maestros. - Presidencia de la República del Ecuador

ENTREGA DE NOMBRAMIENTOS A
DOCENTES GANADORES DE CONCURSOS
DE MERECIMIENTOS Y OPOSICIÓN
Guayaquil, 3 de abril de 2012
Queridas maestras y maestros de la Patria:
A
aquellos
que
han
obtenido
su
nombramiento, felicitaciones; y, a aquellos
que tal vez no lo obtuvieron, a seguirse
esforzando.
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Para nosotros sería lo más fácil dar
nombramiento a todas, a todos, ¿verdad?
Sería lo más fácil seguir con el populismo de
siempre pero, primero, eso atentaría contra
nuestros principios de crear una verdadera
meritocracia en este país; y, segundo, en el
último lugar donde se pudiera actuar tan
irresponsablemente
sería
en
el
sector
educativo, el presente y el futuro de la Patria.
Ustedes saben que estamos actuando con
profunda
responsabilidad,
seriedad,
transparencia, como en todos los actos de
nuestra vida; pero sobre todo en educación, lo
más importante para la Patria Nueva.
Queridas compañeras, queridos compañeros:
Cito: “El título de maestro debe darse al que
sabe enseñar, esto es al que enseña a
aprender; no al que manda a aprender, ni al
que aconseja que se aprenda. El maestro que
sabe dar las primeras instrucciones, sigue
enseñando virtualmente todo lo que se
aprende después, porque enseñó a aprender"
cierro cita. ¿Saben de quién es este
pensamiento tan profundo y tan adelantado
para su tiempo? Este pensamiento nos lo dice
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Simón Rodríguez, el maestro del Libertador
Simón Bolívar.
Lo más importante para el presente y el futuro
de la Patria (y esto no es una frase cliché, no
es un lugar común, es una convicción
profunda, una realidad incuestionable) es la
educación; más importante que hacer
carreteras,
que
construir
puertos,
aeropuertos, puentes; más importante que
todo aquello es hacer crecer el talento
humano, es hacer crecer a nuestros jóvenes
con calidad, con calidez; trabajar para que se
les abran los horizontes de la vida, del mundo
en que viven, por medio de una adecuada
educación.
Lo que ha hecho desarrollar a los países -y les
habla alguien que media vida se ha pasado
estudiando el enigma del desarrollo- no es el
petróleo, no es la minería, no es la agricultura
per se, no es el turismo per se; no, es el
capital físico en general, es el talento
humano; podemos tener gente muy talentosa
sin valores, pero ustedes saben que la
educación integral incluye valores, es el
talento humano junto a adecuados valores;
también es necesario ese proyecto nacional,
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ese proyecto de vida en común, lo que se
llama en economía el Capital Social, tan
destrozado por el neoliberalismo; adecuadas
instituciones que sepan estimular a ese
talento humano.
El igualitarismo extremo destruye la iniciativa,
destruye al individuo; pero de igual manera el
individualismo extremo destruye ese proyecto
de vida en común.
Hay que buscar el adecuado equilibrio entre
estas dos cosas y esto lo hace el marco
institucional. Se requiere de una serie de
valores culturales también para salir adelante,
que no necesariamente los da la educación
formal, se los transmite a través de la familia,
a través de los mayores, a través del
liderazgo. Todas esas cosas son necesarias
para el desarrollo; pero sin duda, lo central, lo
fundamental, es ese talento humano.
Creemos talento humano y haremos florecer
el desierto, como lo han hecho muchos países
desarrollados sin tener ni de lejos los recursos
naturales
que
tenemos
en
el
país.
Destrocemos
el
talento
humano
y
desertificaremos el jardín más florido, como
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lamentablemente ha pasado en muchos países
de América Latina.
Llevar la educación pública al nivel de la
excelencia en todos los niveles, desde la
educación inicial, básica, secundaria, superior,
esa es la meta que la revolución ciudadana
persigue.
