Auto D-10363-agosto 8 de 2014

Anuncio
www.corteconstitucional.gov.co
REPUBLICA DE COLOMBIA
CORTE CONSTITUCIONAL
AUTO
Ref: Expediente D-10363
Actor: Andrés Felipe García Pérez y otros
Demanda de inconstitucionalidad contra el
artículo 367 (parcial) de la Ley 906 de 2004
“Por la cual se expide el Código de
Procedimiento Penal”.
Magistrada sustanciadora:
María Victoria Calle Correa
Bogotá, D.C., ocho (8) de agosto de dos mil catorce (2014).
La suscrita magistrada sustanciadora en la causa de la referencia, en ejercicio
de sus atribuciones constitucionales y legales, y
CONSIDERANDO
1. Los ciudadanos Andrés Felipe García Pérez, Santiago Andrés Murillo
Gómez y Jesús Felipe Álvarez Tole en su propio nombre, instauraron acción
pública de inconstitucionalidad contra el artículo 367 (parcial) de la Ley 906
de 2004 “Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”. El texto
demandado se transcribe a continuación:
“LEY 906 DE 2004
(agosto 31)
Diario Oficial No. 45.658 de 1 de septiembre de 2004
Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal.
El Congreso de la República
DECRETA
(…)
ARTÍCULO 367. ALEGACIÓN INICIAL. Una vez instalado el juicio oral, el
juez advertirá al acusado, si está presente, que le asiste el derecho a guardar
silencio y a no autoincriminarse, y le concederá el uso de la palabra para
que manifieste, sin apremio ni juramento, si se declara inocente o culpable.
La declaración podrá ser mixta, o sea, de culpabilidad para alguno de los
cargos y de inocencia para los otros.
Expediente D-10363
2
De declararse culpable tendrá derecho a la rebaja de una sexta parte de la
pena imponible respecto de los cargos aceptados.
Si el acusado no hiciere manifestación, se entenderá que es de inocencia.
Igual consideración se hará en los casos de contumacia o de persona
ausente. Si el acusado se declara inocente se procederá a la presentación del
caso.”.
2. Los ciudadanos argumentan que el aparte demandado del 367 (parcial) de la
Ley 906 de 2004 “Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”
los artículos 1, 13, 29, 93 y 229 de la Constitución Política, adicionalmente
plantea que la norma infringe los artículo 1, 4, 7 y 8 de la Ley 906 de 2004.
Exponen sus acusaciones en los siguientes términos:
2.1. Consideran los accionantes que la norma demandada no hace distinción
alguna sobre los conceptos de persona ausente y contumacia con lo cual
vulnera principios y derechos constitucionales como la dignidad humana, la
igualdad, el debido proceso y el acceso a la administración de justicia.
2.2. En relación con la vulneración a la dignidad humana, estiman los
demandantes que la norma coloca a la “persona ausente” en un estado de
indefensión “ya que la establecerse su condición consideramos que el proceso
debería archivarse y detenerse (regulando los términos de la acción penal
referidos a la persona ausente como sujeto de derechos especial, para que así
se diera el conocimiento por parte del mismo)”.
2.3. Manifiestan que la norma vulnera el derecho a la igualdad al dar el mismo
tratamiento a la persona ausente y a la persona en contumacia. En palabras de
los demandantes: “si el proceso sigue el trámite que generaría catalogar a la
persona en contumacia vulnera de manera específica la posibilidad de que en
desarrollo de la actuación no pueda constituir una defensa adecuada para el
delito que presuntamente se le está imputando. Debido a esto el derecho a la
igualdad se ve lesionado de forma específica, debido a que este no está
otorgando las mismas garantías constitucionales, que se le darían a una
persona que asuma el proceso en la primera audiencia respectiva en el
proceso penal”
2.4. Para los demandantes, la norma vulnera el debido proceso porque la
persona declarada como ausente no tiene conocimiento de lo que se le imputa.
Adicionalmente cuando se le asigna un defensor de oficio la persona ausente
no podría acceder, conforme lo prevé la norma demandada, a los beneficios de
rebaja de penas por aceptación de cargos.
