se hace incesante con ayuda de un lenguaje que no tiene todavía nada de concreto ni de normal, pero que es, permítasenos seguir usando de la metáfora, el primer desfrizamiento». "Y se explica mayormente el cambio que se experimenta con la educación, luego que se sabe con los trabajos de tantos especialistas que se han ocupado de la cuestión, que la invalidez del sordomudo no es sino en una proporción muy mínima, el resultado de un proceso degenerativo hereditario; son poco frecuentes las anomalías de funcionamiento mental y los estigmas físicos apreciabks envestos sujetos, existiendo en ellos, por el contrario, una vivacidad intelectual pronunciada, notable especialmente en el momento en que empiezan a sentir los primeros efectos de la educación, y siendo frecuente observar, no sólo entonces sino durante el resto de la vida, el predominio que adquieren ciertas facultades como compensación de las deficiencias que sufren, obra que es, como se ve, el resultado no d-e un desequilibrio natural, sino del ejercicio y la acción provocada de la propia voluntad. "Nada más erróneo que el considerar la sordomudez dependiente siempre de la degeneración hereditaria. Las investigaciones anatomo-patológicas de estos últimos tiempos, tienden precisamente a probar que dicha causa, lejos de ser constante, está representada por una muy pequeña proporción de casos. La mayoría de los sordomudos cuyos antecedentes hereditarios y de infancia se conocen, lo son por lesión del órgano de la audición ocurrida después del nacimiento y conocida de los suyos, y en proporción mucho menor —el 21 % según las estadísticas— han nacido así, o se han hecho sordos después del nacimiento por causas dependientes de una enfermedad cerebral cuya esencia parece ser puramente inflamatoria y no de orden embriogénico". "Parrot creía que dicho proceso obedecía a esa afección que él llamaba atrepsia y que, como se sabe, depende de una infección intestinal prolongada, a la cual se unen como consecuencia, alteraciones de la nutrición general bien conocidas. Otros lo han referido a la sífilis hereditaria, a la que, como también se sabe, se le da por algunos la causa del raquitismo. Para otros, la tuberculosis sería uno de los motivos frecuentes de esta lesión. Es el caso que los ocho décimos de una masa de sordomudos sometidos a un examen conveniente, deben su estado a una causa local que ha actuado después del nacimiento y que en los dos décimos restantes, siendo congénita o adquirida después del nacimiento, la lesión tiene por origen diversos factores que la mayor parte de las veces, no pueden referirse sino a procesos específicos en la vecindad del órgano auditivo (porciones meníngeas que tocan el oído interno y circunvoluciones cerebrales limítrofes) o a lesiones inflamatorias producidas en el seno mismo de los órganos en cuestión, inaccesibles a nuestra observación y sólo reconocibles más tarde por la atrofia que han dejado. En cuanto a la falta de desarrollo embriogénico del órgano auditivo, se explica fácilmente el proceso, pero no la falta de desarrollo de los centros destinados a recibir y a transformar las imágenes auditivas, proceso del cual no puede hacerse teóricamente una reconstrucción plausible". "En lo que toca al grado de desarrollo mental de los sordomudos, hay que decir que entre éstos se encuentran tantas diferencias como en el individuo normal. Casper y Bonnafont en sus respectivos trabajos sobre la responsabilidad de los sordomudos (art. citado) creen que por más que la educación especial recibida haya sido de real provecho, estos sujetos son siempre seres incompletos cuya capacidad debe ser limitada y atenuarse la responsabilidad. Pero Tardieu dice que sólo lo sordomudez dejada en el abandono, constituye un estado evidente de inferioridad mental, en el cual la responsabilidad moral, sobre todo, debe ser medida con indulgencia." "La educabilidad del sordomudo es un hecho probado y que no tiene límites donde detenerse. Los que de éstos hayan adquirió la enseñanza suficiente -para hacer frente a la lucha por la vida y para comunicarse con sus semejantes, pueden obrar libremente y con plena conciencia de sus actos. Dice Tardieu: «El sordomudo que ha recibido los beneficios de la educación, no difiere pues de los demás hombres en el doble sentido de su responsabilidad y de su capacidad, y el médico perito no admitirá la irresponsabilidad o la incapacidad, sino para aquéllos que estén completamente privados de instrucción o que hayan quedado, como aún se ven ejemplos en el campo y en las aldeas pobres y retiradas, en el estado originario> (Tardieu, Elude medico-legale sur la folie, París, 1872)" (»). III. Evolución histórica de la sordomudez. La ciencia de enseñar a hablar a los mudos es, seguramente, de origen muy remoto. De otra manera no se explicaría que los jurisconsultos de Roma discutieran su situación de inferioridad. Ciertos textos autorizan a suponer que bajo el imperio y quizás en los tiempos de la República, hi(9) Veiga, F. de, Estudios médico-legales, páginas 336 y slgs. ciéronse tentativas para educar a los' sordomudos. Ulpiano dice: Lex Tabularum furiosum itemque prodigum, qui bonís interdictus est, in curatione esse adnatorum («>). Ortolán observa que "las palabras pródigo y furioso tomábanse en las XII Tablas en sentido muy limitado, que los pretores se habían visto obligados a extender, y como en todos los casos comprendidos en este sentido más lato, nombraban ellos mismo al curador ( l l ). A juicio de Petit, el pretor nombraba curadores "a los sordos, a los mudos, y a los que una grave enfermedad impide velar por sus intereses. Estos curadores administraban o daban su consentimiento,1 según el carácter de la incapacidad" í *).. Pero conforme se perfeccionaban las instituciones jurídicas, aparecían textos'declarando expresamente 1a incapacidad del sordomudo. Asi puede leerse en las Institutas sed et mente captis et surdis et mutis e qui perpetuo morbo laborant, quia rebus sui superesse non possunt, curatores dandi sunt ( i r i ). En Roma, el sordomudo de nacimiento no podía testar, hacer donaciones de bienes para después de su muerte, manumitir e£< clavos, etcétera ni realizar los actos permitidos a los ciudadanos romanos. La incapacidad era la regla con alguna excepción en favor de los dotados de inteligencia suficiente como para conocer sus derechos y expresar su voluntad. Se encuentran en algunos textos alusiones de este género, pero se refieren al mudo que no es sordo o al que se ha vuelto sordo sin haber sido mudo. En Esparta, antea de Licurgo, los sordomudos estaban excluidos de la sociedad. Y en la Atenas de Péneles lo mismo que en la Roma de Augusto, eran considerados despojos del idiotismo y de la locura. Se los trataba como esclavos y todos los filósofos, historiadores y médicos de la antigüedad, coinciden en el error de negarles categoría humana, porque creían que sólo la palabra tenía el privilegio de a-nalizar y trasmitir el pensamiento. La rudimentaria educación que recibieron algunos, permanecía ignorada. Los que enseñaban, hacíanlo por afecto personal, por razones de parentesco con el enfermo, o para complacer el pedido de alguna familia ilustre, pero sin que tales ensayas consiguieran destruir el prejuicio de la época (10) Dlpinno. Reg. XII párr. 2'. (11) Ortolán. Explicación histórica de las Instituías del emperador Justiniano, t. 1, p&g- 221. Cerní, MainK, Cours dti Droit romain, párr. 357, pág. 191. (12) Petit, E., Tratado elemental de Derecha romano, 1917. t. 1, p¿g. 161. (13) Instituías, ley 1», tít. 23, párr. 4', de curotorttms. que veía un peligroso hechicero en el improvisado maestro. Si los antiguos clasificaban a los sordomudos, entre los idiotas y los dementes, los persas y los egipcios venerábanlos como "privilegiados del cielo y favoritos dé los dioses". En la india, el pueblo cree todavía irremediable su incapacidad, porque juzgan que sordomudez y debilidad de espíritu son términos sinónimos y que el mutismo es un castigo divino por crímenes cometidos durante una vida anterior. Los galos sacrificaban a ios sordomudos y los bárbaros ios creían indignos de compasión. Estos conceptos gravitaron sobre el destino de los seres privados del oído, retardando la solución del problema de su capacidad civil. Sin embargo, tres siglos antes de Jesucristo, no había escapado al genio de Aristóteles, que la ausencia de la palabra proviene de la sordera ("). La doctrina cristiana despierta cierta simpatía en favor del sordomudo. Ya no se lo persigue, pero siempre es subestimada su condición humana. Los teólogos le niegan el nombre de fieles y San Agustín los excluye del conocimiento de las verdades de la ley (i»). En la Edad Media se descubre el germen de la obra destinada a superar con rigor científico la situación de estos incapaces. Los monjes de la orden de Citeaux mencionan la primera dactilología conocida y en alguna crónica del siglo xv, se cita un caso de educación de sordomudo. Ello no obstante, las viejas leyes feudales no les reconocían derecho alguno a la posesión de los feudos y goce de los privilegios. El antiguo Derecho francés los declaraba absolutamente incapaces porque entonces no existían los consejos Judiciales y como el concepto de interdicción tenía la reciedumbre de la época, no es extraño que vivieran privados de ejercer los derechos más elementales. Las leyes de Partidas situaban en el mismo plano a huérfanos y sordomudos al prescribir- "en que manera deue ser fecha la Carta quando el guardador del huérfano vende algunas cosas que sean rayz, de las que del tiene en guarda". Expone el legislador que "las cosas de los huérfanos que son rayz, non se pueden ligeramente enagenar, fueras ende por debda, o por gran pro de los huérfanos assi como mostramos en el titulo que fabla de ellos, e aun entonces deuese fazer con otorgamiento del juez del lugar, andando la cosa públicamente en almoneda treinta días; porende queremos mostrar en que manera (14) Parrel y Lamarque, Les sourds-muets, pá- plna 224, (15) Parrel y Lainarque. ob. clt., pág. 224. deue ser fecha la carta de tal vendida, porque el comprador pueda ser seguro de lo que compare, e el guardador del huérfano se guarde de yerro, e dezimos que deue ser fecha en esta manera..." En los párrafos siguientes se detalla el procedimiento a seguir, y concluye diciendo "e en esta manera misma, e por estas razones, deuen ser fechas las cartas, que ouieren de fazer, de las vendidas que fizieren los Guardadores de los bienes de los mudos, e de los sordos, e de los desmemoriados, e de los desgastadores de lo suyo, quando vendieren alguna cosa, de qualquier dellos, que ser raya" 0«). Destaca por último, "quien puede ser dado por guardador de huérfanos e de sus bienes", mediante el recurso de enumerar los que adolecen de incapacidad para desempeñar el cargo, a cuyo efecto dice que "non deue ser mudo, nin sordo, nin desmemoriado, nin desgastador de lo que ouiere, nin de malas maneras. E deue ser mayor de veynte e cinco años, e varón e non muger" (i?). En el Renacimiento, el problema atrae la atención de nobles espíritus, Montsigne se pregunta porqué los sordos no hablan y responde: "No es solamente por no haber podido recibir la instrucción de la palabra por los oídos, sino más bien, porque el sentido del oído del cual están privados, se relaciona con el de la palabra y mantiene con él un nexo natural" (is). En Italia, Jerónimo Cardán (1501-1576) advirtió que el sordomudo, aún sin poseer el lenguaje articulado, tiene el recurso de acercarse al mundo exterior mediante signos y gestos convencionales, porque es intelectualmente capaz de comprender la realidad que lo circunda. Sostuvo que la escritura puede reflejar el pensamiento sin el vehículo de la palabra: en consecuencia, el sordomudo entiende y puede comunicarse por escrita. Cardán fue el primero en indagar las posibilidades de la pedagogía de los sordos y proclamar su derecho a la cultura. En España, el benedictino Pedro Ponce de León (1520-1584) fue el creador de la enseñanza práctica. Recluido en un convento donde la congregación observaba la regla del silencio, y los monjes comunicábanse entre sí por la mímica y la dactilología, el célebre maestro se inspira en esa disciplina para educar a sus alumnos sordos. Dijo haber recibido de San Juan Bautista el don de enseñar a hablar a los sordomudos. Según acta encontrada en 1578 en el monas(16) Las Siete Partidas, de Alfonso el Sabio, Part. 3', tit, 18, ley 60. (17) Id. id., Part. 6', tit. 16, ley 4». Conf. ley 14. (18) Parrel y Lamarque, ob. cit., pág. 225. terio de San Salvador de Oña, varios autores afirman que educó a muchos "hijos de grandes señores y de grandes personajes". Sus discípulos "hablaban, escribían, calculaban, rezaban en alta voz, se confesaban, ayudaban a decir misa, y razonaban muy bien sobre filosofía y astronomía". Conforme a la tradición de la noble/a castrense, estaban exentos del manejo de las armasy de la práctica de la equitación. Uno se ordenó de sacerdote, y otros heredaron mayorazgos y títulos nobiliarios. Ponce de León no expuso su sistema porque el manuscrito fue destruido cuando se produjo la invasión a España; pero es indiscutible que fue el primer maestro que ensayó con éxito la desmutización e instrucción de sus alumnos por el método oral, adoptado por el congreso de Milán en 1830 y difundido luego en los institutos de cultura de todo el orbe civilizado (i»). Este hecho basta para considerarlo el creador del arte de enseñar a hablar a los mudos y la figura más eminente de la pedagogía especial de la materia. Juan Pablo Bonet (1579-1633) publicó un libro dedicado al rey Felipe III, que es un admirable documento metodológico-gramatical para la enseñanza de los sordomudos. Su obra tiene alto valor moral, social y pedagógico y con justificada razón díjose que. el secretario del Consejo Supremo de Aragón fue el hombre que con Ponce de León y Ramírez de Carrión rompió la tradición "que hacía del sordomudo un ser extraño, ineducable, consinguiendo desenvolver sus facultades y desatar su lengua, restituyéndole al consorcio social del cual se hallaba en cierto modo separado" ( 2 I ) ). El abate Carlos Miguel de L'Epee (17121789) fundador del primer instituto en Francia y en el mundo, ejerció con fervor de apóstol su magisterio en la enseñanza de la lengua a los sordomudos. Predicó entre los hombres la necesidad de distinguir entre el instruido y el abandonado a sí mismo, que para explicarse recurre a una mímica primitiva, y el cristiano deber de intensificar la obra de desmutización para nutrir el entendimiento de los seres privados del oído y de la palabra mediante un proceso de reeducación auditiva. La acción del ilustre maestro francés, contribuyó poderosamente a modificar el concepto de la incapacidad absoluta del sordomudo, y pronto se generalizó la creencia de que sus defectos naturales no revelan falta de inteligencia, sino ¡a despreocupación por corregirlos. (18) Sal'/at, B. M., Tratado de Derecho dril argentino, "Parte general", 1922, pág. 380. (20) Bonet, J. P., Reducción lie las letras. Madrid, 1930. Se impuso entonces el concepto de que sin educación y hábitos de cultura, es inevitable que los sordomudos ignoren las leyes de su país. Si desconocen sus derechos y deberes, no pueden reclamar los unos ni someterse a los otros. Pero la acción del maestro los- transfigura, recuperan su lugar en la sociedad, se vuelven socialmente útiles, y con la palabra conquistan la plenitud de su capacidad, con alguna excepción necesaria desde el punto de vista legal, creada por su escasa experiencia auditiva. En Inglaterra Johannes Wallis (IBie-^lTOS) profesor de la Universidad de Oxford, estudia la formación de los sonidos y expresa ideas muy justas sobre la enseñanza de la lengua destacando que no basta dar la palabra al sordomudo porque también está en condiciones de exteriorizar su pensamiento. En Holanda, Van Helmont (1618-1699) hace notables observaciones y Jean Conrad Ammán (1659-1724) médico suizo naturalizado holandés, implanta en los países de lengua germánica el método oral, que ha tomado este nombre por oposición al de los signos del Abate L'Epée, denominado método francés, aunque en la misma época el abate Deschamps fundaba en Orleans una pequeña escuela de sordomudos, practicaba el primero, juzgándolo superior al otro. En Alemania, el abate Heincke (1723-1790) fundador de la primera escuela abierta en Leipzig en 1778 y que sostuvo con L'Epée una polémica famosa, fue el iniciador, en su país, del método oral ideado por Ponce de León. El sistema consiste en sustituir el lenguaje mímico por la palabra articulada y el oído por el tacto y la visión. El enfermo adquiere la palabra mediante sensaciones táctiles que recibe colocando su mano sobre el pecho, la nariz o la garganta del profesor. Este deletrea las palabras y el sordo procura-traducir las vibraciones recogidas al tacto, "lee" en sus labios los movimientos realizados para emitir los sonidos, y trata de imitarlos, con lo cual se llega paulatinamente a la desmutización. El español Rodrigue Pereire (1715-1780) naturalizado en Francia, promovió en su patria adoptiva la enseñanza por el método oral, realizando obra análoga a la de Heincke en Alemania. La escuela de Ponce de León se impuso en forma definitiva en el terreno pedagógico actuando como una fuerza de recio poder estimulante en el destino de los desheredados del oído. Cuando se redactaba en la exposición de motivos del Código Napoleón la parte referente a donaciones y testamentos, Bigot de Preameneu dijo: "Después que por los felices resultados de la Beneficencia y del Genio, los sordomudos han sido restituidos a la sociedad, quedan capacitados para llenar sus deberes y ejercer sus derechos". La legislación moderna ha resuelto la disyuntiva de la capacidad civil del sordomudo, invirtiendo los términos de la vieja codificación romana y feudal. Antes la incapacidad era la norma y la capacidad la excepción; hoy la capacidad es la norma y la incapacidad la excepción. El principio normativo de la capacidad cede en beneficio del sordomudo ineducado o interdicto para protegerlo y suplir su ineptitud en ciertos actos, pero el régimen de la ley tiene un justo sentido de defensa social, como en el caso del individuo atacado de enfermedades mentales. Actualmente el sordomudo goza de los derechos civiles y políticos de las personas normales. Tiene idénticas obligaciones, salvo impedimento derivado de su insuficiencia física pero llegado a su mayoría de edad, puede testar, hacer y recibir donaciones, actuar como testigo o parte en actos privados o notariales, elegir y ser elegido, disponer de sus bienes, contraer matrimonio, etcétera y en síntesis, desplegar sus actividades sin otra limitación que la ayuda de un intérprete cuando las circunstancias hacen necesario que exprese oralmente su voluntad o dé explicaciones difíciles en presencia del oficial público. La recuperación del niño sordo se realiza en el siglo xix con la fundación de innumerables institutos en las cinco partes del mundo. El sordomudo conquista irrevocablemente su puesto. Corresponde a nuestro tiempo la tarea de perfeccionar los métodos de enseñanza para aislar su vida anímica de toda reclusión interior, explorar su psicología y estudiar su personalidad, para ayudarle a comprender la viva realidad de su alma. IV.. Un libro olvidado: Tratado legal sobre los mudos escrito en 1550, por el licenciado Lasso (2i). Este viejo infolio castellano, contiene un comentario crítico y notas de Alvaro López Núñez, que lo publicó en Madrid en 1919. Expresa el prologuista, su deseo de cooperar al progreso de la enseñanza para personas privadas del oído y de la palabra, divulgando el notable alegato jurídico que en forma de carta escribiera el licenciado Lasso, promediando el siglo xvi "el ilustre señor don Francisco de Tobar, legítimo sucesor del marquesado de Berlanga, e pariente mayor de la casa de Tobar'. Recuerda López Núñez que los nombres esclarecidos del monje leonés Fray Pedro Ponce, del aragonés Juan Pablo Bonet, de Manuel Rodríguez de Carrión, y del hispano-portugués Jacobo R o d r í g u e z Pereira, (21) Nota crítica del autor publicada en la Revista de Sordomudos María Ana Mac-Cotter de Madraza, Bs. Aires, año 1, junio de 1950, pág. 84. prueban que fue España 'la patria de redención social del sordomudo, pues sus hombres de ciencia consiguieron desvanecer una falsa interpretación del texto aristotélico, que difundió, aun en los espíritus más cultos de la época, el dogma de que los sordomudos eran absolutamente incapaces de adquirir la palabra y de instruirse en las ciencias y en las artes. El manuscrito de Lasso fue fragmentariamente publicado por Bartolomé José Gallardo en el tomo tercero de la "Biblioteca española de libros raros y curiosos" y completo por Faustino Barbera en la Revista valenciana de ciencias médicas; pero sólo en la presente reedición, se hace amplia exégesis de la obra, de la vida y de la doctrina de su autor, y se reproduce, expurgado de erratas, el íntegro texto original, escrito por Lasso en el monasterio de San Salvador de Oña, donde pudo admirar los maravillosos resultados que en el arte de enseñar la palabra, obtuvo el benedictino Fray Pedro Ponce de León, que a la sazón profesaba en aquel convento, fundado en tierras de Burgos por los condes de Castilla en los primeros años del siglo xi. El comentarista confiesa que no obstante sus empeñosas búsquedas, con la colaboración de eruditos, bibliógrafos y críticos, alguno tan eminente como el extraordinario polígrafo D. Marcelino Menéndez y Pélayo, para esclarecer la biografía de Lasso en el áureo panorama del renacimiento español, sólo consiguió reunir vagas referencias sobre su edad, aficiones intelectuales y viaje a Oña, motivado por su deseo de asistir a la cátedra de Ponce de León, "la primera que se abrió en el mundo para enseñar a hablar a los mudos". Estas referencias, confirmadas por breves rasgos autobiográficos de Lasso, autorizan a suponer que hallábase en la plenitud de su vida el 8 de octubre de 1550, fecha del tratado, cuyo tono polémico y doctrinario, tanto como su estilo sobrio y acerado en la frecuentación de los teólogos, filósofos y juristas de la antigüedad, revelan al letrado y al humanista que plantea y defiende lúcidamente su tesis, con argumentos y ejemplos de clásica belleza, extraídos de los grandes libros y de la historia. Las propias palabras del autor sugieren sus preferencias y las fuentes de su inspiración: "Me he detenido algún tanto más de lo que mi profesión requiere, porque como aquesta sea jurídica y es motivo y causa final de mi estudio, y accesoriamente en la prosecución y lectura de la presente materia especialmente por ser tan nueva e inaudita, se me ofreciese tocar algunas materias sabrosas de humanidad, no por tanto querría perder lo más por lo menos, pues del OMEBA - XV - 20 un estudio me precio en lo principal y el otro estudio tengo por accesorio y de recreación". Su afición por la pedagogía de los mudos —que acabaría por inspirarle su célebre defensa— adviértese a través de esta confesión: "...Una de las causas más principales que con toda voluntad me movió a hacer mudanza ¿de la corte para venir a este monasterio de Oña, donde al presente vuestra merced y el señor don Pedro su hermano residen, fue poder testificar de vista una novedad tan grande que por razón de su grandeza menos que con verse y comprenderse por vista dé ojos, tuve por dificultosa e imposible de natura, poder acabar de creerlo; que como sea en mayor novedad y misterio el verse, tratarse y entenderse, que no el oírse, y lo que en ausencia de vuestra merced se dice, he tenido por mejor el detenerme para escribirlo, que la brevedad de mi partida que con algunos otros negocios se me ofrecía". El planteo revolucionario de Lasso estriba en afirmar que el mudo que aprende a hablar, ya na puede ni debe ser considerado mudo... Cesa la incapacidad que lo inhibía para la vida de relación y cprnercio jurídico con los demás hombres. El antecedente medular de esa nueva concepción de derecho, fue la enseñanza de Fray Pedro Ponce de León, enseñanza cuyos sorprendentes resultados dictáronle las expresiones de "nueva, extraordinaria y peregrina". Adjetivos sobrecargados de énfasis, pero de exactitud infalible, como lo ha reconocido la posteridad al juzgar el valor y las insospechadas proyecciones científicas del método descubierto y practicado por el excelso benedictino leonés para cumplir su inmortal apostolado. Y aquí llegamos al distingo esencial que el licenciado establece entre los mudos anatura. y los mudos ex-accidente. Los mudos que los profanos cultos o incultos llamaban mudos a-natura, para Lasso son, simplemente, mudos ex-accidente, porque "por razón del accidente de la enfermedad quedan las criaturas mudas, porque si fuese por razón de natura con que nacemos, todos seríamos sordos y mudos; pues si esto es así como es, no se pueden los hombres que no hablan de su nacimiento llamar mudos de natura, sino mudos ex-accidente, pues por razón de alguna enfermedad dejan de oir y dejan de hablar y no porque natura les quite el hablar y el oír más de aquel tiempo regular y comúnmente les quita a todos, aunque el vulgo haya sostenido y sostenga lo contrario en que se han fundado y se .fundan todos los que hasta hoy día han escrito. Y como la enfermedad es causa del apocamiento y vencí- miento de la virtud que basta para impedir a que no haya naturaleza su curso, asi, por el contrario, obrando las fuerzas de la virtud, ayudada con el favor de naturaleza, es parte para expeler y alcanzar los contrarios y enemigos de la enfermedad, para que los que llamamos mudos a-natura en la forma susodicha, puedan hablar y oír y durante la enfermedad los tales que no hablan se llaman mudos, y quitada y pelida la enfermedad vienen los hombres a oír y hablar... pues en efecto de verdad, no hay mudo, aunque sea de su nacimiento, que no sea ex-accidente, que bastó a privar las fuerzas de naturaleza". Al citar nuestro licenciado la ley Discrctis, que prohibe testar a los mudos a-natura con una salvedad en favor de los que escriben, conforme lo dispone la ley 13, título 1" de la sexta partida, piensa que más lógicas razones militan para exceptuar también al mudo que escribe y habla; y cuando menciona el texto ítem surdus et mutus de Justiniano, vuelve sobre su defensa predilecta, subrayando que este mudo es el incapaz ex-accidente y no a-natura, con lo cual aniquila definitivamente el error común de su siglo, de que el mudo a-natura, nunca podría hablar ni escribir. Añade que si los juristas de Roma hubieran presentido que el mudo denominado entonces a-natura era apto para adquirir la palabra, la habrían clasificado en una situación privilegiada como el mudo accidental en el citado texto. Estudia después Lasso la doctrina de los impedimentos de hecho y de derecho. Eliminando oí impedimento de hecho, cobra relieve la causa que genera la validez y calidad jurídica del acto. El mudo tiene en su deficiencia física una incapacidad de hecho que lo excluye de la sucesión en el mayorazgo, pero corregida la mudez, desaparece el obstáculo y la prohibición legal que se deriva del mismo. Idéntica cosa sucede con el impedimento de derecho y con más significativos alcance, porque ya no se trata de una cuestión de fondo sino de forma, como pasa con el marido respecto a la mujer, y con el curador respecto al pupilo. Un contrato formalizado sin la necesaria venia tutelar o del esposo, por un niño o una mujer casada, carece de valor, es "ninguno de derecho", pero —agrega Lasso— si se aprueba y ratifica y tiene por bueno por los tales curadores y maridos, el tal contrato se hace fuerte y válido de derecho, porque cesa y se excluye el impedimento del derecho, por donde eran inválidos y ningunos. Lo mismo, cabalmente, ocurre con la mudez —concluye el autor— pues "en la sucesión del tal mayorazgo, no se puede dar y asignar de derecho razón alguna que el hablar los hombres se requiera de substancia para suceder en los tales mayorazgos, sino tan solamente de forma (porque aquesta es la que da la fuerza a la sucesión en la prohibición y exclusión de semejante mudos), el tal mudo, en hablando, se hace hábil y capaz para suceder en el tal mayorazgo, y desde aquel punto y momento no se puede llamar mudo y así, de derecho, ha de ser forzasamente admitido". Con referencia al derecho de testar, comenta Lasso los textos romanos y de la ley de Partida, desmenuzando con agudo y hábil instinto de jurista, el probable estado de ánimo del fundador del mayorazgo, quien pensando, ciertamente, que el mudo jamás hablaría, lo excluye de la sucesión e instituye herederos a personas extrañas. Pero si el mudo adquiere la palabra "se ha de pensar y considerar que en el mismo instante y momento que habla, ser la voluntad del testador que sea llamado y admitido en los tales mayorazgos; que así como se mudó el estado en el hablar, así de derecho se ha de pensar ser mudada la voluntad del testador o fundador en la tal institución". La voluntad de los fundadores de mayorazgos debe ejecutarse con equidad ceñida a los sentimientos éticos y a las costumbres del medio ambiente; debe encontrarse el modo de evitar una hermenéutica que resulte odiosa y contraria al interés social. En consecuencia, "el mudo de natura, se ha de dar par no mudo pues habla... y en. especifica forma hablando, se viene a verificar y cumplir la voluntad y consentimiento del que formó e instituyó el dicho mayorazgo".. Dice Lasso que corresponde anular la cláusula que excluye al mudo de la sucesión del mayorazgo. Sólo por inadvertido error de nombre, pudo el fundador llamar mudo a-natura a quien lo era ex-accidente, pues todos, sin excepción, pueden llegar a hablar, merced a las enseñanzas del fundador de la mudística española. Transcribo sus palabras: "El no hablar el mudo es por razón de alguna enfermedad que hizo cambiar el curso de natura, y no obstante que el vulgo a aquestos tales los llame mudos a natura, en efecto en verdad, no deja de ser error pues por razón de la enfermedad, se han de llamar verdaderamente mudos ex-accidente y no mudos a-natura. .. y los mudos ex-accidente, no son exclusos en la sucesión de los tales mayorazgos; luego, bien se sigue, que por el mismo caso, no serán exclusos los que han llamado y llaman mudos a-natura, así como comenzaron perfectamente a hablar, pues por razón de la, habla se averigua y justifica ser mudos ex-occidente, pues hablan cesando el impedimento que les impide el hablar y no mudos a-natura y que aquesto Jurídicamente se prueba por lo que dicho y alegado habernos y ser aquesta la voluntad del testador y fundador del dicho mayorazgo, notablemente se colige por lo que dice el Bartolo...". Concluye el autor la primera parte de su alegato —la única que interesa a la especialidad civil, pues en la segunda considera aspectos filosóficos y didácticos del tema— aseverando que si el mudo enteramente privado de la facultad del lenguaje no puede retener ningún bien, en la hipótesis inversa debe admitirse que el sordoparlante conserva plenamente su capacidad civil para la sucesión en los mayorazgos, porque "siendo hábiles y llamados de derecho natural, en el mismo instante y momento está obligado el tal fundador, en el foro de su conciencia; y pues tiene esta obligación el tal fundador, no se presume de derecho querer excluir y extrañar a los tales mudos que hablan, antes de derecho son admitidos y llamados según los fundamentos y textos que alegados habernos". Este libro —hoy casi ignorado— merece la atención de los hombres de ley pues en sus páginas vibra un noble afán de justicia y de respeto por la dignidad humana. Para su ilustre autor la mudez "no es señal de natura", sino "señal de enfermedad y de flaqueza de materia". Su inteligencia superior y su espíritu clarividente nutridos de idealismo, repudian la interpretación materialista de la sentencia bíblica —"guardaos de aquéllos a quienes natura señaló"— y el frío individualismo romanista estratificado en fórmulas rígidas e implacables, que situaban a los sordomudos en el plano de los dementes, de los salvajes y de los-débiles de espíritu. Por eso realiza la hazaña de evadirse del "caso" aislado que defiende como abogado y alcanza la más alta cima de la maestría, consagrándose así como el arquetipo humano de la emancipación civil de estos incapaces, al forjar una nueva doctrina de derecho que anticipa, en siglos, el progreso social característico de nuestro tiempo. V. Derecho Argentino, La ley argentina ha juzgado al sordomudo como persona de insuficiente capacidad mental, pero fundada en experiencias científicas, pone un límite a esta situación de inferioridad con el artículo 153 del Código civil, declarando que "los sordomudos serán habidos por.incapaces para los actos de la vida civil, cuando fuesen tales que no puedan darse a entender por escrito". El sordomudo queda equiparado al demen- te y el juicio de interdicción, está sometido a las normas procesales que rigen para declarar la de aquel. "Para que tenga lugar la representación de los sordomudos —dice el art. 154— debe precederse como con respecto a los dementes, y después de la declaración oficial, debe observarse lo que queda dispuesto respecto a los dementes". El examen de los facultativos constituye un trámite de rigor y como lo establece el artículo 155 tiene por único objetivo "verificar si pueden o no darse a entender por escrito". La ley señala a continuación —art. 156— las personas que pueden solicitar la declaración de incapacidad: son las misma que pueden pedir la de los dementes, conforme a los dispuesto en el articulo 144, en concordancia con el artículo 470 en lo que se refiere al inciso 2" del primero, pues la expresión "parientes", debe interpretarse como circunscrita a los que tengan interés jurídico en el pronunciamiento, y puedan tomar la iniciativa por ser sus allegados más próximos dentro del orden sucesible. Conforme con los citados preceptos, el contenido en el artículo 158 establece que "cesará la incapacidad de los sordomudos del mismo modo que la de los dementes", lo cual significa que el examen médicolegal versará sobre la educación del incapaz, a fin de saber si ha adquirido la suficiente como para "darse a entender por escrito". . El artículo 157 dispone que "la declaración judicial, no tendrá lugar sino cuando se tratare de sordomudos que hayan cumplido catorce años" solución acorde con la del artículo 145, que prohibe pedir la declaración de demencia de un menor de la misma edad. Dada la paridad de situaciones dentro del sistema legal, es indudable que la sentencia de interdicción tiene idéntico alcance, ya se trate de insanos o de sordomudos, con las lógicas diferencias impuestas por la naturaleza de la afección. También existen otras disposiciones en la ley civil reveladoras de que para el codificador, la ausencia de una clara e inequívoca manifestación de voluntad, va necesariamente unida a la incapacidad para darse a entender por escrito. El artículo 54, inciso 4' declara absolutamente incapaz el sordomudo que no sabe darse a entender por escrito; el 469 priva de administrar sus bienes al que no sabe leer ni escribir, y los artículos 3617 y 3651 le prohiben testar. Hay una sola excepción: la del artículo 10 de la ley de Matrimonio Civil, que les permite contraerlo con el consentimiento de los padres o del curador o, en su defecto, con autorización judicial por sentencia dictada en juicio de disenso. Respecto a los actos materiales o hechos puros y simples que según el artículo 899 del Código civil sólo producen efectos jurídicos en los casos expresamente declarados, pues de suyo no crean derechos y obligaciones —hacer reparaciones de urgencia en la propiedad de un amigo ausente, cultivar un campo, etcétera pueden ser realizados aún por los sordomudos clasificados en el artículo 54, inciso 4' entre los incapaces absolutos. Alfredo Orgaz al estudiar los atributos jurídicos de la persona dice: "Otras veces, la ley exige además del hecho material, un cierto querer del agente, aunque éste se repute jurídicamente sin voluntad; así, el menor impúber mayor de diez años y el sordomudo incapaz, pueden adquirir por sí mismos la posesión de una cosa, por ocupación o desposesión (art. 2392); la especificación realizada por un incapaz, atribuye a éste el dominio de la cosa transformada (art. 2568), etc.". • "En este vasto mundo poco explorado aún —como se ha dicho— habrá que indagar en cada caso, auxiliándose de la analogía, cuáles son las condiciones necesarias para que se produzca el efecto determinado por la ley; si se requiere una violación del agente, o si basta la mera ejecución del hecho material. En ninguno de estos casos, será suficiente la comprobación de que el sujeto es un incapaz absoluto o relativo, pues estas categorías sólo tienen aplicación dentro de los actos jurídicos" (22). De ello se infiere la necesidad de analizar en el caso concreto, si el acto que realiza el sordomudo interdicto es susceptible de producir efectos jurídicos. El doctor Orgaz se inclina a considerar que está en condiciones de adquirir por sí la posesión de las cosas, siempre que el acto no sea estrictamente jurídico como el descubrimiento de un tesoro, la realización de un acto ilícito, etcétera. El doctor Salvat dice: ¿Pueden los sordomudos que no saben darse a entender por escrito, adquirir la posesión por sí mismos o deben considerarse incluidos también en el artículo que estudiamos? En nuestra opinión, los sordomudos deben en todos los casos considerarse autorizados para adquirir la posesión por9 sí mismos, por los siguientes motivos: I , porque la ley no los enumera en el artículo que estudiamos, en el cual el legislador ha establecido cuáles eran las personas especialmente incapacitadas para hacerlo; 2', porque un sordomudo en las condiciones que exami(22) Orgaz, A., Personas individuales, pág. 185. namos, puede perfectamente realizar el acto material de la aprehensión u ocupación de una cosa; 3', porque la voluntad de adquirir la posesión, puede ser exteriorizada por medio de signos, y en consecuencia, sería aplicable a ella, la regla consagrada en el artículo 917 in fine (23). Legón y Llerena opinan en igual sentido í 2 *). En cambio Segovia se pronuncia en contra, y al hacer la crítica del artículo 2392 que establece quiénes son los incapaces de adquirir la posesión por sí mismos, dice que omite, sin razón, a los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito (25). Lafaille se inclina en favor de esta teoría al decir que "acerca del sordomudo, la estrictez del legislador —al comprender en el artículo 54 a todos los que no sepan darse a entender por escrito— impone la misma respuesta que la dada en la hipótesis precedente, sin que las razones aducidas en contra de esta opinión, demuestren otra cosa que la deficiencia de nuestro Derecho positivo sobre este particular. La incapacidad absoluta equivale a la falta de discernimiento y, por ende, imposibilita para realizar cualquier acto voluntario" (20). Parece más acertada la opinión de Orgaz, Salvat, etcétera, sotare todo recordando la justa observación del primero, cuando dice que en la ley argentina la incapacidad del sordomudo no es la consecuencia de su falta de discernimiento, pues entonces, resultaría absurda la capacidad matrimonial que se le reconoce. Destaca, por lo demás, que la total ausencia de capacidad, no hace imposible la realización de cualquier acto voluntario, sino exclusivamente del "acto jurídico", pues los actos materiales o hechos puros y simples y los actos ilícitos se rigen por distintas reglas ("). Respecto a los actos il-'citos, es lógico que al sordomudo, aún interdicto, le alcance la responsabilidad inherente, desde que si la enfermedad no tiene por origen lesiones cerebrales que lo conviertan en un insano, no carece de comprensión, y no probándose que hayan mediado circunstancias anormales capaces de nublar su entendimiento, el acto le será imputable. Se ha dicho que las disposiciones del Código acerca de la incapacidad del sordomudo revelan que el doctor Vélez poseía una información muy amplia formada en el es(23) Salvat, R. M., Tratado de Derecho civil argentino, "Derechos reales", 1927, t. 1, núiu. 181. (24) Legón, P.. Tratado de los derechos reales en el Código y en la reforma, t. 3, pág. 93; Llerena, B., Derecho civil, 2o ed., t. 7, pág. 114. (25) Segovia, L., Código civil de la República Argentina, 1923, t. 2, págs. 32 y 33. (26) LataUIe, H., Tratado de los derechos reales, t. 1, núm. 160. (27) Orgaz, A., ob. clt., pág. 376. tudio del aspecto médico-legal del problema. Si ninguna nota aclaratoria se lee al pie de los artículos 153-158 y sólo breves referencias llevan varios de los que concuerdan con ellos, es porque él codificador consideró innecesario hacerlo por la nitidez con que traducen su pensamiento. Quién no puede aprender a hablar y hacerse entender por falta total o muy considerable del sentido auditivo, es indudable que padece un estado mental deficiente que llega a la idiotez sin una instrucción especial. Pero aún poseyéndola, no siempre el sordomudo es capaz de actuar ni siquiera con relativa eficacia, porque en ciertas ocasiones la sordera es síntoma de enfermedades cerebrales que traen aparejado un empobrecimiento anómalo de las facultades mentales. De ahí que el sordomudo no siempre se encuentre en condiciones de juzgar la licitud o ilicitud.de sus actos. Por eso creemos que le falta dimensión y base científica al precepto del artículo 155 cuando dispone que el examen médico se hará "únicamente' para comprobar si el sordomudo puede o no darse a entender por escrito. A nuestro juicio, el perito debe pronunciarse sobre la constitución mental del enfermo, su discernimiento, su grado de instrucción, etcétera; debe realizar la exploración física y psíquica del incapaz,' señalar sus reacciones y observar su posición psíquica frente a las distintas cuestiones que se le planteen para llegar —una vez discutidos y resumidos los resultados— al diagnóstico definitivo. La latitud del dictamen, no entraña peligro para el enfermo ni para la justicia, porque sólo mediante un exhaustivo análisis de la salud mental del interdicto, puede llegarse a la averiguación del estado de imputabilidad o inimputabilidad del mismo, mediante el concurso técnico del perito psiquiatra ^para decretar el alzamiento de la inhabilitación. Por otra parte, el juez no está obligado a conformarse con el informe pericial sino que, como es sabido, puede fallar con indepedencia de sus conclusiones y aún desestimarlas en la sentencia. El doctor Spota hace observaciones muy atinadas acerca de cómo debe dictaminar el perito médico: "Ya vimos que el artículo 155 establece que el examen de los facultativos será únicamente para verificar si el sordomudo puede o no darse a entender por escrito. Aquí queremos insistir en cuanto a la necesidad de que el informe pericial contenga entre otros detalles los siguientes: a) si la anomalía constituye el estado habitual y no es transitorio; b) si ella no importa una simple manifestación de una enfermedad o debilidad mental; c) si la aptitud para darse a entender por escrito surge, no sólo porque el sordomudo lee y escribe, sino porque tiene la comprensión intelectual de tales actos y si, en ese sentido, puede dirigirse a si mismo y proveer a sus propios intereses. Tal es lo que surge de otras normas (arts. Í41, 154 y 468) que completan el artículo 155, cuya redacción no es de ningún modo feliz, si se tiene presente cuan necesario era armonizarlo con esos otros preceptos" ( 28 ). El doctor Orgaz piensa lo contrario: "En cambio, a diferencia de la incapacitación por insania, ésta por sordomudez no exige en el juez un juicio particular sobre la aptitud del sujeto para dirigirse a sí mismo y manejar sus asuntos; por su propio carácter, probadas aquellas dos condiciones, sobre todo la segunda —de que el sordomudo no sabe o no puede darse a entender por escrito— se descuenta este efecto, que ve radicalmente unido en la concepción de la ley, a la falta de expresión de la voluntad (argumento del adverbio "únicamente" del artículo 155)" (29). El doctor Busso se pronuncia en igual sentido cuando dice que la disposición del artículo 155 "es lógica y no ofrece dificultad alguna: se trata de comprobar el hecho que constituye el supuesto de la incapacidad 'Y en el caso de los sordomudos la cuestión se simplifica y no se plantea la necesidad de calificar la enfermedad. Debe verificarse simplemente si pueden o no darse a entender por escrito («°). La ley argentina, al tomar como índice de capacidad para levantar la cúratela —artículo 484— el conocimiento del lenguaje escrito, acepta el fundamento más sólido, pues ese aprendizaje, siempre que se haya realizado con cabal comprensión de lo que se escribe, demuestra la exteriorización de una voluntad en los términos del artículo 914 del Código civil, la aptitud del agente para regirse a sí mismo y administrar sus bienes —art. 468— y en síntesis, que ha recibido una instrucción metódica y suficientemente adecuada que permitirá apreciar el nivel de su responsabilidad para hacer frente a la lucha por la vida, comunicarse con sus semejantes y obrar con plena conciencia de sus actos. Con referencia a la restricción del articulo 3651 del Código civil que prohibe testar por acto público al sordo, al mudo, al sordomudo, debemos admitir que ha sido objeto de críticas fundadas, porque si bien el testamento debe ser leído al testador de (28) Spota, A. G., Tratado de Derecho civil, "Parte general", t. 1, vol. 3, pág. 508, núm. 936 y nota de remisión. (29) Orgaz, A. ob. cit., pág. 374. (30) Busso, E. B., Código civil anotado t 1 pág. 721. acuerdo con el artículo 3658 y el sordo no está en condiciones de oírlo, puede comprender lo que se está leyendo y aún leerlo por si mismo. Machado dice que el artículo "ha sido objeto de criticas entre nosotros; pero me parece que se justifica perfectamente porque se trata de actos muy trascendentales en que el legislador debe buscar todas las garantías de seriedad y de autenticidad. Es cierto que el sordo puede leer el testamento; pero el artículo 3658 dice expresamente que bajo pena de nulidad, el testamento debe ser leído al testador; y como el sordo no puede oírlo sería nulo o debería cambiarse la redacción del artículo y me parece más propio exigir que todos lo oigan. Sobre todo, es una formalidad exigida por la ley: el testamento debe ser leído al testador en presencia de los testigos; luego, no basta que el mismo testador lo lea. En caso de una reforma ¿sería conveniente suprimir esta incapacidad, agregando al artículo 3658 en las palabras "debe ser leído al testador", o leído por éste en voz alta en presencia de testigos, etc.? Me inclinaría a apoyar esta reforma que facilita al sordo el hacer testamento por acto público". "En cuanto a la prohibición impuesta al mudo para otorgar testamento por acto público, me parece manifiesta la incongruencia, porque si por el artículo 3656 el testador puede a su arbitrio dictar su testamento al escribano, o dárselo ya escrito, o sólo darle las disposiciones que debe contener, quiere decir entonces que el mudo que sabe leer y escribir, debía estar autorizado para testar por acto público; y esa incongruencia es más clara si nos fijamos que el artículo 3669 faculta al mudo para otorgar testamento cerrado, en que el testador debe manifestar su voluntad por escrito ante el escribano y testigos. En caso de uña reforma, sería conveniente quitar la prohibición al mudo". "En cuanto al sordomudo que sabe leer y escribir, debía también permitírsele testar por acto público, porque puede manifestar su voluntad de modo que el escribano y testigos tengan una completa certidumbre; pero mientras no venga la reforma, no podrán testar por acto público el sordo, el ciego y el sordomudo" (si). Segovia opina que si no se exige que el testador dicte su testamento conforme a la nota del articulo 3624, ningún motivo hay para negar al mudo que sepa y pueda escribir el derecho de testar por acto público, como se infiere de la nota al artículo 3626, (31) Machado, J. O., Exposición y comentario del Código civil argentino, t. 9, pág. 539. del argumento de esta última disposición y del que surge del artículo 3670 (32). Los artículos 3668 y 3669 preceptúan el testamento cerrado para "el que sepa escribir aunque no pueda hablar" y para el . sordo. Acerca del segundo dice Segovia que "el escribano esquivará toda responsabilidad, dando a leer al testador el acta de suscripción, ya que a éste no le sea posible escuchar su lectura (33). La excepción que establece el artículo 10 de la ley de matrimonio, se 'justifica ampliamente, desde todo punto de vista: moral, .jurídico, médico-biológico y social. El tema podría prestarse a un' largo desenvolvimiento con perjuicio de la unidad del escogido para este trabajo, por cuyo motivo debo limitarme a concretar las conclusiones más exactas sobre el particular. El doctor Orús piensa que "cuando dos sordomudos pidan al juez venia para casarse, cuando los médicos afirmen que del matrimonio no derivará perjuicio para la salud física de los cónyuges; cuando la ciencia médica no pueda asegurar que la prole será tarada y cuando los pretendientes, aparte de su defecto físico, estén normalmente constituidos, el juez no debe hesitar en acordarla. "Los pretendientes, en la comprensión de su inferioridad y en la inteligencia de que contribuyen a su reciproca felicidad, han de encontrar grande ventaja en la mutua convivencia. La inferioridad en que se encuentran respecto a la mayoría de los humanos, ha de dar lugar, sin duda, a un estado de ánimo de tristeza, por la carencia de legítimas satisfacciones de que no gozan, y por la creencia de que no tienen misión que cumplir en la sociedad en que viven. "Su matrimonio —sin perjuicio para nadie— ha de contribuir a disipar tan pernicioso estado de ánimo, puesto que ambos cónyuges tendrán sobre sí la responsabilidad de hacer la felicidad del otro y prepararse, aunando sus esfuerzos, para luchar por la salud moral, intelectual y física de los hijos que pudieran venir. "La razón de asistencia o ayuda mutua —finalidad también del matrimonio— obligará a autorizarlo. "Acerca de la prole, la ciencia médica no puede predecir si sera o no normal; por lo que, mirando a ella, no puede negarse la celebración de un matrimonio, del que no se sabe si resultará peligro cierto para aquella. Concediendo el permiso matrimonial, se tendrá la seguridad de que la indisolubilidad del vínculo y la legislación positiva —in(32) Ssgovia, L., ob. clt., t. 2, pág. 604. (33) Id. id., ob. clt., t. 2, pág. 616. dependiente del amor paternal— constituyen una garantía de protección y cuidado de los hijos que, sin duda, no se obtendría, si al no acordar la venia por escrúpulo agudo, se produjese una unión no consagrada por la ley y por el sacramento. "Ante la ley, la moral, el vigor y la salud de la raza, está pues, plenamente justificada la autorización para casarse que conceda el juez a dos sordomudos, cuando se «ncuentren reunidos los extremos que quedan analizados" (»*). VI. Reforma del Código civil. Anteproyecto de J. A. Bibiloni. La Comisión Reformadora del Código Civil fue designada por decreto n' 12.542 de 2 de julio de 1926 del Presidente doctor Marcelo T. de Alvear re frendado por su ministro del Departamento de Justicia doctor Antonio Sagarna. El decreto fue ampliado por el n' 13.156 el 16 del mismo mes y año, con la finalidad de hacer concurrir el mayor número de esfuerzos ilustrados en la tarea de proyectar la reforma, revisión y coordinación de nuestro primer estatuto de Derecho privado. La Comisión quedó integrada el 24 de agosto de 1926 por los doctores Roberto Repetto, Julián V. Pera, a quien sucedió Gastón Federico Tobal, Raymundo M. Salvat, a quien sucedió César de Tezanos Pinto, Héctor Lafaille, Juan Carlos Rébora, Juan Antonio Bibiloni, Rodolfo Rivarola, Enrique Martínez Paz y José A. Gervasoni. Al doctor Bibiloni le fue conferido el encargo de redactar un anteproyecto, y entregó su trabajo —que la Comisión califica de magnífica plataforma de doctrina— en menos de seis años. El autor creyó útil presentar en forma de ley su Código, ajustándose al plan propuesto y aprobado de conservar en lo esencial la estructura de nuestras instituciones civiles. "No es el Derecho privado —dice Bibiloni explicando las directivas de la reforma proyectada— un conjunto de reglas arbitrarias que se dan a un pueblo para regirlo, y que son resultados de doctrinas concebidas como exponente de órdenes de ideas surgidas en un momento dado, sin tener en cuenta el estado de un país formado por sus instituciones privadas forjadas -por su evolución nacional secular. "La familia, la condición de las personas, sus derechos patrimoniales, las reglas fundamentales de la sucesión por causa de muerte, determinan formas capitales de las instituciones privadas que son orgánicas en los pueblos, y cuanto más libres son éstos, más permanentes las grandes normas de (34) Orus, M., "Matrimonio de sordomudos", en La Ley, t. 19, seo. doct., pág. 25. su derecho. Se han formado gradual e invenciblemente dentro de él, según sus ideas raciales, religiosas, políticas, y constituyen su conciencia jurídica que nada puede alterar en sus lineas fundamentales. "Las modificaciones que ellas pueden reclamar, no son sino de accidente. La legislación civil no es la obra de un hombre o de un concepto más o menos extendido por los adeptos de ciertos principios que se pretenden ventajosas, o de transformación de lo existente. La legislación civil es la obra de un pueblo. Nace de sus entrañas mismas. Es la obra secular de su conciencia nacional. "No era, pues, la tarea que se nos encomendaba, la de transtornar la legislación misma que se nos encargaba de reformar. Debíamos tomarla como el resultado intangible de nuestro derecho orgánico, y como la última evolución de instituciones seculares en que nuestra nación se había ido formando y que eran el pensamiento mismo de nuestro pueblo!. "Por eso, he perseguido sistemáticamente la conservación del Código civil hasta en su fisonomía misma, quiero decir, no solamente en sus fundamentos institucionales, sino también en su forma o expresión externa" (35), Por eso el título VII "De los sordomudos" del anteproyecto, compuesto de seis artículos —174 al 179— reproduce fielmente el título XI del Código que también se compone del mismo número de artículos —153 al 158— sin otras variantes que la de sustituir la expresión "demontes" empleada por Vélez Sársfield en los artículos 154, 156 y 158 por la de "insanos" que Bibiloni usa en los artículos 175, 177 y 179, pues entiende que la primera, "adoptada como genérica para todos los estados habituales de espíritu que impiden la expresión válida de la voluntad, no corresponde al concepto actual de la ciencia médica. La demencia es una de las varias formas patológicas, y no constituye expresión que comprenda todas la.?, especies de perturbación del espíritu" (*-!). El título VII fue suprimido por la Comisión, que lo reemplazó por el artículo 54 del título III del proyecto de reforma. El articulo 3180 del anteproyecto declara: "No pueden testar los que no hayan cumplido los dieciocho años. Tampoco lo pueden los sordomudos que no sepan darse a entender por escrito". El doctor Bibiloni emplea esta fórmula desplazando la del Código, que en el artículo 3617 prohibe testar a los sordomudos (35) Bibiloni. J. A., Reforma del Código civil argentina, "Anteproyecto", t. 3, pág. 683. (36) Id. id.. Reforma del Código civil argentino, "Anteproyecto", t. 1, pág. 40. "que no sepan leer ni escribir". Funda su escribir y leer, o no, la imposibilidad es indivergencia en que el codificador se sirve salvable".. de otra esencialmente distinta en los artícu"Pero en nuestro Código, puede, según los 153 y 155 —"darse a entender por es- el artículo 3656, hacerse de otra manera el crito"— para tipificar la incapacidad de los testamento: pueden darse al notario por sordomudos. escrito las disposiciones". "Una cosa es saber leer y escribir —co"Si es así, ¿por qué crear una prohibición menta Bibiloni— y otra, particularmente especial para los mudos o sordos? Justaen los sordomudos, es darse a entender por mente se les impide hacer lo que a todos escrito. Los tribunales franceses han tenido se permite, y esto cuando los exceptuados que juzgar la condición de un sordomudo carecen de otro modo de expresión de su a quien se había hecho copiar un testa- voluntad por testamento público. mento. Sabía, pues, escribir y también leer. "No armoniza, además, esa incapacidad, Ante el tribunal se le obligó a escribirlo de con lo dispuesto por los artículos 3668 y 3669. nuevo sin modelo y no pudo poner una lí- Porque también el testamento cerrado denea; no sabía lo que escribía, porque no riva su fuerza de la declaración que el testenía comprensión mental. Era como un tador hace al notario y en presencia de los niño pequeño que copia y no sabe lo que testigos de que el pliego contenido en el dice. Conviene evitar la pluralidad de fór- sobre, es su testamento. Si puede declarar mulas para expresar un mismo principio por escrito cosa tan esencial, ¿por qué no legal" (3T). puede disponer por escrito que entrega al El artículo 3188 establece que "toda per- notario? sona capaz de disponer por testamento, "Es una inadvertencia la del artículo 3651, puede testar a su elección, en una u otra tanto más deplorable cuanto que priva en de las formas ordinarias de los testamen- muchos casos, en que la redacción de un tos; pero es necesario que posea las cuali- testamento ológrafo es difícil, la de otordades físicas e intelectuales requeridas pa- garlo ante oficial público, con las segurira aquella forma en la que quiera hacer dades que por ese medio se obtienen. Cósus disposiciones". Conserva textualmente digo alemán 2243" (38). la del artículo 3624 del Código civil y suEl artículo 3224 fusiona en un solo texto prime la del artículo 3623 por considerarla el de los artículos 3668 y 3669 del Código inútil, desde que su contenido resulta del civil, sin alterar su redacción: "El que sepa título anterior y de los artículos 3622 y 3624. escribir aunque no pueda hablar, puede El artículo 3210 prescribe: "El ciego pue- otorgar testamento cerrado. El testamento de testar por acto público. El sordo, el ha de estar escrito y firmado de su mano, mudo, y el sordomudo que no saben darse y la presentación al escribano y testigos, la a entender por escrito, no pueden testar hará escribiendo sobre la cubierta que aquel por instrumento público. Si lo supieran, sólo pliego contiene su testamento; observánpueden otorgar testamento bajo las condi- dose en lo demás lo que queda prescrito ciones preceptuadas en el segundo período para esta clase de testamentos. El sordo del artículo siguiente". Este —artículo 3211, puede otorgar testamento cerrado". inc. 2'— prevé el caso del testador que enFinalmente, el artículo 3246, al negarle trega al escribano un escrito de su puño y capacidad a "los ciegos, los sordos y los letra, o si fuese de letra ajena, firmado mudos" para actuar como testigos en los por él, y declarando verbalmente o si no testamentos, acepta la solución de Vélez en hablase, bajo su firma, en presencia de los el artículo 3708 del Código vigente. VII. Reforma del Código civil. Proyecto testigos del acto, que ese escrito contiene de 1936. La Comisión Reformadora quedó sus últimas voluntades. Expresa Bibiloni que Vélez prohibe en finalmente integrada por los doctores Roel articulo 3651 lo contrario de lo que per- berto Repetto, Rodolfo Rivarola, Enrique mite el artículo 3210 del anteproyecto, pues Martínez Paz, Héctor Lafaille, Gastón Feno hay razón para vedar a los sordos o derico Tobal, actuando como secretario el mudos, disponer su última voluntad por doctor Ricardo E. Rey. El proyecto fue pretestamento público, ya que tal prohibición sentado al Poder Ejecutivo el 1" de octubre es contradictoria con el sistema del Código. de 1936. El libro primero trata de las personas en "En el Derecho francés que Demolombe y Duranton exponen —dice el autor del general, dedicando el título III, "De la inanteproyecto— no puede salvarse la impo- terdicción", al estudio de aquellos sujetos sibilidad de aquellos, para dictar al notario que por falta de capacidad, no están en sus disposiciones. El Código Napoleón no condiciones de regirse a sí mismos y dirigir admite otra manera de hacerlo. Sepan, pues, sus negocios. (37) Bibüoni, J. A., ob. cit., t. 3, pág. 511. (38) Bibiloni, J. A., ob. cit., t. 3, pág. 523. "Como la anarquía de pareceres —dice el informe de la Comisión— torna en extremo difícil designar con un solo término genérico las perturbaciones que dan origen a esta incapacidad, hemos prescindido de toda denominación común a quienes padecen de enfermedades mentales o debilidad de espíritu, para referirnos exclusivamente al criterio que debe adoptarse como guía por los jueces siempre que el sujeto no pueda dirigirse a sí mismo o atender sus negocios". "Como consecuencia de haberse suprimido la división de los menores en impúberes y adultos, no hay necesidad de mencionar ningún límite de edad para declarar la insania, la cual podrá tener el propósito de impedir que se realicen los actos permitidos por la ley a quienes no alcanzaron el término de los veintiún años". "Todas las normas concernientes al procedimiento en los juicios de esta índole, han sido cuidadosamente revisadas, con el fin de rodear el fallo de las mayores garantías. Hemos permitido expresamente la intervención personal del presunto incapaz, e impuesto al juez la obligación de interrogarle por sí mismo, antes de dictar sentencia. Por estas consideraciones, se mantiene el sistema actual del curador ad litem, lo que nos aparta del Anteproyecto". "La designación de especialistas, siempre que ello fuere posible, responde a una necesidad sentida y a los progresos de la ciencia médica". "Se completa este régimen de seguridad, al exigir, en los casos de haberse declarado la interdicción, que el expediente sea elevado en consulta al tribunal de alzada, aunque ni el curador ni el Ministerio Público hubiesen interpuesto el recurso. "El artículo 148 del Código civil ha sido reemplazado por el 471 del mismo, que ofrece mayor protección para los 'bienes del presunto incapaz, y comprende virtualmente al primero. "La comisión ha juzgado oportuno seguir el sistema de los Códigos modernos que distinguen grados en esta incapacidad, ya que existen numerosos alienados que, sin llegar a un desorden completo, se encuentran en grave inferioridad mental, suficiente para, determinar la ingerencia de los jueces. La poca flexibilidad de nuestra ley se ha traducido a menudo, en el hecho lamentable de que muchas personas francamente anormales pueden ejercer por sí todos los derechos civiles, precisamente por no hallarse mérito para reconocerlas como insanas. Si bien el Anteproyecto mitigaba en parte estos inconvenientes, al autorizar la entrega de la renta líquida al incapaz, no hemos vacilado en admitir que los tribunales confieran la administración total o parcial de los bienes a este último, con la anuencia del curador". "Por lo que hace a los sordomudos, teniendo en cuenta los adelantos de la pedagogía especializada, así como lo que determina el artículo 917 del Código, debe reconocerse la posibilidad de manifestarse de otro modo - que por escrito. En tal sentido, se dispone que los sordomudos sólo serán declarados incapaces, cuando no pudieran exteriorizar su voluntad en forma inequívoca. Se tratará a veces de retardados mentales, pero entonces nada impedirá dictar respecto .de ellos sentencia de interdicción, cuando concurrieran los extremos necesarios" ( 39 ). Examinemos ahora las disposiciones del proyecto, confrontándolas con las del Código. El artículo 54 establece: "Serán declarados incapaces los sordomudos, cuando no supieren manifestar su voluntad en forma inequívoca, por escrito o de otra manera". Esta disposición reemplaza a los artículos 153-158 del Código civil y se inspira en las modernas legislaciones, al