Vol. Especial Núm. 4

Anuncio
CONTENIDO
Página
609-616
617-623
624-635
636-643
644-649
650-658
659-663
664-671
672-678
679-689
690-697
698-704
705-718
719-727
Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 p. 609-857 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
ARTÍCULOS
Publicación Especial Número 4
728-735
736-742
743-746
747-756
757-766
767-773
Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 p. 609-857 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
REVISTA MEXICANA DE CIENCIAS AGRÍCOLAS
ISSN: 2007-0934
editora en jefa
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
editor asociado
Agustín Navarro Bravo
editores correctores
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
Agustín Navarro Bravo
comité editorial internacional
Agustín Giménez Furest. INIA-Uruguay
Alan Anderson. Universite Laval-Quebec. Canadá
Álvaro Rincón-Castillo. Corporación Colombiana de Investigación. Colombia
Arístides de León. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. El Salvador C. A.
Bernardo Mora Brenes. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Costa Rica
Carlos J. Bécquer. Ministerio de Agricultura. Cuba
Carmen de Blas Beorlegui. Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria. España
César Azurdia. Universidad de San Carlos. Guatemala
Charles Francis. University of Nebraska. EE. UU.
Daniel Debouk. Centro Internacional de Agricultura Tropical. Puerto Rico
David E. Williams. Biodiversity International. Italia
Elizabeth L. Villagra. Universidad Nacional de Tucumán. Argentina
Elvira González de Mejía. University of Illinois. EE. UU.
Hugh Pritchard. The Royal Botanic Gardens, Kew & Wakehurst Place. Reino Unido
Ignacio de los Ríos Carmenado. Universidad Politécnica de Madrid. España
James Beaver. Universidad de Puerto Rico. Puerto Rico
James D. Kelly. University State of Michigan. EE. UU.
Javier Romero Cano. Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria. España
José Sangerman-Jarquín. University of Yale. EE. UU.
Ma. Asunción Martin Lau. Real Sociedad Geográfica-Madrid. España
María Margarita Hernández Espinosa. Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas. Cuba
Marina Basualdo. UNCPBA. Argentina
Moisés Blanco Navarro. Universidad Nacional Agraria. Nicaragua
Raymond Jongschaap. Wageningen University & Research. Holanda
Silvia I. Rondon. University of Oregon. EE. UU.
Steve Beebe. Centro Internacional de Agricultura Tropical. Puerto Rico
Valeria Gianelli. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Argentina
Vic Kalnins. University of Toronto. Canadá
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. Pub. Esp. Núm. 4, 1 de noviembre - 31 de diciembre 2012. Es una publicación bimestral editada por el Instituto Nacional
de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Progreso No. 5. Barrio de Santa Catarina, Delegación Coyoacán, D. F., México. C. P. 04010.
www.inifap.gob.mx. Distribuida por el Campo Experimental Valle de México. Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México.
C. P. 56250. Teléfono y fax: 01 595 9212681. Editora responsable: Dora Ma. Sangerman-Jarquín. Reserva de derecho al uso exclusivo: 04-2010-012512440200-102.
ISSN: 2007-0934. Licitud de título. En trámite. Licitud de contenido. En trámite. Ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas
de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de impresión: Imagen Digital. Prolongación 2 de marzo, Núm. 22. Texcoco, Estado de México. C. P. 56190. (juancimagen@
hotmail.com). La presente publicación se terminó de imprimir en diciembre de 2012, su tiraje constó de 1 000 ejemplares.
REVISTA MEXICANA DE CIENCIAS AGRÍCOLAS
ISSN: 2007-0934
editora en jefa
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
editor asociado
Agustín Navarro Bravo
editores correctores
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
Agustín Navarro Bravo
comité editorial nacional
Alfonso Larqué Saavedra. Centro de Investigación Científica de Yucatán
Alejandra Covarrubias Robles. Instituto de Biotecnología de la UNAM
Andrés González Huerta. Universidad Autónoma del Estado de México
Antonieta Barrón López. Facultad de Economía de la UNAM
Antonio Turrent Fernández. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Bram Govaerts. Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo
Daniel Claudio Martínez Carrera. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas-Campus Puebla
Delfina de Jesús Pérez López. Universidad Autónoma del Estado de México
Demetrio Fernández Reynoso. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Ernesto Moreno Martínez. Unidad de Granos y Semillas de la UNAM
Esperanza Martínez Romero. Centro Nacional de Fijación de Nitrógeno de la UNAM
Eugenio Guzmán Soria. Instituto Tecnológico de Celaya
Froylán Rincón Sánchez. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Guadalupe Xoconostle Cázares. Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN
Higinio López Sánchez. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas-Campus Puebla
Ignacio Islas Flores. Centro de Investigación Científica de Yucatán
Jesús Axayacatl Cuevas Sánchez. Universidad Autónoma Chapingo
Jesús Salvador Ruíz Carvajal. Universidad de Baja California-Campus Ensenada
José F. Cervantes Mayagoitia. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
June Simpson Williamson. Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN
Leobardo Jiménez Sánchez. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Octavio Paredes López. Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN
Rita Schwentesius de Rindermann. Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y
Tecnológicas de la Agroindustria y Agricultura Mundial de la UACH
Silvia D. Peña Betancourt. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
La Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas es una publicación del Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Tiene
como objetivo difundir los resultados originales derivados de las investigaciones
realizadas por el propio Instituto y por otros centros de investigación y enseñanza
agrícola de la república mexicana y otros países. Se distribuye mediante canje, en
el ámbito nacional e internacional. Los artículos de la revista se pueden reproducir
total o parcialmente, siempre que se otorguen los créditos correspondientes. Los
experimentos realizados puede obligar a los autores(as) a referirse a nombres
comerciales de algunos productos químicos. Este hecho no implica recomendación
de los productos citados; tampoco significa, en modo alguno, respaldo publicitario.
La Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas está incluida en el Índice de
Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
Indizada en: Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe
(REDALyC), Biblioteca electrónica SciELO-México, The Essential Electronic
Agricultural Library (TEEAL-EE. UU.), Scopus, Dialnet, Agrindex, Bibliography
of Agriculture, Agrinter y Periódica.
Reproducción de resúmenes en: Field Crop Abstracts, Herbage Abstracts,
Horticultural Abstracts, Review of Plant Pathology, Review of Agricultural
Entomology, Soils & Fertilizers, Biological Abstracts, Chemical Abstracts,
Weed Abstracts, Agricultural Biology, Abstracts in Tropical Agriculture, Review
of Applied Entomology, Referativnyi Zhurnal, Clase, Latindex, Hela, Viniti y
CAB International.
Portada: mecanización agrícola en México.
REVISTA MEXICANA DE CIENCIAS AGRÍCOLAS
ISSN: 2007-0934
editora en jefa
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
editor asociado
Agustín Navarro Bravo
editores correctores
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
Agustín Navarro Bravo
árbitros de este número
Alma Velia Ayala Garay. INIFAP
Amalio Santacruz Varela. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Agustín Navarro Bravo. INIFAP
Dora Ma. Sangerman-Jarquín. INIFAP
Ema Zavaleta Mejía. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Eloy Conde Barajas. Instituto Tecnológico de Celaya
Guadalupe Beatriz Xoconostle Cázares. CINVESTAV
Irineo Torres Pacheco. Universidad Autónoma de Querétaro
José Antonio Rangel Lucio. Instituto Tecnológico de Roque
José de Jesús Luna Ruíz. Universidad Autónoma de Aguascalientes
José Hilario Hernández Salgado. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
José Manuel Vargas Sállago. INIFAP
Leila M. Vásquez Siller. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Leopoldo Mendoza Onofre. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Marco Antonio Audelo Benítez. INIFAP
Miguel Ángel Escalona Aguilar. Universidad Veracruzana
Néstor Bautista Martínez. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Oscar Javier Galindo Tijerina. Universidad Autónoma Chapingo
Patricia Rivas Valencia. INIFAP
Ramón Jiménez Regalado. INIFAP
Roberto Núñez Escobar. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas
Rocío Cervantes Osornio. INIFAP
Sergio Hugo Sánchez. Universidad Autónoma de Zacatecas
Sergio Hernández Verduzco. Universidad Autónoma de Sinaloa
Teresa Susana Herrera Flores. Universidad Politécnica de Pénjamo
CONTENIDO
ARTÍCULOS
Página
Estudio de la eficiencia de troceado de Agave tequilana Weber empleando un molino con cuchillas
articuladas. Alberto Saldaña Robles, César Gutiérrez Vaca, Ryszard Jerzy Serwatowski Hlawinska, Noé Saldaña
Robles, José Manuel Cabrera Sixto, Oscar Alejandro Martínez Jaime, J. Concepción Quiroz Ramírez, Adrián
Flores Ortega, Salvador García Barrón y José Armando Juárez Guaní.
Análisis de diferentes álabes de un aerogenerador de eje vertical para oxigenar estanques de peces.
Mauricio Pablo Baldomero.
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas. Marco
Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza.
Análisis del desempeño de cuatro modelos de discos corta-paja usados en sembradoras para siembra
directa. Salvador García Barrón, Ryszard Serwatowski Hlawinska, José Manuel Cabrera Sixto, Noé Saldaña
Robles, Adrián Flores Ortega y César Gutiérrez Vaca.
Determinación de las propiedades físico-mecánicas para el descascarado de las cápsulas de la
higuerilla (Ricinus communis L.). Pedro Cruz Meza, Samuel García Silva, Conrado Márquez Rosano y
Gilberto López Canteñs.
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales en los motores de combustión. Hipólito Ortiz
Laurel, Dietmar Rössel Kipping y Ulrike Schümann.
Estudio experimental para la determinación de los coeficientes de cultivo de la vainilla (Vanilla spp.)
Henry-Arturo Kelso Bucio, Khalidou-Mamadou Bâ, Saúl Sánchez Morales y Delfino Reyes López.
Modelo en elementos finitos de la interacción neumático-suelo. Omar González Cueto, Miguel Herrera
Suárez, Ciro E. Iglesias Coronel, Fidel Diego Navas, Guillermo Urriolagoitia Sosa y Luis Héctor Hernández Gómez.
Caracterización de suelos en una localidad tipo que alberga cactáceas priotarias para su conservación.
Adriana Luna Olvera, Monserrat Espino Armendáriz, Laura Luna Martínez y Juan Ramiro Pacheco Aguilar.
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis
multitemporal. Noé Saldaña Robles, Agustín Zavala Segoviano, José Manuel Cabrera Sixto, Ryszard Serwatowski,
Salvador García Barrón, César Gutiérrez Vaca, Adrián Flores Ortega y Álvaro Flores García.
Propiedades físicas y químicas del suelo bajo labranza de conservación y su relación con el rendimiento
de tres cultivos. Agustín Navarro Bravo, Benjamín Figueroa Sandoval, Dora Ma. Sangerman-Jarquín y Esteban
S. Osuna Ceja.
Red neuronal artificial base radial en la estimación de la evapotranspiración de referencia. Rocío
Cervantes-Osornio, Ramón Arteaga-Ramírez, M. Alberto Vázquez-Peña y Waldo Ojeda-Bustamante.
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central. José Andrés León Mostacero, Héctor
Flores Magdaleno y Roberto Ascensio Hernández.
609-616
617-623
624-635
636-643
644-649
650-658
659-663
664-671
672-678
679-689
690-697
698-704
705-718
CONTENIDO
Página
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de humedad y volumen
de exploración de raíces. Genaro Demuner Molina, Martín Cadena Zapata, Santos Gabriel Campos Magaña,
Alejandro Zermeño Gonzalez y Félix de Jesús Sánchez Pérez.
719-727
Energía requerida para el corte de hojas de Agave tequilana Weber. Alberto Saldaña Robles, Ryszard
Jerzy Serwatowski Hlawinska, Noé Saldaña Robles, César Gutiérrez Vaca, José Manuel Cabrera Sixto y Salvador
García Barrón.
Eficiencia en el uso de la energía en invernaderos mexicanos. Raquel Salazar Moreno, Pedro Cruz Meza
y Abraham Rojano Aguilar.
Predicción de la transmitancia de un invernadero con techo removible. Adrián Flores Ortega, Gerardo
728-735
736-742
Martínez Soto y J. Concepción Quiroz Ramírez.
743-746
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo para simular fotosíntesis en
jitomate bajo invernadero. José Manuel Vargas Sállago, Irineo Lorenzo López Cruz y Enrique Rico García.
747-756
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de riegos de jitomate (Solanum
Lycopersicum L.) en invernadero. Antonio Martínez-Ruiz, Irineo L. López-Cruz, Agustín Ruiz-García y
Armando Ramírez-Arias.
Perspectivas de la cosecha de la caña de azúcar cruda en México. Hipólito Ortiz Laurel, Sergio Salgado
García, Mepivoseth Castelán Estrada y Samuel Córdova Sánchez.
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal. Magdaleno
757-766
767-773
Caballero Caballero, Luis Silva Santos y José Luis Montes Bernabé.
774-784
Efecto de aspersiones del dimetilsulfóxido en la productividad del chile habanero (Capsicum chinense
Jacq.). Juan Martín Cruz Campos, Juan Luis Medina Arceo y Francisco Alfonso Larqué Saavedra.
785-788
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco. Marco Antonio Audelo Benítez.
789-799
Sensor para la medición continúa de la compactación del suelo. Miguel Herrera Suárez, Ciro Iglesias
Coronel, Darina Lara Coba, Fidel Diego Nava, Jaime Ruiz Vega, Omar González Cueto y Elvis López Bravo.
Automatización de un lisímetro de pesada. Henry-Arturo Kelso Bucio, Khalidou-Mamadou Bâ, Saúl Sánchez
800-806
Morales y Delfino Reyes López.
807-811
Los tractores agrícolas de México. María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma.
812-824
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México. Bertha Sofía
Larqué Saavedra, Lorena Cortés Espinoza, Miguel Ángel Sánchez Hernández, Alma Velia Ayala Garay y Dora
Ma. Sangerman-Jarquín.
825-837
CONTENIDO
Página
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango.
Alma Velia Ayala Garay, Lorena Cortés Espinosa, Bertha Sofía Larqué Saavedra, Dora Ma. Sangerman-Jarquín
y Martha Garay Hernández.
838-846
Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA). Alma Velia Ayala Garay,
Marco A. Audelo Benítez, Rocío Cervantes Osornio, Dora Ma. Sangerman-Jarquín, Miguel Sánchez Hernández
y Martha Garay Hernández.
847-850
Los impactos económicos derivados de la interrupción del caudal por una presa. Felipe Flores Vichi.
851-857
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 609-616
Estudio de la eficiencia de troceado de Agave tequilana Weber
empleando un molino con cuchillas articuladas
Alberto Saldaña Robles1, César Gutiérrez Vaca1§, Ryszard Jerzy Serwatowski Hlawinska1, Noé Saldaña Robles1, José Manuel
Cabrera Sixto1, Oscar Alejandro Martínez Jaime1, J. Concepción Quiroz Ramírez1, Adrián Flores Ortega1, Salvador García
Barrón1 y José Armando Juárez Guaní1
Departamento de Ingeniería Agrícola. Campus Irapuato-Salamanca. Universidad de Guanajuato. Ex-Hacienda “El Copal”. Carretera Irapuato-Silao, km 9. Irapuato,
Guanajuato, México. C. P. 36820. Tel: 52 462 6245215. Ext. 1590. [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected];
[email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
En el presente estudio se evaluó la eficiencia de troceado
de hojas y piña del Agave tequilana Weber, empleando un
molino con cuchillas articuladas acopladas en forma de “Y”.
Los factores estudiados que influyen en la eficiencia de
troceado se emplearán en el diseño del cabezal de troceado
de un prototipo de cosechadora-troceadora de agave, cuyo
fin es obtener la materia prima para la difusión y obtención
de bioetanol. La eficiencia de troceado se definió como el
porcentaje de trozos de agave menores a 5 mm medidos
transversalmente a la fibra, valor recomendado para una
difusión eficiente. La eficiencia de troceado de las hojas se
evaluó mediante un arreglo factorial 2 ∗ 2 completamente al
azar con cuatro repeticiones. Los factores fueron: velocidad
angular del rotor a 1 500 y 2 000 rpm; y posición angular
de alimentación de la hoja respecto al eje del molino: 45 y
90 grados. Los resultados mostraron que la posición de la
hoja no influye en la eficiencia de troceado, mientras que
para las velocidades de 1 500 y 2 000 rpm los valores de
eficiencia resultaron de 91.25 y 94.95, respectivamente,
mostrando una diferencia estadísticamente significativa.
En la eficiencia de troceado de piña se estudió la influencia
de la velocidad a 1 500 y 2 000 rpm usando la prueba de
‘t’ bajo muestras aleatorias independientes con cuatro
repeticiones, lo cual mostró una eficiencia muy superior
para 2 000 rpm.
La demanda excesiva de combustibles fósiles así como su
impacto ambiental, generan no solo en nuestro país, sino
en todo el mundo, la necesidad de aprovechar fuentes de
energía alternativa. El bioetanol es un producto de origen
biológico que ha demostrado ser un excelente sustituto de
los combustibles fósiles (UNESCO, 2007). En México se
produjeron 56 millones de litros de bioetanol en 2008, pero su
consumo en ese mismo año fue de 164 millones, importando
el restante (Honty, 2008). Para el 2012 México tiene como
meta producir 412 millones de litros de bioetanol, utilizando
principalmente como materia prima el maíz y la caña de
azúcar, siendo estos dos cultivos considerados en primera
instancia como fuente alimenticia (Sierra, 2011).
Palabras clave: Agave tequilana Weber, cosechadora,
desmenuzado, mecanización, eficiencia.
En los últimos años se han realizado diversas investigaciones
para el aprovechamiento de biomasa como fuente de energía
(Whitney et al., 2002; González, 2008; Madrigal, 2009), las
cuales demuestran que es viable biológicamente producir
bioetanol de la planta de Agave tequilana Weber obteniéndose
un mayor rendimiento que de la caña de azúcar y el maíz, hasta
7 000 L ha-1 año-1 únicamente de las hojas. La producción de
bioetanol resulta viable en lo biológico más en lo económico
sería necesario mecanizar algunas etapas del proceso, que
reduzcan el costo de producción, entre ellas la cosecha (jima).
Tan sólo para la producción de tequila el precio de dicha
actividad es de $ 22 500 por ha, que corresponde a 75% de los
costos de producción (Sierra, 2011). La jima le da un sentido
610 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
artesanal al proceso de producción de tequila, más si el
destino es la producción de bioetanol, carece de importancia,
por lo que, una máquina cosechadora-troceadora de agave
permitiría aprovechar la planta completa, reducir tiempos
y gastos de mano de obra evitando en campo la extracción,
jima y recolección, así como en la industria procesadora el
desmenuzado, además de poder realizar la hidrólisis durante
el transporte.
El proceso adoptado recientemente por empresas del ramo del
tequila para la obtención de los azúcares del agave, es la difusión,
por tener una mayor eficiencia que los métodos tradicionales
de cocimiento. El proceso de difusión requiere de un material
previamente preparado, que se logra mediante dos etapas
bien diferenciadas, en ambas etapas se emplean molinos. La
primera etapa se encarga de la reducción de la planta en trozos
pequeños y la segunda realiza el desfibrado de los mismos.
Lo anterior ha llevado al grupo de Diseño de Maquinaria
y Equipo Agroindustrial del Departamento de Ingeniería
Agrícola de la Universidad de Guanajuato (UG), a desarrollar
un prototipo de cosechadora-troceadora de agave que sea capaz
de conseguir, mediante dos procesos consecutivos, la materia
prima adecuada para la difusión con orientación a la obtención
de bioetanol. El presente estudio cubre una de las necesidades
de dicho proyecto, y tuvo como objetivo evaluar la eficiencia
de troceado de la planta de agave (hojas y piña), empleando
un molino de cuchillas articuladas acopladas en forma de “Y”.
Los factores estudiados que influyen sobre la eficiencia en
el troceado se emplearán en el diseño del cabezal troceador
de un prototipo de cosechadora-troceadora de agave, dicho
cabezal estará conformado por dos tambores verticales
contra-rotantes provistos de cuchillas acopladas en forma
de “Y”. El diseño de la máquina pretende un implemento
acoplado, accionado y tirado por el tractor cuya labor será
el troceado-desmenuzado de la planta de agave completa
sin extraerla del suelo. La investigación se realizó en las
instalaciones de la División de Ciencias de la Vida (DICIVA),
de la Universidad de Guanajuato, localizada en la ciudad de
Irapuato, estado de Guanajuato, México.
Materiales y métodos
Evaluación de la eficiencia de troceado del molino.
Sierra (2011) reporta una serie de visitas a industrias
tequileras del estado de Jalisco cuyo objetivo fue obtener
Alberto Saldaña Robles et al.
la caracterización geométrica del material que resulta de
la etapa de troceado y de la etapa de desmenuzado que se
emplean en el proceso de difusión para la producción de
tequila, obteniendo también la caracterización geométrica
del material resultante posterior a la difusión. El autor
clasificó el tamaño de los trozos de agave de acuerdo a
lo mostrado en el Cuadro 1, con base en la información
proporcionada por las empresas, para la etapa de troceado.
Dicha información se empleó para evaluar la eficiencia del
presente estudio.
Cuadro 1. Clasificación del troceado de agave como función
del tamaño de los trozos para su uso en la difusión.
Clasificación Muy bueno Bueno
Regular Malo
(MB)
(B)
(R)
(M)
Dimensiones A < 0.5 cm 0.5 cm < A 2.5 cm < A A > 5
de la fibra
< 2.5 cm
< 5 cm
cm
A= medida más grande en dirección transversal a la fibra.
Preparación de la maquinaria y materia prima para
los ensayos. Para la realización del estudio la DICIVA
proporcionó los siguientes equipos; un tractor New
Holland de potencia mediana (78 hp) con 66.4 hp a la
toma de fuerza; un molino de martillos para picar forraje
marca “Triunfo” serie: 05069811 (Figura 1a) cuyo órgano
de trabajo es un tambor rotativo provisto de 11 discos, 30
martillos, 30 bujes separadores (para los martillos) y 6
pernos para posicionar los martillos en diferentes arreglos
(Figura 2b). El molino es accionado por la toma de fuerza
del tractor y tiene un juego de poleas con un incremento
de uno a seis, por lo que, el tambor puede alcanzar
una velocidad rotacional máxima de 3 240 rpm, dicha
velocidad varía dependiendo de la velocidad aplicada del
tractor a la toma de fuerza.
Los martillos que posee el molino fueron diseñados y
fabricados especialmente para el triturado de forraje seco,
siendo éste un material frágil y ligero, características muy
diferentes a las que posee la planta de Agave tequilana
Weber, compuesta por 40% de fibra y 60% de jugo, por lo
que dichos elementos no resultan convenientes para la etapa
de troceado de agave. La construcción del molino ofrece la
ventaja de ensamblado y desensamblado rápido tanto de
ejes, bujes y martillos, ventaja que permitió sustituir, estos
últimos, por cuchillas tipo “Y” que son las más empleadas
en máquinas trituradoras y picadoras de uso agrícola para
el troceado de material fibroso con características similares
a las del agave.
Estudio de la eficiencia de troceado de Agave tequilana Weber empleando un molino con cuchillas articuladas
Figura 1. Molino de martillos: a) vista general del equipo; y
b) tambor rotativo.
611
La cuchilla se diseñó y fabricó de acuerdo a las
características geométricas del molino y de los elementos
que lo conforman así como por la resistencia de los pernospivotes. También se le proveyó un borde liso con un ángulo
de ataque de 30°, seleccionado para su fabricación solera
comercial (ASTM-A36) de 1.5 pulgadas x 0.25 pulgadas,
valores recomendados que precisan la menor fuerza para
realizar el corte de la planta de agave (Sierra, 2010) sin
perder la rigidez y resistencia. Se fabricaron 30 de ellas
(Figura 2a), 15 con borde liso derecho y 15 con izquierdo,
que posteriormente se colocaron en arreglos con forma
de “Y” (Figura 2b). También se fabricaron 30 bujes, dos
para centrar cada arreglo entre discos. La distribución
geométrica mostrada en la Figura 3 fue la que permitió
cubrir el mayor ancho de trabajo del molino, colocando
tres pares de cuchillas equidistantes, en tres ejes, y en los
otros tres, dos pares, alternando los ejes.
a)
b)
Figura 2. Cuchillas: a) ½ ”Y” dimensiones; y b) 1 ”Y” modelado 3D en Autodesk Inventor 2010.
Eje No.
1
2
3
4
a)
b)
Figura 3. Distribución de cuchillas: a) vista esquemática eje 1 a 4; y b) construidas y acopladas.
Alberto Saldaña Robles et al.
612 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
La materia prima empleada para la realización del presente
estudio fue una planta de Agave tequilana Weber, extraída
del campo experimental de agave de la DICIVA, dicha planta
se trasladó al laboratorio de prototipos donde fue jimada
separando hojas y piña.
Determinación de la eficiencia de troceado de las hojas
de agave. Se planteó un arreglo factorial 2 x 2 bajo un diseño
completamente aleatorio con cuatro repeticiones, para
evaluar la eficiencia de troceado de las hojas de agave, que
fue la variable respuesta. Este modelo evaluó el efecto de
dos factores que fueron: la velocidad rotacional del tambor
(1 500 y 2 000 rpm), y la posición de alimentación de la hoja
(entrada de la hoja con ángulo de 45° y 90°, denotados por
H45° y H90°).
Niveles de velocidad rotacional. Debido a que no existen
datos experimentales de velocidad rotacional reportados en
la bibliografía con respecto al troceado mecánico de agave,
se propusieron dos velocidades 1 500 (V1) y 2000 (V2) rpm
lo que corresponde teóricamente a 75 cortes por segundo con
una velocidad lineal de 34.9 m s-1 y 100 cortes por segundo
con velocidad lineal de 46.5 m s-1, respectivamente.
Las velocidades elegidas abarcan el rango de velocidades
empleadas en plantas tequileras para el troceado de la piña de
agave, así como el rango de velocidades empleadas en diversa
maquinaria agrícola que tiene la función de trocear material
de origen biológico en distintas condiciones. También fueron
las que limitaron el intervalo de valores de velocidad que
correspondieron a un producto con composición deseada
visualmente durante una serie de pruebas preliminares.
Cabe mencionar, el material demasiado desmenuzado no
es deseable debido a su difícil manejo (apelmazamiento) y
pérdida de jugo que contiene los azúcares del agave.
Niveles de posición de alimentación de la hoja. De acuerdo a
la geometría de la planta de agave existen tres casos extremos
en que la hoja entrará al par de molinos para ser troceada, según
la geometría de la Figura 4: que la hoja entre completamente
perpendicular al eje del molino (H90°); que la hoja entre
paralela al eje (posibilidad no considerada para el estudio
debido al evidente corte); o que la hoja entre con un ángulo de
45° (H45°). En el diseño del cabezal se requerirá colocar una
tolva que guíe las hojas a los tambores de tal manera que al
entrar las de los costados se doblen, por tanto los casos en que
la hoja entre paralela al eje se presente en contadas ocasiones.
H90°
Hoja perpendicular al rotor
H45°
Hoja a 45°
a)
b)
Figura 4. Troceado de hoja: a) esquema propuesto; y b) posiciones extremas de troceado.
Procedimiento para la realización de los ensayos. El
molino se acopló a la toma de fuerza del tractor agrícola
proporcionando al eje la velocidad conveniente, empleando
un tacómetro digital Cole Parmer 08199, de acuerdo con
la repetición y la combinación correspondiente entre
velocidad-posición de alimentación. En cada ensayo se
alimentaron dos hojas a 90° respecto al rotor (Figura 4a),
o 2 hojas con ángulo de 45° según fue la repetición y la
combinación correspondiente empleando un total de 32
hojas, resultado en 16 ensayos. El par de hojas se introdujeron
al molino con una velocidad aproximada de 5 cm s-1, que
corresponde a la velocidad propuesta de avance del prototipo
de cosechadora-troceadora de agave, que pretende cosechar
¼ de hectárea durante una jornada de 8 h.
Estudio de la eficiencia de troceado de Agave tequilana Weber empleando un molino con cuchillas articuladas
Posteriormente a cada ensayo se recogió el material troceado
y se clasificó de acuerdo con el Cuadro 1, registrando el peso
total de los trozos resultantes por clase; para el registro de
los pesos se empleó una balanza analítica ScoutTM Pro con
precisión de ±0.1 g. Con los valores obtenidos de masa se
calcularon los contenidos en porcentaje para cada clase por
ensayo. Se definió la eficiencia como la relación de la masa
de los trozos resultantes que cayeron en la clase MB entre la
suma total de las masas de los trozos de la prueba. Para realizar
el análisis estadístico se utilizó el programa SAS (SAS, 2001).
Determinación de la eficiencia de troceado de la piña. En
la evaluación de la eficiencia de troceado de piña se estudió
únicamente la influencia de la velocidad a 1 500 y 2 000 rpm,
ya que su alimentación se realizó de la única forma que ésta
pudiera ser troceada al emplear molinos verticales sobre la
planta. La piña fue seccionada en ocho partes iguales, número
de partes que proporcionaron las dimensiones adecuadas
del material, para poder ser introducido por la garganta
de alimentación del molino. Se empleó la metodología de
los ensayos para las hojas, resultando ocho ensayos. La
evaluación de la eficiencia se realizó de la misma manera que
en las hojas, con el mismo paquete estadístico.
Resultados y discusión
En las Figuras 5 y 6, se puede apreciar el resultado de
los ensayos para hojas a diferente velocidad y posición,
asimismo, para la piña.
a)
b)
c)
Figura 5. Material troceado a 1 500 rpm a) hojas a 45°; b) hojas
a 90°; y c) piña.
a)
613
b)
c)
Figura 6. Material troceado a 2 000 rpm: a) hojas a 45 °; b)
hojas a 90°; y c) piña.
Determinación de la eficiencia de troceado de la hoja
de agave. El Cuadro 2 muestra los resultados en forma
condensada de los ensayos de hojas, donde se observa que
los valores más altos de la clasificación MB definida como la
eficiencia del molino, se obtuvieron con V2, al compararlos
con los de V1.
La variable dependiente eficiencia, del Cuadro 2, no cumplió
el supuesto de normalidad motivo por el cual se realizó
la prueba de Kruskal-Wallis (K-W), que constituye la
alternativa no paramétrica para la prueba de F de un diseño
completamente al azar. Adicionalmente, se utilizó la prueba
de comparación múltiple de medias de rangos asignados
(medianas) de tratamientos, conocida como la diferencia
mínima significativa (DMS) con p< 0.05. En resumen los
resultados obtenidos de la prueba K-W se muestra en el
Cuadro 3.
La prueba de K-W demuestra que el factor velocidad así
como la combinación con el factor posición, mostraron
diferencias altamente significativas para la eficiencia
de troceado de las hojas de agave. Mientras que el factor
posición de la hoja no muestra diferencia estadística
para esta variable respuesta a un nivel de confianza de
95%.
La prueba (DMS) de comparación múltiple de medias de
rangos asignados (medianas) de tratamientos se muestra en el
Cuadro 4, donde se observa que los valores de las medianas
de la eficiencia para el factor posición de la hoja son casi
iguales, y la pertenecen al mismo grupo estadístico, según la
Alberto Saldaña Robles et al.
614 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
prueba DMS. Por su parte, en el factor velocidad, se observa
que las medianas pertenecen a grupos estadísticos diferentes,
de acuerdo a la prueba DMS, lo que demuestra que se obtuvo
una eficiencia de troceado mayor a la velocidad de 2 000 rpm.
En lo que respecta a la combinación de factores se observa
que el peso de la significancia estadística del factor velocidad
transfiere su efecto, ya que no existe diferencia significativa
entre tratamientos con diferente posición de la hoja, pues
pertenecen al mismo grupo estadístico, y la diferencia estadística
se observa entre tratamientos con diferente velocidad.
Cuadro 2. Resultados de la clasificación MB para los ensayos de hoja.
Velocidad
Posición
Clasificación
Repetición 1
Repetición 2
Repetición 3
Repetición 4
V1 (1 500 rpm)
H 45°
MB (%)
71.5
81.2
92.6
92.1
V2 (2 000 rpm)
H 90°
MB (%)
90.4
93.2
92.6
90.3
H 45°
MB (%)
94.4
94.8
95.6
95.1
H 90°
MB (%)
96.2
96.7
94.5
94.1
Cuadro 3. Análisis de Kruskal-Wallis para los factores (posición y velocidad), y la combinación (cuatro tratamientos) con
cuatro repeticiones para la variable eficiencia de troceado de hojas en porcentaje.
Variable respuesta
Eficiencia de troceado
de hojas
Factor (F)
Posición (P)
Velocidad (V)
Combinación V-P
ns= diferencia no significativa; y **= diferencia altamente significativa.
F (nivel)
Estadístico K-W
Valor - P
H 90°
H 45°
V2
V1
V2 (H 90°)
V2 (H 45°)
V1 (H 90°)
V1 (H 45°)
0.2237
0.6363 ns
11.3108
0.0008**
11.6035
0.0089**
Cuadro 4. Prueba DMS para comparar las medias de los rangos asignados (medianas) de tratamientos, para la variable
eficiencia de troceado de hojas en porcentaje.
Variable respuesta
Eficiencia de troceado
de hojas
Factor (F)
Posición (P)
Velocidad (V)
Combinación V-P
Determinación de la eficiencia de troceado de la piña.
El Cuadro 5 muestra los resultados obtenidos de los ensayos de
piña y en el cual se puede observar, al igual que en hojas, que
los valores más altos de la clasificación MB se presentaron a
V1, comparado con los valores encontrados para V2.
F (nivel)
H 90°
H-45°
V2
V1
V2 (H 90°)
V2 (H 45°)
V1(H 90°)
V1 (H 45°)
Medianas
93.65 A
93.50 A
94.95 A
91.25 B
95.35 A
94.95 A
91.50 B
86.65 B
DMS (p< 0.05)
0.5314
0.3761
0.8171
La variable de eficiencia de troceado de la piña del agave,
cumplió con el supuesto de normalidad y la homogeneidad
de varianzas entre muestras de ambas velocidades, motivo
por el cual se utilizó la prueba de t para comparar las medias
de dos tratamientos bajo muestras aleatorias independientes,
en el Cuadro 6 se presenta una síntesis de esta prueba.
Estudio de la eficiencia de troceado de Agave tequilana Weber empleando un molino con cuchillas articuladas
615
Cuadro 5. Resultados de la clasificación MB para los ensayos de piña.
Velocidad
Clasificación
Repetición 1
Repetición 2
Repetición 3
Repetición 4
V1 (1 500 rpm)
MB (%)
87.3
70.0
77.8
73.1
V2 (2 000 rpm)
MB (%)
93.5
92.6
93.0
89.7
Cuadro 6. Prueba de t para el factor velocidad con dos niveles y cuatro repeticiones para la variable eficiencia de troceado
de piña en porcentaje.
Variable respuesta
Eficiencia de troceado de hojas
Factor
Velocidad (V)
Nivel
Medias
Estadístico T
Valor - P
V2
V1
92.20 A
77.05 B
- 3.9153
0.0078**
**= diferencia altamente significativa.
Dada la diferencia estadística significativa de la prueba
de t, se deduce que el valor medio 92.20% de eficiencia
para el troceado de la piña a la velocidad de 2 000 rpm
superó el promedio 77.05% observado en la velocidad
de 1 500 rpm.
Conclusiones
El factor velocidad rotacional en el molino de cuchillas
articuladas acopladas en forma de “Y” resultó tener un
efecto significativo sobre la eficiencia de troceado, tanto
en hojas como en piña, de la planta de Agave tequilana
Weber resultando ser un factor substancial para el
troceado. El factor de la posición de la hoja no mostró
influencia sobre la eficiencia de troceado de las hojas de
agave.
La velocidad rotacional que proporciona mayor
probabilidad de ausencia de los trozos de tamaño no
deseado, poco apto para un proceso de difusión eficiente,
es la velocidad lineal de corte de 46.5 m s-1 correspondiente
a 2 000 rpm. La investigación cumple con el objetivo de
generar los datos recomendables para el diseño del cabezal
de trituración en el prototipo de cosechadora-troceadora
de agave, cuyo principio de funcionamiento y geometría
de los órganos de trabajo serán similares a los utilizados
en el experimento descrito.
Agradecimientos
A los organismos de financiamiento: Consejo de Ciencia
y Tecnología (CONACYT) y al Consejo de Ciencia y
Tecnología del estado de Guanajuato (CONCYTEG) por
la aportación de recursos para el desarrollo del proyecto
“Diseño y Construcción de una Cosechadora-Trituradora
de Agave” (GTO-2009-02-118718) del cual emerge el
presente estudio y la formación de recursos humanos en
licenciatura y posgrado. A la División de Ciencias de la Vida
(DICIVA) por su aportación de maquinaria y materia prima
y a la empresa tequilera Casa Cuervo, S. A. de C. V., por el
acceso y la información proporcionados para la realización
del presente trabajo.
Literatura citada
González-Pérez, G. 2008. Producción potencial de bioetanol
a partir de diferentes especies de agave en el estado
de Guanajuato. Tesis de Licenciatura. Instituto de
Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de
Guanajuato. 62 p.
Honty, G. y Gudynas, E. 2008. Agrocombustibles y
desarrollo sostenible en América Latina. In:
IV Congreso Regional de Ingeniería Química.
Montevideo, Uruguay. 34 p.
616 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Madrigal, R. 2009. Agaves para producir bioetanol. In:
Seminario México después del petróleo. ¿Serán
los biocombustibles y geotermia una alternativa?
México, D. F. 15 p.
Statistical Analysis System (SAS). 2001. SAS User's Guide,
Version 8. SAS Institute Inc. Cary, N.C. USA. 250 p.
Sierra-Sierra, L. A.; Gutiérrez, C.; Saldaña, A. y Serwatowski,
R. 2010. Energía necesaria para el corte de la piña
de agave con cuchillas de diferente borde cortante.
In: XIX Congreso Nacional de Ingeniería Agrícola,
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Saltillo, Coahuila, México. 100-109 pp.
Alberto Saldaña Robles et al.
Sierra-Sierra, L. A. 2011. Estudio y diseño del mecanismo
desfibrador de una cosechadora- trituradora de
agave. Tesis de Licenciatura. División de Ciencias
de la Vida de la Universidad Autónoma de
Guanajuato. México. 198 p.
United Nations Educational, Scientific y Cultural Organization
(UNESCO), 2007. Problemáticas nuevas e incipientes
en relación con la conservación y utilización sostenible
de la diversidad biológica. Paris, Francia. 18 p.
Whitney, G. K.; S.T. Lioutas; W. L. Henderson & L.
Combs. 2002. Production for tequila US Patent
2002/0119217 A1. Patent. 1-4 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 617-623
Análisis de diferentes álabes de un aerogenerador de eje
vertical para oxigenar estanques de peces
Mauricio Pablo Baldomero1§
Posgrado en Ingeniería Agrícola y Uso Integral del Agua. Universidad Autónoma Chapingo Carretera México- Texcoco, km 38.5, C. P. 56230, Texcoco, Estado de México.
Autor para correspondencia: [email protected].
1
§
Resumen
El alimento y la oxigenación son vitales para la acuacultura
pero también representan más de 60% del costo total de
producción. Si una energía alterna pudiera utilizarse, la
producción sería más rentable. Dos diferentes tipos de
álabes fueron comparados para evaluar su desempeño en
un aerogenerador de eje vertical. Se fabricaron seis álabes
de cada tipo y se montaron en una pequeña turbina en la que
se colocaron a distintos ángulos y cantidad de estos dentro
de un túnel de viento. La turbina fue probada usando dos,
tres, cuatro y seis álabes variando la velocidad del viento.
La velocidad angular de la turbina y la velocidad del viento
fueron las variables monitoreadas. Esta última se midió
directamente con un sensor ubicado dentro del túnel de
viento, mientras que para la velocidad de la turbina se utilizó
un optoacoplador.
Palabras clave: cantidad de álabes, desempeño, distintos
ángulos, túnel de viento.
Introducción
La piscicultura es una de las mejores técnicas ideadas por el
hombre para incrementar la disponibilidad de alimento y se
presenta como una nueva alternativa para la administración
de los recursos acuáticos. Tiene una gran cantidad de
ventajas respecto a la pesca tradicional; sin embargo, a
pesar de todas estas ventajas, es importante subrayar que
siempre el cultivo tiene que ser rentable, es decir, que
se debe recuperar lo invertido, y obtener una ganancia
razonable. La electricidad representa el principal problema
de ésta técnica, más de 60% del costo total de producción
es debido a la utilización de esta (Cifuentes, 1997). De
aquí podemos observar la importancia que tiene el reducir
o eliminar este costo. Una alternativa para resolver este
problema son las energías renovables y dentro de estas
podemos destacar la utilización de aerogeneradores para
generar la energía requerida.
Los aerogeneradores producen más 1% de la electricidad
en todo el mundo, pero existe una tendencia de crecimiento
exponencial cada año (Hogg, 2007). Los aerogeneradores
de eje horizontal (Figura 1) son máquinas con un rotor
giratorio, cuyo movimiento es producido por la energía
cinética del viento al incidir este sobre las palas del rotor,
las cuales aprovechan al máximo la velocidad del viento
debido al avanzado diseño de los perfiles aerodinámicos
de las palas. El movimiento de rotación es transmitido e
incrementado a través de un multiplicador de velocidad
para posteriormente conectarse a un generador eléctrico
(Morales, 2009). En la actualidad la gran mayoría de los
aerogeneradores que se construyen conectados a red son
tripalas de eje horizontal.
A pesar de ser una buena opción para resolver este problema
y de contar con suficiente información para construir un
aerogenerador de este tipo, se tienen algunos inconvenientes
entre los que destacan el elevado costo para construirlo e
instalarlo, las velocidades de viento requeridas para que
618 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Mauricio Pablo Baldomero
pueda funcionar y la altura del mecanismo, entre otros. Una
alternativa para los aerogeneradores de eje horizontal son
los de eje vertical, los cuales son, básicamente, maquinas en
las que el rotor se mueve debido a los esfuerzos de arrastre
que el viento origina en dirección perpendicular al eje de
giro (Morales, 2009).
Figura 2. Primer turbina eólica.
Figura 1. Aerogenerador de eje horizontal.
Los aerogeneradores de eje vertical tienen la ventaja de
adaptarse a cualquier dirección del viento y por ello se
les llama panémonos (todos los vientos). No precisan
dispositivos de orientación (www.angelongo.en). A
excepción del rotor Darrieus, los aerogeneradores de
eje vertical operan con vientos de baja velocidad donde
difícilmente superan las 200 rpm (Los aerogeneradores
horizontales de alta velocidad empiezan a generar a las 1
000 rpm). Se emplean para generar potencias que van de
los 200 W a los 4MW (Morales, 2009). En estricto rigor no
necesitan de una torre. Generalmente se caracterizan por
tener altos torques de partida (Lucas, 2008).
La referencia más antigua que se tiene es un molino de viento
que fue usado para hacer funcionar un órgano en el siglo I
(Drachmann, 1961). Los primeros molinos de uso práctico
fueron construidos en Sistán, Afganistán, en el siglo VII
(Figura 2). Estos fueron molinos de eje vertical con hojas
rectangulares. Aparatos hechos de 6 a 8 velas de molino
cubiertos con telas, fueron usados para moler cereales o
extraer agua (Hassan, 1986).
En 1922 el finés J. Savonius fue el primero en utilizar el
concepto del eje vertical, desarrollado por la civilización
Persa, para estructurar su homónimo rotor vertical en la
generación eléctrica (es.wikipedia.org). En la actualidad
es una solución interesante sobre todo en la conversión a
energía mecánica. Más exitoso que el anterior fue el rotor
de eje vertical patentado en 1931 en Estados Unidos de
América por el ingeniero francés Darrieus y luego cayó en
un olvido casi total. Su estudio volvió a iniciarse en Canadá
en 1973 y en Estados Unidos de América a partir de 1975 ya
que estas máquinas, con capacidades de 1 a 60 KW, podían
construirse a precios inferiores al de los molinos de viento
clásicos de eje horizontal (www.angelongo.en).
Durante las últimas dos décadas la potencia de las turbinas
eólicas aumentó hasta superar los 3 MW. Se han probado y
desarrollado diferentes conceptos. Entre las modificaciones
y evoluciones más importantes en el área de control se
encuentran la implementación de paso variable de las palas
(cambio del ángulo de incidencia) y el control por entrada
en perdida aerodinámica de las palas. Debido a la rápida
evolución de la electrónica de potencia, que ofrece tanto
mayor potencia transmitida como menor precio por kW,
la implementación de dicha electrónica se encuentra en
aumento (Muñoz, 2008).
Algunos tipos de aerogeneradores de eje vertical son:
Savonius: es el modelo más simple de rotor, consiste
en cilindros huecos partidos por la mitad desplazados
respecto su eje, de forma que ofrecen la parte cóncava al
empuje del viento, ofreciendo su parte convexa una menor
resistencia al giro, por lo que girarán en el sentido que
menos resistencia ofrezcan (Figura 3). Este sistema tiene el
inconveniente de presentar una sobre presión en el interior
Análisis de diferentes álabes de un aerogenerador de eje vertical para oxigenar estanques de peces
619
de las zonas cóncavas al no poder salir el aire, perjudicando
el rendimiento; el sistema queda mejorado separando ambas
palas y dejando un hueco entre ambas para que exista un
flujo de aire (www.opex-energy.com).
Figura 4. Aerogenerador Darrieus.
Figura 3. Aerogenerador Savonius.
No son útiles para la generación de electricidad debido a su
elevada resistencia al aire, la utilización de multiplicadores
de velocidad reducirían su rendimiento. Su bajo coste y fácil
construcción les hace útiles para aplicaciones mecánicas
como el bombeo de agua (www.opex-energy.com).
Darrieus: patentado por G. J. M. Darrieus en 1931, es el
modelo de los aerogeneradores de eje vertical de más éxito
comercial. Permite mayores velocidades que las del rotor
Savonius, pero no alcanza a las de un rotor de eje horizontal.
Consiste en un eje vertical asentado sobre el rotor, con dos o
más finas palas en curva unidas al eje por los dos extremos,
el diseño de las palas es simétrico y similar a las alas de un
avión, sin embargo la unión de estas es compleja (www.
opex-energy.com).
Al poseer una forma parecida a una cuerda para saltar, hace
que los alerones del Darrieus experimenten una fuerte fuerza
centrífuga. Al trabajar en pura tensión hace que los alerones
sean simples y económicos. Este rotor presenta el problema
que no puede arrancar por si mismo, teniendo que emplearse
un sistema de arranque secundario, aunque una vez en
marcha es capaz de mantenerse gracias a la aerodinámica de
sus palas. Una vez que el Darrieus (Figura 4) se encuentra en
velocidad de operación empieza a otorgar potencia. Este tipo
de generador es simple, robusto y barato respecto a los otros
tipos utilizados en generación eólica, por lo menos en teoría,
ya que las ventajas que tiene este diseño son menores a todas
las desventajas propias de su diseño (en.wikipedia.org).
Giromill: este tipo de generadores también fueron
patentados por G. J. M. Darrieus. Consisten en palas
verticales unidas al eje por unos brazos horizontales, que
pueden salir por los extremos del aspa e incluso desde su
parte central (www.opex-energy.com). Una variante del
Giromill es la Cycloturbine (Figura 5), con palas verticales
que cambian su orientación a medida que se produce el
giro del rotor para un mayor aprovechamiento de la fuerza
del viento. A diferencia del Darrieus original este si puede
comenzar a girar por si mismo. (en.wikipedia.org).
Figura 5. Aerogenerador Giromill.
Windside: este novedoso aerogenerador de eje vertical es
un prototipo concebido por la empresa finlandesa Windside,
tiene la particularidad de producir energía a partir de 1.5 m/s
y soportar velocidades de hasta 60m s (www.windside.com).
620 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Es un sistema similar al rotor Savonius, en vez de la
estructura cilíndrica para aprovechamiento del viento,
consiste en un perfil alabeado con torsión que asciende
por el eje vertical (Figura 6). La principal diferencia frente
a otros sistemas de eje vertical es el aprovechamiento del
concepto aerodinámico, que le acerca a las ficiencias de
los aerogeneradores de eje horizontal (www.opex-energy.
com).
Mauricio Pablo Baldomero
La curva de potencia del generador eólico se inicia a
velocidades del viento inferiores a la de los de eje horizontal y
crece exponencialmente con la velocidad de este, guardando
una relación directa con la verdadera energía que contiene el
viento y aprovechando las velocidades más energéticas; las
que están por encima de 25 m s-1 (www.generadoreolicowm.
com).
Tomando esto en cuenta se plantea diseñar una turbina
eólica de eje vertical, para esto es necesario comprender la
importancia que tienen diferentes variables al momento de
elegir y diseñar un alabe para este tipo de aerogeneradores.
La intención del diseño es que sea un sistema no muy
complejo y a su vez, eficiente, por lo cual es necesario elegir
el mejor álabe y su distribución, con la finalidad de obtener
el mejor aprovechamiento del viento a velocidades bajas.
Materiales y métodos
Figura 6. Aerogenerador Windside.
Para realizar dicho análisis, se eligieron dos álabes muy
simples: unos semicirculares, construidos con tubos de pvc
de 3/4 de pulgada de diámetro cortados por la mitad y bases
de acrílico de 3 milímetros de espesor (Figura 8); y otros
rectos, hechos con lámina galvanizada calibre 26 a los que se
les pegaron tuercas de 1/8 de pulgada (Figura 9), se crearon
seis álabes de cada uno, en las siguientes figuras se muestran
las dimensiones generales de los álabes.
3
Base de acrílico
75
.1
φ3
5
6
R9.52
60
Figura 7. Aerogenerador WM.
WM (palas abatibles): consiste en un molino provisto
de brazos giratorios alrededor de un eje de giro con
la particularidad de que a dichos brazos se unen
articuladamente unas palas abatibles (Figura 7). Las palas
abatibles ofrecen la máxima resistencia al viento cuando
se sitúan en la zona de avance de giro y prácticamente nula
resistencia al viento cuando están en la zona de retorno del
generador (Paul, 2007).
TUBO DE PVC 3/4''
Dimensiones en milímetros
Figura 8. Alabe semicircular.
Análisis de diferentes álabes de un aerogenerador de eje vertical para oxigenar estanques de peces
621
20
φ3.1
7
60
5
Dimensiones en milímetros
Figura 11. Ensamble de la turbina.
Figura 9. Alabe recto.
Estos álabes se colocaron entre dos bases circulares de
acrílico de 3 milímetros de espesor y 65 milímetros de
diámetro (Figura 10), en las cuales se hicieron perforaciones
para poder colocar los álabes en sus distintas distribuciones.
75
.1
φ3
12
La turbina se colocó dentro de un túnel de viento marca
Armfield, modelo C15-10 (Figura 12), centrada en la zona
de pruebas, la cual tiene una área transversal cuadrada de 16
cm, debajo de la turbina se colocó un optoacoplador que sirve
como sensor de revoluciones por minuto ya que este detecta
cada vez que una pequeña lamina, colocada debajo de la base
inferior de acrílico, pasa entre este, indicando cuantas vueltas
giró la turbina durante un periodo de tiempo determinado,
en este caso el tiempo dado es de 30 segundos, por lo cual
el valor obtenido se multiplicaba por 2 para obtener a qué
revoluciones por minuto giraba la turbina a una determinada
velocidad del viento.
5
60
°
3
φ1
φ6
5
30°
Dimensiones en milímetros
Figura 10. Base de la turbina.
Figura 12. Túnel de viento.
Las piezas se unieron entre si utilizando tornillos de 1/8 de
pulgada y 1/2 pulgada de largo. En la parte externa de las
bases se colocaron rodamientos de bolas de 21 milímetros
de diámetro externo, 8 milímetros de diámetro externo y 7
milímetros de espesor, entre los cuales pasa un esparrago
de 8 milímetros que funciona como eje y soporte de la
turbina, en la siguiente imagen se muestra el ensamble
general.
Las pruebas se realizaron del 15 al 28 de junio de 2012
en el laboratorio de energía de la Universidad Autónoma
Chapingo (UACH), en un horario de 9:00 am a 9:00 pm, se
tomaron mediciones utilizando 6, 4, 3 y 2 álabes, a la vez
que se variaba el ángulo de ataque de estos (se colocaron a
0, 45, 90 y 135 grados). Se tomaron muestras a partir de una
velocidad de 11 m/s y posteriormente se fue disminuyendo la
velocidad en una unidad, hasta llegar a la velocidad a la cual
622 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
se detuviera la turbina, se tomaron 20 mediciones en cada
caso y se promediaron para obtener una velocidad de giro
promedio. La velocidad del viento se midió con el sensor del
túnel de viento ubicado al comienzo de la zona de pruebas.
Resultados
En todos los casos se realizaron la misma cantidad de
pruebas, pero sólo se colocaron aquellas que dieron
resultados positivos, en los otros casos el dispositivo no
comenzaba a trabajar sin importar la velocidad del viento,
inclusive llevando a su máximo al túnel de viento, que en
este caso es una velocidad de 30 m s-1. En el Cuadro 1 se
muestran los resultados (promedios) obtenidos.
Mauricio Pablo Baldomero
En las cuatro opciones para las pruebas con los álabes
semicirculares a 90 grados no hubo movimiento alguno sin
importar la velocidad del viento, sólo había una vibración
mínima o en ocasiones nula en la turbina. Para la opción
de 3 álabes semicirculares a 135 grados, a partir de los 10
m s-1 comienza a moverse pero se orienta en una posición
para autoestabilizarse y por lo cual no gira a velocidades
superiores, sólo se mantiene en dicha posición.
Para los álabes rectos sólo se hicieron tres pruebas (a
0, 45 y 90 grados), se omitió la de 135 grados, porque
entre esta y la de 45 grados sólo cambiaba la dirección
del giro de la turbina, cabe destacar que en el caso de los
álabes semicirculares a 135 grados sólo se invirtió la
dirección de giro de la turbinas en las pruebas hechas con
2 y 4 álabes.
Cuadro 1. Resultados promedio.
Velocidad del viento (m s-1)
5
6
7
2.4
2.7
3
4
6 álabes semicirculares a 0 grados (6 AS 0)
0
47.1
99.7
374.7
552.6
6 álabes semicirculares a 45 grados (6 AS 45)
68.5
116.6
141.8
237.9
394
6 álabes semicirculares a 135 grados (6 AS 135)
0
0
96.7
194.9
352.9
3 álabes semicirculares a 0 grados (3 AS 0)
71.6
112.3
159.7
303.8
438.7
3 álabes semicirculares a 45 grados (3 AS 45)
0
0
0
0
0
4 álabes semicirculares a 0 grados (4 AS 0)
0
0
0
0
113
4 álabes semicirculares a 45 grados (4 AS 45)
0
0
0
100.3
178
4 álabes semicirculares a 135 grados (4 AS 135)
0
0
0
128.1
225.6
2 álabes semicirculares a 0 grados (2 AS 0)
0
0
0
0
88.2
2 álabes semicirculares a 45 grados (2 AS 45)
0
0
0
0
0
2 álabes semicirculares a 135 grados (2 AS 135)
0
0
0
0
0
6 álabes rectos a 45 grados (6 AR 45)
0
0
0
0
73.5
8
9
10
11
723.5
894.2
1053.9
1195.4
1372.8
1627.4
561
702.7
866.7
1037
1291
1608.2
532.9
680.7
841.6
1009.1
1265
1525.9
556.4
657.1
768.9
877.1
1022
1237
67.3
104.1
165.6
210.4
265.8
370.1
277.2
394
508.4
587.7
699.1
842.8
275.6
426.3
613.9
742.7
917.5
1138
380.8
528.4
697.7
845.6
1057.7
1355.8
162.1
249.1
340.3
492
606.5
760.2
0
0
84
135.7
234.2
315.8
0
0
90.1
201.1
314.3
509.6
130.6
221.6
330.9
466.8
831.3
1330.7
Análisis de diferentes álabes de un aerogenerador de eje vertical para oxigenar estanques de peces
Para los álabes rectos sólo se muestra el resultado de la prueba
con 6 álabes rectos a 45 grados, ya que las pruebas a 90 grados
tienen el mismo resultado de los álabes semicirculares. Para
las otras tres opciones a 45 grados no hay datos porque la
turbina únicamente se mueve de un lado a otro sin comenzar a
girar únicamente hacia alguna dirección, en ningún momento
completaban una vuelta. Para los álabes a cero grados ocurre
lo mismo que en las pruebas a 90 grados, a excepción de la
muestra con 3 álabes en la cual la turbina comenzaba a girar
a una velocidad promedio de 14.72 m s-1 y se detenía a los
11.7 m s-1, por lo cual se descartó dicha prueba por estar fuera
del rango de las demás muestras.
En la Figura 13 se muestran los resultados con los datos
obtenidos a manera de comparación entre estos.
1600
6 AS 0
6 AS 45
6 AS 135
3 AS 0
3 AS 45
4 AS 0
4 AS 45
4 AS 135
2 AS 0
2 AS 45
2 AS 135
6 AR 45
Velocidad de giro (rpm)
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
2
3
4
5
6
7
8
Velocidad del viento (m s-1)
9
10
11
Conclusiones
Como puede verse el rango de operación de los álabes a
diferentes configuraciones es muy variado y puede tener
tanto diferencias mínimas como otras muy significativas
entre ellas, por lo que es de gran ayuda comprender la
influencia que tienen estas configuraciones para elegir la
más eficiente. Tomando en cuenta los resultados obtenidos
las mejores configuraciones a utilizar en el diseño de la
turbina eólica son la de 6 álabes semicirculares ubicados
a una inclinación de 45 grados ya que esta es la que
mejor desempeño tiene en las velocidades más bajas, y la
configuración de 6 álabes semicirculares a 0 grados la cual
623
tiene un mejor desempeño pero a velocidades mayores,
a la velocidad máxima registrada tienen un rendimiento
similar, sin embargo el propósito del diseño es que trabaje
eficientemente a velocidades bajas, por lo cual se elegirá la
primer opción.
A partir de esto será necesario hacer una evaluación de los
materiales a utilizar, así como las dimensiones de la turbina,
a manera de prototipo, para poder evaluar su desempeño en
un ambiente real y compararla con los datos obtenidos en
el laboratorio, y poder conocer la variación existente entre
ellos.
Literatura citada
Cifuentes, J. L. 1997. El océano y sus recursos XI:
acuicultura. Ed. FCE. México, D. F. 99 p.
D r a c h m a n n , A . G . 1 9 6 1 . H e r o n ' s Wi n d m i l l .
Centaurus.145-151 pp.
Ahmad, Y. and Routledge, D. H. 1986. Islamic technology:
an illustrated history. Cambridge University Press.
57-59 pp.
Paul, H. 2007. Manufacturing challenges for wind turbines.
Northwest composites centre. University of
Manchester. A Guide for Economic Developers.
20 p.
Morales, M. A. 2009. Energía eólica y diseño de control de
voltaje y frecuencia para un convertidor de potencia
con topología CA/CD- CD/CD - CD/CA. Escuela
Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica.
Instituto Politécnico Nacional (IPN). México, D.
F. 85 p.
Lucas, M. 2008. Estado del arte en generadores eléctricos
utilizados en turbinas eólicas, Sistemas
electromecánicos y maquinas eléctricas. Instituto
Balseiro. 80 p.
U R L : h t t p / / w w w. a n g e l o n g o . e n . e r e s m a s . c o m /
historiaenergiaeolica.htm.
URL:http//www.generadoreolicowm.com/ingles/index.
htm.
URL:http://www.opex-energy.com/EN/eolica/tipos _
aerogeneradores.html.
URL:http:// www.windside.com/products.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 624-635
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato
utilizado en la producción de micorrizas
Marco Antonio Audelo Benítez1§ y Martha Blanca Irízar Garza2
Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA)- INIFAP. Carretera Los Reyes- Lechería, km 18.5. Texcoco, Estado de México. C. P. 56230.
Campo Experimental Valle de México- INIFAP. Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, C. P. 56250. Tel: 12657 irizar.martha@
inifap.gob.mx. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
2
Resumen
Introducción
El aumento de la necesidad de maximizar la producción de
alimentos de origen agrícola ha ocasionado que se tenga un
uso indiscriminado de fertilizantes químicos, a su vez esto trae
como consecuencia un aumento en los costos de producción
y daños al medio ambiente. Una alternativa es el uso de
biofertilizantes en lugar de los fertilizantes químicos. En este
sentido, el INIFAP ha identificado diversos microorganismos
que han demostrado inducir el desarrollo vegetal de las plantas,
y además ha desarrollado el método para su multiplicación
masiva. Uno de estos productos es la micorriza INIFAPMR.
Un paso importante dentro de la producción de micorriza es
la desinfección del sustrato, actualmente se utiliza bromuro
de metilo como desinfectante, desafortunadamente el uso
de este producto trae fuertes problemas ambientales. Por
lo anterior y con el objetivo de encontrar alternativas de
producción amigables con el medio ambiente se propone la
generación de una propuesta a base de vapor de agua, que no
sea contaminante y que asegure un sustrato libre de patógenos
y herbáceas para obtener un producto a base de micorriza de
calidad. La metodología utilizada para el cumplimiento del
objetivo es la usual en los proyectos de diseño: definición
de los requerimientos de los usuarios -clientes-, diseño
conceptual, diseño de detalle, construcción y evaluación del
prototipo. Se presentan los resultados de cada uno de los pasos
establecidos en la metodología mencionada.
El uso indiscriminado de fertilizantes químicos y su proceso
de obtención y aplicación ha incrementado los costos de
producción agrícola y los problemas ambientales debido a la
contaminación del aire, el suelo y las aguas. Se ha planteado
como alternativa la aplicación de fertilizantes biológicos
como una herramienta económica y limpia para el manejo
sostenible de los ecosistemas.
Palabras clave: diseño, producción de micorrizas, vapor
de agua.
La importancia que tienen los mcroorganismos en la
naturaleza y en sus relaciones con el hombre es cada día
más evidente. Cuando la agricultura tiene la necesidad de
adoptar medidas conservacionistas, los microorganismos
utilizados como biofertilizantes tienen un papel sustancial.
El desarrollo y uso de los biofertilizantes se contempla como
una importante alternativa para la sustitución parcial o total
de los fertilizantes minerales (Kennedy y Smith, 1995; Shah
et al., 2006).
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales
Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), a través de su programa
de investigación en biofertilizantes, ha identificado
diversos microorganismos que han demostrado inducir
el desarrollo vegetal de las plantas. Así mismo, se ha
desarrollado el método para su multiplicación masiva.
Entre éstos productos se encuentra la micorriza INIFAPMR,
consta de una bolsa con 1 kg de suelo (con esporas, hifas y
raíces colonizadas por el hongo endomicorrícico Glomus
intraradices) y adherente.
625 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Actualmente, en la producción de micorriza el método
de desinfección de sustrato utilizado es con base al
bromuro de metilo (Duran et al., 2000) o metam sodio.
Éste producto se ha utilizado ampliamente para el control
de patógenos, como hongos, bacterias, nemátodos, e
insectos, además de malezas, siendo considerado uno
de los mejores fumigantes en la desinfección de suelos,
para la producción de hortalizas en invernaderos. Sin
embargo, se ha demostrado que, junto a otras sustancias,
es un destructor de la capa de ozono que cubre al planeta,
lo cual representa un serio problema para la supervivencia
de los seres vivo en la tierra.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) y los
gobiernos de los principales países han promovido
medidas que permitan reducir la producción y uso del
bromuro de metilo, estableciendo un programa de retiro
gradual del mercado de manera que se llegue a prohibir
totalmente su uso a partir del año 2015. Un método más
amigable es el uso de vapor de agua para la desinfección
de sustrato el cual resulta igual de efectivo pero con menor
impacto ambiental.
Por lo anterior, el presente trabajo tuvo como objetivo diseñar
un sistema de desinfección de sustrato por medio de vapor
de agua que no fuera contaminante y que asegure su sustrato
libre de patógenos y herbáceas para obtener un producto a
base de micorriza de calidad.
Materiales y métodos
Para el cumplimiento de los objetivos planteados se propuso
la utilización de la metodología que comunmente se usa en
los proyectos de diseño mecánico.
Un proyecto de este tipo comprende:
La detección de una necesidad;
La conceptualización de las soluciones;
La selección de la mejor solución;
El desarrollo del diseño de detalle;
La construcción y prueba evaluación del prototipo.
Se utilizó el modelo sinérgico de desarrollo de productos en
donde se consideran todas las aportaciones de las personas
involucradas en el proyecto, directa o indirectamente, y en
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
donde los detalles del diseño se especifican en las primeras
etapas de éste ahorrando tiempo en las modificaciones
que pudieran hacerse incluso en el proceso de fabricación
(Watanabe, 2002).
En este modelo, una vez ya identificada la necesidad se
procede a formar el equipo de trabajo, se comprende a
fondo el problema, pudiéndolo descomponer a su vez
en subsistemas; se hace una revisión del proyecto para
determinar si tiene una solución factible y continuar o
finalizar; si se decide continuar se generan conceptos que
pueden dar solución al problema y se evalúan. Una vez
más se revisa el proyecto y se determina si se continúa o
se termina el proceso; si se continúa se realiza el diseño a
detalle y se vuelve a revisar para determinar si es factible
su producción (Watanabe, 2002).
Para el desarrollo del proyecto, en la etapa de comprensión
del problema, aplicaremos una herramienta desarrollada
en Japón en la época de los 60´s conocida como
“despliegue de las funciones de calidad” (Quality
Function Deployment QFD, por sus siglas en inglés),
consiste en determinar sistemáticamente todos los
requerimientos del cliente para después traducirlos a
requerimientos técnicamente mensurables con el objetivo
de saber las características con que el producto debe contar
(Watanabe, 2002).
El QFD contempla lo siguiente:
Identificación del cliente;
Determinación de los requerimientos del cliente;
Clasificación de los requerimientos del cliente;
Ponderación de los requerimientos del cliente;
Estudio comparativo (BenchMarking);
Traducción de los requisitos del cliente en términos
mensurables.
Para el desarrollo del diseño conceptual se siguieron los
siguientes pasos:
Delimitación de la función global con los factores a los que
afecta y que lo afectan;
Establecimiento de la descomposición funcional;
Generación el árbol de funciones correspondiente;
Elaboración la tabla morfológica del diseño;
Evaluación de conceptos;
Selección de la mejor opción.
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas
626
El diseño de detalle consiste en definir las especificaciones
de los equipos a construir, esto quiere decir que como
resultado de esta etapa, se debe disponer de dimensiones,
materiales y los medios de accionamiento de los equipos.
Esta etapa consta de los siguientes pasos:
Memoria de cálculo;
Dibujo de detalle o construcción;
El siguiente paso es la construcción y evaluación del equipo
diseñado;
Para le evaluación del equipo se hicieron dos tipos de
pruebas, uno fue para determinar el tiempo requerido para
alcanzar la temperatura requerida, el otro fue para verificar
que se cumple con la desinfección del sustrato.
Para la realización del primer tipo de prueba se preparó un
cantero de la misma forma que se hace en la producción
normal de micorrizas. Para el monitoreo de las temperaturas
se utilizaron seis termopares tipo K en diferentes puntos del
cantero, lo cuales se ubicaron en el plano horizontal como
se muestra en la Figura 1a. En los extremos se colocó solo
un termopar a 5 cm del suelo, mientras que para los puntos
intermedios se colocaron 2 a diferentes profundidades, los
termopares 3 y 5 a 1.5 cm y los termopares 2 y 4 a 18 cm
(Figura 1b).
Figura 2. Cubierta de plástico de la columna de sustrato.
La caldera trabajó en un intervalo de presión de 2.5 a 3 kg cm-2
El monitoreo se realizó cada 30 min durante las 5.5 h que
duró la prueba (Figura 3).
Figura 3. Monitoreo de las temperaturas.
Resultados y discusión
Determinación de los requerimientos del cliente
a)
b)
Figura 1. Distribución de los termopares para el monitoreo
de temperatura: a) plano horizontal; y b) plano
vertical.
Los termopares utilizados se calibraron y, en general,
presentaron una variación de 0.5 grados, lo que representa
menos de 1% de las magnitudes medidas. El cantero se cubrió
con plástico con el fin de mantener el mayor tiempo posible
el vapor de agua sobre la tierra (Figura 2).
Como resultado de esta etapa se obtuvieron los siguientes
requerimientos, a los cuales llamaremos “requerimientos
de calidad”:
1. Económicos
a) Precio competitivo. El equipo debe tener un precio que no
supere el precio de los equipos de características similares
ya existentes en el mercado.
b) Bajo costo de refacciones. Las refacciones utilizadas para
la reparación de los equipos deben ser de costo razonable
y que se encuentren disponibles en la región en donde se
va a instalar el equipo.
627 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
c) Bajo costo de fabricación. El costo de fabricación de los
equipos no debe superar al precio de fabricación de los
equipos existentes.
h) Facilidad de paro en caso de accidentes.
i) Capacidad. Se deben procesar por lo menos 1 cantero en
8 h de trabajo.
2. Funcionales
3. Necesidades del constructor
a) El método para desinfectar debe ser a base de vapor de
agua.
b) Facilidad de instalación. El equipo no debe presentar
problemas para su instalación.
c) Fácil operación. La operación del equipo debe ser
de manera sencilla, no debe presentar ningún tipo de
problema para el operador u operadores. La capacitación
para esta persona no debe ser muy especializada y la
cantidad de personas para operarlo debe ser de máximo
dos personas.
d) Durabilidad. La duración de este equipo debe superar
a la duración que ofrecen las compañías que fabrican
transportadores.
e) Facilidad de mantenimiento. El mantenimiento debe
realizarse por cualquier persona que tenga conocimiento
del funcionamiento del equipo. La preparación de la
persona no debe causar una inversión furte al productor.
La realización del mantenimiento debe hacerse en un
tiempo corto y el número de personas para realizarse
debe ser el mínimo.
f) Facilidad de accionamiento. El accionamiento debe
hacerse de manera sencilla y en un tiempo mínimo.
g) Facilidad de reparación. La reparación debe realizarse
de manera que sea lo mas rápida posible, teniendo el
personal adecuado y una disposición de refacciones.
a) Tiempo de construcción e instalación.
b) Utilización de maquinaria no especializada.
c) Disponibilidad de materia prima para su fabricación.
d) Facilidad de fabricación.
4. Seguridad
a) Su funcionamiento debe garantizar la integridad del
operador y de personas que laboren en sus alrededores.
b) Colocación de señalamientos de zonas de riesgo.
c) Seguridad en la fabricación.
d) Utilización de protectores por los empleados.
5. Del producto obtenido
a) La presencia de patógenos (hongos, bacterias, nemátodos
e insectos), además malezas con igual o menor al
producto obtenido cuando se usa bromuro de metilo como
desinfectante.
Clasificación de los requerimientos del cliente
La clasificación de los requerimientos del cliente se hace
considerando si son mensurables y si son obligatorios
(Cuadro 1).
Cuadro 1. Clasificación de los requerimientos del cliente.
Ref. Requerimientos
1.
a.
b.
c.
2.
a.
b.
c.
d.
e.
f.
g.
h.
i.
Económicos
Precio competitivo
Bajo costo de refacciones
Bajo costo de fabricación
Funcionales
El método para desinfectar debe ser a base de
vapor de agua
Facilidad de instalación
Fácil operación
Durabilidad
Facilidad de mantenimiento
Facilidad de accionamiento
Facilidad de reparación
Facilidad de paro en caso de accidentes
Capacidad
Valor
Unidad
$
$
$
10
años
≥1
Cantero/día
Mesurable Obligatorio






✗

✗
✗
✗

✗
✗
✗
✗








Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas
628
Cuadro 1. Clasificación de los requerimientos del cliente (Continuación).
Ref. Requerimientos
3. Necesidades del constructor
a. Tiempo de construcción e instalación
b. Utilización de maquinaria no especializada
c. Disponibilidad de materia prima para su
fabricación
d. Facilidad de fabricación
b.
c.
Seguridad
Su funcionamiento debe garantizar la integridad
del operador y de personas que laboren en sus
alrededores
Colocación de señalamientos de zonas de riesgo
Seguridad en la fabricación
d.
Utilización de protectores por los operadores
5.
a.
Del producto obtenido
La presencia de patógenos, como hongos,
bacterias, nemátodos, e insectos, además de
malezas sea igual o menor al producto obtenido
cuando se usa bromuro de metilo como
desinfectante, en todo el sustrato
4.
a.
Para la ponderación de los requerimientos deseables se
analizó la tabla anterior y se tomaron sólo los requerimientos
que son deseables para evaluar la importancia de los
mismos. Esto para saber en cuál o cuáles requerimientos es
necesario poner más atención durante el diseño y cumplir
mejor nuestros objetivos. Como resultados de este análisis
se generó el Cuadro 2.
Cuadro 2. Ponderación de los requerimientos deseables.
2b 3a 3b 3c 3d 4c
+
+
+
+
+
- +
- +
+ +
Total
+
+
+
+
+
+
-
Unidad
≤3
meses
Los mínimos requeridos
Ponderación de los requerimientos del cliente
Req.
deseables
2b
3a
3b
3c
3d
4c
Valor
No Peso relativo
de +
(%)
3
20
3
20
0
0.00
1
6.67
3
20
5
33.33
15
100
Mesurable Obligatorio
Pza

✗
✗
✗
✗
✗
✗
✗
✗

✗
✗
✗


✗


Para obtenerlo se consideró lo siguiente: += requisito más
importante; -= requisito menos importante; con esto se
utilizó la siguiente relación:
No. de combinaciones=
N (N-1)
= Total
2
Donde: N= número de requisitos deseables
Para calcular el peso relativo se utilizó la siguiente relación:
Peso relativo=
Número de +
x100
Total
Estudio comparativo (BenchMarking)
El siguiente paso fue el estudio comparativo o Benchmarking,
el propósito de este estudio entre diversos productos que
satisfagan de igual manera una necesidad, es el de analizar
y evaluar la forma en que cada producto cumple con los
requerimientos de calidad, y así conocer las fortalezas y
debilidades de cada uno.
629 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Desafortunadamente no se encontraron equipos en el
mercado nacional y la información disponible de otros
equipos a nivel internacional no fue suficiente para poder
realizar este análisis.
Traducción de los requisitos del cliente en términos
mensurables
La traducción de lo requerimientos del cliente en términos
mensurables, permite procesar dos tipos de información;
por una parte, el estudio comparativo entre productos de
la competencia puede adquirir un nivel objetivo, en tanto
la comparación deja de ser relativa para convertirse en una
comparación metrológica. Por otro lado, se preestablecen
las principales especificaciones del producto. Esto es, cada
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
requerimiento mensurable relacionado a una unidad de
medida se convierte en una meta de diseño al asociarse a
una cifra.
La traducción se puede observar en el Cuadro 3.
Conceptualización de las soluciones
Delimitación de la función global con los factores a los
que afecta y que lo afectan
La función global es la desinfección del sustrato y para poder
realizarla es necesario contar con tres operaciones primarias:
controlar el proceso (Ra), abastecer de desinfectante (Rb) y
suministrar el sustrato.
Cuadro 3. Traducción de los requerimientos en términos mensurables.
Ref.
Requerimientos
2 Funcionales
A El método para desinfectar debe
ser a base de vapor de agua
B Facilidad de instalación
C Fácil operación
E Facilidad de mantenimiento
F
Facilidad de accionamiento
G Facilidad de reparación
H Facilidad de paro en caso de
accidentes
3 Necesidades del constructor
B Utilización de maquinaria no
especializada
Traducción
Valor
Unidad
Se debe utilizar vapor para desinfectar el
sustrato
Tiempo necesario de adiestramiento
Escolaridad mínima necesaria
Cantidad de personas necesarias para
instalar
Tiempo necesario de adiestramiento
Escolaridad mínima necesaria
Cantidad de personas necesarias para
operar
Tiempo necesario de adiestramiento
Escolaridad mínima necesaria
Cantidad de personas necesarias para dar
mantenimiento
Tiempo de mantenimiento
No. de personas máximo para accionar el
sistema
Tiempo máximo para accionar el sistema
Tiempo de adiestramiento
Escolaridad mínima
Cantidad mínima de personas para
reparar
No. de personas máximo para detener el
sistema
Tiempo máximo para detener el sistema
El requerido
Adimensional
16
Primaria
2
Horas
Grado escolar
Personas
8
Primaria
2
Horas
Grado escolar
Personas
8
Primaria
2
Horas
Grado escolar
Personas
6
1
Horas
Persona
≤ 10
20
Primaria
3
Minutos
Horas
Grado escolar
Personas
1
Personas
<5
Segundos
<5
Máquinas
No. de máquinas especializadas
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas
630
Cuadro 3. Traducción de los requerimientos en términos mensurables (Continuación).
Ref.
Requerimientos
C Disponibilidad de materia prima
para su fabricación
D Facilidad de fabricación
4 Seguridad
A Su funcionamiento debe garantizar
la integridad del operador y de
personas que laboren en sus
alrededores
B Colocación de señalamientos de
zonas de riesgo
C Seguridad en la fabricación
5 Del producto obtenido
A La presencia de patógenos, como
hongos, bacterias, nemátodos,
e insectos, además de malezas
sea igual o menor al producto
obtenido cuando se usa bromuro
de metilo como desinfectante
Traducción
Valor
Unidad
Tiempo de adquisición de materia prima
<5
Días
Tiempo de fabricación
≤3
meses
Número de accidentes durante su
operación
0
Accidentes
Núm. de señalamientos colocados
Los necesarios
Señalamientos
0
Accidentes
Núm. de accidentes durante su fabricación
Presencia de hongos
Presencia de bacterias
Análisis
negativo a
bacterias
fitopatógenas
Análisis
negativo
Presencia de nematodos
Descomposición funcional
Función global: desinfectar sustrato
Funciones primarias:
Ra: controlar el proceso
Rb: abastecer de desinfectante
Rc: suministrar sustrato
Funciones secundarias:
Ra: controlar el proceso
Ra1: accionar el suministro de desinfectante
Ra11: accionar la fuente de desinfectante
Ra2: asegurar el buen funcionamiento del equipo
Ra21: verificar que los componentes se encuentran en
buen estado
Ra22: verificar el buen funcionamiento del equipo
Ra3: Realizar el mantenimiento del equipo
Ra31: realizar el mantenimiento correctivo
Ra32: determinar el mantenimiento preventivo
Ra33: realizar el mantenimiento preventivo
Ra4: detener el suministro de desinfectante
Ra41: detener la fuente de desinfectante
Rb: abastecer de desinfectante al sistema
Rb1: generar o almacenar desinfectante
Rb2: mover el desinfectante de su origen al sustrato
UFC/g de suelo
Rb3: introducir el desinfectante al sustrato
Rb4: mantener el desinfectante en contacto con el sustrato
Rc: suministrar el sustrato
Árbol de funciones
Desinfectar sustrato con vapor de agua
Controlar el
proceso
Accionar el suministro de vapor
•Accionar fuente de desinfectante
Asegurar el buen funcionamiento
del equipo
•Verificar que los componentes se
encuentran en buen estado
•Verificar el buen funcionamiento
del equipo
Realizar el mantenimiento del
equipo
•Realizar el mantenimiento
correctivo
•Determinar el mantenimiento
preventivo
•Realizar el mantenimiento
Detener el suministro de vapor
•Detener la fuente de desinfectante
Abastecer de
desinfectante al
sistema
Generar o almacenar
desinfectante
Mover el desinfectante de
su origen al sustrato
Introducir el desinfectante
al sustrato
Mantener el desinfectante en
contacto con el sustrato
Suministrar
sustrato
631 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Tabla morfológica del diseño
Una vez realizado el árbol de funciones se puede
pasar a la generación de conceptos. Para esto se utiliza
la herramienta denominada “tabla morfológica
del diseño” la cual, para este caso, se presenta a
continuación.
Para las funciones primarias se tiene el Cuadro 4.
Con esto se realiza una segunda tabla morfológica pero ahora
con las funciones secundarias (Cuadro 5).
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
Después de este análisis se generaron tres conceptos, aunque
habría que considerar el primer análisis, por que pudieran
ser en realidad seis opciones, las tres mencionadas pero con
dos variantes de desinfectante, uno químico y otro físico.
Evaluación de conceptos
La toma de decisiones se puede dividir en cuatro pasos:
Juicio de fiabilidad;
Estado de arte;
Contra los requerimientos del cliente;
Comparación relativa.
Cuadro 4. Generación de conceptos a partir de las funciones primarias.
Funciones
Conceptos
I
Manual
Físico
Manual
Ra
Rb
Rc
= opción 1; y
II
Automático
Químico
Mecánico
III
Semi automático
IV
= opción 2.
Cuadro 5. Generación de conceptos a partir de las funciones secundarias.
Funciones
Conceptos
Ra1
Ra2
Ra3
Ra4
I
Manual
Manual
Manual
Manual
II
Automático
Automático
Automático
Automático
III
Semi automático
Semi automático
Rb1
Rb2
Rb3
Rb4
Manual
Manual
Manual
Manual
Automático
Automático
Automático
Automático
Semi automático
Semi automático
Semi automático
= opción 1;
= opción 2;
= opción 3.
Como resultado de los dos primeros pasos se obtuvieron
las opciones siguientes:
Las opciones que quedarían viables serían las opciones
en las que se utiliza un desinfectante físico, ya que
de entrada es un requerimiento del cliente. La opción
tres también se descarta debido a que si se va a
utilizar vapor de agua resulta inviable la aplicación
manual.
La opción uno y dos se pueden dividir en dos variantes, una
la aplicación directa del vapor sobre el suelo o la utilización
de un dispositivo a que vaya inyectando el vapor desde la
parte inferior.
IV
Semi automático
Entonces las opciones quedan como sigue:
i. Combinación entre manual y automática, con la
aplicación del vapor de agua en la parte superior.
ii. Combinación entre manual y automática, con la
aplicación de vapor en la parte inferior.
iii. Aplicación completamente automática, con la
aplicación del vapor de agua en la parte superior.
iv. Aplicación completamente automática, con la aplicación
del vapor de agua en la parte inferior.
El tercer paso consiste en comparar los conceptos existentes
contra los requerimientos del cliente. Teniendo los
resultados del Cuadro 6.
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas
632
Cuadro 6. Evaluación de conceptos con base a los requerimientos del cliente.
Ref.
Requerimientos
1
A
B
C
2
A
B
C
D
E
F
G
H
I
3
A
B
C
D
4
A
Económicos
Precio competitivo
Bajo costo de refacciones
Bajo costo de fabricación
Funcionales
El método para desinfectar debe ser a base de vapor de agua
Facilidad de instalación
Fácil operación
Durabilidad
Facilidad de mantenimiento
Facilidad de accionamiento
Facilidad de reparación
Facilidad de detención en caso de accidentes
Capacidad
Necesidades del constructor
Tiempo de construcción e instalación
Utilización de maquinaria no especializada
Disponibilidad de materia prima para su fabricación
Facilidad de fabricación
Seguridad
Su funcionamiento debe garantizar la integridad del operador y de personas que
laboren en sus alrededores
Colocación de señalamientos de zonas de riesgo
Seguridad en la fabricación
Utilización de protectores por los operadores
Del producto obtenido
La presencia de patógenos, como hongos, bacterias, nemátodos, e insectos,
además de malezas sea igual o menor al producto obtenido cuando se usa
bromuro de metilo como desinfectante en todo el sustrato
B
C
D
5
A
Como último filtro se tiene la comparación relativa. Para esto
se utiliza el Método Pough, el cual consiste en comparar las
diferentes opciones que se tienen contra los requerimientos
opcionales del cliente tomando como base una de las
opciones, obteniendo los resultados del Cuadro 7.
Para todos los casos la opción de referencia es la opción 1.
Selección de la mejor opción
Después de haber hecho la evaluación anterior se llegó a la
conclusión de que la opción el concepto a desarrollar es la
opción 1.
1
Conceptos
2
3
4






