PLAN ESPECIAL RECOLETOS

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PLAN ESPECIAL RECOLETOS-PRADO
ESTUDIO
DE
IMPACTO
AMBIENTAL
ANEXO 9
INFORME SOBRE LA AFECCIÓN AL ARBOLADO DEL
EJE RECOLETOS – PRADO POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN TÚNEL EN LA ZONA
Junio 2010
AYUNTAMIENTO DE MADRID. ÁREA DE GOBIERNO DE URBANISMO Y VIVIENDA
C o o r d i n a c i ó n G e n e r a l d e P r o y e c t o s S i n g u l a r e s
ANEXO 9. INFORME SOBRE LA AFECCIÓN AL ARBOLADO DEL EJE RECOLETOS – PRADO POR LA CONSTRUCCIÓN DE UN TÚNEL EN LA ZONA Madrid, 3 de diciembre de 2007 LABORATORIO DE DASOMETRÍA, ORDENACIÓN DE MONTES Y VALORACIÓN AGRARIA DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Y GESTIÓN FORESTAL LABORATORIO DE PATOLOGÍA FORESTAL Y CONSERVACIÓN DE MADERAS DEPARTAMENTO DE SILVOPASCICULTURA ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS DE MONTES UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID AUTORES UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes Departamento de Economía y Gestión Forestal ‐ Antonio Prieto Rodríguez. Doctor ‐ Ingeniero de Montes y Catedrático de Universidad de Dasometría, Ordenación de Montes y Valoración Agraria y Profesor de Arquitectura del Paisaje de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. - Dª Ana Macías Palomo. Ingeniero de Montes. Doctorando. Departamento de Silvopascicultura ‐ José Antonio Sáiz de Omeñaca González. Doctor en Ciencias y Profesor Titular de Universidad de Patología Forestal y Conservación de Maderas y Profesor de Arquitectura del Paisaje de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. UNIVERSIDAD DE CANTABRIA Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Departamento de Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada ‐ Jesús Sáiz de Omeñaca González. Doctor en Geología y Profesor Titular de Universidad de Geodinámica Interna. 2
ÍNDICE 1. Introducción.................................................................................................... 4 2. Funciones en las raíces de los árboles y problemas en los daños de las mismas..............................................................................................................4 3. Geología y agua en la zona...............................................................................11 4. Túnel a escasa profundidad debajo de vegetación arbórea..............................13 5. Túnel a una profundidad de al menos 20m debajo de vegetación arbórea............................................................................................................14 6. Trazado del túnel bajo la calzada o bajo zonas adyacentes.....................................................................................................16 7. Efecto de las rampas y bocas de pozos de ventilación.....................................16 8. Conclusiones...................................................................................................17 3
1. INTRODUCCIÓN Se presenta el informe sobre la “La Afección al Arbolado del Eje Recoletos – Prado por la Construcción de un Túnel en la Zona”. La construcción de un paso subterráneo que desvíe el tráfico viario del eje Prado‐Recoletos afectaría al arbolado existente de diferentes maneras según fuera el trazado y la profundidad de la obra. Considerando las diferentes alternativas existentes, El estudio se centrará en los aspectos relativos a los siguientes aspectos: ‐ Funciones en las raíces de los árboles y problemas en los daños de las mismas. ‐ Túnel a escasa profundidad debajo de vegetación arbórea. ‐ Túnel a una profundidad de al menos 20 m debajo de vegetación arbórea. ‐ Túneles en las inmediaciones de vegetación arbórea. ‐ Rampas y respiraderos. ‐ Modificaciones de la capa freática por la construcción del túnel. ‐ Finalmente, se resumirán las principales conclusiones de este informe. 2. FUNCIONES DE LAS RAÍCES DE LOS ÁRBOLES Y DAÑOS EN LAS MISMAS Las raíces, conjuntamente con el tronco, ramas y hojas, constituyen un elemento fundamental para su existencia. La supervivencia del árbol depende, de una manera crítica, más de las raíces que del resto de los elementos, ya que las raíces cumplen una triple función de asimilación de agua y nutrientes, reserva de nutrientes y anclaje del árbol (que está sometido a fuertes influencias dinámicas). Las raíces de los árboles, se distribuyen en tanto en anchura como en profundidad en los suelos. 2.1. Tipología de las raíces En relación a su estructura morfoanatómica y a su función específica, en las plantas arbóreas pueden distinguirse varios tipos de raíces: absorbentes, de transición, 4
