La economía de Lanzarote tras las erupciones

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La economía de Lanzarote tras las erupciones
volcánicas de Timanfaya (1730-1736)
¿De qué manera influyeron las erupciones de Timanfaya
(1730-36) en el cambio del modelo socio-económico de
los lanzaroteños?
Nombre: Alberto Pérez Rodríguez
Número de candidato: 006015-002
Código del Colegio: 006015
Materia: Historia
Nº de palabras: 3.632
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Resumen:
En este trabajo vamos a investigar de qué manera influyeron las erupciones
volcánicas de Timanfaya (1730-1736) en el cambio de modelo socioeconómico
de los lanzaroteños tras las erupciones.
En la elección de este tema han influido mi curiosidad por conocer mejor la
historia económica de la Isla en la que vivo y el interés que existe en la
historiografía actual canaria por el mismo. Para ello, he utilizado diferentes
fuentes historiográficas, por ser las más abundantes, pero también he recurrido a
los trabajos del historiador canario del S.XVIII, Viera y Clavijo que me han
aportado una interpretación más cercana a los hechos.
Este trabajo pretende analizar y comprobar si las erupciones volcánicas que
asolaron Lanzarote entre 1730-1736 fueron causa de miseria y pobreza para los
lanzaroteños, o por el contrario fueron el principio de un nuevo modelo
económico que cambiaría la calidad de vida de los lanzaroteños, de allí en
adelante. Para ello, hemos tratado en primer lugar, el modelo agropecuario
prevolcánico como punto de partida a los cambios que se van a producir con las
erupciones. A continuación, estudiamos el periodo volcánico 1730-1736,
centrándonos en sus efectos inmediatos sobre la economía y la población.
Finalmente concluiremos que estas erupciones influyeron en el nacimiento de un
modelo económico-social más diversificado, en el que la exclusividad de los
cereales ceden paso a las viñas, papa, la batata, el maíz y con posterioridad el
cultivo de la barrilla (planta de la que se extraía sosa par la elaboración de
jabones) y que se exportará a diferentes lugares, en especial Gran Bretaña. En
definitiva, las erupciones lo cambiaron todo: el paisaje, el modelo económico,
las técnicas de cultivo, la propiedad de la tierra; pero principalmente, mejoró la
calidad de vida de los lanzaroteños hasta bien entrado el Siglo XIX.
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Índice
o Resumen.......................................................................................2
o Introducción.................................................................................4
o Lanzarote antes de las erupciones de Timanfaya: modelo
agropecuario prevolcánico. .........................................................5
o Erupciones volcánicas (1730-1736). Impacto inmediato. ..........8
 Demográfico.
 Económico.
 Conflicto de interés entre ganaderos y agricultores:
propiedad de la tierra.
o Final de las erupciones (1736). .................................................17
 Transformaciones en el paisaje agrario: enarenados.
 Hacia un modelo económico renovado.
o Conclusión. ................................................................................19
o Bibliografía. ...............................................................................20
o Apéndice fotográfico. ................................................................22
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Introducción:
Lanzarote, isla más oriental del Archipiélago canario, de tamaño pequeño, clima
seco y con fuertes vientos, vivía en 1730 de una economía pobre y de
subsistencia.
Entre 1730 y 1736, Lanzarote va a sufrir una de las erupciones más fuertes de
su historia. Las violentas y sucesivas erupciones destruyeron una parte
importante de sus tierras de labor, y un extenso manto de cenizas volcánicas lo
cubrió casi todo. Los efectos inmediatos de las erupciones fueron la
despoblación, la miseria y la ruina económica 1 , pero los lanzaroteños estaban
acostumbrados a convivir en un medio hostil y pronto supieron interpretar las
señales de la Naturaleza. Utilizaron, como ya conocían de tiempos remotos, las
cenizas volcánicas a través del cultivo en enarenados que extendieron por toda la
Isla.