✗
✗
✗
✗
✗
✗










✗
✗




✗


✗








✗















✗


✗
✗


✗

















✗

✗
Cuadro 7. Evaluación de conceptos con base a los
requerimientos deseables.
Req.
Deseables
2b
3a
3b
3c
3d
4c
Total
Peso relativo
(%)
20
20
0
6.67
20
33.33
100
1
Conceptos
2
3
0
-1
-1
-1
0
0
0
0
0
-1
0
0
-1
-3
4
-1
-1
0
0
-1
0
-3
0= la opción cumple de igual forma con el requerimiento evaluado que la opción de
referencia; +1= la opción cumple de mejor manera con el requerimiento evaluado
que la opción de referencia; y -1= la opción cumple de menor manera con el
requerimiento evaluado que la opción de referencia.
633 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
Diseño de detalle
Construcción y evaluación
Memoria de cálculo
Para la construcción del sistema se utilizó la infraestructura
con la que se cuenta en la unidad de producción de
micorrizas del Campo Experimental “Valle de México”INIFAP.
El equipo básicamente consiste en un generador de vapor
(caldera) las líneas que llevan el vapor desde la caldera hasta
el sustrato y la cubierta que mantiene el mayor tiempo posible
el vapor en contacto con el sustrato.
Cálculo de la caldera
Masa del sustrato a desinfectar:
En principio y con objetivo de reducir el mínimo la
manipulación del sustrato y su posible contaminación, la
desinfección se realiza en el mismo lugar en donde se va a
colocar para su utilización en la producción de micorrizas
(Figura 6).
0,3
Se considera que la columna de sustrato a desinfectar tiene
dimensiones en m de la Figura 4.
30
1,5
Figura 4. Dimensiones de la columna de sustrato.
Por lo que el volumen es de 13.5 m3. Si se considera la
densidad del sustrato igual a 1 200 kg m-3, tenemos una
masa de 16 200 kg. Ahora, para calcular la cantidad de vapor
requerido se tiene la siguiente relación:
CVR=
Ǫ
CVA
Donde: CVR= cantidad el vapor requerido, kg de vapor por
kg de sustrato; Q= calor requerido por el suelo para cambiar
su temperatura, kJ kg-1.
Figura 6. Sustrato utilizado en la producción de micorrizas.
De acuerdo con los requerimientos de vapor de agua, se
seleccionó la caldera de la marca PowerMaster, modelo
A2-FD2 con una capacidad de 469 kg h-1 a una presión de
operación de 3 kg cm-2.
Ǫreqs= c(T2 - T1)
Donde: c= calor específico del sustrato, kJ (kg °C)-1= 1.05
kJ (kg °C)-1; T2, T1= temperaturas inicial y final del suelo,
°C; CVA= calor latente de vaporización del agua, kJ kg-1=
2 256 kJ kg-1.
Sustituyendo los datos se tiene: Ǫreqs= 88.2 kJ kg-1 Por lo que:
CVR= 0.04 kg de vapor por kg de sustrato. Si se considera la
cantidad de sustrato que se requiere desinfectar, 16 200 kg, se
tiene: 633.16 kg de vapor de agua. Aquí se deben considerar
las pérdidas de propio sistema y se considera 50% más, por
lo que tenemos: 949.74 kg de vapor.
Figura 7. Caldera utilizada.
Diseño de un sistema para la desinfección de sustrato utilizado en la producción de micorrizas
Para mantener el mayor tiempo posible el contacto del vapor
de agua con el sustrato se colocó una cubierta de plástico
utilizado en la construcción de invernaderos.
634
muestra compuesta de cada cantero con sustrato de las cuatro
parcelas y se realizó el análisis de hongos fitopatológicos.
El Cuadro 8 muestra la eficiencia de los tratamientos para
desinfectar el sustrato. Se observó que se eliminaron los
hongos patógenos Fusarium y Aspergillus con ambos
tratamientos, y aunque con vapor aun se tuvieron conteos de
Penicillium sp., Cladosporium sp., Chrysosporium sp., estos
también se tienen en el tratamiento de bromuro de metilo por
lo que la metodología sigue siendo eficiente.
Cuadro 8. Resultados del diagnóstico de suelo antes y
después del ensayo.
Núm. de muestra
Suelo sin tratar 1
Bromuro de metilo
Figura 8. Sustrato cubierto con plástico.
Una vez instalado el sistema, se obtuvo los resultados de la
(Figura 9).
Vapor de agua
100
Técnicas: diluciones, siembra en diferentes medios, siembra directa, aislamiento,
purificación, tamizado, tamizado-centrifugado y observación bajo microscopio
LADIFIT-11/270-274.
90
80
Temperatura (ºC)
Hongos
(UFC/g suelo)
Fusarium sp., Trichoderma sp.,
Mucor, Aspergillus sp.
7 000 Rhizopus sp., 7 000 Mucor
sp., 3 000 Penicillium sp.
13 000 Penicillium sp., 1 000
Cladosporium sp., 66 000
Chrysosporium sp.
70
60
Conclusiones
50
40
Termopar 1
Termopar 2
Termopar 3
Termopar 4
Termopar 5
Termopar 6
30
20
10
0
0
1
2
3
4
Tiempo (h)
5
6
7
Figura 9. Temperatura del sustrato durante la evaluación.
En general, todos los puntos tienen el mismo
comportamiento, una vez que llegan a los 40 °C se acelera
el aumento de la temperatura, sin embargo en el termopar 1
se observa un comportamiento diferente. Cuando terminó
la prueba se destapó el cantero para las condiciones en las
que se encontraba y se pudo notar que la parte en donde
se encontraba el termopar se había acumulado mucha
humedad.
En la segunda prueba se utilizaron las condiciones del
último ensayo (tapado con plástico, presión 3 kg cm-2 por 6
h), se desinfectó un cantero completo y otro con una lata de
bromuro de metilo por parcela (2.5 t sustrato). Se tomó una
Se cumplió con el objetivo de diseñar un sistema que
utiliza vapor de agua para desinfectar sustrato utilizado
para la producción de micorrizas, que no sea contaminante
y que asegure un sustrato libre de patógenos y herbáceas
para obtener un producto a base de micorrizas de calidad.
El sistema diseñado cumple con los requerimientos
establecidos por los usuarios de este sistema, incluyendo
el de la presencia de patógenos, como hongos, bacterias,
nemátodos, e insectos, además de malezas que se requiere
que sea igual o menor al producto obtenido (sustrato) cuando
se usa bromuro de metilo como desinfectante.
Literatura citada
Kennedy, A. C. and Smith, K. L. 1995. Soil microbial
diversity and the sustainability of agricultural soils.
Plant Soil. 170:75-86 pp.
635 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Shah, S. K.; Shah, R. P.; Xu, H. L. and Aryal, U. K. 2006.
Biofertilizers: an alternative source of nutrients for
sustainable production of tree crops. J. Sust. Agric.
29:85-95.
Durán, P. A.; Aguirre, M. J. F.; González, C. G.; Peña del
Río, M. A. y Schonhoven, C. E. 2001. Producción
in vivo de micorriza-arbuscular Glomus intraradix
con Brachiaria brizantha como hospedero en camas
reproductoras. Campo Experimental Cotaxtla.
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales
Agrícolas y Pecuarias. Folleto técnico Núm. 29. 27 p.
Marco Antonio Audelo Benítez y Martha Blanca Irízar Garza
Watanabe, J. 2002. Curso de diseño mecánico 1. Sección
de Estudios de Posgrado. Escuela Superior
de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. Instituto
Politécnico Nacional (IPN). México, D. F. Libro.
10-11 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 636-643
Análisis del desempeño de cuatro modelos de discos corta-paja
usados en sembradoras para siembra directa
Salvador García Barrón1§, Ryszard Serwatowski Hlawinska1, José Manuel Cabrera Sixto1, Noé Saldaña Robles1, Adrián Flores
Ortega1 y César Gutiérrez Vaca1
Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad de Guanajuato. Ex Hacienda El Copal, Carretera Irapuato Silao, km 9. C. P. 36500. Irapuato, Guanajuato, México.
[email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]. §Autor para correspondencia: §[email protected].
1
Resumen
Se determinó la eficiencia de corte de los residuos de
cuatro tipos diferentes de discos cortapaja, utilizados en las
sembradoras para siembra directa en el estado de Guanajuato.
Se valoró el desempeño de cada disco comparándose entre
sí simultáneamente el nivel de desempeño. Se consideraron
variables como: tipo y volumen de residuos (t ha -1),
temperatura ambiente, presión del disco sobre el suelo (kg)
y la velocidad de avance de la sembradora. Los resultados
mostraron diferencias significativas entre el desempeño de
cada disco así como sobre el volumen y tipo de residuos.
La calidad del desempeño de corte de residuos se ve más
afectado por el grado de humedad de la paja que por el tipo
de disco.
Palabras clave: discos corta-paja, evaluación, sembradoras,
siembra directa.
Introducción
Cualquier sistema de conservación del suelo debe comenzar
con un manejo adecuado de los restos de la cosecha del cultivo.
En definitiva se trata de conseguir que su distribución en el
suelo sea uniforme y suficiente para que quede protegido.
Conforme el suelo esté más cubierto mejor, pues así estará
más protegido de la acción de la lluvia, aumentará más
su fertilidad natural (materia orgánica) a medio plazo y
retendrá más agua (menor evaporación). No obstante, un
exceso de paja, sobre todo si no está bien picada y distribuida,
y no se dispone o no se maneja adecuadamente la maquinaria
para siembra directa, puede dificultar la siembra del cultivo
siguiente (Asociación Española de Laboreo).
El picado y distribución de los restos vegetales de los cultivos
puede llevarse a cabo durante la cosecha o poco después de
ésta. En el caso de los cereales (trigo, cebada, avena), si se
empaca gran parte de la paja se facilita la siembra del cultivo
siguiente, al permanecer sobre el suelo poca cantidad de
residuos; no obstante, en este caso se disminuye la presencia
de cubierta protectora del suelo, como antes se ha comentado.
En el caso de que no se empaque la paja, ésta se debe de
picar y esparcir; operaciones que pueden llevarse a cabo
con la propia cosechadora, dotándola del sistema de picadoesparcimiento correspondiente (Bragachini et al., 2003).
En la siembra directa se requiere maquinaria específicamente
diseñada o la adaptación de componentes originalmente
destinados a sembrar en suelo labrado sin residuo, para que
sean capaces de operar con restos de cosechas de distintas
formas y situaciones (anchos estrechos, cortos o largos, en
pié o tendidos, unidos al suelo o sueltos). En ningún caso se
puede esperar que las sembradoras específicas o adaptadas
a la siembra directa trabajen adecuadamente en suelos en los
que los restos vegetales no está bien picados y distribuidos,
por ejemplo; se hayan depositado en gran medida en hileras
o cordones, habiendo en cambio zonas desprovistas de paja
(Bragachini et al., 2004).
637 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Corte de rastrojo. Los elemento de corte de residuos e
inicio de la franja de siembra, si se usan separadamente,
preceden a todos los demás y cortan y orientan los residuos
superficiales en la hilera de siembra y cortan o aflojan el
suelo para mejorar la acción de los siguientes componentes.
Para ello se puede recurrir a elementos separadores o
cortadores; los elementos separadores no se pueden utilizar
en las sembradoras a chorrillo por la poca distancia entre
líneas, quedando reducida su aplicación a la siembra de
cultivos en hileras.
Los elementos cortadores son discos. Los hay de diversos
tipos: lisos, acanalados, estriados, ondulados accionados
con diámetros de 300 a 600 mm y espesores de 3 a 12 mm.
Los más utilizados son los ondulados. El número de ondas
por disco dependerá del ancho de franja requerido y de
la profundidad de la misma. Los de franja ancha (pocas
ondulaciones) se adaptan mejor a suelos pesados con
abundante cantidad de residuos. Los de franja estrecha
(muchas ondulaciones) penetran más en el suelo, siendo
utilizados en condiciones de suelos duros y en renovación
de pastos. En términos generales, cuanto más grandes,
mejor se comportan, si bien requieren mayor peso (García,
2006).
También se usan a veces elementos accionados tipo
fresadora. Estos elementos van a veces montados en un
bastidor independiente, lo que permite una mayor separación
con los elementos posteriores, facilitando una mejor
circulación de los residuos.
El disco turbo sin duda ofrece una amplia ventaja con
respecto a las otras alternativas de corte ofrecidas por el
mercado, solo que es pertinente aclarar que en situaciones
de suelos muy pesados, con arcillas plásticas con gran
adhesividad, este disco parece no ser el indicado, dado que
cualquier remoción de rastrojo y suelo trae problemas con el
tren de siembra y la generación de cámaras de aire, con rápida
pérdida de humedad y fallas de emergencia (Fundación
Guanajuato Produce, 2010).
Materiales y métodos
Para la realización del diagnóstico de la evaluación, se
determinó realizar los ensayos aprovechando el ciclo de
siembra otoño invierno, se seleccionaron los cuatro tipos
de discos existentes en el mercado de uso común: liso,
Salvador García Barrón et al.
ondulado, turbo 18 y turbo 20. Los discos fueron colocados
en una sembradora para maíz de cuatro líneas para siembra
directa marca; sembradoras del Bajío Mod: LC-2002-M, y
un tractor New Holland 5610 S, la parcela utilizada pertenece
al campo experimental de la División de Ciencias de la Vida,
se trata de un suelo franco limoso que durante los dos últimos
ciclos se ha practicado la siembra directa.
El método utilizado para los ensayos consistió en transitar
la sembradora en condiciones reales de operación en la
parcela experimental conteniendo 100% de los residuos
del ciclo vegetativo anterior de sorgo y maíz. Acto seguido,
se tomaron cinco muestras aleatorias a lo largo de 1 m de
longitud de los cuatro discos y se midió para cada línea la
cantidad de rastrojo cortado en centímetros de longitud
(considerado como la eficiencia de corte de los discos), estas
muestras se tomaron tanto para los rastrojos de maíz como de
sorgo. Una semana después de tomadas las primeras lecturas,
se repitieron una vez más los ensayos con el propósito de
contrastar ambas lecturas y tener una mejor apreciación del
desempeño de los discos. Preparación de la sembradora:
colocar en la sembradora un disco corta-paja de cada tipo
en las cuatro líneas del tren de siembra, acoplarla al tractor
y con la ayuda de un dinamómetro, medir la fuerza ejercida
por cada disco sobre la superficie del suelo (presión promedio
recomendada por el fabricante).
El volumen de rastrojo por hectárea de calculó utilizando
el método del “cinco de oros” que consiste en lanzar al
aire un marco metálico de 50 x 50 cm y recoger el rastrojo
contenido dentro del marco y pesarlo, se repite esta operación
haciendo un total de cinco veces en la forma del cinco de oros
distribuidas en la parcela. Se pesa el total de las muestras, se
promedia el peso y con este valor se estima la cantidad del
volumen de rastrojos de la parcela (t ha-1).
Resultados y discusión
Los Cuadros 1, 2, 3 y 4 contienen la información
capturada en campo para cada tipo de residuo, el número
de repeticiones registradas y el valor de la eficiencia de
corte de cada disco expresada en centímetros de longitud
de residuos cortados por metro para cada tipo de disco. Los
Cuadros 1 y 2 corresponden al primer periodo de ensayos,
y los Cuadros 3 y 4 al segundo periodo, observándose
únicamente un cambio de la temperatura ambiente entre
cada periodo.
Análisis del desempeño de cuatro modelos de discos corta-paja usados en sembradoras para siembra directa
638
En el Cuadro 1, los resultados obtenidos se obtuvieron el
15 de marzo de 2012 a las 11:30, se tuvo una cobertura de
10.8 t ha-1, la temperatura ambiente fue 25 °C, día soleado,
las actividades se realizaron con un tractor New Holland
5610S y una sembradora marca sembradoras del Bajío
Modelo, LC-2002-M.
En el Cuadro 4, los resultados obtenidos se obtuvieron el
9 de marzo de 2012 a las 13:00, se tuvo una cobertura de
41.16 t ha-1, la temperatura ambiente fue 29 °C, día soleado,
las actividades se realizaron con un tractor New Holland
5610S y una sembradora marca sembradoras del Bajío
Modelo, LC-2002-M.
Cuadro 1. Residuos de sorgo.
Cuadro 3. Residuos de sorgo.
Núm. de
ensayo
Disco 1
turbo 18
Disco 2
liso
Disco 3
turbo 20
Disco 4
ondulado
1
95
80
95
75
2
70
90
80
70
3
95
85
90
95
4
95
90
95
95
5
100
95
95
90
Presión de los discos cortapaja sobre el suelo (kg)
80
84
80
72
En el Cuadro 2, los resultados obtenidos se obtuvieron el 15
de marzo de 2012 a las 11:30, se tuvo una cobertura de 7.24
t ha-1, la temperatura ambiente fue 25 °C, día soleado, las
actividades se realizaron con un tractor New Holland 5610S
y una sembradora marca sembradoras del Bajío Modelo,
LC-2002-M.
Cuadro 2. Residuos de maíz.
Ensayo
Núm.
Disco 1
turbo 18
Disco 2
liso
Disco 3
turbo 20
Disco 4
0ndulado
1
90
65
90
95
2
90
90
85
85
3
95
95
80
85
4
100
95
95
95
5
95
90
95
95
En el Cuadro 3, los resultados obtenidos se obtuvieron el
9 de marzo de 2012 a la 13:00, se tuvo una cobertura de
23.6 t ha-1, la temperatura ambiente fue 29 °C, día soleado,
las actividades se realizaron con un tractor New Holland
5610S y una sembradora marca sembradoras del Bajío
Modelo, LC-2002-M.
Ensayo
Núm.
1
2
3
4
5
Disco 1
turbo 18
90
100
95
95
95
Disco 2
liso
30
70
75
85
95
Disco 3
turbo 20
70
80
100
75
100
Disco 4
ondulado
70
80
95
95
95
Cuadro 4. Residuos de maíz.
Ensayo
Núm.
1
2
3
4
5
Disco 1
turbo 18
90
100
90
100
95
Disco 2
liso
70
50
95
90
100
Disco 3
turbo 20
80
80
85
80
90
Disco 4
ondulado
65
90
95
95
100
El Cuadro 5 muestra el análisis de varianza en términos de
longitud de corte para las variables independientes disco y
residuo. Los discos muestran diferencia significativa 95%
de certidumbre, no así para los residuos de sorgo y maíz. La
interacción de la variable tipo de disco y tipo de rastrojo no
muestra diferencias significativas. Al realizar un análisis de
medias para determinar los posibles grupos homogéneos,
quienes mejor desempeño muestran son los discos ondulados
formando un grupo, de ellos el mejor es el disco turbo 18.
Aunque el tipo de residuo forma un grupo homogéneo se
aprecia que en el maíz la eficiencia de corte es más alta.
En la Figura 1 se puede apreciar la interacción de las variables
en términos de eficiencias, destacando el disco turbo 18.
A diferencia de la primera evaluación, en la segunda no se
encuentran diferencias significativas entre tipos de disco,
tipos de residuo, ni la interacción entre ellos (Cuadro 6). Por
tanto hay grupos homogéneos en tipos de disco como en
tipos de residuo. Cabe mencionar que revisando los valores
de medias se reitera que el disco turbo 18 muestra la mayor
eficiencia de longitud de corte, así como que la mayor
eficiencia se encuentra en el residuo maíz.
Salvador García Barrón et al.
639 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 5. Análisis de varianza para la variable dependiente longitud de corte, primera evaluación.
Fecha
09/03/2012
Hora
13:00
Temp.
29
Source
Sum of squares
Df
Mean square
F- ratio
a: disco
1887.5
3
629.167
3.09
b: residuo
62.5
1
62.5
0.31
ab
207.5
3
69.1667
0.34
residual
6520
32
203.75
Total (corrected)
8677.5
39
Disco
Count
LS Mean
LS sigma
Liso
10
76
4.51387
B
Turbo-20
10
84
4.51387
BA
Ondulado
10
88
4.51387
BA
Turbo-18
10
95
4.51387
A
Residuo
Count
LS Mean
LS sigma
Homogeneous groups
Sorgo
20
84.50
3.19179
A
Maíz
20
87
3.19179
A
Main effects
interactions
95
91
Disco
Liso
Ondulado
Turbo_18
Turbo_20
Eficiencia
87
83
79
75
71
Maíz Residuo
Sorgo
Figura 1. Gráfica de interacción tipo de rastrojo- tipo de disco, primera medición.
Homogeneous groups
Análisis del desempeño de cuatro modelos de discos corta-paja usados en sembradoras para siembra directa
640
Cuadro 6. Análisis de varianza para la variable dependiente longitud de corte, segunda evaluación.
Fecha
Hora
Temp.
15/03/2012
Source
Main effects
a: disco
b: residuo
interactions
ab
residual
Total (corrected)
Disco
Liso
Ondulado
Turbo-20
Turbo-18
Residuo
Sorgo
Maíz
11:30
Sum of squares
155
22.5
102.5
2 410
2 690
Count
10
10
10
10
Count
20
20
25
Df
3
1
3
32
39
ls mean
87.5
88
90
92
LS Mean
88.75
90.25
Mean square
51.6667
22.5
34.1667
75.3125
LS sigma
2.74431
2.74431
2.74431
2.74431
LS Sigma
1.94052
1.94052
F- ratio
0.69
0.3
0.45
Homogeneous groups
A
A
A
A
Homogeneous groups
A
A
En la Figura 2 se puede apreciar el comportamiento
de los discos en los dos tipos de residuos en términos
de eficiencia en la longitud de corte, que a diferencia
de la Figura 1 el comportamiento es más desordenado
aunque oscila en un menor rango, de ahí que no exista
significancia.
dependiente longitud de corte. No existe diferencia
significativa en tipos de disco, temperatura de campo, ni la
interacción entre ellos. Sin embargo, al realizar un análisis
de diferencias de medias para la determinación de grupos
homogéneos, el disco turbo 18 muestra la mejor eficiencia,
así como las condiciones de temperatura de campo a 25 °C.
En el Cuadro 7 se muestra el análisis de varianza para las
variables tipo de disco y temperatura de campo, en condiciones
de suelo con residuo de sorgo, evaluando la variable
En la Figura 3 se puede apreciar el comportamiento de las
variables, donde la menor deficiencia se encuentra en el tipo
de disco liso a temperatura de campo de 29 °C.
95
Eficiencia
93
Disco
Liso
Ondulado
Turbo_18
Turbo_20
81
89
87
85
Maíz Sorgo
Residuo
Figura 2. Gráfica de interacción tipo de rastrojo- tipo de disco, segunda medición.
Salvador García Barrón et al.
641 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 7. Análisis de varianza para la variable dependiente longitud de corte, evaluación residuo sorgo.
Residuo
Sorgo
Source
Sum of squares
Df
Mean square
F- ratio
main effects
a: disco
936.875
3
312.292
1.9
b: temperatura
180.625
1
180.625
1.1
interactions
ab
681.875
3
227.292
1.38
residual
5270
32
164.688
Total (corrected)
7069.38
39
Disco
Count
LS Mean
LS sigma
Homogeneous groups
Liso
10
79.5
4.05817
B
Ondulado
10
86
4.05817
BA
Turbo-20
10
88
4.05817
BA
Turbo-18
10
93
4.05817
A
Temperatura
Count
LS Mean
LS sigma
Homogeneous groups
29
20
84.5
2.86956
A
25
20
88.75
2.86956
A
95
91
Disco
Liso
Ondulado
Turbo_18
Turbo_20
Eficiencia
87
83
79
75
71
25 Temperatura
29
Figura 3. Gráfica de interacción temperatura de campo- tipo de disco, en residuo sorgo.
Análisis del desempeño de cuatro modelos de discos corta-paja usados en sembradoras para siembra directa
Cuadro 8. Análisis de varianza para la variable dependiente
longitud de corte, evaluación residuo maíz.
Residuo
Maíz
Source
Sum of Df
Mean
F- ratio
squares
square
main effects
a: disco
646.875 3 215.625
1.89
b: temperatura 105.625 1 105.625
0.92
interactions
ab
86.875
3 28.9583
0.25
residual
3660
32 114.375
Total (corrected) 4499.38 39
disco
Count LS LS sigma Homogeneous
Mean
groups
liso
10
84 3.38194
B
Turbo-20
10
86 3.38194
BA
Ondulado
10
90 3.38194
BA
Turbo-18
10
94.5 3.38194
A
Temperatura
Count LS LS sigma Homogeneous
Mean
groups
29
20
87 2.39139
A
25
20
90.25 2.39139
A
La Figura 4 muestra el comportamiento de las variables,
donde a diferencia del residuo sorgo, se aprecian menos
contrastes (Figura 3).
En el Cuadro 9 se muestra una tabla comparativa de los
tipos de disco utilizados en el estudio, se puede observar
que el disco turbo 18 es el que mayor eficiencia promedio
muestra, alcanzando un valor de 94.5 cm de corte por
cada metro evaluado sobre el residuo maíz. El disco liso
muestra valores medios más bajos de eficiencia, 76 cm
de longitud de corte en residuo de sorgo a temperatura
de 29 °C.
96
93
Disco
Liso
Ondulado
Turbo_18
Turbo_20
Eficiencia
En la Cuadro 8 se muestran resultados similares de evaluar la
eficiencia de longitud de corte pero ahora en maíz, analizando las
variables tipo de disco y temperatura de campo. De igual forma
no se muestran diferencias significativas en tipos de disco,
temperaturas de campo, ni la interacción entre ellas. También
el disco turbo 18 muestra la mejor eficiencia de longitud de
corte, así como también la temperatura de campo a 25 °C.
642
90
87
84
81
25 Temperatura
29
Figura 4. Gráfica de interacción temperatura de campo- tipo
de disco, en residuo maíz.
Cuadro 9. Análisis comparativo entre disco evaluando eficiencia de longitud de corte de residuo.
Disco turbo-18
residuo= maíz
residuo= sorgo
Count
10
10
Average
94.5
93
t= 0.493197 P-value= 0.627837 NS
Temp= 25
Temp= 29
Count
10
10
Average
92.5
95
t= -0.83205 P-value= 0.416283 NS
Disco turbo-20
residuo= maíz
Residuo= sorgo
Count
10
10
Average
86
88
t= -0.507093 P-value = 0.618246 NS
Temp= 25
Temp= 29
Count
10
10
Average
90
84
t= 1.61645 P-value= 0.123388 NS
Disco liso
residuo= maíz
Count
10
Average
84
t= 0.562378 P-value= 0.580795 NS
Temp= 25
count
10
Average
87.5
t= 1.51256 P-value= 0.14775 NS
Disco ondulado
residuo= maíz
Count
10
Average
90
t= 0.850657 P-value = 0.406134 NS
Temp= 25
Count
10
Average
88
t= 0 P-value = 1 NS
residuo= sorgo
10
79.5
Temp= 29
10
76
residuo= sorgo
10
86
Temp= 29
10
88
643 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Conclusiones
El disco turbo de 18 ondulaciones es quien mejor eficiencia
de corte de residuos presenta, notándose que se obtiene
mayor eficiencia cuando se trabaja en residuos de maíz, y
en temperatura de campo baja.
Los residuos de maíz son más accesibles al corte que los
de sorgo, pues la eficiencia lograda es más alta al utilizar
cualquiera de los discos de corte ensayados. Se percibe que
la estructura vegetal de los residuos de sorgo es quizá más
compleja lo que dificulta el corte; sin embargo, se requiere
de investigaciones más específicas para demostrar esa
hipótesis.
Se estima que una mayor temperatura de campo, y por tanto
de los residuos, se traduce en una menor eficiencia de corte.
Quizá debido a que el material vegetal, en ambos residuos,
se torna más elástico; sin embargo, un estudio dirigido hacia
el comportamiento de la eficiencia de corte evaluando solo
la variable temperatura, en un rango más amplio, ayudaría
a entender ese fenómeno.
Prácticamente la temperatura asociada con la humedad es
fundamental para el buen desempeño de los discos cortapaja, es muy importante que los rastrojos estén bien secos, sin
la humedad del rocío, por lo que es recomendable iniciar la
operación de siembra una vez que el día comienza a calentar
(arriba de 20 °C).
Es importante la selección del tipo de discos ya que cada
uno tiene sus propias características de desempeño que
los diferencian y que sin embargo impactan en los costos
de adquisición: los discos lisos tienden a ser más
económicos comparados con los ondulados y los
acanalados (turbo).
Salvador García Barrón et al.
Comparativamente, el disco liso realiza el corte del rastrojo sin
movimiento de las partes seccionadas mientras que el disco
ondulado simultáneamente al corte, son desplazadas ambas
secciones del material cortado dejando un espacio libre hacia
el suelo entre 10 y 30 mm dependiendo de la prolongación
de las ondulaciones del disco, finalmente el disco acanalado
(turbo) realiza también la separación de las secciones cortadas
con una separación aproximada a los 15 mm mostrando un
efecto de mayor agresividad durante el corte.
La presión del disco corta-paja (kg) sobre la superficie de los
rastrojos no se observó un efecto crítico comparativamente
como lo es el contenido de humedad.
Literatura citada
Asociación Española de Laboreo de Conservación/Suelos
Vivos. 1999. Sembradoras para siembra directa.
Ficha técnica Núm. 4. Instituto de Agricultura
Sostenible/Centro I+D Agrario - Córdoba 1-20 pp.
Bragachini, M.; Méndez, A.; Peiretti, P. y Scaramuzza, F.
2003. Sembradoras para siembra directa. Proyecto
agricultura de precisión. INTA Manfredi. 1-11
p. http://www.engormix.com/s _ articles _ view.
asp?art=75.1 (consultado mayo, 2012).
Bragachini, M.; Méndez,A.; Peiretti, P. y Scaramuzza, F. 2004.
Siembra directa de trigo con abundante rastrojo en
superficie- equipamiento de la sembradora. Proyecto
Agricultura de Precisión, INTA Manfredi. 1-13 pp.
García, R. F. J. 2006. Criterios para la elección de una sembradora
de siembra directa. Dossier. N° 236. 1-20 pp.
Fundación Guanajuato Produce. 2011. Desarrollo de
Tecnologías para la Agricultura bajo el Sistema
de Siembra Directa. Informe del Proyecto de la
Fundación Guanajuato Produce. 5 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 644-649
Determinación de las propiedades físico-mecánicas para el descascarado
de las cápsulas de la higuerilla (Ricinus communis L.)
Pedro Cruz Meza1§, Samuel García Silva1, Conrado Márquez Rosano1 y Gilberto López Canteñs1
Departamento de Ingeniería Mecánica Agrícola. Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco, km 38.5, C. P. 56230. [email protected],
[email protected]; [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
El descascarado de la higuerilla en nuestro país se realiza de
forma manual, utilizando gran cantidad de mano de obra,
por lo que existe una baja productividad en la realización
de esta labor, aspecto que debe mejorarse en el futuro por
la gran demanda de este producto para la producción de
biodiesel. Como parte del proyecto de investigación dirigido
al desarrollo de una máquina para el descascarado de las
cápsulas de higuerilla, se determinaron las propiedades
físico-mecánicas de higuerillas del tipo I (criolla) y tipo
II (roja) colectadas en las poblaciones de San Bernardino,
Estado de México y Santa María Roaló, Oaxaca. Estas
propiedades constituyen datos de entrada imprescindibles
para la evaluación de modelos matemáticos que posibilitan
calcular los principales parámetros de diseño y explotación de
las máquinas descascaradoras. Las principales propiedades
determinadas son: dimensiones y masa de las cápsulas y
granos, ángulo de reposo del fruto en diferentes superficies
y resistencia a la compresión de la cápsula en posición
horizontal y vertical.
Palabra clave: descascarado, higuerilla, mecanización,
propiedades físico-mecánicas.
Introducción
La higuerilla es, una planta que crece silvestre en
muchas latitudes del mundo, incluido México. Sin
embargo, las variedades silvestres no son susceptibles de
aprovechamiento. Esta planta oleaginosa produce, racimos
de bellotas que contienen compartimentos donde almacena
sus semillas y éstas producen un aceite que puede llegar a
tener hasta 500 aplicaciones diferentes en la industria de los
biocombustibles, farmacéutica, lubricantes, surfactantes,
pinturas, plásticos, detergentes y tintes (Guzmán, 1970;
Martínez, 1970; Vázquez, 1993; Goytia et al., 2011). Uno de
sus productos principales es el biodiesel, el cual es obtenido
por países como Brasil a manera de alternativa y prevención
ante la futura escasez del petróleo (Soares et al., 2009).
El creciente desarrollo de la aviación y el constante empleo
de motores de altas revoluciones, le dan gran demanda al
aceite como lubricante por su alta densidad, porque conserva
su viscosidad a altas temperaturas y porque solo se congela a
los 10 °C bajo cero (Tobar, 1981; Scholz y Da Silva, 2007).
La cosecha de esta planta se inicia normalmente a los 120
días, cuando las variedades son precoces y a los 150 días
en las más tardías. En las variedades cuyo fruto no se abre
(indehiscente), la cosecha se hace cuando todos los frutos
están secos, por lo que la mayoría de las veces se hace una sola
recolección (Savy Filho et al., 2007 citado por Fanan et al.,
2009). La cosecha mecanizada requiere variedades enanas
y uniformes tanto en crecimiento como en ramificaciones,
con cápsulas indehiscentes y las hojas deben eliminarse ya
sea natural o artificialmente con defoliantes. La cosechadora
típica de granos, sirve para cosechar este cultivo con simples
ajustes y cambio en la velocidad del cilindro (Schoenleber
y Bouse, 1964; Hussain et al., 1980).
645 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Pedro Cruz Meza et al.
El beneficiado de la higuerilla puede ser manual o
mecanizada y tiene tres etapas básicas: secado, separación,
limpieza y ensacado de las semillas. El secado puede ser
natural o mediante secadoras. La separación a través de la
máquina descascaradora y la limpieza puede ser manual
(aventado) o por abanicos mecánicos. Para los frutos
indehiscentes el proceso de separado debe ser mecanizado.
Dos de los métodos manuales son:
Materiales y métodos
Método de impacto. Consiste en sujetar y golpear con
un ladrillo la punta del diámetro polar del fruto, para
que se desprendan las 3 semillas de éste; este método es
lento y tedioso. Otra variante de este método es que los
frutos se colocan en el lugar a descascarillar y mediante
una tabla o banquito (Figura 1) se golpean estos para
posteriormente limpiarlos mediante una corriente de
aire. Este método es más rápido, pero se puede dañar
mecánicamente la semilla, lo que ocasiona que se rancie
ésta.
El material de estudio fueron de dos tipos: tipo I (diferenciado
en campo como “criolla” o silvestre, frutos de forma esférica,
de semilla pequeña, colectada en el Estado de México) y
tipo II (diferenciado en campo como “roja”, frutos de forma
ovoide, de semilla grande, colectada en el estado de Oaxaca).
El material fue recolectado en la población de San
Bernardino, Texcoco, Estado de México, y en la población
de Santa María Roaló, Oaxaca. De un lote de alrededor de 3
000 frutos se seleccionaron al azar, además que no tuvieran
daño mecánico y biológico.
La metodología presente fue desarrollada a partir de diferentes
investigaciones que se han realizado a diversos cultivos por
diferentes autores (Souza et al., 1998; García et al., 2003;
Mayorga et al., 2004; Almeida et al., 2007; Bouza et al., 2007;
Ferreira et al., 2007; Valdés et al., 2008; López et al., 2011).
Dimensiones y masa de la cápsula
Figura 1. Descascarado manual utilizando un “banquito”.
Método de pisoteado. Los frutos se colocan en el lugar
a descascarillar y con los pies se pisotean en sentido
horario proporcionándole sobre la superficie de éstos un
ligero giro para que se separe la semilla y posteriormente
se ventea. Este es un método masivo de descascarillado.
En el estado de Oaxaca se cultiva la higuerilla asociado con
el maíz. Para el descascarado se realiza el desprendimiento
del raquis del racimo. El descascarado se realiza después
del mediodía, para facilitar el desprendimiento de la semilla
del fruto, en forma manual. El presente trabajo tiene como
objetivo determinar las propiedades físicas y mecánicas
para el diseño del órgano de trabajo de la descascaradora
de higuerilla.
Para determinar las dimensiones y la masa de las cápsulas
se escogen de manera aleatoria 100 cápsulas y utilizando
un vernier digital marca Mitutoyo serie 500 de 6 pulgadas
de longitud, con valor de división de 0.01 mm, se mide el
diámetro polar y ecuatorial del fruto de la higuerilla (Figura
2). Para la medición de la masa se utiliza una balanza analítica
Ohaus Explorer de 4 200 g de capacidad, con un valor de
precisión de 0.01 g (Figura 3). Para ello se toman 4 muestras
de 25 cápsulas. Determinar el promedio y la desviación
estándar según la metodología propuesta por Canavos (1999)
e Infante y Zárate (2000).
Figura 2. Determinación de las dimensiones de la cápsula y
de la semilla.
Determinación de las propiedades físico-mecánicas para el descascarado de las cápsulas de la higuerilla (Ricinus communis L.)
646
Resistencia a la compresión
Figura 3. Determinación de la masa de la cápsula y de la semilla.
Dimensiones de los granos
Se seleccionaron 30 frutos de higuerilla tipo I por
tratamiento (una por cada intervalo de longitud) eligiendo
2 tratamientos (posición horizontal y vertical del fruto),
que se montaron en una máquina universal Instron modelo
3382 (Figura 4) accionada por medio de una computadora
equipada con el software BLUEHILL, utilizando dos
platos paralelos de 15 cm de diámetro, con una capacidad
de 100 kN y una velocidad de cruceta de 25 mm min-1.
La prueba se realizó a 25 oC y 65% de humedad relativa,
determinando la carga máxima soportada por la cascara
del fruto y el módulo de Young.
Para determinar las dimensiones del grano es necesario
seleccionar 100 granos de las muestras utilizadas en la
determinación de la densidad del grano, para ello es necesario
tomar 25 granos de forma aleatoria en cada muestra. El valor
de la longitud, ancho y espesor del grano, corresponden a
los valores máximos medidos en la semilla para cada caso,
y su valor se especifica en milímetros. Calcular la media y
la desviación estándar de los granos.
Ángulo de reposo
Para la determinación del ángulo de reposo se seleccionaron
al azar un grupo de cápsulas de higuerilla tipo II o de granos
para posteriormente colocarlo sobre un plano inclinado
(Figura 3) con diferentes superficies de madera, caucho y
metal. Posteriormente se comienza a levantar la superficie
hasta que comienzan a deslizarse el primer fruto y se toma
la lectura indicada por la aguja en el transportador.
Figura 4. Compresión del fruto de la higuerilla tipo I: posición
vertical y horizontal.
Resultados y discusión
En los Cuadro 1, 2 y 3 se muestran las principales
propiedades dimensionales de las cápsulas y granos de la
higuerilla, en las cuales se aprecia que el tipo I (criolla)
presenta menores dimensiones con respecto al tipo II (roja).
El material I presenta la forma de una esfera, mientras que
el material II, es un elipsoide. En el material silvestre el
espesor de la cáscara es mayor comparado con la roja, por
lo cual se puede descascarar a mayores revoluciones por
minuto del órgano de trabajo.
Figura 3. Determinación del ángulo de reposo de las cápsulas
de higuerilla tipo II.
Los resultados del procesamiento estadísticos de los datos
obtenidos durante la determinación del ángulo de fricción
estático de las cápsulas sobre acero, madera y hule se
muestran en el Cuadro 4.
Pedro Cruz Meza et al.
647 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 1. Estadígrafos de las principales propiedades físico-mecánicas de la higuerilla tipo I (criolla).
Parámetro
Promedio
Desv. est.
Máximo
Mínimo
Diámetro
ecuatorial (mm)
16.83
0.86
18.83
13.7
Diámetro polar
(mm)
17.42
0.89
19.5
15.36
Espesor
cáscara (mm)
1.25
0.21
1.84
0.8
Masa fruto
(g)
1.25
0.27
1.7
0.5
Masa
semillas (G)
0.67
0.2
1
0.2
Masa
cáscara (g)
0.59
0.17
0.9
0.3
Cuadro 2. Estadígrafos de las principales propiedades físico-mecánicas de la higuerilla tipo II (roja).
Parámetro
Promedio
Desv. est.
Máximo
Mínimo
Diámetro
ecuatorial (MM)
21.81
1.43
25.57
18.21
Diámetro polar
(MM)
25.59
2.06
30.54
18.45
Espesor cáscara
(MM)
0.76
0.16
1.23
0.36
Masa fruto
(G)
3.32
0.87
5.5
1.1
Masa
semillas (G)
2.1
0.68
3.4
0.5
Masa
cáscara (G)
1.22
0.26
2.1
0.5
Cuadro 3. Estadígrafos de las dimensiones de las semillas de la higuerilla tipo I y II.
Parámetro
Longitud (mm)
Tipo I
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud (mm)
Tipo II
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Promedio
Desv. est.
Máximo
Mínimo
11.92
0.81
13.6
9.94
7.62
0.4
8.38
6.69
5.4
0.23
6.14
4.87
17.76
1.29
20.04
11.9
11.71
0.95
13.55
8.59
7.9
0.67
9.98
5.25
Cuadro 4. Ángulo de reposo del fruto de higuerilla tipo II (roja) en diferentes superficies de fricción.
Media (grado)
21.58
25.35
23.39
Desviación estándar
2.34
1.55
1.55
Para la búsqueda de las condiciones y regímenes de trabajo
de las máquinas, con las cuales se realiza la compresión del
material de trabajo, es necesario estudiar correctamente
las propiedades físico-mecánicas, con el fin de hacerlo
con el mínimo gasto de energía. Los diagramas de trabajo
de compresión del fruto de la higuerilla en las posiciones
horizontales y verticales de los ejes de coordenadas: fuerza
de compresión (N) por la vertical y la extensión (mm) por la
horizontal se muestra en la Figura 5 y 6. En estas se observa
que se requiere una mayor fuerza de compresión para
romper la cascarilla del fruto en la posición del fruto vertical
(diámetro polar del fruto) que en la posición horizontal
(diámetro ecuatorial). Además en esta última posición es
más alta la posibilidad de dañar la semilla mecánicamente.
En el Cuadro 5 se muestra la variación del modulo de Young
de la cápsula de higuerilla.
Error estándar (%)
21.35
14.13
14.12
Coef. Variación (%)
10.84
6.11
6.61
300
Carga de compresión (N)
Superficies
Metal
Madera
Hule
200
100
0
-100
-15 -14 -13 -12 -11 -10 -9
-8
-7
-6
-5
-4
-3
-2
Extensión (mm)
Figura 5. Diagrama de compresión del fruto de la higuerilla
tipo I en posición horizontal.
Determinación de las propiedades físico-mecánicas para el descascarado de las cápsulas de la higuerilla (Ricinus communis L.)
Carga de compresión (N)
300
200
100
0
-100
-15 -14 -13 -12 -11 -10 -9 -8 -7 -6 -5
Extensión (mm)
-4
-3 -2 -1
0
Figura 6. Diagrama de compresión del fruto de la higuerilla
tipo I en posición vertical.
Cuadro 5. Módulo de Young de la higuerilla tipo I.
Núm.
1
2
3
4
Parámetro
Valor máximo
Valor mínimo
Valores medios
Desviación estándar
Módulo de Young (pa)
18000000
2700000
11.778x106
3169363.43
Conclusiones
Como resultado de la investigación fueron determinadas las
principales propiedades dimensionales y físico-mecánicas
de los frutos de la higuerilla (Ricinus communis L.),
requeridas para los estudios relacionados con la postcosecha
mecanizada de este producto.
Se determinó la carga máxima que soporta el fruto a
compresión en dos posiciones para el descascarado del
fruto de la higuerilla tipo I, siendo menor la carga aplicada
en el diámetro ecuatorial, pero existe mayor riesgo de
dañar mecánicamente la semilla. Lo ideal para efectuar el
descascarado es orientar el fruto en la posición polar, para
no dañar mecánicamente el grano.
Literatura citada
Almeida, F. A. C.; De Oliveira, M. E. C.; Pereira, P. G. J.;
Rubens, F. da Costa, F. R.; Neto Figueirêdo, A. e
Oliveira, F. M. de M. 2007. Avaliação da debulha
mecânica em sementes de milho. Rev. Brasileira de
Engenharia Agrícola e Ambiental. 11(2):217-221.
648
Bouza, M. Y.; Martínez, R. A.; Mederos, L. D. y Pérez, B.
P. 2007. Determinación de propiedades físicomecánicas de los frutos del Neem relacionadas con
la cosecha mecanizada por vibración. Rev. Cien. Téc.
Agrop. 16(3):37-42.
Canavos, G. C. 1999. Probabilidad y estadística. Ed. Mc
Graw Hill. México. 651 p.
Fanan, S.; Fratin, M. P.; Paes de Camargo, M. B. and Galbieri,
R. 2009.Description of agronomic characteristics
and harvest time evaluation in the yield of castor
bean cultivar IAC 2028. Bragantia, Campinas. 68:2.
Ferreira, I. C.; Silva, R. P.; Lopes, A. e Furlani, C. E. A.
2007. Perdas quantitativas na colheita de soja em
função da velocidade de deslocamento e regulagens
no sistema de trilha. Engenharia na Agricultura,
Viçosa, MG. 15(2):141-150.
García, R. F.; de Queiroz, D. M.; Fernándes, H. C. e Miyagaki,
O. H. 2003. Simulação do comportamento dinâmico
de um conjunto trator-colhedora de feijão. Rev.
Bras. Enge. Agríc. Amb. 7(3):565-571.
Goytia, J. M. A.; Gallegos, G. C. H. y Núñez, C. C. A. 2011.
Relación entre variables climáticas con la morfología
y contenido de aceite de semillas de higuerilla (Ricinus
communis L.) de Chiapas. Revista Chapingo. Serie
Ciencias Forestales y del Ambiente. 17(1):41-48.
Guzmán, S. E. 1970. El cultivo de la higuerilla en Oaxaca.
Dirección General de Agricultura. Departamento
de Extensión Agrícola. Sección de divulgación.
Chapingo, Texcoco, Estado de México. 5 p.
Hussain, A. A. M.; Sabur, M. A. and Rahman, M. M.
1980. Design and construction of a manually
operated castorbean-cum-sunflower seed dehuller.
Agricultural Mechanization in Asia. 11(2):83-84.
Infante, G. S. y Zárate de, L. G. P. 2000. Métodos estadísticos.
Ed. Trillas. México. 643 p.
López, B. V.; Villaseñor, P. C. A. y Pérez, L. A. 2011.
Propiedades mecánicas y respuesta fisiológica de
frutos de chicozapote bajo compresión axial. Rev.
Cienc. Téc. Agropec. 20(3):73-80.
Martínez, B. E. 1970. Prueba comparativa de adaptación y
rendimiento de 2 variedades y 4 híbridos de higuerilla
enana en el municipio de General Escobedo N. L.
Tesis profesional. Universidad de Nuevo León.
Facultad de Agronomía. Monterrey, N. L. 102 p.
Mayorga, H. E; Rössel, K. D.; Ortiz, L.; H.; Quero, C. A.
R. y Amante, O. A. 2004. Análisis comparativo
en la calidad de fibra de agave lecheguilla torr.
procesada manual y mecánicamente. Agrociencia.
38(2): 219- 225.
649 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Soares, S. L.; Gomes, de A. W.; De Olivera, F. M. A.;
Araujo, G. J. and Milani, M. 2009. Variability
on porcentaje of seed hulls of castor seed and
its importance to breeding. Centro de Ciencia
Agraria- Universidade Federal do Ceare,
Fortaleza, C. E. Rev. Cienc. Téc. Agropec.
40(1).
Souza, A. C. M.; Pinto, de C. F. de A.; Mantovani, Ch. E.
e Queiroz, M. D. 1998. Simulação e análise do
processo de trilha e separação mecânica do milhopipoca. Rev. Brasileira de Engenharia Agrícola e
Ambiental. 2(2):212-218.
Scholz, V. e Da Silva Nogueira, J. 2007. Óleo de
mamona como combustível: fatos, perspectivas
e riscos. Engenharia na Agricultura, Viçosa, MG.
15(2):168-172.
Pedro Cruz Meza et al.
Schoenleber, L. G. and Bouse, L. F. 1964. Mechanized
Harvesting of Castor Beans. Transactions of the
ASAE. 97-99 pp.
Tobar, H. J. R. 1981. Evaluación de tres densidades de siembra
en variedades guatemaltecas e híbridos sur africanos
del cultivo de higuerillo (Ricinus communis L.).
Tesis profesional. Universidad de San Carlos de
Guatemala. Facultad deAgronomía. Guatemala 152 p.
Valdés, H. P. A.; González, C. D. y Martínez, R. A. 2008.
Determinación experimental de propiedades físicomecánicas de la caña de azúcar para su procesamiento
en picadoras de forraje. Rev. Cienc. Téc. Agropec.
17(2):1-6.
Vázquez, G. F. 1993. El cultivo de la higuerilla (Ricinus
communis L.) en México. Tesis profesional.
Chapingo, Estado de México. 165 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 650-658
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales
en los motores de combustión
Hipólito Ortiz Laurel1§, Dietmar Rössel Kipping2 y Ulrike Schümann3
Campus Córdoba. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Carretera Federal Córdoba-Veracruz, km 348. Congregación Manuel León, Amatlán de los Reyes,
Veracruz, México. C. P. 94946. Tel. 2717166000. 2Campus San Luis Potosí. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Iturbide Núm. 73. Salinas de Hidalgo, S. L.
P. México. C. P. 78600. Tel: 4969630448. [email protected]. 3Faculty for Mechanical Engineering and Marine Technics. University of Rostock. Albert Einstein Str.
2. 18059. Rostock. Germany. [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Los combustibles fósiles son aquellos que provienen de
restos orgánicos vegetales y animales y se extraen de la
naturaleza. Estos combustibles son contaminantes del
medio ambiente a través de los gases que salen de los
motores de combustión. El biodiesel es un combustible
de origen vegetal obtenido a partir de los aceites vegetales
de semillas, plantas y algas oleaginosas. El biodiesel es
menos contaminante que los combustibles fósiles. Este
trabajo presenta una revisión de las propiedades entre del
biodiesel y del aceite vegetal con el propósito de determinar
la posibilidad de usar directamente el aceite vegetal en
lugar de procesarlo y transformarlo en biodiesel. Aunque
algunas son muy parecidas, otras difieren bastante y son
éstas últimas las causantes de los mayores problemas de su
uso en los motores de combustión. Los aceites vegetales
crudos se pueden utilizar en automotores diesel, aunque debe
prestarse especial atención, sobretodo, a la cristalización
de sus ceras a bajas temperaturas y a su contenido de agua,
cosa que llevaría problemas en los filtros de combustible y
en el sistema de inyección respectivamente. Por el contrario,
para que un automóvil cualquiera de serie pueda utilizar un
tipo de biodiesel determinado sin problemas, éste último
debe cumplir unos requisitos mínimos, principalmente
por el hecho de que se deben realizar procesos diferentes
a los aceites en función de su procedencia. Una operación
confiable y de bajo impacto ambiental del uso de los
motores de combustión interna solamente será posible si, las
propiedades relevantes de estos combustibles están definidas
y con valores dentro de los límites especificados.
Palabras clave: aceite vegetal, bioenergético, biodiesel,
combustible, propiedades.
Introducción
A lo largo de la historia la humanidad ha sido exitosa en la
producción de alimentos para su sustento: como ejemplo,
en el siglo pasado el estimado de la demanda de alimentos
se duplico. Sin embargo, este logro se alcanzo utilizando
una mayor cantidad de energía para producirlos que la
energía obtenible a partir de éstos. Bajo esta premisa y
con el propósito de estar en condiciones de equilibrar este
consumo energético excesivo, conviene recordar el concepto
de la producción orgánica que por definición utiliza mucho
menos energía, lo cual no solo es favorable para la salud
humana, pero también para el balance energético, lo que da
como resultado de que se requiera 20% menos de alimentos,
con lo que se utiliza 50% menos de energía técnica. De ahí
que surge el cuestionamiento, acerca del uso que se da a
la producción de la energía biológica, que en el caso de
los cultivos bioenergéticos: por ejemplo, debiera ser en la
obtención de biomateriales o bioenergía, en cumplimiento
de la definición de la energía técnica (Meier et al., 2007).
Los aceites vegetales obtenidos a partir de cultivos como la
colza, palma, soya, girasol y olivo, son ya utilizados como
combustibles alternativos en los motores diesel desde hace
651 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
ya casi nueve décadas y es este uso potencial el que ha atraído
recientemente la atención de los investigadores (Altin et al.,
2000; Jones y Peterson, 2002; Blauensteiner y Gruber, 2009).
En promedio para la producción agrícola se requiere
alrededor de 12% de energía para la obtención del fruto del
cultivo, mientras que para su almacenamiento, transporte y
la transformación se requiere una cantidad muy superior a
esa. En el caso de utilizar el aceite vegetal en la elaboración
de biodiesel se necesita 27% de energía adicional. Estos
últimos datos son contradictorios, cuando por un lado, se le
otorga mayor atención a la selección de la especie vegetal, a
los agroquímicos empleados, al clima, al almacenamiento
técnico, a la preparación del material orgánico, la extracción
del aceite y procesos pos-limpieza y en segundo término al
almacenamiento y al transporte del aceite que se requiere para
su procesamiento (Stumborg et al., 1999; Schwab et al., 2003).
Esta fase también influye en las características finales del
aceite vegetal, las cuales pueden ser diferentes, debido a; la
calidad de la semilla, al procesamiento, su almacenamiento
y transporte y en el que se pueden presentar las siguientes
particularidades sujetas a una irregular variabilidad, como
son; una impureza total, su contenido de ácidos, la estabilidad
de la oxidación, el contenido de azufre, de calcio y de
magnesio, el contenido de ceniza y el contenido de humedad
(Pryde, 1982; Blauensteiner y Gruber, 2009).
Básicamente el aceite vegetal es un combustible muy
confiable (Peterson et al., 1983). Se caracteriza por
tener una mayor viscosidad así como un mayor punto de
combustión (Hewett, 2007). Estas propiedades le confieren
la muy conocida capacidad para cocinar, aunque se tienen
dificultades para lograr una combustión óptima, debido
principalmente a no disponer de un producto libre de residuos.
Siendo un producto de la naturaleza, es normal que el aceite
vegetal puro se encuentre aún con materiales en suspensión
y con diversos grados de suciedad (Peterson, 1986).
A simple vista, las ventajas que se le conceden al aceite
vegetal natural son: alto potencial calorífico (gran densidad
energética); forma líquida, y por ello, fácil de usar; cuando
se quema emite menos hollín; tiene una alta eficiencia
energética; no es tóxico ni dañino para los humanos,
animales o agua; no es inflamable ni explosivo y no emite
gases tóxicos; es fácil de almacenar, transportar y utilizar;
no causa daños si se vierte accidentalmente; en su manejo no
se requiere tomar precauciones especiales; es producido de
forma directa por la naturaleza (no ha de ser transformado); es
Hipólito Ortiz Laurel et al.
una forma reciclable de energía; no tiene efectos ecológicos
adversos cuando es utilizado; no contiene sulfuro (no genera
lluvia acida cuando es usado); cuando se quema es neutral
en CO2 (no contribuye al efecto invernadero).
De lo anterior, es conveniente señalar que el valor potencial
del producto, es lo que le interesa al usuario final está sujeto
a la duración y calidad de su almacenamiento, así como
su permanencia en el tanque de combustible del vehículo,
que sin lugar a dudas se reduce aún más por la acción del
oxígeno, del hidrógeno, de las altas temperaturas y del tipo
de material de que está construido ese contenedor (Pryde,
1982; Tickell, 2003).
Ante esta serie de vicisitudes, surge el cuestionamiento de
si resulta favorable elaborar biodiesel (Griffin Shay, 2003)
a partir del aceite vegetal ó es más eficiente la obtención de
la energía técnica, para alcanzar un equilibrio para el medio
ambiente y la economía al utilizar el aceite directamente
en el motor (Lawson, 2006; Hewett, 2007; Blauensteiner
y Gruber, 2009). Para dar una primera respuesta a esta
pregunta, es conveniente revisar qué problemas plantea
el uso del aceite directamente en el motor de combustión
interna.
Antecedentes
El uso de los aceites vegetales para el funcionamiento de
los motores de combustión interna presentan exigencias
especiales, por lo que, el proceso de evaluación de la calidad
del funcionamiento y la detección de los parámetros que
intervienen para asegurar una calidad satisfactoria son de
vital importancia (Blauensteiner y Gruber, 2009). Por un
lado, el conocimiento de las propiedades de los materiales
de las piezas y su exposición al contacto con este producto
y de su comportamiento cuando se exponen a las probables
variaciones en sus especificaciones (aceite vegetal de
varias fuentes). Los probables resultados de esta constante
interacción, dirigida a lograr un producto de calidad para
conseguir un correcto funcionamiento de los motores de
combustión interna es un área en la que la investigación es
aún incipiente.
El aceite vegetal como producto natural, nunca está
completamente limpio, por ello es transportado bajo
condiciones controladas, con un sistema de filtrado
(generalmente utilizando dos filtros) así como calentado
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales en los motores de combustión
en un intercambiador de calor (Jones y Peterson, 2002).
Para poder usar el aceite vegetal como combustible,
es recomendable realizar una serie de modificaciones
técnicas en el motor. Por ejemplo, se deben colocar filtros
fabricados específicamente para manejar este producto, se
debe modificar el sistema de inyección, en las bujías y en la
mecánica de control así como en la electrónica de control.
Es necesario hacer notar que sin estas modificaciones
tecnológicas la mezcla de aceite vegetal ocasionaría graves
daños inevitables en el motor diesel (Nwafor et al., 2000;
Nwafor, 2004).
652
¿Cuáles son las exigencias respecto al funcionamiento del
motor frente al aceite vegetal? Entre las más importantes
se encuentran; el sostenimiento de la misma calidad para
su funcionamiento independientemente del tiempo en el
que va ser utilizado, la variación de las características solo
en el rango definido y una reserva de la calidad para el
tiempo de almacenamiento y el transporte (Ryan III et al.,
1984; Remmele y Thuneke, 2007; Blauensteiner y Gruber,
2009). Los Cuadros 1, 2 y 3 muestran una comparación de
parámetros que orientan sobre las múltiples ventajas de
utilizar el aceite vegetal en un motor de combustión interna.
Cuadro 1. Empleo de mano de obra y energía necesaria para la obtención de aceite y biodiesel.
Aceite vegetal
Mano de obra
a) Limpieza de la semilla
b) Extracción de aceite en frío
c) Filtración de aceite
Energía necesaria
Producción de aceite vegetal
Preparación del aceite
Esterificación
Ganancia por la glicerina
Total
Biodiesel
a) Limpieza de la semilla
b) Tratamiento con vapor
c) Extracción en caliente
d) Extracción de hexano
e) Destilación de hexano
f) Limpieza de la goma seleccionada del aceite
g) Refinación del aceite
h) Esterificación del aceite
12%
3%
15%
12%
7%
17%
4% (positivo)
32%
Cuadro 2. Almacenamiento, transporte, medio ambiente y aspectos sociales.
Almacenamiento y transporte
Medio ambiente
Degradación por microorganismos
Contaminación de agua
Toxicidad hacia los humanos
Ciclo de la materia
Aspectos sociales
Estrategia
Logística o transporte
Distancias de transporte
Funcionalidad
Ganancia regional
Aceite vegetal
Biodiesel
Totalmente sin problemas
Mayor riesgo
Más inflamable
Daña más al ambiente
Muy rápido
Ninguno
Ninguno (aceite comestible)
Sencillo de cerrar el ciclo
Lento
Leve
Venenoso
Reciclaje costoso
Descentralizado de tamaño pequeño
Sencillo
Pequeño
Grande
Alto
Centralizado, instalación grande
Más complejo
Largas
Reducido
Pequeño
Hipólito Ortiz Laurel et al.
653 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 3. Costos para la técnica de elaboración de biodiesel y de obtención de aceite vegetal.
Técnica
Aplicación del motor al combustible
Para producción en el taller (a gran escala)
Combustibles
Gastos de producción
Precios de mercado
Aceite
Biodiesel
Valor ($)
20 mil a 60 mil
Menos de 3 mil
3 mil a 4 mil
Menos de 3 mil
Pesos/cada motor
Pesos/cada motor
3.75 hasta 6
7.5 hasta 9
6.65 hasta 9
9.75 hasta 12
Pesos/litro
Pesos/litro
Del análisis de los cuadros anteriores, es conveniente
cuestionarse nuevamente si existen mejores usos para
estos productos sin que se impacte negativamente al medio
ambiente, a la energía y a la economía. El principal elemento
de los aceites vegetales que afectan su uso directo en los
motores son los triglicéridos, cuya cantidad puede variar
desde 94.4 hasta 99.1% (m m-1). En segundo término,
se encuentran: los lípidos de fósforo, los ácidos grasos
libres, los alcoholes grasosos, las parafinas, las ceras, los
tocoferoles, la clorofila y los enlaces con azufre (Graboski
y McComirck, 1998).
Un grupo final que requiere de atención es la influencia de
la estructura química del progenitor; es decir, las especies
vegetales que dieron origen al aceite y los aditivos agregados
en su procesamiento (Hewett, 2007). Por esto último, antes
de planificar un desarrollo tecnológico y genético se debe
investigar el comportamiento de las características y su
posible impacto en su potencial aplicación.
Se distinguen tres grupos de características que influyen
en los atributos del producto final. El primero se refiere a
esas características que ya están definidas por la estructura
química y que no pueden ser cambiadas con facilidad
(Deutsches Institut für Normung e.V., 2006). Por ejemplo,
su conductividad térmica, su capacidad para expulsar el aire,
su capacidad para cambio de estado a gas, la capacidad del
gas de desprender olor, su estabilidad térmica, su capacidad
térmica, su densidad, su capacidad de expulsión del material
con alto punto de la temperatura de ser líquido (triglicéridos
saturados de cadenas largas) y su compresibilidad.
El segundo grupo lo componen las características
particulares de las especies vegetales, por lo que a través
de la selección de las especies es posible determinar, por
ejemplo, el contenido de yodo, la estabilidad de la oxidación,
el contenido de azufre, la viscosidad y su capacidad para
transformarse en carbón. Como tercer grupo se tienen las
características que pueden modificarse con la adición de
aditivos; por ejemplo, esas que influyen en el punto de
inflamación, la viscosidad (parcial), la estabilidad de la
oxidación, el punto de solidificación y su capacidad para
facilitar el arranque del motor en frío.
A manera de ejemplo, puede mencionarse que para el uso
del aceite de colza se han elaborado ciertas normas, como
la ISO 3170, DIN 51750 parte 1 y 2 y el Cuadro 4 presenta
la lista de parámetros que deben ser sujetos de control, de
conformidad con la norma DIN 51605:2010-09 (Deutsches
Institut für Normung e.V., 2006; Remmele y Thuneke, 2007).
Cuadro 4. Parámetros establecidos por la norma DIN 51605:2010-09 que requieren control.
Parámetro
Dictamen visual
Cantidad de ácidos
Estabilidad de oxidación 110 °C
Contenido de P
Contenido de agua
Contenido de ceniza
Densidad con 15 °C
Protocolo de la prueba
Unidad
DIN EN 12662
DIN EN 14104
mg kg-1
mg KOH g-1
Valor límite por DIN
51605:2010-09
Libre de impurezas visuales
24 max
2.0 max
DIN EN 14107
DIN EN ISO 12937
DIN EN ISO 6245
DIN EM ISO 12185,
DIN EN ISO 3675
mg kg-1
(%) de la masa
(%) de la masa
kg m-3
12 max (2012 31 max)
0.075 max
0.01 max
900-925
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales en los motores de combustión
654
Cuadro 4. Parámetros establecidos por la norma DIN 51605:2010-09 que requieren control (Continuación).
Parámetro
Protocolo de la prueba
Unidad
Contenido total de Ca y Mg
DIN EN 14538
mg kg-1
Valor límite por DIN
51605:2010-09
20 max
Punto de inflamación por P- Mg-1
DIN EN 22719
°C
101 min
Poder calorífico
DIN 51900-1-2-3
MJ kg-1
36.0 min
Viscosidad cinética a 40 °C
DIN EN ISO 3140
mm s
38 max
Residuos de carbón
DIN EN ISO 10370
(%) de la masa
0.40 max
DIN EN 14111
G 100 g-1
125 max
DIN EN ISO 20884 y
DIN EN ISO 20846
mg kg-1
10 max
Cantidad de yodo
Contenido de azufre
Análisis de la información
Producto de la revisión de las diferentes características,
se pueden establecer los indicadores de las variaciones
que pudieran diferir del estándar de la calidad, cuando el
producto está destinado a utilizarse en el motor (Deutsches
Institut für Normung e. V., 2006; Remmele y Thuneke, 2007;
Blauensteiner y Gruber, 2009).
Evaluación visual por medio de la norma DIN
51605:2010. El protocolo de este estándar establece el
procedimiento de la percepción visual, en el que bajo esta
revisión se detecte los sólidos de las impurezas y del agua
libre.
La presencia de esos parámetros es indicativa de un
probable incremento de las cantidades límites permisibles
de la impureza total, de la cantidad de P-, Ca- y Mg- o del
contenido de agua.
Olor. El olor percibido tiene que ser típico, no rancio o
picante.
Un olor atípico es una señal inequívoca de la probabilidad de
que exista un valor superior al del límite para la estabilidad
de la oxidación y de elementos extraños no deseados.
Densidad a 15 °C. Determinada mediante el protocolo de
la norma DIN ENISO 3 675, el cual permite un valor límite
mínimo de 900 kg m-3 y de 925.0 kg m-3 propuesto por la
norma DIN 51605:2020-09. Éste valor es importante para
planear la logística y el mercadeo, además de que influye
en el cálculo del volumen de la masa.
2 -1
Una densidad fuera de esos límites es una señal inequívoca
de que se tienen materiales extraños en la mezcla, que pueden
ser otras grasas o aceites.
Punto de explosión. Éste valor se mide por medio de la
norma DIN EN 2719 siguiendo el método de PenskyMartens, empleando un recipiente de fundición cerrado a
presión y debe tener un valor límite de temperatura de 101
°C establecido por la norma DIN 51606:201009.
Este valor es importante para la seguridad de los usuarios
durante el transporte del producto y durante su
almacenamiento. En el caso de la existencia de un punto
de explosión ≤ 100 °C, se le considera como material
peligroso (≥ 20% (m m-1) para diesel) y si éste punto se
presenta a ≤ 55 °C es un sustrato peligroso (≥ 5% en el
caso de la gasolina).
Viscosidad cinética. Éste valor se mide a 40 °C mediante
la norma DIN EN ISO 3104 y es importante para facilitar
el bombeo del material y para la eficiencia de la función
de los inyectores. El valor límite es 36.9 mm2 s-1, definido
por la norma DIN 51605: 2010-09. Los resultados están
directamente relacionados a la composición de los ácidos
grasos y a la temperatura del material.
Cantidades mayores a ese límite provocan problemas del
flujo del material (arranque del motor en frío), sobrecarga
de las bombas de transporte del material y las bombas de
inyección e inducen una preparación deficiente de la mezcla
en el motor. Las causas probables se deben a procesos
incompletos de maduración y a la presencia de aceites grasos
con cadenas largas.
655 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Poder calorífico. Ésta característica como valor bajo de
calor presenta la energía de calor cual se libera en el caso de
quemar y reducido por la energía para la condensación del
vapor que se genera medido bajo de DIN 51999-1 y -3. Este
valor tiene el límite de 36 000 kJ kg-1 definido por la norma
DIN 51605: 2010-09 y el valor promedio está fijado en 37
500 kJ kg-1. Estos valores son importantes para el contenido
de energía y la cantidad del consumo por el motor. Valores
fuera de los límites catalogados por la norma DIN son causa
para un consumo extendido en el motor.
Explosividad. La explosividad está caracterizada por
el valor cetano, que es definido por la norma DIN EN
ISO 15195 y está caracterizada por la capacidad de autoexplosión del material. El valor límite es 40 como mínimo
establecido por la norma DIN 51605: 2010-09 y el valor
promedio es 44.5.
Si hay un retraso largo de la explosión en el motor se
suceden altas cargas de los elementos de la construcción y un
deficiente encendido del motor con bajas temperaturas del
ambiente. La determinación del valor cetano en un motor de
pruebas con el uso de aceites vegetales es muy complicada
y como de momento no se dispone de este motor, este valor
aún no está determinado con precisión.
Residuos de carbón en el motor. Estos residuos son restos
de carbón y de ceniza definidos por la norma DIN EN ISO
10370 y el valor límite es 0.40% (m m-1) mediante la norma
DIN V 51605: 2006-03. Esta particularidad se distingue por
la capacidad de generar carbón, lo que conduce a que estos
residuos de material se adhieran (incrustaciones) sobre los
elementos de construcción calientes y en particular ante la
ausencia de aire.
La presencia de esta característica genera incrustaciones de
carbón en el área de la bomba de inyección, los inyectores,
en los anillos de los pistones, las válvulas y otras partes que
intervienen en el proceso del encendido. La causa se debe a
impurezas en los aceites que contienen una gran cantidad de
ácidos grasos no saturados, por ejemplo, el aceite de linaza.
Los cuales; sin embargo, pueden aprovecharse para mejorar
el valor cetano.
Cantidad de yodo. Esta característica se distingue porque
en promedio se exhibe un enlace doble en la molécula. Este
enlace y la cantidad de yodo se pueden determinar con
nitratación con la preparación de una solución Wijs, como
está establecido por la norma DIN EN ISO 14111 y que
Hipólito Ortiz Laurel et al.
debe tener un valor límite de 125 g yodo 10 g determinado
por la norma DIN 51605:2010-09. Lo fundamental de esta
característica es que influye en la cantidad de halógenos
expresados en unidades de yodo.
Los problemas que exhibe esta característica se detectan
como sedimentaciones en el área de la bomba de inyección
y los inyectores, así como en los anillos de los pistones, la
polimerización de los aceites usados para la lubricación,
ocasiona pérdidas por una lubricación deficiente y la
presencia de gomas en el tanque del diesel. Las causas a las
que se les atribuye estas consecuencias son; impurezas en
los aceites con una alta cantidad de enlaces múltiples, como
el aceite de girasol o de linaza.
Contenido de azufre. El contenido de azufre se determina
por el análisis de roentgen haciendo uso de la norma DIN
EN ISO 20884 y tiene el valor límite máximo de 10 mg kg-1
establecido por la norma DIN 51605: 2010-09. Cuando el
valor de ésta característica supera el límite previsible, se
incrementa la emisión de gases de escape, la corrosión y
muy probablemente una acción de ácidos. De lo anterior,
es importante entender que, el contenido de azufre es
perjudicial para los catalizadores, ya que promueve la
corrosión y propicia la acidez del aceite del motor.
Impurezas totales. Las impurezas totales se miden con el
método de filtración para un diámetro de los poros de 0.8
µm, haciendo uso de la norma DIN EN ISO 12662 y se puede
permitir un valor límite máximo de 24 mg kg-1 determinado
por la norma DIN 51605: 2010-09. Las impurezas tienen su
origen en el polvo, en las partes de las plantas, residuos en
los medios de filtración y oligómeros de los ácidos grasos.
Cantidades mayores a los límites establecidos provocan el
tapado de los filtros, una deficiente lubricación y acelerado
desgaste de las bombas de inyección. Estos perjuicios se
deben a una defectuosa técnica de filtración, filtros de
seguridad incorrectos, recipientes de almacenamiento
con impurezas y un incompleto vaciado del aceite de los
recipientes.
Cantidad de ácidos. La cantidad de ácidos se mide por
titración, donde se incluye también la determinación de KOH
por la norma DIN EN ISO 14104, mientras que la norma DIN
51605: 2010-09 establece un valor límite de 2 mg KOH g-1.
Esta característica influye en el contenido de ácidos grasos
libres y puede provocar una aceleración en la madurez del
aceite por la división molecular de los iones de hidrógeno.
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales en los motores de combustión
Cantidades en excesos de esta característica provoca corrosión
de las bombas de inyección y causa la congelación del aceite
lubricante. El origen de que se genere esta situación se debe
a la presencia de semillas sin madurar, un gran porcentaje
de granos rotos, semillas en proceso de germinación y a un
deficiente almacenamiento de la semilla y del aceite.
Estabilidad de la oxidación. Ésta característica a una
temperatura de 110 °C acelera el proceso de madurez y ésta
se mide mediante la norma DIN EN ISO 4112. El valor límite
mínimo está definido en 6 h por la norma DIN 51605-09.
Éste valor es importante para determinar su capacidad de
almacenamiento, la pre-madurez debido al oxigeno y la
reacción con el aceite del motor.
Un exceso de esta característica promueve el desarrollo de
polímeros no solubles con el aceite, de resinas adheridas a
los elementos de las bombas de inyección, de las agujas de
los inyectores, a los anillos de los pistones, a los tanques y
a la polimerización del aceite de lubricación. Los agentes
causantes son el jugo de los ácidos grasos, la calidad
del almacenamiento a que son sometidas las semillas,
el almacenamiento del aceite y al uso de aditivos como
antioxidantes. De ahí que se tenga un aceite muy espeso, se
realice la polimerización de aceite lubricante, el desgaste de
los cilindros, entre otras secuelas.
Contenido de fósforo. Los elementos de fósforo se miden
con ICP/OES por la norma DIN EN ISO 14107 y el valor
límite es 12 mg kg-1 como máximo (a partir del año 2012, éste
será 3 mg kg-1 como máximo) por la norma DIN 51605:201009. Este es importante debido al incremento en la cantidad
de ceniza y por el daño que ocasiona al catalizador.
Por lo anterior, los problemas más inmediatos se reflejan en la
posibilidad de saturar el filtro por el incremento de los lípidos
de fósforo, de las sedimentaciones tanto en el cilindro, de esas
en la parte superior de las válvulas, como en los catalizadores,
etc., y las causas se deben principalmente a la presencia de
una gran cantidad de semillas rotas, así como el empleo
de elevadas temperaturas durante la extracción del aceite.
Contenido de calcio y magnesio. La suma de las cantidades
de calcio y magnesio se mide con la determinación de
elementos, mediante el protocolo ICP/OES de la norma DIN
EN ISO 14538 y el valor límite máximo es 20 mg kg-1 (a partir
de 2012; en Ca el máximo será de 1 mg kg-1 y en Mg el máximo
será de 1 mg kg-1) establecido por la norma DIN 51605: 201009. El contenido de estos elementos es muy importante, ya
656
que influyen en la cantidad de ceniza producida, además de
que ésta es perjudicial para el catalizador. Por lo anterior,
una cantidad superior al límite es la responsable de las
incrustaciones en el cilindro y encima de las válvulas además
de que provoca la desactivación de los catalizadores.
Las causas se deben a la presencia de una gran cantidad de
granos rotos y a que la extracción del aceite se realiza con
calor excesivo. Las consecuencias del uso de éste producto
es el desgaste de las superficies exteriores de los pistones,
de los anillos con capas de minerales, entre otros.
Contenido de ceniza. La ceniza de óxido está definida
por la norma DIN EN ISO 6245 y el valor límite máximo
es 0.01% (m m-1), introducido por la norma DIN V51605:
2006-03. Ésta característica es responsable de la presencia de
residuos en el motor y en otras partes. Las sedimentaciones
y desgaste en el cilindro (superficie del cilindro y anillo
del pistón, asientos de las válvulas, etc.) son producto de la
excesiva cantidad de éste compuesto. Las principales causas
que conducen a ésta cualidad son la gran cantidad de granos
rotos, la extracción del aceite con temperaturas elevadas y
la contaminación con polvo durante el almacenamiento.
Contenido de humedad. El contenido de humedad a partir del
proceso Karl Fischer- la titración está definido por la norma
DIN EN ISO 12937 y el valor límite máximo establecido por
la norma DIN 51605: 2010-09 es de 750 mg kg-1. Este valor
tiene importancia para el proceso de maduración del aceite y
su efecto en la aceleración de la corrosión.
Esta particularidad provoca en su acción la expulsión del
agua libre, el proceso de emulsión, la cristalización del hielo,
el crecimiento de bacterias, la capacidad de inflamación
de los lípidos de fósforo y la hidrólisis de los triglicéridos.
El origen de estas causales es un secado incompleto de las
semillas y a un deficiente almacenamiento de las semillas
y del mismo aceite vegetal.
Conclusiones
Las características del producto como combustible están
directamente vinculadas con la estructura molecular que
ostenta, debido en parte a las especies vegetales de los que
proceden, a los aditivos agregados, al procesamiento, a su
almacenamiento y a su porte, que lo orilla a modificarse
tanto positiva como negativamente.
657 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Para garantizar el uso de este producto en los motores de
combustión interna es conveniente que el combustible
cumpla con los lineamientos de las normas. Por lo anterior,
el aceite vegetal necesita exhibir y mantener una reserva
de la calidad como combustible para el transporte y el
almacenamiento. El cumplimiento de los valores límites
establecidos por las normas es fundamental para garantizar
la seguridad del funcionamiento de los motores, por lo que
es importante poner especial atención a ese aspecto mediante
un desarrollo programado con pruebas de validación, para
cumplir fielmente con el procedimiento del uso de los aceites
vegetales en los motores.
Los riesgos más comunes que pueden manifestar los
motores de hoy en día, al no cumplir con los límites
establecidos por las normas que han sido desarrolladas
para este propósito son; presencia de carbón, impurezas
totales, contenido de P, Ca y Mg, mayor cantidad de ácidos
y estabilidad de oxidación. Por lo anterior es conveniente
instalar un sistema de control que asegure una calidad
uniforme del aceite vegetal.
Los procesos requeridos en la producción del biodiesel
comparados al material de salida del aceite vegetal resultan
más caros en la fabricación y por lo tanto de su venta en el
mercado. Asimismo, en comparación con el aceite vegetal y
con el combustible diesel, el biodiesel proporciona un valor
energético un poco menor, lo que se traduce en un aumento
del consumo que puede oscilar entre 5 y 8%.
Las características típicas de los aceites vegetales que
influyen en su comportamiento como combustible en
los motores de combustión interna son: a) excelente
comportamiento: viscosidad- temperatura (mayor de
200); b) mayores cantidades de ácidos no saturados en
la molécula que ayudan a mejorar el comportamiento
en el rango frío; c) considerables cantidades de yodo,
que causan una menor estabilidad contra la madurez;
y d) grandes valores para elaborar jabón, debido a que
existe una gran cantidad de grupos de esteres en el
molécula.
Literatura citada
Altin, R.; Cetinkayab, S. and Serdar, Y. H. 2000. The potential
of using vegetable oil fuels as fuel for diesel engines.
Energy Conv. Manag. 42(5):528-538.
Hipólito Ortiz Laurel et al.
Blauensteiner, H. and Gruber, G. 2009. Demonstration of 2nd
generation vegetable oil fuels in advance engines. Work
package 3: fuel development. Waldland Vermarktungs
GmbH,Austria. 33 p. http://www.2ndvegoil.eu/global/
download/%7BADZGVAWSPK-29201111588TZAPZCPLAI%7D.pdf. (consulta julio, 2012).
Deutsches Institut für Normung e.V. 2006. DIN V 51605,
Krafftstoffe für pf lanzenöltaugliche MotorenRapsölkraftstoff-Anfordenerungen, Berlin, BeuthVerlag GmbH. 30 p.
Graboski, M. S. and McComick, R. L. 1998. Combustion
of fat and vegetable derived fuels in diesel engines.
Progress Energy Combustion Sci. 24(2):125-164.
Griffin, S. E. 2003. Diesel fuel from vegetable oils; status
and opportunities. Biom. Bio. 4(4):227-242.
Hewett, J. 2007. Biodiesel: reducing fossil fuel userevatalising agriculture. Landwards. 62(1):11-12.
Jones, S. and Peterson, C. L. 2002. Using unmodified
vegetable oils as a diesel fuel extender- a literature
review. In: Memorias de la Conference Bioenergy.
Idaho, USA. 9 p.
Lawson, J. 2006. Alternate reality: what are we going to
do once the oil reserves run out? What are the
myths about alternative fuels? Industrial Vehicle
Technology. October- November. 36- 42 pp.
Meier, M.A. R.; Metzger, O. and Schubert, U. S. 2007. Plant oil
renewable resources as green alternatives in polymer
science. Chem. Soc. Rev. 36(11):1788-1802.
Nwafor, O. M. I.; Rice, G. and Ogbonna, A. I. 2000. Effect
of advanced injection timing on the performance of
rapeseed oil in disesel engines. Renewable Energy.
21(3-4):433-444.
Nwafor, O. M. I. 2004. Emission characteristics of diesel
engine running on vegetable oil with elevated fuel
inlet temperature. Biom. Bio. 27(5):507-511.
Peterson, C. L.; Auld, D. L. and Thompson, J. C. 1983.
Experiments with vegetable oil expression.
Transactions of the ASAE. 26(5):1298-1302.
Peterson, C. L. 1986. Vegetable oil as a diesel fuel: status
and research priorities. Transactions of ASAE. Am.
Soc. Agric. Eng. 29(5):1413-1422.
Pryde, E. H. 1982. Vegetable oil fuel standards. In:
Memorias de la International Conference on Plant
and Vegetable Oils as Fuels. Am. Soc. Agric. Eng.
Michigan Il. USA. 101-105 pp.
Remmele, E. and Thuneke, K. 2007. Pre-standard DIN V
51605 for rapeseed oil fuel. In: Memorias de la 15th
European Biomass Conference and Exhibition.
Mayo, 2007 Berlín, Alemania. 2612-2613 pp.
Potencial para el uso directo de los aceites vegetales en los motores de combustión
Ryan III, T. W.; Dodge, L. G. and Callahan, T. J. 1984. The
effects of vegetable oil properties on injection and
combustion in two different diesel engines. J. Am.
Oil Chem. Soc. 61(10):1610-1619.
Schwab, A. W.; Bagby, M. O. and Freedman, B. 2003.
Preparation and properties of diesel fuels from
vegetable oils. Fuel. 66(10):1372-1378.
658
Stumborg, M.; Wong, A. and Hogar, E. 1999. Hydroprocessed
vegetable oils for diesel fuel improvement. Biores.
Technol. 56(1):13-18.
Tickell, J. 2003. From the fryer to the fuel tank: the
complete guide for using vegetable oil as an
alternative fuel. Tickell Energy. CA. USA.
165 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 659-663
Estudio experimental para la determinación de los coeficientes
de cultivo de la vainilla (Vanilla spp.)
Henry-Arturo Kelso Bucio1§, Khalidou-Mamadou Bâ1, Saúl Sánchez Morales2 y Delfino Reyes López3
Facultad de Ingeniería. Universidad Autónoma del Estado de México. Centro Interamericano de Recursos del Agua. Cerro de Coatepec, Ciudad Universitaria, C. P. 50110,
Toluca, Estado de México, México, [email protected]. 2Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Campo Experimental Ixtacuaco.
Carretera Martínez de la Torre-Tlapacoyan, km 4.5. Colonia. Rojo Gómez, C. P. 93600, Tlapacoyan, [email protected]. 3Escuela de Ingeniería Agrohidráuilica.
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. San Juan Acateno, Teziutlán, Puebla, México, [email protected]. §Autor para correspondencia: arturokb@
yahoo.com.mx.
1
Resumen
Introducción
El coeficiente de desarrollo del cultivo y la evapotranspiración
de referencia, son los dos factores indispensables para la
estimación de los requerimientos hídricos de los cultivos. El
objetivo de esta investigación fue estimar los coeficientes
de cultivo ex situ de la Vanilla spp. para la etapa inicial,
desarrollo, y mediados de temporada. Para estimar los
coeficientes de cultivo (Kc), se midió la evapotranspiración
real (ETr) y la evapotranspiración de referencia (ETo).
La ETr se determinó mediante un lisímetro de pesada
con precisión ± 0.108 mm y la ETo con el método de
Penman Monteith (PM), estimado mediante una estación
climatológica instalada dentro del sitio experimental
Ixtacuaco, ubicado en el Campo Experimental Ixtacuaco del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP). Los resultados de la estimación de Kc
para el periodo 2010 - 2012, fueron ajustados con el método
Linear-Plateau, donde se obtuvo un Kc para la etapa inicial
(Kcini) de 0.34, un Kc para la etapa de desarrollo (Kcdes)
de 0.34 - 0.90, y un Kc para la etapa media (Kcmed) de 0.9.
Finalmente, se obtuvo un requerimiento hídrico promedio
para la etapa inicial de 0.68 mm d-1, 0.27 mm d-1 para la etapa
de desarrollo y 0.19 mm d-1 para la etapa de mediados de
temporada, con una densidad de plantación de seis plantas
m-2 y un acomodo de plantas tipo “M”.
La vainilla es una orquídea de crecimiento epífito que posee
un tallo cilíndrico conformado por entrenudos con hojas
lanceoladas, ambos muy suculentos (Correll, 1953), crece
en climas subtropicales, cálidos y húmedos (Castillo et al.,
1993). La vainilla carente de una raíz pivotante, genera
sus raíces a nivel de entrenudos, donde se encuentran los
meristemos axilares y posee un sistema radical fasciculado,
el cual tiene un rango exploratorio no mayor a 30 cm de
profundidad, que se desarrolla entre la materia orgánica.
Además, posee raíces adventicias utilizadas como
sujetadoras y después de su crecimiento descendente en
busca de materia orgánica, dichas raíces absorben nutrientes
(Reyes et al., 2008).
Palabras clave: coeficiente de cultivo, lisímetro de pesada,
evapotranspiración real, evapotranspiración de referencia,
Vanilla spp.
El género Vanilla incluye 110 especies de orquídeas
distribuidas en diferentes regiones tropicales del mundo,
entre ellas Vanilla planifolia A y Vanilla tahitiensis son
las especies de mayor importancia económica en el
mercado; la primera es la más conocida en el mundo y
es la referencia cuando se habla de vainilla (Reyes et al.,
2008).
Etapas del crecimiento del cultivo de vainilla
Las etapas de crecimiento del cultivo de Vanilla planifolia
A y su determinación dependen del manejo cultural ejercido
y en particular del tipo de encauzamiento de las guías de
crecimiento de la vainilla.
660 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
El ciclo del cultivo varía de acuerdo al mantenimiento
que recibe y puede ser de 3 a 10 años. Las plantaciones
comerciales en México tienen una vida promedio de cinco
años, de los cuales, los primeros tres años son de desarrollo
vegetativo, mientras que los últimos dos años son de
producción (Elorza et al., 2007)
De acuerdo con la descripción realizada por Allen et al.
(1998) las diversas etapas de desarrollo vegetativo adaptadas
para la vainilla por Kelso (2009) son las siguientes:
Etapa inicial (Kcini). Comprende de la fecha de siembra
hasta 200 días después de la siembra (DDS); este tiempo es
el necesario para que la planta tenga una elongación mínima
de 1.5 m, y representa aproximadamente 10% del ciclo de
cultivo y de cobertura del suelo.
Etapa de desarrollo del cultivo (Kcdes). Comprende desde
el momento en que la planta tiene 200 DDS hasta el inicio
de floración o hasta el momento de alcanzar la cobertura
efectiva completa.
Etapa de mediados de temporada (Kcmed). Comprende desde
el inicio de la floración al inicio de la madurez del fruto,
indicada generalmente por el amarillamiento del extremo
distal del fruto.
Etapa final (Kcfin). Comprende desde el inicio de la madurez
de los frutos hasta la cosecha o dehiscencia de los mismos.
La vainilla se encuentra catalogada como uno de los cultivos
más redituables que existen en México (ASERCA, 2002).
Sin embargo, en la plantación existe una alta incidencia de
problemas fitosanitarios como pudrición de raíz (Fusarium
oxysporum f sp.), pudrición basa (Phytophtora sp.),
antracnosis (Colletotrichum sp.) y roya (Uromyces joffrini)
(Mesak et al., 1994; Sánchez et al. (2001) por lo que cada
año se tiene que resembrar aproximadamente 30% de la
plantación, para mantener una densidad de 2 280 a 10 000
plantas ha-1 (Sánchez, 1992). A pesar de que algunos autores
como Bouriquet (1954), y Damirón (2004); Elorza (2007)
reconocen la importancia de contar con un sistema de riego
desde el establecimiento del cultivo y durante todo el año
para evitar estrés hídrico en las plantas, y en consecuencia
pérdidas económicas (Pereira, 2007).
El sistema de riego usado para la vainilla es por aspersión con
nebulización, el cual mejora el follaje de la planta, incentiva
el crecimiento y ayuda a mantener la humedad relativa alta
Henry-Arturo Kelso Bucio et al.
durante el verano (Sadanandan y Hamza, 2006; Sujatha
y Bhat, 2010). También el sistema de riego por goteo es
utilizado para esta actividad, la cual reduce el área de mojado,
disminuye la humedad relativa y la incidencia de hongos
fitopatógenos (Kelso, 2009; Castro, 2011). Sin embargo, a
pesar de estos esfuerzos, se desconocen los requerimientos
hídricos de la vainilla.
Debido a la importancia del cultivo en México por ser
país de origen de esta orquídea y al desconocimiento de
los requerimientos hídricos de la vainilla, se ha planteado
esta investigación la cual tiene por objetivo estimar los
coeficientes de cultivo ex situ de la Vanilla spp. para la etapa
inicial (Kcini), desarrollo (Kcdes), y mediados de temporada
(Kcmed).
Materiales y métodos
El presente estudio se desarrolló en el sitio experimental
Ixtacuaco a 112 msnm, entre las coordenadas 20º 02’ 36’’
latitud norte y 97º 05’ 52.5’’ latitud oeste. Ubicado en las
instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) Campo
Experimental Ixtacuaco, perteneciente a la región Golfo
Centro, km 4.5 carretera Martínez de la Torre - Tlapacoyan,
estado de Veracruz.
El sitio experimental se conformó por una cubierta plástica de
200 µm de espesor y un sombreado de 85% para controlar los
aportes de la precipitación en el balance hidrológico, evitar
problemas fungosos en el desarrollo del cultivo debidos
al exceso de agua, y proporcionar la sombra requerida por
el cultivo para evitar lesiones en el tejido de la planta por
quemaduras de sol. La superficie aprovechable fue de 33
m2, donde se instaló un lisímetro de pesada.
Lisimetría
El lisímetro de pesada se conformó por un recipiente
metálico rectangular de 1.515 m de longitud ∗ 1.22 m de
ancho ∗ 0.29 m de alto (Figura 1), el cual se colocó sobre 4
celdas de carga con capacidad de 1 t, situadas en una base
de 1.2 m de largo ∗ 1.2 m de ancho. La señal transmitida
por la variación de peso en el recipiente se cuantificó con
un indicador modelo IPEN, mismo que fue conectado a una
impresora de impacto SRP-275 para efectuar la impresión
del peso actual a intervalo horario.
Estudio experimental para la determinación de los coeficientes de cultivo de la vainilla (Vanilla spp.)
Simbología
1.5
Estructura de PVC para el
soporte de las plantas
Sustrato de lombricomposta
y aserrín 20 cm de espesor
0.290
Recipiente metálico
1.220
Celda de carga
1.515
0 0.2
0.7
12 m
Figura 1. Croquis del lisímetro.
La precisión del lisímetro se determinó mediante la ecuación
(1).
Precisión (mm) =
PB
10
AL
(1)
Donde: PB= precisión de la báscula (g); y AL= área del
lisímetro (cm2).
La evapotranspiración de referencia ETo, se obtuvo
directamente de la estación climatológica instalada
dentro del sitio experimental Ixtacuaco que estima ETo
con el método de Penman Monteith (PM), ubicado en el
Campo Experimental Ixtacuaco del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Para llevar a cabo la estimación de ETr mediante el balance
hídrico se utilizó la ecuación de balance (Sánchez, 1992).
ETri= Pi + Ri – Di – Ei ± ∆Si (2)
Donde: ETri= evapotranspiración real del cultivo para el
periodo i (mm); Pi= precipitación para el periodo i (mm); Ri=
lámina de riego aplicada para el periodo i (mm); Di= drenaje
del lisímetro para el periodo i (mm); Ei= escurrimiento
superficial para el periodo i (mm); y ∆Si= cambio en el
contenido de almacenamiento de agua en el suelo para el
periodo i (mm).
El riego se efectuó de acuerdo con el potencial mátrico del
sustrato (Ψm) y el intervalo de riego se estableció a -20 kPa.
Establecimiento del cultivo
El sustrato del lisímetro fue una mezcla de lombricomposta
y viruta de madera en proporciones iguales de volumen
(v v-1), donde se establecieron seis esquejes de Vanilla
661
planifolia, dos esquejes de material resistente Vanilla spp. y
dos esquejes de Vanilla pompona todos de 1.5 m de longitud,
para obtener 6 plantas m-2.
Encauzamiento del cultivo. El manejo cultural
establecido correspondió al encauzamiento de guías tipo
“M”, la cual cosiste en evitar que la vainilla crezca por
encima de la horqueta del tutor, a una altura promedio
de 1.7 m, dejando a libre crecimiento la parte apical
de la vainilla y dirigirla hacia la materia orgánica, para
posteriormente realizar el capado de la vainilla. Su fin
es promover la emisión de brotes vegetativos a la altura
de la horqueta del tutor (1.7 m) y consiste en eliminar la
parte apical, más un entrenudo (10 cm) cuando la planta
alcanza una longitud aproximada de seis metros. Así, la
planta quedará preparada para la producción de fruto y
de esqueje, formando ramas desde la horqueta del tutor
(Sánchez, 1992).
Determinación de los coeficientes de cultivo
El coeficiente de cultivo se determinó mediante la relación
entre la ETr y ETo (Ecuación 3). El coeficiente de cultivo
integra los factores de la planta y el suelo. Sin embargo,
cuando no hay limitación de agua en el suelo, el factor planta
influye netamente en el Kc.
Kci=
ETri
EToi
(3)
Donde: Kci= coeficiente de cultivo en la etapa i; ETri=
evapotranspiración real del cultivo en la etapa i (mm d-1);
EToi= evapotranspiración de referencia en la etapa i (mm
d-1).
Los resultados obtenidos fueron sometidos a un ajuste
mediante el modelo Linear-Plateau y posteriormente
fueron graficados con el programa SigmaPlot® (versión
11), para obtener la curva del Kcini, Kcdes y Kcmed.
El modelo Linear-Plateau utilizado en este estudio fue
(Schabenberger y Pierce, 2002):
E[Y]= (β0 + β1x)|{x ≤ α1} + (β0 + β1α1)|{x > α1}
(4)
Donde: E[Y]= variable dependiente; x= variable
independiente del modelo de regresión lineal simple;
α= punto de combinación; β 0 y β 1= la ordenada β 0 y
la pendiente β1 del modelo (son los coeficientes de la
regresión).
Henry-Arturo Kelso Bucio et al.
662 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Resultados y discusión
las tres fases analizadas. Por otra lado, Castro (2011) aplicó
riegos localizados durante los meses de mayo y junio de
1mm d-1, 0.5 mm d-1, 0.25 mm d-1 y temporal para reducir la
caída de frutos, donde los requerimientos de agua adicionales
en el cultivo de vainilla para aumentar la producción de
frutos, aparentemente son mínimos. Como se observa en
los resultados obtenidos, el consumo para la etapa media
corresponde al orden de los 0.19 mm d-1, con una frecuencia
de riego promedio de cuatro días.
El lisímetro instalado con capacidad de 1 t y precisión ±
200 g, correspondió a una precisión de ± 0.108 mm (Figura
2). En el área del lisímetro se establecieron seis esquejes
de Vanilla planifolia, dos esquejes de material resistente
Vanilla spp. y dos esquejes de Vanilla pompona todos de 1.5
m de longitud, con una densidad de plantación de 6 plantas
m-2, conformando la estación lisimétrica para estimar ETr
de la vainilla.
1.2
1.2
obs
obs
pred
pred
0.0298++0.0015
0.0015XX
YY==0.0298
1.0
1.0
1.0
1.0
Kc
0.4
0.4
0.2
0.2
Y= 0.0298 + 0.0015 X
0.6
0.6
feb/11
feb/11
Figura 2. Lisímetro de pesada.
Los aportes de agua en el lisímetro se efectuaron mediante
riegos, manteniendo Ψm del sustrato entre 0 y -20 kPa, y
la frecuencia de riego fue de cuatro días en promedio. El
consumo requerido por las plantas en el lisímetro para la
etapa inicial, en que la planta tenía sólo 200 días, fue de 0.68
mm d-1. En la etapa de desarrollo, el consumo llegó a ser de
0.27 mm d-1. Sin embargo; en la etapa media, el consumo
fue de 0.19 mm d-1.
300
200
200
0.0
0.0
abr/11
abr/11
jun/11
jun/11
DDS
ago/11
oct/11
ago/11
oct/11
DDS
600
abr/12
abr/12
dic/11
dic/11
feb/12
feb/12
600
feb/12
feb/12
500
0.2
0.2
500
dic/11
dic/11
400
oct/11
oct/11
400
DDS
DDS
ago/11
ago/11
300
jun/11
jun/11
500
500
300
300
200
200
abr/11
abr/11
400
400
0.4
0.4
0.0
0.0
feb/11
feb/11
pred
0.8
0.8
0.6
0.6
Kc
Kc
Kc
0.8
0.8
obs
pred
Y =obs
0.0298 + 0.0015 X
600
600
1.2
1.2
abr/12
abr/12
Figura 3. Coeficiente de cultivo.
Sin embargo, en ambas referencias se investigan los
requerimientos adicionales de agua y no estiman los
requerimientos hídricos de la vainilla, como se contempla
en esta investigación.
Conclusiones
Durante la duración de esta investigación se reflejaron
las etapas de desarrollo del cultivo (Figura 3), donde la
etapa inicial Kcini presentó valores casi constantes entre los
0-200 DDS, el valor ajustado de Kcini fue de 0.34. La etapa
de desarrollo se determinó entre los 200-562 DDS, con un
Kcdes que fue en aumentando de 0.34 a 0.9. Finalmente, la
etapa media de desarrollo se estableció a partir de los 562
DDS, con un Kcmed de 0.9 para el periodo 2010 - 2012.
El conocimiento de los coeficientes de cultivo para las
diversas etapas de desarrollo son fundamentales en la
estimación de los requerimientos hídricos de la vainilla,
contribuyendo a una mejor estimación de las necesidades
hídricas de este cultivo, que por primera vez, se logró
determinar experimentalmente de manera ex situ en un
lisímetro de pesada.
De acuerdo con estos resultados y efectuando una
comparación con otras investigaciones referente a laminas
de riego, Sánchez (1997) aplicó una lámina de 46 mm
d-1 mediante aspersión en los meses de seca, donde se
sobreestiman las lámina obtenidas en esta investigación para
El coeficiente de cultivo se puede englobar en un sólo Kc
por etapa de desarrollo vegetativo, sin que se presenten
síntomas de enfermedades fungosas, entre la biodiversidad
genética establecida en esta investigación para la
Vanilla spp.
Estudio experimental para la determinación de los coeficientes de cultivo de la vainilla (Vanilla spp.)
La implementación del encauzamiento tipo “M”, permite
modificar la estructura de la vainilla formando ramas,
incrementar la densidad de plantación, reducir el crecimiento
vegetativo de la planta, y permite un mejor control en el
manejo del cultivo de forma intensiva.
Literatura citada
Allen, R. G.; Pereira, L. S.; Raes, D. and Smith, M. 1998.
Crop evapotranspiration: Guidelines for computing
crop water requirements. Irrigation and Drainage
Paper 56. FAO, Rome, Italy. 298 p.
Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria
(ASERCA). 2002. La vainilla una tradición con alto
potencial. Revista Claridades Núm. 101. 44 p.
Bouriquet, G. 1954. Le vanillier a la vanille. Encyclopédie
biologique. Editions Paul Lechevalier. Paris. 746 p.
Castillo, M. R. y Engleman, E. M. 1993. Caracterización
de dos tipos de Vainilla Planifolia. Acta Botánica.
Instituto de Ecología A. C. Diciembre. Núm. 025.
Pátzcuaro. México, D. F. 25:49-59.
Castro, G. B.; Martínez, A. J.; Martínez, M. J. y García,
J. F. 2011. Aplicación de riego localizado para
aumentar la retención de frutos de Vanilla planifolia
en el Totonacapan, Veracruz, México. Agrociencia
45(3):281-291.
Correll, D. S. 1953. Vanilla - Its botany, history, cultivation
and economic import. Econ. Bot. 7:291-358.
Damirón, R. V. 2004. El cultivo de la vainilla. Veracruz agrícola.
Dirección General de Agricultura y Fitosanitaria.
Gobierno del estado de Veracruz, México. 50 p.
Elorza M., P.; Herrera L., M.; Hernández F., A., D.; Olmedo
P., G.; Domínguez B., C. y Maruri G., J. M. 2007.
Efecto del tipo de tutor sobre el contenido de
vainillina y clorofila en vainas de vainilla (Vanilla
planifolia Andrews) en Tuxpan, Veracruz, México
Revista Científica UDO Agrícola 7(1):228-236.
Kelso, H. B. 2009. Determinación de las necesidades
hídricas del cultivo de vainilla (Vanilla planifolia A),
en el sureste de México. Tesis de Maestría. Centro
Interamericano de Recursos del Agua. Facultad de
Ingeniería. Universidad Autónoma del Estado de
México. Toluca, Estado de México, México. 129 p.
663
Mesak, T.; Kobayashi, K. and Ogoshi, A. 1994. Vegetative
compatibility grouping of Fusarium oxysporum
f. sp. Vanilla in Indonesia. Indonesia J. Crop Sci.
9(2):29-39.
Pereira, L. S. 2007. Drought impacts in agriculture:
water conservation and water saving practices
and management. In: Rossi, G.; Vega, T. and
Bonaccorso, B. (Eds). Methods and tools for
drought analysis and management. Springer,
Netherlands. 62:349-383.
Reyes, D. L.; Rodríguez, B. M.; Kelso, H. B.; Huerta, M.
L. e Ibáñez, A. M. 2008. Beneficiado tradicional
de vainilla. Editorial Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla. Puebla, México. 72 p.
Sadanandan, K. A. and Hamza, S. 2006. Effect of organic
farming on soil quality, nutrient uptake, yield and
quality of Indian Spice. In: 18th World Congress of
Soil Science. Philadelphia, PA, USA. 95-102 p.
Sánchez, M. I. 1992. Métodos para el estudio de la
evaporación y evapotranspiración. Cuadernos
Técnicos Sociedad Española de Geomorfología.
United Nations, FAO. 3:36 p.
Sánchez, M. S. 1992. Manual de producción de vainilla
en el estado de Veracruz. SARH-INIFAP- Campo
Experimental Papantla. Papantla, Veracruz,
México. Manual para productores Núm. 3.
28 p.
Sánchez, M. S. 1997. Caracterización de los principales
sistemas de producción comercial de vainilla
(Vanilla planifolia A) en México. Tesis de
maestría, Colegio de Postgraduados en Ciencias
Agrícolas. Montecillo, Estado de México.
104 p.
Sánchez, M. S.; Becerril, A. R.; Tijerina, A. L. C. y Santizo,
J. S. A. 2001. Crecimiento y desarrollo de vainilla en
tres sistemas de producción en Papantla, Veracruz.
Rev. Fitotec. Mex. 24(1):49-56.
Schabenberger, O. and Pierce F. J. 2002. Contemporary
statistical models for the plant and soil sciences.
CRC Press, Boca Ratón, FL. Agron. J. 102:320326.
Sujatha, S. and Bhat, R. 2010. Response of vanilla (Vanilla
planifolia A.) intercropped in arecanut to irrigation
and nutrition in humid tropics of India. Agric. Water
Management. 97:988-994.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 664-671
Modelo en elementos finitos de la interacción neumático-suelo
Omar González Cueto1§, Miguel Herrera Suárez2, Ciro E. Iglesias Coronel3, Fidel Diego Navas4, Guillermo Urriolagoitia Sosa5
y Luis Héctor Hernández Gómez6
Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas, Santa Clara, VC, Cuba. 2Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad
Central “Marta Abreu” de las Villas, Santa Clara, VC, Cuba. ([email protected]). 3Centro de Mecanización Agropecuaria. Universidad Agraria de la Habana, San
José, Mayabeque, Cuba. ([email protected]). 4Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Unidad Oaxaca, IPN, Oaxaca, México.
([email protected]). 5Estudios de Posgrado e Investigación, ESIME. Zacatenco, IPN, México, D. F. ([email protected]). Sección de Estudios de Posgrado e
Investigación, ESIME. Zacatenco, IPN, México, D. F. ([email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
En el presente trabajo se desarrolló un modelo, válido para
la simulación de la interacción neumático-suelo, mediante
el Método de los Elementos Finitos, que permite investigar
los factores que provocan compactación del suelo. Para
cumplimentar este objetivo se determinaron las propiedades
y parámetros constitutivos del modelo de Drucker Prager
Extendido para representar las propiedades del suelo
Rhodic Ferralsol. Se desarrolló y validó en condiciones
experimentales un modelo en Método de los Elementos
Finitos de un neumático 3, 5 x 10; el cual se utilizó para
interaccionar con el suelo y formar el modelo de la simulación
de la compactación, validándose este en condiciones de
laboratorio. La aplicación del modelo permitió hacer
recomendaciones para el diseño y administración de la
maquinaria agrícola y constituye una base metodológica
para la realización de investigaciones sobre el tema.
Palabras clave: compactación del suelo, método numérico,
rueda, tráfico, transmisión de presiones.
Introducción
Las investigaciones sobre la compactación del suelo
han estado dirigidas a evaluar el efecto de la humedad,
la presión sobre el suelo, la carga sobre los sistemas
de rodaje, la distribución de peso del vehículo y la
influencia de las tecnologías de labranza. Determinándose
fundamentalmente mediante el registro de la resistencia a
la penetración, la densidad de volumen, la porosidad total
y otras variables (Domínguez, 1986 y 1987; Rodríguez,
1999; Rodríguez y González-Cueto, 2001; Herrera et
al., 2003; González-Cueto et al., 2007). En los estudios
realizados en condiciones de campo, no es posible evaluar
todo el intervalo de valores de las diferentes variables que
influyen en la respuesta del suelo al tráfico de la maquinaria
agrícola, resulta difícil mantener en el tiempo y el espacio
las condiciones establecidas de experimentación y se
involucran gran cantidad de recursos materiales y humanos.
La modelación y simulación ofrecen la posibilidad de
disminuir el tiempo, esfuerzos y cantidad de recursos
para la investigación. La expansión de las capacidades
computacionales y la necesidad de desarrollar soluciones
a muy corto plazo para los problemas actuales de manejo
agrícola y medioambiental han propiciado el desarrollo de
la simulación en el área agrícola (López et al., 2007).
La aplicación del método de los elementos finitos (MEF),
para resolver problemas de modelación del suelo agrícola,
es muy novedoso en Cuba, debido a que no es hasta el año
2006 que se introduce esta técnica. Herrera (2006) desarrolló
aspectos metodológicos de aplicación general a problemas
relacionados con la interacción herramienta de labranzasuelo. Dentro de los principales resultados de este trabajo
Omar González Cueto et al.
665 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
está la definición del modelo constitutivo de Drucker-Prager
como adecuado para la modelación de la respuesta mecánica
de los suelos Ferralíticos rojos compactados. Con respecto
a la modelación de la compactación en Cuba, es con los
trabajos de González-Cueto et al. (2009 y 2011) que se inicia
la aplicación de estos métodos.
La simulación de la interacción neumático-suelo permite
predecir la respuesta de este último en términos de
distribución de presiones en el perfil y del cambio en la
densidad de volumen u otras variables, ante el tráfico de
maquinaria; permitiendo hacer recomendaciones a los
agricultores con respecto a las tecnologías y equipamiento
agrícola a emplear, las condiciones del suelo que reducen
el riesgo de compactación, la profundidad hasta la que se
produce esta, o a la que se encontrará la capa de arado;
además, constituye un medio indispensable para los
diseñadores y fabricantes predecir el comportamiento de
sus equipos o prototipos respecto a su efecto sobre el suelo.
En el ámbito internacional se han desarrollado modelos
de interacción neumático-suelo que cuando han estado
dirigidos a investigar la compactación tienen como principal
limitación que el neumático no se representa, solo se simula
el efecto de una presión sobre un área del suelo con forma
preestablecida, constituyendo una excesiva simplificación
del problema, debido a que se desprecia la deformación del
neumático y su influencia en la forma y dimensiones de la
huella. Cuando han estado dirigidos a investigar diseño de
neumáticos, traficabilidad o dinámica del vehículo se hace
una representación del neumático que incluye todos los
elementos de su estructura, demandando una alta capacidad
computacional y ensayos especializados para la obtención
de las propiedades del material.
Debido a las limitaciones de los modelos desarrollados para
simular la compactación es necesario buscar nuevas vías de
modelación que permitan representar la deformación del
neumático y su influencia en la forma y dimensiones de la
huella y que no demanden una alta capacidad computacional.
Precisamente esta es la idea básica para desarrollar la
modelación y simulación de la interacción neumático-suelo
que enfrenta este trabajo, la cual se logra representando el
neumático con un modelo del material elástico lineal y una
sola capa con las propiedades promedio de este, que resuelve
el problema de las limitaciones de los modelos anteriores.
A partir de los elementos presentados anteriormente se
fundamenta esta investigación, la cual presenta como
objetivo: desarrollar un modelo, válido para la simulación
de la interacción neumático-suelo, mediante el MEF, que
permita investigar factores que provocan compactación del
suelo Ferralítico rojo compactado.
Materiales y métodos
Implementación del modelo en elementos finitos
Descripción del problema objeto de simulación.
Representa el proceso de compactación del suelo provocada
por el tránsito de un neumático 3, 5 x 10.
Modelo geométrico. El modelo geométrico del neumático
comprendió un sólido tridimensional que en su conjunto
representó las diferentes capas del neumático. Este incluyó
las principales dimensiones y formas del neumático 3, 5 x 10;
representándose la banda de rodadura como una superficie
lisa, debido a que el neumático utilizado no es de tracción
y sus estrías conforman casi una capa uniforme; además,
de este modo se disminuye la demanda computacional. La
Figura 1a, muestra el aspecto del neumático después de
implementado en el software ABAQUS/CAE 6.8-1 y la
Figura 1b el neumático original.
a
b
Figura 1. a) modelo del neumático representado en ABAQUS/
CAE 6.8-1; y b) modelo original del neumático 3,
5 x 10.
El modelo geométrico del suelo es un sólido rectangular
que representa la porción del canal donde se realizaron
los ensayos. Para mejorar la eficiencia computacional se
calibró el dominio geométrico variando las dimensiones del
bloque en los tres ejes principales. Luego se seleccionaron
las menores dimensiones en que las condiciones de bordes
no influyen en los resultados.
Modelo en elementos finitos de la interacción neumático-suelo
666
Modelo del material. El neumático fue representado por
un modelo elástico lineal. El coeficiente de Poisson (ν) se
estableció con un valor de 0.48 y el módulo de elasticidad
(E) se obtuvo mediante un procedimiento de análisis
inverso. Para el suelo se empleó el modelo elastoplástico de
Drucker Prager Extendido. Los parámetros constitutivos se
determinaron a partir de ensayos de compresión triaxial y de
cortante directo (Cuadro 1). Las propiedades del material
corresponden a las de un bloque de suelo homogéneo e
isotrópico dado que el suelo utilizado para la validación en
condiciones de laboratorio tiene esta característica.
a Cuadro 1. Parámetros constitutivos del suelo.
Propiedades
Suelo seco
Suelo húmedo
E
ν
(MPa)
16
0.34
1.2
0.24
σf
(MPa)
0.106
β°
K
Ψ°
23
1
23
0.055
9
1
0
b
Figura 2. a) restricción de acoplamiento cinemático; y b)
condiciones de cargas y bordes.
Metodologías empleadas para la determinación
experimental, en condiciones de laboratorio, de la
compactación del suelo
Condiciones de cargas y bordes. Al neumático se le
aplicaron en dos pasos; en el primero, se aplicó una presión
uniforme en la superficie interior con valor igual a la presión
de inflado del neumático y en el segundo, se aplicó una
fuerza concentrada en el centro de la llanta con valor igual
a la carga sobre el neumático. Al neumático se le asignó
una restricción de acoplamiento cinemático, logrando que
el centro de este simule una llanta (Figura 2a). En el punto
central se asignó un punto de referencia (RP) que controla
el desplazamiento de todo el neumático.
Las investigaciones experimentales se realizaron en
el canal de suelos del, para lo cual se desarrollaron
varios dispositivos y metodologías. El suelo centro de
mecanización agropecuaria utilizado para la realización
de los ensayos fue un Rhodic Ferralsol, tomado de
las parcelas agrícolas de la Universidad Agraria de la
Habana.
En este se restringieron los desplazamientos en X y Y,
dejando libre el desplazamiento en Z de modo tal que el
neumático se pueda comprimir contra el suelo, (Figura 2b).
En el bloque de suelo se restringió el desplazamiento en los
tres ejes de la superficie inferior, en el plano XY se restringió
el desplazamiento en el eje Z y en el plano YZ se restringió
el desplazamiento en el eje X. En el tercer paso, el que
provoca movimiento y rotación del neumático al punto de
referencia se le restringió el desplazamiento en X, se permitió
el desplazamiento en Y y se impuso un desplazamiento en
Z, dejando libre la rotación en X y limitando la rotación en
Y y Z.
Partió de la selección de los dos valores de humedades a
las que se realizaron los experimentos de tráfico. En el
capítulo I se estableció que las operaciones agrícolas deben
hacerse cuando el suelo tiene un contenido de humedad de
0.7-0.9 del límite plástico (LP); por lo tanto se seleccionó
un valor de 0.8 LP; correspondiente a 25% de humedad;
es decir, un suelo seco dentro del intervalo recomendado
para la realización de las operaciones agrícolas. El otro
valor seleccionado fue de 0.96 LP equivalente a 30% de
humedad. La Figura 3 muestra los resultados de ensayos
Proctor al suelo objeto de estudio, determinándose
que el contenido de humedad óptima de compactación
es 31%. En la figura se aprecia la posición de las dos
humedades seleccionadas y como la densidad de volumen
se incrementa con el aumento del contenido de humedad
hasta alcanzar la humedad óptima de compactación, a
partir de este valor no se obtienen aumentos de la densidad
de volumen.
Tipo de elemento finito y densidad de malla. Para la
discretización del neumático se utilizaron elementos
híbridos, lineales, hexaédricos de ocho nodos (C3D8H), y
para el suelo, elementos de integración reducida, lineales
hexaédricos de ocho nodos (C3D8R).
Metodología empleada para la preparación y
acondicionamiento del canal de suelos
667 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
1,4
ρd= 0,027804 + 0,0866569W - 0,00136941W2
R2= 98,16 %
W= ópt
1,35
ρd, g/cm3
1,3
1,25
1,2
W= 096LP
1,15
1,1
W= 0.8LP
19
23
27
31
W, %
35
39
43
Figura 3. Curva de ensayo proctor al suelo Ferralítico
rojo compactado (Wópt: humedad óptima de
compactación), adaptado de Herrera et al. (2006).
La Figura 4 muestra operaciones de acondicionamiento
del canal de suelos para la realización de los experimentos.
La longitud total del canal de suelos es de unos 8 m; este se
dividió en dos zonas de cuatro metros cada una, la primera
para el desplazamiento inicial y estabilización del neumático
y la segunda para la realización de las mediciones. En esta
última se depositó el suelo fuera del canal, quedando el
espacio libre para la instalación de las cinco celdas de carga
(dos a 0.25 m de profundidad y las otras tres a 0.1 m). Primero
se colocaron los cinco soportes, dos de estos con las celdas
de carga previamente acopladas (0.25 m de profundidad).
Luego se depositó el suelo hasta cubrir la altura de todos los
soportes y se compactó el área removida hasta obtener una
densidad de volumen de 1 g cm-3.
Figura 4. Proceso de preparación y acondicionamiento
del canal de suelos para la realización de los
experimentos en condiciones controladas.
Omar González Cueto et al.
Posteriormente se liberó el suelo encima de los otros tres
soportes y se situaron sobre estos las tres celdas de carga
restantes. Para finalizar se terminó de adicionar el suelo,
se realizó la nivelación con un alisador acoplado al carro