quitarle a la. escritura el carácter de único medio capaz de exteriorizar la voluntad del agente. En el proyecto, la capacidad del sordomudo determnínala el conocimiento del lenguaje escrito —como en el Código— y la manifestación de voluntad "de otra manera" pero siempre que sea "por signos inequívocos". Aplica en la especie, la disposición genérica del artículo 917 del Código sobre expresión positiva de la voluntad de las personas en general. El artículo 55 estatuye: "La sentencia que declare la interdicción, podrá, según las circunstancias, autorizar al incapaz para que, con la conformidad del curador, administre sus bienes en los términos del artículo 1106, o realice determinados actos que no fueren de disposición, y también, a fin de que invierta por si mismo las rentas líquidas". El doctor Spota elogia este sistema juzgándolo superior al propuesto por Bibiloni, quien en el artículo 169 de su trabajo establecía que "la sentencia que resuelva la interdicción, podrá autorizar la entrega al incapaz de la renta líquida de sus bienes, para que lo invierta por si mismo" conforme con el artículo 395 del Código civil suizo y el sistema inglés, que según la nota al artículo 160 del anteproyecto "no distingue de casos en cuanto a la administración de los bienes y sólo admite diferencias en cuanto al gobierno de las personas". Funda su opinión en que el proyecto da mayor extensión a la capacidad del interdicto y hace cesar su incapacidad, cuando no solamente (39) Reforma del Código civil, t. 1, pág. 6. sabe darse a entender "por escrito" sino también "de otra manera" expresa su voluntad mediante "signos inequívocos" (*«). Entre los impedimentos para contraer matrimonio, el proyecto menciona en el artículo 339, inciso 7' "la interdicción por insania o sordomudez", con lo cual llena el vacío del Código que en la ley de matrimonio —artículo 9, inciso 7»— sólo cita "la locura". Con referencia a la capacidad del testador, el artículo 2018 dice que "para tes- tar, es menester que el otorgante goce de sus facultades al realizar el acto". Cita entre quienes no pueden hacerlo, a los "sordomudos comprendidos en el artículo 54" es decir, ios que no supieren manifestar su voluntad en forma inequívoca por escrito o de otra manera. "Cualquier alteración sobreviniente —aclara el párrafo que sigue— en la incapacidad de hecho, no afectará la validez del acto, pero la de derecho deberá también existir al momento del deseso". En lo que respecta a las formas, el artículo 2024 declara: "Toda persona capaz de disponer por testamento, podrá otorgarlo por acto público o en forma ológrafa, siempre que poseyere las cualidades físicas e intelectuales requeridas en cada caso". Disposición que concuerda con la del artículo 3624 de la ley vigente. El artículo 2042 prohibe testar por acto público "al sordo, al mudo, y al sordomudo que no sepan darse a entender por escrito. Cuando lo supieren, deberán ajustarse a lo que determina él presente capítulo". Y en el artículo 2043 se dice que "el testador, deberá expresar sus disposiciones al escribano, o dárselas escritas para que las redacte en la forma ordinaria. En el segundo caso, si la minuta no fuere de puño y letra del otorgante, llevará su firma. El escribano agregará siempre dicha minuta al protocolo". Como se ve, el proyecto modifica sustancialmente el articulo 3651 del Código de acuerdo con la crítica de Machado y el anteproyecto de Bibiloni. Con el fin de obviar inconvenientes, el artículo 2046 del proyecprevé en su segundo párrafo los que puedan tener el sordo y el sordomudo que por deficiencias de audición, no pueden "oír" la lectura que se prescribe en el primero. Dispone entonces que en el supuesto del artículo 2042, última parte —sordo, mudo y sordomudo que saben darse a entender por escrito— "la lectura quedará suplida por la que verifiquen el testador y los testigos. Éstos deben ver al testador en todo el transcurso del acto, circunstancia que se (40) Spota, A. O., ob. cit., vol. 3. pág. 244. hará constar, lo mismo que las demás expresadas en este artículo". El articulo 3708 del Código, declara que "los ciegos, los sordos y los mudos, no pueden ser testigos en los testamentos", pues el codificador, aceptando la decisión de la ley romana, piensa que "la explicación de los testigos, cuando fuese necesaria, sería únicamente por signos equívocos, que no podrían nunca dar al juez evidencia de lo que en el testamento habían visto o entendido", como dice en la erudita nota aclaratoria. El proyecto, que en el artículo 244 Inciso 2' prescribe que los sujetos a interdicción, no pueden ser testigos en los instrumentos públicos, mantiene la prohibición del artículo 990 del Código, en el texto del artículo 2061, inciso 1', al disponer que "los sordos y los mudos", no podrán ser testigos en los testamentos. En cuanto a los testamentos especiales, el articulado del Código apenas ha sufrido modificaciones de forma y algunas —según lo expresa la Comisión— tiende a facilitar su otorgamiento. Resumiendo, el proyecto de 1936 subsana eficazmente las deficiencias del Código, que no obstante su extraordinario valor jurídico y la profunda influencia que ha ejercido, forjando en moldes definitivos las instituciones civiles del país, ha sufrido la acción del tiempo, imponiendo la necesidad de su reforma y perfeccionamiento, para adaptarlo a las nuevas instancias de la ciencia médica y de la enseñanza especializada. VIII. Derecho francés. El Código Napoleón de 1804 distingue en el artículo 489 las incapacidades establecidas en consideración al estado mental del sujeto, declarando que debe quedar "sometido a interdicción el mayor de edad que se halla en estado habitual de imbecilidad, demencia, o furor, aunque presente intervalos lúcidos". Y el articulo 499 dispone que aún rechazando la demanda de interdicción, el tribunal puede, "si las circunstancias lo exigen, ordenar que el demandado ya no podrá litigar, transigir, tomar en préstamo, recibir un capital mobiliario, ni dar carta de pago, enajenar, ni gravar sus bienes con hipotecas, sin asistencia de un consejo que se le nombrará en la misma sentencia". Los artículos 513-515 establecen que el "pródigo", y "el débil de espíritu", pueden ser sometidos al consejo judicial. La enumeración del artículo 489 ha sido observada por Josserand. "Hay además —dice el citado autor— las formas de melancolía, de neurastenia, de monomanía, que andan cerca de la enajenación mental, y la misma embriaguez, el abuso de las bebidas alcohólicas, o simplemente la edad avanzada, son de naturaleza para determinar un debilitamiento, una obliteración de las facultades intelectuales llamadas a repercutir sobre la capacidad del sujeto; con los progresos de la psiquiatría y de la neurología, la división tripartita del Código de 1804 está singularmente caducada y parece en exceso simplista, pero es capaz de comprender bajo sus términos las formas más especializadas y más modernas de la insania de espíritu; al juez del fondo le corresponde decidir si tal persona goza o no de la plenitud de sus facultades, y, en caso negativo, apreciar la gravedad de la alteración comprobada, respecto a ambos puntos, su decisión es soberana y escapa al control de la Corte de Casación" («). Falta en el Código una disposición expresa sobre el sordomudo. Pero la doctrina y la clásica flexibilidad de la jurisprudencia francesa, han fijado con firmes rasgos su situación en el ámbito del derecho. El articulo 936 juzga el caso del sordomudo que sabe1 escribir, en el mismo pie de igualdad de la persona que goza de plena capacidad civil para recibir donaciones, y respecto al que no sabe, establece que la aceptación tendrá lugar por intermedio de curador nombrado con dicho fin. Pero si debido a su estado de sordomudez el agente carece de aptitudes para regir sus acciones y administrar sus bienes, la doctrina y la jurisprudencia lo declaran interdicto como si fuera un demente, o lo somete al control de un consejo judicial. Dice Planiol que "no puede existir cuestión de interdicción, más que si la sordera está seguida de una falta completa de educación, y si entraña la falta de inteligencia (Besancon, 7 de febrero 1911 P. y S. 1911, 2, 216). Existe allí una cuestión de hecho, pero la causa de la interdicción reside entonces, en el estado intelectual del individuo, en el que la sordera no es más que la causa lejana" («). Para Demolombe, la interdicción, el consejo judicial, o la plenitud del ejercicio de los derechos civiles depende, en caso de sordomudez, "del estado particular de la persona atacada por esta enfermedad, de la educación que ha recibido, del desarrollo más o menos avanzado de su inteligencia, de sus medios más o menos fáciles de comunicación social, de sus relaciones de familia y del estado de su fortuna" («). Laurent, Aubry et Rau y Baudry Lacan- tinerie opinan en igual sentido (**). Josserand, al estudiar en que condiciones un individuo puede ser afectado de interdicción, adhiere al mismo punto de vista cuando dice que "las múltiples taras, como la sordera completa, la sordomudez, la decrepitud debida a la edad, no legitiman la interdicción sino en la medida en que determinan una alteración de las facultades mentales" («). De lo expuesto fluye que en el sistema jurisprudencial .del Derecho francés, la interdic.ción del sordomudo se impone cuando la enfermedad, en circunstancias que deben ser apreciadas por los jueces en cada caso particular, lo reducen a un estado habitual de imbecilidad que de hecho lo equipara al insano. Con algunas limitaciones para testar por acto público, realizar ciertos actos notariales y comparecer como testigo o acusado ante los tribunales, el sordo desmutizado ha conquistado en Francia su capacidad civil. IX. Derecho inglés. En la legislación inglesa los alienados, según Lehr, son llamados 'lunáticos" e "idiotas", categorías que corresponden a la "demencia" e "imbecilidad" del Derecho francés («). En Inglaterra nadie puede ser privado de la libre disposición de sus bienes sino en virtud del veredicto de un jurado que se pronuncia después de una investigación de "lunático inquirendo" realizada en presencia de un "master in lunacy", de acuerdo con lo dispuesto en la "Lunacy regulation act" de 1853. Los individuos simultáneamente privados de los sentidos esenciales —sordomudos y ciegos de nacimiento— son tenidos por "idiotas" de pleno derecho, y como todo enfermo mental, quedan sometidos a cúratela (Co. Litt. 42; Fleta, I. VI, c. 40). El "pródigo", por el contrario, nunca h^ sido asimilado en Inglaterra al alienado ni sometido a interdicción, y los "débiles de espíritu" cuyo estado mental no demuestre la necesidad de declararlos incapaces mediante un veredicto, tampoco pueden ser privados de administrar sus bienes ni oficiosamente protegidos contra posibles abusos de terceros, salvo, naturalmente, que la parte contraria haya procedido con dolo aprovechando su falta de inteligencia para inducirlos a formar sociedades o contratos con pérdida para sus intereses. "Nada les impide, por lo demás —concluye Lehr— (41) Josserantl, L., Derecho civil, t. 1, vól. 1. cais, 6» ed., t. 5, núm. 249; Aubry et Rau, Covrs de Droit civil franjáis, 5* ed., pág. 789; Baudry La- tract. de S. Cunchlllos y Manterola, Bs. Aires, 1950. (42) Planiol, M.. Traite élémentaire de Droit civil, 1925, t. 1, pág. 2040. (43) Demolombe, C., Ceñirá de Code Napoleón, t. 7, paga. 306 y 307. (44) Laurent, P., Principes de Droit civil fran- cantinerie, O., Des personnes, 3» ed., t. 6, núm. 801. (45) Josserand, L., ob. clt., pág. 398. (46) Lehr et Dumas, Elementa de Droit civil onplilis, 1906, t. 1,'núm. 75. que coloquen sus inmuebles entre las manos de trastees. Cabe señalar que el trustee es una verdadera cuasicuratela. De lo dicho se desprende que la alienación mental —aún declarada— no siempre trae aparejada la incapacidad absoluta del agente. La validez del acto peligra ante la doble presunción de no haber sido realizado por el enfermo en un intervalo lúcido y de la posible mala fe del otro contratante que no desconocía esa situación de inferioridad. Ello no obstante, la donación hecha por un alienado es insanablemente nula; ante un reclamo por cumplimiento de contrato puede invocar como defensa su déficit mental; son también nulos los actos bajo sellodeed que celebre, sepa o no la otra parte que se trata de un enfermo; la validez de sus actos unilaterales queda supeditada a la circunstancia de haberlos realizado en intervalos lúcidos y en cuanto a la de los bilaterales, la solución negativa se impone si el otro contratante sabía, positivamente, que pactaba con un alienado. Finalmente, el matrimonio del alienado declarado es nulo si antes del acto un tribunal competente, por el voto de la mayoría de sus miebros, no establece que ha recobrado la razón. El doctor Spota hace una crítica severa pero muy justa del derecho inglés en lo que respecta al modo de resolver el problema de la incapacidad de los alienados. "De todo esto se desprende —dice— que esa legislación no brilla ni por su claridad ni por el acierto de sus soluciones. La declaración de alienación mental, si debe tener una ventaja, es la de suprimir los intervalos lúcidos: ello, en cambio, no rige, por lo general, en Derecho inglés. Sin embargo, cabe señalar que la situación del débil mental, o sea, del que no es idiota, imbécil o loco, ha merecido protección mediante la cuasicuratela del trustee ( 47 ). X. Derecho portugués. Los artículos 337 y 338 del Código de 1867 establecen que los sordomudos sin capacidad necesaria para regir sus bienes, serán declarados incapaces y sometidos a tutela dentro de "la extensión" y "los límites" que la sentencia establezca "conforme al grado de la incapacidad" que acusen. El doctor Spota comenta el artículo 338 reproduciendo la opinión de Da Cunha Goncalves: "La incapacidad del sordomudo es forzosamente variable conforme a las condiciones individuales; por eso, el artículo 338, determina que la sentencia establezca su extensión y límite, según el grado de esa incapacidad. Este grado estará indica(47) Spota, A. G., ob. clt., t. 1, vol. 3, pág. 544. do por la instrucción, inteligencia, facilidad de expresión mímica del sordomudo; y los límites de la incapacidad deberán ser solamente los actos de los cuales al sordomudo le pueden resultar perjuicios, por su relativa dificultad, sea de comprender la voluntad ajena, sea de expresar su propia voluntad. Estos actos, deben ser los mencionados en el artículo 150: alienar, hipotecar, o por cualquier otro modo obligar sus bienes. A lo más, debe estar liberado de las trabas de la tutela, como lo están los actos que la ley expresamente autoriza". Es lo que con presteza señala Da Cunha Goncalves, quien añade que a los fines de la incapacitación por sordomudez, no es necesario que esta sea congénita. "Puede esa incapacidad física —observa— resultar de cualquiera enfermedad infecciosa, como la meningitis cerebroespinal, encefalitis letárgica, enfermedad del sueño, sífilis, o de una apoplegía o de un accidente traumático o de cualquier otra enfermedad cerebral. Tales son: la agnacia o sordera verbal y psíquica, en virtud de la cual el enfermo, oyendo perfectamente las palabras y los sonidos, es incapaz de comprender lo que se le dice o de conocer los objetos por sus nombres, y la afasia, que se puede desdoblar en afemia o incapacidad de hablar y agrafía o incapacidad de escribir. Estas incapacidades, producen una incapacidad más completa que la vulgar sordomudez congénita o infantil" («). El Código portugués bajo el título de "Incapacidad por demencia", legisla también sobre los "pródigos", los "enfermos mentales", los "mentecatos" y todos aquellos que por debilidad mental, o por el estado anormal de sus facultades, cualquiera sea la intensidad de la dolencia, carezcan de aptitudes para dirigir su persona y administrar sus bienes. El funcionamiento de los órganos tutelares, queda librado en cada caso particular al prudente arbitrio del juez a quien corresponde apreciar el grado de incapacidad del enfermo. XI. Derecho español. El Código civil español de 1889 («) establece en la segunda parte del artículo 32 que "la menor edad, la demencia o imbecilidad, la sordomudez, la prodigalidad, y la interdicción civil, no son más que restricciones de la personalidad jurídica". La disposición que antecede establece como norma la capacidad de derecho, la cual sólo por vía de excepción y cuando la de (48) Spota, A. O., ob. cit., t. 1, vol. 3, pág. 539, nota 1169. (49) Sáinz Rodríguez y Pastor Carbonell, Leyes judiciales de España, 1942. heno falta o experimenta una disminución sensible, puede ser limitada. Particularizando en la materia tratada, el artículo 218 dice que la sumaria declaración de incapacidad "que se refiere a los sordomudos, fijará la extensión y límites de la tutela, según el grado de incapacidad de aquellos". "Están sujetos a tutela —expresa el artículo 200, inciso 2'— los sordomudos que no sepan leer y escribir". En consecuencia, los fallos de los tribunales superiores, tienen resuelto que el sordomudo alfabeto no está sometido a tutela. El artículo 213 dispone que "no se puede nombrar tutor a los sordomudos mayores de edad, sin que preceda la declaración de que son incapaces para administrar sus bienes". El artículo 237, inciso 1» niega a los que están sujetos a tutela —sordomudos que no sepan leer y escribir— la posibilidad de ser "tutores ni protutores". El artículo 681, inciso 4' dice que "los totalmente sordos o mudos", no podrán ser testigos en los testamentos. Y el artículo 893 —en concordancia con el artículo 1263, inciso 2°— resuelve que "no podrá ser albacea, el que no tenga capacidad para obligarse", hipótesis que comprende al sordomudo que no sabe leer y escribir. El artículo 709 dispone: "Los sordomudos y los que no pueden hablar pero sí escribir, podrán otorgar testamento cerrado, observándose lo siguiente: 1» El testamento ha de estar todo escrito y firmado por el testador, con expresión del lugar, día, mes y año. 2' Al hacer su presentación, el testador escribirá en la parte superior de la cubierta, a presencia del notario y de los cinco testigos, que aquel pliego contiene su testamento y que está escrito y firmado por él. 3' A continuación de lo escrito por el testador, se extenderá el acta de otorgamiento, dando fe el notario de haberse cumplido lo prevenido en el número anterior y lo demás que se dispone en el artículo 707V. Establece las solemnidades del testamento común cerrado "en lo que sea aplicable al caso". El artículo 697 declara que "el que fuere enteramente sordo, deberá leer por sí mismo su testamento; y si no sabe o no puede,, designará dos personas que lo lean en su oombre, siempre en presencia de los testigos y del notario". Y el artículo 996 dispone que "los sordomudos que supieren leer y escribir, aceptarán o repudiarán la herencia por sí o por medio de procurador. Si no supieran leer y escribir, la aceptará a beneficio de inventario su tutor, con sujeción a lo que sobre esta incapacidad se preceptúa en el artículo 218". Por último, el artículo 1246, inciso 2' declara inhábiles por incapacidad natural "a los sordos en las cosas cuyo conocimiento depende del oído". Reconociendo el Código, como no podía menos —dice Sánchez Román—, la influencia que en la capacidad civil de las personas y por consiguiente en los actos jurídicos por ella celebrados y en las relaciones civiles por las mismas contraídas, debían ejercer ciertas causas de enfermedad que produjeran "anomalidad fisiológica o psicológica" en aquellas, determina en distintos lugares la que tiene la enfermedad en general, y las cualidades de mudos, sordos y sordomudos, ciegos, locos o dementes, o pródigos, según exponemos separadamente a continuación: "A la enfermedad en general, no la atribuye el Código otra aplicación que la de constituir excusa legal para los cargos de tutor y protutor, siempre que reúna dos condiciones: 1*) que el mal estado de salud sea habitual; 2') que además, sea suficiente causa para presumir que no podría cumplir bien los deberes del cargo. "Ambas deberán ser justificadas por quien alegue la excusa, y la estimación de la segunda en virtud de la prueba especial de la primera, será punto sometido al arbitrio judicial en cada caso, aunque nada de ello dice expresamente el Código". Sordos, los que lo sean totalmente: 1* No pueden ser testigos en testamentos (art. 681, inc. 4'). 2') Deberán leer por sí mismos su testamento y si no saben o no pueden, designarán dos personas que lo lean en su nombre, pero siempre a presencia de los testigos y del notario (art. 697). 3« Tampoco pueden los sordos servir de testigos de prueba en las cosas cuyo conocimiento dependa del oído. Estos son los efectos jurídicos que el Código señala "a la simple sordera, siendo únicamente de notar que en los dos primeros emplea los adverbios de modo "total y enteramente", que tienen igual significado pero que nos parecen excesivos, porque sin alcanzar tal grado ese defecto físico, puede muy bien ser de una importancia racionalmente bastante para motivar el precepto excepcional de la ley y en el último, dice sencillamente "sordos". La razón de la doctrina es la misma en todas sus aplicaciones, e igual debió ser la dicción de la ley, cuyos preceptos en este punto exigen, llegado el caso, la justificación especial y pericial de aquel defecto, quedando sometida a la apreciación que de ella hagan los tribunales". Mudos: No pueden ser testigos en los tes- tamentos (art. 681, inc. 4'). El adverbio "totalmente" que precede a la palabra "sordo", sólo a ésta debe referirse y no a los mudos que va a continuación; y únicamente pueden otorgar testamento cerrado si saben escribir, pero con sujeción a ciertas formalidades especiales, las del artículo 709. Los efectos legales de la sordomudez, son: I9 Están sujetos los sordomudos mayores de edad a una tutela especial, siempre que no sepan leer y escribir, fijándose la extensión y límites de la tutela según el grado de su incapacidad para administrar sus bienes, que previamente ha de ser declarada en forma sumaria (art. 200, núm. 2, 213 y 218). 2' No poder ser tutores ni protutores, los sordomudos que no sepan leer ni escribir (arts. 237, núm. 1 y 200, núm. 2). 3' Tampoco podrán ser testigos en los testamentos ni figurar como tales en la prueba testifical (art. 681, núm. 4 y 1246, núm. 2) por mayor razón de analogía que los simplemente sordos o mudos, aunque de éstos sólo haga mención el Código. 4" Sólo podrán otorgar testamento cerrado, los sordomudos que sepan escribir, pero sujeto su otorgamiento a formalidades especiales (art. 709). 5' No pueden ser albaceas ni prestar consentimiento y por consiguiente contratar, los sordomudos que no sepan leer ni escri- bir o no sepan escribir (art. 893 y 1263, núm. 2). 6' La aceptación de la herencia por los sordomudos que no sepan leer ni escribir, la hará su tutor a beneficio de inventario dentro siempre de la extensión y límites que a la tutela haya atribuido la declaración judicial, según el grado de incapacidad de aquéllos (arts. 996 y 218). El Código se concreta en el artículo 218 a determinar que la declaración de incapacidad deberá hacerse sumariamente, pero no señala el procedimiento a seguir. No vemos inconveniente que se aplique el artículo 1848 de la Ley de Enjuiciamiento Civil en cuanto a la indicación que contiene de que la incapacidad se acreditará sumariamente en un antejuicio. Son preceptos procesales a tener en cuenta: a) Nombrar defensor al presunto incapaz. b) La necesaria audiencia previa del Consejo de Familia, artículo 216. c) El examen del presunto incapaz por los tribunales. d) La incapacidad de los miembros de familia, que hubiesen denunciado la demencia para hacer la información ante el tribunal. e) El derecho del interesado para deducir demanda o juicio ordinario contra los autos que pongan término al expediente de incapacidad, con la limitación impuesta al defensor de los incapacitados de necesitar para ello autorización especial del Conse- jo de Familia («>). XII. Derecho Alemán. El Código civil alemán de 1900, crea el Tribunal de Tutelas, institución cuya alta finalidad consiste en ejercer el patronato estatal de los incapaces en defensa del núcleo familiar. El Consejo de Huérfanos del Municipio —otra fundación típica del Derecho germánico— coopera en esa tarea, como asimismo el Consejo de Familia, que el tribunal lo instituye sólo cuando el padre o la madre legítima del incapaz lo han ordenado. "En punto a la cúratela —dice la exposición de motivos —no adapta el Código una disposición general como la ley prusiana sobre tutela en su artículo 90, que autoriza al tribunal a estatuirla, aún sin el consentimiento del interesado, cosa que no carece de inconvenientes por su misma indeterminación, pues siempre lleva consigo una esencial restricción de la independencia civil de aquel, en el hecho de hallarse sometido a una autoridad extraña, teniendo validez y produciendo efecto aún contra él, los actos realizados por el curador dentro del círculo de atribuciones que le compete. Ha juzgado por lo mismo preferible, omitir tal precepto general ensanchando en cambio la esfera de los casos- particulares en que puede admitirse la cúratela. En la establecida por el artículo 1910, no se distingue si ha de ejercerse sobre la persona o los bienes, siendo limitado el círculo de su acción, tratándose de un defecto corporal. La excepción que señala el párrafo último de este artículo, cuando es imposible entenderse con la persona defectuosa, hace que queden garantidos los intereses de ésta, sin que se atente a la libertad de su decisión. Lo mismo sucede con lo preceptuado en el artículo 1920 que suprime la cúratela a petición del interesado". "Las reglas de la cúratela para un ausente, o cuando es deconocido el sujeto de ella, o hay incertidumbre acerca de él, concuerdan con la legislación vigente y responde a una necesidad práctica el mismo principio en que se funda la cúratela de sucesión para el heredero desconocido". 'La regla del artículo 1915 se justifica, porque la cúratela está fundamentalmente unida por los vínculos más estrechos con la tutela" («i). (50) Sánchez Bomán, Estudios de Derecho civil, t. 2. pág. 217. (51) Código civil alemán etrad. cU> A. Garcia Moreno. Así el articulo 1910 dispone: "Al mayor de edad que no esté sujeto a tutela, podrá dársela un curador para su persona y bienes, cuando a consecuencia de enfermedades corporales, especialmente si es sordo, ciego o mudo, sea incapaz de cuidar de sus negocios. Cuando el mayor de edad que no esté bajo tutela sea incapaz por cu usa de enfermedades mentales, o corporales, de cuidar asuntos particulares o cierta clase de asuntos, especialmente los concernientes a sus bienes, deberá dotársele de un curador para estos asuntos. La cúratela sólo podrá ordenarse con el consentimiento del enfermo, a menos que sea imposible venir con él a una inteligencia". El Derecho alemán, que somete al instituto de la tutela al sujeto que padece de "enfermedad mental" o "debilidad mental" —la primera representa un estado patológico más grave —al "pródigo", al "ebrio habitual", reserva el de la cúratela para el mayor de edad no interdicto cuyos defectos físicos aminoran su capacidad para vigilar sus propios intereses, creándole la conveniencia de aceptar voluntariamente la representación de un curador. La responsabilidad civil del sordomudo, hállase fijada en el artículo 829 que establece: "El que haya cumplido dicha edad —siete años— pero no haya llegado a los dieciocho, no será responsable del daño causado a otro, si hubiese realizado el hecho sin el discernimiento necesario para tener conciencia de su responsabilidad. Lo mismo sucederá respecto del sordomudo". La solución que prevalece en la legislación germana en materia de sordomudez, es la regla general de la capacidad de obrar, atemperada por la anomalía, cuando la designación de curador comporta una ventaja jurídica para el enfermo. XIII. Derecho suizo. El Código civil suizo de 1918, protege a los interdictos mediante la aplicación de medidas tutelares que se cumplen bajo el control de las autoridades. Sus autores, se han preocupado de idealizar y de moralizar la sustancia viva de la ley, buscando hacer de ella antes que la "razón escrita" de los jurisconsultos, la "conciencia escrita" de la nación (82). El sistema suizo se inspira en las legislaciones alemana y francesa. En el artículo 18 se fija con precisión lo que debe entenderse por "capacidad de discernimiento". La tienen el menor de edad —aunque su juventud no haya alcanzado cierto límite de madurez —y todo aquel que no sufra de enfermedad mental, debilidad de espíritu, etcétera, y no resulte privado (52) Bossel. v.. et Mentha. F. H., Manuel de Droli civil sutsíe, t. 1, pág. 48. de actuar por las demás causas que menciona el articulo 15: hipnotismo voluntario o fraudulentamente provocado, ebriedad, ataque agudo por haber ingerido tóxicos, enfermedad muy dolorosa, cólera demasiado violenta, y, en general, estados de inconsciencia que crean una inhibición total o casi total en el agente. Tales personas —incapaces de discernimiento, menores e interdictas— hállanse privadas por el artículo 17 del "ejercicio de los derechos civiles", pero la sanción difiere según se trata de la incapacidad natural de que habla el artículo 18 o de la legal citada en el 19. La primera es absoluta: los actos cumplidos sin discernimiento son radicalmente nulos, excepción hecha de los enumerados en los artículos 58 y 61. La segunda no es tan grave, pues el menor o el interdicto capaz de discernir, se obliga con el consentimiento del tutor y sus actos son ratificables sin necesidad de autorización previa, ni ratificación posterior, acepta donaciones y perdona deudas; ejerce sus derechos estrictamente personales, como testar, reconocer hijos naturales, promover acción de divorcio, etcétera y, en suma, responde del daño ocasionado por'sus actos ilícitos. Los órganos de la tutela son sus autoridades —tutor, curador y autoridad de vigilancia— designadas por los cantones. Sólo en casos excepcionales y cuando el interés del pupilo lo exige, la autoridad lo confía a tres de sus parientes más próximos que forman el consejo de familia, por cuatro años. Si el consejo no ofrece garantías de seguridad o no cumple con eficiencia los deberes que impone la tutela privada, la autoridad de vigilancia puede revocar su mandato en cualquier .momento. Las causas de interdicción legisladas en los artículos 369-372, son las siguientes: a) Será sometido a tutela el mayor de edad que por enfermedad mental o debilidad de espíritu resulte incapaz de administrar sus negocios o de prescindir de cuidados y asistencia permanentes, o cuando amenace la seguridad ajena. Las autoridades administrativas y judiciales deben denunciar los supuestos de interdicción que hayan conocido en el ejercicio de sus funciones. La disposición del artículo 369 rige para el alienado y el débil mental. Es el sistema del Derecho alemán. Cuando la enfermedad tenga carácter crónico o la insuficiencia del sujeto constituya un peligro latente para sí mismo y para los demás, la intervención oficial, inspirada en el concepto humano, social y económico de la ley, decreta la interdicción. b) Será sometido a tutela el mayor de- edad que por prodigalidad,. ebriedad inveterada, inconducta o mala gestión, se expone y expone a su íamilia a caer en la necesidad y no puede pasarse sin cuidados o asistencia permanente; o amenace la seguridad ajena. En el artículo 370 se legislan anomalías que provocan la necesidad de declarar la interdicción de quien las padece por razones de orden económico, social, íamiliar y moral. El sujeto que disipa su patrimonio, que es víctima de su dipsomanía, de las deíormaciones de su conciencia o de grave ineptitud mental para proveer al cuidado de sus intereses, representa un peligro social que el Estado tiene el deber de neutralizar. c) Puede solicitar su propia interdicción el que no se encuentre en condiciones" de administrar razonablemente sus negocios por debilidad senil, enfermedad o inexperiencia. El anciano, el ciego, el sordomudo, el paralítico, etcétera, no puede ser interdicto contra su voluntad salvo que padezca de alguna de las anomalías que describe el artículo 370. La solución atenuada del artículo 372, se funda en el argumento defensivo de la libertad individual, de que sería excesivo imponer el régimen riguroso de la tutela a quien tal vez no lo necesite y prefiera elegir un mandatario para que lo represente en determinados actos, o acogerse a la cúratela voluntaria que rige el artículo 394. El Derecho suizo también crea una forma de interdicción parcial o semiinterdicción que presenta semejanzas con el consejo judicial del Código Napoleón. En Francia, presente que la última, tiene un nivel de menor gravedad o intensidad que la primera. Rossel y Mentha refieren que esta distinción entre interdicción e interdicción parcial o semiinterdicción, fue objeto de las más vivas controversias al elaborarse el anteproyecto del Código. Se dijo —y los autores citados adhieren a la crítica— que la creación de institutos paralelos para afrontar la solución del mismo problema, se utilizaría para aplicar el rigor de la intervención bajo tutela a los "pobres diablos", reservándose el cómodo expediente de la semiinterdicción bajo cúratela, para beneficiar a personajes influyentes y a los "hijos de familia", con desmedro del tradicional espíritu democrático del país (M). "Esa crítica —dice el doctor Spota— no es acertada: tanto la enfermedad mental como la debilidad mental, son anomalías psíquicas que conducirán a la interdicción, pero como los tipos o formas de esas anomalías son tan diversos y existen gradaciones, es concebible que la incapacidad asuma mayor o menor intensidad cuanto más o menos grave resulte la anomalía en cada caso particular. Podría, quizá, decirse que lo criticable de la ley suiza, no es el sistema, sino el hecho de incluir a la debilidad mental dentro de las causales de interdicción, cuando debieran serlo de semiinterdicción o de inhabilitación. Pero en el fondo, tanto -el sistema suizo como al alemán, el francés y el italiano, no hacen sino distinguir entre afecciones mentales (aún cuando algunos sistemas, como el francés, separen la alienación de la semialienación por debilidad del espíritu, y ello más el nombramiento del consejo sólo tiene lu- bien como creación jurisprudencial del disgar por las causas de prodigalidad y debi- tingo sobre la base del art. 599 Cód. civ. lidad de espíritu, mientras el artículo 395 francés) graves y menos graves, para somedel Código suizo prescribe, en general, la ter al enfermo a un régimen de incapacidad designación de un "consejo legal" para la más o menos absoluto". celebración de actos patrimoniales de impor"Todo ello comprueba lo que hemos vetancia —-los que exceden de la administra- nido sosteniendo: ya con la sola forma de ción ordinaria—en interés de las personas la interdicción (sistema alemán y, en parcuya interdicción no ha sido declarada y te, suizo) ya distinguiendo entre la interaún rechazada, pero a quienes convenga la dicción y el sometimiento a "consejo jurestricción temporaria de su capacidad dicial" (sistema 'francés y también suizo) civil. ya distinguiendo entre la interdicción —tuEl tribunal federal suizo, para evitar in- tela— y la inhabilitación —cúratela— (sisterpretaciones erróneas que acabarían por tema italiano), lo cierto es que se va formalograr la eficacia del régimen tutelar, mando ese fondo común legislativo que bien cuya admirable elasticidad se adapta a los quisiéramos establecido en la futura remás sutiles matices de la imperfección hu- forma de nuestra ley civil: distinguir entre mana, ha conseguido conciliar los casos en aquel enfermo o débil mental que caerá en que procede la tutela con los de sometimien- incapacidad absoluta de obrar y aquel otro to a cúratela bajo consejo judicial, decla- que, en forma similar al menor adulto, sólo rando que los mismos hechos determinan padecerá una incapacidad relativa de obrar". la interdicción y la semiinterdicpión, sólo "De ahí que aquellos supuestos —dice que al discriminar las circunstancias particulares de cada individuo, debe tenerse (53) Rossel y Mentha, ob. clt., t. 1, P&g- 436. más adelante— de graves anomalías físicas o de enfermedades que tornen imposible la manifestación de voluntad o la dificulten, hallen en la ley suiza un marco adecuado, lo cual cabe entre nosotros, como ya observamos, por vía do mera interpretación de la ley, según los principios generales" (»«). XIV. Derecho uruguayo. El Código uruguayo de 1888 reformado en 1914, prescribe en su artículo 1279 que "son absolutamente incapaces los impúberes, los dementes y los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito. Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales y no admiten caución". La expresión "demencia" empléase en amplio sentido como comprensiva de toda enfermedad o debilidad mental y la interdicción bajo cúratela la decretan los artículos 431 y 432, en favor de quien no puede dirigirse a sí mismo o administrar sus negocios como sucede con los "dementes aunque tengan intervalos lúcidos" y "los sordomudos que no puedan darse a entender por escrito". Tal cual lo dispone el Código argentino, la declaración de incapacidad y el nombramiento de curador procede cuando se trata del demente aunque tenga intervalos lúcidos y del sordomudo analfabeto. XV. Derecho brasileño. El Código civil brasileño de 1917 prescribe la interdicción con incapacidad absoluta de obrar para toda persona que padezca de enfermedad o anomalía mental. El artículo 5 declara que son absolutamente incapaces de obrar los locos de todo género, los menores de 16 años, los ausentes declarados tales en juicio y los sordomudos que no puedan expresar su voluntad. En el Derecho brasileño, los "pródigos" tienen capacidad de obrar relativa, y la acción Inherente —artículos 6,459, 460 y 461— queda reservada al cónyuge, descendientes y ascendientes legítimos. La interdicción se levanta, cuando cesa la causa o han desaparecido los que la solicitaron. El artículo, 12, inciso 3', dispone que 'locos", "pródigos" y "sordomudos que no sepan manifestar su voluntad", caen en interdicción que debe darse a conocer mediante la inscripción en un registro especial, lo cual equivale a someterlos a la cúratela que prescribe el artículo 446, inciso 1'. Resumiendo, el "loco" y el sordomudo que no haya recibido educación que lo habilite para declarar su voluntad, caen en incapacidad absoluía de obrar; el "pródigo" sólo sufre una restricción en la esfera patrimonial para realizar actos de notoria (54) Spota, A. G., ob. cit., parte gral. ,vol. 3», pág. 524. importancia, y cuando se trata de aquellos que no sean de "mera administración", de- be proceder con asistencia o autorización del curador. Los artículos 451 y 458, disponen que el juez determinará los límites de la cúratela de acuerdo al grado de desenvolvimiento mental del sordomudo interdicto, debiendo el curador promover su ingreso en un establecimiento adecuado, siempre que exista la posibilidad de educarlo. De ello,se infiere que en el caso del sordomudo, la interdicción pierda la rigidez con que se aplica a los enfermos mentales, y aminora la capacidad de obrar del "pródigo", para quedar librada a la apreciación objetiva del magistrado llamado a juzgar su aptitud para vigilar sus negocios. XVI. Derecho venezolano. El Código venezolano de 1922, resuelve en el artículo 440 que el sordomudo, el ciego de nacimiento y el que hubiere cegado durante la infancia, llegados a la mayoría de edad, quedan, de derecho, sometidos a inhabilitación salvo el caso que el tribunal los haya declarado hábiles para manejar sus negocios. Cabe destacar que el estatuto venezolano distingue entre el interdicto y el itíhabilitado. Reserva la "interdicción" bajo tutela —artículos 420 y 421— a la persona que por padecer de estado habitual de defecto intelectual, resulta inepta para proveer a sus propios intereses. Rige para el mayor de edad, el emancipado, y también para el menor no emancipado en el último año de su menor edad. La "inhabilitación" rige de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 438, cuando se advierta en el incapaz un estado que sin tener la gravedad que haga visible la interdicción, demuestre que se trata de un "débil de entendimiento" o de un "pródigo", impedidos, por razones obvias, de realizar actos cuya importancia exceda de la simple administración de sus bienes, o cuando el juez disponga que aun tratándose de operaciones sin mayor trascendencia, deben actuar con intervención del curador. La interdicción y la inhabilitación son revocables por el poder que las dictó, cuando hayan cesado las causas que las motivaron. XVII. Derecho ruso. Para el legislador soviético, la protección de incapaces y menores es una de las funciones esenciales que debe cumplir el Estado proletario. Su misión consiste en sustituir la legislación familiar de tipo individualista y burgués, por una organización social y estadual destinada a formar las futuras generaciones en la ideología comunista. En la época del comunismo militante, la tutela se mantiene, pero adecuada a las características del nuevo régimen. Busca, sagra un capítulo especial destinado a evitar ante todo, la protección a. la persona del toda medida arbitraria que conspire contra Incapaz antes que la de su patrimonio, lo la personalidad humana. Dedica a la tutela cual se explica, pues el comunismo integral, y a la cúratela el título III dividido en caal decretar la nacionalización de la propie- pítulos: dad inmobiliaria, la industria, el comercio, 1' Disposiciones generales. Define el carácter de la Institución, y las los bancos, y la abolición del derecho sucesorio, provocó la desaparición de las for- diferentes especies de tutela y de cúratela. La tutela de los niños o menores de 14 años tunas particulares. La tutela del Código adoptado por la le- y de las personas reconocidas como débiles gislatura en 1922, perseguía, como todos los de espíritu o alienados. La establecida para decretos revolucionarios de la época, una la administración del patrimonio de los aufinalidad de propaganda política. En el pe- sentes y descendientes en los casos estableríodo de transición actual —dice un au- cidos en la ley. El artículo 69 que señala tor— la tutela debe jugar un rol eminen- las diferentes especies de tutela, determina temente educativo, haciendo ver a los pa- también cuales son las funciones de los dres que los cuidados que la sociedad pro- tutores como representantes legales de los diga a los niños dan mejores resultados que pvipilos en cuyo nombre actúan y cuyos inlos individuales. La nueva organización de- tereses vigilan. be desacostumbrar a los padres a tener sus La cúratela ha sido organizada para asishijos en ese estrecho círculo de familia, que tir a menores de 14 a 18 años y a personas limita su horizonte y hace de ellos seres mayores que por enfermedad física son inegoístas que anteponen sus pequeños in- aptos para defender sus derechos. El artícutereses individuales a los grandes intereses lo 70 declara que las funciones del curador de la humanidad (B») . consisten en deberes de asistencia, repreEl Código de familia de 1927 se inspira en sentación y protección. consideraciones de orden más práctico: desEn otras disposiciones, se establece que taca, en primer término, el elemento jurí- el padre, la madre o el adoptante del incadico de la tutela y reserva al Estado una paz, puede ser declarado tutor o curador función de control permanente y riguroso sin necesidad de designación especial; se sobre los actos del tutor y del curador que, mencionan cuales son los órganos superioen definitiva, vienen a ser los agentes de res de la institución y su función específica; ejecución del omnipotente poder público. se indica que la tutela y la cúratela deben La antigua legislación imperial rusa, ser establecidas en el lugar del domicilio organizaba la tutela sobre cuatro categorías de los interdictos y desempeñadas por perde personas mayores: individuos atacados sonas calificadas elegidas dentro de lo pode imbecilidad, dementes, sordomudos y sible, consultando la preferencia del tutemudos. La edad de los atacados de imbeci- lado. lidad o demencia, era constatada mediante A continuación se detallan las diferentes sumario, se los sometía a una investigación incapacidades para ser tutor o curador, el confiada a un consejo sanitario, y después carácter obligatorio y gratuito del cargo, las del informe, si se los declaraba interdictos, causas válidas de excusa para negarse a la administración de sus bienes pasaba a desempeñarlo, la remuneración a que tiene sus herederos con los poderes acordados a derecho el que realice la gestión, y el deber los administradores comunes. Si el enfermo del tutor, de cuidar la persona, la salud y la recuperaba la razón, se utilizaba un proce- educación del pupilo, a fin de prepararlo dimiento análogo para obtener el levanta- para que cumpla una actividad social útil. miento de la interdicción. 2» Derechos y obligaciones de los tutores Los sordomudos y los mudos quedaban y curadores. bajo tutela hasta la edad de veintiún años. Los derechos y las obligaciones de tutores Una vez llegados a la mayoría, la autoridad y curadores respecto a sus pupilos, son esencompetente, previa investigación e informe, cialmente análogos a los de sus padres, lo decretaba la tutela o la cúratela según los cual es la consecuencia lógica del carácter juzgara capaces* de expresar y manifestar puramente tutelar de la patria potestad en su voluntad. la legislación soviética. El Código de familia no ha instituido la El deber de custodia que la ley acuerda tutela para los sordomudos y los mudos, pero al tutor, le da derecho a reclamar la resconserva los lincamientos de la antigua es- titución del pupilo a toda persona que lo tructura en lo que concierne a los enfermos retenga en su casa sin justificativo legal. mentales y a los débiles de espíritu. Les conEn su carácter de representante, el tutor realiza todos los actos jurídicos que podría realizar el interdicto si fuera plenamente (55) Goichbarg, Droit de ¡amillf comparé, pát'inas 230 y sgts. capaz, con las siguientes excepciones: a) enajenar sus bienes; b) comprometerlo en cambio, o en otra forma; d) renunciar una sucesión o un legado; e) arrendar un bien del incapaz por más de un año; f) provocar el cese de las operaciones de una empresa en la que el pupilo se encuentra interesado; g) formalizar contratos de sociedad. Para la ejecución de estos actos, es necesario el consentimiento de las autoridades públicas de la tutela y de la cúratela. Dos, sin embargo, están absolutamente prohibidos al tutor: hacer donación de los bienes del pupilo y comprometer su patrimonio en cauciones y fianzas. La ley impide al tutor formalizar contratos con su pupilo y representarlo en asuntos judiciales o litigiosos en los cuales aparezca conjuntamente interesado con parientes del incapaz en la adquisición de sus bienes. El pago de deudas contraidas por el incapaz con el tutor, o junto con él, antes del comienzo de la tutela, sólo podrá efectuarse con expresa autorización de los órganos tutelares. El tutor no puede ubicar a su pupilo en tíasa de otras personas para educarlo sin autorización de los órganos de vigilancia, y la tarea del curador en la atención de la salud y tratamiento médico del alienado, debe también cumplirse con la conformidad de las autoridades. La ley detalla que personas sometidas a tutela o cúratela pueden o no realizar ciertos y determinados actos sin necesidad del consentimiento del tutor y del curador; establece la obligación que tiene de asumir la defensa de los derechos y de los intereses de sus i upilos frente a todas las instituciones, y el procedimiento para removerlos de su cargo si incurren en negligencias o abusos de poder. La queja contra el tutor o el curador, o el pedido de su remoción por inconducta, puede ser formulado por el mismo incapaz, por un tercero en pro del interés público, y por los órganos de la tutela y de la cúratela. 3' Procedimiento en los asuntos tutelares. La alta importancia social que la legislación soviética asigna a la función tutelar del Estado, se traduce en una prolija reglamentación del procedimiento público que deben observar los tutores y curadores al presentar ante los órganos de vigilancia y de control las cuentas anuales y la última de su gestión cuando la tutela concluye; y para administrar los fondos, títulos, valores, etc., del incapaz, los cuales se depositan en los establecimientos financieros oficiales. La licitación de los bienes del pupilo se realiza bajo el control de los órganos tute- lares, y si posee otros ubicados fuera de la jurisdicción de su domicilio, el cuidado de los mismos queda a cargo de las autoridades locales de la tutela. Finalmente, los órganos superiores de la institución pueden, por propia iniciativa, y en caso de considerarlo necesario, decretar la interdicción de personas que no hayan alcanzado la mayoridad, que el Código civil de 1922 fija en su artículo 7" en 18 años, sin distinción de sexos. 4' Examen de las personas atacadas de enfermedad mental o debilidad de espíritu.Cuando hay suficientes indicios de que una persona padece de enfermedad mental o debilidad de espíritu, los órganos tutelares deben declarar su interdicción, previo exan.en médico que realiza una comisión especial, presidida por el administrador de la sección de higiene del comité ejecutivo de la región. Dos facultativos —uno por lo menos especializado en psiquiatría— examinan al enfermo. En el dictamen se consignan detalladamente los resultados indicando si se trata de un alienado o un débil mental y si debe ser puesto bajo tutela. La comisión, que desde el comienzo está facultada para colocar al enfermo o al débil mental por el término máximo de dos meses en un establecimiento adecuado, o ponerlo en observación, resuelve lo que mejor convenga a su salud y a la buena administración de sus bienes. Si la enfermedad parece curable, las instituciones oficiales, los ciudadanos vinculados al enfermo, el personal del establecimiento donde se encuentra internado o en tratamiento, y el mismo Incapaz, puede pedir el levantamiento de la interdicción, y para conseguirlo, hay que seguir el mismo trámite administrativo trazado para decretarla. Fierre Chaplet opina que en Rusia el poder público actúa a modo de intermediario del tutor y del curador, no tanto en defensa de la mística revolucionaria, sino, más bien, obedeciendo a la necesidad práctica de cooperar en la tarea que realiza la institución tutelar, sin disminuir sus efectivos poderes. M. Lambert —citado por Chaplet— traza un cuadro comparativo de perfecta exactitud entre los Códigos alemán y soviético. Dice que el primero, mediante el desenvolvimiento dado a la institución nacional del tribunal de la tutela, reaccionó contra la concepción individualista y un poco anárquica del Código francés y de otras legislaciones filiales o hermanas. Pero no llegaba a colocar la tutela familiar bajo el control de una "supertutela" del Estado. El Código de familia de los soviets, ha sn- perado la concepción germánica hasta el punto de que hoy parece una tímida innovación, frente a la política legislativa revolucionaria de los rusos que ha hecho de la tutela individual una institución subalterna, de empleo meramente facultativo, al servicio de la excluyente "supertutela" del Estado. En esto estriba la novedad y el mérito de la legislación soviética. Su sólida organización de la tutela y de la cúratela es por lo menos desde el punto de vista teórico, la que más seguridades ofrece y la más adelantada del moderno derecho europeo (3 6 ). XVIII Derecho mejicano. El Código civil de 1932 declara en su artículo 449, 1» parte, que el objetivo de la tutela es "la guarda de la persona y bienes de los que no estando sujetos a patria potestad, tienen incapacidad natural y legal o solamente la segunda, *ara gobernarse por sí mismos". "Gobernarse a sí mismos —comenta Spota—- implica aptitud para administrar sus bienes, manejar sus negocios o asuntos y cuidar de su propia persona en la esfera física, moral e intelectual. No cabe dudar, entonces, que cuando el débil mental carece de esa aptitud, la interdicción procede en su protección, a fin de que deje de ser objeto de captaciones y de arruinarse a sí mismo, para lo cual no siempre es suficiente el remedio de la lesión subjetiva acogida con indudable acierto por el legislador mejicano en el artículo 17" (^). Dicho texto, que contempla supuestos de aplicación del principio del abuso de los derechos, refiérese, según la exacta afirmación del mismo Spota, al punto de vista que debe guiar al juez, cuando hay que apreciar una lesión jurídica de carácter subjetivo. El artículo 450 establece, en su inciso 2' que "tienen incapacidad natural y legal, aparte de los menores de edad, los mayores de edad que se hallan privados de inteligencia por locura, idiotismo o imbecilidad, aun cuando tengan intervalos lúcidos". El inciso *' prescribe que "también se considera incapaces, a los ebrios consuetudinarios y a los que habitualmente hacen uso inmoderado de drogas enervantes". Y el inciso 3' incluye en la misma categoría a "los sordomudos que no saben leer ni escribir". El doctor Spota critica, y con razón, este precepto, "porque olvida que lo indispensable, es expresar la voluntad inequívocamente, no siendo siempre necesario ni suficiente que el sordomudo sepa leer y escribir; lo primero, porque existen otras formas de expresar o manifestar la voluntad de modo (56) Chaplet, P., La famille et le droit civil soviétique, págs. 341 y sgts. (57) Spota, A. G., ob. cit., t. 1 vol. 3». página 536. inequívoco; lo segundo, porque no es el acto mecánico de leer o escribir lo que interesa, sino la comprensión mental de lo que se lee y escribe" ($*). El autor citado, concluye su estudio de la legislación mejicana, afirmando que la enumeración resultaría poco feliz para proteger eficazmente a las personas atacadas por afecciones mentales, si no incluyera también a los "débiles mentales" o "semialienados", los que deben considerarse aludidos en el inciso 2' del artículo 450, pues la letra de la ley —artículo 19— capta no sólo el criterio bi lógico, puramente objetivo, sino el alcance defensivo de la interdicción, que mediante la tutela ampara a los sujetos desvalidos de aptitudes naturales, para regirse y velar por sus bienes. XIX Derecho Chileno. El Código civil de Chile con las reformas introducidas hasta 1934, establece en su artículo 1447 como principio general, que "son absolutamente incapaces los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito". Según la ley chilena, el sordomudo que "no puede darse a entender por escrito", carece de recursos para manifestar su voluntad, de modo que la incapacidad resulta de su falta de educación y medios para comunicarse con sus semejantes. La incapacitación se considera no sólo desde el punto de vista de la enfermedad, sino de la aptitud demostrada por el agente en su vida de relación. En consecuencia, el artículo 342 declara que están sujetos "a curaduría general, los menores adultos que no han obtenido habilitación de edad; los que por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar sus bienes; y los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito". El título XXVI, consagra reglas especiales relativas a la curaduría del sordomudo. Las tutelas y las curadurías o cúratelas son, en la ley civil chilena —artículo 338— cargos impuestos a ciertas personas a favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos ni administrar competentemente sus negocios, y para declarar la interdicción el juez, por aplicación analógica de lo dispuesto é*n el artículo 460 con referencia al demente, debe asesorarse con facultativos de su confianza. Las normas legales especialmente dedicadas al sordomudo son las siguientes: Art. 469. — La cúratela del sordomudo que ha "llegado a la pubertad, puede ser testamentaria, legítima o dativa. Art. 470. — Los artículos 457, 458, inciso (58) Spota, A. O., ob. clt., t. 1, vol. 3i pagina 535. 1"; 462, 463 y 464, se extienden al sordomudo: a) Cuando el niño demente —artículo 457— haya llegado a la pubertad, podrá el padre de familia seguir cuidando de su persona y bienes hasta la mayor edad; llegada la cual, deberá precisamente provocar el juicio de interdicción. b) El tutor del pupilo demente —artículo 458, inciso 1'— no podrá después ejercer la curaduría sin que preceda interdicción judicial, excepto por el tiempo que íuere necesario para provocar la inte-dicción. c) Se deferirá la curaduría del demente, dispone el artículo 462, a las siguientes personas: 1") A su cónyuge no divorciado; pero si la mujer demente estuviere separada de bienes, según los artículos 155 y 156, se dará al marido curador adjunto, para la administración de aquellos a que se extienda la separación; 2') A sus descendientes legítimos; 3") A sus ascendientes legítimos 4») a sus padres e hijos naturales; los padres naturales casados, no podrán ejercer este cargo; 5') a sus colaterales legítimos hasta el cuarto grado, o a sus hermanos naturales. El juez elegirá en cada clase de las designadas en los números dos, tres, cuatro y cinco, la persona o personas más idóneas que le parecieren. A falta de todas las personas antedichas, tendrá lugar la curaduría dativa. d) La mujer curadora de su marido demente —artículo 463— tendrá la administración de la sociedad conyugal, y la guarda de sus hijos menores. Si por su menor edad u otro impedimento no se le difiere la curaduría de su marido demente, podrá, a su arbitrio, luego que cese el impedimento, pedir esta curaduría o la separación de bienes. e) Si se nombraren dos o más curadores al demente —artículo 464— podrá confiarse el cuidado inmediato de la persona a uno de ellos, dejando a los otros la administración de los bienes. El cuidado inmediato de la persona del demente, no se encomendará a persona alguna que sea llamada a heredarlo, a no ser su padre o madre o su cónyuge. Art. 471. — Los frutos de los bienes del sordomudo, y en caso necesario y con autorización judicial los capitales, se emplearán especialmente en aliviar su condición y procurarle la educación conveniente. Art. 472. — Cesará la cúratela, cuando el sordomudo se haya hecho capaz de entender y de ser entendido por escrito, si el mismo lo solicitare, y tuviere suficiente inteligencia para la administración de sus bienes; sobre la cual toniará el juez los informes competentes. Entre las incapacidades para ejercer la tutela o cúratela por defecto físico, el artículo 497, inciso 2', señala la de "los mudos". Finalmente, en armonía con la norma expresada al comienzo, el artículo 1005, inciso 5' del título que corresponde a la ordenación del testamento, declara que no son hábiles para testar, "todo el que de palabra o por escrito no pudiere expresar su voluntad claramente". Los sordos y los mudos —prescribe el artículo 1012, incisos 6« y 7', respectivamente— no podrán ser testigos en el testamento solemne, que es aquel en el cual se han observado todas las formalidades legales. El testamento solemne, es abierto o cerrado —artículo 1008— y lo que constituye esencialmente el testamento cerrado, lo dice el artículo 1023, "es el acto en que el testador presenta al escribano y testigos una escritura cerrada, declarando de viva voz y de manera que el escribano y testigos lo vean, oigan y entiendan (salvo el caso del artículo siguiente), que en aquella escritura se contiene su testamento. Los mudos, podrán hacer esta declaración, escribiéndola a presencia del escribano y testigos. El testamento deberá estar escrito ó, a lo-menos, firmado por el testador..." Y el artículo 1024 —que resuelve la excepción planteada en el anterior— dispone que "cuando el testador no pudiere entender o ser entendido de viva voz, sólo podrá otorgar testamento cerrado. El testador escribirá de su letra, sobre la cubierta, la palabra testamento o la equivalente en el idioma que prefiera, y hará del mismo moda la designación de su persona, expresando, a lo menos, su nombre, apellido y domicilio, y la nación a que pertenece; y en lo demás, se observará lo prevenido en el artículo precedente". En los testamentos llamados privilegiados como el verbal, el militar y el marítimo, porque en ellos se admite la omisión de ciertas formalidades, sólo puede ser testigo — artículo 1031— quien vea, oiga y entienda al testador, pero bastará la habilidad putativa, con arreglo a lo prevenido en el artículo 1013. Y este último precepto dispone que si alguna de las causas de inhabilidad expresadas en el artículo 1012 —en los incisos 8» y 7' se incluyen las causales'de sordera y mudez— "no se manifestare en el aspecto o comportación de un testigo, y se ignorare generalmente en el lugar donde el testamento se otorga, fundándose la opinión contraria en hechos positivos y públicos, no se invalidará el testamento por la inhabilidad real del testigo. Pero la habilidad putativa, no podrá servir sino a uno solo de los testigos". XX. Derecho peruano. El Código de 1936 ("») declara en los artículos 9, incisos 2* y 3% y 555, incisos 2' y 3', que son incapaces absolutos de obrar los que "adolecen de enfermedad mental que los priva —habitualmente— de discernimiento" y los "sordomudos que no saben expresar su voluntad de una manera indubitable".. Adolecen de capacidad de obra relativa —articulo 10— los "débiles mentales", "pródigos", "ebrios habituales", los que incurran en mala gestión y sufran pena de interdicción civil. Tales personas citadas en los incisos 1' y 4» a 7" del mencionado articulo 555, no se encuentran, desde luego, en la situación de los primeros, pero quedan sujetas a cúratela porque se juzga que no están en condiciones de dirigir sus negocios —artículo 581— y por su estado, representan una amenaza latente para la seguridad propia y ajena. Los artículos 571 y 572 disponen que el juez, al declarar la interdicción del incapaz, fijará "la extensión y límites de la cúratela, según el grado y la incapacidad de aquel" y en caso de duda, o si a juicio del curador fuese necesario extenderla, "resolverá observando los trámites proscriptos para declarar la interdicción". En otras disposiciones —artículos 578, 588, etc.