Hoy Lanzarote vive del turismo, pero sus campesinos siguen conservando el
legado histórico de los enarenados en los viñedos de La Geria y sobre ellos se
siguen cultivando aún calabazas, batatas, papas, millo y cochinilla de forma
tradicional. Por sus volcanes y posiblemente por sus paisajes tradicionales,
Lanzarote es hoy Reserva de Biosfera.
A continuación vamos a investigar, de qué manera influyeron las erupciones de
Timanfaya en el cambio del modelo socio-económico lanzaroteño. Para ello
analizaremos la economía lanzaroteña antes, durante y después de las
erupciones; concluiremos, finalmente dando respuesta a nuestro interrogante.
1
M. MACÍAS Antonio Y MORALES Guillermo. His toria agra ria: Revis ta de agricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 42.
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Lanzarote antes de las erupciones. Modelo agropecuario
prevolcánico:
La isla de Lanzarote, a partir del siglo XVI, adoptó en su totalidad un modelo
agropecuario. A grandes rasgos, su hacienda no se trataba de una economía rica
y productiva que se dedicaba a exportar sus productos hacia otros lugares del
mundo, sino que más bien era una economía de subsistencia. Destacaba
principalmente el cereal y dentro de éste, el trigo y la cebada blanca. También
existía una ganadería provechosa, mayoritariamente centrada en la cabra
aborigen. Asimismo, se llevaba a la práctica el policultivo, aunque con unos
porcentajes de producción mucho menores a los anteriores. Por lo tanto,
podemos establecer que en la fase prevolcánica, que se considera a partir del
siglo XVI, se dio un dualismo económico dominado por el cereal y seguido por
la ganadería.
La siguiente tabla estadística nos muestra cómo se fue desarrollando la
estructura productiva desde el año 1600 hasta aproximadamente las fechas en las
que comenzaron las erupciones volcánicas de Lanzarote. De todas formas, en
este apartado vamos a centrarnos tan solo en unos años antes de las erupciones,
es decir, desde el año 1700 aproximadamente. Cómo acabo de comentar
anteriormente, los cereales como la cebada blanca dominaron, y además su
evolución fue siempre constante y en aumento. Sin embargo, la ganadería,
mantiene unos porcentajes inferiores respecto al cultivo cerealista y fue en un
declive constante, posiblemente debido a la ocupación del espacio por la
agricultura. El policultivo, básicamente se mantuvo estable durante este periodo
de tiempo, aunque con unos porcentajes realmente bajos y casi insignificantes
(5% aproximadamente).
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2
En relación a su población y su crecimiento ligado a la mejora económica,
Lanzarote a finales del siglo XVI contaba con poco más de 1.500 habitantes, es
decir, con el 2.9% de la población regional de las Islas Canarias. Aquella cifra se
había multiplicado por tres un siglo más tarde, subiendo su percentil al 4.3%, es
decir, Lanzarote había crecido considerablemente y ahora tenía 4.500 habitantes
aproximadamente.3 Este notable crecimiento se vio producido debido a la
mejora económica y de producción que se produjo durante este siglo, debido a la
nueva estrategia que siguieron los campesinos lanzaroteños. A partir de 1630, la
isla dejó de ser un simple prado o pastizal sin apenas utilidad. Las rayas de las
vegas conocieron sucesivas ampliaciones (las vegas son las tierras destinadas al
cereal, y las rayas los linderos de estas vegas), y pese al factor de que la elevada
inestabilidad del régimen pluviométrico produjo malas cosechas de manera
frecuente, la producción mostró una marcada tendencia al alza.4
En el siguiente gráfico, se puede apreciar la producción de cereales en la isla de
Lanzarote. La cantidad está medida en fanegas (medida de capacidad para áridos
que es muy variable según las diversas regiones de España) 5 . En el eje de las
abscisas se representan los diferentes años, mientras que en el eje de las
ordenadas indica la cantidad de fanegas que se recogieron. Así, este gráfico nos
2
Cua dro e xtraído de: M. MACÍAS Antonio Y MO RALES Guillermo. Historia agra ria: Revis ta de agricultura e
historia rural. Ma drid. E ditorial SEHA. 2009. Página 48.
