sindicato

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Dias 12 y 26 de noviembre.
Sindicato C.P.P.M.
Colectivo Profesional de Policía Municipal (C.P.P.M)
Pº de las Delicias 135 1ºB -- 28045 Madrid
Tlf: 91 530 19 00 -- Fax: 91 530 19 52
www.cppm.es -- [email protected]
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Carlos Villar Pérez. Sargento de P.M. de Madrid
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LA
SINDICATO
DETENCION
CPPM
POLICIAL
LA DETENCION
Para hablar de la figura de la detención, es necesario comenzar por la
primera y fundamental referencia dentro de la actual pirámide normativa la
Constitución Española en su artículo 17:
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de
su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y
en la forma previstos en la Ley.
2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo
caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en
libertad o a disposición de la autoridad judicial.
3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser
obligada a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias
policiales y judiciales, en los términos que la Ley establezca.
4. La Ley regulará un procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a
disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por la Ley se
determinará el plazo máximo de duración de la prisión provisional.
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CPPM
Como continuación del concepto, en su definición con un aspecto
sumamente restrictivo la encontramos en la ya conocida Sentencia de Tribunal
Constitucional de 10 de julio de 1986:
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“…debe considerarse como detención cualquier situación en que la
persona se vea impedida u obstaculizada para autodeterminar, por obra de su
voluntad, una conducta lícita, de suerte que la detención no es una decisión
que se adopte en el curso de un procedimiento, sino una pura situación fáctica,
sin que puedan encontrarse zonas intermedias entre detención y
libertad… “
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Ampliando inicialmente el abanico de ésta definición debemos partir del
concepto de la detención como una “medida cautelar” entendiendo éstas como
aquellas medidas que dentro del proceso penal, están orientadas a asegurar el
cumplimiento de la legalidad en la sentencia que pudiera determinarse en el
acto del Juicio Oral.
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Desde éste último ámbito conviene aclarar la definición de medida
cautelar como aquella resolución motivada del órgano jurisdiccional por la que
se limita provisionalmente la libertad o la libre disposición de bienes con el fin
de garantizar los efectos penales o civiles que fueren necesarios. Aparecen por
tanto dos tipos de medidas cautelares, las de carácter personal y las de
carácter real, estando las primeras dirigidas a garantizar la presencia del
imputado durante el proceso ( la citación, la Detención, libertad provisional,
prisión provisional) y las segundas a asegurar las posibles responsabilidades
civiles derivadas del acto criminal (la fianza y el embargo).
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Queda entonces encuadrada la detención como aquella medida
cautelar de naturaleza personal y provisionalísima, que puede adoptar la
Autoridad Judicial, la policial, o incluso los particulares consistente en la
limitación del derecho a la libertad del imputado.
Atendiendo complementariamente a la interpretación que se hace por
parte del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de los artículos 5.1.c) y
5.3 del Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades, establece que “la detención comprende la privación de libertad
hasta el momento en que se ha decidido sobre el fundamento de la acusación
aunque sea solamente en primera instancia”
Complementariamente a éstas interpretaciones y regulaciones debemos
señalar los principios informadores sobre los que sin ningún género de dudas
debe situarse cualquier tipo de privación de libertad, principios sin los cuales
entraríamos en la conculcación de un derecho fundamental con las
consecuencias administrativas y penales que hubiere lugar. Éstos principios
informadores son:
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Necesidad: solamente se contemplará una limitación de derechos
fundamentales cuando sea imprescindible y necesario para la investigación del
ilícito penal o para la puesta disposición judicial del detenido.
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Proporcionalidad: en ésta aspecto ha de ponderarse necesariamente
la medida practicada contra la libertad frente al bien o bienes jurídicos que se
pretende proteger, atendiéndose necesariamente como principal parámetro la
pena en abstracto señalada para el ilítico penal cometido. Arrancando de éste
principio un concepto que no siempre es fácil de valorar en las actuaciones
policiales y sobre el que se tratará más adelante en éste tema.
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Legalidad: como no podía ser de otra manera, cualquier limitación de
un derecho, y especialmente de uno fundamental, ha de atenerse
escrupulosamente al la legalidad existente, solo pudiendo practicarse la
detención el los supuestos dispuestos en la ley y en la forma prevista en la
misma. La inobservancia de éstas prescripciones legales puede derivar en la
incoación de un procedimiento de Habeas Corpus, la responsabilidad penal del
funcionario así como el resarcimiento de la acción civil por parte de la
Administración etc..
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Finalidad: el objetivo principal va a ser el aseguramiento de la persona
y en un segundo nivel evitar la ocultación de posibles pruebas y/o efectos del
delito y la confabulación.
