303 CONSULTA vendedor cancelando así el comprador su obli­ gación por saldo de precio. El art. 1466 del Código Civil nos lo está explicitando al estable­ cer sin más: La paga desde el momento en que se verifica, extingue la obligación principal... . No existe el requisito ad-solemnitatem, escritura pública, que esté condicionando el modo extintivo para hacerlo eficaz, ni para probarlo. Por tanto para esto último bastará el modo escrito sin más. No obstante, la certificación notarial de firmas, de existir, aventará dudas en cuanto a la autenticidad de las mismas, facilitando así el tráfico documental. En el caso que nos ocupa, en el recibo final, queda claramente expuesta la voluntad de la parte vendedora de explicitar la total satisfac­ ción de su crédito y lo expresa en una forma muy elocuente y gráfica utilizando un término que no es de uso en nuestro medio aunque sí en Argen­ tina: desobligando a los compradores y por si quedaren dudas agrega: en forma total. En consecuencia, con la carta de pago últi­ ma, otorgada en la ciudad de Buenos Aires y con sus firmas certificadas notarialmente, efectivizado que sea el procedimiento de legalización (Colegio de Escribanos - Consulado Uruguayo en Buenos Aires Ministerio de Relaciones Exte­ riores), entendemos debidamente probada la extinción de la obligación por saldo de precio emergente de la escritura referenciada en la sección Hechos, del presente. Es de interés conocer la opinión al respecto de la Asociación de Escribanos del Uruguay, para dotar a la titulación de las mayores ga­ rantías en su futuro tráfico, por lo menos hasta el momento que por el transcurso del tiempo opere la prescripción. INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL Montevideo, 8 de setiembre de 1992. La Comisión de Derecho Civil, integrada por los Eses. Ana Aguirre, Wladimiro Hurvich, Ga­ briela Petroni, Juan Andrés Casaretto, Raúl Anido, Fernando Seré, Adriana Goldberg, Jac­ queline Pamas, Jorge Machado, Teresa Gnazzo, Arturo Caumont y Roque Molla comparte las consideraciones vertidas por el consultante en todos sus términos. Esc. Roque Molla Coordinador Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. N9 25.586 de 14 de setiembre de 1992. 3.1.14. COMPRAVENTA. CESIÓN DE DERECHOS HEREDITARIOS. NATURALEZA JURÍDICA. En el caso, en realidad se trata de una compraventa de cuota parte indivisa sobre un bien determinado, en estado de indivisión sucesoria; y no de una cesión de derechos hereditarios como se membretó el contrato o del contenido de algunas cláusulas del mismo. CONSULTA El día 18 de mayo de 1974, el señor H. Da S.A. cedió los derechos hereditarios que le co­ rrespondían en la sucesión de C.A. Da S., en favor de su hermana I. Da S.A., escritura que autorizó en P. de T. la Escribana M.A.S.C. Al vender el inmueble ubicado en la ... Sección Judicial de T., padrón N2 ... (al que se hace referencia en la cesión de derechos here­ ditarios), el Escribano actuante solicita a I.Da O.A. que acredite los derechos que invoca, pre­ sentando la primera copia de la escritura a la |ue hace referencia (de cesión de derechos he­ reditarios) ya que de los certificados de los Re­ gistros Públicos no surge inscripción alguna. I. Da S. se pone en reiteradas oportunidades en contacto con la Escribana actuante en aquella oportunidad, quien mediante evasivas conti­ nuas, siempre evitó que la solicitante pudiera acceder a la documentación requerida. La señorita I.B., apoderada de I. Da S. solicita mi intervención, a los efectos de lograr el documento, poniéndome en contacto con la Es­ cribana S. a quien luego de varios intentos fa- 304 REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992 llidos y desencuentros, logro explicarle telefóni­ camente que necesito el documento para acredi­ tar los derechos que mi cliente pretende hacer valer, ya que el señor H. Da S. (en esa fecha cedente) hoy pretende cobrar el precio que le corresponde como propietario del bien objeto de la compraventa, desconociendo los documentos firmados anteriormente. Al concurrir al escritorio de la Escribana S., la hija de ésta me entrega un documento, pri­ mera copia de una escritura de cesión de dere­ chos, manifestando que su madre había dejado dicho que yo me encargara