— al legislar la cúratela en razón de la prodigalidad, mala gestión y ebriedad habitual del agente, se fijan límites a su actividad mediante la declaración de que podrán ejercerla para realizar actos personalísimos como testar, y actos de simple administración. XXI Derecho italiano. El Código civil de 1942, ha sustituido a los precedentes, Código civil de 1865 y comercial de 1862. Los "trabajos preparatorios de la reforma iniciáronse en 1924, año en el que fue nombrada la primera comisión especial que presidió el romanista Vittorio Scialoja, y tenían por objeto actualizar y superar el Código de 1865 de acuerdo con las nuevas instancias de realidad social. Dice el profesor Doméni- co Rubino, que "en los últimos tiempos de reforma, el fascismo ejerció su influencia sobre ella para adecuar el Código a su ideología. Por ello, en el Código se pueden advertir, a grandes líneas, innovaciones de carácter prevalentemente técnico e innovaciones de carácter prevalentemente político-económico-social. "La novedad más importante sobre tutela de los menores y de los interdictos —expresa en párrafos posteriores— es la supresión del consejo de familia i la introducción de la figura del juez tutelar, el cual nom(59) Código civil del Perú, anotado por Daniel Rodríguez Llerena, Chicago, 1937. bra al tutor y participa en toda la actuación de éste, vigilándolo y prestándole las autorizaciones previstas para los varios actos del tutor que no deban ser otorgados por una autoridad superior, es decir, por el tribunal" (»). El articulo 414 declara que debe someterse a interdicción "al mayor de edad y al menor emancipado que se hallan en condición de habitual enfermedad mental que los torna incapaces de proveer a sus propios intereses". El articulo 415, en su 1» y 2 partes, considera que deben ser inhabilitados "el enfermo mental cuyo estado no sea grave ni dé lugar a interdicción", como asi también pueden serlo "aquellos que por prodigalidad o abuso habitual de bebidas alcohólicas o de estupefacientes, se exponen a si mismos o a su familia, a graves perjuicios económicos". Finalmente, en su 3* parte, dispone la inhabilitación para el "sordomudo y el ciego de nacimiento o de la primera infancia que no haya recibido educación suficiente", y la interdicción cuando "sean del todo incapaces de proveer a sus propios intereses". El articulo 416 establece la interdicción o inhabilitación para el menor de edad, en el último año de la minoría, con efecto desde el día en que cumple la mayoria. Los artículos sucesivos, del 417 en adelante hasta finalizar en el 432 el titulo XII, refiérense a quienes pueden promover la instancia, a las facultades del tribunal y del ministerio público, a requisitos procesales y demás circunstancias relativas a la internación del enfermo, efectos de la sentencia de interdicción o inhabilitación, cese del tutor o del curador provisorio, publicidad, tutela del interdicto o cúratela del inhabilitado, actos que pueden realizar, y revocación fundada a solicitud fiscal o de parte interesada de las medidas tomadas por la magistratura tutelar. La inhabilitación es una interdicción atenuada y se rige por la misma disciplina. El artículo 603 del libro 2' que trata de las sucesiones, establece las formalidades que deben observarse para testar por acto público, y en el último párrafo declara que si el testador es mudo, sordo, o sordomudo, se procederá conforme con lo dispuesto en las leyes notariales respecto a dichas personas cuando hayan optado por ese medio para expresar su voluntad. El articulo 605 prescribe el conjunto de formas que rigen el testamento secreto. El testador, en presencia de los testigos del acto, entrega personalmente al escribano el pliego cerrado de tal modo que no pueda (60) Rubino. D.. Jurisprudencia Argentina de 2-5-950. abrirse sin rotura o alteración, y declara cándose de preferencia a tal fin, la renta que el mismo contiene su testamento. Si el de sus bienes. testador es mudo o sordomudo, hará tai maLa cúratela concluye conforme lo disponifestación por escrito en presencia de los ne el articulo 555, por la providencia juditestigos, haciendo constar que ha leído el cial que levanta la interdicción y en los deinstrumento, si la escritura del mismo per- más casos señalados en el articulo 546 para tenece a otra persona. la extinción de la tutela. XXII Conclusión. La reforma del DereSe ocupa después el Código de la cúracho nacional proyectada en 1936 cuyos an- tela de los bienes, de los menores emancitecedentes en materia de sordomudez he pados y de legislar la intervención del Essintetizado en el punto VII, dedica la sec- tado en el interés de los incapaces por inción tercera del libro segundo, a reglamen- termedio del patronato nacional o provintar la protección de los incapaces. cial, que ejercen los jueces, con audiencia La patria potestad ha sido organizada de del Ministerio Público. acuerdo con la corriente que iniciara la ley "El Patronato del Estado, nacional o proN" 13.903, y en lo que concierne a tutelas y vincial —dice el artículo 562— se ejercerá cúratelas, las disposiciones comprendidas por medio de los jueces, a quienes incumbe, entre los artículos 515-566 establecen en con intervención del Ministerio Público, la extrema concentración definitiva, con orde- superior vigilancia sobre los padres, tutonación metódica y criterio lógico, las nor- res y curadores, con el fin de atender a la mas más adecuadas para armonizar en una salud, seguridad y educación moral e intesobria estructura, la acción derivada de las lectual de los incapaces. Estas facultades relaciones de familia con la acción tutelar corresponderán privativamente al juez del del Estado. domicilio de los padres, o al mencionado en En el Código, la iniciativa privada no es- el artículo 516, o al competente respecto de torba la oficial, ni esta última absorbe la la persona de quien provinieron los bieprimera diríase que se ha encontrado el ar- nes, aunque se hallaren en otro lugar. quetipo destinado a conciliar la tradición Cuando se tratare de donaciones, lo será el con el espíritu nuevo, en una conjunción úel domicilio del padre o de la madre en la feliz que entronca en la modalidad típica- fecha de su otorgamiento, a menos que otro mente argentina de orillar las transiciones hubiere prevenido en el supuesto anterior". bruscas en el orden institucional. El articulo 563 establece que "los incapaEl artículo 549 declara que "los sujetos a ces, a más de sus padres, tutores o curadointerdicción por insania o sordomudez, se- res, tendrán la representación promiscua rán considerados como menores en cuanto del Ministerio Público en toda causa voluna su persona y bienes. Se les proveerá de taria o contenciosa, en que se trate de su un curador, a quien se aplicarán las dispo- persona o bienes, ya como actores o demansiciones relativas a la tutela. dados. Será nulo todo juicio o acto que exiEl artículo 550 prescribe: "Los incapaces ja venia judicial, cuando no se hubiere oído comprendidos en el artículo anterior, con- al Ministerio Público antes de dictar sentenservarán su libertad, y sólo podrán ser re- cia o de conceder la autorización. cluidos o asilados en virtud de resolución Los deberes del Ministerio Público, hájudicial, cuando fuere de temer algún daño llanse claramente expresados en el artícupara ellos o para terceros o lo exigiere su lo 564: "El Ministerio Público velará por el tratamiento... Tampoco podrán ser tras- fiel desempeño de las funciones que corresladados fuera de la República, sin expresa pondan a los representantes, en lo qué haga autorización judicial, fundada en dictamen al gobierno de la persona y bienes de los médico que declare conveniente el cambio incapaces. Podrá deducir las acciones que para la salud del enfermo". éstos hubieren dejado de promover, si ellas El artículo 551 autoriza al padre o a la fueren de su competencia, y solicitar lo permadre para "designar curador a sus hijos tinente cuando dependieren de otra jurisdementes o sordomudos, en los mismos su- dicción. Deberá también recabar el nompuestos y bajo idénticas formas que las fi- bramiento de tutores o curadores para quienes no los tuvieren, y aún antes de ser aquejadas para la tutela". El articulo 552 establece quiénes serán llos designados, asegurar los bienes cuando curadores legítimos; el 553 prevé la hipó- fuere necesario, u obtener que los incapatesis de que el incapaz tuviere hijos meno- ces sean colocados en casa honorable. Pores, en cuyo caso el curador de aquél será drán también pedir sean removidos los patambién tutor de éstos, y resuelve que la dres, tutores o curadores, cuando asi procúratela de la mujer encinta se extiende ceda conforme a lo dispuesto en los títulos a! hijo concebido; y el 554 prescribe que la precedentes". El artículo 565 puntualiza las facultades obligación principal del curador, será la de cuidar que el incapaz recupere la salud, apli- del Ministerio Público al decir que "en ejer- ciclo de sus funciones de vigilancia, podrá solicitar directamente de los representantes de los incapaces, de los parientes de estos o de cualquier tercero, los informes que estimare necesarios sobre la persona y bienes de los menores e interdictos, datos que los requeridos estarán obligados a suministrar con detalle". Finalmente, en el artículo 566 se declara facultativa la institución del consejo de familia introducida por Bibiloni en su anteproyecto, -cuando el padre o la madre legítimos del incapaz lo hubieren dispuesto y cuando el juez lo ordenare respecto de administraciones complicadas o que exijan conocimientos especiales. Los miembros del consejo de familia, sólo tendrán voto consultivo. La legislación contemporánea, ha superado el individualismo excesivo de que adolece el Código de Vélez Sársfield, cuyo espíritu de jurista se nutrió, como es sabido, en las corrientes jurídicas y sociológicas del siglo pasado. Ya no priva el interés del individuo, sino el de la colectividad. Por eso creo que en la futura reforma debe conservarse el articulado del Código de 1936, en cuanto reserva la declaración de incapacidad sólo para el sordomudo que se encuentra en la situación excepcional de no poder exteriorizar su voluntad en forma inequívoca, porque con ello se dignifica su condición humana al crear una nueva dimensión en su personalidad civil. Sin perjuicio de ello, el codificador destaca con acierto la primacía del orden social, con la protección dispensada a la salud e intereses morales y materiales del sordomudo, bajo el control y vigilancia de los órganos tutelares, pero sin aislarlo del núcleo familiar, en el cual reconoce la base primordial de la sociedad. Expreso, en síntesis, mi voto de adhesión a la reforma de 1936, que en materia de sordomudez puede situarse entre las más perfectas del mundo. Ello no obstante, debo señalar lo que considero una grave omisión capaz de malograr la política de protección coactiva que ha movido al legislador a declarar de orden público las leyes que rigen las relaciones de familia. Esa omisión puede subsanarse incluyendo en el texto del nuevo estatuto una disposición similar a la del Código brasileño. Debe imponerse al curador del sordomudo la obligación de gestionar su ingreso en un establecimiento de enseñanza especializada, bajo apercibimiento de inmediata remoción, salvo que demuestre la imposibilidad de hacerlo, en cuyo caso el representante del Ministerio Público promoverá la instancia que corresponda ante el juez de la cúratela, a fin de agotar el procedimiento para alcan- zar el objetivo esencial de salvar la existencia moral del interdicto con la obra libertadora de la cultura. La capacitación civil del sordomudo, es también un capítulo de la lucha por el derecho: la poesía del carácter como la llama Ihering. El sentido profundo de la justicia se revela al hombre por el dolor, "el grito de angustia, de socorro, de la naturaleza amenazada", para decirlo con la palabra señera del gran maestro alemán («i). Acudir a ese llamado, es un imperativo moral de resistencia contra la voluntad arbitraria, impuesto por la conciencia del derecho. BIBLIOGRAFÍA. — Alfonso El Sabio, Los siete partidas, Vallaaolid, 1875. — Aristóteles, Tratado del alma, trad. esp. de P. Azcárate, Medina y Navarro, Madrid. — Aubry, C. y Bauo, Cours de droií civil francais, 4» ed., París, 1869-1878. — Baudry-Lacantlnlerle, Q. coa la colaboración de diversos profesores. Traite theorique et pratique de Droií civil; Des personnes, 3* ed., París. — Bibiloni, J. A., Reforma del Código Civil, "Anteproyecto", Es. Aires. 1939. — Bonet, J. P., Reducción de las letras, Madrid, 1930. — Buínolr y otros, Códe civil allemand, París, 1914. — Busso E. B., Código ci- vil anotado, Bs. Aires. 1944. — Chaplet. 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INCAPACIDAD PARA EL TRABAJO. (V. ACCIDENTES DE TRABAJO. ENFERMEDADES PROFESIONALES.) INCAPACIDADES JURÍDICAS.' SUMA- RIO: 1. Concepto y extensión. 2. En el Derecho romano. 3. En el Derecho español. 4. En el Derecho francés. 5. Las incapacidades Jurídicas en el Derecho alemán. 6. Normas que rigen la materia en el Derecho argentino. 1. Concepto y extensión. En términos generales traduce la incapacidad jurídica, la falta de capacidad civil, originada por causas que restringen o modifican la capacidad de obrar. La incapacidad jurídica, como procedente de estadas diversos que pueden afectar al sujeto de derecho, estados de distinta significación y contenido, puede ser considerada —afirma un autor—, total o parcialmente. Es incapicidad jurídica total la que restringe en absoluto la facultad de obrar. Y parcial aquella que la limita a ciertos y determinados actos. El acto jurídico es complejo; su naturaleza y contenido distinto en cada uno, y, por tanto, sus efectos y trascendencia de diversa índole. Dedúcese de aquí que el sujeto de obrar, requiere condiciones distintas en cada uno de ellos, y que con sujeción a éstas se regule su capacidad O . Para Escriche, la incapacidad traduce la * (1) Por el Dr. MATEO GOLDSTEIN. Enciclopedia Jurídica Española, ed. Fran- "falta de las calidades y disposiciones necesarias para hacer, dar, recibir, trasmitir o recoger alguna cosa. La incapacidad, prosigue, proviene de la naturaleza o de la ley, o de la naturaleza y de la ley conjuntamente. De la naturaleza como en el caso del niño que nace informe o sin vida, o del sordomudo y mentecato; de la ley, como en el caso del condenado a una pena que lleva consigo la muerte civil, del hijo ilegítimo, del extranjero y del religioso (2). Cabanellas define la incapacidad como el defecto o falta total de capacidad, de aptitud legal para ejercer derechos y contraer obligaciones. Como falta de disposiciones o calidades necesarias para hacer, dar, recibir, transmitir o recoger alguna COSa (2 bis) . Siempre que haya causa, dice, que restrinja o modifique la capacidad de obrar, existe incapacidad, y estas provienen de la naturaleza (la locura o la sordomudez) o de la ley (la interdicción civil), o de ambas conjuntamente (como la minoría de edad). La incapacidad absoluta es la ineptitud total para todos los actos... La muerte civil, abolida en todos los Códigos modernos, constituía antiguamente una de las causas de incapacidad absoluta. La incapacidad relativa es la que se limita a determinados actos dejando en libertad para realizar los restantes negocios jurídicos. También la que puede subsanarse con la asistencia, autorización o concurso de un representante legal. .. En las leyes surgen, en cada acto o contrato, determinadas incapacidades relativas, cuya enumeración, resultaría prolija, y basadas en el texto, edad, estado (soltera, hija de familia, casada, viuda reciente), por enfermedad (ceguera, sordera, sífilis, lepra), por la vecindad (para ser concejal, por ej.), el concurso civil, la quiebra del comerciante... La incapacidad de derecho es la ineptitud legal para el goce de uno o más derechos; pero que no puede extenderse a la totalidad de los mismos, ya que la muerte civil ha desaparecido de las legislaciones. Por incapaz que se suponga a un individuo, cuenta con derechos: el recién nacido los tiene a los alimentos de sus progenitores y al cuidado de éstos; incluso el condenado a muerte tiene el de ser juzgado y ejecutado conforme a la ley, y el de no ser maltratado inútilmente... La incapacidad de hecho consiste. en la imposibilidad o prohibición de ejercitar los derechos que se tienen. Equivale a la incapacidad de ejercicio y se contrapone a la incapacidad de decisco Seix, Barcelona, nota de Julio de Ercilla, t. 18, pág. 908, vocablo "Incapacidad Jurídica". (2) Diccionario razonado de jurisprudencia y legislación. (2 bis) Cabanellas, G., Diccionario de Derecho Usual, Ed. Arayú, t. 2, pág. 844, Bs. Aires, 1953. recho... La incapacidad de hecho puede referirse a la totalidad de los derechos y a determinada clase de ellos; en el primer caso se habla de incapacidad absoluta; y en el segundo, de incapacidad relativa (3). 2. En al Derecho romano. Es conocida la amplia distinción establecida entre los romanos, respecto de las personas consideradas en la familia: alienis juris y sui juris. Las primeras eran las personas sometidas uno o de otro estado constituye la capiíi diminutio, la cual iurc civili morti coaequatur. La pérdida del status libertatis constituye la capitis diminutio máxima la del status civitatis la capiíis diminutio media; ambas en antitesis a la capiíis diminutio mínima, toman el nombre de capiíis diminuíio magna (3), Ortolán, analizando la idea y elementos constitutivos del estado de las personas en a la autoridad de otro. Por lo tanto en el Roma, indica que tres son los elementos: Derecho clásico y durante la época de Ga- La libertad (iberios); la ciudad (civitas); yo se conocieron cuatro poderes: 1») La au- la familia (¡familia). La reunión constituye toridad del señor sobre el esclavo; 2») La lo que los romanos llamaban status, estado; patria potestas, o sea la autoridad pater- o caput, cabeza. nal; 3") La manus autoridad del marido, y Y agrega: La división de los hombres en a veces de un tercero, sobre la mujer casadad; 4°) La mancipium, autoridad especial cuanto a la libertad, se presenta simplede un hombre libre sobre ana persona li- mente en el primitivo derechos de los robre. La manus y la mancipium cayeron en manos. Está reducida a dos términos: libres y esclavos. En tiempos de la ruina de desuso bajo Justiniano. agricultura y del frecuente abandono de Las personas libres de toda autoridad, de- la las tierras por no pober cultivarlas con utipendiendo de ellas mismas, se llamaban lidad; en tiempos principalmente de la consui juris. quista de las provincias distantes y de la El hombre sui juris es llamado paterfa- admisión de las hordas bárbaras en las tiemilias o jefe de familia. Este titulo implica rras del imperio; antes de Constantino, se el derecho de tener un patrimonio, y de ve aparecer un tercer término que expreejercer, sobre otro, las cuatro clases de po- saba un derecho absolutamente nuevo: los deres. El ciudadano sui juris los disfruta, colonos (agrícolae o coZoní, ya tributónos sea cual fuere su edad, y aunque no ten- censiti, adscríptitii o írtbuíarii), ya libres ga de hecho persona alguna sobre su auto- (inquilini, coloni liberi); una especie de ridad. La mujer sui juris es llamada tam- siervos, adheridos, no ya a un £*ñor indibién materfamilias, esté o no casada, siem- vidualmente, sino a una tierra. Esta es la pre que sea de costumbres honestas. (Se- gradación que se prepara y que atraviesa gún Aulo Gelio, Noches áticas, XVIII, 6), el los siglos: de la esclavitud a la servidumbre titulo de materfamilias sólo se daba a la del terruño, y de ésta a la domesticidad y mujer casada in manu: aunque este sen- al proletariado modernos" («). tido no parece haber prevalecido). Puede En punto a la esclavitud, existía una sola tener un patrimonio y ejercer la autoridad alternativa, entre los romanos: la manude ama sobre los esclavos; pero la autori- nisión (manumissio) que, bajo el Derecho dad paternal, la manus y el mancipium so4 romano primitivo es un acto de Derecho la pertenecen o, los hombres ( ). luego se convirtió en un simple Pedro Bonfante refiriéndose a- la extin- público; ción de la capacidad jurídica entre los ro- acto de De'recho privado. Del resultado de manos, señala que produciéndose la muerte ésta aparece otra división de personas: los o la capitis-diminutio, la capacidad jurídi- ingenuos (ínjíenui), que son libres por naca se pierde. Se distingue, empero, la pérdi- cimiento y los emancipados, que han venida del requisito- natural, que es la existen- do a serlo por la emancipación y se llaman cia, de la de los requisitos civiles. La pér- Hberti. También sufrió una transformación la dida de la capacidad jurídica por muerte es conforme a la conciencia de cada uno, situación de los emancipados. Al principio, es de Derecho natural; un muerto no ne- todos eran ciudadanos romanos, pero de una cesita derechos. Por el contrario, respecto a condición inferior. En tiempos de Augusto y los otros des requisitos, o sea la cesación de de Tiberio, según enseña Ortolán, se introla capacidad jurídica por faltar la libertad dujeron dos nuevas clases, que no tenían el o la ciudadanía, se consideran por los ro- Derecho de ciudad, y que se hallaban colomanos como hechos meramente arbitrarios cadas bajo la primera, y una después de y positivos o de Derecho civil. La extinción de la capacidad jurídica por la pérdida de (5) Boníante, P., Instituciones de Derecho Romano, tr. de la 8» ed. ital.. L. Baccl y A. Larrosa, (3) Cabanellas, G.. ob. cit.. t. 2, págs. 353-55. (4) Petit, E., Tratado elemental de Derecho Romano, trad. José Ferrandez González, ed., Albatros, págs. 135 y 136, núms. 78, Bs. Aires. 2' ed,, Ed. Beus, págs. 52 y 53, Madrid. (6) Ortolán, M., Compendio del Derecho Ro- mano, trad. F. Pérez de Anaya y Pérez Rivas, Ed., Atalaya, págs. 25 y 26, Bs. Aires, 1947. otra, con la denominación de emancipados latinos Júntanos (latini Juniani) y dedicticios (dedititli). En fin Justiniano los puso todos a un mismo nivel, todos ciudadanos: éste era el Derecho primitivo en toda su pureza, pero extendido a emancipaciones privadas, que éste Derecho no reconocía. Relacionado con la condición de ciudadanía, toda la extensión del Derecho romano, tatito en el orden privado como en el público, dependía de éste título, si no existia no había estado (status), no había cabeza. Lo contrario, u opuesto a civis, ciudadano, es el peregrínus, peregrino, hostis, extranjero o enemigo. Se subraya que en Roma, peregrinas, hostis, barbaras eran siempre una misma cosa en el Derecho civil: son todos extranjeros. Pero esta es materia de derepho poltico; nos reduciremos a las incapacidades jurídicas civiles. Veamos la situación de la familia romana. El fundamento de la familia es el matrimonio. Entre los romanos el matrimonio civil, formaba un elemento importante, pera en el orden privado no es una familia natural; es una creación del Derecho civil. La mujer, esposa respecto del marido, y madre respecto a sus hijos, no se halla comprendida en la familia. Los hijos mismos y sus descendientes pueden ser extraños a ella. En sentido inverso, personas extrañas por la sangre pueden formar parte de ella misma... El vínculo de familia no es el vínculo de la sangre; el vínculo producido por el matrimonio y por la generación es un vinculo de Derecho civil, esto es, un vínculo de poder. El paterfamilas goza legalmente de los siguientes poderes; estos, los mismos de que gozan todos los individuos sui juris: a) Potestas el poder del señor sobre los esclavos (potestas dcminontm) y el poder del padre sobre sus hijos (paíria potestas); b) La manus: el poder del marido sobre la mujer; c) Mancipium: el poder sobre el hombre libre de quien se ha adquirido la propiedad romana por venta civil o enajenación solemne (mancipatio). El parentesco reconocido y admitido en el Derecho romano, admitía las dos formas principales: cognatio (el vínculo de la sangre) y agnatio (es el parentesco del Derecho civil)..Es este el que confiere los derechos de familia y se considera agnados especialmente aquellos que han vivido en realidad sometidos todos al poder de un mismo jefe (qui sub unius poteste fuerunt). Además de la agregación de todos los agnados entre sí, existía otra especie de agregación civil: la gens (de la gentilidad: generación, genealogía). Y por último, eran también integrantes de la familia, los afinitas (pa- rientes por afinidad: el vínculo que se esta- blece por las justas nupcias entre cada uno de los cónyuges y los cognados del otro. Con referencia al orden de ciudadano existían, como hemos dicho, tres formas de perderlo que se calificaba como existimatio (estimación, consideración). Las alteraciones de la existimatio se podía perder: a) Por la infamia (infamia), que proviene de dos causas, o bien recae sobre las personas por el ejercicio de ciertas profesiones, por ciertos actos vergonzosos expresamente designados por la ley o por el edicto del pretor, y por el hecho sólo de la existencia de estas profesiones, o de estos actos; o bien es la consecuencia de una condenación impuesta por delitos públicos, o por causas formadas por delito privado; b) La torpeza (turpitudo), que se producía en los casos en que, aunque ni la ley ni el pretor declarasen la infamia, las costumbres, más delicadas que el Derecho escrito, cubrían la existimatio con una mancha, a causa de la torpeza de la vida (vitae turpitudo) o de la profesión. Las incapacidades de Derecho que de estos resultan son casi las mismas que la de la infamia. 3') La levis nota, que recae sobre loa emancipados y los hijos de aquellos que se dedican al arte escénico; lo que los tornaba incapaces de contraer matrimonio con los senadores o con los hijos de éstos, cuya prihibición fue suprimida por Justiniano; y lo que caía la institución de heredero, verificada en su favor, capaz de que fuese impugnada por los hermanos o hermanas, en cuyo perjuicio se había hecho. Dos palabras, ahora, acerca de otras condiciones de las personas que las hacía incapaces para ciertos efectos legales. 1') El sexo. Introdujo, tanto en el orden público, como en el privado, excepcionales discriminaciones. Así podía decir Cicerón: "Nuestros mayores quisieron que todas las mujeres estuviesen en poder de tutores; los jurisconsultos inventaron varias especies de tutores para las mujeres". 2°) La edad. La capacidad, entre los romanos se clasificaba en tres etapas: a) la infancia intermedia, pero muy breve, que abarca los dos primeros años de la vida (infante): se mira al infante entonces, como si careciera de toda inteligencia de las cosas formales (mullum intellectum); b) La edad posterior a la infancia, que llega hasta la pubertad. Si es sui juris, para completar su personalidad requiere otro ciudadano púbero, tutor suyo; c) La pubertad, fijada para los hombres en los 14 años y en los 12 para las mujeres. Antes de esta época se denomina al hombre impúber y después de llegar a ella púber; á) La mayoría de veinticinco años; e) La vejez (senectus) que para la exención de los cargos públicos se había fijado en los setenta años cumplidos. y otras cuando ya es capaz de pronunciar las palabras solemnes de las fórmulas jurídicas (7). 3. En el Derecho español. Cabe decir que en el Derecho español moderno son sólo causas que producen la incapacidad total: la edad y la enfermedad. El primer elemento tiene diversas etapas: Antes de los 12 o 14 años, según sea hombre o mujer, se carece de capacidad jurídica para ser sujeto de obligaciones en absoluto, pudiendo, por tanto, decirse que antes de aquel límite, se carece de capacidad para todo acto jurídico. A partir de la citada edad marginal, se adquiere capacidad para contraer matrimonio; a los catorce años, para testar; a los quince para ser adoptado; a los dieciocho para poder ser emancipado, pudiendo administrar sus bienes; a los veintiuno, para el ejercicio del comercio. A los veintitrés años se adquiere la plena capacidad civil. Debe dejarse constancia que no obstante Otra base para determinar la capacidad e incapacidad de las personas es la relacionada con las -alteraciones corporales o morales que llevan condicionadas grandes variaciones en la conservación o pérdida de los derechos personales. Esto se realiza con respecto a los impotentes (spadones), castrados (castrati), sordos (surdi), mudos (muti), o sordomudos (surdi et muti), y los que padecen una enfermedad incurable (qui perpeuto morbo laborant). En punto a las alteraciones mentales, cabía distinguir a los furiosos (furíosi), los locos (mente capti), los que carecen de inteligencia o son imbéciles "(dementes) y el pródigo (prodigus). El tratadista francés Blondeau, ha profundizado el tema de la capacidad de las personas en Roma y ha sido el primero que ha establecido sobre los diferentes grados de capacidad, una clasificación particular de los términos antedichos, con respecto al las personas. En los casos en que la ley re- menor emancipado puede administrar sus conoce o establece, dice Ortolán, una inca- bienes antes de los dieciocho años medianpacidad para el ejercicio de los derechos, do el consentimiento de sus padres y si ha cabe dispensar una protección jurídica: es- contraído matrimonio. Si es huérfano de te es un principio de humanidad.... Así, a ambos antecesores puede obtener el benela cuestión del sexo, de la edad y de las al- ficio de la mayoría de edad a los dieciocho teraciones morales, se asocian la teoría de años, conforme lo prescribe el artículo 322 la tutela (tutela) y la de la cúratela (cura). del Código civil. En cuanto a la enfermedad, puede esta Esto se entiende sólo para las personas sui juris; porque las que se hallan en poder de ocasionar la incapacidad jurídica total, si otros no necesitan, siendo propiedad de jefe el que la padece, es verdaderamente inepto de familia, de ninguna otra protección. Hay para administrar sus bienes. Tal ocurre con entre la tutela y la cúratela, consideradas la locura y la demencia, aunque el Código en las circunstancias que la determinan, el les reconoce capacidad' para testar en un carácter distintivo que sigue: La tutela tie- intervalo lúcido a los dementes. Si la enne lugar por causas generales de incapa- fermedad sólo trae aparejada una incapacidad, que hacen que la personalidad exi- cidad parcial, ésta ocasiona solamente una gida por el Derecho civil para la realización incapacidad jurídica parcial, contrariade los actos jurídicos, sólo exista con im- mente a las situaciones previstas anteriorperfección (estas causas eran la edad de mente que acarrean una incapacidad juríimpubertad, y en otro tiempo el sexo feme- dica total. Se hace difícil efectuar una enunino) . La cúratela, por el contrario, se apli- meración precisa de todos los casos y de ca por causas particulares de incapacidad todas las situaciones en que surge una inaccidental, que pueden recaer sobre una capacidad parcial, pero vale la pena conpersona y no sobre otra y que hacen que signar que ellas se apoyan, en la mayoría esta persona, aunque capaz de los actos ju- de los casos en razones de edad, sexo, enrídicos, según regla general del Derecho ci- fermedad, matrimonio, parentesco, vecindad, vil, necesite, sin embargo, por una excep- concurso civil, quiebra mercantil, etcétera. Ya hemos analizado las posibilidades que ción personal que se cuide de sus intereses. De aquí procede la diferencia fundamental surgen de la edad y algunas de la enfermeentre las funciones del tutor, encargado de dad, mereciendo señalarse expresamente completar la personalidad incompleta (auc- que, en caso de sordomudez, s.e origina una tor fien) y las del curador, encargado de incapacidad que, según la jurisprudencia y cuidar de los negocios (curare). De aquí la ley españolas, debe fijarse en la sentenprocede también la siguiente regla: el tutor cia que ponga término al expediente, según se da a la persona; el curador a los bienes. el gsado de capacidad de ellos. Impide la Las funciones del tutor en su carácter y concertación del matrimonio a los que paen sus modificaciones siguen los grados de decieren de impotencia física, absoluta o la edad. Son unas durante el período de la (7) Ortolán, M., ob. cit.. págs. 66 y 67. infancia cuando el pupilo no sabe hablar, agrega, a renglón seguido: "Es de lamentar, y muy de veras, que el Código civil no siga el movimiento moderno que alrededor de estas psicosis se desarrolla en los modernos tiempos. En el estado actual de la ciencosas cuyo conocimiento depende de la vis- cia se distingue perfectamente la locura, de ta y del oído. El sexo restringe la capacidad las demás enfermedades mentales, y entre de la mujer para ejercer la tutela, salvo en estas aparece perfectamente delimitado el casos excepcionales; el parentesco impide la grado de exterminio, pudiendo hoy referirse concertación del matrimonio en determi- a la demencia, a la imbecilidad, a la idiotez nados casos y para servir de testigos en y demás trastornos mentales, sin miedo a injuicios relacionados con éste. La vecindad miscuirse en el campo de una por la otra. limita la capacidad para ciertos testimo- Este perfeccionamiento científico ha connios, así como el concurso civil y la quiebra. tribuido a fijar de modo exacto cual es el Otras causas que restringen la capacidad estado sensitivo, intelectual y volitivo de cason la interdicción civil y la prodigalidad. da una de estas psicosis, y este estado perEn cuanto a la primera, y a pesar de la dis- mite apreciar el grado de capacidad del suposición del artículo 32 del Código civil es- jeto que la padece. Así, pues, el Código cipañol, 2» parte, que expresa: "que la pro- vil debió aprovechar este progreso científico digalidad y la interdicción civil no son más y determinar de modo expreso y categórico que restricciones de la personalidad jurí- las enfermedades mentales que por su mera dica. Los que se hallaren en alguno de esos concurrencia hacían al sujeto incapaz juestados son susceptibles de derechos, y aún rídicamente" (»}. La incapacidad, conforde obligaciones cuando estas nacen de los me a la legislación positiva que estudiamos hechos o de relaciones entre los bienes del se declara en juicio sumario, sometido el incapacitado y un tercero", priva al penado caso, a la autoridad judicial y siendo esta de la administración de sus bienes y de la declaración facultativa de los parientes del comparescencia en juicio, así como de la presunto incapaz que tengan derecho herepatria potestad sobre sus hijos, mientras ditario ab intestato y al Ministerio Fiscal, dure la interdicción. Y la prodigalidad se en casos determinados. Esta última parte refiere a la sentencia en que ésta se decla- se refiere a las situaciones siguientes: 1') re, la cual ha de precisar el grado de inca- Cuando se trate de dementes furiosos; pacidad que se asigne al sujeto. 2') Cuando no-existan parientes en condiUn autor hispano expresa que los prece- ciones de pedir la declaración de insania; dentes son los diversos puntos articulados 3*) Cuando los parientes en las condiciones por la ley de su país y la mayoría de las que especificadas, sean menores de edad o casiguen los mismos lincamientos, en punto rezcan de la personalidad necesaria para a la incapacidad jurídica de las personas: concurrir a juicio. La jurisprudencia de los ".. .Sin embargo, de ello hemos de recono- tribunales españoles ha acordado que el cer que si bien lo expresado es verdad cien- incapaz puede ser admitido como parte en tífica y conforme con los principios que in- el expediente (*>); la substanciación ha de forman esta materia, no lo es menos que hacerse por los trámites de los incidentes y en el lenguaje usual, al referirse a la inca- en todo caso el juzgador debe examinar pacidad jurídica se alude generalmente a personalmente al sujeto de que se tratare, aquella absoluta y total que hace relación 'debiendo oírse al Consejo de Familia. El con el estado anormal del sujeto de derecho: Tribunal Supremo tiene resuelto que el es decir, de aquella que reconoce por base Consejo de Familia que se constituya puede el desequilibrio de las facultades intelec- acordar oír, antes de emitir su dictamen, el tuales y volitivas del mismo; en una pala- de los facultativos y que este Consejo de Fabra, la que tiene por causa el estado psíqui- milia no puede entenderse que se limita co de aquél. En este sentido decimos que sólo a ser oído, sino a computar la persoel sujeto de derecho se halla incapacitado nalidad del presunto incapaz sin más limijurídicamente, cuando a consecuencia de taciones en su funcionamiento, que las que su estado psíquico, afecto a una lesión fun- dimanan de la situación excepcional en que cional u orgánica, es incapaz de administrar se encuentra aquel (10). Declarada la incasus bienes (art. 213 del Cód. civ.). Oe modo pacidad en legal forma, el Consejo, ipso que no basta que la persona sufra demencia; Jacto, ha de entrar en funciones protectoras que padezca locura, para que sea declarada incapaz: es preciso que aquellos padeci(8) Enciclopedia Jurídica Española, autor ctt., mientos sean de tal índole, hayan adquirido t. 18, pág. 909. (9) Fallo d«l Tribunal Supremo de España, del cierto desarrollo que le incapaciten para la enero de 1907. administración de sus bienes. Entonces es 5 de (10) Sentencia del Tribunal Supremo de Escuando aquél .será declarado incapaz". Y paña, del 20 de enero de 1904. relativa, para la procreación, de una manera perpetua e incurable. Prohibe ser testigo de los testamentos a los ciegos y a los absolutamente sordos o mudos y hacer testamento cerrado a los ciegos y sordos en las Por otra parte se tiene resuelto que los jueces, para mejor proveer, pueden acordar el reconocimiento facultativo del presunto incapaz, no siendo responsables personalmente los procuradores de la parte, de los honorarios correspondientes (u). La declaración de la incapacidad no autoriza al juez para designar tutor al incapaz (12) y que habiendo, dictaminado varios facultativos sobre la capacidad del presunto incapaz, y propuesta por la parte prueba pericial por la Academia de Medicina, era prueba innecesaria (»3). De acuerdo a lo prescrlpto en el articulo 219 del Código civil, contra la sentencia del juez puede interponerse demanda en juicio ordinario, con autorización especial del Consejo de Familia. Recayendo cosa juzgada sobre la sentencia, el declarado incapaz queda inhabilitado jurídicamente de modo absoluto y para completar su personalidad requiere de las instituciones tutelares. Los actos anteriores a la declaración de su incapacidad estarán afectados de nulidad, si se prueba que estaba incapacitado para realizarlos. Demófilo de Buen establece una tabla de excepciones a la incapacidad del menor y a, la capacidad del mayor, dentro del Código civil español, con cuya reproducción daremos el cuadro completo que atañe a la legislación de dicho país en materia de incapacidades jurídicas. a) Excepciones de la incapacidad del menor: 1) El mayor de catorce años puede testar (art. 663), excepto en la forma ológrafa, para la cual requiere un testador mayor de edad (art. 688). 2) El mayor de dieciséis años puede ser testigo en el otorgamiento del testamento hecho en caso de epidemia (art. 701). 3) "El menor emancipado puede ser mandatario; pero el man- dante sólo tendrá acción contra él en conformidad a lo dispuesto respecto a las obligaciones de los menores" (art. 1716)'. 4) "Los menores de edad pueden hacer y recibir donaciones en su contrato antenupcial, siempre que las autoricen las personas que han de dar su consentimiento para su matrimonio" (art. 1329). 5) El menor que va a contraer matrimonio puede otorgar capitulaciones matrimoniales, con la concurrencia de las personas designadas por la ley para consentir su matrimonio (art. 1318). 6) Los menores podrán aceptar por sí donaciones que no sean condicionales ni onerosas (art 626) 7) Los menores y los inca(11) nor de esa edad o el que sea mayor de dieciocho a los y haya obrado sin discerni- miento cuando no haya persona que lo tenga bajo su potestad o la que lo tenga sea insolvente (así resulta de la regla primera del art. 19). En diversas disposiciones especiales se reconoce ciertas capacidades a los menores, que pueden considerarse como excepciones de la incapacidad genérica. b) Excepciones de la plena capacidad de los mayores. 1) La establecida por el artículo 321, según el cual las hijas de familia mayores de edad, pero menores de veinticinco años, no podrán dejar la casa paterna sin licencia del padre o de la madre en cuya compañía vivan, como no sea para tomar estado, o cuando el padre o la madre hayan contraído ulteriores bodas. 2) Con arreglo al artículo 173 del Código, para adoptar no basta la mayoría de edad, se necesita la de cuarenta y cinco años (u). 4. En el Derecho francés. Veamos las disposiciones que rigen la materia de las incapacidades jurídicas en el Derecho francés. El ilustre tratadista Josserand, definiendo la capacidad e incapacidad de las personas en el Código napoleónico, dice que la primera "es una palabra de doble sentido, lo mismo que incapacidad, su contraria: a veces se designa con ella la aptitud o falta de aptitud para adquirir y para poseer derechos, para ser titular de esos derechos, y entonces se trata de una capacidad o de una incapacidad de goce (bastante mal denominada) ; otras veces, y con mayor frecuencia, se trata sólo de la aptitud o falta de aptitud para ejercer los derechos de que una persona está investida y, en tal caso, se trata sólo de una capacidad o de una incapacidad de ejercicio (if>). Sentencias del Tribunal Supremo de Espa- ña, del 7 de marzo y 1 de julio d« 1905. (12) pacitados pueden adquirir la posesión de las cosas; pero necesitan de la asistencia de sus representantes legítimos para usar de los derechos que de la posesión nazcan a su favor (art. 443). 8) El mayor de catorce años, cuando esté sujeto a tutela, tiene derecho a asistir y ser oído en las reuniones del Consejo de familia (art. 308, apar. 2'). Según el Código de comercio, a los veintiún años se puede ejercer el comercio. El Código penal reconoce la capacidad para delinquir al mayor de nueve años (si tiene menos de dieciocho, necesita haber obrado con discernimiento) (art. 80, núms. 2' y 3'). Según el mismo Código penal, el mayor de nueve años (que haya obrado con discernimiento si tiene menos de dieciocho) responde civilmente del delito cometido; y también el me- Sentencia del mismo Tribunal, del 4 de enero de 1913. (13) Sentencia del mismo Tribunal, del 14 de mayo de 1910. (14) Colín, A., y Capitant, H., Curso elemental de Derecho Civil, 2» ed., en español, Ed. Instituto Reus, t, 2, vol. I, págs. 14 y sigs., Madrid, 1942. (15) Josserand, L., Derecho Civil, trad. S. Cmichiilos y Manterola, Ed. Jurid. Europa-América, El mismo autor explica las diferencias que median entre una y otra incapacidad, afirmando que la incapacidad de goce implica una incapacidad de ejercicio y que la primera lleva consigo la segunda, no ciertamente al revés: la capacidad de ejercicio no importa la de goce. Resulta de las explicaciones precedentes, agrega, que la incapacidad de goce es más grave que la de ej -ciclo, porque la primera lleva consigo la segunda, y no recíprocamente. Y sobre todo, una es irremediable mientras que la otra lleva consigo paliativos, remedios: el menor es incapaz de ejercitar los derechos que le pertenecen, pero eso no importa, porque alguien los ejercerá por él, su padre o su tutor. Lo esencial es tener, poseer los derechos; la cuestión de su ejercicio es, sino secundaria, por lo menos susceptible de ser resuelta por un medio o por otro... La inmensa mayoría de las incapacidades, continúa, es de ejercicio simplemente; por eso cuando se habla de capacidad o de incapacidad sin precisar más, se tiene en cuenta el ejercicio y no el goce de los derechos: nos conformaremos con esta terminologia tradicional" (16). Diversas son las incapacidades que la ley francesa reconoce, fragmentándose en diversas categorías. Así, puede hablarse de una gran clasificación en incapacidades de hecho e incapacidades de derecho; los actos realizados en la primera situación (por ejemplo, los que se refieren a un niño, a un demente, etc.), deben conceptuarse como no realizados; en cambio, los segundos comportan consigo una anulabilidad que debe reunir determinadas condiciones. Una u otra distinción de las incapacidades, reconoce una incapacidad general (que se refiere a todos los actos jurídicos realizados por un incapaz), y especial (que se refiere a actos de determinada categoría). "Hay incapacidades más o menos profundas, dice nuevamente Josserand, en el sentido de que implican o no la intervención de un representante de aquel a quien alcanzan. Hay, en efecto, incapaces que tienen iniciativa de movimientos, que continúan a la cabeza de sus asuntos y a quienes se impone solamente una asistencia, con fines de autorización y para completar la capacidad imperfecta (menor emancipado, pródigo o débil de espíritu). Pero hay otros que no pueden aparecer en la escena jurídica, que están representados por todos los actos, aun los de simple administración. En cuanto a éstos, la incapacidad de ejercicio es conrpleta o poco menos (menor no emancipado, Bosch y Cía., t. 1, vol. I, pág. 262, núm. 303. Bs. Aires. (16) Jesseranct, L., ob. cit., t. 1, vol. I, página 263, núm. 304. declarado en interdicción). La cúratela es el régimen que conviene normalmente a los incapaces de la primera categoría, mientras que la tutela es la organización que funciona para los de la segunda". Por último, se puede admitir una clasificación que admite diversas incapacidades, como: edad, estado mental, prodigalidad y condenas penales. Analizaremos brevemente estas incapacidades según el orden que acabamos de estab'ecer y comenzaremos por las incapacida- des inherentes la edad de las personas. A) En el Derecho francés la minoridad dura hasta los veintiún años. Esta edad, señalan Planiol y Ripert, debe calcularse por horas a partir de la del nacimiento, mencionada en el acta del registro civil; la mayoría de edad y la plena capacidad comienzan, pues, el día del aniversario y a la hora indicada en el acta de nacimiento. Este procedimiento que fija la mayoría de edad, no de acuerdo con el examen individual del desarrollo de los interesados, sino a una edad constante, es el adoptado por todas las legislaciones modernas, y la edad de veintiún años es la más comunmente admitida. Existen, además, en nuestro derecho, mayoría de edad especiales que aceptan par0 el menor de 21 años determinadas capacidades particulares. La edad de la pubertad (18 y 15 años) le permite casarse (art. 144); puede comprometerse para un trabajo industrial, a partir de 13 años (art. 1, lib. II, C. de Trabajo); contratar por sí solo un compromiso militar, a partir de los 20 años (L. 1' de abril de 1923, art. 64); testar parcialmente después de los 16 años (art. 904, Cód. civ.). La mayoría de edad penal es, según diversos casos, unas veces a los 12, otros a los 16 y otras a los 18 años. La edad de 21 años, concluyen los tratadistas que reproducimos, es precedida ai hecho por un desarrollo intelectual que da al menor una cierta actividad jurídica. El Código civil ha tenido en cuenta eso para permitir su emancipación. Leyes especiales, la jurisprudencia y las costumbres han ampliado considerablemente el circulo de la iniciativa del menor O 7 ). Según la ley francesa la incapacidad del menor, es decir, la incapacidad originada en la edad debe dividirse en varias etapas. Ellas son: a) Edad del discernimiento. La ley no fi ; a una duración determinada a esta minoridad; evidentemente, según la orientación francesa, ésta es susceptible de variar de una persona a otra. b) Edad del discernimiento pero sin eman(17) Planiol y Ripert, t. 1 págs. 274-5. núm. 255. cipación. Tampoco este período se halla demarcado. La Incapacidad sigue siendo general y completa. Pero hay una serie de excepciones a la regla o derogaciones del principio, que pueden clasificarse así: 1') Actos que el menor puede realizar mediante autorización o asistencia de ciertas personas. 1) Desde los 15 años la mujer y 18 el hombre, pueden contraer matrimonio, con autorización de las personas habilitadas para otorgar el consentimiento (art. 144 Cód. civ.). 2') Siendo hábil para contraer matrimonio, también puede elegir y adoptar el régimen pecuniario aplicable a su unión (art. 1398). 3") Es permitida la adopció si el adoptado ha alcanzado la edad de dieciséis años, exigiéndose su aceptación personal como también la de sus padres (art. 358). 4') El alistamiento en los ejércitos de tierra y de mar: los hombres de menos de 20 años se alistan con la autorización de su padre, madre o tutor (Ley del 31 de'marzo 1938, art. 61, para el ejército de tierra; para la armada, ley del 17 de diciembre de 1932). 5°) La reclamación de la nacionalidad francesa puede realizarse por el mismo menor con las autorizaciones previas si es de edad de dieciseis a dieciocho, años, y, sin ninguna autorización, si ha cumplido los 18 años (ordenanza del 19 de octubre de 1945, art. 35). Actos a los cuales el menor puede proceder libremente: 1') Llegado a la edad de 16 años puede otorgar testamento con respecto a una parte de sus bienes (art. 904). 2') Pueden reconocer al hijo natural. 3") La madre, aun cuando sea menor de edad, de un hijo natural, puede intentar la acción por reconocimiento de paternidad, sin autorización alguna. 4') Puede perseguir el levantamiento de la oposición a su matrimonio (art. 177 del Cód. civ. modificado por Ley del 15 de marzo de 1933, art. 2 9 ). 5") Puede obtener una libreta de caja de ahorro y efectuar depósitos de cantidades de dinero llegado a los 16 años, puede retirar las cantidades depositadas (Ley del 20 de julio de 1895, art. 16). 6') A partir de los 16 años puede hacer inversiones en la Caja nacional de retiros para la vejez (Ley del 20 de julio 1886, art. 13, ap. 2"). 7') A partir de los 20 años puede realizar su alistamiento militar (ley del 31 de 'marzo de 1928, art. 61; ley del 13 de diciembre de 1932, art. 6". 8") Si es obrero, empleado o agricultor, puede adherir a un sindicato profesional, desde los 16 años cumplidos, pero salvo oposición del padre, madre o tutor, y sin que pueda nunca participar en la administración o dirección (Ley de 21 de a mantener sus bienes en su estado actual o evitar la disminución.del patrimonio. III. Derogaciones de orden general: a) Delitos y cuasidelitos: La regla de la incapacidad está casi por completo excluida: el menor,, prescribe el art. 1310 del Código civil francés, "no está amparado por el beneficio de no restitución en las obligaciones que resulten de su delito y cuasidelito". Esto significa que es responsable de las consecuencias dañosas de sus actos ilícitos, b) Los actos jurídicos: Contiene las siguientes derogaciones del principio de la incapacidad absoluta: a) El acto del menor con discernimiento, es de nulidad relativa; es anuladle, b) Se compromete por los actos jurídicos o contratos, más con el beneficio de la doble reserva siguiente, cuya importancia es muy grande, señala José Rand: a) No puede celebrar actos para los cuales exige la ley formalidades particulares y que su representante calificado (padre, tutor) no hubiera podido tampoco realizar libremente; la sanción es en tal caso, invariablemente, la nulidad relativa; b) Aun para los actos exentos de formalidad, es decir, prácticamente para los actos de administración, que el representante hubiera podido realizar sin ninguna autorización ni formalidad, el menor no tiene capacidad completa; sin. duda, es capaz de contratar, pero es incapaz de lesionarse, por poco que sea, en virtud de sus contratos: la sanción es aquí, no ya la nulidad, sino la rescisión por causa de lesión, lo cual no es una simple cuestión de palabras: el acto no cae sino cuando el menor prueba que le ha producido lesión (i«). Como hemos visto existen otras incapacidades jurídicas en el Derecho civil francés. Se refieren a la enajenación mental, los Zocos y sordomudos y a los pródigos y débiles de espíritu. Las incapacidades de ejercicio de los derechos comprenden las que se refieren a las enfermedades mentales. Estas son de dos clases o grados, según el Código civil francés: Primeramente, la enajenación o locura, propiamente dicha, produce la incapacidad completa o casi completa del enajenado, incapacidad comparable algunas veces a la del menor ordinario. En un grado inferior, la simple debilidad de espíritu o prodigalidad, tradicionalmente considerada como una variedad inferior de la enajenación mental, origina medidas especiales de protección y produce una semiincapacidad, análoga, en ciertos aspectos, a la del menor emancipado. Refiriéndose a la condición y régimen marzo de 1884, modificada por ley del 12 de marzo de 1920). 9') Puede realizar todos los actos de conservación que tiendan (18) Josserand, L., ob. cit., t. 1, vol. 1, páginas 272 y sigs., núms. 319 y sigs. jurídico de los alienados, afirman Colin y Capitant, que suscitan al mismo tiempo cuestiones de capacidad y de protección legal y cuestiones de policía y de libertad individual. En primer lugar, cuestiones de capacidad y de protección legal. La enajenación mental priva al desgraciado que la padece del uso de la razón, le hace, en efecto, incapaz de participar en el comercio jurídico. Es necesario, por lo tanto, nombrarle un administrador encargado de ejercitar sus de-rechos. Añadiremos que esta protección es necesaria, no solamente cuando la enfermedad ha paralizado completamente la inteligencia, sino también cuando está cortada por intervalos lúcidos, pues si se dejara entregado a sí mismo el individuo en cuyo cerebro alternan períodos de crisis y períodos de inteligencia, sería muy difícil, en un caso dado, atacar actos realizados por él; sería necesario probar, cosa casi siempre imposible, que en el momento en que contrataba, el alienado se encontraba bajo el imperio de la locura. La ausencia de una legislación adecuada mantuvo poco menos que abandonadas las personas físicas y los patrimonios de las personas que se hallan en estas condiciones. Para colmar estas lagunas, afirman los autores citados, dictóse la ley del 30 de junio de 1938. Esta ley que, es necesario reconocerlo ha prestado, a la sociedad francesa los más grandes servicios, tiene un triple objeto: Organizar en cada departamento asilos donde los alienados puedan ser recogidos y recibir cuidados eficaces por medio de un tratamiento científico; someter todos los establecimientos de alienados a la vigilancia de la Administración, a fin de evitar secuestros arbitrarios. Proteger los intereses patrimoniales de los alienados recluidos cuando no están incapacitados. Dejando de lado los dos aspectos prime- ros que no interesan directamente a nuestro estudio, analizaremos las disposiciones que contiene la mencionada ley respecto a la misión de completar la personalidad jurídica del alienado. El interesado, sus parientes o amigos, y el mismo Procurador de la República, de oficio, pueden pedir al Tribunal que nombre en cámara de consejo, por sentencia inapelable, un curador para la persona del recluido (art. 38). Este curador deberá velar: a) Porque los ingresos del enfermo sean empleados en dulcificar su suerte y en acelerar su curación, b) Porque a dicho individuo se le devuelva el libre ejercicio de sus derechos tan pronto como su situación lo permita. El curador no podrá ser elegido entre los herederos presuntos de la persona recluida en el establecimiento. - XV - 22 A los fines de la incapacidad de los alienados, cabe distinguir tres categorías o clases: a) Alienados no incapacitados ni recluidos; b) Alienados incapacitados; c) Alienados no incapacitados, pero recluidos. En el primer caso, plantean los autores a quienes seguimos, supongamos que un alienado ha realizado un acto jurídico y que quiera después, una vez recobrada la razón, negar su validez. ¿Qué será lo que tenga que demostrar? El acto, a primera vista, no ha sido realizado por un incapaz, pues no hay más incapaces que aquellos que lo están declarados por la ley: ahora bien, no ocurre esto más que con los incapacitados, y desde la ley de 1838, con los que están recluidos en un establecimiento de alienados. La decisión judicial o administrativa de que ha existido en uno u otro caso es la prueba oficial de la locura y de la incapacidad. Pero si no hay ni incapacitación ni reclusión, los actos del presunto loco, no estando regulados por el Código civil, no pueden ser nulos más que en virtud de las reglas generales del derecho, por la razón de que les falta un elemento esencial do todo acto jurídico, que es la voluntad de obrar. Será necesario, por lo tanto, probar que el autor del acto estaba loco en el momento preciso en que realizaba el acto atacado. Otra situación contempla el artículo 504 del Código civil francés: Los actos de un individuo que no ha sido incapacitado no pueden ser impugnados por causas de demencia después de su muerte. Consideramos que no es difícil explicarse este precepto, luego de las consideraciones precedentes que acabamos de hacer. En punto a los alienados incapacitados, la situación es lógicamente dispar. Prescribe el artículo 489 del Código de Napoleón cuáles son las causas de la incapacidad y se refiere en primer término a la imbecilidad, la demencia o el furor, causas referidas todas al desorden de las facultades mentales. Pero hay otras causas de incapacidad: debilidad de espíritu, vejez, enfermedad corporal como la sordomudez. La cuestión de saber si hay o no desorden espiritual, enajenación mental, tiene resuelta la jurisprudencia francesa, es una pura cuestión de hecho que los jueces aprueban soberanamente por medio de una decisión que escapa, por lo tanto, a la competencia de la Corte def Casación, desde el momento en que indique de un modo suficientemente explícito los motivos en que se funda (i»). No es en modo alguno necesario que la demencia sea total y afecte al conjunto (19) Sentencia 23-2-1898 y 5-11-1900, D. S, 981.220 y 1900, 1.24, S. 1901-1.123 y 124. de las facultades del individuo; basta con una perturbación bastante profunda para que el individuo esté expuesto a peligros contra los que la incapacitación debe garantirle (2«). El articulo 480 determina quienes están autorizados para pedir la declaración de incapacitación, y ellos son: 1» El cónyuge. 2" Cualquier pariente hasta el duodésimo grado, sin guardar orden de jerarquía entre ellos. 3' El procurador de la República, en los casos siguientes: a) Si el alienado no tiene parientes ni cónyuge; b) Si el alienado es peligroso. El procedimiento para la declaración de incapacidad se halla regido por el Código civil (arts. 492 a 501) y por el de procedimientos civiles (arts. 890 a 897). En definitiva el Tribunal puede decidir la causa por alguna de estas tres soluciones: V Declarar la incapacitación. 2V Desestimar la demanda pura y simplemente. 3° Desestimar la demanda de incapacitación, pero nombrar al demandado un consejo judicial (art. 499 del Cód. civ.). Constituye el objeto principal de la declaración de incapacidad, colocar al incapacitado bajo tutela, la que es de aplicación no sólo para los menores sino también para los interdictados de esta índole (arts. 505 y 509 del Cód. civ.), con las naturales diferencias que emanan de la protección de ambas categorías de incapacitados. El término de la incapacitación, prescribe el artículo 512 del Código citado, termina cuando finalizan las causas que la han producido. Pero es preciso que esta terminación, desde luego, operada por la curación del alienado, quede confirmada por una sentencia de liberación, que será dictada después de llenar las mismas formalidades que se han seguido para llegar a la declaración de la incapacitación. A partir de la sentencia, el incapaz recobra su capacidad. Si el incapacitado muere después de haber sido dictada la sentencia, pero durante el término en que aún puede intentarse la apelación y antea de que ésta haya sido interpuesta, los actos realizados con posterioridad a la sentencia, deben reputarse válidos, según una sentencia de la Corte de Casación de Bélgica («). Tenemos por último la incapacidad del alienado incapacitado, en punto a su extensión. Según lo dispone el artículo 502 del Código civil francés, se extiende a todos los actos posteriores a la sentencia de incapacitación, sin tener en cuenta si se ha realizado durante un intervalo lúcido o no. Deberá ser siempre anulado. (20) Sentencia 13-3-1876. D. P., 76, 1.343; 8. 76, 1.421. (21) Sentencia del 20 de noviembre 1900, S. 1902, 4, 17, nota de M. Lacoste. Ahora dos palabras acerca de la extensión del mandato de tutor del incapacitado. Veamos algunos casos concretos: 1') En caso de separación de cuerpos, el art. 307, párrafo 2', autoriza al tutor para presentar la demanda y continuar el procedimiento con la venia del consejo de familia; 2") En caso de divorcio, aparentemente —pues la ley nada dice al respecto—, ni el tutor ni el incapacitado pueden plantear la acción; 3°) En cambio, la Corte de Casación admitió que el tutor puede intentar en su nombre la acción de nw2idad deZ matrimonio (22), o de impugnación de la paternidad («a). El incapacitado puede afrontar por sí sólo, en cambio, acciones que resultan de sus delitos, o de sus cuasidelitos. En cuanto a los actos extrapatrimoniales (adopción, matrimonio, reconocimiento de hijo natural, etc.), hay una sentencia de un Tribunal belga que declara que todos los actos del incapacitado, sin distinción, son nulos ( 24 ); por el contrario, la Corte de Lyon ha declarado que el autor de un testamento puede válidamente, durante un intervalo lúcido, perdonar la injuria grave de un heredero, y de este modo volver a dar fuerza y vigor a una disposición del testamento cuya revocación debía ser producida por la injuria ( M ). También hay casi unanimidad en admitir la validez de un reconocimento de hijo natural verificado por un incapacitado durante un periodo de lucidez. Prevé el artículo 502 el alcance de" la nulidad de los actos del incapacitado. Dicho precepto establece que todos los actos realizados por el incapacitado, después de la sentencia de la incapacitación, son nulos de derecho. Sin embargo,, según algunos autores, de la correlación de los artículos 502 con los arts. 1.125 y 1.304, de carácter absolutamente formal, surge que la nulidad es relativa, ya que puede ser alegada durante la incapacidad solamente por el tutor, por éste mismo, una vez finiquitada la incapacitación y por sus causahabientes. La incapacidad produce sus efectos a partir del día de la sentencia (art. 502), de lo que resultan las consecuencias siguientes: 1» El efecto de la incapacitación no se retrotrae al dia de la demanda; 2' En cambio, la incapacitación comienza el día de la sentencia y desde el momento en que ésta es dictada. Ahora bien; conforme a lo prescripto por el artículo 503 del Código civil francés, "loj (22) Sentencia de 26-2-1890, D. P., 1.290, S. 90, 1. 1.216. (23) Sentencia Civ. del 24-7-1844, D. P., 44, 1.424. S. 44.1.620. (24) Casación Bélgica, 21-2-1895, S. 97, 4. 6. (25) Corte de Lyon, 14-1-1870, D. P., 76, 6, 272. actos anteriores a la incapacitación podrán ser anulados si la causa de dicha incapacitación, existia notoriamente en la época en que estos actos fueron realizados". Nos queda por considerar la situación de los alienados simplemente recluidos. Según el régimen instituido por la ley de 1838, para representar al recluido se instituye un administrador investido de poderes muy incompletos, el cual no siempre es nombrado; al mismo tiempo, pueden ser llamadas a intervenir otras personas en casos especiales. Dichas persono* pueden ser: 1» Un administrador provisional, cuyas funciones se limitan a los actos de conservación y de administración; 2» Un mandatario ad IItem, para los fines de litigar; 3' Algunas veces los intereses del alienado se confían a un notario que actúa como mandatario especial; 4" Se da intervención a un curador, que puede ser nombrado por el Tribunal a petición del alienado mismo, de uno de sus parientes o amigos o del Ministerio público, y que no puede ser nunca elegido entre los herederos presuntos; 5" Puede designarse un adminstrador provisional ad hoc. Cabe establecer, como regla general, que la presunción de locura e incapacidad resultante de la reclusión no es una presunción legal absoluta, análoga a la que resulta de la incapacitación, sino una presunción relativa cuya aplicación más o menos rigurosa queda a la prudencia y a las luces de los magistrados. Y la nulidad de los actos realizados por un loco simplemente recluido se parecen mucho a la establecida par el artículo 503 para los realizados antes de la incapacitación por un alienado que haya sido después incapacitado (2«) . Situación de otros incapaces: Prodigalidad y debilidad de espíritu. Según la ley cviii francesa, el Tribunal ante el cual se ha planteado una demanda de incapacitación, puede, aunque desestime la demanda, ordenar, si el presunto demente le parece que no es loco, sino débil de espíritu, que se le nombre consejo judicial, sin cuya asistencia no podrá realizar los actos enumerados por la ley (art. 499 del Cód. civ.). El artículo 513 permite acudir a la misma medida, ahora por demanda principal, contra los pródigos cuyos actos están, como se ve, considerados por la ley corno la señal de la verdadera perturbación del espíritu. Por consiguiente procede el nombramiento del Consejo judicial para asitir a cualquier persona que sin padecer de enajenación mental sea incapaz de administrar (26) Colín, A. y Capitant, H., <ib. cit., t. 2, vol. I, pág. 348. por sí solo sus bienes, ya porque sus facultades estén insuficientemente desarrolladas, ya porque sea victima de una enfermedad grave, sordera, embriaguez habitual, ya porque su edad avanzada haya debilitado su inteligencia. Del mismo modo, la monomanía puede ser otra causa2 del nombramiento de consejo Judicial í '). La prodigalidad, que constituye la segunda causa del nombramiento de consejo judicial, señalada en el articulo 513 del Código civil, consiste en destruir el patrimonio con gastos desproporcionados. Según prescribe la Jurisprudencia, procede el nombramiento de consejo judicial al prodigo, en los siguientes casos: a) Cuando se trata de menores en vísperas de su mayoría de edad; b) La mujer casada puede, a pesar de la necesidad de la autorización marital, precisar un consejo Judicial. Las personas que pueden solicitar el nombramiento del consejo judicial son las mismas que pueden pedir la incapacitación, es decir, todos los parientes del pródigo, su cónyuge y el Ministerio público (articulo 514). El procedimiento a que está sujeta la demanda es el mismo que se aplica para la incapacitación (art. 514 del Cód. civ.). En caso de urgencia, el Tribunal puede nombrar un ctfnsejo judicial provisional. La sentencia recaída en la demanda se publica de la misma manera que la que declara la incapacitación (art. 501, modificado por la ley de 16 de marzo de 1893). La sentencia produce sus efectos, es decir, origina la incapacidad del pródigo, como la sentencia de incapacitación, desde el momento en que es dictada (art. 502). Conforme a las disposiciones de la ley civil, las funciones del Consejo pueden resumirse así: 1') El consejo judicial no representa al pródigo o al débil de espíritu; no hace más que asistirlo. 