Moral y transparencia, fundamento e implicaciones morales de la

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JUAN CRISTÓBAL CRUZ REVUELTAS
Moral y transparencia
Fundamento e implicaciones morales de la transparencia
Moral y transparencia
DIRECTORIO
Jacqueline Peschard Mariscal
Comisionada Presidenta
Alonso Gómez-Robledo Verduzco
Comisionado
Juan Pablo Guerrero Amparán
Comisionado
María Marván Laborde
Comisionada
Ángel Trinidad Zaldívar
Comisionada
Comité Editorial:
Manuel Salvador Matus Velasco
Cecilia Azuara Arai
Ciro Murayama Rendón
Secretaria de Acuerdos
Rigoberto Ocampo Alcántar
Alejandro del Conde Ugarte
Secretario Ejecutivo
María Fernanda Somuano Ventura
Raúl Trejo Delarbre
Ilustración portada:
Sylvia Salazar Ugarte
Manuel Monroy
Secretaria Técnica del Comité Editorial
15
Cuadernos
de transparencia
ÍNDICE
Presentación. p. 5
Introducción. p. 7
Porqué es necesaria la dimensión moral.
I.
Transparencia, política y valores. Un poco de historia. p. 11
1.1 El desafío de Giges o los peligros de la invisibilidad. p. 11
II.
Contra el moralismo, el derecho a la privacidad. p. 14
III. Subordinación de la moral a la política y Arcana Imperii. p. 17
IV.
El Principio de Publicidad o la reconciliación de la moral y lo político. p. 20
V.
El principio de publicidad, una vieja historia. p. 25
VI. Esfera privada e intimidad. p. 27
VII. Espacio público y privado como formas complementarias de la autonomía. p. 30
VIII. Lo privado y lo público, precisiones y consideraciones respecto al debate contemporáneo. p. 33
8.1 Lo público y formas de relación moral. p. 33
IX. Democracia y ambivalencia moral del secreto. p. 35
X.
Revaluar la esfera privada. p. 39
XI. Transparencia, Confianza y Capital Social. p. 41
11.1 ¿Es mala la desconfianza? p. 44
XII. Conclusión. p. 47
Prontuario de conceptos clave. p. 49
Notas. p. 51
Breve bibliografía complementaria. p. 57
PRESENTACIÓN
LA MEZCLA DE LA POLÍTICA CON LA
con la transparencia, para poste-
MORAL HA SIDO NEFASTA EN LA EXPE-
riormente realizar un recorrido his-
RIENCIA HISTÓRICA DE LOS ESTADOS.
tórico sobre los efectos nefastos de
Pronto el poder público utiliza las
lo que llama: “la invisibilidad”.
creencias y principios como instru-
Es de fundamental importancia
mentos ideológicos de control de las
señalar cómo Cruz Revueltas, basa-
opiniones políticas y, así, abre las
do en aportes teóricos de gran peso
posibilidades de interferencia en la
en la filosofía occidental, los analiza
vida privada de las personas.
y enriquece y, además, plantea
Estos excesos de la manipula-
sugerencias sólidas y concretas que
ción de la moral llevaron a un des-
permiten reconciliar y complemen-
crédito: a la creencia de que hablar
tar lo aparentemente divorciado y
de valores en política es encubrir
excluyente: la moral y la política, lo
intenciones siniestras para dominar
público y lo privado.
todos los ámbitos de los ciudadanos. Este riesgo, a su vez, condujo a
Instituto Federal de Acceso
una reacción de la sociedad y sus
a la Información Pública
defensores: el ámbito privado no
puede ser tocado por el Estado en
ningún tipo de circunstancia.
El ensayo de Juan Cristóbal Cruz
Revueltas aborda estos dos temas y,
para tal efecto, reflexiona sobre la
dimensión moral y sus relaciones
5
INTRODUCCIÓN
JUAN
CRISTÓBAL
CRUZ
REVUELTAS
CON EL PROPÓSITO DE MOSTRAR Y
las muestras más significativas de
ACLARAR EL FUNDAMENTO Y LAS IMPLI-
la manera cómo estos conceptos se
CACIONES MORALES DEL DERECHO DE
encuentran en el centro del debate
ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA y
actual sobre la democracia contem-
de las políticas de transparencia, en
poránea y sus instituciones. En fin,
el presente texto hemos adoptado
esperamos demostrar que estamos
una doble vía; cada una de ellas
ante una de las más ricas vetas de
conforma una parte de nuestro tra-
estudio a desarrollar por parte del
bajo. En la primera vía el lector
pensamiento político de nuestros
encontrará una breve reconstruc-
días.
ción histórica de los motivos conceptuales y de las transformaciones
¿Por qué es necesaria la dimensión
que llevaron a postular el principio
moral?
filosófico y político de publicidad.
Veremos cómo este principio es la
Ahora bien, por principio debemos
respuesta moderna al problema de
justificar la perspectiva que nos
la articulación entre lo público y lo
proponemos adoptar aquí. ¿Por qué
privado —o, si se prefiere, entre lo
abordar el derecho de acceso a la
político y la moral— y cuáles son las
información pública desde el enfo-
características que distinguen este
que moral? ¿Por qué moral y trans-
principio de su antigua versión grie-
parencia? La idea puede sorprender
ga. Para completar la discusión, en
puesto que, al tratarse tanto de un
la segunda parte hemos creído con-
derecho como de una política públi-
veniente ofrecer al lector algunas de
ca, su estudio se antoja, al menos a
7
primera vista, mejor ubicado en
Pero, antes de ir más allá,
chos fundamentales son, precisa-
ámbitos como la ciencia jurídica o
comencemos por observar que el
mente, instrumentos de protección
la ciencia política. Más aún, algunos
derecho al acceso a la información
de los bienes básicos de la persona.
de los más célebres pensadores del
pública ha sido reconocido como un
Dicho de otra forma, son derechos
derecho —como Hans Kelsen— han
derecho fundamental por el artículo
que protegen aquellos bienes consi-
hecho particular hincapié en la
6° constitucional, a partir de la
derados como necesarios a la cons-
necesidad de separar y distinguir
con claridad el derecho y la moral1.
reforma del 20 de julio de 2007. Este
titución del individuo, para que
hecho confirma, precisamente, su
pueda actuar y responsabilizarse
Sin embargo, existen otras tradicio-
relevancia moral. Por ejemplo, se
como agente moral. Se podría repli-
nes jurídicas y filosóficas, y no las
puede observar en este mismo artí-
car ahora, preguntándonos por qué
menos influyentes, que conceden
culo ya reformado, en la tercera
la persona constituye un valor. La
sin mayor dificultad que derecho y
fracción del nuevo párrafo, cómo
respuesta es simple y se antoja evi-
moral no están totalmente divorcia-
reconoce que el derecho al acceso a
dente: todos, en tanto personas,
dos. En lo que respecta a nosotros, y
la información pública es un dere-
como hilo conductor del presente
cho propio de “toda persona”, y
poseemos dignidad; es decir, un
valor moral intrínseco2.
texto, sostendremos que el principio
quien quiera ejercerlo no requiere
Si concedemos que la distinción
de publicidad, que funda el derecho
exhibir justificación alguna. Que su
entre moral y derecho es necesaria,
de acceso a la información pública y
alcance sea universal es acorde con
pero no así su disociación absoluta;
las políticas de transparencia, es la
la idea de que los derechos funda-
si admitimos que a fin de cuentas el
vía que permite resolver en el
mentales no son privativos única-
Estado constitucional y la democra-
mundo moderno un muy viejo pro-
mente de los ciudadanos, sino que
cia se fundan en valores morales
blema del pensamiento occidental:
deben ser garantizados a todos de
fundamentales, se debe aceptar de
precisamente, el de la relación de la
manera irrestricta ¿Por qué? Para
igual forma que las instituciones
política y el derecho con el punto de
responder
Garzón
políticas deben procurar obtener
vista moral.
Valdés, podemos decir que los dere-
resultados moralmente aceptables.
con
Ernesto
8
Por ejemplo, las políticas públicas
Por otra parte, la relevancia de
rrollada, una anomalía destinada a
no deben tener como resultado
un enfoque moral del derecho al
desaparecer con el tiempo en la
mermar las libertades básicas. Lo
acceso a la información y de la
medida que se moderniza una
mismo se puede decir de los proce-
transparencia, ha sido señalada
sociedad, la corrupción es ante todo
sos y del ejercicio político cotidiano,
desde el primer texto de Cuadernos
un factor que inhibe su transforma-
pues éstos deben estar sujetos a la
ción y desarrollo. Pero, una vez más,
discusión y al escrutinio moral, y
de Transparencia y en la exposición
de motivos de la propia Ley4. En
éstas, a su vez, son condiciones
efecto, se ha observado que una de
más adelante a este punto), haga-
imposibles de satisfacer sin el dere-
las justificaciones centrales del
mos un poco de historia.
cho al acceso a la información
derecho al acceso a la información y
pública y las políticas de transpa-
de las políticas de transparencia, se
rencia. Todo indica, como ya hemos
encuentra en factores y valores que
adelantado y como veremos en el
van más allá de lo estrictamente
presente trabajo, que es justamente
jurídico y político, y tienen impacto
a través del derecho al acceso a la
sobre fenómenos morales como lo
información pública y la transpa-
son la corrupción y la confianza.
rencia que derecho, política y moral
Según lo indica Federico
pueden converger en la figura de
Heroles, autor de dicho cuaderno,
Estado democrático. Visto así, no
no se trata de problemas o temas
extraña que Victoria Camps pueda
menores, porque la corrupción
afirmar que “más que autogobierno,
mina las seguridades básicas y la
que es una forma obsoleta e irreal
confianza de los ciudadanos en sus
de definir la democracia, ésta debe-
instituciones públicas, al grado que,
ría definirse como la ‘transparencia
de lo público’”3.
antes de ser un simple efecto inde-
Reyes
seable de una sociedad poco desa9
antes de ir más lejos (volveremos
10
Moral y
transparencia
Capítulo
I
TRANSPARENCIA, POLÍTICA Y
VALORES. UN POCO DE HISTORIA
1.1 El desafío de Giges o los peli-
cicio oculto del poder, fuera del
En efecto, que el mero respeto de
gros de la invisibilidad
espacio público visible, se presta
la ley sea suficiente o no, es un
fácilmente a la ruptura de los vín-
debate que ocupa explícitamente al
Cuenta el filósofo griego Platón
culos sociales de confianza y, por lo
pensamiento político de la época. Ya
(427-347 a. C.) —es de notar que lo
mismo, a la corrupción y a la arbi-
en el siglo III a. C. Licofrón, un filó-
hace
hermano
trariedad. Que la invisibilidad se
sofo alumno del célebre sofista
Glaucón— que un buen día, tras un
preste a la corrupción prueba, ante
Gorgias de Leoncio sostiene una
terremoto, se abrió una enorme
todo, de acuerdo con Glaucón, que
visión contractualista de la socie-
grieta en el campo en el que un pas-
nadie es justo de manera voluntaria
dad política o Polis. De acuerdo con
tor de nombre Giges solía llevar su
o por el sólo valor intrínseco de la
Licofrón, la Polis no es otra cosa sino
ganado. Al ver la abertura, Giges,
ley. Se entiende que para rematar su
el producto de un pacto de paz con-
intrigado, se adentró en ella y, para
argumento, Glaucón defienda que
vencional, cuya finalidad es evitar
su asombro, en su interior encontró,
incluso un hombre virtuoso y justo
la injusticia y procurar una coexis-
entre otras maravillas, un anillo de
que pudiera hacer uso de la invisibi-
tencia pacífica y el intercambio de
oro. Pronto descubrió que al poner-
lidad del anillo de Giges, terminará
bienes (el mercado). “La ley —anota
se la sortija y con tan sólo girar su
necesariamente por corromperse de
a este respecto otro gran filósofo
engaste al interior, el portador
igual forma. Sólo se “es justo” y se
griego, Aristóteles (384-322 a. C.)—
adquiría la virtud mágica de hacer-
acepta la obligación, en virtud de
entonces sería una mera conven-
se invisible y de nuevo visible al
una causa externa al individuo: el
ción, así que no sería, como sostie-
girarlo hacia el exterior. Una vez
miedo a ser sancionado por la auto-
ne el sofista Licofrón, «otra cosa que
en
voz
de
su
seguro del velo protector que le
ridad. Con la historia de Giges, se
una garantía de los derechos indivi-
ofrecía el anillo, quien hasta enton-
inicia una larga discusión en el pen-
duales, sin poder alguno sobre la
ces no había sido sino un tranquilo
samiento occidental sobre el respe-
pastor ocupado de su rebaño, pron-
to a la ley, la invisibilidad del poder
moralidad y la justicia personales
de los ciudadanos»”5. Aristóteles no
to se las ingenió para acceder al
y la confianza mutua entre los ciu-
desaprueba necesariamente la con-
palacio del Rey, corromper a la reina
dadanos, como
que
cepción de Licofrón, pero sin duda
y apoderarse del trono. Este relato
deben ser resueltos para asegurar el
la juzga insuficiente. Al momento
hace patente que ya, desde la Grecia
vínculo social.
que hace esa anotación el estagirita,
problemas
otrora alumno de Platón en la
clásica, es bien conocido que el ejer11
Academia durante 20 años, con
efecto, sabemos que los amigos son
y excesivas. Por lo mismo, el estagi-
seguridad tiene en mente la fábula
quienes comparten ciertas cosas
rita prefiere defender un tipo parti-
de Giges.
entre
de
cular y más sereno de sentimiento
Si bien para Aristóteles decir
Aristóteles no se trata de una amis-
que el fraternal: la amistad política.
política es equivalente a decir
tad de fusión fraternal como la ima-
La amistad a la que se refiere el fun-
comunicación, y no admite que lo
ginada por su maestro Platón.
dador del Liceo es la de un senti-
justo se pueda limitar a la simple
Recuérdese que al iniciar una larga
miento compartido que conlleva la
protección de los derechos indivi-
tradición intelectual que defiende el
elección permanente de vivir jun-
duales, su defensa de la justicia no
uso del secreto y la mentira por
tos: “… son amigos los que coinci-
pasa necesariamente por una críti-
parte de los gobernantes, Platón
den en la estimación de lo bueno y
ca explícita del secreto. ¿Por qué?
