CONCEPTO 49245 DE 11 DE AGOSTO DE 1994 DIRECCIÓN DE IMPUESTOS Y ADUANAS NACIONALES Santa Fe de Bogotá Señor CARLOS ARTURO CABEZAS V. Director Regional Nariño-lNURBE Carrera 26 Calle 5 Sur Avenida Mijitayo- Tamasagra San Juan de Pasto-Nariño REF.: Su consulta radicada No. 20370 de mayo 17 de 1994 Tema: Retención en la fuente Subtema: Indemnización perjuicios morales Se consulta si los pagos efectuados en cumplimiento de una sentencia judicial, para la cancelación de la indemnización de perjuicios morales, están sujetos a retención en la fuente. En caso negativo si hay lugar a devolución de dicha retención en el evento de que ésta se haya realizado. Al respecto me permito manifestarle que este Despacho en reiteradas oportunidades ha conceptuado sobre el tema de su consulta en el sentido de que precisa considerar lo atinente a la responsabilidad por los delitos o culpas, el daño causado y la indemnización de los mismos. Importa tener en cuenta la propia sentencia condenatoria, las reparaciones en ella ordenadas, y las normas tributarias al respecto. Sabido es que las personas jurídicas responden civilmente por los actos de sus agentes en ejercicio de su función o cargo. El dolo o la culpa por acción o negligencia dan lugar a reparar el daño causado mediante una indemnización, que comprende el daño y la compensación equivalente al perjuicio. Se destacan los perjuicios causados directa y personalmente a la víctima, y originados con el deceso de ésta, a personas que derivan alguna utilidad o beneficio del difunto. En estas condenas se consideran generalmente los gastos de crianza, sostenimiento y educación de una persona, los cuales son daños materiales, gastos o expensas apreciables en dinero, que en estricto sentido constituyen un daño emergente. Se comprende además lo relativo al cálculo de la vida probable de una persona y los perjuicios morales, éstos admitidos jurisprudencialmente. En estos últimos perjuicios existe una equitativa satisfacción por el daño sufrido, que por ser moral es inconmensurable, pues el dolor moral no tiene precio. En el caso de la muerte de un hijo ese dolor no necesita prueba especial, sino se presume. Naturalmente todos estos factores se aprecian de acuerdo con la sentencia que ordena la indemnización: en ella obran los perjuicios que ordena resarcir, y es la base en la determinación a seguir en materia tributaria, en la cual las normas legales consideran que un ingreso se sujeta o no a gravamen, según que éste sea susceptible o no de producir un incremento neto en el patrimonio, en el momento de su percepción. (Artículos 26 y 27 del Estatuto Tributario). No son susceptibles de producir incremento neto de patrimonio los ingresos por reembolso de capital o indemnización por daño emergente, (artículo 17 del Decreto 187 de 1975). La ley no regula especialmente las situaciones de indemnizaciones por responsabilidad civil causadas por dolo o culpa, debiendo entonces acogerse los principios generales de interpretación, principalmente el de la analogía. Basta tener en cuenta la naturaleza de reparación, los perjuicios que cubre, para asimilarlos a ingresos constitutivos de daño emergente. Así por ejemplo la reparación de perjuicios morales y los materiales relativos a crianza, educación, manutención etc. será por su naturaleza asimilable a indemnización por daño emergente, no sujeto a gravamen. Lo pagado por concepto de la vida probable de una persona, lo que ella devengaría en el futuro, sería equivalente a un lucro, lo cual sería ingreso susceptible de capitalización sujeto a gravamen. En estas condiciones, según que la reparación cubra ingresos susceptibles de constituir lucro cesante, estarla sometida al impuesto de renta y por consiguiente a la retención de que trata el artículo 5 del decreto 1512 de 1985 en concordancia con el artículo 16 del Decreto 836 de 1991 y con el artículo 3 del Decreto 1217 de 1994, esto es, a la tarifa del 2% si el beneficiario del pago no es declarante del impuesto de renta, y a la del 3% si lo es. Al contrario, si la indemnización cubre daño emergente y/o perjuicios morales, no estarla sometida al impuesto de Renta y por consiguiente no se aplica retención sobre los valores correspondientes a estos ingresos. (Concepto 23372 de 1987). Ahora bien, en el evento de haberse efectuado una retención en exceso de lo anotado, habrá lugar a su reintegro por parte del t agente retenedor; para tal efecto el artículo 6o. del Decreto 1189 de 1988 dispone: "Cuando se efectúen retenciones por concepto del impuesto sobre la renta y complementarios, en un valor superior al que ha debido efectuarse, el agente retenedor podrá reintegrar los valores retenidos en exceso o indebidamente, previa solicitud escrita del afectado con la retención, acompañada de las pruebas, cuando a ello hubiere lugar. En el mismo periodo en el cual el agente retenedor efectúe el respectivo reintegro podrá descontar este valor de las retenciones en la fuente por declarar y consignar. Cuando el monto de las retenciones sea insuficiente podrá efectuar el descuento del saldo en los periodos siguientes. Para que proceda el descuento el retenedor deberá anular el certificado de retención en la fuente si ya lo hubiere expedido y conservarlo junto con la solicitud escrita del interesado. Cuando el reintegro se solicite en el año fiscal siguiente a aquel en el cual se efectuó la retención, el solicitante deberá, además, manifestar expresamente en su petición que la retención no ha sido ni será imputada en la declaración de renta correspondiente." Espero en estos términos haber dejado aclarada su inquietud. Atentamente, (Fdo.) JUAN PABLO GAITÁN MÉNDEZ, Revisor División Doctrina. Subdirección Jurídica. Dirección de Impuestos y Aduanas nacionales.