portaherramientas del canal y se procedió a compactar. Se
tomaron muestras de suelo para determinar la densidad de
volumen seca, a profundidades de 0 a 10, 10 a 20 y 20 a 30
cm al centro y en los bordes del canal, compactándose el
suelo hasta el valor prefijado de densidad de volumen (1
g cm-3). Para establecer las condiciones de humedad, dos
semanas antes del experimento se humedeció el suelo y
se dejó en reposo para que secara y alcanzara el equilibrio
hídrico interno.
Durante este período de tiempo, frecuentemente, mientras
el suelo se secaba se determinó la humedad, hasta obtener
25% de ésta. Luego de realizados los experimentos en
la primera condición de suelo (25% de humedad) se
retiraron las celdas de carga y los soportes, se procedió
a descompactar nuevamente el suelo y se repitió todo el
proceso. Posteriormente se aplicó agua al canal dejándolo
en reposo durante una semana hasta alcanzar la humedad
deseada (30%) y el equilibrio hídrico interno del suelo.
Dispositivo desarrollado para el tráfico del neumático 3,
5 x 10 en el canal de suelos. Al carro portaherramientas del
canal de suelos se le adicionó un soporte para el neumático
y las cargas (Figura 5). El número de vueltas del neumático
y de las ruedas del carro portaherramientas se controlaron
mediante un contador de vueltas conectado al sistema de
adquisición de datos.
Figura 5. Carro portaherramientas y dispositivo desarrollado
para el experimento de tráfico del neumático.
Modelo en elementos finitos de la interacción neumático-suelo
668
Metodología aplicada para la realización de los
experimentos de tráfico. El Cuadro 2 muestra las diferentes
cargas y presiones de inflado del neumático a las que se
realizaron los experimentos de tráfico, cuatro en condiciones
de suelo seco (25% de humedad y 1 g cm-3 de densidad de
volumen) y cuatro en suelo húmedo (30% de humedad y 1
g cm-3 de densidad de volumen). El primer experimento de
cada humedad se desarrolló con el suelo tal y como quedó
después de preparado y los demás transitando el neumático
sobre la huella de la corrida anterior.
Cuadro 2. Valores de presión de inflado y carga sobre
el neumático a las que se realizaron las
mediciones.
Humedad a 25%
Núm.
Pi
C (N)
ensayo
(kPa)
Humedad a 30%
Núm.
Pi
C (N)
ensayo (kPa)
I
100
712
V
100
712
II
325
712
VI
325
712
III
325
2 350
VII
325
2 350
IV
100
2 350
VIII
100
2 350
Se realizaron cuatro ensayos de tráfico para cada condición
de humedad, en los que se determinaron la presión vertical
sobre las celdas de carga y la deformación del perfil del
suelo. Este último se obtuvo mediante la utilización de
un soporte indicador situado en el extremo superior del
canal de suelos. Con un pie de rey se midió la distancia
desde el soporte hasta la huella dejada por la rueda en el
suelo (Figura 6).
Figura 6. Determinación de la deformación en el perfil del suelo.
Resultados y discusión
La Figura 7 muestra los resultados de la presión en el
contacto neumático-suelo para diferentes condiciones PiC, tanto en suelo seco como húmedo. En la Figura 7a se
aprecia como a Pi de 100 kPa la presión en el contacto es
máxima en los ejes del neumático e inferior en el centro.
Este resultado se explica porque a bajas presiones de
inflado la carcasa sostiene la mayor parte del peso sobre el
neumático. A presión de inflado de 325 kPa y soportando el
neumático la misma carga (712 N), este es más rígido y la Pi
en su interior soporta mayor carga (Figura 7b), por lo tanto;
la presión en el centro del contacto es mayor. Cuando al
neumático con Pi de 100 kPa se le incrementa la carga hasta
2 350 N (Figura 7c), se observa como la diferencia entre
la presión en el centro y en los ejes se hace más marcada,
debido a que en este caso la carcasa transmite una mayor
presión al suelo.
Las Figuras 7d y 7e muestran que en suelo húmedo la
presión de inflado tiene poca influencia en la distribución
de la presión en la superficie de contacto. En la Figura 7f
se aprecia que el incremento de la carga a 2 350 N provoca
el aumento de la presión en los ejes del neumático, lo cual
manifiesta que en suelo húmedo, la carga sobre el neumático
tiene mayor influencia que la Pi.
En los neumáticos agrícolas sometidos a baja presión de
inflado la carcasa soporta la mayor parte de la carga total
y la mayor presión se distribuye en los ejes del neumático
cuando el suelo está seco. Para alta presión de inflado el
incremento de la rigidez del neumático provoca que la
presión se distribuya con mayores valores en el centro del
neumático. En suelo húmedo la presión de inflado no influye
en la distribución de presiones en la superficie de contacto,
esta depende de la carga sobre el neumático.
Schjonning et al. (2008) determinaron experimentalmente
la distribución de presiones en un neumático 650/65R30,
5 a 100 y 240 kPa de presión de inflado respectivamente.
La Figura 8 permite comparar entre los resultados de las
simulaciones realizadas en este trabajo y los registrados
por Schjonning et al. (2008), demostrándose como la
distribución de presiones predichas es muy similar a la
experimental, en ambas Pi, lo cual señala la validez del
modelo desarrollado.
669 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Pi= 100 kPa, C= 712 N
a Pi= 325 kPa, C= 712 N
Pi= 100 kPa, C= 2350N
b c
Pi= 100 kPa, C= 712 N
d Pi= 325 kPa, C= 712 N
Pi= 100 kPa, C= 2350N
e f
Omar González Cueto et al.
Presion vertical, kPa
Figura 7. Presión en la superficie de contacto neumático suelo.
400
300
200
100
m
x,
06
-0. .4
-0 .2
-0 .0
0 .2
0.6
0 .4
0.2 0.4
0 .6
-0.2 0.0
-0.6 -0.4
0
y, m
a
b
Presion vertical, kPa
400
300
200
100
x, m
0
6
-0. .4
- 0 .2
-0 .0
0 2
0.6
0.
0.2 0.4
.2 0.0
0.4
-0
.4
-0
y, m
c
0.6 -0.6
d
Figura 8. Distribución de presión vertical en la superficie del suelo bajo un neumático 650/65R30, 5. a) Pi= 100 kPa; c): Pi= 240
kPa) (Schjonning et al., 2008). Simulaciones, presiones verticales en Pa; b) Pi= 100 kPa, d) Pi= 325 kPa).
Modelo en elementos finitos de la interacción neumático-suelo
670
Los resultados presentados aquí coinciden con los de otros
autores respecto a la limitación que representa asumir
la distribución de presiones en la superficie de contacto
neumático-suelo como uniforme dado que esta depende de la
presión de inflado, la carga sobre el neumático y las condiciones
de suelo (van den Akker, 2004; Keller, 2005; Schjonning et
al., 2006; Keller et al., 2007; Schjonning et al., 2008).
Las Figuras 9 y 10 muestran, en sentido general, que existe
ajuste entre predicciones y resultados experimentales, tanto
para la presión vertical como para la deformación del suelo
en el área de contacto.
0
0
Presión vertical (suelo seco), kPa
100
200
300
Profundidad, m
0.05
0.15
Simul I, Pi= 100 kPa, C= 712 N
Exp I, Pi= 100 kPa, C= 712 N
Simul II, Pi= 325 kPa, C= 712 N
Exp II, Pi= 325 kPa, C= 712 N
Simul III, Pi= 325 kPa, C= 2 350 N
Exp III, Pi= 325 kPa, C= 2 350 N
Simul IV, Pi= 100 kPa, C= 2 350 N
Exp IV, Pi= 100 kPa, C= 2 350 N
0.25
0.3
Conclusiones
El desarrollo de modelos, mediante el MEF, para la
simulación del neumático y del suelo y la interacción de
ambos, permitió obtener un modelo válido para la simulación
de la interacción neumático-suelo.
Para las condiciones de suelo tanto húmedo como seco y
neumáticos con presión sobre el suelo de 150 a 450 kPa y
presiones de inflado de 100 a 325 kPa, la distribución de
presiones en la superficie de contacto no es uniforme, la
presión de inflado y la presión sobre el suelo influyen sólo
en los primeros 15 cm de la capa superficial, a partir de esta
profundidad las presiones verticales son resultado sólo de
la carga sobre el eje.
0.1
0.2
alcanzados en modelos presentados por Mouazen et al.
(1999); Rosa y Wulfsohn (1999); Herrera (2006). Éstos
resultados permiten afirmar que los procedimientos
implementados, así como, las propiedades y parámetros
constitutivos adoptados son adecuados para la simulación
de la compactación provocada por el tráfico de neumáticos
de los vehículos agrícolas.
0.35
Figura 9. Presión vertical en suelo seco (W= 25%), experimental
vs simulación.
0
0
Presión vertical (suelo húmedo), kPa
100
200
300
Profundidad, m
0.05
0.1
0.15
0.2
0.25
0.3
Simul V, Pi= 100 kPa, C= 712 N
Exp V, Pi= 100 kPa, C= 712 N
Simul VI, Pi= 325 kPa, C= 712 N
Exp VI, Pi= 325 kPa, C= 712 N
Simul VII, Pi= 325 kPa, C= 2 350 N
Exp VII, Pi= 325 kPa, C= 2 350 N
Simul VIII, Pi= 100 kPa, C= 2 350 N
Exp VIII, Pi= 100 kPa, C= 2 350 N
0.35
Figura 10. Presión vertical en suelo húmedo (W= 30%),
experimental vs simulación.
Los valores de error absoluto medio de 15% para las
presiones se consideran aceptables para el tipo de problema
que se investiga; valores de error de hasta 20% han sido
Literatura citada
Domínguez, M. 1986. Compactación del suelo húmedo
por la acción negativa de los neumáticos de las
cosechadoras de caña KTP-1, en condiciones
estáticas. Rev. ATAC. (1):26-34.
Domínguez, M. 1987. Compactación del suelo seco por
el peso de las cosechadoras de caña KTP-1, en
condiciones estáticas. Rev. ATAC (2):38-49.
González-Cueto, O. 2011. Modelación de la compactación
provocada por el tráfico de neumáticos, de los
vehículos agrícolas, en suelos en condiciones
de laboratorio, Tesis de Doctorado en Ciencias
Técnicas Agropecuarias. Universidad Agraria de
la Habana, Cuba. 149 p.
González-Cueto, O.; Iglesias, C. E.; Herrera, M.; Lopéz, E.
y Sánchez, A. 2007. Efecto del tránsito, durante el
transporte de la caña de azúcar, en la resistencia a la
compresión de un vertisol, In: Congreso Agromec.
Ministerio de la Industria Sideromecánica, La
Habana, Cuba.
671 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
González-Cueto, O.; Iglesias, C. E.; Herrera, M.; López,
E.; Sánchez, A.; Placeres, Y. y Betancur, E. 2009.
Modelación de la compactación del suelo provocada
por el fico de tractores de ruedas en suelos de la provincia
de Villa Clara. Informe Final Proyecto CITMA
Territorial 0140, CITMA. Villa Clara, Cuba. 70-75 p.
Herrera, M.; Iglesias, C. E.; Rodríguez, M.; González-Cueto, O.
y Madruga, R. 2003. Descompactación poscosecha de
los vertisuelos mediante el empleo de escarificadores
alados. Rev. Cienc. Téc. Agropec. 12(1):7-12.
Herrera, M. 2006. Simulación del comportamiento mecánico
de los suelos ferralíticos rojos mediante el método de
elementos finitos. Tesis de Doctorado en Ciencias
Técnicas Agropecuarias. Universidad Agraria de la
Habana, Cuba. 173 p.
Herrera, M.; Iglesias, C. E.; González-Cueto, O.; López, E.;
Sánchez, A. y Delgado, R. 2006. Determinación
de la humedad crítica de compactación de cuatro
suelos agrícolas cubanos. In: Congreso Agromec.
Ministerio de la Industria Sideromecánica, La
Habana, Cuba. 80-92 p.
Keller, T. 2005. A model for the prediction of the contact
area and the distribution of vertical stress below
agricultural tyres from readily available tyre
parameters. Biosystems Engineering. 92(1):85-96.
Keller, T.; Défossez, P.; Weisskopf, P.; Arvidsson, J. and
Richard, G. 2007. Soil flex: a model for prediction of
soil stresses and soil compaction due to agricultural
field traffic including a synthesis of analytical
approaches. Soil Tillage Research. 93(2):391-411.
López, T.; González, F.; Cid, G.; Osorio, M. A. y Ruíz, M.
E. 2007. Modelos de simulación: una herramienta
actual indispensable en los estudios del continuo
agua-suelo-planta-atmósfera. In: Congreso Metánica
2007. Ministerio de la Industria Sideromecánica. La
Habana, Cuba.
Omar González Cueto et al.
Mouazen, M. A. and Neményi, M. 1999. Finite element
analysis of subsoiler cutting in nonhomogeneous
sandy loam soil. Soil Tillage Res. 51:1-15.
Rodríguez, M. 1999. Fundamentación de un sistema de
rodajes por semiesteras en las cosechadoras cubanas
de caña de azúcar para trabajar en suelos de mal
drenaje con condiciones de elevada humedad. Tesis
de Doctorado en Ciencias Técnicas, Universidad
Central “Marta Abreu” de Las Villas, Santa Clara,
Cuba.100 p.
Rodríguez, M. y González-Cueto, O. 2001. Estudio de
la compactación del suelo por la mecanización
cosecha cañera en dos condiciones de humedad
en los vertisuelos del norte de Villa Clara, In:
Convención Internacional Metánica, Ministerio
de la Industria Sidero Mecánica. La Habana,
Cuba.
Rosa, U. A. and Wulfsohn D. 1999. Constitutive model for
high speed tillage using narrow tools. J. Terramech.
(36):221-234.
Schjonning, P.; Lamandé, M.; Togersen, F. A.; Arvidsson, J.
and Keller, T. 2006. Distribution of vertical stress
at the soil-tyre interface: effects of tyre inflation
pressure and the impact on stress propagation in the
soil profile. In: International Soil Tillage Research
Organisation, 17th Triennial Conference. Kiel,
Alemania. 1609-1614.
Schjonning, P.; Lamandé, M.; Togersen, F. A.; Arvidsson,
J. and Keller, T. 2008. Modelling effects of tyre
inflation pressure on the stress distribution near
the soil-tyre interface. Biosystems Engineering.
99(1):119-133.
Van den Akker, J. J. H. 2004. Socomo: a soil compaction
model to calculate soil stresses and the subsoil
carrying capacity. Soil Tillage Res. (79):113127.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 672-678
Caracterización de suelos en una localidad tipo que alberga
cactáceas priotarias para su conservación
Adriana Luna Olvera1, Monserrat Espino Armendáriz1, Laura Luna Martínez1 y Juan Ramiro Pacheco Aguilar1§
Laboratorio de Suelos de la Facultad de Química. Universidad Autónoma de Querétaro. Cerro de las campanas s/n. Colonia, Las Campanas. Querétaro, Queretaro. C.
P. 76010. Tel: (442)-1921200. Ext. 5531. Fax: (442) 1921302. ([email protected]; [email protected]; [email protected]). §Autor para
correspondencia: [email protected].
1
Resumen
El 60% del territorio mexicano está constituido por zonas
áridas y semiáridas, cuya vegetación de matorral xerófilo
y pastizales se caracteriza por la presencia de cactáceas
y plantas arbustivas. En el estado de Querétaro se tiene
registrado la presencia de 112 especies de cactáceas, algunas
endémicas como Mammillaria mathildae Kraehenb. et
Krainz. Sin embargo, algunos agentes de disturbio, como el
saqueo de especies y el cambio en uso de suelo entre otros,
han contribuido a la disminución de individuos que afectan
en general a la mayoría de las poblaciones de cactáceas.
El conocimiento de las condiciones ambientales en las
cuales se desarrollan estás plantas es determinante para
establecer estrategias encaminadas a la conservación de su
hábitat. En el presente trabajo se determinaron la fertilidad
de los suelos, las poblaciones microbianas y las actividades
enzimáticas de la rizósfera de cuatro cactáceas: Ferocactus
latispinus, Mammillaria mathildae, Coryphantha radians y
Mammillaria magnimamma, que crecen en la localidad de “La
Cañada” perteneciente al municipio El Marqués, Querétaro.
Encontrando que son suelos de origen volcánico clasificados
como franco-arenosos, con bajo contenido de materia orgánica
y nitrógeno, donde la mayor parte del carbono está constituido
por cenizas. No se encontraron diferencias significativas en
cuanto a las poblaciones microbianas en los suelos rizosféricos
con respecto a los suelos desnudos sin vegetación, pero si
existió una mayor actividad enzimática en la rizósfera de las
cactáceas, lo que indica un recambio constante de nutrientes
generado por el metabolismo de los microorganismos que se
desarrollan in situ.
Palabras clave: deshidrogenasa, fosfatasa, nutrientes,
rizósfera, ureasa.
Introducción
Una gran parte del territorio mexicano está constituido
por zonas áridas y semiáridas (60%), donde las lluvias son
escasas, y la evapotranspiración supera a la precipitación,
con poca cobertura vegetal, y condiciones de suelo que
favorecen la erosión. Su presencia se extiende a los
siguientes estados de la República: Baja California, Baja
California Sur, Durango, Coahuila, Chihuahua, Nuevo
León, San Luis Potosí, Sonora, Zacatecas y Tamaulipas,
Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Querétaro. Estas zonas albergan
gran parte de la biodiversidad de México cuyas condiciones
ambientales favorece también la presencia de especies
endémicas (Montaño y Monroy, 2000).
La vegetación característica de estas zonas incluye la
familia etnobotánica de las cactáceas, cuya diversidad se
ha reportado que alcanza los 63 géneros y 669 especies.
En Querétaro la diversidad de especies de cactáceas está
cuantificada entre 93 y 112 especies, la mayoría de ellas
distribuidas en la zona árida ubicada entre los estados de
Querétaro e Hidalgo, la cual también ha sido catalogada
como una de las áreas con mayor número de cactáceas
amenazadas (Chávez et al., 2006), encontrando quince
673 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
especies enlistadas en la NOM-059-SEMARNAT-2001, con
riesgo de extinción y seis especies con bajas poblaciones,
que las colocan en riesgo similar a las señaladas por la norma
ambiental (Chávez et al., 2007). Otra zona que amerita
atención similar es La Cañada en el municipio del Márques,
una localidad cercana a la ciudad de Querétaro en la cual se
han registrado 21 especies endémicas de cactáceas (Cabrera
y Gómez, 2005; Martínez et al., 2008).
Algunos agentes de disturbio identificados en una o ambas
zonas son el saqueo de especies para su comercialización,
la destrucción del hábitat por cambio de uso de suelo, la
extracción de cantera, la contaminación del Río Querétaro,
la agricultura y la ganadería no planeada, todo esto ha
provocado una disminución generalizada en las poblaciones
de cactáceas en el estado (Chávez et al., 2007; Hernández et
al., 2007; Martínez et al., 2008), tal es el caso de Mammillaria
mathildae, una especie catalogada en peligro de extinción
(NOM-059-ECOL-2001), cuyo hábitat ha sido reducido a
poco más de 1 ha.
Otras especies que ameritan atención especial en la Cañada
son Mammillaria magnimamma Haw. Briton et Rose,
Stenocactus dichroacanthus (Mart. Ex Pfeiff.), A. Berger
ex Backeb. et F. M. Kunth y Stenocereus queretaroensis
(F. A. C. Weber) Buxb, aunque sus poblaciones son
relativamente numerosas son objeto de explotación con fines
ornamentales y de consumo. Especies como Coryphantha
radians, Burseri palmeri, Echinocactus platyacanthus y
Ferocactus latispinus, requieren de estudios de distribución
y conservación en la región de El Bajío y en el estado de
Querétaro que aclaren su aparente extinción (Cabrera y
Gómez, 2005).
Los suelos áridos presentan baja fertilidad, en los cuales
las poblaciones microbianas que se desarrollan in situ
son indispensables para el desarrollo de la plantas.
Particularmente, las actividades enzimáticas que se
presentan en la rizósfera son de vital importancia ya que
contribuyen a la disponibilidad de nutrientes como el
nitrógeno (N) y el fósforo (P). La rizósfera es la porción
de suelo directamente influenciada por las raíces de las
plantas, siendo el rizoplano la superficie de la raíz, que
incluye además las partículas de suelo adheridas a las
raíces. La rizósfera es una zona de interacción dinámica
entre las raíces de las plantas y los microorganismos del
suelo, donde se presenta una alta actividad biológica
caracterizada también por un aumento en la biomasa
microbiana. Dicha actividad se ve altamente influenciada
Adriana Luna Olvera et al.
por los exudados radicales, los cuales sirven de nutrientes
para el desarrollo de las poblaciones microbianas rizosféricas
(Calvo et al., 2008).
Otros parámetros del suelo que se ve influenciados por la
rizósfera son las actividades enzimáticas que interviene
en la mineralización y adquisición de nutrientes para
las plantas. Actividades como la deshidrogenasa (ADH)
es considerada un parámetro clave para determinar la
fertilidad del suelo. Dicha actividad es un indicador del
sistema redox microbiano (Mirás et al., 2007), la cual ha
sido empleada para evaluar suelos degradados y suelos de
cultivo, así como también ha sido utilizada para evaluar
la incorporación de residuos orgánicos y el impacto de la
contaminación por metales pesados, plaguicidas y lluvia
ácida (Chanders y Brooker, 1991; Acosta y Paolini, 2005;
Zamora et al., 2005).
La mineralización del fósforo proveniente de la materia
orgánica, es llevada a cabo por un grupo de enzimas
conocidas como fosfatasas; las cuales catalizan la hidrólisis
de ésteres y de anhídridos de ácido fosfórico. Las fosfatasas
ácidas se encuentran principalmente en suelos ácidos,
mientras que las alcalinas predominan en suelos con pH
básico (Fernández, 2008). La ureasa es una enzima que
lleva a cabo la hidrólisis de uniones peptídicas de amidas
lineales generando amonio como producto, su actividad está
relacionada con la mineralización de la urea proveniente de
residuos orgánicos y de fertilizantes químicos (Quintero et
al., 2003).
El objetivo del presente trabajo es conocer las fertilidad del
suelo donde crecen las cactáceas Mammillaria mathildae,
Coryphantha radians, Mammillaria magnimmama y
Ferocactus latispinus, en la localidad de “La Cañada”
perteneciente al municipio El Marqués, y determinar el
efecto de la rizósfera sobre las poblaciones microbianas y
las actividades enzimáticas del suelo.
Materiales y métodos
Área de estudio y fertilidad de suelos
Los suelos de estudio en este trabajo fueron obtenidos
de “La Cañada”, El Marqués en marzo de 2010. Para lo
cual se muestrearon 14 transectos de 25 m2, las muestras
fueron etiquetadas como MRCI a MRCXIV. “La Cañada”
Caracterización de suelos en una localidad tipo que alberga cactáceas priotarias para su conservación
se localiza a 3.5 km al sureste de la ciudad de Santiago de
Querétaro (20° 36’, 20° 38’ latitud norte y 100° 18’, 100° 20’
longitud oeste). Su altitud oscila entre 1 850 y 2 030 m. El
clima se considera semiseco templado con lluvias entre los
meses de mayo a septiembre. La temperatura media anual es
de 18 °C, con una máxima de 22 °C durante el mes de mayo
(Chávez et al., 2006).
a)
b)
674
En esta localidad crecen las cactáceas: M. mathildae, C.
radians, M. magnimmama y F. latispinus entre otras, las
cuales son objeto de estudio en el presente trabajo (Figura
1). Las muestras de suelo fueron analizadas de acuerdo a
la Norma Oficial Mexicana NOM-021-RECNAT-2000,
que establece las especificaciones de fertilidad, salinidad y
clasificación de suelos, muestreo y análisis.
c)
d)
Figura 1. Especies de cactáceas consideradas en este estudio: a) Mammillaria mathildae; b) Coryphantha radians; c) Mammillaria
magnimamma; y d) Ferocactus latispinus.
Actividades enzimáticas
Para la determinación de las actividades enzimáticas
fueron obtenidos suelos de la rizósfera de las cactáceas: M.
mathildae (suelo 1), C. radians (suelo 2), M. magnimmama
(suelo 3) y F. latispinus (suelo 4), también se empleo un suelo
testigo desnudo sin vegetación (suelo G).
La actividad deshidrogenasa en las muestras fue medida
por la reducción del sustrato trifeniltetrazolio (TTC)
a trifenilformazán (TPF), la mezcla de reacción fue
incubada por 24 hrs a 37 °C y el TPF producido fue leído
en un espectrofotómetro a 485 nm. La concentración fue
determinada empleando una curva estándar de 0.01 a 0.08
µM de TPF (Tabatabai, 1999).
Para determinar la actividad ureasa se empleo el método
descrito por Tabatabai (1994), el cual se basa en la incubación
de la muestras con una solución de urea 0.2 M por 2 h a 37
°C. El amonio resultante se determino mediante el método
del azul de indofenol, el complejo colorido fue medido en un
espectrofotómetro a 640 nm, y la concentración de amonio
fue determinada empleando una curva estándar de 1 µM a 5
µM N-NH4 (Calvo et al., 2008; Tabatabai, 1999).
La determinación de la actividad fosfatasa ácida y alcalina
se realizó mediante el método descrito por Tabatabai y
Bremner, el cual está basado en la acción de las fosfatasas
sobre el sustrato p-nitrofenol fosfato (PNP), empleando
una solución amortiguadora a pH 6.5 u 11, dependiendo la
actividad a medir, fosfatasa acida o alcalina respectivamente.
Las muestras fueron incubadas a 37 °C por 1 h y el nitrofenol
liberado fue medido en un espectrofotómetro a 410 nm,
su cuantificación fue determinada empleando una curva
estándar de 10 a 50 µg de p-nitrofenol (Tabatabai, 1999).
Análisis microbiológicos
Para cuantificar las poblaciones cultivables de bacterias,
hongos y actinomicetos, se emplearon alícuotas de diluciones
decimales de los suelos, las cuales fueron sembradas en
placas conteniendo agar nutritivo para bacterias, rosa de
bengala para hongos y agar almidón-caseína-nitrato para
actinomicetos. Las placas fueron incubadas a 30 °C durante
tres días para bacterias, cinco días para hongos y 10 días
para actinomicetos, al término del tiempo fueron contadas
las colonias y expresadas como unidades formadoras de
colonias por gramo de suelo (Mora, 2010).
Resultados y discusión
El análisis fisicoquímico que se presenta en el Cuadro
1, nos indica que los suelos rocosos donde crecen las
cactáceas son de textura franco arenoso, los cuales además
Adriana Luna Olvera et al.
675 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 1. Propiedades fisicoquímicas de los suelos de
estudio.
Propiedad del suelo
Rango
pH
Conductividad (dS m-1)
Materia orgánica (%)
Nitrógeno total (%)
N inorganico (mg kg-1)
Fósforo disponible (mg kg-1)
CIC (cmol(+) kg-1)
K (cmol(+) kg-1)
Na (cmol(+) kg-1)
Ca (cmol(+) kg-1)
Mg (cmol(+) kg-1)
Textura
3.8 - 6.5
0.04 - 0.043
0.84 - 7.53
0.01 - 0.025
0.004 - 0.017
4.5 - 51.4
12.5 - 28.5
0.53 - 1.64
0.62 - 1.23
7.78 - 17.3
3.45 - 7.85
Franco arenoso
En cuanto al nitrógeno total, se encontró que los suelos
poseen un bajo contenido, correlacionado también con el
muy bajo contenido de nitrógeno inorgánico. En cuanto al
contenido de fósforo disponible se encontraron cuadrantes
donde se registraron valores bajos de 6.2, hasta valores altos
de 51.4 mg kg-1 de suelo. Esto indica una heterogeneidad en
cuanto a disponibilidad de fósforo, el cual fue correlacionado
de manera positiva con el pH del suelo.
Las bases intercambiables en los suelos como el sodio
(Na) y magnesio (Mg) y calcio (Ca) se encontraron en
valores dentro de los normales en la mayoría de los sitios de
muestreo. El potasio fue la única base intercambiable que se
encontró en altas concentraciones, característico de suelos
volcánicos (andisoles) jóvenes (Pinochet et al., 2005).
El Cuadro 2 muestra que la abundancia de poblaciones
bacterianas fueron constantes en todos los suelos, mientras
que para las poblaciones de hongos, el suelo 3 presenta una
mayor abundancia que los suelos restantes, a diferencia de
las poblaciones de actinomicetos la cuales se mantuvieron
del orden de cinco, solo para el suelo 4 fue detectada una
menor población.
Cuadro 2. Poblaciones microbianas en los suelos de estudio.
M. O. Suelo
Suelo 1 Suelo 2 Suelo 3 Suelo 4 Suelo G
Bacterias
6.32 6.28
6.46 6.38
6.48
Hongos
4.78 4.78
5.19 4.87
4.95
Actinomicetos 5.3
5.05
5.55 4.95
5.69
La fertilidad de un suelo involucra no solo la parte mineral
sino también las poblaciones microbianas que mejoran la
disponibilidad de nutrientes en las plantas (Reyes y Valery,
2007). Comparando los resultados de las poblaciones
microbianas con un suelo agrícola arcilloso del rancho “El
Colmenar” en Querétaro, Querétaro, se pueden comentar que
la abundancia de las poblaciones de bacterias se mantuvieron
en un mismo orden, mientras que las poblaciones de
actinomicetos fueron menores en un orden, contrario a lo
que ocurrió con los hongos los cuales se vieron aumentados
en un orden (Mora, 2010).
La Figura 2 muestra la actividad enzimática deshidrogenasa
encontrada en las muestras de suelo, podemos apreciar que en
la rizósfera de M. mathildae, se presenta mayor actividad con
respecto a las demás muestras, la rizósfera de M. magnimamma
fue la que mostró menor actividad junto con el suelo testigo
(G). Los valores encontrados en esta actividad enzimática son
similares cuando son comparados con actividades obtenidas
de suelos enmendados con carbón orgánico al 1% o aquellos
donde se realizan prácticas de rotación de cultivos hortícolas
(Acosta y Paolini, 2005; Zamora et al., 2005).
10
9
8
µg de Tf/h/g
poseen una conductividad hidráulica media que permite la
retención de humedad. De acuerdo al pH son considerados
como fuertemente a moderadamente ácidos con efectos
despreciables de salinidad. Por su origen volcánico poseen
bajo contenido de materia orgánica donde la mayor parte del
carbono estaría constituido por cenizas (Pajares et al., 2010).
La capacidad de intercambio catiónico (CIC) es variable, ya
que se encontraron lugares con mediana y alta capacidad.
7
6
5
4
3
2
1
0
1
2
3
Suelo
4
G
Figura 2. Actividad enzimática deshidogenasa en la
rizosfera de: 1) M. mathildae; 2) C. radians; 3) M.
magnimamma; 4) F. latispinus; y G) suelo control.
En la Figura 3 se muestran las actividad enzimática ureasa,
la rizósfera de M. mathildae fue la que presento mayor
actividad; mientras que la de menor actividad fue la rizosféra
de M. magnimamma, pudiera correlacionarse con la
actividad deshidrogenasa, donde también la rizosféra de M.
magnimamma, presento los índices más bajos en las muestras
de suelos ensayadas. Los valores encontrados en estos ensayos
son menores con respecto a los reportados para los suelos de
cultivo y pudiera estar correlacionado con la poca cantidad de
materia orgánica y nitrógeno, que se encontró en los análisis
químicos del suelo (Wyszkowska et al., 2006; Lichner et
al., 2007; Shahinrokhsar et al., 2008), aunque reportes de
actividad ureasa en suelos áridos indican que los resultados
encontrados en este estudio son mayores tanto en la rizósfera
como en el suelo control (García et al., 2009).
mg de p-NF/h/g
Caracterización de suelos en una localidad tipo que alberga cactáceas priotarias para su conservación
2
3
Suelo
4
3
Suelo
4
G
0.35
0.3
mg de p-NF/h/g
25
µg de N-NH4/h/g
1
Figura 4. Actividad enzimática de la fosfatasa ácida en la
rizosfera de: 1) M. mathildae; 2) C. radians; 3) M.
magnimamma; 4) F. latispinus; y G) suelo control.
30
25
15
0.25
0.2
0.15
0.1
0.05
10
0
5
0
1
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
676
1
2
3
Suelo
4
G
Figura 3. Actividad enzimática ureasa en la rizosfera de: 1) M.
mathildae; 2) C. radians; 3) M. magnimamma; 4) F.
latispinus; y G) suelo control.
Finalmente en la Figura 4 y 5 se muestran los resultados
de la medición de la actividad fosfatasa ácida y alcalina
respectivamente. Para ambas fosfatasas la rizósfera de M.
mathildae presento la mayor actividad, mientras que para
la fosfatasa ácida, la rizósfera de C. radians, mostro los
menores valores, y para la actividad fosfatasa alcalina, la
rizósfera de M. magnimamma fue la que presento los valores
más bajos. Los valores encontrados en este ensayo son
semejantes a los reportados en suelos agrícolas, donde se ha
evaluado la labranza convencional y el efecto del encalado
del suelo (Barroti y Nahas, 2003; Balota et al., 2004). En
general en la rizósfera de M. mathildae se presentó la mayor
actividad enzimática, lo que muestra su adaptación al sitio
como especie endémica.
En todas las determinaciones, la rizósfera de las cactáceas
tuvo un efecto positivo incrementando las actividades
enzimáticas.
1
2
G
Figura 5. Actividad enzimática en la fosfatasa alcalina de la
rizosfera de: 1) M. mathildae; 2) C. radian; 3) M.
magnimamma; 4) F. latispinus; y G) suelo control.
Conclusiones
Aunque la fertilidad de los suelos donde crecen las cactáceas,
presenta bajo contenido de nitrógeno y materia orgánica, la
rizósfera de las cactáceas provee exudados que incrementan
el metabolismo de las poblaciones microbianas, reflejado
también por un incremento en la actividad enzimática. Las
relaciones planta-microorganismos que se establecen en la
rizósfera dependen del genero y especie de la planta, estas
modifican la estructura de la comunidad microbiana y las
actividades enzimáticas.
Literatura citada
Acosta, Y. y Paolini, J. 2005. Actividad de la enzima
deshidrogenase en un suelo calciorthids enmendado
con residuos orgánicos. Agron. Trop. 55(2):217-232.
677 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Balota, E.; Kanashiro, M.; Colozzi, A.; Souza, D. and Dick,
R. 2004. Soil enzime activities under long-term
tillage and crop rotation systems in subtropical
agro-ecosistems. Braz. J. Microbiol. 35:300-306.
Barroti, G. y Nahas, E. 2003. El fósforo y el encalado sobre las
fosfatasas y la producción de Braquiaria ruziziensis
y Cajanus cajan1. Agron. Trop. 53(2):209-225.
Cabrera, L. J. A. y Gómez, S. M. 2005. Análisis florístico de
la cañada, Querétaro México. Boletín de la Sociedad
Botánica de México. 77:35-50.
Calvo, P.; Meneses, L. y Zúñiga, D. 2008. Estudio de las
poblaciones microbianas de la rizósfera del cultivo
de papa (Solanum tuberosum) en zonas altoandinas.
Ecol. Apl. 7(1-2):141-148.
Chander, K. and Brookes, P. C. 1991. Is the dehydrogenase
activity assay invalid as a method to estimate
microbial activity in copper-contaminated soils.
Soil Biol. Biochem. 23:909-915.
Chávez, M. R. J.; Sánchez, M. E.; Hernández, M. M.;
Hernández, O. J. y Hernández, M. R. 2006.
Propagación de especies amenazadas de la familia
Cactaceae del semidesierto queretano. Boletín
de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de
Cactáceas y otras Suculentas. 3:9-14.
Chávez, M. R. J.; Hernández, O. J. y Sánchez, M. E. 2007.
Documentación de factores de amenaza para la
flora cactológica del semidesierto querétano. Bol.
Nakari. 18:89-95.
Fernández, L. 2008. Estudio de la fosfatasa ácida y alcalina
en suelos de la región Pampeana Norte del área
sojera Argentina. Ci suelo. 26(1):35-40.
García, C.; Batisda, F. and Hernández, T. 2009. Organic wastes
as amendments to avoid soil degradation in semiarid
zones. 1st national conference on advanced in materials
recycling and eco-energy. Madrid, España. 213-216.
Hernández, O. J. G.; Chávez, R. y Sánchez, E. 2007. Efecto del
disturbio crónico en Echinocereus Schmollii (Weing.)
In: Taylor, N. P. Una cactácea en peligro de extinción
en el semidesierto queretano, México. 10:59-73.
Lichner, L.; Hernández, T.; Mataiz, J.; Stekaurova, V.;
Zaujec, A. and García, C. 2007. Assessing the
microbiological, biochemical, soil-physical and
hydrological effects of amelioration of degraded
soils. International Scientific Conference. Polana
nad Detvou, Slovakia. 1-6.
Adriana Luna Olvera et al.
Martínez, M.; Hernández, S. L.; Gómez, S. M.;
Bárcenas, L. R.; Pantoja, H. Y.; Díaz, P. D. y
Salinas S. P. 2008. Diversidad de plantas nativas
en Querétaro y el área conurbada. Extensión
nuevos tiempos: Biodiversidad en Querétaro.
10:22-25.
Mirás, J.; Sande, P. y Vidal. E. 2007. Actividad
deshidrogenasa en dos posiciones topográficas
de un suelo de cultivo. Cadernos Lab. Xeolóxico
de Laxe. 32:151-163.
Montaño, A. N. y Monroy, A. A. 2000. Conservación
ecológica de suelos en zonas áridas y semiáridas en
México. Ciencia y Desarrollo. 154:26-37.
Mora, M. 2010. Aislamiento y caracterización de
rizobacterias de suelos agrícolas con potencial
de ser empleadas como “biofertilizantes” en la
producción de hortalizas. Querétaro, Querétaro.
Universidad Autónoma de Querétaro. Tesis de
licenciatura en Biología.13-16 pp.
Norma Oficial Mexicana NOM-021-RECNAT-2000.
Que establece las especificaciones de fertilidad,
salinidad y clasificación de suelos. Estudios,
muestreo y análisis.
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001.
Protección ambiental-especies nativas de México
de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo
y especificaciones para su inclusión, exclusión o
cambio-lista de especies en riesgo.
Pajares, M. S.; Gallardo, L. J. y Etchevers, B. J. 2010.
Indicadores bioquímicos en suelos de un transecto
altitudinal en el eje neovolcánico mexicano.
Agrociencia. 44:261-274.
Pinochet, T. D.; Azúa, G. P. y Macdonald, H. R.
2005. Dinámica del potasio en un transecto
de suelos derivados de materiales volcánicos
y metamórficos. Informaciones agronómicas.
25:1-4.
Quintero, R.; Ferrera, R.; Etchevers, J.; García, N.;
Rodríguez, R.; Alcántar, G. y Aguilar, A. 2003.
Enzimas que participan en el vermicompostaje.
Terra Latinoamerica. 21(1):73-80.
Reyes, I. y Valery, A. 2007. Efecto de la fertilidad
del suelo sobre la microbiota y la promoción
del crecimiento del maíz (Zea mays L.) con
Azotobacter spp. 19(3):117-126.
Caracterización de suelos en una localidad tipo que alberga cactáceas priotarias para su conservación
Shahinrokhsar, P.; Shokri, H. and Haghdadi,A. 2008. Evaluation
of some paddy soils properties on urease enzyme
activity. In: Conference on international research on
food security, natural resource management and rural
development. University of Hohenheim, Iran. 1-4 pp.
Tabatabai, M. A. 1999. Soil enzymes. Methods of soil
analysis Part. 2 Microbiological and Biochemical
properties. Soil science society of America, Inc.
USA. 778-826 pp.
678
Wyszkowska, J.; Kucharski, M. y Kucharski, J. 2006.
Application of the activity of soil enzymes in the
evaluation of soil contamination by diesel oil. Polish
J. Environ. Stud. 3:501-506.
Zamora, F.; Pastor, J. y Rodríguez, N. 2005. Cambios en
la biomasa microbiana y la actividad enzimática
inducidos por la rotación de cultivos en un suelo
bajo producción de hortalizas en el estado Fálcon,
Venezuela. Multiciencias. 5(1):62-70.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 679-689
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza
de conservación empleando análisis multitemporal
Noé Saldaña Robles1§, Agustín Zavala Segoviano1, José Manuel Cabrera Sixto1, Ryszard Serwatowski1, Salvador García Barrón1,
César Gutiérrez Vaca1, Adrián Flores Ortega1 y Álvaro Flores García2
Departamento de ingeniería agrícola. División de Ciencias de la Vida. Universidad de Guanajuato. Carretera Irapuato-Silao, km 9. Ex-hacienda “El Copal”, Irapuato,
Guanajuato. ([email protected]), ([email protected]), ([email protected]). 2Departamento de ingeniería ambiental. División de Ciencias de la Vida. Universidad de
Guanajuato, Tel 462 624 5215, ([email protected]). §Autor para correspondencias: [email protected].
1
Resumen
Introducción
La labranza de conservación (LC) ofrece una solución a la
erosión de los suelos agrícolas, debido al intenso laboreo. En
el estado de Guanajuato existen instituciones que promueven
la adopción de LC y fueron estás quienes solicitaron un estudio
para el ciclo primavera-verano 2010, lo que permitió obtener
las primeras estadísticas sobre la superficie sembrada en LC
en el corredor de El Bajío guanajuatense. Las estadísticas
se generaron empleando clasificación supervisada y tres
imágenes de satélite Spot 4 para diferenciar dos clases, LC y
LT. La clasificación realizada discriminó LC con precisión de
92.7%. El 7.3% de error se debió principalmente a las fechas
de toma de las imágenes de satélite y a la dinámica del campo
agrícola. Por lo anterior, en el presente trabajo se llevó a cabo,
la clasificación de una imagen de satélite Landsat 7ETM+ de
toma posterior a las imágenes Spot 4. El objetivo fue mejorar
la precisión de la clasificación del primer análisis mediante un
análisis multi-temporal. La precisión de ambas clasificaciones
se evaluó y comparó empleando la matriz de error y el índice
kappa y se contrastaron los resultados empleando un análisis
de matriz cruzada. La clasificación de la imagen Landsat
7ETM+, obtuvo una precisión de 96.3% para LC y 97.4%
para LT, mayores a las precisiones logradas para las imágenes
SPOT 4; sin embargo, la superficie analizada fue 83.6% de
la analizada en las imágenes SPOT 4. La combinación de los
resultados de ambas clasificaciones logró una precisión de
93.2 y 95.3% para LC y LT respectivamente.
En el estado de Guanajuato existen instituciones que
promueven la labranza de conservación como una alternativa
para lograr la sustentabilidad de la agricultura y la reducción
de problemas de erosión, entre las que se encuentran Centro
Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT)
la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA), Centro de Desarrollo
Tecnológico Villadiego, Asociación para la Siembra Directa
(ASOSID), Distrito de Riego 011, Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)
y Universidad de Guanajuato, las cuales a través de recursos
federales desarrollan tecnologías y actividades de promoción
para la labranza de conservación.
Palabras clave: Landsat 7ETM+, Spot 4, labranza
tradicional, percepción remota, quema de residuos.
En México las estadísticas actuales para la estimación del
área bajo el sistema de labranza de conservación son con base
a los apoyos otorgados por el gobierno para la adquisición
de equipo y específicamente sembradoras para labranza
de conservación, la cual fue estimada en 650 000 ha; sin
embargo, se ha encontrado que los agricultores utilizan éstas
máquinas para el sistema de labranza convencional. Por lo
tanto contar con estadísticas confiables para las instituciones
que impulsan la adopción de LC, resulta importante para
medir el impacto de sus actividades, conocer el avance de
adopción y las zonas con menor adopción (oportunidad).
Durante las últimas dos décadas se han realizado
investigaciones, para discriminar los suelos en donde
se práctica la labranza de conservación de aquellos bajo
680 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
labranza de convencional, empleando para ello técnicas
de percepción remota. Las investigación para determinar
el tipo de labranza (conservación o convencional), se
ha encaminado a través de tres grandes vertientes: 1) el
cálculo de índices de residuo y suelo desnudo a partir de
la información espectral de las imágenes de satélite que
resalten y faciliten la discriminación del tipo de labranza,
por mencionar algunos está el índice de diferencia
normalizada para labranza (por sus siglas en inglés NDI,
desarrollado por McNairn y Protz 1993); 2) los métodos
de clasificación basados en algoritmos de análisis de los
niveles digitales pixel por pixel en las imágenes de satélite; y
3) el desarrollo de metodología que combine la clasificación
supervisada pixel por pixel con conocimiento experto de
la zona agrícola bajo estudio. Aun cuando los mejores
resultados se han logrado a través de índices, la información
espectral requerida para su cálculo no existe en los satélites
disponibles para la observación de la tierra en la resolución
adecuada a un nivel regional.
Los índices desarrollados son aplicados a una imagen
para resaltar áreas en donde existe una característica de
interés. Entre los índices desarrollados para facilitar la
discriminación de residuo agrícola en una región mediante
imagen de Landsat, están el NDI5 y NDI7 (McNairn
y Protz, 1993); el índice de diferencia normalizada
para vegetación en senescencia (NDVSI por sus siglas
en inglés) fue creado por Qi et al. (2002), el realizó
investigación con mediciones de luz reflejada en un rango
de longitudes de onda dentro del infrarrojo de onda corta,
de donde se derivó el índice de absorción por celulosa (por
sus siglas en inglés CAI, ec. 1.1). CAI fue desarrollado
con el objetivo concreto de disponer de un parámetro que
se relacione directamente con el porcentaje de superficie
cubierta por residuo de cultivos.
Este índice se calcula empleando el alto porcentaje de luz
absorbida por la celulosa del residuo en las longitudes de
onda de 2.1 µm, 2.2 µm y 2.3 µm (Daughtry et al., 1996)
y requiere de bandas espectrales que sólo se encuentran
actualmente en el satélite Hiperion. Daughtry et al. (2005)
evaluó varios índices espectrales (CAI, NDI5, NDI7) y
desarrolló el índice de absorción por lignina (LCA) para
medir el porcentaje de área cubierta con residuo agrícola
en las parcelas, llegando a la conclusión de que el mejor
índice para discriminar residuo era CAI. Sin embargo,
Hiperion está disponible para investigaciones militares del
Departamento de Defensa de Estados Unidos de América,
en conjunto con muy pocas universidad de ese mismo país.
Noé Saldaña Robles et al.
Puesto que el residuo agrícola es la característica principal
de la labranza de conservación y se ausenta en la labranza
convencional, Ben-Dor (2002); Ben-Dor et al. (2003);
Daughtry et al. (2001); Daughtry et al. (2005); Serbin et al.
(2009); Brown et al. (2006) realizaron estudios para comparar
la firma espectral de diferentes tipos de suelos y residuos, la
contribución de la humedad del suelo, el porcentaje de materia
orgánica, los minerales y la textura del suelo.
Llegaron a la conclusión que la información espectral
contenida en CAI es la más adecuada para separar los residuos
agrícolas de suelos desnudos y vegetación agrícolas. Sin
embargo, el estudio de Serbin et al. (2009) afirma que para una
gran cantidad de tipos de suelo existe la posibilidad de usar
información espectral contenida en satélites como Lansat
7ETM+ o Spot 4 (cuyas imágenes contienen información de
cuatro bandas espectrales contenidas en los Lansat 5 y 7). Lo
anterior explica porque los resultados de estudios basados
en métodos de clasificación como Biard y Baret (1997);
Bannari et al. (2000); Bricklemyer et al. (2002); Bannari et
al. (2006) y otros más, han generado resultados satisfactorios
en la separación de residuos de suelos desnudos, empleando
imágenes de satélite como Landsat 7ETM+ o Ikonos.
Saldaña et al. (2012) realizó un estudio separando el área del
estado de Guanajuato que ofrece un suelo Vertisol pélico, y
realizando una clasificación supervisada para discriminar
la LC de la LT. El método empleado consistió en analizar
tres imágenes Spot 4 mediante clasificación supervisada.
El área analizada en el estado de Guanajuato se separó
empleando datos de INEGI (2011), correspondiendo al
tipo de suelo Vertisol pélico y dicha área correspondió
también principalmente a la zona agrícola más importante
del estado de Guanajuato. La clasificación supervisada
de las imágenes se realizó por separado y las imágenes
clasificadas se unificaron para evaluar la precisión de toda
la zona estudiada. Para mejorar la separabilidad de la firma
espectral se observó que era necesario separar las clases LC
y LT en cinco clases.
LC se separó en siembra directa y labranza mínima, mientras
que LT se separó en lLabranza convencional sin residuo
visible, labranza convencional con residuo abundante visible
y siembra directa con quema del residuo agrícola. Lo anterior
respondió a que cada práctica de preparación del suelo ofreció
cambios importantes en el perfil espectral de los pixeles en
las imágenes Spot 4 empleadas. Puesto que los métodos de
clasificación supervisada se basan en medidas estadísticas
como la media, mediana, desviación estándar, varianza,
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis multitemporal
etc., agrupar esas clases comprometería los resultados de
la clasificación supervisada. En los resultados obtenidos
se pudo observar que 92.7% de las parcelas de referencia
en campo fueron correctamente clasificadas. Sin embargo,
7.3% restante correspondía a parcelas mal clasificadas.
Por lo tanto, el estudio anterior asume los siguientes
supuestos para afirmar tal precisión: el residuo agrícola que
se detectó sobre las parcelas, en todos los casos representa
parcelas con LC, lo mismo para los suelos agrícolas sin
residuo son asumidos como LT. La fecha escogida para la
toma de imagen satelital, consideró que ya se realizó una
amplia mayoría de la siembra, por lo que no habrá cambios
como la remoción de residuos o quema de los mismos, y que
la fecha escogida permitirá que el residuo agrícola sobre las
parcelas participe de manera determinante en la reflectancia
al momento de la toma; por último la fecha escogida para la
toma de la imagen, asume que la mayor área posible con LC
o LT detectables por la clasificación estará disponible, y las
parcelas con cultivos cuya cobertura ya oculta el residuo o
el suelo desnudo será la mínima posible.
Por lo anterior, el presente trabajo consistió en analizar una
imagen de satélite Landsat, 7ETM+ de fecha posterior a
las imágenes Spot 4 analizadas por Saldaña et al. (2012).
El trabajo tuvo como objetivos, mejorar la precisión de
la clasificación supervisada mediante un análisis multitemporal, comparar la precisión de las clasificaciones en
la primera y segunda fecha, reportar cuantitativamente los
cambios agrícolas relacionados al tipo de labranza entre la
primera clasificación de las imágenes Spot, y la segunda
clasificación de la imagen Landsat y comparar la superficie
total en que aún pudo ser clasificado el tipo de labranza para
ambos análisis.
Materiales y métodos
En Saldaña et al. (2012) se estudió la zona agrícola del
estado de Guanajuato delimitada por la línea verde mostrada
en la Figura 1, cubierta por tres imágenes Spot 4 quedando
incluidos los siguientes municipios: Salamanca, Irapuato,
Valle de Santiago, Pueblo Nuevo, Abasolo, Huanímaro,
Pénjamo, Manuel Doblado, Juventino Rosas, Villagrán,
Cueramaro, Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Celaya,
Comonfort, Cortazar y Jaral del Progreso; además se
incluyeron Jerecuaro, Salvatierra y Tarímoro (un área parcial
menor a 70% para estos últimos).
681
ZONA DE ESTUDIO
102°20'0''W
102°0'0''W
101°40'0''W
101°20'0''W
101°0'0''W
100°40'0''W
100°20'0''W
N
21°0'0''N
21°0'0''N
W
20°40'0''N
20°40'0''N
E
S
LABRANZA DE CONSERVACIÓN
LABRANZA DE CONVENCIONAL
20°20'0''N
20°20'0''N
ÁREA DE ESTUDIO
LÍMITE ESTATAL
LÍMITE MUNICIPAL
20°0'0''N
20°0'0''N
MAPA DE LOCALIZACIÓN
102°20'0''W
0
102°0'0''W
15
30
101°40'0''W
60
101°20'0''W
90
101°0'0''W
100°40'0''W
100°20'0''W
Kilometers
120
Figura 1. Área de estudio definida por las tres imágenes Spot 4.
En el presente estudio se empleó la imagen de satélite
Landsat 7ETM+ (Figura 1). La superficie que representa el
traslape de las dos zonas, representa la superficie estudiada
en el presente estudio, la cual tiene un área de 632 026.7 ha.
En el caso de la imagen Landsat debido a la falla de uno de
sus sensores, se pierde información en franjas periódicas,
y por tanto la superficie de estudio se redujo a 514 991 ha,
que representa 55.7% de la superficie original estudiada por
Saldaña et al. (2012). La imagen Landsat fue recortada para
estudiar el área en que fue realizado el muestreo original para
las imágenes Spot 4.
Características de la zona de estudio
Ésta región agrícola se encuentra en promedio a 1 700 msnm,
con una precipitación promedio anual de 700 mm. Las
temperaturas oscilan entre los 3 y los 30 oC, con un promedio
anual de 20 oC. Predominan el Vertisol pelico y textura fina en
los suelos. En el estado de Guanajuato se establecen cultivos
en dos ciclos (SDA Guanajuato, 2010): 1) otoño-invierno con
siembras entre octubre y febrero, con la mayoría sembrando
en diciembre. Se establecen principalmente: trigo, cebada
y la mayor parte de las hortalizas; y 2) primavera-verano
(PV). Las siembras se realizan entre marzo y septiembre,
con la mayoría sembrando en mayo. La mayor superficie la
ocupan los cultivos de maíz y sorgo.
Adicionalmente, la superficie agrícola del estado tiene
cultivos perennes como alfalfa, agave y fresa, y hortalizas
con un promedio de 60 mil hectáreas, siendo alfalfa la de
mayor superficie con 90% (Flores-López y Scott, 2000). Los
682 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
cultivos se establecen bajo riego con agua proveniente de dos
fuentes: agua almacenada en las presas y agua del subsuelo
obtenida mediante bombeo. La agricultura de temporal se
sustenta sólo en la humedad proveniente de las lluvias. De
acuerdo con García y Martínez (2007) la superficie agrícola
de temporal en el estado es de 671 588 ha mientras que 502
973 ha son de riego.
Características de la imagen empleada
En el estudio realizado por Saldaña et al. (2012) se
utilizaron tres imágenes del satélite Spot 4 (Cuadro 1). Las
características de las imágenes se resumen en: 1) resolución
radiométrica de 8 bits; 2) resolución espacial de 20 m ∗ 20
m/pixel; y 3) resolución espectral de cuatro bandas, banda
1-infrarrojo cercano (0.69-0.89 µm), banda 2-rojo (0.61-0.68
µm), banda 3 - verde (0.5- 0.59 µm) y banda 4 - infrarrojo
medio (1.58-1.75 µm).
Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
582 309 con fecha del 26 de mayo de 2010,
tomada a las 17:32:08.
584 309 con fecha del 26 de mayo de 2010,
tomada a las 17:16:28.
583 309 con fecha del 06 de junio de 2010,
tomada a las 17:16:29.
En el presente estudio se empleó la imagen de satélite
Landsat 7ETM+ con fecha del 03 de Junio de 2010. La
imagen Landsat correspondió a la región definida por la
ruta del satélite paso: 28, línea: 46. Las características de la
imagen empleada son: 1) resolución radiométrica de 8 bits;
2) resolución espacial de 30 m ∗ 30 m/pixel; 3) resolución
espectral de 7 bandas, azul (0.45-0.515 µm), verde (0.5250.605 µm), rojo (0.63-0.69 µm), infrarrojo cercano (0.7750.9 µm), infrarrojo de onda corta baja (1.55-1.75 µm),
infrarrojo térmico (10.4-12.5 µm), infrarrojo de onda corta
alta (2.09-2.35 µm).
Preparación de la imagen de satélite para el análisis
La imagen de satélite Landsat 7ETM+ fue descargada del
sitio oficial del Servicio Geológico de Estados Unidos
de América (por sus siglas en inglés USGS, 2011), y ya
contaba con la corrección geométrica, por lo que sólo se
realizó la corrección radiométrica mediante el método del
cuerpo negro, para lo cual se consideraron las presas y
cuerpos de agua de la región. Además se aplicó el método de
ecualización del histograma para mejorar el contraste. La
Noé Saldaña Robles et al.
separación de la zona agrícola de la imagen Landsat, se
realizó empleando el mismo método que Saldaña et al.
(2012) y que es muy similar al aplicado por (Mehdi et
al., 2010).
Muestreo en campo y definición de clases
Los datos del muestreo de campo fueron los mismo
empleados en Saldaña et al. (2012), sin embargo; en el
presente trabajo se considera importante describir la
metodología de muestreo para presentar claramente los
resultados. La preparación de parcelas para ser cultivadas
se dividió en labranza de conservación y labranza
convencional. Además, para el estudio se consideró
importante dividir la preparación de los terrenos en
cinco clases descritas a continuación y mostradas en la
Figura 2.
Siembra directa (SD1). Parcelas con residuo de trigo o
cebada, cubierta de residuo del 30% o mayor, sin remover
el suelo se siembra maíz o sorgo.
Labranza mínima (SD2). Igual a SD1, además se lleva a
cabo un mínimo laboreo del suelo, remarcando los surcos
para favorecer el riego por gravedad.
Labranza convencional sin residuo (C1). El residuo se
empaca al mayor porcentaje posible y de forma común
se pueden llevar a cabo las siguientes operaciones en el
suelo: cincelado (opcional), barbecho, rastreo. El residuo
se integra de tal forma que desaparece por completo de la
superficie.
Labranza convencional con residuo (C2). El residuo del
cultivo anterior se integra al suelo sin removerlo y se llevan
a cabo las siguientes operaciones en el suelo: cincelado,
barbecho, rastreo (una o dos veces) y nivelación, por la
abundancia del residuo este se mantiene presente en la
superficie.
Siembra directa sobre residuo quemado (SD3). El residuo
del cultivo anterior es quemado en diferentes proporciones
y con el suelo sin alterar se siembra el siguiente cultivo.
Otras coberturas en parcelas agrícolas (B). Alfalfa, brócoli,
calabacita, agave, cebolla, ajo, sandia, etc., suelos no
preparados para siembra y residuos de vegetación ajenos a
la labranza de conservación.
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis multitemporal
(a) (b)
(d) 683
(c)
(e)
Figura 2. a) siembra directa de conservación (SD1); b) labranza convencional sin residuo (C1); c) labranza convencional con
residuo (C2); d) labranza mínima (SD2); y e) siembra directa con quema de residuo (SD3).
El muestreo en campo para obtener la información consistió
en levantar los siguientes datos: posición geo-referenciada
de la poligonal de la parcela con un sistema compuesto de un
GPS, Garmin 60 csx (sistema de posicionamiento global, por
sus siglas en inglés, Garmin International Inc., Olathe, KS,
USA) y una computadora portátil con el programa ARCGIS
9.3 (ESRI Inc., Redlands, CA, USA); tipo de residuo (trigo o
cebada) o última operación de preparación del suelo; fecha de
siembra aproximada (en caso de planta emergente); cultivo
sembrado y tipo de siembra (hileras por surco). El muestreo
se realizó bajo un esquema estratificado-sistemático que
consistió en dividir la región de estudio de acuerdo a los
límites municipales y las carreteras primarias y secundarias.
El muestreo se llevó a cabo del 24 al 28 de mayo y se
consideró que las parcelas que se registraron dentro de algún
tipo de labranza estuviesen ya sembradas (regadas, con
planta emergente o con semilla de maíz o sorgo visible). Los
registros originales del muestreo en campo se describen en
Saldaña et al. (2012) y de dichos datos se emplearon aquellos
que quedaron dentro de la imagen Landsat 7ETM+ con
información espectral útil para el análisis, por lo que se usaron
196 parcelas de referencia en C1, 25 en C2, 139 en SD1,
88 en SD2 y 100 en SD3 sumando un total de 548 parcelas
verificadas en campo. Las referencias de otras coberturas
se redujeron hasta 13 parcelas, por lo que se consideró
inapropiado incluir esta clase en el presente estudio.
Clasificación supervisada de la imagen Landsat 7ETM+
y evaluación de resultados
La clasificación de la imagen Lansat 7ETM+ se realizó
de la misma forma en que se clasificaron las imágenes
Spot 4 (Saldaña et al., 2012) mediante un análisis de
componentes principales, seguido de una clasificación
supervisada empleando el método de Mahalanobis por
paralelepípedos, para lo cual se empleó el programa
ERDAS IMAGINE 9.1 (ERDAS Inc., Atlanta, GA
30329, Estados Unidos), los pixeles que no cayeron en los
paralelepípedos establecidos se dejaron sin clasificar. El
entrenamiento del algoritmo de clasificación supervisada
se hizo empleando 12 parcelas para cada uno de los cinco
tipos de labranza.
A la imagen resultante de la clasificación se aplicó un filtro
de “mayoría”, básicamente limpiando pixeles aislados o
altamente descartables. Los resultados de la clasificación
supervisada se evaluaron a través de la matriz de error y
el índice kappa (Maclure y Willet, 1987; Cook, 1998). La
matriz de error y el índice kappa se calcularon a partir de
los datos restantes del muestreo que no se utilizaron en el
entrenamiento, empleados como puntos de verificación.
Los resultados de evaluación en el presente estudio para la
imagen Landsat 7ETM+ se contrastaron con los obtenidos
por Saldaña et al. (2012) para las imágenes SPOT 4.
Noé Saldaña Robles et al.
684 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Análisis multi-temporal
Una vez que se llevó a cabo la clasificación supervisada
de la imagen Landsat 7ETM+ Se procedió a realizar
un análisis multi-temporal entre los resultados de la
clasificación realizada por Saldaña et al. (2012) y la
resultante de este estudio. El análisis se realizó mediante
un método denominado matriz cruzada que consiste en
superponer la imagen de clases de labranza resultante de
la imagen Landsat 7ETM+ a la imagen de clases resultante
de las imágenes Spot 4, para observar los cambios que
hubo sobre la superficie. En el método de matriz cruzada
obtenida para cinco clases de labranza en cada
ficación, se espera una imagen con 25 clases, aunque
puede ser menor dependiendo de las coincidencias entre
clases.
Clasificación multi-temporal
Para generar una imagen final de las clases de labranza se
empleó la matriz presentada en el Cuadro 1, que destaca los
cambios de cobertura en los suelos agrícolas que presentan
lógica, y se descartan cambios de las clases que no presentan
lógica en el campo agrícola.
Clasificación de las
imágenes SPOT 4
mayo 26 y junio 1
Cuadro 1. La palomita indica los cambios lógicos que se pueden presentar entre las cinco clases de labranza.
C1
C2
SD1
SD2
SD3
C1
√
√
√
X
√
Clasificación de la Imagen Landsat 7ETM+
03 de junio 2010
C2
SD1
SD2
X
X
X
√
X
X
√
√
√
X
X
√
√
X
X
Por ejemplo; una parcela que fue clasificada como labranza
convencional sin residuo (C1) (en las imágenes Spot 4) no
puede en fecha posterior aparecer con reflectancia de una
parcela con residuo sobre su superficie (imagen Landsat
7ETM+). De esta manera, las clases lógicas esperadas son
12, incluyendo las clases que en ambas clasificaciones
coinciden y están marcadas con una palomita, y las clases
ilógicas quedan marcadas con una cruz.
Por tanto la imagen de clases final combinando la información
de la primera clasificación y la información de la segunda
clasificación, se generó clasificando cada pixel en las cinco
clases de labranza, aceptando sólo los cambios lógicos
ocurridos en la imagen Landsat 7ETM+ e incorporándolos
a los resultados de la clasificación de las imágenes Spot 4, ya
que ésta última tiene mayor área de análisis y corresponde al
primer resultado de clasificación en orden cronológico. De
igual manera se realizó el procedimiento de matriz cruzada
para el análisis donde sólo se utilizó las clases de labranza
de conservación la cual incluye SD1 y SD2, y labranza
tradicional que vez incluye C1, C2, y SD3, utilizando el
Cuadro 2 para definir los cambios.
SD3
X
X
√
X
√
Cuadro 2. La palomita indica los cambios lógicos que
se pueden presentar entre las dos clases de
labranza LC y LT.
Clasificación de la Imagen Landsat
7ETM+
03 de junio 2010
Clasificación de
imágenes Spot 4
mayo 26 y junio 1
LC
LT
LC
√
√
LT
X
√
De la imagen resultante para las cinco clases de labranza, se
obtuvo la imagen de dos clases de labranza que son labranza
de conservación (SD1 y SD2) y labranza tradicional
(C1, C2 y SD3). Las imágenes resultantes se evaluaron
nuevamente mediante el método de matriz de error e índice
kappa y los resultados se contrastaron con los obtenidos
para las clasificaciones de la imagen Landsat 7ETM+ y
las imágenes Spot 4.
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis multitemporal
Resultados y discusión
685
y el cálculo del índice kappa Cuadro 4. De las 196
referencias de campo C1 se clasificaron correctamente
140, 37 quedaron clasificadas en SD3 y 18 en C2, y
de las 100 referencias para SD3 se clasificaron 23 en
C1. Lo anterior muestra la mayor dificultad de separar
espectralmente C1 y SD3 entre si, y a su vez de C2,
recordando que estas clases pertenecen a LT. En SD1
se presentó la mayor confusión con SD2 y viceversa,
pertenecientes ambas a LC.
Clasificación supervisada para la imagen Landsat
7ETM+
El resultado de la evaluación de la clasificación
supervisada para la imagen Landsat 7ETM+ se presenta en
el Cuadro 3, mediante la elaboración de la matriz de error
Cuadro 3. Matriz de error para clasificación supervisada de la imagen Landsat 7ETM+.
Clasificación
Clases
C1
C2
SD1
SD2
SD3
Totales
Parcelas de referencia en campo
C1
140
18
0
1
37
196
C2
7
10
0
0
8
25
Los resultados obtenidos por Saldaña et al. (2012) para
la matriz cruzada, reflejaron el mismo comportamiento
de las cinco clases de preparación del suelo observado en
el presente estudio, reafirmando que las clases de LT son
mucho más similares entre si, y las clases de LC igualmente,
pero con mayor facilidad de separación entre LT y LC. Con
respecto a los porcentajes de aciertos se puede observar
en el Cuadro 4 que éste disminuyó para C1, C2, SD2 y
SD3 y aumentó para SD1 en la clasificación de la imagen
Landsat 7ETM+, con respecto a los resultados obtenidos
SD1
2
0
94
39
4
139
SD2
0
0
44
44
0
88
SD3
23
0
2
9
66
100
Totales
172
28
140
93
115
548
para la clasificación de las imágenes Spot 4. También el
porcentaje de la clasificación global de cayó desde 75.8%
en la clasificación supervisada de las imágenes Spot 4,
hasta 64.6% en la clasificación supervisada de las imágenes
Landsat 7ETM+.
En el Cuadro 5 se muestran los índices kappa para cada
clase lo que confirma, una menor separabilidad de todas las
clases que la mostrada en la clasificación de las imágenes
del primer periodo.
Cuadro 4. Resumen de las coincidencias para cada una de las cinco clases de labranza propuestas para las clasificaciones
de las imágenes Spot 4 y Landsat 7ETM+.
Clases
(%) Referencias clasificadas correctamente en Spot 4 (Saldaña et al. 2012)
(%) Referencias clasificadas correctamente en Landsat 7ETM+
C1
71.4
83
C2 SD1 SD2
40 67.6 50
76.7 60.9 71
SD3 Totales
66
64.6
75.4
75.8
Cuadro 5. Índice kappa para las dos clasificaciones supervisadas.
Clases
C1
C2
SD1
SD2
SD3
Índice kappa-clasificación Landsat 7ETM+
0.6589
0.3296
0.5789
0.3873
0.5219
Índice kappa-clasificación Spot 4 (Saldaña et al., 2012)
0.9243
0.4559
0.7151
0.4752
0.6377
Noé Saldaña Robles et al.
686 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
En general puede destacarse un mejor desempeño de la
clasificación supervisada, para separar las clases de labranza
definidas en las imágenes Spot 4 del primer periodo, que
para la imagen Landsat 7ETM+ del segundo periodo, lo
cual pudiera que la vegetación de algunas parcelas para la
imagen del segundo periodo se desarrolló y generó un perfil
espectral con mayor similitud entre clases del mismo tipo
general de labranza.
Contrario a la clasificación supervisada para las cinco
clases de labranza definidas, la clasificación para dos
clases generales (LC y LT) presentó un porcentaje de
referencias de campo clasificadas correctamente para la
labranza convencional 96.3% y 97.4% para la labranza
de conservación, lo que en ambas clases representó un
incremento en la precisión de la clasificación con respecto
a los valores obtenido para la clasificación de las imágenes
Spot 4 del primer periodo (Cuadro 6).
periodo (Landsat 7ETM+), permitieron revisar los pixeles
que permanecieron en la misma clase (Figura 3) y los pixeles
que fueron reclasificados en el segundo periodo. Los pixeles
clasificados como C1, C2 y SD3 no sufrieron cambios y
quedaron nuevamente clasificados en su misma clase.
Por otro lado, algunos de los pixeles de las imágenes Spot 4 que
quedaron clasificados en SD1 y SD2, se clasificaron como C1
y SD3 en la imagen Landsat ETM+. Lo anterior, se resumió
en un cambio de 3 169 ha representado 1.21% de las 262
104 ha clasificadas en las imágenes SPOT 4, que influyeron
principalmente en el porcentaje de labranza de conservación
estimada para Pénjamo, Cuerámaro y en menor gradoAbasolo.
Lo anterior podría indicar que son los últimos municipios que
preparan sus suelos en el año (parcelas de regadío únicamente
donde puede haber residuos agrícolas del ciclo anterior).
PRÁCTICAS DE LABRANZA
MATRIZ CRUZADA
LANDSAT-SPOT
102°0'0''W
Cuadro 6. Resumen de las coincidencias para cada una de
las dos clases de labranza propuestas para las
clasificaciones de las imágenes Spot 4 y Landsat
7ETM+.
Clases
(%) Referencias clasificadas
correctamente en Spot 4
(%) Referencias clasificadas
correctamente en Landsat 7ETM+
LT
93.7
N
W
20°20'0''N
20°20'0''N
S
LABRANZA DE CONSERVACIÓN
LC Totales
92.7
E
LABRANZA DE CONVENCIONAL
CAMBIOS DE SD1, SD2 A SD3
ÁREA DE ESTUDIO
93.2
LÍMITE ESTATAL
LÍMITE MUNICIPAL
96.3
97.4
96.7
MAPA DE LOCALIZACIÓN
102°0'0''W
Lo anterior pudiera explicarse, ya la corrección que de
forma natural se integra en la clasificación de la imagen
Landsat 7ETM+ que al pertenecer a una fecha posterior a
las imágenes Spot 4, integra cambios de laboreo del suelo
en algunas parcelas que fueron clasificadas erróneamente:
por ejemplo, por tener residuo que pocos días después fue
removido con la preparación tradicional del suelo, y habiendo
mayor separabilidad entre la información espectral de LC
y LT, mejoró la precisión con que se ficaron correctamente
las parcelas en estas dos clases a pesar del desarrollo de la
vegetación que si influyó entre las cinco clases de labranza
en entre las cuales ya existía mayor similitud para algunas.
Análisis multi-temporal
Los resultados del análisis de matriz cruzada, que consistió
en traslapar los pixeles de la imagen resultante de la
clasificación del primer periodo (Spot 4), con los pixeles
de la imagen resultante de la clasificación del segundo
0
2.5
5
10
15
Kilometers
20
Figura 3. Matriz cruzada para dos clasificaciones supervisadas
de diferente fecha. Acercamiento a zona de Pénjamo
con cambios de clases.
Clasificación multi-temporal
Los resultados de la evaluación de la clasificación de los
pixeles, que surgió de combinar ambas clasificaciones de
imágenes Spot 4 y Landsat 7ETM+, se resumen en el Cuadro
7 mediante el índice kappa. Puede notarse un incremento del
índice kappa en las cinco clases de labranza propuestas para
la reclasificación con la información multi-temporal con
respecto a las clasificaciones de imágenes Spot 4 y Landsat
7ETM+. Por otra parte con respecto a la clasificación global
en dos clases de labranza (convencional y conservación),
se observó un aumento en la precisión con que se logra la
discriminación de la labranza de conservación empleando
el análisis multi-temporal (Cuadro 8).
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis multitemporal
687
Cuadro 7. Comparación del índice kappa para las clasificaciones en diferente fecha y el análisis multi-temporal.
Clases
Imagen spot 4
Imagen landsat 7etm+
Análisis multi-temporal
0.4786
0.9243
0.4559
0.7151
0.4752
0.6377
índice kappa
0.6589
0.3296
0.5789
0.3873
0.5219
0.5026
0.9307
0.4678
0.7856
0.5117
0.6813
B
C1
C2
SD1
SD2
SD3
Cuadro 8. Porcentaje de aciertos logrados por el método de análisis multi-temporal.
Clases
LT
LC
Totales
Referencias de
campo
633
368
1044
Clasificación
supervisada
616
352
1044
Coincidencias entre
referencias y clasificación
603
343
985
Aunque en la clasificación realizada a la imagen Landsat
7ETM+, el porcentaje de precisión fue aún mayor (97.4%),
cabe señalar que debido a la fecha en que fue tomada la
imagen y el error del sensor se reduce el área de estudio
19.5%. Adicional a lo anterior, la facilidad para separar las
cinco clases propuestas disminuye notablemente.
(%) referencias clasificadas
correctamente
95.3%
93.2%
94.3%
análisis multi-temporal a 0.9481 para labranza convencional
y 0.9611 para labranza de conservación, estos a su vez
ligeramente menores a los índices kappa obtenidos para
la clasificación de la imagen Landsat 7ETM+, reiterando
nuevamente una mayor área analizada para el análisis
multi-espectral y mayor precisión para las cinco clases de
labranza definidas. La cartografía resultante de esta primera
clasificación supervisada se muestra en la Figura 4, y los datos
por municipio en el Cuadro 9, en donde se obtuvo 14.9% de
labranza de convencional, y 84.1% de labranza de conservación.
Lo anterior también se pudo ver reflejado en el índice kappa
que aumentó con respecto a la clasificación de las imágenes
Spot 4, para ambos tipos de labranza en la clasificación por
PRÁCTICAS DE LABRANZA
102°20'0''W
101°40'0''W
101°20'0''W
101°0'0''W
100°40'0''W
21°0'0''N
21°0'0''N
PRÁCTICAS CONVENCIONALES
LABRANZA DE CONVENCIONAL
SIN RESIDUO C1
LABRANZA DE CONVENCIONAL
CON RESIDUO C1
ÁREA DE ESTUDIO
RESIDUO QUEMADO
20°40'0''N
20°40'0''N
PRÁCTICAS DE CONSERVACIÓN
SIEMBRA DIRECTA
DE CONSERVACIÓN
LABRANZA MÍNIMA
20°20'0''N
20°20'0''N
ÁREA DE ESTUDIO
LÍMITE ESTATAL
LÍMITE MUNICIPAL
102°20'0''W
0
101°40'0''W
20
40
101°20'0''W
80
101°0'0''W
120
Figura 4. Cartografía final empleado clasificacion multi-espectral.
MAPA DE LOCALIZACIÓN
100°40'0''W
Km
160
Noé Saldaña Robles et al.
688 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 9. Estadísticas generadas de la clasificación basada en el análisis multi-temporal.
Municipios
Abasolo
Apaseo el Alto
Apaseo el Grande
Celaya
Manuel Doblado
Comonfort
Cortazar
Cuerámaro
Huanímaro
Irapuato
Jaral del Progreso
Jerécuaro
Pénjamo
Pueblo Nuevo
Salamanca
Salvatierra
Juventino Rosas
Tarímoro
Valle de Santiago
Villagrán
Total
Porcentajes
Labranza convencional
C1
C2
SD3
14 947.9
3 083.9
3 574.1
4 060.4
22.2
1 868.8
6 778.3
192.2
6 088.2
6 801
399.3
4 714.6
4 830.9
170.4
1 158.8
1 715.7
48.6
1 662.2
7 101.6
1 007.7
3 728.4
3 688
198.4
1 944.6
2 017.1
984.7
1 415.5
7 436.4
7 324.3
3 965.3
6 727.1
1 047.5
1 991.4
1 390.7
0
536.8
27,928.2
1 186.4
12 164.7
1 946.8
389
167.8
10 294.4
7 491.7
3 492.1
5,281.3
441.7
2 612.7
2 638.7
1 130.1
5 259.8
4 069.6
45.9
901.6
7 809.1
4 392
2 906.9
2 394.4
976.3
2 434.1
129 857.6
30 532.3
62 588.4
49.5
11.6
23.9
85.1
Aun cuando el porcentaje de labranza de conservación para
la superficie analizada sólo cambió 1.21%, para algunos
municipios que fueron los principales contribuyentes
a dicho cambio de labranza de conservación a labranza
convencional, representó un mayor cambio porcentual,
implicando que hubo quema de residuo en algunas parcelas.
Por ejemplo, Pénjamo presentó en el análisis de la primera
clasificación de las imágenes Spot 4, 14.4% y en la
clasificación supervisada se redujo a 10.3%. Lo mismo
ocurrió con Cuerámaro que presentó 29.9% de labranza de
conservación según la clasificación de las imágenes Spot y
en el análisis multi-temporal cambió a 16.3%.
Inicialmente de la clasificación supervisada de las imágenes
Spot 4, se obtuvo 16.1% de labranza de conservación y el
resto de labranza convencional, reportado por Saldaña et al.
(2012); a partir del análisis multi-temporal se observó 14.9%
de labranza de conservación (Cuadro 9).
Labranza de conservación
SD1
SD2
3 207.2
2 261.7
34.6
10.7
138.4
132.5
95.8
105.8
2 122
358.9
97.4
83.9
384.8
793.3
252.7
878.8
856.9
486.2
1 799.4
2 183.9
436.4
706
3.1
16.5
2 931.6
1 798.8
181.6
107.4
2 378.7
3 252.2
233.4
342.4
405.9
890.2
86.7
68.6
3 179.4
4 343.6
533.7
944.6
19 359.7
19 766
7.4
7.5
14.9
Total
27 074.8
5 996.7
13 329.6
12 116.5
8 641
3 607.8
13 015.8
6 962.5
5 760.4
22 709.3
10 908.4
1 947.1
46 009.7
2 792.6
26 909.1
8 911.5
10 324.7
5 172.4
22 631
7 283.1
262 104
Conclusiones
El análisis multi-temporal permitió mejorar la precisión para
discriminar la superficie agrícola sembrada bajo labranza de
conservación, ya que la clasificación supervisada para un
primer periodo de imágenes obtuvo una precisión 2.7% al
discriminar labranza de conservación, y mediante análisis
multi-temporal se logró 93.2%. El porcentaje de labranza
de conservación, para la superficie total analizada entre las
dos clasificaciones con diferente fecha, sólo representó un
cambio de 1.21% que se concentró en Pénjamo, Cuerámaro
y Abasolo, representó porcentajes de cambio importantes
para éstos municipios.
La superficie clasificable para las imágenes Spot 4 del primer
periodo fue 24.2% mayor a la superficie clasificable para la
imagen Landsat 7ETM+ del segundo periodo, esto se debió
en parte al crecimiento de los cultivos en las parcelas para el
Discriminación de la superficie agrícola sembrada bajo labranza de conservación empleando análisis multitemporal
segundo periodo; sin embargo, la precisión de discriminación
del tipo de labranza aumentó para el segundo periodo, por
lo que la fecha de las imágenes es un compromiso entre
la precisión de discriminación y la superficie total que es
clasificable por tipo de labranza.
En el presente estudio se encontró 14.9% de las superficie
total analizada bajo el esquema de labranza de conservación
y el resto fue bajo labranza tradicional.
Literatura citada
Bannari, A.; Habaudane, D. and Bonn, F. 2000. Interet du
moyen infrarouge pour la cartographie des residus de
cultures. Canadian J. Remote Sensing. 26(5):384-393.
Bannari, A.; Pacheco, A.; Staenz, K.; McNairn, H.
and Omari, K. 2006. Estimating and mapping
crop residues cover on agricultural lands using
hyperspectral and IKONOS data. Remote Sensing.
Envirom. 104(4):447-459.
Ben-Dor, E. 2002. Quantitative remote sensing of soil
properties. Adv. Agron. 75:173-244.
Biard, F. and Baret, F. 1997. Crop residue estimation using
multiband reflectance. Remote Sensing. Environ.
59(3):530-536.
Bricklemyer, R. S.; Lawrence, R. L. and Miller P. R.
2002. Documenting no-till and conventional till
practices using Landsat ETM+ imagery and logistic
Regression. J. Soil Water Conserv. SeptemberOctober. 57(5):267-271.
Brown, D. J.; Shepherd K. D.; Walsh M. G.; Mays, M. D. and
Reinsch, T. G. 2006. Global soil characterization
with VNIR diffuse reflectance spectroscopy.
Geoderma 132:273-290.
689
Cook, R. J. 1998. Kappa en: la enciclopedia de bioestadística.
Armitage, T. P. y Colton, (eds). Nueva York: Wiley.
2160-2166 pp.
Daughtry, C. S. T.; Nager, P. L.; Kim, M. S.; McMurtrey, J. E.
and Chappelle, E. W. 1996. Spectral reflectance of
soils and crop residues, near infrared spectroscopy:
the future waves Davis, A. M. C. and Williams,
P. (ed.) NIR Publications, Chichester. United
Kingdom. 505-510 pp.
Daughtry, C. S. T.; Hunt, Jr.; Doraiswamy, P. C. and
McMurtrey, J. E. III. 2005. Remote sensing the
spatial distribution of crop residues. Agron. J. 97:
864-871.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2011. Uso del suelo y vegetación.
URL:http://www.inegi.org.mx/geo/contenidos/
recnat/usosuelo/Default.aspx.
McNairn, H. and Protz, R. 1993. Mapping corn residue cover
on agricultural fields in Oxford County, Ontario,
using Thematic Mapper. Canadian J. Remote
Sensing. 19(2):152-159.
Mehdi, G. M.; Mehdi, B. and Mojaradi, B. 2010.
Mapping and Area Estimation of Wheat by SPOT
Satellite Image. Map Asia 2010 & ISG 2010
Conference. Delhi, India.SDA, Guanajuato. 2010.
La agricultura. URL: http://sda.guanajuato.gob.
mx/agricultura.html .
Serbin, G. E.; Hunt, R.; Daughtry, C. S. T.; McCarty, G. W.
and Doraiswamy, P. C. 2009. An improved ASTER
index for remote sensing of crop residue. J. Remote
Sensing. 1:971-991.
Qi, J.; Marsett, R.; Heilman, P.; Biedenbender, S.; Moran,
S.; Goodrich, D. and Weltz, M. 2002. RANGES
improves satellite-based information and land
cover assessments in southwest United States. Eos.
83:601-606.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 690-697
Propiedades físicas y químicas del suelo bajo labranza de conservación
y su relación con el rendimiento de tres cultivos
Agustín Navarro Bravo1§, Benjamín Figueroa Sandoval2, Dora Ma. Sangerman-Jarquín3 y Esteban S. Osuna Ceja3
Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA). INIFAP. Carretera Los Reyes- Lechería, km 18.5. Texcoco, Estado de México. C. P. 56230.
Campus San Luis Potosí. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Iturbide Núm. 73, Salinas de Hidalgo, San Luis Potosí. C. P. 78600. México. (benjamin@
colpos.mx). 3Campo Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, C. P. 56250. (sangerman.
[email protected]). 3Campo Experimental Pabellón. INIFAP. km 32.5. Carretera Aguascalientes-Zacatecas, Mpio. Pabellón de Arteaga, Aguascalientes. C. P. 20660.
Tel: 01 465 958 01 86. ([email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
2
Resumen
Introducción
El manejo físico del suelo implica optimizar, en la zona de
las raíces de las plantas, las propiedades físicas, tales como:
estructura, porosidad, infiltración, retención de agua, entre
otras; que son importantes para el manejo sustentable del
recurso e identificación de indicadores físicos del suelo.
Por ello, se evaluó un agroecosistema de haba-maíz-frijol
en rotación con labranza de conservación, para conocer
los indicadores físicos a través de las propiedades físicas y
químicas del suelo que se relacionen con el rendimiento de los
cultivos, en el Colegio de Postgraduados en CienciasAgrícolas,
Texcoco, Estado de México. Las propiedades de suelo medidas
fueron resistencia mecánica, densidad aparente, materia
orgánica, conductividad eléctrica, porosidad, distribución
del tamaño de partículas, humedad aprovechable, saturada
y residual, conductividad hidráulica saturada, infiltración
acumulada, sorbilidad; asimismo, se evaluó el rendimiento de
haba, maíz y frjol. Los datos se analizaron mediante análisis de
regresión simple y múltiple. Los resultados mostraron que la
materia orgánica y la conductividad hidráulica saturada, son
los indicadores físicos del suelo que definen el rendimiento
de los tres cultivos bajo labranza de conservación.
El suelo es un recurso natural y un sistema muy complejo;
que permite el sostenimiento de las actividades productivas,
pero por su amplia variabilidad, es difícil establecer una sola
medida física, química o biológica que refleje su calidad
(Bandick y Dick, 1999).
Palabras clave: estructura del suelo, rendimiento de grano,
sostenibilidad.
Los métodos agrícolas de producción de cultivos se han
concentrado en la labranza intensiva, suministro de
insumos externos como estrategia para incrementar la
fertilidad del suelo y el rendimiento de la cosecha. Sin
embargo, las consecuencias de la labranza intensiva son
la compactación del suelo, la pérdida de la biodiversidad,
la contaminación del suelo y el agua por el uso excesivo
de agroquímicos, así como el incremento de la erosión.
Por el contrario, la labranza de conservación es un
esquema de producción de cultivo, diferente a los métodos
convencionales y es una alternativa de manejo productivo
del suelo. Sus principales ventajas son: mejorar el
contenido de materia orgánica en la superficie del suelo,
mejorar la estabilidad estructural, incrementar la retención
de agua, y reducir el escurrimiento y producción de
sedimentos. Lo anterior promueve aumento en la calidad
física de los suelos agrícolas y del ambiente en general
(Gregorich y Carter, 1997).
691 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Agustín Navarro Bravo et al.
Para cuantificar la calidad física del suelo, los indicadores
necesitan ser medidos espacialmente a través de la
evaluación de las propiedades del suelo (físicas, químicas y
biológicas), las cuales deben ser fáciles de medir, aun los más
sensibles a cambios generados por las prácticas de manejo,
cuyos valores indicarían la calidad (Larson y Pierce, 1991;
Dexter, 2004).
fue: encontrar los indicadores físicos del suelo a través de las
propiedades físicas y químicas de éste, y que se relacionen
con el rendimiento del haba maíz y frijol.
La calidad física del suelo se asocia con el uso eficiente del
agua, nutrientes, y pesticidas; lo cual reduce las emisiones
de gases que generan el efecto invernadero. Como
consecuencia, se presenta un incremento en la producción
agrícola (Lal et al., 1998). La calidad física del suelo no se
puede ser medir directamente, pero se infiere a través de
indicadores de calidad del suelo estáticos o dinámicos, y
medición de atributos del mismo, que se influencian por el
uso y prácticas de manejo (Sanchez-Maranon et al., 2002;
Carter, 2002; Dexter, 2004).
El estudio se realizó en el Campus Montecillo del Colegio
de Postgraduados, Texcoco, Estado de México, que se ubica
en las coordenadas geográficas (19° 28' 4. 26" latitud norte
y 98° 53' 42.18" longitud oeste con una altitud de 2 250 m).
La precipitación media anual es de 550 mm, con una buena
distribución (> 450 mm) durante la estación de crecimiento
del haba, maíz y frijol, y temperatura media anual de 18 oC
con un período libre de heladas de 150 días. El suelo tiene
textura migajón arcillo limoso, de origen aluvial y lacustre,
moderadamente drenado, clasificado como Fluvaquentic
Endoaquolls (Gutiérrez-Castorena, 1999).
Los cambios temporales en las propiedades del suelo con
la labranza, son indicadores que se usan para determinar
si mejora la calidad del suelo, si es estable o si disminuye
con el tiempo (Lal, 1998). Lo anterior permite establecer
niveles críticos de indicadores de calidad del suelo, asignar
un factor de peso y relacionarlo con la productividad (Lal,
1994).
En un sistema de manejo sustentable, la interpretación
se mide en los cambios adquiridos por los indicadores de
calidad del suelo en el tiempo (Larson y Pierce, 1991). Las
variaciones en espacio y tiempo de los indicadores de calidad
del suelo, son la consecuencia de numerosos factores físicos,
químicos y biológicos. Por lo tanto, se han propuesto varias
series de datos mínimos para valorar cuantitativamente la
sustentabilidad de un suelo con prácticas de manejo (Doran
y Perkin, 1994; Lal, 1994; Larson y Pierce, 1991). La
regresión lineal (factor simple) y el análisis multivariado
son herramientas estadísticas que se utilizan para evaluar
la calidad del suelo (Li y Lindstorm, 2001; Mendham et al.,
2002), así como funciones de pedotransferencia (Salchow
et al., 1996; Dexter, 2004), y análisis de componentes
principales (ACP), para determinar indicadores de calidad
del suelo (Brejada et al., 2000).
La hipótesis de este estudio fue que el rendimiento de
los cultivos evaluados bajo el sistema de rotación que se
implemento en labranza de conservación, se puede explicar
mediante el comportamiento de las propiedades físicas y
químicas del suelo. Por tanto, el objetivo del presente trabajo
Materiales y métodos
Durante el ciclo primavera-verano de 1995 se estableció un
experimento de largo plazo con labranza de conservación,
donde se realizan prácticas de rotación de cultivos de
gramíneas y leguminosas para producción de grano. En
esta área experimental (0.84 ha), se realizó un análisis
geoestadístico de materia orgánica (MO) en la capa arable
(5, 10, y 15 cm de profundidad) del suelo, porque en esta
capa hay mayor acumulación de MO en un sistema de
producción de cultivos con labranza de conservación,
dando las 10 parcelas de escurrimiento (2 m ∗ 7 m, 14 m2)
con aplicación de lluvia simulada con diferentes niveles de
MO, para medir propiedades físicas y químicas del suelo en
tres puntos centrales equidistantes y lineales de las parcelas
de escurrimiento; así mismo se evaluó el rendimiento de
grano de los cultivos dentro y alrededor de dichas parcelas.
El contenido de humedad volumétrica (θv) en el perfil edáfico
(15 cm), la resistencia mecánica (Rm) y la infiltración
acumulada del agua (Ia), se determinaron con métodos no
invasivos de exploración electromagnética: reflectometría
del dominio del tiempo (TDR), penetrómetro de ultrasonido
(PU) y un simulador de lluvia móvil tipo ARS/USDA
respectivamente. Además se uso métodos tradicionales
para medir densidad aparente (ρa), materia orgánica (MO),
conductividad eléctrica (CE) y textura del suelo.
La determinación de ρa se realizó al igual que la θv y Rm en
cada punto de muestreo a 15 cm de profundidad, se utilizó el
método del cilindro de volumen conocido (Jury et al., 1991).
Propiedades físicas y químicas del suelo bajo labranza de conservación y su relación con el rendimiento de tres cultivos
La porosidad total (ƒ) se determinó a partir de la densidad
aparente (ρa) medida y se consideró una densidad real igual
a 2.6 Mg m-3 (Hillel, 1980).
La humedad aprovechable (θa) se estimó como la diferencia
en humedad entre capacidad de campo (CC) y punto de
marchitamiento permanente (PMP); la humedad residual
(θr) fue predicha por el modelo propuesto por Rawls et al.
(1991).
La CE y MO se evaluaron en muestras de suelo que se
recolectaron en los tres puntos de muestreo de las parcelas
de escurrimiento. En el laboratorio se efectuaron las
determinaciones a través del método de pasta de saturación
y Walkley y Black, respectivamente.
La infiltración del agua (I) se determino al usar un
simulador de lluvia tipo ARS/USDA (Norton et al., 1995),
con el cual se aplicaron tres eventos de lluvia en cada área
de muestreo respectivo con una intensidad de 20, 60 y 100
mm h-1. La tasa de infiltración se determinó a partir de la
diferencia entre la intensidad de la lluvia y el escurrimiento
ocurrido (Q). La conductividad hidráulica saturada (Ks)
se determino con los datos de la tasa de infiltración, los
cuales se graficaron contra el tiempo para los eventos de
60 y 100 mm h-1 de lluvia que se aplicco en cada área de
muestreo, y se calculó el promedio aritmético de los tres
últimos valores de la tasa de infiltración. Estos valores
corresponden a la porción de la curva de velocidad de
infiltración donde ésta se hace constante. La infiltración
acumulada (Ia) se obtuvo de la diferencia entre la lluvia
total y el escurrimiento. La sortilidad (So) se calculó de
acuerdo con Chong (1983).
La siembra de los cultivos de haba, maíz y frijol se realizó
a equidistancias (entre hileras y entre plantas) de 30 cm en
forma manual, para garantizar una densidad de 100 000
plantas ha-1 en cada uno de los cultivos evaluados; como
alternativa para obtener una alta población de plantas en un
sistema de labranza de conservación que maneja residuos
de cosecha sobre la superficie del suelo.
Se determinaron las estadísticas descriptivas básicas y
posteriormente se hicieron análisis de correlación por pares de
parámetros con los 14 atributos de suelo medidos en la capa de
0-15 cm de profundidad y el rendimiento de los tres cultivos,
se uso el software SAS V8.0 (1999). Los atributos que se uso
para el análisis de correlación fueron: Rm, ρa, MO, CE, ƒ,
contenido de arena(Ar), limo (Li), arcilla (Ac), θa, θs, θr, Ks, Ia,
692
So, rendimiento de haba (Ŷh), maíz (Ŷm) y frijol (Ŷf). También se
realizó un análisis de regresión múltiple, con el rendimiento de
grano de los cultivos (Ŷh, Ŷm y Ŷf) como variables dependientes
y los atributos del suelo como variables independientes.
Resultados y discusión
Las propiedades del suelo que presentaron coeficientes
de variación (CV), mayores de 25% fueron la Rm, Ia, CE
y Ks. Lo que indicó una mayor variación espacial de estos
en el área donde se ubicaron las parcelas. Los coeficiente
de variación de las variables físicas: θa, θs, θr, So, Ar, Lm y
Ac, fueron menores de 20%; pero la ρa y ƒ fueron cercanos
a cero o con una distribución espacial uniforme. Para el
rendimiento de grano del haba (Ŷh), maíz (Ŷm) y frijol
(Ŷf), los coeficientes fueron de bajos a moderados, con
un rango de 4.38 a 24.96%. Otras estadísticas tales como:
mínimo, máximo, media, mediana y la desviación estándar
se muestran en el (Cuadro 1).
El análisis de correlación por pares de parámetros de los 14
atributos de suelo y tres rendimientos de cultivos, mostró
una correlación significativa con una probabilidad p≥ 0.05
en 21 de los 136 pares de atributos del suelo (Cuadro 2).
La Rm se correlacionó negativamente con CE (R2= -0.85),
pero con las demás variables disminuyó; la CE tuvo un
R2= 0.75 con la Ar, y disminuyó estadísticamente con las
otras variables. Por el contrario, la MO se correlacionó
ficativamente con ρa, ƒ, Ks, So, Ŷh y Ŷm (R2> 0.70), y
correlación R2 = 0.59 con el rendimiento del frijol. Una alta
correlación positiva fue obtenida entre Ia con Ks y Ŷf (R2>
0.77), pero negativamente con ρa (R2= -0.55). La Ks, tuvo
una alta correlación positiva con Ŷh, Ŷm, Ŷf, Ia y MO (R2>
0.72) y una correlación negativa con Ac (R2= -0.7). La So
se correlacionó positivamente con MO y ƒ (R2> 0.72), y
negativamente con ρa (R2= -0.72).
La ƒ se correlaciona positivo con So y MO (R2= 0.72), pero
con ρa tuvo una R2= -1, (dado que ésta se estimó a partir de la
ρa). De la misma manera, existió una alta correlación positiva
entre θa y θs (R2= 1), pero estas dos variables presentaron una
correlación baja (R2< 0.52) con las otras variables estudiadas.
La θr se correlacionó positivamente con Lm (R2= 0.75)
y negativamente con Ac (R2= -0.99). En este análisis de
correlación las variables θa y θs fueron las únicas que no se
correlacionaron significativamente con el total de variables
estudiadas (Cuadro 2).
Agustín Navarro Bravo et al.
693 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 1. Estadística descriptiva de las propiedades del suelo Fluvaquentic Endoaquolls.
Propiedades
N
Mínimo
Máximo
Media
Mediana
DE
CV (%)
Rm (kPa)
ρa (g cm-3)
MO (%)
CE (dS m-1)
ƒ (%)
Ar (%)
Li (%)
Ar (%)
θa (cm3 cm-3)
θs (cm3 cm-3)
θr (cm3 cm-3)
Ks (cm h-1)
Ia (cm)
So (cm s-½)
Ŷh (t ha-1)
Ŷm (t ha-1)
Ŷf (t ha-1)
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
10
680
1.16
1.70
0.44
0.546
13
50
30
0.164
0.379
0.034
0.157
7.9
0.703
1.83
5.38
1.25
3567
1.18
2.20
1.33
0.553
17
55
37
0.382
0.598
0.049
0.527
59.3
0.992
2.76
6.19
2.62
2105.18
1.17
1.94
0.778
0.550
14.9
52.1
33
0.303
0.519
0.044
0.394
38.8
0.829
2.17
5.75
1.95
2365.15
1.17
1.95
0.714
0.551
15
52
32
0.305
0.521
0.046
0.432
40.05
0.829
2.09
5.73
2.03
1024.53
0.006
0.135
0.279
0.002
1.287
1.969
2.211
0.058
0.058
0.005
0.113
15.442
0.079
0.307
0.251
0.487
48.67
0.51
6.96
35.89
0.36
8.64
3.78
6.70
19.19
11.2
10.82
28.59
39.8
9.58
14.13
4.38
24.96
DE= desviación estándar; Rm= resistencia mecánica; ρa= densidad aparente; MO= materia orgánica; CE= conductividad eléctrica; ƒ= porosidad total; Ar= arena; Li= limo;
Ac= arcilla; θa= humedad aprovechable; θs= humedad saturada; θr= humedad residual; Ks= conductividad hidráulica saturada; Ia= infiltración acumulada; So= sorbilidad
y Ŷh, Ŷm y Ŷf= rendimiento de haba, maíz y frijol respectivamente.
Cuadro 2. Coeficientes de correlación entre propiedades físicas y químicas del suelo Fluvaquentic Endoaquolls y el
rendimiento de haba, maíz y friiol.
Rm
Rm 1
ρa
0.58
MO -0.45
CE -0.85
ƒ
-0.58
Ar -0.67
Li
-0.25
Ac 0.62
θa
-0.11
θs
-0.11
θr
-0.63
Ks -0.63
Ia
-0.15
So
-0.33
Ŷh -0.49
Ŷm -0.44
Ŷf
-0.18
ρa
MO
CE
ƒ
Ar
Li
Ac
θa
θs
θr
Ks
Ia
So
Ŷh
Ŷm
Ŷf
1
-0.72
-0.48
-1.00
-0.07
0.05
0.00
0.08
0.08
0.03
-0.52
-0.55
-0.72
-0.33
-0.50
-0.29
1
0.29
0.72
-0.04
0.32
-0.26
-0.07
-0.07
0.21
0.74
0.69
0.87
0.77
0.70
0.59
1
0.48
0.73
0.25
-0.65
0.24
0.24
0.69
0.50
0.13
0.32
0.43
0.38
0.15
1
0.07
-0.05
0.00
-0.08
-0.08
-0.03
0.52
0.55
0.72
0.33
0.50
0.29
1
-0.13
-0.47
0.24
0.24
0.55
0.17
-0.15
0.08
0.28
0.30
-0.17
1
-0.82
0.31
0.31
0.75
0.68
0.35
-0.02
0.51
0.31
0.69
1
-0.41
-0.41
-0.99
-0.70
-0.22
-0.02
-0.61
-0.45
-0.52
1
1.00
0.42
0.11
0.12
-0.05
0.20
0.03
0.52
1
0.42
0.11
0.12
-0.05
0.20
0.03
0.52
1
0.66
0.19
0.02
0.57
0.43
0.46
1
0.77
0.53
0.72
0.72
0.77
1
0.66
0.52
0.69
0.81
1
0.65 1
0.53 0.69 1
0.45 0.62 0.48 1
Rm= resistencia mecánica (kPa); ρa= densidad aparente(g cm-3); MO= Materia orgánica (%); CE= Conductividad eléctrica (dS m-1); ƒ= Porosidad total (%); Ar= Arena (%);
Li= Limo (%); Ac= Arcilla (%); θa= Humedad aprovechable (cm3 cm-3); θs= Humedad saturada (cm3 cm-3); θr= Humedad residual (cm3 cm-3); Ks= Conductividad hidráulica
saturada (cm h-1); Ia= Infiltración acumulada (cm); So= Sorbilidad (cm s-½) y Ŷh, Ŷm, Ŷf= Rendimiento de haba, maíz y frijol (t ha-1) respectivamente.
Propiedades físicas y químicas del suelo bajo labranza de conservación y su relación con el rendimiento de tres cultivos
Rendimiento (t ha-1)
Al efectuar las regresiones lineales simples, la MO, Ks,
Ia y S o tuvieron una regresión lineal aceptable con el
rendimiento de los tres cultivos. En la Figura 1 se ilustran
que la MO y Ks se relacionaron con el rendimiento de
3 a) Haba
2.5
2
1
Rendimiento (t ha-1)
2
1.5
1
0.5
y = 1.311x + 3.2017
R2= 0.4941
5.4
0
1.6
Rendimiento (t ha-1)
3 c) Frijol
2.5
5.6
0.5
1.8
2
2.2
MO (%)
2.4
5.2
1.6
1.8
2
2.2
MO (%)
2.4
y = 1.9648x + 1.3963
R2= 0.5212
0.3
0.4
Ks (cm h-1)
0.5
0.6
0.2
0.3
0.4
Ks (cm h-1)
0.5
0.6
y = 2.5182x + 0.0817
R2= 0.4261
0.75
0.85 0.95
So (cm s-½)
1.05
6
5.8
5.6
5.4
5.2
1.8
2
2.2
MO (%)
2.4
f) Frijol
y = 3.326x + 0.6386
R2= 0.593
0
0.1
0.2
0.3
0.4
Ks (cm h-1)
2.5
2
1.5
1
0.5
y = 0.0113x + 5.3068
R2= 0.4798
7
1.6
0.5
0.6
3 i) Frijol
6.4 h) Maíz
6.2
3
g) Haba
2.5
2
0
2.5
2
1.5
1
0.5
y = 1.6077x + 5.1111
R2= 0.5181
6
5.8
5.6
5.4
5.2
0.1
y = 2.1159x - 2.1548
R2= 0.3442
3
6.4 e) Maíz
6.2
3
d) Haba
2.5
2
1.5
1
0.5
0
0.1
0.2
1.5
1
0.5
0
0.65
haba, maíz y frijol (R 2< 0.60; Figura 1a-f); S o con el
rendimiento de haba (R2= 0.42; Figura 1g); mientras que
la Ia se relacionó con el rendimiento de maíz y frijol (R2<
0.66; Figura 1i-j).
6.4 b) Maíz
6.2
6
5.8
y = 1.7476x - 1.2193
R2= 0.5914
1.5
694
27
Ia (cm)
47
67
0
y = 0.0254x + 0.9625
R2= 0.6517
7
27
Ia (cm)
47
67
Figura 1. Relación lineal entre el rendimiento de grano de haba, maíz y frijol con MO, Ks, Ia y So.
Las propiedades del suelo que explican el rendimiento del
haba de mayor a menor importancia son: MO, Ks, So, Ac,
θr, Ia, Lm, Rm y CE. Estas variables del suelo aportaron una
explicación individual de 59.1 a 18.2%; otras como la ρa, ƒ,
Ar, θa y θs explicaron individualmente menos del 12% (Figura
2a). En la misma figura se muestra la línea acumulativa del
porcentaje de explicación de las propiedades del suelo sobre
el rendimiento del haba. Se observa que la línea comienza
con 59.1% de MO, con un ligero aumento a Ks, del mismo
modo en los tramos de So a θr y de Ia a CE existieron aumentos
que llegaron al 100% en forma acumulativa; pero de Ks a So,
θr a Ia no existe aumento en forma acumulativa.
El rendimiento del maíz se influenció por Ks, MO, Ia, So, ρa,
ƒ, Ac, Rm, θr y CE; las cuales explicaron individualmente
de 51.8 a 14.2% (Figura 2b). Además, se observó que la
línea acumulativa inicia con Ks a So, con un ligero aumento
en porcentaje de acumulación, pero de ƒ a Rm y de θr a
CE, existe un mayor aumento que finaliza con un 100% de
explicación. Por el contrario, en el tramo de So a ƒ y de Rm
a θr la pendiente es cero, es decir, indica que en forma
acumulativa estas variables no explican un aumento
razonable como lo hacen individualmente.
El rendimiento del frijol se debió a la Ia, Ks, Lm, MO, Ac,
θa, θs, θr, So y ρa, con un rango de 65.2 a 8.5% y las variables
restantes explican individualmente menos del 8% (Figura
2c). En la misma figura se muestra la línea del porcentaje
acumulativo de las variables del suelo que explicaron el
100% el rendimiento del cultivo del frijol, en este caso
existen pendientes marcadas, por ejemplo, de Ia a Lm se
encuentra el mayor porcentaje de explicación (85.5%);
además, se observan tramos de MO a θa, y θr, a ρa, con menor
porcentaje de explicación, pero hay tramos de Lm a MO y
θa a θr, donde no hay pendiente del rendimiento.
Con la inclusión de dos o más propiedades del suelo como
variables independientes y el rendimiento de grano del haba,
maíz y frijol como variable dependiente en las regresiones
múltiples la R2 mejoró de 0.64 a 0.97. La MO, Ks y Ac,
Agustín Navarro Bravo et al.
695 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
explicaron 80% el rendimiento de haba, pero al incluir
Rm y Ar se explicó 85% y al incluir la θr se alcanzó 96%
(Cuadro 3).
posteriormente al adherir a So, se alcanzó 94% (Cuadro
3). De la misma manera, las propiedades del suelo
que influenciaron el rendimiento de grano de frijol
fueron I a, K s y MO, variables que explican 71% el
rendimiento, pero al incluir θa a la ecuación, aumento
a 88% y finalmente al adherir Ar se alcanzó 97%
(Cuadro 3).
El rendimiento de grano del cultivo de maíz se influenció
por K s , MO y Ar, las cuales explican 64% dicho
rendimiento, pero al incluir la I a, aumentó a 73% y
a) Haba
100
θs
θa
Li
Ar
θr
Propiedades dek suelo
CE
Propiedades dek suelo
Ac
Ks
θs
θa
Ar
f
ρa
CE
Rm
Ia
Li
θr
So
0
Ac
0
Ks
20
MO
20
Rm
40
f
40
Individual
Acumulativo
60
ρa
60
80
Ia
Individual
Acumulativo
So
80
Porcentaje
100
Porcentaje
b) Maíz
120
MO
120
c) Frijol
120
Porcentaje
100
80
Individual
Acumulativo
60
40
Ar
CE
Rm
f
ρa
So
θr
θs
θa
Ac
MO
Li
Ks
0
Ia
20
Propiedades dek suelo
Figura 2. Porcentaje explicativo individual y acumulativo de las propiedades del suelo sobre el rendimiento de los cultivos, en
las parcelas de escurrimiento.
Cuadro 3. Ecuaciones de regresión múltiple para el rendimiento (t ha-1) de haba, maíz y frijol.
Núm.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Ecuación
Ŷh= 2.03MO - 1.09Ks - 0.09Ac + 1.67
Ŷh= 2.17MO - 0.57Ks - 0.08Ac + 0.0001Rm + 0.08Ar - 0.52
Ŷh= 1.88MO - 0.04Ks - 0.63Ac + 0.0002Rm + 0.23Ar - 274.13θr + 2.68
Ŷm= 0.73Ks + 0.88MO + 0.05Ar + 2.98
Ŷm= 0.01Ks + 0.71MO + 0.08Ar + 0.008Ia + 2.94
Ŷm= -2.17Ks + 3.45MO + 0.16Ar + 0.02Ia - 4.56So + 0.49
Ŷf= 0.02Ia+1.85Ks - 0.44MO - 1.38
Ŷf= 0.02Ia + 1.37Ks + 0.19MO + 3.61θa - 0.64
Ŷf= 0.008Ia + 2.45Ks + 0.08MO + 4.28θa - 0.13Ar+1.22
R2
0.8
0.85
0.96
0.64
0.73
0.94
0.71
0.88
0.97
Ŷh, Ŷm, Ŷf= rendimiento de haba, maíz y frijol respectivamente; MO= materia orgánica; Rm= resistencia mecánica; ρa= densidad aparente; Ks= conductividad hidráulica
saturada; Ac= arcilla; Ar= arena; θr= humedad residual; Ia= infiltración acumulada; So= sorbilidad; θa= humedad aprovechable.
Propiedades físicas y químicas del suelo bajo labranza de conservación y su relación con el rendimiento de tres cultivos
De nueve ecuaciones de regresión múltiple que se muestran
en el Cuadro 3, en ocho de ellas el coeficiente de la MO
fue positivo, lo cual indicó que el rendimiento de grano de
los cultivos estudiados aumenta conforme el contenido de
MO fue mayor en el suelo. Cada una de las variables del
suelo tuvieron una influencia diferente para explicar el
rendimiento de los cultivos, pero en general la Ks, MO y Ar
fueron tres de 14 variables del suelo que estuvieron presentes
en las regresiones múltiples con el rendimiento de grano
de los tres cultivos (haba, maíz y frijol). Otras variables
que influenciaron en menor importancia en las ecuaciones
de regresión múltiple fueron: Ac, Rm, y θr para explicar
el rendimiento del haba, así también Ia y So influenció
en el rendimiento del maíz, del mismo modo Ia y θa en el
rendimiento de fríjol (Cuadro 3).
Conclusiones
La materia orgánica, conductividad hidráulica saturada y
contenido de arcilla fueron las variables que definieron el
rendimiento del haba. El rendimiento de maíz influenciado
por la conductividad hidráulica saturada, materia orgánica
y contenido de arena. El rendimiento de frijol está
asociado con la infiltración acumulada, conductividad
hidráulica saturada y materia orgánica. Por lo tanto, la
conductividad hidráulica saturada y la materia orgánica
(agua y nutrimento) son los indicadores del suelo que
definen el rendimiento de los tres cultivos manejados con
labranza de conservación.
Literatura citada
Bandick, A. K. and Dick, R. P. 1999. Field management
effect on soil enzyme activities. Soil Biol. Biochem.
31(11):1471-1479.
Brejada, J. J.; Moorman, T. B.; Karlen, D. L. and Dao, T. H.
2000. Identification of regional soil quality factors
and indicators: I. Central and southern high plains.
Soil Sci. Ame. J. 64:2115-2124.
Carter, R. 2002. Soil quality for sustainable land management:
Organic matter and aggregation interactions that
maintain soil functions. Agron. J. 94:38-47.
Chong, S. K. 1983. Calculation of sorptivity from constantrate rainfall is infiltration measurement. Soil Sci.
Soc. Ame. J. 47:627-630.
696
Dexter, A. R. 2004. Soil physical quality part I. Theory,
effect of soil texture, density and organic matter, and
effect on root growth. Article in press. Geoderma
120:201-214.
Doran, J. W. and Parkin, T. B. 1994. Defining and assessing
soil quality in defining soil quality for a sustainable
environment. In: defining soil quality for a sustainable
environment. Doran, J. W.; Coleman, D. C, Bezdicek,
D. F. and Stewart, B. A. (Ed.). SSSA. Spec. Publ.
Núm. 35. SSSA/ASA, Madison, Wis. USA. 3-21 pp.
Gregorich, E. G. and Carter, M. R. 1997. Soil quality for
crop production and ecosystem health. Develop.
Soil Sci. 25:125-165.
Gutiérrez-Castorena, Ma. C. y Ortiz-Solorio, C. A. 1999.
Origen y evolución de los suelos del ex-lago de
Texcoco, México. Agrociencia. 33:199-208.
Hillel, D. 1980. Fundamentals of soil physics. Academic
Press, Inc. New York, USA. 413 p.
Jury, W. A.; Gardner, W. R. and Gardner, W. H. 1991. Soil
physics. John, W. Sons. New York. 328 p.
Lal, R. 1994. Methods and guidelines for assessing
sustainable use of soil and water resources in the
tropics. Soil management support services. USDANRCS, Washington. 57 p.
Lal, R. 1998. Soil quality and agricultural sustainability. In:
soil quality and agricultural sustainability. Lal, R.
(ed.). Ann Arbor Press, Chelsea, MI. 3-12 pp.
Lal, R.; Kimble, J. M.; Follett, R. F. and Cole, C. V. 1998.
The potential of us cropland to sequester carbon and
mitigate the greenhouse effect. Ann Arbor Press,
Chelsea, MI. 457 p.
Larson, W. E., F. J. Pierce. 1991. Conservation and enhancement
of soil quality in evaluation for sustainable land
management in the developing world. Vol. 2.
IBSRAM Proc. 12(2). Int. Board for soil resource and
management. Bangkok, Thailand. 37-51 pp.
Li, Y.; and Lindstorm, M. J. 2001. Evaluating soil qualitysoil redistribution relationship on terraces and steep
hillslope. Soil Sci. Soc. Am. J. 65:1500-1508.
Mendham, D. S.; Smethurst, P. J.; Holz, G. K.; Menary, R.
C.; Grove, T. S.; Weston, C. and Baker, T. 2002.
Soil analysis as indicators of phosphorus response
in young eucalyptus plantations. Soil Sci. Soc. Am.
J. 66:959-968.
Norton, L. D.; Figueroa-Sandoval, B. and Oropeza-Mota, J. L.
1995. Comparison of runoff and erosion form natural
and reclaimed tepetate from the semiarid area East
of Mexico city. Water Research and Management
in Semiarid Environments. Tucson, Arizona. 15 p.
697 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Rawls, W. J.; Gish, T. J. and Brakensiek, D. L. 1991.
Estimating soil water retention from soil physical
properties and characteristics. Adv. Soil Sci.
16:213-234.
Salchow, E. R.; Lal, R.; Fausey, N. R. and Ward, R. 1996.
Pedotransfer functions for variable alluvial soils in
southern Ohio. Geoderma 73:165-181.
Agustín Navarro Bravo et al.
Sanchez-Maranon, M.; Soriano, M.; Delgado, G. and
Delgado, R. 2002. Soil quality in mediterranean
mountain environments: Effects of land use change.
Soil Sci. Soc. Am. J. 66:948-958.
Statistical Analysis System (SAS V8.0). 1999. The SAS
system for window. SAS Institute Inc. Cary,
NC27513, USA. 100-120 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 698-704
Red neuronal artificial base radial en la estimación
de la evapotranspiración de referencia
Rocío Cervantes-Osornio1§, Ramón Arteaga-Ramírez1, M. Alberto Vázquez-Peña1 y Waldo Ojeda-Bustamante2
Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco, km. 38.5 C. P. 56230. Tel 01(595) 21500 Chapingo, Estado de México. ([email protected],
[email protected]). 2Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. Paseo Cuauhnáhuac 8532, Col. Progreso. C. P. 62550, Jiutepec, Morelos. wojeda@
tlaloc.imta.mx. §Autora para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
En la agricultura resulta importante conocer con cierto grado
de anticipación algunas variables climáticas tal como la
evapotranspiración de referencia, variable primordial en la
planeación y distribución del recurso agua en los distritos
de riego. En el presente trabajo se utilizaron métodos
convencionales y modelos de redes neuronales artificiales,
específicamente feedforward backpropagation, con las mismas
variables de entradas que sus homólogos modelos empíricos,
para estimación de la evapotranspiración de referencia, esto
se realizó para la estación Santa Rosa 1 III AC, ubicada en
el Distrito 075, Valle del Fuerte, Los Mochis, Sinaloa. Los
resultados obtenidos mostraron que las redes neuronales
artificiales representan una alternativa de modelo confiable
en la estimación de la evapotranspiración de referencia.
Palabras clave: calendarización del riego, evapotranspiración
de referencia, redes neuronales artificiales.
Introducción
Calendarizar el riego redunda en la idea de estimar con
anticipación cuanto y cuando aplicar riego a los cultivos
a lo largo de su ciclo fenológico. Específicamente en
cultivos bajo invernadero o en sistemas en tiempo real,
resulta particularmente útil contar con un dato ágil de
evapotranspiración de referencia, principal componente
del ciclo hidrológico, resultando necesario conocerla con
antelación para estimar las necesidades de agua de los
cultivos y realizar una planeación acertada de las láminas de
riego y distribución del recurso agua de manera adecuada,
(Jensen et al., 1990; Ojeda, 2004). El método PenmanMonteith propuesto por la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación en el (FAO) en el boletín 56,
es el único método estándar recomendado para el cálculo
de la evapotranspiración de referencia (ET0). Las variables
climáticas que requieren ser conocidas e influyen en la
evapotranspiración son: la temperatura del aire, humedad
atmosférica, radiación solar y velocidad del viento
(Allen et al., 1998). Debido a que no todas éstas variables
están disponibles en cualquier estación meteorológica
han sido propuestos diferentes modelos para estimar la
evapotranspiración de referencia (ET0) como la ecuación de
Hargreaves (1993), que la estima en función de temperatura y
ha producido resultados razonables de ET0 con cierta validez
global (Allen et al., 1998). Otro modelo para estimar la ET0
es Priestley-Taylor que relaciona la evapotranspiración con
la radiación y demanda el conocimiento de menos datos al
usuario (Thornley y France, 2007).
En fechas recientes los modelos de redes neuronales
artificiales han demostrado ser una herramienta excelente,
debido a su capacidad para manejar las interrelaciones
no-lineales existentes al estimar diversos fenómenos
climáticos (Tymvios et al., 2008). Trabajos de investigación
para estimar la evapotranspiración de referencia (ET0)
con redes neuronales artificiales se han hecho, tal como
el de Zanetti et al. (2007), que evaluaron una red neuronal
artificial multicapa en función de las temperaturas máximas
y mínimas del aire. De igual manera se encuentra el trabajo
Rocío Cervantes-Osornio et al.
699 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
de Kumar et al. (2002) que utiliza una RNA con el algoritmo
backpropagation para estimar la ET0 con las variables de
entrada: temperatura máxima y mínima, humedad relativa
máxima y mínima, velocidad del viento y radiación solar.
El objetivo del presente trabajo fue determinar si un modelo
de red neuronal backpropagation con las mismas variables de
entrada que utilizan los métodos convencionales de: Hargreaves
(HARG), Hargreaves calibrado (HARGC) y Priestley-Taylor
(P-T), es mejor al estimar la evapotranspiración de referencia
obtenida con Penman-Monteith (P-M) FAO-56.
Materiales y métodos
Se utilizaron datos climatológicos de la estación:
temperaturas máximas y mínimas en °C, radiación
global en MJ m -2 día -1 , humedad relativa en (%) y
velocidad del viento en m s-1; obtenidos de la base datos
de la red agroclimática automatizada Valle del Fuerte
proporcionada por el Distrito de Riego 075, ubicada en
Los Mochis, Sinaloa. Las coordenadas de dichas estación
se presentan en el Cuadro 1.
Cuadro 1. Nombre, clave, longitud, latitud y altitud de la estación objeto de este estudio.
Clave de estación
Nombre estación
Longitud
Latitud
Altitud (m)
3765 III-1
AC Santa Rosa 1
108º 57’ 21”
25º 45’ 03”
40
Penman-Monteith FA0 56
Debido a la dificultad de obtener datos de lisímetro de
evapotranspiración se tomaron como datos observados la
evapotranspiración de referencia obtenida por el método
FAO Penman-Monteith. La ecuación utilizada por éste
método de manera diaria es:
ET0=
900 u (e - e )
T + 2.73 2 s a
∆ + γ (1 + 0.34 u2)
0.408∆ (Rn - G) + γ
(1)
Donde: ET0= evapotranspiración de referencia en mm día1
; Rn= radiación neta en la superficie del pasto en MJ m-2
día-1; G= densidad de flujo de calor del suelo en MJ m-2
día-1; T= temperatura media del aire a 2 m de altura en °C;
u2= velocidad del viento media a 2 m de altura en m s-1; es=
presión de vapor a saturación a la temperatura del aire T en
kPa; ea= presión de vapor actual en kPa; es - ea= déficit de
presión de vapor en kPa; ∆= pendiente de la curva de presión
de vapor a saturación en kPa ºC-1; γ= constante psicométrica
en kPa ºC-1 (Allen et al., 1998).
Modelos utilizados en la estimación de la
evapotranspiración de referencia (ET0)
Se consideraron los siguientes modelos para la estimación
de la ET0
Modelo 1. Hargreaves
La ET0 se puede estimar usando la ecuación de Hargreaves:
ET0= 0.0023(Tmedia + 17.8)(Tmax - Tmin)0.5 Ra
(2)
Donde: T media= temperatura media en °C; T max, T min=
temperaturas máximas y mínimas respectivamente y Ra=
radiación extraterrestre en mm día-1. Este parámetro de
acuerdo con Allen et al. (1998) se calcula como:
Ra= 24*60
π 0.082dr[ωs sin(φ)sin(δ) + cos(φ)cos(δ)sin(ωs)](3)
2π
Donde:
=0.033cos
1 0.033cosJJ 2π ,es la distancia relativa inversa
1r+
dr = d
365
 365 
Tierra-Sol, J= número de día en el año; ω s=arccos[tan(φ)tan(δ)], es el ángulo de radiación a la puesta del
sol en radianes; φ= latitud positiva para el hemisferio
norte y negativa para el hemisferio sur en radianes;
 2π 
d r = 1 + 0.033cos  J

