Memoria inflacionaria e histéresis en la econometría de la

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Memoria inflacionaria e histéresis en la
econometría de la demanda de dinero
para el caso boliviano 1970 – 2010
Autor: HECTOR ERNESTO SHERIFF BELTRAN
Universidad Privada Boliviana (UPB) – Carrera de Economía
Universidad Mayor de San Andrés – Departamento de Economía
Centro de Investigaciones Económicas para el Desarrollo (CIEDE)
Universidad del Valle (Univalle)- Facultad de Posgrado – Programa de Doctorado en
Ciencias Económicas y Empresariales
Working Paper 02/11 (Second Draft)
JEL: C5, E4, E6, D87, N16
ABSTRACT
A new inflationary memory indicator was developed and applied here to deal the
hysteresis viewed in the money demand data for the Bolivian economy. An econometric
model was developed using quarterly data from 1970 to 2010 and it captures the
hyperinflation period and its aftermath when a hysteresis phenomena was observed until
2005. The results show that the model has strong features as well a rare stability taking
account the potential instability during the hyperinflationary process. Once more the
inflationary memory indicator is useful to capture the hysteresis i.e. to explain the low
velocity in the money demand growth during almost 20 years (1985 – 2005).
1
Tabla de contenido
1.
Introducción ........................................................................................................................ 5
1.1.
Planteamiento del problema ...................................................................................... 6
1.2.
Objetivos de la investigación....................................................................................... 8
1.3.
Hipótesis de investigación ........................................................................................... 9
1.3.1.
Hipótesis principal ................................................................................................ 9
1.3.2.
Hipótesis secundarias........................................................................................... 9
1.4.
2.
3.
Diseño metodológico ................................................................................................. 10
Aspectos neuroeconómicos de la memoria ..................................................................... 11
2.1.
Psicología de la memoria ........................................................................................... 11
2.2.
Neurología de la memoria ......................................................................................... 13
2.3.
Economía de la memoria ........................................................................................... 13
2.4.
Memoria, inflación y economía de la información .................................................. 14
2.4.1.
Memoria inflacionaria y expectativas ............................................................... 15
2.4.2.
Memoria inflacionaria y políticas de estabilización ......................................... 17
2.4.3.
Memoria inflacionaria e inflación inercial ........................................................ 20
Histéresis, memoria inflacionaria y demanda de dinero .............................................. 21
3.1.
Memoria económica y fenómenos de histéresis ..................................................... 21
3.2.
Un indicador de la memoria económica .................................................................. 23
3.3.
Memoria inflacionaria y dinámica econométrica .................................................... 25
3.4.
Memoria inflacionaria en un contexto intertemporal ............................................ 29
2
4.
5.
Memoria inflacionaria e histéresis: evidencia empírica................................................. 31
4.1.
Memoria inflacionaria, alta inflación y post estabilización en Bolivia ................... 33
4.2.
Estimación de la demanda de dinero con memoria inflacionaria .......................... 44
4.2.1.
Memoria inflacionaria en el estado del arte de la econometría..................... 45
4.2.2.
Evidencia empírica para el caso boliviano ........................................................ 48
Conclusiones y recomendaciones .................................................................................... 53
Bibliografía ................................................................................................................................. 54
Anexos ........................................................................................................................................ 58
Anexo 1: Simulaciones Monte Carlo con un indicador de memoria económica .............. 58
Simulaciones con series con raíz unitaria........................................................................ 58
Simulaciones con series estacionarias............................................................................. 60
Simulaciones con series estacionarias de memoria larga .............................................. 61
Anexo 2: Series utilizadas ..................................................................................................... 62
Anexo 3: Modelo irrestricto y sus propiedades .................................................................. 66
Anexo 4: Modelo parsimonioso y sus propiedades ............................................................ 69
3
TABLA DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1: Histéresis en las post hiperinflación boliviana ................................................... 7
Ilustración 2: Bolivia .................................................................................................................. 32
Ilustración 3: Inflación anterior a 1984 .................................................................................... 34
Ilustración 4: Tasa de inflación anual posterior a la estabilización de 1985 - 1986 ............. 37
Ilustración 5: Tasa de inflación discreta................................................................................... 39
Ilustración 6: Varianza Recursiva aplicada a la inflación discreta .......................................... 40
Ilustración 7: Proyección de VARINF con inflación estable .................................................... 42
Ilustración 8: Proyección de VARINF con inflación óptima para máxima convergencia ...... 43
Ilustración 9: Histéresis en variables reales bolivianas........................................................... 43
Ilustración 10: Modelo irrestricto y sus propiedades ............................................................. 49
Ilustración 11: Estabilidad del modelo irrestricto ................................................................... 50
Ilustración 12: Propiedades del modelo simplificado............................................................. 52
Ilustración 13: Estabilidad del modelo simplificado ............................................................... 52
4
1. Introducción
La sustitución de monedas ha estado vinculada a las aceleraciones inflacionarias
experimentadas por muchos países, particularmente latinoamericanos en las décadas de
1980 y 1990. La gran cantidad de distorsiones macroeconómicas causadas por altas tasas
de inflación acrecentaron la urgencia de contar con diagnósticos para detener primero la
inflación e iniciar la recuperación de las variables reales (empleo, producción) después.
Para la pronta recuperación del sector real de la economía rápidamente se encontró que
el bajo grado de monetización post hiperinflación dejaba muy pocos grados de libertad
para efectuar una política monetaria activa. Se dejó entonces el tema de remonetización
como endógeno a los cambios estructurales que se consideraban necesarios para el
llamado despegue económico, que en países como Bolivia, nunca llegó a ser efectivo.
En dichos periodos la tasa de inflación sufrió bruscas aceleraciones en varios países y se
ensayaron medidas de estabilización que contemplaban el rol de esta memoria en su
diseño y posterior evaluación. Las tasas de inflación latinoamericanas, de hecho, sufrieron
aceleraciones dramáticas casi siempre acompañadas de profundas crisis económicas e
incluso políticas. De ahí que la lucha contra la inflación tuvo que encarar medidas de tipo
económico, político e incluso jurídico, puesto que la inflación se había incorporado casi en
todas las decisiones económicas y, con posterioridad a la estabilización, los agentes
económicos seguían actuando como si estuvieran en un régimen de alta inflación (Damill
& Frenkel, 1991).
Para frenar estos procesos de alta inflación e hiperinflación, los gobiernos acudieron a
diferentes estrategias de estabilización, desde aquellas heterodoxas hasta las más
conservadoras en línea a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. A la
fecha, en que la tasa de inflación está muy por debajo de los umbrales de hiperinflación
en aquellos países que la padecieron, todavía queda flotando el interrogante acerca si
dicha experiencia inflacionaria aún hoy sigue condicionando de alguna manera las
5
decisiones económicas trascendentales que derivan en la evolución del producto, el
consumo, la inversión y el empleo.
En este trabajo se toma el caso boliviano para ensayar una especificación alternativa de la
demanda de dinero con criterios comunes tanto para períodos de baja inflación como
para períodos de hiperinflación. Aparte de trabajar con definiciones estándar del costo de
oportunidad del dinero y del nivel de ingreso, se ha añadido la memoria inflacionaria
como determinante de la demanda de dinero.
1.1.
Planteamiento del problema
Bolivia enfrentó la sexta mayor hiperinflación del presente siglo entre abril de 1984 y
agosto de 1985, la cual fue detenida con un programa de estabilización de alto contenido
ortodoxo. La consecuencia de dicho proceso fue una brusca caída de la demanda de
moneda nacional pero, lo más interesante, es que cuando los determinantes clásicos de la
demanda de dinero volvieron a sus posiciones anteriores a la hiperinflación, los saldos
reales en moneda nacional no volvieron a sus niveles previos. Tal como se observa en la
Ilustración 1, la caída de saldos reales de M1 (m) estuvo acompañada de una subida
dramática en la tasa de inflación (inf) y una caída brusca en la actividad económica (pib).
Sin embargo, una vez detenida la hiperinflación en 1986, los saldos reales no se
recuperaron ni siquiera hasta 1990, similar situación se observa en la evolución del PIB.
Este fenómeno de histéresis es el motivo del presente trabajo en el cual se manifiesta que
es la memoria inflacionaria la variable detrás de este importante fenómeno que afectó la
economía boliviana varias décadas después de alcanzada su estabilización.
6
ILUSTRACIÓN 1: HISTÉRESIS EN LAS POST HIPERINFLACIÓN BOLIVIANA
m
40000
20000
1979
2.0
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
inf
1.5
1.0
0.5
0.0
1979
1980
pib
4e6
3.5e6
1979
1980
Se puede resumir el problema de investigación de la siguiente manera:
La memoria inflacionaria afecta decisiones económicas de corto y largo plazo de los
agentes económicos. Se ha observado el rol de la memoria inflacionaria en la lenta
recuperación de economías después de soportar un periodo de alta inflación. Dicha
importancia, sin embargo, no ha sido formalizada ni cuantificada al tiempo que el
concepto mismo de memoria inflacionaria ha sido tratado de diferentes maneras y desde
diferentes enfoques.
7
1.2.
Objetivos de la investigación
En línea a las hipótesis de la investigación, los objetivos son:
Objetivo Principal. Introducir la memoria inflacionaria como determinante de
fenómenos de histéresis en periodos post inflacionarios, particularmente en la demanda
de dinero y la lenta remonetización de la economía.

Objetivo secundario 1. Obtener un indicador que mida el estado de la memoria
inflacionaria en cada momento del tiempo, sensible a la longitud de la memoria,
asociada a su vez a la credibilidad en torno a la formación de un nuevo proceso
generador de datos para la tasa de inflación.

Objetivo secundario 2. Obtener un indicador que pueda contar con características
congruentes con los hechos estilizados presentes en la literatura, cuales son, efecto
acumulativo en el tiempo, asimétrico entre periodos de alta inflación y periodos
posteriores de baja inflación, e independiente del valor observado de la inflación en
un momento del tiempo.

Objetivo secundario 3. Utilizar el indicador de memoria inflacionaria en la
especificación de un modelo de demanda de dinero por M1 en la economía
boliviana.

Objetivo secundario 4. Evaluar y cualificar la memoria inflacionaria en un horizonte
de largo plazo a fin de detectar si la misma trasciende generaciones condicionando
de esa manera la evolución de variables económicas en periodos largos de tiempo.
8
1.3.
Hipótesis de investigación
1.3.1. Hipótesis principal
La memoria inflacionaria juega un rol significativo en la aparición y duración de
fenómenos de histéresis que se presentan con posterioridad a estabilizaciones
macroeconómicas exitosas tras periodos de alta inflación.
1.3.2. Hipótesis secundarias

El estado de la memoria inflacionaria, en tanto variable que condiciona la toma de
decisiones, es cuantificable de manera indirecta en modelos de series de tiempo.

Modelos de series de tiempo que incorporen la inflación y su memoria engloban a
modelos que sólo toman en cuenta la inflación, por lo que el indicador de memoria
inflacionaria incorpora necesariamente la volatilidad de la tasa de inflación de
manera independiente al valor esperado de la misma.

