primera parte - Hanns-Seidel

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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
MEDIOS DE COMUNICACION
EN DEMOCRACIA
Primera edición, noviembre 1999
D.L. Nª 4 - 1 - 1376 - 99
©FUNDEMOS
Calle Hermanos Manchego No. 2441
Teléfonos: 360346 - 392642
Telefax: 433539
Casilla: 2302
Impresión: Editorial "Garza Azul'
Teléfono 232414 Casilla 11828
La Paz - Bolivia
La Paz - Bolivia
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
CONTENIDO
LOS MEDIOS DE COMUNICACION POR DENTRO
Lupe Cajías De la Vega ................................................................... 179
PRESENTACION ................................................................................. 7
PRIMERA PARTE: LEGISLACION
LEY DE IMPRENTA:
Alcances, límites y legislación comparada
Robert Brockmann Schroeder .......................................................... 13
LEY DE TELECOMUNICACIONES:
¿Abdicación en tiempos de regulación?
Juan Cristobal Soruco Quiroga ........................................................ 35
DERECHO A LA REPLICA:
Conceptualización en el marco de la relación
entre la libertad y el poder
Javier Sánchez de Lozada Paz Campero ........................................ 59
LIBERTAD Y RESPONSABILIDADES:
Bases para la reglamentación de la publicidad en Bolivia
Sonia A. Velasco Cirbián ................................................................. 109
SEGUNDA PARTE: OPERADORES
LA COMUNICACION Y EL PODER
José Gramunt de Moragas, S.J. ..................................................... 135
DERECHOS Y DEBERES DE LOS PERIODISTAS
Juan Carlos Zambrana Vaca .......................................................... 159
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TERCERA PARTE: SOCIEDAD
MEDIOS DE COMUNICACION Y SOCIEDAD CIVIL:
Para salir de lógicas suicidas y perversas:
retornar al ciudadano
Sergio Molina Monasterios .............................................................. 207
PRENSA Y PARTIDOS POLITICOS
Carlos Toranzo Roca ........................................................................ 229
EL PERIODISMO ECONOMICO:
¿Vale la pena en Bolivia?
Ana María Fabbri Crespo ............................................................... 249
BUSCANDO BUENOS PERIODISTAS:
Los factores que aseguran (o no) al ciudadano estar
correctamente informado
Raúl Peñaranda Undurraga ............................................................ 267
LOS AUTORES ................................................................................ 293
ANEXOS:
- LEY DE IMPRENTA ................................................................. 303
- CODIGO DE ETICA DE LA ASOCIACION DE
PERIODISTAS DE LA PAZ ..................................................... 317
- CODIGO DE ETICA DE LA FTPB ........................................ 321
- CODIGO DE ETICA DEL PERIODISTA BOLIVIANO ..... 325
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de los cuales han sido sistematizados y las discusiones y resoluciones
emanadas de ellos publicadas (ver, por ejemplo, Opiniones y Análisis
Nos. 26, 40 y 46).
P R E S E N T A C I O N
En los tiempos actuales, los medios de comunicación social
y sus operadores (propietarios, ejecutivos, periodistas, etc.) configuran
un sistema de poder de indudable influencia en la sociedad. Más aún
si por los cambios que se han presentado en las esferas política, social
y económica, actualmente los medios se convierten en el escenario
donde confluyen los actores de aquellas para poder relacionarse con
la sociedad.
En ese escenario, el cómo, cuándo y de qué manera se informará
se convierten en aspectos esenciales para el funcionamiento del Estado
y la sociedad, y esas decisiones están fundamentalmente en manos de
los operadores de los medios, situación que se presta, en forma
permanente, a la confrontación.
Esta realidad es motivo de preocupación general. Lo llamativo
y alentador es que entre quienes más están interesados en generar el
debate para diseñar mecanismos que garanticen el buen funcionamiento
de los medios, evitando omisiones, abusos o flagrantes errores, son
los propios periodistas que, desde hace algún tiempo, se encuentran
reflexionando al respecto.
En esta oportunidad, FUNDEMOS ha decidido intentar realizar
una evaluación del estado del debate y producto de ello es este libro
que hemos denominado “Medios de Comunicación y Democracia”, en
el que se publican once trabajos distribuidos en tres partes. En la
primera, se realiza una revisión de la legislación sobre comunicación,
incluyendo algunas sugerencias para perfeccionarla. En la segunda,
similar labor, pero desde los mecanismos de autorregulación.
Finalmente, en la tercera, una visión de la relación de los medios y
sus operadores con la sociedad.
La primera parte incluye cuatro estudios. Robert Brockmann
escribe sobre la Ley de Imprenta. Realiza un análisis crítico de dicho
instrumento e ilustra la situación comparándola con disposiciones de
Alemania y Estados Unidos.
Juan Cristóbal Soruco analiza la Ley de Telecomunicaciones
y su respectivo reglamento, y luego de presentar un resumen de esas
disposiciones, estableciendo sus alcances y limitaciones, sugiere
algunos temas de debate: la propiedad de los medios y la forma de
adjudicación de frecuencias, la programación, la publicidad, la
educación y el derecho a réplica, y la radiotelevisión estatal.
Pruebas de esa inquietud son los innumerables seminarios y
talleres que se han realizado en los últimos años sobre el tema, muchos
Javier Sánchez de Lozada presenta un análisis de las bases
conceptuales, filosóficas y jurídicas del derecho a réplica, estableciendo
sus alcances y limitaciones, y ofrece, como colofón, algunas
recomendaciones para el debate sobre la pertinencia o no de su inclusión,
vía reglamentación, en la legislación nacional.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Por último, Sonia Velasco Cirbián realiza un análisis
pormenorizado del tratamiento que recibe la publicidad y sugiere
algunos caminos para contar con un instrumento legal que garantice
mínimas normas de calidad, veracidad y difusión de publicidad.
Ana María Fabbri estudia la relación entre los medios y la
economía desde tres perspectivas. Una, el desarrollo de la información
económica en los medios de comunicación, especialmente prensa, y
su creciente importancia en la actualidad; otra, el papel del periodista
especializado en cubrir el área económica y la responsabilidad de su
permanente formación, y finalmente, la necesidad de que los medios
sean empresas rentables, como una forma de garantizar su idoneidad.
La segunda parte comienza con un trabajo escrito por el padre
José Gramunt sobre el poder de los medios y su impronta en la vida
actual, para concluir en la validez de, por un lado, el establecimiento
de códigos de autorregulación y, por el otro, su conocimiento y
cumplimiento por parte de los operadores de los medios.
Juan Carlos Zambrana aborda los derechos y deberes de los
periodistas, a partir de la constatación de que este “oficio” atrae, cada
vez más, a los jóvenes. Ofrece, asimismo, una visión del desarrollo
de este trabajo y de las diferentes tensiones que existen para su buen
cumplimiento.
Finalmente, Lupe Cajías desarrolla “los medios de
comunicación por dentro”, que sistematiza la vida de los medios,
particularmente, los periódicos, en la tarea inaplazable de editar
puntualmente el producto.
Cierra esta parte y el libro el trabajo de Raúl Peñaranda que
se refiere a los factores –políticos y legales, el periodista (donde incluye
aspectos como opinión e información, los tribunales de imprenta, la
ética, etc.), el medio de comunicación, la pluralidad de voces y el
conocimiento de la verdad- que garantizan o no que el ciudadano esté
correctamente informado.
Con esta nueva publicación, FUNDEMOS reitera su propósito
de convertirse en un espacio para la libre y plural discusión de los
diferentes problemas que tiene la vida nacional, así como para la
búsqueda de opciones de solución consensuada que ayuden a
profundizar y consolidar la democracia en el país y el buen
funcionamiento de sus instituciones, como requisitos ineludibles del
Estado de Derecho que Bolivia está construyendo.
Abre la tercera parte un trabajo de Sergio Molina sobre los
medios y la sociedad civil, en un intento por situarse en la perspectiva
de las audiencias frente a los medios. Presenta una visión abarcadora
en la que la cultura cumple un papel fundamental.
Luego, Carlos Toranzo aborda el tema medios y partidos
políticos, a partir de la afirmación de que ambos, de una parte, son
fundamentales para el funcionamiento de la democracia, pero, de otra
parte, se van constituyendo en adversarios severos, pero que reproducen,
cada uno por su lado, las críticas que mutuamente se lanzan.
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La Paz, noviembre de 1999.
Ivonne Fernández Weisser
DIRECTORA EJECUTIVA NACIONAL
DE FUNDEMOS
Hartwig Meyer-Norbisrath
REPRESENTANTE DE LA FUNDACION
HANNS SEIDEL - MERCOSUR
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PRIMERA PARTE:
LEGISLACION
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LEY DE IMPRENTA: Alcances, límites
y legislación comparada
Aparte, otros tres artículos de la Constitución (15, 20, 112),
tratan temas que directa o indirectamente afectan el derecho a la libre
expresión: el castigo a funcionarios por clausura de imprentas; la
inviolabilidad de la correspondencia, la prohibición de intervenir líneas
telefónicas con el fin de escuchar conversaciones con o sin el
conocimiento del afectado, y la posibilidad de imponer censura en caso
de guerra internacional, respectivamente.
Robert H. Brockmann Schroeder
I.
LEY DE IMPRENTA: alcances y límites
El derecho de expresarse con entera libertad es muy apreciado,
tal vez más que cualquier otro derecho. No en vano, en casi cualquier
constitución liberal o declaración de derechos fundamentales, figura
a lado de la libertad religiosa. De ahí que la defensa del derecho a
la libre expresión encarne «un profundo compromiso nacional con el
principio según el cual el debate de los asuntos públicos debe ser
vigoroso, con la mayor apertura y sin inhibiciones, y es muy factible
que incluya ataques vehementes, cáusticos y a veces desagradables
contra el gobierno y los funcionarios públicos».(1)
Fuera de la Constitución, otros cinco cuerpos legales se dedican
a normar la expresión en el ámbito público en Bolivia:
•
La Ley de Imprenta de 1925
•
El Código Penal
•
El Estatuto Orgánico del Periodista
•
La Ley de Telecomunicaciones
•
El Estatuto del Funcionario Público
Por eso, y apropiadamente, el derecho a la libre expresión se
encuentra consagrado en la sección de «derechos y deberes
fundamentales de la persona» de la Constitución Política del Estado,
cuyo tenor dice:
Para efectos prácticos sin embargo, fuera de la Constitución,
la Ley de Imprenta es la única que se toma en cuenta en la normativa
sobre el derecho a la libre expresión, a través de los medios de
comunicación.
Artículo 7 °.- Toda persona tiene los siguientes derechos
fundamentales, conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio:
Si bien existe la posibilidad de que una persona, por no ser
periodista, pueda ser procesada por el Código Penal en caso de haber
injuriado a terceros haciendo uso de un medio de comunicación, no
se debe olvidar que la letra del artículo 7, inciso b), de la CPE, dice
que «toda persona» tiene derecho «a emitir libremente su opinión por
cualquier medio».
b) A emitir libremente sus ideas y opiniones por cualquier medio
de difusión.
(1)
William Brennan, Juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
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•
No se delinque cuando se manifiestan defectos de la CPE o de
los actos legislativos, administrativos o judiciales.
•
La Ley de Imprenta está compuesta por 73 artículos. El primero
establece que: «Todo hombre tiene el derecho de publicar sus
pensamientos por la prensa, sin previa censura, salvo las restricciones
establecidas por la presente ley», en concordancia con el artículo 7
b) de la Constitución. Nótese que nuevamente se refiere a «todo
hombre», y no sólo a los periodistas ni a ningún grupo en particular.
Es inviolable el secreto en materia de imprenta; quien revela
la fuente sin requerimiento del juez competente, «es responsable
como delincuente contra la fe pública, conforme al Código
Penal».
•
La prueba de verdad.
•
Las previsiones relevantes de la Ley de Imprenta son las que
siguen :
Las penas por delitos establecidos por el Jurado, son pecuniarias.
Se impondrá pena corporal sólo cuando no se pueda exhibir
la pena pecuniaria.
•
La tipificación de faltas de imprenta: la contravención a
cualquiera de las disposiciones de la Ley, al margen de los
delitos.
•
Las faltas de imprenta se castigarán con multa.
•
La prescripción de la acción penal por delitos y faltas de
imprenta: en cuatro meses desde el día de la publicación; en
los clandestinos, desde el conocimiento de la autoridad. Si el
ofendido estuviera fuera del país, desde su retorno.
•
Los delitos de calumnia e injuria contra particulares quedan
sujetos al Código Penal y su juzgamiento en tribunales
ordinarios, «a no ser que el ofendido quiera hacer valer su acción
ante el Jurado»; no hay reciprocidad; la querella sólo compete
al ofendido, salvo ausencia o muerte, en los que pueden actuar
sus herederos o deudos, y se la hará por escrito ante juez de
partido quien mandará a citar al autor, editor o impresor. Si
estos no concurren, se nombrará un defensor del establecimiento
para «los efectos de las responsabilidades pecuniarias».
De modo que vamos a remitirnos a analizar unicamente la Ley
de Imprenta en relación con la CPE y omitiremos el resto de la
legislación sobre el tema.
(2)
•
La responsabilidad de las publicaciones: autor, director, editor;
en su caso, propietarios, administradores o editores.
•
Los requisitos a cumplir para no ser consideradas publicaciones
clandestinas.
•
La responsabilidad de transcripciones de publicaciones
nacionales y extranjeras.
•
La consumación del delito: cuando se distribuyen tres o más
ejemplares del impreso; ha sido leído por cinco o más personas;
se lo pone en venta, fija en un pasaje, se deja en un
establecimiento, se lo remite por correo y otros.
•
La tipificación de los delitos: contra la CPE, la sociedad y las
personas individuales y colectivas.
(2)
Según resumen realizado por Juan Cristóbal Soruco en "Opiniones y Análisis" Nº 40,
FUNDEMOS, 1998.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
•
Norma que corresponde al Jurado el conocimiento de los delitos
de imprenta «sin distinción de fueros». Los delitos de injuria
y calumnia contra particulares «serán llevados potestativamente
ante el Jurado o los tribunales ordinarios». Los funcionarios
públicos atacados como tales por la prensa, sólo podrán quejarse
ante el Jurado, pero si se los «injuriase, difamase o calumniase»,
podrán querellarse ante los tribunales ordinarios.
•
Cuando los tribunales ordinarios conozcan de delitos de prensa,
aplicarán las sanciones del Código Penal, «salvo que el autor
o persona responsable diera ante el juez y por la prensa,
satisfacción plena y amplia al ofendido, y que éste acepte los
términos de la satisfacción, conque quedará cubierta la
penalidad».
•
Compete también conocer «a los tribunales ordinarios de las
calumnias e injurias al jurado, de las faltas de imprenta y de
las acciones civiles procedentes de los juicios del jurado».
•
La acción penal por delitos y faltas de imprenta corresponde
al ministerio público. La denuncia a cualquier individuo.
•
Establece los requisitos para responsabilidad de impresores.
•
Obliga a editores responsables y a impresores a conservar los
manuscritos por cuatro meses; conservar una colección ordenada
de todas las publicaciones hechas por el editor o la imprenta;
publicar las vindicaciones y defensas de las personas ofendidas
en el mismo periódico, cobrando media tarifa (esta «inserción
se hará en cuanto a la persona ofendida o a su encargado, que
la reclame dentro del término de la prescripción»); no rechazar
a precio corriente la edición de ningún escrito, salvo que sea
ofensivo a su persona, a un pariente suyo dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, o a su protector, o
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"OPINIONES Y ANALISIS"
cuando tenga motivos fundados de decencia, o cuando no ofrezca
garantía suficiente. «Esta obligación no comprende al editor
responsable de un periódico».
•
En ningún caso podrá decretarse la clausura de una imprenta.
Mecanismo engorroso
Sin embargo, la Ley de Imprenta, aunque innegablemente
beneficiosa tanto para la democracia como para la autorregulación de
los periodistas, rara vez se ha puesto en práctica. Ninguna, que sea
de conocimiento del autor, desde el restablecimiento de la democracia
en 1982. Ello, debido a que sus mecanismos son engorrosos: en este
período, excepto en la ciudad de La Paz, dos veces ya hasta ahora sin
aplicación, los Concejos Municipales no han intentado conformar los
Jurados de Imprenta, compuestos por 40 personalidades en las capitales
de departamento.
En caso de demanda contra un medio de comunicación o un
periodista, de entre los 40 se eligen a 12 personas mediante sorteo (el
Tribunal de Imprenta), que juzgará si hay o no delito. En caso de
hallarlo, el Poder Judicial será el encargado de aplicar las penas, que
tienen carácter pecuniario y no penal.
La dificultad en la aplicación -la ausencia de aplicación en
realidad- de la Ley de Imprenta ha ocasionado multitud de intentos
de definir y reglamentar la libertad de expresión por otros caminos,
como por ejemplo a través del nuevo Código de Procedimiento Penal,
que, entre otras cosas, pretendía que los periodistas revelaran sus
fuentes. O, últimamente, por el Estatuto del Funcionario Público, que
prohíbe divulgar información que haya sido declarada previamente
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
como «confidencial». Estos intentos siempre han provenido de los
políticos, eternos actores –por lo general antagonistas– en los medios
de nuestro país tan intensamente politizado, que se sienten
negativamente retratados e injustamente maltratados. El caso más
notorio en este período fue la acusación de «apología del delito» contra
Carlos Palenque en 1988, que no llegó a la justicia ordinaria porque
el dueño del sistema RTP acudió al principio de que una ley específica
(en este caso, la Ley de Imprenta), tiene preferencia de aplicación sobre
una norma general (el Código Penal). Como era de esperarse, el caso
tampoco prosperó dentro de la Ley de Imprenta (porque el Concejo
Municipal de La Paz no había designado a los miembros del Tribunal
de Imprenta) y la clausura temporal de RTP tuvo las consecuencias
que son de conocimiento público.
derivado en interpretaciones del fenómeno que a la postre han intentado
coartarla. El razonamiento, por tanto, era que cualquier normativa o
intento de definición fuera de la libertad absoluta de expresión es dañina
para la misma.
Una definición que limita
En una de las últimas asambleas de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP), en la que se analizó la legislación acerca de la libertad
de expresión en los países de América, el asesor legal de este ente
exponía como el mejor ejemplo la Primera Enmienda de la Constitución
de Estados Unidos, que prohíbe expresamente al Congreso poner
cortapisas a la libertad de expresión o de prensa. Ese mecanismo legal,
sin entrar en otro detalle, permite que, por ejemplo, un estadounidense
pueda quemar la bandera de su país (una infracción civil) sin por ello
ir a la cárcel si argumenta que ejercía su libertad de expresión (protegida
por la Constitución). Asimismo, el asesor calificaba como negativas
todas las otras normativas nacionales que pretendían definir o normar
la libertad de expresión, entre ellas nuestra propia Ley de Imprenta
de 1925. El hombre se basaba en la experiencia de tantos países de
América, donde todo esfuerzo por definir «libertad de expresión» ha
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Y sin embargo, ¡qué sería de la libertad de expresión en Bolivia
si no fuera por la Ley de Imprenta!
Hay que admitir, sí, que el artículo 7 b) de nuestra Constitución
es en extremo vago en cuanto a la definición del sujeto: «Toda persona
[tiene el derecho] a emitir libremente sus ideas y opiniones por cualquier
medio de difusión».
Nuestra Carta Magna no hace distinciones entre libertad y
derecho de expresión, opinión, ni información, ni establece límites,
los cuales remite a la ley respectiva que reglamenta su ejercicio. En
este caso, la Ley de Imprenta para los periodistas, y –podría
interpretarse– el Código Penal para quienes no lo son.
Pero con todo, si no fuera por el fuero que le otorga la Ley
de Imprenta a los periodistas, con seguridad que tendrían que pasarse
más de la mitad de su tiempo laboral y aún privado en litigios y
juzgados, sin ninguna garantía de salir victoriosos ni de poder seguir
trabajando.
Pongamos en claro que el fuero de los periodistas no sirve para
otra cosa que para protegerlos de las posibles consecuencias de lo que
publican o lanzan al aire, y no representa inmunidad alguna si asesinan
a tiros a su mujer o cometen una infracción de tráfico.
En ese sentido, contra la opinión de la SIP, la Ley de Imprenta
es positiva, no sólo para el ejercicio de la prensa por parte de los
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
periodistas, sino para la sociedad y el avance de la democracia. Porque
aun en el peor de los casos, si la nuestra fuera una prensa calumniosa
e improfesional –que no lo es– seguiría siendo preferible para la
sociedad, a una prensa controlada desde el poder (Thomas Jefferson,
a pesar de haber sentido en su propia carne el aguijón de la prensa,
dijo en 1802: «Si a mí me tocara decidir si debemos tener un gobierno
sin prensa, o una prensa sin gobierno, no vacilaría ni un momento en
pronunciarme a favor de esto último»).
Esto no la exime, sin embargo, de una necesaria renovación.
Entre los aspectos que necesitan modernizarse están los procedimientos
para elegir jurados, el número excesivo de éstos (de cumplirse la ley,
se necesitarían 6.460 «notables» que conformen jurados en los 314
municipios del país), y la ausencia de previsiones para con los medios
de comunicación electrónicos surgidos desde 1925.
Porque incluso si la prensa se estrellara –incluso injusta o
infundadamente– contra determinados grupos o individuos, seguiría
siendo de mayor beneficio para la sociedad que una prensa amordazada.
Y la prensa boliviana no es, en términos generales, ni
calumniosa, ni improfesional, ni injusta, ni arbitraria, aunque
ocasionalmente cometa estos pecados, pero nunca todos juntos, ni con
frecuencia.
Es más, en general –con énfasis en la generalización, con las
necesarias excepciones que ello implica– la prensa boliviana se rige
por tres lineamientos no escritos: no afectar la honra personal, la
seguridad de la sociedad, y acatar la ley, en caso de que el régimen
sea democrático.
Por lo demás, respecto de la normativa ya existente, en caso
de llegarse a tocar, debiera tenderse a su liberalización, a consolidar
las libertades y no a restringirlas.
Sería deseable e incluso necesario reformular el artículo 7 b)
de nuestra Constitución, de modo que queden mejor definidos los
conceptos de libertad de expresión, opinión e información.
Es más, la Constitución, que hoy trata los derechos
fundamentales en tres artículos (5, 6 y 7) divididos en 13 incisos,
debiera dedicarle artículos completos a cada uno de esos derechos, con
definiciones detalladas, especialmente al de la libertad de expresión,
concepto tan caro al individuo y a la democracia.
II.
LEGISLACION COMPARADA
Propuestas de cambio
Estado de Derecho
Como fuere, en las presentes circunstancias, con una prensa
con cierta propensión a la toma de posiciones fuertes, con una definición
constitucional más que vaga de «libertad de expresión» y con una clase
política con la piel sensible, la Ley de Imprenta, obsoleta e incompleta
como está, provee una inestimable protección a los responsables de
los medios de comunicación y a los periodistas.
Los derechos fundamentales de la persona, reconocidos por
nuestra Constitución en sus artículos 5, 6 y 7 se refieren a:
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•
Al desconocimiento de la servidumbre; a la justa retribución;
a la protección legal; a la libertad y la dignidad
"OPINIONES Y ANALISIS"
•
A la vida, la salud y la seguridad
•
A emitir libremente sus ideas y opiniones
•
A reunirse y asociarse
•
Al trabajo
•
A educarse
•
A enseñar
•
A entrar, salir y transitar por el territorio nacional
•
A formular peticiones
•
A la propiedad privada
•
A la remuneración justa
•
A la seguridad social
"OPINIONES Y ANALISIS"
El caso del derecho a la libertad de opinión, consagrado en el
artículo 7 b) de nuestra Constitución, sin embargo, está orientado tanto
a defender al ciudadano y periodista del poder del Estado en el ejercicio
de la prensa, como al ciudadano y al funcionario del poder de la prensa.
No hay constitución moderna y liberal que no consigne la
libertad de expresión en sus líneas básicas. Con esta libertad garantizada
en la ley fundamental, bastaría confiar en la racionalidad de los
individuos y en su capacidad para decidir autónomamente, reconociendo
los principios universales de la razón.
Sin embargo, este tan apreciado derecho, debido a que a menudo
coloca bajo el escrutinio público, a veces de manera crítica e incluso
injusta la honra, la intimidad y la imagen de los ciudadanos, sean estos
figuras públicas, funcionarios públicos o personas privadas, ha hecho
necesario que incluso las constituciones más liberales impongan límites
a la libertad de expresión.
Estos derechos constitucionales fundamentales constituyen
derechos directamente aplicables para los poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial.
Con ello, el ámbito de la libertad individual cuya inviolabilidd
está en principio garantizada por la Constitución se reconoce como
principio del Estado de Derecho, en el sentido de una limitación del
poder estatal.
Los derechos fundamentales son concebidos como una defensa
del individuo frente al Estado. La esfera de libertad de los individuos
que aquellos garantizan es, en principio, ilimitada, mientras que las
intervenciones del Estado deben ser justificadas.
Está claro que cualquier legislación al respecto debe poner coto
a la incitación a la violencia, debe tender a proteger las susceptibilidades
religiosas y la reputación personal. Pero, ¿en qué medida, con qué
excepciones?.
Una discusión recurrente y que periódicamente cobra vigencia
y relevancia en el país es la que concierne a los límites que se debe
o no fijar, en términos legales, a la prensa. Por lo común, las posiciones
al respecto suponen tres variantes básicas: la que quiere normatizarlo
todo, la que defiende la autorregulación de los medios informativos
y los periodistas y aquella que reniega cualquier posibilidad de que
sean establecidas reglas.(3)
(3)
23
Erick Torrico V., en Peso y Levedad de los Jurados de Imprenta, de Antonio Gómez
M., p. 13
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Una muestra de esta última posición es la asumida por la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que en la Declaración de
Chapultepec (1994), principio 9, dice: «La credibilidad de la prensa
está ligada al compromiso con la verdad, a la búsqueda de precisión,
imparcialidad y equidad, y a la clara diferenciación de los mensajes
periodísticos de los comerciales. El logro de estos fines y la observancia
de los valores éticos y profesionales no deben ser impuestos. Son
responsabilidad exclusiva de periodistas y medios. En una sociedad
libre la opinión pública premia o castiga.
(3) El arte y la ciencia, la investigación y la enseñanza científica
son libres. La libertad de enseñanza no exime de lealtad a la
Constitución.
[Traducción oficial]
Estas son las maneras como dos países han asumido sus propios
retos, y cómo sus legislaciones difieren o coinciden con la legislación
boliviana.
Nótese que el artículo constitucional alemán detalla en su inciso
1) el «derecho de expresar y difundir libremente [la] opinión , oralmente,
por escrito y a través de la imagen, y de informarse sin trabas», así
como distingue claramente la libertad de prensa y la libertad de
información, así como niega de plano la censura. Asimismo, el inciso
2) prevé disposiciones legales «para la protección de la juventud», lo
cual da vía libre constitucional a la regulación de la pornografía o la
propaganda política extremista, así como la referencia a «el derecho
al honor personal», define, ya en la Carta Magna, el camino que deben
seguir las leyes menores en cuestiones de difamación o injurias.
ALEMANIA
Ley Fundamental (Constitución Alemana, 1949)
Artículo 5 [Libertad de opinión]
(1) Toda persona tiene el derecho a expresar y difundir
libremente su opinión, oralmente, por escrito y a través de la imagen,
y de informarse sin trabas en fuentes accesibles a todos. La libertad
de prensa y la libertad de información por radio, televisión y
cinematografía serán garantizadas. No se ejercerá censura.
(2) Estos derechos tienen sus límites en las disposiciones de
las leyes generales, en las disposiciones legales adoptadas para la
protección de la juventud y el derecho al honor personal.
25
Compárese toda la previsión con la vaguedad de nuestro artículo
constitucional 7 b): «Toda persona tiene [el derecho fundamental],
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, a emitir libremente
sus ideas y opiniones por cualquier medio de difusión».
Régimen alemán de la prensa
El régimen de la prensa se rige por las leyes de prensa de los
Estados Federados, cuyas normas básicas son uniformes. Destacan las
siguientes: todas las publicaciones deben llevar el Impressum (pie de
imprenta), en lo cual existe concordancia con el artículo 3 de la Ley
de Imprenta boliviana, que sostiene que: «Los diarios, revistas y
publicaciones periodísticas consignarán en sus primeras páginas, [so]
pena de ser considerados como clandestinos, los nombres de los editores
y directores responsables».
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
En Alemania, los periodistas están obligados a guardar el deber
de cuidado (diligencia profesional) y tienen derecho a excusar el
testimonio, es decir, no pueden [el énfasis es mío] ser obligados a
revelar sus fuentes. También aquí hay coincidencia relativa con los
artículos 8 y 9 de la Ley de Imprenta. (8) «El secreto en materia de
imprenta es inviolable». (9) El editor o impresor que revele a una
autoridad política o a un particular el secreto del anónimo, sin
requerimiento del juez competente, es responsable, como delincuente,
contra la fe pública, conforme al Código Penal». Nótese la diferencia
con el régimen alemán, según el cual los periodistas simplemente no
pueden ser obligados a revelar sus fuentes, juez mediante o no.
Primera Enmienda
En Alemania existe asimismo el derecho de réplica y
rectificación. El Consejo Alemán de la Prensa funciona como órgano
de autocontrol de los editores y periodistas: se ocupa de las infracciones
del deber de cuidado periodístico y vela por el cumplimiento de las
normas deontológicas. Eso sí, sus dictámenes no son vinculantes. Esto
es, no crean estado ni jurisprudencia por no tratarse de un órgano
judicial ni estatal, sino el equivalente al Tribunal de Honor de la
Asociación de Periodistas de Bolivia.
Semejante protección constitucional a la libertad de expresión
en todas sus formas desembocó, inevitablemente en una serie de
excesos cuyos desenlaces en la Corte Suprema crearon jurisprudencia,
y en toda una industria legal, que son los abogados especializados en
la Primera Enmienda. He aquí algunos ejemplos ilustrativos, a la vez
que útiles.
El Congreso no legislará [...] ni pondrá cortapisas a la libertad
de expresión o de prensa ni coartará el derecho de las personas a reunirse
en forma pacífica y pedir al gobierno la reparación de agravios.
[Traducción oficial]
Nótese la contundencia con que la Carta Magna norteamericana
prohíbe a su Congreso, sin concesiones ni excepciones, legislar de
cualquier manera que limite «la libertad de expresión o de prensa»,
definición, también esta, más clara que la de nuestra Constitución.
FALLOS QUE RESTRINGEN LA LIBRE EXPRESION
ESTADOS UNIDOS
Dennis vs. Estados Unidos (1940)
Constitución
Eugene Dennis y otras diez personas fueron acusados de
conspirar premeditada y concientemente para organizar el Partido
Comunista y enseñar y abogar por el derrocamiento del gobierno de
Estados Unidos mediante el uso de la fuerza y la violencia.
El texto original de la Constitución de Estados Unidos (1781)
no mencionaba el derecho a la libre expresión. Este fue incluido en
la llamada Primera Enmienda, agregada a la Constitución junto a las
primeras diez modificaciones (enmiendas) en 1789.
27
La Corte Suprema declaró que «la libertad de expresión no es
un derecho ilimitado e incualificado, sino que en ocasiones debe estar
28
"OPINIONES Y ANALISIS"
subordinado a otros valores». En este caso, el valor de mayor peso
era la conservación del gobierno constitucional, por lo que el Congreso
podría restringir la libre expresión sin violar la Primera Enmienda. El
Congreso podría intentar evitar el mal –el derrocamiento del gobierno–
al tratarlo en su etapa de planificación oral y escrita.
En ello, este fallo coincide con las previsiones de los artículos
10 y 11 de la Ley de Imprenta boliviana, que dicen: (10) «Se delinque
contra la Constitución en los escritos que se dirijan a trastornar, destruir
o inducir su inobservancia, en todo o en parte de sus disposiciones».
(11) «Se delinque contra la sociedad, en los que comprometan la
existencia o integridad de la Nación o expongan a una guerra extranjera,
o tiendan a trastornar la tranquilidad u orden público, o inciten o
sostengan conmociones o desobediencias a las leyes o a las autoridades,
o provoquen la perpetración de algún delito, o sean obscenos o
inmorales».
Roth vs. Estados Unidos (1957)
En el caso Roth vs. Estados Unidos, la Corte Suprema estableció
que la pornografía no es una expresión protegida por la Primera
Enmienda. Sin embargo, la Corte definió una doctrina tan difícil de
aplicar que abrió una nueva era de pornografía permisible y dio lugar
a un torrente de litigaciones, según la definición de que una publicación
es obscena (1) «si para una persona promedio que aplique los estándares
contemporáneos de la comunidad, el tema dominante de un material
tomado como un todo llama a la lascivia».
29
"OPINIONES Y ANALISIS"
Miller vs. California (1973)
La Corte Suprema amplió la definición de Roth vs. Estados
Unidos en dos puntos adicionales: (2) si la obra ilustra, de una forma
patentemente ofensiva, conducta sexual definida por la ley estatal; y
(3) si la obra, tomada como un todo, carece de valor serio literario,
artístico, político o científico».
FALLOS QUE PROTEGEN LA LIBERTAD DE EXPRESION
New York Times vs. Gobierno de Estados Unidos (1971)
En 1971, un ex funcionario del Departamento de Estado hizo
llegar a The Washington Post y a The New York Times sendas copias
de documentos secretos muy sensibles acerca del desarrollo de las
relaciones entre Estados Unidos y Vietnam, a la sazón en plena guerra.
Cuando ambos diarios empezaron a publicarlos por entregas, la
Secretaría de Justicia pidió a los tribunales, con éxito inicial, que la
publicación de los «documentos del Pentágono» sea suspendida. Ambos
diarios apelaron a la Corte Suprema y esta falló en su favor, primero,
porque el gobierno no fue capaz de demostrar que la publicación de
esos documentos tendría graves resultados para la seguridad nacional,
y, segundo y más importante, porque «en este caso el derecho a la
libertad de prensa pesa más que otras consideraciones», diría el
fallo final. Leonard Downie, director del Washington Post, matizó al
respecto que «si un empleado del gobierno jura proteger los secretos
nacionales y más tarde divulga uno de esos secretos frente a los medios
y éstos lo publican, la persona que divulgó el secreto se hace acreedora
a una sanción, no los medios informativos».
30
"OPINIONES Y ANALISIS"
New York Times vs. Sullivan (1964)
En resguardo del trabajo de los periodistas, a menudo sometidos
a fuertes presiones de tiempo y de otros tipos, la Corte Suprema falló
que un funcionario público sobre quien se hizo pública información
falsa, debe demostrar que existió malicia (Malicia: estado mental de
quien intencionalmente comete un acto injusto o ilegal, según la
definición legal norteamericana) en una noticia difamatoria, aún si los
hechos publicados son falsos. Es decir, un demandante que sea una
figura pública o funcionario público, tiene una responsabilidad mayor
de probar que ha sido objeto de difamación, libelo o calumnia. No sólo
tiene que probar elementos de la difamación exigidos por las leyes
estatales, sino que tiene que probar que las declaraciones en cuestión
se hicieron con malicia premeditada.
"OPINIONES Y ANALISIS"
•
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre
(1948)
Artículo 4: Toda persona tiene derecho a la libertad de
investigación, de opinión, de expresión y de difusión del
pensamiento por cualquier medio.
•
Pacto Intl. de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966)
Artículo 19
1.
Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones.
2.
Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este
derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole, sin consideración
de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de
su elección.
3.
El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este
artículo entraña deberes y responsabilidades especiales.
Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas restricciones,
que deberán sin embargo, estar expresamente fijadas por
la Ley y necesarias para:
APENDICE
Por otra parte, y sólo por mencionarlas como ejemplos, el
derecho de libre expresión está consignado en las siguientes
declaraciones internacionales:
•
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de
opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas sin limitación
de fronteras, por cualquier medio de expresión.
31
a)
Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación
de los demás;
b)
La protección de la seguridad nacional, el orden
público, la salud o la moral públicas.
32
"OPINIONES Y ANALISIS"
•
"OPINIONES Y ANALISIS"
Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969)
(Pacto de San José)
Artículo 13. Libertad de pensamiento y de expresión
1.
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento
y de expresión. Este derecho comprende la libertad de
buscar, recibir y difundir información e ideas de toda
índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente,
por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier
otro procedimiento de su elección.
2.
El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente
no puede estar sujeto a previa censura sino a
responsabilidades ulteriores, las que deben estar
expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para
asegurar:
3.
a)
el respeto a los derechos, a la reputación de los demás,
o
b)
la protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud mental o la moral públicas.
No se puede restringir el derecho de expresión por vías
o medios indirectos, tales como el abuso de controles
oficiales o particulares de papel para periódicos, de
frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados
en la difusión de la información o por cualesquiera otros
medios encaminados a impedir la comunicación y la
circulación de ideas y opiniones.
33
34
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
LEY DE TELECOMUNICACIONES:
¿Abdicación en tiempos de regulación?
abdicado de su misión de orientar, como legítimo propietario del
espectro electromagnético, el uso de medios tan importantes como la
radio y televisión abierta y por cable, en tiempos en que en estos medios
adquieren decisiva influencia en los/as receptores/as. Es que, si bien
la Ley 1632 norma algunas actividades, éstas no están desarrolladas
en el respectivo reglamento y se trata de aspectos demasiado generales,
por lo que no hay una tipificación clara de las infracciones. Esto se
puede interpretar de dos maneras. Una, como una falta de voluntad
para intervenir en este campo y, la otra, que el Estado sólo tendría
interés en aspectos técnicos y de recaudación.
Juan Cristóbal Soruco Quiroga
Introducción
El debate sobre la regulación de los servicios de radio y
televisión (abierta y por cable) no ha concluido. Existe un largo camino
por recorrer para lograr una normativa acorde a los tiempos actuales,
en los que ambos medios están copando la atención ciudadana.
Es en función a ese debate que se escribe este trabajo, que pretende
ofrecer una visión general de la Ley No. 1632 de 15 de julio de 1995,
denominada “Ley de Telecomunicaciones”, y de su respectivo
reglamento, aprobado mediante Decreto Supremo No. 24132 de 27 de
septiembre de 1995. Ambos instrumentos regulan los servicios de
radiodifusión y difusión de señales, como parte del amplio campo de
las telecomunicaciones.
La Ley de Telecomunicaciones define los servicios de radiodifusión
y difusión de señales como “aquellos cuyas emisiones se destinan a
ser recibidas directamente por todo público, sin otra restricción que
no sea la de contar con un aparato receptor. Estos servicios incluyen
los de radio y televisión, cuya comunicación se realiza en un solo
sentido” (Art. 2, Ley Nº 1632).
La hipótesis que se postula es que con la Ley de
Telecomunicaciones y su respectivo Reglamento, el Estado ha
35
El presente trabajo se divide en cuatro partes. En la primera,
se ofrece un somero análisis de la importancia de estos medios en la
realidad actual; en la segunda, se realiza un resumen de la Ley de
Telecomunicaciones y de su Reglamento en lo que se refiere a radio
y televisión (abierta y por cable) desde el ámbito de la comunicación
y no así en las partes técnicas y económico-financieras. En una tercera
parte, se presentan algunos temas a debatir para ser incluidos en una
futura norma y, finalmente, en la cuarta, algunas sugerencias sobre
cómo se debería abordar este tema desde la perspectiva de la regulación
y en beneficio de la gente.
1.
Contexto
Los medios audiovisuales han copado la atención de la
ciudadanía. Diversos estudios demuestran que el tiempo que la gente
dedica a la radio y a la televisión aumenta en forma sostenida, mientras
se reduce, de igual manera, el tiempo que se dedica a la tertulia familiar,
a la lectura, al cine o a otro tipo de distracciones como compartir la
36
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
vida cotidiana en los barrios o salir a disfrutar de excursiones, por citar
algunas actividades destinadas tradicionalmente a ocupar el tiempo de
ocio del ser humano.
En el ámbito internacional, los medios audiovisuales,
particularmente la televisión, se han convertido en extraordinarios
mecanismos de difusión de información y cultura y a través de ellos
se ha construido una industria cultural que presenta desequilibrios
preocupantes entre quienes la generan y quienes la consumen, sin que
se vislumbren mecanismos que permitan establecer mínimas pautas de
intercambio informativo y cultural. De esa manera, se hace cada vez
más difícil la posibilidad de “reciclar” la avalancha informativa y
programática que llega al país, para, dialécticamente, impulsar un
proceso creador de una cultura universal en la que se respeten las
particularidades e identidades culturales propias.
Además, es posible afirmar que en todos los sectores sociales
del área urbana, la radio y la televisión se van convirtiendo en los
principales instrumentos de socialización de los/as niños/as y jóvenes,
y en los principales medios de acceso y conocimiento de lo que sucede
en su entorno y fuera de él.
Con ese potencial, aparece claro que deben convertirse en
instrumentos que ayuden a la formación de la gente, canalicen muchas
de las demandas de ésta hacia el Estado y los diferentes estamentos
de la sociedad y, de esa manera, sean, también, instrumentos que ayuden
a consolidar un país más justo, democrático y participativo.
Además, y desde otra perspectiva, el uso de estos medios para
fines políticos se ha hecho parte sustancial de las diferentes campañas
que el Estado o los partidos políticos realizan. Es inimaginable, en la
actualidad, pensar en una acción política que no busque ser irradiada
por los medios audiovisuales.
Asimismo, los conductores de los programas que se transmiten
a través de estos medios van adquiriendo cada vez mayor poder, cuya
administración no está sujeta a control alguno, y ante el cual crece
el temor por la falta de mecanismos de réplica y participación.
Por último, los medios de comunicación audiovisual se han
convertido en rentables negocios y mecanismos de poder del que hacen
uso –y a veces abuso– sus propietarios.
37
Resume esa situación Pasquali, quien sostiene que “descontadas
honrosas excepciones, el congelamiento del cuadro comunicacional
presenta tres componentes básicos: una comunicación audiovisual
mayoritariamente acaparada por el sector comercial; el subdesarrollo
de los servicios públicos (correo, telecomunicaciones y radiotelevisión)
y la ausencia de crecimiento, a falta de profesionalismo e incentivos,
de las restantes industrias culturales” (Pasquali, Antonio: La
comunicación cercenada. El caso Venezuela, p. 19).
En ese marco, el Estado, cumpliendo los artículos 1º, 7º inc.
b, 136º, 137º, 174º y 177º de la Constitución Política del Estado (CPE)1,
no sólo debe regular los aspectos técnicos y económico-financieros
de los servicios de radiodifusión y difusión de señales, sino velar porque
éstos ayuden a preservar la cultura nacional, respeten el derecho a la
participación de la ciudadanía, fomenten la cultura universal y se
conviertan en mecanismos de educación y formación masivos, sin
desmedro de su uso como empresas rentables.
38
"OPINIONES Y ANALISIS"
2.
Resumen de la Ley y Reglamento de Telecomunicaciones
2.1. Ley de Telecomunicaciones
La Ley 1632, de Telecomunicaciones, consta de 11 Títulos, 46
artículos y seis artículos transitorios. En lo que concierne al objeto
de este estudio, conviene señalar las siguientes disposiciones:
El primer capítulo señala que esta ley “establece las normas
para regular los servicios públicos y las actividades de
telecomunicaciones, que comprenden la transmisión, emisión y
recepción, a través de una Red Pública o Privada, de señales, símbolos,
textos, imágenes fijas y en movimiento, voz, sonidos, datos o
información de cualquier naturaleza, o aplicaciones que facilitan los
mismos, por cable o línea física, radioelectricidad, ondas hertzianas,
medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos de cualquier índole
o especie. Están sometidos a la presente ley, las personas individuales
y colectivas, nacionales y extranjeras que realicen dichas actividades
originadas o terminadas en el territorio nacional”.
El artículo 2º (Definiciones) define, entre otros conceptos, qué
se entenderá por Servicios de Radiodifusión o Difusión de Señales (ver
Introducción).
En el Título II (Organización Institucional) se norma que el
Ministerio de Hacienda y la entonces Secretaría (actualmente
Viceministerio) de Transporte, Comunicación y Aeronáutica Civil
“ejercerán las funciones relativas al sector Telecomunicaciones” y que
el Poder Ejecutivo “reglamentará el sector telecomunicaciones,
estableciendo las normas de carácter general para su aplicación por
la Superintendencia de Telecomunicaciones”.
39
"OPINIONES Y ANALISIS"
Entre las atribuciones asignadas a la Superintendencia se
encuentran la de “Suscribir contratos de concesión y enmendarlos
dentro del marco de la ley; controlar y coordinar el uso del espectro
electromagnético y controlar los medios y equipos a través de los cuales
se emiten las ondas electromagnéticas. Asimismo, regular el uso de
frecuencias y protegerlas contra cualquier interferencia dañina” y
requerir “la información necesaria para el cumplimiento de sus
funciones a las personas individuales y colectivas que provean servicios
de telecomunicaciones”, aclarando que “en el caso de Proveedores de
Servicios de Radiodifusión o Difusión de Señales, se requerirá
únicamente información técnica”.
El Título III norma las concesiones, licencias, registros y plazos,
estableciendo el procedimiento de licitación pública, aclarándose que
la licencia para el uso de frecuencias electromagnéticas “no otorga
ningún derecho de propiedad y se limita al derecho de uso por un plazo
limitado” que, en el caso de los servicios de radiodifusión es de 20
años, renovables, previo nuevo proceso de licitación, y los registros
se actualizarán cada cinco años. Asimismo, regula la caducidad,
revocatoria y cancelación de concesiones y licencias.
El Título IV norma la interconexión, tarifas y tasas (para “los
Servicios de Radiodifusión o Difusión de Señales: hasta el medio por
ciento (0,5%) de los ingresos brutos de operación de los titulares,
deduciendo las comisiones pagadas a las agencias de publicidad por
dichos ingresos y los impuestos indirectos de ley”). El quinto, el uso
de bienes públicos y servidumbre; el VI, las infracciones y sanciones;
el VII, las telecomunicaciones en el área rural.
El Título VII hace referencia a los operadores, estableciendo
que los de servicios de radiodifusión o difusión de señales y de
40
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
distribución de señales, “cuyas licencias se encuentren vigentes y hayan
sido otorgadas de acuerdo a ley, celebrarán contratos de concesión por
los plazos establecidos en la presente norma legal”.
Los artículos del DS Nº 09740 elevados a rango de ley son los
siguientes:
El Título IX (otras disposiciones), incluye el artículo 37º
(declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional), que norma
que “salvo disposición judicial a favor de autoridad competente, queda
terminantemente prohibido interceptar, interferir, obstruir, alterar,
desviar, utilizar, publicar o divulgar el contenido de las
telecomunicaciones”.
El artículo 40º establece que en “casos de guerra internacional,
conmoción interna, desastres naturales, calamidades públicas y
paralización de servicios públicos, los Operadores de
Telecomunicaciones estarán obligados a cooperar con las autoridades
en la emisión, transmisión y recepción de las telecomunicaciones de
emergencia que les sean requeridas”.
El artículo 43º, del Título X (Disposiciones Finales) eleva a
“rango de ley los artículos 60 al 70, 73, 75 y 78 del DS Nº 09740 de
fecha 2 de junio de 1971 (...). Estos artículos regularán el contenido
de las emisiones de los Servicios de Radiodifusión en tanto se promulgue
una nueva ley para dichos servicios”; asimismo, que el “término
‘Dirección General de Telecomunicaciones’ utilizado en dichos
artículos será reemplazado por el término ‘Superintendencia de
Telecomunicaciones”.
El artículo III de las Disposiciones Transitorias (Título XI)
establece que los “actuales titulares de licencias para los Servicios de
Radiodifusión o Difusión de Señales estarán exentos de pago de los
derechos de uso de frecuencia”.
41
El Art. 60 establece que la radiodifusión comprende la
transmisión de sonido, video y otros tipos; es un servicio de interés
público que tiende a elevar el nivel cultural y exaltar los valores
nacionales para conservar la tradición. Propende a fortalecer los
principios de la moral, la dignidad de la persona humana y la familia,
así como la amistad y cooperación internacionales.
El Art. 61 dispone que las transmisiones se efectuarán en idioma
castellano y lenguas nativas del país, como también en idiomas
extranjeros de acuerdo con las normas previstas en la reglamentación.
El Art. 62 señala que la radiodifusión informa y expresa sus
ideas sin censura previa, salvo las limitaciones establecidas por las
leyes de la República. Se propalarán informaciones veraces, objetivas
e imparciales, procedentes de fuentes autorizadas que deberán citarse
al transmitirlas. Los responsables de las emisoras controlarán los
programas para evitar que aún las informaciones auténticas puedan
dañar o alarmar a la población por la forma u oportunidad de su difusión.
El Art. 63 norma que entre las 07:00 y 21:00 horas las
transmisiones debe ser aptas para menores, sin contenido alguno que
pueda perturbar el desarrollo normal y armónico de la niñez y juventud.
El Art. 64 dispone que la programación de las emisoras
comerciales se compondrá diariamente con un porcentaje de producción
nacional y la participación de artistas bolivianos. La reglamentación
fijará las normas.
42
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El Art. 65 dispone que la publicidad, en su clase, forma y
cantidad, no deberá afectar la calidad y jerarquía de los programas;
asimismo se prohíbe el procedimiento de la percepción subliminal.
solamente con autorización del Poder Ejecutivo, previo informe
favorable” de la Superintendencia de Telecomunicaciones.
El Art. 66 norma que las emisoras entrarán en cadena para la
transmisión de programas oficiales sólo cuando lo disponga el
Ministerio de Información.
El Art. 67 establece que las emisoras están obligadas a realizar
transmisiones sin pago alguno en seis casos: el contemplado en el Art.
66; grave emergencia nacional, guerra o alteración del orden público;
mensajes o avisos relacionados con la salvaguardia de la vida humana
y de buques, aeronaves o artefactos navales o aéreos que se hallen en
peligro; programas cívicos y de alfabetización, y anuncios de interés
general, libres de cómputo comercial, hasta 90 segundos por hora, a
simple requerimiento de la Superintendencia de Telecomunicaciones.
El Art. 68 clasifica a las radiodifusoras en oficiales y privadas.
Las primeras son de propiedad de organismos dependientes del Estado;
las segundas, de propiedad particular “que se conceden con fines
comerciales o las que se autorizan con fines exclusivamente culturales
o educativos”.
El Art. 69 norma que las emisoras oficiales no transmitirán
publicidad comercial privada, “con excepción de las emisoras de
televisión y de aquellas que se encuentran en áreas donde no exista
estación comercial”.
El Art. 70 reserva al Estado “la transmisión de programas con
destino al exterior. Las estaciones privadas pueden prestar este servicio
43
El Art. 73 establece que la “concesión para explotar una emisora
de radiodifusión, se otorgará exclusivamente a ciudadanos bolivianos
y sociedades comerciales constituidas por ciudadanos bolivianos. Las
sociedades no podrán ser filiales o subsidiarias de empresas nacionales
o extranjeras, y los capitales deberán ser efectivamente pagados por
los socios”.
El Art. 75 busca evitar el tráfico de influencias al establecer
que: “No se otorgarán concesiones a los dignatarios de los Poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial, personal militar en actividades,
dignatarios eclesiásticos y funcionarios jerárquicos del Ministerio de
Transportes y Comunicaciones, sea a título personal o como integrante
de una sociedad”.
Por último, el Art. 78 señala que los nombres de las emisoras
de radiodifusión aprobados por el Ministerio de Transportes y
Comunicaciones “aún cuando sean propuestos por los concesionarios,
no serán reconocidos como derechos intelectuales”.
2.2.
Reglamento de la Ley de Telecomunicaciones
(D.S. 24132)
El Reglamento de la Ley 1632, aprobado mediante el D.S.
24132 de 27 de septiembre de 1995, consta de 34 Títulos y 480
Capítulos. Para efectos de este trabajo, se mencionarán sólo aquellas
disposiciones que afectan al ámbito comunicacional de la radiodifusión
y la difusión de señales, salvo algunos conceptos generales. Es decir,
44
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
las normas sobre los procesos de licitación, adjudicación, aspectos
técnicos, etc., no serán tomadas en cuenta.
El Capítulo III del Título III, referido a las licencias, establece
el procedimiento de la “puja abierta” cuando hay dos o más interesados
en la obtención de una licencia. Asimismo, dispone que los titulares
de licencias “serán responsables de asegurar que el uso de sus equipos
e instalaciones no presenten peligros ambientales, de radiación o
aeronáuticos” y que “deberán cooperar en lo posible para reducir la
posibilidad de interferencias”; por último, que la Superintendencia
podrá “revocar o modificar licencias individuales por violaciones a
las normas establecidas en el presente Reglamento”.
El Art.1 establece que la Superintendencia de
Telecomunicaciones se constituye “como la única entidad de
competencia para regular las actividades del sector telecomunicaciones
en todo el territorio nacional”. El Art. 3, transfiere a esta institución
“todos los equipos, bienes inmuebles y muebles pertenecientes a la
Dirección General de Telecomunicaciones utilizados para el control
del espectro electromagnético, sin cargo alguno”.
El Art. 24 dispone que las “concesiones otorgadas conjuntamente
con licencias para la provisión de servicios” tendrán un plazo máximo
de 20 años.
El Art. 36 señala que el “Plan Nacional de Frecuencias
establecerá la asignación de las bandas del espectro electromagnético”
y que su elaboración estará a cargo del ministerio del sector y la
secretaría nacional (hoy Viceministerio) correspondiente.
El Art. 42 norma que el “espectro electromagnético será usado
eficientemente y en el interés público. Los usos del espectro
electromagnético que en general sean de utilidad para el público o que
sirvan a sectores importantes para el desarrollo nacional tendrán
prioridad sobre otros usos del espectro”; el 43, que una licencia “no
confiere derecho de propiedad y está sujeta a modificaciones por parte
de la Superintendencia de Comunicaciones”, y el 46, que con “excepción
de las licencias otorgadas para los Servicios de Radiodifusión, las
licencias podrán otorgarse sin consideración de ciudadanía”.
45
El Art. 199 establece que la Superintendencia “aplicará la
sanción que corresponda a las personas individuales y colectivas que
cometan infracciones contra las normas legales que rijan las actividades
de telecomunicaciones en el país”, y el 220, que en el “caso que de
una misma infracción derive la aplicación de más de una sanción, se
aplicará la que resulte más severa”.
El Capítulo III del Título X (Reglamento de Infracciones)
tipifica las infracciones, clasificándolas en cinco grados. Son
infracciones de Primer Grado, entre otras, “la utilización del espectro
electromagnético sin la correspondiente licencia o el uso de frecuencias
distintas a las autorizadas”; la “divulgación de la existencia o contenido,
la publicación o cualquier otro uso de toda clase de información
obtenida mediante la intercepción o interferencia de los servicios de
telecomunicaciones no destinadas al uso del público en general”;
realizar “fusiones, adquisiciones o ventas de acciones entre Operadores
de Telecomunicaciones, sin autorización de la Superintendencia de
Telecomunicaciones”; la “transmisión de programas por parte de
Operadores de Servicios de Radiodifusión o distribución de señales
sin la autorización expresa del propietario o del distribuidor”.
46
"OPINIONES Y ANALISIS"
Las infracciones de Segundo y Cuatro Grados son
eminentemente técnicas y, entre las infracciones de Tercer Grado se
encuentra la “emisión de programas o publicidad no apta para menores
en horarios de audiencia de todo público”. Por último, las de Quinto
Grado “se aplicarán a cualquier participante en las actividades de las
telecomunicaciones que no sea un Operador o Proveedor de Servicios
de telecomunicaciones”.
Luego se establecen las sanciones. A las infracciones de Primer
Grado se aplicarán multas entre Bs2.450.000 y Bs36.750.000, o el
secuestro de material, o la inhabilitación temporal hasta un plazo de
un año; a las de Segundo Grado, multas entre Bs490.000 y Bs2.450.000,
o el secuestro de equipos y material o inhabilitación por un año; a las
de Tercer Grado, multas entre Bs25.000 y Bs490.000 o secuestro de
equipos y materiales; a las de Cuarto Grado multas entre Bs10.000
y Bs25.000, y a las de Quinto Grado, multas de hasta Bs10.000 y, según
la gravedad, se podrá ordenar apercibimiento o secuestro de equipos.
En el Título XVI (Disposiciones para las emergencias y la
seguridad nacional) se norma, entre otros aspectos, los siguientes:
-
-
Los servicios de “telecomunicaciones contribuirán a la seguridad
del país, a su desarrollo y a los fines de la defensa nacional
pudiendo establecerse restricciones transitorias a su uso
tomando en cuenta las recomendaciones que formulen los
organismos encargados de la seguridad interna y de la defensa
nacional” (Art. 263).