de la inscripción correspondiente. Al estudiar el documento, y consulta previa con otros colegas de mayor trayectoria que la mía, entendí que el documento no tiene el valor jurídico que las partes pretenden darle, ya que no fue redactado felizmente, no fue inscripto correctamente en los Registros pertinentes, y mi cliente hoy se encuentra desprotegido. Opinión de la consultante: En mi entender estoy frente a una situación de hecho que supera la situación de derecho, por lo que solicito vuestro asesoramiento a los efec­ tos de tomar una conducta que solucione el problema, indicándome, si es posible, qué tipos de responsabilidades existen, y si debo tomar algún camino para que quien hoy se siente perjudicada (I. Da S.) vea reconocido su derecho, ya que no fue por omisión propia, debido a que buscó asesoramiento notarial en tiempo y forma. INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL Parte Primera Relación de hechos 1.-E118 de mayo de 1974 el señor H. Da S.A. cedió los derechos hereditarios que le correspon­ dían en la sucesión de C.A. Da S., siendo cesionaría su hermana I. Da S.A., escritura que autorizó en P. de T. la Escribana M.A.S.C. 2.- La mencionada escritura membretada "Cesión de derechos" indica en su cláusula se­ gunda que el cedente "cede ... los derechos he­ reditarios que le corresponden en la referida sucesión limitada, a la cuota hereditaria, una octava parte, en el inmueble ubicado en la ... Sección Judicial de T., zona urbana (sigue des­ cripción y deslinde)". 3.- Luego, en la cláusula tercera se expresa: "El precio de esta compraventa es la suma de cien mil pesos moneda nacional que la cesionaria entrega al cedente en este acto y en efectivo, por lo que éste le otorga carta de pago total del precio" En la cláusula cuarta se indica: "En señal de tradición el cedente entrega en este acto a la cesionaria los documentos que sirven de títulos a los derechos cedidos, quedando en consecuencia colocada en su propio lugar, grado y prelación con respecto a los derechos cedidos" La cláusula quinta alude a que las partes nada tienen que reclamarse por los derechos cedidos, y en la sexta se indica: "El cedente se obliga a responder de su calidad de heredero" 4.- Se acompaña el duplicado de la declara­ ción y liquidación del impuesto y tributos vigen­ te (1974) donde al acto gravado se lo designa "Cesión de derechos", pero se liquida la octava parte del terreno y construcciones descripto, en la cláusula segunda (Parágrafo N2 2). 5.- Los precedentes Parágrafos Ns 2 a 4 resultan del documento adjunto. En la relación de hechos, la consultante indica que al proyec­ tarse la venta del indicado inmueble, el Escriba­ no actuante solicita a I. Da S.A que acredite los derechos que invoca, mediante la exhibición de la primera copia de la escritura a la que hace referencia (la de cesión de derechos heredita­ rios) ya que de los certificados de los Registros Públicos no resulta inscripción alguna. 6.- La nombraba (cesionaria-compradora) I. Da S.A. se pone en reiteradas oportunidades en contacto con la Escribana actuante referida an­ tes (Parágrafo Nfi 1), la que, mediante evasivas continuas, siempre evitó que la solicitante pu­ diera acceder a la documentación referida. 7.- La señora I.B., apoderada de I. Da S.A., solicita la intervención de la consultante a los efectos de lograr el documento. Esta se puso en contacto con la Escribana S., a quien luego de varios intentos fallidos y desencuentros, logró explicarle telefónicamente que necesita el docu­ mento para acreditar los derechos que su cliente pretende hacer valer, ya que el señor H. Da SA (en 1974 cedente) hoy pretende cobrar el precio 305 CONSULTA que le corresponde como propietario del bien objeto de la compraventa, desconociendo los documentos firmados anteriormente. 8.- Al concurrir la consultante al escritorio de la Escribana S., la hija de ésta le entrega un documento, la copia simple firmada por la Escri­ bana S. de la escritura relacionada en el Pará­ grafo N2 1 y la indicada hija de la Escribana S. le manifiesta a la consultante que su madre había dejado dicho que ésta (la consultante) se encar­ gara de la inscripción correspondiente. 9.