Título: La esperanza de vida. Diferencias y semejanzas en las condiciones de supervivencia en Cuba y México. Políticas y Acciones en Cuba. Esther María León [email protected] Investigadora y Colaboradora Centro de Estudios de Población y Desarrollo, Oficina Nacional de Estadísticas e Información, Cuba. Madelín Gómez [email protected] Estudiante de Doctorado en Demografía Centro de Estudios Demográficos, Universidad Autónoma de Barcelona, España. Resumen corto Durante el Siglo 20th se produjo un incremento considerable de la longevidad. Esto plantea interrogantes sobre la paradoja entre la supervivencia y la salud de hombres y mujeres, y su efecto sobre la decisión de políticas sociales y de salud; ejemplo de estas se analizarán en Cuba, que tiene un avanzado envejecimiento poblacional. Con diferentes estadios en la transición demográfica, ambos experimentan en el siglo pasado incrementos de la esperanza de vida, ubicándose por encima de los 75 años. Pero, nos preguntamos ¿están las mujeres perdiendo la ventaja en la supervivencia, dada la reducción del diferencial de esperanza de vida? El objetivo del presente trabajo es analizar las condiciones de supervivencia y salud de Cuba y México. Dado el nivel de mortalidad general similar en ambos, profundizaremos en diferencias en cuanto a edad y aporte de las causas de muerte a la evolución del diferencial en la esperanza de vida en 1987, 1995 y 2007. Se utilizarán datos de las oficinas de estadística de Cuba (ONEI) y México (INEGI-CONAPO). Aplicaremos el método de descomposición propuesto por Shkolnikov, 2001 para determinar el efecto de la edad y las causas de muerte sobre el diferencial por sexos de la esperanza de vida. Resumen extenso Introducción El nivel de esperanza de vida al nacer es uno de los indicadores agregados más utilizados a nivel internacional para conocer el nivel de mortalidad y salud de una población. En el pasado Siglo 20th se experimentaron considerables incrementos en la esperanza de vida, fundamentalmente en países desarrollados, siendo Japón el país que lidera la lista desde hace más de 3 décadas llegando a tener 83 años de esperanza de vida al nacer en el 2009. No obstante, países subdesarrollados desde la mitad del siglo veinte han empezado a mostrar importantes avances en materia de mortalidad y salud, redundando en un incremento de la esperanza de vida y llegando a alcanzar e incluso sobrepasar a algunos países desarrollados como es el caso de Cuba y Chile. Otros como en el caso de México, han tenido un incremento constante del indicador, ubicándose por encima de los 75 años al nacer desde el 2008. Otro aspecto a destacar del indicador de esperanza de vida es que permite ver las diferencias de mortalidad entre hombres y mujeres, al desagregarlo por sexo se observa una constante en el tiempo y entre países, y es que se da una mayor supervivencia de las mujeres con respecto a los hombres, de entre 3 y 8 años según el país, aunque en las últimas décadas se ha dado una disminución de esta ventaja para las mujeres. Esto ha llevado a muchos sectores, tanto de las ciencias sociales, desde la medicina y también del ámbito político a plantearse interrogantes y cuestiones acerca de la llamada paradoja entre la supervivencia y la salud de hombres y mujeres (male-female health-survival paradox). Las anteriores reflexiones nos han llevado a elaborar algunas preguntas a responder en el presente trabajo. Como marco general de la investigación nos centraremos en analizar las condiciones de supervivencia y salud de dos países latinoamericanos, Cuba y México. Pese a encontrarse en diferentes estadios de la transición demográfica, ambos han experimentado en el siglo pasado importantes incrementos del nivel de la esperanza de vida al nacer, ubicándose por encima de los 75 años (Cuba con 80.02 años las mujeres y 76.0 años los hombres en 20052007 y México con 77.8 y 73.1 respectivamente en el 2010). Por otro lado, su nivel de mortalidad en grandes agregados es similar, no obstante, profundizaremos en las diferencias de mortalidad entre ambos países, así como el aporte de las causas de muerte a la evolución del diferencial en la esperanza de vida al nacer entre hombres y mujeres para los dos países, entre 1987, 1995 y 2007. Entonces, a partir de aquí nos centraremos en las siguientes preguntas: - ¿Cuáles son las similitudes y diferencias en la esperanza de vida al nacer entre México y Cuba? - ¿Cómo afectan las diferencias en el estadio de la transición demográfica entre los países al aporte de la mortalidad por edades a la esperanza de vida? - ¿Qué edades y causas de muerte son las responsables del incremento de la esperanza de vida en los períodos 1987-1995 y 1995-2007? Las preguntas anteriormente enunciadas, responden a los siguientes objetivos: - analizar la tendencia observada en las últimas dos décadas de la esperanza de vida de ambos