La emigración de Cuba desde fines del siglo XX y principios del XXI

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La emigración de Cuba desde fines del siglo XX y principios del XXI: lecturas
y reflexiones mirando a la Ciudad de La Habana∗
Consuelo Martín Fernández
Doctora en Ciencias Psicológicas. Investigadora y Profesora. Presidenta del Consejo Científico
del CEMI (desde noviembre 2007).
[email protected]
Antonio Aja Díaz
Doctor en Ciencias Filosóficas. Historiador. Investigador y Profesor. Presidente del Consejo
Científico del CEMI (hasta octubre 2007).
[email protected]
Ángela Casaña Mata
Doctora en Ciencias Psicológicas. Investigadora y Profesora (hasta noviembre 2007).
Actualmente Investigadora asociada.
[email protected]
Magali Martín Quijano
Doctora en Ciencias Psicológicas. Investigadora asociada y Profesora.
[email protected]
El tema de la identidad territorial en la Ciudad de La Habana también pasa por la comprensión
del proceso migratorio externo, además de las características de las migraciones internas que la
conforman y afectan con mayor impacto. Desde el punto de vista general, las dinámicas de la
sociedad entre las cuales se ubica el envejecimiento de la población, incluyen la pertinencia del
análisis de procesos relacionados con la natalidad y la mortalidad como es bien conocido, pero
además se atiende a las migraciones internas y externas. Desde este referente y con el objetivo de
enfocar las reflexiones mirando a la capital del país, en este documento se presenta la
información relativa a la emigración cubana en una perspectiva histórica contextual concreta,
organizada en tres grandes puntos: los principales rasgos de la migración al exterior de Cuba
procedente de Ciudad de La Habana a partir de la segunda mitad de los años noventa; la
evaluación de la connotación social de la emigración y el papel de la familia y las redes sociales
en el proceso migratorio externo de Ciudad de La Habana; y las principales características de la
emigración de profesionales a partir de los años noventa. Cierran reflexiones para futuras
investigaciones aplicadas sobre el tema migratorio y la identidad territorial.
∗
Resultado del Proyecto de investigación del CEMI “El proceso migratorio externo y la identidad en Ciudad de La
Habana”, presentado al Programa Territorial de Ciencias Sociales Ciudad de La Habana, CITMA, diciembre 2007.
137
1. Principales rasgos de la migración al exterior de Cuba procedente de Ciudad de La
Habana a partir de la segunda mitad de los años noventa
1.1. Tendencias de la emigración desde Cuba a inicios del presente siglo
El siglo veintiuno es considerado como la "era de la migración", por la nueva intensidad y
complejidad que tendrá este fenómeno y el
"oficio de emigrante" es cada vez más, una
alternativa concreta para conseguir bienes materiales de subsistencia por parte de los
trabajadores que emigran como resultado de las dificultades encontradas en sus países de
origen.
(Informe CMMI, 2005)
La migración internacional configura un complejo sistema de redes de intercambio y
circulación de personas, dinero, bienes e información, que supone un desplazamiento recurrente y
circular. Alcanza particular significación la construcción de redes sociales y comunitarias en
espacios trasnacionales, que cruzan las fronteras políticas, creados por los migrantes en la
búsqueda de reconocimiento social y desarrollo económico.
El carácter masivo de las migraciones aumenta, motivado entre otras causas por la
diferencia en el nivel de vida entre países, desigualdades sociales, la inestabilidad política, la
pobreza y la búsqueda de mejores condiciones económicas y sociales en general. Se diversifican
los lugares emisores de migrantes y nuevas corrientes se establecen desde el sur al norte, de los
países en vías de desarrollo a los desarrollados, e incluso al interior de los propios países del sur y
del norte.
Según la ONU, 191 millones de personas vivían fuera de sus países de origen en el 2005:
115 millones en países desarrollados y 75 millones en países en desarrollo.1 Estos datos avalan
por su propia magnitud, la relevancia del tema migratorio internacional en la actualidad mundial.
Cuba no está exenta de esta realidad, por el contrario, participa y experimenta cada vez con
mayor claridad las tendencias migratorias regionales, aún y cuando en la propia región no
clasifique entre los principales emisores de migración2. La contradicción histórica y el diferendo
1
UNFPA (2006) Informe sobre Migración y Desarrollo. División de Población del Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales de la ONU. Disponible en: http://www.un.org
2
Migración Internacional. Derechos Humanos y Desarrollo Informe CEPAL (2006) Según estimados actualizados,
Cuba ocupa el lugar 16 entre 20 naciones que aportan emigrantes a los flujos internacionales en el área del Caribe y
Latinoamérica.
138
político con los Estados Unidos imprime particularidades a las características generales del país
en el tema de la emigración.
En el año 2005 fueron registrados durante la actualización del Censo de los Estados
Unidos del 2000, 1 448 684 personas de origen cubano, donde se incluye los nacidos de padres
cubanos.3 Esa cifra sobrepasa la población total de la segunda provincia en importancia de la
Isla, Santiago de Cuba, y sólo es superada por Ciudad de La Habana. Este comportamiento se
inserta en una dinámica universal, donde el entorno más cercano, el caribeño y centroamericano,
presenta casos similares debido a la presencia de mexicanos, dominicanos, puertorriqueños,
salvadoreños y guatemaltecos en los Estados Unidos.
Desde el punto de vista territorial, las migraciones marcan la historia, el presente y el
futuro de las principales ciudades y capitales en el mundo. Dejan su impronta en la demografía,
las relaciones sociales, la cultura e incluso en la economía y la política de aquellos lugares, tanto
donde se originan como hacia donde se dirigen. Sus habitantes son protagonistas de primer orden
de los movimientos de población, a la vez que receptores de sus múltiples impactos.
Desde la época precolombina, Cuba ha sido un país de migraciones –inmigración y
emigración– con diferentes momentos en la manifestación de este fenómeno universal. Todos de
una u otra forma han marcado el desarrollo de sus ciudades y en particular de la capital del país,
la hoy denominada Ciudad de La Habana. En ella se concentran las principales tendencias
migratorias de la isla, ya sean las inmigraciones de peninsulares, africanos y asiáticos, como
grupos predominantes, sin excluir a otros procedentes en particular del Caribe y Europa. De
igual forma, la capital de Cuba, ha sido protagonista de otras inmigraciones, las provocadas por
migraciones internas desde el resto del país con predominio de aquellas que se originan desde el
oriente cubano. Hablamos de procesos que transcurren durante varios siglos y que con el
nacimiento de la nacionalidad y posteriormente de la nación, aportan elementos medulares al
desarrollo de la capital.
En la contemporaneidad, dentro del
proceso migratorio externo de Cuba, la región
occidental ocupa un lugar relevante según la cantidad de migrantes, donde predomina Ciudad de
La Habana en todas las vías y formas de emigración. En este caso, se refiere a la residencia de las
personas al momento de protagonizar el acto migratorio, no al lugar de nacimiento, ni a la
trayectoria migratoria individual o familiar por el interior del país. Esta aclaración es importante a
3
Cubans in the United States, Pew Hispanic Centre, Agosto 2006. U.S.Department of Commerce. Economics and
Statistics Administration. U.S Census Bureau. 2000. Disponible en: http://www.pewhispanic.org
139
partir de reconocer al territorio de la capital de Cuba como el principal receptor de migración
interna.
1.1.1. Ubicación espacio temporal del proceso migratorio externo de Cuba
La migración desde Cuba se distingue por sus condicionantes históricas, económicas y
geopolíticas. Desde los anos 30 del siglo XX, Cuba cambia su patrón migratorio y se convierte en
un país de emigrantes. Si bien no es un fenómeno nuevo pues ha estado presente en la historia de
Cuba desde el siglo pasado, adquiere rasgos diferentes con el proceso iniciado al triunfo de la
Revolución cubana, los que continúan aún presentes.
La modificación de los componentes migratorios tradicionales de Cuba se produce con el
triunfo de la Revolución en 1959, al cobrar
un
papel central los elementos
políticos y
económicos motivados por la propia evolución del proceso revolucionario. La ruptura del patrón
migratorio tradicional, incluye el aumento de las cifras de personas que emigran, y el cambio de
los actores sociales envueltos en dicho fenómeno. Según los estimados realizados en el CEMI,
entre 1959 y hasta 2004, habían emigrado por todas las vías posibles y hacia diferentes lugares
del mundo, cerca de 1 359 650 personas nacidas en Cuba. Si se añaden los movimientos de
población temporales, la estimación oscila alrededor de 1 600 000 y 1 700 000 migrantes cubanos
en el mundo (Aja, A. 2006). Este resultado se comprueba en la cifra actualizada de 1 704 764,
según estimados oficiales (2007).4
A escala de la región de América Latina y el Caribe, de acuerdo con los datos aportados
por el informe de CEPAL publicados en el 20065 con las cifras de migrantes hasta el año 2000, se
coloca a Cuba en el lugar 17 entre los 35 países del área que aportan a la migración internacional.
Este lugar se ubica según la proporción que significa la cifra de emigrantes en el flujo
internacional, del total de la población de cada país. En nuestro caso la migración internacional
representa el 8.5% del total de la población cubana.
En la actualidad, Estados Unidos continúa siendo el principal país receptor de la
emigración cubana y maneja el factor emigración en el contexto de su política de hostilidad hacia
la Revolución cubana. A los inmigrantes cubanos se les aplica la condición de "refugiados", en
unión de políticas de recepción, estímulo y restricción selectiva, acordes a diferentes etapas de la
relación antagónica entre los dos países, a la situación interna de la sociedad cubana y a las
4
MINREX.
CEPAL (2006) Informe “Migración Internacional, Derechos Humanos y Desarrollo en América Latina”. Capt II.
Epígrafe D. p. 107-125.
5
140
tendencias y prioridades de la política inmigratoria norteamericana. Para el caso de la Ley de
Ajuste Cubano, sólo un cambio en la situación del conflicto bilateral, que signifique la
eliminación del bloqueo y una incidencia concreta en el tema migratorio, podría modificar el
tratamiento a nuevos inmigrantes de este origen que haga cambiar el status preferencial de que
son objeto en el ámbito inmigratorio de ese país. La aplicación de dicha Ley abarcó a 597 200
cubanos que arribaron a territorio estadounidense entre 1966 y 1999,6 sin incluir a más de 18, 500
cubanos inmersos en el fenómeno de las salidas ilegales por vía marítima de Cuba a los Estados
Unidos entre 1995 y 2004.7
Al mismo tiempo, se mantiene un proceso de diversificación de los países receptores de
cubanos. Las cifras indican lecturas diferentes en función de las regiones de recepción. En la
mayoría de los casos la presencia de los emigrantes cubanos no es significativa en tales
contextos. Sin embargo, se impone un enfoque diferenciado desde la perspectiva de Cuba como
país emisor y las implicaciones que conlleva tener una parte de su población en la emigración.
Tomando en consideración los datos que aportan los Consulados de Cuba hasta inicios del 2007.8
Gráfico que muestra la distribución de los asentamientos de cubanos
por regiones geográficas del mundo
Asia y África
0,2%
Caribe
1%
Norte
Am érica
85%
Centro
Am érica
2%
Europa
7%
Sur Am érica
5%
Se evidencia una gran concentración en Norte América (Estados Unidos y Canadá) con un
estimado de 1 446600 cubanos, pero también hay 119 916 en Europa; 84 715 en América del Sur;
35 943 en Centroamérica; 14 302 en el Caribe; y en las regiones de África y Asia, donde sólo hay
3 288 cubanos.