 365 
Estos datos se pre procesaron a nivel diario, comprendieron
del periodo abril de 1997 a mayo de 2001, generando vectores
de 1484 datos, los cuales se utilizaron para el ajuste de los
modelos estimándose la evapotranspiración de referencia
(ET0), así como para entrenamiento, validación y prueba de
las RNA. Un nuevo conjunto de datos de 229 días se utilizó
para realizar la validación de los modelos realizando una
predicción de la evapotranspiración de referencia. Los datos
se pre procesaron en hojas de cálculo y el software a usado
para el entrenamiento de las RNA es el toolbox de redes
neuronales para Matlab 7.0T.M.
Red neuronal artificial base radial en la estimación de la evapotranspiración de referencia
 365
   365
  
  22ππ2π

δ= 0.409
- 1.39
δδ ==0.409
0.409
sinsin
JJ −−J1.39
1.39
 365
 , es la declinación solar en
sin
   2π2π
  
δ δ= 0.409
= 0.409
− 1.39
  J −J 1.39
  
sin
sin
365
 365
radianes.

Modelo 2. Hargreaves calibrado
De acuerdo con Trajkovic (2007) la ecuación de Hargreaves
se puede reescribir como:
ET0,PM= 0.0023(Tmedia + 17.8)(Tmax - Tmin)HE Ra
(4)
Donde: ET0,PM= evapotranspiración de referencia calculada
con la metodología de Penman-Monteith (Allen et al., 1998);
HE= exponente empírico ajustado de Hargreaves, que es
calibrado con los vectores de los 1 484 datos disponibles
para cada una de las estaciones.
Modelo 3. Priestley y Taylor
La ecuación de Priestley y Taylor (1972) se define como:
E=
α ∆
(R - G)
λ ∆+γ n
(5)
Donde: E= evapotranspiración de referencia mm día-1;
Rn es la radiación neta medida a 2 m en MJ m-2 día-1; G=
densidad de flujo de calor en el suelo, en MJ m-2 día-1; G= 0
en una escala en el tiempo diaria de acuerdo con Allen et al.
(1998); λ= calor latente de vaporización igual a 2.45 MJ kg-1;
cpP
γ=
=0.665 x 10-3 x P, es la constante psicrométrica;
ελ
cp= calor especifico a presión constante, 1.013 x 10-3 en MJ
kg-1 °C-1; ε= cociente del peso molecular de vapor
de agua/
5.26
293- 0.0065z
− 0.00655.26
z
293
= 101.3
101.3 
aire seco = 0.622;PP=
,es la presión
 293293

atmosférica en kPa; z= altitud en m.
 293 − 0.0065 z 
P = 101.3 

293


5.26
Modelo 4. RNA función de base radial (RBF)
La red neuronal de función de base radial con n entradas y
un escalar como salida se representa en la ecuación 6 tal red
implementa un mapeo fr: Rn → R de acuerdo con:
nr
fr (x)= λ0 + ∑ λi ϕ(||x-ci||)
i=l
(6)
Donde: x∈ Rn es el vector de entrada, ϕ(⋅) es una función dada
de R+ a R, ||⋅|| denota la norma euclidiana, λi, 0 ≤ i ≤ nr, son los
pesos o parámetros, ci ∈ Rn, 1 ≤ i ≤ nr, son conocidas como los
centros RBF, y nr es el número de centros. Aunque el caso de
salida escalar es considerado aquí por simplicidad rotacional.
De hecho, una red RBF multisalida puede separarse siempre
700
en un grupo de una red RBF de una sola salida. En la red
RBF la forma funcional ϕ(⋅) y los centros ci se asumen son
fijos. Se suministra un conjunto a la entrada x(t) y la salida
deseada correspondiente d(t) para t= 1 hasta N, los valores
de los pesos λi pueden determinarse usando el método lineal
de mínimos cuadrados. Sin embargo, las elecciones de ϕ(⋅) y
ci deben considerarse cuidadosamente para que la red RBF
sea capaz de igualar exactamente la representación de la red
neuronal de dos capas.
Resultados teóricos y prácticos de investigación sugieren
que la elección de la no-linealidad ϕ(⋅) no es crucial para la
realización de la red RBF. Por ejemplo; sea la elección una
función Gaussiana
ϕ(v)= exp(-v2/ β2)
(7)
Donde: β es una constante real. Para la no-linealidad ϕ(v)
→ 0 así como v → ∞, (Chen et al., 1991).
Escenarios y variables de entrada utilizados en las RNA
de base radial
Se utilizaron seis escenarios para las redes neuronales
artificiales de base radial (RNABR) que a continuación
se presentan, así como las {variables de entrada} que se
utilizaron en cada una de ellas: RNABR1 {Tmin, Tmax},
RNABR2 {Tmedia, Ra}, RNABR3 {Tmin, Tmax, Ra},
RNABR5 {Tmedia, Rn}, RNABR7 {Tmin, Tmax, Rn}.
Donde: Tmin y Tmax son temperatura máxima y mínima
respectivamente, Tmedia promedio de las temperaturas, Ra
radiación extraterrestre, Rn radiación neta.
Índices estadísticos para evaluar los modelos
Se obtuvieron los siguientes estadísticos de prueba para los
diferentes modelos el error estándar promedio o raíz cuadrada
del cuadrado medio del error (RMSE), calculándose con la
siguiente ecuación:
N
RMSE=
∑i=1 (ai - ti)2
,
N
(8)
se obtuvo también el índice de Willmot (Willmot, 1981):
d= 1-
n
∑i=1
(ai - ti)2
n
∑i=1
(|ai - t| + |ti - t|)2
el coeficiente de determinación, R2, dado por:
(9)
Rocío Cervantes-Osornio et al.
701 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
2
 N ( a − a )(ti − t ) 
 ∑ i =1 i

2
2
NN 2
2
N NN ( a − a ))(
∑


(
t
t
t
)
(
a
−
−
∑i=i1=1 ii at )()2ti − t ) 
-∑
t)
1 2iii- a)(tii
∑i=1ii==1(a
22
==
=
RR
R
N
NN
N NN
∑
∑
(aii -−a)
a )22 ∑
(a
(t(a(-t −t)−2at ))22  ∑ i=1 (ti − t )2 
i=1
i=1
i =1
i =i1=1 i ii
∑
∑
R2 =
 N ( a − a )(
 ti −N t ()ai − a )(ti − t ) 
i =1 
 ∑ i =21 i
∑

R2 =
=
R
2
N
 ∑ N (ai− aN)2∑
 N−(aaN)(
(−t a−) 2t ))2 ∑ i =1 (ti − t ) 2
=1 i =i1 tii − t 
 i =1  ∑ i =1 (aii∑
 
R2 =
 ∑ N (ai − a ) 2   ∑ N (ti − t ) 2 
 i =1
  i =1

(10)
2
Donde: R= coeficiente de correlación, ai es el dato estimado
por el modelo, ti es el dato observado, N es el número de
observaciones o estimaciones, a es el promedio de los
datos estimados por el modelo, t es el promedio de los datos
observados (Cai et al., 2007).
Resultados y discusión
El valor de HE del exponente de la formula de Hargreaves
calibrada fue 0.1051. Se observó que el modelo HARGC
presentó mejor ajuste que el HARG, esto concuerda con lo
encontrado por Trajnovic (2007), que comenta que la
ecuación de Hargreaves sin calibrar tiende a sobreestimar
la evapotranspiración en regiones húmedas y puesto que
Valle del Fuerte Los Mochis, Sinaloa, es una zona de riego
presentando una humedad relativa de 70.4%, clasificándose
de acuerdo con Doorenbos y Pruitt (1980) como zona de
humedad relativa alta.
Del Cuadro 2 se observa que el Modelo RNABR1 presentó
un mejor ajuste que el Modelo HARG pero no que HARGC.
El Modelo que obtuvo RMSE más cercano a cero fue el
RNABR7 con las variables de entrada temperatura mínima,
máxima y radiación neta, siendo el Modelo que mejor ajuste
presentó y corroborándolo el valor más cercano a uno del
índice de Willmott (d). De los modelos convencionales el
que mejor ajuste presentó fue el de P-T.
Cuadro 2. Estadísticos de prueba de ajuste entre la evapotranspiración de referencia observada y la estimada para Santa
Rosa 1 AC.
Modelo
Estación Santa Rosa 1
HARG
HARGC
RNABR1 {Tmin, Tmax}
RNABR2 {Tmedia, Ra}
RNABR3{Tmin, Tmax, Ra}
P-T
RNABR5{Tmedia, Rn}
RNABR7{Tmin, Tmax, Rn}
m
b
R2
RMSE
d
0.7856
0.7088
0.6816
0.788
0.8473
1.0914
0.9143
0.9342
1.654
1.1656
1.3787
0.9181
0.6611
-0.3613
0.3710
0.2848
0.6642
0.7679
0.6816
0.788
0.8473
0.9099
0.9143
0.9341
1.1727
0.7553
0.8691
0.7092
0.6019
0.5482
0.4508
0.3951
0.8498
0.9234
0.8977
0.9382
0.9572
0.9719
0.9772
0.9827
m= pendiente; b= intercepto; R2= coeficiente de determinación; RMSE= raíz cuadrada del cuadrado medio del error (mm d-1); d= índice de Willmott. Tmin, Tmax=
temperatura mínima y máxima respectivamente; Tmedia= temperatura media; R=: radiación neta; Ra= radiación extraterrestre, ésta última variable calculada con la
metodología que propone Allen et al. (1998).
Estos resultados indican que una variable, la cual resulta
imprescindible, es la radiación neta, puesto que el Modelo
de P-T la utiliza para su calibración, al igual que el Modelo
RNABR7 y los estadísticos de ambos modelos presentan un
mejor ajuste que los modelos que no incluyen a la radiación
neta. Se realizó un entrenamiento adicional de red neuronal
artificial con las variables de entrada temperatura mínima,
máxima, humedad relativa mínima, máxima y velocidad del
viento obteniendo valores de R2= 0.9938, RMSE= 0.1221
y d= 0.9984.
se incluyan para entrenar la red neuronal, se obtienen
mejores ajustes. El problema aquí radica en que no todas
las estaciones cuentan con todos los sensores para medir
el global de variables, aunque la mayoría de estaciones
si cuenta con aparatos para medir al menos temperaturas
máximas y mínimas (la radiación neta se calcula), entonces
es donde cobran importancia los entrenamientos que sólo
toman en consideración dichas variables.
Estos resultados presentaron mejor ajuste que cualquiera de
los escenarios presentados en el Cuadro 2, dichos resultados
muestra que entre mayor número de variables de entrada
Se realizó una estimación para un nuevo conjunto de 229
días de la evapotranspiración de referencia, los resultados
se muestran en el Cuadro 3 y en la Figura 1.
Validación de los modelos
2
Red neuronal artificial base radial en la estimación de la evapotranspiración de referencia
702
Cuadro 3. Estadísticos de prueba de los datos de validación entre la evapotranspiración de referencia observada y la estimada.
m
0.7993
0.7180
0.6572
0.8214
0.8827
1.0827
0.9106
0.9127
Modelo
HARG
HARGC
RNABR1 {Tmin, Tmax}
RNABR2 {Tmedia, Ra}
RNABR3 {Tmin, Tmax, Ra}
P-T
RNABR5 {Tmedia, Rn}
RNABR7 {Tmin, Tmax, Rn}
b
1.6840
1.4231
2.0211
1.1456
0.8998
-0.1282
0.5614
0.5637
R2
0.8750
0.856
0.7394
0.8534
0.9137
0.9518
0.9561
0.972
RMSE
1.0046
0.7055
1.0085
0.7365
0.6254
0.4904
0.3961
0.347
d
0.9009
0.9425
0.8835
0.9452
0.9621
0.9805
0.9848
0.9883
m= pendiente; b= intercepto; R2= coeficiente de determinación; RMSE= raíz cuadrada del cuadrado medio del error (mm d-1); d= índice de Willmott. Tmin, Tmax=
temperatura mínima y máxima respectivamente; Tmedia= temperatura media; Rn= radiación neta; Ra= radiación extraterrestre, ésta última variable calculada con la
metodología que propone Allen et al. (1998).
AC Santa Rosa 1
8
Datos observados
HARG
RNABR3
7
6
ET0
5
4
3
2
1
0
0
50
8
100
Días
AC Santa Rosa 1
150
200
Datos observados
HARGC
RNABR3
7
6
ET0
5
4
3
2
1
0
0
50
8
100
Días
AC Santa Rosa 1
150
200
Datos observados
PT
RNABR7
7
6
ET0
5
4
3
2
1
0
0
50
100
Días
150
200
Figura 1. Estimación para un nuevo conjunto de 229 días de la evapotranspiración de referencia, comparación de Modelos HARG
vs RNABR3, HARGC vs RNABR3, P-T vs RNABR7.
703 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
En esta validación, en el Cuadro 3, se observó mayor error en
la estimación únicamente de los modelos convencionales por
el modelo HARG, que por los modelos de redes neuronales
artificiales. En la Figura 1 se observa que HARG sobreestima
a los datos observados, mientras que HARGC los subestima.
Los errores se comportaron en esta validación de igual forma
que en el ajuste.
Los resultados de los modelos en todos sus escenarios son
similares a lo encontrado por Trajnovic et al. (2003), que
utilizó una RNA RBF para estimar ET0 pero de manera
mensual, puesto que el coeficiente de correlación que
obtuvieron en su trabajo fue de 0.97 proporcionando una R2
de 0.94. De igual forma Sudheer et al. (2003) encontraron
coeficientes de correlación para diferentes combinaciones
de variables de entrada con una RNA función de base radial,
para un escenario similar al de este trabajo, cuyas variables
de entrada fueron temperatura media, humedad relativa,
velocidad del viento y duración de las horas brillo sol, y
encontraron una R de 0.93.
Se desprende de aquí que los modelos de redes neuronales
artificiales integran en la estimación de los pesos
características diversas entre ellas la flexibilidad que
repercute en un buen ajuste en la estimación de la ET0.
Se puede afirmar que los modelos convencionales tienen
ya parámetros definidos para su uso en la estimación de
ET0. El Modelo Hargreaves calibrado posee también esta
flexibilidad de integrar en el ajuste de HE conocimiento
que ayuda en la estimación de la evapotranspiración de
referencia, sin embargo no mejoró la estimación que realizó
el modelo de RNA.
Conclusiones
De los modelos convencionales el que mejor estimó a los
datos observados de evapotranspiración de referencia fue el
de Priestley y Taylor; sin embargo, no superó a los modelos
de redes neuronales en los escenarios RNABR5 y RNABR7.
El modelo de red neuronal artificial función de base radial
(RBF) con las variables de entrada temperatura máxima,
mínima y radiación neta es el modelo que mejor desempeño
mostró en la estimación de la evapotranspiración de
referencia.
Rocío Cervantes-Osornio et al.
Literatura citada
Allen, R. G.; Pereira, S. L.; Raes, D. and Smith, M. 1998.
Crop evapotranspiration Guidelines for computing
crop water requirements. FAO Irrig. Drain. Paper
56. Roma. 29-86 pp.
Cai, J.; Liu Y.; Lei, T. and Pereira, S. L. 2007. Estimating
reference evapotranspiration with the FAO PenmanMonteith equation using daily weather forecast
messages. Agric. Forest Meterol. ISSN: 0168-1923.
145:22-35 pp.
Chen, S. J.; Cowan, N. C. F. and Grant, M. P. 1991. Orthogonal
least squares learning algorithm for Radial Basis
Functions networks. IEEE transactions on neural
networks. ISSN: 1045-9227. 2(2):302-309.
Doorenbos, J. and Pruitt, W. O. 1980. Las necesidades de
agua de los cultivos. Estudios FAO: riego y drenaje.
Paper 24. Organización de las naciones unidas para la
agricultura y la alimentación. Roma, Italy. 15-16 pp.
Jensen, M. E.; Burman, R. D. and Allen, R. G. 1990.
Evapotranspiration and Irrigation Water
Requirements. ASCE manuals and reports on
engineering practices No. 70. Published by
American Society of Civil Engineers. New York,
EUA. 164-265 pp.
Kumar, M.; Raghuwanshi, N. S.; Singh, R.; Wallender, W. W.
and Pruitt, W. O. 2002. Estimating evapotranspiration
using artificial neural network. J. Irrig. Drain. Eng.
ASCE. ISSN: 0733-9437. 128:224-233.
Ojeda-Bustamante, W. 2004. Calendarización del riego en
tiempo real. En: Fundamentos del riego y riego por
gravedad. Vol. 1. In: X curso internacional de Sistemas
de Riego. Departamen de Irrigación. Universidad
Autónoma Chapingo (UACH). 79-111 pp.
Sudheer, K. P.; Gosain, A. K. and Ramasastri, K. S. 2003.
Estimating actual evapotranspiration from limited
climatic data using neural computing technique.
J. Irrig. Drain. Eng. ASCE. ISSN: 0733-9437.
129(3):214-218.
Thornley, J. H. M and France, J. 2007. Mathematical models
in agriculture. Quantitative methods for the plant,
animal and ecological sciences. 2nd Ed. Cromwell
Press. Trowbridge United Kingdom. 362-363 pp.
Trajkovic, S. 2007. Hargreaves versus Penman-Monteith
under humid conditions. J. Irrig. Drain. Eng. ASCE.
ISSN: 0733-9437. 133(1):38-42.
Red neuronal artificial base radial en la estimación de la evapotranspiración de referencia
Trajkovic, S.; Todorovic, B. and Stankovic, M. 2003.
Forecasting of reference evapotranspiration by
artificial neural. J. Irrig. Drain. Eng. ASCE. ISSN:
0733-9437. 129(6):454-457.
Tymvios, F. S.; Michaelides, S. C. and Skouteli, C. S. 2008.
Estimation of surface solar radiation with artificial
neural networks. In: modeling solar radiation at the
Earth’s surface. Recent advances. Bodescu, V. (Ed).
Heidelberg Berlin, 2008. ISBN: 978-3-540-77454-9.
Springer. 221-256.
704
Willmott, C. J. 1981. On the validation of model. Physical
geography. J. Irrig. Drain. Eng. ISSN: 0272-3646.
2:84-194.
Zanetti, S. S.; Sousa, E. F.; Oliveira, V. P. S.; Almeida,
F. T. and Bernardo, S. 2007. Estimating
evapotranspiration using artificial neural network
and minimum climatological data. J. Irrig.
Drain. Eng. ASCE. ISSN: 0733-9437. 133(2):
83-89.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 705-718
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
José Andrés León Mostacero1§, Héctor Flores Magdaleno1, Roberto Ascensio Hernández1
Posgrado de Hidrociencias. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Carretera México-Texcoco km 36.5. C. P. 56230. Montecillo, Texcoco, Estado de México.
([email protected]; [email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
La investigación se desarrolló en el pivote central del
Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, campus
Montecillo. El objetivo fue diseñar, construir, implementar
y evaluar un prototipo de riego diferenciado. La metodología
consistió en: 1) sistema de control de riego electromecánico
que fue la ubicación del prototipo, cableado e instalación
de ocho electroválvulas; 2) sistema electrónico consistió en
la elaboración de dos tablillas electrónicas, integración de
GPS, dispositivos de comunicación con la computadora y
control de válvulas; 3) desarrollo del software basado en la
comparación de los datos obtenidos por el GPS con un mapa
establecido -zonas “homogéneas” de riego- a lo largo del
recorrido de las ocho últimas salidas del pivote central; y 4)
evaluación del sistema de riego se basó en la comparación de la
cantidad de agua aplicada (ordenada por el programa) y el agua
colectada a nivel del suelo. Los resultados obtenidos fueron:
a) diseño e implementación de un sistema de riego a precisión
que permite la operación de electroválvulas en función al
geoposicionamiento; b) elaboración de un programa de
riego diferenciado abierto y adaptable a cualquier equipo de
rodamiento circular (pivote central), bajo cualquier criterio
de programación de variabilidad del suelo o desarrollo y
crecimiento del cultivo; c) adaptación de un sistema de riego
electromecánico de control individualizado de ocho salidas;
d) la diferenciación del riego permitió un ahorro de 39.09%
de agua en comparación con la aplicación uniforme, para las
condiciones de operación del pivote central bajo estudio; y e)
la variación entre la lámina aplicada y colectada fue 8.41%.
Palabra clave: riego de control automático, riego en tiempo
real, riego de tasa variable.
Introducción
La concepción de riego hoy en día difiere de la que se
tenía 20 años atrás, que consistía en la aplicación del agua
suplementaria a la obtenida de la lluvia, mientras que en los
años recientes se define como “un medio artificial de aplicar
agua a la zona radicular de los cultivos de forma que ésta
pueda ser utilizada al máximo”.
El riego a precisión incluye la exactitud en volumen y
tiempo de aplicación de agua, impactando en el incremento
de la rentabilidad de la cosecha, y disminuyendo el riesgo
ambiental (Ortega, 2008). Es una metodología que consiste en
procedimientos sencillos para la aplicación de agua al suelo
de manera diferenciada a un cultivo. Emplea tecnologías de
punta como los sistemas de posicionamiento; de medición y
monitoreo de propiedades de suelo, condiciones de cultivo
y clima en tiempo real; uso de información de sensores
remotos y satélites; aprovechamiento y desarrollo de
software para procesar información que facilite la toma
de decisiones; implementación de sistemas de control
automático que permiten monitoreo remoto vía internet;
evaluación mediante mediciones periódicas y “exactas”
de desarrollo; y rendimiento de cultivos como fin principal
(Balastreire, 2001).
La relación entre una acción simple como el riego (dentro
de un sistema de producción moderno) con temas como
la precisión, exactitud, adelantos tecnológicos, sistemas
de comunicaciones, y la transversabilidad de ciencias:
electrónica, electromecánica, inteligencia artificial,
robótica, cada vez es menos raro, considerando un enfoque
de sistemas y en el que se van incorporando actores y
procesos que lleven a incrementar la cantidad y calidad de las
José Andrés León Mostacero et al.
706 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
cosechas, a través de facilitar, hacer eficiente y agilizar los
procesos productivos en la agricultura, y además favorecer
de manera positiva en el cuidado del ambiente.
Desde 1990 se está trabajando en la modificación de equipos
de riego móviles (pivotes centrales y avances laterales), para
hacer riego diferenciado, en función a la medición y monitoreo
de un sin número de variables de suelo y cultivo. Estas
investigaciones se vienen realizando en países de la Unión
Europea y EE. UU., así como en países latinoamericanos
como Argentina, Brasil, Chile y México.
El presente documento contiene una propuesta de riego
diferenciado, que incluya el diseño, construcción,
implementación, operación y evaluación de un prototipo
capaz de aplicar agua en forma eficiente y eficaz a los cultivos.
Los objetivos específicos son la elaboración del programa
de riego en función a la variación espacial de la humedad del
suelo y desarrollo del cultivo, adaptación de un sistema de
control de aplicación de riego diferenciado en función a los
requerimientos del cultivo, y la evaluación comparativa entre
el riego diferenciado y la aplicación de láminas uniformes.
Materiales y métodos
Ubicación
El proyecto de investigación se realizó en el Campo
Experimental del Colegio de Postgraduados en Ciencias
Agrícolas, campus Montecillo que se localiza en el km
36.5 de la carretera federal México-Texcoco, Texcoco,
Estado de México a 19° 28’ 00’’ de latitud norte; 98° 54’
20” de longitud oeste y 2 245 msnm. Las evaluaciones
se realizaron en los lotes 17 a 20 del bloque E y F, donde
opera el equipo de riego “pivote central”, como se muestra
en la Figura 1.
Figura 1. Plano de la ubicación del experimento en el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, Campus Montecillos
(Ascencio, 2009).
Materiales
El equipo de riego es un pivote central y consiste en una
estructura de tubos y ángulos de acero galvanizado acoplado
al sistema de rodamiento, alineación, energía eléctrica y
operación (Cuadro1 y Figura 2).
Para el diseño y construcción del sistema de riego a precisión
se usaron diferentes tipos de materiales, los cuales fueron
adquiridos en el mercado local o confeccionados a partir
de otros, tales como electromecánicos y componentes
electrónicos especializados.
Cuadro 1. Especificaciones técnicas del sistema pivote
central de riego por aspersión.
Parámetro
Número de torres
Descripción
4 tramos (1°= 42.58, 2°= 48.77, 3°=
48.77, 4º= 59.80 m)
Longitud del sistema 199.92 m de brazo
Altura máxima
4.96 m
Diámetro de tubería 6” de Ø interno, 6 5/8” de Ø exterior
Núm. de aspersores 72 bajantes con 1 ó 2 aspersores
D3000 Nelson
Energía requerida Mínimo 350, máximo 505 Voltios
(promedio 440 V.)
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
707
mangueras bajante para fijar el cable. La longitud total para
la conexión a ocho válvulas equidistantes en 2.7 m y con el
sistema de control intermedio fue de 90 m.
Las válvulas utilizadas fueron de la marca NaanDanJain
de diámetro interno de ¾ de pulgada, regulador de flujo y
seguro manual de operación, con conexión hembra ambos
lados, operada con 24 voltios y una presión máxima de
operación de 10 bar (145 psi) (NaanDanJain, 2012). Estas
electroválvulas se ubicaron en cada bajante de las ocho
válvulas en operación, antes de la “T” de distribución,
regulador de presión y sistema de rociado de las salidas
(Figura 4).
Figura 2. Diseño e imágenes del sistema de riego pivote central
del Colegio de Posgraduados en Ciencias Agrícolas.
Electro válvula
Método
Reguladores de presión
Sistema de control de riego electromecánico. Se inició con
la localización de control o cabezal, que se ubicó junto al
sistema de encendido y apagado de rodamiento de la cuarta y
última torre, por la cercanía del abastecimiento de la energía
eléctrica, evitar la interferencia del funcionamiento del GPS,
facilitar el cableado a cada electroválvula y aprovechar una
base fija incorporada al sistema de riego (Figura 3).
Boquillas
Control de sistema de riego diferenciado
Control de torre 4
Figura 4. Ubicación de electroválvula.
Sistema electrónico. Se inició con la ubicación del GPS
LS20031 (Electronics, 2012a) y la adaptación de cinco
cables soldados a la tablilla construida. El GPS se puso
expuesto en la parte superior para facilitar la ubicación de
satélites y evitar interferencias.
Figura 3. Ubicación del sistema de control de riego diferenciado.
Posteriormente, se hizo el cableado (cable de uso rudo
núm. 18) desde el sistema de control a cada una de las
electroválvulas con la finalidad de tener un control
individualizado de cada salida. Se aprovechó el cable adjunto
que conduce la energía del panel central del pivote y las
El GPS LS20031 es un completo receptor de antena inteligente
que incluye circuitos de flujo de información, es de bajo costo,
genera una asombrosa cantidad de información de la posición
a una velocidad de cinco veces por segundo. Su tecnología
Locosys ha sido probada para hacer un seguimiento de hasta
66 satélites o torres de corrección en tierra. La navegación
y la actualización lo hacen con bajo consumo de energía
José Andrés León Mostacero et al.
708 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
(Electronics, 2012b). No tiene un conector unido, al obtener
los datos de la unidad necesita conectar algunos cables a un
dispositivo de almacenamiento y display, para mantener la
antena de cerámica cuadrada hacia el cielo.
La tablilla construida en bronce (Figura 5) integra el GPS,
punto de comunicación (puerto serial) para conexión a la
computadora, abastecimiento de energía con una intensidad
de hasta cinco voltios que puede ser dado por un puerto
serial de la computadora con el uso de un adaptador de 110
a 5 voltios y la conexión de la tablilla a la pantalla digital.
Conexión al puerto serial
GPS
Abastecimiento de energía
Para el funcionamiento del prototipo se consideraron
accesorios como un convertidor de conexión serial a
USB (para hacerlo funcional con los equipos de computo
actuales); transformador de energía de 110 v a 24 v. (energía
necesaria para la operación de válvulas); accesorios de
seguridad como un fusible para evitar sobre cargas de
energía; un ventilador para evitar calentamiento de todo
el prototipo; computadora que es necesario dejar junto al
equipo de riego mientras opera; y caja de protección hecha
en policarbonato y reforzada con marco de hierro para evitar
contaminantes -como el polvo- y evitar la interferencia con
el GPS (Figura 7). Todo este prototipo fue montado en el
pivote central aprovechando una base perforada integrada
al brazo de riego junto a la caja de control de la torre 4, en
esta se emperno la base del prototipo asegurando su fijación.
Abastecimiento de energía (5 v)
Fusible (2.5 amperes)
Abastecimiento de energía (110 v)
Transformador
Ventilador
Convertidor
de puerto
serial a USB
Tablilla 2
Figura 5. Diseño de la tablilla e integración de sistemas.
Tablilla 1
Los circuitos de la tablilla 1 se conectaron a una tablilla 2
(Figura 6) vía puerto serial, donde recibe la información de
la computadora para la operación de las válvulas. La tablilla
2 desarrolló los circuitos para la operación de cada válvula
en forma independiente, estuvieron conectados al switch
de cada control obteniendo la potencia necesaria para el
cierre y apertura.
Relevadores de válvulas
Switch individual de las válvulas
Comunicación
(Puerto serial)
1
8
2
7
3
4
Conexión a
computadora por
puerto USB
6
5
Abastecimiento de energía (5 V)
Figura 6. Diseño de la tablilla de control individualizado de
las válvulas.
1 2 3 4 5 6 7
Conectores a cables de
electroválvulas
Figura 7. Diseño de la tablilla de control individualizado de
las válvulas.
En la Figura 8 se describe el flujo de información y energía
de los componentes del sistema. La información que
se obtuvo por el GPS se transmitió a la tablilla 1 y a su
vez a la computadora. Por otro lado, se definieron zonas
“homogéneas” que determinaron el riego diferenciado, los
datos generados fueron procesados e integrados al programa.
Después de la comparación de la posición del GPS con el
mapa pre-establecido envió la orden de tiempo de apertura
y cierre de válvulas según el agua que se requirió a la tablilla
2, esta recibió la información del tiempo y envió el impulso
a los relevadores, los cuales tenían la energía necesaria para
operar las válvulas.
De la tablilla 2 regresó el cálculo de tiempo de las válvulas
abiertas, para el control de apertura. En este caso, la
energía fue tomada de la estructura del pivote en su sistema
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
de control de la torre 4, de 110 voltios y fue variada a 24
voltios para la operación de las válvulas o usada para
el funcionamiento de la computadora, la que dio 5
709
voltios mediante un puerto USB para el funcionamiento
de las tablillas y por ende para el GPS, y su respectivo
display.
GPS (Geoposicionamiento) latitud,
longitud, fecha, hora
Tablilla 1 (Obtención de datos del GPS y
transferencia a la computadora y display)
Pantalla digital (Visualización de
datos: latitud y longitud)
Medición (Variables físicas del suelo
georeferenciadas: Da, pH, CE, MO,
Textura)
Estimación de variables: cc, pmp e
Interpolación de datos (obtención
de mapas)
Adaptador
(110 a 5 voltios)
Computadora
Obtención de mapas
Definición de riego
Comparación de mapa con datos del GPS
(programa de riego)
Orden de tiempo de riego
Mapas (Elaborado a partir de la
interpolación de variables físicas
del suelo)
Visualización (programa de riego,
visión en Google Earth, tiempo de
apertura de válvulas)
Tablilla 2 (Recepción de información
y operación de electroválvulas,
estimación de apertura de válvulas)
Transformador (110 a
24 voltios)
Relevadores (Incremento de energía de
5 a 24 voltios para actuación de válvulas,
control de cierre y apertura)
Flujo de información
Flujo de energía
Flujo de energía alternativo
Energía Eléctrica (Obtenida del
pivote central de 110 voltios)
Electroválvulas (Efectúan riego
diferenciado)
Figura 8. Diagrama de flujo de información y energía del sistema de riego diferenciado.
Software del sistema de riego. El programa fue desarrollado
en Phyton versión 2.7.3 (Python, 2012), para ello se utilizó
las librerías de imágenes de Phyton, PIL versión. 1.1.7
(Phyton, 2009) y del software como el PyQt versión 4.8
(Limited, 2007), librerías para soportar conexiones a puertos
seriales como Pyserial (Phyton, 2010), y compiladores como
el Py2.exe (Phyton, 2007). Para facilitar la programación se
escribió el código en el programa de apoyo Aptana Studio 3
versión 3.1.3 (Appcelerator, 2009) (Figura 9).
El Software se inició con la creación de la forma gráfica o
pantalla del programa, que fue importada a Python, para
realizarlo se activaron las librerías de imágenes, funciones
matemáticas, puerto serial y tiempo. También se declararon
las variables a usar y se encendió el puerto serial para
conectar a la computadora, y a su vez se solicitó la operación
de objetos.
El cuerpo del programa se definió en 3 tiempos o sub rutinas:
la primera fue la definición de los ciclos de riego mostrados
en la pantalla 4. La segunda muestra una imagen de barra
en la pantalla 1 o principal que indica la actualización
del programa cada segundo, que es el tiempo cuando el
programa solicita una nueva posición al GPS. La tercera
hace la comparación de la posición del GPS con el mapa
diferenciado, para esto es necesario la creación de la tabla de
José Andrés León Mostacero et al.
710 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
áreas, es decir el límite de las zonas donde cambia el patrón
de ciclos de riego y el ancho de acuerdo al porcentaje de
error (franja) que se considere.
Para que los puntos sean tomados en cuenta es necesario
la creación de dos tablas: la “tabla de datos” especifica
la coordenada de cambio de los límites de cada sección,
y la “tabla de riego” define el ciclo de riego adoptado
para cada sección y por cada electroválvula. Obtenidas
las tablas de datos, de riego, y la del GPS son convertidas
Forma principal (diseño de forma
grafica en PyQt)
en archivos de extensión .kml, que son mostrados en el
programa Google Earth. El GPS tiene la capacidad de
actualizar su posición a medida que obtiene el nuevo dato
de su ubicación (1 segundo).
Al cierre del programa se completa la impresión de la latitud,
longitud, hora, sección de riego, la sumatoria del tiempo
de apertura de cada válvula y hora exacta de inicio y fin de
riego en una tabla de texto y archivada con el nombre que
coincide con el año, mes y día del riego.
Importación (de formas graficas, librerías de python: tiempo,
funciones matemáticas, otras)
Declaración de variables (variables a usar en lo siguiente del
programa)
Configuración de puerto USB (creamos una tabla con el número
de puerto USB y especificamos en número)
Tabla de información (creación
y escritura de datos, inicia con la
hora de inicio de riego)
Solicitud de operación de objetos (tipo de riego, número de válvula, número
de sección, dato del GPS, impresión de historial)
Tipos de riego
(definición del tipo
de riego -en este caso
5 tipos-, muestra de
imágenes en pantalla 4)
Comparación (posición del GPS que se ubica en una
tabla temporal de las que se toma los valores de latitud
y longitud y son filtrados dentro del rango permitido,
estos datos se comparan con los valores calculados en
las secciones y se envía la orden para ejecutar el ciclo
de riego especificado)
Tabla secciones (creación de tabla de datos que
especifica el punto (latitud y longitud) de cambio así
como la tolerancia que permite para la comparación
con el valor tomado por el GPS. Esta tabla también
guarda los ciclos de riego de cada una de las 8 válvulas.
Riego grafico
(visualización de
movimiento de barra
de operación en
pantalla principal (1))
Tabla riego (creación de tabla de datos que especifica
el la cantidad de segundos que la electroválvula
permanecerá abierta en un total de tiempo denominado
ciclo que para nuestro caso se considera hasta 5
diferentes ciclos
Google Earth (exportación de la tabla de secciones, riego y GPS, las que se
muestran como archivos .kml y se visualizan en google earth).
Cierre del programa (cierra el programa y guarda los datos en la tabla log, guardando
datos de latitud, longitud, hora y hace la sumatoria de los tiempos de apertura de
válvulas total de la sesión de riego.
Figura 9. Diagrama de flujo del sistema de riego diferenciado.
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
711
Evaluación del sistema
Medición del gasto de los aspersores. Para esta medición
se escogió una sección con riego de ciclo completo, es
decir las válvulas siempre estuvieron abiertas. Luego se
colocó una bolsa plástica transparente en cada uno de las
boquillas de 0.6 ∗ 0.4 m de la que se le corto una esquina,
para que el agua saliera en forma de chorro. Después de
establecerse la presión de salida del agua a 18 PSI se colectó
en una cubeta de 12 L, anotando el tiempo que demoraba en
llenarse dicho recipiente, esta actividad se hizo por cinco
ocasiones en cada uno de los ocho aspersores en estudio
(ocho salidas). De los datos obtenidos se calculó el gasto
por salida en l/s para las ocho salidas a una presión de 18
PSI (León, 2008).
Medición de la lámina aplicada. Se midieron distancias de
21.50 m aproximadamente, tomando como guía la rodada
de la torre 4 de pivote central y se colocaron “canaletas
pluviométricas” alternado su posición, es decir dentro y
fuera de la rodada en toda la circunferencia trazada por la
huella de la torre 4.
Para las canaletas pluviométricas se utilizaron mitades de
tubos de plástico de 8” de Ø externo y 0.185 m de Ø interno
por 2.64 m de largo ubicadas a 0.40 m de altura, con la
finalidad de reducir el efecto de rebote de agua del suelo y
el ladeo al momento de la aplicación de riego. Para ello fue
necesario la elaboración de fijadores de madera, que fueron
capaces de sostener la canaleta y permitir el vaciado a la
cubeta de colección (de 0.26 m de diámetro por 0.40 m de
altura). Se llegó a un área de colección total de 0.5415 m2
(Figura 10).
2.64 m
0.185 m
0.26 m
0.40 m
Las canaletas se instalaron en 54 sitios de muestreo a lo largo
del perímetro. De manera perpendicular a la rodada de la torre
y paralela al paso del brazo del pivote con un desnivel de 3%,
a favor de la ubicación de la cubeta para el escurrimiento.
El riego diferenciado se aplicó a la velocidad de 100%
(159.44 m h-1 en la punta del brazo de 199.92 m y 145.95 m
h-1 en la última rodada donde se ubica el prototipo, 183 m
del brazo). Para evitar el efecto de la evaporación del agua
colectada se midió inmediatamente después del riego -de la
cubeta de colección- y se cambió a la nueva posición de la
canaleta. También se consideraron datos como la posición
georeferenciada del centro de la canaleta (es importante
indicar que en la toma de datos se empleó la media de un
mínimo de 120 segundos o puntos a fin de disminuir el error
posicional), el tiempo de inicio y final, así como el volumen
de agua capturado, registrándolo en el formato de campo
elaborado para la evaluación.
Al obtener los datos de gasto de las salidas y el tiempo que
permanecieron abiertas cada una de las válvulas se estimó
la lámina aplicada en cada sección, así como el volumen de
agua total empleado durante el riego. El valor del volumen
de agua que llega al suelo en cada sección se comparó con
los valores de agua aplicada, a fin de estimar la pérdida por
efectos del viento y retraso o desfase de la operación de las
electroválvulas (por efecto de magnetismo u obstrucción de
basura en la salida de las válvulas).
Finalmente, se estimó la lámina de descarga al conocer el
tiempo sincronizado de la hora de inicio y final de riego por la
canaleta con el programa, y el ciclo de la sección específica.
Con ello se comparó la lámina colectada en las canaletas en
2 mapas. También se hizo un comparativo entre el total de
agua aplicada por el riego diferenciado con la suposición de
un riego uniforme en todo el área, definiendo así la eficiencia
de riego a precisión.
Resultados
0.48 m
Después de haber construido el prototipo e instalado el
software se tienen las diferentes gráficas que se describen
a continuación (Figura 11).
Figura 10. Canaleta pluviométrica instalada para medición
de lámina aplicada.
La “pantalla de riego” especifica el tiempo total del ciclo
de riego (recuadro intervalo), el cual se define en segundos
y está en función de la velocidad del equipo y el criterio
712 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
del operador, para ello se recomienda tiempos de 30, 60 ó
120 segundos. Al definir el total del ciclo se establece la
duración de apertura de cada uno de los 5 tipos de riego,
siendo generalmente el 1 (color rojo) de cierre total o sin
riego y el 5 (color gris) de apertura total o siempre riego,
José Andrés León Mostacero et al.
dejando el 2, 3 y 4 para especificar la cantidad de segundos
que resulte de la necesidad de lámina requerida para las
diferentes zonas. El programa calcula la duración del
tiempo que las válvulas permanecen cerradas en cada uno
de los tipos de riego.
Definición del ciclo total
de riego en s
Gráfica riego 1
Tiempo riego 1
Gráfica riego 2
Tiempo riego 2
Gráfica riego 3
Tiempo riego 3
Gráfica riego 4
Tiempo riego 4
Gráfica riego 5
Tiempo riego 5
Actualización de datos
Diferencia de tiempo del ciclo
Figura 11. Pantalla 4 o pantalla de riego.
La Figura 12 representa gráficamente los riegos donde
permanece en movimiento la línea que especifica la
variación del tiempo. El recorrido está en función del tiempo
del ciclo definido y la cantidad de segundos con la válvula
abierta. Esta línea indica la acción exacta que el equipo
efectúa cuando coincide con cada línea del tipo de riego
y sirve como un primer control de acción de cada válvula.
Enseguida se especifican las secciones y tipo de riego en la
pantalla 2 o pantalla de secciones.
La pantalla 3 permite especificar el ángulo donde hay una
nueva sección, inicia en el 0º de un eje de coordenadas
que considera el centro la ubicación del punto de pivoteo
del equipo, el valor de la sección es en grados con los
decimales que se consideran convenientes, sin embargo, por
la precisión del GPS es aconsejable usar grados enteros. El
número de sección se toma por default, el cual no es posible
cambiarlo pero si modificar su orden, mediante la inserción
de otras o borrándolas.
Cada sección debe tener su cantidad de grados de acuerdo
al mapa elaborado por interpolación de una variable física
del suelo. Para el estudio en cuestión es la conductividad
eléctrica, es importante indicar que los valores del ángulo
son acumulativos y no deben exceder los 360º, en caso de
tener secciones fuera de este rango se deberán borrar. Cuando
se especifica el ángulo de la sección es necesario colocar
el número de riego que se debe dar (para nuestro caso son
5 tipos), para cada válvula. Al final se actualiza la pantalla,
el programa estima las coordenadas (latitud y longitud) de
cada uno de los ángulos considerados para las secciones,
que son los que se comparara con los datos tomados por el
GPS, enseguida se especifican las dimensiones y datos en
la pantalla 2 (Figura 13).
En la pantalla 2 se especifica datos para referencia de otros,
por eso se inicia definiendo el punto exacto del pivoteo,
para ello se debe ser lo más preciso posible y se compara el
promedio de datos de varios GPSs “comunes” o se emplea
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
713
un GPS de precisión, de este número se hace el cálculo
para todos y cada uno de los valores de las secciones del
programa de riego. Enseguida, se introduce la longitud
“exacta” en m desde el punto de pivoteo hasta la ubicación
del prototipo, se pueden considerar los decimales que se
deseen.
Especifica tipo de
riego para cada
válvula en cada
sección
Especifica grados de
cada sección
Número de sección
Agrega nueva sección
Borra sección no útil
Latitud y longitud estimada
Actualización de secciones
Figura 12. Pantalla 3 o pantalla de secciones.
Ubicación del prototipo
Distancia de cada válvula a partir del centro
Actualización de
posición de válvulas y
demás datos
Calcula el porcentaje de la extensión total en m
Figura 13. Pantalla 2 o pantalla de dimensiones.
714 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Luego, se incluye el número de válvulas, para el estudio en
cuestión fueron ocho (en un sistema completo se colocarán
el total de válvulas del pivote), el programa calcula los
recuadros para el número de válvulas establecidos en la
pantalla de secciones. Seguido se especifica la distancia
que existe entre válvulas con lo que el programa construye
la tabla de posición de válvulas en forma automática,
tomando como la primera posición la distancia de ubicación
del prototipo, a partir de ésta se descuenta la distancia entre
ellas hasta completar el numero de válvulas.
Sin embargo; los valores de la tabla también se pueden
especificar en forma manual, manteniendo el valor aunque se
actualice la tabla. Finalmente, es necesario establecer el valor
de tolerancia de posicionamiento del GPS, el cual genera
un área de cada sección definido por su longitud y ancho en
m, obtenido del porcentaje multiplicado por la longitud del
José Andrés León Mostacero et al.
equipo, simulando un área circular que permite no tomar
los valores del GPS que no estén comprendidos dentro de
esta área. De acuerdo a la extensión del área de estudio: 1%
representó 1.83 m cada lado de la ubicación del prototipo,
usando valores que van de 2 a 5% de acuerdo al modelo de
GPS empleado que aseguró una precisión de 3 m cuando
recibió datos de estaciones terrestres para su corrección
(LOCOSYS Technology Inc., 2006).
La pantalla 1 o principal (Figura 14) requiere la especificación
del puerto de comunicaciones con la computadora y activa
una barra gráfica, la tabla de esta pantalla registra y publica
hasta 26 datos de numero correlativo de la posición, latitud
y longitud y la sección donde se ubica dicha coordenada. En
caso que el GPS sufra interferencias para la toma del dato o
el punto se encuentra fuera del rango de tolerancia aparecen
avisos como “adquiriendo señal” o “sin señal”.
Designación
de puerto de
comunicación
Barra
indicativa
Ubicación actual
del GPS
Datos: nº de punto,
latitud, longitud,
sección actual
Visualización
Google Earht
Indicativo de acción de las válvulas
Figura 14. Pantalla 1 o pantalla principal.
La pantalla principal también muestra en forma gráfica la
extensión de todas las secciones y el tipo de riego que se
aplica de acuerdo a los colores establecidos en la pantalla
de riego, en esta área se aprecia la posición exacta del GPS
y su ubicación dentro del límite de tolerancia graficado con
círculos de color celeste. También, refleja el área de riego que
alcanza a cubrir cada una de las válvulas. En la parte inferior
tiene una barra numérica que muestra el funcionamiento
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
individual de las válvulas en operación, siendo “1” cuando
está abierta y “0” cuando está cerrada. Se tiene las opciones de
“inicio” de funcionamiento del programa y el de “detener” los
cuales son dependientes, es decir cuando uno está “activado” el
otro se encuentra ejecutando su función y en forma “inactiva”.
Finalmente, la pantalla principal (Figura 14) dispone de la
opción de visualización en Google Earht, que al activarse
abre dicho programa y exporta tres archivos temporales con
extensión .kml, que son el mapa de secciones de cada tipo de
riego, el área de tolerancia de posición del GPS y la ubicación
del GPS en tiempo real, mismo que se actualiza a medida que
se tiene una nueva posición (1 segundo), provocando que la
pantalla de Google Earth siempre esté sobre los programas
con los que se esté trabajando (Figura 15).
715
Evaluación del sistema de riego. Al término del riego,
el programa imprime los datos en un archivo de texto con
el nombre que reúne el “año mes y día” del riego, este
documento contiene la hora del inicio de riego, una lista con
la hora exacta del momento de riego, un valor correlativo
del dato, latitud y longitud en grados decimales y la sección
en la que se regó. Se crean tantas líneas como dure el riego
a intervalos de 1 a 5 segundos, dependiendo de la capacidad
con que se registre la actualización. Se hace una acumulación
del tiempo para cada válvula abierta. La sesión finaliza
considerando la hora de término de riego (Figura 16 y 17),
este archivo se actualiza cada vez que se termine el riego y se
cierre el programa. Se crean archivos para cada día de riego
en forma independiente, inicia su registro a las 00:00:00 am
y termina a las 11:59:59 pm.
Figura 15. Presentación del riego en Google Earth.
Nombre de archivo
(año, mes, día)
Tiempo de apertura
total de las válvulas
Figura 16. Resumen de la sesión de riego.
José Andrés León Mostacero et al.
716 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
40000
Figura 17. Gasto promedio (5 repeticiones) de últimos 8
aspersores utilizados en el riego diferenciado.
Con el tiempo total del riego (29 842 s) y conociendo el
gasto se estima el volumen total aplicado, asumiendo
que la apertura está siempre y totalmente abierta. Esta
la comparamos con el volumen aplicado en el riego
diferenciado multiplicando el tiempo que permaneció cada
válvula abierta con el gasto respectivo. Para el estudio se
utilizaron cinco diferentes ciclos de riego con una duración
total de ciclo de 30 s, riego 1: siempre cerrada, riego 2: 20 s
abierta 10 s cerrada, riego 3: 23 s abierta 7 s cerrada, riego
4: 26 s abierta 4 s cerrada, riego 5: siempre abierta, la Figura
18 muestra la comparación del volumen de agua aplicado
total en el sistema de riego diferenciado y el riego uniforme.
0
8
10000
7
Número de aspersor
20000
6
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Riego uniforme
Riego diferenciado
5
y= 0.0286x + 0.8375
R² = 0.8253
0.50
30000
4
0.96
0.93
1.08
3
0.84
1.06
2
0.92
0.99
1
1
0.97
Volumen de riego (L)
Gasto en lt/seg
1.50
Número de aspersor
Figura 18. Comparación de riego uniforme y diferenciado en
ocho aspersores del pivote central.
La Figura 18 muestra la cantidad de agua aplicada por cada
aspersor y su porcentaje que representa en comparación de
riego uniforme, el ahorro de agua con el sistema diferenciado
en promedio es 39.09% para el riego descrito. Obtenida la
lámina real ordenada y aplicada por el programa de riego
(que va de 6a 8 mm) (Figura 19).
La Figura 19 muestra la variación entre la lámina aplicada
y la colectada en promedio 8.41% atribuido al efecto del
viento, la influencia de la vegetación al momento de la
colección en las canaletas y los desfases de operación de las
electroválvulas al momento de la apertura y cierre.
10
Lámina (mm)
8
6
4
2
Lámina aplicada
Lámina colectada
0
5
5
5
5
5
4
4
4
4
4
4
4
4
4
4
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
9
8
7
6
5
4
3
2
1
Figura 19. Comparación de la lámina aplicada con la colectada.
Discusión
En los últimos años ha surgido un nuevo enfoque en los
sistemas continuos de movimiento de riego (principalmente
pivotes y avances), que consiste en controlar electroválvulas
de tipo solenoide conectados independientemente o
formando grupos de boquillas accionadas en base a mapas de
propiedades del suelo y cultivo (Chávez et al., 2010a). Desde
1990, grupos de técnicos en Estados Unidos de América han
modificado los sistemas de riego para obtener precisión
(Evans et al., 2000; Sadler et al., 2005a) de movimiento
continuo: movimiento lineal (LM) y pivote central (CP) que
controlan la aplicación variable de caudal en las válvulas
solenoides (Evans et al., 2000).
El riego de tasa variable (VRI) ofrece una flexibilidad
total, en función de las necesidades específicas del cultivo.
El VRI controla la velocidad del sistema para modificar
la profundidad de aplicación de riego. Es compatible con
el pivote central, avance frontal de movimiento lateral y
reverso. Se puede instalar en sistemas de riego nuevos o
como un complemento de los sistemas actuales (Lindsay,
2007).
Implementación de riego a precisión en un sistema de pivote central
Entre los software desarrollados son PivoRF (De Queiroz
et al., 2008), WSU-CPAS RIMCS (Chávez et al., 2010a),
AccuFlow VRI (Lindsay International Ltd., 2007)
-permiten planear el riego de acuerdo al mapeo previo en
el programa FieldMAP-, CropMetrics® VRI Optimization,
CropMetrics Virtual Agronomist Pro (VA Pro) -facilitan
la identificación del número óptimo y la ubicación de las
zonas de control de velocidad para generar la aplicación
de agua diferenciada-.
PLC permita la programación, activación, seguimiento en
campo, comunicación inalámbrica a un ordenador base,
y cambio entre dos sistemas de riego en un sólo equipo-,
captura de la señal del GPS (Harting, 1999) y (Evans y
Harting, 1999) -requiere de una PC para el ingreso de datos,
aunque algunas de sus funciones se puedan establecer en su
propio display de control del PLC-, y Farmscan Irrigation
ManagerTM para aplicación de VRI en un CP se basa en la
división radial del círculo en secciones de 2 a 10º y hasta 48
tramos a lo largo del brazo, definiendo un mapa de aplicación
diferenciado a base de la digitalización, utilizando láminas
de 0 a 200% de la media propuesta de un riego necesario
(Perry y Pocknee, 2003).
Los hardware de un sistema de riego de aplicación de tasa
variable consta de: un controlador, nodos inalámbricos,
válvulas solenoides, cableado de alimentación, unidad GPS
(Lindsay International Ltd., 2007). Cada válvula solenoide
opera sobre los valores de la base de datos y la ubicación en
el campo, con la finalidad de controlar el riego de cada zona.
La ubicación en el campo se determina usando un codificador
de posición contando el número de gradas, lo que da una clara
ventaja en la lectura de la ubicación exacta del pivote con
respecto a un círculo de 360°. (Al-Karadsheh et al., 2002).
La aplicación efectiva del VRI en CP, Valley Irrigation ha
trabajado en dos aspectos: el cambio de la velocidad y en
el agrupamiento de válvulas solenoides a lo largo del brazo
(Valley, 2008).
Los sistemas de riego de precisión están diseñados para
controlar bancos de boquillas que aplican “láminas
uniformes” dentro de una zona específica de riego o el
área experimental (Chávez et al., 2010b), tomando este
criterio (Perry et al., 2004), la evaluación de un sistema de
monitoreo y control instalado en sistemas de riego móvil
funciona, porque es flexible y capaz de integrar una serie
de láminas de agua aplicadas, de acuerdo a la medición de
sensores en tiempo real o mapas de características del suelo,
cultivo y clima. Una comparación de los SIG programados
717
y ejecutados muestra un buen desempeño, operando las
solenoides (On/Off) de acuerdo con los mapas incluidos
(Chávez et al., 2010b).
Conclusiones y recomendaciones
Se logró diseñar e implementar un sistema de riego a
precisión que permite la operación de electroválvulas en
función al geoposicionamiento del pivote central.
Se elaboró un programa de riego diferenciado abierto y
adaptable a cualquier equipo de rodamiento circular, bajo
condiciones variables del suelo y cultivo.
Se adaptó un sistema de riego electromecánico de control
individualizado de las ocho salidas, demostrando la
compatibilidad para la conversión total del pivote central.
Se comparó el riego diferenciado con la aplicación uniforme
de una lámina de riego, definiendo que en las condiciones
de operación del pivote central es de hasta 39.09% menos.
La variación entre la lámina aplicada y la colectada 8.41%,
debido al efecto del viento, vegetación y desfase de operación
de las electroválvulas.
El riego de precisión con aplicación diferenciada de lámina
de riego es una técnica plenamente adaptable a cualquier
pivote central que opere en el campo agrícola y se puede
diseñar, implementar, poner en funcionamiento, monitorear
y evaluar con los recursos que se tienen, logrando un ahorro
de agua significativo.
Se recomienda seguir probando el prototipo de riego
diferenciado, instalado en otros equipos con más válvulas
y definiendo la cantidad de recurso a aplicar, de acuerdo a
variables directas medidas en el suelo como la humedad o
el estrés hídrico del cultivo.
Literatura citada
Al-Karadsheh, E.; Sourell, H. and Krause, R. 2002.
Precision Irrigation: new strategy irrigation water
management. Witzenhausen, Germany: conference
on International Agric. Res. Develop. 7 pp.
718 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Balastreire, L. 2001. Tecnología para o terceiro milênio,
Cultivar Máquinas. Empresa Jornalística CERES.
I(1):12-14.
Chávez, J. L.; Pierce, J. F. E. V. T. and Evans, G. R. 2010a.
A remote irrigation monitoring and control system
for continuous move systems. Part A: description
and development. Precision Agriculture. 11:1-10.
Chávez, J. L.; Pierce, F.; Elliott, T.; Evans, R.; Kim, J. and
Iversen, W.; 2010b. A remote irrigation monitoring
and control system (RIMCS) for continuous move
systems. Part B: field testing and results. Precision
Agriculture. XI:11-26.
De Queiroz, T. M.; Botrel, T. A. and Frizzone, J. A. 2008.
Desenvolvimento de software e hardware para
irrigação de Precisão usando pivô central. Rev. Bras.
Eng. Agríc. Am. 28(1):44-54.
Electronics, S. 2012a. 66 Channel LS20031 GPS 5Hz Receiver.
URL: http://www.sparkfun.com/products/8975
Electronics, S. 2012b. Tutorial: LS20031 GPS Assembly
Guide. URL: http://www.sparkfun.com/tutorials/176
Evans, R. G.; Iversen, W. M. and Kim, J. et al., 2000. Control
for precision irrigation with self-propelled systems.
In: R. G. Evans, R. G. Benham, B. L. and Trooien,
T. P. (Eds.). Proceedings of the 2000 ASAE 4th
decennial national irrigation symposium. Michigan,
USA: St. Joseph. 322-331 pp.
Evans, R. G. and Harting, G. B. 1999. Precision irrigation
with center pivot systems on potatoes. In: Walton, R.
E. R. and Nece, V. A. Reston. (Ed.). Water Res. Eng.
Conference. Seattle, Washington: ASCE. 181 pp.
Evans, R. G.; Iversen, W. M.; Stevens, W. B. and Jabro, J.
D. 2010. Development of combined site-specific
mesa and lepa methods on a linear move sprinkler
irrigation system. Am. Soc. Agric. Biol. Eng.
26(5):883-895.
José Andrés León Mostacero et al.
Harting, G. B. 1999. As the pivot turns. Resource. 6:13-14.
León, M. J. A. 2008. Adaptación y evaluación técnica de un
sistema de riego lineal por goteo móvil y aspersión.
Primera edición (Ed.). Montecillos, Texcoco,
Estado de México. Colegio de Postgraduados en
Ciencias Agrícolas. 132 pp.
Limited, R. C. 2007. PyQt. URL: http://www.
riverbankcomputing.co.uk/software/pyqt/download
Lindsay International Ltd., 2007. Precision Irrigation. URL:
http://www.precisionirrigation.co.nz/en/pages/
fullvariablerate/#page=page-2
Lindsay, 2007. Lindsay Corporation's. URL: http://www.
zimmatic.com/.
LOCOSYS Technology Inc., 2006. Locosys. URL: http://
www.sparkfun.com/datasheets/GPS/Modules/
LS20030~3_datasheet_v1.2.pdf.
NaanDanJain Irrigation Ltd. 2012. URL: http://
www.catalogue.naandanjain.com/catalogue/
product/5709.
Ortega, B. R. y Flores, M. L. 2008. Agricultura de precisión
y manejo sitio específico en Chile. Chileriego.
III(18):37-41.
Perry, C. and Pocknee, S. 2003. Precision pivot irrigation
control to optimize water application. Tifton,
Georgia. University of Georgia. 7 pp.
Sadler, E. J.; Evans, R. G. Stone, K. C. and Camp, C. R.
2005. Opportunities for conservation with precision
irrigation. J. Soil Water Cons. (6):371-379.
URL: http://www.py2exe.org/.Phyton.
U R L : h t t p : / / w w w. v a l l e y i r r i g a t i o n . c o m / p a g e .
aspx?id=2343&pid=2342.
URL: http://www.aptana.com/products/studio3/download.
URL: http://www.pythonware.com/products/pil/Phyton.
URL: http://sourceforge.net/projects/pyserial/files/Phyton.
URL: http://www.python.org/getit/releases/2.7.3/.Python.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 719-727
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de
humedad y volumen de exploración de raíces
Genaro Demuner Molina1§, Martín Cadena Zapata1, Santos Gabriel Campos Magaña1, Alejandro Zermeño Gonzalez1 y Félix
de Jesús Sánchez Pérez1
División de Ingeniería. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Calzada Antonio Narro 1923, C. P. 25315, Buenavista, Saltillo, Coahuila. martincadena@uaaan.
mx, [email protected], [email protected], [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
Se evaluó el efecto de tres sistemas de labranza (convencional
(LC), vertical (LV) y cero (NL)) y mejoradores de suelo en la
disponibilidad de humedad, volumen de raíces y rendimiento
en cultivo de avena forrajera (avena sativa) en un suelo franco
arcilloso. La investigación se realizó en el campo experimental
ubicado en las instalaciones de la Universidad Autónoma
Agraria Antonio Narro, localizado al sur de la ciudad de
Saltillo, Coahuila, México (25o 23' 42'' latitud norte y 100o
59' 57'' longitud oeste. El experimento se estableció bajo
un arreglo en bloques al azar con arreglo factorial A y B con
nueve repeticiones, tres sistemas de labranza, tres tratamientos
con mejoradores y un testigo durante el ciclo otoño-invierno
2011. El contenido de humedad se midió a dos profundidades
(7.6 y 12 cm) mediante una sonda TDR FIELDSCOUT
300. Finalizando el ciclo se midió el desarrollo radicular y
rendimiento por tratamiento en base a materia seca obtenida.
Los resultados obtenidos con respecto a humedad NL, muestra
mayor retención encontrándose los mismos valores en ambas
profundidades, los mejoradores no mostraron influencia.
Para raíces LC tuvo buen desempeñó, los mejoradores no
influyeron en las raíces. En rendimiento LC es la mejor y LV,
NL mantienen promedio similar; en mejoradores la Micorriza
obtiene mejor rendimiento de 3.84 t ha-1, Testigo 3.78 t ha-1,
Algaenzima y Composta obtuvieron rendimientos similares
de 3.4501 t ha-1. En el corto plazo la cero labranza tiene un
efecto positivo en la retención de humedad sin embargo aun no
se refleja en el desarrollo radicular y rendimiento del cultivo.
Es conocido que la labranza en cualquiera de sus variantes
(convencional, vertical y cero), interviene en la disponibilidad
de humedad y volumen de raíces en el suelo. Sin embargo, es
importante demostrar en qué medida influyen y cuantificar
las ventajas de cada una.
Palabras clave: humedad del suelo, sistemas de labranza,
mejoradores de suelo, sonda TDR.
La labranza cero o siembra directa y la labranza vertical,
han resultado ser las técnicas conservacionistas más
utilizadas y difundidas, aunque en nuestro país, debido a
las particularidades de los suelos, es necesario probar sus
ventajas en cuanto al aumento en la retención de humedad,
mismo que tendría como consecuencia, un aumento en la
eficiencia de uso de este recurso al aumentar la relación
entre rendimiento y agua utilizada por el cultivo (Hook y
Gascho, 1988). Uribe y Rouanet (2001), determinan si el
tipo de labranza afecta el contenido de humedad en el perfil
del suelo. Para lo cual comparan el efecto de tres sistemas de
labranza sobre la disponibilidad de un suelo Ultisol, utilizan
tratamientos de cero labranza con quema, cero labranza
sin quema y labranza tradicional; concluyendo que desde
el punto de vista de la retención de humedad en el perfil de
un suelo Ultisol, es recomendable utilizar cero labranza sin
quema de residuos.
La rotación de diferentes cultivos, con sus diferentes
sistemas radiculares, optimiza la red de canales de las
raíces, propiciando el incremento de la penetración del
agua y la capacidad del suelo para el mantenimiento de la
humedad, así como una mayor disponibilidad de agua para
el uso del cultivo en los estratos más profundos del suelo
720 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
(McGarry et al., 2000). Las rotaciones de cultivos y los
sistemas de labranza inciden sobre la estabilidad estructural,
factor determinante de una adecuada distribución de la
porosidad que influye en el perfil de la humedad y el correcto
intercambio gaseoso (Venialgo et al., 2004).
Por cientos de años la materia orgánica ha sido rutinariamente
agregada a las plantaciones en el campo. Esta práctica se
basa en la lógica aparente de crear un ambiente favorable
de raíces, mejorar la estructura del suelo, aeración y
la capacidad de retención del agua, mejorando así el
establecimiento de la planta y su crecimiento subsecuente
(Corley, 1984). Actualmente se utilizan diversos productos
comerciales que son químicos u orgánicos para ser aplicados
como mejoradores del suelo.
La infiltración es el movimiento del agua de la superficie
hacia el interior del suelo. Del agua infiltrada se proveen
casi todas las plantas terrestres y muchos animales;
alimenta el agua subterránea y a la vez a la mayoría de
las corrientes; reduce las inundaciones y la erosión del
suelo. La capacidad de infiltración es la cantidad máxima
de agua que un suelo puede absorber por unidad de
superficie horizontal y por unidad de tiempo. Se mide por
la altura de agua que se infiltra, expresada en milímetros
por hora. Esta a su vez disminuye hasta alcanzar un valor
casi constante a medida que la precipitación se prolonga,
y es entonces cuando empieza el escurrimiento. García
et al. (2005), evaluaron el comportamiento de sondas de
capacitancia en dos tipos de tratamientos, siembra directa
(SD) y laboreo convencional (LC). Mediante un análisis
de varianza factorial los resultados demostraron que la
siembra directa tiende a almacenar más agua en el suelo
en los primeros centímetros, agotándose lentamente y
apareciendo una distribución más uniforme a lo largo del
perfil del suelo.
Martínez y Ceballos (2001), diseñaron y validaron una
sonda RDT (reflectometría en dominio del tiempo) para
medir la humedad en el suelo. Compararon series de datos
de humedad tomados con el RDT y el método gravimétrico
en monolitos de diferentes características obteniendo
resultados satisfactorios.
Florentino (2006), revisó los métodos usados más
frecuentemente para determinar el contenido de agua de
un suelo, mencionando sus principios y procedimientos,
rangos de medición, resultados obtenidos, costo relativo y
su seguridad en el manejo. Los métodos evaluados fueron: 1)
Genaro Demuner Molina et al.
método gravimétrico; 2) galgas de neutrones; 3) atenuación
de la radiación gamma; 4) electricidad de cuatro electrodos;
5) resistencia eléctrica; y 7) métodos dieléctricos.
El crecimiento del sistema radicular en los suelos es afectado
por la gama de propiedades del mismo pero, a su vez, las
propiedades del suelo son modificadas por las raíces. El
riego en los cultivos induce cambios significativos en el
crecimiento y distribución de los sistemas radiculares
los cuales tienen consecuencias importantes para ambos,
producción y calidad del cultivo (Gregory, 2006). Se han
descrito muchos métodos para estudiar el grado de desarrollo
y distribución de las raíces de las plantas. De Roo (1969),
utilizó agujas para fijas las raíces en un corte realizado en
el suelo, posteriormente practicó un lavado y realizó un
conteo de las mismas. Hidalgo y Candela (1969), por medio
de excavaciones utilizaron el método de las coordenadas,
determinando la trayectoria de las raíces de plantas de vid
así como su peso en tres dimensiones.
Para cuantificar el rendimiento en materia seca es
imprescindible obtener una muestra representativa del
área, que en ocasiones puede ser muy heterogéneo. La
complejidad de la toma de muestras está vinculada a que
las muestras no son absolutamente homogéneas, es decir
presentan discontinuidades tanto en la composición como
el contenido del nutriente, pudiendo ser la heterogeneidad
de la muestra tanto en el tiempo como el espacio. Martínez
et al. (1990), utilizan el método del disco con y sin ajuste a
regresión lineal, como técnica de muestreo para predecir la
disponibilidad de materia seca. La disponibilidad de materia
seca obtenida con y sin ajuste de la regresión difirió de la
obtenida por el método de corte y la precisión fue mayor
utilizando cinco marcos para la regresión. Por lo que se
sugiere debe ser empleada en condiciones de producción.
López et al. (2008), compararon estimaciones manuales
y electrónicas para calcular la biomasa aérea en pastos.
Se observa un error moderado alto, indicando que algunos
métodos indirectos de estimación de rendimiento son
apropiados bajo ciertas condiciones por lo que en términos
generales los métodos manuales fueron los más apropiados.
Los mejores resultados obtenidos fueron modificando modelos
generales bajo condiciones y calibraciones locales. En este
trabajo se evalúan tres sistemas de labranza en conjunto con un
cultivo y mejoradores de suelo para determinar su influencia
en la disponibilidad de humedad, volumen de exploración de
raíces y rendimiento en materia seca de un cultivo de avena
establecido en un suelo franco arcilloso.
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de humedad y volumen de exploración de raíces
Materiales y métodos
El presente trabajo de evaluación se realizó en un ambiente
semiárido durante el ciclo otoño-invierno de 2011 en el
campo experimental de Buenavista de la Universidad
Autónoma Agraria Antonio Narro. Las coordenadas
geográficas que la delimitan son: 25° 23' 42'' de latitud
norte 100° 59' 57'' de longitud oeste y una altitud de 1743
msnm., el suelo presente es franco arcilloso (40% de arena,
29% de limo y 31% de arcilla). De acuerdo a la clasificación
climática de Koppen, modificada por García (1973), el clima
de Buenavista se expresa bajo la fórmula: BS0kx’(w)(e’),
que significa seco-árido, templado con verano fresco largo,
con régimen de lluvias escasas todo el año tendiendo a llover
más en el verano y clima extremoso. La temperatura media
anual es de 16.9 °C, con una precipitación media anual de
435 milímetros, la evaporación media anual oscila entre
los 1956 milímetros. Los vientos predominantes tienen una
dirección noreste, con velocidades de 25.5 km h-1 (Servicio
Meteorológico Nacional 2012).
721
La calibración se realiza por medio de la computadora para
poder acceder a la memoria del equipo, sólo se necesita
proporcionar los datos de capacidad de campo (CC) y punto
de marchitez permanente (PMP). Al encender el equipo solo
se selecciona el largo de las puntas a utilizar y se procede a
introducirlas en el suelo para presionar el botón de lectura
y automáticamente se guarda en la memoria.
Determinación del volumen de exploración de raíces
Para determinar el desarrollo radicular, se obtienen cuatro
muestras aleatorias cuidadosamente extraídas por tratamiento
y en el laboratorio se mide la raíz con un vernier (Figura 2)
a partir de los tres ejes (x, y, z). Los resultados se promedian
para obtener el volumen de exploración por tratamiento.
Muestreo de la humedad en campo
El seguimiento a la humedad se realizó por medio de una
sonda TDR FIELDSCOUT 300 (Figura 1) a profundidades
de 7.6 y 12 centímetros, el cuál calcula el contenido de agua
volumétrico disponible en el suelo. Es de operación sencilla,
se muestrea en un corto tiempo y los datos son grabados
en la memoria interna para después ser descargados a la
computadora.
Figura 2. Medición de la raíz.
Determinación del rendimiento
Para realizar el muestreo del forraje en campo se utilizó el
método del marco, para el cual se construyó un marco de
madera cuyos lados miden 0.25 metros y su área total es de
0.0625 m2., (Martínez et al., 1990). Se coloca el marco en
el suelo y el material que queda dentro del mismo (Figura
3), se corta y se pesa en verde para posteriormente ponerlo
a deshidratar para obtener el rendimiento en forraje seco.
Análisis estadístico
Figura 1. Sonda TDR FIELDSCOUT 300.
En todo el campo experimental se levantaron los muestreos
ya mencionados mismos que nos dieron como resultado un
banco de datos con la suficiente información para poder
Genaro Demuner Molina et al.
722 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
determinar si se dieron cambios en las variables a estudiar. Para
el procesamiento de los datos obtenidos se utiliza un diseño
de bloques al azar con arreglo factorial mediante un análisis
de muestras repetidas, utilizando el programa R versión 2.9.0
Figura 3. Muestreo en campo.
Los datos mostrados en los análisis estadísticos para la
primera y la segunda etapa fueron tratados utilizando la
transformación de Box-Cox para que mostraran normalidad
y así poder realizar los análisis correspondientes. Las medias
de los tratamientos corresponden a las medias originales de
los datos sin ser tratados.
El modelo lineal
El modelo estadístico propuesto (Montgomery, 1991) para
un experimento en bloques al azar con arreglo factorial A
y B sería:
Yijk= μ + Βi + αj + τk + ατjk + ℮ijk
Donde: Yijk= ijk-esima observación en el i-esimo bloque que
contiene el j-esimo nivel del factor A y el k-esimo nivel del
factor B; μ= media general; Βi= factor del i-esimo bloque; αj=
efecto del j-esimo nivel del factorA; τk= efecto del k-esimo nivel
del factor B; ατjk= interacción del j-esimo nivel del factor A con
el k-esimo nivel del factor B; y ℮ijk= error aleatorio NID (0 - σ2).
Cuadro 1. Análisis para humedad en el segundo ciclo.
Característica
Profundidad
Labranza
Mejorador
Prof: Lab
Prof: Mej
Lab: Mej
Prof: Lab: Mej
CV: 4.014557
F valor
0.67
5.28
0.57
0.11
0.51
1.22
0.61
Pr(>F)
0.41
0.007227 **
0.63506
0.887257
0.674264
0.302143
0.715412
Como se puede observar en el análisis de varianza existe alta
significancia entre labranzas con respecto a la retención de
humedad; en otros trabajos similares se obtuvieron diferencias
estadísticas para la retención de humedad a dos profundidades
(5 a 7.5 cm y 10 a 12.5 cm) utilizando tres tipos de labranza
(convencional, reducida y cero), encontrando que la labranza
reducida retuvo significativamente mayores cantidades de
agua que la labranza convencional y la labranza cero, Hill et
al. (1984). En el Cuadro 2 se observa que en este trabajo, la
cero labranza (L3) retuvo mayor porcentaje de humedad que
la labranza vertical (L2) y la convencional (L1).
Cuadro 2. Comparación múltiple de medias entre labranzas
con respecto a humedad.
Grupos
A
Ab
B
Tratamientos
L2 (labranza vertical)
L1 (labranza convencional)
L3 (labranza cero)
Medias
15.53
16.4
21.32
Gráficamente se puede apreciar que la labranza tres (labranza
cero) es la que retuvo mayor humedad durante el ciclo del cultivo
(Figura 4). Fernández et al. (2009), encontraron que en un suelo de
una zona semiárida se obtuvo una mayor retención de agua en el
perfil con cero labranza comparado con labranza convencional.
El Cuadro 3 muestra la prueba de comparación múltiple de
medias (Tukey) entre mejoradores con respecto a humedad.
Resultados y discusión
Análisis para la variable humedad con sus respectivas
interacciones (profundidad, labranza y mejorador)
En el Cuadro 1 se muestra el análisis de varianza para la
variable humedad con sus interacciones y en el Cuadro 2 la
comparación de medias.
Húmedad volumétrica
% (cm^3/cm^3)
35
30
25
20
15
10
5
0
L3
L1
Labranzas
L2
Figura 4. Gráfica de humedad con respecto a labranzas.
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de humedad y volumen de exploración de raíces
Grupos
A
A
A
A
Tratamientos
M1 (micorrizas)
M2 (composta)
M0 (testigo sin mejorador)
M3 (algaenzimas)
Medias
16.38
17.60
17.81
19.21
Como se puede apreciar en la comparación de medias y el
gráfico (Figura 5) entre mejoradores, éstos todavía no tienen
una influencia positiva a favor de la retención de humedad.
Tal como se citó en el primer ciclo a Querejata et al. (2000),
sobre los efectos benéficos de los mejoradores orgánicos
para la retención de humedad; éstos tendrán su efecto en un
periodo mayor a los cuatro años después de su aplicación.
Brown y Cotton (2011), señalan que los suelos con aplicación
de composta incrementan la capacidad de retención de
humedad y que estos incrementos se observan mejor en los
suelos de textura gruesa que en los de textura fina. También
señalan que a altas tasas de aplicación de composta los
beneficios de mejora en el suelo son más significativos
comparados con los obtenidos con tasas reducidas de
aplicación.
Húmedad volumétrica
% (cm^3/cm^3)
25
20
10
5
20
15
10
5
0
P2
Profundidades
P1
Figura 6. Gráfica de humedad con respecto a profundidades.
Cuadro 5. Análisis para volumen de exploración de raíces.
M3
M0
M2
Mejoradores
M1
Figura 5. Gráfica de humedad con respecto a mejoradores.
El Cuadro 4 muestra la prueba de comparación múltiple de
medias (Tukey) entre profundidad con respecto a humedad.
Cuadro 4. Comparación múltiple de medias entre
profundidades con respecto a humedad.
A
A
25
El Cuadro 5 muestra el análisis de varianza para
exploración de raíces y el Cuadro 6 la comparación
de medias entre labranzas con respecto a volumen de
exploración de raíces.
15
Grupos
30
Análisis para la variable volumen de exploración de
raíces con sus respectivas interacciones (labranza y
mejorador).
30
0
Como se puede apreciar numérica y gráficamente
(Figura 6) con respecto a las medias no existe diferencia
significativa por lo que ambas profundidades están
reteniendo la misma cantidad de humedad. Dalrymple
et al. (1993), menciona que no existen diferencias
significativas en la disponibilidad de agua en el perfil
del suelo entre cero labranza, mínima labranza y labranza
convencional.
Húmedad volumétrica
% (cm^3/cm^3)
Cuadro 3. Comparación múltiple de medias entre
mejoradores con respecto a humedad.
723
Tratamientos
Medias
P2 (12 cm)
P1 (7.6 cm)
17.83463
17.67458
Mejorador
Labranza
Mej: Lab
CV: 22.02135
F valor
1.4
3.3
0.73
Pr(>F)
0.24485
0.04099 *
0.6249
Cuadro 6. Comparación múltiple de medias para labranzas
con respecto a volumen de exploración.
Grupos
A
A
A
Tratamientos
L1 (labranza convencional)
L2 (labranza vertical)
L3 (labranza cero)
Medias
0.0017
0.0016
0.001
Genaro Demuner Molina et al.
724 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
0.0030
Volúmen de exploración m^3
0.003
0.002
0.001
M1
M2
M3
Mejoradores
M0
Figura 8. Gráfica de volumen de exploración con respecto a
mejoradores.
0.0020
0.0015
0.0010
0.0005
L1
L2
Labranzas
L3
Figura 7. Gráfica de volumen de exploración con respecto a
labranzas.
Martínez et al. (2008), estudiando efectos de la labranza a
más largo plazo (4 a 7 años) encontraron que la longitud y
densidad de raíces en un cultivo de trigo fueron mayores
en cero labranza que en labranza convencional. El Cuadro
7 muestra la prueba de comparación múltiple de medias
(Tukey) entre mejoradores con respecto a volumen de
exploración de raíces.
Cuadro 7. Comparación múltiple de medias entre
mejoradores con respecto a volumen de
exploración .
Grupo
a
a
a
a
0.004
0.000
0.0025
0.0000
A pesar de no existir diferencia estadística significativa entre
los mejoradores, gráficamente se puede apreciar como el
mejorador uno (micorrizas) fue el que mejor se desempeñó en
el volumen de exploración radicular (Figura 8). Un factor muy
importante en el desarrollo radicular es la densidad aparente que
al seguir utilizando mejoradores con el tiempo se ve modificada.
Volúmen de exploración m^3
El impedimento mecánico debido a la compactación y a la
presencia de capas endurecidas, es una de las principales
causas que ocasionan un desarrollo radicular deficiente.
En la (Figura 7) se muestra cómo la labranza uno (labranza
convencional) y la labranza dos (labranza vertical)
proporcionan un ambiente favorable para el desarrollo
radicular del cultivo en comparación con la labranza tres
(labranza cero). Éste impedimento mecánico se corrige
mediante la utilización adecuada y oportuna de implementos
de labranza que produzcan aflojamiento del suelo y
diminución de la densidad aparente, fundamentalmente
subsoladores y cinceles (Arkin y Taylor, 1981; Castro y
Amézquita, 1991). Demostrando así que un suelo removido o
disturbado opondrá menor resistencia mecánica al desarrollo
radicular de un cultivo.
Tratamientos
M1(micorrizas)
M3 (algaenzimas)
M2 (composta)
M0 (testigo)
Medias
0.001804756
0.001448125
0.00154926
0.001133563
Carmen et al. (1998), incorporan residuos orgánicos de
crotalaria (Crotalaria-juncea), pasto elefante (Pennisetumpurpureum) con el propósito de evaluar los efectos sobre
algunas propiedades físicas en una siembra de maíz repitiéndolo
sistemáticamente durante tres años. Al final del experimento
se produjeron efectos favorables en la densidad aparente con
relación al testigo, confirmando así el efecto benéfico de la
incorporación de residuos en los suelos. Con lo anterior se
podría decir que es posible esperar cambios significativos para
la densidad aparente al utilizar los mejoradores y los sistemas
de labranza en un mediano plazo, mismo que nos favorece en
la estructura del suelo y su conservación.
Análisis para la variable rendimiento con sus interacciones
(labranza y mejorador)
El Cuadro 8 muestra el análisis de varianza para rendimiento
y el Cuadro 9 la comparación de medias para las labranzas
con respecto al rendimiento.
Cuadro 8. Análisis para rendimiento.
Labranza
Mejoradores
Lab: Mej
CV: 20.63626
F valor
3.919
0.0164
0.3607
Pr(>F)
0.03367 *
0.99706
0.89647
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de humedad y volumen de exploración de raíces
Grupos
A
Ab
B
Tratamientos
L1 (labranza convencional)
L3 (labranza cero)
L2 (labranza vertical)
Medias
5.16
2.92
2.76
Gráficamente se puede apreciar que la labranza uno (labranza
convencional) es la que obtuvo el rendimiento mayo en
comparación de las otras dos (Figura 9). Los beneficios de la
labranza de conservación para disminuir erosión y conservar
humedad no necesariamente se refleja en mayor rendimiento,
Vetsch y Randall (2002), encontraron que en cuatro años
continuos de producción de maíz, el rendimiento fue siempre
mayor en labranza convencional comparado con cero labranza.
Toneladas por hectárea
10
Como se puede apreciar el mejorador uno (micorriza) y el
mejorador cero (testigo) numérica y gráficamente (Figura
10) obtienen los rendimientos más altos aunque no exista
diferencia significativa entre mejoradores en comparación
con el mejorador dos (composta) y el mejorador tres
(algaenzimas).
8
Toneladas por hectárea
Cuadro 9. Comparación múltiple de medias entre labranzas
con respecto a rendimiento.
6
4
2
0
8
725
M1
M0
M2
Labranzas
M3
Figura 10. Gráfica de rendimiento con respecto a mejoradores.
6
4
2
0
L1
L3
Labranzas
L2
Figura 9. Gráfica de rendimiento con respecto a labranzas.
De Vita et al. (2007), señalan que en un experimento de largo
plazo con cultivo de trigo en temporal (10 años) el rendimiento
en años de mayor humedad fue más alto en labranza
convencional, sin embargo en años de escasa precipitación
(alrededor de 300 milímetros de lluvia) el rendimiento fue
mayor en cero labranza debido a la menor tasa de evaporación
lo que permite mayor disponibilidad de agua.
El Cuadro 10 muestra la prueba de comparación múltiple
de medias (Tukey) entre mejoradores con respecto al
rendimiento obtenido.
Cuadro 10. Comparación múltiple de medias entre
mejoradores con respecto a rendimiento.
Grupos
A
A
A
A
Tratamientos
M1 (micorrizas)
M0 (testigo)
M3 (algaenzimas)
M2 (composta)
Medias
3.843951
3.784691
3.350123
3.492346
Singer et al. (2003), evaluaron tres sistemas de labranza
(vertedera, cinceles y no labranza) en una siembra de maíz
y soja desde 1998 utilizando diferentes tipos de compostas
orgánicas, obteniendo incrementos en el rendimiento
en el primer año para la labranza con vertedera y
cinceles; por lo que al realizar el siguiente ciclo con una
rotación se podría dar diferencias para la interacción
labranza-mejorador e incrementar los rendimientos
significativamente.
Conclusiones
En las condiciones de este experimento, el sistema de cero
labranza (siembra directa) favoreció una mayor retención
de humedad comparado con labranza vertical (arado de
cinceles) y la labranza convencional (aradura y rastreo con
discos).
Los mejoradores orgánicos aplicados no mostraron
diferencia estadística en la retención de humedad,
rendimiento del cultivo y en el desarrollo radicular en el
corto plazo, comparada con el testigo.
En el corto plazo la respuesta de un mejor rendimiento no
se da en los sistemas de conservación como la cero labranza
pese a una mayor disponibilidad de humedad.
726 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Literatura citada
Arkin, G. F. and Taylor, H. M. 1981. Modifying the
root environment to reduce crop stress. ASAE
Monograph, number 4.
Brown, S. and Cotton, M. 2011. Changes in soil properties
and carbon content following compost application:
results of on-farm sampling. Compost Science and
Utilization. 19(1):88-97.
Carmen, R.; Deyanira, L. L y Alfredo, L. P. 1998. Efectos
de la incorporación de residuos orgánicos sobre
algunas propiedades físicas de un afisol degradado.
Venesuelos. 1 y 2(6):29-33.
Castro, H. y Amézquita, E. 1991. Sistemas de labranza y
producción de cultivos en suelos con limitantes
físicos. Revista Suelos Ecuatoriales. 21(1):21-28.
Corley, W. L. 1984. Soilamendments at planting. Department
of Horticulture, Georgia Station. University of
Georgia, GA. J. Environ. Hortic. 2(1):27-30.
Dalrymple, A. W.; Miller, S. D. and Fornstrom, K. J. 1993.
Soil water conservation and winter wheat yield in
three fallow system. J. Soil Water Cons. 48:53-57.
De Roo, H. 1969. Tillage and root growth. In: Root growth.
London. 339-357 pp.
De Vita, P.; Di Paolo, G. E.; Fecondo, N.; Di Fonzo, P. and
Pisante, M. 2007. No-tillage and conventional
tillage effects on durum wheat yield, grain quality
and soil moisture content in southern Italy. Soil and
Tillage Research. 92(1-2):69-78.
Fernández-Ugalde, O.; Vitro, P. I.; Bescansa, M. J.; Imaz, A.
E. and Karlen, D. L. 2009. No-tillage improvement
of soil physical quality in calcareous, degradationprone, semiarid soils. Soil Tillage Res. 106: 29-35.
Florentino, A. 2006. Métodos para medir el contenido de
agua en el suelo. Venesuelos. 14(1).
García, I.; Jiménez, J. A; Muriel, J. L.; Perea, F. y
Vanderlinden, K. 2005. Evaluación de sondas de
capacitancia para el seguimiento de la humedad
de un suelo arcilloso bajo distintas condiciones y
tipos de manejo. Estudios de la zona no saturada del
suelo. VII:101-107.
Gregory, P. J. 2006. Plant roots: growth, activity and
Interaction with soils. Blackwell Publishing Ltd,
9600; Garsington Road, Oxford UK. 340 pp.
Hidalgo, L. y Candela, M. R. 1969. Morfología radicular
de la vid, su relación con la producción, densidad
y disposición del viñedo. INIA, Madrid, España.
101 p.
Genaro Demuner Molina et al.
Hill, R. L.; Horton, R and Cruse, R. M. 1984. Tillage effects
on soil water retention and pore size distribution of
two mollisols. Soil Sci. Soc. Am. J. 49:1264-1270.
Hook, J. E. and Gascho, J. C. 1998. Multiple cropping for
efficient use of water and nitrogen. In: Hrgrofe, W.
L. (Ed). Cropping strategies for efficient use of water
and nitrogen. ASA Special Publication. Am. Soc.
Agron. Inc., Madison, Wisconsin, USA. 51:7-20.
López-Díaz, J. E.; González-Rodríguez, A y Vázquez-Yáñez,
O. P. 2008. Revisión de Métodos no destructivos de
estimación de biomasa aérea en pastos. Producción
vegetal. Pastos, clave en la gestión de los territorios:
integrando disciplinas. 315-321 pp.
Martínez, E.; Fuentes, J. P.; Silva, S. P.; Valle, M. and
Acevedo, E. 2008. Soil physical properties and
wheat root growth as affected by no-tillage and
conventional tillage systems in a Mediterranean
environment of Chile. Soil Tillage Res. 99:232-244.
Martínez, J.; Milera, M.; Remy, V.; Yépes, I. y Hernández,
J. 1990. Método ágil para estimar la disponibilidad
de pasto en una vaquería comercial. Estación
experimental de pastos y forrajes “Indio Hatuey”
Matanzas, Cuba. Pastos y Forrajes. 13(1).
Martínez-Fernández, J. y Ceballos-Barbancho, A. 2001.
Diseño y validación de una sonda TDR para la
medición de la humedad del suelo. Temas de
investigación en zona no saturada. Departamento de
Geografía. Universidad de Salamanca. España. 7 pp.
McGarry, D.; Pillai, U. P. and Braunack, M. V. 2000.
Optimising soil structure condition of cropping
without tillage. In: Morrison, J. E. (Ed.).
Procededings of the 15th International Conference
of the International Soil and Tillage Research
Organization (ISTRO-2000), Fort Worth, TX,
USA. 7 pp.
Montgomery, D. C. 1991. Diseño y análisis de experimentos.
México: Iberoamérica. 589 p.
Querejata, J. I.; Roldán, A.; Albaladejo, J. and Castillo, V.
2000. Soil physical properties and moisture content
affected by site preparation in the afforestation
of a semiarid rageland. Soil Sci. Soc. Am. J. 64:
2087-2096.
Singer, J. W.; Kohlera, K. A.; Liebmanb, M.; Richardc, T.
L.; Cambardellaa, C. A. and Buhlerd, D. D. 2003.
Tillage and compost affect yield corn, soybean and
wheat and soil fertility. Agron. J. 531-537 pp.
Uribe, C. H. y Rouanet, M. J. L 2001. Efecto de tres sistemas
de labranza sobre el nivel de humedad en el perfil
del suelo. Agric. Téc. Chile. 62 (4):555-564.
Efectos de tres sistemas de labranza y mejoradores de suelo en la disponibilidad de humedad y volumen de exploración de raíces
Venialgo, C. A.; Ingaramo, O.; Silva, I.; Roldán, M.
F.; Banzhaf, G. y Noemí, C. 2004. Índice
de cono, humedad presente y densidad
aparente en diferentes labranzas y rotaciones.
Resumen A-076. Comunicaciones Científicas
y Tecnológicas.
727
Vetsch, J. A. and Randall, G. W. 2002. Corn production
as affected by tillage system and starter fertilizer.
Agron. J. 94: 532-540.
Servicio Meteorológico Nacional. 2011. URL: http://smn.
cna.gob.mx/index.php?option=com_content&vi
ew=article&id=48&Itemid=72.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 728-735
Energía requerida para el corte de hojas de Agave tequilana Weber
Alberto Saldaña Robles1, Ryszard Jerzy Serwatowski Hlawinska1§, Noé Saldaña Robles1, César Gutiérrez Vaca1, José Manuel
Cabrera Sixto1 y Salvador García Barrón1
Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad de Guanajuato. Campus Irapuato-Salamanca. Ex-Hacienda “El Copal”. Carretera Irapuato-Silao, km 9. Irapuato,
Guanajuato, México. C. P. 36820. Tel: 52 462 6245215. ([email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected];
[email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
En el estudio realizado se cuantificó la energía unitaria
requerida para el corte de las hojas de la planta de Agave
tequilana Weber empleando un dispositivo construido para
este fin. Este parámetro se empleará en el diseño de una
cosechadora- trituradora de agave. El estudio se realizó en
noviembre de 2010 en la comunidad “El Copal”, municipio
de Irapuato, Guanajuato, México. Para cuantificar la energía
unitaria se evaluaron dos parámetros. El primer parámetro
fue la energía que requiere el corte de la hoja de agave, dicha
energía se evaluó en diez posiciones a lo largo de una hoja de
aproximadamente un metro, realizando cuatro repeticiones.
Para esto se empleó un dispositivo que aplica caída libre.
El segundo parámetro fue el área de la sección transversal,
en las mismas posiciones de la hoja donde se determinó la
energía de corte, para lo cual se empleó visión artificial. De
esta información se calculó la energía unitaria, resultando
un valor de 2.50 J cm-2. La media de los resultados obtenidos
concuerda con lo obtenido por otros autores.
Palabras clave: Agave tequilana Weber, cosechadora,
energía unitaria, maquinaria agrícola.
Introducción
El principal uso del Agave tequilana Weber hoy en día es la
producción de tequila que se obtiene a partir de la piña. Sin
embargo existen estudios de investigación que demuestran
la factibilidad de obtener bioetanol inclusive a partir de
las hojas con menos contenido de azúcares que la piña.
González (2008) manifiesta que la producción de bioetanol
es viable en lo biológico, a partir de las hojas y piña de la
planta, alcanzando valores de hasta 7000 l/ha/año superior
a lo obtenido para caña de azúcar y maíz, además que estos
últimos son considerados fuente alimenticia. La producción
de bioetanol cobra importancia pues se está en la búsqueda
de nuevas fuentes de energía y donde el Agave parece ser una
opción prometedora que supondría beneficios económicos
importantes (Davis et al., 2011; Sierra, 2011).
Holtum et al. (2011) y Núñez et al. (2011) recomiendan que
para abatir los costos de producción es necesario mecanizar
el sistema de cosecha, entre otras ideas, pues es el segundo
costo más importante a lo largo de los siete años, en promedio,
que tarda en madurar la planta. El diseño de una cosechadora
requiere de conocimiento de las propiedades físicas de
la planta cosechada, como tamaño y peso, densidad de
población, fuerzas y velocidades necesarias para realizar
satisfactoriamente las operaciones como corte, extracción,
separación, desmenuzado; con lo anterior se procede a
dimensionar la máquina y sus órganos de trabajo propuestos,
así como estimar la potencia requerida para su accionamiento.
Existen estudios publicados sobre las propiedades físicas
para gran variedad de productos agrícolas (Irtwange, 2002;
Luther, 2004; Isik, 2007), como en el caso del agave variedad
Sisal donde se determinaron las dimensiones de la hoja,
la piña y la energía de corte que eran requeridas para la
mecanización de la cosecha del cultivo (Majaja et al., 1997).
Alberto Saldaña Robles et al.
729 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Estimación de la energía de corte por sección (relación
posición-energía). Se diseñó y construyó un dispositivo
(Figura 2a) para evaluar la energía de corte. Dicho elemento
está formado de un par de marcos en “U” invertida que están
soldados en una placa de metal, ambos marcos tienen en
su parte media superior un tubo soldado de 6 cm de largo y
0.5 plg de diámetro nominal, el cual sirve como guía. En el
primer marco la guía permite el movimiento de una varilla
lisa que en un extremo cuenta con una base rectangular y en
el otro tiene una cuchilla tipo “Y” (Figura 2b), la cual realiza
el corte de la hoja de agave. Similar a la del prototipo que
se pretende diseñar, el tipo de cuchilla, es la más empleada
en máquinas agrícolas (trituradoras, desmenuzadoras,
molinos, etc.).
Sin embargo, existen otras variedades de agave en los que
algunas de las propiedades físicas no han sido determinadas.
En el presente trabajo se determina la energía unitaria para
el corte de hoja y sus posibles relaciones con la posición de
la sección a lo largo de la hoja y con el área de la sección
transversal. Dichos parámetros serán utilizados en el diseño
de un prototipo de cosechadora- trituradora de agave.
Materiales y métodos
Para la realización del presente estudio se emplearon tres
plantas de Agave tequilana Weber de entre 7 y 8 años de edad
extraídas del campo experimental de agave de la División
de Ciencias de la Vida (DICIVA) de la Universidad de
Guanajuato (Figura 1).
La cuchilla se proveyó de un borde liso con un ángulo de
ataque de 30° y se fabricó de solera comercial ASTM-A36
de 1.5 pulgadas x 0.25 pulgadas, valores recomendados que
precisan la menor fuerza para realizar el corte de la planta de
agave (Sierra, 2010) asegurando resistencia y rigidez del filo
de la navaja. En el segundo marco (que es aproximadamente
4 veces más alto que el primero) el tubo sirve de guía a un
porta-pesas. En la placa de metal donde se apoya la cuchilla
se colocó una base de madera para mitigar el efecto de la
pérdida de filo, por el impacto de la cuchilla sobre la base
de metal. El objetivo del dispositivo es transferir energía
potencial a cinética empleando caída libre, para realizar el
corte de la hoja.
Figura 1. Materia prima para ensayos (planta completa de
la DICIVA).
(a)
(b)
Figura 2. Dispositivo de prueba: a) vista general; b) detalle cuchilla tipo “Y”; c) ensayo a 0.1 m.
(c)
Energía requerida para el corte de hojas de Agave tequilana Weber
730
Se preparó el material para las pruebas seleccionando al azar
cinco hojas de una planta de agave, las cuales fueron marcadas
cada 10 cm comenzando de la espina en la punta de la hoja,
con un total de 10 marcas por hoja, la longitud de las hojas
en promedio fue de alrededor de un 1 m. Las marcas fueron
identificadas como la posición de corte en la hoja, iniciando
con la posición cero en la punta de la hoja y terminando en la
posición diez cerca del extremo que estaba unido a la piña de
agave.Al porta-pesas se le agregaron pesas de 4, 6, 10 y 20 kg en
diferentes combinaciones. Para cortar las posiciones de la hoja
con menos espesor se emplearon pesos pequeños, a medida
que el grosor y ancho de la hoja aumentó se manejaron pesos
más grandes. Sobre la base de madera del dispositivo de prueba
se colocó una hoja tres centímetros atrás de la primera marca
(0.1 m de la punta) apoyando la cuchilla tipo “Y” ligeramente.
El sistema se elevó una distancia conocida, se liberó y se
evaluó de forma visual el corte. Si la cuchilla cortó la hoja
completamente, se procedió a disminuir la altura de caída del
porta-pesas en un centímetro, y se reubicó la cuchilla a dos
centímetros de la posición de corte deseada. Si la hoja se cortó
parcialmente, se procedió a aumentar la altura del porta-pesas en
un centímetro y se recorrió la cuchilla hasta dos centímetros de
la posición de corte deseada. Se repitió la caída del porta pesas
y la verificación del corte, hasta que se logró encontrar la altura
mínima requerida para conseguir un corte completo de la hoja
de la sección transversal. Una vez logrado el corte completo se
repitió en la sección indicada a determinar la energía de corte,
registrando los valores de masa de las pesas empleadas y altura
de caída del porta-pesas. La energía de corte en dicha sección
(ECS) se calculó empleando la siguiente ecuación simplificada.
ECS= mP gh
1)
Donde: mP= masa del porta-pesas más masa de pesas (kg);
g= gravedad en la ciudad de Irapuato (m/s2); y h= altura
de elevación del porta-pesas (m). Para determinar el valor
de la gravedad en el municipio de Irapuato se empleó la
ecuación recomendada por la Organización Internacional
de Metrología Legal que presume una precisión de 0.01%
(Thulin, 1992). La ecuación se presenta a continuación.
gl= ge * (1 + f * sen2Ø - (5.8X10-6 * sen2 2Ø) - 3.086X10-6 * H 2)
Donde: gl= aceleración de la gravedad local (m s-2); ge=
aceleración de la gravedad a nivel del mar en el ecuador
(9.7803 m s-2); f= constante de aplastamiento gravitacional
con un valor de 0.0053024; Ø= latitud en grados; y H= altitud
ortométrica sobre el nivel medio del mar.
La ecuación anterior utiliza los coeficientes adoptados
por la Asociación Internacional de Geodesia (IAG) en el
sistema GRS80 (Geodetic Reference System of 1980),
dichos coeficientes representan el tamaño, forma y campos
gravitacionales de la tierra (Moritz, 1988). La altitud para
el municipio de Irapuato es de 1 730 m y la latitud Norte de
20.6° (INEGI, 2010), resultando un valor de aceleración
gravitacional de 9.7814 m s-2.
Una vez realizada la prueba de corte a 0.1 m desde la espina,
(Figura 2 c) y habiendo calculado la energía con la ecuación (1),
se repitió el mismo procedimiento anterior para las siguientes 9
posiciones sobre la hoja; la misma metodología se efectuó para
las otras 4 hojas, calculando un total de 50 energías de corte.
Una vez realizadas las pruebas en las cinco hojas se obtuvo el
valor medio y la desviación estándar de la energía para cada
posición en la hoja. Con los datos medios obtenidos de la
energía en cada sección de la hoja se buscó la regresión que
ajustase mejor a los datos empleando para ello Microsoft Excel
2010. Se verificaron cuatro modelos estadísticos de regresión:
lineal, polinomial de orden dos, exponencial y logarítmica, de
ellas se escogió la que mejor predijo el fenómeno en función
del máximo coeficiente de Pearson.
Determinación del área transversal de la hoja por
posición (relación área-energía, energía unitaria)
Se define a la energía unitaria, como la cantidad de energía
necesaria para el corte de la hoja por unidad de área
transversal. La energía de corte fue estimada anteriormente
cada 0.1 m de la hoja a lo largo de 1 m, obteniendo 10
estimaciones, por lo que fue conveniente determinar el área
transversal en estas mismas secciones. Para determinar
el área se empleó visión artificial mediante el método de
análisis digital de imagen (ADI).
El método de ADI consistió en estimar el área de la sección
transversal de la hoja de agave cada 0.1 m, a partir de imágenes
digitales tomadas por una Cámara Web Intel CS120 (Figura
3a) configurada para una resolución de 320 X 240 pixeles. En
el programa MATLAB 8a se elaboró una rutina empleando la
librería de ADI. La rutina elaborada permite determinar el área
de una imagen remasterizada en blanco y negro. La Cámara
Web Intel CS120 fue montada en una estructura (Figura 3b)
construida especialmente para el ADI.
La estructura cuenta con varios aditamentos que juegan
un papel importante para el adecuado análisis de las
imágenes. La iluminación uniforme sobre una muestra
Alberto Saldaña Robles et al.
731 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
de área transversal de la hoja de agave es de gran
importancia para eliminar las sombras del área transversal;
para ello la estructura cuenta con un par de Lámparas
StockerYale (Figura 3a) acomodadas a una altura de
45 cm del objetivo (muestra de área), con ángulos de
(a)
inclinación de 25 grados respecto de la horizontal. A la
base donde la cámara toma las imágenes se colocó una
hoja de papel color rosa (PANTONE Rhodamine Red)
para contrastar el color del área transversal de la hoja de
agave (Figura 3c).
(b)
(c)
Figura 3. Equipo de visión artificial: a) cámara Web Intel CS120 y lámparas StockerYale; b) estructura de soporte; y c) ensayo
de lectura de área a 0.1 m de la hoja 1.
La Cámara Web Intel CS120 toma una imagen y la rutina en
MATLAB posteriza a un nivel de grises con una resolución
de 8 bits (Figura 4a). La conversión se realiza promediando
los niveles digitales de cada canal de color RGB también de 8
bits. En seguida se empleó un factor de umbralización de 0.7
para obtener imágenes posterizadas en blanco y negro (Figura
4b). Con la imagen en blanco y negro el área transversal de
la hoja de agave representada por pixeles blancos y el resto
de la imagen en color negro, la rutina hecha en MATLAB se
encargó de contar el número de pixeles blancos y convertirlos
en área mediante un factor de conversión que se alimentó a la
rutina del programa. Para obtener el factor de conversión se
requiere realizar una calibración.
(a)
se contabiliza el número de pixeles blancos y se obtiene la
razón área conocida/pixeles contabilizados. Para el presente
estudio se realizó una calibración para establecer el factor de
conversión empleado en la rutina del programa, colocando
tres cuadros de papel blanco con diferente área; 1 cm2, 9 cm2
y 36 cm2. Una vez calibrado se procedió a realizar la toma
de imágenes de los recortes de las hojas de agave.
El procedimiento para determinar el área transversal a cada
10 cm de la hoja de agave se describe a continuación. Se
cortaron al azar cinco hojas de una planta de agave, las cuales
fueron marcadas cada 10 cm y empleando una navaja fueron
troceadas a estas respectivas posiciones, obteniendo un total
de 10 trozos por hoja (Figura 5a). De cada trozo se obtuvo una
muestra de la sección transversal con un espesor máximo de
2 mm (Figura 5b).
(b)
Figura 4. Posterización de imágenes: a) nivel de grises con
resolución de 8 bits; y b) blanco y negro.
La calibración consiste en colocar una serie de objetos
planos de área conocida (recortes precisos de una hoja de
color contrastante con el fondo), se toma una imagen de
los objetos y se umbraliza a una imagen en blanco y negro,
(a)
(b)
Figura 5. Hoja de agave: a) seccionada en 10 partes de 0.1m;
b) sección transversal a 0.7 m.
Energía requerida para el corte de hojas de Agave tequilana Weber
732
Se colocó la primera muestra de la hoja 1 sobre el fondo
empleado en la toma de imágenes, centrándola. Posteriormente
se tomó la imagen con la Cámara Web Intel CS120 y se ejecutó
la rutina, calculando y registrando el área de la muestra. Esto
se repitió para todas las muestras de la hoja 1 (Figura 6). De
la misma manera se determinó el área de las muestras de las
otras cuatro hojas, registrando todos los valores de área. Una
vez obtenidas las 10 áreas de cada una de las cinco hojas, se
calculó el área media y la desviación estándar a las diferentes
posiciones de la hoja de agave. Con el valor medio del área
de la sección transversal de la hoja de agave y el valor de la
energía de corte, ambos parámetros a las mismas posiciones
(a)
Figura 6. Imágenes de muestras: a) 0.1 m; b) 0.4 m; y c) 1 m.
de la hoja, se evaluó el valor promedio de la energía unitaria
así como la relación de la energía con el área transversal (áreaenergía) en función de su posición en la hoja mediante una
regresión polinomial elaborada en Microsoft Excel 2010.
Estimación de la energía de corte por sección (relación
posición-energía).
Una vez determinado el valor de la energía de corte cada 0.1
m a lo largo de cada una de cinco hojas se determinó el valor
medio de energía en cada sección y la desviación estándar,
lo anterior se muestra en el Cuadro 1.
(b)
(c)
Cuadro 1. Energía media en función de la posición de la sección a lo largo de la hoja de agave.
Energía (J)
Distancia en
hoja (m)
Altura
pesa (m)
Pesa
(kg)
Hoja 1
Hoja 2
Hoja 3
Hoja 4
Hoja 5
Media
Desviación
estándar
0.1
0.2
0.3
0.4
0.07
0.08
0.12
0.08
6
6
4
10
4.1
4.7
4.7
8.8
4.7
5.3
5.9
7.1
4.7
5.3
5.3
6.5
4.1
4.4
4.3
7.8
3.5
4.1
4.7
7.8
4.2
4.8
5.0
7.6
0.5
0.5
0.6
0.9
0.5
0.08
20
15.7
8.2
7.7
15.7
13.7
12.2
4
0.6
0.7
0.8
0.10
0.11
0.13
20
20
20
19.6
23.5
25.5
10.8
18.6
21.6
13.7
19.6
21.6
19.6
21.6
25.5
17.7
21.6
25.5
16.3
21.0
23.9
3.9
1.9
2.1
0.9
1.0
0.15
0.16
20
20
27.5
29.4
32.4
34.3
29.4
30.4
29.4
31.4
29.4
31.4
29.6
31.4
1.8
1.8
El Cuadro 1 muestra la altura media y el peso medio utilizados
para realizar un corte satisfactorio en las diferentes posiciones
de la hoja, también se observa que la relación de la posición
y la energía media es polinomial de grado dos (Figura 8). A
mayor posición de la sección a lo largo de la hoja se requiere
de una mayor cantidad de energía para realizar el corte, esto
se debe a que la sección transversal aumenta al moverse de la
punta de la hoja hacia el extremo unido a la piña.
Alberto Saldaña Robles et al.
733 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
emplearse para determinar la energía que requiere el corte
de la hoja en cualquier posición propuesta. Es importante
destacar que a partir de los 0.3 m los valores de energía en
función de la posición de la hoja muestran una tendencia lineal
(R2= 0.994), muy probablemente las posiciones de 0.1 y 0.2
m presentaban un grosor y área pequeños y muy parecidos.
35
Energía media de corte (J)
30
25
20
15
10
Determinación del área transversal de la hoja por sección
(relación área- energía y posición- área)
5
0
0.0
3)
En el Cuadro 2 se muestran las áreas obtenidas de cada
una de las 10 secciones a lo largo de cada una de las cinco
hojas de agave; asimismo, el área media y la desviación
estándar. En dicho cuadro también se puede observar que
a partir de los 0.9 m de distancia la desviación estándar
aumenta considerablemente comparada con los demás
valores; lo anterior se puede deber a que no todas las hojas
tienen exactamente la misma longitud y por ende en las
hojas más cortas se empieza a exhibir la unión de la hoja
con la piña.
Donde: E es la energía necesaria para el corte medida
en Joules y P es la posición de la hoja medida a partir
de la punta en centímetros. La ecuación anterior puede
La ecuación que rige el comportamiento del área transversal
en función de la posición de la sección a lo largo de la hoja
se presenta a continuación.
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
Posición de la sección a lo largo de la hoja (m)
1.2
Figura 8. Relación posición de la sección a lo largo de la hojaenergía media de corte.
La ecuación que presentó el coeficiente de correlación
(R2= 0.9836) más cercano a 1, es una ecuación polinomial
de segundo orden. La ecuación se muestra a continuación.
E= 20.341P2 + 11.395P + 1.5017
Cuadro 2. Área de la sección transversal a lo largo de la longitud de las hojas.
Área (cm2)
Posición de sección a lo
largo de la hoja (m)
Hoja 1
Hoja 2
Hoja 3
Hoja 4
Hoja 5
Media
Desviación
estándar
0.1
0.7971
0.6978
0.7716
0.7211
0.7284
0.7432
0.0403
0.2
1.5558
1.4245
1.5388
1.5259
1.3767
1.4843
0.079
0.3
2.2441
2.3115
2.3621
2.3421
2.3623
2.3244
0.0495
0.4
3.3829
3.4983
3.5820
3.5332
3.6699
3.5333
0.1059
0.5
4.0838
4.1123
4.4692
4.3374
4.5421
4.309
0.2063
0.6
5.5002
5.2801
5.6239
5.0766
5.6391
5.424
0.2416
0.7
6.8521
7.4236
7.3065
6.9691
7.8093
7.2721
0.3811
0.8
9.6948
9.9158
9.9413
10.1597
9.6612
9.8746
0.2033
0.9
13.4025
13.2066
12.3403
13.7107
14.2707
13.3862
0.7096
1
21.1527
16.9723
20.6078
18.0891
23.4263
20.0496
2.5614
Energía requerida para el corte de hojas de Agave tequilana Weber
A= 26.875P2 - 10.948P + 2.51420582
734
4)
Donde:A= área transversal de la hoja en centímetros cuadrados;
y P= posición de la sección a lo largo de la hoja en metros.
La función tiene un comportamiento polinomial de segundo
orden con una R2 de 0.975, al aumentar la posición de la hoja
el valor de área transversal incrementa. Empleando los valores
medios del área de la sección transversal de la hoja de agave
(Cuadro 2) y los valores medios de la energía de corte (Cuadro
1), ambos parámetros a las mismas posiciones en la hoja, se
evaluó el valor promedio de la energía unitaria, resultando un
valor de 2.50 J cm-2.
La relación área-energía se puede observar en la Figura 9,
donde se aprecia un comportamiento polinomial de orden 2
con una R2 de 0.9789; al aumentar el área en la posición de
la hoja el valor de energía incrementa. La ecuación que rige
el comportamiento de la energía media de corte en función
del área de la sección transversal se presenta a continuación.
E= -0.0903A2 + 3.4185A - 0.5566
5)
Donde: E= energía necesaria para el corte medida en Joules;
y A= área de la sección transversal respectiva en centímetros
cuadrados.
Energía media de corte (J)
35
30
25
20
15
Este valor puede compararse con los resultados obtenidos
por Majaja y Chancellor (1997), para el corte de hojas de sisal
a 7 cm de la base, de los cuales puede deducirse el valor de la
energía unitaria de corte de 0.59 J cm-2 empleando cuchilla de
hoja delgada y hasta 1.32 J cm-2 con herramientas cortantes
tipo cizalla, comúnmente utilizadas en la poda de árboles.
Es notable la similitud de los resultados, tomando en cuenta
que las propiedades de cada especie, la geometría de las
herramientas cortantes, así como las velocidades de corte
proporcionadas por los dispositivos de prueba empleados
influyen en los valores de energía de corte determinados.
Conclusiones
Se propuso y validó una metodología para determinar la
energía requerida para el troceado de las hojas de agave.
Existe una relación bien definida entre la posición de la
sección a lo largo de la hoja y la energía de corte que puede
ser explicada en términos de cambio del área de la sección
transversal de la hoja, es decir, a medida que la distancia
aumenta partiendo de la punta de la hoja hacia la unión de
ésta con la piña el área incrementa de acuerdo a un polinomio
de orden 2 y lo mismo se puede observar en las mediciones
hechas para la energía de corte. El valor de la energía unitaria
determinada muestra que requiere de 2.50 J para cortar
transversalmente un centímetro cuadrado de hoja de agave
usando la geometría de las cuchillas comúnmente usadas en
esta clase de maquinaria. Los valores obtenidos en el presente
trabajo pueden emplearse en el diseño de maquinaria para
la mecanización de la cosecha y procesamiento del Agave
tequilana Weber.
10
5
0
Agradecimientos
0
5
10
15
20
Área de la sección transversal (cm2)
25
Figura 9. Relación área de sección transversal energía media
de corte.
El crecimiento menor al lineal en la relación energía-área
puede deberse al decremento de la relación perímetro-área
de la sección de la hoja. Conforme aumenta la sección se va
reduciendo el contenido relativo de la piel, más dura para el
corte que el interior de la hoja. Calculando con los datos del
Cuadro 1 y 2 la energía unitaria del corte para la distancia de
1 m; es decir, para una sección a 8 cm de la base de la hoja,
resulta el valor de 1.56 J cm-2.
A los organismos de financiamiento: Consejo de Ciencia
y Tecnología (CONACYT) y al Consejo de Ciencia y
Tecnología del Estado de Guanajuato (CONCYTEG) por
la aportación de recursos para el desarrollo del proyecto
“Diseño y Construcción de una Cosechadora-Trituradora de
Agave”, (GTO-2009-02-118718) del cual emerge el presente
estudio y la formación de recursos humanos en licenciatura
y posgrado. A la División de Ciencias de la Vida (DICIVA)
y a la tequilera “Real de Pénjamo” por su valiosa aportación
de recursos humanos, materia prima (agave) y maquinaria
agrícola para la realización del presente trabajo.
735 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Literatura citada
Bautista, J. M.; García, O. L.; Barboza, C. J. E. y Parra, N. L.
A. 2001. El Agave tequilana Weber y la producción
de tequila. Acta Universitaria. 11(2):26-34 pp.
Davis, S. C.; Dohleman, F. G. and Long, S. P. 2001. The
global potential for Agave as a biofuel feedstock.
GCB Bioenergy. 3(1):68-78 pp.
González, P. G. 2008. Producción potencial de bioetanol a
partir de diferentes especies de agave en el estado de
Guanajuato. Tesis de licenciatura. Instituto de Ciencias
Agrícolas de la Universidad de Guanajuato. 62 p.
Háuad, M. L. A.; Rodríguez P. C.; Franco, M.; Castillo P.;
Vázquez A. R. y Rojas, M. A. 2010. Propiedades
terapéuticas de Agave tequilana Weber. Toctli Rev.
Intern. Cienc. Tecnol. Biomedica. 1-4 p.
Holtum, J. A. M.; Chambers, D.; Morgan, T. and Tan, D. K.
T. 2011. Agave as a biofuel feedstock in Australia.
GCB Bioenergy. 3(1):58-67.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2010. Distribución de localidades, según
su altitud sobre el nivel del mar. URL: http:// www.
inegi.gob.mx/.
Irtwange, S. V. and Igbeka, J. C. 2002. Some physical properties
of two african yam bean (Sphenostylis stenocarpa).
Accessions and their Interrelations with Moisture
Content. J. Appl. Eng. Agric. ASAE. 18(5):567-576.
Isik, E. 2007. Some physical and mechanical properties of
round red lentil grains. J. Appl. Eng. Agric. ASAE.
23(4):503-509.
Luther, R. W.; Suter D. A. and Brusewitz, G. H. 2004.
Physical properties of food materials. food and
process engineering technology. St. Joseph,
Michigan: ASAE. Am. Soc. Agric. Eng. 2:23-52.
Alberto Saldaña Robles et al.
Majaja, B. A. and Chancellor, W.J. 1997. The potential for
mechanical harvest of sisal. Am. Soc. Agric. Eng.
13(6):703-708.
Moreno, H. A.; Estrella, C. N.; Escobedo, G. S.; Bustamante,
G. A. y Gerritsen, P. W. 2011. Prácticas de manejo
agronómico para la sustentabilidad: características
y medición en Agave tequilana Weber en la
región. Tropical and Subtropical Agroecosystems.
14(1):159-169 pp.
Moritz, H. 1988. Geodetic reference system. 1980.
Geodesist handbook. Bulletin Geodesique.
62(3):128-172.
Núñez, H. M.; Rodríguez, L. F. and Khanna, M. 2011. Agave
for tequila and biofuels: an economic assessment
and potential opportunities. GCB Bioenergy.
3(1):43-57.
Owolarafe, O. K. and Shotonde, H. O. 2004. Some
physical properties of fresh okro fruit. J. Food Eng.
63(3):299-302.
Sierra, S. L. A. 2011. Estudio y diseño del mecanismo
desfibrador de una cosechadora- trituradora de
agave. Tesis de licenciatura. División de Ciencias
de la Vida de la Universidad de Guanajuato.
198 p.
Sierra, S. L. A.; Gutiérrez, V. C.; Saldaña, R. A. y
Serwatowski, H. R. 2010. Energía necesaria para el
corte de la piña de agave con cuchillas de diferente
borde cortante. In: Memorias del XIX Congreso
Nacional de Ingeniería Agrícola. Saltillo, Coahuila,
México.
Thulin, A. 1992. A “standardized” gravity formula. Bulletin
OIML- N° 127 1992- MIML.
Whitney, G. K.; Lioutas, S. T.; Henderson, W. L. and Combs,
L., Inventors. 2002. Production for tequila. United
States Patent US 2002/0119217 A1.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 736-742
Eficiencia en el uso de la energía en invernaderos mexicanos
Raquel Salazar Moreno1§, Pedro Cruz Meza1 y Abraham Rojano Aguilar1
Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco, km 38.5. Chapingo, Estado de México, C.P. 56230. México. [email protected]. §Autora para
correspondencia: [email protected], [email protected].
1
Resumen
Introducción
La producción bajo invernaderos es una de las ramas de la
agricultura que más energía consume, el costo por concepto
de consumo de energía en invernaderos varía entre 20-40%
del costo total dependiendo del tipo de producción. En
México existen diferentes niveles de tecnología distribuidos
a lo largo del país, que van desde producción a campo abierto
hasta invernaderos de alta tecnología con diversos sistemas
de control climático. La producción de alta tecnología
presenta rendimientos elevados con alta calidad con un
uso óptimo de la tecnología en un esquema amigable con el
ambiente. En este trabajo se presenta el análisis energético a
detalle en la producción de jitomate para dos invernaderos,
uno localizado en Baja California y el otro en Puebla, que
se utiliza para dos ciclos de producción durante el año. El
primer invernadero no requiere de un sistema de calefacción,
debido a que se utiliza para un ciclo de producción. En el
segundo invernadero, cuenta con un sistema de calefacción,
dado que se utiliza durante todo el año. La productividad
energética fue de 2.43 kg MJ-1 y 0.4 kg MJ-1 y el uso de
energía por m2 se estimó en 5.14 MJ m-2 y 1085 MJ m-2 para
el invernadero sin y con calefacción (Valle de Mexicali y
Puebla) respectivamente. Los resultados muestran que es
indispensable incrementar la eficiencia en el uso de la energía
en los sistemas de calefacción, utilizando otras opciones
existentes en el mercado, así como el evitar pérdidas de
calor durante la noche.
La energía tiene un papel fundamental en el desarrollo social
y económico, representa un sector estratégico en todos los
países; sin embargo, hay una falta de políticas de desarrollo
en energía rural enfocadas a la agricultura. Este sector tiene
un rol dual como usuario y como proveedor de energía. El
uso de energía para la producción agrícola puede ser aplicada
en diferentes formas, tales como mecánica (maquinas
agrícolas, fuerza humana y animal), fertilizantes y químicos
(pesticidas y herbicidas). La cantidad de energía utilizada
en la producción agrícola, distribución y procesamiento
debe de ser adecuada para alimentar la creciente población
y alcanzar otros objetivos sociales y económicos.
Palabras clave: calefacción, enfriamiento, enriquecimiento
de CO2, jitomate.
Uno de los sectores dentro de la agricultura que más energía
consumen son los invernaderos. La agricultura protegida en
México se ha incrementado de 3 214 ha en 2005 a 15 000
ha en 2010, de las cuales existen 8 682 invernaderos, 2 243
casas sombra y 2 929 túneles (micro y macro) (SIAP, 2010).
Los estados de Baja California, Sonora, Sinaloa y Jalisco
constituye 71% del total de agricultura controlada en México
(Nieves et al., 2011). 79% de los invernaderos en México se
encuentra bajo un sistema de producción entre media y alta
tecnología (AMHPAC, 2009). El rendimiento del jitomate
en invernaderos mexicanos va desde 160.55 t ha-1 para baja
tecnología hasta 600.21 t ha-1 para invernaderos de alta
tecnología (AMHPAC, 2009). Dado que no se puede expandir
el área cultivable, generalmente los productores utilizan más
energía para incrementar la producción total, debido a la falta de
conocimiento de tecnologías eficientes y a la dificultad en su uso.
Raquel Salazar Moreno et al.
737 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
De acuerdo a Djevic y Dimitrijevic (2009) el consumo
específico de energía muestra diversos valores para diferentes
construcciones de invernaderos. Los valores más bajos fueron
obtenidos para los invernaderos interconectados y los más altos
para el tipo túnel solitario. Los invernaderos interconectados
muestran la menor cantidad de energía utilizada por kilogramo
de producto comparada con otras estructuras. Los productores
agrícolas no están conscientes de la cantidad de energía,
utilizada en el proceso de producción, para tener una idea
al respecto en el Cuadro 1 se listan las entradas y salidas
de la producción agrícola y su energía asociada. La energía
indirecta incluye la energía en semillas, fertilizantes, herbicidas
(Treflan and Metribuzin), pesticidas (Diazinon y Metasystox),
fungicidas (Mancozeb y Metalaxyl), estiércol y maquinaria,
mientras que la energía directa incluye mano de obra, diesel,
gasolina, electricidad y agua para riego.
La energía no renovable incluye, diesel, gasolina,
electricidad, fertilizantes, herbicidas, pesticidas, fungicidas
y maquinaria y la energía renovable incluye mano de obra,
estiércol, semillas y agua de riego. El uso eficiente de
insumos ayuda a incrementar la producción y productividad,
y contribuye a la economía, redituabilidad y competencia
para la sostenibilidad agrícola de las comunidades rurales
(Rezvani et al., 2011).
El consumo de energía en invernaderos depende del punto
en el que se fija la temperatura interna. Una desviación de1
K puede causar un incremento en el consume de la energía
de alrededor de 10% (Hans, 1998).
El análisis de entradas y salidas de energía, así como la
estimación de algunos índices relacionados con el uso
eficiente de la energía, provee a los investigadores y
tomadores de decisiones con las oportunidades para evaluar
las iteraciones del uso de la energía sobre la economía de
la empresa agrícola. Dado que el jitomate es la hortaliza
principal en México, en el presente estudio se realiza el
análisis del consumo de energía en su producción bajo dos
tipos de invernadero.
Cuadro 1. Equivalentes de energía de insumos y productos en la producción agrícola.
Insumo (unidad)
Químicos (kg)
Pesticidas (kg)
Herbicidas(kg o L)
Fungicidas (kg)
Macroelementos (kg) (Mandal et al., 2002)
Mano de obra (h)
Maquinaria (h)
Estiércol (kg) (Mandal et al., 2002)
Fertilizante, Nitrógeno (kg)
Fosfato P2O5 (kg)
Oxido de Potasio (kg) K2O
Sulfuro (S) (kg)
Zinc (Zn) (kg)
Micronutrientes (kg)
Estiercol (t)
Semillas(kg)
Diesel (L)
Electricidad (kW h)
Agua para riego (m3)
Jitomate, pepino,
Chile morrón (kg)
Paja (kg)
Equivalentes de energía (MJ por unidad
de área) (Pahlavan et al., 2011; Ozkan et
al. 2011 (a y b)
101.2
120
2.3
64.8
0.3
66.14
12.44
11.15
120
303.1
1.0
56.31
3.6
0.63
Equivalentes de energía (MJ
por unidad de área (Rezvani
et al., 2011)
101.2
238.3
181.9
1,95
62.7
75.46
13.07
11.15
1.12
8.40
120
300
1.0
50.23
3.6
1.02
0.8
0.8
-
7.5
Eficiencia en el uso de la energía en invernaderos mexicanos
738
Metodología
Existen diferentes medidas del desempeño de la energía
en el proceso de producción dados por Shrestha (1998): 1)
eficiencia en el uso de la energía; 2) productividad energética;
3) energía específica; y 4). La productividad energética
es un índice que mide el uso eficiente de la energía; sin
embargo, alta productividad energética no significa que sea
económicamente viable.
salida de energía (MJ por unidad de área)
1)
Eficiencia en el uso de la energía=
entradas de energía (MJ por unidad de área)
Producción de jitomate(toneladas por unidad de área)
Productividad energética=
2)
entradas de energía (MJ por unidad de área
entradas de energía (MJ por unidad de área
Energía especifica= Producción de jitomate(toneladas por unidad de área)
3)
Un parámetro que puede ser utilizado para comparar el
consumo de energía para diferentes tipos de construcción
en invernaderos es la energía específica MJ m-2. De acuerdo
con Djevic y Dimitrijevic (2009), este parámetro
muestra diversos valores para diferentes tipos de
construcciones de invernadero. Comparado con las
estructuras de túnel solitario las estructuras de invernaderos
interconectados tienen los más bajos valores de energía
específica.
Se tiene poca información sobre la cantidad exacta de agua,
fertilizantes y otros insumos utilizados por los agricultores.
Se realizó una encuesta a un grupo de productores y el
promedio obtenido es el que se presenta en este estudio
en dos tipos de invernadero el primer tipo localizado en el
estado de Baja California y el otro localizado en el estado
de Puebla. Debido a la falta de datos, se utilizó la cantidad
de agua reportada por Nuño (2007) para diferentes sistemas
de goteo (Cuadro 2); así como, la mano de obra utilizada en
la producción bajo invernaderos obtenida por Pérez et al.
(2003) (Cuadro 3). El Cuadro 4 presenta los rendimientos
promedio de jitomate en invernaderos para el Valle de
Mexicali.
Cuadro 2. Volumen de agua utilizado en diferentes sistemas de riego.
Sistemas de riego
Riego por goteo invernadero tipo Venlo
Riego por goteo casa sombra en la zona costera
Riego por goteo invernadero tipo Parral España
Día
214
180
210
Agua total aplicada m3 ha-1
2 658
5 000
3 193
Fuente: Nuño (2007).
Cuadro 3. Mano de obra promedio por hectárea en la producción de jitomate bajo invernadero.
Fuente: (Pérez et al., 2003).
Concepto
Riego
Tratamiento
Plantación
Recolección
Cultivo en Lab
Mantenimiento y limpieza
TOTAL
Promedio
202
73
47
1 232
1 805
542
3 866
Cuadro 4. Rendimiento de jitomate en invernados en el Valle de Mexicali.
Método de siembra
Sustrato en bolsas de polietileno
Suelo directo en camas
Plantas cubiertas con arena
Plantación en arena
Tubería con peat most y polímeros
Fuente: Nuño (2007).
kg planta-1
4.17
3.6
3.29
8.35
2.4
kg m-2
12.53
14.4
9.87
15.62
7.32
kg ha-1
125 300
144 000
98 700
156 200
73 200
Raquel Salazar Moreno et al.
739 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
El Cuadro 5 presenta la mano de obra utilizada en diferentes
operaciones en un invernadero en el estado de Puebla.
Resultados
Basados en los equivalentes de energía de los insumos y
productos del Cuadro 1. Se calcularon los índices de energía
en la producción de jitomate en Baja California para 1 ha
(Cuadro 6) y para el caso del invernadero de Puebla (1 000
m2) (Cuadro 7).
La cantidad total de energía utilizada en la producción de
jitomate bajo invernadero de polietileno fue de 51 497.2 MJ
ha-1 (5.14 MJ m-2) en el Valle de Mexicali y 1 085 177.6 MJ
por 1 000 m2, en Puebla (1 085 MJ m2 en dos ciclos). Debido
que el invernadero en el Valle de Mexicali se utiliza para un
ciclo de producción, no es necesario el sistema de calefacción.
Sin embargo, el invernadero ubicado en Puebla si requiere de
calefacción, ya que se utiliza para dos ciclos de producción.
El sistema de calefacción consta de tres calentadores cada
uno con un rendimiento térmico de 250 000 BTU h-1, en total
750 000. BTU h-1. Éstos calentadores se utilizan sólo durante
tres meses, durante 10 h por día, lo cual da un total de 900 h.
Cuadro 5. Mano de obra utilizada en un invernadero de 1 000 m2 para la producción de jitomate.
Producción de jitomate
Siembra
Llenado bolsas
Transplante
Guía del cultivo
Cosecha
Total en un año
Jornal= 8 h
MO (h)
Equivalente (MJ por unidad de área)
Energía total utilizada (MJ)
2.3
7 746.4
6 jornales año
5 jornales año-1
20 jornales año-1
350 jornales año-1
40 jornales año-1
421 jornales año-1
3 368 h
-1
Cuadro 6. Insumos utilizados en la producción de jitomate bajo invernadero y sus equivalentes de energía en el Valle de
Mexicali (1 ha).
Insumos
Semillas (kg)
Fosforo (kg)
Nitrato de calcio (kg)
Sulfato de magnesio (kg)
Sulfato de potasio (kg)
Nitrato de magnesio (kg)
Triple 15 (kg)
Micronutrientes (kg)
Fosforo de aluminio (kg)
PrevicurN (L)
Leverage (L)
Agua para riego m3
Fuerza humana (h)
Total de insumos de energía
Producción de energía (kg)
Energía específica (MJ t-1)
Entradas de energía
(MJ kg-1)
Productividad energética (t MJ-1)
(kgMJ -1)
Uso eficiente de la energía
Cantidad por
Energía equivalente
Energía total
Porcentaje de energía
unidad de área (MJ por unidad de área) equivalente (MJ ha-1) total agregada (%)
3
50
249.49
97.74
118.44
50
55.25
13.58
2
1
1
2 658
3 866
125 300
-
1
12.44
66.14
120
11.15
66.14
101.2
120
12.44
101.2
101.2
0.63
2.3
0.8
-
3
622
1 6501.27
11 728.8
1 320.61
3 307
5 591.3
1 629.6
24.88
101.2
101.2
1 674.54
8 891.8
51 497.2
100 240
410.96
0.01
1.21
32.04
22.78
2.56
6.42
10.86
3.16
0.05
0.2
0.2
3.25
17.27
100
-
-
-
0.41
-
-
-
0.00243
2.43
1.946
-
Eficiencia en el uso de la energía en invernaderos mexicanos
740
Cuadro 7. Insumos utilizados en la producción de jitomate en Puebla (1 000 m2).
Insumos (%)
Semillas (kg)
Sustrato de germinación (bulto)
Potasio (kg)
Fosforo (kg)
Nitrato de calcio (kg)
Total micronutrientes
Total químicos (kg)
Fuerza humana (h)
Riego por goteo (m3)
Sistema de calefacción (calentador)
Total de energía proveniente de insumos
Energía de salida (kg)
Energía específica (MJ t-1)
Energía de entrada (MJ kg-1)
Productividad energética (t MJ-1)
o (kg MJ-1)
Eficiencia en el uso de la energía
Cantidad por
Energía
unidad de área equivalente (MJ
(1 000 m2)
unidad de área)
0.3
1
4
600
150
980
840
14
3 368
265.8
3
44 000
-
1
11.15
12.44
66.14
120
101.2
2.3
0.63
300 556.55
0.8
-
-
-
-
-
Equivalente a 675 mil BTU ó 712 162 MJ, y el total de insumos
de energía con el sistema de calefacción es 901 669.65
MJ. (901.6 MJ m-2). Por lo tanto, el sistema de calefacción
constituye 83.09% del total de energía utilizada de los
insumos. De ahí que la eficiencia en el uso de la energía es de
sólo 0.039 (sin el sistema de calefacción seria de 0.1857). El
uso de energía por kg para el invernadero en Baja California
y Puebla es de 0.41 MJ kg-1 y 24.6 MJ kg-1 respectivamente.
Los valores presentados en el Cuadro 7 son elevados
comparados con los valores reportados por Djevic y
Dimitrijevic (2009), 9.76 MJ m -2 para el invernadero
interconectado o multitunel y de 13.93 MJ m-2 para el
túnel. De acuerdo a los Cuadros 6 y 7 el nitrato de calcio
y algunos nutrientes en general son los segundos mayores
consumidores de energía en la producción de jitomate
bajo invernadero. La cantidad de energía proveniente de
las semillas y agua para riego son bajas comparadas con
otros insumos de la producción. El Cuadro 8 hace una
comparación del uso eficiente de la energía para diferentes
tipos de invernadero. El invernadero ubicado en Valle de
Mexicali tiene la mayor eficiencia en el uso de la energía,
comparado con algunos invernaderos en Irán y Turquía.
Total de energía
equivalente (MJ
1000 m-3)
0.3
4
6 690
1 866
64 817
100 800
1 416.8
7 746.4
167.45
901 669.65
1 085 177.6
35 200
24 663.12
24.6
0.00004
0.0406
0.032
Porcentaje del
total de energía
suministrada (%)
0
0
0.62
0.17
5.97
9.29
0.13
0.71
0.02
83.09
100
-
Cuadro 8. Eficiencia en el uso de la energía para varios tipos
de invernadero.
Lugares
Iran (Rezvani et al.,
2011)
Turquía (Ozkan et
al., 2004 b)
Tamaño del
Eficiencia en el
invernadero (ha) uso de la energía
1
0.18
4.5
1.26
Antalya Turquía
(Ozkan, 2011a)
0.36
0.2
Puebla, México con
calefacción
0.1
0.039
Valle de Mexicali,
México
1
1.94
Un invernadero típico en Europa tiene rendimientos tres
veces arriba de un invernadero del mismo tamaño en
Turquía. Esto se debe principalmente al uso más eficiente
de los insumos variedades productivas y mejor control
ambiental.
741 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Conclusiones
El propósito principal de este estudio, fue la estimación del
uso de energía en la producción de jitomate bajo invernadero
en México para dos casos particulares, con y sin sistema de
calefacción. El sistema de calefacción consume 83% del total
de energía que se introduce en el invernadero (invernadero
en Puebla). Por otro lado, el nitrato de calcio, sulfato de
magnesio y fuerza humana son los segundos consumidores
de energía.
La eficiencia en el uso de la energía fue de 1.94 y 0.32 para los
invernaderos de Mexicali y Puebla. Un coeficiente menor de
1 indica un uso ineficiente de la energía durante el proceso de
producción. El efecto del sistema de calefacción por metro
cuadrado es sorprendente si comparamos los dos tipos de
invernadero 5.14 MJ m-2 y 1 085 MJ m-2 y la productividad
en el uso de la energía de 2.43 kg MJ-1 y 0.4 kg MJ-1 (Valle
de Mexicali y Puebla).
El uso inconsciente de fertilizantes y herbicidas no sólo
incrementa el uso de energía sino además daña el ambiente,
la salud y genera problemas, que van más allá del área de
influencia de la producción agrícola. Estos resultados
muestran la necesidad de aplicar insumos más eficientes en
el uso de la energía en invernaderos mexicanos.
Sabemos que entre 70 y 80% de la energía consumida en
invernaderos corresponde a la calefacción. De ahí que es
importante poner atención en este sistema y en todas las
cosas asociadas a él, incluyendo el mantenimiento. De
acuerdo con Colby (2011) remplazando un calentador que
opera de 75-90% de eficiencia puede ahorrar una cantidad
considerable de energía. Asimismo, se deben de evitar
las pérdidas de energía en el invernadero especialmente
durante las noches.
Literatura citada
Asociación Mexicana de Horticultura Protegida
(AMPHAC). 2009. Estudio de oportunidades
externas para el desarrollo de la inteligencia
comercial del mercado de exportación de la
horticultura protegida. 208 p.
Raquel Salazar Moreno et al.
Colby, S. 2011. Saving energy in greenhouses. Grower Midwest
URL: http://countryfolks.com/ME2/Audiences/
dirmod.asp?sid=&nm=Features&type=Publishing
&mod=Publications%3A%3AArticle&mid=8F3A7
027421841978F18BE895F87F791&id=EBD9E27B
9DAF47B08337FB9A67AF5DDD&tier=4.
Djevic, M. y Dimitrijevic, A. 2009. Energy consumption
for different greenhouse constructions. Elsevier.
Energy. 34:1325–1331.
Hans, J. T. 1998. Energy saving potential of greenhouse
climate control. Mathematics and Computers in
Simulation. Elsevier. 48:93-101 pp.
Mandal, K. G.; Saha, K. P.; Ghosh, P. K. and Hati, K. M.
2002. Bioenergy and economic analysis of soybeanbased crop production systems in central India.
Bandyopadhyay KK. Biom. Bioenergy. 23(5):337-45.
Nieves, G. V.; Van der Valk, V. and Elings, A. 2011. Mexican
protected horticulture. Production and market
of Mexican protected horticulture described and
analysed Wageningen UR Greenhouse Horticulture.
Landbouw Economisch Instituut. The Hague.
Ministre of Economic Affairs. Rapport GTB.1 126 p.
Nuño, M. R. 2007. Manual de producción de tomate rojo
bajo condiciones de invernadero para el Valle de
Mexicali, Baja California. Fundación Produce.
Usuarios del modulo 21:34 p
Ozkan, B.; Akcaoz, H. and Fert, C. 2004a. Energy inputoutput analysis in Turkish agriculture. Renewable
Energy. 29:39-51.
Ozkan, B.; Kurklu, A. and Akcaoz, H. 2004 b. An input-output
energy analysis in greenhouse vegetable production:
a case study for Antalya region of Turkey. Science
Direct, Elsevier. Biom. Bioenergy. 26(1):189-195.
Ozkan, B.; Ceylan, R. F. and Kizilay, H. 2011a. Comparison
of energy inputs in glasshouse double crop (fall and
summer crops) tomato production. Science Direct.
Elsevier. Renewable Energy. 36:1639-1644.
Ozkan, B.; Ceylan, R. F. and Kizilay, H. 2011 b. Energy
inputs and crop yield relationships in greenhouse
winter crop tomato production. Science Direct.
Elsevier. Renewable Energy. 36:3217-3221.
Pérez, M. J. C.; Valenciano, J. P. y Escudero, M. M. C. 2003.
Costos de producción y utilización de la mano de
obra en tomate: un estudio empírico para el cultivo
bajo plástico en Almería. URL:http://www.asepelt.
org/ficheros/File/Anales/2003%20-%20Almeria/
asepeltPDF/227.
Eficiencia en el uso de la energía en invernaderos mexicanos
Pahlavan, R.; Omid, M. and Akram, A. 2011. Energy use
efficiency in greenhouse tomato production in Iran.
Elsevier. Sci. Direct. Energy. 36:6714-6719.
Rezvani, M. P; Feizi, H. and Mondani, F. 2011. Evaluation
of tomato production systems in terms of energy use
efficiency and economical analysis in Iran. ISSN:
2067-3205. Not Sci. Biol. 3(4):58-65.
742
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA). Servicio
de Información Agroalimentaria y Pesquera
(SIAP). 2011. Shrestha, D. S. 1998. Energy
use efficiency indicator for agriculture. URL:
http://www.usask.ca/agriculture/caedac/PDF/
mcrae.Pdf.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 743-746
Predicción de la transmitancia de un invernadero con techo removible
Adrián Flores Ortega1§, Gerardo Martínez Soto1 y J. Concepción Quiroz Ramírez1
División de Ciencias de la Vida- Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad de Guanajuato. Carretera Irapuato-Silao km 9, C. P. 36500, Ex Hacienda El Copal.
Irapuato, Guanajuato. ([email protected]), ([email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
En el presente trabajo se desarrolló un procedimiento para
predecir teóricamente y verificar experimentalmente la
transmitancia de un invernadero con techo removible,
localizado en Irapuato, Guanajuato. Se consideraron los
factores más importantes tales como: posición geográfica
(latitud), posición del sol en el cielo, geometría del techo,
orientación del invernadero, características radiométricas
del material de la cubierta y las condiciones meteorológicas
locales. Las diferencias entre los resultados teóricos y los
experimentales varían entre 4% y 10.8%, entre la zona más
despejada y la más sombreada, respectivamente, en el interior
del invernadero. Los valores teóricos son 10.84% menores
a las especificaciones comerciales de la transmisividad
del material de la cubierta. Esta información puede ser de
utilidad para tomar decisiones durante la selección de un
invernadero, el tipo de cultivo que se va instalar y el manejo
para el control del microclima.
Palabras clave: control, microclima, pronóstico.
Introducción
Los invernaderos son construcciones agrícolas con cubierta
transparente, cuyo objetivo es atrapar la energía solar y crear
artificialmente las condiciones ambientales que requieren
las plantas. El desempeño de un invernadero en cuanto a
la formación del microclima interior, depende de muchos
factores, tales como el diseño (forma), las propiedades
ópticas y térmicas del material de la cubierta, la orientación
respecto a los ejes cardinales, las condiciones climáticas
locales, así como el tipo y desarrollo del cultivo. Un
invernadero modifica el clima mediante la regulación de
la entrada de la energía solar y el intercambio de aire con el
exterior (Baile, 2003).
Cuando el invernadero es de baja tecnología, no cuenta
con calefacción, entonces la fuente de energía es la que
proviene del sol y la capacidad de captación de esa energía,
es indicada por la transmitancia (t), la cual es definida como
la fracción de energía solar incidente que logra penetrar a
través de la cubierta (Boulard et al., 2000; Castilla, 2001;
Baille, 2003).
τ=
Energía solar en el interior
Energía solar en el exterior
1)
Este parámetro depende de las propiedades ópticas del
material de cubierta, del ángulo de incidencia de la radiación
solar sobre la superficie y de otros factores difíciles de
controlar, tales como acumulación de polvo, envejecimiento,
condensación de vapor de agua, etc. (Castilla, 2001).
Para un tipo de material dado, el ángulo de incidencia
es determinante para que la energía solar pase a través
de la cubierta. En la Figura 1 se muestra el porcentaje de
transmisividad en dos tipos de material de cubierta en
función del ángulo de incidencia.
La dirección de la radiación solar sobre una superficie
plana inclinada un ángulo respecto a la horizontal (Figura
1), está dada por la siguiente relación (University of
Oregon, 2003):
744 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
tiene una ventana de 2 m de ancho, protegida con malla
antiáfidos de 1610 hilos cm-2. La altura máxima es de 6
m y cubre una superficie de suelo de 300 m2. El cultivo
establecido fue jitomate.
^n
α
Porcentaje de transmisividad (%)
100
Sol
80
60
40
20
0
Adrián Flores Ortega et al.
PE-Térmico
Tricapa
0
20
40
60
80
Ángulo de incidencia (grados)
100
Figura 1. Ángulo de incidencia (a) y transmisividad.
Cosα= Senθ Senλ Cosσ - Senθ Cosλ Senσ Cosφ + Cosθ Cosλ
Cosσ Cosω + Cosθ Senλ Senσ Cosω Cosφ +Cosθ Senφ Senσ
Senω
2)
Donde: θ= declinación solar; λ= latitud del lugar; σ= ángulo
de inclinación de la superficie con respecto a la horizontal;
ω= ángulo horario; φ= ángulo de dirección. Para cuando
la superficie está inclinada hacia el este (φ= -90°) o hacia
el Oeste (φ= 90°), la relación se simplifica de la siguiente
manera:
Cosα= Senθ Senλ Cosσ - Cosθ Cosλ Cosσ Cosω ± Cosθ
Senσ Senω
3)
El objetivo del presente trabajo es utilizar estos modelos
matemáticos para predecir la capacidad de captación de
energía solar en un invernadero, considerando factores
fundamentales tales como la latitud del lugar, la geometría
del techo, la orientación respecto a los ejes cardinales y
las propiedades radiométricas del material de cubierta.
Posteriormente, comparar los valores teóricos con
los resultados de mediciones directas de la radiación
solar, tanto en el interior como en el exterior del
invernadero.
Material y métodos
La evaluación de la transmitancia, se llevó a cabo en un
invernadero con techo removible, localizado en el campo
experimental de la División de Ciencias de la Vida de la
Universidad de Guanajuato, ubicado en el Copal, municipio
de Irapuato, Guanajuato (Figura 2).
El techo es semicircular con orientación norte-sur, cubierto
con polietileno térmico calibre 800 con transmisividad de
83%. La particularidad del invernadero es que en el techo
Figura 2. Vista exterior e interior del invernadero.
Para la validación experimental de los valores previstos,
se utilizó la información climatológica de la estación
meteorológica El Copal de la Fundación Guanajuato
Produce A. C., que publica la información de temperatura
y humedad del aire, la radiación solar global, la velocidad
y dirección del viento y se localiza a unos 300 m del
invernadero. Adicionalmente se utilizó una estación
meteorológica Vantage Pro2 Plus de la marca Davis, que
fue instalada en el interior del invernadero para medir
la radiación solar global, la temperatura y humedad del
aire. Adicionalmente se utilizó un medidor de luz PAR
de la marca Extech modelo 401020, con el que se midió
la radiación PAR, tanto en el interior como en el exterior
del invernadero.
Las mediciones de la radiación solar global y la radiación
PAR, se efectuaron durante los meses de abril y mayo,
considerándose las horas soleadas durante tres días
consecutivos y los registros de los datos se realizaron cada
15 min para después considerar sólo el promedio durante
una hora. La transmitancia del invernadero se determinó
dividiendo la radiación solar global en el interior entre la
radiación solar global en el exterior para el mismo tiempo,
según la definición (Ecuación 1).
Para simplificar la incidencia de la radiación solar en el
modelo teórico, la curva semicircular del techo se seccionó
en segmentos de líneas rectas continuas de un metro de
ancho, para generar superficies planas como se muestra en
la Figura 2. Se midió el ángulo de inclinación (s) de cada
superficie plana con respecto a un plano horizontal, para que
con la Ecuación 3 se pudiera calcular el ángulo de incidencia
de la radiación solar.
Predicción de la transmitancia de un invernadero con techo removible
Como se puede observar, la radiación en el exterior es mayor
que en el interior, debido a las limitaciones que ofrecen
la cubierta, el ángulo de incidencia con que actúan los
rayos solares sobre su superficie y la propia estructura del
invernadero (Wang, 2000).
σ
Figura 3. Ajuste del contorno curvo a secciones planas.
Una vez conocido el ángulo de incidencia de la radiación
solar global, sobre cada una de las superficies planas en
que se seccionó el techo, la atenuación de la radiación se
calculó interpolando sobre la gráfica de la Figura 1, para
posteriormente obtener un valor promedio durante una hora.
Radiación globa (W/m2)
600
400
200
08:00
10:00
12:00
Hora
14:00
16:00
18:00
Figura 4. Radiación global en la parte central de una nave.
Radiación globa (W/m2)
1000
800
Exterior
Interior
600
400
200
0
06:00
08:00
0.60
0.50
0.40
0.30
0.20
0.10
08:00
Teórico
Experimental
10:00
12:00
Hora
14:00
16:00
18:00
Figura 6. Transmitancia del invernadero con plantas pequeñas
(1 m).
Para estas condiciones la transmitancia teórica es de 0.76 con
desviación estándar de 0.03; mientras que la transmitancia
experimental es de 0.78 con desviación estándar de
0.04. Ambos valores son menores a las especificaciones
comerciales del material (Enoch, 1986).
Exterior
Interior
800
0
06:00
0.80
Transmitancia
La disponibilidad de energía solar en el interior del
invernadero es diferente para cada zona, así en la Figura 4 se
muestra el comportamiento de la radiación global exterior
e interior en la parte media de una nave del invernadero;
mientras que en la Figura 5, muestra el comportamiento
de la radiación solar en el centro del invernadero, debajo
de una canaleta.
1000
En la Figura 6 se presenta la transmitancia teórica y
experimental del invernadero para las condiciones cuando la
planta tiene poca altura (1 m), los valores son muy parecidos,
inclusive la transmitancia experimental es ligeramente
superior a la transmitancia teórica, en parte puede deberse
a que la radiación reflejada por el suelo es considerable.
0.70
Resultados y discusión
1200
745
10:00
12:00
Hora
14:00
16:00
18:00
Figura 5. Radiación global debajo de la canaleta.
En la Figura 7 se muestra la transmitancia para cuando
la planta tiene 2 m de altura, se observó que los valores
teóricos fueron más grandes que los valores experimentales,
lo cual es más razonable porque en realidad la geometría
del invernadero se deforma debido al envejecimiento del
polietileno y a la acumulación de polvo en la superficie. Un
detalle que se observó es que en la parte media del techo,
donde solo había malla antiáfidos, visiblemente penetraba
más luz; sin embargo las mediciones de radiación global son
menores que en el polietileno térmico. Esto coincide con
sus respectivas especificaciones técnicas, mientras que el
polietileno provoca un sombreo de 17%, la malla antiáfidos
lo hace en 25%.
En estas condiciones la transmitancia teórica es de 0.74 con
desviación estándar de 0.04, mientras que la transmitancia
experimental es de 0.71 con desviación estándar de 0.06.
746 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
En términos generales, para este tipo de invernadero y en
esta situación geográfica, se puede considerar que el valor
de la transmitancia estimado con el modelo, es 4% mayor
que el valor experimental o que es 10.8% menor del valor
especificado por el fabricante del material de la cubierta.
0.8
0.7
0.6
Transmitancia
Adrián Flores Ortega et al.
0.5
0.4
Conclusiones
0.3
0.2
0.1
08:00
Teórico
Experimental
10:00
12:00
Hora
14:00
16:00
18:00
Figura 7. Transmitancia del invernadero con plantas de 2 m
de altura.
En la Figura 8 se muestra el comportamiento de la transmitancia
justo debajo de la canaleta, es de esperarse que la disponibilidad
de radiación solar sea menor, debido a la obstrucción de la
estructura, sobre todo alrededor del medio día, el sombreo
llega a ser de 50%, el cual el modelo teórico no lo contempló.
En estas condiciones, la transmitancia promedio teórica fue de
0.74, con una desviación estándar de 0.04 y la transmitancia
experimental de 0.66 con desviación estándar de 0.06.
Es de mucha utilidad analizar los factores que intervienen en
los fenómenos físicos, ya que permite entenderlos y ver su
contribución. Pero es más importante relacionarlos mediante
modelos matemáticos sencillos, que permitan cuantificar
los fenómenos y regularlos de acuerdo a las necesidades
específicas. Esto disminuye el tiempo y el costo de análisis
comparado con los métodos experimentales.
Para el caso específico de la transmitancia de un invernadero,
este parámetro puede ayudar a tomar decisiones para la
selección de un invernadero, el tipo de cultivo que se va
instalar y el manejo para la formación del microclima.
Literatura citada
0.8
Transmitancia
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
08:00
Teórico
Experimental
10:00
12:00
Hora
14:00
16:00
18:00
Figura 8. Transmitancia debajo de la canaleta del invernadero.
Para la misma localización geográfica y las mismas
condiciones constructivas del invernadero, la transmitancia
tiende a cambiar a lo largo del año. Se esperaría que los
valores más grandes se registraran alrededor del medio
día; sin embargo, no fue así, lo cual nos indica que para
implementar alguna estrategia de sombreo, es necesario
analizar los efectos que se obtendrán. En la mayoría de los
casos la transmitancia teórica es mayor al valor experimental,
ya que éste último está afectado por factores difíciles de
cuantificar, tales como acumulación de polvo, deformación
de la cubierta y detalles constructivos, aspectos que el
modelo teórico no los considera.
Baile, A. 2003. Overveiw of greenhouse climate control
in the mediterranean region. Cahiers Options
Mediterranéennes. 31:59-73.
Boulard, T. and Wang, S. 2000. Greenhouse crop transpiration
model from external climate conditions. Acta Hort.
534:235-244.
Castilla, N. 2001. La radiación solar en invernadero en la
costa mediterránea española. In: incorporación de
tecnología al invernadero mediterráneo. López, J. C.;
Lorenzo, P.; Castilla, N.; Pérez-Parra, J.; Montero,
J.; Baeza, E.; Antón, A.; Fernández, M. D.; Baille, A.
y González-Real, M. (Eds). ISBN: 84-95531-07-0.
Editorial CAJAMAR. Almería, España. 35-49.
Castilla, N. 2005. Invernaderos de plástico: tecnología y
manejo. Editorial Mundi-Prensa. España. 37-146 pp.
Enoch, H. Z. 1986. Climate and protected cultivation. Acta
Hort. 176:11-2.
University of Oregon. 2003. Solar radiation basics. Solar
radiation monitoring. URL: (http://solardat.
uoregon.edu/SolarRadiationBasics.htlm).
Wang, S. and Boulard, T. 2000. Measurement and
prediction of solar radiation distribution in full-scale
greenhouse tunnels. Agronomie. 20:41-50.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 747-756
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo
para simular fotosíntesis en jitomate bajo invernadero
José Manuel Vargas Sállago1§, Irineo Lorenzo López Cruz2 y Enrique Rico García3
Campo Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera México-Lechería km 18.5. Chapingo, México. C. P. 56230. Tel: (595) 95 466 72. 2Posgrado en Ingeniería
Agrícola y Uso Integral del Agua. Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco, km 38.5. Chapingo, México. C. P. 56230. Tel: (595) 95 215 51. ilopez@
correo.chapingo.mx. 3División de Estudios de Posgrado. Facultad de Ingeniería. Universidad Autónoma de Querétaro. Querétaro, Queretáro. México. C. P. 76010. Tel:
(442)192-12-00. Ext. 6005. [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
Se utilizaron Redes Neuronales Artificiales (ANN, Artificial
Neural Networks) para simular la tasa de fotosíntesis de
plantas de jitomate, empleando como variables de entrada:
temperatura, humedad relativa, déficit de presión de vapor
y concentración de dióxido de carbono (CO2) del aire, así
como radiación fotosintéticamente activa. El experimento
se desarrolló en un invernadero experimental, con control
climático totalmente convencional, de la Universidad
Autónoma de Querétaro, México. Se empleó un cultivo
con índice de área foliar mayor a 2 para llevar a cabo las
mediciones. Para registrar el intercambio de dióxido de
carbono (CO2) de las hojas de las plantas, así como las
variables meteorológicas, se usó el monitor de fotosíntesis
(PTM-48M, Daletown Company, Ltd), con sistema
automático de cuatro canales de tipo abierto, así como un
sensor de radiación fotosintéticamente activa (Watch Dog
Model 450).Para eliminar ruidos de los sensores en las
mediciones se aplicó el filtro Savitzky-Golay. Se evaluaron
diferentes configuraciones para redes de retropropagación,
siendo la de 4 capas con 10 neuronas en la primera capa
oculta, 15 en la segunda y 10 más en la tercera, la que generó
los mejores índices estadísticos sobre datos de prueba:
coeficiente de determinación, R2= 0.9756 y cuadrado medio
del error, CME= 0.8532.
El mejoramiento de muchos sistemas de control ambiental
dentro del invernadero, independientemente de si son
construcciones simples cubiertas con plástico hasta
modernas instalaciones de vidrio con muy alta tecnología,
requiere identificar la influencia de factores climáticos en
la fisiología y desarrollo de las plantas cultivadas, puesto
que la respuesta de la planta es la parte del proceso más
importante en los sistemas de producción (Tantau, 1992;
Roh et al., 2007; Heuvelink et al., 2008).
Palabras clave: Solanum lycopersicum, fitomonitor,
modelos de caja negra.
Dentro de los aspectos fisiológicos más relevantes que
deben ser considerados en un sistema de producción en
invernadero, se encuentra el entendimiento del proceso de
fotosíntesis y los elementos que influyen en ella positiva o
negativamente (Evans et al., 2000). La tasa de fotosíntesis
es condicionada principalmente por la intensidad de luz,
concentración de CO2 y por la temperatura (Van Ooteghem,
2007), aunque otras variables climáticas tienen bastante
influencia en este proceso.
La mayoría de las acciones de control climático afectan
más variables de las que debieran y por lo tanto pueden
alterar las resistencias internas y externas de la hoja al
intercambio gaseoso (Wilkinson, 2000). Por ejemplo,
la sola manipulación de la humedad relativa dentro
de un invernadero, no es por sí misma un sustituto del
manejo que se debe hacer para modificar la tasa de
748 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
José Manuel Vargas Sállago et al.
transferencia del follaje, sin embargo; juega un papel muy
importante durante el intercambio de vapor de agua y CO 2
(Stanghellini, 1988).
necesario reajustar los valores de estos parámetros, haciendo
a los modelos poco confiables para su uso (Nederhoff y
Vegter, 1994).
El monitoreo en tiempo real y continuo de la respuesta
fisiológica de la planta a los cambios del ambiente,
proporciona información muy importante para controlar el
microclima del invernadero de forma precisa; así mismo, el
uso de esta tecnología es muy acertado como una herramienta
para hacer investigación (Ton et al., 2001). Sin embargo;
adaptar una tecnología de fitomonitoreo a sistemas de
producción convencional bajo invernadero resulta casi
imposible por los elevados costos de los equipos (Roh et
al., 2007).
Debido al anterior inconveniente, en los últimos años, los
modelos llamados de caja negra han sido exitosamente
usados en el área agrícola, por ejemplo; para modelar la
temperatura del aire al interior del invernadero se han
empleado los modelos auto-regresivos (ARX) con variables
externas (López et al., 2007), así como las redes neuronales
artificiales (Ferreira, 2002; Frausto, 2004; Tantau et al.,
2008; Salazar et al., 2008). Otros modelos de caja negra
bastante exitosos en la predicción de la temperatura y
humedad al interior del invernadero son los modelos neurodifusos (López y Larragoiti, 2010).
Afortunadamente, la modelación de procesos fisiológicos
como la fotosíntesis, es una herramienta que permite conocer
el comportamiento de los cultivos bajo ciertas condiciones
ambientales de forma muy económica, sólo es necesario
contar con modelos que lleven a cabo la predicción de
manera precisa del comportamiento del proceso (Marcelis
et al., 2009).
Los modelos matemáticos son herramientas muy poderosas
para probar hipótesis, sintetizar conocimiento y entender
complejos sistemas, así como comparar diferentes
escenarios; además, han sido empleados en sistemas de
apoyo a toma de decisiones, control de clima y fertirriego,
así como para la predicción y planeación de la producción
(Heuvelink et al., 2008; Marcelis et al., 2009).
Hasta la fecha se han reportado tanto modelos empíricos
simples como modelos teóricos complejos para la
fotosíntesis foliar (Pachepsky y Acock, 1996). Esta variedad
de técnicas se debe a que muchos modelos fueron creados
para resolver diferentes problemas, desde la necesidad
de proveer de un sub-modelo de fotosíntesis a un modelo
general de productividad de cultivos (Gijzen, 1990); hasta
la necesidad de modelos especializados para investigar la
naturaleza de uno o más componentes en el proceso de la
fotosíntesis (Pachepsky y Acock, 1996).
Por ejemplo; los modelos mecanicistas de fotosíntesis
requieren un gran número de parámetros como entradas
y éstos deben ser determinados básicamente por medio
de mediciones directas que son costosas, destructivas y
consumen demasiado tiempo (Anten, 1997). No obstante;
la exhaustiva determinación de los parámetros de los
modelos, para su uso en otros ámbitos, muchas veces es
Salazar et al. (2010), encontraron que con el uso de modelos
de redes neuronales es posible hacer predicciones precisas
(hasta con 5 y 10 min de anticipación) tanto de la temperatura
dentro del invernadero, como de la fotosíntesis foliar de
plantas de jitomate.
En esta investigación se simuló la tasa de fotosíntesis foliar
de plantas de jitomate (Solanum lycopersicum), mediante
redes neuronales artificiales, tomando como variables de
entrada las condiciones climáticas al interior del invernadero:
radiación fotosintéticamente activa, temperatura, humedad
relativa, concentración de CO2 y déficit de presión de vapor,
sin emplear la variable respuesta, tasa de fotosíntesis,
como parte de las variables de entrada del modelo. El
comportamiento de las redes neuronales artificiales se
contrastó con los valores de intercambio de dióxido de
carbono, medidos en plantas de jitomate usando un sistema
de fitomonitoreo. Usando el mejor modelo de red neuronal
se generaron superficies en tres dimensiones para explicar de
forma más sencilla el efecto de la interacción entre variables
climáticas y su efecto en la tasa de fotosíntesis.
Materiales y métodos
El cultivo se estableció en un invernadero del Campus
Experimental de la Universidad Autónoma de Querétaro
(20° 42’ latitud norte), tipo capilla con ventilación natural por
medio de cortinas laterales en los cuatro lados, con cubierta
de polietileno. Las dimensiones de éste son: 24 m largo ∗
9 m de ancho y 6 m de altura al caballete, con orientación
Norte- Sur en el sentido de las canaletas.
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo para simular fotosíntesis en jitomate bajo invernadero
El experimento consistió en medir el intercambio de dióxido
de carbono (CO2) de las hojas de plantas de jitomate bien
desarrolladas, cultivadas en el invernadero usando el equipo
de fitomonitoreo PTM-48M (Daletown Company Ltd),
automático de cuatro cámaras, con sistema de tipo abierto.
Las variables registradas por el Fitomonitor PTM-48M
fueron: concentración de CO2 de referencia (ppm), CO2 de
la cámara durante la medición (ppm), flujo de aire al sistema
de medición (lpm), fotosíntesis (µmolCO2m-2s-1), humedad
absoluta del aire (gm-3), temperatura (T, °C) y humedad
relativa (HR, %) del aire, presión atmosférica (mbar) y
déficit de presión de vapor (VPD, vapor pressure deficit,
kPa), todas a nivel de hoja.
Los sensores se colocaron a media profundidad del dosel,
así como en la parte superior del mismo, en hojas con ancho
mayor a 5cm, excluyendo hojas viejas. Se instaló también
un sensor de radiación fotosintéticamente activa (PAR,
photosynthetically active radiation, Watch Dog Model
450 (Spectrum Technologies Inc.); este sensor reporta las
mediciones cada 5 min en unidades cuánticas, (µmol Fotones
m-2s-1). Las mediciones se realizaron del 3 de noviembre
(30 días después del trasplante) al 27 de diciembre de 2009.
Con las matrices de información, creadas a partir de las
señales de los sensores muestreadas cada 10 min, se procedió
a llevar a cabo un filtrado de datos, con la finalidad de
eliminar los ruidos de los sensores. El primer filtro aplicado
a las matrices de datos fue el propuesto por Savitzky y Golay
(1964), por medio de Matlab (The Mathworks INC, 19842009). Los coeficientes del filtro quedaron de la siguiente
forma: para las variables fotosíntesis y radiación se empleó
una función de segundo orden y 25 datos de tendencia de
curva; para las variables temperatura, humedad relativa,
concentración de CO2 y déficit de presión de vapor, se
empleo el mismo orden y 7 mediciones adelante y atrás del
valor estimado.
Se eliminaron también los datos del fitomonitor en
que el intercambio de CO2 presenta valores negativos,
correspondiendo éstos al proceso fisiológico de la
respiración durante las horas sin radiación; así mismo, se
convirtieron a ceros los registros en que la radiación durante
la noche es diferente de ese valor, debido a la alta precisión
de los sensores, que captan factores externos. Finalmente, se
eliminaron las colas de las curvas de radiación y fotosíntesis
que seguían una tendencia negativa debido a la aplicación
del filtro Savitzky G. pues, ninguna de estas variables puede
tener valores por debajo de cero.
749
Para la creación de las redes neuronales se realizó una
división de la matriz de información, a lo largo de los 4 820
puntos de mediciones, de forma aleatoria, quedando los
siguientes subconjuntos: 50% de datos para entrenamiento,
25% para validación y 25% restante para prueba.
Las redes neuronales artificiales (Artificial Neural Network,
ANN, por sus siglas en inglés) son modelos de caja-negra,
una forma de inteligencia artificial que “aprende” al procesar
datos en patrones a través de su arquitectura interna y tienen
la capacidad de modelar relaciones altamente no lineales
entre variables. Una red multicapa de perceptrones es la
arquitectura más usada en una ANN; típicamente, tiene tres
capas, consistentes en una capa de entrada, una capa oculta
y una capa de salida. Cada capa está formada por nodos
individuales y éstos se encuentran interconectados a través
de las capas por funciones de transferencia no lineales,
expresadas en términos de nodos de variables de entrada y
conexiones por medio de pesos (Hagan et al., 1996).
Cada capa tiene una matriz de pesos W, un vector de sesgos b,
así como un vector de salidas a. En la Figura 1 se muestra una
red neuronal de 3 capas, que tiene R1 entradas, S1 neuronas
en la primer capa, S2 neuronas en la segunda capa, etc. Es
común que se tenga diferente número de neuronas para
diferentes capas. Se puede notar que las salidas de cada capa
intermedia, son la entrada de la siguiente capa. Por lo tanto,
la capa 2 puede ser analizada como una red de una capa con
S1 entradas, S2 neuronas, y S2 x S1 matriz de pesos W2. La
entrada de la capa 2 es a1; la salida es a2.
Entradas
Capa 1
Capa 2
Capa 3
Figura 1. Esquema de una red neuronal multicapa.
Las capas de una red multicapa juegan diferentes roles. La
capa que produce las salidas de la red se llama capa de salida
(output layer). El resto de ellas son nombradas capas ocultas
(hidden layers). La red mostrada en la Figura 1 tiene una red
de salida (capa 3) y dos capas ocultas (capa 1 y 2).
750 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
José Manuel Vargas Sállago et al.
Las salidas para las capas 1, 2 y 3 pueden describirse de la
siguiente forma:
∂e2(k) ∂[t(k) - a(k)] ∂[t(k) - Wp(k) + b)]
=
=
∂w1, j
∂w1, j
∂w1, j
a1= f 1(IW 1,1 p + b1)
1)
O bien,
a1= f 2(LW 2,1 a1 + b2)
2)
a1= f 3(LW 3,2 a2 + b3)
∂e(k) ∂
R
∂w1, j =∂w1, j [t(k) - (∑i=1w1, ipi(k) + b)]
3)
Por lo tanto, la salida de la capa 3, es la salida de interés de la
Red Neuronal y puede ser descrita con la siguiente ecuación:
a = f (LW f (LW f (IW
3
3
3,2 2
2,1 1
1,1
p + b ) + b ) + b )= y
1
2
3
4)
Una red multicapa puede ser un aproximador universal. Por
ejemplo, una red de dos capas, donde la primera capa es
sigmoidal y la segunda capa es lineal, puede ser entrenada
para ajustar cualquier función de una manera bastante
adecuada (Hagan et al., 1996; Demuth et al., 2009).
Las redes de retropropagación (Backpropagation) son
una generalización de la regla de aprendizaje WidrowHoff para redes multicapa y funciones de transferencia no
lineales diferenciables. Se usan vectores de entrada y los
correspondientes vectores objetivos para entrenar la red
hasta que ésta pueda aproximar una función o asociar un
vector específico de entrada a un vector específico de salida.
Widrow y Hoff tuvieron la idea de estimar el cuadrado
medio del error F(x) usando los cuadrados de los errores en
cada iteración.
F(x)= (t(k) - a(k)2= e2(k)
5)
Después de cada iteración se calcula el gradiente:
∇F(x)= ∇e2(k)
6)
Los primeros R elementos de ∇e2(k) son derivados con
respecto de los pesos de la red, mientras que los R + 1
elementos, son derivados con respecto de los sesgos (Hagan
et al., 1996). Entonces, se tiene:
[∇e2(k)] j=
∂e2(k)
∂e(k)
=2e(k)
para j= 1,2,..., R
∂w1, j
∂w1, j
[∇e2(k)]R+1=
∂e2(k)
∂e(k)
=2e(k)
∂b
∂b
Ahora, la derivada parcial con respecto del error:
7)
8)
9)
10)
Donde:pi(k) es el ith elemento del vector de entradas a la kth
iteración. Esto se puede simplificar como:
∂e(k)
∂w1, j = - pj(k)
11)
∂e(k)
∂b = -1
12)
Finalmente, cambiando la matriz de pesos y sesgos queda:
2αe(k)p(k)
13)
2αe(k)
14)
Estas dos ecuaciones forman la base del algoritmo de
aprendizaje Widrow-Hoff (LMS). Los resultados se pueden
extender al caso de capas múltiples, y escribirse en forma
de matriz como:
W(k + 1)= W(k) + 2αe(k)pT(k)
15)
b(k + 1)= b(k) + 2αe(k)
16)
Aquí, el error e, así como el sesgo b son vectores y α es la
tasa de aprendizaje. Si α es grande, el aprendizaje ocurre
rápidamente, pero si es demasiado grande, pueden surgir
inestabilidades y los errores se pueden incrementar.
Una red estándar de retropropagación emplea el algoritmo
del gradiente descendente, tal como la regla de aprendizaje
Widrow-Hoff, en la cual, los pesos de la red se mueven a
través de la parte negativa del gradiente de la función de
desempeño. El término, retropropagación, se refiere a la
forma en que el gradiente es calculado para redes multicapa
no lineales.
Durante la investigación se evaluaron diferentes
configuraciones de ANN para predecir la tasa de fotosíntesis
en función de 5 variables climáticas de entrada, medidas
al interior del invernadero. La diferencia entre las
configuraciones de la ANN probadas, radica en su estructura,
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo para simular fotosíntesis en jitomate bajo invernadero
número de capas que las integran y, número de neuronas en
cada capa, así como el origen de los datos de entrenamiento,
directos de los sensores o filtrados.
Se empleó el ambiente de programación Matlab (Neural
Network Toolbox), para la generación, prueba y
validación de las redes. Todas las redes diseñadas fueron
de retropropagación, usando el algoritmo de LevenbergMarquardt para su entrenamiento; función de aprendizaje
por gradiente descendente con momento; como función
de desempeño el cuadrado medio del error; una función de
transferencia hiperbólica tangente sigmoidal para las capas
ocultas y función de transferencia lineal para la capa de
salida. Lo anterior se debe a que, si en la capa de salida se
emplean neuronas sigmoidales, la salida de la red se limita a
un rango muy pequeño; por el contrario, al usar una neurona
lineal, la salida puede tomar cualquier valor (Ljung, 2008).
Para entender, de manera general, el comportamiento de
la fotosíntesis (de las plantas de jitomate del experimento)
como respuesta a diferentes condiciones de las variables
que definen el microclima al interior del invernadero, se
generaron superficies en 3 dimensiones de las funciones de
respuesta que describen las rutas que toma la fotosíntesis
como consecuencia de esta interacción. Cada función
se generó usando dos variables climáticas a la vez como
entradas (con datos filtrados por medio del método Savitzky
Golay) y tomando en todos los casos como variable
respuesta, la tasa de fotosíntesis proveniente de la simulación
751
de la mejor red neuronal artificial. Las superficies se crearon
para las siguientes combinaciones en contra de la tasa de
fotosíntesis: 1) temperatura-concentración de Co2; y 2)
radiación-déficit de presión de vapor.
Resultados y discusión
Las mejores redes se presentan en los Cuadros 1 y 2. Se
toman como redes válidas aquellas con el mejor ajuste de
sus predicciones sobre el conjunto de datos de prueba, pero
evitando sobreestimación; es decir, se consideran aceptables
aquellas en las que el grado de ajuste tanto en prueba como
en validación es menor que en entrenamiento (estimación).
Para los datos sin filtrar (Cuadro 1), el mejor desempeño
sobre el conjunto de datos lo tiene la red neuronal con 3
capas y 15 neuronas en ambas capas ocultas. Como puede
observarse, se logró un ajuste de 97.248% con un cuadrado
medio del error igual a 1.9802. En el caso de los datos
filtrados (Cuadro 2), el mejor desempeño lo tiene la red
neuronal con 4 capas, 10 neuronas en la primera capa oculta,
15 en la segunda y 10 más en la tercera. El ajuste llega a
98.821% con un cuadrado medio del error de 0.9908. Puede
notarse que a partir del número de neuronas indicado para
cada capa, un incremento en el número de éstas, provoca
que el desempeño de la red comience a decrecer, tomando
en cuenta el cuadrado medio del error.
Cuadro 1. Estadísticos de las mejores configuraciones de red para los datos no filtrados.
Capas
2
3
4
(*) Número de neuronas en las capas ocultas.
Desempeño según arquitectura de la red
5
96.08
2.8634
5,5
96.412
2.522
5,10
96.363
2.7722
5,15
97.034
2.2567
10,10,10
96.876
2.6573
15,10,10
97.349
2.1972
10
96.37
2.6591
10,5
97.147
2.0925
10,10
97.052
2.3559
10,15
96.867
2.1152
10,15,10
97.08
2.4661
15,15,10
97.188
2.4374
15
96.75
2.3283
15,5
97.103
2.4382
15,10
97.182
2.1714
15,15
97.248
1.9802
15,10,15
97.491
2.4434
15,15,15
97.576
2.6369
*
R2
CME
*
R2
CME
*
R2
CME
*
R2
CME
*
R2
CME
*
R2
CME
José Manuel Vargas Sállago et al.
752 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 2. Estadísticos de las mejores configuraciones de red para los datos filtrados por medio del método Savitzky Golay.
Capas
2
3
4
Desempeño según arquitectura de la red
5
97.35
1.8387
10
97.672
1.5937
15
97.816
1.5065
5,5
97.638
1.6749
5,10
98.016
1.6603
5,15
98.019
1.4319
10,10,10
10,5
97.813
1.7101
10,10
98.241
1.3203
10,15
98.276
1.3082
10,15,10
15,5
98.147
1.4984
15,10
98.369
1.2688
15,15
98.697
1.1821
15,10,15
*
R2
CME
*
R2
CME
*
R2
CME
*
98.522
0.99778
15,10,10
98.692
1.1807
98.821
0.99088
15,15,10
98.584
1.2792
98.879
1.0115
15,15,15
98.89
1.1678
R2
CME
*
R2
CME
(*) Número de neuronas en las capas ocultas.
Al comparar las mejores redes neuronales generadas (Cuadro
3), tanto para datos de entrada sin filtrar (red -1) como para
los datos filtrados por Savitzky Golay (Red-2), se observa
que, a pesar de que la Red-1 es más simple en estructura, su
grado de ajuste es sólo 1.573% menor que la red generada con
*
R2
CME
datos filtrados, sin embargo; al tomar en cuenta el cuadrado
medio del error, resulta que la Red-2 tiene sólo 50.03% del
error generado por la red de datos directos de los sensores.
Por lo tanto; la red neuronal más eficiente es la generada con
datos filtrados, a pesar de ser más compleja en arquitectura.
Cuadro 3. Comparación entre las mejores redes neuronales para cada tipo de datos de entrada.
Estructura de la red
Número de
capas
Neuronas en
capas ocultas
R2
Sin filtrar
3
15-15
97.248
1.9802
Filtrados
4
10-15-10
98.821
0.9908
Origen de los datos
Simulación de la tasa de fotosíntesis con la mejor red
neuronal
Una vez elegida la mejor red neuronal se emplea para realizar
la simulación de todos los datos, tanto de las variables
climáticas al interior del invernadero, como del equipo de
fitomonitoreo, y se recalcula el grado de ajuste (R2), así como
Estadísticos
CME
el cuadrado medio del error (CME). Esto se hace porque el R2
y CME reportados por el Neural Network Toolbox Graphical
User Interface de MATLAB, (Figura 2) es el promedio de
esos estadísticos para tres subconjuntos que provienen de
100% de datos: entrenamiento (50%), validación (25%) y
prueba (25%). Los datos de cada subconjunto se eligen de
forma aleatoria a lo largo de la matriz de información.
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo para simular fotosíntesis en jitomate bajo invernadero
5
0
20
10
5
0
10
15
Target
Test: R=0.98437
0
20
5
10
15
Target
All: R=0.98821
20
Data
Fit
Y= T
15
10
0
5
10
Target
15
20
5
Mediciones vs simulación
Regresión R2= 0.9756
Intervalos de confianza al 95%
16
14
12
10
8
6
4
2
0
0
2
4
6
8
10
12
14
Mediciones [mcmolCO2/m2*s]
16
18
20
Figura 4. Regresión lineal entre fotosíntesis medida y simulada
con la ANN para todo el conjunto de mediciones.
0
0
5
10
Target
15
20
Figura 2. Ajuste de la mejor red neuronal para los subconjuntos:
entrenamiento, validación y prueba. En el cuarto
cuadrante (derecha, inferior) se encuentra el
promedio de estos.
En la Figura 3 se muestra la simulación de la red neuronal,
para seis días del periodo de experimentación, donde es clara
la alta capacidad de las redes neuronales artificiales para
predecir procesos altamente no lineales, como la fotosíntesis
foliar de plantas de jitomate.
18
16
Fotosíntesis [mcmolCO2/m2*s]
20
18
-2
10
5
0
15
5
Data
Fit
Y= T
15
Data
Fit
Y= T
Simulación de la ANN [mcmolCO2/m2*s]
10
0
Output~=0.97*Target + 0.11
Output~=0.98*Target + 0.031
Data
Fit
Y= T
15
Matlab (Curve Fitting Toolbox). Los estadísticos de la
regresión lineal aplicada (Figura 4) entre datos medidos y
simulados son los siguientes: R2= 0.9756, CME= 0.8532 y
RCME= 0.9237.
Validation: R=0.98494
20
Output~=0.97*Target + 0.055
Output~=0.97*Target + 0.046
Training: R=0.99059
753
Fotosíntesis simulada
Fotosíntesis media
14
Con la regresión lineal se logra 97.56% de ajuste entre los
valores de fotosíntesis simulada con la red neuronal y la
fotosíntesis medida. Así mismo, se puede observar claramente
como la mayor parte de la nube de datos está dentro de los límites
de confianza al 95% para la ecuación de ajuste, lo cual se debe
a que la raíz del cuadrado medio del error (RCME) es pequeño,
0.9237. Al realizar las pruebas estadísticas a la red neuronal de
4 capas y 10-15-10 neuronas en las capas ocultas, para los datos
de entrada filtrados por el Método Savitzky Golay, se observa
el excelente desempeño de ésta para todo el conjunto de datos.
El valor del ajuste en la regresión mostrada en la Figura 4, es
sólo 1.261% menor al reportado por el Neural Network Toolbox
Graphical User Interface de MATLAB (Cuadro 3).
El Cuadrado Medio del Error entre la tasa de fotosíntesis
simulada por la ANN para todas las mediciones resultó ser
menor (0.8532) que el valor generado como promedio de
los subconjuntos de datos para entrenar la red (0.9908). Por
lo tanto, se encontró una red válida que no sobreestima el
ajuste para todo el conjunto de datos, además de conservar las
tendencias estadísticas resultantes después de ser entrenada.
12
10
8
6
4
2
0
900
1000
1100
1200
1300 1400
Mediciones
1500
1600
1700
Figura 3. Simulación de la ANN para los datos de seis días.
Para evaluar el comportamiento general de la red neuronal
elegida (a lo largo de los 4820 puntos de mediciones), se
empleó la herramienta de ajuste de curvas, disponible en
Salazar et al. (2010) aplicaron una red neuronal para predecir
la tasa de fotosíntesis en hojas de jitomate, en la que, además
de las variables climáticas, se emplea como variable de
entrada el vector de valores de fotosíntesis, encontrado que
el desempeño de ésta se encuentra entre 97.49% y 98.77%
para predicciones 5 y 10 min adelante, respectivamente.
José Manuel Vargas Sállago et al.
754 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
En la presente investigación se logra un coeficiente de
correlación de 97.56% sin emplear los datos de fotosíntesis
como variable de entrada.
observar la superficie, se puede notar que la concentración
del gas dentro del invernadero de estudio no es lo
suficientemente alto para alcanzar el máximo de la función
(máxima fotosíntesis), que requiere cerca de 450 ppm.
Fotosíntesis en función de su relación con la temperatura
y la concentración de CO2
Fotosíntesis en función de su relación con la radiación y
el déficit de presión de vapor
En la Figura 5 se observa, que la tasa de fotosíntesis más alta
se obtiene cuando los rangos de temperatura se encuentran
entre 25 °C a 30 °C. El máximo de la curva de ajuste para
temperatura está situado en 27 °C.
De la Figura 6 es clara la importancia de la radiación
fotosintéticamente activa en el incremento de la tasa de
fotosíntesis, puesto que a medida que la primera aumenta,
la segunda lo hace también. La tasa máxima de fotosíntesis
registrada (de acuerdo a la función) se alcanza aproximadamente
con una radiación PAR de 230 W m-2. Sin embargo, el máximo
de la función se encuentra más allá de 250 W m-2.
Por su parte, para los datos de entrada a la red neuronal,
niveles de 380 ppm en la concentración del CO2 generan
las mayores tasas de fotosíntesis registradas. No obstante, al
20
650
20
15
550
15
CO2 (ppm)
Fotosíntesis [mcmolCO2/m2*s]
600
10
5
0
500
10
450
Fotosíntesis
2
5 [mcmolCO2/m *s]
400
-5
650
6
00 5
50
500
450
400
CO2 (ppm)
350
300
5
10
15
20
25
30
350
0
300
Temperatura (°C)
5
10
15
20
25
-5
30
Temperatura (°C)
Figura 5. Fotosíntesis en función de las variables temperatura y concentración de CO2. Izquierda, superficie de la función
polinomial de orden 3-2, con ajuste del 91.95% para los datos.
20
15
10
2
5
0
-5
-10
-15
15
2.5
VPD [kPa]
Fotosíntesis [mcmolCO2/m2*s]
20
3
3
2.5
10
1.5
5
1
0.5
2
1.5
VPD [kPa]
1
0.5
0
0
50
100
150
PAR [W/m2]
200
0
0
0
Fotosíntesis
[mcmolCO2/m2*s]
50
100
150
PAR [W/m2]
200
-5
Figura 6. Fotosíntesis en función de las variables PAR y VPD. Izquierda, superficie de la función polinomial de orden 3-3, con
ajuste de 97.67% para los datos.
Redes neuronales artificiales aplicadas a mediciones de fitomonitoreo para simular fotosíntesis en jitomate bajo invernadero
Por su parte, cuando el déficit de presión de vapor está por
arriba de 2.5 kPa, la trayectoria de la fotosíntesis no se dirige
hacia el máximo de la función, por el contrario, comienza
a decrecer aún para los mismos niveles de radiación PAR.
Por lo tanto es importante mantener el VPD por debajo de
2.5 kPa cuando se presentan elevados niveles de radiación,
para asegurar la apertura estomática y con ello, el ingreso
del CO2 al interior de las hojas.
Conclusiones
Las redes neuronales artificiales describen con un grado de
ajuste muy alto, R2= 97.56%, la relación entre la fotosíntesis
de un cultivo de jitomate en invernadero y las variables
climáticas: radiación, temperatura, humedad relativa,
déficit de presión de vapor y concentración de CO2. La
mejor configuración de red neuronal, para simular la tasa de
fotosíntesis foliar de plantas de jitomate tuvo un arquitectura
de 4 capas con 10-15-10 neuronas en las capas ocultas.
A partir de las superficies de respuesta generadas con los
valores de tasa de fotosíntesis foliar, predichos por la mejor red
neuronal artificial, es posible tener una mejor comprensión
de la interacción entre las condiciones climáticas dentro de
los invernaderos y la tasa de fotosíntesis foliar del cultivo
del jitomate. Es decir, con base en las funciones con que se
generaron las superficies, se pueden ver las rutas que deben
seguir las variables climáticas, de tal forma de que el control
ambiental de los invernaderos siempre esté enfocado hacia
el máximo de la función, es decir, a la obtención de la tasa
máxima de fotosíntesis dependiendo de las condiciones
climáticas prevalecientes.
Literatura citada
Anten, N. P. R. 1997. Modelling canopy photosynthesis
using parameters determined from simple nondestructive measurements. Ecol. Res. 12:77-88.
Demuth, H.; Beale, M. and Hagan, M. 2009. Neural Network
ToolboxTM 6. User’s Guide. The MathWorks, Inc.
Natick, MA.120 p.
Evans, J. R. and Loreto, F. 2000. Acquisition and diffusion
of CO2 in higher plant leaves. Phothosyntesis,
Physiology and Metabolism. Kluwer Academic
Publishers. The Netherlands. 321-351 pp.
755
Ferreira, P. M.; Faria, E. A. and Ruano, A. E. 2002. Neural
network models in greenhouse air temperature
prediction. Neurocomputing. 43:51-75.
Frausto, H. U. and Pieters, J. G. 2004. Modelling greenhouse
temperature using system identification by means
of neural networks. Neurocomputing. 56:423-428.
Gijzen, H.; Vegter, J. G. and Nederhoff, E. M. 1990.
Simulation of greenhouse crop photosynthesis:
validation with cucumber, sweet pepper and tomato.
Acta Hort. 268: 71-80.
Heuvelink, E.; Bakker, M.; Marcelis, L. F. M. and Raaphorst,
M. 2008. Climate and yield in a closed greenhouse.
Acta Hort. 801:1083-1092.
Hagan M. T.; Demuth, H. E. and Beale, M. 1996. Neural network
design. PWS publishing Company. USA. 734 p.
Ljung, L. 2008. Perspectives on system identification. 17th
IFAC World Congress in Seoul, Korea. 13 p.
López, C. I. L.; Rojano, A. A.; Ojeda, B. W. y Salazar, M. R.
2007. Modelos ARX para predecir la temperatura
del aire de un invernadero: una metodología.
Agrociencia. 41: 181-192.
López, C. I. L. y Hernández, L. L. 2010. Modelos
Neurodifusos para temperatura y humedad del aire
en invernaderos tipo cenital y capilla en el centro
de México. Agrociencia. 44: 791-805.
Marcelis, L. F. M.; Elings,A.; de Visser, P. H. B. and Heuvelink,
E. 2009. Simulating growth and development of
tomato crop. Acta Hort. 821:101-110.
Nederhoff, E. M. and Vegter, J. G. 1994. Canopy
photosynthesis of tomato, cucumber and sweet
pepper in greenhouses: measurements compared
to models. Ann. Bot. 73:421-427.
Pachepsky, L. B. and Acock, B. 1996. An adequate model
of photosynthesis- II. Dependence of parameters on
environmental factors. Agric. Systems. 50:227-238.
Roh, M. Y.; Nam, Y. I.; Cho, M. W.; Yu, I. H.; Choi, G. L. and
Kim, T. Y. 2007. Environmental control in greenhouse
based on phytomonitoring - leaf temperature as a
factor controlling greenhouse environments. Acta
Hort. 761:71-76.
Salazar, M. R.; López, C. I. L. and Rojano, A. A. 2008. A neural
network model to control greenhouse environment.
Sixth Mexican International Conference on
Artificial Intelligence. Special Session. 311-318 pp.
Salazar, M. R.; Schmidt, U.; Huber, C.; Rojano, A. A. and
López, C. I. L. 2010. Neural networks models for
temperature and CO2 control. Intern. J.Agric. Res. 1-10.
Savitzky, A. and Golay, M. J. E. 1964. Smoothing and
differentiation of data by simplified least squares
procedures. Analytical Chem. 36:1627-1639.
756 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Stanghellini, C. 1988. Microclimate and greenhose crops.
Acta Hort. 229:405-410.
Tantau, H. J. 1992. Estimation of the relative opening of
the leaf stomata using energy balances. Acta Hort.
304:167-172.
Tantau, H. J.; Patil, S. L. and Salokhe, V. M. 2008. Modelling
of tropical greenhouse temperature by auto
regressive and neural network models. Bios. Eng.
99:423-431.
José Manuel Vargas Sállago et al.
Ton, Y.; Nilov, N. and Kopyt, M., 2001. Phytomonitoring:
the new information technology for improving crop
production. Acta Hort. 562:257-262.
Van Ooteghem, R. 2007. Optimal Control Design for a Solar
Greenhouse. Ph. D. Thesis Wageningen University.
The Netherlands. 42 p.
Wilkinson, R. E. 2000. Plant-environment interactions, 2nd
edition. Marcel Dekker, Inc. The University of Georgia,
Griffin, Georgia. United States of America. 466 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 757-766
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de
riegos de jitomate (Solanum lycopersicum L.) en invernadero
Antonio Martínez-Ruiz1, Irineo L. López-Cruz1, Agustín Ruiz-García1 y Armando Ramírez-Arias1
Postgrado en Ingeniería Agrícola y Uso Integral del Agua. Universidad Autónoma Chapingo, Carretera México-Texcoco, km. 38.5. Chapingo, Texcoco Estado de México.
C. P. ([email protected]; [email protected]; [email protected]). Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
El cultivo de jitomate es una de las cinco hortalizas más
cultivadas en México por lo que es importante estudiar su
tasa de transpiración considerando las variables climáticas
más influyentes en el proceso. Esto puede llevarse a
cabo mediante modelos matemáticos, los cuales una vez
calibrados y evaluados pueden llegar a ser de gran utilidad
en el control automático de la aplicación del agua de riego.
En el presente trabajo se calibró el modelo de transpiración
propuesto por Baille, a partir de la simplificación del modelo
de Penman-Monteith, para su aplicación en la gestión de
riegos. Se estudió la transpiración de un cultivo de jitomate
(Solanum lycopersicon L.) cultivada en hidroponía. El
experimento se estableció en un invernadero tipo sierra con
ventilación cenital, localizado en el campo experimental
de la Universidad Autónoma Chapingo, (19o 29’ latitud
norte, 98o 53’ longitud oeste, 2 240 msnm). Las variables
meteorológicas temperatura, humedad relativa y radiación
global fueron medidas dentro del invernadero promediadas
y almacenadas cada 15 minutos en un datalogger marca
Campbell Scientific. La transpiración se cuantificó de
manera indirecta con la ayuda de una balanza electrónica
marca Sartorius modelo QA y las mediciones se almacenaron
en una PC cada minuto. El índice de área foliar se determinó
mediante un método no destructivo en dos periodos.
Usando datos de 4 días se estimaron los coeficientes del
término radiativo (A= 0.372) y del término aerodinámico
del modelo (B= 30.44). Se evaluó el comportamiento del
modelo con los coeficientes estimados usando 8 días de datos
restantes, obteniéndose un ajuste de los datos con r2= 0.96 y
SCME= 7.84. El modelo calibrado puede utilizarse de
manera confiable para la gestión riegos para el cultivo de
jitomate en invernaderos.
Palabras claves: automatización, estimación de parámetros,
hidroponía.
Introducción
La producción en invernaderos es una industria en
crecimiento, especialmente en climas templados, de gran
importancia para la población como una fuente de ingresos
y alimentos frescos y limpios. Los invernaderos crean
condiciones climáticas óptimas para el crecimiento de los
cultivos y los protege de las enfermedades y plagas. Al
mismo tiempo la producción en invernadero incrementa la
eficiencia del uso del agua y posibilita tener una producción
integrada y protegida (Von Zabeltitz, 2011).
En el desarrollo de cultivos, el microclima y sus variaciones
influyen en los procesos de intercambio de gases y relaciones
hídricas. Esta variaciones no se pueden controlar en campo,
pero si es factible hacerlo en cultivos dentro de invernaderos.
Uno de los problemas que frecuentemente se presenta en la
producción en invernaderos, es el desconocimiento preciso
del consumo de agua por el cultivo y esto conlleva a no tener
un buen manejo del riego.
758 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Debido a la problemática de la escases del recurso hídrico,
que tiene preocupado a casi todos los agricultores del
mundo, es necesario buscar métodos que nos permita
ser eficientes en el uso del agua, además de que poco
se ha trabajado en medir la cantidad de agua usada por
los cultivos en la agricultura protegida. Medir la tasa de
transpiración de un cultivo es de suma importancia ya que
de este conocimiento se puede tener un mejor manejo de la
aplicación del riego dentro de los invernaderos. El uso de
la tecnología, en la producción agrícola, ha tomado auge,
debido principalmente a la gran necesidad de agua y a su
baja disponibilidad de ella. El mayor uso del recurso agua
es en el sector agrícola y en tiempos recientes, se tienen
problemas de rentabilidad, requiriéndose una atención
prioritaria en la programación de riego.
El cultivo de jitomate es una de las cinco hortalizas más
cultivadas en México por lo que es importante obtener
modelos que permitan estimar la tasa de transpiración de
éste, considerando las variables climáticas que más afectan
este proceso. Estos mismos modelos pueden llegar a ser de
gran utilidad en el control automático de la aplicación del
agua de riego. Para cultivos en invernaderos, el enfoque
más usado, hasta ahora, para predecir la evapotranspiración
se basa en modelos de regresión lineal múltiple entre la
evapotranspiración y la radiación global y el déficit de
presión de vapor (Bass y Rijssel, 2006).
Desde el punto de vista práctico el modelo matemático
propuesto por Baille et al. (1994) predice la tasa de
transpiración del cultivo a corto plazo, utilizando como
variables de entrada la radiación incidente sobre el dosel
Rg (W m-2) y el déficit de presión de vapor D (kPa), los
cuales en invernaderos equipados para el control climático,
se registran continuamente y el valor de índice de área
foliar puede estimarse a partir de correlaciones en las que
intervienen las dimensiones de la planta, como su altura o
bien en función de los días después de la siembra.
Una vez calibrado este modelo puede ser de gran ayuda
en la programación de los riegos. Por lo anterior, en el
presente trabajo se planteó estudiar el comportamiento
del modelo de Baille en la transpiración de un cultivo de
jitomate (Lycopersicon esculentum Mill.) en invernadero,
llevar a cabo su calibración y evaluarlo bajo condiciones
de clima templado en el centro de México con la finalidad
de usar la estimación de la transpiración del cultivo en la
gestión de riego.
Antonio Martínez-Ruiz et al.
Materiales y métodos
Descripción del invernadero y cultivo
El experimento se estableció en un invernadero tipo sierra con
ventilación cenital, localizada en el campo experimental de la
Universidad Autónoma Chapingo, con ubicación geográfica
19o 29’ latitud norte y 98o 53’ longitud oeste, y 2 240 msnm.
El invernadero tiene una orientación N-S y está cubierto
de una capa de plástico calibre 700 tratado contra los rayos
ultravioleta, está constituido por 3 naves cuyas dimensiones
son de 8.5 ∗ 76 m con un área total de 1938 m2. Cuenta con
3 ventanas cenitales, 2 ventanas laterales y 2 frontales. Las
ventanas laterales miden 2 ∗ 76 m, las ventanas frontales 2 ∗
25.5 m y las ventanas cenitales 1.6 ∗ 76 m, todas las ventanas
están cubiertas con mallas antiáfidos de 25 ∗ 40 hilos in-2
para evitar la entrada de insectos. La apertura y cierre de
ventanas se realiza en forma semi-automática. El invernadero
cuenta con un sistema de riego por goteo con goteros auto
compensados con adaptadores de cuatro salidas, cada salida
con su respectivo tubín y estaca que son colocados en cada
maceta. Además, cuenta con un temporizador para aplicación
de riegos e inyección de fertilizantes.
La variedad de jitomate cultivada fue ‘Rafaello’ de
crecimiento indeterminado, la siembra se realizó el 07 de
abril de 2011 y el trasplante el 07 de mayo. El manejo del
cultivo se desarrolló de acuerdo a las recomendaciones para
un cultivo comercial para la zona de estudio. Las plantas
fueron cultivadas en un sistema hidropónico, en bolsas
de polietilieno de 30 40 cm usando como sustrato una
combinación de tezontle y fibra de coco con una relación
(30% / 70% respectivamente).
Medición de variables meteorológicas
Se instaló una estación meteorológica en el interior
del invernadero marca Campbell Scientific (Campbell
Scientific, INC. USA). La temperatura y la humedad relativa
se midieron con un sensor HMP50, colocado dentro de un
tubo de PVC para evitar el contacto directo con la radiación
solar, en un extremo del tubo se colocó un ventilador para
evacuar el aire que pudiera quedar atrapado dentro del
mismo. El sensor trabaja con un rango de medida de -40 a 60
o
C para la temperatura. Para el caso de la humedad relativa
tiene un rango de medida es de 0-98%, con precisión de ±3
para rangos de (0-90%), y ±5 para lecturas de (90-98%).
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de riegos de jitomate (Solanum lycopersicum L.) en invernadero
El método para determinar la transpiración E (kg m-2 min-1)
consistió en usar una balanza electrónica de acuerdo a la
metodología propuesta en la literatura (Sánchez et al.,
2008; Medrano, 1999). La balanza se instaló al centro del
invernadero sobre una de las líneas del cultivo. El dispositivo
consta de una balanza electrónica marca Sartorius modelo
QA. Con capacidad de 150 kg y una precisión de ±2 g.
Las plantas a muestrear se colocaron sobre una estructura
diseñada para tal efecto de tal forma que estas se mantuvieran
aisladas del tutoraje de las demás y así disminuir los posibles
errores que se pudieran presentar.
Las bolsas del sustrato se cubrieron con un plástico
blanco para evitar la evaporación y de esta manera
cuantificar únicamente el agua perdida correspondiente
a la transpiración. La estructura está compuesta por dos
bandejas de acero galvanizado, una de ellas es sobre las que
se colocaron las macetas y es por donde fluyen los lixiviados
y estos al mismo tiempo caen a una segunda bandeja (situada
debajo de la primera) y es donde se almacenan los lixiviados
por cerca de 3 días, hasta que sean desfogados desde una
llave de paso situada en la parte inferior de esta bandeja.
El almacenamiento de los datos de transpiración se tomó
durante 12 días (08-julio-2011 al 19-julio-2011).
Medición del área foliar
Esta variable se midió cada 15 días aproximadamente,
haciéndose dos mediciones antes y después del bloque de
datos usados en este experimento. El área foliar se estimó
mediante un método no destructivo, para no destruir las
plantas colocadas en la balanza. Para ello fue necesario el
uso de un integrador de área foliar LI-COR modelo LI-3100,
midiéndose las dimensiones del largo y el ancho, y el área
foliar de cuatro plantas tomadas al azar en el invernadero,
y con estas medidas se busco mediante una ecuación de
El área foliar de las plantas de jitomate se determinó en
dos ocasiones, la primera medida se llevó a cabo antes de
la toma de datos climáticos y transpiración (07 de Julio de
2011), y la segunda medición se hizo después, y con estos
dos conjuntos datos se realizó una interpolación usando el
ambiente de programación Matlab para obtener el área foliar
cada 15 min de todo el bloque de datos obtenidos.
Cálculo de las tasas de transpiración
Se parte de la hipótesis de que la pérdida de masa que registra
la balanza entre dos tiempos es igual a la transpiración de las
plantas colocadas sobre la estructura y para los casos donde
se tenían un evento de riego se realizó su correspondiente
filtrado de los datos, para estos casos se consideró el promedio
de las diez medidas inmediatamente anteriores durante el
tiempo que duró el riego. La masa medida en forma continua
de la balanza se registró en un programa de adquisición de
datos donde se fijó el intervalo de tiempo entre dos registros
de pesada sucesivos, la tasa de transpiración expresada por m2
de superficie [kg m2 min-1] se calculó a partir de los valores
obtenidos de la balanza de la siguiente manera.
1  P (t ) − P (t + ∆t ) 
E E=
= 1 Ps s(t) - Ps (ts + ∆t) 
SS
∆∆tt 