Ser maestro, como ya lo ha repetido una y
otra vez la ministra Gloria Vidal, es la carrera
del futuro. Hasta ahora, fruto de décadas de
deterioro de la calidad educativa, ser maestro,
ejercer la docencia, no ha tenido el
reconocimiento social, ni económico, que una
profesión tan importante, merece. Muchos de
ustedes son una muestra de ese maltrato
social a los maestros, al haber pasado varios
años, quizá décadas sin estabilidad laboral,
explotados laboralmente bajo la figura de
contrato, que era el análogo, en docencia, de
la tercerización laboral, esa forma tan
generalizada de explotación que se había
legalizado en el país.
Saben que no es responsabilidad nuestra esa
situación, fue creada por otros gobiernos, por
otros manejos, por los que saquearon la
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educación pública del país; pero, en nombre
del Ecuador entero les pido disculpas por
esa explotación que sufrieron y sé que
muchos todavía la sufren. Insisto, para
nosotros lo más fácil sería decir: todos los
maestros con contratos inmediatamente
adquieren el nombramiento; pero sería
destrozar nuestros principios, el principio de
una estricta meritocracia.
Los maestros con contrato, tienen puntos
adicionales para el concurso; pero tendrán
que concursar. Ojalá, soy el primero en querer
que todos los maestros con contrato alcancen
el
puntaje
necesario
para
tener
su
nombramiento; pero tendrán que concursar y
obtener ese nombramiento a través de
concurso de méritos.
Estricta meritocracia si queremos sacar
adelante la educación, si queremos sacar
adelante al país entero.
Hemos dado prioridad a terminar con esta
situación de precariedad laboral, me refiero a
los maestros por contrato; incluso hemos
postergado toda legítima aspiración, no hay
tanto dinero, estamos hablando de centenas
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de millones de dólares, tenemos que priorizar
las cosas, no podemos hacer todo al mismo
tiempo; hemos tenido que postergar otra
legítima aspiración de los docentes: la recategorización
docente,
para
aquellos
docentes que ya tienen nombramiento; pero
se ha hecho un importante esfuerzo para
incrementar el sueldo de todos los maestros y
creemos que esa justa aspiración puede
postergarse un poco porque, les insisto, lo
más fácil sería darle nombramiento a todos los
maestros con contrato, pero sería caer en lo
mismo de siempre.
Seguramente esta situación de que existan
todavía maestros con contrato, que se
postergue la re-categorización laboral docente
para dar prioridad a terminar el problema de
los profesores bajo contrato, servirá de caldo
de cultivo para los sepultureros de la
educación pública en Ecuador, que con su
habitual cinismo hoy pretenden ser sus
resucitadores.
Les insisto, tal vez siempre se pudo ir más
rápido,
hemos
hecho
lo
posible,
probablemente en el Ministerio de Educación
ciertos
mandos
medios
heredados
de
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anteriores administraciones, influenciados por
la partidocracia que todos conocemos, no
pusieron todo de ellos mismos para sacar y
resolver lo más pronto esta situación, pero
recuerden la situación en que encontramos el
país, donde ni siquiera estaban registrados
esos profesores.
Muchos municipios contrataban profesores
ante la deserción del Estado Central en esta
responsabilidad tan fundamental como es la
educación. Era un caos institucional el país,
nadie hacía lo que le correspondía hacer,
porque el clientelismo del Gobierno Central
asfaltaba calles y por la irresponsabilidad del
Gobierno Central los municipios tenían que
contratar profesores y no solo los municipios,
las juntas parroquiales, el comité de padres de
familia…
Tuvimos que hacer primero un inventario de
las decenas de miles de contratos de
profesores, integrarlos al presupuesto del
Estado, al presupuesto del Ministerio de
Educación, cosa que por más que se ha
explicado una y otra vez, cierta prensa no
comprende; o, lo que es peor, no quiere
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comprender, y no hay peor necio que el que
no quiere entender.
