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2010 Colegio Oficial de Gestors Administrativos de Cata‐
luña Alfonso Lluzar López de Briñas [ACCESO A LA PROFESIÓN COLEGIADA] [Ponencia del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Cataluña en las XIV JORNADAS DE JUNTAS DE GOBIERNO DE LOS GESTORES ADMINISTRATIVOS DE ESPAÑA, en Tarragona.] PONENCIA sobre el acceso a la profesión colegiada
Alfonso LLUZAR
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SUMARIO
1. ANTECEDENTES. 1.1. El Título de Gestor Administrativo. 1.1.1. Requisitos de acceso. 1.1.2. Pruebas de acceso. 1.2. EL PROYECTO DE ESTATUTO ORGÁNICO DE 10 DE JUNIO DE 2005. 1.2.1. Propuestas de modificación
del sistema de acceso. 1.2.2. El Master Interuniversitario en Gestión
Econòmico-administrativa. 2. LA LEY ORGÁNICA 4/2007. 2.1. REESTRUCTURACIÓN DE LOS CICLOS UNIVERSITARIOS . 2.2. DESAPARICIÓN DEL CATÁLOGO
DE TÍTULOS OFICIALES. 3. EL REAL DECRETO 1393/2007. 3.1. LOS NUEVOS
TÍTULOS OFICIALES DE GRADO. 3.1.1. Características básicas. 3.1.2. Registro y acreditación. 3.1.3. Implantación y mantenimiento. 3.2. LOS NUEVOS
TÍTULOS OFICIALES DE MASTER. 3.2.1. Cambios y continuidades. 3.2.2. Acceso y admisión. 4. OPCIONES CORPORATIVAS EN EL NUEVO ESCENARIO. 4.1. PROPOSICIÓN Y AVAL D'ESTUDIOS UNIVERSITARIS ESPECIALIZADOS. 4.2. RECAPITULACIÓN: UNA PROPUESTA.
1. ANTECEDENTES
1.1.
EL TÍTULO DE GESTOR ADMINISTRATIVO
El Estatuto Orgànico de la profesión de Gestor Administrativo,
aprobado por Decreto 424/1963 de 1 de marzo y modificado
posteriormente por diversos decretos y reales decretos1, establece como condición para el acceso a los colegios profesionales de gestores administrativos, la obtención del Título de Gestor Administrativo, expedido por la Administración General del
Estado a través del Ministerio que en su momento corresponda
(art. 12).
1.1.1. Requisitos de acceso
De acuerdo con aquella ordenación estatutaria, para poder optar a la
obtención del citado Título de Gestor Administrativo, las personas candidatas deben estar en posesión del título académico de alguna de las siguientes licenciaturas (art. 6.d.):
1. Ciencia Económicas2
2. Ciencias Empresariales3
3. Ciencias Políticas4
1
Decreto 2129/1970, de 13 de julio; Decreto 3598/1972, de 23 de diciembre; Decreto 606/1977,
de 24 de marzo; Real Decreto 1324/1979, de 4 de abril; yi Real Decreto 2532/1998, de 27 de noviembre.
2
Esta titulación fue sustituída en el catálogo de titulaciones oficiales universitarias por Real Decreto 1425/1990, de 26 de octubre, por el cual fue establecido el título oficial de Licenciado en Economía
y las directrices generales propias de los planes de estudios que conducen a su obtención.
.
3
Esta titulación fue sustituída en el catálogo de titulaciones oficiales universitarias por el Real Decreto 1421/1990, de 26 de octubre, por el cual fue establecido el título oficial de Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y las directrices generales propias de los planes de estudios que conducen a su obtención.
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4. Derecho
1.1.2. Pruebas de acceso
La obtención y expedición ulterior del Título de Gestor Administrativo
dependerá en todo caso de la superación de unas pruebas específicas (art.
6.f.), en las cuales los licenciados deben acreditar el dominio de los conocimientos que los capacitan para el ejercicio profesional como gestores
administrativos, de acuerdo con las competencias fijadas en el referido Decreto 424/1963 y en sus modificaciones posteriores.
1.2. EL PROYECTO DE ESTATUTO ORGÁNICO DE 10 DE JUNIO DE 2005
El Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España aprobó, en fecha 10 de junio de 2005, una propuesta de modificación
del Estatuto Orgánico de su profesión5,inalterado desde 1998 y, en algunos
aspectos, necesitado de una profunda revisión.
Como es bien sabido, esta propuesta, una vez elevada al Ministerio
de Administraciones Públicas para su tramitación, quedó frenada en la fase
de exposición pública a causa de les alegaciones presentadas por otros
colectivos profesionales en relación al alcance de las funciones previstas
en el proyecto para los Gestores Administrativos, de forma que no ha llegado todavía a la perfección reglamentaria deseada por el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España.
1.2.1. Propuestas de modificación del sistema de acceso
Por lo que respecta al sistema de acceso a la profesión colegiada, el
proyecto de reforma del Estatuto Orgánico aprobado por el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos proponía, entre otros temas, la
modificación del listado de titulaciones que permiten optar a la obtención
del título de Gestor Administrativo, ampliando la relación vigente sin suficiente rigor técnico, sin embargo6.
Pero la gran novedad del proyecto en este ámbito fue sin duda la introducción de una alternativa al sistema de prueba general para la obtención del Título de Gestor Administrativo consistente en la superación de
unos cursos de postgrado “que se exijan” (art. 6.c.). En principio, la condición de posgrado vincula este curso con la ordenación de los estudios ofi4
Esta titulación (la denominación completa de la cual era Licenciatura en Ciencias Políticas y Sociología) fue sustituída en el catálogo de titulaciones oficiales universitarias por el Real Decreto
1423/1990, de 26 de octubre, por el cual se estableció el título oficial de Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración y las directrices generales propias de los planes de estudios que conducen a
su obtención.
5
La elaboración del estatuto general de la profesión corresponde al Consejo General de Colegios
de Gestores de España, que es quien tiene asignada esta función por el vigente Estatuto Orgánico (art.
52.f.), así como su tramitación ante la Administración General del Estado, a través del Ministerio al cual
esté adscrita la profesión (art. 52. b.).
6
El artículo 6.b. del proyecto de Estatuto Orgánico de 2005 establece la relación de títulos siguiente: “Licenciado en Ciencias Empresariales” -que no es una licenciatura sino una diplomatura (R.D.