2") La ley enumera limitativamente los actos para los cuales es en adelante incapacitada de obrar por sí sola la persona a quien se ha provisto de consejo judicial. 3') La semi-incapacidad del asistido no existe más que a raíz de la sentencia; no tiene efecto retroactivo. En la práctica jurisprudencial, las tres reglas han sido deformadas reiteradas veces según lo registra la literatura jurídica francesa. Constituyen funciones del consejo judicial, las que siguen: No puede realizar el pródigo o el débil de espíritu, sin la asistencia de su consejo: !•) Tomar dinero a préstamo; 2*) Enajenar los bienes; 3') Gravar los bienes con hipotecas; 4") Cobrar un capital mueble y dar recibo del mismo; (27) Tolosa, 21-7-1809 S. 1910, 2, 83. 5') Litigar; 6') Transar; 7') El compromiso (arts. 499 y 513 del Cód. civ.). Incapacidad de la mujer casada. La incapacidad de las mujeres casadas, dicen Colin y Capitant, es la principal consecuencia de la potestad marital, una de las instituciones más características, y añadiremos también, más criticables, de nuestro Derecho privado. Cosa curiosa, el Código civil no emplea la expresión potestad marital en el capítulo que consagra al estudio de los derechos y deberes respectivos de los cónyuges... ¿Cuáles son las consecuencias de la potestad marital, se preguntan los citados tratadistas? Por el momento podemos decir que su eíecto más tangible, el único que tiene un verdadero alcance jurídico, en el sentido- de que no ha encontrado, como los otros, en el progreso de las costumbres, restricciones y atenuaciones de tal género que pudieran hacerle de hecho casi despreciable, es el de la incapacidad de la mujer casada. Como la mujer es colocada por la ley bajo la dependencia del marido, no puede, desde que se casa, realizar válidamente los actos de la vida jurídica, a no ser que esté autorizada por su marido, y, en su defecto, por los Tribunales. ¿Cómo justificar esta asimilación de la mujer casada al menor o al demente, tan singular cuando se reflexiona que la mujer soltera y la viuda gozan de la más completa capacidad? Es este un problema en nuestra opinión casi insoluble en el estado de nuestra legislación. A todo más se puede, si no justificar, por lo menos explicar la regla actual, interrogando a la historia. Se comprobará de este modo que la incapacidad de la mujer casada está unida en sus orígenes a costumbres completamente diferentes de las nuestras, y también que se ha deformado cada vez más, a medida que se aleja de sus orígenes, de tal modo que puede ser considerada hoy como una supervivencia rezagada de ideas sociales desaparecidas para siempre" (2»). Es lo cierto que, pese a la evolución de los hábitos y costumbres y a la paulatina y progresiva elevación del nivel social, civil y político de la mujer, algunas legislaciones mantienen la supuesta superioridad del cónyuge masculino. Así, en el Derecho civil positivo francés, encontramos estos dos principios orientadores: I") Aquí, más que en ninguna otra materia, la ley está suavizada por la costumbre. 2') Las reglas del Código que rigen la materia, se resumen: a) La mujer, al contraer matrimonio, adquiere la nacionalidad de su marido; b) La mujer toma el nombre del marido; c) La (28) Colín, A., y Copltant, H., ob. cit.. t. 2, vol. I, págs. 385 y 386. mujer debe seguir al marido, donde quiera que fije éste su residencia (art. 214 del Cód. civ.). Veamos, ahora, cuál es la extensión de la incapacidad, distinguiendo entre los ocios extrajudicmles y los ocios judiciales. Respecto a los primeros, establece el artículo 217 del Código francés: "la mujer, aunque no esté casada bajo el régimen de comunidad o esté separada de bienes, no puede donar, enajenar, hipotecar, adquirir a título gratuito u oneroso sin el concurso del marido al acto, o su consentimiento por escrito". De los artículos 221 .y 222 surge claramente que lo que le está ampliamente vedado a la mujer es contratar, sin la autorización del marido. El Código de comercio amplía la prohibición a ejercer el comercio sin el consentimiento del marido. Otras disposiciones del Código civil le prohiben aceptar las funciones de tutora, protutora o curadora, en las mismas condiciones. En cuanto a los actos judiciales, la mujer no puede comparecer en juicio sin la autorización del marido (art. 215), impedimento que se aplica a los siguientes casos: 1" Cualquiera que sea el papel de la mujer en el proceso, ya sean demandante o demandada. 2" Cualquiera que sea el grado y el orden de la jurisdicción. 3' Cualquiera que sea el contrario de la mujer. 4" Cualquiera que sea el régimen matrimonial que haya concertado. 5" Cualquiera que sea el interés que se ventile en el pleito. Sin embargo de las claras y precisas disposiciones legales que hemos mencionado condicionadas a los actos judiciales o extra judiciales, no dejan de existir excepciones; es decir, casos en los que la mujer casada puede litigar sin autorización. Asi, la de la mujer que se defiende en una apelación o en un recurso de casación y la mujer que litiga para obtener una sentencia de separación o de divorcio. Existen otras más:' las previstas, respectivamente, en los artículos 216 del Código civil ("la autorización del marido no es necesaria cuando la mujer es perseguida en materia criminal o de policía"), y la ley del 13 de julio de 1907, artículo 6' (sobre libre salario de la mujer casada), según el cual la mujer está facultada para litigar sin autorización del marido en todas las cuestiones relativas a los derechos que le son reconocidos por dicha ley. Ahora, en cuanto a excepciones relativas a los acíos extrajudiciales, cabe mencionar: 1') Actos relativos a los derechos de familia; 2') Testamentos; 3") Actos de conservación; 4') Obligaciones legales, especialmente obligaciones originadas en delitos. Actos fraudulentos de la mujer. 5') Capacidad de administración resultante del contrato de matrimonio. Estas prescripciones que contrarían las reglas sobre incapacidad de la mujer casada y hacen innece- saria la autorización del marido, están contenidas directamente en el Código civil, pero hay otras que figuran en leyes poste- riores al Código. En efecto, entre esas leyes emancipadoras debe mencionarse especialmente: la dictada el 6 de febrero de 1893 que ha restituido a la mujer separada de cuerpo el pleno ejercicio de su capacidad civil. La ley de 9 de abril de 1881, sobre la Caja Postal de Ahorros, la Ley de 20 de julio de 1886, sobre la Caja Nacional de Retiros para la Vejez; la del 1» de abril de 1898 sobre las Sociedades de Socorros mutuos; la del 12 de julio de 1909 sobre constitución del patrimonio de familia inembargable, son otros tantos pasos hacia adelante que la legislación francesa ha dado para liberar a la mujer casada de las odiosas restricciones impuestas por la ley napoleónica. La otra parte de la tarea en el mismo sentido, está completada por la jurisprudencia que, siempre se ha mostrado dispuesta a eliminar barreras y brindar nuevas conquistas para la liberación paulatina de la mujer casada. Veamos ahora cuáles son los alcances légales de los actos de incapacidad de la mujer. Bajo el antiguo Derecho, la nulidad tenía carácter absoluto según Pothier í29). Era de orden público a causa del fundamento 'en que descansaba la incapacidad de la mujer, a saber, su necesaria subordinación respecto del marido. El tercero que había contratado con la mujer podía, por lo tanto, prevalerse de la nulidad del mismo modo que el marido. Pero según el Código civil la nulidad de los actos no autorizados es una nulidad relativa (arts. 225 y 1.125). Conforme al artículo 225 la nulidad puede ser pedida por la mujer, el marido o por sus herederos; los de la mujer y los del marido. Asimismo se admite una confirmación posterior que valida definitivamente los actos, pudiendo ser ésta expresa o tácita. La prescripción de la acción de nulidad de los actos se opera a los diez añcs (art. 1304). 5. Las incapacidades jurídicas en el Derecho alemán. Llámase capacidad de negociar, afirma la doctrina alemana, a la capacidad de provocar efectos jurídicos mediante negocios jurídicos. Pero, por regla general, hay que considerarla, también como requisito de los actos semejantes a los negocios en la misma medida en que lo es para los negocios jurídicos, pero no, en cambio, para los actos reales con efecto jurídico, como el hallazgo de un tesoro, la espe(29) Pothier, Puissaitee du mari, núms. 5,78. cificación, la toma de posesión o la composición de unja obra científica o artística. El Código civil no dice quién es capaz de celebrar negocios jurídicos, sino que se ciñe a establecer los supuestos en que falta o está limitada la capacidad. Considera, pues, por regla general, como capaz a la persona que efectivamente concluye un negocio y, por tanto, el que afirma la incapacidad propia o ajena, tiene que probar los supuestos de ésta excepción. En este sentido son incapaces de celebrar negocios jurídicos: 1. Los menores de 7 años. 2. Los enfermos mentales o los afectos de debilidad mental, en quienes esté excluida, con carácter que no sea meramente transitorio, la libre determinación de la voluntad. 3. Los incapaces por enfermedad mental. Según el derecho común, el incapacitado por enfermedad mental sólo era incapaz si verdaderamente era enfermo mental y en tanto en cuanto subsistiera la enfermedad. Por el contrario, conforme al Código civil, la incapacidad por enfermedad mental constituye una causa autónoma de incapacidad. Así, pues, el incapacitado es incapaz, aunque en realidad no esté enfermo; también es incapaz durante los intervalos lúcidos, y finalmente aunque haya sanado, si aún no se ha dejado sin efecto la incapacitación. Es nula la declaración de voluntad de un incapaz, por tanto no puede ser confirmada. Lo único que cabe es la 'ejecución por el representante legal. Tampoco constituye una excepción la aceptación de donaciones. Los estados transitorios de inconsciencia o de perturbación de la actividad del espíritu no tienen por consecuencia la incapacidad de celebrar negocios jurídicos. Un inconsciente pued», pues, durante este estado, recibir eficazmente una declaración, cosa que no ocurre con los incapaces. En cambio es nula la declaración del inconsciente o del perturbado transitoriamente. Ahora bien, la perturbación tiene que ser de modo que excluya la libre determinación de la voluntad. Encajan dentro de estos supuestos especialmente las declaraciones (aparentes) emitidas en estado de embriaguez intensa, de fiebre alta, de hipnosis, en ataques epilépticos, etcétera («o). El Código civil alemán contiene disposiciones que reglan la capacidad limitada, si bien no en forma expresa para cada una de las situaciones. Esta deficiencia u omisión ha sido superada por el comentario de los autores y tratadistas, así como por la jurisprudencia de los Tribunales. Del conjunto de elementos que menciona(30) Enneccerus. L. y Nipperdey, H. C., Derecho Civil (parte general), trad. B. Pérez Gonzá- lez y José Alguer, t. 1, vo!. 2, págs. 96 y siga., Ed. Bosch, Barcelona. mos, surge que tienen capacidad limitada de un negocio. En tal caso, el menor adquielas siguientes personas: 1. Los menores de re la plena capacidad para celebrar todos edad mayores de 7 años. 2. Los incapacita- los actos relacionados con dicho negocio. Asidos por debilidad mental, prodigalidad o mismo puede el representante autorizar al manía de embriaguez. 3. Los sujetos a tu- menor para servir o trabajar, sin requerirse tela provisional. para el caso la aprobación del tribunal de la autorización El Código se detiene a regular la capaci- tutelas. Si el tutor deniega 4 dad de los menores de edad, mayores de 7 precedente, puede el afectado acudir al triaños, a los que autoriza para concluir to- bunal de tutelas para suplir la denegación. dos los negocios que no les traigan desven- Con la capacidad de celebrar negocios jurítaja alguna; para todas las declaraciones dicos, va unida la capacidad procesal del de voluntad "que no les traigan exclusiva- menor. El representante legal no debe ni mente una ventaja jurídica" necesitan el puede interferir en aquella esfera en que el asentimiento de su representante legal. De menor está legalmente capacitado para ceconformidad con las normas del Código, son lebrar negocios jurídicos. representantes legales, en virtud de la paSe asimila a los menores de edad mayores tria potestad el padre y eventualmente la de 7 años, los incapacitados por debilidad madre (la madre sólo en cuanto compete a mental, prodigalidad o manía de embrialos hijos legítimos, pues sobre los ilegítimos guez, y los sujetos a tutela provisional. Surno le corresponde la patria potestad [par. ge, entonces, la interdicción, que consiste en 1707]), el tutor (y, por tanto, también la "un procedimiento judicial por el cual se madre del hijo ilegitimo cuando haya sido extingue o reduce la capacidad de obrar". nombrado tutor del mismo [par. 1773 y Las causas de la interdicción surgen, explica 1778, ap. 3]), el curador y, finalmente, el Andreas von Thur, por enfermedad o debiliconsejero (de la madre) en el caso en que dad mental, cuando el interesado no puede se le haya transferido la administración del atender sus negocios a consecuencia de una patrimonio (par. 1693). de las circunstancias mencionadas. Entre los La doctrina ha resumido en algunas re- negocios, deben comprenderse el cuidado de glas las diversos situaciones que pueden la propia persona y todas las tareas que inplantearse a los incapaces, en los casos en cumben al hombre en relación con sus seque se torna indispensable el asentimiento mejantes; en particular, el ejercicio de los del representante: a) Una compra económi- derechos y el cumplimiento de los deberes. ca muy favorable, la aceptación de una he- (Observa Oertmann que interesan los deberencia de gran caudal, el comodato, el mu- res, ya sea de derecho civil ya de derecho tuo sin interés, necesitan el asentimiento; publicó; en cambio no constituyen motivo b) La recepción de una oferta, no necesita de interdicción el no ejercicio de los dereconformidad del representante; c) La otor- chos públicos o la total indiferencia frente gación de poderes, si requiere; d) Los actos a los intereses de la misma índole.) No basde derecho de familia, si ios -requieren; e) ta que la incapacidad se limite a ciertos neEl consentimiento para operar a un menor gocios o a cierto campo de actividad, porque de edad, necesita la conformidad del tutor; en tal caso cabe la cúratela, con arreglo al f) Igualmente, el ingreso en. el ejército; g) artículo 1910. Sin embargo, la Suprema CorLa capacidad para contraer matrimonio, se- te va demasiado lejos, pues declara improgún el Código civil alemán, empieza para cedente la interdicción aun en el caso de los varones al cumplir los 21 años y para las que el enfermo únicamente pueda atender mujeres a los 16, admitiéndose dispensa. Só- determinados negocios; los efectos legales lo se admite la dispensa en cuanto a las de la'interdicción por debilidad mental son mujeres, pues en cuanto a los hombres es compatibles con una capacidad parcial: el superflua, dada la posibilidad de la decla- incapacitado puede realizar por si mismo ración de mayoría (si bien no se permite an- actos de adquisición y tomar ciertas importes de cumplir los 18 años); h) La capaci- tantes decisiones en el ámbito del derecho dad para hacer testamento empieza al cumplirse los 16 años (par. 2229, ap. 2). Pero los menores de edad no pueden hacer testa- de familia; la ley supone, pues, la posibili- tregando un proyecto por escrito (párs. 2247 dad de la interdicción aún en la hipótesis de que el enfermo no carezca de la capacidad volitiva en todos los aspectos de la vida. Juzgo que en muchos casos, puntualiza el eminente jurisconsulto que transcribimos, manda plena autonomía de la voluntad y de la capacidad, la ley autoriza al representante legal para que autorice al menor de edad con asentimiento del tribunal de tutelas para la explotación independiente la sola incapacidad respecto a la gestión patrimonial será suficiente aun cuando el enfermo pueda obrar razonablemente en los asuntos de familia, porque la interdicción no afecta este campo de actividad. Si no existen asuntos del enfermo que necesiten mento ológrafo, y el público sólo pueden hacerlo mediante declaración verbal y no eny 2238, ap. 2). como la vida mercantil de- .atención (p. eje., no tiene patrimonio y está bien atendido por particulares o en institución), no existen motivos para incapacitarlo. Ya aclaramos, prosigue von Tuhr, que la diferencia entre enfermedad y debilidad mental es cuantitativa; todo depende del grado de capacidad mental que resta al enfermo, pues de acuerdo con él se determina su eficacia. En sus supuestos y efectos, la interdicción por enfermedad constituye un plus frente a la que corresponde por debilidad. .. En ambos casos el fin de la interdicción consiste e proteger al enfermo en .sus intereses y garantizar a los terceros, que entran en relaciones jurídicas con él, por el peligro de que los negocios jurídicos resulten nulos por la incapacidad de obrar de aquél; en cambio, no entra en las finalidades de la interdicción proteger al público del peligro que eventualmente la enfermedad entrañe. Puede ser incapacitado por pródigo quien pone en peligro de necesidad a sí mismo o a su familia. La prodigalidad es una anomalía psíquica que en los casos más graves constituye la manifestación de una enfermedad o debilidad mental, y entonces procede la interdicción por uno de esos motivos (vol. 1-2, págs. 58/60) (si). Otra causa de interdicción es el alcoholismo, esto es, la inclinación patológica e irrefrenable a las bebidas embriagadoras y alcohólicas. El efecto de la interdicción dura mientras no se anule por cesar la causa que la motivó. Los negocios jurídicos que realizó el incapacitado o que se realizaron con él en el período intermedio, no quedan afectados por la interdicción anulada (art. 115 del Cód. civ.); son válidos si en realidad el interesado no era enfermo, son ineficaces, si, no obstante la anulación, se comprueba lo contrario. Cesa la tutela cuando pasa en cosa juzgada la sentencia que anula la interdicción; los negocios que mientras tanto efectuó el tutor conservan su eficacia (art. 115, I, 2). 6. Normas que rigen la materia en el Derecho argentino. En términos generales, la ley argentina, siguiendo a las otras legislaciones que hemos analizado precedentemente, establece que las incapacidades pueden ser de hecho y de derecho; asimismo puede provenir de la naturaleza (la locura y la sordomudez) o de la ley (la interdicción civil), o de ambas conjuntamente (como la minoría de edad). Asimismo, puede ser absoluta y relativa. Con criterio territorialista, el Código civil argentino, señala un au(31) Thur, A. von. Derecho Civil (Teoría geneiftl del Derecho Civil Alemán), t. 1. vol. 2, piglr*s 58 y 60, Ed. Depalma, Bs. Aires, 1946 tor, determina que la incapacidad de loa domiciliados en la República se juzga por el propio Código, así se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en país extranjero (art. 6'). La incapacidad de las personas con domicilio en el extranjero, se juzga por las leyes de su respectivo domicilio, aun cuanto se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en la República (art. 7°). Por último, el articulo 8" dispone: "Las incapacidades contra las leyes de la naturaleza, como la esclavitud, o las que revistan el carácter de penales, son meramente territoriales". En las notas a los tres artículos precedentes, el codificador expresa: "Story, en su obra Conflict of Laws, consagra todo el largo capítulo 4' a discutir ¡a cuestión de cuáles son las leyes que deban regir la capaci- dad de la persona. Pone los textos de varios jurisconsultos que han tratado la materia, apoyado en los poderosos fundamentos que expone, en las decisiones de los tribunales de los Estados Unidos, y en la opinión de los jurisconsultos franceses Pothier y Merlin (éste último cambió más tarde de opinión), concluye que la ley local del domicilio de la persona es la que rige su capacidad legal. Savigny, que se ocupó extensamente de la cuestión y le consagró el más profundo estudio, demuestra de la manera más incontestable que el domicilio determina el derecho territorial especial, al cual cada uno está sujeto, como a su derecho personal". De conformidad a lo previsto en el artículo 31 del Código de Vélez Sársfield, las personas son de una existencia ideal o. de una existencia visible. Pueden adquirir los derechos, o contraer las obligaciones que este Código regla en los casos; por el modo y en la forma que él determina. Su capacidad o incapacidad nace de esa facultad que en los casos dados, les conceden o nisgan las leyes. El articulo 52 de la misma ley complementa este precepto, expresando que las "personas de existencia visible son capaces de adquirir derechos o contraer obligaciones. Se reputan tales iodos los que en este Código no estén expresamente declarados incapaces". Lo que significa que la capacidad es la regla y la incapacidad la excepción; reputándose tales solamente a los que la ley en forma expresa proclama. El -precepto está completado por el subsiguiente, al decir, con referencia a las personas de existencia visible: "Les son permitidos todos los actos y todos los derechos que no les fueron expresamente prohibidos, independientemente de su calidad de ciudadanos y de su capacidad política". Más adelante, el Código enumera a los entes que padecen de incapacidad absoluta; I") Las personas por nacer; 2') los menores impúberes; 3") Los de- mentes; 4') Los sordomudos que no saben ta o incapacidad de éstos, los curadores que darse a entender por escrito; 5") Los ausen- se les nombre; 4') De las mujeres casadas, tes declarados tales en juicio. El codificador sus maridos. (Cotejar el texto de la Ley de aclara, en la nota al artículo precedente, Derechos Civiles de la Mujer, cuya parte perque en el número de los incapaces no inclu- tinente dimos más arriba). ye a los pródigos porque esa calidad no poEl codificador argentino ha optado por sedrá, según el Código, ni sujetarse a juicio ni guir las huellas de aquéllos que han elimitraer una interdicción, como ocurre en otros nado los excepcionales e injustificados priCódigos, recientemente mencionados. Y vilegios que las legislaciones antiguas han menciona el Dr. Vélez el Código de Luisia- otorgado a los menores. Siguiendo el modena, que había abolido hacía poco la incapa- lo de Preitas, ha suprimido los beneficios cidad de los pródigos o disipadores. Entre de los menores, incluso la restitución in inlas personas relativamente incapaces es tegrum que comprendía a todos los incadecir, aquellas que son incapaces respecto paces, "privilegio exorbitante que le dan de ciertos actos o del modo de °jercerlos, nuestras leyes, puntualiza el Dr. Vélez, no menciona el codificador dos categorías de sólo por un daño recibido, sino por una gran personas: 1») Los menores adultos; 2") Las ganancia, que en virtud de él puedan obtemujeres casadas. Cabe destacar que por la ner. Esta protección exagerada a los incaley 11.357, sobre Derechos Civiles de la Mu- paces, prosigue, no presenta una utilidad jer se modificó fundamentalmente la situa- que compense los males que causa a la soción de la mujer casada. Así, en mérito de ciedad, y a los bienes mismos de los menola ley citada, que lleva fecha 22 de setiem- res. La confianza en la adquisición queda bre de 1926, artículo 3', se expresa: "La mu- vacilante, e impide la seguridad del derejer mayor de edad, casada: 1') Conserva y cho de propiedad, pues ese beneficio aún duejerce la patria potestad de sus hijos de un ra más que la minoridad de los que favomatrimonio anterior; 2') Sin necesidad de rece. Excluye por el exceso de protección, la autorización marital o judicial, puede: a) concurrencia a la compra de los bienes de Ejercer profesión, oficio, empleo, comercio los incapaces" (nota al art. 58). o industria honestos, administrando y disPor eso dice expresamente en el artícuponiendo libremente del producido de esas lo 58: "Este Código protege a los incapaces, ocupaciones; adquirir con el producto de su pero sólo para el efecto de suprimir los improfesión, oficio, empleo, comercio o indus- pedimentos de su incapacidad, dándoles la tria, toda clase de bienes y disponer de es- representación que en él se determina, y tos bienes libremente; b) Formar parte de sin que se les conceda el beneficio de restiasociaciones civiles o comerciales y de so- tución, ni ningún otro beneficio o privileciedades cooperativas; c) Administrar y dis- gio". poner a título oneroso de sus bienes propios Cabe señalar que por disposición del Cóy de los que le correspondan en caso de se- digo civil "a más de los representantes neparación judicial de bienes de los esposos; cesarios, los incapaces son promiscuamente d) Administrar los bienes pertenecientes a representados por el Ministerio de Menosus hijos de un matrimonio anterior, sin que res, que será parte legítima y esencial en los frutos naturales o civiles de los mismos todo asunto judicial o extrajudicial de jurispertenezcan a la nueva sociedad conyugal; dicción voluntaria o contenciosa, en que los e) Aceptar o repudiar el reconocimiento que incapaces demanden o sean demandados, o de ella hicieren EUS padres; f ) Aceptar he- en que se trate de personas o bienes de rencia con beneficio de inventario; g) Es- ellos" (art. 59, Cód. civ.). Por fin, el artícutar ea juicio en causas civiles o criminales lo 62 establece los límites de participación que afecten su persona o sus bienes o la per- de los representantes necesarios y establece sona o bienes de sus hijos menores de un que la "representación de los incapaces es matrimonio anterior; h) Ser tutor a, curado- extensiva a todos los actos de la vida civil, ra, albacea, testigo en instrumentos públi- que no fueren exceptuados en este Código". cos; y aceptar donaciones. Digamos para cerrar este trabajo, sin El Código determina la forma en que los ánimo de ahondar en cada una de las incaincapaces pueden "adquirir derechos o con- pacidades, las que serán tratadas por sepatraer obligaciones": por medio de los repre- rado, según lo prescribe y prevé el Código sentantes necesarios que les da la ley. civil argentino, se admite en nuestra legisY a renglón seguido, enumera cuáles son lación una incapacidad de derecho y una esos representantes necesarios: 1') De las incapacidad ds hecho. La primera, práctipersonas por nacer, sus padres, y a falta o camente, no es sino una metáfora, pues no Incapacidad de9 éstos, los curadores que se se admite, en la materialidad de los hechos les nombre; 2 ) De los menores impúberes y situaciones en que se encuentra cada ser o adultos sus tutores; 3') De los dementes, animado, el que pueda estar privado totalsordomudos o ausentes, sus padres, y a fal- mente de derechos. El recién nacido los tie- ne con relación a los alimentos que deben cido cuando se trataba de su.interés... El suministrarle sus progenitores y al cuidado principio de que la "sucesión no se difiere a de éstos; incluso el sentenciado a la última quien no está concebido, tienen consecuenpena debe serlo de acuerdo a los trámites le- cias que no pueden disputarse. Los hijos legales y goza del beneficio inamovible de la gitimados, dice Duranton, no tienen ningún defensa. En cuanto a la incapacidad de he- derecho a las sucesiones de los parientes cho reside en la incapacidad de ejercicio de muertos concebidos al tiempo de la muerte un derecho y puede estar vinculada a la to- de sus parientes, porque no siendo legítima talidad de los derechos y a un sector de és- esa concepción anterior al matrimonio, es tos. En el primer caso se puede mencionar como si no hubiese existido para el efecto la incapacidad absoluta y la relativa. Impo- de atribuir al hijo el derecho de sucesión sibilidad jurídica de ejercer directamente el a los bienes de los parientes; pues que la lederecho del cual es titular, observa Caba- gitimación no puede procurar a un hijo el nellas, que requiere para su efectividad un beneficio de la legitimidad, sino desde la representante legal o la existencia de de- celebración del matrimonio sin efecto reterminada persona, puede llamarse incapa- troactivo. Estando ya la suceción deferida cidad de ejercicio; la prohibición legal o la a favor de esos parientes antes de esa époineptitud personal que priva de poder ser ca, la legitimación posterior del hijo no potitular de determinado derecho. Así, la in- dría quitarle un derecho adquirido. Las sudignidad constituye incapacidad para gozar cesiones son siempre irrevocables, tomo VI, de la sucesión. números 67 y sigts. —Aubry y Rau, par. 592. Las limitaciones de la capacidad de los Véase Demolombe, tomos XIII, números 174 incapaces. El Código de comercio acepta y y siguientes, y tomo XVIII, números 580 y sanciona algunas incapacidades. Así enca- 581 (nota al art. 3290). El articulo 3291 sanciona con incapacidad ra, con carácter general, las siguientes: 1») Al que no tiene la libre administración de para suceder: a) los indignos, los condenasus bienes; 2') Al menor de 18 años; 3') A dos en juicio por delito o tentativa de hola mujer casada, cuando no haya oposición micidio contra la persona de cuya sucesión del marido. Por incompatibilidad de estado se trate, o de su cónyuge, o contra sus desno pueden ejercer: 1") Las corporaciones cendientes, o como cómplice del autor dieclesiásticas; 2°) Los clérigos mientras vis- recto del hecho. El subsiguiente artículo ex'tan la toga; 3') Los magistrados y juecen en cluye de la capacidad de suceder: al hereel territorio donde ejercen jurisdicción per- dero mayor de edad que es sabedor de la manente (art. 22 del Cód. de com. arg.). El muerte violenta del autor de la sucesión y Código civil restringe la capacidad para que no la denuncia a los jueces en el término contratar en el artículo 1160, que expresa: de un mes, cuando sobre ella no se hubiese "No pueden contratar, dice, los incapaces procedido de oficio. Y también al que vopor incapacidad absoluta; ni los incapaces luntariamente acusó o denunció al difunto, por incapacidad relativa en los casos en que de un delito que habría podido hacerlo conles es expresamente prohibido; ni los que denar a prisión, o trabajos públicos por cinestán excluidos de poder hacerlo con perso- co años o más (art. 3293). También declara nas determinadas, o respecto de cosas espe- la ley como indigno, y por ende incapaz de ciales; ni aquellos a quienes les fuese prohi- suceder: a) Al condenado en juicio por adulbido en las disposiciones relativas a cada terio con la mujer del difunto; b) Al parienuno de los contratos; ni de los religiosos pro- te del difunto que, hallándose éste demenfesos de uno y otro sexo, sino cuando se te, y abandonado, no cuidó de recogerlo o comprasen bienes muebles a dinero de con- de hacerlo recoger en establecimiento pútado o contratasen por sus conventos; ni los blico (art. 3295); b) Es incapaz de suceder comerciantes fallidos sobre bienes que co- —prescribe el artículo 3296—, "El que estorbó rrespondan a la masa del concurso, si no por fuerza o por fraude, que el difunto hiestipulasen concordatos con sus acreedores". ciera testamento o revocara el ya hecho, o La ley positiva registra otras importantes que sustrajo éste, o que forzó al difunto a capacidades, por ej., la de suceder. Confor- que testara". Prevé la ley en qué momento se ha de calime con el artículo 3289, no "hay otras incapacidades para suceder o para recibir las ficar la incapacidad para suceder y dice sucesiones que las designadas en este Título que se debe tomar en cuenta solamente "al y en el De las sucesiones testamentarias". tiempo de la muerte de aquel a quien se El artículo 3290, primero de la serie que en- trate de heredar". Los artículos posteriores cabeza el título "De la incapacidad para su- del mismo título prevén las consecuencias ceder" establece que el "hijo concebido es de que el indigno haya entrado en posecapaz de suceder". Esta excepción, advierte sión de los bienes, condición de los frutos el codificador, es debida a las Leyes Roma- e intereses, etcétera. BIBLIOGRAFÍA. La citada en el texto. nas, que consideraban al Joetus como ya na- INCAUTACIÓN. (V. CONFISCACIÓN. CONTRABANDO. DECOMISO. DESPOJO. EMBARGO. EXPROPIACIÓN. SECUESTRO JUDICIAL.) INCAUTACIÓN DE BUQUES. (V. ANGARIA. HUNDIMIENTO Y APRESAMIENTO DE BUQUES EN TIEMPO DE GUERRA.) INCENDIO (EN DERECHO MARÍTIMO) .* Un principio general de Derecho es la irresponsabilidad en caso de incumplimiento de las obligaciones por causa de fuerza mayor o por configurarse un caso fortuito. El artículo 513 del Código civil expresamente reproduce ese principio y en el artículo 514 se define al caso fortuito como aquel que no ha podido preverse o que previsto, no ha podido evitarse. No es esta la oportunidad para entrar a referirnos a la terminología empleada por el codificador y si debe distinguirse entre caso fortuito y fuerza mayor, pero sí es necesario recordar que según Exner el caso fortuito se vincularía a las causas inherentes a la explotación y en cambio la fuerza mayor a circunstancias externas que eliminarían en forma absoluta la responsabilidad del titular de la industria o explotación (i). Después de estas sumarias aclaraciones y sin entrar a distinguirse entre los dos calificativos cabe preguntarse si el incendio es de por sí un caso fortuito o una fuerza mayor que exime de responsabilidad o si por el contrario es necesario acreditar que el mismo se produjo por causas imprevisibles o realmente insuperables. En el Código civil existe un artículo del Título VI sobre la locación, el 1572, que dice que "el incendio será reputado caso fortuito hasta que el locador o el que fuere perjudicado, pruebe haber habido culpa por parte de las personas designadas en el articulo anterior". Y que son el locatario, sus agentes, dependientes, cesionaxios, subarrendatarios, comodatarios o huéspedes. En algunas oportunidades se interpretó que ese artículo 1572 era una aplicación de un principio general ya que todo incendio debería presumirse fortuito, salvo prueba en contrario (2). Las resoluciones de los tribunales son terminantes en el sentido de que el incendio por si solo no es prueba de que se haya producido por causas no imputables y se ha dicho que el artículo 1572 * Por el Dr. JOSÉ DOMINGO RAT. (1) Ver voces: FUERZA MAYOR (EN DERECHO MARÍTIMO), RÍTIMA. CASO FORTUITO, RESPONSABILIDAD MA- (2) En favor del Incendio como causa de exoneración podría invocarse la nota al articulo 514. "Ver: Tratado de Derecho Civil Argentino (Obligaciones en general). Ed. 1941, número 146, letra d), pagina 71 y número 165, página 79. es una verdadera excepción que solamente juega en la locación de cosas. En Derecho marítimo la Convención de Bruselas y las legislaciones dictadas en concordancia con la misma, consagran como causal de exoneración del transportador el caso de "incendio" y ello significa que si el perjuicio de la cosa sé produjo por este hecho, el transportador no es responsable (*). De acuerdo a la tesis sentada en trabajos anteriores sobre el valor de las cláusulas en los contratos de transporte, consideramos que debe tomarse fundamentalmente en cuenta lo establecido convencionalmente por las partes y sólo a falta de una previsión específica se planteará el problema de si el incendio por sí solo debe considerarse como causal de exoneración o no (<). La Cámara Federal de la Capital en el caso: "El Comercio Cía. de Seguros y otros c/ Semorile, Cacchiola y Forte y otra" decidió que el incendio no es por sí solo un caso fortuito porque es una contingencia previsible su acaecimiento en una5 embarcación cargada de mercaderías ( ). Esa solución de la Cámara Federal ha sido criticada, en algún caso, invocando el particularismo del Derecho de la navegación y el medio en que la misma se desarrolla. Sostiene que el incendio debe ser por sí sólo causal de exoneración y que quien pretende atribuir responsabilidad es quien debe probar que el hecho se produjo por culpa de la otra parte. Las bodegas del buque, una vez cargadas, no permiten una vigilancia muy estricta y si se trata de bodegas abiertas, recubiertas con encerados, el riesgo de que se produzca un incendio es mayor. Una vez que se ha declarado el incendio es generalmente difícil determinar la causa y lo más probable es que ella haya sido ajena a una falta o negligencia del armador. La carga que se entrega a un buque encajonada o debidamente embalada es de naturaleza diversa y el armador no está en condiciones de abrir los bultos para averiguar el contenido. Todas esas circunstancias son las que han llevado a considerar en las legislaciones occidentales, con excepción de las sudamericanas que el incendio es una causal *de exoneración del transportador, salvo que se acredite que existió culpa de su parte en el acaecimiento del hecho («). (3) Ver: Ray. J. D.. Conccnctones de Bruselas. (4) Ver voz FALTAS NÁUTICAS y bibliografía citada en la misma. (5) Fallo de la Cámara Federal en el caso "El Comercio Cía. de Seguros y otros el Semorile Cacchiola y Forte y otra". La Ley, t. 43, página. 896. (6) Ver Diminí. O., "El cargo de la prueba eu caso de Incendio de la mercadería transportada" JUBISPKUDENCIA. — La citada en el texto y notas. — La citada en el texto. INCENDIO Y OTROS ESTRAGOS. (V. ESTRAGOS.) INCENTIVACION.* - SÚMAMO: 1. Antecedentea. 2. Sistemas básicos de pago. 3. Salarios básicos. 4. Sistemas de salarios estímulos. 5. Incentivos. 6. Sistemas de incentivos. 7. Ventajas de los incentivos. 8. Sistemas de tari/as por tiempo: a) Tiempo directo: b) Tiempo de trabajo medido; c) Tiempo estándar; d) Sistema de tiempo diferencial; e) Inconvenientes del pago a Jornal. 9. Sistemas de tarifa, por pieza: a) Método de pago por pieza propiamente dicho; b) Método diferencial de Taylor; c) Sistema de salario a la tarea; d) Sistema de Werrick o diferencial a In pieza; e) sistema de Henrl L. Oantt; f ) Sistema de Manchester. 10. Sistemas en que las ganancias se reparten entre el patrón y el empleado, pero se garantiza el jornal diario: a) Sistema de Halsey: b) Sistemas de Haynes: c) Sistema de Bedaux; d) Sistema de tarifa Rowan; e) Sistema de Barth de participación variable. 11. Otros sistemas de incentivos de acuerdo con el rendimiento: a) Sistema Emerson; b) Sistema Wennernund. 12. Incentivos suplementarios: a) Incentivo para la calidad del producto; b) Incentivo para reducir el desperdicio; c) Incentivo para la prevención de accidentes; d) Incentivo para la asistencia y puntualidad; e) Vacaciones pagadas. 13. Incentivos pecuniarios. 14. Incentivos pecuniarios para la. producción indirecta. 15 Incentivos para inspectores y empleados ejecutivos: a) Participación en los beneficios para los ejecutivos; b) Participación en el cosió para ejecutivos. 16. Incentivos para alumnos y aprendices. 17. Incentivos no pecuniarios. El estudio y aplicación de los métodos y sistemas de incentivación, en la retribución por la mano de obra, es uno de los problemas que han aparecido y debido resolverse dentro de la técnica de la producción. Constituye, asimismo uno de ios temas de la organización de empresas; y su tratamiento y análisis se vincula con el estudio de los salarios y sus sistemas. Los problemas inherentes a la determinación y pago de los salarios no son nuevos. Los historiadores de la antigüedad remota han encontrado antecedentes, en el Código de Yamurabi (año 2250 a de J. S) , de esfuerzos legislativos para regular las jornadas de trabajo y el pago de salarios. Pero es evidente que la organización científica del trabajo es un complejo elemento de la empresa, y ha planteado el estudio y solución del fenómeno de la remuneración de la mano de obra con arreglo a métodos. Los sistemas de salarios se relacionan dien Revista del Derecho de la navegación, 1957. número 3 y 4, parte II, página 217. * Por el Dr. JUAN F. O. BIANCKI LOBATO. rectamente con los planteos de la economia moderna, en diversos aspectos, pero de los que conviene destacar la relación como fenómeno coadyuvante de la técnica en la producción, y además, como un medio -de procurar un equitativo consumo de la riqueza o de la distribución de la renta. La retribución del trabajo es un problema científico y técnico cuyo desarrollo es afin con la misma existencia humana. Y su desenvolvimiento es paralelo al progreso de la técnica en cuanto a medio para una mejor satisfacción de las necesidades humanas. En el orden empresario, la organización y la ubicuidad de la empresa dentro de un medio económico complejo, han originado diversos planteos como son, la estructura de la organización, los principios de dirección y gobierno dp la empresa, los tipos de locales e instalaciones, las relaciones personales, etcétera; y todo este conjunto de problemas con el cambio de métodos para el pago de la mano de obra, constituyen una actividad de directa relación sociológica. 1. Antecedentes. Los métodos utilizados para determinar los modos o formas de la retribución del trabajo, constituyen principios integrantes de los llamados sistemas de salarios. Por ello la necesidad de referirse brevemente a la conceptuación del salario y su evolución; porque los modernos métodos de fijación de salarios con criterio científico, y con la utilización de elementos de incentivación y bonificaciones, son el resultado de una evolución histórica del pago por la mano de obra. La revolución industrial es un planteo de los tiempos modernos. Comienza a presentarse en el siglo xix, como una consecuencia del desarrollo de las reglas del mejor hacer, es decir, del desarrollo de la técnica, y por la aparición de una maquinaria científicamente concebida, y que los estudiosos han clasificado. Antes de la revolución industrial el fenómeno de la producción se desarrollaba dentro del taller familiar. Todavía puede apreciarse este medio en algunos tipos de explotación, como la granja. El aprendiz, y aun el trabajador calificado o semi calificado, se incorporaba, por el trato cotidiano, a las relaciones familiares del patrono. En la actualidad, el fenómeno se observa todavía plenamente en los pequeños talleres de manufacturas, en el caso de productores autónomos, o en la explotación agropecuaria de organización simple y familiar, que es apenas una unidad económica. Dentro de este tipo de explotaciones, la provisión de la mano de obra se rige por el principio de la ley económica de la oferta y la demanda, con el correctivo de las leyes jurídicas reguladores del trabajo, en virtud del ejercicio estatal de la policía del trabajo y la previsión social. A medida que la empresa se agranda se van perdiendo esas simples relaciones de trabajo a que se hace reíerencia. Tanto el patrono como el trabajador van perdiendo el atributo personal en sus relaciones, y el trabajo se presenta, entonces, como una mercancía, que ss vende y se adquiere en base a una técnica de comercialización y con despojo del elemento personal o de humanidad. Claro está que esta consecuencia, así crudamente considerada, como un resultado neto de la oferta y la demanda tiene los atenuantes de la legislación del trabajo que aportan un sentido humano; y además, que por razones de organización científica del proceso productivo, y la necesidad de lograr mejor rendimiento, se han pensado mejores métodos de retribución, y los sistemas de relaciones industriales. Además de las razones expuestas, deben considerarse dentro de los antecedentes que se tratan, la cuestión de la propiedad de las herramientas. A medida que la técnica de la producción se ha perfeccionado también los equipos han aumentado en complejidad y costo. La revolución industrial se desarrolla en base a la aparición de tres tipos de maquinarias: a) Las máquinas para difundir ideas, b) Máquinas para ahorrar trabajo, y c) Máquinas para ahorrar tiempo. Los dos últimos tipos de maquinarias citadas, son las, específicamente, destinadas al ahorro de mano de obra, y por lo tanto, las que mayor incidencia presentan dentro del fenómeno maquinismo, con respecto a los salarios. La propiedad de las herramientas al ser estas más complejas y costosas, pasa del trabajador al empleador. Estas situaciones esbozadas ligeramente aquí, determinaron la pérdida de la individualidad del trabajador, quien como medio de defensa debió recurrir a las agremiaciones. Podría decirse que la complejidad y organización de las uniones gremiales corren paralelamente a la complejidad y organización de las empresas, y de los métodos de producción. Y así la fijación de los salarios ha evolucionado desde la aplicación simple de la ley de la oferta y la demanda, hasta los convenios colectivos de trabajo, y el sistema de laudos, que tienden a evitar los inconvenientes de aquella frente a los elementos que se señalan. La aplicación de los métodos, no obstante, para la fijación de los sistemas de salarios son de gran utilidad, para resolver científicamente estas desinteligencias. "La dirección hará una buena inversión de su tiempo examinando sus sistemas de incentivos pecuniarios desde un punto de vista crítico. Si los empleados no están satisfechos con un sistema dado, es probable que haya algo que no esté bien en el propio sistema, en su implantación o en su administración. Los sistemas a base de incentivos pecuniarios se han aplicado con éxito a toda clase de cargos de una compañía" (Bergen, A. M. A., Personnel, vol. 14). También es importante destacar, que la empresa que ha invertido un monto considerable de capital en maquinarias y equipos, debe considerar el problema de los salarios como algo que trasciende a la exclusiva consideración del monto de los mismos. Igual .situación se presenta respecto al tratamiento de cierta materia prima. El salario de un trabajador calificado puede ser elevado; pero si éste, por ejemplo, debe tornear un trozo de acero, para trabajar una matriz, cualquier descuido o falla se traduce en una pérdida apreciable en dinero. Igual situación se produce en el manejo de una máquina de producción, ya se trate de una industria manufacturera, de construcciones o de cualquier otro tipo. Por lo tanto es de riesgo, desde el punto de vista de la producción, el servicio de un trabajador cuya ineficiencia se multiplica varias veces en la ineficiencia del producto. No son los obreros mal pagados los que resultan más baratos. La mejor producción por su cantidad y calidad determinada con un buen estándar será obtenida a un costo unitario menor. Como puede apreciarse, el problema de los salarios supera el planteo simple de una> antinomia entre el trabajo y el capital. Visto simplemente, podría suponerse que el trabajo organizado y agremiado solamente pediría beneficios; y que el capital organizado solamente estaría dispuesto a oponerse en forma sistemática a la obtención de aquellos. A esta situación, la sola acción legislativa o administrativa del Estado, no podría obtener soluciones permanentes que pudieran considerarse satisfactorias, mientras no se conozca en cada caso particular los fenómenos que afectan al trabajo, y al que sólo se puede llegar mediante la investigación científica, de valuación de tareas,calificación y aplicación de sistemas de salarios. 2. Sistemas básicos de pago. Aun cuando el interés de esta exposición consiste, específicamente, en el desarrollo de los medios de estimular el trabajo, por los salarios, a los efectos de completar el planteo, es necesario referirse a las dos formas fundamentales de la retribución del trabajo. Ellas son: 1) El método, mediante el jornal, por el que se paga el tiempo que el obrero ocupa en su tarea; y 2) El método por el que se paga la cantidad de trabajo realizado, y que se le llama trabajo a destajo, o pago por pieza. Todos los métodos que se analizan constituyen combinaciones de estos dos principios, a los que se agrega un tratamiento de incentivos para incitar a un rendimiento más elevado. El primer método, o sea el pago por tiempo, es la forma tradicional de remuneración, y se determina en función del tiempo invertido. Se liquida por hora, jornada, semana, quincena o por mes. Se fundamenta en la suposición de que la labor producida es siempre igual, con un ritmo constante, y cuya cantidad sólo depende del tiempo transcurrido, lo que no es cierto. Este método tiene la ventaja de la simplicidad. En cambio presenta el inconveniente, de que al funcionar la ley de la oferta y la demanda, se falsea la premisa, por cuanto se produce la lucha, encubierta o no, de las dos partes. En efecto, la patronal procura la obtención de un máximo rendimiento en su monto con un provecho inmediato de beneficio pecuniario, y mediato, porque al haber exceso de mano de obra disponible, los salarios bajarán. Y por la parte operarla, presenta el inconveniente, de que se dejará el rendimiento ligeramente sobre el mínimo, por una razón de defensa para mantener el empleo. El segundo sistema ideó el pago de la tarifa por unidad, o por pieza. Por este medio, no se paga por tiempo, sino por cantidad de trabajo efectuado. A una producción doble correspondería una paga doble. El sistema tuvo la pretensión de haber resuelto el problema de la organización del trabajo y los salarios. Sin embargo ello no fue más que una esperanza, por que de su análisis surge su inconveniencia. Con este sistema, la atención del empleador se fija, en principio, en que los gastos de mano de obra, aumentan directamente con la producción. Es cierto que los operarios llegan a obtener salarios más altos incitados por la tarifa a destajo, y por tal razón, combinada con la anotada precedentemente, hace que la patron'al propenda a bajar la tasa de salario por unidad. Ya en 1878, Taylor lo había comprobado. Siendo obrero de la Midvale Steel Company, en donde trabajo como marcador de taller y como tornero, había apreciado los malos resultados de esta forma de pago. El trabajo se retribuía a destajo por unidad, pero los obreros de la empresa habían podido comprobar que cada vez que el estándar de producción aumentaba, la compañía aprovechaba para bajar el pre- cio por pieza. Es fácil deducir que en tales circunstancias el obrero se obliga paulatinamente a insumir mayor cantidad de trabajo por igual salarlo, y entonces, el sistema ya no es un incentivo sino un castigo al rendimiento. Pero también hay que agregar que esta forma de pago presenta otros inconvenientes por diversos factores que deben analizarse con toda su objetividad. En el fenómeno de la producción, el operario trabaja con materias primas, y con herramientas y maquinarias. Un método de pago basado sólo en el destajo y sin método científico produce con el tiempo resultados no queridos; porque una producción así concebida implica mal empleo de los materiales, exceso de merma y de desperdicio, y desgaste excesivo de la maquinaria y utillaje, que al plantear más agudos problemas de mantenimiento o renovación, agravan los costos en mayor proporción por los gastos generales. Así el rendimiento por unidad es menor. 3. Salarios básicos. Cabe hacer una breve distinción entre el salario establecido por medio de sistemas científicos de incentivos, y los salarios básicos. En principio, en una región o país el nivel de salarios no supefa el índice máximo de una retribución legítima, pero tampoco puede descender por debajo de las necesidades mínimas de un estándar de vida decoroso. Es evidente, que en un sistema económico de libre empresa, el nivel de salarios básicos está afectado principalmente por la ley de la oferta y la demanda, y por otros factores económicos complejos, además de los correctivos legales. En algunas direcciones empresarias hay la tendencia de establecer en sus talleres salarios básicos superiores a los niveles que determinan las circunstancias puramente competivas; o superiores a los establecidos en los convenios colectivos. Esto le permite obtener el concurso de los operarios más calificados disponibles. El mismo criterio es seguido en numerosos pequeños talleres o empresas de diverso tipo con la finalidad de lograr incentivos de calidad y cantidad, sin requerir un contralor intenso. El sistema ha tenido seria experimentación: "Henri Ford, fue uno de los primeros en realizar un experimento práctico en este terreno, pagando salarios considerablemente superiores a los corrientes, con la condición de que los beneficiados con esta mayor paga observaran ciertas condiciones de vida. Es naturalmente discutible hasta donde podría un patrono imponer reglas a la vida privada de sus empleados, aun cuando esa exigencia fuera acompañada por una mayor retribución. Debe también recordarse que pocos fabricantes gozan de una posición financiera que les permita el empleo de un sistema de retribución del tra- bajo como el que ha establecido Ford" (Dexter 8. Klmball. Org. Ind. t. 2). 4. Sistemas de salarios estímulo. Después del análisis de los sistemas básicos de pago, es fácil inferir que por los mismos no se puede lograr un ritmo de producción, que pudiera considerar óptimo para las aspiraciones del criterio empresario. En algunos casos, se ha atribuido este resultado a la negligencia o a la mala voluntad de los trabajadores, sin considerar, por supuesto, el fenómeno objetivamente, tal como se expone. En la organización de los talleres de años atrás, y aún en la actualidad, en pequeños talleres, se halla un paliativo mediante la contratación de un capataz que ejerza una vigilancia directa e inmediata sobre sus subordinados. Más que un capataz pudiera llamarse un gendarme. El medio es defectuoso por muchas razones. No solamente porque es la expresión más cruda del tipo de organización de linea directa y por ende, la aplicación de un sistema de arbitrariedades posible en este tipo de organización, sino también, porque no se obtiene del trabajador la plenitud de sus aptitudes y voluntad al servicio de la producción. El hombre tiene una conducta, y cada tramo de la misma o sean las acciones son dirigidas por medio de la voluntad, la que a su vez está en función de la estimación efectuada por el hombre o sea un principio axiológico. Taylor vio el problema ya en 1895, y lo deja percibir en la primera memoria que presentó ante la "American 8ociety of Mechanical Engineers". Taylor comprobó que no es suficiente con la instrucción del trabajador respecto del manejo de las máquinas, y en el conocimiento de los métodos y de las reglas técnicas del trabajo; sino que, además, era necesaria la aplicación de un sistema de salarios que le incitara a mejorar la labor, sobre la base de la convicción de que al aumentar el rendimiento redundaría en forma mediata en beneficio de sus propios intereses. Es decir, se trataba de estimular el principio valorativo de la propia utilidad. Esto, ya había sido percibido antes de Taylor y llevado a la práctica por Halsey. Puede apreciarse fácilmente, aún por quienes se hallan alejados de los talleres y ajenos a los problemas de la producción sistematizada, que el principio es loable. Pero, las apreciaciones y experiencias de Taylor merecen la referencia, no solamente porque Taylor ha sido uno de los "pionners" de la organización científica del trabajo, sino también porque con Taylor y sus discípulos comienza la sistematización de los salarios estímulos, el trabajo a la tarea, la tarifa diferencial y con ello el comienzo metódico de la incentivación. Taylor, muy vinculado a la industria mecánica, llegó a la conclusión, de que para obtener la máxima producción en los mecánicos, era necesario pagarles un 30 % más sobre el salario básico común; y así, con el mismo criterio llegó a conclusiones similares para otros tipos de trabajos, también dentro de la industria mecánica. Por ejemplo: en los casos de mayores esfuerzos físicos el incentivo debía ser de un 50 % sobre el salario básico; en los casos de máxima precisión en los trabajos, en que se requería habilidad, y conocimientos, es decir plena calificación, del personal, el incentivo debía llegar hasta un 80 % del salario básico común. Concebido así, un sistema de salarios estímulos debía llevar a las siguientes consecuencias: a) Disminuir los costos, con lo que se beneficia al patrono, al obrero, y a la sociedad; b) Permitir al trabajador, con más ambiciones y calificación, mejorar sus salarios; c) Asegurar un salario básico para quienes no pudieran alcanzar los escalones superiores; d) Beneficiar'a la economía general. Por otra parte, los sistemas no deben ser muy complicados, ni con combinaciones complejas, y sus principios estables, para que los operarios puedan controlarlo y no desconfiar de los procedimientos. 5. incentivos. La voz proviene del latín "incentivo" de incentivas, y significa lo que excita o incita a algo, o a la obtención de algo. En la organización de empresas, el vocablo es general, y en el mismo se incluyen todas las influencias que estimulan el esfuerzo humano. En la organización industrial, los incentivos se dividen en pecuniarios y no pecuniarios. Es uno de los problemas con que se encuentran los encargados de la ejecución, y los expertos en eficiencia, y constituye, uno de los capítulos aptos para demostrar no solamente la eficacia de lo concerniente a la organización científica del trabajo, sino a complementar la estructura de la organización planeada con arreglo a los fines u objetivos de la empresa. Antes del advenimiento de Taylor, en 1890, apareció el sistema de Halsey o el "Halsey Premium". Se le ha llamado también el sistema de participación constante, o del reparto, que se analizará más adel&nte. Se inició con un estudio por el cual se repartía un tercio de las ganancias a los empleados. Ello no aportó un aumento digno de atención para estos, ni una ventaja apreciable para la patronal. Tuvo algún éxito. Más tarde, cinco años después, Frederic Winslow Taylor, publicó su trabajo ya citado A piece rafe System (Un sistema de tarifa o pago por pieza), en el que desarrolla sus comprobaciones respecto de la relación entre el régimen de trabajo y el régimen de salarios; esto es, que la aplicación del sistema de salarios debe estar concatenada con un estudio de los tiempos, análisis de las tareas y movimientos, valuación de las tareas, y estandardización de los trabajos. Este complejo de elementos organizativos del trabajo, a partir de Taylor y los postaylorianos, es lo que ha dado a los ingenieros americanos el mérito de la iniciación, y el éxito de los sistemas de incentivos. Claro está, que desde el trabajo de Taylor, aparece un periodo de aproximadamente un cuarto de siglo que es la época de los "expertos en eficiencia", y su blasón fue el sistema de los incentivos. Algo parecido ha pasado en todos los países, en su paso del "trabajo familiar" o semi-familiar, al trabajo organizado, como parte de la estructura de organización planeada. En 1951 (Lytle, Mechanical (Engineers, vol. 51) del análisis minucioso de 25 sistemas de incentivos, llegó a distinguir 11 sistemas con características definitorias. Las estadísticas han demostrado la bondad de su aplicación. En 1940 la National Ind. Conference Board-Studies in Personnel Policy, número 19, realizó un estudio del personal de 2.700 compañías de todas clases radicadas en los Estados Unidos de Norteamérica, y que empleaban aproximadamente 5.000.000 de trabajadores. De las mismas, el 51,7 % empleaba aproximadamente a 2.650.000 trabajadores, y utilizaba incentivos en sus salarios. En 1943, la American Management Associatíon efectuó un estudio sobre 50 compañías manufactureras y se llegó a demostrar que siempre que habían cambiado el trabajo pagado por jornal a un sistema de incentivos la producción por hombre-hora aumentaba de un 20 a un 30 %. Que asimismo el 62 % de los productores directos y el 17% de los productores indirectos eran pagados a base de incentivos. Que además la mitad de las compañías habían registrado un rendimiento en sus operarios superior al 100 %; llegando en el caso más alto por encima del 150 % y en el más bajo por encima del 15 %; y que las organizaciones obreras se habían manifestado en favor del sistema de incentivos en proporción de 10 a 1 (L. P. Alford y John R. Bangs, Manual de la Producción). El criterio fundamental en el sistema de incentivos, consiste en determinar un acuerdo sobre las ganancias en base al rendimiento, de tal manera que coincidan los intereses de los trabajadores con los intereses de la empresa. En base al estudio de tiempos y movimientos debe implantarse el sistema de incentivos con la finalidad de reducir el costo, de mano de obra por unidad de productos. Si del estudio practicado puede deducirse, por ejemplo que un sistema de incentivos aumentara el rendimiento de la producción en un 20 %, es evidente que la empresa se encontraría en condiciones de encarar alguna de estas mejoras: a) acortar las horas de trabajo; b) producir más mercaderías; c) economía en los gastos generales; d) ahorro en el costo; e) mejorar las instalaciones; f ) proyectar y construir ampliaciones; g) aumentar los beneficios; h) aumento de salarios para sus empleados; i) enfrentar en mejores condiciones la competencia, y facilitar su organización comercial. 6. Sistemas de incentivos. En 1928, Dennison dio una clasificación de las normas que deben tenerse como guía para los incentivos a la que Lytle dio forma de esquema. Estas normas son las siguientes: Norma A. Estimulación inmediata del esfuerzo, y se usa por lo general en operaciones discontinuas en pequeña escala. 1) Aplicación individual; 2) Recompensa en efectivo; 3) Tarifa baja con bonificación alta; 4) Fluctuante; 5) Sistemática; 6) Pública; 7) Pecuniaria. Es inmediata, más antigua y menos experimental. Norma B. Estimulación del equipo, para, operaciones continuas en gran escala. 