C E P R O D E

Anuncio
Desastres por actividad meteorológica
Como puede observarse, aparecen en este listado historiográfico sumamente
incompleto, varias zonas recurrentes de inundaciones graves: Metapán riberas del
río Lempa (en varios sectores de su recorrido), San Miguel, Acajutla, Ahuachapán
y el AMSS. Como se vera mas adelante, algunas de estas seis regiones son
consideradas por la literatura científica como los puntos mas graves de desastres
por inundaciones y han recibido cierta atención cuando menos para estudiar a
fondo las causas y los efectos de estos eventos.
Este sencillo listado permite a su vez observar el aparecimiento circunstancial, no
recurrente, de otros puntos de la geografía nacional: Goascorán y Jaltepeque. Es
de esperar que una investigación
historiográfica
mas
profunda
descubra la intermitencia para la
producción de desastres en otros
puntos del territorio nacional
precisamente de cara al complejo
de factores intervinientes en las
inundaciones locales.
A continuación se pasa revista en
detalle, de -la mano con la
información disponible, a cuatro de
las zonas con mayor recurrencia
de inundaciones en las áreas
rurales.
i)
El municipio de Metapán del Departamento de Santa Ana.
Esta área es considerada parte de la gran cuenca del Lempa. Más aún, es la zona
donde esta gran cuenca se inicia en territorio nacional.
Esta zona se encuentra localizada en el municipio de Metapán al norte del
departamento occidental de Santa Ana a 103 kms de la capital, siendo un
municipio fronterizo con Guatemala, en el noroccidente. Esta área esta ubicada
entre las cuencas de los ríos San José y Chimalapa, y la laguna de Metapán. El
lugar foco de las inundaciones comprende dos áreas: una urbana, sobre la cual se
pasara revista mas adelante, de unos 2 km2, dentro de la zona metropolitana del
municipio, y, una segunda, rural, que comprende puntos dispersos aledaños a la
laguna de Metapán, alrededores del Lago de Guija destacándose localizaciones
en el cantón Tecomapa.
Como puede observarse, históricamente se trata de una zona de catástrofe mixta:
partes de la mancha urbana de Metapán y varios de sus cantones.
19
Desastres por actividad meteorológica
A su vez, esta zona, según lo apuntado arriba por Hastenrath y Lessmann (1963),
constituye una de las regiones tradicionalmente mas secas a lo largo del territorio
nacional. Las inundaciones en esta zona se presentan concomitantemente a
períodos de sequedad rutinaria, ya que se registran eventos de inundaciones y
canículas para los mismos lugares, particularmente el cantón Tecomapa del
municipio de Metapán.
Los registros de inundaciones para esta zona datan de 1934 (Victoria, 1976),
debido a los efectos derivados de un ciclón (ver capitulo sobre huracanes de este
mismo documento). En 1959, según Michaelsen y Heymans (1975), se inicié un
esfuerzo gubernamental, con apoyo de la ONU, dedicado a la ejecución de obras
de control de torrentes y ordenar el uso de la tierra en puntos rurales del
municipio. Estas labores culminaron hacia 1973, significando un total aproximado
de 2,800 m3 de estructuras de ingeniería para control de torrentes en zonas de
cárcavas localizadas al nor-este de la cabecera municipal que ahora conforma el
canten San José Ingenio. "Dicho trabajo fue complementado por estructuras de
protección de caminos, canales de desviación, revegetación, reforestación y
mediados socioeconómicas en un tratamiento integral de rehabilitación"
(Michaelsen y Heymans, 1975, p. 1).
Sin embargo, estas obras, a pesar de haber sido realizadas en puntos rurales, su
objetivo fue el de disminuir los riesgos mas propios de las inundaciones en la zona
urbana del municipio. De forma particular en las áreas rurales, CEPRODE
descubrió reportes muy detallados de la ocurrencia de inundaciones en esta zona
para el año de 1982, a causa de un temporal durante el copioso mes de
septiembre (ver PNUD-GOES, 1982; CEPAL, 1982). En está oportunidad, la zona
de catástrofe pareció extenderse alcanzando cantones y caseríos cercanos a la
ciudad.
El problema de las inundaciones en las zonas rurales de Metapán continua, • tal
como lo refleja una pesquisa hemerográfica realizada por CEPRODE como por
ejemplo: el día 8 de septiembre de 1987 la prensa reporté inundaciones. Tal
parece que por las fuertes lluvias el lago de Guija subió de nivel y el río Ostúa se
desbordó inundando el caserío La Barra y Las Conchas, que corresponde al
cantón Tecomapa. Al menos, 113 familias, según la información disponible,
sufrieron el peligro de que sus hogares fuesen arrastrados por la corriente. El agua
inundé unas 600 manzanas sembradas con maíz. Nuevas inundaciones fueron
reportadas por la prensa local el 06/03/90 atribuidas al "desbordamiento de ríos",
sin que se conozcan mayores detalles.
ii)
El área Lempa-Acahuapa en la zona media del río Lempa.
Esta Área se encuentra situada abajo del puente Cuscatlán en la intersección de
los ríos Acahuapa y el Lempa, que comprende zonas del norte -fronterizas entre
20
Desastres por actividad meteorológica
si- de los departamentos de San Vicente y Usulután. Aquí estamos hablando de
una zona correspondiente a la gran cuenca del Lempa. Sobre esta zona se
proyecta un área irrigable por aguas del embalse de San Lorenzo, situada aguas
arriba de la misma. Esta zona presenta una planicie aluvional, la cual se ve
sometida a los caudales del río Lempa desde el puente Cuscatlán hasta San
Marcos Lempa, municipio de Jiquilisco, Departamento de Usulután. Los focos más
afectados se localizan en la microzona donde se le incorpora al Lempa el río
Acahuapa, al sur del puente.
iii)
La zona baja del río Lempa.