1  P (t ) − P (t + ∆t ) 
s
 s

∆t 
S

Medición de la tasa de transpiración
regresión lineal el mejor modelo que correlacionara las
dimensiones de las hojas con el área foliar, y el mejor
modelo obtenido se utilizó para determinar el área foliar de
las plantas de la unidad experimental, midiéndose de estas
plantas el largo y el ancho de cada hoja, el mejor modelo al
cual se le ajustaron los datos fue del tipo potencial con un
R2 de 0.8406 y un RMSE de 69.67 y fue para la dimensión
de ancho de hoja.
E=
La radiación solar se midió con piranómetro modelo
CMP3-L de Kipp & Zone, el cual mide la radiación solar
con alta precisión esta equipado con una termopila negrecida
protegida por una cúpula. La termopila negrecida provee una
respuesta espectral plana a espectro completo de radiación.
Esto permite el uso de CMP3-L bajo el follaje del cultivo,
con lámparas, cuando está nublado y para la medición de
la radiación reflejada. Todas las variables meteorológicas
se monitorearon durante 12 días consecutivos que
comprendieron entre 08 al 19 de julio de 2011.
759
1)
Donde: ∆t= intervalo de tiempo (s); Ps (t+dt) y Ps (t)
representan las masas (kg) registradas entre dos intervalos
sucesivos de tiempo y S es la superficie equivalente de
invernadero (m2) correspondiente a las plantas situadas sobre
la balanza, que será la relación entre el número de plantas
(n)= 8 plantas, situadas sobre la balanza y su densidad de
siembra Ds= 2.6.
Modelación de la tasa de transpiración
Existen dos enfoques generales para estimar la
evapotranspiración indirectamente a partir ya sea de
modelos empíricos o modelos teóricos usando datos
meteorológicos. El enfoque empírico usa análisis de
760 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
regresión para identificar correlaciones entre parámetros
de entrada y tasa de transpiración. Las deficiencias de este
enfoque es que las fórmulas empíricas desarrollados para
una región específica durante un periodo especifico puede
no ser preciso para condiciones distintas (Prenger et al.,
2002). Estos modelos describen la relación entre variables,
pero ofrecen poca o nula explicación de la relación causa
efecto de los procesos del fenómeno. Por el contrario; un
modelo mecanicista o basado en procesos, es aquel que se
construye del conocimiento de procesos físicos, químicos
o biológicos que gobiernan el fenómeno bajo estudio. Estos
modelos también son conocidos como modelos explicativos
ya que estos representan la relación causa y efecto de las
variables. (Teh, 2006).
En el presente trabajo se usó el modelo propuesto por
Baille et al. (1994), el cual está basado en la ecuación para
transpiración de Penman-Monteith (Goudriaan y van Laar,
1994; Monteith y Unsworth, 2008). Esta ecuación cuando se
aplica a cultivos en invernadero Medrano (2005), Baille et
al., (1994); Sánchez et al. (2008); Jolliet and Bailey (1992);
se describe como sigue:
λE= Af1(IAF)Rg + Bf2(IAF)Da
2)
Para f1= 1 - exp(-kIAF) y f2= IAF por lo que finalmente se tiene
λE= A(1 - exp(-kIAF)Rg + B(IAF)Da
3)
Donde: λE= tasa de evapotranspiración del cultivo
expresados en unidades de energía [W m-2] aunque también
se puede expresar con unidades de g m-2 min-1; Rg= radiación
solar incidente [W m-2]; Da= déficit de presión de vapor
[kPa]; IAF= índice de área foliar [m2 m-2]; f1 y f2= funciones
adimensionales de IAF; A y B= parámetros del modelo (A,
adimensional; B, [W m-2 kPa-1]). El parámetro A se refiere
al término radiativo y B al término aerodinámico (o término
advectivo). Por lo tanto A y B también se les conocen
coeficiente de radiación y coeficiente aerodinámico,
respectivamente.
Medrano (1999) menciona que para calcular los flujos
de masa que entran y salen del invernadero, la humedad
se expresa en unidades de masa (kg m-3 o kg aire-1); sin
embargo, cuando se considera las respuesta de las plantas
a la humedad la medidas se suelen expresar en déficit
de presión de vapor (Da). La humedad relativa es muy
utilizada en la práctica, pero este valor es de limitada
importancia ya que no está directamente relacionado con
Antonio Martínez-Ruiz et al.
la demanda evaporativa del aire. A un valor constante de
humedad relativa un aumento de la temperatura implica
un aumento del Da. El déficit de presión de vapor es un
indicador más sensible de las condiciones de vapor del
aire y varia en un rango bastante amplio con los cambios
de temperatura. La pérdida de agua de las hojas está
gobernada por el gradiente de presión entre la hoja y el aire
que la rodea y este depende mayoritariamente del déficit
de presión de vapor.
Procedimiento de calibración
La calibración del modelo de transpiración de Baille
consistió en plantear y resolver un problema de optimización
para estimar los valores de los parámetros radiativo (A) y
aerodinámico (B) que permitieran aproximar lo más posible
las predicciones del modelo (yest) a las mediciones (yobs). La
función a minimizar fue definida como sigue:
min
N
f(p)= ∑i=1
(yi,est - yi,obs)2
4)
Donde: p= vector que contiene los parámetros a estimar
y N= es el número de mediciones de la transpiración. El
problema de optimización se resolvió numéricamente
usando el procedimiento de mínimos cuadrados no lineales,
el cual se encuentra implementado en la rutina lsqnonlin.m
del Optimization toolbox de Matlab. El procedimiento de
mínimos cuadrados utiliza el algoritmo de LevenbergMarquardt para minimizar la función (4). Sólo requiere que
el usuario defina un vector diferencia entre las estimaciones
y las mediciones de la variable de interés.
Resultados
En la Figura 1 se muestran las variables climáticas que
requiere el modelo de transpiración de Baille, medidas dentro
del invernadero. En la Figura 2 se muestra la transpiración
medida con la balanza lisímetro. Ambas mediciones para
todo el periodo de duración del experimento.
Inicialmente se ejecutaron simulaciones del modelo usando
valores para los parámetros radiativo y aerodinámico
reportados en la literatura. Medrano et al. (2008)
encontraron buenos resultados para un cultivo de jitomate
en Almería España, usando los valores de coeficientes de
A y B, 0.59 y 19.1 respectivamente. En la Figura 3 y 4 se
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de riegos de jitomate (Solanum lycopersicum L.) en invernadero
761
la transpiración no es bueno por lo que se procedió a la
calibración del modelo usando los datos de estos mismos
4 días de mediciones.
presentan las gráficas de transpiración simulada usando
estos valores y 4 días de mediciones. Puede observarse
que el ajuste de las predicciones con las mediciones de
a)
40
°C
30
20
10
0
0
1
2
3
4
5
6
Tiempo (días)
7
8
9
10
11
12
0
c)
1
2
3
4
5
6
Tiempo (días)
7
8
9
10
11
12
0
1
2
3
4
5
6
Tiempo (días)
7
8
9
10
11
12
5
6
Tiempo (días)
7
b)
W/m-2
100
750
500
250
0
100
%
80
60
40
20
Figura 1. Variables meteorológicas medidas dentro del invernadero del 08 al 19 de julio de 2011, Chapingo, Estado de México.
a) temperatura; b) radiación solar global; y c) humedad relativa.
200
gm-215min-1
150
100
50
0
0
1
2
3
4
8
9
10
11
12
Figura 2. Transpiración de un cultivo de jitomate en invernadero medida del 08 al 19 de julio de 2011 en Chapingo, Estado de México.
gm-215min-1
200
Transpiración medida
Transpiración estimada
150
100
50
0
0
0.5
1
1.5
Tiempo (días)
2
2.5
3
3.5
4
Figura 3. Valores de transpiración estimados con el modelo de Baille con los parámetros de Medrano (2008), para los días 08, 13,
14, 19 de julio de 2011 para IAF 2.3- 3.02 m m-2.
Antonio Martínez-Ruiz et al.
gm-215min-1
762 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
80
60
40
20
00
80
60
40
20
0
Transpiración medida
Transpiración estimada
0.1
0.2
0.3
0.4
0.5
Tiempo (días)
0.6
0.7
0.8
0.9
1
Figura 4. Valores de transpiración estimados con el modelo de Baille para el día 08-julio-2011 con los parámetros de Medrano
(2008).
Calibración del modelo
Las Figuras 5 y 6 muestran la simulación de la transpiración
mediante el modelo de Baille para 4 días de mediciones y
para un día (08 de julio) usando los nuevos valores de los
parámetros radiativo y aerodinámico (0.3723 y 30.44)
obtenidos mediante el proceso de calibración. Puede
observarse que mejoró la calidad de predicción del modelo.
gm-215min-1
La Figura 7 muestra el comportamiento de la transpiración
estimada por el modelo de Baille separando sus componentes
radiativo y advectivo, y la comparación contra mediciones de la
radiación global y el déficit de presión de vapor. Puede apreciarse
que las tasas de transpiración siguen ambas variables climáticas.
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
En la Figura 8 se muestra el buen ajuste obtenido mediante la
calibración, entre la transpiración medida y la transpiración
estimada por el modelo expresado mediante una grafica 1:1
y una ecuación deegresión lineal simple.
Validación del modelo
Para evaluar de mejorar forma la calidad de predicción
del modelo, se usaron los datos obtenidos durante 8
días y se ejecutó una simulación usando los resultados
obtenidos en la calibración. Las Figuras 9 y 10 muestran
la comparación entre las predicciones del modelo y las
mediciones. Puede observarse que el ajuste es aceptable
con un r2 de 0.951.
Transpiración medida
Transpiración estimada
0
0.5
1
1.5
2
Tiempo (días)
2.5
3
3.5
4
Figura 5. Calibración del modelo de Baille para los días 08, 13, 14, 19 de Julio de 2011 para IAF 2.3- 3.02 m m-2.
gm-215min-1
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Transpiración medida
Transpiración estimada
0.1
0.2
0.3
0.4
0.5
Tiempo (días)
0.6
0.7
Figura 6. Calibración del modelo de Baille para el día 08-julio-2011 para IAF 2.3 m m-2.
0.8
0.9
1
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de riegos de jitomate (Solanum lycopersicum L.) en invernadero
W/m-2
1000
800
600
763
a)
Rg
400
200
0
0
0.5
1
1.5
2
Tiempo (días)
2.5
3
3.5
3 b)
4
DPV
kPa
2
1
0
0
500
1
1.5
2
Tiempo (días)
2.5
3
3.5
4
0.5
1
1.5
2
Tiempo (días)
2.5
3
3.5
4
c)
W/m-2
400
0.5
300
200
100
0
0
Figura 7. Valores de la radiación global a), valores del DPV b), transpiración debido al término radiativo (-), término aerodinámico
(-+) y la suma de ambos términos (-o).
Transpiración del modelo (gm-215min-1)
180
160
y= .939x + 3.116
r2= 0.963
140
120
100
80
60
40
20
0
0
20
40 60
80 100 120 140
Transpiración medida (gm-215min-1)
160
180
gm-215min-1
Figura 8. Gráfica de regresión entre la transpiración medida y estimada por el modelo y gráfica 1:1 de todos los días.
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
0
Transpiración medida
Transpiración estimada
1
2
3
4
Tiempo (días)
5
6
7
8
Figura 9. Validación de la transpiración de los días 09, 10, 11, 12, 15, 16, 17, 18 de julio de 2011 para IAF 2.3- 3.02 m m-2.
Antonio Martínez-Ruiz et al.
764 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
180
Transpiración medida
Transpiración estimada
gm-215min-1
160
140
120
100
80
60
40
20
0
3.2
3.4
3.6
3.8
4
Tiempo (días)
4.2
4.4
4.6
4.8
5
Figura 10. Validación del modelo de transpiración de los días 12 y 15 de julio de 2011 para IAF 2.3- 3.02 m m-2.
En la Figura 11. Se grafican la transpiración estimada con
sus componentes radiativo y advectivo.
600
W/m-2
500
400
300
200
y= .973x + 3.249
r2= 0.951
180
Transpiración del modelo (gm-215min-1)
En la Figura 12 se muestra el ajuste obtenido mediante una
validación, entre la transpiración medida y la transpiración
estimada por el modelo, mediante una gráfica 1:1 y una
ecuación de regresión lineal simple.
200
160
140
120
100
80
60
40
20
100
0
0
1
2
3
4
5
Tiempo (días)
6
7
0
8
Figura 11. Transpiración debido al término radiativo (-),
término aerodinámico (-+) y la suma de ambos
términos (-o).
0
20
40
60
80 100 120 140 160 180 200
Transpiración medida (gm-215min-1)
Figura 12. Gráfica de regresión entre la transpiración medida
y estimada por el modelo y gráfica 1:1 de todos los
días.
Cuadro 1. Parámetros estadísticos de la calibración y validación del modelo de Baille.
Y= ax + b
Coeficiente A
Calibración
0.3723
del modelo
Validación
del modelo
Coeficiente B
30.44
-
-
r2
SCME
SSE
a
B
0.963
7.841
2.3490
0.939
3.116
0.951
8.82
5.9580
0.973
3.249
Calibración y validación de un modelo de transpiración para gestión de riegos de jitomate (Solanum lycopersicum L.) en invernadero
Discusión
Calibración
Dadas las diferencias entre las condiciones ambientales de
Almería, España y Chapingo Estado de México, los valores
de los parámetros radiativo y aerodinámico (0.59 y 19.1) del
modelo de transpiración de Baille calculados por Medrano
et al. (2008) no permiten obtener un buen ajuste entre
predicciones y mediciones correspondientes al experimento
llevado a cabo en Chapingo, México. Sin embargo, mediante
el proceso de calibración realizado se obtuvieron los valores
de los parámetros del modelo, mostrados en el Cuadro 1 que
reflejan un menor peso para la parte radiativa y uno mayor
para la porción aerodinámica del modelo.
El nivel de ajuste logrado mediante la estimación de los
parámetros más importantes del modelo de transpiración
de Baille fue muy bueno como se observa en la gráfica de
dispersión entre la transpiración medida y la estimada (Figura
8) y en la gráfica 1:1 y el coeficiente de determinación
correspondiente a la ecuación de regresión lineal para los
datos calibrados donde se obtuvo un ajuste de r2= 0.963 y
parámetros de la regresión (y= a x + b donde a= 0.939 y b=
3.116), y un SCME= 7.841 (raíz del cuadrado medio del
error), y SSE= 2.3490 (suma del cuadrado debida al error).
El nivel de ajuste del modelo a las mediciones después del
proceso de calibración mostrado en las Figuras 5, 6 y 7 está
en correspondencia con la evaluación cuantitativa mostrada
en la Figura 8. Los resultados de nuestra calibración del
modelo de Baille son similares a aquellos obtenidos por
Sánchez et al., 2011 y Sánchez et al., 2008, en lo que se
refiere al coeficiente radiativo y son diferentes respecto al
parámetro aerodinámico. Una diferencia importante en la
calibración del modelo de transpiración de Baille llevado a
cabo por Sánchez et al. (2008 y 2011) es que se determinaron
dos valores para el parámetro aerodinámico, uno para la
noche y otro para el día.
Validación
Se sabe que para que un modelo calibrado pueda ser usado
es necesario que este haya sido evaluado usando conjuntos
de datos diferentes a los usados en la calibración, con la
finalidad de que se muestre la eficiencia de la predicción
que este pueda tener. Por lo que en este trabajo se realizó
la validación con 8 días de datos, (para 09, 10, 11, 12, 15,
765
16, 17, 18 de julio) utilizándose valores de los coeficientes
A y B de la calibración hecha al modelo (0.372 y 30.44)
respectivamente, para un coeficiente de extinción de luz de
0.7, donde de acuerdo a lo que se aprecia en la Figura 9 y 10
el ajuste muestra ser bastante aceptable y para validar este
hecho, es menester el uso de otras herramientas que permitan
hacer valido el argumento anterior, por lo que se presenta
también la grafica 1:1 y la curva de regresión (Figura 12)
para los datos medidos versus los datos estimados por el
modelo, teniéndose las estadísticas siguientes, una r2 = 0.951
y los parámetros del ajuste son (y= a x + b para a= 0.973 y
b= 3.249). RMSE= 8.82 y SSE= 5.958.
Comparando los resultados obtenidos en la validación
del modelo contra los obtenidos en la calibración puede
apreciarse que son similares tomando en cuenta que se
empleó el doble de datos en el proceso de validación.
En especial el nivel de ajuste es muy bueno como puede
apreciarse en las estadísticas mostradas en el Cuadro 1. En
general los resultados obtenidos muestran que el término
aerodinámico del modelo de Baille, aporta alrededor de
46-50% de la transpiración total para la mayoría de los días,
como se muestra en la Figura 7. Los resultados encontrados
en esta investigación son similares a los encontrados por
otros investigadores (Boulard y Jemma 1993).
Conclusión
El modelo de transpiración de Baille permite predecir en forma
aceptable el comportamiento de las tasas de transpiración
de un cultivo de jitomate bajo condiciones de invernadero
y condiciones de clima templado. Aparentemente para las
condiciones climáticas y de cultivo estudiadas, el término
aerodinámico del modelo tiene un aporte de 46-50% de la
transpiración total del cultivo.
Literatura citada
Bass, R. and van Rijssel, E. 2006. Transpiration of glasshouse
rose crops: evaluation of regression models. Acta
Hortic. 718: 547-554.
Baille, B.; Baille, A. and Claude L. 1994. A simplified
model for predicting evapotranspiration rate of nine
ornamental species vs climate factors and leaf area.
Scientia Horticulturae 59: 217-232.
766 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Boulard, T. and Jemma, R. 1993. Greenhouse tomato crop
transpiration model application to irrigation control.
Acta Hortic. 381-387.
Goudriaan, J. and van Laar, H. H. 1994. Modeling potential
crop growth processes. Textbook with exercises.
Kluwer Academic Publishers. The Netherlands.
238 pp.
Jolliet, O. and Bailey, B. J. 1992. The effect of climate on
tomato transpiration in greenhouses: measurements
and models comparison. Agric. For. Meteorol.
58:43-62.
Medrano, E. C. 1999. Gestión de riego en cultivo de pepino
(Cucumis Sativus L.) en sustrato: evaluación de la
transpiración durante la ontogenia. Tesis doctoral.
Universidad Politécnica de Madrid. 236 pp.
Medrano, E.; Lorenzo, P.; Cruz, S. and Ignacio, M. 2005.
Evaluation and modelling of greenhouse cucumbercrop transpiration under high and low radiation
condictions. Scientia Horticulturae. 105:163-175.
Medrano, E.; Alonso, F.; Cruz, S. and Lorenzo, P. 2008.
Incorporation of a model to predict crop transpiration
in a commercial irrigation equipment as a control
method for water supply to soilless horticultural
Crops. Acta Hort. 801:1325-1330.
Antonio Martínez-Ruiz et al.
Monteith, J. L. and Unsworth, M. H. 2008. Principles of
environmental physics. Third edition. Academic
Press. Amsterdam. 414 pp.
Prenger, J. J.; Fynn, P. R. and Hansen, C. R. 2002. A
comparison of four evapotranspiration models in a
greenhouse environment. ASAE. 45(6):1779-1788.
Sánchez, J. A.; Rodríguez, F.; Guzmán, J. L. and Berenguel,
M. 2011. Modelling of tomato crop transpiration
dynamics. Acta Hortic. 893:729-738.
Sánchez, J. A. 2008. Modelado de la transpiración de un
cultivo de tomate bajo invernadero para el diseño
de sistemas de control de riego. In: XXIX Jornadas
de Automática. Tarragona, España. 8 p.
Stanghellini C. 1987. Transpiration of greenhouses crops.
An aid to climate management. Instituut voor
Mechanisatic Arbeid en Gebouwen, Wageningen
Netherlands. Dissertation, internally prepared.
150 pp.
The, C. B. S. 2006. Introduction to mathematical modeling of
crop growth. 1a (Ed.). BrownWalker Press. 244 pp.
Von Zabeltitz, C. 2011. Integrated Greenhouse systems
for mild climates. Climate, conditions, design,
construction, maintenance, climate control. Springer,
Heidelberg. 1st (Ed.) (October 1, 2010). 373 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 767-773
Perspectivas de la cosecha de la caña de azúcar cruda en México
Hipólito Ortiz Laurel1§, Sergio Salgado García2, Mepivoseth Castelán Estrada2 y Samuel Córdova Sánchez2
Campus Córdoba. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Carretera Federal Córdoba-Veracruz km 348. Congregación Manuel León, Amatlán de los Reyes,
Veracruz. C. P. 94946. Tel: 2717166000. 2Campus Tabasco. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Per. Carlos A. Molina s/n, km 3.5. H. Cárdenas, Tabasco.
C. P. 86500. México. Tel: 9373724099. [email protected], [email protected], [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
La quema de los cañaverales predomina en la cosecha
de la caña de azúcar tanto manual como mecánica. Ésta
técnica de quema genera problemas de carácter ambiental,
económico, tecnológico y social, por lo que urge impulsar
la cosecha de caña “cruda” y simultáneamente introducir
tecnologías y metodologías para el manejo y uso rentable y
sustentable de los residuos de cosecha. En las pocas zonas
de cosecha total mecanizada de caña “cruda”, los residuos
llegan a representar hasta 26% del rendimiento equivalente
de caña, aunque aún persiste su eliminación total por la
quema después de la cosecha y, poco volumen es colectado y
usado como forraje. Por lo anterior, es por demás importante
que las prácticas agronómicas se realicen considerando las
necesidades de la cosecha de caña cruda, tanto manual como
mecánica ya que las prácticas agronómicas contrarias a ese
propósito no pueden del todo ser excluidas, únicamente
al mejorar el diseño de la cosechadora o a las prácticas de
cosecha. Se concluye que la implementación de la cosecha
de caña verde tiene el potencial de reducir el impacto de la
quema de los cañaverales sobre el ambiente, la salud pública
y las condiciones de vida de los pobladores que sufren de
los efectos del humo y las cenizas generados por la quema.
Se han conseguido varias ventajas de la cosecha de la caña
verde en las operaciones de extracción de azúcar del ingenio,
entre las que se pueden mencionar; mayor recuperación de
azúcar por unidad de área de terreno, mejor manejo de las
operaciones de cosecha y una reducción en la cantidad de
unidades de transporte. Entre las principales desventajas, se
tiene una mayor cantidad de materia indeseable (paja) en
la caña cosechada, mayor concentración de ceras, cenizas,
polisacáridos y almidones en el jugo extraído, incremento
en la cantidad de melaza, incremento en las perdidas de
azúcar por tonelada de caña y disminución en la capacidad
de molienda, lo que resulta en un incremento en el costo por
unidad de azúcar producida y una mayor concentración de
color en el jugo.
Palabras clave: caña de azúcar cruda, técnicas de cosecha,
productividad de cosecha, rentabilidad de cosecha, manejo
de paja.
Introducción
A nivel mundial, la caña de azúcar es cultivada en un amplio
rango de condiciones topográficas y climáticas y los métodos
de cosecha empleados son igual de diversos. En el pasado,
las industrias del azúcar en muchos países incluido México,
ante la necesidad de mejorar la productividad de la mano
de obra y de la maquinaria, las orilló a realizar de manera
indiscriminada la quema continúa de los cañaverales antes
de la cosecha. La industria de la producción de azúcar en
México debe mejorar las prácticas agrícolas para mejorar
la productividad y rentabilidad a largo plazo del cultivo de
la caña de azúcar.
El tipo y cantidad de maquinaria de campo y la infraestructura
de la industria fueron determinantes para optar por la
selección de la caña quemada como una práctica necesaria
previa a la cosecha. La quema del follaje y de la paja de la caña
de azúcar es inapropiada en el marco de la sustentabilidad y
Hipólito Ortiz Laurel et al.
768 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
la ecología (Mendoza et al., 2001). Por ello, apremia integrar
tecnologías y metodologías sustentables de manejo de los
residuos de caña dentro y fuera de los campos azucareros.
La adopción de los sistemas de cosecha de caña verde no
solo tiene el potencial de incrementar los rendimientos
de la caña, también tiende a asegurar una mejora en la
sostenibilidad del suelo y al mismo tiempo la protección
del ambiente (Gomez et al., 2006; Núñez y Spaans, 2008;
Galdos et al., 2009). En la última década del siglo pasado
se introdujeron una nueva generación de cosechadoras para
la cosecha en verde de la caña de azúcar (Meyer, 2001). Sin
embargo, la industria no transito a la par con este novedoso
proceso, lo que significó una barrera para incursionar con
mayor decisión en intensificar el uso de esta tecnología.
Diversos factores pueden atribuirse a este desánimo, entre
los que se encuentran; campos cañeros no adecuados para
la introducción de las cosechadoras; variedades de caña no
aptas para ser cosechadas con máquina, escasa capacitación
de los operadores sobre el manejo eficiente de la tecnología
y altos costos de uso de las máquinas.
La práctica de la quema genera problemas de diversa índole
(Toledo et al., 2005; Wiedenfield, 2009; França et al., 2012):
i) ambientales; contaminación del suelo, aire, agua y masa
orgánica; ii) económicos; restringiendo la búsqueda de
usos alternativos y rentables para la paja; iii) técnicos; se ha
limitado y obstaculizado la generación de tecnología; y iv)
sociales; lo que ha impedido generar nuevas oportunidades
de negocios y de trabajo.
Por lo anterior, urge instituir reglas más estrictas hacia
la operatividad de la quema, incluso llegar al extremo de
su prohibición. En concordancia, esas medidas deben
sustentarse con soluciones, por un lado, mejorando los
ingresos de los cortadores que deciden cosechar caña cruda,
así como desarrollar metodologías para el manejo, el destino
o uso de los abundantes residuos dejados en el campo (Ortiz
et al., 2011). Incluso, es importante determinar la cantidad
adecuada de paja que debe permanecer e incorporarse al
suelo para mejorar su estructura, fertilidad e incrementar el
contenido de materia orgánica. En el aspecto económico, los
primeros beneficiados serán los productores cañeros, quienes
recibirían un ingreso adicional al que perciben actualmente
por su solo rendimiento de tallos molederos quemados.
Respecto al aprovechamiento comercial del residuo y de los
procesos que conlleva para colocarlo en un punto de venta,
es imprescindible generar en ambos casos una metodología
apropiada y rentable, así como emplear las tecnologías
mecanizadas que se encuentran disponibles en el mercado
para el manejo de la paja, en función de la cantidad y calidad
del material resultante de la cosecha de la caña.
La eliminación de la quema de los cañaverales en los
sistemas de manejo del cultivo de la caña de azúcar involucra
necesariamente la cosecha de caña verde, la cual puede
realizarse tanto manual como mecánicamente y ofrece
la oportunidad de desarrollar e implementar tecnologías
para el uso de los residuos vegetales (Braunbeck et al.,
1999). La cantidad de paja que permanecerá en el terreno
o que pueda servir a otros propósitos (tales como alimento
animal, fuente de bioenergía, etc.) en diferentes ambientes
agroecológicos, dependerá de la variedad de la caña, los
niveles de productividad, las fechas de cosecha y la eficiencia
de la cosechadora en el corte, levante y limpieza.
Para el corte de la caña de azúcar se practican dos métodos
principales de cosecha; el corte manual (caña quemada
o cruda) y la cosecha mecánica (caña quemada o cruda)
principalmente con equipo autoproulsado, con diferentes
combinaciones (Figura 1). En este último método ha habido
intentos de introducir tecnologías motorizadas para el corte
de los tallos, que sin embargo, a pesar de haber sido probadas
en los terrenos cañeros, éstas no han despertado el interés de
productores e industriales aduciendo que ésta no responde a
los procedimientos y capacidades de los pequeños predios
(Grupo BEMUS, 20120) (Figura 2).
a)
b)
c)
d)
Figura 1. Métodos de cosecha de la caña de azúcar en México:
a) corte manual de caña quemada; b) corte manual de
caña verde; c) cosecha mecánica de caña quemada;
y d) cosecha mecánica de caña verde.
Perspectivas de la cosecha de la caña de azúcar cruda en México
Aún a pesar de que se realice la cosecha de la caña verde, al
final, una vez seco éste es quemado para dejar limpios los
campos. En este trabajo se describen las varias ventajas que
se le atribuyen al procedimiento de cosecha de caña verde
en varios rubros y, el descifrado de los cuestionamientos
del porque este proceso no se ha extendido y haya llegado
a consolidarse como la técnica común de cosecha de caña
verde, así como proponer otras vías para alentar este
proceso.
Materiales y métodos
769
que se encuentran la fragmentación, tamaño irregular,
presencia de rocas y topografía desfavorable de los terrenos,
alta disponibilidad de mano de obra, y otros factores
socioeconómicos. Pueden distinguirse varios aspectos
que impactan el grado de mecanización para el cultivo de
la caña de azúcar en los campos cañeros de México, las
más importantes son: a) 48% de su extensión se cultiva en
superficies con alta pedregosidad y fuertes pendientes; b)
30% se encuentra en superficies inundables y con problemas
de heladas y salinidad; c) 70% de superficie es cultivada por
productores menores a 4 ha; y d) La superficie susceptible
de mecanización total en México es de 22%.
Grandes avances tecnológicos en la mecanización agrícola
han contribuido a incrementar los rendimientos de los
cultivos. Por lo que respecta al cultivo de la caña de azúcar
este ha mostrado una intensificación del uso de maquinaria
en varias operaciones culturales, desde la labranza del
suelo hasta la cosecha, particularmente en tecnología
para la carga de caña a las unidades de transporte. Sin
embargo, la cosecha mecánica continúa como la operación
que ha recibido la menor intensificación y los campos
cañeros continúan incendiándose para facilitar la cosecha
manual.
García (2010) en su informe reporta un inventario de
equipo agrícola autopropulsado que tienen registrado
46 de los ingenios azucareros del país, siendo éste: a)
el número de tractores es de 4 408, los que varían en el
rango de potencia de 55 y hasta 115 hp; b) el número de
alzadoras es de 1 784; y c) el número de cosechadoras es
de 250. Ahí mismo se concluye que “el campo cañero en
conjunto no requiere de mayor número de unidades de
maquinaria agrícola (tractores), de cosecha y transporte
(alzadora, cosechadora y camiones)”.
En este punto es conveniente precisar que en ese reporte
no se indica en alguna parte la edad de ese parque de
maquinaria y su estado actual de funcionamiento, cuando
se tiene evidencia del deterioro que ya tienen muchos de
esos equipos, incluso se tiene reportado la disminución del
número de cosechadoras en algunos ingenios, que obedece
principalmente a la descapitalización en este rubro.
A pesar de la existencia de máquinas cosechadoras, aun
prevalece el corte manual para la cosecha de la caña
de azúcar en México. La cosecha mecanizada no se ha
extendido debido a factores externos al cultivo, entre los
Figura 2. Equipo motorizado para el corte de tallos de caña
de azúcar (Grupo BEMUS, 2010).
Cosecha manual de la caña de azúcar
En un ambiente social y político de escasas restricciones
ambientales, previo al corte manual de la caña, se incendia
el cañaveral para eliminar la mayor parte de follaje seco
y así facilitar el acceso de los cortadores. La cosecha
consiste en cortar el tallo con machete, desde su parte más
baja, se separa el follaje que no es eliminado por la quema
(hojas verdes y punta) y se forman pilas con los tallos,
usualmente orientados perpendicularmente al sentido de
los surcos siguiendo el frente de corte, lo que facilita su
levante por un cargador mecánico que los deposita en una
unidad de transporte para su traslado al ingenio (Eggieston
et al., 2001).
770 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Todo el follaje remanente es dejado sobre el terreno en
una orientación similar a la de los tallos, por 2 a 6 días,
para su secado, el que depende del orden de trabajo de
la cuadrilla de cortadores, para eliminarlos finalmente
en una segunda quema. Aún son pocos los casos en que,
ese residuo remanente es acomodado manualmente o con
equipo mecánico para su hilerado a lo largo de los surcos
que eventualmente contribuya a mejorar las condiciones de
estructura y contenido de materia orgánica, a través de su
descomposición y una lenta incorporación al suelo (Graham
y Haynes, 2006; Robertson y Thorburn, 2007).
Los defensores de la quema no vacilan en comentar que ésta
elimina alrededor del 30 al 50% de material vegetal indeseable
(hojas secas y verdes), lo cual constituye aproximadamente
10% del peso total del tallo; que ésta también mata abejas,
víboras, escorpiones y arañas; se disminuyen los accidentes
con los machetes y en general todo lo anterior incrementa la
capacidad de cosecha tanto para la cosecha manual como para
las máquinas cosechadoras. Bajo este esquema de cosecha
los cortadores llegan a tener un rendimiento de corte de 5 - 8
t jornada-1, mientras que las máquinas pueden cortar de 45 a
55 t h-1. Argumentándose también que, esta práctica es más
confiable para enviar caña más limpia al ingenio.
Regularmente, ha habido intentos de introducir
paulatinamente el método de corte manual de caña cruda.
Sin embargo; estos previos esfuerzos se han enfrentado
a la resistencia de los cortadores, a pesar de que se ha
incrementado los beneficios económicos para realizar
esta tarea en compensación por la disminución natural de
su productividad en el corte. Tradicionalmente, se tienen
detectados dos métodos de pago por el corte manual de la
caña de azúcar; por un lado, se paga por tonelaje de caña
cortada en la jornada de trabajo y su costo varía de ingenio,
zona y estado, pudiendo encontrarse en caña quemada un
rango de $ 30.00 a $ 42.00 t-1, mientras que en caña cruda
fluctúa de $5 5.00 a $ 67.00 por tonelada.
El segundo caso, se refiere al pago por m2 cubierto de corte y
similarmente para el corte de caña quemada se tienen rangos
de costo desde $ 0.3 a $0.4 m-2, mientras que para caña cruda
varían desde $ 0.35 a $ 0.5 m-2.
Cosecha mecánica de la caña de azúcar
La generalización de la cosecha de caña de azúcar en trozos
invariablemente resulta en alcanzar un compromiso entre
conseguir niveles “aceptables” de paja y de restos de hojas
Hipólito Ortiz Laurel et al.
adheridos en la caña cosechada y que al mismo tiempo se
alcance un control “aceptable” de las pérdidas de caña por
los sistemas de limpieza de la cosechadora.
Generalmente y sólo bajo excelentes condiciones de
campo, una característica propia de la cosecha mecanizada
de la caña de azúcar es el alto nivel de paja y restos
de hojas adheridos a los trozos. Aunque este material
impacta directamente en la capacidad de molienda,
también tiene un efecto significativo adverso sobre la
calidad y cantidad de obtención de azúcar. Cualquier
incremento en la agresividad de los sistemas de limpieza
de la cosechadora, por encima de los niveles óptimos de
funcionamiento resulta en pérdidas adicionales de cosecha
y en condiciones adversas de campo puede aún resultar
en niveles indeseables de paja y restos de hojas en la caña
suministrada al ingenio (Wood et al., 1972; Saska et al.,
2009).
Los usos inmediatos y más frecuentes de los residuos de
cosecha de la caña verde son: a) cobertera sobre el terreno;
b) combustible ecológico; y c) alimento animal (Purchase
et al., 2008).
Asimismo, es importante orientar a los productores
cañeros sobre la conveniencia de establecer parámetros
agronómicos que faciliten la introducción de los equipos,
como son; tamaño de surcos, nivel de aporcado y grado de
labores culturales, las cuales coadyuven a mantener sus
especificaciones de funcionamiento (Smit et al., 2001).
Es esencial una estrategia integrada para la industria
dirigida a adoptar innovaciones que coadyuven a mejorar
en lo general la productividad y las eficiencias (Solomon,
2009). Otras áreas de interés son; la selección de variedades
de caña “amigables” para la cosecha mecánica y la mejora
en la configuración de los “minúsculos” campos cañeros
para optimizar el funcionamiento y eficiencias de la
cosechadora.
Mucho se ha mencionado sobre la necesidad del acceder
al uso de una máquina cosechadora de caña de azúcar,
pero relativamente muy poco o nada de atención se le
ha dado al tamaño de los trozos de caña (Saska et al.,
2009). La simple longitud de este elemento impacta en la
calidad, que afecta directamente al procesamiento
del material, la deterioración de la caña, las pérdidas
invisibles y la densidad de carga de las unidades de
transporte.
Perspectivas de la cosecha de la caña de azúcar cruda en México
Resultados y discusión
Ventajas de cosechar mecánicamente la caña de azúcar
De la anterior revisión y a través de consulta directa
con operadores de maquinaria de cosecha, cortadores,
productores y personal técnico de campo que tiene bajo
su responsiva las áreas de producción y participa en la
programación de los lotes de corte, es posible concentrar
los siguientes factores como ventajas de este método de y
el desglose de sus descripciones:
I. Entrega de caña más fresca al ingenio
a)En caña sin quemar se reduce el tiempo entre el corte y el
traslado de la misma al ingenio.
b)Se minimizan las pérdidas de sacarosa ya que la caña no
se degrada tan rápidamente.
c)En caña quemada se reduce también el tiempo entre
la quema y el traslado de la caña al ingenio, ya que la
productividad de las máquinas se incrementa.
d)En el corte manual es necesario esperar a que termine el
corte del campo asignado de la caña para iniciar la carga
y transporte de la misma.
e)La cosecha mecanizada permite cosechar las 24 h del día.
II. Menor costo por tonelada cosechada
a) En algunos ingenios se ha reducido el costo por tonelada
cosechada mecánicamente hasta 20% respecto al costo
por tonelada cosechada de forma manual.
b) Se reduce el costo de administración de personal, ya que
dos operadores y un encargado de la cosechadora hacen
el trabajo equivalente de 80 a 100 cortadores de caña.
c) Eliminación del destronque (quitar el tronco de la caña
que usualmente deja el cortador).
d) Se eliminan todos los gastos relacionados con el manejo
de 80 a 100 cortadores.
III. Simplicidad y control de la operación de cosecha
Se programa adecuadamente la cosecha ya que depende
de solo dos operadores y un encargado de mantenimiento,
quienes cosecharán el equivalente de 80 a 100 cortadores
diariamente.
771
V. Seguridad en la cosecha y entrega de caña
a) No se presentan problemas de entrega de caña los fines
de semana y días feriados.
b) Se mantiene un suministro continuo de caña durante toda
la zafra.
V. Mejora en el transporte de caña
La caña cosechada mecánicamente en trozos es más densa
que la caña entera, especialmente cuando ésta última no es
recta. En muchos de los casos, las unidades de transporte de
caña verde trasladan un mayor tonelaje de caña.
VI. Facilita el proceso de extracción de azúcar del
Ingenio
a) La caña cosechada mecánicamente llega trozada al ingenio
lo que reduce el consumo de potencia en las cuchillas del
conductor principal.
b) La caña trozada fluye más fácilmente en la mesa de
alimentación y a través del conductor principal.
c)Se utiliza una menor cantidad de agua para lavar la caña
trozada.
d) Se elimina la posibilidad de que lleguen piedras, troncos
u otros objetos indeseables al ingenio, muchos de estos
son levantados por las cargadoras.
VII. Protege el medio ambiente
a)La cosecha de caña en verde, evita la quema de la misma
con los siguientes beneficios ambientalesEvita el daño
de la flora y la fauna.
b)Reduce el calentamiento global.
c)Permite la incorporación de materia orgánica (residuo
vegetal) al suelo.
d)Evita la erosión al dejar los residuos sobre el suelo.
e)En el corto plazo se reducen los gastos de la fertilización.
f) Mejora la textura del suelo.
g)Conserva la humedad del suelo.
h)Se evitan los incendios accidentales en los campos de
cultivos adyacentes.
La cosecha mecanizada de caña de azúcar cruda representa
una gran oportunidad de reducir costos, de hacer más eficiente
la operación de cosecha y entrega óptima de caña al ingenio,
772 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
hacer más rentable la operación de transporte y minimizar los
impactos negativos al medio ambiente contribuyendo con la
productividad de los ingenios y conservando el patrimonio
de las familias cañeras de México.
Una vez generalizado y perfeccionado este proceso en
las áreas donde pueda ser posible su introducción, será
posible elaborar estrategias operativas, desarrollar nuevas
tecnologías para el cultivo de la caña de azúcar y generar
metodologías de manejo integrales en función del destino
final del cultivo o sus subproductos.
Manejo de los residuos de cosecha de la caña de azúcar
En el proceso productivo de los cultivos, la generación es
un efecto inherente, en el que la caña de azúcar no es ajena.
Aunque en cada cultivo se siguen diferentes estrategias
para manejar, disponer o tratar a esos residuos, depende de
su rentabilidad económica. El proceso que aún predomina,
tanto en la cosecha mecánica como en la manual de la caña de
azúcar, es quemar estos residuos. Los residuos vegetales de
la caña de azúcar comprenden las hojas verdes, hojas secas,
la corona terminal (punta), algo de caña aún sin madurar y
en algunos casos los restos del destronque.
Aparentemente, la sencillez y rapidez con la que se realiza
esta tarea se presume que el propósito final de esta actividad
es eliminar todo residuo vegetal del cultivo sobre el terreno.
La persistencia de este modelo impide adoptar medidas
cautelares, desde mejorar metodologías de incorporación
de este material en el suelo, hasta evaluar y desarrollar
tecnología mecánica que coadyuve a planear prácticas
sustentables de manejo de la paja (Figura 3).
Hipólito Ortiz Laurel et al.
La productividad de tallos molederos y la cantidad de residuos
están en función de las variedades, edad y manejo cultural de
la caña, las diferentes regiones de producción y la estación
del año en que se cosecha. La paja de la caña de azúcar
puede considerarse un co-producto del endulzante, que sin
embargo, su gran volumen y baja densidad dificulta establecer
estrategias rentables y viables para realizar una colecta
satisfactoria, que permita definir el uso o destino de éstos una
vez extraídos del campo. Estudios recientes han mostrado
que en cosecha mecanizada de caña verde, el rendimiento
promedio de paja seca es de 18.2 t ha-1 (Gómez et al., 2010).
En numerosos foros se ha cuestionado la continuidad de la
práctica de la quema del cañaveral. Incluso, cuando existe
evidencia de que la paja de la caña es una piedra en bruto de
un potencial nicho de negocio (similar al de otros residuos
agrícolas secos, como la paja de maíz, de cebada, de sorgo),
ya sea al comercializarlo directamente (en volumen) y
usarlo como fuente generadora de energía (complementar
con el bagazo como combustible en las calderas de los
ingenios) o transformándolo para agregarle valor; elaborando
complementos de alimentación animal o briquetas compactas.
La retención de la humedad por el suelo debido a los residuos
de la caña después de la cosecha es considerada como uno de
los factores que contribuye a conseguir mayores rendimientos
en las áreas donde la precipitación es escasa durante parte
del ciclo de crecimiento de la caña. Asimismo, la tasa de
descomposición de la material orgánica se ha acelerado
significativamente por la aplicación de un rociado superficial
de pequeñas cantidades (1.5 a 3 kg ha-1) de nitrógeno. Esas
observaciones se han acompañado con un incremento en
producción (90%) y disminución de los costos de producción
(25%). Ante este panorama, es por demás importante
cuantificar estrictamente esas observaciones, identificando
los procesos relevantes involucrados y así innovar el sistema
de cultivo de la caña de azúcar actual en México.
Conclusiones
a)
b)
Figura 3. Colecta de residuos de cosecha de caña de azúcar
cruda: a) corte manual; y b) cosecha mecánica.
Para promocionar la cosecha de caña de azúcar cruda en
México, urge instituir reglas más estrictas respecto a la
libertad con que se realiza la quema de los cañaverales,
incluso proponer su prohibición. En concordancia, estas
medidas deben estar acompañadas de soluciones acerca del
manejo, el destino o uso de los abundantes residuos dejados
Perspectivas de la cosecha de la caña de azúcar cruda en México
en el campo. Asimismo, estimar la cantidad de paja que debe
incorporarse para mejorar el contenido de materia orgánica
y la estructura del suelo.
La cosecha de caña verde tanto manual como mecánica
ofrece la oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías,
así como avanzar significativamente en la productividad y
rentabilidad. Asimismo, existen retos y oportunidades reales
para desarrollar nuevas tecnologías para explotar la planta
de caña de azúcar a su máximo potencial, como pueden ser
los usos alternativos para la caña y los residuos.
Simultáneamente, deben conducirse investigaciones para
determinar el grado de compactación que producirá sobre
el suelo irremediablemente por el paso de los equipos y así,
establecer métodos para su atenuar sus efectos, por ejemplo;
estrategias de tráfico controlado, así como su impacto sobre
el desarrollo de los renuevos en las cepas.
Literatura citada
Braunbeck, O.; Bauen, A.; Rosillo-Calle, F. and Cortéz, L.
1999. Prospects of green cane harvesting and cane
residue use in Brazil. Biom. Bioenergy. 17(6):495506.
Eggieston, G.; Legendre, B. and Richard, C. 2001. Effect
of harvest method and storage time on sugarcane
deterioration 1: cane quality changes. International
Sugar J. 103(1232):331-338.
França, D de Azevedo.; Longo, K. M.; Gomes Soares,
N. T.; Santos, J. C.; Freitas, S. R.; Rudorff, B. F.
T.; Vieira Cortez, E.; Anselmo, E. and Andrade
Carvalho, Jr. J. 2012. Pre-harvest sugarcane
burning: Determination of emission factors through
laboratory measurements. Atmosphere. 3:164-180.
Galdos, M. V.; Cerri, C. C. and Cerri, C. E. P. 2009. Soil
carbon stocks under burned and unburned sugarcane
in Brazil. Geoderma. 153:347-352.
Gomez, J.; Chapple, G. and McDonald, L. 2006. Ag48
sugar losses in burnt and green cane harvesting in
Argentina. SRDC project CSR032. Proceedings of
the ASSCT. Ag48. 8 p.
Graham, M. H. and Haynes, R. J. 2006. Organic matter status
and the size, activity and metabolic diversity of the
soil microbial community in the row and inter-row
of sugarcane under burning and trash retention. Soil
Biol. Biochem. 38(1):21-31.
773
Grupo Bemus. 2010. Cosechadora de caña BENASSI® Mod. FC-210-3VS-HD. Manual de funcionamiento
y evaluación de campo. 40 p.
Mendoza, T. C.; Samson, R. and Helwig, T. 2001. Evaluating
the many benefits of sugarcane trash farming
systems. Philippine J. Crop Sci. 27(1):43-51.
Meyer, E. 2001. The performance of machinery for
mechanical harvesting and loading of sugarcane.
Proceedings of the South African Technologist’s
Association. 75:43-45.
Núñez, O. y Spaans, E. 2008. Evaluation of greencane harvesting and crop management with a
trashblanket. Sugar Tech 10(1):29-35.
Ortiz, L. H.; Salgado, G. S. yAranda, I. E. M. 2011. Efectividad
de la recuperación de residuos de cosecha de la caña de
azúcar con equipo mecánico. Memorias de la XXXIII
Convención de laAsociación de TécnicosAzucareros
de México (ATAM). Veracruz, México. 8 p.
Purchase, B. S.; Wynne, A. T.; Meyer, E. and Van
Antwerpen, R. 2008. Is there a profit in cane trash?
Another dimension to the assessment of trashing
versus burning. Proceedings of the South African
Technologist’s Association. 81:86-99.
Robertson, F. A. and Thorburn, P. J. 2007. Management of
sugarcane harvest residues: consequences for soil
carbon and nitrogen. Soil Res. 45(1):13-23.
Saska, M.; Goudeau, S. L.; Dinu, I. and Marquete, M. 2009.
Determination of sucrose loss in storage of clean
unburnt billet cane. Journal of the American Society
of Sugar Cane Technologists. 29:53-77.
Smit, M. de L.; Coetsee, M. F. and Davis, Seh. 2001. Energy
expenditure and economy of movement of sugarcane
cutters in burnt and green cane. Proceedings of the
South African Technologist’s Association. 75:46-50.
Solomon, S. 2009. Post-harvest deterioration of sugarcane.
Sugar Tech. 11(2):109-123.
Toledo, T. E.; Pohlan, H. A. J.; Gehrke, V. M. R. and Leyva, G.
A. 2005. Green sugarcane versus burned sugarcaneresults of six years in the Soconusco region of
Chiapas, Mexico. Sugar Cane International.
23(1):20-27.
Wiedenfeld, B. 2009. Effects of green harvesting vs burning
on soil properties, growth and yield of sugarcane
in south Texas. Journal of the American Society of
Sugar Cane Technologists. 29:102-109.
Wood, R. A.; Du Toit, J. L. and Bruijn, J. 1972. Deterioration
losses in whole stalk sugarcane. Proceedings of The
South African Sugar Technologist’s Association.
151-157 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 774-784
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento
del agua para la destilación del mezcal
Magdaleno Caballero Caballero1§, Luis Silva Santos1 y José Luis Montes Bernabé1
1
Centro interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca. Instituto Politécnico Nacional. Calle Hornos Núm. 1003, Santa Cruz
Xoxocotlan, Oaxaca, México. C. P. 71230, Tel: y Fax: (52) 951 517 0610. ([email protected]; [email protected]). §Autor para correspondencia:
[email protected].
Resumen
Introducción
El presente trabajo muestra una propuesta para hacer
mas eficiente la etapa de destilación dentro del proceso
de producción artesanal de mezcal, enfocándose al
enfriamiento del agua utilizada en esta etapa. Para identificar
la problemática, fue necesario hacer un seguimiento del
proceso, poniendo especial énfasis en la operación de
condensación.
La industria del mezcal, es una aplicación de la transferencia
de calor en varias fases del proceso; como es la cocción
del agave, la fermentación y la destilación. Éstas etapas se
realizan con conocimientos empíricos, lo que hace que el
proceso sea ineficiente en cuanto al aprovechamiento de
la energía.
El proceso actual tiene una ineficiencia de 73.25%,
provocado por la falta de un gradiente de temperatura, al
sobrecalentarse el agua de enfriamiento de manera excesiva,
ya que la temperatura inicial es de 21.5 oC y se eleva a
57.2 oC, en un tiempo de 6 h. Para abatir la problemática
en la condensación del mezcal, se tiene como alternativa
de solución, la adecuación de un sistema de recirculación
para el agua de enfriamiento, con el propósito de mantener
agua fría en el interior de de la pileta, a una temperatura no
mayor de 12 oC respecto a la temperatura inicial o bien 2 a
3 oC, mayor a la temperatura del medio ambiente. Para el
sistema de recirculación de agua, fue necesario determinar la
potencia real de la bomba, considerando todas las pérdidas en
el sistema hidráulico y descarga. El sistema de recirculación
comprende un equipo de bombeo de 1/12 HP para elevar el
agua caliente a una altura de 3.75 m con un caudal de 16.188
l/min y alimentar una torre de enfriamiento atmosférica,
la cual tiene un arreglo de aspersión que expone al agua al
medio ambiente.
Palabras clave: condensación, mezcal, torre de enfriamiento.
Una etapa del proceso de gran importancia dentro del mismo
es, la condensación de los vapores del mezcal para ser
llevados a su forma líquida, en esta etapa se tiene aplicación
directa del intercambio de calor entre los subsistemas
relacionados, representados por el vapor del mezcal y el
agua de enfriamiento, separados mediante una pared de
cobre (tubo serpentín) (Alonso- Rivera 2007).
Cabe señalar que existen varias formas de transferencia de
calor, conocidas como conducción, convección y radiación.
La conducción se refiere cuando la transferencia de calor
ocurre por la existencia de un gradiente de temperatura en un
medio estacionario, el cual puede ser un sólido o un fluido.
Por el contrario, la convección se presenta, cuando el calor es
transferido entre una superficie y un fluido en movimiento.
La conducción es la que se presenta actualmente en la
condensación del mezcal, pero al presentar deficiencias
por no mantener un gradiente constante de temperaturas,
se propone implementar la convección, ya que mediante
la recirculación constante del agua de enfriamiento, se
lograría mantener un gradiente de temperatura adecuado
para el proceso.
775 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Materiales y métodos
Descripción general del proceso de producción del
mezcal
Adquisición del agave
Generalmente se realiza con la compra a campesinos
de la región, principalmente de los poblados de Mitla y
Tlacolula, ya que son pocos los productores que cuentan
con sembradíos propios. El agave se adquiere en el terreno
de siembra, su cosecha y transporte al palenque es realizada
por el mismo productor; la cantidad de agave adquirido es
aproximadamente de tres toneladas. Las variedades de agave
empleadas son: espadín azul y tobala.
Fase de cocción del agave
La cocción; es la fase donde el agave crudo se somete a la
acción del calor, con la finalidad de tener la materia prima
con características necesarias para la fase de fermentación,
esto es, liberar las propiedades organolépticas del
agave, como lo es la separación de azúcares, contenido
primordial para el proceso, el tiempo de cocción dura
aproximadamente 4 días. La cocción del agave se realiza
en un horno de piedra, con forma de cono truncado en
posición invertida, la parte superior del horno está al nivel
del suelo con un diámetro superior de 3.2 m y con una
profundidad de 2.20 m.
Fase de corte-molienda
Una vez extraído el agave cocido, se realiza una selección
previa a la molienda, esto es con la finalidad de separar
las partes o pencas de la piña que hayan sido quemadas
en la cocción, también se desechan los cogollos del
agave, los cuales son pencas tiernas y pequeñas que no
contienen azucares en su interior. Después de la selección,
se realiza el corte de las piñas de agave con la finalidad de
facilitar la molienda, el corte se realiza con un machete
o un hacha. La molienda, es el triturado o desgarre de las
fibras del agave con la finalidad de extraerle sus jugos y
mieles; esta operación es realizada en un molino chileno,
donde el agave es colocado en el piso, en el cual una rueda
de piedra es girada por la fuerza de una bestia de carga
machacando al agave.
Magdaleno Caballero Caballero et al.
Fase de fermentación
La fermentación inicia con la generación de levaduras,
producto de la reproducción de microorganismos,
desarrollados por el medio anaerobio en que se encuentran,
un factor determinante de la fermentación es el clima,
entre mas calor hay en el medio ambiente, más rápido se
efectuara la fermentación y lo inverso ocurre con el clima
frío. Para preparar el producto a fermentar, se vacían
aproximadamente 720 kg de agave molido dentro de una tina
(tina de fermentación) y se le agregan aproximadamente 250
litros de agua tibia, ya que el agua caliente actúa como un
acelerador para la fermentación; al segundo día se le agrega
agua fría (a unos 200 ó 300 mm antes del borde superior),
al tercer día se revuelve todo el bagazo triturado de la tina,
después de esto se deja reposar varios días. Al contenido de
la tina se le conoce comúnmente como mosto (tepache) y
tiene la apariencia de una masa burbujeante, el tiempo de
fermentación oscila entre 12 y 15 días (Figura 1).
Figura 1. Tina de fermentación.
Fase de destilación
Es la fase de separación de alcoholes generados durante la
fermentación. La destilación comprende dos operaciones
conjuntas; la evaporación y la condensación de los vapores
de mezcal, la primera marca la pauta de la destilación
con la evaporación de alcoholes generados en la mezcla
fermentada, en donde predomina el alcohol etílico (78.3
o
C); y la segunda, es el término de la destilación para la
obtención liquida del mezcal. La cantidad a destilar es de ¾
de toda la olla y de esto se obtiene 80 litros de mezcal con
un grado alcohólico de 75o a 15 oGL; la fase de destilación
dura de 4 a 5 h, Figura 2.
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal
776
del equipo se encuentran expuestas al aire atmosférico, en
este lapso se empieza a disipar calor, aunque es mínimo por
ser el tubo conductor de vapor de poca longitud.
Condensación
Figura 2. Destilación.
Para lograr la destilación se requiere de los siguientes
equipos:
Evaporador: el cual consiste en una olla de cobre la cual se
expone al fuego para lograr la evaporación.
Conducto de cobre: se utiliza para transportar los vapores
alcohólicos del evaporador al condensador
Condensador: (serpentín de cobre): para el enfriamiento de
los vapores, que se han desprendido por la acción del calor
dentro del evaporador.
Evaporación
El equipo que funge como evaporador es un recipiente de
cobre, conocido como olla de destilación, la cual se encuentra
empotrada en una estructura de adobe y ladrillo, la estructura
de adobe es conocida como horno de destilación, el cual es
de forma cúbica o cilíndrica, compuesto en su base por una
cavidad con la función de ser el hogar en donde se realiza
la combustión.
El calor generado por la combustión, calienta la parte
inferior de la olla de destilación y este calor es transferido
al fermentado a destilar, la temperatura del hogar alcanza
los 446 oC; pero la temperatura del interior de la olla debe
ser menor a los 100 oC para evaporar alcohol, ya que de
lo contrario se estaría evaporando agua, si esto llega a
ocurrir dañaría la calidad del mezcal; el calor del interior
se amortigua con la fibra del mosto. El vapor generado
comienza a elevarse a la “montera” de la olla de destilación,
que es una especie de campana de cobre, que sirve como tapa
para la olla además que en su parte superior está conectada
con el tubo conductor del vapor (“turbante”). Estas partes
La condensación del mezcal se realiza en un intercambiador
de calor, que consiste en un equipo de cobre sumergido en
agua dentro de una pileta de concreto y ladrillo; el vapor
se recibe en la parte conocida como “plato del serpentín”,
esta parte tiene la función de reducir la temperatura del
vapor además que aumenta su densidad, con la finalidad
que el vapor al volverse mas denso, se oriente por si mismo
hacia abajo a la entrada del tubo serpentín, esta parte del
condensador trabaja principalmente por una diferencia de
presiones para el vapor.
Después de pasar por el plato del serpentín, el vapor adquiere
más velocidad por el estrangulamiento existente en la entrada
del tubo serpentín, en esta zona el vapor comienza a ser una
mezcla de vapor y liquido, continuando su recorrido por
gravedad, hasta alcanzar la salida como final.
Refinamiento
Como se ha mencionado anteriormente, el producto de la
primera destilación tiene entre 75o a 15o GL; para alcanzar
el grado alcohólico comercial, se procede a redestilarlo
con lo cual se alcanza el refinamiento; primero se limpia
el equipo de destilación, procediendo a redestilar 200 L,
obteniendo el mezcal de punta el cual tiene entre 66 y 75o GL
(aproximadamente 20 L) del total, sin interrumpir el proceso
se continua refinando, obteniendo un mezcal con un grado
inferior de alcohol y así sucesivamente hasta llegar a obtener
un mezcal con un grado de 15o a 20 oGL (colas), quedando
como residuo en el evaporador agua destilada. El tiempo
promedio para el redestilado es de 10 a 12 h.
Para lograr el grado alcohólico final (comercial), se mezclan
las puntas de tepache con las colas de refinado. Si estas dan
en un grado alcohólico mayor de 50o GL, se adicionan las
colas de refinado para obtener un mezcal entre 45 - 50o GL
(NOM 070-SCFI, 1994).
Para la determinación del grado alcohólico, por lo regular
en estas regiones productoras de mezcal utilizan una pipeta
de carrizo. La prueba se realiza absorbiendo con la pipeta
el mezcal vertiendo dentro de un recipiente, observando
el tamaño de las burbujas o perlas y el de su permanencia,
777 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
determinando así también su grado de calidad según la
experiencia del productor. Algunos productores actualmente
utilizan el alcoholímetro, el cual es un instrumento de
medición de los grados de alcohol del mezcal (NavarreteBolaños et al., 2003).
Metodología
Revisión bibliográfica del mezcal
Trabajo de campo: para identificar la problemática
existente en los aspectos técnicos y de producción.
Investigación bibliográfica acerca de sistemas de
enfriamiento
Determinación del problema ingenieril
De la observación y muestreo se determinó el problema en
función a las necesidades del productor.
Determinación de parámetros de diseño
Temperaturas y tiempos de destilado del mezcal
Cantidad de calor generado en la condensación del mezcal
Capacidad en litros de producción de mezcal
Definición de un conjunto de soluciones útiles
La selección de la mejor opción será basándose en las
ventajas, principios de diseño y adaptación al sistema.
Análisis de ingeniería
Se efectúo el análisis hidráulico del sistema, a fin de
proporcionar el flujo de agua necesario al condensador.
Se realizó un análisis de transferencia de calor, para
determinar la cantidad de calor a desechar del sistema.
Diseño detallado
Elaboración de dibujos de definición y ensamble.
Magdaleno Caballero Caballero et al.
Equipo empleado en la operación de condensación
El equipo de condensación está ubicado a un costado del
horno donde se lleva a cabo la evaporación. El material
de construcción de la pileta de enfriamiento son ladrillos
unidos, por una mezcla de cemento y arena. El plato y tubo
del serpentín son de cobre. Un elemento más dentro de la
condensación es el agua de enfriamiento.
Pileta de agua de enfriamiento
Las dimensiones de la pileta son las siguientes:
A= altura= 124 cm
a= ancho= 182 cm
e= espesor= 15 cm
H= profundidad= 98 cm
V = volumen de agua= 2211.6 l
Serpentín, plato y tubo
El serpentín está ubicado en el centro de la pileta de
enfriamiento apoyado por tres soportes. Éste serpentín está
formado por un tubo de entrada de vapor, plato (elemento
de expansión) y un tubo en forma de espiral (5.5 vueltas).
Temperaturas de trabajo de la fase de destilación
Evaporación:
T 0= temperatura del interior del hogar= 446 oC; T 1=
temperatura del interior de la olla= 88.8 oC; T2= temperatura
del vapor al interior de la campana de la olla= 82.7 oC;
Conduccion del vapor:
T3= temperatura a la entrada del tubo conductor= 78.3 oC;
T4= temperatura a la mitad del tubo conductor= 70.1 oC; T5=
temperatura a la salida del tubo conductor= 62.8 oC;
Condensación
T6= temperatura del vapor interior del plato del serpentín= 60
o
C; T7= temperatura liquido-vapor del interior del serpentín=
46.9 oC; T 8= temperatura de salida del condensador
(liquido)= 26.6 oC; T9= temperatura del medio ambiente
(mes de febrero)= 32.5 oC; Ti= temperatura inicial del agua
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal
de enfriamiento= 20.5 oC; T f= temperatura final del
agua de enfriamiento (sin recirculación)= 57.2 oC; T10=
temperatura final del agua de enfriamiento con recirculación
(propuesta)= 32.5 oC;
Análisis térmico de la operación de condensación del
sistema tradicional
Con análisis previo de la situación en cuanto al tipo de
transferencia de calor que se presenta en el sistema, se ha
concluido por orientarse a un caso de conducción simple
de calor (del fluido a condensar al agua de enfriamiento).
Despreciando con esto a los materiales de construcción de
la pileta ya que solo tiene la función de ser un recipiente. En
este análisis se conocerá la cantidad de calor (Q) absorbido
por el agua.
Para el análisis térmico dividiremos los cálculos del
condensador en dos partes, la primera comprende el
elemento conocido como “plato del serpentín” y la
segunda al “tubo serpentín”, debido a que en el interior
del “plato del serpentín” se encuentra solo vapor de
mezcal mientras que por el “tubo del serpentín” existe
una mezcla de vapor-liquido, con liquido en la salida y
por que la temperatura del agua de enfriamiento no varia
de forma uniforme; es decir, de su superficie hasta 40
cm, de profundidad la temperatura es mayor que en la
parte inferior de la pileta. La cantidad de calor (Q) total
se obtendrá de la suma del análisis por separado del plato
del serpentín y del serpentín.
El análisis I consiste en conocer el valor del calor (Q)
al inicio del proceso ya que en este momento es cuando
existe una mayor diferencia de temperatura entre el vapor
de mezcal y el agua de enfriamiento, esta parte del proceso
puede considerarse como el intervalo de mayor eficiencia.
El análisis II consiste en calcular el valor del calor
(Q), al final del proceso; considerando como final
del proceso cuando el agua de enfriamiento alcanza
su máxima temperatura (recordemos que el agua
no tiene recirculación) por lo que se estima como la
parte ineficiente del proceso por la poca diferencia de
temperatura que existe.
Análisis del plato del serpentín
Calculando el área de la superficie cónica
778
S = 1.5708c ( D + d )
c = a 2 + b2
a = R−r
a = 18- 2.4 = 15.6 cm
(15.6 )
c=
2
+ ( 8.5 )
2
= 17.78 cm
S = 1.5708 (17.76 )( 36 + 4.8 ) = 1138.21cm 2
ST = 0.2276m 2 superficie total (plato del serpentín, área
cónica)
ST = AE
ST =4
(π ) re2
De donde:
r=
r=
ST
4 (π )
0.2276
= 0.135m
4 (π )
Conociendo que el espesor del material del plato es de e=
0.0029 m.
ri = re − e
El análisis térmico corresponde al caso de un intercambio
de calor por conducción simple
Q= Calor total
q= calor parcial
Ecuación de intercambio de calor por conducción simple en
la superficie de una esfera hueca.
q = ks∆t
s=
4 ( 3.1416 )( re − ri )
re − ri
Donde: q= cantidad de calor en Kcal h-1; k= conductividad
térmica del material en kcal ∆t= diferencia de temperaturas
mhr °C
del sistema en °C; Ti= temperatura del vapor del mezcal al
interior del condensador en o C; Te= temperatura inicial del
Magdaleno Caballero Caballero et al.
779 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
agua de enfriamiento en oC; Tf= temperatura final del agua
de enfriamiento en o C; re= radio exterior de la esfera en m;
ri= radio interior de la esfera en m.
Análisis del tubo serpentín y selección de la ecuación a
emplear
Se resolverá como si fuera un tubo recto en posición vertical
2 ( 3.1416 ) kl (T1 − T2 )
q=
r 
ln  2 
 r1 
q= cantidad de calor en Kcal h-1; k= conductividad térmica
kcal
del material en
T = temperatura del vapor del
mhr °C 0
mezcal al interior del tubo serpentín en o C; T1 = temperatura
inicial del agua de enfriamiento en o C; T2= temperatura final
del agua de enfriamiento en oC; r1= radio interior del tubo
m; r2 = radio exterior del tubo en m; e= espesor del tubo en
m; l= longitud del tubo en m.
Ti − Te oo
== CC
2
Análisis térmico al inicio del proceso
tf =
Calculando el valor de calor (Q) al inicio del proceso
Calor en el plato del serpentín
Análisis térmico al final del proceso
Calculando el valor de Q cuando el agua de enfriamiento
alcanza su máxima temperatura. Cabe señalar que los valores
que varían son la temperatura del agua de enfriamiento
(Te) por lo que será para este caso Te´ y la conductividad del
material (k).
Q en el plato del serpentín:
q1′ = ks∆t = ( 328.72 )( 76.694 )( 60 − 57.2 ) = 70590.38kcal / h
Q en el serpentín:
q2′ =
2π kl (Ti − Te′)
r 
ln  2 
 r1 
=
2π ( 330.14 )( 6.22 )( 46.9 − 38.5 )
kcal
= 1617606.5
h
 0.02125 
ln 

 0.0198 
Por lo tanto el calor total del sistema es:
Q′ = q1′ + q2′ = 70590.38 + 1617606.5 = 1688196.88
kcal
h
Eficiencia del condensado
A mayor diferencia de temperatura mayor transferencia de
calor, en este caso cuando el gradiente de temperatura (∆t) es
mayor se disipan 5 204 043.1 kcal en una hora, pero cuando
el gradiente de temperatura disminuye, tan solo se disipan
1 392 483.2 kcal en una hora.
q1 = ( 330.382 )( 76.699 )( 60 − 20.5 ) = 1000928.776kcal / h
Observando que al inicio del proceso actual la transferencia
de calor es mayor se considera este punto con una eficiencia
de 100%, pero cuando la temperatura del agua se eleva a 57
o
C la eficiencia inicial disminuye 73.24%; es decir, sólo se
disipa 26% de calor generado.
Calor en el serpentín:
Estudios sobre medios de enfriamiento
4π ( re − ri ) 4π ( 0.1345 − 0.1316 )
S=
=
= 76.99m
re − ri
0.1345 − 0.1316
q=
2π ( 330.967 )( 6.22 )( 46.9 − 20.5 )
kcal
= 4831637.418
h
 0.02125 
ln 

0.0198


El calor total del sistema es:
Q= q1 + q2= 1000928.776+4831637.418=5832566.194
kcal h-1
Existen tres sistemas principales para eliminar el calor del
condensador:
1. Circuitos abiertos en los cuales el agua se toma del mar,
ríos o lagos grandes y se regresa con un mínimo de
recirculación
2. Estanques de enfriamiento
3. Torres de enfriamiento
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal
En cuanto al primer sistema de circuito abierto de recirculación
no es considerado para su estudio dentro del proyecto, debido a
que cerca de los palenques (lugar de producción de mezcal) no
se cuenta con algún río de agua corriente, si no por lo contrario
existe escasez de la misma, y los pozos para extraerla son pocos.
Actualmente para disminuir la temperatura del agua
empleada durante el proceso de condensación, se ocupan
estanques de enfriamiento. Los estanques de enfriamiento
no cumplen eficazmente su cometido, ya que dentro de ellos
se encuentra el tubo serpentín de condensación y el sistema
es estático; es decir, el agua no tiene recirculación, por lo que
constantemente su temperatura va aumentando, por lo tanto
resulta obvio que el agua caliente no serviría con la finalidad
de condensar el vapor de mezcal; esto orilla a una de estas dos
decisiones: tirar al suelo el agua caliente o detener el proceso
de destilación. Además de que los estanques utilizados se
encuentran dentro de la planta en espacio cerrado en donde
no existen corrientes de aire lo cual no favorecen al proceso.
Por lo que de las tres alternativas de eliminación del calor del
condensador se selecciona para ser empleada la de torres de
enfriamiento ya que son considerados como el mejor sistema,
por la eficacia que se obtiene al emplearlos (Lugo, 2006).
Torres de enfriamiento
Las torres de enfriamiento son dispositivos de enfriamiento
artificial de agua, se clasifican como cambiadores de calor
entre un volumen de circuito cerrado y el aire atmosférico.
Alternativa de solución-torre de enfriamiento atmosférica
con arreglo de aspersión
Para mejorar la operación de condensación, el diseño a logar
debe cumplir con los siguientes requisitos:
Ser un sistema de recirculación continuo.
Rechazar el exceso de calor del agua proveniente del
condensador.
Debe tener la suficiente simplicidad para su adaptación.
El equipo y material empleado debe ser de bajo costo.
Se ha nominado como sistema de recirculación continuo, por
que el flujo del agua será constante, esto porque no contara
con depósitos de almacenamiento de agua fría, por lo tanto
el agua caliente que salga del condensador sólo estará afuera
de este el tiempo necesario para ser enfriada y de inmediato
se regresara al condensador.
780
Para asegurar la perdida de calor de agua, emplearemos
la exposición de ésta a corrientes de aire atmosférico,
mediante el uso de una torre de enfriamiento, considerando
que la temperatura máxima de enfriamiento será la del
medio ambiente en ese momento (Kern and Donald,
1999).
Análisis térmico del condensador con recirculación de
agua de enfriamiento
Para conocer la cantidad de calor a disipar, mediante la
recirculación del agua de enfriamiento debemos analizar
el sistema de condensación, considerándolo como un
intercambiador de calor de flujo paralelo; esto es, por que
el agua de enfriamiento y el vapor de mezcal circulan en el
mismo sentido. El agua de enfriamiento procedente de la
torre será a temperatura ambiente a la cual se tomaron los
datos.
Para determinar la cantidad de calor emplearemos la
siguiente ecuación.
W = mc Cm (Tce − Tcs )
Donde TMe=temperatura de entrada del vapor del mezcal
en oC; TMs= temperatura de salida de mezcal liquido en oC;
TAe= temperatura del agua de enfriamiento a la entrada en
o
C; TAs= temperatura del agua de enfriamiento a la salida
en oC; mc= flujo de masa del vapor del mezcal; Cm= calor
específico del mezcal;
Datos: TMe= 60 oC; TMs= 29.04 o C (con agua de enfriamiento
kcal
a 32 oC); TAe= 32 oC; TAs= 34; oC; Cm= 0.6845 kg °C
El flujo de masa del mezcal (mc) se determina en promedio
a la cantidad de mezcal condensado en un intervalo de 5 h,
ya que no se puede determinar directamente, al no existir un
proceso controlado de destilación del mezcal; es decir, no
existen temperaturas ni presiones controladas actualmente;
por lo tanto:
mc =
kgdemezcal
Tiempo
Datos:
Volumen de mezcal condensado= 200 l.
Densidad del mezcal= 925.3 kg m-3.
Tiempo de operación= 5 h.
781 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
mc =
kgdemezcal 185.06kg
=
= 37.012kg / h
Tiempo
5h
W= (37.012)(0.6845)(60-29.04)=784.362 kcal h-1
Los 784 kcal por hora de calor (W), serán absorbidas por el
agua de enfriamiento y llevados a la torre de enfriamiento
para su disposición al ambiente.
Calculo hidráulico del sistema
Determinando el volumen de agua caliente a recircular para
una profundidad de 30 cm en la pileta se tiene:
Va = (1.42 )(1.52 )( 0.30 ) = 0.6475m3
Convirtiendo a litros se tiene 647.52 l, para un tiempo de
recirculación de 40 min, y un caudal de succión de 16.188
l/min. (26.98X10-5m3/s).
Los diámetros de la tubería de alimentación= D=1/2”=
0.0127 m
Diámetro de la descarga= d= 3/8”= 9.525X10-3 m
Para determinar la velocidad (V) del agua en la tubería de
alimentación recurrimos a la siguiente ecuación.
Q
V=A
QENT= 26.98 X 10-5 m3/s.
A= 12.66X10-5m2
V= 2.1311 m/s
Conociendo la velocidad inicial podemos calcular la
velocidad del fluido de entrada del arreglo, empleando la
ecuación de continuidad aplicada a una reducción.
V1 A1
A2
V1= 2.1311 m s-1
A1= 12.66X10-5 m2
A2= 7.12 X 10 m2
V2= 3.7893 m s-1
V2=
Una vez conocida la velocidad del fluido a la entrada del
arreglo, emplearemos este valor para determinar el fluido
correspondiente en cada ramal.
Datos del arreglo de espreas:
Diámetro de los ramales: d1 d2 d3= 3/8''= 9.525X10-3m
Magdaleno Caballero Caballero et al.
Longitud de lo ramales:
l1= l3= 0.64m
l32= 0.32m
Velocidad después de la reducción:
V2= 3.7893 m s-1
Caudal supuesto para el ramal:
QSup= Q'2= 1X10-4 m3/s}
Número de Reynolds:
Re= 44892.199 para flujo turbulento
Factor de fricción: f= 0.02173
Para el ramal 2, suponiendo un caudal parcial de Q=
1X10-4 m3/s (6 l s-1). La pérdida de carga supuesta (h'f )
para el arreglo.
h'f = 0.73 m
Conociendo el valor de h'f se determinaran los caudales
parciales a través de los ramales 1 y 3.
Q'1= 7.07X10-5 m3/s
El ramal (3) tiene las mismas características y dimensiones
del ramal (1) por lo tanto no es necesario calcularlo, entonces
Q'3 = Q'1
∑Q'= 24.14X10-5 m3/s
Comparando la sumatoria de caudales parciales con el caudal
de entrada.
∑Q' < QENT
La sumatoria de caudales parciales (∑Q') es menor que el
caudal de entrada (QENT) por lo tanto es necesario ajustar
este valor:
Q1= 7.9 X 10-5 m3 s-1
Q2= 11.17 X 10-5 m3 s-1
26.97 X 10-5 m3 /s = 26.98 X 10-5 m3 s-1
∑Q = QENT
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal
La diferencia entre los dos valores comparados es mínima,
por lo que aceptamos los caudales parciales calculados, como
caudales parciales reales para el sistema.
Número de orificios en el arreglo de aspersión y caudal
total de descarga
Los orificios tendrán una distribución en serie, alineados en
la parte superior de la tubería, debido a que en esta posición
el comportamiento del gasto y la velocidad será la misma
para cada orifício, así para su solución podemos encontrar
una velocidad equivalente a la total, o bien una sumatoria
de todas las velocidades en los orificios.
782
Cálculo de la potencia real de la bomba
Una vez determinada la altura manométrica del sistema
(Hm), podemos determinar la potencia real necesaria para
bombear el agua del condensador.
N=
PeQHm (62.19)(95.266 X 10−4 )(40.60)
=
= 0.0863 HP Potencia real
550η t
550(0.5)
El valor calculado representa un valor aproximado de 1/12
de H P
Descripción general del sistema de enfriamiento
∑QT= 26.96X10-5 m3 s-1
El sistema de recirculación diseñado, para el agua de
enfriamiento se compone de 2 partes principales, las cuales
son, un sistema hidráulico de tubería de Cpcb. Compuesto
por un arreglo de aspersión en paralelo, parte del equipo
fundamental es una bomba de agua con potencia necesaria
para elevar el agua caliente del condensador al arreglo de
aspersión (4 m); donde el agua será expuesta a corrientes de
aire atmosférico con la finalidad de que pierda temperatura.
La segunda, es una torre de enfriamiento, la cual recibe el
agua entregada por el arreglo de aspersión; su función es la
de disminuir la temperatura del agua en su interior, mediante
“empaques” que retarden su caída y aumentan el tiempo de
contacto con el agua con el aire. En la base de la torre de
enfriamiento existirá un colector de agua fría.
El número total de orificios es de 105.
Partes del sistema
Potencia real de la bomba
Bomba de agua: equipo esencial para la recirculación del
agua, el volumen de agua no es muy grande, pero la altura
y la descarga.
VelocidadEquivalente
VelocidadEquivalente VV
39.9131
39.9131
ee
Núm. de orifícios= Velocidad int erior == V == 1.1095 ==
Velocidad int erior
Vi i
1.1095
35.97 orifícios
Caudal por cada orifício:
Qo= Vo Ao= 0.31X10-5 m3 s-1
El caudal total de descarga (QT)= Qo (No. de orificios)=
11.16X10-5 m3 s-1
Reuniendo los caudales totales a la descarga de los 3 ramales:
Es necesario calcular la potencia real para bombear el
agua del condensador a la altura del arreglo de aspersión,
así también considerando la energía que necesita para
conservar el caudal constante en el tiempo de duración
del proceso.
Considerando las pérdidas por alimentación, arreglos
por aspersión, y descarga se obtuvo una pérdida total de:
Pérdida de energía en el sistema= 9.31 m columna de
agua.
Altura manometríca
Valor de la altura manométrica (Hm)
Hm = 12.21 m
Tubería de alimentación: es la tubería que conduce el
agua caliente del condensador a la torre de enfriamiento,
inicia en la toma de succión lo de aspersión, acoplado a la
bomba de agua y termina en la reducción anterior al arreglo
de aspersión, tiene una longitud aproximada de 8 metros
y un diámetro de ½”, una parte de la misma se encuentra
tendida sobre el piso y la otra sujeta mediante abrazaderas
a la estructura de la torre de enfriamiento.
Arreglo de aspersión: es un arreglo en paralelo de 3 tubos,
provistos de una serie de pequeños agujeros con su parte
superior para la expulsión del agua (105 agujeros; diámetro=
1/16”) el tamaño del arreglo es de 36 ∗ 36 cm y el diámetro
de los tubos es de 3/8”.
783 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Magdaleno Caballero Caballero et al.
Estructura: la estructura tiene forma piramidal de 2.4 m
de altura, en su parte superior es un cuadrado de 50X50 cm.
Tiene un total de 28 empaques o paletas.
Empaques: son de forma rectangular, los cuales están
dispuestos en forma horizontal teniendo una ligera
inclinación hacia la parte interior de la torre, con la finalidad
de expandir el área de contacto (aire-agua), y retardar la caída
del agua (Figura 3).
Figura 5. Serpentín de condensación.
Figura 3. Empaques o paletas de la torre de enfriamiento.
Colector de agua: es un deposito situado en la base de al
torre con capacidad para 100 L de agua fría (Figura 4).
Figura 6. Bomba y circuito de recirculación de agua.
Figura 4. Colector de agua fría.
Resultados
Con el diseño, construcción e implementación de este
prototipo se logro mantener la temperatura del agua de
enfriamiento del condensador 3 oC arriba de la temperatura
ambiente, haciendo el sistema de condensación estable y
continúo al mantener una temperatura constante del agua
de enfriamiento (Figuras 5, 6 y 7).
Figura 7. Torre de enfriamiento de agua.
Diseño de un sistema de recirculación y enfriamiento del agua para la destilación del mezcal
784
Conclusiones
Literatura citada
El trabajo realizado representa una aportación directa, a la
producción de mezcal, logrando con esto el diseño de un
equipo auxiliar, que mejora la fase de destilación sin alterar
en lo mínimo, la manera artesanal de producción.
Alonso-Rivera C. I. 2007. Manejo campesino en el sistema
de producción de maguey papalota (Agave Cupreata
Trel. & A. Berger) para la elaboración de mezcal en
la región de Chilapa, Guerrero. Tesis de maestría.
Puebla. 245 pp.
Kern, Q. and Donald, R. 1999. Procesos de transferencia de
calor, trigésima primera reimpresión. Continental.
México. 981 pp.
Lugo, G. E. 2006. Diseño de un sistema de control para
el proceso de fermentación del mezcal. Tesis de
Maestría. México. Escuela superior de ingeniería
mecánica y eléctrica. Instituto Politécnico Nacional
(IPN). 182 pp.
Navarrete-Bolaños, J. L.; Jiménez-Islas, H.; BotelloÁlvarez, E. and Rico-Martínez, R. 2003. Mixed
culture optimization for marigold flower ensilage
via experimental design and response surface
methodology, J. Agric. Food Chem. 51:22062211
Norma Oficial Mexicana NOM-070-SCFI-1994. Bebidas
alcohólicas. Mezcal.
El diseño logrado para el sistema de recirculación de agua
de enfriamiento empleada en la operación de condensación
del mezcal representa un diseño viable que cumple con la
finalidad de mejorar dicha operación 97%; representándose
esta mejora en un menor tiempo de operación, anulando
las pérdidas por evaporación del mezcal a su salida. El 3%
restante son pérdidas por evaporación, en la conducción del
vapor del evaporador al condensador, ya que el equipo que
actualmente se ocupa no es totalmente hermético.
Por otra parte el sistema de recirculación de agua ofrece
otras ventajas como son el ahorro de aproximadamente 23
300 L de agua para un tiempo de proceso de 3 días y anula
los daños en las paredes de la pileta como fracturas o fisuras
provocadas anteriormente por el sobrecalentamiento del
agua al interior de la misma.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 785-788
Efecto de aspersiones del dimetilsulfóxido en la productividad
del chile habanero (Capsicum chinense Jacq.)
Juan Martín Cruz Campos1§, Juan Luis Medina Arceo1 y Francisco Alfonso Larqué Saavedra2
Ingeniería en Agronomía. Instituto tecnológico de Tizimín. Final aeropuerto Cupul S/N. Tizimín, Yucatán. C. P. 97700, 2Unidad Académica. Recursos Naturales. Centro
de Investigación Científica de Yucatán, A. C. Calle 43 No. 130. Colonia Chuburná de Hidalgo, Mérida, Yucatán. C. P. 97200. [email protected] y [email protected].
mx. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.), es un cultivo
de gran importancia económica en el estado de Yucatán,
el cual es severamente afectado por diversos factores
climáticos, que influyen en el rendimiento de la producción.
Para revertir estos efectos se evaluó el efecto a diferentes
concentraciones de Dimetilsulfóxido (DMSO) (4∗10-4
M, 4∗10-6 M y 4∗10-8 M) en condiciones de campo. Se
realizaron tres aspersiones foliares a los 37 45 y 53 días de
edad de la planta, al amanecer, hasta punto de goteo; los
resultados obtenidos muestras diferencias significativas en
los tratamientos evaluados con DMSO 410-4 M y 4∗10-8 M en
el parámetro de rendimiento por planta, incrementándose en
8% en comparación al testigo; con respecto al parámetro de
altura de la planta el tratamiento 4∗10-4 M DMSO presento
diferencia significativa en comparación al testigo con un
incremento de 7%.
Palabras clave: Yucatán, cultivo hortícola, factores
climáticos, rendimiento agronómico.
Introducción
La península de Yucatán cuenta con la mayor diversidad de
chiles criollos en México, de estos, el habanero es el más
importante, ya que tiene gran demanda en el mercado local,
nacional e internacional (Tun, 2001). El chile habanero
(Capsicum chinense Jacq.), es un cultivo de gran importancia
económica y social para la Península de Yucatán y otros
estados del país como Tabasco y Veracruz.
La superficie de cultivo en el estado de Yucatán es cercana a
las 400 hectáreas y los rendimientos varían entre 8 y 12 t ha-1,
en suelos pedregosos al norte del estado, y de 10 a 15 t ha-1 en
suelos mecanizados al sur (Instituto Nacional de Estadística
Geografía, 2002). Sin embargo; el cultivo de chile habanero
es fuertemente afectado por factores climáticos y diversas
causas que disminuyen su eficiencia productiva. Una de las
más importantes es la caída de un elevado número flores
ocasionado por trastornos fisiológicos originados por las
altas temperaturas, registradas principalmente en los meses
de abril a septiembre, adicionalmente, la producción de chile
habanero es severamente afectada por la presencia de plagas
y enfermedades.
El dimetilsulfóxido (DMSO), es un compuesto que posee
propiedades de ser un gran disolvente, se reconoce muy
poco acerca de su efecto como regulador de crecimiento, el
único antecedente que se tiene es el aumento del rendimiento
de raíces de remolacha mediante aspersiones foliares
(Prink Ko et al., 1998). Generalmente se emplea para
disolver pesticidas y fertilizantes en las investigaciones y
en las pocas ocasiones se ha analizado el efecto que puede
tener por sí mismo a bajas concentraciones en las plantas,
razón por la cual el presente trabajo tiene como objetivo
Juan Martín Cruz Campos et al.
786 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
saber y conocer más acerca de su acción reguladora en el
chile habanero que permita generar un proceso productivo
más eficiente.
frutos, número de ramas primarias, y rendimiento por planta
(Cuadro 1). Las variables de crecimiento se determinaron
al momento de la primera aplicación de los tratamientos 37
días después del trasplante y la final del ciclo del cultivo.
Materiales y métodos
Cuadro 1. Parámetros evaluados en el experimento.
Parámetro
El estudio se desarrollo en condiciones de campo en el
2003, en el área hortofrutícola del Instituto Tecnológico de
Tizimín, en el municipio del mismo nombre, en el estado de
Yucatán, coordenadas 21° 08′ 33″ latitud norte 88° 09′ 53″
longitud oeste, con una altura topográfica de 20 msnm y
clima Aw0. El material vegetal que se utilizó fueron semillas
y plántulas de chile habanero. El semillero se realizó en
charolas de poliestireno de 200 cavidades con 2 2 4 de
largo por 33 y 8 cm de ancho y altura respectivamente;
previamente fueron desinfectadas con una solución de
hipoclorito de sodio al 1%.
Altura del tallo
principal
Se utilizó como sustrato una mezcla de material inerte;
cada contenedor llevó un promedio de 1 200 g del
sustrato comercial, donde posteriormente se depositó
una semilla por cavidad, con el mismo sustrato se
cubrieron las semillas manteniendo con buen nivel de
humedad durante su desarrollo. Una vez germinadas las
plántulas, éstas fueron asperjadas en dos ocasiones con
una solución nutritiva de 4 g de triple 19 en 2 l de agua
y una aplicación de Imidacloprid a una dosis de 1 mL
por un litro de agua, para prevenir daños de mosquita
blanca (Bemisa tabaci) y otra de metalaxil al cuello de las
plántulas, al momento del trasplante para evitar daños de
Damping-off (Phytophthora capsici Leo). A los 40 días
de edad de las plantas y a una altura promedio de 20 cm
fueron trasplantadas en pocetas previamente abonadas con
500 g de bovinaza y desinfectadas con carbofuran 20 kg
ha-1 , a una distancia de 1 ∗ 0.5 m entre hileras y plantas
respectivamente. Se empleó un diseño experimental de
bloques al azar con cinco replicas.
Rendimiento
La unidad experimental consistió de un conjunto de
cinco plantas, y los tratmaientos estudiados fueron: tres
concentraciones de Dimetilsulfóxido (DMSO) 4∗10-4
M, 4∗10-6 M y 4∗10-8 M y un testigo (agua destilada). Se
realizaron tres aspersiones foliares al amanecer a los 37, 45
y 53 días de edad de la planta, con un atomizador de 0.5 L y
posteriormente con una bomba de aspersión con capacidad
de 15 L hasta punto de goteo. Los parámetros estimados
fueron altura y diámetro del tallo principal, número de
Diámetro del tallo
Número de ramas
primarias
Número de frutos
Metodología
Medido “in situ” con flexómetro,
en cm desde la base del tronco
hasta la primera flor terminal
Medida de la base del tallo, en mm
utilizando un vernier
Número de ramificaciones
laterales del tallo principal,
después de presentarse la primera
flor terminal
Cuantificado físicamente por
planta
Cuantificado físicamente por
planta
Las variables agronómicas, al inicio de la aplicación de
la primera flor y a partir del inicio de la cosecha. Para el
análisis estadístico se empleó el ANOVA para bloques
aleatorizados por cada variable, y la prueba de Tukey
al 5% para detectar diferencias significativas entre
los tratamientos (Jarrold, 1984). Todos los cálculos se
realizaron con el paquete estadístico statgraphies ver. 4.1
y las gráficas de barras fueron elaborados con el paquete
Sigmaplot ver. 4.0.
Resultados y discusión
En análisis de resultados obtenidos en DMSO, se observó
que en la concentración de 410-4 M hubo un incremento
significativo 7% en el crecimiento de la planta con respecto al
testigo y a los demás tratamientos. Aristeo (1998), menciona
que plantas de zanahoria (Daucus carota L.) tratadas con
DMSO mostraron un mayor crecimiento sobre el peso de
la raíz, con 11% en relación al testigo. En cuanto a diámetro
del tallo de la planta se detectó un incremento 7% en 4∗10-4M
DMSO en comparación con el testigo, este tratamiento fue
el más representativo; arrojando un valor de 3.05 cm contra
2.84 cm del testigo, pero no se observaron diferencias
significativas entre tratamientos.
Efecto de aspersiones del dimetilsulfóxido en la productividad del chile habanero (Capsicum chinense Jacq.)
Rendimiento/planta (Kg)
2.7
2.86
a
2.8
a
a
ab
43
42
41
b
40
39
38
4x10-4
4x10-6
4x10-8
Testigo
DMSO (M)
Figura 2. Rendimiento de fruto por hectárea en planta de chile
habanero cv. Habanero.
Conclusiones
2.6
b
2.4
2.36
2.3
44
a
ab
2.66
2.46
45
Rendimiento/hectárea (Ton)
Al analizar el número de ramas primarias, se encontró
un incremento 17% en el tratamiento 4∗10-4M DMSO
respecto al testigo, cabe mencionar que dicha diferencia no
es significativa estadísticamente. Al obtener los resultados
del número de frutos por planta se observó diferencia
en el tratamiento DMSO 4∗10-8 M con 7% más y un valor
de 302 frutos en comparación con el testigo que tuvo
282. En todos los tratamientos de DMSO se encontró
un aumento en rendimiento por planta, observándose
un mayor efecto en las concentraciones de 4∗10-4 M y
4∗10-8 M incrementándose 8% en ambas concentraciones
respecto al testigo, se observa además que ambos
tratamientos son estadísticamente diferentes al testigo
(Figura 1).
787
4x10-4
4x10-6
4x10-8
Testigo
DMSO (M)
Figura 1. Rendimiento por planta de chile habanero cv.
habanero.
Estos datos se ligan con el reportado por Lang (1981) en un
estudio realizado en Phaseolus vulgaris L., quien menciona
que el DMSO estimula la floración y fructificación. En el
rendimiento de fruto, los tratamientos de DMSO 4∗10-4 M
y 4∗10-8 M presentaron un incremento significativo de 8%
en comparación con el testigo, con valores de 44.23, 44.10
y 40.8 t ha-1 respectivamente del testigo (Figura 2). (Rute
y Butenko, 1998) al aplicar DMSO en pepino observó
un mayor porcentaje de aumento de flores femeninas.
En cuanto a peso por fruto, no presentó diferencia
significativa entre tratamientos; sin embargo, los valores
obtenidos fueron mayores que el testigo, como se indica
a continuación: DMSO 4∗10-4 M, 8.9 g; DMSO 4∗10-6
M, 9 g; DMSO 4∗10-8 M, 8.8 g y, testigo 8.7 g, Aristeo
(1998) menciona que plantas tratadas con DMSO
presentan una mayor ganancia en el peso fresco de la raíz,
en zanahoria.
Aspersiones de DMSO en concentración 4∗10-4 M, estimuló
de manera significativa con un incremento de 8% el dosel y
la altura de las plantas cultivadas en condiciones de campo
en comparación con el testigo.
Las concentraciones 4∗10 -4 M y 4∗10 -8 M (DMSO),
incrementó significativamente en 8% el rendimiento
agronómico del chile habanero en comparación con el
testigo, obteniéndose los siguientes resultados: 44.23,
44.1 y 40.8 t ha-1 respectivamente, manteniendo la calidad
comercial de los frutos.
El dimetilsulfóxido (DMSO) incrementó de manera
significativa el amarre de frutos aunque se mantuvo el peso
por frutos de las plantas.
Literatura citada
Aristeo, C. P. 1998. Reguladores del crecimiento XIV:
efectos del ácido salicílico (AS) y Dimetilsulfóxido
(DMSO) en el crecimiento de zanahoria, betabel y
rábano. Tesis de licenciatura. Facultad de ciencias.
UNAM. México. 123 p.
788 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática.
2002. El sector alimentario en México.
307 p.
Lang, O. F. P. 1986. Reguladores de crecimiento VIII: efectos
del ácido acetilsalicílico y dimetilsulfóxido en el
rendimiento agronómico de Phaseolus vulgaris
L. Tesis de maestría en Ciencias. Colegio de
Postgraduados en Ciencias Agrícolas. Chapingo,
Estado de México. 64 p.
Juan Martín Cruz Campos et al.
Prink¨Ko, N. V. and Kushitskii, M. F. 1998. Increasing sugar
beet productivity by applying dimethylsulfoxide.
Khimiya u Sel¨skom Khozyaisture. 16:68-78.
Rute, T. N. and Butenko, R. G. 1998. Effect of physiogically
active substance on sex expression in cucumber plants
in vitro canditians. Piziologiya Rastenii. 28:1190-1197.
Tun, D. J. C. 2001. Chile habanero características y tecnología
de producción de campo. Campo experimental Zona
Henequenera, Mococha, Yucatán. 18-24 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 789-799
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
Marco Antonio Audelo Benítez
Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA). INIFAP. Carretera Los Reyes- Lechería Km 18.5, Texcoco, Estado de México. C. P. 56230.
Autor para correspondencia: [email protected].
Resumen
El agua de coco se consume como una bebida refrescante en
muchas regiones con plantaciones de cocotero. El aumento de
la conciencia sanitaria y de la demanda del consumo del agua
de coco que valora las características de su sabor natural y de
su aroma, han elevado el interés por identificar tecnologías
alternativas para la conservación del producto. Por otro lado, de
acuerdo con información del Sistema de InformaciónAgrícola
y Pecuaria (SIAP, 2011), el estado de Guerrero es el principal
productor de coco en México con una superficie sembrada de
84 801 hectáreas, con una producción de 120 504 toneladas, si
consideramos que en el país se producen 134 756 hectáreas, solo
en el estado de Guerrero se siembra más de 60% de lo reportado
en todo el país; por lo anterior se quiere apoyar a los productores
de este cultivo a través del establecimiento de diferentes
opciones para su manejo poscosecha. El presente trabajo forma
parte de un proyecto financiado por el Gobierno del estado de
Guerrero y Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, para el
diseño y construcción de equipos que permitan el envasado de
agua de coco, de forma específica este trabajo sólo se enfoca
al diseño de la mencionada maquinaria. De forma general los
procesos establecidos por la FAO para el envasado de agua de
coco son: selección de la materia prima, extracción del agua,
filtración, mezcla de aditivos y homogenización, envasado,
requerimientos de refrigeración. La metodología utilizada es
la comúnmente usada en los proyectos de diseño: definición de
los requerimientos de los usuarios (clientes), diseño conceptual
de los equipos, diseño de detalle, construcción de prototipo,
evaluación del prototipo; las últimas dos etapas no entran
en el alcance de este trabajo. Para cada uno de los procesos
mencionados se aplicará la metodología propuesta, todo esto
como parte de los resultados de esta investigación.
Palabras clave: coco, diseño, envasado, poscosecha.
Introducción
Tradicionalmente, el agua de coco se consume como una
bebida refrescante en la mayoría de los países productores de
coco. El creciente interés del consumidor por este producto,
como bebida refrescante y como bebida para deportistas, ha
ampliado considerablemente sus oportunidades de mercado.
Sin embargo; estas crecientes oportunidades han hecho
necesario que el agua de coco sea accesible en un formato
más conveniente, lo que ha impulsado el desarrollo de
tecnologías para la conservación y la venta de este producto
embotellado.
Al embotellar el agua de coco, no sólo se reduce el costo
del volumen de carga y el transporte de cocos inmaduros
en largas distancias, sino que mejora su vida comercial,
aumenta el valor y produce ingresos y empleos para los
pequeños productores e intermediarios vinculados a la
agroindustria del agua de coco.
La composición del agua de coco es relativamente alta
en potasio y baja en contenido de sodio. Sus elementos
principales son los azúcares con una concentración entre
1.4 y 5%, según la variedad del coco y el estado de madurez
de la nuez. El agua de coco también contiene pequeñas
cantidades de proteínas (0.7%) y grasas (0.2%), así como de
aminoácidos, vitaminas y minerales Rolle (2007).
790 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
La producción del agua de coco envasada tradicionalmente,
ha utilizado un proceso de conservación utilizando altas
temperaturas y breve tiempo. Sin embargo, el resultado de
este proceso ha tenido una limitada aceptación por parte del
consumidor en las regiones productoras de coco, debido a
la alteración del delicado sabor del producto por causa de
las altas temperaturas aplicadas en el proceso. Por esto, la
conservación en frío es el método elegido para prolongar la
vida comercial del producto.
La conservación en frío del agua de coco incluye,
básicamente, la recolección del agua de coco, la filtración
y el embotellado en condiciones higiénicas. Las diferentes
tecnologías de embotellado y filtración requieren a su vez
varios niveles de capacidad técnica e inversiones que pueden
aplicarse en la conservación en frío del agua de coco. El
grado de desarrollo de la tecnología del proceso influye
decisivamente en el estado de conservación y el costo del
producto.
Dos aspectos importantes para atraer a los consumidores(as)
de agua de coco son la imagen del cien por ciento natural,
embotellada según la conservación en frío y el hecho de que
puede producirse sin añadir aditivos.
Por lo anterior y con la idea de disponer de nuevas
opciones para la comercialización de productos agrícolas,
el Gobierno del estado de Guerrero en conjunto con el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)
en 2010 lanzó la demanda de disponer de maquinaria para
el envasado del agua de coco la cual está siendo atendida
por el Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria
Agrícola (CENEMA) perteneciente al Instituto Naciona
de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP).
Marco Antonio Audelo Benítez
Un proyecto mecánico comprende: a) detección de una
necesidad; b) conceptualización de las soluciones; c)
selección de la mejor solución; d) desarrollo del diseño de
detalle; y e) construcción y prueba del prototipo.
Se utilizó el modelo sinérgico de desarrollo de productos en
donde se consideran todas las aportaciones de las personas
involucradas en el proyecto, directa o indirectamente, y en
donde los detalles del diseño se especifican en las primeras
etapas de éste ahorrando tiempo en las modificaciones
que pudieran hacerse incluso en el proceso de fabricación
(Watanabe, 2002).
En este modelo, una vez ya identificada la necesidad se
procede a formar el equipo de trabajo, se comprende a
fondo el problema, pudiéndolo descomponer a su vez
en subsistemas; se hace una revisión del proyecto para
determinar si tiene una solución factible y continuar o
finalizar; si se decide continuar se generan conceptos que
pueden dar solución al problema y se evalúan. Una vez más
se revisa el proyecto y se determina si se continúa o se termina
el proceso; si se continúa se realiza el diseño a detalle y se
vuelve a revisar para determinar si es factible su producción
(Watanabe, 2002).
Para el desarrollo del proyecto, en la etapa de comprensión
del problema, aplicaremos una herramienta desarrollada en
Japón en la época de los 60´s conocida como “Despliegue
de las Funciones de Calidad” (QFD: Quality Function
Deployment), consiste en determinar sistemáticamente
todos los requerimientos del cliente para después traducirlos
a requerimientos técnicamente mensurables con el objetivo
de saber las características con que el producto debe contar
(Watanabe, 2002).
Este trabajo es parte del proyecto mencionado anteriormente
y tiene por objetivo el diseño de maquinaria que permita el
envasado de agua de coco. En particular este documento
incluye las fases de diseño hasta la elaboración de los dibujos
para la construcción de la maquinaria propuesta.
El QFD contempla lo siguiente: identificación del
cliente; determinación de los requerimientos del cliente;
clasificación de los requerimientos del cliente; ponderación
de los requerimientos del cliente; estudio comparativo
(BenchMarking); traducción de los requisitos del cliente
en términos mensurables.
Materiales y métodos
Para el desarrollo del diseño conceptual se siguieron los
siguientes pasos:
Para el cumplimiento de los objetivos planteados se empleó
de la metodología que comúnmente se usa en los proyectos
mecánicos.
• Delimitación de la función global con los factores a los
que afecta y que lo afectan
• Establecer la descomposición funcional
• Generar el árbol de funciones correspondiente
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
• Elaborar la tabla morfológica del diseño
• Evaluación de conceptos
• Selección de la mejor opción.
El diseño de detalle consiste en definir las especificaciones
de los equipos a construir, esto quiere de decir que como
resultado de esta etapa se debe disponer de las dimensiones,
materiales y los medios de accionamiento de los equipos.
Ésta etapa consta de los siguientes pasos: memoria de
cálculo; dibujo de detalle o construcción; y la construcción
de los equipos diseñados.
Resultados y discusión
Los resultados se presentarán siguiendo el orden de la
metodología mencionada y considerando los equipos
desarrollados. El desarrollo de este proyecto se inicia con un
planteamiento general en forma de sistema de los equipos a
diseñar; sin embargo, a medida que se va avanzando se va
particularizando en cada equipo relacionado con la etapa
del proceso, principalmente al momento de iniciar con el
diseño conceptual de los equipos.
Detección de la necesidad
El cocotero (Cocos nucifera L.), junto con la palma
africana (Elaeis guineensis), son las oleaginosas de mayor
importancia en las regiones tropicales y subtropicales del
mundo, apreciadas por sus múltiples usos.
El coco, al igual que otras oleaginosas, además de ser
consumida de manera directa, su mayor importancia radica
en la elaboración de otros productos, tal es el caso de la
pasta y el aceite.
Algunos productos elaborados a partir del coco son:
• Pulpa madura: se puede consumir cruda, entera o rallada;
o bien asada, formando parte de diversas preparaciones
culinarias.
• Pulpa gelatinosa: se obtiene de los cocos aún verdes. Se
come directamente, una vez abierto el coco. Contiene
los mismos nutrientes que el coco maduro pero en menor
concentración.
• Agua de coco: el agua de coco se encuentra en la cavidad
central y posee un sabor peculiar y único.
• Leche de coco: la leche se obtiene exprimiendo la pulpa
791
del coco una vez triturada. Se le puede agregar agua o
leche y se toma como refresco o se añade a batidos de
frutas u otros platos.
• Aceite de coco: se extrae de la copra o pulpa seca de
coco, se utiliza en la elaboración de algunos productos
de repostería industrial envasada y botanas por su bajo
costo y buen resultado.
• Tuba (bebida): bebida alcohólica
• Coco rallado: se seca y se ralla y se espolvorea por encima
en pastelería.
Actualmente, en el estado de Guerrero, se está promoviendo
la otorgación de un valor agregado inmediato a cultivos como
el cocotero por lo que, en ese sentido, los involucrados en
el cultivo mencionado detectaron la necesidad de contar
con maquinaria que permita envasar el agua de coco con
la particularidad de que conserven las características
originales, sabor y apariencia.
Como clientes potenciales del proyecto son:
• Usuarios del producto: productores de coco
• Compradores del producto: productores de coco,
constructores de transportadores de productos agrícolas
• Clientes productores: constructores de equipo para el
procesamiento de productos agrícolas
• Grupos sociales: Agroindustrias del Sur, y el Consejo
Estatal del Cocotero O. P. D.
En esta etapa se hicieron visitas a los usuarios potenciales
de los equipos, con la idea de conocer las espectativas con
las que deben cumplir los equipos diseñados.
Además se hizo una revisión del estado del arte de
esta tecnología, y se observó que la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) tiene una metodología para las
buenas prácticas en la obtención de agua de coco (Rolle,
2007), la cual considera las siguientes etapas: selección,
almacenamiento, lavado, extracción, filtrado, mezclado,
envasado, y almacenamiento.
Para cada una de las fases se aplicó la metodología
propuesta. Para el caso de las dos primeras fases no se
aplicará este procedimiento, ya que por la naturaleza de
los mismos, esto depende de las condiciones en las que
se recibe la materia prima y prácticamente estas se hacen
basados en la experiencia de los productores (Ohler,
1999).
792 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Determinación de los requerimientos del cliente
Como resultado de esta etapa se obtuvieron los siguientes
requerimientos, a los cuales se le denominará “requerimientos
de calidad”:
Económicos
a) Precio competitivo. El equipo debe tener un precio que no
supere el precio de los equipos de características similares
ya existentes en el mercado.
b) Bajo costo de refacciones. Las refacciones utilizadas para
la reparación de los equipos deben ser de costo razonable
y que se encuentren disponibles en la región en donde se
va a instalar el equipo.
c) Bajo costo de fabricación. El costo de fabricación de los
equipos no debe superar al precio de fabricación de los
equipos existentes.
Funcionales
a) Facilidad de instalación. El equipo no debe presentar
problemas para su instalación.
b) Fácil operación. La operación del equipo debe ser
de manera sencilla, no debe presentar ningún tipo de
problema para el operador en turno. La capacitación
para esta persona no debe ser muy especializada y la
cantidad de personas para operarlo debe ser de máximo
4 personas.
c) Durabilidad. La duración de este equipo debe superar
a la duración que ofrecen las compañías que fabrican
transportadores.
d) Facilidad de mantenimiento. El mantenimiento debe
realizarse por cualquier tipo de persona que tenga
conocimiento del funcionamiento de la máquina y de los
principios de lubricación. La preparación de esta persona
no debe causar una inversión importante para el productor.
La realización del mantenimiento debe hacerse en un
tiempo corto y el número de personas para realizarse
debe ser el mínimo.
e) Facilidad de accionamiento. El accionamiento debe
hacerse de manera sencilla y en un tiempo mínimo.
f) Facilidad de reparación. La reparación debe realizarse de
manera que sea lo mas rápida posible, teniendo el personal
adecuado y una disposición de refacciones.
g) Su funcionamiento no debe dañar el producto. Si es que
utiliza equipo para el transporte hacia el punto en donde se
extrae el agua, este no debe dañar a los cocos a procesar.
Marco Antonio Audelo Benítez
h) Facilidad de detención en caso de accidentes.
i) Temperatura del agua obtenida. Se debe conservar al
agua que se obtiene a una temperatura requerida.
j) Exposición a la luz del agua. Se debe evitar en la medida
de lo posible que le toque la luz directa al agua una vez
que sale del coco.
k) Capacidad. Se deben procesar por lo menos 900 cocos
en 8 horas de trabajo.
Necesidades del constructor
a) Tiempo de construcción e instalación.
b) Utilización de maquinaria no especializada.
c) Disponibilidad de materia prima.
d) Facilidad de fabricación.
Seguridad
a) Su funcionamiento debe garantizar la integridad del
operador y de personas que laboren en sus alrededores
b) Colocación de señalamientos de zonas de riesgo
c) Seguridad en la fabricación
d) Utilización de protectores por los empleados
e) Del producto obtenido
f) Los envases para el agua pueden ser de plástico, vidrio
o latas
g) Se debe conservar al máximo posible el sabor y sus
propiedades
h) No se deben utilizar componentes de conservación
químicos
i) El producto debe ser 100% inocuo
Clasificación de los requerimientos del cliente
La clasificación de los requerimientos del cliente se hace
considerando si son mensurables y si son obligatorios
(Cuadro 1).
Ponderación de los requerimientos del cliente
Para la ponderación de los requerimientos deseables se
analizó la tabla anterior y se tomaron sólo los requerimientos
que son deseables para evaluar la importancia de los
mismos. Esto para saber en cuál o cuáles requerimientos es
necesario poner más atención durante el diseño y cumplir
mejor nuestros objetivos. Como resultados de este análisis
se generó el Cuadro 2.
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
793
Cuadro 1. Clasificación de los requerimientos del cliente.
Ref.
Requerimientos
Valor
Unidad
Mensurable Obligatorio
1
a
b
Económicos
Precio competitivo
Bajo costo de refacciones
< 850 000
-
$
$




c
Bajo costo de fabricación
-
$


2
Funcionales
a
b
c
d
e
f
g
Facilidad de instalación
Fácil operación
Durabilidad
Facilidad de mantenimiento
Facilidad de accionamiento
Facilidad de reparación
Su funcionamiento no debe dañar el producto
10
-
-














Facilidad de detención en caso de accidentes
-
-


<4
900/jornada
°C
cocos






6
-
Meses
-








-
-


Los mínimos
requeridos
-




pza


h
i
j
k
3
Temperatura del agua obtenida
Exposición a la luz del agua
Capacidad
Necesidades del constructor
a
b
c
d
Tiempo de construcción e instalación
Utilización de maquinaria no especializada
Disponibilidad de materia prima
Facilidad de fabricación
4
Seguridad
Años
b
c
Su funcionamiento debe garantizar la integridad del
operador y de personas que laboren en sus alrededores
Colocación de señalamientos de zonas de riesgo
Seguridad en la fabricación
d
Utilización deprotectores por los empleados
5
Del producto obtenido
a
Los envases para el agua pueden ser de plástico, vidrio
o latas
-
-


b
Se debe conservar al máximo posible el sabor y sus
propiedades
-
-


c
No se deben utilizar componentes de conservación
químicos
-
-


d
El producto debe ser 100% inocuo
-
-


a
794 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Marco Antonio Audelo Benítez
Cuadro 2. Ponderación de los requerimientos deseables.
Req. deseables
2a
3a
3b
3c
3d
4d
2a
+
-
3a
+
+
-
3b
+
+
Total
+
+
3c
+
+
+
+
-
Para obtenerlo se consideró lo siguiente:
+: requisito más importante
-: requisito menos importante
Con esto se utilizó la siguiente relación:
No. de combinaciones=
N(N - 1)
= Total
2
Donde: N= al número de requisitos deseables
Para calcular el peso relativo se utilizó la siguiente relación:
Peso relativo=
Número de +
x 100
Total
Estudio comparativo (BenchMarking)
El siguiente paso fue el estudio comparativo o
Benchmarking, el propósito de este estudio entre
diversos productos que satisfagan de igual manera una
necesidad, es el de analizar y evaluar la forma en que cada
producto cumple con los requerimientos de calidad, y así
darnos cuenta de los puntos fuertes y los puntos débiles
de cada uno. Esto nos dará una idea de los aspectos en
donde deberemos poner más énfasis durante el diseño
del producto para adquirir ventajas sobre los demás
(González-Sánchez et al., 2006).
Para nuestro proyecto se vieron algunos modelos que se
tienen, sin embargo como esto se trata de un conjunto
de equipos, es un poco difícil encontrar algo que
haga exactamente lo mismo que el equipo que se desea
diseñar.
La mayoría de los equipos encontrados son creaciones de
los propios productores y carecen en esencia de la ingeniería
para la fabricación de equipos, sin embargo el problema más
3d
-
4d
+
+
+
+
No de +
4
3
1
1
5
1
15
Peso relativo (%)
26.66
20
6.66
6.66
33.33
6.66
100
importante fue la falta del seguimiento de un programa de
buenas prácticas a fin de garantizar la inocuidad del producto
obtenido
Los modelos son tomados de la visita que se hizo al estado
de Guerrero a plantas que ya realizan esta actividad http://
www.fao.org/inpho/content/compend/text/ch15.htm.
Modelo
I
II
Descripción
Empresa “Teypa”
Empresa “Las palmeras”
La escala de calificación es:
Grado de satisfacción
Totalmente
Casi por completo
Medianamente
Muy poco
Nada
Calificación
4
3
2
1
0
Los resultados del estudio comparativo se pueden ver en el
(Cuadro 3).
Traducción de los requisitos del cliente en términos
mensurables
La traducción de los requerimientos del cliente en términos
mensurables permite procesar dos tipos de información;
por una parte, el estudio comparativo entre productos de
la competencia puede adquirir un nivel objetivo, en tanto
la comparación deja de ser relativa para convertirse en una
comparación metrológica. Por otro lado, se preestablecen
las principales especificaciones del producto. Esto es, cada
requerimiento mensurable relacionado a una unidad de
medida se convierte en una meta de diseño al asociarse a una
cifra. La traducción se puede ver en el (Cuadro 4).
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
795
Cuadro 3. Estudio comparativo o Benchmarking.
Ref.
Requerimientos
Ponderación
I
Modelo
II
1 Económicos
a
b
c
Precio competitivo
Bajo costo de refacciones
Bajo costo de fabricación
-
3
2
2
3
3
2
26.66
3
3
2 Funcionales
a
Facilidad de instalación
b
Fácil operación
-
3
3
c
Durabilidad
-
3
3
d
Facilidad de mantenimiento
-
3
2
e
Facilidad de accionamiento
-
2
2
f
Facilidad de reparación
-
3
3
g
Su funcionamiento no debe dañar el producto
-
1
2
h
Facilidad de detención en caso de accidentes
-
2
2
i
Temperatura del agua obtenida
-
2
2
j
k
Exposición a la luz del agua
Capacidad
-
3
4
3
4
20
3
2
3 Necesidades del constructor
a
Tiempo de construcción e instalación
b
Utilización de maquinaria no especializada
6.66
3
3
c
d
Disponibilidad de materia prima
Facilidad de fabricación
6.66
33.33
3
2
3
3
4 Seguridad
a
Su funcionamiento debe garantizar la integridad del operador y de
personas que laboren en sus alrededores.
-
3
3
b
c
Colocación de señalamientos de zonas de riesgo.
Seguridad en la fabricación
-
1
2
2
2
d
Utilización de protectores por los empleados
6.66
3
3
5 Del producto obtenido
a
Los envases para el agua pueden ser de plástico vidrio o latas.
-
4
4
b
Se debe conservar al máximo posible el sabor y sus propiedades
-
3
3
c
No se deben utilizar componentes de conservación químicos
-
0
3
d
El producto debe ser 100% inocuo
-
1
2
796 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Marco Antonio Audelo Benítez
Cuadro 4. Traducción de los requerimientos en términos mensurables.
Ref. Requerimientos
2
a
b
d
e
f
g
h
j
3
Funcionales
Facilidad de instalación
Fácil operación
Traducción
Tiempo necesario de
adiestramiento
Escolaridad mínima
necesaria
Cantidad de
personas necesarias para instalar
Tiempo necesario de
adiestramiento
Escolaridad mínima necesaria
Cantidad de
personas necesarias para operar
Tiempo de adiestramiento
Escolaridad mínima
Cantidad máxima de personas para
dar mantenimiento
Facilidad de mantenimiento
Tiempo de mantenimiento
Núm. de personas máximo para
accionar el sistema
Facilidad de accionamiento
Tiempo máximo para accionar el
sistema
Tiempo de adiestramiento
Escolaridad mínima
Facilidad de reparación
Cantidad mínima de personas para
reparar
Su funcionamiento no debe dañar el
Porcentaje de producto dañado.
producto
No. de personas máximo para
Facilidad de detención en caso de
detener el sistema
Tiempo máximo para detener el
accidentes.
sistema
Tiempo máximo de exposición a
Exposición del agua a la luz
la luz
d
Necesidades del constructor
Utilización de maquinaria no
Núm. de máquinas especializadas
especializada
Tiempo de adquisición de materia
Disponibilidad de materia prima
prime
Facilidad de fabricación
Tiempo de fabricación
4
Seguridad
b
c
a
b
Valor
Unidad
16
Horas
primaria
Grado escolar
5
8
primaria
4
Horas
Grado escolar
Personas
Horas
10
primaria
Grado escolar
2
Personas
10
Horas
1
Persona
5
Minutos
20
primaria
Horas
Grado escolar
3
Personas
1
(%)
1
Persona
5
Segundos
<1
Minutos
<5
Máquinas
<5
Días
<6
Meses
Su funcionamiento debe garantizar la
Número de accidentes durante su
integridad del operador y de personas
0
operación
que laboren a sus alrededores
Colocación de señalamientos de
Núm. de señalamientos colocados Los necesarios
zonas de riesgo
*= Rolle (2007).
Personas
Accidentes
Señalamientos
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
797
Cuadro 4. Traducción de los requerimientos en términos mensurables (Continuación).
Ref. Requerimientos
Traducción
Núm. de accidentes durante su
fabricación
Valor
Unidad
0
Accidentes
c
Seguridad en la fabricación
5
Del producto obtenido
Los envases para el agua pueden
Envases del material seleccionado Los requeridos
Piezas
ser de plástico, vidrio o latas
pH del agua
Ph
5-5,4
Se debe conservar al máximo
posible el sabor y sus propiedades
Grados Brix
Grados Brix
5-6,5
Núm. de componentes
No se deben utilizar componentes
Componentes químicos utilizados
0
químicos
de conservación químicos
Conteo total de bacterias aeróbicas/
Núm. de bacterias aeróbicas
<5 000*
mm
/ mm
Coliformes/ml
Núm. de coliformes/ml
< 5 000*
El producto debe ser 100% inocuo
Núm. de coliformes fecales/
Coliformes fecales/ml
0*
ml
a
b
c
d
*= Rolle (2007).
Conceptualización de las soluciones
Para el desarrollo del diseño conceptual se siguieron los
siguientes pasos: delimitación de la función global con
los factores a los que afecta y que lo afectan, establecer la
descomposición funcional, generar el árbol de funciones
correspondiente, elaborar la tabla morfológica del diseño,
evaluación de conceptos, selección de la mejor opción. Como
resultado de estos pasos se obtuvieron los siguientes conceptos:
Para el caso del lavado se plantea la utilización de un sistema
de cepillos, los cuales desprenden la tierra que pudieran tener
los cocos. Además se plantea un sistema de desinfección, por
medio de una tina en donde se tendrá una solución desinfectante.
Para el envasado se propone un sistema en donde el lavado
de las botellas se realiza de forma manual, se colocan en una
banda transportadora que conduce a las botellas al punto
donde se realiza el llenado, este se hace de forma automática
a fin de que no se tenga contacto en ningún momento con el
agua. Las tapas se lavan manualmente y colocan en la botella
de forma automática.
Diseño de detalle
Como resultado del diseño de detalle se obtuvieron los
siguientes dibujos para la construcción del equipo (Figura
1, 2, 3, 4, 5).
Para el sistema de extracción, este se realizará con una
transportadora de bandas mediante cadenas, con un sistema
de extracción mediante la aplicación de presión neumática
mecanizada y eliminación del coco mecánicamente.
El sistema de purificación se realizará mediante filtros en
diferentes categorías, alimentados mediante una bomba
hidráulica de alta presión, con controladores de presión y
de activación eléctrica manual.
El sistema de mezclado se realiza hidráulicamente, con
controlador de presión manual, mediante bandas, la
alimentación, y salida será hidráulica y el accionamiento
será manual.
Figura 1. Sistema de lavado.
798 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Marco Antonio Audelo Benítez
Figura 4. Sistema de filtrado.
Figura 2. Sistema de desinfección.
Figura 5. Sistema de envasado.
Conclusiones
Se cumplió con el objetivo de contar con los dibujos
de fabricación de los equipos para la extracción de
agua de coco. El siguiente paso es la construcción y
evaluación de estos equipos para definir el grado
de cumplimiento que se tienen con relación a los
requerimientos del cliente.
Figura 3. Sistema de extracción.
Los equipos generados son el resultado de la aplicación
de la metodología de diseño con la orientación al
cumplimiento de los requerimientos establecidos por los
usuarios potenciales de estos equipos, lo que permitirá
que, al momento de evaluarlos, se tenga un buen grado
de cumplimiento.
Diseño de maquinaria para el envasado de agua de coco
Literatura citada
Coconut Post-Harvest Operations. URL: http://www.
fao.org/inpho/content/compend/text/ch15.
htm.
González-Sánchez, R. F.; Macias- Lepe, L. A.;
Guizar- Moran, B. V. 2006. Estudio de la
demanda nacional de pulpa, fibra y agua para la
compactación de la oferta regional del cocotero.
121 pp.
799
Ohler, J. H. 1999. Modern coconut management: palm
cultivation and products. Rome. FAO of the
United Nations, 458 pp.
Rolle, R. 2007. Buenas prácticas para la producción en
pequeña escala de agua de coco embotellada.
Servicio de tecnologías de Ingeniería Agrícola y
Alimentaria. FAO. Italia. 4-10 pp.
Watanabe, J. 2002. Curso de diseño mecánico 1. Sección
de Estudios de Posgrado. Escuela Superior
de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. Instituto
Politécnico Nacional. México (IPN). 10-11 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 800-806
Sensor para la medición continúa de la compactación del suelo
Miguel Herrera Suárez1§, Ciro Iglesias Coronel2, Darina Lara Coba3, Fidel Diego Nava4, Jaime Ruiz Vega4, Omar González
Cueto1 y Elvis López Bravo1
Departamento de Ingeniería Agrícola. Universidad Central de Las Villas. Carretera a Camajuaní, km 5.5, Santa Clara, Villa Clara, Cuba. C. P. 54830. [email protected].
cu. 2Centro de Mecanización Agropecuaria (CEMA). Universidad Agraria de La Habana. Carretera a Tapaste y Autopista Nacional, km 22.5. San José de Las Lajas,
Mayabeque, Cuba. C. P. 54830. ([email protected]). 3Facultad de Ingeniería. Departamento de Mecanización Agropecuaria. Universidad de Granma. Peralejo, km 17.5.
Carretera Bayamo-Manzanillo, Bayamo, Cuba. ([email protected]). 4Centro Interdisciplinario de Investigación y Desarrollo Rural, Unidad Oaxaca. IPN. Calle Hornos
Núm. 1003, Santa Cruz, Xoxoclotlan, Oaxaca. C. P. 71230. [email protected]. ([email protected]). §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
La repercusión económica y ambiental de la compactación
de los suelos agrícolas ha propiciado el desarrollo de
nuevos medios y métodos para combatirla, por lo que
el presente trabajo tiene como objetivo desarrollar un
sensor para la medición continua de la compactación del
suelo. Dicho sensor está conformado por un transductor
octagonal de anillos extendidos (EORT), acoplado a
un órgano de trabajo del tipo escarificador alado. La
resistencia o impedancia mecánica del suelo es medida
por el transductor, para posteriormente correlacionarla con
su estado de densificación o compactación. Finalmente el
funcionamiento del transductor desarrollado se comprobó
en las condiciones controladas del canal de suelo CSCEMA-25, ubicado en el Centro de Investigaciones
Agropecuarias (CEMA), de la Universidad Agraria
de La Habana (UNAH), mostrándose un adecuado
funcionamiento del sensor, que lo hace apto para la
determinación continua de la compactación del suelo.
Los errores en las predicciones de la compactación del
suelo oscilaron de 1.50 a 4.16%, quedando demostrado
que la exactitud en las predicciones dependerá de las
condiciones físicas del suelo y la aptitud de las ecuaciones
de predicción empleadas.
El desarrollo tecnológico sobre todo el de las ciencias
informáticas da paso al surgimiento de las tecnologías de la
agricultura de precisión, las cuales están orientadas al manejo
de los factores que afectan el rendimiento de los cultivos
desde una perspectiva particular, poniendo énfasis en cada
sector específico del terreno (Helle y Von Conta, 2006).
Esta tecnología está indisolublemente ligada al desarrollo
de sensores para la determinación remota o en tiempo real
(en sitio específico) de los diferentes factores que afectan
los rendimientos de los cultivos.
Palabras claves: densidad volumétrica, suelo, transductor
octagonal de anillos extendidos, canal de suelo.
Muchos de estos sensores están acoplados a un sistema
de posicionamiento global (GPS), para obtener los mapas
de las diferentes variables medidas. Los datos de salida
vienen siendo una gran fuente de información que refleja
la variabilidad espacial de los factores determinados,
sugiriendo en la mayoría de los casos la necesidad de adoptar
las tecnologías de manejo en sitio específico y dosificación
variable.
Dentro de los factores que mayor incidencia tienen en los
rendimientos de los cultivos se destacan los relacionados
con las propiedades del suelo, ya sean las que denotan su
estado físico, químico, o mecánico. En función de esto, ya
desde finales de la década de los años 80 (pasado siglo) se
inicia el desarrollo de sensores capaces de determinar las
801 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
diferentes propiedades del suelo, de forma continua y en
tiempo real, recolectando una amplia gama de mediciones
de gran utilidad para el posterior manejo en sitio específico
del suelo, garantizando su mejoramiento puntual y localizado
(Owen et al., 1987; Stafford and Hendrick, 1988; Glancey
et al., 1989). Según Adamchuk et al. (2004), una de las
principales limitaciones que posee actualmente la agricultura
de precisión es la imposibilidad de obtener en muchos casos
las propiedades del suelo a un bajo costo de tiempo y recursos.
La Agricultura de Precisión ha sido ampliamente difundida
y aceptada, incrementando el interés en el uso de sensores
para la extracción de información de las variables del
suelo y las plantaciones (Andrade et al., 2004). Numerosos
investigadores y fabricantes han intentado el desarrollo
de sensores para la medición continua (On-the-Go) de las
propiedades del suelo, sin embargo solo unos pocos sistemas
están comercialmente disponibles, lo cual ha propiciado la
búsqueda de nuevos prototipos (Adamchuk et al., 2004). A
partir de esto se han diseñado vario sensores para la medición
continua de las propiedades del suelo.
Una de las variables que mayor importancia tiene a la hora de
conocer el estado del suelo en función de establecer estrategias
para el manejo de los cultivos es la compactación del suelo,
determinada a través de la medición indirecta o directa de
la densidad volumétrica o de la resistencia a la penetración
del suelo. Inicialmente la mayoría de los métodos para la
determinación de la compactación del suelo se basaban en el
empleo de instrumentos de medición in situ y puntual de las
propiedades del suelo que se relacionan con la compactación.
Estos métodos tienen como desventaja la gran laboriosidad
que se requiere durante las mediciones, sobre todo cuando el
intervalo de mediciones se hace más pequeño lo cual aumenta el
número de muestras considerablemente (Kaleita y Tian, 2002).
Estas son razones suficientes para que el sensoramiento
de la compactación del suelo sea hoy un problema de
corte mundial, por lo que existe una gran cantidad de
investigadores que han trabajado en el desarrollo de
sensores para la determinación continua y en sitio específico
de la compactación del suelo (Owen et al., 1987; Stafford
and Hendrick, 1988; Glancey et al., 1989; Alihamsyah et
al., 1990; Van Bergeijk y Goense, 1996; Gorucu et al., 2001;
Adamchuk et al. (2001); Tekeste et al., 2002; Andrade et al.,
2003; Raper y Hall, 2003; Chung et al., 2003; Verschoore
et al., 2003; Adamchuk et al., 2003a; Andrade et al., 2004;
Chung et al. (2004); Hall y Raper (2005); Adamchuk et al.,
(2006a); Mouazen y Ramon (2006).
Miguel Herrera Suárez et al.
A pesar de la importancia del sensoramiento o determinación
continua de la compactación del suelo, en Cuba aun no
se ha realizado ninguna experiencia práctica que permita
contar con un sensor para la determinación continua de la
compactación del suelo. Hasta el momento el único trabajo
que se reporta en este sentido es realizado por Martínez
y Morejón (2006), donde se realiza el diseño teórico de
un sensor, que posee características muy similares al
desarrollado por Hall y Raper (2005); es decir, el sensor tiene
forma de brazo recto con caras inclinadas, provisto de una
cuña que al interactuar con el suelo comprime un celda de
carga destinada a sensar la resistencia del suelo. Este trabajo
a pesar de ser el primer intento por desarrollar un sensor aun
no se ha llevado a la práctica.
Tomando en cuenta estos aspectos el trabajo que tiene
como objetivo: desarrollar un sensor para la determinación
continua de la compactación de los suelos agrícolas.
Fundamentación del sensor
A partir del análisis de la situación actual del diseño de
los sensores de compactación se decide que el principio
de funcionamiento del sensor a desarrollar se base en el
sensoramiento de las tensiones del suelo, es decir según
Hemmat y Adamchuk (2008), se clasificará como un sensor
de fuerzas verticales y horizontales.
El sensor desarrollado se conformó por un órgano de trabajo
del tipo escarificador alado, y un transductor octagonal de
anillos extendidos (Figura 1), similar al desarrollado por
Godwin (1975), ambos elementos fue construido en el taller
de prototipos del Centro de Mecanización Agropecuaria
CEMA, Universidad Agraria de La Habana.
Figura 1. Sensor de compactación desarrollado en el CEMA.
Sensor para la medición continúa de la compactación del suelo
Principio de funcionamiento del sensor. Al interactuar
la reja y la parte frontal del brazo o soporte del sensor
con el suelo, este último acciona el transductor octagonal
deformándolo de forma tal que se puede determinar mediante
la extensometría las fuerzas o resistencia que opone el suelo
al ser cortado, tanto en el eje vertical como horizontal.
Además el transductor podrá sensar el momento flector
(Mxz) alrededor del eje xz. En este caso el soporte o brazo
para la medición de las tensiones actúa como un brazo rígido
(tine-based).
A partir de la determinación de estos esfuerzos se puede
sensar el estado físico del suelo al correlacionar la densidad
volumétrica con la impedancia mecánica, mediante la
ecuación obtenida experimentalmente por Mouazen
(2003a), que involucra la profundidad de trabajo, estado de
humedad del suelo y la fuerza de tiro horizontal.
Materiales y métodos
Las investigaciones experimentales se realizaron en el
canal de suelos CS-CEMA-25 del Centro Mecanización
Agropecuaria (CEMA), de la Universidad Agraria de La
Habana, en los meses abril y mayo de 2004. El mismo fue
modificado y perfeccionado con el objetivo de garantizar
los requisitos tecnológico-explotativo requeridos para este
tipo de investigación. Las modificaciones realizadas y
características técnicas del canal se detallan por Iglesias y
Herrera (2003a y 2003b).
Metodologías para la preparación y acondicionamiento
del suelo contenido en el canal
La preparación y acondicionamiento del suelo contenido
en el depósito del canal (Ferralítico Rojo Compactado),
siguió una secuencia que garantizo el desmenuzamiento,
humedecimiento y compactación del mismo. El
desmenuzamiento del suelo se realizó con la ayuda de
un cultivador alado tipo escardillo, acoplado al carro
portaherramientas, el cual descompactó y mulló el suelo
hasta la profundidad de 0.3 m. El humedecimiento del
suelo se realizó con una regadera a la cual se le adicionó
un contador de flujo para cuantificar la cantidad de agua
suministrada en un intervalo de tiempo dado. Para garantizar
la uniformidad de riego se subdivide el depósito de suelo en 8
partes iguales de 3 m cada una. La cantidad de agua a añadir
en cada caso se determina según la ecuación 1.
802
Wopt - Winic .
cm
aa=
100 + Winic
1)
Donde: aa= cantidad de agua a añadir (mL); Wopt= humedad
óptima (humedad de experimentación) (%); Winic= humedad
inicial (higroscópica) (%); cm= cantidad de suelo a
humedecer (g).
Finalmente se tapa el depósito de suelo con una banda de
nylon durante 24 h, para garantizar la homogenización de
las condiciones de humedad del suelo.
En los ensayos que se requiere que el suelo esté compactado
se acopla al carro porta herramientas un rodillo que posibilita
la compactación del suelo de forma mecanizada.
Metodología para el sensoramiento de la resistencia o
impedancia mecánica del suelo
Para el sensoramiento de la resistencia mecánica del suelo
se recurrió al empleo de la extensometría, para lo cual se
empleó el sensor fundamentado anteriormente, acoplado a
un sistema para la adquisición y almacenamiento de datos
conformado por un amplificador de señales KYOWA
de seis canales; tarjeta de conversión analógica digital;
computadora personal Pentium IV con procesador a 1.5
GHz, 500 MB de menoría RAM y 40 HB de disco duro.
La computadora controla el sistema mediante un software
(Tensoft), que posibilita la adquisición, almacenamiento,
visualización y graficación de los datos registrados.
La fuerza de resistencia que opone el suelo a ser cortado en el
sentido del movimiento del sensor se determinó a partir de las
lecturas de los voltajes de salida del transductor mediante la
ecuación 2, obtenida durante la calibración del transductor.
D=
Vs + 0,0002
0,8213
2)
Donde: D= fuerza que opone el suelo a ser cortada en el
sentido del movimiento del sensor (kN); Vs= voltaje de
salida del puente del transductor (mV).
Determinación experimental de la velocidad de avance
de la herramienta de labranza
La determinación de la velocidad de desplazamiento de la
herramienta de labranza se mediante el sensor de velocidad,
el cual permite determinar de forma indirecta, el espacio
recorrido y la velocidad de avance del carro porta herramientas.
Miguel Herrera Suárez et al.
803 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Planificación de los experimentos
La profundidad de trabajo se mantendrá constante a 0.2 m,
aunque las mediciones de la densidad y humedad del suelo
se harán en dos horizontes de profundidad (0 a 0.1 m; 0.1
a 0.2 m).
Conociendo que los modelos toman en cuenta la velocidad
de avance como una de sus variables independientes, los
experimentos se desarrollan a dos niveles de velocidades
de avance del órgano de trabajo; es decir, un nivel alto y
uno bajo.
Las corridas experimentales se repetirán tres veces, para los
cual se subdividieron los 25 m de longitud total del canal
en tres parcelas de 7 m cada una, se dejaron dos parcelas
en los extremos del canal de 2 m de longitud cada una,
para garantizar la aceleración y desaceleración del carro
portaherramientas.
Metodología para la determinación de las condiciones
del suelo
Para la determinación del estado de compactación y
humedad del suelo las parcelas de pruebas coincidentes con
cada una de las replicas de las corridas experimentales, se
diseñaron de forma tal que se atenuaron los posibles efectos
de borde, pues en la misma se desechan 50 cm a ambos lados
de las fronteras con las parcelas contiguas (Figura 2). Se
procederá a la recolección de las muestras antes del paso del
órgano de trabajo. El número de muestras en cada parcela
(5), se determinó según el criterio de Student, las mismas se
tomarán en la zona de acción directa del órgano de trabajo,
a 10 y 20 cm de profundidad (Figura 2).
0,10 cm
0,20 cm
50 cm 50 cm
50 cm
Figura 2. Esquema de las zonas de muestreo en el canal de
suelos. Vista en planta y lateral.
Metodología para determinar la humedad del suelo.
El método empleado fue el gravimétrico, con secado en la
estufa a 60 °C de temperatura durante 24 h, hasta alcanzar
una masa constante NAR 6-372:80. El valor de la humedad
se calculó mediante la siguiente expresión:
P -P
MC= 1 2 .100
P2 - m
3)
Donde: MC= humedad del suelo (%); P1= masa del suelo
húmedo dentro del recipiente (g); P2= masa del suelo seco
dentro del recipiente (g); m= masa del recipiente sin muestra
(g).
Metodología para la determinación de la densidad
aparente. Para la determinación de la densidad aparente se
recurre al método de los cilindros de Kopecki, procediéndose
para su muestreo de igual forma que para la humedad en
cuanto al número de observaciones y rango de profundidades
muestreados.
La determinación en la fase de laboratorio se realizó según
las normativas establecidas NAR 6-372:80. Finalmente la
densidad se calculó, como:
BD=
Gn
Vc
4)
Donde: BD= densidad aparente seca del suelo (g cm-3); Gn=
masa del suelo después de secada (g); Vc= volumen del
cilindro para la toma de muestras (cm3).
Metodología para la estimación de la compactación del
suelo. La estimación de la compactación del suelo a partir
de la medida la resistencia mecánica del suelo mediante el
empleo de las formulaciones desarrolladas y corregidas por
Mouazen et al. (2003a); Mouazen et al. (2003b); Mouazen
et al. (2009).