A los “fines de satisfacer las necesidades para la defensa
nacional, podrá limitarse el uso de los servicios de
telecomunicaciones mientras exista estado de guerra, conmoción
interna o emergencia nacional” (Art. 265).
47
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
La Superintendencia “podrá suspender temporalmente las
concesiones, licencias y registros otorgados para la explotación
o uso de los servicios de telecomunicaciones nacionales o
internacionales en caso de guerra o conmoción interna” (Art.
266).
-
Los “planes relativos a la seguridad interna y defensa nacional
en el campo de las telecomunicaciones, serán aprobados
obligatoriamente por el Poder Ejecutivo” (Art.269).
-
Se “considerará caso de emergencia nacional cuando el Poder
Ejecutivo así lo establezca mediante el procedimiento legal
correspondiente. En este caso se pondrá en ejecución el Plan
Nacional de Emergencia para la provisión de servicios esenciales
al que colaborarán los concesionarios de Redes Públicas y
proveedores de Servicios de Radiodifusión o difusión de
Señales, según lo establecido en los reglamentos de estos
servicios” (Art. 270), y
-
Las “emisoras están obligadas a realizar transmisiones sin pago
alguno en casos de mensajes o avisos relacionados con la
salvaguardia de la vida humana y de barcos, aeronaves o
artefactos navales o aéreos que se hallen en peligro” (Art.274).
El Título XXXII está dedicado a los “Servicios de
Radiodifusión”, consta de dos capítulos y dos artículos, que son
transcritos a continuación:
“Capítulo I (De los derechos de producción, emisión y
distribución).
“Art. 456. Las emisoras de los Servicios de Radiodifusión
deberán ser legítimas titulares de los derechos legales de emisión,
48
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
producción y/o distribución, cualquiera sea su naturaleza. La difusión
de programas sin autorización expresa de sus titulares y/o distribuidores
obliga al infractor al resarcimiento de daños y perjuicios en los montos
económicos que demande el legítimo titular y/o distribuidor
perjudicado, debiendo definirse el caso en los estrados de la justicia
ordinaria.
servicios; que el Estado protege y garantiza el derecho propietario de
los programas producidos dentro y fuera del territorio nacional, sean
estos culturales, científicos, deportivos, informativos o de cualquier
índole. “La difusión de estos programas, sin autorización expresa de
sus propietarios y/o distribuidores obliga al infractor al resarcimiento
de daños y perjuicios en los montos económicos que demande el
legítimo propietario y/o distribuidor perjudicado”. Por último, en cuanto
a la programación sólo se señala que el “procedimiento de la percepción
subliminal está prohibido durante todo el tiempo de transmisión de
las emisoras sean programas o publicidad”.
Independientemente del resarcimiento civil previsto para el
efecto, quien emita programas sin autorización expresa de sus titulares
y/o distribuidores, será pasible a una sanción de Primer Grado.
“Capítulo II (Restricciones al otorgar las concesiones)
3.
Artículo 457. No podrán ser beneficiarios de concesión para
explotar Servicios de Radiodifusión, a título personal o como integrante
de una sociedad, quienes en el momento de la apertura de la licitación
sean autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial,
militares en servicio activo, dignatarios eclesiásticos o funcionarios
jerárquicos del Ministerio del Sector de Telecomunicaciones, o de la
Superintendencia de Telecomunicaciones, además no podrán ser
beneficiarios para explotar Servicios de Radiodifusión, personas
individuales o colectivas extranjeras. En el caso de personas colectivas,
el número de acciones en poder de personas nacionales no podrá ser
en ningún caso inferior a setenta y cinco por ciento (75%)”.
El Título XXXIII se refiere a los servicios de distribución de
señales. Se los define como aquellos que se proporcionan únicamente
por suscripción y la comunicación se realiza en un solo sentido; se
exige la autorización expresa de los legítimos titulares y/o distribuidores
de los derechos de emisión correspondientes; acreditar que el operador
cuenta con los respectivos derechos de emisión a través de estos
49
Temas a debatir
Es pertinente señalar que la promulgación de la Ley de
Telecomunicaciones y de su respectivo Reglamento fue hecha durante
el proceso de capitalización propiciado por el gobierno de Gonzalo
Sánchez de Lozada (1993-1997), cuando se procedía a capitalizar la
Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), y respondió al
propósito de establecer las normas que permitieran la atracción de
inversionistas externos que se hagan cargo de dicha empresa.
En ese sentido, el fenómeno de la radiodifusión ocupó un lugar
absolutamente secundario, pese a los reclamos presentados por los
propietarios de este tipo de medios, de asociaciones y organizaciones
no gubernamentales que desarrollan labores en el campo audiovisual
ligadas a la educación y promoción populares, y de los sectores
gremiales (Sindicatos de Prensa y Trabajadores de Radio y Televisión,
Federaciones del ramo y algunas Asociaciones de Periodistas).
El debate suscitado fue amplio. Cobraron especial interés
aspectos como el rechazo al Art. 37º (sobre la interferencia de
50
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
comunicaciones, previa autorización de juez), la eliminación, en los
hechos, de emisoras de carácter cultural o educativo no lucrativas, y
la puja abierta para la obtención de licencias.
Asimismo, establecer incentivos a grupos independientes de
realizadores de programas de televisión y radio (radio y telenovelas,
radio y teleteatros, series de ficción, históricas, etc.), a los cuales,
cumpliendo requisitos de calidad, se les deben abrir las puertas para
la difusión de sus productos.
El contenido de ambas disposiciones permite afirmar que, en
general, el Estado no atendió esas demandas (salvo en el caso del Art.
37º, que finalmente el Tribunal Constitucional declaró
inconstitucional). Por ello es necesario reabrir el debate, pues un campo
tan importante como el de la radiodifusión, que afecta directamente
a la ciudadanía, no puede estar regulado por normas tan generales que
no se adecuan plenamente a la realidad heterogénea que presenta el
país.
Con ese propósito se presenta, a continuación, un somero punteo
sobre seis temas –de los muchos que seguramente existen y que en
el debate pueden surgir– que sería preciso incorporar para contar con
una normativa de los medios audiovisuales acorde a los tiempos
actuales:
a)
Programación
De acuerdo al Art. 64 del D.S. Nº 09740, elevado a rango de
Ley y que se refiere a la programación de las emisoras comerciales,
la misma que se compondrá diariamente con un porcentaje de
producción nacional y la participación de artistas bolivianos, de acuerdo
a normas que defina el reglamento, habrá que definir con elevado grado
de precisión la responsabilidad que asiste a los propietarios de los
medios audiovisuales para impulsar y promocionar la producción de
programas de radio y televisión de índole cultural, cívico, comunitario,
artístico, etc., y que no se restrinjan a los meros programas de tipo
informativo como sucede actualmente, especialmente en la televisión.
51
En el caso de la televisión por cable (Título XXXIII del
Reglamento), habrá que velar no sólo por el pago de los derechos de
autoría y distribución, sino también porque su difusión cumpla la norma
sobre, por ejemplo, horarios aptos para todo público. Un repaso
superficial a los programas de televisión por cable, comprueba que no
se cumple este requisito.
Habrá que precisar con claridad –pues de lo contrario puede
dar lugar a diversas formas de censura– los alcances del Art. 62
(también elevado a rango de Ley), cuando norma que la radiodifusión
informa y expresa sus ideas sin censura previa, salvo las limitaciones
establecidas por las Leyes de la República; que se propalarán
informaciones veraces, objetivas e imparciales, procedentes de fuentes
autorizadas que deberán citarse al transmitirlas, y que los responsables
de las emisoras controlarán los programas para evitar que aún las
informaciones auténticas puedan dañar o alarmar a la población por
la forma u oportunidad de su difusión.
También se debe normar la realización de programas
denominados “participativos”. Dada la expectativa que éstos generan,
fundamentalmente en lo que se refiere a la canalización de demandas
de todo tipo, provenientes de los sectores más marginados de la sociedad,
es preciso adoptar las precauciones del caso para evitar posibilidades
de manipulación o de aprovechamiento ilegítimo de aquéllas.
52
"OPINIONES Y ANALISIS"
b)
Publicidad
"OPINIONES Y ANALISIS"
mecanismo que favorece la concentración de los medios en manos de
quienes tienen mejores condiciones económicas.
Normar que la publicidad, en su clase, forma y cantidad, no
deberá afectar la calidad y jerarquía de los programas y la prohibición
del procedimiento de la percepción subliminal, es, a estas alturas,
absolutamente insuficiente (Art. 65, elevado a rango de Ley).
Asimismo, se deben abrir espacios para medios comunitarios,
de servicio social, cuyo impacto es barrial y, máximo, zonal.
d)
Propietarios y personal
Es preciso regular algunas características de la publicidad (ver
el trabajo de Sonia Velasco incluido en esta compilación), así como
el tiempo que se le dedicará por espacio de programación (por ejemplo,
Velasco propone 12 minutos cada hora de transmisión; el Reglamento
General de Servicios Radioeléctricos de 1960, establecía que se
admitiría “la cantidad máxima de cien palabras de publicidad comercial
en programas de 30 minutos, o su equivalente, intercalada entre número
y número de programa”).
Sin menoscabo de la libre iniciativa, se debe normar, además
de la nacionalidad de los propietarios de los medios audiovisuales (Arts.
73 de la Ley y 457 del Reglamento), la necesidad de contar con personal
profesional que garantice la calidad de las emisiones y de los programas
a difundirse, así como requisitos de idoneidad académica y moral de
sus operadores para desarrollar una labor de tanta responsabilidad como
el manejo de estos medios.
c)
e)
Clasificación y concesión
Educación y réplica
Considerando la desequilibrada ubicación de los medios de
comunicación audiovisual (concentrados fundamentalmente en el eje
central y en las principales ciudades del país), es muy limitativo
clasificar a los medios en oficiales y comerciales (Art. 68 de la Ley).
Es preciso diferenciar, otorgándoles un tratamiento especial, a aquellos
que cumplen actividades de educación y cultura, e incentivar a aquellos
que se instalan en zonas alejadas del territorio nacional, como se podría
interpretar la última parte del Art. 68.
Al tratarse de un servicio público, el manejo de los medios
audiovisuales debe dedicar un espacio a la de difusión de técnicas de
decodificación de mensajes audiovisuales, a cargo de especialistas, y
dirigido tanto a personas adultas como jóvenes y niños/as.
En este sentido, corresponde, como sucede en otros ámbitos,
diferenciar medios con y sin fines de lucro, y modificar los términos
de la licitación en función a este parámetro, una vez que la simple
puja (Título III de la Ley y Títulos II y III del Reglamento) es un
f)
53
En cuanto al derecho de réplica, éste debe ser claramente
normado, estableciendo el mismo tiempo y las condiciones generales
en que las personas han sido aludidas.
Radiotelevisión estatal
Un tema que también requiere de un profundo debate es el papel
que deben cumplir los medios audiovisuales estatales. De principio,
54
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
es preciso arrancarlos del ámbito gubernamental y normar la forma
en que presten un verdadero, democrático y participativo servicio al
país, a través del entretenimiento, la información y la formación de
la ciudadanía.
Se hace referencia al propio Estado, a los propietarios de los
medios de comunicación, a sus operarios, a periodistas y a la ciudadanía,
en calidad de receptora de los mensajes de los medios que, en
determinados rubros, pueden tener intereses absolutamente
contrapuestos, situación en la que debe primar el hecho de que se trata
de un servicio público.
Es decir, hacer de estos servicios lo que exige Pasquali para
el caso venezolano: “1) La democratización al fin de los servicios de
comunicación social; todo lo que el Estado haga en el campo de la
radiotelevisión debe ser puesto al alcance de cada venezolano, no
importa lo apartado del lugar donde vive; 2) que alcance y mantenga
un alto grado de excelencia tecnológica en los campos de la producción,
la transmisión y la recepción de mensajes y señales; 3) que asuma a
plenitud el rol de modelo cualitativo de la radiotelevisión nacional,
dándole al usuario una real alternativa de calidad y armonizando su
programación con las grandes metas culturales, educativas, económicas,
sanitarias e informativas del país; 4) la producción, el fomento de la
producción independiente y la difusión de más programas nacionales
de alta calidad; 5) la regionalización de las infraestructuras y de la
producción de mensajes, mediante redes malladas y centros regionales
de producción y emisión durante ciertas horas diarias; y 6) una
cooperación muy activa con los mecanismos internacionales y sobre
todo regionales de intercambio (...) para latinoamericanizar más sus
micrófonos y pantallas y asegurar un aporte de sustancia a la integración
regional” (Pasquali, Op. Cit., p. 161).
4.
Los caminos de la concertación
Para el efecto, un primer paso será que el Estado, a través de
la Superintendencia de Telecomunicaciones, el Ministerio del ramo y
el Poder Legislativo, asuman conciencia de la importancia que en la
actualidad tiene reglamentar con precisión el uso de los servicios de
radiodifusión y difusión de señales, tanto en defensa de los intereses
del Estado como de la población, objetivo fundamental de ellos.
Un segundo paso es establecer mesas de concertación entre
representantes del Estado, propietarios, operadores, especialistas en
comunicación social y telecomunicaciones, productores independientes
y periodistas, para y en base a un estudio de legislación comparada,
de la realidad nacional y de los acuerdos internacionales suscritos por
el país, elaborar un proyecto de reglamento de estos servicios. La
iniciativa, en este caso, corresponde fundamentalmente a la
Superintendencia de Telecomunicaciones.
Un tercer paso es proceder a debatir este proyecto, por un lado,
con organizaciones de la sociedad civil (p.e. Iglesias, ONG’s,
empresarios privados, COB, CSUTCB, pueblos indígenas, productores)
y, por el otro, con los representantes nacionales.
Si bien corresponde al Estado regular los servicios de
radiodifusión, está claro que es preciso encontrar canales que permitan
estructurar un cuerpo de normas en forma consensuada entre los
diferentes actores que tienen que ver con el tema.
Finalmente, tramitar su aprobación y exigir su fiel cumplimiento,
para aportar a que se democraticen las comunicaciones, proceso que,
como afirma Pasquali, “es una piedra de toque privativa de los genuinos
55
56
"OPINIONES Y ANALISIS"
sistemas democráticos o de los que quieren llegar a serlo. Por
consiguiente, el igualitarismo en el uso de los medios de expresión
y difusión no es un hecho adjetivo, la última y refinada coquetería
de las democracias adultas, sino la esencia misma del sistema”.
Es decir, que el Estado no abdique de su importante papel en
la regulación de los servicios de radiodifusión y difusión de señales,
y cumpla su misión en un marco de participación y con el propósito
de consolidar la democracia y el Estado de Derecho, otorgando prioridad
a los intereses de la comunidad.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Notas
1
Art. 1º.- Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural,
constituida en República unitaria, adopta para su gobierno la forma
democrática representativa, fundada en la unión y la solidaridad de
todos los bolivianos.
Art. 7º, inc. b).- Toda persona tiene los siguientes derechos fundamentales,
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio (...). A emitir
libremente sus ideas y opiniones por cualquier medio de difusión.
Art. 136º.- I. Son de dominio originario del Estado, además de los bienes
a los que la ley les da esa calidad, el suelo con todas sus riquezas
naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los
elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento. II. La ley
establecerá las condiciones y adjudicación a los particulares.
Art. 137º.- Los bienes del patrimonio de la Nación constituyen propiedad
pública, inviolable, siendo deber de todo habitante del territorio
nacional respetarla y protegerla.
Art. 174º.- Es función del Estado la supervigilancia e impulso de la
alfabetización y educación del campesino en los ciclos fundamental,
técnico y profesional, de acuerdo a los planes y programas de desarrollo
rural, fomentando su acceso a la cultura en todas sus manifestaciones.
Art. 177º.- I. La educación es la más alta función del Estado, y, en ejercicio
de esta función, deberá fomentar la cultura del pueblo.
57
58
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
DERECHO DE REPLICA: Conceptualización en el
marco de la relación entre la libertad y el poder
Se utiliza, para fines de simplificación, el término “prensa” en
nombre y en representación de los medios masivos de comunicación,
medios de comunicación social, y demás denominaciones que tienen
los medios y multimedios de difusión masiva de información,
excluyendo, por su naturaleza a la “Internet” que plantea nuevos
desafíos y oportunidades para el ejercicio de las libertades de
pensamiento, expresión, de información y conexas.
Javier Sánchez de Lozada Paz Campero
«Una misma ley para el león y el buey
es opresión». (William Blake)
I.
La cuestión ha pasado de la búsqueda de equilibrios entre
derechos a procurar equilibrios de poder. La larga lucha política por
consolidar la libertad de prensa como un derecho fundamental para
la existencia de la democracia está culminando, por razones
tecnológicas y económicas, con una concentración de poder tal en
manos de la prensa, que pone en peligro la razón de ser de su libertad.
Por lo tanto, es necesario, para resolver problemas emergentes del
ejercicio de la libertad de prensa, complementar los enfoques usuales
de análisis, tomando en cuenta la dimensión del poder.
El presente artículo se basa en y sustenta la concepción de que
la función del derecho es compensar formalmente la asimetría o la
diferencia en las dotaciones de poder real de las partes en conflicto.
En consecuencia, se expone el marco conceptual, jurídico,
económico y valorativo que debe ser tomado en cuenta en la actualidad
para la reglamentación del ejercicio de la libertad de prensa, en general,
pero aplicando dicho marco de manera específica al Derecho de Réplica,
que es uno de los elementos más importantes como complicados de
tal reglamentación.
59
LA LIBERTAD DE PRENSA PARA LA DEMOCRACIA;
LA DEMOCRACIA PARA LA DIGNIDAD
«No harás injusticia en el juicio, ni
favoreciendo al pobre ni complaciendo
al grande; con justicia juzgarás a tu
prójimo. No andarás chismeando entre
tu pueblo. No atentarás contra la vida
de tu prójimo». (Levítico, 19:15, 16)
El proceso económico de potenciamiento de la prensa ha venido
acompañado de un desarrollo de los valores que justifican a un régimen
democrático. El sacrificio o la prescindencia del individuo ya no puede
ser asumido por la democracia como un costo necesario para velar por
la utilidad funcional de la libertad de prensa para la existencia de la
democracia misma. El desarrollo de la democracia, de simple gobierno
de la mayoría ciudadana cada vez menos excluyente, ha llevado a
constituir como su piedra angular las garantías de la persona, la
protección absoluta de la dignidad, aún por encima de los intereses
del resto de la colectividad. La democracia se perfecciona en la medida
en que se aproxime a un Estado de Derecho; y el derecho en la medida
que se aproxime a la siguiente concepción:
60
"OPINIONES Y ANALISIS"
“El Derecho en su forma más pura y perfecta se realiza
en aquel orden social en el que esté reducida al mínimo la
posibilidad de abuso de poder tanto por parte de particulares
como por parte del Gobierno”. (Bodenheimer; 40)
La reglamentación del ejercicio del Derecho de Réplica o
derecho de respuesta, en consecuencia, debe basarse en la ponderación
de los factores que protegen la efectividad del ejercicio de la libertad
de prensa, siendo ésta indispensable para el funcionamiento de una
democracia, que a su vez tiene por objeto garantizar la dignidad del
individuo.
Por otro lado, se puede hacer otra cadena silogística partiendo
de la dignidad: en la medida en que la libertad de la persona es inherente
a su dignidad –tomando en cuenta que la libertad de pensamiento se
encuentra en el núcleo mismo de la libertad, que para ejercer la libertad
de pensamiento u opinión es imprescindible la libertad de información;
que ésta depende de la libertad de expresión; que ésta se manifiesta
más efectivamente mediante la libertad de prensa– depende la dignidad
de la libertad de prensa.
A.
Ante la dignidad
Réplica
inerme, la necesidad del Derecho de
Si le dan a escoger a una persona difamada por la prensa, entre
el juicio divino, con posible sentencia al fuego eterno, y el juicio
popular, con certera sentencia a la ignominia temporal, bien se acogería
al primero, confiando en la compasión divina, más que en la humana.
Mejor lo expresa Antonio Muñoz M., citado por Rolando García:
61
"OPINIONES Y ANALISIS"
“… Sólo quien lo sufre puede conocer el dolor de ser
difamado, de ser acusado injustamente, arrojado por la
arbitrariedad de un juez o por las grandes letras de un titular
de periódico a una ignominia de la que ya es imposible que
se libre nunca del todo …”. (Orgaz, p. 75)
Las denuncias, marginalias, comentarios, opiniones
–chismografía pasada con autoridad de cosa juzgada, pero garantizada
a pie de página con inimputabilidad pilatesca– que encontramos en
la prensa hoy son la versión postmoderna de las ordalías antiguas:
obligan al acusado a probar su inocencia. En nuestra realidad, la
presunción de inocencia y el debido proceso son una utopía. Resulta
tan inerme la persona ante el embate de la prensa como heroico el juez
que trata de evitar que quede consumado un linchamiento civil más.
Ordalías, según el Diccionario de la Lengua Castellana de la
Real Academia Española, son: “Pruebas diversas que en la Edad Media
hacían los acusados, llamadas comúnmente juicios de Dios”. Aunque
ya preceptuadas para resolver denuncias en el Código de Hammurabi,
miles de años antes de nuestra era, en estos tiempos de omnipotencia
de lo popular, las ordalías se denominarían mejor “Juicios del Pueblo”.
Y así los justificaba a principios del Siglo XX el constitucionalista
Luis Paz, al referirse a la vigencia real de la “pena de infamia”, a pesar
de estar formalmente prohibida por la Ley Fundamental desde el
nacimiento de Bolivia:
“Hoy la pena de infamia está abolida en todas las
legislaciones del mundo civilizado, lo que no quita que hay
penas infamantes. La infamia no la declara la ley ni el juez,
la declara el jurado inapelable de la opinión pública: infame
es el que carece de honra, de crédito y de estimación, la persona
mala y despreciable por sus malas acciones”. (Paz, p. 99)
62
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Precisamente contra juicios tan crueles y definitivos, y
demasiadas veces injustos, como son los de la opinión pública, es que
se debe encontrar soluciones a problemas emergentes del ejercicio de
la libertad de prensa; éste puede causar, en violación de toda garantía
constitucional e inherente a un Estado de Derecho, la pérdida irreparable
e irrecuperable del honor o de la dignidad de una persona.
contra la difamación por la prensa, en la forma en que se lo ejerce
en la práctica, resulta un arma de defensa de doble filo: ante el poder
de la prensa, el embate de información y predominio del escepticismo
popular (“todos son iguales, corruptos”), lo más probable es, de mal
en peor:
Frente a la prepotencia de la opinión pública, magnificada por
la prensa, y ante casos de patente abuso de poder por parte de esta
última, en Bolivia no existen instrumentos adecuados para equilibrar
la correlación de fuerzas. Si bien la Constitución ofrece ciertas
protecciones a la persona, ni la normativa constitucional ni la
reglamentaria son efectivas para este fin o para efectos restaurativos.
En casos de abuso de poder, más que de «abuso de derecho», la
impunidad y la irresponsabilidad son lo común; la satisfacción
disminuida es el favor extraordinario, en el mejor de los casos un
derecho a réplica disminuido en páginas internas por ofensas en primera
plana.
B.
Cómo reglamentar; esa es la cuestión
El ejercicio del Derecho de Réplica, a pesar de parecer
evidentemente justo y necesario, sin embargo, está lejos de ser una
panacea: primero, es insuficiente para los fines de rehabilitación plena
de la persona afectada; segundo, puede constituir una amenaza grave
para el ejercicio de la libertad de prensa. La reglamentación del ejercicio
del Derecho de Réplica, por lo tanto, es una cuestión existencial para
una democracia que aspira llegar a un Estado de Derecho.
El Derecho de Réplica, aún en el sentido más amplio, y a pesar
de ser considerado como la institución principal de amparo o vindicación
63
-
que el lector leerá el titular difamante, quizá un par de párrafos
y sentenciará “culpable”, sin leer los descargos contenidos en
una solicitada de una página.
-
que el lector notará primero la réplica, percibirá después que
por algo “suena el río”, buscará luego la nota difamante, para
sentenciar “lo sabía; culpable”. O sea, sobre llovido, mojado.
La persona difamada que no calla para no otorgar resulta
doblemente agraviada y más pobre. Lo más sensato es aguantarse sin
responder, llamar la atención lo menos posible, y esperar que la
tormenta pase, a sabiendas de que la marca queda indeleble,
manteniendo como consuelo la volubilidad de la opinión pública.
Tomando en cuenta la realidad –el poder de la prensa, la
naturaleza humana y los efectos contraproducentes de la réplica– las
siguientes consideraciones deben ser tomadas en cuenta para ponderar
el Derecho de Réplica y reglamentar su ejercicio:
1.
Tiende a regularse usualmente la aplicación del Derecho de
Réplica en casos de injuria, o sea cuando la nota ha sido falsa
o maliciosamente agraviante, con dolo o negligencia grave; en
realidad resulta suficientemente perjudicial y por lo tanto debería
ser justificativo suficiente para ejercer el derecho a réplica la
difamación como tal, sea o no verdadera la imputación.
64
"OPINIONES Y ANALISIS"
2.
3.
Desde una perspectiva de justicia retributiva, el derecho de
réplica es una institución mínimamente indispensable para
garantizar la inviolabilidad de la dignidad de la persona ante
la opinión pública. Sin embargo, resulta insuficiente si se toma
en cuenta que como compensación no es proporcional al daño
causado; la satisfacción plena requeriría, además, de un Derecho
de Rectificación propiamente, aunque en los hechos y en el
mejor de los casos éste se hace efectivo tarde, mal o nunca.
La restitución in íntegrum es imposible, aunque se indemnice
a la persona económicamente.
de comunicación a asignar o reservar para “contingencias”
(cómo se calificaría a eventuales obligaciones, en términos
contables, de difundir réplicas)?
2.
Se pueden dar casos de colusión: una persona “logra” que la
prensa difunda una nota “agraviante” para obtener un Derecho
de Réplica; la/s respuesta/s que la prensa estaría obligada a
difundir permitirían un púlpito postmoderno para polemizar con
el fin de difundir y exhibir la imagen de una persona que así
habría conseguido un activo valiosísimo para nuestros tiempos
de democracia de masas: “reconocibilidad” (reconozcamos, por
otra parte, que permitiría “democratizar” lo que por ahora es
un trampolín exclusivo para comunicadores con ambiciones
políticas).
3.
¿Por qué no llevar el ejercicio del Derecho de Réplica a su lógica
extensión, a los libros? Estos, en esencia, sólo se diferencian
de notas periodísticas en la extensión. ¿Tendría el autor del libro
o la editorial o la impresora la obligación de poner a disposición
de la persona afectada recursos proporcionales para responder
efectivamente (gastos de redacción, edición, impresión,
comercialización, promoción, etc.)?
Para que el Derecho de Réplica sea efectivo, debe ser lo más
inmediato posible, lo menos oneroso para la persona agraviada
y proporcional en el alcance de su difusión, en comparación
con la nota agraviante.
Sin embargo, mientras más efectivo sea para efectos
reivindicativos, el ejercicio del Derecho de Réplica puede convertirse
en una limitación excesivamente onerosa para el ejercicio de la libertad
de prensa. Sólo imaginemos los siguientes casos:
1.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Toda persona que se considere agraviada en su identidad –que
puede resultar bastante amplia, como individuo con derecho a
la honra, pero también como miembro de una comunidad
religiosa, política, étnica, etc.– podría exigir que se difunda su
respuesta.
-
¿Cómo se delimita la obligatoriedad de la prensa de difundir
una réplica?
Por lo menos impresores de periódicos así como nuestra industria
del libro se hubiesen beneficiado con el efecto multiplicador de los
dos libros sobre banco-vínculos. Pero, ¿quién corre con la cuenta?,
¿cómo se define la extensión de las obligaciones de la prensa? Ante
la incertidumbre, lo racional no sería una prensa responsable, sino
cautelosa, o sea, cobarde.
-
¿Cuántas páginas o minutos de un periódico o de una
programación televisiva o radial debe dedicar un órgano
En consecuencia, se debe mantener conciencia, en todo
momento, de lo que está en juego. Difícil estar en desacuerdo con el
65
66
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
siguiente principio: “el derecho a la libertad de opinión y a la expresión
del pensamiento por cualquier medio de comunicación social, sin
perjuicio de las responsabilidades”. Pero el alcance de las
responsabilidades puede llegar al extremo de ser nefasto para una
democracia.
El inciso 3º original del Reglamento de Imprenta establecía que
el costo de vindicación era la tarifa completa; la Ley de Imprenta
modificó el inciso, reduciendo el precio a la mitad. A pesar de este
avance, la rehabilitación ante la opinión pública termina fuera del
alcance de la mayoría de las personas. La reglamentación del Derecho
de Réplica que tenemos es discriminatoria y excluyente, y por lo tanto,
es violatoria de un principio fundamental del derecho, el de
universalidad; el Derecho de Réplica resulta inadecuado e inefectivo
para los fines que procura: la defensa de los derechos de la personalidad,
como los preceptúa el Código Civil, y la defensa de la dignidad de
la persona, de acuerdo a tratados internacionales sobre derechos
humanos que tienen jerarquía de ley y a la Constitución Política del
Estado.
C.
La reglamentación del Derecho a Réplica en Bolivia
En la normativa nacional general y especial existe el Derecho
de Réplica; además contamos, desde 1920, con algo de reglamentación
para su ejercicio, en comparación con la inexistencia de reglamentación
en otras jurisdicciones. Sin embargo, la efectividad es limitada.
La Ley de Imprenta, o con más precisión, la Ley de 19 de enero
de 1925, que declara ley del Estado el Reglamento de Imprenta de 17
de julio de 1920, reglamenta el Derecho de Réplica de la siguiente
manera:
“Artículo 64.- Son obligaciones de los editores responsables
…
1º
conservar los manuscritos garantizados,…
2º
conservar una colección ordenada de todas las
publicaciones hechas por el editor …
3º
publicar las vindicaciones y defensas de las personas
ofendidas en el mismo periódico, cobrando media tarifa
del establecimiento. Esta inserción se hará en cuanto a
la persona ofendida o a su encargado, que la reclame
dentro del término de la prescripción”.
Semejante sentencia se fundamenta: primero, en virtud del
poder que la prensa ha llegado a obtener (como se ilustra en la Sección
II); segundo, en el ordenamiento jurídico nacional vigente (que se
analiza en la Sección III); tercero, en comparación con la normativa
de países vecinos (que se describe en la Sección III también); y cuarto,
en virtud de los fundamentos filosóficos, de carácter axiológico, que
deben tomarse en cuenta para resolver problemas emergentes del
ejercicio de la libertad de prensa (que son someramente propuestos
en la sección IV).
II.
67
EL DERECHO DE REPLICA Y EL ENTORNO
ECONOMICO
Se describe a continuación la vulnerabilidad de la prensa ante
el poder económico, político y social. Se trata de una amenaza externa
a la prensa. Sin embargo e irónicamente, la concentración de poder
68
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
en la prensa, que ha resultado del proceso de potenciamiento tecnológico
y económico y de la concentración de la tenencia de los multimedios
de comunicación masiva, ha creado agravada la amenaza interna a la
libertad de prensa. El “entrismo” del poder económico, político y social
desnaturaliza la funcionalidad del ejercicio de la libertad de prensa
para la democracia y crea las condiciones en que el autocontrol ético
o deontológico se hace imposible para un periodista como ser humano
normalmente decente.
avance, deberá contar con el soporte de la prensa, para evitar otros
encubrimientos.
A.
La vulnerabilidad de la Libertad de Prensa
Entre las recientes victorias de la libertad de prensa, el gremio
se anota el revelamiento de gigantescos casos de corrupción y abusos
de poder en la Argentina y en Bolivia. Figuras como Alfredo Yabrán
y Dante Escóbar habrían logrado desfalcar, acumular y distribuir
ingentes capitales en complicidad con el poder político. La capacidad
de encubrimiento político en ambos países sólo se puso de manifiesto
ante su mismo descalabro: los intentos de intimidación –el asesinato
del periodista Cabezas y presiones sobre autoridades judiciales–
desataron el escándalo en vez de evitarlo. La reacción y perseverancia
de la prensa evitó más bien la impunidad.
En casos posiblemente menos graves pero no por eso menos
crónicos de abuso del poder económico, social o político, el ejercicio
de la libertad de prensa manifiesta las mismas fortalezas y debilidades
ilustradas arriba.
Desde el punto de vista de la opinión pública que se informa
y juzga, la efectividad del derecho a la información y de la libertad
de expresión que se logra a través del ejercicio de la libertad de prensa
depende tanto de la independencia interna de la prensa como de su
capacidad de enfrentar directamente al poder político, económico y
social externo a ella. El abuso de este último llega a manifestarse frente
a la prensa, sin duda, de manera dramática, mediante clausuras,
intimidaciones y asesinatos.
En Bolivia, si antes se perseguía, exiliaba, torturaba y asesinaba,
o por lo menos se abofeteaba, a periodistas, en democracia se los
despide, sin que valga “cláusula de conciencia” alguna. Es una muestra
representativa la de directores de medios despedidos en un plazo menor
a nueve meses desde agosto de 1997.
El costo humano que ambos casos devengaron para el ejercicio
de la libertad de prensa, sin embargo, reflejarían más la vulnerabilidad
de la prensa que su poder. Además, en ambos casos se reconoce que
la prensa, a pesar de su iniciativa y del impulso que ha podido dar
a la investigación, no ha podido poner en descubierto toda la trama.
Sin embargo, la reserva de fuerza de la prensa juega aun un papel
fundamental, porque también se da por descontado que tampoco el
poder judicial podrá descubrir todo por sí sólo o que, si logra cualquier
Pocos son los medios de comunicación masiva que pueden
resistir un embate frontal contra el poder político, económico o social.
La sobrevivencia es personal y económicamente costosa, como lo debe
haber sido para Pedro Rivero, propietario y director del periódico El
Deber por su enfrentamiento con las logias cruceñistas.
69
70
"OPINIONES Y ANALISIS"
B.
La concentración de la tenencia y el control de los Medios
de Prensa
Fuera de la vulnerabilidad de la prensa ante el poder externo
a ella, la amenaza a la libertad de prensa que ha llegado a convertirse
en tan o más peligrosa es la insidiosa restricción interna al ejercicio
de la libertad de prensa, debido al “entrismo” del poder político,
económico y social. Este no sólo neutraliza la efectividad del derecho
a la información y de la libertad de expresión, sino que además es la
simiente del abuso de poder de la prensa.
Constituyen un agravante del “entrismo” los procesos de
potenciamiento económico de la prensa que no se podían prever en
los tiempos del establecimiento del la libertad de prensa como un
derecho fundamental. José María Aznar, Primer Ministro español y
descendiente de periodistas, reconoce dos aspectos de este proceso:
Primero, una revolución tecnológica que viene acompañada de la
concentración de poder informativo; segundo, la independencia de un
periodista, como productor primario de información, difícilmente se
puede mantener, al depender el periodista mismo de mediación tanto
en la adquisición de información como en su retransmisión.
Los riesgos que enfrenta la libertad interna y externa de prensa,
fuera y dentro de Bolivia, realzando las implicaciones para la relación
actual entre la libertad y el poder, se pueden ilustrar con fenómenos
de concentración de tenencia de los multi-medios de comunicación que
conducen a una concentración del poder de información, así como a
la utilización de ese poder para fines político electorales:
-
el crecimiento del conglomerado TIME-WARNER, incluyendo
a la CNN.
71
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
el fenómeno Berlusconi y FORZA ITALIA, con base en
FININVEST.
-
el crecimiento del conglomerado Garafulic.
-
el fenómeno Palenque y CONDEPA, con base en RTP.
“Sabe usted quién dicta la política exterior de los EE.UU.?:
la CNN”, reza el titular del artículo de Antonio Cano de El País para
La Razón (LA RAZÓN, 1-V-94), en el que se pregunta: ¿tienen los
periodistas más poder que los políticos para orientar la actuación de
sus gobiernos en una u otra dirección?”. Basta ver las contorciones
políticas que debe llevar a cabo el gobierno de Washington para
mantener relaciones con China, así como la debilidad de Colombia para
mantenerlas con EE.UU. Preguntémonos, ¿sabe usted quién logró
postergar la democratización del financiamiento de las campañas
electorales en Bolivia? Aunque no lo investigue la prensa, que se rasgó
las vestiduras y lanzó el grito al cielo ante el uso de dineros fiscales,
empecemos por cuestionarnos si sólo los “políticos” se benefician por
el millonario entramado de corrupción necesario para la sobrevivencia
electoral en nuestra democracia. Es sólo racional, entonces, que se trate
de reeditar a Berlusconi y Palenque adquiriendo control “entrista” de
la prensa, cueste lo que cueste en términos de oligarquización de la
política y de indefensión de la persona.
En resumen, el “complejo industrial-comunicacional”, en
palabras del periodista Eduardo Pérez Iribarne, ha llegado a ser análogo
en términos de poder al “complejo industrial-militar”, en palabras del
General y Presidente Dwight Eisenhower. Confirman el dicho
napoleónico dos personas conocedoras del y conocidas por el respectivo
poder esgrimido.
72
"OPINIONES Y ANALISIS"
C.
La insuficiencia del deontologismo y la necesidad de
reglamentación
Casos de abuso de poder son consecuencia natural de la
concentración de poder, si ésta no se encara a frenos y contrapesos
preestablecidos. Constituye un agravante la arrogancia moral que
caracteriza a periodistas, especialmente en relación a otros “poderosos”
–especialmente políticos y jueces– por la superior integridad que les
parecería consubstancial a su gremio.
Si los periodistas son los más perceptibles y sensibles respecto
a la vulnerabilidad de la prensa frente al poder externo –o sea el poder
de otros, ya sea económico, político o social– y en consecuencia
responden militante y poco objetivamente en la interpretación de actos
de los otros poderosos, pocas veces reparan en el daño que pueden
causar a los que resultan ser inocentes, por muy poderosos que sean,
o más débiles.
La alternativa no necesariamente es la “mansedumbre” del
periodista ni convertirlo en “confidente del Estado” o su “alcahuete”,
en palabras de Antonio Gómez Mallea en LA RAZÓN de 11 de octubre
de 1997. Pero tampoco es una alternativa la respuesta “eticista” o
“deontologista” preferida por el gremio para evitar o resolver problemas
emergentes del ejercicio de la libertad de prensa, por muy justificable
históricamente y comprensible que sea su desconfianza a la
reglamentación por parte del poder estatal.
La crítica a los diagnósticos y remedios meramente eticistas
o deontologistas es que son insuficientes para resolver los problemas
emergentes del ejercicio de una libertad sustentada en una base de poder
privilegiado y que ha llegado a ser excesivo. El enfoque eticista es
insuficiente al no tomar en cuenta la dimensión del poder.
73
"OPINIONES Y ANALISIS"
¿Hasta qué punto las cuestiones sobre el ejercicio de la libertad
de prensa se pueden resolver con códigos de ética, una vez que se acepta
el papel central que ocupa ahora la cuestión del poder, si la cuestión
se ha convertido en política y, en consecuencia, en una cuestión de
derecho más que de moral? Si el poder corrompe y el poder absoluto
corrompe absolutamente, no se puede suponer que la prensa es inmune.
“Feroz competencia”, “tiranía del rating”, “tecnología cara”,
“gigantescas concentraciones”, la suplantación de la democracia por
la “mediocracia”, son algunos de los términos utilizados por periodistas
como Pritchard, Mesa, Gramunt, Colombani y Henderson, todos
reconocidos por su probidad. Lo crucial es reconocer además que se
trata de factores que fuerzan la capacidad de autocontrol moral de una
persona normal. El resultado es una fe en el deontologismo que sólo
puede ser titubeante, como se ilustra en la apelación simultánea que
se hace a un equilibrio intangible entre la ética y a la ley para regir
el ejercicio de la libertad de prensa en una democracia: fronteras éticas
inviolables, pero a la vez un Estado que garantice el juego limpio, en
palabras del S.J. Pérez Iribarne.
Colombani, partiendo del fenómeno Berlusconi en Italia plantea
que “esa clase de ‘populismo’ que se ensaya en el laboratorio italiano
conlleva un grave riesgo para el equilibrio de poderes, hasta el punto
de que ‘es preciso que aparezca en Europa un nuevo Montesquieu,
capaz de teorizar un nuevo sistema de equilibrios para preservar la
democracia”. Justamente, Montesquieu, preocupado por la desigualdad
económica que da lugar al lujo, reflexiona por el daño social y político
que resulta de éste:
“Hemos hablado de la incontinencia pública por ser
compañera inseparable del lujo; le sigue o le precede pero
nunca están lejos el uno de la otra. Si dejáis en libertad los
74
"OPINIONES Y ANALISIS"
impulsos del corazón, ¿cómo podréis contener las flaquezas
del espíritu?”. (Montesquieu; p. 146)
El abuso de cualquier poder dotado en grado privilegiado es
una debilidad demasiado humana. La continencia, en medio del lujo,
deja de ser moral y tiende a la supererogación.
El problema fundamental que enfrenta el eticismo, dado el
marco económico en que se desenvuelve la prensa actualmente, emerge
de una confusión entre esferas, niveles o planos de normativa que deben
mantenerse distintos, separados y debidamente distantes para evitar
injusticias en las apreciaciones o juicios éticos y legales. Para exigir
con justicia, es necesario distinguir entre planos de erogación, entre
la línea demarcatoria entre lo legal e ilegal, la línea demarcatoria entre
lo moral e inmoral y la línea demarcatoria entre lo moral y lo
supererogatorio. Este último significa “supergenerosidad” o santidad,
“supervalentía” o heroísmo, o sea “superentrega”. El comportamiento
legal es exigible coercitivamente por la sociedad; el comportamiento
moral es exigible conciencialmente sólo por el agente; el
comportamiento supererogatorio no puede ser exigible, solo puede ser
encomiable. El “acercar”, “achatar”, “colapsar” las líneas demarcatorias
tienden a sistemas injustos de exigencia: el incumplimiento de
parámetros de comportamiento heroico no puede ser sancionado ni
jurídica ni éticamente.
"OPINIONES Y ANALISIS"
éticas respecto al ejercicio cotidiano del derecho fundamental que le
corresponde. Basta comparar el ejercicio de este derecho con el de
cualquier de los otros diez enunciados en la Constitución Política del
Estado y claramente nos daremos cuenta que para el ejercicio de los
demás se cuenta con menor necesidad de tener que hacer ponderaciones
éticas tan trascendentales a cada momento que se los ejerce: ¿Cuán
frecuentemente se encuentra una persona responsable por el ejercicio
de un otro derecho fundamental a tener que hacer decisiones éticas
tan importantes?
Las decisiones éticas, por el contexto actual y las circunstancias
propias del ejercicio del periodismo, dejan de ser tales; entran en el
plano supererogatorio: el negarse a difundir una noticia por decencia
puede resultar siendo un acto heroico, ante la presión de la competencia
por la primicia y la inminencia de despido. Por lo tanto, no se debería
confiar tanto en la capacidad ética de una persona normal; hacerlo en
el contexto actual implica exigir demasiado, recordando que “en arca
abierta hasta el santo peca”. No es ético exigir autodominio en
circunstancias que lejos de fomentarlo, justifican el desenfreno.
III.
EL DERECHO DE REPLICA EN EL MARCO JURIDICO
«La libertad se gobierna por medio de
las condiciones necesarias para la
libertad misma». (J. Rawls)
El mejor sustento para el ejercicio inviolable de la libertad de
prensa lo brinda el argumento liberal tradicional basado en la
inviolabilidad de actos que sólo afectan al agente. Irónicamente, el
ejercicio de la libertad de prensa es posiblemente el que con mayor
probabilidad afecta a terceros. Sin duda, el periodismo requiere, más
que ninguna otra actividad, un cuidado minucioso de consideraciones
Si el contexto actual nos conduce a cuestionar la suficiencia
del deontologismo, y hace inevitable la reglamentación legal, ésta
necesariamente debe tomar en cuenta la dimensión del poder para evitar
implantar: a) un marco jurídico injusto por indebida y excesivamente
75
76
"OPINIONES Y ANALISIS"
exigente, oneroso o draconiano; y b) alteraciones y restricciones de
los principios, garantías y derechos reconocidos por la Constitución
Política del Estado, ni de aquellos no enunciados en ella. Lo contrario
implicaría la desprotección de la libertad de la prensa y de la dignidad
de periodistas, así como de aquellas personas afectadas por el ejercicio
de un derecho fundamental. La siguiente pregunta es si la normativa
vigente cumple con estos requisitos, especialmente para la
reglamentación del Derecho de Réplica.
La intervención estatal, como en el caso de regulación de la
competencia, podría servir para establecer los necesarios pesos y
contrapesos al ejercicio de la libertad de prensa, pero no debería
conducir a la sanción de la concentración de poder, o “posición
dominante”, en sí. Esta puede ser el resultado de mérito, eficiencia,
capacidad, etc. y no se la puede castigar por eso. Lo que sí se requiere
es tomar medidas preventivas ante la posibilidad de abuso de ese poder
concentrado, lo que en otros países incluye la limitación de tenencias
en diferentes medios de comunicación masiva. Además, se requiere
la sanción ante la tentativa o la realización de prácticas abusivas del
poder concentrado. Pero, para evitar abusos de poder estatal, también
se requiere la existencia del debido proceso: hasta el más poderoso
es sujeto de garantías procesales.
El marco legal vigente no toma en cuenta de manera expresa
ni los principios del derecho de la competencia, que podrían ser útiles,
ni aquellos de compensación formal ante la desigualdad real, que son
indispensables. Una reglamentación más completa del Derecho de
Réplica, sin embargo, puede basarse en las garantías constitucionales,
en la validez de principios implícitos y enmarcarse en el resto del
ordenamiento jurídico existente, aprovechando las lecciones de otras
jurisdicciones.
77
"OPINIONES Y ANALISIS"
A.
La Constitución Política del Estado
Aunque el Derecho de Réplica no está establecido en la
Constitución Política del Estado, se sustenta en los siguientes artículos:
Art. 6º.-
… La dignidad y la libertad de la persona son inviolables.
Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado.
Art. 16º.-
Se presume la inocencia del encausado mientras no se
pruebe su culpabilidad.
Art. 17º.-
No existe la pena de infamia ni la de muerte civil. …
Art. 35º.-
Las declaraciones, derechos y garantías que proclama
esta Constitución no serán entendidos como negación de
otros derechos y garantías no enunciadas que nacen de
la soberanía del pueblo y de la forma republicana de
gobierno.
Art. 115º.- Ni el Congreso, ni asociación alguna o reunión popular
pueden conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias
ni la suma del poder Público, ni otorgarle supremacías
por las que la vida, el honor y los bienes de los habitantes
queden a merced del gobierno, ni de persona alguna.
Art. 228º.- La Constitución Política del Estado es la ley suprema del
ordenamiento jurídico nacional. Los tribunales, jueces y
autoridades la aplicarán con preferencia a cualesquiera
otras resoluciones.
Art. 229º.- Los principios, garantías y derechos reconocidos por esta
Constitución no pueden ser alterados por las leyes que
regulen su ejercicio ni necesitan de reglamentación previa
para su cumplimiento.
78
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Sin embargo, el ejercicio del Derecho de Réplica con mayor
plenitud al expresamente preceptuado en el Art. 64º de la Ley de
Imprenta contravendría los siguientes artículos en que se ampararía
la prensa:
exclusión de los derechos de la personalidad entre los derechos
fundamentales enunciados en la Constitución resta sustento a los
primeros en relación a la libertad de prensa que se encuentra
expresamente señalada. Además, el Principio de Legalidad o Principio
de Reserva, preceptuado también expresamente como una garantía en
el Art. 32º, neutralizaría, si no revertiría, la aplicabilidad de la triada
de normas constitucionales más útil para asegurar la vigencia plena
de un Estado de Derecho, o sea los Artículos 35º, 228º y 229º.
Art. 7º.-
Toda persona tiene los siguientes derechos fundamentales,
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio:
b)
A emitir libremente sus ideas y opiniones, por
cualquier medio de difusión.
d)
A trabajar y dedicarse al comercio, la industria o
cualquier actividad lícita, en condiciones que no
perjudiquen al bien colectivo.
i)
Art. 32º.-
A la propiedad privada, individual o colectivamente,
siempre que cumpla una función social
Nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las
leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohiban
La presunción de inocencia es un elemento fundamental de
protección a la dignidad de la persona en un sentido más amplio que
uno enfocado en los derechos de la personalidad. Sin embargo, dado
el tema de este trabajo, ¿podría entenderse el Artículo 16º como una
regla constitucional que establece el derecho a la defensa como sólo
aplicable en juicio y deja inerme a la persona fuera de juicio? Una
aplicación tan legalista de la norma constitucional dejaría sin sustento
al Derecho de Réplica, por ejemplo, que es la mínima defensa de una
persona perjudicada por el ejercicio de la libertad de prensa.
Si bien se puede argumentar que el Derecho de Réplica es un
medio indispensable para proteger y hacer respetar la dignidad, la
79
B.
La normativa civil
En el derecho positivo boliviano se enuncian los derechos de
la personalidad en el Código Civil. En consecuencia, desde un punto
de vista legalista o dogmático, en nuestro país estos derechos no se
consideran de jerarquía fundamental como aquellos expresamente
especificados en la Constitución Política del Estado.
Los tres principales derechos de la personalidad afectables por
el ejercicio de la libertad de prensa que se encuentran enunciados por
el Código Civil son: el derecho a la imagen, el derecho al honor y
el derecho a la intimidad. Por el texto de los artículos correspondientes,
se notará que en realidad se trata de varias facetas de un mismo bien
jurídicamente protegido que puede tener varios nombres: fama,
reputación, honor, honorabilidad, honra, decoro, dignidad, etc.:
Art. 16º.- (DERECHO A LA IMAGEN).
I.
Cuando se comercia, publica, exhibe o expone la imagen de
una persona lesionando su reputación o decoro, la parte
interesada y, en su defecto, su cónyuge, descendientes o
ascendientes pueden pedir, salvo los casos justificados por la
ley, que el juez haga cesar el hecho lesivo.
80
"OPINIONES Y ANALISIS"
II.
Se comprende en la regla anterior la reproducción de la voz
de una persona.
Art. 17º.- (DERECHO AL HONOR).
Toda persona tiene derecho a que sea respetado su buen
nombre. La protección al honor se efectúa por este Código
y demás leyes pertinentes.
Art. 18º.- (DERECHO A LA INTIMIDAD).
Nadie puede perturbar ni divulgar la vida íntima de una persona.
Se tendrá en cuenta la condición de ella. Se salva los casos
previstos por ley.
A pesar de las diferentes facetas tratadas, se puede notar también,
que lo enunciado da lugar más a interrogantes que a seguridad jurídica:
-
¿Cuáles son “los casos justificados por ley” a los cuales hace
referencia el Artículo 16º que invalidarían la solicitud a un juez
para que ordene la cesación del hecho lesivo?
-
¿Si el nombre no es bueno, la persona no tiene derecho al
respeto, según el Artículo 17º?
-
¿Puede una persona ampliamente vilipendiada defenderse de
un medio de comunicación que publique información sobre sus
preferencias sexuales, por ejemplo?
-
¿Correspondería tal información a su derecho a la intimidad,
en vista de la “condición” de tal persona?
-
¿Qué significa la relativización del derecho a la intimidad a
la “condición de la persona”?
-
¿Cuáles son “los casos previstos por ley” que permitan perturbar
81
"OPINIONES Y ANALISIS"
o divulgar la vida íntima de una persona o los casos previstos
por ley para no tener en cuenta su condición?
En conclusión, ¿dónde está prevista y cómo se efectúa la
protección al honor por este Código Civil boliviano?
El mismo Código Civil establece una jerarquía inferior para
los derechos de la personalidad en relación a intereses de la colectividad
mediante la siguiente regla:
Art. 21.- (NATURALEZA DE LOS DERECHOS DE LA
PERSONALIDAD Y SU LIMITACION). Los derechos de la
personalidad son inherentes al ser humano y se hallan fuera
del comercio. Cualquier limitación a su libre ejercicio es nula
cuando afecta al orden público y a las buenas costumbres.
Según la segunda frase no se establecería la nulidad en caso
que la limitación al ejercicio del derecho al honor o a la intimidad
si el orden público o las buenas costumbres no fuesen afectados; la
dignidad de la persona queda subordinada a criterios vagos, subjetivos
y mudable de mayorías circunstanciales. Un decreto supremo o una
resolución administrativa, con base en este artículo, podrían disponer
limitaciones al ejercicio del derecho a la intimidad.
La indefensión legal –un término incongruente en castellano,
pero una situación evidente en el derecho boliviano– del honor puede
ilustrarse por el comentario que hace Morales Guillén respecto al
Artículo 17º arriba transcrito. Según ese autor, debe averiguarse si la
aplicación de la regla, en concordancia con el parágrafo II del Art.
994, puede prescindir de la acción penal. También debe tomarse en
cuenta que: “La disposición puede caer, además, bajo la sanción de
la inefectividad establecida por el art. 6 del Código Penal (colisión
82
"OPINIONES Y ANALISIS"
de leyes) …”. Según el Código Penal correspondería a la persona
agraviada el Derecho a la Retractación. Sin embargo y en todo caso,
se remitiría el asunto a la aplicación preferente de la norma especial,
o sea a la Ley de Imprenta.
C.
La normativa internacional incorporada al derecho
nacional
Si bien la normativa nacional debilita la aplicación plena del
Derecho de Réplica, se podría procurar su efectividad sustentándolo
en los Tratados Internacionales incorporados al ordenamiento jurídico
nacional mediante su ratificación por el Poder Legislativo: La
Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José, abreviados
aquí como DUDH, DADDH, PIDCP y CADH, respectivamente.
La libertad de prensa se encuentra consagrada en todos estos
tratados. Pero también en todos se encuentra preceptuada la necesidad
de proteger los derechos de la personalidad. Específica y expresamente
respecto al Derecho a Réplica, el Pacto de San José establece una norma
especial:
CADH Art. 14 - (Derecho de Rectificación o Respuesta).1.
Toda persona afectada por informaciones inexactas o
agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de
difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público
en general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de
difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que
establezca la ley.
83
"OPINIONES Y ANALISIS"
2.
En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán de otras
responsabilidades legales en que se hubiese incurrido.
3.
Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda
publicación o empresa periodística, cinematográfica, de radio
o televisión tendrá una persona responsable que no esté
protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial.
Primero, nótese que esta norma se refiere al derecho a
rectificación, usualmente asociado con la retractación, y al derecho
de respuesta o Derecho de Réplica. Segundo, nótese que esta norma
puede interpretarse como una manifestación del enfoque o del principio
de compensación formal. En conjunto, establece, como se señaló antes,
el derecho compensatorio mínimo de defensa ante un agravio. Sin
embargo, la efectividad de dicho derecho dependerá de la
reglamentación legal interna y, en consecuencia, esta norma en Bolivia
es poco eficaz. Por otro lado, si bien la norma en su segundo inciso
expresamente mantiene la responsabilidad legal para fortalecer el
derecho a la defensa, el tercer inciso puede resultar sobrecompensatorio
y atentatorio contra el ejercicio de la libertad de prensa, por lo menos,
al instituir un virtual Chivo Expiatorio, “por si acaso” los periodistas
gocen de un fuero especial de acuerdo a la legislación interna.
De todas maneras, esta norma, junto con las disposiciones que
a continuación se transcriben, sirve para sustentar una mayor efectividad
del Derecho de Réplica en Bolivia.
Fuera de la obligatoriedad establecida mediante el Acta de
Teherán, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como
tratado, establece lo siguiente para los Estados Parte que lo aprobaron:
84
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
PIDCP Art. 2.2.- Cada Estado Parte se compromete a adoptar, con
arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones del presente Pacto, las medidas oportunas para
dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos los derechos
reconocidos en el presente Pacto y que no estuviesen ya
garantizados por disposiciones legislativas o de otro carácter.
Una vez aprobados estos dos tratados por el Poder Legislativo
boliviano, sus normas adquirieron carácter vinculante en el derecho
interno. Por ejemplo, el derecho a información y el Derecho a Réplica
estarían reconocidos por el derecho interno boliviano al haber sido
incorporados a la legislación nacional el Artículo 19 del PIDCP y los
Artículos 13 y 14 de la CADH o Pacto de San José, mediante la
aprobación de dichos instrumentos internacionales de defensa de los
derechos humanos.
Por su parte, el Pacto de San José prevé lo siguiente:
CADH Art 1. (Obligación de Respetar los Derechos).1.
