superficie de un mismo portaobjetos, lo que resulta en una mayor economía, pues el precio del cristal es el mismo tanto si lleva una única matriz (de 244.000 sondas) como 8 matrices (de 15.000 sondas). Tras el periodo de incubación, los lavados se realizan con soluciones salinas con pH amortiguado de composición semejante a las utilizadas en las hibridaciones tipo Southern o Northern. El objetivo es eliminar restos de moléculas diana hibridadas de forma inespecífica o depositadas sobre la superficie del cristal. Detección Las moléculas diana que han quedado unidas a los elementos de la matriz portan con ellas los fluoróforos. Para detectar los fluoróforos se utilizan lectores de fluorescencia especialmente diseñados para micromatrices. La mayor parte de los modelos pueden leer micromatrices de formato portaobjetos; sin embargo, las micromatrices de Affymetrix requieren el escáner del propio fabricante. El coste del escáner constituye la mayor inversión dentro del equipamiento necesario para utilizar esta tecnología. El escáner excita cada fluoróforo utilizando una luz láser de longitud de onda correspondiente al máximo de absorción del fluoróforo y recoge la luz de la longitud de onda del máximo de emisión por medio de filtros. Para detectar la luz emitida, en la mayor parte de los dispositivos usan tubos fotomultiplicadores. El barrido de la micromatriz para detectar la fluorescencia emitida por uno u otro fluoróforo puede hacerse de forma simultánea o secuencialmente. En cualquier caso se obtienen dos archivos de imagen tipo “tiff”, uno para cada canal. Análisis e interpretación de los datos Esta fase final requiere obligatoriamente el uso de ordenadores y de aplicaciones bioinformáticas específicas para poder manejar la gran cantidad de datos que se generan en el experimento. Esta fase bioinformática se puede subdividir en una serie de tareas. La primera consiste en extraer de las imágenes “tiff” la señal de fluorescencia de cada elemento y la fluorescencia de fondo. Esta cuantificación se realiza por medio de programas de análisis de imágenes diseñados especialmente para el tipo y estructura de las imágenes generadas por el escáner. Lo que se obtiene es un conjunto de valores, tales 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 248 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 248 como el promedio de los valores de los píxeles que están comprendidos por el contorno de cada elemento de la micromatriz, para definir la señal de fluorescencia bruta, y el promedio de los valores de los píxeles del entorno de cada elemento para definir la señal de fondo local. Ambos valores se aplican a cada elemento de la matriz y a cada canal. Los valores de los archivos de cuantificación son normalizados usando programas específicos. La normalización consiste en una serie de operaciones con los datos crudos para eliminar la parte de la variación de los datos que es debida a factores técnicos y no a la propia biología. Los procedimientos de normalización más empleados asumen que la expresión de la mayor parte de los genes no cambia entre condiciones y que los cambios son aproximadamente simétricos, es decir, que la magnitud del incremento de la expresión total es igual a la magnitud del descenso de la expresión. A veces estos requisitos no se cumplen y es necesario buscar fórmulas alternativas. Los valores de fluorescencia normalizados son utilizados para realizar pruebas estadísticas que comparan dos condiciones para determinar qué genes presentan diferencias significativas en sus valores. Otro abordaje de los datos implica el agrupamiento de los genes que se comportan de la misma forma en una serie de condiciones ensayadas, esto es, que tienen el mismo perfil de transcripción (término adecuado para resumir los valores de transcripción especialmente en series temporales). En uno y otro caso se trata de clasificar los genes según su comportamiento. Otra forma de abordaje consiste en comprobar qué funciones están afec- tadas por los cambios transcripcionales y de qué forma. Dado que estos resultados del análisis implican conjuntos de valores numerosos, se hace muy importante el papel de las representaciones, tanto para obtener una visión totalizadora de los cambios observados como para comunicar y presentar los resultados del análisis. El producto final de esta fase sería la interpretación biológica de los cambios observados: qué función y explicación tienen los cambios de expresión, y contestar a la pregunta formulada al inicio del experimento. Los resultados del experimento con micromatrices han necesitado de la validación con pruebas complementarias, por ejemplo, comprobando por PCR cuantitativa los cambios en los genes más significativos y representativos. Gracias al aumento de la calidad y fiabilidad general de los resultados, estos ensayos de validación han devenido menos exigentes, aunque no ha desaparecido su requerimiento totalmente. Campos de aplicación de las micromatrices: estudio de la expresión génica en organismos modelo Inaugurada la época de la genómica funcional con la secuenciación completa de genomas, se ha hecho necesario contar con herramientas capaces de analizar la función génica de forma que abarquen todo el genoma de los organismos. En el estudio de la expresión de los genes, las micromatrices han hecho posible este análisis masivo. Un campo principal de aplicación ha sido y es la investigación de organismos modelo con el objetivo de profundizar en el conocimiento de su bio- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 249 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 249 logía molecular. Los objetivos de estas investigaciones son varios. Uno de los campos más fructíferos, por la facilidad del diseño experimental y de la interpretación de los datos, y por lo valioso del conocimiento generado para la explicación del funcionamiento del organismo, es el estudio de las redes reguladoras. La comparación entre genotipos de un regulador transcripcional (silvestre, inactivado, sobreexpresado) permite determinar qué genes están bajo el control del regulador, bien sea un activador o un represor. Los fenómenos biológicos que se desencadenan por sí mismos en el tiempo, tales como el desarrollo de organismos pluricelulares, procesos de diferenciación, o la evolución de cultivos, se estudian adecuadamente con series temporales de muestras. El estudio de las respuestas a cambios ambientales, sean nutricionales o como defensa ante agentes estresantes, también han ganado en conocimiento por medio del análisis con micromatrices. Todos estos estudios transcriptómicos no han de considerarse aisladamente de otras técnicas. La integración de los datos transcriptómicos con otros estudios ómicos, como la proteómica, la metabolómica, la determinación de sitios de unión en el ADN de proteínas reguladoras, etc., es un paso obligado para avanzar en el enfoque de la biología de sistemas. Aplicación de las micromatrices en el campo de la biomedicina en general y de las ciencias veterinarias en particular Desde el inicio de la tecnología, un campo de aplicación en el que se depositaron grandes esperanzas fue el estudio de las bases moleculares de enfermedades, especialmente del cáncer. La comparación de tejidos o células sanos con enfermos ha permitido la identificación de genes que aumentan o disminuyen la expresión con la enfermedad. Estos genes indican qué procesos están alterados por la enfermedad, con lo que se apuntan dianas para el tratamiento. Además, es posible identificar con esta metodología biomarcadores que ayuden al diagnóstico y al pronóstico. Cabe señalar que se han realizado estudios de hasta 40 tipos de cáncer en humanos con micromatrices de expresión, y un objetivo que se ha seguido es poder identificar de forma fiable y rápida el tipo de cáncer. Gracias a esta técnica se han podido discriminar tipos que por otras técnicas no es posible. La industria farmacéutica ha empleado y emplea con profusión el análisis de expresión con micromatrices en todas las fases del desarrollo de un nuevo fármaco. Un primer paso, como se ha comentado antes, sería la identificación de posibles dianas terapéuticas. En segundo lugar, el análisis de expresión, ampliando el número de muestras o utilizando modelos animales, incluyendo incluso el análisis de mutaciones, serviría para validar esas dianas. Una vez elegida la diana o dianas, el análisis de la expresión ayuda en el rastreo de sustancias activas, al identificar cambios en la diana terapéutica tras la administración de tales fármacos potenciales. Por lo mismo, puede aplicarse para elegir la sustancia más activa y para anticipar efectos adversos usando modelos animales o líneas celulares. En la fase de ensayos clínicos, el análisis de la expresión 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 250 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 250 génica sirve para monitorizar la efectividad y la toxicidad. puesta inmune y también ha sido aplicada para la evaluación de la toxicidad. La identificación de biomarcadores que permitan el diagnóstico, incluso de variedades de una misma enfermedad, es un campo con un gran interés, como se ha indicado anteriormente. Asimismo, los biomarcadores pueden servir para predecir la eficacia de un tratamiento. Las micromatrices permiten el análisis de expresión para identificar tales biomarcadores, pero también se emplean para el análisis de genotipos mediante la comparación de muestras de ADN en vez de ARN. En el campo de la biomedicina, el estudio de los genotipos asociados con enfermedades sirve, además de para identificar el origen genético, para evaluar el riesgo de padecer una enfermedad. En el área de la farmacogenómica, la tecnología de micromatrices ha dado el salto de la investigación básica a un producto comercial, desarrollado por la farmacéutica Roche. El denominado AmpliChip CYP450® sirve para determinar cuál de las 90 variantes del gen CYP2D6 y cuál de las tres variantes de CYP2C19 presenta un determinado paciente. Las variantes de estos genes determinan la capacidad de eliminación de fármacos y, por tanto, el conocimiento derivado de la prueba permite establecer la dosis personalizada más adecuada. Recientemente, las autoridades europeas han aprobado el uso de la instrumentación de Affymetrix (GCS 3000Dx) para realizar los ensayos con esta micromatriz, con lo que se abre la puerta a la generalización de este tipo de pruebas. En la lucha contra las enfermedades infecciosas, el estudio de los agentes infecciosos encuentra un gran campo de aplicación en el análisis con micromatrices. Numerosos trabajos de investigación se han centrado en determinar qué genes se expresan en el patógeno durante la infección, para diferenciarlos de genes implicados en un modo de vida libre, o bien genes que se expresen durante determinadas fases de su ciclo vital. Un objetivo práctico es, de nuevo, establecer dianas para el combate farmacológico del patógeno. Además, permiten el análisis de los procesos de interacción con el hospedador. Otro campo de aplicación es la detección de patógenos por medio del análisis del ADN extraído. Esta aplicación es especialmente útil en la identificación de virus pues evita su complicado cultivo. En el desarrollo y evaluación de vacunas, la técnica sirve para la evaluación de la res- En el campo de la biomedicina, especialmente en lo que concierne a la salud humana, la cantidad de datos generados en numerosos ensayos hace que se necesite contar con bases de datos públicas (GEO y ArrayExpress) en las que los investigadores puedan consultar y reinterpretar los resultados de otros laboratorios a la luz de los nuevos conocimientos. La disponibilidad de los datos crudos, convenientemente anotados, también permite que se puedan realizar estudios que combinen experimentos realizados independientemente en distintos laboratorios y que al ser analizados conjuntamente revelen nuevos resultados. Para que estos metaanálisis den el mayor fruto es necesario que los datos depositados hayan sido generados con procedimientos robustos. El esfuerzo más importante para promover la generalización de la calidad en el pro- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 251 Aplicaciones de la tecnología de microarrays o micromatrices 251 cedimiento experimental es el Microarray Quality Control Project (Shi y col., 2008). La tecnología de micromatrices promete aportar la potencia de generación de datos y conocimiento en las siguientes aplicaciones específicamente veterinarias: el estudio de las bases fisiológicas de la producción animal se beneficia, por ejemplo, del análisis de la expresión génica en músculo, comparando los patrones de expresión de razas con distinta calidad de carne, para averiguar qué genes o rutas metabólicas favorecen o determinan unas u otras cualidades. Por otra parte, lo que sería un enfoque nutrigenómico, el conocimiento sobre el efecto en la expresión génica de la dieta y de los suplementos alimenticios, ayudará a diseñar dietas y piensos más sanos o productivos. En sanidad animal, además del estudio de los patógenos, las micromatrices sirven para determinar los genotipos más resistentes a enfermedades. Bien con el análisis genotípico, proteómico o de expresión génica, la determinación de biomarcadores útiles para la selección promete acelerar la obtención de razas y variedades con características mejoradas. Como ejemplo de las posibilidades que se abren, cabe citar aquí que la empresa Affymetrix ofrece ya micromatrices de última generación para el análisis genotípico bovino, la denominada Axiom® Genome-Wide BOS 1 Array. Es de desear que este tipo de estudios se extienda para obtener el máximo beneficio de una tecnología tan potente y que hoy en día ya está madura y accesible a muchos laboratorios. Bibliografía recomendada Dyson FJ. The sun, the genome and the Internet: tools of scientific revolutions. New York (USA): Oxford University Press, 2001. Fodor SP, Rava RP, Huang XC, Pease AC, Holmes CP, Adams CL. Multiplexed biochemical assays with biological chips. Nature 1993; 364:555-6. Fodor SP, Read JL, Pirrung MC, Stryer L, Lu AT, Solas D. Light-directed, spatially addressable parallel chemical synthesis. Science 1991; 251:767-73. Lashkari DA, DeRisi JL, McCusker JH, Namath AF, Gentile C, Hwang SY, Brown PO, Davis RW. Yeast microarrays for genome wide parallel genetic and gene expression analysis. Proc Natl Acad Sci USA 1997; 94:13.057-62. Lockhart DJ, Dong H, Byrne MC, Follettie MT, Gallo MV, Chee MS, Mittmann M, Wang C, Kobayashi M, Horton H, Brown EL. Expression monitoring by hybridization to high-density oligonucleotide arrays. Nat Biotechnol 1996; 14:1.675-80. Russell S, Meadows LA, Russell RR. Microarray Technology in Practice. San Diego, EE.UU.: Academic Press, 2009. Schena M. Microarray Analysis. New Jersey, EE.UU.: Wiley, 2003. Schena M, Shalon D, Davis RW, Brown PO. Quantitative monitoring of gene expression patterns with a complementary DNA microarray. Science 1995; 270:467-70. Shi L, Perkins RG, Fang H, Tong W. Reproducible and reliable microarray results through quality control: good laboratory proficiency and appropriate data analysis practices are essential. Curr Opin Biotechnol 2008; 19:10-8. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 252 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 253 Sanidad animal y biotecnología Dr. Elías F. Rodríguez Ferri (1) Introducción Antecedentes El escalado progresivo de la población humana, que, según previsiones realizadas recientemente, puede alcanzar los 9.500 millones para el 2050 (2), supone un incremento espectacular, de más del 50% si se compara con los valores del 2000 (6.000 millones) o de 6 veces más de la población existente en 1900 (1.600 millones) (3). Los últimos cálculos apuntan a la duplicación de la población humana cada 30 años, lo que arroja valores más que preocupantes, con multitud de problemas asociados, comenzando por la necesidad de abastecimiento de agua y alimentos. Por otra parte, la importancia creciente de los alimentos de origen animal en la dieta humana es un hecho constatado. A nivel mundial, en el periodo 1983-93, pasaron de 14 a 21 kg de carne per cápita y de 35 a 40 kg en el caso de la leche, siendo el cambio especialmente importante en los países en desarrollo. Puede afirmarse que la demanda y consumo relativos de productos de origen animal crece a mayor velocidad que lo que sucede con otro tipo de alimentos, como, por ejemplo, los cereales, y todo dentro de un contexto previsible de crecimiento progresivo exponencial de la población humana, para satisfacer su demanda de abastecimiento. Para satisfacer esta demanda, en 2009 se produjeron en el mundo un total de 61,8 Figura 1. Población mundial. Proyección a 2050 (http://snus-news.blogspot.com/2010/09/developing-world-lifestyle-related.html). millones (M) de Tm de carne de bovino y 13 M de Tm de carne de ovejas y cabras (4); a los que se suman 106,1 M de Tm de carne de cerdo y 79,6 de carne de pollo. La producción de leche, por su parte, ascendió a 696,5 M de Tm y la de huevos a 67,4 M de Tm. El conjunto de capturas de pescado, crustáceos, moluscos, cefalópodos, etc., ascendió en 2008 a 142,2 M de Tm. Los censos mundiales de ganado bovino y búfalos ascendieron en 2009 a 1.570,547 M de cabezas y los de ovejas y cabras (conjuntamente) a 1.939,243 M, siendo los de cerdos de 941,213 M de cabezas y los de pollos de 18.555 M. Sin duda, son tan espectaculares las cifras anteriores que resulta difícil pensar que sean insuficientes, pero los cálculos más optimistas contemplan la necesidad de multiplicar los efectivos para abastecer las necesidades que impone la demanda. En cualquier caso, los cambios no supondrán, simplemente, un incremento (necesario) de los censos, sino toda una serie 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 254 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 254 de modificaciones en estructuras e infraestructuras que van desde las que afectan a la producción de alimentos-pienso para la alimentación de los animales a la transformación de la tierra, etc. Resulta muy difícil llevar a cabo este tipo de previsiones-estimaciones, pero no hay duda de que ocuparán a nuestros hijos de forma preferente en las próximas décadas. rros policía, perros utilizados en la búsqueda de supervivientes en los desastres naturales, perros lazarillo, etc. Pecaríamos de muy incompletos e imparciales si la representación de los animales en relación con el ser humano quedara reducida a la simple y única presencia de una fuente de alimento de primera necesidad y de calidad. Los animales forman con el hombre un todo indivisible y complementario, ocupando el supernicho ecológico que representa la Tierra, con interacciones necesarias e imprescindibles. Los animales que viven en libertad, los animales salvajes de todos los órdenes, mamíferos y aves, vertebrados e invertebrados, terrestres y acuáticos, constituyen el mayor activo de este planeta y mantienen con la tierra o el agua que les sustenta, con el hombre y su espacio vital, un equilibrio consecuencia de la evolución iniciada en el mismo momento en que el reloj de la Tierra comenzó su andadura, ahora hace ya más de 4.000 millones de años. A estas utilidades de los animales para el hombre, tan simples en apariencia, pero tan necesarias, se suma una larga lista de otros apoyos que van, desde su uso como elementos de compañía o de ocio humanos a su utilidad en la experimentación, como modelos animales para la ciencia médica, o su uso como motores de trabajo aún en amplias zonas del mundo, como parte elemental de terapias asistidas, etc., o simplemente como colaboradores de la sociedad actual como pe- Veterinaria. Medicina Veterinaria y ciencias veterinarias Este panorama obliga de forma, siquiera interesada, a conocer todo cuanto afecta de forma positiva y negativa a su existencia, que de forma directa o indirectamente condicionan la vida humana. A lo largo del siglo XX se ha producido una interesante transición de la tradicional Medicina Veterinaria a lo que podríamos denominar Ciencias Veterinarias, denominación a la que con frecuencia se acude para dar idea de la extensión de funciones de la Veterinaria actual, que forma parte de un mundo muy complejo, con interconexiones de todo tipo, culturales, económicas y sociales, y, naturalmente, profesionales. La Veterinaria actual cumple funciones muy relevantes para la sociedad, todas ellas claramente interrelacionadas: Sanidad Animal y Salud Pública, Biomedicina, Producción Animal, Seguridad y Tecnología de la Producción Alimentaria y Bienestar Animal y Medio Ambiente. Para hacer frente a este complicado panorama de actividades y servicios, actualmente muy atomizados, se precisa que el veterinario adquiera capacidades nuevas dotándose de una mentalidad que le permita conseguir el éxito en todos estos cometidos. Algunos expertos (5) han señalado la necesidad de vertebrar todas estas actividades en torno a un eje central que constituya el punto de apoyo necesario, proponiendo para ello el concepto “un solo mundo de medicina veterinaria” con el que pretenden que el veterinario “co- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 255 Sanidad animal y biotecnología 255 necte”, “se interconexione” con su entorno vital, comprenda el alcance de sus “habilidades” y de las obligaciones que la sociedad le impone, y obtenga la identidad que necesita a los ojos del mundo. ella, el carbunco bacteridiano o la tuberculosis (humana y bovina) lo estuvieron en el origen del conocimiento de la etiología microbiana de las enfermedades infecciosas (7). Sanidad Animal Un Mundo, una Medicina, una Salud La Sanidad Animal se ocupa del estudio de los procesos infecciosos que afectan a la salud de los animales, incluyendo sus causas (microorganismos y parásitos), sus consecuencias (la enfermedad), así como los procedimientos relacionados con su prevención, control y erradicación (epidemiología, diagnóstico, terapia, bioseguridad, vacunaciones, medidas relacionadas con las relaciones comerciales entre países, etc.). Ha sido, precisamente, la interfaz entre la Sanidad Animal y la Salud Pública, con ocasión de la emergencia de la gripe aviar por el virus influenza H5N1 y el riesgo de pandemia, lo que ha hecho renacer antiguas propuestas que en la actualidad están siendo defendidas con pasión por algunos sectores, tanto de la Medicina Humana como Veterinaria. Nos referimos, claro está, a la corriente que demanda la integración de la Medicina Humana y la Veterinaria, de la Salud Pública y la Sanidad Animal, para ser más precisos, en particular en lo que se refiere a las enfermedades emergentes, especialmente zoonosis emergentes, bajo el mensaje “Un Mundo, una Salud”, inicialmente, “Un Mundo, una Medicina, una Salud”. Antes del nacimiento de la Microbiología, la Sanidad Animal formaba parte de la Medicina Veterinaria integral, empíricamente. Igual que el animal representa un todo que constituye a la vez medio de transporte, fuente de alimento, vestido, combustible, recreo y compañía, la dedicación a la prevención y curación de las enfermedades infecciosas de los animales carece de conocimientos acerca de su etiología y de instrumentos y métodos para poder controlarla. A finales del siglo XIX, los avances conseguidos a partir de los trabajos de Pasteur y Koch y sus respectivas escuelas acerca de la etiología microbiana de las enfermedades infecciosas, igual que el papel de los microorganismos en otras responsabilidades (producción y alteración de los alimentos, etc.), permiten entender la presencia de vínculos entre la Sanidad Animal y la Salud Humana (Salud Pública), lo que facilita, igualmente, abordar la Medicina Comparada y la investigación biomédica. Igual que La emergencia y reemergencia de enfermedades infecciosas con potencial pandémico están teniendo lugar desde el pasado siglo, con una alarmante regularidad, y una gran mayoría de las mismas son zoonosis. De hecho, de los más de 1.400 patógenos humanos reconocidos, el 61,6% son de origen animal, son zoonósicos (8). Como término medio, desde la Segunda Guerra Mundial, cada año ha emergido o reemergido una enfermedad nueva y el 76% de ellas son zoonosis (9). Jones et al. (2008) (10) han señalado recientemente en un estudio llevado a cabo sobre 335 enfermedades infecciosas emergentes descritas en los EE.UU. entre 1940 y 2004, que el 60% de las mismas fueron 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:05 Página 256 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 256 Figura 2. Zoonosis emergentes (AVMA, 2008) (11). zoonosis y que más del 70% de ellas correspondían a fauna salvaje. Como se ve, todos los datos apuntan en la dirección de una gran importancia relativa de las zoonosis en las enfermedades emergentes que afectan al hombre, al menos a lo largo de todo el siglo pasado y la situación se mantiene en el presente. Los factores que dirigen la emergencia de las enfermedades infecciosas, incluidas las zoonosis emergentes, pueden agruparse entre aquellos que se suceden en el entorno humano, los que lo hacen en el sistema agroganadero y de producción de alimentos y, finalmente, los que tienen lugar en los ecosistemas naturales. Los primeros son, sin duda, muy numerosos e incluyen los cambios en la demanda de alimentos, la urbanización, el aumento de la densidad y concentración de la población humana y/o animal, la proximidad de humanos y animales, los cambios demográficos, el incremento de la movilidad, las tasas de pobreza y el deterioro de los servicios de salud pública y servicios veterinarios. En relación con los segundos deben considerarse, por su parte, los censos ganaderos y la concentración espacial de explotaciones animales, la ausencia de sistemas de bioseguridad, el incremento en el comercio de animales vivos y de productos de origen animal, la vacunación inapropiada o el uso indebido de fármacos, sobre todo antibióticos, o los sistemas de explotación intensiva. Por último, en lo que se refiere a la influencia de los ecosistemas naturales, deben considerarse también el efecto de la invasión humana en territorios salvajes y el uso indebido de la tierra, incluyendo las prácticas de deforestación, la caza furtiva incontrolada, el comercio de animales exóticos o el comercio clandestino de animales vivos y el consumo de carne procedente de animales salvajes, todo lo cual condiciona e influye en la fragmentación del hábitat, pérdida de biodiversidad y cambio climático. A estos factores deben sumarse también los dependientes de los propios agentes patógenos y su evolución y adaptación particular, dependiente de su naturaleza (principalmente virus, pero también bacterias, protozoos, hongos o priones), sobre la que influyen muchas de las variables enunciadas antes y otras propias. Tanto la vigilancia (detección y diagnóstico), como el control de las enfermedades zoonósicas emergentes han sido y son, actualmente, cuestiones de gran complejidad, en las que cuentan, y no Figura 3. La interfaz entre el hombre y los animales y sus consecuencias en la aparición de enfermedades emergentes (12). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 257 Sanidad animal y biotecnología 257 poco, problemas de comunicación y consulta entre las autoridades e instituciones de Salud Pública y de Veterinaria. Hoy se sabe bien que estos canales de comunicación deben establecerse con claridad y mejorarse, para incluir los animales salvajes y los ecosistemas. Tanto los hábitats naturales como el medio ambiente que está manejado por humanos, como ocurre con los sistemas y las cadenas de producción de alimentos, constituyen hábitats en los que pueden emerger, circular, cambiar su dinámica de presentación, e incluso cambiar de especie hospedadora, los agentes patógenos productores de enfermedades infecciosas (de los animales y del hombre). El reconocimiento de la interrelación de los respectivos dominio de Salud y los riesgos que representan las zoonosis (especialmente para el hombre), demanda una interacción más horizontal entre Sanidad Animal y Salud Pública, o lo que es lo mismo, entre todos los sectores que poseen responsabilidades y competencias sobre ellas (instituciones, departamentos, ministerios y profesiones), incluyendo la Medicina Humana y la Veterinaria. Esta es la idea de “Una Salud”, que se viene reclamando desde muchos sectores como una necesidad ya desde 2003, con ocasión de la emergencia de la influenza aviar altamente patógena, o gripe aviar, en el sudeste asiático. Desde aquella fecha, la detección, prevención y control de la gripe aviar ha sido una especie de cruzada, con atención al más alto nivel internacional, que ha propiciado reuniones a nivel ministerial en Beijing y Bamako en 2006, en Nueva Delhi en 2007, en Sharm el-Sheikh en 2008 y una consulta sobre Salud en Winnipeg en 2009. Nunca antes había sucedido nada parecido; de todo ello ha surgido el “Global Program on Aviar Influenza” (GPAI), que, aunque no cumpla con todas las aspiraciones con las que fue diseñado, ha establecido un precedente significativo para el control de las enfermedades emergentes, cuyo progreso y desarrollo futuro corresponde tanto a las organizaciones internacionales como a las instituciones nacionales. La tarea implica la detección, identificación, predicción, prevención y control de las enfermedades infecciosas emergentes, incluyendo en ellas a las que se ocupan de la fauna salvaje y el medio ambiente. Figura 4. Iniciativa “Una Salud”. http://www.onehealthinitiative.com/. La iniciativa “Una Salud”, que representa el reconocimiento de las interconexiones entre la salud humana, animal y ecológica (ambiental), busca incrementar la comunicación, colaboración y cooperación a través de un amplio número de disciplinas que incluyen la Medicina Humana y Veterinaria, la Salud Pública, la Microbiología, la Parasitología, la Inmunología, la Ecología, la Epidemiología y otras. Puede definirse como “una estrategia mundial para ampliar las colaboraciones y comunicaciones interdisciplinarias en todos los aspectos de la salud referidos al hombre, los animales y el ambiente” (13). “Una Salud” representa una ocasión extraordinaria de convergencia y sinergia en el ámbito de las enfermedades infecciosas, principalmente emergentes, entre las 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 258 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 258 oportunidades de los países industrializados y los países en desarrollo (14). y Etimologías) que han sido referidos por Cordero (1987). En la mitología griega ya se hace referencia a la figura del centauro Quirón, al que se refiere Lucio Moderato Columela (4-70 d.C.) en su obra De re rustica, que además de maestro prudente, juicioso y sabio, era músico, y conocía las artes de la curación con las que aliviaba el sufrimiento de humanos y animales. Era, pues, un claro precedente del médico y veterinario actuales. Como señala Cordero (1987) (15), Quirón representa el símbolo de la unidad, pues no solo actuó como médico, veterinario y naturalista, sino que compartió su sabiduría con numerosos discípulos, incluidos Asclepio (Esculapio) en Medicina (considerado el padre de la Medicina) y Melampo, en Veterinaria. La Historia, por su parte, se encarga de unir la Medicina Humana y la Veterinaria en alguno de los acontecimientos más notables que sucedieron en el pasado, como el que se refiere al que fuera uno de los más grandes azotes del ganado bovino a lo largo de los años, la peste bovina, la segunda enfermedad infecciosa que se ha declarado extinguida, después de la viruela, merced a los beneficios de la vacunación. Las Facultades de Veterinaria en España y, en otros lugares, han elegido el simbolismo de su figura (“el primer médico de animales”) para representarlas. El excelente vitral que figura en el vestíbulo de la Facultad de Veterinaria de León, obra del artista leonés D. Luis García Zurdo, representa al centauro Quirón, y la recién nacida Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León ha adoptado esta figura como parte de su emblema. La figura de Quirón se acompaña, en la vidriera, de textos de Virgilio y San Isidoro (Geórgicas Giovanni Maria Lancisi (1654-1720) (16) que fue médico personal de varios Papas, anatomista y epidemiólogo, es reconocido como un precursor del concepto de “Una Medicina, una Salud” cuando fue encargado por Clemente XI para llevar a cabo un estudio sobre la enfermedad, con el propósito de su control. Publicó De bovilla peste (1715), en la que describe la enfermedad y propone medidas para su control; la más relevante de todas, la que hoy conocemos como stamping out, consistente en el sacrificio y destrucción de los animales sospechosos (vaciado sanitario) alrededor del foco de infección, proporcionando instrucciones precisas acerca del enterramiento de los animales sacrificados, de la prohibición del movimiento de los animales y de la adopción de me- Figura 5. Vidriera de Quirón en la Facultad de Veterinaria de León. Autor: Luis García Zurdo. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 259 Sanidad animal y biotecnología 259 didas higiénicas y políticas pertinentes, principios que fueron aplicados posteriormente (aún hoy lo siguen siendo) a otras muchas enfermedades en los programas de control y erradicación. Aunque la peste bovina no es una zoonosis, su repercusión sobre la Salud Pública es evidente, al ser causa de hambre y desolación económica, reiteradamente descrita y temida. No en vano fue esta enfermedad una de las razones que justificaron, como ya hemos señalado, (ver notas 6 y 7, al final), la creación de las primeras escuelas de Veterinaria, igual que de la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE). A comienzos del siglo XVIII, E. Jenner, el primer inmunólogo, realizó la primera vacunación de la que se tiene noticia, inoculando virus de la viruela de las vacas al niño James Phipps, protegiéndole del virus humano. Más recientemente, Rudolf Virchow (1821-1902), un médico y patólogo alemán, considerado el padre de la Medicina Moderna, llegó a afirmar que “entre la Medicina Humana y Animal, no deberían existir líneas divisorias”. Virchow, que era hijo de un carnicero, fue el primero en utilizar el término “zoonosis” en sus estudios sobre triquinosis, describiendo el ciclo de Trichinella spiralis en el tejido muscular del cerdo. En 1964, Calvin Schwabe, considerado el fundador de la Epidemiología Veterinaria, acuñó el término “Una Medicina” para expresar la interrelación existente entre la salud humana y la animal y las realidades necesarias para la prevención de las zoonosis. “Una Medicina” significaba el reconocimiento de los riesgos que las zoonosis representan para el ser humano, sus necesidades alimentarias y su economía. Reconocidas las interrelaciones de la salud del hombre, de los animales y del ecosistema, la forma más racional de coordinar las políticas y la acción entre las instituciones responsables de Salud Pública, ciencia médica y servicios veterinarios conduce a la definición del mensaje “Una Salud”, al que aquí nos referimos. En 1975, la FAO, la OIE y la OMS editaron un informe conjunto titulado “La contribución de la Veterinaria a la práctica de la Salud Pública” (The Veterinary Contribution to Public Health Practice), que estableció el concepto de Salud Pública Veterinaria (también se ha referido como Veterinaria de Salud Pública) como un área de cooperación entre las tres organizaciones que puede considerarse el embrión de lo que, años más tarde, se convertiría en la plataforma para respuesta internacional frente a la peste aviar. El concepto de “Una Salud” fue ampliado después incorporando la salud de los ecosistemas además de la del hombre, animales domésticos y animales salvajes. El mismo Cordero (1987), referido antes, se manifiesta a favor de la unidad de la ciencia y, como tal, de la existencia de una única Medicina, “una ciencia y arte de curar, cualquiera que sea el ser vivo al que se aplique”. En 2004, la Sociedad Mundial de Conservación (World Conservation Society) celebró en la Universidad Rockfeller un simposio titulado “Un Mundo, una Salud”. Todas las especies de animales, incluyendo el hombre, y las plantas, los hongos, protozoos y bacterias, en definitiva, todas las formas de vida que pueblan la Tierra (excepción hecha de los virus que son parásitos absolutos, dependientes de otras formas de vida), comparten principios básicos de metabolismo, reproducción y desarrollo. La mayoría de los 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 260 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 260 agentes patógenos pueden infectar más de una especie hospedadora y solo unos pocos se restringen a una, aunque este no sea un hecho definitivo, ni permanente, pues constantemente se producen cambios o saltos de la “barrera de especie” que hacen que agentes conocidos aparezcan (emerjan) como nuevos en una especie hospedadora diferente. El hombre siempre ha estado sometido al riesgo de contraer enfermedades infecciosas, desde su época de cazador a la época en la que se asienta y se convierte en agricultor y ganadero. Es más, la domesticación y cría de los animales para su beneficio (producción de alimentos, ropa y trabajo) supone un evidente incremento del riesgo, relacionado con la proximidad, más estrecha de aquellos y este. La persistencia de enfermedades emergentes de origen zoonósico ha sido especialmente subrayada en el siglo XX sobre numerosas enfermedades de los animales, como la rabia, la brucelosis, la tuberculosis o el carbunco bacteridiano. El último tercio se caracterizó por la emergencia de enfermedades víricas, destacando sobre todas ellas el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y, mas recientemente, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y, principalmente, la influenza o gripe aviar y su potencial riesgo de pandemia por el virus influenza H5N1. Estas enfermedades unen, a su interés sanitario, un no menos importante interés económico, calculado tanto en función de los costes directos como indirectos y en conjunto. Se ha calculado, por ejemplo, que la emergencia de la EEB, el SARS, la gripe aviar por H5N1 y la influenza por H1N1 han supuesto pérdidas económicas directas (pérdidas derivadas de costes por servicios de Salud Pública y Sanidad Animal, indemnizaciones por pérdidas de animales o pérdidas en producciones) de más de 20.000 millones de dólares en los últimos años, a lo que se suman no menos de 200.000 millones de dólares de pérdidas indirectas (pérdidas en otras partes de la cadena de producción alimentaria, comercio, turismo, etc.). Solo en el Reino Unido, entre 1990 y 2008, las pérdidas económicas debidas a la EEB sumaron más de 7.000 millones de dólares y la influenza aviar, en el sudeste asiático, fue causa de más de 10.000 millones de dólares de pérdidas en el sector ganadero. Si la influenza aviar se resolviera en la temida pandemia de gripe (lo que todavía no se ha descartado), las pérdidas alcanzarían los 2 billones de dólares (17). Todavía, al lado de las enfermedades infecciosas emergentes, hay que contar con otras enfermedades, las denominadas “enfermedades desatendidas”, como la rabia, la tuberculosis bovina, la brucelosis o diferentes enfermedades parasitarias que suponen cargas significativas para la salud, la mayoría de las cuales tienen una gran importancia en los países más pobres. Cada año fallecen en el mundo más de 55.000 seres humanos como consecuencia de la rabia, de los que el 95% o más de los casos tienen lugar en Asia y África. De tuberculosis se cuentan casi 2 millones, de los que hasta el 8% de los mismos son de origen bovino (18) (no siendo este el único origen animal). La lista podría continuar con infecciones o toxiinfecciones transmitidas por alimentos, principalmente salmonelosis, campilobacteriosis, infecciones entéricas o extraintestinales por E. coli y otras, 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 261 Sanidad animal y biotecnología 261 cuyos costes alcanzan valores extraordinarios, computando tratamientos, hospitalizaciones, fallecimientos y secuelas. Por ejemplo, un reciente informe del Banco Mundial relativo a los costes directos e indirectos por enfermedades transmitidas por alimentos en Vietnam daba la cifra de 1.000 millones de dólares al año (19), y eso que unánimemente se admite una subestimación de las cifras. Pese al progreso científico, existe una amplia variedad de factores que facilitan y justifican el incremento actual de la incidencia de las enfermedades emergentes. Debe considerarse, por ejemplo, la explotación intensiva y la concentración de los animales, la presión de los sistemas de producción de alimentos, el incremento mundial de los viajes y el comercio, en general, que afecta al hombre, los animales y los productos de origen animal, todo lo cual ha permitido la evolución de los agentes patógenos que al final produce una creciente y variada gama de riesgos. En cualquier caso, las fuentes de infección en las enfermedades zoonósicas no se limitan al hombre y los animales domésticos, sino que también se extienden a la fauna salvaje, que representa, además, uno de los puntos principales. Los ecosistemas salvajes se caracterizan por un ajustado equilibrio dinámico entre todos sus componentes, que incluyen flujos de materia orgánica y energía, y de organismos vivos. Mientras que los agentes patógenos son una parte muy importante de este balance, la previsión de su exceso está compensada con circuitos negativos, como los que inducen más resistencia en los hospedadores. Conceptualmente existen dos tipos de factores que pueden desestabilizar los ecosistemas salvajes y su papel en la salud global: por un lado, su destrucción y fragmentación, como sucede por ejemplo en el caso de la deforestación, que rompe el equilibrio entre las diferentes especies y que puede hacer que una en particular se convierta en dominante. Por otro lado, también se puede desestabilizar el sistema como resultado de la interacción de los ecosistemas con el hombre, pues de ello pueden derivarse más oportunidades para el intercambio de patógenos, incluyendo la transmisión a individuos “vírgenes” o sin protección. Las explotaciones animales en las zonas tropicales, el consumo de carne de animales salvajes o el ecoturismo son ejemplos de tipos de interacciones que pueden crear oportunidades para que los agentes patógenos ejecuten “saltos” de la barrera de especie. En la práctica, ambos factores pueden solaparse y facilitar la aparición o emergencia de agentes patógenos “aparentemente nuevos” en ecosistemas de nuevo origen. Uno de los factores más importantes en el control de cualquier enfermedad emergente es su detección precoz, así como el conocimiento de su epidemiología. Ambos elementos permitirán a los organismos competentes organizar y ejecutar las medidas que correspondan en relación con el control de la enfermedad, actuando sobre la fuente de infección, reduciendo su difusión y previniendo la progresión a una forma endémica. Cualquier retraso o error en las primeras fases tiene consecuencias sobre las siguientes. Puede existir, por ejemplo, falta o disponibilidad de recursos inapropiados o faltos de sensibilidad o especificidad, que conducen a fallos diagnósticos, pero también pueden deberse a fallos en la propia capacidad 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 262 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 262 humana o técnico-administrativa, lo que con frecuencia se observa en países en desarrollo, con estructuras burocráticas complejas o deficientes. Estos problemas, a la postre, impiden la efectividad de los recursos económicos, cuando existen, o hacen que los disponibles resulten las más de las veces