En cuanto al sujeto sobre el que se practica la restricción de libertad, y
ateniéndonos al principio de legalidad, debemos acudir a la Ley de
Enjuiciamiento Criminal en sus artículos 490 y siguientes, distinguiendo
respecto de quien practica la detención dos supuestos:
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Detención por particulares: en su art. 490 contempla la posibilidad
de su practica en tres supuestos:
o Delincuente “in fraganti”, el que intentara cometer el delito en
el momento de ir a cometerlo, así como al detenido o perseguido
inmediatamente después de cometerlo si la persecución durase o
no se suspendiere mientras el delincuente no se ponga fuera del
inmediato alcance de los que le persiguen. También se considera
“in fraganti” al delincuente que se sorprendiere inmediatamente
después de de cometido el delito con efectos, instrumentos o
vestigios que permitan presumir su participación en él. Esta
definición de flagrancia aparece en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, concretamente en su art. 795.1, tras la modificación
parcial por la Ley Orgánica 8/2002 y Ley 38/2002, en su
regulación del procedimiento de Enjuiciamiento Rápido por Delitos
y Faltas.
o Los que se hubieren fugado habiendo sido ya condenados del
establecimiento penal, en traslado o siendo tan solo detenidos y
presos preventivos.
o Al Procesado o condenado que estuviere en rebeldía.
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Detención por la Autoridad o sus Agentes: en este caso aparece la
detención COMO UNA OBLIGACIÓN (art. 492) en los siguientes
supuestos:
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o A cualquiera que se halle en alguno de los supuestos anteriores
del art. 490.
o A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.
o Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el
Código pena superior a la de prisión correccional.
o Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus
antecedentes o las circunstancias del hecho hicieren presumir que
no comparecerá cuando fuere llamado por la Autoridad judicial.
o Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado
que preste en el acto fianza bastante, a juicio de la Autoridad o
agente que intente detenerlo, para presumir racionalmente que
comparecerá cuando le llame el Juez o Tribunal competente.
o Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía
no se hallase procesado, con tal que concurran las dos
circunstancias siguientes:
o Que la Autoridad o agente tenga motivos racionalmente bastantes
para creer en la existencia de un hecho que presente los
caracteres de delito.
o Que los tenga también bastantes para creer que la persona a
quien intente detener tuvo participación en él.
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Conviene añadir lo señalado en el art. 495 de la LeCrim cuando dice “
No se podrá detener por simples faltas, a no ser que el presunto reo no tuviese
domicilio conocido ni diese fianza bastante, a juicio de la Autoridad o agente
que intente detenerle
De lo señalado por la Ley de Enjuiciamiento Criminal en los artículos
referenciados anteriormente es necesario destacar varios aspectos de vital
importancia para la actuación policial:
o Imputación de Hecho: Que la Autoridad o Agente tenga
motivos racionalmente bastantes de la existencia de un hecho que
presente los caracteres de delito. En éste aspecto conviene aclarar
que el concepto hace referencia en la creencia “racional” por parte
del Agente de que los hechos cometidos tienen la apariencia de
un ilícito penal.
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o Imputación de Autor: incardinado en el aspecto anterior, se ha
de tener un nexo lógico entre la apariencia racional de delito y la
participación del supuesto culpable en el mismo, no deberemos en
éste caso valorar el posible grado de participación ni de
responsabilidad del autor, bastará con la existencia del hecho y su
unión o nexo causal y lógico con el autor. El grado de
responsabilidad o participación será valorado por la autoridad
judicial con posterioridad.
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De la existencia y de la unión de ambos aspectos derivará la posibilidad
de aplicar una medida como la mencionada en éste tema, capacidad u
obligación que vendrá diferenciada por la gravedad del hecho, posibles
consecuencias, proporcionalidad etc.
Respecto de la Flagrancia definida en el art. 791 de la LeCrim también es
importante estudiarla desde los tres aspectos que la hacen más asimilable y
entendible para la actuación profesional:
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1. Inmediatez temporal: que el delito se esté cometiendo o se
acabare de cometer, no se entendería lógicamente la flagrancia
en el supuesto de haber pasado un lapso de tiempo que haga
perder el nexo temporal de la detención con el delito. Quedaría
asimilado en éste concepto la “persecución” cuando dura o no se
suspende mientras el delincuente no se pone fuera del inmediato
alcance del perseguidor ( contacto visual sin límite de tiempo en la
persecución).
2. Inmediatez personal: que la presencia o proximidad del
delincuente al lugar de los hechos sea racionalmente lógica para
inferir que ha participado en ellos.