Los Estados Partes de esta Convención se comprometen a
respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a
garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté
sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
2.
Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser
humano.
CADH Art. 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno).Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el
Artículo 1 no estuviera garantizado por disposiciones
legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se
comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las
medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades.
85
La obligación que el Estado boliviano contrajo de adoptar en
su legislación interna la normatividad substantiva de los tratados
mencionados no significa que debe, suplementariamente a la
“internación” de dicha normatividad, dictar leyes específicas
adicionales para hacer entrar en vigencia el contenido de lo enunciado
respecto a cada derecho fundamental. Con la sola aprobación de dichos
tratados, el Estado boliviano se obligó a respetar, cumplir y hacer
cumplir los enunciados mediante aplicación jurisdiccional interna.
Sino, bastaría con que un Estado se abstuviese de legislar expresamente
lo estipulado en la normatividad internacional para denegar el
reconocimiento de ciertos derechos y libertades fundamentales. Con
ese enfoque se podría argumentar que en Bolivia no está vigente el
derecho a la información, porque ni la Constitución ni ley alguna
reconocen tal derecho.
Felizmente, por lo señalado en los Artículos 8 de la DUDH,
18 de la DADDH, 2 del PIDCP y 25 de la CADH o Pacto de San José,
Bolivia está obligada a hacer valer y proteger jurisdiccionalmente los
derechos y libertades fundamentales enunciadas en convenciones
internacionales aprobadas, aunque la legislación interna no lo haya
hecho expresamente. En vista de la importancia que tienen para este
trabajo, se transcriben íntegramente los artículos citados:
86
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
DUDH Art. 8.- Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante
los tribunales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución o por la ley.
CADH Art. 25 - (Protección Judicial).1.
Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido, o
a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces y tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida
por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
DADDH Art. XVIII - (Derecho de Justicia).- Toda persona puede
recurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos.
Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve
por el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad
que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos
fundamentales consagrado constitucionalmente.
2.
Los Estados Partes se comprometen:
a.
a garantizar que la autoridad prevista por el sistema legal
del estado decidirá sobre los derechos de toda persona
que interponga tal recurso;
b.
a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c.
a garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que haya estimado
procedente el recurso.
PIDCP Art. 2.3.- Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto
se compromete a garantizar que:
a.
Toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en
el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer
un recurso efectivo, aún cuando tal violación hubiera sido
cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus
funciones oficiales.
b.
La autoridad competente, judicial administrativa o
legislativa o cualquiera otra autoridad competente prevista
por el sistema legal del Estado, decidirá sobre los derechos
de toda persona que interponga tal recurso, y desarrollará
las posibilidades de recurso judicial.
c.
Las autoridades competentes cumplirán toda decisión en
que se haya estimado procedente el recurso.
87
El enunciado de la Declaración Universal es elegante en su
brevedad y suficiencia. La Declaración Americana, por el contrario,
es insuficiente e inadecuada, a pesar de su mayor extensión; establece
la protección efectiva, primero, contra actos de la autoridad, no de otras
personas, y segundo, de derechos consagrados en la Constitución, no
necesariamente en las leyes, como sería el caso, en Bolivia, de ciertos
derechos fundamentales consagrados con jerarquía sólo legal, como
los derechos de la personalidad u otros consagrados en tratados
internacionales, los cuales no tendrían jerarquía constitucional, de
acuerdo a una aplicación dogmática del orden jurídico nacional.
88
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Lo que emana de los cuatro artículos transcritos es que el asunto
crucial es el derecho a la defensa: toda persona debe poder proteger
de manera expedita, oportuna, eficiente y adecuada un derecho o
libertad fundamental mediante el derecho a un Recurso Efectivo.
Además, el Estado boliviano está inequívocamente obligado a garantizar
su existencia en tales condiciones.
en Bolivia. Se transcriben a continuación las normas constitucionales
de Colombia, Ecuador y Perú que establecen el derecho a la
rectificación, así como otras disposiciones constitucionales que podrían
servir de base para el Derecho de Réplica.
La conclusión precedente, a pesar de lo fundamental que resulta
ser, nos vuelve a cuestiones analizadas previamente: ¿Cuán adecuadas,
para la solución de problemas emergentes del ejercicio de la libertad
de prensa, en general, y para la aplicación del Derecho de Réplica,
en particular, son las normas substantivas bolivianas, incluyendo las
contenidas en la normatividad internacional que se encuentra
indiscutiblemente vigente en el derecho interno? Respecto a dicha
normatividad internacional, ¿qué jerarquía tienen los derechos en ella
enunciados? Finalmente, ¿cuán efectivos son los recursos para proteger
los derechos que pueden ser afectados por el ejercicio de la libertad
de prensa? La realidad es que el Art. 64º de la Ley de Imprenta, en
lo que al Derecho de Réplica se refiere, y los procedimientos
establecidos en dicha norma y las demás del derecho positivo boliviano
incumplen tales requisitos.
D.
El Derecho de Réplica en la normativa comparada
Constitución Política de la República del Ecuador (1998)
Art.23.- El derecho a la libertad de opinión y a la expresión del
pensamiento por cualquier medio de comunicación social, sin
perjuicio de las responsabilidades previstas en la Ley.
La persona afectada por afirmaciones sin pruebas o inexactas,
o agraviadas en su honra por afirmaciones o publicaciones
no pagadas hechas por la prensa u otros medios de
comunicación social, tendrá derecho a que estos hagan la
rectificación correspondiente en forma gratuita, y en el mismo
espacio o tiempo de la información o publicación que se
rectifica.
Constitución Política de Colombia (1991)
Art. 15.- Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal
y familiar y a su buen nombre, y el estado debe respetarlos
y hacerlos respetar. De igual modo, tiene derecho a conocer,
actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido
sobre ellas en bancos de datos y en los archivos de entidades
públicas o privadas.
A modo de comparación con la normativa nacional, en otros
países el derecho de rectificación –aunque no el Derecho de Réplica–
está preceptuado con jerarquía constitucional. Por lo tanto, existiría
una mayor probabilidad de proteger efectivamente los derechos de la
personalidad, al desaparecer la cuestión de la menor jerarquía de dichos
derechos en comparación con la libertad de prensa, como es el caso
Art. 20.- Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir
su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información
veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de
comunicación.
Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza
el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No
habrá censura.
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90
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Art. 21.- Se garantiza el derecho a la honra. La ley señalará la forma
de su protección.
Este empeño –de aplicación del principio de compensación
formal ante las asimetrías en la dotación de poder real– ha perdido
legitimidad en la medida en que los interesados eran Estados que
procuraban compensar la debilidad de sus gobiernos frente a los medios
de comunicación internacionales, y no necesariamente buscaban
proveer protección a sus ciudadanos: la cuestión era compensar el
ejercicio de un Derecho a la Información, ampliándolo, se podría decir,
mediante la limitación de la información internacionalmente dominante.
Constitución Política del Perú (1993)
Art. 1º.- La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad
son el fin supremo de la sociedad y del Estado.
Art. 2º.- Toda persona tiene derecho: …
7.
Al honor y la buena reputación, a la intimidad personal y
familiar así como a la voz y a la imagen propias.
Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada
en cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que
éste se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional,
sin perjuicio de las responsabilidades de ley.
Como antecedente adicional, cabe mencionar la existencia de
la Convención sobre el Derecho Internacional de Rectificación,
establecida en el marco del Nuevo Orden Mundial de la Información
y de la Comunicación, que buscaba: a) la eliminación de los
desequilibrios y desigualdades que caracterizan la situación actual; y
b) la eliminación de los efectos negativos de ciertos monopolios,
públicos o privados, y de las concentraciones excesivas, entre otros
(ONU; p. 235). Sin embargo, el esfuerzo a nivel internacional por
instituir el Derecho a Réplica, como instrumento para hacer
mínimamente efectivo el derecho de defensa del débil frente a la
dotación de poder real de los medios de comunicación, ha sido
infructuoso. La Convención sobre el Derecho Internacional de
Rectificación tiene las siguientes características: es aplicable sólo a
Estados como partes afectadas; es inefectivo por la insuficiente fuerza
vinculatoria de la obligatoriedad de publicar; sólo establece la
obligatoriedad de un Estado a distribuir indirectamente a sus medios
el argumento reivindicativo presentado por el Estado afectado.
91
IV.
BASES FILOSOFICAS PARA LA REGLAMENTACION
“Por eso se ha dicho que la verdadera
igualdad
consiste
en
tratar
desigualmente a los desiguales».
(Manuel Ossorio)
A.
El desarrollo del marco filosófico
La rectificación, vindicación, retractación o réplica tienen una
función limitante del ejercicio de la libertad de prensa, pero han sido
instituidas principalmente para molificar la responsabilidad en que
usualmente incurre la prensa, por una parte, a la vez que permiten hacer
mínimamente efectivo el derecho a la defensa de la persona afectada,
basándose en el principio ‘audiatur ex altera pars’ (óigase a la otra
parte, para juzgar imparcialmente). El derecho del otro a ser escuchado
sustenta al Derecho de Réplica desde la perspectiva de la persona
afectada frente a la opinión pública. Pero desde la perspectiva del
ciudadano en una democracia, el sustento lo provee el derecho a la
información, la otra cara del derecho a la libre expresión; el derecho
del ciudadano a conocer y a informarse del otro punto de vista, para
evitar la consolidación de una “historia oficial”, en procura de la verdad.
92
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Sin embargo, la aplicación de tales principios y del Derecho
a Réplica, a pesar de parecer obviamente justos y necesarios, en la
práctica entran en conflicto con la libertad de prensa. Esta es la esencia
del problema de la reglamentación del ejercicio del Derecho de Réplica.
La dificultad en encontrar soluciones consistentes se debe a las
limitaciones propias de los enfoques adoptados; los aspectos, factores
o dimensiones tomados en cuenta usualmente son insuficientes, como
se explicará más adelante.
previsiones; el castigo por la comisión de “delitos de expresión” tenían
una función disuasiva. Para la autoridad era evidente la necesidad de
evitar la vulneración de valores superiores, ya sean religiosos, políticos
o morales. La consideración de estos valores preeminentes permitían
establecer un justo equilibrio para evitar la “libertad desbocada”, el
libertinaje, desviaciones, herejías, revisionismos, etc.
Tradicionalmente, dos han sido los enfoques valorativos más
utilizados para analizar la cuestión de la libertad de prensa ante un
conflicto de derechos; las corrientes axiológicas respectivas se
denominan en este trabajo “utilitario-liberal” y de «justo equilibrio»
de derechos. Del estudio de la normativa positiva, tanto general como
especial, se puede ver que ésta adopta sustento de ambas tradiciones.
La Constitución Política del Estado vigente, por ejemplo, lo hace para
establecer derechos fundamentales, pero dentro de un marco restringido,
mediante «las leyes que reglamenten su ejercicio» (CPE, Art. 7º),
relativizando la libertad mediante la delimitación de su ejercicio,
mediante el equilibrio que proporcionan los intereses y valores de la
colectividad en su conjunto. Sin embargo, y si bien principios y
declaraciones constitucionales, enunciadas o implícitas, reconocen y
limitan el ejercicio de derechos fundamentales, también imponen
limitantes al ejercicio del poder concentrado mediante garantías de la
persona, según la tradición aquí designada como “personalista-liberal”.
Con la consolidación del liberalismo y hasta el pasado reciente,
la jurisprudencia extranjera ha tendido a otorgar un amparo preferencial
a la libertad de prensa, en vista del papel fundamental que tiene para
el funcionamiento de la democracia. La jurisprudencia de Estados
Unidos, por ejemplo, refleja consistentemente este enfoque. Sin
embargo, últimamente ha empezado a darse un giro muy importante
en favor de la persona, al tomarse conciencia de la necesidad de
proporcionar una compensación formal –para hacer efectivo el derecho
a la defensa del individuo– ante la evidente mayor dotación de poder
que ha alcanzado la prensa. La jurisprudencia de la Corte Suprema
de la Argentina, por ejemplo, refleja claramente este cambio, como
se ilustrará en la subsiguiente sección.
B.
Sistematización del marco axiológico
Históricamente se ha tendido a justificar las limitaciones al
ejercicio de la libertad de expresión en general y de la libertad de prensa
en particular porque éstas afectarían de valores e intereses de la
colectividad superiores a los valores e intereses de individuos
particulares. La censura previa se basaba justamente en ese tipo de
Con el fin de entender mejor la relación entre los valores que
entran en juego en la búsqueda de soluciones para los problemas
emergentes del ejercicio de la libertad de prensa, en general, y del
Derecho de Réplica en particular, se propone una sistematización del
marco axiológico de diferentes enfoques sobre la libertad. En un
esfuerzo taxonómico, se sistematizan y categorizan tres diferentes
enfoques de solución de conflictos y tres tradiciones o corrientes de
ponderación de la libertad en relación a otros valores.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
1.
Categorización según enfoques de solución de conflictos
La propuesta de sistematización se basa, en primer lugar, en
una distinción entre maneras de resolver problemas emergentes del
ejercicio de derechos, dependiendo de los aspectos que se tome en
cuenta o elija como pertinentes y suficientes: se designa como
“unidimensional” a la manera de resolver problemas que se concentra
–o enfoca– en la esfera de derechos únicamente; “bidimensional” a
la que además toma en cuenta la esfera de los deberes sociales
correspondientes a intereses de la colectividad; y “tridimensional” a
la que incluye también la esfera del poder.
Desde un punto de vista jurídico, el enfoque unidimensional
comienza por concebir el problema como un conflicto de derechos que
se puede solucionar comparando la jerarquía de los mismos y
resolviendo en favor del de mayor jerarquía. Cuando dos derechos son
de la misma jerarquía, la solución depende de la inclusión de un valor
jurídico adicional; en este trabajo se propone que para el enfoque
bidimensional los deberes sociales juegan normalmente una función
dirimidora: un conflicto de derechos de la misma jerarquía se puede
solucionar comparando la onerosidad de los deberes sociales de los
titulares de los derechos y se resuelve en favor del deber social
–o su contraparte, interés de la colectividad– más importante. Cuando
son de la misma jerarquía los derechos y de igual grado de obligatoriedad
los deberes sociales, la solución depende de la inclusión de la esfera
del poder; la manera tridimensional de resolver problemas emergentes
del ejercicio de la libertad propone que la diferencia en la dotación
de poder real debe jugar una función dirimidora, de acuerdo a la
hipótesis propuesta.
"OPINIONES Y ANALISIS"
circunstancias o condiciones sociales de las personas implicadas. La
complicación insoluble surge cuando dos derechos de la misma
“magnitud” se oponen. ¿Cómo se resuelve el conflicto entre dos
derechos equivalentes? Se tiene que recurrir necesariamente a otra
variable o dimensión.
Un enfoque bidimensional utiliza típicamente las dimensiones
de derechos y de deberes sociales. Estos se reflejan en relación a
intereses o valores de la colectividad en su conjunto, como la “moral
pública”, el “orden público”, la “seguridad nacional”, el “bien común”,
el “interés colectivo”. Lo importante es que la segunda dimensión
ofrece una solución al punto muerto o “impasse” al que llega el enfoque
unidimensional en caso de equivalencia de derechos. El conflicto entre
dos derechos de igual jerarquía o “magnitud” que se contraponen en
una misma dimensión puede ser dirimido en virtud de una ponderación
o valoración adicional, de acuerdo a los deberes sociales de los titulares
de los derechos y a la preponderancia de esos deberes sociales.
Pero, ¿cómo se resuelve el conflicto entre dos derechos
equivalentes contrapuestos si los deberes sociales en juego tienen
también igual ponderación? ¿Qué se hace, entonces, si se trata derechos
fundamentales equivalentes por estar ambos constitucionalmente
enunciados y los deberes sociales tiene igual peso? Nuevamente, se
tiene que recurrir necesariamente a otra variable o dimensión; esta vez
a una tercera.
El enfoque unidimensional es propio del derecho civil, que trata
de los derechos de las personas, básicamente en abstracción de las
Un enfoque trifacético o tridimensional incorpora como
dimensión adicional la del poder para efectos dirimitorios.
Precisamente, la propuesta de un enfoque trifacético parte del
reconocimiento de las insuficiencias de enfoques unidimensionales y
bidimensionales, debido a que es necesario considerar que la función
esencial del derecho positivo es servir de freno y contrapeso formal
95
96
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
al poder real ante casos de debilidad de la justicia. O sea, se trata de
compensar formalmente las asimetrías o diferencias que existen entre
las potencialidades y limitaciones psicológicas, sociales, culturales o
económicas de la persona en relación a su medio, y que se puede
denominar la “dotación de poder”.
Corresponde en gran medida cada uno de los tres enfoques
valorativos definidos con tres orientaciones, corrientes o tradiciones
axiológicas:
2.
a.
La Tradición «Utilitario-Liberal», manifiesta en la enunciación
de derechos fundamentales, y que considera la libertad de prensa
como un instrumento indispensable, aunque imperfecto, de la
soberanía popular y garantía contra el abuso del poder estatal,
para descubrir la verdad y sustentar el mantenimiento de un
sistema democrático.
b.
La Tradición del «Justo Equilibrio», manifiesta en las
limitaciones constitucionales a los derechos fundamentales, y
que considera posible la convergencia armoniosa de las
libertades y derechos fundamentales del hombre, dando para
tal fin una jerarquía definitoria a los deberes fundamentales
respecto a los intereses o derechos de la colectividad.
c.
La Tradición «Personalista-Liberal», manifiesta en las garantías
constitucionales y en las limitaciones constitucionales a la
concentración del poder armado, político, social, cultural o
económico, por constituir una amenaza al ejercicio efectivo de
la libertad, y que consecuentemente considera indispensable la
función formalmente compensadora del derecho ante la
desigualdad real.
Categorización según enfoques valorativos o tradiciones
axiológicas
La propuesta de sistematización se basa, en segundo lugar, en
la formulación esquemática de los enfoques valorativos de acuerdo a
las ponderaciones de relaciones con la libertad que establecen:
a.
Preeminencia de la relación entre Libertad y Verdad; ante la
dificultad de encontrar la verdad, la necesidad de la Libertad
Irrestricta.
b.
Preeminencia de la relación entre Libertad e Interés Colectivo:
ante el conflicto de derechos, la necesidad de Libertad
Equilibrada.
c.
Preeminencia de la relación entre Libertad y Poder; ante la
desigualdad real, la necesidad de la Igualdad Formal.
Los dos primeros enfoques son los mejor desarrollados por
varios autores e ilustran la tensión que existe entre la libertad de prensa
y la responsabilidad por su ejercicio. El tercer enfoque es propio de
una tradición de desconfianza en el poder, en general, y en la
concentración del poder, en particular.
Partiendo de la concepción “negativa” de la libertad, según
Isahías Berlin, se requiere establecer un ámbito mínimo de ejercicio
de la libertad personal cuyas fronteras sean inviolables por el poder
externo, estatal o particular.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
La “Tradición Utilitario-Liberal” define el contenido de ese
ámbito e incluye en el mismo a la libertad de expresión y de prensa,
se los llama derechos fundamentales. Sin embargo, esta corriente
axiológica no delimita la frontera. Es un costo que la sociedad y el
individuo deben asumir, porque cualquiera sea éste, bien lo justifican
los fines: la búsqueda de la verdad, el progreso y el mantenimiento
del sistema democrático. Pero el medio termina con el fin; la anarquía
con la libertad.
contemporáneo en la que la democracia, como sistema político de
participación de masas, se desenvuelve, para procurar mantenerla como
“una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno es la
condición para el libre desarrollo de todos” (Marx; 1848, p. 104). Así
concebida la democracia permite hacer efectiva “la independencia
individual”; en última instancia, asegura la dignidad de la persona, que
es el objeto de un Estado de Derecho.
La “Tradición de Justo Equilibrio” delimita la frontera de ese
ámbito de “libertad negativa”, en consideración de los derechos de la
colectividad-bien común, interés público, seguridad nacional, etc. Este
sería el criterio para reglamentar, conforme a ley, el ejercicio de los
derechos fundamentales. Ahora el problema se convierte en cuán
reducidas pueden quedar las fronteras. Y de la tiranía de la anarquía
terminamos con el despotismo del orden arbitrariamente determinado
e impuesto, según el poder que detente la colectividad o quien se
atribuya la representación de sus evidentes intereses. Nuevamente, el
medio termina con el fin.
C.
Aplicación y manifestaciones jurídicas del marco axiológico
propuesto
1.
Aplicación teórica general de la categorización de los
enfoques valorativos
La superación la provee la “Tradición Personalista-Liberal”:
el contenido y la delimitación de la frontera del ámbito mínimo de
libertad inviolable está dado por la consideración de la dignidad de
la persona. Aquí está el fundamento de las garantías constitucionales
que deben respetarse y protegerse sin importar razón política, religiosa,
científica, económica, cultural, o social de cualquier índole; por mucha
desigualdad que exista en esas condiciones que diferencian a las
personas, las garantías constitucionales nos igualan formalmente.
La solución a problemas emergentes del ejercicio de la libertad
de prensa depende de determinar cuándo es más conveniente aplicar
el enfoque propio de una corriente de pensamiento valorativo o de la
otra. En procura de una respuesta general, se puede apelar a y aplicar
fundamentos propios del derecho político que sustentan otros principios
constitucionales: si lo que subyace es la relación entre la libertad y
el poder; entonces, el papel del derecho es la compensación formal
de desigualdades en la dotación real de poder para maximizar el ámbito
de ejercicio de la libertad. Es la tradición aquí denominada como
“Personalista-Liberal” la que da prioridad al tratamiento de esta
cuestión.
La “Tradición Personalista-Liberal” toma en cuenta la realidad
de la concentración de poder tecnológico, económico y cultural
La normativa positiva también manifiesta elementos propios
de este enfoque mediante disposiciones que establecen la función
compensatoria formal de la ley. Los tres enfoques valorativos así
identificados pueden ser aplicados –mediante la ponderación, selección
99
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"OPINIONES Y ANALISIS"
y adopción de uno de ellos y de la tradición axiológica respectiva–
para tratar un caso en cuestión. En la economía, el enfoque que toma
en cuenta las diferencias en las dotaciones de poder real ha sido
desarrollado para la regulación de mercados con competencia
imperfecta, apelando a la ley para perfeccionarla formalmente.
de la libertad de otro. El resultante cambio en enfoque permite dilucidar
los problemas emergentes del ejercicio de la libertad por parte de una
persona cuando otra puede, sin tutela jurisdiccional, quedar inerme.
2.
Este esfuerzo de categorización permite, por un lado, analizar
las fortalezas y las debilidades o insuficiencias de las tres tradiciones
axiológicas. Se puede mostrar la relevancia de los argumentos de la
necesidad práctica y utilitaria de la libertad irrestricta de prensa en
su papel frente al poder, especialmente estatal, así como de los
argumentos en favor de un «justo equilibrio» entre derechos. Pero,
sobre todo, se trata de fortalecer el argumento de la necesidad de evitar
o por lo menos, minimizar, el abuso del poder que la prensa ha llegado
a ejercer, además de aquel del cual ella resulta vulnerable. Esto permite
probar que “es necesario tomar en cuenta la dimensión del poder para
solucionar problemas emergentes del ejercicio de la libertad (de los
derechos fundamentales), para que ante la existencia de desigualdad
en la dotación real de poder, el derecho/la ley cumpla su función de
compensación formal, oponiendo al abuso de poder el principio de
igualdad”.
Aplicación teórica de la categorización al Derecho de
Réplica
Teóricamente, el bien a ser jurídicamente protegido puede ser
la libertad de prensa, el interés social, la seguridad nacional, el honor,
la imagen, entre otros. Sin embargo, en los hechos, por diferencias
en la dotación de poder entre detentadores de derechos, tiende a ejercer
más efectivamente los suyos el que es más fuerte. La cuestión ante
el juez se convierte, consecuentemente, de un conflicto directo entre
derechos fundamentales –la libertad de prensa versus el derecho de
la personalidad/la seguridad nacional/la moral pública– a una cuestión
en que es función del juez hacer prevalecer formalmente el principio
de igualdad, tutelando el derecho efectivo a la defensa y restitución
En un caso en que una persona sea afectada por el ejercicio
de la libertad de prensa, partiendo del supuesto que ésta se encuentra
en condición de superioridad en detentación de poder real, por la
limitación de aquella a exponer adecuadamente aspectos
reivindicativos, desde su punto de vista surge la pregunta: ¿cuál es
el bien jurídicamente protegido? Desde un enfoque unidimensional,
la respuesta sería el honor, la imagen u otra faceta del derecho a la
personalidad. La tradición Utilitario-Liberal sustentaría directa e
ilimitadamente un Derecho de Réplica, en aras de descubrir la verdad.
Desde un enfoque bidimensional, podría estar afectado, de alguna
manera, el interés colectivo, y, por lo tanto, la Tradición de Justo
Equilibrio sustentaría la necesidad de definir el bien jurídicamente
protegido en consideración a los derechos de la colectividad, por
ejemplo, la seguridad nacional, en un extremo, la moral pública, u otro
similar. El ejercicio de un Derecho a Réplica no sería ilimitado. Según
un enfoque tridimensional, el bien que debe ser primordial y
jurídicamente protegido es el derecho efectivo y oportuno del derecho
a la defensa. La Tradición Personalista-Liberal sustentaría, un Derecho
de Réplica, pero necesariamente ilimitado, por no ser el fin principal
descubrir la verdad, sino por la necesidad de compensación formal.
Esta, además sustentaría que la onerosidad de hacer adecuada la
reivindicación recaiga sobre el más fuerte; para la Tradición UtilitarioLiberal la cuestión de asegurar la suficiencia de la reivindicación y
por lo tanto de la carga es incidental, no esencial.
101
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"OPINIONES Y ANALISIS"
Para la Tradición Personalista-Liberal, la inclusión de la libertad
de expresión mediante la prensa en el ámbito de inviolabilidad de la
libertad debe tomar en cuenta que la opinión de un poderoso no
perjudique la libertad de uno más débil. Si es el Presidente de la
República el afectado por un artículo de prensa que, según él, afecta
su capacidad gubernamental, la reivindicación es virtualmente
automática: tiene acceso a cobertura por los medios de comunicación
masiva, sin necesidad de mayor protección compensatoria. Se
cumplirían los fines de las Tradiciones Utilitario-Liberal y PersonalistaLiberal. La Tradición de Justo-Equilibrio, en cambio podría sustentar
que se debería tomar en cuenta el interés colectivo: el desacato afecta
la investidura, el orden público. Por lo tanto, justificaría como
reivindicación de orden público el penalizar adicionalmente al
articulista. Para un enfoque tridimensional, una compensación adicional
en un caso como éste requeriría que el artículo hubiese afectado en
grado tal la dignidad del Presidente como persona, no como autoridad,
que pueda haber causado perjuicio no sólo en el ejercicio de la actividad
criticada sino en otros ámbitos de la libertad personal del criticado.
El ejercicio de la libertad de prensa puede ser limitado, en protección
de los derechos del débil. El enfoque tridimensional pondera la Libertad
de Prensa y el derecho a la protección de la dignidad y para hacer a
ésta efectiva, evitando imbuirla de una valoración social, enfatiza el
derecho a la defensa inmediata y efectiva.
En Estados Unidos aún tiende a ser predominante la corriente
aquí denominada “Utilitario-Liberal”. La valoración de la función
estructural que juega la prensa para la democracia y de la búsqueda
de la verdad conducen a rechazar todo intento de “coerción
gubernamental” o de “compulsión privada” a publicar en aplicación
del Derecho de Réplica. Sin embargo, aunque sea en disidencia, se
reconoce también que la acción de libelo es insuficiente, debido a que
“al ciudadano promedio le ha resultado imposible obligar a la prensa
a que cuente su versión de la historia”. Las siguientes palabras del
Ministro White son contundentes:
3.
Manifestaciones jurídicas de la categorización en relación
al Derecho de Réplica
Los fallos de tribunales supremos sirven para ilustrar la
aplicación de los enfoques valorativos categorizados y manifiestan
también el cambio que se viene dando en favor de la protección del
individuo, en virtud de la apreciación del creciente poder de la prensa.
103
“Para mí es casi absurdo menospreciar la dignidad
individual –como la Corte lo hace en Gertz– y dejar a la gente
totalmente a la merced de la prensa, al menos en esta etapa
de nuestra historia en que la prensa, como tan bien documenta
aquí la opinión de la mayoría, se está haciendo más poderosa
y menos fácil de ser frenada mediante amenazas de procesos
de libelo”. (Fayt; p.187)
En Argentina, la Corte Suprema ha dado un giro significativo
en la aplicación del Artículo 14.1 del Pacto de San José, que ha sido
incorporado al derecho interno de dicho país como al del nuestro. En
1987 rechazaba la operatividad del Derecho de Réplica porque “la
ausencia de reglamentación legal impide tenerlo como derecho
interno”. La obligatoriedad de publicar la respuesta violaría el principio
de reserva o de legalidad constitucional expreso y contenido en el Art.
19 de su Constitución y concordante con el Art. 32º de la Constitución
Política del Estado de Bolivia: “Nadie está obligado a hacer lo que
la Constitución y las leyes no manden”. Un año después rechazaba
la aplicabilidad del Derecho de Réplica debido a las “dispares
definiciones que se han dado al citado instituto” y por la “falta de
104
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
un criterio unívoco sobre los alcances del derecho invocado ... lo que
impide ... tener a aquel como incorporado implícitamente a nuestro
derecho positivo” (Fayt; 194). En 1992, en cambio, la Corte Suprema
reconoce la vigencia y validez del Art. 14 del Pacto de San José,
incluyendo entre sus consideraciones los argumentos del demandante,
M.A. Ekmekdjian, así como la legislación y jurisprudencia comparadas
respecto al papel del Derecho de Réplica como “remedio legal inmediato
a la situación de indefensión en que se encuentra el común de los
hombres...” tomando en cuenta “un injusto reparto de poderes sociales
que exige ser corregido a través de mecanismos razonables y
apropiados”. (Fayt, 197).
de información, el derecho de rectificación o respuesta y el derecho
a la protección de la honra”. Luego, reconociendo el papel estructural
de la libertad de prensa para el desenvolvimiento de la democracia,
continúa afirmando que, por otra parte, “esta libertad debe estar
equilibrada”.
También refleja las tres tradiciones axiológicas aquí
categorizadas la Opinión Consultiva OC-7/86 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, solicitada por el Gobierno de
Costa Rica respecto a la “Exigibilidad del Derecho de Rectificación
o Respuesta” con base en los Artículos 14.1, 1.1 y 2 del Pacto de San
José. La Corte considera no sólo el derecho al respeto de la honra y
reconocimiento de la dignidad de la persona, sino también el Artículo
32.2 del mismo tratado internacional:
“Los derechos de cada persona están limitados por los
derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las
justas exigencias del bien común, en una sociedad
democrática”.
Se resalta la valoración de los intereses de la colectividad como
elemento dirimitorio de las pretensiones de los individuos, que es una
ponderación propia de la Tradición de Justo Equilibrio. Así mismo,
en una de las opiniones se considera que “debe garantizarse el justo
equilibrio y la armonización concreta, en cada caso, entre la libertad
105
En contraste, llamaría la atención, si no fuese por la preeminencia
de la Tradición “Utilitario-Liberal” dominante en Estados Unidos, la
escueta opinión del Presidente de la Corte Interamericana, Buergenthal,
justamente de los Estados Unidos, que resalta que el Art. 14.1 “fue
simplemente concebido para autorizar, pero no para exigir, a los
Estados Partes establecer” el Derecho de Réplica, considerando la
cuestión como “un asunto de derecho interno”. Se notará que ésta era
la jurisprudencia vigente en la Argentina hasta 1992, mediante la cual
no se consideraba aplicable el Derecho de Réplica.
V.
RECOMENDACIONES
La aplicación del Derecho de Réplica en Bolivia requerirá, en
procura de su plena efectividad, de las siguientes consideraciones:
Tomando el ejemplo de Costa Rica, convendría someter el
inciso 3 del Art. 64 de la Ley de Imprenta a consulta ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, solicitando su opinión respecto
a la compatibilidad y suficiencia de dicho artículo, en cuanto a
reglamentación del Derecho de Réplica se refiere, con y en relación
al Artículo 14 del Pacto de San José.
Internamente, el Tribunal Constitucional podría absolver una
consulta sobre la constitucionalidad de la Ley de Imprenta en lo
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"OPINIONES Y ANALISIS"
aplicable al Derecho de Réplica, tomando en cuenta los artículos de
la Constitución Política del Estado que mejor lo sustentan.
Finalmente, para dar mayor efectividad a la protección de la
dignidad de la persona, convendría elevar a jerarquía constitucional
los derechos de la personalidad.
A pesar de la confirmación y consolidación del Derecho de
Réplica mediante medidas como las anteriores, sin embargo, su ejercicio
puede resultar más complejo: el ordenamiento jurídico boliviano se
caracteriza por la aplicación dogmática y legalista de la normativa
positiva. Si bien tal aplicación se justifica por la seguridad jurídica
que proporcionaría, para evitar la “tiranía de los valores”, en palabras
de Kelsen, o la “tiranía de los jueces”, se reconoce que para solucionar
problemas y conflictos emergentes del ejercicio de derechos
fundamentales se requiere de una práctica más jurisprudencialista. Esta
permitiría ponderar e interpretar de manera más dinámica el conjunto
del ordenamiento jurídico y la pertinencia de los diferentes enfoques
axiológicos según el caso. Como ejemplo adicional, permitiría la
aplicabilidad del denominado “Bloque Constitucional”, que en
Colombia otorga jerarquía constitucional a las normas internacionales
de derechos humanos.
Un mayor grado de activismo judicial mediante
jurisprudencialismo permitiría lo que Daniel O´Donnell denomina “la
interpretación teleológica de los derechos humanos”, dando un mayor
papel a la analogía y a la equidad en la jurisdicción, para hacer más
efectiva tanto la libertad de prensa como la protección del más débil,
sea éste un periodista o un ciudadano común.
107
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"OPINIONES Y ANALISIS"
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LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD: Bases para la
reglamentación de la publicidad en Bolivia
Los anunciantes, los medios de comunicación y las agencias
de publicidad, por su parte, deben estar concientes de su responsabilidad
ante los consumidores y tener un firme interés en que la publicidad
sea regida por una serie de reglas claras de conducta que
institucionalicen la veracidad y la honestidad de los mensajes,
contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Es también
necesaria la libre articulación y concordancia de los intereses personales
y colectivos de las diversas instituciones relacionadas con la industria
publicitaria, para que se puedan aplicar las normas que se establezcan.
Sonia A. Velasco Cirbián
La libertad y la responsabilidad en la publicidad son conceptos
esenciales a tomar en cuenta en el desarrollo de las bases para la
regulación de la actividad publicitaria en nuestro país.
La publicidad, como forma de expresión debe gozar de libertad,
tal como establecen el artículo noveno de la Carta de Derechos Humanos
de la Organización de Naciones Unidas y el artículo séptimo de la
Constitución Política del Estado boliviano. Recordemos que nuestro
sistema económico está basado en principios democráticos como la
libertad de empresa y la iniciativa privada dentro de los límites del
bien común e implican, consecuentemente, la existencia de claros
deberes de responsabilidad social que armonicen las actividades
particulares con los objetivos supremos del desarrollo del país y del
bienestar de sus habitantes.
La libre y leal competencia en el mercadeo de productos y
servicios requiere de la publicidad y de los medios de comunicación
para poder suministrar a los consumidores información que les facilite
una adecuada selección en cuanto a calidad y precio. La publicidad
es un importante factor de desarrollo socio-económico en cuanto
proporciona fondos para hacer posible a los medios de comunicación
el cumplimiento de sus funciones como transmitir cultura, informar
y entretener a la sociedad, permitiéndoles a los individuos, a su vez,
un libre acceso a los mismos medios.
109
Actualmente, al estar regidos por un “estado de derecho global”,
es imperativa la necesidad de controlar los diversos y nuevos fenómenos
sociales que aparecen y se expanden constantemente con las nuevas
tecnologías en el ámbito de las telecomunicaciones. La publicidad es
uno de estos fenómenos que requiere regulación inmediata, dada su
importancia dentro del marco de la sociedad capitalista de consumo.
En el umbral de un nuevo siglo, la falta de reglamentación en
materia publicitaria en nuestro país es notable y preocupa a las diversas
instituciones sociales por el incierto panorama que en el futuro se
vislumbra para la publicidad; ya que ésta, además de su natural función
económica, también cumple una función social generalmente olvidada.
Recordemos las palabras de Neira Bontis cuando dice que “la publicidad
es uno de los factores más importantes para la creación y mantenimiento
de la industria cultural, porque además de los medios de comunicación,
invade todos los espacios de la vida cotidiana con vallas publicitarias
en las calles, panfletos, puntos de venta, etc. La publicidad promueve
sentidos de vida, apela a imaginarios, alimenta sueños y modifica
costumbres, gustos, valores y modos de pensar y actuar; sin embargo,
nuestras sociedades (a excepción de los publicistas) saben aún muy
poco de sus capacidades, de su grado y modo de influencia, y de los
mecanismos a partir de los cuales se va instalando en la realidad social,
110
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
en los grupos y en los individuos” (Neira Brontis, 1990, 5). El autor
Tallón García concuerda y agrega: “atribuir a la publicidad una concreta
misión educativa supondría un despropósito; pero desperdiciar su
contribución educativa y descuidar su responsabilidad equivaldría a
desnaturalizarla” (Tallón García, 1.978,182).
Si bien las leyes de Estado tienen mayor alcance y autoridad,
la burocracia estatal se puede hacer pesada; mientras que un código
de autorregulación manejado dentro del mismo rubro puede ser más
técnico y ágil a la hora de resolver los problemas. Además, en nuestro
país, cuando el Estado interviene aparece la sombra de la corrupción,
aún más considerando que muchos de los políticos tienen intereses
personales y económicos en los medios de comunicación.
La actividad publicitaria en Bolivia es relativamente joven ya
que no excede las tres décadas desde su inicio; sin embargo, su contínuo
desarrollo ha alcanzado niveles de extrema importancia, que
representan, incluso, la sobrevivencia para la mayoría de los medios
de comunicación.
A medida que la tendencia general es hacia la desregulación
y la disminución del rol del Estado en los diversos ámbitos de la vida
económica de los países, incluidas las telecomunicaciones, los aspectos
éticos y legales se vuelven más necesarios para controlar los posibles
abusos. Ciertos excesos por parte de algunos anunciantes, medios de
comunicación y agencias publicitarias, obligaron hace algunas décadas
a varios países capitalistas a intervenir en beneficio del consumidor,
regulando la publicidad de aquellos productos cuya repercusión social
así lo exige. A su vez, la autorregulación publicitaria iniciada en 1937,
llegaba a su máxima expresión con la adopción de diversos tipos de
pactos, signo inequívoco que la era de la autodisciplina había llegado
(Código Publicitario Colombiano de Autorregulación del 24 de octubre
de 1980).
Autorregulación versus ley de Estado
Son varias las modalidades a la hora de establecer normas, pero
vamos a concentrarnos en dos: las leyes estatales y los códigos internos
que asumen los interesados en cuestión.
111
Creemos que la propuesta de un código de autodisciplina
planteado por el propio rubro de los publicistas, los empresarios o
anunciantes y los medios de comunicación sería la forma más rápida
y efectiva de regular la publicidad en el contexto actual, dado que para
lanzar un proyecto de ley se necesita un previo periodo de debate social
y político que puede prolongarse en el tiempo. El código de
autorregulación podría ser como una especie de ensayo o paso previo
para que luego se concrete la ley mejorando y perfeccionando el alcance
del código. Además, la voluntad que implica la firma de un compromiso
por parte de los interesados, deja en claro que se ha tomado conciencia
de la responsabilidad que ellos tienen para con la sociedad.
Marco legal
En Bolivia hay algunas leyes y Resoluciones Ministeriales
(RM) dispersas que se aplican al ámbito de la publicidad.
En el Código de Comercio (1977) se definen y regulan algunos
actos de competencia desleal donde se puede incluir cierto tipo de
publicidad comparativa. La Ley General de Telecomunicaciones
(1995) prohíbe –aunque no define- la utilización del procedimiento
de percepción subliminal.
112
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La Ley de Derechos de Autor (1992) prohíbe el plagio y protege
la propiedad intelectual.
Consumidor” aprobada en 1995, que tiene un capítulo sobre publicidad
que, en algunos aspectos, como el de publicidad engañosa y el de
publicidad comparativa, es muy específica; sin embargo, dicha
Ordenanza no se aplica, pues su respectivo reglamento no se ha aprobado
todavía, y no existen planes para hacerlo. La otra es la Ordenanza del
“Reglamento de la Publicidad” aprobada en 1997. En ella únicamente
se regula el espacio físico en el que se pueden colocar o hacer anuncios,
tanto en vías públicas como privadas. La reglamentación de contenido
es prácticamente nula; sólo existe un artículo (que no se cumple) que
estipula que dentro de las salas de espectáculos de todo tipo los anuncios
deben estar autorizados por la autoridad correspondiente con la finalidad
de que no se emitan mensajes cuyo contenido exprese violencia,
pornografía, drogadicción, vicios, destrucción de la familia o de los
valores morales de la comunidad.
La Ley de Medicamentos (1996) estipula que sólo los
medicamentos de venta libre (OTC) están sujetos a publicidad masiva
e impone algunas limitaciones para ésta. Por ejemplo, que toda la
publicidad debe contar con la previa autorización del Ministerio de
Salud, que el lenguaje usado en los mensajes no provoque miedo o
angustia y, por último, prohíbe la distribución de muestras gratuitas
de productos para el público en general.
El Código de Salud (1978) indica que todos los mensajes
publicitarios de bebidas alcohólicas y tabaco deben ser revisados y
autorizados por las autoridades de salud; además, dichos mensajes no
pueden contener argumentos que relacionen el consumo de estos
productos con el bienestar y salud física o mental, no pueden utilizar
como modelos ni dirigirse a niños o adolescentes, no pueden asociar
el consumo de estos productos a las situaciones de deporte, trabajo
u hogar, no se puede mostrar inhalando o expeliendo humo de cigarrillo
frente a un público real o aparente y, finalmente, todos los mensajes
de productos que contienen tabaco deben llevar la siguiente leyenda
impresa: “ESTE PRODUCTO ES NOCIVO PARA LA SALUD”.
Resumiendo, vemos que aunque existen varias regulaciones en
nuestro país, el vacío legal todavía es grande y justifica la creación
de un solo documento que abarque todas las variables de la publicidad.
Los intentos de regulación
A nivel departamental, en Santa Cruz hay dos Ordenanzas
Municipales relativas a la publicidad: la Ordenanza de “Defensa del
Además del Poder Ejecutivo y los Concejos Municipales como
entes protectores de la ciudadanía, también otras instancias sintieron
en su momento la urgencia de regular la publicidad, puesto que el
alcance del marco legal actual es insuficiente. Es evidente la necesidad
de ponerle mayores límites a la libertad publicitaria que muchas veces
ha abusado de la confianza del consumidor. Por eso, algunas
instituciones intentaron reglamentar ciertos aspectos. Este es el caso
de algunos comités cívicos departamentales que, con su afán moralista,
han tratado de censurar más que nada el uso de la mujer –más
113
114
Las Resoluciones Ministeriales existentes refuerzan y repiten
parte de lo que ya se mencionó del Código de Salud y se impone el
horario de las 21:00 horas como mínimo para emitir publicidad de
bebidas alcohólicas y tabaco en los medios de comunicación
audiovisuales.
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
específicamente del cuerpo femenino– como objeto de atracción en
la publicidad.
ciudadanos en cuanto a su salud mental, a no ser engañados con técnicas
de mercadeo inescrupulosas y también a su derecho de no ser
discriminados por estereotipos.
Los organismos relativos a la actividad publicitaria también se
han preocupado de redactar proyectos de ley e incluso gestionarlos
con el gobierno; sin embargo, no hay resultados positivos hasta hoy.
Nos referimos específicamente a la Asociación Cruceña de Empresas
Publicitarias (ACEP). Sus representantes argumentan que una de las
razones principales del fracaso es la falta de voluntad política.
Según investigación propia, los proyectos más completos en
materia los realizó la Asociación Boliviana de Agencias Publicitarias
(ABAP) entre las décadas del ochenta y del noventa; sin embargo, estos
proyectos son incompletos desde la óptica general, ya que se ocupan
mayormente de regular la parte operativa de la actividad, es decir, se
ocupa de cómo debe ser la relación de las agencias con los anunciantes
y con los medios de comunicación. Son proyectos que básicamente
protegen la existencia y funcionamiento de las agencias de publicidad.
Es preciso aclarar algo importante. Todas las instituciones del
gremio publicitario –sean departamentales o nacionales– no agrupan
el total de las empresas y más bien se constituyen por una minoría
de ellas. Son muy pocas las empresas estables que han logrado subsistir
a través de los años. Este es otro de los motivos por lo que los diferentes
intentos de regulación no han llegado a consolidarse.
Estamos seguros de que el análisis de los problemas éticos que
se presentan actualmente en la publicidad y el posterior establecimiento
de las normas que se requieren para regular las situaciones de conflicto,
van a resultar inevitablemente en un mayor nivel de conciencia sobre
la función social de la publicidad en el ámbito profesional de la
comunicación.
Los resultados de una investigación
En el Trabajo Final de Grado presentado en 1998 y titulado
“Bases para la elaboración de un código de ética publicitaria” de la
Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA), se realizó una investigación
que se divide en tres áreas. (Aclaramos que aunque el trabajo de campo
tomó como base el departamento de Santa Cruz, los resultados pueden
ser fácilmente aplicables al resto del país).
Primero:
Lo que falta por hacer
La primera de las tres áreas mencionadas se refiere a la
recolección de material de publicidad que haya incurrido en faltas
éticas. Se tomó un total de 42 muestras encontradas con relativa
facilidad que sirvieron como prueba de existencia y también sirvieron
como ejemplo de los tipos de faltas.
En realidad, lo que urge más es un proyecto global, pero bajo
la perspectiva del consumidor; un proyecto que beneficie a todos los
Se estudió dos casos de publicidad de tipo comparativa que caen
en el marco de la competencia desleal, ya que en ellos se desmerece
115
116
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
la calidad de los productos de la competencia con argumentos de tipo
subjetivo.
Se descubrió que en muchos mensajes publicitarios se muestra,
y a veces se incita, a comportamientos inadecuados y en ocasiones hasta
ilegales. Por ejemplo, actitudes machistas, actitudes regionalistas
discriminatorias, situaciones de peligro como mostrar la conducción
de vehículos a altas velocidades y sin prudencia; otro caso es el de
asociar la ingestión de bebidas alcohólicas mientras se conduce, o la
ingestión de estas bebidas en plena vía pública. La violencia y algunos
actos delictivos son también elementos negativos presentes en algunos
anuncios; y finalmente, el horario inadecuado para anuncios con fuerte
contenido sexual que no deberían emitirse en horarios de protección
a los niños.
En cuanto a la publicidad de bebidas alcohólicas se encontró
que es frecuente el uso de modelos menores de edad (incluso de
quinceañeras), quienes aparecen en la pantalla de televisión tomando
las bebidas. Este hecho es sumamente importante aunque no lo aparente.
En sicología se estudia el fenómeno de la “identificación”, el cual indica
que las personas idealizamos nuestro “yo” y lo proyectamos a través
de los modelos que nos presentan en los medios de comunicación; por
lo tanto, los jóvenes que ven a otros jóvenes “modelos” consumiendo
bebidas alcohólicas en los medios e incitando a la audiencia a
consumirlas, van a tener la tendencia de imitarlos porque se identifican
con ellos; y mientras más jóvenes se presente, más jóvenes van a
empezar a imitar la conducta. Es interesante como en algunos países
europeos se recomienda a los publicistas que para anunciar productos
como cigarrillos y bebidas alcohólicas, se utilicen modelos que sean,
o aparenten ser, de edad mediana o madura, precisamente para evitar
este fenómeno y proteger a los jóvenes de que no se inicien en el
consumo de estos productos desde muy temprana edad (Barroso, 1984).
Se encontró también publicidad dudosa y con tendencia al
engaño relacionada a productos como detergentes, cosméticos,
alimentos y otros. Las técnicas más utilizadas son los falsos testimonios
o testimonios pagados, las falsas demostraciones o demostraciones
“montadas” de como actúa el producto, y finalmente, los productos
que prometen muchas cosas que son casi imposibles de comprobar.
Existen varios testimonios de gente que se ha sentido engañada porque
después de comprarlo, el producto no cumplió con las promesas de
la publicidad.
117
Se encontró también muchos casos de plagio, tanto de música
como de imágenes gráficas de prensa y de televisión. Se revisó varios
anuncios de ofertas confusas y sin especificación que, con o sin
intención del anunciante, pueden conducir a error o a la decepción del
consumidor a la hora de adquirir el producto ofertado.
Se aplicó el análisis semiótico que propone el autor Gómez
Orejuela a aquellos mensajes que tienen mayor contenido y elementos
de tipo subjetivo, y que, por ende, la falta ética a comprobar es más
difícil. Es el caso de los mensajes que utilizan estereotipos sociales
regionalizados como el “camba y el colla”, y también de los mensajes
que utilizan el cuerpo femenino para atraer la atención del público.
En ambos se comprobó que los anuncios causaban cierta susceptibilidad
por parte de los sectores referidos de la población.
En el caso de anuncios que utilizan estereotipos sociales
regionalizados, se concluyó que en muchas ocasiones éstos tienden a
reforzar y perpetuar prejuicios sociales que alejan unas culturas de otras
y, por tanto, en cierta forma, resultan ser discriminatorios. Para los
mensajes –muy frecuentes– que utilizan el cuerpo femenino como
118
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
principal atracción, se concluyó que estos anuncios contribuyen al
estereotipo de mujer cuyo valor está centrado en la belleza física. Y
aunque es debatible si esto es ofensivo para la dignidad de las mujeres,
sí se deben plantear algunos límites para regular esta situación. De
estos límites hablaremos luego en la propuesta.
que se conforman para la autorregulación de la publicidad tienen
carácter independiente o autónomo y están compuestas por
representantes de las agencias publicitarias, los anunciantes o sector
empresarial, los medios de comunicación y, en algunos casos, por
organizaciones que representan a los consumidores.
Segundo:
Sobre la responsabilidad por el anuncio o publicidad, todo
apunta a que el anunciante es el principal responsable en caso de
cometer faltas; sin embargo, no se deslinda la culpabilidad de la agencia
y del medio de comunicación, ya que por su parte la agencia tiene que
asesorar al anunciante y el medio no debe emitir anuncios que estén
fuera de las normas.
La segunda área de investigación concierne a la revisión de los
códigos de ética publicitarios que rigen en otros países con el objetivo
de analizar los puntos interesantes para incluirlos en una propuesta
nacional y también con la finalidad de ver la tendencia internacional
y, de esa manera, contextualizar.
Se revisó ocho códigos, considerados los más completos de
países de las tres Américas y de Europa. En rasgos generales, todos
postulan principios básicos en la publicidad como la veracidad, la
honestidad, la decencia, la legalidad, la responsabilidad social, la libre
y leal competencia, el respeto a la persona, a la familia y a las
instituciones establecidas, el no favorecer o estimular ninguna clase
de discriminación, la protección a la intimidad y a la ecología, y la
identificación clara de la publicidad.
Luego se constató que hay diversas categorías que varían según
el país. Algunos códigos son más específicos y estrictos que otros; no
obstante, en los rubros de medicamentos, bebidas alcohólicas,
cigarrillos o tabaco en general, y en la publicidad dirigida a niños, es
donde se observa mayor atención.
Las sanciones que se prevén van desde llamadas de atención
para corregir o retirar la publicidad, hasta multas económicas y clausuras
temporales o definitivas de los infractores.
Un punto que es importante aclarar es que en la mayoría de
los países existen también leyes estatales que regulan la publicidad
y que complementan, refuerzan y, sobre todo, aseguran los
compromisos asumidos por los participantes con la firma de los códigos
de ética, dándose el caso de naciones en las que las leyes son mucho
más completas y específicas que los códigos de autorregulación, como
sucede en Estados Unidos de Norteamérica.
Tercero:
Por otro lado, se revisó la forma de operar de los “entes” creados
para hacer cumplir las normas estipuladas. En síntesis, las entidades
La última área de investigación que queda por explicar tiene
que ver con lo que se denomina investigación cualitativa para conocer
las diferentes posiciones locales respecto a la ética que se debe manejar
en la publicidad. Para esto se utilizaron dos técnicas. Una, la de las
119
120
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
entrevistas en profundidad realizada a treinta personas de tres grupos
de interés:
En las entrevistas y en los grupos focales se abordó el tema
de la cantidad de publicidad que se emite en los medios de comunicación,
llegando a la fácil conclusión de que existe mucha (sobre todo en los
medios audiovisuales) y que los medios deberían restringirse –según
normas internacionales– a 12 minutos de publicidad por cada hora de
emisión de programación.
-
Profesionales de la publicidad en ejercicio,
-
Autoridades que
representativas y,
-
Profesionales reconocidos y destacados en varias ramas sociales
y jurídicas.
representan
algunas
instituciones
La otra técnica utilizada fue la de los grupos focales que
representan a la sociedad en su conjunto. Se realizaron cuatro dinámicas
siguiendo el criterio de semejanzas en las variables de sexo, edad,
origen, nivel socio-económico y ocupación.
En los resultados vimos que tanto los entrevistados como los
participantes de los grupos focales han reconocido la necesidad urgente
de regular la publicidad debido a los abusos continuos que se cometen.
Sin embargo, hay algunas diferencias notables en cuanto a “qué” y
“cómo” se debería regular. Para exponer estas diferencias hemos
separado las respuestas en dos grupos.
Los de un grupo son más liberales y opinan que solamente deben
imponerse principios básicos generales, para que, luego, se encargue
la mano invisible del mercado. De esa manera no se limitaría la
creatividad de los publicistas. Los del segundo grupo piensan que
mientras más regulaciones existan queda menos espacio subjetivo;
además, porque mientras más restricciones se planteen, el nivel de la
calidad de la publicidad va a subir, pues se necesitarán recursos más
creativos e innovadores para llegar al público objetivo.
121
De manera general, se coincidió en que los productos para los
cuales se debe tener mayor “mano dura” por su directa relación con
la salud del consumidor, son el tabaco y las bebidas alcohólicas. Y
más que la preocupación por la publicidad subliminal –sobre la cual
hay mucha confusión en cuanto a su definición– la hay por los “mensajes
entre líneas” que son más frecuentes y muchas veces son más dañinos.
Estos mensajes entre líneas son mayormente las “asociaciones de
ideas”, por ejemplo, asociar los conceptos de libertad, virilidad, amistad,
civismo, patriotismo y otros de ese mismo tipo a productos como la
cerveza.
Bases para una reglamentación
A modo de ensayo, proponemos a continuación la estructura
base que creemos debería tener un proyecto que regule la publicidad,
ya sea éste una ley o un código autodisciplinario. Damos por entendido
que lo propuesto aquí está sujeto a estudios posteriores que indiquen
las modificaciones necesarias.
En una primera parte del proyecto deben plantearse los
antecedentes y las consideraciones que se han tomado en cuenta para
llegar a la reglamentación. Después, se debe explicar los objetivos y
alcances del documento, es decir, qué es lo que se quiere conseguir
con él y a quiénes afecta.
122
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Deberá también haber una parte denominada “terminología”,
en la cual se definan todos los términos que se utilizarán para no dar
lugar a malas interpretaciones posteriores. Términos claves para tomar
en cuenta son: “publicidad”, “producto”, “anuncio”, “consumidor”,
“anunciante”, “agencia de publicidad”, “medios de comunicación”,
etcétera.
valor, costo o precio de los productos, el uso de expresiones
promocionales y “ganchos” (por ejemplo el uso de la palabra “gratis”),
el lenguaje y el ambiente, el soporte de investigaciones científicas y
estadísticas, y los testimoniales entre otros.
Luego debe presentarse el marco general filosófico en el que
quedarán inmersas todas las normas. En él, deben estipularse todos
los principios básicos consagrados en los códigos de ética publicitaria
de otros países que ya hemos nombrado anteriormente, con la debida
adecuación a nuestro contexto. Por ejemplo, para proteger la intimidad,
en los anuncios no debe utilizarse citas o imágenes de personas vivas
sin previa autorización, y no se debe ofender las convicciones o
sentimientos de los descendientes de personas fallecidas cuya imagen
o cita aparezca en el anuncio.
