Capítulo IIIa: Principales ecosistemas naturales de la VIII región

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Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
CAPITULO III:
PRINCIPALES ECOSISTEMAS NATURALES DE LA VIII REGION
I. ECOSISTEMAS DULCEACUICOLAS
La Tierra se distingue como el planeta que más
agua contiene en nuestro sistema solar. Esto se
debe a que está mayormente cubierto por agua,
con el 97% en los océanos, la que contiene sal
y minerales disueltos por lo que se le llama
“agua salada”. Ríos, riachuelos y otros cuerpos
de agua tierra adentro (en los continentes) no
contienen sal y se les llama “sistemas de agua
dulce”. El agua dulce se encuentra en los ríos,
lagos y lagunas, en aguas subterráneas y en la
atmósfera.
La existencia de estos sistemas de agua dulce,
están totalmente comprometidos con el ciclo del
agua. El ciclo de agua no tiene principio ni fin
y sus diversos procesos ocurren en forma
continua. El ciclo se produce cuando el calor
del sol causa que el agua de los océanos, lagos,
ríos y la superficie terrestre se evapore, y suba
hacia la atmósfera. El vapor de agua se
transporta y se eleva en la atmósfera hasta que
se condensa y precipita sobre la superficie
terrestre o los océanos. La lluvia que cae es
agua dulce porque las sales fueron dejadas en
los océanos durante el proceso de evaporación.
Una parte del agua que llega a la tierra será
aprovechada por los seres vivos; otra, escurrirá
por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el
océano. A este fenómeno se le conoce como
“escorrentía”. Otro poco del agua se filtrará a
través del suelo, formando capas de agua
subterránea. Este proceso es la “precolación”.
Más tarde o más temprano, toda esta agua
volverá nuevamente a la atmósfera, debido
principalmente a la evaporación, la que puede
ser interceptada por la vegetación y convertirse
en flujo superficial. La mayor parte del agua
interceptada y de escorrentía superficial regresa
a la atmósfera mediante la evaporación.
1. La Región del Bío-Bío y sus principales recursos
hídricos
Debido a la diversidad de ambientes acuáticos
dulceacuícolas, es necesario hacer una clasificación.
Un criterio general es el movimiento de las aguas, si
éstas son empozadas o fluyentes. En relación a esto,
se han creado los términos léntico y lótico. El término
léntico viene del latín "lentus" que significa lento,
perezoso o calmo y corresponde a los cuerpos de
agua que son normalmente lagos, lagunas, pozas o
charcos. El término lótico indica cuerpos de agua
fluyentes, como los ríos, arroyos, esteros y
manantiales.
Chile es un país con abundantes recursos hídricos
que se reparten irregularmente en su largo territorio.
Estos recursos están conformados principalmente
por hoyas hidrográficas de origen andino que se
extienden desde la cordillera al mar de norte a sur
del territorio nacional.
La red hidrográfica de la Región del Bío-Bío se
organiza a través de dos grandes hoyas: la del Ro
Itata, que drena las provincias de Ñuble al norte; y,
la del río Bío-Bío, que drena el sector sur de la región.
Ambos sistemas tienen su origen en la Cordillera de
los Andes y poseen numerosos ríos, arroyos, lagos
y lagunas en todo su recorrido.
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• La hoya del Río Itata: su cuenca hidrográfica alcanza
a 11.633 km2 y está formada principalmente por los
Ríos Ñuble e Itata. Este último tiene una longitud de
230 km. y un caudal medio en la desembocadura de
140 m3/seg.
• La hoya del Río Bío-Bío: esta cuenca, con 24.029
km2, es la tercera en extensión después de la del Río
Loa y el Río Baker. El Río Bío-Bío nace de las lagunas
Icalma y Galletué, en la Cordillera de los Andes (IX
Región). Después de recorrer 380 km, desemboca en
el Golfo de Arauco (VIII Región).
Algunas cuencas costeras de importante influencia en
el área litoral, que alberga una gran concentración
urbano-industrial, son las de los Ríos Andalién,
Carampangue, Paicaví y Lebu.
Los principales ecosistemas lóticos de la VIII región Bío-Bío e Itata- presentan numerosos tributarios o
afluentes (ríos o esteros más pequeños que
desembocan en ellos). Todos son importantes desde
el punto de vista de abastecimiento de agua potable,
receptor de aguas servidas y son utilizados para el
riego, uso industrial y para el deporte y la recreación.
El principal ecosistema léntico de la región es la Laguna
del Laja, de 125 km2 de superficie, único Parque
Nacional de la Región del Bío-Bío que origina el Río
Laja (principal afluente del Río Bío-Bío). Es un hermoso
parque cuyo atractivo principal lo compone la laguna
que le da su nombre. Desde las alturas el Volcán
Antuco, vigila una zona de gran belleza y riqueza
vegetal, en donde el ciprés de cordillera y las milenarias
araucarias dominan el paisaje. Además, existen
ventisqueros y saltos de gran belleza escénica.
Otros sistemas lénticos de importancia desde el punto
de vista escénico y recreacional son las lagunas
Grande y Chica de San Pedro, y las lagunas de
Concepción como lo son la laguna Redonda, Lo Galindo,
Lo Méndez, Lo Custodio y las Tres Pascualas, ubicadas
dentro del radio urbano, sirviendo como centros de
encuentro e identidad de los ciudadanos de Concepción.
En la Región del Ñuble están las lagunas Avendaño
y Santa Clara, muy visitadas por los pescadores
deportivos de la zona. Desde Los Angeles, vía Santa
Bárbara y bordeando los Ríos Bío-Bío y el Lamín, se
llega a la Laguna El Barco, paraíso de pescadores.
En la provincia de Arauco están los bellos y atractivos
Lagos Lanalhue y Lleu-Lleu.
1.1. Factores físicos de los ríos y lagos
Los ríos de nuestra región son caudalosos, de aguas
frías, transparentes, turbulentas y de rápido
desplazamiento. Tanto en ríos como lagos, las
distintas formas de vida deben adaptarse a las
condiciones físicas y químicas del agua. Las
principales condiciones físicas a considerar son:
• La luz: tiene gran importancia por el proceso
fotosintético. Sin luz no hay plantas. En el agua, la
luz se va extinguiendo a medida que aumenta la
profundidad, las sustancias en disolución y el material
que está en suspensión. Los lagos con pocos
sedimentos tienen aguas transparentes que dejan
penetrar profundamente la luz.
• La temperatura del agua: La energía solar que
llega a la superficie de los lagos origina el
calentamiento de las masas de agua, de tal manera
que a mayor o menor radiación solar, la temperatura
de las aguas sube o baja. Si el agua está quieta, las
capas superiores se calientan más que las capas de
agua profunda. Ello causa una diferencia de
temperatura a medida que aumenta la profundidad
de la columna de agua y eventualmente se produce
una estratificación vertical de las diferentes masas
de agua.
1.2. Las características químicas de ríos y lagos
Así como son importantes las características físicas,
también lo son las características químicas de los
lagos y los ríos. En todas las aguas se encuentran
disueltos gases tales como el oxígeno y el dióxido
de carbono, ácidos y sales minerales.
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En ausencia total de influencia humana, las
características químicas del agua son el resultado
de una suma de procesos geológicos, biológicos e
hidrológicos. Las fuentes principales de materias
disueltas transportadas por los ríos son la alteración
de las rocas superficiales, el lavado de los suelos
orgánicos y los aportes atmosféricos de origen
volcánico, oceánico y terrestre. Por su parte, las
materias en suspensión que transportan los ríos
también provienen de la erosión mecánica de las
rocas, los suelos y las riberas de estos sistemas
dulceacuícolas.
figuran compuestos de alto peso molecular,
carbohidratos, proteínas y derivados de lignina.