3
M. MACÍAS Antonio Y MORALES Guillermo. His toria agra ria: Revis ta de agricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 46.
4
M. MACÍAS Antonio Y MORALES Guillermo. His toria agra ria: Revis ta de agricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 47.
5
REAL ACA DEMIA ESPA ÑOLA. Dicciona rio de la le ngua espa ñola [e n línea ]. <http://www.rae.es/ rae .html>
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muestra de nuevo el hecho de que el trigo se mantuvo en constante aumento
hasta que en el año 1730, llegó el turno de las erupciones volcánicas.
6
Por lo tanto, como conclusión a este periodo previo a lo que serían las
erupciones, podemos destacar que la economía lanzaroteña experimentó un
cambio favorable en su economía y producción, que derivó en un crecimiento
demográfico considerable. Este cambio se debió principalmente a la nueva
táctica agropecuaria empleada por los campesinos conejeros (gentilicio de los
lanzaroteños), que decidieron minimizar el sector más improductivo debido a las
condiciones del paisaje, la ganadería, y decidieron desarrollar el sector del
cultivo cerealista, que se adaptaba de mejor manera a los estrictos requisitos que
imponían las áridas tierras lanzaroteñas. El crecimiento económico favorable
continuó durante un siglo, hasta que en el año 1730, ocurrió lo que resultaría, a
priori, una desgracia devastadora para la isla de Lanzarote, que cortó por
completo el lanzado crecimiento que ésta llevaba. Es cierto, como dijo el
historiador canario contemporáneo Viera y Clavijo, que las erupciones “la
6
Gráfico e xtraído de: M. MACÍAS Antonio Y MORALES Guillermo. Historia agra ria: Revis ta de agricultura e
historia rural. Ma drid. E ditorial SEHA. 2009. Página 47.
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cambiaron de piel” 7 , pero... ¿Y si estas erupciones resultaron finalmente
positivas para la isla de Lanzarote?
Erupciones volcánicas (1730-1736):
"El día 1 de septiembre de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, la tierra
se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza...y una enorme montaña se levantó
del seno de la tierra. La isla se transformó por completo, y diez pueblos
quedaron enterrados” (Tingafa, Montaña Blanca, Maretas, Santa Catalina,
Jaretas, San Juan, Peña de Palmas, Testeina y Rodeos). Según el testimonio del
párroco Lorenzo Curbelo8
Espacio y núcleos de hábitat afectados por las erupciones volcánicas
9
7
VIERA Y CLAVIJO, Jose de. Noticia s de la historia Gal de las Is las Cana rias. Libro X, cap. 45. Goya e diciones.
Tene rife. 1967.
8
DIARIO EL PAÍS. LA COMUNIDAD. [en línea] < http://la comunida d.elpa is.com/la -ga ditana/2011/2/ 17/e ltima nfaya> [Consulta da: 24 de noviem bre de 2011]
9
Mapa e xtraído de: Catás trofes volcánicas y la tra nsforma ción de l pa isaje agra rio e n Cana rias dura nte la eda d
mode rna: La nzarote 1730-1750. [E n línea]
<http:// rua.ua.es/dspace/bitstrea m/10045/4736/1/ RHM_23_ 08.pdf> [Consulta da: 20 julio de 2011]
Página 8 de 22
Las lavas ocuparon una extensión de 150 km cuadrados, es decir, un 17.7% de la
superficie insular10 . La isla de Lanzarote sufrió un cambio grandísimo en un
periodo de tiempo realmente corto. Además, tuvo la mala fortuna, según dicen
todos los autores que han estudiado el tema, que las erupciones ocurrieron
precisamente en el lugar de Lanzarote donde se encontraban las mejores tierras:
la vega de Timanfaya. “Se destruyeron casas, edificios de labranza, maretas,
aljibes, (...) sus arenas cubrieron todos los terrenos circundantes”11 .