Esta zona se localiza en los departamentos de San Vicente, Usulután y La Paz y
comprende desde el Puente de San Marcos Lempa hasta la desembocadura del
río en el Océano Pacifico. Su ubicación geográfica esta dada por los Meridianos
88° 45* y 88° 55' y los paralelos 13° 27' y 13° 13'. Puede describirse la zona como
aquella porción que queda al interior de una especie de triangulo cuyos vértices
son: hacia nor-oriente, San Marcos Lempa (Usulután); al sur-oriente, la sección
occidental de la Bahía de Jiquilisco; y, al occidente, el Estero de Jaltepeque,
incluyendo tierras adentro en el departamento de La Paz.
Varios puntos geográficos comprendidos bajo esta zona del Bajo Lempa son a su
vez localizaciones relativamente secas tal como fue presentada arriba la
distribución regional de la cantidad anual media de lluvia. En especial sobresalen
los alrededores de la desembocadura del Lempa incluyendo los esteros, que en
este caso son justamente Jiquilisco y periféricamente Jaltepeque.
PNUD y GOES (1982) consideran que esta es el área de inundaciones más
importante del país, ya que año tras año sufre de inundaciones, dejando perdidas
cuantiosas en la agricultura y ganadería. No menos importante es la producción de
perdidas de viviendas. Los primeros registros de inundaciones para esta región,
colectados por CEPRODE, datan de 1934. Las inundaciones más catastróficas
parecen haberse presentado en los anos de 1974, por las precipitaciones
provocadas por los efectos del huracán "Fifí". Dentro de los factores que propician
la inundación en esta zona se pueden contar las siguientes:
La pendiente suave de la zona,
El tipo de material existente en el área, y
La imposibilidad actual de regular el caudal circulante por el río Lempa.
La planicie costera tiene pendientes menores del 3% en toda la zona inundable.
Existen muchas zonas con pendientes suaves en donde se forman lagunas que se
extinguen por evaporación o infiltración en las épocas en que lo permite el estado
del nivel freático. Además de la dificultad de desaguar por la escasa pendiente, se
padece el problema de la carrera de marea relativamente alta existente en el país
que puede llegar a los 3 metros. Si se añade a está la sobre-elevación producida
21
Desastres por actividad meteorológica
por oleaje en caso de temporal, pueden darse situaciones en que el desagüe del
río se vea seriamente impedido por la penetración del mar en tierra.
El tipo del suelo conformado por la llanura costera es altamente erosionable, esto
permite la existencia de pequeños cauces formados en ocasión de inundaciones o
abandonados por el río previamente, que persisten al ser erosionados en
ocasiones en que el agua discurre por ellos, llegándose a formar cárcavas y
depresiones en el suelo.
Al igual que para la zona de Lempa-Acahuapa, para esta zona CEPRODE no
dispuso de documentos que reflejaran la cuantificación de la pérdidas en vidas y
materiales causadas por las inundaciones en esta zona, a pesar que la literatura
existente la presenta como "la zona mas importante de inundaciones del país".
Esa importancia viene dada por ser una zona productora a gran escala de granos
básicos, algodón y ganado bovino y porcino, y aves de corral, así como también
es importante por la actividad pesquera que se desarrolla en la región. Esta región
productiva presenta consiguientemente una no despreciable concentración
poblacional, lo que hace suponer que cuando ocurre alguna inundación en la
zona, muchas personas y familias 'son afectadas convirtiéndose en damnificados.
De acuerdo a la Dirección de Economía Agropecuaria, DGEA-MAG (1974), para
1974 las inundaciones en esta zona afectaron una área de 3 mil a 4 mil manzanas
de producción de algodón.
iv)
La zona alrededor del río Grande de San Miguel
Esta zona comprende la cuenca del río Grande de San Miguel, en el departamento
oriental del mismo nombre, con un área total de 2,360 km2 compartidos por los
departamento orientales de San Miguel, donde se inicia y al que le corresponde
mas área del río, y Usulután donde termina su recorrido desembocando en el
Océano Pacifico al sur de este segundo Departamento Las causas que originan
las inundaciones en esta zona, además de la lluvia, son explicadas a continuación.
Según la distribución regional de la cantidad anual media de lluvia de Hasternrath
y Lessmann (1963), la parte central del departamento de San Miguel representa
una zona relativamente seca, de tal suerte que la parte norte de la región de
inundaciones alrededor del río Grande de San Miguel queda comprendida bajo
aquella jurisdicción de relativa sequedad rutinaria. Esta serla la tercera región de
inundaciones coincidente con la presentación típica de sequedad y viceversa,
según la información disponible.
Continuando, la zona suroccidental de la cuenca, dominada por el volcán de San
Miguel, tiene unas características muy especiales: el coeficiente dé infiltración es
muy alto y, como consecuencia, los cauces superficiales solo actúan de forma
intermitente. Los terrenos volcánicos jóvenes producen un importante flujo base
que se incorpora al río Grande de San Miguel a través de lagunas intermedias
22
Desastres por actividad meteorológica
(San Juan, Jocotal y otras menores en el mismo departamento). Los alrededores
de estas lagunas son zonas inundables recurrentes en época de lluvia a causa de
esta alimentación subterránea que acabamos de describir.