En ausencia de cualquier fuente de contaminación,
los arroyos y ríos pequeños que drenan terrenos
geológicos homogéneos tienen una concentración
media de sales muy variable, de 10 a 5000 mg/l. La
composición iónica también es muy variable y ya se
han descrito más de una veintena de tipos de agua
distintos siguiendo la asociación de tres o cuatro
iones principales, como el sulfato sódico, cloruro
sódico, sulfato magnésico y el bicarbonato
magnésiso-cálcico. El contenido total de elementos
minerales varía de una región a otra: desde los 30
a 40 mg/l para aguas superficiales en las regiones
graníticas hasta 300 a 500 mg/l para las aguas
subterráneas. También pueden detectarse metales
pesados, como plomo, zinc, arsénico o aluminio, en
concentraciones que varían entre 0,1 a algunos
centenares de microgramos por litro.
El funcionamiento de los ecosistemas dulceacuícolas
es bastante similar al terrestre y marino. En un sistema
dulceacuícola típico, los productores corresponden
a las microalgas (flora), organismos microscópicos,
los que pueden agruparse en: a) el fitoplancton, que
son las microalgas libres, flotantes y errantes (viven
suspendidos en la columna de agua); b) el fitobento,
microalga que no está flotando libremente en las
aguas, es decir, está fijo a un sustrato natural o
artificial o bien se moviliza sobre él; c) el metafiton,
que son masas de algas con forma de filamentos de
color verdosas y la podemos encontrar en las riberas
y orillas de lagos y ríos; y, d) las macrófitas (plantas
acuáticas, no algas), macroscópicas, pueden vivir en
el agua sumergidas o emergentes. Todo lo anterior
corresponde al compartimento que incorpora la
energía solar mediante su metabolismo y la hace
constituir parte de organismos vivos.
Los compuestos orgánicos provienen, por una parte,
de la descomposición de las plantas y de los animales,
y por otra parte, de la actividad humana en todas sus
formas. A diferencia de las sustancias minerales, que
se ajustan a una lista de determinados elementos,
las sustancias orgánicas presentes en las aguas no
pueden ser objeto de un listado preciso. Su número
puede estimarse en varios centenares de miles e
incluso en varios millones. Los intentos de
identificación son relativamente recientes, ya que
requieren técnicas y equipos complejos. Las
sustancias orgánicas naturales representan la mayor
parte (60% a 90%) de la matriz orgánica. Entre ellas,
Para que los ríos y lagos sean considerados
saludables, sus características químicas deben
mantener un balance con el entorno. Si se pierde el
equilibrio, se dice que las aguas están contaminadas
y ello se produce –por lo general- por el aporte de
sustancias extrañas, debido principalmente a la
actividad humana.
¿Cómo funcionan los ecosistemas dulceacuícolas?
Entre los consumidores de un sistema dulceacuícola
están el zooplancton, constituido predominantemente
por numerosos microcrustáceos que se encuentran
viviendo libremente en la columna de agua. Otro
grupo importante es el zoobentos, organismos que
viven asociados a los fondos de los lagos y ríos y
están conformados principalmente por larvas de
insectos, moluscos, crustáceos y gusanos, y que
pueden alimentarse de microalgas, microcrústáceos
y pueden comer también a otros organismos del
mismo zoobentos. Entre los consumidores
secundarios, los organismos más importantes lo
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conforman los peces, quienes de acuerdo a su
dieta actúan como predadores de diferentes
organismos. Por ejemplo, los peces más pequeños
(puyes, gambusias y otros) tienden a consumir
el zooplancton; los más grandes (carnívoros tales
como truchas, pejerreyes y bagres, entre otros)
suelen actuar como consumidores de
invertebrados de mayor talla (larvas de insectos,
crustáceos y moluscos) y a otros peces. Otros
consumidores del sistema corresponden a
animales que viven fuera del agua, como algunas
aves (cormoranes, garzas, picurios, y otras) y
roedores (coipos y otros). Como en todo sistema,
también existen los descomponedores. Estos están
constituidos por bacterias, hongos e invertebrados
comedores de detritus (desechos) que
descomponen la materia orgánica a sustancias
nuevamente utilizables por los productores
primarios comenzando nuevamente el ciclo. De
una manera muy simple se esquematiza como
sería la cadena trófica que encontramos en los
sistemas de agua dulce en la siguiente imagen:
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2. Biota del ambiente acuático en la Región del Bío-Bío
En los ecosistemas de agua dulce podemos distinguir
tres zonas muy importantes:
a) Zona Litoral
b) Zona Limnética
c) Zona Profundal
Entre los sistemas lóticos y lénticos existen algunas
diferencias en cuanto a esta estructuración. En un
lago, por ejemplo, se dan las condiciones para que
exista una zona litoral donde se pueden encontrar
grandes extensiones de humedales (por ejemplo, en
las Lagunas Grande y Chica de San Pedro, Lleu-Lleu
y Lanalhue). En la desembocadura del Río Bío-Bío
también podemos encontrar este ambiente, pero
generalmente se encuentra más asociado a las riberas
de los sistemas lénticos. La zona limnética -que
corresponde prácticamente a toda la columna de
agua- es muy distinta entre lagos y ríos. En estos
últimos, al ser la profundidad bastante menor que
en la mayoría de los lagos y al existir altas
velocidades de corriente, los organismos que
habitan en la columna de agua son sólo
organismos como los peces y algunas aves (por
ejemplo, patocontracorriente). A modo de
ejemplo, podemos encontrar en un lago grandes
comunidades del plancton, ya que pueden flotar
tranquilamente en la columna de agua, pero en
los ríos estos tipos de comunidades son mínimos,
encontrándolos sólo en las orillas, donde el agua
se empoza, o en algún pozón que esté entre los
ambientes de alta velocidad. Con respecto a la
zona profundal, en los lagos y lagunas, existe
muy poca diversidad de organismos, sólo algunos
dípteros y moluscos, en cambio en los arroyos y
ríos, donde existan fondos de piedras, esta zona
será rica en organismos del bentos, tanto del
fitobentos, como del zoobentos.
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A continuación se describe en detalle la biota más
frecuente que podemos encontrar en los sistemas
de agua dulce.
a) Zona Litoral: es una interfase entre la orilla del
río, laguna y el agua abierta (columna del agua). En
esta zona, la flora litoral es la principal sintetizadora
de materia orgánica contribuyendo significativamente
a la productividad de la laguna y/o río y a la regulación
del metabolismo de todo el sistema dulceacuícola.
• Organismos Productores de la zona litoral:
Las plantas superiores evolucionaron en tierra firme
aunque, posteriormente, algunas de ellas se
adaptaron a vivir en los lagos, ríos y océanos. Algunas
colonizaron aguas profundas y se enraizaron en los
fondos lodosos de los lagos. Otras viven en las orillas,
mitad dentro y mitad fuera del agua. Unas pocas
viven flotando en el agua. Las plantas acuáticas
sumergidas crecen bajo el agua, mientras que las
plantas flotantes suspenden las hojas altas en la
superficie y las emergentes parten del fondo y
sobresalen por encima del agua.
De la vegetación acuática que ha colonizado algunos
sistemas de agua dulce de nuestra región se
encuentran Egeria densa, hidrófita sumergida,
arraigadas al substrato. Sucede a ellas especialmente
en áreas menos profundas, una población de plantas
de hojas flotantes constituidas por Limnobium
laevigatum, Hydrocotyle sp., Ludwigia stolonífera,
Azolla filiculoides y Eichornia crassippes y como
plantas emergentes, los junquillos, totorales y batros
(Scirpus californicus, Juncus sp., Thypa
dominguensis).