sugiere difundir mentiras “útiles”
Debido a que su concepción identifi-
con el fin de que los ciudadanos se
lo malo, los que tienen los mismos
amigos y enemigos…”6. Se puede
ca al buen gobierno, no con algo
sientan obligados los unos con los
suponer así, que Aristóteles espera-
sí. Pero
en
el
caso
semejante al desempeño del com-
otros. En particular, para que aque-
ría que si Giges es “amigo” de sus
plicado aparato administrativo de
llos destinados a proteger la ciudad,
conciudadanos, no los defraudará
nuestra época, sino con el ejercicio
los llamados guardianes o guerre-
aun cuando pueda actuar bajo el
personal de la prudencia en su apli-
ros, crean que son hermanos y que,
manto de invisibilidad que le con-
cación, caso por caso, a lo ambiguo,
por lo mismo, se sientan plenamen-
fiere su anillo mágico. Valga subra-
aleatorio o probable que es propio
te identificados con las Polis, al
yar que si para Aristóteles la noción
de los asuntos humanos (por lo
grado de estar dispuestos a actuar
de amigo se define por oposición a
demás,
sea dicho de paso, para
como los perros, que son mansos
la de enemigo, no se trata entonces
Aristóteles no es necesario debatir
con su amo y agresivos con los
de la amistad íntima con algunas
si dos más dos son cuatro, las verda-
extraños, y se encuentren convenci-
personas que nos son afines, como
des necesarias o demostrativas no
dos, igualmente, de compartirlo
nos es familiar en nuestros días,
requieren discusión). Lo ausente
todo, en un sentido amplio que
sino de un concepto efectivamente
para Aristóteles entre los ciudada-
incluye bienes y familia, de manera
político y cuya extensión, la de las
nos de la sociedad contractual
indistinta.
personas que involucra, es mucho
defendida por Licofrón, es más bien
Aristóteles considera que este
más amplio que nuestro actual con-
una cierta forma de amistad. En
tipo de ideas de Platón son confusas
cepto de amistad. Todo lo aleja
12
entonces de Licofrón, ya que la
justa no está dispuesta a hacer
Aristóteles), la democracia requiere
Constitución no puede ser entendi-
determinadas cosas y, si cede dema-
también un mínimo de confianza
da entonces como un simple con-
siado fácilmente a la tentación, es
mutua. En nuestros días podemos
junto de reglas. Antes bien, ella es
porque en realidad ya estaba dispuesta”8.
aprovechar estas lecciones del pen-
una forma de vida compartida.
samiento antiguo: conocimientos
Por su parte, en el pensamiento
Valga insistir que la verdadera
compartidos, deliberación pública,
moderno que sigue la herencia de
amistad, de acuerdo con Aristóteles,
transparencia y confianza son bie-
Licofrón, la tradición liberal tiende a
no consiste en compartir un puro (e
nes morales necesarios a la demo-
desconfiar de este tipo de concep-
irracional) sentimiento, sino es
cracia. Pero este reconocimiento no
ciones que exigen del individuo algo
aquélla
comparten
nos exime de considerar cómo esas
más que el simple apego a la ley. Sin
acciones y pensamientos. Así, la
mismas nociones han sufrido trans-
embargo, la posición de Aristóteles
amistad tiene una significación
formaciones en sus significados.
sigue siendo defendida en nuestros
política, ya que es el ejercicio de las
Veremos a continuación lo que
días. Algunos pensadores contem-
virtudes que constituye el vivir jun-
separa esos conceptos antiguos de
poráneos subrayan la existencia de
los modernos.
valores compartidos como impres-
tos, mismas que implican: la acción,
la palabra y la comunicación9. A
cindible para la democracia: “Una
pesar de las precauciones que se
democracia ciudadana […] no sólo
deben tomar (ya hemos señalado
requiere que los ciudadanos se
algunas), se puede prolongar a
comprometan
proyecto
nuestros tiempos el pensamiento de
común, sino también que se sientan
Aristóteles y afirmar que la delibe-
con
el
de
quienes
especialmente vinculados con las
ración pública y transparente son lo
demás personas que participan en
dicho proyecto”7. Incluso un autor
propio de la política y de la demo-
como John Rawls, defiende la nece-
método que permite resolver mejor
sidad de una amistad cívica para
los desacuerdos morales. Más aún,
una sociedad bien ordenada, y pare-
al igual que la amistad defendida
ce interpretar la legenda de Giges
por el autor latino Cicerón (segura-
cuando afirma que “una persona
mente
cracia y, simultáneamente, es el
bajo
la
13
influencia
de
EN NUESTROS DÍAS PODEMOS APROVECHAR ESTAS
LECCIONES DEL PENSAMIENTO ANTIGUO: CONOCIMIENTOS COMPARTIDOS, DELIBERACIÓN
PÚBLICA, TRANSPARENCIA
Y CONFIANZA SON BIENES
MORALES NECESARIOS A
LA DEMOCRACIA.
Moral y
transparencia
Capítulo
II
CONTRA EL MORALISMO,
EL DERECHO A LA PRIVACIDAD
A PESAR DE LA MESURA DEL PENSA-
“piadosas” entre los ciudadanos si
Éste es el caso del iniciador del pen-
MIENTO DE ARISTÓTELES, en el mundo
así lo considera conveniente. A dife-
samiento político moderno, Nicolás
moderno se buscará evitar el desa-
rencia de Aristóteles, que reconoce
Maquiavelo (1469-1527), quien lejos
tino de subordinar la política a la
la existencia de una esfera privada,
de la obsesión griega por la virtud,
moral, error cometido por Platón y
al distinguir el ámbito de la familia
no duda en afirmar y aceptar abier-
también por las formas teocráticas
del ámbito político; o de una
tamente que:
de la Edad Media que supeditan la
Antígona que defiende sus valores
ciudad terrestre a la ciudad de Dios,
contra lo dispuesto por el rey
Los hombres son ingratos, volu-
el poder político al poder espiritual.
Creonte y las normas de la Polis;
bles, dados al fingimiento, afi-
En el caso de Platón, su equivoca-
Platón funde toda la vida social en
cionados a esquivar peligros y
ción consiste en pensar la comuni-
una sola esfera orgánica de gobier-
codiciosos de ganancias.
dad política como una especie de
no. Esta visión tendrá una gran per-
gran familia, sobre la cual el rey-
sistencia histórica; todavía en la
filósofo pretende conocer todo lo
época de Louis XIV, un teólogo como
Maquiavelo se aplica a los hombres
que es bueno para todos. En parti-
Bossuet sostiene que el monarca
en general, sin distinción alguna
cular, el filósofo determina (de
debe velar por la salud espiritual de
entre gobernantes y gobernados. En
manera autoritaria) los contenidos
su pueblo.
el primer número de Cuadernos de
Es de notar que la observación de
de la educación y las artes admiti-
Un primer argumento en contra
Transparencia Reyes Heroles saca la
das o excluidas de la república. Por
del “paternalismo” de Estado que se
conclusión correcta del realismo
lo mismo, de manera análoga a las
desprende de la concepción de
defendido por Maquiavelo: las insti-
medicinas
cuyo
Platón y en contra del perfeccionis-
tuciones públicas no se deben cons-
empleo está reservado a los médi-
mo moral y el deseo de encaminar a
truir bajo la suposición, a todas
cos y prohibido a los profanos, el rey
los hombres por el sendero de la vir-
luces errónea, de que los seres
filósofo reivindica el derecho para sí
tud, es de orden metodológico: la
humanos somos o deberíamos ser
de aplicar terapias políticas para
necesidad “científica” de partir de
ángeles. En realidad, los seres
asegurar la salud social (eugenismo
una visión realista del ser humano.
humanos no somos tan buenos
incluido) y propagar, como ya men-
Tomar al hombre tal y como es y no
como lo pretende Platón ni tan
cionamos más arriba, mentiras
como supuestamente debería ser.
malos como lo cree Maquiavelo.
(pharmakon),
14
Recuérdese la célebre advertencia
por los mismos demonios siempre y
Para no detenernos demasiado
que hace el pensador francés Blaise
cuando éstos sean razonables. De
en este punto, basta señalar que, en
Pascal: el hombre no es ni ángel ni
hecho, la enunciación que hace
nuestros días, es claro que el mora-
bestia y quien quiere hacer el ángel
Kant de este problema, invita a
lismo y su pretensión de hacer de la
termina por hacer la bestia.
enfrentar el desafío de la fábula de
totalidad de la vida social un objeto
No es extraño que, más tarde,
Giges, ya que los demonios –que no
transparente al ojo del Estado, aten-
para el otro gran fundador del pen-
son sino los individuos que actúan
tan contra un valor fundamental
samiento político moderno, Thomas
como Giges– saben que, por una
del mundo moderno: el derecho a la
Hobbes (1588-1679), ya no se exija
parte, su conservación exige leyes
privacidad. Por lo mismo, menosca-
ningún tipo de virtud al gobernado.
universales y, por la otra, como lo
ba la autonomía de los individuos y
El acto exterior del individuo, acción
anota el filósofo, cada uno se incli-
la dignidad de la personas. Así lo
o palabra, es lo único que puede y
gobernante
nará secretamente a excluirse de
ellas11. Más adelante nos ocupare-
observa Amy Gutmann. Moralistas
son, de acuerdo con Gutmann12, las
debe
incumbir
al
(Leviatán, Cap. 27). De esta forma, el
mos de la respuesta que Kant da a
pensamiento moderno rompe con
este problema y en el mismo escrito
Platón y con el pensamiento religio-
sobre la Paz perpetua. Por ahora,
so. A partir de Maquiavelo y de
limitémonos a observar que esta
Hobbes, “ya no es necesario que el
divergencia que se hace manifiesta
sujeto, en tanto que hombre, se
con Hobbes, entre el Estado y la
identifique moralmente con las
conciencia moral de los ciudadanos,
leyes políticas para mantener al
Estado…”10. En adelante, se busca-
tendrá importantes implicaciones.
En particular algo que nos interesa
rá que la política funcione sin que el
aquí: la liberación de la conciencia
buen ciudadano sea necesariamen-
crítica del individuo frente al Estado
te “un hombre bueno”. Incluso,
y la invención de la esfera privada
como dirá más tarde Kant, el pro-
moderna por oposición a la esfera
blema del Estado debe tener solu-
pública.
ción para un pueblo conformado
15
EN NUESTROS DÍAS, ES
CLARO QUE EL MORALISMO
Y SU PRETENSIÓN DE
HACER DE LA TOTALIDAD DE
LA VIDA SOCIAL UN OBJETO
TRANSPARENTE AL OJO DEL
ESTADO, ATENTAN CONTRA
UN VALOR FUNDAMENTAL
DEL MUNDO MODERNO: EL
DERECHO A LA PRIVACIDAD.
concepciones que bajo el propósito
de formar el carácter o la virtud,
restringen opciones y, a fin de cuentas, rechazan la libertad de elección
que poseen los individuos, es decir,
el derecho que posee todo individuo
a actuar por sí mismo y adoptar por
sí mismo sus propios fines. Desde el
punto de vista que ha sido particularmente enfatizado por la tradición
del pensamiento liberal, el moralismo empieza donde acaba la neutralidad moral que debe tener el
Estado en una sociedad democrática.
16
Moral y
transparencia
Capítulo
III
SUBORDINACIÓN DE LA MORAL
A LA POLÍTICA Y ARCANA IMPERI
PERO SI SUBORDINAR LA POLÍTICA A UN
vía que permite al príncipe ir más
hace posible que los signos y las
PROYECTO MORAL QUE BUSCA INCIDIR
allá de la fuerza física y ejercer un
imágenes puedan ejercer un poder
EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA ES
poder de manera indirecta, y multi-
no necesariamente físico sobre los
UN PELIGRO –el totalitarismo del
plicado a través de su imagen o
hombres y seguramente mayor al
siglo XX y su voluntad de “crear al
representación. Como salta a la
simple poder directo, al grado de
hombre nuevo” lo demostró hasta lo
vista, este juego de duplicidades,
abominable– también lo es conver-
que parece convidar ante todo a un
obligarlos a ir contra sus inclinaciones más naturales14. Es de notar
tir la moral en mero instrumento
juego de apariencias y a una estra-
también que, a pesar de concebirse
ideológico de la política. Tal es una
tegia estética de la política, se funda
como un pensamiento antiplatóni-
de las tendencias del Estado moder-
en el secreto y en el engaño.
co,
Maquiavelo
concuerda
con
Platón aquí: el gobernante tiene
no. Recordemos que Maquiavelo
hay que saber disfrazarse bien y
derecho a mentir. Pero, ¿qué explica
poseer la capacidad de fingir el bien
ser hábil en fingir y en disimular.
esta coincidencia? La respuesta a
mientras disimula el mal. Bajo esta
Los hombres son tan simples y
esta pregunta se encuentra en el
óptica, el príncipe o gobernante
de tal manera obedecen a las
hecho de que ambos autores dan
debe tener, a semejanza de la natu-
necesidades del momento, que
una prioridad epistemológica al
raleza binaria del centauro Quirón,
aquel que engaña encontrará
gobernante, sea en el caso de
la capacidad de la duplicidad; pose-
siempre quien se deje engañar13.
Platón, por la naturaleza misma del
afirma que el gobernante debe
er varios rostros según las circunstancias;
aparentar
ser
rey filósofo que, por nacimiento,
puede acceder a la esfera trascen-
hombre
mientras se actúa como bestia. A su
Como lo muestra su obra de teatro
dente de las ideas verdaderas; sea
vez, la bestialidad sugerida por
la Mandrágora –recuérdese que el
en lo que se refiere a Maquiavelo,
Maquiavelo también es doble: al
autor de El Príncipe también es dra-
por la situación específica (con rela-
mismo tiempo se debe poder ser
maturgo y probablemente uno de
ción al poder) del gobernante frente
león o zorro; según la necesidad del
los iniciadores del género de la
a los gobernados. Ahora bien, el
momento, ejercer la fuerza del pri-
Commedia dell’arte–, Maquiavelo es
príncipe, al menos como lo piensa
mero o la astucia del segundo. Vale
un pensador fascinado por la capa-
Maquiavelo, sabe que nada funda-
la pena subrayar que es la astucia la
cidad del hombre de engañar y ser
mental lo distingue de sus goberna-
engañado. La necesidad de ilusión
dos, salvo una sucesión de contin-
17
gencias y, a fin de cuentas, una
embargo, es a partir de la influencia
to”16. Así, con Jean Bodin y luego
forma de usurpación del poder. Ése
de Maquiavelo que se elabora la teo-
con Hobbes, en nombre del interés
es su secreto y es el secreto que
ría de la Razón de Estado.
superior del Estado, el soberano no
Siguiendo a Michel Senellart15,
debe preservar.
puede ser limitado, pues él es
La radicalidad de Maquiavelo,
la Razón de Estado se puede definir
garante del interés común. La
que pone fin al vínculo entre la exi-
como el imperativo de transgredir el
noción de Razón de Estado implica,
gencia de virtud (al menos en su
derecho en nombre del interés
como lo indica la célebre máxima
sentido tradicional) y el ejercicio del
público. Entendida así, la razón de
“the King can do no wrong”, que el
poder, impele al príncipe a practicar
Estado posee tres características
soberano se encuentra a priori
el arte de usar la opinión de sus
distintivas. Por principio, se funda
“inmunizado” contra el error.
gobernados. La política se convierte
en la idea de una necesidad política
Pero, ¿qué significa la noción de
así en algo semejante a un juego de
mayor; obviamente esta cualidad
‘razón’ evocada en la expresión
velos y máscaras y de constante tra-
confiere al gobernante una gran
Razón de Estado? La respuesta es
vestismo entre ser y apariencia.