1) Aplicación a grupos; 2) Recompensa en acciones de la empresa no convertibles; 3) Tarifa alta con bonificación baja; casi constante; 5) Arbitraria; 6) Secreta; 7) No pecuniaria; es más nueva y más experimental. Estas normas dan una orientación para elegir la técnica como medio para llegar al objetivo. Según Alford, la aplicación del sistema de incentivos debe efectuarse al caso concreto y teniendo en cuenta las modalidades y características de la empresa. En la adecuación de un sistema de incentivos debe considerarse primeramente el sentido hacia el que se dirige el aspecto normativo de la aplicación; y en segundo lugar, la medición en unidades monetarias, de los intereses y finalidades para determinar su importancia. Las finalidades pueden clasificarse en tres: a) Calidad del trabajo; b) Cantidad de trabajo; y c) Economía de trabajo. Alford relaciona la tarea y los incentivos bajo esas tres formas: calidad, cantidad y desperdicio! La calidad debe ser inspeccionada de acuerdo con las especificaciones concretas y por medio de los calibres o demuestres. Hay una proporción de imperfecciones que pueden tolerarse en más o menos de acuerdo con el estándar. En la industria textil por ejemplo, se han estandarizado las imperfecciones (o tolerancias) que pueden admitirse por pulgada cuadrada de tejido. Cuando se ha establecido un incentivo por cantidad la inspección requiere mayor intensidad, a los efectos de cuidar el cumplimiento del estándar de calidad. Hay riesgo de que un aumento de cantidad, lo sea en desmedro de la calidad. Por lo tanto un incentivo de cantidad debe ser acompañado de una inspección rigurosa. Con respecto a los desperdicios, puede anotarse que en algunas industrias la circunstancia de evitar el desperdicio es más importante que el costo de la mano de obra. Véase por ejemplo, la industria del cuero: si el costo del material es n veces, el costo de la mano de obra, interesa a la dirección evitar o reducir el desperdicio, aunque haya de disminuir ligeramente la producción. Igualmente ocurre con algunos trabajos de metalurgia de alta precisión. El torneado de una matriz en acero, incumbe por su gran precisión a la décima de milímetro, la utilización de personal altamente calificado y con incentivo. 7. Ventajas de los incentivos. Hay que puntualizar que un sistema de incentivos no es un remedio total. Tanto en la industria .manufacturera como en cualquier otro tipo empresario, debe ir precedido de otras medidas que deben considerarse primariamente respecto del sistema de salarios. Esas medidas son: a) Organización planeada; b) Dirección perfeccionada; c) Estandarización de los trabajos; d) valuación de las tareas; e) Calificación por el mérito; f ) Tratamiento correcto del estudio y aplicación. Aunque un sistema de incentivos difiere de otro, en ambos los resultados se ajustan al caso concreto. Los incentivos deben presentar las siguientes características: 1) Deben ser altos en la tarea y en la retribución porque las retribuciones liberales estimulan el esfuerzo; 2) Deben presentarse sencillamente para que aquél empleado pueda comprender la relación entre los resultados de su esfuerzo y sus ganancias; 3) Debe facilitar el el trabajo del equipo y el contralor; 4) Deben ser equilibrados para que la tarifa sea estable mientras subsista el mismo método de trabajo; 5) Debe ser justo tanto para la patronal como para el empleado, beneficiar a ambos y no suscitar desconfianzas (Alford y Bangs). Finalmente la dirección de la empresa debe lograr ciertos elementos para conseguir el éxito del sistema de incentivos. Ellos son: l) Mantener los incentivos aún en las épocas de poco trabajo no produciendo reducción de jornales; 2) Evitar una actitud que la presente como paternal o interesada; 3) Lograr el apoyo completo del operario hacia el incentivo; y 4) Manifestar toda su atención a los problemas de contralor, de la conservación de equipos, de las cuestiones de producción y del mantenimiento de los incentivos no pecuniarios. 8. Sistema de tarifas por tiempo. En el sistema de t r a b a j o a jornal, el patrono "compra" el tiempo del empleado. El método del jornal es el más sencillo y por eso su origen se remonta hasta los tiempos en que la industria no presentaba caracteres de complejidad y los trabajos presentaban un aspecto de generalidad. Por ejemplo: en el caso del peón rural, éste debía realizar las tareas diversas de la granja o el campo, y no solamente limitaba su jornada a ciertas horas preestablecidas, sino que se extendía a todo lo necesario para completar su labor. Aún en la actualidad el trabajo de ese tipo, limitado al tiempo o no, tiene un carácter de generalidad. El mismo ritmo es común para pequeñas manufacturas como talleres de carpintería, alfarería o comercios minoristas. El servicio doméstico es también un ejemplo de este tipo de trabajo. Hay que agregar un detalle que ya se anotó anteriormente, y consiste en que aunque se llame jornal, lo cierto es que la paga que interesa tratar, es un devengo por unidad de tiempo, que puede ser por hora, día, semana, quincena, mes, año o más. Es común contratar a dirigentes o asesores de empresa por el lapso de varios meses, o por un año, aunque el devengo sea dividido en mensualidades. A medida que se puede evitar la supervisión, aumenta la unidad de tiempo contratada porque en esos casos se persigue la eficiencia y la responsabilidad por el trabajo, que es su monto dé tarea. a) Tiempo directo. Se puede definir sencillamente así: paga = tarifa por período de tiempo x número de períodos. En buena medida, la cantidad depende de la vigilancia o contralor. Tiene las siguientes características: a) Es sencillo y el más apto cuando no se mide la labor realizada; b) Se usa para trabajos no estandarizados. En verdad todo trabajo puede estandarizarse si su importancia así lo aconseja. Pero hay infinidad de ejemplos de labores cuya ejecución resulta más conveniente, o más común realizar por el sistema de tiempo. Por ejemplo: labores de reparación, ocupaciones de oficinas, trabajos de dibujo, trabajos de producción indirecta. También se usa para los trabajos sumamente calificados como por ejempio: la elaboración de matrices, confección de modelos, tendido de tuberías; y los trabajos menos calificados como la limpieza que por su caracterís- En el coeficiente o fracción, el salto o estica presenta cierta incertidumbre sobre el calones de bonificación varía de acuerdo tiempo necesario.. b) Tiempo de trabajo medido. Otro sis- con la finalidad que se persiga conforme a tema que obedece a diversas tentativas la tarea. Es un sistema que se aplica al efectuadas en base a una normatización .pago de grupos, aunque tiene que maneque relaciona elementos de calificación de jarse con sama precaución. La utilidad es tareas y de mérito. La valuación de las más ostensible para aquellos tipos de protareas se basa en la medición de los ele- ducción en que el sistema requiere con mamentos de: habilidad; responsabilidad; yor intensidad el sentido de colaboración mentalidad; condiciones de trabajo; esfuer- entre el personal. Es decir, que a la emzo físico. Y en cuanto a la calificación por presa le interesa, en estos casos, más la el mérito es la adecuación de los principios colaboración entre los operarios, que la caque determinan las mejores aptitudes de lificación individual. Por ejemplo: es útil cada trabajador individualmente conside- en los casos en que se tengan en uso márado, con respecto a la labor que desempe- quinas o equipos que soportan un índice ña. Son cantidad de producción; calidad; elevado de gastos generales; en ellas, el cuidado de su manejo es más importante adaptabilidad; confianza, etc. Así, se obtiene la tarifa medida para la que la intensidad del máximo de producjornada de trabajo. Posteriormente se hace ción, y por lo tanto debe preocupar, no soentrar en juego un incentivo por medio de lamente que trabaje aprisa, sino que no revisiones periódicas de las aptitudes del haya desperfectos en la maquinaria. e) Inconvenientes del pago a jornal. empleado controlado. Como puede apreciarse es un método extremadamente sen- Pueden resumirse los siguientes: 1) En el cillo al que faltan dos virtudes que son sistema de tiempo directo los mejores opeesenciales de los sistemas que se basan en rarios pueden hallarse habilitados para obun incentivo verdadero; y ellas son: la im- tener un salario mayor que los compañeros personalidad y la automaticidad, ya que en menos eficientes; 2) Restringe la producel trabajo medido se tiene en cuenta el ción; 3) El tiempo directo ha demostrado ser inconveniente e injusto para el empleaelemento personal.. c) Tiempo estándar. Con este método se dor y el empleado; 4) Se justifica solausa dos tarifas una para cada lado de la mente para pequeñas cantidades de opetarea. La forma más sencilla de este mé- rarios. 9. Sistema de tarifa por pieza. En su todo es la adaptación del sistema de tiempo directo y la aplicación de un incentivo forma más simple el empleado asume todas extra-pecuniario, con la fijación de dos ta- las ganancias o las pérdidas en lo que resrifas de tiempo. Es un sistema más bien pecta al costo de la mano de obra. En el útil para los casos en que se desea una trabajo a jornal el pago es por el tiempo producción fija, con preferencia a una que el empleado insume. En cambio, en el producción máxima o intensa. Se trata de trabajo por pieza el salario se establece de establecer un estándar de tarea es decir la acuerdo con el trabajo realizado y no en intensidad media normal de labor, con res- consecuencia con el tiempo utilizado en pecto a un lapso, y respecto del cual deben hacerlo por ejemplo; si un trabajador coconsiderarse todos los elementos necesa- bra $ 150 por día por ejecutar n mercaderios (material, técnica, fatiga, etc.). Asi- ría su jornal será el mismo así haga n + 1 mismo se determinan dos tarifas, una por mercadería, o n — 1 por día. En cambio si debajo de la tarea base; la otra es una ta- se le abona $ 2 por unidad es necesario rifa a la tarea alta y consiste en una bo- que ejecute 75 unidades por día para conificación como salto único sobre el sala- brar $ 150. El sistema sería ideal en apariencia ya rio base. Las experiencias indican que el salto no debe ser inferior al 20%, como in- que beneficia al patrón y también al obrecentivo Es un sistema de paga-rendimen- ro activo, al que da oportunidad de ganar to que ha tenido un éxito marcado. mayor dinero en caso de que su diligencia d) Sistema de tiempo diferencial. La ta- así los consiga. También en apariencia la rifa de tiempo se retiene a la tarea como patronal gana más y el costo de cada unigarantía. En el sistema de dos tarifas como dad disminuye, ya que al bajar el costo de se desarrolla en el tiempo estándar, hay mano de obra ello incide en el costo por pocas diferencias para sustituir al sistema unidad. El pago por pieza ha dado resultado o duración de tiempo. En el caso del tiempo diferencial hay saltos o escalones de bo- cuando se han cumplido cuidadosamente nificación, es decir, hay varias tarifas. con los siguientes recaudos: 1) Las tarifas Puede definirse así: paga = fracción x ho- han sido cuidadosamente estudiadas y ceras efectivas y x tarifa por hora (V. Lytle losamente mantenidas entre patrono y obrero; -2) Cuando entre el traoajador y Wage Incentive Methods). OMEBA . XV - 23 el obrero hay una mutua comprensión y confianza. El sistema, por supuesto, ha existido desde tiempos remotos. Cuando la competencia y la necesidad de procurar un gran rendimiento en la producción planteó sus problemas, la patronal pensó en el devengo por pieza como medio de reducir el costo y aumentar la cantidad de producción. Cabe sin embargo adoptar que sin haber un estudio preciso de valuación de tareas y tiempos, y con los métodos técnicos que daban las maquinarias, el conocimiento de los resultados de los trabajos en cuanto a los elementos que les conciernen eran de gran imprecisión. Los pagos por pieza, con una información "a prior!" deficiente dieron como resultado una producción por trabaja.dor mejor que la esperada, y como consecuencia de ello un aumento de salarios proporcionalmente mayor a la disminución del costo. Trajo las siguientes consecuencias: a) La patronal comenzó a bajar las tarifas y si el trabajador, no obstante, seguía' con el estimulo personal y lograba seguir elevando su salario, entonces había una segunda rebaja, hasta que éste desengañado ya no se esforzaba más porque perdía la esperanza de que con su esfuerzo personal podía aumentar su paga; b) Que de esta manera la. patronal castigaba al onrero más diligente; c) Que ante la imposibilidad de mejorar salario los trabajadores deben recurrir a la agremiación como medio de defensa, y aceptar que los menos aptos cobren un salario mayor que el que les corresponde a su capacidad, con tal que los más calificados lleguen al salario que entienden corresponder. En verdad, la lógica no merece objeciones; d) El trabajador medio prefiere el jornal. Por este medio las ganancias o pérdidas referentes a la incidencia de la mano de obra recaen en la patronal; e) Hay además un elemento coadyuvante, y es que por lo general las asociaciones gremiales se han opuesto al sistema de tarifa por pieza, porque además de las razones expuestas el sistema despierta envidia en los trabajadores, y por lo tanto se vulneran los principios éticos; f) También hay otro elemento que debe considerarse. Los obreros se niegan reiteradamente y por razones instintivas al aumento de producción, porque le temen a la ley de la oferta y la demanda. Los argumentos de que en forma mediata, habrán de obtener mayores beneficios económicos directos, y también indirectos, no les imoresiona. Estas razones podrán considerarse infundadas, improcedentes, o con el calificativo que se quiera pero la realidad es que se debe impulsar al tratamiento de sistemas más objetivos. A. 'Método de pago por pieza propiamente dicho. Este método es una variación del pago por pieza, y fue expuesto por Estes en "Comparison oí Wage Incentives" en 1920. Se basa en una combinación de pago por hora, y a su vez por el trabajo realizado. Para ello se fijan tres pasos: 1) Se mide el tiempo que se necesita para cada operación. 2) Luego, se mide una proporción en horas para cada clase de trabajo. 3) Y por lo tanto al obrero se le paga por cada tarea-hora. Por ejemplo: Se calcula que puede trabajar dos piezas por hora, que el pago horario es de 10 pesos. Si trabaja 20 piezas se le pagarán $ 100.— prescindiendo del tiempo que efectivamente requirió para hacer esos trabajos. B. Método diferencial de Taylor. Este método consiste en el principio de establecer la paga abonando una tarifa baja a la pieza cuando la producción es reducida; y en que el monto del devengo crece a medida que la producción aumenta. En los sistemas determinados por el pago de salario a jornal o a la pieza, el problema estaba en que debía aplicarse un sistema de tarea diarla que fuera razonable. Por ello Taylor estimó que por medio de los estudios de tiempo debía establecerse un estándar de trabajo; y que a su vez había de procurarse interesar y ayudar al trabajador para llegar a ese estándar normal de tarea. El incentivo consiste en que se establece, además, una tarifa alta para el trabajador cuando ha llegado al estándar; y otra tarifa baja para los casos en que no se llega. Hay así mismo un verdadero aliciente o incentivo para la producción. El obrero apto recibe una tarifa alta por alcanzar el estándar, y una real mejora si excede ese estándar, por cuanto la tarifa por unidad es elevada. Tiene la ventaja de que la paga es crecida para el operario más apto, y al mismo tiempo le recompensa en forma liberal a todos aquellos .que son capaces de alcanzar o exceder el estándar. También hay un incentivo cuando el obrero no tiene certeza de obtener un jornal determinado. Por lo tanto, si la tarea está por debajo del estándar, es baja la paga. Si llega al estándar hay tarifa alta por unidad. Si pasa el estándar el beneficio es crecido por cuanto la tarifa por pieza alta le recompensa debidamente su esfuerzo. Este método tiene las siguientes ventajas: a) Tiende a reconocer que los salarios baratos no implican una producción barata; b) Que para pagar la tarifa alta a la pieza, debe estimarse "a priori" la producción en gran cantidad; c) Que por este método el obrero puede llegar a un gran rendimiento en base a su propia iniciativa; d) El método de pagos deriva de un pre- salario es progresivo. Si el obrero está devio análisis de las tareas. Taylor había di- bidamente compenetrado de la tarea y la vidido el trabajo del taller en dos grandes realiza en el tiempo fijado, se le abona su aspectos que consistían en el trabajo men- trabajo y una prima determinada del 20 tal y en la labor manual. Además, con su al 30% según el índice de las dificultades organización científica se estudiaba la for- que ha tenido que afrontar. El salario, así ma de producir para que no hubiera eje- concebido, es un medio para incitarle al cución planeada. trabajo, y a rendir todo lo que de él se puePor el contrario este método de Taylor da esperar. Este método tiene la ventaja, ha sufrido las siguientes objeciones: a) Que sobre el destajo de que el obrero no ve aun cuando asegura una buena paga al nunca reducir su salario, pero también se obrero más apto se le quita toda iniciativa ha reprochado la influencia de la fatiga, individual; b) Que tiende a convertir al y el uso del utilaje o herramental. obrero en un autómata por cuanto es objeD, Sistema de Merrick o diferencial a la to de todo un proceso que aparece inclu- pieza. En los trabajos dé. Taylor se habla sive como una consecuencia del estudio de inclusive de usar en los casos de tarifa a los movimientos; c) Da al patrón una la pieza más de un salto o bonificación. fuerza coercitiva de la que antes no dispo- Con ello, se halla la posibilidad de aninía porque puede medir exactamente la marle cuando el obrero va más allá de la capacidad laborativa de cada operario; d) tarea. Claro que Taylor pensó en operarios Que por este método puede llegar a excluir- de alta calidad exclusivamente, y en que se a los trabajadores menos aptos, y en des- todos trabajarían al nivel de la tarea. Para medro de éstos quitarles fuentes de traba- ello, habría de valerse con un rígido sistejo o de empleo. ma de selección en la admisión, y además C. Sistema de salario a la tarea. Tam- con el adiestramiento e instrucciones. Por bién fue expuesto por Taylor en 1895 en la esa razón es que Taylor no vio inconvememoria ya citada "A piece rate systern", niente alguno en él i n c e n t i v o negativo en la que su autor le llamó un sistema de cuando se establecía una paga inferior en salario en base a la tarea. Había sido pen- los casos en que se realizaba un trabajo, sado a los efectos de evitar los inconve- por debajo del estándar. Con ello, se refornientes del devengo a destajo que ha sido zaba el incentivo positivo a la tarea alta. analizado en el parágrafo 9. En realidad Es decir; salario elevado para rendimiento tiene gran relación con el método diferen- alto. cial, como que deriva de un mismo pensaDunghat V. Merrick, discípulo de Taylor, miento. por su parte se dio cuenta de que había El salario a la tarea se desarrolla sobre demasiada severidad en el plan de Taylor. la base de un doble juego de principios: 1) La tarifa baja de Taylor era demasiado Un régimen de trabajo. 2) Un régimen de desalentadora, y por ello Merrick propuso salarios. la creación de tres tarifas en lugar de las Respecto del régimen de trabajo, Taylor dos tarifas de Taylor. Esas tres tarifas selo hace en su organización científica que rían: una'tarifa básica, una alta, y otra separa las tareas manuales y mentales. Con intermedia. ello, además de lograr la descentralización La sicología del sistema Merrick es excede las funciones, aprovecha íntegramente lente, pues con este sistema se podía evial personal especializado en tareas de su tar la situación desalentadora de la tarifa competencia. baja; y al mismo tiempo, al crear una taEl régimen de salarios a la tarea hace rifa intermedia, daba un aliciente para los una doble relación entre la labor y el tiem- operarios, que sin llegar a la tarea alta popo invertido. Por supuesto, que debe deter- dían con ayuda alcanzarla. Si el salto entre minar previamente el trabajo que ha de la tarifa baja y la alta es muy grande, la realizarse y el tiempo que debe insumir. mayor parte de los obreros deficientemenfe Para ello, se tiene en cuenta el índice de calificados no intentarían el esfuerzo, por producción más ventajosa, es decir, el do- ello la necesidad de saltos intermedios. ble juego de rendimento entre la mejor El sistema Merrick se puso en práctica por la Atlas TJnderwear Co. que fabricaba calidad y el costo más bajo. Con este método, se establece el pago de generas de punto, y cuyo personal estaba una prima que varia entre el 10% al 30%, compuesto en su mayor parte por mujeres. cuando la labor se ha efectuado en el Se llegó a un aumento medio en la protiempo previsto. El punto de vista es el ducción del 40% con apreciable baja en los rendimiento y en base a ello se fija la costos. prima. Es un sistema apto para aplicarse al perEn el pago a destajo el salario es pro- sonal que ha estado a destajo o a tarifa porcional, en cambio en este sistema el proporcional a la pieza. Es elástica y de fácil aplicación. Puede definirse de la siguiente manera: paga o devengo = fracción x horas estándares x tarifa por hora. E. Sistema de Henri I. Gantt. Fue desarrollado por su autor en la obra "Work Wages and Profits". El sistema empieza por separar la tarea de cada operario, y en llevar una detallada registración de ello. Se trata de una combinación de la tarifa alta a la pieza. Igual que el sistema de Taylor, hace la determinación de la tarea alta a la pieza o sea del estándar de rendimiento. A los obreros que trabajaban por debajo del estándar, se les pagaba por tiempo con una tarifa generalmene baja, pero que a su vez era más compasiva que la del sistema de Taylor. En la tarea alta hay una transición con una bonificación del 20% que constituye un fuerte incentivo. Es un sistema que hace difícil la contratación de operarios en épocas de prosperidad, es decir cuando hay escasez o falta de mano de obra. Gantt, que fue colaborador de Taylor, se detuvo con preferencia en que la tarifa se calculaba más bien en función de las horas estándares que en función de las horas por pieza. Ello traía como consecuencia, más facilidad para la fijación de las horas estándares para cada operario o para cada trabajo. El sistema Gantt fue implantado por la Sayles Finishing Plants, Inc. sobre la base de una normatización de las tareas. Se obtuvo un rendimiento en la labor de hasta el 130% y los salarios aumentaron hasta en un 60%. El sistema proporciona seguridad y confianza. Es muy conveniente para los obreros que trabajan con máquinas costosas. Como hay un salario alto a la tarea estándar hace que el operario se esfuerce en llegar a ella, después hay pendiente. Propende a que el obrero trabaje con la plena capacidad de la máquina, pero no debe aplicarse a operarios inexpertos. En la práctica, ha sido objeto de modificaciones como por ejemplo el llamado de tiempo estándar usado por la Westinghouse, Electric & Manufacturing Co. y por la Dennison Mamifacturing Co. (Ver Alford y Bangs cit.). F. Sistem Manchester. Por este sistema se asegura un jornal mínimo hasta cierto porcentaje del trabajo. Es decir que hay una línea de tiempo a partir de la cual entra a intervenir el estímulo de la retribución según la tarea por pieza. Se le llama tarifa a la pieza con garantía de tiempo. Algunas legislaciones han hecho obligatorias una paga mínima, que por otra parte es conveniente de acuerdo con la índole de 1 labor. Cuando el incentivo se establece por horas en vez de fijarlo por piezas se le llama hora-standar. 10. Sistemas en que la ganancia se reparte entre el patrón y el empleado pero se garantiza el jornal diario. Estos son los sistemas de determinación científica de participación en las ganancias, y está integrada por los siguientes: sistemas de Halsey; sistema de Diemar; sistema de Baum; sistema Bedauw; Dyer; "F.A.M.", Keays, Weaver, "K.I.M."; Shanley; Sistemas de Ficker por tiempo y por piezas; Parkhurst; Rowan; Mansfield; Bayle y Barth. (Esta clasificación fue dada por Lytle ante la American Management Association). a) Sistema de Halsey. Tiene la particularidad de haber sido el primero expuesto y estudiado para la participación del obrero en las utilidades, y con la finalidad de evitar los inconvenientes que se presentan en los sistemas de tarifas a jornal o a la pieza. Con el mismo se dio origen a una nueva clase de retribución del trabajo en que el operario puede trabajar por el sistema de prima o no. El sistema consiste en determinar el tiempo que se necesita para efectuar determinada tarea. Ahora bien; de allí, toda disminución horaria que el obrero pueda hacer se le abona en concepto de prima. Así por ejemplo, si un trabajo requiere normalmente ocho horas para su ejecución y el obrero puede reducir su tiempo a seis horas le corresponderá una prima por ese ahorro de tiempo que multiplicado por las horas trabajadas le establece el total de la prima que se le abonará por día de trabajo. El sistema ha sido llamado también de la participación constante y se lo ha usado para las tareas cuyos tiempos no pueden estudiarse con precisión. Propicia un incentivo seguro y liberal y es aconsejado para usar en los tipos de trabajo que ofre-cen un panorama incierto respecto de sus posibilidades. Ha sido utilizado también para tareas de tipo variado como son por ejemplo las de conservación de maquinarias. La General Iron Works lo implantó, con un control de producción. Tiene las siguientes ventajas: a) No es necesario introducir cambios en los métodos; b) El obrero no está obligado a trabajar a prima si no quiere hacerlo; c) Los tiempos estándares son objeto de publicidad en el taller de manera que cada operario puede contabilizar su propia prima; d) Como el empleador obtiene una parte de la utilidad está menos tentado a reducir la prima o la tarifa. A su vez se le ha objetado los siguientes inconvenientes: a) El obrero no obtiene la total ganancia por el beneficio que introduce; b) Se basa en ejecuciones que no insumen la capacidad total del obrero por lo que este obtiene primas elevadas que incitan al patrono a reducir el estándar. b) Sistemas de Hayhes. El estándar se establece al trabajo realizado por un hombre en un minuto y se le llama "manits". Cuando no se se ha hecho estudios para estandarizar la tarea, o el estándar es bajo el operario tiene asegurado su jornal. Respecto del tiempo, abonado, también se paga prima como en el sistema Halsey, pero se divide la prima entre el operario, el personal de control y la empresa en la siguiente proporción: 0,5 para el primero, 0,1 para los segundos, y 0,4 para la tercera. Cuando el trabajo ha sido objeto de un estándar, la prima se divide entre el operario y el personal de superintendencia, ya que se considera que la empresa ha participado de la ventaja por el ahoro de tiempo. No se acreditan "manits" cuando la calidad del producto es deficiente. c) Sistema de Bedaux. Desde mediados de 1941 se ha estado utilizando este sistema. Para el mismo se establece como unidad de ejecución el monto de labor ejecutada en un minuto que se designa un punto o "B". Este elemento o minuto-hombre puede definirse diciendo que: "Una fracción de minuto de esfuerzo más otra fracción de minuto de descanso compensador, que suman siempre la unidad, pero que varían entre sí en proporción a la naturaleza del esfuerzo". (Alford y Bangs). Para la fijación de minuto-hombre se debe tener en cuenta la ejecución y el descanso. La tarifa de pago también se la refiere al B, es decir que puede definirse como 60xBx horas. En la ejecución, todos los trabajos se estandarizan en Bes, y con los controles, se comparan los resultados. Las economías se dividen entre el obrero y la dirección, determinándose en principio la proporción de 3:1. En los diversos criterios de incentivos, que se han analizado, gran parte de los fracasos se han debido a la falta de apoyo por parte de la dirección; y el sistema Bedaux trata de evitar esos fracasos de la siguiente manera: a) Cada trabajador puede conocer su número de puntos diariamente, y con ello conocer sus ganancias del día anterior; b) Respecto del rendimiento se puede conocer cual ha sido el que corresponde a cada Departamento, por cuanto dividiendo el número de Bes, por el número de obreros se sabe cual es el promedio o índice de ejecución; c) Mide el nivel de producción. El sistema fue usado por la Guíete Safety Razor Co. y redujo los costos, aumentando las ganancias de los empleados desde un 25 % a un 30 % (V.Lytle: Wage Incentive Methods). d) Sistema de tarifa Rowan. Fue ideada en 1901, por James Rowan, de las fábricas David Rowan and. Co. de Glasgow. Por esta tarifa, también se beneficia al obrero, de una parte de la economía realizada sobre los gastos de la mano de obra, por el ahorro del tiempo. A diferencia de otros sistemas, la tarifa Rowan no da una parte del beneficio de tiempo sino el total por lo que es una prima horaria igual a la relación entre la economía de tiempoi y el salario base. Así por ejemplo, si la economía es del 10 %, la prima será del 10 %, si del 20 % la prima será del 20 %, etcétera. Tiene la ventaja de ser más alta para los primeros progresos e impulsa al obrero a trabajar más a prisa sin llegar a agotarse o estropear el utilaje. Por el contrario tiene el inconveniente de exigir cálculos mucho más complicados para el común de los obreros y para los encargados de liquidar salarios. e) Sistema de Barth de participación variable. El sistema es un perfeccionamiento del sistema Rowan y se Imaginó para la tarea baja y para todos los puntos de rendimiento. Puede definirse así paga = estándares x horas efectivas. Se trata de un sistema muy apropiado para reemplazar las tarifas a la pieza para los principiantes que hacen trabajos no calificados. Si la tarea no es de precisión las partes interesadas corren poco riesgo. 11. Otros sistemas de incentivos de acuerdo con el rendimiento son los siguientes: Sistema Emerson; sistema Wennerlund; sistema Knoeppel; sistema Bigelog; sistema Ernst; sistema Sylvester; y los sistemas de primas aceleradas. a) Sistema Emerson. Se trata también de obtener la eficiencia aun cuando proceden en forma algo diferente al sistema de Halsey y sus similares. Igual que en Taylor, Emerson trata de establecer una tarea completa para lo cual se vale de los estudios previos de la ejecución. Para llegar a ese estándar ofrece el pago de una bonificación amplia; y además se fija el tiempo de duración del estándar. Por ejemplo: si se supone un trabajo en estándar, que tendrá una duración de 120 horas y si el obrero lo realiza en ese tiempo, entonces se le considera una eficiencia del 100 %. Si por el contrario necesita 240 horas su eficacia será del 50 % .• Y si solamente emplea 100 horas su eficiencia será del 120 %, y así sucesivamente (Dexter S. Kimball). Respecto de la bonificación, esta no se paga cuando el trabajo llega al 66,2/3 % del estándar, en cuyo caso el obrero cobra solamente su jornal, por tiempo. A partir del 66,2/3 %, comienza a pagarse una bonificación, y la misma aumenta paulatinamente con el crecimiento de la eficiencia. En el caso, por ejemplo de que la misma llegue al 140 % la bonificación será del 60 %. El incentivo se calcula mensualmente y no por trabajo. El pensamiento de Emerson, difiere del de Taylor en lo siguiente; en Taylor hay un incentivo neto que sólo ofrece dos alternativas, si o no; en Emerson el incentivo es moderado y paulatino que lo hace más atrayente. Su sicología es más completa, pues los empleados que no son tan ambiciosos pueden adaptarse al incentivo gradual. b) Sistema Wennerlund. Se distingue del de Emerson en que divide las tarifas de bajo rendimiento, y de rendimiento elevado. En .el bajo rendimiento hay un pago de tarifa por tiempo, y en el rendimiento elevado una tarifa alta a la pieza. Ha sido usado por la General Motors. 12. Incentivos suplementarios. Además de los métodos y sistemas de formulación matemática establecidos en base al rendimiento de la producción hay los llamados sistemas suplementarios de incentivos entre los que pueden mencionarse los siguientes: a) Incentiva para la calidad del producto. El reconocimiento de la calidad o maestría en el operario es muy antiguo. Con el tiempo ese criterio se ha transformado por influencia del maquinismo y la herramienta. En efecto, estas han originado lo que se llama la habilidad transferida a la herramienta, que va desplazando a la maestría en cierta proporción. Por ello, lo que interesa es el incentivo por cantidad y la calidad con un criterio secundario y sobreentendido. Por lo demás la calidad es un complejo que deriva de diversos elementos como son el diseño, las compras y las especificaciones, máquinas e instalaciones, las herramientas, conservación y mantenimiento, la inspección y los calibres de control. El más sencillo incentivo, es una prima para la ausencia de imperfecciones y deducciones proporcionales, al número y gravedad de las mismas (Time Study and Job Analysis de Lichtner). b) Incentivo para reducir el desperdicio. Se emplea cuando el material constituye una proporción elevada respecto al costo del totaL El sistema de incentivo es sencillo y la bonificación guarda relación inversa o casi inversa al desperdicio por horahombre o por unidad de producto. La bonificación puede aplicarse individualmente o ja. grupos. Se usa en las industrias del cuero, pintura, madera, productos alimenticios, etcétera. c) Incentivos pura la prevención de ac- cidentes. Puede afirmarse que toda desviación en los movimientos, y toda aplicación incorrecta de los métodos, es un accidente en potencia. Aunque la proporción de accidentes por estas razones es relativa, interesa a la dirección adoptar las precauciones contra tales peligros. Generalmente la acción patronal se hace a través del órgano de publicidad, carteles y propaganda en general. Pero también se aplican en muchos casos los incentivos y el sistema de premios. Por ejemplo la Newport News Shipbullding y Drydock Co. empleaba un fondo de bonificación contra la prevención de accidentes. d) Incentivos para la asistencia y puntualidad. Uno de los inconvenientes para el ritmo de producción es el ausentismo, en algunos casos de mayor intensidad, por ejemplo, las mujeres que trabajan solamente para aumentar los ingresos familiares, a la casa. Hay distintos sistemas. El más común es la bonificación en porcentaje, y consiste en abonar una bonificación del 3 % al 10 % del salario regular. Otro método es el "tiempo de permiso con paga" y consiste por ejemplo en el permiso para faltar el sábado por la mañana. La Northrup Co. aplicó el método de bonificación, y estaba expuesto en el manual del empleado: "...Si la tarjeta semanal de tiempo demuestra que un empleado ha llegado a la hora cada mañana y cada tarde, y que no se ha ausentado de la fábrica durante las horas de trabajo, recibirá el día de paga una bonificación igual al 5 % de su salario semanal..." e) Vacaciones papadas. Otro medio de bonificar la asistencia, puntualidad y compenetración a la tarea, es aplicando un sistema de vacaciones especiales que re-, compense este cumplimiento. 13. Incentivos pecuniarios. Un sistema de incentivo es bueno o no según la aplicación que se haga del mismo y su adecuación al tipo de trabajo de la empresa. Cuando se trata de la aplicación de un sistema debe considerarse especialmente un primer aspecto, que es el sentido del cambio deseado, es decir, determinar previamente qué se pretende con el incentivo y a qué se quiere llegar. El segundo aspecto, a considerar, es la determinación en moneda de los Intereses fundamentales que son tres: a) Calidad del trabajo; b) Cantidad del mismo, y c) Economía en el consumo de materiales. Para su determinación, igual que en la valuación de los trabajos deben fijarse los estándares de calidad, cantidad y desperdicio. Un sistema de incentivos debe beneficiar tanto a la patronal, como a sus empleados. Existe la posibilidad de que en el momento de su implantación algunos de ellos maní- fiesten desconfianza. Véase lo expuesto por zarse por un año y no variarse aunque el Alford al respecto: "...hay que consultar inspector tenga ganancias mayores de las el asunto con los principales empleados y esperadas (Alford). con los represéntales del sindicato para Los incentivos para inspectores pueden ponerse de acuerdo previamente. Este tra- presentar los siguientes sistemas: bajo es a veces difícil y puede exigir una a) Participación en los beneficios para atención considerable. Ilustraciones impre- ejecutivos. Se empleó en Estados unidos sas con las diferentes pagas que pueden entre 1921 y 1929 con grandes resultados. obtenerse facilitan la tarea, porque el di- El principio es el siguiente: de los beneficios nero es uno de los principales intereses de totales se retiene un grado -de bonificación. los empleados. Debe celebrarse una confe- Luego se procede a la distribución del fondo rencia y permitir que estos expongan en ella que se hace arbitrariamente, pero en sesus opiniones. Cuando el sistema afecta a creto, por el presidente o por una comisión un gran número de empleados, pueden con- de su directa dependencia. El empleado no sultarse por separado grupos de ellos, por puede decir cuanto gana (as una norma de departamento o incluso por operaciones. la compañía) para evitar envidias u otros Hay que procurar convencer uno por uno inconvenientes. Los pagos pueden hacerse a sus líderes, que sean inteligentes e influ- en dinero o en acciones. yentes para que se pongan a trabajar por b) Participación en el costo para ejecuel nuevo sistema; pues, una vez asegurados tivos. La compañía ofrece los incentivos en de los méritos del mismo, harán que sus base a la obtención' de resultados extraoramigos deseen las mismas ventajas y por dinarios. Para ello ofrece un sueldo bajo este procedimiento podrán evitarse tina pero decoroso, al ejecutivo. oposición anticipada. Si un sistema no da Luego presupuestan sus costos totales, y resultados con pocos, tampoco lo dará con de allí fija una escala o bonificación temuchos". niendo en cuenta el volumen del negocio, y 14. Incentivos pecuniarios para la pro- los costos. De las economías obtenidas soducción indirecta. Todos los trabajos de bre el presupuesto, una porción va al fondo producción indirecta se caracterizan por de bonificaciones, y se distribuye entre los que son irregulares, que generalmente no ejecutivos en base a los porcentajes estase estandarizan por diversos motivos. Tales blecidos previamente. Puede hacerse los pason por ejemplo, las tareas de manipulación gos en acciones o en efectos, y en este último de materiales, almacén, conservación de caso por cheques mensuales o por un total maquinarias, etcétera. Sin embargo, en al- al finalizar el año. gunos estudios como por ejemplo el de Bi16. Incentivos para alumnos y aprendices. sen, se han considerado la aplicación de Hay diversos principios para este tipo de nueve sistemas para diversos trabajos de incentivos de acuerdo con diversas premiproducción indirecta, a los que se adecúa sas. La observación ha permitido establecer el correspondiente método de aplicación. que las compañías que emplean operarios Inclusive puede contemplarse la posibilidad calificados pueden mantener de 12 a 15 de implantar el Incentivo para labores como aprendices por cada 100 obreros. Aún se el lavado de ventanas, limpieza, etcétera. aconseja como conveniente llegar a un 15 % 15. Incentivos para inspectores y emplea- por cuanto de los aprendices sólo un 60 % dos ejecutivos. Este tipo de incentivos se llega a graduarse. basa especialmente en dos criterios: en las A los aprendices se les paga un salario economías realizadas, y en los beneficios pero con una tarifa más baja, y se les pueglobales. El primer aspecto, se observa en de abonar una bonificación si terminan resultados mensurables que se pueden cla- satisfactoriamente cada período de su casificar y de los que se deducen las ventajas rrera. Para ello se divide el total en 8 peobtenidas. Puede asimismo recompensarse ríodos de acuerdo con las horas que ellos en proporción al .esfuerzo realizado. En ,el insuman. Por ejemplo, en cuatro años se segundo tipo, las bonificaciones se obtienen calculan unas 8.400 horas de labor. Así, en de los montos retenidos a los beneficios de- cada período consecutivo se prevé una boclarados. Los sistemas para inspectores nificación. tienen los siguientes requisitos: a) Los reHay un método que se llama XYZ, y que sultados deben medirse y la bonificación significa la existencia de tres programas. abqnarse separadamente; b) La bonificación El programa X es el de la tarifa mínima; el no debe oponerse a cualquier cambio de programa Y, sufre una bonificación sobre método; c) Debe estimular la constancia, el X a partir del segundo período y el prola reducción del desperdicio, mantenimiento grama Z, tendrá una bonificación mayor de la calidad, y ayuda a los empleados; d) a partir del segundo período. "... el prograEl sistema debe ser sencillo para calcularse ma que se seguirá con un aprendiz depenfácilmente con poco gasto; e) Debe garanti- derá del mérito qué se halla demostrado. que suele ser juzgado por el inspector de los aprendices, pero puede fijarse por el método más formal de la calificación por el mérito si existe este procedimiento en la fábrica. Naturalmente, estos cambios del programa pueden hacerse intervenir en ambos sentidos, de modo que esté en vigor un incentivo negativo al mismo tiempo que el positivo..." (Alford). 17. Incentivos no pecuniarios. Fue aplicado por Wolf que lo usó para estimular los perfeccionamientos en la industria de pasta de madera. Pretende ser un llamamiento al instinto creador. También se conoce el sistema de Giltareth llamado también "sistema de ascenso de tres posiciones". Por este sistema, se considera a cada empleado como ocupando tres posiciones: una por encima de él a la que se está preparando para ascender; otra que es la que ocupa actualmente; y una tercera por debajo que es para la que se está adiestrándose su sucesor. De esta manera, se intenta visualizar el problema de los ascensos, y dar la perspectiva al empleado, de mejorar dentro de III. En casos, de incertidumbre debe procederse con prudencia y cautela; se delibera, se busca consejo. En el dominio de lo singular y concreto, sobre el que versa la acción, por su misma contingencia y multitud de circunstancias, reina una gran incertidumbre. No se pueden tomar providencias seguras sobre un campo tan variable sino mediante fatigosa labor de investigación de los diversos medios y sus conveniencias. No se trata aquí de investigaciones meramente especulativas, que conciernen a verdades universales; no se trata aquí de contemplar la verdad. Lo que interesa es el acto de la razón práctica, referido a objetos particulares y contingentes, respecto de los cuales hay que obrar. Obrar para conseguir o realizar el bien, bajo el aspecto de verdadero. La verdad y el bien se incluyen mutuamente, ya que la verdad es un cierto bien, o de lo contrario no sería apetecible, y el bien es de algún modo verdad, so pena de no ser inteligible. Lo bueno aplicable a la acción, es bajo el aspecto de verdadero, objeto del entendimiento práctico; pues el entendimiento práctico conoce la la empresa. verdad como el especulativo, pero ordenanBIBLIOGRAFÍA. — Alford, L. P., y Bangs, J., Manual do a la acción la verdad conocida. de la producción, México, 1953. — Bábcock, M. Q. B., Taylor system in Franklin Management. — IV. El tema de la "incertidumbre" no es Evérson, H., Efficiency. — Gantt, H. L., Work, Wamenos importante para el jurista que para ges and profits. —- Kimball Dexter,- S., Principios de organización industrial, Bs. Aires, 1954. — Lytle, el moralista. En determinado ámbito ambos actuarán con idéntico criterio, esto es, cuanC. W., Wage incentive methods. — Taylor Frederic, W., Shop Management. — Chevalier, J., Orgado se trata dé la virtud de justicia —Códinización de empresas, Barcelona, 1955. — Rautensgo de procedimientos artículo 58—, y cuantrauch, W., y Villers. R., Economía de las empresas do la interpretación de la ley queda librada industriales, México, 1959. —Código de procedimientos artículo 60—, a la ciencia y a la conciencia del juez. INCERTIDUMBRE.* SUMARIO: A) Incertidumbre y conciencia del magistrado. 1. La A) Incertidumbre y conciencia del maconciencia en general. 2. La conciencia ver- gistrado. I. Explicada en los párrafos andadera y errónea. 3. Conciencia recta y no teriores la frecuencia de la incertidumbre recta. 4. Conciencia cierta, dudosa y perpleja. B) Incertidumbre y sistemas para adqui—de hecho, de derecho, o de ambos—, corir la certeza moral. Sistemas de moralidad. rresponde recordar al lector que en ninguno 1. Los sistemas de moralidad. 2. Crítica de los de estos casos será permitido a los jueces sistemas, a) Tuciorismo absoluto, b) Tucionegarse a administrar la justicia: Código rlsmo mitigado, c) Probabiliorismo. e) Compensacionismo. f) Probabilismo. g) Laxismo, de procedimientos, artículos 58, 61 y 62. h) La verdadera solución. 3. Educación de Por otra parte, en lo relativo al signifila conciencia. cado de la tarea interpretativa de la ley, I. Falta de certidumbre, duda, perple- ver Enciclopedia voz HERMENÉUTICA DE LOS jidad, vacilación, indecisión, inseguridad, CONTRATOS, conviene repetir lo que enseñó irresolución, hesitación. von Ihering, advirtiendo que la interpetatio II. La incertidumbre tiene lugar cuando no consiste en la simple explicación de la razones contrarias solicitan el asenso del ley sino en la conciliación del Derecho esentendimiento, cuando este existe acompa- crito con las exigencias de la vida, porque ñado del temor de errar, o cuando se acep- la palabra "interpretación", etimológicamenta como cosa puramente provisional. Si las te, expresa "conciliación", "negociación". razones en pro y en contra se equilibran, el Administrar la justicia tanto quiere deestado es de duda; si unas pesan más que cir como realizar la igualdad, que es la perotras, origínase la opinión. La incertidum- fección última a la que tiende aquella virbre es sinónimo de una indeterminación tud. No se trata —en la Justicia—, de deintelectual. terminar la igualdad, de demarcarla, de darle su medida; esto corresponde a la prudencia y a la ley. Con la Justicia, trátase * Por el Dr. CARLOS ALBERTO ZWANCK. objetiva. La conciencia supone verdaderos los principios morales de la fe y de la razón natural y los aplica a un caso particular. No juzga en modo alguno los principios de la ley natural o divina, sino únicamente si el acto que vamos a realizar se ajusta o no a aquellos principios. Hay un texto famoso de las Escrituras que cuadra traer a colación aquí: "Antes hay que obedecer a Dios que a los hombres". — Hechos, 4 29. La conciencia debe distinguirse de la "sindéresis", que es hábito de los primeros principios morales, porque su acto propio es dictaminar en general, mientras que la conciencia, dicta lo que hay que hacer u omitir en un caso concreto y particular. Lo primero es simple y de ahí que la sindéresis nunca yerra, mientras que, sometida a problemas muy complejos, la conciencia puede equivocarse. Tampoco debe confundirse la conciencia con la ciencia moral, que deduce de los principios las conclusiones objetivas; porque la conciencia es algo puramente subjetivo, que puede concordar o no con la ciencia moral. Es así que hay casos de moralistas con mucha ciencia y poca conciencia, y almas de conciencia muy delicada con poca ciencia moral. La conciencia es distinta de la prudenen la ley positiva, para un acto propio de cia, que es un hábito, mientras la primera la administración de la justicia, se le ha de es un acto; pero el juicio de la prudencia desarrollar aquí con el método Escolástico. coincide con la propia conciencia. 1. La conciencia en general, a) EtimolóNo .es lo mismo conciencia y ley natural, gicamente, la palabra conciencia proviene siendo que ésta incluye los principios objedel latín cum scientia, esto es, "con cono- tivos de la moralidad como participación cimiento". que es de la ley eterna. La conciencia apliSiguiendo la realidad, la conciencia pue- ca esos principios. de entenderse en dos sentidos, a saber: Exc) Esquemáticamente las 'principales dipresa el conocimiento que el. alma tiene de visiones de la conciencia se consignan así: sí misma o de sus propios actos. TesLa conciencia puede ser: Primero: Por tifica, e incluye el sentido íntimo y la me- razón del acto: Antecedente, si juzga del moria. Esta es la conciencia psicológica. acto que se va a realizar. Consiguiente, si En otro sentido, desígnase como concien- juzga del acto ya realizado. cia el juicio del entendimiento práctico soSegundo: Por razón de la conformidad bre la bondad o maldad de un acto, a tra- con la ley: Verdadera, si coincide objetivavés de cuyo juicio una persona se deter- mente con lo que la ley.ordene. Errónea, si mina sobre lo que hay que hacer o no ha- no coincide, objetivamente. cer. Este acto denomínase conciencia moral. Tercero: Por razón de la responsabilib) La conciencia moral puede definirse dad: Recta, si se ajusta al dictamen de la así: Dictamen o juicio del entendimiento propia razón. Torcida o culpable, si no se práctico acerca de la moralidad del acto ajusta a ese dictamen. que vamos a realizar o hemos realizado ya, Cuarto: Por razón del dictamen: Precepsegún los principios morales. tiva, si manda realizar algo, conciliativa, si La conciencia moral es la regla subjeti- lo aconseja. Permisiva, si lo permite. Prova de las costumbres. Todo lo que la con- hibitiva, si lo prohibe. ciencia juzga como conforme a las justas Quinto: Por razón del asentimiento: Cierleyes en un acto subjetivamente bueno, o ta, si da su dictamen con seguridad y sin al menos, no malo; lo que juzga en cam- miedo de equivocarse. Dudosa, si vacila sobio, disconforme con aquellas leyes, es sub- bre la licitud o ilicitud de una acción. Perjetivamente malo, aunque acaso no con- pleja, si le parece que peca en cualquier tenga en si misrno ninguna inmoralidad sentido que obre. de ejecutarla, producirla, convertirla en acto vivido bajo modo de realización. II. Los actos humanos tienen su norma, pero debe distinguirse la norma remota, objetiva y extrínseca, que es la ley, de la norma próxima, subjetiva e intrínseca, que es la ppropia conciencia. Un texto del Derecho positivo impone al juez el deber de interpretar la ley según su ciencia y conciencia: Código de procedimiento artículo 60. La ciencia del juez, que se refiere a su entendimiento especulativo, tiene por objeto la verdad; la conciencia del juez, que implica un acto de su entendimiento práctico, tiene por objeto el bien. Ciencia y conciencia se incluyen mutuamente, como se incluyen la verdad y el bien. Locuciones tradicionales y reíranes antiquísimos utilizan la írase "ciencia y conciencia"; viejos autores, jurisconsultos, dicen que el buen juez debe tener dos.sales, una la sal de la conciencia y la otra la sal de la sabiduría; con la conciencia abraza todos los preceptos de la ley natural, divina y humana; con la sabiduría se gana la discreción y conocimiento para administrar justicia; el juez carente de ciencia hace obra insípida, mas si le falta conciencia, su obra es diabólica. Siendo, entonces, indudable que el tema de la conciencia del juez está mencionado Sexto: Por razón del modo habitual de juzgar: Escrupulosa, si cree que hay pecado donde no lo hay. Delicada, si juzga rectamente hasta de los menores detalles. Laxa, si se inclina a la inobservancia por fútiles motivos. Farisaica, si hace grande lo pequeño y pequeño lo grande. Cauterizada, si no le preocupan ni las mayores iniquidades. 2. La conciencia verdadera y errónea. Sa- bido es que la adecuación del entendimiento a la realidad objetiva de las cosas, es la verdad, asi como la falta de adecuación constituye el error. Cuando afirmamos que la mentira es ilícita, estamos en la verdad, porque esa es, efectivamente, la realidad objetiva de las cosas; pero si se afirmase que el derecho nada tiene que ver con la moral, cáese en un error, porque el juicio no coincide con la realidad objetiva de las cosas. a) La conciencia verdadera es aquella que dictamina de acuerdo con los principios objetivos de la moralidad, rectamente aplicados al acto que se va a realizar. b) La conciencia falsa o errónea es la que no coincide con la verdad objetiva de las cosas. Pero el error puede ser invencible o vencible. La conciencia objetivamente verdadera es de suyo la única regla subjetiva y próxima de los actos humanos. Sólo esa clase de conciencia incluye el verdadero y auténtico dictamen de la ley eterna, origen y fuente de toda moralidad. Cuanto se oponga a ella será siempre objetivamente malo, aunque se pueda excusar por rausa de conciencia invenciblemente errónea. Sigúese de aquí la obligación de adquirir por todos los medios posibles una conciencia objetivamente verdadera: cuidadosa diligencia en enterarse de las leyes; aconsejarse de los peritos en los casos dudosos, arduos o difíciles. La conciencia invenciblemente errónea puede ser accidentalmente regla subjetiva de los actos humanos; porque la conciencia en estas condiciones, sigue siendo subjetivamente recta, aunque objetivamente equivocada, y ello basta para que sea obligatoria cuando manda o prohibe, y para que excuse de pecado cuando permite. La conciencia errónea se dice que es recta accidentalmente; en cuanto conciencia recta, obliga, aunque material y objetivamente fuese ilícito lo que manda hacer. La obligación le viene en virtud de una ley superior, de derecho natural, que nos manda hacer siempre lo que creemos obligatorio. O sea, no por si misma, ya que no hay tal ley objetivamente, sino en virtud de esa otra ley superior de derecho natural. Y obliga "hipotéticamente", o sea mien- tras esa persona permanezca en su error. Y en cierto sentido esta conciencia es verdadera, porque hay adecuación o conformidad entre la mente y la ley que se cree de buena fe existir. La conciencia invenciblemente errónea puede serlo por dos motivos: o porque no vino a la mente del que obra, ni siquiera confusamente, la menor duda sobre la licitud de aquella acción, o porque, aunque le asaltó alguna duda, hizo todo lo que pudo para disiparla, preguntando, reflexionando, etcétera, sin poderlo conseguir. En este último caso es obligatorio abstenerse de obrar, o elegir lo más seguro para no quebrantar la ley, o al menor, lo que parezca más probable atendidas todas las circunstancias. La conciencia venciblemente errónea nunca puede ser regla subjetiva de los actos humanos, sino que es obligatorio disipar el error antes de obrar. Pueden ocurir tres casos, según que la conciencia mande, prohiba o permita realizar una acción, a) Si manda realizar, de cuya licitud se duda, no se puede obrar en un sentido ni en otro hasta que se averigüe la verdad. Tiene obligación de averiguar la verdad antes de obrar, con el fin de llegar a una conciencia moralmente cierta en uno de los dos sentidos, b) Si prohibe realizar una acción, que parece que es lícita, no se la puede realizar hasta que se averigüe la verdad al menos con certeza moral; porque de lo contrario, se acepta la posibilidad de quebrantar una ley, y esto ya constituye ilicitud, c) Si permite realizar como licita una acción de cuya verdadera licitud se duda, tampoco es lícito realizarla mientras permanezca la duda, por la misma razón dada en el punto anterior. 3. Conciencia recta y no recta, a) Conciencia recta es la que se ajusta al dictamen de la propia razón, aunque no coincide, acaso, con la realidad objetiva de las cosas. No es recta la conciencia que no se ajusta al dictamen de la propia razón, aunque coincide, acaso, con la verdad objetiva de las cosas. No hay que identificar conciencia recta con la conciencia verdadera, y la no recta con la errónea. Una conciencia puede ser recta sin ser verdadera, caso de la conciencia invenciblemente errónea; y puede no ser recta siendo verdadera, por ejemplo el que contra su conciencia omite una mentira que cree obligatoria para salvar a un inocente. La verdad requiere adecuación de la conciencia con la realidad objetiva de las cosas; mas a la rectitud le basta la adecuación subjetiva, supuesta la buena fe absoluta. b) La conciencia recta siempre ha de ser obedecida cuando manda o prohibe, y siempre puede seguírsela cuando permite. c) No es licito jamás obrar con conciencia no recta, o sea, contra el dictamen de la propia conciencia. El que obra contra su conciencia peca siempre, tanto si hace lo que su conciencia le prohibe, aunque se trate de una cosa objetivamente licita como si omite lo que su conciencia le impone por obligatorio, aunque se trate de una cosa objetivamente ilícita. En cualquier caso no obra con conciencia recta. 4. Conciencia cierta, dudosa y perpleja. a) La conciencia cierta es aquella que emite su dictamen de una manera categórica y firme, sin miedo a equivocarse. Es la del que hace una buena acción estando seguro de que es buena, o una mala acción a sabiendas de que es mala. La importancia de este tópico es considerable, por lo cual corresponde detenerse y mencionar las formas en que puede presentarse la certeza: Primero: Por razón de su firmeza, puede ser: Metafísica, si se funda en la esencia inalterable de las cosas. Física, si se funda en una ley física de la naturaleza. Moral, si se funda en lo que suele de ordinario acontecer. . Segundo: Por razón de su objeto, puede ser: Especulativa, si afecta a una norma en general. Práctica, si se refiere a un caso concreto y determinado. Tercero: Por razón del motivo, puede ser: Directa, si se funda en razones intrínsecas al objeto. Indirecta, si se funda en razones extrínsecas, por ejemplo, autoridad, principios reflejos, etcétera. b) Teniendo en cuenta estas diversas clases de certeza, se han establecido los siguientes principios fundamentales: Sólo la conciencia cierta es norma legítima del bien obrar. La razón es porque el que duda si lo que va a hacer es bueno o malo, acepta la posibilidad de quebrantar la ley, lo cual es inadmisible. Es preciso llegar a la conciencia cierta en una forma o en otra, como se explica aquí de inmediato. Basta, sin embargo, la certeza moral, práctica e indirecta sobre la licitud de la acción. Siendo raro el caso de llegar en el orden moral a una certeza absoluta, casi siempre imposible, por tratarse de cosas variables y contingentes, para poder obrar con toda seguridad y tranquilidad de conciencia, basta llegar a una certeza moral que excluya toda duda prudente sobre la licitud de la acción. No se requiere, tampoco, la certeza especulativa sobre la nor-^ ma general que legitimaría aquella acción; es suficiente la certeza práctica sobre su licitud concreta en el caso particular, ha- bida cuenta de todas sus circunstancias. Puede llegarse a esta certeza práctica a través de principios reflejos, permaneciendo la duda sobre el principio especulativo. Finalmente, no es necesaria la certeza directa a base de razones intrínsecas; basta la certeza indirecta fundada en razones extrínsecas. c) La conciencia dudosa es la que vacila sobre la licitud o ilicitud de una acción sin determinarse a emitir su dictamen. En puridad de verdad, no es verdadera conciencia, puesto que se abstiene de emitir un juicio, que es el acto esencial de la conciencia. Se trata más bien de un estado de la mente, que sólo en sentido impropio puede llamarse conciencia, ya que ésta no está formada aún. La duda admite múltiples divisiones, y puede ser: Primero: Por razón de fundamento: Negativa, si no hay razones, o son muy pequeñas. Es una duda imprudente, porque no hay motivo para ella. Positiva, si hay razones graves, sobre todo si son de Igual peso, para las dos sentencias opuestas. Segundo: Por razón del objeto: De derecho, si se duda sobre la existencia, ex_tensíón u obligación de una ley. De hecho, si se duda de algún hecho particular. Tercero: Por razón del término: Especulativa, si recae sobre el conocimiento de la verdad abstracta. Práctica, si recae sobre el acto que se va a realizar. No es lícito jamás obrar con duda positiva práctica de la licitud de la acción. Trátase de una duda positiva, fundada en graves razones; y práctica, o sea, que se refiere al hecho concreto que se va a realizar. Quien se encuentre en esta situación debe, o elegir la parte más segura, que es la favorable a la ley, en cuyo caso no necesita hacer ninguna investigación para salir de la duda; o debe llegar a una certeza práctica sobre la moralidad de la acción, en la forma explicada inmediatamente aquí. Cuando no se puede disipar la duda especulativa sobre la moralidad de una acción por principios intrínsecos, es lícito obrar con certeza moral práctica deducida por principios reflejos o extrínsecos. Por ejemplo, si el testamento desprovisto de las formalidades jurídicas, es válido en conciencia; es inútil invocar el principio intrínseco para fallar sobre la validez del testamento concreto, porque precisamente el problema estriba en si es cierto o no el principio que declara válido en conciencia los testamentos informes. En estas circunstancias hay que echar mano de argumentos extrínsecos para llegar a una certeza moral en el orden práctico, aunque continúe la duda en el orden puramente espe- culativo. Antes de llegar a esta certeza práctica no es lícito obrar. El argumento de autoridad es uno de estos principios: los principios reflejos o indirectos, también entran, porque son normas generales de moralidad que no recaen directamente y de por si sobre la cosa misma que se trata de averiguar, pero reflejan sobré ella su propia luz, hasta el punto de conducir a una certeza moral de orden práctico, sin disipar del todo las tinieblas especulativas. Los principales principios reflejos o indirectos son los siguientes: Primero: En caso de duda práctica, hay que seguir la parte más segura. Segundo: En caso de duda, se ha de estar por aquél a quien favorece la presunción. Es que la presunción engendra por si misma, la mayor parte de las veces, una certeza moral de la rectitud de la acción. Tercero: En caso de duda es mejor la condición del que posee actualmente la cosa. Este principio es verdadero y muy útil en materia de Justicia, y puede extenderse a otras materias jurídicas como lo evidencia la frondosa aforística in dubio, remitiendo a ella al lector. Cuarto: En caso de duda hay que juzgar por lo que ordinariamente acontece. Quinto: En caso de duda se ha de suponer la validez del acto. Sexto: En caso de duda, lo odioso hay que restringirlo y lo favorable ampliarlo. Entiéndese por odioso: a) Todo lo que tiene carácter de pena; b) Lo que va contra el derecho de un tercero; c) Lo que se opone al derecho común. Y por favorable, todo lo que resulte en beneficio de la libertad o concede alguna gracia sin perjuicio de nadie. Séptimo: En la duda, el delito no se presume, sino que hay que probarlo. d) La conciencia perpleja es la del que cree pecar tanto si realiza como si omite una determinada acción. Aquí debe distinguirse el caso no urgente del urgente. En el primero se puede suspender la ejecución hasta llegar a formar una conciencia verdadera y recta. En el segundo, siendo imposible dilatar la determinación, debe elegirse lo que parezca menos malo, no con la intención de obrar el mal menor sino con la de practicar el bien posible, teniendo en cuenta que la ley inferior ha de ceder el paso a la superior. Practicar el bien posible, con relación a otros a los que se debe la Justicia, es jurídicamente correcto, tanto porque el derecho es un arte de lo bueno y de lo justo, cuanto porque aquello que se hace por el bien común es debido y justo, exigible por la sociedad porque contribuye al orden conveniente. Si el que se encuentra perplejo no acier- ta a distinguir o decidirse sobre lo que será menos malo, puede elegir libremente lo que quiera, porque nadie está obligado a lo imposible. Siempre que la perplejidad no fuera culpable, este caso es el qué los doctores intitulan pro amico, esto es, aquel en que el juez puede gratificar con la sentencia a la parte que más bien le parezca, problema famoso y propicio al escándalo, por lo que algún jurisconsulto lo ha calificado como ficticio, quimérico y diabólico. B. Incertidumbre y sistemas para adquirir la certeza moral. Sistemas de moralidad. Para transformar una duda especulativa o práctica en certeza moral, al menos de orden práctico, que garantice la moralidad de una determinada acción, se han propuesto por los moralistas, a partir del siglo xvi varios sistemas de moralidad. Fueron ellos enteramente desconocidos .en la antigüedad clásica y durante la Edad Media. El probabilismo, se ha dicho, significó para la teología moral la pérdida de su carácter de ciencia de las costumbres, para convertirla en un recetario práctico de casos, resueltos a través de opiniones más o menos probables, y ajenas por lo mismo al conocimiento cierto por las causas, que es la definición correcta de la ciencia. No obstante ello conviene brevemente exponer los diferenes sistemas de moralidad que han ido apareciendo en estos últimos siglos. i: Los sistemas de moralidad, a) Turciorismo absoluto. Afirma que es obligatorio seguir siempre la sentencia más segura, que es la qué favorece a la ley, a no ser que la sentencia favorable a la libertad sea completamente cierta. b) Turciorismo mitigado: Hay que seguir siempre la sentencia favorable a la ley, a no ser que la que favorece la libertad sea probabilísima. c) Probabiliorismo: Hay que seguir siempre la sentencia favorable a la ley, a no ser que la que favorece la libertad sea más probable que la otra. d) Equiprobabilismo: Para seguir la opinión favorable a la libertad es preciso, al menos, que sea igualmente probable que la que favorece a la ley. e) Compensacionismo: Es lícito seguir la opinión menos probable, con tal que sea verdaderamente probable, si hay causa suficientemente proporcionada para exponer- se al peligro de quebrantar la ley según las reglas del voluntario indirecto; de lo contrario, es obligatorio seguir la opinión más probable. f) Probabilismo: Puede seguirse la opinión menos probable, con tal que sea verdaderamente probable. g) Laxismo: Puede seguirse cualquier opi- nión probable, aunque sea tenuemente probable. 