• Organismos Consumidores de la zona litoral:
La zona litoral es el albergue de una diversidad mayor
de animales que las otras zonas. Entre los
invertebrados bentónicos (que viven en el fondo)
característicos de esta zona, se encuentran larvas
de Odonata (matapiojos) y Ephemeroptera, almejas,
gusanos, caracoles y algunas larvas de dípteros que
viven en diminutos túneles.
La zona litoral es a menudo rica en especies.
Escarabajos zambullidores en estado adulto o larvario,
hemípteros adultos, diversas larvas y pupas de
dípteros, permanecen suspendidos en el agua, a
menudo cerca de la superficie. Muchos de los
animales de este grupo obtienen aire de la superficie,
llevando una burbuja en la parte inferior del cuerpo
o debajo de las alas para respirar bajo el agua.
El zooplancton de la zona litoral es característico y
difiere de la zona limnética en la cantidad de
microcrustáceos más pesados y menos flotantes,
que a menudo se adhieren a las plantas o reposan
en el fondo cuando no están moviendo activamente
sus apéndices. Algunos grupos importantes de la
zona litoral son: Cladocera (pulgas de agua), como
las especies de Daphnia, copépodos y ostrácodos.
Los anfibios (sapos), son casi exclusivamente de
zona litoral. Los renacuajos son consumidores
primarios importantes y se alimentan de algas y otros
materiales vegetales, en tanto que los adultos,
prefieren niveles tróficos superiores. Algunos anfibios
presentes en la región son: el Sapo rosado (Eusophus
roseus), Sapito de cuatro ojos (Pleurodema tahul),
Rana grande (Caudiverbera caudiverbera), y el Sapo
café (Batrachyla taeniata), entre otros.
Las variedad de fauna de Aves Acuáticas es muy
diversa, estando integrada por elementos propios de
ambientes acuáticos, de ambientes húmedos y de
ambientes terrestres. Cualquier extensión de agua,
actúa como un imán para atraer muchos tipos de
pájaros. Algunas de las aves acuáticas presentes en
la región son: Garza grande (Casmerodius albus),
Garza chica (Egretta thula), Garza cuca (Ardea cocoi),
Cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus), Pato
jergón grande (Anas georgica), Pidén (Rallus
sanguinolentus), Tagua (Fulica leucoptera), Siete
colores (Tachuris rubrigastra), Trabajador
(Phleocryptes melanops), Huairavo (Nycticorax
nycticorax), Huala (Podiceps major), Pato cuchara
(Anas platalea), Huairavillo (Ixobrychus involucris),
Pájaro amarillo (Pseudocolopteryx flaviventris), Yeco
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(Phalacrocorax olivaceus), Churrete (Cinclodes
patagonicus), Pimpollo (Podiceps rolland), Blanquillo
(Podiceps occipitalis), Run-Run (Hymenops
perspicillata), Taguita (Porphyriops melanops), y
Piuquén (Chloephaga melanoptera), entre otras.
b) Zona Limnética (parte de la columna de agua
donde penetra la luz): Esta zona se observa
principalmente en los lagos y lagunas, más que en
los ríos. Es la zona de agua abierta donde domina
el plancton (organismos que flotan en la columna de
agua). Los productores, el fitoplancton, consta de un
conjunto de pequeñas microalgas con capacidad de
locomoción restringida o nula y cuya distribución está
más o menos sujeta a los movimientos de agua. A
causa de que la fotosíntesis en el agua abierta es
mantenida sólo por estas plantas minúsculas, son la
base energética de la que depende el resto de la
vida limnética. El zooplancton limnético consta de
unas pocas especies de copépodos, cladóceros y
rotíferos, los cuales son de gran importancia. Estas
especies, por lo general, son distintas a las que se
encuentran en la franja litoral. El necton (organismos
que son capaces de moverse en el agua por ellos
mismos) limnético consta casi exclusivamente de
peces. La mayoría de estos, son los mismos que se
encuentran en la zona litoral.
El Plancton es un numeroso grupo de animales
(zooplancton) y vegetales (fitoplancton) acuáticos,
microscópicos, que sirven de alimento a estados
larvales o adultos de insectos, peces, crustáceos, y
otros. Existen del tipo: a) Fitoplancton: todo el medio
acuático se encuentra sustentado por la importante
biomasa fitoplanctónica, base de la vida animal
(zooplancton, larvas de insectos, moluscos, peces,
aves, otros); b) Zooplancton: obtiene materia y energía
del fitoplancton, de bacterias y del detritus orgánico.
La comunidad zooplanctónica puede considerarse
como un componente pivote porque constituye un
paso obligado de la energía desde los productores
primarios hacia los eslabones superiores, los que a
su vez son importantes como reguladores del
ecosistema y como aporte energético al hombre.
Dentro del Necton destacan los Peces, que son el
último eslabón de las cadenas tróficas de ríos y lagos,
en nuestra región podemos encontrar las siguientes
especies: Nativas: Aplochiton zebra (Peladilla),
Basilichthys australis (Pejerrey), Brachygalaxias
bullocki (Puyes), Bullockia maldonadoi (Bagre de
Maldonado), Cauque mauleanum (Cauque del maule),
Cheirodon galusdae (Pocha de los lagos), Cheirodon
galusdae (Pocha), Diplomystes nahuelbutaensis
(Tollo), Galaxias maculatus (Puye), Geotria australis
(Lamprea de bolsa), Mordacia lapicida (Lamprea de
agua dulce), Mugil cephalus (Lisa), Nematogenys
inermis (Bagre grande), Percichthys melanops (Trucha
criolla), Percichthys trucha (Perca trucha), Percilia
gillissi (Carmelita), Percilia irwini (Carmelita de
Concepción), Trichomycterus areolatus (Bagre
pintado), Trichomycterus chiltoni (Bagre).
Introducidas: Ameiurus nebulosus (Bagre), Cyprinus
carpio (Carpa), Gambusia affinis (Pez mosquito),
Oncorhynchus mykiss (Trucha arcoiris), Salmo trutta
(Trucha café).
c) Zona Profundal: La diversidad y abundancia de
la vida en la zona bentónica (definido como todo el
fondo de los ríos o lagos) está influenciada por el
oxígeno, temperatura y cantidad de materia orgánica
y nutrientes proporcionados por la zona limnética
que se encuentra por encima. La vida en la zona
bentónica en los lagos es muy diferente a la de los
ríos, siendo en estos últimos muy ricas en especies,
sobre todo en larvas de insectos acuáticos. Además,
existen comunidades con bacterias y hongos, que
aquí son especialmente abundantes y cumplen un
papel importante de reciclaje de la materia orgánica.
Existen marcadas diferencias en la estructura de ríos
y lagos, por lo que la biota de ambos, aunque es
similar en composición, se redistribuye de diferente
forma entre estos tres sistemas.
Crustáceos: Un crustáceo acuático típico tiene el
cuerpo cubierto por un duro exoesqueleto compuesto
por proteínas y quitina y endurecido con sales
calcáreas, aunque la metamerización del tórax está
a menudo oculta por una placa esquelética única, el
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caparazón. Aqui podemos mencionar al Camarón de
barro (Parastacus pugnax, Samastacus sp.) y los
cangrejos de agua (Aegla spp.).
Insectos: Para algunos insectos la vegetación acuática
es en primer lugar alimento; para otros es un refugio.
La vegetación subacuática proporciona cobijo y
seguridad, especialmente estimables para las
especies que son presa de otros animales o que
carecen de adaptación especial para la natación.
Pocos insectos acuáticos se mueven libremente por
el agua; suelen permanecer sobre el fondo y en los
lechos de hierbas la mayor parte del tiempo, entre y
debajo de las piedras, madera en descomposición y
troncos caídos, en realidad, cualquier superficie
estable que encuentren. Los principales grupos de
insectos presentes en los sistemas de agua dulce de
nuestra región son los Dípteros, Plecópteros,
Trichópteros y Efemerópteros.