autonomía y lo dota de justificación
cuando menos paradójica. En efec-
Esto, que no es otra cosa sino la
en
circunstancia. Su
to, ella no se refiere a lo que puede
reducción de la política a una pura
segunda característica es aquélla de
comprenderse por medio de la
técnica de conquista y conservación
la justificación de los medios en vis-
razón común, como lo sostiene
del poder, tendrá grandes implica-
tas a un fin superior. Finalmente,
Sócrates (en el diálogo llamado El
ciones en el desarrollo posterior del
está la exigencia de secreto. El arte
Menón) al demostrar que incluso el
Estado absolutista. Es cierto, su obra
de gobernar requiere, entonces, de
esclavo, al igual que cualquier hom-
más conocida está dirigida a la figu-
la Arcana Imperii. Los secretos del
bre, puede hacer uso de ella. Todo lo
ra personal del príncipe. Ella se ins-
poder, noción que ya había sido
contrario, la Razón de Estado pre-
cribe (si se quiere, para mejor des-
introducida desde la época del
tende una racionalidad distinta a la
truirlo) dentro del viejo género retó-
imperio romano por Tácito, se vuel-
del hombre común, pues “trascien-
rico de consejos llamado “espejos
ve ahora central. A tal grado que,
de” la comprensión ordinaria. Esta
para príncipes”. Todo indica que
como lo observa un especialista de
idea de una razón que escapa al
Maquiavelo no elabora su obra con
este periodo histórico, Jean-Pierre
sentido común, es reforzada por la
relación a la idea de una entidad
Chrétien-Goni, para el absolutismo
noción de secreto, a manera de una
abstracta como la de Estado. Sin
“ser soberano es organizar el secre-
estrategia encaminada a eximirla
cualquier
18
de cualquier forma de rendición de
ciones siguientes a intentar recons-
cuentas. Yves Charles Zarka tiene
truir y restablecer, al menos en un
razón al señalar que la idea de
principio de forma mínima, la base
secretos de Estado, de Arcana
moral del Estado, con el fin de evitar
Imperio, se refiere ante todo a una
que la política moderna quede
concepción del ejercicio del poder
totalmente sujeta a la arbitrariedad
muy distinta de aquella que se
del monarca y completamente des-
funda en el libre consentimiento:
vinculada de las exigencias morales.
La doctrina política que acuerda
una parte importante al secreto
en el arte de gobernar, envuelve
casi necesariamente los principios de una comprensión de lo
político en términos de dominación17.
No necesitamos insistir en que bajo
esta visión del Estado el ejercicio del
poder es equiparado, como apunta
Kelsen18, a una estrategia de “encu-
LA IDEA DE SECRETOS DE
ESTADO, DE ARCANA
IMPERIO, SE REFIERE ANTE
TODO A UNA CONCEPCIÓN
DEL EJERCICIO DEL PODER
MUY DISTINTA DE AQUELLA
QUE SE FUNDA EN EL LIBRE
CONSENTIMIENTO.
brimiento” de los actos del gobernante, gracias a la cual la moral se
encuentra subordinada ahora a la
política: los individuos tiene un
valor marginal, menos aún su perfeccionamiento
moral,
lo
que
importa ahora es el bienestar del
Estado. Esto obligará a las genera19
EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD O LA
RECONCILIACIÓN DE LA MORAL
Y LO POLÍTICO
Moral y
transparencia
Capítulo
IV
UN PRIMER PASO PARA EVITAR EL
Hobbes da así un primer paso hacia
pretación legitima. Pero vale insistir
MORALISMO ANTIGUO SIN CAER EN EL
la noción de “seguridad jurídica” y la
en que Hobbes considera necesaria
INMORALISMO O, SI SE PREFIERE, EN EL
exigencia de previsibilidad de las
esta
AMORALISMO DE MAQUIAVELO, lo da
acciones del Estado (lo que hoy en
Estado, ya que para el pensador
el otro gran fundador del Estado
moderno, Thomas Hobbes19. El
día el derecho constitucional ale-
inglés, dejar libre juego a la razón
mán denomina protección de la
pública es introducir el pluralismo
pensador inglés reintroduce la
confianza respecto a la ley). En ade-
de las opiniones y volver al proble-
noción de
justicia, pero ésta no
lante, una de las características del
ma inicial, que buscaba resolver por
medio del Leviatán todopoderoso: el
prominencia
absoluta
del
debe requerir otra cosa sino el res-
Estado moderno será la tendencia
peto de la promesa dada, y es el
progresiva a reducir la incertidum-
de la guerra provocada por el dere-
Estado el que debe garantizar su
bre de los gobernados (primero res-
cho de todos a todo y por la lucha
cumplimiento (Leviatán, XVI). Pero
pecto a la vida, luego respecto a la
irrefrenada de las subjetividades y
también se puede apreciar que el
propiedad y así sucesivamente). Si
de las opiniones. Visto bajo este últi-
mismo Hobbes introduce el princi-
bien en estos aspectos Hobbes es
mo aspecto, la obra de Hobbes no
pio de publicidad de las leyes:
innegablemente
puede sino favorecer el absolutis-
revolucionario,
fuera de ello, Hobbes es el pensador
mo.
poder
del Leviatán. En la misma frase cita-
Justamente como reacción al
supremo el poder dictar algunas
da se puede observar que la certeza
absolutismo, la necesidad de limitar
Pertenece
al
mismo
reglas comunes para todos los
jurídica se consigue, para Hobbes,
el poder será cada vez más acen-
hombres y declararlas pública-
sólo al costo de que el problema de
tuada conforme progresa el pensa-
mente, mediante las cuales
lo justo y de lo injusto, lo bueno y lo
miento político moderno. En efecto,
cada uno pueda saber qué
malo, e incluso de lo verdadero y de
si Maquiavelo sostiene que el prín-
puede ser llamado […] justo,
lo falso, se disuelvan ante el poder
cipe tiene libertad irrestricta y dere-
qué injusto […], qué bueno, qué
supremo y la majestad del Estado.
cho al secreto, en virtud de sus res-
malo; es decir, brevemente, qué
El Estado tiene respecto a todo ello
ponsabilidades y de la técnica que
debe ser evitado en nuestro
curso normal de vida20.
la última palabra. De esta manera,
requiere el ejercicio del poder, son
el Estado se vuelve el monopolio del
justamente las mismas razones —a
poder fáctico y simbólico, tanto del
saber, la importancia y las particu-
uso de la violencia como de la inter-
laridades de sus funciones— que
20
harán que el pensamiento posterior
opinión (como se cuenta que dijo
por primera vez el príncipe Tamino
exija transparencia y control sobre
Voltaire
con Papageno, el primero le pregun-
sus
para
maquiavelismo intelectual). Por lo
Montesquieu, el secreto del gober-
tanto, de forma paradójica, la afir-
nante es sospechoso porque sólo es
mación maquiavélica del secreto
Príncipe Tamino: Dime, alegre
necesario si la autoridad “…tiene
como instrumento del poder, lo
amigo, ¿quién eres tú?
tantos defectos, que debe temer
degrada. ¿Por qué? Porque ahora
Papageno: ¿Que quién soy yo?
exponer a pleno día su estupidez
sólo se trata de una técnica a dispo-
¡Vaya pregunta! Pues un hom-
natural. Está escondido y se ignora
el estado en el que se encuentra”21.
sición de cualquier hombre que pre-
bre, al igual que tú.
Se sigue, efectivamente, que por su
cal transformación conceptual que
importancia el poder deba ser con-
hace Maquiavelo, el gobernante ya
trolado y protegido de sí mismo por
no ocupa el lugar excepcional que le
medio de la división de poderes,
confería el pensamiento premoder-
pero también por parte de la opi-
no y que le permitía ejercer el secre-
nión de los ciudadanos.
to sin tener que rendir cuentas a
acciones.
Así,
en
un
momento
de
ta al segundo:
tenda gobernar. A partir de la radi-
Que la opinión aparezca ahora
sus súbditos, fuera en virtud de una
como una nueva instancia de legiti-
relación privilegiada y trascendente
midad —que el príncipe deba ser
a la verdad, como es el caso de
temido pero se cuide sobre todo de
Platón, o a la divinidad, como había
no ser odiado por su pueblo— es
sido durante la Edad Media. De
consecuencia de la misma visión
manera consecuente, en el contrac-
del poder que ofrece Maquiavelo en
tualismo de Hobbes el gobernante
El Príncipe. El imperativo de disimu-
no es sino un representante que
lar y manipular la opinión sólo se
actúa en lugar del gobernado. En su
puede entender porque, en realidad
ópera “La Flauta Mágica”, Mozart
y en última instancia, se depende
hará popular esa igualdad funda-
de ella. Si la opinión gobierna el
mental entre el gobernante y el
mundo, es necesario gobernar la
gobernado, cuando al encontrarse
21
A PARTIR DE LA RADICAL
TRANSFORMACIÓN CONCEPTUAL QUE HACE
MAQUIAVELO, EL GOBERNANTE YA NO OCUPA EL
LUGAR EXCEPCIONAL QUE
LE CONFERÍA EL PENSAMIENTO PREMODERNO Y
QUE LE PERMITÍA EJERCER
EL SECRETO SIN TENER QUE
RENDIR CUENTAS A SUS
SÚBDITOS.
Como lo hace patente la reacción de
revocable en cualquier momento.
relación al secreto y a la publicidad,
Papageno, que se pretenda exigir,
Esta evolución muestra que, por la
Camille Desmoulins contrasta la
como lo hace Hobbes, que una vez
radicalidad con la que describen los
república y la monarquía:
realizado el contrato que funda la
cimientos del poder, Maquiavelo y
sociedad política, los contratantes
Hobbes dan pie al absolutismo.
La monarquía hace todo en el
se opaquen como sujetos libres y
Pero, paradójicamente, esa misma
gabinete, en comités y a través
cedan para siempre la mayor parte
radicalidad hace posible la negación
del solo secreto; la república,
de sus derechos al Estado, será algo
del absolutismo al hacer del pueblo
todo en la tribuna, en presencia
que no podrá ser aceptado por las
el único fundamento de la legitimi-
del pueblo y a través de la publi-
generaciones
dad política en el mundo moderno.
cidad, por lo que Marat llamaba
posteriores.
Mejor
dicho, una vez popularizada la idea
Bajo la perspectiva de este
hacer un gran escándalo. En las
de que el pueblo es el fundamento
nuevo fundamento de la legitimi-
monarquías, el fundamento del
de la soberanía, se entenderá como
dad política, el secreto como políti-
gobierno es la mentira, engañar
una paradoja o como una franca e
ca sistemática de Estado se vuelve
es todo el secreto del Estado; la
incongruente contradicción la con-
insostenible. Como bien subraya
cepción de Hobbes: la de realizar un
Bernard Williams: “existen vínculos
política de las repúblicas, es la
verdad23.
convenio con el fin de defenderse de
privilegiados entre el gobierno y el
los zorros (los demás individuos) y
pueblo, y es una violación de esta
Naturalmente, Desmoulins asocia
terminar, así, colocándose definiti-
concepción permitir que el secreto o
la publicidad al escándalo: si el pue-
vamente bajo las garras del león (a
la disimulación se inmiscuyan entre
blo puede conocer, entonces se
saber,
puede indignar. Pero es de notar, en
entiende que, pocos años después
el pueblo y aquél a quien éste le
encargó el poder”22. No sorprende
de Hobbes, Locke no tarda en defen-
que, unos setenta años más tarde, a
quía, asociada inevitablemente con
der que la relación entre represen-
la muerte de Locke, este reproche en
el ejercicio del secreto, no produce
tados y representantes, entre ciuda-
contra de las prácticas secretas del
escándalos (en plural), no es tanto
danos y gobernantes, deba ser una
Estado surja entre algunas de las
porque los esconde; sino ante todo,
relación de confianza (trust). Es
grandes
la
porque ella misma es un escándalo
decir, ella consiste en un mandato
Revolución francesa. Así, por su
en tanto régimen político. Ya sea
el
Leviatán-Estado).
Se
personalidades
de
este mismo texto, que si la monar-
con la república o la monarquía nos
22
encontramos en una situación, en el
tiempo leyes universales y, en cada
ción de justificar las políticas públi-
siglo XVIII, en la que es inevitable
caso y llegado el momento, estar
cas ante aquellos que son afectados
que entre en juego la conciencia
exentos de esas mismas leyes.
por ellas, será el pedestal de la legi-
moral del público o del pueblo.
Contra estos males y con el fin de
timidad en la teoría política. Sólo
Después de Maquiavelo y Hobbes, y
restablecer el equilibrio entre la
bajo la publicidad y la rendición
como reacción al absolutismo, la
moral y la política, Kant postula el
pública de cuentas, de las leyes y de
publicidad se presenta como el
principio de publicidad:
los actos del gobierno se puede dar
medio —necesario y solicitado en
sustento al consentimiento de los
un mundo en que la opinión pública
Todas las acciones relativas al
ciudadanos. Renunciar a la publici-
juega un papel de importancia cre-
derecho de otros hombres cuya
dad, como dirá en algún momento
ciente— a través del cual se pueden
máxima sea incompatible con la
publicidad, son injustas25.
conciliar de nuevo la moral y la política.