Las erupciones ocurrieron en la dezmería de Timanfaya, cuya cosecha promedio
en los nueve años anteriores al cataclismo (1722-1730) fue algo más de nueve
mil fanegas de trigo y de casi treinta mil de cebada. Como es lógico, durante el
periodo en el que se sucedieron las erupciones (6 años), no hubo siembra alguna
en esta zona, pero sí en las otras dos restantes. Estas dos dezmerías (Teguise y
Haría) fueron las encargadas de sacar adelante a la isla durante esta dura etapa.
Aún así, como se muestra en el cuadro siguiente, la producción de cereales en
esta isla, como es obvio, se vio realmente condicionada ya que su parte más rica
y fértil, estaba cubierta por las lavas recién expulsadas. Esto conllevó a una serie
de consecuencias negativas a corto plazo. Debemos destacar que existe gran
relación entre ellas, ya que una va a dar lugar a la otra. Así, la negativa
transformación demográfica deriva en negativas consecuencias económicas. Y,
finalmente, en los conflictos entre campesinos por la lucha en la ocupación de
las mejores tierras.
10
M. MACÍAS Antonio Y MORA LES Guille rm o. Historia agra ria: Revis ta de ag ricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 48.
11
M. MACÍAS Antonio Y MORA LES Guille rm o. Historia agra ria: Revis ta de ag ricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 51.
Página 9 de 22
12
12
Tabla extraída de: M. MACÍAS A ntonio Y MORA LES Guille rm o. Historia ag raria: Revista de ag ricultura e
historia rural. Ma drid. E ditorial SEHA. 2009. Página 52.
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Impacto demográfico:
Justo unos años antes a las erupciones volcánicas (1727-28), la isla de
Lanzarote y el archipiélago Canario en general experimentaba una grave crisis
debido al retraso de las lluvias. Por ello, en este periodo se incrementó el
número de desplazamientos de algunos grupos de la población hacia otras zonas
de la isla y, en menor medida, hacia otras islas cercanas como Fuerteventura o
Gran Canaria. A partir de 1730, a las inclemencias de los agentes
meteorológicos, se unen las impresionantes erupciones volcánicas que afectaron
como ya sabemos a toda la zona centro occidental de la isla. 13
Los efectos negativos fueron muy elevados. Las erupciones afectaron
directamente durante los primeros meses de las erupciones, a unas 2000
personas, lo que representaba el 25% de la población aproximadamente. Este
desplazamiento tiene su máximo exponente en el asentamiento de un gran
número de conejeros en Fuerteventura. Tal y como se refleja en la carta enviada
por el alcalde mayor de Fuerteventura al Capitán general, a día 14 de noviembre
de 1730: “363 personas, 147 reses vacunas, 629 ovejas y cabras, 1060 fanegas
de trigo y cebada que han traído las personas transportadas”.14 Asimismo, como
otro dato de una fuente primaria, según un recuento eclesiástico de 1728, vivían
en la isla un total de 6.312 habitantes. Y en septiembre de 1730, habría unos
6.376 habitantes. Debido a la mala situación de la economía en Lanzarote,
muchas familias que por ejemplo se habían quedado sin tierras al estar
sepultadas por la lava, tuvieron que emigrar a la isla vecina: Fuerteventura15 .
Según el libro de bautizos de Fuerteventura (A.P.L.O), en los cuatro primeros
meses del ciclo eruptivo dejaron la isla 1399 personas. El siguiente cuadro nos
muestra las personas, hombres y mujeres, que residían en la isla de Lanzarote y
que emigraron a la isla vecina de Fuerteventura.
13
PEDRO QUI NTANA A ndrés Y LEÓN HE RNÁNDEZ José de. Despla zamie ntos pobla cionales y restructuración del
hábitat e n La nza rote, entre 1730 -1736. VIII jorna das de E studios sobre La nzarote y Fuerteventura . Tom o I.
