Juzgado de Instrucción nº 3. Palma de Mallorca Diligencias Previas

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Juzgado de Instrucción nº 3. Palma de Mallorca
Diligencias Previas Nº 2677/2008
Pieza Separada Número 25
A L
MARÍA
MAGINA
J U Z G A D O
BORRÁS
SANSALONI,
Procuradora
de
los
Tribunales y de la Excma. Sra. Dª. CRISTINA FEDERICA DE
BORBÓN
Y
GRECIA,
extremo
debidamente
procedimiento
de
referencia,
respetuosamente
comparezco
y,
acreditado
ante
como
el
mejor
en
el
Juzgado
en
Derecho
proceda, DIGO:
Que
tenido
en
el
día
de
conocimiento
la
del
fecha
esta
contenido
representación
de
los
escritos
ha
de
conclusiones provisionales presentados al Juzgado por las
partes
acusadoras.
El
examen
del
contenido
de
dichos
escritos pone de relieve lo siguiente: ni el Ministerio
Fiscal -en su posición jurídica de acusación pública y
defensor de la legalidad- ni el Abogado del Estado –en su
posición jurídica de acusación particular en defensa de los
intereses
de
la
acusación
contra
Hacienda
mi
pública
representada.
estatalPor
su
dirigen
parte,
acusaciones populares sí pretenden dirigir la
su
las
acusación
contra mi representada por su presunta intervención en dos
delitos contra la Hacienda Pública.
1
Así las cosas, esta defensa, invocando expresamente
los derechos fundamentales a la tutela judicial efectiva,
así como a un proceso con todas las garantías (art. 24 CE),
solicita el SOBRESEIMIENTO de las actuaciones respecto a
Dª. CRISTINA FEDERICA DE BORBÓN Y GRECIA, con base en las
siguientes
A L E G A C I O N E S
PRIMERA.- Procedencia del sobreseimiento conforme a la
interpretación literal del artículo 782.1 de la LECRim.
En el capítulo IV del Libro II de nuestra Ley de
Enjuiciamiento Criminal, y relativo a la “preparación del
juicio oral”, fase en la que nos encontramos, se contiene
el artículo 782.1, el cual reza literalmente que:
“1. Si el Ministerio Fiscal y el acusador particular
solicitaren
el
sobreseimiento
de
la
causa
por
cualquiera de los motivos que prevén los artículos 637
y 641, lo acordará el Juez, excepto en los supuestos
de los números 1.º, 2.º, 3.º, 5.º y 6.º del artículo
20 del Código Penal, en que devolverá las actuaciones
a las acusaciones para calificación, continuando el
juicio hasta sentencia, a los efectos de la imposición
de medidas de seguridad y del enjuiciamiento de la
acción civil, en los supuestos previstos en el Código
Penal.
2
Al acordar el sobreseimiento, el Juez de Instrucción
dejará
sin
efecto
la
prisión
y
demás
medidas
cautelares acordadas.”
Por su parte, el Código Civil facilita los criterios
adecuados para la interpretación de las normas jurídicas.
En concreto, el artículo 3 del Código Civil, en su párrafo
1º reza que:
“Las normas se interpretarán según el sentido propio
de
sus
palabras
en
relación
con
el
contexto,
los
antecedentes históricos y legislativos, y la realidad
social
del
tiempo
en
que
han
de
ser
aplicadas,
atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de
aquéllas”.
Pues bien, “el sentido propio de sus palabras” al que
alude el referido primer párrafo del art. 3 del CC es el
criterio literal o gramatical, que en el presente supuesto
no otorga ningún margen de interpretación.
La
interpretación
literal,
incluso
sistemática
del
art. 782.1 LECrim en relación, como mínimo, con el art.
641.2º LECrim, debe conducir a apreciar lo siguiente: que
en el caso en el que Ministerio Fiscal y la acusación
particular
sostienen
la
existencia
de
un
delito,
pero
asimismo entienden que no hay motivos para atribuírselo a
una
concreta
encubridor),
persona
(a
solicitando
título
el
de
autor,
sobreseimiento
cómplice
de
la
o
causa
respecto a ésta (lo que es, obviamente, uno cualquiera de
los motivos previstos en los artículos 637 y 641 LECRim),
el juez lo acordará.
3
Y
lo
acordará,
simple
y
llanamente,
porque
es
precisamente a eso a lo que literalmente le obliga una Ley,
la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y un clarísimo artículo
de ésta: el art. 782.1.