Y ahí están los periodicazos que dicen que
hemos aumentado decenas de miles de
puestos de trabajo y lo que no quieren
entender es que estamos transparentando las
cosas, que esas decenas de miles de
servidores
públicos
llamados
maestros
siempre estuvieron ahí, pero invisibilizados,
explotados,
contratados
por
municipios,
contratados por padres de familia; había
maestros bajo contrato que ganaban ochenta
dólares…
Todo eso se ha regularizado, todo eso se ha
transparentado y ahora vamos a corregirlo
con los respectivos concursos para que todos
esos maestros, ganando concursos de méritos
previamente, alcancen el nombramiento
definitivo.
En este día se están dando cerca de
ochocientos nombramientos. Hay diez mil
partidas docentes abiertas para concurso y
ojalá muchos de esos maestros por contrato
puedan alcanzar el nombramiento definitivo.
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Pero
también,
cómo
no,
hubo
la
irresponsabilidad de muchos profesores en el
maltrato social a la docencia. La docencia
sufrió un constante desprestigio, un ejemplo
tal vez de los más elocuentes fue la oposición
de ciertos líderes, de ciertos “maestros” (entre
comillas) a las evaluaciones, torpe actitud de
falsos dirigentes gremiales supuestamente
defendiendo derechos. ¿Derechos a qué?
¿Derechos de quién? Si exigimos a nuestros
alumnos evaluarse, ¿cómo nosotros rechazar
la evaluación?
Necesitamos, compañeras, compañeros, con
urgencia,
excelentes
maestros,
antes
teníamos déficit de estudiantes, había
gran deserción escolar, recuerden que se
tenían que pagar veinticinco dólares por el
eufemismo llamado “contribución voluntaria”,
tan voluntaria que si no se pagaba no
podíamos mandar a nuestros hijos a esa
escuela pública. Una madre de familia pobre,
una madre beneficiaria del bono, si tenía tres
hijos a lo sumo podía mandar uno, si es que lo
mandaba, al colegio, a la escuela.
Había gran deserción escolar, poco acceso a la
educación; grandes barreras para que, sobre
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todo, los más pobres estudien. Eso ha sido
superado, la tasa de matrículas ha crecido
exponencialmente. Ahora hay poderosos
incentivos para que los padres envíen a sus
hijos al colegio, sobre todo los más pobres:
libros gratuitos en las zonas urbanomarginales,
escuelas
rurales;
uniformes
gratuitos, cero costo; acabamos con el
eufemismo de la contribución voluntaria; pero
ahora nuestro mayor reto es tener más
profesores de calidad. Por eso a finales del
año pasado se abrieron alrededor de 2.316
concursos a nivel nacional, para llenar
vacantes docentes en 9 distritos educativos,
para educación inicial y educación básica. Y es
con gran cariño que hoy entregamos estos
nombramientos a los profesores y profesoras
que resultaron mejor evaluados para que se
incorporen o reincorporen al magisterio, para
este inicio de ciclo costa.
Cuando entraba a este auditorio muchos
profesores dijeron “gracias, Presidente”. No
tienen nada que agradecer. Nadie les ha
regalado nada. Lo que han obtenido es por
sus
propios
méritos,
compañeros
y
compañeras. Es más, somos nosotros los que
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tenemos que agradecerles por haber aceptado
esa inmensa responsabilidad de tener entre
sus manos el presente y el futuro de la Patria.
Siempre les digo a los maestros: ustedes
tienen mucha más responsabilidad que el
propio Presidente de la República. No habrá
Patria Nueva, no habrá Revolución Ciudadana
sin una educación nueva, sin una Revolución
Educativa.
Pero como decía hace un momento, esto
apenas es el inicio, porque en febrero pasado
abrimos miles de concursos adicionales, cerca
de diez mil se han abierto para cubrir la
demanda del país. Los profesores deben estar
capacitados para enseñar, para evaluar, y
para eso deben ellos mismos ser evaluados,
esa es la gran revolución educativa que
vivimos, porque nuestros niños y jóvenes
merecen nada menos que la excelencia.
Juguemos con cualquier cosa, menos con la
educación. Aquí, nada menos que la
excelencia.
