ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO TRIBUNAL DE

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ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO
TRIBUNAL DE APELACIONES
REGION JUDICIAL DE SAN JUAN
RAFAEL E. SILVA ALMEYDA
Parte Demandante-Apelada
Núm. Caso TA: ______________
Vs.
Núm. Caso TPI: K ICD2000-2517
RAFAEL VENEGAS HERNÁNDEZ,
MARY DOE Y LA SOCIEDAD LEGAL DE
GANANCIALES COMPUESTA POR AMBOS;
GUILLERMO VENEGAS HERNANDEZ,
JENNY DOE Y LA SOCIEDAD LEGAL DE
GANANCIALES COMPUESTA POR AMBOS;
MARIA DEL CARMEN VENEGAS HERNANDEZ,
JOHN DOE Y LA SOCIEDAD LEGAL DE
GANANCIALES COMPUESTA POR AMBOS;
YERAMAR VENEGAS HERNANDEZ, MAX DOE
Y LA SOCIEDAD LEGAL DE GANANCIALES
COMPUESTA POR AMBOS
Parte Demandada - Apelante
Tribunal de Primera Instancia
Sala de San Juan, Salón 901
ALEGATO DE LA PARTE DEMANDADA - APELANTE
AL TRIBUNAL DE APELACIONES:
I.
COMPARECENCIA
Comparece la Parte Demandada – Apelante, RAFAEL VENEGAS HERNANDEZ Y
OTROS (en adelante denominados indistintamente como “Venegas Hernández”),
representados por la abogada que suscribe y muy respetuosamente, ante este Tribunal de
Apelaciones, EXPONE, ALEGA Y SOLICITA:
II.
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA DEL TRIBUNAL DE APELACIONES
El Tribunal de Apelaciones tiene jurisdicción y competencia para entender el
presente recurso de Apelación, en virtud de la Ley de la Judicatura del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico de 2003, Ley Número 21 de 22 de agosto de 2003, Artículos 4.002
y 4.006(a); y por el Reglamento de Tribunal de Apelaciones, de 21 de julio de 2004.
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III.
SENTENCIA CUYA REVISIÓN SE SOLICITA
Se solicita la revisión de la Sentencia dictada en el caso civil número K ICD2000-
2517, por el Tribunal de Primera Instancia, Sala de San Juan el 22 de febrero de 2008, la
que fue notificada a las partes y archivada en autos el 25 de febrero de 2008.
IV.
RELACIÓN DE HECHOS
1.
Los Venegas Hernández suscribieron un acuerdo transaccional con la viuda de
Guillermo Venegas Lloveras, Lucy Chávez Butler, sobre la forma y manera de partir la
herencia testada y adjudicada por éste. En particular, acordaron que la música y literatura
de Guillermo Venegas Lloveras se adjudicarían a los Venegas Hernández. Véase Minutas
de reuniones celebradas entre los Venegas Hernández y la viuda, Apéndice 16.
2.
Los Venegas Hernández fueron demandados por la propia viuda ignorando lo
pactado. La viuda presentó Demanda sobre Sentencia Declaratoria en el caso Lucy Chávez
Butler v. Rafael Venegas Hernández y otros, Civil número C AC1997-0421, seguido en el
Tribunal de Primera Instancia, Sala de Arecibo. Apéndice 6.
3.
Para defenderse de la demanda, los Venegas Hernández contrataron los
servicios legales del demandante en autos, Lic. Rafael E. Silva Almeyda (Silva Almeyda).
Dicha contratación se formalizó mediante “Contrato de Servicios Profesionales” firmado el
28 de febrero de 1998. Apéndice 7.
4.
Silva Almeyda representaría los intereses de los Venegas Hernández para la
división y adjudicación de la herencia y por violación de los derechos patrimoniales de
autor, ya que la viuda estaba haciendo negocios con los composiciones, canciones y música
en contravención de los acuerdos que había llegado con los Venegas Hernández.
5.
Lucy Chávez Butler cedió todos los derechos de la música a la Asociación de
Compositores y Editores de Música Latinoamericana (ACEMLA) y a Latin American Music,
Co., Inc. (LAMCO), primero mediante contrato privado antes de presentar su Demanda
contra los Venegas Hernández y luego, mediante la Escritura pública número 324 de Cesión
de Participación de Derechos, otorgada en San Juan, Puerto Rico, el 9 de agosto de 1999,
ante el Notario Carlos Alberto Oliver Rivera. Apéndices 11 y 12. La viuda continuó en
posesión de todos los bienes del caudal hereditario y devengando dinero producto de la
música.