Es
el
filósofo
alemán
Emmanuel Kant quien elabora la
La publicidad es un bien, en tanto
mejor expresión teórica al respecto.
que es defensa y garantía contra el
Se trata de oponerse a la opacidad
secreto y la arbitrariedad de la auto-
en el ejercicio del poder por parte
ridad, puesto que incluso en los
del príncipe tal y como lo describe
casos más virtuosos, el gobernante
Maquiavelo; también, sea dicho de
estará tentado a actuar, al igual que
paso, se asienta en contra de su
Giges, de forma secreta y conforme
paternalismo (si aceptamos que la
a sus intereses personales. Pero
obra mayor de Maquiavelo refleja
sobre todo, vale la pena insistir en
una moral utilitaria24), de quien
ello, el principio de publicidad es, a
pretende saber qué es bueno para
un mismo tiempo, un principio jurí-
todos. Al mismo tiempo, es la res-
dico y ético que permite conciliar el
puesta que permite resolver el pro-
ejercicio del poder con el tribunal de
blema del Estado conformado por
la opinión pública. Puesto que el
un pueblo de demonios, individuos
fundamento último del poder es la
como Giges, que quieren al mismo
opinión de los gobernados, la obliga23
LA PUBLICIDAD ES UN BIEN,
EN TANTO QUE ES DEFENSA
Y GARANTÍA CONTRA EL
SECRETO Y LA ARBITRARIEDAD DE LA AUTORIDAD.
el gran pensador liberal Benjamín
Desde el punto de vista de la moral
que, en aras del bien mayor, cierto
Constant, es renunciar a “nuestro”
utilitaria, la publicidad no tiene un
tipo de mentiras puedan ser acepta-
poder.
valor moral en sí. Como lo anotan
bles para Bentham, lo que es una
Ahora bien, debemos confesar
Amy Gutmann y Dennis Thompson,
regresión con respecto al punto de
que el principio de publicidad puede
para Bentham “la publicidad es sólo
vista de Kant. Ahora bien, para
ser concebido como útil a la demo-
un mecanismo para hacer que el
entender la importancia de la refle-
cracia sin que sea necesario vincu-
xión de Kant y su relación con la
larlo a la moral. Al menos así lo
interés personal de los funcionarios
coincida con el interés general”26.
entiende el padre de una de las
Como ya se ha mencionado, existe
de nuevo al mundo antiguo.
grandes corrientes intelectuales del
una cierta familiaridad entre la filo-
mundo moderno, Jeremy Bentham.
sofía utilitaria y Maquiavelo, de aquí
24
esfera privada, es necesario volver
Moral y
transparencia
Capítulo
V
EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD,
UNA VIEJA HISTORIA
EN REALIDAD, AL MOMENTO EN QUE
ca, que por primera vez “una socie-
que el máximo estadista del llama-
KANT ENUNCIA EL PRINCIPIO DE PUBLI-
dad delibera explícitamente en torno
do siglo de oro ateniense, Pericles,
CIDAD, éste cuenta ya con una larga
a sus leyes y el cambio de estas
leyes”28 (las cursivas son nuestras).
celebre el hecho de que Atenas sea
historia avant la lettre. Como ya
hemos visto, un siglo y medio antes,
En el terreno de las ideas, un
incluyendo a los extranjeros que
el mismo Hobbes había subrayado
buen ejemplo es el del sofista y
tienen derecho a circular libremen-
la necesidad de que las leyes sean
demócrata Protágoras (485-411 a.
te, sin espacio de exclusión. Más
conocidas, razón por la que Ernesto
C.). En confrontación con el aristo-
interesante para nosotros es el
Garzón Valdés no se equivoca cuan-
cratismo de Platón y su defensa del
hecho de que el estadista se jacte de
do sitúa a Hobbes dentro de la tra-
derecho del rey filósofo a mentir a
que en Atenas lo público es materia
dición que defiende el principio de
sus súbditos, Protágoras defiende,
de conocimiento para todos los ciu-
la publicidad. Pero aún podemos ir
tal y como el mismo Platón lo narra,
dadanos:
mucho
Cornelius
que la política es cosa que atañe a
Castoriadis observa que la demo-
todos, que todos deben conocer y
cracia griega va de par con el naci-
todos pueden aprender. No se trata
miento de la filosofía. Se puede pre-
aquí de una concepción extravagan-
sumir, entonces, que existe un nexo
te dentro de su época. Al contrario,
lógico e histórico que las une (es de
su pensamiento refleja bien las ins-
observar además que, efectivamen-
tituciones democráticas de la Grecia
te, Solón y el considerado primer
clásica. Un reconocido especialista
filósofo de la historia, Tales de
de la Grecia antigua, Jean-Pierre
Mileto, son contemporáneos). En
Vernant, observa que la democrati-
efecto, es con el amor al conoci-
zación de la sociedad griega va de
miento, con el derecho a pensar sin
par con la aparición de un sector o
restricciones —“Atenas, punto de la
espacio social de interés común,
Hélade donde hay más libertad de
hablar”27. según se afirma con toda
sujeto por lo tanto al escrutinio
claridad en la misma obra de
privados y a los procedimientos
secretos29. No es extraño entonces
más
lejos.
Platón— y con la Atenas democráti-
público, por oposición a los asuntos
25
una ciudad abierta para todos,
EN CONFRONTACIÓN CON
EL ARISTOCRATISMO DE
PLATÓN Y SU DEFENSA DEL
DERECHO DEL REY FILÓSOFO A MENTIR A SUS SÚBDITOS, PROTÁGORAS DEFIENDE, TAL Y COMO EL MISMO
PLATÓN LO NARRA, QUE LA
POLÍTICA ES COSA QUE
ATAÑE A TODOS, QUE
TODOS DEBEN CONOCER Y
TODOS PUEDEN APRENDER.
…nos preocupamos a la vez de
pueden ser compartidos y que
hay una cosa, a la que todos los ciu-
los asuntos privados y de los
importan a todos los ciudadanos.
dadanos están obligados igualmen-
públicos, y gentes de diferentes
Aristóteles cuenta que Solón, uno
oficios conocen suficientemente
de los llamados siete sabios de la
te, y sin la que no se conciben ni la
sociedad ni la ciudad?”30. Incluso el
la cosa pública; pues somos los
Grecia Antigua (y ancestro de
mismo Platón, en una posición que
únicos que consideramos no
Platón), grabó sobre madera y cerca
contrasta con su crítica de la escri-
hombre pacifico, sino inútil, al
del Partenón la Constitución de
tura, pues la opone a la palabra
que nada participa en ella, y
Atenas, lo que le confería legibilidad
hablada, y a su concepción del rey
además, o nos formamos un jui-
e intangibilidad. Así, a diferencia de
filósofo, llega en un momento dado
cio propio o al menos estudia-
lo que sucede en su gran rival,
a defender el gobierno de las leyes.
mos con exactitud los negocios
Esparta, en Atenas la Constitución
Bobbio no se equivoca: la visibili-
públicos…
es escrita. Protágoras, como buen
dad, la cognoscibilidad y la accesibi-
representante
pensamiento
lidad de los actos de los gobernan-
Esto explica la importancia que en
democrático de la época, insiste con
tes son características de la demo-
la Grecia clásica se da a la palabra y
toda claridad que el conocimiento
a la escritura, pues se trata de escu-
de lo que es público es necesario y
cracia griega que reaparecen en la
democracia moderna31.
char y conversar sobre temas que
puede ser enseñado: “¿No crees que
del
26
Moral y
transparencia
ESFERA PRIVADA E INTIMIDAD
Capítulo
VI
QUE EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD
de dominación sobre aquellos que
desde Aquiles hasta Sócrates, no
CUENTE YA CON UNA AÑEJA HISTORIA,
son inferiores “por naturaleza”. Es el
sólo la vida privada, sino la vida
no impide que las nociones correla-
lugar en el que el jefe de familia, el
misma debe poder ser sacrificada
tivas de espacio público y de espa-
varón adulto, ejerce su dominio
en aras de la vida y de la imagen
cio privado hayan sufrido una
sobre “su” mujer, “sus” hijos y “sus”
pública, pues lo público es el ámbi-
transformación mayor a lo largo del
esclavos.
to en el que se juega la identidad
personal.
tiempo y, en particular, en el trans-
Una transformación análoga se
curso del mundo moderno. Para
observa en lo que se refiere a la con-
Para entender ahora las particu-
comprender la naturaleza de esta
cepción del espacio público. En efec-
laridades de la concepción contem-
transformación es necesario com-
to, para los antiguos griegos el espa-
poránea, tanto de espacio público
parar su antiguo significado con su
cio público es el ámbito en el que se
como de espacio privado, también
acepción contemporánea. Comen-
ejerce la libertad entre seres libres e
cemos por recordar que en el
iguales, pero esta libertad e igual-
es conveniente preguntarse, junto
con Louis Dumont32, sobre las con-
mundo antiguo lo público se consti-
dad impele a cada uno a distinguir-
diciones históricas y culturales bajo
tuye por oposición o, mejor dicho,
se frente a los demás. El espacio
las cuales se puede dar la figura del
por una franca ruptura con la esfe-
público de la Grecia clásica es, así y
individuo como ser independiente y
ra privada, conformada ésta por lo
ante todo, un lugar vinculado con lo
singular. No se trata de un fenóme-
que no concierne sino a cada uno
que se puede denominar “una esté-
no
(de los ciudadanos libres). A dife-
tica de la figuración”: el motivo fun-
Modernidad; para el antropólogo
rencia de lo que sucede hoy en día,
damental que lleva a los individuos
francés no hay duda de que en las
para los antiguos griegos lo privado
a participar en el debate público es
sociedades tradicionales también se
se identifica con lo doméstico y, por
el deseo de sobresalir y conseguir la
puede dar la figura del individuo.
extensión, con lo económico. Es
gloria. La fama es un valor primor-
Sin embargo, constata una diferen-
decir, es todo aquello que se sitúa
dial. Entre una vida breve pero con
cia significativa: para ser individuo
bajo la categoría de trabajo y bajo el
gloria y una larga vida sin ella,
en las sociedades tradicionales, se
modo de una actividad técnica o
Aquiles no duda en preferir la pri-
debe pagar el costo de romper los
instrumental, por oposición a la
mera. La bella muerte, la del joven
vínculos
acción libre. Se refiere, entonces, a
guerrero en el combate, es el máxi-
mundo”. Así lo demuestran los
formas de relación subordinadas y
mo valor moral para los griegos. Así,
casos del asceta hindú, el sabio grie-
27
social
privativo
sociales
y
de
“salir
la
del
go o el monje medieval. Si bien la
afirmación puede ser discutida33 es
original, un individuo singular cuya
Freud en el siglo XX. Así lo muestran
naturaleza auténtica reside entera-
las tradiciones literaria y filosófica:
claro que, a diferencia de las socie-
de las Confesiones de San Agustín
dades tradicionales, la sociedad
mente en el secreto de su vida interior”34. Si consideramos, por ejem-
moderna favorece el individualismo
plo, el testamento de Aristóteles, es
Interpretación de los Sueños de
“al interior del mundo”. Ahora la
de observar que no contiene nada
Freud, pasando por las introspec-
individualidad y el espacio privado
de íntimo. Jean-Pierre Vernant,
ción de Montaigne en sus Ensayos,
ya no son una opción limitada a una
quien se hace esta pregunta sobre la
las Confesiones de Jean-Jacques
clase de individuos específicos (el
intimidad, concluye que no. Entre
Rousseau (1712-1778) y las llama-
asceta, el sabio o el monje), sino un
los antiguos griegos:
das
(354- 430 d. C.) a su triunfo en la
“novelas
de
formación”
(Bildungsroman) del siglo XIX ale-
valor social compartido y difundido,
propio de todas las personas y rei-
no hay introspección. El sujeto
mán. Con el desarrollo de la intimi-
vindicado por todos. Ahora bien,
no constituye un mundo interior
dad también se acentúa el valor de
éste no es el único rasgo que nos
cerrado, en el cual deba penetrar
la privacidad, como se refleja en el
distingue del mundo antiguo. Otro
para reencontrarse o mejor descubrirse35.
diseño de los espacios físicos de las
cambio mayor favorece que, en el
viviendas. Por ejemplo, a mediados
del siglo XVII surgen en Francia
mundo moderno, la esfera individual se convierta en una instancia
La intimidad no parece ser un fenó-
actividades y espacios que son cla-
particularmente valiosa que deba
meno antropológico sino más bien
ramente propios del mundo priva-
ser protegida; se trata del surgi-
cultural, que surge lentamente en
do. La lectura, el aseo, el reposo,
miento de la intimidad.
la historia de Occidente. Su desarro-
entre otras actividades privilegia-
En efecto, una pregunta que
llo fue favorecido por elementos dis-
das, tienen lugar de ahora en ade-
cabe hacer es si en el mundo anti-
pares como son la valoración de la
guo, en particular en el pueblo que
conciencia de sí en el cristianismo
lante en espacios claramente diferenciados y privados36. Esta gran
más desarrolló la figura del indivi-
en general, la reivindicación de la
transformación de las mentalidades
duo –los griegos–, existe una noción
conciencia interior y de la vida ordi-
que tiene lugar en el mundo moder-
equivalente a la nuestra de intimi-
naria con el protestantismo, y la
no se refleja en el derecho y lleva
dad. A saber, la idea “de un ser real,
popularización del psicoanálisis de
así, a la idea de un espacio de liber-
28
tad negativa o de independencia
frente a las intervenciones del
Estado: “el derecho del individuo a
ser dejado solo”, como dijera en
1890 Louis Brandeis en su artículo
pionero sobre el derecho a la privacidad37.
OTRO CAMBIO MAYOR
FAVORECE QUE, EN EL
MUNDO MODERNO, LA
ESFERA INDIVIDUAL SE
CONVIERTA EN UNA INSTANCIA PARTICULARMENTE
VALIOSA QUE DEBA SER
PROTEGIDA; SE TRATA DEL
SURGIMIENTO DE LA INTIMIDAD.
29
Moral y
transparencia
Capítulo
VII
ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO
COMO FORMAS COMPLEMENTARIAS
DE LA AUTONOMÍA
QUE LA ESFERA PRIVADA E ÍNTIMA SEA
da, en muchos aspectos inimagina-
objeto y un contenido, se requiere la
UN VALOR IRREDUCTIBLE DE LIBERTAD
ble para los antiguos, son muchos
publicidad sobre aquello que intere-
PARA LOS MODERNOS, implica otra
más amplias de lo que jamás ofreció
diferencia mayor entre nosotros y el
la vida pública.
sa a todos. En particular, sobre los
actos y asuntos del Estado38.
mundo democrático de la Antigua
Ahora bien, cabe preguntarse
El filósofo parece defender, así,
Grecia que no debe ser soslayada. A
por qué históricamente, quien da su
la idea de un círculo virtuoso. Por un
diferencia de lo que sucede con éste
mejor expresión al principio de
lado, la autonomía individual no
último caso, en el mundo moderno
publicidad, a saber Kant, es al
puede sino ganar en madurez y con-
la diferenciación entre la esfera
mismo tiempo el pensador que
tenidos al exponerse en el ejercicio
pública y la esfera privada no
defiende con mayor convicción la
de la razón pública, ejercicio impo-
corresponde más a la oposición
autonomía de los individuos. En
sible sin la publicidad de los asun-
entre
dominación.
efecto, lo que hace valiosa la con-
tos que interesan a todos. De mane-
Generalmente se interpreta esta
cepción de Kant es el hecho de que
ra complementaria, el uso de la
oposición entre antiguos y moder-
el espacio público y el principio de
razón pública ilumina y hace visible
nos bajo la idea de una inversión de
publicidad sólo tienen sentido, para
lo que interesa a todos, y elimina las
valores, la señalada por Benjamin
decirlo en los términos del pensador
tinieblas y lo invisible (idea, ésta
Constant: para los antiguos, el
de Könisberg, para un pueblo que ha
ámbito de realización plena de la
libertad
y
salido del estado de minoría de edad
última estructurante, del periodo de
la Ilustración)39. La opinión adquie-
vida ética y de la excelencia es el
y se atreve a pensar por sí mismo.