1999. Pág ina 126.
14
PEDRO QUI NTANA A ndrés Y LEÓN HE RNÁNDEZ José de. Despla zamie ntos pobla cionales y restructuración del
hábitat e n La nza rote, entre 1730 -1736. VIII jorna das de E studios sobre La nzarote y Fuerteventura. Tom o I.
1999. Pág ina 127.
15
M. MACÍAS Antonio Y MORA LES Guille rm o. Historia agra ria: Revis ta de ag ricultura e historia rural. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 50.
Página 11 de 22
16
La situación de todas la personas tanto desplazadas como las que se habían
quedado en Lanzarote asentadas en casas de familiares o en otras áreas donde no
había afectado los volcanes, se agravaba por la precariedad y escasez de los
recursos del Cabildo Insular lanzaroteño. Asimismo, la grave crisis en la que
estaba inmerso todo el archipiélago más una serie de factores negativos, no
permitieron una rápida y adecuada respuesta o mínima ayuda para los
afectados.17 Las autoridades locales solicitaron continuas ayudas a los máximos
organismos regionales como al Capitán general, el Obispo o a la Real
Audiencia, dirigiéndose éstos a su vez al monarca, por aquel entonces Felipe V,
16
Cuadro e xtraído de: PEDRO QUI NTA NA Andrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Incide ncia s sobre la e mig ración
forz osa e n Cana rias: Lanza rote ños en Fue rteve ntura entre 1725 y 1740. Artículo. Página 29.
17
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza ro te y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 127.
Página 12 de 22
intentando que éste tomara las medidas más urgentes para evitar la despoblación
de la isla.
La siguiente carta del Cabildo Catedral (organismo regional de Canarias)
enviada al monarca el 10 de diciembre de 1730, muestra la extrema
desesperación que acontecía en aquellos momentos en Lanzarote y Canarias en
general. Así, en la carta se solicitaba la rebaja en los impuestos y pensiones
sobre las rentas eclesiásticas por la extrema necesidad:
“en la fatal presente constitución del estrago que ha padecido y está todavía
experimentando la isla de Lanzarote, con gravíssimo dispendio de sus
habitadores y compasión de los pueblos convecinos. Esta isla, que por su
cituaçión llana y benignidad de su cielo, era el granero de todas las demás,
pues no sólo producía con abundancia trigo y zevada y otros granos sino
también los conservaba por espacio de ocho o diez años (...) Se halla oy casi
toda reducida a cenisas y cubierta de arena, aviendo reventado en ella un
volcán el día primero de septiembre y abierto tres bocas, por donde ha arrojado
una gran porción de materias sulfúreas (...) con tal ruina de las labranzas y
ganados de aquel territorio (...) además de verse priva dos de su hacienda y
embueltos entre las llamas y arenas, padecen la imponderable incomodidad de
tener secos los aljibes y cisternas, en que recojían el agua llovediza (...)” 18
En definitiva, se estaba intentando evitar el factor de despoblación a toda costa.
A día de hoy, según los historiadores José de León Hernández y Pedro Quintana
Andrés, este intento por evitar las emigraciones hacia otras islas, seguramente se
debió a que Lanzarote era una zona de gran relevancia geoestratégica para el
archipiélago Canario, por su cercanía a la costa africana19 . Este hecho fue
seguramente el principal aliado para evitar la despoblación de una Isla, a la que
lo único que le quedaba era rezar.
18
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 128.
19
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 129.
Página 13 de 22
Impacto económico:
“El horrible volcán (...) dio nuevo semblante a la agricultura y el comercio de
aquella tierra”20
Como bien refleja esta cita de Viera y Clavijo, que fue uno de los pocos autores
que se dedicaron a la recopilación histórica durante esta época y que al tratarse
de un historiador cercano a los hechos, goza de una gran fiabilidad, estas
erupciones, que se sucedieron durante unos seis años, provocaron un cambio
físico de la isla, que derivó como suele ocurrir, también en un cambio en la
producción económica. Ya hemos visto antes, y como nos muestra la siguiente
tabla de forma más detallada, como Timanfaya, a consecuencia de sus
erupciones, perdió más de la mitad de su producción de trigo y cebada; y
alrededor de un 60% de su superficie para el cultivo.