Estamos prestigiando la carrera docente, y
vamos a estimular a que los mejores
estudiantes opten por convertirse en
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maestros. El ejemplo que dio la Ministra es
doloroso, muy doloroso, pero cierto y
debemos aprender de la experiencia. “Deme
un trabajo, aunque sea nomás de profesor”
era muchas veces la aspiración. En las
pruebas recientes los más bajos puntajes
están entre los aspirantes a la carrera
docente.
En este esfuerzo por elevar el nivel de la
educación en todos los segmentos, desde
educación inicial hasta educación superior,
cuando se comenzaron a tomar pruebas de
admisión para la universidad se presentaron
cuarenta y seis mil jóvenes bachilleres y sobre
mil
puntos
sacaron
un
promedio
de
seiscientos. De esos cuarenta y seis mil
jóvenes bachilleres, tres mil trescientos se
postularon para carreras docentes, pedagogía
y similares, sacando un promedio de tan solo
quinientos noventa y nueve puntos, menos
que el promedio general, que ya era bastante
bajo, y no los quiero seguir mortificando, pero
si ustedes ven la cola inferior de la muestra, la
inmensa mayoría de esa cola inferior son de
estudiantes que se presentaron para la
carrera docente.
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Tenemos que acabar de raíz con esta
situación. Que nos vayan los mejores a la
carrera docente, no lo contrario. Por eso, al
igual que en otras carreras, como medicina,
pusimos un puntaje mínimo para poder entrar
a la carrera docente de ochocientos puntos
sobre mil, el ochenta por ciento. Es decir, un
joven que saque menos de ochocientos puntos
no podrá acceder a la carrera de medicina, si
saca menos de seiscientos podrá tener cursos
de nivelación, etcétera; menos de seiscientos
ya es un problema muy grave de formación,
ya demasiado profundo, que implicará ya
otras intervenciones; pero al igual que
medicina estamos haciendo con la docencia,
para que vean la importancia que le damos a
la carrera docente y solo aquellos que
obtengan más de ochocientos puntos en el
examen de ingreso podrán acceder a la
carrera docente.
Les decía que de esta prueba, de esta tanda,
tres mil trescientos jóvenes postularon para
ser docente y solo veinticinco alcanzaron
los ochocientos puntos o más. Pues bien,
esos veinticinco no solo que podrán estudiar
esa carrera docente sino que les pagaremos
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un salario básico para que lo hagan, y
trataremos de atraer a más jóvenes brillantes
que pasaron tal vez su examen en medicina,
en ingeniería, en química, en biología, física,
para que vayan a la carrera docente. Grandes
estímulos, con un inmenso sacrificio para el
país, pero para cambiar radicalmente esa
realidad y elevar en forma rápida la calidad de
nuestros maestros, para elevar de esa forma
la calidad de nuestra educación.
Siempre digo, podemos tener escuelas del
milenio, bibliotecas, laboratorios; pero si no
tenemos grandes maestros, de poco servirán
todos esos equipos, toda esa infraestructura.
Sócrates enseñaba bajo un árbol. Ojalá
tengamos decenas de miles de Sócrates entre
los maestros ecuatorianos.
Estamos tomando otras medidas muy
importantes para la formación docente, para
que los mejores vayan a la carrera docente y
tengan la mejor formación posible. La
universidad pedagógica, cuya sede estará en
la provincia del Cañar, especializada en la
formación, se llama Universidad Nacional de
Educación (UNAE), para formar los docentes
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del siglo XXI y que reemplace en gran medida
tanto engaño social que se vive en ciertas
facultades de filosofía, donde se enseña
cualquier cosa (politiquería de la más pueril,
de la más infantil), pero no docencia.
La consigna es, compañeros, compañeras,
ecuatorianas, ecuatorianos: ¡Los mejores a
hacerse maestros! La profesión del futuro será
la
docencia.
Solo
así
saldremos
del
subdesarrollo, solo así alcanzaremos el Buen
Vivir.
Por supuesto que actualmente tenemos
excelentes maestros, pero no nos engañemos,
se requieren miles de esos excelentes
maestros para alcanzar el desarrollo pleno, el
Buen Vivir, se necesita una masa crítica de
excelentes
maestros
que
todavía
no
alcanzamos.