- Luego de estudiado el documento y con­ sulta previa con otros colegas de mayor trayecto­ ria que la consultante, entendió que el documen­ to no tiene el valor jurídico que las partes pre­ tenden darle, ya que no fue redactado felizmen­ te, no fue inscripto correctamente en los Regis­ tros pertinentes y su cliente hoy se encuentra desprotegida. 10.- La opinión de la consultante se resume así: "Es mi entender, que estoy frente a una situación de hecho que supera la situación de derecho, por lo que solicito vuestro asesoramiento a los efectos de tomar una conducta que solucione el problema, indicándome, si es posi­ ble, qué tipo de responsabilidades existen, y si debo tomar algún camino para que quien hoy se siente perjudicada (I. Da S.A.) vea reconocido su derecho, ya que no fue por omisión propia, debi­ do que buscó asesoramiento notarial en tiempo y forma". Parte Segunda Dictamen 11.- En la consulta transcripta en la Parte Primera, que antecede, resultan diversas cuestio­ nes, algunas de Derecho Civil, otras —que al parecer son las que de manera más apremiante preocupan a la consultante— tiene que ver con problemas asaz complejos de deontologia profesio­ nal que, en cualquier caso no corresponde expe­ dirse al suscrito y no son, siquiera de competencia de la Comisión de Derecho Civil. Si la consultante, eventualmente, quisiera formular una exposición de los hechos referidos ante las autoridades gre­ miales, son éstas las que deben pronunciarse. 12.- De igual manera, el dictaminante se ve precisado a formular una aclaración liminar: los dictámenes de esta Comisión son tánicos y no juicios morales. Por lo mismo, esta Comisión no da consejos sobre conductas profesionales relati­ vas —se insiste— en aspectos claramente deon­ tológicos, lo que no significa una prescindencia respecto a los aspectos planteados. Por lo mismo, la clase o tipo de responsabilidad que puedan resultar, así como el camino que la dienta deba tomar, en cuanto no resulten del plano jurídico escapan al quehacer de este dictamen y de la Comisión de Derecho Civil. 13.- A fin de ordenar la exposición de este tema, en lo que tiene que ver con la materia propia de esta Comisión, se lo divide en los siguientes Capítulos: I. Naturaleza jurídica del negocio cuestionado. II. Derechos que habría recibido la adquirente. III. Conclusiones. Capítulo I Naturaleza jurídica del negocio cuestionado 14.- Resolver la naturaleza jurídica de un negocio jurídico cualquiera, como el que es ob­ jeto de esta consulta, significa establecer la clase de figura négociai a la que pertenece. Ciertamente, en tal indagatoria, el intérprete debe manejar, no sólo la formulación dada por las partes o por el Escribano autorizante, sino, fundamentalmente, el contenido del plexo obligacional resultante y, luego de un minucioso análisis del mismo, establecer a qué negocio tipo, pueden ser varios, se puede incluir el objeto de estudio. 15.- En muchos dictámenes anteriores del suscrito, como de otros integrantes de esta Co­ misión de Derecho Civil, se ha incursionado con alguna profundidad en los aspectos vinculados a la interpretación, a la integración y a la cali­ ficación del negocio jurídico, así como al de su eventual posibilidad de conversión. A ese res­ pecto, y sin pretender excluir otros importantes aportes, cabe aludir el publicado en la Revista de la Asociación de Escríbanos del Uruguay, año 1986, tomo 72, págs. 146 y ss. 16.-La calificación de un negocio jurídico en tal o en cual categoría legal integra, en su más amplio sentido, el trabajo interpretativo. No resulta fácil, "prima facie", desentrañar la in­ tención de las partes, a la luz de las expresiones contenidas en el documento de referencia. Ciertamente, tanto del membrete, como de las principales cláusulas negociales, resultaría (Parágrafos N2 2 a 4) una "cesión de derechos hereditarios sobre una cuota parte del bien indi­ cado (1/8)". 306 17.- Sin embargo, no faltan elementos es­ criturarios que demuestren la inseguridad o vacilación de la clase o tipo de contrato que se celebra, como resulta de la cláusula segunda donde se expresa que "el precio de esta com­ praventa ...". Yesto nos enfrenta con la compleja cuestión de resolver sobre si, en casos como el de esta consulta, se está ante una cesión o, en realidad, ante una compraventa de cuota parte. Las conclusiones, en uno u otro sentido, tienen importantes diferencias. Las responsabilidades que reclama la consultante giran, en gran parte, en torno a esta respuesta. 