3
6.
Ante esta situación y durante la vigencia del contrato de servicios legales, los
Venegas Hernández continuamente reclamaban a Silva Almeyda que detuviera las acciones
de la viuda y de ACEMLA, que pidiera algún remedio al Tribunal, pero Silva Almeyda no
hizo nada.
7.
Mientras se dilucidaba el caso en Arecibo, ACEMLA hizo conferencia de
prensa, salieron artículos de periódico donde ACEMLA estableció que era titular de la
música.
8.
Silva Almeyda era de la teoría incorrecta de que había que esperar que el
Tribunal decidiera a quién pertenecía la música para luego actuar contra ACEMLA y la
albacea testamentaria. Esto a pesar de la existencia de un acuerdo firmado por la viuda y
que mucha de la música de Guillermo Venegas Lloveras no podía ser un bien ganancial
bajo ningún concepto, por haber sido compuesta previo al matrimonio entre Lucy Chávez y
el compositor.
9.
Los Venegas Hernández, insistentemente a través de reuniones, correos
electrónicos, cartas, llamadas telefónicas, informaban a su abogado y les exigían que
actuara para paralizar el uso de la música por parte de Lucy Chávez y ACEMLA.
10.
Silva Almeyda renunció a la representación legal de los Venegas Hernández el
27 de septiembre de 1999. Luego de una representación de aproximadamente 20 meses.
Apéndice 8.
11.
El 2 de noviembre de 1999, Silva Almeyda envió una factura por los servicios
profesionales rendidos desde el 24 de octubre de 1997. Apéndice 9.
12.
El 4 de octubre de 1999, el Tribunal de Instancia dictó Resolución en el caso
de Arecibo, CAC1997-0421, por la que declaró que “La obra musical de Guillermo Venegas
Lloveras es privativa y su derecho recae en sus derechohabientes”. Apéndice 10.
13.
Durante el transcurso de su relación abogado-cliente, los Venegas Hernández
se comunicaron por escrito con Silva Almeyda para informarse sobre el status del caso e
inclusive le recordaban los asuntos pendientes o por resolverse.
14.
Luego de enviada la Factura de servicios, Silva Almeyda cursó
comunicaciones hostiles y perturbadoras a los Venegas Hernández, utilizando un
vocabulario no apropiado en una reclamación de honorarios, lo que es altamente
reprochable bajo los Cánones de ética profesional. Apéndice 13.
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15.
El 4 de agosto de 2000, Silva Almeyda presentó la Demanda de autos en
Cobro de Dinero contra los Venegas Hernández. Apéndice 2.
16.
Los Venegas Hernández a su vez, presentaron Reconvención (contenida en su
Contestación Enmendada a la Demanda) por impericia profesional de Silva Almeyda.
Apéndices 3 y 4. Puesto que el contrato de servicios profesionales genera obligaciones
bilaterales, altamente reguladas por los Cánones de ética profesional, los Venegas
Hernández cuestionan en su Reconvención el incumplimiento de Silva Almeyda con las
diligencias que debía desplegar sobre todo el caso de herencia en que fueron demandados
y especialmente la obra musical heredada por los Venegas Hernández.
17.
El Lic. Silva Almeyda se opuso a la Reconvención presentada por los Venegas
Hernández, el Tribunal sentenciador accedió a la oposición; por lo que los Venegas
Hernández acudieron en Revisión al Tribunal de Apelaciones, quien dictó Sentencia
admitiendo la consideración de la Reconvención presentada. Véase, Sentencia del caso
KLAN200500584, ordenando al Tribunal de Instancia considerar la Reconvención. La
Sentencia del Tribunal Apelativo fue dictada el 23 de agosto de 2006 y notificada el 29 de
agosto de 2006. Apéndice 5.
18.
Cuando Silva Almeyda fue relevado de la representación legal de los Venegas
Hernández en el caso de Arecibo, el caso no había finalizado, y hoy día las gestiones y
encomiendas para las que fue contratado no se han realizado ni completado. Los Venegas
Hernández no han tomado posesión de la música ni de los bienes relictos.
V.