6
Statistics Yearbook of Immigration and Naturalization Service. Refugees. 2000.
Aja, A.; C. Martín y M. Martín (2006) Estimado según datos de fuentes públicas y oficiales de Cuba y Estados
Unidos. No se cuentan a los que arribaron a Estados Unidos entre 1995 y 1999.
8
Información ofrecida por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba.
7
141
Se reportan cubanos en 148 países y el 98% se concentra en 20 naciones, a saber: Estados
Unidos, España, Venezuela, México, Italia, Alemania, Canadá, República Dominicana, Costa
Rica, Francia, Chile, Argentina, Colombia, Nicaragua, Brasil, Suiza, Suecia, Rusia, Panamá y
Ecuador, en orden descendente. De ellos, los mayores asentamientos se ubican, además de
Estados Unidos, en España (70 000), Venezuela (66 000) y México (20 000).
La presencia de otros asentamientos en el exterior responde a la determinación de residir
en escenarios geográficos diferentes a los Estados Unidos, la existencia de redes de parentesco, la
tradición en el flujo migratorio hacia estos lugares y los cambios en la política migratoria de
Cuba. A esa dinámica se añade la utilización de algunos de éstos países como “puentes” para
arribar a los Estados Unidos, dadas las trabas encontradas por los inmigrantes para su traslado
hacia territorio estadounidense, lo que continúa provocando la presencia permanente de
emigrantes cubanos en esos territorios.
En general, a partir de los años noventa el perfil de los emigrantes ha variado en cuanto a
sus características sociodemográficas y marca ciertas diferencias respecto a los participantes en
oleadas migratorias anteriores, aún vigentes. Por edades, la emigración desde Cuba es
predominantemente joven (entre 20 y 40 años), acorde a las tendencias de la migración
internacional, en particular del área del Caribe y Centroamérica. Por sexos, se evidencia a partir
de 1995 un proceso de feminización de la emigración cubana, sin diferencias marcadas en todas
las categorías de emigración, excepto en el abandono de misiones, donde predomina el sexo
masculino. El color de la piel de los emigrantes sigue siendo predominantemente blanco, con
ciertas diferenciaciones según el destino y las vías de emigración definitiva o temporales; la
presencia de personas mestizas y negras tiende a predominar en las migraciones temporales y
fuera de los Estados Unidos. Los niveles escolares medio y medio superior son los
predominantes, sobre todo en las salidas definitivas del país; mientras que los universitarios
tienden a predominar en los abandonos de misión y las negativas de regreso, así como en el
Programa Sorteo/Lotería por el Acuerdo Migratorio entre Estados Unidos y Cuba. En el caso de
las salidas ilegales, los niveles escolares de sus participantes son inferiores al de los que
participan en las otras formas y vías de emigración (Aja, A. 2002).
Los flujos migratorios desde Cuba se caracterizan por la multiplicidad de causas que lo
explican al vincularse con factores internos de la sociedad, tales como las transformaciones
políticas y económicas, las contradicciones de la estructura social, las cadenas migratorias que se
establecen y el desarrollo de redes sociales.
142
1.1.2 Vías y formas de emigración desde Cuba 9
Para el análisis de la emigración desde Cuba, estas definiciones son aplicables en unión de los
elementos regulatorios de la política migratoria del país, marcada por su carácter defensivo ante
la utilización del tema migratorio por los Estados Unidos como parte de su política de agresión
contra la Revolución Cubana. Ello explica el carácter del no retorno en la categoría salida
definitiva.
Durante el período objeto de análisis, la emigración con salida definitiva se acompaña de
diferentes formas de salidas temporales legales, señaladas como las preferibles por quienes
integran el potencial migratorio externo del país; aunque también existen salidas ilegales hacia
los Estados Unidos con diferencias territoriales, de género y edades, asociadas a motivaciones
económicas y familiares y a la imposibilidad de obtener visas. Por otra parte, emigrar tiene
posibilidades de retorno temporal a Cuba e incluso nuestros estudios señalan el esfuerzo y las
variantes asumidas por emigrados interesados en el retorno definitivo al país. En cuanto al tipo de
salida que considera sería empleado, expresan diferentes variantes. La más popular resulta el
sorteo o bombo a tenor de los Acuerdos Migratorios entre los Estados Unidos y Cuba de 1994 y
1995; luego, los trámites familiares para salida definitiva; los permisos de trabajo, las visitas
familiares y el matrimonio con extranjeros.
Las categorías por vías de salidas legales o indocumentadas, constituyen uno de los
elementos que pautan las posibilidades de una emigración definitiva o temporal, según las
regulaciones migratorias cubanas vigentes. Ellas se conocen por la población y funcionan como
diferentes vías o formas de lograr el objetivo de establecer su vida en el extranjero.
A la salida definitiva, que implica la emigración sin retorno definitivo a vivir en el país10,
se une el permiso de residencia en el exterior (PRE) por contraer matrimonio con un extranjero o
por contrato de trabajo (PVT) –posibilidad de establecer una residencia temporal en otro país, o
sea, que implica la emigración circular o con retorno–. Otra vía utilizada es la negativa de
9
Se utilizan ambos términos a partir de la práctica de los estudios sobre la migración internacional. En el caso de las
vías de migración, se refiere a la realización del acto de migrar cumplimentando o no las normas jurídicas pautadas
en los países emisores y receptores. En consecuencia la migración es calificada legal o ilegal, indocumentada o en
situación irregular. En el caso de las formas de emigración, se refiere al carácter de la temporalidad del acto
migratorio, marcado por la acción del migrante y su definición de realizarlo de forma definitiva o temporal. Estas
definiciones suelen ser más permeables en la contemporaneidad de la migración internacional, donde el carácter
cíclico de la migración ocupa un espacio de mayor significación.
10
Es la forma legal existente a partir de 1961, aunque desde inicios del presente siglo se viene produciendo un
proceso de análisis casuístico para la aceptación del retorno definitivo de emigrados cubanos.
143
regreso al país, una vez concluido el período establecido para un viaje al exterior (PVE), ya sea
por visita familiar o asuntos personales; o quienes viajan por asuntos oficiales y no regresan al
país, a los que se denomina abandono de misión. En esos casos la salida del país es legal, pero si
no regresa del viaje temporal en el tiempo previsto, la persona pasa a un estatus migratorio
diferente con respecto tanto al lugar de residencia como al país de origen; por tanto, para Cuba se
convierte en migrante definitivo. A estas vías se añade la salida ilegal del país, generalmente por
mar hacia Estados Unidos o “balseros”, pero también a través de la Base Naval de Guantánamo,
la piratería de embarcaciones marítimas o aéreas, el tráfico de personas, entre otras variantes,
como es el caso de quienes viajan por avión a otros países y en la escala que hacen en los
aeropuertos no retoman su ruta.
Los rasgos del flujo migratorio externo en la década del 90 combinan todas esas formas y
vías de salida para emigrar simultáneamente (Aja, A. 1999). A fines del siglo pasado e inicios del
siglo XXI, en Cuba se reafirman los rasgos que la tipifican como país de emigrantes. Como se
observa en el siguiente gráfico, las formas legales son las más utilizadas –tanto la emigración
legal definitiva como las temporales y circulares–, lo cual pone en evidencia la manipulación que
del tema migratorio hacen los medios de comunicación extranjeros que enfatizan las salidas
ilegales del país.
Gráfico que muestra las diferentes vías de migración en Cuba
Vías de migración en Cuba (1995 - 2004)
%
50
40
30
20
10
0
Retorno
temporal
Visitas
Salidas
ilegales
Permiso
Emig Legal
Residencia
Definitva
Exterior
En la emigración desde Cuba, sea temporal o no, se aprecia la presencia de sujetos
jóvenes. El carácter más joven de la emigración cubana de mediados de los 90´ en adelante,
responde a los conflictos de la crisis económica que ha estado viviendo la isla y a circunstancias
generacionales donde puede primar en determinados sectores de los jóvenes la desmotivación, el
144
desinterés y la incertidumbre de poder realizar sus proyectos personales y profesionales en su
país de origen.
1.1.3 La emigración de retorno temporal
La emigración de retorno temporal, a partir de las visitas de cubanos residentes fuera del país
también ha sido estudiada, en el caso de las personas radicadas en los Estados Unidos y Puerto
Rico, (Martín, C. y A. Aja, 2004). Se considera emigración de retorno temporal, al flujo de
cubanos que visita temporalmente a su país de origen y retorna al lugar donde se encuentra
emigrado. Es una particularidad del proceso migratorio externo de Cuba, a partir de que por la ley
migratoria del país, toda persona que emigra de manera definitiva, no tiene la posibilidad de
retornar a vivir al lugar de origen, sólo de forma temporal mediante las visitas a sus familiares. La
regulación data de inicios de la década de los sesenta del siglo pasado y se mantiene vigente,
aunque en los últimos cinco años como parte del proceso de flexibilización de la política
migratoria se viene produciendo un análisis casuístico de las crecientes solicitudes de personas
que intentan regresar de forma definitiva al país y a partir de 1995, se estableció la posibilidad del
retorno definitivo como repatriación para las personas de la tercera edad que tengan familiares
que los atiendan.
Los resultados del estudio11 apuntan hacia un sostenido crecimiento del interés por viajar
de visita y enviar remesas a familiares en Cuba. Los emigrados, entrevistados mientras estaban de
visita en Cuba, señalaron que quieren que se levanten las restricciones y se reduzcan los costos de
viaje, se incrementen las facilidades para desarrollar las relaciones familiares y se amplíen las
opciones de vida y disfrute junto a su familia durante su estancia en Cuba.
Según los entrevistados para este estudio, coinciden con que “el motivo familiar es el
principal por estar con la familia, los hijos y nietos” (69%), aunque también vinculado a que “este
es su país, su tierra, el amor al lugar donde uno nace o nuestros antepasados” (17%) y a “deseos
personales de viajar de vacaciones, a pasear y conocer, tener relaciones con otros profesionales y
amistades, disfrutar” (14%).
El 83% envía algún tipo de ayuda, dinero, medicinas, ropa y alimentos, principalmente a
familiares aunque también a los amigos cercanos. Hubo alrededor del 15% que no quisieron decir
la frecuencia ni la vía por la cual envían el dinero. De los que dieron la información, el 67% envía
11
El estudio fue aplicado en Cuba durante las visitas de los emigrados y, por tanto, los resultados constituyen una de
las tendencias de acercamiento al país. Pueden existir otras tendencias más o menos rechazantes, dentro de la
emigración cubana en el exterior, particularmente, en los Estados Unidos.
145
dinero con frecuencia de una, dos o tres veces al año, mientras que un 32% dice que
ocasionalmente, “cuando se puede económicamente”. La mayoría manda el dinero con personas
que viajan a Cuba (57%) y en menor proporción por las agencias (35%), entre las cuales fue
señalada la Western Union como la más utilizada.
Plantean que “la periodicidad con que se viaja a Cuba depende en gran medida de las
características del empleo y del ingreso”. Por ejemplo, el tiempo de vacaciones, el autoempleo
(las personas con pequeños negocios propios que tienen que atender) y las presiones por viajar a
Cuba o el rechazo que ello implica en determinados ámbitos laborales. Además “los recursos
económicos” disponibles para viajar como turistas, que no son muchos entre las personas que
vienen a Cuba.
