IV - MinJusticia

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L ibertad
y O rd e n
Referentes Epistemológicos
Capítulo
I
Juan Manuel Santos Calderón
Presidente de la República de Colombia
Alfonso Gómez Méndez
Ministro de Justicia y del Derecho
Miguel Samper Strouss
Viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa
Fernando Arévalo Carrascal
Director de Política Criminal y Penitenciaria
Blanca Leticia Arteaga Díaz
Coordinadora Proyecto “Diseño y formulación
de la Política preventiva del delito
para Adolescentes y Jóvenes Adultos”
Coordinadoras de la Investigación:
Blanca Leticia Arteaga Díaz
Esperanza Pérez Jiménez
Equipo de trabajo:
Astrid Fuya Barajas
Diana Lucía Osorio Sánchez
Aníbal Ruge Jaiquel
Jeannette Suárez Salamanca
Equipo de apoyo:
Johanna Badillo de la Hoz
Luz Jenny Vargas Rodríguez
María Teresa Ochoa Manjarrés
Liliana Marcela González Bernal
Diseño portada:
Jorge Linares
Corrección de textos,
Diagramación, Edición e Impresión
Imprenta Nacional de Colombia
Ministerio de Justicia y del Derecho
Bogotá D. C.
Carrera 9 No. 12 C -10
PBX: 4443100
www.minjusticia.gov.co
Noviembre de 2013
Nota y agradecimientos:
Primera edición
1000 ejemplares
ISBN
978-958-57850-1-4
CONTENIDO
PRESENTACIÓN.................................................................................................................................. 5
Capítulo I
REFERENTES EPISTEMOLÓGICOS................................................................................................. 7
1.1. Enfoque de derechos............................................................................................................. 8
1.2. Los derechos como libertades............................................................................................ 9
1.3. Los derechos y la perspectiva sistémica-compleja..................................................... 11
1.3.1. Teoría de los sistemas............................................................................................. 11
1.3.2 Teoría de la complejidad....................................................................................... 13
1.3.3 Enfoque apreciativo ............................................................................................... 14
Capítulo II
UNA APROXIMACIÓN A LA DELINCUENCIA EN JÓVENES Y ADOLESCENTES.............. 17
2.1. Acerca de la delincuencia..................................................................................................... 18
2.1.1. Factores protectores y de riesgo asociados a la delincuencia................. 19
2.2.
Prevención para quién y prevención para qué............................................. 22
2.3 Una mirada a las cifras disponibles.................................................................... 24
Capítulo III
EJES TEMÁTICOS PARA EL ABORDAJE DE LA PREVENCIÓN
DE LA DELINCUENCIA JUVENIL.................................................................................................... 45
3.1 La protección integral: Un paradigma en desarrollo.................................................. 46
3.2 Justicia restaurativa................................................................................................................ 49
3.3 Inclusión ..................................................................................................................................... 54
3.4 Corresponsabilidad................................................................................................................. 60
Capítulo IV
LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA JUVENIL: UNA MIRADA REGIONAL................ 63
4.1. Aspectos metodológicos y técnicos del estudio.......................................................... 64
4.1.1 Criterios de focalización geográfica ................................................................. 67
4.1.2 Análisis de cifras........................................................................................................ 69
4.1.3 Análisis institucional................................................................................................ 70
3
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Ejes temáticos para la prevención de la delincuencia
en adolescentes y jóvenes................................................................................................... 71
4.2 Protección Integral.................................................................................................................. 71
4.2.1 A la vida........................................................................................................................ 71
4.2.2 Al desarrollo............................................................................................................... 77
4.2.3 A la protección.......................................................................................................... 82
4.2.4 A la participación...................................................................................................... 92
4.2.5 Económicos, sociales y culturales....................................................................... 103
4.3 Justicia Restaurativa .............................................................................................................. 105
4.3.1. ¿Qué se restaura?..................................................................................................... 107
4.3.2, ¿Cómo se restaura? ................................................................................................. 110
4.3.3. ¿A quiénes se restaura?.......................................................................................... 121
4.3.4. ¿Para qué se restaura?............................................................................................ 124
4.3.5. ¿Quién restaura?....................................................................................................... 129
4.4.Inclusión...................................................................................................................................... 133
4.5.Corresponsabilidad................................................................................................................. 156
4.6. Análisis institucional: una observación como apoyo al ejercicio cualitativo..... 183
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................................................................... 193
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................................... 207
NORMATIVA ....................................................................................................................................... 217
4
PRESENTACIÓN
E
El Ministerio de Justicia y del Derecho, conforme a su misión, ha venido impulsando la construcción de lineamientos de política pública, cuyo objetivo se orienta
al amparo efectivo de los Derechos y al fortalecimiento de un Estado Social y Democrático. Es así como en respuesta a lo señalado en el Artículo 95 de la Ley 1453 de
2011, se presenta este estudio que contribuye a la construcción de la Política Pública de
Prevención de la Delincuencia en Adolescentes y Jóvenes.
La elaboración de una política pública de prevención de la delincuencia juvenil desde
un enfoque de Derechos, implica una mirada a las disposiciones contenidas en acuerdos internacionales y nacionales que consideran a los Niños, las Niñas y Adolescentes
como sujetos de Derechos e interés superior de la sociedad. Por tanto su participación
en delitos pone de manifiesto una paradoja expresada en el hecho de que el interés
superior de la sociedad, al delinquir, vulnera los Derechos de otras personas. Desde este
estudio, la prevención de la delincuencia juvenil observa la complejidad que encierra
esta paradoja a través de cuatro grandes ejes temáticos: la Protección Integral, la Justicia Restaurativa, la Inclusión y la Corresponsabilidad.
Los factores protectores y de riesgo en la comisión de delitos o en su reincidencia, hace
aún más compleja la noción de prevención que le obliga ir más allá de explicaciones
centradas solamente en factores individuales. En tanto esta población es parte consustancial de ámbitos diversos como la familia, el barrio, el colegio y su comunidad; este
estudio es abordado desde una mirada compleja y sistémica.
El análisis de la Prevención de la delincuencia en Jóvenes y Adolescentes, por tanto, requiere una construcción participativa. Es así como a este estudio se vincularon diversos
actores en distintas ciudades del país, entre quienes estuvieron Adolescentes, Jóvenes,
familias, actores institucionales del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, académicos y en general, expertos en el tema, quienes fueron vinculados al ejercicio
a través de Grupos Focales y de Entrevistas a Profundidad, así como de observaciones
y discusiones con relación a la delincuencia juvenil y su prevención en diferentes escenarios.
Queremos destacar la participación importante del Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar, desde la Subdirección de Responsabilidad Penal en cabeza de la doctora Alejandra Campo y de su equipo técnico de la Sede Nacional, así como de sus Equipos
5
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Técnicos Regionales sin los cuales no hubiera sido posible el trabajo con actores claves
en la prevención de la delincuencia. Igualmente fue de gran valor el trabajo que se
desarrolló conjuntamente con la Policía Nacional a través de su Observatorio del Delito,
en la construcción de datos que nutrieron sustancialmente el análisis. Agradecemos
también el acompañamiento del Departamento Nacional de Planeación desde la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno, cuyo equipo técnico dirigido por el doctor
Claudio Galán dio luces sobre temáticas cruciales de la prevención de la delincuencia en
Adolescentes y Jóvenes. Es importante destacar la mirada multidimensional y compleja
que a este estudio proveyeron todas las instituciones y actores nacionales, regionales,
municipales; actores pertenecientes a grupos étnicos, madres, padres, parientes, vecinas, y todo el entramado de redes que en torno a las Niñas, los Niños, Adolescentes y
Jóvenes crean y construyen estrategias para su protección. Por tanto este estudio más
que un insumo para la Política de Prevención de la Delincuencia Juvenil, es una apuesta
a su capacidad de vivir una vida que se considere valiosa para ellas y ellos y, por tanto
para la sociedad en su conjunto.
ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ
Ministro de Justicia y del Derecho
6
Capítulo
I
REFERENTES EPISTEMOLÓGICOS
“El vivir democrático es una obra de arte, no tiene que ver con eficiencia, con perfección;
tiene que ver con el deseo de una convivencia en la fraternidad…
Al igual que la democracia, los derechos humanos son una obra de arte”.
Humberto Maturana Romesín.
1.1. Enfoque de derechos
E
l gran acuerdo nacional de 1991 señala que Colombia es un Estado social de derecho, como fundamento de una transformación desde la libertad individual al valor
fundamental de la democracia: la dignidad humana como criterio de universalidad
de los derechos. Es por tanto, bajo este lente que la Constitución Política alude a todas
las personas reconociéndoles su carácter de “sujetos de derechos”.
Los derechos como referente para el análisis de la Prevención de la Delincuencia en
Jóvenes y Adolescentes, recoge toda su pertinencia en el primer artículo de la Convención Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros1”.
Capítulo
I
La observación y el análisis a la población de jóvenes y adolescentes desde los derechos,
requiere precisar las especificidades jurídicas y normativas que ello encierra. Una mirada al señalamiento específico hecho en acuerdos internacionales y nacionales acerca
de que el interés superior de la sociedad es la infancia, la niñez y la adolescencia, permite
comprender que su involucramiento en delitos, o su reincidencia en los mismos, lleva
implícita una paradoja: al tiempo que son el interés superior de una sociedad vulneran
los derechos de otras personas, al delinquir.
Lejos de desistir de la mirada de los derechos como un enfoque que provee una gran
cantidad de elementos a partir de los cuales se desprende un análisis de la prevención
de actos delictivos de adolescentes y jóvenes, dicha paradoja encuentra en estos –los
Derechos– un marco explicativo amplio y comprensivo.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño de 1989, marca un cambio radical
en el significado de las etapas de la vida de quienes tienen hasta 18 años. Casi se podría
decir que la infancia, la niñez y la adolescencia se constituyen en una creación reciente,
en tanto que es desde esta Convención que se visibilizan como personas “sujetos de
derechos”, ya no como “menores”. Este acuerdo internacional introduce un concepto
sobre el desarrollo en estas etapas de la vida, de una gran complejidad que además
de las transformaciones biológicas progresivas, agrega a este concepto de desarrollo
la importancia de su fortalecimiento intelectual, de tener protección y de contar con
espacios de participación donde sus fortalezas y capacidades se visibilicen. El cambio de
8
1
Convención Universal de los Derechos Humanos, 1948.
Referentes Epistemológicos
condición de menores en la sociedad al de portadores de ciudadanía, en tanto sujetos
de derechos, modifica sustancialmente su relación con la sociedad dado que los esfuerzos e inversiones en su desarrollo revierten en un desarrollo individual pero también
colectivo que impacta a todos los integrantes de la sociedad. Esto es: la protección a
los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes es una inversión para la sociedad y no
un gasto sin retorno, e implica una forma de hacer política social a partir del desarrollo
mismo2. (Cunha, Heckman, 2006; Arango 2005; A.K. Sen. 2000).
1.2. Los derechos como libertades
El desarrollo visto como “un proceso de expansión de las libertades reales de que
disfrutan los individuos3” amplía el análisis de la justicia basada en la distribución de
recursos y la igualdad en el acceso a los bienes primarios4, a la capacidad que tales
recursos proveen a los individuos para vivir la vida que consideran valiosa. Como lo
expresaría A.K. Sen: “La relación entre la libertad individual y el desarrollo social va más
allá de la conexión constitutiva, por importante que esta sea. Lo que pueden conseguir
positivamente los individuos depende de las oportunidades económicas, las libertades
políticas, las fuerzas sociales y las posibilidades que brindan la salud, la educación básica, el fomento y el cultivo de las iniciativas5”.
Una concepción profunda de los derechos como libertades los expresaría en términos
del logro individual y el logro colectivo que su garantía implica, más allá de la simple
oferta institucional. En este marco, los derechos se consideran como libertades, en tanto
son fines del desarrollo mismo; la mera oferta de servicios materializada en cupos escolares, o en carnés de salud, no los garantizan por sí solos. Es necesaria la transformación
de esa oferta de servicios en capacidad humana que expanda las libertades, cuyo logro
permita una vida más libre y más digna (Sen, 1998). Es decir, las libertades se constituyen en la garantía misma de los derechos.
Capítulo
I
La expansión de capacidades se basa en el desarrollo de las libertades a través de las
cuales se hace posible alcanzar una vida que los adolescentes, jóvenes y la sociedad de
la que son parte integral, consideren valiosa. En este sentido, el éxito de una sociedad
“ha de evaluarse principalmente en función de las libertades fundamentales con las que
cuenten sus integrantes…Tener más libertad para hacer las cosas que tenemos razones
para valorar es importante 1) por derecho propio para la libertad total de la persona y 2)
Literatura reciente aporta de manera importante a este tópico: los trabajos de Antonio Baldasarre así como los de Amartya Sen y Rodolfo Arango sobre los Derechos Sociales, los cuales dan luces para sustentar esta mirada del impacto
de intervenciones tempranas en el desarrollo. Así mismo, desde el análisis económico social, autores como Masterov,
Cunha, Heckman y Sarmiento; encuentran altas tasas de retorno de las intervenciones tempranas, que se traducen en
mayor calidad de vida, y en impactos a futuro sobre la sostenibilidad del desarrollo.
3
Sen, A. K. “Desarrollo y Libertad”, 2000.
4
Sen en su crítica a Rawls y Dowrkin, destaca que no son los bienes primarios sino las capacidades las que constituyen
las libertades; ver Sen, en “Desarrollo y Libertad”, 2000 y Arango Rodolfo; “El Concepto de Derechos Sociales Fundamentales”; 2005.
5
Sen; A. K. “Desarrollo y Libertad”; 2000 pág. 21.
2
9
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
porque aumentar las oportunidades de la persona posibilita la obtención de resultados
valiosos6”.
Bajo este análisis una posible explicación de la delincuencia de adolescentes y jóvenes
se relaciona con la falta de oportunidades para potenciar muchas de sus capacidades,
ocasionada por la privación de libertades sea que se trate de libertades básicas para
sobrevivir, tener seguridad, posibilidades de desarrollo, o de la privación de libertades
políticas o de participación7. Claramente nos apartamos aquí de una visión simplista
que asocia la delincuencia con la mera falta de recursos económicos. Se trata más bien,
de un amplio y complejo espectro de situaciones y condiciones que permea a toda la
sociedad en su conjunto e impide alcanzar el logro de una vida mejor y más segura. No
basta contar con suficiente dinero, o con altas tasas de crecimiento económico, para
que la sociedad cuente con una estructura de valores que implique la protección de
todos los ciudadanos y las ciudadanas, incluyendo sus jóvenes y adolescentes.
Capítulo
I
Relacionado con lo anterior y como parte de la paradoja planteada inicialmente, es
esencial así mismo, reconocer la privación de las libertades de quienes son afectados
por actos delictivos de adolescentes y jóvenes y que en muchos casos se concreta en la
ausencia de seguridad8. Algunos análisis reconocen que si bien “la seguridad ciudadana
se ha convertido en una de las principales preocupaciones en el mundo” … “estrategias
parciales que se basan en nociones exclusivamente coercitivas o preventivas que no
consideran además la coherencia con el sistema de justicia o con la estructura de valores de civilidad, han fracasado9”.
Ciertamente, esto complejiza la noción de prevención que no puede hacerse desde una
mirada única y simple que reduzca la delincuencia de los jóvenes y adolescentes a su
falta de oportunidades o aduciendo su minoría de edad. Está la sociedad entera involucrada en tanto sistema social y es necesario mirar los impactos sobre las libertades que
esta delincuencia produce en otros grupos humanos. No solo nos interesan los jóvenes
y los adolescentes, también sus familias, comunidades y entornos hacen parte de este
complejo entramado de la prevención.
Sen, Op. cit., 2000, pág. 35.
Cuenta de ello dan los aumentos en los casos de violencia intrafamiliar que involucra a personas menores de 18 años.
El mayor número de víctimas por homicidio son hombres jóvenes entre los 20 y los 24 años. (Datos Forensis: Datos
para la vida, 2012). Cerca del 7% de los niños y niñas menores de 14 años viven solos aunque tienen ambos padres y
el 19,5% de niñas adolescentes entre 15 y 19 años han estado embarazadas. (ENDS 2010). La Encuesta de Deserción
Escolar señala que cerca del 5,15% de los niños, niñas y jóvenes del país abandonan sus estudios, al tiempo que las
cifras de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) estima que del total de la población en edad de trabajar,
el 41,6% no trabaja. Sin embargo, el 60,2% de los que tienen ocupación en ese mismo rango de edad, percibieron
ingresos que no superaron un salario mínimo legal (abril-junio 2013).
8
Según los datos de la Encuesta de Victimización, elaborada por el DANE y la Alta Consejería Presidencial para la
Seguridad y la Convivencia Ciudadana; en el total de las 20 ciudades geográficas focalizadas por la encuesta, 18,5%
de la población de 15 años y más, reportó haber sido victimizada. En Pasto, la tasa de victimización fue 32,0%. La
percepción de inseguridad es de 54.8%.
9
PNUD, “Abrir espacios a la seguridad ciudadana y al desarrollo humano”; Informe de desarrollo humano para América
Central 2009-2010.
6
7
10
Referentes Epistemológicos
1.3. Los derechos y la perspectiva sistémica-compleja
Como puede evidenciarse en lo planteado hasta aquí, tenemos una mirada compleja y
sistémica, que tomando distancia del simplismo unidireccional que focaliza en miradas
de una sola vía que excluyen la integralidad y la diversidad, consulta un multiverso de
análisis con relación al tema de los derechos en la población de Jóvenes y Adolescentes.
Así es: hablar del logro individual, conduce a explorar el logro colectivo e ir más allá de
la oferta institucional para adentrarse en componentes humanos y sociales, individuales
y colectivos, que trascienden los recursos materiales visualizando un entrelazamiento
complejo entre unos y otros; comprender a los individuos en un contexto organizado
entre otras cosas por oportunidades económicas, libertades políticas, fuerzas sociales,
como también posibilidades para el desarrollo de una vida digna con salud, educación y
desarrollo de iniciativas es comprenderlos de manera compleja, lo que significa ver más
allá del individuo, acercarse holísticamente a él; reconocer que en la relación del adolescente delincuente con una sociedad que lo considera interés superior nos encontramos
con una paradoja, es dar una mirada compleja que se aparta de la incauta linealidad,
optando por ver coherentemente el entramado que el fenómeno comporta.
De otra parte, asumir como columna vertebral de este trabajo los derechos humanos,
exige pensar el tema también en perspectiva de derechos, siendo necesario adoptar
adicionalmente un enfoque que facilite la visualización de los adolescentes y los jóvenes miembros de una sociedad en dicha perspectiva y ello nos obliga a mirarlos en sus
recursos, en sus potencialidades, en sus riquezas, en la enorme disposición de alternativas y posibilidades que en un ser humano en formación anidan; el Enfoque Apreciativo
resulta coherente con este discurso, en tanto promueve la inclusión y se alinea con
las teorías de los sistemas y de la complejidad, resultando pertinente para el estudio
que nos proponemos, de manera que se incorpora también; ello, porque abordar en
perspectiva de derechos un grupo poblacional tan importante como los jóvenes y los
adolescentes desde el enfoque apreciativo, es acercarse de manera coherente con su
calidad de interés superior de la sociedad, creer en ellos y apoyarse en una conceptualización que facilite su potenciación y desarrollo de capacidades. A continuación se
exponen algunas ideas respecto de dichas teorías.
Capítulo
I
1.3.1. Teoría de los sistemas
Acercarse a la comprensión de las relaciones sociales (grupos, individuos, organizaciones) desde la teoría de los sistemas, supone partir de postulados que indican que “el
todo es más que la suma de las partes” aludiendo a que existen propiedades emergentes de cada uno de los integrantes de un sistema, que le enriquecen, le nutren y que
dan lugar al nacimiento de una organización sobre cuyas partes retroactúan; en igual
sentido “el todo es menos que la suma de las partes”, ya que estas pueden ser inhibidas
por la organización a la que le dan vida; del mismo modo, situarse en una postura sisté-
11
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
mica reivindica que las relaciones entre los componentes de una organización son las
que le dan identidad10.
La teoría de los sistemas exige cambios en la concepción de ciencia, en tanto pasa
de concebir los fenómenos sociales como aislados a partir de verdades únicas y con
propiedades determinantes también aisladas, para concebirlos como producto de una
dinámica relacional a partir de la cual se conforma un sistema que se autoorganiza, en el
cual cada una de sus piezas conforma la armonía que crea tal sistema. En este orden de
ideas, la teoría de los sistemas postula que las verdades son recreadas por el observador
que es quien hace las distinciones atribuidas al sistema.
Comprender el mundo y sus relaciones a partir de la teoría de los sistemas significa
situarse como científico social que sabe que construye la realidad a partir de sus observaciones y que estas están atravesadas por sus historias, prejuicios, imaginarios, intereses (políticos, religiosos o personales -entre otros-), lo que en últimas es abandonar la
idea de la certidumbre y de la posibilidad de comprender y describir realidades únicas;
porque estas, lejos de ser externas y ajenas al observador, dependen de su creación, por
lo tanto no pueden ser únicas11.
Capítulo
I
La circularidad, que trasciende la idea lineal de un mundo conformado por objetos
desconectados causa-efecto, es condición de una mirada sistémica cuyo alcance señala
que el objeto de estudio se conforma de componentes conectados directa e indirectamente. En una mayor complejidad, la teoría de los sistemas invita a comprender que
los seres y sus relaciones son redes dentro de redes y las unidades son sistemas dentro
de sistemas. Es así que pasa de ver las organizaciones sociales como estructuras rígidas
estáticas, a verlas como dinámicas cambiantes, en permanente movimiento, en las que
subyacen a su vez otras dinámicas, otros procesos, otras formas rédicas de organización.