1422/1990, de 26 d’octubre)-, “Licenciado en Ciencias Económicas o titulaciones asimiladas” (concepto
este último inexistente en el régimen jurídico universitario, que sólo conode el de titulaciones declaradas ·equivalentes”, de acuerdo con un procedimiento determinado), “Licenciado en Ciencias Políticas y
Sociológicas” (titulación sustituída por los reales decretos 1423/1990 i 1430/1990, de 26 de octubre),
“Licenciado en Administración i Dirección de Empresas”, “Licenciado en Derecho”, “Licenciado en Ciencias del Trabajo” y, finalmente, “Intendente Mercantil” (titulación extingida hace un cuarto de siglo).
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ciales de postgrado prevista por el Real Decreto 56/2005, de 21 de enero
y, por lo tanto, con la institución universitaria (siguiendo la estela del modelo establecido legalmente para el acceso a las profesiones de abogado y
de procurador).
Pero el proyecto prevé también en el mismo apartado del artículo 6º
unos “cursos de formación obligatoria” que serían sustituidos por las dos
opciones alternativas expuestas (pruebas o postgrado). Esta previsión no
comporta, en su aplicación, un vínculo necesario con la referida ordenación
de los estudios universitarios de postgrado, y su concreción precisará en
su momento de más precisión informativa.
Y finalmente, el apartado d) del mismo artículo prevee todavía una
substitución para la “Titulación universitaria específica de Gestión Administrativa que pueda estar vigente en su momento”. Es necesario pensar que
los autores del proyecto no renunciaban a la posibilidad futura de introducir
en el catálogo de títulos oficiales de grado, unos estudios especializados
en la profesión, como otras profesiones lo habían alcanzado, de manera
que su implantación eliminaría la necesidad de pruebas o postgrados de
acceso a la profesión.
En resumen, el proyecto de Estatuto Orgánico de 2005 contemplaba,
con notable previsión, todas las posibilidades de acceso: una carrera universitaria propia que permitiera el acceso automático a los colegios (como
el de Economistas, por ejemplo); un postgrado especializado (como en el
caso de Abogados y Procuradores); y una formación obligatoria de carácter corporativo al margen, en principio, de las universidades. En todo caso,
las pruebas quedaban relegadas a una alternativa al postgrado o directamente substituidas en los otros dos casos.
1.2.2. El Master Interuniversitario en Gestión Econòmicoadministrativa
Aprobado el proyecto de Estatuto Orgánico de la Profesión, el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España encargó a
un grupo de expertos universitarios la elaboración de un proyecto de programa de estudios de postgrado especializado en gestión administrativa,
pensado como el curso alternativo a las pruebas de acceso al título oficial
previsto por el artículo 6.c del nuevo proyecto estatutario.
El programa fue titulado “Máster Interuniversitario7 en Gestión
Económicofinanciera” y al amparo del nuevo régimen jurídico de los estudios de postgrado en España8, publicitado a finales del curso 2006-07 con
el objetivo de iniciar su implante durante el curso 2007-08
Paralelamente, el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España comenzó, ante el Ministerio de Administraciones Públi7
Organizado conjuntamente por la Universitat de Barcelona, la Universidad de Cantabria, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada i la Universidad Miguel Hernández de
Elche.
8
Consecuencia del desarrollo de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, los nuevos estudios
de postgrado españoles se regulan por el Real Decreto 56/2005, de 21 de enero. No obstante, la modificación de la citada ley orgánica de 2007 obligará a la revisión o derogación de este real decreto en los
próximos meses.
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cas, las gestiones dirigidas a conseguir la introducción al catálogo de títulos oficiales universitarios de los estudios propios de la profesión. La respuesta obtenida en esta empresa fue una información, por parte del citado
ministerio, del proceso de adaptación del sistema universitario español al
Espacio Europeo de Educación Superior, cosa que comportaba la paralización de cualquier iniciativa en este sentido, a la espera del resultado final
de las modificaciones legales y reglamentarias vinculadas al proceso9.
2. LA LEY ORGÁNICA 4/2007
Formalmente, la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, es una modificación de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades
(LOU). Pero dicho tratamiento legislativo no debe ocultarnos la realidad: la
aprobación de la nueva LOU comporta una alteración mayor que cualquier
otra de las normas contemporáneas que la han precedido, pues su impacto
va mucho más allá del estricto marco institucional universitario, alcanzando
ámbitos sociales, profesionales y administrativos que a su vez deberán revisar profundamente sus regímenes jurídicos.
La LOU que aprobaron las Cortes Españolas transforma el sistema
universitario español, adaptándolo a un modelo de Espacio Europeo de
Educación Superior (EEES), diseñado a partir de la Declaración de Bologna
(1999), cuya naturaleza y fundamentos se hallan ciertamente muy alejados
del tradicional modelo español de servicio público.10
2.1. REESTRUCTURACIÓN DE LOS CICLOS UNIVERSITARIOS
Como era previsible, el primer conocimiento que sobre esta reforma
legal se difunde a través de los medios se centra en un aspecto muy formal
–aunque no por ello menor–, como es la reestructuración de los ciclos y la
desaparición de las seis denominaciones oficiales de las titulaciones universitarias españolas.
Efectivamente, por disposición del nuevo artículo 37 de la LOU, los
tradicionales títulos de licenciatura, ingeniería y arquitectura, así como los
9
La carta del Jefe del Gabinete Técnico del Ministerio de Administraciones Públicas, fechada el
dos de octubre de 2006, advierte a la Presidencia del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos –no sin una cierta confusión- que “la creación de nuevas profesiones exigiría una iniciativa
legislativa parlamentaria”, y que “considerando las actuales determinaciones del Estatuto orgánico de la
profesión de Gestor Administrativo, no procedería la modificación de los cauces hoy establecidos”. Así
mismo, la carta Gabinete Técnico del Ministerio de Administraciones Públicas adjunta el Documento de
Trabajo del Ministerio de Educación y Ciencia de 26 de septiembre de 2006, titulado La organización
de las enseñanzas universitarias en España (redactado y difundido antes de la reforma de la LOU).
10
En la literatura crítica sobre la institución universitaria encontramos generalmente asumida la
existencia de tres tipos ideales universitarios: la universidad humanística, propia del mundo anglosajón,
la científica o humboldtiana, propia del mundo germánico, y la universidad profesional, de diseño
francés y adoptada al mundo latino, que se articula tradicionalmente como una actividad administrativa
de servicio público. La “nueva” LOU no proclama el cambio de modelo (es más, continua proclamando
el modelo de servicio público en su articulo primero), de forma que para hallar un indicio de dicha mutación hay que leer atentamente su preámbulo, donde –de forma un tanto alambicada– encontramos:
“(…) Así, las reformas están guiadas por la voluntad de potenciar la autonomía de las universidades, a
la vez que se aumenta la exigencia de rendir cuentas sobre el cumplimiento de sus funciones. Este
principio es impulsado por la Unión Europea apoyando la modernización de las universidades europeas
con el fin de convertirlas en agentes activos para la transformación de Europa en una economía plenamente integrada en la sociedad del conocimiento. La autonomía es la principal característica que las
universidades tienen para responder con flexibilidad y rapidez a las cambiantes necesidades (…)”.