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3. Urgencia o necesidad: entendiendo en éste aspecto que la
urgencia o necesidad de actuación por parte del Agente de la
Autoridad se vean impelidas para la terminación del mal o la
evitación de su propagación.
DURACION DE LA DETENCIÓN
En éste capitulo hay que detallar lo expresado en la Carta Magna así
como en la Ley de Enjuiciamiento Criminal:
Art. 17.2 Constitución: La detención preventiva no podrá durar más
del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones
tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo
de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a
disposición de la autoridad judicial.
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Art. 520.1 LeCrim: La detención y la prisión provisional deberán
practicarse en la forma que menos perjudique al detenido o preso en su
persona, reputación y patrimonio. La detención preventiva no podrá durar más
del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones
tendentes al esclarecimiento de los hechos. Dentro de los plazos establecidos
en la presente Ley, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas,
el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la Autoridad
judicial.
Art. 496 LeCrim: El particular, Autoridad o agente de Policía judicial
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que detuviere a una persona en virtud de lo dispuesto en los precedentes arts,
deberá ponerla en libertad o entregarla al Juez más próximo al lugar en que
hubiere hecho la detención dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto
de la misma.
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Si demorare la entrega, incurrirá en la responsabilidad que establece el
Código Penal , si la dilación hubiere excedido de veinticuatro horas
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En los artículos recogidos anteriormente queda patente una serie de
aspectos de especial relevancia para el mantenimiento o duración de toda
privación de libertad:
1. El tiempo de la duración ha de ser el estrictamente necesario, no
debiendo agotarse el plazo si no es absolutamente imprescindible.
En el caso de que se practique ninguna diligencia con el detenido
no tendrá ningún sentido prolongar un instante en dependencias
policiales la detención debiendo ponerlo en libertad o a disposición
de la Autoridad Judicial.
2. El Plazo máximo de la detención debe entenderse como de 72
horas, primando sobre el establecido en la LeCrim.
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Como
continuación
a
la
duración
y
plazos
máximos,
complementariamente a las 72 horas aplicables en la generalidad de los
supuestos existen una serie de especificaciones que varían, concretamente
habrá de atenerse a normativas específicas:
o Prolongación de la detención 48 horas mas por la Autoridad Judicial siempre
que le sea requerida dentro de las primeras 24 horas en los supuestos de
comisión de delitos relacionados con bandas armadas o elementos
terroristas o rebeldes
o DIEZ días en los Estados de Excepción y Sitio (L.O. 4/81)
o VENTICUATRO horas en los supuestos de L.O. 5/2000 de regulación de la
responsabiliad de los menores.
o VENTICUATRO horas para la extradición pasiva, quedando excluida la
euroorden de detención que se remite al supuesto general de 72 horas.
SINDICATO
PENALIDAD EN ABSTRACTO
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Por último y para aclaración respecto de lo expresado a lo largo de éste
tema, cabría hacer una distinción respecto de toda detención, desde la práctica
real de toda actuación policial se pueden dar dos vertientes respecto de quien
la practica o mantiene:
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1. Actuación policial en via pública sin más análisis que los
conocimientos adquiridos y la premura o urgencia de la actuación
que obliga tomar una decisión de éste calado en segundos. En
estos supuestos solamente cabrá hacer una valoración sobre los
aspectos de Imputación de hecho y de autor, y la distinción entre
delitos y faltas (no siempre muy evidente) sobre la que resolverá
el riesgo de fuga.
2. La actuación de los Agentes de la Autoridad que practican las
diligencias policiales, si deberán hacer un análisis pormenorizado
respecto de la penalidad en abstracto del o los delitos comentos,
esto es se habrá de valorar si éste es inferior a TRES años, no
debiendo continuar con la detención salvo existan dudas respecto
de que el imputado pueda sustraerse a la accion de la justicia
cuando fuere requerido para ello. En cualquier caso deberá
elaborarse en éste supuesto una motivación o argumentación
mediante diligencia que aclare todos los aspectos valorados y la
decisión adoptada, con el único fin de sostener ante el Juez la
legalidad de la actuación alejando la duda sobre una actuación
dolosa o intencionada en contrario a lo regulado.
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ESPECIALIDADES DE LA DETENCIÓN
Si bien no es habitual que ningún Policía se encuentre en alguna de las
situaciones relatadas a continuación, conviene destacar que en orden a
determinas personas tendremos los siguientes casos
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1. Rey de España: arts. 56.3 y 64.2 CE en la que se establece la
inviolabilidad e irresponsabilidad del Rey, no pudiendo ser objeto de
detención alguna.
2. Jefes de estado extranjeros: Art. 21.2 LOPJ no pudiendo igualmente
ser objeto de detención.