La experimentación se realizará a dos niveles de humedad
y densidad, considerando dos estados fundamentales del
suelo para cada variable (húmedo o seco; suelto o compacto).
Los valores absolutos de dichas variables en cada condición
dependerán del estado del suelo en el momento de la
experimentación.
40 cm
80 cm
 3 D + 21 ,3
6 ⋅M
3 ,9313 ⋅ d 2
C −7
B
D =

1.6734

Partiendo de la necesidad de evaluar el funcionamiento del
sensor en diferentes condiciones de suelo y velocidades
de trabajo, se define como variables independientes: X1=
velocidad de trabajo (V), (km h-1); X2= humedad del suelo
(MC), (%); X3= densidad volumétrica del suelo (BD), (g
cm-3). Como variable dependiente, se define: Y1= fuerza que
opone el suelo a ser cortado en el eje x (D), (kN).
3m
.d2 ⋅⋅dd22 
33 D+
9313
D++21,36
C - 73,9313
2121 ,,3636.MC
⋅⋅M
−−7373 ,,9313
D
CM

B
D
BD=
==
B
D
1
.
6734
1.6734


1.6734


5)
Sensor para la medición continúa de la compactación del suelo
804
 3 D + 21 ,3
6 ⋅M
3 ,9313 ⋅ d 2
C −7
B
D =

1.6734





.d2 ⋅⋅dd22 
 33 D+
9313
D++21,36
C - 73,9313
2121 ,,3636.MC
⋅⋅M
−−7373 ,,9313
D
CM
.1,14
B
D
BD=
==
B
D
1..6734
6734
1.6734


1


6)
 3 D + 21 ,3
6 ⋅M
3 ,9313 ⋅ d 2
C −7
B
D =

1.6734





.d2 ⋅⋅dd22 
33 D+
9313
D++21,36
C - 73,9313
2121 ,,3636.MC
⋅⋅M
−−7373 ,,9313
D
CM
.1,14 . (1,240 - 0,592
B
D
BD=
==
B
D
1..6734
6734
1.6734


1


.MC - 0.000792 clay)
7)
3
+
2
1
,
3
6
⋅
3 ,9313 ⋅ d 2
D
M
C −7
B
D =

1.6734





.d2 ⋅⋅dd22 
33 D+
9313
D++21,36
C - 73,9313
2121 ,,3636.MC
⋅⋅M
−−7373 ,,9313
D
CM
. 1 , 14