insuficientes. Pero muchos de estos problemas no solo suceden en los países en desarrollo sino también en el mundo desarrollado, por el cruce de competencias entre profesiones, celos corporativos y mala organización, que en el pasado ha dado múltiples pruebas negativas, y todo lo contrario de lo que se ha aprendido sustancialmente desde los graves acontecimientos de la epidemia de gripe aviar por el virus influenza H5N1. El GPAI, al que antes se hizo alusión, puso de manifiesto las ventajas que se derivan de una actuación conjunta, coordinada y colaboradora entre los servicios veterinarios y los de salud pública, que han sido definidas en dos niveles distintos: por un lado, el establecimiento de canales de comunicación, informativos, acerca de la aparición de brotes, entre los organismos de competencia en Salud Pública y Sanidad Animal, y por otro lado, una coordinación necesaria. Apostar por “Una Salud” supone intervenir en numerosos planos profesionales, incluyendo los curricula formativos, en los que se debe incidir más en aspectos que se traducen en ventajas para el objetivo final de controlar o erradicar las zoonosis emergentes y las enfermedades emergentes en general. Énfasis especial debe hacerse en el conocimiento epidemiológico de estas enfermedades y su repercusión en los ecosistemas humano y animales, pero también en los estudios etiológicos y patogénicos, en el desarrollo de métodos de diagnóstico rápidos y precisos que permitan el establecimiento de un sistema de vigilancia muy sensible y eficaz, igual que en la aplicación de las nuevas y modernas tecnologías al desarrollo de procedimientos eficaces para su control, incluyendo medidas sanitarias y preventivas, en particular la disponibilidad de vacunas. Los compromisos de la Sanidad Animal L. King (2009) señala como competencias fundamentales de la Sanidad Animal y Salud Pública, en los que está comprometida la profesión Veterinaria, las siguientes: 1) inocuidad y seguridad alimentaria; 2) resistencia a los antimicrobianos; 3) degradación ambiental y sostenibilidad; 4) aumento de la huella ecológica del carbono e ingente consumo energético de los sistemas de producción animal; 5) vulnerabilidad de los animales por la intensificación de los sistemas productivos; 6) movimientos de animales exóticos y sus derivados; 7) bioterrorismo y agroterrorismo; 8) intervención de la fauna salvaje en la transmisión de enfermedades; 9) enfermedades transmitidas por los alimentos, el agua o por vectores; 10) aparición y reaparición de nuevas zoonosis (emergentes y reemergentes); 11) aparición y reaparición de nuevas enfermedades de los animales (emergentes y reemergentes), y 12) comercio mundial de alimentos y animales. Es verdad que esas tareas recogen mayoritariamente los campos en los que la proyección sanitaria de la Veterinaria actual está actuando, o debe estarlo, más o menos. Desde un punto de vista acadé- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 263 Sanidad animal y biotecnología 263 mico, preferimos establecer los objetivos de la Sanidad Animal en dos grandes grupos, que podríamos denominar objetivos generales y objetivos concretos, respectivamente. El objetivo general más simple no puede ser otro que lograr la erradicación de las enfermedades infecciosas de los animales, en todas sus aptitudes y opciones posibles (domésticos, de compañía, salvajes, etc.), incluyendo las que son transmisibles al hombre. Como puede fácilmente comprenderse, lograr esto es, simplemente, una utopía y como tal debe entenderse. No obstante, igual que el deber del médico es eliminar la enfermedad humana, el del veterinario debe ser hacer lo propio con las que afectan a los animales, tarea todavía mucho más ardua, habida cuenta de la multitud de especies que sería preciso considerar, sin descartar ninguna. Por esta razón, la Sanidad Animal se plantea otras alternativas de mayor concreción, compatibles con la idea final de lo posible, haciendo uso de los instrumentos que la ciencia y la técnica ponen a su alcance. Enfermedades infecciosas de los animales, Sanidad Animal en suma, supone considerar, en la práctica, un alto número de variables para tratar siquiera de definir groseramente su alcance; distintas especies animales, diferentes agentes patógenos causales, intereses prioritarios (por ejemplo, producción de alimentos, comercio, Salud Pública), relaciones con la ecología, el medio ambiente, la conservación y la biodiversidad, disponibilidad de infraestructura y recursos, etc., que en cada caso marcan las actuaciones de las autoridades responsables, pero cuya complejidad puede incrementarse hasta el infinito. Los desafíos o los retos que supone intentar conseguir el objetivo general son numerosos y exigen de sus ejecutores preparación, conocimiento, medios tecnológicos, capacidad de trabajo e integración en equipo, además de una buena dosis de generosidad y entrega y, por encima de todo, una gran vocación. Consideraremos, en primer lugar, los dos elementos imprescindibles en los que se mueve la Sanidad Animal, sus causas y sus consecuencias (las de la enfermedad infecciosa). No se puede entender la Sanidad Animal sin un conocimiento adecuado de los agentes causales de las enfermedades infecciosas de los animales. Es un desafío actual de la Sanidad Animal, y lo seguirá siendo en el futuro, el estudio de los agentes patógenos, bacterias, hongos, protozoos, helmintos, virus y priones, como de cualquier otra especie que tenga tal consideración y que pueda ser descrita en los años venideros. No se puede combatir al enemigo sin conocerle antes y mucho menos si este hace gala de una gran diversidad, presenta una enorme heterogeneidad y una gran ventaja evolutiva en relación con otros seres vivos, que viene dada por la velocidad de reproducción y crecimiento y la extrema simplicidad estructural de algunos de ellos, como sucede con los virus, que les permite adaptarse evolutivamente a las condiciones del medio, adquiriendo, mediante procedimientos simples, caracteres que les proporcionan una posición cómoda y les permite sobrevivir. La Sanidad Animal, como parte especializada de la Veterinaria, necesita conocer cómo y en qué condiciones, bacterias, protozoos, hongos o virus utilizan estructuras, pro- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 264 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 264 ductos de secreción, mecanismos o estrategias, factores de virulencia en suma, que les permiten superar los mecanismos de defensa orgánica, colonizar el hospedador susceptible y consumar el proceso infeccioso. Conociendo estos hechos se descubren también puntos débiles del enemigo patógeno que podrán ser utilizados en su contra, de algún modo. Tanto como ello, a la Sanidad Animal le interesa también la identificación y caracterización, en la mayor profundidad posible, de los agentes patógenos implicados en una determinada enfermedad, pues de tal conocimiento pueden obtenerse datos que se aprovechen después para el establecimiento de prácticas en estrategias o programas de lucha general o particular. A este respecto, dos consideraciones son necesarias: por un lado, entender que pese a que el nivel taxonómico de especie ha venido siendo el criterio más utilizado para otorgar responsabilidad o no a un determinado agente en una enfermedad concreta, los nuevos métodos de identificación y clasificación antigénica y sobre todo genética o molecular ponen de manifiesto, además de ciertas inexactitudes fenotípicas, la existencia en muchos casos de una gran variabilidad intraespecífica (tipos, subtipos, biotipos, patotipos, serotipos, serovares, genotipos, etc.), con diferencias, en ocasión, tan importantes en lo que se refiere a la patogenicidad y virulencia, que la implicación de especie en el suceso morboso carece de valor, y desde este punto de vista es casi obligado referirse a la “cepa”, al tipo, a la serovar, factores predisponentes, susceptibilidad y condiciones de la misma, etc. Los recursos finos de caracterización de los patógenos permiten, además, cuando se estudia una determinada enfermedad en una población de referencia concreta (una explotación animal, una población en un territorio geográfico determinado, etc.) e incluso en un mismo individuo, concluir acerca de cuestiones epidemiológicas (fuente de infección, mecanismo de entrada en una explotación, etc.) y adoptar estrategias o disposiciones concretas con el objetivo de controlar la enfermedad, impedir su difusión, etc. En este punto es obligado entender que en el ámbito animal especialmente, pero no exclusivamente, las etiologías singulares, únicas o puras, cada vez están siendo más excepción que regla. Sea por el sistema de explotación (en el caso de los animales domésticos), por la menor resistencia de las razas más productoras, o por otra razones, es más frecuente en la práctica encontrarse con procesos de etiología mixta, compleja, mezclas de bacterias, de bacterias y virus, de virus y protozoos, o de todos ellos, adquiriendo especial relevancia en el resultado final agentes patógenos que por sus propios medios serían incapaces de producir daño o daño importante en hospedadores sanos, mientras que de su asociación con otros, aprovechándose de caídas de inmunidad, especialmente de la resistencia innata a la infección, los resultados pueden ser desastrosos, comprometiendo la vida del individuo y el hundimiento económico de la explotación, llegado el caso. Debe reconocerse que en este punto, como en el anterior, los estudios sobre patógenos humanos o los de aquellos que tienen el doble interés humano y animal, por ser causa de zoonosis, están marcando el camino para todos. Además de ello, las nuevas tecnologías y en particular 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 265 Sanidad animal y biotecnología 265 la genómica y la proteómica, especialmente desde la secuenciación del genoma humano, están poniendo a disposición de los científicos, investigadores y tecnólogos recursos impensables hace tan solo unos años. La Sanidad Animal, tiene ante si un importante desafío referido al desarrollo y uso de la Biotecnología aplicada al conocimiento de los agentes que producen enfermedades infecciosas de los animales, desde la secuenciación del genoma de agentes patógenos de animales para la identificación de factores de virulencia a la utilización de secuencias específicas para el desarrollo de métodos de diagnóstico y vacunas (ver después). En cualquier caso, la enfermedad es una consecuencia de la compleja interacción entre un hospedador susceptible y un agente dotado de suficiente capacidad para establecerse en el primero y producirle daño, incluso la muerte. Por esta razón, tanto como conocer al enemigo, el agente patógeno, es preciso conocer también el modo en que tiene lugar la enfermedad misma, para lo cual es necesario comprender primero en qué bases asienta la susceptibilidad o resistencia a uno determinado, cómo puede mejorarse la segunda o disminuir la primera y de qué manera se desarrolla el proceso patogénico que, al final, justifica el cuadro clínico o el desenlace fatal si aquel no se supera. En lo primero, uno de los desafíos de la Sanidad Animal tiene que ver con resolver el enigma que relaciona los patógenos con sus hospedadores respectivos: ¿qué hace que los agentes patógenos sean tan diferentes en lo que a disponibilidad de hospedadores susceptibles se refiere?, ¿qué diferencias definen un patógeno de hospedador único, como sucede en el caso de la peste porcina africana, y otro capaz de producir enfermedad en una amplia variedad de animales, como sucede con el virus de la rabia o las especies de bacterias del género Brucella? ¿Existen razones de ventaja evolutiva en alguno de los casos?, ¿solamente puede explicarse la susceptibilidad o resistencia en función de la existencia de receptores celulares específicos, como ocurre en la discriminación o facilitación de los virus de la influenza aviar, por los receptores presentes en las células aviares?, ¿qué otras razones justifican la resistencia?, ¿la resistencia es estable?, ¿cómo se producen los saltos de la barrera interespecífica? Son muchas las preguntas y escasas las respuestas, pero la Sanidad Animal debe estar en primera línea para investigar estos hechos, pues no solo es el interés de su conocimiento para su control, sino como un servicio más a ese interés común al que nos referimos más atrás, bajo el enunciado “Un Mundo, una Medicina, una Salud”, pues al fin y al cabo muchos de los agentes de enfermedades animales o de zoonosis (SARS, Nipah, VIH, EEB, etc.) cuando se han descrito por vez primera en el hombre no ha sido otra cosa que el resultado de un salto, no previsto, desde una especie animal, como consecuencia de razones mal comprendidas, en la mayor parte de los casos, objeto de hipótesis o teorías de difícil justificación y cuyo descubrimiento interesa por igual a la Medicina Humana y a la Veterinaria. Estudiando la resistencia natural, heredable, a la infección por determinados agentes patógenos, se están dando también pasos de gran interés para la selección animal para caracteres de resistencia frente a enfermedades infec- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 266 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 266 ciosas, como la mastitis bovina u ovina, la tembladera ovina (scrapie) y otras; un camino que representa una línea de gran interés, si se puede desvincular de otros condicionantes negativos. En su defensa ante la infección, el hospedador susceptible pone en marcha mecanismos inespecíficos (inmunidad innata) y específicos (inmunidad adaptativa) que tratan de resolver a su favor el desenlace de la agresión patógena. Unos y otros contribuyen definitivamente al cuadro clínico que caracteriza la enfermedad, y en no pocas ocasiones las lesiones y secuelas se deben tanto a la agresión como a la propia respuesta. Por esta razón interesa tanto a la Sanidad Animal conocer lo que sucede en las distintas etapas de la infección-enfermedad, qué recursos pone en juego el organismo y cuáles son sus consecuencias y, desde la óptica médica, si procede o no la intervención para modular la respuesta y con ello sus consecuencias negativas. De este conocimiento pueden derivarse métodos de prevención y/o control nuevos, más eficaces y selectivos pero, como antes señalábamos, no solo eso, sino que de estos conocimientos también puede beneficiarse la Medicina Humana, como una especie de pago por servicios contrarios o complementarios. Haemophilus influenzae y Neisseria meningitidis son dos patógenos humanos específicos, de gran interés médico, causas principales de meningitis en niños. Actinobacillus pleuropneumoniae y Haemophilus parasuis son dos patógenos específicos del cerdo, muy semejantes a los anteriores, especialmente el segundo, que es causa también de meningitis en el ganado porcino, además de otros problemas de tipo respiratorio o sistémico. Se están produciendo avances significativos en el conocimiento tanto de los mecanismos de virulencia como en la patogénesis de ambos grupos, que son utilizados como modelos aplicables unos a los otros. Tradicionalmente, el conocimiento de la respuesta inmune se ha venido vinculando de modo principal a la respuesta humoral, estableciendo una relación más o menos directa entre título de anticuerpos y eficacia de inmunidad activa protectora. El profundo impulso de la Inmunología, referido tanto a la respuesta humoral y su ontogenia, como sobre todo a la respuesta celular y la suya, conjuntamente con los mecanismos efectores puestos en juego en cada caso, han de ser utilizados por la Sanidad Animal para conocer la dinámica que se establece en relación con las poblaciones y subpoblaciones de linfocitos T implicados en la respuesta, la intervención de los distintos linajes de células presentadoras de antígeno y su eficacia correspondiente en el procesado de los mismos, la complicada diversidad de receptores de superficie en los distintos tipos de células y los mediadores químicos implicados como señales o estimuladores inmunes en la activación de las distintas estirpes de células. En este desafío, igualmente, la Sanidad Animal va de la mano de la Medicina Humana, a la que sirve de campo de pruebas, de planta piloto en la que experimentar muchos de los avances que después se aplican también en el hombre. Desde el punto de vista de la enfermedad, uno de los compromisos a los que se enfrenta la Sanidad Animal en los próximos años tiene que ver con el desarrollo de la epidemiología de las enfermedades infecciosas, en particular a la que se refiere a las enfermedades emergentes, con especial atención a las zoonosis. En un mundo glo- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 267 Sanidad animal y biotecnología 267 balizado, con enormes facilidades para el traslado de los agentes patógenos entre territorios, incluso muy distantes, vehiculados por hospedadores susceptibles, enfermos o reservorios subclínicos, domésticos o salvajes, de forma legal o clandestina, de modo natural o con intervención humana, apoyados por medios de transporte que mueven al año cantidades ingentes de todo tipo de especies, productos de origen animal en los que puede mantenerse el riesgo, etc., con una sucesión tan larga y prolija como la que se ha citado de factores que favorecen la emergencia de las enfermedades, su propia dinámica, su epidemiología, es una cuestión absolutamente crítica, necesaria e insustituible tanto para la prevención como para la aplicación de medidas y estrategias de lucha, control y erradicación, con oportunidades de éxito. Por si fuera poco, a todo ello se suma en estos momentos el creciente interés e influencia demostrada del aumento de la temperatura del planeta (lo que hemos denominado cambio climático), que facilita cambios que desplazan vectores invertebrados y vertebrados, principalmente roedores, habituales portadores de muchos agentes patógenos, que cambian los patrones epidemiológicos tradicionales. Sirvan de ejemplo los sucedidos en relación con la lengua azul, la encefalitis del Nilo Occidental o la tularemia para poder entender el alcance de estos extremos. La Sanidad Animal debe prepararse a conciencia para estos cambios, desde las aulas de las Facultades de Veterinaria al campo (en los que muchas veces los profesionales se encuentran con procesos irreconocibles tal como les fueron dados a conocer académicamente, siendo causa de sorpresa), desarrollando metodologías capaces de organizar, calcular o prever la dirección de un determinado proceso. El desarrollo de un sistema de Vigilancia Epidemiológica, apoyado en marcadores centinelas, cualquiera que sea su carácter, tipo o condición, debe anticipar los cambios que anuncian la presencia de la enfermedad, antes incluso que se produzca la aparición de un foco o de que se disponga de un diagnóstico definitivo. La Sanidad Animal, nuevamente, debe incorporar los instrumentos y métodos que las nuevas tecnologías (biología y genética moleculares, microbiología, inmunología, biotecnología) ponen a su disposición para llevar a cabo estudios comparativos que permitan, una vez establecido un foco de infección, anticiparse a su progreso, para evitar que se alcancen dimensiones mayores, de brote epidémico, pongamos por caso. Debe tenerse presente, en el caso de los animales domésticos productores de alimentos, la extraordinaria dimensión de efectivos en una explotación y la facilidad de difusión ante un posible caso o foco de enfermedad infecciosa, particularmente si su modo de transmisión es respiratorio, pero no solo, también cuando es el agua o el alimento contaminado el vehículo de difusión. Aunque distinto, la explotación extensiva, la cría de animales al aire libre en extensiones grandes, tiene también otro tipo de oportunidades de difusión nada despreciables, que incluyen la posibilidad de contacto con fuentes de infección ambientales, en las que los animales salvajes pueden estar en el núcleo del proceso. Nuevamente, un análisis epidemiológico riguroso, de concepto y contenido, no de simple compromiso de encuesta (cuyo valor no se cuestiona, especial- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 268 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 268 mente si está diseñada con criterios científicos), representa a la vez un reto y un recurso inestimable en la organización de los planes de lucha. El diagnóstico es el primer paso firme para denunciar la presencia de la enfermedad y poner en marcha los recursos para la lucha y control, que complementan los que se refieren a la vigilancia. Aunque en materia de diagnóstico todos los métodos son útiles, cada tipo de población o condición exige una consideración diferente, y la Sanidad Animal debe responder a todas con eficacia y prontitud. El diagnóstico debe ser rápido y certero y, en la medida de lo posible, dependiendo de las condiciones que se den en cada caso, integrar la mayor información disponible para asegurar el dictamen. Exceptuando el caso de animales de aptitudes singulares (animales de compañía o de gran valor por razón de una aptitud o capacidad especiales), lo cierto es que el valor del “ojo clínico”, más subjetivo, ha venido cediendo progresivamente posiciones a favor de los controles sistemáticos realizados al azar sobre muestras remitidas al laboratorio. Es tanto lo que se pone en juego que cada vez se improvisa menos, y ante la menor sospecha se ponen en práctica las pertinentes medidas de control que el técnico considera más adecuadas o la Administración exige. Un retraso de días en aclarar la naturaleza de una enfermedad infecciosa puede suponer un desastre incontrolable, pero también un diagnóstico equivocado, y la adopción de medidas que no se correspondan con la causa de la misma conduce a idéntico resultado. En cada situación, lo que se refiere a la gravedad, tasa de difusión, morbilidad y mortalidad, debe de ser ponde- rado para establecer el límite máximo de tiempo disponible para decidir la conclusión, aunque, como norma, cuanto más rápido se obtenga esta, mayor facilidad para su control. Los métodos tradicionales basados en el estudio del cuadro clínico y anatomopatológico, si se quedan en eso, suelen ser insuficientes. El laboratorio es insustituible, entre otras razones porque su capacidad de acierto se basa en datos objetivos, que deben ser interpretados correctamente. Ahora bien, el dilema se plantea en relación con el uso de métodos de demostración directa del agente (en el caso de microorganismos o parásitos, su aislamiento, identificación y caracterización), de partes o fragmentos del mismo (detección de material genético o de sus antígenos) o indirecta (detección de anticuerpos, estudio de la inmunidad de base celular y sus mediadores, etc.). Siempre es preferible, si la gravedad del caso lo aconseja y justifica, utilizar métodos rápidos, preferiblemente directos, pero aunque sean indirectos y susceptibles de errores (principalmente problemas derivados de la sensibilidad y especificidad de la técnica), confirmando después mediante técnicas convencionales que, además de ello, permiten disponer de un material aprovechable en otras determinaciones y estudios. Pero, como quiera que sea, las enfermedades infecciosas, particularmente las enfermedades víricas, de mayor complejidad en el diagnóstico directo, exigen ante todo respuestas rápidas, y este es el compromiso particular de la Sanidad Animal en este campo: el desarrollo de métodos capaces de llevar a cabo, con rigor y certeza, cientos o miles de estudios en el menor tiempo posible. Resumiendo pues, 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 269 Sanidad animal y biotecnología 269 podríamos señalar que en materia de diagnóstico los desafios implican: sensibilidad, especificidad, rapidez y adaptabilidad. Las técnicas moleculares, sin duda alguna, son la respuesta de mayor autoridad en la actualidad, sin despreciar los métodos serológicos. Nuevamente la Biotecnología, la Biología Molecular, las nuevas tecnologías en suma, prestan a la Sanidad Animal el auxilio que necesita, y su avance se produce a tanta velocidad en los últimos años que en ocasiones resulta difícil seguir su desarrollo. Por esta razón la Sanidad Animal no solo debe formar especialistas en estas tecnologías, sino procurar su actualización periódica y permanente. Por último, diagnosticado un proceso particular, se impone su control y eliminación y/o su prevención a partir de aquella. Este es también un campo critico para la Sanidad Animal, en el que se producen algunos de los compromisos de mayor actualidad. Hemos de diferenciar cuanto se refiere a recursos y métodos que utilizan la inmunidad (activa y pasiva) como herramienta de trabajo (principalmente vacunas y sueros o inmunoglobulinas purificadas) y lo que se refiere al uso de antimicrobianos, cuya situación actual, como es sabido, está sometida al inconveniente de la generación de resistencias, lo que está propiciando iniciativas de todo tipo, tendentes a la búsqueda de sustitutos y alternativas. En este campo, además, hemos de considerar las novedades que representan las nuevas tecnologías de la mano de la Biotecnología. Por último, hemos de referirnos también al concepto moderno de Bioseguridad, que integra todas las actuaciones, métodos y recursos dirigidos a impedir la entrada de los agentes patógenos en una explotación animal o su difusión en ella. La Vacunología, término aceptado en la actualidad para la rama de la Biología que se ocupa del estudio, diseño y desarrollo de vacunas, nació directamente de la aplicación de un agente de enfermedad animal (virus vaccinia) para proteger de una enfermedad humana (viruela); ya nos hemos referido a ello en otro lugar, y los primeros progresos estuvieron directamente ligados a la Sanidad Animal de la mano de las vacunas contra el carbunco bacteridiano, cólera aviar o mal rojo porcino, junto a la vacuna frente a la rabia, todas ellas desarrolladas por Louis Pasteur, en lo que se considera la primera etapa de la Inmunología. Después vendrían los descubrimientos de Salmon y Smith acerca de las vacunas inactivadas, y los de Gastón Ramón en relación con los adyuvantes y los toxoides, junto a un sinfín de aportaciones más que han puesto en manos de la Ciencia Médica, Humana y Veterinaria, un instrumento insustituible en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Téngase en cuenta, como se ha dicho, que en la extinción de la viruela (oficialmente el 9 de diciembre de 1979) y de la peste bovina (2011), las dos únicas enfermedades en las que se ha logrado tal propósito hasta la fecha, el uso de vacunas ha sido decisivo. A lo largo de este camino se han identificado dos tipos de productos: las vacunas que utilizan como inmunógeno el mismo agente, pero atenuado, que en su forma primitiva (salvaje) produce la enfermedad, y las que utilizan este, previamente inactivado. La preparación del primero ha sufrido a lo largo de estos años considerables modificaciones para mantener su 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 270 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 270 capacidad inmunizante asegurando su inocuidad. Hasta tiempos recientes, estos procedimientos han sido principalmente empíricos, fortuitos las más de las veces (hallazgo de una cepa particular de una bacteria o virus, menos patógena de forma espontánea o fruto de modificaciones inducidas artificialmente, que inoculada inducía protección, o largamente perseguida mediante procedimientos de lo más variado: pases ciegos por hospedadores diferentes al natural, cultivo en condiciones disgenésicas, etc.), en los que, en cualquier caso, no se podía asegurar la estabilidad del producto final en las condiciones de uso y, en ocasiones, una atenuación deficiente producía errores capaces de producir enfermedad (vacunal) en el animal destinado a ser protegido, además del riesgo permanente que representa incorporar nuevos agentes en el ambiente de las explotaciones animales o dondequiera que pueda ser utilizado. El segundo de los caminos (vacunas inactivadas) garantiza la seguridad del producto, puesto que el agente productor de la enfermedad es inactivado con anterioridad a su uso, mediante procedimientos físicos o químicos, pero a cambio de ello cede buena parte de su capacidad inmunógena, siendo por ello menos efectivo. En parte se puede mejorar esta capacidad mediante la utilización de adyuvantes de inmunidad, e inoculaciones repetidas (dosis de recuerdo), pero nunca se logra obtener un producto equivalente, en términos de eficacia, al que representan las vacunas vivas. La lucha contra las enfermedades infecciosas en la que participan estos poderosos instrumentos está sometida en la actualidad a un profundo cambio del que debe participar sin excusas la Sanidad Animal. Además de ello, la Vacunología ha abierto en la actualidad sus puertas a procesos de naturaleza esporádica, no infecciosa, incluyendo tumores y alergias, que si bien en el mundo de los animales productores de alimentos en general carece de consideración, sí la tiene en el caso de los animales de compañía, o de valor singular por otras aptitudes. Planteado como antes en relación con la doble estrategia de uso, en el campo de los productos vivos, la Genómica permite en la actualidad identificar factores de virulencia, que incluso solo se expresan en el hospedador, in vivo, en el curso de la infección. Métodos directos o inversos (genética reversa) permiten localizar las secuencias de mayor interés y, a partir de ahí, proceder según mejor convenga. Los métodos de Ingeniería Genética en uso permiten obtener mutantes atenuados, deficientes en tal o cual gen que codifican para un factor crítico (factor de virulencia o relacionado con rutas metabólicas imprescindibles), permitiendo la obtención de productos seguros desde el punto de vista de su inocuidad, generando, en cambio, buenas respuestas protectoras. Además de ello, un campo que está revolucionando los programas de control contra enfermedades infecciosas de los animales, se basa en el diseño de vacunas marcadas, en las que la manipulación genética impide por ejemplo la presencia de un antígeno determinado, para el que puede desarrollarse un método de diagnóstico específico, a la carta, permitiendo el desarrollo de un programa de lucha o control en base a la utilización de una vacuna y su complemento diagnóstico. Este método (DIVA, Differentiating Infected 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 271 Sanidad animal y biotecnología 271 from Vaccinated Animals) ha sido utilizado con éxito en el caso de la enfermedad de Aujeszky, influenza aviar y otras, y está llamado a ser un recurso principal en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En el lado contrario, las modernas versiones de vacunas inactivadas están representadas por las vacunas de subunidades y las vacunas de ADN. En el primero de los casos, los avances tecnológicos (genómica, transcriptómica y proteómica) permiten localizar los genes y sus productos de expresión que tengan mayor interés desde el punto de vista de la respuesta inmune protectora, compararles con bancos de datos referidos a otras bacterias o virus y, utilizando un sistema de expresión adecuado (virus, bacterias, levaduras, células de insecto o células de mamífero, por ejemplo), lograr su expresión recombinante y su purificación, obteniendo de este modo un producto final en base exclusiva a una proteína o varias, sin el riesgo que supone la presencia del agente vivo ni la inconveniencia de otros productos que nada influyen en el efecto buscado. Como en el caso de las bacterinas, este tipo de productos inducen una inmunidad de corta duración que hace necesario el desarrollo de adyuvantes, inmunomoduladores, para los que igualmente existen expectativas inmejorables en la actualidad. La Sanidad Animal se está incorporando a estas nuevas corrientes de desarrollos vacunales y su interés es doble: por un lado, el que resulta de su objetivo directo de participar con productos de última generación en la lucha y control de las enfermedades infecciosas de los animales, pero, por otro lado, constituye, como se ha dicho en otros lugares, un campo de prueba exce- lente para productos de iguales características aplicables al hombre. Los sueros terapéuticos, que tantos beneficios han representado en el pasado reciente, para resolver compromisos de urgencia en pacientes animales en los que la vacunación no disponía del tiempo necesario para desarrollar una respuesta protectora, o cuando la etiología de la enfermedad se correspondía con toxinas producidas por bacterias, han evolucionado también considerablemente. Al avance que supusieron los métodos de purificación de inmunoglobulinas y el descubrimiento de los anticuerpos monoclonales, mediante la técnica de hibridomas, en las que la fusión de una célula de mieloma con células B generaba un híbrido capaz de producir de forma indefinida anticuerpos contra un epítopo particular, ganando extraordinariamente en selectividad y eficacia, se le ha venido a sumar en la actualidad la posibilidad de producir anticuerpos recombinantes a partir de células de mamífero adaptadas a su destino (el hombre, principalmente), con lo que se prolonga su duración y eficacia. Bien es verdad que esta frontera de la Biotecnología está restringida en la actualidad a la Medicina Humana, pero no tenemos dudas de que su aplicación no tardará en llegar a situaciones particulares de la Sanidad Animal, que en cualquier caso debe permanecer a la expectativa, vigilante de los progresos que en este interesantísimo campo se están produciendo y por los que ya están apostando las principales industrias biotecnológicas a nivel mundial. En lo que se refiere a la búsqueda de alternativas para los antimicrobianos tradicionales, los antibióticos, su uso se ha res- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 272 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 272 tringido (de hecho, están prohibidos como promotores del crecimiento) en algunas especies de ciclo corto y siempre condicionado a evitar la inducción de resistencias que al final exigen un alto precio en la terapéutica humana. En la actualidad asistimos a la búsqueda de otras alternativas antimicrobianas, sean estas de origen natural (aceites esenciales, ácidos orgánicos, etc.) o de otra naturaleza, sin olvidar antiguos recursos que fueron desplazados cuando se produjo el descubrimiento de los antibióticos, como sucede en el caso de la terapia fágica, que ya se está planteando como una iniciativa merecedora de toda atención en situaciones concretas, como mastitis bovinas y otras. Recursos Establecido el contexto de riesgo por la presencia y difusión de enfermedades infecciosas producidas por microorganismos, las posibilidades de control y, en su caso, erradicación están condicionadas a dos circunstancias: por un lado, el diagnóstico, y por otro, la aplicación de medidas de control. El primero debe cumplir los requisitos de rapidez, sensibilidad, especificidad y exactitud, y va dirigido tanto a la detección directa como indirecta del agente etiológico. En el primer caso, una vez aislado este por métodos convencionales, el propósito es llevar a cabo su identificación, caracterización y tipificación. Las determinaciones moleculares (detección de genes) o inmunológicas (detección de antígenos) no recuperan el agente etiológico, solamente detectan su presencia, pero pueden tener una extraordinaria importancia por su rapidez, sensibilidad y especificidad. El diagnóstico indirecto utiliza recursos derivados de la respuesta inmune (humoral y celular) y detecta la huella que deja la presencia del agente en el hospedador enfermo y está condicionado por los mismos elementos. En relación con las medidas de control, una vez realizado el diagnóstico en las mejores condiciones, la Sanidad Animal debe poner en práctica recursos eficaces, rápidos, carentes de efectos secundarios, que permitan al menos reducir drásticamente los niveles de prevalencia de la enfermedad y, siempre que sea posible, lograr su erradicación. En la actualidad, el recurso principal a disposición de la Sanidad Animal para hacer frente con éxito a la difícil tarea a la que se enfrenta reside en la disponibilidad de tecnologías derivadas de la Biotecnología. De hecho, ahora mismo es difícil entender el futuro, no ya de la Sanidad Animal, sino de la Ciencia Veterinaria en general, sin el concurso de la Biotecnología. El término “Biotecnología” fue utilizado por primera vez en 1919 por Karl Ereky, un ingeniero agrónomo húngaro para referir un proceso de producción masiva de cerdos utilizando remolacha azucarera como alimento primario transformable, en definitiva, describiendo procesos de obtención de productos a partir de distinto tipo de materias primas con el concurso de organismos vivos. Bien es verdad que su desarrollo se produjo (de forma explosiva) cuando se incorporaron técnicas de Ingeniería Genética (tecnología del ADN recombinante) al trabajo con microorganismos (procariotas y eucariotas), que permitieron primero la selección y obtención de fragmentos del ADN de un microor- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 273 Sanidad animal y biotecnología 273 ganismo introduciéndolo después en otro, que expresaba así moléculas ajenas. La Ingeniería Genética hizo de la Biotecnología una ciencia principal desde el punto de vista científico, y las aplicaciones comerciales han representado después una nueva revolución biológica. En esencia, la Biotecnología supone el uso de organismos vivos o compuestos obtenidos a partir de aquellos, con valor para el hombre o los animales. Es un enfoque multidisciplinario compuesto por variedad de técnicas derivadas de la investigación en Biología Molecular y Celular, Microbiología, Inmunología y otras disciplinas afines, que pueden ser utilizadas dondequiera que se utilicen microorganismos (bacterias, virus, hongos, protozoos, etc.) o células (vegetales o animales). La OCDE define la Biotecnología como “la aplicación de principios científicos de la Química, Biología, Microbiología e Ingeniería al procesamiento de materiales por agentes biológicos, para proveer bienes y servicios”. El espectacular desarrollo de la Biotecnología se produjo en el campo de la fabricación de nuevos medicamentos y vacunas y en la obtención de cultivos y animales modificados genéticamente, con el ánimo de producir alimentos (de origen vegetal y animal) para el consumo humano y animal. Desde la síntesis biotecnológica de insulina obtenida en 1978 por recombinación genética a partir de E. coli, se produjo una carrera desenfrenada por obtener nuevos productos con el concurso microbiano y de estas nuevas tecnologías. La lista de productos hoy disponibles por estos procedimientos es cada día más numerosa e incluye hormonas, proteínas de utilidad en distintos ámbitos, antibióticos, antitumorales, antiparasita- rios, anticuerpos monoclonales, etc. Se ha generado, de este modo, una pujante industria biotecnológica que con carácter global representa ya un sector estratégico para muchos países y ello no solo de los que forman parte del mundo desarrollado, sino que por su bajo coste representa también una oportunidad para los países en desarrollo. Genómica y Proteómica. El término Genómica surgió a finales de 1986 con el nombre de una nueva revista dedicada a la publicación de resultados de los trabajos, entonces en curso, relativos a la secuenciación del genoma humano. Un año antes, en 1985, se había publicado, por primera vez, una técnica denominada “reacción en cadena de la polimerasa”, abreviadamente PCR (polymerase chain reaction), que abrió grandes posibilidades para detectar y analizar diferencias entre el ADN (las secuencias) del genoma de los animales. Cuando se combinó con marcadores genéticos, se dispuso de una herramienta extraordinaria que permitió el estudio detallado de los genes que constituían el genoma de la vaca, y años después, nuevas técnicas y variantes de la PCR permitieron realizar estudios de expresión génica a gran escala para visualizar cambios en el nivel de expresión de cientos de miles de genes en tejidos particulares. Se secuenció el genoma de la gallina y después el de la vaca, al que siguieron el de los primeros microorganismos, cuya lista hoy supera el centenar. La Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) (20) ha establecido cuatro prioridades de la Genómica en su relación con la Sanidad Animal, incluyendo el desarrollo de estudios cuantitativos de genética de poblaciones para la búsqueda 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 274 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 274 empleado ascendió a 148.648 y la cifra de negocios a 53.152 millones de euros. La facturación de las empresas biotec (las que tienen como actividad principal la biotecnología) alcanzó los 7.711 millones de euros, lo que supone el 15% del total del sector. Conviene recordar el carácter transversal de la Biotecnología, que hace que las empresas de distintos sectores incorporen cada vez más actividades biotec en sus productos y servicios, por lo que es lógico que se produzca este tipo de incrementos cuando las nuevas tecnologías emergentes se consolidan en el tejido productivo. de marcadores de rasgos sanitarios, estudios de genómica funcional para el análisis de las interacciones patógeno-hospedador, la búsqueda de herramientas para el diagnóstico y control de las enfermedades animales y el apoyo integral. La Sanidad Animal, como la Salud Pública (Salud Humana), es un campo de un enorme atractivo para el desarrollo y aplicación de los recursos generados por la Biotecnología, aunque es preciso reconocer que, al menos en el campo industrial, las distancias que se mantienen en la actualidad entre ambas son enormes. Comoquiera que sea, en este contexto, el desarrollo de la Genómica, Proteómica, Bioinformática y otras técnicas moleculares han supuesto un impulso tecnológico determinante en la investigación. Entre el resto de indicadores, destacan los incrementos de casi un 7% en el personal empleado en I+D biotec y de más del 5% en el gasto en I+D privado. Conviene destacar igualmente que las empresas que han hecho I+D en Biotecnología han crecido un 12% y que otros indicadores de output, como el número de patentes solicitadas, casi se han duplicado (+ 85% en el último año), datos que confirman las buenas perspectivas de este sector en el contexto nacional. En el último informe de la Sociedad ASEBIO (Asociación Española de Bioempresas) (21), correspondiente a 2010 (figura 6) y aprobado en mayo de este año, se hace referencia a que este sector alcanzó en 2009 un total de 1.095 empresas con actividades en Biotecnología, de las que 399 (el 36,4%) afirman que esta es su actividad principal y/o exclusiva. El personal 600.000 500.000 400.000 376.146 294.845 300.000 200.000 100.000 485.466 460.653 200.114 79.396 19.058 88.124 22.549 108.648 103.911 26.149 31.101 148.648 53.152 0 2005 2006 Facturación (M €) 2007 Empleo (n.º de trabajadores) 2008 2009 Gastos en I+D (k€) Figura 6. Evolución de los principales indicadores del sector biotecnológico español (ASEBIO, 2011). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 275 Sanidad animal y biotecnología 275 Industria 12 Salud animal y acuicultura 17 Medio ambiente 18 Agricultura y producción forestal 18 Salud humana 38 Alimentación 42 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 Figura 7. Distribución de empresas del sector biotecnológico, según área de aplicación (ASEBIO, 2011). El gráfico siguiente (figura 7) pone de manifiesto que las empresas del sector alimentario (42%) por primera vez son las que predominan entre las empresas con actividades en el ámbito de la Biotecnología y las aplicaciones en salud humana (38%) ocupan el segundo puesto, mientras que en un segundo grupo se sitúan las empresas con actividades relacionadas con aplicaciones medioambientales (18%), Sanidad Animal y acuicultura (17%) y agricultura y producción forestal (18%). En la actualidad, la Biotecnología, como la Informática, se ha diversificado tanto que se ha convertido en una herramienta imprescindible en cantidad innumerable de campos científicos e industriales, lo que ha supuesto la necesidad de un sistema de clasificación de usos relacionado con sus características comunes o su utilidad final que confluyen en cinco agrupaciones fundamentales de los usos biotecnológicos, que se identifican por un sistema de colores (22). La Biotecnología Roja agrupa los usos relacionados con la medicina e incluye la obtención de antibióticos, vacunas, nuevos fármacos, téc- nicas y métodos moleculares relacionados con el diagnóstico, terapias regenerativas y desarrollo de la Ingeniería Genética para el tratamiento de enfermedades mediante manipulación genética; a esta nos referiremos en particular en el caso de la Sanidad Animal. La Biotecnología Blanca se ocupa de los usos relacionados con los procesos industriales y presta especial atención al diseño y desarrollo de productos energéticamente más eficientes y/o menos contaminantes, como es el caso de la utilización de microorganismos (principalmente bacterias y hongos) para la producción de productos químicos, nuevos materiales de uso doméstico y biocombustibles. La Biotecnología Gris engloba las aplicaciones relacionadas con el medio ambiente, tanto en lo que se refiere al mantenimiento de la biodiversidad como a la eliminación de contaminantes (biodegradación para la eliminación de metales pesados o hidrocarburos, principalmente); la primera se ocupa, por ejemplo, de estudios moleculares para el análisis genético de poblaciones y especies o los estudios de clonación en el caso de especies en peligro de extinción, o la 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 276 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 276 utilización de tecnologías de almacenamiento de genomas. La Biotecnología Verde se ocupa de la agricultura, desde la creación de nuevas especies de plantas de interés a la producción de fertilizantes y biopesticidas, o el cultivo in vitro y la clonación de vegetales. La creación de nuevas variedades de plantas (plantas transgénicas) ha suscitado el mayor interés y controversia social; persigue la obtención de variedades resistentes a enfermedades y plagas, variedades con mejores propiedades nutricionales y variedades que actúen como biofactorías para la producción de sustancias de interés médico, biosanitarios o industrial, de fácil aislamiento y purificación. Finalmente, la Biotecnología Azul se ocupa de la explotación de los recursos marinos para la generación de productos y aplicaciones de interés industrial, como ocurre en el caso de productos químicos utilizables en alimentación, medicina, cosmética, agricultura, etc. Ha sido definida como la de mayor proyección a medio plazo. En España, la Biotecnología, como la salud, son consideradas prioridades estratégicas en el actual Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica en el que se define como “uno de los factores clave de la revolución de la economía basada en el conocimiento… cuyo avance potencia nuevas disciplinas científicas, aporta respuestas y genera aplicaciones socioeconómicas múltiples… la investigación en este campo es una actividad muy importante para el éxito de cualquier estrategia que se proponga mejorar la salud de los ciudadanos, la mejora de la producción agraria, la alimentación, las tecnologías de la producción, la generación de energía, el desarrollo sostenible y la conservación y mejora del medio ambiente… podemos afirmar que la Biotecnología no es una ciencia per se, sino que aglutina varias disciplinas, como agricultura, biología, bioquímica, genética, ingeniería, medicina, microbiología, veterinaria, etc.” (23). Aplicaciones de la Biotecnología en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en Sanidad Animal Introducción Numerosos y recientes avances tecnológicos de la Biología Molecular y la Biotecnología han permitido el desarrollo de nuevas pruebas de diagnóstico, más eficaces, o utilizables en él. Se incluyen, por ejemplo, diversos tipos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), métodos de amplificación isotérmica, micromatrices (microarrays), detección de proteínas por amplificación de ácidos nucleicos, proteínas recombinantes, proteínas sintéticas, biosensores y otros muchos métodos para la detección de patógenos o de la respuesta inmune frente a la infección. Aunque el aislamiento de una molécula de ADN se llevó a cabo por primera vez en 1869 a partir de núcleos aislados de linfocitos humanos, siendo entonces denominada “nucleína”, su composición fue determinada 10 años después, estableciendo la presencia de cuatro bases nitrogenadas: adenina, guanina, citosina y timina. Sin embargo, no fue hasta 1944 cuando Avery, MacLeod y McCarty pasaron a la historia de la Ciencia al demostrar que el ADN era el material genético responsable de la herencia (24). A este 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 277 Sanidad animal y biotecnología 277 descubrimiento siguieron otros no menos trascendentes, como la estructura de doble cadena (o doble hebra) realizada por Watson y Crick en 1953 (25), en la que las bases nitrogenadas permanecen unidas externamente por grupos fosfato, formando una cadena en cuyo interior interactúan con bases complementarias de la otra cadena (adenina con timina y citosina con guanina) a través de enlaces de hidrógeno. Cada cadena sirve de molde, en la herencia, para su propia replicación (replicación semiconservativa). En 1960 se descubrió la enzima polimerasa (26), lo que permitió definir el sitio de inicio de la síntesis del ADNbc, considerado este el origen de todos los métodos de síntesis de ADN in vitro. A partir de aquí, la sucesión de acontecimientos ha sido realmente vertiginosa. En el cuadro que sigue (cuadro 1) se resumen los principales descubrimientos sucedidos a partir de 1960: El descubrimiento de la renaturalización o hibridación del ADN realizado por Doty et al. (1961), después de su desnaturalización por calentamiento, constituyó el punto de partida de todas las técnicas desarrolladas posteriormente bajo la denominación de hibridación, con la única diferencia que en los métodos actuales se introduce un fragmento de una cadena denominado “sonda” que, al estar en mayor concentración que el ADNbc y producirse la renaturalización, forma un híbrido. La utilización de enzimas capaces de cortar el ADN en secuencias palindrómicas específicas, que en condiciones normales tiene como fin proteger a las bacterias de infecciones por fagos, degradando su ácido nucleico, permitió obtener y estudiar fragmentos discretos y específicos del ADN, lo que, unido al siguiente descubrimiento de enzimas con capacidad de unir fragmentos separados (ADN ligasa), permitió llevar a cabo estudios de recombinación in vitro, dando origen a la tecnología del ADN recombinante, es decir, Cuadro 1. Cronología de los descubrimientos más importantes en el campo de la tecnología del ADN. Año 1961 1962 1966 1967 1972 1975 1977 1981 1985 1997 2001 Descubrimiento Desnaturalización y renaturalización del ADN. Aislamiento y purificación de las enzimas de restricción. Descubrimiento del código genético. Aislamiento y purificación de la enzima ADN ligasa. Desarrollo de las técnicas de clonación del ADN. Hibridación del ADN con sondas de secuencia específica. Métodos de secuenciación de ADN. Primeros animales transgénicos. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Secuenciación de genomas bacterianos completos. Secuenciación del genoma humano. Referencia Doty y Marmur Arber Niremberg, Ochoa y Khorana Geller Boyer, Cohen y Berg Southern Sanger y Barrel; Maxam y Gilbert Palmiter y Brinster Mullis Tomb, Cole y Parkill Venter y Collins 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 278 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 278 a la Ingeniería Genética o, lo que es lo mismo, a la Biotecnología moderna. Diagnóstico molecular Con carácter general es preciso señalar que la detección de material genético (ADN o ARN) de un microorganismo en muestras clínicas posee la consideración de indicar su presencia en el hospedador de donde proceden las muestras en el momento de obtenerlas, aunque no puede asegurar que el microorganismo en cuestión estuviese activo (es decir, vivo). La detección de ARNm sí que indica, por el contrario, que el microorganismo de procedencia está metabólicamente activo, es decir, vivo (27). En cualquier caso, este tipo de detección molecular tiene la ventaja de que permite la identificación de una infección de forma directa, sin la necesidad del cultivo del microorganismo responsable, actividad que en algunos casos reviste peligrosidad para el especialista. El diagnóstico basado en la detección directa del gen o fragmento del ácido nucleico mediante hibridación con sondas específicas puede completarse con otras determinaciones que amplifican secuencias específicas incrementando la sensibilidad del procedimiento. La hibridación se basa en la capacidad de dos cadenas sencillas de ácido nucleico (ADN o ARN) complementarias en su secuencia de bases, para formar enlaces específicos y organizar una doble hélice en cualquier combinación posible (ADNADN, ADN-ARN o ARN-ARN). Para que se produzca la formación de híbridos estables debe haber un alto grado de complementariedad. Una sonda es un fragmento determinado de ADN o ARN marcado química o radiactivamente, utilizado para localizar determinadas secuencias de ácidos nucleicos mediante hibridación. La hibridación se puede llevar a cabo en diversos formatos, por ejemplo, en solución, con la cadena diana unida a un soporte sólido o in situ, sobre un corte tisular o un microorganismo fijado a un soporte. La sonda puede producirse por síntesis química o mediante técnicas recombinantes, y en el proceso de su producción se marca (con enzimas, fluorocromos o isotopos radiactivos) para su detección. En la práctica, la hibridación es útil para detectar o confirmar los resultados de otras pruebas (28), como sucede en el caso de los microarrays y otras (ver después). La electroforesis en gel es una herramienta muy útil para separar macromoléculas de diferentes tamaños y cargas eléctricas. Las moléculas de ADN tienen, por lo general, una carga constante por unidad de masa, por lo que se pueden separar casi completamente en geles de agarosa o acrilamida, sobre la base de su tamaño o conformación. Los geles de agarosa o acrilamida actúan como tamices moleculares, retardando el paso de las moléculas más grandes en relación con las más pequeñas. Para las moléculas más grandes son mejores los geles de agarosa, mientras que los de acrilamida lo son para las moléculas más pequeñas. Aunque los procedimientos para separar ácidos nucleicos y proteínas tienen el mismo principio, presentan algunas diferencias técnicas debido a las características particulares de cada clase de molécula. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 279 Sanidad animal y biotecnología 279 En 1975, Southern (29) desarrolló un método para fijar ADN digerido por enzimas de restricción a un soporte sólido y llevar a cabo después la hibridación con sondas específicas. La técnica permitió ubicar los genes y otras secuencias de ADN sobre fragmentos resultantes de la restricción enzimática separados por electroforesis en gel. La principal característica de la técnica es la transferencia de las moléculas de ADN, que han sido separadas por electroforesis en gel, a una membrana de nailon o nitrocelulosa. Esta técnica fue denominada Southern-blot en honor a su descubridor. En la práctica, el ADN se desnaturaliza (se abren sus dos cadenas) antes o durante la transferencia, disponiendo el gel en una solución alcalina. Una vez finalizada la transferencia, el ADN se inmoviliza sobre la membrana por exposición a temperatura elevada o a radiación ultravioleta y se incuba con él una sonda de ADN que contiene la secuencia de interés y que solamente hibridará con moléculas que contengan la secuencia de nucleótidos complementaria a la suya. Las sondas pueden marcarse por métodos diferentes (radiactividad, colorantes, quimioluminiscencia, etc.), de tal modo que después de la hibridación pueda revelarse de acuerdo con el método que corresponda al procedimiento de marcaje. Igual que sucede con el ADN, las moléculas de ARN también pueden separarse por electroforesis en geles de agarosa, transferirse a membranas de nailon o nitrocelulosa y analizarse. La transferencia de ARN se denomina Northern-blot como reconocimiento de que el método es, en realidad, la imagen de espejo de la técnica de Southern-blot. Aunque ambos procedimientos son idénticos, las molé- culas de ARN son muy sensibles a la degradación por ARNasas, lo que exige mucha precaución para evitar la contaminación con ellas. Además, la mayoría de las moléculas de ARN contienen estructuras secundarias (debidas a emparejamientos intracatenarios), por lo que deben mantenerse desnaturalizadas durante la electroforesis para poder separarlas sobre la base de su tamaño. La electroforesis en gel de poliacrilamida representa una herramienta muy importante para la separación y caracterización de proteínas, cuyos polipéptidos integrantes se separan en presencia del detergente dodecil sulfato sódico (SDS), capaz de desnaturalizar las primeras. Como en el caso de los ácidos nucleicos, los polipéptidos una vez separados por electroforesis, también pueden transferirse desde el gel a una membrana de nitrocelulosa y ser detectados mediante la utilización de anticuerpos específicos. Esta transferencia se denomina Western-blot y se lleva a cabo mediante el uso de corriente eléctrica. El anticuerpo se suele marcar, bien con isotopos radiactivos, que permiten la detección por autorradiografía, o con enzimas que producen un producto visible cuando se adiciona el sustrato correspondiente. Más adelante se desarrollarían otras variaciones que no utilizan la separación electroforética, como el dot-blot o slot-blot, que es una técnica simplificada de las anteriores en la que las moléculas (ADN o ARN) se detectan en una mancha (un blot) transfiriéndola primero a una membrana y utilizando después una sonda (en el caso de Northern y Southern-blot) o anticuerpos (en el caso de Western-blot). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 280 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 280 Los métodos de secuenciación del ADN fueron desarrollados entre 1975 y 1977, a partir de dos aproximaciones diferentes (30); mientras que la primera permite leer el código genético rompiendo la molécula de ADN en nucleótidos específicos, la segunda va incorporando nucleótidos que bloquean la extensión de la síntesis del ADN, lo que se presta mejor para la secuenciación automática (31). Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) En 1985, Mullis aplicó algunas de las metodologías descritas antes para llevar a cabo la síntesis de ADN in vitro de forma exponencial, en un procedimiento que fue denominado reacción en cadena de la polimerasa (PCR, de Polymerase Chain Reaction) (32), metodología que ha sido considerada una auténtica revolución en el contexto de la Biología Molecular, y que permite el análisis tanto de ADN como de ARN a partir de cantidades minúsculas de muestras de cualquier origen y para la que se han desarrollado multitud de aplicaciones diagnósticas. En 1993, K. B. Mullis recibió el Premio Nobel de Química. La PCR es una tecnología poderosa que implica la síntesis enzimática, in vitro, de millones de copias de un fragmento específico de ADN sobre la base de ciclos sucesivos de amplificación exponencial, y todo ello a partir de una mezcla compleja de ADN. La reacción se basa en la hibridación y extensión de un par de oligonucleótidos, sintetizados artificialmente, que se utilizan como iniciadores o cebadores (primers) que delimitan la secuencia de ADN de doble cadena que se desea amplificar y que son secuencias cortas de alrededor de 20 nucleótidos, orientados en direcciones contrarias (forward -5’→3’ y reverse 3’→5’), cuyo diseño constituye parte principal de la técnica. A partir de los primers, en presencia de una enzima ADN polimerasa termorresistente (Taq-polimerasa) y de oligonucleótidos, se lleva a cabo la síntesis exponencial. Cada ciclo de amplificación, de los que en la reacción se producen entre 25 y 40, tiene lugar en tres fases o etapas: en primer lugar, la desnaturalización del ADN problema, seguido del alineamiento y finalmente la extensión. La desnaturalización se lleva a cabo, de ordinario, a 95 °C y la separación permite que cada hebra del ADN sirva de molde o plantilla para la síntesis de una nueva molécula. El tiempo de desnaturalización depende de la longitud de la plantilla y de ordinario oscila entre 30 segundos y 1 minuto. Debido a que al comienzo de la amplificación es necesario separar todo el ADN de la muestra en estudio, inicialmente se lleva a cabo, por una sola vez, una incubación a 95 °C durante 5 minutos. Después se produce la alineación entre los primers y el ADN molde, que se lleva a cabo entre 45 y 60 °C. Sigue luego la intervención de la ADN-polimerasa, que se une complementariamente a los nucleótidos libres y a la secuencia del molde. La extensión se lleva a cabo a la temperatura de máxima eficiencia de la enzima (72 °C) y el tiempo necesario para ello dependerá de la distancia entre los primers. Se ha calculado que la polimerasa es capaz de incorporar 60 nucleótidos por segundo a 70 °C por lo que en 1 minuto pueden incorporarse más de 1.000 pares de bases (pb). En cada ciclo de amplificación se produce de forma logarítmica un número de copias equiva- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 281 Sanidad animal y biotecnología 281 lente al exponente del número de cadenas del molde de ADN disponibles (33). El alineamiento (emparejamiento) es, seguramente, la fase más crítica de la amplificación, puesto que se basa en la complementariedad entre las bases nitrogenadas del molde (el ADN problema) y los primers. Factores como la temperatura, entre otros, influyen decisivamente, en relación con la cantidad de ADN disponible, en la especificidad de la reacción. En el diagnóstico de enfermedades infecciosas, con esta magnitud de amplificación es posible el análisis de moléculas de ADN o ARN a partir de cantidades mínimas de muestra; por ejemplo, si consideramos que una bacteria contiene 10-9 g de ADN, la amplificación por PCR permitirá generar alrededor de 0,1 µg (esto es, 10-6 g) de una región específica de ADN de origen bacteriano, lo que supone, en la práctica, poder identificar secuencias presentes en tan solo 10 o 50 copias de ADN presentes en una muestra de origen clínico, y todo ello sin condiciones especiales de mantenimiento (en teoría podría llevarse a cabo el diagnóstico a partir de tan solo una copia). El método más utilizado para la visualización del producto amplificado es la electroforesis en agarosa (Southern), en la que se produce la migración eléctrica del ADN amplificado, proporcionalmente al tamaño. Las técnicas de PCR también presentan problemas de ejecución, por lo general debidos a la inhibición por factores que anulan la actividad polimerasa. La gran sensibilidad es su inconveniente principal, pues facilita errores debidos, por ejemplo, a la falta de esterilidad, que puede llevar a la amplificación de ADN que no se corresponde con el de la muestra que se investiga. Se aconseja, por ello, la separación de fases y la limpieza exhaustiva de la superficie de trabajo entre pruebas (el uso de lejía, otros desinfectantes, lámparas ultravioleta y psoraleno son habituales). En los laboratorios donde se llevan a cabo este tipo de determinaciones, la muestra se prepara en un lugar distinto de aquel en el que está alojado el termociclador, con cabinas de seguridad biológica para reducir ambientes cargados de amplicones correspondientes a microorganismos, además de la inclusión de todo tipo de controles-testigos. En el diseño de primers debe tenerse en cuenta que cada uno debe integrar entre 18 y 24 bases; si son demasiado cortos, se pierde especificidad, y si son demasiado largos, se pierde rendimiento. Por otra parte, la proporción óptima entre bases púricas y pirimídicas debe ser de 1:1 (con una oscilación admitida del 40-60%) y que comiencen y terminen con una o dos bases púricas. Finalmente, los primers no deben incluir en su secuencia regiones que sean complementarias entre sí, para evitar la formación de dímeros. Variaciones Se pueden considerar los siguientes tipos de variaciones en la denominada PCR básica (34): • PCR específica de alelo. Se utiliza para identificar los polimorfismos de una sola base (SNPs) en el diagnóstico y clonación. • PCR “ensamblado”. Lleva a cabo la síntesis artificial de largas secuencias de ADN en una PCR con oligonucleótidos largos, con secuencias solapantes cortas. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 282 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 282 • PCR asimétrica. Para amplificar preferentemente una cadena de ADN original con respecto a la otra. • PCR cuantitativa. Para medir la cantidad de un producto de PCR (preferentemente en tiempo real). • PCR de colonia. Para el estudio de colonias de bacterias. • PCR-TAIL (PCR termal de entrelazado asimétrico). Para aislar una secuencia desconocida que flanquea otra conocida. • Amplificación dependiente de helicasa. Utiliza la enzima helicasa y una temperatura constante, en lugar de la polimerasa de ADN y los ciclos repetidos de desnaturalización-extensión. • PCR “hot-start” (de arranque en caliente). Reduce la amplificación inespecífica durante las etapas iniciales. • PCR específica de intersecuencia (ISSR). Se utiliza en la determinación de la huella genética, que amplifica regiones entre repeticiones de secuencia simple, para producir una huella genética única, de longitudes de fragmento amplificadas. • PCR inversa. Solo cuando se conoce una secuencia interna. Es muy útil en la identificación de secuencias flanqueantes a secuencias de inserción (IS). • PCR mediada por ligación. Utiliza pequeños empalmadores o enlazadores de ADN ligados al ADN de prueba y múltiples primers hibridando a estos. • PCR específica de metilación (MSP). Para detectar metilaciones en islas CpG (alta concentración de pares C-G que habitualmente conforman promotores) de ADN genómico. • Amplificación múltiple dependiente de sonda (MLPA. Multiplex Ligationdependent Probe Amplification). Permite amplificar varias secuencias objetivo con un único par de primers, evitando las limitaciones de resolución de la PCR multiplex. • PCR “touchdown”. Una variante que se utiliza cuando se desconoce la secuencia exacta de los extremos de la secuencia a amplificar, asumiendo que puede existir alguna base desaparecida en el alineamiento primer-secuencia. Reduce el fondo de inespecificidad bajando gradualmente la temperatura de hibridación a lo largo del progreso de la PCR. • PAN-AC. Utiliza condiciones isotermas para la amplificación y puede ser utilizado en células vivas. Tipos de PCR Se consideran los siguientes, principales: • PCR anidada. El producto de amplificación es utilizado como molde para una segunda amplificación con primers que se ubican dentro de la primera secuencia amplificada. Es un tipo de PCR muy específica y muy sensible. • PCR in situ. Especialmente adaptada para llevar a cabo determinaciones en secciones de tejidos o en células, donde los productos generados pueden visualizarse en el sitio de amplificación, ordinariamente sobre preparaciones fijadas en un portaobjetos. Se lleva a cabo una primera amplificación de ADN en blanco y luego se detecta mediante hibridación in situ convencional con sondas de ADN/ ARN, lo que permite una gran sensibilidad. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 283 Sanidad animal y biotecnología 283 • PCR multiplex. Se amplifica más de una secuencia en la misma reacción. Utiliza dos o más parejas de primers en un único tubo con el fin de amplificar simultáneamente múltiples segmentos de ADN. Combina en una única reacción todos los pares de primers correspondientes a los sistemas que se desean amplificar simultáneamente y obtiene la información correspondiente a varios loci en una reacción única, con lo que precisa menor cantidad de ADN molde para el análisis, además de menor cantidad de reactivos y de que permite una rápida construcción de los datos. • PCR con transcriptasa inversa (RTPCR). Utiliza ARN como molde inicial en lugar de ADN y una transcriptasa inversa para llevar a cabo la síntesis de ADN complementario al ARN (ADNc). Puede utilizarse para el estudio de ARNm casi a nivel de una célula individual, para determinar la presencia o ausencia de un transcripto, para estimar el nivel de su expresión y para el clonado de ADNc, sin necesidad de construir una genoteca. La reacción consiste en la síntesis de una cadena de ADN a partir de ARNm por medio de la enzima transcriptasa inversa (reversa), por lo general, extraída de virus tumorales de ARN, que utiliza ARN como molde o plantilla para sintetizar una cadena de ADN. La cadena complementaria se sintetiza por PCR. Ciclos sucesivos de PCR estándar permiten disponer de cantidades apropiadas de ADNc para diversas utilidades. • PCR en tiempo real (Real Time-PCR) o PCR cuantitativa (qPCR, Q-PCR). Es una variante utilizada para amplificar y cuantificar de forma absoluta, simultá- neamente, el producto de la amplificación del ADN o ARN presentes en la muestra original o para identificar con una muy alta probabilidad de certeza muestras de ADN específicas a partir de su temperatura de fusión. Como en la PCR convencional, utiliza un molde o plantilla de ADN, al menos un par de primers específicos, dNTP (desoxirribonucleósidos trifosfato), un tampón de reacción adecuado y una ADN polimerasa termoestable, mezcla a la que se le adiciona una sustancia marcada con un fluorocromo que, al ser excitado a la longitud de onda adecuada, permite medir la tasa de producción de uno o más productos específicos. La medida se realiza después de cada ciclo de amplificación. En muchos casos, el molde o plantilla no es desde el principio ADN, sino que puede ser ADNc (complementario), de una cadena, obtenido por retrotranscripción del ARN, en cuyo caso se denomina RT-PCR cuantitativa o RT-PCR en tiempo real, o también RT-Q-PCR (35). La PCR en tiempo real es la metodología más moderna para el estudio de la expresión génica (junto a los microarrays o micromatrices), aunque otros métodos tradicionales, como el Northernblot, también permiten su abordaje. A diferencia de la PCR estándar, en la que la cantidad de producto final no siempre refleja la cantidad de ADN molde presente antes de la amplificación, la PCR en tiempo real (RT-PCR) sí permite averiguar cuánto ADN o ARN molde (este último convertido en ADNc mediante una transcriptasa inversa) existe en una muestra problema. A tal efecto, en la 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 284 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 284 mezcla de reacción se incorpora una sonda marcada con un colorante fluorescente, un fluorocromo (o fluoróforo), cuantificando la señal durante la fase exponencial de la reacción. En los ciclos iniciales la fluorescencia va aumentando a medida que se van acumulando logarítmicamente los productos de PCR, pero como a medida que avanzan los ciclos de PCR también se van gastando los sustratos y disminuye la eficacia de la polimerasa, al final, aunque la tasa de producto aumenta, la progresión ya no es exponencial. La PCR en tiempo real se lleva a cabo en un termociclador capaz de hacer incidir sobre cada muestra un haz de luz de una longitud de onda determinada y detectar la fluorescencia emitida por un fluorocromo excitado, permitiendo a la vez calentar y enfriar rápidamente las muestras para aprovechar las capacidades fisicoquímicas de los ácidos nucleicos y las enzimáticas de las ADN polimerasas. Este tipo de termocicladores registran de forma continua la cantidad de producto generado, de ahí el nombre (real time, en tiempo real). La PCR en tiempo real incluye variantes basadas en el uso de fluorocromos inespecíficos y otras basadas en sondas moleculares específicas, dependientes de la secuencia. En las primeras, el ADN, que multiplica su cantidad con cada ciclo, se une de forma inespecífica al fluorocromo produciendo fluorescencia, que es medida por el termociclador, que detecta así la generación exponencial del ADN de doble cadena. En definitiva, los flurocromos inespecíficos, del que es ejemplo el “SYBR-Green Dye”, detectan la generación exponencial de ADNbc mediante su unión inespecífica con él. Permite cuantificar una sola secuencia por reacción pero tiene la ventaja de que utiliza solo un par de primers normales, lo que abarata su coste, pero solo es capaz de amplificar un producto en cada reacción. Las técnicas basadas en sondas específicas utilizan una sonda unida (al menos un oligonucleótido) a dos fluorocromos, que hibrida en la zona intermedia entre el primer directo (forward) y el inverso (reverse), es decir, en el amplicón. Incluyen, por ejemplo, sondas tipo Taqman, que están marcadas con un fluorocromo en el extremo 3’ y un bloqueante (quencher) en el extremo 5’. Cuando la sonda está intacta, presenta una transferencia energética de fluorescencia por resonancia (FRET), que no se produce cuando la sonda está dañada y los dos fluorocromos están distantes, debido a la degradación de la Figura 8. Sondas inespecíficas en q-PCR. SYBR “ Green Dye (http://www.nfstc.org) y específicas, tipo Taqman (www.en.wikipedia.org). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 285 Sanidad animal y biotecnología 285 sonda mediante la actividad 5’-3’ exonucleasa de la ADN polimerasa, o bien a la separación física de los fluorocromos por un cambio en la conformación de la sonda, lo que permite monitorizar el cambio del patrón de fluorescencia y deducir el nivel de amplificación del gen. En definitiva, en la PCR, cuando la polimerasa encuentra la sonda, la hidroliza y separa el bloqueante, permitiendo la fluorescencia, que se relaciona con la cantidad de amplicón. Otras sondas utilizables incluyen los tipos “Molecular Beacons” y “Scorpion”. La técnica de PCR a tiempo real (Q-PCR) elimina cualquier proceso post-PCR, puesto que monitoriza la progresión de la amplificación en el momento en que se produce. A diferencia de la PCR convencional (también denominada de punto final), que mide la acumulación del ADN al final de un número determinado de ciclos, con la Q-PCR la medición se lleva a cabo durante el proceso de amplificación mediante fluorescencia, de tal forma que su aumento es proporcional a la cantidad de ADN formada. El proceso se puede automatizar fácilmente utilizando un sistema que lleve a cabo la amplificación y que a la vez sea capaz de leer la fluorescencia. En la PCR en tiempo real, debido a su elevada sensibilidad, uno de los puntos críticos está representado por la calidad del material de partida, lo que supone que la extracción de los ácidos nucleicos revista una importancia fundamental, en lo que, pese a los avances realizados, aún se carece de un sistema automático y universal que se pueda utilizar con cualquier tipo de muestra. La variabilidad que se introduce en la cuantificación y que conlleva un error en la estima deriva de la integridad del ADN y de la eficiencia enzimática, entre otros factores, razón por la que se han desarrollado numerosos sistemas de estandarización, desde los que cuantifican de forma absoluta la expresión génica a los que lo hacen de forma relativa para el gen de prueba respecto de otro, al que se suele denominar “normalizador”, seleccionado en base a su expresión casi constante. Estos genes normalizadores suelen denominarse “house-keeping genes” por su implicación habitual en funciones básicas de supervivencia celular, lo que implica expresión constitutiva. De este modo, efectuando en cada experimento la medida de los genes de interés y dividiéndolos por la expresión del gen normalizador seleccionado, se pueden comparar los primeros aun sin conocer en términos absolutos su nivel de expresión. Son genes normalizadotes comunes los que codifican para la tubulina, gliceraldehído-3fosfato deshidrogenasa, albúmina, ciclofilina, ARN ribosomales, etc. La PCR permite identificar y genotipar la especie y cepa implicada en un proceso infeccioso determinado, para lo cual se amplifica una zona del genoma bacteriano cuyo producto de PCR posea unas características de tamaño o temperatura de fusión que permitan identificarlo de forma inequívoca. En el caso de infecciones víricas que impliquen la integración del genoma del patógeno en el ADN del hospedador, la PCR cuantitativa posibilita la determinación de la carga viral existente y, por tanto el estadio de la enfermedad (36). En estudios de expresión génica se utiliza una PCR en tiempo real, pues los transcritos de ARNm pueden copiarse y ampli- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 286 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 286 ficarse mediante la transcriptasa inversa (a la que también se la designa como RT, de reverse transcriptase, lo que introduce alguna confusión con la RT de real time). En este caso, el procedimiento proporciona una medida del nivel de transcripción del gen correspondiente a la secuencia de los primers utilizados. A veces este método se denomina RT-RT-PCR (Real Time-Reverse Transcriptase-PCR) (37). Amplificación isotérmica La amplificación isotérmica resulta de convertir, en forma cíclica, una molécula de ARN a otra de ADNbc y, a partir de ella, llevar a cabo la transcripción a ARN, el cual sirve de molde para un nuevo ciclo de amplificación (38). Se requieren dos primers que definen el ARNm a amplificar y uno de ellos contiene, además, una secuencia “promotora” para la enzima que realiza la transcripción, la ARN polimerasa. Además de esta última, participan también una transcriptasa reversa y una ARNasa H. La amplificación isotérmica solo amplifica ARN y su principal aplicación reside en el diagnóstico y cuantificación de procesos infecciosos originados por virus ARN. La cuantificación se realiza coamplificando el ARN de la muestra conjuntamente con calibradores internos o ARN de concentración conocida, y se mide mediante electroquimioluminiscencia (39) . Hibridación de ADN ramificado (Branched DNA) Se basa en hibridaciones sucesivas con sondas que reconocen, por una parte, la secuencia de ADN o ARN problema y, por otra, secuencias introducidas en la reacción para amplificar la señal de hibrida- ción (40). Esta metodología, que es altamente reproducible, se utiliza en enfermedades infecciosas humanas para la cuantificación de ácidos nucleicos en pacientes de VIH o hepatitis B y C. Micromatrices (microarrays) de ADN Aunque la terminología utilizada para este tipo de técnicas es muy variada y se utilicen términos como biochip, DNA Chip, gene array o gene chip, el término microarray (micromatrices) es el que parece que cuenta con mayor aceptación internacional. Los microarrays son series de matrices espacialmente ordenadas, con ligandos (sondas de ADN) químicamente inmovilizados en puntos concretos o en una matriz sólida, como un fragmento de vidrio (portaobjetos) o de propileno (41). En la práctica de la reacción diagnóstica, las sondas del microarray se incuban con las muestras sospechosas, de prueba, que contienen el material genético en estudio, previamente marcado, de tal modo que, al producirse la hibridación, se produce una señal en la celda reconocida, que es anotada. Un microarray es, pues, un dispositivo basado en la hibridación molecular. Como matrices pueden utilizarse distintos tipos de materiales, como vidrio, silicona o nailon. En ellos se fijan o “imprimen” sondas (spots) de oligonucleótidos (fragmentos de ADN) conocidos, y en una ubicación precisa, para lo que se dispone de robots que realizan el trabajo de forma automática. Sobre ellos se sitúan o “hibridan” fragmentos de ADN desconocido, procedentes de tejidos o muestras de pacientes. En caso positivo, las bases complementarias se reconocen y se visualiza 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 287 Sanidad animal y biotecnología 287 su hibridación mediante el uso de sustancias fluorescentes, aunque también se puede utilizar quimioluminiscencia o radiactividad. La miniaturización permite el anclaje, en unos pocos centímetros, de cientos o varios miles de “spots” de oligonucleótidos, alineados en filas y columnas, cada uno de los cuales se corresponde a una secuencia específica del ADN. De ordinario se utilizan entre 5.000 y 8.000 sondas, que representan la totalidad de genes expresados por un microorganismo (42), pudiéndose alcanzar 20.000, 60.000 sondas en un único soporte y aún muchas más (43). De esta reacción se obtiene un puzle en el que la lectura de los puntos marcados permite identificar la presencia o ausencia de los diferentes fragmentos y componer un cuadro genómico o huella genética para la muestra problema. La identificación puede ser, en ocasiones, laboriosa y puede precisar de la ayuda de algoritmos y programas informáticos que ayuden a la interpretación de los resultados. Cada mancha de muestra es de tan solo 10 µm de diámetro. Para preparar las matrices se pueden utilizar ADN complementarios de partes de genes seleccionados de los patógenos; sin embargo, si se va a investigar un gran número de patógenos, entonces sería más fácil desde un punto de vista logístico utilizar oligonucleótidos grandes, por ejemplo, de alrededor de 70 nucleótidos, como ocurrió durante la identificación y los estudios epidemiológicos en la epidemia de SARS. Los microarrays son un sistema de detección de alto rendimiento que permite la identificación simultánea de un gran número de moléculas diana (analitos o deter- minantes genéticos o antigénicos) que se unen específicamente al ligando inmovilizado del array, siendo después leídos en un escáner, originando un patrón de luz característico. Los datos obtenidos se interpretan informáticamente, procesándose sobre datos previamente almacenados, por lo que la ausencia de estandarización hace difícil la aplicación de programas informáticos universales. Su importancia en el diagnóstico se prevé tan importante como lo es en el presente la PCR. Esta técnica, aunque habitualmente se asocie al estudio del ADN, también se puede aplicar al estudio de las proteínas e hidratos de carbono, y constituye una auténtica revolución en el campo de la Bioinformática; debe recordarse que hasta hace pocos años este tipo de estudios estaba limitado al de un pequeño número de genes simultáneamente. Los microarrays permiten: • Medir la expresión de genes (microarray expression analysis). • Estudiar la mutación de un gen (microarray for mutation analysis). • Estudiar la presencia de genes o su expresión relacionados con factores de virulencia, como elemento decisivo en relación con los estudios de patogénesis de las enfermedades infecciosas. • Llevar a cabo el genotipado, análisis de expresión y secuenciación de genes de interés, en relación con agentes patógenos. Los microarrays de ADN que se comercializan en la actualidad incluyen: • Microarrays de alta densidad: este tipo de microarrays permite una gran densidad de integración y la realización 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 288 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 288 de un importante número de ensayos de manera simultánea. Hasta el momento, la empresa líder en microarrays de alta densidad es Affimetrix. • Microarrays de media y baja densidad: suelen utilizarse para trasladar a una escala más práctica los resultados obtenidos con microarrays de alta densidad. Son importantes cuando lo que se busca es fiabilidad y flexibilidad. En la práctica, el ácido nucleico se extrae a partir de una muestra y se realiza una RT-PCR empleando oligonucleótidos cebadores al azar. De esta manera, parte de todos los ácidos nucleicos de la muestra, tanto de origen hospedador como patógeno, se amplifican. Estos productos de PCR, representativos de cada ácido nucleico de la muestra, se marcan con un colorante fluorescente y se aplican a la micromatriz. En condiciones óptimas solo el ADN procedente del patógeno se unirá al ADN del portaobjetos. Se pueden diseñar micromatrices para detectar patógenos a distintos niveles de diferenciación; por ejemplo, se pueden preparar oligonucleótidos capaces de detectar y diferenciar patógenos a nivel de género. Se elegiría un número, diez, por ejemplo, de oligonucleótidos con un grado elevado de conservación de secuencia (oligonucleótidos consenso) dentro de un género dado, de modo que una sonda fabricada a partir de una muestra de campo que contenga un miembro de este género probablemente hibridaría con al menos alguno de los nucleótidos, mientras que no hibridaría (o lo haría en menor grado) con aquellos correspondientes a los géneros relacionados (por ejemplo, para diferenciar aislados de Apthovirus, cau- santes de la fiebre aftosa, FMDV) a partir de cepas de Enterovirus de la familia Picornaviridae. Después se podrían seleccionar otros juegos de oligonucleótidos, colocarlos en el mismo porta de la matriz, capaces de caracterizar un patógeno de forma más específica, (p.ej. para diferenciar los siete tipos de FMDV e incluso potencialmente afinar después a nivel de subtipo). En los últimos años, la tecnología de microarrays ha emergido como el método de elección para estudios de genómica funcional, de expresión génica a gran escala, proporcionando un procedimiento eficiente y rápido para investigar el transcriptoma completo de una célula o un microorganismo, es decir, el conjunto de genes que en un momento dado se están expresando en ella (que han sido transcritos a ARNm), por lo que su análisis permite estudiar la expresión diferencial en diferentes estados. En este caso particular, el análisis mediante micromatrices permite conocer cuánto ADN o ARN (ADNbc) está presente en una muestra, permite identificar y genotipar especie y cepa; es una metodología adecuada en el caso de agentes de difícil cultivo, cultivo lento o incultivables, con una gran sensibilidad, además de corto tiempo de obtención de datos, aun en el caso de infecciones víricas con integración del genoma vírico en el de la célula hospedadora, como sucede en retrovirus, permite determinar la carga viral y el estadio de la enfermedad y, en definitiva, en estudios de expresión génica proporciona una medida del nivel de transcripción del gen. Aunque ningún campo se ha beneficiado más de este tipo de tecnología que los estudios de patogénesis (ver después), los 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 289 Sanidad animal y biotecnología 289 microarrays poseen también numerosas aplicaciones en la clínica humana y veterinaria, tanto en lo que se refiere al diagnóstico como en la identificación de nuevas dianas terapéuticas. En la actualidad, las potencialidades en Sanidad Animal son enormes (44) en función de que la gran cantidad de información disponible procedente, sobre todo de experimentos científicos está generando un nuevo tipo de software analítico (45). Claramente, el análisis de micromatrices presenta un enorme potencial cuando se investigan enfermedades de etiología desconocida, enfermedades en las que puede estar presente más de un patógeno (se pueden buscar cientos de patógenos de manera simultánea sobre una única micromatriz) y cuando se precisa la subtipificación. Para mejorar la sensibilidad en la detección de los patógenos se pueden complementar las micromatrices con amplificaciones por PCR que se diseñan para amplificar uno o más genes conservados o secuencias múltiples, y también mediante el uso de biosensores. En el caso de Salmonella, por ejemplo, un patógeno de importancia en Salud Pública y en Sanidad Animal, por su condición de patógeno o al ser algunas especies animales reservorios de ellas, se han desarrollado microarrays (Ahn y Walt, 2005) (46) con oligonucleótidos de los genes invA y spvB, con una sensibilidad de 103 a 104 ufc/ml después de 1 hora de hibridación a partir de una mezcla que contenía otros patógenos comunes. También se han desarrollado para otros patógenos de interés en este campo, como sucede con E. coli 0157:H7 (47), un patógeno de triste actualidad (por aproximación en el curso del presente año) en el que los au- tores incorporaron cuatro genes de virulencia, los correspondientes a la intimina, las toxinas stx-I y II y la hemolisina A, demostrándose hasta 32 veces más sensible que las PCR convencionales para la detección, y el caso que corresponde a otros patógenos de origen animal transmitidos por alimentos, como Staphylococcus aureus y Clostridium perfringens (48), que incorpora los genes de las toxinas producidas por ambos, o un método de detección de Mycobacterium spp. basado en una proteína de shock térmico que permite su detección a partir de mezclas complejas (49). También, en el caso de Bacillus anthracis, Burton et al. (2005) (50) desarrollaron un microarray para la detección y diferenciación de este patógeno. En el caso de los virus, Liu et al. (2006) (51) desarrollaron un microarray para la detección de los virus del PRRS y fiebre aftosa a partir de dos secuencias del primero y una secuencia del virus aftoso. Por último, señalaremos la realización de microarrays para la detección de multipatógenos, como el sistema desarrollado por Wilson et al. (2002) (52) para la detección de un total de 18 patógenos, incluyendo procariotas, eucariotas y virus. Es seguro que el futuro de esta tecnología es muy halagüeño desde el punto de vista diagnóstico, aunque es de esperar que los reactivos y el equipamiento de las micromatrices sean menos costosas a medida que se popularice su uso, lo que conducirá a una mayor aplicación en el diagnóstico de las enfermedades animales, permitiendo la investigación de los virus o la caracterización de las cepas bacterianas en términos de virulencia, sensibilidad antimicrobiana u otros marcadores importantes. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 290 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 290 Proteómica El estudio de las proteínas es un recurso crucial en el diagnóstico en Sanidad Animal. Su aproximación puede llevarse a cabo mediante dos estrategias principales disponibles en la actualidad, que permiten identificar moléculas orgánicas e inorgánicas en modo rápido, fiable y con alto rendimiento. El estudio e identificación de proteínas (proteómica) puede considerarse paralelo a la genómica, permitiendo conocer las proteínas codificadas por un genoma en particular y llevar a cabo una predicción de los iones que se generan durante la fragmentación en los diferentes sistemas de análisis, obteniendo así “huellas digitales” que permiten identificar una molécula exacta por comparación con las generadas teóricamente a partir de las bases de datos genómicas. También puede utilizarse para identificar secuencias de ADN, lo que permite llevar a cabo un análisis rápido y automatizado de productos de PCR (puede utilizarse, por ejemplo, en ensayos de PCR multiplex y se ha probado en la práctica con numerosos patógenos respiratorios, incluyendo virus y agentes patógenos de otro tipo, de procedencia humana) (53). Por un lado, la electroforesis bidimensional (EBM) separa mezclas complejas de proteínas e informa del estado de la infección o los efectos de una terapia determinada o la influencia del ambiente, igual que permite el estudio del momento del ciclo celular o el efecto de mutaciones. En la primera fase, las proteínas son separadas según su punto isoeléctrico (isoelectroenfoque), y en la segunda, lo son atendiendo a su tamaño molecular, que condiciona su movilidada electroforética en una técnica de SDS-PAGE (tratamiento detergente seguido de electroforesis en gel de poliacrilamida). En la actualidad, la electroforesis bidimensional diferencial en gel (DIGE) es la tecnología más fiable. Marca las proteínas con FC espectralmente diferenciables y permite procesar a la vez varias muestras. Reduce la variabilidad entre geles al analizar muestras en el mismo gel, a la vez que garantiza la fiabilidad estadística como consecuencia de utilizar réplicas biológicas y fluorocromos de gran sensibilidad y rango lineal, además de un software único (DeCyder). En lo que se refiere a la espectrometría de masas (EMS), puede definirse como una técnica analítica que mide iones derivados de moléculas, después de su tratamiento. Utiliza espectrómetros de masas que analizan con precisión la composición de diferentes elementos químicos e isótopos atómicos, separando los núcleos en función de su relación masa-carga, pudiendo utilizarse tanto para identificar los diferentes elementos que forman un compuesto como para determinar el contenido isotópico de diferentes elementos en un mismo compuesto. En la práctica, el EMS calienta hasta vaporizarlo, e ionizar los diferentes átomos, un haz del material procedente del compuesto de prueba. El haz de iones produce un patrón específico en el detector, que permite analizar el compuesto. El espectrómetro de masas tipo MALDITOF utiliza una técnica de ionización suave (Matrix-Assisted Laser Desorption/Ionization) acoplada con un detector de iones (Time-Of-Fligh), en definitiva, un método de deserción/ionización láser asistida por matriz y un detector de iones (MALDITOF-TOF). La técnica es rápida, fiable y de alto rendimiento y permite el análisis de 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 291 Sanidad animal y biotecnología 291 biomoléculas (proteínas, péptidos, azúcares, secuencias de ácidos nucleicos, amplicones…), incluso de grandes moléculas orgánicas, frágiles cuando son ionizadas por métodos convencionales. MALDI-TOF obtiene “huellas peptídicas digitales” o tándem MS, con las que identifica las moléculas por comparación con bases de datos. lógica (el biomarcador o marcador biológico) aprovechando la especificidad de las interacciones biomoleculares, reaccionando con ella, y un transductor o sensor capaz de interpretar la reacción de reconocimiento biológico que produce el receptor y “traducirla” en una señal eléctrica cuantificable a través de un sistema “de salida”. Biosensores. Aplicación al diagnóstico molecular Los dos constituyentes del biosensor están integrados formando una unidad y es precisamente esta unión íntima la que confiere al dispositivo sus especiales características de sensibilidad y selectividad (55). Un biosensor es un dispositivo de análisis que convierte una señal biológica en una señal eléctrica (figura 9). Según la IUPAC (International Union of Pure and Applied Chemistry), un biosensor es “un sistema receptor-transductor, integrado en un dispositivo capaz de proporcionar información analítica selectiva, cualitativa y cuantitativa utilizando un elemento de reconocimiento biológico” (54). Se trata pues de un dispositivo o sistema compacto, integrado por dos elementos, un receptor biológico (biorreceptor), que es el biosensor propiamente dicho, preparado para detectar específicamente una sustancia o señal bio- El biorreceptor es, sin duda, el componente más crucial del sistema biosensor; es la clave de su especificidad y puede clasificarse en diferentes grupos, de acuerdo con su composición o carácter. En general, incluyen anticuerpos, enzimas, ácidos nucleicos (ADN), receptores o componentes celulares (células completas, membranas, otros componentes subcelulares, como mitocondrias, proteínas no enzimáticas, sistemas celulares, secciones de tejidos, etc.), que responden básicamente a Figura 9. Esquema de componentes principales de un biosensor (56). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 292 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 292 procesos biocatalíticos (el caso de las enzimas), inmunológicos (el caso de los anticuerpos) y genómicos (el ADN). Su función consiste en proporcionar especificidad y selectividad, respondiendo únicamente a un analito en particular o una molécula de interés, evitando de este modo reacciones cruzadas o interferencias con otras sustancias. El transductor desempeña un importante papel en el proceso de detección. Como transductores pueden utilizarse, principalmente, dispositivos electroquímicos, ópticos y mecano-acústicos. También se describen transductores piezoeléctricos y calorimétricos o térmicos. Cada uno de estos grupos puede dividirse en tipos marcados y no marcados según que el efecto se mida directamente o mediante la detección de una señal particular dependiente del marcador utilizado, siendo estos últimos, generalmente, los más utilizados. Además de la sensibilidad y la selectividad, una de las características fundamentales de los biosensores es la posibilidad de realizar el análisis de la sustancia a determinar en tiempo real y de forma directa (sin necesidad de marcador) a diferencia de cualquier análisis biológico o clínico que requiere siempre un marcador (ya sea colorimétrico, fluorescente o radioactivo). Estas características permiten la posibilidad de realizar análisis cualitativos y cuantitativos, además de evaluar la cinética de la interacción (constante de afinidad, asociación, disociación…) y, por tanto, dilucidar los mecanismos fundamentales de dicha interacción. En el diagnóstico de las enfermedades infecciosas, los receptores comunes son las secuencias de ácidos nucleicos y los anticuerpos. Los primeros se utilizan como receptores tipo sonda, del mismo modo que lo hacen en una hibridación, mientras que los segundos captan los antígenos específicos correspondientes. En la clasificación pueden utilizarse distintos criterios. Si se considera el tipo de interacción, esta puede ser biocatalítica (se basa en el uso de sistemas que contienen enzimas o multienzimáticos) o de afinidad. Si es el tipo de interacción el considerado, puede hablarse de interacción directa o indirecta En relación con el marcaje de las moléculas, existen biosensores marcados y no marcados: los primeros detectan una señal o marcaje específico, como puede ser la fluorescencia o la actividad enzimática; son los más utilizados. Los no marcados miden directamente la reacción bioquímica en la superficie del transductor. Respecto del tipo de transductor, se incluyen: biosensores ópticos o fotométricos, que se basan en la recepción de luz que, o bien pasa a través de la muestra o se refleja; biosensores electroquímicos, en los que el elemento de reconocimiento biológico (el receptor bioquímico) es retenido en contacto directo con un elemento de transducción electroquímica, y, finalmente, biosensores piezoeléctricos y acústicos, que se Zbasan en el uso de cristales capaces de sufrir una deformación cuando se les aplica un potencial eléctrico a través del cual es posible obtener características de frecuencia de resonancia. El reconocimiento molecular que tiene lugar en el receptor biológico requiere la intervención de la señal biológica o biomarcador, que con la molécula de recono- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 293 Sanidad animal y biotecnología 293 cimiento (biorreceptor) y bajo el desarrollo de algún tipo de reacción, genera una señal específica (señal biológica). Las moléculas de reconocimiento se generan en base al conocimiento del biomarcador relevante, que puede proceder del patógeno que produce una enfermedad o del propio hospedador que la padece (57, 58). Los biomarcadores que proceden del agente patógeno necesitan ser altamente específicos, mientras que los derivados del hospedador enfermo o sospechoso pueden ser específicos o inespecíficos. Habitualmente, los biomarcadores derivados del hospedador ofrecen la ventaja añadida de que muchos pueden generarse para cada partícula infecciosa. Los biomarcadores pueden ser ácidos nucleicos, proteínas o metabolitos de bajo peso molecular. Además de las moléculas de carácter antigénico, como biomarcadores, la detección de la actividad enzimática en particular derivada de los agentes infecciosos también tiene valor diagnóstico, como ocurre con la actividad ureasa en Helicobacter pylori o la beta-Dglucuronidasa de Escherichia coli. Por su parte, los cambios en la actividad de determinadas enzimas y derivados del hospedador también han sido utilizados como indicadores generales de infección bacteriana, como ocurre con la lisozima del suero y la mieloperoxidasa, así como proteínas de estrés, como la IL-6 y la proteína C-reactiva. Como hemos señalado, los biomarcadores derivados del hospedador, aunque son útiles como indicadores de infección, son menos convenientes para identificar un agente infeccioso particular, incluso aunque sean capaces de diferenciar entre etiologías bacterianas y virales, pero no necesariamente son específicos. Los biomarcadores basados en los ácidos nucleicos, derivados del agente patógeno, son muy importantes, tanto en términos de la exactitud de su identificación como del límite de detección (sensibilidad) que puede lograrse utilizando la amplificación por PCR. Los sistemas de PCR rápida han hecho grandes progresos en los últimos años y se está estudiando su integración en los sistemas µTAS (sistema de análisis micro total, Micro Total Analysis Systems) (59). Estos sistemas de biosensores basados en los ácidos nucleicos pueden ser plataformas genéricas eficaces, aunque no pueda diferenciarse entre células vivas y muertas y el ácido nucleico, en este último caso, pueda degradarse rápidamente. Como se ha señalado antes, los biorreceptores son las moléculas de reconocimiento. Se incluyen los siguientes tipos: • Biorreceptores basados en enzimas. Las enzimas pueden ser utilizadas como biorreceptores en base a su capacidad de unión específica al sustrato o debido a la transformación catalítica de una molécula en una forma detectable. En la mayoría de los estudios, la utilidad más buscada ha sido la capacidad catalítica, y las tres enzimas más utilizadas son la peroxidasa (de rábano picante), la fosfatasa alcalina y la glucosa oxidasa (60), siendo su principal limitación la estabilidad de la enzima, que depende de la temperatura, el pH y otras condiciones, a pesar de lo cual, estas enzimas son los biorreceptores más utilizados (en la diabetes, para detectar los niveles de glucosa en sangre, y también se han propuesto para detectar bajos niveles de pesticidas) (61). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 294 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 294 • Biorreceptores basados en anticuerpos. También se les conoce como inmunosensores porque utilizan anticuerpos como elemento receptor del biomarcador, en base a la reacción antígenoanticuerpo, como es sabido, altamente selectiva. Aunque las determinaciones basadas en la reacción antígeno-anticuerpo (inmunoensayos) son de uso común en el diagnóstico de las enfermedades infecciosas, ninguna de ellas ha sido suficientemente sofisticada para permitir su automatización, facilitando la realización de gran número de muestras en un corto espacio de tiempo. El desarrollo de los inmunosensores para el diagnóstico de enfermedades, principalmente humanas, ha merecido últimamente mucha atención, principalmente como consecuencia de esa necesidad reiteradamente citada de disponer de sistemas rápidos y sensibles (adaptables y automatizables, si ello es posible). Aunque habitualmente los inmunosensores incorporan anticuerpos al sensor (biorreceptor), también pueden incorporar el antígeno para detectar al anticuerpo, y, en un caso y otro, utilizan fundamentalmente transductores ópticos y electroquímicos. • Biorreceptores basados en ácidos nucleicos (ADN). La detección de secuencias específicas de ADN utilizando sondas marcadas, no radiactivas, constituyen la base de este tipo de bioreceptores, utilizable para la detección de una amplia variedad de patógenos, principalmente bacterias o virus. El método consiste en la inmovilización de una sonda, un oligonucleótido sintético, corto, de 20-40 mer (bases repetidas), cuya secuencia es complementaria a la de la molécula diana de interés, de tal modo que la exposición del biorreceptor a una muestra que contiene la diana da lugar a la formación de un híbrido. Para detectar la formación de la doble cadena se han adaptado diversos tipos de transductores, incluyendo dispositivos ópticos, piezoeléctricos o electroquímicos, siendo estos últimos los procedimientos más comunes. Los transductores transforman la señal biológica en una señal eléctrica, como se ha señalado. Los transductores electroquímicos incluyen distintas opciones, como los sensores amperométricos, muy utilizados en el caso de la glucosa, o los potenciométricos [que se han utilizado con éxito en inmunoensayos de varios tipos de agentes patógenos, como el virus de la enfermedad de Newcastle (62), encefalitis equina venezolana (63) o en la detección de E. coli (63) en varios tipos de alimentos]. Los transductores ópticos son los que más interés han recibido para el diagnóstico/ detección de enfermedades, como se comentó anteriormente. Este sistema puede implicar la detección directa del analito de interés o indirectamente a partir de sondas marcadas óptimamente, y pueden agruparse en cuatro tipos de biosensores: de absorción y reflexión, de quimioluminiscencia, de fluorescencia y de fosforescencia, todos los cuales requieren del uso de espectrofotómetro. La espectroscopía de infrarrojos es, en la actualidad, un instrumento muy popular para la detección de distintos tipos de microorganismos como E. coli, Mycobacterium spp., Staphylococcus spp., hongos 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 295 Sanidad animal y biotecnología 295 como Candida albicans, etc. (65). El espectrómetro de infrarrojos puede proporcionar una “huella” del microorganismo revelando cambios en las vibraciones de los puentes moleculares que informan de la composición química de la muestra sospechosa, aunque no es lo suficientemente sensible como para detectar directamente el agente patógeno a partir de una matriz compleja, como puede ser la sangre, por ejemplo, por lo que la muestra en estudio necesita ser sometida al cultivo previo. Puede también utilizarse espectroscopía de luz reflejada, un procedimiento atractivo para la detección de patógenos directamente, sin marcar, como ocurre en el caso de Salmonella enterica Enteritidis o Listeria monocytogenes. La quimioluminiscencia puede ser utilizada para detectar reacciones bioquímicas específicas. Implica la producción de luz como resultado de una reacción química entre un analito y una sustancia fluorescente, por ejemplo, rodamina B. Para algunos investigadores, el transductor quimioluminiscente es el sistema óptico más conveniente para detectar reacciones antígeno-anticuerpo y otros lo han utilizado para la detección de ADN. En cualquier caso es un sistema muy sensible. Los transductores fluorescentes, que utilizan una fuente externa de luz para iniciar la transición electrónica en un átomo o molécula, son, probablemente, los métodos de detección más sensibles y se han utilizado para la detección de varios microorganismos y toxinas microbianas, como B. anthracis, Francisella tularensis, toxina colérica, enterotoxina estafilocócica, toxina botulínica, etc., comparándola con el ELISA estándar. Aunque las primeras descripciones de biosensores se produjeron hace ya casi 40 años, no hace más de 15 que comenzaron a difundirse y comercializarse, especialmente en el campo de la salud, aunque el campo de aplicación ha sido limitado. Sin embargo, las nuevas tecnologías en los campos de ingeniería de proteínas, nanotecnología, Biología Molecular e Inmunología, han reavivado el interés por este campo, a la vez que los avances en genómica y proteómica identificando nuevos biomarcadores de enfermedades, incluyendo enfermedades infecciosas, han permitido desarrollos de gran interés práctico (66). En la actualidad, los biosensores representan un campo con una tasa de expansión impresionante, estimada en más del 60% anual en los últimos años, en su mayoría dependiente de la industria referida a la salud humana (por ejemplo, en relación con la diabetes, los biosensores de glucosa han acaparado la atención de los especialistas), aunque pueden ser perfectamente aplicables a la evaluación de alimentos, la vigilancia del medio ambiente o la Sanidad Animal (especialmente en el caso de animales de compañía). Se ha calculado que más del 30% del mercado de análisis de todo tipo, a nivel mundial, estimado en más de 12.000 millones de análisis al año, lo acapara cuanto se refiere a la salud humana, permaneciendo por ello abiertas grandes posibilidades de expansión a otras áreas, incluyendo, evidentemente, a la Sanidad Animal y las ciencias veterinarias en general (por ejemplo, para el control de la fertilidad en especies de renta y seguridad alimentaria, tanto en lo que se refiere a la contaminación con agentes patógenos como en re- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 296 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 296 lación con la composición y fraudes, etc.) (67). Algunas compañías pretenden comercializar esta tecnología actualmente en el campo veterinario (68, 69), incluyendo biosensores para la detección de E. coli 0157:H7 y otros. El inconveniente reside, sin embargo, y por el momento, en su coste y en el impacto social. Tecnología de genes bioindicadores –bioreporters– bioluminiscentes e integrados en circuitos (CIBB) En los últimos años, las aplicaciones biológicas que tienen que ver con la utilización de genes indicadores han comenzado a suscitar un inusitado interés por parte de los científicos y tecnólogos. Una de ellas se refiere a los CIBB (circuitos integrados bioindicadores bioluminiscentes), un tipo de dispositivo que utiliza chips diseñados para recoger señales emitidas por bacterias especialmente alteradas, creadas mediante manipulación genética, que emiten luz verdosa (o azul verdosa) en presencia de contaminantes químicos o biológicos. La enzima que cataliza la reacción luminiscente es una luciferasa, un tipo de enzima que se detecta, entre otros, en bacterias y en hongos. Los genes aislados, responsables de la reacción luminiscente, constituyen bioinformadores o bioindicadores (bioreporters), de tal modo que, ante un producto químico determinado o un agente físico dispuesto en su ambiente, responden emitiendo luz. Un bioreporter contiene dos elementos genéticos esenciales, un promotor y un gen reporter (un gen indicador, es decir, que, cuando se expresa, existe o se produce alguna característica que es aprovechable como indicio de su presencia). El promotor (controla el inicio de la transcripción a ARNm, es decir, es el punto donde se fija la ARN polimerasa) es transcrito cuando está presente un determinado agente en el ambiente del microorganismo. En una bacteria normal el gen promotor está unido a otros genes que se transcriben igualmente, traduciéndose en proteínas que ayudan a la bacteria a com- Signal Promoter Reporter Gene Transcription mRNA Analyte Figura. 10. Anatomía de un organismo bioreporter (70). Translation Reporter Protein 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 297 Sanidad animal y biotecnología 297 batir o a adaptarse al agente al que han sido expuestas. En el caso de un bioreporter, estos genes, o parte de ellos, han sido eliminados y reemplazados por el gen reporter. De este modo, al activarse el promotor, se activa el gen reporter, lo que conduce a la producción de proteínas reporter que generan algún tipo de señal detectable. Por tanto, la presencia de una señal indica que el bioreporter ha detectado la presencia de un determinado agente en su ambiente. Aunque originalmente esta tecnología se desarrolló para el análisis de factores que afectan a la expresión de los genes, pronto se descubrió su aplicación para la detección de contaminantes ambientales (71) y desde entonces se ha introducido en otros campos, como el diagnóstico médico (medicina humana), la seguridad alimentaria y otros. La versatilidad del sistema depende de la disponibilidad de sistemas de genes reporter que sean capaces de generar distintos tipos de señales. Además, los genes reporter pueden insertarse genéticamente en bacterias, levaduras, plantas o células de mamíferos, proporcionando entonces una funcionalidad considerable en un amplio rango de vectores. Sistemas de genes indicadores (reporter). Para la construcción de microorganismos bioindicadores (bioreporter) se dispone de varios tipos de genes reporter y las señales que generan pueden detectarse mediante la utilización de distintos procedimientos, incluyendo métodos colorimétricos, fluorescentes, luminiscentes, quimioluminiscentes o electroquímicos. En algunos casos, la señal solamente se produce en presencia de un sustrato secundario, que tiene que ser incorporado al bioensayo, mientras que otras veces la señal debe activarse por una fuente de luz externa, y en unos pocos casos la señal se autoinduce. Se consideran los siguientes: • Sistema de la luciferasa bacteriana (lux). La luciferasa es el nombre genérico de una enzima que cataliza una reacción que produce y emite luz. Las luciferasas pueden encontrarse en bacterias y en hongos, además de en otros organismos, y los genes responsables de la reacción bioluminiscente (genes lux) han sido aislados y utilizados extensamente en la construcción de bioreporters que emiten una luz azul-verdosa con intensidad máxima a 490 nm. Se producen variantes en función de la temperatura (< 30 ºC, < 37 ºC y < 45 ºC) y de la combinación de genes lux implicados (existen cinco tipos de genes lux: luxA, luxB, luxC, luxD y luxE), lo que proporciona bioreporters luxAB, luxCDABE e inespecíficos. Los bioreporters luxAB solo completan la reacción bioluminiscente en presencia de un determinado sustrato. A partir de bacterias, levaduras y otros sistemas celulares (células de insectos, de mamíferos, de nematodos o de plantas) se han desarrollado diferentes opciones. Por ejemplo, se han utilizado en estudios de detección de antimicrobianos (incluidos antibióticos), biofilms, contaminantes ambientales, patógenos en alimentos, inmunoensayos, tecnologías IVET (de expresión in vivo), patógenos de plantas o infecciones por virus, entre otros. En el caso de los bioreporters luxCDABE, que incorpora todos los genes lux, no requieren la adición de ningún sustrato, ni excitación alguna externa para generar luz, de tal manera 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 298 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 298 que este bioindicador siempre que se exponga a un analito diana produce bioluminiscencia en menos de 1 hora, lo que le hace especialmente interesante desde el punto de vista práctico, por lo que se ha incorporado en diversos arrays de metodologías diseñadas para la detección de contaminantes ambientales y, experimentalmente, en sistemas de seguimiento de infecciones experimentales por agentes patógenos en ratones, por ejemplo, en el caso de S. enterica Typhimurium (72). Los bioindicadores inespecíficos solo se utilizan para la detección de toxinas químicas. • Sistema de la luciferasa de la luciérnaga (luc). Esta luciferasa cataliza una reacción que produce luz visible en el rango de 550-575 nm de longitud de onda. Igual que sucede con otra luciferasa, producida por un escarabajo, que es bioluminiscente en un pico más estrecho (595 nm) y requiere de la incorporación externa de luciferina. Sobre ellos se han desarrollado numerosos bioindicadores para la detección de contaminantes ambientales y puede resultar muy prometedor en el campo del diagnóstico médico (ya se ha utilizado en el caso de tumores) (73), veterinario, y en el de la fisiología de la reproducción (74). Sistema Aequorin. Aequorin es una fotoproteína aislada de la medusa Aequorea victoria que en presencia de calcio (Ca) y coelenterazina produce una reacción en la que se genera luz azul en el rango de 460 a 470 nm de longitud de onda. Esta proteína se ha incorporado en células B humanas para la detección de bacterias y virus patógenos en un sistema que se denomina CANARY (Cellular Analysis and Notification of Antigen Risks and Yields) (75) en el que la exposición de las células B recombinantes a antígenos procedentes de distinto tipo de patógenos da lugar a la producción de luz como resultado de la activación de una cascada de señales intracelulares que liberan Ca dentro de la célula. Los linfocitos B como bioindicadores son muy rápidos, sensibles y específicos. En un estudio diseñado para la identificación de Yersinia pestis, por ejemplo, se pudieron detectar menos de 50 ufc en un tiempo inferior a 3 minutos, incluido el tiempo de concentración, y la probabilidad de detección estuvo en el intervalo de entre el 62% (para 20 ufc) y el 99% (para 200 ufc), siendo la tasa de falsos positivos de tan solo el 0,4%. En el caso de E. coli en alimentos, se han detectado valores de 500 ufc/g en menos de 5 minutos, incluyendo el tiempo de preparación de la muestra, muy por debajo de lo requerido, por ejemplo, en el caso de una PCR, en el que los tiempos necesarios van de 30 a 60 minutos y el límite de detección es mucho mayor. También se han llevado a cabo ensayos similares para la detección de F. tularensis, el virus de la encefalitis equina venezolana, B. anthracis, Salmonella Typhimurium o S. aureus, etc. (76), señalándose que la posibilidad de crear bioindicadores específicos es prácticamente infinita. Además de ello, los linfocitos B como bioinformadores son un material muy adecuado en casos que requieren un rápido tratamiento (77). Sistema de la proteína verde fluorescente (GFP). Se trata de otra fotoproteína aislada y clonada, procedente de la misma medusa, que produce una señal fluorescente azul al ser excitada con una fuente de luz UV, sin necesidad de sustrato exó- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 299 Sanidad animal y biotecnología 299 geno, por lo que tiene mucho interés en el caso de estudios con células vivas. Se ha utilizado extensamente en construcciones de bioindicadores en bacterias y levaduras o en células de mamífero, permitiendo detectar infecciones por virus (por ejemplo, el virus VIH). CIBB. Como en el caso de los biosensores, el uso de la luz como indicador terminal tiene la ventaja de que puede medirse fácilmente mediante transductores ópticos. Los BBIC (bioindicadores bioluminiscentes integrados en circuitos) están formados por dos componentes principales: por un lado, un fotodetector, y por otro, un bioindicador bioluminiscente que produce una señal que es capturada por el primero (el fotodetector) en un chip, procesándola. Después puede manejarla y almacenarla (78). La tecnología de los bioreporters representa un método cuantitativo, de bajo coste, selectivo y rápido para la detección y vigilancia de sustancias químicas o agentes biológicos en aplicaciones que incluyen la contaminación ambiental, el diagnóstico médico o la seguridad alimentaria, entre otros. Su interés se relaciona, además, con la posibilidad de implementarse con sistemas de tiempo real, ensayos in vivo, etc., que proporcionan una perspectiva nueva sobre la fisiología de las bacterias o las interacciones intercelulares. El estudio de las enfermedades infecciosas o el uso de modelos animales con distintos fines, entre otros, la respuesta a tratamientos médicos, son campos de utilidad muy claros. Diagnóstico basado en el estudio de la respuesta inmune El estudio de la respuesta inmune para el diagnóstico de animales enfermos ha sido una línea de trabajo que tiene su origen en los primeros estudios de fijación del complemento (desviación del complemento) o reacción de Bordet-Wasserman, utilizada desde su descripción en 1906 en el diagnóstico de la sífilis humana, más tarde aplicada al diagnóstico del muermo y de la perineumonía contagiosa bovina (reacción de Campbell y Turner). De igual modo, también se sitúa en sus comienzos los estudios de Widal (Prueba de Widal) en 1898 para el diagnóstico por aglutinación de infecciones entéricas (fiebre tifoidea) o los de Kraus sobre la precipitación. En 1945, Coombs describió la prueba de la antiglobulina (prueba de Coombs) para la detección de anticuerpos incompletos en el caso de la brucelosis, aplicable después al diagnóstico humano; y en 1969, Morgan describió la prueba del Rosa de Bengala (una modificación del Card Test) para el diagnóstico rápido de la brucelosis animal, más tarde aplicada también a la enfermedad humana. En el momento actual, la Inmunología presta a la Sanidad Animal apoyo muy importante en materia de diagnóstico. Como ya hemos referido en otros lugares, una condición que caracteriza las intervenciones en Sanidad Animal referidas a los animales domésticos productores de alimentos (no así en otras opciones) es la necesidad de disponer de formatos que permitan realizar en las mejores condiciones números elevados de determinaciones y, si fuera posible, su automatización. La aparición en los años 70 de los soportes en microplaca de poliestireno de 96 pocillos estimuló el desarrollo de una industria auxiliar que pasó de los laboriosos microdiluidores utilizados entonces en las pruebas de fijación del comple- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 300 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 300 mento a los dispositivos de micropipetas automáticas con puntas desechables que supusieron en este sentido un avance considerable. Al tiempo, se puso de manifiesto la necesidad de disponer de pruebas versátiles, sensibles, eficaces y rápidas. Por el camino han quedado numerosas determinaciones de la respuesta inmune (detección de anticuerpos o de antígenos) de desarrollo laborioso o complicado, por lo general restringido a unos pocos laboratorios capaces de disponer de infraestructura o instalaciones adecuadas para su aplicación, como es el caso de los distintos sistemas de inmunofluorescencia, radioinmunoanálisis (RIA), hemaglutinación y hemadsorción, inmunodifusión, etc. ELISA En 1971, Engvall y Perlman describieron la prueba ELISA (enzyme-linked immunosorben assay) (79) y demostraron su valor cuantitativo utilizando fosfatasa alcalina. Más tarde, Perlman publicó estudios sobre citotoxicidad de linfocitos humanos (80) y una selección de inmunógenos y epítopos en el curso de una investigación sobre el desarrollo de la malaria (81). Ello supuso, sin duda, un hito muy importante en el diagnóstico inmunológico de las enfermedades infecciosas. ELISA puede definirse como una técnica de tipo bioquímico en la que una cantidad de un antígeno desconocido se fija a una superficie y después se aplica un anticuerpo conocido que, si coincide con el antígeno, se fija a él. El anticuerpo va unido a una enzima y en la fase final del proceso se añade un sustrato que cambia de color cuando sobre él actúa la enzima disponible, fijada al conjunto. El ELISA puede evaluar la presencia de anticuerpos o de antígeno en una muestra problema, por lo que puede modificarse para determinar concentraciones de anticuerpos en el suero o la presencia de antígeno desconocido en una muestra clínica sospechosa. Igualmente posee innumerables aplicaciones en muchos campos, por ejemplo, para la determinación de antígenos en alimentos (alérgenos, por ejemplo) o en toxicología. En la determinación de anticuerpos, puede aumentarse de modo importante su sensibilidad mediante el uso de anticuerpos secundarios. Los tipos más conocidos de ELISA incluyen respectivamente, ELISA directo, ELISA indirecto (ELISAi), ELISA sándwich y ELISA competición. En el ELISA directo, que es el formato más simple de la prueba, el antígeno de prueba (la solución sospechosa de contener el antígeno) se utiliza para fijar en las microplacas. Posteriormente se añade el anticuerpo conocido, marcado con la enzima (habitualmente fosfatasa alcalina o peroxidasa). Al añadir el sustrato específico de la enzima, en caso de que exista antígeno y se corresponda con él, se producirá color, que se mide, o visualmente o mediante un espectrofotómetro. En todos los casos se incluyen controles positivos y negativos que sirven para establecer el umbral que marca el valor a partir del cual la reacción se considera positiva. En el ELISA indirecto (ELISAi), probablemente el más utilizado, el antígeno problema se fija a la microplaca utilizando como bloqueo seroalbúmina bovina o caseína. A continuación se añade el anticuerpo primario, conocido, que se unirá al antígeno si se corresponde con él y más tarde se añade y se une el anticuerpo se- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 301 Sanidad animal y biotecnología 301 cundario, antiespecie, con la particularidad de que este último está marcado con una enzima que no modifica las propiedades del anticuerpo. Por último, se añade el sustrato de la enzima (para peroxidasa, habitualmente TMB –tetrametilbencidina–), que cambia de color si la enzima está presente y este se mide con un espectrofotómetro. En un tiempo determinado, la reacción se detiene con NaOH. Entre cada fase se incluyen lavados para eliminar el reactivo sobrante. Existe una relación entre la producción de color y la cantidad de antígeno de prueba presente en la reacción. La detección tiene mayor sensibilidad por presentar una amplificación de señal debida a la unión de dos o más anticuerpos secundarios por cada primario. El ELISAi es el método de elección para detectar la presencia de anticuerpos séricos contra gran cantidad de antígenos microbianos. La enzima actúa como un amplificador, incluso aunque solo permanezcan unidos unos pocos anticuerpos marcados, de tal modo que las moléculas de la enzima pueden producir muchas moléculas señal. La desventaja principal del ELISAi reside en que la inmovilización del antígeno es inespecífica y cuando se utiliza suero como fuente de antígeno todas las proteínas presentes en la muestra se pueden unir a la placa compitiendo con el antígeno de prueba (este problema se resuelve en la modalidad de “captura o competición”, ver después). El ELISAi se puede ejecutar en un formato cualitativo o cuantitativo; en el primer caso se obtiene un resultado simple, positivo o negativo, y el punto de corte entre ambos se determina mediante un cálculo estadístico teniendo en cuenta la informa- ción obtenida de los controles, considerando 2 o 3 veces la desviación estándar. Para la determinación del punto de corte se elige un control negativo, de absorbancia conocida y baja, por duplicado, y se procesa como una muestra cualquiera, calculando la media de ambas absorbancias y la desviación estándar, que se multiplica por 3 y se suma al valor promedio obtenido antes. En las pruebas cuantitativas se hace necesario construir una curva patrón de densidades ópticas, elaborada con una serie de diluciones de una solución conocida de la molécula diana. En el ELISA sándwich (ELISAs), también denominado “de captura antigénica” se recubre el pocillo de la microplaca con un primer anticuerpo conocido y, después de eliminar el exceso por lavado, se añade la muestra problema en la que se investiga la presencia del antígeno que, en caso de existir, quedará retenido por el primer anticuerpo, pegado a la placa. Después de un nuevo lavado, se añade un segundo anticuerpo, en este caso marcado con la enzima. Este ensayo gana en especificidad y sensibilidad debido a la amplificación de la señal que permite el segundo anticuerpo. Del ELISAs se han descrito dos variantes, el ELISAs DAS (Double Antibody Sandwich) y el ELISAs HADAS (Heterologous Antiglobulin Double Antibody Sandwich). En el primero se utilizan dos anticuerpos específicos del mismo tipo, uno de ellos marcado, que se unen a dos sitios diferentes del antígeno (el primero se fija a la microplaca y el segundo se añade después de añadir el antígeno sospechoso) (82), mientras que el segundo anticuerpo, que se dirige también frente a un epítopo diferente, es un anticuerpo heterólogo, ob- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 302 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 302 Figura 11. ELISA, ELISAi y ELISAs (http://www.piercenet.com). tenido en una especie distinta de la de procedencia del primero (83). El ELISA “de captura” permite la detección de antígenos procedentes de bacterias o virus (de agentes patógenos, en general) a partir de muestras clínicas. Es un procedimiento muy utilizado en Sanidad Animal, por ejemplo, en el diagnóstico de anaplasmosis, diarrea vírica bovina, peste bovina o peste de los pequeños rumiantes, virus respiratorio sincitial, enfermedades por priones (EEB, tembladera, etc.), listeriosis, salmonelosis, brucelosis, infecciones por E. coli, etc. (84). Un tipo de ELISA denominado “de competición” incluye el uso de un primer anticuerpo, no marcado, que se incuba en presencia de su antígeno correspondiente, cuya presencia se investiga en la muestra sospechosa (antígeno de prueba). Emplea placas tapizadas con Ac (o el antígeno específico marcado, si lo que se investiga es la presencia de anticuerpos, aunque lo habitual es lo primero) específico, marcado, que compite por la unión del antígeno de prueba con los complejos previamente incubados. Cuanto más antígeno (o anti- cuerpo, según el caso) exista en la muestra, menor anticuerpo (o antígeno, según el caso) será capaz de unirse al antígeno (o anticuerpo, según el caso) en el pocillo, pues uno y otro competirán por el complementario. En la práctica, la concentración más alta del antígeno supondrá la existencia de la señal más débil, en realidad, la ausencia de color, que en este caso será indicio de resultado positivo. Su ventaja principal reside en la capacidad de utilizar muestras crudas o complejas, que todavía en este caso son capaces de unirse selectivamente a cualquier antígeno que esté presente en la muestra. En el diagnóstico serológico, en Sanidad Animal, el ELISA de competición para la investigación de anticuerpos ha desplazado en los últimos años, prácticamente, al ELISAi, tanto en la vigilancia serológica como en determinaciones a gran escala (OIE, 2009), pues permite analizar muestras procedentes de muchas especies sin necesidad de utilizar conjugados específicos de especie marcados con una enzima distinta para cada especie de prueba. En el diagnóstico de la lengua azul, 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 303 Sanidad animal y biotecnología 303 por ejemplo, el uso de un anticuerpo monoclonal muy conservado (frente a la proteína P7 del virus) permitió la detección de anticuerpos frente a todos los tipos del virus y no reaccionaba contra otros orbivirus (85). También se ha utilizado este formato en el diagnóstico de la PPC, la babesiosis, la brucelosis o la fiebre aftosa, entre otros (OIE, 2009). El ELISA MP (múltiple y portátil), también denominado ELISA reverso, utiliza varillas de poliestireno como fase sólida con 8-10 ojivas. Todo el dispositivo está incluido en un tubo de ensayo que contiene la muestra problema, y las fases siguientes (lavado, incubación con el conjugado y posteriormente con el sustrato) se llevan a cabo por inmersión de las ojivas en micropocillos de microplacas estándar, previamente rellenas con los reactivos. Las ventajas residen en que cada una de las ojivas puede