Instituciones patito

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OpiniónEditorial
Frase del día
Zócalo Saltillo Miércoles 21 de abril de 2010
5a
» “Todos los gobiernos dependen de la buena voluntad del pueblo”.
John Adam, segundo Presidente de los Estados Unidos.
ESTRICTAMENTE PERSONAL
Raymundo Riva Palacio
indicador monístico
fraga
Instituciones patito
En Cuernavaca, el correo electrónico
circuló sin que nadie lo atajara
L
os rumores se combaten
con información, y los vacíos de
información se llenan con rumores.
Para evitar que lo verosímil se convierta en una verdad, hay que atajar versiones y percepciones. Quienes tienen
mayores recursos para evitar que un murmullo se convierta es desinformación y que esto
conlleve a desestabilización, es la autoridad.
Pero cuando la autoridad fracasa, sucede lo
que pasó este fin de semana en Cuernavaca y
el desastre que como gobernante tuvo Marco
Antonio Adame. Sus lecciones son un estudio
de caso sobre lo que no hay que hacer jamás.
Este episodio sucedió en medio de
la acendrada lucha por la sobrevivencia dentro del fragmentado cártel de los Hermanos
Beltrán Leyva, que se extiende en el corredor
de la Ciudad de México, Morelos y Guerrero,
cuando el jueves pasado comenzó a circular un
correo electrónico donde presuntos narcotraficantes urgían a la población
de Cuernavaca no salir el
fin de semana porque iba a
haber ataques y no querían
afectar a población civil.
100%, según dijeron líderes comerciantes.
La autoridad no hizo nada el viernes. Hasta el sábado, en un acto en el Congreso local, el gobernador Marco Antonio Adame, en un discurso vehemente robado de los
tiempos de la Guerra Fría, dijo que había que
“cerrar filas y estar unidos para hacer frente
a mensajes anónimos e irresponsables que se
aprovechan de las redes sociales”. Y añadió:
“Frente a la violencia brutal y los nuevos desafíos y amenazas reales o virtuales, los tres
órdenes de gobierno, la sociedad y sus autoridades, debemos confirmar que la calle, las
plazas y la noche no son de delincuentes, sino
de los ciudadanos de bien”.
El discurso que leyó el Gobernador
no podía ser más desafortunado. Implícitamente legitimó el correo electrónico y le dio
carta de validez. Lejos de haberlo desacreditado, confirmó de forma irresponsable que
era un desafío y una amenaza que tenían que
enfrentar todos.
El gobernador
legitimó el
mensaje
¿Qué es lo que hizo
Pacífico, como se identifica ahora a la organización de Héctor Beltrán
Leyva, en alianza con el cártel de Sinaloa, pedía a la población no salir de sus casas el fin
de semana porque “será el más violento de
toda la historia de México”, debido a que iban
a “terminar con la limpia que hemos venido
haciendo con nuestros rivales”. La alerta era
sobre bares, cantinas y antros, y les sugerían
vestir de blanco y que manejaran “tranquilos
y con precaución” porque “no vamos a dudar
a matar a quien sea”.
De la misma manera les solicitaban
no vestir ropa oscura (que usan los sicarios
y la Policía Federal), ni utilizar camionetas
con vidrios polarizados (que manejan los sicarios) para evitar que “personas inocentes
sean confundidas con los enemigos”.
el
Gobernador?
Salió
tarde y mal a encarar el
mensaje. No arropó a la
población, que probablemente fue víctima de la
manipulación de un bromista o una organización
no vinculada con el narcotráfico –como se
puede inducir de la redacción y ortografía
del correo–, ni tampoco confrontó las percepciones como lo hace un líder.
¿Qué no hizo el Gobierno federal?
Actuar. No hubo nadie que, ante el vacío que
dejaba el gobernador Adame, saliera a llenar el espacio que se inundó rápidamente
de rumores. El Gobierno federal tiene especialistas, que bien podrían haber recorrido
radios y televisiones para decir en cadena
nacional que ese mensaje no tenía ni el formato, ni la forma, ni el contenido de lo que
acostumbran escribir los narcotraficantes.
Permitió que la imaginación corriera libremente, mientras la sociedad multiplicaba recomendaciones de seguridad.
Quien conoce la redacción de
Un mensaje trastornó la vida
los textos que escriben los narcotraficantes,
en particular los servicios de análisis e inteligencia del Gobierno federal, podrían haberse dado cuenta que no correspondía a la
forma como estaba escrito el mensaje. Tenía
una redacción simple pero articulada, con
ortografía aceptable y tres palabras obscenas. Quien redactó el mensaje tiene claras
nociones de redacción, aceptable gramática
y énfasis alarmistas. Los narcomensajes no
suelen tener una articulación racional, están
plagados de faltas de ortografía e insultos.