Para lograr la normalización de las relaciones familiares, los entrevistados expresan al
menos tres razones: viajar sin restricciones (36%); relación normal entre Cuba y Estados Unidos
(36%); y vivir en cada país (de origen y receptor) manteniendo buenas relaciones (28%). Luego,
es señalada la reunificación familiar, ubicada más en Cuba (23%) que en extranjero (15%), lo
cual se ratifica por el “deseo de repatriación”. Se añade como otras variantes “que mejore o
cambie la situación en Cuba y que levanten el bloqueo económico para ver si estamos mejor
todos”. Ninguno está de acuerdo con que se mantenga la situación actual.
La evaluación en los emigrantes cubanos sobre el posible retorno a Cuba y las
condiciones que deben existir para que ello se produzca, evidencia que el 40% de las personas
que había valorado su posible retorno, lo harían si se produce una mejoría económica, o no logran
realizar sus proyectos de vida en el exterior. En el caso del tema político, el 80% de los sujetos
para los que el retorno no estaba descartado, lo hacían sin otorgar un peso de significación a los
posibles cambios en el sistema político del país.
Las razones por las cuales retornarían también son muy variadas, lo más señalado es: por
inadaptación, “no les ha ido bien, es más difícil la vida fuera de Cuba, los que llegan
recientemente, no encuentran lo que esperaban, la vida de emigrado es muy dura” (34%); por
“añoranza, nostalgia, retornar a las raíces, a la familia, superar la división familiar, los que
envejecen añoran morir en Cuba” (30%); por “amor a la patria, la belleza de Cuba, la tranquilidad
con que se vive, es nuestro país, queremos a nuestra tierra” (18%); y “si cambiara la situación
actual, el gobierno y la economía, las cuestiones políticas influyen definitivamente, y sería solo
temporalmente” (12%).
146
Resulta interesante que quienes piensan que muchos regresarían lo asocian principalmente
al amor a la patria, los vecinos y la familia (78%); mientras que los que opinan que serían algunos
dicen que es sobre todo por la añoranza, extrañan mucho y necesitan la unidad familiar (74%); y
los que piensan que retornarán pocos es porque nos están de acuerdo con la situación actual
(46%) o porque ya están adaptados a la vida fuera de Cuba (25%).
Lo más reiterado como causas del retorno al país, con independencia de si serán muchos o
pocos, es que “quieren retornar a vivir en Cuba los que tienen dificultades en adaptarse a la
sociedad y no les va como soñaban, sobre todo los que llegan recientemente y si son jóvenes,
extrañan la forma de vida social y familiar que tenían pues las personas son más frías aunque
tengan mejores condiciones de vida y, por otra parte, las personas mayores inadaptadas
culturalmente”.
Este análisis pudiera complementarse y llamar a la reflexión cuando observamos el
aumento en los últimos años de los intentos de “retorno” desde los Estados Unidos y otras
regiones del mundo. Sus protagonistas son esencialmente personas de la tercera edad y
emigrantes que salieron del país a mediados de la década del 90´ en adelante.
1.1.4 El Permiso de Residencia en el Exterior (PRE)
Esta es una categoría migratoria que implica una forma de migración temporal y con retorno al
país, la cual está vigente en la legislación cubana. La estimación del potencial migratorio (Aja y
Milán, 1996) realizada sobre esta categoría se verifica posteriormente en la investigación aplicada
(Fernández, M. 2001, Casaña, A. 2002). Los resultados consideran tanto, fuentes oficiales (1995 2003), como el estudio de un grupo de personas que tenían esta categoría migratoria y residían en
Ciudad de La Habana, para profundizar en su análisis cualitativo.
Desde el punto de vista demográfico, las personas que han solicitado el PRE se
caracterizan por ser mayoritariamente mujeres (63%), entre los 21 y 30 años, aunque también hay
un grupo significativo que se extiende hasta los 40 años, lo que coincide con la plena edad
reproductiva de las mujeres. La ocupación principal al momento de realizar los trámites
migratorios era ama de casa (33%), aunque por el nivel educacional que poseen, es probable que
no fuera este el status laboral de partida. Predominan también los desocupados (21%). Los
niveles escolares más frecuentes son el medio y medio superior, no obstante hay un grupo
numeroso del cual no existe información al respecto. Proceden de los más importantes centros
urbanos, aunque la mayoría vive en Ciudad de La Habana, principalmente en los municipios
147
Plaza y Playa. Otras provincias de significación fueron Villa Clara, Matanzas y Santiago de
Cuba. En el resto del país la tendencia es proceder de los municipios cabeceras de provincia.
Estas personas se dirigen a países europeos que se caracterizan por ser grandes emisores de
turistas y en ocasiones socios comerciales de Cuba. Entre 1995 y el 2003, la mayor parte se dirige
hacia España (27%) e Italia (23%) y le siguen en menores proporciones Alemania (9.3%),
México (9%), Canadá (5%) y Francia (3%).
Las entrevistas del estudio cualitativo se realizaron con mujeres que estaban casadas con
extranjeros (como requisito para obtener el PRE). Según sus propias declaraciones, de manera
abierta o no, contrajeron matrimonio con el objetivo de obtener una vía para residir fuera del país
y retornar.
Se obtuvo información acerca de variadas prácticas para lograr el matrimonio con
extranjeros, las que van desde la participación consciente de éste, donde podía mediar o no el
pago, por parte de familiares en el exterior por realizar este servicio, hasta por relaciones de
amistad, sin interés económico, sólo para ayudar a la persona a salir del país. Otra práctica fue
contraer matrimonio sin el conocimiento del extranjero de que era utilizado como estrategia para
lograr emigrar. Se conocieron fundamentalmente a través de una tercera persona, de forma
casual, en fiestas, en la playa, en la calle, cogiendo botella y en menor medida, en funciones de
trabajo.
Las personas entrevistadas tenían familiares en el exterior, pero coinciden en afirmar que
no eligieron ese país de residencia. La mayoría alega que el país donde vive su esposo es la
circunstancia que determina el lugar donde residen. En otros casos, el país se decide por el hecho
de encontrar a alguien dispuesto a efectuar estos matrimonios ficticios.
La mayoría considera que emigrar de Cuba tiene riesgos y costos, básicamente personales
y emocionales, en consideración a los cambios a que se enfrentarían al emigrar por la vía
definitiva. El criterio unánime fue considerar el PRE como la vía más efectiva para residir fuera
del país12, ya que no tienen que padecer la pérdida de las propiedades que tienen en el país y
preservan sus derechos como ciudadanos cubanos. En particular valoraron el hecho de poder
12
Las personas con PRE pueden visitar Cuba tantas veces como deseen, pudiendo permanecer un máximo de once
meses, sin necesitar permiso de entrada en nuestro país. En caso de permanecer más de este tiempo se le retirará el
PRE, pero no de forma definitiva, en caso de volver a solicitarlo se le concederá siempre que mantenga las
condiciones iniciales que permitieron su otorgamiento. Otra de las prerrogativas es la posibilidad de volver a fijar su
residencia en Cuba siempre que se desee, sin importar el tiempo que se lleve residiendo en el exterior. Estas personas
conservan sus derechos en Cuba, en cuanto a posesiones y posibilidades de heredar. En el caso de que el cónyuge
cubano tenga hijos menores de 21 años, estos pueden acogerse a esta condición automáticamente, aunque no sean
hijos del extranjero.
148
volver a vivir en Cuba y sobre todo, no perder el vínculo con los familiares y con el país de
origen.
Este grupo se caracterizó por tener una jerarquía motivacional donde predominaban los
motivos familiares, después los económicos y los profesionales, entre los principales. Los
motivos familiares incluyen a la familia de procedencia, en particular el interés por ayudarlos y a
la de procreación, como plan futuro de vida (tener hijos), aunque no la visualizan con el cónyuge
extranjero actual. Los motivos profesionales se presentan como expectativas de realización y para
la obtención de bienes materiales mediante el desempeño laboral al que aspiran. La satisfacción
de estos motivos aparece también como las razones que las impulsaron a trazarse la meta de
obtener el PRE, sin sufrir un brusco proceso de desarraigo familiar y con Cuba.
La nostalgia resultó ser el sentimiento más experimentado por estas personas al estar
fuera de Cuba. Por el contrario la tranquilidad, alegría y seguridad son los sentimientos más
frecuentes cuando están en el país, pues significa un retorno a su medio, a sus códigos de
comunicación y patrones comportamentales. Significa también la presencia cercana de personas
que brindan apoyo y respaldo, con las que se mantienen fuertes vínculos afectivos y el
desenvolverse en un medio social más seguro y afín subjetivamente. Todo esto resulta muy
gratificante para ellos y le ayuda en su estabilidad personal, lo cual redunda en esa sensación de
seguridad que da “sentirse en casa”.
Todas las entrevistadas han mantenido la ciudadanía cubana y expresaron no tener
intenciones de cambiarla. Aunque en su nuevo lugar de residencia pudieran cambiarla, refieren
que son cubanas y no desean tener otra ciudadanía. Se evidencia en las personas estudiadas un
fuerte vínculo con Cuba.
1.1.5 Las salidas ilegales del país por vía marítima hacia los Estados Unidos
Las salidas ilegales por vía marítima hacia los Estados Unidos continúa siendo un componente de
las tendencias de los flujos migratorios externos de Cuba. Un estudio realizado por el CEMI (Aja,
A.; C. Martín y M. Martín, 2006), demuestra que este fenómeno se incrementa a partir de 1998,
de manera ascendente en 1999, 2001, 2004 y los primeros nueve meses del 2005, considerando
las salidas exitosas –arribo y aceptación en los Estados Unidos–, las devoluciones efectuadas por
el Servicio de Guardacostas de ese país y otros países a donde se dirigen o se desvían los que
intentan llegar a territorio estadounidense. Según cálculos realizados por el CEMI, el total de
participantes entre 1995 y 2004 es superior a las 21 900 personas, sin incluir las posibles cifras
149
de aquellos que arribaron a otros lugares y no han sido devueltos. Tales pueden ser los casos de
Islas Caimán, Honduras, México y Belice.
Del total de los participantes en este tipo de salida desde Cuba, 11 914 arribaron a su
destino final y fueron aceptados por los Estados Unidos, entre 1995 y el 2004, mientras que 10
011 fueron devueltos a tenor de los Acuerdos Migratorios entre los Estados Unidos y Cuba, así
como por otros países como Bahamas, Islas Caimán y Jamaica. A partir de 1999 se incrementan
los que logran arribar a suelo estadounidense, debido al auge de la actividad de tráfico de
personas.
En el estimado y análisis de las salidas ilegales por vía marítima hacia los Estados Unidos
debe tomarse en consideración tanto las realizadas, exitosas o no, como las que se frustran en el
territorio nacional por diversas causas y que podría indicar un rango de por cada persona que
realiza una salida ilegal, otras tres participan en un intento. Otro elemento a tener en cuenta es
que, ante la imposibilidad de llegar a costas de Estados Unidos por ser interceptados por el
Servicio de Guardacostas, se han abierto nuevas rutas por el sur.
Se utiliza la ruta sur que conduce a Centroamérica como ruta alternativa. “En los dos
últimos años se han incrementado las salidas ilegales con destino a Honduras, directamente o
pasando por Islas Caimán, para transitar la frontera de México con Estados Unidos” (Martín, M.
2005).