re así un discernimiento moral y se
espacio público; en tanto que para
Combinando
individualismo
forma. Y una vez que un pueblo ha
los modernos es la esfera privada la
moderno y el pensamiento antiguo,
adquirido discernimiento propio, es
el
que ofrece un mayor ámbito de
Kant insiste que el atreverse a pen-
mejor para los propios fines del
libertad. No sólo porque, como lo
sar por sí mismo requiere, no del
gobierno tratar a los hombres a par-
alega Constant, la vida pública
uso privado sino del uso público de
tir de su aspecto moral (para que el
moderna ya no puede ofrecer las
la luz de la razón. A su vez, este uso
régimen mismo no sea un escánda-
satisfacciones que proporcionaba
público de la razón constituye el
lo). Es decir, tomando en cuenta su
en la ciudad antigua, sino porque
medio de ilustración en general del
dignidad. Como ya se ha menciona-
las experiencias y las formas de
conjunto de la sociedad. Pero para
do más arriba, Kant articula de
expresión que ofrece la vida priva-
que el uso de la razón tenga un
nuevo, luego del divorcio sufrido a
30
principios de la época moderna, la
sobre Benjamin Constant, Stephen
la verdadera libertad es una
conciencia crítica y moral con la
Holmes sugiere que diferentes indi-
‘combinación óptima’ de lo
política y el derecho. Sin embargo, lo
cios hablan a favor de la defensa de
público y de lo privado, de la
hace de una forma problemática,
una complementariedad, antes que
participación y de la no partici-
pues insiste en pensar la esfera
de una oposición entre en lo que en
pación, de la responsabilidad
pública por oposición a la privada.
realidad son dos formas de libertad.
cívica y de la independencia, del
Es decir, por oposición a un ámbito
Es de notar, por ejemplo, que los
activismo y del apolitismo, de la
en el que el uso de la razón se puede
derechos individuales y la soberanía
cooperación y de la singulari-
limitar, ya que es ante todo concebi-
pública aparecen simultáneamente
dad40.
da como una instancia en la que se
al principio de la época moderna y
debe obedecer.
que, por lo mismo, es factible pensar
Visto así, estamos ante una relación
Oponer lo público a lo privado
en que hay un vínculo o juego posi-
complementaria. Por una parte, lo
tiene implicaciones significativas.
tivo entre los dos. Dicho de otra
público se nutre de la libertad priva-
Lleva no sólo a pensar que la liber-
forma, la expansión de una esfera
da y de los recursos intelectuales y
tad debe ser complementada por
puede implicar también, como lo
de discusión que ella genera, más
una esfera de la obediencia; tam-
sugiere efectivamente la historia
allá de los estrechos marcos de la
bién hace pensar que entre más
moderna, la expansión de la otra.
vida profesional y administrativa.
amplia es la esfera privada, más
Valga notar que Holmes extrae esta
limitada será la esfera pública y, en
interpretación de su lectura de
sentido contrario, entre más amplio
Constant, por lo que se aleja de la
es lo público, más limitado será lo
visión
privado. Algunos de los pensadores
Constant. En efecto, se puede defen-
del siglo XIX se atreverán a dar el
der que en realidad Constant no es
paso que Kant vislumbra amplia-
un liberal en el sentido en que
mente pero no da, y sostener que
comúnmente se le pretende dar a
nada obliga a que estemos aquí, en
esta corriente política, pues para el
la relación entre lo público y lo pri-
pensador
vado, ante una relación inversa-
Holmes:
usual
que
se
tiene
francés, según
mente proporcional. En su libro
31
de
anota
LA PUBLICIDAD SE REVELA
COMO EL MEDIO QUE PERMITE ARTICULAR LA LIBERTAD PRIVADA Y LA PÚBLICA,
LA MORAL Y LA POLÍTICA, A
TRAVÉS DEL CONTROL
SOBRE LA AUTORIDAD
PÚBLICA Y LA RENDICIÓN
DE CUENTAS.
Por el otro lado, se puede suponer
cés, como François Guizot, esto es
La publicidad no sólo es, enton-
que las convicciones morales se
una evidencia, como lo apunta el
ces, una forma de control del ejerci-
debilitan o se ven convertidas en
politólogo
cio estatal, sino constituye el medio
sueños estériles si no se arriesgan,
Rosanvallon:
francés
Pierre
y el instrumento que favorece un
dentro del juego democrático, a la
tipo democrático de sociedad. En
confrontación y, en su caso, a la
Los doctrinarios se deslindan de
efecto, a través de la publicidad y el
contradicción en la esfera pública.
la concepción liberal para la
debate público, la relación gobierno-
Esta imbricación entre lo público y
cual la libertad de prensa no es
sociedad se vuelve menos vertical y
lo privado parece acentuarse cada
más que una muralla, un instru-
más cooperativa, más dinámica y
vez más en nuestros días, pues
mento para distanciar el poder y
creadora de nuevas alternativas
muchos de los debates públicos
la sociedad. Guizot fustiga a
puesto que se funda en una mayor
actuales tocan y confrontan las
aquellos que no la consideran
circulación y calidad de la informa-
convicciones morales más persona-
sino ‘como una arma ofensiva,
ción y de la comunicación, y en for-
les (como lo demuestran numerosas
buena solamente para el ataque
mas argumentadas y transparentes
polémicas de actualidad: la pena de
y contra el poder’, así como a
de acuerdo público. Todo esto per-
muerte, la eutanasia, la maternidad
aquellos que no ven en ella más
mite, en última instancia, la posibi-
asistida...).
que el ejercicio de un derecho
lidad de un consentimiento, no
privado.
ingenuo sino informado, en torno a
Dentro de esta óptica, la publicidad se revela como el medio que
las políticas públicas gubernamen-
permite articular la libertad privada
La intuición fundamental de los
tales. En su citado estudio sobre
y la pública, la moral y la política, a
doctrinarios es al contrario de la
Constant, Stephen Holmes insiste
través del control sobre la autoridad
publicidad, de la cual la libertad de
en este hecho:
pública y la rendición de cuentas.
prensa y el gobierno representativo
el ámbito público y el ámbito
Pero también a través del intercam-
son los dos polos; es el medio deter-
privado no son dos términos
bio de ideas, el debate, la controver-
minante para instaurar una comu-
hostiles de una alternativa. Se
sia y, a fin de cuentas, a través de la
nicación política de tipo nuevo. La
responsabilización de los mismos
publicidad, anota Guizot, opera un
estimulan, se desprenden y se
refuerzan el uno al otro42.
ciudadanos. Para los pensadores de
trabajo de revelación recíproca del
poder y del público41.
la primera mitad del siglo XIX fran-
32
Moral y
transparencia
Capítulo
VIII
LO PRIVADO Y LO PÚBLICO, PRECISIONES
Y CONSIDERACIONES RESPECTO
AL DEBATE CONTEMPORÁNEO
8.1 Lo público y formas de relación
que es privado o íntimo y que nos
mente individuales; este último es
moral
concierne en cada caso sólo a cada
estudiado preferentemente por la
uno de nosotros. En realidad, a
economía y las teorías de la elec-
histórico,
nuestro parecer, los dos conceptos
ción racional, donde lo que interesa
ahora nos interesaremos por los
son complementarios: no puede
al individuo es maximizar su bene-
aspectos más relevantes y proble-
haber mundo común si hay espa-
ficio. Bajo este marco conceptual,
máticos en el debate contemporá-
cios secretos e invisibles que esca-
dos tipos de relación moral desta-
neo. Por principio, podemos
pre-
pan a la comunicación y a las prue-
can para nuestro propósito. El pri-
guntarnos qué es lo público, con-
bas, y argumentos que se puedan
mero es el que se funda en el prin-
cepto al que nos hemos referido
compartir.
cipio de reciprocidad y que confor-
Luego
del
panorama
desde un inicio. Luego de los traba-
Ahora bien, en lo que se refiere a
ma buena parte de las relaciones
jos de Bobbio, la literatura especiali-
nuestra discusión en específico y a
que vivimos día a día con nuestros
zada ha tenido a bien insistir que lo
la segunda acepción mencionada
conciudadanos. Es decir, se limita a
público se define por dos tipos dis-
del término “lo público”, se puede
aquellos con quienes compartimos
tintos de oposición. En primer lugar,
observar que en el espacio público
derechos y deberes de nuestra parti-
lo público por oposición a lo que es
existen diferentes tipos de relación
cular sociedad política. El segundo
secreto. La democracia es en este
moral. Visto desde esta perspectiva
es el de las relaciones que solicitan
sentido, como lo señala Bobbio, “el
moral, el espacio público se sitúa
valores de tipo universalista. Por
gobierno del poder público en público”43. La publicidad de lo público se
fuera del ámbito de la ética de vida
ejemplo, las normas enumeradas
o de los valores últimos que, cada
por los instrumentos internaciona-
acompaña
la
uno, impone a su propia vida (en su
les en materia de derechos huma-
voluntad de eliminar todo poder
caso, son las escuelas antiguas de
nos, que hacen que a cualquier per-
invisible u oculto. Pero en un segun-
filosofía, estoicos o epicureistas, y
sona sobre el territorio mexicano
do lugar, lo público es lo que nos es
las religiones las que pretenden
–la noción de persona es universal,
común, aquello que nos afecta o
ofrecer respuestas a este ámbito de
de modo que incluye, llegado el
nos concierne a todos. Lo que cons-
tipo ‘existencial’). Pero el espacio
caso, a los miembros de un grupo
tituye nuestro espacio compartido o
público también se distingue, desde
terrorista que no respeta ningún
mundo común, por ejemplo, como
la óptica que adoptamos aquí, del
tipo de derecho– se les deba garan-
mexicanos. Esto, por oposición a lo
ámbito de los intereses estricta-
tizar un mínimo de derechos.
naturalmente
de
33
Puesto que generalmente no
reconoce de forma universal. De
somos autistas morales, sicópatas
aquí que podemos coincidir con
ni santos, una autora como Amy
Ernesto Garzón Valdés, cuando afir-
Gutmann sostiene que es el ámbito
ma que lo público se caracteriza por
de la reciprocidad en el que nos
la publicidad:
desenvolvemos usualmente. Este
tipo de relación moral exige una
Lo público está caracterizado
relación
los
por la libre accesibilidad de los
demás y justamente éste, el ámbito
comportamientos y decisiones
de las relaciones reciprocas, es el
de las personas en sociedad,
más pertinente cuando se trata de
deliberación democrática44 y, por
más aún; cuando ellas desempe-
ende, del derecho al acceso a la
ridad político-jurídica, la publici-
información pública, a la transpa-
dad de sus actos se convierte en
rencia y a la rendición de cuentas.
un elemento esencial de todo
Estado de derecho45.
argumentada
con
Ahora bien, Gutmann se interesa
ñan algún cargo dotado de auto-
principalmente por el aspecto político de los desacuerdos morales; por
Por lo mismo, supone un público
ello insiste en las relaciones recípro-
universal ilimitado y una opinión
cas. Pero, como debemos recordar, al
crítica que va más allá de los miem-
menos en nuestro país el derecho al
bros del país o Estado-nación de que
acceso a la información pública se
se trate.
LA PUBLICIDAD DE LO
PÚBLICO SE ACOMPAÑA
NATURALMENTE DE LA
VOLUNTAD DE ELIMINAR
TODO PODER INVISIBLE U
OCULTO.
34
Moral y
transparencia
Capítulo
IX
DEMOCRACIA Y AMBIVALENCIA
MORAL DEL SECRETO
PASEMOS AHORA A LA PRIMERA ACEP-
según la proximidad o la lejanía res-
toda la compañía en Rusia tiene
CIÓN MENCIONADA DE LO PÚBLICO,
pecto de los iniciados en el secreto.
maneras perfectas, pero no hay
pero para ocuparnos de la noción
Desde este enfoque sociológico,
suficiente instrucción para los
que la define por oposición, a saber,
Simmel observa que en las socieda-
nobles ni suficiente confianza
la de secreto. Más allá de lo que ya
des dominadas por el secreto, la
entre las personas que viven sin
hemos afirmado antes, el principio
personalidad de los individuos tien-
cesar bajo la influencia de una
moral de igualdad que funda el
de a ser suplantada por su rol
corte y de un gobierno despótico,
mundo democrático es, por princi-
social. Un miembro de la sociedad
pio —aunque, como veremos, no lo
secreta no puede ser un llamativo
para que se puedan conocer los
encantos de la intimidad46.
puede ser absolutamente— contra-
James Bond, antes bien debe buscar
rio al secreto. ¿Por qué? En su estu-
ser lo más gris y discreto que le sea
Todo lo contrario sucede en las
dio sobre el tema, el sociólogo Georg
posible. Es notorio que en las socie-
sociedades democráticas, que dan
Simmel nos da la respuesta cuando
dades autoritarias, en donde por su
un alto margen de confianza a los
observa que el uso del secreto, aún
naturaleza predomina el secreto, los
individuos y éstos no corren ningún
cuando se trate de algo banal o
individuos ven minada la confianza
riesgo en la expresión de sus prefe-
incluso falso, fragmenta la comuni-
en sí mismos y en sus prójimos, y
rencias y gustos personales. Es
cación al dividir el mundo social
sufren un constante temor. Incluso
natural, entonces, que en las demo-
entre los que saben y lo que no
en las relaciones más banales y
cracias las personas tiendan acen-
están al tanto del secreto. Por otra
familiares se carece de transparen-
tuadamente a diferenciarse unas de
parte, sobre todo en el caso de las
cia y confianza. Por lo mismo, se for-
otras. No extraña, pues, que se lle-
sociedades secretas pero no sólo en
talece mucho la tendencia a imitar
gara a hablar de “una justificación
ellas, el uso del secreto favorece las
la imagen del jefe (el bigote, la
estética de la democracia”, como es
tendencias centrípetas del poder a
forma de vestir, las expresiones…).
el régimen o la cultura que permite
favor de una sola autoridad (la que
Madame de Staël, la compañera
y favorece la diversidad y la plurali-
posee el secreto) respecto a la cual
sentimental de Benjamín Constant,
dad de expresiones y formas artísti-
se jerarquizan los miembros restan-
nos da un ejemplo palpable de esta
cas. Dicho de otra manera, el secre-
tes. Se crea así una línea de subordi-
imbricación de sentimientos mora-
to es un instrumento que crea y
nación efectivamente contraria al
les y régimen político, en un relato
propicia la exclusión y favorece a
principio democrático de igualdad,
sobre la Rusia de su época:
las sociedades jerárquicas de tipo
35
aristocrático; en tanto que el princi-
tible. No es necesario insistir dema-
En cuanto a la segunda orientación,
pio de publicidad de las sociedades
siado en el hecho de que los discur-
nos referimos al hecho de que el
democráticas
notoriamente
sos que fundan su legitimidad en
modelo de las sociedades democrá-
inclusivo y favorable a la pluralidad
una verdad secreta o de tipo “extra-
ticas es el de una sociedad de “cré-
de las expresiones.