Moluscos: Las conchas de los moluscos les sirven
de protección. Están formadas principalmente por
carbonato de calcio. Las secreta una estructura
llamada manto, que está adherida al interior de la
concha. Para fabricar su concha, el animal tiene que
tomar minerales del agua en la que vive. Los moluscos
acuáticos presentes en los sistemas dulceacuícolas
de la región son: Bivalvos y Gastrópodos o caracoles.
Importancia Ecológica
Como hemos visto en este capítulo, los ecosistemas
de agua dulce sirven de hábitat fundamentales para
una amplia variedad de especies y constituyen hábitat
fundamentales para un conjunto muy rico de especies
amenazadas.
A pesar de su importancia, suele considerarse que
muchos ecosistemas de agua dulce carecen de
utilidad. La ignorancia generalizada sobre su
importancia ha contribuido a este concepto y ha
promovido la destrucción y degradación de estos
ecosistemas. En todo el mundo se ha descuidado
gravemente la conservación de la diversidad biológica
de las aguas dulces y hay ecosistemas enteros
amenazados de extinción. La causa primordial de la
pérdida de recursos es la alteración del hábitat,
impulsada por el rápido crecimiento de la población
y tendencias de desarrollo, planificado y no
planificado, poco prudentes. En la actualidad, gran
parte de los recursos hídricos de nuestra región están
química y biológicamente contaminados en un grado
considerable. La construcción de presas y la
canalización de ríos redundan, también, en detrimento
de importantes recursos de agua dulce.
Si se destruyen los ecosistemas de agua dulce
estaremos perdiendo muchas especies de animales
y vegetales; destruiremos la calidad del agua y, por
tal motivo, no obtendremos sus beneficios tales como
el agua potable, de riego, de uso industrial, no
tendremos espacios naturales para nuestra recreación
y, cuando estos lugares ya no existan y estemos
poblados de edificios, extrañaremos de verdad el no
haber cuidado estos frágiles ambientes.
II. AMBIENTES Y ECOSISTEMAS MARINOS
COSTEROS DE LA REGION DEL BIO-BIO
La zona costera de la VIII Región constituye un
complejo sistema natural, económico y social con
gran variedad de ambientes, centros urbanos, usos
del suelo, localización de actividad industrial y
agrícola, bellezas escénicas y sitios históricos.
Es así como en su extensión longitudinal aproximada
de 350-400 km, destacan zonas de extensas playas
de arenas y dunas, sectores de acantilados rocosos,
desembocaduras de ríos, áreas de marismas y
humedales, bahías, penínsulas, islas y un golfo. En
la costa han crecido ciudades como Cobquecura,
Tomé, Penco, Talcahuano, Coronel, Lota, Arauco,
Lebu, Tirúa y otros grupos urbanos más pequeños
como Dichato, Lirquén, Laraquete, Tubul, Punta
Lavapié y Quidico. Las actividades económicas más
notables son las pesquerías industriales y artesanales,
las industrias siderúrgica, petroquímica y la actividad
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portuaria -en el pasado lo fueron la minería del carbón
y la industria textil, fundamentalmente. Entre las
bellezas escénicas se pueden mencionar los
acantilados de Rocoto, de Tomé-Cocholgue, las
Penínsulas de Tumbes y Hualpén, las extensa playas
de Arauco y Quidico, y la Bahía de Dichato-Coliumo.
c) Corriente de Humboldt, entre 300 a 400 km de la
costa; d) Contracorriente Costera de Chile, que fluye
entre la Corriente de Humboldt y la costa en sentido
norte-sur a 100-200 km de la costa; y, e) Corriente
de los Fiordos, que fluye muy superficialmente hacia
el norte a unos 100 km de la costa.
1. Características generales del litoral de la
Región del Bío-Bío
De todos estos sistemas de corrientes oceánicas, el
de mayor relevancia ambiental y ecológica es
indudablemente la Corriente de Humboldt. La gran
productividad biológica de esta corriente sustenta
las grandes poblaciones de peces pelágicos que son
explotados en la región, como el jurel, la sardina
común y la anchoveta, cuyas pesquerías son de gran
importancia para la economía regional.
La región de costa que está comprendida en el
territorio de esta zona, se extiende desde el límite
norte de la comuna de Cobquecura, aproximadamente
en los 36° 0’ S , hasta el límite sur de la comuna de
Tirúa, aproximadamente en los 38° 30’ S. Toda esta
extensión comprende unos 350-400 km que incluyen
el litoral de las comunas costeras ubicadas de norte
a sur de: Cobquecura, Trehuaco, Coelemu, Tomé,
Penco, Talcahuano, San Pedro de la Paz, Coronel,
Lota, Arauco, Lebu, Los Alamos, Cañete, Contulmo
y Tirúa.
Dentro de este litoral existen elementos geográficos
de relevancia como son tres islas: Quiriquina, Santa
María y Mocha; ocho bahías: Coliumo, Concepción,
San Vicente, Coronel, Lota, Arauco, Llico y Carnero;
el extenso Golfo de Arauco, y las desembocaduras
de los ríos Itata, Andalién, Bío-Bío, Carampangue,
Tubul, Raqui, Paicaví, Antiquina, Lleu-Lleu y Tirúa.
En el relieve submarino destacan el cañón del Río
Bío-Bío, el valle del Río Itata, y la plataforma
submarina que alcanza hasta unos 40 km de la
costa, siendo en esta zona la plataforma más extensa
de toda la costa de Chile.
1.1 Las corrientes oceánicas:
Los estudios oceanográficos han identificado los
siguientes sistemas de corrientes oceánicas frente
al litoral de la región: a) Corriente Oceánica ChilenoPeruana, a unos 1.000 km de la costa, con un flujo
hacia el norte; b) Contracorriente Oceánica Peruana
que fluye a 500 km de la costa en sentido norte-sur;
Todo el sistema marino puede presentar grandes
cambios interanuales asociados con el evento
oceanográfico conocido como la Corriente de El Niño.
Sin embargo, en las costas de la región no se han
comprobado efectos muy notorios de El Niño, pero
su extensión hasta estas latitudes estaría demostrada
por aumentos en la temperatura del mar costero
(mayores a 18 °C) y presencia de fauna marina de
ambientes más cálidos como, por ejemplo, tortugas
marinas y el pez sol, ambas especies típicas de
aguas temperadas cálidas, ocurridas en períodos de
El Niño de 1982-1983 y de 1997-1998. Estos cambios
producen grandes migraciones en los peces pelágicos
que se alejan cientos de kilómetros de la costa donde
los efectos son más notables, o bien migran más
hacia el sur en búsqueda de aguas con menores
temperaturas. En el caso de organismos que no
pueden migrar, se producen grandes mortandades,
como ocurre con invertebrados y algas marinas
litorales; o bien, muertes masivas por carencia de
alimento, como el caso de lobos y aves marinas.
1.2. Las corrientes costeras:
Así como en la región oceánica existe un gran
dinamismo de corrientes marinas, sobre la costa
misma existen complejos sistemas de flujos de aguas
que generan corrientes locales cuya intensidad y
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Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
dirección son muy variables, dependiendo del patrón
de vientos, topografía costera y aportes de aguas
por los ríos, entre otros factores. Estas corrientes las de “deriva litoral” y las de “desgarros”- tienen un
fuerte impacto sobre los patrones de distribución de
la flora y fauna marina local en el rango de escala
espacial de pocos kilómetros.
Por efecto del patrón de vientos desde el SW que
soplan la mayor parte del año sobre la costa en esta
región, se produce un transporte y acumulación de
aguas sobre las playas que fluyen de sur a norte.