En complemento de las ideas que acaban de esbozarse, es necesario señalar que un
análisis sistémico ha de tener una mirada contextual, en tanto se considera que los seres
vivos que integran una organización son a su vez productores y producto del mundo
que habitan: social, político, económico, personal, etc. Esta concepción en armonía con
las ideas expuestas, exige discernir que ningún fenómeno ocurre aislado de su contexto, sino que este se integra sistémicamente a los seres vivos y sus organizaciones dando
lugar a la emergencia de aquel.
Finalmente, es importante señalar que desde las precisiones en mención, al hablar
de un sistema es imprescindible evocar la interrelación de componentes que actúan
como un todo en una autoorganización que remite a la comprensión de la totalidad, lo
cual para el caso del abordaje de los sistemas en los que actúan los adolescentes y los
jóvenes, implica una mirada transdisciplinaria y un diálogo integrado de saberes que
consulta y da relevancia al contexto en el que se producen los fenómenos, centrándose
en las propiedades del observador que es quien hace las distinciones. Por supuesto, esta
12
10 11 Von Foerster, Heinz: “Las semillas de la cibernética” Gedisa, Barcelona, España ISBN 84-7432-414-1991.
Édgar Morín: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, UNESCO, 1999.
Referentes Epistemológicos
concepción implica validar al otro en la conversación, escucharle, considerar sus puntos
de vista, opiniones, sentimientos, emociones y razones.
1.3.2. Teoría de la complejidad
La teoría de la complejidad, cuyo autor es el sociólogo Edgar Morín, demanda del investigador y del interventor social el asumir su responsabilidad en la influencia a la hora de
definir un problema o un dilema y en sus soluciones, en tanto su “marco de referencia
personal está siempre presente en sus actuaciones profesionales toda vez que los fenómenos abordados emergen en articulación simultánea de dominios bio-antropo-psicosocio-culturales y políticos12”.
De acuerdo con los desarrollos epistemológicos del doctor Morín, la teoría de la complejidad excluye compartimentalizar la información en pequeñas partículas que implican
separar y reducir y, contiene “reunir sin dejar de distinguir”. Esta designación incita al
científico social a comprender la realidad como un todo sin dejar de ver las particularidades de cada componente que lo integra; y más aún, a hacer distinciones en cada una
de sus observaciones, con el fin de no caer en la simplicidad que generaliza y que incluye
todo lo observado en un mismo paquete de descripciones. El reto es la construcción de
múltiples verdades que a su vez se ocupan de ver cada una de estas en sus especificidades, en aquello que hace única cada particularidad, pero que adicionalmente la conecta
con las demás. Contempla la incertidumbre en un ir y venir con certidumbres, entre lo
elemental y lo general, lo separable y lo inseparable, el orden y el desorden, la totalidad
y las partes13.
Capítulo
I
En coherencia con la teoría de los sistemas, el autor refiere que “no se sabría separar la
familia de su contexto cultural y social” con cuya afirmación da relevancia al contexto
en su capacidad de transformar el mundo que integra. Señala así mismo, que la incertidumbre da lugar a la creación de nuevos mundos, poniendo así en tela de juicio la razón
como portadora de una capacidad para describir y comprender el universo “tal cual es”.
Las proposiciones precitadas son compartidas por el biólogo Humberto Maturana,
quien al poner en entredicho la capacidad del observador para acercarse a la realidad
y comprenderla con exacta identidad, introduce el concepto de subjetividad que la
caracteriza14. Así, indica Maturana que el lenguaje crea realidades y, consecuentemente
se adentra en la idea de que el mundo se construye a partir de subjetividades, trascendiendo, con Morín la concepción del científico social puro que es capaz de comprender
y transmitir en una cuadrícula, un mundo inamovible y único que opera independientemente del observador. Consecuentemente, invita a adentrarse en un terreno en el que
las distintas realidades tienen validez en un contexto determinado, al ser legitimadas
12 13 14 ICBF, 2008: Lineamientos técnicos para la inclusión y atención de familias.
Morín, Édgar: “Introducción al pensamiento complejo”. México, D.F. Editorial Gedisa, 2004.
Maturana, Romesín, Humberto: “La Democracia es una obra de arte, Cooperativa editorial Magisterio e Instituto para
el Desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán, 2004”.
13
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
por el sentido que atribuye a ellas quien hace tales descripciones; es decir, el sentido es
el que otorga el carácter de verdad a las descripciones hechas en su operar en conversaciones, por un observador cualquiera.
De gran importancia para la comprensión de cualquier dilema humano es el apartado
que acaba de enunciarse, especialmente porque exige del científico social que tenga
interés en comprender y hacer propuestas para la transformación de un dilema o un fenómeno social, una postura que incorpora certidumbres e incertidumbres desde el “no
saber” que implica disponerse a conocer escuchando la voz y el sentido que los involucrados dan a sus vivencias. Alude pues, a una postura ética que abandona la vanidad
del saber científico para dar lugar a la co-construcción de nuevos saberes que validan al
otro y, a la vez, para construir con el mismo cualquier alternativa de solución al referido
dilema, en un entrelazamiento conversacional que otorga a cada actor importancia
y validez en el proceso. En ello consiste el proceso científico sugerido por los autores
que orientan este trabajo: en incorporar que su saber es limitado, que tiene fronteras y
que solo escuchando y construyendo con los interesados en el tema que se aborda, e
involucrándolos tanto en la comprensión del fenómeno como también en las posibles
salidas a este, podrá construirse una respuesta armónica, democrática y humana, que
vaya más allá de sus propios linderos. En el sentido de lo anunciado, cobra fuerza la frase
del Korzybski “el mapa no es el territorio”.
Capítulo
I
1.3.3. Enfoque apreciativo
Esta teoría, al contrario de aquella que focaliza la dirección del cambio en la búsqueda
del problema centrándose en lo que está errado o dañado (aproximación que es coherente con la actitud histórica en los negocios americanos, que perciben los sistemas
humanos como máquinas, y a las partes –personas– como intercambiables entre sí),
asume que en cada pieza de arte hay belleza. El arte es una bella idea trasladada a una
forma concreta. Para David Cooperrider, su creador, las organizaciones son expresiones
de belleza y espíritu, así que no se puede desintegrar una organización para estudiar
sus piezas.
14
El Enfoque Apreciativo, adoptado en la comprensión y en la intervención en grupos sociales (empresas, familias, equipos, otros) sugiere buscar lo que funciona en una organización. El resultado tangible del proceso de investigación, es una serie de declaraciones
que describen dónde quiere estar el grupo, con base en los mejores momentos en los
que ya ha estado. Concibe que dado que las declaraciones se encuentran asentadas en
la experiencia real y la historia de las personas, la gente sabe cómo repetir este éxito,
creando una nueva energía que es positiva y sinérgica. Agrega que trabajar sobre los
“NOS” tiene potencial para producir un ambiente más bien negativo en la medida en
que sensibiliza al sentimiento de frustración e infecta negativamente la energía, en tanto que pensar prospectiva y positivamente sensibiliza en este sentido, inspira, genera
confianza y potencializa a los participantes en tales conversaciones. El enfoque apreciativo es, pues, una manera de ubicarse en la vida para ver lo que sí funciona y hacer
Referentes Epistemológicos
innovadora y participativamente más de lo mismo, en vez de quedarse en el fracaso
quizás también haciendo más de lo mismo que no funciona.
El autor introduce unas leyes o postulados del Enfoque Apreciativo, entre los que se
destacan:
1. “En todo sistema, organización o grupo, hay algo que sí funciona
2. Aquello en lo que nos enfocamos, se convierte en realidad
3. La realidad es creada en el momento, y hay múltiples realidades
4. El acto de plantear preguntas sobre una organización o grupo lo influencia en alguna manera
5. Las personas sienten mayor confianza y comodidad en el camino hacia el futuro (lo
desconocido) cuando llevan con ellos apartes de su pasado (lo conocido)
6. Si llevamos partes del pasado hacia delante, deberían ser lo mejor del pasado
7. Es importante valorar las diferencias
8. El lenguaje que usamos crea nuestra realidad”15
Para comprender el Enfoque Apreciativo es necesario entender el rol que juegan las
suposiciones en las organizaciones: los grupos se comportan de acuerdo a las reglas
del comportamiento grupal, conjunto de creencias compartidas; las suposiciones
conducen a que el grupo piense y actúe de determinadas maneras, constituyendo narrativas poderosas que se incorporan en la cultura del sistema, organización o grupo,
cerrando aparentemente la posibilidad de introducir nuevas formas de sentir, observar
o hacer, respecto de algo en particular. Este precepto se articula con el descrito por el
Biólogo Maturana en el sentido de que el lenguaje de ser construye y preceptúa que
las construcciones sociales circulantes en los grupos cobran identidad y dan sentido,
conformando su propia realidad.
Capítulo
I
El doctor Cooperrider plantea que focalizarse en lo que no funciona es una actitud sin
sentido que desgasta los sistemas sociales al llevarlos frecuentemente a centrarse por
ejemplo en un 94% de insatisfacción en vez de referirse al 6% de miembros que están
felices, para indagar acerca de lo que les condujo a este estado; señala que esta es una
manera simplista y cínica de abordar los problemas y, propone el reto de experimentar
el Enfoque Apreciativo abandonando la obsesión de aprender de nuestros errores para
aprender de nuestros éxitos. Indica que “realizando preguntas apreciativas también obtengo la información que necesito, pero la diferencia está en que la organización tiene
el conocimiento, la confianza, la inspiración confirmada de que han hecho cosas bien y
15 Sue Annis Hammond. Thin Book Publishing Co. 86 SW Century Drive PMB 446 Bend, or 97702 página web: www.
thinbook.com Material multicopiado, Sistemas Humanos, Bogotá, noviembre de 1998.
15
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
de que las seguirán haciendo en la medida en que tengan una conciencia más elevada
de lo que sí funciona. Y no solo yo obtengo el don de unos nuevos ojos sino que otros
lo obtienen también”.
El Enfoque Apreciativo se erige como teoría con herramientas y metodologías que incitan y provocan el florecimiento de los sistemas humanos en procesos participativos
incluyentes orientadores del éxito buscado. Implica, conforme a los postulados arriba
descritos, reconocer que en cualquier sistema organizado por seres vivos algo funciona
y que las realidades se construyen en el lenguaje. Este es un desafío de gran envergadura para quien quiera que desee aproximarse a la delincuencia juvenil y a su prevención,
pues la cultura ha impuesto al tema una mirada deficitaria que conduce es a la exclusión; pero mirar en forma apreciativa supone incluir al otro, esculcar en su relato y en su
contexto, construir con él a partir de sus fortalezas.
Capítulo
I
16
Capítulo
II
UNA APROXIMACIÓN
A LA DELINCUENCIA EN JÓVENES Y ADOLESCENTES
Nota: El apartado 2.3 de este capítulo, se construyó conjuntamente con el Observatorio del Delito de la
Policía Nacional, adscrito a la Dirección de Investigación Criminal en el que participaron los investigadores: Patrullero Yeizon Andrés Duarte V., analista de investigación criminológica y Marta Lucía
Jiménez Bejarano, psicóloga16.
16
Agradecemos al Mayor Giovanni Aurelio Torres Guzmán-Jefe del Observatorio del Delito, por facilitar el trabajo conjunto Ministerio de Justicia-Policía Nacional, en torno a esta temática.
2.1. Acerca de la delincuencia
C
Capítulo
II
omo se ha mencionado, el fenómeno de la delincuencia reviste una enorme
complejidad explicada en buena parte por el significado que en un Estado Social
de Derecho, los niños, las niñas y los adolescentes tienen en calidad de interés
superior de la sociedad. Dicha complejidad radica en que si bien su importancia reviste
tal magnitud, el Estado, la sociedad civil y la familia, no siempre reconocen este carácter,
pues en algunos casos no logran garantizar los derechos de esta población. Ocurre, así
mismo, que en algunos casos la vulneración de derechos de otras personas proviene
de actos delictivos que estos cometen, lo que además de paradójico se constituye en
un dilema ético para la sociedad entera. Una mirada reflexiva obliga a preguntarnos
entonces sobre por qué son el interés Superior de una Sociedad que a través de la Ley
1098 de 2006 así lo consideró17 y por tanto, a evaluar la efectividad de estrategias y
acciones orientadas a hacer válido este postulado en un marco de garantía de derechos
para todas las personas, en contraposición a enfoques y miradas eminentemente pasivas acerca de los niños y los adolescentes18; así como la llamada doctrina de la “Situación
Irregular” (García Méndez, 1991).
Cuenta de lo dicho atrás dan estudios como el de John Boswell19 al describir el significado del vocablo “infancia”, el cual por un largo lapso en el curso de la historia occidental
se asumió como una condición jurídica que implicaba permanecer bajo el control de
otro: “un padre, un señor, un marido… Surge la tentación de deducir de este vínculo
lingüístico, que los Niños y Jóvenes ocuparon la posición de esclavos, pero es más probable que la conexión verbal sea ligada al hecho de considerar que los propios roles
sociales (esclavo, siervo, siervo de la gleba, etc.) eran equivalentes al rol social de los
‘niños’, en cuanto a poder y condición jurídica, cualquiera fuera la edad de la persona”20.
17 18 19 18
20 Ley 1098 de 2006; Código de Infancia y Adolescencia; artículo 8.
García Méndez, E. señala en su trabajo Emilio García Méndez. “Niño abandonado, niño delincuente” algunos enfoques
de los siglos XIX y XX los cuales se concretan en el llamado modelo “Proteccionista-Salvacionista”, uno de cuyos principales efectos ha sido la marginalidad. Así mismo establece tres categorías sociales más afectadas por el fenómeno
de la marginalidad: quienes no logran acceder o son expulsados del mercado de trabajo, las mujeres y la infancia.
De la primera categoría da cuenta un sistema mixto represivo-caritativo que se activa a través de la vieja y extendida
distinción entre pobres potencialmente aptos o no para el trabajo. Las mujeres, subsumidas como fuerza auxiliar de
reproducción del trabajo, resultan ignoradas en cuanto a política social y habrá que esperar todavía varias décadas
para que su colocación marginal sea percibida como un verdadero problema social.
Boswell, John (1991). L’abbandono dei bambini in Europa Occidentale. Milano, Rizzoli, citado en García Méndez,
Emilio; “Derecho de la Infancia/Adolescencia en América Latina: de la situación irregular a la protección integral”.
Boswell, John (1991). L’abbandono dei bambini in Europa Occidentale. Milano, Rizzoli, citado por García Méndez,
Emilio; “Derecho de la Infancia/Adolescencia en América Latina: de la situación irregular a la protección integral,
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
Un cambio radical de esta concepción plantea entonces la doctrina de la Protección
Integral a los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, lo cual será analizado de manera más amplia posteriormente. Cabe aquí sin embargo, reconocer la delincuencia
en Jóvenes y Adolescentes como resultado de múltiples factores individuales, pero
también familiares y sociales. Como lo señala García Vásquez “las teorías del desarrollo
social sostienen que el comportamiento de los jóvenes se encuentra muy influenciado
por los vínculos que desarrollan con los grupos sociales más importantes en sus vidas:
familia, escuela, grupo de amigos y comunidad”21, a partir de los cuales construyen su
desarrollo basado en comportamientos prosociales o en su defecto, antisociales (ICBF,
2008; Vásquez González C., 2003). Las etapas tempranas de la vida son el escenario de
aprendizaje y construcción del desarrollo futuro. Diversos autores coinciden al identificar como normales, comportamientos antisociales en niños, niñas y adolescentes22 en
tanto se constituyen en parte de su proceso de formación, crecimiento y aprendizaje.
“Una minoría de esos Niños y Adolescentes, generalmente autores de delitos más graves y frecuentes, tienen más posibilidades de convertirse en delincuentes habituales,
que los que comienzan a edades más tardías”23.
2.1.1. Factores protectores y de riesgo asociados a la delincuencia
Se podría pensar que es amplio el consenso en muchos estudiosos y académicos de la
Delincuencia en Adolescentes y Jóvenes, al identificarlo como un fenómeno multidimensional. Vale señalar que para muchos autores este fenómeno encuentra sus explicaciones
principalmente en factores individuales o generados en ámbitos muy próximos a estos,
como la familia o la escuela. Otros autores la consideran como un fenómeno social en tanto se explica por las dinámicas propias de los sistemas económicos, políticos y sociales24
(PNUD, 1999; Emmerich Norberto, 2011; Andrei Valdenegro B., 2005), donde enfrentan
dificultades de acceso y permanencia en sus estudios25, pero no encuentran empleos
de calidad y pasan de la ocasionalidad laboral a un estado de desempleo26. Estas y otras
circunstancias hacen de los jóvenes presa fácil de la delincuencia organizada, donde
encuentran además de “opciones” económicas, aceptación, validación. Se podría decir
21 22 23 24 25 26 documento de trabajo para el Seminario La legislación de menores en América Latina: una doctrina en situación irregular.
Vásquez González, Carlos: “Predicción y Prevención de la Delincuencia según las Teorías del Desarrollo”.
Vásquez González (2003) cita los trabajos de Huizinga, Loeber, Thornberry y Cothern, 2000. Así mismo, los ensayos
de autores como Heckman, Masterov y Cunha, señalan reiteradamente estas etapas tempranas como de enorme
importancia en la construcción del desarrollo posterior.
Vásquez González alude aquí a los trabajos de Farrington, 1997; Howell, 1997; Wasserman, Miller y Cothern, 2000;
Loeber y Farrington, 2000; Burns, Howell et al., 2003.
Se destacan los trabajos de Carlos Vásquez González; Andreis Valdenegro Boris Psychosocial Factors Associated to the
Juvenile Delinquency, PSYKHE 2005, Vol.14, Nº 2, 33 - 42, Chile.
Resultados de la Encuesta de Deserción Escolar señalan entre algunos factores que afectan el acceso y la retención
entre otros, la distancia de colegios, problemas económicos y dificultades académicas, entre las causas de abandono.
MEN, Encuesta de Deserción Escolar, 2011.
Esta expresión NI-NI se acuñó por primera vez por el gobierno británico (NEET) para calificar un preocupante grupo de
población en aumento entre 14 y 26 años, que no están vinculados al sistema educativo ni vinculados a actividades
laborales o productivas. Esto como expresión de fenómenos como la deserción escolar, la baja calidad educativa y la
falta de oportunidades laborales para los jóvenes.
Capítulo
II
19
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
que son el eslabón más débil (y probablemente más visibilizado)27 de una mayor cadena
delictiva. “El crimen ofrece a estos Niños y Niñas las recompensas, el reconocimiento y el
dinero que no encuentran en la sociedad de manera legal. Además, el narcotráfico está
teniendo un impacto cultural sobre Niños y Niñas que quieren convertirse en líderes de
un grupo criminal, exaltan los actos de los narcotraficantes y quieren emularlos”… “La
pandilla local es normalmente la manera más sencilla para Niños y Niñas de entrar en
interacción sistemática con el crimen organizado”28.
Capítulo
II
El Modelo de Desarrollo Social es un instrumento analítico que permite explorar los factores y causas de la delincuencia que se hace manifiesta en Adolescentes y Jóvenes29;
sugiere que el desarrollo de comportamientos prosociales o antisociales de jóvenes y
adolescentes está afectado en parte por el grado de involucramiento y relación que
tengan con amigos, así como por el grado de prosocialidad que estos manifiesten. Están
involucrados en esta mayor o menor prosocialidad de los comportamientos en Jóvenes
y Adolescentes “la habilidad, los costos y recompensas que requiere esa interacción
(teoría del aprendizaje social), y la mayor o menor vinculación que los jóvenes adquieran con individuos prosociales o antisociales (teoría del control social)”30. La interacción
de unos y otros factores tiene la misma lógica, de suerte que frente a las implicaciones
de algunos factores de riesgo de consumo de sustancias psicoactivas o de delinquir, es
posible prevenirlos a través de la promoción de vínculos sólidos que se crean desde la
primera infancia con la familia, y con la escuela31 y construyendo habilidades sociales
en Niños y Niñas, para alcanzar relaciones prosociales. Su impacto se evidencia de una
parte en la reducción del riesgo de incurrir en delito, pero también en altas tasas de
retorno para la inversión pública social como expresión del llamado logro colectivo. James Heckman, premio Nobel de Economía 2000 señala que “Un momento crítico para
formar la productividad es desde el nacimiento hasta los 5 años, cuando el cerebro se
desarrolla rápidamente para construir el fundamento del conocimiento y habilidades
necesarias en el carácter para conseguir el éxito en la escuela, la salud, la carrera y la
vida. La educación preescolar fomenta las habilidades cognitivas, junto con la atención,
27 28 29 30 31 20
Algunos expertos señalan que los factores sociales explicativos del fenómeno de la delincuencia juvenil, asocian tales
hechos delictivos con acciones y organizaciones más amplias como las bandas criminales y con el crimen organizado.
No obstante, pareciera generalizada la percepción que los medios proveen acerca de una delincuencia de jóvenes y
adolescentes creciente, aislada, independiente y autónoma.
Emmerich Norberto, “Cruce de fuego: niños, niñas y adolescentes en el narcotráfico mexicano”; Documentos de
Trabajo No. 274; Universidad Facultad de Estudios para Graduados; Doctorado en Ciencia Política; Universidad de
Belgrano; Buenos Aires; noviembre 2011.