La interpretación "literal" que se efectúa parece, por
si no fuera suficiente lo anterior, que no es poco, la más
acorde
en
términos
de
garantías
constitucionales
y,
concretamente con el derecho a un proceso con todas las
garantías consagrado en el artículo 24 de la Constitución,
como además así lo exigen a los órganos judiciales los
artículos 5 y 7 de la LOPJ, pues desde la perspectiva de
los
derechos
fundamentales,
corresponde
efectuar
una
interpretación de la legalidad ordinaria acorde con nuestra
norma fundamental.
Pero es que, además, tal interpretación literal del
art.
782.1
LECrim.
jurisprudencial
del
viene
Excmo.
avalada
por
la
Tribunal
Supremo
doctrina
que,
de
conformidad con el art. 1.6º del Código Civil, complementa
nuestro
ordenamiento
jurídico
y,
por
tanto,
goza
de
carácter vinculante en la interpretación y aplicación de la
Ley por parte de Jueces y Tribunales.
Ninguna duda cabe, pues, en la interpretación de que
cuando
“el
Ministerio
Fiscal
y
el
acusador
particular
solicitaren el sobreseimiento de la causa por cualquiera de
los motivos que prevén los artículos 637 y 641”, el Juez,
en estricta aplicación de la Ley, conforme a la vinculante
interpretación dada al art. 782.1 LECrim. por el Tribunal
Supremo, lo acordará.
4
SEGUNDA.Tribunal
La
concreta
doctrina
Supremo,
aplicada
ya
Provinciales,
que
estima
por
jurisprudencial
numerosas
jurídicamente
del
Audiencias
inadmisible
la
apertura de juicio oral en casos como el de autos.
La doctrina por la que el Excmo. Tribunal Supremo
estima
que
cuando
el
Ministerio
Fiscal
y
la
acusación
particular soliciten el sobreseimiento de la causa el Juez
deberá
acordarlo
obligatoriamente,
acordar la apertura del juicio
oral
sin
posibilidad
de
aun cuando así lo
solicite la acusación popular, fue establecida en primer
lugar por el Alto Tribunal en su Sentencia nº 1045/2007, de
17 diciembre.
Como es público y notorio tanto en medios jurídicos
como incluso en los medios de comunicación –que han dado en
llamarla “doctrina Botín”-, en virtud de esta sentencia el
Tribunal Supremo, en un proceso relativo a un delito contra
la Hacienda Pública -entre otros- estableció que, con base
en la aplicación del tenor literal del art. 782.1 LECrim.,
en el Procedimiento Abreviado no puede abrirse juicio oral
sólo a instancias de la acusación popular, esto es, cuando
ni el Fiscal ni la acusación particular formulen acusación.
Esta doctrina no ha sido en ningún momento modificada
por
la
Jurisprudencia.
Muy
al
contrario,
ha
sentado
precedente siendo avalado por el máximo intérprete de la
Constitución y por la denominada “jurisprudencia menor” de
las Audiencias Provinciales en numerosas resoluciones.
5
En efecto, el Pleno del Tribunal Constitucional ya ha
señalado en relación a dicha Sentencia de la Excma. Sala
Segunda del Tribunal Supremo, mediante STC 205/2013, de 5
de diciembre de 2013, que:
“A esos efectos, se destaca que la doctrina que inspira
dicha Sentencia centra su thema decidendi en la legitimidad
constitucional de una interpretación con arreglo a la cual
el sometimiento de cualquier ciudadano a juicio, en el
marco de un proceso penal, sólo se justifica en defensa de
un interés público, expresado por el Ministerio Fiscal, o
un interés privado, hecho valer por el perjudicado, de modo
que fuera de estos casos, la explícita ausencia de esa
voluntad de persecución convierte el juicio penal en un
escenario ajeno a los principios que justifican y legitiman
la pretensión punitiva. En ese sentido, se destaca que este
efecto no se produce en aquellos casos en los que, bien por
la naturaleza del delito, bien por la falta de personación
de la acusación particular, el Ministerio Fiscal concurre
tan solo con una acción popular que insta la apertura del
juicio oral, ya que, en tales supuestos, el Ministerio
Fiscal
no
agota
el
interés
público
que
late
en
la
reparación de la ofensa del bien jurídico. De ese modo se
señala que esta
conclusión se
obtiene no ya del tenor
literal del art. 782.1 LECrim, sino del significado mismo
del proceso penal, ya que éste se aparta de los fines
constitucionales
que
lo
legitiman
cuando
la
pretensión
penal ejercida por la acusación popular se superpone a la
explícita voluntad del Ministerio Fiscal y del perjudicado.
Pero esa misma pretensión instada por la acción popular
recupera todo su valor cuando la tesis abstencionista es
asumida,
sólo
y
de
forma
exclusiva,
Fiscal.”