En otros aspectos, debe protegerse la propiedad privada y en
ningún anuncio debe dañarse o estimular a dañar el medio ambiente
en todo su alcance. Tampoco deben permitirse anuncios que resten
importancia a la seguridad personal o que estimulen el uso peligroso
del producto ofrecido o, en todo caso, que no mencionen cuidados
especiales cuando estos sean necesarios para usar el producto.
En resumen, el anuncio no debe contener ningún tipo de
información o presentación visual que por implicación, manipulación,
omisión, exageración o ambigüedad pueda llevar directa o
indirectamente a engañar o defraudar al consumidor.
Especificaciones puntuales al respecto serían por ejemplo:
-
Que cuando se utilicen expresiones promocionales como “el
mejor”, “el único”, “el número uno” y otras similares, no
deberán referirse al producto en general, sino más bien a algún
elemento particular de ese producto y deberán estar siempre
avaladas por aspectos objetivos y verificables, como estudios
científicos, estadísticas y otros elementos técnicos.
-
Que el anuncio no debe inducir a confusión del consumidor en
lo referente a las características del producto, a la propiedad
industrial y/o intelectual del producto, al precio total que debe
pagarse por él, especialmente cuando se lo ofrece a crédito se
debe en lo posible tratar de especificar la cuota inicial, la tasa
de interés, los gastos adicionales, las condiciones de entrega,
de cambio, de devolución, de mantenimiento o de reposición
y finalmente, las condiciones y limitaciones de la garantía
ofrecida.
-
Que el anuncio que invite al consumidor a participar en rifas
o concursos a fin de promover las ventas, quien ofrezca
Con excepción de las campañas denominadas de expectativa,
debe regularse el contenido de todo mensaje de publicidad para que
ésta sea claramente identificable como tal, a fin de distinguirse del
material noticioso del medio y no confundir al consumidor.
En cuanto a la presentación verídica de la publicidad, deben
especificarse elementos como las descripciones, argumentaciones,
123
124
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
bonificaciones o regalos al consumidor, etc., deberá explicar
claramente las condiciones relacionadas con la promoción; a
modo de evitar que el consumidor sobrestime el valor de la
oferta.
-
Que el anuncio no se refiera a investigación científica o
estadística alguna que no tenga fuente identificable, responsable
y comprobable; y que el uso de datos parciales de los resultados
de estas investigaciones o estadísticas no lleve a conclusiones
distorsionadas.
-
Que el anuncio haga buen uso del idioma español y limite a
casos excepcionales el uso de modismos o formas de expresión
extranjeras.
-
Que el uso de la palabra “gratis”o de cualquier otra expresión
de idéntico significado sólo sea admitido en el anuncio cuando
no hubiera realmente costo alguno para el consumidor. Es
indispensable que se informe en los casos que existan pagos
adicionales como gastos postales, impuestos u otros.
-
Que el ambiente general o escenario montado que se presenta
en el anuncio no lleve a falsas conclusiones al consumidor. Por
ejemplo, sería incorrecto publicitar un producto medicinal en
un ambiente hospitalario como dando a entender que ese
producto está avalado por esa institución de salud. En todo caso,
si existe un aval verdadero debe ser expresado claramente.
vestidos con uniformes o atuendos característicos de una
profesión, oficio u ocupación –de médicos por ejemplo– no
deberá inducir a error y será siempre limitado por las normas
éticas de la profesión, oficio u ocupación aludidas. Es decir,
se debe prohibir que una persona que no sea de la profesión
a la que alude su vestimenta y el ambiente en que se encuentra,
avale el producto como si lo fuese. El uso de dobles dependerá
de la autorización de la persona imitada.
Para la publicidad comparativa deben presentarse algunas
limitaciones bajo el principio básico de la “objetividad” en la
comparación. Por ejemplo, que lo que se argumente sea comprobable,
que no se cree confusión entre productos y marcas, que al comparar
productos de diferentes precios o diferentes épocas se aclare tal
situación.
Para la publicidad que afecte a los niños se debe respetar su
ingenuidad, credulidad, inexperiencia y sentimiento de lealtad. No se
los debe ofender moral o verbalmente. Tampoco insinuar sentimientos
de inferioridad al menor que no consuma el producto ofrecido. También
hay que tener cuidado en no desacreditar la autoridad o juicio de los
padres o educadores; hay que ser muy claros en lo que se ofrece del
producto, usando términos familiares a los niños para que éstos no se
creen falsas expectativas. En todos los casos que aparezcan niños en
publicidad, es necesario el consentimiento de los padres o tutores
legales.
Otras especificaciones podrían ser que:
-
Para los anuncios con testimonios sólo se incluirán declaraciones
personalizadas y genuinas ligadas a experiencias pasadas o
presentes de quien presta la declaración. El uso de modelos
125
-
Los anuncios de productos no propiamente alimenticios, tales
como aperitivos, dulces, golosinas, chicles y bebidas
126
"OPINIONES Y ANALISIS"
refrescantes, no deberán sugerir o recomendar un consumo
inmoderado de los mismos.
-
Los anuncios que presenten demostraciones de uso de juguetes
deben explicar con claridad si se acciona mecánica, manual o
eléctricamente y la forma cómo se opera.
-
No debe haber lugar a confusión entre la acción que produce
un juguete y su equivalente en la vida real. Debe evitarse que
los efectos de animación puedan generar en el niño la creencia
de que el juguete tiene vida propia, o que realiza acciones que
en realidad no cumple. Por ejemplo, mostrar que el juguete vuela
cuando de verdad no lo hace. También debe evitarse que los
elementos de ambientación se confundan con el juguete.
-
En los casos en que la publicidad realice una exhibición de
juguetes de construcción, modelaje, dibujos o rompecabezas,
debe mostrarse resultados acordes con los que razonablemente
puedan alcanzar los niños, y en los casos en que los juguetes
anunciados están destinados a edades específicas, éstas deben
hacerse constar.
"OPINIONES Y ANALISIS"
incentivarlo; no se debería asociar la ingestión de bebidas con la
conducción de vehículos o el manejo de maquinaria compleja, tampoco
presentar como modelos a niños o a personas con indumentaria médica
o afines, ni aludir a que estos productos tienen efectos beneficiosos
para la salud física o mental.
Se recomienda a los publicistas que no asocien el consumo de
estos productos al folklore nacional, a las fiestas cívicas y al deporte;
no obstante, las empresas que producen o importan las bebidas
alcohólicas y el tabaco sí pueden patrocinar eventos de esta naturaleza,
ya que la relación sería institucional y no del producto con la actividad
que se patrocina.
En la publicidad de bebidas alcohólicas se debe advertir al
consumidor del peligro que puede significar el consumo abusivo de
este tipo de bebidas.
Para garantizar una difusión responsable que no promueva el
consumo abusivo, se propone acatar las normas ya establecidas por
nuestra legislación y, además, analizar varios aspectos sobre publicidad
de bebidas alcohólicas y tabaco, incluyendo el acatamiento de las
normas locales y leyes nacionales; la protección al menor de edad, a
la cultura nacional, a la salud y al deporte, y el establecimiento de
advertencias correspondientes y el horario adecuado y prudente de
emisión. Por ejemplo, no se debería aludir a la inmadurez del menor
que consuma estos productos porque por reacción contraria puede
Para la publicidad de medicamentos, cosméticos y productos
similares, también sugerimos establecer limitaciones específicas, ya
que el consumo de éstos repercute directamente sobre la salud de la
población. Por ejemplo, no se debe provocar miedo injustificado a
padecer de alguna enfermedad; siempre se debe alentar al consumidor
a consultar con el médico y a leer las indicaciones de los productos
antes de utilizarlos. Para esta categoría de productos se debe
especialmente evitar palabras como “magia”, “milagro” y tener mucho
cuidado al usar la palabra “natural”. Tampoco se debería aludir a
cualidades del producto que sean imposibles de comprobar
científicamente. Los anuncios de antisépticos, germicidas y
desinfectantes no deben dar a entender que ofrecen protección absoluta
contra el peligro de una infección, o que son sustitutos del aseo. Los
anuncios de medicinas no deberían contener referencia alguna a
127
128
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
concursos de premios o programas similares. Ningún anuncio de esta
categoría debería basarse en decir que el producto ofrecido “no
contiene” un ingrediente determinado que es de utilización común en
los productos de la competencia, de forma tal que esté dando la
impresión de que ese ingrediente es en general inseguro o dañino.
Colegio de Comunicadores, los medios de comunicación y los
empresarios o anunciantes; sin embargo, para los temas más conflictivos
sería interesante que a esta misma estructura básica se agreguen
representantes de otras instituciones que de una u otra manera velan
por los intereses de la comunidad (por ejemplo los comités cívicos,
municipios, prefecturas, defensorías del pueblo, Superintendencia de
Telecomunicaciones y colegios profesionales de distintas áreas como
sicología, medicina, abogacía, etc).
En cuanto al uso de estereotipos sociales regionalizados, se
recomienda a los publicistas tener cuidado con los mensajes
“indirectos”que puedan alentar prejuicios sociales.
Para el uso de la mujer como elemento de atracción sexual en
la publicidad, se propone no utilizar menores de dieciocho años; y
proponemos también –en lo posible– justificar la presencia de la mujer
en el anuncio, ya sea por su relación intrínseca con el producto o por
el concepto creativo utilizado.
Finalmente, proponemos considerar dos aspectos. Primero, que
dadas las características de seriedad e imparcialidad que deben tener
los periodistas, se les sugiere –por ética– que eviten participar como
modelos publicitarios en la misma temporada en que aparecen como
periodistas en los medios de comunicación (esto no incluye campañas
de beneficencia). Segundo, para evitar malentendidos, se recomienda
a las agencias de publicidad que elaboren un contrato de prestación
de servicios para los modelos, en el cual se especifique cuales son sus
derechos y obligaciones; incluyendo los honorarios que van a recibir,
y la forma y el contexto en el que se les va a mostrar.
Para llevar a cabo la propuesta de regulación, se sugiere la
creación de un “Consejo Superior de la Publicidad” como máximo
organismo de vigilancia de la ética publicitaria. Este Consejo podrá
estar compuesto por representantes de las agencias de publicidad, el
129
Conclusiones
-
Después de comprobar que en Bolivia existen pocas normas
relativas a la publicidad, y que éstas se encuentran en distintos
textos jurídicos, vemos que es el momento de crear un sistema
de normas adecuadas, completas y armónicas que se agrupen
en un solo texto.
-
Tomando en cuenta que es una actividad que cumple tanto
funciones económicas como sociales, es urgente la
reglamentación que establezca la responsabilidad que tienen los
publicistas ante la sociedad.
-
Es recomendable que todas las asociaciones de empresas
publicitarias del país reactiven y refuercen sus funciones a la
brevedad posible para consolidar al sector como gremio y, de
esa manera, generen un debate que concluya con el
planteamiento consensuado de una propuesta de reglamentación.
-
Luego de verificar que se cometen abusos para con los
consumidores y que por ello la misma actividad publicitaria
130
"OPINIONES Y ANALISIS"
pierde credibilidad, creemos que el compromiso que asuman
publicistas y anunciantes les beneficiaría desde el punto de vista
de que el consumidor recuperaría la confianza y por ende, los
anuncios serían más efectivos.
-
Con el objetivo de proteger la industria publicitaria nacional,
sería interesante considerar que las empresas del gremio
publicitario hagan las diligencias necesarias para promover la
creación de una ley estatal que imponga gravámenes a la
publicidad creada en otros países que se quiera publicar o emitir
en Bolivia, y que al ingreso de las mismas al país se exija la
autorización correspondiente del autor y/o propietario en origen.
Sería lógico también exigir que las publicidades hechas en el
extranjero cumplan con las normas que se estipulan en Bolivia.
"OPINIONES Y ANALISIS"
BIBLIOGRAFIA BASICA
BARROSO, Asenjo (1984). Códigos Deontológicos de los Medios de
Comunicación. Madrid. Verbo Divino.
GOMEZ OREJUELA, Diego (1993). Semiótica Publicitaria: Estructura del
Anuncio Televisivo. Quito. Ediciones Quipus.
RUSSELL,T. – LANE,D (1994). Kleppner Publicidad. México. Prentice Hall
Hispanoamericana S.A.
TALLON García (1978). Dialéctica informativa de la Publicidad. Madrid.
Dossat.
VELASCO, Sonia (1998). Bases para la elaboración de un código de ética
publicitaria. Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA).
WELLS, Williams (1996). Publicidad. México D.F. Prentice Hall
Latinoamericana.
Otras Fuentes
Códigos éticos de publicidad de los siguientes países: Brasil,
Colombia, México, Costa Rica, Francia, Gran Bretaña, España e
Italia.
Leyes y Resoluciones Ministeriales bolivianas concernientes a la
publicidad.
131
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"OPINIONES Y ANALISIS"
SEGUNDA PARTE:
OPERADORES
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
LA COMUNICACION Y EL PODER
inaplicada, a pesar de los códigos deontológicos que se publican y luego
no los observan ni sus propios suscriptores. Digo «disciplina» porque
su aplicación exige eso, una autorregulación, más voluntaria que
obligada por leyes y reglamentos. Aunque también deba ser sujeto de
una legislación apropiada, como lo son todas las relaciones de toda
sociedad que, por naturaleza, es conflictiva.
José Gramunt de Moragas, S.J.
Seréis como dioses.
Libro del Génesis
En las antiguas civilizaciones mediterráneas el poder estaba en
los cereales: quien era dueño del trigo, era el amo del país. Mucho
más tarde, los amos del petróleo ponen a parir al mundo cada vez que
se les antoja. Hoy día el poder está en la información. Aunque no
exageremos: no sólo en la información ni en sólo sus medios. Aunque
los medios son tan poderosos que suscitan guerras como la guerra que
se está librando en Bolivia entre ellos: guerra comercial y guerra
política.
Hoy en día, la información en sus variadas dimensiones es la
materia prima codiciada por excelencia. “Seréis como dioses”, fue el
engaño con el que Satanás engañó a nuestros primeros padres, según
nos explica la Biblia, en lenguaje figurado, pero enseñando que cuando
el hombre se ensoberbece hasta cree que es dueño absoluto de la
creación provocando desastres, sean morales o ecológicos. A propósito
he querido utilizar esta expresión bíblica para señalar las dimensiones
de este poder.
Se nota un evidente progreso en la sensibilidad ética de muchos
profesionales de la comunicación, aunque nunca llegaremos a alcanzar
las metas deseadas. La naturaleza humana es propensa a olvidar las
normas de la buena conducta. Y, en cambio, nos acosan intereses
bastardos que no son fáciles de sortear.
EL PODER
Aunque desde el siglo pasado se viene hablando del «cuarto
poder del Estado», nunca como ahora los medios de comunicación
habían alcanzado tan alto grado de influencia y capacidad de influencia
y decisión como en nuestros días.
El otro aspecto que me propongo comentar es el de la ética.
Desde hace unos años venimos hablando y escribiendo sobre la ética
de la comunicación social, una disciplina debatida como, frecuentemente
Desde la fundación de la República, el poder político y
económico –que ambos suelen ir juntos– estaban en manos de
terratenientes y mineros. Los militares eran su guardia pretoriana. A
partir de la Revolución de 1952, los «barones» del estaño son arrancados
de sus yacimientos por la nacionalización de las minas y los
terratenientes latifundistas son desposeídos de sus tierras en virtud de
la Reforma Agraria. Pareció por un momento que el poder obrero, al
impulso de la Central Obrera Boliviana, si bien todavía no alcanzaba
las riendas del país, al menos iba a compartir sus destinos con la nueva
clase política surgida de aquella revolución. Incluso, años más tarde,
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
en 1971 la Asamblea del Pueblo pretendió suplantar al Congreso
Nacional, hasta el punto de instalarse en sus propios hemiciclos. Ambas
ilusiones fueron un vano espejismo. El «poder» volvió a lo de siempre:
una clase política formada principalmente por los representantes de
los intereses económicos a la que se agregaba la clase media emergente,
alternando convulsivamente con los militares.
manos, si no hay algún político o alguna gran empresa que los compre
a precio de gallina muerta.
Pasó el tiempo y los medios de comunicación van ocupando
espacios de poder antes insospechados. Los comunicadores se
constituyen en la «nueva clase», aunque con un signo muy distinto
del explicado por el yugoslavo decepcionado del comunismo, Milovan
Djilas en los años 50, cuando escribió el libro titulado precisamente
«La nueva clase». El se refería a la entonces clase dominante del
partido. Traducido este «descubrimiento» a la presente circunstancia
histórica, estamos frente a la nueva clase mediática que va ganando
espacios de poder irrefrenable.
Caso curioso: mientras que en la mayoría de los países
industriales, los medios de comunicación se concentran en pocas manos,
aquí se produce un doble fenómeno. Por una parte se registra esta misma
tendencia a la acumulación, y por otra, se multiplican las medianas
y pequeñas empresas comunicacionales, a veces familiares y hasta
unipersonales, precisamente en un mercado tan estrecho como es el
boliviano.
La concentración de los grandes medios se explica porque un
periódico o una gran red televisiva son aventuras en las que, sólo
racionalizando la ecuación costo-beneficio, distribuida entre matutinos,
radios, canales de televisión, revistas de corazón, “loros de oro” y
pornoperiódicos, en poder de un mismo dueño o de un consorcio de
propietarios, alcanza a financiar la inversión y asegurar un lucro
apetitoso.
Pero ¿cómo explicar la multiplicación de otros medios con
propietarios distintos y de escasos recursos económicos? En principio,
el hecho debería ser alentador en cuanto parecería ser la expresión
natural de la sociedad local que desea tener sus propios órganos de
prensa, lo cual forma parte de la democratización de la información.
Además, los que llamaremos pequeños medios, tienen la posibilidad
de fortalecerse asociándose con los grandes y así formar amplias redes
que responden, en mayor o menor escala, a la misma orientación. Y
si esto último se produce, volvemos a lo mismo: los grandes sistemas
de comunicación social se hacen aún más poderosos en cuanto se
introducen capilarmente en los medios chicos y les van imprimiendo
las mismas líneas.
Según los entendidos, sólo unos pocos periódicos rinden pingües
dividendos a sus dueños: son los medios emergentes y con fortuna.
¡Dichosos ellos! Otros, y a pesar de sus méritos, sobreviven con
dificultad. Son los medios decadentes en clientela y en ingresos
económicos. Alguno de estos últimos, tarde o temprano sucumbirá a
la ley implacable de la libre competencia y de la concentración en pocas
Otro factor de la multiplicación de los medios entra en juego:
los políticos creen que poseyendo unos medios de comunicación a su
servicio, ganarán elecciones a fuerza de autobombo y de
instrumentalizar las noticias y los comentarios en su favor y en guerra
descarada contra sus competidores electorales. Pero estos órganos de
información y opinión suelen ser efímeros: duran hasta que sus
esponsores políticos llegan al poder o pierden las esperanzas de
conseguirlo.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
No obstante lo dicho, queda aún por explicar la existencia de
otros “media” de regular envergadura que escapan a la influencia de
las grandes empresas y que no tienen una explícita intención partidista
o de poderío.
Entre unos y otros, grandes y chicos, se desarrolla una nueva
clase con poder económico y político creciente. El ejemplo más
significativo fue el de Carlos Palenque. De cantante folclórico, casi
llega a Presidente de la República. A través de su radio y de su televisión
se proyectó como el gran líder –a la boliviana– de las masas olvidadas,
especialmente en La Paz y El Alto. La muerte truncó las insaciables
ambiciones políticas del fundador del endogenismo. El ejemplo cundió
y varios comunicadores han entrado en la política, primero municipal
y luego veremos hasta donde llegan...
Convengamos en que sostener una posición ideológico-política
es un atributo coherente con el pluralismo democrático y no puede ser
cuestionada. Cada medio está en su derecho de sostener su propia línea
editorial. Pero, entendámonos: una cosa es colocarse en una determinada
opción, sin pretender engañar a nadie. Y otra cosa es la ambigüedad
de nadar y guardar la ropa. En efecto, la ambigüedad de algunos
sistemas de comunicación está en hacer creer que son “independientes”
o “neutrales”, con lo cual extienden su audiencia a los grandes sectores
que no desean verse influidos por determinadas corrientes, pero, en
realidad, estos mismos órganos de opinión sostienen sus propios
intereses y los introducen de contrabando en su clientela con escaso
o nulo sentido crítico. Nadan en sus propias aguas hacia el puerto
deseado y, al mismo tiempo guardan la ropa bajo el impermeable
protector de la supuesta neutralidad o independencia.
"OPINIONES Y ANALISIS"
LA NUEVA CLASE
A imitación de otros ejemplos extranjeros, en Bolivia también
aparecen las grandes empresas periodísticas. Menciono con especial
énfasis, porque lo merece, al italiano Silvio Berlusconi, apodado «il
cavaliere». Como Palenque, también fue cantante, pero de un género
melódico más europeo. Exitista y ambicioso por naturaleza, hábil
financiero, amasa una redondeada fortuna en el negocio inmobiliario,
y lo hace bien. Ingresa a los medios de comunicación comprando una
revista «del cuore». Animado por el éxito funda el periódico Il Giornale
Nuovo. Para dirigir este último, contrata al mejor periodista de Italia,
Indro Montaneli –cultísimo, valiente y lindante en la arrogancia–
quién, en el momento en que su patrón da el salto a la política, abandona
el puesto para no hipotecar su soberana libertad. No todos los periodistas
gozan de esta libertad de espíritu ni de la independencia para sacrificar
su puesto de trabajo en aras de su independencia.
Berlusconi accede luego a la televisión, rompiendo con el
secante monopolio oficial de la RAI (radiotelevisión estatal). No espera
a que la administración del Estado le otorgue una frecuencia. Valiéndose
de los resquicios que deja la legislación italiana, instala transmisores
en los países vecinos, como Suiza y Montecarlo que alcanzan al
territorio del norte italiano. Más tarde monta otros canales en la propia
Italia, primero con alcance regional y paulatinamente nacional. Sigue
adelante. Compra o forma sociedades con otras estaciones también
locales y así amplía su red de influencia y de poder. Con una oferta
pecuniaria sustanciosa, le «roba» a la RAI a su principal «anchorman»,
el multifacético ítalo-norteamericano Mike Buongiorno. La audiencia
crece sin cesar, a la par que los tentáculos políticos del “cavaliere”.
Alentado por los triunfos y la ambición, Berlusconi crea un
partido de derecha, populista-optimista, llamado Forza Italia. A fin
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de cuentas es un partido berlusconiano que utiliza con habilidad las
técnicas del «marketing» para captar adherentes y simpatizantes. Se
asocia con un neofascista y con el independentista de la Liga Lombarda.
La heterodoxa alianza parece un «ménage a trois» en el que no queda
claro quién es la esposa y quién la amante, según la versión del propio
Montanelli. Por fin, «il cavaliere» llega al deseado cargo de primer
ministro. Al poco tiempo le obligan a dimitir, bajo acusaciones de
«tangentes» o negocios turbios con dineros fiscales. (Conf. Montanelli,
Indro & Cervi, Mario. L’Italia del novecento. Cap.12, La Destra
sdoganata. Rizzioti, Milano, 1999). A la hora de escribir estas páginas,
aún no ha terminado la carrera fulgurante de Silvio Berlusconi.
Cualquier parecido con los personajes de esta historia es mera
coincidencia.
empresarios de la comunicación tienen la intención de erigirse como
el poder real detrás del trono formal de los gobiernos, o porque los
titulares oficiales del Estado temen que los dueños de la comunicación
les desbanquen, el resultado es que tanto unos como otros, conciertan
alianzas –nunca explícitas para no descubrir el tongo–, con el fin de
repartirse las ventajas que otorga el poder.
Siguiendo una pauta, no idéntica, aunque sí en algunos aspectos
parecida, en el último quinquenio apunta en Bolivia la tendencia a los
oligopolios mediáticos nacionales que, necesariamente, se entrelazan
con otros internacionales. No podía ser de otro modo en tiempos de
globalización y al soplo favorable de las nuevas tecnologías y de los
consorcios financieros. La trucha grande se va comiendo a los ispis
chicos.
Hasta ahora, la lucha por el dominio del mercado se mantiene
en un nivel de escaramuzas de unos contra otros. No obstante, creo
no arriesgarme demasiado si preveo una espiral ascendente de crispación
en la que unos y otros –con perdón– “se van a sacar la mugre”.
LA ARROGANCIA
La nueva clase mediática tiene su fisonomía propia. Desde los
propietarios hasta el más modesto reportero, tienden a influir, si no
a condicionar, el comportamiento de los poderes públicos e incluso
de la sociedad entera. Devenidos portavoces de nadie sabe quién, pues
nadie les ha elegido, y gestores triunfantes de sus propios intereses,
adquieren una arrogante autocomplacencia que les ensoberbece.
Para tratar de explicar el perfil de la nueva clase, me permitiré
repetir aquí algo que dije en otra ocasión. Reconozco que los párrafos
que van a continuación están un tanto cargados de tintas, pero no los
creo inoportunos:
Lo que todavía está por verse es si las grandes empresas
bolivianas de la comunicación, persiguen sólo unos beneficios
económicos y el dominio del mercado o –más ambiciosos– apuntan
a una meta política, a lo Berlusconi. En efecto, sea porque los grandes
«Los hombres y mujeres de la comunicación nos hemos
constituido en una suerte de divinidades griegas que, desde el Olimpo
de las maravillas tecnológicas, tratamos de regir los destinos de la
moderna Atenas global. Por una parte informamos, ilustramos,
aproximamos a los hombres y a los pueblos. Por la otra, prodigamos
mil embrujos y sofismas. Cito los más graves: la puesta en duda –si
no la negación– de las profundas convicciones y de los valores
sustanciales del ser humano creado por Dios, en aras de un relativismo
materialista, consumista, hedonista, oportunista. Toda esta abigarrada
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orquesta de ideas, emociones e instintos es interpretada bajo la misma
batuta, que no siempre está en manos de los mejores ni de los más
preparados sino, con demasiada frecuencia, por cualquier comunicador
superficial erigido en el Júpiter tonante que impone su propia moda
e induce las conductas de miles y millones de receptores».
jueces. Cuando este fenómeno se desmadra y su artillería dispara contra
moros y cristianos, se convierte en lo que, no sin motivos, se califica
de “linchamiento mediático”, del que son víctimas propiciatorias,
especialmente, algunos personajes públicos, y también lo son los otros
medios de la competencia; acosados estos últimos por quienes se
discuten el mercado.
«Los viejos grandes imperios se quedan chicos al lado de los
otros nuevos de la comunicación: todopoderosas cadenas de televisión,
complejos sistemas «multimedia», monopolios y oligopolios, reales o
virtuales dentro de cada país y en el ámbito internacional, inmensos
capitales que copan el mercado, comunicadores altaneros que
eclipsarían a los más grandes sabios que en mundo han sido. Así las
cosas, no hay poder que no les tema, no hay juez que les juzgue, no
hay moral que les cohiba, no hay sabio que les modere, no hay
institución que les encuadre...».
No es raro que algunos medios denuncien con ligereza
irresponsable, procesen a los por ellos encausados de acuerdo a su
propio sistema procesal y dicten sentencia según su propia ley. Pero
sin contar con las garantías que la institución jurisdiccional otorga a
la sociedad (o debería otorgarle) a través de todo su cuerpo legal. La
pregunta pendiente es ésta: ¿quién fiscaliza a estos fiscalizadores por
cuenta propia?
Nadie duda del papel que desempeñan los medios de
comunicación social en la vigilancia de los grandes poderes, sean
políticos o económicos. Gracias a esta fiscalización permanente,
aquellos poderes se ven forzados a evitar los abusos que la sociedad
tiene que sufrir de parte de quienes hacen mal uso de su autoridad o
de su fuerza. ¡Y aún así, siempre habrá abusos de los poderosos! ¿Qué
sería si no tuvieran encima el ojo atento de la prensa?
En países con una legislación de los “media” bien desarrollada,
es posible enjuiciar a un periodista por delitos de prensa. Aquí, el
periodista que falta a la verdad, denuncia falsamente, enloda la honra
ajena, no tiene que rendir cuentas a nadie. La «veterotestamentaria»
Ley de Imprenta le protege hasta la impunidad. Y aún cuando la
suplantación de la justicia institucional por la «justicia mediática» no
tenga efectos jurídicos, sí los tiene en la formación de los criterios
de la opinión pública sobre cuestiones que pueden dañar injustamente
a la reputación ajena. Es más, la presión que ejerce alguna prensa sobre
los jueces, llega a predeterminar el tratamiento de algunas causas e
incluso a inducir las sentencias consiguientes.
Ahora bien: de la misión fiscalizadora de los medios se ha
pasado, en muchos países del mundo, a lo que se ha dado en llamar,
la judicialización de la prensa. Periódicos, radios y canales de
televisión se han constituido en investigadores, policías, fiscales y
Así mismo –también hay que decirlo–, algunos jueces
exhibicionistas y con aspiraciones estelares buscan la notoriedad, más
que la justicia y la equidad, por medio de la prensa que les ensalza,
con desproporcionados ditirambos. Esta es otra forma de la
143
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JUDICIALIZACION DE LOS MEDIOS
"OPINIONES Y ANALISIS"
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mediatización de la justicia. Si la politización, es decir, la sumisión
de los jueces al poder político es perversa, la sumisión de los jueces
al espectáculo mediático es banal y teatral.
la competencia ha forzado a mejorar la calidad e incluso a pagar mejor
a los asalariados de la pluma y de la imagen.
Reza un cínico aforismo periodístico que «un hecho de capital
importancia para la sociedad no existe mientras tal o cual sistema de
comunicación no lo haya informado». ¿No es ésta una expresión de
su arrogancia?
LA AUDACIA DE LA IGNORANCIA
Una vez ensoberbecido, el comunicador cree entender de todo
y se arriesga a definir sobre el bien y el mal sin fundamento suficiente.
No admite que se equivoca con mucha frecuencia. Como la mayoría
de ellos ha estudiado poco, lee menos y no se actualiza más que en
lo superficial, su margen de error es directamente proporcional a los
vacíos de sus conocimientos. Y el daño que pueden producir en la
opinión pública es también directamente proporcional a la difusión
masiva del instrumento comunicacional utilizado. Son pocos los que
poseen una suficiente formación general o, no dominando un tema
especializado, antes de opinar o definir inapelablemente, procuran
informarse o consultan a los que saben. Si consultaran más, errarían
y dañarían menos.
Aunque muy a menudo estos términos se invierten: hay que
dar un producto de baja calidad para que llegue a una mayor audiencia.
El corolario de la lógica del «raiting» se resuelve en esta proporción:
a mayor audiencia más alto precio de los espacios vendidos y mayor
circulación cotizante. Cada uno de nosotros está puesto en subasta como
en la lonja marinera.
Cuando el lucro y el poder y no el sentido de servicio rige la
comunicación, ésta se vuelve un enemigo público de la sociedad.
Porque la audiencia, en lugar de ser la beneficiaria natural de la
producción comunicacional de calidad, es negociada como una
mercadería más. Los medios venden audiencia. Nos venden a cada uno
de nosotros sin que nos demos cuenta.
No cuestiono los grandes servicios que ofrecen los “media”,
gracias a los enormes recursos de inteligencia, tecnología y finanzas
sin los cuales, volveríamos a las gacetas de corta circulación y estrecha
gama de contenidos. Pero, en la medida en que el objetivo a alcanzar
sea preferentemente e, incluso exclusivamente, el rendimiento
financiero, las cosas empiezan a ser cuestionables. El medio tiene que
ganar un gran mercado en una competencia sin piedad. Por eso calcula
su negocio por la magnitud de su público.
EL “RAITING”
ETICA
Para acabar de complicar el fenómeno actual de los «media»,
la tecnología es cara y cada vez necesita más dinero: ¡el dinero, como
Mefist6feles, ha comprado el alma de la comunicación! Es cierto que
Se ha dicho desde el principio de este ensayo que la
comunicación se erige como un poder incontenible. Sería inútil y
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
antihist6rico ignorar, negar o contradecir este signo de los tiempos.
Pero tampoco puede desconocerse que el poder tiende a corromper.
Por eso, cualquier poder debe ser moderado por los principios éticos
para no ser corrompido. Sólo una impostación ética al proceso de la
comunicación de masas puede corregir sus desviaciones contra la ética
y los valores sociales.
violencia, abren su caja de los truenos: «¡viva la libertad de expresión,
abajo la ley mordaza...!». Y si unos obispos advierten sobre los daños
morales que tales publicaciones y programas causan a la sociedad,
pobres de ellos: ¡son unos inquisidores!
Pero ¿qué es eso de la ética? No es éste el lugar para explicarlo.
Propongo, en cambio, otro término más fácil de entender, la «decencia»
profesional y empresarial. Por si ayuda la simplificación, digamos que
hay una comunicación social, una empresa, un periodismo decentes
y otros que no lo son. Hay que elegir libre y soberanamente por lo
uno o por lo otro.
Dentro de este marco referencial es preciso formular algunos
comentarios sobre algunas cuestiones que atañen a la ética de la
comunicación. Recientemente y muy por detrás en el tiempo,
comparando con otros países, han aparecido lo que no dudo en llamar
«pornoperiódicos» o «diarios-basura», aunque ambos calificativos
parezcan duros e intolerantes. El manjar que ofrecen es poco nutriente
de valores morales, pero altamente adictivo.
Han nacido como un apoyo económico a las grandes empresas
periodísticas. Es una huida hacia delante, hacia el sensacionalismo y
el amarillismo. Son un buen negocio y no importa si deseducan a la
infancia y a la juventud, denigran a la mujer y –por qué no decirlo–
descalifican moralmente a los mismos que los publican. La vana
justificación de estos periódicos dice basarse en el derecho a la libertad
de expresión y de prensa. Como ocurre casi siempre que se toca la
cresta de los medios de comunicación, con razón o sin ella, los
defensores de las publicaciones y programas televisivos de sexo y
147
Frente a estos sofismas, habrá que oponer este otro
razonamiento: la corrupción, como todo vicio, tiene relación con una
virtud. En este caso, la virtud de la tolerancia. Más tarde pasa a ser
la resignación: otros también lo hacen. Y más adelante se manifiesta
en la arrogancia: hemos hundido a la competencia. En el caso que nos
ocupa, la virtud, incuestionable es la libertad y la tolerancia: en una
sociedad plural todos debemos tolerarnos; la resignación está en que,
en otros países también hay pornoprensa y otros subproductos
deletéreos de la comunicación. Llega la arrogancia: somos los primeros
y ganamos más dinero que ningún otro competidor. El resultado es
un proceso creciente de degradación de la opinión pública.
No debo estar tan equivocado cuando el filósofo Platón, en su
obra maestra, La República, más de 3000 años antes de que la televisión
fuera un producto de consumo masivo, ya se preguntaba, cuando
criticaba las insensateces de algunos de sus coetáneos: «¿Entonces
simplemente debemos permitir que nuestros hijos escuchen cualquier
historia que se le ocurra a alguien, y que reciban así en sus mentes
ideas que a menudo son muy opuestas a las que pensamos que deberían
tener cuando crezcan?».
En esta misma dirección, el científico austríaco del sicoanálisis,
Alfred Adler lamentaba: «Estamos educando a nuestros niños para
la violencia y, si no hacemos algo, la situación necesariamente se
deteriorará, porque las cosas se dirigen siempre por la dirección que
presenta menor resistencia».
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Pero, dado que es inútil hacer entender a cierta gente que la
libertad de prensa tiene sus límites, como cualquier otra de las libertades
constitucionales, cada una de las cuales debe ser contrastada con el
bien común de la sociedad, lo más práctico será enfocar el tema desde
otro ángulo más prosaico pero no menos válido.
conciencia, porque esto sería un refinamiento que no puede exigirse
coactivamente a nadie. Voy más allá: ¿No es obligación, incluso de
la autoridad civil, preservar los valores éticos de la sociedad, los
derechos de la infancia y de la juventud, la dignidad del tan cacareado
género femenino cuando se comercia alegremente con todos ellos? Y
quienes hacen caso omiso de estas leyes superiores, porque el negocio
es el negocio, pues que carguen con la sanción moral que la propia
sociedad les aplica.
Voy al caso: pongamos el hecho imaginario de un medio de
comunicación que, con el fin de redondear sus legítimos ingresos,
instalara una red de «sex-shops» o, dando un paso más, complementara
el negocio con una cadena de las pudorosamente llamadas casas de
tolerancia. Ninguna ley vigente podría impedírselo. Pero tengo la
certeza de que no sería muy bien visto.
Pues resulta que los defensores a ultranza de los programas y
periódicos de sexo y de violencia, en nombre de la libertad de expresión,
han pretendido recientemente imponer otra ley mordaza, esta vez a
los obispos: «que nos dejen con nuestra libertad de prensa y se metan
en la sacristía». ¡Excelente! Si bien la Iglesia no dicta las leyes del
país, sí que está en la obligación de promover y enseñar los grandes
principios de la fe y de la moral a quienes quieran aceptarlos, según
su recta conciencia.
Sería un error que la Iglesia tratara de obligar a las autoridades
civiles a prohibir, bajo sanción legal, la prensa-basura. A los obispos
les toca enseñar, advertir, recomendar todo aquello que sea para el bien
de la persona humana y de la sociedad. Pero otro error es el de que
los partidarios de la «sex-press» y de la crónica roja, rojísima, se
arroguen la autoridad de acallar la voz de los obispos que cumplen
con las obligaciones que he precisado en las líneas anteriores.
No es pues sólo cuestión de libertad más o libertad menos, sino
de responsabilidad social y de pública decencia. Y no hablo de recta
149
Dicho esto y a fuerza de veraz, debo admitir que los periódicosbasura han logrado, además de buenos dividendos, una gran circulación,
lo que conlleva el hecho irrefutable de que un gran público que no
leía, ahora lea. Aunque la lectura no le sirva más que para estimular
los instintos en lugar de alentar el raciocinio y fomentar los valores
morales y sociales.
ESTETICA
Me referiré ahora a otra de mis preocupaciones: la estética.
Tengo presente al momento de escribir estas líneas un «talk chow»
peruano al que un amigo periodista, cuando comentábamos el programa,
lo calificó de vomitivo. El mal gusto de ciertos programas televisivos,
la degradación del lenguaje que tanto abunda en algunos medios,
obtiene éxitos efímeros.
Quisiera pensar –o me hago vanas ilusiones– que una vez pasada
la curiosidad o la morbosidad, el público reaccionará tomando
conciencia de lo aceptable y de lo repudiable y que los mismos
conductores de esos programas, atentos a no crear anticuerpos en la
audiencia, irán depurando el producto. Se me objetará que soy ingenuo,
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
optimista, irreal, que una inmensa mayoría prefiere lo vulgar, lo craso
y lo adocenado. Pues sí: admito que los programas vomitivos siempre
gozarán de un público morboso.
perdido su fuerza expresiva y su belleza. En el área americana
castellano-hablante no conozco más que dos dialectos: el papiamento
que se habla en Curaçao, mezcla de castellano, inglés, holandés y
lenguas de origen africano. Y el lunfardo; éste último no proviene del
castellano sino de una corrupción del italiano, incrustado en el Río
de la Plata.
Vamos ahora al lenguaje que es el instrumento privilegiado de
la comunicación humana: el lenguaje hablado, el escrito, el de la
imagen. Y también ese otro lenguaje sutil pero profundamente expresivo
que es, por ejemplo, el lugar que le da a una determinada noticia en
un periódico, el blanco y negro o el color; el tono de voz que emplea
un locutor de radio, la música de acompañamiento; el gesto del rostro
o el ademán del cuerpo que utiliza el presentador de televisión, su
vestimenta discreta o huachafa, las luces y las sombras. Incluso los
silencios... Todo esto, «habla» por sí mismo. Es un conjunto de
expresiones estructuradas que llegan al inconsciente del público y es
parte del lenguaje de cada medio.
Pero hablemos del lenguaje en su sentido más estricto, a la
palabra, hablada y escrita. A modo de brevísima introducción histórica,
me referiré al latín, del que procede aproximadamente un 80% de las
palabras en castellano que hablamos hoy. El resto lo ocupan palabras
procedentes del árabe (un 20%) y del hebreo, mucho menos. El latín
se impuso como lengua «universal» del Mediterráneo, el centro mismo
de la cultura de origen grecolatino. Poco a poco se atomizó, primero
en dialectos que luego se instituyeron en lenguas con su propia identidad.
Esto ocurri6 a causa del aislamiento de las culturas de su tiempo.
Por el contrario, en la comunidad castellano-parlante hubo una
comunicación constante que mantuvo el genio de la lengua. Más de
300 millones hablamos igual, aunque con leves y enriquecedoras
variantes regionales y locales. Ya somos la segunda lengua de
comunicación en el mundo actual, pero sin que la lengua-madre haya
151
Hecha esta breve referencia histórico-lingüística, vuelvo al uso
del lenguaje en los “media”. No siempre la bella y vigorosa lengua
castellana es respetada. Algunos la están envileciendo. ¡Qué gran
crimen de lesa cultura! Léase el caricaturesco párrafo que sigue y nos
percataremos de la nociva penetración inglesa en nuestra lengua:
“Naturalmente se espera el parecer de la Authority para la TV
más amada por el target juvenil, y a la vez, abandonando el viejo look
con el mega-party concierto del Mtvday, se plantea prepotente la idea
de un brand new tour que llevará on the road todo un florecer de star
y de fans en un videoclip en directo dedicado a los teenagers, vista
la mobilitación de listas de vips en general under 40 necesariamente,
y una vez más en stand by. Que viva para siempre MTV (sin standby, of course)”.
Yo diría que así como el locutor de radio cuida su bien timbrada
voz y el presentador de televisión acicala su figura, todos deberíamos
cuidar el lenguaje hablado. Y mucho más el escrito. Y no pare rizar
el rizo culterano y petulante, pues los medios de comunicación son
de masas y no de elites sino para hablar y escribir con sencilla corrección
y popular dignidad.
Le toca ahora el turno a la televisión. No me voy a referir al
uso de la lengua castellana, también maltratada por algunos
152
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
presentadores, sino al fondo del mensaje que debería ser la
comunicación de la verdad sin manoseos:
Estas y otras deformaciones del lenguaje comunicacional me
recuerdan lo que ya dijeron otros: Vivimos respirando mentira, cogidos
todos en una red de farsa y de disimulo, y la verdad, acaba por parecer
locura. (Serafín y Joaquín Alvarez Quintero. Doña Clarines, acto II,
escena final).
Con ocasión de la Guerra del Golfo se cuestionó, y con razón
sobrada, la objetividad de las imágenes transmitidas por la cadena
televisiva CNN que se limitó a transmitir imágenes controladas por
las autoridades militares norteamericanas. No era novedad. Quiero traer
aquí otro testimonio de esa dudosa objetividad. Se refiere a la campaña
que el gran documentarialista (yo mismo me avergüenzo de utilizar
esta palabra derivada del inglés «documentary»), Walter Conkrite
desarrolló en contra de la Guerra del Vietnam. El tendría sus razones,
pero la objetividad de Conkrite –“Las imágenes hablan por sí
mismas”–, repetía él mismo, y en cierto sentido era verdad– ha sido
cuestionada.
“Aquellos cadáveres de mujeres y de niños son cadáveres
auténticos, no muñecos de cartón y estuco. Aquellos marines y
guerrilleros son auténticos marines y guerrilleros, no comparsas de
Cinecittà. Pero, para decir lo que Conkrite quería que dijeran, y que
de hecho lograba hacerles decir. En este trabajo de montaje, y en el
acentuar y subordinar su personal comentario a las imágenes para
dictarlo, fue un verdadero maestro. Igual que lo fue en el arte de las
omisiones. Porque la imagen del coronel que disparaba en la sien de
un vietkong decía la verdad, sí. Pero callaba, ignorándola, la otra
verdad del fondo sobre el que la escena se desarrollaba: el suelo
alfombrado de cadáveres torturados de los marines sorprendidos en
el pueblo; de las mujeres deventradas y de los niños quemados por
sospecha de colaboracionistas; todas ellas, imágenes que no habrían
restado nada a la verdad de aquella otra que era la pistola disparada
en la sien, pero que habrían explicado, disminuyendo el efecto de
horror y de reproche”. (Montanelli, Indro. Il Testimone. P. 328.
Longanesi & C. Milano 1992).
153
ENCUESTAS ELECTORALES
A modo de apéndice de este artículo, creo oportuno incluir
algunas consideraciones sobre las encuestas sobre la intención del voto
ciudadano que algunos medios de comunicación lanzan al vuelo con
optimismo excesivo en vísperas electorales. Si bien este ejercicio es
legítimo y hasta conveniente, cuando se practica con rigor técnico,
también puede ser instrumentalizado con el objetivo de inducir el
sufragio del elector en favor de un candidato y en contra de los demás.
No hace muchos años que las previsiones electorales las
arriesgaban los analistas a base de olfato, intuición, experiencia, incluso
aceptando la posibilidad de equivocarse. Hoy día, este trabajo lo hacen
empresas dotadas de maquinaria computarizada, expertos en
cibernética, sociólogos, politólogos (o los que se lo creen), futurólogos,
diseñadores gráficos y –lo que es más significativo– estas empresas
necesitan un esponsor que las financie y unos medios de comunicación
que difundan los resultados.
También los partidos con mayores recursos económicos
promueven los sondeos de opinión electoral. Y no sólo para formular
sus propias previsiones, sino para que, una vez dados a publicidad lo
que les conviene, ejerzan una influencia sobre el cuerpo electoral.
154
"OPINIONES Y ANALISIS"
No diré que todos los sondeos de opinión sean
instrumentalizados por intereses políticos. Pero que en algunos casos
los hay, los hay. Resulta que el financiador suele ser un determinado
partido o un grupo financiero interesado en influir sobre la opinión
pública. Todo es cuestión de armar un cuestionario cuyas respuestas
son inducidas sutilmente por las preguntas. En efecto, a partir de ahora,
“la empresa”, elabora una retahíla de preguntas. El asalariado y
ocasional encuestador las plantea al encuestado a punta de pistola,
tomado por sorpresa, tiene que responder lo que se le ocurre en ese
momento, según su buen o mal humor, sin tiempo para una mínima
reflexión. Es pues la empresa encuestadora la que, en definitiva, hará
que las cifras, supuestamente frías y dudosamente incuestionables,
digan lo que el ”pagano” quiere que digan. Los medios de comunicación
dóciles o acríticos, harán el resto.
Así que, “la empresa” en realidad, trata de inducir al ciudadano
a optar por una candidatura preestablecida. Si pues es tan fácil influir
sobre la supuesta intención del votante por medio de los sondeos, mucho
más fácil es interpretar los números a gusto de “la empresa”.
El fenómeno que acabo de describir someramente se hace tanto
más efectivo cuanto que, desde la caída del muro de Berlín –por
mencionar un hecho que marca un cambio político histórico–, las
propuestas electorales apenas se diferencian unas de otras. Entonces,
ocurre como con los dentífricos o con los detergentes: si los primeros
anuncian contener una mayor proporción de flúor o de otro mejunje
anticaries y los segundos dicen lavar mejor la ropa percudida, el clientevotante decide su opción, según la inducción publicitaria.
"OPINIONES Y ANALISIS"
LA DENUNCIA Y EL ANUNCIO
Hasta aquí, el amable lector se habrá formado la idea de que
me eché al monte con mi trabuco para exterminar las alimañas que
devoran lo mejor de la comunicación social. Conviene entonces bajar
a la planicie y considerar amigablemente con los colegas sobre la
responsabilidad, por muchos de ellos ya compartida, de redimensionar
la compleja maquinaria que Dios confió en nuestras manos.
Se ha dicho que la denuncia que forma parte –y no nos
engañemos–, es sólo una parte y no el todo de la misión de la prensa.
Y nunca debería rebasar el sentido de la justicia, de la equidad, del
buen gusto y del respeto a nosotros mismos ni al público que tiene
el derecho a esperar mucho más de los comunicadores. La fiscalización
no agota nuestro cometido: debe ir siempre acompañada del anuncio.
El anuncio de las causas nobles: de la información veraz, del espíritu
de paz y de concordia, de rectitud y de honradez, de servicio a quienes
más lo necesitan, de civilidad.
Las propuestas de ese redimensionamiento empiezan por la
recta conciencia individual. Aquí hay que reconocer el mérito de
muchos comunicadores, empresarios o periodistas, que tienen la
inteligencia y el sentido de responsabilidad social, así como la
excepcional habilidad –¿y por qué no hacer honor a su coraje?–, de
conjugar términos tan contradictorios como el poder que no buscan
pero que sí tienen en sus manos y el servicio que prestan a la sociedad,
el entretenimiento y la decencia, la objetividad y la emoción, el “raiting”
y calidad, la sencillez y la dignidad, la denuncia y el anuncio...
A estas cualidades personales hay que añadir los códigos
deontológicos de los gremios, que no deberían archivarse en los
155
156
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
anaqueles polvorientos y, con esto, silenciar la mala conciencia de sus
autores que no los cumplen ni hacen nada por hacerlos cumplir.
Tampoco es posible resistir a una legislación puesta al día,
supuesta la conflictividad natural de las relaciones sociales. Ni el
diálogo entre los medios y sus destinatarios. Esto último –la
retroalimentación de los medios con los aportes del público– puede
lograrse, aunque sólo en cierta medida, a través del «ombudsman» o
defensor del lector, que muchos periódicos serios han implantado, con
buenos resultados.
Apasionante tarea la de lograr el equilibrio entre tan múltiples
dilemas.
157
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"OPINIONES Y ANALISIS"
DERECHOS Y DEBERES DE LOS PERIODISTAS
mercado profesional, despertó en muchos jóvenes la idea de ser
protagonistas de una nueva forma social de servir a la comunidad,
aunque con una visión sesgada de este concepto.
Juan Carlos Zambrana Vaca
1.
EL PERIODISMO, UNA PROFESION DE SERVICIO
Una de las profesiones que más atrae actualmente a los jóvenes
que desean proseguir estudios superiores, después de obtener su
bachillerato en Humanidades, es la Comunicación Social; así está
demostrado en la proliferación de las carreras de esta especialidad en
las universidades estatales y privadas y en algunos institutos de
educación técnica que funcionan en el país.
El fenómeno –que hace varios años inscribe a cientos de
bachilleres en las universidades– ha tenido diversas causas, aunque
la más aproximada es el “explosivo” desarrollo de la televisión y la
atracción que ejerce este medio de comunicación en el público, al
mismo tiempo de la tecnología que, cada día, puede ser adquirida por
mayor cantidad de las empresas dedicadas al rubro como negocio
lucrativo.
Algunos teóricos coinciden en que, en desmedro de los medios
impresos y de la radiodifusión, la década de los ’80 marcó la evolución
de la televisión de tal forma que mostró una potencia superior a la
de los otros medios para llegar a más gente, casi exclusivamente con
el esfuerzo tecnológico.
Esta situación, como quizá lo fue en su tiempo el Derecho y
la Medicina hasta llegar a dominar las carreras universitarias y el
159
Al mismo tiempo de que la televisión mostraba su avance
técnico, también comenzó a exhibir el valor de su contenido formal,
expresado en la figura de sus presentadores, que comenzaron a
convertirse en verdaderos “dioses” que el público deseaba seguir.
En ese proceso, de pasos agigantados en un extremo y en el
otro, emisores y receptores de los medios transformaron su concepto
sobre la Comunicación Social, pues a la televisión le siguieron la radio
y los periódicos, buscando ser también protagonistas del espectáculo
que ofrecía la “pantalla chica”, muy parecido a lo que el periodista
Alberto Zuazo criticó al negar la vigencia de la llamada Ley Tamayo,
del 30 de diciembre de 1944, en la que el gobierno de entonces pretendió
exigir la firma de cuanto artículo se escribía. Zuazo afirmó que esa
norma trató de “convertir al periodismo en una caótica y aberrante
forma de lucimiento personal”1.
Esta visión ha transformado, en pocos años, la posición humana
sobre la Comunicación Social y ha sido situada en un plano de duda
para la población, que ahora tiene mejor concepción que antes sobre
la labor y eficacia de los hombres y mujeres dedicados a lo que el
escritor colombiano Gabriel García Márquez califica como “oficio”.
1
SALAMANCA, Rodolfo. “Diseño histórico lineal de la libertad de impresa y pensamiento
en Bolivia”, 1981. Edic. Asociación de Periodistas de La Paz. Prólogo de Alberto Zuazo
Nathes.
160
"OPINIONES Y ANALISIS"
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La diversidad de los temas en los que debe trabajar diariamente
el periodista contrasta con la formación académica que recibe en la
universidad, de la que el joven egresa como comunicador social.
Este es el momento en el que comienza a verificarse la dedicación
del periodista que, al comprobar la realidad, vuelca su esfuerzo y
capacidad en beneficio de los demás, en el inicio de un proceso en
el que los medios son referencias de los anhelos de la población y,
por eso, cada vez son más los interesados en tener presencia y poder
en ellos.
Por eso, los jóvenes que observan la carrera como una
oportunidad para ser una estrella en el firmamento acaban siendo
absorbidos por la vorágine de un mercado tergiversado por la ley de
la libre oferta y demanda, donde importan otros intereses, casi nunca
los de ellos y menos los de la comunidad.
Sin embargo, esta es una parte de la historia de la profesión
y de su relación con la sociedad. La otra la vive el periodista
experimentado, profesional o empírico, y que constituye la mayoría
en el gremio.
Los periodistas que ejercen por cinco o más años alcanzan a
desarrollar un conocimiento de la realidad inmediata -sea local, regional
o nacional- y ejercen su jornada con otra realidad: la de la rutina inmersa
en el conocimiento de los protagonistas de la actividad, sean éstos
líderes políticos, gubernamentales, sindicales, cívicos o deportivos.
Este conocimiento les otorga la capacidad de enfrentar en
mejores condiciones una entrevista, rueda de prensa, crónica o reportaje,
junto a la exigencia de contar con los antecedentes requeridos para
una adecuada presentación de su trabajo periodístico.
Esta situación se convierte en un compromiso, conforme pasa
el tiempo y persiste (o se agudiza) la pobreza, no se atienden las
necesidades básicas, los damnificados siguen viviendo en carpas, murió
el niño con cáncer en la sangre o la justicia sigue siendo mejor sólo
para los que tienen dinero.
En muchos casos, esta posición se ha convertido en la razón
del periodista para darle un sentido «revolucionario» a su profesión,
como ocurrió en la Revolución Nacional de 1952 o en las décadas de
los ’60 y ’70, en coincidencia con las corrientes políticas de izquierda
que encandilaron a muchos.
En otros, la mezcla de profesionalismo y sentimiento social
resultó en una dedicación que –en muchos casos- llega a ignorar a la
familia y a los amigos, hasta situaciones extremas. Al sumergirse en
las aguas de la realidad, la vocación de ser un comunicador social se
va perdiendo en el horizonte de la supervivencia y el oficio del “Gabo”
García Márquez se transforma en un interior que ninguno puede conocer
ni obligar a cambiar.
El conocimiento de la realidad, sea por transmisión teórica o
por convivencia con ella, transforma casi siempre al que se dedica a
esta profesión, especialmente cuando constata la situación de pobreza,
la insatisfacción de servicios básicos, asiste a un desastre natural, mira
impotente un niño con leucemia cuya familia no puede pagar la
hemodiálisis o comprueba una injusticia denunciada.
¿Puede cambiar una persona que no conoce la realidad de la
gente a la que debe informar? Parecería que la única posibilidad es
que, para ello, debió o debe ser pobre y convivir con la pobreza de
los demás, sufriendo su desgracia. (De lo contrario, tendría que aplicarse
161
162
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"OPINIONES Y ANALISIS"
la teoría marxista de que, para llegar al socialismo, se debe perfeccionar
el capitalismo para comprenderse y comprender a los demás).
concretó en la elección de concejales municipales y de legisladores
nacionales.
El compromiso hacia los demás es producto de la naturaleza
individual y/o de su formación personal, casi en una consecuencia de
la servidumbre que deriva de la solidaridad. En caso de que el objetivo
de ese servicio sea lo público, nadie estaría exento de la obligación
de cumplirla, como en el caso del juramento hipocrático de los médicos.
No cabe duda de que algunos cumplieron un buen papel, aunque
con los demás no ocurrió lo mismo y, para frustración social y gremial,
engrosaron las filas de una clase política desacreditada y en pose
opuesta a la expectativa con la que fueron elegidos. Sin embargo,
mientras se les exige un mayor protagonismo en el Parlamento, hay
que reconocer que la mayoría realiza gestiones administrativas a favor
de su distrito, en un trabajo silencioso que contrasta con lo que
efectuaban en la redacción de un diario, de una emisora o de un canal
de televisión.