Este apartado es una descripción de los análisis que elaboró Carlos Vásquez González (2003) en su documento “Predicción y prevención de la delincuencia, al modelo de desarrollo social como herramienta eficaz para la comprensión
de este fenómeno”, que tal y como lo describe ha sido elaborado por Catalano y Hawkins (1996), a partir de una integración de la teoría de la asociación diferencial (Cressey, 1953; Matsueda, 1988), la teoría del control social (Hirschi,
1969) y la del aprendizaje social (Bandura, 1977). (Howell, 1997; Battin-Pearson et al., 1998).
Vásquez González, op. cit.
El Modelo de Comportamientos Prosociales validado por el ICBF, despliega un amplio análisis sobre la posibilidad de
prevención de comportamientos agresivos en Niños y Niñas en primera infancia, en particular, entre los 3 y los 6 años
de edad, basado en diagnósticos tempranos y trabajando con integrantes de los ámbitos donde su vida transcurre:
maestras (os), cuidadoras (es), padres y madres y otros parientes.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
la motivación, el autocontrol y la sociabilidad, las habilidades de carácter, convierten el
conocimiento en “saber cómo” y a personas en ciudadanos productivos”32.
La fortaleza de las intervenciones tempranas33 como promoción de factores protectores
a la delincuencia en la Juventud y la Adolescencia, va más allá del desarrollo de habilidades cognitivas y sociales de quienes son sus beneficiarios directos. La posibilidad de
fortalecer el desarrollo descansa en la evidencia de su impacto intergeneracional sobre
los hijos que tendrán los Niños y Niñas a quienes se hace la intervención hoy:
“… Las intervenciones tempranas que parcialmente remedian los efectos de ambientes
adversos, pueden reversar en algo el daño de la desventaja y tener una alta tasa económica de retorno. Estas no solo benefician a los mismos Niños y Niñas, sino también a sus
hijos, así como a la sociedad en general. La inversión en Niños y Niñas en situaciones adversas es una inusual política pública sin que implique una disyuntiva entre la eficiencia
y la equidad. Reduce la desigualdad ocasionada por las diferencias al nacer y al mismo
tiempo incrementa la productividad de la sociedad en su conjunto”34.
Tales análisis sustentan la importancia de la detección y prevención en etapas tempranas de la vida de comportamientos agresivos que se constituyen posteriormente
en factores de riesgo a la delincuencia. El Modelo de Comportamientos Prosociales
de Colombia reconoce a partir del modelo ecológico que comprender y percibir a las
personas participantes como sujetos sociales en interacción con una serie de recursos
y posibilidades de cambio y transformación35 son fortalezas a través de las cuales es
posible identificar los factores protectores36.
Capítulo
II
La obra del profesor Vásquez González37 provee una amplia descripción y análisis de
trabajos longitudinales que han observado a niños, niñas, jóvenes y adolescentes en sus
ámbitos cotidianos como el escolar. De particular importancia son los análisis contenidos en “The Pittsburgh Youth Study”, The Rochester Youth Development Study” y “The
32 33 34 35 36 37 Heckman, James. J., en www.heckmanequation.org.
Si bien, en este apartado nos referimos a las intervenciones tempranas como las que se desarrollan en la primera
infancia, no siempre el concepto alude a este ciclo etario, ya que las intervenciones tempranas pueden aludir en otro
contexto narrativo, a otras edades vitales.
The Productivity Argument for Investing in Young Children* James J. Heckman and Dimitriy V. Masterov. Esta conferencia fue galardonada con el “T.W. Schultz Award Lecture” en el marco de la reunión anual del “Allied Social Sciences
Association” (la traducción es nuestra). Chicago, 2007, http://jenni.uchicago.edu/Invest/.
ICBF, “Promoción de Comportamientos Prosociales con las Familias; Niños y Niñas de 4 a 6 años: Una alternativa para
la prevención de la agresión en la Primera Infancia”; Documento Conceptual; segunda edición, 2010.
Se destacan en el análisis de factores de riesgo y protectores los análisis longitudinales tales como The Denver Youth
Survey, que trabajó con 1.527 chicos y chicas procedentes de barrios de alto riesgo de Denver, quienes en 1987 tenían
7, 9, 11, 13 y 15 años, dirigido por David Huizinga en la Universidad de Colorado; The Rochester Youth Development
Study, dirigido por Terence P. Thornberry en la Universidad de Albany, y The Pittsburgh Youth Study. Estas tres encuestas longitudinales hacen parte de un estudio más amplio: The Program of Research on the Causes and Correlates
of Delinquency, iniciado en 1986 por The Office of Juvenile Justice and Delinquency Prevention (OJJDP).
Investigador y estudioso de la temática de delincuencia juvenil, es licenciado en Derecho y doctor de la UNAD. En su
trabajo sobre predicción y prevención de la delincuencia juvenil abordó un amplio espectro de trabajos, autores e
investigaciones inscritos en las teorías del desarrollo social.
21
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Denver Youth Survey”38. Según investigadores como Huizinga, Loeber y Thornberry,
quienes a través de sus estudios longitudinales examinaron ampliamente factores de
riesgo y protectores, los “mejores factores predictores para un adecuado desarrollo en
la adolescencia tienen que ver con el tener amigos con un comportamiento convencional, una familia estable y un adecuado control paterno, positivas expectativas de futuro
y no tener amigos delincuentes”39.
Por su parte, The Pittsburgh Youth Study observó a una muestra de personas en diferentes grados en colegios públicos por más de diez años, con el propósito de indagar
por qué estos se involucran en actos delictivos. Como factores individuales, el estudio
pudo identificar la impulsividad, el coeficiente intelectual y la personalidad. Dentro de
los factores de riesgo desde la familia, estos se relacionan con un cuidado y atención
deficientes, comunicación precaria y abuso verbal y físico. El estudio identifica como
factores de riesgo el estatus socioeconómico o habitar en barrios conflictivos.
Capítulo
II
The Rochester Youth Development Study que se aplicó a un grupo de estudiantes considerados en alto riesgo de delinquir y de consumo de SPA encuentra en los vínculos
afectivos y la retención escolar factores protectores potentes para la prevención de la
delincuencia en adolescentes y jóvenes. Concretamente, el estudio concluye que “los
niños que tienen un mayor grado de cariño y compromiso con sus padres tienen menos implicación en actividades delictivas; un pobre rendimiento escolar se encuentra
asociado con un incremento en implicaciones delictivas y de consumo de drogas; la
asociación con amigos delincuentes hace más fuerte y consistente la relación con la
delincuencia…”40.
2.2. Prevención para quién y prevención para qué
Para los fines de este estudio, la pregunta sobre a quiénes va dirigida la prevención y
con qué propósito, delinea el alcance de la Política de Prevención de la Delincuencia Juvenil, de la que esta investigación es insumo: dicho alcance se concreta en la prevención
secundaria y la prevención terciaria. Es así que la prevención tiene como interlocutores
a niños, niñas y adolescentes que se encuentran en riesgo de delinquir, a sus familias y
redes y a quienes integran los sistemas relacionados directamente con estos.
De manera coherente con los análisis y resultados de investigaciones como los mencionados en el anterior numeral, el riesgo de delinquir puede explicarse también por
factores inherentes al individuo o por factores que ganan espacio en sus ámbitos cotidianos. En este sentido, la familia como su contexto primario es potencialmente un ámbito de prevención secundaria cuando interviene tempranamente en sus niños y niñas
(primera infancia), para que desarrollen capacidades que se constituyen en el trayecto
38 22
39 40 Carlos Vásquez González en su trabajo sobre predicción y prevención de la delincuencia juvenil, op. cit., destaca los
análisis de Tremblay y Craig, 1995; Lipsey y Derzon, 1998.
Vásquez González Carlos, Op. cit.
Browning, Thornberry y Porter, 1999, citados en Vásquez González Carlos; Op. cit.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
de su niñez, adolescencia y juventud en factores que los distancian de la probabilidad
de delinquir41. No obstante, este proceso en algunas familias enfrenta condiciones de
vulnerabilidad que justificaría más claramente intervenciones tempranas como prevención secundaria de la delincuencia.
La familia en tanto se constituye en un complejo entramado de vínculos que conforman
relaciones y redes es determinante en la construcción de factores que propicien el riesgo
de delinquir o factores que protejan a los niños desde temprana edad de incurrir en actos delictivos. Cada familia se mueve en el devenir de los recursos y los acontecimientos
que le son propios y conforman su “mundo privado”. La vulnerabilidad puede provenir
de diferentes causas, de diferente forma y con diferente intensidad. Sin embargo, es
probable que niños y niñas en primera infancia cuyos padres sean adolescentes o que
sean víctimas de maltrato y violencia intrafamiliar –entre otros varios factores– puedan
moverse posteriormente hacia lo delictivo. Las intervenciones durante los primeros
años de vida, que garantizan el desarrollo de sus capacidades, los distanciarán de la
delincuencia, dado el claro impacto sobre su desarrollo. Estas intervenciones, entonces,
deben involucrar a la familia como un actor central teniendo en cuenta que es un ámbito vital de los niños y niñas en primera infancia, no solo porque es tal vez el espacio
donde transcurre la mayor parte de su vida, sino porque la posibilidad de aprehender
el mundo de afuera depende de las fortalezas que este mundo de lo privado les provea.
Intervenciones en otros ámbitos como el barrio, la escuela, la calle, donde el riesgo de
delinquir es latente, son también parte de la intervención secundaria. En este sentido,
los sistemas escolares cumplen roles centrales en esta prevención en tanto deben promover el acceso de niñas, niños, adolescentes y jóvenes al ámbito educativo, así como
definir estrategias y mecanismos que los retengan dentro del sistema escolar. Tal vez
sea esta la permanencia de los jóvenes y los adolescentes uno de los mayores desafíos
de un sistema escolar, pues se trata de una población fuertemente apuntalada desde
diferentes problemáticas económicas y sociales como el desempleo o la ausencia de
recursos, que mezcladas con las “nuevas lógicas” económicas (microtráfico, porte ilegal
de armas, distribución de sustancias psicoactivas…) la presiona al abandono escolar.
Capítulo
II
La prevención secundaria, entonces, es para que los niños, las niñas, jóvenes y adolescentes que aún no han ingresado a un sistema de responsabilidad penal no se involucren en actos delictivos, o para que se distancien de ellos.
En el caso de adolescentes y jóvenes que han pasado o se encuentran en el Sistema
de Responsabilidad Penal, la prevención se realiza de manera directa en el ámbito institucional y de manera indirecta pero con igual fuerza e interés en otros ámbitos que
en la prevención secundaria son centrales, como el familiar, el escolar o el barrial. Esto
significa que el hábitat para esta prevención terciaria no ocurre principalmente en los
41 La Estrategia “Cero a Siempre”, promovida desde la Presidencia de la República, se centra en la atención en aspectos
claves que son propios de la primera infancia, pero que tienen un alto impacto en el desarrollo futuro de los niños y
niñas.
23
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
que fueron sus contextos cotidianos, estos se reorganizan y recomponen en torno a un
contexto institucional donde transcurre la sanción.
La prevención terciaria tiene el propósito, por tanto, de evitar la reincidencia de adolescentes y jóvenes en el mismo delito o en delitos más graves aún. En el marco de
esta prevención, adquiere sentido el enfoque pedagógico que implica asumir la responsabilidad de un delito cometido y por tanto la finalidad de restaurar el daño. En este
marco, es parte de la prevención terciaria el seguimiento y acompañamiento a aquellas
personas jóvenes y adolescentes que egresan del Sistema de Responsabilidad Penal, o
posegreso, como una fase clave de reconstrucción de su proyecto de vida y de reinserción en su comunidad.
2.3. Una mirada a las cifras disponibles
Introducción
Capítulo
II
Como se mencionó en el capítulo II, el hecho de que los adolescentes y jóvenes cometan delitos está relacionado con esa unidad compleja compuesta por factores de riesgo
y factores protectores que promueven o inhiben este fenómeno. Si bien dichos factores
son opuestos, son también interdependientes entre sí; cuanto más protección ofrezcan
para prevenir la delincuencia, más débiles son los factores de riesgo. En este sentido, se
espera de la política pública la capacidad de diseñar y promover estrategias y acciones
que fortalezcan en los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus entornos estrategias de
afrontamiento que los distancien de la delincuencia.
En el caso específico de Colombia, la información para 15 ciudades sobre aprehensiones
realizadas por la Policía Nacional entre 2003 y 2013, proveniente del Sistema Estadístico
Delincuencial y Contravencional (Siedco), ofrece una aproximación sobre lo que puede
ser esa relación entre los factores protectores y los de de riesgo, expresada en la vinculación a delitos por parte de niños, niñas y adolescentes y jóvenes entre 6 y 26 años de
edad.
En este numeral entonces se analiza la información reportada sobre delitos, para dos
grupos de edad: de 14 a 18 años y de 19 a 26 años, según cuatro principales tipos: 1º.
Fabricación, porte o tráfico de estupefacientes; 2º. Hurto a personas; 3º. Fabricación,
porte o tráfico de armas; y 4º. Lesiones personales. Aunque no hace parte de los primeros delitos, se incluyó en estas observaciones el de homicidio común.
24
Desde la prevención secundaria del delito, se analizan los datos disponibles sobre la
población de 6 a 13 años que es conducida por la Policía Nacional ante las Defensorías
de Familia por hallarse en circunstancias especiales asociadas a conductas punibles.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
Acerca del delito y los hechos punibles
La riqueza de los datos disponibles permite un amplio análisis sobre los hechos punibles
y los delitos cometidos por esta población, que enfocados desde los derechos planteados por la Constitución Política como mínimos para alcanzar la condición de dignidad
humana, son probablemente un indicio de vulneración de esta condición. Se infiere,
por lo que indican los datos, que muchos niños, niñas y adolescentes una vez se han
vinculado al trabajo no valoran la educación como una opción de vida42. De otra parte, y
ligado a lo anterior, es probable que estos sean uno de los proveedores o el proveedor
principal en sus familias y que además en el momento de ser registrada esta información
hayan trabajado anteriormente. Por tanto, los derechos a la protección concretados en
el derecho a contar con una familia que dé afecto y cuidado se ven trastocados al ser
ellos los principales garantes de estos, realizando actividades económicas, propias de
adultos.
En un intento por responder a la pregunta acerca de por qué delinquen los niños, niñas
y adolescentes, un amplio abanico de explicaciones surge. A partir de la teoría de la
asociación diferencial, el delito se explica como un fenómeno que se aprende de los
entornos más cercanos, razón por la cual puede inferirse que como en todo lo que se
aprende, se pueden perfeccionar las técnicas y puede llegar a permitir una escalada
delictiva. Así mismo, cuando el delito es una condición arraigada dentro del sistema
cultural y de valores en el que crece un menor de edad, suele existir la creencia de que
no se está violando ningún código social porque esa actividad se convierte en algo cotidiano, lo cual la legitima para ellos.
Capítulo
II
Ahora bien, es necesario tener en cuenta que la comisión del delito está mediada por
diferentes factores que son determinantes. En este caso puede hablarse de la necesidad
económica, que es por lo general la principal motivación que lleva a que el individuo
delinca; de otro modo también influye la facilidad que se tiene para cometer el delito,
por ejemplo si se posee un arma, o si el sitio en el que delinque presenta condiciones
apropiadas para hacerlo, para esconderse o escapar; y finalmente, la experiencia previa
que se tiene con el delito, directa en caso de que sea de parte de un familiar o un par
cercano, o indirecta cuando surge por información de terceros. Así mismo es necesario
tener en cuenta dentro de este punto que la manera en la que opera la mayor parte de
delitos cambia dependiendo de las oportunidades que estos brindan, es decir, algunos
delitos permiten que la persona opere sola, con compañía e incluso otros requieren la
organización de grupos que llevan a cabo todo el “trabajo”. Adicionalmente, es frecuente encontrar el desconocimiento que se tiene de las implicaciones penales, familiares y
sociales que conlleva la comisión de cualquier delito.
42 En revisión bibliográfica y diálogos con expertos, se establece coincidencia con esta afirmación que indica que los
niños, niñas y adolescentes tienen mayor probabilidad de abandonar sus estudios cuando perciben ingresos.
25
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Niños y niñas sujetos de protección integral como interés superior de la Sociedad
sin responsabilidad penal (de 6 a 13 años de edad)
Hablar de la población entre 6 y 13 años implica partir de los acuerdos internacionales y
de la Carta Política nacional que los reconoce como interés superior de toda la sociedad,
lo que obliga a analizar el tema desde lo planteado en el artículo 142 de la Ley 1098 de
2006, que señala: “Sin perjuicio de la responsabilidad civil de los padres o representantes legales, así como la responsabilidad penal (…), las personas menores de 14 años
no serán juzgadas ni declaradas responsables penalmente, privadas de libertad, bajo
denuncia o sindicación de haber cometido una conducta punible. La persona de catorce (14) años deberá ser entregada inmediatamente por la Policía de Infancia y Adolescencia ante la autoridad competente para la verificación de la garantía de sus derechos
de acuerdo con lo establecido por esta ley. La Policía procederá a su identificación y a la
recolección de los datos de la conducta punible”.
Capítulo
II
26
Al no tener responsabilidad de tipo penal, entran en proceso de restablecimiento de derechos, en coherencia con el artículo 9º del mismo código, que señala: “En todo acto,
decisión o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse
con relación a niños, niñas o adolescentes, prevalecerán sus derechos”. Probablemente
es en esta cohorte de edad donde con mayor claridad se observa la importancia de la
prevención secundaria que implica para la sociedad entera proteger desde una mirada
corresponsable su interés superior (ver capítulo I de este estudio).
El fenómeno del quinto grado
El hecho de que una población en este rango sea registrada por la policía por hechos
punibles y llevada para la verificación de sus derechos ante las defensorías de familia
pone en tela de juicio la construcción de factores preventivos en las primeras etapas
de vida. Visto desde los derechos al desarrollo, estas estadísticas invitan a una reflexión
más profunda que aproxime alguna explicación sobre por qué cerca de la mitad de esta
población tiene quinto grado de escolaridad. Esta información es preocupante en sí
misma, pero lo es aún más porque es una constante en todas las cohortes de edad que se
analizan en este estudio, como se verá más adelante.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
Gráfico 1. Grado de Escolaridad al momento de ser puestos a disposición de la Defensoría de Familia (Niños, Niñas 6 a 13 años)
1.600
1.400
1.200
1.000
800
600
400
200
NOVENO
OCTAVO
SÉPTIMO
SEXTO
QUINTO
CUARTO
TERCERO
SEGUNDO
PRIMERO
ANALFABET0
-
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Tal como se mencionó líneas arriba, el punto más alto de los hechos punibles registrados por la policía ocurre en personas cuya escolaridad está en quinto grado, justo
cuando concluye la básica primaria, que representa cerca del 50% del total de registro
en estas edades. En opinión de algunos investigadores, una posible explicación está en
el hecho de que a esta edad son presa fácil de la delincuencia, pues no son tan pequeños
que no puedan asumir estas “tareas”, pero a su vez no tan grandes como para preguntar
o cuestionar las instrucciones y la naturaleza de estas. Es evidente que por estas particularidades propias de la edad, esta población es objeto de fácil instrumentalización en
las diversas dinámicas delictivas y por ello merece un tratamiento especial que incluya
además observar la responsabilidad del entorno cercano y a adultos relacionados con
ellos43.
Capítulo
II
Alcanzar el quinto grado es considerado por diferentes análisis como un logro y ha sido
señalado como uno de los Objetivos del Milenio44; es probablemente para muchos el
nivel máximo alcanzable de escolaridad ya que el sexto grado da cuenta de una gran
deserción como lo indican los resultados de la Encuesta Nacional de Deserción Escolar45,
que revela que esta ocurre principalmente en los grados primero y sexto. Algunas po43 44 45 Investigadores del Observatorio del Delito de la Policía Nacional señalan que de acuerdo con su experiencia, la vinculación en actos delictivos de NNA en este rango ocurre principalmente en el límite superior de este.
La Meta del Segundo Objetivo del Milenio es alcanzar la Universalización de la Básica Primaria
Ministerio de Educación Nacional, “Encuesta de Deserción Escolar”, 2011.
27
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
sibles explicaciones del abandono del sistema educativo se relacionan con el hecho de
que no son pocos quienes en este rango de edad ya son proveedores en sus familias y
necesitan conseguir ingresos; resulta entonces interesante vincular esto con los procesos de transformación en el cuidado en las familias y de sus estructuras.
Capítulo
II
la Encuesta de Demografía y Salud de año 201046 señala para la población entre 5 y 14
años que cerca del 60% de los encuestados viven solo con la madre, aunque tienen el
padre vivo, al tiempo que menos del 9% viven solo con el padre teniendo viva la madre.
Si a esto se le agrega que el 57,5% de los niños y niñas por debajo de los seis años no
asiste a ninguna institución porque son cuidados en casa, es necesario considerar en un
análisis de prevención del delito las transformaciones en las estructuras del cuidado,
relacionadas en parte con la participación creciente de las mujeres en el mercado laboral, ocasionando a su vez enormes transformaciones en las lógicas de protección en
el interior de sus hogares y en la estructura familiar. Nuevos cuidadores y cuidadoras
surgen entonces cuando los adultos salen en busca de ingresos al mercado laboral: cerca de un 25% de las madres con niños y niñas menores de 5 años los llevan con ellas47;
el 39,7% son atendidos por sus abuelos en la zona urbana y el 35,5% en la rural; en el
10% de los casos, el cuidado es asumido por otros parientes, y en la zona urbana solo el
8,9% se quedan junto al cónyuge de la madre. Llama la atención cómo en estas nuevas
estructuras del cuidado no solo los adultos mayores son parte esencial de este, también
los niños y niñas son cuidadores de sus hermanas y hermanos pequeños, especialmente
estas: la encuesta reporta que en el área rural cerca del 7% de los niños y niñas menores
de 5 años son cuidados por la niña mayor y el 1,5% son cuidados por el niño mayor48. En
este punto vale la pena señalar el desafío que dicha situación plantea al sistema educativo en razón a la pérdida de niños y niñas en quinto de primaria; así mismo, se presenta
un desafío a las familias, para que entre los dos sectores con una acción estatal decidida
aseguren que los niños y niñas logren superar el quinto grado y llegar al bachillerato,
rompiendo así con el ciclo que los expulsa del sistema educativo.