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más recientes de diplomatura, ingeniería técnica y arquitectura técnica,
desaparecen del sistema universitario español para dejar su lugar a una
ordenación más simple, con unas denominaciones mucho más homologables internacionalmente: “Las enseñanzas universitarias se estructurarán
en tres ciclos: Grado, Máster y Doctorado. La superación de tales enseñanzas dará derecho, en los términos que establezca el Gobierno, previo
informe del Consejo de Universidades, a la obtención de los títulos oficiales
correspondientes” (disposición 33 de la Ley 4/2007, de 12 de abril).
Esta reestructuración tiene en si misma innegables efectos colaterales. Uno de ellos (seguramente el principal, por la conflictividad que puede
conllevar), se proyecta sobre aquellos ámbitos del mapa corporativo español cuya organización se ha articulado sobre la bases de la distinción entre
niveles o ciclos de los estudios universitarios. El sector técnico de las ingenierías y de la arquitectura aparece sin duda como el centro del huracán,
pero si atendemos a la magnitud cuantitativa, el ámbito empresarial y
económico genera con el cambio una muy relevante problemática, vinculada a la distinción entre licenciatura/diplomatura, cuya traducción corporativa ha sido la distinción entre los colegios de economistas, por un lado, y
los colegios de titulados mercantiles y empresariales, por el otro.
No obstante, si el núcleo basilar de la reforma universitaria de 2007
fuera ese, las problemáticas y las opciones correspondientes hubieran sido
analizadas y tratadas en un marco relativamente conocido. De hecho, durante los dos años que precedieron la definitiva modificación legal, éste y
no otro era el marco de referencia y sobre él se plantearon no pocas soluciones, destacando entre ellas –como era de esperar– las que proponían
directamente la elevación al nivel de grado de las diplomaturas, ingenierías
técnicas y de la arquitectura técnica, aunque fuera modificando puntualmente su denominación para evitar confusiones muy previsibles.
No faltaron tampoco propuestas en un sentido inverso al referido, que
argumentaban sobre la base de una oportuna y necesaria racionalización
de los estudios y de las profesiones que de ellos se ordenaban, orientando
sus propuestas hacia la fusión de los estudios en el nivel de grado, dejando su especialización y distinción en el nivel de postgrado o máster.
En todo caso, esta problemática quedó pronto desplazada del centro
de la reforma universitaria, pues el núcleo de la transformación del sistema
universitario español para adaptarlo al EEES no lo acabaría constituyendo
la estructura de los ciclos y las denominaciones de los títulos universitarios,
si no la desaparición del catálogo de títulos universitarios oficiales.
2.2. DESAPARICIÓN DEL CATÁLOGO DE TÍTULOS OFICIALES
En un modelo universitario de servicio público –y el español todavía
lo es, al menos legalmente11–, un catálogo de titulaciones oficiales sirve
11
La condición de servició público de la educación –impropio, si se quiere– es un legado tardofranquista de la Ley General de Educación de 1970. Tanto la precedente Ley Orgánica 11/1983, de 25
de agosto, de Reforma Universitaria (LORU), como la vigente LOU (en sus dos versiones), reconocen en
el artículo primero respectivo “(...) el servicio público de la educación superior (...)”, si bien con una diferencia sustancial respecto al papel de las universidades, pues en la primera ley dicho servicio público
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para concretar el contenido o deber prestacional del servicio, asumido por
los poderes públicos titulares en virtud de un reconocimiento legal (la publicatio), al tiempo que hace la función de límite para las reivindicaciones
que sobre el derecho prestacional puedan ejercer los ciudadanos usuarios.
Pero un catálogo de titulaciones oficiales sirve también como instrumento al servicio de la ordenación profesional colegiada, ya sea para constituir corporaciones a partir de un colectivo intitulado o para determinar
unos requisitos de titulación de acceso que, por su homogeneidad y publicidad, resultan incontestables (caso de los Gestores Administrativos, por
ejemplo).
El efecto indirecto de la entrada en vigor de esta ley sobre el sistema
de acceso a las profesiones colegiadas no se reduce a la desaparición de
las titulaciones oficiales hasta ahora requeridas, si no que desaparece el
mecanismo de limitación del acceso a una o más titulaciones oficiales previamente catalogadas.
En consecuencia, todos los colegios profesionales que tengan vinculada su admisión a una o más titulaciones del derogado catálogo de titulaciones oficiales, como es el caso de Titulados Mercantiles y Empresariales
–entre muchos otros–, deberán proceder a modificar sus disposiciones estatutarias y adaptarlas a la futura realidad plural y mutante del EEES.
3. EL REAL DECRETO 1393/2007
El apartado 1 del artículo 35 de la LOU establece que: “El Gobierno
establecerá las directrices y las condiciones para la obtención de los títulos
universitarios de carácter oficial y con validez en todo el territorio nacional,
que serán expedidos en nombre del Rey por el Rector de la universidad”.
El Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la
ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, es el muy esperado
fruto de ese concreto título competencial.12
El real decreto en cuestión empieza con las correspondientes disposiciones generales (Capítulo I), dedicadas a su objeto, ámbito de aplicación, enseñanzas y títulos, con sus calificaciones y efectos, el sistema europeo de créditos, con su régimen de transferencia y reconocimiento, y finalmente los precios públicos. El Capítulo II establece con carácter general
la estructura de las enseñanzas universitarias oficiales, que se concretan
en los Capítulos III, IV y V para las enseñanzas de Grado, Máster y Doctorado, respectivamente. Por su parte, el Capítulo VI regula los procedimientos de verificación y acreditación de los títulos. El real decreto contiene
además once disposiciones adicionales (la primera de ellas es el calendario límite de la implantación13), cinco disposiciones transitorias (la cuarta
les “correspondía”, mientras que en las segundas, visto el itinerario jurisprudencial de los veinte años
de la LORU, ya solo lo “realizan”, es decir, son entidades prestatarias de una parte de dicho servicio.
12
Tal y como apuntaba el preámbulo del borrador de dicho real decreto, esta ordenación legal era
el resultado de un año de debates, vertebrados a partir de los documentos La organización de las enseñanzas universitarias en España y Directrices para la elaboración de títulos de Grado y Máster, publicados por el Ministerio de Educación y Ciencia el 26 de septiembre de 2006 y el 21 de Diciembre de
2006, respectivamente, incluyéndose aportaciones surgidas del debate realizado desde su publicación.
