La mecanización del proceso agricola se ha generalizado y afianzado a partir de mediados de los sesenta y ha atectado a todas sus fases, sobre todo a las faenas que requerían más brazos para su realización: siembra, recolección... En un principio solamente adquirían aquellas máquinas que mitigaban el esfuerzo laboral humano y de los animales de tiro, y reducían el tiempo de su actuación. En la foto una de las primeras innovaciones técnicas: las aventadoras, ahora en desuso y abandonadas, modificaron plenamente el tradicional sistema de limpia de los granos basado en el continuo beldar, si el tiempo lo favorecía. Quien lea o escuche la palabra páramo, espontáneamente la relaciona con terreno pobre y llano, propio de las tierras altas de la Meseta Castellana; no le falta razón, si con ello piensa en un interfluvio plano, relativamente realzado sobre los valles que lo delimitan; tampoco si piensa en un espacio yermo y deforestado de similares características topográficas y, además, batido por vientos secos y fríos; y, por supuesto, no yerra si lo identifica con el relieve de las plataformas calcáreas del centro y del Este de Castilla y León o con las tierras altas cubiertas por espesos mantos de gravas, que en León y Palencia de manera especial, enlazan la Cordillera Cantábrica con la cuenca del Duero. El Páramo, nombre aplicado desde hace dos mil años a una comarca de la Meseta leonesa («In Parami aequore»), representa geográficamente algo análogo, pero también algo distinto; la llanura rasa y árida está presente y la pobreza aún mora en algunos pueblos, pero identificarlo de forma mecánica y determinista con lo anterior será negar la dinámica de la realidad y olvidar la capacidad del hombre para cambiarla. El Páramo representa, más que ninguna otra comarca leonesa, esto último: la renovación y transformación de un medio ecológico y de una economía campesina. En el año 1959, tras la construcción y cierre del embalse de Barrios de Luna y del esfuerzo colectivo de los parameses, sin olvidar el sacrificio de los pueblos de la montaña de Luna, llegaba el agua al centro del Páramo leonés, acelerándose la transformación del secano en regadío y el cambio de 266 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS las estructuras agrarias. Los pozos abiertos con tanto esfuerzo y las norias iban a quedar en desuso; las bombas, «machinas» y motores de riego se irían olvidando, y con ellos las preocupaciones por el agotamiento de los acuíferos y la sequía; asimismo, las viñas y el sistema de aprovechamiento cerealístico en hojas desaparecieron a medida que la nueva ordenación del terrazgo y la llegada de los canales y acequias (concentración parcelaria, infraestructura de regadíos y caminos) permitían la mecanización y la incorporación de los cultivos industriales o mercantiles, ocupándose algunas parcelas de forrajes; al mismo tiempo, en las cuadras el ganado mular y las yuntas de trabajos eran sustituidos por la ganadería vacuna y de renta. A la par que la intensa transformación del paisaje y del terrazgo, el paso del secano al regadío ha sido de la máxima trascendencia social y económica: atenuación de la emigración, elevación de las rentas, reforma y renovación del hábitat, mantenimiento de la vitalidad de muchos pueblos, modificación de hábitos y costumbres tradicionales, relegándose a un segundo plano las viejas obligaciones concejiles de ayuda común y mutua como las «hacenderas». La modernización del campo paramés no debe olvidar su inmediato pasado y saber que su tierra es incapaz de producir incesantemente, a base de abonos artificiales y métodos intensivos, y que el individualismo agrario favorece en definitiva a una economía y a un mercado a gran escala de los que el Páramo leonés depende cada vez más. El Páramo leonés: una llanura de amplios horizontes y de condiciones naturales limitadas, transformadas por la mano del hombre contacto ya con el Valle del Orbigo los 750 m. Son los ríos Orbigo, por el Oeste, y el Esla, por el Este, los que delimitan de Norte a Sur el Páramo Leonés, dejando en medio una plataforma o interfluvio ligeramente sobreelevado, que desciende suavemente hacia el Sur, disposición que marca la dirección de una débil red de drenaje, apenas insinuada en el relieve, pero que con sus «huergas o güergas» y «vallinas o valles» introduce un factor de diferenciación geográfica de gran trascendencia en la organización tradicional del terrazgo y del poblamiento. A esta disposición topográfica y a esta red de drenaje intermitente se han adaptado los canales y acequias actuales, dánEl endorreismo y la consecuente formación de lagunas temporales y permanentes dole con sus desagües un carácter más permanente. es la consecuencia de una topografía poco definida y de unas condiciones bioclimáticas áridas. En el pasado cumplieron una función decisiva en la organización Aunque los escasos desniveles del poblamiento y en los aprovechamientos ganaderos como abrevaderos y zonas dan al conjunto de la comarca de pastos. una gran homogeneidad, bien reflejada en el distanciamiento 1. UN INTERFLUVIO de las curvas de nivel en los maPáramo: «Terreno erial, raso y DOMINADO POR LA pas y en la débil pendiente genedesabrigado» (J. Casares: DiccioPLANITUD Y EL ral (3%), sí pueden señalarse alnario ideológico de la Lengua EsENDORREISMO pañola). gunos leves contrastes topográ«Se aplica como nombre califificos, percibidos en su día por el cativo a cualquier lugar o terreno hombre y que han cumplido dispoco productivo e inhóspito». Normalmente entre las gentes tintas funciones a lo largo del ( M. Moliner: Diccionario de que viven en esta comarca leone- tiempo. uso del español). sa se habla de un Páramo Alto, A medida que descendemos «Vasto Páramo, completamende topografía ligeramente hacia el Sur o hacia los grandes más te llano y con terreno «mísere», movida y de altitud más elevacolectores (Orbigo y Esla), se que produce gracias al esfuerzo soda, situado en el sector septenaprecian de manera sensible albrehumano de sus habitantes» (Intrional, en torno a la cota de los gunos escalones o cuestas que forme de Pobladura de Pelayo 900 m., y de un Páramo Bajo, nos marcan los distintos niveles García, 1944, M.A.T., A.H.P. Le). en el que la altitud se aproxima de terrazas cuaternarias o, más «Suelen perderse las cosechas a los 800 m. y la superficie es de al