La actividad principal
La información recopilada por la Policía Nacional responde –entre otras cosas– a la
pregunta sobre la actividad principal. Resulta sorprendente encontrar para este rango
de edad 500 casos de niños, niñas y adolescentes que se clasifican como “desempleados”, 371 son estudiantes, y 100 identifican la delincuencia como su actividad
principal. Es importante sin embargo señalar que casi la mitad de los niños y niñas
no identifican la realización de actividades específicas en su vida cotidiana, de suerte
que solo un porcentaje mínimo (4,8%) considera que sus actividades desarrolladas se
asocian al delito.
46 47 28
48 Profamilia et al., “Encuesta Nacional de Demografía y Salud; Bogotá, 2010.
La ENDS señala que el 65% de las mujeres encuestadas trabajan en ventas y servicios. Solo 2,5% trabajan como profesionales, técnicas o gerentes.
Profamilia et al., ENDS, Op. cit., 2010.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
No menos importante es la cifra de 500 “desempleados”, antes mencionada, en edades
donde la vinculación laboral se considera explotación laboral o, dependiendo de la actividad, en las peores formas de trabajo infantil (PFTI). La normatividad establece como
trabajo infantil “… toda actividad física o mental, remunerada o no, dedicada a la producción, comercialización, transformación, venta o distribución de bienes o servicios,
realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica (…) por
personas menores de 18 años de edad”49. A su vez, el artículo 3º del Convenio 182 de
1999 con la OIT determina dentro de las PFTI “La utilización, el reclutamiento o la oferta
de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico
de estupefacientes”50. De la misma manera, la Ley 1098 de 2006 señala que “la edad
mínima de admisión al trabajo es a los quince años (…) excepcionalmente los niños,
niñas menores de 15 años podrán recibir autorización de la Inspección del Trabajo, o en
su defecto el ente territorial local, para desempeñar actividades remuneradas de tipo artístico, cultural, recreativo y deportivo. La autorización establecerá (…) las condiciones
en que esta actividad debe llevarse a cabo. En ningún caso el permiso excederá las (14)
horas semanales”51.
Un dato interesante y que debe ser objeto de una mayor reflexión es que solo en dos
casos quienes fueron conducidos por la policía ante la autoridad competente reconocen que su principal actividad es el deporte. Sin desmedro del principio fundamental
que emana de acuerdos y convenciones internacionales que indica que “Los Niños al
Colegio, los Padres al Trabajo” y que representa la prioridad de la educación como actividad para estos años de vida, es interesante recoger del análisis cualitativo cómo en
opinión de diversos actores se reconoce claramente el uso del tiempo libre y el deporte
en particular como un factor preventivo del delito.
Capítulo
II
Los resultados descritos para una población que no tiene responsabilidad penal ponen
de manifiesto el papel central que debe cumplir la prevención secundaria orientada a
evitar no solo que aparezca, sino también evitar una escalada de factores de riesgo en
personas que desde temprana edad se han involucrado con este. Se presenta aquí un
enorme desafío para las instituciones entre cuya misión están la protección de la familia
y la garantía del derecho al desarrollo, en el sentido de asegurar que esta población
disponga de programas y oferta de servicios suficiente, para que se alcance el adecuado
desarrollo de sus capacidades y que la dote con suficientes elementos para continuar
desarrollando un proyecto de vida valioso, lo que implica entre otras cosas ir más allá
del quinto grado de primaria.
49 50 51 Ministerio del Trabajo et al., “Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil y
Proteger al Joven Trabajador”-2008-2015. Comité Interinstitucional-Secretaría Técnica.
El Convenio 182 de 1999 de la OIT fue adoptado en Colombia mediante la Ley 704 de 2001, declarado exequible por
la Corte Constitucional en 2002 y ratificado en 2001, mediante el cual ingresó formalmente al bloque de constitucionalidad.
Artículo 35 de la Ley 1098 de 2006.
29
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Adolescentes sujetos de protección integral como interés superior de la sociedad
y con responsabilidad penal (de 14 a 18 años de edad)
De acuerdo con el número de aprehensiones, los delitos en este grupo de edad son
similares a los correspondientes al grupo de menores de 14 años. Es decir, el hurto y
la fabricación, tráfico o porte de estupefacientes están a lo largo de 10 años, muy por
encima del resto de delitos. Sin embargo, vale la pena mencionar que en esta población
que tiene responsabilidad penal, el hurto a personas desciende considerablemente a
partir del año 2006. Tal vez un poco prematuro sería explicarlo como efecto de la Ley
109852; sin embargo, en los años posteriores este delito desciende y se mantiene relativamente estable hasta el 2012 (pasando de 11.000 aprehensiones en 2006 a 6.700 en
2012), muy probablemente como resultado de la puesta en marcha del SRPA. A partir
de 2012 el hurto a personas ostenta un crecimiento que no alcanza los niveles del año
2006; comportamiento similar presenta lo relacionado con estupefacientes.
Por su parte, delitos como la fabricación, porte o tráfico ilegal de armas tienen un
comportamiento estable sin aumentos o picos pronunciados a lo largo de la década.
Lesiones personales y homicidios dan cuenta de un número de aprehensiones considerablemente menor que el de estupefacientes o hurto a personas (ver gráfica).
Capítulo
II
Gráfico 2. Recomposición de los cuatro principales delitos y el Homicidio en Adolescentes
entre 14 y 18 años - Número de Aprehensiones. (2003-2013)
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
2003
2004
2005
Delitos
Hurto a personas
Homicidio
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Fabricación, porte y tráfico de armas
Fabricación, porte y tráfico de estupefacientes
Lesiones personales
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
30
52 La Ley 1098 fue sancionada en noviembre de 2006, y su implementación paulatina comenzó en marzo de 2007.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
Estas cifras guardan coherencia con lo planteado desde el análisis cualitativo por diversos actores, entre ellos adolescentes en riesgo o que han pasado por el SRPA, y quienes
dan cuenta del papel que juega en el delito y en la incidencia de este el narcotráfico y
su manifestación en los espacios de su vida cotidiana, a través del microtráfico y sus
dinámicas (ver numeral 4.2.3).
De otra parte, es interesante señalar que para quienes han estado vinculados más de
una vez al SRPA, hay un conocimiento adquirido sobre cómo funciona el Sistema, de
suerte que, como señalan algunos expertos53, el delito y sus procesos de penalización
pueden llegar a ser parte de su vida. Esto es una señal muy importante para la prevención terciaria, en tanto las posibilidades de separar su proyecto de vida del delito
se alejan con la reincidencia. Tales reflexiones son relevantes a esta edad porque son
muchos los casos de aprehensiones que se reportan.
El fenómeno del undécimo grado
Retomando el análisis sobre los niveles de escolaridad de quienes han sido aprehendidos
por la Policía Nacional durante el período 2003-2013, a medida que el estudio analiza
rangos de edad más altos, se observa que la mayor proporción de aprehensiones ocurre
en personas con escolaridad en los grados quinto y once, es decir, al final de los ciclos
educativos. Ya en el análisis cualitativo se sugirió que pareciera configurarse una red de
conversaciones que dictamina la finalización de estos ciclos para dar comienzo a otros
que no tienen que ver con la escolaridad y frente a los cuales ni el sistema educativo, ni
las familias, ni el Estado tienen una estrategia que logre mantener a los niños, niñas y
adolescentes en la ruta del conocimiento que privilegia sus capacidades y conlleva una
vida valiosa. Algunas posibles explicaciones a la relación entre los mayores casos de
delitos en personas con primaria o con bachillerato pueden encontrarse en la reducción
de oferta de cupos para la básica secundaria y universitarios (técnicos y tecnológicos),
así como en la falta de información que se tiene de acceso a la educación superior, en
particular en ciudades intermedias y pequeñas.
Capítulo
II
Para este grupo de edad las mayores aprehensiones continuaron registrándose en
aquellos adolescentes que han llegado a quinto de primaria y que no pasaron de este
nivel, con 44.164 casos, que son el 30,39% del total; algo parecido ocurre en undécimo
grado, al cierre de la secundaria, con 30.300 casos, que constituyen el 20,85% del total.
Que el mayor número de personas menores de 13 años conducidas por la policía ante
las defensorías de familia tengan una escolaridad hasta quito grado es preocupante;
pero el hecho de que esta situación también sea significativa para el grado undécimo
en la población de 14 a 18 años profundiza aún más esta problemática.
53 Policía Nacional, Observatorio del Delito.
31
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 3. Recomposición de los cuatro principales Delitos más el de homicidio en Niños, Niñas
y Adolescentes por Grado de Escolaridad de 14 a 18 años. Número de Aprehensiones.
(2003-2013)
Fabricación, porte y tráfico de armas
Hurto a personas
Fabricación, porte y tráfico de estupefacientes
Homicidio
UNIVERSITARIOS
TECNÓLOGOS
TÉCNICOS
UNDÉCIMO
DÉCIMO
NOVENO
OCTAVO
SÉPTIMO
SEXTO
QUINTO
CUARTO
TERCERO
SEGUNDO
PRIMERO
ANALFABETO
20000
18000
16000
14000
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
Lesiones personales
Capítulo
II
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Cada delito tiene su propio comportamiento, y los marcados puntos de quiebre en
quinto y once varían según el delito del que se trate. La fabricación, tráfico o porte de
armas opera a través de redes evidentes, que definen distintas tareas dependiendo de la
edad. Los niños y niñas pequeños son actores muy pasivos, pero a medida que aumenta
la edad esta participación es más clara, consciente y activa, pues implica la obtención de
ingresos54. Es por ello que la intervención del Estado y de la familia, así como del sector
educativo, priorizando en este grupo etario, es perentoria. Para el delito en mención, la
participación de adolescentes en undécimo grado no es tan diferente de la de personas
con noveno grado.
Quienes participan en el delito de hurto a personas lo hacen independiente de otros
actores involucrados en esta misma cadena, lo que impide que tengan una visión de
conjunto de la problemática que esta encierra y la posibilidad de ser conscientes del
rol que se puede tener en esta dinámica. Cuenta de ello da que quienes son consideradas personas no delincuentes llegan a comprar en mercados ilegales diversos artículos
personales, argumentando que son más económicos, constituyéndose en beneficiarios
y partícipes indirectos de dicho delito y entorpeciendo la denuncia. En la fabricación,
porte o tráfico de estupefacientes, si bien muestra para los grados quinto y undécimo
54 32
Con respecto al delito de tráfico, fabricación y porte de armas, es importante hacer mención a la efectividad de políticas y acciones como las campañas de desarme, que en algunas regiones del país tuvieron resultados importantes,
como aquellas de cambiar juguetes por armas. Así mismo, cabe mencionar aquí la campaña de desarme de Bogotá,
que ha mostrado un claro impacto en su reducción.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
incrementos importantes, no se puede ignorar la participación de adolescentes entre
estos. En el caso del delito de homicidio común, este parece tener una menor participación a medida que se cuenta con mayor escolaridad, de suerte que en undécimo grado
ya no es tan evidente el aumento.
La fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, como ya se mencionó, es un delito
que se incorpora en los espacios de la vida de los adolescentes y se adapta a sus entornos e impone sus lógicas. El mundo por fuera de su casa es vital para el adolescente; en
el desarrollo de su identidad y autonomía, el grupo de amigos constituye parte esencial
de su vida. Sin embargo, en muchos casos a este mundo conformado por el barrio, el
parque, la cuadra, llegan nuevos actores que imponen nuevas “reglas del juego” como
demarcar imaginariamente los territorios por donde se puede transitar, propiciando la
vinculación al consumo y generando una transformación de los ámbitos públicos en
ámbitos que se “privatizan” (tal como se menciona en este estudio).
La gravedad de este delito, además de lo mencionado, está en que puede ser mediador de otros delitos. Su forma de actuar, en tanto se incorpora en los ámbitos de
los adolescentes y sus familias, no necesariamente implica la desescolarización, pero
transforma los roles de los adolescentes que progresivamente se vinculan a este en su
ámbito escolar. “En la lógica del microtráfico, entre otras estrategias, el uso de jóvenes y
adolescentes es común en las distintas dinámicas y fases del proceso (fabricación, transporte, distribución, etc.) por la más fácil vinculación de los estudiantes de los niveles de
primaria y secundaria”55.
La actividad principal
Comparado con quienes están entre los 6 y los 13 años, en este rango de edad se incorporan otras ocupaciones. En el caso de quienes fueron aprehendidos en la última
década por porte ilegal de armas, el mundo del trabajo para la consecución de ingresos
tiene un enorme peso en sus vidas: los adolescentes se consideran desempleados o trabajadores independientes probablemente ligados con el mundo del “rebusque”, y solo
en tercer lugar se identifican como estudiantes. Un número no despreciable de 1.206
adolescentes considera que su actividad principal es el delito. En este rango de edad,
se evidencian formas organizadas para delinquir, en tanto en este delito se registran
36 casos de pertenencia a bandas criminales. El espectro de actividades laborales se
amplía y muestra una gran diversidad. Los datos son muy sugestivos al señalar que en
39 casos de aprehensiones, las personas consideran como su actividad principal ser ama
de casa. Esta identificación de su actividad principal como “ama de casa” se manifiesta
en mayores proporciones en otros delitos, siendo la cifra más alta la de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes. Este análisis invita a hacer reflexiones más profundas
sobre la relación existente entre fenómenos sociales como el embarazo adolescente, la
deserción escolar y cambios drásticos en la estructura familiar y del cuidado.
55 Álvarez C., Miguel; Duque N., Carolina, “Porros, bichas y moños: política pública, geografía del consumo y expendio
de sustancias psicoactivas en jóvenes escolares”, Procuraduría General de la Nación-Convenio Alcaldía Mayor BogotáAlcaldía de Barranquilla, 2010.
Capítulo
II
33
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 4. Número de Aprehensiones en Fabricación, Tráfico y/o Porte Ilegal de Armas
en Adolescentes de 14 a 18 años – Actividad Principal (2006-2013)
8.684
5.645
GRUPOS ILEGALES
11
NO REPORTA
36
OTROS
2
INDEPENDIENTE
30
POLICÍA
2.029
DEPORTISTA
1.206
DELINCUENCIA
FUERZAS ARMADAS
AMA DE CASA
COMERCIANTE
39
DESEMPLEADO
20
ESTUDIANTE
37
92
AGRICULTOR
3.260
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Capítulo
II
Quienes fueron aprehendidos para el mismo período por hurto a personas se reconocen
como desempleados o trabajadores por “cuenta propia”, ambos en proporciones similares. La población que se considera estudiante, como lo muestra la siguiente gráfica, es
mayor que en el caso de la fabricación, tráfico y porte ilegal de armas, y adquieren peso
aquellos que consideran como su ocupación ser deportistas.
Gráfico 5. Número de Aprehensiones en Hurto a Personas en Adolescentes de 14 a 18 años.
Actividad Principal (2006-2013)
17.412
17.338
16.526
34
1
EMPLEADO PÚBLICO
POLICÍA
GRUPOS ILEGALES
39
NO REPORTA
13
OTROS
7
INDEPENDIENTE
62
DEPORTISTA
FUERZAS ARMADAS
2.177
DELINCUENCIA
COMERCIANTE
70
AMA DE CASA
37
DESEMPLEADO
179
ESTUDIANTE
28
AGRICULTOR
9.631
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
En el delito de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, que desde 2009 muestra
el mayor número de aprehensiones, se destaca la participación de 13.114 estudiantes
en actividades relacionadas con este, lo que resulta coherente con lo señalado para este
delito que “opera con el uso de jóvenes y adolescentes”. Es así como 7.702 adolescentes
reportan como su principal actividad la delincuencia. El número de quienes se consideran desempleados sobrepasa en casi la mitad a quienes se consideran estudiantes,
primando, como en todos los delitos, el peso económico y el mundo de lo laboral en
una población que por definición se encuentra en edad escolar.
Gráfico 6. Número de Aprehensiones en Fabricación, Tráfico y/o Porte de Estupefacientes
en Adolescentes de 14 a 18 años. Actividad Principal (2006-2013)
23.720
20.559
13.114
10.516
7.702
NO REPORTA
40
OTROS
POLICÍA
5
EMPLEADO PÚBLICO
16
INDEPENDIENTE
113
DEPORTISTA
FUERZAS ARMADAS
DELINCUENCIA
COMERCIANTE
131
AMA DE CASA
79
DESEMPLEADO
257
ESTUDIANTE
126
AGRICULTOR
Capítulo
II
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
El homicidio común, con el menor número de casos de aprehensiones, reporta que menos del 10% de estos adolescentes tiene como actividad principal estudiar. Sigue siendo
la consecución de ingresos, en este delito como en los anteriores, el principal móvil de
la delincuencia.
35
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 7. Número de Aprehensiones en Homicidio Común en Adolescentes de 14 a 18 años.
Actividad Principal (2006-2013)
1.597
1.006
8
1
23
DEPORTISTA
POLICÍA
GRUPOS ILEGALES
NO REPORTA
OTROS
3
INDEPENDIENTE
FUERZAS ARMADAS
14
DELINCUENCIA
COMERCIANTE
353
226
AMA DE CASA
1
DESEMPLEADO
19
ESTUDIANTE
16
AGRICULTOR
333
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Capítulo
II
Las aprehensiones por lesiones personales, junto con el delito asociado con estupefacientes, señalan una mayor proporción de adolescentes cuya actividad principal es
ser estudiantes. Una posible explicación de esto, como se mencionó antes, puede estar
relacionada con una mayor visibilización del acoso escolar.
Gráfico 8. Número de Aprehensiones en Lesiones Personales en Adolescentes de 14 a 18 años.
Actividad Principal (2006-2013)
3.732
2.997
36
4
POLICÍA
EMPLEADO PÚBLICO
GRUPOS ILEGALES
8
NO REPORTA
1
OTROS
5
INDEPENDIENTE
17
DEPORTISTA
FUERZAS ARMADAS
262
DELINCUENCIA
COMERCIANTE
61
AMA DE CASA
13
1.946
DESEMPLEADO
63
ESTUDIANTE
11
AGRICULTOR
2.142
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
La relación de esta población con el delito puede ocurrir, bien por vinculaciones recientes a este, o bien como resultado del fortalecimiento de factores de riesgo a lo largo
de etapas anteriores de su ciclo vital. Para este grupo, que ya no es el interés superior
de la sociedad, y que no hace parte de la población en edad escolar de secundaria56,
los factores que pueden explicar su participación en acciones delictivas tienen relación
con un escenario económico que da cuenta de una tasa de desempleo del 16,5%, y en
donde del total de jóvenes en edad de trabajar, el 41,6% correspondió a inactivos57. Esto
aunado a una cultura del dinero fácil, que ofrece dinero rápido a través del delito, da por
resultado una rentabilidad inmediata.
Quizás para ningún rango de población es tan importante tanto como para este contar
con fuentes de ingresos. De hecho, la vinculación al sistema educativo es significativamente menor en todos los delitos, a la vez que la enorme participación de la categoría
“independientes” sugiere una creatividad para la búsqueda de recursos, que puede
estar asociada con el delito como fuente de ingresos (ver gráficas).
Jóvenes Adultos con Responsabilidad Penal (De 19 a 26 años de edad)
A lo largo de los últimos diez años, se observa un comportamiento más irregular con
respecto a los rangos etarios anteriores, en el que a partir del año 2007 se notaba una
disminución del fenómeno, que es cuando entra en vigencia la Ley 1098 de 2006. Para
este caso, el comportamiento es casi inverso, en el que justo a este rango de edad que
no cobija este Código de Infancia y Adolescencia, el fenómeno se empieza a disparar,
alcanzando su punto más alto en el 2010 con la fabricación, porte y tráfico de estupefacientes con 14.308 capturas en relación con todos los delitos y todas las edades.
El siguiente gráfico ilustra una diferencia del 37% de este delito con respecto al hurto de
personas, que es el que se sitúa en segundo lugar, que a la vez se distancia de los tres
siguientes: fabricación, tráfico o porte de armas, lesiones personales y homicidio, que se
vislumbra como el de menor participación.
56 57 Según lo establecido por el Ministerio de Educación, la edad de escolaridad entre los grados 6 y 11 es entre 11 y 17
años.
DANE, Boletín estadístico mercado laboral de la juventud (14 a 28 años) trimestre abril-junio de 2013.
Capítulo
II
37
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 9. Recomposición de los cuatro principales Delitos más el de Homicidio
en Jóvenes de 19 a 26 años (2003-2013)
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
2003
Capítulo
II
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Delitos
Fabricación, porte y tráfico de armas
Hurto a personas
Fabricación, porte y tráfico de estupefacientes
Homicidio
Lesiones personales
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Es preciso señalar que en este rango de edad los sujetos cuentan con una madurez en
la cual tienen conciencia de las acciones que cometen, así como también asumen los
riesgos a los cuales están expuestos cuando incurren en algún delito. Es también un período en el que al asumir la mayoría de edad, van adquiriendo nuevas responsabilidades
a las que muchas de ellas tienen que responder mediante aportes económicos.