ser sensible a un reactivo diferente (antígeno o anticuerpo) con lo que puede establecerse una multiprueba que puede resolver simultáneamente varias sospechas; además, puede aumentarse el volumen de la muestra, con lo que la sensibilidad aumenta de forma proporcional (no sirve solo en el caso de muestras clínicas, sino también de alimentos o de muestras ambientales). Se ha utilizado, por ejemplo, para la detección simultánea de dos tipos distintos de inmunoglobulinas (IgM e IgG) en el caso de la fiebre de Lassa (86) con resultados de alta sensibilidad, por ejemplo cuando se comparó con inmunofluorescencia. También se ha recomendado en el caso de flavivirus (87), en la detección de Ac del virus de la encefalitis del Nilo Occidental y en la detección de IgM, IgA e IgG frente a T. gondii. Igualmente que en la detección de IgE en casos de alergias. En cualquier caso, este tipo de ELISA se ha definido como altamente sensible y específico (mejor que IFD). Con carácter general, en todas las variantes ELISA que utilizan como elemento conocido un anticuerpo específico, de su calidad depende la sensibilidad y especificidad de la prueba. A este respecto, la alternativa es la disponibilidad de antisueros (anticuerpos) policlonales o monoclonales (ver después). Los segundos, dirigidos frente a epítopos muy conservados del antígeno, ofrecerán determinaciones de una reactividad amplia, mientras que si están dirigidos frente a epítopos muy específicos (poco conservados) ganarán en especificidad. Citometría de flujo Es una metodología de análisis individual de células que mide las características de dispersión de la luz y la fluorescencia, después de hacer pasar una fuente de luz sobre una suspensión celular. El estudio celular individualizado se refiere siempre a un alto número de células, ordinariamente entre cinco y diez mil, que suponen una muestra suficientemente representativa del conjunto de la población. En el citómetro, la suspensión de células en una solución isotónica se hace pasar a través de un pequeño orificio de tal modo que necesariamente tienen que hacerlo de forma individual (en fila), formando parte de una corriente continua o flujo cilíndrico. La citometría de flujo permite la medición rápida de ciertas características físicas y químicas de las células, que son útiles para el diagnóstico hematológico e inmunológico, incluyendo lo que se refiere al 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 304 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 304 número y clasificación de las poblaciones celulares, entre otras. Al interaccionar las células con la luz, la dispersan. La medida de la reflexión lateral de la dispersión permite evaluar el tamaño, la granularidad y/o la complejidad celular. Si antes de la utilización de la luz se dispone la presencia de anticuerpos monoclonales marcados con fluorocromos, se puede evaluar la presencia de un antígeno particular, correspondiente al anticuerpo, en la superficie celular. Las señales luminosas obtenidas pueden transformarse en impulsos eléctricos, que se pueden amplificar y convertir en señales digitales, las cuales pueden procesarse después con ayuda de la bioinformática. Distintos fluorocromos permiten estudiar la presencia de diferentes marcadores de modo simultáneo (en la actualidad pueden detectarse simultáneamente hasta 13 fluorocromos de diferentes longitudes de onda). La citometría de flujo utiliza citómetros de flujo o FACS (fluorescent acti- Figura 12. Fundamentos de la citometría de flujo. http://www.cnb.csic.es. vated cell sorter) que evalúan las células en una suspensión en función de los dos caracteres citados (tamaño y fluorescencia), permitiendo un análisis multiparamétrico, combinando y relacionando distintos parámetros de la misma célula (88). El objetivo del análisis por inmunofluorescencia en citometría de flujo es asignar cada célula a un grupo específico de ellas que comparten propiedades comunes después de identificar, como primera fase, las células de interés en cada caso concreto; por ejemplo, para el análisis de subpoblaciones linfocitarias se requiere seleccionar un área de trabajo diferenciando los linfocitos por sus propiedades de dispersión particulares (en general, se utiliza el tamaño contra la complejidad celular) y una vez que las células de interés se han separado del resto, se puede utilizar la inmunofluorescencia para determinar la proporción o el número de células que poseen un determinado marcador, pongamos por caso el CD4, con el fin de identificar la respuesta y su progresión frente a un determinado agente patógeno, virus o bacteria. La citometría de flujo permite evaluar diferentes parámetros celulares, incluyendo valores intracelulares y extracelulares. Entre los primeros pueden diferenciarse los que corresponden al núcleo (por ejemplo, ADN, pares de bases, ADN/ARN, ADN/proteínas totales, ADN/antígenos nucleares, ADN/antígenos celulares, receptores nucleares, expresión de genes reporter, morfología nuclear, otros componentes nucleares, etc.) o al citoplasma (por ejemplo, proteínas totales, estructurales, funcionales, glicoproteínas, lípidos, funciones intracelulares, etc.), mientras que entre los segundos pueden mencio- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 305 Sanidad animal y biotecnología 305 narse los parámetros de superficie (receptores, pared celular, sitios de unión a lectinas, densidad, unión de ligandos, etc.) o los parámetros extracelulares, generalmente proteínas secretadas. En general, la evaluación de parámetros evaluables por citometría de flujo están condicionados a la disponibilidad de anticuerpos marcados con fluorocromos, específicos frente a ellos. El conjunto de esta información permite caracterizar el fenotipo de superficie, su estado intracelular, su patrón de secreción o su ciclo celular. En el campo diagnóstico, la citometría de flujo permite determinar la presencia o ausencia de determinado tipo de antígenos en los compartimentos celulares (superficie, citoplasma, mitocondrias o núcleo) y fuera de ellas (antígenos circulantes), lo que permite consecuentemente aumentar tanto la especificidad como la sensibilidad de la prueba. En relación con el análisis de anticuerpos, pueden estudiarse tanto los anticuerpos circulantes como los que están unidos a células. La citometría de flujo está considerada en la actualidad uno de los métodos de análisis celular más relevantes y constituye, además, un complemento muy valioso de otro tipo de metodologías para el estudio de las células. La posibilidad de utilizar, conjugándolos, anticuerpos monoclonales o policlonales con marcadores fluorescentes ha permitido llevar a cabo estudios sobre distribución de determinantes y receptores de la superficie de los microorganismos y las células y, en este último caso, ha permitido identificar subpoblaciones celulares (89), incluso diferentes en la misma muestra, aun cuando estas estén escasamente representadas, una opción cuantitativa de gran utilidad práctica. Aunque la introducción de la citometría de flujo en el campo del estudio y diagnóstico celular tiene tras de sí una larga historia, pues comenzó a aplicarse al análisis de las células a comienzos de los años 60, los microbiólogos no comenzaron a utilizar esta técnica hasta finales de los años 70 (90) y las primeras aplicaciones estuvieron limitadas por la inespecificidad de la unión de los colorantes fluorescentes y la capacidad, también limitada, de la informática. Cuando emergieron las técnicas moleculares, como la PCR, la secuenciación del ADN o la hibridación, se volvió a retomar la posibilidad de uso de pruebas que no dependieran del cultivo para el análisis microbiano, tanto de un modo cualitativo como cuantitativo. Estos nuevos desarrollos facilitaron hasta cierto grado el uso de la citometría de flujo, como de otras técnicas, que permiten la detección y análisis de microorganismos no cultivados, con alta precisión, especialmente en combinación con otros métodos. En el campo de las enfermedades infecciosas, la citometría de flujo permite la medida de las características físicas y químicas de bacterias en suspensión en microsegundos, pudiéndose obtener información sobre la pureza o heterogeneidad de una población en minutos (91). En la actualidad, la citometría de flujo se aplica de forma generalizada para los análisis de microbiología ambiental y, en el campo de las enfermedades producidas por bacterias y otros microorganismos, fundamentalmente en estudios sobre la patogénesis, estudiando la evolución de parámetros que se influyen en el curso de la infección o la respuesta, particularmente en poblaciones y subpoblaciones de linfocitos y otras células. En el diagnóstico microbio- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 306 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 306 lógico de infecciones, las primeras aplicaciones son relativamente recientes y datan de los años 80, fundamentalmente para la detección de microorganismos en procesos sistémicos, a partir de la sangre de pacientes humanos; por ejemplo, E. coli era detectado en muestras de sangre, por citometría de flujo, utilizando bromuro de etidio, con un umbral mínimo de detección tan bajo como solo 10 células por mililitro (92). Poco después se introdujeron los anticuerpos fluorescentes, que mejoraron sensiblemente las técnicas de detección que se aplicaron a otras especies, como Salmonella, Legionella, Pseudomonas (Álvarez-Barrientos A., et al., 2000), y después a otras, incluyendo S. aureus, Chlamydia, Leptospira, Listeria, F. tularensis y hongos de varias especies (93), aunque este desarrollo inicial estuvo también limitado por la disponibilidad y coste de los aparatos de medida. En la actualidad la citometría de flujo es un método imprescindible para detectar y cuantificar el tamaño de la infección, sin la limitación que supone el que algunos microorganismos sean de difícil cultivo o no cultivables. Combinada con técnicas de Biología Molecular, permite detectar directamente y enumerar microorganismos específicos en poblaciones mixtas y para el estudio de funciones biológicas (94). En el caso de los virus, el obstáculo principal es su pequeño tamaño, aunque se han diseñado modificaciones de los citómetros que permiten optimizar la detección y cuantificación (95); se ha descrito, por ejemplo, su aplicación en la detección e identificación de herpesvirus, picornavirus y retrovirus (Laguado, 2007), y en el campo veterinario las descripciones son todavía poco numerosas; por ejemplo, se ha aplicado directamente a la detección de micoplasmas (Mycoplasma agalactiae, M. putrefaciens, M. capricolum subsp. capricolum y M. mycoides subsp. mycoides LC) en leche (96), medio en el que también se han estudiado otros patógenos, como Pseudomonas spp o Salmonella Typhimurium (97, 98). Los micoplasmas también han sido objeto de estudio en el caso de M. agassizii, un agente que produce desórdenes respiratorios en la tortuga y que se han cuantificado por citometría de flujo (99). No obstante, en este campo, los estudios indirectos sobre microorganismos o procesos producidos por ellos, en lo que se refiere a la patogénesis de las enfermedades o la respuesta celular del hospedador natural o experimental (incluyendo respuesta a vacunaciones), son más frecuentes; en este sentido, por ejemplo, se ha descrito el seguimiento de la respuesta inmune frente a Mycoplasma gallisepticum en aves (100), o de la inmunidad celular en el caso de Brucella melitensis y B. ovis (101), estudios de infecciones latentes en terneros por Chlamydophila pecorum y Ch. abortus (102), o la respuesta frente a una vacuna experimental y controles de infección en el caso de H. paraseis (103). También se ha utilizado la citometría de flujo en el estudio experimental de la patogénesis de la tularemia, utilizando el modelo ratón y la cepa LVS (104). En el caso de los virus y enfermedades producidas por ellos de interés en Sanidad Animal, se ha descrito su uso en el síndrome debilitante posdestete del ganado porcino, producido por circovirus (105) y en el virus del PRRS (106), o en el estudio de la patogénesis de las infecciones por retrovirus felinos, modelo tradicional de 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 307 Sanidad animal y biotecnología 307 las infecciones por estos mismos agentes (107), entre otros. También existen publicados estudios similares en el caso de la leishmaniasis canina (108). En definitiva, la citometría de flujo, sola o en combinación con las nuevas tecnologías, es un instrumento de gran valor en el estudio de enfermedades infecciosas de los animales, tanto por lo que se refiere a la detección, identificación y cuantificación directa de sus etiologías, con ventajas referidas al estudio de un microorganismo en particular, como en lo que se refiere a los estudios derivados del hospedador en el curso de la infección natural, experimental o en la valoración de productos vacunales. De forma especial, su utilidad es aun mayor en el caso de infecciones producidas por microorganismos no cultivables o de difícil cultivo en el laboratorio. Reactivos para las pruebas inmunológicas La principal limitación para el diseño y desarrollo de pruebas diagnósticas que reúnan las características deseables (rapidez, sensibilidad, especificidad y coste reducido) reside en la producción de antígenos y anticuerpos de calidad, que, en base a la especificidad de la reacción antígenoanticuerpo, conocido uno de ellos, permita la búsqueda del contrario. En la actualidad, la Biotecnología hace posible la obtención y producción de proteínas y secuencias nucleotídicas de alta pureza y en cantidades suficientes, permitiendo incluso modificar su estructura química, ganando en reactividad (109). Obtención de anticuerpos Con carácter general, la producción de anticuerpos específicos requiere disponer con anterioridad de antígenos de calidad, en cantidad y pureza suficientes. Pueden plantearse dos alternativas generales en lo que a la obtención de anticuerpos se refiere: por un lado, pueden obtenerse anticuerpos policlonales, cuya reactividad puede ser discreta, pues representa una mezcla de inmunoglobulinas, específicas en mayor o menor medida de un antígeno completo, pero resultado de la respuesta inmune frente a sus epítopos, cada uno de los cuales induciría un clon de células B (células plasmáticas) que producirían inmunoglobulinas con una secuencia característica; además, el resultado depende también del sistema elegido para la producción (la especie animal, vía de inoculación), la propia inmunogenicidad del antígeno y el protocolo utilizados. Por otro lado, la alternativa a las inmunoglobulinas policlonales está representada por los anticuerpos monoclonales (AcMo). El término se refiere a una población de moléculas de inmunoglobulina idénticas, con actividad anticuerpo, y todas ellas con la misma especificidad. Su obtención procede del trabajo pionero de Kohler y Milstein, que en 1975 demostraron la posibilidad de producir anticuerpos (monoclonales) mediante la obtención de un “hibridoma”, fruto de la fusión de linfocitos B con células de mieloma, trabajo que les valió el premio Nobel de Medicina de 1984 (110). La técnica original de Kohler y Milstein (figura 13) se inicia con la inmunización de ratones (Balb/c) con un antígeno para el que se desea la obtención de los anticuerpos. Cuando el título de anticuerpos séricos es adecuado, se sacrifican los animales y se obtiene el bazo, que se tritura para obtener una población de células B que se fusionan con 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 308 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 308 células de mieloma. La fusión se facilita mediante la adición lenta de polietilenglicol (alternativamente pueden utilizarse virus, como el virus Sendai, o pulsos eléctricos), y al final se obtienen diversidad de hibridomas que heredan las características fenotípicas de las células B y mieloma, esto es, crecen indefinidamente y producen anticuerpos que corresponden a los distintos epítopos con el que fueron inmunizados los animales. Se procede a la selección de los híbridos que producen el anticuerpo de interés y se clonan, controlando la producción del anticuerpo deseado. En definitiva, la metodología para la preparación de anticuerpos monoclonales revolucionó el sistema de producción al hacer posible la producción de anticuerpos dirigidos frente a un solo epítopo, además de otras ventajas no menos importantes, como la posibilidad de almacenar las células híbridas productoras (hibridomas) para volver a producirlos cuando fuera necesario y la capacidad de producción en función de las necesidades de cada caso (111). La técnica de Köhler y Milstein produce anticuerpos monoclonales “de primera generación”, que han desplazado a los policlonales de muchas aplicaciones, permitiendo el desarrollo y mejora de numerosas pruebas diagnósticas basadas en la disponibilidad de anticuerpos de calidad como reactivo conocido para la búsqueda del antígeno correspondiente, sospechoso de estar presente en una muestra clínica en estudio. En general, muchas determinaciones serológicas de investigación del antígeno dependen en su valoración de la calidad (especificidad, avidez y afinidad) del anticuerpo utilizado y, por lo general, los monoclonales son mucho más valiosos que los anticuerpos policlonales. Las nuevas tecnologías de Ingeniería Genética han permitido, en la actualidad, la producción de anticuerpos en ausencia de inmunización animal, generándolos por separado como recombinantes las cadenas pesadas y ligeras que forman su estructura, que una vez reunidas para formar la molécula completa (no siempre de forma necesaria) constituyen los denominados anticuerpos recombinantes (AcR) o de segunda generación que, a diferencia de los primeros, se caracterizan por ser (si así se desea) multivalentes y multiespecíficos. Debe recordarse que los genes estructurales que codifican las inmunoglobulinas se organizan en forma de exones discretos, que corresponden a dominios completos en la proteína, separados por intrones cuyas secuencias pueden manipularse para añadir secuencias nuevas en lugares específicos, seleccionados previamente, sin que ello suponga riesgo de alterar la secuencia codificante presente en los exones. A nivel proteico, la organiza- Figura 13. Producción de anticuerpos monoclonales de primera generación (Köhler y Milstein, 1975). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 309 Sanidad animal y biotecnología 309 ción estructural-funcional de las inmunoglobulinas en la forma de estos módulos discretos o dominios, en donde se encuentra almacenada la información necesaria para realizar una función específica, facilita también estos objetivos. De este modo, es posible clonar regiones génicas responsables de una especificidad de interés y ensamblarla con otras, para dar forma a un anticuerpo funcional, prácticamente de cualquier clase de inmunoglobulina, aunque hasta la fecha este tipo de estudios se han referido al hombre. Se pueden producir, así, moléculas completas, similares a las que se obtienen de forma natural en las que están presentes las dos porciones estructurales, fragmentos Fab y Fc, como ocurre con los denominados anticuerpos quiméricos y humanizados, o bien un conjunto de proteínas basadas en la estructura de la inmunoglobulina, pero no estructuradas, como entidades recombinantes autónomas, incluyendo fragmentos Fab, Fv de cadena sencilla (scFv), “diabodies”, “triabodies”, etc. Estas últimas pueden presentarse también como proteínas de fusión, en las que se combina una porción Fab o Fc con una enzima, una toxina, un receptor celular, una citoquina, etc., dependiendo del uso o el destino que se prevea para ella (terapia de tumores, enfermedades crónicas, autoinmunidad, etc.). Los anticuerpos quiméricos son moléculas artificiales en las que las porciones constantes de las cadenas pesadas y ligeras proceden de una inmunoglobulina humana, mientras que las regiones variables de ambas cadenas se obtienen a partir de un anticuerpo monoclonal obtenido en ratón. Con ello se reduce la inmunogenicidad para el hombre de los anticuerpos de ratón, al suprimir las regiones constantes, sin afectar a su especificidad. La técnica fue desarrollada por Morrison y Schlom (1990) (112) y Boulianne (113) e implica el aislamiento y clonación de los genes VH y VL del ratón mediante RT-PCR, utilizando ARN total como molde o ARNm de un hibridoma secretor de in- Figura 14. La molécula de inmunoglobulina con actividad anticuerpo y los genes que la codifican. http://caibco.ucv.ve/. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 310 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 310 terés, y como primers oligonucleótidos complementarios a los extremos 3’ y 5’ de cada gen. Posteriormente se insertan en vectores de expresión (ordinariamente células de mamífero –CHO–, pero también de plantas, pues se busca que las proteínas se secreten glicosiladas) a los que previamente se han incorporado los genes que codifican para las cadenas H y L humanas, siendo después transfectados en forma estable a una línea celular seleccionada. Los fragmentos de anticuerpos se obtienen, por lo general, en sistemas de procariotas, principalmente en E. coli, y deben estar formados por las regiones hipervariables de unión al antígeno, bien como parte de la región variable de las cadenas ligeras y pesadas (Fv) o como parte del framento Fab, que además de las ante- riores incluye los dominios constantes de las cadenas ligeras y parte de los dominios de las cadenas pesadas. Para evitar la expresión intracitoplasmática, que genera cuerpos de inclusión con los inconvenientes que ello supone (proteínas no funcionales, recuperación ineficiente, no glicosilación), en 1988 (114) se demostró la expresión en el periplasma de la bacteria, que se comporta como si se tratase de una célula eucariota (producción en el retículo endoplásmico) con todas sus ventajas. En el mismo año se describió también la producción en E. coli (posteriormente se ha expresado en levaduras –Pychia pastoris–, en hongos filamentosos, células de insecto y células de mamífero) de una versión recombinante del fragmento Fv en la que los dominios VH y VL se encontraban Figura 15. Obtención de anticuerpos quiméricos para su uso en el hombre a partir de monoclonales obtenidos en ratón. http://caibco.ucv.ve/. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 311 Sanidad animal y biotecnología 311 unidos físicamente a través de un ligando peptídico, pequeño y flexible, formado por aproximadamente 15 aminoácidos, que permitía el arreglo espacial adecuado de los dominios VH y VL, generándose un Fv funcional. Estas construcciones fueron denominadas Fv de cadena sencilla (del inglés single chain Fv, scFv) y resultan más estables que el Fv convencional, conservando toda la capacidad de reconocer y ligar antígenos. Es uno de los formatos preferidos para producir fragmentos recombinantes de Ac con capacidad para unir antígenos, para preparar proteínas de fusión con especificidad antigénica y para construir genotecas de Ac. También se utilizan en la expresión de scFvs sistemas basados en el uso de fagos filamentosos tipo f (fagos tipos f1, fd y M13) que resultan muy convenientes para expresar dominios de anticuerpos, pues su estabilidad en forma cristalizada o liofilizada facilita el almacenaje y el transporte, reduciendo los costes de producción. Se han aplicado diversas estrategias para producir dímeros o polímeros de AcR y en muchas de ellas se utiliza el entrecruzamiento por medios químicos de dos fragmentos individuales, obtenidos y purificados de forma independiente, lo que genera algunos problemas. Una estrategia más efectiva se basa en la construcción scFv, pero la longitud del ligando se reduce a tan solo cinco aminoácidos, lo que imposibilita la formación de un Fv funcional entre dos dominios VH y VL en una misma molécula, pero conduce a la interacción de dos moléculas de scFv que forman un dímero que posee dos sitios de combinación con el antígeno. Si la especificidad de los dominios VH y VL es la misma, el producto obtenido es un homodímero bivalente (“diabody” o “fragmento bivalente”). Utilizando el mismo formato, también es posible producir moléculas recombinantes con dos especificidades diferentes (por ejemplo, A y B). Los polipéptidos producidos a partir de estas construcciones son incapaces de formar scFv funcionales de manera individual, pero sí son capaces de aparearse apropiadamente para generar heterodímeros (se les ha denominado anticuerpos biespecíficos), en donde ambas especificidades se encuentran físicamente asociadas. Si se elimina el péptido que sirve de ligando entre los dominios VH y VL y ambas regiones se expresan como un polipéptido continuo, se forma un trímero funcional con capacidad para ligar tres determinantes antigénicos al que se designa como “triabodies” (“fragmento trivalente”). Finalmente, las nuevas tecnologías han permitido también el diseño y producción de moléculas artificiales denominadas proteínas de fusión, en las que se combinan estructuras y funciones procedentes de dos o más proteínas naturales. Pueden combinarse porciones, dependiendo del uso previsto, moléculas de Ac diferentes, o con toxinas, interleucinas, moléculas de adhesión, componentes de la matriz extracelular, hormonas, factores de crecimiento, etc. En la actualidad, existen programas informáticos para diseñar moléculas formadas por un único dominio variable (VHs), complementarias a la estructura de su epítopo diana (115). También pueden producirse los fragmentos correspondientes a las regiones variables de los anticuerpos con- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 312 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 312 Figura 16. Fragmentos de anticuerpos recombinantes. http://caibco.ucv.ve/. formados con dos cadenas peptídicas ensambladas en una cadena peptídica única (dsFv). El uso de los AR de especificidad dirigida o como vehículo de fármacos está dirigido al tratamiento de enfermedades autoinmunes humanas y otro tipo de enfermedades crónicas humanas, aunque también se han producido anticuerpos capaces de identificar proteínas de B. anthracis útiles en el diagnóstico, especialmente en el contexto de su consideración como arma biológica es lo que representa, sin duda, uno de los aspectos de mayor interés y perspectivas futuras. En el campo de la Sanidad Animal, la información disponible hasta la fecha acerca de la producción de anticuerpos recombinantes es más bien escasa; Foord et al. (2007) describieron la producción de anticuerpos recombinantes frente a la proteína no estructural 3ABC del virus de la fiebre aftosa en forma de scFV utilizando una librería de fagos en un sistema de expresión en E. coli e inmunizando en pollos para comprobar su aplicación en una vacuna DIVA (ver después), en la que el sistema de diagnóstico utilizado fue un ELISA competición que diferenciaba ani- males vacunados de animales infectados (116). Pero no solo las inmunoglobulinas son susceptibles de la aplicación de este tipo de metodología para su producción biotecnológica, in vitro, sino que otras moléculas, incluyendo otras proteínas, son igualmente susceptibles de ello, como sucede con proteínas ricas en leucina y otras. Además, mediante síntesis química de oligonucleótidos, pueden generarse moléculas de ARN o ADN sintéticas (genes sintéticos) con capacidad para reconocer específicamente otras moléculas, incluso con mayor especificidad de la de los anticuerpos, como sucede con los aptámeros, que se han descrito para el diagnóstico de algunos tipos de cáncer y que pueden competir con los anticuerpos en investigación y diagnóstico (117-119). Tecnología de aptámeros Los aptámeros son cadenas sencillas de 70 a 100 oligonucleótidos sintéticos (de ADN o ARN), que reconocen de forma específica y con alta afinidad varios tipos de moléculas diana mediante plegamientos tridimensionales de su cadena. Se ob- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 313 Sanidad animal y biotecnología 313 tienen mediante selección de genotecas de oligonucleótidos combinatoriales (de secuencias al azar) mediante el método SELEX (Systematic Evolution of Ligands by Exponential Enrichment) (120), una técnica de química combinatoria que selecciona el oligonucleótido que se une con más afinidad a la diana de prueba. Posee una región central de entre 30 y 60 nucleótidos, que incluye una secuencia aleatoria y, además, dos regiones flanqueantes de secuencia conocida. Estas moléculas adoptan estructuras globulares complejas que les permiten propiedades de reconocimiento molécular, uniéndose de forma específica y estable a sus dianas, entre las que se cuentan proteínas, ácidos nucleicos, estructuras multiméricas, pequeños componentes orgánicos e incluso organismos enteros. Existen aptámeros formados por cadenas peptídicas que interaccionan dentro de la célula con otras proteínas formando bucles, cuya afinidad es comparable a la de los anticuerpos, con los que se han comparado. Los aptámeros están considerados como una alternativa o un complemento a los anticuerpos monoclonales en el diagnóstico y en la terapia de enfermedades (se les ha señalado como anticuerpos de tercera generación). Tienen la condición de sensores moleculares y son capaces de interferir con las moléculas diana, igual que lo hacen los anticuerpos con los antígenos, sobre los que se han señalado varias ventajas, incluyendo la posibilidad de su obtención frente a proteínas no inmunogénicas, la capacidad de regeneración, su estabilidad a temperatura ambiente, su baja inmunogenicidad, la posibilidad de modificar su estructura por plegamiento, su bajo coste, la posibilidad de obtención por síntesis química, su alta reproducibilidad y la capacidad de marcaje (121). También se ha señalado su actividad frente a receptores de la superficie celular y receptores relacionados con la unión con anfígenos (122). Entre sus inconvenientes se citan su vida corta, especialmente en sangre, debido a la degradación rápida por nucleasas, y la rápida eliminación a nivel renal, lo que limita su uso a situaciones particulares. En cualquier caso se ha señalado su utilidad diagnóstica (sensores moleculares) y terapéutica (interfieren con la actividad biológica de moléculas diana), por ejemplo, frente a enfermedades producidas por priones (123). Polímeros impresos molecularmente (MIP) Los ligandos naturales de las proteínas son moléculas proteináceas, como ocurre con los receptores celulares o bacterianos, los anticuerpos o los ácidos nucleicos, que también se implican con determinadas funciones, como la catálisis o la transducción de señales. Con el objeto de reproducir estas propiedades de unión se han producido redes de polímeros con capacidad de reconocimiento específico y sitios de unión que son complementarios a un molde, que puede ser una biomolécula o un compuesto sintético, técnica que se denomina impresión molecular. El concepto de impresión molecular es similar al de hacer un molde de goma o plastilina para encajar perfectamente una plantilla. El producto de la impresión molecular se denomina un polímero impreso molecularmente (molecularly imprinted polymer, MIP). Los MIP tambien se denomina receptores poliméricos sintéticos o 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 314 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 314 anticuerpos artificiales o “plastibodies” y se caracterizan por su simplicidad, estructura de red y bajo coste, y en los últimos años se han diseñado estructuras de este tipo con propósitos de reconocimiento macromolecular (124). Comparándolos con anticuerpos monoclonales o policlonales, son más estables, más baratos y consumen menos tiempo en las técnicas de uso. Hasta la fecha se han descrito para el diagnóstico de enfermedades bacterianas, víricas y fúngicas de las plantas y en la detección de compuestos orgánicos de interés médico en el hombre (por ejemplo, hemoglobina) o en los animales (seroalbúmina bovina). Obtención de antígenos Los antígenos proteicos pueden obtenerse directamente del microorganismo cuya detección se persigue mediante la prueba diagnóstica en la que van a ser utilizados, bien como parte del microorganismo completo o separado del mismo, o mediante la aplicación de los nuevos métodos biotecnológicos, en forma de proteínas recombinantes, si se conoce la secuencia del gen y su producto correspondiente. Incluso la ingeniería genética puede introducir modificaciones en las secuencias que hagan más fácil la purificación, o más eficaz su intervención en el proceso de inmunización, produciendo títulos más altos del anticuerpo deseado, en suma más eficientes, acelerando el proceso y disminuyendo los costes. En el caso de microorganismos extremadamente virulentos, la tecnología recombinante puede facilitar la producción de antígenos de interés a partir de organismos inocuos, reduciendo el riesgo de infección en el proceso productivo. Otros métodos de diagnóstico, de base compleja, en Sanidad Animal Pruebas rápidas Con carácter general, la Biología Molecular se revela como una alternativa de interés para el estudio de la respuesta inmune frente a los métodos clásicos de detección de antígeno o anticuerpo. En su conjunto las pruebas rápidas (RDT, rapid diagnostic tests) buscan disponer de procedimientos rápidos, incluso inmediatos, que permitan establecer cuanto antes tratamientos terapéuticos al paciente (en Medicina Humana se han definido como “pruebas de punto de atención”, que en Sanidad Animal serían equivalentes a “pruebas de establo”) y adoptar cuanto antes decisiones para el control del agente sobre individuos conocidos susceptibles al mismo. El formato más habitual de este tipo de determinaciones consiste en una tira de membrana en la que se fija el material de prueba, sospechoso (el antígeno sospechoso), sumergiendo después la misma en un recipiente que contiene los anticuerpos conocidos (anticuerpos de detección) y los reactivos de revelado, produciéndose resultados evidenciables, incluso en pocos minutos. Además permiten procesar un número importante de muestras, con sensibilidad y especificidad aceptables, por lo que están siendo motivo de interés tanto en el caso de la Medicina Humana como en la Sanidad Animal. Las RDT son tiras basadas en el principio de inmunocromatografía para identificar antígenos o anticuerpos, con interés diagnóstico; un reactivo (antígeno o anticuerpo) es reconocido por el otro (anticuerpo o antígeno) mantenido en un 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 315 Sanidad animal y biotecnología 315 líquido que migra a través del papel, como consecuencia del paso de la corriente eléctrica. La Biotecnología interviene en varios niveles para hacer posible esta disponibilidad: por un lado, mediante la identificación de biomarcadores (una determinada proteína rica en histidinas o una enzima, por ejemplo, una lactato deshidrogenasa o una lactasa), su clonación y producción recombinante, en el caso de los anfígenos, y en el de los anticuerpos, mediante la disponibilidad de anticuerpos monoclonales o recombinantes. Las tiras pueden contener en su extremo distal el anticuerpo monoclonal (o policlonal, según proceda) que reconoce el biomarcador específico del microorganismo sospechoso. Para el diagnóstico, por ejemplo, se coloca en el extremo proximal de la tira diagnóstica la muestra sospechosa (por ejemplo, sangre, orina, heces, etc.) junto a un amortiguador de lisis celular que contiene un anticuerpo dirigido frente a un antígeno blanco del microorganismo de prueba, marcado con una enzima. La migración del líquido de la muestra pone en contacto a los tres reactivos (biomarcador –antígeno–, anticuerpo marcado y anticuerpo monoclonal), produciendo, en caso de correspondencia, una línea de color al añadir el sustrato coloreado de la enzima. Entre los ejemplos mejor conocidos de este tipo de determinaciones figuran RTD para el diagnóstico de malaria en enfermos sospechosos, sobre la base de identificar un biomarcador representado por una proteína rica en histidinas 2 (PRH2), en la lactato deshidrogenasa (p.D.) o en una aldolasa (125). En su ex- tremo, las tiras contienen Acm que reconocen el biomarcador. En la práctica, se impregna el extremo proximal de la tira con una gota de sangre del paciente sospechoso, junto con un tampón de lisis y un Acm marcado con un colorante. Al migrar el líquido se ponen en contacto los tres reactivos. La presencia del biomarcador es reconocida (en caso positivo) por el Acm marcado y produce una banda visible. En este caso, la sensibilidad supera el 95% comparada con el análisis por microscopía, aunque, dependiendo de variaciones en el marcador, pueden existir diferencias de sensibilidad. Inmuno-PCR (iPCR) Los inmunoensayos representan en general un procedimiento de diagnóstico muy versátil, capaz de llevar a cabo la detección directa de proteínas pertenecientes a los agentes patógenos, o indirectamente, detectar anticuerpos frente a ellos. De modo particular, el ELISA combina la especificidad de los anticuerpos con la Figura 17. Desarrollo de RTD (126). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 316 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 316 sensibilidad de una prueba enzimática, pero es incapaz de detectar algunos antígenos cuando están presentes en concentraciones muy bajas, por lo que parece que el nivel de transcripción de los genes es bajo, probablemente debido a los mecanismos de persistencia en el hospedador. La PCR, por su parte, es un método muy sensible, capaz de detectar una simple molécula de ADN, lo que la convierte en una elección excelente para la detección directa de ácido nucleico procedente de un agente infeccioso y, en consecuencia, para el diagnóstico microbiológico, aunque en algunos casos la proteína diana se expresa en un número mayor de copias que el que corresponde al ácido nucleico. Uniendo las ventajas de la PCR y la técnica ELISA se obtiene una combinación a la que se ha denominado “inmuno-PCR” (iPCR), descrita inicialmente por Sano et al. en 1992 (127), que une al poder de amplificación de la PCR la versatilidad del ELISA, permitiendo mejorar la capacidad de detección del antígeno de interés en valores de entre 100 y 10.000 veces (128). Los recientes avances, en particular los derivados de la nanotecnología, están haciendo de la inmuno-PCR un método de elección para el diagnóstico de las enfermedades infecciosas (129), en particular allí donde se precisa análisis ultrasensibles de proteínas, anticuerpos, citoquinas y otros. La inmuno-PCR permite tanto la detección de antígenos como de anticuerpos, y ha sido utilizada ya para detectar antígenos proteicos de origen bacteriano o vírico (en rotavirus, VIH, norovirus, S. aureus, etc.) (130-133). También se ha adaptado para la detección de anticuer- pos, como sucede en el caso del sarampión, a partir de sueros de procedencia humana (134). El concepto básico de la iPCR es un ELISA con una modificación particular. La capacidad de reconocimiento del antígeno por parte de un anticuerpo específico permanece, pero puede amplificarse y cuantificarse un fragmento de un ADNbc utilizando la tecnología de la PCR cuantitativa (qPCR), reemplazando la parte enzimática del ensayo. En términos generales, el método puede dividirse en dos fases, la primera de las cuales es idéntica al ELISA convencional, esto es, la inmovilización de la molécula sospechosa (diana) y la separación de un anticuerpo detector. La unión del anticuerpo conocido a la molécula de prueba, en lugar de ser detectada mediante un enzima, como ocurre en el ELISA convencional, es identificada por una secuencia de ADN conjugada al anticuerpo detector, y la molécula que contiene el ADN funciona como en el ELISA, reconociendo específicamente la primera unión y al mismo tiempo proporcionando una molécula reporter, en este caso el ADN. El fragmento de ADN se integra después en la segunda fase del ensayo, al ser amplificado por PCR hasta un nivel detectable. Como consecuencia de ello, la señal amplificada correlaciona con el número de uniones y, por lo tanto, de la cantidad del antígeno de prueba (135). La iPCR requiere utilizar una molécula que actúa como ligando entre el ADN marcado y los anticuerpos. Normalmente se utiliza estreptavidina. El antígeno diana, sospechoso, que recubre la placa de microtiter, es detectado por un anticuerpo específico. Las moléculas del ligando se unen al complejo antígeno-anticuerpo y 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 317 Sanidad animal y biotecnología 317 a la secuencia de ADN, que después se amplifica por PCR. La cantidad de producto PCR es proporcional a la cantidad de antígeno que es detectado por los anticuerpos. Además, para mejorar el límite de detección del ELISA clásico, la sensibilidad del iPCR permite el análisis de pequeñas cantidades de muestra, lo que resulta de especial interés en el caso de estudios en los que la disponibilidad de material sospechoso es escaso. La iPCR es compatible con una amplia variedad de materiales objeto de estudio, como puede ser sangre, suero, orina, saliva, heces, cultivos celulares, alimentos, extractos de plantas, etc., lo que facilita su uso. Como se señaló al principio, como consecuencia de distintos tipos de avances se ha conseguido una reducción del tiempo de ejecución de las pruebas y una estandarización de los protocolos, además de un aumento de la especificidad, todo ello de- Figura 18. Comparación de ELISA e iPCR (136). bido a la introducción de nanopartículas en un formato líquido de la reacción, en vez de en microplaca (137), como se muestra en la figura 17 (Malou y Raoult, 2011), tanto para el caso de la detección de antígeno como para la detección de anticuerpos. Además de las mejoras en el límite de detección, las ventajas del sistema que incorpora nanoparticulas incluye también una reducción de las fases de lavado y periodo de incubación, así como la reducción de las interacciones inespecíficas y el aumento de la especificidad, etc. Aplicaciones de la iPCR al desarrollo de pruebas diagnósticas La iPCR se ha propuesto como un método conveniente para la detección de bacterias y virus incultivables, en el caso de infecciones latentes indetectables. Además, en algunos casos en que la PCR clásica re- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 318 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 318 Figura 19. Avances en la iPCR asociados a la incorporación de nuevas tecnologias. En (a) iPCR con nanopartículas de oro: el anticuerpo captura (conocido y fijado por Fc a una placa magnética de captura) adsorbe al antígeno diana; a continuación se añaden nanopartículas de oro con ADN marcado y anticuerpos de detección también marcados, formándose un inmunocomplejo que libera el ADN después del calentamiento y se amplifica por qPCR, lo que permite la detección del antígeno de prueba. En (d), detección de anticuerpos mediante el sistema Tus-Ter. El anticuerpo de prueba se une a la proteína LG que recubre una placa microtiter. El anticuerpo de prueba, unido a la proteína Tus se añade al anterior. Se une después el ADN a la proteína Tus y finalmente se amplifica por qPCR (Malou y Raoult, 2011). quiere fases adicionales para la purificación o concentración de las muestras de ADN o ARN vírico o bacteriano, lo que supone la pérdida de potencial de las mismas, todo ello además de otras utilidades en biomedicina de tumores, seguridad alimentaria o contaminación ambiental. También se ha utilizado en el seguimiento de enfermedades autoinmunes y después de programas de vacunación, en el hombre. La iPCR se ha adaptado, por ejemplo, para detectar Streptococcus pyogenes utilizando como antígeno carbohidratos de la pared celular de este microorganismo (138) con un límite de detección de 10-5 células/µl, equivalente a 100 antígenos, lo que supone sensibilidades superiores a las obtenidas con ELISA y muy específico. También se ha adaptado a la detección de S. aureus, utilizando como antígeno la proteína A (139), también con gran sensibilidad, pero no tan específico. En el caso de virus, se ha adaptado para la detección de ARN del VIH-1 en el plasma sanguíneo, con límites de detección de 50 partículas víricas/ml (140), o en el caso de norovirus en muestras de alimentos (Tian y Man- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 319 Sanidad animal y biotecnología 319 drell, 2006) con una sensibilidad superior a la de ELISA y diez veces más sensible que la RT-PCR. Se ha destinado también a la detección de rotavirus (Adler et al., 2005), hantavirus (141) y el virus influenza H5N1 (142), en el que ha mejorado sustancialmente la sensibilidad del ELISA (mil veces más sensible) y la RT-PCR (cien veces más sensible). También se ha adaptado a la detección de anticuerpos, por ejemplo en la vigilancia de campañas de vacunación humanas, cuando se precisa gran sensibilidad, como ocurre en el sarampión (Mckie et al., 2002). También se ha utilizado para la detección de priones en el caso de la encefalopatía espongiforme bovina (143) y en el scrapie o tembladera ovina en cricetos infectados experimentalmente (144). En definitiva, se trata de una técnica de grandes perspectivas, extraordinariamente sensible, tanto en la detección de antígenos como de anticuerpos, en la que se necesitan todavía más estudios para profundizar en su conocimiento. Los estudios relacionados con el diagnóstico en materia de Sanidad Animal son, hasta la fecha, muy escasos. Sería de interés su utilidad en casos de difícil identificación, por razón de microorganismos de difícil cultivo o incultivables, así por la repercusión de reservorios, de agentes de enfermedades animales y de zoonosis. Estudios de expresión génica y patogénesis de enfermedades infecciosas Introducción En el curso de la infección, los agentes patógenos deben lograr acceder, persistir y reproducirse en lugares, habitualmente privilegiados, dentro del hospedador. Para lograr este propósito es necesario disponer de, o producir, determinados factores (ordinariamente factores de virulencia) que rompen el equilibrio fisiológico del hospedador y le producen daño, cuando no resultan letales, en casos extremos, además de otros que les permiten evadir el sistema inmune y/o adquirir los nutrientes necesarios. Debido a que el ambiente con el que se encuentran los agentes patógenos en el hospedador vivo es muy diferente del medio ambiente externo, los patógenos deben regular los genes necesarios, en coordinación, a medida que ellos se desplazan en el ambiente del hospedador y desde un nicho a otro. El principal propósito de la investigación de la patogénesis bacteriana es comprender de qué forma los agentes patógenos interactúan con los hospedadores para causar enfermedad. El núcleo central de estas investigaciones reside en conocer qué productos de genes se requieren y se expresan en el curso de la infección natural y cómo cambia esta expresión en el tiempo (desde la colonización inicial hasta que tiene lugar la enfermedad y difusión del patógeno desde la fuente de infección a nuevos hospedadores) y el espacio (en diferentes células o tejidos dentro del hospedador). Necesitamos conocer cómo se adaptan los patógenos al microambiente del hospedador, qué tipo de presiones selectivas actúan sobre el agente patógeno en cada microambiente, qué factores son responsables del daño y cómo se sortea o se defiende (o evade) el patógeno frente al sistema inmune. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 320 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 320 Aunque los análisis que proporcionan información sobre la expresión de unos pocos genes relacionados con la adhesión e invasión celular por parte de los microorganismos (virus y bacterias invasivas) han sido el núcleo central de la mayor parte de la información disponible hasta la fecha sobre la patogénesis, uno de los aspectos más importantes se refiere a comprender cómo tienen lugar los cambios de expresión a nivel completo del genoma microbiano. La información adicional generada por los estudios de genomas completos va más allá de la derivada del aislamiento y caracterización de los genes y productos génicos, porque el análisis del genoma completo permite identificar y caracterizar las redes reguladoras. En general, la Genómica se ocupa del estudio del genoma de un organismo, que incluye la identificación de sus genes y elementos reguladores, en definitiva, de todos los elementos que componen el material genético. El primer genoma bacteriano completamente secuenciado fue el de Haemophilus influenzae, publicado en 1995. En la actualidad son más de 200 los genomas de procariotas (incluyendo arqueas y bacterias) que se han secuenciado y más de 500 están en proceso de secuenciación (145). Algunos autores hablan ya de más de 1.000 microorganismos de genoma secuenciado. El conocimiento de la secuencia genómica completa de los microorganismos es el paso necesario para poder comprender su biología y evolución, lo que implica, en el caso de los patógenos, identificar genes de virulencia, dianas de los antibióticos, conocer nuevos candidatos para el diseño y elaboración de vacunas, nuevas estrategias diagnósticas e investigar las interac- ciones que tienen lugar con el hospedador y los mecanismos que conducen a la enfermedad, esto es, comprender las claves en las que asienta la patogénesis. El diluvio de datos generados por los trabajos de secuenciación genómica ha forzado un salto cualitativo en la aplicación de la Bioinformática, necesario para poder analizar la información producida. La evolución de la Biología “in silico” no es la única alianza interdisciplinaria surgida de la era posgenómica. La tecnología de los microarrays, proteómica, inmunoinformática, biología estructural y química combinatoria, en todas las cuales se ha basado el conocimiento de la genómica, han abierto la puerta a otras tecnologías de alto rendimiento que han incrementado la eficiencia con la que han podido identificarse nuevos genes de virulencia, dianas potenciales para fármacos y antibióticos y estrategias para el diseño de vacunas, como antes señalamos. El genoma de una bacteria esta compuesto por genes conservados y genes accesorios, variables. Elementos genéticos móviles, como plásmidos, transposones, secuencias de inserción, integrones, profagos, islas genómicas e islas de patogenicidad, son parte de los genes accesorios y poseen una influencia significativa en el fenotipo y en la biología de los microorganismos, facilitando, además, el intercambio genético ínter e intraespecie, lo que contribuye a su diversidad, desempeñando un papel muy importante en la patogenicidad de los microorganismos. Un análisis genómico más detallado permite descubrir otros pequeños elementos genéticos, como sucede con genes ARN (no codificantes), que pueden desempeñar un papel significativo en la regulación génica. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 321 Sanidad animal y biotecnología 321 Los genomas bacterianos están altamente diversificados en lo que se refiere a tamaño, número de copias, topología o contenido G+C. La mayoría de los cromosomas bacterianos están continuamente experimentando una reorganización muy activa, con deleciones, duplicaciones y adquisiciones de ADN mediante transferencia horizontal, todo lo cual produce una gran diversidad, encargándose después la selección natural de escoger a los más adaptados. La mayoría de los genomas contienen genes accesorios que incluyen determinantes para la adaptación al hospedador, virulencia y resistencia a los antibióticos. El incremento progresivo del número de genomas secuenciados está permitiendo conocer cada vez con mayor profundidad los procesos moleculares que tienen lugar en la evolución de los microorganismos, especialmente en las bacterias. El análisis genómico comparativo entre cepas virulentas y no virulentas de la misma especie proporciona una información muy valiosa sobre los mecanismos de adquisición y evolución de la virulencia. Los factores de virulencia se definen como genes o productos de genes que facilitan la interacción bacteriana, la subversión, la destrucción de las células del hospedador o la neutralización de sus mecanismos de defensa. Las especies virulentas han evolucionado desde grupos numerosos y divergentes de bacterias. Los estudios de prevalencia de bacterias patógenas han puesto de manifiesto que su representación sobre el total de especies microbianas es muy pequeña y que siempre derivan de especies no patógenas o de cepas o especies estrechamente emparentadas. Las propiedades de una bacteria que determinan si será o no patógena son numerosas, y los genes correspondientes se adquieren a partir de otras especies, mediante la participación de plásmidos (conjugación) o fagos (transducción) o directamente del ambiente exterior (transformación). En el caso de las bacterias intracelulares no patógenas, evolucionan a virulentas a partir de mutaciones endógenas, que incluyen deleciones, inserciones, duplicaciones de genes, fusiones y reordenaciones (figura 20). Dentro de una misma especie, las variaciones en la virulencia entre cepas son una circunstancia habitual. La disponibilidad de genomas secuenciados permite el uso de microarrays de ADN para investigar la base genética de esa variación. Genómica funcional. Estudios de microarrays de ADN La tecnología de microarrays de ADN ha facilitado la identificación de determinantes relacionados con la virulencia, genes responsables de la susceptibilidad o de la especificidad de hospedador y genes bacterianos y del hospedador que se activan o se reprimen durante la infección. En el estudio de la identificación y verificación del papel de los genes sospechosos de estar relacionados con la virulencia, son críticas la disponibilidad de mutantes isogénicos y las pruebas de virulencia. Desgraciadamente, para la mayoría de los genomas de patógenos secuenciados, el 25% o más de los ORF identificados no coinciden con ningún gen conocido y, por ello, sus funciones son desconocidas (se les denomina genes FUN, de “functions unknow”). Con frecuencia, estos genes FUN son específicos de especie o de cepa. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 322 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 322 M Plasmaid N Pl L DNA M PAI M N N L L m Mutations Non virulent strain L Virulent strains Figura 20. Evolución de una especie avirulenta a virulenta. Mecanismos de transferencia de genes de factores de virulencia. Para poder comprender los mecanismos de patogénesis necesitamos de estrategias multidisciplinares con el fin de definir y probar la estructura de este tipo de genes. A tal efecto, los microarrays de ADN y la modalidad de PCR de análisis de genoma completo (WGPScanning) permiten analizar y comparar el contenido de genes de las cepas bacterianas secuenciadas con los de otros aislados de la misma especie o de cepas estrechamente relacionadas. Los microarrays de ADN, elaborados a partir del ADN o bien del ADNc desnaturalizado o de los productos genómicos amplificados por PCR para preparar las matrices de ADN (spotted DNA arrays), se han utilizado para medir la expresión de todo el genoma (bien de modo natural o como respuesta a cualquier variable de tiempo ambiental) o de grandes regiones del mismo de muchas bacterias, y también para comparar el contenido genético completo de las cepas bacterianas secuenciadas con las de las cepas estrechamente relacionadas o con otros aislados de la misma especie. De este modo, por ejemplo, los microarrays han facilitado la identificación de determinantes sospechosos de virulencia y de los genes que determinan la especificidad de hospedador en algunas bacterias, como ocurre en el caso del género Porucella, en el que, cuando se dispuso del genoma completo de B. melitensis 16M, se preparó un microarray con oligonucleótidos de alta densidad con el fin de compararlo con el genoma de otras especies del género (146), y los resultados pusieron de manifiesto que la mayoría de ORF de B. melitensis estaban presentes en el resto de especies 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 323 Sanidad animal y biotecnología 323 (B. abortus, B. ovis, B. suis, B. neotomae y B. canis), lo que evidenciaba que este género presentaba una diversidad genética muy limitada y que muchos de los genes potencialmente relacionados con la virulencia se agrupaban en nueve GEI (islas genómicas). Al comparar B. melitensis con B. ovis y B. neotomae, que no son patógenas para el hombre, mediante microarrays seguido de clonaje por PCR y secuenciación, pudo comprobarse que había 84 ORF que estaban presentes en B. melitensis y ausentes en B. ovis, 80 de los cuales se agrupaban en cinco regiones correspondientes a otras tantas islas genómicas del genoma de B. melitensis. B. neotomae, sin embargo, pese a no ser patógena para el hombre, también presentaba tales islas. La posible explicación puede tener que ver con que en esta especie el nivel de expresión es mucho más bajo que en B. melitensis o simplemente que los genes de referencia están inactivados (este tipo de cambios no los detecta el microarray). Los microarrays también se han utilizado para detectar e identificar genes específicos de cepa o la diversidad intraespecífica, como sucede en el caso de muchos patógenos bacterianos, como Streptococcus pneumoniae, Salmonella enterica Typhimurium, Campylobacter jejuni, E. coli y otros (147, 148). También se han utilizado para analizar la expresión de genes en el genoma completo (transcriptoma) de E. coli uropatógeno en el curso de la infección experimental en el ratón (149), en el que se han propuesto hasta 25 genes previamente implicados con la virulencia bacteriana, incluyendo los relacionados con la adquisición de Fe, síntesis de cápsula, de proteínas secretadas, etc. Utilizando tecnología de micromatrices se han estudiado los efectos transcripcionales globales (la expresión génica) sobre las células del hospedador susceptible, en varios patógenos bacterianos, principalmente de interés en Medicina Humana, como Pseudomonas aeruginosa, Bordetella pertussis, Mycobacterium tuberculosis, Helicobacter pylori o Chlamydia trachomatis, además de otros agentes de zoonosis, como Listeria monocytogenes o Salmonella Typhimurium (150, 151). Muchos de los genes sobrerregulados codifican para citoquinas proinflamatorias (como IL-8, IL-6 y otras) y muchos de los subregulados lo hacen para factores transcripcionales y moléculas de adhesión celular (152). Esta capacidad de producir información de interés para la comprensión de los mecanismos de patogénesis de las bacterias patógenas, sin embargo, no ha rendido toda su capacidad plena, principalmente como consecuencia de los problemas asociados con la expresión de los genes durante las infecciones reales en las que surgen cuestiones como el bajo número de bacterias en los tejidos vivos, dificultades en la purificación de las bacterias (y del ARN bacteriano) a partir de los tejidos, la inestabilidad potencial del ARNm (aunque esto puede resolverse en buena medida mediante el uso de reactivos de estabilización actualmente disponibles, como el ARN tardío –Qiagen, Hilden, Alemania–) y su degradación durante la purificación, además de la necesidad de un modelo animal y otros problemas. Además de los problema anteriores hay que tener en cuenta también que, a causa de la especificidad de la hibridación del ADN, pequeñas cantidades de ARN euca- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 324 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 324 riota copurifican y afectan desfavorablemente a los resultados de los microarrays. Así pues, existen problemas de diverso tipo para medir la expresión génica a lo largo del proceso infeccioso, desde la fase inicial de invasión/colonización a la de multiplicación y difusión tisular hasta la fase final de la enfermedad, con daño en el hospedador. Algunos estudios actuales pueden proporcionar, a medio plazo, información del modo en que las bacterias regulan la expresión génica en diferentes fases de la infección. La primera generación de estudios de aplicación de micromatrices de ADN para el conocimiento de las claves de la patogénesis bacteriana se centraron en el análisis de la expresión de los genes durante el crecimiento, en condiciones determinadas (in vitro) que reproducían algún aspecto de la infección. Estos estudios per- mitieron una descripción detallada de la respuesta bacteriana a las limitaciones de Fe (153, 154), limitación de nutrientes (155, 156), ambiente ácido (157), caída de la tensión de oxígeno (158), densidad bacteriana (159) y formación de biofilms. También se han llevado a cabo varios estudios para analizar los efectos de los reguladores transcripcionales, con el objeto de definir completamente las redes reguladoras (160). La segunda generación de estudios llevados a cabo con microarrays se ha ocupado en medir directamente la expresión génica en la interacción con las células eucariotas durante el crecimiento bacteriano dentro del hospedador (tabla 1). En un total de cuatro experimentos publicados se comparó el crecimiento in vivo con el crecimiento in vitro en medios de laboratorio. Tres de los estudios analizaron Tabla 1. Medición a gran escala de la expresión de genes o proteínas en infecciones reales o interacciones con células del hospedador. Especie Crecimiento in vivo B. burgdorferi Tipo de experimento Microarray ADN Perfil antigénico Id. P. multocida Microarray ADN Id. V. cholerae Interacción con células en cultivos de tejidos Chlamydia pneumoniae Id. N. meningitidis Electroforesis en dos dimensiones Microarray ADN Descripción del estudio Crecimiento en membranas de diálisis implantadas en ratas. Alteración de la expresión de lipoproteínas y del perfil antigénico durante la adaptación a hospedador, en el ratón. Expresión de genes durante el crecimiento en sangre y en hígado de pollos infectados. Expresión de genes durante el crecimiento en asa de íleon de conejo y en heces “en agua de arroz”. Expresión de proteínas durante el crecimiento en células Hep-2 en respuesta a IFN-γ. Interacción con células epiteliales y endoteliales. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 325 Sanidad animal y biotecnología 325 directamente la expresión del genoma bacteriano completo durante el crecimiento en los tejidos de un hospedador eucariota vivo (161-163), mientras que el cuarto analizó la expresión génica en bacterias recién liberadas de los tejidos del hospedador, en el lumen del intestino. Tres de los estudios llevaron a cabo hibridaciones competitivas de ARN in vivo e in vitro, para comparar directamente la expresión génica en dos lugares distintos, mientras que el cuarto estudio comparó la expresión génica de muestras de ambos in vivo e in vitro respecto de una muestra de referencia común (ADN genómico). A pesar de que los análisis se llevaron a cabo sobre diferentes especies de bacterias (Vibrio cholerae y Pasteurella multocida), se pudieron observar similaridades en los cuatro experimentos. Todos ellos mostraron sobrerregulación sustancial de los genes implicados en el metabolismo de los aminoácidos, biosíntesis de purinas y transporte del Fe. Los genes de los operones ily y pur estaban sobrerregulados y muchos de los cambios revelaron también sobrerregulación de los genes implicados en el transporte de aminoácidos y carbohidratos. Incluso se observó un gran número de transportadores ABC también sobrerregulados. En cualquier caso, en el ambiente in vivo, bien en asa de íleon de conejo, hígado o en heces diarreicas (cólera), los nutrientes disponibles estaban marcadamente reducidos cuando se comparaban con los del medio in vitro. Aunque los estudios corrientes han comparado la expresión génica con el crecimiento en medios ricos in vitro, la razón principal para esta aproximación ha sido el deseo de identificar potenciales genes de virulencia, más que los sobrerregulados in vivo, simple- mente en respuesta al ambiente nutricional in vivo. Sin embargo, muchos de estos genes han sido identificados por mutagénesis marcada (STM) como necesarios para la supervivencia in vivo (164, 165). Estos estudios demostraron también que un número de genes implicados en el metabolismo energético estaban sobrerregulados durante el crecimiento in vivo. Específicamente, en cada experimento, alguno de los genes más sobrerregulados incluian los que codificaban alternativas particulares a los complejos aceptores de electrones. Tanto en el caso de V. cholerae, purificado a partir de heces diarreicas, como en P. multocida, purificada a partir de sangre de aves, el operón nap (periplasmic nitrate reductase) estaba altamente sobrerregulado. En el caso de V. cholerae cultivado en asa de íleon de conejo, el operón frd (fumarate reductase) estaba sobrerregulado, y en P. multocida, aislado y purificado a partir de hígado de pollo, el operón dms (dimetil sulfoxide reductase) estaba, igualmente, sobrerregulado. El complejo aceptor de electrones terminal más apropiado está generalmente determinado por la tensión de oxígeno y esta difiere entre los distintos tejidos in vivo. Incluso el crecimiento de V. cholerae en asa intestinal de conejo y P. multocida en hígado, indican la sobrerregulación de un número de genes por anaerobiosis. Como antes, estas medidas fueron comparadas con el crecimiento in vitro en medios de laboratorio, definiendo la anaerobiosis por comparación con el ambiente in vitro altamente aeróbico. Estos experimentos in vivo han demostrado la variable expresión de factores de virulencia conocidos. En V. cholerae, en el 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 326 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 326 que están definidos muchos factores de virulencia, solo se expresan un pequeño número de estos en los microorganismos purificados a partir de la diarrea, incluyendo los genes implicados en el metabolismo de aminoácidos, metabolismo de las purinas y respuesta de tolerancia a los ácidos. Ninguno de estos genes incluidos en el regulón ToxR/TcpP/ToxT fue identificado como expresado de forma diferencial en su nicho hospedador, lo que indica que estos genes se expresan transitoriamente y no son necesarios para que la bacteria se elimine del hospedador. Sin embargo, un número de genes de virulencia se expresaban en las bacterias cuando se cultivaban en el asa ligada de intestino de conejo. Un total de 12 genes de los 300 que se expresaban in vivo formaban parte del grupo funcional en la patogénesis, e incluían reguladores de la virulencia como tcpP, tcpH y toxR, los genes de la hemolisina y transportadores de la hemolisina hlyA y hlyB y el gen de la proteasa con actividad hemaglutinina hapR. En el caso de P. multocida, una tercera parte de los genes identificados como factores de virulencia por STM también se identificaron como regulados diferencialmente durante el crecimiento en sangre de pollo. En el caso de Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme), se han publicado también varios estudios sobre expresión génica, dos de ellos estudiaron los cambios en la expresión del genoma completo durante el crecimiento en membranas de diálisis implantadas en la cavidad peritoneal de rata (166) y uno más se centró específicamente en la expresión de lipoproteínas durante el crecimiento en ratones (167). Los perfiles de expresión génica ob- servados diferían sustancialmente de los observados en el caso de P. multocida y V. cholerae cuando crecía en tejidos. Se observaron pocos cambios en los genes implicados en el metabolismo energético o en el de los aminoácidos, carbohidratos o en el transporte del hierro, lo que se interpreta debido a la baja tasa de crecimiento en el ambiente de los mamíferos. El cambio más notable observado en B. burgdorferi implicó la expresión de componentes de membrana externa, particularmente lipoproteínas, por lo que parece que B. burgdorferi responde primariamente a la respuesta innata o adaptativa del sistema inmune o a ambas, resultando en la subregulación de un gran número de componentes de superficie, incluyendo alrededor de 100 lipoproteínas. En el caso de muchos patógenos humanos específicos, no existen modelos animales bien definidos, por lo que los estudios de expresión génica durante las infecciones reales son muy complicados o imposibles de realizar. En algunos casos se han llevado a cabo estudios de interacción con células, como sucede en el caso de N. meningitidis, comparando los resultados de expresión sobre células epiteliales o endoteliales respecto de los que se observan en cultivos in vitro, en medios de cultivo (168). En definitiva, la comparación de estudios in vivo con estudios definidos in vitro, permite la deconstrucción de los estímulos que actúan en el microambiente representado por el nicho hospedador. Esta posibilidad representa un aspecto prometedor de los estudios de expresión génica que todavía no ha sido completamente explorada. En el caso de P. multocida, cuando crece en pollos, el perfil de expre- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 327 Sanidad animal y biotecnología 327 sión de la bacteria en dos de cada tres animales es similar a los genes que se observan sobrerregulados en condiciones de escasez de hierro in vitro. Tal análisis comparativo puede ampliar el conocimiento de cómo la presión selectiva actúa sobre los patógenos durante la infección. De hecho, este primer análisis de P. multocida indica que al menos en una de las infecciones el perfil de expresión de los genes bacterianos difiere del que se observa en condiciones limitantes de hierro, lo que sugiere que una respuesta bacteriana a bajas concentraciones de Fe solo se produce en algunos hospedadores o en ciertos estadios de la infección (169). PCR de análisis de genoma completo (WGPScanning) La PCR de genoma completo (WGPScanning –Whole Genome PCR Scanning–) representa otra estrategia para el análisis genómico desarrollada por Ogura et al. (2006) (170), cuyo principio se basa en diseñar un set de parejas de primers que amplifican segmentos superpuestos con segmentos adyacentes en ambos extremos y que cubren el genoma completo de una cepa de referencia secuenciada. Comparando los fragmentos amplificados con los del genoma de referencia, puede determinarse si las regiones diana están organizadas en el mismo orden y si los segmentos entre las regiones diana están sometidos a cualquier cambio estructural principal, incluyendo deleciones o inserciones. Los autores señalados desarrollaron un set de pares de primers basados en la secuencia genómica de E. coli 0157, con el fin de determinar la diversidad genómica de este linaje, demostrando su existencia en grado significativo, a lo que contribuía la variación de los profagos localizados en las islas genómicas. Construcción de mutantes isogénicos de genes candidatos de virulencia Como se ha señalado al principio, para definir y verificar el papel de los genes en estudio como potenciales genes de virulencia y en consecuencia implicados en el proceso de patogénesis de las enfermedades con las que se relacionan, se hace necesaria la construcción de mutantes isogénicos. Tales mutantes deben ser estudiados posteriormente, bien en ensayos de virulencia en cultivos celulares o en modelos animales de la enfermedad o en la enfermedad natural misma, confirmando de este modo su papel o papeles en la patogénesis. Genómica comparada para la identificación de genes de virulencia Depende de la disponibilidad de genomas secuenciados. Sobre las disponibilidades de los existentes, se han publicado ya algunos estudios que han puesto de manifiesto, por ejemplo, interrelaciones positivas entre el contenido de genes y el tamaño del genoma cuando se refieren a bacterias, arqueas y eucariotas. Los genomas más pequeños se caracterizaron por los genes esenciales. En un estudio en el que se compararon las secuencias genómicas completas de cinco proteobacterias y una cepa no patógena, se concluyó que las cinco bacterias patógenas compartían aproximadamente la mitad de sus genes y que las variaciones que se relacionaban con la virulencia incluían genes que codificaban, por ejemplo, para el LPS, flagelos o lipoproteínas. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 328 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 328 En un futuro es previsible que la información procedente de la genómica se combine con un detallado análisis proteómico (ver después), pues los genes sospechosos de virulencia, identificados a partir de la secuenciación de los genomas, deben ser verificados experimentalmente mediante la construcción de mutantes isogénicos, probando las construcciones en modelos animales apropiados, trabajo en el que se impone el uso de animales transgénicos y ratones knockout, deficientes en la respuesta inmune innata o en rutas de transducción de señales. Transcriptómica La transcriptómica (171) se ocupa del estudio y comparación de los transcriptomas. Bajo esta denominación se refieren los conjuntos de ARNm (o transcritos) presentes en una célula, tejido, microorganismo u organismo y sus niveles relativos de expresión en condiciones definidas. En otras palabras, los transcriptomas refieren el conjunto de genes que se están expresando en un momento dado y que constituyen el fenotipo molecular de la célula u organismo de prueba. Si se toma como referencia cuanto se conoce acerca de la transcriptómica humana, se ha descrito que solamente el 3% de los genes están expresándose en un momento dado, lo que, a primera vista, pudiera hacer pensar que el transcriptoma es mucho más simple que el genoma y, sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque el transcriptoma es mucho más amplio que la parte que se transcribe del genoma. La complejidad obedece a la existencia de empalmes alternativos del ARN (splicing) y otros cambios, de tal modo que cada gen puede dar lugar, potencialmente, a muchos transcritos, cada uno de los cuales puede 1st Reaction pre-mRNA 1st Exon Intron 2nd Exon 2nd Reaction Intron Lariat Spliced mRNA Translation Figura 21. Splicing del ARN (http://en.wikipedia.org/wiki/RNA_splicing). Discard 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 329 Sanidad animal y biotecnología 329 tener un único perfil de expresión. En casos extremos, donde un gen tiene muchos intrones y se somete a un procesamiento diferencial amplio, potencialmente puede producir miles o millones de transcritos distintos. Pese a su complejidad, nunca se considera un sistema in vivo completo porque todos los genes no se expresan simultáneamente, ni al mismo nivel. Las células o los microorganismos (bacterias, hongos, etc.) transcriben un set básico de genes constitutivos (housekeeping genes) cuya actividad se requiere siempre para funciones elementales, pero hay que tener en cuenta que otros genes, probablemente la mayoría, se expresan solo de forma regulada, como parte de un programa de desarrollo o en respuesta a estímulos externos, por ejemplo. De igual modo, los eventos postranscripcionales (los empalmes, por ejemplo) también son procesos regulados. En una célula en particular, algunos ARNm son muy abundantes, otros lo son de forma moderada y el resto lo son solo raramente. Con el fin de obtener una perspectiva global de la expresión del ARN en un microorganismo o en una célula, deben cuantificarse todos estos transcritos al mismo tiempo, lo que requiere el uso de un formato de ensayo que sea a la vez selectivo y sensible. A tal efecto existen dos alternativas comunes para el análisis de la expresión del ARN global: por un lado, el muestreo directo de secuencias a partir de una fuente de poblaciones de ARN o de librerías de ADNc, o a partir de bases de datos de secuencias derivadas de los mismos o un análisis de hibridación con colecciones de secuencias de ADN no redundantes inmovilizadas en un soporte sólido, esto es, microarrays de ADN. Aunque este tipo de análisis habitualmente se denomina “perfil transcripcional”, no supone en realidad la búsqueda del nivel de transcripción sino el nivel de ARNm en estado estacionario, que también tiene en cuenta la tasa de rotación del ARN. Además, la mayoría de las técnicas de perfil transcripcional no miden el nivel de ARN absoluto, sino más bien los niveles comparativos relativos dentro y/o entre muestras. Los niveles de ARNm en estado estacionario pueden cuantificarse directamente mediante el muestreo de secuencias. Los primeros estudios de expresión génica a gran escala implicaron el muestreo de secuencias marcadas (EST, Expressed Sequence Tags) a partir de librerías de ADNc. Históricamente, el primer estudio de expresión global de genes se basó en la secuenciación a gran escala de clones de librerías de ADNc (172). Con carácter general, se considera que una librería de ADNc que no ha sido “normalizada” es representativa de los ARNm en la población fuente utilizada para prepararlo. Algunos ARNm (y los correspondientes ADNc) son muy abundantes, en tanto que otros son extremadamente raros. Por ejemplo, si se pican 5.000 clones al azar a partir de la librería y se obtienen las secuencias parciales, los transcritos más abundantes podrían ser más representativos entre las secuencias obtenidas que los transcritos raros. El análisis estadístico de estos resultados permitiría determinar los niveles de expresión relativa. Esta estrategia no es particularmente sensible y depende de la disponibilidad de datos EST a partir de fuentes apropiadas. El pro- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 330 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 330 blema principal reside, además, en la gran cantidad de secuencias que requiere. Veculescu et al. (1995) (173) propusieron una técnica de análisis seriado de la expresión génica (SAGE, serial analysis of gene expression), que implica esencialmente la generación de EST muy cortos (de 9 a 14 nucleótidos) denominados “SAGE tags” (etiquetas de análisis seriado de expresión de genes), que se unen en largos concatámeros (en tándem) que son clonados y, después, secuenciados. El tamaño de las “SAGE tags” se acerca al límite menor requerido para una identificación de genes específicos sin ambigüedades. Las “etiquetas” concatamerizadas son secuenciadas y las secuencias se analizan para resolver la secuencia individual, lo que da una idea de la abundancia de ARNm. En comparación con la secuenciación aleatoria de las librerías de ADNc, SAGE es hasta 50 veces más eficiente, porque cada concatámero representa la presencia de muchos ADNc. La ventaja principal, sin embargo, es que los datos obtenidos son representaciones digitales de los niveles de expresión absoluta que permiten la comparación directa entre nuevos experimentos y las bases de datos existentes. El método SAGE descrito originalmente por Veculescu et al. (1997) se muestra en la figura 22. ARN PolyA+ es transcrito de forma reversa utilizando un primer oligodT biotinilado y el ADNc es digerido con una enzima de restricción (NlaIII) que le divide intensamente y que reconoce la secuencia de 4 pb CATG y de la que es esperable que le corte cada 250 pb. El extremo 3’ de cada ADNc se captura por afinidad a estreptavidina, lo que da lugar a un grupo representativo de extremos de ADNc que se pueden utilizar para generar etiquetas de análisis seriado de expresión de genes. El grupo se divide después en dos subgrupos, cada uno de los cuales se fusiona a un enlazador (linker) diferente. Estos enlazadores o conectores contienen sitios de reconocimiento para enzimas de restricción de tipo III, tales como la enzima FokI, la cual tiene la propiedad inusual de cortar fuera del sitio de reconocimiento, en un número específico de bases corriente abajo. La división con una enzima de este tipo, por lo tanto, genera la “SAGE tags” unida a parte del enlazador. Las etiquetas (tags) están ligadas “cola con cola” para generar dímeros denominados “ditags” (bi-etiquetas) y entonces es cuando se amplifican por PCR utilizando los enlazadores como primers. Los productos de la amplificación se tratan con la enzima de restricción NlaIII, para eliminar los enlazadores, y los dímeros de etiquetas se concatamerizan. Los concatámeros se clonan por un procedimiento estándar y los plásmidos resultantes se secuencian para revelar la composición del concatámero (Primrose y Twyman, 2006) (174). El método SAGE de perfiles de expresión, modificado para reducir la probabilidad de genes indeterminados (ambiguos), se ha aplicado a muchos sistemas diferentes. En el contexto de las enfermedades humanas se ha utilizado ampliamente, sobre todo en procesos cancerígenos humanos (175, 176). En Microbiología, SAGE se ha aplicado para estudiar el transcriptoma de levaduras y dividir el genoma en dominios funcionales de expresión. También en el caso de Plasmodium falciparum, el agente de la malaria, para estudiar el transcriptoma en diferentes estadios del ciclo biológico (177). En los últimos años, las apli- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 331 Sanidad animal y biotecnología 331 caciones en Sanidad Animal han proliferado con rapidez; Miller et al. (2008) (178) estudiaron el efecto del virus del PRRS sobre los macrófagos alveolares porcinos; Nelly et al. (2008) estudiaron los efectos de la infección por el virus de la diarrea vírica sobre células endoteliales (179) y Hu et al. (2008) (180) llevaron a cabo un estudio sobre la adaptación metabólica de Cryptococcus neoformans en el curso de la infección pulmonar. En estas fechas también se propusieron diversas mejoras del método, como es el caso del RL-SAGE (Robust-Long SAGE) (181), que incrementa significativamente la eficiencia en el clonaje de concatámeros y el tamaño del inserto. La tecnología de microarrays de ADN ha emergido como un método de elección para el análisis de la expresión de ARN de alto rendimiento, permitiendo el análisis paralelo de miles de genes en un dispositivo miniaturizado. En este caso, las matrices diana de ADN se prueban por hibridación con una sonda compleja, por ejemplo, una sonda que comprende muchas secuencias diferentes que se preparan a partir de una población de ARN procedente de una célula, una bacteria o un tejido. La composición de la sonda refleja la abundancia de transcritos individuales en la población de ARN fuente. El uso de los microarrays permite la medida simultánea de los niveles relativos de muchos transcritos, aunque una limitación importante reside en que estos dispositivos son cerrados y solamente pueden medirse las secuencias representadas en los arrays, al contrario de lo que ocurre con las técnicas de muestreo de secuencias, que son sistemas abiertos. En los análisis de expresión están disponibles dos tipos principales de microarrays de ADN, los arrays de “spots” (manchas) de ADN y los “chips” de oligonucleótidos impresos. En los primeros puede utilizarse un formato sobre nailon o sobre vidrio. Figura 22. Principio del análisis seriado de expresión de genes (SAGE) (Veculescu et al., 1997, modificado por Primrose and Twyman, 2006) [Anchoring enzyme (Nla III); Tagging enzyme (Fok I); B Biotin]. La disponibilidad de set de clones para la fabricación de los arrays de spots no es grande, pero es suficiente. Tres compañías (Research Genetics, Incyte Genomics y Genosys Biotech) disponen de colecciones humanas, de ratón o de rata, y entre los procariotas se incluyen E. coli y Bacillus subtilis (en ambos casos, colección completa de ORF), además de algunas otras bacterias (aunque colecciones parciales) y también se incluyen Saccharomyces cerevisiae, Candida albicans, Arabidopsis tha- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 332 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 332 liana, Caenorhabditis elegans y Drosophila (Primrose y Twyman, 2006) (tabla 2). Aunque con alguna discusión, se admite que los microarrays de spots y los chips, funcionan aproximadamente igual en términos de sensibilidad; en cualquier caso, una importante diferencia entre ambos es que para la fabricación de los chips se requiere información previa de secuencias completas, mientras que en el caso de los spots pueden generarse utilizando clones no anotados (anónimos) a partir de librerías de ADNc sin caracterizar, pudiendo utilizarse, entonces, para el descubrimiento de genes de novo. La ventaja de los chips es que están diseñados in silico, por ejemplo, utilizando bases de datos como fuente de información, lo que supone que no es necesario mantener sets de clones físicos de ADN. En los últimos años se ha producido un incremento exponencial del número de experimentos publicados basados en los arrays y han surgido aplicaciones extremadamente diversas que cubren, entre otros, el campo de la clínica y la farmacología. Como hemos señalado ya en otras ocasiones, la Sanidad Animal cumple, desde el punto de vista humano dos principios y aplicaciones fundamentales: por un lado, el estudio e interés que se deriva del conocimiento y control de las enfermedades compartidas (las zoonosis) en las que la fuente animal condiciona la enfermedad humana, bien como consecuencia de que el animal padezca la enfermedad o cuando se comporta como un reservorio subclínico del agente que la produce y, en segundo lugar, cuando consideramos las distintas especies animales, desde los roedores a los primates, pero sin excluir ninguna otra especie, como modelos de estudio, para la obtención de conocimientos que después se aplican al hombre. En este último sentido, por ejemplo, la tecnología de manipulación genética que acabamos de señalar es capaz ahora de diseñar estrategias alternativas para crear modelos de enfermedades específicas, como ciertas formas de cáncer producidas en ratón o de enfermedades producidas por priones, en el caso del hámster o el ratón, por poner simplemente unos pocos ejemplos. En el caso de las enfermedades infecciosas, la tecnología de las vacunas de ADN (ver después) es otro ejemplo de la utilización de estas técnicas, particularmente interesante donde no existen tratamientos convencionales o fallan las vacunas tradicionales, como sucede con la tuberculosis y otras (en el caso del hombre, sarampión, VIH, Ébola o enfermedades por priones, entre otras). Las aplicaciones de los perfiles de expresión en el campo de la salud han estado hasta ahora dirigidas de forma casi exclusiva al hospedador humano, tanto para identificar perfiles transcripcionales que permitan la identificación de nuevos marcadores de enfermedad (sobre todo cáncer, en los que se utilizan, por ejemplo, para la clasificación de tumores) como de la investigación de posibles nuevas drogas para uso terapéutico. No obstante, las aplicaciones, tanto en el campo humano como veterinario, son muy amplias. En el campo de la biomedicina veterinaria, se han aplicado estudios de perfiles de expresión génica principalmente en el caso de los perros, en situaciones de cardiomiopatías, degeneración de la válvula mi- Moderado Caro, pero los precios bajan Spotting (manchado) manual o robotizado Nailon Radioactiva o enzimática Volumen elevado (hasta 50 ml*), ~ a 65 ºC. Autorradiografía o fosforimagen para sondas isotópicas, escáner plano para sondas enzimáticas Bajo Barato Fabricación Substrato Marcado de la sonda Hibridación Adquisición de datos * Debe señalarse que en los microarrays de nailon existen opciones de hasta 5.000 rasgos por cm2 y solamente requieren 100-200 µl de solución de hibridación. Imposible, no disponible Alto 13:06 Coste del array prefabricado Fabricación casera > 5.000 1-10* Densidad (rasgos/cm2) Chips (Affymetrix) Oligonucleótidos de una cadena . Secuencias derivadas de bases de datos públicas o privadas. Sintetizadas químicamente Típicamente, 20-25 nucleótidos Los clones sencillos están representados por sets de ~ 20 oligos no solapados, para reducir los falsos positivos 64.000 para los chips disponibles, pero experimentalmente hay versiones de hasta 1 millón Síntesis fotolitográfica en el chip Vidrio o silicio Fluorescente Volumen bajo (200 ml) a 40 ºC Escáner confocal 17/12/12 Spotting robotizado Vidrio Fluorescente dual Volumen muy bajo (10 µl) a ~ 65 ºC Escáner confocal Los rasgos individuales representan clones no redundantes; alta sensibilidad de hibridación Microarrays de spots de vidrio Fragmentos de ADNbc genómico o clones de ADNc o productos derivados de PCR Mantiene series de clones, bien anotados o anónimos. Deben derivar de una fuente de ARN o comercializados Macroarrays de spots de nailon Fragmentos de ADNbc genómico o clones de ADNc o productos derivados de PCR Origen (fuente) de la diana Mantiene series de clones, bien anotados o anónimos. Deben derivar de una fuente de ARN o comercializados Tamaño Típicamente, 100-300 pb Formato del array Los rasgos individuales representan clones no redundantes; alta sensibilidad de hibridación Propiedad Composición de la diana Tabla 2. Propiedades de diferentes tipos de arrays de ADN para análisis de expresión (Primrose y Twyman, 2006). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd Página 333 Sanidad animal y biotecnología 333 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 334 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 334 tral, dermatitis atópica, atrofia pancreática o enfermedades del sistema nervioso central (SNC) (182). Además de las anteriores, otros procesos como fibrilación atrial, fallo cardiaco, enfermedad crónica renal y miositis, también estudiados mediante perfiles de expresión, han servido de modelo para las correspondientes enfermedades humanas (Kort et al., 2009). En otras especies animales se han utilizado, por ejemplo, en la mastitis bovina producida por S. aureus (183) o en la artritis ósea de los caballos (184). También se han utilizado en la identificación de marcadores diagnósticos, dianas terapéuticas o factores relacionados con la resistencia natural en paratuberculosis (185), tripanosomiasis en el ganado bovino (186), salmonelosis (187) y cocidiosis en aves (188), en la anemia infecciosa del salmón del Atlántico, producido por un isavirus, de la familia Orthomyxoviridae (189), parasitosis de los ovinos por nematodos gastrointestinales (190), así como en la respuesta a la vacunación frente a diversos procesos en peces de consumo, como el lenguado o la trucha (septicemia hemorrágica vírica, necrosis hematopoyética infecciosa), o en el ganado bovino. En todos los casos, los estudios de perfiles de expresión mejoraron el conocimiento de la biología de las enfermedades y añadieron nuevas estrategias de diagnóstico, terapéutica y manejo, que se tradujeron en una mejora de la calidad de vida y supervivencia o mayor eficiencia en la producción, según el caso. Estudios de proteómica Si la genómica se ocupa del estudio del genoma, su expresión conduce a la formación del transcriptoma que es el com- plemento de los ARNm que reflejan los genes estructurales de un organismo; sin embargo, esto es mucho más complejo de lo que parece a simple vista, dado que la transcripción del genoma es sensible a una amplia variedad de factores relacionados con el contexto de la célula y su entorno. En un momento dado, incluso, solo se expresan un subset del total de genes, tanto se trate de una célula individual (una procariota o una eucariota) o asociada formando tejidos en un hospedador. Cuando las condiciones cambien también cambiará la expresión del transcriptoma, por lo que el principal factor de confusión es el tiempo, una dimensión ausente en los estudios genómicos. En las eucariotas puede introducirse otro elemento de diversidad representado por los “empalmes”, que pueden producir varios ARNm a partir de un gen único. La transcriptómica (la descripción del transcriptoma y su expresión), por tanto, es potencialmente más compleja que la genómica. La conversión del transcriptoma en su producto, esto es en la proteína, produce el correspondiente proteoma. El proteoma es el conjunto de proteínas expresadas por un genoma a partir de una célula (procariota o eucariota). La proteómica es la descripción del proteoma. Puesto que en las células y organismos completos el transcriptoma es dependiente del tiempo, el proteoma también lo es igualmente, aunque este último se diferencia tanto del genoma como del transcriptoma porque en los dos primeros la información es esencialmente lineal (secuencial), mientras que en el proteoma está definida tanto por estructuras secuenciales como tridimensionales (191). Por otra parte, mientras que la comple- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 335 Sanidad animal y biotecnología 335 jidad del genoma es finita, es decir, que puede alcanzarse aun cuando se trate del genoma de eucariotas superiores, la del proteoma es prácticamente infinita (192). El análisis global de proteínas pone de manifiesto las modificaciones postraduccionales, los productos del empalme alternativo del ARNm y la degradación selectiva de las proteínas, todos los cuales no pueden ser conocidos cuando se miden directamente los niveles de transcritos del ARNm. Existen dos estrategias principales, y diferentes, de la proteómica para analizar las mezclas complejas de proteínas. Uno de los métodos lleva a cabo la separación de las proteínas completas por electroforesis bidimensional en gel de policrilamida (2DPAGE o 2DE) y la subsiguiente identificación de las proteínas individuales mediante espectrometría de masas (MS), incluyendo MALDI-TOF. El otro método se suele denominar tecnología multidimensional de identificación de proteínas (MUDPIT) y lleva a cabo la separación de los péptidos proteolíticos por cromatografía líquida, y su identificación por espectrometría de masas acoplada en tándem a una técnica de ionización suave asociada a la espectrometría (MatrixAssisted Laser Desorption/Ionization –desorción/ionización láser asistida por matriz– y TOF por Time-Of-Flight –detector de iones–) (193, 194), (coupled electrospray ionization-tandem mass spectrometry). También pueden utilizarse arrays. Existen algunos problemas técnicos que limitan el alcance de los análisis proteómicos. El análisis del proteoma con electroforesis bidimensional (2-DGE) habitualmente excluye las proteínas de gran tamaño, hidro- fóbicas, o aquellas que poseen un punto isoeléctrico extremadamente alcalino. Las proteínas hidrofóbicas a menudo están enmascaradas a consecuencia de su insolubilidad durante el isoelectroenfoque, los problemas derivados de la extracción de los péptidos hidrofóbicos a partir de matrices en gel y las dificultades de ionización de este tipo de péptidos (hidrofóbicos) para el análisis por espectrometría de masas. Las proteínas de gran tamaño o básicas habitualmente no se resuelven, porque no entran en el gradiente del isoelectroenfoque o no permanecen solubles durante él. El MUDPIT resuelve muchas de las limitaciones impuestas por la solubilidad de las proteínas durante el isoelectroenfoque de la 2-DGE. Sin embargo, los geles en dos dimensiones proporcionan una referencia visual de la expresión de las proteínas por comparación, y también permiten observar las modificaciones postraduccionales y la escisión de las proteínas, que no resultan evidentes utilizando MUDPIT. Además, MUDPIT no proporciona información cuantitativa (195). En cualquier caso, 2-DGE y MUDPIT son tecnologías complementarias y para obtener resultados óptimos deben usarse ambos sistemas (196). Sin embargo, al contrario de las estrategias basadas en el ARNm, estas tecnologías son incapaces de dilucidar el proteoma completo. Los arrays representan un conjunto de moléculas que se pueden construir con ayuda de robots. Son, en realidad, una extensión de los microarrays de ácidos nucleicos o chips, que utilizan ADNc (o los oligonucleótidos correspondientes) derivados de una librería que pueden ensa- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 336 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 336 yados con ARNm obtenido a partir de células. Algunos autores consideran que los arrays forman parte de la proteómica (197). En cualquier caso, se utilizan en proteómica para comparar niveles de transcritos y proteínas y para identificar las interacciones proteína-proteína, entre otras utilidades. Su valor principal reside en que permiten conocer los patrones que pueden estar relacionados con el estímulo causal o la patología de base, lo que tiene algún valor diagnóstico potencial. Los arrays de proteínas son, sin embargo, mucho más complejos que los microarrays de ácidos nucleicos. Pueden construirse inmovilizando las moléculas de prueba (algunas veces denominadas reactivos analitos específicos, ASR) o las proteínas de prueba. El procedimiento de unión también es muy variable y refleja la gran dificultad que existe para unir proteínas nativas y mantener su estructura tridimensional a lo largo de los análisis. ASR puede incluir anticuerpos, péptidos o aptámeros (198). También se han preparado arrays de proteínas que reflejen, o casi, el proteoma completo, y pueden utilizarse para identificar la función, las interacciones proteína-proteína, etc. (199). Es de esperar que los datos obtenidos de los estudios con microarrays correlacionen con los resultados de estudios proteómicos obtenidos de los mismos sistemas. Sin embargo, en un estudio llevado a cabo con levaduras en los que se compararon los resultados de la expresión de proteínas (niveles de ARNm) con los obtenidos utilizando un análisis seriado de la técnica de expresión génica, se obtuvo un coeficiente de correlación de 0,4, lo que indicaba que los niveles de expresión de proteínas correlacionaban escasamente con los datos cuantitativos del ARNm (200). Cuando se llevó a cabo un estudio más global, en el que se compararon los niveles de ARNm obtenidos por análisis con microarrays con los obtenidos con niveles de expresión de proteínas utilizando una estrategia de MUDPIT/isótopo-etiqueta de afinidad codificada, se encontró que la expresión de ARNm y el set de proteínas implicadas en algunas rutas biológicas sí que estaban fuertemente correlacionadas, al contrario que otras. Este hallazgo sugiere que los mecanismos de regulación postranscripcional están operativos en algunos casos cuando es escasa la correlación entre los niveles de expresión proteica y los datos cuantitativos de ARNm (201), lo que puede ser el resultado de problemas técnicos asociados con la precisión de la medida, bien del ARNm o bien de los niveles de la expresión proteica en una escala general (202). No obstante, si los instrumentos utilizados para la medida de los genes y de la expresión de proteínas son exactos, los datos de expresión deberían correlacionar para los transcritos y las proteínas que conforman las vías biológicas que no están sujetas a regulación postranscripcional o postraduccional. Aunque el uso de la proteómica para analizar las bacterias patógenas promete avances importantes, todavía no existe ningún ejemplo de un análisis global de la expresión de la proteína de un patógeno bacteriano en crecimiento dentro de su hospedador natural o en un modelo animal. Esta situación es consecuencia de los problemas técnicos relacionados con la separación de las bacterias de los te- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 337 Sanidad animal y biotecnología 337 jidos del hospedador y con la obtención de suficiente material para llevar a cabo un análisis en serie para que tenga significado estadístico. Aunque no se han publicado estudios de expresión de proteínas bacterianas en el interior del hospedador, varios investigadores han analizado la expresión de proteínas durante el crecimiento in vitro en condiciones que reproducen algún aspecto de la infección, incluyendo la respuesta a los cambios de la temperatura, limitación del Fe disponible y presencia de proteínas del suero (203), falta de nutrientes, estrés del pH (204), limitación de Mg (205) o formación de biofilms (206). Otros estudios han utilizado sistemas de cultivo celular para reproducir más estrechamente el ambiente del hospedador. Un análisis de la expresión de proteínas de células enteras de Chlamydia pneumoniae durante el crecimiento en la línea HEp-2 y en respuesta al tratamiento con interferón, después del marcado radiactivo de las bacterias, puso de manifiesto la regulación de un pequeño número de proteínas implicadas en la replicación, metabolismo energético y síntesis de peptidoglicano. De igual modo, un estudio del perfil antigénico de B. burgdorferi dio como resultado cambios en las proteínas antigénicas expresadas durante el crecimiento en ratón cuando se compararon con los cambios acaecidos durante el crecimiento en medios de laboratorio in vitro. Este análisis permitió la medición semicuantitativa de la expresión del antígeno de B. burdorgferi en diferentes tejidos del ratón y mostró la expresión diferencial de algunas proteínas de superficie. Sin embargo, el estudio se queda corto comparado con el estudio de un genoma completo. Cuando se superen los obstáculos técnicos, el análisis de la expresión de las bacterias patógenas completas creciendo dentro los hospedadores proporcionará claves importantes para profundizar en el conocimiento de los mecanismos de la patogénesis bacteriana. Estudios de la respuesta del hospedador a los agentes patógenos De igual modo, el conocimiento de la base molecular de la respuesta inmune a la infección es un dato necesario para comprender los mecanismos implicados en la génesis de la enfermedad, es decir, en la patogénesis de la misma. En los últimos años se ha producido gran cantidad de información en relación con el uso de microarrays para estudiar las interacciones entre el hospedador y un agente patógeno particular, la mayoría de los cuales se refieren al hombre o al ratón, y entre ellos se incluyen estudios sobre Bordetella pertussis, Brucella abortus, Coxiella burnetii, E. coli, Salmonella typhy, S. aureus, Y. pestis, M. tuberculosis, L. monocytogenes, Leishmania major, Toxoplasma gondii, o el virus Ébola, entre otros (207, 208). Es conocido que la inmunidad innata desempeña un papel crítico en la respuesta del hospedador a las enfermedades producidas por microorganismos. Por otra parte, existe el convencimiento, cada vez con más argumentos, de que la inmunidad innata influencia y dirige la inmunidad adaptativa. Además de ello, es un hecho comprobado que la activación de muchos de los elementos que intervienen en la respuesta innata están regulados por 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 338 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 338 receptores de reconocimiento de patrones o perfiles (PRR) que reconocen específicamente puntos estructurales específicos de las moléculas asociadas a los patógenos. Destaca, especialmente, la familia de receptores toll-like (TLR), que reconocen una amplia variedad de moléculas de bacterias, hongos y virus (209). El conocimiento del papel de los TLR en la regulación de la inmunidad innata es crítico para la comprensión de la respuesta a los agentes patógenos. En las células de los mamíferos se han descrito hasta 12 tipos distintos de TLR (1-13), la mayoría dispuestos en la superficie de las células presentadoras de antígenos (macrófagos y dendríticas, especialmente) y algunos en compartimentos internos. En algunos de ellos se desconoce su ligando, mientras que en el caso de la mayoría son componentes de la superficie de bacterias u hongos. El análisis, mediante microarrays, de la expresión diferencial de genes, después de la exposición de células dendríticas a diferentes patógenos y moléculas asociadas a ellos ha sido una estrategia práctica eficaz para comprender cómo se produce la inducción tanto de la respuesta innata como adaptativa (210). Tanto los LPS como los dinucleótidos de citosina-guanina (CpG) no metilados en el ADN de las bacterias, se consideran moléculas asociadas a patógenos que activan la respuesta innata mediante interacciones con TLR4 y TLR9. El LPS activa los monocitos uniéndose a una proteína específica denominada LBP (LPS-binding protein) y este complejo se asocia a su vez con el receptor CD14 que se une entonces al TLR4, que inicia una cascada de señales intracelulares que conducen a la respuesta inflamatoria (211). Los CpG- ODN (CpG oligodeoxinucleótidos) sintéticos pueden utilizarse como ligandos de TLR9 para activar distintos tipos de células inmunes, incluyendo células NK, monocitos, macrófagos, células dendríticas y células B. Para identificar las rutas por las que actúan los TLR, que dan lugar a la activación de funciones celulares únicas, se han utilizado microarrays con el fin de determinar el perfil de expresión de genes después de la estimulación de/con LPS y CpG-ODN, comprobando que la mayoría de los genes que se expresaban de forma diferencial eran únicos para cada estímulo aunque aproximadamente unos 30 genes comunes se sobrerregulaban. En definitiva, estos estudios y otros no descritos aquí ponen de manifiesto la utilidad de los microarrays para estudiar las señales celulares de respuesta a ligandos específicos y para determinar cómo moléculas relacionadas pueden inducir respuestas celulares diferentes. Perspectivas futuras en los estudios de patogénesis de las enfermedades Es un hecho constatado que la incorporación de la tecnología de los microarrays ha revolucionado el análisis de la expresión de genes de la totalidad del genoma de las células y microorganismos y ha permitido la apertura de una puerta del máximo interés al conocimiento de la patogénesis de las enfermedades (212, 213). Las técnicas tradicionales de hibridación en microarrays se basan en la fluorescencia, pero estos métodos presentan limitaciones debido a su baja sensibilidad, una señal de fondo elevada, extinción y fotoblanqueo (214, 215). Actualmente existen, sin embargo, técnicas emergentes, como la RLS (Resonance Light 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 339 Sanidad animal y biotecnología 339 Figura 23. Respuesta innata y adaptativa. Intervención de TLR y NOD frente a distintos ligandos (LPS y GpG). http://epidemiologiamolecular.com/25/09/2010/defensa-innata-frente-a-patogenos-infecciosos/; http://genemol.org/genemol/pictures/TRL-04.html; http://www.invivogen.com/review-tlr9. Scattering, resonancia de dispersión de luz), que están ganando en popularidad tanto en aplicaciones clínicas como en investigación de detección con microarrays debido a su mayor sensibilidad. La RLS es más sensible que la fluorescencia, produce mejor señal, no fotoblanquea (con lo que los arrays pueden ser escaneados repetidamente) y no necesita intercambio de colorantes, por lo que desde todos los aspectos, y en particular cuando la cantidad de ARN es limitada o escasa, resulta una opción muy interesante (Wilson et al., 2005). Aunque está fuera de duda que los microarrays representan una tecnología importantísima para el estudio de la expresión de genes en el curso de la patogénesis de las enfermedades, la calidad de estos análisis depende en gran medida de la anotación precisa, interpretación correcta y calidad de las sondas utilizadas. La anotación debe incluir tanto la valoración de la especificidad de una determinada secuencia de la sonda para un transcripto dado (para detectar casos de hibridación cruzada) como de la alta calidad de la in- formación referida a los transcriptos mismos. Esta anotación es crítica para poder extraer datos biológicos significativos a partir de la medida de la intensidad de la señal en los microarrays. Es previsible que el desarrollo progresivo y continuado de la bioinformática mejore las anotaciones de los microarrays combinados, con nuevos datos de instrumentos de análisis que sean capaces de llevar a cabo comparaciones cruzadas. Epidemiología. Aplicaciones de las nuevas tecnologías en la identificación microbiana y en Epidemiología Molecular Introducción El progreso de la Epidemiología depende en buena parte, de los avances en los métodos epidemiológicos y la búsqueda de información y conocimientos a través de la investigación. Tanto en un caso como en otro, las nuevas tecnologías poseen una importancia extraordinaria. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 340 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 340 ¿Cómo podríamos entender en la actualidad la emergencia de un brote de una enfermedad infecciosa sin la ayuda del ordenador, sin la colaboración de Internet o sin los avances de la Epidemiología genética o molecular, en suma, sin la Biotecnología? (216). A primera vista, al menos, parece difícil, si no imposible. rrelación, por ejemplo, entre los animales salvajes y los domésticos y el hombre facilita constantemente el tránsito de microorganismos de unas especies a otras, con la particularidad de que un hospedador virgen, si es susceptible, puede ser el origen de un brote explosivo, difícil de controlar. Internet, por ejemplo, ha demostrado sus posibilidades como medio de comunicación en tiempo real, sin precedentes, sin barreras de espacio ni de tiempo. En la actualidad, el tono del dial de radio se ha sustituido por el “tono web” (217). Hoy los datos sobre la presencia o difusión de las enfermedades infecciosas pueden ser transmitidos y, en mayor medida, lo serán en un próximo futuro a una velocidad superior, a través de líneas telefónicas, por cable o fibra óptica, por satélite, a través del espectro de radio (inalámbrico) y, posiblemente, la red eléctrica. Los datos y el software serán almacenados en granjas de servidores y gestionados de forma profesional por los proveedores de servicios de aplicación. Con la creciente capacidad para captar, transmitir, almacenar y recuperar datos, surgirá la necesidad de analizarlos y transformarlos en información útil. La combinación de información procedente de varias fuentes crea la base de conocimiento necesaria para la toma de decisiones (Bernardo, 2000). Otros factores, como el comercio nacional y sobre todo internacional de animales, productos de origen animal, etc., representan siempre un elemento de riesgo. En general, el movimiento de los animales domésticos y salvajes es un factor muy importante de difusión de enfermedades. Los ejemplos de difusión de enfermedades que han estado relacionados con movimientos internacionales de ganado doméstico o fauna salvaje son numerosos. El conocimiento del volumen de estos movimientos y los riesgos asociados a ellos constituyen elementos fundamentales en el estudio de la epidemiología de las enfermedades infecciosas de los animales, algunas de las cuales son importantes zoonosis. El comercio mundial de animales, tanto legal como, sobre todo, clandestino, igual que el de productos de origen animal, es un factor epidemiológico de primer orden y la vigilancia epidemiológica tiene en estos asuntos un reto de control permanente, difícil de cumplir, para el que necesita de herramientas cada vez más precisas y sofisticadas y la colaboración de diferentes tipos de profesionales. Al principio nos hemos referido al complicado entramado de factores que condicionan la emergencia y reemergencia de las enfermedades infecciosas, entre los que se incluyen factores humanos, animales, del medio ambiente y factores dependientes de la propia evolución de la patogenicidad de los microorganismos, agentes etiológicos de aquellas. La inte- La transmisión de los agentes de las enfermedades entre animales y su control es un concepto clave en la epidemiología de las enfermedades infecciosas, igual que lo es definir y prevenir los tipos de contacto que conducen a la primera transmisión. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 341 Sanidad animal y biotecnología 341 En el ganado doméstico y en otros tipos de animales, los movimientos pueden estar sometidos a legislaciones que mantienen controles estrictos, existiendo por ello la oportunidad (que no se da de igual modo en el caso del hombre) de reducir la transmisión de las enfermedades. La OIE (www.oie.int) se justifica en sí misma por esta razón, y todo su trabajo, desde su nacimiento hasta la fecha, ha estado muy relacionado con el conocimiento y la difusión de las enfermedades infecciosas de los animales, y en todo ello, el movimiento es centro neurálgico. Desde su nacimiento, la OIE ha adquirido en este campo una solvencia extraordiaria y sus recomendaciones son aplicadas, casi sin excepción, por todos los países adheridos, en la confianza de reducir los riesgos. Por desgracia y pese a todo, los brotes de enfermedades siguen produciendose de forma regular como resultado de los movimientos de los animales, tanto legales como ilegales (218). El comercio internacional de animales domésticos y salvajes, como el de los productos de origen animal es de una gran complejidad, además de que se presenta en escalas diferentes (219). Por otra parte, con excepciones, no existen normas imperativas para el control de estos movimientos y todavía la mayor parte de los tratados se basan en acuerdos bilaterales entre países; sin embargo, los países que son miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) están obligados a cumplir los acuerdos sanitarios y fitosanitarios que incluyen disposiciones relativas a la seguridad alimentaria, sanidad animal y sanidad vegetal (220). Ya nos hemos referido a la OIE, indicando que sus recomendaciones internacionales en materia de sanidad animal y zoonosis, igual que sus declaraciones relativas a los códigos de salud de los animales terrestres y acuáticos, son referencia internacional, promoviendo la seguridad sanitaria del comercio internacional de los animales terrestres y sus productos en normas y medidas de salud que son utilizadas en cada país por las autoridades veterinarias competentes. De ahí, precisamente, la importancia de una buena infraestructura veterinaria para minimizar los riesgos de difusión de los agentes patógenos y sus correspondientes enfermedades (221). El volumen del comercio internacional de animales es de una magnitud impresionante. Tomando simplemente nuestro país como referencia, en 2008, en el capítulo de animales vivos y productos de origen animal se importaron 3,3 milones de Tm, por un valor estimado de 5.407 millones de euros, siendo las exportaciones muy similares (3,2 millones de Tm, por un valor de 5.949 millones de euros) (222). A nivel mundial, la FAO (www.fao.org) reconoce la imposibilidad de disponer de una cifra siquiera aproximada de este comercio, pues numerosos países carecen de datos. En relación con enfermedades como la fiebre aftosa, la tuberculosis bovina o la tripanosomiasis, los mercados desempeñan un importante papel en la diseminación de los microorganismos, sirven de contacto entre enfermos y sanos y facilitan el transporte, permitiendo la diseminación de la enfermedad a través de los animales cuando regresan a los establos. En relación con los animales salvajes, la situación es aún más complicada e igualmente de valores económicos extraordinarios, aunque en este caso las transacciones ilegales o clandestinas tienen un peso 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 342 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 342 mayor; por ejemplo, se ha estimado que cada año son objeto de comercio alrededor de 40.000 primates, 4 millones de aves, 640.000 reptiles y 350 millones de peces tropicales (223). En estas condiciones, a pesar del reconocimiento de los riesgos de transmisión de enfermedades asociadas a ellos y las regulaciones de cada país, lo cierto es que continuamente siguen apareciendo enfermedades nuevas como resultado directo o indirecto de este comercio. Buenos ejemplos de estas han sido el SARS (síndrome respiratorio agudo grave) y la influenza aviar por el virus H5N1, que, como otras muchas, mantienen sus hospedadores reservorios en fauna salvaje. bién en el caso de la encefalitis del Nilo Occidental, ya comentado. Desde la descripción, por primera vez en Holanda en 2006, del serotipo 8 del virus de la lengua azul, se produjo su difusión en el norte de Europa, afectando a más de 57.000 explotaciones en 2007 (con decenas de miles de animales muertos) y más de 33.000 en 2008. En los años siguientes más serotipos llegaron al norte de Europa (serotipos 1, 11 y 16). Como en el caso de los animales domésticos, el papel de los mercados se ha revelado en estos casos de gran importancia al poner en contacto enfermos y sanos, y estos últimos, en periodo de incubación y sin síntomas ni evidencia de su colonización por los agentes patógenos, los diseminan a su vuelta, especialmente en el caso de los no vendidos. Se impone pues, como elemento crítico para el control de las enfermedades, especialmente las que hemos denominado emergentes o reemergentes, la concurrencia del método epidemiológico, asentado en bases científicas, para evitar su uso indebido como barreras artificiales al comercio. De este modo, pues, las medidas sanitarias se apoyan en dos elementos clave: la vigilancia y el análisis de riesgo. En uno y otro la aportación de las nuevas tecnologías, principalmente moleculares, sobre todos los elementos que concurren en la emergencia (agentes, hospedadores y ambiente) es inexcusable. En la actualidad, además, ha surgido otro factor al que se está imputando importante responsabilidad en la emergencia y difusión de enfermedades infecciosas. El cambio climático está modificando condiciones ambientales que hacen posible la persistencia de vectores de agentes patógenos que años atrás estaban limitados por la temperatura, la humedad y otros condicionantes. Uno de los mejores ejemplos a nuestro alcance está representado por la lengua azul, cuyo vector ha alcanzado, como consecuencia del aumento de temperatura, latitudes nunca antes conocidas, difundiendo la enfermedad en los países europeos. Otro tanto sucede tam- En el caso de la Epidemiología humana, D. Raoult (2009) (224) apuesta, para los próximos años, por el desarrollo de tres direcciones principales en la investigación epidemiológica, en las que no está ajena la Medicina Veterinaria en general y la Sanidad Animal en particular. Por un lado, señala la necesidad de identificar las causas de los dos motivos principales de mortalidad humana en la actualidad, las enfermedades digestivas y respiratorias, a las que define como las grandes desconocidas, especulando con un posible origen microbiano, por el momento no establecido, para lo que reclama el desarrollo y mejora de nuevos métodos que permitan 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 343 Sanidad animal y biotecnología 343 la identificación y caracterización rápida y extensa de los mismos. A este respecto refiere la utilidad de los métodos múltiples (multiplexing) de detección e identificación. En relación con las enfermedades respiratorias, en los últimos años se están identificando un número creciente de agentes patógenos como responsables etiológicos de las mismas (Metapneumovirus, Coronavirus, etc.), aunque en la mayoría de los casos su implicación es incierta, igual que sucede en el caso de las enfermedades gastroentéricas (Norovirus, etc.), entre otros motivos porque todavía no se acierta a comprender el significado epidemiológico de etiologías tan complejas, tanto en los casos de neumonía, como de gastroenteritis. En unas y otras, por ejemplo, el conocimiento actual de las rutas de transmisión es todavía muy incompleto, y de ello deriva la falta de estrategias preventivas y otros métodos de control, como sucede en los casos de gripe. En los próximos años, un objetivo a lograr será determinar las condiciones que permitan detener la transmisión interhumana o animal-humano de estos procesos. En segundo lugar, se refiere a la posible implicación de los agentes infecciosos en las enfermedades crónicas y cáncer, como ya ocurriera en el caso de H. pylori y su relación con la úlcera gastroduodenal y posterior evolución a cáncer de estómago, descubrimiento que valió a Marshall y Warren el Premio Nobel de Medicina de 2006 y que se puede hacer extensivo al caso del virus del papiloma humano, relacionado también con el cáncer de cuello uterino, para el que ya se está utilizando en la actualidad una vacuna. Por último, en lo que se refiere a la epidemiología de las enfermedades infecciosas, el próximo desafío será, en opinión de este autor, relacionar la obesidad y la microbiota intestinal, un hecho para el que se están produciendo interesantes aportaciones, en las que se implican las variaciones de la microbiota intestinal de los animales productores de alimentos como consecuencia del uso indiscriminado de antibióticos, tanto con carácter preventivo o terapéutico como en razón de su utilidad como promotores de crecimiento, circunstancia, como es sabido, ya prohibida. Extrapolando estos objetivos al campo de la Sanidad Animal, la conclusión no puede ser otra que la de que queda mucho trabajo por recorrer, en el que nuevamente la Microbiología Molecular debe venir en auxilio de las necesidades de conocimiento señaladas antes y que, al menos en principio, en los animales y en el hombre, se debe trabajar en desentrañar las complejas etiologías de estos cuadros clínicos múltiples en los que se entremezclan signos y etiologías. Identificación y caracterización microbianas. Epidemiología Molecular En la vigilancia epidemiológica, tanto la capacidad de detección como la disponibilidad de métodos capaces de diferenciar con rapidez y rigor entre aislados es esencial. En los últimos 30 años, los avances de la Biología Molecular han permitido redefinir y, en algún caso, reorientar la forma de investigar las interrelaciones entre patógenos y hospedadores susceptibles. De hecho, las innovaciones derivadas del conocimiento, cada vez mayor, del material genético de los microorga- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 344 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 344 nismos (ADN y ARN) están proporcionando la base para el desarrollo de muchos instrumentos utilizados en la moderna Epidemiología, lo que ha permitido desde 1982, la introducción del concepto de Epidemiología Molecular (225). La Epidemiología Molecular permite explorar los mecanismos que gobiernan las interrelaciones entre patógenos y hospedadores. Desde la culminación del proyecto del Genoma Humano y el comienzo del Proyecto del Epigenoma, los instrumentos disponibles para el estudio de las enfermedades todavía se han ampliado más, proporcionando a los modernos epidemiólogos moleculares técnicas basadas en nuevos datos de laboratorio que incluyen técnicas epigenéticas y ómicas (genómica, proteómica, metabolómica, etc.), que ofrecen nuevas oportunidades para profundizar en los componentes que rigen la dinámica de las enfermedades, así como para hacer frente al desafío que supone obtener el máximo rendimiento derivado de su utilización en las investigaciones epidemiológicas actuales. En muchos aspectos, el aprendizaje necesario para incorporar las tecnologías emergentes disponibles hoy es muy similar a la forma en que lo hicieron los epidemiólogos cuando incorporaron los biomarcadores moleculares a la investigación epidemiológica tradicional (226). En lo que se refiere a los agentes patógenos, productores de enfermedades infecciosas, el análisis filogenético de las secuencias genómicas amplificadas brinda información inédita sobre ellos y su evolución, y resulta muy útil para llevar a cabo estudios de caracterización genotípica y epidemiología molecular. La evidencia de que a lo largo de la escala evolutiva se han producido intercambios de ADN entre microorganismos muy diversos, principalmente por transferencia horizontal de genes, fragmentos genómicos e islas genómicas y de patogenicidad, está permitiendo redefinir el concepto actual del mundo microbiano, así como su clasificación y sistemática, al menos en el sentido de cómo se venía realizando hasta ahora. Desde un punto de vista exclusivamente práctico, en términos epidemiológicos, el proceso de tipificación es importante. Permite reconocer los brotes de infección, la detección de transmisión cruzada de patógenos, la detección de fuentes de infección o el reconocimiento de cepas virulentas de una especie particular. En definitiva, es la base de la vigilancia epidemiológica; sobre sus resultados se adoptan decisiones, se modifican criterios o se suspenden medidas adoptadas sobre datos poco sólidos. Los métodos de tipificación tienen interés en el estudio de la difusión y dinámica de las poblaciones microbianas, tanto de bacterias como de otros tipos de microorganismos, tanto en la clínica como en valores ambientales, a niveles que van desde un simple hospedador a un ecosistema global. Hasta la fecha, los métodos que se describen a continuación han sido aplicados a los organismos y microorganismos haploides, pero se está manifestando un interés creciente para la tipificación de organismos (y microorganismos) diploides, incluyendo levaduras, hongos y parásitos. Definitivamente, la Biología Molecular y la Biotecnología han desplazado en los úl- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 345 Sanidad animal y biotecnología 345 timos años las técnicas tradicionales de tipificación microbiana mediante el estudio de rasgos fenotípicos (227) y, como se ha señalado antes, esto no debe ser otra cosa que el comienzo de una larga carrera por perfilar cada vez con más precisión las causas que se sitúan en el origen de las infecciones, con todas sus variantes. Métodos fenotípicos de identificación y tipificación microbianas Los métodos de identificación y tipificación de microorganismos han rendido en el pasado reciente servicios del máximo interés en Microbiología, Parasitología y Epidemiología. Un breve recorrido por los mismos se resume a continuación: Fenotípicamente pueden valorarse datos como la morfología de las colonias, el color, el olor y numerosos detalles microscópicos, pero la mayoría de los métodos fenotípicos se basan en datos que requieren una observación especializada que pueda documentarse; por ejemplo, la capacidad de crecimiento en presencia de determinadas sustancias (metabolitos, sensibilidad o resistencia a drogas, a toxinas o a bacteriófagos) o la expresión de moléculas específicas (antígenos, enzimas, etc.). Comoquiera que sea, todos los métodos requieren una estandarización estricta, dada la posibilidad de cambio de los rasgos de interés, en función de modificaciones en las condiciones ambientales en las que se lleva a cabo la prueba. Se incluye, por ejemplo, el biotipado, que se basa en las características bioquímicas que ofrecen excelentes resultados de tipabilidad, pero su poder discriminatorio es variable, siendo necesario para optimizarlas seleccionar un gran número de ca- racterísticas. Existen arrays de reacciones fenotípicas útiles de modo complementario a tecnologías de ADN y proteómica. La tipificación basada en la susceptibilidad a los antibióticos (antibiotipia), bien mediante un sencillo antibiograma o bien mediante procedimientos de más profundidad (cálculo de la concentración mínima inhibitoria 90 o 50%, CMI90-50%), se aplica más o menos habitualmente, en función de la necesidad clínica, a muchas especies; en este caso, la discriminación depende de la diversidad, de la estabilidad y de la prevalencia relativa de los mecanismos de resistencia adquiridos por los aislados en estudio. En cualquier caso, patrones de sensibilidad semejantes pueden ser debidos a un proceso de evolución convergente. El serotipado ha sido, tradicionalmente, el método fenotípico más importante de tipificación microbiana, con la particularidad de que, prácticamente, fue el primero o uno de los primeros en aplicarse; por ejemplo, en el caso de las enterobacterias, como las salmonelas o E. coli, el método o esquema de Kauffmann-White ha sido una referencia internacional que ha servido para identificar y agrupar estas especies en función de los antígenos somático, flagelar y capsular, mediante el uso de anticuerpos (policlonales, y ahora también monoclonales). La calidad de los anticuerpos y el tipo de antígeno proporciona problemas en la tipificación en función de la presencia de reacciones cruzadas y, además, algunas cepas no son tipificables, por lo que resulta de gran importancia la estandarización del método de prueba. Puede mejorarse la discriminación combinando el serotipado con electroforesis en gel (SDS-PAGE) en el western-blotting (in- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 346 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 346 munoblotting) (228). Algunos esquemas de serotipado tradicionales se están reemplazando progresivamente por equivalentes genotípicos, como sucede en el caso de Clostridium botulinum (229) y otros. La tipificación mediante el uso de fagos (fagotipia), igual que en el caso de las bacteriocinas (bacteriocinotipia), permite la obtención de un patrón lítico del microorganismo de prueba cuando se expone a la acción de virus bacterianos específicos o la actividad bactericida de las bacteriocinas. Ambos métodos, sin embargo, se reducen a la aplicación a unas pocas especies, además de que los tipos pueden cambiar a lo largo del tiempo, con lo que la capacidad de discriminación es variable, la tipabilidad es parcial y la reproducibilidad escasa. Además, se requieren controles de calidad continuos de los fagos, experiencia y tiempo. La electroforesis en geles de poliacrilamida (SDS-PAGE) de componentes celulares y extracelulares puede proporcionar alta capacidad discriminatoria, con buenas aplicaciones en la tipificación bacteriana (230), aunque desde la introducción de los métodos basados en el ADN en la década de los años 90, su uso se ha reducido de forma sustancial. En el caso de la electroforesis de enzimas multilocus (MLEE), se identifican variantes electroforéticas de un set de enzimas constitutivas (housekeeping) codificadas por diferentes alelos del mismo gen, lo que da lugar a pequeñas variaciones, pero detectables, en el tamaño y la carga eléctrica de la proteína (231). MLEE ha sido utilizada como método de referencia para definir la estructura filogenética de linajes clonales en poblaciones bacterianas y, aunque no es un sistema ni rápido, ni utilizado ampliamente, ha sido muy importante en la configuración de la biología de las poblaciones bacterianas ambientales. Su continuación molecular (MLST, ver después) es mucho más práctico y, consecuentemente, mucho más utilizada en la actualidad. La espectrometría de masas (MS) es una técnica desarrollada originalmente para la identificación de moléculas, principalmente orgánicas, de bajo peso molecular en mezclas complejas (232). En la actualidad se utiliza para caracterizar mezclas de macromoléculas biológicas complejas mediante la caracterización de sus productos de degradación específicos. La técnica de desorción/ionización láser asistida por matriz, con ionización suave (Matrix-Assisted Laser Desorption/Ionization-Time-Of-Flight), conocida por sus siglas en inglés MALDI-TOF, permite el análisis de biomoléculas (biopolímeros como las proteínas, los péptidos y los azúcares) y moléculas orgánicas grandes (como los polímeros, los dendrímeros y otras macromoléculas) que tienden a hacerse frágiles y fragmentarse cuando son ionizadas por métodos más convencionales, con lo que permite el análisis de huellas moleculares de microorganismos completos (233). El procedimiento