13
“2. En el curso académico 2010-2011 no podrán ofertarse plazas de nuevo ingreso en primer
curso para las actuales titulaciones de Licenciado, Diplomado, Arquitecto, Ingeniero, Arquitecto Técnico
e Ingeniero Técnico”. (DA 1ª).
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dedicada a los títulos vinculados con actividades profesionales reguladas14), una disposición derogatoria única15 y cuatro disposiciones finales.
Afortunadamente, el real decreto adjunta un Anexo I donde se presenta el modelo de memoria que ha de configurar los proyectos de títulos
oficiales (sin distinción de ciclo) que deben presentar las universidades para solicitar su preceptiva verificación, así como un Anexo II en el que se
contiene la relación de “materias básicas” correspondientes a cada una de
las ramas de conocimiento.
3.1. LOS NUEVOS TÍTULOS OFICIALES DE GRADO
Los títulos universitarios españoles de Grado que han de surgir de la
ordenación prevista en capítulo tercero del RD 1393/2007 presentan ciertas
singularidades respecto al entorno europeo, así como un régimen de verificación, acreditación y registro que recuerda en algunos aspectos al del finiquitado modelo de catálogo de títulos oficiales. Sin duda la principal novedad radica en el modelo de memoria de acreditación fijado en el Anexo
primero del RD.
3.1.1 Características básicas
Los títulos universitarios españoles de Grado que han de surgir de la
ordenación prevista en capítulo tercero del RD 1393/2007 presentan un
perfil caracterizable por los siguientes elementos:
ƒ Una duración de cuatro años, con carácter ordinario,16 consecuencia de la opción tomada por los 240 créditos ECTS (art 12.2).17
ƒ Una organización de los Grados en cinco ramas del conocimiento,18 aunque la verdadera eficacia de esta adscripción se halla en en-
14
“A efectos de lo dispuesto en los artículos 12.9 y 15.4 del presente real decreto, serán de aplicación las actuales directrices generales propias de los títulos correspondientes, en lo que se refiere a su
denominación, materias y contenido de las mismas, en tanto no se produzca la aprobación por el Gobierno de las condiciones que las sustituyan” (DT 4ª).
15
Muy significativa ésta, pues deroga los reales decretos 55/2005, de 21 de enero (regulador de la
estructura de las enseñanzas universitarias y de los estudios universitarios oficiales de Grado), y
56/2005, de 21 de enero (regulador de los estudios universitarios oficiales de Postgrado), promulgados
al amparo de la “primera LOU”, que fueron el primer –y fallido– intento de adaptar el sistema universitario español al EEES sin modificar el modelo de servicio público.
16
El Gobierno, previo informe del Consejo de Universidades, únicamente podrá asignar un número
mayor de créditos en los supuestos en que ello venga determinado por normas de derecho comunitario
(art.12.2).
17
Tras una larga discusión, con posiciones muy polarizadas, los estudios de Grado tendrán (en España) un contenido de 240 créditos, cosa que comporta, teniendo en cuenta la limitación a 60 del
número máximo de créditos por curso, que estos estudios serán de 4 años de duración. Los créditos
ECTS (European Credit Transfer System) vienen regulados por el Real Decreto 1125/2003, de 5 de septiembre, y son la medida de la carga de trabajo para el alumnado, considerada en 25-30 horas de trabajo por crédito, cosa que comporta, en condiciones normales de estudio, una dedicación de 36-40
horas a la semana o, por anualidad, de 1.500 a 1.800 horas.
18
Art. 12.4: “La Universidad propondrá la adscripción del correspondiente título de Graduado o
Graduada a alguna de las siguientes ramas de conocimiento:
a) Artes y Humanidades
b) Ciencias.
c) Ciencias de la Salud.
d) Ciencias Sociales y Jurídicas.
e) Ingeniería y Arquitectura.
Dicha adscripción será igualmente de aplicación en aquellos casos en que el título esté relacionado
con más de una disciplina y se hará respecto de la principal”.
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tredicho, tanto por el planteamiento de la formación básica que incorpora,19
como por la trascendencia de la denominación fijada para los títulos.20
ƒ Unas prácticas externas, sorprendentemente no obligatorias,
cuya carga máxima es de 60 créditos, o sea: un curso completo (art. 12.6).
ƒ Un Trabajo de Fin de Grado obligatorio con el que concluyen
los estudios para todos los grados (art. 12.3), y orientado a la evaluación,
no de los conocimientos, si no de las competencias asociadas al título (art.
12.7).
ƒ Una explícita limitación de la autonomía universitaria en los casos de aquellos estudios que habiliten para el ejercicio de actividades profesionales reguladas en España. Las universidades deberán justificar la
adecuación de sus planes de estudios a las condiciones que el Gobierno
establezca y, en su caso, a la normativa europea aplicable (art. 12.9).
ƒ Unas competencias básicas evaluables que deberán asumir
todas las propuestas de estudios de Grado en España:21
3.1.2 Registro y acreditación
A partir del curso 2010-2011, las universidades, como entidades
prestatarias del servicio público de la educación superior, deberán implantar los estudios oficiales de Grado que crean convenientes y oportunos, de
acuerdo con un procedimiento previo de verificación y acreditación, común
a los estudios de Máster y Doctorado, que culmina con la correspondiente
inscripción en el Registro de Universidades, Centros y Títulos (art. 34.2
LOU).
19
La obligatoria adscripción de un título de Grado a una rama tiene como primer y principal efecto
la inclusión en los planes de estudios de un mínimo de 60 créditos de “formación básica” (determinada
por ramas en el Anexo II del RD 1393/2007), pero sin exigir que sean todos ellos de la rama correspondiente al título (con 36 basta). Además, no se fija un número mínimo o máximo de materias, ni tampoco
un máximo de créditos por materia (si un mínimo: 6). El resultado es tan flexible y abierto que podría
darse el caso de un título de Grado que presentara una sola materia básica con una carga de 60 créditos, cumpliendo así el requisito legal, pero chocando frontalmente con el objetivo que se desprende del
RD 1393/2007, que parece impulsar una formación básica de carácter propedéutico, más o menos
homogénea dentro de cada rama, que facilite la movilidad entre sus títulos, por lo que decreta –muy
coherentemente– el reconocimiento automático de dichos créditos (art. 13 a). El escenario de un reconocimiento automático de los 60 créditos básicos de rama, con independencia de las materias cursadas y de su carga crediticia, más que un instrumento de movilidad del alumnado amenaza con convertirse en una constante fuente de conflictos.