Hoy el magisterio cuenta con un nuevo
escalafón, existen opciones, se puede ser
auditor educativo, asesor, mentor, rector,
maestro de educación básica o de educación
media, y las escalas no solo se fijan en la
antigüedad, como era hasta hace poco, otro
sinónimo de mediocridad: el más antiguo que
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suba de escalafón, así no se haya capacitado,
así no tenga ningún mérito adicional.
Acabemos con ese pasado. Si esa fuera la
solución,
Ecuador
ya
sería
un
país
desarrollado,
¿verdad?,
porque
cuánta
práctica hemos tenido en aquellas cosas, sino
que se tienen en cuenta los progresos
académicos, los estudios realizados, cursos,
seminarios,
todo
sujeto
a
constante
evaluación.
Evaluar, evaluar y evaluar. No le tengamos
miedo a aquello, no seríamos maestros si le
tuviéramos miedo a aquello; por el contrario,
aceptémoslo como un desafío, como un
estímulo…
El ser humano no es perfecto, pero eso es una
ventaja porque significa que es perfectible,
significa que cada día podemos ser mejores.
Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy,
docentes de mi Patria.
Se cuenta por fin con estándares o
parámetros de desempeño docente. Nunca
más profesores “volantes” de colegio en
colegio,
maestros
“cómodos”
dictando
contenidos idénticos año tras año a sus
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alumnos, los famosos bibliografiados de
veinticinco años atrás, que incluso les vendían
a sus estudiantes. Todo el sistema educativo
debe estar en función de desarrollar las
capacidades
analíticas,
investigativas,
reflexivas. La crítica y autocrítica de lo que ha
hablado tanto la ministra Vidal, son esenciales
en toda actividad reflexiva y nadie le tiene
miedo a la crítica, ojalá que tengamos muchos
jóvenes que critiquen muy duramente al
gobierno nacional, a nuestras políticas, nos
ayuden a ser mejores, pero la crítica
responsable, con nivel, no como pretexto para
el manejo politiquero y la instrumentación
irresponsable de estudiantes que son lanzados
a las calles a inútiles enfrentamientos, muchas
veces
a
pretexto
de
reivindicaciones
gremiales, por justas que fueran.
Durante mucho tiempo, la educación en el
Ecuador no preocupaba a los gobiernos de
turno, la inversión en este sector era poco
menos que exigua y la manipulación
politiquera llenó de corrupción todos los
procesos, todos sabemos lo que era entrar a
la carrera docente: pertenecer a tal partido
político, tener la palanca; era la palancocracia,
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no la meritocracia. Sin el mínimo recato la
educación
de
las
nuevas
y
jóvenes
generaciones fue entregada a través de pactos
y componendas a un sector que la utilizó
como bandera para protervos y particulares
intereses.
En este marco de abandono y corrupción el
ingreso al magisterio se convirtió en uno de
los procesos más faltos de transparencia, más
desgastados y nada edificantes del sistema
educativo público; decenas de miles de
maestros tuvieron que adaptarse a un
esquema de engaño, trampa, favoritismo,
hasta soborno para poder obtener un
nombramiento dentro de la carrera
docente pública.
Esto es uno de los casos más graves, pero no
el único, ni de lejos. En los próximos días, en
un acto similar aunque de mucha menor
escala, daremos el nombramiento como
nuevos miembros de la carrera diplomática
del
Ecuador
a
setenta
ciudadanos
y
ciudadanas de la república; pero por primera
vez por concurso de merecimientos, podrán
entrar afros, indígenas, montubios, porque ya
no están las argollas que existían en la
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Cancillería, para que solo entren los parientes,
los recomendados, aquellos de apellidos
rimbombantes.
Lo mismo pasaba en la Policía, donde
supuestamente se pasaba un examen, se
decía que había un proceso de selección
transparente, con concurso de méritos,
examen, y revisamos las preguntas del
examen, que ninguno de ustedes podría
contestar, ninguno de nosotros: el día en que
murió Muamar Gadafi; es decir, si no se le
pasaba las respuestas antes, ese postulante
jamás podía aprobar el examen, y ahí estaba
la trampa para que pasaran los parientes de
ciertos oficiales, los miembros de ciertos
partidos políticos, etcétera.