social” (como la que ofrece un
dito”, en un sentido que va más allá
es
La sociedad democrática es, por
supuesto dios que únicamente
de su aspecto económico, es decir,
definición o idealmente, una socie-
habla al oído de sus elegidos), tiende
en una sociedad de libre comunica-
dad abierta, de conocimiento exoté-
a favorecer sociedades autoritarias,
ción y de libre intercambio, fincada
rico y de libre examen. A este res-
por el simple hecho de que son con-
en la confianza. La mentira y el
pecto, el secreto entra en conflicto
trarios al principio de publicidad —
secreto merman los cimientos de
con dos orientaciones morales de la
que implica, hay que subrayarlo, el
este tipo de sociedades al limitar el
sociedad democrática. En primer
derecho a la igualdad en el acceso a
conocimiento, al fragilizar la comu-
lugar, la forma del discurso de tipo
la información— e impiden el libre
nicación y, a fin de cuentas, al soca-
democrático, que exige justificación
examen. A este respecto, Chaïm
explícita y argumentada de aquello
Perelman tiene razón en insistir:
que se afirma y debe prestarse a cir-
Es evidente que la conciencia de
cular libremente por el conjunto de
cada uno también ha sido for-
la sociedad. El discurso de tipo
mada, que ella debe ser ilustrada
democrático se opone entonces a
y puede ser guiada, pero es a
las “teorías de la conspiración” (una
cada persona que le correspon-
expresión sugerida por el filósofo
de, a última instancia, la respon-
vienés Karl Popper), mismas que
sabilidad de decidir y de actuar.
alegan un conocimiento secreto,
Y no es sino una moral conse-
inaccesible directamente a la opi-
cuente con el libre examen que
nión ordinaria, o sólo accesible para
se revela apta para salvaguardar
los iniciados. Que las condiciones y
nuestra
la calidad de la argumentación que
libertad y nuestra responsabilidad47.
favorece cada sociedad tiene impli-
autonomía,
caciones morales, se antoja indiscu36
nuestra
EL SECRETO ES UN INSTRUMENTO QUE CREA Y PROPICIA LA EXCLUSIÓN Y FAVORECE A LAS SOCIEDADES
JERÁRQUICAS DE TIPO ARISTOCRÁTICO; EN TANTO QUE
EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD DE LAS SOCIEDADES
DEMOCRÁTICAS ES NOTORIAMENTE INCLUSIVO Y
FAVORABLE A LA PLURALIDAD DE LAS EXPRESIONES.
var la confianza. Pero más adelante
broma privada se convierte en cri-
sario para el pudor y, por lo tanto,
volveremos a este punto.
men público (Kundera) o el indivi-
para la dignidad. Con su usual lenguaje agudo y revelador, Nietzsche
to, tanto la defensa como la conde-
duo no tiene derecho al silencio
(Sándor Márai48). Pero, en el otro
na del secreto privado y público no
extremo, el individuo que se encie-
pueden ser absolutas. Con la desa-
rra absolutamente en su secreto
Hoy consideramos como un
parición total del secreto privado
personal, en una actitud solipsista,
asunto de decencia el no querer
estaríamos en el totalitarismo que
no podrá participar de la vida públi-
verlo todo desnudo, no querer
extingue la esfera privada: todo es
ca; peor, quizás ni siquiera pueda
estar presente en todas partes,
público, todo es político; si todo es
desarrollar efectivamente su propia
no querer entenderlo ni ‘saberlo
político, el poder político se adueña
personalidad (como lo subraya el
todo’. “¿Es verdad que el amado
de todo. En este tipo de sociedades
sociólogo George H. Mead, el ser
Dios está presente en todas par-
no sólo el derecho al secreto sino
humano sólo puede hacerse indivi-
tes?”, preguntó una pequeña
también el derecho privado a la iro-
duo a través de la socialización). En
nía, a la incoherencia o la contradic-
tanto poeta que defiende la palabra
niña a su madre, ‘pero eso lo
encuentro indecente’49.
ción, se convierten en delitos que
viva, W. C. Williams tiene razón
ameritan castigo. La ausencia de un
cuando, en su poema el Asfódelo,
Basta cambiar en esta frase Dios por
espacio o ámbito de conciencia
juzga con cruel ironía que el silen-
Estado o sociedad, para entender lo
estrictamente personal, favorece
cio es profundo pero no se va muy
justo de su denuncia. Sobre todo
que
lejos con él.
cuando sabemos que la idea de “un
A pesar de esta crítica del secre-
lo público se homogeneice a
lo dice con toda claridad:
favor de una perspectiva o visión
Los casos hiperbólicos que aca-
ojo que lo ve todo” y de una socie-
única (la del poder en turno) al
bamos de mencionar hacen pensar
dad totalmente transparente no son
negar la pluralidad y diversidad de
que un cierto grado relativo de
sólo creencias religiosas; también
las perspectivas individuales. La
secreto es necesario, y su ausencia
han conformado uno de los proyec-
gran literatura centroeuropea del
sería insoportable; para la esfera
tos utópicos más recurrentes de la
siglo XX nos ha dejado amplios tes-
pública, por ejemplo, la necesidad
modernidad, tanto en la literatura
timonios de la miseria moral que
de garantizar la seguridad nacional
(Rousseau) y en nuestra actual
representa esta extinción de la esfe-
lo hace inevitable; así como para la
sociedad del espectáculo (denuncia-
ra privada cuando, por ejemplo, la
vida privada, por ejemplo, es nece-
da por Guy Debord), como en el pen-
37
samiento político (Bentham), y en el
las sociedades; pero el sociólogo
derecho a ciertos secretos, pero no a
mismo funcionamiento del Estado
constata también que, a su vez, la
mentir a los ciudadanos. B. Williams
(totalitario). Aunque el caso de
sustancia del secreto varía con el
tiene razón cuando apunta que el
Giges sugiere que lo inmoral suele
tiempo. En efecto, la historia social
público tiene derecho a la verdad,
buscar el velo protector del secreto,
ha radicado en muchos aspectos en
tiene derecho a que los gobernantes
en realidad el secreto no es siempre
una constante transformación y
no le mientan, pero este derecho
negativo. De hecho, es extremada-
vaivén entre lo que antes fue públi-
tampoco implica que el público
mente positivo para la constitución
co y luego secreto, para luego cam-
tenga el derecho a saberlo todo
de la esfera privada de la subjetivi-
biar una vez más conforme cam-
absolutamente. Ahora bien, que la
dad. Que la conciencia pueda refu-
bian los valores sociales. Tampoco
información pública pueda ser
giarse ocasional o constantemente
se debe ignorar otro efecto positivo
reservada, en ciertos casos y por
en el secreto, le da libertad y le ofre-
del secreto, que es reconocido como
excepción, al principio de publici-
ce alternativas. A diferencia de la
un derecho con efectos públicos;
dad, no la debe eximir de regula-
relación automática del tipo estí-
nos referimos al hecho de que el
ción. Debe estar limitado en el tiem-
mulo-respuesta, que es propia de
acto del voto en la casilla sea secre-
po y debe sujetarse a una máxima o
las máquinas, la conciencia huma-
to, es un ejemplo palpable del valor
regla pública. Dicho de otra forma,
na implica un intervalo creativo
público que tiene el derecho privado
el secreto gubernamental puede ser
entre el pensamiento, la expresión y
al secreto.
moralmente válido si está sujeto a
la acción. Simmel observaba a este
Finalmente, es necesario distin-
reglas, a principios que son públicos
respecto que una vida sin secretos,
guir el secreto de la mentira. Un
y, frecuentemente, también a la
sin ambigüedades y misterios, pierde todo interés y atractivo; a esto
secreto puede estar justificado,
mientras una mentira no50. Para
supervisión por parte de algún otro
órgano o poder del propio Estado51
podríamos agregar que una vida sin
pensar en un ejemplo conocido, se
(como lo observan Gutmann y
secretos es una vida sin dilemas y, a
puede sostener que el ex presidente
Thompson, es asombroso saber que
fin de cuentas, sin libertad. La nece-
de los Estados Unidos, W. Clinton,
en los Estados Unidos, aún reciente-
sidad del secreto es entonces de
tenía derecho a defender su vida
mente, las reglas y los criterios para
orden antropológico; el mismo
privada, pero no el derecho a mentir
desclasificar y clasificar informa-
Simmel defiende que el secreto es
al Congreso. En efecto, un funciona-
una forma social existente en todas
rio o incluso el gobierno puede tener
ción secreta eran ellos mismos
secretos)52.
38
Moral y
transparencia
REVALUAR LA ESFERA PRIVADA
Capítulo
X
ACTUALMENTE, ES NOTORIO QUE EL
rango no tiene el mismo grado de
moral sugiere que los deberes pue-
“MURO DE LA VIDA PRIVADA” —como
relevancia pública que el estado de
den variar según el rol social. Pero
la calificara confiado Royer-Collard,
salud del Presidente de la República.
se antoja difícil o poco aceptable la
un teórico liberal del siglo XIX— ha
Por motivos justificados, el velo que
idea de que la noción pueda ser tan
perdido su antigua solidez. Hoy en
debe proteger en este último caso la
flexible como para abolir totalmen-
día, el consenso teórico se inclina
esfera privada será mucho más frá-
te la esfera de la privacidad, ni
por considerar que la privacidad es
gil, al grado que, en un caso de esta
siquiera en el caso de la persona
una noción necesariamente flexi-
naturaleza, puede llegar casi a ser
que ejerza la función de Presidente
ble. Pensemos, por ejemplo, en las
indistinta la frontera entre lo priva-
de la República.
relaciones dentro de un matrimo-
do y lo público. Como ya hemos
En las últimas décadas, ciertos
nio,
consideradas
indicado más arriba, estamos ante
movimientos feministas y algunos
como ejemplo por excelencia de la
una inversión extrema: si para
instrumentos internacionales con-
vida privada. Pero, ¿qué pasa si la
Maquiavelo el gobernante podía
tra de la violencia hacia la mujer,
mujer es la candidata por un parti-
ejercer la disimulación y el secreto
propugnaron por identificar lo per-
do a la presidencia de su país y el
en virtud de su función como gober-
sonal con lo político (“the personal
marido es el presidente del mismo
nante, hoy justamente es esa fun-
is political”). Se trataba de abrir el
partido? No se trata de una situa-
ción que exige transparencia casi
ámbito de la familia a lo público y
ción hipotética, esto sucedió en
total en su ejercicio.
convertir la esfera privada en un
normalmente
Francia con el matrimonio François
Estos ejemplos nos muestran
campo más del debate público y la
Hollande-Ségolène Royal durante
que, en ciertos casos, la frontera se
defensa de ciertos derechos funda-
las elecciones de 2007. ¿Hasta qué
antoja problemática e indetermina-
mentales. Pero esta tesis fue puesta
punto los problemas personales de
da. Debido a la movilidad de esta
a prueba por el caso Mónica
la pareja son en este caso del orden
frontera, Garzón Valdés parece que
Lewinsky y el hecho de que las pro-
público o del privado? Todo indica
prefiere distinguir entre la noción
bables mentiras del Presidente de
que la frontera entre lo público y lo
flexible de lo privado, sujeta a eva-
los Estados Unidos, William J.
privado es más tenue, entre mayor
luación en cada caso, y el concepto
rígido y restringido de lo íntimo53.
Clinton, sobre su vida sexual, lo
es la relevancia pública de la persona.
Es evidente que el estado de
Por su parte, para dar cuenta de esta
El punto significativo reside en que
salud de un funcionario de bajo
diferencia de criterios, la teoría
el
39
pusieran en riesgo de ser destituido.
hecho
que
el
caso
Clinton/Lewinsky
mostraba
que
sacrificar lo privado (la vida íntima
de Clinton) en aras de lo público,
puede conllevar el sacrificio del sentido de lo público. La confusión de
los dos ámbitos termina, entonces,
en la disolución caótica de ambos y
se termina perdiendo por los dos
lados. Como lo sugiere el filósofo del
derecho, Ronald Dworkin, al contrario de lo que pretendían quienes
pregonaban “sermones hipócritas”
(la expresión es de Dworkin), en realidad, la personalidad moral de
Clinton era irrelevante para una
figura tan grave y con tan enormes
consecuencias, como es el caso
constitucional de destitución54.
Algunas feministas no tardaron en
admitir que el caso Clinton obliga a
EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS,
CIERTOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS Y ALGUNOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CONTRA DE LA VIOLENCIA
HACIA LA MUJER, PROPUGNARON POR IDENTIFICAR LO PERSONAL CON LO POLÍTICO.
revaluar la importancia de la esfera
privada55 y a apuntalar la necesidad de evitar distractores que deforman la agenda del debate público,
al extraer de ella los temas públicos
realmente relevantes.
40
Moral y
transparencia
TRANSPARENCIA, CONFIANZA
Y CAPITAL SOCIAL
Capítulo
XI
ALGO QUE NO PODEMOS IGNORAR EN
entender el desarrollo de las socie-
que la ausencia de vínculos de con-
EL PRESENTE TRABAJO, es la relación
dades. Sin embargo, con el tiempo,
fianza en los ghetos americanos o
muy comentada en los últimos años
se volvió claro que era necesario
en las sociedades del sur de Italia,
entre transparencia y confianza. A
salir de esta visión demasiado ins-
ayuda a explicar su permanente
partir de las propuestas y estudios
trumental o economicista de la
retraso y pobreza. Además, este tipo
de diferentes organizaciones (Banco
sociedad, restringida hasta enton-
de
mundial, OCDE, BID…) y en México,
ces al estudio del homo oecononi-
entender mejor los sustratos de la
al menos desde la primera publica-
cus, y ampliar el campo de estudios
práctica política y de la democracia.
ción
de
sobre el desarrollo a fenómenos de
Putnam, como politólogo, se apoya
Transparencia, se ha defendido que
tipo cultural, sociológico e incluso
moral, como lo es la confianza58.
también en los trabajos de Edward
la publicidad y la transparencia son
valores esenciales para la adminis-
El enfoque quizás más intere-
ten valores compartidos que llevan
tración pública, puesto que permi-
sante para nuestro propósito es el
a todos los individuos pertenecien-
ten generar una mayor confianza en
las instituciones públicas56. Pero
Robert Putman. Para Putman, el
tes a una misma cultura, a manifes-
capital social estriba en “las caracte-
tar, ante una situación dada, las
¿cuál es la importancia de este vín-
rísticas de la organización social, tal
mismas reacciones y los mismos
culo entre transparencia y confian-
y como lo son las redes, las normas
comportamientos.
za? ¿Por qué importa la confianza?
y la confianza, que facilitan la coor-
cuando sucede algo que se conside-
Como lo ha observado el polémico
intelectual Francis Fukuyama57,
dinación y la cooperación para un
beneficio mutuo”59. Si la confianza
ra atentatorio de valores funda-
uno de los elementos que favorecen
tiene efectos positivos, si produce
“saben” que todos saldrán a la calle
el capital social es la confianza. Para
un beneficio mutuo, su ausencia
a protestar, sin que haya necesidad
entender, a su vez, la razón por la
produce consecuencias negativas,
de coordinar explícitamente las
cual la noción de capital social
por ejemplo, cuando los individuos
acciones de protesta. Visto así, la
supone un nuevo enfoque, es nece-
de una determinada sociedad son
confianza no se refiere a una dispo-
sario recordar que, por mucho tiem-
incapaces de establecer relaciones
sición psicológica compartida entre
po, en las ciencias sociales se privi-
de confianza más allá del círculo
varios individuos, sino a un valor
legiaron las explicaciones de tipo
restringido de la familia. En efecto,
ético que constituye un bien social.