Este tipo de corrientes -conocidas como “corrientes
de deriva litoral”- alteran notablemente la estabilidad
de los fondos marinos blandos (por lo general, arenas
medias y finas) creando surcos o canalones paralelos
a la línea de playa, de hasta 1,5 m de profundidad,
debido a la remoción de los sedimentos. Como estas
corrientes están influenciadas por el ciclo de mareas
(durante la alta marea, los canelones se desplazan
hacia arriba de las playas, mientras que durante el
período de baja marea lo hace hacia abajo) crean
verdaderas “zonas de barrido” horizontales sobre el
fondo marino. Las corrientes de deriva litoral son
responsables también del arrastre de los sedimentos
(arenas y fangos) que todos los ríos llevan al mar,
hacia el norte de sus respectivas desembocaduras,
generando en algunos casos largas playas de varios
kilómetros de extensión, como es el caso de la playa
y dunas de unos 60 km de largo que se extienden
desde Quidico hasta Punta Murguilla, en el litoral sur
de la región y la de Cobquecura, al norte de la
desembocadura del Río Itata.
Además de la corriente de deriva litoral, en las playas
muy expuestas a la acción de oleajes debido a vientos
moderados o fuertes, se generan también las
llamadas “corrientes de desgarros” que actúan sobre
la pendiente de las playas creando sectores donde
los sedimentos son arrastrados hacia los pisos
submareales de la playa, a través de canales que
se forman perpendicularmente a la línea de playa,
desde el intermareal medio hasta el submareal.
Estas corrientes se repiten en forma uniforma a lo
largo de las playas, dándoles un aspecto de
ondulaciones horizontales.
1.3. Las masas de aguas oceánicas:
Frente a las costas de la región se ha comprobado
la presencia de diferentes tipos de masas de aguas
oceánicas, cuyas características físico-químicas le
dan características propias a cada una de ellas.
Están las: a) Aguas Intermedias Antárticas (AIA),
que se ubican entre los 540 a 640 m de profundidad;
b) Aguas Subantárticas (ASA), entre los 70 y 130 m
de profundidad; c) Aguas de Fiordos (AF), entre los
10 y 20 m de profundidad; y, d) Aguas Ecuatoriales
Subsuperficiales (AESS), que se ubican entre 300 a
340 m de profundidad.
1.4. Los sistemas de surgencias:
Otras de las características del ambiente marino
frente a la región es la existencia de “surgencias”,
entendiendo por tal el afloramiento vertical de aguas
más profundas, con temperaturas bajas y gran
cantidad de nutrientes hacia la superficie oceánica.
Aquí, la disponibilidad de luz solar hace que la
actividad fotosintética de los organismos vegetales
(fitoplancton) sea muy intensa teniendo como
consecuencia una gran productividad primaria que
sustenta el complejo y variado sistema de redes y
cadenas tróficas en el ambiente pelágico. Esto
redunda, a su vez, en una gran diversidad y
producción de peces, base de la actividad pesquera
industrial de la región.
La ocurrencia de estas surgencias de aguas frías se
comprueba en la costa por las bajas temperaturas
del mar (menores a 12 °C) en playas como Dichato,
especialmente durante primavera y verano. También
originan bancos de nieblas bajas sobre la costa (zona
de Tomé y Golfo de Arauco, por ejemplo) al enfriarse
las masas de aire cálido con altos contenidos de
humedad que son arrastrados por los vientos del
sur oeste (SO) hacia la costa y pasan sobre los
núcleos de aguas más frías.
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Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
Entre Punta Roncura (35 °S) y Punta Lavapié (37°
10’ S) se manifiesta una fuerte surgencia en períodos
de verano, siendo su principal foco Punta Nugurúe
(36° S). Las aguas que emergen tienen temperaturas
inferiores a 16 °C, salinidad inferior a 34,3 ppm,
oxígeno mayor a 2 ml/l y biomasa de fitoplancton
superior a 20 mg Cla/m3.
Es importante notar que los cambios estacionales de
las surgencias junto a los otros cambios
oceanográficos naturales, tales como las variaciones
en las intensidades de las corrientes oceánicas, que
suceden a lo largo del año en esta región marina,
determinan un conjunto de condiciones ambientales
costeras que se repiten cada año, constituyendo
verdaderos “climas marinos” que dan características
propias a toda esta zona.
1.5. El relieve submarino y la plataforma
continental:
El relieve submarino frente a la costa de la región se
destaca por presentar el cañón submarino del Río
Bío-Bío, el valle submarino del Río Itata y una extensa
plataforma continental. El cañón del Río Bío-Bío, se
extiende unos 104 km desde su desembocadura
hasta de la costa, en forma perpendicular a ella en
sus primeros 20 km y, luego, adopta una forma
sinuosa con orientación más noroeste. La profundidad
de este cañón va desde los 15-20 m en su inicio en
la costa hasta los 4.570 m en su extremo más alejado
ya en la fosa oceánica misma donde forma un amplio
abanico. Su ancho máximo es de 8,7 km. En su
recorrido, este cañón corta transversalmente la
plataforma continental. Del valle submarino del Río
Itata, se conoce su existencia pero con pocos
antecedentes descriptivos, mencionándose sólo que
se trata de una extensa depresión del fondo marino
ubicada al noroeste de la desembocadura del Río
Itata. La plataforma submarina se ubica entre el
cañón del Bío-Bío y el Valle del Itata, con
profundidades de hasta 1.000 m y con una extensión
de 40 km hacia el oeste, antes de dar inicio al talud
continental que lleva a las profundidades abisales.
1.6. Los focos de alta productividad pesquera:
En el litoral de la región, existen varios focos de alta
productividad pesquera, tanto industrial como
artesanal. Estos focos son áreas de pescas de gran
preferencia para los pescadores industriales y
artesanales dado que en dichos lugares hay una alta
probabilidad de existencia de recursos marinos vivos
durante casi todo el año. Esta permanencia de
recursos en un área costera específica -y a veces
muy reducida, aun cuando son explotados desde
hace varias décadas- significa que allí deben existir
factores ambientales que permiten la estabilidad de
los ecosistemas marinos en el largo plazo y, por lo
tanto, la supervivencia de las poblaciones marinas.
Por ejemplo, al noroeste de la desembocadura del
Río Itata, a unas 20 millas de la costa, existe una
área de pesca muy frecuentada por los pesqueros
industriales, conocida como “La Feria”, donde se
recurre si la pesca en otras áreas de la zona no es
exitosa. En la década de los ‘80 este lugar era un
foco intensivo de pesca de jurel.
En la Península Tumbes, se destacan dos focos de
alta abundancia y riqueza de recursos ubicados tanto
en la costa misma como en una extensión de mar
adyacente. Uno está en el extremo norte de la
península (Punta Tumbes) entre las Rocas Buey e
Islote Pan de Azúcar y, otro, en Punta Lobos entre
Caleta El Soldado y Punta Pardo, al sur de la
península.
En la Península Hualpén hay dos centros más de
gran riqueza de recursos marinos, asociados con
Punta Hualpén por el norte de la península y con
Punta Cullinto por el sur.
Otros lugares muy frecuentados por los pescadores
artesanales para la extracción de diversos mariscos
y peces litorales, corresponden a los fondos de arena
y rocosos al norte de Dichato y Tomé, en los fondos
de arena del sector sur de la Bahía de Concepción
y los cercanos a la caleta Tubul; todo el sector rocoso
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ubicado al sur del Golfo de Arauco y Lebu; y, por
último, el extenso (60 km) sector de playas desde
Lebu hasta Quidico y Tirúa.
Es importante poner especial énfasis en la
conservación de las comunidades presentes en los
mencionados focos, debido a que son lugares con
altas tasas de reposición de individuos. Es decir, aún
cuando las poblaciones son sometidas a una intensa
actividad extractiva pesquera, se recuperan con
facilidad. Del mismo modo, las áreas más oceánicas
frente a estos focos se destacan por ser
preferencialmente lugares de caladeros de especies
más demersales, tales como merluza y congrios, y
de pesca de cerco pelágica, como la anchoveta, la
sardina común y el jurel.