conductoras (Baldini, 1992) 1 . ‐ Las raíces absorbentes, blanquecinas, translúcidas y caracterizadas todavía por una estructura anatómica primaria, son fisiológicamente muy activas y representan casi un 80 ‐ 85 % del sistema radical. La vida de la raíces absorbentes es por lo general bastante corta (de unas semanas o unos meses); algunas de ellas, sin embargo, aun perdiendo su capacidad de absorción, sobreviven y se convierte en raíces de transición. ‐ Las raíces de conducción son oscuras y constituyen la unión entre las absorbentes o de transición y las principales que tienen las funciones de sostén y de transporte. Son de distinta edad y corresponden a casi el 20 % del conjunto radical. Las raíces absorbentes y las de conducción más jóvenes y finas constituyen la cabellera radicular. Desde el punto de vista de su distribución en el suelo, las raíces se clasifican en principal (pivotante) que puede abortar pronto y secundarias (horizontales). La organización de las raíces, creciendo sin obstáculos, dependen de la especie, textura de suelo (limoso, arenoso, arcilloso o sus diversas combinaciones), disponibilidad de agua y forma de cultivo o gestión (figuras 1 y 2). En general, las raíces de las plantas arbóreas tienden a desarrollarse más extensamente y con mayor profundidad cuanto más suelto sea el suelo y cuanto menores sean las disponibilidades de agua y de elementos nutritivos asimilables; por el contrario tienden a ser más superficiales en suelos compactos y en los que el nivel de la capa freática esté muy elevado. Figura 1. Distintos tipos de raíces en función de la especie. 1
Baldini, E.; 1992. Arboricultura general. Ediciones Mundi‐Prensa. Madrid. 379 pp. 5
Figura 2. Desarrollo radical de una planta de la misma especie (Vitis vinífera) y de la misma edad: a) suelo profundo, seco y con muchos elementos gruesos; b) en uno franco, fresco y profundo y c) en uno arcilloso y compacto. 2.2. Dimensiones de las raíces Con respecto a las dimensiones de las raíces, se deben considerar los aspectos relativos a profundidad, extensión y volumen ocupado. ‐ Profundidad de las raíces Como ya se ha establecido, a pesar de que cada especie posee un sistema radical determinado, son las características del suelo (textura, estructura, profundidad, humedad, nutrientes, etc.) las que, en definitiva, marcarán sus pautas de crecimiento. Aunque normalmente no pasa no pasan de 80 – 100 cm de profundidad (en parques y jardines 2 ), en árboles adultos se han encontrado sistemas radicales desarrollados hasta profundidades de 2,5 – 3,0 metros de profundidad (Abies alba), y en situaciones de sequías prolongadas las raíces crecen buscado el aporte hídrico de los acuíferos subterráneos hasta profundidades de 20 metros o más 3 (figura 3). En el gráfico 1, puede observarse las longitudes que pueden alcanzar las raíces de las especies arbóreas según el bioma al que pertenecen 4 . 2
Turner, R., 1994, Preventing construction damage to trees. Cooperative Extension, University of Missouri and Lincoln University, Columbia, 4 pp. 3
Se puede citar la famosa y desafortunadamente desaparecida acacia del desierto del Teneré, con raíces en el pozo a 100 m de profundidad donde bajan a recoger agua los habitantes de la zona. 4
Canadell, J., R.B. Jackson, J.R. Ehleringer, H.A. Mooney, O.E. Sala, E.D. Schulze, 1996, Maximun rooting depth of vegetation types at the global scale, Springer Verlag, Oecologia 108, pp‐583‐595. 6
Figura 3. Raíces de Quercus fusiformis a 20 m de profundidad 5 . Gráfico 1. Profundidad máxima de las especies arbóreas agrupadas por biomas (Canadell et al., 1996). ‐ Extensión de las raíces En extensión superan la proyección de la copa (figura 4). La longitud puede ser hasta 4 veces superior a la longitud de la copa (cuadro 1), habiendo raíces que alcancen en longitud en árboles adultos hasta 30 m de longitud (Quercus robur). Esto produce que muchas raíces se entretejen y conectan entre sí provocando procesos de anastosomamiento, de tal manera que cualquier daño a una raíz puede influir sobre 5
Mc Elrone A.J., Pockman, W.T., Martínez Vilalta, J., Jackson, R.N., 2004. Variation in xylem structure and functionin stem and roots of tress to 20 m depth. New Phytologist, 163, pp. 507 – 517. 7
