Cuniraya Huiracocha y Cahuillaca El encuentro entre Huatio y Lúcuma

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Cuniraya Huiracocha y
Cahuillaca
El encuentro entre Huatio y Lúcuma
Interpretando a Arguedas
“Huérfano de huérfanos; hijo del viento,
de la luna, debe ser el frío de sus ojos,
el corazón, pura tristeza"
(Arguedas, José: El sueño del Pongo)
Los que amamos la cultura inca o indígena del
Perú no podemos dejar de leer a José María Arguedas; leerlo y sobre todo
tratar de interpretar lo que nos ha legado es verdaderamente un reto. No
solamente la narrativa, el cuento como tal, el mensaje de su obra, el amor a
lo indígena, la esencia de una fiesta andina y a la vez el grito gutural de
protesta ante el atropello del indio peruano se pueden percibir en cada uno
de sus líneas. Solo recordando lo que escribió sobre su alejamiento de su
padre: “Mi padre no pudo encontrar nunca dónde fijar su residencia; fue un
abogado de provincias, inestable y errante. Con él conocí más de doscientos
pueblos. (...) Pero mi padre decidía irse de un pueblo a otro cuando las
montañas, los caminos, los campos de juego, el lugar donde duermen los
pájaros, cuando los detalles del pueblo empezaban a formar parte de la
memoria. (...) Hasta un día en que mi padre me confesó, con ademán
aparentemente más enérgico que otras veces, que nuestro peregrinaje
terminaría en Abancay. (...) Cruzábamos el Apurímac, y en los ojos azules e
inocentes de mi padre vi la expresión característica que tenían cuando el
desaliento le hacía concebir la decisión de nuevos viajes. (...) Yo estaba
matriculado en el Colegio y dormía en el internado. Comprendí que mi padre
se marcharía. Después de varios años de haber viajado juntos, yo debía
quedarme; y él se iría solo”.
Paradójicamente sufrió el maltrato de su familia política, su madrasta, Doña
Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco y su hermanastro Pablo
Pacheco, ambos marcaron su vida, lo mandaron a convivir con los indígenas
de la hacienda, de su hermanastro nos cuenta lo siguiente: “Cuando llegó mi
hermanastro de vacaciones, ocurrió algo verdaderamente terrible (...) Desde
el primer momento yo le caí muy mal porque este sujeto era de facciones
indígenas y yo de muchacho tenía el pelo un poco castaño y era blanco en
comparación con él. (...) Yo fui relegado a la cocina (...) quedaba obligado a
hacer algunas labores domésticas; a cuidar los becerros, a traerle el caballo,
como mozo. (...) Era un criminal, de esos clásicos. Trataba muy mal a los
indios, y esto sí me dolía mucho y lo llegué a odiar como lo odiaban todos los
indios. Era un gamonal”.
Estamos terminando el año 2011, José María Arguedas nació en 1911,
deberíamos estar recordando el CENTENARIO de su nacimiento,
lamentablemente hasta eso le fue negado por los políticos de turno. Gloria
maestro Arguedas.
Como amante e investigador de
nuestra cultura andina, y mucho mas
como cocinero especializado en cocina
andina, quiero compartir con Uds. una
interpretación diferente, mejor dicho
otra forma de descifrar los (a merito
propio) personajes de uno de sus
leyendas mas hermosas: Cuniraya
HuiraCocha y Cahuillaca. Antes de relatarles lo que quiero descifrar,
permítanme ejemplarizar dos relatos: Los antropólogos Julio C. Tello y Jorge
Miranda, estudiosos de la cultura Inca, en la revista “Inka”, vol. I, Lima, 1923,
en el articulo “Wallallo, ceremonia de la Limpieza de la acequia en Canta”
relatan la importancia de dicha ceremonia, por razones que se desconocen
no consignan la definición de “Wallallo o Wallalli, esta palabra quechua
significa “Leche primera o Calostro”. En una charla universitaria, Arguedas
invita al público a descifrar esta palabra
De igual manera, Arguedas, en su obra “El Zorro de arriba y El Zorro de
abajo” nos habla de un gran Dios o Guerrero Divino, el gran TUTAYKIRE.