18.- En cualquiera de ambas situaciones, es decir, consideremos que estamos frente a una propia cesión de derechos hereditarios sobre la cuota alícuota (un octavo) de un inmueble su­ cesorio determinado o estimemos que se está ante una simple compraventa de cuota parte (un octavo) de un inmueble sucesorio; para esta­ blecer su suerte final deberá, siempre, estarse al resultado de la partición, desde que es un ne­ gocio jurídico celebrado sin el consentimiento de los demás coherederos. 19.-De los antecedentes glosados no resulta si los herederos son dos o más. Al parecer, siendo un negocio entre hermanos, parecería que am­ bos son herederos. Igualmente pueden existir otros. De cualquier manera, siguiendo la opinión de universal recibo, el dictaminante estima que la cesión o la venta de una cuota alícuota en estado de indivisión es un contrato válido y eficaz, sin perjuicio de lo que se dirá a este último respecto. 20.- Se está ante una cesión o una venta de una cuota alícuota de un bien determinado, en el que hay un objeto lícito y posible y está en el comercio de los hombres y ninguna ley especial obsta a tal figura contractual (art. 1668 del Código Civil). Respecto a sus efectos, como se dijera (Parágrafo N9 18) deberá estarse a las resultancias de la partición que concrete el destino del bien inmueble cuya cuota parte se enajenó. 21.- Ciertamente, en el supuesto indicado en la parte final del Parágrafo anterior, esto es, cuando en el lote o hijuelas de los vendedores no cae el bien "determinado", cuya alícuota (un octavo) se enajenó, este bien va a caer, inelucta­ blemente, en el lote de otro coheredero (que podrá ser la misma adquirente), y si cae en el lote de otros coherederos no enajenantes es un caso de venta de cosa ajena, dado el efecto REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992 declarativo de la partición (art. 1151 del Có­ digo Civil) que es un negocio válido y eficaz, pero inoponible al verdadero dueño. Si cae en el lote de la compradora o cesionaria (hipotética­ mente) se está —por obra del mismo efecto declarativo de la partición— ante una compra de cosa propia que es nula (art. 1670 del Código Civil). 22.- Si bien es cierto que la venta de cosa ajena es válida y eficaz, respecto a los cele­ brantes, no ocurre lo mismo con la tradición hecha o llevada a cabo por el "non domino", de acuerdo al art. 769, num. 1, del Código Civil. En tal caso, si el bien no cae en el lote del enajenante la tradición no opera su efecto de trasladar el dominio desde que fue hecha o consentida por quien carece de legitimación para hacerlo: el propietario o titular del derecho que se trate. En tal caso, el comprador o cesionaria, frustrada adquirente, tendrá las acciones del caso contra el vendedor o cedente, también frustrado ena­ jenante, lo que se aludirá en el próximo Capítulo. Para un mayor desarrollo de esta interesante cuestión puede consultarse el dictamen conte­ nido en \aRevista de la Asociación de Escribanos del Uruguay, Tomo 73, año 1987, N2 1-6, págs. 131 y ss. 23.- Admitiendo que el tema puede ser controvertido, el dictaminante se inclina —no obstante las reiteradas expresiones vinculadas a la figura de la cesión de derechos heredita­ rios— a estimar que está ante un contrato de compraventa de cuota parte indivisa sobre un bien determinado en estado de indivisión suce­ soria. Capítulo n Derechos que habría recibido la adquirente 24.- Por cierto lo primero a destacar en la enajenación de la cuota parte indivisa sobre un bien determinado es que la relación del enaje­ nante y de la adquirente se gobiernan por las reglas generales. A ello se vincula —como se dijera (Parágrafo N2 18)— el resultado de la partición. Si en la sucesión (extremo que no resulta del material aportado) no existieran otros bienes, ya muebles, ya inmuebles, es cierto que, a los efectos prácticos deberá cesarse del estado de comunión jurídica, ya mediante una partición, propiamente tal, ya mediante otro negocio que pongan fin al estado de dominialidad compartida. 