diversos árboles del entorno, además del que sea al que pertenece la raíz afectada (foto 1). Cuadro 1. Extensión lateral de las raíces de algunas especies arbóreas del eje Recoletos – Prado. Especie Magnolio Arce Chopo Robinia Fresno Extensión raíces/diámetro de copas 3,7 3,0 3,0 2,9 1,7 ‐ Volumen de raíces Volumen ocupado por raíces depende de sus necesidades de agua y nutrientes. La masa del terreno ocupada por el sistema radical de un árbol se denomina unidad de suelo (figura 5). A título indicativo, el sistema radicular de un árbol adulto con una copa de unos 4 m de diámetro utiliza una unidad de suelo de un poco más de 30 m3. En el caso de plantaciones intensivas, en las que la densidad de plantación es elevada, la unidad de suelo por hectárea es de 8.000‐10.000 m3, equivalente a una masa de suelo de unos 10‐
12 millones de kg. Figura 4. Extensión de las raíces más lejos de la proyección de las copas. 8
Foto 1. Red de raíces superficiales en abetos rojos (malla de 1 x 1 m). 2.3. Daños en las raíces de los árboles Las causas de daños a las raíces, pueden ser diversas, pero se pueden agrupar en problemas de sequía o encharcamiento y modificaciones mecánicas del suelo (por operaciones constructivas). Todos estos daños impiden o limitan drásticamente el funcionamiento de las raíces y, dependiendo de su gravedad, conducen a la muerte de los árboles o a un debilitamiento general que favorece los ataques de plagas, enfermedades y pudriciones. Figura 3. La unidad de suelo es el volumen ocupado por el sistema radicular de un árbol (es un término de referencia para la dosificación de los fertilizantes en el abonado y del agua en el riego). ‐ Problemas de sequía o encharcamiento Cuando el aprovisionamiento hídrico es persistentemente inferior a las necesidades de 9
agua determinadas por la transpiración, las plantas entran en un estado de estrés debido a la reducción, hasta su total cese, de la absorción de agua por parte de las raíces. Las consecuencias de la carencia hídrica empiezan a ser bastante graves, para llegar a ser irreversibles, es decir perjudiciales para la propia supervivencia de la mayor parte de las plantas. En las plantas arbóreas las manifestaciones más visibles de la carencia hídrica se enmascaran a veces o son atenuadas debido a la facultad que tienen de alcanzar, con algunas raíces, el agua existente en la profundidad del suelo o bien de traslocar el agua contenida en los frutos hacia los brotes y hojas. El encharcamiento se produce cuando el contenido de agua del suelo se mantiene en valores superiores a la capacidad de campo hasta llegar a la saturación completa de los poros. El encharcamiento puede ser sólo subterráneo o bien hacerse en la superficie del terreno. Esto es muy raro en los suelos de textura gruesa y sin embargo ocurre fácilmente en los suelos arcillosos o limosos no drenados. Los suelos expuestos a encharcamiento sufren la destrucción de los agregados estructurales, el descenso del potencial de oxidorreducción, el cese de los procesos de nitrificación y el inicio de los procesos de desnitrificación, el aumento del contenido en anhídrido carbónico y etileno, y la formación de toxinas; disminuye la actividad de los microorganismos aerobias que es sustituida por la de los microorganismos anaerobios. Las consecuencias para los árboles son la mayoría de las veces graves, sobre todo si la situación anómala perdura y no hay eliminación del agua en exceso. El efecto más importante es la asfixia radical como consecuencia del reducido contenido de aire en el suelo. Las raíces se deterioran progresivamente, se oscurecen, después se empapan de agua presentando síntomas visibles de lenticelosis, finalmente se pudren exfoliándose; en torno a ellas se forma la mayoría de las veces una envoltura característica formada por partículas arcilliformes de color gris‐ceniza, que despide un desagradable olor de azufre. La carencia de oxígeno provoca además fenómenos de fermentación celular, con forma‐
ción de compuestos tóxicos, como el ácido cianhídrico, que contribuyen a la muerte de las raíces. En los árboles en período de actividad vegetativa los primeros síntomas de asfixia radicular están representados por la desecación del limbo de las hojas a partir de los bordes. Si la situación se agrava se puede llegar a la muerte entera de la planta. Los problemas de sequía o encharcamiento, que son muy reducidos en condiciones vegetativas normales, pueden ser importantes en el caso de grandes árboles con raíces profundas que tomen el agua de las capas freáticas. En estos casos su diminución o elevación por construcciones en la zona pueden provocar su muerte a corto medio plazo (sin que en principio se pueda achacar a esta circunstancia: normalmente se atribuye a la elevada edad de los árboles). ‐ Modificaciones mecánicas del suelo 10