utiliza un láser que evapora el material biológico que después es sometido a un campo eléctrico intenso. Los pequeños iones se mueven a alta velocidad y alcanzan un detector antes que los más grandes y las señales que se generan se registran y dan lugar a espectros complejos, característicos del contenido molecular de una bacteria. Cuando se comparan informáticamente, pueden diferenciarse tipos bacterianos (234). También se puede utilizar para el 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 347 Sanidad animal y biotecnología 347 análisis de moléculas menos complejas, como sucede con el ADN. También se han comercializado con éxito otros métodos espectroscópicos y cromatográficos y pueden proporcionar plataformas útiles para determinados formatos de identificación bacteriana, como es el caso de la cromatografía líquido-gas (GLC, que es utilizada en el sistema MIDI de identificación bacteriana) y otras. Otros métodos de fundamento físico para la identificación bacteriana incluyen, por ejemplo, el mapeo óptico de moléculas de ADN, que permite visualizar fragmentos reales de ADN de gran tamaño, que puede ser utilizado para comparar bacterias utilizando una sola molécula de ADN genómico (235). Finalmente, algunas estrategias “ómicas” completan el moderno espectro del fenotipado. La proteómica describe, de forma colectiva, los métodos utilizados para descifrar el contenido proteico de una bacteria. Este rango de tecnologías de electroforesis inteligentes, de alto rendimiento, automatizadas, facilita la secuenciación de las proteínas basadas en la espectrometría de masas. Métodos de detección, identificación y tipificación genotípica Se basan en la variación de los genomas de los aislados bacterianos respecto de su composición, estructura (por ejemplo, perfiles de endonucleasas de restricción, número y posiciones de elementos repetitivos, etc.) o secuencia de nucleótidos (de uno o más genes, o de regiones intergénicas). El análisis de la base genética de eventos moleculares tales como la adquisición, multiplicación, mutación, deleción o inserción de nucleótidos o genes, aso- ciada con los patrones de variación, es la estrategia preferida para evaluar las interrelaciones entre cepas, pero, en general, no es siempre necesaria ni tampoco factible (236). En la actualidad se dispone de una amplia variedad de métodos genotípicos para la detección, identificación y caracterización de los microorganismos, todos los cuales se basan en la detección y estudio de marcadores genéticos. Marcadores genéticos de interés en la identificación y caracterización microbiana Los sistemas de identificación y tipificación moleculares representan una de las aportaciones de la Microbiología que más difusión ha alcanzado en los últimos años. Comprenden una amplia variedad de técnicas y métodos que comparan la composición de los ácidos nucleicos de dos o más microorganismos de prueba, lo que permite reconocer la posible relación entre aislados, hecho que posee gran interés desde el punto de vista epidemiológico. Igualmente, estas tecnologías deben ser capaces de diferenciar entre aislamientos no relacionados, independientemente de su pertenencia a la misma especie, género o familia. En el genoma de los microorganismos, como en el de las células eucariotas que forman parte de los tejidos de los seres superiores, existen determinadas regiones o secuencias hipervariables (también denominadas secuencias anónimas, loci anónimos, loci polimórficos, marcadores anónimos o polimórficos, polimorfismos, etc.), de gran interés desde el punto de vista que nos ocupa, pues permiten uti- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 348 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 348 lizar la información genética con fines de identificación y discriminación. Tales secuencias se concentran principalmente en regiones no codificantes (intrones) y se distribuyen en el genoma de forma más o menos aleatoria, y su característica singular es que son polimórficas, razón por la que también reciben el nombre de polimorfismos o secuencias polimórficas. Las técnicas que estudian los polimorfismos genéticos de los microorganismos han permitido un avance extraordinario en el campo de la tipificación microbiana. La mayor ventaja de estos métodos radica en la estabilidad de los marcadores genéticos utilizados y en la posibilidad de aplicarlos universalmente a especies o géneros de bacterias, no solamente para la identificación, caracterización y tipificación, sino también en otros campos de utilidad, algunos de los cuales ya hemos estudiado (patogénesis) y, en cualquier caso, permiten su aplicación a estudios epidemiológicos (detección de focos, brotes y epidemias, identificación de reservorios, mecanismos de transmisión, evolución genética microbiana, diseño de medidas de control, etc.). En todos los casos, el objetivo es definir la relación existente, clonal o no, entre el grupo de aislamientos de prueba. Un clon o grupo clonal, en este caso, hace referencia a la relación existente entre varios aislados o un grupo de los mismos que descienden de un ancestro común, esto es, forman parte de la misma cadena de replicación y transmisión y poseen un nivel de similitud entre sus genotipos y fenotipos, significativamente superior al de aislados de la misma especie, no relacionados. Los métodos moleculares aplicados al estudio epidemiológico pueden incluir diferentes opciones, como el análisis de plásmidos, el estudio de los fragmentos de restricción y detección de secuencias específicas, la macrorrestricción, la amplificación de secuencias por PCR, el análisis del ADN por secuenciación, el perfil de hibridación de múltiples secuencias, etc. La macrorrestricción del ADN incluye la técnica PFGE (ver después), muy versátil, entre las más utilizadas, que permite conocer la clonalidad de diferentes aislados en situaciones de brotes epidémicos con tiempo y espacio definido. Las técnicas de PCR son más rápidas, con idénticas ventajas, mientras que los estudios de secuenciación permiten el análisis de grandes grupos clonales y se reservan para la comparación de aislados de diferentes áreas geográficas y su evolución en el tiempo (237). La eficacia de un determinado marcador molecular está en relación con factores como la tipabilidad (la proporción, sobre el total, de cepas tipables), la reproducibilidad (repetición con el mismo resultado en varios ensayos diferentes; debe ser > 0,95), la estabilidad (capacidad para reconocer la relación clonal entre cepas que proceden de un precursor común, pese a la variación esperable debido a la diseminación, almacenamiento o reproducción en el laboratorio) y el poder discriminativo [probabilidad promedio de que un marcador clasifique en dos tipos distintos a dos aislados no relacionados, obtenidos aleatoriamente; se cuantifica con el índice de diversidad de Simpson: ID=1-1/N (N-1) Σsj = 1nj (nj - 1), donde N es el número de cepas, S son el número de tipos distintos 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 349 Sanidad animal y biotecnología 349 y nj son el número de cepas pertenecientes al tipo J]. El análisis de ADN extracromosómico incluye el perfil plasmídico, muy utilizado en epidemiología humana hace algunos años, pero ahora en desuso a favor de otros procedimientos de mayor sensibilidad y eficacia, y el de otros elementos de transmisión horizontal (ETH) o elementos transponibles, que incluyen secuencias de inserción (IS) y transposones, además de los fagos transponibles. En la actualidad, el interés de los ETH se reserva para estudios de epidemiología molecular relacionados con la resistencia a antibióticos, un aspecto de gran interés común de la Sanidad Animal y la Salud Pública. El análisis del ácido nucleico (ADN) mediante la restricción e hibridación se aprovecha de la particularidad de los microorganismos que, para proteger su genoma de la contaminación con ADN exógeno, han desarrollado un sistema de protección basado en la disponibilidad de enzimas que reconocen una secuencia específica de nucleótidos de tan solo 4 a 8 pares de bases (secuencia de restricción), cortando la molécula en ese punto. Al digerir una molécula de ADN con una enzima de restricción se obtiene un número de fragmentos equivalente al número de veces que se encuentra repetido el lugar de restricción, del número de pares de bases del mismo y de la proporción relativa de los nucleótidos ATGC del lugar de restricción en relación con la del ADN digerido. Por otra parte, el tamaño traduce la separación entre dos lugares de restricción contiguos; cualquier cambio (mutación o recombinación, por ejemplo) en uno de estos lugares hace que la enzima no lo reconozca y se traduce en una va- riación del perfil de fragmentos de restricción, circunstancia que es la responsable del polimorfismo existente entre las distintas cepas de prueba en un hipotético estudio de un foco o un brote epidémico. Métodos basados en la hibridación Para la hibridación con sondas se han utilizado sondas clonadas al azar o complementarias de un gen o de una secuencia de inserción. En cualquier caso, este tipo de sondas para la detección de genes de virulencia o regiones flanqueantes son poco discriminativas, aunque la presencia de elementos repetitivos (como las IS) da lugar a diversidad y, por ejemplo, en el caso de M. tuberculosis es una de las pocas técnicas capaces de diferenciar entre cepas. En todos los métodos, el ADN inmovilizado para ser investigado es probado con moléculas de ADN que son selectivas y reconocen algunos patrones y otros no. Las tecnologías disponibles varían ampliamente, pero la original fue desarrollada por Southern (1975) (238). Se han desarrollado sistemas de este tipo adaptados a la identificación y tipificación de muchas especies, como S. aureus, Clostridium difficile y otras. Esta metodología puede utilizarse también para la tipificación del ADN ampliado por PCR, como sucede en el caso del “spoligotyping” en M. tuberculosis (239), que incluye la amplificación de un locus que incluye repeticiones en tandem con alguna variación en las secuencias internas. Estas variantes se identifican por hibridación utilizando sondas de ADN de fragmentos específicos repetidos. La técnica se ha utilizado para otras especies de Mycobacterium, incluyendo M. bovis y otras (240). 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 350 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 350 El ribotipado es una variante clásica de la hibridación de Southern que estima el número de loci génicos y su posición en el cromosoma. Es reproducible y aplicable a microorganismos de crecimiento rápido, aunque su capacidad de discriminación es moderada, más bajo que el de la PFGE (ver después), sin embargo, puede tener muchas aplicaciones, tanto taxonómicas como epidemiológicas. Los genes que codifican para el ARNr y su disposición después del promotor (5’-16S-23S-5S-3’), aunque están muy conservados, mantienen una región espaciadora que codifica para ARNt y secuencias repetidas, por lo que el operón permite ser reconocido por una sonda universal y, a la vez, que se generen polimorfismos de restricción, algunos de los cuales son específicos de especie y otros permiten discriminar a nivel infraespecífico. La técnica se ha automatizado (Riboprinter) lo que a la vez que permite la estandarización, facilita la creación de bases de datos. El análisis genómico por hibridación mediante microarray se basa en las posibilidades tecnológicas de inmovilizar hasta varios cientos de miles de sondas de ADN por centímetro cuadrado en una matriz sólida, como ya hemos señalado en otras ocasiones. En la actualidad se han desarrollado microarrays para la mayoría de los microorganismos de interés clínico en Medicina Humana, aunque la situación en Sanidad Animal no es ciertamente la misma, que se basan en la disponibilidad de secuencias genómicas y que cubren todos los genes identificados. Las sondas pueden ser productos de PCR de tamaño definido, aunque se utilizan más frecuentemente oligonucleótidos sintéticos. Estas plataformas facilitan la identificación y ti- pificación bacteriana con un detalle sin precedentes hasta ahora. Una comparación reciente sobre los genomas de cepas de la misma especie ha mostrado la existencia de una considerable variación dentro de la especie, razón por la que se ha acuñado el término pangenoma para definir el genoma acumulativo deducido de las secuencias individuales (241). Métodos de análisis basados en el análisis de fragmentos del genoma Debe considerarse, en primer lugar, la situación que hace referencia al estudio de fragmentos genómicos independientes del cromosoma bacteriano (microbiano), como es el caso de los plásmidos. La tipificación por plásmidos (plasmidotipia) evalúa el número, tamaño y perfiles de digestión después de la electroforesis en geles de agarosa de los plásmidos de las bacterias de prueba. La capacidad de tipabilidad y discriminación de este recurso es variable, dependiendo de la especie de que se trate (242), siendo alta la especificidad y moderada la reproducibilidad. Por otra parte, se han descrito dificultades añadidas, relacionadas con patrones múltiples. En resumen, la falta de estabilidad de los plásmidos no parece que haga de esta opción la mejor para seleccionarla como marcador clonal, al menos tal como se desprende de algunos estudios, como los referidos en el caso de S. enterica o en S. aureus (243), aunque puede combinarse con otros métodos de tipificación genómica y, como habitualmente se hace, con estudios de susceptibilidad antimicrobiana. Polimorfismos. Cuando se utilizan enzimas de restricción de baja frecuencia de corte (es decir, que poseen lugares de res- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 351 Sanidad animal y biotecnología 351 tricción raros o escasos a lo largo de la molécula de ADN) se produce la división o fragmentación del genoma en unos pocos fragmentos (entre 10 y 30), lo que supone un tipo de macrorrestricción. Entre los métodos de estudio de los polimorfismos de longitud de los fragmentos de restricción (RFLP), el análisis por endonucleasas de restricción (REA) fue el primero en utilizarse ampliamente. Habitualmente el cromosoma bacteriano es digerido por las enzimas de restricción produciendo cortes que dan lugar a varios cientos de pequeños fragmentos que después se separan por electroforesis horizontal en gel (SDS-PAGE) (244), en patrones complejos que producen complicadas interrelaciones y enmascaran y confunden el intercambio de datos entre laboratorios. Para simplificar los datos obtenidos por este procedimiento se añadieron sucesivas fases de Southern blot e hibridación. En este sentido, el ribotipado, al que nos hemos referido antes, es un método que acopla la digestión del genoma mediante una endonucleasa de restricción que proporciona una “frecuencia de corte” con una secuencia de reconocimiento de 4 pb y una hibridación con una sonda complementaria de ADNr. Algunas de las sondas de restricción utilizadas con este fin están restringidas a una especie simple, como sucede con la IS6110 de M. tuberculosis (245). El PFGE (Pulsed-field gel-electrophoresis) es una nueva técnica de electroforesis que hace posible separar grandes fragmentos de macrorrestricción del ADN genómico en geles de agarosa mediante la alternancia periódica del ángulo de dirección de un campo eléctrico. Estos fragmentos de macrorrestricción del ADN se generan con endonucleasas de restricción con seis o más sitios de reconocimiento de pb (“cortes raros”). Ordinariamente se obtienen menos de 30 fragmentos de entre 20 y 800 kb. En la actualidad, esta técnica es considerada el “gold standard” de los métodos de tipificación molecular (246). La PFGE posee una importante capacidad discriminatoria y reproducibilidad y ha sido un procedimiento muy aplicado para la tipificación comparada de casi todas las especies bacterianas, aunque en la última década otros métodos han ganado también terreno. La PFGE, por ejemplo, se ha aplicado en los últimos años a la tipificación de numerosos agentes de interés en Salud Pública y Sanidad Animal (M. tuberculosis, C. jejuni, C. coli, Yersinia pseudotuberculosis, Streptococcus suis, F. tularensis, Salmonella enterica Enteritidis y Typhimurium, E. coli, Leptospira monocytogenes, Listeria spp, Enterococcus faecium, S. aureus, Dichelobacter nodosus, Treponema phagenedis, Klebsiella pneumoniae, Shigella dysenteriae, Streptococcus pneumoniae, Clostridium perfringens, Shigella dysenteriae, Neisseria meningitidis, Mannheimia haemolytica, Bartonella henselae, M. tuberculosis, M. avium, etc. (247-255). Se pueden conseguir niveles aceptables de reproducibilidad interlaboratorios, lo que ha permitido en algunos casos la creación y mantenimiento de bases de datos internacionales. El sistema, sin embargo, resulta caro, tiene un consumo de tiempo de alrededor de 4 días y se necesitan equipos costosos. La PFGE se ha aplicado con frecuencia en estudios epidemiológicos en Bacteriología. Se obtienen patrones de restricción sencillos, que representa el ADN cromosómico bacteriano distribuido en unas pocas 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 352 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 352 bandas, con movilidades electroforéticas diferentes. Se puede digitalizar para el análisis de las bandas, que se ejecuta con un software disponible comercialmente. La PFGE es altamente discriminatoria en la tipificación y caracterización de muchas especies bacterianas y excelente reproducibilidad, aunque en el caso de Salmonella enterica, Pseudomonas aeruginosa, E. coli, Clostridium difficile y otros existen inconvenientes derivados, entre otras razones, de la degradación del ADN cromosómico, y resultan no tipables o carecen de suficiente capacidad de discriminación. Tampoco detectan cambios puntuales en genes ni permiten la observación detallada de ciertos elementos como plásmidos, transposones, IS, etc. La PCR y métodos derivados. La PCR es, en general, una alternativa menos costosa que las técnicas anteriores, pero también menos resolutiva que aquellas. La PCR permite que determinados loci genéticos sean amplificados e investigados a la búsqueda de variaciones características de una cepa en particular o entre cepas utilizables tanto en la tipificación como con propósitos epidemiológicos. Por lo general se reconocen tres tipos o grupos de variantes de la PCR utilizables con estos fines. En primer lugar, las que utilizan primers arbitrarios o con cierta especificidad, con los que amplifican regiones situadas entre dos primers adyacentes separados por una distancia inferior a la máxima que puede amplificar la Taq polimerasa. Así se obtienen patrones de amplificación que están constituidos por un número variable de bandas. En segundo lugar, las variantes en las que antes o después de la amplificación por PCR se somete el genoma o el amplicón a la acción de enzimas de restricción y, finalmente, en tercer lugar, las variantes que amplifican por PCR regiones internas de ciertos genes y después secuencian. En el primer grupo, sin digestión con enzimas de restricción, se lleva a cabo la amplificación de los fragmentos genómicos flanqueados por una o dos secuencias de oligonucleótidos utilizadas como primers. Se diferencian los métodos de amplificación múltiple arbitraria (utilizan primers arbitrarios, que no van dirigidos a ninguna región específica), como la AP-PCR (Arbitrary Primed-PCR) o RAPD-PCR (Random Amplified Polymorphic DNA) (que permiten amplificar regiones que se localizan entre dos primers consecutivos) y los de amplificación múltiple definida, que utilizan primers de secuencias repetidas, cortas (< 200 pb), situadas a lo largo del genoma, como REP-PCR (Repetitive Extragenic Palindromic), ERICPCR (Enterobacterial Repetitive Intragenic Consensus), ARNt-PCR, Box-PCR, ISPCR… En todas ellas, la reproducibilidad es baja y la interpretación de las diferencias entre bandas en ocasiones es complicada. Por otra parte, son procedimientos flexibles, técnicamente simples, no son complicados en lo que a disponibilidad de equipos y reactivos se refiere y son rápidos. En conjunto, estos métodos constituyen la denominada “huella genética de PCR” (PCR fingerprinting) y no son muy aceptados para intercambio de datos entre laboratorios (256). Los RAPD-PCR se basan en la utilización de pequeños primers, de apenas 10 pb, cuya secuencia es inespecífica, no dirigiéndose hacia un locus genético determinado sino que, a bajas temperaturas de alineamiento, híbrida al azar (arbitraria- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 353 Sanidad animal y biotecnología 353 mente) en ciertos sitios cromosómicos con suficiente afinidad para permitir la iniciación de la polimerización, con lo que la presencia de tales lugares en dos puntos concretos de las cadenas complementarias de ADN, en direcciones opuestas una a la otra, permite la amplificación del fragmento entre estos dos puntos. El número de tales localizaciones de dos puntos varía según la cepa, por lo que sirve para la tipificación de cualquier microorganismo y presenta un alto poder de discriminación, aunque posee baja reproducibilidad y es de difícil interpretación. La REP-PCR se basa en la presencia de secuencias repetitivas, que están presentes en casi todas las bacterias y que pueden ser utilizadas como secuencias consenso para la hibridación de primers que inician la amplificación en estos sitios. Estas secuencias se localizan habitualmente en varios sitios del genoma bacteriano, y cuando dos secuencias se localizan próximas una de otra, puede amplificarse la región flanqueada. Para este efecto se han utilizado principalmente secuencias repetitivas extragénicas palindrómicas, que se han identificado en muchos miembros de la familia Enterobacteriaceae (ERIC-PCR). La misma estrategia se ha utilizado también con otras secuencias repetitivas, como es el caso de las secuencias de inserción (IS), secuencias ribosomales y secuencias Shine Dalgarno (el sitio de fijación del ribosoma). El método, que ha mostrado buena reproducibilidad y bajo coste y complejidad, tiene un poder discriminatorio que depende de la secuencia repetitiva analizada. En general, las técnicas de tipificación basadas en la secuenciación del ADN se han visto favorecidas por la aparición de tecnologías de secuenciación automática. En el segundo grupo se incluyen variantes de PCR con digestión posterior con enzimas de restricción y comparación de los fragmentos por RFLP (Restriction Fragment Length Polimorphisms; polimorfismos de restricción de los fragmentos de longitud). En una primera fase se amplifican los loci con primers específicos y se analizan por RFLP, visualizando por electroforesis. El inconveniente de estos análisis reside en la limitada región del genoma que puede ser examinada, lo que proporciona un poder de discriminación menor que en el PFGE. Si la digestión con enzimas de restricción se lleva a cabo antes de la amplificación, pueden utilizarse métodos que amplifican las secuencias flanqueantes a los lugares de restricción (IRS, baja frecuencia de corte) o el estudio de los polimorfismos de longitud de los fragmentos de restricción amplificados (AFLP, alta frecuencia de corte). La AFLP (Amplification Fragment Length Polymorphism) es un marcador molecular basado en la PCR, en el que se combinan dos estrategias diferentes: por un lado, la digestión del ADN con enzimas de restricción y, por otro, la amplificación selectiva por PCR. Utiliza adaptadores que reparan los fragmentos de ADN procedentes de la digestión, con una amplificación posterior mediante primers complementarios de la secuencia de aquellos. En el caso de las bacterias (porque el sistema se describió y se utiliza en sistemas eucariotas, más complejos) se 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 354 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 354 han desarrollado variantes que solo utilizan una digestión inicial y una resolución final en geles de agarosa. En el caso de algunas especies bacterianas se han organizado bases de datos y evaluado la reproducibilidad ínter-laboratorios, en M. tuberculosis, Legionella pneumophila, E. coli, F. tularensis, B. anthracis, Y. pestis, Burkholderia mallei, B. abortus y micoplasmas aviares (258-262). El análisis Multilocus Variable (MLVA) se ha aplicado a repeticiones en tándem (Multilocus Variable Number Tandem Repeat) (VNTR). Es también un método de tipificación basado en la PCR que aprovecha la variabilidad inherente encontrada en muchas regiones de ADN repetitivo. El ADN repetitivo se copia incorrectamente con frecuencia, en muchas especies bacterianas, como consecuencia de un mal emparejamiento de la cadena, por deslizamiento, lo que da lugar a un acortamiento o alargamiento de la región de repeticiones debido a la deleción o inserción de unidades repetidas. Este tipo de variaciones del ADN puede evaluarse simplemente llevando a cabo una PCR que abarca repeticiones y determinando la longitud del producto. En el caso de repeticiones de grandes unidades, el sistema de análisis puede ser simple mediante electroforesis en gel, pero en repeticiones cortas o más cortas se requieren tipos de electroforesis más complejos. En el diagnóstico genético se utilizan dos tipos de VNTR, los denominados VNTRminisatélites y los VNTR-microsatélites (también denominados STR –Short Tandem Repeats–). Cada uno de estos loci o segmentos de ADN polimórfico constituye un marcador genético, y la principal diferencia entre ambos reside en la longitud (o tamaño) total del segmento de ADN, que a su vez viene determinada por el número de nucleótidos de la unidad de repetición que lo componen. Un VNTRminisatélite puede oscilar entre 500 y 10.000 nucleótidos, mientras que un VNTR-microsatélite oscila entre 2 y 500 nucleótidos. Los diferentes alelos de un VNTR se diferencian por su tamaño, que en realidad viene determinado por el número total de repeticiones en tándem. Los VNTR-microsatélites son por excelencia los polimorfismos utilizados en el diagnóstico genético y corresponden a la repetición en tándem de secuencias entre 2 y 5 nucleótidos. La combinación de varios loci VNTR en un ensayo (Multiple-locus Variant-repeat Assay, MLVA) ha demostrado en varias especies bacterianas que genera perfiles específicos de cepa que pueden ser comparados, intercambiados y reproducidos en diferentes laboratorios. La técnica ha sido utilizada con éxito para la tipificación de un número creciente de especies bacterianas (263). Los VNTR se utilizaron, por primera vez, para identificar en M. tuberculosis las denominadas Mycobacterial Interspersed Repeat Units (MIRU), unidades repetidas intercaladas. En la actualidad, los VNTR se han aplicado a la identificación y tipificación de otros muchos microorganismos, como Bacillus anthracis, Legionella pneumophila, Pseudomonas aeruginosa, Salmonella enterica o Escherichia coli 0157 (264) y, recientemente, también, en Francisella tularensis (265). Finalmente, entre las técnicas basadas en la amplificación de locus específicos se in- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 355 Sanidad animal y biotecnología 355 cluyen, por ejemplo, la región espaciadora 16S-23S del locus rRNA (RS-PCR, Ribosoma Spacer PCR), que presenta múltiples polimorfismos en secuencia y longitud, los cuales, una vez amplificados con primers específicos, generan patrones de bandas propios de cada clon de cepas idénticas. En tercer término, se situan métodos que llevan a cabo la secuenciación de los amplicones obtenidos por PCR. En este caso puede llevarse a cabo la amplificación de varios loci genéticos (Multilocus). La MLST (Multilocus Sequence Typing) es una técnica desarrollada y diseñada para identificar clones a partir de poblaciones bacterianas. Es un marcador molecular de aplicación en epidemiología que ha sido utilizado en Medicina Humana para la caracterización de brotes, estudio de reinfecciones, fallos terapéuticos, etc. El método se basa, inicialmente, en el MLEE (Multilocus Enzyme Electrophoresis), al que ya nos hemos referido antes, análisis de isoenzimas, en el que se estudia la movilidad electroforética de un grupo de enzimas metabólicas (entre 15 y 20) en geles de poliacrilamida, relacionando las movilidades con las variaciones en el gen que codifica para cada enzima, confirmando un perfil que define el tipo electroforético (266). MLEE mide de forma indirecta el polimorfismo genético, mientras que MLST lo hace directamente, pues el análisis se basa en la secuencia de ADN de fragmentos internos de genes constitutivos (housekeeping) que codifican para enzimas metabólicas. El sistema permite detectar variaciones neutras, que definen líneas clonales relativamente estables. MLST se basa en la amplificación y secuenciación del material genético, y en el caso de algunos microorganismos se ha podido adaptar al estudio directo de muestras biológicas, sin necesidad de cultivo. Una variante de la MLST que no requiere secuenciación y que consiste en la amplificación inicial de los mismos fragmentos que se utilizan en esta, utilizando los mismos primers, es la MLRT (Multilocus Restriction Type), en la que los fragmentos son digeridos después con enzimas de restricción y resueltos por electroforesis en geles de agarosa. Se ha considerado de utilidad en Medicina Humana, en el caso de ondas epidémicas. La MLST también se ha acoplado al uso de micromatrices (microarrays) (267) mediante el diseño de sondas a partir de los alelos conocidos de los fragmentos seleccionados en los siete genes housekeeping, las cuales después se inmovilizan en la matriz. MLST está indicada para el seguimiento epidemiológico de clones bacterianos (o de líneas clonales), permitiendo establecer el proceso de dispersión del microorganismo, identificando con precisión grupos de hospedadores específicos, con independencia de variaciones que afecten al espacio o al tiempo (epidemiología global). Permite identificar líneas clonales hipervirulentas de un patógeno concreto, prediciendo la llegada de ondas epidémicas. También se ha utilizado para el seguimiento de resistencias antibióticas. El polimorfismo de un solo nucleótido, SNP (Single Nucleotide Polymorphism) es una variacion en la secuencia del genoma de ADN que afecta solo a una base nitroge- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 356 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 356 nada (A, T, C o G). Algunos autores se refieren también con igual denominación a “polimorfismo de nucléotido simple” y aceptan en ello cambios en unos pocos nucleótidos, incluyendo inserciones y deleciones que deben afectar al menos a un 1% de la población (por debajo se considera mutación puntual). En esencia, MLST es también un metodo de genotipado SNP, aunque solo se aplica a especies heterogéneas genéticamente en las que muchos SNP están localizados dentro del gen. La SLST (Single-Locus Sequence Typing) es una denominación muy general que acoge una amplia variedad de métodos en los que la secuenciacion de un locus genético simple ha mostrado que proporciona resultados válidos para la tipificación. El análisis de un locus simple hace que la cantidad de ADN a secuenciar sea limitada, por lo que es imperativo seleccionar secuencias génicas que sean altamente variables. Un ejemplo de un esquema SLST es el que corresponde a la tipificación de Str. pyogenes (268). Los microarrays, solos o combinados con MLST, como hemos visto, también representan una opción alternativa, aunque limitada (269), en el campo de la Epidemiología Molecular (solamente se ha descrito su uso en el caso del estudio de la evolución de M. tuberculosis con microarrays que contienen la totalidad del genoma del microorganismo). No obstante, algunos autores justifican su uso en el caso del seguimiento de cepas microbianas a nivel internacional. Secuenciación de genomas La secuenciación de genomas, en sus diferentes opciones, permite “leer” el có- digo genético de un microorganismo, cualquiera que sea su carácter. La secuenciación permite identificar nuevos patógenos, caracterizarles, establecer su relación con la aparición de casos, brotes y epidemias y la identificación de patrones que determinan la resistencia frente a antimicrobianos (particularmente antibióticos), incluyendo también antivirales. La secuenciación ha permitido conocer el genoma completo de numerosos microorganismos, representando después una ventana abierta para el estudio de la presencia de genes relacionados con factores de virulencia, el estudio de sus interacciones con los hospedadores susceptibles y el desarrollo de métodos diagnósticos y de fármacos y vacunas. Aplicaciones de la Biotecnología al desarrollo de vacunas. Vacunología Introducción La vacunación ha sido durante siglos, desde su descubrimiento aplicando los principios de la variolización de Jenner (270), un poderoso instrumento (en algunos casos el único) en la lucha contra las enfermedades infecciosas, de los animales y el hombre. En Medicina Veterinaria, las vacunas han representado un valiosísimo papel en el desarrollo de la ganadería moderna, permitiendo el control frente a enfermedades producidas por bacterias y, sobre todo, por virus, en los que, como es conocido, los antibióticos carecen de efecto. En el mundo de los animales salvajes los éxitos logrados, por ejemplo, mediante la vacunación de zorros frente a la rabia en Europa, han permitido práctica- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 357 Sanidad animal y biotecnología 357 mente lograr su erradicación entre la fauna silvestre y con ello salvado de la enfermedad a otros animales domésticos y al hombre. Desde hace apenas 20-30 años, los nuevos descubrimientos ligados a la Microbiología, Biología Molecular y la Inmunología han impulsado nuevas formas de entender esta ciencia, cambiando progresivamente los métodos originales de los primeros especialistas, particularmente Pasteur y otros, hace ya más de 100 años. A ello han contribuido también conocimientos nuevos acerca de la patogénesis de las infecciones, datos procedentes del conocimiento del genoma, tanto de los agentes patógenos como de los hospedadores animales, nuevos sistemas de preparación de antígenos y un desarrollo importante de los adyuvantes de inmunidad, que exaltan y modulan la inmunogenicidad de los primeros. En su conjunto se puede afirmar, como sucede en el campo del diagnóstico, que la Biotecnología está propiciando contribuciones muy trascendentes, abriendo nuevas vías para la fabricación de vacunas, incluyendo nuevos métodos de atenuación, sistemas de marcaje genético, definición y uso particular de fracciones microbianas o moléculas purificadas como dianas vacunales, uso directo del ADN como inmunógeno, nuevas estrategias para la mejor presentación del antígeno al sistema inmune, etc., además de otras herramientas de distinto tipo, todo ello con el propósito de lograr una inmunización más segura y eficaz contra las enfermedades infecciosas, tanto en el caso de los animales como del hombre. En la actualidad, en la práctica, se dispone de productos que son utilizables de forma compatible en programas de erradicación, en las políticas de comercio internacional, así como en los balances coste-beneficio en los esquemas de producción animal, y todo ello respetando los principios de seguridad más rigurosos y exigentes. La Biotecnología proporciona los medios para desarrollar instrumentos nuevos y más eficaces destinados al control y la erradicación de las enfermedades, naturales o provocadas. Los últimos avances del desarrollo de vacunas mediante la Ingeniería Genética, particularmente en lo que se refiere a las vacunas recombinantes, son muy prometedores. Las autorizaciones oficiales, sin embargo, tropiezan en algunos países con el temor a los riesgos, debido, por lo general, a la ignorancia o a una comunicación insuficiente sobre las bases científicas de su desarrollo. Las primeras vacunas recombinantes fueron introducidas en la práctica a finales de los años 80 para el control de la enfermedad de Aujeszky (vacuna marcada) y la rabia, en este caso, en animales salvajes (271). En cualquier caso, debe precisarse que los criterios que condicionan el éxito de las vacunas veterinarias (en Sanidad Animal, principalmente) pueden ser muy distintos a los que rigen la vacunología humana, dependiendo del grupo o tipo de animales que se considere, pues mientras que en el caso de los animales de compañía los criterios son aproximadamente los mismos que los de las vacunas humanas, primando el concepto de individuo enfermo, en el caso de los animales de renta, la línea de intervención fundamental seguida por la industria en todas sus fases es el balance coste/beneficio, y su destino poblaciones muy numerosas de animales de forma simultánea, en pro- 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 358 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 358 gramas de vacunación sistemáticos y muy ajustados. En el caso de las zoonosis e infecciones transmitidas por alimentos, el objetivo principal es la eliminación del riesgo para el consumidor (y en algunos casos mejorar la productividad). Por último, la vacunación de los animales salvajes solamente mantiene una consideración secundaria, ligada a la posible transmisión de enfermedades al hombre (por ejemplo, el caso de la rabia), aunque en los últimos años está siendo objeto de interés creciente, en relación con otros motivos, incluyendo razones ecológicas, de diversidad o epidemiológicas, o en la concienciación, cada vez más importante, del papel que estos animales representan en el origen de infecciones (y zoonosis) emergentes. En esta última población animal resulta de especial importancia cuanto se refiere a la forma de administración, principalmente mediante el uso de cebos vacunales (vacunas orales). Los dos factores clave del éxito de la industria de la Sanidad Animal incluyen el tiempo necesario para la comercialización y el coste derivado del desarrollo. Tanto en el que se refiere a vacunas como a fármacos terapéuticos, se han puesto de manifiesto inconvenientes derivados de los elevados costes de desarrollo y el de su distribución y comercialización. La OIE ha prestado su apoyo a la estrategia de “Cooperación Internacional para la Armonización de los Requisitos Técnicos relativos al Registro de Medicamentos Veterinarios”, un programa trilateral firmado por los EE.UU., Japón y la UE. Esta última, por su parte, ha reconocido la necesidad de revisar y mejorar los procedimientos de control en todos sus países miembros, en lo que se está trabajando (272). Situación actual Las vacunas veterinarias suponen aproximadamente el 23% del mercado global de la industria de Sanidad Animal, con una tendencia creciente debido sobre todo a los nuevos avanc es tecnológicos en el desarrollo de vacunas, la creciente descripción de resistencias frente a los antibióticos y otros antimicrobianos y a la constante emergencia de enfermedades nuevas, unido a la reemergencia de otras que se consideraban controladas. Aparte de la mejora en salud y productividad, en el caso de los animales a los que van dirigidas, las vacunas veterinarias poseen un impacto significativo en términos de Salud Pública, toda vez que su uso reduce el de fármacos y hormonas, así como el de los correspondientes residuos en la cadena alimentaria, aspecto este, de gran interés actual, como es conocido. Las vacunas también contribuyen al bienestar animal y su uso está favorecido por todas las organizaciones internacionales de defensa de los animales. El valor de las vacunas en la lucha contra las enfermedades infecciosas del hombre y los animales es una cuestión de reconocimiento unánime. En el diseño de una vacuna eficaz, la elección del antígeno constituye el elemento central. El antígeno elegido, que puede ser un microorganismo completo inactivado o atenuado o una mezcla de varias cepas bacterianas, por ejemplo, o de proteínas aisladas y purificadas, o glicoproteínas y carbohidratos, o proteínas recombinantes y glicoproteínas, que de todas estas posibilidades y aún más se dispone para la preparación del producto 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 359 Sanidad animal y biotecnología 359 vacunal, debe estimular una respuesta inmune específica y de memoria, aunque en la actualidad se sabe también de la importancia que posee el estímulo de la inmunidad innata, pues juega un importatísimo papel en relación con la adaptativa, con la que está intimamente relacionada (figura 24) (273). Para la selección del antígeno, particularmente cuando es posible elegir entre varias opciones, por ejemplo, en el caso de las bacterias patógenas, y para su presentación a las células competentes del sistema inmune, deben considerarse numerosas cuestiones desde su estructura terciaria, a su tamaño, complejidad molecular, composición química, etc. En la actualidad, la mayor parte de las vacunas autorizadas destinadas a los animales, tanto en el caso de enfermedades producidas por bacterias como por virus, son vacunas vivas, atenuadas, o vacunas muertas o inactivadas. Las primeras son muy eficientes en el propósito de estimular una inmunidad de larga duración basada tanto en la respuesta inmune humoral como celular; sin embargo, este tipo de productos presenta un riesgo potencial para los animales gestantes e inmunodeprimidos en general, además de su potencial capacidad de revertir a la forma virulenta. Las vacunas inactivadas carecen de infectividad y, desde ese punto de vista, carecen del riesgo de las primeras, aunque su capacidad de inducir una respuesta inmune eficaz es mucho menor, especialmente en lo que se refiere a la respuesta de base celular y, en conjunto, son menos inmunógenas que las vacunas vivas. La inmunidad adquirida como consecuencia del padecimiento de la enfermedad natural puede adoptar diferentes formas, dependiendo del tipo de patógeno (bacterias, virus, hongos, parásitos, etc.), y las vacunas pueden ser utilizadas para prevenir los signos clínicos de la enfermedad, después de la infección, o para ayudar al control, eliminar o incluso erradicar una infección a nivel de poblaciones animales. Tanto la eficacia como el mecanismo de acción de las vacunas puede variar, dependiendo del resultado requerido. Figura 24. La respuesta innata y adaptativa. http://people.eku.edu/ritchisong/301notes4b.html. 6 Leon 15 DICIEMBRE 368.qxd 17/12/12 13:06 Página 360 Aplicación de la Biotecnología en la Ciencia Veterinaria 360 Las autoridades competentes, tanto en el caso humano como veterinario, vienen requiriendo de forma sistemática a las industrias dedicadas a la producción de vacunas, a definir de forma específica los antígenos protectores y a producir vacunas libres de toxinas asociadas a la presencia de patógenos y de componentes inmunosupresores (274) representando todo ello un reto muy importante para la Ciencia Veterinaria de la Sanidad Animal y las industrias que la desarrollan. Vacunas convencionales A lo largo del siglo pasado y aún en el presente se han venido utilizando en la prevención de enfermedades bacterianas y víricas en Sanidad Animal, diferentes tipos de vacunas vivas atenuadas e inactivadas (bacterinas), como hemos señalado. En el caso de las primeras, la atenuación se obtuvo de forma espontánea, como un hallazgo científico, las más de las veces, en el que se desconocía la naturaleza de la atenuación y aún así permanece en la mayor parte de los casos, con escasos esfuerzos por lograr su caracterización desde el punto de vista genético. Se obtuvieron cepas atenuadas que, en ocasiones, inducían niveles de protección buenos y en otras no tanto, razón que sigue estimulando por parte de los científicos su mejora. Las bacterinas