20
La referencia a la rama de adscripción de un título de Grado, prevista inicialmente en su denominación, ha quedado finalmente relegada al Suplemento Europeo al Título (art. 9.3).
21
Además de las que puedan figurar en el Marco Español de Cualificaciones para la Educación
Superior (MECES). Estas competencias deberán incorporarse en el apartado tercero de la memoria para
la solicitud de verificación de un título de grado, y en su planteamiento deberán tener en cuenta los
principios que recoge el artículo 3.5 del RD 1393/2007: 1. Que los estudiantes hayan demostrado poseer y comprender conocimientos en un área de estudio que parte de la base de la educación secundaria
general, y se suele encontrar a un nivel que, si bien se apoya en libros de texto avanzados, incluye
también algunos aspectos que implican conocimientos procedentes de la vanguardia de su campo de
estudio; 2. Que los estudiantes sepan aplicar sus conocimientos a su trabajo o vocación de una forma
profesional y posean las competencias que suelen demostrarse por medio de la elaboración y defensa
de argumentos y la resolución de problemas dentro de su área de estudio; 3. Que los estudiantes tengan la capacidad de reunir e interpretar datos relevantes (normalmente dentro de su área de estudio)
para emitir juicios que incluyan una reflexión sobre temas relevantes de índole social, científica o ética;
4. Que los estudiantes puedan transmitir información, ideas, problemas y soluciones a un público tanto
especializado como no especializado; 5. Que los estudiantes hayan desarrollado aquellas habilidades
de aprendizaje necesarias para emprender estudios posteriores con un alto grado de autonomía.
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La verificación de una propuesta de título oficial universitario corresponde al Consejo de Universidades, aunque en realidad la operativa recae
sobre la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (ANECA), que es
quien pone en marcha los protocolos de verificación previstos (art. 25.3).
Tras la verificación procede la autorización administrativa por parte
de la comunidad autónoma correspondiente. Una vez otorgada, el Ministerio de Educación y Ciencia elevará al Gobierno la propuesta para el establecimiento del carácter oficial del título y su inscripción en el Registro de
Universidades, Centros y Títulos (RUCT), cuya aprobación mediante acuerdo del Consejo de Ministros será publicada en el BOE (art. 26.1).
La inscripción en el RUCT conlleva como efecto la consideración inicial de título acreditado, pero su mantenimiento exige una renovación, de
forma que la universidad deberá obtener de nuevo un informe positivo de
acreditación,22 una vez transcurridos seis años de la implantación del título
(art. 27.1), sin perjuicio que a través del seguimiento previsto por el RD (art.
27.4), basado en la información pública sobre los estudios, puedan requerirse la subsanación de deficiencias detectadas. Caso que no supere la
acreditación, el plan de estudios se considerará extinguido (art. 28.3).
Las universidades podrán modificar sus planes de estudio, pero en
ese caso deberán comunicarlo al Consejo de Universidades, que lo remitirá a ANECA para valorar si la modificación aprobada altera significativamente o no el plan original. Si es así, la universidad debe recomenzar el
proceso de verificación completa del plan de estudios a instancias del
Consejo de Universidades.
3.1.3 Implantación y mantenimiento
En la ya referida Memoria para la solicitud de verificación de títulos
oficiales, incorporada como modelo en el primer anexo del RD 1393/2007,
encontramos el punto de conexión entre las universidades y las corporaciones profesionales. Concretamente, en el apartado segundo, dedicado a
la justificación de la implantación del nuevo título, donde se reclama el interés académico, científico o profesional del mismo (apartado 2.1), se exige además que en el caso de de estudios de Grado las universidades presenten “Referentes externos a la Universidad proponente que avalen la
adecuación de la propuesta a criterios nacionales o internacionales para
títulos de similares características académicas” (apartado 2.2).
Estos referentes externos reclamados para implantar un título de
Grado, según la misma memoria de verificación, pueden encontrarse en
cinco fuentes diferentes y alternativas:
1. Libros blancos del Programa de Convergencia Europea de la
ANECA.
2. Planes de estudios de universidades españolas, universidades europeas e internacionales de calidad o interés contrastado.
22
En el informe se deberá comprobar que el plan de estudios correspondiente se está llevando a
cabo de acuerdo con su proyecto inicial, mediante una evaluación que incluirá, en todo caso, una visita
externa a la institución (art. 27.1). El informe de renovación podrá ser efectuado por la ANECA o los
órganos de evaluación que las leyes de las Comunidades Autónomas determinen, que lo trasladarán al
RUCT (art. 27.2).
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3. Informes de asociaciones o colegios profesionales, nacionales, europeas, de otros países o internacionales.23
4. Títulos del catálogo vigentes a la entrada en vigor de la Ley
Orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica
6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades.
5. Otros, con la justificación por parte de la universidad, de su
calidad o de su interés académico.
Así mismo, el apartado 2.3 de la memoria de solicitud requiere de las
universidades una descripción de los procedimientos de consulta internos y
externos utilizados para la elaboración del plan de estudios, que pueden
haber sido –se indica– con profesionales, estudiantes u otros colectivos.
Siendo así, los colegios profesionales se van a encontrar en una posición bien diferente a la mantenida hasta ahora. La Administración ya no
tiene la iniciativa en la implantación de títulos en el EEES: la tienen las universidades, pero estas deberán relacionarse directamente con las corporaciones profesionales para conseguir su apoyo en las implantaciones. Pasamos, pues, de un modelo dirigista a otro pactista, abriéndose con el
cambio nuevas posibilidades para ambos agentes.
3.2. LOS NUEVOS TÍTULOS OFICIALES DE MÁSTER
Los títulos oficiales de Máster fueron introducidos en el sistema universitario español por el RD 56/2005, de 21 de enero, que ha tenido una vigencia tan conflictiva como fugaz, pues el RD 1393/2007 lo derogó, junto
con el RD 55/2005, dedicado a los nonatos estudios de oficiales de Grado,
en su Disposición Derogatoria Única.
3.2.1 Cambios y continuidades
En el nuevo régimen jurídico de los estudios oficiales de Máster encontramos, como en el caso del Grado, una primera definición de las enseñanzas en los términos siguientes: 1. Las enseñanzas de Máster tienen
como finalidad la adquisición por el estudiante de una formación avanzada,
de carácter especializado o multidisciplinar, orientada a la especialización
académica o profesional, o bien a promover la iniciación en tareas investigadoras (art. 10.1).