6
por
el
Ministerio
En
relación
aplicación
de
la
a
la
jurisprudencia
mentada
doctrina
menor
dictada
jurisprudencial
en
del
Tribunal Supremo, cabe destacar los siguientes exponentes:
El Auto de la Audiencia Provincial de Toledo (secc.
1ª) nº 167/2009, de 9 julio,
JUR 2009\35171, FJ 2º, por el
que, en un procedimiento seguido por prevaricación, cohecho
y delito contra la Hacienda Pública, se establece que la
acusación popular (un partido
político) únicamente está
legitimada para intervenir en el procedimiento respecto de
los delitos de prevaricación y cohecho, toda vez que:
“respecto del delito contra la Hacienda Pública el
interés del grupo político es nulo, porque sí existe
un perjudicado que se puede defender por medio de la
Abogacía del Estado y además el Ministerio Fiscal en
el ejercicio de su función constitucional”.
El
Auto
de
la
Audiencia
Provincial
de
Murcia
nº
157/2010, de 15 junio, JUR 2010\267076. FFJJ 2º y 3º, en el
que,
en
un
procedimiento
seguido
por
delito
contra
la
Seguridad Social, se aplica la doctrina sentada en la STS
1045/2007, por cuanto el Ministerio Fiscal y el perjudicado
(la acusación particular -Tesorería General de la Seguridad
Social-) solicitan el sobreseimiento. En él se entiende que
la acusación popular por sí sola carece de legitimidad para
solicitar la prosecución del procedimiento.
El
Auto
de
la
Audiencia
Provincial
de
Madrid
nº
280/2012, de 19 abril. JUR 2012\169182. FJ 4º, que, en un
supuesto de delito contra la Hacienda Pública, establece
7
expresamente
que,
al
existir
perjudicado
que
ejerce
la
acusación particular (el Abogado del Estado en nombre de la
Agencia Tributaria) es de aplicación la doctrina sentada en
la STS 1045/2007. Así:
“El
Abogado
del
Estado
en
nombre
de
la
Agencia
Tributaria al apartarse de la acción ejercitada y el
Sr. Eloy desde su fallecimiento, no habiendo procedido
ninguno de los legitimados para sostenerla habiendo
sido requeridos para ello, y al solicitarse por el
Ministerio Fiscal el sobreseimiento provisional de la
causa, en aras a los principios constitucionales de
igualdad ante la ley y seguridad jurídica que asisten
a todos los ciudadanos; la única parte querellante es
la
Acusación
Popular
representada
en
la
Asociación
para la Defensa de Inversores y Clientes.
Que el
artículo 782.1
Criminal
(LEG
1882,
de la
16)
Ley de Enjuiciamiento
determina
que
si
el
Ministerio Fiscal y el acusador particular solicitaren
el sobreseimiento de la causa por cualquiera de los
motivos
que
prevén
los
artículos
637
y
641,
lo
acordará el Juez.
Esta cuestión ha sido tratada por el Tribunal Supremo
en
STS.
1045/2007,
54/2008
y
8/2010.
En
dichas
sentencias se señala que en los delitos contra la
Hacienda Pública, los únicos legitimados para ejercer
la acusación, son en primer lugar el Ministerio Fiscal
en ejercicio de la Acusación Pública y en defensa del
perjudicado que es la Hacienda Pública, el Abogado del
Estado; y en el presente supuesto el delito por el que
se sigue las actuaciones es contra la Hacienda Pública
cuya defensa corresponde al Abogado del Estado y se
apartó
de
las
actuaciones
8
y
el
Ministerio
Fiscal
solicita el sobreseimiento provisional, por lo que el
auto del Juzgado de Instrucción nº 2 de Alcobendas que
ha
acordado
sobreseimiento
artículo 782.1
provisional
en
base
al
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
es ajustado a derecho.”
El Auto de la Audiencia Provincial de Islas Baleares
(Sección
2ª)
nº
256/2013,
de
7
de
mayo
FJ2,
dictado,
precisamente, en este mismo procedimiento, en el que la
Ilma.
Audiencia
Provincial
ya
entró
a
comentar
esta
cuestión apuntando que “tal vez” la acusación popular no
podría sostener en solitario la acción por delitos contra
la
Hacienda
Pública
al
ser
precisamente
la
Agencia
Tributaria perjudicada por éste.