La memoria inflacionaria condiciona la toma de decisiones económicas que pueden
trascender a una generación, es decir, que agentes económicos que no tomaban
decisiones en los periodos de inflación, en los periodos actuales toman recaudos
similares a los tomados por los agentes que fueron directamente impactados por el
periodo inflacionario, lo que ayuda también a explicar los fenómenos de histéresis y
la lenta recuperación de variables.
9
1.4.
Diseño metodológico
En línea a introducir la memoria inflacionaria como determinante de histéresis en
economías con experiencia de alta inflación, el trabajo estará orientado a seleccionar la
demanda de dinero por M1 que presenta este tipo de fenómeno.
Se vinculará la memoria inflacionaria a un modelo analítico de agente representativo
donde esta variable sea incorporada en sus decisiones en torno a tenencia de saldos
reales. Se revisará el proceso inflacionario de Bolivia que experimentó altas inflaciones. En
lo referente al entorno geográfico de esta literatura, la investigación pretende aportar con
un estimador de la memoria inflacionaria susceptible de ser incorporado en series
temporales con aplicaciones a los procesos de alta inflación que se observaron en Bolivia y
otros países con experiencias similares.
Se definirá de manera integral el concepto de memoria inflacionaria haciendo
compatible el concepto con los estándares referidos a la memoria que se trabajan en
otras ciencias y disciplinas, por ejemplo, la psicología y la neuroeconomía.
El trabajo empírico tendrá una vertiente cuantitativa donde se especifiquen modelos
de series de tiempo para Bolivia incorporando la memoria inflacionaria en línea al modelo
analítico desarrollado. El trabajo empírico estará basado en información estadística de
series de tiempo.
10
2. Aspectos neuroeconómicos de la memoria
2.1.
Psicología de la memoria
“La Memoria es la capacidad que tiene un organismo vivo - o una sociedad - de
conservar una huella de sus experiencias y de reaccionar ante una situación de una
manera que guarda relación con ese almacén de experiencias, lo cual pone en relación a la
memoria con la información y la cognición” (Del Rey Morato, 2005).
La Memoria se ha considerado sinónimo de conocimiento o al menos una condición
indispensable para este. Desde la perspectiva de la Psicología Cognitiva, se puede definir
como un proceso que forma parte del sistema humano de procesamiento de información,
cuya función implica el registro, almacenamiento y recuperación de datos (Ellis, 1986). La
memoria puede concebirse como un proceso constructivo en el cual la variación
adaptativa es la regla, esto quiere decir que la información no ingresa a la conciencia
directamente, tampoco se reproduce literalmente, sino que sigue distintas fases
(sensorial, corto plazo y largo plazo) en las cuales se elaboran y reconstruyen unidades
integradoras, la información se encuentra agrupada en estructuras que actúan como
marcos de referencia, que determinan las líneas de organización, relación y operación de
la conducta (Mahoney, 1983).
Es importante tanto el estímulo como su recuerdo. “La memoria es el reflejo de lo que
existió en el pasado. Este reflejo está basado en la formación de conexiones temporales
suficientemente firmes (fijación en la memoria) y en su actualización o funcionamiento en
el futuro (reproducción y recuerdo)” (Smirnov, Rubinstein, Leontiev, & Tieplov, 1960,
págs. 201-202). Las estructuras cognitivas que hacen posible el recuerdo, tienden a
introducir prejuicios y distorsiones, ya que se hallan interconectadas con valores,
creencias, emociones e intereses de los sujetos, lo que muestra la cualidad multimodal 1 de
1
Según el registro sensorial tendremos, por ejemplo, memoria visual, auditiva, táctil, cenestésica, etc.
También se distingue entre memoria Semántica, Episódica y Procesal.
11
la memoria humana, tanto en el momento de registro o codificación de información como
al actualizar las impresiones (Soliz Macias, 2005).
Estos fenómenos se ven apoyados por estudios experimentales en los cuales se
explica que dada una situación estímulo, se activan esquemas que incluyen en sus
contenidos información y representaciones ajenas, denominadas por algunos autores
“intrusiones” o “falsas alarmas”. Asimismo se han comentado los fenómenos de
interferencia e inhibición (Gutiérrez Calvo, 1988).
La recuperación2 o evocación, por lo general no se produce de manera consciente,
este aspecto ha dado lugar a distinguir entre información “disponible” que no puede
recuperarse en forma directa aun habiendo sido codificada y registrada exitosamente y
“accesible” la que se recupera voluntariamente. La recuperación dependerá de varios
aspectos tales como: el tipo de tarea, el nivel de desarrollo del individuo, la prominencia
de indicios relevantes (emocionales, preceptúales) la frecuencia en la repetición del
evento y la manera cómo se encuentren organizados estos datos, es decir el orden en la
fase de registro determinará la facilidad y rapidez de recuperación, así como la posibilidad
de realizar distintas manipulaciones y clasificaciones. (Soliz Macias, 2005); (Case, 1984); y
(Carretero, 2001).
Una clase especialmente importante de estructuras son las que representan el
ordenamiento en el tiempo. Los adultos tienden a construir los eventos de su experiencia
en un marco de referencia temporal, en el que se concatenan los hechos y vivencias del
pasado y se anticipan los acontecimientos futuros, esto explica la importancia de lo que
generalmente se denomina “experiencia”. La información acumulada se utiliza para
anticiparse a eventos por venir y formar expectativas. (Carretero, 2001) y (Del Rey
Morato, 2005).
2
“La recuperación de información de la memoria es una instancia de muestreo con reemplazo, en esta clase
de muestreo la producción de conocimiento no elimina la información en la Memoria a Largo Plazo, el
efecto de dicho muestreo conduce a la producción de una copia de la información requerida dejando intacta
la copia originalmente registrada”. (Soliz Macias, 2005).
12
2.2.
Neurología de la memoria
Está establecido que la actividad neuronal en la corteza orbital frontal en primates les
permite discriminar entre recompensas asociadas a alimentos de su preferencia
mostrándose de manera plena la existencia de elecciones transitivas de tipo relativo
asociadas a la actividad neuronal en dicha zona del cerebro (Smith, 2009).
A partir de experimentos de juegos en humanos y primates no humanos, las
decisiones de tipo social y económico han sido ubicadas entre la corteza media prefrontal
del cerebro (MPFC) y la corteza orbitofrontal (OFC), por un lado y, la corteza cingulata
posterior
2.3.
Economía de la memoria
La neuroeconomía es una nueva disciplina que combina neurociencia, psicología y
economía y estudia la manera en que las personas toman decisiones económicas
(Glimcher, Camerer, Fehr, & Poldrack, 2009). La neuroeconomía tuvo sus orígenes en dos
momentos clave: la revolución neoclásica de los años 1930 y el nacimiento de las ciencias
cognitivas en la década de 1990. De ese modo, esta disciplina tiene a lo más diez años de
antigüedad. Todavía es tema de debate si la neuroeconomía creará teoría económica para
los economistas o si la teoría económica existente proveerá de estructura a la
neuroeconomía (Glimcher, Camerer, Fehr, & Poldrack, 2009). Según (Smith, 2009) existen
tres órdenes interdependientes de mente/cerebro en la toma de decisiones:
Primero, el orden de la mente, donde la neurociencia emerge con evidentes
fortalezas; segundo, el orden externo del intercambio socio económico y, tercero, el
orden extendido de cooperación entre las instituciones del mercado y la tecnología. El
cerebro social parece tener mecanismos adaptativos para aquellas tareas que involucran
experiencia, memoria, percepción y conocimiento personal 3.
3
Op. Cit. Pág. 15.
13
2.4. Memoria, inflación y economía de la información
Extrayendo lecciones del análisis psicológico de la memoria, lo que denominamos
Memoria inflacionaria se refiere a las huellas de experiencias relativas al fenómeno
económico. Largos periodos de inflación o violentas aceleraciones de la inflación,
constituyen a la luz de los párrafos anteriores, estímulos que se almacenan en la memoria
de largo plazo, que condicionan el comportamiento de las personas cada vez que
“extraen” esta información. Así, el esquema temporal en conjunción con la memoria de
largo plazo, impediría considerar el efecto de una violenta aceleración inflacionaria y/o un
largo periodo con altas tasas de inflación, como un fenómeno que tenga efectos
transitorios en el comportamiento de los agentes económicos.
La inflación boliviana estudiada en este trabajo, registrada durante el proceso
histórico en el cual se desarrolló la hiperinflación y evocadas activando estructuras
cognitivas configuradas tales como información relativa a cambio político, inseguridad
para el ahorro y riesgo influyen en todo el proceso de toma de decisiones en un horizonte
temporal que no necesariamente se restringe al horizonte temporal en el que prevalece
una alta inflación. De esa manera, en contextos inflacionarios y post inflacionarios, la
conducta de las personas puede ser tipificada a la luz del esquema temporal y la memoria
de largo plazo: huida del dinero nacional, indexación de contratos, especulación, altas
primas de riesgo, etc. Dichas estructuras servirán como marcos de referencia que incidirán
en la toma de decisiones, expectativas y comportamientos futuros (Sheriff & Chacón,
2007).
La memoria es aún un campo de escaso desarrollo en la neuroeconomía debido a
la escasa consideración de la misma en la teoría económica. Mientras en la psicología el
estudio de la memoria tiene un tratamiento comprehensivo, en la economía su
formalización ha estado asociada especialmente al fenómeno de inercia y persistencia
recogidos por la econometría en el estudio de series no estacionarias, modelos de
14
corrección de error y modelos de aprendizaje. Precisamente uno de los campos donde
más importancia se da a la memoria es en la macroeconomía en lo que al estudio de la
inflación se refiere.
2.4.1. Memoria inflacionaria y expectativas
Una expectativa es una predicción informada de hechos futuros (Sheffrin, 1985). La
variable expectativas ha sido central en los desarrollos teóricos de los últimos 50 años,
empezando en las definiciones y formalizaciones efectuadas en trabajos pioneros de Allais
(1958), (Cagan, 1956), y (Muth, 1961). Desde el punto de vista psicológico, la expectativa
es una de las cuatro variables dentro de la teoría motivacional de Julian Rotter, que
permite predecir la conducta de una persona en cualquier situación dada. En esta teoría,
la expectativa se refiere a las anticipaciones subjetivas de los individuos acerca del
resultado de su conducta, el individuo estima la probabilidad de que un reforzamiento
particular ocurra si se comporta de cierta forma en una determinada situación.
Las expectativas están basadas en la experiencia previa de un individuo y tienden a
reflejar la forma en que una persona se siente respecto a un tema, no por fuerza están
basadas en todos los datos objetivos pertinentes ni en la estimación real, basada en
hechos verdaderos. La formación de expectativas está influida por la selectividad
perceptiva, proceso que se refiere a la elección de información que proviene de los
hechos, la selectividad es a su vez guiada por los “constructos personales” o patrones
esquemáticos elaborados por el sujeto, que sirven de base para organizar el anteproyecto
de un individuo, orientando sus estrategias de enfrentarse a una situación dada.
(Shulman, 1988).
Kazdin ha señalado como las expectativas en el campo de la investigación clínica
influyen en la conducta de los sujetos, a estos efectos se les denomina “efectos de
expectativas no intencionales”, para enfatizar que el experimentador no puede hacer
nada a propósito para influir en las respuestas de los sujetos. Las expectativas pueden
15
conducir a modificar la postura, el tono de voz, las expresiones faciales, la forma de dar las
instrucciones, e influir en las respuestas de los participantes en un experimento. Si
efectuamos una extrapolación al comportamiento económico, es justificada la acepción
de los economistas en el sentido de que las expectativas pueden influir en las variables
económicas aún cuando sus fundamentos no hayan sufrido movimiento (Kazdin, 2001).
Los efectos de las expectativas recibieron atención considerable a mediados de los
años sesenta, en el contexto de la investigación en psicología social, se realizaron trabajos
en humanos y en primates identificando las características de los experimentadores y
cómo se comportan, es decir si actúan de forma profesional, competente, y relajada, y se
relacionaron con la magnitud de los efectos de la expectativa 4.
El trabajo teórico de los economistas en torno a las expectativas, si bien ha sido
intenso desde los aportes mencionados, ha concentrado sus esfuerzos en “modelar” las
expectativas, es decir, en adoptar ciertos supuestos matemático – estadísticos para
introducir las expectativas en los modelos económicos. De esa manera, las hipótesis
económicas de expectativas no nos dicen cómo forman los agentes sus expectativas, nos
muestran formulaciones más simples que reflejan un “como si lo hicieran”. "El hecho que
interesa al análisis económico es que los individuos actúen como si fueran racionales".
De esa manera la hipótesis de expectativas adaptativas, una de las más antiguas y más
utilizadas, nos dice que el agente económico sólo corregirá su expectativa si se equivoca y
en proporción de dicho error (Cagan, 1956). La hipótesis de expectativas racionales nos
dice que el agente económico construirá su expectativa haciendo uso de toda la
información disponible y que sus predicciones, por tanto, sólo se diferenciarán de los
valores reales en forma aleatoria (Muth, 1961). Otras hipótesis, como la original teoría de
las expectativas homeostáticas, nos dice que el agente económico hace expectativas en
función de funciones de supervivencia (Fernández Pol, 1976).
4
Trabajos realizados por Rosenthal en 1966 y 1976, citado en (Kazdin, 2001).
16
Los desarrollos de (Lucas, 1973) y posteriores, afinaron de manera notable la forma de
incorporar las expectativas en los modelos económicos. Respondieron a las tendencias
epistemológicas de la época y tomaron en cuenta muchos aspectos referidos a la
información imperfecta, asimétrica y costosa que fue tratada en artículos previos. Si bien
estos aportes son objeto de continuas revisiones y ampliaciones, queda claro que hay
muchos aspectos que aún no han sido incorporados de manera formal, aunque sí intuitiva.
Tal es el caso de la memoria.
El énfasis en estados subjetivos, en la mente de los sujetos vistos como agentes
económicos, ha generado algunas explicaciones respecto a la importancia de las
expectativas en la función de demanda de dinero. En términos generales se considera que
las expectativas se forman teniendo en cuenta los datos del pasado, la información
relevante disponible en el momento, que incluye aspectos como la estructura de la
economía, las acciones del gobierno y las estrategias que este adoptará en el futuro.
Dadas estas experiencias que se reflejan en la memoria, los agentes económicos tienden a
no repetir sus errores, a comportarse como si creyesen que los demás lo harían y, a
formar esquemas de expectativas para cada estructura económica. Lo que en Economía
no se alcanza a explicar es cómo procesan los sujetos la información que disponen para
elaborar sus expectativas racionales y qué rol juega la memoria en este proceso.
2.4.2. Memoria inflacionaria y políticas de estabilización
Otra vinculación de la memoria inflacionaria tiene que ver con la credibilidad. El diseño
de muchos programas de estabilización buscaba borrar la memoria inflacionaria del
público de tal forma que se elimine la inercia anteriormente mencionada y el
comportamiento “inflacionario” utilizando mecanismos de indización aún cuando los
mismos ya no fueran necesarios. El argumento central, congruente con el anterior, era
que las recetas de estabilización más ortodoxas se tornaban más efectivas en presencia de
una memoria inflacionaria borrada por el propio programa de estabilización.
17
Mientras (Morales, 1988) indicaba que los problemas asociados a la indexación de
contratos no fueron importantes en Bolivia en el diseño de corto plazo de su programa de
estabilización de 1985, (Chávez, 1991) indicaba que a cinco años de la estabilización
exitosa, la estabilidad aún faltaba ser consolidada y probablemente la memoria
inflacionaria era un factor que estaba retrasando la recuperación de las principales
variables reales (producto, inversión, consumo, empleo). Citaba las expectativas del
público como un elemento central en la efectividad de la política económica adoptada en
1985 y que hasta 1991 aún no había logrado asegurar un sendero de crecimiento. En
ambos casos, se tiene argumentaciones que no son formalizadas ni sus conclusiones son
sometidas a evidencia empírica. Sin embargo, en ambos trabajos se muestra la
importancia de la memoria inflacionaria en el diseño de estabilización y en los periodos
posteriores cuando se buscaba la reactivación de las variables reales.
El caso argentino ha sido objeto de una serie de trabajos teóricos y aplicaciones a su
proceso hiperinflacionario, conocido como macroeconomía heterodoxa. Frenkel (Frenkel,
1988) argumenta que la memoria inflacionaria acorta el periodo de los contratos y de sus
periodos de revisión, particularmente en el mercado de trabajo imprimiendo a la inflación
una suerte de inercia que se intentó suprimir con el plan Austral ensayado por el gobierno
de Alfonsín. Si bien Frenkel formaliza la dinámica inflacionaria y la actividad económica de
manera conjunta, obteniendo sistemas dinámicos que ilustran la presencia y la
importancia de la inflación inercial, no explicita en su desarrollo, la memoria inflacionaria
a la que da un rol central en dicha dinámica.
El caso brasilero ha sido también objeto de discusión en un entorno altamente
formalizado. Por un lado, el ensayo heterodoxo de estabilización aplicado en la década de
los 80, conocido como Plan Cruzado, imprimió una dinámica investigadora en campos de
la inflación inercial, la persistencia de la inflación y las rigideces post inflacionarias, donde
en cada uno de estos campos se citaba frecuentemente la memoria inflacionaria. En
(Shapiro & Olivera Filho, 1987) citan que inflaciones mayores al 100% durante la vigencia
de un contrato laboral tienden a perpetuar la inflación. A su vez, estos autores señalan
que una vez que desaparece la memoria inflacionaria, las herramientas convencionales de
18
política económica recién empiezan a ser más efectivas. Finalmente señalan que la
memoria inflacionaria ayuda a explicar por qué las políticas recesivas del Fondo Monetario
Internacional eran inefectivas para combatir la inflación. Esta ineficacia de la política
económica ortodoxa tampoco es formalizada a partir de la memoria inflacionaria
explícitamente.
Incluso después de la aplicación del Plan Real, la literatura seguía citando la memoria
inflacionaria como elemento importante en la dinámica económica de ese país, tal es el
caso de la devaluación del real en 1997. La revisión comparada de Macedo y Nayyar
(Macedo & Nayyar, 1994) de los programas de Brasil e India, coinciden en señalar el
efecto de la memoria inflacionaria en la dinámica de estabilización y crecimiento. El
aporte de este trabajo radica en extender un concepto utilizado casi de manera exclusiva
a nivel regional (la memoria inflacionaria) a una economía que también enfrentaba el
mismo fenómeno. Sin embargo, la ausencia de una formalización del concepto hace que
las consideraciones sean efectuadas en el marco de hechos estilizados solamente.
Bueno, et al ( (Bueno, Toyoshima, Aredes, & Marques do Santos, 2003) en base al caso
brasilero, señalan también que a partir de la eliminación de la memoria inflacionaria sería
posible asegurar que los agentes económicos empiecen a utilizar con mayor intensidad la
moneda nacional. Este fenómeno es central para especificaciones futuras de la demanda
de dinero, donde se observó que el público tiende a preferir monedas extranjeras aún
muchos años después de haber sido dominada la inflación.
Finalmente, tomando también la experiencia brasilera, (Lemos, 2004) argumenta que
la larga memoria inflacionaria tiende a perpetuar las formulas indexadoras especialmente
a partir de las continuas revisiones de los salarios mínimos. Sin embargo, el intento se
limita establecer variables dicotómicas (logit) en un intento de formalización de las
revisiones de los salarios mínimos y donde finalmente no se formaliza el aspecto referido
a la memoria inflacionaria.
En base a un modelo teórico, (Benassy & Conré, 2002) señalan, en su intento de
demostrar por qué subsisten regímenes cambiarios intermedios entre fijos y flexibles, que
19
un gobierno preferirá un régimen cambiario flexible si los shocks externos son grandes, si
la memoria inflacionaria es baja, y si el pass-through es débil. Este trabajo incorpora la
memoria como parte de la formación de expectativas de inflación y, un componente
adaptativo de larga memoria sería exógeno al modelo.
2.4.3. Memoria inflacionaria e inflación inercial
Pese al abundante material que existe sobre el tema, el concepto de memoria
inflacionaria ha estado vinculado a varias acepciones de la misma, ha tenido una
formalización no explícita en la modelación económica y se ha centrado en aspectos de
corto y mediano plazo fundamentalmente asociados básicamente a la propia dinámica
inflacionaria y no al sendero de largo plazo de variable reales incluso varios años después
de asegurada la estabilización. Por un lado se vincula la memoria inflacionaria con la
persistencia de la inflación. En otras palabras, cuando los fundamentos económicos ya no
soportaban tasas de inflación grandes, la tasa de inflación seguía siendo alta. Ese
fenómeno fue conocido como inflación inercial y estuvo vinculado a la memoria de los
agentes económico que seguían incorporando en sus contratos, fórmulas de indización
(llámese indexación) similares a las utilizadas en periodos inflacionarios. Si bien este
fenómeno (la inflación inercial y su persistencia) ha sido motivo de estudio, su vinculación
con la memoria inflacionaria en series de tiempo ha estado débilmente formalizada
incorporando sobre todo esquemas dinámicos en las ecuaciones de inflación. Dicha
estructura dinámica generalmente incorporaba rezagos finitos y decrecientes de la tasa de
inflación determinando una memoria inflacionaria mas bien corta que habría de agotarse,
en el peor de los casos, algunos meses con posterioridad a la estabilización en ausencia de
nuevos shocks.
A partir de las aceleraciones inflacionarias de las década de los 50 y 60, la memoria
inflacionaria ha surgido como elemento de discusión en el diseño de políticas
macroeconómicas, no sólo anti inflacionarias sino también en el diseño de políticas de
20
empleo e ingresos. El argumento central era que la memoria inflacionaria condicionaba la
toma de decisiones económicas quitando efectividad a las políticas económicas. Por ello
es que desde dichas épocas, se ha tratado de quebrar la memoria inflacionaria como un
elemento que asegure la efectividad de las políticas. Ello fue central en el diseño de
políticas heterodoxas de estabilización (Pegurier & Salgado, 2002).
La literatura señala que la memoria inflacionaria afecta diferentes decisiones de los
agentes económicos, destacando en primera instancia, la determinación de periodos de
referencia de los contratos, reduciéndolos de términos anuales hasta términos mensuales
e incluso semanales dependiendo de la virulencia de la inflación (Abreu, 2004). Sin
embargo, este aspecto – el recorte en los periodos de referencia en los contratos – no es
una variable formalizada ni asociada explícitamente a la memoria inflacionaria.
3. Histéresis,
memoria inflacionaria y demanda de
dinero
3.1. Memoria económica y fenómenos de histéresis
Se propone un modelo estilizado de histéresis con la finalidad de incorporar una
variable que al reflejar la memoria económica, permita predecir de manera eficiente el
sendero de variables económicas sujetas a fenómenos de histéresis. Se propone una
relación económica lineal de la siguiente forma:
yt  X    t   M t  ut
Donde:
Y es una variable económica real, objeto de estudio (crecimiento, consumo, demanda
de dinero). X es el vector de los determinantes de y establecidos por la teoría económica.
21
La variable de interés asociada a la histéresis está representada por π. La memoria
económica está representada por M. Son parámetros: β, Φ y λ y u es un término residual
ruido blanco e innovación.
Se busca encontrar una serie económica M que refleje la memoria de π tal que λ≠0.
Ello implica que sea significativa en la determinación de Y. Se busca que M mida el estado
de la memoria en cada momento del tiempo, sea sensible a la longitud de la memoria,
asociado a su vez a la credibilidad en torno a la formación de un nuevo proceso generador
de datos. Buscamos también que en M se refleje el efecto acumulativo en el tiempo de la
variable de interés π, asimétrico entre periodos de π creciente y periodos posteriores de π
decreciente. Estas características se traducen en un indicador M del siguiente tipo:
t
M t   f ( 2,t , Z )dt