El último Código de Etica2 aprobado por la Asociación Nacional
de Periodistas de Bolivia, el concepto reconocido por los periodistas
profesionales amplía la calidad de servicio al “derecho que tiene la
comunidad a estar informada veraz y oportunamente”, como una
obligación de los comunicadores a “estar siempre al servicio de la
verdad, la justicia, el bien común, los derechos humanos, la defensa
del patrimonio cultural y del medio ambiente, la democracia y la paz
entre los hombres”.
El concepto de servicio, en algunos casos, ha sido transformado
por una visión particular de periodistas que, en el exceso de su
comprensión de la labor social que desempeñaban, plantearon su
participación en una acción más directa de ella, a través de los partidos
políticos, con el fin de lograr lo que como intermediadores no podían
conseguir en beneficio de su comunidad.
Esta actitud, en algunos casos por iniciativa propia, fue adoptada
en la mayoría de los casos por la oferta de los partidos políticos a los
periodistas más conocidos o de mayor influencia en la sociedad y se
2
CODIGO DE ETICA, Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia. Trinidad, septiembre
de 1999.
163
Aunque la mayoría de los que optaron por este camino no
regresaron al ejercicio del periodismo diario, porque se integraron
plenamente a la actividad política, unos cuantos quedaron “marcados”
por ese paso y perdieron credibilidad de la sociedad, cualquiera hubiese
sido la razón, con evidente perjuicio para el conjunto del gremio de
la prensa.
2.
DERECHO A LA INFORMACION
Desde que empezó el debate sobre el papel de los medios de
comunicación social y, en consecuencia, de los periodistas, la sociedad
boliviana ha superado con éxito la transición de comprender que los
principios de la libertad de expresión, de opinión y de prensa no es
una exclusividad innata para los periodistas.
El éxito radica en la participación, cada vez mayor, de las voces
que defienden el derecho individual a expresarse por cualquier medio
164
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de difusión, como reflejo de la evidencia que manifiesta el movimiento
económico alrededor de esos medios, que está concentrando en pocas
manos su propiedad a pasos acelerados.
y en el Código de Procedimiento Penal (1999), en las que se insertaron
artículos vinculados al control de la comunicación social. En el caso
del Código de Procedimiento Penal, el Parlamento aceptó la vigencia
de la Ley de Imprenta como la única que protege el interés social ante
la acción de los medios.
Cuando el sistema de propiedad de los medios masivos de
América Latina fue estudiado hace tres décadas, y en el que se determinó
que el régimen era contrario al interés de la comunidad, las
recomendaciones del Informe MacBride-UNESCO de 1979 fueron un
llamado de alerta a los más involucrados: gobiernos, organizaciones
de periodistas y empresarios.
Del voluminoso de la UNESCO, probablemente, los aspectos
que más causaron desagrado en los interesados en mantener
preeminencia en el control de los medios fueron el Derecho a la
Comunicación y la Democratización de la Comunicación, como
centrales en la posición que asumieron los integrantes de la Comisión
que presidió Sammuel MacBride, para procurar que toda persona tiene
el derecho a recibir más información de diversas fuentes y ser partícipe
de su contenido, y para disminuir la desigualdad entre las minorías
que poseen poder sobre la comunicación y las mayorías que no tienen
medios propios, respectivamente.
La oposición de los países industrializados y dueños de la
tecnología que requieren los medios al Informe MacBride, que llevó
desde entonces al chantaje de no entregar los aportes a la UNESCO,
se manifiesta actualmente de otra manera aunque su objetivo sigue
siendo el mismo.
La globalización de la economía, impuesta a los países pobres
como el nuestro, alcanza a las formas de legislación, que en Bolivia
se tradujo particularmente en la Ley de Telecomunicaciones (1995)
165
En cambio, la Ley de Telecomunicaciones, promulgada en
1995, establece restricciones a las formas de comunicación populares
a través de exigencias de tipo económico y legal, que pocas
organizaciones de base pueden cumplir debido a su carácter popular.
En este caso, las emisoras de radio campesinas, mineras, comunitarias
y de cooperativas son las afectadas y obligadas a callar, en desmedro
de su derecho natural a transmitir sus inquietudes y necesidades a un
público mayor al que le permiten sus medios tradicionales.
En este sentido, es loable la actitud de la Superintendencia de
Telecomunicaciones, que accedió a dar facilidades a las emisoras de
radio comunitarias del Altiplano por un convenio que suscribió con
la Universidad Católica Boliviana (UCB), y que está en plena ejecución,
para dar a esos medios una posibilidad de cumplir sus objetivos
democráticos.
La última norma que contribuye a un sentido monopólico de
la comunicación, en este caso estatal, es la Ley del Estatuto del
Funcionario Público, aprobada a fines de octubre de 1999 por el
Parlamento y promulgada por el Presidente de la República, a pesar
de las observaciones planteadas por los organismos de los periodistas,
con argumentos constitucionales y referencias de otras naciones del
mundo.
El Estatuto obliga a los servidores públicos a “mantener reserva
sobre asuntos e informaciones confidenciales conocidos en razón a su
166
"OPINIONES Y ANALISIS"
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labor funcionaria” y les prohibe utilizar esa información “en fines
distintos a su función administrativa”, con la supuesta intención de
quitar el carácter político de su designación, cambio o despido.
por ejemplo en el Código Deontológico de los periodistas de España,
cuyo Estatuto manda a sus afiliados “vigilar escrupulosamente el
cumplimiento por parte de las Administraciones Públicas de su
obligación de transparencia informativa, en particular, defender siempre
el libre acceso a la información proveniente o generado por aquéllas,
a sus Archivos y Registros Administrativos”.3
Se podría afirmar que la inserción de esos párrafos en la ley
indicada es vana por la costumbre de las autoridades gubernamentales
de condicionar la entrega de información a los medios de comunicación,
a través de los periodistas, solamente por intermedio del titular del
despacho respectivo, que naturalmente es el ministro, viceministro,
presidente o director, supuestamente los únicos que garantizan la
veracidad del dato solicitado.
Sin embargo, las prohibiciones del Estatuto del Funcionario
Público no serán cumplidas cuando el empleado estatal, sea inferior
o jerárquico, considere que la información será útil a sus intereses
particular o sectario, y buscará la forma de difundirla omitiendo
consideraciones sobre la nueva norma. Esta actitud será justificada por
el criterio del supuesto “interés nacional” que llevará al basurero una
intención contradictoria con otras disposiciones, como la Ley del
Sistema de Administración Financiera y Control Gubernamental
(SAFCO), aunque aliviará la tarea específica del periodista.
Los que asuman esa actitud no escaparán a la norma que guía
sus pasos, la de utilizar los medios de comunicación para continuar
en la escena pública porque seguirán dándose cuenta que, de lo contrario,
quitarán esencia a la relación entre política y comunicación y a la
dominación que ha adquirido sobre el vínculo con el público, único
posible para que el ejercicio del poder sea conocido.
La decisión del poder tomada este año aparece como en sentido
contrario a lo racional y a la jurisprudencia de otros países, expresado
167
Esta actitud nacional contraria se explica en el interés de muchos
por tener poder sobre los medios de comunicación, como ha sido la
característica de la última parte de esta década, como una forma de
garantizar su presencia en el público, aunque la pretensión se enfrenta
en el ámbito empresarial, cuando los medios y los legisladores “se
encuentran” en la discusión de proyectos de nuevas normas para la
comunicación social.
La contradicción entre la intencionalidad de unos y las
propuestas de otros continúa, a la que debe añadirse la concentración
del interés en los medios de las principales ciudades, de donde sigue
aplicándose la discriminación, en este caso en la disposición de los
medios tecnológicos en telecomunicaciones en el resto del país.
En cambio, como consecuencia de la asimilación y consciencia
de los periodistas, a que esta función es un servicio relacionado
estrechamente con el interés de la sociedad, casi todas las organizaciones
de prensa de los países han aprobado normas de ética profesional que
incluyen el derecho del pueblo a expresarse libremente y a recibir
información precisa.
3
CODIGO DEONTOLOGICO, Federación de Asociaciones de la Prensa de España.
Sevilla, noviembre, 1993.
168
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Entre las últimas y por propia determinación, en 1984, se
promovió la aprobación gubernamental del Estatuto Orgánico del
Periodista, que garantiza “una absoluta libertad de expresión, entendida
ésta como el derecho de los miembros de una sociedad a emitir su
opinión y ser informados, sin restricción alguna”.4
periodistas son propietarios de los medios más importantes de la época;
los más son empresarios y políticos, y de éstos, en algunos casos a
cara descubierta, que no ocultan su deseo de proyectar sus ideas por
esta forma de difusión particular.
Años después, en un seminario que discutió uno de los intentos
por abrogar la Ley de Imprenta, uno de los conferencistas decía a sus
colegas que “se debe entender que el derecho a la información no es
el derecho de los profesionales, sino el derecho de la comunidad
nacional para estar informada”.5
En 1998, en un encuentro organizado por estudiantes de la
Universidad Mayor de San Andrés para examinar la relación prensapoder, un ex director de un diario de La Paz señaló que “la libertad
de opinión y de expresión y el derecho a la información deberán ser
siempre irrestrictos, sin limitaciones, determinando con su vigencia
cierta el grado de democracia, de libertad y de cultura existentes en
una sociedad”.6
Es imposible negar que algunos, por diferentes formas, aplicaron
una visión empresarial a su conocimiento de la comunicación y crearon
compañías que les dieron muchos beneficios. Sin embargo, unos pocos
4
ESTATUTO Orgánico del Periodista, Decreto Supremo 20225 del 9 de mayo de 1984.
5
GREBE, Ronald. Legislación en Comunicación en América Latina. Exposición en el
Seminario Ley de Imprenta Contra la Ley Mordaza, Edición Sindicato de Trabajadores
de la Prensa de La Paz y CEDOIN, 1988, página 10.
6
SERRATE, Carlos. “Prensa: el poder de la palabra, la palabra del poder”. Marco Legal
de la Prensa en Bolivia. Exposición en el Foro-Debate UMSA, noviembre 1988, página
65.
169
La mayoría de esos periodistas-propietarios lo es de emisoras
de radio, especialmente de las pequeñas y de limitado alcance, que
no tienen posibilidades de instalarse como cadena nacional, única
forma de tener influencia efectiva en el público masivo.
La distinción entre unos y otros podrá encontrarse en los
objetivos de la empresa organizada, pero básicamente está señalada
en la presentación del producto, que se demuestra particularmente en
los medios audiovisuales, que acaparan su preferencia por el mejor
efecto que producen en la audiencia, así como en los impresos, por
el carácter permanente de su presentación física.
En cualquiera de ellos, la tendencia del contenido camina en
dirección a la globalización temática, con la creencia de que ello le
dará la posibilidad de abarcar mayor audiencia en el público, en
desmedro de lo cotidiano y sencillo de la realidad de la gente, cuyas
necesidades aparecen olvidadas.
Los diarios y los canales de televisión tienen el espacio medido,
en gran parte por la dominación del factor económico, que representa
la mayor inversión que ha demandado su instalación, y en otra parte
por la exigencia de conceder más tiempo a los anuncios pagados, razón
principal de su existencia como negocio.
Por tanto, la información está restringida o, al menos,
condicionada en su cantidad o amplitud a la existencia de espacio
170
"OPINIONES Y ANALISIS"
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dejado por la publicidad, momento en el que deben asignarse factores
de preferencia en las instancias de decisión: venta o información, en
el que el público no tiene posibilidad de participar y, en realidad, lo
desconoce.
en su carácter masivo como en lo individual. Sin embargo, en esta
consideración la responsabilidad no es exclusiva del sistema de
propiedad, al menos por la experiencia que se divulga en no pocos
medios de comunicación del país.
¿Pueden los periodistas participar de esa decisión, en nombre
del servicio social que defienden?. No. La decisión llega a ellos y deben
ejecutarla, simplemente, con los conocimientos y criterios de su
formación técnica adquirida en la universidad o en las redacciones.
Entonces, ¿cómo atraer a la audiencia?.
El sensacionalismo, como criterio dominante en la difusión de
noticias, afecta tanto a los más importantes medios de comunicación
social del país actuales como a las pequeñas empresas, especialmente
de emisoras de radio, en las que es evidente la escasez de personal
y las limitaciones técnicas de éste por variadas causas.
Desde casi siempre, la persona trató de atraer la atención de
los demás con diferente finalidad y, de allí, surge la publicidad y la
propaganda, como técnicas aplicables a la difusión de productos y de
ideas, a través de los mejores medios de difusión de esos mensajes.
En muchos, se percibe maltrato del lenguaje, desubicación
histórica, descontextualización de la noticia, como base de una
presentación exagerada del asunto, que incorpora elementos de invasión
a la vida privada de las personas y desconocimiento de normas legales,
con lo que se vulneran derechos de las personas y de la sociedad.
Primero en los diarios, después en las emisoras de radio y
finalmente en los canales de televisión, la palabra “extra” se convirtió
en símbolo de la llamada de atención a los receptores para que
identifiquen una noticia importante y de última hora, provocando una
sensación distinta en el público para que se decida a leer, escuchar
o ver con atención.
Esa sensación ha ido ganando terreno y se ha transformado en
una técnica para ganar el favor de la audiencia: el sensacionalismo
domina actualmente el sentido de los medios de comunicación social,
hasta el punto en que los titulares pecan de exageración y traspasan
la frontera entre la verdad y la invención.
Esta forma de atraer la atención del público no es ilegal, pero
modifica radicalmente el objetivo social de la comunicación, tanto
171
La infracción de los derechos de los demás, bajo el concepto
de que ellos empiezan donde terminan los propios, se está convirtiendo
en una manera grotesca del trabajo de una parte de los medios de
comunicación que, con el tiempo, se afirmará por costumbre en perjuicio
de la sociedad y de la democracia.
El control de los medios o de los periodistas no pueden ejercer
eficazmente las organizaciones del gremio, pues unos tienen contrarios
intereses. Las empresas actúan por su propio interés económico y, por
su parte, los periodistas sólo tienen el poder de su palabra, que en estos
casos no ha podido influenciar efectivamente en el trabajo de sus
afiliados, que obedecen órdenes de sus gerentes o directores, casi
siempre sólo empresarios.
172
"OPINIONES Y ANALISIS"
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Esta situación ha tratado de ser subsanada en el último Código
de Etica de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia que, al
concebirlo como un Principio de Mesura, exige a sus afiliados “evitar
el sensacionalismo deformador y respetar el derecho de las personas
a la intimidad” y a “abstenerse de explotar la morbosidad y la curiosidad
malsana”.7
individual o por las representaciones que prefiera, sin que esto signifique
una disminución de su derecho –teórico y práctico- de ser escuchado,
más aún cuando se trata de exponer una posición a una publicación
que le favorezca o le perjudique.
3.
EL PERIODISTA BOLIVIANO
El siguiente momento es una vuelta atrás, en el que el papel
social del periodista aparece ignorado y el servicio que debe a la
comunidad es reclamado por ésta, en un tiempo en el que la discusión
pública del asunto es tal que su conocimiento llega a la mayoría de
los miembros de la sociedad.
Consecuente con su formación, empírica o profesional, el
periodista boliviano ha sentido transcurrir su vida y su gremio por varias
etapas, en las que su condición casi siempre ha sufrido los conflictos
sociales del país.
La aplicación del feed back8, que los periodistas conocen en
la universidad como teoría recomendada para conocer la respuesta de
los receptores al mensaje enviado por el medio y ejercer una eficaz
comunicación, se cumple en este caso como acto reflejo de la sociedad
contra el comunicador social, al que controla la veracidad de su labor.
En la primera mitad del siglo que termina, los periodistas fueron
gente ligada a la propiedad de los medios y a los pocos partidos políticos
de esa época, con formación en Derecho o en Literatura. Al comienzo,
de los pocos que escribían noticias, la mayoría fue articulista para
expresar una opinión sobre diferentes aspectos de la vida nacional.
El resultado es un ejercicio pleno del Derecho a la Información
que postula la sociedad, en este caso a través de la identificación de
los factores y conceptos ligados a la Comunicación Social, y en el que
los protagonistas de los medios dedicados a esta tarea han dejado de
ser simples individuos y se convierten en uno de los extremos de la
dualidad que requiere la comunicación, como tal.
En las etapas anterior y posterior a la Revolución Nacional
(1952), los reporteros de los diarios y los corresponsales de algunas
agencias de noticias del extranjero ofrecieron una expresión más cabal
del periodismo moderno, excepto quienes se involucraron, en contra
o a favor, en el movimiento.
En el otro, la gente empieza a asumir su verdadero rol de
participante en esta relación bipolar, en la que puede hacerlo en forma
7
8
Según datos del catedrático y estudioso Erick Torrico, la mayoría
de los que ejercen el periodismo no son profesionales, aunque Bolivia
vive una transición -quizá larga- hacia una menor participación de
empíricos.
CODIGO DE ETICA, citado.
Feed back: retroalimentación para la comunicación social.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Esta realidad provoca las innumerables quejas de los
representantes de la sociedad, entre ellos especialmente de la clase
política, por el trato inexacto dado a la información en los medios de
comunicación social, en general, y que muchas veces ha confrontado
a las partes con resultados no siempre satisfactorios.
Muchos gerentes se han acostumbrado, porque no son
periodistas, a aceptar invitación de entidades gubernamentales y de
empresas que necesitan una cobertura a hechos de su interés sin otorgar
ayuda económica o técnica adecuada al reportero que encargan la tarea,
con el consiguiente riesgo de corrupción de su empleado, que se ve
obligado por la necesidad a recibir (y otros a pedir) a su anfitrión.
La calidad del periodismo boliviano, reconocida en otros países,
no está ligada precisamente a la presentación del producto final del
trabajo, sea nota informativa común, crónica, entrevista o reportaje,
sino a la valentía y oportunidad de su exposición al público. Estos
valores, que no se pueden obviar por justicia, provienen tanto de la
larga época de dictaduras y de la situación de pobreza y abandono de
la población.
Sin desmerecer los casos particulares, que los hay en buena
cantidad, el reconocimiento de la sociedad a la prensa nacional surge
del valor que han tenido las informaciones sobre diferentes situaciones
de los actos de gobierno, en muchos casos relacionados con corrupción
y nepotismo, que siguen repitiéndose en la actualidad.
De la misma manera, las crónicas y reportajes sobre la realidad
de barrios, comunidades agrícolas, centros mineros, pueblos indígenas
y otros sectores de la población han mostrado al resto del país la verdad
de su abandono, contribuyendo a que los poderes públicos escuchen
y atiendan sus necesidades.
Son frecuentes los comentarios en el gremio sobre esta situación,
con el extremo de corrupción tácita, porque algunos tienen trato con
sus fuentes de información para recibir una suma a cambio de la difusión
de noticias, particularmente del área política, aunque éstos siempre
esquivan la precisión de denuncias que, al calor de algún desaire, se
atreven a lanzar contra sus favorecedores, sin identificarlos.
Esta forma de trabajo se manifiesta, según esos “dizques”, muy
a pesar de otro principio del Código de Etica de los periodistas, el de
la Independencia, que exige “estar libres de obligaciones y presiones
que obstruyan su ejercicio informativo”, en referencia al diplomático
deber de no recibir remuneración de instituciones que frecuenten por
razones noticiosas.
Aunque en el pasado hubo casos de aprovechamiento ilícito de
la información que logran por su trabajo, para sacar beneficio personal,
se puede afirmar que esta forma de infracción moral no es practicada
actualmente por los periodistas.
En ambos casos, el resultado de esa labor ha sido con
desconocimiento de la forma de obtención, tanto por la pobreza de los
medios como por la dedicación entregada por los periodistas al objetivo,
conseguido después de muchas dificultades, que las empresas casi
siempre ignoran.
La principal característica del periodista boliviano, sin duda
para la sociedad, es su posición unánime en defensa del derecho a las
Libertades de Expresión y de Prensa, ampliada a los Derechos de
Opinión y de Información de los ciudadanos en general, especialmente
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cuando se registran casos particulares o partidarios de cambio en las
disposiciones que las protegen.
Mientras eso ocurre en la “Bolivia ignorada”, como dijo un alto
dignatario de Estado, y en las principales ciudades existe una
competencia de bachilleres por ingresar a la Facultad de Ciencias de
la Comunicación Social, pasarán muchos años antes de que dejemos
de escuchar los lamentos del Jefe de Redacción de los medios por la
baja calidad de sus redactores y por la imposibilidad de encontrar
sustitutos adecuados.
En estos casos, la coincidencia no alcanza a los propietarios
de los medios de comunicación, aunque es lógico que su beneficio es
directamente proporcional a la ausencia de los empresarios en este tipo
de situaciones, en varios casos de tipo conflictivo y que causó paros
y huelgas convocadas por las organizaciones sindicales y académicas
del sector.
El cambio que ha representado la modificación de la estructura
de propiedad en varias empresas dedicadas a la comunicación social,
se ha reflejado en la organización pero no en el perfil del personal
profesional, excepto en los niveles jerárquicos cercanos a la dirección
y gerencia del medio.
No se puede afirmar que esos periodistas contribuyen poco a
la forma del contenido del producto, pero sí que gastan mucho tiempo
y esfuerzo en la tarea de corregir los materiales de los reporteros y
redactores, debido a la mala preparación técnica de éstos, para presentar
al público una imagen adecuada.
Esto, en cambio, no sucede en las pequeñas empresas de
comunicación social, en su generalidad instaladas en las capitales
departamentales que no pertenecen al “eje troncal” y, más aún, en las
capitales de provincia y en las localidades de frontera, donde conviven
precarios mercados publicitarios, limitadas economías de empresa y
recursos humanos impedidos de acceder a institutos de educación
superior.
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LOS MEDIOS DE COMUNICACION POR DENTRO
El objetivo principal es lograr una aproximación al debate
planteado. Entre los objetivos secundarios están:
Lupe Cajías De la Vega
En los últimos meses han salido a la luz pública en Bolivia
nuevos y exitosos periódicos sensacionalistas; durante 1999 y
específicamente entre marzo y agosto ha habido un “boom” de
informaciones relacionadas con temas de escándalo y de corrupción.
Proyectos empresariales y noticias que no aparecen ajenos a las nuevas
compras y concentraciones de la propiedad de la comunicación masiva.
Ello se suma a la permanente discusión sobre libertad de prensa,
censura, responsabilidad, leyes, códigos o normas y autorregulación
de los medios de comunicación social.
Ese contexto acompaña el presente trabajo. Nuestra indagación
relaciona los nuevos escenarios públicos que se dan en el país en la
última década; las investigaciones y reflexiones teóricas con la
percepción que tienen sobre sí mismos los operadores directos de la
noticia.
-
¿Existen mecanismos para el auto control institucional?
-
¿Existen mecanismos internos en los medios de comunicación
social?
En el transcurso de la búsqueda completamos otros objetivos
como dar seguimiento a una antigua resolución de crear un Consejo
de Prensa Nacional; rechazar el control previo ejercido por terceros
así como la auto censura.
Nos hemos limitado a una mirada a los medios escritos que se
publican en La Paz por tres razones:
-
el alcance de los términos de referencia
-
los medios paceños son representativos del conjunto de la
prensa boliviana
-
los medios escritos tienen una mayor permanencia en el tiempo
que los radiales o televisivos; la palabra queda y permite una
investigación a posteriori como también una mejor
aproximación a las tendencias de la comunicación social.
I.
LOS NUEVOS ESCENARIOS
Para ello hemos revisado la literatura existente en el último
lustro y realizamos un pequeño sondeo de opinión entre los responsables
de medios escritos publicados en La Paz.
No trabajamos sobre una hipótesis pues los términos de
referencia especificaban la sistematización de los debates internos en
las instituciones profesionales y sindicales y en el gremio de los
periodistas. Sin embargo, partimos de una pregunta que intenta reflejar
el problema: ¿Pueden los medios de comunicación colectiva bolivianos
ser capaces de auto controlar la información que difunden?
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En la década de los noventa, Bolivia es un país marcadamente
diferente a sólo un lustro anterior. El modelo económico ha pasado
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de un capitalismo de Estado a una economía de libre mercado; el Estado
productor y protector –dueño durante años de importantes medios de
comunicación–- se ha convertido en un Estado normador- cuya atención
a sus antiguos medios de comunicación se limita a espacios dentro del
canal estatal; las reformas estructurales han cambiado principios en
la Constitución Política del Estado; en la propiedad de las principales
empresas productoras y estratégicas; en las relaciones de los actores
sociales con el Estado; y en la concepción de una democracia
representativa a una democracia más y más participativa.
Sin embargo, estas consideraciones teóricas no se reflejaron en
la práctica y ello influyó en el desenvolvimiento de los medios de
comunicación externa e internamente.
En esa dinámica de cambio, la empresa privada tenía nuevos
roles y nuevos desafíos. Por lo menos teóricamente, dentro del modelo
de una economía neoliberal, la iniciativa particular debía estar en la
vanguardia del riesgo, las propuestas y las transformaciones.
Así también en la consolidación de la democracia se esperaba
que los partidos políticos sean capaces de modernizarse; esto es:
democratización interna, generación de nuevos líderes, final del
caudillismo y construcción de partidos institucionales. En resumen,
una nueva forma de hacer política en un Estado que ha dejado de ser
el mayor generador de empleos y que empezaba a trazar políticas de
largo plazo para ser desarrolladas por servidores públicos claramente
adiestrados, no necesariamente conmilitones.
Por otra parte, en las reformas estructurales a las relaciones
de los actores sociales con el Estado, existía una espectativa en torno
a las organizaciones de base, sindicales, gremiales y en su capacidad
de apropiarse del discurso del cambio puesto que muchas de esas
reformas tenían sus raíces en antiguas consignas de movilizaciones
populares; sobre todo las relacionadas con la tenencia de la tierra y
el acceso a la educación.
181
En primer lugar, la Empresa Privada fue la primera en romper
la coherencia del modelo económico expresada en el Decreto Supremo
21060 (Agosto 1985) que trazó las principales coordenadas del
neoliberalismo. No fueron los trabajadores sino los empresarios del
azúcar los que perforaron el nuevo ordenamiento al convocar una vez
más al Estado protector. Esa anécdota tiene importancia porque muestra
la debilidad estructural de la empresa privada boliviana, aun cuando
un sector de ella logró vencer los desafíos de la competencia que crea
el libre mercado y algunas empresas consiguieron salir del entorno
familiar para profesionalizar los puestos directivos.
El accionar de los partidos políticos en general tardó más en
cambiar que la propia sociedad. El caudillismo, la dedocracia, el reparto
de los puestos en la administración pública privilegiando la pertenencia
partidaria antes que la capacidad profesional, el empobrecimiento
intelectual de los representantes ante el Parlamento, no parece coincidir
con otras dinámicas modernas que se dieron en el mismo Estado. Así
conviven políticos profesionales de un discurso antiguo y clientelista
con los modernos sistemas de regulación. El caso más ilustrativo de
esa paradoja es el de un parlamentario populista, dueño de un banco
quebrado y a la vez hermano de un ministro del actual gobierno. Este
diputado pudo generar con las fuerzas de esa política tradicional
obstáculos al cumplimiento de la Ley y al trabajo de la Superintendencia
de Bancos e Instituciones Financieras, oficina institucionalizada y
rostro de un Estado finisecular.
Aún más aferradas a propuestas y prácticas que se relacionaban
con otros escenarios, aparecen las organizaciones sindicales. La Central
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Obrera Boliviana, COB, se opuso a medidas que potenciaban a las bases
y que contenían gérmenes de autogestión, de ordenamiento territorial
a favor de los sectores más pobres y daban paso a la participación legal
y representativa de autoridades comunales, de pueblos originarios.
intentan explicar desde diferentes puntos de vista esta explosión, que
siempre se quedan cortos pues cada temporada nace un nuevo canal.
El ordenamiento fue posterior y la nueva Ley de Telecomunicaciones
(1994) y la Superintendencia de Telecomunicaciones intentan
consolidar el mercado de frecuencias radiales y televisivas.
Estas tres imposibilidades históricas han influido en la
organización y en el quehacer de los medios de comunicación social
y por tanto de los periodistas.
II.
MEDIOS DE COMUNICACION, CONCENTRACIONES
EN LA PROPIEDAD Y LIMITADAS PROPUESTAS PARA
LOS CAMBIOS EN LOS CONTENIDOS
Casi simultáneamente al diseño de la nueva política económica,
surgió en 1984 el primer canal privado de televisión. Salió al éter en
Santa Cruz de la Sierra, la ciudad que desde los años 70 representaba
el surgimiento de las regiones, el desplazamiento del eje económico
de Occidente a Oriente y la nueva acumulación capitalista. Una
acumulación que no preguntaba demasiado sobre los orígenes de los
dineros.
La fundación de este canal (aunque aún hay quien disputa la
paternidad) se dio contra las leyes vigentes, en concreto la Ley de
Telecomunicaciones de 1970 que sólo permitía la existencia del canal
estatal y de los canales universitarios ahí donde no llegaba la señal
de Televisión Boliviana.
La existencia de tantos canales tiene su lado positivo: las
muchas voces, la potencialidad que se expresen diferentes sectores de
la sociedad. De hecho se tienen notables experiencias como en su
momento fue el sistema popular de radio y televisión en La Paz o los
canales católicos en Guayaramerín (Beni), Yapacaní (Santa Cruz) y
otras zonas con diversos conflictos sociales; canales comunales en
pueblos agrícolas, mineros, fronterizos, etc. Voces que cuestionan el
statu quo, pero no necesariamente con un manejo ético de la información
o con una autorregulación interna independiente; el caso RTP refleja
certeramente esa paradoja: dio espacio a los pobres, pero quebró toda
noción de los códigos de ética periodística a favor del sensacionalismo
y, más tarde, de un proyecto político/populista.
El exceso de canales a la vez reedita la debilidad estructural
de la empresa privada, dispersa y sin propuestas. En vez de tener dos
o tres cadenas fuertes y por tanto más independientes, la cantidad de
medios repite la misma estructura de programación basada en enlatados,
telenovelas, programas extranjeros. Las propuestas propias se limitan
a los noticieros, revistas informativas, programas infantiles, deportivos
y malas copias de programas de concursos.
La realidad se imponía a la normatividad y los canales privados
comenzaron a aparecer como hongos diseminados en todo el país, aún
en poblaciones con menos de 10.000 habitantes. Existen estudios que
Los noticieros no tienen corresponsales propios en las grandes
capitales ni tienen enviados especiales para las reuniones
internacionales o para dar seguimiento a alguna noticia de apertura.
Las pocas veces en las cuales viajan los periodistas está financiada
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por el Ministerio de Comunicación, alguna entidad estatal o alguna
empresa, o a veces una embajada u organismo internacional. Son pocas
las coberturas nacionales financiadas por el propio medio y mucho
menos son los viajes de un reportero para informar independientemente
sobre un hecho que involucra a autoridades nacionales. Por ejemplo,
una visita diplomática del Presidente de la República.
Esta estructura no es la más auspiciosa para una independencia
de los medios televisivos y un control social con responsabilidad.
A pesar de esfuerzos loables, la tonalidad de los noticieros
bolivianos es de poca producción propiamente televisiva y de notas
que se limitan a reproducir las palabras de una fuente que habla (se
los conoció como “bustos parlantes”). El hecho noticioso ha sido
reemplazado por la palabra de un reconocido protagonista de noticias,
a quien se le otorga la capacidad de hablar sobre cualquier cosa; lo
que diga será noticia; juego que se presta al favoritismo y “venta” de
espacios en forma ilegal, corrupta. Los programas de entrevistas más
sintonizados son también sencillos y no se pueden comparar con otros
programas famosos de entrevistadores latinoamericanos.
No figuran entre los programas más vistos los programas
nacionales, salvo series de pocos capítulos producidas en forma
independiente como “La bicicleta de los Huanca” o “Fuego Cruzado”.
El programa nacional más popular fue un show de concursos y música
con participación de los extractos más humildes de la sociedad paceña.
A ello se agrega el tema de que son muchos los canales que
se disputan la pequeña torta publicitaria y que esperan con ansias la
propaganda oficial o las campañas electorales que les mejoran sus
finanzas.
En más de una ocasión hay conflictos de intereses y más de
un dueño de televisión o productor “estrella” es a la vez notable
militante/candidato de algún partido político.
185
Sin embargo, la televisión boliviana logra espacios
contestatarios y no se han dado presiones constantes a los periodistas
o comentaristas. No se conocen quejas ante los organismos de prensa
de periodistas que crean afectada su consciencia.
La situación no ha evolucionado con la concentración de canales
en una única propiedad y con la aparición de grupos multimedia.
Aunque la apresurada compra de medios y de acciones reflejó en
Bolivia los mismos ritmos que en otros países y la nueva fase del modelo
económico, la concentración no significó mejor calidad, nuevas
propuestas y menos aún más inversiones en las mejoras de los
contenidos.
Paradójicamente, el grupo Garafulic que se presenta como el
más poderoso y moderno tiene la misma estructura de empresa familiar
y de dar los puestos jerárquicos a la familia, tal como hace la empresa
privada más tradicional y menos competitiva. Informaciones de la
prensa especializada en economía muestran que no ha equilibrado sus
cuentas de activos con las de pasivos.
La televisión no ha logrado dar el salto moderno completo, igual
que sucede con la empresa privada en general.
Aunque este trabajo no suponía un estudio de contenidos, una
mirada a los telenoticieros nos muestra la sobrevivencia de los antiguos
actores sociales, la insistencia en entrevistas a viejos políticos, a los
tradicionales dirigentes sindicales y un escaso retrato del ciudadano
como nuevo protagonista de los nuevos escenarios.
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Por su parte, la radio se ha mantenido como el medio de mayor
alcance, con grandes posibilidades para un auditorio disperso en una
geografía despoblada, desvinculada y con un alto porcentaje de
población analfabeta o semianalfabeta, con un idioma materno diferente
al español.
anteponían un compromiso con la sociedad en su conjunto más que
sus pequeños intereses.
No existen nuevas estructuras programáticas y los noticieros
mantienen una gionización tradicional. Las últimas propuestas
diferentes datan de los inicios de la democracia con el reportaje directo,
la participación de los radioescuchas sin ninguna censura previa, la
modalidad de programas de largo aliento, el comentario inmediato a
cada noticia, etc.
No se han consolidado cadenas con capacidad de una
información directa de los grandes hechos, como sucede con emisoras
en Perú, Colombia, Brasil. La institución que tiene más radios es la
Iglesia Católica, pero a la vez las organizaciones internas de ésta no
tienen una estrategia comunicativa, una coordinación para fortalecer
o potenciar con calidad la cantidad de medios disponibles y existe una
notoria dispersión de esfuerzos, gastos y recursos humanos.
Aunque ninguna legislación limita la participación de los
periodistas en política y como candidatos a puestos públicos, los
muchos casos de este tipo hacen un daño todavía no medible a la
independencia y a la autorregulación. Programas que se presentaban
como de servicio social a la comunidad terminan como plataforma para
un candidato (casi siempre de onda populista). Hecho más agravado
porque los periodistas como congresales, concejales o consejeros han
sido un fracaso.
En cambio, la prensa parece ser un reflejo más agresivo del
nuevo modelo económico, de la democracia participativa y de las
reformas estructurales.
El medio más antiguo es el que más novedades trae y el que
más distancia muestra entre sus productos antes de los noventa y al
borde del próximo milenio.
En cambio, la radio ha sido capaz de retratar más que la
televisión los cambios sociales, la fuerza de nuevos actores como las
regiones, los indígenas, las mujeres, los adolescentes, los pequeños
partidos políticos, los nuevos sindicatos y una problemática no urbana
que es fundamental para entender al país pero que no suele interesar
a la televisión.
La aparición del matutino “El Mundo” en la ciudad de Santa
Cruz de la Sierra fue un sacudón a la prensa nacional acostumbrada
a centrar la información en la sede de gobierno; y a la prensa regional
con una perspectiva provincial. Aunque el original proyecto fue luego
frustrado por intervenciones externas (justamente de las viejas prácticas
politiqueras) removió a una prensa adormilada en la etapa militarista
y de lentas máquinas.
La participación directa de políticos en la compra de canales
de televisión y de emisoras ha afectado la credibilidad en los medios
de comunicación como se percibían antes, cuando no eran neutros pero
También desde la emergencia de las regiones, la prensa de
Cochabamba comenzó a publicar suplementos diferenciados para
públicos más especializados y exigentes y a reproducir ensayos e
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investigaciones de los centros académicos. Ahí salió el espejo del nuevo
país, de las nuevas ideas, de unas propuestas diferentes para la
construcción inconclusa de la Nación y unas osadas visiones de las
relaciones externas, los procesos de integración regional, la idea de
que las fronteras internas y exteriores se movían a un ritmo distinto
al conocido.
como las exigencias totalitarias en los mecanismos para tener
documentos de identidad o de viaje.
La fundación del matutino “La Razón” en La Paz consolidó
la prensa moderna, reflejo de un modelo económico basado en la
iniciativa privada y la apuesta por un liberalismo económico y moral;
la defensa absoluta e intransigente de una democracia moderna,
participativa, libre y capaz de funcionar con unas reglas claras de juego,
con partidos institucionalizados y jefes políticos profesionales,
excelentes en su preparación académica y con un discurso de
acumulación y no de antagonismos. Fue además capaz de dar espacio
a las nuevas voces, de reflejar que los vecinos cobraban más importancia
que los mineros, que las mujeres podían tener más influencia que los
curas, que los originarios del Oriente podían conmover tanto como los
antiguos aymaras andinos.
“La Razón” tuvo clarísimo el camino elegido y así lo escribió
en su primer editorial y ha intentado caminar por el mismo sendero,
aún después de que las acciones de los propietarios originales cambiaron
varias veces de dueño hasta terminar en manos de un grupo empresarial
ligado a la televisión y a empresas que no tienen relación directa con
el negocio de los medios de comunicación.
Aunque muchas veces se ha señalado a su dueño como militante
de un partido político oficialista y con planes para ser candidato político
(él o su hijo), el periódico ha sido igualmente crítico del gobierno como
de la oposición. En cambio aparece favorable a todos los dirigentes
que muestran esa visión moderna de proponer políticas de Estado de
largo plazo, de concretar alianzas a favor del desarrollo nacional, de
democratizar sus partidos políticos y de tener una mínima inteligencia
para interpretar la historia.
Las disputas empresariales, y al parecer también de enfoque
precipitaron una de las rupturas propietarias de ese periódico y el
fortalecimiento de la concentración de medios en menos manos.
“La Razón” es el principal periódico de una red conformada
además por canales televisivos, “El Nuevo Día” de Santa Cruz, parte
de acciones de “Opinión” de Cochabamba y de un semanario editado
en inglés. Además publica el sensacionalista “Extra”, al cual nos
referiremos posteriormente.
De “La Razón” salieron los pioneros para fundar “La Prensa”
junto con las dos familias más tradicionales de dueños de periódicos,
una de Cochabamba, otra de Santa Cruz.
Con matices que señalan la década de trabajo, este medio
mantiene un pluralismo interno y una capacidad de denuncia que ha
marcado la caída de ministros de Estado, funcionarios de alto nivel
y ha conseguido conmover viejas prácticas corruptas o anticuadas,
“La Prensa” es otro ejemplo de periodismo moderno y con
similares características de “La Razón”. También en el formato que
muestra un conocimiento de lo último que se da en las artes gráficas,
la fotografía concebida como reportaje particular, los suplementos
especializados, la participación de columnistas de diversa formación
académica e ideológica.
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Aunque, a diferencia del primero, privilegia el tono social de
las noticias y en contenidos ensaya la recuperación del reportaje como
el género periodístico más completo. El más tradicional y a la vez el
más cercano a las nuevas propuestas de periodismo ciudadano, de
periodismo estético, de periodismo literario. Novelas cotidianas,
escritas con urgencia, pero con cuidado del lenguaje.
arcaicas. Así, “El Diario”, decano de la prensa nacional, se apresta
a ser centenario con una crisis interna que ha llegado a los tribunales,
al cierre por el no pago de impuestos y a peleas públicas de los
herederos; pero aún tiene una gran venta (algunas encuestas dicen que
es la mayor en La Paz).
La competencia entre ambos ha favorecido el control social
y el joven periódico es un referente de la prensa moderna boliviana.
Entre marzo y agosto de 1999 ambos medios fueron
responsables de una gran presión social y de opinión pública para que
el Poder Ejecutivo, los principales partidos políticos y autoridades
cambien a funcionarios, actitudes y viejas mañas. La lucha contra la
corrupción se vio fortalecida con esa competencia.
Esta es una situación que merecerá mayor análisis pues los
contenidos han influido en la publicidad captada. No tanto en la
propaganda empresarial como en la que genera el propio poder ejecutivo,
uno de los grandes clientes de todos los medios. El gobierno intentó
controlar a los periódicos a través de las cuotas publicitarias. Esto ha
generado la protesta gremial y empresarial y el caso fue conocido y
condenado en la última Asamblea anual de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP), 1999.
El católico “Presencia” padece la falta de visión de la Iglesia
Católica, que da constantes contramarchas. Las iniciativas de
modernizar su diagramación, de tener suplementos variados, de contar
con una redacción de jóvenes periodistas, ha terminado en un nuevo
comienzo. El que fue el mejor periódico nacional, vendió la mitad de
sus acciones a un grupo privado y en el año ha dado zarpazos
contradictorios. Por ejemplo, fue el primero en dar la dimensión
internacional de un delito aparentemente menor en el caso “Diodato”
que involucra a personal del actual gobierno; pero a la vez fue capaz
de acusar sin pruebas a un profesor en un caso de violación que
conmovió al país y que casi cuesta la vida a este inocente. El error
terminó con el despido del responsable, pero no parece casual que se
diera. No hubo un debate interno entre los periodistas, más bien sólo
el comentario susurrado aunque era un ejemplo que nos lleva a la
pregunta original: ¿existen mecanismos para el auto control
institucional?
Otros periódicos antiguos se debaten entre las exigencias de
la modernización y las presiones internas de sus propias estructuras
En “Presencia” es fácil seguir el debate nacional entre los
paradigmas del Estado y de la sociedad post 52 (nos referimos a la
revolución nacionalista y al Capitalismo de Estado con sus propios
actores sociales) y los nuevos paradigmas que más tienen que ver con
el Desarrollo Sostenible, las empresas capitalizadas, las nuevas
tecnologías, los nuevos protagonistas del cambio. No todo discurso
antiimperialista es revolucionario y no todo sindicalismo tiene como
objetivo el bien común, pero todavía en ese medio se subrayan los
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Un grupo de periodistas de la misma línea fundó el semanario
“Pulso” con similar visión, pero aún sin clara identidad. Sus pocos
números no permiten todavía trazar una aproximación.
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discursos en blanco y negro, o mejor dicho en blanco o rojo. Su
oposición al poder no necesariamente ha sido reflejo de un manejo
interno empresarial, democrático y ético como puede seguirse a sus
notas sobre el caso “Dante” o el propio caso “Diodato”. Más allá de
ello, ha sido el más golpeado por la presión oficial para no poner avisos
en sus páginas.
Los dos medios intentan tener además notas de opinión con
firmas de jóvenes intelectuales; los dos están dirigidos por militantes
políticos y sindicales de tendencia radical, izquierdista. Y esa es quizá
una novedad que los distingue de otros medios similares pues se auto
presentan como periódicos populares, de educación sexual, los únicos
capaces de llegar a la gran masa de lectores olvidada por los medios
tradicionales.
Un periódico político partidario perdió tanta credibilidad que
debió cerrar; es el caso de “Hoy”, que fracasó también como empresa.
En cambio, sobrevive otro medio fuertemente vinculado con un partido
político: “Ultima Hora”. Con muchos problemas financieros, ha
intentado librarse de la presión del oficialismo y conseguir mayores
ventas en un público siempre incrédulo y exigente. Por su redacción
han pasado hechos que muestran la dificultad de controlar la
información. Una foto pagada por una instancia oficial a mandos
medios provocó la renuncia de su director y la dejó acéfala varios meses.
A pesar de anuncios de su inminente cierre aún continúa en las calles
y algo ha cambiado pues ahora no duda en señalar a corruptos y en
ejercer una potable libertad de prensa y de crítica.
Finalmente, este año han iniciado sus publicaciones dos medios
sensacionalistas, “Gente” de propiedad del grupo periodístico familiar
de “La Prensa” y “Extra” de propiedad del grupo familiar Garafulic.
Los dos tienen el mismo formato, tabloide, con colores
brillantes, mucho rojo, titulares grandes, enormes fotos de tetas de
mujeres rubias o claramente occidentales, despliegue de muertos y de
escándalos. Ninguno presenta una novedad frente al estilo tradicional
de los periódicos sensacionalistas (“amarillos”) publicados en Perú o
en Ecuador; incluso sus concursos y ganchos publicitarios son una
imitación. Su precio es el equivalente a 20 centavos de dólar.
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Su aparición provocó debates internos en el gremio de los
periodistas, externos con la participación de otros actores como
organizaciones feministas, sacerdotes, intelectuales, etc. En algunas
ciudades fue ordenada su incautación o mujeres enojadas quisieron
quemar sus ejemplares.
En otros estudios mostramos que esta prensa que se basa en
crear sensaciones en el público a través de mecanismos que bordean
la mentira y la exageración, el ingreso a la intimidad de las personas
y la repetición de imágenes de sexo y violencia, no prosperó en Bolivia.
La prensa boliviana era de estirpe rebelde, seria y tradicional.
Esta es la primera vez que la propuesta está respaldada por
sólidos grupos multimedia y con mayor sostenibilidad que en los
fallidos experimentos como “Sucesos” o “La Quinta”. Su inmediato
éxito comercial nubló las discusiones y las reacciones de quienes se
sentían afectados en su moral; varios periódicos en decadencia han
creado un suplemento similar para aumentar ventas (ver “El Diario”
y “Ultima Hora”).
Aunque el primer impacto parece haber disminuido, estos son
los periódicos que se ven debajo del tapete en los taxis, en las manos
de los viajeros de buses o trenes, entre los jóvenes de diferente extracto
social y también es posesión de los niños en las grandes plazas públicas.
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Acá no es problema de control publicitario, de presiones políticas
o de grupos de poder, sino de autocontrol. La propuesta y las noticias
publicadas no tienen relación con la mayoría de los artículos de los
códigos de ética internos de la prensa boliviana, pero los responsables
creen que pueden manejar con mayor autonomía las noticias que
publican y decir todo lo que saben, sin autocensura ni por presiones
de quienes se sienten afectados por la información.
público con propuestas para el conjunto de la sociedad, como sucedió
en otras oportunidades. Ha dejado de ser un mediador válido en los
conflictos, en los debates.
Por otro lado, la descomposición de las organizaciones
sindicales y gremiales, ancladas en formas del pasado, también ha
afectado a los periodistas. Por primera vez desde los años 60, los
periodistas están divididos y estructuras corruptas están a la cabeza
de su principal organización sindical.
El Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz no participa
en la Federación de Trabajadores de la Prensa y ello ha quitado fuerza
y representatividad a ambas organizaciones. La falta de pertenencia
real a un sindicato fuerte y de protección al trabajador ha afectado la
decisión de los periodistas que antes encontraban más espacios para
decir su propia interpretación de los hechos, aún cuando los medios
publican artículos de opinión de sus redactores.
Esa situación agrava la sensación de inseguridad laboral que
tienen los periodistas en un modelo donde se trabaja en el lugar que
ofrece más dinero. La movilidad de los operadores de la información
en todos los medios tampoco ayuda a asentar su independencia y su
personalidad. Los periódicos carecen de rostros que los identifiquen:
cambian los reporteros, los columnistas, los editorialistas y también
los dueños.
A nivel profesional, la Asociación de Periodistas de La Paz
no logra mantener la convocatoria interna y la presencia en el escenario
195
La misma organización nacional muestra una incapacidad de
institucionalización interna que le resta autoridad moral. En su último
congreso no sólo reeligió al mismo dirigente sin dar posibilidad a la
renovación, sino que aprobó nuevos estatutos que rigieron a mitad de
ese encuentro y los principales secretarios trabajaban más en la
administración pública que en los medios de comunicación.
Difícilmente consigue confianza en su independencia y en la influencia
para que el accionar de los periodistas sea más responsable.
A pesar de ello, ha elaborado un “Código de Etica” que la
mayoría de los medios ha difundido ampliamente y que completa las
guías para la autorregulación interna.
III.
MECANISMOS INTERNOS DE AUTORREGULACION
EN LOS MEDIOS
Internamente los medios de comunicación tienen diferentes
instancias para la autorregulación. La mayoría tiene un consejo o staff
que discute las líneas generales de la información, los casos polémicos,
las formas y a veces el plan cotidiano. Existe un director que relaciona
al medio con el exterior; uno o varios subdirectores que filtran los
controles; editores que dan la forma adecuada, redactores y reporteros.
Para conocer la percepción interna de los propios operadores,
realizamos un breve sondeo de opinión a los directores o responsables
de los medios escritos de La Paz. Por los términos de referencia y el
196
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
presupuesto de la presente investigación no existía posibilidad de hacer
con todos los medios de comunicación del país y ni siquiera con todos
los de la sede del gobierno.
El único medio que entregó tarde sus respuestas fue “Pulso”,
por lo cual éstas no pudieron ser consideradas y la dirección del tabloide
“Extra” sugirió ampliar la encuesta para permitir dar más detalles de
los mecanismos de autorregulación que tienen los medios.
Sin embargo, consideramos que la prensa publicada en La Paz
es representativa del conjunto de la que sale en el país, incluso por
la presencia de socios que también tienen medios en otras ciudades.
Los medios escritos tienen una mayor permanencia en el tiempo
y permiten una mayor aproximación y una investigación a posteriori.
El sondeo se realizó a los siguientes medios:
“El Diario” (l904)
La primera pregunta era: “Considera que su medio tiene
mecanismos internos de autorregulación”. Los ocho medios
respondieron que sí, pero sólo dos especificaron que estos se dan a
través de un Comité Editorial, en un caso; y de los jefes de redacción
y de informaciones, en el otro.
Sólo cuatro de esos medios tienen un “Manual de Redacción”
que sirve de guía tanto para la parte formal como para la de fondo
y traza las pautas que debe seguir un redactor y un reportero.
En cambio sólo un periódico tiene un “Código de Etica” interno
que se exige cumplir a todos los trabajadores.
“Extra” (1999)
“Gente” (1999)
Siete de los periódicos admiten que publican “a veces” noticias
con una sola fuente, y uno asegura que sólo “extraordinariamente” se
publican notas con una sola fuente. Ninguno tiene como norma no
publicar “nunca” una noticia que no tenga a la vez otra fuente, o la
contra parte de la noticia.
“La Razón” (1990)
“La Prensa” (1998)
“Nueva Economía” (1993) (semanario especializado en
economía)
“Presencia” (1952)
“Pulso” (1999) (semanario)
La quinta pregunta se relacionaba con la difusión de los códigos
de ética profesionales. Esta interrogante era considerada esencial por
nosotros pues las asociaciones de periodistas y los diferentes seminarios
sobre ética profesional recomendaron reiteradamente que los medios
de comunicación tengan a la vista de sus redactores estos códigos
publicados incluso en afiches, trípticos y otras formas de difusión.
“Ultima Hora” (1929)
197
198
"OPINIONES Y ANALISIS"
Tres medios afirmaron que asumen la difusión interna de los
códigos de ética profesionales, pero preguntas colaterales a los
trabajadores no confirmaron esta experiencia en todos los casos.
Un medio demostró que invita a personalidades a dar charlas
sobre ética y que sus reporteros pasan cursos de capacitación profesional
para mejorar su estética y su ética.
Los cuatro periódicos más importantes e influyentes dejan que
sean sus propios periodistas los que se acerquen a las normas éticas
por su propia iniciativa.
Todos afirmaron conocer y tener interés por los códigos de ética
profesionales.
También preguntamos a los responsables de estos medios cuáles
eran los cinco principales principios de la ética periodística. Estas
fueron las respuestas, colocadas en un orden descendente de las más
reiteradas a las menos.
-
Buscar la verdad, verdad, veracidad
-
Reserva de la fuente; respeto a la fuente; responsabilidad con
las fuentes, fuentes fidedignas
-
Publicar la parte y la contra parte
-
Independencia/imparcialidad/pluralidad
-
Responsabilidad informativa/verificar la información/no
distorsionar
-
No calumniar
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
No publicar nombres de los involucrados
-
No publicar fotos que mellen la dignidad de las personas
-
No recibir dinero por ningún motivo/no recibir presión
económica
-
Respetar la intimidad
-
Transparencia
-
Credibilidad
-
Honestidad
-
Objetividad
-
Amplitud
-
Trabajar para un sólo medio
-
Respetar a la persona
-
Respetar a la sociedad
-
Compromiso con el país y la democracia
Los responsables de los principales medios escritos saben que
el principal principio de la ética periodística es la búsqueda de la
Verdad, la aproximación a la Verdad pues el periodismo informa sobre
hechos y no sobre ficciones o imaginaciones.
Saben también que el uso de las fuentes es el esqueleto de esa
búsqueda. Sin embargo publican información con una sola fuente.
Notamos también la importancia que dan a la publicación de
la parte y de la contra parte.
199
200
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"OPINIONES Y ANALISIS"
Sin embargo, en la pregunta sobre “¿cuál cree que fue el peor
caso de falta de ética en su medio y por qué?” las respuestas admiten
que no hay suficiente autorregulación para cumplir ese principio.
apoyaría la idea de contar con un mecanismo más identificado que los
actuales para fomentar el trabajo con ética. Uno de esos medios anuncia
para los próximos meses el nombramiento de un Defensor del Lector.
En un caso porque “no se investiga” lo suficiente, en otro
porque simplemente no se busca a la contra parte (presión del tiempo,
de la competencia, etc.); otros admiten la publicación de fotos de niños
involucrados en casos de escándalo aunque conocían el principio y la
legislación de no hacerlo; otros admiten que justamente no cumplen
los principios que más llevan a la Verdad como ser la imparcialidad
y la amplitud; dos creen que no hubo casos irresponsables en su medio
(aunque recordamos que uno de esos medios debió sacar más de una
rectificación), mientras otro lamenta la publicación de una noticia sin
verificar la fuente por falta de experiencia y formación del responsable
(recordamos que esa nota salió en primera plana de ese matutino); otro
admite que en su medio se han dado casos de favorecer a fuentes por
intereses económicos o para pedir favores posteriores.
El cumplimiento de estas propuestas seguramente afirmaría el
deseo explícito de tener mejores controles internos para la publicación
de noticias y otras notas, de fotos y de titulares.
Todos creen que su medio es considerado por la comunidad
como un periódico responsable.
Aunque coincidimos con el criterio expresado por algunos de
los responsables de los medios en sentido de que hay creciente
irresponsabilidad y en la crítica a la aparición de notas sensacionalistas,
una visión más allá de las fronteras nos permite asegurar que la prensa
boliviana tiene todavía excelentes perspectivas para mantener la
confianza de la opinión pública.
En cuanto a propuestas surgidas de seminarios nacionales e
internacionales, todos creen que sería por lo menos “interesante” contar
con un Consejo de Prensa interinstitucional, que reúna a los diferentes
organismos de prensa y emita anualmente informes relacionados a la
ética en los medios de comunicación bolivianos. Uno recuerda que esa
es una resolución congresal de los periodistas y otro afirma que sería
un buen mecanismo para poner freno a la creciente irresponsabilidad
de los periodistas.
En cambio, no todos ven la necesidad de tener un Defensor
del Lector interno para velar por la ética del medio, aunque sí la mayoría
201
Destacamos el hecho de que estos periódicos se han opuesto
permanentemente a cualquier tipo de control externo, sea la censura
directa o a través de leyes como las que se intentaron en 1987. Han
luchado contra el mecanismo de grabaciones telefónicas o de espionaje
y además han publicado regularmente autocríticas por errores propios
o del conjunto de los periodistas.
IV.
EL CAMINO PARA ANDAR
Los porcentajes de confiabilidad en los medios de comunicación
de masas han bajado relativamente desde las primeras encuestas de
la etapa democrática a las actuales. Sin embargo, la prensa y la Iglesia
Católica mantienen su liderazgo y la población las considera
representativas en la lucha por el bien común, el control social y contra
la corrupción.
202
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La rápida mirada externa e interna que hemos dado nos permite
dar algunas conclusiones a nuestra pregunta inicial:
Nuevamente, las organizaciones gremiales tienen un espacio
para llenar y para renovar y la posibilidad de mostrar a la opinión
pública que los periodistas son capaces de autorregularse sin censuras
externas; de limitar las inmensas posibilidades de poder y ficción que
crea el acceso a un medio de masas, y no crear las condiciones para
que la propia comunidad empiece a reclamar controles oficiales a los
excesos.