ERRORES COMETIDOS POR EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA
PRIMER ERROR
ERRÓ EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA AL DECLARAR SIN
LUGAR LA RECONVENCIÓN Y EVADIR ENTRAR A EVALUAR CADA
ALEGACIÓN DE LA RECONVENCIÓN DE ACUERDO A LA PRUEBA
PRESENTADA.
SEGUNDO ERROR
ERRÓ EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA AL INTERPRETAR EL
CONTRATO DE SERVICIOS PROFESIONALES Y CONCLUIR QUE LOS
HONORARIOS DEL LIC. SILVA ALMEYDA ESTÁN VENCIDOS Y SON
EXIGIBLES.
VI.
DISCUSIÓN DE LOS ERRORES SEÑALADOS
Una copia certificada de la totalidad del expediente del caso sobre Sentencia
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Declaratoria seguido en el Tribunal de Arecibo, Civil Número CAC1997-0421, fue
presentado ante el Tribunal de Primera Instancia, Sala de San Juan en el caso de autos.
Debido a lo voluminoso de dicho expediente no pudo ser incluido como apéndice de este
escrito, por lo que se solicita se ordene sea elevado al Tribunal de Apelaciones para que
sea considerado al atender este recurso.
PRIMER ERROR
ERRÓ EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA AL DECLARAR SIN
LUGAR LA RECONVENCIÓN Y EVADIR ENTRAR A EVALUAR CADA
ALEGACIÓN DE LA RECONVENCIÓN DE ACUERDO A LA PRUEBA
PRESENTADA.
El Tribunal de Primera Instancia concluyó en la Sentencia dictada que los Venegas
Hernández no lograron probar ninguna de las alegaciones contenidas en la Reconvención
presentada contra el Lic. Silva Almeyda. Sin embargo, el Tribunal sentenciador no entra a
dilucidar las razones por las que al día de hoy, aun se está litigando la partición de
herencia para la que fue contratado el Lic. Silva Almeyda. Véase, párrafo 31, página 15 de
la Sentencia dictada, donde el Tribunal reconoce que no se ha partido el caudal
hereditario. Los Venegas Hernández sostienen que, ante la Reconvención presentada, es
el Lic. Silva Almeyda quien debe justificar y validar sus actos y omisiones a la hora de
tramitar el caso para el que fue contratado.
La Reconvención presentada por los Venegas Hernández encuentra su fundamento
principalmente en los Cánones de Ética Profesional que rigen a los abogados, tanto en su
desempeño profesional, como personal y moral; así como en las normas procesales y
sustantivas que rigen el Derecho sucesoral.
El Lic. Silva Almeyda y los Venegas Hernández suscribieron un Contrato de Servicios
Profesionales – Representación Legal el 28 de febrero de 1998, Apéndice 7. La parte 3.1
del Contrato, sobre el servicio a prestarse establece:
La SEGUNDA PARTE se compromete a prestar a la PRIMERA
PARTE representación legal extrajudicialmente o en el tribunal
Superior de Puerto Rico o en el tribunal Federal de Distrito para el
Distrito de Puerto Rico, con respecto a una reclamación de daños y
perjuicios y Solicitud de Sentencia Declaratoria contra la Sra. Lucy
Chávez Butler (viuda del padre de estos, el compositor Guillermo
Venegas), por motivo de la liquidación y repartición de los bienes
del ya fallecido Guillermo Venegas, y en específico, la distribución
entre los herederos de los derechos sobre la música de éste.
Los Venegas Hernández sostienen que Silva Almeyda incumplió el contrato de
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servicios profesionales e incurrió en violación a los Cánones de Ética Profesional al no
desplegar la diligencia debida, al no defender sus intereses con la debida pericia y al
convertirse en un hostigador y perseguidor.
El Canon 18 Ética Profesional dispone en lo pertinente que:
Es deber del abogado defender los intereses del cliente
diligentemente, desplegando en cada caso su más profundo saber y
habilidad y actuando en aquella forma que la profesión jurídica en
general estima adecuada y responsable.
Los Venegas Hernández, a través de su representación legal tenían necesariamente
que detener el traspaso de la titularidad de la música en el pleito donde fueron
representados por el Lic. Silva Almeyda para evitar daños mayores, como lo son
multiplicidad de pleitos, pérdida de composiciones, partituras, reclamaciones sobre
titularidad y pérdida de ingresos por regalías pagadas a terceros, cuando los verdaderos
dueños son ellos, desde que extrajudicialmente lo acordaron con la viuda. Véase minutas
de las reuniones celebradas entre los Venegas Hernández y Lucy Chávez, donde ambas
partes acuerdan adjudicar la obra musical a los hijos del causante, Apéndice 16.