norte, los niveles de fanglomealgunos años porque las aguas 110amplios horizontes; esta curva rados o rañas que enlazan el Pávedizas se estancan, y cuando son de nivel corta aproximadamente ramo leonés con lo que denomimuchas hasta puede decirse que le la comarca de NW-SE a la altu- namos Tierras Altas de León. inundan» (Madoz, Cazanuecos, ra de Laguna Dalga, alcanzán- Con frecuencia estos desniveles 1845). dose en la parte meridional y en coinciden con vaguadas excavaLA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 267 En la llanura paramesa sobresalen aún las espadañas de las iglesias y las ruinas de algún castillo, compartiendo sus líneas verticales con los silos, depósitos de agua y con un caserío que, con frecuencia, desentona con las suaves ondulaciones del paisaje. En la fotografía, el castillo de los Quiñones en Laguna de Negrillos, símbolo de la vitalidad que en otro tiempo tuvo esta villa. das («Valcabadillo», «Arroyo del Rodil», «Valle de Royuelos», «El Regueral», «Fontecha»...) que refuerzan aún más los ligeros cambios topográficos, sobre los que se han montado algunos núcleos de población (Villadangos del Páramo, San Martín del Camino, Valdefuentes del Páramo, Roperuelos del Páramo, Valcabado, Saludes de Castroponce, Audanzas del Valle, San Adrián del Valle, Grajal de la Ribera, La Antigua...). Los contrastes topográficos más bruscos se observan en los escarpes labrados por los ríos que delimitan la comarca, especialmente en «Las Arribas» del Orbigo, donde la erosión fluvial ha labrado un valle claramente disimétrico, dejándonos en la orilla izquierda un desnivel abrupto, que muestra bien la terraza fluvial, y en la orilla derecha una amplia llanura aluvial. A un lado nos queda el Páramo leonés y a otro la vega del Orbigo y de su afluente el río Tuerto, hechos que pueden ser bien explicados desde la ermita de Hinojo o desde Valdesandinas. Algo similar, pero de forma más suave y escalonada, se observa en el descenso hacia el Esla en Villamañán, donde la cuesta ha sido aprovechada para el emplazamiento del pueblo y para la excavación de las bodegas en los endurecidos «barreales» y «caleños» del mioceno. De gran significado geográfico y ecológico son, asimismo, las numerosas zonas endorreicas existentes en el Páramo leonés, allí donde el manto de gravas ha desaparecido o es muy débil y aparecen en superficie los materiales arcillosos e impermeables del terciario, o donde la planitud ligeramente cóncava dificulta la evacuación de las aguas. Bien nos habla la toponimia mayor de estos hechos que también en su día condicionaron la elección de los asentamientos (Lagunda Dalga —en el XVIII, «Laguna de alga»—, Laguna de Negrillos, Urdiales de Laguna o del Páramo, Villamor de Lagu- En el paisaje actual destacan las hileras de chopos que bordean la red de caminos, carreteras y acequias. na —Villamorico—), o también topónimos de pagos como «Braos», tierras malas y bravas de suelos pobres y encharcados, que hasta la llegada de los regadíos se aprovechaban básicamente como pastos comunales; sirvan de ejemplo al respecto los «braos» de Laguna Dalga convertidos en tierra de labor por la Confederación Hidrográfica del Duero, cuando en los años sesenta ubicó allí la Granja Escuela de Capataces. Es cierto que el relleno y saneamiento intencionado en los alrededores de los pueblos, el atarquinamiento natural o el provocado por los trabajos agrícolas y la concentración parcelaria, más la utilización de muchas de ellas como vertederos y escombreras —de la que es una muestra la laguna de Feldo en Santa María del Páramo—, han acelerado a lo largo de las últimas décadas la desaparición y degradación de un gran número de lagunas en el Páramo leonés, pero aún encontramos valiosos ejemplos de estos humedales, que tanta importancia tuvieron en los aprovechamientos ganaderos tradicionales. Estas formas sencillas de modelado se apoyan en una cubierta de origen plioceno y fluvial constituída por cantos rodados embalados en una matriz de arcillas sabulosas y arenas; en su mayor parte corresponden a las terrazas altas del Orbigo que en la parte septentrional se empastan y confunden con los depósitos de raña. Este manto da lugar a un terreno sumamente pedregoso, de suelos poco profundos y sueltos, calificados por los campesinos como «flojos y de poca consistencia». El hombre ha ido mejorando algunos de estos suelos, limpiando sus fincas de miles de toneladas de cantos, que han servido de cimientos del tapial o de relleno de caminos, carreteras y pozos, facilitando el laboreo de la tierra y aumentando sus rendimientos. Solamente en los fondos estrechos y planos de los valles y vaguadas rellenadas por una delgada capa de materiales aluviales encontramos suelos de mayor fertilidad, ocupados tradicionalmente por cultivos intensivos de regadío o prados, gozando asimismo algunos pueblos, cuyos términos sobrepasan el mismo borde del Páramo, de pequeños trozos de vega, a orillas del Orbigo. Debajo se encuentra el mioceno en disposición horizontal y formado por sedimentos arcillosos y fangos de tonalidades ocrerojizo, en los que se intercalan estrechos niveles de microconglomerados de cantos de cuarcitas y arenas que constituyen a distintas profundidades auténticos acuíferos, que han sido y son veneros de salud y de riqueza para el Páramo. Los miles de pozos abiertos desde los años vein- te en busca de las aguas subálveas para convertir el secano en regadío, nos hablan de la trascendencia social y económica de estos acuíferos que en muchos casos siguen paliando el déficit de agua que se deriva de las circunstancias climáticas de la zona, marcadas por la aridez estival. 