Por otra parte, la pendiente del río es muy baja en la Llanura de Olomega
(alrededor de la laguna del mismo nombre, dicha laguna corresponde a los
municipios de Chirilagua y San Miguel del departamento del mismo nombre, y El
Carmen, del Departamento de La Unión) y en la zona inferior (laguna del Jocotal
en el municipio de San Miguel, y San Dionisio, municipio del Departamento de
Usulután), teniendo un salto intermedio importante (de unos 35-40 metros) en el
desfiladero de El Delirio (localizado en el extenso municipio de San Miguel,
Departamento del mismo nombre). Ambas zonas se inundan prácticamente todos
los años en época de lluvia. De todas estas zonas, las mas afectadas son el área
comprendida entre Las Conchas (San Dionisio), y Puerto Parada (del municipio de
Usulután, en el mismo Departamento). Esta última zona queda localizada al
interior de una zona mayor de esteros en que termina el río en el mismo
departamento de Usulután.
En resumen, se puede afirmar que las inundaciones en este lugar se debe a la
crecida del río Grande que durante el invierno su cauce se vuelve insuficiente para
la descarga que en el hacen otros ríos, convirtiendo los terrenos cercanos en
pantanos e invierte la corriente de los estrechos canales naturales de desagüe que
ahí existentes. El problema se acentúa, ya que bajo estas condiciones los cultivos
de época lluviosa son imposibles de implementar. La práctica de cultivo se dificulta
afín en las pocas zonas altas del terreno, las cuales algunas veces son
alcanzadas cuando ocurren las considerables crecidas del río. Prieto y Perla
(1961) mencionan que las inundaciones en esta zona datan al menos desde el
año de 1955, y hacen referencia a los daños en los cultivos. Estos autores
reconocen que a pesar de las inundaciones en la temporada de lluvias, la zona
presenta durante los «eses de verano una considerable resequedad en el suelo el
cual se parte, Mostrando a su vez una insuficiente humedad para los cultivos.
Los archivos de prensa de CEPRODE reportan que para el mes 09/1989, nuevas
inundaciones las cuales afectaron a unos 6 mil 500 habitantes de 18 caseríos,
destruyendo los cultivos ubicados en aproximadamente 700 manzanas, con un
costo en daños a la producción agropecuaria de alrededor 450 mil colones
(equivalentes a US $ 90 mil, US $ 1 = 5 colones para esa fecha) y en perdidas por
destrucción 'de viviendas, instalaciones, caminos vecinales y tramos de la
carretera del litoral, fueron estimados en medio millón de colones (equivalente a
US $ 100 mil al mismo tipo de cambio anterior).
Estos mismos archivos de prensa de CEPRODE igualmente
han registrado que para 1990 el GOES, tratando de evitar las
inundaciones en esta zona, ha construido algunas obras, bajo
el denominado "Proyecto de control de inundaciones en el río
Grande de San Miguel". Estas obras están situadas en San
23
Desastres por actividad meteorológica
Dionisio, ya referido arriba, y consisten en cinco bordas o terraplenes de una
longitud total de 730 metros y un promedio de 25 metros de ancho en la base,
construidas en la margen derecha del río, en cuyo lecho se han dragado y
rectificado tramos con curvas pronunciadas (ver, "La Prensa Gráfica", 01/07/1990,
p. 3). Según la información disponible, el costo de dichas obras, fechadas en julio
de 1990, asciende a 3 millones 393 mil colones Salvadoreños (equivalentes a US
$ 440,700; US * 1 = 7.70 colones para esa fecha). Se desconocen mayores
detalles del proyecto.
Sin contar con una evaluación del proyecto gubernamental, el cierre de la
temporada lluviosa de 1990, reporta nuevas inundaciones lo que permite inferir,
sin mediar estudio alguno, que quizás esas obras física no han dado los
resultados esperados. Para el 24/10/90, la prensa local reporto serias
inundaciones a 6 kms de la cabecera dptal. y municipal de Usulután en puntos
focales del caserío Puerto Parada del cantón Las Salinas. Según trascendió, no
hubo pérdidas de vidas humanas pero las aguas crecieron a tal nivel que los
centenares de pobladores afectados hicieron uso de embarcaciones para salvar
sus pertenencias hasta alcanzar refugios seguros.
Para finalizar este apartado descriptivo, se presenta el balance de inundaciones
rurales focales durante el desarrollo de la temporada lluviosa hasta sep/90. Este
balance tiene como fuente los archivos de prensa de CEPRODE.
i)
El día 18/mayo/90 las fuertes lluvias de varias horas provocó el
desbordamiento de los ríos' Jiboa el cual recorre de norte a sur el
departamento paracentral de La Paz desembocando en el Océano
Pacifico en el mismo departamento, y el río Jalponga el cual recorre el
municipio de Santiago Nonualco en el mismo departamento, inundando
diversas plantaciones, destruyéndolas por completo. No se reportaron
daños personales. Se desconocen detalles de los efectos catastróficos.