El expediente oficial certificado del caso Lucy Chávez Butler vs. Rafael Venegas y
otros, Civil Número CAC1997-0421, seguido en el Tribunal de Primera Instancia, Sala de
Arecibo, fue introducido como evidencia durante el juicio del caso de autos. De dicho
expediente se desprende que el caso fue llevado negligentemente. Un ejemplo básico de
la negligencia del Lic. Silva Almeyda al llevar el caso de herencia es que no es hasta ahora
en el caso que se sigue de partición de herencia en el Tribunal de Carolina, cuando se
resuelve que una presunta heredera mencionada en el Testamento del causante, fue
adoptada legalmente, por lo que no forma parte de la sucesión. Ese asunto debió ser
resuelto con mayor urgencia en el caso de Arecibo. Véase, Minuta del caso de Carolina,
Apéndice 15; Testamento Abierto otorgado por Guillermo Venegas Lloveras, Apéndice 17.
La alegada falta de comunicación y conflictos con los clientes fue debido a que el
abogado no respondió a las muchas solicitudes de sus clientes para buscar algún remedio
o intentar detener los incidentes que se estaban desarrollando mientras él los
representaba.
A pesar de que los Venegas Hernández y la viuda, Lucy Chávez habían suscrito un
acuerdo que estableció que la música le pertenecía a los hijos del causante, ésta los
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demandó alegando que los Venegas Hernández estaban obstaculizando el poder hacer
negocios con la música. Desde los inicios de la relación abogado-cliente, el Lic. Silva
Almeyda tenía conocimiento de que por acuerdo de las partes, la música era de los
Venegas Hernández. Véase, Apéndices 11 y 12, Contrato entre Luz Chaves Butler (sic)
Vda. de Venegas y ACEMLA el 16 de octubre 1996, y Escritura pública número 324 de
Cesión de Participación de Derechos, otorgada en San contrato Juan, Puerto Rico, el 9 de
agosto de 1999, ante el Notario Carlos Alberto Oliver Rivera. En este contrato la viuda se
enuncia a sí misma como legítima heredera del compositor y cede a ACEMLA el universo de
la obra musical. Más tarde, durante el pleito de Arecibo, la viuda y ACEMLA elevan ese
contrato privado a escritura pública. Ante esta apropiación o robo de la música que
pertenece a los Venegas Hernández, el Lic. Silva Almeyda no actuó ni notificó al Tribunal,
aunque se le había informado de las intenciones de Lucy Chávez de elevar el acuerdo
privado con ACEMLA a escritura publica, como lo hizo.
Cuando se presenta una demanda contra José A. Lacomba, éste no contesta y el
Lic. Silva Almeyda no procedió a solicitar anotación de rebeldía. Luego presenta una
Demanda de Terceros contra Lucy Chávez, José A. Lacomba y ACEMLA de PR, Inc., sin
conocimiento, consentimiento, autorización y sin discutir con los Venegas Hernández el
deseo de radicar tal demanda y el foro donde se presentaba. Véase, Demanda de Tercero,
Apéndice 19. El Lic. Silva Almeyda fue contratado como experto en derechos de autor y
así se anuncia él, sin embargo, la materia de la demanda presentada era de jurisdicción
exclusiva del Tribunal Federal, como lo determinó el Tribunal. Además, el Lic. Silva
Almeyda no incluyó en la Demanda los elementos de Incumplimiento de Contrato incurrido
por Chávez y la Interferencia Torticera de ACEMLA y otros, algo que no es hasta el año
2008 cuando los Venegas Hernández lo presentan al Tribunal en el caso Sucn. de
Guillermo Venegas Lloveras v. ACEMLA y otros, K PE2007-4409, sobre Incumplimiento de
Contrato, Interferencia Torticera, Daños y Perjuicios, Injunction Permanente, seguido en el
Tribunal de Primera Instancia, Sala de San Juan.
Recientemente, en el caso de Carolina sobre Partición de Herencia, se aclaró la
disposición testamentaria a favor de una hija biológica del causante (Ana Bericochea).
Hubo que conseguir su certificado de nacimiento para determinar que fue adoptada
legalmente, por lo que el Registro de la Propiedad podrá tener claro quiénes son los
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verdaderos herederos. Refiérase a Apéndices 15 y 17.