2. LAS MEDIOCRES Y DIFICILES CONDICIONES CLIMATICAS Decían los habitantes de Laguna de Negrillos hace un siglo que su clima era «tan ardoroso en el apogeo del sol, como frío en el descenso o desaparición de aquel», señalándonos otros pueblos de la comarca que la «dilatada llanura, seca y estéril, estaba combatida por todos los vientos», los rasgos de un clima continental y del interior de la Submeseta Norte quedaban así perfectamente descritos. La información climática que poseemos actualmente nos confirma tal impresión y nos explica cuáles son las variables termopluviométricas que inciden de forma más decisiva. Sin duda, el largo período de heladas que dura desde octubre a mayo, hasta que las temperaturas medias se elevan por encima de los 10° C, la fuerte oscilación térmica, propia de una zona alejada de la influencia moderadora del mar, unidas a la modesta temperatura media anual (11,1° C), son los rasgos LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 269 básicos que nos señalan la largura de la estación invernal y las limitaciones térmicas que el frío impone al desarrollo de cultivos delicados y termófilos; por el contrario, el verano bien puede calificarse de corto, teniendo las estaciones intermedias, primaveras y otoño, un significado efímero. Los calificativos de seco y estéril guardan una estrecha relación con las escasas precipitaciones que se registran anualmente (478 mm. en Santa María del Páramo); además no siempre oportunas y bien repartidas a lo largo del año, según el sentir experimentado de los agricultores que nos señalaban hace años: «en los años lluviosos son escasas las cosechas de centeno, su principal artículo» (Altobar de la Encomienda, 1845), dado que la impermeabilidad del terreno hace que las fincas se «encharquen y se ahoguen las plantas», prefiriendo por tanto inviernos secos y lluvias suaves de primavera y otoño. El comentario anterior es coherente con el que se hace acerca de la nieve «que en los años de sequía invernal favorece a la comarca, ya que ésta al ser diluida lentamente empapa el terreno de humedad, y además ahueca y esponja este de tal forma, permitiendo que las plantas extiendan sus raíces y adquieran el debido desarrollo» (Informe de Zotes del Páramo, 1944). Por otra parte, la alta evaporación y «el viento seco del estio perjudican altamente la floración de las leguminosas, y unido a la sequía merma muchos años considerablemente las cosechas» (Informe de Villazala, 1944). Es- 270 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS te déficit de agua, superior anualmente a los 350 m.., y la irregularidad de las lluvias, a los que el campesino acomodó durante siglos sus cultivos y trabajos, han quedado paliadas y transformadas en gran medida gracias al aporte suplementario de agua en la época de más necesidad, a lo largo de cientos de kilómetros de canales que han i mpulsado la transformación de 40.000 Ha. y de su paisaje agrario y vegetal. 3. DEFORESTACION, ROTURACIONES Y NUEVO TAPIZ VEGETAL Las referencias históricas a masas boscosas en el Páramo son escasas, pero suficientes como para comprender la intensa deforestación que desde tiempos muy antiguos ha sufrido, sobre todo a partir de la repoblación medieval. En la documentación de entonces no son extraños los nombres de «montes» y «debesas», pero topónimos tan frecuentes como «sardonedo» o «sardoniza» nos muestran la destrucción del antiguo encinar, reduciéndolo primero a matas y carrascal (La Mata del Páramo, Matalobos) y luego a campos de cultivo. Hoy solamente nos quedan algunas manchas de esta vegetación autóctona en los bordes de la comarca, formando montes bajos generalmente degradados, aunque pueden encontrarse algunos rodales de mejor porte, como en la dehesa de Mestajas. Asimismo, topónimos como «carbayal» o Fojedo nos señalan la presencia de caducifolias adaptadas al frío y a una mayor precipitación como el rebollo («Quercus Pyrenaica»), donde ahora solamente existen tierras de cultivo o «de balde». En el Páramo Alto, en Villadangos, por ejemplo, se observan restos de estas manchas que cedieron su dominio a las tierras centenales lo mismo que los prados y praderas naturales de las que nos ilustra el topónimo Bustillo dieron paso, a medida que la presión demográfica aumentaba, a campos de cultivo. Cerca de las corrientes de agua, donde los suelos son más húmedos y el ambiente más fresco, encontramos pequeños sotos del máximo valor ecológico, en los que aparece una vegetación caducifolía variada (alisos, «paleras») y algunos prados cercados de setos vivos o de tapial. Este paisaje, minúsculo a escala comarcal, y simbolizado en algunos pueblos por el «olmar» o los «negrillos» han sido ampliado de manera general con la implantación de millares de chopos («Populus alba» de distintas especies) por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero, construyendo una malla, lineal y geométrica, de gran incidencia en el paisaje. La escasez de precipitaciones, como consecuencia del comportamiento climático, ha originado la búsqueda de agua para el buen desarrollo del ciclo productivo de los cultivos agrícolas y por supuesto para asegurar la cosecha para la subsistencia de las unidades familiares. Esta constante preocupación del campesinado paramés tuvo su manifestación histórica en la construcción de la «presa Cerrajera», de origen medieval, y en la explotación de los recursos acuíferos subterráneos por medio de las norias. En la foto la Cerrajera a su paso por Valdefuentes del Páramo por donde circula el agua. Los canales y acequias de cemento, herederos de las antiguas regueras y conductores del líquido vital para la actual producción agraria, se distribuyen de modo racional y regular por todo el espacio agrario del Páramo. Han creado un paisaje de formas poligonales en las que se aprecia la intensa participación de la acción humana en la transformación de las tierras de clara vocación agrícola. En la foto el canal de Grisuela en el término de La Milla del Páramo. LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 271 El paso del secano al regadío: del cigüeñal y la noria a los canales de cemento Merced a la existencia histórica de la «presa Cerrajera» y del «caño de Castañón» sangrados al Orbigo, algunos pueblos del Páramo sabían hace algún tiempo de los beneficios del agua; la mayor parte, sin embargo, tendrá que esperar hasta 1960 a los canales de riego para pasar del secano al regadío. Todo ello, por tanto, pone de manifiesto la tradicional dedicación de los parameses al cultivo de la tierra y a la cría del ganado, sobre todo el lanar, en los que utilizaban técnicas arcaicas y aperos de labranza rudimentarios. Por el contrario, en la actualidad las formas de producción agrícolas se han modificado y se han in,troducido nuevos sistemas de explotación que mitigan el trabajo e intensifican el ciclo productivo de los cultivos agrícolas. 1. LOS RASGOS DEL TERRAZGO TRADICIONAL Durante el dominio de la sociedad agraria tradicional en el Páramo leonés había un importante número de explotaciones agrícolas debido a que la agricultura era la principal actividad económica de la población. Dentro de ellas sobresalían de modo absoluto las pequeñas unidades de producción —las que cultivaban menos de 20 Has.