Son dos ríos vecinos y dos cuencas vecinas. El Jalponga se ubica en
las fronteras mismas del cuadrante descrito arriba para la zona de
inundaciones del Bajo Lempa, el cual desemboca en el estero de
Jaltepeque. Es interesante destacar aquí también, como arriba lo
hicimos, que los alrededores de la desembocadura del río Jiboa (y el
Jalponga a su vez puede ubicarse en esos alrededores) entra en la
categoría de zona relativamente seca, reiterándose con este caso la
relación sequedad e inundación.
ii)
El desbordamiento del río Tamulasco, en el departamento norteño de
Chalatenango, el día 21/mayo/90, que arrasé cuatro viviendas las cuales
aparentemente estaban localizadas en zonas dentro del municipio de
Chalatenango. El reporte indicó que 25 personas perdieron sus hogares
y se vio afectada a la ganadería del «rea, alcanzando las pérdidas un
equivalente de 75 mil colones (US $ 18,000, para esta fecha US 1 = 7.5
24
Desastres por actividad meteorológica
colones).
iii)
El desbordamiento del río Chapeltique en el municipio del mismo
nombre, al norte del departamento oriental de San Miguel, el día
27/agos/90 dejó como resultado 115 familias damnificadas compuestas
por un total de 600 personas. No se obtuvo mayor información sobre
estas inundaciones.
Según se indico arriba al tratar la lluvia como factor interviniente en la
producción de inundaciones, la franja central del Departamento de San
Miguel es área relativamente seca. La zona que recorre esta corriente
queda comprendida bajo esta franca.
iv)
El desbordamiento del río Suquiapa, al norte del municipio de
Coatepeque en el departamento occidental de Santa Ana el 30/ago/98,
desapareciendo 5 personas y 55 familias perdieron sus viviendas,
afectando el cantón El Resbaladero y el caserío Planta Vieja.
v)
Para el día 6/sep/90, la región de inundación del Suquiapa se habla
ampliado hasta el municipio de San Pablo Tacachico, Departamento de
La Libertad ubicado en la región central del país, zona que recorre
también dicho río. Pero además, los reporte de prensa señalaron que
otros ríos en municipios vecinos a los ya mencionados, Ciudad Arce en
La Libertad y Metapán en Santa Ana (ya arriba descrito como zona de
inundaciones recurrentes), se hablan desbordado, registrándose
pérdidas en viviendas, víveres, aves de corral, ganado porcino y
herramientas, sobre las que no se ofrecen detalles. En este reporte
global se conoció de datos en infraestructura (tres puentes colgantes) a
lo largo de toda esa región ampliada.
Para estos últimos dos literales iv y v, se tiene nuevamente la concurrencia de
relativa sequedad y producción de inundaciones. Los municipios y ríos señalados
quedan comprendidos en la franja que baja desde el noroeste de Santa Ana hacia
el Valle de Zapotitán. Probablemente sean ésta una de las regiones más secas de
esta parte del país, según la información disponible.
Sumarizando. Los reportes para 1990 dicen de otras zonas inundadas (por tanto
inundables a futuro) las cuales no hablan aparecido en los registros
historiográficos consultados por CEPRODE: Tamulasco, Chapeltique y Suquiapa.
La tesis de CEPRODE de que un estudio retrospectivo profundo pueda derivar en
una mejor microzonificación de áreas inundadas e inundables parece reforzarse
con estos últimos registros periodísticos más refinados hechos por la institución
para 1990. Ese estudio deberá apoyarse, preliminar y provisionalmente en las
informaciones de prensa, para luego determinar in situ los hechos catastróficos
acumulados en ciertas zonas del país.
25
Desastres por actividad meteorológica
Esta reserva sobre la información emana, en principio, del propio manejo que la
prensa escrita local hace de los eventos desastrosos. Baste citar el caso del literal
iv relativo al río Suquiapa en el municipio de Coatepeque, Santa Ana. Los dos
rotativos matutinos se contradijeron en su edición del 3/sep/90 sobre el nombre
mismo del río: mientras uno hablaba de Siquiapa, otro habló de Jutiapa. Según
confirmo CEPRODE, el nombre del río es, como arriba se apunto, Suquiapa, si
bien localmente parece que la población lo nombra indistintamente como Siquiapa
o Suquiapa, pero nunca como Jutiapa. Así, la información de prensa oriento a la
institución en cuanto a la ubicación municipal, Coatepeque, pero al revisarla
detenidamente mostré las deficiencias descritas.
1.1.1. Inundaciones en zonas urbanas.
En este apartado se presenta un panorama particular de las inundaciones en
zonas consideradas como urbanas. En el apartado anterior se indico que en esta
sección aparecen áreas que, al momento de la catástrofe, no podían ser
consideradas urbanas, al menos desde el punto de
vista de la administración política del país. Este el
caso de la cabecera municipal de Acajutla en el
Departamento de Sonsonate, por ejemplo. A
continuación se consolida la información disponible.
ZONAS URBANAS AFECTADAS POR
INUNDACIONES 1856 – 1989
AÑO
1856
1922
1934
1959
1969
1974
1960
LUGAR AFECTADO
Poblaciones ubicadas en margen del río Acelhuate (posiblemente el
AMSS)
Asentamientos ubicados en margen del río Acelhuate en el AMSS
Cabecera municipal de Metapán, Departamento Santa Ana.
Cabecera municipal de Metapán, Departamento Santa Ana.
Cabecera municipal de Acajutla, Departamento de Sonsonate, por
desbordamiento del río Grande de Sonsonate. (Esta cabecera recibió
titulo de ciudad en 1967).
Cabecera municipal de Acajutla, Departamento de Sonsonate.
Poblaciones ubicadas en margen del río Acelhuate en el AMSS
Este listado presenta al Área Metropolitana de San Salvador, AMSS, como la zona
urbana donde recurrentemente se presentan inundaciones. Se desconocen
estudios que informen sobre catástrofes por inundaciones en otros centros
urbanos de importancia como Santa Ana, al occidente, y San Miguel al oriente.