La viuda fue nombrada albacea testamentaria y no se le solicitó carta testamentaria,
nunca rindió cuentas, nunca hizo inventario de bienes, y estos son procesos básicos
cuando se lleva un caso de herencia.
Ante la teoría de la viuda, de que la música de Guillermo Venegas Lloveras era un
bien ganancial sobre el que ella tenía derechos, el Tribunal solicitó un Memorando de
Derecho para adjudicar la controversia, sin embargo, el Lic. Silva Almeyda no lo presentó
en el término ordenado, por lo que el Tribunal resolvió la controversia sin atender la
postura de los Venegas Hernández.
Los Venegas Hernández fueron condescendientes a la vez que enérgicos en sus
reclamos, los que por dejadez y falta de conocimiento en los procesos sucesorales el Lic.
Silva Almeyda no actuó con prontitud. Si se hubiera detenido la actuación de la viuda de
vender toda la música mediante la Escritura Pública, los Venegas Hernández no estuvieran
hoy día en pleitos reclamando regalías, demandando a productores y casas disqueras.
Mientras el caso de herencia se veía en el Tribunal de Arecibo, la música de
Guillermo Venegas Lloveras se registraba en el Copyright Office en Washington, DC, bajo
la titularidad de ACEMLA, con pleno conocimiento e inacción de Silva Almeyda, mientras
sus clientes le requerían que solicitara un Interdicto al Tribunal. Al día de hoy, la música
continúa registrada a nombre de ACEMLA.
Si bien es cierto que, un abogado tiene discreción para manejar su caso y la
estrategia a utilizar, también es cierto que estas estrategias no pueden ir en contra del
debido proceso de ley, ni en contra de la voluntad y los mejores intereses de sus clientes.
Mediante su testimonio vertido en la vista en su fondo, Silva Almeyda aceptó que lo único
y a lo que dio énfasis al manejar el caso fue al asunto de la música. Si a eso fue a lo único
que le dio importancia, es forzoso concluir que cometió impericia profesional. Al día de
hoy, no se sabe cuántas canciones, cuántas partituras fueron vendidas, licenciadas y peor
aun, destruidas. En este caso, los Venegas Hernández sienten gran consternación por
haberse perdido o retenido por la viuda pinturas, materiales, partituras y grabaciones; un
patrimonio que no solamente les pertenecía a ellos, sino al pueblo de Puerto Rico.
Una vez el Lic. Silva Almeyda renunció a la representación legal de los Venegas
Hernández, éstos reconocieron la existencia de la deuda. Lo primero que le solicitan a su
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próxima representación legal, Lic. Benicio Sánchez, fue que cobrara las costas y los
honorarios de abogado mediante Memorando de Costas. Este fue radicado tardíamente,
por lo que no progresó y ahí es que comienza la persecución intransigente del Lic. Silva
Almeyda a los Venegas Hernández. Con el fin de intimidar a la nueva representación legal
de los Venegas Hernández, el Lic. Silva Almeyda demandó al Lic. Benicio Sánchez en daños
y perjuicios por alegadamente haberle causado daños y no poder cobrar sus honorarios,
KDP2001-1999, que fue desestimado y el Tribunal impuso a Silva Almeyda honorarios por
temeridad. Véase, Sentencia dictada en el caso Rafael Silva Almeyda v. Benicio Sánchez,
CDP 2002-0022, sobre Daños y Perjuicios. Apéndice 18.
Los Venegas Hernández se han sentido perseguidos con dos demandas por
difamación, radicada contra Rafael Venegas Hernández; una exigencia de un pago --a
manera de extorsión-- de $60,000.00, con la amenaza de que si no se paga y si no se
retira una querella de ética ante el Tribunal Supremo, radicaría una demanda de
interferencia torticera; hasta que finalmente el Lic. Silva Almeyda radica la tercera
demanda alegando que Rafael Venegas Hernández llamó a la WIPR para hablar del Lic.
Silva Almeyda. Para los Venegas Hernández, estas actuaciones de quien fue su abogado,
su representante legal, rayan en lo que constituye violación a las normas de ética
profesional y abuso del Derecho.
Advierta este Tribunal que tanto la demanda de
difamación, así como la demanda de interferencia contractual y persecución maliciosa
presentada por el Lic. Silva Almeyda contra Rafael Venegas Hernández fueron declaradas
sin lugar por el Tribunal de Primera Instancia, Sala de San Juan.