Las modificaciones mecánicas, normalmente motivadas por causas antrópicas, provocan la compactación de los suelos o la eliminación de las raíces (lateralmente por zanjas o en profundidad por la construcción de galerías o túneles). ‐ Compactación de suelos: la compactación de suelo puede provocar una triple función negativa: impide la entrada de oxígeno de suelo (las raíces también necesitan respirar) limitan la entrada de agua y dificultan la extensión de las raíces. Entre otras causas de compactación de suelos, se pueden citar las siguientes: el agua de lluvia o de riego por aspersión (el impacto de las gotas de agua puede compactar el horizonte superior del suelo impidiendo el intercambio atmosférico y la entrada de agua), el paso de maquinaria y de personas, almacenamiento de materiales, la construcción de aceras y calzadas cerca de árboles y consiguientemente en la zona de desarrollo de las raíces Un suelo ideal para el crecimiento y el desarrollo de la raíz es aquel que tiene cerca de un 50 por ciento de espacio poroso. Estos espacios entre las partículas del suelo se llenan agua y aire. El equipo pesado que se usa en la construcción compacta el suelo y puede reducir dramáticamente la cantidad de espacio poroso. Esta compactación no solamente inhibe el crecimiento de la raíz y su penetración, sino que también disminuye el oxígeno en el suelo, que es esencial para el crecimiento y funcionamiento de las raíces. ‐ Eliminación de raíces: además de la pérdida de apoyo que puede provocar su derribo por el viento, disminución de la capacidad de absorción de agua y nutrientes. Otro problema, que puede resultar de la pérdida de raíces causada por la excavación y el zanjado, es el incremento del riesgo potencial de que los árboles caigan. Las raíces desempeñan un papel crítico al anclar un árbol. Si las raíces principales de soporte se cortan en un lado del árbol, el árbol puede venirse abajo. La apertura de zanjas, galerías de conducción y túneles, afecta directamente a las raíces de los árboles (si se pierde un 30 % del volumen de raíces, la supervivencia del árbol es muy crítica). También la circulación de los equipos de construcción puede causar daños al cuello de la raíz o a raíces en la capa superior del terreno o en la superficie. 3. GEOLOGÍA Y AGUA EN LA ZONA De acuerdo con la información disponible sobre naturaleza y estructura del subsuelo en el lugar, en las partes más cercanas a la superficie (zona vadosa), el agua procedente de precipitaciones naturales y riegos tiende a moverse en vertical, hacia abajo (por gravedad) y, de forma más limitada, hacia arriba (por capilaridad). La vegetación adquiere agua y nutrientes de esa zona vadosa a lo largo de parte del año, siempre que haya agua disponible. Ahora bien: ‐ En la zona vadosa, el agua está sometida a una presión hidráulica negativa: los poros de esta parte del subsuelo (que, de acuerdo con el conocimiento que tenemos de la 11
zona pueden representar del 35 al 55 % del mismo) están rellenos en parte por aire y en parte por agua. ‐ Esta agua, sólo puede ser desplazada parcialmente por las fuerzas gravitatorias, por capilaridad o ser absorbida por las raíces de los árboles: gran parte queda retenida por las fuerzas relacionadas con la tensión superficial, en la red cristalográfica de los minerales de las arcillas, etc. Esta agua inmovilizada no puede ser utilizada por la vegetación. ‐ En estío, la cantidad de agua de la zona vadosa a disposición de la vegetación disminuye hasta hacerse nula. Las plantas herbáceas y los arbustos tienen que ser sostenidos por medio de riegos o perecen; la mayor parte de los árboles resiste porque adquieren agua de capas más profundas, en la parte superior de la zona saturada, a varios metros de profundidad, pero sufre una parada estival, precisamente por la escasa disponibilidad de agua. Conviene recordar que en la zona saturada la presión hidráulica es igual o superior a la atmosférica y por lo tanto el agua desplaza al aire, los poros están llenos de agua y el sedimento saturado de agua. La superficie que limita superiormente a la zona saturada es la denominada superficie freática y su nivel en ausencia de actividad humana el llamado nivel estático. Ahora bien: ‐ La profundidad de la superficie freática no es constante. Por ejemplo, tras un periodo de fuertes precipitaciones