2.5. Por último y con relación a la vulneración al derecho de acceso a la
administración de justicia, estiman los accionantes que el nombramiento de un
Expediente D-10363
3
defensor de oficio “no garantiza a eficacia de la apropiación del caso, lo que
produce que el acceso a la administración de justicia se vea atacado de
manera implícita relacionado frente a la persona ausente”.
3. Para decidir sobre la admisibilidad de la acción pública instaurada por la
demandante, es preciso indicar que el artículo 2 del Decreto 2067 de 1991
dispone que las demandas de inconstitucionalidad deben cumplir con los
siguientes requisitos: (i) señalar las normas acusadas como inconstitucionales
y transcribir literalmente su contenido por cualquier medio o aportar un
ejemplar de su publicación oficial; (ii) señalar las normas constitucionales que
se consideran infringidas; (iii) presentar las razones por las cuales dichos
textos se estiman violados; (iv) cuando fuere del caso, señalar el trámite fijado
por la Constitución para la expedición del acto demandado y la forma en que
fue quebrantado, y (v) indicar la razón por la cual la Corte es competente para
conocer de la demanda.
4. De igual forma, de conformidad con lo dispuesto por la Corporación desde
la sentencia C-1052 de 20011, toda demanda de inconstitucionalidad debe
exponer razones claras, ciertas, específicas, pertinentes y suficientes. Esta
exigencia constituye una carga mínima de argumentación que debe cumplir
todo ciudadano, y que resulta indispensable a pesar de la naturaleza pública e
informal que caracteriza a la acción de constitucionalidad. En el fallo
mencionado, la Corte explicó dichos requisitos:
“La claridad de la demanda es un requisito indispensable para establecer
la conducencia del concepto de la violación, pues aunque “el carácter
popular de la acción de inconstitucionalidad, [por regla general], releva
al ciudadano que la ejerce de hacer una exposición erudita y técnica
sobre las razones de oposición entre la norma que acusa y el Estatuto
Fundamental”2, no lo excusa del deber de seguir un hilo conductor en la
argumentación que permita al lector comprender el contenido de su
demanda y las justificaciones en las que se basa.
“Adicionalmente, las razones que respaldan los cargos de
inconstitucionalidad sean ciertas significa que la demanda recaiga sobre
una proposición jurídica real y existente3 “y no simplemente [sobre una]
deducida por el actor, o implícita”4 e incluso sobre otras normas vigentes
1
MP Manuel José Cepeda Espinosa.
Ver sentencia C-143 de 1993 (MP José Gregorio Hernández). Estudió la Corte en esa ocasión la demanda
de inconstitucionalidad contra los artículos 16 y 20 de la Ley 3 a de 1986, 246, 249 y 250 del Decreto 1222 de
1986. En el mismo sentido puede consultarse la sentencia C-428 de 1996 (MP Carlos Gaviria Díaz).
3
Así, por ejemplo en la sentencia C-362 de 2001 (MP Álvaro Tafur Galvis), la Corte también se inhibió de
2
conocer la demanda contra el artículo 5º del Decreto 2700 de 1991, pues “del estudio más detallado de los
argumentos esgrimidos por el demandante, como corresponde a la presente etapa procesal, puede deducirse
que los cargos que se plantean aparentemente contra la norma atacada no lo son realmente contra ella”.
4
Sentencia C-504 de 1995 (MP José Gregorio Hernández Galindo. La Corte se declaró inhibida para conocer
de la demanda presentada contra el artículo 16, parcial, del Decreto 0624 de 1989 “por el cual se expide el
Expediente D-10363
4
que, en todo caso, no son el objeto concreto de la demanda5. Así, el
ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad supone la
confrontación del texto constitucional con una norma legal que tiene un
contenido verificable a partir de la interpretación de su propio texto; “esa
técnica de control difiere, entonces, de aquella [otra] encaminada a
establecer proposiciones inexistentes, que no han sido suministradas por
el legislador, para pretender deducir la inconstitucionalidad de las
mismas cuando del texto normativo no se desprenden”6.