Las características de las personas que optan por esta vía para emigrar desde Cuba,13
indican que son mayoritariamente hombres jóvenes (el 68% entre 15 y 35 años), con nivel
escolar medio a medio superior, marcado índice de desocupación (cerca del 50%), alto índice de
antecedentes penales (20%) y un 8% de repitencia en la utilización de esta vía de salida. El
análisis de las causas y motivaciones para la toma de la decisión de emigrar por esta vía señala la
presencia de elementos económicos, en un contexto donde otros factores sociales y políticos
ocupan un espacio según las características de los protagonistas. La razón que exponen
mayoritariamente para escoger la vía ilegal es que “no tienen otra”, al no recibir visados por parte
de los Estados Unidos, ya que consideran que “no clasifican para ese proceso y por ende no lo
13
Se estudiaron los sujetos devueltos como resultado de los Acuerdos Migratorios y, según análisis de fuentes
indirectas, se asume que sus rasgos no difieren de los que logran entrar en los Estados Unidos.
150
solicitan, o estar cansados de esperar por el sorteo. Otros, simplemente, señalan que la escogen
porque es la vía más rápida”.14
En el estudio se demuestra que en Cuba se realizan un conjunto de cambios a partir de
1995 que inciden directamente en el tema de la emigración. Estos elementos abarcan no sólo el
contexto interno, sino también aquellos que significan pautas relacionadas con el escenario
externo, en particular con la política migratoria de Cuba y hacia la emigración; la dinámica de la
emigración y la relación migratoria con el principal receptor de ésta. A partir de ellos se pueden
definir factores, cuya naturaleza objetiva y subjetiva, influye en el movimiento o traslado de
personas, como causas o consecuencias de estos. Factores de tipo económico, familiar,
psicosocial, político y jurídico, entre otros. Para el estudio de la emigración cubana en el siglo
XXI, es preciso abordar estos factores en toda su magnitud; relacionando los análisis macro y
micro sociales con énfasis en los aspectos de la decisión individual de los emigrantes y
desentrañar la dinámica propia de esta emigración.
1.2. La emigración al exterior del país desde Ciudad de La Habana
Como muestra el análisis de los epígrafes anteriores, la participación de la capital en el
movimiento de la migración al exterior ocupa un lugar primordial en las vías y formas de
emigración desde Cuba. Su dimensión cuantitativa, ha estado sobre dimensionada con respecto a
la proporción que representa en la población total del país. Lo mismo sucede con relación a las
formas de emigración, tanto legal hacia cualquier destino, como en las salidas ilegales del país
por vía marítima hacia los Estados Unidos. En el siguiente gráfico se observa que la población de
Ciudad de La Habana representa el 19,6% del total de Cuba al cierre de 2003,15 sin embargo, es
mucho mayor la proporción de emigrados por vías legales que en el momento de la salida
residían en la capital, pues fue casi la mitad (48,3%) del total de emigrantes del período 1995–
2003. En el caso de los que han utilizado la vía ilegal en ese mismo período, la proporción es
ligeramente inferior (17%) con respecto al aporte de la capital al total de la población, pero es
necesario señalar que este dato es temporal ya que excepcionalmente en estos años Villa Clara
pasa al primer lugar y Ciudad de La Habana al segundo, lo cual está condicionado por cuestiones
coyunturales entre las que se destaca el impacto de la firma de los Acuerdos Migratorios de 1995
14
Se refiere al estudio de una muestra de personas devueltas en el año 2001 (Aja, A.; C. Martín y M. Martín, 2006).
Cálculos realizados por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) en el 2004, a
partir de los datos aportados por el Censo de Cuba del 2002.
15
151
y otras medidas tomadas de carácter territorial. Tanto en las etapas precedentes (Colectivo de
autores, 1996) como a partir del 2005 (Aja, A.; C. Martín y M. Martín, 2006), la capital ocupa el
primer lugar en las salidas ilegales del país.
Comparación de la proporción de emigrantes por vías legales y los participantes en salidas
ilegales del país con la población censada, por provincias del país
60
50
40
30
20
10
0
R
P.
S
D
S
A NA
S
A
ÍN
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A
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J
C
I
.
A
I
M
C
C
U
G
PARTICIPANTES SIP
EMIGRANTES VIA LEGAL
CENSO
IO
Por categorías migratorias legales, en ese mismo período, la mayoría de los que emigraron
de Ciudad de La Habana (64,9%) utilizaron la salida definitiva; un 20% se considera emigrante
por negativa de regreso; un 12,5% tiene PRE; y un 2,5% realizó abandono de misión. Al
comparar estas proporciones con el total de los emigrantes del país en cada una de estas vías, se
observa que en cuanto al PRE la proporción de la capital es casi igual a la proporción nacional;
sin embargo la emigración definitiva es proporcionalmente menor en la capital, mientras que
aumentan la negativa de regreso y el abandono de misión. Si bien, la proporción de personas que
abandonan misiones es la menor de todas las vías para emigrar, del total de ellos, en su mayoría
residían en la capital, podría decirse que esto ocurre por la mayor presencia de organismos
nacionales en la capital de donde salen los dirigentes, funcionarios y especialistas que viajan en
funciones de trabajo al exterior y no regresan al país.
152
Clasificación migratoria por vía legal de Ciudad de La Habana y de Cuba
(1995 – 2003)
% del total % del total
CLASIFICACIÓN
de
de Cuba
C. Habana
Abandono de misión
2.5
1.7
Emigración definitiva
64.9
69.5
Negativa de regreso
20.1
16.3
PRE
12.5
12.4
TOTAL
100
100
Con respecto al total de los que salen por vía ilegal del país,16 la participación de los
residentes en Ciudad de La Habana se caracteriza por una menor presencia femenina (15,8%);
por ser mayoritariamente joven, sobre todo en la proporción de quienes tienen entre 15 y 34 años
(71%); el nivel de escolaridad predominante es secundaria básica (47,1%), es menor la
proporción con nivel medio superior y universitarios que en el total de los emigrantes por vía
ilegal en el país. La distribución ocupacional en la capital es, en términos generales, similar a la
del total de participantes en salidas ilegales del país donde predominan los desocupados (40,3%);
aunque es menor la proporción de amas de casa, estudiantes y trabajadores por cuenta propia; y
es mayor la proporción de obreros (26,3% respecto a 14,2%).
Entre 1995 y 2003, el análisis de la emigración por vía legal no marca diferencias en la
capital en cuanto a los diferentes niveles de escolaridad con respecto al total de emigrantes
legales del país. Lo contrario se observa en el comportamiento de los participantes por sexos.
Más de la mitad de los emigrantes de Ciudad de La Habana tienen nivel medio superior o
superior (53,6%), proporción similar a la del total de emigrantes del país (50,9%). En particular,
16
Los datos que aparecen a continuación son resultados obtenidos en la investigación de Aja, Martín y Martín
(2006).
153
alrededor del 12% son de nivel universitario tanto en la capital como en el total de emigrantes
legales del país.
Nivel escolar de los emigrantes por vía legal de Ciudad de La Habana y de Cuba
(1995 – 2003)
Nivel
Menor Prima Sec.
escolar en
ria
Pre-
Técn Univer
Sin
No
Total
Básica univers. ico sitario instrucc. Infor
Proporción
Med
de:
io
mó.
C. Habana 9,3%
13,6% 21,7% 32,0%
9,2% 12,4% 0,3%
1,5% 100%
8,8%
14,7% 22,9% 32,2%
6,6% 12,1% 0,4%
2.2% 100%
Cuba
La composición por sexo de los emigrantes legales de la capital se observa en el siguiente
gráfico, donde además se compara con respecto a los datos censales de la capital y del país. Si
bien en los datos del censo del 2002 se constata la presencia de un mayor número de mujeres que
de hombres en la Ciudad de La Habana, en la proporción de los que emigraron entre 1995 y 2003
se incrementa la desproporción a favor del predominio de la presencia femenina (54,1%) sobre la
masculina (45,9%), lo cual se asocia a la tendencia hacia la feminización en las migraciones
internacionales. Esto marca una diferencia con respecto a los datos censales del resto del país,
donde se equiparan los dos sexos, y sin embargo, la capital marca la pauta de la composición por
sexo en la emigración total de Cuba.
Comparación de la proporción por sexo de los emigrantes por vía legal con los datos
censales del país y Ciudad de La Habana
154
56
54
52
50
48
46
44
42
40
Em igrantes por via Em igrantes por via Población Censo
legal Cuba
legal C.Habana
C.Habana
Fem enino
Población Censo
Cuba
Masculino
En la población de Ciudad de La Habana, según estimados del CEMI, aproximadamente
el 60% posee familiares en el exterior y de ellos casi dos terceras partes mantienen relaciones. Un
aspecto de interés es que en un 70% los familiares emigraron hasta 1980 y no posteriormente; un
10% lo había hecho hasta el año 1989 y no después; y un 20% hasta 1995 (Martín, C. 2000).
Es necesario señalar que las personas que emigran desde este territorio no solo son
quienes han nacido en Ciudad de la Habana, sino también aquellos cuyas trayectorias migratorias
fueron iniciadas desde otras regiones del país. Internacionalmente, los ciclos de migración interna
y externa reportan que el patrón migratorio externo comienza con la migración interna hacia las
capitales para después emigrar al exterior del país, regularidad que también pudiera caracterizar a
Cuba, pero aún queda por estudiar.
En general, la presencia de Ciudad de La Habana en la emigración externa de Cuba tiene
un protagonismo dado por su condición de capital de país emisor en los flujos de migraciones
internacionales, característica común a otros países en desarrollo del mundo y, en particular,
desde nuestra región hacia los Estados Unidos. Esta realidad depende del comportamiento y la
correlación de fenómenos a escala mundial que condicionan las migraciones, así como las
particularidades sociopolíticas históricas y los determinantes internos actuales de Cuba.
El análisis del impacto de la emigración al exterior del país en el orden demográfico
requiere especial atención, a partir del actual escenario de bajas tasas de crecimiento poblacional,
el envejecimiento de la población y el mantenimiento de un potencial migratorio al exterior. “Los
escenarios de población proyectados con diferentes variantes de comportamiento de las variables
demográficas avizoran en todos los casos una situación
para el 2025 en la cuál todo el
crecimiento poblacional no alcanzará para compensar las disminuciones por natalidad ocurridas
en las décadas precedentes, así como aquellas asociadas a un saldo migratorio externo negativo
155
durante más de 4 décadas”17 . Resulta evidente el impacto que la emigración de la capital tiene
sobre este pronóstico de la población cubana, por tanto, las estrategias de enfrentamiento ante una
erosión poblacional producto de la emigración, ya sea temporal o definitiva, son de vital
importancia.
2. Evaluación de la connotación social de la emigración y el papel de la familia y las redes
sociales en el proceso migratorio externo de Ciudad de La Habana
2.1 Connotación social de la emigración en perspectiva histórica
A lo largo de todos esos años, el eje central de la representación social de emigrar, en torno al
cual gira el pensamiento cotidiano cubano, ha sido y es, en palabras coloquiales: “irse del país”
(los ejemplos textuales aparecen entre comillas). Eso significa, como algo obvio, que se trata de
la salida definitiva del país y hacia los Estados Unidos; en caso contrario, siempre se aclara
cualquier otro destino o vía de salida. Por tanto, es muy distinto cuando se habla en términos de
“ir o irse, va o se va” (Martín, C. 2004a).
Resultados de investigaciones aplicadas en Ciudad de La Habana (Martín, C. 2000 al
2006) demuestran la evolución de la connotación social de emigrar en una perspectiva psicosocial
histórica. Los contenidos de las representaciones sociales que dan cuenta de ello; así como la
relación de las situaciones de la vida cotidiana actual con la decisión de emigrar, evidencian los
términos en que las familias cubanas son emergentes de una tendencia a la naturalización del
fenómeno migratorio en la sociedad cubana actual.