—, que afectaban, según informa el Censo Agrario de 1962, al 92,8% del total de ellas. Igualmente, a este elevado porcentaja le correspondía una menor proporción territorial, que, según dicha fuente era el 72,4% de la superficie censada; cantidad que confirma la relevancia de la El pueblo de Grajal de la Ribera, localizado en el borde meridional del Páramo, se sitúa al borde de la cuesta. En primer término se observan las bodegas que se han excavado en los materiales del terciario y manifiestan la importancia adquirida por el viñedo en épocas pasadas. agricultura de tipo familiar y minifundista. Por el contrario, en el otro extremo se ubicaban las medianas y las grandes explotaciones agrícolas —las que labraban más de 20 Has.— que, según el mencionado censo, poseían el resto de ellas, es decir, solamente el 7,2%. Sin embargo, la superficie que les pertenecía era mayor y suponía el 27,6% del territorio catastrado. En elgunos casos esta superior disposición espacial, sobre todo en los borden del páramo, les confería una mejor situación y rentabilidad económicas. Esta desigual y polarizada estructura agraria se hallaba acompañada de un excesivo contingente parcelario, en el que 272 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS «Hasta el presente debe considerarse como una de las regiones pobres de nuestra provincia, pero no a partir de los años actuales; merced al sinnúmero de pozos de iniciativa particular y a infinidad de acequias de riego que llevan sus fertilizantes aguas a la mayor parte de las fincas del municipio, el páramo dejó de ser páramo para convertirse en fértil ribera, mejorando considerablemente su situación económica y como consecuencia todas las manifestaciones de vida» (Informe, Villazala, 1945, M.A.T., A.H.P. Le.). destacaban fundamentalmente los fundos de menores dimensiones, en particular los inferiores a una Ha. Estos, según la citada fuente, disponían del 95,7% del total de ellos, mientras que los que superaban dicho umbral sólo poseían el 4,3%. Esa distinta proporción constituía un mosaico policromado formado por abundantes parcelas de minúsculo tamaño. Este paisaje agrario fragmentado por los linderos, que separaban las distintas propiedades territoriales, se organizaba en función de las necesidades de las unidades familiares. Dentro de él ocupaban una notable extensión las tierras de labrantío, que se dedicaban principalmente a tres aprovechamientos fundamentales: cultivos herbáceos, viñedo y barbecho (véase mapa adjunto). En la década de los cincuenta, según los Mapas Nacionales de Abastecimiento, los agricul tores del Páramo dedicaban aproximadamente el 40% del espacio labrado a los cultivos herbáceos, que se extendían tanto por las tierras de secano como de regadío. Las primeras dominaban de modo absoluto y estaban presentes en todas las explotaciones agrícolas. En ellas sembraban los productos agrarios que requerían para su propia dieta alimentaria y la de la ganadería. Dentro de ellos la mayor extensión territorial pertenecía a los cereales-grano, en los cuales sobresalían sobre todo el trigo y el centeno; se comportaban como los soportes más significativos de la economía tradicional, junto al viñedo. Asimismo, en estos momentos el terrazgo de regadío ocupaba una pequeña superficie, aunque determinados municipios, entre otros Bercianos del Páramo, Pobladura de Pelayo García, San Pedro Bercianos, Santa María del Páramo, Valdefuentes del Páramo y Villazala, ya preludiaban lo que acontecería posteriormente. El agua para regar pro- cedía tanto de los pozos y norias construidas por los propios campesinos a lo largo de los primeros años de la actual centuria, como de la presa Cerrajera, que mejoró su funcionamiento a mediados del siglo XVIII. En ambos casos los campesinos irrigaban los cultivos agrarios por medio del sistema de gravedad y dentro de ellos ocupaban una notoria extensión los orientados al consumo humano, en particular las alubias, patatas, garbanzos y trigo, y en menor medida los aprovechados por la ganadería, en especial la cebada. La pobreza de las condiciones edáficas y la escasez de precipitaciones obligaban a los parameses a dejar en descanso durante un año las tierras cultivadas, en particular las de secano. Hacían uso del sistema de año y vez. Los barbechos también recibían las mismas labores que los cultivos agrícolas con el fin de que repu- siesen los elementos cedidos en el anterior ciclo productivo. A esas mismas razones respondía el importante terrazgo dedicado al viñedo, pues se amoldaba perfectamente a los suelos sueltos y arenosos. Den El viñedo en 1950 y 1985 1950 Has. 1985 Has. Antigua, La Bercianos del P. Bustillo del P. Laguna Dalga Laguna de Negrillos Pobladura de P. García Pozuelo del P. Roperuelos del P. San Adrián del V. San Pedro Berc. Sta. M. 1 del Páramo Urdiales del P. Valdefuentes del P. Villadangos del P. Villazala Zotes del P. 1.050 300 1.000 150 598 214 350 250 365 400 330 130 50 450 94 125 540 40 2 288 117 159 - TOTAL 5.856 1.203 56 Fuentes: M.N.A., 1950; Catastro vitivinícola, 1983; D. 1-T, 1985. Superficie ocupada por los cultivos agrícolas en los municipios de La Antigua y Laguna Dalga en 1950 y 1985 LA ANTIGUA 1950 SECANO Trigo Cebada Centeno Avena Garbanzos Remolacha azucarera Patatas Alubias Otros Total secano REGADIO: Trigo Cebada Avena Maíz Cultivos forrajeros Remolacha azucarera Patatas Alubias Hortalizas Otros Total regadío TOTAL CULTIV. Has. 980 50 500 LAGUNA DALGA 1985 % Has. 1950 94) Has. 1985 % 42 61,9 3,2 31,5 0,4 2,6 6 0,4 198 16,3 1.584 100 1.220 100 831 100 10 - 76,9 - 44 113 - 8,4 21,7 - 60 50 53,1 44,2 6 499 454 11 37 21 40,9 37,2 0,9 3,0 1,7 140 60 82 - 26,9 11,6 15,7 2 7,7 15,4 82 15,7 13 100 521 100 1 1.597 1.741 250 20 380 30,1 2,4 45,7 45 5,5 16 60 60 1,9 7,2 7,2 - Has. % 100 550 30 642 3,2 17,5 0,9 20,5 35 1,1 27,1 0,9 28,7 0,1 100 3 2,7 - 850 25 900 3 - 113 100 3.135 944 3.135 Fuentes: Mapas Nacionales de Abastecimientos: 1950 y Superficie ocupada por los cultivos agrícolas. Documentos 1-T: 1985. (Elaboración propia). LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 273 tro de la comarca aparecían dos zonas delimitadas según su dimensión. Una se localizaba en el