“De otra parte, las razones son específicas si definen con claridad la
manera como la disposición acusada desconoce o vulnera la Carta
Política a través “de la formulación de por lo menos un cargo
constitucional concreto contra la norma demandada”7. El juicio de
constitucionalidad se fundamenta en la necesidad de establecer si
realmente existe una oposición objetiva y verificable entre el contenido
de la ley y el texto de la Constitución Política, resultando inadmisible
que se deba resolver sobre su inexequibilidad a partir de argumentos
“vagos, indeterminados, indirectos, abstractos y globales”8 que no se
relacionan concreta y directamente con las disposiciones que se acusan.
Sin duda, esta omisión de concretar la acusación impide que se desarrolle
la discusión propia del juicio de constitucionalidad9.
“La pertinencia también es un elemento esencial de las razones que se
exponen en la demanda de inconstitucionalidad. Esto quiere decir que el
reproche formulado por el peticionario debe ser de naturaleza
constitucional, es decir, fundado en la apreciación del contenido de una
norma Superior que se expone y se enfrenta al precepto demandado. En
este orden de ideas, son inaceptables los argumentos que se formulan a
partir de consideraciones puramente legales10 y doctrinarias11, o aquellos
Estatuto Tributario de los impuestos administrados por la Dirección General de Impuestos Nacionales”, pues
la acusación carece de objeto, ya que alude a una disposición no consagrada por el legislador.
5
Ver sentencia C-1544 de 2000 (MP José Gregorio Hernández Galindo). La Corte se inhibe en esta
oportunidad de proferir fallo de mérito respecto de los artículos 48 y 49 de la Ley 546 de 1999, por
presentarse ineptitud sustancial de la demanda, debido a que el actor presentó cargos que se puedan predicar
de normas jurídicas distintas a las demandadas. En el mismo sentido las sentencias C-113 de 2000 (MP José
Gregorio Hernández Galindo), C-1516 de 2000 (MP Cristina Pardo Schlesinger) y C-1552 de 2000 (MP
Alfredo Beltrán Sierra).
6
En este mismo sentido pueden consultarse, además de las ya citadas, las sentencias C-509 de 1996 (MP
Vladimiro Naranjo Mesa), C-1048 de 2000 (MP José Gregorio Hernández Galindo), C-011 de 2001 (MP
Álvaro Tafur Galvis), entre otras.
7
Ver sentencia C-568 de 1995 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz), mediante la cual la Corte se declara inhibida
para resolver la demanda en contra de los artículos 125, 129, 130 y 131 de la Ley 106 de 1993, puesto que la
demandante no estructuró el concepto de la violación de los preceptos constitucionales invocados.
8
Estos son los defectos a los cuales se ha referido la jurisprudencia de la Corte cuando ha señalado la
ineptitud de una demanda de inconstitucionalidad, por inadecuada presentación del concepto de la violación.
Cfr. los autos 097 de 2001 (MP Marco Gerardo Monroy Cabra) y 244 de 2001 (MP Jaime Córdoba Triviño) y
las sentencias C-281 de 1994 (MP José Gregorio Hernández Galindo), C-519 de 1998 (MP Vladimiro
Naranjo Mesa), C-013 de 2000 (MP Álvaro Tafur Galvis), C-380 de 2000 (MP Vladimiro Naranjo Mesa), C177 de 2001 (MP Fabio Morón Díaz), entre otros pronunciamientos.
9
Ver sentencia C-447 de 1997 (MP Alejandro Martínez Caballero). La Corte se declara inhibida para
pronunciarse de fondo sobre la constitucionalidad del inciso primero del artículo 11 del Decreto Ley 1228 de
1995, por demanda materialmente inepta, debido a la ausencia de cargo.
10
Cfr. la sentencia C-447 de 1997, ya citada.
11
Cfr. la sentencia C-504 de 1993 (MsPs Eduardo Cifuentes Muñoz y Carlos Gaviria Díaz). En dicho fallo la
Corte declaró exequible el Decreto 100 de 1980 (Código Penal). Se dijo, entonces: “Constituye un error
conceptual dirigir el cargo de inconstitucionalidad contra un metalenguaje sin valor normativo y, por tanto,
Expediente D-10363
5
otros que se limitan a expresar puntos de vista subjetivos en los que “el
demandante en realidad no está acusando el contenido de la norma sino
que está utilizando la acción pública para resolver un problema
particular, como podría ser la indebida aplicación de la disposición en un
caso específico”12; tampoco prosperarán las acusaciones que fundan el
reparo contra la norma demandada en un análisis de conveniencia13,
calificándola “de inocua, innecesaria, o reiterativa”14 a partir de una
valoración parcial de sus efectos.