Los medios de comunicación colectiva bolivianos son capaces
de autocontrolar la información que difunden. Tienen la conciencia
y la experiencia para ello y cuentan con estructuras sensibles, pero
podrían acentuar esa posibilidad adoptando la responsabilidad de
difundir de diferentes formas los mecanismos institucionales que existen
para la formación ética de los periodistas y trabajadores de la prensa.
La prensa boliviana es aún dueña de su destino.
No está de más reiterar la necesidad de colocar los afiches y
las publicaciones de los Códigos de Etica y solicitar a los organismos
laborales más charlas, conferencias y debates sobre el tema.
Ello ayudaría a que la prensa consolide su vanguardia en la
mejor interpretación de una etapa de cambios y donde, por lo mismo,
es más urgente generar el intercambio de puntos de vista responsables.
Una prensa que refleje los nuevos escenarios, sin esquematismos ni
moralismos innecesarios, sin triunfalismos ni consignas.
Pudimos comprobar también que existen mecanismos para el
auto control institucional y que ya hay medios que cuentan con sus
manuales de redacción y sus propios códigos de ética. Que podrían
esforzarse por cumplir en la práctica lo que dice la letra impresa de
esos documentos.
Destacamos la reiteración de crear un Consejo de Prensa como
un supratribunal de Honor con jurisdicción en todos los medios de
comunicación social de todo el país y conformado por notables que
sean capaces de dar informes anuales como un castigo moral a quienes
no respetan el deber de ser periodistas honestos y medios responsables.
203
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TERCERA PARTE:
SOCIEDAD
205
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MEDIOS DE COMUNICACION Y SOCIEDAD CIVIL:
Para salir de lógicas suicidas y perversas:
retornar al ciudadano
(dos asuntos estrechamente ligados y que no están contrapuestos), se
conviertan en ejercicio permanente y en espacios de convivencia
democrática. Eludirlas, además, para que la pugna entre periodistas
cazadores de escándalos, gerentes seducidos por el mercado y políticos
anticuados que entienden los medios como espacios propios, sea
reemplazada por una interacción más estrecha con los ciudadanos
–lo grandes olvidados–, quienes deberían ser el centro de la trilogía
sociedad, Estado y medios.
Sergio Molina Monasterios
Resumen
Este ensayo tratará de mostrar cómo la interacción entre medios
y ciudadanía se ha ido desgastando en forma constante en los últimos
años, lo que parecería obedecer a un fenómeno de distanciamiento entre
el cotidiano ciudadano y el formato de los medios, fenómeno que
comienza a deslegitimar a éstos últimos; a esta relación la
denominaremos lógica perversa. Asimismo, se afirma que los
ciudadanos -los titulares del derecho a la información-, no cuentan con
mecanismos que les permitan ejercer sus derechos plenamente, lo que
se torna imprescindible para profundizar la democratización de la
sociedad.
Este proceso es paralelo a la lógica suicida en la que están
embarcados los medios de comunicación y el Estado, que se traduce
en amenazas a la libertad de expresión del segundo a los primeros, y
en el intento de suplantar al sistema político (o de transformarlo según
su percepción) en la relación inversa; proceso que es emergencia del
fin de la mediación clásica entre Estado y sociedad a través de los
partidos políticos.
Finalmente, se plantea la necesidad de eludir ambas lógicas para
que tanto el derecho a la información como la libertad de expresión
207
I.
El mapa del análisis
1.
Más Medios
La investigación en comunicación durante el siglo que concluye
comenzó otorgando un poder omnímodo y absoluto a los medios de
comunicación (sobre todo en la escuela norteamericana); sin embargo,
a medida que los procesos se fueron complejizando, se entendió que
los medios estaban condicionados y obedecían a una serie de fenómenos
y procesos culturales, por lo que se comenzó a restarles importancia
(a partir del análisis de los estudios de la recepción y las mediaciones...
y de sus interpretaciones antojadizas)1. Lo que está claro hoy en día
es que los medios no producen efectos determinantes, absolutos e
individuales (comportamientos), pero sí efectos limitados, sociales y
de largo plazo (actitudes).2
1
2
Jesús Martín-Barbero sostiene que ese fenómeno lo ha llevado a distanciarse cada vez
más del campo académico comunicacional para continuar sus estudios desde las ciencias
sociales en su conjunto: la comunicación ya no responsabilidad de los comunicadores
sino de todos los investigadores sociales. (Entrevista personal con el autor).
Al respecto, véase el trabajo de Mauro Wolf (1993): Los efectos sociales de los media.
Barcelona, Paidós Comunicación.
208
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Sin embargo, más recientemente, esa diferenciación en los
estudios de comunicación se vio reforzada con el retorno de algunos
investigadores que plantean nuevamente la influencia determinante de
los medios sobre los individuos: los estudios sobre el videopoder, por
ejemplo.
pondera, en algunos casos las desecha; siempre las mezcla con sus
propias verdades. En lugar de la escena escabrosa que se imaginan los
pensadores del estilo de Freire, con astutos lavadores de cerebros de
un lado, y pobre infelices con el cerebro lavado del otro... se configura
otra, la de un mercado, en el que unos dan y otros toman lo que les
sirve, o dejan pasar lo que no les gusta; en el que hay timadores y
vivillos y matones, sin duda, pero sobre todo hay negociantes...”4
Al margen de ello, de lo que se trata es de mirar a los medios
(sin restarles su importancia) desde los procesos sociales que se
desarrollan en la sociedad; esta perspectiva permite entender las
interacciones que se producen en el proceso comunicacional de forma
más ambigua y compleja: sin endiosarlos ni satanizarlos.
Los medios, entonces, no solamente como intermediarios sino
como mediadores, esto es, relacionando no sólo a gente diferente (lo
que se convirtió en la muletilla de la investigación hace unas décadas)
sino a gente desigual ya que toda diferencia encierra necesariamente
una relación de dominación.3
Por eso es importante entender que en “lugar de los pobrecitos
´oprimidos´ de Freire, a los que la clase dominante les inyecta su propia
concepción del mundo, al punto que hasta sus actos autónomos son
vistos con suspicacia... aparece aquí el hombre de carne y hueso, con
células grises, con una historia personal y colectiva propia. Este hombre
está expuesto a un alud de señales exógenas, sin duda, pero también
está provisto de una armadura protectora, gracias a la cual no se postra
simplemente ante las verdades recibidas, sino que las reelabora, las
3
En ese sentido, todos los estudios contemporáneos en comunicación retornan a una
discusión que parecía superada hace mucho: introducir las relaciones de dominación en
el estudio de los procesos comunicacionales.
209
En este sentido, es bueno recordar que de todas las valiosas
contribuciones que se hicieron en las últimas décadas en la
investigación, sobre todo en América Latina, los aportes de Jesús
Martín-Barbero fueron los más sustanciales. Tratando de hacer un mapa
nocturno de la investigación en el próximo siglo y una prospectiva para
pasar de las hegemonías a las apropiaciones, este investigador afirma
que se deberían tener en cuenta las siguientes pistas en la investigación
en ciencias sociales (y se debe notar aquí la importancia que le da al
ciudadano y la construcción de sus relaciones, a su interacción con
los medios y a la revolución tecnológica):
1)
La educación (el lugar para aterrizar la comunicación en la
educación, la transformación del sistema educativo para formar
a la gente en las destrezas mentales, en los mapas de trabajo
del próximo siglo).
2)
Las ciudades (estudiarlas desde la experiencia social para
reentender los fenómenos que se producen en el último territorio
sin fronteras).
4
Al respecto, véase el trabajo de Fernando Molina (1997): Historia de la Participación
Popular. MDSMA. Sobre todo el capítulo referido a la comunicación sin centro.
210
"OPINIONES Y ANALISIS"
3)
El mundo joven (porque la juventud refleja inconscientemente
los cambios profundos de época y tienen una empatía cognitiva
innata con la revolución tecnológica, además de romper la
diferenciación que existe entre consumo y producción, o la
separación entre el tiempo de trabajo y de ocio, etc.).
En resumen, los procesos y fenómenos comunicacionales son
demasiado complejos y abarcadores por lo que deben ser de incumbencia
de todas las ciencias sociales; y son, además, espacios de liberación
o de destrucción de nuestros países, esto es, lugar de enfrentamiento
(desigual y sin triunfo posible) o de negociación con la globalización.5
2.
Los actores y el libreto
Pero si ese fue el desarrollo de los estudios mediáticos también
es necesario saber cuáles son los actores imprescindibles en este
análisis, porque en la medida en que éste sea menos plural más difícil
será entender los procesos o pensar en la superación de los conflictos:
si sólo se redujera la visión a los medios y el sistema político, por
ejemplo, la relación podría entenderse como de genuflexión cómplice
o de enfrentamiento suicida. Es que existen otros factores y otras
determinaciones que son las que permiten entender que el conflicto
no siempre beneficiará ni se inclinará a favor de las lógicas de poder.
En ese sentido se debe entender que los actores del proceso
no solamente son los medios de comunicación y el sistema político
5
Conferencia dictada por Jesús Martín-Barbero en el Primer Seminario Internacional de
Investigación de la Comunicación, Cochabamba, Bolivia, noviembre de 1999.
211
"OPINIONES Y ANALISIS"
sino que la sociedad civil cobra un papel determinante en este asunto,
si se quiere entender la complejidad que tiene y dar una explicación
a fenómenos que parecerían ininteligibles desde una perspectiva más
reduccionista.
De la misma manera, es imposible analizar la relación que existe
entre medios de comunicación y sociedad civil, aislados del sistema
político, relación que se hace simbiótica en muchos momentos y que
permite pensar ya no en procesos diferenciados sino abarcadores y
entrecruzados.
El sistema político y los medios de comunicación, además, en
una pugna constante por el ejercicio de la libertad de expresión
(queriendo regularla el primero y entendiéndola como absoluta los
segundos); pugna que deja al margen a la sociedad civil, entendida
como la poseedora indelegable de un derecho tan importante como el
de la libertad de expresión: el derecho a la información y, por tanto,
convirtiéndose en el pivote central del triángulo del que hablamos.
Como dice José Luis Exeni, no se trata de la “definición de
si la libertad (de prensa) es más o menos importante que el derecho
(a la información), sino en identificar cuáles son las decisiones que
permiten ejercer los principios periodísticos sin restricciones, pero a
la vez velando por la responsabilidad informativa. Es decir, el asunto
no es si optamos por las libertades o por sus consecuencias, sino con
base en qué acciones cotidianas logramos combinar-equilibrar ambas.”6
6
Véase al respecto el trabajo de José Luis Exeni (1999): Para aligerar las ligerezas de
la prensa: retorno al oficio, artículo inédito.
212
"OPINIONES Y ANALISIS"
3.
Medios vs sistema político
La comunicación estatal en Bolivia ha sufrido una serie de
transformaciones, marchas y contramarchas, 7 este proceso ha ido
paralelo al crecimiento exponencial de los medios de comunicación
y a una dura competencia entre ellos, lo cual ha tornado enrarecida
la relación que existe entre medios, Estado y sociedad civil. En ese
sentido:
"OPINIONES Y ANALISIS"
a)
Las políticas comunicacionales del Estado ejecutadas en los
últimos años no han tenido continuidad, por el contrario, han
sido modificadas varias veces por los distintos gobiernos de
turno, fueron concebidas al azar y según determina la coyuntura
y los tiempos políticos.
3)
El desencuentro entre la agenda política del gobierno y la agenda informativa de los
medios.
El desencuentro entre las agendas partidarias y la agenda gubernamental.
En este sentido, el Ministerio de Comunicación desaparecido se impuso varias metas
que no pudo cumplir porque prefirió la propaganda y el marketing a la comunicación.
Estos desafíos no fueron asumidos en esta nueva gestión y siguen vigentes para el nuevo
Ministerio de Información Gubernamental, de forma que podríamos resumirlos en los
siguientes aspectos:
Diseño y ejecución una política de comunicación estatal.
Coordinación con las unidades de comunicación que existen en el Estado.
Diferenciación de la vocería gubernamental y la comunicación para el desarrollo.
Replanteamiento radical de las relaciones con los medios de comunicación masiva hasta
hoy utilitarias en términos de asignación de recursos para propaganda y conflictivas en
materia de difusión noticiosa –para lo cual, claro, debe separarse la visión gerencial,
política y gubernamental de la periodística, profesional y estatal-.
También correspondía al Ministerio de Comunicación o a la instancia que lo sustituyera,
analizar y definir con precisión y voluntad política los siguientes aspectos:
¿Sobre qué bases consolidar su estructura y lograr que la comunicación pública tenga
una orientación principista homogénea, unos fines y procedimientos compartidos y unas
operaciones congruentes a propósitos comunes?
¿A través de qué caminos lograr una real y coherente articulación-coordinación entre
el Ministerio de Comunicación y las casi medio centenar de unidades sectoriales de
comunicación existentes en el Ejecutivo?
¿Qué hacer con los medios de comunicación estatales, Canal 7 y radio Illimani, para
que realmente sean estatales, cumplan propósitos de comunicación para el desarrollo,
sean competitivos, tengan calidad y sean útiles al usuario ciudadano?
Pero he aquí la paradoja: estos desafíos y tareas pendientes, que podrían haber sido
encarados por el flamante Ministerio de Información Gubernamental, y que hubieran
permitido mejorar la política comunicacional del Estado y del gobierno, no han sido
tomados en cuenta.
Pues bien, nuevamente estamos como al principio (hace seis años), con un Ministerio
de Información flamante, con buenas intenciones y sin la decisión política necesaria
para otorgar el lugar que corresponde a las políticas comunicacionales, sin despreciarlas
ni magnificarlas, únicamente como coadyuvantes transversales de un buen gobierno.
4)
7
1)
2)
Después de haber calificado al Ministerio de Comunicación (1993-1997) como uno de
los peores inventos del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, luego de 22 meses
de desaparecido, y de una errática, ineficaz y aleatoria política informativa, el actual
presidente de la República, Hugo Banzer, implícitamente reconoció su error, reponiendo
esa instancia con el nombre de Ministerio de Información Gubernamental. Ahora bien,
se trata de un Ministerio sin cartera, lo que demuestra ya desde un inicio que se trata
de una política transitoria aunque no se ha establecido el plazo en que dejará de existir.
Hasta el nacimiento del Ministerio de Información Gubernamental y desde 1997, la
estructura informativa del gobierno se resumía en: vocería a cargo del Portavoz
Presidencial; relación con los medios a cargo de la Dirección General de Información;
y campañas informativas y coordinación a través de la Unidad de Asuntos Estratégicos
de la Presidencia (UNASEP).
Lo que está claro es que las continuas denuncias de corrupción magnificadas a través
de la prensa, la inexistencia de información sobre las acciones y los logros del gobierno
y la creencia -con un tufillo conservador- de que los periodistas están identificados con
los partidos de oposición, convirtieron a la relación medios y gobierno en un infierno
que desembocó en medidas desesperadas (propaganda gubernamental sin orden ni sentido);
embozadas (suspensión de publicidad estatal en algunos medios) y autoritarias (presiones
políticas a directores y periodistas). Estos aspectos fueron reflejados en las denuncias
interpuestas por los medios ante organismos internacionales de prensa (sobre todo el
referido al recorte de publicidad estatal en algunos medios y a la investigación ilegal
realizada a La Razón y ATB).
En resumen, la culpa de la mala imagen del gobierno en las encuestas y de la percepción
de ineficiencia y corrupción, fue atribuida a los periodistas y a los encargados de
relacionarse con ellos.
Si bien este diagnóstico no resiste el menor análisis, es importante buscar otras causas
que expliquen mejor este descalabro político:
La pérdida de la iniciativa política (la que asumieron, gustosos, los medios).
La incapacidad para responder a las crisis (no se entendió que cualquier gestión es una
sucesión de crisis).
213
a)
b)
c)
d)
a)
b)
c)
214
"OPINIONES Y ANALISIS"
b)
c)
Si aún es pronto para saber los resultados de la nueva
configuración de medios y políticas estatales de comunicación,
se puede pronosticar que no se ha resuelto el problema central:
el lugar desde el cual el sistema político asume y genera
comunicación.
El sistema político y los medios están enfrascados en una
disputa en la que predominan amenazas a la libertad de expresión
por parte del primero y una búsqueda paranoica del escándalo
por parte de los segundos.
Los medios seducidos por este enfrentamiento no están en condiciones
de responder a los requerimientos sociales (lo cotidiano de la sociedad
civil) y el sistema político no entiende la complejidad de la realidad
y su entrecruzamiento por infinidad de mediaciones; y, finalmente, el
sistema político no asume a los sistemas massmediáticos como lugar
de encuentro y negociación, tamizado por un conjunto de estructuras
discursivas divergentes.
Joaquín Estefanía, un periodista español, escribió al respecto:
“Del mismo modo que el periodismo sostiene que ejercer la libertad
de expresión y el derecho a la información en nombre de la opinión
pública obliga a los periodistas ante la sociedad en una medida más
amplia que el estricto respeto a las leyes, en política el cumplimiento
estricto de la legalidad es imprescindible, pero no suficiente. Hay
valores que deben dominar la política y la práctica de gobierno”.8
"OPINIONES Y ANALISIS"
II.
La lógica perversa
1.
Medios vs sociedad civil
Los medios de comunicación en Bolivia, preocupados como
están en el enfrentamiento con el sistema político, se han ido
distanciando del público, de los ciudadanos. En los últimos años hemos
visto un proceso continuo de descenso en la credibilidad de los medios
ante la opinión pública, lo que reflejan la mayor parte de las encuestas
de los últimos años9 ; aunque el porcentaje de respaldo sigue siendo
mucho más alto que para otras instituciones o actores sociales, lo que
es un dato que permite entender que la situación es preocupante pero
no alarmante.
José Luis Exeni afirma que “mientras medios y periodistas se
asumen como vigilantes de gobernantes, legisladores y jueces; éstos
ven a aquéllos como a sus empleados. Tremenda desubicación, que
se reproduce sin tregua ni vergüenza en una tensión cómplice: el poder
quiere medios de comunicación a su servicio; éstos, a su vez, pretenden
un Estado a su gusto. En medio de esa pugna, la gran ausente –la siempre
olvidada (obviada)– es la ciudadanía, pese a ser la auténtica titular del
derecho a la información”.10
Todo lo cual permitirá comprender con más claridad lo que
sucede en el ámbito comunicacional en Bolivia y dar explicaciones
más consistentes a fenómenos como el crecimiento de la prensa
9
8
Artículo publicado en El País de Madrid en septiembre de 1999.
215
10
Al respecto, véase el trabajo de Juan Cristobal Soruco (1999): La información, asunto
de todos. Friedrich Ebert Stiftung-ILDIS. Este investigador hace una recopilación de
las encuestas sobre la percepción de la ciudadanía sobre los medios y muestra cómo
existe una disminución constante de su credibilidad en los últimos años.
José Luis Exeni, artículo citado.
216
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
sensacionalista y los formatos policiales en los medios que, si se
analizan sólo desde la perspectiva medios y sistema político, conducen
a un callejón sin salida.
para contribuir a la democratización de la sociedad, la que sólo se logra
a medida que los derechos del ciudadano pueden ser ejercitados sin
ninguna traba.
Así, el distanciamiento entre medios y sociedad comienza a
mostrarse ya no sólo como relación desigual sino como conflicto: “si
no me leen o ven es porque son ignorantes” y “no los leo o veo es
porque no me interesa lo que dicen”; esto es, se ingresa en una lógica
perversa.
2.
Las nuevas inquietudes sociales
Entonces, ¿cómo hacer para que el ciudadano retome la
titularidad del derecho a la información, a pesar incluso de los propios
medios de comunicación que en este momento se autoasumen como
mediadores entre el Estado y la sociedad?
La nueva problemática urbana (violencia, desocupación,
problemas con la propiedad de la tierra, gobiernos locales, etc.) y la
nueva problemática de la vida cotidiana (sexualidad, revolución juvenil
y femenina, etc.), son procesos sociales que están transformando cada
vez con más fuerza a nuestros países y que se han desarrollado de forma
independiente y no paralela al desarrollo de formatos y contenidos de
los medios (que no desarrollo tecnológico: ese es otro asunto).
Asimismo, mientras continúe la discusión sobre la importancia
de los medios y sobre sus conflictos con el Estado sin tener en cuenta
al ciudadano, no es previsible que se eluda la lógica suicida y perversa
en la que medios y Estado, y medios y ciudadanos están enfrentados,
por el contrario, ambas se acentuarán. Lo que se trata de ver aquí es
la forma en que el ciudadano se convierte en el actor central del drama
y cómo son sus derechos los que deben sobreponerse o adecuarse a
los de los medios y del Estado.
Esta diferenciación ha ocasionado que la interacción que existía
entre medios de comunicación y sociedad civil y, por tanto, la
importancia que los propios medios otorgaban a los procesos sociales,
disminuya notablemente y que esa relación resurja más bien con
formatos sensacionalistas o amarillos en una relación que tampoco
permite entender las nuevas problemáticas mencionadas pero, por lo
menos, ocasiona que el público tenga la falsa ilusión de que su cotidiano
se ve representado a través de ellos.
En ese sentido, vale recordar que, por ejemplo, la Constitución
defiende al ciudadano del Estado (un aspecto que en general es olvidado
a la hora de hacer cualquier análisis), esa es su filosofía y principal
objetivo; y que los medios han sido delegados por la sociedad para
ejercer algunos de sus derechos, por tanto debe haber mecanismos que
defiendan al ciudadano de éstos. Estos mecanismos de regulación o
autorregulación son los grandes ausentes y la necesidad más sentida
en este momento para eludir ambas lógicas mencionadas y, sobre todo,
Esto se refleja en el incremento del periodismo sensacionalista
en el país (los periódicos Gente y Extra son los de mayor tiraje en
el país y el sensacionalismo ha incursionado con fuerza en medios
televisivos).11
217
218
11
Así lo reflejan todas las encuestas de lecturía de 1999 realizadas bimensualmente por
la empresa Encuestas y Estudios, miembro del grupo Gallup.
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
De esta forma, mientras los medios de comunicación y el
sistema político se preocupan casi exclusivamente de su conflicto, la
credibilidad de los medios disminuye ya que los ciudadanos buscan
nuevos formatos y nuevos contenidos (al margen del sistema político
y de los medios tradicionales) referidos más a la vida privada y a lo
cotidiano que a los grandes relatos y a la política.
estudios al respecto, es notable el incremento de la información policial
y sensacionalista, de talk shows, etc. en los medios de comunicación
tradicionales), lo cual es un dato de cómo la respuesta de los medios
al distanciamiento del cotidiano social adolece de un desconocimiento
profundo de las verdaderas pulsiones sociales, que no se agotan, ni
mucho menos en el crimen.
La emergencia de la prensa sensacionalista refleja
necesariamente la crisis que comienzan a atravesar los medios
tradicionales, pero crisis que no es definitiva ni mucho menos, por el
contrario, su reacción no se ha hecho esperar aunque obedezca más
a la lógica del mercado (vender más y por tanto ofrecer un mejor
producto) que a la ética de las responsabilidades.
En ese sentido, no se puede entender a ambos actores desde
una perspectiva unidimensional sino condicionados por infinidad de
procesos: la sociedad no es homogénea, está diferenciada en grupos
que se entrecruzan y escalonan y está fuertemente condicionada por
relaciones de dominación; y los medios no pueden eludir las lógicas
administrativas y las dinámicas de fabricación de noticias (newsmaking)
que ha estudiado la sociología de la comunicación13 , lo que produce
otro tipo de condicionantes. A su vez, dentro de los propios medios
se generan enfrentamientos entre lo que podemos denominar el gremio
periodístico y la gerencia, y entre ambos y el mercado.
Ahora bien, sería iluso pensar que este es un proceso
exclusivamente boliviano, por el contrario, es un fenómeno que ocurre
en todo el mundo, por ejemplo, en Estados Unidos los grandes y
tradicionales periódicos han disminuido notablemente su espacio frente
a otras opciones mediáticas que resultan más atractivas para el público.12
Esa separación entre los procesos sociales y el discurso
mediático se traduce en que los medios de comunicación intenten
acercarse más al público, pero lo hacen a través de formatos y contenidos
que resultan insuficientes para que sean apropiados y reconocidos por
la sociedad civil.
Como decíamos, en algunos casos esta respuesta simplemente
se traduce en la reproducción de formatos policiales (si bien no hay
A medida que esta relación se ha hecho más distante, se ha
subordinado a otras relaciones que son parte de las interacciones entre
todos los actores del campo comunicacional y que son relaciones de
poder en las cuales la pugna entre unas y otras determinan el curso
de los fenómenos.
Los medios se han ido alejando de los procesos culturales y
sociales y de la forma en que los ciudadanos interactúan no sólo entre
sí sino con otros grupos. Es algo similar a lo que ocurre con el desgaste
13
12
Jesús Martín-Barbero hizo estas afirmaciones en una entrevista personal con el autor.
219
Al respecto, véase el trabajo de Mauro Wolf (1991): La investigación de la comunicación
de masas. Barcelona, Paidós Comunicación.
220
"OPINIONES Y ANALISIS"
de los sistemas políticos y de la política: en la medida en que los
procesos de representación social clásicos se desgastan, son
reemplazados por la demanda de reconocimiento, que obedece a otro
tipo de lógicas.
Ese distanciamiento refleja el rezago de los formatos y
contenidos de los medios tradicionales preocupados en reflejar una
realidad política, social y cultural que no es la de las grandes mayorías,
sino dominio exclusivo de una élite pequeña y selecta.
"OPINIONES Y ANALISIS"
¿Hacia dónde vamos?
1.
Del discurso a la acción
Thomas Jefferson, el prócer norteamericano, en una defensa
intransigente de lo que creía la primera libertad –la de expresión–,
afirmaba que prefería periódicos sin gobierno que gobierno sin
periódicos.
Por el contrario, la política (en el sentido vasto del término)
siempre ha estado presente en el cotidiano de la gente pero expresada
a través y desde la cultura, lo que difiere de la concepción clásica que
tiene de ella el sistema político.
No piensan lo mismo nuestros políticos, quienes consideran que
el gobierno debe intervenir los medios de alguna manera (modernizar
la legislación vigente, por ejemplo) y que no es posible continuar con
las denuncias infundadas y sin pruebas que los afectan directamente,
en esto (como en pocas cosas) coincide corporativamente toda la clase
política.
Ese desgaste en la relación es un escenario distinto al que se
produjo hace unos años y que se expresó en el papel fundamental de
intermediación que tuvieron los medios en el retorno a la democracia
y los procesos políticos y sociales que sucedieron entre 1978 a 1982,
y durante varios años después. Sin embargo, esa relación parece terminar
a medida que los procesos sociales y la vida cotidiana comienzan a
pasar por otro tipo de problemática que los medios no están reflejando
actualmente, o que no están entendiéndola, o contextualizándola.
Pero esto no es nada nuevo. Desde la Constitución vitalicia de
Simón Bolívar en 1825 (“todos pueden comunicar sus pensamientos...
por medio de la imprenta sin previa censura”), no hubo presidente al
que no se le pasara por la cabeza este asunto (Belzu, Córdoba, Linares,
Achá, Pacheco, Arce, Pando, incluso Saavedra quien, el 19 de enero
de 1925, aprobó la famosa Ley de Imprenta).
Es bueno recordar que cada vez con menor frecuencia –y en
los últimos años casi como excepción–, han sido el Estado o la sociedad
civil los que han fijado la agenda nacional, por el contrario, son los
medios los que se han apropiado de ella. Lo cual es un fenómeno común
en todo el mundo, pero que encierra uno de los principales peligros
para la democratización de sociedades mediatizadas como las
contemporáneas.
221
Asimismo, no hubo en la historia un statu quo que recibiera
una defensa tan cerrada como la que recibe éste por parte del gremio
periodístico.
Dos fuerzas poderosas enfrentadas: por un lado el “sindicato”
más importante del país (los periodistas) y por el otro el poder político
en su conjunto (el sistema de partidos).
222
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Y no todo se reduce a declaraciones, sino que unos y otros han
pasado a la acción: el Estado diciéndonos qué hacer y qué pensar
(intento de incautación del Informe R, los amagos de censura contra
algunos periódicos); y los periodistas en una cacería despiadada en
procura del escándalo, con la impunidad de la que se creen poseedores,
sin comprobar sus fuentes, sin confirmar independientemente una
noticia y sin dar derecho de defensa al acusado.
mentalidad sindical que tiene resabios izquierdistas. “No hay nada
mejor que cazar políticos, ésa es su utopía revolucionaria (para los
periodistas). Es su manera de hacer política y, frente a ello, los partidos
actúan en forma corporativa”.
2.
El fin de la mediación clásica
No es un secreto que los medios (a medida que la competencia
entre grupos comunicacionales se incrementa y la concentración
mediática se acentúa) han ido paulatinamente reemplazando a los
partidos políticos –deslegitimados como mecanismos de mediación y
representación del sistema democrático–; incluso, van más allá: se
convierten en polos de poder en forma autónoma, crean y definen la
agenda y la opinión públicas; y, en el otro extremo, el sistema político
seducido por la mediatización de la realidad, espectacularizado,
vampirizando a los propios medios de comunicación.
Carlos Toranzo confirma estas aseveraciones: “la mediación
clásica entre el Estado y la sociedad, que siempre estuvo a cargo de
los partidos, ha sido reemplazada por los medios”14 y, en esta división
de poderes fáctica, la victoria, hoy por hoy, es de los medios.
Para Toranzo dentro de los medios de comunicación hay un
impasse entre la línea gerencial y la línea corporativa periodística con
Asimismo, no es posible entender lo que ocurre con la política
y los medios de comunicación en el país sin hacer referencia a la
arremetida conservadora: el Estado inmiscuyéndose en la vida privada
de los ciudadanos y en el ejercicio de su libertad individual y de
expresión; y la sociedad fragmentada, amnésica, con todos sus
mecanismos de solidaridad olvidados.
El liberalismo económico y el conservadurismo social afectan
de esa forma todos los espacios de la vida cotidiana, de forma que
ésta se reconfigura en función y en oposición a ambos; por eso el
incremento enorme de organizaciones, procesos y grupos, que están
al margen de los sistemas tradicionales de representación que existían
en el país.
Sería un error creer que la “modernización” sólo se ha dado
en el aspecto tecnológico (medios), estatal (reformas estructurales) o
económico, también la sociedad se organiza de manera distinta en
función a los nuevos mapas laborales, económicos y políticos.
Esa reconfiguración es la que está ausente de la problemática
estatal y de la agenda de los medios de comunicación, ausencia que,
si no es subsanada en el mediano plazo, puede llevar a una crisis del
sistema en su conjunto y al surgimiento de alternativas antisistémicas,
que la mayoría de los cientistas políticos y los políticos inteligentes
bolivianos no descartan.
14 Entrevista personal con el autor.
223
224
"OPINIONES Y ANALISIS"
3.
Regulación y autorregulación
Sería caer en un error no estar de acuerdo con la regulación
de los medios a través de mecanismos legales e institucionales que
equilibren el ejercicio de la libertad de expresión con la concentración
mediática (monopolio), el derecho a la privacidad, el derecho a réplica,
etc. Aunque, por supuesto, esta discusión necesita de un Estado y un
sistema de partidos fuerte y legítimo, y no herido como el nuestro,
merced –entre otras cosas– a los propios medios a los que quiere regular.
Quizá la autorregulación (códigos de ética periodística,
tribunales autónomos, Defensor del Lector, etc.15 ) podría abrir un poco
el cielo encapotado, como lo ha hecho en otros países, pero en Bolivia
tampoco existe un gremio a la altura de este desafío, enfrascado como
está en una discusión corporativa y provinciana.
La autorregulación es un término que algunos autores prefieren
que sea sustituido por defensa del derecho del público, en el entendido
de que es preferible regularse a ser autorregulado externamente.
Finalmente, esto quiere decir que es importante que los
ciudadanos estén informados sobre sus derechos frente a los medios
y sobre los mecanismos de regulación y autorregulación existentes en
el país (o los que deberían existir).
Nuevamente, entonces es la propia sociedad la que debe dotarse
de mecanismos que la defiendan: frente a los excesos de los medios
15
Al respecto se puede ver la Memoria del seminario internacional Mecanismos de
Regulación de los Medios de Comunicación. Fundación Friedrich Ebert. 1997.
225
"OPINIONES Y ANALISIS"
en muchos lugares se ha alentado la formación de grupos, la dictación
de leyes y normas, y se ha generado la necesidad de ciertos sectores
por “defenderse”.16
Finalmente, como se decía al principio, la interacción medios
e individuos son fenómenos con efectos a largo plazo, por eso la
importancia de que existan en la escuela (o, más bien, en los fenómenos
educativos que la están reemplazando: las nuevas formas de circulación
del saber) configuraciones curriculares que permitan al educando “leer”
los medios críticamente y desde su propio cotidiano.
4.
La insurgencia de lo cotidiano
Decíamos que los medios se distancian de la sociedad civil
porque no están en condiciones de reflejar ni de entender lo que pasa
en el cotidiano social, en la nueva problemática urbana ni en los nuevos
mapas de configuración social y grupal del país, este distanciamiento
incide directamente en la disminución de su credibilidad en la sociedad
civil y el éxito de otros formatos y contenidos mediáticos como el
sensacionalismo.
Este distanciamiento es una señal que muestra a los medios la
imperiosa necesidad de adecuarse a los nuevos discursos y procesos
16
Es el caso de muchos países europeos y del Brasil, por ejemplo, donde “la reconstitución
democrática y a raíz del papel de los medios en el auge de Collor de Melo, los movimientos
sociales de Brasil empezaron a organizarse en el Foro Nacional para la Democratización
de la Comunicación con el fin de proponer un modelo democrático de comunicación
como requisito de la democratización general”. Artículo de Beth Costas en Mecanismos
de Regulación de los Medios de Comunicación. Fundación Friedrich Ebert. 1997.
226
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
sociales, sino quieren ser aislados de éstos, ya que seguirán
desarrollándose de forma cada vez más rica y autónoma.
Esta discusión no se resolverá si los medios continúan en su
propia lógica y no están en condiciones de responder a los
requerimientos sociales; si los políticos no entienden la complejidad
de la realidad y su entrecruzamiento por infinidad de mediaciones; y
si ambos no entienden la necesidad de enfocar su perspectiva desde
los procesos sociales.
Y es el ciudadano organizado el principal actor para la
reconfiguración de las relaciones entre medios y Estado y entre medios
y sociedad civil, y el único que puede hacer posible asumir la
configuración de los sistemas massmediáticos de comunicación como
lugar de encuentro inevitablemente complejo, de una multitud de
actores sociales donde cada uno de ellos es, a su vez, sujeto de y sujeto
por un conjunto de estructuras discursivas divergentes. Lo cual quiere
decir que si no se superan las lógicas perversas y suicidas, el
enfrentamiento de esta trilogía de actores y procesos seguirá socavando
las bases del sistema y el gran perdedor, como hasta ahora, seguirá
siendo el sistema democrático en su conjunto.
227
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
MEDIOS DE COMUNICACION
Y PARTIDOS POLITICOS
Carlos Toranzo Roca
Introducción
En las páginas que siguen intentaremos colocar, de manera
descriptiva, cuáles son los nudos temáticos que podrían hacer inteligible
la relación de amor o desamor, de solidaridad o de competencia, entre
los partidos políticos y los medios de comunicación. La reflexión no
se atará a un esquema teórico, sino más bien lo que pretende hacer
es sacar desde lo concreto de la realidad boliviana los problemas que
deben ser incorporados dentro de una investigación de más profundidad
para comprender la conexión entre medios de comunicación y partidos
políticos. El horizonte histórico de referencia estará circunscrito
aproximadamente a los últimos 20 años, dentro de los cuales dos son
los hitos que permiten hacer inteligible nuestra historia política. Por
un lado, la creación de la democracia representativa desde 1982-1985
y, por otro, el paso de la economía boliviana a la lógica de mercado,
signada por la introducción de los programas de ajuste estructural en
la casi totalidad de los países de América Latina.
En resumidas cuentas, el marco histórico en el cual se
desenvolverá la reflexión es el de una Bolivia totalmente diferente a
aquella que fue desarrollada desde la Revolución de 1952.
229
La mediación Estado-sociedad
De manera clásica y en las democracias representativas
desarrolladas, el partido político cumple la función de realizar la
conexión o intermediación entre Estado y sociedad; dependiendo del
caso concreto, del país y de los fenómenos nacionales, en unos casos
esa mediación está más inclinada hacia el Estado o a la sociedad. En
la historia boliviana que tenemos como antecedente para nuestro
comentario, que se funda en la época de la Revolución Nacional de
1952, es el partido de Estado, el Movimiento Nacionalista
Revolucionario, quien se ocupa de esa mediación, pero con el matiz
de ser el representante fundamentalmente del Estado frente a la sociedad.
El régimen nacionalista además está acompañado por un sistema político
corporativo, de organizaciones obreras, campesinas, militares y
empresariales que son los puentes a través de los cuales el partido de
Estado realiza su interlocución con la sociedad.
En ese Estado del 52 la presencia de los medios de comunicación,
por la época en que nos ubicamos –1952 a1980–, no es todavía crucial;
más todavía, el Estado pretende poseer un fuerte impacto en la
generación de comunicación tanto escrita como oral, en tanto que la
televisión recién asoma en las postrimerías del Estado nacionalista.
Puede decirse que en esa fase no es posible hablar de competencia
de partidos políticos versus medios de comunicación en la mediación
entre Estado y la sociedad.
El fenómeno de la competencia entre ambos es una cuestión
moderna, corresponde a la época contemporánea de la política boliviana,
se ubica práctica y únicamente en la fase del desarrollo democrático
o desde la creación de la democracia representativa en Bolivia, que
parte de 1982 en adelante. Antes de 1982, la titularidad del poder se
230
"OPINIONES Y ANALISIS"
definía entre la oposición entre militares y organizaciones sindicales
representadas por la Central Obrera Boliviana y la Federación Sindical
de Trabajadores Mineros de Bolivia. En esa época se dibujaba una
importancia muy pequeña para los partidos políticos, como reducido
era el peso de los medios de comunicación, por lo menos comparado
con lo que sucede en el tiempo presente. Lo paradojal para la historia
de los partidos es que justo en el momento en que se pasa a una fase
de creación de democracia representativa en Bolivia, es decir, una vez
que ha llegado el momento en que los partidos deban encargarse de
cumplir la misión de mediación entre Estado y sociedad, es precisamente
en ese instante en que en el país se despliegan los medios masivos
de comunicación. Ese es exactamente el tiempo del despliegue no sólo
de la prensa, de la radio, sino ante todo de la televisión, es el tiempo
de la fundación del poder de la pantalla chica y de la imagen. Es justo
el momento en el cual, en América Latina y no sólo en Bolivia, se
abre una época en que los partidos políticos sienten la presencia y
disputa de los medios de comunicación en la función de mediación
entre Estado y sociedad.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Cuarto poder y búsqueda del poder por los partidos
Es sabido que en todas las democracias representativas los
partidos políticos son los instrumentos clásicos para la búsqueda del
poder. Es más, las propias constituciones políticas de los más de los
países definen que la titularidad del poder es definida por la vía de
la competencia electoral entre los partidos políticos. Quiere decir que
los partidos deben entrar en sintonía con el poder, su obligación es
buscarlo, lo adquieren cuando llegan al gobierno, lo buscan en la
oposición, o aun estando en esta última no dejan de ser parte del poder
político. Es cada vez más difícil hablar, hoy en día, de partidos
confesionales, cuya existencia esté marcada solamente por su oposición
contra el poder y su viabilidad mínima de llegar a ser gobierno, pero
inclusive tales partidos, los pocos que sobreviven, definen su norte
como el de la búsqueda del poder, negando el poder de quienes hoy
lo detentan.
Ha sido tan fuerte el impacto de los medios en la sociedad que
puede decirse que en el presente, para los ojos de la población, son
los medios de comunicación quienes tienden mejor el puente de
articulación y de mediación entre Estado y sociedad, los medios cumplen
esa misión con una celeridad mayor y con una eficacia superior a la
de los partidos. Es decir, en esa función hay una fuerte disputa con
los partidos políticos, con un resultado quizás negativo para estos
últimos, por lo tanto, una de las funciones clásicas de los partidos le
está siendo arrancada por los medios. No en balde, cuando menos en
Bolivia, la relación entre medios y partidos políticos, no es una
articulación de cooperación, sino una relación de competencia, de
tensión, de disputa y de celos mutuos.
De otra parte, los medios, ya desde mucho tiempo atrás, fueron
denominados como el cuarto poder, claro está, del Estado; ellos también
están íntimamente ligados al poder, a pesar de que constantemente
emiten un discurso que expresa que su ombligo está asentado en la
sociedad y no en el poder político o en el poder estatal; sin embargo,
los medios están demasiado cerca, en distancia muy pequeña respecto
del poder político. En la fase pre-democracia representativa en Bolivia
los medios fueron construyendo una identidad por oposición al poder
estatal, ella fue acentuada mucho más en todos los períodos dictatoriales,
en los cuales, en especial los comunicadores, captaron el discurso
radical de los movimientos populares. Ellos mismos, a través de sus
sindicatos, eran parte de los movimientos de izquierda, y junto a éstos
construyeron una visión radical-sindical del mundo, de búsqueda de
la utopía de rebasamiento del Estado.
231
232
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El medio de comunicación, sus propietarios, podrían haber
estado ligados a las esferas estatales, pero los comunicadores, los
periodistas, poseían un impasse con ellos, pues su norte era el de la
radicalidad, de búsqueda del socialismo. Así entonces, aunque no
hubieran estado inscritos al poder estatal, pero, fueron construyendo
poder, un poder más ligado a la sociedad, como sucedía con buena
parte del sindicalismo. Pero a diferencia del sindicalismo, los medios
y con ellos los comunicadores fueron ensayando labores de información
para la gente y de fiscalización al poder o de denuncia contra lo que
sentían como violentación de la democracia.
Es curioso cómo los medios con una labor a todas luces positiva,
de impulso de la democracia, de intento de facilitar la fiscalización
de sus instituciones, quizás sin quererlo, pueden convertirse en un
instrumento inconsciente de debilitamiento de las propias instituciones
de la democracia. Está claro que los medios no inventan las falencias
de la democracia, no crean la corrupción ni el prebendalismo ni el
clientelismo, de ninguna manera; no son ellos quienes generan esos
fenómenos, lo único que hacen es transparentarlos, poner las imágenes
de todo eso al alcance de la gente. Es ésta, entonces, quien duda de
sus instituciones, de modo tal que la propia democracia se fragiliza
por el desencanto de la gente con sus instituciones.
En la fase de democracia representativa –que es la que motiva
la reflexión de este ensayo–, los medios no sólo que intentan renovar
su acercamiento a la sociedad. Ahora, utilizando las nuevas tecnologías,
en especial la televisión, más allá de eso, lo que tratan de hacer es
incrementar ese acercamiento a grados tales en que la sociedad se sienta
representada ya no por las instituciones tradicionales de la democracia,
como los partidos, el parlamento, los concejos municipales u otras
instancias de representación, pero lo hacen con un objetivo inconsciente
–para algunos comunicadores estos actos son conscientes y deliberados–
de sustituir a los partidos como los instrumentos de mediación entre
Estado y sociedad.
Acercarse a la sociedad es la clave del incremento de poder
que pueden poseer los medios; en la medida en que lo hagan pueden
ser ellos quienes fijen la agenda de discusión pública, quienes se
conviertan en fiscalizadores del poder, jueces de lo que suceda en el
poder y la sociedad. Vale decir que de ese modo se estarían vaciando
los contenidos de muchas instituciones de la democracia, por ejemplo,
los partidos, el parlamento y hasta los jueces –a los ojos de la población–
estarían perdiendo las competencias que les asigna la Constitución
Política del Estado.
233
Los medios no pueden ni deben callar ante lo que sucede, pero,
a la par, su tarea no debería consistir solamente en mostrar las falencias
de las instituciones de la democracia, es necesario que,
simultáneamente, internalicen que su labor debe dirigirse también a
fortalecer las instituciones de esa democracia a la cual contribuyen a
criticar, pues, como se sabe, no hay democracia sin partidos, sin
parlamento, es más, donde estos últimos se han derrumbado, el resultado
no necesariamente ha sido la mejora de la democracia.
De modo que el problema es harto difícil de manejar; es muy
difícil el equilibrio en el cual deben moverse los medios. La cuestión
se complica a la hora en que ellos o muchos comunicadores se sienten
en la obligación de ser sustitutos o de cumplir las funciones o
competencias de las instituciones a quienes critican. Al actuar de ese
modo se entra a un callejón sin salida, pues, los medios dejan de cumplir
su función y, por otro lado, se fragiliza –desde la concepción ciudadana–
la obligación que tienen otras instituciones de hacer lo que pretenden
cumplir los comunicadores o los medios de comunicación.
234
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El incremento del poder de los medios, fincado en su mayor
acercamiento a la sociedad y en la crítica a las instituciones de la
democracia, lo que produce es, de manera paradojal, una mayor
conexión de los medios con el poder, con el poder político, al extremo
tal que se llega a una casi simbiosis ente medios y poder político. Esa
cercanía entre ambos ¡no deja de producir una promiscuidad entre el
poder político y los medios de comunicación! Extraña relación de
oposición contra el poder político que curiosamente los acerca más
al poder, a los partidos, a los políticos o a los representantes de las
instituciones públicas y privadas. La capacidad y eficiencia que logren
los medios de comunicación en la mediación entre Estado y sociedad,
los convierte en un poder más vigoroso y en parte del poder político
al cual quieren negar o criticar.
No obstante, y por la otra orilla, los partidos y los políticos
saben muy bien que vivimos en una sociedad mediática. Entienden que
aquello que no pasa por los medios es como si no existiría, comprenden
que partido que no está en los medios, ni político que no parece en
la imagen son como partidos o políticos inexistentes. Por ello juegan
dos cartas: por un lado, acercarse lo más posible a los medios, inclusive
al extremo de intentar cooptar periodistas o comprar sus conciencias
y, por otro y de manera más expedita, comprar sus propios medios
de comunicación para desde ahí aprovechar las dos centralidades de
la democracia: la de los partidos políticos y la de los medios de
comunicación. En este caso, ¿cuál es la suerte de los comunicadores?
y ¿qué acontece con la legitimidad de los medios, cruzada por la
propiedad partidaria, es decir, de instituciones deslegitimadas? Las
cuestiones son difíciles de responder, pero ameritan investigaciones
especiales para hacerlo.
Esa cercanía entre medios y poder político induce a que algunos
comunicadores piensen que ellos mismos son los mejores sustitutos
de los políticos, pues encuentran que es limitativa la función de crítica
desde los medios, por tanto, comprenden que deben actuar: ese actuar
implica adentrarse dentro de las aguas de la política, pero de la política
partidaria, no importa munidos de un discurso antipartido que es el
que normalmente han desarrollado en los medios de comunicación. Es
debido a estas situaciones que el celo de los partidos se incrementa
en contra de los medios de comunicación.
La legitimidad de los medios y de los partidos
Los fenómenos que describimos son de tal intensidad que han
conducido a muchos comunicadores a utilizar los medios de
comunicación de un modo instrumental, es decir, potenciar su imagen
para ulteriormente convertirse en candidatos a algún cargo de
representación política, mecanismo por medio del cual pueden conducir
–si es que los casos se multiplican– a deslegitimar la función de los
propios medios.
No hay lugar en el mundo donde los partidos sean las
instituciones que posean grados elevados de credibilidad y legitimidad
otorgados por la sociedad, antes bien, es casi universal la crítica a los
partidos, pero la diferencia entre, por ejemplo, países del primer mundo
y algunas de las naciones de América Latina como Bolivia, radica en
que no necesariamente los medios compiten con las instituciones de
la democracia para cumplir o pretender expropiar las funciones de
aquéllas; los parlamentos, los concejos municipales, la justicia
funcionan en ese primer grupo de países, de modo que los comunicadores
podrán hacer algunas críticas para la mejora de las mencionadas
instituciones, pero no pretenderán arrogarse el cumplimiento de sus
competencias.
235
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
En el caso boliviano, a la falta de credibilidad de las instituciones
de la democracia, en especial de los partidos, se suma la falta o déficit
de institucionalidad de ellas; ni los partidos, ni el parlamento, ni la
propia justicia, poseen una fuerte institucionalidad, por ello, las críticas
de los medios los dejan en una situación de grave debilidad que puede
conducir a una crisis de las mencionadas instituciones y de la propia
democracia. Los casos de Venezuela y Perú, no siempre por acción
de los medios, sino por falta de cumplimiento de sus funciones por
parte de los partidos –pero combinada con la crítica de los medios–
ha desencadenado la caída del sistema de partidos con un costo extremo
para la democracia.
Lo curioso de todo esto es que esa legitimidad que poseen los
medios como una institución creíble de la democracia, no es analizada
más profundamente, pues, por ejemplo, los medios en su funcionamiento
interno no siempre son todo lo democráticos que ellos exigen a los
partidos. Por un lado, las empresas no siempre son democráticas en
su operación interna, si bien toda lógica gerencial exige un principio
de autoridad, línea de mando para el logro de la eficiencia, pero, ello
no debe estar reñido con la compañía de la democracia dentro de las
empresas de comunicación; en muchas de ellas no siempre está
permitido el derecho a disentir, no siempre está allanado el camino
para la expresión de ideas o líneas de pensamiento diferentes a las de
los propietarios. Son los propios comunicadores quienes dan testimonio
de esa falta de libertad de expresión de ideas y de pensamiento en los
medios en los cuales operan como asalariados.
De todos modos, no dejan de percibirse en Bolivia algunos rayos
de luz que permiten matizar la falta de credibilidad de la gente en los
partidos políticos. Por ejemplo, buena parte de las encuestas políticas
expresan que ahora los ciudadanos –y ésta es una diferencia fuerte
respecto del pasado en que los partidos no poseían importancia en
Bolivia– entienden que los partidos sí son instrumentos necesarios para
la democracia, pero se introduce el matiz siguiente: esos mismos
ciudadanos dudan de la conducta de los partidos, los acusan de ofrecer
todo y no cumplir nada, los acusan de corrupción y de enriquecimiento
ilícito. De todas formas, el saldo neto es que se piensa que los partidos
son instrumentos vitales para la democracia. Pero el reto para los
partidos es el cambio de conducta que les pide la ciudadanía, el mismo
que diariamente se los recuerdan los medios.
Frente a una falta de credibilidad extrema de los partidos, se
coloca su antípoda: los medios –que junto a la Iglesia poseen altos
grados de credibilidad–, seguramente por la facilidad con que llegan
ellos a la gente, y por el discurso de crítica radical y cotidiana que
realizan contra las falencias de las instituciones de la democracia, en
especial, contra los errores de los partidos.
237
Pero, si no siempre los periodistas o comunicadores hallan un
territorio de libertad y democracia en sus centros de trabajo, a la par,
ellos mismos, los comunicadores, no siempre son respetuosos del otro
–lo cual implica un déficit de cultura democrática–, pues con toda
normalidad muchos de ellos pueden emitir aseveraciones que mellen
la integridad de las personas o de algunas instituciones, sin previamente
haber tenido una constatación de lo aseverado, sin haber investigado
fuentes para emitir condenas que los ciudadanos agredidos -a veces
injustamente- no pueden levantar por impotencia ante los medios.
De otra parte, una de las críticas normales de los medios y
comunicadores contra los partidos es dirigida contra la ineficiencia de
los partidos, en especial, contra aquellos que ofician de gobierno, por
su falta de profesionalidad para cumplir con las competencias que deben
administrar en las distintas esferas de la burocracia pública. Otra vez,
para hablar de coincidencias entre partidos políticos y medios de
238
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
comunicación, los distintos test realizados a los medios de comunicación
expresan el bajo grado de formación profesional que poseen muchos
comunicadores; justo lo que se les exige a los partidos, es lo que muchos
medios de comunicación no poseen.
con eso, se puede decir que la legitimidad que los medios logren
depende, muchas veces o más bien de manera dominante, del "rating"
que posean ellos. Es un hecho que los medios de comunicación, antes
que pensar en contenidos, en información o en generación de cultura,
se sacrifican más a la trituradora del "rating" y, como se sabe, lo que
genera más audiencia y lo que vende más, no siempre es lo que más
educa, ni lo que tiene efectos más positivos para la democracia. Al
contrario, el tiempo presente está marcado por el sensacionalismo, por
reforzar los colores de lo negativo, por el escándalo. Eso es lo que
vende, y aquí la lógica del mercado es implacable.
Una de las explicaciones de la falta de capacitación, de mejora
profesional de los comunicadores o de una fracción importante de ellos,
es aducida al trabajo estresante que poseen, a la necesidad de cubrir
múltiples fuentes, a los horarios esclavizantes que tienen. Está
comprobado que los periodistas o comunicadores no tienen tiempo
disponible para investigar aquellos temas sobre los cuales opinan, no
poseen tiempo para acceder a bibliografía, libros, revistas u otros
mecanismos para informarse de aquello sobre lo cual deben opinar
o enjuiciar. Está claro que muchos periodistas escriben más, pero
mucho más, comparado con lo que leen como bibliografía de apoyo,
por ello justamente algunos analistas de los medios han propuesto que
hemos llegado a la época de los "fast thinkers", que pueden lograr
universalidad temática en pequeñas píldoras informativas.
Si bien hay esa comunidad –entre medios y partidos– en la
falta de formación para cumplir las funciones que tienen bajo su
responsabilidad, en el caso de los partidos la explicación es otra.
Usualmente radica en el carácter clientelar y, a veces, de nepotismo
con el cual muchos partidos designan a los funcionarios públicos en
sus parcelas de poder. Los partidos no designan a los mejores
profesionales, sino que escogen a quienes son su clientela partidaria,
a su círculo próximo, y por qué no a sus propios familiares, con lo
cual el desastre de la administración pública es de todos conocido.
Aquello que muestra de manera escandalosa los elementos
negativos de cualquier fenómeno, eso es susceptible de conseguir
"ratings" más elevados. Aquello que destaca lo positivo no siempre
arriba a los lugares más elevados del "rating". Debido a que la
credibilidad de los medios, y con éstos de los comunicadores, se funda,
en buena medida, en la esclavitud del "rating", se puede lanzar la
hipótesis que esa legitimidad tiene algo de espúreo. La victoria dentro
de la competencia en el mundo de la comunicación no se inclina
necesariamente del lado de ésos que proponen más ideas, sino de
quienes muestran más escándalo.
Si a los partidos o los políticos que nos representan se los elige
mediante el voto, que es el mecanismo más sensato de la democracia,
a los medios y a los comunicadores, se los elige a través del "rating",
de un "rating" que posee todas las limitaciones que se han mencionado
aquí, y que no siempre son un soporte de la democracia. Estos elementos
deberían ser profundizados para comprender la naturaleza y el carácter
de la legitimidad que poseen los medios de comunicación.
Si es un hecho la falta de legitimidad de los partidos, quienes
son mirados con recelo por la población, a la par, y en contrastación
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El monopolio de la representación y el monopolio de los medios
locales, sin militancia en ningún partido político, han tenido que
“alquilar” siglas partidarias para poder terciar en las elecciones
municipales. Los casos más paradigmáticos son los de Manfred Reyes
Villa en Cochabamba que en su momento alquiló la sigla del
Movimiento Bolivia Libre, o de modo más reciente los de Germán
Gutiérrez en Sucre y de Cristina Corrales en La Paz que tuvieron que
tomar en contrato anticrético a la sigla de Vanguardia Revolucionaria
9 de abril. En ninguno de esos casos se trata de fenómenos de cooptación
de líderes locales por parte de los partidos, sino casi literalmente
alquiler de sigla para cumplir con la norma constitucional. Si la realidad
está demostrando que muchos líderes locales son fuertes por sí mismos,
sin partido alguno, la gente se pregunta qué sentido tiene la limitación
de la Constitución; pero no sólo la gente se hizo la pregunta, sino que
también la clase política se ha hecho la misma interrogante. La respuesta
parece dirigirse a una modificación constitucional en el futuro, orientada
a romper esa limitación en el plano local, pero no así para el plano
nacional, es decir para las elecciones nacionales. Ese sentido de las
probables modificaciones constitucionales para efectos de la
representación parece caminar por el camino de la sensatez política.
Si antes de la creación de la democracia representativa en
Bolivia (1982-1985) el poder se definía fundamentalmente por la
oposición entre Fuerzas Armadas y sindicalismo revolucionario
(Central Obrera Boliviana y Federación Sindical de Trabajadores
Mineros de Bolivia), ya sea por medio de golpes de Estado o por el
intento de desarrollo de insurrecciones populares, ahora, en los tiempos
presentes, la titularidad del poder se define por medio del sufragio.