H
Donde H es el periodo más remoto desde que se tiene memoria, está asociado a la
credibilidad. La longitud de la memoria va de H a t. Z es un vector de variables exógenas
que afectan la memoria de π. H es el período de inicialización de la memoria del agente. Si
en el período t1 se produce un cambio creíble de política económica (por ejemplo la
estabilización boliviana en agosto de 1985), de ahí en adelante, el agente ya no referirá la
medición de la memoria al período H sino al período t1, siendo M calculado desde el período
t1 más representativo del riesgo actual dado el cambio creíble de política.
La característica de asimétrico entre periodos de π creciente y periodos posteriores de
π decreciente implica que
M
M
ya que la varianza de π aumenta (disminuye)



 
siempre y cuando π aumente (disminuya) por encima (debajo) de su media.
22
3.2. Un indicador de la memoria económica
El análisis precedente nos mostró el estado del arte en torno al estudio de la memoria
desde un punto de vista cuantitativo, mostrando claramente la asociación entre memoria
y persistencia que sin ser incorrecta es incompleta.
La memoria, desde el punto de vista neuroeconómico es aquí tomada como un stock
que es alimentado con cada nueva innovación y la recuperación de información de hace
tanto más dificultosa tanto más remota sea la innovación.
Así, en línea a las características requeridas se propone un indicador que mide el
estado de la memoria de una variable económica en cada momento del tiempo, sensible a
la longitud de la memoria, asociada a su vez a la credibilidad en torno a la formación de un
nuevo proceso generador de datos para la tasa de inflación. Dada la memoria tomada
como un stock, caeteris paribus Z, tomando la varianza acumulada de π, la misma medida
acumulada de la variabilidad refleja la variación promedio de una variable haciendo uso
de toda la memoria que se tiene de esta variable, por cuanto una predicción de corto
plazo (por ejemplo una media móvil) no reflejaría en su totalidad el riesgo involucrado en
la misma. Por otra parte, cuando el valor de una variable disminuye (por ejemplo, la
inflación al finalizar una hiperinflación), el riesgo que los agentes asignan a los activos
sujetos a la variación de dicha variable no disminuye en la misma proporción, reflejando
una memoria de largo alcance en cuanto a la variabilidad de la variable en cuestión.
Por lo tanto, una medida de varianza recursiva es tomada aquí pero en una
perspectiva más amplia, extendiendo el concepto de volatilidad estocástica. Tomando en
cuenta las características de la "memoria " comentadas líneas arriba y, el hecho de que la
variabilidad de una o más variables es un factor que afecta el riesgo, la medida de volatilidad
apropiada sería aquella que la evalúe de manera acumulativa en el tiempo y no en un
momento del mismo. Las varianzas también son variables aleatorias y por lo tanto, también
poseen propiedades temporales.
23
Así, se propone como una medida de la memoria económica a la varianza recursiva
definida como:
2





t
 t
t
M t 
to
t  to  1
Donde t0 es el período de inicialización de la memoria del agente congruente con la
definición de H líneas arriba. Una fuerte aceleración en π conduce a que su media recursiva
aumente, provocando a su vez que toda la varianza aumente. Sin embargo, cuando π
vuelve a sus niveles iniciales, aún cuando la media recursiva vuelva también a sus niveles
iniciales, la varianza no volverá a la misma velocidad a dichos niveles iniciales
reproduciendo el fenómeno de asimetría detrás de los fenómenos de histéresis.
Para que la varianza recursiva M inicie una reversión hacia el nivel existente antes de la
aceleración de π, el valor de π de cada periodo debe ser siempre menor que la media
recursiva existente. Se ha dado a M el nombre de VARINF para denotar a la varianza
acumulada de la inflación.
Mediante simulaciones de Monter Carlo se han trabajado medidas de M para variables
no estacionarias, estacionarias y estacionarias de memoria larga, obteniéndose los siguientes
resultados (ver Anexo 1): se generaron 2000 valores en cada simulación; VARINF muestra un
comportamiento sistemático en todas las simulaciones. Cuando las series son
estacionarias con memoria corta VARINF muestra el mismo patrón que podríamos esperar
para la varianza de una serie estacionaria: casi constante. El hallazgo más remarcable es el
comportamiento de VARINF para series no estacionarias o estacionarias de memoria
larga. En ambos casos VARINF muestra histéresis en todos los casos en que las series
muestran incrementos por largos periodos de tiempo seguidos de fuertes y duraderas
caídas.
24
3.3. Memoria inflacionaria y dinámica econométrica
El rol de la memoria juega un rol central a la hora de valorar riesgos. El periodo a partir del
cual se valora el riesgo determina dinámicas diferentes a la evolución de la valoración de
riesgo macroeconómico. La memoria de riesgo macroeconómico, representada como
memoria inflacionaria, está ligada aún, a shocks macroeconómicos de un pasado muy
remoto. La incorporación de la memoria de los agentes en la valoración del riesgo puede
relativizar la importancia de otro grupo de determinantes psicológicos de la sustitución de
moneda (por ejemplo) cuales son las preferencias, es decir, preferir la moneda extranjera
simplemente por gusto.
Se ilustrará la pertinencia de VARINF para mostrar cuán lenta es la velocidad con la que se
pierde la memoria de aceleraciones traumáticas de la tasa de inflación, típicas de periodos
de alta inflación e hiperinflación. Para ello se utilizará datos de Bolivia que es un país con
experiencia de alta inflación.
Pese a las múltiples referencias en torno a la memoria inflacionaria y su importancia
en el diseño de políticas económicas, su formalización no es explícita. No se ha
encontrado una serie económica que refleje el estado de la memoria inflacionaria.
Tampoco se ha encontrado un indicador que mida el efecto de “borre” de la memoria.
Tampoco se tiene una idea cabal de cuántos periodos es el promedio que utiliza un agente
económico para determinar su “memoria” inflacionaria. Incluso, no se ha encontrado,
desde el punto de vista psicológico, a qué tipo de memoria se refiere la literatura cuando
habla de memoria inflacionaria.
Las formas de cuantificar la inestabilidad de la tasa de inflación estaban referidas a
proxys de incremento en la tasa de inflación y varianza de la tasa de inflación.
Precisamente en el caso de las varianzas de inflación no existen aproximaciones que
muestren a lo largo del tiempo la variación en la inestabilidad de la tasa de inflación. Así, si
bien en el caso de los cortes trasversales a nivel países (cross countries) se utilizaba la
25
varianza de la inflación a lo largo de los datos disponibles para cada país, en el caso de
series de tiempo, no se observan mediciones de la varianza para cada año o intervalo
temporal.
La evolución de muchas variables reales mostró tendencias negativas en periodos en
que la administración económica perdió el control de la tasa de inflación. Así, se observó
de manera estilizada que ante aumentos en la tasa de inflación y su variabilidad, se dio
una fuerte caída en las tasas de crecimiento del producto incluso hasta hacerse negativas;
ello vino acompañado de caídas en el consumo privado, en la inversión y naturalmente en
el empleo y en los salarios reales. Naturalmente, dada la naturaleza monetaria de la
inflación (Cagan, 1956), la huida del dinero también determinó una acelerada caída en los
saldos reales en poder del público.
Esta posible persistencia del condicionamiento de la memoria inflacionaria a las
decisiones económicas muchos periodos después de haberse consolidado la estabilidad
monetaria, ha sido objeto de varios estudios, desde (Frenkel, 1988) hasta (Abreu, 2004)
donde se indica, mas no se formaliza, que la memoria inflacionaria hace que los agentes
económicos se sigan comportando en periodos de estabilidad como si todavía estuvieran
viviendo en un periodo de alta inflación.
En determinado momento del desarrollo del arte en este tema, se asoció dicha
memoria inflacionaria a la persistencia de la inflación que en definitiva, es un aspecto
separado de lo que implica la memoria inflacionaria tal como la estamos tratando. La
persistencia de la inflación, es decir, la presencia de tasas de inflación por encima de lo
que los fundamentos determinarían, es en parte una consecuencia de la memoria
inflacionaria pero no puede ser entendida como la memoria inflacionaria en sí misma.
Es sistemático encontrar que la tasa de inflación es no estacionaria o presenta raíces
unitarias en determinados periodos de tiempo 5.
5
A nivel internacional MacDonald y Murphy (1989), analizando las tasas de inflación a partir de datos
trimestrales para Bélgica, Canadá, el Reino Unido y los Estados Unidos entre 1955 y 1986 han encontrado
clara evidencia a favor de que dichas tasas de inflación son integradas de orden 1, es decir, I(1). También
26
Casi todos los trabajos dirigidos al estudio de la dinámica de la inflación han tropezado
con el problema de expectativas. En muchos de ellos se ha supuesto que las expectativas son
racionales y de previsión perfecta. Asumir que las expectativas se forman racionalmente no
implica desechar una representación adaptativa de las mismas. Sheffrin cita que bajo
contextos de hiperinflación, una representación "racional" de las expectativas puede ser la
adaptativa. Sólo los shocks de credibilidad harían innecesario el uso de información pasada
para la predicción de la inflación en presencia de expectativas racionales (Sheffrin, 1985).
En ausencia de shocks de credibilidad y suponiendo que las expectativas son racionales,
la definición del vector de información I disponible en el período {t-1} es amplia, por cuanto
incluye información cuantitativa e información cualitativa (contexto o estados de la naturaleza). Así, diferentes contextos políticos y de política económica condicionarían predicciones
diferentes de la inflación.
La consideración del concepto de memoria inflacionaria impide hacer uso indiscriminado
de variables mudas para atrapar algún suceso aislado de política económica.
De acuerdo a las secciones previas, las asociaciones de cierto tipo de decisiones
económicas con la memoria inflacionaria tienen más bien un horizonte de corto y
usando datos trimestrales, Barsky (1987) ha encontrado evidencia de que la tasa de inflación ha sido
estacionaria en Estados Unidos antes de 1959 pero parece contener una raíz unitaria entre 1960 y 1979.
Wickens y Tzavalis (1992), a partir de datos de inflación mensuales para los Estados Unidos obtienen
también evidencia de no estacionariedad mientras que Kirchgässner y Wolters (1993) obtienen, para
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Suiza, resultados variables dependiendo del periodo
temporal seleccionado y de los contrastes utilizados aunque con mayor evidencia de tasas de inflación I(1).
La mayoría de dichos trabajos tienen en común que se basan en la utilización de los contrastes de
integrabilidad propuestos por Dickey y Fuller (1981) y en los tradicionales modelos autorregresivos,
integrados y media móvil (ARIMA). Mas recientemente, Hassler y Wolters (1995) utilizan los más flexibles
modelos autorregresivos, fraccionalmente integrados y media móvil (ARFIMA) y encuentran evidencia a
favor de que las tasas de inflación en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia entre 1969 y
1992 presentan memoria larga aunque se descarta la presencia de una raíz unitaria. En dicho trabajo se
aplica el método de estimación propuesto por Geweke y Porter-Hudak (1983) (GPH) para obtener una
estimación del orden de integración fraccional de las tasas de inflación. No obstante, en Agiakloglou et al.
(1993) se muestra como, en ciertas circunstancias, dicho estimador puede estar seriamente sesgado y, por
tanto, los contrastes basados en dicho estimador pueden presentar importantes distorsiones.
27
mediano plazo, siendo menos frecuentes las asociaciones de ciertos fenómenos de
histéresis a la memoria inflacionaria. En efecto, muchas variables económicas,
particularmente reales, como el consumo, la inversión, las exportaciones, el empleo y la
tenencia de saldos reales, sufrieron bajas importantes por efecto del descalabro
macroeconómico donde la inflación jugó un rol importante. Una vez asegurada la
estabilización, la recuperación de estas variables fue mucho más lenta que la reducción de
la tasa de inflación. Incluso cuando todos los fundamentos de tales variables ya estaban
en los niveles previos a la crisis, las mismas aún no habían recuperado sus niveles iniciales
previos a la crisis. Por ello, es arguye aquí que la memoria inflacionaria haya estado detrás
de estos fenómenos, de tal forma que en horizontes de mediano a largo plazo, esta
variable siga afectando decisiones de los agentes económicos.
Definiremos como y0 a una variable real en el periodo inicial 0 en el cual se daba
una inflación representada por  0 . Supondremos que y0 depende de  0 a través de una
función de comportamiento yt  f ( t ) por lo tanto y0  f ( 0 ) . Supondremos que la
variable y es del tipo de variables descrito anteriormente, por ejemplo, el crecimiento
económico que tiene una relación inversa con π, es decir
y
 0.