asciende; tras un período de sequía, se sitúa a mayor profundidad. ‐ De forma similar, si se extrae agua del subsuelo, la superficie freática desciende, tanto más cuanto más intensa sea la extracción. Tanto durante la fase de construcción de un túnel como con posterioridad, durante la de funcionamiento, resulta ineludible establecer un sistema para drenar y evacuar las aguas freáticas, de tal forma que la superficie freática se mantenga permanentemente por debajo de la plaza de obra primero y de la estructura después. Con independencia de otros efectos bien conocidos (como los derivados de la pérdida de presión de poro, que afectan a las cimentaciones de edificios y estructuras), el descenso de la superficie freática acarrea consecuencias muy negativas para el arbolado. En efecto, supongamos un punto de extracción de agua del subsuelo. Como puede verse en cualquier manual, la caída de la superficie freática no queda restringida a un descenso del nivel del agua en la perforación, sino que la superficie freática adopta la forma de un cono invertido o embudo alrededor de la perforación, que queda en el centro (nivel dinámico). El movimiento del agua hacia la perforación se debe a la formación de ese cono de depresión, pues si no se produjera no existiría el gradiente necesario para que, de acuerdo con la Ley de Darcy (ecuación general de flujo del agua subterránea), se produzca un flujo hacia el punto de extracción. El gradiente disminuye con la distancia a la perforación y depende, entre otros factores, del tipo de roca o sedimento del que se esté extrayendo el agua. En sedimentos detríticos formados por partículas sueltas de tamaño 12
más frecuente entre limo y arena gruesa con alto volumen de huecos, como son los que de acuerdo con los datos disponibles existen en el lugar, el movimiento del agua es comparativamente rápido (la conductividad hidráulica se sitúa con toda probabilidad entre 10 y 102 m por día) y el cono de depresión muy extenso. Lo que acaba de ser expuesto permite imaginar con facilidad algunas de las consecuencias de la excavación de un túnel para el tránsito de vehículos. Este túnel no podría hacerse a una profundidad que lo llevara más allá de donde no influyera intensamente sobre la superficie freática, pues ello exigiría unas rampas de acceso muy largas y de gran pendiente. Un túnel cercano a la superficie del terreno traería como consecuencia la necesidad de rebajar la superficie freática de un área comparativamente extensa, en toda la zona de obra. No obstante, el efecto no quedaría restringido a dicha zona, sino que se extendería espontáneamente a las aledañas, tanto más cuanto más suave fuera el gradiente que se estableciera. En el estado actual de nuestros conocimientos no es posible determinar con precisión las consecuencias de la una caída generalizada de la superficie freática sobre el arbolado de la zona, pero pueden señalarse cuatro situaciones‐tipo. 1 El arbolado que tuviera sus raíces allí donde la superficie freática fuera rebajada, vería restringida su capacidad para captar agua del subsuelo, tanto más cuanto mayor fuera la caída. En casos favorables, tras un lapso de tiempo, los árboles podrían adaptarse a la nueva situación, por ejemplo, alargando sus raíces si la caída fuera pequeña. 2 En algunos casos, ello significaría “sólo” una menor disponibilidad de agua, centrada precisamente en el periodo comprendido entre el mes de julio y las lluvias de otoño. Esto significaría un mayor estrés hídrico, un periodo de crecimiento primaveral más corto y un periodo de “reposo” veraniego más largo y acusado. 3 En otros casos, cuando las raíces se situaran temporalmente por encima de la superficie freática, los árboles quedarían expuestos a serios riesgos; incluso aunque esa situación fuera de corta duración, en el caso de que coincidiera con días de fuerte calor o intensos vientos, las consecuencias podrían ser terminales. 4 Si las raíces quedaran permanentemente alejadas de la superficie freática, la pérdida de los ejemplares sería cuestión de tiempo. 4. TÚNELES DEBAJO DE VEGETACIÓN ARBÓREA A la vista de las consideraciones establecidas en el apartado anterior, puede afirmarse que un túnel trazado bajo las alineaciones arbóreas del eje Recoletos ‐ Prado a escasa profundidad produciría un daño directo a los sistemas radicales, afectando en mayor o menor medida según fuera a la profundidad a la que se realizarán los trabajos. En principio, un túnel no alteraría de manera significativa la capacidad de absorción de los sistemas radicales pero si tendría una acción directa sobre las raíces principales de anclaje. Al tratarse de árboles, en algunos casos, con alturas superiores a los 25 metros y 13