El primer registro histérico sobre inundaciones en el AMSS data del año 1856.
Martínez (1980) refiere que el río Acelhuate, corriente que en la actualidad ha sido
transformada en el principal conductor de aguas residuales del AMSS, se
26
Desastres por actividad meteorológica
desbordo en ese año. Otro suceso semejante, según Martínez, parece haber
ocurrido en 1906. Para estas calamidades se carece de otros datos que permitan
dibujar la magnitud de la tragedia.
No es sino para una inundación ocurrida el año de 1922, que la información
disponible presenta un cuadro mucho mas completo de los efectos derivados de
las inundaciones en el AMSS. Victoria (1978) refiere que dicha inundación causé
la muerte de 100 personas y ocasiono perdidas por cuatro millones de colones (de
la época), siendo las zonas más afectadas los barrios La Vega, Candelaria y San
Jacinto, ubicados en el sureste de San Salvador, asentados al margen del río
Acelhuate.
Varios autores (ver en especial, Villanueva y Robert, 1989) identifican las
principales causas que han contribuido al incremento de los desastres producidos
por inundaciones en el AMSS, a saber:
i)
Gran cantidad de colonias, repartos y urbanizaciones, han sido
construidas en laderas de cerros y a los márgenes de los ríos y zonas
aledañas a las quebradas, especialmente del Río Acelhuate y Quebrada
Arenal Montserrat, que recorren gran parte de la capital y que
constituyen los principales receptores de las aguas residuales de la
capital.
Este problema ha sido generado, en parte, por el déficit de vivienda en
el AMSS, pero es de lamentar que muchas empresas constructoras se
hayan dedicado a urbanizar en las zonas mencionadas, zonas que en
gran medida son vulnerables a inundaciones en la época lluviosa.
Las urbanizaciones ubicadas en laderas, son inundadas por las
corrientes de agua que bajan de las partes altas, especialmente Cerro
de San Jacinto, Volcán de San Salvador al oriente y nor-poniente del
AMSS respectivamente. Estas zonas altas se presentan severa
deforestación, el suelo se ve imposibilitado para absorber las grandes
cantidades de agua provenientes de las lluvias; por lo tanto, el agua que
baja trae a su paso todo tipo de desechos, basuras, piedras, lodo, etc.,
que obstaculiza y azolvan los drenajes de las calles inundándolas y por
consiguiente inunda las casas cercanas a ellas. En algunos casos, estas
dinámicas hidrometeorológicas y edificas alcanzan a producir
deslizamientos de tierra que se convierten en avalanchas desastrosas,
como se vera en la siguiente sección de este mismo capitulo.
Por el contrario, los asentamientos al margen de los ríos (en su mayor
parte "ilegales") se encuentran poblados por familias de escasos
recursos, las cuales han emigrado del campo a la ciudad, por motivos
económicos o como desplazados por problemas de la guerra que
27
Desastres por actividad meteorológica
actualmente sufre El Salvador. En su conjunto, estas familias no poseen
los recursos económicos para adquirir una vivienda con todos los
servicios básicos; consecuentemente, se ven obligados a residir en
dichos lugares. El problema es tan agudo que cada día es mayor la
cantidad de viviendas construidas en estos lugares y mas cercanas al
rió, haciendo perder el cauce normal del mismo, el cual en época de
lluvias por desbordamiento arrasa las precarias viviendas al tiempo que,
como ya se refirió arriba, puede provocar hundimientos y derrumbes. No
obstante que estos peligros se presentan casi anualmente, muchas
personas deciden residir en esos lugares, ya que no tiene otra
alternativa.
ii)
Otro de los problemas que ocasiona inundaciones en el AMSS, es la
existencia de tuberías de agua potable y de tuberías de aguas
residuales, los cuales son muy antiguos, a los que no se les ha
proporcionado el mantenimiento adecuado o su oportuna sustitución, de
tal manera que se han vuelto insuficientes y para la demanda creciente
por el crecimiento urbanístico de las ciudades, ya que a estos son
enviados las aguas provenientes de las nuevas colonias. Igualmente,
deben anotarse acá los desechos provenientes de la industria.
En especial el AMSS, a parte del problema de las tuberías antiguas, es
una región que ha sufrido el efecto de varios macrosismos,
principalmente los de 1965 y 1986, los cuales pudieron dañar todo el
sistema de conducción de desagüe, lo cual a corto o mediano plazo
puede provocar además de inundaciones, como ya se dijo, también
derrumbes y hundimientos.
Para este caso, igualmente es posible reflejar esta terrible encrucijada
para cientos de pobladores urbanos en el AMSS con la reciente nota de
prensa:
"Las inundaciones provocadas por las lluvias inundan un sector
importante de Soyapango (municipio conurbado al nor-oriente del
AMSS)...de tal Magnitud que las fatulas residentes temen una tragedia
con perdida de vidas humas... las señoras C.R., C.A. y J.P.
Manifestaron, alarmadas, el temor de los residentes de esa zona,
porque cada vez que llueve se dan inundaciones, arrastrando las aguas:
vehículos, árboles, animales y, en el caso de las informantes, todas las
pertenencias, dejándolos casi en la calle".