307 CONSULTA 25.- Admitiendo que el negocio jurídico enajenativo de fecha 18 de mayo de 1974 despliegue todos sus efectos, la compradora habría adqui­ rido un octavo indiviso sobre un bien determina­ do (padrón N9 ... de la ciudad de T.). Si el bien se enajena a título oneroso, el adquirente tiene derecho a un octavo del precio, siempre que no obste una eventual partición. 26.- Si se inscribe la primera copia de dicha escritura en la forma de estilo, el negocio enajenativo del año 1974 resulta oponible a los terceros. Ello puede, sin embargo, aparejar do­ lorosas sorpresas, por ejemplo, si el vendedor (nombrado cedente) estuviera embargado, a partir de la inscripción actual, esto es, si exis­ tiera vigente un embargo del enajenante, la posterior enajenación o inscripción de ésta es inoponible al acreedor embargante. 27.- En su relación de hechos (Parágrafo N9 9) se indica que: "el documento no tiene el valor jurídico que las partes pretenden darle". Pare­ cería que la consultante se refiere a la califica­ ción del negocio jurídico de que se trata, y lo que fue materia del Capítulo anterior. No se indica —en todo caso— a qué valor jurídico, concreto y específico, se refiere la expresión. En cuanto a la infelicidad de la redacción como a la falta de inscripción en el Registro o Registros pertinen­ tes, tampoco constituyen por sí mismos, ele­ mentos detonantes de una situación de absoluta desprotección jurídica. 28.- Si la situación se normalizara, esto es, se inscriba la venta de un octavo indiviso, la adquirente I. Da S. podrá hacer valer los dere­ chos que le corresponden de acuerdo a las reglas generales de la compraventa de cuota indivisa sobre un bien determinado. Y respecto a este punto, debe formularse una importante preci­ sión, relativa al saneamiento o garantía de evicción. 29.- En el caso consultado, el dictaminante estima que no corresponde hacer lugar a accio­ namiento alguno por evicción. En efecto, dado que la compradora de una cuota alícuota sobre un bien determinado en estado de indivisión sabía (o debía saber) que tal venta era inoponible al que, de acuerdo al resultado de la partición, quedara con la hijuela que contuviera del in­ mueble referido. La evicción funciona en el caso de perder todo o parte de la cosa, por sentencia judicial (art. 1697 del Código Civil). El art. 1701 derCódigo Civil dispone que, en este caso, nada Puede reclamar el comprador al vendedor "por 30.- El citado art. 1701 del Código Civil dispone: Si el comprador de cualquier modo conocía el peligro de la evicción antes del con­ trato, nada puede reclamar del vendedor por los efectos de la evicción que suceda, a no ser que ésta hubiera sido expresamente convenida. En otras palabras, la garantía o saneamiento de la evic­ ción, es una cláusula natural del contrato de compraventa en general, tal lo que resulta del art. 1698 del Código Civil al disponer: El ven­ dedor es obligado a sanear al comprador todas las evicciones que tengan una causa anterior a la venta, aunque nada se haya estipulado a ese respecto en el contrato. 31.-Pero, como esta garantía o saneamiento de la evicción no es de orden público, las partes (vendedora y compradora) pueden "por estipu­ laciones particulares hacer más extensiva la obligación de derecho o disminuir sus efectos; y hasta pueden convenir en que el vendedor no quedará obligado al saneamiento (art. 1699, inc. I9 del Código Civil). En cambio, cuando la com­ pradora conocía (como en el caso en estudio) de "cualquier modo" el peligro de la evicción, a no ser que, siempre en el campo de la autonomía de la voluntad hubieran pactado expresamente tal responsabilidad —lo que no sucedió—, no puede accionar por evicción, ya que va de suyo que la adquisición de un bien determinado en estado de indivisión lo somete a las eventuales alternati­ vas de la partición. 32.- En cuanto a la responsabilidad general, tanto del contrario como la que —eventual­ mente— correspondiera a la Escribana actuan­ te, se gobiernan por los principios generales que pueden ser, respecto al vendedor de naturaleza contractual (eventualmente aquiliana si hubie­ ra existido un concierto fraudulento en perjuicio de la compradora) y de tipo civil, por la relación profesional con la Escribana actuante, cuyos servicios fueron recabados y, de acuerdo a la consulta, no fueron cumplidos adecuadamente. Capítulo m Conclusiones 33.