=
B
D
= 
B
DBD=
1..6734
6734
1.6734


1


0,775.MC)
. (1,255 8)
Donde: BD= densidad volumétrica seca del suelo (g·cm-3); D=
fuerza de tiro horizontal (kN); MC= contenido de humedad
del suelo (kg kg-1); d= profundidad de trabajo (m); clay=
contenido de arcilla del suelo (%).
Resultados y discusión
Resultados de las investigaciones experimentales, realizadas
en las condiciones controladas del canal de suelos para
comprobar la funcionalidad del sensor desarrollado.
Los resultados muestran (Cuadro 1), que el contenido de
humedad del suelo durante la experimentación alcanzó
valores de 21 a 35%, o sea, se experimentó en condiciones
de suelo seco y húmedo, ligeramente por encima del límite
plástico. Los valores de la densidad aparente seca oscilaron
entre 0.89 y 1 g cm-3, es decir no alcanzó altos niveles de
compactación. La velocidad de trabajo del sensor fue 1.67
y 5 km h-1, garantizando los niveles altos y bajos de lo
velocidades requeridos para verificación de la funcionalidad
del sensor.
Cuadro 1. Resultados de la estimación de la densidad aparente seca del suelo.
Nivel
Exp
Dmáx
kN
MC kg
kg-1
d
m
Clay
(%)
BD g
cm-3
Ec 5
Er
(%)
Ec 6
Er
(%)
Ec 7
Er
(%)
Ec 8
Er
(%)
V
km h-1
Bajo
Alto
0.76
0.42
0.21
0.35
0.2
0.2
45
45
0.89
1
0.79
1.02
10.5
1.8
0.9
1.16
0.51
16.1
0.85
1.02
4.16
1.5
0.86
1
3.13
0.23
5
1.67
El análisis de la exactitud del sensor en la estimación
de la compactación del suelo a partir del empleo de las
formulaciones propuestas por Mouazen et al. (2003a);
Mouazen et al. (2003b); Mouazen et al. (2009); es decir,
ecuaciones 5 a 8, mostró que las mismas introducen un error en
la predicción de la densidad aparente de los suelos ferralíticos
rojos compactados que oscila entre de 0.15 a 16.06% (Cuadro
1), en función del estado de humedad del suelo (MC) y el nivel
de esfuerzo comprendido en la estimación (D).
La mayor exactitud en las predicciones se alcanzó cuando el
suelo se encuentra en estado suelto o poco compacto, como es
el caso de las corridas 4 y 5. Este resultado puede estar dado
por que en este estado, el suelo objeto de estudio desde el punto
de vista mecánico tiene un comportamiento más cercano a los
suelos arenosos que a los suelos arcillosos (Herrera, 2006),
lo cual está en correspondencia con los tipos de suelos en los
cuales fueron desarrollados y validados originalmente estos
modelos. En el caso específico de la velocidad no se aprecia
influencia de esta variable en la estimación, resultado que está
dado por su exclusión en las formulaciones empleadas para
la estimación de la densidad aparente seca.
La comparación de las medias de la densidad predichas, con las
medias de la densidad obtenidas experimentalmente mostró
(Cuadro 2), que no existen diferencias estadísticamente
significativas entre las misma, con 95% del nivel de
confianza.
Cuadro 2. Tabla de ANOVA.
Fuente
Suma de cuadrados
Df
Media cuadrada
F-Ratio
P-Value
Between groups
0.03457
4
0.0086425
0.63
0.6492
Within groups
0.20605
15
0.0137367
Total (corr.)
0.24062
19
805 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
La aplicación de un test de rangos múltiples mostró que no
existen diferencias estadísticamente significativas entre los
pares de medias al 95% del nivel de confianza. Finalmente
se puede afirmar que la ecuación que predijo con mayor
exactitud la densidad del suelo fue la ecuación 7, pues los
errores de las predicciones oscilan entre 1.5 y 4.16%, la
mínima diferencia significativa entre las medias predichas
y observadas fue de 0.025.
Estos resultados corroboran la actitud del sensor desarrollado
para la determinación continua de la compactación del suelo,
quedando aun por investigar la validez de las ecuaciones de
predicción en un rango más amplio de condiciones de suelos,
sobre todo para suelos más compactos.
Conclusiones
Los resultados evidencian la aptitud del sensor para la
medición continua de la compactación del suelo.
Los errores en la estimación continua de la compactación
del suelo oscilaron entre 1.5 y 4.16%.
La exactitud de la predicción de la compactación de los
suelos objeto de estudio dependerá de las condiciones
físicas del suelo y la aptitud de las ecuaciones de predicción
empleadas.
Literatura citada
Adamchuk, V. I.; Hummel, J. W.; Morgan, M. T. and
Upadhyaya, S. K. 2004. On-the-go soil sensors for
precision agriculture. Computers and Electronics
in Agriculture 44:71-91.
Adamchuk, V. I.; Lund, E.; Dobermann, A. and Morgan,
M. T. 2003 a. On-the-go mapping of soil properties
using ion-selective electrodes. In: Stafford, J.
and Werner, A. (Eds.). Precision agriculture.
Wageningen Academic Publishers. Wageningen.
The Netherlands. 27-33 pp.
Adamchuk, V. I.; Morgan, M. T. and Sumali, H. 2001.
Application of a strain gauge array to estimate soil
mechanical impedance on-the-go. Transactions of
the ASAE 44(6):1377-1383.
Miguel Herrera Suárez et al.
Adamchuk, V. I.; Sudduth, K. A.; Ingram, T. J. and Chung,
S. 2006 a. Comparison of two alternative methods
to map soil mechanical resistance on-the-go. ASAE
Paper: 061057. 11 p.
Andrade, S. P.; Upadhyaya, S. K. and Sakai, K. 2003.
Variability in draft data observed during tillage.
ASAE Paper: 031121. 10 p.
Andrade, S. P.; Upadhyaya, S. K.; Jenkins, B. M.; Plouffe, C.
and Poutre, B. 2004. Field evaluation of the improved
version of the UCDavis compaction profile sensor
(UCD-CPS). ASAE Paper: 041037. 12 p.
Chung, S. O.; Sudduth, K. A. and Plouffe, C. 2004.
Evaluation of an on-the-go soil strength profile
sensor using soil bin and field data. ASAE Paper:
041039. 23 p.
Chung, S.; Sudduth, K. A. and Hummel, J. W. 2003. Onthe-go soil strength profile sensor using a load cell
array. ASAE Paper No. 03-1071. 9 p.
Glancey, J. L.; Upadahyaya, S. K.; Chancellor, W. J. and
Rumsey, J. W. 1989. An instrumented chisel for
the study of soil-tillage dynamics. Soil Tillage Res.
14:1-24.
Godwin, R. J. 1975. An extended octagonal ring transducer for
use in tillage studies. J. Agric. Eng. Res. 20:347-352.
Gorucu, S.; Khalilian, A.; Han, Y. J.; Dodd, R.; Wolak, F. and
Keskin, M. 2001. Variable depth tillage based on
georeferenced soil compaction data in coastal plain
region of South Carolina.ASAE Paper: 01-1016. 15 p.
Hall, H. E. and Raper R. L. 2005. Development and concept
evaluation of an on-the-go soil strength measurement
system. Transactions of the ASAE. 48(2):469-477.
Helle, O. y Von Konta, R. 2006. Agricultura de precisión:
introducción al manejo sitio-específico. Cargill.
México. 107-114 pp.
Hemmat, A. and Adamchuk, V. I. 2008. Sensor systems
for easuring soil compaction: review and análisis.
Computers and Electronics in Agriculture.
63(2):89-103.
Herrera, S. M.; Iglesias C. C.; Lara C., D.; González C.,
O.; López B. E.;. 2009. Sensoramiento continúo
de la compactación del suelo. In: III Conferencia
Científica de La Habana Agring 2OO9. 6 pp.
Iglesias, C. C. E. y Herrera, S. M. 2003 a. Fundamentación
de un canal de suelos para los estudios de labranza,
traficabilidad y compactación. In: Memorias
de la Segunda Conferencia Sobre Desarrollo y
Sostenibilidad,Agrocentro 2003, Universidad Central
de Las Villas, Santa Clara, Cuba. ISBN 959-250-078-9.
Sensor para la medición continúa de la compactación del suelo
Iglesias, C. C. E y Herrera, S. M. 2003 b. Diseño y
perfeccionamiento de un canal de suelos para la
investigación de órganos de trabajo de máquinas
agrícolas. Memorias de la 8 a. Convención y
Feria de las Industrias Metalúrgica, Mecánica
y del Reciclaje. Metánica 2003, Palacio de Las
Convenciones, La Habana, Cuba. ISSN-1607-6281.
Kaleita, A. L. and Tian, L. 2002. Remote sensing of sitespecific soil characteristics for precision farming.
ASAE Paper: 021078. 11 p.
Martínez, R. A. y Morejón, C. A. 2006. Propuesta de método
e instrumento para el registro continuo del perfil
de compactación del Suelo. In: II Conferencia
Científica de La Habana Agring.
Mouazen, A. M. y Ramon, H. 2006. Development of on-line
measurement system of dry bulk density based on
on-line measured draught, depth and soil moisture
content. Soil Tillage Res. 86(2):218-229.
Mouazen, A. M. and Ramon, H. 2009. Expanding
implementation of an on-line measurement system
of topsoil compaction in loamy sand, loam, silt loam
and silt soils. Soil Tillage Res. 103:98-104.
Mouazen, A. M.; Dumont, K.; Maertens, K. and Ramon,
H. 2003 b. Two-dimensional prediction of spatial
variation in topsoil compaction of a sandy loam field
based on measured horizontal force of compaction
sensor, cutting depth and moisture content. Soil
Tillage Res. 74(1):91-102.
806
Mouazen, A. M.; Ramon, H. and De Baerdemaeker, J. 2003 a.
Modelling compaction from online measurement of
soil properties and sensor draught. Precision Agric.
J. 4(2):203-212.
Owen, G. T.; Drummond, H.; Cobb, L. and Godwin, R. J. 1987.
An instrumentation system for deep tillage research.
Transactions of the ASAE 30(6):1578-1582.
Raper, R. L. and Hall, E. H. 2003. Soil strength measurement
for site-specific agriculture. US Patent No. 6647799.
US Patent and Trademark Office, Washington, DC.
14 pp.
Stafford, J. V. and Hendrick, J. G. 1988. Dynamic sensing
of soil pans. Transactions of the ASAE. 31(1):9-13.
Tekeste, M. Z.; Grift, T. E. and Raper, R. L. 2002. Acoustic
compaction layer detection. ASAE Paper: 021089.
8 p.
Van Bergeijk, J. and Goense, D. 1996. Soil tillage resistance
as tool to map soil type differences. In: Robert,
P. C.; Rust, R. H. and Larson, W. E. (Eds.).
Proceedings of the third international conference on
precision agriculture. ASA-CSSA-SSSA, Madison,
Wisconsin. 605-616 pp.
Verschoore, R.; Pieters, J. G.; Seps, T.; Spriet, Y. and
Vangeyte, J. 2003. Development of a sensor
for continuous soil resistance measurement.
In: Stafford, J. and Werner, A. (Eds.). Precision
agriculture. Wageningen Academic Publishers,
Wageningen. The Netherlands. 689-695 pp.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 807-811
Automatización de un lisímetro de pesada
Henry-Arturo Kelso Bucio1§, Khalidou-Mamadou Bâ1, Saúl Sánchez Morales2 y Delfino Reyes López3
Facultad de Ingeniería. Universidad Autónoma del Estado de México. Centro Interamericano de Recursos del Agua, Cerro de Coatepec, Ciudad Universitaria, C. P. 50110.
Toluca, Estado de México, México. [email protected], 2Campus Ixtacuaco. INIFAP. Carretera Martínez de la Torre - Tlapacoyan, km 4.5. Col. Rojo Gómez, C. P.
93600, Tlapacoyan. [email protected]. 3Escuela de Ingeniería Agrohidráuilica. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, San Juan Acateno, Teziutlán,
Puebla, México. delfino_ [email protected]. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
El desconocimiento de las necesidades de agua de los
cultivos no tradicionales, es una de las principales
preocupaciones de los productores de estos cultivos. Sin
embargo; una alternativa es el uso del lisímetro, el cual
es utilizado para determinar la lámina de agua requerida
por el cultivo. El objetivo de este estudio fue automatizar
el registro de las variables de peso y potencial mátrico,
y la operación del sistema de riego en un lisímetro de
pesada, a partir de una báscula con indicador IPEN. La
variable peso se obtuvo del IPEN y el potencial mátrico
de un electrotensiómetro. Con esta variable se automatizó
el aporte de agua al lisímetro en tiempo real, mediante
electroválvulas que activan el sistema de riego, para
mantener una humedad de suelo entre -10 y -15 kPa.
Finalmente, se utilizó el PIC16F877A para poner en marcha
los componentes físicos mediante su programación en
lenguaje Pic Basic Pro. La automatización del lisímetro de
pesada permitió el monitoreo en tiempo real del potencial
mátrico, control del sistema de riego y almacenamiento
de las variables a intervalos de una hora, durante cuatro
meses. La implementación de esta automatización se llevó
a cabo en un lisímetro instalado en el Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, Campus
Ixtacuaco. Donde el hardware y software interactuaron de
acuerdo a lo programado en el registro de datos y manejo del
sistema de riego, por lo que constituye una herramienta que
puede ser usada para el manejo y control de un lisímetro.
El desconocimiento de las necesidades de agua de los cultivos
no tradicionales, es una de las principales preocupaciones
de los productores de estos cultivos. Sin embargo; una
alternativa es el uso del lisímetro para realizar un balance
hídrico y poder determinar la lámina de agua requerida por
el cultivo.
Palabras clave: lisímetro, automatización, PIC16F877A,
DS1307, 24LC512, 26PC, RS232.
Un lisímetro es un recipiente cerrado lateralmente con un
drenaje, donde se establece un cultivo de interés y se monitorea
la variación del agua con respecto al tiempo mediante un
balance hidrológico. Para determinar el incremento en la
reserva de agua del suelo utilizable por las plantas, se pueden
emplear los métodos de humedad de suelo y por pesada, para
lo cual el plano inferior del recipiente esta constituido por
una plataforma de una báscula. (Sánchez, 1992). El potencial
mátrico o tensión capilar puede ser medio con tensiómetros
(Schmugge et al., 1980) para determinar la evolución de los
contenidos de humedad en el perfila de la parcela (Royer y
Vachaud, 1974). La aplicación de transductores de presión
en los electrotensiómetros ha desplazado a los tensiómetros
convencionales en la medición de la humedad de los sustratos
y la automatización del riego (Marfià et al., 1992).
La importancia de la automatización de los sistemas de riego
permite proporcionar a la planta el agua requerida para su
crecimiento y desarrollo (Lugo et al., 2011).
En la actualidad, se ha utilizado la automatización en gran
parte del sector agrícola, y se han desarrollado sistemas
de automatización para el manejo del riego en tiempo
Henry-Arturo Kelso Bucio et al.
808 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
real, sistemas de riego automatizado en tiempo real para
determinar el momento oportuno y controlar la cantidad
de riego, monitoreado por medio de las tecnologías de
información (Castro, 2008).
DS1307
Reloj calndario
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
En la mayoría de los casos los sistemas de automatización
propuestos están diseñados para ayudar únicamente en un
rango limitado de las decisiones a tomar por el agricultor,
y facilitar las labores operacionales de toma de decisiones
mediante una retroalimentación en un sistema (Pavlovic
et al., 2008).
Debido a que el manejo del lisímetro puede realizarse
de forma automatizada mediante la integración de los
componentes físicos y lógicos, y que en el mercado existen
básculas con indicador modelo IPEN que tienen una salida
serial RS232. El objetivo de este estudio fue automatizar
el registro de las variables de peso y potencial mátrico, y la
operación del sistema de riego en un lisímetro de pesada,
a partir de una báscula con indicador IPEN.
Materiales y métodos
La implementación de la automatización del lisímetro de
pesada, se llevó a cabo en un lisímetro de vainilla instalado
en el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales,
Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Campus Ixtacuaco en
2012.
En este trabajo se implementó un micro controlador
pic16F77A para automatizar un lisímetro de pesada, y
controlar los componentes físicos desarrollados en módulos
como se observa en la Figura 1. El lenguaje de programación
fue Pic Basic Pro (PBP).
RS232 IPEN
Lectura
PIC16F877A
26PC
Electrotensiómetro
40
39
38
37
36
35
34
33
32
31
30
29
28
27
26
25
24
23
22
21
La automatización de los sistemas puede cubrir una gran
variedad de aplicaciones, reemplazando por completo en
ciertas actividades al operador humano (Koumboulis y
Tzamtzi, 2005). En la agroindustria se encuentran varias
aplicaciones prácticas de sistemas automatizados, la mayoría
de estos están diseñados para servir a sectores específicos
de la agroindustria, tales como selección y fertilización
de variedades de trigo, manejo de algodón (Mc Cown,
2002; Parrot et al., 2003). También, en la industria de
procesamiento de vegetales (Berlo van, 1993), manejo de
soya (Welch et al., 2002), riego (Mira da Silva et al., 2001),
entre otros.
24LC512
Memoria EEPROM
REVELADORES
Sistema de riego
Figura 1. Módulos desarrollados en la automatización del
lisímetro de pesada.
Los diferentes módulos implementados en la automatización
del lisímetro de pesada (Figura 1), se describen a
continuación:
DS1307. El reloj calendario en tiempo real (RTC) se
estableció mediante la comunicación I2C, y manda al micro
controlador la fecha y hora, la cual se despliega en un LCD
para su visualización.
RS232 IPEN. El puerto de salida serial del indicador IPEN
de la bascula manda una cadena de caracteres como nombre
del lisímetro, fecha, hora, peso neto, tara y peso bruto, de
los cuales se extrae sólo el peso bruto de los caracteres, y
se almacena en una variable byte en el micro controlador.
26PC. El electrotensiómetro se desarrolló mediante un
sensor de transducción de presión y una sonda de extracción
con punta de baja tensión, también conocida como chupa
tubos o lisímetro de succión conformada por la cápsula de
cerámica porosa y tubo de resina transparente. Esta variable
de potencial mátrico o tensión de humedad del suelo se
almacena en una variable Word en el micro controlador y
se despliega en un LCD para su visualización.
24LC512. La memoria EEPROM fue utilizada para
almacenar una cadena de caracteres que comprendió la fecha,
hora y las variables obtenidas en los módulos anteriores
de peso bruto y potencial mátrico. Estos datos se pueden
transferir a una computadora, mediante la Hyper terminal
que utiliza una comunicación serial.
Relevadores. Finalmente, este módulo se creó para activar la
electroválvula y el sistema de riego, una vez que el potencial
mátrico igualara los -15 kPa, y desconectando el sistema de
riego cuando el potencial mátrico disminuye a -10 kPa. De
Automatización de un lisímetro de pesada
809
esta manera se controló el aporte del agua en el lisímetro
y se redujo a 0 el drenaje en el lisímetro. La función de
los relevadores fue de interrumpir la continuidad de una
corriente o señal.
El desarrollo de los módulos se llevó a cabo en tres etapas
que fueron:
a) Experimental. En esta etapa se realizó el montado y
ensamblado de los componentes físicos en una placa
de prueba para ajustar y verificar que los componentes
realizaran las funciones especificadas por el componente
lógico.
b) Elaboración del circuito impreso. Una vez que se probó el
proyecto en la etapa experimental, se realizó una placa de
circuito impreso, siguiendo los siguientes pasos:
1) Dibujo de pistas y elementos mediante computadora
2) Impresión laser de pistas y screen de los elementos en
papel fotográfico
3) Preparación de la placa de baquelita
4) Transferencia térmica del papel a la lámina de cobre
5) Reducción del cobre
6) Perforación de la placa
7) Soldadura de elementos
c) Puesta en marcha. En esta última etapa se ensamblaron
todos los circuitos y se llevó a campo para automatizar el
lisímetro de pesada.
De acuerdo al funcionamiento y conexión de los módulos
desarrollados, la elaboración de los circuitos impresos se
agrupó en tres placas.
Figura 2. Primera placa.
Figura 3. Segunda placa.
c) La tercera correspondió a los RELEVADORES que
interrumpieron el paso de la energía o señal que se
implementó para coordinar la entrada de la señal del
indicador IPEN con su recepción en el micro controlador, y
la apertura del sistema de riego mediante una electroválvula
y una bomba centrifuga (Figura 4).
a) La primera estuvo conformada por el PIC16F877A,
24LC512, DS1307, RS232 IPEN, un LCD para desplegar
las variables hora, fecha y potencial mátrico, y el RS232
PC que correspondió a la salida serial para leer la memoria
de almacenamiento mediante la Hyper terminal de una
computadora (Figura 2).
b) La segunda correspondió al 26PC (electrotensiómetro).
El cual está conformada por los componentes MAX232
utilizada para generar una fuente dual de 9 V a partir de
una alimentación de 5 V, un amplificador operacional
LM234, donde se desarrolló un amplificador diferencial
y un amplificador no inversor, y un transductor de presión
26PC que se conecta a una sonda de extracción con punta
de baja tensión (Figura 3).
Figura 4. Tercera placa.
La integración de las tres placas elaboradas con los cinco
módulos desarrollados con diferentes componentes físicos
se observan en la Figura 5.
810 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Henry-Arturo Kelso Bucio et al.
de los cultivos mediante sistemas de riego por aspersión o
goteo que son fáciles de automatizar de acuerdo a Elliot
(1990); Yelanich y Biernbaum (1990); van Iersel (1996);
con base a mediciones reales como recomienda Nemali y
van Lersel (2006).
Conclusiones
La interacción hardware y software interactuaron de acuerdo
a lo programado en el registro de datos y manejo del sistema
de riego que forman parte de la automatización del lisímetro
de pesada, por lo que constituye una herramienta que puede
ser usada para el manejo y control de un lisímetro.
Figura 5. Componentes físicos.
El monitoreo continuó del potencial mátrico mediante el
electrotensiómetro, logró dar un seguimiento puntual de
la energía con la cual el agua es retenida por el suelo, y
automatizar el sistema de riego en tiempo real.
Resultados y discusión
Literatura citada
En este estudio se utilizó un electrotensiómetro para
mantener el potencial mátrico en el rango establecido
de -10 a -15 kPa, controlar el sistema de riego y aplicar
oportunamente el requerimiento hídrico en el lisímetro. De
esta forma, se desarrolló un control sensible del aporte del
requerimiento hídrico en función a la exigencia de la planta
y se desplazó el uso de temporizadores que comúnmente son
utilizados en los sistemas automáticos de riego.
Berlo van, J. M. 1993. A decision support tool for the
vegetable processing industry; an integrative
approach of market, industry and agriculture’.
Agric. Systems 23:91-109.
Castro, P. M. 2008. Sistema de riego automatizado en tiempo
real con balance hídrico, medición de humedad del
suelo y lisímetro. Agric. Téc. Méx. 34(4):459-470.
Elliot, G. 1990. Reduce water and fertilizer with ebb-andflow. Greenhouse Grower. 8:70-75.
Koumboulis, F. N. and Tzamtzi, P. M. 2005. Automation
agents embedded in industrial decision support
systems. In: International Conference on Intelligent
Agents, Web Technologies and Internet CommerceIAWTIC’2005. Vienna, Austria. 51-57 pp.
Lugo, O. E.; Quevedo, N. A.; Bauer, M. J.; Hebert del Valle,
P. R. D.; Palacios, V. E. y Águila, M. 2011. Prototipo
para automatizar un sistema de riego multicultivo.
Rev. Mex. Cienc. Agríc. 2(5):659-672.
Marfià, O.; Serrano. L. and Martínez, A. 1992. Uso
de tensiómetros con transductor de presión en
sustratos. Acta Hortic. 11:87-96.
McCown, R. L. 2002. Changing systems for supporting
farmers decisions: problems, paradigms, and
prospects. Agric. Systems. 74:179-220.
La integración de los componentes físicos y lógicos
desarrollados para la automatización del lisímetro de
pesada, permitió el monitoreo en tiempo real del potencial
mátrico, control del sistema de riego y almacenamiento de
las variables a intervalos de una hora durante cuatro meses
satisfactoriamente, por lo que constituye una herramienta
que puede ser usada para el manejo y control de un lisímetro.
Sin embargo, este módulo de control permitió sustituir al
operador humano como lo mencionó Koumboulis y Tzamtzi
(2005) y desarrollar un lisímetro de pesada más versátil
gracias a la automatización como lo señala Lugo et al. (2011).
El módulo de control desarrollado tiene muchas aplicaciones
potenciales en la producción agrícola e investigación, ya
que permite monitorear y abastecer el requerimiento hídrico
Automatización de un lisímetro de pesada
Mira da Silva, L. J.; Park, R. J.; Keatinge, D. H. and Pinto,
A. P. 2001. A decision support system to improve
planning and management in large irrigation
schemes. Agric. Water Manag. 51:187-201.
Nemali, K. S. and van Lerse, W. M. 2006. An automated
system for controlling drought stress and irrigation
in potted plants. Sci. Hortic. 110:292-297.
Parrott, L.; Lacroix, R. and Wade, M. K. 2003. Design
considerations for the implementation of multiagent systems in the dairy industry. Computers and
Electronics in Agric. 38:79-98.
Pavlovic, M. F.; Koumboulis, N. M.; Tzamtzi, P. and
Rozman, C. 2008. Role of automation agents in
agribusiness decision support systems. Agrociencia.
42:913-923.
Royer, J. M. and Vachaud, G. 1974. Determination directe de
l’evapotranspiration et de l’infiltration par mesure
des teneurs en eau et des succions. Hidrological
Sciences Bulletin. XIX. 39:319-335.
811
Sánchez, M. I. 1992. Métodos para el estudio de la
evaporación y evapotranspiración. Cuadernos
Técnicos Sociedad Española de Geomorfología.
United Nations, FAO. Rome, Italy. Núm. 3:36 p.
Schmugge, T. J.; Jackson, J. T. and McKim, P. 1980. Survey
of methods for soil moisture determination. Water
Resource Res. 16(6):961-979.
van Iersel, M. W. 1996. Improving water and fertilizer
efficiency in greenhouses. Georgia Floriculture.
6:22-23.
Welch, S. M.; Jones, J.; Brennan, W.; Reeder, G. and
Jacobson, M. B. 2002. PCYield: model-based
decision support for soybean production. Agric.
Systems 74:79-98.
Yelanich, M. V. and Biernbaum, J. A. 1990. Effect of
fertilizer concentration and method of application
on media nutrient content, nitrogen run-off and
growth of Euphorbia pulcherrima V-14 glory. Acta
Hortic. 272:185-189.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 812-824
Los tractores agrícolas de México
María Isabel Palacios Rangel1§ y Jorge Ocampo Ledesma2
División de Ciencias Forestales. CIESTAAM. Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México- Texcoco, km 38.5. Chapingo, Estado de México. C. P. 56230.
Tel 52(55)5133-1108. [email protected]. 2Departamento de Preparatoria Agrícola. CIESTAAM. Universidad Autónoma Chapingo. §Autora para correspondencia:
[email protected].
1
Resumen
Introducción
El uso de tractor ha sido un factor importante para
desarrollar la noción de competitividad, al imponerse
la idea de que el uso de los tractores permite poner a
trabajar tierra que no había sido utilizada para inducirla
a la producción. De igual forma, al disminuir costos de
producción, posibilita vencer la escasez estacional de mano
de obra y liberar trabajo en periodos críticos para otras
tareas productivas. Su empleo se ha convertido en un factor
central para desarrollar altas tasas de rotación de cultivos,
para modificar la infraestructura del campo, y como motor
para impulsar modernos sistemas de irrigación, de bodegas
y almacenes, de carreteras y caminos, entre otras cosas.
El presente trabajo se propone analizar el comportamiento
que presenta el parque de tractores nacional en el campo
mexicano. Esto se hace a partir de los datos aportados
por distintos documentos oficiales como los censos
agropecuarios realizados por INEGI (1991 y 2007), y
las cifras presentadas en las evaluaciones del Programa
Alianza para el Campo. Identificar algunos de los cambios
y tendencias registrados en el entorno de la mecanización
agrícola, en particular la que se realiza mediante el uso de
tractores, a través de la información estadística generada
por los Censos Agropecuario y Ejidal, permite de manera
puntual describir el comportamiento de los tractores
destinados a la producción agropecuaria y forestal en
México, a partir de la información mostrada por los censos
agropecuarios y forestales, lo que permitirá comprender su
importancia en el proceso productivo nacional.
El proceso de mecanización agrícola ha sido un componente
tecnológico básico que ha acompañado el proceso
de modernidad instrumental, desarrollado en el agro
por distintos gobiernos nacionales. Como parte de
esto, la mecanización agrícola ha formado parte de la
instrumentación de políticas de desarrollo rural, mismas
que han desencadenado cambios importantes en la
agricultura de las regiones integradas a los circuitos
comerciales del país.
Palabras clave: desarrollo, maquila agrícola, mecanización
rural, tractor.
En congruencia, el uso de maquinaria agrícola se
corresponde con una noción tecnológica que incluye, aparte
de la máquina específica de que se trate, el uso intensivo
de agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, plaguicidas),
y semilla mejorada, todo lo cual implica la asunción de
un enfoque productivo basado en la búsqueda de la alta
rentabilidad agrícola. Sobre este punto se puede decir
que el desarrollo de un fuerte proceso de mecanización
rural en una región se enlaza con nuevas situaciones de
cambio tecnológico e impacto social, donde se produce la
emergencia de nuevos actores sociales y la conformación
de diferentes paisajes regionales.
Después de la revolución mexicana y durante la primera
mitad del siglo XX, la adquisición de los tractores y
arados se inscribió, con grandes limitaciones, en la
orientación productiva que desarrollaron los gobiernos
posrevolucionarios. Sin embargo, hacia la mitad de este siglo,
con la instrumentación de la revolución verde, la compra
de tractores se empezó a dar de forma masiva y creciente,
junto con la adopción de los paquetes tecnológicos, hecho
813 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
que marca el inicio de una nueva cultura tecnológica
llamada modernizadora entre los agricultores, quienes
adoptaron las propuestas de tractorización rural de manera
diferenciada.
El uso de maquinaria agrícola, que sustituyó el desempeño
manual, amparado en el manejo de herramientas de trabajo
simples o en animales de labor, se acompañó de una nueva
división social del trabajo (Lara, 1997). Esto último no sólo
fue un producto de la creación de nuevos puestos de trabajo,
sino también debido a la desaparición o simplificación de
ciertas tareas. En ese escenario la tendencia a tractorizar
estuvo acompañada de la definición de políticas y de
orientaciones económicas, de extensionismo agrícola y
de divulgación en aspectos de carácter tecnológico.
La revolución verde dio paso a regiones de alto desarrollo,
con rendimientos agrícolas tan altos que según datos
aportados por Hewitt (1978), durante los años que se
instrumentó el modelo de mecanización agrícola intensiva
(1940-1970), los rendimientos obtenidos en el maíz
se duplicaron, “pasando de 565 a 1 194 kg ha-1, los de
trigo casi se triplicaron”, al obtenerse de 772 a 2 817 kg
ha-1. En esa etapa de desarrollo la tractorización de los
campos agrícolas se acompañó de los demás componentes
tecnológicos y se integró como base tecnológica al
mercado de consumo.
El apoyo estatal que se dio entre 1940 y 1970 a la
mecanización agrícola, permitió que las existencias de
tractores en campo se incrementaran en más de 11%
(Masera, 1990), lo que permitió que para la década de los
ochenta la afluencia de tractores trabajando la superficie
agrícola en los distritos agrícolas fuera de 89%, generando
un margen de el coeficiente de mecanización de 60 ha/
tractor para las regiones que desarrollan agricultura de
riego, y de 144 ha/tractor para las de temporal, lo que
permitió un alto valor de mecanización por superficie
cultivada en relación con el número de tractores operando
en campo.
En la década de los sesenta la oferta de tractores tendió
a desplazarse hacia las regiones temporaleras, lo que
originó un incremento sostenido de 8.7% anual de tractores
trabajando bajo el régimen de temporal (Linck, 1985). Esto
se debió en gran medida a la reorientación de las políticas
agrícolas en estas las zonas, dando continuidad a un proceso
de reestructuración productiva que las insertó dentro del
ámbito del mercado nacional.
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
El ingreso del neoliberalismo en la agricultura nacional inició
una nueva etapa del sector, en el cual el papel que desempeñan
las transnacionales, modifica las funciones “tradicionales”
que desempeñaba la agricultura para convertirla en una
actividad con propósitos múltiples, que se aprovechan para
que esta actividad pueda lograr una mayor flexibilidad, que le
permita adaptarse a las necesidades de un mercado altamente
segmentado entre la producción masiva y la de nicho o lujo.
El uso de tractor ha sido un factor importante para desarrollar
la noción de competitividad, al imponerse la idea de que
el uso de los tractores permite poner a trabajar tierra que
no había sido utilizada para inducirla a la producción;
asimismo, al disminuir costos de producción, posibilita
vencer la escasez estacional de mano de obra y liberar
trabajo en periodos críticos para otras tareas productivas.
El uso del tractor bajo la noción de competitividad y de
incentivar el uso de infraestructura mecánica para estimular
la rentabilidad rural, se ha convertido en un factor central
para desarrollar altas tasas de rotación de cultivos, para
modificar la infraestructura del campo, y como motor para
impulsar modernos sistemas de irrigación, de bodegas y
almacenes, de carreteras y caminos, entre otras cosas.
En ese sentido este estudio tiene como propósito fundamental
identificar algunos de los cambios y tendencias registrados
en torno de la mecanización agrícola durante las últimas tres
décadas, para describir el comportamiento que ha tenido el
parque de tractores destinado a la producción agropecuaria y
forestal en México, con el afán de comprender su importancia
en el proceso productivo nacional.
De ésta manera el presente ensayo aborda el análisis del
comportamiento que ha tenido el parque de tractores
destinado a la producción agropecuaria y forestal en México,
de tal forma que se pueda comprender su importancia en el
proceso productivo nacional. Para lograr esta meta, se realizó
el análisis de las estadísticas reportadas por los Censos
Agropecuarios, Forestales y Ejidales efectuados a partir de
1971 las cuales fueron armonizadas y estructuradas para su
tratamiento en los ordenadores convencionales.
Materiales y métodos
El presente trabajo se inició como parte del taller “Cambios
y Tendencias en el Sector Agropecuario Mexicano”, Análisis
del Patrón de Desarrollo del Campo Mexicano desde la
Los tractores agrícolas de México
perspectiva de los Censos Agropecuario y Ejidal, periodo
1970-2007, realizado por el Centro de investigaciones
Económicas Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria
y la Agricultura Mundial (CIESTAAM), a partir de agosto
del presente año, el cual tuvo como uno de sus objetivos
centrales:
Identificar los grandes cambios y tendencias que se han
registrado en el sector agropecuario y forestal mexicano a
través de la información estadística generada por los Censos
Agropecuario y Ejidal, a la luz de la ocurrencia de fenómenos
como la desregulación, apertura comercial, reformas
constitucionales, crisis y el diseño e implementación de
políticas públicas y sectoriales.
La discusión y organización del taller ha sido presentada
y validada por medio de la realización de diferentes mesas
de trabajo que se han venido realizando periódicamente a
partir de agosto, mismas que han integrado a profesores(as)
y alumnos(as) del Programa de Doctorado en Problemas
Económico Agroindustriales, y además ha contado con la
participación de un grupo amplio y multidisciplinario de
especialistas en desarrollo rural, agronomía, estadística,
economía, ciencias forestales, sociología rural y zootecnia,
quienes se han dado a la tarea presentar diversas propuestas
teóricas y metodológicas, las que han permitido ir afinando el
enfoque general del trabajo. La amplitud de la problemática
a estudiar se abordó mediante la integración de siete ejes
temáticos, quedando el presente estudio integrado en el
eje 5, el que se ha denominado “desarrollo tecnológico y
sustentabilidad”.
Resultado de los trabajos realizados y debido a la amplitud
de los objetivos perseguidos y a la enorme cantidad
de información y datos contenida en los documentos
estudiados, se organizó el trabajo mediante la instalación
de nueve sesiones de trabajo donde se fueron presentado
diversos temas entre los que se ubicaron: caracterización
de las unidades de producción agropecuaria y forestal,
organización rural, cambio tecnológico, tenencia de la tierra
y sustentabilidad, agroindustrias, fuerza de trabajo rural,
organización agraria por enumerar parte de éstos. Bajo
ese marco de trabajo, se planteó realizar un estudio sobre
la evolución de la mecanización agrícola, en particular los
tractores agrícolas que se utilizan por parte de las unidades
de producción en la producción agropecuaria y forestal,
mediante su comparación para establecer su pautas de
comportamiento a lo largo de los periodos determinados
por los censos agrícolas, en un ámbito estatal y nacional.
814
La propuesta de investigación se orientó al estudio del
comportamiento y evolución que presentan el uso de los
tractores agrícolas en las unidades de producción agrícola
especificadas en los censos seleccionados. Para lograr
lo anterior se utilizó información del V Censo Agrícola,
Ganadero y Forestal realizado en 1971, del VII Censo
Agrícola, Ganadero y Forestal realizado en 1991 y del VIII
Censo Agrícola, Ganadero y Forestal realizado en 2007. En
el caso del VI Censo Agrícola, Ganadero y Forestal realizado
en 1981, éste quedó fuera debido a que en su conjunto no
presenta información particular acerca del uso de tractores
y maquinaria agrícola en general.
La selección de los tractores agrícolas como la unidad de
análisis básica de esta parte del estudio general, partió
de considerar el importante papel que desempeña la
tractorización agrícola en el sostenimiento de la estructura
productiva regional, y en la organización de los procesos
de trabajo agrícola y rural, lo cual permite destacar su
importancia estratégica en el entorno agrícola no solamente
local sino también en el nacional, al ser parte de un modelo
globalizador de desarrollo agrícola y tecnológico rural.
El sustento del trabajo así como la comprobación de la
hipótesis se hizo mediante la realización del análisis de
las variables, aspectos que se estudiaron y cuantificaron
en la investigación presente, mismas que sirvieron como
guías, conceptos o definiciones clasificatorias de las
unidades teóricas y analíticas resultantes del trabajo, ya que
contribuyeron a ubicar con precisión el contenido conceptual
del tema de investigación. La selección de las variables
se realizó partiendo de la revisión preliminar de los datos
comprendidos en los censos, lo que sirvió para determinar
su grado de comparación y la posibilidad de integrarlos en
una hoja de datos que permitiera su manejo y aplicación,
con la finalidad de poder validarlos e integrarlos a paneles
de información.
Uno de los problemas que se ha tenido ha sido la existencia
de inconsistencias de carácter estructural entre los distintos
censos, lo que limitó obtener secuencias y correlaciones
entre los censos, lo que de alguna manera condicionó obtener
mayor profundidad analítica, por lo que se tuvo que trabajar
con variables más generales buscando conseguir resultados
validos y acordes con la situación que guarda el sector
agropecuario tomando en consideración las diferentes etapas
de análisis. Con base en lo anterior, se eligieron tres variables
relacionadas de manera general con las UP: 1) Superficie
total en hectáreas que conforman la unidad de producción;
815 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
2) Número total de tractores por entidad federativa; y 3) tipo
de uso del tractor, todas ellas contenidas en los tablas de los
conteos y con los valores para las 32 entidades federativas.
El procedimiento metodológico consistió en la revisión de
todos los censos buscando encontrar variables comunes con lo
que se planteó establecer la correlación entre un censo y otro.
Sin embargo; se detectó que con respecto a los tractores, sólo la
referida al número total presentes en las UP era comparable a lo
largo de tres de los censos (V, VII y VIII). Las variables que se
correspondieron con el V censo fueron capturadas y sumadas
considerando las unidades de producción para cada entidad
federativa. Lo mismo se hizo con los datos mostrados en el
VII y VIII censos, mismos que fueron agregados y validados,
realizando las sumas correspondientes de los datos reportados
a nivel estatal y nacional.
Los datos se procesaron con el apoyo de la hoja de cálculo
Excel versión 2007, con lo cual se obtuvieron los valores para
describir el comportamiento de los tractores, variable que
se aplicó en el entorno estatal y nacional, se extrajeron los
datos que plantearon los rangos de mayor y menor número
de concentración de unidades por estados y por regiones
nacionales. Para facilitar una mejor ubicación de los datos se
utilizó una clasificación regional del país en tres fue agrupada
en tres regiones geoeconómicas para facilitar su análisis.
Se realizó una revisión bibliográfica de diferentes documentos
y autores relacionados fundamentalmente con la actividad
agropecuaria lo que posibilitó construir el marco teórico e
hipótesis y para explicar el posible comportamiento de los
datos obtenidos, entre los que destacan los siguientes: a) datos
formulados por Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI) en diversos documentos; b) estadística
básica presentada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca yAlimentación (SAGARPA); c) artículos
relacionados con la caracterización de las regiones agropecuarias
de México; y d) informes de evaluación externa de los programas
que operan las dependencias relacionadas con el sector.
Resultados y discusión
1. Contexto general
Como introducción a este apartado cabe señalar que por
lo general el proceso de introducción y desarrollo de la
mecanización agrícola se corresponde a un proceso de
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
expulsión de fuerza de trabajo del campo a la ciudad, al incidir
directa e indirectamente en una disminución sustancial de
la oferta de empleos rurales, situación que se evidencia aún
más en la carencia real de mano de obra estacional en ciertas
actividades agrícolas como la preparación de los terrenos y
en la cosecha de granos y algodón.
También, influye en la selección de los cultivos y de sus
patrones productivos, lo que se expresa de forma directa en
las necesidades de fuerza de trabajo más especializada, y en
el control cada vez más necesario de los costos de producción
directos e indirectos, lo que trae como consecuencia que el
productor rural medio y sobre todo el campesino, utilicen la
maquila para desarrollar las principales actividades agrícolas
como la labranza, cosecha y empaque.
La introducción de los tractores en los sistemas de cultivo se
ha caracterizado, entre otras cosas por: a) un aumento en la
potencia disponible para las operaciones agrícolas, y por lo
tanto; la ampliación de la escala operativa del instrumento de
labranza frente a la necesidad de generar un mayor aumento
en la productividad del trabajo; y b) por el incremento en los
costos de capital y de operación, lo que implica un aumento
en las necesidades monetarias de los productores que los
utilizan.
Esto es así debido a que por su escala operativa y sus costos
de inversión los tractores son introducidos mucho más
rápidamente en las grandes propiedades, convirtiéndose en
un factor clave que permite la ampliación de la superficie
cultivada. Ante una escasez de tierras, la mecanización se
convierte en un elemento que altera y rompe el equilibrio
social comunal y de conf licto entre quienes adoptan
maquinaria y buscan realizar su escala productiva ampliando
sus predios, y los que no lo logran y contra los que de manera
clara se ejerce la presión por la tierra. En la agricultura
minifundista el conflicto se ha resuelto de facto a partir
de la creación de extensos mercados de la contratación
de los servicios de maquila vinculados a la maquinaria e
implementos agrícolas.
En las zonas de agricultura campesina de pequeña escala
productiva, para cultivos como el maíz, la tracción
predominante aun en la actualidad es la animal. Esto se
explica por las condiciones orográficas y socioeconómicas
que imperan en las zonas de producción temporalera.
Sin embargo; pese a esto, lo cierto es que existe una gran
demanda de tractores entre los productores dedicados a este
cultivo y considerando que éstos utilizan tracción mixta,
Los tractores agrícolas de México
puede decirse que aproximadamente 51% de la superficie
de siembra de maíz utiliza tractores en su cultivo (Masera,
1990).
La dinámica de uso del tractor provoca una subutilización
de su potencia en la mayoría de las parcelas mexicanas. Esto
sucede si tomamos en cuenta que éstas tienen una superficie
promedio “...de labor por unidad de producción... baja; así
se aprecia que 91.1% de los productores de México poseen
superficies medias iguales o menores de 7.65 ha, lo cual
parece ser una limitante para el desarrollo de la producción
agrícola.” (Cruz y Martínez, 2001).
Al respecto se puede decir, que una extensiva mecanización
no necesariamente utiliza fuerza de trabajo especializada,
incluso cuando se da el caso de que el productor contrate
maquila agrícola para desarrollar ciertas actividades.
Lo que si resulta ser un hecho es que el uso de tractor
permite simplificar la mayoría de los procesos productivos
(Basualdo, 2002).
Un aspecto que cabe destacar es que la intensidad de uso
del tractor en relación con la superficie cultivada depende
de dos factores básicos. Uno es el sistema de agricultura
que se utilice, es decir mientras más intensivo es el sistema
agrícola más intensidad de uso se tendrá del tractor. El otro
factor que la mide es la fuerza de trabajo agrícola integrada
al proceso de producción.
En el país, las modalidades que adopta la tractorización se
relacionan con una notoria desigualdad en la distribución de
la tierra. La mayoría de los predios ubicados en las regiones
de agricultura campesina, tienen un tamaño muy reducido
como para que resulte redituable (y rentable) la adquisición
de un tractor por campesino. También, los medios que
tienen los productores no resultan suficientes para poder
adquirirlos. En éste escenario la maquila agrícola se
convierte en un instrumento eficaz, que les permite realizar
las labores que requieren de mecanización para sostener su
producción.
Los productores que poseen superficies agrarias suficientes
para realizar su rentabilidad, pueden optar por contratar un
buen número de jornaleros o la mecanización, muchos se
decide por equilibrar la inversión mediante generar una
división del trabajo que flexibilice más las labores que
realizan los trabajadores y desarrollar procedimientos
de mecanización a lo largo de las actividades agrícolas:
preparación, siembra, labores culturales, cosecha o trilla.
816
2. Introducción de los tractores en el agro nacional
La introducción de tractores en el campo mexicano se
desarrolló como parte de las políticas de desarrollo
y modernización del agro nacional que se impulsan
de manera más dinámica a partir del gobierno de
Lázaro Cárdenas, situación que continuará en las
administraciones posteriores. Sin embargo; el desarrollo y
ampliación del parque nacional de tractores ha dependido
fundamentalmente de la instrumentación y orientación de
las políticas de subsidios y apoyos a la capitalización rural
que han seguido los diferentes funcionarios encargados de
su diseño y ejecución.
La revolución verde, dio paso a regiones de alto desarrollo,
con rendimientos agrícolas altos según datos reportados
por Hewitt (1978), hecho que se dio durante los años
del modelo de mecanización agrícola intensiva (19401970) en los cuales México pasó de aproximadamente
diez mil tractores en el campo a más de medio millón
de estas máquinas operando, hecho que se percibe de
manera fehaciente en conjunción con otros factores
en el aumento de los rendimientos obtenidos, por
ejemplo; en maíz se duplicó, “pasando de 565 a 1 194 kg
ha-1, los de trigo casi se triplicaron”, al obtenerse de 772
a 2 817 kg ha-1.
Durante la década de los cuarenta y cincuenta la oferta de
tractores (y demás maquinaria agrícola), se introdujo de
manera predominante en los distritos de riego, donde sus
ventas se incrementaron de manera muy rápida, dados
los subsidios en forma de créditos y en el precio de los
combustibles que mantenía el estado. En la década de los
sesenta la oferta de tractores tendió a desplazarse hacia
las regiones temporaleras, que originó un incremento
sostenido de 8.7% anual de tractores bajo el régimen de
temporal (Linck, 1985). Esto se debió en gran medida
a la reorientación de las políticas agrícolas en estas las
zonas, dando continuidad a un proceso de reestructuración
productiva que las insertó dentro del ámbito del mercado
nacional.
Los resultados obtenidos en el presente estudio concuerdan
con lo expuesto líneas arriba, observándose una etapa
de crecimiento en el número de tractores existentes
que abarca las décadas 50’s, 60’s y 70’s, al pasar de
aproximadamente 194 000 a 581 000 tractores en el
campo mexicano (Figura 1); sin embargo, registra un
descenso en el número de unidades a partir de los años
817 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
ochenta, situación que se explica por una parte debido al
cambio tecnológico que han sufrido estas maquinas en
términos de eficiencia en el uso de la energía y rendimiento
en campo, es decir han aumentado su potencia de trabajo
usando menos combustible, situación que se retoma más
adelante.
600
581
Miles de tractores
500
374
400
317
300
100
203
194
200
156
10
0
1940
16
76
1950
174
239
232
110
1960
1970
1980
Años
1990
2000
2010
Figura 1. Número de tractores destinados a la producción
agropecuaria y forestal en México. Fuente:
estadísticas históricas y Censos Agropecuarios y
Forestales realizados por el INEGI en 1970, 1981,
1991 y 2007.
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
3. Tasas de crecimiento regional de tractores (1970-2007)
De acuerdo con cifras reportadas por los censos agropecuarios,
las unidades de producción han crecido 4.2 millones en
número; sin embargo, la superficie cultivada no aumenta
al mismo ritmo y ha pasado de 139.9 millones de hectáreas
cultivadas en 1970 a sólo 12.7 en 2007; es decir, que la
superficie se ha reducido, tendencia que concuerda con
el nivel actual del número de tractores disponibles para la
producción, pues al presentarse un excesivo fraccionamiento
de la propiedad ejidal, principalmente resulta inoperante y
mucho menos rentable contar con maquinaria propia.
En términos generales, se puede afirmar que la cantidad de
tractores ha disminuido de manera drástica a partir de los años
setenta; sin embargo, es importante diferenciar dos grandes
periodos en este fenómeno. Al nivel nacional, durante el
primer periodo (1970-1991) se observa un crecimiento
sustancial del parque motorizado en estudio (75.37%), lo
que denota un aumento sustancial en el número de tractores
y que pudiese atribuirse básicamente a la renovación de
maquinaria adquirida entre los años 50´s y 70´s (Cuadro 1).
Cuadro 1. Número y tasas de crecimiento regional de tractores en México, durante el periodo 1970-2007.
Región
Centro
Norte
Sur
Nacional
1970
1991
2007
TC
(1970-1991)
TC
(1991-2007)
TCMA
(1970-1991)
TCMA
(1991-2007)
42308
66955
5968
115230
127652
172367
17954
317312
103059
124404
11367
238830
201.72
157.44
200.84
175.37
-19.27
-27.83
-36.69
-24.73
5.40
4.61
5.38
4.94
-1.33
-2.02
-2.82
-1.76
Fuente: elaboración con base en datos de los Censos Agropecuarios y Forestales del INEGI, realizados en los años 1970, 1991 y 2007. Notas: TC= tasa de crecimiento
calculada con la siguiente fórmula: TC= [(Vf/Vi)] - 1 ∗ 100. Donde: Vf= valor final y Vi= valor inicial. TCMA= tasa de crecimiento promedio calculada con la siguiente
fórmula. TCMA = [(Vf/Vi)1/n-1] - 1 ∗ 100. Donde: Vf= valor final; Vi = valor inicial; n= número de años.
El segundo periodo (1991-2007), muestra un descenso
significativo con respecto al número de tractores existentes,
situación que puede sugerir un cierto nivel de estabilización
sobre el número de tractores requeridos para el sector
agropecuario y forestal, pues las tasas de crecimiento medias
anuales (TCMA) presentan signos negativos. Respecto al
volumen de tractores en cada región, se puede observar que la
región norte a pesar de ser la que cuenta con el mayor número
de tractores crece a un ritmo más lento, siendo el centro del país,
la zona que presenta el nivel más alto de crecimiento y el sur
siempre se ha mantenido con las tasas de crecimiento más bajas.
Lo anterior, puede explicarse por el hecho de que en la parte
norte del país se acentuó más el fenómeno de tractorización
durante los años 50´s y 60´s, debido a los grandes repartos
agrarios que se dieron y creación de enormes obras de
infraestructura hidroagrícola, que permitieron la apertura
de grandes extensiones de terrenos planos, trayendo como
consecuencia una amplia demanda de tractores para la
producción y el un fuerte apoyo por parte del estado para
su adquisición.
4. Estado de la mecanización por regiones geoeconómicas
En México, pese al incremento sustancial en el uso del tractor
que se ha dado los últimos veinte años en diferentes regiones
agrícolas del país, la mayor intensidad de uso alrededor de
70%, se da en determinadas regiones del país. Tal es el caso
de las zonas Norte, Noroeste, Pacífico Norte y en el Centro
Occidente. De hecho los estados que utilizan porcentajes
Los tractores agrícolas de México
Otro aspecto interesante es que 70.37% de los tractores se
encuentran concentrados en diez estados de la república, de los
cuales seis se ubican en las zonas centro y norte que concentra
43.31%, siendo Chihuahua, Zacatecas, Guanajuato y Jalisco,
los que registran el mayor número de artefactos de este tipo
(Figura 2); mostrando una tendencia general de incremento
en cantidad de unidades y que obedece a las necesidades de
oportunidad y disponibilidad de la maquinaria para realizar
las labores de cultivo, principalmente en temporada de lluvias.
En contraparte, Tamaulipas, Veracruz y Sonora muestran
una tendencia a la baja, situación que por la caída drástica
observada entre los años 70´s y 90´s puede atribuirse, entre
otras cosas, al retiro del estado como principal promotor de
la mecanización agrícola en dichas entidades.
12
No. de tractores 2007
No. de tractores1991
No. de tractores 1970
10
Fuente: SAGARPA (2000): evaluación nacional de mecanización 2000, México.
Según datos dados por el informe de evaluación nacional
de mecanización 2002, éstos planteaban las siguientes
consideraciones:
a) En 1982 se poseía un parque de maquinaria en activo que
ascendía a 168,836 tractores.
b) En 1987 la existencia de tractores era de 161 47; 6.4%
menor a 1986 durante el cual fue de 167 872.
c) La necesidad de tractores planteada por el Programa de
Desarrollo Rural Integral (PRONARI), para 1988 fue de
19 729 tractores, de los cuales 14 572 eran para reposición
y 5 157 para incrementar el parque.
d) Para 1991 se contaba en el país con 177 mil tractores, de
loa cuales 25 mil se encontraban fuera de servicio.
6
4
Sonora
Veracruz
Tamaulipas
Sinaloa
0
Jalisco
2
Guanajuato
Regiones geoeconómicas
Norte Centro Sur Nacional
Superficie mecanizable 6.2
8.3
4.1
18.6
(millones de ha)
Parque de maquinaria 87.5
79.6
18.5
185.7
(miles de tractores)
Índice de mecanización 70.8/1 104.3/1 221.6/1 101/1
(ha/tractor)
Zacatecas
Concepto
8
Chihuahua
Cuadro 2. Indicador del estado de la mecanización por
regiones.
Durango
Lo anterior se tiene que matizar ya que en las regiones del
centro, sur y sureste del país, existen proceso intensivos
de mecanización sobre todo en las regiones frutícolas,
en las cuales el uso del tractor y otras modalidades de
mecanización en parcela y bodega se da de manera
amplia. Sin embargo; el informe de evaluación nacional
de mecanización 2002, plantea que el empleo se ve
afectado por la utilización de maquinaria, y se da que en
las extensiones compactas, particularmente en las zonas
cañeras y entre productores con superficies de cultivo
pequeñas y dispersas, fundamentalmente en tierras de
temporal. Aunque en Sinaloa se da predominantemente
(57%) en zonas de riego con pequeños productores de maíz,
caña de azúcar, frijol, trigo, soya y garbanzo blanco. donde
el trabajo familiar se protege y además se da un uso de
tractores predominantemente por medio de la contratación
de maquila agrícola (Cuadro 2).
e) La SAGARPA estimó para 1995 un total de 190 200
tractores en activo.
f) Para el 2000 se reportaba un parque nacional de tractores
de 207 429 en activo.
Michoacán
elevados de tracción mecánica por unidades productivas
son: Chihuahua, Baja California Norte, Tamaulipas, Sonora,
Sinaloa y Zacatecas.
818
Figura 2. Entidades federativas con mayor porcentaje
de tractores, según los censos agropecuarios y
forestales. Elaboración con base en datos del
INEGI.
No obstante lo anterior, figuran como estados que poseen
los tractores más viejos en sus unidades productivas, lo que
obedece en gran parte a la importación de maquinaria usada
proveniente de los Estados Unidos de América, hecho que
es percibido por los agricultores como una alternativa para
modernizar en el corto plazo sus procesos productivos; sin
embargo, los costos por reparación y mantenimiento en el largo
plazo superan los beneficios obtenidos, por lo que se presenta
un fenómeno de acumulación de maquinaria inservible.
También existen diez estados que concentran sólo 5.3%
del total de tractores de México (Figura 3) y que de manera
contraria a la región norte estos poseen los equipos más
819 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
nuevos, con un uso no mayor a los cinco años, situación
debida principalmente a la reducida superficie disponible
para arar, lo cual propicia un área de atención por parte de
los programas de apoyo a la mecanización bien definida y
como consecuencia una mejor control en la dirección de
los recursos públicos destinados a este rubro. Cabe resaltar,
que Campeche, presenta una tendencia al alza en cuanto al
número de unidades que posee, siendo el único estado que
muestra una tendencia positiva.
De manera general en México, pese al incremento sustancial
en el uso del tractor que se dio en el siglo pasado en diferentes
regiones agrícolas del país, la mayor intensidad de uso
continua dándose en determinadas regiones del país. Tal
es el caso de las zonas Norte, Noroeste, Pacífico Norte y
en el Centro Occidente. De hecho los estados que utilizan
porcentajes elevados de tracción mecánica por unidades
productivas son: Chihuahua, Baja California Norte,
Tamaulipas, Sonora, Sinaloa y Zacatecas.
1.0
5. Número de tractores en relación con las UP
No. de tractores 2007
No. de tractores1991
No. de tractores 1970
0.8
0.6
0.4
Yucatán
D. F.
Q. Roo
Tabasco
BCS
Guerrero
Colima
Morelos
Campeche
0.0
Querétaro
0.2
Figura 3. Entidades federativas con menor porcentaje de
tractores, según los censos agropecuarios y forestales.
Fuente: elaboración con base en datos del INEGI.
Querétaro es otra de las entidades que presenta cambios
positivos, hecho que obedece al igual que en los estados
más pequeños a la ubicación de áreas cautivas para la
mecanización, localizadas principalmente en los municipios
de San Juan del Rio, Tequisquiapan y Pedro Escobedo. Por
su parte, Guerrero, Tabasco y Morelos, con altos índices
de marginación y bajo potencial productivo para granos,
presentan una tendencia negativa de manera pronunciada
en los últimos años y que refleja, entre otras cosas, cierto
grado de inaccesibilidad por parte de los productores a los
programas de apoyo gubernamental para la adquisición de
tractores, ya que la mayor parte del costo debe ser cubierto
por el beneficiario.
El empleo de tractores para la producción agropecuaria
y forestal en el sur de México continua siendo errática
y únicamente en estados como Campeche y Oaxaca se
registran números de posible comparación con estados
del norte y centro, sin embargo; las áreas mecanizadas
son limitadas y muy localizadas, situación que limita la
mecanización de los procesos productivos en esta parte de
la república, a pesar de los grandes esfuerzos realizados a
lo largo de la historia del sector agropecuario.
Para el censo de 2007 se reportaba un parque nacional
de tractores de 238 830 unidades trabajando en campo,
correspondiendo a los estados de Chihuahua, Zacatecas,
Guanajuato, Jalisco y Sinaloa, los que reportaban un mayor
número de estas máquinas. Mientras que Yucatán, Distrito
Federal, Quintana Roo, Tabasco y Baja California Sur resultan
ser las entidades que cuentan con el menor número de éstos.
Cabe señalar dos aspectos. En primer lugar, el hecho de
que esto no implica que los estados que presentan menor
número sean los que tengan el parque de tractores más viejo,
sino que el reporte de INEGI muestra que en Yucatán y el
Distrito Federal los productores cuentan con máquinas más
nuevas. En segundo lugar, que en el siguiente Cuadro 3, sólo
se presentan las cifras generales por estado sin hacer una
distinción acerca de la naturaleza de uso y tipo de posesión
de las máquinas, es decir se dan las cantidades no importando
si el tractor resulta ser propio, de uso colectivo o maquilado.
Con respecto al número total de tractores pertenecientes a
unidades de producción en el ámbito nacional los censos
reportan las siguientes cifras.
Cuadro 3. Número total de tractores por unidades de
producción a nivel nacional.
Año del
censo
1970
1991
2007
Total
Unidades de
producción
1 016 569
3 823 063
1 561 300
6 400 932
Núm. total de
tractores
115 230
240 618
238 830
594 678
Fuente: V Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 1971, VII Censo Agrícola,
Ganadero y Forestal 1991 y VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007.
Con todo, el número de tractores por unidad de producción
existentes en el campo mexicano, reportados por los censos
elaborados por INEGI para las décadas 1971, 1991 y 2007,
Los tractores agrícolas de México
820
mostraban que para 1970 el campo mexicano contaba con un
total de 1 016 569 unidades de Producción las cuales, a su vez,
sostenían un número total de 115 230 tractores en parcela, esto
quiere decir que para esa etapa por cada nueve unidades de
producción existía un tractor, es decir que la proporcionalidad
existente entre unidades de producción y tractores era de 9/1.
Para 1991 el panorama había cambiado ya que para esa
tiempo el censo reportaba un total de 3 823 063 unidades
de producción contra un total de 240 618 tractores en
parcela. Ese dato establece que por cada veinte unidades de
producción constituidas sólo les corresponde un tractor, lo
cual permite apuntar el hecho de que la cantidad de tractores
ha disminuido en términos reales, si se parte del hecho
de que en esos veinte años se reporta un incremento en el
número de unidades de producción en un porcentaje de poco
más de 370%, mientras que el número de tractores sólo se
incrementa un poco más de 100%.
El último censo de 2007, presenta cifras que reflejan una
realidad rural distinta. En éste se documenta que existen
1 561 300 unidades de producción, así como la existencia
de 238 830 tractores en total. La disminución de más de 200%
en las unidades de producción, conlleva varias lecturas, entre
las que se puede mencionar el hecho de que las superficies
manejadas por unidad de producción se ha incrementado, así
también la cantidad de parcelas que se encuentran rentadas y
que son registradas como parte del proceso de producción de
un sólo productor agropecuario, de tal manera, que aunque
existen menos productores la superficie nacional de tierras
se ha mantenido más o menos estable, evidenciando un
proceso de concentración agraria y de los instrumentos de
producción.
6. Tipo de tractores y tamaño de las UP
En relación al tipo de tractores, 36.8% de estos presentan
una potencia que oscila entre los 60 a 85 caballos de fuerza
por sus siglas en inglés hp, 30% de 85 a 145, 17.1% de 60
HP y 16.1% de más de 145 hp; es decir, que la mayoría
de los tractores existentes son los llamados “estándar”.
Esta tendencia se encuentra estrechamente relacionada
con el tamaño promedio de las unidades productivas
(Cuadro 4).
Cuadro 4. Tamaño promedio de las unidades de producción agropecuaria en México en 2007.
Región
Unidades totales (núm.)
Superficie (ha)
Tamaño promedio de la UP (ha)
Norte
802 646
67 666 209
84.3
Centro
2 624 055
21 995 637
8.4
Sur
2 122 144
23 081 401
10.9
Nacional
5 548 845
112 743 247
20.2
Fuente: Elaboración con base en datos de los Censo Agropecuario y Forestal 2007, INEGI.
7. Índice de uso del tractor en las UP agropecuaria y
forestal
orografía de la nación, ya que las grandes planicies y
valles existentes en las dos primeras regiones propician
que se facilite el desplazamiento de maquinaria, además
de contar con unidades de producción más grandes lo que
hace aún más atractiva la modernización de las tareas del
campo. Por su parte la región sur registra un crecimiento
lento, situación que puede atribuirse a tres factores
principalmente: la orografía, tamaño de las unidades de
producción y el tipo de agricultura que se desarrolla en
la zona.
El índice de uso nacional del tractor obtenido (0.28) sugiere
que al menos la tercera parte de las unidades de producción
agropecuaria y forestal emplean esta maquinaria en los
procesos de producción, destacando el norte del país (0.43)
como la zona con mayor empleo de tractores, seguida por
la región centro (0.31) y finalmente el sur (0.13). Este
comportamiento se corresponde de manera lógica con la
Como puede apreciarse en la Figura 4, Zacatecas, Nayarit,
Tamaulipas y Sinaloa son los estados que emplean mayor
cantidad de tractores, lo que puede atribuirse en gran parte
a la existencia de grandes extensiones de agricultura de
temporal destinadas a la producción de maíz, frijol y sorgo,
situación que exige contar con maquinaria de este tipo para
realizar las labores de cultivo en tiempo y forma. Por su
En cuanto a eficiencia productiva, Dr. José Gaytán Ruelas
(Com. Pers.). Profesor Investigador del Departamento
de Ingeniería Mecánica de la UACH. de estos artefactos,
quienes aseguran que la relación en potencia/superficie
adecuada es de 1 hp ha-1, estos tractores tiene un potencial
de cobertura para las labores agrícola de aproximadamente
80 ha.
821 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
parte, las entidades que conforman la Península de Baja
California, registran un menor uso de tractores, debido en
primera instancia que cuentan con un menor número de UP’s
Veracruz
Tlaxcala
SLP
IEUT para la Región Centro
Aguascalientes
0.8
D. F.
0.6
Guanajuato
0.4
0.2
Hidalgo
0.0
Querétaro
Puebla
Jalisco
Morelos
Yucatán
Tabasco
Q. Roo
México
Michoacán
IEUT para la Región Sur
Campeche
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1
0.0
Chiapas
Guerrero
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
y la agricultura que ahí se realiza es en gran parte de tipo
intensivo, concentrándose en regiones como Constitución,
Valle de San Quintín y Valle de Mexicali.
IEUT para la Región Norte
Zacatecas
Tamaulipas
Sonora
BC
0.8
0.6
0.4
0.2
0.0
Coahuila
Colima
Chihuahua
Sinaloa
Nuevo León
BCS
Nayarit
Durango
Nota: Este indicador fue calculado con base en el total de unidades de
producción agropecuaria y forestal reportadas y el número de unidades de
producción que afirmaron usar tractor en alguna de las labores agropecuarias
y forestales.
*Para ilustrar el indicador en los gráficos, en estos estados se tomó el límite
máximo del indicador.
Oaxaca
Figura 4. Índice estatal de uso del tractor en México (IEUT). Elaboración con base en datos del Censo Agropecuario 2007 y VIII
Censo Agrícola, Ganadero y Forestal del INEGI.
Contrario a lo anterior, los estados con menor extensión
territorial ubicados en el centro del país registran los más
altos índices estatales de uso del tractor (IEUT) y que se
corresponde con un bajo número de UP´s, lo que denota
que muchos agricultores tienen acceso al servicio de
manera más rápida y oportuna debido a la cercanía de las
parcelas y/o explotaciones. El Bajío y Altiplano presentan un
comportamiento medio aunque debe de mencionarse que son
las entidades con mayor número de unidades productivas.
Llama la atención que Veracruz es la entidad con el índice
más bajo, sin embargo; debe tomarse en cuenta su vocación
ganadera, actividad que abarca gran parte de la Llanura
Costera del Golfo de México, que es el área con potencial
para su mecanización pues las zonas ubicadas en la en la
Sierra Oriental presentan un relieve muy accidentado, por lo
que las extensiones de cultivo que demandan un mayor uso
del tractor no se han mecanizado a la par con otros lugares
similares ubicados en Sinaloa y Tamaulipas.
En la Figura 5 se muestra la variación que han tenido los
índices de mecanización por entidad federativa, los cuales
revelan un incremento paulatino del número de tractores
en campo. En la actualidad el ingreso de tractores e
implementos agrícolas en las parcelas se nos presenta como
un fenómeno cotidiano, que se puede inscribir en un marco
de definición de políticas tecnológicas nacionales aplicadas
al sector agropecuario. En un escenario de economía global,
las políticas tecnológicas aplicadas a la agricultura y a la
ganadería, no sólo han tendido a incorporar nuevos procesos
técnicos, herramientas o mecanismos productivos, sino que
también han pasado a ser parte de una visión de desarrollo
generadora de nuevas culturas tecnológicas, orientaciones
educativas, productivas y organizativas, dependiendo de las
necesidades y estrategias de regionalización de los países
centrales y sus circuitos transnacionales.
Por consiguiente, las políticas tecnológicas agrícolas que
se han desarrollado en el ámbito nacional han conformado
un esquema de incidencia en lo fundamental orientado a
promover la modernización rural a partir de la transferencia
y adopción de paquetes tecnológicos, donde se incluyen la
mecanización agropecuaria y el riego agrícola. Lo anterior ha
generado un impacto relativo y desigual tanto en el proceso
productivo como en el de los productores rurales.
Las variaciones presentadas por las distintas entidades
federativas relacionadas con los índices de mecanización,
en ésta se puede apreciar que entre 1991 y 2007, los mayores
índices de mecanización se presentan en los estados que
tienen un menor número de tractores, pero que por esta razón
Los tractores agrícolas de México
822
se ven ante la necesidad de incrementar la utilización en
campo de sus máquinas. Este es el caso de Yucatán, quintana
Roo y Tabasco que para 2007 contaban con el menor número
de tractores en el ámbito nacional, no es el caso del Distrito
Federal y Coahuila, estados que presentan otra problemática
relacionada con sus índices de mecanización.
Variación del índice de mecanización
(ha/tractor) por estado durante el ciclo 1991-2007
Zacatecas
Yucatán
Veracruz Llave
Tlaxcala
Tamaulipas
Tabasco
Sonora
Sinaloa
San Luis Potosí
Quintana Roo
Querétaro
Puebla
Oaxaca
Nuevo León
Nayarit
Morelos
Michoacán de Ocampo
México
Jalisco
Hidalgo
Guerrero
Guanajuato
Durango
Distrito Federal
Colima
Coahuila de Zaragoza
Chihuahua
Chiapas
Campeche
Baja California Sur
Baja California
Aguascalientes
Estados Unidos Mexicanos
Estado
2007
1991
0.000
500.00
1000.00
1500.000
Índice de mecanización
2000.00
2500.00
3000.000
Figura 5. Variación en los índices de mecanización por entidad federativa. Fuente: elaboración con base en datos de los Censos
Agropecuarios y Forestales del INEGI, realizados en los años 1970, 1991 y 2007.
Conclusiones
La dinámica de uso del tractor provoca una subutilización
de su potencia en la mayoría de las parcelas mexicanas. Esto
sucede si tomamos en cuenta que éstas tienen una superficie
promedio de labor por unidad de producción baja; así se
aprecia que 91.1% de los productores de México poseen
superficies medias iguales o menores de 7.65 ha, lo cual parece
ser una limitante para el desarrollo del parque de tractores.
A partir de 1970 los nuevos sistemas de cultivo han dado
por resultado la intensificación del uso de suelo, y el
desplazamiento cada vez mayor del trabajo humano y animal
de muchas de las actividades agrícolas, particularmente las
de labranza; así como un aumento sustancial en la demanda
de máquinas que satisfagan los requerimientos de potencia
disponible para el desarrollo de las operaciones agrícolas,
y de hecho, en el incremento de la escala operativa de los
instrumentos de labranza.
823 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
La intensidad de uso del tractor en relación con la superficie
cultivada depende de dos factores: del sistema de producción
que se esté realizando, ya que mientras más intensivo es el
sistema agrícola más intensidad de uso se tendrá del tractor.
El otro factor que la mide es la fuerza de trabajo agrícola
integrada al proceso de producción.
Pese al incremento sustancial en el uso del tractor que se ha
dado los últimos veinte años, en diferentes regiones agrícolas
del país, la mayor intensidad de uso (alrededor del 70 por
ciento), se da en determinadas regiones del país. Tal es el
caso de las zonas Norte, Noroeste, Pacífico Norte y en el
Centro Occidente.
Las unidades de producción han crecido 4.2 millones en
número; sin embargo, la superficie cultivada no aumenta
al mismo ritmo y ha pasado de 139.9 millones de hectáreas
cultivadas en 1970 a sólo 112.7 en 2007; es decir, que
la superficie se ha reducido, tendencia que concuerda
con el nivel actual del número de tractores disponibles
para la producción, pues al presentarse un excesivo
fraccionamiento de la propiedad ejidal principalmente,
resulta inoperante y mucho menos rentable contar con
maquinaria propia.
Los tractores se encuentran concentrados en diez estados
de la república, de los cuales seis se ubican en la parte
norte y concentra 43.31%, siendo Chihuahua, Zacatecas,
Guanajuato y Jalisco, los que registran el mayor número de
tractores, mostrando una tendencia general de incremento
en cantidad de unidades.
De acuerdo con la TCMA se puede afirmar que casi 80%
de las máquinas que conforman el parque de tractores, se
encuentra en vida de servicio, situación que en términos de
competitividad y eficiencia económica, condiciona el avance
de las cadenas productivas que usan este artefacto, hacia una
mejor posición en el contexto globalizado de las economías
mundiales, toda vez que la cantidad y calidad de los tractores
determina en muchas partes el proceso de modernización,
mecanización y eficiencia de los procesos productivos en
el sector agropecuario.
La tendencia a adquirir tractores más grandes obedece a
fenómenos relacionados con el incremento de la aparcería
y los servicios de maquila entre los productores, el
comportamiento regional detectado en cuanto la distribución
de la maquinaria, evidencia de manera clara un proceso
creciente de reacomodo de los procesos de producción
María Isabel Palacios Rangel y Jorge Ocampo Ledesma
agropecuarios y redistribución de la tierra, en el afán que
tienen los productores por incrementar la competitividad de
sus unidades productivas.
En el sector rural actual el tamaño de las UP es un
factor básico en la producción agrícola destinada al
mercado. La medida de su eficiencia se expresa en su
capacidad para desarrollar amplias escalas productivas,
y en la forma que integra al sistema de producción sus
componentes tecnológicos (tractor e implementos, semillas
y agroquímicos).
Literatura citada
Basualdo, E. y Teubal, M. 2002. Economías a escala y
régimen de propiedad en la región pampeana
argentina. www.basualdoe.edu.arg/mundoagrario/
nro2/. (consulta mayo, 2012).
Cruz, L. A. y Martínez, S. T. 2001. La tradición tecnológica
de la tracción animal, Universidad Autónoma
Chapingo (UACH). Chapingo, Texcoco Estado de
México. 203 p.
Hewitt, A. C. 1978. La modernización de la agricultura
mexicana. 1940-1970. Siglo XXI Editores, México,
D. F. 73 p.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 1970. V Censo Ejidal de 1970, Instituto
Nacional de Estadística, Geografía Informática,
México, D. F. 55 p.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 1991. VII Censos Agropecuarios 1991.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía
Informática, México. 4 p.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2007. VIII Censo Agrícola, Ganadero y
Forestal 2007. Instituto Nacional de Estadística,
Geografía Informática, México, D. F. 29 p.
Lara, F. S. 1997. Nuevas experiencias productivas y
nuevas formas de organización flexible del trabajo
en la agricultura mexicana. Juan Pablos Editor.
Procuraduría Agraria. México, D. F. 304 p.
Linck, Th. 1985. La mecanización de la agricultura de
temporal. ¿Cuál sociedad elegir? In: Revista
Comercio Exterior. 35:2.
Masera, C. O. 1990. Crisis y mecanización de la agricultura
campesino. El Colegio de México, México, D. F.
20 p.
Los tractores agrícolas de México
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (SAGARPA). 2000. Evaluación
nacional de mecanización 2000. Informe de labores.
México, D. F. 236 p.
824
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (SAGARPA). 2001. Evaluación
Nacional del Programa de Alianza para el Campo
2000. México, D. F. Reglas de Operación. 113 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 825-837
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
Bertha Sofía Larqué Saavedra1§, Lorena Cortés Espinoza1, Miguel Ángel Sánchez Hernández2, Alma Velia Ayala Garay2 y Dora
Ma. Sangerman-Jarquín1
Campo Experimental Valle de México. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5.
Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, C. P. 56250. [email protected], [email protected]. 2Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria
Agrícola (CENEMA). INIFAP. Carretera Los Reyes- Lechería, km 18.5. Texcoco, Estado de México. C. P. 56230. [email protected]; [email protected].
§
Autora para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
La presente investigación se realizó con base en la
información de campo obtenida en el trabajo: parque de
maquinaria agrícola del Estado de México, que el Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias, realizó en 2010 a solicitud de la SAGARPA. Se
retomó la muestra de la región de Atlacomulco conformada
por 69 productores agrícolas. La información recabada en
los cuestionarios, se analizó con la ayuda de estadísticas
descriptivas y se soportó con investigación documental.
Los objetivos fueron: 1) realizar una caracterización de
los productores agrícolas de la región de Atlacomulco,
con base en el tamaño promedio de superficie, cultivos
y nivel de mecanización; y 2) clasificar a los productores
agrícolas con base en el índice de mecanización. Los
resultados indican que durante el periodo 2000 a 2010,
los productores de la región de estudio lograron equiparse,
fundamentalmente, con la compra de tractores. Para
2010, se registró un total de 76 tractores en la región para
atender una superficie agrícola de 833.75 ha. Se registró
que el número máximo de tractores por productor es de
dos, siendo estos casos los menos. El 94% cuenta con un
tractor. La potencia media de la región se ubicó en 81.52
hp. De acuerdo con el índice de mecanización sugerido por
la FAO (50 ha tractor-1), la región de estudio presenta un
índice promedio por debajo de lo recomendado (10.96 ha
tractor-1) lo que indica, una subutilización de la maquinaria.
Se concluye una probable desventaja financiera de los
productores.
La mecanización radica en la incorporación de diferentes
máquinas, equipos y sistemas en el proceso productivo de
las explotaciones agrícolas y pecuarias con el propósito
principal de lograr una mayor eficiencia técnica, social
y económica que permitan elevar el incremento en la
producción, sin degradar los recursos naturales (Aristizábal
y Cortés, 2012). La mecanización agrícola se entiende al
componente de la ingeniería aplicada en todos sus aspectos
al desarrollo agrícola y rural (Smith et al., 1994). De acuerdo
con Ullo (1989), la mecanización agrícola implica cualquier
herramienta -manual, de tracción animal o motorizadautilizada para producir o procesar un cultivo que permite
mejorar la eficiencia del trabajo para producir más y
mejores productos. Las máquinas agrícolas motorizadas
“….constituyen unos de los principales medios de trabajo
y bienes de capital de la producción agrícola moderna…”
(Duran et al., 2002).
De acuerdo con Morales (1995) refiere que la mecanización
del campo es un proceso complejo influenciado por múltiples
factores; la adecuada administración y operación eficiente
de las maquinas, aunado a buena elección de cultivos con
alta rentabilidad, suelen ser aspectos fundamentales para la
adquisición de la maquinaria agrícola.
En México la agricultura ha pasado por diferentes momentos.
El actual, en el que la economía se ha globalizado, demanda la
modernización sus procesos. En este marco, la mecanización
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
826 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
de las labores de producción y cosecha, son necesarios. La
región de Atlacomulco en el Estado de México, inició un
proceso de mecanización importante en la presente década,
principalmente con el equipamiento de tractores, lo que sin
duda ha simplificado las labores de preparación del terreno.
No obstante, estas ventajas aún falta mejorar aspectos como
la subutilización de los mismos. Se registró un índice de
mecanización promedio de la región de 10.96 ha tractor-1
y de 12.07/81.52, cuando la propuesta de la FAO es de 50
ha tractor-1.
Debido a la importancia agrícola que tiene la región
de Atlacomulco en el Estado de México, se retomó la
información obtenida para esta región, y se analizó bajo
otro planteamiento. Los objetivos de este estudio fueron: a)
realizar una caracterización de los productores agrícolas de
la región de Atlacomulco, con base en el tamaño promedio
de superficie, cultivos y nivel de mecanización; y b)
clasificar a los productores agrícolas con base en el índice
de mecanización.
I. Caracterización de la región de estudio
La producción de granos básicos (maíz, frijol y trigo) para
2007, ocupaba la mayor parte de la superficie sembrada
del estado; 67.6% (613 855 ha), siendo el maíz, el cultivo
que ocupa maíz superficie sembrada (586 845 ha) (Gaucín,
2007; INEGI, 2011).
II. Región 2. Atlacomulco
2.1 Características regionales
Ubicación. La región V Atlacomulco (Figura 1) se ubica
al noroeste de Estado de México; al norte colinda con
Hidalgo y Querétaro; al sur con las regiones I, IV y VII del
Estado de México; al este con Hidalgo y las regiones II y
VII al oeste con Michoacán. Comprende los municipios
de: Acambay, Aculco, Amanalco, Atlacomulco, Chapa de
Mota, Ixtlahuaca, Jiquipilco, Jocotitlán, Morelos, El Oro,
Otzolotepec, San Felipe del Progreso, Soyaniquilpan de
Juárez, Temascalcingo, Temoaya, Timilpan, Villa de Allende
y Villa Victoria (http://www.inafed.gob.mx/work/templates/
enciclo/mexico/mpios/15001a.htm).
México
La extensión territorial del Estado de México es de 2 235
680 ha; en 46.30% de las cuales se desarrolla la agricultura
(INEGI, 2011). En 2009, la agricultura de riego ocupó
159 712 ha. Esta superficie se caracteriza por ser terrenos
aptos para la mecanización, con aplicación de paquetes
tecnológicos que incluyen además fertilización y control
fitosanitario, entre otras prácticas; las principales limitantes
que enfrenta, dada su ubicación en los valles más altos del
altiplano, están relacionadas con los factores climáticos. En
el resto de la entidad predomina la agricultura de temporal,
caracterizada por bajos niveles tecnológicos, en la que
prevalece el minifundio con un marcado monocultivo; ocupa
una superficie de 748 445 ha (Gaucín, 2007; INEGI, 2011).
La superficie agrícola de riego se distribuye en los Distritos
de Desarrollo Rural (DDR) de la siguiente manera: 20.9%
Atlacomulco, 16.9% Toluca, 16.6% Zumpango, 14.2%
Tejupilco, 8.4% Coatepec Harinas, 7.9% Texcoco, 7.9%
Valle de Bravo y 7.1% Jilotepec. Las mayores superficies
de riego (punta de riego) se encuentran en Atlacomulco
(27.3%), Zumpango (21.2%), Jilotepec (17.9%), y Toluca
(13.2%); mientras que las tierras de temporal se distribuyen
de manera uniforme entre los ocho distritos, acorde a la
superficie agrícola total que se presenta en cada uno de éstos
(Rodríguez, 2007).
N
O
Estado de México
E
S
Región
Atlacomulco
Figura 1. Región 2. Atlacomulco, Estado de México, área de
estudio.
Orografía. La región V forma parte de la Sierra Madre
Occidental y Eje Volcánico transversal; pertenece a la
subprovincia de Lagos y Volcanes de Anáhuac, por lo que
se puede apreciar áreas bastante irregulares, contando
con cerros, formaciones montañosas muy erectas,
barrancas profundas y extensos valles. (http://www.orden
juridico.gob.mx/Estatal/estado%20 de%20mexico/
Municipios/).
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
Hidrografía. La región V Atlacomulco forma parte de las
cuencas del Río Moctezuma, Río Lerma que cruza el Valle
de Ixtlahuaca. También dentro de la región nace parte del
Río Pánuco. Cuenta con presas como la presa de Huapango
que cuenta con capacidad para almacenar más de 12 millones
de metros cúbicos de agua. Sus aguas son usadas en el riego
de extensas zonas agrícolas de municipios como Acambay,
Aculco, Jilotepec, Soyaniquilpan, Polotitlán y Timilpan,
al igual que de pequeñas zonas de los estados de Hidalgo y
Querétaro.
La presa Villa Victoria, construida en la década de 1934 a
1944, que alimenta al sistema hidráulico Miguel Alemán
e Ixtapantongo, así como el sistema Cutzamala. La presa
de Tepetitlán cuarta en el Estado de México, que logra
almacenar 70 millones de metros cúbicos de agua. Además
cuenta con cuerpos de agua tales como la Laguna Seca
y la Laguna Verde. En esta región se encuentra la planta
potabilizadora Cutzamala que surte de agua a la zona
metropolitana de la ciudad de México, y en menor porción a
la ciudad de Toluca. Se cuenta, además, con ríos temporales
y perennes, manantiales, bordos, pozos profundos. (http://
www.ordenjuridico.gob.mx/Estatal/estado%20de%20
mexico/Municipios/).
Clima. En la mayor parte de la región se registran climas
templado sub húmedo con lluvias en verano (CW), frío
sub húmedo con lluvias en verano c (e)(w). La temperatura
media anual en promedio oscila entre 13.4 °C y 14.8°;
la máxima se registra alrededor de 35 °C y la mínima
alrededor de los 8 °C, aunque en algunas partes se llegan
a registrar temperaturas por debajo de los 0 °C. La
precipitación media anual que se presenta en esta región
es de alrededor de 800 mm. El inicio de las lluvias se
registra en el mes de junio y su término en el mes Octubre,
teniendo la parte más abundante en los meses de julio
y agosto. La temporada de heladas se registra entre los
meses noviembre a febrero, con un promedio de 80 días
de heladas al año. En invierno se registran heladas muy
intensas y en algunas zonas se tienen nevadas. (http://
www.ordenjuridico.gob.mx/Estatal/estado%20de%20
mexico/Municipios/).
Ecosistemas. Flores: azucena, gladiola, dalia, alcatraz,
tuberosa, agapando, hortensia, begonia, ala de ángel,
chimos, huele de noche, geranio, camelia, margarita, clavel,
heliotropo, capa de oro, madre selva, hiedra y hoja elegante.
Frutales: manzanos, perales capulín, higo, tuna, ciruelo
y tejocote, aguacate criollo, limón, naranja agria y dulce,
827
chirimoya, mora, manzano, peral, chabacano, ciruelo,
durazno, chayote, zapote, nuez de Castilla, membrillo,
capulín.
Bosques: encino, ocote, madroño, pino, sauce, capulín,
álamo, fresno, eucalipto y casuarina, cedro, ocote, abetos,
oyamel, madroño, álamo, roble, laurelillo, capulincillo,
alcanfor, tepozán, trueno, sauce llorón, mimbre y cedro
blanco, encino, bellota, palo santo, mimbre y jacaranda
y casuarinas. La superficie boscosa de la serranía del
municipio de Jiquipilco desde 1980 quedó integrada
como zona de reserva del parque ecológico y recreativo
Zempoala- la Bufa, que se denominó parque otomí- mexica
del Estado de México.
Arbustos: ahuejote, jarilla, jacaranda, escobilla, grana,
mezquite, pericón, saúco, enebro y trueno.
Cactáceas: nopales y órganos.
Cultivos agrícolas: maíz, haba, papa, hortalizas, gramíneas,
avena, cebada, trébol y forrajes. También hay hortalizas
entre las que sobresalen: zanahoria, lechuga, col, cilantro,
epazote y chícharo.
Floricultura: rosa, clavel, dalia, cempasúchil, girasol y
mirasol, acahual, dalia, pensamiento, violeta, alcatraz
blanco y amarillo, jazmín, f lor de nochebuena o de
navidad, balsámica, espárrago, heliotropo, azucena,
geranio, flor de mayo, vara de San José, lirio, pensamiento,
tuberosa, bugambilia, dalia, girasol, mirasol, pitahaya,
heno, musgo, entre otras.
Plantas ornamentales: el alcatraz, bugambilia, clavel,
geranio, jacaranda, malvón, y otros. (http://www.
ordenjuridico.gob.mx/Estatal/estado%20de%20mexico/
Municipios/).
III. Actividades agropecuarias
En la región se desarrollan actividades agrícolas, pecuarias y
forestales. La agricultura ocupa más del 40% de la superficie
a nivel regional y por municipio.
3.1 Cultivos agrícolas
Se siembran cultivos de los ciclos primavera- verano y
otoño- invierno en superficies de riego y temporal. También
se siembran cultivos perennes. Del ciclo primavera- verano,
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
828 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
los más importantes son el maíz grano y trigo grano por ser
los que ocupan mayor superficie. La papa es importante por
el valor de su producción (Cuadro 1 y Figura 2).
y volumen de producción, la avena forrajera es la más
importante, sin embargo por valor de la producción, el haba
verde ocupa el primer lugar (Cuadro 2).
En el ciclo otoño invierno, los cultivos que sobresalieron por
la superficie sembrada y el valor de su producción fueron:
haba verde y avena forrajera. Por superficie sembrada
Los cultivos perennes más importantes por la
superficie sembrada son los que se muestran en el
Cuadro 3.
Cuadro 1. Principales cultivos agrícolas 2003-2008 de la región Atlacomulco. Ciclo primavera- verano*
Cultivo
Avena forrajera
Maíz grano
Trigo grano
Papa
Superficie
sembrada r+t (ha)
Superficie cosechada
R+t (ha)
Volumen
(t)
Valor**
(miles de pesos)
16 121
160 172
152 583
92 317
16 121
154 227
152 583
92 317
329 806 667
485 872.5
3 138.83
23 642.5
54 774.36
549 340
42 194
502 348
*= todos son valores promedio; **= valor constante base 2000. Fuente: Elaboración con base en datos de SIAP 2009.
R+T
4%
22 %
Avena forrajera
Maíz grano
Trigo grano
Papa
38 %
36 %
Figura 2. Participación porcentual de la superficie sembrada de los cultivos del ciclo primavera-verano.
Cuadro 2. Principales cultivos agrícolas 2003-2008. Ciclo otoño- invierno*.
Cultivo
Avena forrajera
Haba verde
Trigo grano
Ebo
Superficie sembrada
(ha)
124.5
105.83
48.33
61.67
Superficie cosechada
(ha)
123.33
105.83
48.33
61.67
Volumen
(t)
1 966 667
975.17
124.17
633.33
*= todos son valores promedio; **= valor constante base 2000. Fuente: elaboración con base en datos de SIAP 2009.
Valor (miles de
pesos)**
408.53
1 962.2
208.8
267
18 %
37 %
14 %
31 %
Avena forrajera
Haba verde
Trigo grano
Ebo
Figura 3. Participación porcentual de la superficie sembrada de los cultivos del ciclo otoño- invierno, 2003-2008 (R+T).
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
829
Cuadro 3. Principales cultivos perennes 2003-2008 (R+T*).
Cultivo
Superficie
sembrada (ha)
340
115.5
36.8
27.3
Maguey pulquero
Manzana
Nopalitos
Pera
Superficie cosechada
(ha)
340
115.5
36.8
27.3
Volumen
(t)
4826.7
875.3
526.2
206.3
*= todos son valores promedio; **= valor constante base 2000. Fuente: elaboración con base en datos de SIAP 2009.
7%
Valor
(miles de pesos)**
76 987.1
1 846.5
1 757.6
429.8
Metodología
5%
22 %
66 %
Maguey pulquero
Manzana
Nopalitos
Pera
Figura 4. Participación porcentual de los cultivos principales
cultivos perennes.
3.2 Superficie de riego y temporal
En 2008 la región contaba aproximadamente con 184 646.8
ha de superficie agrícola, 42 730.8 ha de riego (23.14%) y
141 916 ha de temporal (76.8%). (http://www.siap.gob.mx/
ventana.php?idLiga=1043&tipo=1).
En 2008 la superficie agrícola de riego y temporal
(Figura 5) ocupada por cultivos perennes fue de 1 741
ha, mientras que los cultivos del año agrícola (R+T)
ocuparon 184 646.8 ha. (http://www.siap.gob.mx/ventana.
php?idLiga=1043&tipo=1).
La metodología empleada en el trabajo Parque de Maquinaria
Agrícola del Estado de México, se basó principalmente en
trabajo de campo. La herramienta de trabajo fue cuestionario.
Los sujetos de estudio fueron productores agrícolas del Estado
de México beneficiarios de 1996 a 2007 por programas de
gobierno, como:Alianza Para el Campo, DieselAgropecuario,
FIDAGRO, proveedores de maquinaria agrícola, FIRA,
FIRCO, Financiera Rural, SAGARPA y ayuntamientos.
Para la aplicación de los cuestionarios, se realizó un muestreo
probabilístico estratificado, el cual se garantizó una precisión
de 10% y una confiabilidad de 85 a 95%, al tamaño de la muestra
se le agregó 30% más en donde se consideraron los reemplazos
necesarios; además cada área geográfica que ocupan los DDR
de la Delegación Federal de la SAGARPA, conformó un
estrato. Las unidades muéstrales que conformaron cada estrato
fueron seleccionadas empleando un método aleatorio simple.
Para la región 2 Atlacomulco, el tamaño del estrato fue de 69
productores distribuido de la siguiente manera (Cuadro 4).
Cuadro 4. Distribución de la muestra de la región 2 de
Atlacomulco.
1%
Municipio
99 %
Perennes
Año agrícola
Figura 5. Participación porcentual de los cultivos en la
superficie agrícola total.
Acambay
Atlacomulco
El oro
Jocotitlán
Ixtlahuaca
Morelos
San Felipe del Rincón
San José del Rincón
Temascalcingo
Total
Núm. de productores
7
5
2
20
18
1
3
8
5
69
830 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Para dar cumplimiento a los objetivos de este estudio, la
metodología que se siguió fue la siguiente. Para caracterizar
a los productores, la información que se obtuvo de los
cuestionarios, fue analizada con la ayuda de estadísticas
descriptivas y se soportó con una investigación documental.
Los niveles de mecanización se definieron en este trabajo,
por el número de tractores que cada productor tiene, lo que
refiere una característica cuantitativa. Se consideraron
también, la potencia del tractor y el año de adquisición,
con la intención de referir características cualitativas.
No se consideraron implementos para el desarrollo de la
producción del cultivo.
De esta manera se generaron los niveles: I que incluye a
productores con un o dos tractores y años de adquisición
de 2005 a 2010 y potencias de 100 y más hp; nivel II
alto con uno o dos tractores adquirido de 2005 a 2010 y
potencias de menores a 100. Nivel III con dos o un tractor
y años de adquisición de 2004 a 2000 y potencias mayores
a 100, nivel IV con uno o dos tractores, adquirido entre
2004 y 2000 con potencias menores a 100. Nivel V, con
uno o dos tractores y años de adquisición anteriores a
2000 y diferentes potencias. Para calcular el índice de
mecanización, se retomó el propuesto por la SAGARPA que
se obtiene de dividir el número de hectáreas entre tractor
(ha tractor-1) y el número de hectáreas entre potencia del
tractor (ha hp-1) -caballos de fuerza-hp siglas por su nombre
en inglés horse power.
Las distinciones entre cada uno de ellos, fue considerando el
año de compra del equipo la potencia. Asimismo, el número
de implementos que le permiten al productor desarrollar sus
actividades.
Resultados
I. Características personales de los productores
Los productores encuestados registraron edades que van de
30 a 91 años. Cinco declararon edades de 30 a 39 años, y 15,
de 61 a 91. Estos productores conforman 30% de la muestra.
El 70% dijeron tener edades entre 40 y 60 años de edad,
siendo el promedio 50 años. Del total, 13% fueron mujeres.
En cuanto a su nivel de estudios se registraron niveles de
primaria incompleta hasta maestrías. La frecuencia mayor
fue para primaria completa con 26 casos.
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
II .Caracterización de los productores según cultivo,
régimen de humedad
De acuerdo con la información reportada por el SIAP,
de 2003 a 2008 se registraron como los cultivos anuales
de mayor importancia por superficie sembrada, los
siguientes: avena forrajera y maíz. Nuevamente para
2010, año en que se realizaron las encuestas de este
estudio, avena y maíz registraron el mayor número
de productores y mayor superficie sembrada entre los
productores que conformaron la muestra. De estos, el
maíz fue el cultivo predominante, ya que 100% de los
productores lo sembraron. El 75% sembraron únicamente
maíz y 25% sembraron varios cultivos en el ciclo, maíz
más avena, cebada, haba, trigo y triticale. Los productores
que sembraron trigo representaron 6%. Hubo muy pocos
casos en haba, triticale, y jícama.
El 48% del total de los productores encuestados,
sembraron en superficie de riego y temporal y sembraron
más de un cultivo. El 12%, sembraron únicamente en
riego y destinaron toda su superficie a la siembra de maíz.
El 40% sembraron sólo en temporal, dentro de éstos, 81%
sembró sólo maíz.
El tamaño de las superficies fue muy variado, por ello se
formaron tres rangos: >0 a 10 ha, >10 hasta 30 ha y >30
ha. El 98% de los productores siembran en superficies de
>0 a 10 hectáreas, siendo el tamaño promedio 5.21 ha. El
27% siembran en superficies >10 y hasta 30 ha. El tamaño
promedio de la superficie dentro de ese rango fue de 18
hectáreas. El 9% trabajó en superficies mayores a 30 ha
con una superficie promedio de 34.666 ha. La suma de los
porcentajes no es de 100%, ya que hubo casos de productores
que siembran en riego con un tamaño de superficie de >0
hasta 10 ha y que siembran en temporal en superficies
mayores a 10 ha, y viceversa. El número de productores
según cultivo y superficies de temporal y riego se muestra
en el (Cuadro 5 y 6).
III. Nivel de mecanización
De acuerdo con Perea (2011), la modernización del campo
mexicano va a marcha lenta y en reversa. De los 238.83
tractores que hay en México, 54% rebasó su vida útil,
dado que el mantenimiento y operación resulta costoso
ante el alza de combustibles. Además, para adquirir
una unidad, un agricultor necesita en promedio entre
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
Producto
Avena
Cebada
Haba
Jícama
Maíz
Trigo
Triticale
Superficie de
temporal
14
1
2
1
57
3
1
Superficie de
riego
10
2
1
0
35
4
0
Total1
80
51
131
Total
24
2
3
1
93
7
1
= número total de productores rebasa los 69 de la muestra, ya que hay productores
que siembran en ambos tipos de régimen de humedad. Fuente: elaboración con
base a las encuestas aplicadas.
1
Cuadro 6. Número de productores según cultivo, clasificación
y tamaño de superficie.
Cultivo
Temporal
Riego
Núm. de Tamaño de Núm. de Tamaño de
Productores superficie Productores superficie
(ha)
(ha)
Avena
6
Hasta 10
7
Hasta 10
5
Hasta 20
3
Hasta 20
3
Hasta 30
Cebada
Haba
Jícama
1
2
1
>30 a 50
Hasta 10
Hasta 10
Maíz
41
12
4
2
1
1
Hasta 10
> 10 a 30
> 30 a 50
Hasta 10
>10 a 30
>30 a 50
Trigo
2
1
>10 a 30
Hasta 10
27
6
1
1
1
3
Hasta 10
>10 a 30
>30 a 50
>50
Hasta 10
> de 10 a 30
Fuente: elaboración con base en las encuestas aplicadas.
28
25
20
15
7
5
ND
2010
2009
1
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2000
1998
0
1983
5
11
6
4
3
2
2
2
2
1
1
1
1988
10
1979
Cuadro 5. Número de productores según superficie de
temporal o riego y cultivo.
30
Núm. de tractores
375 000 y 800 000 pesos. Este rezago tecnológico generó
que hoy en día en el campo mexicano haya 78.483 tractores
menos que hace 20 años. Del parque de maquinaria
agrícola con que cuentan los productores de la muestra
encuestada, 85.42% de los tractores fueron adquiridos
entre 2001 y 2010, concentrándose la mayor frecuencia
en 2007 (Figura 6); teniendo menos de 5 años de
antigüedad.
831
Año de adquisición
Figura 6. Antigüedad de los tractores por año de adquisición.
De acuerdo con Torres y Sánchez (2010), la demanda
del trabajo mecanizado o la utilización del tractor, es
muy sensible a la variación de su precio. Según Ramírez
(2007), debido a la estructura agraria del país es inviable la
modernización del minifundio con paquetes tecnológicos
intensivos en capital, por dos razones fundamentales:
primero, la maquinaria agrícola está diseñada para cultivar
grandes extensiones de tierra y permanecería ociosa la
mayor parte del ciclo agrícola. Sin embargo, Reina (2004)
identificó 324.890 tractores para México, con un promedio
de potencia de 87 hp, para una superficie de 27 300 000 ha.
Por otro lado, en el VIII Censo Agrícola y Ganadero de
2007 (INEGI, 2009) se reporta que se dispone de 238.248
tractores en el país, de los cuales 95.5% se encontraban
funcionando y que son usados en una superficie agrícola
de 29.9 millones de ha. Con respecto al número de tractores
que concentran los productores encuestados es de un total
de 76, los cuales cubren una superficie total de 833.75 ha.
Los agricultores del grupo 1 son propietarios de 64.47% del
parque de maquinaria agrícola identificada en la muestra
encuestada, por otro lado los grupos 3 y 5 sólo cuentan con
tres cada uno de ellos (Cuadro 7).
Sin ser la intención de este estudio, analizar la conveniencia
de la mecanización de la agricultura, o más específicamente,
el tipo e intensidad de las labores convenientes para los suelos
agrícolas, en este apartado, se clasifican los productores de
la muestra según su nivel de mecanización. Dentro del nivel
I definido por aquellos productores con uno o dos tractores
y años de adquisición de 2005 a 2010 y potencias de 100 y
más hp se registraron seis casos (Cuadro 8).
En el Cuadro 9, se muestran los productores con tractores
que fueron adquiridos en el periodo del nivel I, pero sin dato
de potencia.
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
832 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Cuadro 7. Número de productores por número de tractores.
Grupo
Rango por
superficie (ha)
Núm. de productores con
Un tractor
Dos tractores
Tres tractores
Cuatro tractores
Total
1
>0 a 10
41
2
0
1
49
2
11 a 20
16
0
0
0
16
3
21 a 30
3
0
0
0
3
4
31 a 40
3
1
0
0
5
5
61 a 70
1
1
0
0
3
General
64
4
0
1
76
Fuente: elaboración con base en las encuestas aplicadas.
Cuadro 8. Productores con uno o más tractores con potencia ≥ 100 HP, según cultivo y hectáreas de temporal y riego.
Cultivos
Tamaño de superficie según
régimen de humedad (ha)
Temporal
Riego
Maíz
>30 a 50
Maíz
>0 a 10
>0 a 10
Maíz y avena
>0 a 10
>0 a 10
Un tractor Massey Ferguson, modelo 5310, potencia 105, no dio año
de compra. Un tractor John Deere, modelo 2400T, potencia 100, no dio
año de compra
Un John Deere, modelo no dio, potencia 74, año de compra 2006. Un
Massey Ferguson, no dio modelo, potencia 108, año de compra 2007.
Un New Holland, modelo no dio, potencia 76, año de adquisición 20071
Un New Holland, no dio modelo, potencia 105, no dio fecha de compra
>10 a 30
1 Massey Ferguson, modelo 529T, potencia 112, no dio año de compra
Maíz y avena
Número y características de los tractores
Maíz
> 0 a 10
>0 a 10
1 Massey ferguso, modelo 5300, potencia 105, no dio año de adquisición
Maíz
>0 a 10
>0 a 10
1 Massey ferguson, modelo no dio, potencia 105, no dio fecha de compra
= este productor puede clasificarse en los rangos alto y medio alto. Fuente: elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios.
1
Cuadro 9. Productores con uno o más tractores según cultivo y hectáreas de temporal y riego. Periodo de adquisición de
2005 a 2010.
Cultivo
Tamaño de superficie según
régimen de humedad (ha)
Temporal
Riego
Maíz
Maíz
Maíz
>0 a 10
>0 a 10
>0 a 10
>0 a 10
Maíz
Maíz
>0 a 10
>0 a 10
Número y características de los tractores
1 Challenger, modelo 380, potencia no dio, año de compra 2009
1 Ford 6600, modelo 77, potencia no dio, año de compra 2009
1 New Holland, modelo 6610, potencia no dio, año de adquisición 2008
1 New Holland, modelo TS620, potencia no dio, año de adquisción 2005
1 New Holland, modelo 5610, no dio potencia, año de adquisición 2005
Fuente: elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
El Cuadro 10, muestra los productores que se ubican en
el nivel II. Adquirieron sus tractores en el periodo de
2005 a 2010 y la potencia es menor a 100 HP. Como se
puede observar, este es el nivel que agrupa a más
productores.
Los productores que pertenecen al nivel IV que se caracteriza
por tener tractores adquiridos en el periodo 2004 a 2000 y
con potencias menores a 100 (Cuadro 11).
833
Dentro de los productores que se ubicaron en el nivel V
con tractores adquiridos antes del año 2000 y con potencias
menores a 100 hp, se registraron pocos, solamente tres casos
(Cuadro 12).
Finalmente se ubicaron productores que no proporcionaron
el dato del año de adquisición pero sí la potencia que se
ubica por debajo de 100 hp, por lo que probablemente se
encuentren en este rango (Cuadro 13).