38
Hay que anotar que en esta etapa es preciso seguir realizando intervenciones que les
proporcionen a las personas las oportunidades para evitar que los adultos jóvenes se involucren en dinámicas que los vayan comprometiendo en la carrera delictiva. Es notable
que a media que los NNA van creciendo, la participación en el delito toma mayor fuerza,
independientemente de la variación que haya tenido en la última década. Algo preocupante a lo largo de este análisis es lo que se observa con la fabricación, tráfico o porte de
estupefacientes, el cual probablemente estaría asociado al fenómeno del narcotráfico.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
De otro modo, en materia de nivel de escolaridad alcanzado por esta población que ha
sido capturada por la Policía Nacional, se tiene que la mayor proporción de los jóvenes
alcanzaron la primaria completa, y en mayor medida la secundaria completa. A diferencia del rango de edad anterior, hay una importante participación al terminar este nivel
educativo, en el que para quinto grado no hubo mucha variación con respecto al total,
se mantuvo con una leve disminución con 59.163 casos, que son el 25,90% general, en
contraste con undécimo grado, que fueron 96.010, que constituyen el 42,03% del total.
Es así como es evidente que la mayoría de los adultos jóvenes que incurrieron en alguno
de estos delitos no lograron continuar con los estudios superiores, en el que la suma
de estas personas que alcanzaron algún grado de técnico, tecnólogo, universitario y
profesional solo hacen parte del 1,01% del total. Esto indica que a mayor nivel de educación, menor es la frecuencia de delitos; es notable entonces que la educación para estos
casos se constituye en un factor protector que permite involucrar a los jóvenes a otras
dinámicas en las que puedan desarrollar su proyecto de vida.
Gráfico 10. Recomposición de los cuatro principales Delitos más el de homicidio
en Jóvenes de 19 a 26 años por Grado de Escolaridad. Número de Aprehensiones
(2003-2013)
45.000
40.000
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
Capítulo
Fabricación, porte y tráfico de armas
Fabricación, porte y tráfico de estupefacientes
Lesiones personales
PROFESIONALES
UNIVERSITARIOS
TECNÓLOGOS
TÉCNICOS
UNDÉCIMO
DÉCIMO
NOVENO
OCTAVO
SÉPTIMO
SEXTO
QUINTO
CUARTO
TERCERO
SEGUNDO
PRIMERO
ANALFABETO
II
Hurto a personas
Homicidio
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Ahora bien, teniendo en cuenta las opciones y condiciones laborales que hoy enfrentan
los jóvenes, la mayor parte de las personas capturadas afirmaron que son independientes, con 15.656 casos, seguido de aquellos que están desempleados (8.961). Lo
preocupante aquí es que se asume la delincuencia como la actividad principal en 1.919
reportes, donde ser estudiante ya pasa a un plano menos importante en comparación
con los grupos poblacionales analizados anteriormente.
39
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 11. Número de Aprehensiones en Fabricación, Tráfico y/o Porte Ilegal de Armas
en Jóvenes de 18 a 26 años. Actividad Principal (2006-2013)
15.956
8.961
GRUPOS ILEGALES
34
NO REPORTA
FUERZAS ARMADAS
26
OTROS
217
EMPLEADO PÚBLICO
236
INDEPENDIENTE
68
POLICÍA
ESTUDIANTE
49
DEPORTISTA
COMERCIANTE
197
DELINCUENCIA
741
AMA DE CASA
803
DESEMPLEADO
199
AGRICULTOR
4.498
1.909
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Hurto a personas
Capítulo
II
Para el caso de hurto a personas, que es el segundo delito donde se presenta el mayor
número de capturas, se incrementa en gran medida el número de independientes y
desempleados. Al igual que en el delito anterior, las personas son trabajadores independientes y un poco más de la mitad son desempleados. Esta dinámica es similar al delito
de porte ilegal de armas.
Gráfico 12. Número de Aprehensiones en Hurto a Personas de 18 a 26 años.
Actividad Principal (2006-2013)
33.549
19.916
40
56
OTROS
NO REPORTA
12
EMPLEADO PÚBLICO
33
INDEPENDIENTE
53
GRUPOS ILEGALES
3.321
DEPORTISTA
84
DELINCUENCIA
534
POLICÍA
DESEMPLEADO
ESTUDIANTE
FUERZAS ARMADAS
COMERCIANTE
AGRICULTOR
130 1.070 207 1.602
AMA DE CASA
14.011
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
De otro modo, para el caso de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes en este
grupo de edad con 54.718 casos, en lo que se refiere a la actividad principal en la cual se
desenvuelve en el momento de la captura, un número representativo de personas reconoce que son independientes (54.718), seguido de un alto número de desempleados
(31.563); y en tercer lugar, aquellos que dentro de su proyecto de vida han tenido que
dedicarse a la delincuencia (10.652), en el que en una menor proporción se reconocen
aquellos que estaban estudiando; de igual manera que en los delitos anteriores en este
rango de edad, muestran una dinámica similar.
Gráfico 13. Número de Aprehensiones en Fabricación, Tráfico y/o Porte de Estupefacientes
en Jóvenes de 18 a 26 años. Actividad Principal (2006-2013)
54.718
NO REPORTA
222
OTROS
GRUPOS ILEGALES
40
EMPLEADO PÚBLICO
52
INDEPENDIENTE
60
POLICÍA
FUERZAS ARMADAS
926
DELINCUENCIA
COMERCIANTE
3.999
AMA DE CASA
605
15.101
10.652
DESEMPLEADO
1.412
ESTUDIANTE
626
AGRICULTOR
31.563
Capítulo
II
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
A partir del análisis del comportamiento de los delitos en estos últimos diez años se
puede señalar que las intervenciones realizadas desde el SRPA han contenido de alguna
manera el fenómeno delictivo, sobre todo en población entre 14 y 18 años. No obstante,
este se incrementa notoriamente en los adultos jóvenes, a quienes cobija el sistema de
responsabilidad ordinario (ver gráficas).
41
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Gráfico 14. Número de Aprehensiones en Fabricación, Tráfico o Porte de Estupefacientes
en Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes (2006-2013)
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
2003
2004
2005
2006
6-13 años
2007
2008
14-18 años
2009
2010
2011
2012
2013
19-26 años
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Capítulo
II
42
La prevención del delito para este rango de población, debe reconocer las características
que le son propias como sujetos de Derechos; es decir que si bien no están amparados
por la Convención Internacional de 1989, la inclusión es un eje central de la política que
se construya sobre prevención del delito para Jóvenes. La inclusión para esta franja de
la población amerita un lugar especial en el CONPES de Prevención de la Delincuencia
Juvenil. El empleo como materialización parcial de sus Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, pareciera constituirse en una deuda que el país obligatoriamente debe
saldar. Los y las Jóvenes cuyo registro de desempleo se acerca al 17% muy difícilmente
pueden proteger a sus familias, acceder a la educación superior y ganar espacios que se
constituyen en Derechos en la vida social, como lo ha expresado el Pacto Internacional
de Derechos Económicos Sociales y Culturales de 1966, el cual fue suscrito por Colombia
e incorporado en la Constitución Política en su Título II. Esto es aún más grave cuando
son parte del Sistema Penal para Adultos, por todo lo que ello implica, de tal suerte que
la Justicia Restaurativa debe ser pensada también para estas personas y ser flexible en
cualquiera de los dos sistemas de responsabilidad: de Adolescentes y de Adultos.
Una aproximación a la delincuencia en jóvenes y adolescentes
Gráfico 15. “Hechos punibles y delitos en Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes” por grupos de edad
(2003-2013)
263.664
300.000
176.218
200.000
100.000
5.834
0
6-13 años
14-18 años
19-26 años
Fuente: Policía Nacional, Observatorio del Delito. Datos extraídos del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco).
Cabe anotar que la franja entre 19 y 26 años hace parte de la población económicamente activa y que por tanto representa aporte al bono demográfico58 con el cual cuenta el
país para afianzar su desarrollo y para la construcción de oportunidades. Como lo mencionan Sen y Kliksberg, “Los jóvenes son el mayor agente de cambio potencial. Tienen
una más alta disposición que cualquier otro sector social a comprometerse con causas
nobles, con ideales, con retos colectivos. Están casi expectantes de ser convocados para
ello”59.
58 59 El Bono Demográfico hace referencia a la proporción de personas en edades de trabajar (potencialmente productivas) en relación a personas en edades potencialmente dependientes. Este periodo se conoce también como “ventana
demográfica de oportunidades”, en referencia a las posibilidades que ofrece para aumentar las tasas de crecimiento
económico per cápita y los niveles de bienestar de la población. (Ver CEPAL CRIAD 2012 “Curso Regional Intensivo
de Análisis Demográfico-Modulo Población y Desarrollo”; CELADE-División de Población, Santiago, 27 de noviembre, 2012). Según Ciro Martínez “En las últimas cuatro décadas, Colombia ha experimentado un rápido y sostenido
descenso de la fecundidad, lo que ha implicado su paso acelerado por las etapas de la transición demográfica, de la
etapa de plena transición en que se ubicaba en las décadas del 80 y 90 del siglo pasado, a la de transición avanzada en
que se ubica actualmente. Como corresponde a esas etapas de la transición demográfica, el país ha experimentado
una transformación sustancial de la estructura por edad de su población. En particular se ha presentado un fuerte
crecimiento relativo de la población potencialmente activa frente a la población joven y la de adultos mayores (potencialmente inactivos), fenómeno que determina un descenso sin precedentes en las relaciones de dependencia
demográfica, hasta alcanzar sus mínimos históricos.” (ver Ciro Martínez; Descenso de la fecundidad, Bono Demográfico y Crecimiento Económico en Colombia, 1990–2010; en Serie de Estudios a Profundidad; ENDS 1990 – 2010).
Sen, Amartya; Kliksberg, Bernando, Primero la gente: Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas
del mundo globalizado, Deusto Ed., 2007.
Capítulo
II
43
Capítulo
III
EJES TEMÁTICOS PARA EL ABORDAJE
DE LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA JUVENIL
A
partir de los enfoques referidos, la Prevención de la Delincuencia en Jóvenes y
Adolescentes se configura sobre cuatro ejes básicos o categorías de análisis: La
protección integral, la justicia restaurativa, la inclusión y, la corresponsabilidad.
Sobre estos se construyó la propuesta investigativa y se orientó su análisis.
3.1. La protección integral: Un paradigma en desarrollo
Capítulo
III
La protección integral transformó el conjunto de miradas que desde la filosofía y el derecho consideraban a los niños, las niñas y los adolescentes como personas “menores”
y que en el análisis jurídico conformaron un cuerpo de pensamiento conocido como
la Doctrina de la Situación Irregular, la cual surge como respuesta al tratamiento legal
indiscriminado para niños y para adultos. Esta doctrina de finales del siglo XIX, como
resultado de movimientos reformistas, plantea una idea de protección especial para
las personas menores de 18 años en situación de abandono, maltrato o que representaran un riesgo social. Su idea de protección era claramente paternalista y contenía
en su pensamiento una relación de compasión-represión frente a los “menores”, cuya
vulnerabilidad es difícil de definir (García Méndez, 1991; Calderón Beltrán, J., 2008; Instituto Interamericano del Niño, 1999). “Niños y adolescentes abandonados, víctimas de
abusos o maltratos y supuestos infractores a la ley penal, cuando pertenecientes a los
sectores más débiles de la sociedad, se constituyen en clientes potenciales de esta definición. Más aún, como en una especie de auto-ironía, las leyes de menores extienden los
alcances de la disponibilidad estatal al resto de la infancia que se encontrare en peligro
material o moral”60.
La protección integral surge entonces como un cambio de paradigma donde el fundamento es la protección a los derechos de la población menor de 18 años, en tanto
define claramente su condición de sujetos de derechos y su carácter de protección al
reconocimiento y garantía de estos. “Con la aprobación de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño en 1989, se inaugura una nueva época en la historia de
la relación entre la ley y las personas menores de edad. A partir de este momento, se
deja de lado la visión en la que el menor es considerado como ‘objeto de represión
y de compasión’ –doctrina de la situación irregular–, adoptándose el paradigma de
46
60 García Méndez, E. (1991). “La legislación de ‘menores’ en América Latina: Una doctrina en situación irregular”. En
Derecho de la infancia/adolescencia en América Latina: De la situación irregular a la protección integral. Pág. 5.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
la protección integral en donde se le reconocen a los niños/as todos sus derechos
fundamentales”61.
La joven doctrina en mención parte de una valoración de los niños, las niñas y los
adolescentes, considerándolos sujetos que construyen su realidad en relación con sus
entornos sociales y políticos62. Como parte consustancial a la concreción de esta especie
de “revolución pacífica” que significa este cambio paradigmático, es preciso contar con
mecanismos estatales, sociales y familiares que bajo una dinámica de corresponsabilidad asuman la protección integral a sus derechos, como reconocimiento al interés
superior en el que se constituye para la sociedad la población menor de 18 años.
Es así como la prevención en el contexto de la doctrina de la protección integral se define a partir del reconocimiento de este grupo de población como sujetos de derechos
y a quienes por ello se les previene de la amenaza o vulneración de sus derechos y
la seguridad de su restablecimiento inmediato63. Este alcance de la prevención dado
desde la protección integral se concreta en los diversos ámbitos del desarrollo de los
niños, las niñas y los adolescentes y requiere de la sociedad, las familias y el Estado una
participación corresponsable, es decir, de manera solidaria, simultánea y coordinada
entre estos actores. Dicho carácter de corresponsabilidad derivado de la protección
integral ofrece opciones al “problema de la infancia en situación de alto riesgo, que no
conseguía ser visualizada en la insuficiente o inexistente oferta de servicios, sino en la
negativa o ignorancia a su utilización por parte de sus potenciales destinatarios”64.
De ahí la importancia del carácter de integralidad que involucra esta doctrina, en tanto
reconoce y ordena los derechos que les son propios a los niños, las niñas y los adolescentes y que entre ellos interactúan y garantizan una organización sistémica traducida
en la condición de ciudadanía plena de los individuos protegidos: son derechos a la
vida, al desarrollo, a la protección y a la participación.
Capítulo
III
La protección integral cobra importancia entonces cuando se asume que el ejercicio
de los derechos humanos de esta población se tiene que concebir desde sus principios
de universalidad, interdependencia y no discriminación consagrados en la Declaración
Internacional de los Derechos Humanos, a la vez que identifica que son sujetos de derechos especiales que los reconocen así mismo como personas vulnerables y en etapas de
formación de su desarrollo, consideración que es ampliada en la Convención Internacional de los Derechos del Niño de 1989.
Como fin, la protección integral implica pues el ejercicio pleno de la ciudadanía de niños, niñas y adolescentes para el desarrollo idóneo de sus capacidades. La garantía de
los derechos que se concreta en la seguridad alimentaria, la educación, la salud, a tener
61 62 63 64 Instituto Interamericano del Niño. (1999). Panorama del recorrido del Instituto Interamericano del Niño en sus 75 años
de vida, discurso inaugural, Montevideo.
ICBF (2009). Lineamientos técnicos para la inclusión y atención a familias.
Ley 1098 de 2006, artículo 7º.
García Méndez, Emilio. Op. cit., pág. 7.
47
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
una identidad, entre otros, lleva implícito el fortalecimiento de sus capacidades para la
expansión de sus libertades. En este contexto, ser sujeto de derechos va más allá de una
concepción tutelar; más bien se trata de una proyección del ejercicio de la autonomía
de las personas dentro de una sociedad que los incluya en el reconocimiento de sus
características, diferencias y subjetividades con las cuales constituyen su identidad. Esta
doctrina de la protección integral permite, desde su esencia, considerarlos como interlocutores válidos; y este reconocimiento como sujeto válido en la relación implica dos
vertientes: una en la relación, en todo contacto, en lo cotidiano: en una audiencia, en la
aprehensión, en la utilización de servicios públicos, en los espacios escolares, de salud,
de recreación, donde otros los y las incluyen visiblemente teniendo en consideración
que lo que dicen o hacen merece ser atendido, escuchado, tenido en cuenta; y la otra
vertiente, en la disposición y disponibilidad de recursos y posibilidades para que el niño,
niña, y adolescente pueda elegir, sentir que es válido porque dispone de escenarios,
contextos, espacios, recursos, para ser tratado con importancia y respeto, y se siente
seguro de poder contar con ellos.
Capítulo
III
De otra parte, la condición de sujetos de derechos lleva implícita una dualidad complementaria: ser sujetos de derechos y de deberes, que en el caso de adolescentes menores
de 18 años en conflicto con la ley se concreta en una responsabilidad de carácter penal
que implica la aplicación de medidas y sanciones establecidas en el Código de Infancia
y Adolescencia65. Aun en estos casos la protección integral mantiene su carácter al reconocer que en la responsabilidad penal para adolescentes “tanto el proceso como las
medidas que se tomen son de carácter pedagógico, específico y diferenciado respecto
del sistema de adultos…”66. Este componente de la protección integral se conforma
a través de la Justicia Restaurativa, que es en el marco de la responsabilidad penal su
finalidad y que se constituye en la posibilidad de restaurar el daño ocasionado por adolescentes, entendido este daño como la restauración de un vínculo que ha sido afectado
o roto67.
De este modo la protección integral se conecta directamente con elementos teóricos y
jurídicos con los cuales es posible analizar la prevención desde un enfoque de derechos,
aplicada a los niños, las niñas, los y las adolescentes y también a jóvenes que están en
riesgo de delinquir (prevención secundaria) o los que han delinquido y están o pasaron
por el Sistema de Responsabilidad Penal (prevención terciaria). Estos elementos, sobre
65 66 67 48
Ley 1098 de 2006, capítulo IV, artículos 177 a 187.
Ley 1098 de 2006, artículo 140. Así mismo, es importante destacar que “En el caso de la responsabilidad penal de los
y de las adolescentes es necesario señalar que su investigación y juzgamiento se debe dar en el marco de un sistema
de garantías que les protege y que limita la acción del Estado. En suma, se trata ahora de protección de derechos y no
de un modelo tutelar” (ver Benavídez: 2012: 10).
Recogiendo el artículo de Francisco Rodes, a propósito del curso sobre formación de capellanes en las prisiones,
publicado el pasado 3 de julio por la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación en el que este expresa a
propósito de la Justicia Restaurativa que la llamada Justicia Restaurativa (lo que nos introduce en un mundo conceptual diferente a la justicia punitiva basada en el código penal de cada país, que piensa solo en esclarecer y castigar
adecuadamente el delito), nos dimos cuenta de que la primera, sin anular radicalmente la anterior, se enfoca en un
análisis más amplio, que incluye responder a las preguntas ¿quién ha sido dañado?, ¿qué responsabilidad se deriva
del daño?, ¿qué se puede hacer por la víctima?, ¿cómo se involucra la comunidad en un proceso de restauración tanto
del ofensor como de la víctima?
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
los que se precisará más adelante, son Justicia Restaurativa, inclusión, y corresponsabilidad.
3.2. Justicia restaurativa
Para hablar de Justicia Restaurativa es necesario remitirse al estudio de los conceptos de “justicia” y “reparación”, pues, en sí mismos, ambos términos comprenden un
marco teórico-filosófico como fundamento para sentar las bases éticas y morales de la
Convención sobre los Derechos del Niño de 1989. Esta última, como soporte básico de
desarrollos posteriores como el actual Código de Infancia y Adolescencia, es referente
obligado de todas las políticas que involucren a jóvenes y adolescentes del país.
El concepto de “justicia”
Remontándonos a la antigüedad, Sócrates definió la justicia como un valor objetivo. Esto
quiere decir que el concepto no varía sino que, por el contrario, es un valor inherente a
los hombres, quienes lo materializan a través de la creación de leyes. En otras palabras,
la justicia hace parte de un conjunto de valores éticos que son constantes y que rigen
la conducta humana. No obstante, no da una definición como tal sobre el concepto,
más bien habla de un estado de conciencia en donde el “hombre justo” no hace daño a
otros. Posteriormente, en la antigua Roma, se define la noción de justicia bajo la máxima
“Justicia es la voluntad perpetua y constante de dar a cada cual lo suyo”68.
Efectivamente, a pesar de no haberse definido de manera uniforme el término a lo largo
de los años, se mantuvieron sin modificación los principios que la componen. En este
sentido, se tiene que la justicia, tal y como está contemplada hoy en día, comprende
“el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana”69. Ahora bien, tal y como lo explica el profesor
Carlos E. Tejeiro en su ponencia para el Congreso Internacional de Justicia Restaurativa
y Protección Integral, refiriéndose a la obra de Hans Küng, estos conceptos son, a su vez,
elementos del humanismo como tal. Dicho término debe entenderse bajo el mandato
conforme al cual
Capítulo
III
“Toda persona, con independencia de su sexo, de su origen étnico, de su idioma, de su
edad, de su nacionalidad o de su religión, tiene la obligación de tratar humanamente a
todos los seres humanos … y segundo (sic): Todos los seres humanos dotados de razón
y de conciencia deben, en espíritu de solidaridad, asumir su responsabilidad ante todos
68 69 Traducción no oficial hecha por el profesor Carlos E. Tejeiro de la Universidad de los Andes sobre la frase “Justittia est
consteans et perpetua voluntas jus summ eunique tribuendi”, contenida en el título primero, libro primero del digesto
del emperador Justiniano. Traducción de la ponencia presentada en el Congreso de Justicia Restaurativa llevado a
cabo en Cartagena (Colombia) los días 7 y 8 de junio de 2013, evento organizado por el ICBF.
Küng, Hans. (2006). El mercado global exige una ética global en ciencia y ética mundial, pág. 29. Editorial Trotta, Madrid,
primera edición.
49
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
y cada uno, ante familias y comunidades, razas, naciones y religiones: Lo que no quieras
que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco a ningún otro”70.
De lo anterior, puede verse entonces que, en últimas, la justicia no está apartada de
la igualdad, en donde cada quien recibe lo que le corresponde, incluyendo un trato
igualitario y en condiciones dignas para cada persona.