2 Crítica de los sistemas. Excepto el primero, que rechaza toda probabilidad y exige la sentencia cierta, los demás sistemas se organizan en torno a la mayor o menor probabilidad que presente una sentencia u opinión. Antes de criticar los sistemas es indispensable hacer referencia a los diversos estados en que puede encontrarse la mente con relación a la verdad, y la teoría de la opinión con sus diferen- a la ley, puede ser, segura, si se conforma del todo con la ley; m4s segura, si se adap- ta, a la ley mejor que otra; menos segura, si se adapta a la ley peor que otra. a) Tuciorismo absoluto. En el año 1690, el Papa Alejandro VIII, condenó expresamente este sistema, defendido por los jansenistas: "No es lícito seguir ni siquiera la opinión probabilísima entre las probables". Si solamente fuera lícito actuar cuando tuviéramos certeza absoluta de la moralidad de una acción, la vida moral se nos haría prácticamente imposible. En las cosas contingentes, sobre los actos humanos ordinarios, muchas veces es imposible llegar a la certeza teórica o especulativa; es preciso, entonces, contentarse con una certeza práctica, moral, fundada en una sólida probabilidad teórica. (Compárese en la Enciclopedia Jurídica Omeba, voz FUNDAMENTO). b) Tuciorismo mitigado. No hay aquí condenación eclesiástica, no obstante que este sistema se parece al anterior. Aquí el inconveniente estriba en la frecuente imposibilidad de llegar a la opinión probabilísima, por cuya razón el tuciorismo mitigado se abandona por la casi totalidad de los moralistas. c) Probabiliorismo. Este es el sistema que más se acerca a la verdad objetiva, por coincidir casi enteramente con el dictamen de la prudencia cristiana en el obrar. Es, por ello, el sistema más recomendado por la iglesia. d) Equiprobabilismo. Este sistema asienta dos proposiciones fundamentales: 1) No es lícito seguir la opinión menos probable que favorece a la libertad, abandonando la más probable, que favorece a la ley. 2) Entre dos opiniones igual o casi igualmente probables, es lícito seguir la que favorece a la libertad si la duda se refiere a la existencia no existencia de una ley; pero hay que seguir la que favorece a la ley si la duda se refiere a la cesación de una ley ciertamente existente. Es mejor la condición del que posee; si no se tiene certeza de la existencia de una ley, posee la libertad; y si no se tiene certeza de que haya cesado la ley ciertamente existente, posee tes grados de probabilidad. Es así que la mente puede estar en pura potencia, ya negativamente, —nesciencia—, ignorando lo que no tiene obligación de saber; o privativamente, —ignorancia—, por no saber lo que debería. La mente puede estar en acto, imperfecto, por causa de duda, la cual puede ser negativa por carencia de razones en ambos lados, o positiva por igualdad de razones; o también por causa de sospecha, que es opinión muy floja y vacilante; o por causa de opinión, es decir, asentimiento por motivo probable, con temor a equivocarse. Cuando la mente está en acto perfecto, esto es, con certeza o asentimiento firme, éste puede ser intrínseco u objetivo por evidencia del objeto, o extrínseco, subjetivo, por testimonio ajeno, o fe. En cuanto a la opinión y sus grados de probabilidad, hay que decir de aquella, que ocupa un lugar intermedio entre la duda y la certeza, y consiste, por lo tanto, en el asentimiento de la mente a una determinada proposición, pero con temor a equivocarse. En la duda no hay asentimiento, y en la certeza el asentimiento es firme y seguro. La opinión se funda en la probabilidad; aquella es un estado mental, subjetivo, mientras la probalidad es algo objetivo y extramental, como evidencia imperfecta 'del objeto que atrae la atención, rió para arrastrar la inteligencia necesariamente, pero sí para excitar su simpatía: Esta es la opinión. La probabilidad puede ser, por razón del fundamento, intrínseca si se apoya en la naturaleza de las cosas, o extrínseca si se funda en el argumento de autoridad. Por razón del grado puede ser probabilísima si la ley. su contraria apenas tiene probabilidad alEl primer principio coincide enteramenguna, más probable, si su contraria es me- te con el probabiliorismo; pero el segundo, nos probable; Igualmente probable, si hay tiende al probabilismo, con los inconveidéntica probabilidad en ambas; menos nientes que se señalan en él. probable, si su contraria es más probable. e) Compensacionismo. Es un sistema mixLa probabilidad, por relación, a las de- to, como el anterior, pero más próximo al más .opiniones, puede ser, absoluta, si es pro- probabiliorismo. Veda seguir la sentencia bable de sí mismo, independientemente de menos probable, que favorece a la libertad, las otras; relativa, si es. probable relacio- a no ser que haya una razón proporcionanándola con las otras. da para exponerse al quebranto material Finalmente, la probabilidad, por relación de la ley. Es un sistema muy justo y equi- librado, que puede seguirse con entera seguridad de conciencia. f) Probabilismo. Afirma que puede seguirse la sentencia que favorece a la libertad aunque sea menos probable que la que favorece a la ley, con tal que sea sólidamente probable. La ley dudosa no obliga; toda ley contra la que pugna una opinión sólidamente probable es dudosa e incierta; luego no obliga. La ley obliga únicamente cuando se posee el conocimiento cierto de la misma, porque antes no estaría suficientemente promulgada. Luego, con toda tranquilidad de conciencia, puede seguirse la opinión menos probable que favorece a la libertad, contra una ley cuya existencia no consta con certeza. Este sistema ha sido denunciado, primero, por la falsedad del principio en que se apoya, luego, por el falso modo de argüir, también porque da lugar a muchas excepciones, asimismo, porque conduce inevitablemente al laxismo y relajación de las costumbres, y finalmente, porque su recta aplicación es dificilísima. La ley dudosa, obliga dudosamente, en cuyo caso no es lícito eximirse de ella, a no ser que haya razones proporcionalmente graves que permitirían su posible quebranto material, según resulta del sistema compensacionista. Ninguna opinión es sólidamente probable cuando pugna contra otra ciertamente más probable. La ley no necesita para su promulgación que se tenga conocimiento cierto de ella; esto equivale a confundir con la pura ignorancia todos los grados del conocimiento inferiores a la certeza. La promulgación es un acto del legislador que da existencia objetiva a la ley con anterioridad al conocimiento de subdito o independiente de él. g) Laxismo. Es un sistema expresamente condenado por el Papa Inocencio XI, en el año 1679. Ningún moralista católico puede defenderlo. La proposición laxista condenada es la siguiente, que se cita aquí porque sintetiza a las demás: ".Generalmente, al hacer algo confiados en la probabalidad intrínseca o extrínseca, por tenue que sea, siempre obramos prudentemente mientras no se salga de los límites de la probabilidad". h) La verdadera solución. Con los mejores elementos de los sitemas probabiliorista y compensacionista, examinados imparcialmente los demás, puede llegarse a las siguientes conclusiones: Primero: En concurso de diversa probabilidad, la opinión más probable constituye por sí misma la norma recta y prudente de obrar; y no es lícito seguir la menos probable en favor de la libertad sino por causa grave y proporcionada o por una mayor probabilidad extrínseca. Segundo: En concurso de dos opiniones igualmente probables, —duda positiva estricta—, hay obligación de seguir la parte más segura que es la que favorece a la ley; y no es lícito desviarse de ella a no ser por justa causa, proporcionada, que compense el peligro de quebrantar la ley, o por una legítima presunción que esté a favor de la libertad. 3. Educación de la conciencia. Regís Jolivet, el Decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lyon, publicó, no hace mucho, un Ensayo sobre el problema y las condiciones de la sinceridad. Explícase allí hasta qué punto es difícil y aún imposible para el hombre conocerse a si mismo, excepto si emprende, por el camino de la mortificación, el ascenso hacia la virtud. Pero es indispensable para ello comenzar por la humildad; sólo el humilde se conoce perfectamente, porque la humildad es la verdad. La educación de la conciencia, la formación de la misma y el perfeccionamiento hasta lograr que ella sea recta y delicada, parece exigible, como un requerimiento del bien común, respecto de los hombres que deben juzgar a sus semejantes, en tantos problemas humanos y en medio de la incertidumbre. La propia ley positiva, no sólo menciona esta condición, sino que la impone como un deber, al prescribir que los jueces deben interpretar la ley según su conciencia. La conciencia del juez,- en definitiva, es el pilar maestro que sostiene el íntegro sistema legal, y la norma más importante, por consiguiente, es la del artículo 60 del Código de procedimientos, que aún no encontró un comentarista digno de ella. Ese texto, hasta una época reciente, complementábase con una ley del antiguo Derecho patrio, muy conocida y respetada, que perdió su vigencia al abrogarse el artículo 814 del citado Código ritual. Ya que la conciencia del juez es el fundamento de la administración de la Justicia, los hombres elegidos para ese ministerio de la ley, habrían de tener muchas bondades, de linaje, de buen entendimiento, pero principalmente, de moral; tendrían que ser firmes para no desviarse del. Derecho ni de la verdad, leales, de buena fama y sin mala codicia; serían mansos y de buena palabra, y especialmente, temerosos de Dios: —Partida Segunda, Título IX, Ley 18; Partida Tercera, Título IV, Ley 3, con las glosas de Gregorio López. BISUOGRAJ-ÍA. — Santo Tomás de Aquino, Suma teológica, 1-79, a 8, 9, 10, 11, 12, 13: I-II, 14, r. 1, 2, 3, 4, 5, 6: I-II, 96, a, 4; ts. 3,4 y 6. Ed. Blblio- teca de Autores Cristianos, Madrid, con comentarlos. — A. D. Sertlllanges, O. P., La philosophie moróle de Saint Thomas D'Aquin, cap. 1, págs. 1 y sigs.; cap. 16, págs. 631 y slgs., París, 1916. — Antonio Royo Marín, O. P., Teología moral para seglares, t. 1, tratado 4, págs. 129 a 160, Biblioteca d« Autores Cristianos, Madrid, 1957. — Terreros, S. I., Epitome de teología moral, tratado 2, págs. 17 y slgs.. Barcelona, 1944. — Regís Jolivet, Tratado de filosofía, t. 4, "Moral", cap. 4, §§ 176 y sigs, 'Ed. Carlos Lohlé, Bs. Aires, 1959, y La sinceridad y sus exigencias. Murcia, 1963. — L. Lachance, O. P., El concepto de Derecho según Aristóteles y Santo Tomás, cap. 7, § 4, págs. 223 a 225, Bs. Aires, 1953. — E. 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En lo que se refiere al origen de la palabra es explicado por Escriche (i) en la siguiente forma: "La palabra latina incestus, de donde viene incesto, es lo mismo que non castus según unos; pero según otros, trae su origen de cestus, que entre los antiguos significaba la cintura de Venus, la cual se daba a los casados, menos cuando había algún impedimento para casarse; de suerte que el matrimonio contraído a pesar del impedimento se llamaba incestuoso, esto es, sin cintura, como si se tuviese por indecoroso el hacer intervenir la diosa del • Por el Dr. MRNUEL. OSSORIO Y FIOHIT. (1) Diccionario razonado de jurisprudencia y legislación. amor en una unión tan repugnante al orden de la naturaleza". Efectivamente, la unión carnal mantenida entre ascendientes y descendientes, resulta repulsiva a la naturaleza humana, pero no a la naturaleza en general puesto que se da entre todas las especies de animales que, naturalmente, carecen de toda idea del parentesco y de los fundamentos fisiológicos de la procreación. En muchas civilizaciones —y bien concretamente en la nuestra— resulta asimismo reprobable el incesto entre colaterales, por lo menos entre hermanos. Pero históricamente no siempre fue así ni lo es en algunos pueblos incivilizados. Bastaría recordar la costumbre mantenida a través de muchos siglos por los faraones egipcios de contraer matrimonio con sus hermanas. Y todavía se pueden encontrar ejemplos bíblicos de admisión del incesto, porque para quienes acepten el origen humano como una sucesión de generaciones formada por la primera pareja humana, habrá de resultar indudable que la tercera generación representada por los nietos de Adán y Eva, fue procreada por el acceso carnal entre hermanos y hermanas. Todavía algunos autores señalan en la Biblia otro antecedente de incesto colateral, pues si en el Arca de Noé únicamente entraron con éste sus tres hijos con sus respectivas mujeres, queda también fuera de duda que la procreación sucesiva tuvo que originarse por lo menos en la relación entre primos hermanos. Este incesto no sería ya de orden natural puesto que esa relación entre colaterales de tercer grado no repugna a la naturaleza, ni tampoco de orden civil ya que ese grado de parentesco no en todas las legislaciones constituye impedimento matrimonial. Tendría carácter puramente canónico y aún éste muy discutible desde el momento en que la iglesia señala ese impedimento como meramente impediente y, por lo tanto, dispensable. Viveiros de Castro (2) afirma que en el período fetichista de la humanidad en que dominaban exclusiva o preponderantemente los instintos de la nutrición y de la reproducción, el incesto era un acto natural y legitimo, como lo demuestra el hecho de que en Egipto los padres desfloraban a las hijas, en Persia la madre se amancebaba con los hijos y los incas del Perú se casaban con sus hermanas. Sólo cuando la evolución mental progresó mediante el culto de los sentimientos, el incesto se convirtió en un acto repulsivo, que producía en las conciencias indignación y horror. No obstante lo dicho —y muy justifica(2) Atentados ao pudor, 4» ed., págs. 141 y slgs., Rio de Janeiro, 1943. damente— en lo que a repulsión que el incesto produce en nuestras conciencias, no faltan autores que sobre la base del psicoanálisis, atribuyen a este hecho un fundamento 3en cierto modo natural. Jiménez de Asúa ( ) relata un caso interesante de incesto y otro de supuesto incesto, tomado éste de una obra de Staub que en su traducción francesa se titula Le criminal et ses juges y señala la facilidad con que se puede inducir a la errónea creencia de un incesto padre-hija debido a que "la repetida expe- riencia clínica ha enseñado que los deseos incestuosos existen en todo hombre, siendo rechazados, pero sus huellas subsisten bajo la forma permitida de acrecentada ternura del padre por su hija". La etiología del incesto ha sido estudiada por diversos autores y pudiera señalarse como una de sus principales causas la-que se deriva del hacinamiento y de la promiscuidad en la habitación. De ahí que este tipo de reprobable relación sexual se dé escasamente en aquellas familias que cuentan con medios económicos suficientes para evitar en la vivienda la aglomeración de personas y la promiscuidad de sexos; y que, contrariamente, resulte por desgracia muy frecuente en aquellas familias que se ven obligadas a convivir y a dormir en una sola habitación y en ocasiones en un mismo lecho. Esta influencia de tipo económico-social en la producción del incesto, es reconocida por todos los autores. Así, por ejemplo, Viveiros de Castro, a' quien acabamos de citar, admite como condiciones exteriores que en nuestros tiempos facilitan el desenvolvimiento de esta aberración, la promiscuidad de los sexos en las familias proletarias (4). I>i Tullio, a su vez, después de examinar detenidamente los orígenes patológicos del incesto, expresa que éste "además de estar ligado a anomalías éticas y sexuales y a otras eventuales condiciones bio-psíquicas hasta ahora desconocidas, se desarrolla especialmente en los ambientes familiares irregulares, donde más. abundan las malas costumbres (abuso de tóxicos, especialmente), y son más frecuentes las condiciones favorecidas por un estado de promiscuidad más o menos grave" ($). Cuello Calón («) recuerda que según las investigaciones de Weber, el incesto está condicionado, más "bien que por una inferioridad de carácter psiquiátrico, por una inferioridad psicológica proveniente de las (3) individuales que, mientras facilitan el desarrollo del estado de erotismo, más o me- nos preprotente, rinden al mismo tiempo defectuosa y débil la capacidad inhibitoria" (»). Bien se comprende que el problema del incesto presenta dos aspectos distintos: el moral y el jurídico. En lo que respecta al primero puede afirmarse que su condenación es unánime, por lo menos en la civilización occidental. Pero no sucede lo mismo considerado el asunto desde un punto de vista legal. La legislación civil comparada demuestra que difiere en mucho, de unas a otras, la extensión que se da al impedimento matrimonial de parentesco. El Código civil argentino señala como impedimentos para el matrimonio la consanguinidad entre ascendientes y descendientes ilimitadamente, la afinidad en línea recta en todos los grados y la consanguini- Psicoanálisis criminal, pág. 135, Bs. Aires, 1947. (4) Op. y loe. cit. (5) Tratado de antropología criminal, pág. 249, Bs. Aires, 1950. (6) condiciones sociales de miseria de los bajos estadios sociales. Entre otras causas que algunos autores señalan al incesto (viudez, frigidez sexual, repugnancia hacia el propio cónyuge) cabe determinar la derivada del aislamiento en lugares apartados. Desde un punto de vista diferente, ha sido considerada la influencia que en el incesto tienen otros factores de tipo individual tales como la debilidad mental, el idiotismo, el alcoholismo, la paranoia, la epilepsia y otras anormalidades de tipo psicopático. Viveiros (?) advierte que pese al estado de nuestra civilización, todavía se dan casos de incesto, pero entiende que casi siempre son producto de un desequilibrio mental o de un completo embrutecimiento, y para corroborar esta afirmación señala casos de incesto en paralíticos generales y en histéricas. Di Tullio (8) afirma que otra perversión .importante "sobre todo por su difusión en base de estadísticas judiciales, ciertamente superior a cuanto se puede considerar, es la incestuosidad que según la doctrina del psicoanálisis sería una manifestación del complejo de Edipo". Constituye la expresión de una grave y profunda perversión sexual que tiene como base o un estado degenerativo-delincuencial, o un estado psicopático, como lo prueba el estudio efectuado en numerosos delincuentes, que ha permitido corroborar "que la actividad incestuosa surge siempre en base de una profunda degenerración moral, adquirida o constitucional, como también de particulares condiciones Derecho penal, t. II, pág. 565. (7) Op. y loe. cit. (8) Op. y loe. cit. (9) En la transcripción me he atenido a la traducción hecha por el Instituto Panamericano de Cultura. dad entre hermanos o medio hermanos, de ley 1, tít. 29, libro 12 de la Novísima Recosuerte que únicamente a esas líneas y gra- pilación. dos de parentesco estaría limitado el conLa norma del Derecho español antiguo cepto de la relación incestuosa. En cambio, tiene su antecedente en el Derecho romapara el Código civil español el concepto no (i») que castigó no sólo el incesto en la resulta más amplio ya que en el artículo 84 línea recta ascendente y descendente y ense prohibe el matrimonio no sólo a los as- tre hermanos y hermanas, sino también cendientes y descendientes por consangui- entre tíos y sobrinos y entre afines de denidad o afinidad, sino también a los cola- terminados grados. La relación carnal entre terales por consanguinidad o por afinidad ascendientes y descendientes constituía el legítimas hasta el cuarto grado, así como incestus inris gentium; y la relación entre a los colaterales por consanguinidad o afiComo antecedente en orden al Derecho nidad natural hasta el segundo grado. La canónico puede recordarse que el Concilio norma establecida por la ley española re- colaterales y afines el incestus inris civilis. sulta inconcebiblemente absurda puesto que de Trento (Cap. V, sess. 24, de reformat maextiende el impedimento en la línea cola- trim.) estableció que quien contrae a sateral legítima hasta el cuarto grado y en biendas matrimonio dentro de los grados cambio lo limita en la línea colateral natu- prohibidos de parentesco, debe ser separado ral al segundo grado pese a que esa distin- de su consorte, privándosele de la esperanción entre legitimidad e ilegitimidad no za de conseguir dispensa. La norma era obedece a un orden natural sino a un con- aplicable aunque el matrimonio se hubiere cepto puramente legal. Y, además, contra- contraído por ignorancia pero sin haber riamente a lo que con mejor sentido es- cumplido las solemnidades prescriptas para tablece la ley argentina, extiende el impedi- su celebración. Únicamente se podía obtemento a los colaterales por afinidad hasta ner dispensa si el impedimento se descubría el segundo grado. Es decir, que la relación posteriormente, habiéndose observado aquecarnal entre un hombre y la viuda de su llas solemnidades. hermano o entre una mujer y el viudo dé El incesto es considerado como delito por su hermana, o sea entre cuñados, tendría si mismo en Alemania, § 173; Italia, artícucarácter incestuoso desde el momento en lo 564 del Código de 1930; Polonia, artículo que constituye un impedimento matrimonial, 206; México, artículo 272; Uruguay, artícuno obstante que no sólo no representa una lo 276; Venezuela, articulo 381; Cuba, arrelación repugnante a la naturaleza sino tículo 492; Chile, artículo 364. En algunas que es frecuente la celebración de matrimo- legislaciones se exige como requisito para nios entre esa clase de parientes. Más toda- que el delito quede configurado la producvía: en el Deuteronomio existe la institución ción de escándalo público. Otras legislaciodel levirato por la cual se obliga al hermano nes (Francia, art. 331; Bélgica, art. 377; del muerto sin hijos a contraer matrimonio Portugal, art. 398; Holanda, art. 249; Perú, con la viuda a efectos de asegurar la des- art. 199; cantón de Ginebra, art. 281), concendencia familiar. sideran el incesto como mera circunstancia En orden al Derecho penal, se dividen las agravante de otros delitos sexuales. El intendencias ya que unas veces es considera- cesto tampoco constituye delito ni en Indo el incesto como un delito en sí mismo glaterra, ni en Rusia, ni en Dinamarca. Soler (u) señala que el simple incesto no y otras no. Lo era en la Partida Séptima, libro 1», título 18, en cuanto establecía: "El está reprimido en nuestra ley, sino que incesto es pecado fecho contra castidad, e es una mera agravante para los delitos de cae en este pecado el que yace a sabiendas violación, estupro, y ultraje al pudor. La con su parienta fasta el cuarto grado o con violación se considera calaficada cuando ha cuñada que fuesse mujer de su pariente, sido cometida por un ascendiente o descenfasta esse mesmo grado". Las Leyes de Par- diente, por un afín en línea recta o por un tidas castigaban a los incestuosos con las hermano. Advierte también que la agramismas penas señaladas para el adulterio, vante precitada no se funda en una violacon más la confiscación de la mitad de ción de los deberes de custodia sino en el los bienes no mediando casamiento; y si carácter incestuoso de la relación ya que mediare sin dispensa del papa, con la con- alcanza no solamente al ascendiente, sino fiscación de todos sus bienes en caso de no también al descendiente y al hermano en tener hijos legítimos de otro matrimonio, quienes puede no mediar ninguna clase de destierro perpetuo a alguna isla y pérdida deberes de custodia. En la legislación penal española, tampoco de la honra y empleos honoríficos. Tratánel incesto constituye por si mismo una fidose de hombre vil, sobre la pena de destierro se le imponía la de azotes públicos. (10) L. 33, 2, D. ad leg. Julia de adulteriis. Similares preceptos se encuentran en la (11) Derecho penal argentino, t. 3, pág. 350. n: tren A - TTV . 9.A gura delictiva, pues a lo que suele llamarse delito de incesto es al de estupro cometido con hermana o descendiente cualquiera sea la edad de la victima. La prevención contra el incesto y su inclusión en algunas legislaciones como figura delictiva, obedece, a entender de algunos tratadistas, no sólo a razones de orden moral, sino también a consideraciones de tipo biológico, por creerse que la descendencia de personas que por su parentesco tienen una misma sangre, está expuesta a diferentes taras (ceguera, sordomudez, enfermedades mentales, etc.). Contrariamente otros autores consideran que el incesto no es la causa sino la consecuencia de enfermedades mentales; si bien la opinión más generalizada estima que aún cuando los descendientes de uniones incestuosas presentan a veces algunas taras, se trata de casos poco frecuentes y sin influencia apreciable en el porvenir de la raza humana. Binding(i2) justifica la punibilidad del incesto, diciendo que de ese modo se proteje tanto la moral como la biología, pues la diferencia de sangre de los cónyuges resulta conveniente para la reproducción de la especie; y por otra parte en las relaciones familiares la vida sexual tiene que quedar localizada en el matrimonio y no afectar para nada a los demás miembros de la familia, quienes en sus relaciones recíprocas, han de mantener una total asexualidad. En cambio, Mittermaier sostiene que el incesto no ofrece ningún grave riesgo para la descendencia, salvo que el cruce familiar tenga carácter sistemático. A su juicio, se trata d^ an hecho no delictivo, sino inmoral que, por lo tanto, no debe ser penado, ya que su punición ni siquiera serviría para conservar la pureza familiar. Entre los autores contrarios a que el incesto sea considerado como delito, figura el maestro Carrara, pues cuando ese hecho se produce con consentimiento, no hay ningún derecho, ni particular ni universal, lesionado, ni puede llamarse víctima del delito a la mujer que ha consentido el acceso carnal incestuoso. Este penalista opina que el incesto debe ser considerado como agravante de otros delitos sexuales y que si se produce con escándalo público proveniente de la vista de la obscenidad incestuosa, debe ser castigado dentro de la figura del escándalo público. De parecida opinión son Garraud y Groizard. Para este segundo el incesto constiuye un hecho de difícil comprobación dada la intimidad de su ejecución, y cualquier investigación sobre el caso, vendría a representar un atentado contra el respeto debido (12) Lehrbuch, t. 1, pág. 228. a la intimidad familiar. Para Groizard, el incesto no lesiona al orden familiar que en nada se ve afectado por el hecho, ciertamente repugnante, de que, por ejemplo, el padre viudo y la hija soltera cohabiten por su libre voluntad. Lo mismo que Carrara opina que el hecho únicamente debe ser castigado cuando ofende a la moral pública. Posición diametralmente opuesta a la de aquellos pueblos que en sus costumbres admitían ciertas relaciones incestuosas, está representada por la de aquellos otros que practicaban la exogamia, con lo cual llevaban el concepto del incesto no ya a las relaciones sexuales entre parientes más o menos próximos, sino que consideraban que todas las hembras del clan de un hombre son hermanas de éste y por ello le son prohibidas. A este respecto afirma Malinowski (is) que "si se interrogase a los nativos de Trobriand sobre este asunto, se vería que todos... muestran horror a la sola idea de violar las reglas de la exogamia y que creen firmemente que el incesto de clan puede ir seguido de llagas, enfermedades e incluso la muerte". Es sin embargo interesante advertir, por lo que refiere el propio Malinowski, que más bien se trata de una prohibición legal para la contracción de matrimonio entre personas de un mismo clan, que de una resistencia natural a las relaciones sexuales entre hombres y mujeres unidos no ya por el vínculo del clan sino por un parentesco colateral. Parece que tal tipo de relaciones es frecuente y mirado con indulgencia, con la sola condición de que ese comercio sexual extramatrimonial e incestuoso, se lleve ocultamente y con cierto decoro. De donde resulta que la idea de los salvajes de aquella isla viene a coincidir con la de los sabios y modernos penalistas y criminólogos que únicamente consideran punible el incesto cuando se produce con "escándalo público". Sin duda la hipocresía florece en todos los estadios de la civilización. (V. RELACIONES Y NUPCIAS INCESTUOSAS.) BIBLIOGEATÍA. — La citada en el texto y notas. INCIDENTE.* I) El incidente procesal surge cuando se plantea una cuestión accesoria dentro del proceso o con motivo de él, pero siempre dentro del curso de la instancia, conforme lo enseña el profesor Alsina en su conocido Tratado, y lo ha decidido la Segunda Sala en lo Civil y Comercial de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe —-Juris, t. 13, pág. 199— y lo son (13) Crimen y costumbre en la sociedad salvaje, trad. de Alicr, pág. 83, Barcelona, 1956. * Por el Dr. LEÓN BEAILOVSKY. todos los acontecimientos, todas las cuestiones "que se susciten durante la tramitación de un pleito", que tienen alguna conexión directa o indirecta con el proceso o cualquier acto procesal cumplido, y "que la ley tiene como incidentales de lo principal"; qué"'deriven o tengan su origen en el negocio original". Dicho en otros términos, incidente es toda articulación procesal agena a la cuestión principal pero vinculada a la contienda —C. S. N., J. A., t. 43, pág. 24— y esta cuestión o controversia da lugar al proceso incidental, que tan acertadamente desarrolla el procesalista español Guasp en su Derecho Procesal Civil, página 331 y será objeto de tratamiento especial en respectiva voz (v. PROCESO INCIDENTAL). ,Este autor afirma que incidente equivale a cualquier cuestión anormal que acaece durante el desenvolvimiento del proceso, y, la palabra incidente, dice Emilio Reus, citado por Pallares, en su Diccionario de Derecho Procesal Civil, página 318, deriva del latín incido, incidens (acontecer, interrumpir, suspender) y "es lo que sobreviene accesoriamente en algún asunto o negocio fuera de lo princnpal" y entre los litigantes durante el curso de la causa en tramitación. II) Como referencia histórica es de consignar que fueron, los incidentes, desconocidos en los primeros tiempos del Derecho romano, por ser "incompatibles con el sistemo formulario", hasta el advenimiento de la litis contesta tio, y siguiendo al citado Pallares, tampoco fueron reconocidos en el citado añejo Derecho español, hasta la ley de 1855, pues "la necesidad de resolver las cuestiones que pueden presentarse, y que se presentan, trajo necesariamente la consecuencia de que los incidentes estuvieran autorizados", y, por ende, reglamentados por los diversos cuerpos legales. Recuerda sobre el tema, Cabanellas —Diccionario, II, pág. 357— y es de mencionarlo, "la existencia de prácticos en incidentes", o sean los incidentistas, "que entorpecen o demoran la verdadera acción de la Justicia", y la proliferación de estos "profesionales" y correlativos "episodios" procesales ha dado oportunidad a serias controversias por parte de legisladores y procesalístas, con la finalidad de su eliminación o supresión de las leyes de enjuiciamiento, pero concretada su evidente necesidad, se hizo menester, como se anticipó, su incorporación y regulación reglamentaria, y hoy se encuentran los incidentes debidamente consagrados y admitidos en las leyes de forma por la práctica judicial o forense y doctrina jurisprudencial uniforme. III) El incidente es posible en todos los juicios, ordinarios o declarativos y en los especiales o de tramitación especial, y su enumeración ilimitada. Pueden plantearse por el actor, el demandado o terceros interesados, en forma singular o plural, ser previstos o calificados por la ley, que seria el caso de los "nominados", conforme lo insinúa Reimundín, e innominados en el supuesto contrarío; deben tramitarse por pieza o "cuerda" separada, si obstan al principal, de substanciación paralela con éste, o dentro del proceso, suspendiéndose en este caso su curso, de resolución previa o simultánea con la definitiva, etcétera. Su trámite, "por lo común el de la excepción dilatoria", es el del juicio sumario u ordinario, según los casos, conforme se apreciará oportunamente, según se anticipó, y debe ser planteado una vez deducida la demanda principal, o sea "radicada la pretensión y antes de que el litigio se halle definitivamente zanjado", y "la articularidad está precisamente en su diferencia con las cuestiones normales u ordinarias del proceso". La índole de la obra, no autoriza ir al detalle, pero es de consignar que cada acción o pretensión ejercitada por vía judicial, cada estadio o etapa del proceso, cada acto procesal cumplido, cada decreto o proveído judicial, da o puede dar margen *a un incidente, a "un artículo", como también se los ha dado en llamar, "por ser partes de un pleito unidos a éste", y 'un ejemplo de ello nos lo da, La Ley en su Repertorio I, página 563, II, página 693, donde al mencionarse el vocablo "incidente", nos remite a otros, donde se ha planteado o debió plantearse la articulación, conforme solicitación de las partes o lo decidido por el órgano jurisdiccional. IV) A título referencial y enunciativo, es de señalar que, son incidentes y por ende, tramitan por vía incidental, las excepciones dilatorias, de previo y especial pronunciamiento o de resolución simultánea con la sentencia definitiva; las medidas cautelares; substitución de embargos y desembargos; nombramiento o cambios de depositario; el ofrecimiento de pruebas formulado extemporáneamente; oposición al ofrecimiento probatorio o a determinadas probanzas; la citación de saneamiento y evicción; el arraigo, que no es precisamente una excepción, sino que funciona como tal y es ajena al proceso; las tachas en general; carta o gestión de pobreza; acumulación de autos; aclaratoria de sentencia; perención o caducidad de los procedimientos o de la instancia; el apremio; la imposición causídica, autos regúlatenos de honorarios; las revocatorias; los privilegios y su calificación en los concursos civiles y comerciales; las diversas cuestiones en ¡os sucesorios, rectificación de autos de declaratorias de herederos; remoción de funcionarios judiciales; sobre bienes colacionables; alimentos y litis expensas; sentencia de menores, etcétera, y éstos, promovidos por vía de acción o excepción, y en cambio sobre el procedimiento —dice el Código procesal de Santa Fe, artículo 571— "no se admitirán otros que los de reposición (vía recursoria) o el de nulidad", regidos y regulados en este supuesto, por los artículos 103 a 108, y en el primer caso por el 632. La materia en el Código de la Capital Federal se encuentra prevista en los artículos 403 al 408, de fácil y cómoda interpretación y captación. V) Nuestra jurisprudencia, es de destacarlo, se ha hecho oír sotare el particular, como lo recuerda Fernández, Código de procedimientos civiles, página 366/367, y así se ha decidido, que "el juez de lo principal es el que debe conocer en los incidentes", La Ley, tomo 5, página 190; tomo 10, página 824; tomo 16, página 162—; "que el poder para un pleito faculta para intervenir en los incidentes" —Gaceta del Foro, t. 52, página 399; t. 56, pág.270; t. 57, pág. 478, etcétera—; "que el domicilio constituido en el principal rige (o subsiste) para los incidentes" —Gaceta del Foro, t. 53, J>ág. 377; t. 56, pág. 66; La Ley, t. 7 pág. 82 y 647; t. 8, pág. 706 y 1115; t. 10, pág. 463 y 902; etc.—; "que la unificación de la representación, consagrada en el principal, debe mantenerse forzosamente en los incidentes" —La Ley, t. 9, pág. 379—; "que la regulación y cobro de honorarios es un incidente del juicio en que se devengaron" —Gaceta del Foro, t. 90, pág. 213; J. A., t. 65, pág. 631; t. 67, pág. 68; La Ley, t. 12, pág. 389 y 844; t. 15, pág. 717; t. 16, pág. 79, etcétera. VI) Para concluir, es de expresar que, toda cuestión procesal que exija un pronunciamiento especial es un incidente, siempre, por supuesto, que esté vinculado o tenga relación con el principal, como ya se ha dicho, y caben o son pertinentes "dentro de la amplitud de un juicio", conforme Orgaz, A., en su Diccionario de Derecho y Ciencias Sociales, página 224, importando "un auténtico proceso de cognición", especial, por referirse a planteamientos concretos y concluye con declaración decisoria específica del órgano interviniente, y pueden originarse en la contienda en trámite o en sus diversas y múltiples alternativas, con respecto "a las partes, al juez, al objeto procesal, a la adecuación del procedimiento o a la validez o nulidad de algunos actos cumplidos", asumiendo una fisonomía propia .dentro del proceso, dadas sus características, y con trascendencia y gravitación posible frente al principal, del cual, es obvio, es un apéndice o consecuencia. JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas, BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas. INCINERACIÓN. Acción o efecto de incinerar o sea reducir una cosa a cenizas, refiriéndose más comúnmente a la de los cadáveres. Entre los diversos destinos que históricamente se han dado a los cadáveres ha sido la incineración uno de ellos, si bien cayó en desuso en el mundo occidental, como consecuencia de la expansión del cris-¡ tianismo que reputa incompatible con su doctrina cualquier forma distinta del enterramiento. No es del caso entrar en la consideración de los fundamentos dogmáticos que sirven de base a la Iglesia para defender su posición. Mas es evidente que al establecerse filosófica y politicamente un mayor respeto a la libetad de pensamiento y a su expresión, se dio lugar a que quienes no compartían esa religión por estar adscriptos a otras o por no tener ninguna, volviesen sobre el asunto, defendiendo su derecho a la incineración, no sólo por muy estimables razones de higiene, sino también por considerar que es la incineración el fin más respetuoso que se puede dar a un cadáver. Planteado así-el asunto, resulta evidente que se trata de un problema religioso, en el cual los fieles de la religión católica habrán de mantener su negativa a la cremación de los cuerpos humanos, por -lo menos mientras la iglesia no admita otra cosa; en tanto que los no creyentes, al no tener esa limitación, pueden optar para sus personas y para las de sus familiares de iguales ideas, por el procedimiento crematorio. Lo que no tendría justificación es impedir la incineración de los cadáveres de los no católicos en atención a unas creencias religiosas que no comparten. En definitiva, sucede lo mismo que con el divorcio vincular. Cualesquiera sean las convicciones que al respecto tenga cada cual, es evidente que los católicos no podrán acudir a este tipo de separación conyugal, aunque las leyes civiles los autoricen, sin incurrir en la correspondiente condenación canónica; pero no es posible que esa razón religiosa se haya de imponer a quienes no compartan tal credo. Podrá haber otras de tipo social que aconsejen la prohibición en el terreno civil del divorcio vincular, cuestión por cierto muy discutida. (V. DIVORCIO). En lo que se refiere a la incineración no cabe ninguna duda de que de un siglo a esta parte, va contando con mayor número de adeptos, hasta el punto de que en muchas grandes necrópolis funcionan normalmente los hornos crematorios. Prescindiendo, pues, del problema de conciencia que este asunto envuelve y que como todos los problemas de conciencia es altamente respetable, en oden al Derecho, el único reparo que se podría oponer a la incineración y que se ha opuesto por parte de algunos juristas, se refiere a la dificultad que presenta para efectuar diligencias judiciales sobre los cadáveres. Pudiera ello ser cierto ya que como sucede en todas las cosas, el lado bueno de ellas se encuentra contarrestado por el lado malo. Ante tales oposiciones entre lo favorable y lo adverso, no cabe seguir otro camino, en cuanto al tema que nos ocupa, sino el de considerar si las ventajas higiénicas de la incineración y el respeto a la libertad individual para disponer del fin del futuro cadáver, pesan más que la aludida dificultad .procesal (M. O. y F.). INCITACIÓN, (v. AUTOR. EXITACIÓN A LA REBELIÓN. SEDUCCIÓN. INSTIGACIÓN A COMETER DELITO. INSTIGACIÓN Y AYUDA AL SUICIDIO.) a reconocer un documento o su calidad de locatario o sublocatario (arts. 466 a 468, C. Pr. civ.). 6. Obligación procesal de comparecer. Los testigos, peritos o intérpretes están obligados a comparecer ante la autoridad judicial. Pueden ser compelidos mediante el uso de la fuerza pública (arts. 171, 182 del Código de Procediciento civil), castigando el Código penal dicha incomparecencia como delito (art. 234 del Código penal; ver arts. 171, 182). INCOMPATIBILIDAD DE NORMAS JU- RÍDICAS.* Toda sociedad está compuesta por personas, es decir, formada por individuos racionales, regidos por normas que dirigen la conducta hacia la convivencia de todos los seres, por lo que el hombre se ciñe a normas que abarcan desde el decoro hasta la moral. El derecho trata de sistematizar la norma en lo referente a las formas de justicia tendientes a reglamentar la conducta humana, norma que se caracteriza por INCOMPARECENCIA.* 1. Los diccionarios castellanos, ni aun el de Argentinismos de Lisandro Segovia (Imprenta Cano, Bs. As., 1911), registran este término y así el de comparecencia, como acción de comparecer, de hacerse presente en un acto o proceso (v. en la imperatividad y la objetividad. esta Enciclopedia, t. ni, pág. 418, la voz Los preceptos o hormas de todo sistema COMPARENCIA, tratada por el Dr. Luis Juárez jurídico guardan un cierto orden de jerarEchegaray). quía, no pudiéndose concebir un ordenaCabanellas, en su Diccionario de Derecho miento que no responda a un criterio sisteusual (ed. Arayú, Bs. Aires, 1953, t. II, pág. mático debidamente organizado de tal mo359), define al vocablo ¿«comparecencia co- do que los mandatos se encuentren en igual mo "la falta de comparecencia o presenta- o en diverso plano jerárquico. Entre dos ción ante la autoridad que cita, convoca o normas que se dictan en un plano de igualemplaza". dad existe, por consiguiente, una relación En algunos tribunales usan el término de coordinación, relación que desaparece "incomparencia", que conceptuamos un cuando ellas se dictan en condiciones difeerror, pues, como decimos, viene de com- rentes, presentándose entonces los fenómeparecencia y no de comparencia. (Véase Ho- nos de supra y subordinación, que se obserracio A. Benza, El Código de Proc. Civ. y la van claramente en las leyes constitucionanecesidad de su reforma, Córdoba, Rossi, les en relación con las leyes ordinarias, de 1931, pág. 52.) lo que se infiere que siempre éstas últimas 2. La incomparecencia es, en ciertos ca- se fijan y determinan por la norma conssos una carga procesal y, en otros, una obli- titucional que, como es sabido, no tiene el gación procesal. carácter de acto sino de principio. 3. Incomparecencia como carga procesal. La ley constitucional, denominada tamEl demandado que debidamente citado, no comparece ante el tribunal que lo cita, y bién ley fundamental, se tipifica por la suno se hace parte en el juicio, puede ser de- perioridad y se caracteriza por ocupar el más alto escalón en el orden jurídico, pues clarado rebelde. La rebeldía, debe ser declarada, para po- como antes dijimos, no constituye un acto der proseguirse el juicio (art. 80, C. Pr. Civ sino que es un principio límite sobre el Cap. Fed. [véase REBELDE, REBELDÍA en esta cual no existe otro de superior jerarquía. Respecto a esta superioridad no debemos Enciclopedia'!).. 4. Si alguna de las partes citadas para olvidar que Kelsen nos habla de la norma reconocer un documento, o absolver posicio- hipotética fundamental, norma que coloca nes, incompareciere, y no alegare justa cau- por encima de la constitucional, pero que sa de su inasistencia, puede ser tenida por no es jurídica. Considerando la Constitución como norma confesa, o bien dársele por reconocidos los documentos (arts. 133,140 a 142, C. Pr. Civ.). suprema, podemos, 'de acuerdo con lo an5. La vía ejecutiva puede prepararse ci- terior, establecer entre ella y la norma ortando al demandado para que comparezca dinaria, las siguientes diferencias que sir* Por el Dr. ALBERTO M. ETKIN. * Por el Dr. GUILLERMO OCHOA BESTREPO. ven para hacernos resaltar dicha superioridad: 1* La Constitución es fruto del Poder Constituyente que en un Estado constituido es el más inmediato delegatario de la soberanía nacional, en tanto que la ley tiene origen en el Poder Legislativo, que es un poder constituido por ser delegatario de la Constitución. 2* Siendo la Constitución la más directa expresión de la soberanía de una nación, es, por lo tanto, la ley superior, no subordinada a norma alguna, constituyéndose en la ley suprema. 3* £a Ley constitucional no es en ningún momento, un acto de aplicación de una nornui superior, mientras que la ley ordinaria lo es de las constitucionales. *4' Sabemos que las constituciones surgieron especialmente como garantía de lo¿ derechos individuales del hombre frente al poder, que en forma despótica ejercían 103 monarcas. El Estado se limita a sí mismo por medio de la Constitución, lo que en esencia configura al Estado de Derecho. Por tanto, las leyes constitucionales reglan las competencias del Estado al fijar atribuciones y precisar procedimientos, surgiendo de esa regulación la ley ordinaria. 5* Generalmente los autores, para señalar la superioridad de la Constitución sobre la ley, acuden en busca de argumentos prácticos que nos den una visión clara sobre la conveniencia de sostener dicha superioridad, aceptada como indispensable. La necesidad de mantener tal superioridad surge: a) De la conveniencia de asegurar los derechos individuales del hombre contra cualquier violación de ellos por parte del Estado; y b) De principios políticos que se consideran fundamentales para la organización tanto del país como de sus órganos, de lo que se infiere que la superioridad de la Constitución sobre la ley ordinaria es meramente formal. "Se admite por esto —dice Duguit—, que la distinción entre leyes ordinarias y leyes constitucionales rígidas, es una distinción exclusivamente formal. Generalmente y de manera habitual, las leyes hechas en la forma de leyes constitucionales, son leyes que contienen el enunciado de los principios generales de derecho o las reglas de organización de los grandes poderes del Estado. Pero no es su objeto lo que presta carácter distintivo a las leyes constitucionales rígidas... Por el contrario, se encuentran a veces, en las leyes constitucionales, disposiciones que en nada se relacionan con. la organización de los poderes del Estado, ni contienen precepto alguno que pueda ser considerado como expresión o enunciado de un principio general de derecho". Hay también quienes justifican la superioridad de la Constitución sobre la ley, apoyándose en motivos exclusivamente políticos aduciendo que si la democracia política o el Estado de Derecho se realizó a través de las Constituciones, al Estado moderno le corresponde la misión de realizar la democracia económica o funcional para poderle dar un contenido económico y social a la declaración de los derechos individuales. Si la superioridad de la norma constitucional sobre la norma legal no ha de ser teórica, no debe darse aplicación a las leyes comunes que se opongan al texto de la Constitución, lo que supone dos situaciones diferentes: a) Que exista un órgano que declare la inconstitucionalidad de tales normas y b) Que se conceda a los jueces la facultad de no aplicar en un litigio la ley que sea contraria a la Constitución. Para lograr dicha superioridad y que ella sea efectiva, Hauriou indica al respecto dos maneras, que son: a) "Por delegación de poderes en las instituciones representativas hecha por la Constitución; b) Por la supremacía de esta ley excepcional sobre las leyes ordinarias, superioridad que, lógicamente, tiende a traducirse en un sistema de invalidez jurídica de las disposiciones de leyes ordinarias contrarias al texto o a los principios de la Constitución." De las anteriores consideraciones del mencionado autor francés, analizadas desde un punto de vista formal, deducimos que es indudable la superioridad de la norma constitucional sobre la ordinaria, tesis válida para un Estado que acepte la distinción entre los dos poderes (Constituyente y Legislativo) ,-pero que carece de validez donde estos poderes se identifican. Si en la superioridad que la Constitución tiene sobre la ley consideramos el aspecto material, observamos claramente que la primera estructura el Estado, sus órganos superiores y su funcionamiento, en tanto que la segunda se limita a desarrollar tales principios a la vez que regula las relaciones entre los particulares. La ley, pues, se fundamenta en la Constitución que, admitiendo la teoría del Estado de Derecho, ha de ser un documento escrito. Como en toda legislación se presentan frecuentemente normas que son incompatibles entre sí, hemos hecho el anterior estudio por considerar que la Constitución es la norma fundamental de toda legislación, quedándonos el problema de solucionar cómo se resuelven las incompatibilidades que al respecto se presenten. Existe incompatibilidad de normas jurídicas cuando coexisten normas que son incompatibles entre sí. Generalmente todo caso de incongruencia es un problema de interpretación correcta del derecho, para cuya solución se han propuesto varios sistemas: Con relación a las leyes romanas, Savigny habla de dos modos de conciliación: 1» Conciliación sistemática, que tiene efecto "asignando un objeto especial a cada uno de los textos contradictorios y fijando los límites de su aplicación. Así podemos dividir el ámbito de la regla en dos partes Iguales o bien tomar uno de los textos como regla y el otro como excepción". 2' Conciliación histórica que tiene su fundamento en el orden cronológico y la intención de los redactores dirigida a introducir un cambio en el derecho. A esta conciliación debe acudirse únicamente cuando sea imposible aplicar la conciliación sistemática, no pudiéndose aceptar cuando los textos incompatibles pertenecen a la misma época. La doctrina moderna no discrepa fundamentalmente con la expuesta por Savigny y como solución propone los siguientes criterios: 1' Principio de acumulación, aplicable en aquellos casos en que se pueden producir sin limitación reciproca las consecuencias jurídicas de las normas incompatibles. 2' Principio de alteridad, que tiene operancia cuando se producen alternativamente las consecuencias jurídicas, pudiendo el titular elegir la que a bien tenga. 3' Principio lógico de especialidad, por medio del cual se da aplicación preferencia! a la ley especial sobre la de carácter general. 4' Principio de conciliación histórica, que se aplica entre las leyes dictadas en épocas diversas y considera prevalente la norma que contenga el más alto grado de evolución jurídica, considerando para ello que siempre el legislador busca el mejoramiento de las instituciones jurídicas y no el retroceso de las mismas. 5' Principio de rango real, en que para resolver las antinomias se considera el grado de importancia de las disposiciones contradictorias, tal como cuando una disposición secundaria, como las de carácter procesal, aparece en contradicción con una disposición principal, caso en el cual prima ésta última y la accesoria o secundaria se tiene por no escrita. 8* Interpretado abrogans, que consiste en que cuando dos disposiciones antagónicas por ser principales tienen una igual im- portancia, se debe tener por no escrita la ley que representa una desviación de los principios generales. Los anteriores principios propuestos para conciliar aquellas normas que son incompatibles entre sí, tienen cierta aplicación, como lo veremos más adelante y como bien puede observarse no se refieren concretamente al caso de las contradicciones que puedan surgir entre la ley y la Constitución. Al efecto se han propuesto por los distintos tratadistas varios sistemas que garantizan la preeminencia que la Constitución debe tener sobre la ley. Control Parlamentario. Los que creen que el Poder Legislativo es el órgano esencial de la democracia opinan que sólo él puede interpretar con verdadera autoridad la Constitución. En su concepto, el Parlamento es el representante genuino de la voluntad popular y al expedir una ley estudia con el debido cuidado si sus disposiciones se ajustan al espíritu y a la letra del mandato constitucional, del cual se derivan sus poderes, por lo que es inconcebible que dicha norma pueda posteriormente invalidarse por entidad alguna, por respetable que ella sea. Excepción de insconstitucionalidad. Otros autores sostienen que se debe otorgar al Poder Judicial la facultad para declarar inaplicable \ma ley que pugne con la Constitución, siempre que se haga para un caso dado y limitándose a ese ca.so, sistema éste que se caracteriza porque la inconstítuciónalidad se propone como una excepción. La Ley, sin embargo, sigue vigente y cualquier juez puede aplicarla en otro caso. .Acción de Inconstitucionalidad. Este sistema consiste en atacar directamente la ley que se tacha de inconstitucional y la entidad encargada de decidir tiene facultades para decretar su nulidad que produce efecto general de tal modo que sólo el constituyente podría hacerla revivir. Debe anotarse que al empezar a hacerse la diferencia entre el Poder Constituyente y el Poder Legislativo, Sieyés propugnó por la creación de una jury consiitutionnaire que funcionaría como Tribunal de Casación Constitucional, lo que ha dado origen a que algunos publicistas apoyen la creación tie una jurisdicción constitucional, sobre la cual dice Esmeln: "La prohibición de tocar las leyes constitucionales no tiene casi necesidad de ninguna sanción: la intervención de una asamblea especial, la necesidad de formas particulares para el ejercicio del poder constituyente, bastan por sí mismos para defenderlas del ataque del simple poder legislativo. Pero aquí se trata de una ley ordinaria votada regularmente en la forma, por el poder que tiene el derecho de legislar: ¿quién será el juez apto para saber si ha traspasado o no los límites íijados por la en su concepto fuera inconstitucional, sino Constitución?" que necesitaba consultarlo al Tribunal de Hauriou hace serias objeciones a Esmein Garantías y esperar que se le respondiera. cuando con la certeza que lo caracteriza diSi se tiene en cuenta que la inconstituce: La souverainité incontrolable ne reside cionalidad de la ley puede ser intrínseca o que dans la nation et n'est point delegues. extrínseca, es decir, que puede violar la norToute souverainité delegué est controlable. ma constitucional en su contenido o en Luego agrega: "Este principio se aplica al cuanto que no se observaron los trámites poder deliberante en el ejercicio de su fun- para su formación, debemos concluir que ción legislativa. Es en virtud de ese princi- la Constitución checoslovaca de 1920, respio de la limitación de todos los poderes de- pondiendo a un concepto enteramente julegados, como en virtud del principio de la rídico del Estado, reconocía a los jueces el superioridad de la ley constitucional de las derecho a examinar las condiciones exterleyes ha sido organizado en los Estados Uni- nas de las leyes, reservando el examen de dos de Norteamérica". las condiciones internas a la jurisdicción Sistema Kelseniano. Kelsen, para apoyar constitucional, dando una mayor amplitud la creación de un tribunal especial que ten- de interpretación, lo que critica Fischbach, ga facultad para dirimir los conflictos que diciendo que "a medida que han ido propuedan surgir entre la Constitución y la Ley, gresando las críticas a la Teoría Pura del dice: "Anular una ley tiene el mismo carác- Derecho y del Estado, el entusiasmo (por esos ter y de generalidad que formularla, no sien- tribunales) ha desaparecido". do una formación negativa. Un tribunal que Respecto a las atribuciones que deben tiene el poder de anular las leyes es, en con- conferirse a los tribunales, han surgido vasecuencia, un órgano legislativo". Con la rias teorías entre los autores europeos de creación de este tribunal se dejaría intacto Derecho público. Fischbach, de acuerdo con el principio fundamental de todo Estado Laband, sostiene en su Derecho Político que de Derecho, pues no pertenecería a ninguno las autoridades judiciales pueden examinar de los tres órganos del poder público y se las leyes en cuanto a su contenido mateconservaría la separación e igualdad de los rial, no pudiendo analizarlas en su aspecto mismos, ya que si al poder judicial le fuera formal por considerar que "al promulgar confiada la función de dirimir los conflictos la ley el jefe del Estado, garantiza y proclaque surjan entre las normas, ello equival- •ma que su aprobación ha seguido las presdría a otorgarle superioridad sobre el poder cripciones constitucionales", sosteniendo que legislativo, lo que es inaceptable. Esto lleva el derecho de examinar la constitucionalidad a Kelsen a decir que "la exclusión o limita- de la ley y declararla inaplicable cuando ción del derecho al poder judicial de exa- sea contraria a la norma superior sólo men, suele justificarse recurriendo al prin- puede ejercerse por los tribunales en aquecipio de la separación de poderes. Y se ar- llos países donde existe un poder constigumenta: el poder judicial no puede inter- tuyente, superior al legislativo, desempeñavenir en el legislativo, por tanto el juez no do por órganos propios. puede tener competencia para examinar la Cari Schmitt no otorga mayor importanconstitucionalidad del proceso de la legis- cia, por su parte, a la jurisdicción constilación". tucional ya que su concepción de la Ley Kelsen pretende pues que el constituyente Fundamental del Estado como "decisión poestablezca un tribunal que sea independiente lítica", se opone, en sentido jurídico, a una y superior a los tres órganos del poder pú- jurisdicción constitucional que surje como blico, principio acogido en la constitución la culminación y perfeccionamiento del Esaustríaca de 1.920 que creó el Tribunal de tado de Derecho. Sin embargo Schmitt adJusticia Constitucional encargado primor - mite, para decidir los litigios constituciodialmente de velar por la constitucionalidad nales, un Tribunal de Justicia Política, lide las leyes, el cual tenía una jurisdicción tigios en que solamente pueden ser partes más amplia que la del Consejo de Estado los órganos supremos existentes para la francés. Este tribunal, por medio de senten- ejecución y organización inmediata de las cias, anulaba las leyes que estimaba incons- decisiones' políticas, es decir, entre parlatitucionales y sus decisiones eran erga mento y gobierno, de lo cual fácilmente se omnes. infiere que los conflictos constitucionales También la Constitución de la República sólo se pueden presentar,- en teoría, en el española, atendiendo los fundamentos kel- campo político y no en el particular. senianos, estableció (1931) un Tribunal de Sistema Norteamericano. En los Estados Garantías,Constitucionales ante el cual se Unidos de Norteamérica las cuestiones de acusaban las leyes inconstitucionales; sin inconstitucionalidad se consagran para las embargo, el juez no podía por sí mismo de- autoridades judiciales superiores, cuestiojar de aplicar en un juicio una norma que nes que carecen de una acción tipo y que únicamente se tramitan por vía de excepción en un pleito de parte contra parte, de los que solamente conoce la Corte Suprema si llegan en recurso de casación. El fallo que en un negocio de esta naturaleza se dicte, únicamente considera los derechos del demandante contra el demandado sin tener en cuenta si es o no válida la ley que no se considera nula ab initio. El control de las leyes existe solamente porque las que dicta el Congreso y las expedidas por los Estados son válidas cuando están de acuerdo con la Constitución. "La doctrina norteamericana, pues, se basa directamente en un solo concepto: una ley contra la Constitución es nula. La ley inconstitucional no llega a ser inexequible cuando se la declara inconstitucional por una Corte; es nula ab initio —desde el principio— y la Corte no puede aplicarla a causa de su nulidad". Para justificar el sistema de control judicial de las leyes en Estados Unidos, el magistrado Huges dice: "Si se habían de llevar a la práctica las limitaciones de las facultades del Congreso definidas por la Constitución y si se habían de proteger los derechos individuales en la forma en que aquella establecía, tenía que haber algún tribunal que pudiera determinar cuando se había excedido de esos límites. Naturalmente —agrega— ese Tribunal no podía ser el de un Estado, porque ello capacitaría a los Estados para anular toda la autoridad legal; no podía conferirse tal poder al ejecutivo, porque ello sería hacerlo superior al Congreso; no podía atribuirse al Congreso porque ello sería hacerle juez único de su propia autoridad, y capacitarle para eludir todas las limitaciones de sus facultades". Por su parte Hauriou, para justificar el sistema norteamericano, expone los siguientes argumentos: "Si el juez juzga un conflicto entre una ley nueva y una antigua; entre la nacional y la extranjera; entre la ley y el reglamento, ¿por qué no puede dirimir uno entre la ley y la Constitución? El principio general de que toda ley est sous la condition á'aplication par le juge afirma más tal posibilidad". Para regir el recurso de inconstitucionalidad, la doctrina norteamericana ha dado los siguientes principios fundamentales: a) Naturaleza de la función. La función que ejercitan los tiibunales cuando rechazan el cumplimiento de una ley por inconstitucional, es estrictamente legal. b) Oportunidad para su ejercicio. Solamente puede hacerse uso de esta facultad cuando necesariamente surja la inconstitucionalidad de, la ley en el curso de un litigio. c) Provocación. La inconstitucionalidad de la ley debe surgir natural y necesariamente en el curso de un litigio. d) Necesidad. Es indispensable que la cuestión de inconstitucionalidad sea absolutamente necesaria para resolver el caso controvertido, pues en caso contrario, la inconstitucionalidad no se resuelve. e) Evidencia. La contradicción de la ley frente a la Constitución debe ser clara, de lo contrario se considera válida. f ) Realidad. En aquellos casos en que como único fin se busca hacer surgir la inconstitucionalidad, ésta no puede declararse. g) Necesidad de litigio. Es indispensable que exista un litigio para solicitar la inconstitucionalidad, pues extrajudicialmente no puede hacerse tal petición. h) Exclusiones. De la acción de inconstitucionalidad se excluyen en primer término aquellas leyes que regulan derechos políticos y en segundo lugar las que aún siendo injustas o contrarias a las instituciones nacionales, no violen la norma constitucional. Si la ley, violando la Constitución lesiona derechos, intereses privados o la propiedad privada, se puede declarar su inconstitucionalidad en el curso de un juicio, declaración que únicamente puede hacer .la Corte Federal o las Cortes Supremas de cada Estado. La inconstitucionalidad de la ley únicamente afecta el caso en que ella se declara y se considera como si la norma contraria a la Constitución jamás hubiera existido. Sistema colombiano. La Carta de Colombia consagra en sus artículos 214, 215 y 216 los fundamentos del sistema de jurisdicción constitucional en Colombia, dando a la Corte Suprema de Justicia la guarda de la misma. Debemos advertir que Colombia fue el primer país del mundo que concedió a un tribunal la facultad de declarar erga omnes la inconstitucionalidad de las leyes, facultad concedida por medio del Acto Legislativo número 3 de 1910: Austria, Checoslovaquia, España, Cuba, Haití y Venezuela instituyeron posteriormente. Los citados textos dicen: Artículo 214. "A la Corte Suprema de Justicia se le confía la guarda de la integridad de la Constitución. En consecuencia, además de las facultades que le confiere ésta y las leyes, tendrá la siguiente: "Decidir definitivamente sobre la exequibilidad de los proyectos de ley que hayan sido objetados por el gobierno como inconstitucionales, o sobre toólas las leyes o decretos dictados por el gobierno en ejercicio de las atribuciones de que tratan los ordinales 11 y 12 del artículo 76, y el artículo 121 de la Constitución Nacional, cuando fueren acusados ante ella de inconstitucio- conocer de las demandas de inconstitucionalidad por cualquier ciudadano. nalidad, previa audiencia del Procurador "En las acciones de inexequibilidad deberá General de la Nación, puya tramitación esintervenir siempre el procurador general de tá reglada por la ley 96 de 1936. la Nación (art. 53 del Acto Legislativo, núm. El doctor Miguel Moreno Jaramillo dice 1 de 1945)". que para comprender el régimen colombiaArtículo 215. "En todo caso de incompa- no sobre inconstitucionalidad de las leyes, tibilidad entre la Constitución y la ley, se se deben diferenciar previamente las noaplicarán de preferencia las disposiciones ciones de nulidad, suspensión, derogación, constitucionales (art. 54 del Acto Legisla- revocación, inaplicabilidad, y a este restivo núm. 1 de 1945)". pecto dice: "Un acto está anulado, cuando, Artículo 216. "Corresponde a la jurisdic- por sentencia definitiva, se consideró afección de lo contencioso-administrativo co- tado de vicios que le impidieron producir nocer de las acusaciones por inconstitucio- sus efectos. Está en suspenso un acto 'cuannalidad de las decretos dictados por el go- do autoridad competente, para cortar un bierno, cuando no sean de los expedidos en perjuicio grave, mandó que dicho acto deejercicio de las facultades de que tratan jase provisionalmene de producir sus relos ordinales 11 y 12 del artículo 76, y el sultados. Se deroga un acto porque otro de artículo 121 de esta Constitución (art. 41 del igual clase lo extinga de modo expreso, o Acto Legislativo núm. 1 de 1945)". por incompatibilidad con disposiciones posAl analizar la facultad concedida a la teriores, o por surgir un acto nuevo que Corte Suprema de Justicia, se deben distin- regule toda la materia a que el anterior se guir tres partes: refiere. Es revocado un acto cuando, prea) Tiene una declaración de carácter via reconsideración por el mismo funcionario que lo produjo, se deshace, se borra; o general; b) Se le otorga la facultad para "decidir cuando el superior jerárquico de quien lo definitivamente sobre la exequibilidad de expidió, al conocer de él, por apelación o los actos legislativos que hayan sido obje- por consulta, le quita su fuerza, lo hace tados como inconstitucionales por el go- cesar. Es inaplicable un acto cuando —sin ser anulado— pugna contra actos de mabierno; y, yor entidad". c) Se le da también la atribución para Sostiene este autor que la Corte es el decidir definitivamente "sobre todas las leúnico organismo que puede anular leyes o yes o decretos acusados ante ella por cual- decretos inconstitucionales, pero cualquier quier ciudadano, como inconstitucionales" autoridad encargada de aplicar una ley La primera atribución define la esencia puede no aplicarla cuando, en su concepto, de la facultad que se atribuye a la Corte pugna con la Constitución, añadiendo: "Con En las cuestiones de inexequilibilidad ésta mayor claridad: la sentencia de la Corte deja de ser un organismo judicial para con- que recae sobre la validez de la ley o del vertirse en un tribunal constitucional, pues decreto, tiene a éstos por materia litigiosa al hacer uso de la atribución que se le con- y define sobre su exequibilidad. El fallo es fiere no ejerce una función judicial, sino irrevocable. La ley o el decreto acusado que cumple la misión de guardiana de la quedan exequibles o inexequibles. Al conintegridad de la Constitución. trario, cuando la Corte misma u otros emCuando la Corte declara la nulidad de pleados cualesquiera, en determinados cauna ley, ésta cesa de regir y su decisión sos, estiman que una ley o un decreto son obliga hasta al legislador ya que se actúa inaplicables por inconstitucionales,, pueden en representación del constituyente que se- considerar más tarde, en otros casos anáría el único capaz de darle validez a tal logos, que la ley o el decreto se ajustan a la Constitución. Ya la materia litigiosa no norma. Una vez que la Corte Suprema ha resuelto son la ley o el decreto, sino el negocio en sobre la exequibilidad o inexequibilidad de que esos actos se invocan". Todo lo anteuna ley o decreto, éstos no se pueden acu- riormente transcripto parece que tuviera su sar nuevamente; sin embargo la Corte en respaldo jurídico en lo preceptuado por el cuanto se refiere a los decretos ha sentado artículo 27 del Código civil colombiano la doctrina de que para declarar la inexe- cuando dice; "Cuando el sentido de la ley quibilidad de uno de ellos es indispensable sea claro no se desatenderá su tenor liteque se haya acusado y decidido previamen- ral a pretexto de consultar su espíritu". En nuestra legislación se establece una te la inconstitucionalidad de la ley en que escala de las normas en cuanto a la prese apoya. El articulo 30 del Código de procedimien- lación que debe tener para poderse aplicar to civil colombiano dice que corresponde a a un determinado caso, debiendo observarla Corte Suprema de Justicia en Sala Plena se las siguientes normas: 1. La ley, el decreto legislativo y el decreto ley, tienen una categoría igual. 