1.7. La productividad de los fondos marinos:
En el litoral de la región, se ha comprobado que los
fondos de la plataforma continental submarina tienen
una gran productividad primaria sustentada por una
bacteria filamentosa gigante -Thioploca sp.- que, al
parecer, sería el primer eslabón de una cadena
alimentaria que no estaría basada en fotosíntesis
sino que en quimiotrofía, formada también por el
langostino colorado (Pleuroncodes monodon) como
consumidor primario, la merluza común (Merluccius
gayi) como consumidor secundario y, a lo mejor, el
lobo marino (Otaria) como consumidor terciario en
el tope de la pirámide trófica.
2. Tipos de Ecosistemas Marinos
Hacer una identificación de los diversos ecosistemas
que están representados en el ambiente marinocostero de la región, es una misión difícil debido a
lo relativo que es hacer encasillamientos ecológicos,
en términos espaciales y temporales.
Convencionalmente, se define que Ecosistema es un
complejo sistema de interrelaciones biótica y abióticas
que se dan un espacio determinado y durante escalas
de tiempo que superan con creces la escala humana.
Por su parte, las unidades básicas que los
constituyen, desde el punto de vista de los
organismos, son comunidades o asociaciones de
especies, tanto animales como vegetales,
interdependientes entre ellas para su supervivencia.
Otra característica es que en ellos ocurren diversos
y complejos procesos de transformaciones
energéticas, mucho en la forma de reciclamiento de
nutrientes.
2.1. Ecosistemas clásicos:
Desde un punto de vista de ecosistemas clásico, se
pueden distinguir los siguientes ecosistemas marinos
en la región:
a) Pelágico: constituidos por los organismos que
flotan activa o pasivamente en la parte alta de la
columna de agua, tales como el fito (vegetal) y
zooplancton (animal) y peces como jurel, sardinas
y anchovetas.
b) Demersal: los organismos ocupan la parte media
y más profunda de la columna de agua, siendo
especialmente peces como merluzas y crustáceos
como los langostinos y camarones.
c) Bentónico: corresponde a los hábitat ocupados
por animales y vegetales que viven sobre los fondos
marinos, sean estos de tipo rocosos o de arenas,
tanto en las profundidades del mar como en las
zonas litorales. En este último caso, dependiendo
de la altura sobre el nivel de mareas, se distinguen
los ambientes supralitoral (aquellos que están más
arriba de la línea de la más alta marea), los
intermareales (entre las líneas de altas y bajas
mareas) y los submareales (siempre bajo la línea
de bajas mareas).
Especies típicas para este ambiente son las algas
tales como cochayuyo, pelillo, luche, luga-luga, huiro,
y otras, mientras que entre los animales están las
cholgas, los locos, los choros, las jaibas, las almejas,
las navajuelas, machas, lapas, caracoles, pejesapos,
lenguados, corvinas y bagres, entre tantos.
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2.2. Ecosistemas de acuerdo al viento y oleaje:
Otra manera de distinguir diferentes tipos de
ambientes costeros es tomando en cuenta su grado
de exposición a la fuerza del oleaje. Las olas son
ondas que se forman en la superficie del mar debido
a la energía que aplican los vientos sobre ella. Es
así como existen:
a) Las zonas expuestas que reciben el oleaje en
forma directa, tales como las extensas playas rocosas
y de arenas ubicadas al norte de la Bahía de Coliumo
y Dichato hasta Buchupureo, los acantilados rocosos
desde el Cerro Pompón hasta Punta Hualpén, en la
Península Hualpén y desde Punta Liles hasta Punta
Tumbes, en el lado oeste de la Península Tumbes.
Más al sur del Golfo de Arauco, se distinguen los
acantilados rocosos desde Punta Lavapié hasta Punta
Carnero, y al sur de Lebu, y la larga (60 km) franja
de playas de arenas que van desde Punta Morhuilla
hasta Quidico.
b) Las zonas semiexpuestas no reciben en forma
directa el oleaje del mar abierto, sino más bien por
refracción de ondas al pasar las olas por sectores
rocosos que penetran en el mar. Corresponden a la
costa desde Caleta Lenga hasta el Muelle CAP dentro
de la Bahía San Vicente; desde Caleta el Manzano
hasta Punta Garzo en el lado este de la Península
Tumbes; desde la desembocadura del río Andalién
hasta el Canal el Morro, en la Isla de los Reyes;
desde Punta Arenas hasta Punta Frontón, desde
Punta Frontón a Punta del Faro y desde Punta El
Faro a Punta Cerro Amarillo en la Isla Quiriquina.
También corresponde a este tipo de ambiente toda
la costa que va desde Lota hasta Punta Llico, dentro
del Golfo de Arauco, el sector costero desde Tomé
a Penco y el sur de la Bahía San Vicente.
c) Las únicas zonas protegidas (no reciben oleaje)
se extienden desde Caleta Lenga hasta Caleta Playa
Blanca (Ramuntcho) en Bahía San Vicente y desde
Punta Arenas hasta Punta Cerro Amarillo en la Isla
Quiriquina.
2.3. Ecosistema de acuerdo al tipo de sustrato
marino:
En cuanto a la naturaleza del sustrato marino que
configura el borde costero, se puede distinguir un
litoral rocoso de los acantilados de Punta Burca al
sur de Caleta Purema, los comprendidos entre Punta
Cullín y Punta del Arco, al oeste de la Bahía de
Coliumo, los que se extienden de Rocoto hasta el
Islote Pretzel en la Península Hualpén; todo el entorno
de la Península Tumbes, desde Punta Liles hasta
Punta Marinao; todo el entorno de la Isla Quiriquina;
algunos roqueríos pequeños dentro del Golfo de
Arauco, y los notables acantilados al sur del Golfo
hasta Lebu.
Las zonas de playas arenosas más notables
corresponden a la existentes desde Buchupureo hasta
caleta Purema; el interior de la Bahía de ColiumoDichato; Tomé, Lirqué, Penco, e Isla de los Reyes
dentro de la bahía de Concepción; la playa de Caleta
Blanca (Ramuntcho) en la Península Hualpén; a la
ubicada desde Caleta Lenga hasta el Muelle CAP
dentro de la Bahía San Vicente; la de la Caleta Playa
Blanca en la Península Tumbes; desde Punta Arenas
hasta Punta Cerro Amarillo en la Isla Quiriquina, las
playas de Escuadrón y dentro del Golfo de Arauco,
y la extensa playa de arena desde Punta Morhuilla
hasta Quidico y Tirúa.
3. Unidades Geográficas como Ecosistemas
En el litoral de la región es posible distinguir varias
unidades ecosistémicas que se destacan y que pueden
ser consideradas como ejemplos de la diversidad y
complejidad ecológica ambiental del sistema marino.
3.1. Las marismas o humedales costeros:
Las marismas pueden ser definidas como sistemas
de transición litoral por su doble influencia marina y
continental, donde la comunicación con el mar es
permanente, a diferencia con un humedal que no
tiene influencia marina o contacto con el mar.
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Dentro de los ecosistemas costeros de la VIII Región
están las marismas de Lenga, Rocuant, Andalién y
Tubul-Raqui.
La marisma de Lenga está ubicada en el extremo sur
de la Bahía San Vicente y forma parte del Santuario
de la Naturaleza de Hualpén y corresponde a la
desembocadura del estero del mismo nombre,
mientras que la marisma de Rocuant está ubicada
en el sector suroeste de la Bahía de Concepción y
se comunica con el mar a través del Canal El Morro.