Todo este razonamiento fue recogido en la Convención sobre de los Derechos del Niño
de 1989, la cual fue reconocida por 180 países signatarios. Es decir, dentro de ese instrumento, varios representantes del mundo se unieron para acordar de manera uniforme,
para establecer los principios de justicia y protección especial que merecen los niños,
niñas y adolescentes para un correcto desarrollo.
El concepto de reparación
La Justicia Restaurativa contiene una fortaleza enorme en tanto su acción fundamental –la de reparar– para reconstruir un vínculo roto a causa de una ofensa de mayor o
menor gravedad es en sí misma una manifestación de la reparación de los derechos.
Capítulo
III
Remitiéndonos a la Convención Americana de Derechos Humanos, artículo 63.1, puede
verse que en dicho instrumento se faculta a la Corte Interamericana para que disponga sobre la procedibilidad de la reparación de daños a las víctimas que hayan sufrido
graves vulneraciones a sus derechos. No obstante, a pesar de lo anterior, tampoco se
cuenta con una definición del término de reparación como tal. Más bien, como lo ha
mencionado la jurisprudencia del citado organismo, se contemplan son los fines y las
características que debe tener la reparación. De este modo, la Corte Constitucional, en
su sentencia SU 254 de 2013, providencia que reúne la jurisprudencia de esa corporación en materia de reparación a las víctimas, hace referencia expresa al pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 17 de agosto de 1990, caso
“Velázquez Rodríguez”, de la siguiente manera:
“En relación con la indemnización, la Corte Interamericana ha establecido que (a) la
indemnización debe estar orientada a procurar la restitutio in integrumde los daños causados por el hecho violatorio de los derechos humanos; (b) en caso de imposibilidad
de una restitución íntegra debe proceder el pago de una “justa indemnización” que
funja como compensación de los daños; (c) la indemnización debe compensar tanto
los daños materiales como los morales; (d) los perjuicios materiales incluyen tanto el
daño emergente como el lucro cesante; y (e) el daño moral ‘resulta principalmente de
los efectos psíquicos que han sufrido los familiares’, cuya reparación debe ajustarse a los
principios de equidad”. A su vez, la Resolución 60/147 de las Naciones Unidas, artículo
VII (b) establece que la reparación a la que tienen derecho las víctimas debe ser “adecuada, efectiva, y rápida”. Por lo tanto, podría resumirse que la reparación comprende una
restitución en la mayor medida posible de los daños causados por la vulneración de los
derechos de la víctima, de una manera adecuada, efectiva y rápida.
50
70 Ibíd.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
La reparación aparentemente obvia en tanto se refiere a la reparación del daño causado
trasciende los límites del daño físico o económico. A diferencia de la justicia retributiva,
esta –la restaurativa– es una justicia que amplía el propósito de la reparación del daño,
más allá de lo meramente económico o de la reparación física. “No solo es reparar el
objeto, es reparar las relaciones”71. Esto implica un cambio sustancial del propósito de
la práctica de la justicia en tanto desde lo retributivo la justicia parte de una expresión
material del daño con el propósito de dar cuenta de él. Esta mirada se centra en el grado
de complejidad del delito y en los daños físicos y materiales que este causó.
La restauración, por su parte, cambia su sentido y fundamento ya no en la valoración y
pago de una deuda causada por un delito, para centrarse en el deterioro que la ofensa
ocasionó en las relaciones humanas y en los vínculos que afectó y destruyó: “no se centra en el hecho delictivo sino en el conflicto y su transformación positiva”72.
Tal y como lo señala el profesor Rodrigo Uprimny, la Justicia Restaurativa “se presenta
como un modelo alternativo de enfrentamiento del crimen que, en lugar de fundarse
en la idea tradicional de retribución o castigo, parte de la importancia que tiene para la
sociedad la reconciliación entre víctima y victimario”73, concepción que resulta acorde
con la que le ha dado la Corte Constitucional al identificar la reconciliación como parte
básica de la reparación a la que tiene derecho la víctima. La reconciliación, por tanto, se
concibe y se lleva a cabo en torno al vínculo afectado y roto por la ofensa. Lo que está
de por medio en este proceso no es físico ni monetario, es algo mucho más complejo
que se ubica en el plano de las relaciones y que requiere otra forma de verlo y abordarlo.
Las formas de reparación que puede tener una persona vulnerada en el marco de un
delito están, por tanto, contempladas en el terreno de la Justicia Restaurativa, y se materializan en primera instancia en un “encuentro reparativo”, como lo llama el profesor Ordóñez, en donde la víctima se encuentra con su victimario para construir una reparación
del mal que fue causado. Esto, sin embargo, requiere previamente de parte del ofensor
un claro deseo de reparar74 y de la víctima exige la disposición inicial a iniciar un proceso
de reparación y brindar perdón. No obstante, este proceso puede llevar a acuerdos, los
cuales no se pueden completar si a estos no se vincula la comunidad, que a través del reconocimiento del deseo de reparar del ofensor fortalece la reparación de la víctima y la
resocialización de quien ha producido el daño. La Justicia Restaurativa es como algunos
autores la llaman: “justicia comunitaria” (Britto, Diana, 2013; Tapias, Ángela, 2013), que
abriría la puerta a un verdadero proceso de inclusión y de oportunidades al joven o adolescente que cometió un delito, de incorporarse a su ámbito familiar, escolar, barrial y
71 72 73 74 Hermana Alba Stella Barreto, Directora de la Fundación Paz y Bien, Cali, agosto 2013. Participación en Grupo Focal.
Reunión sostenida con el doctor Jorge Ordóñez, Docente Facultad de Psicología Universidad ICESI, Cali, agosto de
2013.
Uprimny, Rodrigo y Saffón, María Paula. Justicia transicional y Justicia Restaurativa: tensiones y complementariedades,
pág. 7.
Esta clara intención para el profesor Jorge Ordóñez, de la Universidad ICESI de Cali, surge de la culpa, que no es otra
cosa que una urgente necesidad de un individuo de reparar un daño. Esto redunda en la formulación de un “perdón
verdadero” que brinda sentido al carácter reparador de la justicia, más que de indemnizador.
Capítulo
III
51
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
comunitario. Justamente a través de este proceso restaurativo entrelazan dos aspectos
claves de la prevención de la delincuencia juvenil: La Justicia Restaurativa y la inclusión.
Justicia restaurativa en el caso de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes
En el ámbito de la doctrina puede verse un acuerdo en cuanto a la noción existente en
la sociedad actual, con relación a que las ofensas cometidas por niños, niñas, jóvenes y
adolescentes deban ser castigadas con una política cada vez más represiva. Lo anterior,
bajo la lógica de que las instituciones carcelarias tienen un efecto tal en la persona que
de ellas salen sujetos listos para reincorporarse en la sociedad civil. Así mismo, se maneja
la idea de que los criminales deben estar alejados de las “personas de bien”, quienes se
encuentran aptas para vivir en sociedad. No obstante, y como bien lo plantea el profesor Carlos Tejeiro en su obra Teoría general de niñez y adolescencia75, el problema mismo
viene del deseo de reintegrar al joven ofensor a una sociedad que ya de por sí presenta
varias contradicciones. Estas, vale agregar, no pueden ser abarcadas (ni contempladas
solamente desde esa óptica) en su totalidad por el derecho.
Capítulo
III
Adicionalmente, si la sociedad misma presenta ese tipo de desajustes, mal puede imponerse a los jóvenes victimarios modelos sancionatorios represivos con miras a que estos
(en convergencia con las leyes) sean la “varita mágica” que corrija su conducta76. Por el
contrario, como lo señaló el profesor en Derecho Penal Manuel Enrique López, “muchas
de las normas no tienden hacia la justicia social”77. En efecto, en su libro De la injusticia
penal a la justicia social, Roberto Gargarella expone de manera clara la contradicción que
acarrea la prisión como forma de castigo:
“separamos a quienes encerramos de aquellos que los aman o pueden darles afecto, los
expulsamos del mercado de trabajo, los tratamos como animales y los vinculamos con personas a las que previamente hemos identificado con problemas de conducta y dificultades
de integración […] Luego nos sorprendemos de que esas personas reincidan, criticamos
indignados su indisposición a incorporarse al mercado laboral y nos autoconvencemos de
que merecen el lugar que ocupan”78.
Lo anterior, sumado a los años de desarrollo que comporta para un joven el tiempo
dentro de un centro penitenciario, genera una mayor afectación en términos de resocialización y búsqueda de oportunidades en una etapa posterior al egreso, es decir,
cuando ya cumple la sanción o la medida. Por todo lo anterior, se hace necesaria la implementación de la Justicia Restaurativa en el caso de los delitos cometidos por jóvenes
y adolescentes ofensores mediante un enfoque sanador y resocializante que permita
75 76 52
77 78 Tejeiro, Carlos E. Teoría general de la niñez y la adolescencia”, Universidad de los Andes, segunda edición. Bogotá,
2005, pág. 67.
Tal afirmación fue hecha por el profesor López en el congreso de Justicia Restaurativa llevado a cabo en Cartagena en
2013. Así mismo, ver también la obra de Carlos E. Tejeiro Teoría general de niñez y adolescencia”, pág. 68.
Tal afirmación fue hecha por el profesor López en el ya citado congreso de Justicia Restaurativa.
Gargarella, Roberto. De la injusticia penal a la justicia social. Ediciones Uniandes, Bogotá, 2008.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
por parte de estos la reparación del daño que han causado a otros, así como también
generar una mayor interiorización de la norma.
En este punto se pone de presente la incongruencia de asumir la Justicia Restaurativa
como una “pena” como tal. En efecto, la pena, como la definen doctrinantes penales,
como el profesor Eugenio Raúl Zaffaroni, comprende “Todo sufrimiento o privación de
algún bien o derecho que no resulte racionalmente adecuado a alguno de los modelos de
solución de conflictos de las restantes del derecho”79. Por el contrario, atendiendo al criterio
de sanción, puede verse que este concepto resulta más acertado, ya que las sanciones
tienen por objeto la resolución de conflictos, a diferencia de la pena, que propende
a expropiarle el conflicto a la víctima, para convertirlo en una relación entre Estado y
victimario80. Por lo anterior, también podría llegar a reconsiderarse la denominación de
“Sistema Penal” a las disposiciones que se encuentran contenidas dentro del Código de
la Infancia y Adolescencia, obedeciendo, además, al hecho de que un sistema penal –en
virtud de las privaciones que acarrea– debe ser más reglado, promulgado por el legislativo, y aplicado como último recurso, en el caso de los delitos más graves.
Ahora bien, vale recordar que en el caso del Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes (SRPA), las sanciones cumplen una función “protectora, educativa y restaurativa”. No obstante, a pesar de que las sanciones estén contempladas dentro del
Código de la Infancia y la Adolescencia y que se faculte a los funcionarios especializados
para aplicarlas, mal puede decirse que la sanción es únicamente aplicada por los funcionarios judiciales, pues como puede verse, la misma comunidad puede utilizarlas en un
ámbito restaurativo. Esto lleva a comprender que en el momento en que se entra en el
ámbito de la Justicia Restaurativa se deja en manos de la comunidad una parte del cómo
del proceso de reparación. Por último, dicho proceso debe estar acompañado de la “corresponsabilidad”, para garantizarle al ofensor joven o adolescente que ha completado
su proceso, que cuenta con nuevas oportunidades. Así mismo, una vez finalizado, debe
haber una vigilancia en cabeza de un ente con equipos especializados que garantice el
cumplimiento de los compromisos adquiridos. En este sentido y retomando lo planteado por Sen sobre la falta de oportunidades como una explicación del debilitamiento de
las libertades, la Justicia Restaurativa se constituye en una oportunidad de fortalecer
tales libertades desde la reparación misma del conflicto. En el caso de la población sujeto de interés del presente estudio –los jóvenes y los adolescentes–, la oportunidad
de reparar el daño desde esta mirada es fundamento esencial de reconstrucción de su
propia autonomía e individualidad, en tanto ella implica una “transformación subjetiva”
(Ordóñez, Jorge, 2013), así como la posibilidad de afianzarse en un proyecto de vida
positivo no solo para su propio logro, sino para el logro colectivo: “El problema de los
jóvenes en delito es por falta de oportunidades de otros espacios de socialización…”.
79 80 Zaffaroni, Eugenio Raúl. En busca de las penas perdidas, Ed. Ediar, Argentina, 1998, pág. 196.
José Francisco Acuña Viscaya, Clara María García Gómez y Ada Myriam López Nieto. La medida pedagógica como
sanción en el Sistema de Responsabilidad penal para Adolescentes (Ley 1098 de 2006). Estudio sociojurídico, Serie Observatorio SRPA, tomo II, Universidad Nacional de Colombia, pág. 27.
Capítulo
III
53
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Con base en lo anterior, es relevante señalar que el espacio de la Justicia Restaurativa
desborda ampliamente al SRPA y cobra validez en los diferentes conflictos de la vida
cotidiana, en escenarios y espacios de relaciones humanas como son la familia, el ámbito escolar, o el mundo de afuera en general, donde están permanentemente interactuando personas, muchas de ellas pueden encontrarse en riesgo de delinquir y que
requieren de mecanismos claros para la resolución positiva de conflictos y evitar así que
resulten en actos lamentables. No obstante, en el marco de sistemas de responsabilidad
penal para jóvenes y adolescentes, la Justicia Restaurativa es un instrumento poderoso
de prevención de la reincidencia en delitos. No en vano el artículo 140 de la Ley 1098 de
2006 la considera como finalidad del Sistema de Responsabilidad Penal.
Capítulo
III
Por último, es importante establecer que la Justicia Restaurativa se constituye en método alternativo al derecho penal, es un instrumento que busca garantizar la igualdad, y
mediante esta llegar a impartir justicia. Dicha igualdad no solo obedece al cumplimiento de las garantías mínimas a las que todos los niños, las niñas, los adolescentes y los
jóvenes tienen, sino que también pone en un plano de equidad al ofensor y al ofendido,
para que entre ellos puedan acordar una forma de reparación que consideren más adecuada para restablecer los derechos de las partes en conflicto. Así mismo, garantiza una
mayor interiorización del daño que se ha cometido, y se encamina al ofensor en un
proceso en el que él mismo asume las consecuencias de sus acciones. Por último, desmitifica la figura del Estado como único ente capaz de conceder justicia –aunque sí es
el único a cargo de administrar penas– y deja a la comunidad la fijación de sus propios
lineamientos para llegar a la restauración y la sanación de la perturbación que se deriva
de la comisión de un delito. No obstante, en el caso de los jóvenes ofensores, se requiere
que la comunidad sea partícipe del proceso de resocialización, para que estos tengan
las garantías de que efectivamente se les ha perdonado y se aceptan de nuevo como
miembros de aquella.
3.3. Inclusión
El concepto inclusión hace referencia a “estar dentro”, “poseer”, “tener solvencia”. No
obstante, el mero concepto por sí solo, aunque pareciera aludir a equidad, puede aplicarse de manera excluyente; es el caso de la inclusión a servicios desiguales en los que
quien es incluido está en desventaja o es privado del goce efectivo del que otros sí
disfrutan, como ocurre en el trabajo obligado o con condiciones de semiesclavitud, o
en condiciones profundamente desiguales. Aquí estaríamos hablando de una inclusión
desfavorable81; tenemos como ejemplo la inclusión escolar a niños, niñas y adolescentes
en sistemas educativos que claramente están en desventaja frente a otros porque no
cuentan con la infraestructura, los espacios, los recursos, el apoyo familiar y social y la
voluntad política de ofrecer a los estudiantes un sistema competitivo que les permita
alcanzar un desarrollo conforme a la esperanza media y al promedio de los mejores; el
54
81 Amartya Sen y Bernardo Kliksberg. Primero la gente. Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas
del mundo globalizado. Deusto, 2007.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
mismo caso podría ejemplificarse examinando la inclusión en el tema de atención en
salud.
Para comprender el concepto de inclusión, exponemos a manera de ejemplo como lo
que dice el doctor Sen: es una mirada reduccionista de un grupo poblacional, el nombrarlo como “islámico, hindú o cristiano”. En este señalamiento, el autor evidencia una
postura compleja sistémica y de derechos humanos, pudiéndose inferir que propone
una definición de las personas más allá de una de sus cualidades o preferencias; ello
porque la dirección de la descripción en comento es unidimensional y exhibe una
totalización excluyente que no se desgasta en hacer distinciones y mucho menos en
reconocerlas o identificarlas como recurso y fortaleza; en tanto que la propuesta del
autor es agregar otras identidades vinculadas con clase, género, ocupación, ideología,
gustos y cientos de características que involucran distinciones que hacen a un individuo
o grupo ser quien es.
Por su parte, Martha Nussbaum, al referirse al tema de la inclusión, explica que altamente relacionado con el tema de la cooperación, “la plena inclusión refiere a justicia
y no a caridad. La benevolencia que requiere la plena inclusión de las personas con deficiencias es exigente y gravosa, e incluye la disposición a sacrificar no sólo el beneficio
propio sino también el del grupo. Un ejemplo es el caso de las mujeres embarazadas
o en período de lactancia, quienes requieren más nutrientes que las que están en otro
estado; o el de los niños y niñas que necesitan más proteínas, como también el de los
adultos que necesitan casi siempre más asistencia en todas las áreas de su vida”. Agrega
que para que haya una verdadera inclusión, habría que asumir de frente el desarrollo de capacidades de quienes no las tienen, aportando lo que sea necesario, a fin de
que puedan quedar en una situación de equidad frente a otros; esto excluye la idea de
que ellos, estando en desventaja, puedan aportar igual que lo hacen otros en mejores
circunstancias; esto es, la reciprocidad no es posible entre unos que tienen mayores
capacidades sobre otros que no82.
Capítulo
III
En consonancia con el texto anterior, en cuanto al tema de inclusión mirado frente al de
exclusión, resulta pertinente referirnos a un documento producido por la Congregación
de Religiosos Terciarios Capuchinos –expertos en la atención a población de niños y
adolescentes en riesgo o que cometen actos delictivos–: La situación de adolescentes
que cometen delitos y presentan algún trastorno o problema de salud mental requiere
en muchos casos intervenciones especializadas “con apoyo farmacológico además de
intervención terapéutica”, recursos que no se contemplan como especializados dentro
de los programas de atención, sino que se pierden e invisibilizan entre la mayoría, notándose que la atención diferencial, incluyente y especializada no llega a concretarse
en la práctica en este tipo de casos... La atención en medio sociofamiliar a adolescentes
de doble diagnóstico facilitaría la intervención en un proceso articulado a las dinámicas
grupales evitando enfrentar al adolescente a un encuentro que usualmente lo que hace
es exacerbar la sintomatología, obligándolos a vivenciar el rechazo directo de sus pares
82 Martha Nussbaum. Las fronteras de la justicia, consideraciones sobre la exclusión. Paidós, 2007/2012.
55
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
porque lo perciben como “extraño, peligroso y agresivo”. Esto quiere decir que en la
mayoría de las veces resultaría de mayor ayuda el trabajo en el propio medio familiar,
siendo indispensable en muchas casos que a la familia se le facilitaran entre otros recursos los desplazamientos para que pudieran recurrir a los servicios de salud… “las
enfermedades mentales en niños, niñas y adolescentes deben ser atendidas dentro del
SRPA prioritariamente con perspectiva de salud pública, equidad y derechos humanos,
previniendo el sufrimiento y la agudización de los síntomas a los adolescentes y familias
que padecen tal situación”…83. Se evidencia en el escrito, se apunta al tema del vínculo
familiar usando conceptos aportados por la Ley 1098/06 que precisan una atención
especializada y diferenciada, consideraciones que se articulan al concepto de inclusión
que exponemos.
Capítulo
III
En complemento de la discusión que acaba de exponerse, es preciso acoger el concepto
de inclusión de la familia expuesto por el ICBF en sus Lineamientos técnicos para la inclusión y atención de familias: “la inclusión de la familia es una manera de protegerla como
unidad del capital social y de proteger ecosistémicamente a niños, niñas, adolescentes
y demás miembros vulnerables. La socialización basada en la confianza, el aprendizaje
para la vida y los procesos de vinculación emocional genera procesos identitarios de
orden personal y colectivo que crean valor social y capital humano… Incluir a la familia
implica protegerla como la empresa social más rentable de la sociedad en tanto provee
el potencial del capital humano”. En efecto, el documento menciona que “la inclusión
de la familia implica una vinculación fuerte; se la reconoce como interlocutor válido,
como participante con pleno derecho, como recurso desde el comienzo de contacto y
como subcultura con un saber legítimo”84.
Es concluyente pues que la inclusión se da en dos niveles: el de la equidad, que contempla favorablemente para los ciudadanos la posibilidad de hacerse a cualquier escenario
de ejercicio de los derechos (a la vida, al desarrollo, a la protección y a la participación)
posible, en condiciones y circunstancias similares a las esperadas social y políticamente,
y el de las relaciones de encuentro en escenarios de atención e intervención del Estado,
en la conversación (en la consulta, en una audiencia, en la realización y práctica de una
prueba, por ejemplo), en los que se reconoce al otro como interlocutor válido, con un
saber, una experticia, unos sueños y unas formas de operar que cobran sentido en el
contexto en el que se mueve cada ciudadano.
En respuesta de lo esbozado, queda claro que un sistema estatal de intervención a
la familia debe ejercer una gestión con inclusión de los ciudadanos y operar con los
principios de la complejidad sistémica, aplicando en la práctica cotidiana del quehacer
laboral de sus servidores públicos ideas que la validan como capital social del Estado,
que la abordan democráticamente, que la tratan con el respeto que implica escucharla;
desarrollar proyectos para su cuidado y desarrollo que contengan acciones que eviden83 56
84 Ospina, Anyuly M. “El mundo de los excluidos, una reflexión frente al sistema de responsabilidad penal colombiano
y los adolescentes con trastorno mental” (en Alborada, revista de padres y educadores producida por los Religiosos
Terciarios Capuchinos de la Provincia de San José). Medellín, Colombia, 2011.