Supongamos ahora un aumento en la tasa de inflación en el periodo 1 de tal forma
que 1   0 lo que llevaría a una disminución en la variable y, es decir, y1  f (1 )  y0 . El
fenómeno de histéresis se da cuando la inflación en el periodo 2 regresa a su nivel inicial
pero la variable y ya no regresa al nivel previo a la aceleración inflacionaria. Si suponemos
que la tasa de inflación cae en el periodo 2 al mismo nivel del periodo 0 (  2   0 ), dada la
relación que une π con y, debiera esperarse una recuperación de y al mismo nivel previo a
la
aceleración
inflacionaria,
y2  f ( 2 )  y1 
sin
embargo,
la
histéresis
se
define
cuando
y2  y0 .
Las teorías económicas convencionales tratan como determinantes de y a variables
de tipo simétrico, llamémoslas x. Ello implica que yt  f ( xt ,  t ) 
yt
y
   t . Ello

 xt
 xt
28
implica que la incorporación de variables x en los determinantes de y no explicarán los
fenómenos de histéresis presentes en los periodos post hiperinflacionarios descritos en
las secciones previas. Incluso en modelos de largo plazo, la disminución de la inflación en
el largo plazo no conduce en casos de histéresis a que la variable y regrese a sus niveles de
largo plazo previos a la aceleración inflacionaria.
3.4. Memoria inflacionaria en un contexto intertemporal
Sea un agente adverso al riesgo cuyo nivel de utilidad está asociado al nivel de consumo
(c) y la tenencia de saldos reales (m):
  t 1

max E   U (ct , mt ) 
 t 1

Donde ß es la tasa de descuento subjetiva. La restricción presupuestaria para un solo
período es:
ct  (mt 1  mt )  (kt 1  kt )  yt  rkt   mt
Suponemos que la única fuente de incertidumbre es la inflación, la cual, viene dada por un
proceso de caminata aleatoria:
 t   t 1  ut
ut  N (0,  u2 )
Donde u es un shock aleatorio.
Si el rendimiento de la riqueza no monetaria es constante, expresamos la restricción
intertemporal como:


ct
yt
(1   )t

k


mt



1
t
t
t
t 1 (1  r )
t 1 (1  r )
t 1 (1  r )

29
Siendo k1 el nivel inicial de riqueza no monetaria. La maximización resultante arrojará la
siguiente función:

   ct 
  (1   )t  
yt


L  E   t 1U (ct , mt )   ...    E 
 k1  
 E 
mt  
t 
t
t
t 1 (1  r )
 t 1

 t 1 (1  r )  
  t 1 (1  r ) 
Optimizando para c y m para los períodos t y t+1, obtenemos las ecuaciones de Euler:
E Uc(ct , mt ) 
E Uc(ct 1 , mt 1 ) 
  (1  r )
E Um(ct , mt ) 
 1 r 
 E