países; - analizar las diferencias en los principales factores de la Transición Demográfica entre ambos países (fecundidad, mortalidad y migraciones); - Construcción del diferencial de sexo en la esperanza de vida al nacer entre 1987-1995 y 1995-2007; - Calcular el aporte o deterioro por edad y determinadas causas de muerte a la esperanza de vida al nacer. Datos y Métodos Para llevar a cabo nuestros objetivos se utilizarán datos de población y salud de las oficinas de estadística de Cuba (ONEI) y México (INEGI) y CONAPO. Aplicaremos el método de descomposición propuesto por Shkolnikov, 2001 para determinar el efecto de la edad y las tasas específicas según causa de muerte sobre el diferencial por sexos de la esperanza de vida al nacer en dos períodos 1985-1997 y 1995-2007. El método que emplearemos tiene tres pasos fundamentales: 1. Primeramente se encuentran las diferencias de dos esperanzas de vida por sexo con la siguiente fórmula: W e − e = ∑ nε y 2 x [1] 1 x y= x ε es la contribución a la diferencia general entre las esperanzas de vida (población 2Donde población 1), producidas por la diferencia en mortalidad en el grupo de edad Y y Y+n. 2. ε se obtiene a partir de: n εy = 1 1 1 2 1 1 1 l e − ey − l y+n ey+n − ey2+ n − 2 l y2 ey2 − e1y − l y2+n ey2+n − e1y +n 1 y y 2lx 2lx [( ) ( )] [( ) ( )] [2] Donde x es la edad inicial; Y es la edad exacta; n la amplitud del intervalo; W es la edad final y l son los supervivientes a cada edad. 3. Luego las tasas específicas de causas de muerte (j) también se descomponen y multiplican por (n ε y): n ε y, j = n M 1y , j − n M y2, j n M 1y − n M y2 ×n ε y [3] Donde nMy,j es la tasa central de mortalidad en la población (1 o 2) para la edad Y, Y+n y la causa de muerte j; y nMy son las tasas centrales de mortalidad para el total de las causas de muerte. El método nos permite desagregar las diferencias entre las esperanzas de vida, en este caso en dos períodos de tiempo para cada sexo y país. Resultados preliminares Evolución de la esperanza de vida al nacer El siglo pasado mostró claros signos de avances en la supervivencia y calidad de vida en la población mundial. Más acentuados se vieron estos cambios en la segunda mitad del Siglo 20, cuando los países en vías de desarrollo empiezan a alcanzar elevados niveles de supervivencia y salud, llegando a alcanzar a muchos países desarrollados. Un ejemplo de esto es la evolución de la esperanza de vida al nacer. En la Figura 1 podemos observar la evolución del indicador en algunos países seleccionados, desde 1950 hasta la actualidad. Durante la primera década de observación se evidencian tres grandes grupos de países, los de más alto nivel del indicador (entre ellos Holanda con el más alto nivel y Estados Unidos), un segundo grupo que incluía entre ellos países desarrollados como Japón y algunos subdesarrollados como Argentina y Cuba y un tercer grupo donde se concentraban la mayoría de los países en vías de desarrollo, donde se ubicaba México. Figura 1. Evolución de la Esperanza de Vida al Nacer (en años) para países seleccionados: 1950- 2009. Podemos observar que la amplia brecha que separaban los países seleccionados a principios de 1950, posteriormente se fue reduciendo, con diferentes evoluciones por países. En el caso de Cuba, se dieron importantes avances entre 1960 y 1980, para luego ralentizar e incluso estancar sus mejoras en la década de los noventa, recuperando su nivel a principios del siglo 21. En cuanto a México se observa un comportamiento diferente. Se observa primero una ralentización de su incremento desde 1960 y hasta la década de los noventa cuando sus mejoras aumentan llegando a reducir considerablemente las diferencias y sobrepasando los 75 años de esperanza de vida en el 2008, diez años después que Cuba lo alcanzara. Otro indicador a analizar junto con la esperanza de vida es el diferencial por sexos de éste, dado que nos muestra en un solo valor las diferencias de supervivencia entre hombres y mujeres. La figura 2 nos muestra este indicador para determinados países, agrupándolos según tres diferentes comportamientos. El primer grupo corresponde a aquellos países donde se observó en el período de observación un decrecimiento continuo de su valor, el cual varió entre 6 y 8 años de diferencia para 1990 a disminuir a niveles entre 4 y 6 años. El segundo grupo corresponde a países que primero tuvieron un aumento del indicador para luego decrecer, destacando que no obstante tener la misma tendencia, el diferencial de Uruguay casi duplica el de Costa Rica, dicho en otras palabras, mientras que las mujeres de Uruguay tuvieron como promedio 8 años más de esperanza de vida que los hombres en el 2000, las mujeres de Costa Rica tan solo le superaban a los hombres 5 años. Figura 2. Diferencial de sexo en la Esperanza de Vida al Nacer para países seleccionados. Años 1990, 2000 and 2006. El tercer grupo corresponde