ICBF. Lineamientos Técnicos para la inclusión y Atención de Familias, 2007.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
cien que se cree en ella, que se incluyen sus intereses en la toma de decisiones, que se le
brindan las oportunidades necesarias y prioritarias para el ejercicio de los derechos de
todos y cada uno de sus miembros; y en una postura de ética incluyente, reconocer sus
cualidades, potenciar sus capacidades con criterios de solvencia y sostenibilidad, donde
la dignificación del otro es evidente en cada acción.
El ejercicio de acciones incluyentes hace emerger la inteligencia colectiva de todos los
actores, posibilitando una nueva cultura institucional que más allá de instruir construye
participativamente con el otro, en relaciones de confianza y solidaridad, para desarrollar
proyectos conjuntos y catapultar la evolución conjunta de las personas, los sistemas
y las redes, en una danza estética y armónica en la que todos se sienten “parte de”,
“responsables de”, porque reciben un apoyo que los incluye y los valida.
Por supuesto, el quehacer institucional del Estado planteado, como antecede, reclama
la articulación entre las instituciones que hacen parte de un sistema, ya que este no
podrá operar desde una parte de las piezas que lo componen, sino que todas deberán
concluir, encajar y encaminarse hacia los objetivos que les son dados; actuar en contrario implica el sacrificio del sistema, en cuyo caso la primera afectada obviamente es la
familia (y dentro de ella los miembros más vulnerables), que haciendo parte del todo se
excluye unilateralmente, en tanto que el operar del Estado sigue aislado y ciego.
Referirse a la inclusión de la familia en términos de lo dicho hasta aquí nos sitúa necesariamente en el concepto de vínculo, esencial para el desarrollo y la vida humanos.
Como pertenecientes a la especie Homo sapiens sapiens, somos mamíferos, los más
amorosos de las criaturas, dependientes del otro, que solo gracias al amor y la devoción
filial alcanzamos la sobrevivencia y el desarrollo. “El bebé en el útero establece con la
voz de su madre una relación privilegiada. Pero lo más increíble es que no establece esa
relación con una sonoridad vocal ni una estimulación meramente matemática (altura,
frecuencia, intensidad). Ya en el útero ¡trata con el habla!”… “Apenas aparece ese modo
de información y de emoción, el mundo relacional del bebé cambia de forma. Ya no es
necesario actuar, es suficiente articular. El nacimiento de ese proceso de simbolización
se arraiga en el cuerpo, en el cerebro y en el afecto”85.
Capítulo
III
En consonancia con lo expuesto por el doctor Cyrulnik, el biólogo Humberto Maturana
afirma que el amor es la emoción fundante de la especie humana (“somos hijos del
amor”), un modo de vivir juntos, un tipo o clase de conductas relacionales en los sistemas vivientes; es un fenómeno biológico, no es un sentimiento ni una sensación; se
produce en nuestra vida en relaciones con otros seres, cuando el otro surge como otro
legítimo en coexistencia con nosotros. “El amor (el amar) es la emoción que constituye y
conserva la vida social”86. Agrega el autor que los humanos somos seres biológicamente
amorosos como un rasgo de nuestra historia, de modo que esta ha sido la emoción
85 86 Cyrulnik, Boris: Bajo el signo del vínculo. Editorial Gedisa, S. A., Barcelona, 2005 y 2008.
Maturana Romesín, Humberto, con la colaboración de Sima Nisis de Rezepka. Transformación en la convivencia. Dolmen Ediciones, Caracas, Montevideo, Santiago de Chile, 2002.
57
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
central conservada evolutivamente, que dio origen a nuestra especie; cuando se nos
priva del amor como la emoción fundamental en la que transcurre nuestra existencia
con otros y con nosotros, enfermamos; ello significa que la biología del amor “es central
para la conservación de nuestra existencia e identidad humanas”. Las relaciones humanas basadas en el amor excluyen la jerarquía, la obediencia, el dominio y la sumisión, y
se basan en el amor; constituyen aperturas para compartir y colaborar en el solo placer
de hacerlo bajo ninguna expectativa de retribución. Somos animales amorosos. “nos
enfermamos del cuerpo y del alma cuando se nos priva de amor a cualquier edad, y la
primera medicina es amor…”. En nuestro proceso evolutivo, “el rasgo de vida alrededor
del cual todo lo demás cambió fue la biología del amor”. La biología del amor es, pues,
la dinámica de relaciones que dio origen a lo humano en nuestra historia de Homo sapiens sapiens a la que pertenecemos; así, en oposición a las emociones que constituyen
una cultura patriarcal y que acaban de mencionarse, tenemos emociones propias de la
mayor parte de nuestra historia humana, insertas en la cultura: amor, confianza, ternura, solidaridad, inclusión, entre otras. Y esto es una “denotación del proceso biológico
que constituyó y nos sigue constituyendo el tipo de seres humanos que somos y que
podríamos cesar de ser”. Lo expuesto por Maturana al hablar de la especie humana nos
conduce a inferir con él que el cuidado y la protección son tan necesarios en la vida
humana que la carencia de ellas puede implicar para un bebé la muerte y para la especie
humana el riesgo de desaparecer.
Capítulo
III
El doctor Maturana puntualiza que en el (la) niño(a), la enfermedad por privación de
amor acarrea por resultado una interferencia seria con su crecimiento como humano
que se respeta a sí mismo y que puede vivir con conciencia y responsabilidad sociales.
Por su parte, dice Cyrulnik que “la privación del vínculo genera el desarrollo de una personalidad en una dirección que lleva a la caída depresiva… esa identificación respectiva
caracteriza el proceso de historización… la historización, la memoria de sí, es un proceso activo de creación del propio pasado que da una forma a la identidad del hablante”.
Adicional y complementariamente, el doctor Cyrulnik indica que los humanos requerimos de la caricia en su función tranquilizadora, señalando que “la endorfina, segregada
durante la caricia… bloquea la transmisión del dolor. Acariciar a un niño que acaba de
caerse tiene un valor relacional y un efecto analgésico… las caricias no solo tienen esa
virtud tranquilizadora y analgésica, además participan en la formación de la identidad y
la aparición del pensamiento”. Agrega que el apego es un vínculo que se teje día a día a
través de nuestro instinto animal y del lenguaje, lo que hace posible que un apego roto
eventualmente por circunstancias de separación de los seres amados pueda recuperarse construyendo historias al respecto que faciliten la reedición en hechos más plausibles. Concluye que el período más sensible en la construcción del apego en los seres
humanos llega hasta los 25 años, no obstante la plasticidad neuronal que conservamos
en todo nuestro desarrollo. Es pues la cercanía, el contacto, lo que resulta reparador.
58
Desde observaciones e investigaciones etológicas desarrolladas por Boris Cyrulnik y
desde estudios llevados a cabo por Humberto Maturana, se concluye la importancia
vital que reviste en los seres humanos la conservación de un vínculo amoroso con
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
aquellos más cercanos que se identifican como madre-padre y que representan para los
humanos el soporte para estar, para ser. Indispensable incorporar estas lecciones en la
formulación de políticas públicas que intenten orientarse a la protección de la familia
y de sus miembros en cualquiera de sus etapas, como también en las acciones que de
ellas se desprendan para los servidores públicos, cuidadores o agentes de intervención.
A partir de la lectura detenida de los anteriores trazos puede afirmarse cuánta resonancia y especial atención cobra la disposición del Código de la Infancia y la Adolescencia (Ley 1098/06) en sus artículos 22 y 53 al disponer el derecho de los niños, niñas
y adolescentes a tener una familia y a no ser separados de ella, así como la garantía
del acompañamiento de las familias en todas las medidas provisionales o definitivas de
restablecimiento de derechos. De gran trascendencia es este aporte en tanto tiene en
consideración detrás de líneas la vital importancia de la familia. Reviste particular interés
citar la frase del doctor Édgar Morín que establece que “la familia es a la vez el lugar de
la religazón y del aprendizaje de la individualización y de la singularidad. En familia se
aprende a ser un individuo y un miembro de un grupo y una sociedad… la familia es un
campo de complejidad por excelencia”87.
El concepto de inclusión a los ciudadanos y ciudadanas y a las familias aquí expuesto contiene también un tema de especial interés, que es el de la resiliencia. Entendida como “la
capacidad que tiene el ser humano de trascender circunstancias adversas, superándolas
y generando ganancias para sí mismo y para el grupo social; es una respuesta común
de los seres vivos, que en las familias tiene aplicabilidad, demandando de quienes les
atienden la capacidad para ver sus recursos puestos al servicio en situaciones difíciles y
evidenciar esas capacidades y potencialidades que hicieron posible superar y transformar aspectos, eventos, situaciones problemáticas o críticas en oportunidades de construcción de nuevos caminos”88. En coherencia, los Lineamientos técnicos para la inclusión
y atención de familias señalan que la resiliencia es la capacidad de los sistemas para de
manera flexible adaptarse absorbiendo el cambio cualitativo y mantener la integridad
estructural a lo largo del proceso de desarrollo. Ello significa que el acople entre los
integrantes de una familia es connatural a ella y que las fluctuaciones de sus miembros
se resuelven desarrollando esa capacidad para la adaptación y la flexibilidad sin que
sea necesario forzar a la estabilidad, ya que los seres vivos pueden persistir en medio
de la adversidad y las vicisitudes. Una postura de intervención que entienda y aplique
el concepto verá en las familias, los grupos y los individuos recursos, capacidad para
atravesar situaciones difíciles, respuestas, creatividad, posibilidades, arte y exhibición
de capacidades de sorprender y de sorprenderse a sí mismos por sus respuestas vitales
a las circunstancias más difíciles; será capaz de contener la inmediatez y el afán por resolver desde su mirada y significaciones, así como desde su posición de poder y control
social, para buscar y explorar, potenciando a los otros de forma que ellos haciendo uso
de la resiliencia encuentren, visualicen y construyan alternativas.
87 88 Morín, Édgar: El pensamiento complejo y la familia. II Congreso Latinoamericano de Familia Siglo XXI, Medellín, abril
de 1998. Edición: Comité Interinstitucional de Familia (CIF).
ICBF, 2010: Líneas de acción para el trabajo con familia en el ICBF, según grupos etarios. Documento conceptual,
metodológico y operativo enmarcado en derechos y deberes, 2010.
Capítulo
III
59
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
La capacidad de los sistemas para persistir en medio de adversidades y vicisitudes que
varios autores han llamado resiliencia se refiere pues a la posibilidad de absorber el
cambio cualitativo y mantener la integridad estructural a lo largo del proceso de desarrollo. La estabilidad, por el contrario, es la capacidad para volver al estado de equilibrio
después de una perturbación transitoria. Esto significa que, debido al rico acople en
sistemas humanos como la familia, es esperable que su vida se caracterice por un estado
de “metaestabilidad”, donde se asimilan las grandes fluctuaciones de sus componentes,
sin estar forzados al régimen de la estabilidad, sino al de la alta resiliencia.
Si tenemos en cuenta lo dicho, podemos reflexionar acerca de que una relación servidor
público/ciudadano se desarrolla estableciendo un vínculo, lo cual supone un intercambio de información, que obviamente tiene un efecto de transformación porque toda información contiene un mensaje que modifica objetiva y subjetivamente tanto al que la
recibe como al que la emite (a los dos en la conversación). Al respecto los Lineamientos
técnicos para la inclusión y atención de familias (ICBF) ya mencionados señalan que los
rituales, los mitos y las epistemes (formas como se llega al conocimiento, conocimiento
que justifica una creencia como verdad) son igualmente operadores de la percepción de
la observación y de la acción; y que el proceso de observación es en sí mismo un vínculo
activo que modifica al observador y lo observado. Razones de más para incorporar en el
ejercicio institucional en forma muy cuidadosa las ideas que preceden, dado el impacto
que tienen en las personas que construyen en relación Estado/sociedad civil/familia.
Capítulo
III
3.4. Corresponsabilidad
La corresponsabilidad ha sido otorgada a los niños, niñas y adolescentes por la Ley 1098
de 200689 como mecanismo de protección integral a sus derechos. No obstante, conlleva en su propia definición el sentido de la responsabilidad compartida, que sugiere
un escenario donde concurren diferentes actores con diferentes roles. Es el eje que da
viabilidad por excelencia a la prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes,
en tanto implica desde una mirada sistémica la construcción de un andamiaje armónico donde la tarea de cada uno es única e irremplazable para alcanzar este objetivo.
Como una cadena de valor, cada integrante involucra valor al producto final: niños,
niñas, adolescentes y jóvenes con pleno desarrollo de sus capacidades que los protege de
la delincuencia.
Desde la responsabilidad que la define, implica una visión amplia de los actores sociales
en tanto debe incluirlos a todos, al tiempo que requiere establecer cuáles de estos son
centrales en la prevención de la delincuencia y la forma como sus responsabilidades se
articulan. Esto remite al impacto que pueda tener dicha interacción en la prevención de
la delincuencia tanto en los jóvenes y adolescentes como en el resto de la sociedad. Un
mayor o menor impacto de la prevención se traduce en las posibilidades de construir
desde los derechos su proyecto de vida.
60
89 Ley 1098 de 2006, Código de Infancia y Adolescencia, artículo 10.
Ejes temáticos para el abordaje de la prevención de la delincuencia juvenil
Con respecto a la sociedad, el impacto de la prevención se traduce en el desarrollo de
capacidades y factores protectores que tienen las familias y las comunidades como entornos básicos de jóvenes y adolescentes para hacer posibles tales proyectos de vida y
para mejorar las condiciones de vida de la sociedad. Incluir a la sociedad como artífice
directo de la prevención amplía el carácter pedagógico de lo que se pretende desde el
Sistema de Responsabilidad Penal, para impactar las relaciones más allá de los límites
del propio Sistema a otros espacios propios de las familias y las relaciones sociales en
general.
La corresponsabilidad entonces contiene en su esencia participativa la igualdad en tanto implica la responsabilidad de todos y todas para la protección de los derechos y por
tanto de la dignidad humana como elemento universal de todos los seres humanos.
Igualmente, dicho carácter participativo supone la equidad en tanto reconoce que la
concurrencia de los actores se orienta prioritariamente a aquellos que tienen menos
oportunidades para conseguir la vida que consideran valiosa (Sen, A. K., 2000).
Para lograr materializar las condiciones óptimas que les permitan a niños, niñas y adolescentes desarrollarse y desplegar sus potencialidades, se requiere de una dinámica
continua de corresponsabilidad entre el Estado, la sociedad y la familia. Si bien los derechos y los deberes son componentes de una misma ecuación, como se mencionó antes, esta debe ser desagregada y observada en la complementariedad de sus distintos
actores bajo la concepción básica que garantizar los derechos de unas personas implica
los deberes de otras. La delincuencia rompe este equilibrio en tanto vulnera, como se
ha dicho a lo largo de este estudio, los derechos de otras personas. Por tanto, su prevención requiere del concurso de todos los actores, los jóvenes, los niños, las niñas y
los adolescentes incluidos como actores protagónicos de esta. Es precisamente este el
carácter social y sistémico de la corresponsabilidad, que implica que los roles de todos
los actores se desarrollen de manera solidaria, simultánea y complementaria.
Capítulo
III
61
Capítulo
IV
LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA JUVENIL:
UNA MIRADA REGIONAL
4.1. Aspectos metodológicos y técnicos del estudio
P
artir de un enfoque de derechos como marco analítico de la prevención de la
delincuencia en adolescentes y jóvenes implica adoptar una forma específica
de abordar el objeto de estudio. El punto de partida metodológico está dado en
los acuerdos internacionales y nacionales sobre derechos de la población menor de 18
años de edad, lo cual establece un primer ordenamiento que se deriva de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño de 1989, constituida por cuatro áreas de derechos: a la vida, a la protección, al desarrollo y a la participación.
Capítulo
IV
Teniendo en cuenta que dentro del alcance del estudio la prevención terciaria del delito
se centra en adolescentes y jóvenes que han pasado o se encuentran en el SRPA, se
amplía el rango de edad dentro del Sistema a jóvenes adultos hasta los 26 años, que dependiendo del plazo de la sanción impuesta adquieren la mayoría de edad en sanción.
Para esta población que responde penalmente por hechos delictivos realizados durante
su adolescencia y que son adultos, en el análisis se incorporan los derechos correspondientes al título II, capítulo II de la Constitución Política, o derechos económicos, sociales
y culturales (DESC).
Sobre estos ordenadores centrales se establece la pertinencia de realizar un estudio
de tipo mixto con énfasis en análisis cualitativo con el apoyo de una caracterización
cuantitativa de la delincuencia en adolescentes y jóvenes, con una mirada regional.
Dicho análisis se construye a partir de la realización de 9 entrevistas a profundidad y
29 grupos focales con actores claves de la prevención secundaria y terciaria, expertos
en la intervención y la prevención de la delincuencia de jóvenes y adolescentes, en 11
regiones del país. Ello, con el objetivo de recoger la experiencia subjetiva, con criterios
de profundidad y complejidad desde un enfoque sistémico participativo e incluyente;
explorarla y confrontarla, registrarla y analizarla en un contexto social y cultural. Así se
construyó participativamente la información a partir de temáticas surgidas desde cuatro categorías de análisis, a saber: protección integral, Justicia Restaurativa, inclusión y
corresponsabilidad. Veamos:
La protección integral
64
Al constituirse en la doctrina que instaura un nuevo paradigma sobre los derechos en
personas menores de 18 años contiene en su esencia el sustento de la prevención de la
delincuencia en la que incurren jóvenes y adolescentes. En términos de derechos, se es-
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
pera que la prevención acerque a cero la probabilidad de que los jóvenes y adolescentes
cometan actos delictivos.
La mirada de derechos para la prevención se abordó metodológicamente entonces a
partir de una matriz que ordena los derechos como un proceso hacia la construcción de
las libertades como logros individuales y logros colectivos (freedom)90.
El análisis cualitativo indagó sobre la protección integral, y el resultado de la información obtenida se ordenó para este eje temático con base en la matriz señalada. En tal
sentido, las temáticas de este eje estuvieron relacionadas con restablecimiento de derechos y con prevención de la reincidencia en el posegreso como temas genéricos de la
protección integral tratados en grupos focales y en entrevistas.
Derivados de estas temáticas, se hizo un subordenamiento en derechos a) a la vida:
relacionados con salud física y mental, con seguridad alimentaria, con formación para
manejo responsable de la sexualidad y con prevención y tratamiento de consumo de
SPA; b) a la protección: relacionado con el derecho a contar con una familia que brinde
afecto y cuidado; derecho a una vida digna y cultura preventiva, vigilancia y sistema
judicial especializado; c) al desarrollo: que implica asegurar la disponibilidad de escuelas, cupos, programas y docentes hasta grado 11 y espacios de recreación y actividades
lúdicas públicas y libres; y d) a la participación: relacionados con medios y espacios de
expresión y protestas públicas y libres y con la posibilidad de promover y discutir cualquier ideología, pública, libre y pacíficamente91.
La justicia restaurativa
Capítulo
IV
Relacionada con el carácter pedagógico, específico y diferenciado de los procesos de
atención dentro del SRPA; con el principio de oportunidad, la reflexión que conlleva
para el adolescente y su familia estar en un proceso tal, la reparación de las víctimas del
adolescente y de este cuando también es víctima.
La inclusión
Referido al ser tenido en cuenta como interlocutor válido, con conocimientos plenos y
opiniones, puntos de vista y vivencias, que deben hacerse visibles en la relación. Este
eje temático trabajó en los grupos focales y en las entrevistas a profundidad, el análisis
de temas como el reconocimiento, la pertenencia y, la identidad; igualmente, dentro de
90 91 Con base en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, la Constitución Política Nacional y la Ley 1098, el
economista social Alfredo Sarmiento Gómez construyó una matriz de derechos como un conjunto de libertades para
los NNA. Dicha matriz ordena sus derechos en cuatro áreas, definiendo para cada uno de ellos un proceso que se inicia
con las libertades como acceso efectivo (liberty) y contiene dos aspectos: 1. Oferta suficiente y 2. Acceso económico,
físico e institucional. Con esto, sin embargo, no se consigue el logro que supone la garantía de los derechos. Por tanto,
la mirada desde los logros alcanzados o freedom implica tanto el logro individual como el logro colectivo. Sarmiento
realiza este ejercicio para cada uno de los derechos identificados en cada una de las áreas.
Sarmiento, A., et al., “Sistema de Seguimiento y Evaluación al Cumplimiento de los Derechos de los Niños, las Niñas y
los Adolescentes en Colombia”, mimeo elaborado para el ICBF, 2011.
65
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
este eje se tuvieron en cuenta conceptos como la flexibilización en los procesos y en la
oferta en los que tienen cabida los adolescentes y jóvenes.
La corresponsabilidad
Metodológicamente, los temas que se tratan desde la corresponsabilidad del Estado,
la sociedad y la familia se organizaron en varias subcategorías de análisis, entre las que
están: el Estado (en sus niveles nacional, territorial y local); la corresponsabilidad de la
sociedad vista desde la comunidad se revisó desde distintos ámbitos, como pueden
ser el barrial, distrital, o relativo al corregimiento, y a la empresa privada; por último, se
asumió otra subcategoría (la familia), concebida en lo relativo al vínculo y a las redes
esenciales para la vida de los adolescentes y jóvenes.