E Um(ct 1 , mt 1 ) 
 1  
Las ecuaciones de Euler y la restricción intertemporal son las condiciones de primer orden
y conforman un sistema de ecuaciones en diferencia cuyas variables de estado son k 1, y, π
y r. Las variables de control son c t, mt+1 y kt+1. Suponiendo que la función de utilidad es
cóncava, las demandas de c y m en estado estacionario vienen dadas por:
ct*  c(  , rt , yt , k1 ,  te )
mt*  m(  , rt , yt , k1 ,  te )
El supuesto de aversión al riesgo implica que U E(c*), E(m*)  EU (c*, m*) . Así, por
ejemplo, en el caso de la demanda de dinero (m), el costo relativo por riesgo, de acuerdo
a la condición Arrow-Pratt, es:  
1 V ( m)
R
2 E (m)2
Donde R es la aversión relativa al
riesgo, V(m) la varianza de la demanda de dinero y E(m) el valor esperado de la misma.
Asumiendo que las decisiones de portafolio se efectúan en base a combinaciones de
retorno esperado - varianza, la demanda de dinero reducida a niveles de certidumbre
vendría dada por mtc  mt (1   ) y, dado que supusimos que π es la única
variable que experimenta shocks, la varianza de m resulta ser una combinación lineal de la
varianza de la inflación V (m)  V ( ) . Por lo tanto, m de certidumbre sería:
30
1
mtc  m *(  , rt , yt , k1 ,  te )  V ( t )
2
Donde   
U mm (c*, m*)
 0 por el supuesto de concavidad de U(c,m). Nótese que η no
U m (c*, m*)
necesariamente es constante. Idéntico razonamiento se sigue para el caso del consumo.
En ausencia de shocks de credibilidad y suponiendo que la las expectativas de inflación se
forman racionalmente, la definición del vector de información I disponible en el período
{t-1} es amplia, por cuanto incluye información cuantitativa e información cualitativa
(contexto o estados de la naturaleza). Así, diferentes contextos políticos y de política
económica condicionarían predicciones diferentes de la inflación.
4. Memoria inflacionaria e histéresis: evidencia empírica
Bolivia tuvo el periodo hiperinflacionario más largo de Latinoamérica entre los años 1984
y 1985 con algo más de 15 meses de hiperinflación continua. Su crecimiento cae desde
1981 hasta 1986 y su recuperación es la más lenta entre los países que tuvieron este
fenómeno en Latinoamérica (Argentina, Brasil, Perú y Nicaragua). Una vez estabilizada la
economía en 1986 la varianza de la inflación empieza a converger de manera lenta lejos
aún de los niveles previos a 1982 pese a las muy bajas tasas de inflación registradas
especialmente desde 1995 (ver Ilustración 2: Bolivia).
31
ILUSTRACIÓN 2: BOLIVIA
50000
m
inf
1.5
40000
1.0
30000
0.5
20000
0.0
1980
4.25e6
1985
1990
1980
pib
1985
1990
1985
1990
Varinfh
4e6
0.02
3.75e6
3.5e6
0.01
3.25e6
1980
1985
1990
1980
El período de 1983-1987 se constituyó en el período más largo bajo el cual el
ahorro interno y el crecimiento económico fueron negativos. Por el lado fiscal, la crisis
fiscal iniciada en el período de transición democrática (1978-1982) fue agravada por la
crisis de deuda externa en 1982 y por la inflación desde 1983 en un típico efecto Tanzi Olivera puesto que las recaudaciones reales caían a medida que la inflación aumentaba y
se acudía cada vez más al crédito del Banco Central para sostener las finanzas públicas. El
severo ajuste fiscal de 1985 no se tradujo de facto en una estabilización fiscal la cual fue
mantenida con ayuda externa y financiamiento interno, pero, en términos corrientes
recién pudo revertir las cifras negativas casi a mediados de los años 90. Además, el
principal esfuerzo fiscal estuvo concentrado en recuperar el nivel de recaudaciones, las
cuales, merced a la reforma tributaria de 1987 crecieron rápidamente hasta colocar un
32
una situación de superávit primario.
Todas las metas de política de los diferentes
gobiernos que administraron la economía entre 1985 y 1995 no incluían aumentos en el
gasto corriente real, hecho que le dio estabilidad a las fuentes de creación de ahorro
interno público. La renegociación de la deuda externa fue otro elemento central para
poder recuperar las fuentes de ahorro público. El gasto público aumentó (como
porcentaje del PIB) de manera acelerada a medida que la inflación disminuía lo que
implica que la memoria inflacionaria podría no activarse en presencia de futuras
aceleraciones del gasto público. Precisamente, a pesar de la fuerte inflación registrada, la
relación entre memoria inflacionaria y crecimiento del PIB per cápita es prácticamente
nula.
4.1. Memoria inflacionaria, alta inflación y post estabilización en
Bolivia
En esta sección ilustraremos las propiedades explicativas de VARINF aplicadas a la
economía boliviana 1930 – 2011. Para ello, se describirá la historia inflacionaria
identificando los periodos de crisis y estabilización mediante la tasa simple inflación.
Luego, se mostrará la medición de VARINF para los mismos periodos y se observará la
lenta convergencia de la misma a los niveles previos a los periodos de crisis. Bolivia es un
país con una historia inflacionaria caracterizada por aceleraciones asociadas a crisis
políticas.
Las aceleraciones más importantes de la tasa de inflación anteriores a 1982
estuvieron asociadas a traumáticos cambios políticos. El período posterior a la Guerra del
Chaco (1932-35) y la llamada "Revolución Nacional" (1952) fueron acontecimientos
políticos que conmovieron la economía y desembocaron en fuertes oscilaciones de las
variables monetarias en el corto plazo. Los costos de la guerra habían mermado el equilibrio fiscal y el clima político se hacía cada vez inestable. La Revolución Nacional de 1952
alteró la estructura económica boliviana al estatizar las grandes compañías mineras,
33
ensayar una reforma agraria, introducir el voto universal y convertir al Estado en eje central de la actividad económica. Las aceleraciones menores de la inflación en el período
anterior a 1982 estuvieron asociadas a los llamados "paquetes": conjunto de medidas de
política económica que básicamente alteraban la paridad cambiaria, los precios
controlados, los salarios y las tarifas públicas. A su vez, eran pre-anunciados ya que su
aparición obedecía a problemas importantes ya sea en el sector externo o en el sector
fiscal. Así, la memoria inflacionaria de los agentes económicos que enfrentaron la
hiperinflación asociaba las grandes aceleraciones inflacionarias a violentos episodios
políticos y, las aceleraciones menores a los llamados "paquetes" de medidas económicas.
ILUSTRACIÓN 3: INFLACIÓN ANTERIOR A 1984
La aceleración de la inflación iniciada con la insurrección de 1952 fue producto de
un descontrol fiscal originado en las medidas estructurales del nuevo gobierno y en el
desempeño de la empresa estatal de minería COMIBOL asociado, en parte, a condiciones
desfavorables en el mercado internacional del estaño, principal producto de exportación
boliviano de ese entonces. La importancia del estaño en la economía no sólo provenía de
su participación en el valor exportado (85%) sino también de su importancia fiscal, ya que
34
la recientemente creada COMIBOL (empresa estatal de minería) era propietaria de las
grandes minas de estaño tras la nacionalización de 1952.
El descontrol fiscal estuvo caracterizado por una importante expansión del gasto
público originada en una multiplicación de los subsidios, creación de empresas públicas,
movilizaciones políticas financiadas por el gobierno, aumento de salarios y otras medidas
de corte similar. Por el lado de los ingresos públicos, los crecientes déficit de COMIBOL,
convirtieron al pilar del equilibrio fiscal y externo en una fuente de presión inflacionaria.
En diciembre de 1956, se adoptó un programa de estabilización conocido como
Plan Eder. El contenido de dicho plan establecía como eje central la estabilización fiscal, el
control del crédito del Banco Central, la racionalización de los subsidios, la devaluación y
unificación del tipo de cambio y, la reestructuración de la empresa estatal de minería. Los
resultados monetarios fueron inmediatos: rápida disminución de la tasa de inflación y
recuperación del equilibrio fiscal, por lo menos de corto plazo.
Tras la aplicación del Plan Eder en diciembre de 1956 y hasta 1972, la economía
boliviana tuvo un largo período de estabilidad monetaria que transcendió incluso los 7
golpes de Estado que se sucedieron en dicho período. Recién en octubre de 1972, tras la
primera devaluación de la moneda en 16 años, se produjo una aceleración inflacionaria
que concluyó en 1974. En dicho mes se modificó la paridad peso/dólar de 12 a 20 pesos
bolivianos por dólar estadounidense. Desde 1956 la tasa de cambio no había sido modificada siguiendo el acuerdo suscrito con el Fondo Monetario Internacional bajo los términos
de Bretton Woods.
Desde 1974 la cotización del estaño aumentó aceleradamente, casi a la misma tasa
que el precio del petróleo, que a su vez, había empezado a ser exportado por Bolivia.
Adicionalmente se concretó un proyecto de exportación de gas a Argentina que incrementó el valor de las exportaciones en un 20% de manera permanente. Esta coyuntura
mejoró las cuentas de la balanza de pagos y postergó muchas presiones originadas en el
creciente déficit fiscal ya que las condiciones externas favorables permitieron tener un
acceso casi irrestricto al financiamiento externo de los deficit fiscales.
35
Bajo tales condiciones, la tasa de inflación se mantuvo en tasas bajas hasta
diciembre de 1979 cuando, tras varios meses de inestabilidad política, se aplica un nuevo
"paquete" de medidas económicas bajo el gobierno de Gueiler. Ello aceleró la tasa de
inflación. El gobierno militar que derrocó a Gueiler fue objeto de un bloqueo económi co
por parte de los Estados Unidos a causa de los probables vínculos que dicho gobierno
tenía con el narcotráfico. Ello agudizó el debilitamiento de las cuentas externas cuando el
precio del estaño inició una tendencia decreciente. El mercado paralelo del dólar se
expandió desde mediados de 1981 cuando el Banco Central limitó sus ventas de divisas al
público, creando así un sistema dual de cambios. En ese período comienza una aceleración de la inflación que habría de concluir en 1985 tras 18 meses de hiperinflación.
La crisis de la deuda en 1982, el estrangulamiento fiscal, los desastres naturales
que afectaron a la agricultura y la caída de los precios de las exportaciones bolivianas,
determinaron una aceleración de la tasa de inflación entre 1982 y 1983 que desembocó
en hiperinflación en abril de 1984 y concluyó recién en agosto de 1985 tras la aplicación
de un plan de estabilización llamado Nueva Política Económica (NPE).
Hasta antes de la NPE se había ensayado sin éxito seis programas de estabilización
cuyo análisis detallado puede encontrarse en Morales (1989). En lo que se refiere a la
memoria inflacionaria del público, estos intentos de estabilización fallidos tuvieron
enorme importancia en la conducta de los agentes económicos por cuanto su fracaso
demostraba cuán costoso era estabilizar la economía. Por otra parte, el fracaso de estos
programas provocaba un regreso de la inflación con mucha mayor virulencia, lo que
imponía costos cada vez mayores a los agentes determinando así una creciente demanda
de estabilización.
La NPE fue aplicada por el gobierno entrante de Paz Estenssoro en agosto de 1985.
El eje de la política era conseguir una rápida estabilización fiscal acompañada del anclaje
de la inflación al tipo de cambio que fue devaluado en 94% y dejado a una flotación
intervenida posteriormente. En el plano fiscal se produjo una drástica reducción de empleos en el sector público y se estableció un control rígido del gasto fiscal y de la relación
36
del Tesoro y las empresas públicas con el Banco Central de Bolivia. Se eliminaron los
subsidios a varios productos básicos y se liberalizaron los precios de toda la economía. Se
flexibilizaron las reglas laborales y se removieron los controles financieros para depósitos
en moneda extranjera.
ILUSTRACIÓN 4: TASA DE INFLACIÓN ANUAL POSTERIOR A LA ESTABILIZACIÓN DE 1985 - 1986
0.4
inf
0.3
0.2
0.1
1986
0.075
1987
1988
1989
1990
1991
inf
0.050
0.025
0.000
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
inf
0.04
0.02
0.00
2001
37
El éxito de la NPE sobre la tasa de inflación en el corto plazo fue similar al de otros
programas similares ensayados por el gobierno anterior: unas ocho semanas de
estabilidad. Precisamente en noviembre de 1985 se presentan indicios de una inminente
aceleración inflacionaria que finalmente se manifiesta en enero de 1986 con una tasa de
40% mensual. Esta aceleración inflacionaria es controlada rápidamente en febrero, mes a
partir del cual, la tasa de inflación cae a 20% anual. La tasa de inflación anual mostró una
tendencia declinante cayendo de 21% en 1988 a 9% en 1993. Después de 1998 la tasa de
inflación se situó por debajo del 5% anual con una ligera aceleración después de 2003
acompañando la mayor actividad económica registrada gracias a la favorable coyuntura
externa para la economía boliviana. En el año 2005 la tasa anual sobrepasó nuevamente el
5% anual con una fuerte tendencia positiva frenada abruptamente en 2009.
El año 2007 la tasa de inflación mensual alcanzó niveles no alcanzados desde 1990,
dando como inicio una lucha contra la inflación con todo tipo de herramientas, ortodoxas
y heterodoxas por parte del BCB y del gobierno central con objeto de reducir la inflación.
Primero se comenzó con una activa política monetaria que utilizando las operaciones de
mercado abierto (OMA) redujo la liquidez del sistema; también se acudió a la apreciación
cambiaria para reducir las expectativas inflacionarias y finalmente se intervino los
mercados de bienes, con todo tipo de instrumentos, desde simples subsidios hasta fijación
de cupos de exportación, prohibición de exportaciones e incluso importación directa de
ciertos bienes estratégicos. En ese año (2007) el diagnóstico de la inflación no quedaba
claro, y se citaba desde la clásica expansión de la liquidez hasta los ataques especulativos
como parte de una conspiración política para hacer fracasar el programa de gobierno,
pasando por la inflación externa. Dada la imposibilidad de tener un sólido diagnóstico, la
lucha contra la inflación fue efectuada con tan larga lista de instrumentos que no actuaron
de manera inmediata sobre la misma. El año 2007 cerró como el peor año de gestión de la
inflación de la década y el año 2008 hasta su primer semestre la tasa de inflación mantuvo
niveles altos. El año 2009 sin embargo, la tasa de inflación experimentó una tan drástica
caída que llegó a cerrar dicho año con un nivel menor a un punto porcentual (acumulado
de 12 meses).
38