3. Diputados y Senadores: art. 71 CE pudiendo ser detenidos en los
supuestos de delito flagrante, supeditándose su procesamiento al
suplicatorio de la cámara correspondiente.
4. Miembros de Gobiernos y Parlamentos de las Asambleas de las
Comunidades Autónomas: solo podrán ser detenidos por delito
flagrante o por orden de la Autoridad Judicial.
5. Defensor del Pueblo: LO 3/81: pudiendo ser detenidos en flagrante
delito.
6. Magistrados y Jueces: Art. 398 LOPJ pudiendo ser detenidos
solamente por orden de Juez competente o en los casos de flagrante
delito, debiendo ser puestos a disposición del Juez Instructor más
próximo dándose cuenta al presidente de la Audiencia o Tribunal
correspondiente.
7. Fiscales: Art 60 Ley 50/81 precisando de autorización del superior
jerárquico salvo flagrante delito para su detención.
8. Agentes diplomáticos y Consulares: no siendo objeto de detención los
primeros, y permitiéndose en los segundos en flagrante delito.
9. Militares: LO 2/89 en los supuestos de servicio de armas se practicará
por sus superiores jerárquicos salvo que estuvieren fuera de su
alcance, debiendo continuar la detención en establecimiento militar
baja responsabilidad de sus superiores.
10. Menores de edad: LO 5/2002 y LO 7/2000 supuestos especiales en la
detención de los menores.
11. Extranjeros: L.O. 4/2000 en la que se cita la posibilidad de detención
para los supuestos de “retorno, devolución y expulsión” y en la Ley
4/85 para extradición pasiva.
12. Enajenados:Art. 21 Código Civil por resolución judicial motivada salvo
casos de extrema urgencia y necesidad que deberá ser puesta en
conocimiento de Autoridad judicial en el plazo de 24 horas.
13. Quebrados: Ley de Enjuiciamiento Civil y Código de comercio para
asegurar la finalidad del procesote quiebra
14. Indocumentados: Art. 20 LO 1/1992 sobre Protección de Seguridad
ciudadana.
15. Enfermos infectocontagiosos: Arts 2 y3 L.O. 3/1986 de Medidas
especiales en materia de Salud Pública.
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GARANTÍAS DE LA DETENCIÓN
Especial mención dentro de las garantías de la detención deberemos
hacer al derecho a la información de los motivos de la detención así como de
los derechos recogidos en el Art. 520 LeCrim, debiendo asegurarnos en todos
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los casos que con la lectura el detenido ha comprendido correctamente y en
todos sus aspectos los motivos por los que se encuentra privado de libertad, así
como los derechos que le asisten, debiendo plasmarlo en documento escrito
junto con los que desea acoger el detenido.
Igualmente habrá de tenerse siempre presente la posibilidad de solicitu
de Habeas Corpus con todos los procedimientos que habilita la Ley Orgánica
6/1984 que lo regula en todos sus aspectos.
CONSTITUCION ESPAÑOLA
Artículo 15.
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser
sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de
muerte, salvo lo que puedan disponer las Leyes penales militares para tiempos de guerra.
SINDICATO
Artículo 17.
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1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma
previstos en la Ley.
2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el
plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de
la autoridad judicial.
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3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y judiciales,
en los términos que la Ley establezca.
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Ley Enjuiciamiento Criminal
Artículo 490.
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Cualquier persona puede detener:
1.
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3.
4.
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6.
7.
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4. La Ley regulará un procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a
disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por la Ley se determinará el
plazo máximo de duración de la prisión provisional.
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Al que intentare cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo.
Al delincuente in fraganti.
Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.
Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su traslación al
establecimiento penal o lugar en que deba cumplir la condena que se le hubiese
impuesto por sentencia firme.
Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el número
anterior.
Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.
Al procesado o condenado que estuviere en rebeldía
Artículo 492.
La Autoridad o agente de Policía judicial tendrá obligación de detener:
1.
A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.
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2.
3.
Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código pena
superior a la de prisión correccional.
Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o
las circunstancias del hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere
llamado por la Autoridad judicial.
Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado que preste en el
acto fianza bastante, a juicio de la Autoridad o agente que intente detenerlo, para
presumir racionalmente que comparecerá cuando le llame el Juez o Tribunal
competente.
4.
Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase
procesado, con tal que concurran las dos circunstancias siguientes:
1. Que la Autoridad o agente tenga motivos racionalmente bastantes para
creer en la existencia de un hecho que presente los caracteres de delito.
2. Que los tenga también bastantes para creer que la persona a quien
intente detener tuvo participación en él
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