En efecto, al referirse a la acusación popular, el
superior jerárquico de este Ilmo. Instructor, en el Auto
citado y en este mismo procedimiento, ya indicó que:
“dicha acusación, atendida la naturaleza de los hechos
y delitos investigados (excluyendo tal vez los delitos
contra la hacienda pública ya que en este caso existe
un perjudicado que es la propia Agencia Tributaria
representada en la causa por la Abogacía del Estado),
gozaría de legitimación para en su caso llegado el
momento ejercer la acción penal contra Doña Cristina
apelante.”
En su posterior Sentencia nº 54/2008, de 8 abril, el
Tribunal Supremo, lejos de apartarse de la doctrina sentada
en
la
STS
1045/2007,
como
sostienen
algunas
opiniones
jurídicas, procedió a delimitar su ámbito de aplicación. Es
decir,
la
doctrina
sentada
en
9
esta
nueva
Sentencia
no
excluye
la
aplicación
de
la
anterior
sino
que
la
complementa.
La referida Sentencia 54/2008, de nuevo trascendió a
los
medios
de
comunicación,
que
dieron
en
llamarla
“doctrina Atutxa”. En esta Sentencia, para el caso de un
delito
de
desobediencia
a
la
autoridad
judicial,
el
Tribunal Supremo sentó la doctrina de que en aquellos casos
de delitos contra bienes jurídicos colectivos que, por su
peculiar naturaleza, no dan lugar a la personación de una
acusación particular, la acusación popular está legitimada
para pedir, en solitario, la apertura de la causa a la
celebración del juicio oral.
Es importante subrayar que la distinción, obviamente,
no se basa en que el bien jurídico protegido en el delito
contra la Hacienda pública no sea un bien colectivo. La
distinción que efectúa el Tribunal Supremo es de naturaleza
criminológica y se basa en lo siguiente: en los denominados
victimless
crimes,
delitos
sin
víctima
concreta
o,
en
italiano, interessi diffusi (como, por ejemplo, el medio
ambiente,
parece
el
orden
posible
adelante
en
público,
sostener
solitario,
que
pues
el
mercado
la
acusación
no
existe
financiero)
popular
base
para
sí
siga
la
personación de acusación particular alguna. En cambio, hay
bienes supraindividuales (o colectivos, si se quiere) cuya
titularidad se atribuye a una institución. Ese es el caso
de la Hacienda pública, bien colectivo, cuya titularidad y
representación se atribuye a la Agencia Tributaria y, en el
proceso, a la Abogacía del Estado. Y otro tanto sucede con
la Seguridad Social.
10
La
doctrina
ratificada por la
de
la
STS
nº
54/2008
fue
después
STS 8/2010, de 20 de enero. Pero lo que
queda claro es que ni la una ni la otra revocan la doctrina
sentada en la STS 1045/2007. Esta última se refiere a casos
en los que la titularidad del bien jurídico, aun siendo
éste colectivo, se atribuye a una determinada institución,
como en nuestro caso, la Agencia Tributaria, que se persona
como
acusación
particular
a
través
de
la
Abogacía
del
Estado.
Yerra, pues, y mucho, la opinión, sostenida en los
medios de comunicación y algunos medios jurídicos, de que
el
caso
concurrente
en
el
presente
procedimiento
es
distinto del planteado en la STS nº 1045/2007, de modo que
ésta
no
podría
esgrimirse
como
precedente
aquí.
La
diferencia –siempre según esas voces- radicaría en que en
aquél supuesto tanto el Ministerio Fiscal como la Abogacía
del Estado solicitaron el sobreseimiento de los hechos, sin
más. En cambio, en el presente caso, ambos sostienen que sí
hay hechos constitutivos de dos delitos contra la Hacienda
Pública, pero no consideran que Dª. Cristina de Borbón haya
intervenido
en
ellos,
por
lo
que
solicitan
el
sobreseimiento respecto a ella.
Pues bien, la realidad es tozuda e indica que uno y
otro caso no son sustancialmente distintos, por lo que el
art. 782.1 LECrim. los comprende a ambos. Veámoslo:
El presupuesto de aplicación de la consecuencia del
art.
782.1
LECrim.
(que
el
juez
deba
acordar
el
sobreseimiento de la causa) es que el Ministerio Fiscal y
el acusador particular lo soliciten por cualquiera de los
11
motivos que prevén los artículos 637 (sobreseimiento libre)
y 641 LECrim (sobreseimiento provisional).
Es cierto que el art. 637 LECrim., en sus apartados 1º
y 2º, produce la impresión de que obliga al sobreseimiento
sólo cuando no se ha perpetrado el hecho (entendiendo por
éste, toda la base fáctica de la imputación contenida en
las diligencias) o cuando dicho hecho (la referida base
fáctica)
resulta
no
ser
constitutiva
de
delito.