Para hacer comparables los periodos de baja inflación con periodos de alta
inflación, Schmidt-Hebbel (1992) propuso una medición “discreta” de la tasa de inflación,
al expresarla como una alícuota impositiva (de 0 a 100%), donde 100% corresponde
cuando la tasa de inflación simple tiende a infinito (hiperinflación) .
 th 
t
1 t
(0.1)
Con esa corrección, la tasa de inflación para la economía boliviana 1931-2010 quedaría
expresada como sigue:
ILUSTRACIÓN 5: TASA DE INFLACIÓN DISCRETA
Tasa de Inflación Discreta
120.00%
Porcentaje de impuesto inflación
100.00%
Hiper inflación
80.00%
Post Guerra
del Chaco
Revolucion
Nacional
y Plan Eder
60.00%
40.00%
Gueiler
Medidas
Banzer
1974
20.00%
0.00%
-20.00%
-40.00%
A continuación se presenta VARINF para la economía boliviana, donde se observa
la lenta convergencia posterior al periodo de estabilización.
39
ILUSTRACIÓN 6: VARIANZA RECURSIVA APLICADA A LA INFLACIÓN DISCRETA
Varianza Recursiva de la Inflación Discreta
0.07000
Aceleración Crisis de
Deuda,
Hiperinflación,
Estabilización
0.06000
Aceleración Post
Guerra del Chaco
Varinf
0.05000
Aceleración
Revolución Nacional
y Plan Eder
0.04000
0.03000
0.02000
0.01000
2005
2001
1997
1993
1989
1985
1981
1977
1973
1969
1965
1961
1957
1953
1949
1945
1941
1937
1933
0.00000
La Ilustración 6: Varianza Recursiva aplicada a la inflación discreta, muestra otra
faceta de la historia inflacionaria de Bolivia. Ilustra los ciclos inflacionarios y por otra parte
muestra cómo antes de que se retornara a los niveles previos a una crisis, volvía a
comenzar un ciclo con su correspondiente salto de varianza. Pasaremos a continuación a
describir estos ciclos a la luz de este nuevo indicador.
Con la acelaración inflacionaria una vez finalizada la guerra del Chaco, la varianza
recursiva de la inflación tiene su primer salto. Una vez controlada la tasa de inflación, la
varianza recursiva inicia un lento retorno a sus niveles previos. Para el año de 1952,
cuando se inicia la Revolución Nacional, dicha varianza ya había disminuído hasta
colocarse a medio camino de los niveles previos a la aceleración inflacionaria post guerra
del Chaco.
El rápido aumento de la tasa de inflación en los años posteriores a la Revolución
Nacional, determina que la varianza recursiva vuelva a aumentar a la par de la inflación
40
alejándose nuevamente de los niveles previos a la Guerra del Chaco. La estabilización de
diciembre de 1956 reduce la tasa de inflación de manera abrupta e inicia un largo periodo
de inflación moderada hasta 1974. Sin embargo, la evolución de la varianza recursiva de la
inflación muestra otra vez una lenta convergencia. La aceleración inflacionaria de 1974
casi no afecta la varianza recursiva pero, el rápido deterioro macroeconómico iniciado en
1982 se refleja automáticamente en tasas de inflación explosivas con el correspondiente
aumento de la varianza recursiva. Para 1982, año en que se produce la aceleración
inflacionaria que habría de desembocar en hiperinflación en 1984, la varianza recursiva de
la inflación – llámese la memoria inflacionaria – aún no había retornado a los niveles
previos a 1952.
La estabilización de 1985 – 1986 reduce de manera abrupta la inflación y la
memoria inflacionaria (reflejada en la varianza recursiva) inicia un lento retorno a los
niveles previos al shock. Hasta 1997, año en que se reduce la tasa de inflación a niveles
por debajo del 10% anual de manera permanente, la varianza recursiva empieza a caer a
una tasa más lenta, tendencia que no cambia pese a la aceleración inflacionaria de 2007.
Asumiendo que la tasa de inflación permanece en el valor de 2010, de manera
permanente, la ilustración Ilustración 7 muestra que matemáticamente, la memoria del
proceso de alta inflación iniciado en 1982 recién se habría “olvidado” alrededor del año
2073.
41
Ilustración 7: Proyección de VARINF con inflación estable
0.07000
0.06000
0.05000
0.04000
Varinf
0.03000
0.02000
0.01000
2080
2073
2066
2059
2052
2045
2038
2031
2024
2017
2010
2003
1996
1989
1982
1975
1968
1961
1954
1947
1940
1933
0.00000
Con otras simulaciones, por ejemplo inflación cero de manera permanente desde
2006, la varianza recursiva no converge a los niveles anteriores a 1982 ni siquiera hasta
después de 2086. Ello implica que la receta de inflación cero no es argumento suficiente
para revertir la memoria del público por sí sola. Finalmente, la tasa de inflación anual
acorde al historial inflacionario boliviano que maximiza el más pronto retorno a los niveles
previos a 1982 es de 24%. Con dicha tasa, el retorno se produciría alrededor del año 2053.
Tasas menores o mayores desplazan hacia arriba dicho periodo de convergencia.
La variable dependiente en esta aplicación de memoria inflacionaria – los saldos
reales de M1 – se comporta con una fuerte presencia de histéresis. Obsérvese en la
Ilustración 9 que la variable M1 real recién recupera sus niveles iniciales de 1980 recién
después del año 2000. Nótese que el crecimiento de M1 posterior a 2005 es más que
proporcional a la caída en VARINFH (la memoria inflacionaria) y casi directamente
proporcional al aumento en el PIB que también se acelera en el año 2005.
42
ILUSTRACIÓN 8: PROYECCIÓN DE VARINF CON INFLACIÓN ÓPTIMA PARA MÁXIMA CONVERGENCIA
0.07000
0.06000
0.05000
0.04000
Varinf
0.03000
0.02000
0.01000
2080
2073
2066
2059
2052
2045
2038
2031
2024
2017
2010
2003
1996
1989
1982
1975
1968
1961
1954
1947
1940
1933
0.00000
ILUSTRACIÓN 9: HISTÉRESIS EN VARIABLES REALES BOLIVIANAS
m
infh
0.6
200000
0.4
100000
0.2
0.0
1970
1980
1990
2000
2010
1970
pib
1980
1990
2000
2010
1980
1990
2000
2010
Varinfh
8e6
0.02
6e6
0.01
4e6
1970
1980
1990
2000
2010
1970
43
4.2. Estimación de la demanda de dinero con memoria
inflacionaria
La estimación de la demanda de dinero en países que atravesaron períodos de alta
inflación plantea problemas de especificación que muchas veces han sido enfrentados
acudiendo a criterios de discutible respaldo teórico y que no son usualmente adoptados
en períodos de baja inflación. En unos casos, cuando el período de alta inflación se
encontraba en medio de la muestra, el uso de variables mudas era empleado para
"aislarlo" de las demás observaciones. En otros casos, se descomponían algunas variables
en variaciones positivas y negativas para "atrapar" ciertas asimetrías emergentes de los
períodos post-inflacionarios ó se empleaban definiciones alternativas de variables
explicativas para obtener resultados más congruentes con hipótesis de la teoría
económica. También, se estimaba esta función exclusivamente para el período de alta
inflación asumiendo, de hecho, diferentes procesos de generación de los datos en
períodos de alta inflación y en períodos de baja inflación.
El modelo clásico de la demanda de dinero surge de la especificación de Cagan (Cagan,
1956): mt  ln M t  ln Pt  ln Yt  it  ut donde M representa la cantidad de dinero, P el
nivel de precios, Y el nivel de ingreso, el subíndice t denota el tiempo; α es un parámetro y
u es un residuo de media cero que se supone aleatorio; i es el costo de oportunidad de
retener dinero el cual se forma de acuerdo a la ecuación de Fisher:
donde r es
la tasa de interés real y π es la tasa de inflación, el superíndice e denota expectativa. Se
asume en el modelo original de Cagan que las expectativas se forman de manera
adaptativa y el modelo fue extendido con variantes a expectativas racionales. Bajo esta
última hipótesis, se tendría que
. Donde I es el vector de información
disponible en el momento t-1. La solución de esta ecuación, para ser estable, require que
e
lim ( 1+ )  t+n
=0
.
n
n
se cumpla lo siguiente:
44
Si esta condición no se cumple, puede existir una burbuja racional. Bajo estas condiciones
(Diba & Grossman, 1988) la presencia de burbujas elimina la estacionariedad a cualquier
grado de diferenciación de la tasa de inflación. También elimina la cointegración entre
inflación y crecimiento del dinero. Si se prueba que el componente ajeno al ingreso es
estacionario, se infiere la ausencia de burbujas y la estacionariedad de variables noobservables (en este caso la inflación esperada). Así, en caso de cointegración entre p y
dlogM, la posibilidad de hiperinflación a causa de burbujas racionales es rechazada por lo
tanto queda la posibilidad de que la hiperinflación se origine en otras variables, por
ejemplo el déficit fiscal.
Se sabe que cuando el déficit fiscal es la única fuente de creación de dinero, existen dos
puntos de equilibrio en el sistema, uno de baja inflación y otro de alta inflación. Cuando las
expectativas son racionales, el equilibrio de baja inflación es inestable y el de alta inflación es
estable y por tanto el modelo es incapaz de generar hiperinflación. Lo opuesto sucede en el
caso de expectativas adaptativas dando lugar a la posibilidad de hiperinflación. Cuando
existen ajustes rezagados de los saldos monetarios, el equilibrio de alta inflación puede ser
inestable aún con expectativas racionales haciendo posible la hiperinflación. Una
consideración final es que diferentes formas funcionales de la demanda de dinero confieren
propiedades diferentes a la dinámica de la inflación para distintas hipótesis de formación de
expectativas (Barbosa, 1993).
4.2.1. Memoria inflacionaria en el estado del arte de la econometría
Es recurrente en el estudio de la econometría en general y de la inflación en particular la
asociación entre longitud de la memoria y la persistencia de la inflación, concretamente
entre memoria larga y persistencia 6. La mayoría de dichos trabajos tienen en común que
6
Véase (Pons Fanals, 2000) para el caso español,
45
se basan en la utilización de los contrastes de integrabilidad propuestos por (Dickey &
Fuller, 1981) y en los tradicionales modelos autorregresivos, integrados y media móvil
(ARIMA) 7.
La distinción tradicional entre procesos I(0) y procesos I(1) hace hincapié en que las
innovaciones o shocks tienen efectos muy diferentes. Pero dichos casos representan
situaciones muy extremas en cuanto a sus propiedades y por ello la literatura relacionada
con el análisis de las series temporales ha mostrado recientemente gran interés por los
modelos fraccionalmente integrados ya que permiten la modelización de situaciones
intermedias. Buena parte de este reciente interés se debe al desarrollo de los modelos
autorregresivos, media móvil y fraccionalmente integrados (ARFIMA) que permiten, de
manera relativamente simple, la modelización de situaciones intermedias entre los
modelos ARMA (estacionarios y con poca persistencia) y los modelos ARIMA (con raíces
unitarias y, por tanto, con una persistencia infinita de los posibles shocks).
La memoria larga es un concepto que suele relacionarse con la persistencia que
muestran las autocorrelaciones muestrales de ciertas series temporales estacionarias, las
cuales decrecen a un ritmo muy lento, pero finalmente convergen hacia cero, indicando
que las innovaciones de dichas series tienen efectos transitorios pero perduran durante
mucho tiempo. Este comportamiento no es compatible ni con los modelos estacionarios
que imponen un decrecimiento exponencial (rápida convergencia a cero) en las
autocorrelaciones y, por lo tanto, en los efectos de las innovaciones, ni con el grado
extremo de persistencia de los modelos integrados no estacionarios en los que las
innovaciones tienen efectos permanentes (Pérez & Ruiz, 2001).
La distinción tradicional entre procesos I(0) y procesos I(1) hace hincapié en que las
innovaciones o shocks tienen efectos muy diferentes. Pero dichos casos representan
situaciones muy extremas en cuanto a sus propiedades y por ello la literatura relacionada
con el análisis de las series temporales ha mostrado recientemente gran interés por los
7
Véase (Pyndick & Rubinfield, 2005)
46
modelos fraccionalmente integrados ya que permiten la modelización de situaciones
intermedias (Pons Fanals).
Los trabajos empíricos sobre memoria larga se remontan a Hurst (1951)8 en el
campo de la hidrología. Recién en la década de 1980 surge el interés por los modelos con
memoria larga para series económicas. Granger y Joyeux observan que muchas de dichas
series son aparentemente no estacionarias en media, y sin embargo, las series
diferenciadas suelen presentar claros indicios de sobrediferenciación. Por lo tanto, para
modelizar este tipo de series, la diferenciación parece “excesiva” pero la no diferenciación
tampoco es adecuada. Para cubrir este vacío entre los casos extremos de modelos ARIMA
con raíces unitarias, típicamente utilizados para modelizar series no estacionarias cuyo
nivel evoluciona temporalmente, y modelos ARMA estacionarios donde el nivel medio es
constante y la serie vuelve relativamente rápido a dicho nivel, se proponen una clase de
procesos intermedios en los que el orden de integración sea fraccional. Se trata de los
procesos ARMA fraccionalmente integrados, ARFIMA(p,d,q), donde d es un número real.
Al permitir que el orden de integración, d, sea un número no entero, estos modelos
actúan como un “puente” entre los procesos con raíces unitarias ARIMA (d=1) y los
procesos ARMA estacionarios (d=0). Según estos autores, cuando 0<d<1/2, los procesos
ARFIMA son estacionarios, es decir, su nivel medio es constante, pero las desviaciones de
la serie sobre dicho nivel tienen mayor duración que cuando d=0.
La presencia de memoria larga en series económicas, puede estar justificada por lo
que Granger (1966) denominó la forma “típica” del espectro de las series económicas, que
se caracteriza por no estar acotado en las frecuencias bajas y decrecer hiperbólicamente
hacia cero. A esto hay que añadir los resultados sobre agregación de series de Robinson
(1978) y Granger (1980, 1990), que demuestran que la suma de procesos AR(1)
independientes cuyos coeficientes siguen una distribución tipo Beta, es un proceso
fraccionalmente integrado. Dado que muchas variables económicas son agregados de
otras variables, este resultado podría explicar la presencia de memoria larga en ciertas
8
Hurst, H.E. (1951) “Methods for storage capacity of reservoirs”, Trans. Am. Soc. Civil Engineers 116, pp.
770-799. Citado en (Pérez & Ruiz, 2001).
47
series económicas. Otra explicación alternativa de la existencia de memoria larga en los
agregados económicos puede verse en Parke (1999) 9. El conjunto de estos aportes se
limita a calificar una serie como de memoria larga o memoria corta, mas no cuantifican el
monto de memoria involucrado.
4.2.2. Evidencia empírica para el caso boliviano
Utilizando el software PCGIVE se estimó un modelo irrestricto con 9 rezagos para las
variables log(m)=log(M1/IPC), log(PIB), inflación discreta (infh) y su correspondiente