Según el RD 1393/2007 (art. 15.2), los planes de estudios conducentes a la obtención de los títulos de Master Universitario tendrán entre 60 y
120 créditos, que contendrán toda la formación teórica y práctica que el estudiante deba adquirir: materias obligatorias, materias optativas, seminarios, prácticas externas, trabajos dirigidos, trabajo de fin de Master,24 actividades de evaluación, y otras que resulten necesarias según las características propias de cada título.
El hecho de regular la verificación y acreditación de todos los títulos
oficiales conjuntamente, genera cambios muy sustantivos en el proceso,
23
En el informe se deberá acreditar si los estudios habilitan para el ejercicio de actividades reguladas en España, de acuerdo con el artículo 12.9 del RD 1393/2007.
24
“Los procedimientos de autorización para la implantación en el curso 2008-09 de Programas Oficiales de Postgrado, iniciados con anterioridad a la entrada en vigor del presente real decreto se regularán de acuerdo a la normativa aplicable previa” (DT 2ª, aparatado b).
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pues los gobiernos de las comunidades autónomas pierden sus competencias de verificación y ordenación que detentaban, respecto de los estudios
de Master, con el derogado RD 56/2007. Así mismo, con el sometimiento al
mismo proceso, cabe prever una mayor complejidad administrativa25 y con
ello una pérdida de flexibilidad que puede ralentizar aun más el proceso.
Se mantiene –de hecho se amplia al grado y al doctorado– la posibilidad de implantar estos estudios en centros diferentes a las escuelas y facultades universitarias, como son los institutos y centros de investigación.
En cambio, no se mantiene la exigencia de un porcentaje mínimo de profesores doctorados, cosa que no deja de sorprender, pues si bien la retirada
de dicha exigencia resulta comprensible en el ámbito del Grado,26 no lo parece tanto en el de Master, vista su conexión natural con el doctorado, para
el cual si se exige el 100% de profesorado con el grado de doctor (art. 23).
Otra novedad, aunque relativa, es la incorporación en el modelo de
memoria de verificación de las competencias básicas de estos estudios
(apartado 3.3).27
El RD 1393/2007 (art. 15.4) establece así mismo que aquellos títulos
de master que habiliten para el ejercicio de actividades profesionales reguladas en España, “el Gobierno establecerá las condiciones a las que deberán adecuarse los correspondientes planes de estudios, que además
deberán ajustarse, en su caso, a la normativa europea aplicable. Estos
planes de estudios deberán, en todo caso, diseñarse de forma que permitan obtener las competencias necesarias para ejercer esa profesión. A tales efectos la Universidad justificará la adecuación del plan de estudios a
dichas condiciones” (art. 15.4).
3.2.2 Acceso y admisión
El régimen finalmente adoptado para determinar las vías de acceso a
las enseñanzas oficiales de Máster llama la atención por su generosidad,
pues su apertura contrasta con las restrictivas propuestas presentadas durante el proceso previo. Efectivamente, los diplomados, arquitectos técnicos e ingenieros técnicos podrán acceder a la oferta de masters sin ninguna de las restricciones previstas, pues el RD 1393/2007 deja muy claro que
para acceder a las enseñanzas oficiales de Máster, a diferencia del régimen del 2005, será necesario estar en posesión de un título universitario
25
Recuérdese que ahora los masters deberán tramitarse ante el Consejo de Universidades hasta
conseguir el acuerdo del Consejo de Ministros, paso éste que antes se resolvía ante la consejería autonómica competente.
26
La reconversión de las fenecidas diplomaturas y ingenierías técnicas en estudios de grado resultaría prácticamente imposible de asumir con las plantillas actuales, por el hecho de no haberse requerido el grado de doctor para el acceso a los cuerpos de profesores de escuela universitaria.
27
Las competencias previstas para un master son las siguientes: 1. Que los estudiantes sepan aplicar
los conocimientos adquiridos y su capacidad de resolución de problemas en entornos nuevos o poco
conocidos dentro de contextos más amplios (o multidisciplinares) relacionados con su área de estudio;
2. Que los estudiantes sean capaces de integrar conocimientos y enfrentarse a la complejidad de formular juicios a partir de una información que, siendo incompleta o limitada, incluya reflexiones sobre las
responsabilidades sociales y éticas vinculadas a la aplicación de sus conocimientos y juicios; 3. Que
los estudiantes sepan comunicar sus conclusiones –y los conocimientos y razones últimas que las sustentan– a públicos especializados y no especializados de un modo claro y sin ambigüedades; 4. Que
los estudiantes posean las habilidades de aprendizaje que les permitan continuar estudiando de un
modo que habrá de ser en gran medida autodirigido o autónomo.
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oficial español.28 Y por si quedara algún resquicio de duda, el RD expresa
acto seguido que “estando en posesión de un título oficial de Diplomado,
Arquitecto Técnico o Ingeniero Técnico (…) podrán acceder, igualmente, a
las enseñanzas oficiales de Máster sin necesidad de requisito adicional alguno” (art 17.3).
Ciertamente, la admisión a un Máster será en todo caso conforme a
los requisitos específicos y criterios de valoración de méritos que, en su
caso, sean propios del título de Máster Universitario o establezca la universidad, la cual, en el ámbito de su autonomía, podrá exigir formación adicional necesaria, teniendo en cuenta la adecuación entre las competencias y
los conocimientos derivados de las enseñanzas cursadas en los planes de
estudios de origen y los previstos en el plan de estudios de las enseñanzas
de Máster solicitadas. Para ello las universidades incluirán los procedimientos y requisitos de admisión en el plan de estudios, entre los que
podrán figurar requisitos de formación previa específica en algunas disciplinas (art. 17.2).
4. OPCIONES CORPORATIVAS EN EL NUEVO ESCENARIO
Tal y como también se ha expuesto más arriba, el nuevo modelo universitario surgido de la LOU elimina el catálogo de títulos oficiales universitarios y, al hacerlo, termina con los conflictos y reivindicaciones seculares,
generados por el deseo de todas las profesiones de tener una titulación
universitaria propia, con la cual aumentar el prestigio social de su profesión.
Con el nuevo sistema, las universidades pueden recoger con total automía las sugerencias que de los ámbitos corporativos sean remitidas en
este sentido. Es más, en el caso de los estudios de Grado, las universidades que los vayan proponiendo deberán acreditar en la memoria de implantación los “referentes externos”, nacionales o internacionales, que avalan la enseñanza, siendo uno de ellos, precisamente, los informes de las
asociaciones o colegios profesionales.
Y no solamente esto: figura entre las previsiones ministeriales que en
la justificación de cada nuevo título de Grado las universidades, se deban
describir los procedimientos de consulta utilizados para la elaboración del
plan de estudios, destacando entre los externos la consulta con los profesionales del sector29.