Dijeron que el problema lo crean fabricas que canalizan sus desechos y
las aguas lluvias en dos tubos que van a dar directamente al sitio
indicado, causando el torrente las inundaciones...los informantes piden a
las autoridades que procedan de inmediato a corregir la anomalía y
eviten las inundaciones, pues de lo contrario las aguas sucias y
28
Desastres por actividad meteorológica
desechos terminaran con la vida de Moradores", (él subrayado es de
CEPRODE) (El Hundo, 25/May/98).
iii)
Un tercer factor a mencionar es de las cuencas hidrográficas ya tratado
suficientemente arriba. Es importante subrayar que el AMSS se
encuentra ubicado en la subcuenca y subcuencas del río Acelhuate las
cuales reciben las descargas de agua provenientes de las zonas altas
poniendo en riesgo a los asentamientos ubicados en los márgenes del
río que continuamente se ven inundados y con problemas de
deslizamientos de tierra provocado por el desbordamiento del río.
También como arriba se índice, la potencialidad de producción de
inundaciones en cuencas deforestadas por el crecimiento urbano sin
planificación se hace patente en el AMSS, como la mayor concentración
urbana del país.
Antes de cerrar este apartado, es importante no olvidar la recurrencia bastante
bien informada de inundaciones para una parte del casco urbano de la cabecera
municipal de Metapán, ya referida arriba. Las inundaciones en la cabecera de
Metapán, tal como lo refiere la literatura, fueron producto de efectos combinados
de las crecidas de los ríos San José y Chimalapa, que vienen del norte hacia la
laguna de Metapán; efectos también producto de corrientes que se interconectan a
la altura de la laguna de Metapán y el lago de Guija (compartido con Guatemala);
a esto se suma, los desbordamientos del río San José, ya que el río cambia de
pendiente al llegar a la ciudad de Metapán. La ciudad esta construida en el cono
de deyección del río.
Según Michaelsen y Heymans (1975), tal como también arriba se hizo referencia,
obras importantes de protección habrían tenido lugar a modo de disminuir los
peligros calamitosos por inundaciones en la zona urbana de Metapán. Esto es
reiterado en otro trabajo del PNUD-GOES (1982) en el que se destaca la magnitud
de esas obras de protección. Sin embargo, CEPRODE no conoce ningún
documento que evalúe los efectos protectivos concretos derivados de estas
acciones.
Para concluir, al igual que se presentí) para las zonas rurales, aquí se listan los
eventos urbanos reportados en 1990, todos ellos relacionados con el AMSS, a
saber:
Mayo 10 Una persona muere arrastrada por correntada del río Acelhuate.
Mayo 20 Inundaciones en colonia El Progreso, del municipio de Soyapango.
29
Desastres por actividad meteorológica
Mayo 25 Pérdidas por inundaciones a causa de las lluvias sufren personas
residentes en las cercanías de Soyapango.
Junio 22 Inundaciones en colonias San Antonio y Montecarmelo del municipio
Soyapango, a causa de cor-rentadas de agua y piedra que bajan del Cerro San
Jacinto.
Junio 23 Inundaciones dejan daños materiales en varias colonias periféricas de
San Salvador.
2.2.4 Balance final.
La información histérica referida a los desastres por
inundaciones en El Salvador no aporta mayor detalle sobre
daños ocasionados sobre la población, así como también
sobre los daños materiales, ya que los documentos
colectados en su mayoría se refieren al problema de las inundaciones desde un
punto de vista técnico-científico pos-evento, enfocando las causas de las
inundaciones y sus posibles soluciones desde la perspectiva de la disciplina que
realiza el estudio.
Por ejemplo, el estudio de Prieto y Perla (1961) si bien tuvo como propósito
prevenir la zona de las inundaciones crónicas que afecta la agricultura en esta
área, finaliza en una propuesta de implementación de métodos que permitan el
desagüe del agua que se estanca en época lluviosa, sin observar el componente
humano, individual y social en su amplio espectro. En este mismo sentido, el
trabajo de GOES y PNUD (1983), si bien declara como objeto esa misma
perspectiva previsiva apuntando a la mitigación de daños en la población, lo cierto
es que operativamente las medidas sugeridas enfocan únicamente la construcción
de obras, sin incluir a la población misma y su preparación para los efectos,
cuando menos, hasta cuando esas obras lleguen, ignorándose si efectivamente
ellas llegaron.
La evaluación de los efectos, como se ha pasado revista aún para eventos
sumamente focalizados, carecen, a distinto nivel de información e investigación,
de una descripción mucho mas precisa a pesar de la cronicidad, en muchos
casos, de la producción de catástrofes por inundaciones. Ciertamente, dado el
estado de la información disponible sobre inundaciones, es imposible ir mas allí de
consolidados que mas incompletos sugieren la carencia de mecanismos de
producción de información a distinto nivel, tanto local como nacional,
administrativo y técnico, político y científico. Con todos los datos con que se
cuentan a este nivel del estudio, indican sin lugar a dudas que las repercusiones
físicas, materiales, humanas y financieras son altas, afectando local y
regionalmente un desarrollo sostenido.
30
Desastres por actividad meteorológica
La interrelación de factores intervinientes en las causas de las inundaciones
todavía queda imprecisa, sobretodo en la determinación del peso relativo que las
variables arriba citadas juegan en uno u otro caso. La conjunción entre sequedad
e inundaciones es relevante en todo caso: áreas relativamente secas (y en
algunas zonas se puede hablar de las mas secas del país) son áreas
crónicamente inundables. Se esta pendiente pues de una evaluación particular y
actual del suelo, la cobertura vegetal, el impacto del crecimiento urbano sin
planificación y del deterioro natural y humano de las cuencas, que es casi decir del
país todo.