La marisma de Andalién corresponde a la zona de
la desembocadura del Río Andalién, en el sureste
de la Bahía de Concepción. Allí, este río forma un
pequeño estuario después de una extensión de
meandros que atraviesan extensos sectores de
humedales inundables durante el invierno. La
marisma-estuario Tubul-Raqui corresponde a la
formada en la desembocadura de los Ríos Tubul y
Raqui en el sector sur del Golfo de Arauco y
corresponde a la más grande de Chile Central. Estos
dos últimos estuarios-marismas han sido muy poco
estudiados y, por lo tanto, la información ecológicoambiental sobre ellos es muy preliminar.
La relevancia ambiental de todas las marismas es
que, como sistemas de humedales costeros, pueden
actuar como verdaderos filtros biológicos al limpiar
el agua que fluye hacia el mar. Al mismo tiempo, son
estaciones o lugares de paso de diversos grupos de
aves migratorias que llegan a ellas en sus rutas hacia
más el sur de Chile y/o el sector patagónico argentino.
En forma permanente o transitoria, estos sistemas
ecológicos son importantes por tener una fauna y
flora que los caracterizan. Sin embargo, existe la
creencia errónea de la comunidad de que éstas son
zonas pantanosas sin valor alguno y que, por lo tanto,
pueden ser rellenadas en beneficios de nuevas áreas
para usos urbano y/o industrial.
En otros casos, sus particulares condiciones
ambientales (alta iluminación, aporte de aguas
salobres, gran disponibilidad de nutrientes, o fácil
acceso desde tierra) las hace muy aptas para el
cultivo intensivo y extensivo del alga pelillo (Gracilaria
sp.), como han sido los productivos cultivos en Caleta
Lenga y Tubul por comunidades de pescadores
artesanales. Aún cuando, por lo general, se piensa
que las marismas son zonas pantanosas donde sólo
crecen pastos, ellas son el hábitat de una abundante
fauna y flora.
Por ejemplo, en la marisma de Lenga, es notable la
abundancia de la jaiba, Hemigrapsus crenulatus y
del nape, Callianasa callianasa. Este último, se utiliza
como carnada en la pesca de playa del lenguado y
de la corvina con gran demanda por los pescadores
deportivos. En cuanto a los peces más comunes,
están Mugil cephalus (lisa), Eleginops maclovinus
(robalo) y Paralichthys microps y Paralichthys
adspersus (lenguado de ojos chicos y lenguado de
tres ocelos, respectivamente). Los pastizales salinos
ocupan un gran porcentaje del área total de las
marismas y están dominados preferentemente por
Spartina densiflora y Sarcocornia fruticosa. Estas
gramíneas están presentes bordeando los cuerpos
principales de estos sistemas. El alga conocida como
“pelillo” (Gracilaria sp.) crece preferentemente en los
niveles submarales en sustratos de arena-fango y
en el caso de la marisma de Lenga corresponden a
cultivos realizados por pescadores artesanales. En
la parte marina submareal de la Caleta Lenga existe
una pradera natural de pelillo que, gracias a la
modalidad de manejo por parte de los pescadores,
ha logrado permanecer aun cuando otras praderas
naturales fueron totalmente extinguidas por su
extracción indiscriminada. Sin embargo, la baja del
precio de compra del pelillo ha desincentivado
temporalmente a los pescadores artesanales en sus
actividades de cultivo de este recurso.
En el caso de la marisma de Rocuant, por sus
peculiares condiciones de extrema contaminación
actual, no existen evidencias de macrofauna bentónica
ni tampoco en el zooplancton de sus aguas. Sólo se
ha constatado la presencia de protozoos y bacterias
sulforreductoras. Algunas pocas gaviotas y garzas
aún usan la cobertura vegetacional para descansar.
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El masivo vaciamiento directo de aguas servidas y
de residuos industriales líquidos de las industrias
pesqueras aledañas a la marisma de Rocuant, la
transformaron en la década de los ‘80 en un sistema
totalmente eutroficado con la pérdida total de su flora
y fauna. En la actualidad, puede ser considerado
como un sistema totalmente perdido y de muy difícil,
pero no imposible recuperación Sin embargo, esta
marisma -hasta la década de los ’80- fue una zona
de gran concentración de aves que llegaban a la
zona en sus rutas migratorias hacia y desde el
hemisferio norte. Actualmente, muchas de estas
poblaciones de aves se han cambiado hacia la
marisma de Lenga y de Tubul-Raqui, donde las
condiciones ambientales aún son adecuadas para
su estadía transitoria.
La marisma de Andalién es poco conocida por su
ubicación y acceso más difícil, pero presenta un
estado con menor alteración ambiental. En esta área
con influencia marina directa por la penetración del
mar a través de la desembocadura del río Andalién,
destaca la presencia de una gran población del
crustáceo enterrador, Callianasa callianasa (nape)
que se ha constituido en los últimos años en una
significativa pesquería de pequeña escala desarrollada
por los pescadores artesanales de la caleta Playa
Negra de Penco. Hacia el interior del río Andalién,
existe una pequeña pradera cultivada del alga pelillo,
y es común la presencia de lenguados (Paralichthys
spp.) Además, se ha registrado la presencia de otros
peces marinos, tales como Brevortia maculata (tritre),
Austromenidia laticlavia (pejerrey de mar) y Cauque
mauleanum (pejerrey de río).
3.2. Bahía de Concepción:
La Bahía de Concepción tiene ubicación S-N con la
isla Quiriquina separando la boca en dos sectores,
Boca Grande al este y Boca Chica al oeste de la isla.
Tiene una profundidad promedio de 18 m, con 40 m
como profundidad máxima en el sector de Boca
Grande y su superficie es de unos 168 km2. Su
cuenca representa un volumen de 3 mil millones de
m3, con el 25% de este volumen de agua a
profundidades mayores de 30 m. Se ha
comprobado que sus aguas se renuevan totalmente
cada 3,2 días durante el verano y posiblemente
con menor frecuencia en el invierno. La Bahía
tiene un régimen anual de variaciones en sus
condiciones oceanográficas que corresponden: a)
a un período estival de surgencias que comienzan
en septiembre y pueden durar hasta 7 meses; y,
b) a un período estuarino invernal, debido a la
presencia de mayores aporte de agua dulce (Río
Andalién, Esteros Lirquén y Tomé) durante las
lluvias.
Durante el verano, sus aguas son de salinidades
mayores a 34,5 ppm, bajos contenidos de oxígeno
(2-4 ml O2 /litro), altos niveles de nutrientes, alta
productividad primaria, baja transparencia del agua,
y posibles mortandades de peces. Durante este
período, suelen ocurrir intensas discoloraciones
en la superficie del agua en la zona del Puerto
de
Talcahuano y sector del Canal El Morro, debido al
crecimiento explosivo de bacterias sulforreductoras
que degrada las abundantes concentraciones de
sulfuros en las proximidades de los sedimentos.
Los fondos blandos de la Bahía corresponden a
fangos anóxicos, especialmente en el área central
y arenas finas y medias en la periferia, en especial
en el sector sureste de la costa. Al norte de los
sectores de Lirquén y Tomé existen grandes
extensiones de plataformas rocosas a baja
profundidad.
En el interior de la Bahía de Concepción se
desarrollan actividades pesqueras artesanales
tales como la extracción de mariscos,
especialmente navajuelas, cholgas, almejas,
picorocos, jaibas, y estacionalmente, pesca de
anchoveta y sardina común, cuyos cardúmenes
penetran al interior de la Bahía para comer el
abundante fitoplancton que se desarrolla durante
los períodos de primavera, verano y otoño.