2. El decreo reglamentario y el decreto simplemente ejecutivo están subordinados a la ley, al decreto legislativo y al decreto ley. 3. La ordenanza departamental está subordinada al decreto reglamentario, al simplemente ejecutivo, al decreto ley, al decreto legislativo y a la ley. 4. El acuerdo municipal a su vez se encuentra subordinado a la ordenanza departamental, al decreto ley, al decreto legislativo y a. la ley. Todas las anteriores normas referidas se encuentran subordinadas a la Constitución a la cual todas las otras leyes y normas tie.nen que poder ser referidas. Acorde con lo anteriormente expuesto vimos que el artículo 30 del Código judicial, y ambas preexistentes al hecho que se juzga, se aplicará la ley posterior". Artículo 3». — "Estímase insubsistente una disposición legal por declaración expresa del legislador, o por incompatibilidad con disposiciones especiales posteriores, o por existir una ley nueva que regule íntegramente la materia a que la anterior disposición se refería". Artículo 4». — "Los principios de derecho natural y las reglas de jurisprudencia ser- virán para ilustrar la Constitución en casos dudosos. La doctrina constitucional es, a su vez, norma para interpretar las leyes". Acorde con lo preceptuado por el artículo 3' de la ley 153 de 1887 transcripto, el Código civil colombiano dispone: Articulo 71. — "La derogación de las le- sagradas cuando dice: "Cuando haya incompatibilidad entre una yes podrá ser expresa o tácita. Es expresa cuando la nueva ley dice expresamente que deroga la antigua. "Es tácita cuando la nueva ley contiene disposiciones que no pueden concillarse con las de la ley anterior". "La derogación de una ley puede ser total o parcial". Artículo 72. — "La derogación tácita deja vigente en las leyes anteriores, aunque versen sobre la misma materia, todo aquello disposición constitucional y una legal, preferirá aquélla. nueva ley". atendiendo las disposiciones de la Constitución consagra la facultad ya otorgada por la Carta a la Corte Suprema de Justicia. En igual forma el Código civil colombia- no en su artículo 10, derogado por el artículo 45 de la ley 57 de 1887 establece la prelación que deben tener las normas allí con- "Si en los Códigos que se adoptan se hallaren algunas disposiciones incompatibles entre sí, se observarán en su aplicación las reglas siguientes: "1. La disposición relativa a un asunto especial prefiere a la que tenga carácter general. "2. Cuando las disposiciones tengan una misma especialidad o generalidad, y se hallen en un mismo código, preferirá la disrposición consignada en el artículo posterior; si estuvieren en diversos códigos, preferirán por razón de éstos, en el orden siguiente: Civil, de Comercio, Penal, Judicial, Administrativo, Fiscal, de Elecciones, Militar, de Policía, de Fomento, de Minas, de Beneficencia y de Instrucción Pública". Por su parte, la ley 153 de 1887 consagra principios de aplicación que por ser tan claros transcribiré sin comentario alguno: Artículo 1". — "Siempre que se advierta incongruencia en las leyes, u ocurra entre ley anterior y ley posterior, o trate de establecerse el tránsito legal de derecho antiguo derecho nuevo, las autoridades de la Eepública y especialmente las judiciales, observarán las reglas contenidas en los artículos siguientes". Articulo 2". — "La ley posterior^ prevalece sobre la ley anterior. En caso de que una ley posterior sea contraria'a otra anterior, que no pugna con las disposiciones de la Es necesario tener en cuenta que al derogarse una ley, ésta no revivirá por las referencia que a ella se haga ni porque haya sido abolida la ley que la derogó. (Ley 153 de 1887, art. 14). La ya tantas veces citada ley 153 de 1887 contiene otras disposiciones por demás importantes sobre la prelación que deben te- ner ciertas leyes o normas, tales como la de que las leyes que conciernen a la sustanciación y ritualidad de los juicios prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deben^empezar a regir (art. 39); . que en materia penal la ley preexistente prefiere a la ley ex post facto (art. 43); la ley favorable o permisiva, en materia pe- nal, prefiere a la odiosa o restrictiva (art. 44). Como bien puede observarse nuestra legislación es demasiado casuística, todo lo cual pudo simplificarse si se atendía al espíritu de superioridad que tiene la Constitución. Por eso sorprende la sencillez y claridad que el gran maestro Ángel Ossorio emplea en su Anteproyecto del Código Civil Boliviano, cuando dice: "Artículo 2. Son condiciones propias de todas las leyes: "B. Que han de estar siempre subordinadas a la Constitución y, en caso de antagonismo, prevalecerá ésta sobre aquellas. "C. Que la ley específica es preferente a la ley general. "F. Que pueden ser derogadas, ya de modo expreso, ya tácitamente, mediante la publicación de otras que las anulen o contradigan". Lo hasta aquí tratado no es sino una consecuencia de lo que debe ser la autoridad o sea: "Gerente del bien común, la autoridad debe, en primer lugar, proteger y garantizar los derechos de los individuos y de las colectividades que comprende", según Ossorio, protección y garantía que se establece en la ley que es "un precepto de razón, dictado para el bien común por aquel que dispone de la autoridad legítima" (Ángel Ossorio, Derecho y Estado). (V. SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN.) BIBLIOGRAFÍA. — Moreno Jaramillo, M., Ley de leyes, Medellín, 1932. — Garavlto, F., Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. — Hauriou, Précis de Droit constttutionnel, 12» ed. — Esmein, Droit constitutionnel. — Duguit, L., Manual de Derecho constitucional. — Schmitt, C. Teoría de la Constitución. — Kelsen, Teoría, del Derecho. — Pischbach, Derecho político. — Tascón, T. E., Derecho constitucional colombiano. — Sarria, E., Tratado de Derecho administrativo. — Ossorio y Gallardo, A..Derecho y Estado y Anteproyecto del Código civil boliviano. — Poviña, J. R. Cátedra jurídica. — Valencia Zea, A., Derecho civil. — Aguilar Zuluaga, H., Estiidios de Derecho, núm. 50. — Martínez Sarmiento, R., y Ochoa Respreto, G.. Virutas jurídicas. — Naranjo Villegas, A., Filosofía del Derecho. — Araujo Grau, A., Jurisdicción constitucional. implica una acumulación indirecta. Además la jubilación aceptada y ejecutoriada presupone el retiro definitivo de la Aministración pública o de la magistratura judicial, etcétera. La ley, sin embargo, ha hecho una excepción limitada al cargo de profesor." í 1 ). Como se puede observar, según este autor la incompatibilidad puede resultar de una oposición de intereses o de una prohibición de acumulación de cargos; pero no da su concepto. Dice Guffanti: Incompatibilidad significa falta de aptitud moral o legal para asumir un empleo, sea por incapacidad propia, sea por relaciones jurídicas preexistentes. Tanto el derecho administrativo como el constitucional, han usado la palabra incompatibilidad para indicar la prohibición legal de reunir dos o más cargos o empleos públicos en una misma perso- na" ( 2 ). Para Sarria: "El desempeño de la función pública, sufre, en ciertos casos, restricciones motivadas por impedimentos de derecho o de hecho, que limitan o impiden la acumulación en la misma persona, de dos o más empleos; es a lo que se ha denominado incompatibilidades" (»). Y para Villegas B.asaviltaaso, "es el impedimento legal (latu sensu) para el ejercicio simultáneo de dos o más cargos públicos" ( 4 ); y —según él—, a diferencia de lo que sucede en la incapacidad y en la inelegilibilidad, la incompatibilidad "no se relaciona con el agente público sino5 con las funciones de dos o más cargos" ( ). Pero, de esta maneINCOMPATIBILIDADES ADMINISTRA- ra, estos autores dejan limitado el concepTIVAS.* S U M A R I O : 1. Concepto y definición. to a la acumulación de cargos. 2. Régimen. 3. Interpretación de las norEs incompatible lo inconciliable ( 6 ). Y en mas. 4. Efectos. 5. Procedimiento. 6. Extinnuestro orden jurídico existen normas que ción. establecen cuáles son las situaciones in1. Concepto y definición. No es fácil ha- conciliables con la ocupada por el agente llar en la doctrina un concepto claro de público. Por esto, parece más correcto defiincompatibilidad. Dice Bielsa que "la in- nir a la incompatibilidad como un estado compatibilidad resulta de la oposición de' jurídico. Y conforme con el derecho admiintereses del funcionario o empleado res- nistrativo vigente, puede, entonces, decirs¿ pecto de los intereses de la Administración que es el estado en el cual se coloca un pública, que prevalecen siempre, y que son, agente público que viola una prohibición por eso mismo, los que determinan la exde acumular cargos, ocupa una situación o clusión del cargo, función o empleo". Y a continuación agrega: "Los intereses de la (1) Btelsa, Derecho administrativo, t. 3, pagiAdministración pública son administrati- nas 117 y 118, Bs. Aires, 1956. vos, económicos y morales./ La -incompati(2) Guffanti, "Las incompatibilidades en el bilidad puede resultar también de la. inco- orden administrativo, legislativo y Judicial", en herencia de diversos cargos, de la prohibi- Anuario del Instituto de Derecho Público, Rosamavo de 1938-abril de 1939, t. 2, año 2, páción de acumulación de ellos, y de la posi- rio, gina 327. ble (pero inadmisible) subordinación del (3) Sarria, Derecho administrativo, t. 1, páinterés público al del funcionario, cuando gina 250, Córdoba, 1950. (4) Villegas Basavilbaso, Derecho administraesos intereses no son, por regla general, paralelos o coincidentes./ La situación de ju- tivo,^. 3, pág. 580, Bs. Aires, 1951. (5) Villegas Basavilbaso, ob. cit., t. 3, pág. 680, bilado crea incompatibilidad en cuanto la nota 20. percepción de emolumento jubilatorio equi(6) Savagnone, Le incompatibilitá amministravalente, o no, al sueldo de un nuevo empleo, tive, pág. 15, Turín, 1909; COnsentino, Incomvatibilitá amministrative, en Nuovo Digesto Italiano. * Por el Dr. ARMANDO EMILIO GRAU. t. 6, pág. 998, Turín, 1938. ejerce una actividad lesiva de los intereses de la administración pública. El Estado, pues, incluye prohibiciones en el estatuto regulador de la relación de empleo público. Y cuando se trata de ciertas prohibiciones, de determinadas situaciones o del ejercicio de algunas actividades públicas o privadas, previstas en beneficio de los intereses que representa, tutela y gesciona el Estado, aparece la incompatibilidad. Es cierto, entonces, que esta implica una prohibición —como dice Posada (?)—, pero no es sólo ello. Tal vez por considerarse así, alguna vez se pensó que la incompatibilidad es un deber que nace de la imposibilidad de acumular un mismo agente varios empleos. Pero lo que debe quedar definitivamente en claro, es que en la definición no debe confundirse el estado jurídico con sus fundamentos y supuestos. Indica Serrano Guirado los tres siguientes objetivos fundamentales a que puede responder un sistema legal de incompatibilidades: a) La defensa y garantía del interés público en la actuación de las autoridades; b) La dedicación de los funcionarios al cargo público y sus exgiencias; y c) 8la, ordenación del m e r c a d o de trabajo ( ). Fundamentan, también, un régimen de incompatibilidades, la necesidad de garantizar la eficacia de la prestación de los servicios públicos, una buena administración la moral pública, la independencia de los (7) Posada, Tratado de Derecho administrati- vo, t. 1, pág. 341, Madrid, 1897. (8) Serrano Guirado, Las incompatibilidades de autoridades y funcionarios, pág. 31, Madrid, 1956. Dice este profesor madrileño: "La neutralidad e imparcialidad que como tendencia y principio ce predica de la Administración, se proyecta particularmente en el régimen de la función pública mediante una ordenación de las incompatibilidades de autoridades y funcionarios. La efectividad, de aquellas notas en una Administración determinada depende, fundamentalmente, de la existencia de un buen sistema de incompatibilidades y de su real observancia. La Administración, pudiéramos decir, arriesga los intereses cuya tutela y satisfacción tiene a su cargo, en cuanto su actuación se hace pensamiento, voluntad y acción a través de sus autoridades y funcionarios. A mayor importancia de las perrogativas y competencias otorgadas, mayor el riesgo de su ejercicio y mas necesarias las medidas de seguridad frente a los titulares efectivos de los órganos u oficios a los que se. conceden aquellas potestades. Esta relación recíproca debe servir de norma en la determinación de las incompatibilades y en las garantías que se establezcan para su observancia o para la represión de las infracciones. El problema asciende en importancia y trascendencia conforme se intensifica y dilata la intervención del Estado en la vida social y económica, que, -a través de loa modos clásicos de acción, policia, fomento y servicio público o del procedimiento de la llamada actividad industrial de la Administración, pretende la satisfacción de las necesidades generales y se defienden los intereses públicos contra los poderes de hecho que los amenazan". agentes administrativos y la imparcialidad, en el ejercicio de sus funciones ( 8 ). Y s* funda, además, en la necesidad de evitar el debilitamiento ¿e la autoridad frente a los administrados y a los grupos de presión; necesidad que es esencial satisfacer en países, como el nuestro, que todavía deben independizarse y consolidarse y en los cuales es frecuente se opongan a los actos de la Administración factores de poder externos e internos. Esto explica que en algunas ocasiones excepcionales pueda desaparecer el supuesto de incompatibilidad de acumulación de cargos, sin descaecimiento de los principios jurídicos y morales que fundan la institución. 2. Régimen. — Establecer un régimen de incompatibilidades en la Administración pública fue preocupación de los monarcas españoles que gobernaron la República Argentina durant la época colonial. Así, en la historia del derecho administrativo argentino, figuran normas que calificaron como incompatibles determinadas situaciones y actividades de los agentes públicos, virreyes, alcaldes ordinarios, regidores y otros (i°). Esta preocupación persistió después de la Revolución de 1810. Y hoy existe en el país un régimen de incompatibijidades administrativas, las cuales están regidas, en el orden nacional, por la Constitución, leyes y decretos ( u ). (9) Expresa Serrano Guirado que "las incompatibilidades de las autoridades vienen a ser una exigencia del principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y ante los poderes públicos" (ob. cit., pág. 33). Según Sayagués Laso, "dichas incompatibilidades deben estar Justificadas por razones de buen servicio: dedicación total a las funciones públicas; imposibilidad material de ejercer éstas simultáneamente con otras actividades; asegurar la independencia de los funcionarios; evitar su intervención en asuntos en que puedan tener interés o respecto a personas con las cuales "estuviesen vinculados"; etc. (Tratado di Derecho administrativo, t. 1, pág. 319, Montevi- deo, 1953). Para Villegas Basavilbaso, "las incompatibilidades administrativas tienen otro fundamento. Resultan de la oposición de intereses dpi agente público respecto de los intereses de la Administración pública, o de la prohibición de acumulación de oficios. En todos estos inpedimentos prevalece el interés público, bien sea de carácter administrativo, propiamente dicho, económico o moral" (ob. cit., t. 3, pág. 580). Como se puede observar, en este autor no quedan diferenciados ¡os fundamentos de los supuestos de incompatibilidad. (10) Recopilación de leyes de Indias, leyes 11 y 12, tít. 10, lib. 4. Otras leyes sobre la materia, de gran valor ético, aparecen en el tít. 2 del mismo lib. 4, y en el tít. 2 del lib. 3 (leyes 27, 28, 29, 30 y 31). Ver Levene, Historia del Derecho argentino, t. 2, págs. 54, 55 y 56, Bs. Aires, 1946; y, también Nieto, ''Puentes legislativas preconstitucionales para la historia de la burocracia en España", en Revista de Administración Púbüca, Madrid, septiembre-dicíembre de 1980, año 11, núm. 33, página 273, especialmente pág. 280. (11) Particularmente, el decreto núm. 63 de La Constitución Nacional establece que el presidente de la Nación y el vicepresidente, "no podrán ejercer otro empleo, ni recibir ningún otro emolumento de la Nación, ni de provincia alguna" (art. 79); que los ministros del Poder Ejecutivo, "no pueden ser senadores ni diputados, sin hacer dimisión de sus empleos de ministros" (art. 91); que ningún miembro del Congre- so puede "recibir empleo o comisión del Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de escala" (art. 64); que los gobernadores no pueden ser miembros del Congreso (art. 65); y que "los empleados a sueldo del Gobierno Federal" no pueden ser 2 electores (art. 81) (* ). Estas incompatibilidades son administrativas, dado el ámbi- to subjetivo y objetivo de la vigencia de las normas que las disponen, y por lo mismo, son materia del derecho administrativo, aunque dichas normas tengan entidad constitucional. Esta circunstancia, es cierto, ha hecho que íueran consideradas por el Derecho constitucional. Pero ello, como sucede con muchas otras normas constitucionales (art. 17, expropiación; art. 86, inc. 2, reglamentos; etc. («), no desnaturaliza ni excluye los institutos jurídicos de la esfera del Derecho administrativo. Debe aceptarse, entonces, que esta rama del Derecho puede reglar las incompatibilidades y declarar, por ejemplo, que en la Administración un agente público no puede ser a la vez ministro o miembrj del Poder Legisla- tivo (i-*), salvo que la Constitución dispusiera lo contrario. Diversas leyes traen también, supuestos de incompatibilidad administrativa. En pri23-3-932; B. O., 30-3-932, página 1074. Tiene el núm. 63, según su publicación oficial, aunque en el decreto 20.854, de 19-10-951 (B. O., 19-9-951; Anales de Legislación Argentina, t.- 11-A, pág. 535), y en la publicación que se hace en A.D.L.A. (t.19201940, pág. 935), se le adjudica el núm. 1134. Bielsn señala este decreto de 30-3-932 "como mero antecedente", "como acto de orden y moral de la Administración pública", "sin que importe la vigencia, o no" (ob. clt., t. 3, pág. 122.). Como indudablemente importa su vigencia, cabe expresar que el decreto 63/32 la conserva. (12) Ver Guffanti, art. cit. (13) Ver Dana Montano, "La Administración pública en las nuevas Constituciones provinciales argentinas", en Revista internacional de Ciencias Administrativas, Bruselas, 1959, val. 25, núm. 3. pág. 298. Blelsa (ob. cit., t. 3, pag. 118) y Villegas Basavilbaso (ob. clt., t. 3, pág. 58) opinan que no corresponde al Derecho administrativo el estudio de las incompatibilidades directamente preceptuada» por la Constitución Nacional. (14) Sánchez Viomonte, (Manual de Derecho constitucional, pág. 262, Bs. Aires. 1959), al referirse al art. 64 de la Constitución Nacional, aflrm-i que debe ser reglamentado por ley y que "los decretos del Poder Ejecutivo, respecto a Incompatibilidades, no pueden alcanzar a los miembros del Poder Legislativo". mer lugar debe citarse la ley de Ministerios, N« 14.439, cuyo art. 31 dispone: "Durante el desempeño de sus cargos los ministros secretarios, los secretarios de Estado y subsecretarios, no podrán ser miembros de directorios o comisiones directivas, administrativas o locales, ni gerentes, apoderados, representantes, asesores técnicos o legales o patrocinantes, o empleados de empresas particulares que se rijan por concesiones otorgadas por el Congreso, las Legislaturas provinciales o los municipios; ni prestar el patrocinio profesional o ejercer la profesión a cualquier título en litigios judiciales o sometidos a fallos de tribunales arbitrales en que se ventilen cuestiones de empresas de la índole prevista en este artículo". Esta misma ley agrega en el artículo 32: "Ningún ministro secretario, secretario de Estado o subsecretario, podrá tampoco estar directa o indirectamente interesado en cualquier contrato o negocio con la Nación, las provincias, las municipalidades o las reparticiones autárquicas. Esta inhabilidad comprende también a los miembros de directorios o de comisiones administrativas o ¡ocales, gerentes, representantes, apoderados, patrocinantes, asesores técnicos o legales, o empleados de empresas, sociedades o individuos que tengan relaciones comerciales con los poderes nacionales o provinciales o con las municipalidades o reparticiones autárquicas, o que tengan que realizar ante cualquiera de estas autoridades gestiones permanentes o accidentales en defensa o representación de intereses o actividades comerciales, industriales o particulares que puedan comprometer intereses de orden público"; y en el artículo 33: "Asimismo los ministros secretarios, secretarios de Estado o subsecretarios, mientras duren en sus funciones no podrán ejercer profesiones liberales ni desarrollar ninguna otra actividad privada que tenga vinculaciones comerciales con el Estado nacional, provincial o municipalidades" (i»). (15) El ministro del Interior, Alfredo B. Vitólo, dijo en el debate producido en la Cámara de Diputados, al sancionarse la ley 14.439: "Quiero agregar algo no dicho en el debate. En aquella oportunidad (se refiere al año 1949) la bancada radical señaló la necesidad de que en la ley de ministerios hubiera un capitulo tle incompatibilidad. Este hecho quiero destacarlo. En cumplimiento de aquella posición, el proyecto que está considerando la Honorable Cámnra trae en su psrte final un capitulo de incompatibilidades, que será un alto ejemplo moral y señalará una conducta y una vocación. Por este proyecto ninguno de los ministros secretarios, ni los secretarios de Estado, ni los subsecretarios, podrán integrar directorios de empresas concesionarias o que tengan reluciónos con el Estado. Ninguno de ellos podrá ser asesor lega! o técnico de ninguna empresa vinculada al Estado y ninguno de ellos podrá tam- Otras leyes especiales reglan situaciones particulares del personal civil de Circulación Aérea y Aeródromos ( 10 ); del Servicio Penitenciario de la Nación («); de la Dipoco patrocinar directa o Indirectamente a empresas, entidades o personas en juicios en que esto vinculado el interés del Estado. Valga esta Inserción para señalar que nuestra larga lucha para fijar una conducta moral y austeridad en el ejercicio de las funciones se concreta hoy, seguro estoy, con el apoyo de todos, en esta ley de ministe- rios" (Diario de Sesiones Diputados, año 1858, pág. 721). (16) Reglamento aprobado por el decreto-lcv 5750, de 23-4-958 (B. O. 11-6-958; A.D.L.A., t. 18-A. pág. 880), En el inc. 16 del art. 29 obliga al agsnte a "declarar bajo juramento los cargos oficiales y privados que desempeñe, a efectos de determinar si están comprendidos en el régimen de Incompatibilidades". (17) Ley 14.515, en la cual el art. Si dice: "Queda expresamente prohibido al personal, sin perjuicio de lo que establezcan las leyes y los regiamentos particulares de las distintas unidades y servicios: a) Prestar servicios, remunerados o no, asociarse, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas físicas o Jurídicas, empresas privadas o mixtas que tengan por objeto la explotación de concesiones o privilegios de la adminis- tración en el orden nacional, provincial o municipal, o fueren proveedores o contratistas de la institución, asi como tener Intereses de cualquier naturaleza que fuere, por sí o por ínterpósita persona, en las mismas y utilizar en beneficio propio o rte terceros los bienes de aquélla; b) Recibir directa o indirectamente, sea en forma transitoria o permanente, beneficios originados por transaccio- nes, concesiones, franquicias, adjudicaciones y contratos otorgados por la Institución o cualquier dependencia pública, salvo que el beneficio no tuviere carácter personal; c) Intervenir directa o Indirectamente en la obtención de concesiones de la administración pública o de cualquier beneficio que importe un privilegio; d) Realizar o patrocinar trámites o gestiones administrativas referentes a asuntos de terceros que se encuentran o no oficialmente a su cargo, hasta un año después del egreso; e) Hacer o aceptar dádivas o presentes en los internos, sus familiares o cualquier otra persona, como asimismo utilizar a aquéllos en servicio propio o de terceros; f ) Comprar, vender prestar o tomar prestada cosa alguna de los internos; g) Encargprse de comisiones de los internos, llevar o Introducir objetos pertenecientes a los mismos, servirles de intermediario entre sí o con personas ajenas al establecimiento, dar noticias y favorecer correspondencia, cualquiera fuera el medio empleado y obrase o no en atención a retribución por parte de aquéllos o terceros; h) Dar otro destino que no sea el que está Indicado por disposiciones expresas o implícitamente por su naturaleza, a los equipos, vehículos, viviendas, alojamientos, uniformes, armas y todo otro objeto de pertenencia del Estado que les haya sido provisto para su uso; i) Realizar propaganda o coacción política con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones. Exceptúase de las prohibiciones contenidas en los incisos d) y g) en todo lo que se relacione con gestioneü propias de su misión, a los agentes de servicios asistenciales y sociales, a otros funcionarlos para quienes, atendiendo a. la naturaleza de su función, en forma expresa se determine, y a aquellos a quienes los responsables de los establecimientos encomienden tareas oficiales que exijan para su cometido dicha excepción". rección Nacional de Turismo O»); de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (i»); etcétera. Y, finalmente, el Estatuto del Personal Civil de la Administración Nacional (20) ( en el art. 47 establece: "Es Incompatible el desempeño de un cargo en la Administración Nacional con otro empleo nacional, provincial o municipal, de acuerdo con el régimen establecido por las leyes y reglamentaciones en vigencia". En el articulo 6, como deberes, trae los siguientes, en relación con la materia: "1) A declarar sus actividades de carácter profesional, comercial, industrial, inclusive cooperativas, o de algún modo lucrativas, a fin de establecer si son compatibles con el ejercicio de sus funciones."; "D A excusarse de intervenir en todo aquello en que su actuación pueda originar interpretaciones de parcialidad y|o concurra incompatibilidad moral."; y "11) A encuadrarse en las disposiciones legales y reglamentarias sobre incompatibilidad y acumulación de cargos"; agregando el inc. e) de su reglamentación (21) el deber de "declarar, bajo juramento, su carácter de jubilado, los cargos oficiales o actividades privadas que desempeñe, a efectos de determinar si están comprendidos en el régimen de incompatibilidades e inhabilidades". Como se ve, aquí no se confunden las incompatibilidades con las inhabilidades,, como incorrectamente se hace en el artículo 32 de la ley de Ministerios. Y de estas normas del Estatuto se desprende que la incompatibilidad no se agcta en el supuesto de acumulación de cargos y que otros supuestos pueden ser establecidos o determinados por la autoridad administrativa. Pero, otros se incluyen, también, en el Estatuto; esta vez, como prohibiciones. Así, en el artículo 7 se expresa: "Queda prohibido al personal, sin perjuicio de lo que al respecto establezca la reglamentación pertinente: a) Patrocinar trámites o gestiones administrativas referentes a asuntos de (18) Ley 14.574, cuyo nrt. 27 dispone: "Es incompatible el cargo de presidente, vicepresidente 1? y 2" o vocal de la Dirección nacional de turismo con el de: presidente o miembro de directorios o consejos; administrador, representante, agente, gerente, apoderado, gestor, asesor,' consejero Jurídico o técnico; patrocinante o empleado, de empresas que exploten servicios públicos o industrias vinculadas a la Dirección nacional de turismo. Tampoco podrán gozar de subvenciones u otras ventajas análogas otorgadas por la misma repartición. Lo precedentemente expresado excluye a los funcionarios arriba citados que ejerzan la. explotación de la industria o comercio de cuya representación surgió su designación". (19) Ley 14.771. (20) Decreto-ley 6668, 17-6-957; B. O., 26-6957; A.D.L.A., t. 17-A. pág. 560. (21) Decreto 1471, 10-2-958; B. O., 13-2-958; A.D.L.A.. t. 18-A, pág. 603. terceros que se encuentren o no oficialmente a su cargo, hasta un año después del egreso, b) Prestar servicios, remunerados o no, asociarse, dirigir, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas físicas o jurídicas, que gestionen o exploten concesiones o privilegios .de la Administración, en el orden nacional, provincial o municipal, o que sean proveedoras o contratistas de la misma, c) Recibir directa o indirectamente beneficios originados en contratos, concesiones, franquicias o adjudicaciones, celebrados u otorgados por la Adminstración, en el orden nacional, provincial o municipal, d) Mantener vinculaciones que les representen beneficios u obligaciones con entidades directamente fiscalizadas por la repartición a que pertenezcan, e) Realizar propaganda o coacción política con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones, cualesquiera sea el ámbito donde se realicen las mismas, f ) Realizar o propiciar actos i compatibles con las normas de moral, urbanidad y buenas costumbres." Y en el artículo 7 del reglamento, se establece: "De conformidad con lo perscripto en los artículos 69, incisos b), e) y f ) , y 7" del Estatuto, está prohibido al agente: a) Realizar gestiones, por conducto de personas extrañas a las que jerárquicamente corresponda, en todo lo relacionado con los derechos y obligaciones establecidas en el Estatuto; b) Organizar o propiciar, directa o indirectamente, con propósitos políticos o de homenaje o reverencia a funcionarios en actividad, suscripciones, adhesiones o contribuciones del personal de la Administración; c) Recibir homenajes, obsequios, importe de colectas, en dinero o especies, con motivo de sus funciones; d) Concretar, formalizar y efectuar con o entre el personal, operaciones de crédito; e) Utilizar, con fines particulares, los elementos de transporte y útiles de trabajo destinados al servicio oficial y los servicios del personal a sus órdenes; f) Valerse de informaciones relacionadas con el servicio, de que tenga conocimiento directo o indirecto, para fines ajenos al mismo; g) Difundir, por cualquier medio y sin la previa autorización superior, informes relativos a la esfera administrativa; h) Valerse directa o indirectamente de facultades o prerrogativas inherentes a sus funciones, para realizar propaganda o, coacción política, cualquiera sea el sitio donde ésta se realice. Esta prohibición de realizar propaganda no excluye el ejercicio regular de la acción política que el agente efectúe de acuerdo a sus convicciones, siempre que se desenvuelvan dentro de un marco de mesura y circunspección y no contravenga disposiciones establecidas en el Estatuto." Numerosos decretos complementan el régimen.2 2 El decreto del 17 de octubre de 1916 ( ), en un único considerando, declara que es "inherente a todo buen gobierno que los empleados públicos, además de la consagración ^ue deban a sus funciones, tengan el más alto concepto de su moralidad". En el artículo 2 dispone: "Los empleados no podrán intervenir ni tener ingerencia alguna en asuntos por cuenta de terceros, que se tramiten ante las autoridades a corporaciones de carácter público"; y en el artículo 3: "Queda prohibido a los empleados de la administración el desempeño de más de un puesto o cargo público de cualquier jurisdicción que fuere". Tiempo después, en acuerdo general de ministros, el Poder Ejecutivo dictó el decreto N' 63 (23 de marzo de 1932) —considerando: "A los efectos de un mayor rendimiento y de una mejor dedicación a las tareas que cada funcionario tiene la obligación moral y material de atender con el máximo de eficacia; propendiendo a una equitativa distribución del trabajo y siendo necesario, especialmente en las actuales circunstancias, evitar el desempeño simultáneo de más de un cargo administrativo, sin perjuicio de contemplar aquellas funciones, que por su índole, pueden ser acumulables y determinarlo en tales casos en forma precisa;"— el cual estableció en el artículo 1': "Una misma persona no podrá desempeñar más de un empleo, sea éste nacional, provincial o municipal, salvo los casos que especifica el presente decreto. Los empleados o funcionarios de la Administración Nacional y de las reparticiones autónomas, que tengan más de un puesto, deberán presentarse a los respectivos ministerios, dentro de los quince días de publicado el presente decreto, denunciando los cargos que desempeñen, bajo pena de declarárseles cesantes en todos los puestos que dependan de la Administración Nacional, en caso, de incumplimiento." Agrega el decreto en el artículo 2': "No podrán desempeñar cargos docentes en los institutos dependientes del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, los vocales de Cámaras o Superiores Tribunales, jueces, agentes o procuradores fiscales, asesores o defensores de pobres, menores y ausentes de la Nación o de las provincias."; y en el artículo 3': "Los profesores y maestros que fueran elegidos miembros de los poderes ejecutivos o legislativos de la Nación, gobernadores de provincias y ministros provinciales, quedarán de hecho en disponibilidad mientras dure su mandato, teniendo derecho, al terminar éste, a su reintegro al (22) B O., pág. 603. ejercicio de la docencia," Los artículos 4 a 11 se refieren a- cargos docentes ( 23 ). Y el artículo 12 expresa: "La Contaduría General de la Nación tendrá a su cargo la vigilancia estricta del cumplimiento de este acuerdo, debiendo dar cuenta de inmediato al Poder Ejecutivo de cualquier violación que compruebe a sus disposiciones." Posteriormente, aparecieron muchos decretos relacionados con la materia: decreto N' 169 de abr. 29/932 (24), sobre la forma en que deben resolverse 25las incompatibilidades; de jun. 18/932 ( ), aclarando el alcance del artículo 4 del decreto N9 63/ 932; N» 792, de septiembre 30/932 (28), declarando que el decreto N9 63/932 "comprende a las llamadas entidades autónomas de la Administración nacional y entre ellas las Universidades"; N9 1332, de. agosto 24/934 C"), diciendo que la Contaduría Ge(23) El art. 9» dice: "No se considerará' incompatible, salvo razones de orden moral, distancia o superposición de horario, el ejercicio de una cátedra universitaria o dos en la enseñanza secundaria, normal o especial, cargo docente en la enseñanza o el magisterio". Esta norma interesa en cuanto prevé las razones de orden moral, distancia o superposición de horario. (24) B. O., 4-5-943, pág. 66. (25) B. O., 23-6-932, pág. 850. (26) B. O., 8-7-932, pág. 378; J. A., t. 50, sec. leg., pág. 27. Este decreto expresa en sus dos últimos considerandos: "2<j Que la relativa autonomía de las Universidades es según la ley 1597, esencialmente de orden didáctico, y, en consecuencia, las ordenanzas de esta índole dictadas por las Universidades no afectan al régimen general establecido en el decreto 63/932, lo cual no impide que los estatutos universitarios y las ordenanzas dictadas por las Universidades pueden disponer, además de las incompatibilidades generales determinadas en el decreto, otras especiales de orden docente o didáctico. Ya sea por la índole de los cargos, como el de profesor y el de jefe de trabajos prácticos de la misma cátedra, ya sea por simultaneidad de horario; 3í Que el régimen general de incompatibilidades establecido en el referido decreto se funda en razones de orden económico y administrativo, y sus excepciones no son otras que las expresadas en el mismo pues de no ser así, se destruiría la unidad y uniformidad que debe regir en toda la Administración pública, y crearla injustificadas situaciones de privilegio en las reparticiones autónomas". (27) B. O..29-8-934, pág. 1163. El art. 1» de este decreto dispone que la Contaduría General de la Nación proceda eh la forma determinada en los considerandos, en los cuales se expresa: "Que la intervención de la Contaduría General de la Nación emerge de la disposición del art. 12 del Acuerdo referido (del 23 de marzo de 1932) al establecer que dicha repartición tendrá a su cargo la vigilancia estricta del cumplimiento del mismo para todos los funcionarlos, jubilados y empleados de la Administración nacional, como asi también de las entidades autónomas, y entre ellas las Universidades, según lo declara el Acuerdo de fecha 30 de septiembre de 1932; Que, en el supuesto caso de que los funcionarios, jubilados y empleados que menciona la nómina adjunta hubiesen cumplido con la obligación de denunciar los cargos que desempeñan simultáneamente, con arreglo al art. 1» del Acuerdo General de Ministros de 23 de marzo neral de la .Nación suspenda el pago de haberes de determinados empleados, "hasta tanto el Ministerio de Justicia e instrucción Pública declare la compatibilidad o incompatibilidad de los cargos simultáneos que ejercen", así como también, de jubilados en posesión de cargos docentes; N' 1362, de sept. 19/934, declarando que las disposiciones del decreto N» 63/932 son de carácter permanente y a ellas deben ajustarse los nombrados con posterioridad, y que quienes ingresen deben formular la 9denuncia dentro del término del artículo I del decreto citado; de abr. 10/ 935, aplicando el temperamento del decreto N9 1332/934 a varios empleados; N9 341, de febr. 26/936 (2»), generalizando el procedimiento dispuesto por los decretos N9 1332/ 934 y de abr. 10/935; de mar. 23/937, ampliando el acuerdo de jun. 18/932; N9 19.108, de nov. 11/954 (2fl), sobre la forma en que de 1932, dicha situación resulta privilegiada debido a que aún mantienen como titúlales los cargos denunciados; Que, si bien la parte in fine de dicho artículo establece como pena la cesantía de los funcionarlos o empleados en todos los puestos que dependan de la Administración nacional por no denunciar sus cargos dentro de los quince días de la publicación del decreto, ello no Impide que se tomen otras medidas previas que tiendan a ía fiel observancia de sus prescripciones y, en consecuencia, podría adoptarse el temperamento de suspenüerles el pago de los haberes hasta tanto el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública declare la compatibilidad o incompatibilidad de los cargos simultáneos que ejercen cada urio de los empleados y funcionarios indicados en la nómina acompañada; Que, por la misma circunstancia, los Jubilados en posesión de cargos docentes o cátedras, deberán denunciar dentro de los quince días de la fecha sus respectivas situaciones ante el Ministerio de Hacienda, bajo apercibimiento de suspendérseles el pago de sus haberes Jubllatorios". (28) B. O., 10-3-936 pág. 385. Dispone este de- creto: "Artículo I"! Queda autorizada la Contaduría General de la Nación a suspender la liquidación y pago de los haberes correspondientes al personal de la Administración nacional, en los casos en que aún no se haya resuelto por el Ministerio respectivo la compatibilidad de los cargos simultáneos que desempeñen, como así también de los empicados y jubilados qxie no hayan denunciado en virtud del mencionado Acuerdo (23 de marzo de 1932) que rige las incompatibilidades, sus respectivas situaciones. Art. 2? Todos los casos en .que medie la observación de la Contaduría General de la Nación, en cumplimiento del art. 12 del Acuerdo General de Ministros de 23 de marzo de 1932, serán resueltos por el Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Hacienda. Art. 3« Las resoluciones que recayesen serán acatadas dentro del término de diez días de la fecha del respectivo decreto, bajo apercibimiento de quedar cesantes los interesados, en todos los cargos que desempeñen. Art. 4» De forma". (29) B. O., 17-9-954; A.D.L.A., t. 14-A, pág. 625. El texto de esté decreto es el siguiente: ''Visto la necesidad de adoptar las medidas que aseguren la fiscalización a cargo de la Contaduría General de la Nación en cuanto se -refiere al cumplimiento de las disposiciones en vigor sobre acumulación de cargos e incompatibilidades, considerando: Que tales me- deben resolverse las incompatibilidades; N' 9530, de nov. 7/958 (»»), acordando un plazo de 60 dias para presentar o actualidldas pueden adoptarse como complemento de las zar la declaración jurada sobre incompaque establece el régimen en vigor y sin perjuicio tibilidades y sancionando con cesantía el del ajuste general de las disposiciones que lo Intecaso de incumplimiento; y el decreto N» gran, aspecto éste que se halla actualmente a es1411, de febr. 11/959 (si), exceptuando de tudio; Que es necesario refirmar el principio que consagra el decreto del 23 de marzo de 1932, en lo establecido por el artículo 11, decreto N» cuanto prescribe la cesantía en todos los cargos 9530/958, al personal de profesionales. cuando se comprueben falsas declaraciones u omDecretos especiales determinaron la inastones, por parte de los agentes; Que es Igualmente necesario exigir de las reparticiones y deplicabilidad del decreto N» 63/932 en casos pendencias responsables que sin dilaciones cum- particulares: cargos eclesiásticos (sz), inplan, y hagan cumplir, al personal afectado por tendentes municipales y concejales (33), Incompatibilidades, los emplazamientos u opciomiembros del Directorio Nacional de Vialines que correspondan, como así también la presentación de las declaraciones Juradas que obligatodad y "vocales de los cuerpos colegiados de riamente deben formular los agentes titulares cié las entidades autárquicas de análoga esacumulación; El Presidente de la Nación Argentructura legal" (34) y otros (35). También tina decreta: Artículo 1' Toda dependencia de la Administración nacional, inclusive las entidades numerosos decretos se han dictado respecdescentralizadas, empresas del Estado y servicios to de la acumulación de cargos docen3 nacionalizados, deberán notificar a su persona!, tes í »). dentro de los quince días de la fecha del presente. Y por último, para completar la exposique todo agente que revista en más de un cargo, ya sea en el orden nacional, provincial y/o mvnición de las normas que integran el régiclpal, sea cual fuese su naturaleza (administrativo, men de incompatibilidades administrativas, técnico, profesional, docente, maestranza, de ser- vigente en el orden nacional, cabe decir vicio, etc.) o su calidad (titular, Interino, suplenque el artículo 18 del decreto N» 11.732, de te, etc.), que no hubiere efectuado en su oportunidad la declaración Jurada que establece el art. 1» del decreto del 23 de marzo de 1932, o bien, que presentada la misma haya variado su situación rte revista debe presentar de Inmediato su declaración Jurada. Art. 2? L Contaduría General de la Nación, cuando compruebe la existencia de acumulaciones Incompatibles y, asimismo, cuando constate qxie el personal no ha presentado la declaración Jurada, se abstendrá de prestar su conformidad a la linuidación de haberes, y hará saber su observación a la repartición o dependencia que corresponda la que deberá disponer el cese de funciones, en forma transitoria, del personal de que se trate, y has*» tanto se regularice su situación previa intervención de la Contaduría Genera! is la Nación. En todos los casos de reeu'íii'ización de la situación a qu? se alude precedentemente deberá ser resuelta dentro de los treinta días de suspendido el agente en sus funciones, a cuyo término será tenida por ceie definitivo, por razones de Incompatibilidad, si no se hubiera dispuesto lo contrario. En tales circunstancias el cese se producirá sobre el cargo de menor antigüedad y por ese orden si fueran miis de uno. Art. 3i Las reparticiones, dependencias, entidades descentralizadas, las empresas del Estado y servicios nacionalizados en donde la Contaduría General de la Nación no tenga la Intervención pre- via en la liquidación de ras planillas de sue'dos y jornales, facilitarán a las delegaciones, auditorias y fiscalías de dicha repartición todos los elementos necesarios para la verificación a los fines de este decreto, estando además obligadas a seguir el procedimiento que se Impone por el art. 2« en cuanto a suspensión de liquidación de haberes y limitación de prestación de servicios. Art. 4? Los emplazamientos que formule-la Contaduría Gene- ral de la Nación para la regularización u opción en casos de Incompatibilidad, deberán ser diligenciados por las autoridades responsables de los distintos sectores de la Administración nacional dentro de los tres días hábiles de recibir las actuaciones. Art. 5» El personal que acumule cargos dependientes de distintos departamentos, presentará su declaración jurada en uno de ellos, obteniendo del mismo la constancia que acredite ese extremo para Justificar ante el otro u otros Ministerios el cumplimiento de este decreto. Cuando se acumulen cargos docentes con cargos de otra clase la declaración se formulará ante el Ministerio del que dependa el cargo docente. Art. 6» Toda falsedad u ocultamiento en las declaraciones Juradas dará lugar a la cesantía del agente, por razones de incomoatlbiliclad en los cargos nacionales que ocupe". (30) B. O., 13-11-958: A.D.L.A., t. 18-B, pági- na 1207. Aprobó el escalafón para el personal civil de la Administración pública nacional. El art. 11 de este decreto dispone: "Acuérdase un plazo d« sesenta dias contados a partir de la fecha del presente decreto, para que los agentes que no hubieran presentado o actualizado la declaración jurada sobre incompatibilidades e inhabilidades a que se refiere el art. 6", inc. e) de la reglamentación de! Estatuto del Personal Civil de la Administración Pública Nacional, aprobada por decreto núm. 1471/ 958, den cumplimiento a dicha obligación. Transcurrido el plazo citado, el personal que se encuen. tre en falta será pasible de la saclón prevista por el art. 37 del Estatuto antes mencionado". (31) B. O., 14-2-959; A.D.L.A., t. 19-A, 2» parte, pág. 51. (32) Decreto 14.793, de 23-12-932. B. O., 31-12932; AJJ.L.A.. t. 1920-1940. pág. 946. (33) Decretos 133.340, de 17-10-942, B. O., 3010-942; A.D.L.A., t. 2, pág 277; y 136. 345, 21-11942, B. O.. 3-12-942; A.DÍ.A., t. 2, pág. 287. (34) Decreto 2854, de 21-3-960, B. O., 24-3-960. (35) Decretos de l«-7-936, 7-7-936 y 21-6-937 (verlos en Guffantl, art. cit.); 138.980, de 31-5-943, B. O.. 17-6-943; AJ3.L.A... t. 3, pág. 29; 143.476, de 22-2-943, B. O., 7-4-943; AJ5.L.A., t. 3. pág. 11C; 16.561, de 17-12-943, B. O.. 4-2-944; A.D.L.A., t. 4, pág. 17; y 12.607. de 22-6-950, B. O.. 28-6-950; AJO.L.A., t. 10-A, pág. 498. (36) Decretos de 14-8-933. 13-3-935 y 5-12-935 (verlos en Guffantl, art. clt); 119.233, de 6-5-942, B. O.. 22-5-942; A.DL.A.,, t. 2. pág. 210; 119.624, de 11-5-942, B. O., 22-5-942; A.D.L.A.. t. 2. pág. 211; 1078, de 25-1-944, B. O-, 2-2-944; A.D.L.A., t. 4, pág. 91; 10.831, de 2-5-944, B. O., 20-5-944; AJDX.A., t. 4, pág. 271; 15.889, de 21-6-944, B. O., 14-7-944; A.D.L.A., t. 4, pág. 366; 13.965, de 11-7-950, B. O., 7-8-950; A.D.L.A.. t. 10-A, pág. 516; 20.854, de 1910-951, B. O., 19 11-951; A.D.L.A., t. U-A. pág. 535: 25.691. de 20-12-951, B. O., 2-1-952; A.D.L.A., to- mo 12-A. pág. 250; 3514, 24-3-960. decreto-ley B. O., 3-6-958; AJD.L.A.. t. 18-A. pág. 689; 10.898, de 4-12- 958. B. O., 15-13-958; AJJiJV.. t. 18-B. pág. 1247). setiembre 22/960 («), declara incompatible el goce de jubilaciones con la percepción de remuneraciones por servicios prestados por cuenta ajena; que el artículo 9 del decretoley 1285, de febrero 4/958 (**), declara incompatible la magistratura judicial con el desempeño de empleos públicos, excepto la comisión de estudios o la docencia universitaria; asi como también, que las reglamentaciones de algunas profesiones trae.n ciertos supuestos de incompatibilidad. De la misma manera, debe dejarse anotado que el artículo 265 del Código penal prevé el delito formal de negociación incompatible con el ejercicio de funciones públicas, para ''el funcionario público que, directa, por persona interpuesta o por acto simulado, se interesase en cualquier contrato u operación en que intervenga por razón de su cargo" (primer párrafo) (3»). 3. Interpretación de las normas. Las normas integrantes del régimen nacional (Administración central y descentralizada) sobre incompatibilidades administrativas, se encuentran, entonces, en la Constitución Nacional y en diversas leyes y decretos. Los supuestos más importantes de incompatibilidad —como, se ha visto—, están establecidos por las leyes. Sólo el supuesto de acumulación de cargos (prohibida en forma general), está regulado por decretos ( 40 ), circunstancia que no impide que el régimen tenga estabilidad, como lo demuestran las fechas de los decretos vigentes. Estos decretos son manifestación de la potestad reglamentaria del Poder Ejecutivo (art. 86, incs. 1 y 2, Const. Nac.). Al dictarlos, este órgano ejerce una competencia tiplea administrativa, por tratarse de la organización de los servicios de la Administración («). Así lo reconocieron los ds(37) B. O., 27-9-860. Ver sobre el tema, Bldart Campos, "La «vuelta al servicio» y las incompatibilidades de los jubilados en actividad", en D.,J. A., núm. 6931. J9-11-957, y "El d*crct."-ley número 12.458/57 y la suspensión de las incompatibilidades entre jubilación y sueldo", en D. J. A., núm. 6962, 20-12-957. (32) B. O., 7-2-958; AJ5.L.A., t. 18-A, pág. 587. (39) Ver Soler, Derecho venal argentino, t. 5, pág. 211, Bs. Aires. 1946, y Óderigo, Código penal anotado, pág. 371. Bs. Airps, 1946. (40) EH art. 2? del decreto de 17-10-916 (ver nota 22) está contenido en el art. 7<?, inc. a) del Estatuto. Por lo dicho, no es correcto expresar: "Advertimos, por de pronto, que falta un régimen legal en «1 sentido formal, razón por la cual las In. compatibilidades se determinan y aplican por el sistema de decretos ejecutivos, que tampoco son orgánicos, sino y más bien casuísticos" (Bielsa. ob. clt., t. 3, pág. 121). Lo mismo afirma Villegas Basavllbaso (ob. cit., t. 3, pág. 581). (41) Garrido Palla, Tratado de Derecho administrativo, t. 1, pág. 237, Madrid, 1958; Garcia-Trt?. vljano Fos, Principios jurídicos de te organización administrativa, pág. 24, Madrid, 1957; Serrano Oulredo, ob. cit., pág. 82; Villegas Basavlltaso, ob. cit., t. 1, pág. 282. cretos de febrero 21-935 («) y el 142.143, de febrero 3-943 («). Al aplicarse todas estas normas legales y reglamentarias, p-uadc usarse de la interpretación extensiva y de la analógica (**) . En efecto el Poder Ejecutivo debe interpretarlas lógica y razonablemente, atendiendo a su intención. De otra manera, una omisión o una estrecha interpretación, podría permitir el desempeño de una actividad contraria a los intereses públicos, lo cual es intolerable. Advertida ésta, el Poder Ejecutivo debe declarar al agente en estado de incompatibilidad. Y el agente, por otra parte, debe ser quien someta su caso no previsto a la decisión del Poder Ejecutivo (art. 6, inc. i, Estatuto y 6, inc. e), Reglamento) . 4. Efectos. El estado de incompatibilidad puede determinar la extinción de la relación de empleo público o su suspensión (art. 2, decreto 19.108/958) («). La extinción se produce por la opción formulada por el agente o por su cesantía dispuesta por la Administración. A veces la suspensión se presenta en la situación de disponibilidad en la cual se coloca al agente (art. 3, decreto 63/932). La legislación sólo dispone la suspensión del pago de sueldos, mientras se substancia el procedimiento de comprobación de la incompabilidad. Sin embargo, en caso de acumulación de cargos debe disponerse la devolución de los correspondientes al cargo (o cargos) que creó el estado de incompatibilidad y desde el momento de su creación, aunque el agente optara por dicho cargo. El estado ilegal en que se ha colocado el agente y el desempeño de la función prohibida, pues, han dejado sin causa legítima el derecho de sueldo. 5. Procedimiento. La Contaduría General de la Nación es el órgano administrativo encargado de comprobar la existencia de un estado de incompatibilidad. Constatado el mismo, debe hacérselo saber a la "repartición o dependencia" correspondiente, la que debe disponer el cese de funciones del agente, en forma transitoria. Al disponerse ésto, debe emplazarse al (42) Ver en Ouífanti art. clt. El considerando 2"> de este decreto dice: "Que los referidos acuerdos han sido dictados por el Foder Ejecutivo en virtud de atribuciones que le son propias (art. 88, Incs. 1 y 10 de la Constitución Nacional)". (43) B. O., 12-2-943; A.D.L.A., t. 3, pág. 75. En el E9 considerando expresa que "es facultad del Poder Ejecutivo establecer el régimen de Incompatibilidades del personal de la Administración". (44) Ver diferencia en García Belsunce, La interpretación de la ley tributaria, págs. 27 y.slgs., Bs. Aires, 1959. En el mismo sentido que el del terto, Savagnoae, ob. clt.. pág. 25. En contra, Brunialti, Dirltto amministrativo, pág. 311. Milán, 190S. (45) Ver en acta 29. agente para que dentro de los treinta días regularice su situación, pasados los cuales debe resolverse por el Poder Ejecutivo (art. 12 decreto 63/932; decreto de abril 29/932; art. 2 decreto 341/936; y arts. 2, 3 y 4, decreto 19.108/954). Siempre, entonces, el pro- cedimiento finaliza con un decreto del Poder Ejecutivo W. Este procedimiento pareciera estar destinado sólo a los casos de acumulación de cargos. Y aunque sus normas no prevén oportunidad de prueba, debe esta concederse al agente. Como puede conducir a la aplicación de una sanción expulsiva, pues, se deben aplicar las normas procesales del Estatuto. La resolución del Poder Ejecutivo, es susceptible de revocatoria (ley 3952) y da lugar a la acción contencioso administrativa, por definir" una situación jurídica del agente que ha puesto en juego sus derechos estatutarios. A la vía judicial contencioso administrativa puede llegarse por motivos de legalidad, en el caso de sanción expulsiva, en virtud del artículo 24 del Estatuto y en el caso de aceptación de la opción formulada por el agente o de declaración de compatibilidad, en aplicación del artículo 45, inc. a), ley 13.998. Para los supuestos de incompatibilidad que no consisten en la acumulación de cargos, debe igualmente seguirse un procedimiento administrativo que contemple para el agente la posibilidad de defensa y que permita a la Administración la prueba del estado ilegal. 6. Extinción. El estado de incompatibilidad se extingue —como lo expresan Bielsa (47) y Viliegas Basavilbaso (<»)—, por actos de la Administración, por voluntad del agente o de terceros y por expiración de un término legal. a) Por acto de la Administración. La Administración puede disponer la cesantía del agente, "en el cargo de menor antigüedad y por ese orden si fueran más de uno", tal como dice el artículo 2 del decreto N° (46) Casi siempre el procedimiento se Inicia con motivo de la declaración Jurada que debe el agente presentar. La resolución del ministro de Justicia e Instrucción Pública de 17-7-935 (ver en Guffantl, art. cit.), consideró al decreto 1362/934 aclaratorio del decreto 63/932. Y en este decreto 1362/ 19.108/954, para el supuesto de acumulación de cargos. Y en los otros casos de incompatibilidad, puede decretar, también su cesantía (art. 37, incs. h) e i), Estatuto). La revocación del nombramiento, señalada por Bielsa y Villegas Basavilbaso como so posible O»), no puede disponerse ( ). b) Por voluntad del agente. En caso de acumulación de cargos puede el agente ejercer su derecho de renuncia —antes de comprobarse el estado de incompatibilidad— o de opción, en las condiciones lega- les. Pero, esta opción —como la renuncia— requiere el acto administrativo de aceptación. En los demás casos de incompatibilidad —entre los cuales se presentan algunos que podrían considerarse de producción instantánea (por ejemplo, art. 7, incs. a, b, c, e y f Estatuto)—, no cabe reconocer al agente dicho derecho. Aparte de no estar previsto en la legislación, en algunos casos, ] ués, su ejercicio será imposible, al haberse producido le 3 ctos y al no estar el agente en un estado de incompatibilidad permanente. Y en otros, razones de interés administrativo impiden que la Administración admita que el agente, por su acto o hecho voluntario, pueda evitar la aplicación de una sanción de cesantía prevista en el Estatuto, por desarrollar actividades inconciliables con la función pública. Es claro que el agente pu°de hacer cesar su estado por su voluntad y dejar de ejercer dichas actividades; pero ello no lo releva de su responsabilidad por la falta disciplinaria que ha cometido y cuyo juzga- miento compete a la Administración. La licencia del agente, al no extinguir la relación jurídica de empleo, deja subsistente el estado de incompatibilad por acumulación de cargos. Y en el caso de un agente que desempeña interinamente un cargo que lo coloca en situación de incompatibilidad, no está obligado a hacer la opción hasta que resulte "confirmado", debiendo, mientras tanto y conforme con la solución dada por el decreto N' 10.831, de mayo 2/944 («), "solicitar (49) Bielsa, ob. cit., t. 3, pág. 124; Villegas Basavilbaso, ob. cit., t: 3, pág. 582. (50) Ver mi trabajo "Extinción del nombramiento del agente público antes de la toma de posesión", presentado al Segundo Congreso Argentino 934 se Interpretó que en. cada caso de acumulación de cargos y dentro de los quince días- de producida, el agente debe hacer la declaración de su situación. El art. Oí del decreto 19.108/954 dispone: de Ciencia Política, organizado por la Asoclaciói Argentina de Ciencia Política (13-18 de agosto de "Toda falsedad u ocultamlento en las declaracio- Aunque la solución del decreto es para "el personal que, desempeñando interinamente cargo o cátedra u horas, designado por el Poder Ejecutivo o por las Universidades nacionales, se encuentre en nes Juradas dará lugar a la cesantía del agente, por razones de incompatibilidad, en los cargos nacionales que ocupe". Sanciona, asi, la falsa denuncia de igual forma que el art. 1? .del decreto 63/933. (47) Bielsa, ob. cit., t. 3. pág. 124. ' (48) Villegas Basavilbaso, ob. cit., t. 3, página 582. 