La sociedad cubana recoge en su memoria histórica actual al menos tres etapas que se
subdividen en: 1959–1979; 1980–1989; 1990–1999;18 en su actualización posterior se mantienen
las referencias de los años noventa. La comparación de estas etapas se analiza en cuanto a:
características de quienes emigran; acción ideológica de emigrar; causas o razones por las que
17
Grupo de trabajo para el análisis y atención de las tendencias demográficas. Documento analítico: Propuesta de
medidas para atender la dinámica actual y recuperar ritmos de crecimiento poblacional más favorables. Ministerio de
Economía y Planificación. La Habana, 2007.
18
Esta división responde a la investigación realizada en Ciudad de La Habana (Martín, C. 2000), en función de las
posibilidades regulativas existentes para establecer relaciones con las familias emigradas y considera las diferentes
oleadas migratorias involucradas en cada una de ellas.
156
emigran; número de personas que desea emigrar; tenencia de familiares emigrados; y
valoraciones de rechazo/aceptación de las relaciones con ellos. Se estudiaron dos grupos de
personas residentes en Ciudad de La Habana, con y sin vínculos con el proceso migratorio, sobre
sus percepciones acerca de la emigración en el país en los momentos históricos descritos. En
general, las respuestas fueron consistentes entre ambos grupos con percepciones homogéneas al
respecto. La evidencia demuestra modificaciones de contenidos en el pensamiento cotidiano y,
por tanto, son cambios no sólo en las formas de hablar sobre el tema en las familias estudiadas,
sino también en la connotación social de la emigración.
Enfocando el análisis en el tercer momento y de contenidos aún vigentes de la
periodización referida, se corresponde con los años noventa, década que la memoria histórica
recoge como Período Especial.19 La representación social de emigrar se asocia a elementos
directamente relacionados con las alternativas de “solución” a las situaciones generadas por la
“crisis económica” que atraviesa el país. Esto significa un importante cambio de tendencia en los
contenidos centrales que estructuran la representación social de emigrar; en el pensamiento
cotidiano la dimensión clasista ha desaparecido y la dimensión político-ideológica se ha movido
para abrir el espacio a un espectro mucho más matizado por lo económico y lo familiar y por
tanto, menos politizado.
Paralelamente, desde finales de los '80 se desarrolla un proceso de flexibilización en las
regulaciones migratorias cubanas. Asociado a una nueva práctica en la política de los ‘90,
primero con más lentitud y luego de modo más vertiginoso, se constata cierta tendencia a una
connotación social diferente de la emigración en los documentos que recogen el discurso social,
la celebración de las Conferencias “La Nación y la Emigración” (1994, 1995, 2004) son
momentos que así lo expresan.
Hoy las condiciones no son las mismas y, en consecuencia, las percepciones cotidianas
con relación a la emigración tampoco son iguales. A diferencia de años precedentes, para los
entrevistados en la década de los noventa no existe una connotación negativa del acto de emigrar
en el nivel familiar y, más bien, se expresa como una “separación necesaria debido a la situación
socioeconómica del país, para la reunificación familiar” o incluso como “satisfacción, suerte,
oportunidad”.
19
Esta es una denominación que ha sido empleada cotidianamente a partir de la definición dada por la dirección
política de la Revolución.
157
Los entrevistados consideran que los cambios en la política migratoria giran en torno a
una valoración positiva ya que “posibilitan una mayor facilidad para emigrar y para la
comunicación con los emigrados”. Junto a esta tendencia, existen percepciones diferenciadas,
consideran que se “crean desigualdades en función de la tenencia de familiares emigrados y el
mantenimiento de relaciones con ellos”. Sin embargo, son desigualdades basadas en el “acceso
económico que posibilita una mejoría en las difíciles condiciones de vida familiar”. Se
comprueba que existe una valoración positiva acerca de tener un ingreso adicional y –entre
muchas otras vías– el “recibir una remesa en divisas ayuda a la satisfacción de necesidades”,
señalado como alternativa para sortear las dificultades cotidianas.
2.1 Emigrar como estrategia cotidiana en los años noventa
Un estudio realizado en Ciudad de La Habana demuestra que se perciben como estrategias más
utilizadas durante los años noventa, en el orden jerárquico en que fueron señaladas, las
siguientes: emigrar; trabajo con acceso a divisa; actos delictivos; negocios ilícitos; trabajo por
cuenta propia; prostitución; viajar al extranjero, ayuda económica del exterior; trabajos extras o
colaterales; y continuar trabajando en el sector tradicional. En particular, varias de esas múltiples
variantes se expresaron, en términos de un obrero, como: “vender, cambiar, tener un segundo
trabajo en lo que se supiera hacer, convertirse en cuentapropista, irse al turismo, negociar con
cosas no muy claras y hasta apelar a los familiares en el extranjero, cuando en ocasiones las
relaciones no existían, para que ayuden mandando algo o a irse del país”.
Para el 93% de los entrevistados la emigración constituye una estrategia de
enfrentamiento a la crisis en la vida cotidiana cubana actual, y al mismo tiempo consideran que
puede ser la más efectiva para resolver los problemas diarios. Esto sobre todo lo enfatizan
aquellas personas que desean emigrar. Por el contrario, es mucho menor la proporción de quienes
la consideran una estrategia bastante o muy problemática (16%). Relacionado con estas nuevas
estructuraciones en la subjetividad cotidiana, se constata que el fortalecimiento de una percepción
sobre la emigración como estrategia de enfrentamiento a la crisis se asocia a la idealización
acerca de las posibilidades reales e inmediatas de alcanzar soluciones a todos los problemas y
esto minimiza los riesgos y los costos que emigrar implica.
En otro estudio sobre las percepciones favorables y desfavorables de la vida cotidiana
producto de la crisis, se establece una estrecha vinculación con las causas para emigrar y sus
158
expectativas. Se aprecia, en la mayoría de las personas, cierta tendencia a una vinculación
estrecha entre las vivencias de una vida cotidiana hacia lo favorable y el no deseo de emigrar.
Cuando las percepciones de la cotidianidad son negativas, si bien aparecen asociadas con fuerza
al deseo de emigrar, también se argumenta el no hacerlo por la tercera parte de los entrevistados.
Emigrar es una de las alternativas posibles, pero no la única ni se produce por las mismas
causas. Entre las personas que perciben su vida cotidiana desfavorable y expresan diversas
razones para no emigrar, hay un espectro de causas donde esta presente la existencia de
sentimientos patrios. Por ejemplo, un entrevistado expresó que no emigraría “porque necesito de
las calles y el cielo de mi país; porque amo a mi país y no me concibo en otro; soy cubano y
quiero vivir aquí, tengo aspiraciones y esperanzas que quiero realizar aquí”. Además, se
explicitan sentimientos de amor a la Revolución, así como sentimientos de pertenencia nacional y
familiar; junto a razones de avanzada edad. Se destaca que la familia es también una importante
causa o razón para no emigrar porque, a pesar de las dificultades o precisamente por ellas, la
familia se fortalece durante la crisis como valor refugio mientras que la emigración implica la
separación familiar.
Es interesante reflexionar sobre la edad –la cual aparece en varios momentos a lo largo de
la investigación– pues se constata que la emigración es vista como un acto para jóvenes. Si bien
esto no era lo más frecuente para la emigración cubana posterior a 1959 y hasta fines de la década
de los setenta, se demuestra que ya en los '90 no sólo se constata cierta reducción en la edad de
los que salen del país sino que se configura en la subjetividad cotidiana la tendencia que existe en
Latinoamérica y el Caribe, del flujo migratorio como un fenómeno propio de la juventud.
Ante una vida cotidiana valorada de neutra a favorable, las razones para no emigrar
coinciden con los que evalúan lo cotidiano desfavorablemente, antes analizadas. Al mismo
tiempo, otros sujetos expresan estar indecisos porque, de prolongarse la crisis económica,
emigrarían “a pesar de que implica la separación y ruptura de la unidad familiar”, en ese caso
prefieren buscar alternativas de emigración temporales. Se constata que la familia es para unos y
otros, causa de emigración y razón para no hacerlo, decisión asociada a las percepciones sobre su
vida cotidiana.
Tal y como lo demuestra la investigación, ante la crisis iniciada en 1990, una de las
salidas de la población es la búsqueda de nuevos espacios geográficos donde poder solucionar las
difíciles situaciones de la vida cotidiana e incluso, hallar una nueva orientación y perspectiva de
futuro para su vida. “La decisión de emigrar es una elaboración racional, en la cual la unidad que
159
toma tal determinación es el individuo, pero no como actor aislado, sino con la intervención de
conjuntos de personas relacionadas, principalmente a nivel familiar, entre quienes existe la
distribución de roles, por lo que a determinado sujeto le puede tocar emigrar” (Martín, C. 2000).
De las personas que quieren emigrar, 82% refiere la situación económica desfavorable
como el principal factor que ha influido en la toma de esa decisión, mientras el 36% lo hace con
el objetivo de reunirse con sus familiares emigrados. Asimismo, el 11% considera que las
condiciones actuales del país no les permiten realizarse profesionalmente y desean emigrar
buscando nuevas perspectivas laborales.
Otro factor que incide se refiere a la movilidad laboral, debido al impacto que la
evolución de los procesos de trabajo ha ejercido sobre las migraciones externas en la pasada
década en Cuba. En el contexto de la crisis económica de los 90 la esfera laboral fue
particularmente afectada. La movilidad hacia otros empleos, en muchos casos por debajo de la
capacitación del trabajador, en búsqueda de mejores condiciones para la satisfacción de sus
necedades básicas, generó movimientos que traspasaron los límites territoriales, incluyendo la
migración externa.
2.3. Familia como protagonista del proceso migratorio
En un estudio realizado con familias de la capital, predominan los que tienen familiares en la
emigración (56%) y entre ellos, son más quienes desean emigrar (36%) que los que no quieren
irse (14%) o están indecisos (6%). La investigación demuestra que ellos consideran que tener
familiares emigrados y relacionarse con ellos es una ventaja en las condiciones actuales, pero no
una condición determinante para emigrar, pues hay una pequeña parte que no quiere irse del país
aún y teniendo familiares en el exterior. (Martín, C. 2000).
Los sujetos que tienen familiares, mayoritariamente se relacionan con ellos y consideran
que mantienen “buenas relaciones en todos los niveles, por teléfono, envían ayuda económica y,
cuando se puede, ellos se ofrecen para reclamar a los que dejaron atrás”. Para quienes consideran
que las relaciones son esporádicas o nulas, plantean que, “por supuesto, no se reciben esos tipos
de ayuda, ni propuestas de reclamaciones de salida”.
Las personas que quieren emigrar consideran en su mayoría, que su familia acepta dicha
decisión refiriendo que: “allá podrán encontrar un futuro mejor, perspectivas de mejorar su
situación y podrán incluso ayudar económicamente a los que se quedan”. No obstante, muchos
señalan que no dejan de reconocer las consecuencias negativas como “la separación de la familia
160
y el sufrimiento” que ello acarrea. En el caso de los que la familia rechaza su decisión refieren el
costo psicológico que la emigración implica, mientras que otra parte refiere que es porque la
familia condena la emigración y la considera como un acto en contra de la Revolución.