Cuadro 10. Productores con uno o más tractores con potencia menor a 100 HP, según cultivo y hectáreas de temporal y riego.
Cultivo
Tamaño de superficie
según régimen de
humedad (ha)
Temporal
Riego
Maíz
>0 a 10
Maíz
> 10 a 30
Maíz
> 10 a 30
Maíz
> 0 a 10
Maíz
Maíz
> 10 a 30
>0 a 10
> 0 a 10
>0 a 10
1 John Deere, modelo 5715, potencia 95, año de adquisición 2008
New Holland, modelo TB90, potencia 88, año de compra 2007
Maíz y avena
Maíz, avena, haba y trigo
>0 a 10
> 0 a 10
>0 a 10
> 0 a 10
Maíz y avena
Maíz
>10 a 30
> 0 a 10
Maíz
> 0 a 10
Un John Deere, potencia 95, año de compra 2007
New Holland, potencia, modelo 6610, potencia 90, año de
adquisición 2005
1 New Holland, modelo 5610, potencia 80, año de compra 2007
1 New Holland, modelo 6610, potencia 90, año de adquisición
2006
Un John Deere, modelo 2651, potencia 75, año de adquisición
2007
Un John Deere, modelo 5715, potencia 95, año de adquisición
2007
Un John Deere, modelo 2651, potencia 75, año de adquisición
2007
Un New Holland, modelo 5610, potencia 80, año de adquisición
2007
Un John Deere, modelo no dio, potencia 74, año de compra
2006. 1 Massey Ferguson, no dio modelo, potencia 108, año de
compra 2007. Un New Holland, modelo no dio, potencia 76,
año de adquisición 2007
U n New Holland, modelo 6610, potencia 90, año de compra 2006
Maíz
> 0 a 10
Número y características de los tractores
> 0 a 10
1 Massey Ferguson, modelo 265, potencia 70, año de adquisición
2010
Un tractor John Deere, no dio modelo, potencia 81, año de
compra 2009
1 John Deere, modelo 5715, potencia 95, año de adquisición 2008
1 John Deere, modelo 5715, potencia 90, año de compra 2008
> 0 a 10
> 50
Maíz
> 0 a 10
Maíz
> 10 a 30
Maíz
>0 a 10
>0 a 10
Maíz
> 0 a 10
> 0 a 10
Maíz
> 10 a 30
Fuente: elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios.
Un John Deere, modelo 57 25, potencia 90, año de compra 2006
834 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
Cuadro 11. Productores según cultivo, tamaño de superficie, régimen de humedad y características de tractores. Periodo
de adquisición 2004 a 2000 y potencias menores a 100 HP.
Maíz
Tamaño de superficie según
régimen de humedad (ha)
Número y características de los tractores
Temporal Riego
> 0 a 10
Un New Holland, modelo 6610 S, potencia 82.5, año de adquisición
2004
> 0 a 10
Un New Holland, modelo 6810, potencia 97, año de adquisción 2004
Maíz
> 0 a 10
Maíz
Maíz
> 0 a 10
> 0 a 10
Un FORD, modelo 6600, potencia 77, año de adquisición 2003
Un New Holland, modelo 6610, potencia 78, año de adquisición 2002
Maíz
Maíz
> 10 a 30
Maíz, avena y triticale
Maíz y avena
>30 a 50
>0 a 30
Un New Holland, modelo 6610, potencia 90, año de adquisición 2002
Un Massey Ferguson, modelo 390T, potencia 102, año de adquisición
2002
Un New Holland, no dio modelo, potencia 95, año de compra 2000
1 Massey Ferguson, modelo 398, potencia 90, año de compra 2000.
Un SIDENA, no dio modelo, potencia 30, año de compra 19781
Cultivo
Maíz
> 0 a 10
>10 a 30
> 0 a 30
Un John Deere, modelo 5700, potencia no dio, año de adquisición 2003
= productor que puede clasificarse en el nivel medio y bajo. Fuente: elaboración con base en la información obtenida de los cuestionarios.
1
Cuadro 12. Productores según cultivo, tamaño de superficie, régimen de humedad y características de tractores. Periodo
de adquisición anterior al año 2000 y potencias menores a 100 HP.
Cultivo
Maíz
Maíz
Maíz
Tamaño de superficie según
régimen de humedad (ha)
Número y características de los tractores
Temporal
Riego
> 0 a 10
>0 a 10
1 Ford, modelo 5000, potencia 77, año de adquisición 1998
> 0 a 10
1 Massey ferguson, modelo 285, potencia 78, año de adquisición 1998
> 0 a 10
1 Ford, modelo 6600, potencia 77, año de adquisición 1983
Fuente: Elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios.
Cuadro 13. Productores según cultivo, tamaño de superficie, régimen de humedad y potencias menores a 100 HP. Sin dato
del año de adquisición.
Tamaño de superficie según
régimen de humedad (ha)
Número y características de los tractores
Temporal
Riego
Maíz
> 0 a 10
Un tractor John Deere, modelo 5415, potencia 86, no dio año de
adquisición. Un tractor John Deere, no dio modelo, potencia 96, no
dio año de adquisición.
Maíz, avena, cebada >30 a 50
>10 a 30
Un tractor John Deere, modelo 5725, potencia 90, no dio año de
y triticali
compra. Un tractor John Deere, modelo 5303, potencia 44, no dio
año de adquisición
Maíz
>0 a 10
> 0 a 10
Un New Holland, modelo 6610, potencia 96, no dio año de
adquisición
Cultivo
Fuente: Elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios.
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
IV. Índice de mecanización
Cuadro 15. Índice de mecanización por grupo de productores.
De acuerdo con Ayala et al. (2011) e INEGI (2009),
los productores mexicanos utilizan en las actividades
agropecuarias y forestales tractores con una potencia
entre 60 y 85 hp (caballos de fuerza, hp por sus siglas
en inglés horse power). Además, Ochoa (2010) indica
que en los últimos años las empresas de tractores han
detectado en México una demanda de tractores de 60 hp
en adelante, tractores de menor capacidad no son aptos
para trabajo a campo abierto, por lo que los agricultores
adquieren tractores con una potencia promedio de 70 hp
o más, aunque tengan menos superficie que hace 20 años.
Con respecto a la zona de estudio, 25% de los tractores
utilizados se encuentran dentro de este rango. La potencia
media por tractor es de 81.52 hp y 81.58% de este parque
de maquinaria agrícola identificada, tiene una potencia
menor a o igual a 100 hp (Cuadro 14).
Cuadro 14. Rango de la potencia de los tractores.
Potencia (hp)
30 a 45
70 a 80
81 a 90
91 a 100
101 a 110
111 a 120
ND
Total
Número de tractores
2
15
19
14
12
2
12
76
835
(%)
2.63
19.74
25
18.42
15.79
2.63
15.79
100
Fuente: elaboración con base en información obtenida de los cuestionarios.
Negrete (2006) indica que a partir de una frontera agrícola
con 24 millones de has, con una superficie mecanizable de
18.6 millones de has, se requerirían del orden de 360 000
tractores, con potencias de 50 a 60 hp. Por lo que, significa
un índice de mecanización de aproximadamente 51 ha
tractor-1. Además, de acuerdo con la FAO se recomienda
una superficie de 50 ha tractor-1; por lo tanto, el parque
de maquinaria agrícola del área de estudio es mayor al
necesario, habiendo una subutilización de éste. Como se
puede observar en el Cuadro 15, los agricultores del grupo 1
son los que tienen el menor índice de mecanización; es decir,
muy por debajo de lo recomendado por la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) y otros autores(as).
Grupo
1
2
3
4
5
Rango por
superficie (ha)
>0 a 10
11 a 20
21 a 30
31 a 40
61 a 70
General
Ha por
tractor
4.7
15.34
30
28.2
42.33
10.96
Ha por HP
5.23/85.14
15.34/97.86
30/105
35.25/97.5
63.5/76.33
12.07/81.52
Fuente: elaboración propia con base en información obtenida de los cuestionarios.
Para la región de Atlacomulco el índice promedio es de 10.96
ha tractor-1 y 12.07/81.52; por lo que existen tractores con
potencia por encima de la necesaria. El grupo 1 es el que tiene
un mayor grado subutilización del parque de maquinaria
y con una mayor potencia de la necesaria; aunque se
encuentran en el rango de potencia señalado por Ayala et al.
(2011) e INEGI (2009); sin embargo, es recomendada para
50 ha o más. Sólo en el grupo 5 no existe una subutilización
de los tractores, sino que se encuentra ligeramente por arriba
de lo recomendado.
Discusión
Debido a los retos actuales que enfrenta la agricultura,
la modernización de la misma se vuelve una necesidad.
Indiscutiblemente que la mecanización de las labores de
producción y cosecha son parte de esta modernización. En
México, aún y cuando la mecanización se da desde 1918,
tomando un fuerte impulso a partir de 1940 (Hewitt, 1978) y
logrando que para 1981, 89% de la superficie de los distritos
de riego se trabajaban con tractores (Gómez-Jasso, 1983),
no ha significado en todos los casos, una verdadera ventaja
económica para el grueso de los productores.
En especial para aquellos que manejan superficies pequeñas;
quienes se han caracterizado por trabajar bajo sistemas
tradicionales, definidos por el uso de niveles bajos de
tecnología, utilizados extensivamente en sus principales
cultivos, de donde sobresale el maíz (Ramírez et al., 2007).
De acuerdo con los resultados de este estudio, en la región
de Atlacomulco se dio un proceso de modernización a
través de la compra de tractores que han sido empleados en
cultivos como el maíz en primer lugar, la avena en segundo
836 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
y el trigo en tercero. Esta mecanización de la Región de
estudio, de acuerdo con el índice de mecanización, indica
una subutilización de los tractores identificados en campo.
Se registró que en promedio, cada productor trabaja 12.68
ha, con un índice de mecanización de 10.96 ha tractor-1.
De acuerdo con Jasso (1986) para hacer rentable un tractor
mediano, se requiere por lo menos que trabaje en 25 ha.
Nuevamente se aprecia que la región de Atlacomulco, se
encuentra en una situación poco favorable. Considerando la
opinión de Jasso (1986), los resultados de la región sugieren
que la subutilización de los tractores, impacta en un bajo
rendimiento de la inversión hecha en los tractores.
Conclusiones
La caracterización de los productores de acuerdo al nivel de
mecanización se hizo considerando únicamente, los tractores
y sus características. La intención fue identificar si existían
datos que sugirieran una relación entre el tamaño de superficie
y tipo de tractor. Partiendo de considerar que las labores
principales que realizan los productores que conformaron
la muestra de este estudio, durante el proceso de producción
fueron: barbecho (79%) y rastra (84%) y en menor medida
subsuelo (sólo 5%) y nivelación (en este caso un productor del
total). Bajo este panorama, el aspecto central fue, identificar
el tipo de tractor con el que cuentan los productores.
Lo que se pudo observar, es que la mayor parte de los
productores se ubican en los niveles II, IV y V. No hubo casos
del nivel III. Esto implica que la potencia de la mayoría de
los tractores que se registraron en los cuestionarios, está por
debajo de los 100 HP y fueron adquiridos en los años 2004 a
2010. La marca más frecuente fue New Holland. A excepción
de uno que registró potencia de 105, todos los demás son de
potencia entre 95 y 75, los modelos más citados fueron 6610
y 6810. La marca John Deere ocupó el segundo lugar, con
las potencias de 75 a 98. Para este caso, hubo varios modelos
como, 5715, 5700, 5415, 6403. Las marcas citadas con
menor frecuencia fueron FORD, McCormick y Challenger.
De acuerdo con la SAGARPA (2010) para el centro del
país, el índice de mecanización es de 45 ha tractor-1 y 80.5
hp. De acuerdo con los datos ofrecidos en las encuestas, se
calculó un índice promedio de mecanización para la Región
de Atlacomulco, de 10.96 ha tractor-1, y de 12.07/81.52
considerando hectáreas/potencia. Esto permite observar
Bertha Sofía Larqué Saavedra et al.
que existe una subutilización de los tractores, siendo mayor,
para el grupo de productores que manejan de >0 hasta 10 ha
(30 productores del total). Este grupo en promedio maneja
un índice de 4.7 ha tractor-1 y 5.23/85.14 ha/potencia, muy
por debajo del promedio de la región.
Literatura citada
Aristizábal, T. I. D. y Cortés, M. E. A. 2012. Mecanización
y producción agropecuaria. http://www.agro.
unalmed.edu.co/departamentos/iagricola/docs/
mecanizacion_y_produccion_agrop.pdf.
Ayala, G. A. V; Audelo, B. M. A; Garay, H. M. y Mendoza,
C. C. E. 2011. La situación del mercado de tractores
en México, perspectivas y retos en la certificación.
OCIMA-INIFAP, CENEMA. SAGARPA. Estado
de México. Folleto técnico Núm. 47. 47 p.
Duran, G. H. M; Aguirre, R. J. R. y Charcas, S. H. 2002.
Tendencias de la mecanización agrícola en el estado
de San Luis Potosí, México. Rev. Cien. Tecnol.
América: INCI. 27(6):307-311.
Gaceta del Estado de México. Disponible en: http://www.
edomex.gob.mx/portal/page/portal/legistel/gacetade-gobierno/.
Gaucín, P. S. 2007. Informe de evaluación estatal
del programa de fomento agrícola. Unidad de
Investigación, Capacitación y Evaluación para el
Desarrollo Rural, S. C. Estado de México. 128 p.
Gómez-Jasso, R. 1986. Perfil Nacional sobre la mecanización
para el pequeño productor agrícola. Memorias de
la Conferencia sobre la formación de una red de
mecanización para el pequeño agricultor. SARH e
INIFAP. Libro. 13-117 pp.
Hewitt, C. 1978. La modernización de la agricultura
mexicana 1940-1970. Siglo XXI. México. 319 p.
INAFED. 2010. http://www.inafed.gob.mx/work/templates/
enciclo/mexico/mpios/15001a.htm.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2011. Informe nacional por entidad
federativa y municipios.
http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.
aspx?ent=15.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2009. Censo Agropecuario 2007,
VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal.
Aguascalientes, Aguascalientes, México. http://
www.inegi.org.mx.
Análisis de la mecanización agrícola de la región Atlacomulco, Estado de México
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI). 2007. Revista del VIII Censo Agrícola y
Ganadero, documento on-line disponible en www.
inegi.org.mx.
Morales, C. N.; Martínez, D M. A.; Edilberto Niño, V. E. y
Arnaud, V. M. R. Situación y perspectiva de algunos
grupos de maquinaria formados en Zacatecas. Serie
de Comunicaciones en Socioeconomía, Estadística e
Informática. Colegio de Postgraduados en Ciencias
Agrícolas, Montecillos, Estado de México. 3(3):83.
Negrete, J. C. 2006. Mecanización Agrícola en México,
México D. F. Revista Iberoamericana CTS. 15p
Negrete, J. C. 2011. Políticas de mecanización agrícola
en México. Revista Iberoamericana Ciencia,
Tecnología y Sociedad. Artículo de Portafolio. 22 p.
Ochoa, B. J. G. 2010. Estudio del parque de maquinaria
agrícola en el Estado de México. SAGARPA,
INIFAP, CENEMA, Gobierno Federal. 103 pp.
Orden Jurídico. 2010. URL: http://www.ordenjuridico.gob.
mx/estatal/estado%20de%20mexico/municipios/.
Perea, E. 2011. Rebasan 54% de tractores en México su
vida útil. www.imagenagropecuaria.com/articulos.
php?id_art=1597&id_sec=25.
Ramírez, V. B.; Ramírez, V. G.; Juárez, S. J. P. y Cesín, V. A.
2007. Tecnología e implementos agrícolas: estudio
longitudinal en una región campesina de Puebla,
México. Rev. Geog. Agríc. Universidad Autónoma
Chapingo (UACH). Texcoco, Estado de México,
México. 038:55-70.
837
Reina, J. L. C. 2004. Análisis del parque de tractores
agrícolas en el Ecuador. Tesis de Maestría.
Universidad de Concepción Chillán, Chile.
http://152.74.96.144:8080/sdx/udec/tesis/2004/
reina_j/html/indexframes. htm.
Rodríguez, C. V. M. 2007. Informe de evaluación estatal del
subprograma de investigación y transferencia de
tecnología. Servicios y Consultoría Agroforestal,
S. A. de C. V. Estado de México. 98 p.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA). 2011. http://
www.sagarpa.gob.mx/agricultura/info/sust/suelo/
ind_mec.swf.
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera
(SIAP). 2010. http://www.siap.gob.mx/ventana.
php?idLiga=1043&tipo=1.
Smith, D. W.; Smis, D. G. y O´Neil D. G. 1994. Principios
y prácticas de prueba y evaluación de máquinas y
equipos agrícolas. Boletín de servicios agrícolas.
No.110. FAO. Roma, Italy. 272 p.
Terrones, C. A. y Sánchez, T. Y. 2010. Demandas de insumos
de la producción agrícola en México, 1975-2011.
In: Universidad y Ciencia: Trópico Húmedo.
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Hidalgo, México. 15 p.
Ullo, T. O. 1989. Apuntes de mecanización agrícola.
Universidad Autónoma Chapingo (UACH).
Departamento de Maquinaría Agrícola. Chapingo,
Estado de México. 280 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 838-846
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso
de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango
Alma Velia Ayala Garay1§, Lorena Cortés Espinosa2, Bertha Sofía Larqué Saavedra2, Dora Ma. Sangerman-Jarquín2, Martha
Garay Hernández1
Campo Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera Los Reyes-Lechería, km.18.5. Texcoco Estado de México C. P. 56230. Tel: 01(595) 955 76 25 (gracmg2@
hotmail.com). 2Campo Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera Los Reyes- Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México. C. P. 56250. Tel: 01(595)
9212657 ([email protected]; [email protected]; [email protected]). §Autora para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Introducción
El estudio se llevó a cabo en tres regiones del Estado
de México: Zumpango, Teotihuacán y Tepotzotlán,
principales productoras de maíz grano, trigo, avena
forrajera, maíz forrajero, cebada y frijol. El objetivo del
presente fue determinar la situación de la mecanización
y proponer alternativas para mejorar su desarrollo. Los
sujetos de estudio fueron productores agrícolas del Estado
de México beneficiados de 1996 a 2006 por distintos
programas de gobierno. Se aplicaron 193 encuestas,
por medio de un muestreo probabilístico estratificado,
el cual se garantizó una precisión de 10% y una
confiabilidad de 85 a 95%, en cuanto a la superficie
promedio de la unidad de producción empleada para
laborar las unidades de mecanización (tractor implemento)
están por debajo (28 ha tractor-1) a la recomendada por FAO
(50 tractor), el índice de mecanización es de 2.6 hp ha-1, lo
que indica que es un nivel de tractorización elevado, esto
debido a que existen tractores con potencia por encima
de la necesaria, de acuerdo a la superficie trabajada o
actividad realizada. De igual forma se observó que existe
desconocimiento de cómo seleccionar un equipo agrícola
adecuado por parte de los productores y que el compromiso
por parte de los distribuidores o representantes es mínimo
o nulo.
La determinación óptima del uso de insumos o factores de la
producción es fundamental al incidir directamente sobre los
niveles de producción del sector agropecuario (Terrones et
al., 2010). La mecanización agrícola es uno de los factores
que contribuyen a mejorar la productividad en las actividades
agropecuarias; en un sentido más amplio, implica cualquier
herramienta usada para producir o procesar un cultivo (Ulloa,
1989). El mismo autor menciona que la mecanización permite
mejorar la eficiencia del trabajo agrícola, para producir más
y mejores productos, mediante el empleo de herramientas y
maquinas (manuales, de tracción animal o motorizadas) con
el menor tiempo, costo y esfuerzo físico posibles.
Palabras clave: índice de mecanización, maquinaria e
implementos agrícolas, mercado de maquinaria, potencia
de tractores.
Palacios et al., (2003) señalan en el año de 1930 se tenía en
el país 3 875 tractores, en ese mismo periodo se importaron
unos 9 000 con un costo de 60 millones de pesos. Entre 1940
Ocampo et al. (2003) señalan que en México, existen
aproximadamente 21.9 millones de hectáreas agrícolas,
de éstas, se estima, considerando las características de
la pendiente, que 18.6 millones son potencialmente
mecanizables (Moreno et al., 2004).
La presencia amplia de las empresas productoras de
tractores e insumos, condujo a un acelerado proceso de
modernización, donde destaca la subordinación tecnológica
y la formación de la cultura agrícola moderna, reforzada
desde la visión del estado (Ocampo et al., 2003).
839 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
y 1960, con el apoyo del gobierno, las existencias de tractores
se incrementaron once veces (Masera, 1990). Hasta 1970
ingresaron principalmente las zonas de riego, para enseguida
centrarse en los distritos de temporal.
De acuerdo a Ayala (2011) desde 1997, el mercado mexicano
ha sido estable reportando ventas promedio de entre 10
000 y 11 000 tractores anuales (Palacios et al., 2003). Sin
embargo, de acuerdo a Flores et al. (2007) la venta total de
once mil tractores, representa claramente un déficit sobre el
total de la producción, situación principalmente motivada
por la crisis que enfrenta el sector, ya que de acuerdo a este
autor, el mercado potencial oscila entre 15 y 18 mil unidades.
En México, según estadísticas del INEGI (2009), 28% de las
unidades de producción en México utilizan tractor, por otro
lado, de los 238 mil 830 tractores que hay en México, 54%
rebasó su vida útil, dado que el mantenimiento y operación
resulta costoso, ante el alza de combustibles; además para
adquirir una unidad un agricultor necesita en promedio entre
375 mil y 800 mil pesos (Ayala et al., 2011).
El rezago tecnológico generó que en 2009, existieran 78
mil 483 tractores menos que en 1991 años (FAO, 2011) y
que sólo 3.22% de las unidades de producción de México
contaran con tractor propio.
En relación a otro tipo de maquinaria, sólo 1.46% de las
unidades de producción en México contaban trilladoras,
motogrúas o alguna otra máquina agrícola, pecuaria o
forestal (INEGI, 2009).
Con la intención de lograr el desarrollo del campo mexicano
el Gobierno Federal y los Gobiernos Estatales pusieron
en marcha diversos programas de apoyo que han tenido
como objetivo la capitalización e integración regional de
los productores. Dentro de esos apoyos, la mecanización
es un objetivo fundamental. La Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de
México (SAGARPA) ha apoyado la compra de 59 848
tractores en el periodo 1996-2008 (SAGARPA, 2010), con
el fin de solventar la problemática del campo mexicano:
falta de liquidez para la adquisición de maquinaria agrícola
(Ayala et al., 2010).
Cabe destacar que en el Estado de México se apoyaron
programas relacionados con la mecanización agrícola, a
través del fideicomiso agropecuario (FIDAGRO). Con la
finalidad de mostrar los resultados de las condiciones de la
Alma Velia Ayala Garay et al.
maquinaria e implementos agrícolas, y ser una herramienta
en la toma de decisiones sobre la operación y orientación de
futuros programas de apoyo gubernamental se llevó acabo
el “Estudio del parque de maquinaria agrícola en el Estado
de México”, este estudio se desarrolló bajo la supervisión
del Comité Técnico de Evaluación de los Programas de la
SAGARPA, 2009 en co-ejercicio con el gobierno del Estado
de México (Ochoa, 2010).
Cabe resaltar, que ese estudio se llevó acabo en las diferentes
regiones del estado, tres de las principales fueron: Zumpango,
Teotihuacán y Tepotzotlán, principales productoras de maíz
grano, trigo, avena forrajera, maíz forrajero, cebada y frijol.
Actualmente existen 767 tractores en el área y 60% de
los tractores tienen menos de cinco años de vida, esto se
debe a que en los últimos cinco años (Ochoa, 2010), el
gobierno del Estado de México ha apoyado la adquisición
de maquinaria agrícola a través de subsidios, sin embargo
mencionan Duran et al. (2002) es necesario analizar si el tipo
de maquinaria otorgada es la adecuada a las necesidades del
usuario agrícola, pecuario y forestal, según sus condiciones
de producción agrícola. Con el objetivo de determinar
la situación de la mecanización en esas tres regiones,
se desarrolló el presente trabajo, para poder proponer
alternativas que permitan mejorarla.
Metodología
El Estado de México se localiza al norte 20° 17', al sur 18°
22' de latitud norte; al este 98° 36', al oeste 100° 37' de
longitud oeste. Colinda al norte con el estado de Michoacán
de Ocampo, Querétaro de Arteaga e Hidalgo; al este con
Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Morelos y el Distrito Federal;
al sur con Morelos y Guerrero; al oeste con Guerrero y
Michoacán de Ocampo. La superficie del Estado de México
es de aproximadamente 2.2 millones de hectáreas y se
encuentran distribuidas de la siguiente forma: 34% está
destinada al uso agrícola, 17% al pecuario, 34% forestal,
5% zona urbana, cuerpos de agua y zonas erosionadas, y
10% no definida, no obstante; es una de las entidades con
mayor área urbana y semiurbana, con más de 90 mil hectáreas
(INEGI, 2010).
Los sujetos de estudio fueron productores agrícolas del Estado
de México beneficiarios de 1996 a 2006 por programas de
gobierno, como: Alianza para el Campo, Apoyo al Diesel
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango
Agropecuario, FIDAGRO, proveedores de maquinaria
agrícola, FIRA, FIRCO, Financiera Rural, SAGARPA y
Ayuntamientos. Para la aplicación de los cuestionarios, se
realizó un muestreo probabilístico estratificado, el cual se
garantizó una precisión de 10% y una confiabilidad de 85 a
95%, al tamaño de la muestra se le agregó 30% más en donde
se consideraron los reemplazos necesarios; además cada área
geográfica que ocupan los Distritos de Desarrollo Rural de la
Delegación Federal de la SAGARPA, conformó un estrato.
Las unidades muéstrales que conformaron cada estrato fueron
seleccionadas empleando un método aleatorio simple.
840
En las tres regiones de se realizaron 195 encuestas (Cuadro
1), con preguntas de carácter cuantitativo y cualitativo a
productores usuarios de maquinaria agrícola del Estado
de México; que fueron beneficiados con algún programa
de mecanización del gobierno en un periodo de 10 años
(Figura 1).
Se realizó un análisis de estadísticas descriptivas a la
información proporcionada por los beneficiarios mediante
el cuestionario; también se calculó el índice de mecanización
(Figura 1).
Cuadro 1. Regiones estudiadas.
Municipios
Teotihuacán
Tepotzotlán
Zumpango
Total
Número de encuestas por región
65
63
67
195
Superficie mecanizada (ha)
2 866
1 489
1 696
Superficie promedio por unidad
44.09
23.63
35.87
Fuente: datos del INIFAP a partir de encuestas realizadas.
NO
N
NE
O
Total de
encuestas
E
SO
S
SE
Teotihuacán
65
Tepozotlan
63
Zumpango
67
Figura 1. Encuestas realizadas georeferenciadas.
Resultados y discusión
El 90% de las unidades de producción visitadas se
caracterizan por ser agrícolas, 9% de las mismas se dedican a
las actividades pecuarias y sólo 1% se dedica a la producción
forestal (Figura 2).
De acuerdo a los resultados obtenidos, los principales
productos son maíz, cebada, avena, en su conjunto aportan
96% de la superficie cultivada (Figura 3). De acuerdo a
Espinoza et al. (2005) el estado de México tradicionalmente
había sido uno de los mayores productores de maíz a nivel
nacional, llegando a destinar hasta el 80% de su superficie
agrícola a la producción de este grano.
Alma Velia Ayala Garay et al.
841 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Respecto a la producción no es proporcional a la superficie
cultivada ya que la avena con 45% ocupa el primer lugar
seguido de la cebada y maíz con 26% y siendo el trigo el de
menor porcentaje con tan sólo 1% (Figura 4).
Forestal
Pecuaria 1%
9%
Agrícola
90%
Cebada
26%
Trigo
1%
Figura 2. Uso de suelo en el estado de México.
Figura 4. Producción de los principales cultivos.
Frijol
3%
Trigo
1%
Maíz
26%
Frijol
2%
Avena
26%
Cebada
35%
Avena
45%
Del total de unidades de producción visitadas, se encontró
que en promedio cada unidad cuenta con 1.11 equipos
de maquinaria, que pueden ser desde un surcador, una
sembradora, un motocultor, una motobomba, un tractor o
una aspersora de mochila. Los valores entre las regiones
son similares, ya que las condiciones de producción de estas
zonas también son semejantes (Cuadro 2).
Maíz
35%
Figura 3. Superficie de los principales cultivos.
Cuadro 2. Promedio de maquinaria por unidades de producción.
Región
Teotihuacán
Tepotzotlán
Zumpango
Total
Unidades de producción
Maquinaria
Maquinaria/unidad producción (promedio)
65
63
67
195
71
67
79
72.33
1.09
1.06
1.18
1.11
Fuente: datos del INIFAP a partir de encuestas realizadas.
Algo importante de mencionar es que Teotihuacán reporta la
mayor superficie promedio por unidad de producción, 44.09 ha,
seguido de Zumpango 35.87 ha y por últimoTepotzotlán 23.63 ha.
Sobre el total de maquinaria por superficie agrícola, en
promedio las unidades de producción cuentan con 2.5 equipos,
Zumpango y Tepotzotlán cuentan con tres equipos por ha,
mientras que en Teotihuacán sólo con 2. Cabe hacer mención,
que lo importante no es el número de maquinaria por ha, sino
que este equipo sea el adecuado para las actividades agrícolas
de cada unidad de producción (Cuadro 3).
De acuerdo a Cortés (1990) una selección adecuada de
modelos tecnológicos para los procesos de mecanización,
sería una primera etapa en la perspectiva de adaptación,
modif icación y diseño para nuestra producción y
particularidades socio-económicas y culturales, por lo que
la orientación en la elección de la maquinaria debe de ser
primordial.
Otro dato importante es que es que las regiones de
Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango tienen una relación
promedio de 2.5 implementos por tractor encontrado, lo
que indica que carecen de implementos y que el tractor
está subutilizado, lo cual no lo hace rentable, pues
independientemente del tipo de implementos que tenga
el productor, sólo dos o tres actividades puede realizarse
por el tractor, para el resto se debe de conseguir o rentar
el implemento faltante, para realizar la actividad aun
teniendo el tractor (Cuadro 4).
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango
842
Cuadro 3. Unidades de producción.
Municipio
Teotihuacán
Tepotzotlán
Zumpango
Promedio
Total de maquinaria
Superficie por unidad de producción promedio (ha)
Maquinaria/superficie (ha)
71
67
79
72.33
44.09
23.63
25.31
31.03
2
3
3
2.5
Fuente: Datos del INIFAP a partir de encuestas realizadas.
Cuadro 4. Unidades de mecanización.
Municipio
Teotihuacán
Tepotzotlán
Zumpango
Total
Total de maquinaria
Superficie (ha)
(ha) maquinaria-1
71
67
79
217
2 866
1 489
1 696
6 051
40
22
21
28
Fuente: datos del INIFAP a partir de encuestas realizadas.
La superficie promedio de la unidad de producción empleada
para laborar las unidades de mecanización (tractorimplemento) están muy por debajo (27.8 ha tractor-1) a la
recomendada por FAO (50 ha tractor-1), con un índice de
mecanización de 2.6 hp ha-1, lo que indica que es un nivel
de mecanización elevado, que podría decirse llamarse como
tractorización, puesto que existen tractores con potencia por
encima de la necesaria, de acuerdo a la superficie trabajada
o actividad realizada.
La maquinaria agrícola debe ser acorde al tipo de trabajo que
necesite el productor, con esto, se pro­picia una mayor eficiencia
en las actividades del campo, por ejemplo; la maquinaria de
tecnología de punta permite al productor acelerar sus procesos
de barbecho, siembra, cosecha, e incluso de empacado y por
consiguiente, mejoras sustanciales para los productores y
sus familias (Segura, 2009). A la hora de comprar un equipo,
es importante que el agricultor conozca sus características
técnicas, con el fin de saber si es el adecuado para las
actividades que se pretende realizar, de esta forma reducirá
los costos de producción, contribuirá al ahorro energético y
disminuirá la emisión de elementos contaminantes, nocivo
para el medio ambiente (Arnal, 2001). Así también que el
equipo sea seguro para el productor como lo sugiere Arana et
al., (2010) se buscan procedimientos para reducir los riesgos,
los cuales se toman en consideración por los fabricantes de
las maquinas así como el estudio de los métodos de trabajos,
la supresión de las causas del riesgo cuando esto no resulta
posible, el empleo de dispositivos de protección; otro es de
importancia tomar en cuenta las campañas de prevención que
es un efecto beneficioso para el productor.
De acuerdo a esto 33.89% de los productores eligen sus
maquinarias por recomendaciones de algún conocido, así como
técnico, o familiar, la preferencia que ocupa el segundo lugar
con 20.55% es por su costo y forma de pago, mientras que la
asistencia técnica forma parte de la menor elección (Figura 5).
3% 5%
11%
20%
18%
34%
9%
Por su costo y forma de pago
Experiencia con la marca
Especificaciones del tractor
Recomendación
Consumo especifico ce combustible
Por asistencia tecnica
Otra
Figura 5. Características que definen los productores para
elegir su maquinaria.
De acuerdo a Lara (2000), los tractores disponibles
en México son demasiado caros para los agricultores
individuales del sector de subsistencia de la agricultura de
México, por otro lado Ayala et al. (2011) mencionan que
dentro de los problemas que enfrentan los productores del
campo mexicano, se encuentra la falta de liquidez para la
compra de maquinaria agrícola; (el precio promedio mínimo
por tractor varía desde 375 mil hasta 800 mil pesos), además
de la inversión, el incremento en los costos de combustible
y operación de los tractores resulta costosa (Calva, 1998).
Sin embargo hay dos alternativas para el problema de proveer
a esos agricultores con una fuente de potencia económica.
Una de esas alternativas es el desarrollo de maquinaria que
Alma Velia Ayala Garay et al.
843 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Los agricultores del area estudiada utilizan principalmente
tractores de 70-89 caballos de fuerza (horse power- hp, por
sus siglas en inglés), 11.13% de los tractores destinados a la
actividad agropecuaria coinciden con este mismo rango. El
10.59% de los tractores ocupan una potencia mayor de 100
hp. Los tractores, con potencias de 50 a 60 hp (37.2 a 44.7
kW), deberían de ser los adecuados para esta zona. Por otro
lado se observa en la Figura 6 que en Teotihuacán la potencia
predominante está por arriba de los 100 hp.
>100 hp
Delegaciones regionales
90-99 hp
70-89 hp
>100 hp
90-99 hp
70-89 hp
Título del eje
sea apropiado no solo al tamaño de propiedad agrícola sino
también para el nivel tecnológico prevaleciente en el sector
(habilidades de reparación, operación y disponibilidad de
componentes). El tener equipos de diseño nacional podría
satisfacer básicamente la necesidad del sector agrícola
de pequeños productores y el impulso del desarrollo de
empresas mexicanas dedicadas al sector (Negrete, 2012).
50-69 hp
>20 años
16-20 años
11-15 años
6-10 años
<5 años
31-49 hp
<30 hp
0
5
10
Porcentaje
15
20
25
Figura 7. Relación entre la potencia de los tractores según su
edad de vida.
Se debe considerar que existe 20% de tractores de más
de 20 años que demandan reparaciones mayores para su
mantenimiento y servicio son más costosos. En el caso de los
tractores con menos de 5 años de vida, no son reparaciones
mayores, pero en muchos se tratan de nuevos modelos y el
problema es la existencia de las refacciones al momento de
requerirlas (Figura 8).
50-69 hp
14%
6%
31-49 hp
8%
Zumpango
Tepotzotlán
Teotihuacán
<30 hp
0
1
2
3
Porcentaje (%)
4
60%
12%
<5
6-10
11-15
16-20
>20
5
Figura 6. Distribución de la potencia en los tractores según
la región (%).
La mayor parte de los tractores que anualmente se incorporan
al parque de maquinaria están destinados a la renovación
de equipos obsoletos (Negrete, 2012). De acuerdo a los
resultados obtenidos, los tractores que tienen menos de cinco
años de vida, son los que tiene una potencia superior a 70 hp.
De acuerdo a Ochoa (2010) en los últimos años las empresas
de tractores han detectado que el mercado predominante en
México son los tractores de 60 hp en adelante, tractores de
menor capacidad son considerados huerteros o de categoría I,
no aptos para trabajo a campo abierto, por lo que el productor
adquiere un tractor promedio de 70 hp o más, aun teniendo
menos superficie que hace 20 años (Figura 7).
Figura 8. Representación de la edad de vida en los tractores.
En la Figura 9 se muestra la distribución porcentual de las
reparaciones que reportaron los encuestados, el punto de
las reparaciones de los tractores, cabe señalar que no se han
considerado tractores o maquinaria de segunda mano ya
que en este caso el usuario desconoce el historial mecánico
del tractor.
En la Figura 10 se observa que la región de Teotihuacán es
la que mayor porcentaje de reparaciones reporta, además se
muestra que el problema con mayor tiempo perdido reporta
con 47% es el ocasionado por el embrague seguido por el
sistema hidráulico (34%), y el motor (18%).
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango
42%
43%
Teotihuacán
Tepotzotlán
Zumpango
15%
Figura 9. Distribución de las reparaciones reportadas.
844
Sidena
McCormick 1%
Challenger
2%
Olinko
1%
3%
Case
4%
Ford
6%
New Holland
Otros
34%
7%
Massey
Ferguson 8%
1%
0%
34%
18%
47%
0%
John Deere
34%
Motor
Embra-gue
Sistema de Inyección
Transmis-iones
Elevador hidraulico
Sistema Electrico
Dirección
0%
Figura 10. Distribución de tiempo perdido por tipo de falla.
El tiempo perdido a causa de las reparaciones, ya sean
menores o mayores, es una consecuencia del desuso de los
equipos, de la edad de vida del equipo, del mal manejo de
la misma calidad de los equipos, de la falta de servicio de
parte del fabricante o distribuidor de estos, del lugar donde
se hacen las reparaciones, etc.
A diferencia de los apoyos estatales, en el apoyo para la
adquisición de maquinaria a nivel federal, se pidió que los
equipos tuvieran la calidad que el usuario final necesitara
y que se cumpliera con estándares establecidos por las
normas mexicanas referentes a los procesos de producción
y funcionamiento en el campo, por lo que se pidió que se
contara con una certificación de la calidad por el Organismo
de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola
(OCIMA) dentro del Programa de Apoyo a la Inversión en
Equipamiento e Infraestructura de la SAGARPA1 (Ayala
et al., 2010).
Otro tema importante, es el mercado de la maquinaria en
México, las marcas predominantes muestran que John
Deere, New Holland y Massey Ferguson, son las marcas
más utilizadas en ésta área y representa en su conjunto 76%
del total (Figura 11).
Reglas de Operación del Programa de Apoyo a la Inversión en Equipamiento
e Infraestructura, Título II, Capítulo 1, Artículo 9 del componente Agrícola, se
menciona que con el fin de incrementar los niveles de capitalización de las unidades
económicas se incluye el apoyo en la adquisición de tractores que cuenten con
la certificación emitida por el Organismo de Certificación de Implementos de
Maquinaria Agrícola (SAGARPA, 2011).
1
Figura 11. Marcas de equipos agrícolas en la región de estudio.
Cabe resaltar, la presencia de tractores Ford en la región, lo
que implica que existen equipos con más de 20 años de vida,
ya que estos no se comercializan en el mercado mexicano
desde 1991 (CNH, 2012). Otros equipos como marca Case,
McCormick, Challenger, Sidena y Olinko, son importados y
tienen presencia en la región. Los tractores Olinko son equipos
traidos de China, los usuarios mencionaron que tuvieron
problemas de funcionamiento una vez que los adquirieron.
Se detectó, que uno de los principales problemas de los
equipos importados es el servicio posventa que se otorga a
los usuarios finales, ya que el abastecimiento de refacciones
no es eficiente y hay un mal servicio por parte de los
distribuidores. Es importante reslatar que las importaciones
se han incrementado, estas crecieron a una tasa media anual
4.32% entre 1980 y 2008 (FAO, 2011), a partir de esta
situación resulta una prioridad contar con mecanismos que
permitan dar seguridad al usuario final en el funcionamiento
y calidad de los equipos con el fin de lograr un aumento en
la productividad y satisfacción del usuario final.
Conclusiones
La región de estudio tiene una relación promedio de 2.5
implementos por tractor encontrado, lo que indica que
carecen de implementos y que el tractor está subutilizado,
lo cual no lo hace rentable
La superficie promedio de la unidad de producción
empleada para laborar las unidades de mecanización
(tractor implemento) están por debajo (27.8 ha tractor) a
845 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
la recomendada por FAO (50 ha tractor), con un índice de
mecanización de 2.6 hp ha, lo que indica que es un nivel
de tractorización elevado y no un índice de mecanización
favorables, puesto que existen tractores con potencia por
encima de la necesaria, de acuerdo a la superficie trabajada
o actividad realizada.
Las marcas predominantes muestran que en Teotihuacán,
John Deere junto con New Holland, son las marcas más
utilizadas en esta área y representan cada una 33% del total.
Existe información incompleta en la base de datos que
manejan las autoridades operantes de los programas de
apoyo, lo cual dificultó el trabajo de campo.
En lo referente a la maquinaria no existe un compromiso por
parte de los distribuidores o representantes para der un buen
servicio de posventa, puesto que se carece de refacciones,
falta de atención al cliente, y generalmente no cuentan con
personal capacitado para otorgar el servicio necesario.
También se observó que existe desconocimiento de cómo
seleccionar un equipo agrícola adecuado, existe la necesidad
de capacitar al personal para el mantenimiento de los tractores.
Literatura citada
Arana, J. Mangado; Arnal, P.; Arazuri, S.; Alfaro, J. R.; Jarén.
2010. Evaluation of risk factors in fatal accidents
in agricultura. Revista Española de Investigaciones
Agrarias 8(3): 592-598.
Arnal, A. P. 2001. Potencia de los tractores agrícolas.
Asociación Empresarial Agropecuaria. Boletín
extraordinario junio. 6 p.
Ayala, G. A. V; Audelo B. M. A; Aragón, R. A. y Mendoza,
C. C. E. 2010. Certificación de los implementos
y la maquinaria agrícola en México calidad y
normalización. OCIMA-INIFAP, CENEMA.
SAGARPA. Folleto técnico Núm. 41. Texcoco,
Estado de México. 34 p.
Ayala, G. A. V.; Audelo, B. M. A.; Garay, H. M. y Mendoza,
C. C. E. 2011. La situación del mercado de tractores
en México, perspectivas y retos en la certificación.
OCIMA-INIFAP, CENEMA. SAGARPA. Folleto
técnico Núm. 47. Estado de México. 47 p.
Calva, J. L. 1988. Crisis agrícola y alimentaria en México 19821988. Fontamara 54 Editores. México. D. F. 95 p.
Alma Velia Ayala Garay et al.
CNH. 2012. Historia en México. http://www.newholland.com.
mx/Construccion/NHMexico/Nhm_historia.htm.
Cortes, M. E. 1990. Generalidades sobre la problemática de la
mecanización en América Latina. In: mecanización
agrícola para expertos de maquinaria agrícola (19891990: Luca, Italia). Centro Studi Agricoli Borgo A
Mozzano, Cori. 51 p.
Duran, G. H. M.; Rivera, J. R. y Charcas, S. H. 2002. Tendencias
de la mecanización agrícola en el estado de San Luis
Potosí, México. Interciencia. vol. 27(6) 307-311.
Espinoza, O.; Álvarez-Macías, A.; Del Carmen DV. M.;
Chauvete, M. 2005. La economía de los sistemas
campesinos de producción de leche en el estado
de México. Rev. Técnica Pecuaria en México. vol.
43(1) 39-56.
Flores, F.; Schwentesius, R. y Márquez, S. 2007. Maquinaria
agrícola. Indicadores generales (2003-2005). En
recursos naturales, insumos y servicios para el agro
mexicano. Colección SistemasAgroindustriales. Tomo
I (2008). Schwentesius, R. R. (Coord.). CIESTAAM.
Universidad Autónoma Chapingo (UACH). 135 p.
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática
(INEGI). 2009. Censo Agropecuario 2007,
VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal.
Aguascalientes, Aguascalientes.
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática
(INEGI). 2010. Uso del suelo y vegetación. Estado
de México http://www.inegi.org.mx/sistemas/
mexicocifras/default.aspx?e=15.
Lara, L. A. 2000. Trends and requirements of mechanization:
the case of México. In: 1st Latin-merican meeting
of the club of Bologna, Fortaleza, Brazil. 20-31 pp.
Masera, C. O. 1990. Crisis y Mecanización de la Agricultura
Campesina. El Colegio de México, México. 20 p.
Moreno, R. D.; Hoyos, F. G. y Jiménez, R. R. 2004. Situación
de la mecanización agrícola en México. In: Memoria
del Seminario Internacional. “La Mecanización
Agrícola y su Política”. CENEMA, SAGARPA,
JIICA. México, D. F. 13 p.
Negrete, C. J.; Tavares, M. A. y Tavares, M. R. 2012. Diseño
de tractores agrícolas en México. Rev. Cie. Téc. Agr.
San José de las Lajas. 21(1).
Ocampo, L. G. J. y Palacios, R. M. I. 2003. Tecnología y
conflicto: historia de la tractorización en México.
In: SEMIHAAA. Seminario de resultados de
investigación. Universidad Autónoma de Chapingo
(UACH). Centro de Investigaciones Económicas,
Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la
Agricultura Mundial (CIESTAAM). 36 p.
Situación de la mecanización del Estado de México: el caso de Teotihuacán, Tepotzotlán y Zumpango
Ochoa, B. J. G. 2010. Estudio del parque de maquinaria
agrícola en el Estado de México. SAGARPA,
INIFAP, CENEMA. 103 p.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO-FAOSTAT). 2011a. FAO
Dirección de Estadística. http://faostat.fao.org/
site/576/DesktopDefault.aspx?PageID=576#ancor.
Palacios R. M. I; Reyes C. R; Teodoro M. J. M. 2003.
Semihaaa Memoria Pihaaa/Ciestaam X Seminario de
resultados de investigación. Universidad Autónoma
de Chapingo, Centro de investigaciones económicas,
sociales y tecnológicas de la agroindustria y la
agricultura mundial (CIESTAAM). 36 p.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA). 2009.
Síntesis del Sector Agropecuario del Estado
de México. Dirección General de Estudios
Agropecuarios y Pesqueros. http://www.sagarpa.
gob.mx/agronegocios/Estadisticas/Documents/
ESTADO%20DE%20MEXICO.pdf.
846
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (SAGARPA). 2010 Apoyos a la
mecanización. Carpeta datos básicos mecanización.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA). 2011. Diario
Oficial. Reglas de operación del programa de apoyo
a la inversión en equipamiento e infraestctura. 5°
Sección. http://www.conapesca.sagarpa.gob.mx/
wb/cona/acuerdo_2011.
Segura, L. J. 2009. Más y mejores apoyos para los campesinos
mexiquenses. Programa de mecanización del campo
del Estado de México. 3 p
Terrones, C. y Sánchez, T. 2010. Demandas de insumos
de la producción agrícola en México. 1975-2011.
Universidad y Ciencia. Trópico Húmedo. 26(1):8191. www.ujat.mx/publicaciones/uciencia.
Ulloa, T. O. 1989. Apuntes de mecanización agrícola.
Departamento de Maquinaria Agrícola. Universidad
Autónoma Chapingo (UACH). Chapingo, Estado
de México. 280 p.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 847-850
Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA)
Alma Velia Ayala Garay1§, Marco A. Audelo Benítez2, Rocío Cervantes Osornio1, Dora Ma. Sangerman-Jarquín1, Miguel Sánchez
Hernández1 y Martha Garay Hernández1
Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA). Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Tel.
01(595) 9557625. [email protected], [email protected], [email protected], [email protected]. 2Centro Nacional de Estandarización
de Maquinaria Agrícola (CENEMA), INIFAP Campo Experimental Valle de México. Carretera Los Reyes-Lechería, km 18.5. Texcoco, Estado de México. C. P. 56230.
Tel: 01(595) 95576 25. §Autora para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
La certificación resulta trascendental puesto que da
seguridad al usuario final en el funcionamiento y calidad
de los tractores, la creación del Organismo de Certificación
de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA)
dependiente del INIFAP como Organismo de Certificación
de Producto en Tractores surgió como respuesta a esta
necesidad; convirtiéndose en el único a nivel nacional
con el propósito de autenticar a los productores agrícolas
que la compra de maquinaria agrícola cumple con las
especificaciones de calidad establecidas según las normas
mexicanas desarrolladas por el CENEMA. El objetivo del
presente trabajo es describir a grandes rasgos el proceso de
certificación de la maquinaria e implementos agrícolas en
México, realizado por el OCIMA-INIFAP.
Palabras clave: certificación, maquinaria agrícola,
tractores.
Introducción
De acuerdo a la FAOSTAT (2011), existen 238 830 tractores
en México, pero poco menos de la mitad del parque (121
456 tractores) rebasó su vida útil (Ayala et al., 2010). Por
otro lado, las importaciones se han incrementado, estas
crecieron a una tasa media anual de 4.32% entre 1980
y 2008, en promedio se importaron 25 mil unidades en
2006-2008 (FAO, 2011). A partir de esta situación, resulta
una prioridad contar con mecanismos que permitan dar
seguridad al usuario final en el funcionamiento y calidad
de los tractores, con el fin de lograr un aumento en la
productividad y satisfacción del usuario final. Aunado a esto,
en los últimos años se han estado destinando apoyos a los
productores para la adquisición de equipos principalmente
a través de los programas a nivel federal operados por la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA) (Ayala et al., 2010).
De lo anterior, en agosto de 2003 la SAGARPA concertó
con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales
Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la creación del Organismo
de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola
(OCIMA), con el propósito de autenticar a los productores
agrícolas que la compra de maquinaria agrícola cumple
con las especificaciones de calidad establecidas según las
normas mexicanas desarrolladas por el CENEMA (Ayala,
et al., 2010). En las Reglas de Operación del Programa de
Apoyo a la Inversión en Equipamiento e Infraestructura,
Título II, Capítulo 1, Artículo 9 del componente Agrícola,
se menciona que con el fin de incrementar los niveles de
capitalización de las unidades económicas se incluye el
apoyo en la adquisición de tractores que cuenten con la
certificación emitida por el OCIMA (SAGARPA, 2012).
Algo que es importante mencionar, es que el pasado 6
de marzo de 2012 la entidad mexicana de acreditación,
A. C. otorgó la acreditación Núm. 86-12 al Organismo
848 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Alma Velia Ayala Garay et al.
de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola
(OCIMA) dependiente del INIFAP como Organismo de
Certificación de Producto en Tractores lo que lo convierte
en el único a nivel nacional.
Los tractores seleccionados son probados en el laboratorio
del Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria
Agrícola CENEMA), tomando como referencia los métodos
de prueba establecidos en las normas:
Objetivo
Materiales y métodos
a) NMX-O-181-SCFI-2003. Tractor agrícola- cabinas y
marcos de protección de tractores agrícolas y forestalesespecificaciones y método de prueba (prueba estática).
b) NMX-O-207-SCFI-2004. Tractor- potencia y fuerza
de levante hidráulico al enganche a los tres puntos en la
capacidad de levante a los 610 mm.
c) NMX-O-169-SCFI-2002. Tractor agrícola- potencia la
toma de fuerza.
El proceso de certificación
Resultados
Describir el proceso de certificación de la maquinaria e
implementos agrícolas en México, realizado por el OCIMAINIFAP.
Cuando el fabricante o comercializador de maquinaria
agrícola solicita la certif icación al OCIMA, éste
requiere y revisa información técnica referente al
diseño y características de fabricación de los equipos
a certificar. Posteriormente se lleva a cabo una visita a
la planta con el fin de evaluar el cumplimiento de los
requisitos establecidos en el “esquema específico de
certificación de tractores agrícolas” (INIFAP-OCIMA,
20101). Si se cumple satisfactoriamente, se procede al
muestreo del producto. Los equipos muestreados son
enviados al laboratorio de pruebas del Centro Nacional de
Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA). El
proceso de certificación de un tractor requiere un máximo
de 97 días hábiles (Cuadro 1).
Cuadro 1. Tiempo requerido para la certificación de un
tractor.
Actividad
Tiempo máximo (días
hábiles) de respuesta
Solicitud
Régimen financiero
Revisión documental
Auditoría certificación
Informe de auditoría
Ensayos
Dictaminación
Concesión del certificado
Total
8
8
8
15
8
25
10
15
97
Fuente: Ayala et al., 2010.
Productos certificados
Actualmente existen 69 modelos de tractores certificados
con una potencia a la “toma de fuerza” que va de los 18.3 a los
130 hp o caballos de fuerza (horse power- hp, por sus siglas en
inglés), lo que equivale a 13.65 kW hasta 96.98 kW (kilowatt)
(Cuadro 2). Los equipos certificados fueron ensayados en el
laboratorio de pruebas, tomando como referencia la norma
NMX-O-169-SCFI-2002 y la norma en la capacidad de
levante a los 610 mm NMX-O-207-SCFI-2004.
Además de las normas anteriores, el OCIMA certifica
estructuras de protección contra volcaduras según la
norma NMX-O-181-SCFI-2003 tractor agrícola- cabinas
y marcos de protección de tractores agrícolas y forestalesespecificaciones y método de prueba (prueba estática. El
propósito de la cabina y estructura, es mantener una zona
de protección para el operador en caso de volcaduras.
Actualmente existen 35 estructuras de protección certificadas
que se acoplan a los 69 modelos de tractores también
certificados (Cuadro 3).
Existen dos empresas fabricantes de implementos
que cuentan con equipos certificados y dos empresas
comercializadoras de motocultores (Cuadro 4). Cabe
mencionar que a partir de 2012, es requerida la certificación
OCIMA en las reglas de operación de la SAGARPA, para
aquellas empresas que deseen participar en los programas
de apoyo para la adquisición de motocultores y actualmente
dos empresas cuentan ya con dicha certificación.
Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA)
849
Cuadro 2. Modelos de tractores certificados, hasta junio de 2012.
Potencia
(hp)
10-20
20-40
40-50
50-70
70-80
80-90
90-110
110-120
>120
Total
Fotón
1
1
2
Harvest
King
Mc
Cormick
1
1
1
3
Case
3
1
3
2
1
6
4
John
Deere
4
5
3
4
4
1
2
23
Massey
Ferguson
1
1
4
3
1
3
13
New
H.
1
1
2
2
1
7
YTO
3
1
2
1
7
Kubota
Total
1
1
2
6
16
12
14
13
2
3
69
1
1
1
4
Fuente: INIFAP-OCIMA, 2012.
Cuadro 3. Certificados otorgados sobre estructuras de protección por el OCIMA a junio de 2012*.
Marca
Núm. de certificados otorgados
Modelos
Estructura de Rops y cabinas
4
4
2
2
3
3
4
3
23
10
13
3
6
4
7
3
7
3
69
35
Case
Fotón
Harvest King
Kubota
John Deere
Massey Ferguson
McCormick
New Holland
Yto
TOTAL
Fuente: INIFAP-OCIMA, 2012. *información actualizada a junio de 2012.
Cuadro 4. Motocultores e Implementos certificados.
Implemento
Núm.
modelos
6
Swissmex
Aspersoras de mochila
5
Swissmex
Fertilizadora
1
Swissmex
Sembradoras
2
FAMAQ
Motocultores
3
Mekatech
Motocultores
1
Nibbi
Motocultores
1
Pascuali
Aspersoras
Discusión
Marca
El certificado del OCIMA supone una ventaja a la hora
de la toma de decisiones del productor, esta decisión ya
no depende sólo de la información suministrada por el
fabricante, sino que se puede fiar del dictamen que ha hecho
el OCIMA. Del mismo modo, las empresas fabricantes y/o
comercializadoras se ven beneficiadas con la certificación,
ya que les permite garantizar que sus productos son de
calidad y satisfacen las expectativas de los productores
agrícolas, logrando un mejoramiento de la productividad
del proceso de producción. Finalmente, los fabricantes
participan en los programas de apoyo a la mecanización
850 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
del campo que establece el gobierno federal, puesto que
se considera a la “certificación de la maquinaria” como un
criterio más para la adquisición y promoción de la misma.
Sin embargo, existen diversas causas del incumplimiento
de los requisitos de certificación, las más comunes son
las siguientes: fallas de los equipos durante los ensayos.
Algunas son debido al calentamiento del fluido hidráulico,
o al funcionamiento diferente al especificado en el manual
del usuario. Resultados negativos de los ensayos por ejemplo
es común que durante la prueba de cabinas y marcos de
protección de tractores agrícolas, la zona de seguridad para
el usuario, se vea afectada, por lo que no se cumple con lo
establecido.
Los fabricantes y comercializadores de maquinaria declaran
especificaciones al inicio del proceso de certificación,
los cuales no coinciden con los resultados obtenidos al
concluir dicho proceso. Incongruencia en la información
proporcionada. Tiempos mayores de respuesta por parte del
solicitante (comercializador y fabricante). Los clientes del
OCIMA deben entregar la información y documentación
necesaria en los tiempos establecidos en el esquema de
certificación, sin embargo, 33% de las empresas no lograron
certificar el total de sus equipos entre 2008-2011, por no
cumplir con los periodos señalados.
Cabe resaltar, que se han incrementado las solicitudes para
certificar equipos importados de todas las marcas, por lo que
el proceso de certificación requiere de mayor tiempo para su
realización, ya que los comercializadores no disponen con
toda la información solicitada en México.
Conclusión
La certificación de maquinaria e implementos agrícolas es
un servicio que ha permitido avanzar en la regulación de un
mercado de calidad, ya que ha sido un proceso que confirma
que el equipo agrícola cumple con los estándares necesarios
Alma Velia Ayala Garay et al.
y relevantes para el productor. Además, en la adquisición
de un equipo certificado, el productor está consciente que
al detectar cualquier anomalía relacionada con el servicio
prestado por la compra de su equipo, existe una vía a la que
puede acudir para reportar lo sucedido, que en este caso es
el OCIMA, el cual actúa como verificador de lo ocurrido.
El OCIMA ha colaborado en el uso eficiente de los recursos
públicos destinados a apoyar la mecanización del campo y
a ordenar el mercado nacional de la maquinaria agrícola.
Y también se vislumbra un mayor compromiso en la
interacción con distribuidores, productores y fabricantes
para subsanar las deficiencias existentes.
Literatura citada
FAOSTAT. 2011. FAO Dirección de estadística (consultado
julio, 2011).
Ayala, G. A. V.; Audelo, B. M. A; Aragón, R. A. y Mendoza,
C. C. E. 2010.Certificación de los Implementos y la
Maquinaria Agrícola en México, Normalización y
Calidad. OCIMA-INIFAP. Centro de Investigación
Regional Centro. Campo Experimental Valle de
México. Folleto técnico Núm. 41. SAGARPA,
INIFAP, OCIMA, CENEMA. 33 p.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA). 2012. Diario
Oficial. Reglas de Operación del Programa
de Apoyo a la Inversión en Equipamiento e
Infraestructura. Diciembre 2011. 5° Sección.
http://www.conapesca.sagarpa.gob.mx/wb/cona/
acuerdo_2011. (consultado consultado agosto,
2011.
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP).Organismo de Certificación
de Maquinaria Agrícola (OCIMA). Esquema
de Certificación. http://www.inifap.gob.mx/
transferencia_tec/ocima/tractores.html. Consultado
julio, 2010.
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Pub. E s p . N ú m . 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012 p. 851-857
Los impactos económicos derivados de la interrupción
del caudal por una presa
Felipe Flores Vichi1§
Instituto de Investigaciones Sociales. Universidad Autónoma de Nuevo León. Avenida Lázaro Cárdenas Ote. y Paseo de la Reforma s/n. Campus Mederos, Monterrey,
N. L. México. C. P. 64930. §Autor para correspondencia: [email protected].
1
Resumen
Este trabajo tiene como objetivo principal evaluar los impactos
económicos derivados de la construcción de la presa “El
Abrevadero”, ubicada en el municipio de Jantetelco en el
Estado de Morelos, mediante los cuales se responderá a la
siguiente interrogante; ¿Es la interrupción del caudal, mediante
una presa, un elemento de crecimiento económico y de cambio
estructural que conduce a una mejora en el nivel de vida de la
población de un territorio específico? El conocimiento de los
efectos de la presa, a nivel social, económico y ambiental son
fundamentales para el integral conocimiento de la factibilidad
y gestión de las mismas. Para ello se analizarán las variables
que determinan el nivel de ingreso del campo “El Potrero”, en
el ejido de Tenango, a través de la aplicación de encuestas a
productores locales. Se observó que resulta poco significativo
el aumento de la producción en función de la cuota y volúmenes
de agua utilizados.
Palabras clave: crecimiento e ingreso, embalse, riego.
Introducción
Hoy en día el territorio de distintas cuencas hidrográficas1
de México y de muchas otras partes del mundo constituye
el escenario de profundas contradicciones y conflictos que
se dan en el espacio ecológico y social debido a la falta de
armonización entre metas económicas y usos sostenibles
de los recursos naturales. Las represas tienen un papel
importante en el desarrollo de las cuencas hídricas, en
particular, son verdaderos iconos del desarrollo económico y
del progreso científico modernos, pero, las mismas podrían
impedir el desarrollo sustentable si sus impactos ambientales
y sociales no fueran controlados e identificados (Flores,
1998).
Una de las principales actividades humanas dirigidas al
manejo del agua es la construcción de presas: lagos artificiales
que se forman al construirse un muro grueso que interrumpe
el curso de un río, con el fin de controlar el caudal de agua.
Estas obras de ingeniería hidráulica actualmente son parte
integrante del entorno medioambiental al que influencian y
transforman de manera variable (ICOLD, 1995).
Actualmente, el agua regulada por los embalses produce
insustituibles beneficios en el riego agrícola, abastecimientos
urbanos e industriales, producción hidroeléctrica, actividades
recreativas, turismo, principalmente.
A nivel mundial los embalses regulan el agua de alrededor
de 40% de la agricultura de riego, lo que significa cerca de
15% de la producción mundial de alimentos. Los indicadores
Cuenca hidrográfica: es la unidad del territorio, diferenciada de otras unidades, normalmente delimitada por un parte aguas o divisoria de las aguas -aquella línea poligonal
formada por los puntos de mayor elevación en dicha unidad-, en donde ocurre el agua en distintas formas, y ésta se almacena o fluye hasta un punto de salida que puede ser
el mar u otro cuerpo receptor interior, a través de una red hidrográfica de cauces que convergen en uno principal, o bien el territorio en donde las aguas forman una unidad
autónoma o diferenciada de otras, aun sin que desemboquen en el mar. En dicho espacio delimitado por una diversidad topográfica, coexisten los recursos agua, suelo,
flora, fauna, otros recursos naturales relacionados con éstos y el medio ambiente. La cuenca hidrológica conjuntamente con los acuíferos, constituye la unidad de gestión
de los recursos hídricos. La cuenca hidrológica está a su vez integrada por subcuencas y estas últimas están integradas por microcuencas.
1
852 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Felipe Flores Vichi
muestran que en los próximos 20 años, será necesario
aumentar el almacenamiento de agua en presas y embalses en
unos 1 200 km3 año-1, en la actualidad contribuyen con unos 3
500 km3 año-1; es decir, 28% del total mundial (Berga, 2003).
México cuenta con 4 000 presas, de las cuales 667 están
clasificadas como grandes presas de acuerdo con la definición
de la “Internacional Comisión on Large Dams” (ICOLD). La
capacidad de almacenamiento de las presas es de 150 km3 de
agua, destacando que 51 presas representan casi 70% de la
capacidad de almacenamiento (CONAGUA, 2006).
mantienen a los hábitats riparios, los cuales renuevan y
enriquecen las planicies, deltas y suelos de la cuenca baja,
y controlan y regulan las fluctuaciones hídricas extremas.
Uno de los usos principales del recurso hídrico almacenado
en los embalses se destina a las actividades agrícolas. Las
actividades de agricultura de riego representan el 30% del
total de la superficie cultivada en México y en términos
absolutos ocupa el octavo lugar mundial en superficie
irrigada (CONAGUA, 2004). En el sector agrícola se utiliza
el 83% del consumo total de agua del país, y se pierde
entre 30 y 50% del recurso hídrico por bajas eficiencias
de conducción hacia las parcelas y la incorporación de
tecnología de riego por parte de los productores (Ojeda,
2004).
La presa de almacenamiento “El Abrevadero” se ubica sobre
el cauce del río Barranca Amatzinac, en su parte baja, en las
cercanías del poblado de Tenango, en el municipio de Jantetelco,
Morelos. La obra se proyectó para satisfacer las necesidades de
riego derivadas de la problemática generalizada de los usuarios
de la “Asociación de Usuarios de la Barranca Amatzinac parte
Baja”, quienes cuentan con derechos de agua para riego que
datan de 1926, otorgados por decreto presidencial.Actualmente
abastece agua para uso agrícola a 164 hectáreas en el ejido de
Tenango, particularmente en el Campo “El Potrero”, el cual
cuenta con 97 productores agrícolas.
Una de las particularidades2 que distinguen el uso del agua
en México se refiere al modelo de aprovechamiento del agua
mediante la intensidad temporal y distribución espacial. La
construcción y operación de presas han permitido enfrentar
la desigual distribución espacial del agua: su tendencia
a concentrarse en la zona sureste, así como en parte del
este y del oeste del país. Se ha abierto la puerta para el
aprovechamiento durante la temporada de secas del líquido
almacenado en las presas. Si bien la construcción de presas
ha beneficiado a algunas regiones y sectores económicos
y sociales (consumidores(as) de energía eléctrica y
agricultores(as), principalmente), ha sido de negativas
consecuencias ecológicas y socioeconómicas para otros,
tales como la desecación de terrenos, mayor incidencia de
las inundaciones y desplazamiento de comunidades locales.
La presa tiene una capacidad total de 1 317 Mm3, y cuenta
con 504 m de longitud, una altura máxima de cortina de 30.5
m, el ancho de corona es de 5 m y el bordo libre de 1.72 m.
El vertedor de tipo CREAGER de cresta libre de longitud
de cresta vertedora de 50 m con una capacidad máxima
de descarga de 352 m3 s-1, es una obra de toma tipo tubería
de acero con una capacidad de 0.300 m3 s-1 y tiene como
fuente de abastecimiento la Barranca de Amatzinac, con un
beneficio potencial de 224 ha y 97 familias.
A pesar de los beneficios de orden económico que han
generado las presas aún persiste el debate relacionado con
el impacto ambiental que estas estructuras originan en
los ecosistemas. Han causado múltiples cambios, como
aquellos de los patrones naturales de flujo del agua, de
la fragmentación de la conectividad de los ecosistemas
fluviales y sobre la interrupción del flujo y los pulsos que
La introducción de estos cambios sobre el flujo natural del
agua provoca el aislamiento de poblaciones e interrumpe las
migraciones de otras especies, modificando la calidad del
agua “presa abajo” en relación a los cambios de temperatura,
cantidad de nutrientes, turbidez, gases disueltos, concentración
de metales pesados y minerales (Cotler, 2005).
La conducción se realiza mediante el canal principal
(1.5 km), una red de distribución (3 km) y un bordo de
almacenamiento de 160 000 m3 de capacidad.
Las presas o embalses artificiales provocan cambios a
nivel local y regional, afectando la dinámica de la cuenca
hidrológica, modificando la geomorfología de arenas río
abajo, la calidad del agua al alterar los flujos naturales,
sedimentos y nutrientes (Poméon). Asimismo, estos embalses
están sometidos a un enriquecimiento paulatino de nutrientes,
provocando el proceso de eutrofización. Lo que conduce a la
proliferación de organismos indeseables y en casos extremos,
traen consigo problemas de toxicidad (López y Serna, 1999).
Existen particularidades sociales y ambientales identificadas con el uso del agua en México: una se refiere a la desigual distribución del recursos, tanto sectorial como
regionalmente. En el caso agrícola, se concentra en unas cuantas entidades del noroeste del país, cuya actividad, en vez de satisfacer la demanda nacional de maíz, frijol
y otros granos básicos, exporta a Estados Unidos de América; uva, tomate y otras hortalizas y frutas. El desperdicio es el otro rasgo del uso del agua, originado por las
deficiencias y la falta de mantenimiento de la infraestructura, y por las pautas de consumo de los usuarios que generan las bajas tarifas.
2
Los impactos económicos derivados de la interrupción del caudal por una presa
853
En los embalses artificiales la eutrofización se presenta
relativamente rápido por los usos a los que son sometidos,
aunado a un manejo inadecuado. Por lo tanto; es indispensable
el diagnóstico de las condiciones de la calidad del agua, como
base para un manejo adecuado.
uno de los principales cultivos de la zona de estudio. A
partir de los resultados se estima el comportamiento de los
ingresos generados con la presencia de la infraestructura
hídrica.
Las características físicas químicas y microbiológicas,
evaluadas como indicadores de calidad del agua en la
temporada de secas, muestran diferencias significativas
entre las tres secciones de la presa: afluente, presa y efluente;
lo cual debe considerarse como un efecto en la interrupción
del caudal ecológico.
Materiales y métodos
Se emplea una función de producción construida a partir
de un análisis Bayesiano de probabilidad para proveer los
medios necesarios para especificar el nivel esperado de
producción a partir de escenarios provistos por series de
tiempo estacionarias.
Para determinar los ingresos derivados de la
actividad agrícola se emplean técnicas econométricas
aplicadas a modelos de producción vinculados a cada
Para tales efectos, se recopiló información sobre precios
de mercado de los productos agrícolas, la oferta total
en toneladas por hectárea, los precio de la dotación de
agua para riego y los costos de producción. Los datos
se obtuvieron a partir de una encuesta que reveló las
prácticas agrícolas y variables que intervienen en el
proceso de producción local, así como aspectos de
comercialización. Los resultados obtenidos hacen
referencia a dos escenarios: a) ausencia de la presa; y b)
presencia de la presa.
Los datos y la información se obtuvieron a través de
encuestas directas aplicadas a los productores agrícolas
del ejido de Tenango, a partir de un muestreo aleatorio
simple sobre una población de 97 productores agrícolas,
se obtuvo una muestra de 49 unidades de análisis con un
nivel de confianza de 95% y un margen de error de 10%.
A continuación se presentan las estadísticas descriptivas
básicas para el rendimiento agrícola por cultivo empleadas
en la construcción de los modelos de producción agrícola
bayesianos (Cuadro 1).
Cuadro 1. Rendimiento por cultivo.
Cultivo
Sorgo
Maíz
Arroz
Ejote
Frijol
Cebolla
Pepino
Min.
3
1
5
6
3
3
3
Sin presa
Rendimiento (t ha-1)
Ave.
Máx.
5.1
10
3.7
7
8.1
12
8.0
12
4.7
6
5.5
8
3.5
4
La construcción de las funciones de producción suponen que
el cultivo “j” con una cantidad cosechada “qj” (en toneladas),
y un volumen de agua concesionado para riego “x1j” (en
unidades monetarias por hectárea), y “x2j” como la superficie
de tierra cosechada (en hectáreas), serán las variables que
revelen comportamientos de producción agrícola.
n
29
23
10
4
3
2
2
Min.
3
1
5
4
2
3
3
Con presa
Rendimiento (t ha-1)
Ave.
Máx.
6.4
10
6.1
12
9.6
12
8.5
10
3.2
6
3.0
3
3.6
4
N
21
28
23
8
5
1
3
Suponiendo que los demás factores de la producción se
mantienen en proporciones fijas con la extensión de tierra
que posee cada agricultor. Estas proporciones se mantienen
constantes para el periodo de observación analizado.
Función de producción sin presa: qkj= f(x1,x2)= c(xk1j)α (xk2j)β
854 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Función de producción con presa: qpj= f(x1,x2)= c(xp1j)δ (xp2j)φ
Modelo econométrico y estimación
El modelo econométrico propuesto se emplea para definir
el comportamiento de los cultivos en función de las
condiciones de dotación de agua y superficie cosechada.
El aumento en los ingresos derivados de la producción, se
limitan a las condiciones técnicas de producción, por lo que
el modelo determina el alcance que pueden lograr los cultivos
en ambos escenarios:
Modelo sin presa: ln qj(t)= ln c + αlnxk1(t) + βlnxk2(t) + uk (t)
Modelo con presa: ln qj(t)= ln c + δlnxp1(t) + φlnxp2(t) + up (t)
Ambos modelos son una versión log-lineal. El modelo se
estima por dos procesos estadísticos: mínimos cuadrados
ordinarios (MCO) y mínimos cuadrados generalizados
(MCG). Seleccionando la estimación mediante MCG ya que
fueron más eficientes. Esta última contempla para la matriz
varianza-covarianza del término de error, heteroscedasticidad
y autocorrelación de primer orden dentro de cada escenario
(sin presa y con presa). Todas las regresiones mostraron un
poder explicativo alto.
Para la mayoría de los cultivos, no se rechazó la hipótesis de
rendimientos constantes a escala. Por lo tanto, en el ejido de
Tenango, los rendimientos a escala son aproximadamente
constantes, ya que duplicar la superficie cultivada y el
volumen de agua aplicada implicaría aumentar la cosecha
dos veces, lo cual dadas las condiciones tecnológicas y de
organización para la dotación del recurso hídrico resulta
poco factible.
Por otra parte, suponemos que los productores del cultivo
“j” buscan maximizar sus ganancias:
Max: [πj= pj f (x1, x2) - p1x1 - p2x2]
Donde: pj= precio del cultivo (pesos mexicanos por tonelada);
p1= precio del agua (la cuota de riego por hectárea); y p2=
precio de la tierra, entonces el productor debe elegir “x1” y
“x2” de manera que obtenga:
∂f (x1, x2) / ∂x1 PM1
p1
∂f (x1, x2) / ∂x2= PM2 = p2
Felipe Flores Vichi
La igualdad entre el producto marginal físico relativo al agua
y su precio relativo. En realidad el precio del agua es muy bajo
para los productores agrícolas, por lo que los productores
aplican agua hasta donde “PM1” alcance prácticamente a cero.
Un producto marginal del agua nulo significa que cualquier
variación en la dotación de agua, manteniendo la superficie
cultivada constante, no produce ningún efecto sobre la
cantidad del cultivo cosechada.
Por lo tanto, el agua de riego “en el margen” no tiene ningún
valor para los productores. Sin embargo, el agua en su
totalidad tiene un valor para los productores ya que en el
límite, sin agua no hay producción.
Resultados y discusión
Debido a que el valor estimado del parámetro “α” es
numéricamente pequeño para todos los cultivos, el producto
marginal del agua es prácticamente nulo para todos los cultivos.
Esto se debe al precio relativamente bajo del agua de riego.
Con base en los resultados de la Cuadro 2, es posible verificar
el comportamiento de la producción agrícola de acuerdo a
la percepción y vocación productiva de los agricultores.
Para el caso del sorgo, maíz, arroz y pepino, el volumen de
agua no es significativo en sus decisiones de producción,
este resultado supone que los productores no consideran
el recurso hídrico como un bien limitado. Mientras que los
productores de ejote, frijol y cebolla si introdujeron en su
proceso de decisión la importancia relativa del agua en su
proceso productivo.
Por el contrario, el recurso tierra es de suma importancia
para la producción y refleja una importancia mayor por
parte de los productores al momento de tomar decisiones en
sus prácticas agrícolas. Para todos los cultivos resulta más
relevante la tenencia y propiedades naturales de la tierra para
aumentar la producción.
Al momento de construir y destinar el uso de una presa a
actividades agrícolas, para el caso de todos los cultivos,
excepto para los agricultores de ejote, el agua nuevamente
adquiere una importancia relativa, por debajo del recurso
Los impactos económicos derivados de la interrupción del caudal por una presa
855
tierra. De acuerdo con estos resultados, el productor recibe
y transfiere señales sobre la percepción de que el agua es
ilimitada, sobre todo si está presente una estructura hídrica
que permita gestionar el agua en cuanto a dotación y cuota.
La presencia de una presa no redunda en mayores
incrementos sobre la productividad, ya que el agricultor
interioriza información equivocada sobre los límites del
agua existentes en la región (Boucher, 2003).
Cuadro 2. Regresiones (MCG) y pruebas de rendimientos a escala.
Cultivo
Sorgo
Maíz
Arroz
Ejote
Frijol
Cebolla
Pepino
α
(t-statistic)
β
(t-statistic)
δ
(t-statistic)
ϕ
(t-statistic)
-0.0405
(-2.18)
-0.0075
(-0.69)
-0.0219
(-0.98)
1.0461
(33.52)
1.0099
(62.37)
1.0279
(42.16)
-0.0354
(-1.16)
-0.0042
(-1.57)
-0.0113
(-2.57)
2.3641
(28.64)
3.5748
(56.33)
1.9751
(28.79)
0.0589
(3.52)
0.0653
(2.44)
0.0258
(1.42)
-0.0968
(-1.09)
0.8494
(36.51)
0.6783
(36.89)
0.9921
(47.92)
0.9633
(16.25)
0.0789
(5.79)
-0.0024
(1.94)
-0.0146
(5.96)
-0.0063
(-2.33)
1.1527
(17.21)
0.0054
(33.91)
0.01255
(52.69)
0.0667
(27.48)
Por otra parte, con base en la función maximizadora de
ganancias, se identifica que la cuota del agua es constante
para todos los productores lo que conlleva a un uso regulado
por los propios ejidatarios, lo cual se introduce dentro de la
función como un costo, por otra parte se identificaron los
Ho: α+β= 1
(t-statistic)
0.57
0.43
0.98
3.58
-4.79
0.25
-3.22
costos de producción en función del número de hectáreas
destinadas a la producción de cada cultivo, y finalmente
se incluyeron los precios pagados al productor promedio
por cultivo. Así, el resumen de los resultados de ambos
escenarios son los siguientes (Cuadro 3).
Cuadro 3. Ingresos máximos esperados con ausencia de la presa.
X2
Promedio hectáreas
Costos Promedio
($ USD)
Precio Medio
rural ($ USD/t)
Ingreso Esperado
($ USD)
Ingreso Promedio/ha
($ USD)
Sorgo
2.4
223
118.42
284.2
25.44
Maíz
2.9
270
244.73
709.73
151.69
Arroz
2.3
214
192.45
442.67
99.46
Ejote
1
93
343.71
311.6
218.57
Frijol
1.8
167
493.95
889.1
400.98
Cebolla
0.5
47
303.25
151.6
210.26
Pepino
1
93
200.18
200.17
107.14
Cultivo
Fuente: elaboración con datos de encuesta directa y del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Anuario Estadístico de la Producción Agrícola. Año 2002.
856 Rev. Mex. Cienc. Agríc. Pub. Esp. Núm. 4 1 de noviembre - 31 de diciembre, 2012
Utilizando los precios medios rurales de los cultivos,
es posible determinar los ingresos máximos esperados
cuando existe una infraestructura hídrica para uso agrícola,
se pudo observar que de acuerdo a las características
Felipe Flores Vichi
de producción agrícola, los cultivos que generan un
mayor ingreso son el frijol y la cebolla, mientras que
el cultivo con menor vocación de ingresos es el sorgo
(Cuadro 4).
Tabla 4. Ingresos máximos esperados con la presencia de la presa.
Cultivo
X2
promedio (ha)
Costos promedio
($ MX)
Precio medio
rural ($ MX/t)
Ingreso esperado
($ MX)
Ingreso promedio
($ ha-1)
Sorgo
Maíz
Arroz
Ejote
Frijol
Cebolla
Pepino
2.2
1.8
2.7
2.3
1.2
0.5
1
2 160
1 767
2 651
2 258
1 178
491
982
1 381.03
2 360.64
2 439.79
3 693.5
5 850.57
4 043.48
2 266.9
3 038
4 249
6 587
8 495
7 021
2 022
2 267
399
1 379
1 458
2 712
4 869
3 062
1 285
Fuente: Elaboración con datos de encuesta directa y del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Anuario Estadístico de la Producción Agrícola. Año 2002.
El ingreso promedio esperado derivado de la construcción
de la presa “El Abrevadero” tuvo un incremento 15%
en términos globales. Para cada cultivo en particular, la
producción de sorgo aumentó el nivel de ingresos 40%,
mientras que el arroz y la cebolla presentaron un aumento
en los ingresos por hectárea de 30%. En todos los cultivos
analizados se presenta esta tendencia de crecimiento en
el ingreso, lo cual puede traducirse en un incremento del
desarrollo local (Fontaine, 2006).
Con la introducción de la presa “El Abrevadero” los cultivos
han mostrado un mayor rendimiento promedio anual, cabe
destacar que el maíz aumento su rendimiento 65%, mientras
que el frijol y la cebolla experimentaron una tendencia
decreciente, 32% y 45% respectivamente. Esto se debe en
primera instancia a una mayor organización y gestión del
agua a nivel local. Sin embargo, no es compatible con las
señales equivocadas sobre la disponibilidad del recurso en
el mediano y largo plazos.
Conclusiones
Los modelos de desarrollo local que permiten cuantificar los
niveles de ingreso serán útiles si se enmarcan en un enfoque
de territorio, ya que la articulación adecuada de los lazos
históricos, materiales e inmateriales dependerá en gran
medida del beneficio esperado producido por la actividad
agrícola de riego.
El hecho de que los rendimientos constantes a escala sea
una característica del proceso de producción agrícola en el
ejido de Tenango, muestra la necesidad de conocimiento y
técnicas agrícolas que redunden en una disminución de los
costos de producción, y por ende en un aumento progresivo
de la actividad agrícola de riego.
Resulta poco significativo el aumento de la producción en
función de la cuota y volúmenes de agua utilizados, con base
en los resultados del modelo econométrico propuesto se
define a la superficie cultivada como un elemento relevante
para el aumento de la cantidad cosechada. Por lo que se debe
orientar la capacitación al uso intensivo de las hectáreas
disponibles para su uso agrícola.
Con la construcción de la presa “El Abrevadero” los cultivos
han mostrado un mayor rendimiento promedio anual lo que
ha permitido un incremento en el nivel de ingresos.
Literatura citada
Berga, L. 2003. Economic evaluation of hydraulic projects,
including Dams. General Report. Q. 81. In:
Transactions XXI International Congress on Large
Dams”. Montreal. Icold. Paris. 1:671-737.
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). 2004.
Estadísticas del Agua en México. Semarnat-CNA.
2da. Edición. México D.F., 143 pp.
Los impactos económicos derivados de la interrupción del caudal por una presa
857
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). 2006.
Estadísticas del Agua en México. Sistema Nacional
de información sobre cantidad, calidad, usos y
conservación del agua. 1ra. Ed. México D.F., 101 pp.
Cotler, H. y Gutiérrez, S. 2005. Inventario y evaluación
de presas de la Cuenca Lerma-Chapala. Instituto
Nacional de Ecología. Dirección de Manejo Integral
de Cuencas Hídricas. URL : http://www.ine.gob.mx/
dgoece/cuencas/download/inv_eval_presas.pdf.
Flores, P. 1998. Impacto económico de una sequía en el Distrito
de Riego 017. Región Lagunera, y medidas para
aminorarlo. Tesis de Maestría. Montecillo, México.
Colegio de Postgraduados en CienciasAgrícolas. 125 p.
Fontaine, R. E. 2006. Evaluación social de proyectos.
Colombia. Alfaomega Colombiana. Décimo
segunda edición. 471 pp.
ICOLD. 1995. Position paper on Dams and Enviroment.
Icold. Paris. 10 pp.
Morin, E. 1980. La Méthode. Tome I. La nature de la naure.
Du Seuil, Paris. 399 pp.
López, E. y Serna, J. 1999. Valoración estacional del
zooplancton del embalse Ignacio Allende,
Guanajuato, México y su relación con el
fitoplancton y factores ambientales. Rev. Biol.
Trop. 47(4):643-657.
Ojeda, W. y Herrera, J. 2004. Uso eficiente del agua y la
energía en sistemas de bombeo. IMTA. Jiutepec,
Morelos. ISBN: 968-7417-41-2,2000.
Poméon, T. y Boucher, F. 2006. Las dinámicas colectivas
en dos cuencas lecheras mexicanas: Tlaxco,
Tlaxcala y Tizayuca, Hidalgo. Agroalimentaria.
22:49-64.
INSTRUCCIONES PARA AUTORES(AS)
La Revista Mexicana en Ciencias Agrícolas (REMEXCA),
ofrece a los investigadores(as) en ciencias agrícolas y
áreas afines, un medio para publicar los resultados de las
investigaciones. Se aceptarán escritos de investigación
teórica o experimental, en los formatos de artículo científico,
nota de investigación, ensayo y descripción de cultivares.
Cada documento será arbitrado y editado por un grupo de
expertos(as) designados por el Comité Editorial; sólo se
aceptan escritos originales e inéditos en español o inglés y
que no estén propuestos en otras revistas.
Las contribuciones a publicarse en la REMEXCA, deberán
estar escritas a doble espacio (incluidos cuadros y figuras)
y usando times new roman paso 11 en todo el manuscrito,
con márgenes de 2.5 cm en los cuatro lados. Las cuartillas
estarán numeradas en la esquina inferior derecha y numerar
los renglones iniciando con 1 en cada página. Los apartados:
resumen, introducción, materiales y métodos, resultados,
discusión, conclusiones, agradecimientos y literatura citada,
deberán escribirse en mayúsculas y negritas alineadas a la
izquierda.
Artículo científico. Escrito original e inédito que se
fundamenta en resultados de investigaciones, en los que se ha
estudiado la interacción de dos o más tratamientos en varios
experimentos, localidades y años para obtener conclusiones
válidas. Los artículos deberán tener una extensión máxima
de 20 cuartillas (incluidos cuadros y figuras) y contener los
siguientes apartados: 1) título; 2) autores(as); 3) institución
de trabajo de autores(as); 4) dirección de los autores(as) para
correspondencia y correo electrónico; 5) resumen; 6) palabras
clave; 7) introducción; 8) materiales y métodos; 9) resultados
y discusión; 10) conclusiones y 11) literatura citada.
Descripción de cultivares. Escrito hecho con la finalidad
de proporcionar a la comunidad científica, el origen y las
características de la nueva variedad, clon, híbrido, etc; con
extensión máxima de ocho cuartillas (incluidos cuadros
y figuras), contiene los apartados 1 al 6 y 11 del artículo
científico. Las descripciones de cultivares es en texto
consecutivo, con información relevante sobre la importancia
del cultivar, origen, genealogía, método de obtención,
características fenotípicas y agronómicas (condiciones
climáticas, tipo de suelo, resistencia a plagas, enfermedades
y rendimiento), características de calidad (comercial,
industrial, nutrimental, etc) y disponibilidad de la semilla.
Formato del escrito
Título. Debe aportar una idea clara y precisa del escrito,
utilizando 13 palabras como máximo; debe ir en mayúsculas
y negritas, centrado en la parte superior.
Autores(as). Incluir un máximo de seis autores, los nombres
deberán presentarse completos (nombres y dos apellidos).
Justificados inmediatamente debajo del título, sin grados
académicos y sin cargos laborales; al final de cada nombre
se colocará índices numéricos y se hará referencia a estos,
inmediatamente debajo de los autores(as); en donde, llevará
el nombre de la institución al que pertenece y domicilio
oficial de cada autor(a); incluyendo código postal, número
telefónico y correos electrónicos; e indicar el autor(a) para
correspondencia.
Resumen y abstract. Presentar una síntesis de 250 palabras
como máximo, que contenga lo siguiente: justificación,
objetivos, lugar y año en que se realizó la investigación, breve
descripción de los materiales y métodos utilizados, resultados,
y conclusiones; el texto se escribe en forma consecutiva.
Nota de investigación. Escrito que contiene resultados
preliminares y transcendentes que el autor(a) desea publicar
antes de concluir su investigación; su extensión es de ocho
cuartillas (incluidos cuadros y figuras); contiene los mismos
apartados que un artículo científico, pero los incisos 7 al 9 se
escribe en texto consecutivo; es decir, sin el título del apartado.
Palabras clave y key words. Se escriben después del
resumen y sirven para incluir al artículo científico en índices
y sistemas de información. Seleccionar tres o cuatro palabras
y no incluir palabras utilizadas en el título. Los nombres
científicos de las especies mencionadas en el resumen,
deberán colocarse como palabras clave y key words.
Ensayo. Escrito recapitulativo generado del análisis de temas
importantes y de actualidad para la comunidad científica,
en donde el autor(a) expresa su opinión y establece sus
conclusiones sobre el tema tratado; deberá tener una extensión
máxima de 20 cuartillas (incluidos cuadros y figuras). Contiene
los apartados 1 al 6, 10 y 11 del artículo científico. El desarrollo
del contenido del ensayo se trata en apartados de acuerdo al
tema, de cuya discusión se generan conclusiones.
Introducción. Su contenido debe estar relacionado con el
tema específico y el propósito de la investigación; señala el
problema e importancia de la investigación, los antecedentes
bibliográficos que fundamenten la hipótesis y los objetivos.
Materiales y métodos. Incluye la descripción del sitio
experimental, materiales, equipos, métodos, técnicas y
diseños experimentales utilizados en la investigación.
Resultados y discusión. Presentar los resultados obtenidos
en la investigación y señalar similitudes o divergencias con
aquellos reportados en otras investigaciones publicadas. En la
discusión resaltar la relación causa-efecto derivada del análisis.
Conclusiones. Redactar conclusiones derivadas de los
resultados relevantes, relacionados con los objetivos e
hipótesis del trabajo.
Literatura citada. Incluir preferentemente citas bibliográficas
recientes de artículos científicos de revistas reconocidas, no
incluir resúmenes de congresos, tesis, informes internos,
página web, etc. Todas las citas mencionadas en el texto
deberán aparecer en la literatura citada.
Observaciones generales
En el documento original, las figuras y los cuadros deberán
utilizar unidades del Sistema Internacional (SI). Además,
incluir los archivos de las figuras por separado en el programa
original donde fue creado, de tal manera que permita, de ser
necesario hacer modificaciones; en caso de incluir fotografías,
estas deben ser originales, escaneadas en alta resulución y
enviar por separado el archivo electrónico. El título de las
figuras, se escribe con mayúsculas y minúsculas, en negritas;
en gráfica de barras y pastel usar texturas de relleno claramente
contrastantes; para gráficas de líneas, usar símbolos diferentes.
El título de los cuadros, se escribe con mayúsculas y
minúsculas, en negritas; los cuadros no deben exceder de una
cuartilla, ni cerrarse con líneas verticales; sólo se aceptan tres
líneas horizontales, las cabezas de columnas van entre las
dos primeras líneas y la tercera sirve para terminar el cuadro;
además, deben numerarse en forma progresiva conforme se
citan en el texto y contener la información necesaria para que
sean fáciles de interpretar. La información contenida en los
cuadros no debe duplicarse en las figuras y viceversa, y en
ambos casos incluir comparaciones estadísticas.
Las referencias de literatura al inicio o en medio del texto, se
utiliza el apellido(s) y el año de publicación entre paréntesis;
por ejemplo, Winter (2002) o Lindsay y Cox (2001) si son
dos autores(as). Si la cita es al final del texto, colocar entre
paréntesis el apellido(s) coma y el año; ejemplo: (Winter,
2002) o (Lindsay y Cox, 2001). Si la publicación que se cita
tiene más de dos autores(as), se escribe el primer apellido del
autor(a) principal, seguido la abreviatura et al. y el año de la
publicación; la forma de presentación en el texto es: Tovar
et al. (2002) o al final del texto (Tovar et al., 2002). En el
caso de organizaciones, colocar las abreviaturas o iniciales;
ejemplo, FAO (2002) o (FAO, 2002).
Formas de citar la literatura
Artículos en publicaciones periódicas. Las citas se deben
colocar en orden alfabético, si un autor(a) principal aparece
en varios artículos de un mismo año, se diferencia con letras
a, b, c, etc. 1) escribir completo el primer apellido con coma
y la inicial(es) de los nombres de pila con punto. Para separar
dos autores(as) se utiliza la conjunción <y> o su equivalente
en el idioma en que está escrita la obra. Cuando son más
de dos autores(as), se separan con punto y coma, entre el
penúltimo y el último autor(a) se usa la conjunción <y> o
su equivalente. Si es una organización, colocar el nombre
completo y entre paréntesis su sigla; 2) año de publicación
punto; 3) título del artículo punto; 4) país donde se edita punto,
nombre de la revista punto y 5) número de revista y volumen
entre paréntesis dos puntos, número de la página inicial y final
del artículo, separados por un guión (i. e. 8(43):763-775).
Publicaciones seriales y libros. 1) autor(es), igual que para
artículos; 2) año de publicación punto; 3) título de la obra
punto. 4) si es traducción (indicar número de edición e idioma,
nombre del traductor(a) punto; 5) nombre de la editorial punto;
6) número de la edición punto; 7) lugar donde se publicó
la obra (ciudad, estado, país) punto; 8) para folleto, serie o
colección colocar el nombre y número punto y 9) número total
de páginas (i. e. 150 p.) o páginas consultadas (i. e. 30-45 pp.).
Artículos, capítulos o resúmenes en obras colectivas
(libros, compendios, memorias, etc). 1) autor(es), igual
que para artículos; 2) año de publicación punto; 3) título
del artículo, capítulo o memoria punto; 4) expresión
latina In: 5) titulo de la obra colectiva punto; 6) editor(es),
compilador(es) o coordinador(es) de la obra colectiva
[se anotan igual que el autor(es) del artículo] punto, se
coloca entre paréntesis la abreviatura (ed. o eds.), (comp.
o comps.) o (coord. o coords.), según sea el caso punto;
7) si es traducción (igual que para publicaciones seriadas
y libros); 8) número de la edición punto; 9) nombre de la
editorial punto; 10) lugar donde se publicó (ciudad, estado,
país) punto y 11) páginas que comprende el artículo, ligadas
por un guión y colocar pp minúscula (i. e. 15-35 pp.).
Envío de los artículos a:
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. Campo
Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera Los
Reyes-Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado
de México. C. P. 56250. Tel. 01 595 9212681. Correo
electrónico: revista - [email protected]. Costo de
suscripción anual $ 750.00 (6 publicaciones). Precio de
venta por publicación $ 100.00 (más costo de envío).
INSTRUCTIONS FOR AUTHORS
The Mexican Journal in Agricultural Sciences (REMEXCA),
offers to the investigators in agricultural sciences and
compatible areas, means to publish the results of the
investigations. Writings of theoretical and experimental
investigation will be accepted, in the formats of scientific
article, notice of investigation, essay and cultivar description.
Each document shall be arbitrated and edited by a group of
experts designated by the Publishing Committee; accepting
only original and unpublished writings in Spanish or English
and that are not offered in other journals.
The contributions to publish themselves in the REMEXCA,
must be written in double-space (including tables and
figures) and using “times new roman” size 11 in all the
manuscript, with margins in the four flanks of 2.5 cm. All
the pages must be numbered in the right inferior corner
and numbering the lines initiating with 1 in each page. The
sections: abstract, introduction, materials and methods,
results, discussion, conclusions, acknowledgments and
mentioned literature, must be in upper case and bold left
aligned.
Scientific article. Original and unpublished writing which
is based on researching results, in which the interaction of
two or more treatments in several experiments, locations
through many years to draw valid conclusions have been
studied. Articles should not exceed a maximum of 20 pages
(including tables and figures) and contain the following
sections: 1) title, 2) author(s), 3) working institution of the
author(s), 4) address of the author(s) for correspondence
and e-mail; 5) abstract; 6) key words; 7) introduction;
8) materials and methods; 9) results and discussion; 10)
conclusions and 11) cited literature.
Notice of investigation. Writing that contains
transcendental preliminary results that the author wishes to
publish before concluding its investigation; its extension of
eight pages (including tables and figures); it contains the
same sections that a scientific article, but interjections 7
to 9 are written in consecutive text; that is to say, without
the title of the section.
Essay. Generated summarized writing of the analysis of
important subjects and the present time for the scientific
community, where the author expresses its opinion and
settles down its conclusions on the treated subject; pages
must have a maximum extension of 20 (including tables and
figures). It contains sections 1 to 6, 10 and 11 of the scientific
article. The development of the content of the essay is
questioned in sections according to the topic, through this
discussion conclusions or concluding remarks should be
generated.
Cultivar description. Writing made in order to provide
the scientific community, the origin and the characteristics
of the new variety, clone, hybrid, etc; with a maximum
extensions of eight pages (including tables and figures),
contains sections 1 to 6 and 11 of the scientific article.
The descriptions of cultivars is in consecutive text, with
relevant information about the importance of cultivar, origin,
genealogy, obtaining method, agronomic and phonotypical
characteristics (climatic conditions, soil type, resistance
to pests, diseases and yield), quality characteristics
(commercial, industrial, nutritional, etc) and availability
of seed.
Writing format
Title. It should provide a clear and precise idea of the
writing, using 13 words or less, must be in capital bold
letters, centered on the top.
Authors. To include six authors or less, full names must
be submitted (name, surname and last name). Justified,
immediately underneath the title, without academic degrees
and labor positions; at the end of each name it must be
placed numerical indices and correspondence to these shall
appear, immediately below the authors; bearing, the name
of the institution to which it belongs and official address
of each author; including zip code, telephone number and
e-mails; and indicate the author for correspondence.
Abstract and resumen. Submit a summary of 250 words
or less, containing the following: justification, objectives,
location and year that the research was conducted, a brief
description of the materials and methods, results and
conclusions, the text must be written in consecutive form.
Key words and palabras clave. It was written after the
abstract which serve to include the scientific article in
indexes and information systems. Choose three or four
words and not include words used in the title. Scientific
names of species mentioned in the abstract must be register
as key words and palabras clave.
Introduction. Its content must be related to the specific
subject and the purpose of the investigation; it indicates
the issues and importance of the investigation, the
bibliographical antecedents that substantiate the
hypothesis and its objectives.
Materials and methods. It includes the description of
the experimental site, materials, equipment, methods,
techniques and experimental designs used in research.
Results and discussion. To present/display the results
obtained in the investigation and indicate similarities
or divergences with those reported in other published
investigations. In the discussion it must be emphasize the
relation cause-effect derived from the analysis.
Conclusions. Drawing conclusions from the relevant results
relating to the objectives and working hypotheses.
Cited literature. Preferably include recent citations of
scientific papers in recognized journals, do not include
conference proceedings, theses, internal reports, website,
etc. All citations mentioned in the text should appear in
the literature cited.
General observations
In the original document, the figures and the pictures must
use the units of the International System (SI). Also, include
the files of the figures separately in the original program
which was created or made in such a way that allows, if
necessary to make changes, in case of including photographs,
these should be originals, scanner in resolution high and
send the electronic file separately. The title of the figures
is capitalized and lower case, bold; in bar and pie graphs,
filling using clearly contrasting textures; for line graphs
use different symbols.
The title of the tables, must be capitalized and lower case,
bold; tables should not exceed one page, or closed with
vertical lines; only three horizontal lines are accepted,
the head of columns are between the first two lines and
the third serves to complete the table; moreover, must be
numbered progressively according to the cited text and
contain the information needed to be easy to understand.
The information contained in tables may not be duplicated
in the figures and vice versa, and in both cases include
statistical comparisons.
Literature references at the beginning or middle of the text
use the surname(s) and year of publication in brackets, for
example, Winter (2002) or Lindsay and Cox (2001) if there
are two authors(as). If the reference is at the end of the text,
put in brackets the name(s) coma and the year, eg (Winter,
2002) or (Lindsay and Cox, 2001). If the cited publication
has more than two authors, write the surname of the leading
author, followed by “et al.” and year of publication.
Literature citation
Articles in journals. Citations should be placed in
alphabetical order, if a leading author appears in several
articles of the same year, it differs with letters a, b, c, etc.1)
Write the surname complete with a comma and initial(s)
of the names with a dot. To separate two authors the “and”
conjunction is used or its equivalent in the language the work
it is written on. When more than two authors, are separated
by a dot and coma, between the penultimate and the last
author a “and” conjunction it is used or it’s equivalent. If
it is an organization, put the full name and the acronym in
brackets; 2) Year of publication dot; 3) title of the article
dot; 4) country where it was edited dot, journal name dot
and 5) journal number and volume number in parentheses
two dots, number of the first and last page of the article,
separated by a hyphen (ie 8 (43):763-775).
Serial publications and books. 1) author(s), just as for
articles; 2) year of publication dot; 3) title of the work
dot. 4) if it is translation ( indicate number of edition and
language of which it was translated and the name of the
translator dot; 5) publisher name dot; 6) number of edition
dot; 7) place where the work was published (city, state,
country) dot; 8) for pamphlet, series or collection to place
the name and number dot and 9) total number of pages (i.
e. 150 p.) or various pages (i. e. 30-45 pp.).
Articles, chapters or abstracts in collective works (books,
abstracts, reports, etc). 1) author(s), just as for articles;
2) year of publication dot; 3) title of the article, chapter
or memory dot; 4) Latin expression In two dots; 5) title
of the collective work dot; 6) publisher(s), compiler(s) or
coordinating(s) of the collective work [written just like the
author(s) of the article] dot, at the end of this, the abbreviation
is placed between parenthesis (ed. or eds.), (comp. or
comps.) or (cord. or cords.), according to is the case dot;
7) if it is a translation (just as for serial publications and
books); 8) number of the edition dot; 9) publisher name
dot; 10) place where it was published (city, state, country)
and 11) pages that includes the article, placed by a hyphen
and lowercase pp (i. e. 15-35 pp.).
Submitting articles to:
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. Campo
Experimental Valle de México. INIFAP. Carretera Los ReyesTexcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México.
C. P. 56250. Tel. 01 595 9212681. E-mail: revista-atm@
yahoo.com.mx. Cost of annual subscription $ 60.00 dollars
(6 issues). Price per issue $ 9.00 dollars (plus shipping).
Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas
Mandato:
A través de la generación de conocimientos científicos y de innovación tecnológica agropecuaria y forestal
como respuesta a las demandas y necesidades de las cadenas agroindustriales y de los diferentes tipo de
productores, contribuir al desarrollo rural sustentable mejorando la competitividad y manteniendo la base de
recursos naturales, mediante un trabajo participativo y corresponsable con otras instituciones y organizaciones
públicas y privadas asociadas al campo mexicano.
Misión:
Generar conocimientos científicos e innovaciones tecnológicas y promover su trasferencia, considerando
un enfoque que integre desde el productor primario hasta el consumidor final, para contribuir al desarrollo
productivo, competitivo y sustentable del sector forestal, agrícola y pecuario en beneficio de la sociedad.
Visión:
El instituto se visualiza a mediano plazo como una institución de excelencia científica y tecnológica, dotada de
personal altamente capacitado y motivado; con infraestructura, herramientas de vanguardia y administración
moderna y autónoma; con liderazgo y reconocimiento nacional e internacional por su alta capacidad de
respuesta a las demandas de conocimientos, innovaciones tecnológicas, servicios y formación de recursos
humanos en beneficio del sector forestal, agrícola y pecuario, así como de la sociedad en general.
Retos:
Aportar tecnologías al campo para:
● Mejorar la productividad y rentabilidad
● Dar valor agregado a la producción
● Contribuir al desarrollo sostenible
Atiende a todo el país a través de:
8 Centros de Investigación Regional (CIR’S)
5 Centros Nacionales de Investigación Disciplinaria (CENID’S)
38 Campos Experimentales (CE)
Dirección física:
Progreso 5, Barrio de Santa Catarina, Delegación Coyoacán, Distrito Federal, México. C. P. 04010
Para más información visite: http://www.inifap.gob.mx/otros-sitios/revistas-cientificas.htm.
PRODUCCIÓN
Dora M. Sangerman-Jarquín
Agustín Navarro Bravo
DISEÑO Y COMPOSICIÓN
María Otilia Lozada González
y
Agustín Navarro Bravo
ASISTENTE EDITORIAL
María Doralice Pineda Gutiérrez
Descargar