económico
diferentes estudios han constatado
de
Cuadernos
y
tecnológico
para
41
estudios
también
permiten
Banfield, quien defiende que exis-
mentales,
Por
ejemplo,
“escandaloso”,
todos
¿No es esto en todo, semejante a
En la literatura contemporánea,
marco de confianza al reducir la
la amistad política de Aristóteles, a
la que nos referimos al inicio?60 Es
generar confianza se ha convertido
incertidumbre, ya que su justifica-
en uno de los objetivos principales
ción última es la de obligar al
de notar que el tema tampoco es
de la democracia y se espera que,
Estado a asegurarnos que no mori-
inédito en la época moderna, donde
gracias a ella, su acción sea más efi-
remos por muerte violenta. Se
aparece de nuevo como una crítica
caz.
puede afirmar que, lo que caracteri-
a la teoría política del contrato
La literatura especializada con-
za el Estado de derecho a este res-
social y su concepto derivado de
cuerda en que, si bien en la sociedad
pecto, es su capacidad para institu-
representación política. Así, no
tradicional se interactúa con un
cionalizar cada vez mayores grados
mucho tiempo después que Hobbes
número relativamente limitado de
de confianza social. Ahora bien,
elaborara su teoría del contrato,
personas, y se conoce a todas las
¿qué es la confianza y cómo se
Locke sostiene que la relación entre
personas, es en la sociedades
genera? ¿Refiere a valores idiosin-
el pueblo y el gobierno implica un
modernas, sociedades de masas y
cráticos que difícilmente se pueden
cierto grado de confianza. Se trata,
complejas, donde es más necesaria
transplantar a otras sociedades, o se
justamente, de no concebir la repre-
la confianza impersonal y generali-
pueden construir en sociedades con
sentación política como el resultado
zable a un gran número de personas
un bajo nivel de confianza compar-
de un contrato o como un mero
(a los desconocidos con quienes nos
tida? Philip Petit subraya la impor-
nexo de fidelidad a una promesa. La
topamos en la vida diaria, en el
tancia dar una respuesta a estas
confianza es, así, el principio de
ascensor, en el metro, a quienes
preguntas:
legitimación política sujeto a constante evaluación y sancionable con
compramos e intercambiamos servicios…61). Visto así, la necesidad
la revocación. De acuerdo con
de una confianza compartida hace
Locke, puesto que los gobernantes
que quizás no sea un accidente que,
deben su puesto a la confianza que
el lema que ostenta el dólar, sugiera
los gobernados han depositado en
una sociedad vinculada por una
ellos y, por lo mismo, dependen de
forma de confianza mutua
que esa confianza siga vigente, es
God we trust »).
de su interés honrarla e, incluso,
recordar que ya la teoría del contra-
está en sus manos incrementarla.
to de Hobbes, pretende crear un
42
(« In
También es de
LA PUBLICIDAD Y LA TRANSPARENCIA SON VALORES ESENCIALES PARA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, PUESTO QUE
PERMITEN GENERAR UNA
MAYOR CONFIANZA EN LAS
INSTITUCIONES PÚBLICAS.
Es importante tener en claro las
dad dada. Las sociedades, sobre
legalidad democrática, incluso si se
razones, en particular las bue-
todo en la época moderna, suelen
tiene, como punto de partida, una
nas razones, por las cuales las
ser mucho más complejas e híbri-
sociedad tradicional y autoritaria.
personas invierten confianza las
das de lo que se pretende en este
unas respecto de las otras… Si
tipo de estudios.
Si entendemos ahora la confianza, ya no como un sentimiento o
no tenemos claridad respecto a
Otro defecto del enfoque “cultu-
valor cultural dado, sino como una
las buenas razones, corremos el
rista” es su tendencia al determinis-
forma de relación, la confianza se
riesgo de concebir instituciones
mo. Las sociedades y las culturas
revela como una relación compleja:
que reducen la confianza o, peor
aún, que la eliminan62.
son entendidas como patrones
se puede confiar en X respecto en
impuestos de conducta, que los
unos temas y en otros no. Además,
individuos no pueden sino reprodu-
la confianza es un asunto de grados:
A este respecto, es de observar que
cir generación tras generación. De
se puede confiar en B, pero tener
los estudios sobre el tema tienden a
ninguna forma está escrito en las
más confianza en A que en B. Dicho
caer en un enfoque de tipo “cultu-
estrellas que, una tradición autori-
de otra forma, la confianza es una
rista”, que explica la confianza
taria del poder, deba ser el destino
como un hecho social que trascien-
insuperable de una nación. En reali-
categoría moral, pero también cognitiva. Como señala R. Hardin63,
de a los individuos, bajo el supuesto
dad, a diferencia de las inclinacio-
confiar significa que uno conoce o
de que ella tiene su origen en la tra-
nes antropológicas, lo propio de los
cree conocer cosas relevantes acer-
dición histórica y en valores interio-
valores culturales es su naturaleza
ca de la persona en quien se confía.
rizados. A pesar de su atractivo, este
histórica. A pesar de lo que general-
Pero no se trata de un conocimiento
tipo de explicación es sumamente
mente se suele defender —a saber,
total (por lo demás imposible), pues
problemática. En primer lugar, por-
la existencia de valores culturales
ya no se requeriría la confianza. Un
que los estudios empíricos e históri-
inmemoriales y eternos, o de una
Estado totalitario orweliano, que
cos suelen demostrar que no existe
suerte de gen cultural que se tras-
sabe todo de los ciudadanos, no
una relación tan directa ni tan
mite de generación en generación—
necesita otorgarles ninguna con-
estrecha como se pretende, entre un
, los valores de una sociedad se
fianza, ya que sabe perfectamente
tipo de “cultura” (entendida como
transforman. Como lo muestra una
cómo van actuar los individuos. A
un todo monolítico, si acaso existe)
ya larga experiencia internacional,
su vez, la ignorancia total no justifi-
y la forma específica de una socie-
es posible crear una cultura de la
ca la confianza. Como se puede
43
constatar, la confianza es una rela-
Razón de Estado que, en nombre de
Bajo esta óptica y siguiendo los
ción situada entre dos extremos, a
la comunidad política, se había eri-
trabajos de Hardin, se pueden dis-
saber: entre la ignorancia total y la
gido, en realidad, como una esfera
tinguir dos tipos de confianza pero,
transparencia total. Sólo bajo cierto
de intereses independiente y distin-
también, de desconfianza respecto
grado de incertidumbre tiene senti-
ta a la de los individuos que compo-
a una persona o institución. Por un
do. Otorgar plena e irrestricta con-
nen ese mismo Estado. Como efecto
lado, confianza en los demás ciuda-
fianza, es ignorar su naturaleza eva-
de este trasfondo histórico, la tradi-
danos, en parte como efecto de las
luativa. Puesto que se sitúa entre el
ción del pensamiento liberal se ha
instituciones gubernamentales. Por
conocimiento total y el desconoci-
nutrido de la idea de que, por incli-
otro, confianza en el propio gobier-
miento, siempre se oscila entre dife-
naciones de origen antropológico,
no o administración. El mismo
rentes grados de ignorancia y de
cualquier ser humano que detente
Hardin insiste en el hecho de que, al
confianza.
poder va a tender, al igual que Giges,
pensar en el término confianza lo
a abusar de él. Por su naturaleza, el
concebimos, en general, como si se
poder corrompe. No es extraño que
refiriera siempre a personas. En rea-
algunos autores (Hume, Madison…)
lidad, no es lo mismo confiar en una
La literatura en la materia se ha
defiendan como deseable un cierto
persona a confiar en una institu-
centrado, fundamentalmente, en
grado de desconfianza ante el poder
ción, como pueden ser un gobierno
torno a la confianza, por lo que
político. Las democracias son en
podría pensarse que la desconfian-
buena medida sociedades de des-
za es una actitud negativa. En reali-
confianza. No olvidemos, por ejem-
dad, el pensamiento político liberal,
plo, que el mismo constitucionalis-
que constituye una de las matrices
mo contemporáneo es, en buena
del pensamiento político moderno,
medida, una reacción de descon-
surgió en buena medida como una
fianza que busca limitar el poder
tradición intelectual que desconfía
del Estado luego de sus excesos dra-
del
Poder.
máticos, sobre todo (aunque no
Recordemos que la tradición liberal
solamente) durante la primera
es una reacción en contra del abso-
parte del siglo XX.
11.1 ¿Es mala la desconfianza?
gobierno
y
del
lutismo de Estado y de la noción de
44
LA CONFIANZA ES UNA RELACIÓN SITUADA ENTRE DOS
EXTREMOS, A SABER: ENTRE LA
IGNORANCIA TOTAL Y LA
TRANSPARENCIA TOTAL. SÓLO
BAJO CIERTO GRADO DE
INCERTIDUMBRE TIENE SENTIDO.
o la administración pública. En lo
proceso, bajo un contexto de pesos y
que se refiere a este último caso,
contrapesos, bajo la vigilancia no
que es el que nos interesa aquí —sin
sólo por parte de los ciudadanos
olvidar que la confianza en una ins-
sino también entre los diferentes
titución se difunde paulatinamente
poderes, por medio de la transpa-
a otras instituciones y, luego, a la
rencia y la rendición de cuentas, se
sociedad en su conjunto; es decir, la
trata solamente de admitir que ella
confianza o la desconfianza en el
no es un dato natural, sino una
gobierno termina por tener, a medio
construcción social. Si bien será
y a largo plazo, efectos benéficos o
siempre el resultado de una acción
corrosivos, según el caso, en otros
evaluativa, de un proceso dinámico
sectores de la sociedad—, si Hardin
y condicional, cuando se logre con-
tiene razón y las relaciones entre
seguir se tratará entonces de una
gobernantes y gobernados no pue-
confianza justificada. Si el derecho
den consistir en valores comparti-
de acceso a la información pública y
dos, como lo es la confianza, enton-
las políticas de transparencia pro-
ces es necesario crear instrumentos
dujeron en un primer momento
de control, de obligación y, por lo
mayor confianza en los gobiernos y,
tanto, sanciones que hagan que los
luego, una menor confianza, como
gobernantes
hacer de las instituciones públicas
sucedió en Canadá y en los Estados
Unidos64, no se trata de un efecto
entidades fiables y dignas de con-
necesariamente negativo, simple-
fiar.
mente del efecto de un criterio más
tengan
interés
en
A nuestro parecer, esto sólo
exigente de confianza.
quiere decir que la confianza no es
un dato social preexistente, sino
que ella debe ser generada a través
del filtro de la desconfianza. Es
decir, si ella se crea a través de un
45
SI EL DERECHO DE ACCESO A
LA INFORMACIÓN PÚBLICA Y
LAS POLÍTICAS DE TRANSPARENCIA PRODUJERON EN UN
PRIMER MOMENTO MAYOR
CONFIANZA EN LOS GOBIERNOS Y, LUEGO, UNA MENOR
CONFIANZA, COMO SUCEDIÓ
EN CANADÁ Y EN LOS
ESTADOS UNIDOS, NO SE
TRATA DE UN EFECTO NECESARIAMENTE NEGATIVO, SIMPLEMENTE DEL EFECTO DE UN CRITERIO MÁS EXIGENTE DE CONFIANZA.
Moral y
transparencia
CONCLUSIÓN
Capítulo
DE LO ANTERIOR, podemos llegar a
caer en el moralismo que consiste
por el derecho de acceso a la infor-
dos conclusiones generales. En pri-
en la invasión ilegítima, por parte
mación pública y por las políticas
mer lugar podemos constatar que,
del Estado, de la esfera privada y,
de transparencia, tienen importan-
las relativamente recientes políticas
mucho menos, en la transgresión de
cia en el ámbito político, sólo es
de transparencia y el derecho de
la esfera íntima de los individuos. Al
posible si se acepta que lo público y
acceso a la información pública,
contrario, el desafío que debemos
lo privado, antes que oponerse o
ponen de nuevo bajo la luz la rela-
afrontar es el de vincular la esfera
negarse mutuamente, se comple-
ción (tensa y compleja) entre la polí-
pública y la privada –sin confundir-
mentan. Dicho en otra forma, el
tica y la moral. Relación que, debido
las y mucho menos abolir la fronte-
principio de publicidad es la mane-
al enfoque positivista que por
ra que las divide–. Que fenómenos
ra como el mundo moderno preten-
mucho tiempo influyó en las cien-
morales, como la amistad conside-
de conciliar la política con la moral
cias sociales, ha permanecido cons-
rada por el pensamiento clásico, o
sin caer en el moralismo.
tante e injustamente ignorada. En
su versión moderna, la confianza,
segundo lugar, podemos concluir
en la que insiste el pensamiento
que no se debe, de ninguna manera,
contemporáneo y que es favorecida
47
Moral y
transparencia
Capítulo
PRONTUARIO
DE CONCEPTOS CLAVE
Amistad política. Se funda en la convicción de que la sociedad política requiere algo más que el simple respeto de
la ley. Es decir, necesita valores y sentimientos compartidos, de manera que los ciudadanos se comprometan con un
proyecto común y que se sientan especialmente vinculados con las demás personas que participan en dicho proyecto.
Arcana Imperio. Secretos del poder fundados en el ejercicio de la Razón de Estado.
Capital social. Según Putnam, estriba en “las características de la organización social, tal y como lo son las redes,
las normas y la confianza, que facilitan la coordinación y la cooperación para un beneficio mutuo”65.
Confianza. Relación moral y cognitiva entre individuos e instituciones, que supone valores y orientaciones implícita o explícitamente compartidos. Entre mayor es la confianza, más fácil es la cooperación social y mayor el capital
social de una determinada sociedad.
Corrupción. Violación disimulada de las normas de una institución, con el fin de beneficiar a un individuo o grupo.
Democracia. Victoria Camps afirma que, “más que autogobierno, que es una forma obsoleta e irreal de definir la
democracia, ésta debería definirse como la ‘transparencia de lo público’”66.
Derechos fundamentales. Instrumentos de protección de los bienes básicos de la persona, que protegen aquellos
bienes considerados como necesarios a la constitución del individuo, para que pueda actuar y responsabilizarse
como agente moral.
49
Lo público. Por una parte, lo público se define por oposición a lo que es secreto. La democracia es, en este sentido,
como lo señala Bobbio, “el gobierno del poder público en público”67. La publicidad de lo público se acompaña, naturalmente, de la voluntad de eliminar todo poder invisible u oculto. Pero en un segundo lugar, lo público es lo que
nos es común, aquello que nos afecta o nos concierne a todos. Esto, por oposición a lo que es privado o íntimo y que
nos concierne en cada caso sólo a cada uno de nosotros.