“Finalmente, la suficiencia que se predica de las razones de la demanda
de inconstitucionalidad guarda relación, en primer lugar, con la
exposición de todos los elementos de juicio (argumentativos y
probatorios) necesarios para iniciar el estudio de constitucionalidad
respecto del precepto objeto de reproche; así, por ejemplo, cuando se
estime que el trámite impuesto por la Constitución para la expedición del
acto demandado ha sido quebrantado, se tendrá que referir de qué
procedimiento se trata y en qué consistió su vulneración (artículo 2
numeral 4 del Decreto 2067 de 1991), circunstancia que supone una
referencia mínima a los hechos que ilustre a la Corte sobre la
fundamentación de tales asertos, así no se aporten todas las pruebas y
éstas sean tan sólo pedidas por el demandante. Por otra parte, la
suficiencia del razonamiento apela directamente al alcance persuasivo de
la demanda, esto es, a la presentación de argumentos que, aunque no
logren prime facie convencer al magistrado de que la norma es contraria
a la Constitución, si despiertan una duda mínima sobre la
constitucionalidad de la norma impugnada, de tal manera que inicia
realmente un proceso dirigido a desvirtuar la presunción de
constitucionalidad que ampara a toda norma legal y hace necesario un
pronunciamiento por parte de la Corte Constitucional”.
5. Al hacer un examen detallado de los argumentos presentados en la demanda
y sobre los requisitos exigidos legal y jurisprudencialmente, se encuentra que
efectivamente los accionantes señalan la norma acusada y la transcriben
carente de obligatoriedad por no ser parte del ordenamiento jurídico. La doctrina penal es autónoma en la
creación de los diferentes modelos penales. No existe precepto constitucional alguno que justifique la
limitación de la creatividad del pensamiento doctrinal –ámbito ideológico y valorativo por excelencia–,
debiendo el demandante concretar la posible antinomia jurídica en el texto de una disposición que permita
estructurar un juicio de constitucionalidad sobre extremos comparables”. Así, la Corte desestimaba algunos
de los argumentos presentados por el actor que se apoyaban en teorías del derecho penal que reñían con la
visión contenida en las normas demandadas y con la idea que, en opinión del actor, animaba el texto de la
Constitución.
12
Ibíd. Sentencia C-447 de 1997.
13
Cfr. sentencia C-269 de 1995 (MP Eduardo Cifuentes Muñoz). Este fallo que se encargó de estudiar la
Demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 61 de 1993 artículo 1° literales b y f, es un ejemplo de
aquellos casos en los cuales la Corte desestima algunos de los cargos presentados por el actor, puesto que se
limitan a presentar argumentos de conveniencia.
14
Son estos los términos descriptivos utilizados por la Corte cuando ha desestimado demandas que presentan
argumentos impertinentes. Este asunto también ha sido abordado, además de las ya citadas, en la C-090 de
1996 (MP Antonio Barrera Carbonell), C-357 de 1997 (MP José Gregorio Hernández Galindo), C, 374 de
1997 (MP José Gregorio Hernández Galindo), C-012 de 2000 (MP Alfredo Beltrán Sierra), C-040 de 2000
(MP Fabio Morón Díaz), C-645 de 2000 (MP Alejandro Martínez Caballero), C-876 de 2000 (MP Alejandro
Martínez Caballero), C-955 de 2000 (MP José Gregorio Hernández Galindo), C-1044 de 2000 (MP Fabio
Morón Díaz), C-052 de 2001 (MP Álvaro Tafur Galvis) y C-201 de 2001 (MP José Gregorio Hernández
Galindo).