Se probó en el juicio por parte de Venegas Hernández que el Lic. Silva Almeyda
renunció no por falta de comunicación con sus clientes ni conflictos con ellos. El Lic. Silva
Almeyda se cansó del caso, el cual requería muchas horas de trabajo, y para poder detener
toda la ilegalidad que ocurría dentro del pleito debía pedir órdenes protectoras al Tribunal
para que no se continuara licenciando la música por la viuda y su Agente, ACEMLA. Sus
clientes estaban angustiados cuando aun discutiéndose y dilucidándose en el Tribunal la
titularidad de la música, el Banco Popular pagaba a la viuda a través de ACEMLA, por el uso
de la música.
El contrato de servicios profesionales fue preparado por Silva Almeyda, éste sabía
que los Venegas Hernández no tenían solvencia económica para pagarle, por eso, a
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petición de los clientes, hizo una cláusula para permitir el pago al finalizar el caso y con
garantía de pago al recibirse las regalías de un disco de Charlie Zaa. De la carta cursada
por Silva Almeyda a los Venegas Hernández notificándole su renuncia, es evidente que
Silva Almeyda sabía que el caso no había concluido. Véase, Apéndice 14, Carta de 29 de
septiembre de 1999. La dejadez del Lic. Silva Almeyda fue tal que, a pesar de que el
contrato que él redactó y firmó con sus clientes tenía una cláusula garantizando su pago
con las regalías del disco grabado por Charlie Zaa, éste no descargó su responsabilidad
profesional adecuadamente y ayudó a sus clientes a cobrar esas regalías. Hoy día, el
cobro de esas regalías es otro pleito que pudo haberse evitado. Al día de hoy, solamente
una fracción de esas regalías se han podido cobrar y eso se debe directamente a que el
Lic. Silva Almeyda nunca solicitó un Interdicto para que las regalías se depositaran en
Tribunal y a pesar de las regalías eran por el uso de canciones que Guillermo Venegas
Lloveras compuso mucho antes de su matrimonio con la viuda, por lo que a todas luces, la
viuda no las podía reclamar como bienes gananciales.
Dispone el Canon 25 de Ética Profesional que:
Las controversias con los clientes con respecto a la
compensación deben evitarse por el abogado en todo lo que sea
compatible con el respeto a sí mismo y con el derecho que tenga a
recibir una compensación razonable por los servicios prestados.
Solamente deben establecerse demandas para evitar injusticias,
imposiciones o fraudes.
El Lic. Silva Almeyda acorraló a sus clientes con el caso de cobro de dinero,
apelaciones al Tribunal de Apelaciones, al Tribunal Supremo, luego demandas a su
abogado, dos demandas de difamación y continuó con otro por interferencia torticera. Al
igual que la demanda al Lic. Benicio Sánchez, las demandas presentadas contra Rafael
Venegas Hernández sobre difamación, interferencia torticera y persecución maliciosa
fueron declaradas sin lugar por el Tribunal de Primera Instancia, Sala de San Juan, en días
recientes. Además de las demandas presentadas, el Lic. Silva Almeyda cursó a los
Venegas Hernández una carta donde notifica de la demanda de cobro que se proponía
presentar y advierte sobre la humillación a que serían sometidos al ser demandados,
Apéndice 13:
También se verán sometidos a la humillación que representa
ser demandados en cobro de dinero por el propio abogado que los
representaba.
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Estas acciones, conforme disponen los cánones de ética profesional, son
controversias injustificadas y temerarias, y contrarias al respeto que debe tener el Lic. Silva
Almeyda por sí mismo, por sus compañeros en el foro y por sus antiguos clientes.
El propio demandante, Lic. Silva Almeyda en el contra-interrogatorio admitió que los
Hermanos Venegas le requerían acción en su caso, recibía muchas comunicaciones y
llamadas, por su inquietud de que la música fue cedida a ACEMLA por la viuda. Al
preguntársele qué había hecho él, si había solicitado del Tribunal alguna orden protectora
mientras se dilucidaba el caso, éste respondió que no. Los Venegas Hernández entienden
que esta actitud no tiene nada que ver con la estrategia que un abogado utilice para
manejar un caso ni constituye un error de juicio, sino más bien, un acto de impericia
profesional, que ha acarreado consecuencias dañinas graves.