a aquellos que han tenido un incremento del indicador y luego un estancamiento de su nivel. En este encontramos a Cuba y Japón a pesar de que también se observan las diferencias de nivel encontradas en el segundo grupo. La esperanza de vida depende directamente de los patrones de mortalidad de la población en estudio, dado que es un indicador resumen de la mortalidad a todas las edades. El incremento de este indicador en sus inicios se debió a la disminución de la mortalidad en el grupo de edad 1-4, seguido por la disminución de la mortalidad infantil y luego para aquellos países con muy bajas tasas de mortalidad infantil, las ganancias en esperanza de vida dependen cada vez más de lo que sucede con la mortalidad en edades adultas, sobre todo después de los 60 años (Chirstensen et. al., 2009). Efectos de la transición demográfica En este apartado se abordarán las diferencias entre los indicadores demográficos básicos que determinan el crecimiento y nivel de la población. Se presentan a continuación las tasas de natalidad, mortalidad, migraciones y crecimiento total de la población entre 1990 y el 2010 de Cuba (Figura 3) y México (Figura 4). Cuba presenta desde 1978 un nivel de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, con un decrecimiento sostenido del nivel de nacimientos; sumado a esto una migración internacional enfocada hacia la emigración y la mortalidad permaneciendo casi constante (variando en un rango estrecho entre 6 y 8 por mil), hace que cada vez el crecimiento de la población sea menor, llegando a ser negativo tres años consecutivos (2006-2008) recuperándose ligeramente en el 2009, alrededor del 0,6 % de crecimiento (Figura 3). Figura 3. Evolución de la Tasa de Crecimiento y sus componentes, Cuba 1990- 2010 (por 1000 habitantes). En el caso de México (Figura 4), se encuentra en un proceso anterior en la transición demográfica con respecto a Cuba, lo cual se puede observar por un nivel todavía elevado de su fecundidad, aunque en proceso de decrecimiento; por otro lado la mortalidad es elativamente menor que la cubana, lo cual se explica por las diferencias de estructura de edad de ambos países, contando con baja proporción de personas adultas mayores y por tanto todavía no afecta tanto la mortalidad como en el caso cubano, y la tasa de crecimiento, aunque también tiende a la disminución es todavía elevada comparada con la de Cuba. Figura 4. Evolución de la Tasa de Crecimiento y sus componentes, México 1990- 2010 (por 1000 habitantes). Esta evolución de los componentes demográficos hace que México todavía se encuentre en medio del proceso del bono demográfico, por lo que la presión demográfica es diferente a la de Cuba. Si bien, esta se enfrenta a un avanzado proceso de envejecimiento, la población mexicana todavía cuenta con una alta proporción de jóvenes y adultos como se puede observar a continuación en las pirámides de población de cada país. La figura 5 muestra la estructura por sexo y edad de la población cubana del año 2008 y la esperada según las proyecciones para el 2030. La fecundidad de la población cubana ha disminuido considerablemente en las últimas décadas, por tanto ya en el 2008 se puede observar la disminución de la proporción de personas en edades jóvenes que ha provocado la disminución de la natalidad. Figura 5. Pirámide de población de Cuba, 2008 y proyección para el 2030. Al mismo tiempo, la mejora en las condiciones de salud y mortalidad ha hecho que cada vez más personas llegan a edades avanzadas producto del aumento de la esperanza de vida de la población. Se puede observar también como para las proyecciones del 2030, se reducirá más aún la población infantil y joven, a la vez que pasan a edades adultas cada vez más personas, relegando a edades más avanzadas la forma de la pirámide del 2008. La población cubana se encuentra entre las más envejecidas de América Latina y el Caribe, con un 17,2% de personas con 60 años o más en el 2009 y se espera alcance el 30,8% para el 2030. A diferencia de lo observado en la pirámide de Cuba, la población mexicana muestra una estructura joven, con una alta proporción de personas en edades jóvenes en el 2008 (Figura 6). Figura 6. Pirámide de población de México, 2008 y proyección para el 2030. Es de destacar que ya en el 2008 se observa la reducción de la natalidad al haber disminuido la población entre 0 y 10 años, teniendo la mayor cantidad de efectivos en las edades entre 10 y 15 años. Para el 2030 es de destacar la importante disminución de población en edades jóvenes que se proyecta, además de que dado el aumento de la supervivencia aumenta considerablemente la proporción de personas entre 40 y 80 años de edad. Es de destacar que aunque México todavía cuenta con una población relativamente joven, cada vez más aumentan la cantidad de personas que llegan a mayor edad, por las mejoras en las condiciones de salud y