No ha sido el único proceso tramposo,
deshonesto, el que existía para el ingreso al
magisterio. Eso era reflejo de lo que vivía la
Patria: decadencia, corrupción, falta de
transparencia, deshonestidad, palancocracia,
no meritocracia. Esa es también la misión de
la Revolución Ciudadana: destruir todo ese
pasado e inaugurar una sociedad de
verdadera transparencia, honestidad, donde
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los más capaces sean los que ganen los
diferentes concursos.
Hoy contamos con un proceso transparente
que garantiza el justo reconocimiento a los
méritos de los maestros y maestras, los
concursos
se
realizan
de
manera
desconcentrada,
ágil,
ahora
incluso
computarizadamente. La forma en que se
desarrollan los concursos genera confianza en
los maestros y maestras (hemos visto los
testimonios en el video), se inscriben, elevan
los documentos de respaldo, rinden sus
pruebas actualmente, las pruebas académicas
se las rinde en línea y obtienen sus
calificaciones de manera inmediata. Es un
sistema computarizado, no hay intervención
de mano humana.
Hoy, entregamos 790 nombramientos a
los ganadores de las convocatorias de
noviembre y diciembre. Les insisto, queridas
maestras y maestros que reciben estos
nombramientos, a nosotros no nos tienen que
agradecer absolutamente nada, la Patria les
agradece por su esfuerzo, lo que se han
ganado
es
por
sus
propios
méritos.
Felicitaciones.
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Esto evidencia que asistimos a una nueva
época, a un cambio de época, en la que
tenemos un incremento anual sostenido y
planificado de partidas en función de la real
demanda de docentes en cada uno de los
planteles educativos a nivel nacional.
Falta mucho por hacer, falta mucho por
optimizar. Ustedes saben cómo antes no
existía planificación, todo era el clientelismo,
politiquería: había un paro y se hacía una
escuela; cada comunidad quería tener su
propia escuela, tenemos en un kilómetro a la
redonda
tres,
cuatro
escuelas,
todas
unidocentes, ninguna con más de quince
estudiantes, les estoy dando ejemplos reales,
por ejemplo: Tigua, cantón Pujilí, provincia de
Cotopaxi; cuando lo obvio era tener escuelas
de mayor tamaño con más profesores y, si es
que quedaba demasiado lejos la escuela, que
no quede demasiado lejos, un buen sistema
de transporte; pero así se trataba a la
educación de este país.
Hoy
tenemos
comunidades
educativas
planificadas (porque también cometimos
algunos errores desde el inicio del gobierno)
de tamaño óptimo, cerca de mil estudiantes,
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estandarizadas, modulares, si se necesita una
nueva aula se pone otro módulo adicional. En
lo posible se tienen que instalar estas
unidades educativas de tamaño óptimo.
¿Qué pasa si el sector solo tiene trescientos
estudiantes y el tamaño óptimo es mil
estudiantes como lo acabo de referir? Buenos
sistemas de transporte.
En esto nos va a ayudar mucho los circuitos y
distritos en que se ha organizado la educación
nacional para corregir la dispersión en tantas
escuelas, lo que disminuye el nivel y la calidad
de la educación. Por supuesto, sabemos que
esto no se va a poder hacer en todos lados,
pero debe ser el estándar. En lo posible
debemos llegar a un nivel en el cual hasta
sean prefabricadas.
Con las tecnologías actuales ustedes no
distinguen cuando está armada una escuela
prefabricada y una escuela hecha con
materiales tradicionales; podemos tener las
aulas guardadas y cuando se requiera una
nueva aula, una nueva escuela, no esperar
que la DINSE venga desde Quito, nos traiga
arquitectos quiteños, ingenieros quiteños,
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hagan el concurso, el estudio y después de
tres años a ver si tenemos una media agua
mal hecha, sino que en una semana podamos
tener esa nueva aula armada, ese nuevo
laboratorio, esa nueva infraestructura para
administración, etcétera.