centro del páramo, formada por los municipios de Laguna Dalga, Urdiales del Páramo, Valdefuentes del Páramo, Villazala y Zotes del Páramo, en los cuales su proporción no superaba el 7% del terreno cultivado. Por el contrario, la otra rebasaba con creces dicho umbral y afectaba a los restantes núcleos de población; además, su mayor extensión territorial se manifestaba en la existencia de abundantes bodegas excavadas en los materiales terciarios de los taludes de las huergas próximas a los pueblos. De todo ello se deriva que la agricultura durante la sociedad tradicional era la principal actividad económica que aportaba rentas a las familias campesinas. Sin embargo, los parameses tembién se dedicaban a la ganadería, aunque esta cumplía un papel complementario en la economía agraria, en particular los importantes hatos de ovino y el bovino, que proporcionaba leche y terneros. Igualmente se debe destacar su utilización como fuerza de tiro, en concreto las yuntas de vacuno y el equino, para realizar las diversas labores agrícolas en estos momentos en que escasean y prevalecen las arcaicas técnicas de producción. Tampoco se puede desdeñar su vital participación, como la del porcino, aves, en la alimentación de las comunidades rurales. 274 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS 2. LA POLITICA DE TRANSFORMACION AGRARIA Las transformaciones agrarias llevadas a cabo en el Páramo leonés a partir de la década de los sesenta han permitido importantes cambios en la estructura de su economía tradicional. La actuación del estado se comporta como la principal impulsora de aquellas y sobre todo de las de superior magnitud; se ha encargado de preparar y modificar tanto los aprovechamientos y la orientación productiva de las explotaciones agrícolas como la de la reducción del excesivo número de las teselas que componen el tapiz parcelario. Ambas acciones, por tanto, han sido funda- mentales para renovar este paisaje agrario. Ya hemos comentado la existencia de pautas comunes tradicionales favorables a la ampliación de las tierras regadas a costa de los importantes sequedales, puestas de manifiesto a través de la construcción de la «presa Cerrajera» y de los numerosos pozos para las norias extendidos por todo el Páramo. Esta actitud del campesinado propicia al regadío se mantuvo firme hasta la aplicación de la política hidráulica por parte de la Administración. Esta se encargó de la creación de la adecuada infraestructura —sustitución de las antiguas regueras y huergas por canales provenientes del embalse de Barrios de Luna, red de acequias subsidiarias, allanamiento del terreno,...—, que permitió la rápida incorporación de grandes extensiones a la nueva vocación agrícola: el regadío. Dicha medida no afectó por igual a toda la comarca. Se centró preferentemente en los municipios parameses centrales, en los que se transformó en su totalidad el secano en regadío. Por el contrario, en los bordes quedaron importantes extensiones sin modificar. En el área septentrional se debe citar el caso de Villadangos del Páramo y en el sur los núcleos de La Antigua, Laguna de Negrillos, Pozuelo del Páramo y San Adrián del Valle, según lo confirman Documentos de las Cámaras Agrarias Locales. Estos últimos riegan algunas de sus tierras con las aguas sobrantes y perdidas de los del norte; se han incorporado a la economía agraria de regadío, aunque fragilmente y está pendiente de solucionar su necesidad de agua, bien con la construcción de nuevos embalses, bien con la utilización racional de la existente. Igualmente el Estado se ha preocupado de la aplicación de otras acciones encaminadas a do y arreglo de las vías de comunicación, asfaltado y pavimentación de las calles de los pueblos, construcción de la red de alcantarillados y las acometidas de agua corriente; etc. Todo ello, por tanto, pone de manifiesto la esencial participación de los diversos organismos públicos en la configuración de nuevas condiciones productivas que permitieron la radical transformación de este espacio agrario. 3. LA CAPACIDAD DE CAMBIO DEL CAMPESINADO mejorar las estructuras agrarias. A esas actuaciones también se debe la política de Concentración Parcelaria que, como su nombre indica, reduce el contingente parcelario de las unidades de producción y crea fundos de mayores dimensiones capaces de hacer rentables las inversiones agrarias. Esta política se llevó a cabo muy pronto en todos los municipios del Páramo, en concreto a partir de mediados de los sesenta, excepto en algunos pueblos del sur que tuvo lugar en esta década. Se desarrolló paralelamente a la puesta en marcha del regadío. Su ejecución supuso, según las estadísticas, la desaparición del 801/4 de los fondos existentes en el año 1962, como lo confirma el Censo Agrario de 1982 y también se aprecia visualmente a través de la morfología más regular del parcelario. La Administración, a través del Instituto de Colonización y de la Confederación Hidrográfica del Duero, también intervino en otros planes de ordenación rural. Estos se centraron fundamentalmente en el nuevo traza- Si la Administración creó las condiciones objetivas básicas para el cambio económico posterior, el labrador paramés también participó decisivamente en la elaboración de todo ese proceso. Este ya desde tiempos pasados intervino en la sustitución del secano por el regadío con el fin de paliar el déficit de agua y asegurar la producción agrícola que permitiese el mantenimiento de los nivles mínimos de consumo. Aparte de los cambios ocurridos en los cultivos agrícolas motivados por dichas acciones, conviene mencionar otros hechos que son fundamentales y han permitido la introducción de nuevos hábitos productivos. El intenso éxodo rural que afectó a estas comunidades en los años previos a la transformación se convirtió de algún modo en el motor de las mejoras conseguidas en el campo. La ausencia de brazos en algunos casos y en otros el acicate por la modernización supuso la adquisición generalizada de la maquinaria, que realizaba las faenas agrícolas que antes recaían penosamente sobre hombres y animales. La mecanización de todas las fases del proceso agrícola es una característica esencial del nuevo período económico. Esta ha propiciado el aumento del parque de tractores y de su correspon- LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 275 diente equipo técnico —aproximadamente cada uno labra como media 16 Has.