copas de 12 metros de diámetro, la inestabilidad estructural consecuencia de la amputación de parte del sistema radical podría provocar el descalce y caída de los ejemplares al producirse un aumento de la velocidad del viento o una turbulencia local. Por otro lado, la construcción del túnel podría provocar una subida de la capa freática, un aumento en el flujo de agua a través de la zona (ya que el túnel hace de presa natural) o una diminución si se utilizan sistemas de drenaje, que puede, bien reducir la cantidad de oxígeno en la zona de las raíces o bien disminuir la cantidad de agua puesta a disposición de las raíces. En ambos casos, significa problemas graves para la supervivencia del arbolado de la zona. Cuadro 2. Distancia de túneles a troncos de los árboles en función de sus dimensiones. Diámetro normal árbol* Distancia mínima lateral al túnel Profundidad mínima del túnel (cm) (m) (m) < 25 2,0 0,75 25 ‐ 35 3,0 1,00 35 ‐ 50 4,0 1,25 > 50 5,0 1,50 *Medido perpendicularmente al tronco a 1,30 m sobre el nivel medio del suelo. A pesar de los inconvenientes anteriores, a título meramente informativo, se recomiendan como mínimo, en caso de hacerse un túnel, que las distancias mínimas desde la parte superior del túnel (incluyendo espacio necesario para las impermeabilizaciones) hasta el tronco del árbol, sean las recogidas en el cuadro 2. Teniendo en cuenta, las grandes dimensiones del arbolado existente en la zona, que en algunos casos se aproxima a 1 m de diámetro normal, la distancia mínima recomendable lateral al tronco del borde más próximo del túnel sería de 5 m y la distancia mínima recomendable a la parte superior del suelo de 1,50 m. 5. TÚNEL A UNA PROFUNDIDAD DE AL MENOS 20 M DEBAJO DE VEGETACIÓN ARBÓREA Un subterráneo en la zona se enfrentaría a las dificultades de un subsuelo ya ocupado por el túnel que une las estaciones ferroviarias de Atocha y Chamartín, dos grandes colectores que discurren a lo largo del paseo de la Castellana, las galerías de servicio, las líneas de metro que lo atraviesan transversalmente ‐líneas 4, 2 y 1‐, el paso subterráneo transversal bajo la Glorieta de Carlos V, y las instalaciones subterráneas del Ministerio de Defensa y del Banco de España en Cibeles, por lo que para la utilización de una tuneladora para su sería preciso alcanzar una cota de al menos 20 metros. 14
Un túnel a esa profundidad afectaría a todo el sistema hidrológico en la zona, donde el agua viene por escorrentías desde la ladera del Retiro y se filtra a los acuíferos subterráneos. El arbolado de la zona, en casos cuya cuantía se desconoce, se puede abastecer de los acuíferos subterráneos, por lo que afectar las capas freáticas tendría consecuencias directas sobre los árboles situados sobre la zona del túnel y los de las zonas adyacentes (caso del Jardín Botánico, jardines del Cuartel General del Ejército de Tierra, Fundación BBVA y Biblioteca Nacional). Los principales impactos de un túnel en las aguas del subsuelo y superficiales se pueden agrupar en cuatro tipos: ‐ Impactos en acuíferos próximos. No siempre se reconoce de forma adecuada que un túnel perforado por debajo del nivel freático constituye una vía de descarga del agua subterránea. La construcción del túnel produce una disminución de presiones intersticiales que induce un flujo convergente hacia las paredes del túnel que da lugar al drenaje del medio subterráneo circundante 6 . Este drenaje varía con el tiempo y generalmente se concentra en determinados tramos del túnel como consecuencia de las heterogeneidades del medio. Habitualmente las descargas de agua al túnel se concentran en las vías preferentes de flujo (zonas de falla, zonas de fractura, contactos entre diferentes formaciones, etc.). ‐ Impactos sobre acuíferos creando nuevas vías para el flujo subterráneo. Incluso en túneles adecuadamente impermeabilizados, el sistema de drenaje del túnel puede causar el drenaje del macizo rocoso, conduciendo aguas subterráneas que de forma natural descargarían en manantiales o en captaciones para suministro de agua potable 7 . Por tanto, una vez concluida la obra, los drenes exteriores del túnel pueden actuar como vías preferentes de flujo dentro del macizo que dada la considerable longitud del túnel pueden: 1) Alterar el esquema del flujo en el macizo; 2) Constituir vías de migración de contaminantes a través del acuífero conectando zonas someras con zonas profundas del acuífero, alterando significativamente el esquema de flujo subterráneo; e 3) Introducir cambios en la calidad química de las aguas subterráneas. ‐ Impactos sobre acuíferos creando barreras al flujo subterráneo. En túneles construidos mediante pantallas (como los previstos para el soterramiento de la M‐30 en el tramo que discurre paralelo al río Manzanares), el túnel puede constituir una barrera al flujo subterráneo dando lugar a ascensos del nivel freático aguas arriba del túnel y descensos aguas abajo 8 . 6