Moralistas. De acuerdo con Gutmann68, las concepciones que bajo el propósito de formar el carácter o la virtud,
restringen opciones y, a fin de cuentas, rechazan la libertad de elección que poseen los individuos. Es decir, el derecho que posee todo individuo para actuar por sí mismo y adoptar, por sí mismo, sus propios fines. Desde el punto
de vista de la tradición liberal. El moralismo empieza en donde acaba la neutralidad moral que debe tener el Estado
en una sociedad democrática.
Principio de publicidad. Principio que pretende dar una solución al divorcio entre moral y política, y ofrecer una
articulación de los dos ámbitos de libertad. El filósofo alemán Emmanuel Kant lo enuncia de la siguiente manera:
“Todas las acciones relativas al derecho de otros hombres, cuya máxima sea incompatible con la publicidad, son
injustas”69.
Razón de Estado. Imperativo de transgredir el derecho, en nombre del interés público. La razón de Estado posee tres
características distintivas: En principio, se funda en la idea de una necesidad política mayor. Su segunda característica es aquella de la justificación de los medios en vistas a un fin superior. Finalmente, la exigencia de secreto.
50
Moral y transparencia
NOTAS
1
Recuérdese, sea dicho de paso, que si bien desde Hegel se suele hacer una distinción técnica entre ética y moral, la
segunda no es otra cosa sino la traducción latina de la primera, que nos viene del griego.
2
Ver exposición de motivos, Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
Presidencia de la República. Respecto al vínculo entre derechos y moral, también podemos afirmar, esta vez con el
filósofo alemán Jürgen Habermas, que estos dos ámbitos son dos formas complementarias de la autonomía; dos
expresiones necesarias de la misma capacidad que tenemos nosotros como individuos para otorgarnos nuestras
propias normas y actuar como sujetos morales.
3
Camps, Victoria, El Malestar en la vida pública, Hojas Nuevas, Grijalva, Barcelona, p. 180
4
Reyes Heroles, Federico,“Corrupción: de los ángeles a los índices”, Cuadernos de transparencia 01, IFAI, México, 2007.
5
Aristóteles, La Política, Austral, México, Libro III, Cap. V, p. 90.
6
Aristóteles, El arte de la retórica, Eudeba, Argentina, 2005, p.167
7
Taylor, Charles, “Por qué la democracia necesita patriotismo” en Nussbaum, Martha, Los límites del patriotismo,
Paidós, España, 1999, p. 146.
8
Rawls, John, Teoría de la Justicia, FCE, México, 2002, p. 513.
9
Colas, Dominique, Le Glaive et le Fléau, Généalogie du fanatisme et de la société civile, Grasset, París, 1992, p. 35.
10
Koselleck, Reinhart, Le règne de la critique, Seuil, París, 1979, p. 30.
11
Kant, Vers la paix perpétuelle, GF- Flammarion, París, 1991, p. 105.
12
Gutmann, Amy, La educación democrática: una teoría política de la educación, Paidós, Barcelona, 2001, p. 77.
13
Maquiavelo, El Príncipe, Capítulo XVIII, De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas.
14
Georg Simmel observa que lo contrario a la comunidad étnica, cuyos miembros poseen rasgos exteriores de pertenencia a su grupo claramente visibles, es la sociedad secreta. A diferencia de la primera, esta última se crea artificialmente justo en torno a un secreto (que quizás es falso o inexistente), es decir en torno a una pura abstracción.
Simmel, Georg, The Sociology of Secrecy and of Secret Societies. El texto se puede consultar en la siguiente página
electrónica: http://www.brocku.ca/MeadProject/Simmel/Simmel_1906.html
15
Senellart, Michel, Machiavélisme et raison d'Etat, Paris, PUF, París, 1989.
16
Jean-Pierre Chrétien-Goni, "Institutio arcanae - Théorie de l'institution du secret et fondement de la politique" en
Christian Lazzeri & Dominique Reynié (sous la dir.), Le pouvoir de la raison d'État, Presses Universitaires de France,
1992, p. 152.
17
Zarka, Yves Charles, “Raison d’État” en Raynaud, Philippe y Rials, Stéphane (editores), Dictionnaire de philosophie
politique, · Presses Universitaires de France, París, 1996, p. 532.
18
Kelsen, Hans, “Formas de Estado y visión del mundo” en Correas, Oscar (compilador), El otro Kelsen, Ediciones
Coyoacán, México, 2003, p. 253.
19
Por las características de su obra, Hobbes puede ser considerado, tanto el pensador del absolutismo (e incluso,
quizás, si se piensa en su influencia sobre Carl Schmitt, del totalitarismo) como el precursor del liberalismo moder-
no. Respecto a este último punto, ver Strauss, Leo, La philosophie politique de Hobbes, Belin, París, 1991.
20 Hobbes citado por Garzón Valdés, Ernesto, “Acerca de los conceptos de publicidad, opinión pública, opinión de la
mayoría y sus relaciones recíprocas”, Doxa-14, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 1993, p.77. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/mcp/01360629872570728587891/index.htm
21
Montesquieu, De l’esprit des lois, t.1, V, 14, Flamarion, Paris, 1979, p. 184.
22
Williams, Bernard, Op. Cit., p. 249.
23
Camille Desmoulins, Le Vieux Cordelier, N. 7. Citado por Warusfel, Bertrand, Les secrets protégés par la loi, limites à
la transparence, Revue générale nucléaire , N. 1, enero-febrero, 2003, p. 63.
24
Se puede intentar ser benevolente con Maquiavelo y aceptar que su doctrina no es otra cosa sino una versión del
utilitarismo. Es decir, de la posición de alguien dispuesto a aceptar ciertos “pequeños” arreglos o males, en aras de
las supuestas grandes bondades de las consecuencias finales de la acción del gobernante.
25
Kant, La paz perpetua, Calpe, Madrid, 1795, pp. 77-78.
26 Gutmann y Thompson, Gutmann, Amy y Thompson, Dennis, Democracy and Disagreement,Why moral conflict cannot be avoided in politics, and what should be done about it,The Belknap Press of Harvard University Press, Londres,
Inglaterra, 1996, p. 98.
27
Platón, “Gorgias o de la Retórica” en Diálogos, p. 31.
28
Castoriadis, Cornelius, “La “polis” grecque et la création de la démocratie” en Castoriadis, Domaines de l’homme,
Senil, París, 1977, p. 353.
29 Vernant, Jean-Pierre, Les origines de la pensée grecque, PUF, París, 1962.
30 Discurso de Protágoras en “Protágoras o de la sofística”, en Platón, Diálogos, “sepan cuantos…”, N.13, México, 1998,
pp. 115-116.
31
El punto es señalado por Corina Yturbe. Ver Yturbe, Corina, Pensar la democracia: Norberto Bobbio, UNAM-Instituto
de Investigaciones filosóficas, México, 2002, p. 128.
32
Dumont, Louis, Essais sur l’individualisme, Seuil, París, 1983.
33
Por ejemplo, como lo defiende Vernant, en lo que concierne a la Antigua Grecia, aunque es claro que el pensamiento
filosófico griego no le otorga un valor primordial a la esfera privada. Ver Vernant, Jean-Pierre, L’individu, la mort,
l’amour, Gallimard, París,1989.
34
Vernant, Jean-Pierre, L’individu… Op. Cit., p. 215.
35
Vernant, Jean-Pierre, Ibid., p. 225.
36 Ver Ariès, Philippe y Duby, Georges, Histoire de la vie privée. De la Révolution à la Grande Guerre, Seuil, París, 1999.
Otra prueba de esta evolución la ofrece la historia de la pintura, como lo describe bien Tzvetan Torov cuando nos
narra una visita al Louvre: “…de pronto, en lugar de las grandes pinturas que representan personajes históricos,
mitológicos o religiosos, aparecen imágenes de madres despulgando un niño, de sastres inclinados en su tarea, de
jóvenes mujeres que leen cartas o que tocan el clavecín. No puede haber duda: estamos en las salas de la pintura
holandesa del siglo XVII, una pintura de la vida cotidiana, también llamada ‘pintura de género’”. Tdorov, Tzvetan,
Éloge du quotidien, Essai sur la peinture hollandaise du XVII siècle, Seuil, París, 1997, p. 9. A este respecto, también
se puede consultar el amplio trabajo de Charles Taylor sobre el tema: Fuentes del yo, Paidós, Buenos Aires, 1996.
37
Louis Brandeis & Samuel Warren "The Right to Privacy," 4 Harvard Law Review 193-220 (1890-91), se puede consultar en el siguiente sitio electrónico: http://www.lawrence.edu/fast/boardmaw/Privacy_brand_warr2.html
38
El punto es señalado por Corina Yturbe en Yturbe, Corina, Op. Cit. p. 130.
39 Yturbe, Corina, Ibid. p. 129.
40 Holmes, Stephen, , Benjamín Constant et la genèse du libéralisme moderne, PUF, París, 1994, p. 64.
41
Rosanvallon, Pierre, Le moment Guizot, Gallimard, París, 1985, p. 67.
42
Holmes, Stephen, Op. Cit., p. 333.
43
Bobbio, N., El futuro de la democracia, FCE, 1986, p. 65. Respecto a esta discusión sobre publicidad y secreto en
Bobbio, ver también Yturbe, Corina, Op. Cit.
44 Gutmann, Amy, Thompson, Dennis, Op. Cit.
45 Garzón, Valdés, E., “Lo íntimo, lo privado y lo público”, Cuadernos de transparencia 06, IFAI, México, junio de 2007.
Texto publicado previamente en la Revista Claves de Razón Práctica, número 137, Madrid, España, noviembre 2003.
46 De Staël (Madame), Dix années d’exil, UGE, París, 1966, p. 213.
47 Perelman, Chaïm, Ethique et Droit, Editions de l’université de Bruxelles, Bélgica, 1992, p. 392.
48 Márai se refiere a la Unión Soviética. Ver Márai, Sándor, Mémoires d’Hongrie, Albin Michel, París, 2006, p. 256.
49 Nietzsche, F., La gaya ciencia, Editores Unidos Mexicanos, México, 1994, p. 20.
50 Williams, Bernard, Ibid., p. 252.
51 En algunos casos se procuran medios de supervisión y de control, por ejemplo, que haya alguien, aparte del gobierno, que pueda estar al tanto del secreto, por ejemplo, una comisión de diputados. Williams, Bernard, Vérité et véracité, Essai de généalogie, Gallimard, París, 2006, p. 246.
52
Gutmann, Amy, Thompson, Dennos, Op. Cit., 96.
53
Ver Garzón, Valdés, E., “Lo íntimo, lo privado y lo público”, Op. Cit.
54
Dworkin, Ronald, “Philosophy and Monica Lewinsky”, The New York Review of Books, Vol. 47, n. 4, Estados Unidos,
marzo 2000.
55
Williams, Juliet, “The Personal is Political, Thinking trought the Clinton/Lewinsky/Starr Affair”, Political Science and
Politics, Vol. 34, No. 1, Washington, Estados Unidos, 2001.
56 “Aumentar la Confianza del Público, Medidas de Ética en los países de la OCDE”, Nota de Políticas públicas, N. 7,
OCDE, septiembre 2000. También ver el caso del Reino Unido: Robert, Alasdair,“Governmental adaptation to transparency rules” en Hood, Christopher Hood y Helad, David, Transparency, the key to better governance, Oxford
University Press, Gran Bretaña, 2006. La idea de que la transparencia facilita la cooperación, es defendida también
desde el punto de vista del pensamiento político contemporáneo, como lo hacen Gutmann y Thompson. Ver,
Gutmann y Thompson, Op. Cit., p. 100.
57
Fukuyama La gran ruptura, Punto de Lectura, Madrid, 2001.
58
En efecto, actualizando un tema que ya había sido tratado por uno de los padres de la sociología, Georg Simmel, y
posteriormente por autores de la talla de Niklas Luhmann, diferentes acepciones del término de capital social
fueron introducidas en los Estados Unidos y en Francia entre los años 70 y 80 por James Colman, Robert Putman y
Pierre Bourdieu. Más recientemente por Francis Fukuyama también.
59 Putnam, Robert, “Bowling alone: America’s declining social capital”, Journal of democracy, Vol. 6, n.1, 1995, p. 67.
60 Evidentemente, la exigencia de valores se dirige, más que a los simples ciudadanos, a los funcionarios. Esta idea no
se limita a una discusión entre los teóricos de la política, sino también se puede observar en los lineamientos propuestos por instituciones como la OCDE. Por ejemplo, en las políticas de transparencia, de acuerdo con lo sugerido
por la OCDE, suponen que los funcionarios no se deben limitar a actuar conforme a la letra de la ley; también se
invita a que adopten valores públicos como desinterés, imparcialidad e integridad. Ver OCDE, Recommendation of
the Council on Guidelines for Managing Conflict of interest in the Public Service, junio de 2003.
http://www.oecd.org/dataoecd/13/22/2957360.pdf
61
Como lo han observado algunos de los sociólogos de mayor importancia, desde Georg Simmel a Anthony Giddens.
62 Petit, P. “The cunning of trusth” en Philosophy and Public Affaires, N. 24, Blackwell, Princeton, 1995, pp. 202-225.
63 Hardin, R., Do we trust in goverment, p. 24.
64 Robert, Alasdair, “Governmental adaptation to transparency rules” en Hood, Christopher Hood y Helad, David,
Transparency, the key to better governance, Oxford University Press, Gran Bretaña, 2006, p. 119.
65 Putnam, Robert, “Bowling alone: America’s declining social capital”, Journal of democracy, Vol. 6, N.1, 1995, p. 67.
66 Camps, Victoria, El Malestar en la vida pública, Hojas Nuevas, Grijalva, Barcelona, p. 180
67
Bobbio, N., El futuro de la democracia, FCE, 1986, p. 65. Respecto a esta discusión sobre Publicidad y Secreto en
Bobbio, ver también Yturbe, Corina, Op. Cit.
68 Gutmann, Amy, La educación democrática: una teoría política de la educación, Paidós, Barcelona, 2001, p. 77.
69 Kant, La paz perpetua, Calpe, Madrid, 1795, pp. 77-78.
Moral y transparencia
BIBLIOGRAFÍA
• Garzón Valdés, Ernesto, “Algo más acerca del ‘coto vedado’”, Doxa 6, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
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• Giddens, Anthony, Consecuencias de la Modernidad, Sección III y IV, Alianza Universidad, Madrid, 1994.
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Moral y transparencia,
se terminó de imprimir en el mes de julio de 2009
Tiraje: 5,000 ejemplares
Edición a cargo de:
Dirección General de Atención a la Sociedad y Relaciones Institucionales,
Dirección General de Comunicación Social
C Instituto Federal de Acceso
a la Información Pública (IFAI)
Av. México 151,
Col. Del Carmen Coyoacán, C.P. 04100,
Delegación Coyoacán, México, D.F.
ISBN 13: 978-968-5954-49-5
Primera edición, Julio 2009
Impreso en México / Printed in Mexico
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