memoria inflacionaria representada por VARINFH. Se utilizó un número uniforme de
rezagos así como constante, tendencia y dummies estacionales siguiendo la metodología
de Hendry. Dicho modelo se detalla en el anexo 3, las series utilizadas se presentan en el
anexo 2 para su correspondiente réplica.
Se trabajó con la muestra 1970 – 2010 trimestral, dejando el año 2010 para testear
bondad de predicciones del modelo.
9
La evidencia empírica sobre la presencia de memoria larga en series económicas y financieras es
extensa. Greene y Fielitz (1977) utilizan el estadístico de rango reescalado para contrastar la presencia de
memoria larga en 200 series de rendimientos y encuentran evidencia en un número elevado de ellas. Lo
(1991) detecta memoria larga en rendimientos financieros utilizando una modificación del dicho estadístico.
Cheung (1993) y Baillie y Bollerslev (1994) encuentran evidencia de memoria larga en activos financieros. En
series macroeconómicas Diebold y Rudebush (1989) y Sowell (1992b) encuentran memoria larga en series
trimestrales del Producto Nacional Bruto americano y Delgado y Robinson (1993), Hassler y Wolters (1995) y
Baillie, Chung y Tieslau (1996) en distintas series mensuales de inflación. La existencia de memoria larga
estacional ha sido observada empíricamente por Porter-Hudak (1990), Ray (1993a) o Franses y Ooms (1997).
Ha surgido también un gran interés por la utilización de procesos con memoria larga para la modelización de
la volatilidad de series financieras. Ding, Granger y Engle (1993) mostró que las autocorrelaciones
muestrales de ciertas transformaciones de los rendimientos absolutos del índice bursátil S&P500 decrecen
muy lentamente hacia cero, en consonancia con la propiedad de memoria larga. Trabajos posteriores, como
Crato y de Lima (1994), Bollerslev y Mikkelsen (1996) y Lobato y Robinson (1998) han confirmado la
evidencia de memoria larga en los cuadrados de distintas series financieras. Motivados por estos resultados,
se han propuesto recientemente varios modelos que tratan de representar la propiedad de memoria larga
en los momentos condicionados de segundo orden. En la actualidad, existen varias revisiones de la literatura
sobre modelos con memoria larga; véanse, por ejemplo, Beran (1994), Robinson (1994b) y Baillie (1996).
Aunque los modelos ARFIMA no son los únicos capaces de generar series con memoria larga, son los más
utilizados en el análisis empírico.
48
ILUSTRACIÓN 10: MODELO IRRESTRICTO Y SUS PROPIEDADES
Lm
2
Fitted
12
r:Lm (scaled)
forc.error
1980
Spectral density
1990
1
0
11
-1
10
-2
1980
12.5
1-step Forecasts
1990
2000
2010
Lm
2000
2010
r:Lm
0.15
12.4
12.3
0.10
12.2
0.05
12.1
2009
2010
2011
0.0
0.5
1.0
Tal como se observa en el Anexo 3 y en la Ilustración 10, el modelo irrestricto tiene
propiedades deseables y que se detallan a continuación. Los residuos son esféricos no
rechazándose la hipótesis nula ni siquiera en el test de Ramsey ni en el test de Jarque Bera
que tenían tendencia a ser rechazados en el periodo de hiperinflación. En esta
oportunidad, estos test son aprobados dando evidencia de una sólida especificación para
el modelo.
La relación de largo plazo que posteriormente se utiliza en la simplificación del modelo
viene dada por:
ECM = Lm + 28.0519 - 2.54883*Lpib - 6.90102*infh + 66.8017*Varinfh
La relación de largo plazo nos muestra que la elasticidad de largo plazo de la demanda de
dinero M1 es 2.54 (mayor a uno de manera significativa al 1%), en tanto que el coeficiente
de inflación es también positivo (aunque sólo significativo al 10%) en tanto que la
memoria inflacionaria, tiene, como se había previsto, un significativo signo negativo.
49
Cuáles son las conclusiones de este hallazgo? En primer lugar la relación negativa entre
monto de memoria inflacionaria y demanda por M1 real. En tanto mayor sea el
“recuerdo” de la inflación tanto menor será la demanda por dinero doméstico. El
coeficiente es negativo y significativo al 1%. En cambio, la semielasticidad a la tasa de
inflación es positiva pero poco significativa. Por lo tanto, en el largo plazo, es el ingreso, tal
como la teoría lo sugiere la variable dominante, pero acompañado de la memoria
inflacionaria antes que la inflación en sí.
ILUSTRACIÓN 11: ESTABILIDAD DEL MODELO IRRESTRICTO
0.00
Lpib  +/-2SE
infh  +/-2SE
-0.25
1.0
-0.50
0.5
-0.75
-1.00
0.0
-1.25
1995
1.00
1up CHOWs
2000
2005
2010
1995
1.00
1%
0.75
0.75
0.50
0.50
0.25
0.25
1995
2000
2005
2010
2000
Nup CHOWs
1995
2005
2010
2005
2010
1%
2000
Diferenciando las series y tomando ECM(-1) se estimó el modelo irrestricto bajo la forma
de un modelo de corrección de error parsimonioso y ortogonal después de 32 reducciones.
Dicho modelo, dada su importancia, se presenta a continuación:
50
EQ(32) Modelling DLm by OLS (using money_bol)
The estimation sample is: 1974 (1) to 2009 (4)
DLm_4
DLm_8
DLm_9
Constant
DLpib
DLpib_2
DLpib_5
Dinfh
Dinfh_1
Dinfh_2
Dinfh_3
Dinfh_5
Dinfh_6
DVarinfh
Seasonal
ecm_1
DDLpib_7
DDLm_1_DDLm_5
DDV_2_DDV_7
Coefficient
0.436925
0.180089
0.114465
0.0191410
0.761836
0.481463
0.295145
-0.527721
-0.306448
-0.585539
-0.527430
-0.199862
-0.472944
-82.6715
-0.0455077
-0.0810383
0.292208
0.155122
53.5626
Std.Error
0.06187
0.06087
0.05068
0.008205
0.1370
0.09875
0.1039
0.1446
0.1152
0.1283
0.1058
0.1094
0.09124
16.54
0.02265
0.01559
0.07546
0.04621
10.11
t-value
7.06
2.96
2.26
2.33
5.56
4.88
2.84
-3.65
-2.66
-4.57
-4.99
-1.83
-5.18
-5.00
-2.01
-5.20
3.87
3.36
5.30
t-prob Part.R^2
0.000
0.2852
0.004
0.0654
0.026
0.0392
0.021
0.0417
0.000
0.1982
0.000
0.1598
0.005
0.0607
0.000
0.0963
0.009
0.0536
0.000
0.1429
0.000
0.1660
0.070
0.0260
0.000
0.1769
0.000
0.1666
0.047
0.0313
0.000
0.1778
0.000
0.1071
0.001
0.0827
0.000
0.1834
sigma
0.0559769 RSS
0.391676522
R^2
0.870514 F(18,125) =
46.69 [0.000]**
log-likelihood
220.986 DW
1.84
no. of observations
144 no. of parameters
19
AIC
-5.64324 SC
-5.25139
HQ
-5.48402 FPE
0.00354685
When the log-likelihood constant is included:
AIC
-2.80537 SC
-2.41352
HQ
-2.64614 FPE
0.0605783
mean(DLm)
0.0122985 var(DLm)
0.021006
Al ser una representación ortogonal del modelo irrestricto, sus propiedades son de inicio
las mismas, sin embargo se observa un potenciamiento de los resultados, dando como
resultado la evidencia de innovación en los residuos y respaldando la estimación MCO
ensayada. Los prefijos D denotan diferencia. Mientras los signos de incrementos en la tasa
de inflación son todos negativos (lo sugerido por la teoría), el signo de VARINFH (en
incremento) es fuertemente negativo similar al vector de largo plazo. Este resultado
muestra que efectivamente la memoria inflacionaria es un determinante significativo de la
demanda de M1 real en tanto que el ingreso se constituye en el otro determinante clásico.
Nótese que la elasticidad ingreso de corto plazo es 0.76 reflejando la existencia de una
economía subterránea al no rechazarse la hipótesis de ser igual auno.
51
ILUSTRACIÓN 12: PROPIEDADES DEL MODELO SIMPLIFICADO
0.5
DLm
Fitted
r:DLm (scaled)
2
forc.error
0.0
0
-0.5
-2
1980
1-step Forecasts
0.2
1990
2000
2010
Density
0.4
DLm
0.0
1980
1990
r:DLm
2000
2010
N(0,1)
0.2
-0.2
2009
1
2010
2011
-4
ACF-r:DLm
-2
-1
0
1
2
3
r:DLm  normal
2
0
-3
QQ plot
0
-2
0
0.4
0.3
0.2
0.1
5
r:DLm
-3
10
-2
Distribution
5.0
2.5
0.0
-2.5
-2
-1
0
1
2
3
0
-1
r:DLm
Chow
300
600
0
900
1
1200
1500
2
1800
ILUSTRACIÓN 13: ESTABILIDAD DEL MODELO SIMPLIFICADO
1.25
DLpib  +/-2SE
-0.25
Dinfh  +/-2SE
1.00
-0.50
0.75
-0.75
0.50
2000
-0.025
2005
2010
2000
1.0
ecm_1  +/-2SE
1up CHOWs
2005
2010
2005
2010
2005
2010
1%
-0.050
0.5
-0.075
-0.100
2000
1.00
Ndn CHOWs
2005
2010
2000
1.0
1%
Nup CHOWs
1%
0.75
0.5
0.50
2000
2005
2010
2000
52
5. Conclusiones y recomendaciones
La memoria inflacionaria juega un rol importante de la especificación de modelos
econométricos para variables que sufren de histéresis como es el caso de la demanda de
M1 para la economía boliviana.
En la presente investigación de ha propuesto y cuantificado una serie proxy que refleja la
memoria inflacionaria en línea con el estado del arte en neuroeconomía y psicología
cognitiva. Dicha variable (VARINF) es acumulativa en el tiempo, asimétrica y con una
convergencia lenta reflejando plenamente la histéresis potencial.
Su aplicación al caso boliviano muestra que efectivamente dicha variable es significativa y
con signo negativo (lo que implica que un mayor monto de memoria inflacionaria refleja
un mayor riesgo de tener dinero en efectivo) explicando el por qué la economía sufrió un
rápido proceso de dolarización. A su vez, la reciente remonetización de la economía
estaría sobre todo explicada por un fuerte efecto ingreso ya que el agente representativo
de promedio recién terminará olvidando la inflación pasado el año 2050.
El modelo resultante es un modelo estable pese a que en medio de la muestra se tiene
una fuerte distorsión provocada por la hiperinflación. Este hallazgo invalida estimaciones
previas que buscaban obtener un Proceso Generador de Datos diferente para cada
periodo asumiendo la existencia (falsa) de un cambio estructural en 1985. De hecho, el
presente modelo demuestra que sólo hubo un PGD a lo largo de los años 1970 hasta 2010.
La reciente aceleración inflacionaria de 2007 a 2011 no afecta el sendero negativo de la
memoria inflacionaria. Tampoco reducciones bruscas alterará dicho sendero que sigue
una suerte de tendencia determinística en tanto la tasa de inflación se encuentre por
debajo de su promedio de largo plazo. Por lo tanto no es recomendable alterar la tasa de
inflación para inducir un mayor olvido del historial inflacionario boliviano.
Finalmente, este indicador de memoria inflacionaria es recomendable sea aplicado en
todo modelo cuyas variables muestren histéresis .
53
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57
Anexos
Anexo 1: Simulaciones Monte Carlo con un indicador de memoria
económica
Simulaciones con series con raíz unitaria
Yt  Yt 1  ut . Número de simulaciones:2000
58
59
Simulaciones con series estacionarias
Yt  Yt 1  ut ,   0.5 . Número de simulaciones :2000
60
Simulaciones con series estacionarias de memoria larga
Yt  Yt 1  ut ,0.5    0.99 . Número de simulaciones:2000
61
Anexo 2: Series de memoria inflacionaria utilizadas
OBS
Tasa de
inflación
trimestral
Tasa de
inflación
trimestral
discreta
Memoria
inflacionaria
(tomando
INF)
Memoria
inflacionaria
(tomando
INFH)
INF
INFH
varinf
varinfh
1970Q1
1970Q2
0.88791%
0.88009%
1970Q3
0.88009%
0.87242%
0.00000000
0.00000000
1970Q4
1.90937%
1.87359%
0.00003505
0.00003316
1971Q1
-0.77670%
-0.78278%
0.00012361
0.00012126
1971Q2
1.24840%
1.23301%
0.00009819
0.00009639
1971Q3
3.22031%
3.11985%
0.00017379
0.00016563
1971Q4
-0.45672%
-0.45881%
0.00018538
0.00017731
1972Q1
-0.60524%
-0.60893%
0.00019061
0.00018284
1972Q2
0.83386%
0.82696%
0.00016681
0.00016003
1972Q3
0.76518%
0.75937%
0.00014828
0.00014225
1972Q4
20.19060%
16.79882%
0.00355489
0.00246326
1973Q1
1.83491%
1.80185%
0.00323603
0.00224084
1973Q2
2.07744%
2.03517%
0.00296770
0.00205430
1973Q3
9.66780%
8.81553%
0.00311027
0.00221070
1973Q4
16.24307%
13.97337%
0.00406138
0.00290687
1974Q1
28.29859%
22.05682%
0.00752298
0.00488639
1974Q2
3.80541%
3.66591%
0.00706754
0.00458585
1974Q3
-1.49747%
-1.52024%
0.00690817
0.00451887
1974Q4
2.29184%
2.24049%
0.00656068
0.00428774
1975Q1
1.17985%
1.16609%
0.00628019
0.00410462
1975Q2
2.17973%
2.13323%
0.00599407
0.00391489
1975Q3
3.95484%
3.80438%
0.00570991
0.00372848
1975Q4
-1.44784%
-1.46911%
0.00560215
0.00368198
1976Q1
0.83591%
0.82898%
0.00540584
0.00355431
1976Q2
1.51872%
1.49600%
0.00520650
0.00342231
1976Q3
1.32452%
1.30721%
0.00502498
0.00330261
1976Q4
1.66954%
1.64213%
0.00484949
0.00318627
1977Q1
0.53705%
0.53419%
0.00470742
0.00309514
1977Q2
4.08060%
3.92062%
0.00453989
0.00298649
1977Q3
2.59086%
2.52543%
0.00438728
0.00288505
1977Q4
2.74394%
2.67066%
0.00424364
0.00278973
1978Q1
-0.75224%
-0.75794%
0.00416628
0.00274785
1978Q2
3.12492%
3.03022%
0.00403646
0.00266198
1978Q3
6.01146%
5.67057%
0.00393321
0.00260162
1978Q4
4.26349%
4.08915%
0.00381902
0.00252779
1979Q1
2.39464%
2.33864%
0.00371368
0.00245738
1979Q2
3.50589%
3.38714%
0.00361053
0.00238931
1979Q3
6.09623%
5.74595%
0.00353030
0.00234271
1979Q4
25.47017%
20.29978%
0.00466432
0.00303070
1980Q1
3.78024%
3.64254%
0.00454508
0.00295299
62
OBS
Tasa de
inflación
trimestral
INF
Tasa de
inflación
trimestral
discreta
INFH
Memoria
inflacionaria
(tomando
INF)
varinf
Memoria
inflacionaria
(tomando
INFH)
varinfh
1980Q2
9.21798%
8.43998%
0.00449417
0.00293537
1980Q3
2.37906%
2.32378%
0.00439307
0.00286866
1980Q4
6.08180%
5.73313%
0.00429649
0.00280976
1981Q1
13.33580%
11.76663%
0.00438341
0.00288977
1981Q2
2.42013%
2.36294%
0.00429317
0.00282970
1981Q3
6.75740%
6.32968%
0.00420955
0.00277948
1981Q4
-0.09944%
-0.09954%
0.00416265
0.00275427
1982Q1
25.23656%
20.15111%
0.00498012
0.00324710
1982Q2
20.42061%
16.95774%
0.00537326
0.00351054
1982Q3
53.78059%
34.97229%
0.00999632
0.00529837
1982Q4
38.32307%
27.70548%
0.01183129
0.00619522
1983Q1
19.77123%
16.50750%
0.01192587
0.00630532
1983Q2
21.13091%
17.44469%
0.01207379
0.00644233
1983Q3
48.18381%
32.51624%
0.01494780
0.00762620
1983Q4
56.79840%
36.22384%
0.01899790
0.00909596
1984Q1
49.06229%
32.91395%
0.02153255
0.01012987
1984Q2
90.80940%
47.59168%
0.03271265
0.01277432
1984Q3
50.83534%
33.70254%
0.03486870
0.01367459
1984Q4
121.45601%
54.84431%
0.05467404
0.01706256
1985Q1
178.36443%
64.07587%
0.09899865
0.02175771
1985Q2
99.91784%
49.97945%
0.10880107
0.02397605
1985Q3
146.49375%
59.43102%
0.13376952
0.02737377
1985Q4
16.78618%
14.37343%
0.13162621
0.02694333
1986Q1
36.19011%
26.57323%
0.12995995
0.02685781
1986Q2
8.64443%
7.95663%
0.12812745
0.02646339
1986Q3
4.65458%
4.44756%
0.12650465
0.02614141
1986Q4
1.13056%
1.11793%
0.12509640
0.02591661
1987Q1
4.34737%
4.16625%
0.12355866
0.02561261
1987Q2
1.72769%
1.69834%
0.12217864
0.02537691
1987Q3
1.50003%
1.47786%
0.12083753
0.02515026
1987Q4
2.59628%
2.53058%
0.11947171
0.02489868
1988Q1
2.29456%
2.24309%
0.11814785
0.02465823
1988Q2
8.07695%
7.47333%
0.11664576
0.02433307
1988Q3
5.92390%
5.59260%
0.11524517
0.02403896
1988Q4
3.15433%
3.05787%
0.11397550
0.02379625
1989Q1
1.89280%
1.85764%
0.11278243
0.02358424
1989Q2
0.54539%
0.54243%
0.11166916
0.02340751
1989Q3
7.19411%
6.71129%
0.11034781
0.02312244
1989Q4
5.69174%
5.38522%
0.10909762
0.02285916
1990Q1
1.32317%
1.30590%
0.10802182
0.02267406
1990Q2
2.85734%
2.77796%
0.10690993
0.02246095
1990Q3
4.01274%
3.85793%
0.10578270
0.02223319
1990Q4
8.38598%
7.73714%
0.10457059
0.02196909
1991Q1
6.57856%
6.17250%
0.10342393
0.02172300
63
OBS
Tasa de
inflación
trimestral
INF
Tasa de
inflación
trimestral
discreta
INFH
Memoria