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3.3. La Bahía de San Vicente:
3.4. El Golfo de Arauco:
A diferencia de la Bahía de Concepción, la de San
Vicente está ubicada en un sentido noroeste, con
una extensión de sólo 17,5 km2 y un volumen total
de 260 millones de m3. El 74% de sus aguas están
a profundidades mayores de 30 m. Su profundidad
máxima es de 45 m en su boca. Los fondos están
formados por arenas gruesas en la parte central de
ella, y arenas medianas y finas en su periferia. En el
sector del puerto mismo, los fondos son típicamente
fangos anóxicos debido a la gran cantidad de materia
orgánica que se deposita en ellas, provenientes de
las descargas de riles de la industrias pesqueras que
desde 1980 están operando en la zona del puerto.
Este importante ambiente marino costero de la VIII
Región, tanto por la intensa actividad pesquera
industrial y artesanal que se realiza en su interior,
como por las actividades industriales, presencia de
núcleos urbanos en sus costas, aporte de ríos y
esteros, tráfico de embarcaciones, diversidad de
paisajes y bellezas escénicas, presenta una
exposición hacia el noroeste, con una amplia boca
que se extiende desde la desembocadura del Río
Bío-Bío hasta a Punta Lavapié, con unos 50 km de
ancho. Su superficie alcanza los 1.160 km2, con
profundidades promedio de 20 m en la parte sur y
100 m en su parte norte. Al suroeste de su cuenca
central se ubica la Isla Santa María, con su eje mayor
en dirección NS. Los fondos de esta Bahía son arenas
gruesas, medianas y finas, y también algunos sectores
de rocas y fangos anóxicos. Los patrones de
circulación dentro del golfo son variables, existiendo
un área más activa en las cercanías de la
desembocadura del Río Bío-Bío, y un punto muy
dinámico al SO de Punta Cullinco. Durante otoño e
invierno existiría una tendencia a un flujo en dirección
sur, especialmente en las zonas cercanas a la
desembocadura del río. En general, el sentido e
intensidad de las corrientes marinas en la costa
dependen del patrón de los vientos, pero también
influyen otros factores ambientales tales como la
topografía del fondo y de la costa, las profundidades
del mar, y la presencia de aportes fluviales cercanos
que afectan la densidad de las aguas costeras. Por
su parte, los períodos de las mareas son relevantes
en sistemas semicerrados, puesto que determinan
que durante la alta marea se produce una situación
de “llenado” de los golfos y bahías, mientras que
durante las bajas mareas, las aguas tienden a salir
desde estos sistemas costeros, lo que los pescadores
llaman la “vaciante” debido a las fuertes corrientes
de mareas.
La acumulación de esta contaminación se debe
también -en parte- al patrón de corrientes que existen
dentro de la Bahía, las cuales tienen un sentido
antihorario; es decir, las aguas limpias del mar abierto
entran a la Bahía por su lado sur, enseguida fluyen
hacia el norte pegadas a la costa y llegan hasta el
área del puerto donde son retenidas debido a la
presencia del molo de San Vicente que impide que
la corriente salga desde la Bahía por el noroeste.
Dentro de esta Bahía existen bancos de navajuelas
y una pradera natural y de cultivo del alga pelillo,
que ocupan el área sur de la bahía cerca de lenga,
donde los sedimentos son arenas gruesas y
medianas. En el sector de Ramuntcho, donde el
intermareal es rocoso, se ha detectado una zona de
asentamiento de larvas y reclutamiento del
gastrópodo marino, loco. Por su parte, existen
estudios que han detectado la presencia de mercurio
e hidrocarburos en los sedimentos de la Bahía, y
se ha planteado que el área del puerto es muy difícil
de recuperar. En 1975 ocurrió un derrame de petróleo
dentro de la Bahía por el accidente del barco Cabo
Tamar, que vertió cerca de 200 toneladas de crudo
cerca de la playa de Lenga. Sin embargo, hoy es
difícil apreciar efectos visibles del daño ecológico en
el intermareal de Lenga, tanto en la Bahía como
dentro de la marisma.
Desde el punto biológico pesquero, este Golfo es
considerado como un centro de desove y
reclutamiento de peces, debido a la gran abundancia
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de huevos y larvas de peces tales como anchoveta,
sardina común y merluza que se observa
–especialmente- en primavera y otoño. Mientras
tanto, en sus fondos de arenas y rocosos, son
abundantes los bancos de navajuelas, machas,
locos, almejas, choro zapato, choritos, ostiones; y
algas como pelillo, luga-luga, huiro, luche y
cochayuyo.
Ecológicamente, se ha reconocido que la estructura
comunitaria de los animales que viven sobre o
enterrados en los sedimentos determina dos grandes
agrupaciones cuya distribución geográfica depende,
en gran medida, del tamaño de los de sedimentos
(granulometría) y la cantidad de materia orgánica
asociada con ello: una comunidad que ocupa la
franja costera periférica que recorre en forma de
“U” desde la desembocadura del Río Bío-Bío hasta
Punta Lavapié, y una comunidad que ocupa la parte
central del golfo con proyecciones hacia el cañón
submarino del Río Bío-Bío.
3.5. Playa del sector Morhuilla-Quidico:
La playa de arena continua más extensa de la costa
de la VIII Región y de la costa chilena es la que se
extiende desde Punta Morhuilla hasta Caleta Quidico,
en la costa del sector de los Lagos Lanalhue y LleuLleu, cubriendo unos 60 km de litoral expuesto al
fuerte oleaje de origen oceánico. Está formada,
fundamentalmente, por arenas medianas y finas
provenientes de los ríos y esteros que desembocan
en ella (Antiquina, Paicaví, Lleu-Lleu, Quidico) que
son arrastradas hacia el norte por las fuertes
corrientes de deriva litoral y de desgarros. El perfil
de esta playa es muy plano y su área intermareal
es barrida siempre por sistemas de olas de 2-4 m
de altura en 3 a 6 frentes paralelos. El piso
submareal está ocupado, casi en su totalidad, por
densos y extensos bancos de machas (Mesodesma
donacium) de gran productividad, pero baja
explotación por lo inaccesible del lugar. El piso
supralitoral corresponde a extensas dunas que
avanzan hacia el noreste por la acción de los vientos.
Se ha comprobado que estas arenas tienen altos
contenidos de los minerales magnetita y titanio,
con potencial para una explotación minera.
4. Recursos pesqueros existentes
Una de las mayores relevancias de los ecosistemas
marinos de la región es la gran diversidad y
abundancia de recursos marinos vivos que ocupan
los diversos ambientales en el litoral y mar de la
región. La intensidad de la explotación comercial
que se realiza sobre estos recursos está reflejada
en los 183 barcos pesqueros y 1.690 embarcaciones
artesanales (menos de 50 toneladas de registro
bruto) con matrícula para operar en 1997 en la
región y que abastecieron de materia a las 66 plantas
industriales pesqueras, la mayoría para producir
harina de pescado.
A partir de 1980, cuando la actividad pesquera
industrial en la VIII Región comenzó un crecimiento
acelerado por la abundancia de recursos pelágicos,
especialmente jurel, los desembarques tomaron
mayor importancia dentro de los registros nacionales,
llegando a representar más del 50% entre 1994 y
1997 con cerca de 3 millones de toneladas de
desembarques anuales. En estos desembarques,
las especies más importantes han sido el jurel, la
sardina común, la anchoveta y la merluza común y
de cola, en este orden de volumen.
De las 351 mil toneladas desembarcadas por la
pesca artesanal en 1997, 334 mil fueron pescados
con finalidad de consumo humano directo o para
procesamiento.
Los recursos de los ambientes costeros de la región
son objeto de una intensa explotación por parte de
pescadores, buzos, mariscadores y algueros que
desarrollan su actividad desde las caletas
artesanales de Lenga, San Vicente, El Soldado,
Tumbes, El Morro, Penco, Lirquén, Tomé,
Cocholgue, Coliumo, Dichato, Lota, Coronel, Tubul,
Arauco e Isla Santa María.
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