mortalidad, por lo que junto con una población joven, se precisan condiciones y medidas que faciliten las condiciones de la población adulta. En este sentido, resulta positivo analizar el efecto del envejecimiento sobre la estructura de la población y la mortalidad en cuba, así como determinadas acciones que ya se están tomando en este país, para enfrentar los retos que suponen estas condiciones ya en Cuba y las que se esperan en las próximas décadas en México. Descomposición del diferencial por sexo de la esperanza de vida al nacer Como resultado preliminar presentamos los resultados de la descomposición del diferencial de la esperanza de vida al nacer de las mujeres cubanas para dos períodos en el tiempo. Este indicador nos dice cuánto ha aumentado (si es por encima de cero) o disminuido (si es negativo) la esperanza de vida de las mujeres, en que grupos de edad y por qué causas de muerte entre 19871995 y 1995-2007 (Figura 7). Entre 1987 y 2007 las mujeres aumentaron su esperanza de vida en 3.68 años, no obstante, cuando analizamos los dos períodos mencionados anteriormente, se observa que en el primer período (1987-1995) casi no hubo incrementos, tan sólo de algo más de medio año; siendo mayores en el segundo período, con algo más de 3 años de incremento. Figura 7. Descomposición de la Esperanza de Vida al Nacer entre 1987-1995 y 1995-2007. Cuba, Mujeres. En el trabajo se profundizará en las condiciones de mortalidad que presentan ambos países, destacando las diferencias entre México y Cuba, dado sus diferentes estructuras de población y mortalidad. Por otro lado, se presentará la descomposición por edad y causa de muerte del diferencial de esperanza de vida al nacer para los períodos seleccionados para los hombres de Cuba, así como los dos sexos en México. Relación entre envejecimiento e implementación de políticas públicas y acciones sociales La dinámica demográfica que ha tenido lugar en cuba en las últimas décadas ha conducido a un rápido ritmo de envejecimiento, que está teniendo lugar en Cuba. Esto se puede evidenciar en las pirámides de población anteriormente mostradas, pero más detalladamente en el volumen de población joven y en los que empiezan la tercera edad (Figura 8). Ésta dinámica ha implicado serios desafíos que han conducido a la adopción de políticas y acciones con relación a la población y en particular la relacionada con los adultos mayores. Figura 8. Volumen de población de personas de 17 y 60 años. Cuba, 2007-2030. A continuación se mencionan algunos Programas, Leyes, Regulaciones o Medidas que se han adoptado en cuba y algunas de las Instituciones y Asociaciones que se han creado en las últimas décadas, los cuales se discutirán y compararán con lo desarrollado hasta ahora en México. 1) Programa de Atención al Adulto Mayor en Cuba (1974, 1985) 2) Programa Integral de Atención al Adulto Mayor.1997 (Subprograma de Atención Comunitaria al Adulto Mayor) 3) Creación del Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED). Centro Iberoamericano de la Tercera Edad. 1992. 4) Creación del Grupo Nacional Intersectorial para evaluar tendencias de población y elaborar proyecto de medidas presidido por el Ministro de Economía y Planificación. 5) Creación de los Equipos Multidisciplinarios de Atención Gerontológica. (EMAG) A nivel de policlínico. 6) Objetivos de trabajo e Indicadores 2011. MINSAP. 7) Transformaciones necesarias en el sistema de salud cubano. Nov 2010 8) Nueva legislación Laboral (con cambios sobre la edad de jubilación y forma de cálculo del monto de las pensiones que beneficia a los jubilados). 2010. Ministerio del Trabajo y Seguridad Social. 9) Reglamentaciones de asistencia social. Para los adultos mayores con discapacidad que viven solos o con cónyuge solo o un familiar mayor solo. 10) Programas sociales dirigidos al adulto mayor solo o sin apoyo familiar. O a la familia para mantenerlo en su entorno familiar. 11) Círculos de Abuelos para la práctica del ejercicio físico sistemático, actividades culturales y sociales 12) Casas del Abuelo para la atención de adultos mayores que en el horario laboral de la familia no tienen en su casa quien los cuide. 13) Universidades de la Tercera Edad. Cátedras Universitarias del Adulto Mayor en la Universidad de la Habana y sus filiales en distintos municipios del país. 2002 14) GERICLUB en los Jóvenes Club de Computación. 15) Club de los 120 años, para los que desean lograr tener una "longevidad satisfactoria". En los próximos apartados del trabajo se presentarán las condiciones de mortalidad que presentan ambos países, destacando las diferencias entre México y Cuba, dado sus diferentes estructuras de población y mortalidad. Por otro lado, se presentará la descomposición por edad y causa de muerte del diferencial de esperanza de vida al nacer para los períodos seleccionados. 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