RESEÑA BIOGRAFICA Nací en Santiago de Chile un 9 de Diciembre. La menor de dos hermanas. Nací con una miopía muy alta, lo que hizo que usara durante 5 de mis primeros 7 años unos lindos anteojos “poto de botella”, los cuales fueron reemplazados por lentes de contacto. Esto cambió mi forma de ver el mundo. A los 17 años, como regalo de cumpleaños de mis padres, recibí un atril y la típica caja de madera con óleos. Mi primera clase de pintura, estuvo a cargo de un tío, del cual salió mi primer cuadro llamado “El origen”. Para el segundo cuadro, el resultado no fue bueno, ya que él es “Hiperrealista”. El tema de este segundo cuadro era una naturaleza muerta, que para mí tenía más dificultades, como dibujar elipses y otras figuras geométricas que debían ser perfectas. Acto seguido mi tío me dijo: “no digas que esto lo has pintado conmigo”. Después de esta última clase, decidí seguir mi camino sola. Reciclé la tela y avancé muy lentamente, me tardaba uno o dos años terminar cada cuadro. Los temas los sacaba de tarjetas de pascua y otros impresos. En esta época me basé en un cuadro de Somerscale. También pinté “El álamo”. Entre 1999 y el año 2000, entré a un taller de pintura para así pintar con mayor frecuencia. De esta etapa salieron cuadros como “El viejo”, “La tejedora”, “Caminito” y al final de ese año en el taller, acepté una petición de mi padre, quien quería un cuadro del combate naval de Iquique, para lo cual me basé en un fragmento del cuadro de Somercale. En el cuadro original había 2 buques y le pedí a mi padre que eligiera uno. Mientras lo pintaba en el taller, me di cuenta que las correcciones, me las hacía un compañero que le gustaba navegar. Terminado el cuadro decidí retirarme del taller y hasta el día de hoy he continuado mi camino sola. Posterior a mi salida del taller hice cuadros como: “Osorno”, “La montaña”, “Bosque verde”, inspirada básicamente en fotografías recortes de diarios y revistas. El año 2006 fue un año difícil, ya que se hizo notorio el aumento de mi pérdida de visión. Ese año perdí la capacidad de leer y usar el computador, entre otras cosas. La información enviada desde mis ojos hacia el cerebro no era suficiente para formar palabras. Esto ocurre a causa de una miopía muy alta, lo que causó una degeneración de áreas de la retina. Como si fuera poco, perdí una gata que me era muy querida y al final del año sufrimos una estafa. Desde este periodo hay un cuadro sin terminar que era una imagen de ni sobrina en ballet, estaba todo bien hasta que no pude terminar los ojos de mi sobrina en el cuadro, lo que causó la decisión de colgar atril, brochas oleos, etc. El 2009, comenzó siendo un año muy difícil. Esto me llevó a terminar con depresión en la consulta de un sicólogo. Después de un par de meses en tratamiento, el me insto a retomar la pintura. Eso hice y me tocó aprender a manejar la frustración que significaba la falta de nitidez y a modificar mi forma de pintar, que hasta ese punto había sido “Realista”. El primer cuadro de esta etapa es “La gruta”, seguido por “El sur”, en los que insistía en copiar una imagen. Después en el cuadro “La playa”, dejé de copiar literalmente y tuve que imaginarme lo que mis ojos no captaban. Desde este punto entendí, que podía crear sin necesidad de tener una base y que en la naturaleza, se pueden dar las formas más extrañas que uno no puede ni siquiera llegar a pensar. Desde esta perspectiva, pinté el cuadro “La luna sobre el mar” el cual salió 100% de mi imaginación. La tercera etapa comienza con el cuadro “Blue”, en el que ya no busco copiar la realidad y me dedico a incursionar en formas desconocidas y a apreciar los colores, haciendo de ellos una temática. También es a partir de este punto que me atreví con formatos de mayor tamaño y a experimentar con los colores. De esta etapa son los cuadros: “Verde”, “Amarillo”, “Matriz”, “Deep blue”. La cuarta etapa está marcada por la continuidad en la pérdida de la visión, en el punto en que los lentes de contacto ya no contribuyen con la nitidez, el mundo se volvió borroso y poco nítido. A pesar de ello aún conservo el entusiasmo que me produce el pintar. Mi pintura se ha vuelto un fiel espejo del estado de ánimo. Últimamente creo que estoy pintando más con mis sentimientos que con mi visión. Al día de hoy, con enormes expectativas por mi primera exposición colectiva en Santo Domingo (quinta región), espero continuar en el camino del arte y no darme por vencida pese a lo que pueda pasar. Luz María Vial Vargas Abril 2013