Hay todavía muchísimo, muchísimo por
optimizar. El problema no solo era la falta de
maestros, el problema era también la mala
asignación de maestros y tenemos que
corregir aquello. De repente tenemos escuelas
con más profesores que alumnos y de repente
tenemos escuelas con centenas de alumnos y
casi sin profesores. Tenemos que hacer una
reasignación de nuestro personal docente.
Queridas amigas, queridos amigos:
Los concursos reconocen no solamente los
méritos
académicos
sino
también
la
experiencia
previa
otorga
un
puntaje
preferente al maestro contratado, preferente,
reconociendo su sacrificio, su entrega, pero
tendrá que ganar el concurso; maestro que ha
venido desempeñándose en el establecimiento
cuya partida está en concurso y también se da
un puntaje preferente a quienes residen en el
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lugar, para evitar la situación de muchos
maestros que era peor que en la Armada:
maestro de Loja que le salió la partida en
Tulcán y se tiene que alejar de su núcleo
familiar, de su entorno, etcétera. No tiene por
qué ser así.
Nuestros concursos promueven y reconocen
al maestro rural que vive y se asienta en las
comunidades a las que sirve. Sabemos que no
en toda comunidad rural se podrá tener
maestros del lugar, por eso también se creó
en la LOSEP un bono por ubicación geográfica,
pero un bono con racionalidad, con justicia, no
las conquistas de los politiqueros que si el
profesor era de Tulcán, vivía en Tulcán,
enseñaba en Tulcán, como era ciudad
fronteriza, Bono de Frontera y el profesor que
estaba a tres mil seiscientos metros,
enseñando en Apawa, páramo de Pujilí, no
recibe absolutamente nada porque no era
zona de frontera. Ahora el bono se entrega
por las dificultades de acceso, por eso lo
hemos llamado Bono de Ubicación Geográfica.
En los últimos seis años, ustedes lo
saben, se ha triplicado la inversión anual
en educación. No es solo el alto precio del
25
petróleo, como quieren desprestigiar los que
ya no pueden tapar el sol con un dedo y negar
que el país se esté transformando. De hecho,
mucho más ingreso ha generado la adecuada
recaudación de impuestos, hemos duplicado
en estos cinco años la recaudación de
impuestos, estamos recaudando cerca de
cinco mil millones de dólares adicionales que
hace cinco años. Pero también se trata de la
preferencia, prioridad que le hemos dado a la
educación, por eso se ha triplicado la inversión
anual en educación que se manifiesta en la
construcción de escuelas, colegios, unidades
del milenio, en la capacitación de los docentes
a nivel nacional, en el sistema integral de
evaluación, en el seguimiento permanente de
las políticas educativas; pero más que todo,
se
evidencia
un
cambio
radical
de
comportamiento social en este evento de
entrega masiva de nombramientos a los
ganadores de los concursos de méritos.
El mayor poder multiplicador de la
inversión que les acabo de mencionar se
encuentra en ustedes, queridos docentes,
en su adecuada formación, en su adecuada
capacitación,
en
su
acreditación
y
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certificación, pues nada puede suplantar la
generosidad de un maestro, cuando abre las
puertas del saber para sus alumnos.
Finalmente, queridos maestros, la educación
pública debe ser la mejor no solo en lo
académico, sino en lo ético también, hay
que ser inclusivos, atender a nuestros
compatriotas con necesidades especiales,
buscar la equidad de género, ejercer
debidamente la educación laica y mixta en los
planteles públicos, como debe ser, como por
fin se está implementando desde este año
lectivo de manera obligatoria.
Nuestras más sinceras felicitaciones a todas, a
todos los docentes que se integran o se
reintegran al magisterio. Ser maestro es un
deber para con la Patria, es una vocación de
servicio, es una misión, la de construir desde
las aulas al hombre nuevo, a la Patria Nueva.
Muchas gracias queridos maestros.
¡Hasta la victoria siempre!
Rafael Correa Delgado
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA
REPÚBLICA DEL ECUADOR
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