- De acuerdo a lo precedentemente de­ sarrollado y a lo solicitado en la consulta de competencia de esta Comisión de Derecho Civil, se concluye: I9.- Se está ante una verdadera compraventa-tradición de cuota parte indivisa sobre un bien determinado, cuya suerte final dependerá, en su caso, de la partición. 308 REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (7-12), 1992 2e.- No cabe, en principio, accionar, en su caso, por garantía o saneamiento por evicción de acuerdo a lo que resulta dicho. 39.- Las responsabilidades parecen ser de naturaleza contractual, aunque pudieran exis­ tir implicaciones más graves que determinen la existencia de culpa aquiliana o extracontractual. 49.- La defensa de los derechos que asistan a I. Da S., ante la imposibilidad de lograrlo en forma amistosa, corresponde hacerlo en vía ju­ risdiccional contenciosa. Esc. Enrique Arezo Píriz Informante Montevideo, Ia de setiembre de 1992. La Comisión de Derecho Civil, integrada por los Eses. Enrique Arezo, Raúl Anido, Jacqueline Parnás, Adriana Goldberg, Beatriz Di Rosario, Ana Aguirre, Roque Molla, Gabriela Petroni, Jorge Machado y Juan Andrés Casaretto, aprueban el informe que antecede. El Esc. Molla aprueba el referido informe más allá de la natu­ raleza jurídica del negocio motivo de la consulta por coincidir con el informante en que la situa­ ción se dilucida en la partición. Esc. Roque Molla Coordinador Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. N2 25.620 de 21 de setiembre de 1992, con las siguientes aclaraciones sugeridas por el Instituto de Investigación y Técnica No­ tarial: a) En el apartado Nfi 26, donde dice: "Si se inscribe la primera copia de dicha escritura en la forma de estilo, ..." debe entenderse que debe inscribirse en el Registro de Traslaciones de Dominio correspondiente al lugar en donde está ubicado el inmueble; b) en cuanto a la evicción a que se refiere en el apartado N9 29, el criterio del informante es compartido para el caso de que por efecto de la partición el bien fuera adjudicado a otro coindivisario. 3.7.15. PROMESA DE COMPRAVENTA. CESIÓN DE PROMESA DE COMPRAVENTA Se escritura un bien en virtud de compromiso inscripto y cesión. Esta última no se encuentra ni está inscripta, pero ella está reconocida en la escritura por declaración de los vendedores y la cesionaria. Correspondería hacer una declaratoria entre cedente y cesionaria reconociendo la cesión y dando carta de pago total. CONSULTA I) Fueron requeridos mis servicios para au­ torizar la compraventa del padrón Ns ... de la... Sección Judicial de M., actualmente hipotecado en garantía de un préstamo particular por U$S 3.850, previa cancelación, siendo el deudor persona distinta del propietario del bien. promitentes vendedores G.A.F. y otro, y promi­ tente comprador A.M.S., casado con M.S., según surge del certificado expedido por el Registro aludido. La compraventa fue otorgada por G.A.F.A. y G.N.A. (vendedores) con S.C.M.S., casada con H.R.M.C., separada judicialmente de bienes (compradora). II) Examinado el título, escritura autoriza­ da por la Escribana M.T. de P., el 22 de julio de 1985, encuentro que en la cláusula primera se expresa que la misma se otorga en cumplimiento de la promesa otorgada el 11 de enero de 1985, inscripta en el Registro General de Inhibiciones, Sección Promesas, con el N2 ... al F... del L9 ..., y posterior cesión del 4 de julio de 1985. No se encuentran agregadas a la titulación la pro­ mesa ni la cesión. De acuerdo con la información registrai, figura inscripta la promesa de com­ praventa, no así la cesión de la misma. Fueron III) A efectos de ubicar la cesión de promesa, supuestamente realizada en favor de la señora S.C.M.S., y que como quedó expresado, no fuera inscripta en el Registro correspondiente, llamé a la Escribana M.T. de P., quien me informó que se había firmado el documento en S.C. de O., pero que no podía determinar dónde se encontraba, ya que la documentación se retiró de su escft* torio. Al poner en su conocimiento que'no sé había inscripto dicha cesión, me contestó que podría tratarse de un error registrai.