Expediente D-10363
6
literalmente, indican aquellas que considera vulneradas y por último presenta
los argumentos por los cuales considera que esta Corte es competente para
conocer la demanda. No obstante, deben hacerse las siguientes observaciones:
5.1. Los razonamientos planteados en la demanda carecen de suficiencia para
iniciar un juicio de constitucionalidad. En general son consideraciones
subjetivas de los accionantes en relación con la figura de la “persona ausente”
y no específicamente sobre el texto demandando. Se hacen alusiones genéricas
sobre las posibles contradicciones, no obstante, no plantean cargos específicos,
ni sustenta las contradicciones, ni la forma de afectación de los mandatos
constitucionales invocados. No presenta argumentos que permitan establecer la
existencia de una oposición objetiva y verificable entre el contenido de la ley y
el texto constitucional.
5.2. Además, el razonamiento presentado por los demandantes respecto de la
vulneración al artículo 13 no satisface el requisito de suficiencia. Es pertinente
recordar que un cargo por violación del principio de igualdad debe demostrar,
por lo menos, (i) la existencia de dos grupos o situaciones de hecho entre
quienes debe adelantarse el examen (el concepto de igualdad es de carácter
relacional); (ii) las razones con base en las cuales puede afirmarse que esos
grupos o situaciones se encuentran en la misma situación fáctica, o similar;
(iii) explicar por qué esas similitudes son relevantes desde un punto de vista
jurídicamente relevante, con base en el cual se construye el criterio de
comparación entre ambos grupos, sujetos o situaciones de hecho; (iii) indicar
en qué consiste el trato distinto que les ha conferido el Legislador, y (iv)
demostrar que la diferenciación no es razonable. Es decir, no se basa en
motivos constitucionalmente legítimos.
No se encuentran, en el texto de la demanda, argumentos que permitan inferir
que exista una misma situación fáctica ni demuestran que las diferencias
encontradas en los procedimientos no sean razonables.
5.3. Los accionantes hacen mención a que la norma demandada infringe los
artículos 1, 4, 7 y 8 de la Ley 906 de 2004 lo que no es pertinente toda vez que
no se trata de normas de orden constitucional.
5.4. En todo caso es importante señalar que respecto del artículo 367 de la Ley
906 de 2004, existe cosa juzgada relativa ya que mediante la sentencia C-303
de 201315 esta Corte resolvió declarar exequible la expresión “sin apremio ni
juramento, si se declara inocente o culpable” respecto de los cargos que en
ese entonces fueron presentados por los demandantes.
6. En conclusión, la acción pública presenta las deficiencias de falta de
claridad, certeza y suficiencia, tal y como se expuso en el apartado 5 del
15
MP. Luis Guillermo Guerrero Pérez. La Corte decidió: “QUINTO.- DECLARAR LA EXEQUIBILIDAD de
la expresión “sin apremio ni juramento, si se declara inocente o culpable” contenida en el Artículo 367 de la
Ley 906 de 2004, por los cargos propuestos y analizados en el presente fallo."”
Expediente D-10363
7
presente Auto, por lo tanto debe aplicarse el inciso segundo del artículo 6° del
Decreto 2067 de 1991, que dispone: “[c]uando la demanda no cumpla alguno
de los requisitos previstos en el artículo segundo, se le concederán tres días al
demandante para que proceda a corregirla señalándole con precisión los
requisitos incumplidos. Si no lo hiciere en dicho plazo se rechazará. Contra
el auto de rechazo, procederá el recurso de súplica ante la Corte”.
En mérito de lo expuesto,
RESUELVE
Primero.- INADMITIR la demanda de la referencia contra el artículo 367
(parcial) de la Ley 906 de 2004 “Por la cual se expide el Código de
Procedimiento Penal”.
Segundo.- ORDENAR que se informe los demandantes, que cuentan con un
término de tres (3) días, contados a partir de la notificación del presente auto,
para corregir la demanda en el sentido de presentar cargos de carácter
constitucional, susceptibles de ser controvertidos en sede judicial, mediante la
acción de inconstitucionalidad contra el artículo 367 (parcial) de la Ley 906 de
2004 “Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal” en relación
con las observaciones realizadas en el apartado 5 del presente auto
Notifíquese y Cúmplase.
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
Magistrada
SONIA MIREYA VIVAS PINEDA
Secretaria General (e)
Descargar