—, que se consideran como el exponente más claro de esta etapa. También el incremento de los niveles de motorización se plasma en otras máquinas —cosechadoras, empacadores, etc.—, utilizadas preferentemente en la recolección de los cultivos agrícolas. Asimismo, los agricultores también han adquirido para el ciclo vegetal otras innovaciones técnicas —uso generalizado de los abonos químicos, semillas selectas, herbicidas, insecticidas— con el fin de incrementar y mejorar las producciones y la rentabilidad de sus inversiones agrarias. Todo ello expresa de modo fehaciente la dependencia y la subordinación del sector agrario al sistema económico general. Si la agricultura ha soportado el impacto de las mejoras económicas, lo mismo le ha ocurrido a la ganadería. Esta ahora se concibe como otra fuente generadora de rentas y por eso también se ha modificado su estructura interna, sobre todo a partir de la diversificación de la demanda de productos alimenticios para el consumo humano. En la actualidad la composición de la cabaña ganadera ha cambiado en cantidad y en calidad. Las dos especies más significativas son el bovino y el ovino; cada una de ellas representa una distinta forma de explotación económica: la intensiva, asociada a la primera, y la semiextensiva, a la segunda. En ambos casos los ganaderos se han preocupado de conseguir razas más selectas tanto para la producción láctea como cárnica. El mejor exponente de ellos es el ganado vacuno y en particular las variedades Frisona u Holandesa y en menor medida la Pardo Alpina. Pero las innovaciones no sólo se han centrado en las especies ganaderas, sino tam- bién han supuesto la construcción de nuevos y modernos establos, en los que se ha generalizado la mecanización, en particular las máquinas ordeñadoras, con el fin de mitigar el trabajo. Igualmente han incorporado a su dieta alimentaria los piensos compuestos para hacer más rentables sus inversiones, combinándolos con los productos agrarios obtenidos en la propia explotación. Todo ello muestra. por tanto, la importancia que ha adquirido la ganadería dentro de la economía agraria y por supuesto su relevante puesto dentro de la organización del proceso agrícola. 4. LA CONFIGURACION DEL NUEVO PAISAJE AGRARIO La estructura agraria actual está determinada por los acontecimientos mencionados previamente y en ella aparecen nuevos elementos que la diferencian de la economía tradicional. Ahora las explotaciones agrícolas han reducido su número y las que han soportado mayor pérdida son las de dimensiones más pequeñas, aunque todavía siguen dominando las unidades de carácter familiar. Su composición interna se ha modificado y ha mejorado su extensión media. Aunque ha cambiado la naturaleza y constitución de las explotaciones agrícolas, es la organización de la producción agraria la que ha experimentado mayores transformaciones. En estos momentos los campesinos la ajustan a los nuevos criterios económicos en los que influyen notablemente los hechos ya analizados. Ahora las tierras de labor presentan una distribución en la que destaca de modo especial la extensión ocupada por los cultivos herbáceos; también destinan una parte de aquellas a otras dedicaciones, como el viñedo y el barbecho, pero su participación ha disminuido mucho 276 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS en relación con el período precedente. En el nuevo paisaje agrario esos dos usos del suelo —el viñedo y el barbecho— prácticamente han desaparecido de los municipios situados en el centro del Páramo. En el primero ha incidido la escasa aceptación de sus uvas y caldos en el mercado y en el segundo la intensificación de la producción agrícola. Por el contrario, en el borde meridional del Páramo aún mantienen una relevante representación, sobre todo en los pueblos donde el secano se manifiesta como la orientación agraria dominante. Junto al mantenimiento de esos aprovechamientos agrarios en las áreas menos transformadas, se deben reseñar los cambios derivados del regadío y de otras medidas económicas que han superado el ámbito del medio rural. Si anteriormente se buscaba el autoconsumo, ahora el fin inmediato es cubrir las demandas de mercado. Esta nueva orientación económica explica el afianzamiento de los productos industriales en el regadío, como la remolacha azucarera, y el mantenimiento de los cereales-grano en el secano, en particular el trigo. Estos mismos criterios comerciales confirman el importante terrazgo irrigado destinado a las leguminosas-grano, en especial a las alubias. A esas mismas características comerciales, junto a la orientación ganadera, también responde la siembre de otros cultivos agrícolas. Dentro de ellos se deben citar fundamentalmente los cereales-pienso, en particular la cebada y la avena en el secano y en el regadío el maíz y la cebada. Igual papel cumplen los productos forrajeros como el trébol y los nabos, que se extienden por las tierras de regadío. Todos éstos se utilizan para la alimentación de la cabaña ganadera con el fin de diversificar la producción y competir en el mercado. La trascendencia geográfica del regadío: fijación de la población y diversificación económica 1. ARRIERIA Y EMIGRACION EN LA ECONOMIA TRADICIONAL La respuesta del paramés a una mediocre situación económica fue, en épocas pasadas, toda una serie de actividades complementarias que se compaginaban con la agricultura, intentando con ellas asegurar la supervivencia familiar. En último extremo, el paramés optaba por la emigración transoceánica, en busca de una fortuna que era imposible encontrar en la tierra; y en el estío, o «vrano» como dicen en la tierra, eran muchos los que se dirigían a la Tierra de Campos para trabajar en las faenas de la siega. Sobresale la arriería o carretería, de las que guardamos distintos testimonios orales y algunos textos escritos como el que sigue: «no pudiendo mantener la agricultura a sus habitantes, los parameses dejando a las mujeres el cultivo de la tierra y el cuidado de la labranza, se dedican a la arriería y especulaciones co- «Un día del mes de abril de 1930, me despedía de mi padre en el puerto de Vigo, y en el vapor Edan, holandés, me dirigí como emigrante a Cuba, llamado y apoyado por un hermano, que a su vez había sido emigrante años atrás (1919), llamado y respaldado también