28
Artículo 16. Acceso a las enseñanzas oficiales de Máster: 1. Para acceder a las enseñanzas oficiales de Máster será necesario estar en posesión de un título universitario oficial español u otro expedido por una institución de educación superior del Espacio Europeo de Educación Superior que facultan
en el país expedidor del título para el acceso a enseñanzas de máster”. En la regulación derogada de
2005, se contemplaba la posibilidad de acceder al postgrado antes de haber obtenido el título de grado,
aunque de forma condicionada y cumpliendo determinados requisitos.
29
Apartado 2.2 (“Justificación”) del Documento de Trabajo del Ministerio de Educación i Ciéncia de
21 de diciembre de 2006, intitulado Directrices para la elaboración de títulos universitarios de Grado y
Máster).
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Las oportunidades de las corporaciones profesionales de conectarse
con el nuevo sistema universitario pueden sistematizarse (en estos momentos30) en dos alternativas, cada una de ellas con sus opciones.
4.1. PROPOSICIÓN Y AVAL DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS ESPECIALIZADOS
En los documentos de trabajo enviados hasta ahora por el Ministerio
de Educación y Ciencia, encontramos avanzado un criterio ordenador en
relación a aquellas profesiones que, de acuerdo con la correspondiente
normativa, vinculan su ejercicio a la posesión de un título específico.
En estos casos, la previsión ministerial consiste en obligar a los nuevos títulos de grado a cumplir en su programación con los requisitos establecidos en la referida normativa: “su referencia y cumplimento en todos
sus términos será obligada en el diseño de los títulos”.31
Y en el caso de aquellos títulos que estén sometidos a las condiciones mínimas de formación de la Unión Europea, resultará obligada la referencia a la Directiva 2005/36/CE y a la normativa española, además de su
completo cumplimiento32.
Debido a que el Título de Gestor Administrativo, de acuerdo con el
vigente Estatuto Orgánico de la profesión, no es fruto de la adquisición de
un título académico específico, las opciones actuales de los Colegios de
Gestores Administrativos son diversas, teniendo siempre presente las estrategias definidas por el proyecto de nuevo estatuto orgánico, pendiente
de aprobación administrativa.
a) Propuesta de un Título de Grado especializado
A partir del contenido del temario confeccionado para el acceso a la
profesión, los Colegios de Gestores Administrativos pueden proponer a
una o más universidades la implantación de un título de Grado del ámbito
de las ciencias sociales, de 240 créditos ECTS y cuatro años de duración,
la denominación del cual, según las indicaciones avanzadas por el Ministerio de Educación y Ciencia, sería, aproximadamente, la siguiente:
GRADUADO EN GESTIÓN ADMINISTRATIVA
En este caso, la corporación profesional haría la función prevista de
entidad externa avaladora o consultora de la universidad en la justificación
de estos estudios especializados.
Mientras el título de grado en cuestión no otorgara el derecho de acceso automático a la profesión colegiada, previsto en el artículo 6.d. del
proyecto de Estatuto Orgánico, los contenidos y las competencias profesionales que asumiría este nuevo título de Grado las podría proponer el
30
La prevista modificación (o derogación) del Real Decreto 56/2005, de 20 de enero, de regulación
de los estudios de postgrado, podría alterar alguna de las posibilidades aquí relacionadas.
31
Apartado 21 (dentro del epígrafe “Principios generales para el diseño de los títulos”) del Documento de Trabajo del Ministerio de Educación y Ciencia de 21 de diciembre de 2006, titulado Directrices para la elaboración de títulos universitarios de Grado y Master).
32
Estos títulos son, de acuerdo con la Directiva 2005/36/CE, los de Medicina, Enfermería, Veterinaria, Farmacia y Arquitectura.
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Consejo de Colegios de España, pero no tendrían carácter vinculante para
las universidades que implantasen la propuesta.
La propuesta de implantación sería siempre corporativa, pero la decisión y la responsabilidad de la implantación serían siempre de las universidades. Por lo tanto, la única forma de asegurar la calidad y la homogeneidad de estos estudios por parte de los Colegios de Gestores Administrativos, sería a través de la acreditación externa de su validez como vía de
acceso a la profesión.
b) Propuesta de un Título de Maestría especializada
Las corporaciones pueden proponer también a una o más universidades la implantación en su oferta de estudios de un título de Maestría. En
este caso, por la naturaleza oficial de esta formación de segundo ciclo33, la
universidad precisa igualmente de un aval que justifique la implantación, de
forma que la colaboración de los colegios resulta interesante, básicamente
de cara a la promoción de los estudios.
Según las indicaciones avanzadas por el Ministerio de Educación y
Ciencia, el programa debería tener una carga mínima de 60 créditos ECTS
y una máxima de 120, es decir, una duración de uno o dos años, y quedaría sometido al régimen jurídico de esta tipología de estudios universitarios
oficiales de postgrado.
Por lo que respecta a su denominación, se podría mantener perfectamente la avanzada en el programa interuniversitario antes citado:
MÁSTER EN GESTIÓN ADMINISTRATIVA
Como en la opción anterior, también en esta los colegios harían la
función prevista de entidad externa avaladora o consultora de la universidad, y los contenidos y las competencias profesionales propuestas por el
Consejo de Colegios tampoco tendrían un carácter vinculante para las universidades que implantaran la Maestría mientras éste no otorgara el derecho de acceso automático a la profesión colegiada, previsto en el artículo
6.0. del proyecto de reforma del Estatuto Orgánico.
c) Propuesta de un programa especializado no oficial
Finalmente, las corporaciones pueden también proponer a una o más
universidades la implantación en su oferta de estudios de un título no oficial, ya sea de grado o de postgrado, que se convertiría en propio de la
universidad o universidades, visto que la modificación de la LOU no los ha
eliminado e, incluso, prevee su registro con efectos informativos34.
33
La naturaleza de esta formación, orientada a la profesionalización especializada y vinculada a la
formación al largo de la vida, fue expuesta en su marco conceptual en el Documento de Trabajo del
Ministerio de Educación y Ciencia del 26 de septiembre de 2006, titulado La organización de las enseñanzas universitarias en España.
34
La nueva redacción del artículo 34 de la LOU, dedicado a los títulos universitarios, dice: “1. Las
universidades (...) podrán impartir enseñanzas conducentes a la obtención de otros títulos. 2. (...) Podrán inscribirse otros títulos a efectos informativos. El Gobierno regulará el procedimiento y las condiciones para su inscripción” (disposició trentena de la Llei 4/2007, de 12 d'abril).