Lo que CEPRODE ha podido consolidar, a partir de fuentes diversas en materia de
inundaciones, es presentado a continuación:
DAÑOS ACUMULADOS PROVOCADOS POR INUNDACIONES
DESDE 1934 A 1990
i)
Agricultura
TIPO DE CULTIVO
4,700
1,500
1,500
1,200
3,700
algodón
pastos
arroz
maíz
otras
ii)
Ganadería
TIPO DE GANADO
ganado vacuno
iii)
1
MANZANAS
NUMERO DE CABEZAS
3,400
Total de daños cuantificados (sin especificar rubros)
AÑOS
PERDIDAS
(en colones de la época)
1922
1961
1969
1989
19901
4 millones
50 mil
150 mil
1 Millón
75 Mil
En base a los archivos de CEPRODE, incluye hasta sep/90.
31
Desastres por actividad meteorológica
De acuerdo a la CEPAL (1975), los daños ocasionados por inundaciones
provocadas por ciclones tropicales en El salvador en el periodo comprendido de
1934 a 1974 ascendieron a US $60 millones (de la época), entre daños a la
agricultura, ganadería e infraestructura. Se desconoce como la CEPAL llegó a
estos estimados sobre el impacto de las inundaciones.
iv)
Familias afectadas
AÑO
1961
1965
1969
19902
v)
NÚMERO DE FAMILIAS
500 familias
200 familias
900 familias
90 familias
Personas afectadas (no contadas como familias)
AÑO
1922
1968
1969
1989
19903
FALLECIDOS
100
14
----5
DAMNIFICADOS
----200
8,500
25
Como ya se adelanto arriba, resulta prácticamente imposible, dada la información
disponible, levantar estimados en términos de indicadores de calidad de vida tales
como: seguridad alimentaría, salud física y mental, educación, infraestructura,
vivienda y albergue, producción, y otros. Así, quedan fuera de toda descripción y
de todo análisis empírico preguntas como: ¿Cuáles son las acciones que las
comunidades emprenden para mantener sus niveles de seguridad alimentaría en
periodos de inundaciones si sus cultivos y/o ganados se ven afectados?, ¿Cómo
restituye una familia marginal en el AMSS, sometida al impacto de los
desbordamientos, su de por si precarias viviendas? ¿Cómo mitiga, en el plano
emocional y psicológico, esta angustia derivada de la amenaza directa a la vida
por el crecimiento de las corrientes, sabiendo el poblador que no tiene otra opción
de asentamiento?
Así, se puede pasar a discutir en este balance final el tema de
la acción de emergencia, mitigadora y preventiva en materia
de inundaciones. A pesar que arriba se hizo referencia a varios
estudios que enfocaban la puesta en marcha de acciones
concretas, lo cierto es que se carece de evaluaciones
2
3
En base a los archivos de CEPRODE, incluye hasta sep/90.
En base a los archivos de CEPRODE, incluye hasta sep/90.
32
Desastres por actividad meteorológica
generales y particulares que den cuenta de la aplicación de esas propuestas o de
los resultados obtenidos en actividades especificas, tal como las presentadas por
Prieto y Perla (1961) y GOES y PNUD (1983).
Los reportes de prensa para 1990 citados arriba, transmiten, en muchos casos, el
miedo de la comunidad y de las personas ante desbordamientos inminentes. ¿Por
qué, de una vez por todas, se declara, si es que así es el caso, la imposibilidad
gubernamental y privada por prevenir inundaciones en regiones como la cuenca
del río Grande de San Miguel o el Bajo Lempa? Tal parece que hay una
inmovilidad casi absoluta por destinar recursos efectivos para ello. Es impreciso el
número de zonas eventualmente inundadas, pero un mejor conocimiento de las
mismas podría ayudar siquiera a salvar algunas vidas arrastradas por aguas
lluvias y corrientes crecidas.
Hasta ahora, se carece de una evaluación general que de cuenta de los
programas de ayuda de emergencia implementados durante desastres por
inundaciones, el cual aporte elementos críticos para describir tan siquiera la acción
del estado y de algunos conjuntos de instituciones privadas, así como de la
cooperación externa ahora tan volcada a contribuir al desarrollo socioeconómico
así como para emergencias tal como se observo durante el terremoto de octubre
de 1966 en San Salvador (ver, CEPRODE, 1989).
Se ha sabido, como se describió arriba para el caso del río Grande de San Miguel,
de algunas acciones gubernamentales en el rubro de infraestructura protectiva
para enfrentar las crecidas de las corrientes. Pero se esta lejos de iniciar
actividades permanentes y sistemáticas que se avoquen a una atención integral
de los eventos futuros catastróficos. La literatura científica ha mostrado en el caso
de los pobladores pobres afectados por inundaciones que a pesar de cuantiosos
volúmenes de ayuda gubernamental destinados a ellos, su situación a largo plazo
después de la catástrofe sigue siendo mayoritariamente peor que antes del
desastre. Su situación social y económica periférica no se ve más que agudizada
por la catástrofe y la ayuda no es más que remedial y en poco o nada contribuye a
enfocar actitudes ulteriores de protección para peligros calamitosos futuros.
3
DESLIZAMIENTOS DE TIERRA
Los deslizamientos de tierra constituyen uno de los
fenómenos naturales mis comunes en la serie de
desastres
relacionados
a
la
actividad
hidrometeorológica, pero también relacionados a la
actividad humana.