Estos resultados de investigación demuestran que la familia como sujeto del proceso
migratorio se extiende al integrar como miembros, al grupo o individuo que se traslada, a quienes
permanecen en el país de origen y a los que residen en las sociedades receptoras. En función del
sentimiento de pertenencia asignado a esos miembros dentro de la identidad familiar es que se
conforma este grupo humano.
En cuanto al papel asignado a la familia emigrada, es de ayudar a su familia en Cuba, y se
expresa como un deber, una obligación sobreentendida en tanto se concibe a la familia como
valor y se justifica pautado por nuestra idiosincrasia. Los entrevistados señalan que en ocasiones,
la ayuda aparece hiperbolizada por los que viven en la Isla, lo cual se asocia a la sobre dimensión
que adquiere la función económica familiar en momentos de crisis; “se exige la ayuda sin tener
en cuenta las posibilidades reales del familiar emigrado” y se considera una “despreocupación de
su parte el no cumplir con este deber familiar”. Esta situación es fuente de tensiones y conflictos,
los cuales se asocian a los ‘deberes y derechos’ asignados a las familias cubanas emigradas en el
pensamiento cotidiano actualmente. (Martín, C. 2000, 2006a).
El ejercicio de las funciones familiares en el país de origen se rearticula y se ejecuta a
través de las redes de parentesco en el proceso migratorio (Martín, C. y N. González, 1996). En
ellas se destacan tres funciones principales: atracción de nuevos migrantes (reclamación,
financian la salida legal e ilegal, consiguen trabajos, becas, etc.); ayuda en la adaptación a la
sociedad receptora y en el apoyo a los que quedan en el país de origen (por ejemplo alojarlos al
llegar y el posterior envío de remesas); y la conexión con el país de origen (relacionada con la
identidad cultural en el ámbito familiar).
En este caso, lo importante a destacar es que la base de la conexión del emigrado con su
país de origen descansa, precisamente, en la relación familiar, la cual se puede extender ínter
vinculada con redes laborales, profesionales, culturales, religiosas, de amistades, vecinales y
comunitarias. En términos de redes sociales, también existen las redes migratorias
transfamiliares.20
20
Martín, C. y Y. Felipe, 2006. Integran las relaciones de parentesco, pero las trascienden cuando redefinen otros
miembros de la red según los sentimientos de pertenencia como si fueran de la familia: quién es tu hermano, tú
vecino más cercano. Esas prácticas cotidianas matizan contenidos de identidad familiar en otros ámbitos territoriales.
161
Los impactos psicosociales que la emigración produce sobre la familia son múltiples. Se
expresan tanto en sus funciones como en su estructura, cohesión y dinámica. Trae aparejados
efectos diferenciados sobre la familia en Cuba, en la infancia cuando uno o ambos padres
emigran, en los ancianos que cuidaron a sus hijos y esperaban que los acompañaran en su vejez, y
en particular, afecta a las personas que tienen un compromiso sociopolítico y cuyos hijos emigran
siendo jóvenes o adultos. (Escalante, Y. 1997; Pérez, G. 1998; Martín, C. 2000 al 2006; León, L.
2006; Delgado, Y. 2007).
3. Principales características de la emigración de profesionales a partir de los años noventa
El análisis de los efectos de la migración internacional abarca el reconocimiento de la pérdida
real de capital humano por la fuga de cerebros y en general de recursos humanos para el país de
origen, al margen de teorizaciones e intentos de aplicación de políticas en busca de obtener
alguna ganancia supuestamente en términos de transferencia de conocimientos y el posible
retorno de “nacionales calificados”.21
La globalización económica y la integración no sólo suponen una mayor libertad de
circulación de bienes y capitales, sino también de servicios y de trabajadores. La inexorable
realidad de un mundo cada vez más interdependiente e interconectado, implica que la migración
de personas con altos niveles de calificación constituya un aspecto de crucial importancia, con
impactos diferentes para los países que aportan y para los que reciben a estos migrantes. Este
fenómeno contribuye al aumento de las brechas con los países desarrollados; en los países
emisores afecta
la formación de la masa crítica de profesionales y puede tener impactos
regresivos sobre la distribución del ingreso.
El actual escenario internacional estimula la circulación y el intercambio de recursos
humanos calificados, y obliga a pensar en políticas activas con los emigrados. El problema no se
soluciona con la aplicación de teorías tales como la “recirculación de cerebros” o la transferencia
21
Se refiere a los programas de retorno y reintegración de nacionales calificados que auspicia la Organización
Internacional de Migraciones, OIM, que intenta estimular el desarrollo económico y social del país de acogida por
los profesionales que retornan.
162
de conocimientos a los países que aportan este capital humano. Su análisis está abierto al debate
internacional y nacional, en correspondencia con las estrategias y tácticas para enfrentarlo como
parte del complejo proceso de las causas y consecuencias de la migración internacional.
La migración de profesionales constituye un acentuado movimiento trasnacional de
personas con calificación superior especializada, que tienen un nivel educativo terciario o
universitario, hacia nuevos espacios de vida.22 Frecuentemente se identifican en los países de
mayor desarrollo económico y tecnológico, siendo también los Estados Unidos el principal
receptor del talento de todo el mundo.
Aunque no resulta nuevo dentro del proceso migratorio, su tratamiento ha tenido desigual
importancia en las agendas de los gobiernos y organizaciones. Su actual relevancia se debe al
extraordinario valor que adquiere el conocimiento como insumo básico para el desarrollo y para
enfrentar la competitividad que caracteriza las relaciones entre las naciones en la
contemporaneidad.
Tiene fuertes condicionantes que lo estimulan, lo que determina su complejidad e
incremento. Por ejemplo, en los países industrializados los migrantes profesionales logran
obtener ingresos 20 ó 30 veces superiores a los que ganarían en sus países de origen,23 al tiempo
que, por la llamada transición demográfica que viven los países desarrollados, existen programas
para la atracción de profesionales y científicos de los estados en desarrollo.
En el caso cubano se añade una especificidad: las políticas de atracción desbordan la
simple estimulación a que emigren, como ocurre para el resto del mundo, para convertirse en una
lucha por hacer fracasar el proyecto social que se desarrolla en nuestro país. Esta intencionalidad
parte del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos, lo cual condiciona y complejiza aún
más su expresión y posibilidades de tratamiento.
Los profesionales cubanos, como el resto de la población, fueron impactados por las
dificultades económicas y los efectos colaterales de las medidas de ajuste del Período Especial.
Una condición que ha influido en la estructuración del proyecto migratorio para los profesionales
es el desfasaje entre el retorno económico o ingresos percibidos por el ejercicio de la profesión y
la posibilidad de satisfacer las necesidades reales individuales y familiares. En contraste
22
Se denomina “Espacios de Vida” a la porción del espacio en que el individuo realiza todas sus actividades, que
pueden incluir diferentes tipos de desplazamientos y de residencias. Hay una emigración cuando tiene lugar un
traslado del "espacio de vida". Citado por Pellegrino, A. y J. Martínez (2001) P.13
23
CMMI, (2005): Las migraciones en un mundo interdependiente: nuevas orientaciones para actuar. Suiza,
Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales, SRO–Kundig.
163
actividades no calificadas generan ingresos superiores a la actividad calificada. En algunos
profesionales esta situación ha originado la llamada emigración temática, esto es, el abandono de
la profesión hacia otras actividades menos calificadas, pero con mayor retorno económico. Este
tipo de migración se conoce como “despilfarro de cerebros”, con frecuencia precede a la
territorial, nacional e internacional.
En los estudios sobre la emigración calificada en el mundo y que confirman nuestros
resultados (Pellegrino y Martínez, 2001; Casaña, A. 2002), se destaca el importante papel que
ejercen los factores asociados a la persona, que tienen que ver con sus necesidades como
profesional, entre ellos son los más señalados las condiciones de trabajo y la infraestructura
disponible, el acceso al instrumental, a materiales e información, el respeto social generado por el
conocimiento y la consideración hacia las tareas de tipo creativo que su trabajo conlleva.
A los profesionales de todas las regiones del mundo les es inherente establecer fuertes
vínculos y compartir información entre homólogos de otros países. Tales procesos
probablemente tienen un efecto subjetivo que se expresa en cierta desterritorialización de las
identidades nacionales porque para los profesionales puede llegar a ser muy fuerte el sentimiento
de pertenencia a su profesión, con independencia o además de su identidad nacional, por la
relevancia que adquiere esta condición como identidad.
Como consecuencia de la globalización de los medios de comunicación, existe un mayor
acceso a la información. Ello ha generado un acercamiento en valores, aspiraciones y
expectativas de estilos de vida que incluyen las condiciones de trabajo, así como las pautas de
consumo propios de las sociedades desarrolladas. De esta realidad no están exentos los
profesionales cubanos.
Resultados de investigaciones (Casaña, A. 2002) han confirmado el importante papel que
juega la visualización o no del logro de las expectativas en el país de origen. La no
correspondencia entre expectativas y realidades crea insatisfacciones que propician decisiones
migratorias, sobre todo si se visualiza el alcance del proyecto personal de desarrollo fuera del
país de origen. En particular, para determinados individuos que superponen el logro de intereses
personales a intereses sociales, la emigración se constituye en un camino para alcanzar las metas
individuales y obtener las condiciones de vida deseadas.
La decisión de emigrar debe atravesar el compromiso con el país que los ha formado en
cualquier lugar, más aún en Cuba cuando es gratuita la formación hasta el más alto nivel de
especialización disponible en el país. En la sociedad cubana hay mecanismos socializadores que
164
se debilitan en los años noventa (Domínguez, Mª I., 2002). En tal sentido, el debilitamiento de los
dispositivos de socialización pueden hacer menos traumático para un profesional la estructuraron
de su proyecto migratorio, a partir de que se superponen intereses personales a los sociales en las
jerarquías de las metas individuales.
Los profesionales cubanos que han emigrado entre el 1995 y el 2003 constituyen el 12%
del total de emigrados en ese período (Casaña, A. 2004). Cifra inferior a la que exhiben muchos
países caribeños,24 pero que representa una pérdida para el país no sólo económica, por la
inversión en
su formación, sino la imposibilidad de utilizar sus capacidades en el futuro
desarrollo, incluyendo la formación de las nuevas generaciones. Su valoración no debe ser sólo
de carácter cuantitativa ya que la emigración de un sólo profesional puede retrasar el desarrollo
de un área de investigación por algún tiempo.
Una comparación con la cantidad de profesionales con que cuenta el país, de acuerdo a los
datos del censo resultaría imprecisa, toda vez que este último capta a los profesionales junto a los
técnicos en una misma categoría. Sin embargo, si consideramos que la
fuerza de trabajo
calificada, incluyendo a los técnicos, representa el 7% del total de la población cubana25,
proporcionalmente, la relación de los profesionales que han emigrado entre 1995-2003 con
respecto al total de los emigrados en el mismo período resulta más alta, que como ya vimos es de
un 12%.
El comportamiento de la emigración calificada por sexos, arroja un ligero predominio de
los hombres con respecto a las mujeres. La pequeña diferencia a favor de los hombres adquiere
cierta significación si tenemos en cuenta que en Cuba el 66 % de la fuerza de trabajo calificada es
femenina.