Samper, FJ, M. Bonilla y J. Molinero. (2004) Evaluación del impacto de las obras del eje atlántico de alta velocidad en el tramo Padrón‐Osebe sobre las captaciones de agua y cálculo de aporte de agua al túnel. E.T.S. de Ingenieros de Caminos, Universidade da Coruña. Informe Técnico elaborado para GOC. La Coruña, 133 pp. 7
BRASSINGTON, F.C., 1986. The inter‐relationship between changes in groundwater conditions and civil engineering construction. Groundwater in Engineering Geology (Cripps, J C, Bell, F G and Culshaw, M G, eds). Geological Society Engineering Geology Special Publication No. 3, London, pp 47‐50. 8
Samper,J, P.E. Martínez Alfaro, J. Molinero, P. Martinez, L. Zheng, M. Bonilla, C. Yang y M. Melis, 2006. Evaluación del efecto del soterramiento de la M30 sobre la hidrología del subsuelo de Madrid mediante modelos tridimensionales de , en estas jornadas. 15
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Impactos por descargas a las aguas subterráneas. Durante la construcción de las obras se pueden producir lixiviados y vertidos al medio subterráneo que pueden contaminar las aguas subterráneas. Posibles fuentes de contaminación incluyen: filtraciones, vertidos de fuel y lubricantes de los vehículos, el agua de escorrentía producida durante la operación de hormigonado, la escorrentía de aguas turbias, y los cementos, aditivos y productos químicos utilizados en la estabilización e impermeabilización del túnel. Muchas de estas fuentes de contaminación se pueden soslayar mediante la adopción de prácticas adecuadas de acuerdo con el preceptivo plan de seguimiento ambiental. Las consecuencias sobre el arbolado de un ascenso del nivel freático serían la muerte y pudrición de las raíces por el encharcamiento del terreno que provocaría un déficit de oxígeno. Un descenso del nivel freático tendría como consecuencia un déficit en el aporte hídrico de los árboles de la zona que, de no ser corregido mediante riegos, provocaría la muerte de gran número de ejemplares. Los pies que más se vería afectados por los efectos del descenso del nivel freático serían a aquellos de mayor edad por sus menores capacidades de adaptación. Debido a que las variaciones del nivel freático tienen consecuencias a nivel local, la problemática derivada no quedaría restringida al arbolado de la zona sobre el túnel sino que los efectos se extenderían también a todo el arbolado de las zonas adyacentes que, en este caso, sería el de las alineaciones del Paseo del Prado y de Recoleto y, posiblemente a su entorno. 6. TRAZADO DEL TÚNEL BAJO LA CALZADA O BAJO ZONAS ADYACENTES Un trazado alternativo del túnel que no discurriera directamente bajo las alineaciones arbóreas sino bajo la calzada o las viviendas contiguas, tendría las mismas consecuencias antes expuestas sobre el nivel freático. 7. EFECTO DE LAS RAMPAS Y BOCAS DE POZOS DE VENTILACIÓN La construcción de las rampas de acceso al túnel y de las bocas de los pozos de ventilación implicarían a la apertura en superficie de zanjas y desplazamientos de terreno que harían necesaria la corta de un elevado número de pies. 16
Los pozos de ventilación podrían aumentar en determinados puntos la concentración de gases contaminantes así como en las bocas de entrada y salida, con problemas de deposiciones y lluvias ácidas que afectarían gravemente a la vegetación del entorno, Además, debido a las limitaciones mencionadas de espacio en el subsuelo de la zona que impondrían cotas de al menos 20 metros bajo la superficie para salvar las infraestructuras existentes, las rampas de entrada y salida deberán tener una longitud de al menos 300 metros lo que conllevaría un impacto visual muy negativo, y mucho más en un ámbito histórico protegido como el del Paseo del Prado. 