Sin
embargo, no es menos cierto que ya el propio art. 637.3º
LECrim. prevé como caso de sobreseimiento libre el que
“aparezcan
exentos
procesados como
de
responsabilidad
criminal
los
autores, cómplices o encubridores”.
Por
tanto, este artículo abona no ya una consideración del
hecho como globalidad, sino como intervención concreta de
cada uno de los procesados.
Esto
significa
que
si
el
Ministerio
Fiscal
y
el
Abogado del Estado solicitan el sobreseimiento de la causa
con base en el art. 637.3º LECrim., obviamente lo pueden
hacer
para
unos
intervinientes
sí
y
otros
no.
La
conclusión, por ende, es clara: el sobreseimiento del art.
782.1 LECrim. no tiene por qué ceñirse a un sobreseimiento
total de la causa, sino que puede perfectamente abarcar un
sobreseimiento parcial de dicha causa con respecto a un
interviniente particular: ubi lex non distinguit, nec nos
distinguere debemus!
Pero no acaba aquí la cosa. Si acudimos al art. 641
LECRim., todo está incluso mucho más claro. En efecto, es
cierto que el art. 641.1º LECrim. parece ceñirse sólo al
caso en que no esté debidamente justificada la perpetración
del delito (entendido como hecho global) que ha dado lugar
12
a la formación de la causa. Sin embargo, el art. 641.2º
resulta muchísimo más evidente: “Cuando resulte del sumario
haberse cometido un delito y no haya motivos suficientes
para acusar a
autores,
determinada
o
determinadas
personas
como
cómplices o encubridores”.
Sin duda, si no se admite que concurra ninguno de los
supuestos anteriores para acordar el sobreseimiento, la
propia
literalidad
de
este
último
artículo
(el
641.2º
LECrim.) obliga a su aplicación al caso. En efecto, si el
Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado entienden que
resulta de la causa haberse cometido dos delitos fiscales,
pero consideran que no hay motivos suficientes para acusar
a determinada persona (Dª. Cristina de Borbón), ni como
autora, ni como cómplice, ni como encubridora, no puede
sino concluirse que in claris non fit interpretatio!
En
resumidas
sistemática
mínimo,
con
cuentas,
del
art.
el
art.
una
782.1
641.2º
interpretación
LECrim.
en
LECrim.,
literal-
relación,
como
obligatoriamente
conduce a concluir que: en el caso en el que Ministerio
Fiscal y la acusación particular sostienen la existencia de
un delito, pero asimismo entienden que no hay motivos para
atribuírselo a una concreta persona (a título de autor,
cómplice o encubridor), solicitando el sobreseimiento de la
causa
respecto
a
ésta
(lo
que
es,
obviamente,
uno
cualquiera de los motivos previstos en los artículos 637 y
641 LECRim), el juez lo acordará.
Tanto es así, que incluso disponemos ya de precedentes
en los que se aplica la doctrina sentada en la STS nº
1045/2007
a
un
caso
en
que
13
el
Ministerio
Fiscal
y
la
acusación particular solicitan el sobreseimiento sólo para
una persona, manteniendo la acusación respecto a las demás.
En
particular,
puede
citarse
la
Sentencia
de
la
Audiencia Provincial de Vizcaya nº 16/2014 (secc. 6ª), de
14 de marzo de 2014, en la que, en un caso en el que ni el
Ministerio Fiscal ni la Acusación Particular (Diputación
Foral) sostenían la acusación contra una persona concreta,
pero sí respecto a otras por ese mismo delito, y dado que
contra esa persona concreta sólo mantenían la acusación dos
acusaciones populares, la Ilma. Sala aplica la doctrina
sentada
por
1045/2007.
el
Tribunal
Doctrina
Supremo
que,
por
todo
en
su
Sentencia
lo
expuesto,
nº
también
resulta de aplicación en el presente procedimiento.
En su virtud,
AL JUZGADO SUPLICO: Que teniendo por presentado este
escrito, se sirva admitirlo y unirlo a los Autos de su
razón y, en sus
méritos,
en estricta aplicación de lo
dispuesto en el art. 782.1º LECrim. y en la Jurisprudencia
mayor y menor que lo interpreta, tenga a bien acordar el
sobreseimiento de las actuaciones respecto a Dª. CRISTINA
FEDERICA DE BORBÓN Y GRECIA.
respetuosamente,
pedimos
en
Por ser de Justicia que,
Palma
de
Mallorca,
a
9
de
diciembre de 2014.
Miquel Roca i Junyent
Dr. Jesús-María Silva Sánchez
Proc. Mª Magina Borrás
14
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