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En principio, esta proposición no comportaría para la universidad el
cumplimiento de las mismas exigencias y garantías que le son reclamadas
para la implantación de los estudios oficiales de Grado o Maestría, sino
que disfrutaría de total libertad a la hora de determinar la carga de créditos
ECTS y no debería de someterlo a ningún procedimiento de implantación.
En este caso, la denominación del programa resulta solamente limitada para la prohibición legal explícita de utilizar denominaciones de títulos
oficiales que puedan generar confusión entre el público. Uno de los más
normalizados en el panorama actual sería el siguiente:
DIPLOMA EN GESTIÓN ADMINISTRATIVA
Con esta tercera opción se podrían incluir dentro del sistema universitario aquellos “cursos de formación obligatoria” previstos por el artículo 6.c.
del proyecto de Reglamento Orgánico como “sustitutivos” del postgrado y
de las pruebas de acceso al Título de Gestor Administrativo.
4.2. RECAPITULACIÓN: UNA PROPUESTA
A partir de todo lo expuesto, y teniendo siempre presente la situación
de cambios normativos en la que nos encontramos, procede recapitular
ofreciendo una propuesta sobre la implantación de unos estudios vinculados a la obtención del Título de Gestor Administrativo. Desde una perspectiva estrictamente académica, la opción para unos estudios de postgrado
se convierte en la más razonable y viable.
La alternativa de un Título oficial de Grado presenta diversas dificultades. La primera y más gravosa es la inexistencia de un título precedente
en el derogado catálogo de titulaciones oficiales, elemento este que se advierte muy importante en la futura implantación de los nuevos títulos de
Grado. Otra dificultad es la obligación de crear un centro adscrito en caso
que se desee gestionar directamente la implantación de los estudios por
parte de los colegios de Gestores Administrativos.
La elección del tipo de programa debe encontrar su fundamento argumental en la propia naturaleza de la formación, dejando de lado los condicionantes estatutarios y sus implicaciones. Siendo así, si hasta ahora
ningún grado de licenciado no ha sido suficiente para el acceso al Título de
Gestor Administrativo, debido que se debe demostrar en unas pruebas
públicas el dominio de una serie de conocimientos especializados, vinculados directamente al ejercicio profesional, todo indica que este conjunto de
conocimientos podrían conformar el contenido de un programa especializado de postgrado, ya que para acceder se considera necesaria una formación previa básica de grado por parte de los aspirantes.
De acuerdo con los descriptores del Marco Europeo de Cualificaciones para la EEES, los títulos de Maestría deben garantizar a los estudiantes, entre otras cosas, que serán capaces de integrar conocimientos y
afrontar la complejidad de formular juicios a partir de informaciones incompletas o limitadas, y que sabrán comunicar sus conclusiones –y los argumentos que las sustentan- a públicos especializados o no, de forma clara y
comprensible.
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El alcance de estos y otros objetivos terminales de las Maestrías pasa por la introducción en el programa de un trabajo de Fin de Maestría, que
debe estar orientado a la evaluación de las competencias generales asociadas a cada titulación.
Por todo ello, se propone una propuesta de actuación determinada a establecer un título oficial de máster que identifique claramente
la profesión y asegure el mantenimiento de la corporación colegial y
de su unidad.
Para ello, el Consejo General debe adoptar una posición activa, asumiendo la iniciativa y el liderazgo, evitando caer en la actitud pasiva del
que espera una solicitud de las universidades que podría no llegar nunca.
Por ello se propone impulsar desde la corporación mercantil la implantación en las universidades de un título de máster especializado en
Gestión Administrativa que permita asegurar la continuidad histórica de la
profesión y de sus instituciones colegiales.
El respeto por la autonomía universitaria exige que el impulso corporativo para la implantación de la propuesta determinada se haga desde posiciones flexibles. No se trata de hacer un Libro Blanco (no hay tiempo para ello) si no de concretar unos elementos comunes mínimos que puedan
ser adaptados luego por las universidades, en uso de su autonomía
académica. Estos elementos serían:
1. La denominación concreta del título de máster que vincule a
la corporación.
2. El perfil o perfiles profesionales que deben tener los universitarios con dicha titulación que pretendan acceder a la profesión colegiada.
3. Las competencias transversales y específicas necesarias para la formación de los titulados en función de los perfiles establecidos.
4. Los objetivos específicos del título, tanto los relativos a la
formación y aprendizaje de conocimientos teóricos como las competencias
y habilidades.
5. Los requisitos mínimos que deberían cumplir los títulos de
Grado que permitan el acceso al Máster en Gestión Administrativa, que
debería facilitar a las universidades y al público en general la futura Comisión de Acreditación de Títulos Superiores del Consejo.
El marco referencial del título de máster debería ser aprobado formalmente en el Consejo General. Caso contrario podría generarse una
nueva fragmentación, pero esta vez territorial. Si cada colegio provincial
establece su colaboración por separado con la universidad o universidades
de su ámbito territorial, a partir de un marco diferente (en el mejor de los
casos), la unidad de la corporación podría considerarse liquidada a pesar
de implantarse títulos más o menos próximos en su perfil o en su denominación.
Una vez establecido el marco único para la programación del título de
máster, el paso siguiente consistiría en aprobar un modelo de convenio
con las universidades. En dicho documento (que devendría público a todos
los efectos) los compromisos que asumirían los colegios serían:
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1. Participar en la comisión universitaria encargada de la elaboración del plan de estudios del título y acreditarlo a efectos de su justificación en el proceso legal de verificación del título.
2. Informar favorablemente sobre el plan de estudios del título,
una vez comprobada su adecuación al marco único colegial, y acreditarlo
documentalmente también a efectos de su justificación en el proceso legal
de verificación del título.
3. Apoyar la implantación del título colaborando institucionalmente en los procesos de seguimiento y renovación de su acreditación oficial ante las agencias de calidad correspondientes.
4. Aceptar el acceso a la profesión y a la condición de colegiado
de todas las personas egresadas de la universidad con el título de grado
acordado.
Por parte de las universidades, los compromisos a contemplar en el
convenio consistirían fundamentalmente en aceptar los elementos del marco referencial colegial, es decir, aceptar la denominación común del título y
su perfil profesional, y adaptar las competencias y los objetivos determinados.
Aprobado el modelo de convenio universitario, que incluiría el marco
único del título como su anexo, procedería iniciar una campaña institucional de comunicación dirigida, en primera instancia, a los responsables de
cada colegio, con objeto de informarles y de formarles para la ulterior negociación con las universidades de su ámbito territorial.
Ciertamente, esta acción requerirá de apoyo técnico especializado,
pues el contenido de la propuesta a convenir forzosamente comporta un
dominio del nuevo régimen legal del sistema universitario que no puede ser
asumido de ordinario.
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