¿Quien es este “SER” mitológico, a que Dios se refería nuestro escritor, que
enigma nos reta a descubrir?, pues les puedo afirmar que se referia a
THUTATHARKUA. Cuenta una leyenda recogida por el suscrito en la pequeña
ciudad de “Huacaybamba” (Huánuco, Perú-significa lugar donde se va a
llorar) que el gran padre criador de los Incas, al ver que las noches del
solsticio de invierno, 21 de junio era muy larga y oscura (Tutayachiq) decide
hacer un Kirpay, abrir la boca, y en ese instante aparece la primera
TutaManta, luz de la mañana o primera luz del sol. Con este acto empieza
nuevamente el Kichuy, es decir empieza la vida. THUTATHARKUA, es la
constelación de capricornio, 52 veces más luminoso que el sol. Debemos
tener en cuenta que el Sol y la Tierra, dioses tutelares Incas, el 21 de Junio a
las 02.20 horas, se encuentran en su punto mas alejado y en ese momento se
ve a capricornio o THUTATHARKUA. . Hay que tener en cuenta que El trópico
de Capricornio esta al sur de la línea Ecuatorial, es decir atraviesa Sud
América, es decir atraviesa el Perú
En el mito Cuniraya Huiracocha y
Cahuillaca, forman parte de los
escritos de Francisco de Ávila, mas
conocido como "extirpador de
idolatrías". Tenía la misión de destruir
las antiguas creencias andinas y
reemplazarlas por la religión católica.
La primera traducción lo realiza José
María Arguedas, en esta leyenda se presentan algunos elementos que tras
otra mirada y recogiendo una versión Yarowillca (Huacaybamba, La UniónHuánuco), podemos afirmar que es el encuentro entre el Padre de la
Agricultura Andina, “Huatió” (el que come papa o el que cría papa” y la
hermosa “Lugma o Lucma”. Como se pueden dar cuenta, dos elementos
gastronómicos: Papa y Lúcuma.
Cuniraya: cuando se descifra esta palabra quechua, podemos encontrar que
CUNI es la castellanización o deformación de QORY, QOÑY o CURI, los
mismos que significan valioso, oro. AYA se conceptúa como enterrado o
muerto. Cuando Arguedas describe a Cuniraya, nos dice que era un hombre
muy pobre, y andaba paseando con su ropa sucia y hecha harapos, y sin
reconocerlo algunos hombres lo trataban de mendigo piojoso. Pero Cuniraya
era el padre (dios) del campo. Es decir ORO ENTERRADO, ¿acaso no nos
estamos refiriendo a nuestra deliciosa PAPA?
Con respecto a la Madre o Diosa CAHUILLACA, el otro personaje de esta
leyenda, a quien describen como: “Había una mujer que se llamaba
Cahuillaca y que también era huaca. Esta Cahuillaca era todavía doncella.
Como era muy hermosa, todos los huacas y huillcas deseaban acostarse con
ella. Pero ella siempre los rechazaba. Sucedió que esta mujer, que nunca se
había dejado tocar por un hombre” Es decir esta mujer era un monumento al
orgullo porque sabia el valor de su belleza. Si desciframos esta palabra,
“Cahuillaca”, encontramos las siguientes raíces quechuas: Cahui es la
castellanización de “QHAWA”, la misma que significa mirase uno mismo,
observar su belleza, ser orgullosa de su belleza, ej. “qhawapayakuy”. v.
Remirarse, observarse repetidamente algún detalle propio. EJEM: rirpupi
qhawapay akuy, remirarse en el espejo, observar su belleza, observarse
como se adorna. La palabra “LLACA o LLAQA”, significa, cuerpo esbelto,
cuerpo sin grasa, frescura, lozanía.
Tal vez podríamos afirmar que nos estaba
refiriendo a la emblemática y peruanisima
“Lukma o Lucuma”. No podemos dejar
pasar otro nombre que se consigna en la
leyenda traducida por Arguedas, la laguna
ANCHICOCHA, lugar de reunión para saber
quien es el padre del hijo de Lukma o
Lúcuma (ver siguiente archivo “El
encuentro entre Huatio y Lúcuma, la Otra
Leyenda”). Si traducimos la frase Anchicocha, podemos decir que la raíz
quechua es: ANCHHIY. s. Congoja, aflicción, pena, pesadumbre. || v. Gemir,
sollozar. || Suspirar. EJEM: anchhishankichu?, ¿estás suspirando?. COCHA,
laguna, mejor dicho: “Laguna del llanto, congoja o aflicción”
En la leyenda que recogí, su escenario es el pueblo de Huacaybamba,
debemos recordar que significa “Lugar donde se llora”, en este pueblo
Huanuqueño existe una laguna que hoy en día tiene como nombre
“ANCHILCOCHA”, anteriormente se llamaba “ANCHHIYCOCHA” y en esta
laguna, cada nueve meses aparecen unas algas comestibles que
científicamente de llama “Nostoc Commune” y en muchos pueblos de la
sierra peruana toma el nombre de Murmunta, LLullucha o Cushuro.
LLullucha es la castellanización de “LLachapa”, pequeño andrajoso o hijo del
andrajoso. Murmunta viene del quechua “Hikunta”, llorar amargamente y
Cushuro es la castellanización de “Kushiru” o “KUSIKU”, niño alegre o
pequeño sonriente.
Con este articulo, quiero recordar a Don José María Arguedas, un peruano
que amo sencillamente al Perú
Rodolfo “Locrito” Tafur
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