Es lógico pensar y llegar a la conclusión que si se está dilucidando un pleito para
determinar a quién pertenece “algo”, en este caso la música de Guillermo Venegas
Lloveras, es deber del abogado protegerla para conservarla, para que no se pierda el
patrimonio de sus clientes, cosa que no hizo el Lic. Silva Almeyda. Muy bien pudo el Lic.
Silva Almeyda traer a la atención del Tribunal esta situación y los actos ilegales de la viuda
y ACEMLA; y solicitar una orden para que tanto la viuda como ACEMLA se abstuvieran de
explotar la música.
Las omisiones del Lic. Silva Almeyda y su falta de cuidado son actos negligentes que
denotan impericia profesional. Su falta de pericia al manejar el caso de los Venegas
Hernández no debe ser refrendada por este Tribunal como actos informados y propios de
la libertad del abogado al decidir la estrategia de su caso o un “error de juicio honesto e
informado”.
SEGUNDO ERROR
ERRÓ EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA AL INTERPRETAR EL
CONTRATO DE SERVICIOS PROFESIONALES Y CONCLUIR QUE LOS
HONORARIOS DEL LIC. SILVA ALMEYDA ESTÁN VENCIDOS Y SON
EXIGIBLES.
El Tribunal de Primera Instancia concluyó en la Sentencia dictada que una vez
finalizada la relación contractual entre el Lic. Silva Almeyda y los Venegas Hernández y
concluido el caso de Arecibo, la deuda de honorarios está vencida, es líquida y exigible.
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Para los Venegas Hernández, conforme lee el Contrato de Servicios, los honorarios
debían ser pagados al concluir el caso para el cual fue contratado el Lic. Silva Almeyda; y
el pago fue garantizado por éstos no contar con los medios económicos suficientes para
afrontar tales gastos. El contrato preparado por el Lic. Silva Almeyda contiene distintas
cláusulas, específicas y generales, que son utilizadas por el Lic. Silva Almeyda para
plantear controversias sobre cuándo debe efectuarse el pago de lo contratado y sobre la
garantía de pago. Sin embargo, sobre lo que no existe controversia es que a la fecha de
hoy, ninguno de los herederos ha tomado posesión de la música libre de gravámenes por
estar inscrita en el Copyright Office y cedida a ACEMLA mediante Escritura Pública, ni de
los bienes relictos, por mantenerse en litigio. Si bien el Tribunal de Arecibo resolvió que la
música pertenece a los Venegas Hernández, no se llevó a cabo la distribución y partición
del caudal relicto entre los herederos.
En cuanto a la interpretación de los contratos, el Código Civil de Puerto Rico dispone
la norma que regirá en la interpretación de los contratos. La cláusula número 4.1 (A) del
contrato de Servicios Profesionales suscrito entre los Venegas Hernández y el Lic. Silva
Almeyda estableció expresamente cuándo sería exigible el pago por los servicios prestados
y estableció además, una garantía de pago. En ese sentido, los Venegas Hernández
sostienen que en tanto las gestiones encomendadas al Lic. Silva Almeyda no se han
realizado, y sus omisiones han provocado mayor dilación en el trámite de partición de
herencia, el pago por sus servicios no está aun vencido ni es exigible. Y si lo fuera,
entonces se hizo exigible luego de la presentación de la Demanda de autos, ya que el caso
para el cual el Lic. Silva Almeyda fue contratado terminó en 2004, según él mismo declaró
en juicio. No es sino hasta el año 2007, cuando los Venegas Hernández reciben el pago de
aproximadamente una tercera parte de las regalías producidas por el disco de Charlie Zaa
que garantizó el pago de honorarios; esto es aproximadamente pasados 6 años de
presentada la demanda de autos.
Surge de la carta de 29 de septiembre de 1999, cursada por el Lic. Silva Almeyda a
los Venegas Hernández que, al momento de la renuncia del abogado, el caso no había
finalizado y no se habían realizado gestiones de mayor importancia para la tramitación del
pleito. Véase, Apéndice 14, donde el Lic. Silva Almeyda detalla los asuntos pendientes en
el caso y la presentación de su renuncia a la representación legal de los Venegas
13
Hernández.
El Artículo 1233 del Código Civil de Puerto Rico, Sec. 3471 establece que:
Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre
la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus
cláusulas.
Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de
los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquellas.