por otro hermano. Tenía yo 14 años cumplidos hacía poco más de un mes» (A. Casado Sutil, Camagüey (Cuba) 1960). «...tras los tapiales de barro, los huertos miserables, estériles, con sus norias para elevar el agua, cuando el amo es de caudales; con cigüeñales, cuando es menos poderoso; sin más agua que la lluvia, cuando es un probe el dueño». (G. F. Balbuena: «La arquitectura humilde de un pueblo del páramo leonés», Arquitectura, 1922). «Esta villa está situada en medio de todo este Páramo y lo domina y es como la Sra. o capital de todo él, ya por su número de vez, ya por su situación». Biblioteca Nacional, Sección Manuscritos (T. López: Santa María del Páramo, 1798). merciales. Almacenan granos y linaza, la que muelen en las fábricas de aceite de esta semilla que hay sobre la presa Cerrajera, o con ruedas movidas a sangre, despachándola al mayor y al menor por los pueblos de Castilla, Santander y Asturias; despachan entre . los labradores los granos almacenados, dándoles al fiado hasta la cosecha a exorbitantes ganancias; tratan también en cueros que almacenan y despachan para los cortijos y en géneros ultramarinos que traen de Santander y de Asturias, exportando a los puertos en cambio las estopas y terlices de La Bañeza, y los linos, lanas y aceite de linaza del país» (Madoz, 1845). Esta experiencia en el trato sirvió a muchos parameses para iniciar importantes negocios en otros puntos del país o cuando la emigración los llevó a Méjico, Cuba o Argentina, tradición que se ha cortado con el éxodo rural hacia los países europeos y las ciudades industriales españolas, en los años cincuenta y sesenta. El casarlo renovado (Plaza del Ayuntamiento, en Laguna Dalga, junto a la carretera y el viejo «caño») y el pueblo de tapial, derruido y casi abandonado ( Conf orcos). LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 277 2. FIJACION DE LA POBLACION Y TRANSFORMACION DEL HABITAT El regadío ha traído además otras consecuencias de la mayor trascendencia geográfica: la fijación de la población y la diversificación de las actividades económicas en el conjunto de la comarca, estimulándose notablemente el sector industrial ligado a la maquinaria agrícola y a los servicios en general. En efecto, son muchos los pueblos del Páramo que en la actualidad no solamente mantienen la población de hace treinta años, sino que la han incrementado, atrayendo incluso a campesinos o ganaderos de otras comarcas leonesas. Buen ejemplo de lo dicho son: Bustillo del Páramo, Laguna Dalga, San Pedro de Las Dueñas, Pobladura de Pelayo García y especialmente Santa María del Páramo. Otros pueblos como Villadangos se ven favorecidos por el paso de las vías de comunicación o por el proceso urbanizador de la ciudad de León, llegando hasta ellos diferentes actividades y usos del suelo, al margen de la agricultura. En este contexto de transformación, contrastan las estructuras demográficas de los pueblos más directamente ligados al regadio, estables y equilibrados, frente a las pirámides estranguladas y el crecimiento negativo de los pueblos más alejados de la renovación agrícola, en los que las pérdidas sobrepasan, en algunos casos el 50 07o de 1950 a 278 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS 1986; esto ocurre en los pueblos pertenecientes al Valle (La Antigua, San Adrián), ya en el límite meridional del Páramo, estando alguno de ellos amenazado por la despoblación (Conforcos). De ahí que el Páramo nos muestre con clarividencia las diferencias resultantes del desarrollo desigual a escala comarcal, del que son exponente los ejemplos adjuntos de Laguna Dalga y de La Antigua. 3. LA CONSOLIDACION DE SANTA MARIA DEL PARAMO COMO NUCLEO MERCANTIL Y DE SERVICIOS En el pasado fue Laguna de Negrillos el centro de la mayor parte del Páramo; de aquellos CRONOLOGIA DE LA TRANSFORMACION DE UNA COMARCA DE SECANO EN REGADIO gc111.141 ue Santa María del Páramo Esta panul resume los rasgos generales de la comarca: llanura, ordenación del terrazgo, pueblos concentrados, con un hábitat antes de tapial y ahora de ladrillo. La encrucijada de caminos ha favorecido el desarrollo de actividades de intercambio y de servicios en la villa paramesa. tiempos nos queda como símbolo las ruinas del Castillo de los Quiñones. Hoy debe considerarse como el segundo núcleo de la comarca con 1.733 habitantes, y aunque ejerce cierta influencia y atracción sobre los pueblos próximos, se encuentra a bastante distancia del dinamismo que ha experimentado Santa María del Páramo. Las informaciones del siglo XVIII aportan algún dato sobre la relevancia de Santa María del Páramo, sin que sus actividades fueran, no obstante, muy diferentes a las que existían en villas vecinas como Laguna Dalga: agricultura mediocre, tejedores, molienda de aceite de linaza y arrieros. Destacaban respecto al resto de los pueblos los tratantes en cuero y curtidores y el intercambio mercantil: «Aunque no hay mercado alguno en dicha villa todos los días festivos concurren a ella las más de las co- sas que sus moradores necesitan, particularmente maderas» (ob.cit., 1798), tradición que se ha prolongado hasta hoy y que tiene como fechas más señaladas y festivas el 29 de junio y el 8 de septiembre. Santa María del Páramo muestra todavía en su caserío un marcado aire rural, pero es la población que ha tenido un mayor crecimiento demográfico en las últimas décadas y, desde 1960, un incremento notorio del sector industrial y de los servicios, llegándose prácticamente a equiparar a la ocupación agrícola. Son, pues, el comercio y la hostelería, la construcción, la pequeña industria y los servicios, quienes explican la nueva base económica de este núcleo, convirtiéndose en el centro de atracción y, un poco, en símbolo de la diversificación económica de la comarca. 1845: MADOZ: Ideas y Plan de regeneración del Páramo a partir de las aguas del Orbigo. Finales del XIX: Ideas regeneracionistas sobre la transformación de las zonas esteparias. Crisis de la filoxera y destrucción de parte del viñedo. Finales del XIX y principios del XX: Difusión técnica del arado de vertedera. Principios del siglo: Abonado químico (nitratos) y roturaciones del comunal. Excavación de pozos y alumbramiento de aguas subterráneas. 1920-1960: Generalización de los pozos y norias; extensión del cultivo de alubias y remolacha; reducción del barbecho. 