21
Todos los datos sobre la economía y producción lanzaroteña, nos llevan a un
mismo punto: el malestar económico. A causa del cubrimiento de la mayor parte
de la dezmería de Timanfaya, que gozaba de las zonas más fértiles para el
20
VIERA Y CLAVIJO, Jose de. Noticias de la his toria Gal de las Is las Cana rias. Libro X, cap. 45. Goya ediciones.
Tene rife. 1967.
21
Tabla extra ída de: M. MA CÍAS Antonio Y MO RALES Guillermo. Historia ag raria: Revista de agricultura e
historia rural. Ma drid. E ditorial SEHA. 2009. Página 55.
Página 14 de 22
ejercicio de la agricultura, la economía lanzaroteña, que venía en crecimiento
continuo desde hacía un siglo completo, se estancó. Y como ocurre también en
la actualidad, la base de una sociedad suele estar concentrada en su economía, y
si resulta que ésta va mal por las razones que sean, se producen otra serie de
consecuencias casi intrínsecas, verbigracia, el malestar social.
Lanzarote vivía por aquel entonces, uno de los peores momentos de su historia :
sequía, crisis general en todo el archipiélago canario, despoblación,... parecía la
ruina definitiva de una isla que apenas llevaba conquistada unos cuantos cientos
de años. La moral de los campesinos conejeros estaba totalmente minada, se
desconocía cuándo iban a parar de echar lava los volcanes,... todo el esfuerzo y
el trabajo por sacar adelante una isla tan árida y complicada como ésta, había
sido destruido en muy poco tiempo por el infortunio de la naturaleza. En fin, los
conejeros tendrían que hallar la manera de volver a la senda de la prosperidad
económica. Esto, en un principio parecía tarea imposible; pero los campesinos
de esta isla, tenían la solución al problema más cerca de lo que jamás se
hubieran imaginado...
Conflictos entre ganaderos y agricultores: propiedad de la tierra.
La mayoría de los habitantes de Lanzarote, durante el periodo en el que
acontecieron las erupciones de Timanfaya, se dedicaban a la agricultura. En
cambio, una proporción mucho menor se dedicaba a la ganadería. Por ello, el
vecindario solicitaba, con el fin de poder mantener a las familias y evitar la
emigración de la isla, “se les permitiera romper y panificar las tierras localizadas
en las Tierras Viejas del Corral de la Vega, la Hoya del Corral del Llano (...) y
algunos otros parajes adyacentes que se habían dejado históricamente hasta ese
momento en manos de los ganaderos”22 Los agricultores argumentaban, que las
arenas del volcán habían cubierto la gran mayoría de las zonas fértiles para el
cultivo, y que como posible solución, los ganaderos utilizaran las zonas menos
fértiles para la cría de ganado, dejando las zonas anteriormente nombradas para
lo que por aquel entonces se llamaba “panificar”, es decir, el cultivo de trigo.
22
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 130.
Página 15 de 22
Asimismo, el vecindario alegó que “perdiéndose las tierras en las que re cogía
pan (debido a su cubrimiento por las lavas), siendo esto lo más principal,
importa mui poco el que aia términos de ganados, quando no los pueden
mantener allí los vecinos sino tienen tierras donde sembrar para poder
mantenerse ellos mismos”23
Como consecuencia a las solicitudes del pueblo y con el objetivo de evitar
cualquier tipo de pleito entre ganaderos y agricultores, el Alcalde Mayor decide
plantearle el problema a la Real Audiencia. El 19 de diciembre de 1733 se
desestima por la Real Audiencia la negativa del Alcalde Mayor y manda que se
cumpla el auto de 17 de noviembre, por el que disponían dar rompimiento de las
citadas tierras para ayuda del vecindario 24 .