En Caguas Plumbing, Inc. v. Continental Construction, 2001 J.T.S. 169, el Tribunal
Supremo reconoce que “el derecho, hemos visto, aborrece las interpretaciones que quitan
efectividad a las cláusulas contractuales válidamente acordadas”. De manera que las
cláusulas contenidas en el Contrato de Servicios profesionales establece claramente los
términos para el pago por los servicios prestados, así como su garantía.
En relación con los honorarios de abogado pagaderos al Lic. Silva Almeyda, el
Contrato de Servicios Profesionales estableció en la Parte 4.1 (B) que:
Estos honorarios estarán expresamente garantizados con las
regalías pendientes de pago por la disquera Sony Records en
relación a canción grabada por el cantante Charlie Zaa de la autoría
del fenecido Guillermo Venegas.
La garantía de pago se estableció a sabiendas de que los Venegas Hernández no
tenían liquidez para satisfacer honorarios de abogado, por lo que las regalías que generara
en un futuro las canciones utilizadas por el cantante Charlie Zaa, aseguraba el pago al Lic.
Silva Almeyda. Estas son circunstancias consideradas por los contratantes previo a la
suscripción del contrato. A esos efectos, el Artículo 1234 del Código Civil de Puerto Rico,
Sec. 3472 establece que:
Para juzgar de la intención de los contratantes, deberá
atenderse principalmente a los actos de éstos, coetáneos y
posteriores al contrato.
El Artículo 1236 del Código Civil de Puerto Rico, Sec. 3474, dispone:
Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos,
deberá entenderse en el más adecuado para que produzca efecto.
Artículo 1237 del Código Civil de Puerto Rico, Sec. 3475:
Las cláusulas de los contratos deberán interpretarse las unas
por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del
conjunto de todas.
14
Artículo 1239 del Código Civil de Puerto Rico, Sec. 3477:
El uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para
interpretar las ambigüedades de los contratos, supliendo en éstos la
omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse.
Al respecto de los artículos antes citados, en Marcial Burgos v. Tomé Ubiñas, 144
D.P.R. 522 (1997), al interpretar un contrato de sociedad, el Tribunal Supremo se reitera
en que: “En nuestra jurisprudencia rige la teoría que entraña el indagar cuál fue la
voluntad real de las partes con el propósito de que ésta prevalezca”. En Zeta Enterprises
v. ELA, 145 D.P.R. 1 (1998), el Tribunal Supremo entendió que en la cláusula inicial de un
contrato se dispone lo principal y en la cláusula subsiguiente se establece el
procedimiento”.
El Artículo 1240 del Código Civil de Puerto Rico, Sec. 3478, dispone sobre la
interpretación de las cláusulas oscuras de los contratos:
La interpretación de las cláusulas obscuras de un contrato no
deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad.
El Contrato de Servicios fue redactado en su totalidad por el Lic. Silva Almeyda, por
lo que ahora, sus cláusulas expresas y claras no deben interpretarse en contra de los
Venegas Hernández. Una lectura de las cláusulas de garantía y vencimiento del pago son
claras al establecer cuándo y cómo se efectuaría el pago de los honorarios. Por lo que, la
interpretación del Tribunal sentenciador, por un lado contradice lo expresamente pactado y
por otro, favorece a quien ocasionó la alegada oscuridad de las cláusulas.
VII.
SÚPLICA
POR TODO LO CUAL, respetuosamente se solicita de este Tribunal de Apelaciones,
se sirva revocar en todas sus partes la Sentencia dictada por el Tribunal de Primera
Instancia, con los demás pronunciamientos que en Derecho procedan.
VIII.
CERTIFICACIÓN DE ENVÍO
CERTIFICO que en el día de hoy se envió copia de este escrito mediante correo
certificado con acuse de recibo al Lic. René Arrillaga Armendáriz, Ave. Hostos #430 Altos,
Hato Rey, Puerto Rico 00918; al Lic. Rafael E. Silva Almeyda, P.O. Box 363873, San Juan,
Puerto Rico 00936-3873.
15
Respetuosamente sometido, en Arecibo, Puerto Rico, a 25 de marzo de 2008.
DAMARIS B. MANGUAL VÉLEZ
MARÍA CRISTINA ACEVEDO MANGUAL
Abogadas de la Parte Demandada-Apelante
4 G-54 Urb. Vista Azul
Arecibo, P.R. 00612
Tel. (787) 878-0564 / Fax (787) 815-0170
___________________________________
Por: Damaris B. Mangual Vélez
Colegiada Núm. 7021
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