Esto quiere decir que en Bolivia, mucho más que nunca, los partidos
políticos han llegado a poseer una importancia extrema en la
construcción de la política y en la organización del sistema político.
Además, la norma constitucional es terminante, para llegar a los cargos
electivos de representación se debe pasar por medio del partido político,
son éstos quienes presentan candidatos a presidentes, vicepresidentes,
senadores, diputados –así sean uninominales– y concejales municipales.
Así pues, nuestra democracia vive dentro de un contexto que puede
ser denominado de centralidad de los partidos políticos.
Lo anterior es lo que ha generado la idea del monopolio partidario
en la representación política, aunque es cierto que, para algunos casos,
organizaciones cívicas pueden presentar candidatos, pero de todos
modos deben hacerlo en alianza con los partidos. En el caso boliviano
ya son muchas las voces que se enfrentan de manera crítica contra ese
“monopolio” de los partidos, bajo el argumento de que eso impide un
despliegue de la sociedad, limita la libertad de las organizaciones de
la sociedad civil para presentar libremente candidatos a cargos de
representación política y, por tanto, inhibe el desarrollo de una
democracia participativa.
La crítica ciudadana es más profunda debido a que en varias
elecciones municipales efectuadas en los últimos años, muchos líderes
En una primera síntesis se puede afirmar que la política parece
avanzar a romper el monopolio de la representación que poseen los
partidos políticos –en el plano local–; da la impresión que ellos mismos
están observando esa necesidad. Es que sucede que la democracia
representativa, al haber puesto en escena a los partidos y al haber
marcado la centralidad partidaria, a la par tiene una cantidad de
exigencias sobre los partidos, primero, para efectos de mejorar la
representatividad del sistema político los ha inducido a aprobar las
diputaciones uninominales; después, esa democracia, impulsada por
exigencias de la sociedad, ha obligado a que la clase política aplique
normas de control a los partidos por medio de la aprobación de la Ley
de Partidos Políticos.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Pero nuestra democracia no sólo está marcada por el rol
importante de los partidos políticos, sino que también está signada con
el sello de la centralidad de los medios de comunicación. Estos, como
sucede en todas las demás áreas de la economía, están sujetos a un
proceso de monopolización o, para decirlo con más rigor, de
oligopolización. Los signos de los tiempos parecen ser los de la
conformación de las cadenas de multimedia, que articulan canales de
televisión, radios y medios escritos de prensa; pareciera ser que para
ofertar mejores productos en el mercado, para imponerse en el ámbito
de la competencia, para lidiar con mejores posibilidades en el "rating",
es necesario que los medios se oligopolicen. En el presente es cada
vez más difícil la subsistencia de medios de comunicación pequeños,
a pesar de las nuevas oleadas de medios de comunicación comunitarios,
que llegan a ciertos grupos específicos de población, pero que no logran
tener alcance regional ni nacional.
tales poderes. Lo curioso es que los comunicadores, que se han formado
en la lógica del impulso de la democracia, en la defensa y construcción
de la misma, no parecen entender estos fenómenos contemporáneos,
no internalizan que es preciso regular esos monopolios. Es que también
es justo reconocer que muchos de ellos de manera consciente o
inconsciente gozan de los privilegios y del poder que les confiere el
trabajar en dichos medios de comunicación oligopolizados.
Lo que debe analizarse es el impacto que sobre la democracia
pueden tener esos impulsos hacia la monopolización u oligopolización
de los medios. Si ya se ha dicho que los medios tienen un cada vez
mayor influjo sobre la política y los políticos, está claro que en el futuro
–algo ya sucede en el presente– esos medios no serán únicamente
quienes fijen la agenda del país, pongan los temas en discusión, sino
que ellos mismos podrán ser el centro de la producción de los líderes
políticos o de las autoridades gubernamentales sujetas a elección
popular. De otra parte, al generarse un poder monopólico de los medios,
los extremos en que incurran éstos pueden estar sujetos a la impunidad,
si es que no se colocan contrapesos y balances que limiten su exceso
de poder.
Es preciso conocer que cuando surgen poderes monopólicos en
cualquier área, de la economía o de otras esferas, es necesario regular
243
Es más, los comunicadores no comprenden la necesidad de
regular a los medios monopólicos, ni se sensibilizan sobre la necesidad
de regular su propia actividad y sus competencias. Está claro que el
país en el pasado vivió muchas dictaduras, que ellos fueron baluarte
de la defensa de la democracia, que es nítido que algunas veces se
trató de eliminar la Ley de Imprenta que es un mecanismo de defensa
de la libertad de prensa. Está claro todo eso, pero hoy se viven otros
tiempos –aunque es cierto que el alma dictatorial todavía está presente
en muchas conciencias de algunos políticos–, tiempos que por lo menos
deberían inducir a que los comunicadores decidan para sí mismos
mecanismos de autorregulación de las funciones que desempeñan.
Parece que esa época todavía no ha llegado, son pocas las voces, desde
dentro de los comunicadores, que envían mensajes de cambio. Pero
lo paradójico es que en esa falta de deseo de cambiar se funda también
la falta de acciones para regular el poder excesivo que van adquiriendo
los oligopolios de los medios de comunicación.
Parece que estamos ante un callejón sin salida, pues los medios
y los comunicadores, que se reconocen a sí mismos como las
instituciones más legítimas, jamás aceptarán que sus contendores
“ilegítimos”, los partidos, puedan aprobar normas para regular la
actividades de los medios y de los comunicadores.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El derecho a la información y el derecho a visualizar el futuro
pero lo cierto es que en los medios y en los partidos todavía no se
ha colocado al ciudadano como el centro de su interés y de su actividad.
Da la impresión que el centro de su actividad lo colocan en ellos mismos
y no han saltado a comprender la centralidad que debe asumir el
ciudadano en una sociedad que se desarrolla dentro de un régimen de
democracia representativa.
Ya se ha afirmado que la deslegitimación de los partidos ha
conducido a que los medios de comunicación intenten administrar
algunas de sus competencias, en especial la mediación del Estado y
la sociedad. Debido a eso se ha ido desfigurando u oscureciendo cuál
es el rol de los medios. Dada la confianza que deposita en ellos la
sociedad, los medios y los comunicadores entienden que deberían
cumplir la misión de fiscalización del poder, a veces sustituir a los
jueces y juzgar de manera sumaria aquello que crean conveniente; de
otra parte, se arrogan a sí mismos la representación de la sociedad o
pueden hablar en nombre de ella como sus representantes, a la par,
entienden que deben educar a la población y que también sería necesario
informar a la teleaudiencia, a los escuchas o a los lectores. Como se
ve, su labor sería omnicomprensiva, justamente por eso se entienden
a sí mismos como uno de los poderes –a veces intocable– de la sociedad
y muchas veces defienden sus intereses, que podrían ser gremiales o
corporativos, como si estarían defendiendo a toda la población.
Por ejemplo, en la defensa de la Ley de Imprenta, comprenden
que lo que hacen es defender la libertad de prensa y, por ese medio,
estarían defendiendo a la propia sociedad, lo cual no deja de ser
evidente. Sin embargo, defender la libertad de prensa como algo suyo,
propio de ellos, significa remitirse únicamente a su ombligo gremial,
lo cual imposibilita el cambio cualitativo de su visión, que los lleve
a un hecho más universal: la defensa del derecho a la información que
poseen los ciudadanos, de ese derecho que es también uno de los
derechos humanos irrenunciables. Al igual que los partidos que
defienden sus propios intereses y no los de la sociedad, pareciera que
algo de comunidad con ellos poseen los medios, claro está, no de manera
tan torpe y exagerada como sucede con las organizaciones partidarias,
245
Por otro lado, en la orilla de los partidos, de ésos que deberían
ser los grandes encargados de agregar intereses, de imaginar visiones
de futuro para la sociedad, de diseñar los caminos de largo plazo, si
vale el término, de engendrar utopías para que la sociedad busque un
futuro mejor, ésos partidos se han abandonado a la lógica pragmática
del poder, se han convertido en máquinas electorales que no generan
ideas, que no imaginan propuestas; tan grande es el torbellino de la
búsqueda del poder en el cual han caído, que los más de ellos han dado
lugar a la creación de un centrismo político que no tiene capacidad
para atraer militantes y ni siquiera simpatizantes. Dicho centrismo
parecería ser la excusa del alto pragmatismo que desarrollan en su
búsqueda del poder.
A la hora de gobernar, que es una de las funciones que se
les atribuye, no han producido resultados eficientes, por el contrario,
se han hundido en un alto prebendalismo, aparejado a una forma
clientelar y prebendal de manejo del poder que, con toda certeza, es
una de las fuentes del rechazo que hacia ellos tiene la sociedad.
Quizás la sociedad y la población están esperando que los
partidos vuelvan a ser lo que fueron, lugares de procesamiento de ideas,
centros de generación de propuestas, ámbito de diseño de utopías y
de visiones de futuro, además de ser elementos pedagógico-didácticos
para explicar e internalizar en la sociedad la necesidad del cambio y
mostrar el sentido de las reformas.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
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De otra parte, aunque todavía el murmullo de crítica de la
población a los medios no es alto, pero también es necesario que ellos
dejen de ser tan omnicomprensivos y retornen a privilegiar la labor
de información que poseen, pensando primero en el ciudadano y no
necesariamente colocándose ellos mismos como el centro de la acción
informativa.
Enriquecer la democracia desde los partidos y desde los medios
quiere decir reparar en la importancia que posee el ciudadano, éste
debe ser el motivo de preocupación de ambas instituciones. Si se
alcanza esa centralidad del ciudadano seguramente nuestra democracia
podrá mejorar.
247
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
EL PERIODISMO ECONOMICO
¿Vale la pena en Bolivia?
La importancia de analizar el periodismo económico en Bolivia,
discutir si el esfuerzo desplegado hasta ahora por las empresas
periodísticas es válido, cuestionar en qué medida la prensa boliviana
contribuye a que la información económica se convierta en “clave de
la prosperidad” y hasta qué punto los periodistas del área están aptos
o no para ejercer un periodismo económico inteligente, útil, apropiado
y fundamentado, es la base de la presente aproximación.
Ana María Fabbri Crespo
Algunos autores atribuyen a la información económica el poder
de constituirse en elemento clave para la prosperidad de un país:
aquellos ciudadanos con acceso a ella tienen las armas para
desempeñarse adecuadamente dentro de ese ámbito. “La información
es poder –se ha dicho–; la información económica es poder económico”.
Empero, también los mismos autores advierten que a mayor
desarrollo económico de un país, mayor necesidad de información
económica. Por tanto, se puede deducir que los países de menor
desarrollo, como Bolivia, tienen menor necesidad de información de
esa índole.
Si aproximadamente el 50 por ciento de los hogares
estadounidenses cuentan con acciones en la Bolsa de Nueva York y
esa población se preocupa por conocer los resultados de las compañías,
el valor de las acciones, quiénes las manejan, los riesgos que corren
y, el periódico Wall Street Journal alcanza una tirada de 1.700.000
ejemplares diarios, muy superior al New York Times, ¿cómo puede
hacer la prensa boliviana, que gasta ahora esfuerzos y numerosas
páginas en la impresión de separatas especializadas, si el 80 por ciento
de la población está excluida del movimiento económico formal que
rige en el país, además no tiene cuentas bancarias y menos acciones
en la bolsa?
249
Se analizará el boom del periodismo económico y además, las
disyuntivas de los periódicos en el mercado actual. ¿Cuánto –como
diría el doctor en Comunicación Jesús Martín Barbero– pueden los
medios negociar con la globalización para insertar sus propios
proyectos?
Las crisis dan auge al periodismo económico
La crisis de 1929 en Estados Unidos “puso sobre el tapete la
urgente necesidad de disponer de una buena información económica”
e hizo crecer el número de revistas y publicaciones especializadas sobre
mercado e información bursátil.
¿Qué había pasado? Nueve años antes, se decía que hasta los
taxistas podían convertirse en millonarios al invertir en la bolsa, pero
una vez desatado el gran desplome de la bolsa de Nueva York, esos
taxistas y esos obreros, como también señores de gran fortuna, se dieron
cuenta que no habían sido informados ni advertidos sobre los peligros
que a Wall Street acechaban. El periodista colombiano Horacio
Jaramillo al analizar ese tiempo afirma que los periodistas callaron y
no advirtieron al público sobre los riesgos porque, sencillamente,
estaban “sobornados”.
250
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Similar situación de crisis ocurrió en el siglo pasado, en la
década de los 70, cuando se dio curso al nacimiento del hasta ahora
poderoso Financial Times en Londres, que tiene la menor tirada en
el Reino Unido, pero es el que se come “la mayor parte del pastel
publicitario (...)”.
estatales? ¿Qué pasaba con los países vecinos que se habían visto
sometidos a similares hecatombes? Finalmente, ¿cómo el sector privado
iba a convertirse en el protagonista del quehacer económico cuando
hasta ese entonces los subsidios y el favoritismo mantenían a flote a
los ineficientes?
No hace más de una década, en 1986, explosionó una especie
de boom de la prensa económica europea a partir del crack subsiguiente
de 1987. “Hasta los periódicos comunistas de ese entonces, como
L´Unita de Italia empezaron a introducir en sus ediciones páginas
especiales para la Bolsa”.
Después de la crisis de 1985 y terminada la época en que
gabinetes en pleno se reunían sólo para determinar el precio del pan,
los periódicos comenzaron a desempolvar o a improvisar a sus
periodistas económicos para conocer lo que ocurría en el Bolsín y los
titulares de apertura económica empezaron a desplazar o, por lo menos
pelear, contra los de índole política. Con la crisis, había empezado a
crearse la necesidad de mayor información económica y era necesario
comenzar a satisfacerla.
En el país también, como sucedió en otras partes del mundo,
la información económica cobró importancia a partir del gran trastoque
que sufrió Bolivia en la primera mitad de la década de los ochenta.
Los bolivianos, sobre todo de la elite, y también los extranjeros
interesados en el acontecer económico, querían saber si Bolivia moriría
o no de muerte económica o finalmente conocer si con la aplicación
de nuevas medidas, que prometía el entonces presidente Victor Paz,
se salvaría. ¿Cómo los ajustes dictados por el Decreto Supremo 21060
afectarían la vida cotidiana de los bolivianos? ¿Podía el país vencer
una hiperinflación que había llegado a niveles tan altos sólo vistos en
épocas de conflagración? ¿La apertura amplia al comercio exterior
aniquilaría la incipiente industria boliviana? ¿La flexibilización del
mercado de trabajo representaría la tiranía de los empleadores sobre
los empleados y el estrangulamiento de la entonces fuerte Central
Obrera Boliviana? ¿Cuántos iban a resultar despedidos o relocalizados?
¿Acaso debía cambiarse los patrones de trabajo? ¿La libertad de precios
convertiría al mercado boliviano en un carnaval? ¿Qué sucedería si
el país vendía sus tesoros apercollados por años, léase empresas
251
El decano de la prensa nacional y el de mayor tiraje, El Diario,
consignaba en 1980 en sus ediciones ordinarias de 20 páginas, sólo
media página al acontecer económico. La poca importancia que se
concedía a esa área se hacía más patente en su edición dominical,
cuando se imprimía más de 60 páginas, pero sólo se destinaba a la
información económica, igual, sólo media página.
Una respuesta a esa necesidad, que aumentó a medida que el
modelo definitivamente se afianzó, fue la creación del suplemento
Economía y negocios del periódico La Razón, recién en 1992, que
recogió ese deseo de mayor información por parte de ciertos grupos,
sobre todo identificados con las elites y el nuevo pensamiento neoliberal,
que crecía en el país.
Ocho años después son muy pocos los periódicos que discuten
la importancia de la información económica y que no presentan sus
252
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
propios suplementos especializados en esa área o por lo menos mayor
número de páginas dedicadas al sector.
o las palabras del Ministro de Hacienda le conmoverán.
Definitivamente, no le tocan a sus intereses inmediatos.
¿Vale la pena?
Otra situación fuera si el 50 por ciento de los hogares bolivianos
tuviese acciones en distintas compañías o por lo menos accediese a
una cuenta bancaria.
Sin embargo, todavía está latente averiguar si el periodismo
económico inserto en la realidad actual de Bolivia vale la pena
mantenerlo en pie y desplegar tanto esfuerzo por él.
De hecho, trabajos de campo realizados por una estudiante de
Comunicación de la Universidad Mayor de San Andrés, aún inéditos,
muestran que sólo las personas con ingresos mayores a 6.000 bolivianos
se constituyen en el público asiduo de las separatas económicas. A
medida que el ingreso baja, la población pierde interés y prefiere leer
cualquier sección del periódico antes que las páginas económicas. El
desinterés se torna aún más evidente entre las mujeres pues ellas ni
aunque ganen salarios altos, descartan esa sección del periódico.
Por tanto, si bien hace falta mayores trabajos para confirmar
la tesis, es evidente que sólo un grupo reducido y selecto del universo
de lectores de la prensa está interesado en conocer los procesos
económicos que vive el país y el mundo.
¿Puede acaso revertirse la tortilla y hacer que las grandes
mayorías del país se tornen en asiduas o frecuentes lectoras de las
separatas económicas? Prácticamente una tarea imposible o quizás
genial, si se logra emprenderla, mientras el 80 por ciento de la población,
a decir del economista Napoleón Pacheco, esté sumergido dentro de
una economía subterránea, que no participa y está aislada del sistema.
Para esa población ni el derrumbe de un banco ni la crisis brasileña
253
Sin embargo, es de hacer notar el trabajo de Raúl Peñaranda
que en 1998 advierte cómo las separatas económicas, se convirtieron
en “una veta inesperadamente interesante de ingresos publicitarios. Los
empresarios que publicitan desean estar allí donde están presentes...”.
No sólo este fenómeno –que tampoco se manifiesta en todas
las publicaciones de esta especialización– ocurre en Bolivia, sino como
se mencionaba en párrafos anteriores, sucede en el Financial Times
de Londres “a pesar de ser el periódico de menor tirada del Reino Unido
es el que obtiene la mayor parte del pastel publicitario (...)”.
Los publicistas comprenden que el grupo con mayores recursos
y que por tanto el que puede adquirir sus bienes o servicios es el lector
de estas páginas.
Por ello, en primer lugar si bien la información económica
usualmente se dirige a grupos de elite, no deja de ser cierta la influencia
decisiva de éstos en el desarrollo y toma de decisiones en el país.
Segundo, si la publicidad aparecida en estas páginas representa
una veta, quiere decir que los gastos y esfuerzos de la empresa
periodística están siendo desde el punto de vista de resultados,
ampliamente compensados.
254
"OPINIONES Y ANALISIS"
Economista y periodista
Si con los anteriores argumentos puede sostenerse la validez
del periodismo económico, toca ahora preguntar si los periodistas
bolivianos tenemos la suficiente capacidad para hacerlo. ¿Sabemos de
economía? ¿Hay urgencia de especialización? ¿La empresa que contrata
a un periodista está en la obligación de prepararlo? ¿Cómo es el lenguaje
que se escribe en estas separatas?
La globalización de la economía, los retos de la competitividad,
la aparición de un sin fin de nuevas tecnologías –que por la velocidad
con que avanzan, pocos se libran de estar entre la categoría de
dinosaurios yurásicos–, el derrumbe de varios bancos constituidos
como pilares del sistema financiero nacional, las frecuentes crisis
internacionales que tienen su repercusión en la economía boliviana,
el boom de las exportaciones cruceñas, las nuevas formas de enfrentar
al trabajo y las maneras de encarar hoy la administración de una empresa
muestran la importancia de que los periodistas sean capaces de
comprender y transmitir adecuadamente a ese supuesto grupo selecto,
lector de las separatas en cuestión, la información que tienen en sus
manos.
Mientras en el Reino Unido o en Alemania los periodistas del
área económica son economistas o administradores de empresas que
han recibido dentro de las casas periodísticas que los contratan el
necesario adiestramiento para saber enfrentar una entrevista, hacer un
lead y finalmente armar un reportaje, en Bolivia, los periodistas
económicos que tienen título –pocos– lo tienen en Ciencias de la
Comunicación Social. Saben lo que es un feed back, una
retroalimentación, conocen lo que es una fuente, un emisor, un canal,
el proceso de la comunicación, la formación de la opinión pública y
255
"OPINIONES Y ANALISIS"
también de historia del cine, pero desconocen cómo entender el balance
de un banco o una empresa, las diferencias entre utilidad neta,
patrimonio, pasivos y rentabilidad, en qué consisten las reservas
internacionales del Banco Central, qué es el PIB, cuál es la diferencia
con el Producto Nacional Bruto, cuándo se presenta déficit fiscal y
qué peligros conlleva, qué es un encaje legal, cuándo se presentan
peligros en la economía internacional y me atrevería a decir, que
algunos no saben ni leer correctamente números.
La experiencia en las salas de redacción evidencia que son pocos
los “osados” que se atreven a abordar esa especialidad del periodismo
pues resulta más fácil entender el discurso de un político, que
comprender lo que dice o quiere decir el Ministro de Hacienda. Y resulta
aún más agobiante poder increparlo cuando la ignorancia en el tema
económico del titulado o egresado en Ciencias de la Comunicación,
con pocos o muchos años de experiencia, puede ser, con una pregunta,
más que nunca manifiesta.
Si bien hasta ahora en las salas de redacción sólo se exije la
nota informativa, como dice el periodista Peñaranda, “la forma más
simple y menos rica del género de información” y con unos cuantos
conceptos, el periodista económico aparentemente podría redactar ese
tipo de notas, pero ni aún así las fuentes económicas de información
se sienten debidamente interpretadas ni satisfechas ante sus
requerimientos de mejor y mayor información.
Una investigación cualitativa publicada este año en Marketing
(*) del semanario Nueva Economía entre los gerentes de las empresas
con mayores ventas en la ciudad de La Paz refleja que si bien la prensa
económica boliviana goza de credibilidad entre los empresarios y
reconocen sus esfuerzos; en cambio percatan el vacío, la falta de
256
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
especialización entre los periodistas y la poca utilidad que esa
información, generalmente, les representa: la prensa local no les permite
estar al tanto de los impactos de la economía internacional sobre la
nacional y tampoco –decían– conocer las oportunidades de negocios
que hay en otros rincones del mismo país, menos en otras partes de
Latinoamérica o el mundo.
¿Cuántas “pepas” pierde el medio de comunicación debido a
que su periodista no sabe leer ni interpretar un balance y sólo se
contenta –no puede, sus estudios no le dan para más– con transmitir
las palabras emitidas por la fuente durante la conferencia de prensa?
Debemos recordar que la información económica se dirige a
los entendidos, “se nutre de sus fuentes y a ellas se dirige”. De esa
forma, como dicen Cesar Coca y Pilar Dishandino, comunicadores
españoles y autores del libro Periodismo económico, construye
fundamentalmente un “círculo restringido por y para expertos”.
Por tanto, si el primer público del periodismo económico está
conformado por “expertos”, mal puede hacer la prensa boliviana, si
quiere influir e informar acertadamente a ese círculo restringido, en
continuar lanzando improvisadamente periodistas a las calles a ver
cómo se baten en las fuentes económicas, sin siquiera proporcionarles
un curso profundo sobre economía y finanzas.
Varias de las facultades de Comunicación, a pedido de los
propios alumnos, no enseñan economía y si lo hacen es a medias y
con el agravante de que el “pichón de periodista” no capta –por algo
estudió Ciencias de la Comunicación y no economía o ingeniería– la
importancia de esa materia en su posible futuro desempeño profesional.
Los bochornos de los periodistas improvisados del área
económica pasan –casi todos nos hemos visto en figurillas y a medida
que profundizamos, más aún– han costado más de una vergüenza para
el propio periodista y más grave todavía, más de un error “público”
para el medio al que se representa.
257
Si bien para ser crítico de arte no se necesita saber pintar
–para eso están los propios pintores–, hay que conocer de arte. Para
informar sobre economía, hay que entender esa ciencia.
Tampoco se podrá democratizar la información económica y
ponerla a disposición de un mayor número de lectores –por lo menos
llegar a una clase media que dispone de una cuenta bancaria– si el
periodista no es capaz de traducir en lenguaje sencillo lo que significa
el acontecer macro o microeconómico. Sólo podrá hacerlo cuando
comprenda y se sienta suficientemente seguro de sus conocimientos.
Saber economía
Las organizaciones, empresas o bancos manejados con criterio
de vanguardia imparten y fomentan el constante reciclaje o aprendizaje
entre sus empleados porque saben que redunda en beneficio de la propia
empresa.
Es, por tanto, difícil explicar cómo las empresas periodísticas,
que supuestamente están en una dura batalla por el favor del público,
hasta ahora no imparten y además fomentan entre sus periodistas cursos
y seminarios frecuentes sobre economía, finanzas y negocios. Es más
¿cómo pretenden sobrevivir el próximo siglo?
258
"OPINIONES Y ANALISIS"
Las instituciones que han organizado algún curso de
capacitación terminan con la frustración de que éste no ha sido
comprendido ni valorado. Los periodistas van y vienen por los salones:
están contra el tiempo. Ni el editor del área, menos el jefe de redacción
o director comprenden que su periodista económico necesita alguna
mañana libre para capacitarse: debe entregar notas, para eso se le paga.
Pero también se debe puntualizar que no podemos esperar que
de estos encuentros organizados por instituciones, fuera de la empresa
periodística, puedan los periodistas comprender los “meollos” del
asunto. ¿Acaso puede interesar, digamos a una agrupación gremial de
empresas o bancos, que los periodistas sepan interpretar un balance
financiero o siquiera a la superintendencia del sector? Mejor para
muchos si se mantiene a los periodistas en la ignorancia, así no
descubren los “secretos”.
¿Podrán acaso los periodistas, con el mermado sueldo que
reciben, pagarse maestrías o siquiera cursos? Está por demás decir que
es difícil.
Es por tanto, la empresa periodística a la que le debe interesar
formar a su plantel, para informar con exactitud y veracidad a su público
lector, ganar mercado, dar “pepas” y ostentar el calificativo de hacer
un periodismo económico inteligente.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Medios de Comunicación, economía y mercado
¿Algo más que empresas?
El dinero en una organización o en una empresa es como la
sangre que circula por el cuerpo, imposible mantenerlo vivo sin ésta.
Derrotada la utopía, un medio de comunicación no rentable se convierte,
a fines de siglo, en un enfermo terminal o quizás ya, en un cadáver
en principios de descomposición.
Las mayores exigencias de capital para incorporar nuevas
tecnologías, la asunción de gastos por personal competente, mejor
pagado, más numeroso, y una audiencia o un público lector más
masificado y por qué no, más exigente, imposibilita la sobrevivencia
de un medio con sólo armas tales como ideología, arte, religión, servicio
a la comunidad, “amor a la camiseta” y subvenciones o padrinazgo.
En la carrera cada vez más competitiva, como es hoy el mundo
de los medios de comunicación, se torna imposible y hasta absurdo,
exigirle a ese enfermo o minusválido, competir en las grandes ligas,
sin que la sangre –el dinero– alimente a cada una de las células de
ese organismo.
¿Vamos a contentarnos con simples “notas informativas” o
avanzar hacia un periodismo económico inteligente, crítico, alertador,
que se convierta en clave del desarrollo de nuestro país? Eso dependerá
de las empresas periodísticas, fundamentalmente, pero también del
interés y de la presión de los propios periodistas por superarse.
Los medios de comunicación financieramente sanos,
gerencialmente bien manejados, con altos rankings o un nivel
interesante de tiraje son, como se testimonia en la actualidad, los únicos
que pueden y podrán competir en los grandes torneos. Cualquier
propietario, por muy altruistas que sean sus intereses o disponga de
fuertes capitales para conformar un medio de comunicación, terminará
agotado si ese medio, cual hijo tonto, no es capaz de independizarse
259
260
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
económicamente y deba ser, para su supervivencia, socorrido de manera
permanente con nuevos aportes de capital.
Un panorama, sin duda, triste o trágico para aquellos que por
ingenuidad o por ideales concebían a los medios de comunicación como
una entidad prácticamente acorpórea, sin cuerpo, sin necesidad de
sangre –casi puro espíritu– y sólo en pos del servicio a la comunidad,
de la intelectualidad y de difusión de verdades etéreas. Hoy en cambio
se comprueba que las nuevas tecnologías, el know how y la
competitividad pueden ser sólo adquiridos por grandes empresas o
grandes redes: son las únicas capaces de hacer frente a las cada vez
más altas cifras que impone una audiencia, también cada vez más
exigente.
Las pérdidas, definitivamente, no pueden ser indefinidas, menos
en la carrera de las grandes ligas o grandes medios.
Comercio y redes
Por ello, si hasta hace poco se miraba a los medios de
comunicación no como un negocio sino como una actividad intelectual
sostenida, promotora de cultura y de ideología y subvencionada a
perpetuidad, para distintos fines, por empresarios, sindicatos, iglesias
y políticos, cuyos hobbys o intereses secundarios eran los medios de
comunicación; varios hechos sucedidos este año, en periódicos
considerados importantes en el acontecer boliviano, demuestran que
la exigencia de capital y la necesidad de obtener utilidades razonables,
definen si el medio continúa en las calles o en el aire o entra en etapa
de estertor.
El cierre de un periódico de larga data en Bolivia como fue
el matutino Hoy, la capitalización del por demás importante periódico
católico Presencia, el repliegue de fuertes grupos mineros en la
conformación de capital de Ultima Hora, revelan que ni los grandes
empresarios o partidos políticos ni tampoco las grandes organizaciones
son capaces –ahora, hoy y en la pequeña Bolivia– de subvencionar
de manera sostenida a ningún medio que no se autofinancie.
En esta década, marcada por la economía globalizada, la libre
competencia, las fusiones empresariales, el capital y la tecnología, la
esencia de un medio de comunicación, en gran medida –queramos o
no, guste o no– es comercial.
261
Más aún cuando, día a día, la batalla de los medios por su
sobrevivencia se torna más ensangrentada; especialmente en el caso
de la prensa, cuya suma de tiraje total, como revela la investigación
de la Universidad Andina de La Paz, bordea los 100.000 ejemplares
diarios y peor aún en un medio como el boliviano donde los anunciantes
son pocos.
Por tanto, no debe extrañar que los medios de comunicación
bolivianos se incorporen a grandes redes nacionales, comiencen a
fusionarse para rebajar costos en determinadas áreas, ayudarse en sus
ventas y finalmente, que muchos, en esa carrera, terminen por
desaparecer.
¿Monopolios? ¿mercantilización?
Sin duda el gran temor de la formación de un monopolio u
oligopolios surge cuando se confronta esta realidad. ¿Sólo dos o tres
cadenas con capital informarán, entretendrán y educarán a los
bolivianos? ¿Unicamente la mercantilización, la instantaneidad, la
262
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
banalización, la fragmentación, la espectacularización, y la
mundialización serán las características de los medios de información
en Bolivia?
también pueden resultar peligrosas– con las armas intrínsecas que las
sociedades de masas poseen: su “estructura altamente dinámica” y
cambiante de su propio orden interno. Lo que hoy es ranking, mañana
puede ser boomerang. Vale decir, si el público –no hay que desestimarlo,
no es tonto– percata abuso, cortes y algo más que tendencias para caer
en francas imposiciones, fácilmente puede abandonar ese medio como
fuente valedera de información, opinión acertada y hasta de origen de
sano entretenimiento.
No necesariamente, pues un medio grande no es sinónimo de
crónica roja, banalización o estupidez. No debe olvidarse que el capital
puede pagar a los grandes intelectuales, a los periodistas más sagaces
y a los administradores más eficientes. En cambio, los medios no
rentables difícilmente podrán hacerse de cuadros interesantes: con la
derrota de la utopía, los soñadores se agotan.
Sin embargo, habrá que analizar los peligros y las certezas,
como escribía Johnn Tebbel, al explicar la historia de los periódicos
norteamericanos, de que los medios al convertirse en instituciones
mercantiles “tal vez han perdido completamente el sentido de la historia
que poseyeron los gigantes del siglo 19”.
Por otro lado, aparece el recelo por la pérdida de libertad de
expresión y la aparición de la censura. Ello ocurre y ocurrió antes,
pero ahora, por la mercantilización de los medios, surge con más fuerza.
La única alternativa para el periodista es buscar el lugar de trabajo
que tenga mayor afinidad a sus puntos de vista, creencias religiosas
o adhesión ideológica.
Igualmente, al considerar el medio de comunicación como una
empresa y con necesidades mercantiles prioritarias, los temas o
producciones seleccionados se dividirán en dos categorías: los que se
venden y los que no.
¿Y el público? Según datos de la Conferencia Episcopal de
Bolivia, a diciembre de 1997, existían en el país diez periódicos de
gran alcance, algo más de 500 radioemisoras y alrededor de 100 canales
de televisión. Los datos de la Superintendencia de Telecomunicaciones
develan que legalmente operan 208 radioemisoras, 100 canales de
televisión y 24 empresas de televisión por cable.
No vende tanto una portada de la explicación de una ley nueva
como la declaración lúdica de Max Fernández. Las peleas domésticas
de los políticos o un partido de fútbol aumentan más la demanda (...)
y nadie, por supuesto, “arriesga (dinero) en una edición extra con la
aprobación de la Ley de Participación Popular”, decía en tono crítico,
ya en 1995, la periodista Lupe Cajías.
El gran número de medios –considerado uno de los más altos
de América Latina, según número de habitantes– hace ver que el temor
de difusión de un pensamiento unilateral, monolítico o acrítico, todavía
no es cercano, aunque se aproxima.
¿El temor al demasiado poder de las grandes cadenas? La única
defensa podrá ser hecha –a no ser que quieran elaborarse leyes, que
Sin embargo, lo que sí es un hecho, es que quienes entrarán
a la carrera de las grandes ligas, “los medios que cuentan”, los de mayor
influencia, son y serán los denominados grandes: aquellos que son
manejados como empresas.
263
264
"OPINIONES Y ANALISIS"
Finalmente, en el campo de los medios de comunicación, como
en el de la economía, el mercado también se impuso. Ahora habrá que
cuidarse de la tiranía de éste.
"OPINIONES Y ANALISIS"
BIBLIOGRAFIA
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Milenio. 1995.
COCA y DIEZHANDINO, César y María del Pilar. Periodismo económico.
Editorial Paraninfo S.A. 1991. Madrid. España.
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democracia. CI-PLAN. Andros, productora gráfica. Santiago, Chile.
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RIVADENEIRA Prada, Raúl. La opinión pública.
EN Nueva Economía. Multimedia, un buen negocio. Guido Cortez. Edición
18 al 24 de agosto de 1998. Ps. 12, 13.
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EN Ventana, La Razón. La más grande reunión académica sobre
comunicación. Erick Torríco Villanueva. 14 de noviembre de 1999.
Ps. 12,13.
EN Infoseek. Internet. La información económica. Horacio Jaramillo
Bustamante. 1999.
FLORES, Malena. Las separatas económicas, un club exclusivo. Investigación
en la modalidad de trabajo dirigido. Universidad Mayor de San
Andrés. 1999.
265
266
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
BUSCANDO BUENOS PERIODISTAS:
Los factores que aseguran (o no) al
ciudadano estar correctamente informado
receptor puede ser transmisor. La segunda, es aquella en la que se
envían mensajes sin posibilidad de retorno de un polo transmisor
institucionalizado a un polo receptor periférico (PASQUALI: 1986).
Raúl Peñaranda Undurraga
Una cadena de factores es la que logra que el ciudadano esté
bien informado. Y si sólo un eslabón presenta deficiencias, ese objetivo
probablemente no sea cumplido.
En una sociedad compleja, con una numerosa población
distribuida en una gran extensión, y con un Estado que tiene demasiadas
responsabilidades sobre la vida del ciudadano, la ausencia de los
medios de comunicación es impensable.
Los medios de comunicación son mucho más que el simple
vehiculizador de ideas dentro de la sociedad. Los medios son, en gran
medida, los que mantienen la cohesión social, los que relacionan a
la persona con el gobierno y el Estado, los que trabajan como referentes
e intermediarios. Sin medios de comunicación no se concibe la sociedad
moderna, incluida la boliviana.
Pero, ¿qué es información? Antonio Pasquali postula una «teoría
general de las comunicaciones» en la que distingue entre relación de
comunicación y relación de información. La primera produce y supone,
a la vez, una interacción biunívoca, lo cual sólo es posible cuando
entre los dos polos de la estructura relacional (transmisor y receptor)
rige una ley de bivalencia: todo transmisor puede ser receptor y todo
267
Para Torrico «... la información es un proceso de transferencia
de datos destinados a reducir parte de la incertidumbre que rodea al
receptor con relación a una circunstancia determinada. Esto implica
que la emisión es unilateral, que el transmisor le da una forma peculiar
(parcial y parcializada) al mensaje sobre un objeto de la realidad, que
el destinatario desempeña un papel completamente pasivo y que, por
ende, la respuesta efectiva que se produce no es equivalente en dirección
ni en volumen al contenido que fue enviado por el sujeto activo del
proceso. Aparte de ello, en la información aparece un nuevo elemento
básico que es la fuente, es decir, el origen de la información»
(TORRICO: 1989).
¿Y el derecho a la información? El Informe MacBride dice que
éste es el «derecho que tienen todos los miembros de la comunidad
a estar constantemente al corriente de los acontecimientos que puedan
interesarles en su existencia, orientar su reflexión y modificar sus
decisiones, y todo ello en una dimensión cada vez mayor a medida
que las nuevas técnicas permiten extender la información del marco
local al nacional, al internacional y al universal» (MACBRIDE: 1980).
Los eslabones que permiten consolidar el derecho a la buena
información tienen que ver con factores políticos, legales, referidos
a la formación del periodista, la inclinación del medio de comunicación,
las presiones externas e internas y la presencia de los monopolios. Con
la salvedad de que el «eslabón vital» es el referido al periodista, veamos
cada uno de ellos.
268
"OPINIONES Y ANALISIS"
A.-
FACTORES POLITICOS Y LEGALES
1.-
Libertad política e individual. Garantías de la persona
Un clima general de libertades políticas e individuales es un
requisito básico para que el resto de la cadena funcione bien. Es
digamos, el primer eslabón a considerar. Si se ejemplifica el tema con
la construcción de un edificio, la libertad política equivale a los
cimientos sobre los cuales deben elevarse las paredes, los otros pisos
y el techo. Con malos cimientos, no se llegará nunca a construir el
techo.
La libertad política y las garantías de la persona son las que
permiten que el individuo se sienta soberano de sus actos, con capacidad
para pensar, para decidir y para ser creativo.
"OPINIONES Y ANALISIS"
al Presidente de la República. Manuel Morales Dávila fue apresado
durante la gestión del ex Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada por
haberlo calificado de «traidor a la patria» debido al proceso de
capitalización de YPFB. En la actual gestión presidencial, el abogado
Otto Ritter fue detenido por declarar que el Presidente Banzer no tenía
sus facultades mentales en orden.
Este es un tema para debatir. La Constitución garantiza amplias
garantías para la libertad de expresión, pero el Código Penal sanciona,
de manera ambigua, el «desacato» contra el Presidente. Es un tema
que debería ser resuelto por el Tribunal Constitucional, porque el mejor
escenario es el que establece que la libertad de expresión es irrestricta.
Excepto denuncias no probadas, todas las opiniones (y actitudes)
deberían estar permitidas.
En Bolivia, por razones sociales e históricas, las garantías
establecidas en la Constitución Política del Estado alcanzan sólo a los
estratos más altos y a las capas dirigenciales, ya sean vecinales,
políticas, sindicales o gremiales. Muchas personas, de facto, están
excluidos de las garantías individuales de emitir opinión libremente,
simplemente debido a que primero deben tratar de satisfacer necesidades
más fundamentales, como la de alimentarse o mantenerse a sí mismos
y a sus hijos sanos.
2.-
Sin embargo, en líneas generales se puede afirmar que en
Bolivia este requisito se cumple de manera razonablemente adecuada.
La CPE establece como un «derecho fundamental» de las
personas el de «emitir libremente sus ideas y opiniones, por cualquier
medio de difusión», conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio.
Entre los «deberes fundamentales» se encuentra el de «acatar y cumplir
la Constitución y las leyes de la República».
Pese a ello, las libertades no son absolutamente amplias. Por
ejemplo, en los dos últimos gobiernos se han presentado problemas
relacionados a la libertad de expresión en temas referidos a críticas
269
Factores legales
Las principales disposiciones que regulan la libertad de
expresión y de prensa en Bolivia son la Constitución Política del Estado
(CPE) y la Ley de Imprenta de 1925 (SORUCO: 1999).
Constitución Política del Estado
270
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El Art. 15 norma que los funcionarios públicos que, sin haberse
dictado el estado de sitio, «clausuren imprentas y otros medios de
expresión del pensamiento» están «sujetos al pago de una indemnización
de daños y perjuicios, siempre que se compruebe, dentro de un juicio
civil que podrá seguirse independientemente de la acción penal que
corresponda».
La responsabilidad de transcripciones de publicaciones
nacionales y extranjeras.
El Art. 20 establece que son inviolables la correspondencia y
los papeles privados «los cuales no podrán ser incautados sino en los
casos determinados por las leyes y en virtud de orden escrita y motivada
de autoridad competente. No producen efecto legal los documentos
privados que fueran violados o substraídos» y que ni «la autoridad
pública, ni persona u organismo alguno podrán interceptar
conversaciones y comunicaciones privadas mediante instalación que
las controle o centralice».
La consumación del delito: cuando se distribuyen tres o más
ejemplares del impreso; ha sido leído por cinco o más personas; se
lo pone en venta, fija en un pasaje, se deja en un establecimiento, se
lo remite por correo y otros.
La tipificación de los delitos: contra la CPE, la sociedad y las
personas individuales y colectivas.
No se delinque cuando se manifiestan defectos de la CPE o de
los actos legislativos, administrativos o judiciales.
Es inviolable el secreto en materia de imprenta; quien revela
la fuente sin requerimiento del juez competente, «es responsable como
delincuente contra la fe pública, conforme al Código Penal».
Ley de Imprenta
La Ley de Imprenta consta de 71 artículos. El primero, proclama
que «Todo hombre tiene el derecho de publicar sus pensamientos por
la prensa, sin previa censura, salvo las restricciones establecidas por
la presente ley», artículo concordante con el derecho constitucional
establecido en el Art. 7 de la CPE.
Esta ley establece:
Las penas por delitos establecidos por el Jurado, son pecuniarias.
Se impondrá pena de cárcel sólo cuando no se pueda exhibir la pena
pecuniaria.
La tipificación de faltas de imprenta: la contravención a
cualquiera de las disposiciones de la Ley, al margen de los delitos.
Las faltas de imprenta se castigarán con multa.
La responsabilidad de las publicaciones: autor, director, editor;
en su caso, propietarios, administradores o editores.
Los requisitos a cumplir para no ser consideradas publicaciones
clandestinas.
271
La prescripción de la acción penal por delitos y faltas de
imprenta: en cuatro meses desde el día de la publicación; en los
clandestinos, desde el conocimiento de la autoridad. Si el ofendido
estuviera fuera del país, desde su retorno.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
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Los delitos de calumnia e injuria contra particulares quedan
sujetos al Código Penal y su juzgamiento en tribunales ordinarios, «a
no ser que el ofendido quiera hacer valer su acción ante el Jurado»
(SORUCO: 1999).
los que por tradición han estado abiertos al público, sino también
–con pocas excepciones– todos los expedientes que genera el gobierno
en sus operaciones (BUMSTEAD). Ese es un modelo importante a
seguir.
3.-
B.-
Ley de obligatoriedad de información
EL PERIODISTA COMO FACTOR
En Bolivia no existe una ley que exija a las autoridades entregar
información pública. Se supone que están en la obligación de hacerlo
ante requisitoria de juez, parlamentario o periodista, pero en los hechos
esto no funciona. Las autoridades tienen muchísimas maneras de evitar
entregar información a los medios de comunicación. Desde la negativa
de facto, «por necesitar de una autorización superior» hasta el
mecanismo de posponer el pedido de manera indefinida, los funcionarios
estatales –desde ministros para abajo– saben como no dar información
más que como darla correctamente.
Hasta aquí hemos hablado del primer eslabón de la cadena que
permitirá (o no) que el ciudadano esté bien informado. Ahora es
importante analizar un otro eslabón, el más importante, y es el referido
a la labor concreta de los periodistas, los operadores de los medios
de comunicación. Los factores legales y políticos tendrán relevancia
relativa mientras el «factor periodístico» no de señales en el país de
mejorar.
En ese sentido, es importante impulsar la aprobación de una
ley de Obligatoriedad de Información, por la cual todas las autoridades
deban entregar a solicitud de cualquier periodista la información
requerida. Eventualmente podrían haber algunas excepciones, por
ejemplo temas de seguridad nacional o referidos a relaciones
internacionales. Pero todo lo demás debe ser susceptible de
conocimiento público.
El periodista de medios impresos debe escribir bien. Es necesario
que las ideas que maneja sean expresadas con claridad. Si el periodista
es de radio o televisión debe manejar adecuadamente la expresión oral
y oral/visual respectivamente. Pero concentrémonos en el periodista
de prensa escrita. Debido a varios problemas acumulativos, el redactor
no escribe todo lo bien que quisieran los propietarios o jefes de la
redacción.
En 1966, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley sobre
la libertad de la Información (FOIA por sus siglas en inglés), con lo
cual les dio acceso a los reporteros a una nueva forma de obtener
información sobre las actividades del gobierno. De acuerdo con la ley,
pueden exigir que se les muestren los archivos del gobierno, y no sólo
Familias en las que no existe preocupación (o posibilidades)
por el conocimiento, colegios en el que el nivel de los profesores es
por lo general lamentable y universidades que no cumplen –ni de cerca–
su rol de formadores, dan un cuadro complicado: casi todos los
redactores nuevos, los que hacen sus primeras armas, no cumplen con
273
274
1.-
El periodista que escribe bien
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
los mínimos requisitos de manejar más o menos con cierta calidad el
lenguaje escrito.
constitucionales y, mañana, analizar una ley de aguas pendiente en el
Parlamento, mientras ayer ha entrevistado a un parlamentario argentino
en visita oficial al Congreso. Hace una semana ha hablado de la
corrupción y la próxima abordará los inicios de las campañas electorales.
No es solamente que no conozcan las técnicas periodísticas,
lo cuál es lógico debido a la pobreza académica universitaria, sino que
tienen errores gramaticales, ortográficos, etc. No conocen el lenguaje
periodístico. Ese lenguaje es «aquella mezcla de denotaciones que el
lector maneja, es decir, los códigos periodísticos implícitos en cada
medio de información» (GARGUREVICH).
El lenguaje periodístico tiene como característica central la
búsqueda de la objetividad, es decir, el referirse en lo posible a
«objetos» por encima de los prejuicios que pueda tener el periodista.
Además, el «lenguaje periodístico» es apegado a fuentes, ya
que la labor del periodista consiste en trasladar la realidad al público
en base a informaciones que alguien le da. Si no es una persona, es
un informe, un libro, un documento, un archivo, una fotografía, una
grabación. En caso de ser el periodista el testigo de los hechos, lo que
ocurre pocas veces, ello deberá estará señalado. Con todos esos
elementos, el periodista puede informar.
2.-
Veamos al redactor que cubre locales: en un sólo día podrá hacer
una nota sobre la crisis de la universidad, otra sobre los problemas
de alcantarillado de la ciudad, una tercera sobre el Presupuesto del
Municipio para el año y otra sobre el homenaje del Presidente del
Concejo a un deportista destacado. Lo mismo ocurre en todas las áreas,
y si esta situación es de por sí grave en los periódicos, que tienen unos
30 o 40 periodistas en las ciudades principales, en radio y televisión
la situación es definitivamente patética: son cuatro o cinco los reporteros
que producen dos o tres noticieros diarios de un promedio de 45 minutos
de duración (PEÑARANDA: 1997).
Por eso, la especialización es una necesidad en esta larga y
compleja cadena de factores de la información. En Bolivia ésta
prácticamente no existe debido a varias razones. Por un lado no existen
cursos o talleres de especialización. No los ofrecen las universidades
o institutos ni los propietarios de los medios los organizan. Por otro,
el tan reducido número de periodistas no permite avanzar en este campo.
El periodista que domina el tema
3.-
El periodista sin prejuicios
Uno no puede escribir sobre todos los temas, todos los días.
En los periódicos se da una semi especialización debido a que el
periodista divide su trabajo en distintas áreas. Por ejemplo, puede
dedicarse a cubrir la información política, económica, de sociedad,
deportiva, etc. Pero estos son campos todavía muy amplios. El redactor
del área política, por ejemplo, debe hoy redactar una nota sobre reformas
No se le puede exigir al periodista que sea objetivo. La
objetividad no existe pues todos los humanos cargan una mochila
cultural e ideológica (BOURDIEU). Pero sí se le puede exigir un
sentido de ecuanimidad y de distancia con los temas que va a abordar.
Sus filias y sus fobias debe dejarlas detrás de la puerta.
275
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Debe comprender que su función es la de informar e informar
es exponer los hechos de la manera más clara, más completa y más
ordenada posible, sin omitir ningún elemento relevante. No debe, por
ello, «cargar las tintas» a favor o en contra de nadie. Son decenas los
ejemplos que aparecen en los periódicos en los que no se cumple está
regla de ecuanimidad.
secundarios que hagan perder el fondo del asunto. Los temas más
importantes deben ser contextualizados, es decir explicados dentro de
un escenario mayor.
4.-
El rigor
La mala formación periodística, el exceso de trabajo del redactor,
la falta absoluta de archivos o bibliotecas en los periódicos, la ausencia
total de asesores y de expertos en diferentes temas, dan como resultado
un periodismo sin datos disponibles y, por tanto, sin rigor. Los errores
son notables y constantes en los diarios bolivianos. Los lectores que
conocen ciertos temas a profundidad los identifican de inmediato. Se
confunden temas, se hacen reduccionismos inaceptables, se omiten
datos, se hacen referencias equivocadas de cifras, de años, de nombres,
etc. Si bien esta es una característica más o menos universal del
periodismo –se trabaja siempre contra el tiempo– en Bolivia es donde
se refleja con mucha claridad.
5.-
El periodista que contextualiza
En el acápite referido al «Periodista que escribe bien»,
señalábamos que la primera función del redactor es informar. Y ello
implica trasladar a los públicos una realidad compleja, muchas veces
difícil de entender. El periodista debe dar la mayor cantidad de datos
posible para que su público se forme una idea adecuada y completa
de los hechos, que no omita nada, pero que tampoco exagere en aspectos
277
Cuando el Superintendente de Bancos, Jacques Trigo, y el
Presidente del Banco Central, Juan Antonio Morales, dijeron en agosto
de 1999 que un fallo de un juez cruceño haría perder al Estado 356
millones de dólares, estaban señalando los hechos solo parcialmente.
La noticia salió en las primeras planas de los diarios durante varios
días. De ese elevado monto –surgido de la quiebra de los bancos Sur
y Cochabamba a fines de 1994– se recuperaron 70 millones, una vez
rematados todos los bienes y rescatados los pocos créditos
correctamente entregados por el banco.
Los 286 millones restantes eran irrecuperables, el fisco ya los
había perdido, por lo menos en su mayoría, debido a que los créditos
de los dos bancos citados –hay que agregar a Bidesa, cerrado en 1997–
eran vinculados (préstamos a las mismas empresas de los propietarios)
y, además, fraudulentamente efectuados, sin las necesarias garantías
de ley. La intervención del Bidesa provocó una pérdida de 60 millones
de dólares adicionales. El fallo del juez cruceño no era más que un
pretexto para disfrazar la incapacidad del Estado de recuperar los
dineros que se roban unos cuantos malos banqueros. Pero el periodismo
no lo supo.
6.-
El periodista a la caza de corruptos
Un enfoque periodístico boliviano propio de la democracia ha
sido el de la obsesión por la denuncia. La democracia resultó ser muy
distante de la panacea que los bolivianos esperaban y, al haber más
278
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
libertad que en el pasado, se pudo informar abundantemente sobre
irregularidades. Siempre ha habido corrupción en Bolivia pero la
democracia dio los elementos para conocerla de la manera más abierta.
Eso fue bueno en un principio pero luego se ingresó en una espiral
sin control, en el que se pusieron a la misma altura graves irregularidades
y hechos menores.
de poca monta. Los temas eran importantes pero los intereses solapados
de los políticos no fueron puestos en evidencia.
Esa situación está provocando una saturación que, más allá de
generar conciencia de la opinión pública al respecto, lo que está
haciendo es cegar a la población. La sobreabundancia de denuncias
hace que el ciudadano no sepa diferenciar los casos, identificarlos y,
luego, conocer el seguimiento de los mismos. Con esta tendencia
sobreenfatizada de denuncismo se está logrando el objetivo contrario
al buscado: la pasividad de la población para con los corruptos. El
mensaje de los medios parece ser «todos los funcionarios públicos son
corruptos y no hay forma de castigarlos». Si ese es el caso, estamos
derrotados antes de empezar la lucha.
Este enfoque denuncista ha hecho también que se hagan
denuncias sin fundamento, que se señale a inocentes como corruptos
y que se de paso a los intereses de los políticos. Cuando el Presidente
Banzer denuncia el uso irregular del avión privado del ex Presidente
Gonzalo Sánchez de Lozada no lo hace para que sea esclarecido un
caso de importancia pública: lo hace con cálculo político. Y cuando
el diputado Carlos Sánchez Berzaín denuncia la compra irregular de
un avión por parte del ex ministro de Defensa, Fernando Kieffer, no
está tratando de ayudar a la justicia: está simplemente procurando que
el tema del avión de Sánchez de Lozada pase a segundo plano. Y lo
logró, por lo menos parcialmente. Los medios de comunicación fueron
simples (y acríticas) correas transportadoras de escaramuzas políticas
279
5.-
El periodista que separa sus opiniones de los hechos
Relacionado con los seis puntos anteriores está el tema de la
separación de las opiniones y los hechos. El lector, oyente o televidente
tiene derecho a saber cuáles son las opiniones del periodista o del medio
y cuál es la referencia de datos. El periodista que cubre un acto
proselitista de la campaña electoral de un candidato debe transmitir
lo que ve, no decir si ese candidato es bueno o malo. Esa es una
conclusión que deberá sacarla el público. Pero si realmente desea hacer
una valoración del candidato, deberá firmar su nota y ponerle un
pretítulo que establezca que esa no es una sección informativa, sino
de análisis, por ejemplo.
Cuando Opinión de Cochabamba dice en un titular a seis
columnas que «Los violadores la sacaron barata» (miércoles 20 de
octubre) al informar que sufrirán penas de entre 15 y 30 años de cárcel
si son hallados culpables, no está siendo ecuánime. Esa es una opinión
que, además, no estaba sustentada en el texto de la nota, que era de
una agencia noticiosa. Por lo tanto, el lector no pudo saber por qué
cuando si individuo pasa entre 15 y 30 años de su vida por cometer
una agresión sexual «la sacará barata». Cabe resaltar que esas penas
están entre las más severas de los países de la región y los desarrollados.
Los ejemplos son muchos pero es bueno mencionar que La
Razón ha incorporado este tema incluso a sus portadas. Varios titulares
de tapa, que se supone son informativos, tienen una fuerte carga
opinativa, lo que este periodista considera algo negativo. El más
recordado fue «El Chaza debe irse».
280
"OPINIONES Y ANALISIS"
6.-
Los tribunales de imprenta
Por una serie de excesos cometidos sobre todo en el segundo
semestre de 1998 y primero de 1999, las críticas de varios sectores
contra los medios empezaron a tener más resonancia. Un último error,
muy grave, cometido por el ex jefe de informaciones de Presencia,
motivó las más encendidas críticas. Fue la información de primera plana
aparecida en septiembre, en el que se señalaba que uno de los principales
sospechosos de la violación y muerte de la niña Patricia Flores era
un profesor de educación física, del que daban varios de sus datos,
incluidos su nombre completo y su edad. El profesor resultó ser
inocente; la información le causó un daño moral muy grave y pudo
causarle daños físicos –e incluso la muerte– a él o sus familiares.
Las antiguas y sabias normas del periodismo de señalar con
claridad si una persona es «acusada» de corrupción, de si es
«sospechosa» de haber cometido un delito, de si es «presunto» culpable
de algo, empezaron a desmoronarse en los últimos años. La presunción
de inocencia –que es un derecho ciudadano consagrado en la
Constitución– no es, salvo excepciones, cumplido por los periodistas.