inflacionaria
(tomando
INF)
varinf
Memoria
inflacionaria
(tomando
INFH)
varinfh
1991Q2
2.01160%
1.97193%
0.10243003
0.02154169
1991Q3
2.28386%
2.23287%
0.10144527
0.02135809
1991Q4
2.68868%
2.61828%
0.10046592
0.02117055
1992Q1
5.26567%
5.00227%
0.09943572
0.02095346
1992Q2
1.59319%
1.56820%
0.09852675
0.02079064
1992Q3
1.73063%
1.70119%
0.09762914
0.02062746
1992Q4
1.35869%
1.34047%
0.09675817
0.02047275
1993Q1
2.57409%
2.50949%
0.09586691
0.02030063
1993Q2
1.76761%
1.73691%
0.09501364
0.02014323
1993Q3
3.38066%
3.27011%
0.09413253
0.01996564
1993Q4
1.15779%
1.14453%
0.09332566
0.01982257
1994Q1
1.28927%
1.27286%
0.09252810
0.01967896
1994Q2
1.57839%
1.55386%
0.09173561
0.01953256
1994Q3
2.76793%
2.69338%
0.09092647
0.01937197
1994Q4
2.55848%
2.49466%
0.09013601
0.01921639
1995Q1
2.30640%
2.25441%
0.08936467
0.01906625
1995Q2
2.69558%
2.62483%
0.08859719
0.01891358
1995Q3
1.42053%
1.40063%
0.08787199
0.01877938
1995Q4
5.42005%
5.14138%
0.08707786
0.01860746
1996Q1
4.02874%
3.87272%
0.08632181
0.01844876
1996Q2
0.68864%
0.68393%
0.08564998
0.01833112
1996Q3
2.32569%
2.27283%
0.08495109
0.01819347
1996Q4
0.60481%
0.60117%
0.08430144
0.01807971
1997Q1
-0.06349%
-0.06353%
0.08367719
0.01797702
1997Q2
2.19858%
2.15128%
0.08301156
0.01784546
1997Q3
0.86607%
0.85864%
0.08238398
0.01773157
1997Q4
3.51019%
3.39116%
0.08171440
0.01759116
1998Q1
2.42356%
2.36621%
0.08107458
0.01746257
1998Q2
0.82376%
0.81703%
0.08047591
0.01735359
1998Q3
0.20129%
0.20089%
0.07989888
0.01725386
1998Q4
0.85813%
0.85083%
0.07931596
0.01714654
1999Q1
0.09964%
0.09954%
0.07875675
0.01704996
1999Q2
0.29832%
0.29743%
0.07820087
0.01695157
1999Q3
1.31052%
1.29357%
0.07763288
0.01684227
1999Q4
1.37646%
1.35777%
0.07707166
0.01673353
2000Q1
1.54829%
1.52469%
0.07651524
0.01662433
2000Q2
-0.10883%
-0.10895%
0.07599730
0.01653508
2000Q3
2.93725%
2.85343%
0.07543398
0.01641651
2000Q4
-1.02292%
-1.03350%
0.07494837
0.01634130
2001Q1
-0.02671%
-0.02672%
0.07444897
0.01625343
2001Q2
0.75844%
0.75273%
0.07394182
0.01615751
2001Q3
0.26476%
0.26406%
0.07344991
0.01606786
2001Q4
-0.07935%
-0.07942%
0.07297036
0.01598289
2002Q1
-0.10590%
-0.10602%
0.07249724
0.01589891
64
OBS
Tasa de
inflación
trimestral
INF
Tasa de
inflación
trimestral
discreta
INFH
Memoria
inflacionaria
(tomando
INF)
varinf
Memoria
inflacionaria
(tomando
INFH)
varinfh
2002Q2
0.11913%
0.11899%
0.07202604
0.01581310
2002Q3
1.09204%
1.08025%
0.07154496
0.01571842
2002Q4
1.31299%
1.29597%
0.07106680
0.01562284
2003Q1
0.24508%
0.24448%
0.07061133
0.01553828
2003Q2
0.52682%
0.52406%
0.07015702
0.01545173
2003Q3
1.47567%
1.45421%
0.06969446
0.01535778
2003Q4
1.61587%
1.59017%
0.06923594
0.01526384
2004Q1
0.53287%
0.53005%
0.06879860
0.01517998
2004Q2
1.17952%
1.16577%
0.06835740
0.01509143
2004Q3
0.85138%
0.84419%
0.06792623
0.01500651
2004Q4
1.95485%
1.91737%
0.06748597
0.01491424
2005Q1
1.56723%
1.54304%
0.06705609
0.01482571
2005Q2
1.83045%
1.79755%
0.06662835
0.01473638
2005Q3
0.03443%
0.03442%
0.06622957
0.01466221
2005Q4
1.35638%
1.33823%
0.06581782
0.01457795
2006Q1
0.44055%
0.43862%
0.06542282
0.01450165
2006Q2
1.58787%
1.56305%
0.06501809
0.01441757
2006Q3
0.83960%
0.83261%
0.06462728
0.01433966
2006Q4
1.96085%
1.92314%
0.06422801
0.01425508
2007Q1
2.55605%
2.49234%
0.06382745
0.01416827
2007Q2
1.03563%
1.02501%
0.06344824
0.01409152
2007Q3
4.40761%
4.22154%
0.06304168
0.01399985
2007Q4
3.08863%
2.99609%
0.06265077
0.01391372
2008Q1
4.64103%
4.43519%
0.06225272
0.01382380
2008Q2
3.83376%
3.69221%
0.06186543
0.01373716
2008Q3
1.98496%
1.94633%
0.06149906
0.01365937
2008Q4
0.73648%
0.73109%
0.06115020
0.01359008
2009Q1
-0.19875%
-0.19914%
0.06081629
0.01352848
2009Q2
-0.42474%
-0.42655%
0.06048872
0.01346922
2009Q3
0.52848%
0.52570%
0.06015326
0.01340308
2009Q4
0.36226%
0.36095%
0.05982327
0.01333869
2010Q1
0.21501%
0.21455%
0.05949847
0.01327591
2010Q2
0.21455%
0.21409%
0.05917710
0.01321366
2010Q3
2.43057%
2.37290%
0.05883761
0.01313950
2010Q4
4.07417%
3.91468%
0.05849012
0.01306089
Fuentes:
Instituto Nacional de Estadística.
Banco Central de Bolivia.
VARINF y VARINFH. Elaboración propia.
65
Anexo 3: Modelo irrestricto y sus propiedades
EQ(10) Modelling Lm by OLS (using money_bol)
The estimation sample is: 1972 (4) to 2009 (4)
Lm_1
Lm_2
Lm_3
Lm_4
Lm_5
Lm_6
Lm_7
Lm_8
Lm_9
Constant
Lpib
Lpib_1
Lpib_2
Lpib_3
Lpib_4
Lpib_5
Lpib_6
Lpib_7
Lpib_8
Lpib_9
infh
infh_1
infh_2
infh_3
infh_4
infh_5
infh_6
infh_7
infh_8
infh_9
Varinfh
Varinfh_1
Varinfh_2
Varinfh_3
Varinfh_4
Varinfh_5
Varinfh_6
Varinfh_7
Varinfh_8
Varinfh_9
Seasonal
Seasonal_1
Seasonal_2
Trend
Coefficient
1.04411
-0.200970
0.0553288
0.288207
-0.452607
0.285650
-0.169020
0.281640
-0.193022
3.97666
0.569203
-0.521806
0.610923
-0.246150
0.302400
0.121202
-0.668909
0.145844
-0.821685
0.283512
-0.674455
0.749685
0.0154118
-0.0818779
0.550575
-0.0475927
-0.396600
0.296347
0.285128
-0.0227913
-66.9837
47.9618
38.4068
-63.5514
-5.41694
37.6006
20.8149
-62.8194
73.2783
-30.5870
-0.0968436
-0.0534124
-0.0134217
0.00296335
Std.Error
0.09683
0.1327
0.1289
0.1292
0.1262
0.1310
0.1373
0.1406
0.1027
3.117
0.2302
0.2428
0.2474
0.2531
0.2944
0.2863
0.2531
0.2552
0.2477
0.2470
0.2241
0.2441
0.2554
0.2432
0.2401
0.2579
0.2601
0.2562
0.2221
0.1373
24.93
40.19
40.41
39.20
38.47
37.76
38.80
39.33
37.19
23.37
0.05281
0.03961
0.05164
0.001454
t-value
10.8
-1.51
0.429
2.23
-3.59
2.18
-1.23
2.00
-1.88
1.28
2.47
-2.15
2.47
-0.972
1.03
0.423
-2.64
0.571
-3.32
1.15
-3.01
3.07
0.0603
-0.337
2.29
-0.185
-1.52
1.16
1.28
-0.166
-2.69
1.19
0.950
-1.62
-0.141
0.996
0.536
-1.60
1.97
-1.31
-1.83
-1.35
-0.260
2.04
t-prob Part.R^2
0.000
0.5255
0.133
0.0214
0.669
0.0018
0.028
0.0453
0.001
0.1092
0.031
0.0433
0.221
0.0142
0.048
0.0368
0.063
0.0325
0.205
0.0153
0.015
0.0550
0.034
0.0421
0.015
0.0549
0.333
0.0089
0.307
0.0100
0.673
0.0017
0.009
0.0624
0.569
0.0031
0.001
0.0949
0.254
0.0124
0.003
0.0794
0.003
0.0825
0.952
0.0000
0.737
0.0011
0.024
0.0477
0.854
0.0003
0.130
0.0217
0.250
0.0126
0.202
0.0155
0.868
0.0003
0.008
0.0643
0.235
0.0134
0.344
0.0085
0.108
0.0244
0.888
0.0002
0.322
0.0094
0.593
0.0027
0.113
0.0237
0.051
0.0357
0.193
0.0161
0.070
0.0310
0.180
0.0170
0.795
0.0006
0.044
0.0380
66
sigma
0.0598772 RSS
0.376454004
R^2
0.992546 F(43,105) =
325.2 [0.000]**
log-likelihood
234.156 DW
1.95
no. of observations
149 no. of parameters
44
AIC
-5.39030 SC
-4.50323
HQ
-5.02990 FPE
0.00464402
When the log-likelihood constant is included:
AIC
-2.55242 SC
-1.66535
HQ
-2.19202 FPE
0.0793173
mean(Lm)
10.5884 var(Lm)
0.33897
Seasonal means of differences are
-0.14434
0.055581
0.010201
0.12662
R^2 relative to difference and seasonals = 0.76112
1-step (ex post) forecast analysis 2010 (1) to 2010 (4)
Parameter constancy forecast tests:
Forecast Chi^2(4) =
4.3349 [0.3626]
Chow
F(4,105) = 0.79152 [0.5332]
CUSUM
t(3)
=
0.8107 [0.4769]
(zero forecast innovation mean)
AR 1-5 test:
ARCH 1-4 test:
Normality test:
hetero test:
RESET test:
F(5,100)
F(4,97)
Chi^2(2)
F(78,26)
F(1,104)
=
=
=
=
=
1.4063
0.60096
1.2439
0.42566
0.81401
[0.2285]
[0.6628]
[0.5369]
[0.9979]
[0.3690]
Solved static long run equation for Lm
Coefficient Std.Error
Constant
65.5297
80.84
Lpib
-3.71536
5.434
infh
11.1037
7.465
Varinfh
-186.142
120.3
Seasonal
-1.59584
1.471
Seasonal_1
-0.880160
0.8863
Seasonal_2
-0.221171
0.8639
Trend
0.0488318
0.04549
Long-run sigma = 0.98669
t-value
0.811
-0.684
1.49
-1.55
-1.08
-0.993
-0.256
1.07
t-prob
0.419
0.495
0.139
0.124
0.280
0.322
0.798
0.285
ECM = Lm - 65.5297 + 3.71536*Lpib - 11.1037*infh + 186.142*Varinfh
+ 1.59584*Seasonal + 0.88016*Seasonal_1 + 0.221171*Seasonal_2 - 0.0488318*Trend;
Covariance matrix of long-run parameters
// [][0]...[][5]
6534.9
-439.28
382.13
-9396.7
-80.270
-40.641
-439.28
29.531
-25.800
631.89
5.3679
2.7153
382.13
-25.800
55.729
-681.14
-6.1837
-3.0111
-9396.7
631.89
-681.14
14473.
129.52
65.254
-80.270
5.3679
-6.1837
129.52
2.1634
0.93980
-40.641
2.7153
-3.0111
65.254
0.93980
0.78546
-11.332
0.73581
-0.75679
17.326
0.70099
0.30455
3.6486
-0.24534
0.23453
-5.4018
-0.047378
-0.023896
// [][6]...[][7]
-11.332
3.6486
0.73581
-0.24534
-0.75679
0.23453
17.326
-5.4018
0.70099
-0.047378
0.30455
-0.023896
0.74631
-0.0063391
-0.0063391
0.0020690
WALD test: Chi^2(7) = 16.9485 [0.0177] *
67
EQ( 2) Modelling Lm by OLS (using money_bol.in7)
The estimation sample is: 1972 (4) to 2009 (4)
Lm_1
Lm_2
Lm_3
Lm_4
Lm_5
Lm_6
Lm_7
Lm_8
Lm_9
Constant
Lpib
Lpib_1
Lpib_2
Lpib_3
Lpib_4
Lpib_5
Lpib_6
Lpib_7
Lpib_8
Lpib_9
infh
infh_1
infh_2
infh_3
infh_4
infh_5
infh_6
infh_7
infh_8
infh_9
Varinfh
Varinfh_1
Varinfh_2
Varinfh_3
Varinfh_4
Varinfh_5
Varinfh_6
Varinfh_7
Varinfh_8
Varinfh_9
Coefficient
1.06751
-0.314214
0.162790
0.362522
-0.561299
0.266962
-0.152274
0.384592
-0.299234
-2.31839
0.755954
-0.477976
0.662448
-0.461949
0.293574
0.159023
-0.486104
0.260578
-0.896808
0.401913
-0.509789
0.787432
-0.183337
0.0305221
0.662557
-0.271680
-0.491351
0.444881
0.268394
-0.167284
-67.0596
47.8523
44.4233
-68.7695
10.5919
29.5088
16.4169
-63.4026
95.1515
-50.2340
Std.Error
0.09281
0.1231
0.1219
0.1234
0.1204
0.1267
0.1302
0.1310
0.09753
0.7779
0.2237
0.2436
0.2453
0.2441
0.2989
0.2928
0.2496
0.2447
0.2391
0.2416
0.2231
0.2386
0.2429
0.2359
0.2343
0.2526
0.2584
0.2538
0.2228
0.1324
25.15
40.47
40.62
39.75
39.03
38.29
38.61
38.56
36.30
22.99
t-value
11.5
-2.55
1.34
2.94
-4.66
2.11
-1.17
2.94
-3.07
-2.98
3.38
-1.96
2.70
-1.89
0.982
0.543
-1.95
1.07
-3.75
1.66
-2.29
3.30
-0.755
0.129
2.83
-1.08
-1.90
1.75
1.20
-1.26
-2.67
1.18
1.09
-1.73
0.271
0.771
0.425
-1.64
2.62
-2.18
t-prob Part.R^2
0.000
0.5483
0.012
0.0564
0.185
0.0161
0.004
0.0733
0.000
0.1663
0.037
0.0392
0.245
0.0124
0.004
0.0733
0.003
0.0795
0.004
0.0753
0.001
0.0948
0.052
0.0341
0.008
0.0627
0.061
0.0318
0.328
0.0088
0.588
0.0027
0.054
0.0336
0.289
0.0103
0.000
0.1143
0.099
0.0248
0.024
0.0457
0.001
0.0908
0.452
0.0052
0.897
0.0002
0.006
0.0683
0.284
0.0105
0.060
0.0321
0.082
0.0274
0.231
0.0131
0.209
0.0144
0.009
0.0612
0.240
0.0127
0.276
0.0109
0.086
0.0267
0.787
0.0007
0.443
0.0054
0.672
0.0017
0.103
0.0242
0.010
0.0593
0.031
0.0420
sigma
0.061459 RSS
0.411715659
R^2
0.991848 F(39,109) =
340.1 [0.000]**
log-likelihood
227.485 DW
1.97
no. of observations
149 no. of parameters
40
AIC
-5.35446 SC
-4.54803
HQ
-5.02682 FPE
0.00479122
When the log-likelihood constant is included:
AIC
-2.51658 SC
-1.71015
HQ
-2.18894 FPE
0.0818315
mean(Lm)
10.5884 var(Lm)
0.33897
Seasonal means of differences are
-0.14434
0.055581
0.010201
0.12662
R^2 relative to difference and seasonals = 0.738744
1-step (ex post) forecast analysis 2010 (1) to 2010 (4)
Parameter constancy forecast tests:
Forecast Chi^2(4) =
3.3685 [0.4982]
Chow
F(4,109) = 0.56449 [0.6889]
CUSUM
t(3)
=
0.9022 [0.4334]
(zero forecast innovation mean)
AR 1-5 test:
ARCH 1-4 test:
Normality test:
hetero test:
F(5,104)
F(4,101)
Chi^2(2)
F(78,30)
=
=
=
=
0.94427
0.33364
0.19184
0.42933
[0.4557]
[0.8547]
[0.9085]
[0.9985]
68
RESET test:
F(1,108) =
1.8944 [0.1716]
Solved static long run equation for Lm
Coefficient Std.Error
Constant
-28.0519
9.148
Lpib
2.54883
0.5967
infh
6.90102
4.162
Varinfh
-66.8017
15.48
Long-run sigma = 0.743636
t-value
-3.07
4.27
1.66
-4.32
t-prob
0.003
0.000
0.099
0.000
ECM = Lm + 28.0519 - 2.54883*Lpib - 6.90102*infh + 66.8017*Varinfh;
Covariance matrix of long-run parameters
83.682
-5.4565
-22.455
101.91
-5.4565
0.35602
1.4310
-6.6850
-22.455
1.4310
17.325
-43.904
101.91
-6.6850
-43.904
239.58
WALD test: Chi^2(3) = 25.6139 [0.0000] **
Anexo 4: Modelo parsimonioso y sus propiedades
EQ(32) Modelling DLm by OLS (using money_bol)
The estimation sample is: 1974 (1) to 2009 (4)
DLm_4
DLm_8
DLm_9
Constant
DLpib
DLpib_2
DLpib_5
Dinfh
Dinfh_1
Dinfh_2
Dinfh_3
Dinfh_5
Dinfh_6
DVarinfh
Seasonal
ecm_1
DDLpib_7
DDLm_1_DDLm_5
DDV_2_DDV_7
Coefficient
0.436925
0.180089
0.114465
0.0191410
0.761836
0.481463
0.295145
-0.527721
-0.306448
-0.585539
-0.527430
-0.199862
-0.472944
-82.6715
-0.0455077
-0.0810383
0.292208
0.155122
53.5626
Std.Error
0.06187
0.06087
0.05068
0.008205
0.1370
0.09875
0.1039
0.1446
0.1152
0.1283
0.1058
0.1094
0.09124
16.54
0.02265
0.01559
0.07546
0.04621
10.11
t-value
7.06
2.96
2.26
2.33
5.56
4.88
2.84
-3.65
-2.66
-4.57
-4.99
-1.83
-5.18
-5.00
-2.01
-5.20
3.87
3.36
5.30
t-prob Part.R^2
0.000
0.2852
0.004
0.0654
0.026
0.0392
0.021
0.0417
0.000
0.1982
0.000
0.1598
0.005
0.0607
0.000
0.0963
0.009
0.0536
0.000
0.1429
0.000
0.1660
0.070
0.0260
0.000
0.1769
0.000
0.1666
0.047
0.0313
0.000
0.1778
0.000
0.1071
0.001
0.0827
0.000
0.1834
sigma
0.0559769 RSS
0.391676522
R^2
0.870514 F(18,125) =
46.69 [0.000]**
log-likelihood
220.986 DW
1.84
no. of observations
144 no. of parameters
19
AIC
-5.64324 SC
-5.25139
HQ
-5.48402 FPE
0.00354685
When the log-likelihood constant is included:
AIC
-2.80537 SC
-2.41352
HQ
-2.64614 FPE
0.0605783
mean(DLm)
0.0122985 var(DLm)
0.021006
Seasonal means of differences are
0.20323
-0.043230
0.12005
-0.27576
R^2 relative to difference and seasonals = 0.882007
69
1-step (ex post) forecast analysis 2010 (1) to 2010 (4)
Parameter constancy forecast tests:
Forecast Chi^2(4) =
3.4646 [0.4833]
Chow
F(4,125) = 0.81441 [0.5183]
CUSUM
t(3)
=
1.336 [0.2739]
(zero forecast innovation mean)
AR 1-5 test:
F(5,120) =
1.5579 [0.1772]
ARCH 1-4 test:
F(4,117) = 0.57568 [0.6808]
Normality test:
Chi^2(2) = 0.99770 [0.6072]
hetero test:
F(35,89) = 0.87030 [0.6715]
Not enough observations for hetero-X test
RESET test:
F(1,124) =
1.2103 [0.2734]
Tests on the significance of each variable
Variable
F-test
Value [ Prob]
Unit-root t-test
DLm
F(3,125) =
23.779 [0.0000]**
-2.7736
Constant
F(1,125) =
5.4427 [0.0212]*
DLpib
F(3,125) =
16.843 [0.0000]**
5.5634
Dinfh
F(6,125) =
10.432 [0.0000]**
-7.2504
DVarinfh
F(1,125) =
24.995 [0.0000]**
-4.9995
Seasonal
F(1,125) =
4.0369 [0.0467]*
ecm
F(1,125) =
27.037 [0.0000]**
-5.1997
DDLpib
F(1,125) =
14.994 [0.0002]**
3.8722
DDLm_1_DDLm_5 F(1,125) =
11.269 [0.0010]**
3.3569
DDVarinfh_2_DDVarinfh_7 F(1,125) =
28.076 [0.0000]**
5.2987
Tests on the significance
Lag 1
F(2,125) =
Lag 2
F(2,125) =
Lag 3
F(1,125) =
Lag 4
F(1,125) =
Lag 5
F(2,125) =
Lag 6
F(1,125) =
Lag 7
F(1,125) =
Lag 8
F(1,125) =
Lag 9
F(1,125) =
of each lag
15.198 [0.0000]**
23.816 [0.0000]**
24.875 [0.0000]**
49.872 [0.0000]**
6.0050 [0.0032]**
26.869 [0.0000]**
14.994 [0.0002]**
8.7526 [0.0037]**
5.1005 [0.0257]*
Tests
Lag 1
Lag 2
Lag 3
Lag 4
Lag 5
Lag 6
Lag 7
Lag 8
Lag 9
of all
11.368
13.630
11.028
12.298
8.2710
11.563
9.5625
6.4147
5.1005
on the
- 9
- 9
- 9
- 9
- 9
- 9
- 9
- 9
- 9
significance
F(12,125)=
F(10,125)=
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lags up to 9
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70
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