Estos deslizamientos, conocidos también como
avalanchas, aluviones, derrumbes y aludes (aplicado
33
Desastres por actividad meteorológica
mas a deslizamientos desde cumbres nevadas), son flujos de tierra y agua,
algunas veces en forma de lodo y/u otras acompasados por rocas, árboles,
desechos, etc. En ciertos casos, la forma que toma el deslizamiento es de
hundimiento de la tierra. Lo sustantivo del fenómeno es la remoción del suelo. Otro
tipo de desastre relacionado con las avalanchas es la calda de los taludes que son
cierto tipo de deformaciones en el suelo en forma de muros de tierra o terrenos
inclinados, que pueden ser naturales o producto de la actividad del hombre.
Al igual que en el caso de las inundaciones, los factores concurrentes en los
deslizamientos tocan el estado de los recursos naturales, los cambios en el
régimen de lluvias y el tipo de desarrollo de los asentamientos urbanos y rurales. A
continuación pasamos revista a aquellas condiciones específicas en que estos
factores intervienen en la producción de desastres por deslizamientos.
3.1
DESLIZAMIENTOS DE TIERRA EN CENTROAMÉRICA
La información disponible a nivel regional, no permite dibujar una idea clara sobre
la historia de los deslizamientos de tierra en Centroamérica. Recientemente, el
Centro de Coordinación para la prevención de desastres naturales en América
Central, CEPREDENAC (1990), ha aceptado para toda la región que hasta la
fecha "existen muy pocos conocimientos del mecanismo de estos fenómenos" (p.
102).
Parece que existe una marcada confusión sobre la concepción misma de
deslizamiento. Así, el CEPREDENAC (1990) habla indistintamente de
deslizamiento y talud (p. 46), llegando incluso a reducir el deslizamiento a una
forma de erosión masiva (CEPREDENAC, 1987).
Ciertamente, como parte de los eventos asentados en la actividad
hidrometeorológica, los deslizamientos constituyen un evento potencialmente
catastrófico mas focal y de menos espectro que las inundaciones, sin embargo,
como queda registrado por la literatura sobre deslizamientos, una actividad
ciclónica de alto nivel es capaz de producir a nivel regional una importante
cantidad de deslizamientos focales, tal como lo afirma CEPREDENAC (1990)
quien habla de "numerosos deslizamientos ocurridos en 1986 a consecuencia de
las lluvias ocasionadas por los huracanes 'Gilbert' y 'Joana' desde Panamá hasta
Guatemala" (p. 46).
No solo se esta pendiente de un estudio mas profundo sobre los deslizamientos
en tanto evento catastrófico, sino que se desconoce casi por completo el impacto
social, económico, psicológico, 'de la historia especifica de los desastres por
avalanchas. Es posible estimar daños acumulados en términos de muertes,
heridos, personas sin hogar, infraestructura?, Existen puntos de desastres
recurrentes por deslizamientos?
34
Desastres por actividad meteorológica
Habiendo quedado planteada la perspectiva de CEPRODE sobre deslizamientos,
matizando los fenómenos de avalanchas y taludes propiamente dichos, se vuelve
a reiterar la preocupación porque se realicen investigaciones mas amplias,
sobretodo que los pequeños derrumbes y los taludes focales sin afectar grandes
conjuntos sociales (como por ejemplo, el aluvión de Montebello, El Salvador,
1982) acumulativamente van arrastrando vidas, hogares e infraestructura,
pasando desapercibida esta cronicidad catastrófica que ocurre a nivel microzonal.
3.2
LOS DESLIZAMIENTOS EN EL SALVADOR
3.2.1 Variables relacionadas a los deslizamientos
i)
La lluvia.
En el capitulo sobre inundaciones se explicó el
régimen particular de lluvias en el país.
Interesa destacar en este apartado que la
frecuencia de las lluvias es un factor
interviniente
en
la
producción
de
deslizamientos, ya que el exceso de humedad
del suelo facilita su remoción, siendo más
susceptibles los suelos de los terrenos con
pendientes fuertes en los cuales se incrementa
la presión de la carga del agua para ser arrastrados.
En este sentido, el suelo de por si se remueve por la presión de un mayor flujo de
agua lluvia. Sin embargo, esta influencia se complejiza si se enmarca, como arriba
se delineo, en el proceso de erosionabilidad. Por ello, es de por si "natural" que
existan derrumbes desde cumbres altas y desde volcanes, por esta acción del
agua lluvia. De esa manera, el punto de origen de algunos eventos de
deslizamiento es la particular facilidad de los terrenos para removerse en
temporada de lluvias.
Para el caso de El Salvador, como se vera mas adelante, algunos autores han
soportado esta hipótesis para explicar, en ese punto de origen, el caso del volcán
de San Vicente, según Lauer (1956), la erosión del suelo, los profundos barrancos
y el temporal de 1934 (ver Capitulo 3 sobre Huracanes de este mismo trabajo), se
combinaron para generar un enorme derrumbe (llamado "la lava"), en el norte del
volcán. Tal parece que por este evento se produjeron inundaciones, lo que
ocasionó la destrucción total de la villa de Tepetitán del departamento de San
Vicente, sus habitantes se trasladaron en 1935 al lugar que hoy ocupa Tepetitán y
que en aquel momento se conoció como Nuevo Tepetitán. Otro caso, muy
reciente, el trágico aluvión de Montebello de 1982 (ver Marroquín, 1982).
35
Descargar