El verdadero problema apareció un mes más tarde de dar el permiso de arar
dichas tierras, cuando el licenciado Agustín de Betancurt y Ayala, en nombre de
alguno de sus descendientes, reclama el derecho de su familia sobre algunas de
las tierras que habían sido destinadas al arado. Los Betancurt reclamaban su
alícuota parte en unos términos de pastos indivisos y participados por numerosos
vecinos, denunciando a los que querían adueñarse de ellos con el fin de ararlos.
En definitiva, esta poderosa familia de la época solicitaba que no se rompieran
los términos que históricamente habían sido ganaderos, argumentando que
perjudicaría a los vecinos. Pese a la intervención del Alcalde Mayor en la
roturación de dichas tierras, que era lo correcto al ser de la propiedad de la
familia, las circunstancias, la necesidad de cultivos y de que el campesinado no
emigrara a otras islas se impusieron a toda prohibición de las autoridades
locales, las cuales finalmente se vieron obligadas a llevar a cabo un reparto de
tierras y así amortiguar la presión socio-económica ejercida por una población al
límite de sus fuerzas.25
23
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 130.
24
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 131.
25
PEDRO Q UINTA NA A ndrés Y LEÓ N HE RNÁ NDEZ José de. Des plaza mie ntos poblacionales y restructura ción del
hábitat en Lanzarote, e ntre 1730-1736. VIII jorna das de Es tudios sobre Lanza rote y F uerteventura. Tomo I.
1999. Pág ina 133.
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Final de las erupciones (1736)
Transformaciones en el paisaje agrario: enarenados.
Así pues, en Lanzarote se construyó un nuevo y singular paisaje agrario en la
segunda mitad del siglo XVIII y, por supuesto, su artífice no fue otro que el
hombre. No obstante, todo su esfuerzo se inspiró en una naturaleza que al
tiempo que destruía la tierra le mostraba cómo obtener de ella más y mejores
frutos. ¿Por qué? La respuesta reside en las propiedades del rofe, picón o lapilli.
Éste tipo de piedra volcánica que se expulsó en estas erupciones, tiene la
capacidad de aprovechar mejor, por su gran poder de absorción, las escasas
lluvias que caen en la isla. Asimismo, ejerce un efecto higroscópico, es decir,
capta la humedad ambiental y la reconduce hacia el manto subyacente de suelo
vegetal. Además, la cubierta de rofe contribuye a proteger el suelo fértil de la
erosión eólica y la lluvia torrencial, al tiempo que su coloración oscura o negra,
crea el denominado efecto “mulching”: su elevada capacidad de absorción de los
rayos solares neutraliza las oscilaciones térmicas en las capas inferiores del
subsuelo 26 .
Como podemos observar, este magnífico material hasta entonces
desaprovechado en la isla de Lanzarote, aportó un sinfín de ventajas. El lapilli
de las violentas erupciones lo cubrió todo; pero allí donde su cobertura fue débil,
las higueras, tuneras y viñas reverdecieron con mucha mayor frescura y
frondosidad debido al efecto higroscópico del manto de lapilli sobre la tierra
vegetal. Y como los isleños convivían a diario con los volcanes y buscaban
afanosamente un nuevo sustento para su maltrecha economía, de inmediato
descubrieron los favorables efectos del picón. Como dijo el obispo Dávila y
Cárdenas, tras su visita a la isla: “las tierras no han recibido daño del volcán,
antes sí han mejorado sus campiñas con las arenas [cenizas volcánicas]” 27
El secreto del éxito y de la futura prosperidad de la isla reside en los
enarenados. Una ligera labor, realizada con sumo cuidado para evitar que la
capa de lapilli se mezcle con el suelo vegetal, permite depositar en este suelo las
26
M. MACÍAS Antonio Y MO RALES Guillerm o. Historia ag raria: Revista de agricultura e his toria rura l. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 64.