El correo electrónico circuló sin que nadie
lo atajara y Cuernavaca se paralizó en un
cotidiana de una ciudad que es el destino
principal de miles de habitantes del Distrito
Federal cada fin de semana, sin que ninguna
de las autoridades, en sus tres niveles de gobierno, tuvieran la capacidad de reaccionar
por la misma vía, y a través de canales más
amplios y masivos. La debilidad de las instituciones quedó subrayada de manera hasta
grotesca. La inutilidad de las autoridades
quedó de manifiesto. Quien escribió ese correo probó, con un simple ejercicio, la fragilidad del Estado Mexicano, ese que todas
las semanas nos dice que va a acabar con los
criminales.
El correo, supuestamente firmado
por el cártel del Sur del
COSAS NUESTRAS
Jorge Villegas
Judíos
Ante un enemigo asesino, responder
con el coraje de toda una comunidad
L
os nazis decidieron arrinconar y luego asesinar a los
judíos.
Primero, los obligaron a
colocar una estrella de David
amarilla sobre su ropa.
Alemanes, como sus compatriotas arios, vestían el signo de la infamia
buenos ciudadanos hubieran expresado su
repugnancia.
Si un mismo día legiones y legiones
de ellos hubieran cosido estrellas amarillas
a su ropa.
La mayoría calló y dejó ultrajar y
luego asesinar a millones de judíos.
por decreto.
Ante un enemigo asesino, desalmado, hay que responder con el coraje de
Se entiende la miseria moral del
toda una comunidad.
nazismo. Su antisemitismo visceral.
Pero todo pudo parar ahí si los
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CAPITOLIO
Gerardo Hernández
Sabina en Los Pinos
‘Esa guerra no la puede ganar él y no
la puede ganar nadie’
A
diferencia de la miríada de alfeñiques que lanzan
las televisoras con la etiqueta
de cantantes y que duran lo que
un pañal desechable, Joaquín
Sabina es un artista con más de 30 años de
carrera. Inspirada, mucha de ella, en experiencias de activista político, exiliado en el
franquismo por lanzar una bomba molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao, seductor y aficionado a las drogas. Un
infarto cerebral sin secuelas lo alejó de los
escenarios de 2001 a 2003. Regresó después
de una depresión severa y de poner su vida
en perspectiva.
Este jaenés, educado de niño
por monjas Carmelitas y de
adolescente por salesianos,
es una figura por derecho
propio dondequiera que se
plante, como recién pasó en
México. La prensa le sigue
y a veces eleva sus declaraciones a las primeras planas
con temas ajenos al espectáculo. Esta vez fue por anticipar el fracaso de la guerra
del presidente Calderón
contra el narcotráfico, por
“ingenua”, y por apoyar la
legalización de las drogas.
Los países que dieron ese paso no acabaron
Al principio de los 70s, el comediante Manuel Valdés preguntó por televisión “¿Quién fue el primer bombero de
México?”. Ante el silencio, no vaciló en
responder: “Pues ‘Bomberito’ Juárez”.
“¡Apostasía!”. “¡Sacrilegio!”, se escuchó
en las sedes del poder: el Benemérito había sido insultado. En las calles, el público
celebraba la ocurrencia cuyo resultado
fue la suspensión del cómico. Jesús Martínez “Palillo” pagaba con prisión sus “faltas” al presidente de turno.
Hoy, con razón o sin ella, nadie se
detiene para enjuiciar e incluso insultar
al Presidente, al gobernador, al alcalde; y
en un plano superior, por ser del espíritu,
al Papa. Con la misma libertad, la prensa dio cuenta de la
comida, en Los Pinos, de Felipe Calderón, Sabina, Tania
Libertad y un reducido grupo de invitados. El español
se mantuvo en sus trece, con
respecto de las drogas, reconoció su propia ingenuidad y
asunto zanjado.
Joaquín
Sabina es
ahora más
literato
y menos
populista
con el problema –tampoco
ganaron la guerra, admite–, “pero sí se
termina con la corrupción, muerte, los
asesinatos y con la infiltración en el poder”. Al Presidente le recriminó: “Parece mentira que no supiera que la policía
estaba completamente infiltrada (...) esa
guerra no la puede ganar él y no la puede
ganar nadie”.
En descargo, apuntó: “México
tiene una energía interna que hace que
se recupere de todas las catástrofes que le
han ocurrido”. Dicho lo anterior, vinieron
los conciertos. Nadie lanzó condenas; al
contrario, muchos celebraron su posición,
pues criticaba al Gobierno.
En Wikipedia se lee
de Sabina: “(...) su casa en
Londres sirvió de refugio
para miembros de la banda
terrorista ETA. Años más
tarde afirma que ‘la izquierda
de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y
creo pertenecer, debiera pedir perdón por
su complacencia con ETA durante muchos
años’”. (...) Los etarras –apunta– ‘era gente
encantadora que pegaban tiros en la nuca,
algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal.
Porque de aquellos polvos vinieron estos
lodos. Así que creo que la gente como yo
está muy obligada a estar en contra y a
decirlo muy alto por cobardes que sean. Y
yo lo soy como el que más’”. Sabina, dicho
por él mismo, es ahora más literato y menos populista.
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