Por categorías migratorias,26 se constata que la mayor parte de los profesionales emigró de
manera definitiva, la negativa de regreso al país asciende al 21,1%, un 13% obtuvo el PRE y el
abandono de misión constituye el 7,7%. Tanto la negativa de regreso como el abandono de
24
La emigración calificada en la región del Caribe muestra que el perfil de la zona es heterogéneo y varía bastante
en función de los países de origen, y de recepción. La fuga de cerebros en el Caribe insular es la más alta del mundo
y gran parte de los emigrantes caribeños posee un nivel educacional más elevado que el promedio de la población de
sus países de origen. Las variaciones que se aprecian a su interior van desde un 22% de profesionales que emigran,
con respecto al total de emigrados en el caso de República Dominicana, a un 46% en el caso de Trinidad y Tobago.
Sin embargo otros países exhiben índices muchos mas altos como los guyaneses con un 77%, o Jamaica y Trinidad y
Tobago que muestran índices igualmente superiores al 50% (Carrington & Detragiache, 1998).
25
Cuba en cifras 2002 Oficina Nacional de Estadísticas. p.53
26
Análisis general de las categorías en el acápite sobre las vías de salida según las regulaciones migratorias cubanas.
165
misión constituyen vías de salida indirectas, las que sumadas son la segunda en importancia
cuantitativa, de las utilizadas por los profesionales para emigrar.
Casi la mitad concentra a los que tenían la residencia al momento de emigrar en Ciudad de La
Hababa (49,2%). Los principales países de destino son Estados Unidos con el 28,8%, México con
el 15,5% y España con el 11,6% y en una proporción mucho menor se encuentra Venezuela con
el 3,7%.
La mayor parte de los profesionales que emigraron son blancos (58,1%); son mulatos un
3,9% y negros 1,9%. Existe un 36,1% no informado, suponemos que se corresponde con los que
abandonaron la misión o no regresaron, donde este tipo de información no se capta en los
documentos cuando se trata de salidas oficiales del país. Estos datos guardan relación con la
población total que emigró en el período analizado y con la composición del color de la piel de la
población cubana.
Los organismos o sectores de donde procedían las mayores magnitudes de emigrantes, en
el momento en que salieron del país, fueron Salud con el 20,2% y Educación con 11%, lo cual se
corresponde con organismos que agrupan más cantidad de profesionales del país. Le siguen:
Poder Popular con el 4,7%; Educación Superior con el 3,4%; Turismo y Cultura, con el 3,1% y
3% respectivamente. Las profesiones más declaradas fueron: ingenieros con 13,3%; médicos con
10,6%; y maestro-profesor con 10,3%. En este comportamiento es posible realizar un análisis
semejante al de los organismos, ya que estas profesiones son de las más representadas en el país y
en el caso de los ingenieros probablemente coincide con que sean informáticos. Otros organismos
y profesiones no aportan cifras relevantes. Estos perfiles coinciden con ser los más demandados a
nivel internacional y hacia ellos se articulan las principales políticas de atracción de los países
desarrollados.
El estudio cualitativo que exploró las motivaciones para emigrar, desde la perspectiva de
los propios actores se realizó con dos grupos de jóvenes profesionales de Cuidad de La Habana
(Estévez, N. 2001, Casaña, A. 2002). Uno de ellos, con los que deseaban emigrar y el otro que no
tenía elaborado la intención de irse del país. Los contenidos motivaciones y su jerarquía en los
proyectos de vida de los jóvenes de ambos grupos, de manera general coinciden. Las distinciones
se observan sobre todo en el orden de prioridad de sus motivos y en uno propio para cada grupo.
Un análisis de interés se relaciona con el modo en que se aborda y enfrenta el tema,
comúnmente llamado robo de cerebros. Las formas en que los diferentes países han enfrentado la
emigración de profesionales se relacionan con las regulaciones migratorias vigentes en los países
166
emisores. Transitan desde las políticas restrictivas para proteger el patrimonio intelectual que ha
formado y el retorno físico al país de origen basado en estímulos materiales y profesionales para
recuperarlos, hasta las diferentes formas de revinculación a proyectos locales, donde lo que
retorna es el conocimiento a través de redes y estancias temporales de profesionales en su país de
origen.
Dadas las condiciones histórico concretas en que se ha desarrollado nuestro país y la
necesaria defensa de nuestros intereses frente a las amenazas y acciones para hacer fracasar el
proyecto social de la Revolución, el tema de la emigración de profesionales en el caso cubano se
ubica en la primera de ellas (Casaña, A. 2002), esencialmente, con políticas que tienden a
proteger la permanencia del profesional para que retribuya con su aporte al desarrollo desde el
país.
El tema del Robo de Cerebro se ubica en el ámbito internacional con vigencia y urgencia
porque “no puede llamarse ni medianamente humana una sociedad donde los seres humanos
sobren por millones y constituya una práctica el robo de cerebros de los países del Sur y se
perpetúa el poder económico y el disfrute de las nuevas tecnologías en unas pocas manos”
27
(Castro, F. 2007, p. 2), ensanchando cada vez la brecha que acrecientan las diferencias en los
niveles de vida y bienestar que separa a los que viven en una parte del mundo, la de mayor
desarrollo socio- económico, de la mayoría de los seres humanos, los que habitamos el resto del
planeta.
A modo de conclusiones con reflexiones sobre el futuro inmediato
Un balance de la emigración cubana a partir de los años ‘90 del siglo XX queda avalado por la
sistematización de los resultados de las investigaciones precedentes y, al mismo tiempo, es
susceptible de articularse con escenarios probables de la migración internacional. Se destacan
aspectos conclusivos que subrayan algunas reflexiones sobre las posibles tendencias de la
emigración cubana en los años 2006 al 2009,28 donde la Ciudad de La Habana ocupa un lugar
predominante.
La complejidad del proceso migratorio, impacta no sólo a los sujetos inmersos en él, sino
también al país receptor y al país de origen. Existe una estrecha relación entre etapas y
27
Castro, F. 2007.p.2 Reflexiones del Comandante en Jefe. El robo de cerebros. Periódico Granma Año 43/ No. 170.
18 de Julio del 2007.
28
Aja, A. (2006) “Cuba: país de emigración a inicios del siglo XXI”. Anuario CEMI 2006. Disponible en:
http://www.uh.cu/centros/cemi/Anuario/index.htm
167
coyunturas de la situación económica, política y social en el país y la mayor o menor presencia
del fenómeno de la emigración. Emigrar de la capital del país constituye una regularidad histórica
en el comportamiento de las migraciones internacionales y también en Cuba.
Los estratégicos cambios que se introducen en el panorama económico, político y social
de la sociedad cubana en los últimos años del primer lustro del siglo XXI, significan en particular
nuevas perspectivas de desarrollo macro y micro económico. No obstante, aún subsistirán
elementos estructurales disfuncionales, en muchos casos acumulados en estos mismos niveles,
que propician tomar la decisión de emigrar en determinados grupos de la población. Tales
elementos afectan diferenciadamente a regiones, provincias y municipios del territorio nacional.
La tendencia histórica a una sistemática movilidad de la población cubana se mantendrá.
A la luz del contexto de la migración interna y externa –y no obstante las regulaciones
introducidas a la migración interna– es esperable que continúe un flujo hacia la capital que luego
se convierte en migración internacional. Si bien esta regularidad internacional se mantiene en
Cuba, también están presentándose otras como la emigración directa desde diferentes territorios
del país sin pasar por la capital.
El monto total de la emigración que se registra desde Cuba entre 1995 y 2003 (que como ya
se analizó asciende a más de 280 000 emigrados por todas las vías posibles y que cerca del 50%
fue con destino a Estados Unidos), aún está muy por debajo del potencial migratorio externo
estimado en 1996 que oscila entre 490 000 y 733 000 personas. También es menor a los datos de
la última información que se tiene de población inscrita en el Programa Sorteo/Lotería de 1998, a
tenor de los Acuerdos Migratorios de 1995 entre Estados Unidos y Cuba, que fue de cerca de 900
000 personas. En consecuencia, continuará latente el potencial migratorio que intenta canalizar su
intención de salida del país. (Aja, A.2006)
Las cifras en que se exprese la emigración en los próximos años podrían mantenerse
similares a las registradas en el período anterior ya analizado, sobre todo considerando las
regulaciones migratorias vigentes y las posibilidades reales para la salida del país a través de las
diferentes vías de emigración conocidas hasta el momento. De todas formas, la imagen y
percepción nacional de Cuba como país de emigración se mantendrá.
No obstante, la dinámica migratoria externa continuará siendo de poca significación en el
contexto de los flujos de migración internacionales, incluso de la región latinoamericana y
caribeña. Aunque si se trata de los Estados Unidos como destino, la migración cubana seguirá
recibiendo un tratamiento diferenciado que los privilegia con respecto a los demás migrantes de
168
la región, en especial según vías y formas de emigración, así como en función de las cualidades
de los sujetos migrantes.
Se destaca el aumento de la emigración legal hacia diferentes regiones y países, aunque
los Estados Unidos se mantienen como principal receptor de esta emigración. Aparece la
tendencia de los cubanos a emigrar temporalmente, amparados por los cambios introducidos en la
legislación migratoria de Cuba (PRE, PVE, PVT).
El patrón de los países destino de la emigración cubana se continuará reproduciendo y se
mantendrá un proceso de diversificación, donde inciden las formas y vías de emigración desde la
isla, además de la restricciones o atracciones de los países receptores. De forma general y en
orden cuantitativo descendente, pueden situarse como destinos principales: Estados Unidos,
Europa, América del Sur, Centroamérica, Caribe y el resto del mundo.
El tema migratorio hacia los Estados Unidos, continuará siendo parte consustancial de la
seguridad de la nación cubana y de su Revolución, no sólo por el tema de la “salidas ilegales por
vía marítima” hacia ese país. Existen otros puntos sensibles como la forma selectiva con que se
otorgan los visados a los cubanos que quieren emigrar, las convocatorias al Programa de Sorteo y
las redes sociales establecidas entre la población de la isla y la asentada en territorio
estadounidense.
El doble rasero y selectividad en el tema de la política inmigratoria de los Estados Unidos
hacia Cuba, se mantendrá determinada por la beligerante y agresiva política de la actual
administración republicana. Por ejemplo, el estancamiento de las Conversaciones Migratorias
provocado por dicha política, el otorgamiento selectivo de los visados para emigrantes cubanos,
el manejo arbitrario del otorgamiento de visa para visitas temporales por asuntos familiares, de
intercambio cultural y social, no parecieran tener modificación en el contexto migratorio de los
dos países en los próximos años.
En las percepciones con relación a la emigración, se constata la existencia actual de una
connotación social en un momento de cambio de neutra a positiva, que se inserta como producto
de la crisis en la cotidianidad. Esto quiere decir, que aún no se ha reestructurado ni establecido
dicha percepción positiva de manera permanente, aunque tiende a ser cada vez más generalizada
y heterogénea. Lo que sí se puede afirmar es que se constata cierto grado de “naturalidad” con
que se asume el propio proceso migratorio en la vida cotidiana cubana actual, así como en la
percepción sobre los cambios que han ocurrido y que se ubican a partir de la década del ’90, con
expectativas de mayor dinamismo en su continuidad. Con independencia del deseo o no de
169
emigrar y a pesar del diferendo ideológico entre Cuba y Estados Unidos, se constata la tendencia
a la normalización en la dinámica de relaciones de los emigrados con Cuba y una apertura en los
límites para las relaciones con la familia emigrada. El desarrollo social actual implica
transformaciones dialécticas y contradictorias, donde cristaliza la necesaria normalización de las
relaciones interpersonales y familiares en la relación emigración y vida cotidiana.