27
M. MACÍAS Antonio Y MO RALES Guillerm o. Historia ag raria: Revista de agricultura e his toria rura l. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 64.
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semillas, que se cubren posteriormente con un nuevo pase de arada. Y ya no hay
más labores, pues éste impide la aparición de malas hierbas, sólo queda esperar
a las escasas lluvias otoñales, para que el lapilli cumpla su función, y nos
suministre la cosecha de uvas, hortalizas, papas, batatas, millo, o legumbres28 .
29
Hacia un modelo económico renovado:
Finalmente, lo que en un principio parecía el fin de esta pequeña isla, con
sucesivas erupciones y despoblación, finalmente resultó ser una verdadera ayuda
por parte de la naturaleza. La piedra del lapilli, con unas propiedades
asombrosas para cualquier científico o agricultor y muy escasa en todo el
planeta, trajo consigo un nuevo modelo económico basado aún más en la
agricultura. Permitió que las áridas y férreas condiciones de esta isla, no fueran
un impedimento para el cultivo, sino todo lo contrario, a partir de este momento
histórico, Lanzarote conoció el modelo agropecuario más esplendoroso de su
historia. Desde mediados del siglo XVIII que se basó en el policultivo,
posteriormente con su paso por las viñas, y finalmente, a principios del siglo
XIX, con la exportación de la barrilla (planta de la que se extraía sosa para la
elaboración de jabones) a diferentes partes del mundo como Gran Bretaña.
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M. MACÍAS Antonio Y MO RALES Guillerm o. Historia ag raria: Revista de agricultura e his toria rura l. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 65.
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Imagen e xtraída de: M. MACÍAS A ntonio Y MORA LES Guille rm o. Historia agra ria: Revis ta de ag ricultura e
historia rural. Ma drid. E ditorial SEHA. 2009. Página 66.
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Conclusión:
La catástrofe desencadenada por las masas incandescentes emanadas de la
erupción volcánica iniciada en Timanfaya en 1730 se transformó de inmediato
en un elemento fundamental para entender el progreso socioeconómico
experimentado en la isla en los años siguientes. La historia prevolcánica fue de
continua zozobra, pues un modelo agrario basado en el cereal y la ganadería
extensiva, y sometido a un bajo e inestable régimen pluviométrico no podía
acarrear sino frecuentes e intensas crisis 30 . Los lanzaroteños utilizaron en su
beneficio las cenizas volcánicas a través del cultivo en enarenados naturales y
artificiales, extendiendo el uso de los últimos por toda la isla. La producción
agrícola se multiplicó y la tipología de los productos cultivados se diversificó,
con la consiguiente repercusión positiva en la economía insular, hasta ese
momento dependiente 31 .
Por tanto, y como conclusión, tras el análisis y la realización de esta
investigación a través de diferentes fuentes tanto primarias como
historiográficas, podemos afirmar que las erupciones de Timanfaya influyeron
en gran medida en la creación del nuevo sistema económico y social de la isla de
Lanzarote. Lo que a priori parecía iba a resultar una desgracia para esta pequeña
isla del océano Atlántico, “los laboriosos campesinos conejeros supieron sacar
buen provecho y sustanciosa utilidad del inicial cataclismo, consiguiendo para la
agricultura de la isla nuevos cultivos, más rentables”,32 que resultarían ser la
solución de todos los problemas económicos durante el resto del siglo XVIII y
comienzos del XIX. En definitiva, las erupciones lo cambiaron todo, desde su
modelo económico, pasando por sus tierras, paisajes y formas de cultivo, hasta
la propia sociedad lanzaroteña.
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M. MACÍAS Antonio Y MO RALES Guillerm o. Historia ag raria: Revista de agricultura e his toria rura l. Madrid.
Editorial SEHA. 2009. Pág ina 65.
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APÉNDICE FOTOGRÁFICO
Papa sobre picón
Enarenado natural
Enarenado artificial para el cultivo de viñas en la Geria
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