8. CONCLUSIONES Tras el estudio realizado sobre las distintas alternativas de trazado y los impactos ambientales asociados a la construcción de un túnel que permita desviar el tráfico del Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos, se han podido extraer las conclusiones que se exponen a continuación: ‐ Un túnel a escasa profundidad trazado bajo el bulevar provocaría un daño en las raíces de anclaje con el consiguiente peligro de descalce y caída de los árboles. ‐ Un túnel a profundidad mayor de 20 metros induciría un cambio en el nivel freático de la zona que afectaría al arbolado directamente situado sobre la planta del túnel y al de las zonas adyacentes: ‐ Elevando el nivel freático, produciendo el encharcamiento y la pudrición de los sistemas radicales que llevaría a la muerte de los pies arbóreos. ‐ Bajando el nivel freático, secando los árboles por falta de aportes de los acuíferos subterráneos y produciendo un importante peligro de inestabilidad en el terreno con posibles derrumbes y desplomes. ‐
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La construcción de las rampas de entrada al túnel, que serían mayores cuanto mayor sea la profundidad a la que se realice la obra, así como la construcción de los respiraderos, tendrán como consecuencia la tala de gran número de árboles y el daño a los sistemas radicales por la realización de zanjas en superficie. Un trazado alternativo del túnel no directamente bajo las alineaciones arbóreas tendría las mismas consecuencias antes expuestas sobre el nivel freático afectando a todo el arbolado de la zona sobre el túnel y de las zonas adyacentes. Se desconoce la profundidad que el eje Recoletos – Prado pueden alcanzar las raíces de los grandes árboles existentes. Teniendo en cuenta que se trata de especies de crecimiento rápido y consecuentemente de grandes necesidades de agua, no se descarta que en muchos ejemplares las raíces bajen a profundidades relativamente elevadas, superiores a 2 – 3 m, buscando los niveles freáticos del arroyo de Valnegral 17
)el terreno fue nivelado y el arroyo encauzado y soterrado para desarrollar el proyecto de José de Hermosilla). ‐
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También se desconoce el tipo de suelo que soporta la vegetación arbórea de la zona (que podría estar constituidos por cascotes, arenas y restos de demoliciones), la distribución e intensidad de las corrientes subterráneas naturales que atraviesan la zona (hay una gran lámina de agua bajo el Banco de España), y la altura de la capa freática formada en esta vaguada natural por los barrios de Salamanca y Los Jerónimos (que recoge las precipitacioens del Retiro y Jardín Botánico) por la margen izquierda y los barrios de Las Salesas y de Las Letra por la margen derecha. Todos estos factores, han favorecido sin duda, la penetración de las raíces de los árboles de esta zona a profundidades mayores de las normales de parques y jardines. La determinación de la profundidad que alcanzan las raíces de estos árboles, a pesar de los instrumentos existentes (calicatas, barrenas pedológicas, trazadores radioactivos y radares geológicos), sería lenta, costosa, delicada y sin que en muchos casos fuera determinante (se podría detectar la profundidad de las raíces secundarias que son muy numerosas pero difícilmente se podrán localizar las raíces pivotantes por su escaso número y que son las que alcanzab mayores profundidades). Los árboles del eje Recoletos – Prado, por las condiciones del suelo, dimensiones (generalmente árboles adultos con algunas intrusiones de árboles de reposición), estado sanitario de regular a malo y condiciones vegetativas (envejecidos por la contaminación del aire, compactación del suelo) y raíces trabadas y anastomosadas son muy sensibles a las obras que de una manera general puedan afectar a su sistema radical. Finalmente, se debe recordar que por muchas precauciones que se tome en la construcción de túneles debajo de arbolado, cualquier circunstancia (capas de agua, disminución de la resistencia del terreno, errores en la perforación, etc.) puede provocar el hundimiento de la bóveda con circunstancias fatales para el arbolado, como así ocurrió en la construcción del pasillo ferroviario por debajo del Campo del Moro, donde cedros de más de 30 m de altura fueron materialmente “tragados” y desaparecieron al fallar la construcción de los túneles correspondientes. Por todas las razones expuestas, se desaconseja fehacientemente la construcción de ningún túnel bajo el eje Recoletos – Prado, ni debajo ni en las proximidades de la vegetación arbórea existente. 18
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