1960). (51) B. O., 20-5-944; A.D.L.A., t. 4, pág. 271. situación de incompatibilidad, por excederse del máximo de acumulación que consiente el régimen vigente", considero que puede extenderse a otras situaciones. licencia sin sueldo, en las tareas en que se exceda". c) Por voluntad de terceros: Es posible que terceros eliminen el estado de incompatibilidad del agente, cuando aquéllos extinguen respecto de éste sus relaciones determinantes de la situación ilegal (52). d) Por expiración de un término legal: Al expirar el término de una relación jurídica inconciliable y al extinguirse, también, ésta con la misma cesa el estado de incompatibilidad (W). SISMOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas. INCOMPETENCIA DE JURISDICCIÓN. (V. COMPETENCIA JUDICIAL. DECLINATORIA DE JURISDICCIÓN. INHIBITORIA DE JURISDICCIÓN.) INCOMUNICACIÓN DEL DETENIDO.* Es la interdicción de relación exterior que, con carácter preventivo, se impone al detenido, sospechoso de haber intervenido en la comisión de un hecho delictuoso, aún antes de que el juez disponga su procesamiento, para evitar que haga desaparecer las huellas del delito o prepare coartadas que dificulten la investigación. La incomunicación es una medida de tipo inquisitivo; sus partidarios sostienen que sirve para llevar el arrepentimiento al ánimo del culpable al colocarlo a solas con su conciencia, impide que se sirva de amigos o parientes o cómplices para destruir los rastros y pruebas del delito, y restablecer la igualdad entre la sociedad y el delincuente que preparó su crimen en la ignorancia de aquella que se asegura entonces las pruebas para condenarlo en la ignorancia de éste. Pero bien dice Jofré, citando a Faustití Hélie, que los antedichos argumentos parten del falso presupuesto de considerar que el detenido es siempre culpable. Los partidarios del sistema acusatorio propugnan la abolición de la incomunicación pues la consideran violatoria de los derechos personales y de la libre defensa en juicio (y por lo tanto inconstitucional), es para ellos una verdadera pena por la restricción de comunicación con los familiares, y trae como consecuencia una indefensión que puede ser aprovechada para que el denunciante destruya las pruebas de descargo. Tampoco estos argumentos son totalmente valederos frente a la adecuada regulación del instituto, limitando los términos y los delitos a los que se la debe aplicar, (52) Ver Bielsa, ob. cit., t. 3, pág. 124, y Villegas Basavilbaso, ob. cit., t. 3, pág. 583. (53) Ver Villegas Basavijbaso, ob. cit., tomo 3, página 583. * Por el Dr. GUILLERMO RAFAEL NAVARBO. y permitiendo la comunicación que no afecte a su objeto fundamental de evitar la desaparición de los rastros y pruebas del delito. Así legislada en las leyes más modernas, la incomunicación es una eficaz garantía de veracidad y una defensa de la inocencia. Es una medida de carácter excepcional para la mayoría de las leyes procesales, carácter de excepción que debe destacarse frente a su diaria desnaturalización al convertirla en habitual. El artículo 256 del Código de procedimientos penales de la Capital dispone que la incomunicación podrá ser decretada por el juez o funcionario que instruya las diligencias del sumario, cuando para ello exista causa bastante, que se expresará en el auto o acta respectiva. La facultad de incomunicar que este artículo y el inciso 10) del artículo 184 conceden a la autoridad policial, está restringida en cuanto a su término por los artículos 6, 183, 193, 194, 196 y 237 del mismo Código. La incomunicación decretada ("cuando existe causa bastante") "en ningún caso podrá exceder de cinco días, si bien podrá acordarse nuevamente en auto motivado por otros cinco, bajo la responsabilidad del juez o funcionario que lo ordene" (art. 257). No hay causa que justifique exceder los diez días. El incomunicado podrá cumplir con los actos civiles urgentes compatibles con su estado, usar de libros, recado de escribir y otros objetos que no puedan servirle para eludir la incomunicación o para atentar contra su vida, previa autorización de quien decretó la incomunicación" (art. 258). El funcionario que haya recibido al detenido en custodia cuidará que no se relacione con más personas que las que permitiere el juez (art. 259). Los jueces correccionales de la Capital, por vía de instrucciones a la Policía, han restingido su aplicación al determinar que se disponga la inmediata libertad del detenido, previa comprobación de falta de antecedentes y de que tengan domicilio. Para Jofré, en las causas correcionales no procede, la incomunicación por disponer el artículo 574 del Código de procedimientos que "el juicio será público", evidente confusión de dos principios diferentes ambos propios del sistema acusatorio. El Código de justicia militar (artículos 204 a 206) establece que el instructor podrá incomunicar a los detenidos, siempre que hubiere causa para ello; pero la incomunicación no pasará del tiempo absolutamente necesario para que se practique la diligencia que la hubiere deteminado, y por ninguna azón podra mantenerse por más de cuatro días en cada caso; se hará constar en autos por resolución motivada, y se no- el funcionario policial que ante la denuncia tificará al detenido sin leerle los fundamen- de persona responsable que individualiza tos; el incomunicado podrá usar de libros y concretamente a los autores de un supuesto recado de escribir, previa inspección del Je- delito de lesiones en su perjuicio, con las fe encargado de su custodia. El instructor formalidades de ley decreta las medidas que contraviniere estas disposiciones es pa- precautorias de detención e incomunicasible de sanción y es separado del sumario. ción de los sindicatos como responsables. Las legislaciones provinciales responden, Responde del delito que reprime el articulo en general, al Código de la Capital, siendo 143, inc. 4, en su redacción anterior a la los términos de incomunicación más breves. ley 14.416, el funcionario policial que manEl Código de procedimientos en materia tiene incomunicados durante 9 días a loe penal de la Provincia de Buenos Aires, ar- detenidos en virtud de actuaciones preventiculo 444, dispone que "el instructor en las cionales que instruye. causas graves puede ordenar el secreto de No puede eximirse de responsabilidad al la investigación y la incomunicación del funcionario policial de jerarquia que invoca procesado por un término que no exceda de la creencia que la incomunicación que él cinco días". Texto similar el del Código de habia dispuesto debía ser levantada por el San Luis, que acorta el término a cuaren- juez de la causa. (Jurisprudencia Argentina, ta y ocho horas; la incomunicación no im- año 23, N' 734, 3/1/61. Fallos de la Cámara pide que el procesado pueda hablar con su en lo Criminal de Concepción del Uruguay). defensor (art. 516). No Incurre en desobediencia a El Código de Mendoza (art. 216) estable- la JURISRODENCIA.— autoridad el particular que viola la incomunicace que "el juez podrá decretar, por el tér- ción de un procesado (Cara. Crlm. Cap., fallos, mino máximo de cuarenta y ocho horas, la t. 2, pág. 466). Las cuestiones de competencia no incomunicación del detenido, a quien se le pueden prorrogar la incomunicación por más tiemdel fijado en la ley (id.. Jurísp. Criminal de la impute un delito grave, cuando existan mo- po Policía, t. 62, pág. 171). tivos para temer que se acordará con sus BIBLIOGRAFÍA. — Jotré, T., Manual. de procedicómplices o de otro modo pondrá obst. 2, La Ley. Bs. Aires, 1941. — Castro, M., táculos a la investigación". Idéntico el ar- miento, Curso de Derecho procesal, t. 2, Biblioteca Jurídica tículo 217 del Código de La Rioja, salvo el Argentina, Bs. Aires, 1957. — Oderlgo, M. A,, Detérmino que es de tres días. recho procesal penal, t. 2. Ed. Ideas, Bs. Aires, 1962. El Código penal reprime con prisión de Barbería, L. A., Código de procedimientos en materia penal, t. 1, Depalma, Be. Aires, 1956. — Vélez un mes a un año e inhabilitación especial Mariconde, A., Estudios de Derecho procesal penal, por doble tiempo al funcionario que inco- Universidad Nacional de Córdoba, 1956. municare indebidamente a un detenido (art. 143, inc. 4'). Este delito está incluido INCONSTITUCIONALIDAD (V. CARACTER en el Título V —Delitos contra la libertad—, CONSTITUCIONALES.) en su Capitulo I —Delitos contra la libertad individual—. Presupone la incomunicaOTCONSTITUCIONALIDAD (Acción y deción del detenido decretada sin cumplir las manda).* SUMARIO: I. Ubicación sistemática de! tema en el Derecho público. II. Presupuetformalidades de la respectiva ley procesal tos y premisas de la acción, en el Derecho por el funcionario (Ver art. 77, Código peconstitucional. III. Sistema* de contralor nal) que cometa el hecho ejerciendo funconstitucional. IV. Caracteres procesales e ciones propias. institucionales de la acción. V. La acción en el Derecho público provincial argentino. En el año 1958, la ley 14.616 reformó el Código penal, convirtiendo el inciso 4* del I. Ubicación sistemática del tema en ú articulo 143 en inciso 3», y elevando la pena Derecho Público. Para ubicar el instituto original y transformándola en reclusión ó que tratamos, en el sistema jurídico geneprisión de uno a tres años. La razón de la ral y específicamente, en el sistema consagravación de la pena fue evitar la incon- titucional, creemos oportuno destacar dos gruencia del Código penal que castigaba aspectos esenciales, que tipifican la promás severamente los delitos contra la li- moción de la acción pública, en todo sistebertad cuyo sujeto activo eran particulares, ma de contralor constitucional. que aquellos más graves en razón de ser su En el Derecho Constitucional Argentino sujeto activo funcionario público. El articulo 144, también reformado por la y en el comparado, dos aspectos generales ley 14.616, agrava la pena del anterior lle- llaman la atención del intérprete; el aspecvándola a un máximo de cinco años, cuan- to subjetivo que apunta al titular del deredo concurran las circunstancias de los in- cho de accionar y su legitimación en el proceso constitucional, y el aspecto objeticisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142. Jurisprudencia. No comete el delito pre- vo, que tiene en cuenta el objeto, la finalivisto en el articulo 143, inciso 1, Código penal, en su redacción anterior a la ley 14.416, * Por el Dr. ARMANDO V. SILVA. dad del ejercicio de la acción de inconstitucionalidad y su promoción ante el órgano de contralor. Desde el punto de vista subjetivo, precisa aclarar en el plano teórico, la intervención legitimada del titular de la acción, en el juicio de constitucionalidad, de normas jurídicas estatales. Como se verá, por la evo. lución de la doctrina constitucional sobre la materia, expuesta en los capítulos que siguen, el problema consiste en negar o atribuir amplia personería al particular, para promover la impugnación de normas anticonstitucionales; en tipificar el interés del titular de la acción, y en diferenciarlo del interés privado, que puede motivar, conjuntamente con el interés público, la promoción de la demanda. En el aspecto objetivo, debe ubicarse al instituto en el sistema de garantías constitucionales. Para ello, debe tenerse en cuenta su finalidad que es la de provocar la actividad de examen y verificación de constitucionalidad del órgano encargado de tal función. En ese sentido, la acción que estudiamos, integra el régimen de contralor, examen y revisión de normas ilegítimas, a los efectos de su anulación, para que prevalezca en última instancia, la vigencia de) orden jurídico fundamental. En una palabra, el aspecto objetivo mira al fin institucional supremo: la certeza y seguridad del derecho constitucional, declarado por el órgano de contralor. En el aspecto funcional, por medio de la acción se otorga al particular, con más o menos amplitud, la facultad o el derecho, para actuar el procedimiento de contralor necesario de legitimidad y validez del orden jurídico, en un Estado de Derecho. En esa forma, la doctrina contemporánea, ve perfilarse, por vía de preceptos expresos en las cartas constitucionales, el otorgamiento de una verdadera función pública al accionarse para que, al mismo tiempo que se defiende el interés particular (uti singuli o uti universl), se denuncie y se señale la transgresión del orden constitucional. En el campo del Derecho público, y desde un punto de vista objetivo, actualmente se concede la acción para la defensa integral del orden constitucional. Es decir, para defensa de los derechos individuales y sus garantías especificas, comprendidas en el ordenamiento constitucional; pero al mismo tiempo, para la tutela integral de. todo el sistema constitucional. La acción de inconstitucionalidad, en el sistema norteamericano y en el argentino, constituye una garantía especifica de los derechos subjetivos tutelados y garantizados por el constituyente. En sentido originario, constituye una típica acción civil, y ello se observa en la evolución histórica del instituto. Actualmente por obra de la doctrina y por una labor de perfeccionamiento en las concepciones e institutos de contralor de constitucionalidad, y asimismo, por obra de consolidación de la doctrina de la jurisprudencia sobre la materia, se va perfilando la finalidad-eminentemente objetiva del instituto. En su total integración institucional, el sistema de contralor presupone al órgano (político o jurisdiccional) de examen y verificación de constitucionalidad. Por otra parte, y para poner en movimiento a tal órgano, se atribuye función procesal-constitucional a un titular de la acción otorgada expresamente. De tal manera que el objetivo supremo es siempre, el de impedir que en la producción jurídica del Estado, se desconozca el sistema de garantías y de organización constitucional. Debe observarse, que, en la actividad total del sistema de contralor, coinciden Jos intereses públicos: en la promoción de la acción el titular debe fundar su impugnación, en un interés público, que puede coincidir o no con un interés privado, conjuntamente lesionado. Asimismo, en la actividad de contralor del órgano, por mandato constitucional ilegal, ese interés público es decisorio. Desde el punto de vista del Derecho constitucional, no debe olvidarse que el otorgamiento de la acción integra el plan políticojurídico del constituyente, al instituir el sistema de contralor constitucional. Dentro de ese plan, en el sistema norteamericano y argentino, el Poder Judicial no ejerce un contralor político, con función de veto, como se ha sostenido. Sencillamente, en el sistema clásico, prevaleciente en la Nación y la mayoría de las provincias argentinas, y, en los sistemas más evolucionados, como se verá más adelante, el Poder Judicial ejerce una función eminentemente jurídica, que sólo puede ser calificada de política en la esfera del Poder Constituyente, por cuanto integran el mecanismo para la solución de los posibles conflictos jurídicos con o entre los otros poderes del Estado (i). Su pronunciamiento sobre la inconstitucionalidad de una ley, no consiste concretamente en una actividad legislativa o ejecutiva. Es una actividad eminentemente jurídica, donde el juicio y la acción inte(1) V. García Pelayo, Derecho constitucional comparado, págs. 141 y 157. Madrid. 1953. Además: Ranellettl, Istitusioni di Díritto pubblico, "Parte Oral.", pág. 198, Milán. 1953; Real, A.K., "El Estado de Derecho" (ensayo), en Estudio, en memoria de Couture, págs. 585 y siga., Montevideo, 1957, y extensa bibliografía por él citada; Sánchez Vlamonte, El constitucionalismo y sus problemas, 2» parte, Bs. Aires, 1957. lectiva del órgano jurisdiccional, señalan y los poderes del Estado, sean a su vez prolos vicios insanables del acto y de la acción movidos por la acción de los particulares inobjetivos de Derecho volitiva y discrecional de los órganos legis- teresados, en ambos lativos y ejecutivos. Es una función si se constitucional ( 5 ). quiere, de significado político, en la distriII. Presupuesto y premisas de la acción bución de los poderes del Estado, basado en el Derecho Constitucional. El constituen el imperio de la ley y no de los hombres. cionalismo contemporáneo, como ciencia y La acción es concebida por la ciencia como práctica político-jurídica, ha consaprocesal contemporánea como una "función grado la teoría de la supremacía de la pública", teniendo principalmente en cuen- Constitución sobre las normas jurídicas orta, el origen constitucional de tal garantía. dinarias, dictadas por los órganos compeFuera del concepto romanista de la acción tentes de los poderes constituidos. como medio de obtener la satisfacción del De esa premisa jurídica fundamental, derecho material (subjetivo) lesionado, se deriva la promoción de los sistemas de conobserva y estudia la acción, como instru- tralor, examen o revisión de las leyes, para mento apto para obtener siempre, la apli- garantizar la validez y la legitimidad consticación y actuación del derecho objetivo (ley tucionales de ellas. ordinaria o constitucional) (2). Así cómo en el Derecho Administrativo se Respecto a la naturaleza jurídica del de- admite ya sin discusión, que debe haber recho de accionar en Justicia, la investiga- una supremacía de la legalidad sobre la acción científica ha verificado su fuente o tividad ejecutiva y normativa de los órgénesis institucional. Como tal función pú- ganos, y, en consecuencia un contralor ds blica, para actuar la ley ante los tribuna- legalidad por parte de un órgano, relativa les, y defender en su caso, los derechos re- o absolutamente imparcial, así también, se conocidos por el orden jurídico, resulta en concibe una superlegalidad constitucional, esencia una manifestación especial del de- proveniente de la actividad normativa del recho de peticionar a las autoridades judi- Constituyente, que debe prevalecer en todo ciales. La acción de inconstitucionalidad, co- Estado de Derecho sobre.sus autoridades y mo derecho cívico, cumple en cualesquier subditos, y con mayor razón en todo Estasistema de contralor jurisdiccional de las le- do de Derecho Social, si en la Constitución yes, la función procesal adecuada al régi- se materializan los principios de convivenmen de garantía y contralor en que se la cia y de equilibrio político, económico, religioso y de intereses, de una nación deterotorga (3). Esa finalidad constitucional del institu- minada. Existen sistemas de contralor netamente to de garantía, donde se inserta la acción que tratamos, ha llevado a concebirla co- políticos, por intermedio de los propios órmo una verdadera acción popular, para ac- ganos legislativos, como en la Europa orientuar la legalidad fundamental del estado tal y en algunos ejemplos históricos de la de Derecho. En el orden administrativo ya Francia revolucionaria. También es ejercise ha aceptado por la doctrina,'el otorga- do dicho contralor político por Cortes o miento de esta acción popular, con sentido Comités Constitucionales, que, como se vede solidaridad cívica, en los intereses jurí- rá en la breve síntesis ofrecida en este tradico e institucionales del Estado, y como una bajo, ejercen una actividad de contralor pomanera de llevar a la práctica el contralor lítico, más que jurídico, ya. que la función de legalidad y de constitucionalidad de las (5) V. Constitución española de 1931, artícunormas jurídicas dictadas por órganos comlo 123, 5»; Constitución de Cuba de 1935, arta. 38 petentes ( 4 ). y 84, inc, 4?; de Colombia, art. 149; del Uruguay, Estamos en la etapa del Derecho público, respecto a ciertas normas, art. 303; de la provincia en que al lado de la clásica defensa de los del Chaco, arts. 9? y 170, inc. 1', a); de la provinderechos individuales y la garantía de los cia de Río Negro, art. 137, inc. 1*. V. Kelsen, H., mismos, se trata de arbitrar institutos y Lo garantie jurisdtctionnette de la Constitution, citado por A. Sampay en nota de La-^Ley, t. 27, procedimientos para que el Orden Jurídico págs. 938 y sigs.; Teoría general del Estado, pá(2) V. Prieto Castro, Derecho procesal civil, t. I , pág. 66; Carneluttl, Sistema de Derecho procesal civil, t. 1, pág. 638. (3) V. Couture, E., Estudios de Derecho procesal civil, t. 1, págs. 19 y sigs., y Fundamentos de Derecho procesal civil, págs. 24 y sigs. Bs. Aires, 1958; Pairen Guillen, V. voz Acción, en Enciclope- dia Jurídica Española, t. 2, págs. 190 y sigs., Barcelona, 1950, y bibliografía por él citada. (4) V. Blelsa, "La acción popular y la facul- tad discrecional administrativa", en La Ley, t. 73, pág. 711. gina 237, México, 1957, y Teoría general del Derecho y del Estado, págs. 189 y 190, México, 1958; Alcalá-Zamora y Castillo, "Significado y funciones del Tribunal de Garantías Constitucionales", en Ensayos de Derecho procesal, civil, penal y constitucional, págs. 503 y 533, Bs. Aires, 1944; Sanches; Viamonde, £1 constitucionalismo..., págs. 100, 156 y 205, Bs. Aires, 1957; Fayt, C. A., Los derechos del hombre y sus garantías constitucionales, páginas 193 y sigs., Bs. Aires, 1955; García, A. E., Juicio oral, "Proyecto de Código de procedimientos civiles y comerciales", t. 4, pág. 295, Universidad de La Plata. provocar la jurisdicción) cumple su función específica en el proceso de verificación constitucional. El fundamento inmediato del sistema de contralor y de la garantía que implica, es asimismo la finalidad suprema fijada por todo Estado de Derecho: la seguridad de las relaciones jurídicas entre los particulares, asentada sobre la certeza y validez del derecho objetivo. Puede decirse que; siendo esa la finalidad de todo sistema de contralor o de examen normativo, la acción concebida como una función pública por la doctrina procesalista contemporánea, alcanza en estos sistemas de garantías, el eminente significado de servir de vehículo procesal para contribuir, a dar mayor seguridad, legitimidad y certeza a la organización del estado, en relación al derecho objetivo y a los derechos subjetivos. III. Sistemas de examen o contralor de constitucionalidad de las leyes. Con relación al instituto de la acción pública que tratamos, dos son los problemas a resolver: 1") Uno de carácter político constitucional. ¿A qué órgano del Estado se instituye con el poder de examinar, controlar y revisar las normas, en cuanto a su legitimidad constitucional? 2') Otro de carácter técnico-jurídico: ¿A quién se faculta o se instituye titular del derecho de acción, para plantear la "cuestión constitucional", respecto a normas o actos normativos de órganos estatales? Estos interrogantes encuentran su respuesta en los diferentes sistemas adoptados en el Derecho público. Anexo a ellos, también se solucionan los efectos de la declaración de inconstitucionalidad y los procedimientos usados para plantear el caso constitucional. Los autores clasifican los sistemas de examen o contralor, siguiendo distintos criterios. Principalmente se tiene en cuenta: a) Según la naturaleza del órgano estatal, se conocen sistemas de contralor políticos; sistemas de examen y revisión jurisdiccional y sistemas mixtos. b) Según quien sea el titular, de la acción, existen sistemas que acuerdan una acción popular; otros que sólo permiten la intervención de funcionarios estatales, para iniciar la "gestión" de inconstitucionalidad (6) V. Bosch. J. E., Tribunales judiciales o triy el sistema- americano que, esencialmente, bunales administrativos para juagar a la Adminis- se basa en la acción civil, otorgada al partación -pública, cap. 1, pág. 42 y cap. 2, págs. 133 ticular, para hacer respetar la vigencia de y sigs., Bs. Aires; Sánchez Viamonte, El constitulos derechos fundamentales. cionalismo..., págs. 189 y sigs.; Bryce, J., La República Norteamericana, trad. española, s.'f., pác) Según el efecto de la declaración de gina 17; Friedrich, C., Teoría y realidad de la orinconstitucionalidad, se observa que en los ganización constitucional democrática, págs. 182 y eigs. y 218 y sigs., Fondo de Cultura Económica, sistemas de órganos políticos, el efecto es de anulación erga omnes de la norma inMéxico, 1947. Además:- Estudios sobre el federalismo, págs. 160 y sigs., Bs. Aires, 1958. constitucional, a diferencia del sistema de asignada va anexa a la función legislativa y es una etapa del proceso de la formación de las leyes, antes de su promulgación. Salvo en Italia, donde la Corte Constitucional, sustancia un juicio de constitucionalidad y el proceso jurisdiccional parece colocar a este organismo en la esfera del contralor judicial. No es así, sin embargo, como se verá más adelante. En este trabajo, se ubica la acción, en los sistemas que permiten otorgarla al particular, para que actúe como parte, ante el órgano jurisdiccional de contralor. A los efectos de la ubicación sistemática, se hace la reseña de los demás sistemas, en que la acción aparece desdibujada en una gestión o en una denuncia de inconstitucionalidad. En el clásico sistema americano de contralor múltiple judicial, como ya se señaló, el Poder Judicial ejerce el papel de arbitro y "guardián de la Constitución". Es la teoría del Derecho constitucional, receptada por nuestro Derecho público nacional y provincial, habiendo tenido más amplio desarrollo teórico y práctico, en este último. De acuerdo a ella el Poder Judicial cumple su papel eminente, dentro del mecanismo político-jurídico de la Constitución, sin que eso importe, como se ha sostenido, tal vez mirando la desvirtuación del sistema 6por los hombres, un gobierno de los jueces ( ). La materia de la supremacía de la Constitución, de la Separación de los Poderes y su equilibrio, y de la función jurisdiccional en un Estado de Derecho social y democrático, debe ser estudiada y consultada, en los grandes temas de derecho Constitucional: "Poder Constituyente, Estado de Derecho, Constitución, Constitucionalismo, Garantías Constitucionales, etc. El sistema de examen y contralor jurisdiccional tiene por presupuestos constitucionales: la existencia de una Constitución rígida y codificada; el reconocimiento del Poder Judicial, como un poder del Estado, con independencia funcional, asimismo, como arbitro en materia jurídica, para mantener en todo momento la supremacía de las normas fundamentales, instituidas por el Poder Constituyente. Sobre tales bases jurídicas el instituto de la acción que ahora se trata, en calidad de instrumento procesal (medio subjetivo para examen jurisdiccional clásico, donde solamente se produce una no aplicación de la ley al caso concreto. Sin embargo, no es incompatible en este sistema judicial, el eíecr to de caducidad general, por cuanto, esa actividad negativa, no es como se ha sostenido, una actividad legislativa o un veto Judicial, sino una función constitucional de sostenimiento de la preeminencia del orden jurídico fundamental, por intermedio del órgano especializado y autorizado para hacer esa declaración de caducidad, con competencia técnica (?). En los sistemas políticos predomina el criterio sostenido por Siéyés, en sus opiniones, presentadas a la Convención del Año III. Concibió el juñe constitucional, que estaría colocado, en cuanto a sus funciones entre el poder de reforma constitucional y el poder Legislativo. Constituía el típico guardián político de la Constitución que luego se concretó históricamente en el Senado conservador del año VIII y del afio 1852. El Poder Judicial, como órgano cuasi administrativo, en el sistema constitucional europeo clásico, no puede jugar su rol de arbitro constitucional. Sólo representa un engranaje del contralor político. Los caracteres esenciales de este sistema, consisten en la función y actividad del órgano de contralor. La caducidad de la norma es la regla y la titularidad de la acción, excepcionalmente puede ejercerla el ciudadano. Casi siempre da la iniciativa del contralor, a un funcionario estatal. Sistema Europeo Típico. Ejemplos históricos. Francia. El Senado Conservador de la Constitución del año VIII 'que actuaba de oficio o por denuncia del Tribunado respecto a toda ley o todo acto del gobierno que fuera inconstitucional. El Senado Conservador de 1852, que sólo existió en el papel, tenia la función de examinar, por mandato constitucional las leyes sancionadas por el cuerpo legislativo, antes de su promulgación. EL Comité Constitucional de la Constitución de 1946 —presidido por el presidente de la República e integrado por el presidente de la Asamblea Nacional, el presidente del Consejo de la República, siete miembros elegidos por la Asamblea Nacional; tres miembros, por el Consejo de la República (art. 91); cuya misión política era verificar si las leyes votadas por la Asamblea Nacional, configuraban una reforma de la Constitución. Dicho "Contralor político" estaba limitado a las disposiciones orgánicas (art. 93) (7) V. Hauriou. M, Derecho público y constitucional, pág. 333. Madrid, 1927. no alcanzando a las que se referían a derechos individuales. Por lo demás, en este régimen, la iniciativa dependía del Consejo de la República y del presidente de la República (art. 91), pudiendo ser examinadas, para su revisión, sólo ciertas clases de leyes, en la Asamblea Nacional. Se trata como se ve, de un sistema de difícil trámite y de eficacia relativa respecto a la supremacía de la Constitución (»). En Francia, la tradición doctrinaria, siempre ha desconocido el carácter jurídico estricto, del procedimiento de contralor de las leyes, respecto a su validez constitucional. Se ha dado al problema una solución pol'''ico-legislativa, combinando los sistemas de contralor con la intervención de órganos ejecutivos y legislativos. Si nos ubicamos dentro del problema institucional de Derecho público, es cierto, como lo ha sostenido un ilustre autor francés, que el contralor no es una pura cuestión de procedimientos y que resuelto el problema jurídico, queda subsistente el fundamental problema, que es de ciencia jurídica y de arte constitucional (»). Pero debe reconocerse que la función atribuida al Poder Judicial en el sistema clásico norteamericano y argentino, de tres ramas o poderes de gobierno bien definidos, el papel político constitucional, lo ejerce indudablemente, ese Poder que tiene la función de examen y revisión jurídica de toda norma ilegítima. En 1958 se crea un nuevo organismo: El Consejo Constitucional al que la Constitución da carácter político, con representación del Ejecutivo y del Legislativo (art. 56). Se integra con nueve miembros y el presidente es nombrado por el presidente de la República. Además, de ciertas funciones netamente políticas, como la de velar por la regularidad de la elección del presidente de la República, tiene la función de controlar la constitucionalidad de las leyes orgánicas, antes de su promulgación y de los reglamentos de las Asambleas Parlamentarias, antes de ser aplicados. El presidente de la República, el primer ministro o el presidente de cualquiera de las dos asambleas pueden iniciar la gestión para que las leyes sean enviadas al Consejo Constitucional antes de su promulgación. (8) V. la critica de estos sistemas: Blondel, A., Le controle jurisdictiannel de la Constitvticmaltte des íoís, págs. 127 y slgs.: Prélot, M., Précis de Droít canstítuttannel, París. 1952, citado por Poviña a "El Poder Constituyente, los Jueces y la Constitu- ción", en Resista de Derecho, Tucumán. 1856, numero 13, pág. 211. V. Linares Quintana, Tratado, t. 2, págs. 278 y slgs.. Bs. Aires, 1953. (9) V, Buez, Le controle jurísdictionnel de la Canstitittionnattte des tais en France, citado por Bielsa en Recurso extraordinario, págs. 38 y 39, Bs. Aireo, 1938. Este Consejo debe dictaminar sobre la constitucionalidad de las normas jurídicas (art. 61). "Una disposición declarada inconstitucional no puede ser promulgada o puesta en vigor". Las decisiones del Consejo Constitucional son inapelables. Ellas deben ser reconocidas por los poderes públicos y todas las autoridades administrativas y jurídicas" (Art. 62). El sistema actual, es una variante del instituido en 1946, con algunos detalles que caracterizan típicamente el contralor político del sistema francés. Uno de ellos es el efecto de nulidad general de la ley, examinada y verificada su inconstitucionalidad (i«). España: El Tribunal de Garantías Constitucionales de la Constitución de 1931 "es parecido en parte, al de Austria, pero sobre todo, es una síntesis del régimen de Norteamérica, del Juicio de Amparo de México y del Tribunal de Conflicto de Francia" ("). Con todo, por sus funciones, organización y competencia, es un modelo derivado directamente del que ideó Kelsen para la citada Constitución de Austria. Es un Tribunal técnico-político, para la defensa política de la Constitución. Su composición lo deno- última disposición instituye en materia de proceso constitucional ío acción popular. Italia: La Constitución de 1948 crea la Corte Constitucional (Título ni. Secc. I, arts. 134 a 137). Aunque es un Tribunal, semejante al español de la República, como aquél, tiene funciones eminentemente politicas y la composición denota su naturaleza, dentro de los sistemas de contralor. Formación: Se integra con quince jueces designados por doce años y con renovación parcial cada tres y seis años. Nombrados de la siguiente manera: cinco jueces por el presidente de la República, cinco por el Parlamento y cinco por las supremas magistraturas ordinarias y administrativas, entre los magistrados en situación de retiro o profesores universitarios y abogados, estos, con veinte años de ejercicio (art. 135). La función esencial de esta Corte es la siguiente: "juzgar sobre las controversias relativas a la legitimidad constitucional de las leyes y actos, que tengan fuerza de ley, del Estado y de las Regiones". Además, tiene atribuciones de arbitro entre los poderes del Estado y actúa en la acusación al presidente de la República y ta: presidente designado por el Parlamen- La cuestión de inconstitucionálidad se plantea incidentalmente ante la Corte, según la reglamentación establecida. Si en el curso de un juicio ante órganos jurisdiccionales, las partes, o el Ministerio Público formulan una cuestión constitucional, mediante una excepción, el mismo tribunal la plantea de oficio, se suspende el juicio y se mandan los autos a la Corte con notificación de los órganos estatales interesados. Ante la Corte se substancia un juicio de constitucionaiidad entre las partes impugnantes y los representantes de los órganos to. Ademas, representantes de organismos estatales y de las regiones autónomas; de los Colegios de Abogados y de profesionales universitarios (art. 122). Sus funciones también son eminentemente políticas. Además de la facultad de declarar la inconstitucionálidad de las leyes y resolver las cuestiones de amparo de las garantías constitucionales, resuelve conflictos de poderes y decide sobre la responsabilidad criminal del presidente de la República y otros altos funcionarios -del Estado. Ante este Tribunal y por cuestiones constitucionales pueden acudir de oficio los jueces, cuando tengan que aplicar una ley que estimen inconstitucional, en un pleito o causa (arts. 100 y 123), y "toda persona individual o colectiva, aunque no haya sido directamente agraviada (art. 123-5°). Esta (10) Herrera Paulsen, D. "La Constitución del general Ch. de Gaulle", en separata de la Revista de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de San Marcos, Perú, 1959; Tlssembaunn, M. R., "La Constitución de Francia de 1958 y los principios sociales", cap. 5, en Revista Jurídica de Tucumán, año 1959, pág. 19. (11) V. Jiménez de Asúa. L., Proceso histórico de la Constitución de la República Española, pá- ginas 75 y 107. Madrid, 1932. Sobre el origen y naturaleza del Tribunal Español: Alcalá-Zamora y Castillo, N., Ensayos de Derecho procesal, civil, penal y constitucional, págs. 504 y sigs., Bs. Aires, 1944; Morí, A., Crónica de las Cortes Constituyen- tes de la segunda República Española, págs. 514 a 627. sus ministros (art. 134). que dictaron la ley impugnada. Se efectúa una audiencia pública si la cuestión y la naturaleza del asunto lo permiten. Las resoluciones de la Corte son transmitidas a la autoridad jurisdiccional donde se ha promovido el juicio y, si se declara la inconstitucionálidad de una ley, es enviada de oficio al Ministerio de Gracia y Justicia o al presidente de la Junta Regional, en su caso, para que se publique la parte dispo- sitiva y a la Cámara del Parlamento, o Consejos Regionales interesados, para que adopten las medidas que se consideren convenientes". El efecto de la declaración de nulidad, es erga omnes y la norma inconstitucional no puede aplicarse a partir del día siguiente a la publicación de la sentencia (ley 87 de Reglamentación, art. 30). La declaración de inconstitucionálidad es del resorte exclusivo de la Corte, constitu- yendo por lo tanto un sistema concentrado de contralor ( la ). Sistemas de examen y revisión judicial. La existencia de una Constitución rígida y codificada como en nuestro país y EE. UU. y la necesidad de tutelar los derechos individuales frente a los órganos estatales, suscitan la oportunidad de instituir un órgano judicial que mantenga la vigencia de las normas fundamentales. Dentro del clásico sistema constitucional norteamericano, se ha perfilado con su influencia, el sistema justicialista, predominante en América y cuya influencia se extiende también al Japón y China y algunos países europeos. En ellos, la Corte o el Tribunal de Justicia o de garantías constitucionales, adquiere formalmente una cara^terística de órgano jurisdiccional. En el clásico sistema americano los problemas específicos son: En cuanto al procedimiento, si debe ser ordinario o por juicios declarativos (excepción y acción). En cuanto a poner en movimiento la acción, si debe ser a instancia de parte interesada o agraviada; o ejercida por funcionarios públicos. Además, si los órganos del gobierno pueden pedir en consulta, la opinión del Poder Judicial sobre la materia constitucional (13). Se distinguen, en los sistemas judiciales: el concentrado y el múltiple o difuso, según que el examen y revisión de las normas se haga en sede única del Tribunal Supremo •del Estado, o que cualquier tribunado • o juez del Estado, pueda ejercer un poder de examen y verificación constitucional, de la norma a aplicar. Sistemas concentrados. Como ejemplo citaremos: Bolivia, en cuya Constitución se prevé expresamente la intervención exclusiva del Tribunal Supremo, quien debe decidir en toda cuestión constitucional en única instancia (art. 145 inc. 5' y 10'). Uruguay. La Constitución establece: "A la Suprema Corte de Justicia le compete el conocimiento y la resolución originaria y exclusiva en la materia; y deberá pronunciarse con los requisitos de la sentencia definitiva" (art. 257). Aunque el artículo 258 prevé la vía de acción o la vía de excepción, cuando se plantea ésta en el trámite de un juicio judicial o Contencioso-Administativo, se deben suspender dichos procedimientos, elevándose las actuaciones a la Suprema Corte (art. 258 in fine). "Las leyes podrán ser declaradas inconstitucionales por razón de forma o de contenido..." (art. 256). (12) Petrella, D., La Constitución de la Repú- "El fallo de la Corte Suprema de Justicia se referirá exclusivamente al caso concre- to y sólo tendrá efecto en los procedimientos en que se haya pronunciado" (art. 259). La acción, puede ser directa ante la Corte Suprema de Justicia, sobre toda norma Nacional o departamental (decretos). Pero se establece también que, sobre los decretos y resoluciones departamentales, contrarios a la Constitución, se puede recurrir ante la Asamblea General, "por un tercio del total de los miembros de la Junta Departamental o por mil ciudadanos inscriptos en el Departamento" (art. 303).. Así queda consagrado un sistema mixto de contralor de ciertas normas administrativas y una acción popular, en ese supuesto. Sistemas de examen y contralor múltiple. El origen se encuentra en el sistema americano con los siguientes caracteres: a) Los jueces de cualquier fuero, por mandato expreso o implícito de la Constitución, están facultados para declarar inconstitucionales las normas estatales y para no aplicarlas en casos concretos; b) Puede accionarse directamente ante el Superior Tribunal estadual o la Corte Suprema de Justicia, por el agraviado o la parte interesada y a quienes la norma debe aplicarse. En el sistema clásico norteamericano no se concibe la acción popular. Otra característica, es que, históricamente, en sede de Tribunales de equidad, podía pedirse un mandato de no aplicación de una ley anticonstitucional; cuestión ahora resuelta por los tribunales de ley. Los procedimientos de injoction han posibilitado así, otro medio de incoar la inconstitucionalidad, por vía directa, c) La declaración de inconstitucionalidad no causa la derogación o caducidad general de la ley. La promoción en este sistema clásico puede plantearse: 1') Por vía de acción como alegación o defensa en un litigio, d) "La decisión sobre una cuestión constitucional en cualquiera de los tribunales inferiores es simplemente un proceso exploratorio o preparatorio, destinado a limpiar el camino para el más alto tribunal" í 1 *). e) La promoción de este sistema clásico puede encontrarse en tres formas típicas: 1') Por vía de excepción o defensa en un litigio. 2') Por el procedimiento de la injoction, mediante el cual, se ataca la constitucionalidad de la ley antes de 'que fuera aplicada. El particular agraviado y a quien se debe aplicar, interpone obligatoriamente ante tres jueces, su petición de mandamiento de prohibición por inconstitucionalidad de una ley federal o estatal, o una blica Italiana, págs. 259, Bs. Aires, 1957. (13) V. Frledrich, C., y Bowie, B., Estudios sobre el federalismo, págs. 160 y slgs., Bs. Aires, 1958. (14) Mayer, L., El sistema legal de los EE. UU., pág. 304, Bs. Aires, 1958. orden de una Comisión Administrativa del Estado (Código de los EE. UU. M.S.C. 28, secciones 2281, 2282 y 2283. Ley de 1948). Ef objeto de la injoction es que mediante el mandamiento, solicitado en vía de acción directa, el Tribunal prohibe a una autoridad administrativa, la aplicación de una ley declarada inconstitucional (i»). 3') La vía de las acciones declaratorias de inconstitucionalidad, legalizadas en el orden federal por la ley de 1934 denominada interpretar la Constitución y declarar la inconstitucionalidad de las leyes (art. 189) La Corte Suprema de Justicia sólo tiene la facultad de suspender la ley inconstitucional por defecto de forma y poner en conocimiento del Congreso siguiente, al que la sancionó para que, en pleno y en una sola discusión se resuelva lo conveniente, todo lo cual se debe publicar en el Registro Oficial (art. 76). IV. Caracteres procesales e institucionaFederal Declaratory Judgements Act, cuyo les. Se señaló que la acción de inconstitucomentario se hace más adelante. cionalidad debe ser definida con la ayuda La literatura sobre este sistema clásico, de la concepción actual de la acción, en el es inagotable, citamos en la nota los auto- Derecho público. Si es una especie del Deres que la han tratado en nuestra doctrina recho constitucional de petición o, la maconstitucional y en la extranjera («). nifestación concreta de la potestad constiLos demás países americanos adoptan el tucional de acudir y peticionar a los tribusistema americano clásico, con la inter- nales, para que diriman el conflicto jurívención de los jueces de distintas instancias dico y declaren la certeza del derecho válido, aclarado, por la doctrina y con la promoción de la cuestión constitu- ello ya ha sido cional, en calidad de defensa en un litigio procesalista ( 18 ). En ese sentido, el derecho determinado. de acción es fundamental en todo sistema Los Sistemas Mixtos, En ellos intervienen constitucional donde está vigente la tutela los tribunales en sistema múltiple y un ór- jurídica integral. Couture señala el origen constitucional, doctrinario y legislativo de gano legislativo. En el Brasil, cualquier tribunal puede ha- esta potestad. Recuerda la doctrina de la cer la declaración de inconstitucionalidad Suprema Corte de los EE. UU., que ha di(art. 200) pero la decisión definitiva co- cho que la idea de gobierno republicano, rresponde al Superior Tribunal Federal implica la posibilidad de que los ciudadanos (art. 64). El sistema se manifiesta en cuan- se puedan reunir pacíficamente para pedir to sólo al Senado Federal corresponde sus- al poder público la reparación de los agrapender "la ejecución en todo o en parte de vios (i»). Recuerda también, el autor citado, la ley o decreto declarados inconstitucio- que la doctrina constitucional del siglo panales por decisión definitiva del Supremo sado, señaló la fuente del derecho de acudir a los tribunales de justicia. Ello se pone de Tribunal Federal" (art. 64) ("). Ecuador. El Congreso tiene la potestad de manifiesto en las fórmulas de las constituciones o tratadistas del siglo xix: "Queda (15) V. esta materia en los mandamientos proasegurado a todos los habitantes del estado hibitorios de normas anticonstitucionales, su oriel derecho... así como el de petición indigen, desenvolvimiento y legislación actual: Mavidual o colectiva ante todas o cada una yers, 8., op. cit., pág. 28, y Tune, A., y Tuno, S., El Derecho de los Estados Unidos de América, núde sus autoridades, sea para solicitar gramero 13, nota 5 y núms. 16 y 18. cia o justicia, instruir a sus representantes (16) Sánchez Viamonte, El constitucionalismo, o pedir la reparación de agravios" (art. 17 sus problemas, 1? y 2' parte, Bs. Aires, 1957: Linadel Proyecto de Constitución de Buenos res Quintana, Tratado de la ciencia del Derecho constitucional, t. 2, págs. 255 y sigs. Bs. Aires, Aires 1873, y actual art. 12 de la Constitu1953; Mayers, L., op. cit., 1» parte; Priedrich, C. J.. ción vigente). Igualmente se repite esta Teoría y realidad de la organización constitucional original fórmula en otras constituciones democrática, 2' parte, P.O. E., México, 1946; Hauprovinciales. rlou, M., Principios de Derecho público y constitucional, pág. 338, Madrid, s/f., que trata especialJoaquín V. González, en este orden de mente esta materia en relación a la exposición y ideas, distinguiendo la facultad constitucritica del sistema americano hecho por el juriscional de petición, del derecho que luego consulto belga en su célebre monografía Le gouvern.ement des juges, París 1921, y en la obra más se concretará en la ley reglamentaria, redocumentada posterior La lutte judiciaire du capicuerda la fuente doctrinaria de los constital et du tTO.-oa.il organisés aus Etats Unís, París, tuyentes de 1853 (20). 1923; se deben agregar las clasicas obras de Derecho constitucional: Bryce, J., La República Norteamericana, trad. española, t. 2, 1» parte, Madrid, s/f.; Kent, J., Del gobierno y jurisprudencia constitucional de los EE. UU., sección V, págs. 123 y slgs., y sección VI, págs. 161 y slgs., Bs. Aires, 1865; Tlffany, J., Gobierno y Derecho constitucional según la teoría americana, pág. 460. (17) V. Cal.món, P., Curso de teoría general del Estado, pág. 274; Jacques, P., A Constituifao fede- ral explicada. (18) Couture, E., Estudios de Derecho procesal civil, t. 1, págs. 24 y sigs., Bs. Aires. 1948; Fairén Guillen, voz Acción, 1? ed. Enciclopdia Española Seix, Ambos autores dan la bibliografía de la materia. (19) Couture, E., Fundamento del Derecho procesal civil, pág. 79¡ Bs. Aires, 1958. (20) González J. V., Manual de Derecho cons- titucional, pág. 210. La opinión que cita es de Señala también, con acierto, que en la doctrina americana, el derecho de petición implica el requerimiento a la autoridad competente (judicial) para la reparación de agravios. La doctrina de la filiación constitucional del derecho de accionar o acudir a la justi- cia, tiene importancia en nuestro tema, porque ubica, cabalmente, la acción en la esfera jurídica del derecho constitucional y aclara la función procesal institucional que cumple. Asi lo explica la doctrina procesal contemporánea, en el intento feliz y vasto, de encontrar la unidad del derecho público y de sus institutos específicos. Se trata de ubicar el derecho de accionar en justicia dentro del campo jurídico y en éste, en el campo del derecho público, definida como un derecho cívico para hacer valer ante el órgano jurisdiccional cualquier derecho subjetivo prívado o público o hacer prevalecer, ante dicho órgano, la pretensión de certeza y legitimidad de todo acto o norma de los poderes públicos. "Esta doctrina tiene el acierto de incidir con claridad en el punto en que el Derecho procesal y el Derecho político tienen un campo común". "De esta concepción de la acción, entendemos que se obtienen ventajas. Se determina un claro y fuerte círculo de relación entre el proceso y el "plano general del Derecho", lo que no es poco; en cuanto a la sistemática concreta del Derecho procesal, se encuadra a la acción como figura-nexo con el constitucional, (juntamente con su correlativa, la potestad jurisdiccional), de tal modo que, según este enfoque, la misión del Derecho procesal es la de desarrollar principios constitucionales... (21). Fairén Guillen, en la obra indicada, hace notar las mismas corrientes doctrinarias del siglo xix y del siglo actual, que conciben a la acción corno un derecho de la personalidad (Hellwig), un derecho fundamental del hombre o del ciudadano (Capograssi), un derecho cívico público (Carnelutti) o una función pública procesal (Prieto Castro) . Como tal derecho, que concreta la /«cuitad o la potestad, que el Derecho constitucional proclama, en beneficio ^del civis de un sistema republicano, la acción de mconstitucionalidad, es el poder jurídico, atribuido a todo ciudadano, principalmente en calidad de derecho público, para acudir a los tribunales e interponer la pretensión (de Derecho público) de nulidad de normas juRossi, P., Curso de Derecho constitucional, t. 3, lección 60, págs. 159 y eigs. (21) V. Fairén Guillen, Estudios de Derecho procesal, págs. 89 y 93, donde desarrolla las ideas ya expuestas en la voz Acción de la Enciclopedia Española Seix, ya citada en nota anterior. ridicas anticonstitucionales. La pretensión puede ser infundada o errónea, pero el derecho de interponer la demanda, en ejercicio del derecho de accionar, no puede ser coartado, en un sistema de contralor jurisdiccional de legalidad constitucional. La acción, en tal sistema, donde existe por mandato constitucional, el deber correlativo de atención y actividad de los órganos jurisdiccionales, pasa a integrar el catálogo de los derechos públicos fundamentales. La acción popular. El problema es, si esta acción de inconstitucionalidad, puede ejercerla "cualquiera del pueblo" (cuique populo) en interés público, de la legitimidad y validez normativa. Cuando se concibe la acción, como parte activa del derecho material (concepción clásica romanista) o se legitima su ejercicio, en cuanto propone la tutela judicial, de un concreto derecho subjetivo lesionado (confundiendo acción y pretensión); en ambos supuestos, no es posible hablar de una acción popular en el sistema de contralor constitucional. Pero la indagación científica de la naturaleza pública del instituto, como ya vimos, ha desbrozado el camino de objeciones y concepciones iusprivatistas. Nos orienta hacia la definición de esta acción de derecho público, en cuanto se tiene en cuenta su naturaleza jurídica, su objeto y su Jinali- , dad institucional. ! En lo que se refiere a la naturaleza ju- ' ridica, debe considerarse a la acción como una potestad constitucional y un derecho cívico fundamental, para provocar la actividad jurisdiccional: en este caso, la actividad de examen, verificación y declaración del Derecho constitucional válido, ante cualquier norma ilegitima. Tal potestad constitucional, se convierte en derecho público subjetivo al ser otorgada y reglamentada por ley especial. En nuestro caso por la ley procesal constitucional que reglamenta el procedimiento de Derecho público correspondiente al "juicio de constitucionalidad". El objeto procesal institucional de la acción de inconstitucionalidad, es el dar la oportunidad al titular de la acción porque configure su pretensión de Derecho público: la petición de anulación de la norma anti-oohstitucional, que a la, vez que desconoce el orden institucional, puede lesionar un derecho subjetivo material. La pretensión constitucional, que es pertienente a esta acción, consiste en esa impugnación de la norma proveniente de autoridad pública, señalándose los vicios de inconstitucionalidad formal o substancial y solicitando al órgano judicial, la verificación y declara- ción de tales vicios. Todo ello, instrumentado en el acto procesal de la demanda. La finalidad institucional de esta garantía de legitimidad del orden jurídico estatal, es la declaración de nulidad, que tiene el deber de pronunciar el órgano jurisdiccional, una vez examinada y verificada, la veracidad de la pretensión contitucional de la demanda. La declaración de nulidad de toda norma anti-constitucional, constatado el vicio insanable del acto normativo, es un deber poder del órgano, que en ciertas situaciones, previstas en el régimen constitucional de tipo americano, debe hacer la declaración de oficio, en juicio ordinario (art. 31 Const. Nacional y 59 del Cód. de Ptos. Civiles y Com., y normas similares en las provincias). Esta finalidad de la acción, que podría considerarse inmediata, se conecta con la mediata, que es la de preeminencia final del orden constitucional; mejor dicho, de la certeza del orden jurídico, en función de la supremacía del orden constitucional y de la seguridad jurídica. En esta acción pública resulta, patente, el concepto de función cívica en el sentido de otorgar un derecho para poner en movimiento la actividad del Poder Judicial y lograr el contralor jurídico de todo acto justificable. Precisamente, en la acción popular, la doctrina ha puesto de manifiesto que el objetivo de contralor, que constituye su finalidad, también puede alcanzarse, "tanto por la actividad de los ciudadanos como con la actividad de los órganos normales del Estado" (-2): de tal modo que cualquiera del pueblo o todo ciudadano, tiene el derecho-función, atribuido por ley (constitucional), para hacer valer el interés público (común). De esa manera el interés individual coincide con el que puede atribuirse a los órganos del Estado. En nuestro instituto, dicho interés público se dirige a la validez del orden jurídico, comprensivo del respeto de los derechos y garantías individuales tutelados y a la organización constitucional de todos los poderes y órganos estatales. En el orden administrativo estas ideas sobre la acción popular ya son admitidas, casi sin discusión por la doctrina. Bielsa lo hace notar en un estudio nutrido de razones y de experiencia jurídica. Para dicho autor, la acción popular, a diferencia de la denuncia o recurso de exceso de poder del derecho francés, es una función pública, (22) V. Fadda. C.. y Berna, P. E., "Adición»!: y referencias al Derecho civil italiano a! Tratado tío las Pandectas, aecirfw y pretensión, de 'Windscheíti B.". trad. del italiano al español de Sentís Melendo. S., en Revista t¡e Derecho Procesal Civil, año 1953, 1* parte, págs. 198 y sigs. por las mismas razones indicadas precedentemente; y porque como lo señala, una vez instituida por ley, adquiere los caracteres de necesidad, regularidad y legalidad como el derecho del sufragio, que es función pública para constituir los poderes estatales. En el caso de la actio popularis, para que el órgano de contralor ejerza su función especifica y promueva la legalidad. "Siendo la acción popular, una forma de contralor de legalidad, no puede negársele el carácter de función"... "Para que haya función basta que la persona exprese la voluntad de la ley, 'no solamente al obrar en defensa de su imperio, sino al erigirse en actor, por incitación de la ley misma que le atribuye, en forma potencial, ese carácter. Al asumir el papel de actor se hace actual y efectiva la proposición legal..." "En lo que respecta a la acción popular, consideramos que su ejercicio es función pública, aunque el actor no sea funcionario, (concepto que ya hemos dado). Y es función pública por su objeto, por su f i n , por su modo de ejercicio y por sus efectos. Su objeto es la impugnación de un acto del Estado o sea de sus poderes u órganos; su fin es la anulación o extinción del acto; su modo de ejercicio es de Derecho público; sus efectos jurídicos modifican el ordenamiento positivo o los actos de la autoridad pública" ( 2;! ). Estas ideas de Bielsa se refieren al contralor del acto administrativo ilegal o inmoral. En cuanto fundamentan la acción popular, como medio de contralor conjunto entre particulares y órganos estatales, en interés piíblico, de la legitimidad y validez del orden jurídico fundamental, son aplicables a la misma, aún en el plano del Derecho Constitucional. En la teoría de Kelsen, ya apuntada, en lo referente al contralor de constitucionalidad se considera a la actio popularis como la más fuerte garantía de ese interés politico, o interés común (Fadda y Bensa) o interés público (Bielsa). El titular de la acción, ejerce en función de ese interés que hace suyo, un contralor individual público, de la validez y legitimidad normativa del Estado. Sin estar investido de un cargo permanente, ejerce la función de contralor. Por su parte, agrega Kelsen, que en consecuencia del ejercicio de la acción popular, el órgano de contralo (Tribunal Constitucional) está obligado a proceder al examen de la regularidad de los actos sometidos a su jurisdicción y en particular, de las leyes y decretos. Ello es así, porque el interés (23) Bielsa, R., "La acción popular y la facultad discrecional administrativa", en La Ley, t. 73, pág. 711, en la obra Cuestiones de jurisdicción, pág. 96, Bs. Aires, 1956. político se satisface en forma radical con la eliminación de los actos irregulares ( 24 ). La acción popular en el sistema de contralor constitucional ha sido estatuida expresamente, según se podrá ver en la breve síntesis sobre los sistemas del derecho comparado de esta nota. En nuestro país se ha proyectado la acción popular para la Provincia de Buenos Aires, por el doctor Eduardo A. García (2«). Asimismo ha sido sostenida por Sánchez Viamonte en obras citadas en la Convención Constituyente de 1934 en dicha provincia, y por Carlos Fayt (26). El efecto de caducidad de la norma, que es la consecuencia lógica del sistema integral de garantía, está consagrado en las provincias del Chaco y Neuquén, donde el Constituyente, en forma neta, se ha pronunciado por la inexistencia de toda nor- ma inconstitucional. En la provincia de Río Negro, la caducidad se produce, en virtud de una especie de jurisprudencia, que debe sentarse sobre nulidades declaradas. Es una potestad-facultad del Poder Judicial, que, como sistema de transacción entre lo nue- vo y lo viejo, en esta materia, no supera los ensayos del Derecho constitucional comparado. Esta referencia a la legislación provincial y comparada debe verificarse en el capítulo respectivo de este trabajo. El efecto de la acción declaratoria. El sistema de contralor integral de constitucionalidad, supone decididamente, una acción popular como acto público inicial, y una decisión de caducidad de las normas anticontitucionales impugnadas. Contra tal sistema integral se levanta la crítica iusprivatista. En el orden Constitucional, se parte del concepto procesal estricto, de coso, causa o controversia,' que es la ocasión en que el órgano de contralor, estaría facultado a no aplicar la norma anticonstitucional, sin enervarla. Se sostiene también, que en el sistema institucional amerciano y argentino, de división de poder as, el juez no crea normas ni las deroga; sólo las aplica, dentro del concepto dogmático de Montesquieu (2?). "Nunca una sentencia, a pesar de su autoridad y prestigio, destruye la vigencia normativa de modo general. Por eso, bajo concepto alguno —y (24) Kelsen, H., ob. cit., y especialmente la monografía "La garantió juridlctlonnelle de la Constltutlon", en Annuaire de l'Institut Intemat. de Droit Public, 1920, pág. 126. .(25) En Juicio Oral, pub. de la Universidad de mientras tengamos una Constitución como la que nos rige— puede sostenerse con fundamento serio, el principio que hace al juez "creador e integrador de normas", como lo prohija cierta escuela jusfilosófica, sin parar mientes en los lincamientos institucionales de la República"... í 2 »). A esta crítica se ha contestado vigorosa- mene y con eficacia. No es el momento de elucidar el problema pero debe ser expuesto en sus lineamientos esenciales. El planteo del problema es el siguiente: ¿Es cierto que la doctrina de la división de los Poderes, no permite la atribución de la función de contralor jurídico al Poder Judicial o a otro Poder del Estado? ¿Es cierto que dicha doctrina ha permanecido en un estado de dogma, desde que fue enunciada por Montesquieu? ¿Es cierto que dicha doctrina impide la actuación integral del prin- cipio básico de todo orden constitucional: la supremacía de las normas fundamentales? Concretamente, un autor se pregunta: Admitir que el Poder Judicial anule un acto administrativo o un acto legislativo en forma absoluta, ¿importa la posibilidad de que el citado Poder se sobreponga a aquellos de donde provienen los actos anulados? La respuesta es afirmativa para la teoría iusprivatista o la que sostiene un sistema estricto sin evoluciones del sistema constitucional; y negativo para los autores que consideran que el derecho constitucional, en esta y similares materias, evoluciona lentamente con una preparación previa de los espíritus, como dice Hauriou sin que ello importe la desnaturalización del sistema po- lítico, sino, al contrario, su perfeccionamiento lógico (2»). Contesta el autor citado: "Aceptar que aquel Poder puede desconocer la eficacia de leyes y decretos con relación a las partes que promueven el correspondiente litigio, equivale a aceptar que puede volver a hacerlo en todos los casos sometidos a su consideración; por lo que, desde el punto de vista que ahora consideramos, prácticamen- te no existe diferencia alguna en permitir que el Poder Judicial realice por un solo acto lo que se le exige que haga repetidamente en todas las oportunidades análogas. Que en la práctica las dos situaciones son semejantes, no cabe duda, pues a todos los ciudadanos les es dable recorrer el mismo camino que el primer demandante y obte- La.Plata, 1938, t. 4, pág. 295. (26) Payt, C., Los derechos del hombre y las garantías constitucionales. (27) El espíritu de las leyes, pág. 156, Be. Aires, 1944. Es conocido el concepto de Montesquieu sobre la función mecánica del Juez al asignarle el papel de pronunciar solamente las palabras de la ley. S (28) Romero, C. E., "La declaración de inconstituclonalidad en la ley fundamental de Santiago del Estero frente al principio de la separación de poderes", en La Ley, t. 48, pág. 1065. (29) Bosch, J. T., Tribunales judiciales o tribunales administrativos para juzgar a la administración pública, pág. 136, Bs. Aires, 1951. i g u i e n t e P á g i n a