Por ejemplo, el supuesto jefe de una alegada «mafia italiana»,
Marino Diodato, ha sido en los últimos meses, sucesiva o
simultáneamente, «jefe mafioso», «narcotraficante», «espía
telefónico», «dueño de casinos ilegales», etc. En la mayoría de los
casos, especialmente en las informaciones aparecidas en Presencia
durante la gestión de sus ex jefes de redacción e informaciones, Diodato
era presentado como si los delitos hubieran sido probados. Con el paso
de los meses, las pruebas parecen apuntar a que, por lo menos en cuanto
a las acusaciones de haber tenido una fábrica de cocaína en su finca,
no eran contundentes y más bien aparecen hoy como posiblemente
281
"OPINIONES Y ANALISIS"
«sembradas» por los investigadores. Era mejor decir «sindican a Diodato
de ser un jefe mafioso» a «Diodato es un jefe mafioso». En ese caso,
no se estaba cumpliendo el derecho del ciudadano a ser correctamente
informado.
Y cuando las críticas a los medios ya no se mantenían en privado
sino que empezaban a hacerse más estridentes, es que el Concejo
Municipal de La Paz, en cumplimiento a la Ley de Imprenta de 1925,
eligió a los 40 jueces del tribunal de imprenta, que serán los encargados
de desarrollar los procesos en los que eventualmente se vean
involucrados los hombres y mujeres de prensa de esa ciudad.
La Ley de Imprenta cumple a cabalidad el objetivo de defender
las libertades de expresión y de prensa, dos pilares del sistema
democrático. Sin embargo, establece el mecanismo para sancionar a
quienes cometan equivocaciones, algo lógico y necesario. Hay que
desterrar de las mentes de los bolivianos que los periodistas se han
convertido en un sector con inmunidad o impunidad para decir o hacer
cualquier cosa. Hasta ahora, un poco de eso sucede.
7.-
El periodista ético
Desde hace años se comenta que hay periodistas que reciben
dineros de manera irregular de las instituciones o reparticiones en las
que cubren fuentes. Se ha señalado que en el Congreso, especialmente,
y también en ciertos ministerios, hay periodistas registrados en listas
de pagos irregulares, a veces bajo la presentación de «asesores». Estos
hechos han sido denunciados de manera muy aislada por los propios
gremios de periodistas. Más recientemente surgió el tema de Ernesto
Fernández, del programa de televisión Tocando Fondo, que aparece
en una filmación de video en una aparente transacción del cobro de
282
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
una coima. El Tribunal de Honor de la Asociación de Periodistas no
ha investigado el tema, según informan sus miembros, porque el
Directorio de la Asociación no les ha pasado el caso.
facilitador y no obstaculizador del derecho del ciudadano a ser
correctamente informado, debe tener independencia económica. Es
decir que sus ingresos sean superiores a sus egresos y no sea, por lo
tanto, subvencionado por un partido político o el bolsillo de un
empresario. La fortaleza económica es casi, requisito sine qua non para
la presencia de una correcta información.
El gremio periodístico, sin embargo, no ha hecho todos los
esfuerzos que se podrían y pueden hacer para esclarecer estos casos,
que se registran tanto en los periódicos como en la radio o televisión.
En los diarios, sin embargo, –aunque hay excepciones– por el tipo de
organización, existe un mayor control. Los editores son un primer filtro
y, cuando detectan una información de la que se duda su honestidad,
la detienen y no la publican. Si ese primer filtro no da resultados, los
jefes de redacción harán ese trabajo. Se puede esperar que, si esa noticia
llegara a publicarse, los responsables tendrían algún tipo de sanción
interna. En el caso de la TV y la radio los controles son más difíciles
de realizar. Por ello se habla comúnmente del «tercer locutor». Los
noticieros de radio son generalmente conducidos por dos locutores.
El «tercero» es un entrevistado demasiado frecuente.
Es hora de que el gremio periodístico enfrente este problema
y lo resuelva. De todas formas, se puede afirmar con cierta certeza
razonable, que este problema no afecta el corazón del periodismo
boliviano. Se puede decir que es un cáncer todavía marginal que puede
ser extirpado.
C.-
OTRO FACTOR: EL MEDIO DE COMUNICACION
1.-
Independencia económica
Los medios más débiles son los que más dependen de la
publicidad estatal que, en los últimos años, se ha convertido en un
desagradable e ilegítimo mecanismo para callar a algunos medios,
chantajeándolos de la manera más burda.
En un sistema de libre mercado, la publicidad privada es
indispensable. Por eso esta debe ser lo más amplia y atomizada posible.
Si un medio no depende de ninguno de sus anunciadores está mejor
preparado para resistir las presiones.
2.-
Propietarios que entienden su rol
La publicidad crea lazos, inevitables, entre los anunciadores
y los medios. Aunque uno trate de evitarlas, las relaciones están allí,
presentes, evidentes en todo momento. Si un empresario paga cientos
de dólares en publicidad al mes a un medio de comunicación cree tener
–genuinamente– el derecho a solicitar un «buen trato» que, en buen
castellano, significa omitir las informaciones que lo puedan afectar,
o destacar artificialmente las que lo benefician.
Si se quiere aspirar a que un periódico u otro medio de
comunicación informe adecuadamente y se convierta en un eslabón
Por eso es indispensable que los propietarios de los medios
entiendan su rol. La gente no será bien informada si ellos ceden a las
presiones. El empresario que entiende su rol es el que le da autonomía
283
284
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de trabajo a sus periodistas y el que separa con total nitidez los intereses
publicitarios de los periodísticos. El redactor no tiene ni siquiera que
saber que un banco determinado es el mejor cliente del medio de
comunicación. Nadie tiene que decírselo ni recordárselo.
paralelo al desdén de los periodistas por las normas tradicionales para
la información sobre denuncias (Parte B, acápite x de este trabajo) se
ha venido produciendo el recorrido de la función de los medios. Ya
no son el terreno en el que los otros actores sociales y políticos debaten,
sino que se ha convertido, en sí mismo, en un actor. Por eso opina
en sus portadas, por eso exige la renuncia de ministros acusados, por
eso pide la aprobación de leyes, por eso secunda posiciones y deslegitima
otras.
Cada medio tiene derecho a tener una línea, pero dentro de
parámetros razonables. El empresario que entiende su rol es el que
no enfatiza en la línea editorial para hacer que ciertas noticias dejen
de ser publicadas. La «línea» del periódico no debe ser lo excesivamente
angosta como para que asfixie las ideas y la creatividad de sus redactores.
Presencia es un diario católico, y ello impone unas ciertas condiciones
de contenido. Pero ello no debería implicar que ese medio no informe
eventualmente de las tareas de las sectas evangélicas. ATB es un medio
que combate al narcotráfico. Pero no por ello deberían censurarse, por
ejemplo, las opiniones del diputado cocalero Evo Morales. La Razón
es un diario liberal. Pero eso no debería implicar que dirigentes de
izquierda no sean entrevistados. Ultima Hora es un periódico ligado
al club Bolívar. Pero ello no debería influir para no destacar un triunfo
de The Strongest. El empresario que entiende su rol es aquel que
establece con sus redactores reglas de juego claras, sostenibles en el
tiempo y que no afectan el derecho de la gente de estar informada.
Es aquel que se mantiene distante del gobierno y de los lobbys
empresariales. Es aquel que resiste las presiones de legaciones
diplomáticas.
3.-
El medio es escenario, no actor
Los medios, de ser esencialmente escenarios, se están
convirtiendo en actores. La idea es de Fernando Mayorga (MAYORGA:
1999) y refleja con claridad lo que ocurre hoy. Como un fenómeno
285
El largo vacío institucional que ha tenido el país y la mediocre
o directamente nula acción de la justicia, ha hecho que los medios
cambien su rol tradicional de informadores, para incorporar otros: los
de fiscales y jueces. Es un papel que deberá ir decreciendo con el
tiempo. Si bien los medios nunca dejarán de ser intermediadores entre
la sociedad y el Estado, a mayor desarrollo económico, institucional
y político, menor es su inclinación por las denuncias. Si la justicia
funcionara adecuadamente e hiciera que los corruptos fueran a la cárcel,
los medios no tendrían necesidad de obsesionarse con el tema. Lo ideal
sería que se recuperara la lógica: los jueces juzgando y los periodistas
informando.
D.-
EL FACTOR DE LA PLURALIDAD DE LAS VOCES
1.-
El monopolio y sus efectos
La tendencia en los países desarrollados se dirige hacia la
concentración de medios. En Estados Unidos, por ejemplo, Ben
Bagdikian ha demostrado que si al final de la Segunda Guerra Mundial
«el 80 por ciento de los diarios en Estados Unidos era de propiedad
independiente, para 1989, la proporción se revirtió, con el 80 por ciento
en manos de los monopolios» (BAGDIKIAN: 1997).
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"OPINIONES Y ANALISIS"
Sigue el autor: «En 1981, 20 corporaciones controlaban la
mayoría de los negocios de las 11.000 revistas del país pero solo siete
años después, ese número se redujo a tres corporaciones. Hoy, a pesar
de que existen más de 25.000 medios de comunicación en Estados
Unidos, 23 corporaciones controlan la mayoría de los diarios, revistas,
canales de televisión, libros y películas. Las mismas corporaciones
dominantes en estos campos también aparecen en otros, a menudo
nuevos medios de comunicación. Es una estrategia de los medios ser
propietarios de los más diversos tipos de comunicación posibles.
Diarios, revistas, televisión, libros, discos, video, salas de cine,
producción de películas, etc. Rupert Murdoch afirma que su estrategia
global consiste en adquisiciones agresivas de medios. Lee Isgur, un
analista de medios, ha señalado: ‘las buenas compañías deben estar
integradas’. Los grandes propietarios de los sistemas de cable son parte
de corporaciones dominantes en diarios, revistas, libros y televisión».
llamada «Grupo Canelas» es propietaria de Los Tiempos de
Cochabamba, Ahora de Tarija, La Prensa de La Paz, Correo del Sur
de Sucre y el diario Gente. Tiene relaciones societarias con El Deber
de Santa Cruz y PAT. Los empresarios Ivo Kuljis y Johnny Fernández,
ambos de Santa Cruz, encabezan también sendas redes de medios de
comunicación. La Iglesia Católica sigue liderizando este campo, con
infinidad de radios, canales y medios impresos.
¿Por qué este afán de algunas corporaciones de comprar medios
de comunicación de manera tan agresiva? Bagdikian señala que «las
corporaciones dominantes del mercado en los medios de comunicación
tienen gran influencia sobre las noticias públicas, la información, las
ideas, la cultura popular y los comportamientos políticos. Las mismas
corporaciones también ejercen considerable influencia dentro del
gobierno, precisamente porque ellos influyen en la percepción de las
audiencias sobre la vida pública, incluyendo a dirigentes políticos
debido a la presencia o ausencia de ellos en los medios».
¿Es buena la concentración de medios? Por un lado se puede
decir que no. Siguiendo a Bagdikian, «cuando los más sensitivos
intereses económicos de los propietarios de los medios están en juego,
no hacen mucho por controlar, dirigir y tergiversar la información».
Eso podría ocurrir en el futuro en Bolivia.
Pero por otro lado, todavía no hay evidencias de que en el país
las diferentes redes multimedia afecten la libertad de expresión o de
prensa. Más bien, lo que han hecho es fortalecer y modernizar a los
medios que las componen. El debate está abierto.
E.-
EL FACTOR ORDENADOR: CONOCER LA VERDAD
PARA DECIRSELA AL PUBLICO, PORQUE EL
PUBLICO NO PUEDE CONOCERLA POR SI MISMO
En Bolivia ocurre una situación similar. Existen varios «grupos
multimedia», en el que sobresale, en el sector privado, el que encabezan
La Razón y ATB, propiedad de la familia Garáfulic. En la red de medios
están incluidos El Nuevo Día de Santa Cruz, Opinión de Cochabamba,
RTP, Bolivian Times, Extra y algunas radios. La otra multimedia,
Decíamos al principio que una sociedad moderna tan
complejizada no puede hacer abstracción de los medios de
comunicación. Esa misma sociedad es la que impone a los medios hacer
el trabajo informativo. Los ciudadanos no pueden, por sí mismos,
conocer y entender todos los hechos de relevancia pública. Los
periodistas hacen su trabajo porque el público merece conocer la
realidad (ZELAYA: 1995).
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"OPINIONES Y ANALISIS"
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Si, después de seguir los complicados mecanismos de elección
y selección de noticias, un periodista llega a la conclusión de que un
hecho es de relevancia pública, éste debe ser dado a conocer,
independientemente de cualquier otra circunstancia. ¿Que el afectado
es un empresario que pone mucha publicidad? ¿Que es un amigo de
un periodista del diario? ¿Que es una «fuente» que antes les había dado
muchas primicias? ¿Que es una persona pobre? ¿Que es rica? No
importa. Simplemente debe ser conocido por el público. Ese es el
desafío de todos los periodistas. Resistir a las presiones externas –de
autoridades, empresarios o dirigentes políticos– e internas, de los
propietarios de los medios es un imperativo de todos los hombres y
mujeres de la prensa. Contextualizar los hechos, hacer abstracción de
los prejuicios personales, abandonar en lo posible sus filias y sus fobias
y mirar el mundo por una ventana grande que permita ver el bosque
y no el árbol son los objetivos que deben tener en mente los periodistas.
que se ocupe de los temas que más le afligen y más le interesan a la
gente.
F.-
CONCLUSION
Más que requisitos legales, más que autoridades benévolas, más
que un régimen político abierto a las demandas de los medios –todos,
sin duda, factores importantes–, este trabajo ha presentado la hipótesis
que el elemento clave debe volver a ser el periodista, en su diario
trabajo. Cuando el periodista boliviano esté a la altura de las necesidades
del país y haga un tipo de labor como el reflejado párrafos arriba,
entonces podremos dar los siguientes pasos, las garantías legales.
Mientras tanto, no.
Si seguimos con el ejemplo de la casa en construcción y si la
libertad política general es el cimiento, el techo de la casa de los
derechos del ciudadano a ser informado es desembarazarse de las
presiones para que todo lo que merece ser informado, llegue a los
públicos.
El tipo de periodismo que deberíamos cultivar en Bolivia es
el que atienda los matices y que, por tanto, no sea dicotómica; que
escuche todas las voces y todos los intereses en juego; que no juzgue
ni se apresure en dar veredictos; que mantenga una mínima ecuanimidad
con todos los involucrados, dándoles a todos el derecho a expresión;
que sea tolerante con las disidencias y las minorías, sean éstas políticas,
étnicas, culturales, sexuales, etc.; que tenga firmeza y claridad en su
sección de opinión, sin diluir –por temor– sus certezas; que cuente
con redactores con criterio propio y capacidad analítica; finalmente,
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BIBLIOGRAFIA
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Bagdikian, Ben, «The media monopoly», Beacon Press, Boston,
Estados Unidos, 1997.
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Bumstead A., Richard, «El derecho de saber», USIS, sin origen, 1997.
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Económica, México, México, 1993.
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Mayorga, Fernando, Taller de comunicación, Ildis, La Paz, Bolivia,
1999.
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Editores, CA, Caracas, Venezuela, segunda reimpresión, 1985.
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Peñaranda, Raúl, «Radiografía de la prensa boliviana», Editorial
Edobol, La Paz, Bolivia.
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Soruco, Juan Cristóbal, Taller de comunicación, Ildis, La Paz, Bolivia,
1999.
-
Torrico, Erick, «Periodismo-Apuntes teórico-técnicos», Editorial
Andina, La Paz, Bolivia, 1989.
-
Zelaya, Ricardo, Taller de redacción, Ultima Hora, La Paz, Bolivia,
1995.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
LOS AUTORES
Comunicación y Violencia en Bolivia”; “Nuevo Orden Informativo
Mundial de la Información, y Comunicación y Legislación”; “Prensa
Alternativa y Democracia. Análisis comparativo de Aquí, De Todos
y Alternativa”. En el campo gremial es miembro del Tribunal de Honor
de la Asociación de Periodistas de La Paz.
Robert Brockmann Schroeder (1963) es graduado en
Periodismo y Fotografía en Arizona State University (Estados Unidos).
Ha trabajado en la Agencia Alemana de Prensa (DPA), como editor
de la redacción latinoamericana en Hamburgo; en la central fotográfica
de Frankfurt; en la redacción regional de Baviera; en la Oficina Federal
de Alemania y fue su corresponsal en Bolivia. Ha sido director de la
carta informativa IPE, editor de fotografía y co-diseñador del nuevo
diario Hoy. Actualmente es subdirector de “La Razón”, donde también
fue editor general y editorialista. En el campo gremial, fue Secretario
General y Presidente de la Asociación de Corresponsales de la Prensa
Internacional (ACPI). Ha publicado “Los cimientos de La Paz”, “Los
cimientos de Santa Cruz” (libros de fotografías), así como varias
ponencias sobre comunicación.
Juan Cristóbal Soruco Quiroga (1953) es licenciado en
Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana (UCB) y
ha realizado un curso de especialización en CIESPAL. En el campo
de su profesión fue jefe del Departamento de Promoción Popular de
Radio Juan XXIII (San Ignacio de Velasco); jefe de redacción y director
interino del boletín quincenal Coyuntura; director de programación de
la Empresa Nacional de Televisión; director del Centro de
Documentación e Información (CEDOIN) y miembro, en varios
períodos, de su directorio; jefe de redacción, editor adjunto y director
de Presencia. Actualmente, escribe la columna semanal El Tejo en “La
Razón” y es catedrático de la Carrera de Comunicación de la UMSA.
Ha escrito varios ensayos sobre comunicación, entre ellos, “De medios
y operadores.- La información, asunto de todos”; “El Derecho a la
Información, concreción de la Libertad de Expresión”; “Derecho del
ciudadano a ser correctamente informado”; “Violencia de
293
Javier Sánchez de Lozada Paz Campero (1958) es graduado
de Filosofía y Economía del Swarthmore College (Estados Unidos);
maestría en Administración Pública en Princenton University,
Woodrom Wilson School of Public and International Affairs, y
licenciado en Derecho de la Universidad Católica Boliviana. Ha sido,
entre otras funciones, subgerente de Planificación Económica de
COMSUR; asesor de la Sociedad Industrial TIERRA; consultor del
INPEX; consultor encargado de análisis de tendencia de productos
agrícolas en la Dirección de Desarrollo Agrícola del Banco Mundial
(Washington); asesor de CORACA. Es miembro de la Comisión
Económica de la Cámara de Comercio Boliviano-Americana; director
suplente de BEBIDAS S.A., de BANCOSOL y de FUNDES (también
es miembro de su Comité de Garantías). Asimismo, ha ejercido varias
actividades académicas y escrito varios ensayos sobre economía,
política y derecho. Actualmente trabaja en el estudio jurídico Carlos
Gerke Mendieta.
Sonia Alejandra Velasco Cirbián (1973) es licenciada en
Ciencias de la Comunicación Social y Humanidades de la Universidad
Privada de Santa Cruz de la Sierra. Ha cursado estudios de guionización,
preproducción, edición postproducción, manejo de cámaras e
iluminación de televisión en la Universidad NUR de Santa Cruz y
Gerencia de Marketing en IDEA. Ha sido conductora del programa
televisivo infantil Tandy Show; asistente de producción en la agencia
294
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
publicitaria Atelier; asistente de producción, ejecutiva de cuentas y
planificación de medios en la empresa publicitaria Miguelchávez y
Asoc; productora de publicidad fotográfica y televisiva de la empresa
Galery Importaciones, y realizado varias producciones de televisión.
Actualmente es gerente de Marketing de la empresa Grunesu Ltda. Ha
escrito “Bases para la elaboración de un Código de Etica Publicitaria”.
como periodista más destacadas, se encuentran su participación en la
búsqueda y rescate del avión de Eastern caído en el Illimani; el arribo
de las Fuerzas Especiales Antidroga a Beni y el acompañamiento a
la Marcha Indígena por Territorio y Libertad de Trinidad a La Paz.
En el ámbito gremial, ha sido dirigente sindical de los trabajadores
de la prensa y actualmente es Fiscal General de la Asociación de
Periodistas de La Paz.
José Gramunt de Moragas S.J. (1922) es sacerdote jesuita,
licenciado en Derecho por la Universidad General de Madrid y de
Filosofía y Teología de las Facultades de San Francisco de Borja
(Barcelona) y San Miguel (Buenos Aires). Especializado en periodismo
en las Universidades Menéndez y Pelayo de España y la Universidad
de Syracuse de Estados Unidos. Fue director de la Radio Fides durante
26 años. Considerado “maestro” de periodistas en Bolivia, fundó en
1963 la Agencia de Noticias Fides y la carta semanal Notas de análisis
político. Ha obtenido el Premio de Periodismo de la Fundación
Ballivián; la mención especial del Premio Rey de España de Periodismo;
el Premio Nacional de Periodismo otorgado por la Asociación de
Periodistas de La Paz.
Juan Carlos Zambrana Vaca (1953) es egresado de la Carrera
de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana, ha hecho
un curso de especialización en CIESPAL (Ecuador) y pasantía en
Periodismo Radiofónico en Radio Kama (El Paso-Texas). Ha sido
auxiliar de Corresponsalía de El Mundo de Santa Cruz en la Paz,
redactor del semanario Frontera (Cobija); auxiliar de la agencia italiana
ANSA (La Paz), jefe de redacción de Radio Trópico (Trinidad),
corresponsal de Radio Fides y de Presencia en el Beni, jefe de Gabinete
del Defensor del Pueblo. Actualmente es redactor de la agencia española
EFE en La Paz, donde también ha cumplido la labor de redactor y jefe
de Redacción del Servicio Nacional Boliviano. Entre sus misiones
María Guadalupe Cajías De la Vega (1955) es licenciada en
Ciencias de la Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana
(Colombia) y egresada de Historia de la UMSA. Entre sus varias
actividades profesionales, ha sido miembro del equipo de apoyo en
periodismo investigativo dirigido por Daniel Samper; responsable del
Programa Vanguardia Cultural de Radio Fides; co-fundadora del
Semanario Aquí, donde también fue jefa de redacción; colaboradora
y corresponsal de varias publicaciones extranjeras; jefe de redacción
y directora de Radio Méndez Boliviana; guionista de televisión;
columnista, entre otros periódicos, de La Razón y Presencia; directora
de Prensa de Canal 18. Actualmente, mantiene una columna semanal
en La Prensa y otros periódicos. Entre sus publicaciones destacan:
“Hacia un diagnóstico de la Comunicación en América Latina a través
de la obra de Luis Ramiro Beltrán”, “Análisis de contenido de
‘Feminiflor’”, “Historia de una leyenda. Vida y palabra de Juan Lechín,
líder de los mineros bolivianos”; “El casete-foro”, “Periodismo y
memoria colectiva”, “Las relaciones de Bolivia, Chile y Perú. El
problema marítimo boliviano. Guía bibliográfica mínima”, “Leche
Tibia” (radioteatro), “Comunicación y Poder, Poder y Comunicación”,
“Comunicación en Democracia”, “Valentina”; “Concentración de la
propiedad de los medios de comunicación: ¿Amenaza o fortaleza?”,
“La historia del tabaco”. En el campo gremial, ha sido secretaria
ejecutiva de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia y
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"OPINIONES Y ANALISIS"
miembro de su Tribunal de Honor, y presidenta de la Asociación de
Periodistas de La Paz.
UNAM, y es candidato al doctorado en Economía de la UNAM. Ha
sido catedrático e investigador en la Universidad de Chile, UNAM,
Universidad Pedagógica de México, FLACSO, CESU y es profesor
visitante de la Saint Antony’s College, The Latin American Center,
Oxford, Inglaterra. Ha sido asesor de la Secretaría de Educación Pública
de México, consultor de la GTZ, PNUD, UNESCO, BID, Embajada
de los Países Bajos; moderador de mesas de Diálogo Nacional y
coordinador adjunto del proyecto. Actualmente es coordinador del Area
Política y Económica del ILDIS; coordinador del Foro Político,
miembro del Comité Directivo del PIEB; director del suplemento
Tiempo Político; miembro del Consejo Editorial y columnista de La
Razón. Entre sus innumerables publicaciones destacan artículos
especializados para revistas del país y del exterior; varios libros sobre
economía, política social, política, deuda externa, economía informal,
actores sociales, gobernabilidad.
Sergio Molina Monasterios (1968) es Periodista y licenciado
en Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
Asimismo, es especialista en Ciencias Políticas del Departamento de
Postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Nacional de La Plata y del Instituto de Investigaciones
de la Comunicación donde ha cursado “La investigación publicitaria
desde un enfoque semiótico” e “Inflación y Subdesarrollo” en su
Instituto de Integración Latinoamericana. Ha sido docente en la
Universidad Católica Boliviana y de la Universidad Nacional de La
Plata; editor del suplemento Economía y Negocios de La Razón;
cofundador e investigador del semanario Nueva Economía; Consultor
en Comunicación Social, responsable comunicacional y Director
Nacional de Comunicación de la Secretaría Nacional de Participación
Popular; responsable comunicacional del Programa de Acciones
Estratégicas; jefe de redacción de La Razón; editor de “La Revista”;
fundador del periódico GENTE a nivel nacional. Actualmente, es
columnista de La Prensa y editor de la revista “¡OH!”. Entre sus
publicaciones destacan: “El periodismo de investigación: Una
aproximación”, “La fiesta espacio y pretexto para aprender la
Participación Popular”, “Comunicación sin centro. Señas y sueños para
descentralizar la comunicación... y democratizarla” (en colaboración);
“De la nación clandestina a la participación popular” (en colaboración);
“Comunicar la Participación Popular, descentralizar la comunicación”.
Carlos Toranzo Roca (1946) es licenciado en Economía de la
Universidad Nacional Autónoma de México; tiene especialización en
Planificación y Desarrollo (ILPES), maestrías en Ciencia Política de
la UNAM y en Economía en la Escolatina, Universidad de Chile, y
297
Ana María Fabbri Crespo es licenciada en Ciencias de la
Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana y ha
realizado estudios de especialización en Periodismo Económico, en el
Instituto de Periodismo Internacional de Berlín (Alemania); Periodismo
e Iglesia, en la Universidad Popular Autónoma de Puebla (México).
Actualmente, cursa la preparatoria de la maestría de Gestión y Políticas
Públicas de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica
Boliviana-Harvard Institute for International Development. Ha sido
consultora de Comunicación del Banco Mundial en el Ministerio de
Capitalización y se ha especializado en la cobertura de temas
económicos. Así, en Presencia, fue redactora y luego editora del área
económica, y redactora en Hoy. Actualmente es directora del Semanario
Nueva Economía. Entre sus publicaciones se encuentra “Influencia de
la publicidad en los jóvenes de la ciudad de La Paz”.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
Raúl Peñaranda Undurraga (1966) es licenciado en
Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana y ha hecho
un curso de postgrado en Periodismo Avanzado en la Universidad
Andina. Asimismo, ha asistido a seminarios sobre periodismo
organizados por universidades y periódicos estadounidenses. Ha sido
redactor de la Agencia Associated Press; corresponsal de la revista
Visión; editor de economía y de los suplementos Exportemos y Negocios
de La Razón; director-fundador del semanario Nueva Economía; jefe
de redacción de Ultima Hora; corresponsal jefe en Bolivia de ANSA;
consultor en Comunicación de la UNSEP. Actualmente es Asesor
Editorial y columnista de La Razón. Entre otros ensayos y reportajes,
ha publicado los libros: “Objetivo: residencia japonesa”, “Radiografía
de la prensa boliviana” y “Terremoto, la noche más larga”. Recibió
la Mención Honrosa de la Asociación de Periodistas de la Paz por la
investigación realizada sobre la toma de la embajada japonesa en LimaPerú. En el campo gremial, ha sido dirigente de la Asociación de
Periodistas de La Paz.
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ANEXOS
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LEY DE IMPRENTA
Art. 4º.- Los folletos, libros, cuadernos, papeles y otras
publicaciones eventuales llevarán al pie de ellos, el nombre del
establecimiento y del editor propietario. Las publicaciones que no
llenen este requisito se considerarán clandestinas.
19 de enero de 1925
Art. 1º.- Todo hombre tiene el derecho de publicar sus
pensamientos por la prensa, sin previa censura, salvo las restricciones
establecidas por la presente Ley.
Art. 2º.- Son responsables de los delitos cometidos por la
prensa o por cualquier otro modo de exteriorizar y difundir el
pensamiento.
1º.- los que firmen como actores una publicación; 2º - los
directores de diarios, revistas y publicaciones periodísticas; 3º - los
editores. Si los que aparecieran firmando una publicación como autores
de ella no fuesen personas jurídicamente responsables, o no tuviesen
la solvencia necesaria para responder por los delitos denunciados, será
el director y en su defecto, el editor, el responsable. A falta de éstos,
y en todos los casos, las responsabilidades penales o pecuniarias
recaerán sobre las personas enumeradas en el artículo 1º, siempre que
sean distintas de aquellos. La responsabilidad de las personas señaladas
no es conjunta ni mancomunada, sino sucesiva, y se establece en el
orden determinado.
Art. 3º.- Los diarios, revistas y publicaciones periodísticas,
consignarán en sus primeras páginas, pena de ser considerados como
clandestinos, los nombres de los editores y directores responsables.
Para ser director o editor responsable es necesario estar en el goce
de los derechos civiles.
303
Art. 5º.- La clandestinidad de un establecimiento de impresión
o de una publicación, será penada con una multa de doscientos a
quinientos bolivianos, que se aplicará a los propietarios,
administradores o editores. La responsabilidad penal de los delitos
cometidos por publicaciones clandestinas recaerá mancomunadamente
sobre los propietarios, administradores y editores del establecimiento
donde se hubiere hecho la publicación.
Art. 6º.- Son responsables de las transcripciones, para los
efectos penales de esta Ley y para los de propiedad literaria, los
directores de publicaciones y falta de éstos, los editores. De las
publicaciones impresas en el exterior son responsables aquellos que
las pusiesen en circulación.
Art. 7º.- No hay delito de imprenta sin publicación. Se entiende
realizada la publicación, cuando se distribuyen tres o más ejemplares
del impreso, o ha sido leído por cinco o más individuos, o se pone
en venta, se fija en un paraje, se deja en un establecimiento, se remite
por correo y otros casos semejantes.
Art. 8º.- El secreto en materia de imprenta es inviolable.
Art. 9º.- El editor o impresor que revela a una autoridad política
o a un particular el secreto del anónimo, sin requerimiento del juez
competente, es responsable, como delincuente, contra la fe pública,
conforme al Código Penal.
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Art. 10º.- Se delinque contra la Constitución en los escritos que
se dirijan a trastornar, destruir o inducir a su inobservancia, en todo
o en parte de sus disposiciones.
Art. 16º.- Los delitos calificados de personales, obscenos o
inmorales, se castigarán con una multa de cuarenta o doscientos cuarenta
bolivianos.
Art. 11º.- Se delinque contra la sociedad, en los que
comprometan la existencia o integridad de la Nación, o expongan a
una guerra extranjera, o tiendan a trastornar la tranquilidad y orden
público, o inciten o sostengan conmociones o desobediencia a las leyes
o a las autoridades, o provoquen la perpetración de algún delito, o sean
obscenos o inmorales.
Los delitos contra la sociedad o la Constitución, de ochenta
a cuatrocientos bolivianos.
Art. 12º.- No se comete delito, cuando se manifiestan los
defectos de la Constitución o de los actos legislativos, administrativos
o judiciales, con el objeto de hacer conocer sus errores o la necesidad
de su reforma, siempre que no contengan ofensas de otro género.
Art. 18º.- Son faltas de imprenta las contravenciones a
cualesquiera de las disposiciones de esta Ley, no comprendidas en la
clasificación de delitos.
Art. 13º.- Se delinque contra las personas individuales o
colectivas, en los impresos que las injurian directa o indirectamente,
sean o no falsas las imputaciones injuriosas.
Art. 14º.- Nadie puede ser admitido a probar la verdad de hechos
difamatorios, sino contra los funcionarios públicos o gerentes de
sociedad anónima o en comandita por acciones sobre imputaciones
relativas al ejercicio de sus funciones.
La prueba de los hechos imputados pone al autor al abrigo de
toda pena, sin perjuicio de la que corresponde por la injuria que no
fuere necesariamente dependiente de los mismos hechos.
Art. 17º.- En los delitos de que conozca el Jurado, solo podrá
imponerse pena corporal a los que no puedan exhibir la pena pecuniaria,
computándose cada día de reclusión por el valor de Bs. 3.20.
Art. 19º.- Las faltas de imprenta se castigarán con una multa
que no exceda de ciento sesenta bolivianos.
Art. 20º.- La acción penal se prescribe en cuatro meses, corridos
desde el día de la publicación del impreso; y en los clandestinos, desde
que hubiesen llegado a conocimiento de la autoridad. Si el ofendido
estuviere fuera de la República, el término correrá desde su regreso
a ella.
Art. 21º.- El cuerpo de jurados se compone de cuarenta
individuos en las capitales de departamentos y de veinte en las
provincias, que serán elegidos por los consejos y juntas municipales,
respectivamente, prefiriéndose a los abogados más notables, miembros
de universidad y propietarios con residencia fija en el lugar.
Art. 15º.- Las penas por delitos cuyo conocimiento corresponda
exclusivamente al Jurado, son pecuniarias, y en ningún caso pueden
exceder de cuatrocientos bolivianos.
Art. 22º.- Para ser jurado se requiere tener vecindad en el lugar,
y estar en el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos.
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Art. 23º.- Las funciones de jurado son incompatibles con las
de Presidente y Vicepresidente de la República, Ministros de Estado,
Prefecto, Vocal de Corte, Fiscales, Jueces y funcionarios de Policía.
juez y por la prensa, satisfacción plena y amplia al ofendido, y que
éste acepte los términos de la satisfacción, con que quedará cubierta
la penalidad.
Art. 24º.- Son excusas para ser jurado las designadas en el
artículo 13 de la Ley Orgánica de Municipalidades de 21 de noviembre
de 1887.
Art. 29º.- Compete también conocer a los tribunales ordinarios,
de las calumnias e injurias al jurado, de las faltas de imprenta y de
las acciones civiles procedentes de los juicios por jurado.
Art. 25º.- En caso de ausencia indefinida, muerte, inhabilitación
o empleo incompatible de un jurado, la municipalidad nombrará
inmediatamente otro, procurando que nunca esté incompleto el número.
Art. 30º.- No hay reciprocidad en las injurias o calumnias
inferidas por la prensa y el jurado no podrá conocer a un mismo tiempo,
de dos publicaciones respectivamente injuriosas o calumniosas.
Art. 26º.- Los jurados son inviolables en el ejercicio de sus
funciones, y sólo son responsables por concución o soborno, ante los
tribunales comunes.
Art. 31º.- La acción penal por delitos y faltas de imprenta
corresponde al Ministerio Público. La denuncia a cualquier individuo.
Art. 27º.- Los delitos de calumnia e injuria contra los
particulares, quedan sujetos a la penalidad del Código, y su juzgamiento
pertenece a los tribunales ordinarios, a no ser que el ofendido quiera
hacer valer su acción ante el jurado.
Art. 28º.- Corresponde al jurado el conocimiento de los delitos
de imprenta, sin distinción de fueros; pero los delitos de injuria y
calumnia contra los particulares, serán llevados potestivamente ante
el Jurado o los tribunales ordinarios. Los funcionarios públicos que
fuesen atacados por la prensa en calidad de tales, sólo podrán quejarse
ante el Jurado. Más, si a título de combatir actos de los funcionarios
públicos, se les injuriase, difamase o calumniase personalmente, podrán
éstos querellarse ante los tribunales ordinarios. Cuando los tribunales
ordinarios conozcan de delitos de prensa, aplicarán las sanciones del
Código Penal, salvo que el autor o persona responsable diera ante el
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Art. 32º.- La querella por delitos personales sólo compete al
ofendido, y en caso de ausencia o muerte, a cualquiera de sus herederos
o deudos.
Art. 33º.- La denuncia o querella se hará por escrito, ante el
juez de partido, quien mandará citar en persona o a domicilio al autor,
editor o impresor, si fueren diferentes, al fiscal y partes interesadas,
señalando día, hora y lugar para el sorteo de jurados.
Si no concurriese al juicio ninguna de las personas responsables,
el presidente del jurado o el juez ordinario nombrará un defensor del
establecimiento denunciado, para los efectos de las responsabilidades
pecuniarias.
Art. 34º.- Si el impreso fuese clandestino, el juez de partido,
deberá antes del sorteo, practicar todas las diligencias necesarias para
su averiguación, a requerimiento del fiscal y sin recurso alguno.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
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Art. 35º.- En el caso previsto por el artículo 14 de esta Ley,
deberá el juez de partido recibir la prueba, en pro y contra, con el
término perentorio de ocho días y todos los cargos, citándose a los
interesados. Vencido el término, procederá al sorteo según el artículo
siguiente.
Art. 38º.- Si legalmente citados, faltaren sin causa justa, se les
impondrá una multa de veinte a cuarenta bolivianos, sin recurso alguno
en el día.
Art. 36º.- En el sorteo se procederá de este modo; el juez de
partido, a presencia de los citados, si estuviesen presentes, y en público,
insaculará en una urna las papeletas que contengan los nombres de
todos los jurados leyéndolas en alta voz el secretario una por una.
El querellante o cualquiera de los ofendidos, o en su defecto,
un individuo del público extraerá hasta veinticuatro papeletas que se
anotarán por el orden numérico. El denunciante u ofendido podrá
recusar hasta seis, sin exponer causal alguna, igual derecho tendrá el
denunciado o persona responsable. Cuando fueren varios los
denunciados, dividirán entre sí el uso del derecho de recusación; lo
mismo harán los ofendidos. Los doce primeros, no recusados, formarán
el tribunal; y serán suplentes los seis que sigan en numeración. A falta
de ellos, se sortearán del mismo modo otros doce, de los cuales podrá
cada parte recusar tres, quedando los seis restantes por suplentes.
De todo se sentará actas circunstanciales.
Art. 37º.- El juez de partido mandará citar a los Jurados y
suplentes, señalando día, hora y lugar para el juicio de imprenta.
Los jurados nombrados sólo podrán excusarse por enfermedad
u otro impedimento legítimo debidamente comprobado, a juicio del
presidente, de acuerdo con los jurados sorteados asistentes.
Art. 39º.- Se tendrá por inasistencia al que no concurra a la
hora citada, y al que abandonare su puesto antes de terminado el juicio.
Art. 40º.- Siempre que por cualquier causa no hubiere suficiente
número de jurados en el día y hora señalados, se postergará el juicio
para el siguiente, y así en lo sucesivo hasta que se organice el tribunal.
Art. 41º.- Reunidos los doce jurados, prestarán juramento ante
el juez de partido con esta fórmula: - “Juráis y prometéis por Dios
y esta señal de la cruz, juzgar en justicia y con absoluta imparcialidad,
según vuestra libre conciencia e íntima convicción, sin dejaros conducir
por ningún interés, odio, afección ni pasión alguna”. Cada jurado
responderá uno por uno “Sí, lo juro”. Luego hará nombrar un presidente
del seno del jurado, a pluralidad de votos, a quién pasará las pruebas
producidas en el caso determinado por el artículo 14 de esta Ley, y
declarando instalado el jurado, se retirará.
Art. 42º.- El presidente del jurado declarará abierto el juicio,
y advertirá a las partes que no pueden decir nada contra el respeto debido
a las leyes, y que deben expresarse con decencia y moderación. Advertirá
igualmente al público que no es lícito hacer manifestación alguna de
aprobación o desaprobación y mandará leer los artículos 56, 57, 58
y 59.
Art. 43º.- El fiscal hará una relación suscinta de la causa.
Art. 44º.- El secretario leerá el impreso denunciado, el escrito
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de denuncia, los artículos de esta Ley que se suponen infringidos y
las piezas de los autos que mandare leer el presidente a solicitud de
los interesados.
y 19 de esta Ley. Si por el contrario, declarase que existen circunstancias
atenuantes, se impondrá la pena en escala descendente desde la mitad
del máximun hasta el mínimun de las penas señaladas en los citados
artículos.
Luego informarán sucesivamente el querellante o acusador o
su defensor, y el acusado o su defensor; el fiscal fijará sus conclusiones.
No habiendo querellante, el fiscal hará primero la acusación. Se
permitirá la réplica y contraréplica.
Art. 45º.- Cuando el juicio deba abrirse sobre hechos
difamatorios imputados a los funcionarios públicos o gerentes de
sociedad anónima o en comandita por acciones en el ejercicio de su
cargo, el juez de partido hará citar con anterioridad a los testigos para
su comparecencia, y en lo demás se procederá con arreglo a las
disposiciones de los artículos 233 y siguientes hasta el 249 de la Ley
de Procedimiento Criminal compilado.
Art. 46º.- En sesión secreta se discutirá y resolverá, por mayoría
absoluta de votos, inclusive el presidente, sobre estas cuestiones: Iº
- N.N. es o no es culpable del delito acusado? 2º ¿Hay circunstancias
agravantes? 3º ¿Hay circunstancias disminuyentes?
Art. 47º.- En caso de ser dos o más los delitos acusados, la
primera pregunta recaerá sobre cada uno de ellos.
Art. 48º.- La votación se hará indudablemente contestando cada
uno a la pregunta declarada.
Cuando se declare que hay circunstancias agravantes, se
impondrá la pena de razón ascendente, desde la mitad del máximun
hasta el máximun de la pena señalada en los artículos 15, 16, 17, 18
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Art. 49º.- En casos de empate, se estará a lo favorable.
Art. 50º.- La declaración del jurado será firmada por todos los
jurados, sin salvar los votos que los que hubieran diferido en la
sentencia y no dará lugar a recurso alguno.
Art. 51º.- Cuando el tribunal estuviere reunido ocho horas
seguidas, podrá suspenderse el juicio para continuarlo y terminarlo
precisamente en el día inmediato.
Art. 52º.- Luego que se firme la sentencia, continuará la sesión
pública, y cualquiera de los jurados leerá el veredicto en voz alta y
el presidente declarará disuelto el tribunal.
Art. 53º.- El proceso se mandará al juez de partido para que
mande cumplir la pena conforme al artículo 67 de esta Ley.
Art. 54º.- En caso de presentarse recurso de nulidad, después
de notificada la sentencia, el juez de partido tramitará la demanda y
la elevará a la Corte Suprema para los fines del caso.
Art. 55º.- El juicio por jurados sólo podrá ser secreto, cuando
la publicidad pueda causar escándalo u ofender las buenas costumbres
y perturbar el orden público.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Art. 56º.- Si uno de los contendores perturbase el orden de la
audiencia, comitiese desacato a la autoridad del tribunal o injuriase,
el presidente lo llamará al orden por primera vez, y por segunda
mandará su arresto requiriendo al fiscal para su juzgamiento.
durante el tiempo señalado por el artículo 20; 2º conservar una colección
ordenada de todas las publicaciones hechas por el editor o por la
imprenta; 3º publicar las vindicaciones y defensas de las personas
ofendidas en el mismo periódico, cobrando media tarifa. Esta inserción
se hará en cuanto a la persona ofendida o a su encargado, que la reclame
dentro del término de la prescripción.
Art. 57º.- Si el público hiciese manifestaciones de aprobación
o desaprobación, el presidente llamará al orden por primera vez; por
segunda, mandará el arresto de los culpables, y por tercera ordenará
su expulsión, celebrándose la sesión a puerta cerrada.
Art. 58º.- El presidente podrá requerir la fuerza pública en caso
necesario.
Art. 59º.- Siempre que el Presidente permitiese el desorden,
contra lo prevenido en esta Ley, pagará una multa de diez y seis a
cuarenta bolivianos, a juicio del juez de partido, a denuncia hecha por
el Ministerio Público o cualquier individuo.
Art. 60º.- La falta u omisión de las prescripciones de cualquiera
de los siguientes artículos 34, 35, 36, segunda parte del 37, 41, 44,
45, 48 y 49 de esta Ley, dará lugar al recurso de nulidad que debe
interponerse dentro de los tres días siguientes al de haberse pronunciado
la sentencia. El juez de partido, previo traslado a la otra parte que deberá
contestarlo dentro de otros tres días, remitirá el proceso por el primer
correo a la corte de casación.
Art. 61º.- Los impresos pueden ser personas responsables,
llenando las condiciones exigidas por los artículos 1º y 4º de esta Ley.
Art. 63º.- El impresor no podrá rehusar a precio corriente la
edición de ningún escrito, sino cuando sea ofensivo a su persona, a
un pariente suyo dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo
de afinidad, o a su protector, o cuando tenga motivos fundados de
decencia, a cuando el autor o editor no ofrezca garantía suficiente. Esta
obligación no comprende al editor responsable de un periódico.
Art. 64º.- En ningún caso podrá decretarse la clausura de una
imprenta.
Art. 65º.- Las formalidades de la prueba testimonial y penas
imponibles a los testigos inasistentes sin justa causa, serán, en su caso,
las prescritas en la Ley de Procedimiento Criminal.
Art. 66º.- El producto de las multas impuestas por los delitos
y faltas de imprenta, será empozado en el tesoro de la municipalidad
respectiva, para que ésta lo aplique a obras de beneficiencia.
Art. 67º.- Impuesta una multa, se pondrá inmediatamente en
conocimiento del Prefecto, para que la realice, y también de la
municipalidad, para que haga los requerimientos que sean necesarios.
Art. 62º.- Son obligaciones de los editores responsables y en
su caso de los impresores: 1º conservar los manuscritos garantizados,
Art. 68º.- Todas las actuaciones se harán por el secretario del
juez de partido, y gozará por cada juicio, ante el Jurado, la suma de
Bs.10, abonables por la parte que pierda.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Art. 69º.- La edición de la Constitución del Estado, de los
códigos vigentes, de las compilaciones de leyes y de las colecciones
oficiales en general, bajo cualquier denominación, requiere para ser
legal, la licencia previa del gobierno.
Art. 70º.- La contravención a lo dispuesto en el precedente
artículo, dará lugar a que los impresos sean secuestrados, imponiéndose
además una multa proporcional si se hubiese dado ya a la circulación
algunos ejemplares.
Art. 71º.- Quedan derogadas la Ley de 17 de enero de 1918
Decreto Supremo de 22 de febrero del mismo año y todas las
disposiciones que estuvieren en oposición a las de la presente Ley,
cuya numeración de artículos será la única que deberá citarse en lo
sucesivo.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
CODIGO DE ETICA DE LA ASOCIACION DE
PERIODISTAS DE LA PAZ
VI.
Anteponer el interés nacional a cualquier otro, de índole personal
o de grupo.
10 de mayo de 1993
VII.
Respetar la opinión ajena, aún si fuese contraria a la propia,
reconociendo el derecho a réplica.
Fiel a las normas y disposiciones nacionales e internacionales
que rigen el ejercicio del periodismo, la Asociación de Periodistas de
La Paz (Bolivia), instituye el presente CODIGO DE ETICA.
El periodista debe:
I.
Estar al servicio de la verdad, la justicia, el bien común, los
derechos humanos, la paz, la democracia, la libertad y los
intereses nacionales.
II.
Contribuir permanentemente a la vigencia y fortalecimiento del
sistema democrático.
III.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Combatir intransigentemente cualquier actitud oficial u oficiosa
que tienda a conculcar derechos y libertades establecidos en
la Carta Magna y en la Declaración de Derechos Humanos,
particularmente la libertad de expresión.
IV.
Defender el derecho del pueblo a ser informado oportuna y
verazmente.
V.
Rechazar toda acción que tienda a mancillar la dignidad de
instituciones y la honra de las personas.
317
VIII. Establecer la veracidad de las informaciones antes de su
difusión, identificando claramente aquellas que no estuviesen
confirmadas.
IX.
Respetar el origen de la información, acatar y defender la Ley
de Derechos de Autor.
X.
Defender intransigentemente el ejercicio de la responsabilidad
periodística exclusivamente por periodistas profesionales y los
preceptos contenidos en los capítulos VII y VIII del Estatuto
Orgánico del Periodismo.
XI.
Defender la Cláusula de Conciencia establecida en el Capítulo
3%, Artículo 15 del Estatuto Orgánico del Periodismo.
XII.
Mantener un espíritu de concordia y lealtad con el medio de
comunicación social para el que se trabaja, sin apartarse de la
verdad y de la ética.
XIII. Rechazar todo acto de censura y condenar cualquier conducta
del periodista como censor de la libertad de información y
expresión.
XIV. Rechazar y denunciar todo intento de soborno, coacción y otras
prácticas que tiendan a distorsionar o desvirtúen la información.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
XV.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Renunciar a la condición de dirigente de la Asociación de
Periodistas de La Paz en caso de asumir funciones públicas.
XVI. Comunicar oportunamente a quienes corresponda, de decisión
de asumir cualquier responsabilidad profesional ajena a la
entidad en la que se desempeña.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
CODIGO DE ETICA DE LA FEDERACION DE
TRABAJADORES DE LA PRENSA DE BOLIVIA
"OPINIONES Y ANALISIS"
6.
Ningún periodista está obligado a expresarse en contra de su
conciencia y sus convicciones. En caso de conflicto con la
empresa por cambio de ideología de ésta, los periodistas tendrán
derecho a una indemnización justa, no inferior a la que
establezcan las leyes para los casos de despidos.
7.
Los periodistas no deberán mostrar en sus noticias, programas
radiales o televisivos, discriminación alguna contra personas,
sean éstas por raza, color, sexo, religión, opinión política, origen
nacional o social.
8.
Los periodistas tienen la obligación de respetar el derecho de
autor y mencionar la autoría, sin sacar ventajas personales de
una información adquirida en el desempeño de sus funciones
antes de que la misma sea de dominio público.
9.
Los periodistas rectificarán espontáneamente e inmediatamente
las informaciones inexactas o erróneas, así como concederán
el derecho de réplica, rectificación y respeto a toda persona o
institución que lo solicite. Los rumores noticias e informaciones
sin confirmar, deberán presentarse e identificarse como tales.
10.
Los periodistas tendrán siempre presente la lealtad que debe
regir su relación con la empresa que los contrató, porque sus
actuaciones comprometen en mayor o menor grado a la empresa
para la cual trabajan, teniendo a su vez derecho a un salario
justo.
11.
Los periodistas no podrán recibir remuneración alguna de
institución pública o privada que frecuente por razones
informativas. Es incompatible el ejercicio simultáneo del
10 de marzo de 1991
Los Trabajadores de la Prensa de Bolivia adoptan como
Principios de Etica Profesional las siguientes normas:
1.
2.
Los periodistas están siempre al servicio de la verdad, la justicia,
el bien común, los derechos humanos, los ideales de
perfeccionamiento humano y la paz entre los hombres.
Los periodistas evitarán por todos los medios que se dicten
disposiciones que anulen o censuren el ejercicio de la libertad
de expresión e información.
3.
Los periodistas deben abstenerse de toda actuación deshonesta,
juicios calumniosos, plagio, acusaciones sin prueba o ataques
injustificados a la dignidad, o peligro de personas, instituciones
o agrupaciones.
4.
Los periodistas tienen la obligación de salvaguardar el derecho
que tiene toda persona a su intimidad y vida privada, propia
y familiar, salvo que vulneren las leyes que norman el país.
5.
Para obtener noticias, fotografías, imágenes o documentos, los
periodistas solamente podrán usar medios que sean justos,
honestos y razonables.
321
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
periodismo con el de relaciones públicas o asesorías de prensa
cuando el periodista tiene asignada como fuente la institución
para la cual también trabaja.
12.
Quienes ejerzan funciones de dirección sindical, sea cual fuera
su nivel, no podrán utilizar influencias para obtener trabajo en
empresas o instituciones que no tengan carácter periodístico.
13.
Los periodistas están obligados a reforzar la solidaridad
profesional y las relaciones fraternales en el trabajo, sin
desinformar a los otros colegas en el ejercicio de la profesión
para consolidar su propia posición u obtener una situación
mejor.
Los criterios y normas, del presente CODIGO DE ETICA serán
obligatorias para todos los afiliados de la Federación de Trabajadores
de la Prensa de Bolivia.
Los periodistas que actúan en el espíritu del presente CODIGO
DE ETICA gozarán del pleno apoyo y respeto de sus redacciones,
sindicatos y de la FTPB.
Los periodistas deberán lograr que el presente CODIGO DE
ETICA sea colocado en sitio público en todas las redacciones de prensa,
radio y televisión del país, así como colaborar para que sea conocido,
aceptado y practicado por todos los miembros de la Federación de
Trabajadores de la Prensa de Bolivia.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
CODIGO DE ETICA DEL PERIODISTA BOLIVIANO
24 - 26 de septiembre de 1999
La comunidad tiene derecho a estar informada veraz y
oportunamente.
2.
INDEPENDENCIA
RESOLUCION No. 1
El Primer Congreso Nacional Extraordinario de la Asociación
Nacional de Periodistas de Bolivia,
RESUELVE:
Artículo Unico.- Aprobar el Código de Etica del Periodista
Boliviano, para su vigencia inmediata, con el siguiente texto:
CODIGO DE ETICA DEL PERIODISTA BOLIVIANO
Los periodistas de Bolivia, conscientes de que el acceso a la
información es un derecho humano fundamental para la conquista y
vigencia de las libertades consagradas en la Carta de las Naciones
Unidas, proclamado por el Art. 19 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y garantizado por el Art. 7 de la Constitución
Política del Estado, adoptan, en sujeción al Estatuto Orgánico del
Periodista, los siguientes principios de ética profesional:
1.
Los periodistas deben mantener independencia profesional para
estar libres de obligaciones y presiones que obstruyan su ejercicio
informativo. No pueden recibir remuneración alguna de instituciones
públicas o privadas que frecuenten por razones informativas, ni
mantener relación de dependencia con ellas.
3.
PROFESIONALIDAD
Los periodistas deben ser profesionales de la información,
evitando juicios calumniosos, plagio, acusación sin prueba o ataques
a la dignidad de personas o instituciones.
La noticia debe quedar siempre claramente diferenciada de los
comentarios u opiniones. Lo real y lo virtual en imágenes debe estar
claramente diferenciado.
4.
CREDIBILIDAD
Los lectores, oyentes y televidentes pueden confiar en que lo
publicado es trabajo del autor, a menos que la noticia indique lo
contrario.
VERDAD
5.
RESPONSABILIDAD
Los periodistas están siempre al servicio de la verdad, la justicia,
el bien común, los derechos humanos, la defensa del patrimonio cultural
y del medio ambiente, la democracia y la paz entre los hombres.
Los periodistas tienen la obligación de rectificar pronta y
adecuadamente las informaciones inexactas o erróneas, aunque no
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
hubiera una aclaración del perjudicado. Concederán el derecho a réplica
a toda persona o institución afectada que lo solicite.
Los periodistas deben abstenerse de explotar la morbosidad y
la curiosidad malsana. Especial cuidado ha de observarse en las
informaciones sobre procesos judiciales.
Los rumores e informaciones sin confirmar deben ser
identificados como tales.
6.
HONESTIDAD
9.
LEALTAD
Los periodistas deben ser leales con la empresa en la que
trabajan.
Los periodistas deben ser honestos con las fuentes de
información y guardarlas en secreto cuando así se haya convenido, pero
los intereses públicos prevalecerán sobre los intereses privados.
10.
Para obtener noticias, fotografías, imágenes, documentos u
otros materiales informativos, los periodistas solamente pueden utilizar
medios lícitos y honestos.
Los periodistas deben ampararse en la Cláusula de Conciencia,
reconocida internacionalmente e incluida en el Estatuto Orgánico del
Periodista, cuando deban retirarse de su empresa como consecuencia
de un cambio de orientación ideológica que les haga imposible continuar
en su puesto de trabajo.
CONCIENCIA
Los periodistas deben respetar el derecho de autor y mencionar
la autoría que corresponda.
11.
Los periodistas deben evitar que las citas alteren el sentido de
lo que transcriben y solamente colocarán entre comillas las palabras
textuales.
Los periodistas están obligados a practicar la solidaridad
profesional y a defender los preceptos del Estatuto Orgánico del
Periodista.
7.
12.
INTEGRIDAD
Los periodistas no deben utilizar su influencia para obtener
ventajas personales de cualquier índole.
8.
SOLIDARIDAD
DEFENSA
Los periodistas deben luchar contra todo intento de anular o
restringir el ejercicio de la libertad de expresión e información.
MESURA
Los periodistas deben evitar el sensacionalismo deformador y
respetar el derecho de las personas a su intimidad.
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"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La presente edición se terminó de imprimir
en el mes de noviembre de 1999, en los Talleres
de Artes Gráficas Editorial "Garza Azul"
Casilla 12557 - Teléfono 232414
La Paz - Bolivia
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