En general, se redimensiona ese papel de la familia emigrada como un sistema de apoyo
económico y afectivo, donde las redes de parentesco ejercen sus funciones de ayuda por el envío
de recursos y de atracción por el reclamo migratorio de nuevos migrantes. Esta relación familiar
brinda un espacio de expresión paliativo de la subsistencia dentro o fuera del país, lo cual ubica la
emigración como una posible vía de solución a la crisis en la cotidianidad entre determinados
grupos de la población. Sin embargo, la estrategia de emigrar es percibida como válida, pero no
resulta automática, única o determinante; aún y cuando se asocia a la percepción de una vida
cotidiana desfavorable.
La perspectiva de emigración, fundamentalmente, aumentaría o disminuiría en relación
directa con la percepción de una vida cotidiana desfavorable o no, lo cual se argumenta por
múltiples razones. El análisis precedente indica que si bien existe un conjunto de factores que
promueven la emigración, lo importante es concordar en que ninguno la determina linealmente,
sino que ella resulta un proceso multicausal que en última instancia está determinado por el
propio sujeto.
Actualmente, la composición y motivaciones de los emigrantes cubanos se diferencian
respecto a otras oleadas ocurridas con anterioridad a 1990. Existe un mayor predominio de
elementos económicos, en combinación con factores de orden político,
y otros como la
reunificación familiar y las posibilidades de desarrollo del proyecto social de la Revolución.
Las motivaciones son estructuras lábiles y en constante desarrollo durante la vida. De tal
manera que lo que hoy no se satisface se constituye en prioridad, o por el contrario cuando se
siente que se alcanzan niveles adecuados de satisfacción, se estructuran nuevas jerarquías
motivacionales, por lo que el ordenamiento de las motivaciones puede cambiar en la medida que
éstas se satisfacen.
Condicionantes de importancia en la emigración son las cadenas y redes sociales
(familiares en particular) en el proceso migratorio externo. Se sigue ampliando su impacto en la
sociedad de origen y en las receptoras, por ser mecanismos de atracción de nuevos migrantes,
soporte en la ayuda económica y afectiva; y medios de conexión entre el país emisor y su
170
emigración. Estas redes se han potenciado y diversificado desde 1995 a la fecha, sobre todo a
partir de las características que aportan las nuevas migraciones, así como por la migración de
retorno temporal a través de las visitas de emigrados al país y el envío de remesas a sus familiares
en Cuba.
En cuanto a las formas y vías de emigración desde Cuba, la tendencia legal es la
predominante y persistirá como principal forma de salida del país. La emigración temporal
continuará siendo una tendencia creciente, y alternativa a la emigración definitiva, amparada en
los cambios introducidos en la legislación migratoria de Cuba. Sus principales destinos deben ser
Europa, América del Sur, Centroamérica y el Caribe.
Las salidas ilegales por vía marítima desde Cuba hacia Estados Unidos desde 1998
exhiben cifras en ascenso y nuevas formas y rutas para arribar a las costas de la Florida. Esta
opción continuará para grupos del potencial migratorio externo del país que no tienen en la
emigración legal una salida concreta o una perspectiva temporal específica para satisfacer sus
aspiraciones de emigrar. En especial, incide la permanencia de la Ley de Ajuste Cubano, la
aplicación de la política de “pies secos, pies mojados” y el tráfico de personas organizado desde
territorio norteamericano.
La tendencia de los últimos años de utilizar la “ruta del sur” con el propósito final de
arribar a territorio estadounidense, podría seguir manifestándose, en un contexto donde se
mantenga por los Estados Unidos el nivel de devoluciones a Cuba de las personas interceptadas
en el mar y no sea posible llegar a acuerdos con el resto de los principales países involucrados. La
disminución de las salidas ilegales dependerá además de las posibles acciones estratégicas y
tácticas que se realicen y de los factores económicos, sociales y coyunturales que inciden en los
territorios donde residen sus protagonistas y donde mayor presencia tiene esta forma de emigrar
en el país.
El tráfico de personas, aunque su modalidad principal sea a través de las salidas ilegales
por vía marítima, podría recurrir a otras variantes presentes en los flujos internacionales
relacionadas con la emigración legal. En particular, las salidas temporales pueden ser objeto de
contrabando humano, donde sus protagonistas sean sectores jóvenes del potencial migratorio, en
particular las mujeres.
La utilización de terceros países como puentes para llegar a los Estados Unidos,
continuará presente, tanto en la emigración legal como en la indocumentada. Se fundamenta en
las cadenas migratorias existentes, las redes sociales establecidas, las relaciones migratorias con
171
estos países y las ventajas comparativas que puedan existir con respecto a Cuba. En ese caso,
Centroamérica, Caribe y Europa pueden ser destinos de prioridad.
Dada la magnitud de la colaboración internacional que protagoniza Cuba, el tema del
“abandono de misiones” podría estar presente en el contexto de los flujos de emigración del país.
Las cifras se mantendrán en la manifestación de ese fenómeno como hasta el momento, dado el
tratamiento político y migratorio establecido para estos casos. No obstante, al aumentar la
participación en las misiones puede proporcionalmente incrementarse las probabilidades de
utilización de esta vía.
La emigración de retorno muestra una tendencia creciente. Hoy sólo puede tomar la forma
de visitas temporales al país, acorde a las normas migratorias vigentes, salvo casos excepcionales
que aumentan ante las solicitudes de regreso definitivo de parte de la emigración cubana asentada
en el exterior. Su aumento o disminución dependerá de las posibilidades económicas, laborales,
redes de parentesco de sus protagonistas y el estatus migratorio del migrante, con respecto tanto a
Cuba como en los países donde se encuentren. Su presencia evidencia un posible comportamiento
similar a otros casos en el mundo, de modificarse para la mayoría de la emigración cubana las
condicionantes que impiden el retorno definitivo.
La emigración de retorno temporal a través de las visitas al país de cubanos residentes en
Estados Unidos y Puerto Rico, continuará afectada por las restricciones a los viajes introducidos
por la actual administración norteamericana. No se vislumbra para la etapa un cambio en esta
política. La utilización de vías alternativas podría continuar
afectándose por la situación
económica internacional, en especial el alza del precio del combustible y su impacto en los costos
de los boletos aéreos. El uso de las licencias religiosas, es una alternativa posible en las
condiciones actuales y continuará basada en la existencia de redes sociales que propician su
proliferación en ambos países, pese a los controles establecidos en los Estados Unidos.
La problemática del retorno toma las características de la migración cíclica y contempla
los procesos de inadaptación a la sociedad receptora. Las solicitudes de regreso definitivo al país
podrían continuar aumentando en los próximos años, originadas desde grupos sociales de
emigrados cubanos asentados en diferentes países, con predominio en la tercera edad y en
aquellos que han emigrado desde la década del 90´ en adelante.
En cuanto a las características sociodemográficas de los protagonistas, se puede esperar
que se mantengan las tendencias descritas a partir de los cambios producidos en el perfil en los
años noventa. Continuará siendo una migración joven, en edad económicamente activa y no debe
172
descartarse la presencia potencial de niños acompañando a sus padres en la emigración legal
definitiva, en tanto según la legislación cubana vigente, no pueden hacerlo como emigrantes
temporales. Se fortalecerá el proceso de feminización de la emigración cubana, lo cual es de
especial relevancia en el contexto de la baja natalidad y el envejecimiento de la población en el
país. Continuará siendo una emigración predominantemente blanca y de niveles escolares que se
corresponden con las proporciones de todo el país.
La migración de profesionales evidencia que se pierde fuerza de trabajo al asentarse fuera
de las fronteras nacionales, proceso que no se encuentra dirigido, ni es aprovechado en función
del país. Así, la apropiación social de parte del valor que genera la fuerza de trabajo que emigra
de Cuba, queda limitada al movimiento de remesas y a los impuestos que se le aplican de
variadas formas a una parte importante de sus protagonistas.
Por territorios, la región occidental del país seguirá aportando los mayores índices de
migrantes en todas las categorías de emigración. Fuera de esta área se destacan los casos de las
provincias de Villa Clara y Camagüey. El orden por provincias podría continuar siendo
encabezada por Ciudad de La Habana, seguida de Villa Clara, Habana, Pinar del Río, Camagüey
y Matanzas. Al interior de las formas y vías de emigración deben continuar las diferencias
territoriales, por una parte, predomina la emigración temporal que proviene de Ciudad de La
Habana y, en el caso del resto del país, de los municipios cabeceras de provincia, y por otra parte,
las salidas ilegales continuarán ubicadas en los municipios costeros del occidente y centro de la
Isla. Se puede esperar un incremento de la emigración directa desde territorios del país sin pasar
por la capital, sobre todo ubicada en los lugares destino del turismo internacional en Cuba y
asociadas a los permiso de residencia en el exterior por matrimonio y a los viajes de visitas
temporales que luego no retornan al país.
Por último y no menos importante, está el contexto en que se desarrollan la política
migratoria cubana y el tratamiento dado a su emigración en los diferentes países de asentamiento.
En Cuba, la Política Migratoria como hacia la Emigración sigue un proceso de flexibilización y
adecuación posibles, a tono con la característica de país de emigración y la realidad política
nacional e internacional en que se desenvuelve Cuba. En ambas políticas continuarán
presentándose un grupo importante de retos para Cuba que abarcan el orden nacional, social,
jurídico y cultural en torno al tema de la emigración29. No todos ni al interior de cada uno podrán
29
Aja, A. (2002) Tendencias y Retos de Cuba ante el tema de la Emigración. Fondos CEMI-UH.
173
ser abordados en los próximos años. No obstante, es posible que continúen tomándose medidas al
respecto, las que se inscriben en el proceso de flexibilización de las regulaciones migratorias y en
las estrategias de normalización de relaciones con la emigración cubana.
Las lecturas y miradas del proceso migratorio cubano han sido focalizadas en el territorio
de Ciudad de La Habana. Como fenómeno social complejo y multicausal la migración de la
capital se distingue por ser protagonista de la dinámica del ciclo migratorio interno y externo del
país; la recepción de migrantes de otras provincias no sólo termina en las fronteras de esta ciudad
sino que se estructura como escalón de la migración externa. Por otra parte, en la capital se
evidencia con mayor fuerza las migraciones circulares, temporales y el retorno, además de la
salida definitiva del país. En correspondencia con ello las desigualdades sociales se hacen más
visibles y se estructuran aspiraciones y expectativas cuya satisfacción trasciende los límites de la
frontera nacional. En la vida cotidiana la emigración se legitima como una de las alternativas
viables de los proyectos de vida personales y familiares, sin que sea vista como algo
necesariamente opuesto a los intereses de la sociedad en general. Los ejes del entorno en los que
se dibuja la emigración de la capital hace que la diversidad sea elemento integrador de su
identidad territorial.
Es importante entonces, desarrollar investigaciones aplicadas que permitan caracterizar
elementos de la identidad territorial que se relacionan con diferentes expresiones de las
migraciones internacionales que se expresan en la capital. Entre ellas, las vías de salida y entrada
al país, migraciones definitiva y temporales, las visitas de familiares emigrados, el impacto de las
remesas,
el sentido de lugar que porta el emigrado como sentimiento de pertenencia a la
identidad territorial, las incidencias familiares y comunitarias de las estancias de cubanos en el
exterior por actividades de cooperación internacional. Todos estos, entre otros aspectos, requieren
ser ubicados en sus contextos socio-económicos, políticos y culturales, con lo cual se convierten
en nuestros nuevos retos como investigadores sociales comprometidos con el desarrollo del país.
174
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