1932: Comisión paramesa para el i mpulso y gestión de la puesta en regadío de la zona. Visita de Manuel Lorenzo Pardo a la comarca del Páramo. 1933: Plan Nacional de Obras Hidráulicas. Se incluye la transformación de la zona y se encarga el estudio de su viabilidad. 1941: Plan Nacional de Obras Públicas (Plan de Obras Hidráulicas). Propuesta de Construcción del embalse de Barios de Luna. 1950: Plan del Sistema Luna-Orbigo. Comienzan las obras de construcción del embalse de Barrios de Luna. 1952: Ley de Concentración Parcelaria. 1953: Cierre de la presa de Barrios de Luna. (Embalse de 308 Hm3). 1953: Creación de la Comunidad de Regantes del Páramo. 1959: Aportación social para la terminación del canal del Páramo. Llegada del agua al centro del Páramo. 1959-1974: Construcción de los canales principales (Canal Principal; el del Páramo y sus derivados: Grisuela, Santa María del Páramo y Matalobos; el de Villadangos; el de Castañón y el de Velilla) por la Confederación Hidrográfica del Duero. 1965: Decreto sobre la «Ordenación rural de la Comarca del Páramo». —Concentración parcelaria por el «Servicio Nacional de Concentración Parcelaria y Ordenación Rural». —Construcción de acequias y desagües por el «I.R.Y.D.A.». 1987: Pendiente del Plan de Ampliación del Sistema Orbigo con el embalse de Omaña. LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 279 POBLACION DEL PARAMO LEONES 1950 1986 ANTIGUA, LA ....................................... Antigua, La ............................................. Audanzas del Valle ............................... Cazanuecos ............................................. Grajal de Ribera ..................................... Ribera de Grajal o de la Polvorosa ..................................... 1.798 204 584 173 437 896 70 387 93 211 400 211 BERCIANOS DEL PARAMO ............ Bercianos del Páramo ......................... Villar del Yermo ..................................... Zuares del Páramo ............................... 1.424 718 321 385 1.057 512 276 269 BUSTILLO DEL PARAMO ................. Acebes del Páramo .............................. Antoñanes del Páramo ........................ Barrio Buenos Aires ............................ Bustillo del Páramo .............................. Grisuela del Páramo ............................ Matalobos del Páramo ........................ Milla del Páramo, La ........................... San Pedro de Pegas ............................ 2.901 607 343 652 344 487 241 237 2.395 397 229 46 843 288 345 113 134 LAGUNA DALGA ................................. Laguna Dalga ........................................ San Pedro de las Dueñas .................. Santa Cristina del Páramo ................ Soguillo del Páramo ............................ 1.217 602 366 49 200 1.156 595 365 29 167 LAGUNA DE NEGRILLOS ................ Cabañeros ................................................ Conforcos ................................................ Laguna de Negrillos ............................ Villamor de Laguna o Villamorico .......................................... 2.309 156 103 1.865 1.904 68 6 1.733 185 97 POBLADURA DE PELAYO GARCIA 851 854 POZUELO DEL PARAMO .................. Altobar de la Encomienda .................. Heredad, La ........................................... Pozuelo del Páramo ............................ Saludes de Castroponce ..................... Viña de José García, La ..................... 1.471 539 3 329 595 5 842 432 156 254 1950 1986 ROPERUELOS DEL PARAMO ......... Estación de Ferrocarril ........................ Mestajas y El Villar ............................... Moscas del Páramo .............................. Roperuelos del Páramo ...................... Valcabado del Páramo ........................ 1.340 30 13 337 461 499 992 228 299 465 SAN ADRIAN DEL VALLE ............... 687 252 SAN PEDRO BERCIANOS ............... Mata del Páramo, La ........................... San Pedro Bercianos ........................... 752 388 362 465 228 237 SANTA MARIA DEL PARAMO ...... 1.899 2.975 URDIALES DEL PARAMO ............... Barrio de Urdiales ................................. Mansilla del Páramo ............................ Urdiales del Páramo ............................ Villarrin del Páramo .............................. 1.552 266 535 499 252 VALDEFUENTES DEL PARAMO Azares del Páramo ............................... Valdefuentes del Páramo ................... 656 229 427 547 152 395 VILLADANGOS DEL PARAMO ...... Celadilla del Páramo ............................ Fojedo ....................................................... Villadangos del Páramo ....................... 1.347 403 248 696 1.039 345 102 592 VILLAZALA ............................................. Castrillo de San Pelayo ....................... Hinojo ....................................................... Huerga de Frailes .................................. San Pelayo .............................................. Santa Marinica ....................................... Valdesandinas ........................................ Villazala .................................................... 2.070 251 8 488 166 197 592 368 1.404 187 8 290 106 117 442 254 ZOTES DEL PARAMO ........................ Villaestrigo .............................................. Zambroncinos ........................................ Zotes del Páramo .................................. 1.369 373 360 636 1.004 306 200 498 997 — 358 506 133 Fuente: Censo de población de 1950 y padrón municipal de 1986. VI Barrio de Urdiales se incorpora al núcleo de Urdiales en este año. BIBLIOGRAFIA CABERO DIEGUEZ, V.: «Las comarcas de Castilla y León», en Castilla y León, Madrid, Junta de Castilla y León - Anaya, 1987. FERNANDEZ NUÑEZ, M.: «Apuntes para la historia del Partido Judicial de La Bañeza, La Bañeza, 1919. FRANCO PELLITERO, D.: Transformaciones del espacio agrario en el Páramo Leonés, León, Institución «Fray Bernardino de Sahagún», Excma. Diputación Provincial de León (C.S.1.C.), 1986. MINGOTE Y TARAZONA, P.: Guía del viajero por León y su Provincia, León, 1879. PASTRANA, L.: El Páramo, Introducción histórica, León, Ediciones Leonesas, 1982. Dibujo: Francisco Pelayo Somoano. Fotografías: Valentín Cabero Diéguez, Miguel Angel Luengo Ugidos, Antonio Maya Frades, «Paisajes Españoles». 280 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS Pilar Brel Cachón,