MODELO PARTICIPATIVO PARA EL DISEÑO DE PLANES MAESTROS: LOS CASOS DE CONSTITUCIÓN Y CALAMA Tironi Asociados & Elemental PRES CONSTITUCIÓN. El 27 de febrero de 2010, el terremoto de 8,8 grados y posterior tsunami destrozó numerosas localidades de las costas del sur de Chile. Una de las ciudades más afectadas fue Constitución. 172 personas murieron y gran parte de la ciudad quedó en ruinas. Los servicios básicos colapsaron. Se produjeron numerosos saqueos y escenas de violencia. La empresa Arauco cuenta con una planta de celulosa en plena ciudad, inaugurada en 1969, además de un aserradero. Este último fue arrasado por las olas, y la planta sufrió cuantiosos daños. La empresa asumió la responsabilidad de liderar la reconstrucción de Constitución, creando el Plan de Reconstrucción Sustentable (PRES), el cual sería un canal articulador y coordinador de recursos entre el mundo público y privado para la reconstrucción de la ciudad. La iniciativa fue presentada al gobierno central y al municipio, quienes se sumaron a ella. El PRES tuvo como principal desafío generar una propuesta de reconstrucción en 90 días. La idea era responder a las necesidades urgentes de la ciudad, pero hacerlo desde un enfoque urbano integral con la participación activa de los habitantes de Constitución. La propuesta debía ser viable, incorporando los proyectos en curso, generando alianzas y desarrollando un plan claro de implementación en el corto, mediano y largo plazo. Ella debía contar con los más altos estándares de excelencia técnica, con un diseño de trabajo multidisciplinario que integrara distintas experticias. Y desde luego, poner en marcha procesos transparentes, abiertos y vinculantes para incentivar la participación ciudadana. Participación ciudadana desde el “día cero”. Es tradicional que se tome la participación ciudadana como un freno, o al menos un factor que alarga los procesos. Más frente a la urgencia de reconstrucción de una ciudad destruida por una catástrofe. Sin embargo el modelo PRES puso a la participación ciudadana como eje ordenador del desarrollo de las propuestas urbanas para la ciudad, permitiendo mostrar que la participación puede ser un factor de aceleración del proceso de diseño, así como garante del cumplimiento de los proyectos. Un elemento clave fue la creación de una instancia (el “consorcio”) que garantizó la simetría de poderes de los actores involucrados: un acuerdo público privado entre el Ministerio de Vivienda, el Municipio y la empresa Arauco. Este órgano permitió que ésta última, impulsora y principal financista del PRES Constitución, tuviera el mismo peso específico que el gobierno central y comunal. Los técnicos involucrados en el PRES daban cuenta a esta instancia, no a la empresa. El segundo elemento clave fue la instalación de la Casa Abierta, en plena la Plaza de Armas de Constitución, como centro de operaciones del trabajo de participación. Ahí se realizaron los encuentros y actividades deliberativas con los ciudadanos, como foros, cabildos y reuniones. La Casa Abierta fue un símbolo del tipo de participación empleada en este proceso. Un tercer elemento central en el modelo de participación fueron los foros híbridos. Éstos estaban compuestos por diversos actores con distintos saberes, visiones, experiencias y posiciones respecto de la ciudad. Ellos fueron el mecanismo principal para el co-diseño y deliberación de las iniciativas de los equipos técnicos. Las propuestas presentadas por el equipo técnico experimentaron fuertes transformaciones durante los 3 meses que duró el proceso. La Casa Abierta de Constitución tuvo más de 10 mil visitas, se recibieron 1200 opiniones abiertas por medio del buzón de ideas, se realizaron 9 foros híbridos, 45 foros sectoriales y 50 reuniones temáticas. Todo ello terminó con una consulta ciudadana vinculante, cuyo objetivo fue la priorización de los proyectos co-diseñados. Todas estas instancias de participación fueron agentes transformadores de las iniciativas. Un ejemplo de los sucesivos cambios es el caso del proyecto del parque fluvial, que consiste en proteger a la ciudad de futuras inundaciones o desastres naturales y saldar la deuda histórica de espacio público y áreas verdes de Constitución. Su construcción requiere la expropiación de terrenos, por lo que su aprobación fue controversial. Sin embargo, fue la misma ciudadanía quien decidió optar por esta estrategia versus otras dos alternativas presentadas por los equipos técnicos. CALAMA: LA PRUEBA DE FUEGO DEL MODELO. Calama PLUS surge luego de un fuerte descontento social, marcado por protestas y manifestaciones en contra del gobierno y Codelco, por la baja calidad de vida de la ciudad versus las riquezas que ésta aportaba al país. En este contexto se decidió implementar un plan urbano para Calama, con la participación ciudadana como eje central. Los pasos fueron similares: se creó el consorcio que aglutinaba a los principales actores del conflicto: empresa privada, gobierno central y local, y la ciudadanía; se instaló una Casa Abierta en la Plaza 23 de Marzo, donde se realizaron una serie de foros, cabildos ciudadanos, reuniones sectoriales y actividades para la comunidad. El proceso culminó luego de 150 días con una consulta ciudadana abierta, en al cual participaron más de 25.000 personas. Al igual que en Constitución, en Calama se alcanzó un involucramiento ciudadano sin precedentes para este tipo de operaciones. LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO GARANTE Y FACILITADOR DE LA CONSTRUCCIÓN DE PLANES URBANOS. Las experiencias de Constitución y Calama dejan como lección que hacer de la participación ciudadana el principio ordenador permite acelerar los procesos de diseño, más que ralentizarlos, y es a la vez una garantía de seguimiento y cumplimiento de los proyectos. En los dos casos comentados se sustituyó la relación paternal entre la ciudadanía y los expertos por un modelo de participación híbrida, donde se dan los espacios de diálogo y co-diseño para deliberar de manera simétrica con la comunidad no experta. Esta manera de ejecutar planes de participación evita los vicios propios de los modelos tradicionales, que finalmente terminan en las defensas sectoriales y en las negociaciones entre los acrores más poderosos y mejor constituidos. El carácter vinculante de la participación híbrida es clave. La ciudadanía no está dispuesta a participar en procesos simbólicos y decorativos, sino que han asumido un rol protagónico en la toma de decisiones.