Para el acopio de la información basada en estas cuatro categorías de análisis, se definieron cinco tipologías de actores, con las cuales se llevaron a cabo los Grupos Focales:
1. Con operadores “A” del SRPA, ejemplo: Fiscalía; Defensoría de Familia; Defensoría
Pública; Consejo Superior de la Judicatura; Comisaría; Procuraduría; Policía; secretarías de Gobierno, Salud, Educación; academia.
Capítulo
IV
2. Con operadores “B” del SRPA y de otros programas de prevención o de protección:
se trata de quienes trabajan directamente en la ejecución de proyectos y programas, con los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y familias.
3. Con adolescentes, jóvenes y familias de aquellos, que se encuentran en riesgo y
que están fuera del SRPA. Este tipo de grupo focal se efectuó en sectores identificados georreferencialmente como de alto riesgo, como es el caso –por ejemplo– de
colegios alrededor de los cuales se concentran identificados algunos nichos de
distribución y consumo de psicoactivos.
4. Con adolescentes, jóvenes y familias de adolescentes vinculados al SRPA que están
participando en programas de atención en cumplimiento de sanciones o medidas,
preferiblemente en “Reglas de Conducta”, “Libertad Asistida”, “Prestación de Servicios Sociales a la Comunidad” y “Semicerrado”, sin excluir la participación de algún
adolescente o joven que pueda encontrarse en internamiento en medio cerrado.
5. Con adolescentes, jóvenes y familias que hayan pasado por el SRPA, egresaron de
este y se encuentran socializados ejerciendo su derecho a la ciudadanía, siendo
ejemplares como ciudadanos (casos exitosos). Este Grupo Focal se realizó únicamente en Bogotá.
66
Reconociendo que el Grupo Focal es un espacio de participación de actores importantes, con conocimiento teórico y práctico, se estableció formar en siete ciudades cuatro
grupos focales en cada una: uno por cada tipo de población. En el caso de Bogotá se
organizaron los cinco tipos mencionados; se hizo uno sobre casos exitosos con jóvenes,
adolescentes y familias del SRPA.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
En lo relacionado con las entrevistas a profundidad, conforme a las exigencias de la
técnica de investigación, su desarrollo se centra en la exploración y construcción de
significados e interpretaciones que puntualicen y especifiquen la cotidianidad, las teorías, las subjetividades, las acciones, las experiencias, los alcances, la interpretación del
mundo del entrevistado sobre un tema en particular. Se asemeja a una conversación
(versar-con) en la que la apertura conversacional es protagonista. La pretensión es,
pues, a través de su proceso, obtener información especializada y focalizada sobre el
tema de la prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes, que refiere interés
especial en la construcción y formulación teórico-práctica para el análisis, la discusión y
el desarrollo de nuestro objeto de estudio. Las entrevistas a profundidad se desarrollaron en seis ciudades.
4.1.1. Criterios de focalización geográfica
A partir de datos e informes institucionales sobre delincuencia en jóvenes y adolescentes,
se establecieron los criterios para focalizar las ciudades donde se conformó el estudio
cualitativo, así:
1. En primera instancia, el insumo analítico elaborado por el Departamento Nacional de Planeación identificó ciudades de frontera como Cúcuta y Pasto; ciudades
pequeñas como Sibaté, con fuerte influencia de ciudades vecinas como Bogotá y
Soacha.
2. De otra parte, se revisaron los resultados del estudio del Consejo Ciudadano para la
Seguridad Pública y Justicia Penal A. C.92 que analiza las 50 ciudades más peligrosas
del mundo, dentro de las cuales cinco están en Colombia (Cali, Medellín, Cúcuta,
Pereira y Barranquilla).
Capítulo
IV
3. A partir del análisis de las cifras sobre criminalidad provenientes de la Dirección de
Investigación Criminal e Interpol, que periódicamente publica la Policía Nacional93,
se observaron tres delitos cuyo impacto tiene mayores consecuencias en la percepción de seguridad de la ciudadanía; son estos: lesiones personales comunes,
homicidio común y hurto a residencias, comercio y a personas.
92 93 94 Con respecto a homicidio común, la tasa por 100.000 habitantes en 2011 sobrepasa
el promedio nacional (32 casos/100.000 habitantes) en las ciudades de Cali, Cúcuta
y en el departamento de Nariño, siendo el caso de Cali el más crítico (68 casos), a la
vez que presenta el mayor porcentaje de participación a nivel nacional en el delito
de homicidio (11,93%), seguida por Bogotá (9,28%)94.
Fundación Seguridad, Justicia y Paz, Informe 2013.
Policía Nacional Observatorio del Delito, Revista Criminalidad. Volumen 54, número 1, enero-junio 2012.
Policía Nacional. Op. cit., 2011.
67
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Capítulo
IV
Con respecto a lesiones personales, la variación porcentual entre 2010 y 2011 da
cuenta de Nariño como caso crítico al presentar una variación muy por encima del
promedio nacional, que fue 4%. Igualmente, se encontraron por encima del promedio nacional Cúcuta (20%) y el departamento de Chocó (15%)95.
En hurto a residencias, a comercio y a personas, el promedio de variación porcentual entre el año 2010 y el año 2011 fue del 1%. Otros lugares que se encuentran
por encima del promedio nacional son Cesar (26%), Cali (9%) y Cúcuta (6%). El resto
de lugares tuvieron una disminución de este delito para el año 2011. Cuando se
analiza la tasa por 100.000 habitantes se observa que el promedio nacional es de
203 casos. Los lugares que se ubican por encima del promedio nacional son Caldas
(228), Bogotá (322) y Cali (396), que es el caso más crítico. La participación dentro
del total nacional para este delito señala que Bogotá se encuentra en el primer lugar (25,71%), seguida por Cali (10,95%).
4. De otra parte, se analizaron los resultados del Estudio Nacional de Consumo de
Sustancias Psicoactivas en Población Escolar de Colombia96. Bogotá se encuentra
en el primer lugar de consumo de tabaco dentro de la población de estudiantes
de secundaria (17,15); Caldas (13,16) se ubica en el segundo lugar y Cundinamarca
(11,27) en el cuarto lugar. Estos tres lugares están por encima del promedio nacional
(9,78). Respecto al consumo de alcohol, los lugares que se encuentran por encima
del promedio nacional (39,81) son Caldas (48,56), que está en el primer lugar; Bogotá (48,02), que se ubica en el segundo lugar, y Valle del Cauca (41,31), en el sexto
lugar.
La marihuana es la droga ilícita de mayor consumo en casi todos los países, y Colombia no es la excepción. En efecto, 1 de cada 14 escolares de Colombia declararon
haberla fumado alguna vez en su vida. Los departamentos con las mayores tasas de
consumo en el año 2011 son Antioquia (10,97%), Risaralda (9,57%), Caldas (9,37%),
Quindío (7,39) y Bogotá (7,36). Caldas y Bogotá se ubican por encima del promedio
nacional. Las regiones que se encuentran por encima del promedio nacional en el
consumo de cocaína son en primer lugar Bogotá (2,99%), Caldas (2,44) y Valle del
Cauca (2,21), entre otras.
La única región que se encuentra por encima del promedio nacional (0,49) en el
consumo de bazuco es Bogotá (0,87%), que está en el primer lugar. En el consumo
de Éxtasis, se encuentran por encima del promedio nacional (0,79) Caldas (1,27),
Bogotá (1,16) y Valle del Cauca (0,82).
95 96 68
Ibíd, 2011.
Este estudio fue realizado por el Gobierno nacional de Colombia (2011) a través del Ministerio de Justicia y del
Derecho (Observatorio de Drogas de Colombia), el Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la
Embajada de los Estados Unidos en Colombia. Es importante señalar que el rango de edad definido para este estudio
es de 11 a 18 años.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
5. Como otro criterio de focalización geográfica, adicionalmente se consultó al equipo
técnico de la Subdirección de Responsabilidad Penal del ICBF sobre las ciudades
que revisten importancia en razón de las características de la población del SRPA y
desde las instituciones. Como resultado de esta consulta se consideraron ciudades
donde es necesario un enfoque diferencial por las características de la población
o por ser ciudades fronterizas; tales fueron los casos de Leticia y Popayán, que son
ciudades con una proporción importante de población indígena. Se identificaron
así mismo ciudades con problemáticas complejas por su ubicación, y por la heterogeneidad de casos, o por las experiencias realizadas en el marco del Sistema, que
pueden ser consideradas como desarrollos frente a la Ley 1098 de 2006.
Con base en estos cinco criterios se definieron para la realización de los Grupos Focales
y de las Entrevistas a Profundidad: Cali, Medellín, Sibaté y Soacha, Bogotá, Barranquilla,
Leticia, Manizales, Quibdó, Cúcuta, Popayán y Tumaco.
4.1.2. Análisis de cifras
Las cifras presentadas en el numeral 2.3 de este estudio se elaboraron con base en la
información sobre aprehensiones realizadas por la Policía Nacional entre 2003 y 2013,
proveniente del Sistema Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco) de la Policía Nacional; se realizó conjuntamente con el equipo técnico del Observatorio una identificación, selección y ordenamiento de variables correspondiente a quince ciudades
para un período de diez años (2003-2013, este último con registros hasta 30 de septiembre) a través de las cuales fuera posible indagar acerca del comportamiento de hechos
punibles y delictivos por parte de la población de niños, niñas, jóvenes y adolescentes.
Capítulo
IV
A partir de la revisión estadística, las variables se ordenaron en tres grupos poblacionales: niños y niñas desde 6 años y hasta 13 años cuyas acciones son inimputables y para
los efectos de este estudio se denominan como “hechos punibles”; en el caso de los y
las adolescentes entre 14 y 18 años y los y las jóvenes entre 19 y 26 años se registran
“aprehensiones”.
La información se centra en dos variables, que son el nivel de escolaridad que reporta el
niño, la niña, joven o adolescente en el momento de su aprehensión o de ser llevado
por la Policía Nacional al defensor de familia para el procedimiento de restablecimiento
de derechos, en el caso de los menores de 14 años. Así mismo, se identificó la variable
“ocupación”, que indaga sobre la actividad principal que la población en estos rangos
identifica como la principal.
La información sobre delitos se seleccionó de acuerdo con los cuatro primeros: fabricación, tráfico o porte de estupefacientes; hurto a personas; fabricación, tráfico o porte
ilegal de armas y lesiones personales. Por último, se incluyó información sobre el delito
de homicidio, aunque este es posterior al quinto lugar, por la importancia que reviste.
69
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
4.1.3. Análisis institucional
Con el propósito de observar desde una perspectiva de la prevención de la delincuencia
en jóvenes y adolescentes, se realizó conjuntamente con el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar una observación de las distintas fases de proceso de responsabilidad
penal, identificando las siguientes: la primera hace referencia a los proceso desde que el
adolescente es aprehendido hasta que se le dicta sanción; la segunda es el cumplimiento de medidas o sanciones, transcurre en diferentes centros, generalmente operados
por terceros; y la fase de posegreso.
Los criterios de selección de los centros se definieron a partir de los diferentes tipos de
instituciones y de modalidades que operan en ellos. Por tanto, los municipios fueron seleccionados de acuerdo con características particulares, relacionadas con la diversidad
de operadores y para conocer cómo opera el SRPA en ciudades pequeñas e intermedias.
Con este propósito se visitaron centros transitorios, centros de servicios judiciales y los
centros de cumplimientos de medidas como privación de libertad y otras sanciones de
atención en Funza, Facatativá, Girardot, Chiquinquirá, Duitama, Tunja, Bucaramanga y
Pereira.
Capítulo
IV
70
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
EJES TEMÁTICOS PARA LA PREVENCIÓN
DE LA DELINCUENCIA EN ADOLESCENTES Y JÓVENES
Tal y como se ha descrito, el presente estudio analiza la prevención de la delincuencia
de adolescentes y jóvenes desde cuatro ejes temáticos: la protección integral, la Justicia
Restaurativa, la inclusión y la corresponsabilidad. Este ejercicio se desarrolla a partir de
información recogida, seleccionada y clasificada proveniente de los Grupos Focales y de
las Entrevistas a Profundidad desarrolladas.
4.2. PROTECCIÓN INTEGRAL
“La protección de las capacidades humanas
de los miembros de la familia siempre es primordial”.
Martha Nussbaum
La protección integral es una doctrina que habla en clave de derechos, que para los
efectos de este estudio aborda las cuatro áreas identificadas para los niños, niñas y
adolescentes en la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989): A la vida,
al desarrollo, a la protección y a la participación. En este numeral se han incorporado
además los derechos económicos, sociales y culturales plasmados en el título II de la
Constitución Política Nacional de 1991. Así mismo, se incluye información relacionada
con relaciones y fenómenos que afectan la vida de niños, niñas, adolescentes y jóvenes
en tanto los precipitan al riesgo de ser vinculados al crimen, bien sea por la presencia
de bandas criminales o por otro tipo de factores. Del mismo modo, en este apartado
hablaremos acerca de cómo se previene la reincidencia a quienes ya han cometido un
delito y del seguimiento posegreso.
Capítulo
IV
4.2.1. A la vida
Hablar del derecho a la vida es hablar de una oferta suficiente en aspectos de salud física
y mental, de asegurar la prevención, de poder disfrutar una vida larga y saludable y de
contar con contextos saludables.
Al centro de la sociedad
En contra del derecho a la vida, el consumo de psicoactivos y el tráfico de estupefacientes –que involucran a niños, niñas, adolescentes y jóvenes– conforman un círculo de la
muerte. Dicho círculo se desarrolla en un proceso en el que a partir de la vinculación
realizada por adultos (bandas, jíbaros, familiares y otras formas de organización del microtráfico), esta población, que por razones de su edad –entre otras–, es más vulnerable,
se ve atrapada en un mercado que contiene características tan particulares que para
subsistir y extenderse requiere de su adicción. Es así como en el siguiente apartado el
procurador deja ver con claridad esta situación al insinuar que “cuando estos mismos
71
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
niños se convierten en adictos…” se ven enfrentados a un riesgo inminente de delinquir
para conseguir cómo financiar su propia dependencia de los psicoactivos (SPA). De
esta manera se conforma un ciclo perverso que relaciona el consumo de SPA con la
delincuencia. Al tocar el interés superior de la sociedad, los adultos delincuentes están
tocando el corazón de la sociedad misma y truncando así no solo su presente, sino también su futuro.
“… a veces esos niños, uno ve la historia y son niños que en el mismo barrio
los padres son consumidores de droga y estupefacientes y los ponen a ellos a
distribuir; y lo digo porque es uno de los mayores factores de riesgo, el consumo y
distribución de drogas y estupefacientes, entonces el círculo vicioso regresa. Pero
cuando estos mismos niños se convierten en adictos, ellos tienen que hurtar para
conseguir esa dosis y ahí es donde se convierten en homicidas también”.
Procurador, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
El saber del procurador al que acabamos de referirnos configura un saber proveniente
de la experiencia, que comparte una madre de familia cuando afirma:
“… yo he visto muchos niños de mi barrio que se han dañado; niños que han
matado y todo. Entonces, yo hablé con la mamá de uno de ellos y le dije: ‘Olguita,
esté pendiente de su hijo, yo sé que usted es una madre cabeza de familia, pero
es que el papá de su hijo vive; por favor ayúdelo…’ pero dijo: ese hijuetantas
(alude al hijo) se tiró a la calle, yo no puedo hacer nada por él… y el niño hace
como dos meses mató a un muchacho ahí en la esquina del colegio, y el niño tiene doce años. Es lo más triste, ¿cómo es posible que una criatura de doce años
ya lleve una muerte encima por no estar uno pendiente de ellos? Eso es triste
y todo. El niño fue un integrante de nuestra institución porque él estudiaba allá
y todo eso. Yo veía al niño subir, uno no puede hacer nada, porque eso uno no
puede… o sea subir con el señor que llevaba su vicio y llevaba los cinco niñitos
detrás esperando que él armara y después que les diera… eso lo ve uno. Yo le
dije: ‘yo lo vi, Olguita, yo lo vi y usted conoce ese muchacho, mire, el muchacho
es fulano de tal…’ ¡no hacen nada!”
Capítulo
IV
Madre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Situaciones tan graves como las que describen en sus relatos el procurador y la madre
de familia revelan el duro camino por recorrer que tiene el país en materia de protección
prioritaria de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Estamos aún muy lejos de cumplir
lo expresado por el magistrado Mauricio González Cuervo, quien señaló: “…sujetos de
especial protección constitucional por expreso mandato constitucional. Debido a que
tal condición implica el reconocimiento de su situación de extrema vulnerabilidad, el Estado tiene la obligación de brindarles protección y asistencia, así como de garantizar de
manera reforzada (subrayado nuestro) las condiciones necesarias para el pleno ejercicio
de todos sus derechos…”97.
72
97 González Cuervo, Mauricio. Sentencia T-282 de 14 de marzo de 2008, en: Procuraduría General de la Nación et al.
Código de la Infancia y la Adolescencia concordado. Octubre de 2010.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Cuando se señala que el camino por recorrer es duro, se hace referencia a que, de una
parte, se deben cumplir las políticas, programas, obligaciones y designaciones legales
con que cuenta hoy día el país, pero también que pareciera perentorio hacerles ajustes
y buscar mayores resultados, pues es previsible que de continuar de esta manera, el
tema se agravaría, lográndose cumplir el propósito de quienes están atentando contra
“el corazón de la sociedad”. Si tenemos que el consumo de SPA se asocia al delito de una
buena parte de la población que nos ocupa, y encontramos panoramas como el que se
describe a continuación, hallamos también motivos para acelerar el paso, y esto significa dar la atención prioritaria de que habla la Carta Magna, que se mencionó en el apartado precedente. En términos de garantizar los derechos a la vida, se espera que exista
una oferta suficiente de servicios a los cuales puedan acceder física y económicamente
quienes lo necesitan, de tal forma que ello permita prevención y atención oportuna y
con la calidad requerida que logre traducirse en una vida larga y saludable de quienes
precisan dicha intervención. Esto es de singular importancia porque se constituye en la
seguridad de una vida larga y saludable, lo que sería su logro individual y contribuiría en
la posibilidad de contar con entornos saludables como logro colectivo.
“… en nuestro diario trabajo, observamos que hablar de un porcentaje, me atrevo a
decir del 90% de la población que ingresa, tiene problemas de farmacodependencia… Cuando hablamos del mismo Sistema de Salud tenemos un problema muy
grande y me refiero especialmente con las EPS. Las EPS están en la obligación
de brindar de igual manera un tratamiento; cuando nosotros hacemos la remisión
a la EPS que tiene el chico, la familia automáticamente ya tiene un problema:
llega a solicitar… primero tienen que solicitar la cita al médico general para que
ese médico general le autorice una prueba de toxicología, donde ya hay un primer
inconveniente, en ese primer paso la familia puede durar hasta mes y medio y
algunas EPS ni siquiera les autorizan la prueba de toxicología…”.
Capítulo
IV
Trabajadora social, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Acelerar el paso y aplicar el criterio de prioridad no parece congruente con lo precitado.
El derecho a la vida se pone en riesgo al no contar con una oferta de enfrentamiento del
consumo y distribución de sustancias psicoactivas (SPA); en esta apreciación coinciden
las voces de otros participantes en el estudio, así que tenemos:
“… salvo… desintoxicación, pero desde la farmacodependencia, un proceso de
15 de días de desintoxicación no varía al muchacho para el resto de su vida;
entonces, yo pienso que es mirar las realidades y a partir de esas realidades,
poder plantearle al Conpes… plantearle a nivel de muchas cosas… necesitamos
cosas… va más de la realidad de nuestra población juvenil, de nuestros niños, y
de las familias, de las características de las familias hoy”.
Profesional, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
73
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“… uno habla con las familias en cuanto al consumo ‘¿qué está haciendo? ¿Lo
llevó a la EPS? … Sí, lo medicaron’. Traen la fórmula y demás; pero la EPS no
tiene un programa como tal establecido para la rehabilitación, para el seguimiento.
Me parece que las falencias ahí son bien grandes. Las EPS no están cumpliendo
como tal esa función”.
Defensor de familia, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
Dadas estas anotaciones, si bien se reconoce que el sector de salud desarrolla acciones
frente al consumo de SPA, la expectativa de quienes se encuentran de cerca con esta
problemática asociada al delito de jóvenes y adolescentes es mayor.
Otras acciones e iniciativas surgen de la propia comunidad, orientadas a proteger el
derecho a la vida. Desde su práctica cotidiana se observa que los jóvenes analizan,
proponen y llevan a cabo formas estratégicas de interactuar, que se constituyen en
protectoras:
“Hay muchos jóvenes que están metidos en la drogadicción o en las pandillas. Nosotros tenemos amigos que les decimos: ‘miren, hagan esto con sus horas libres…
pueden montar bicicleta o skate o roller… ¡venga, intégrese!’ vamos y charlamos
con ellos y hacemos deporte, les enseñamos”.
Joven, 19 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
Capítulo
IV
En la esperanza de un mundo que garantiza el derecho a la vida, una niña de 12 años
propone estrategias tan simples como profundas de cuidado, atención y fortalecimiento vincular:
La familia: cuidar también paga
“Yo escribiría en el Conpes que las pandillas ya no estuvieran, y que los padres
apoyaran más a sus hijos; que les dieran más amor, que siempre que lleguen a la
casa que le digan ¿dónde estuviste? ¿haciendo qué? ¿con quién? Ehh… también,
si van a salir, darles horas exactas para que lleguen; si no, salirlos a buscar, castigarlos, y si tienen problemas, lo más probable sería dialogar”.
Niña, 12 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
Como uniendo su voz a la propuesta de esta niña, unas madres de familia expresan
su vivencia cotidiana frente a la protección de la vida de sus hijos e hijas, en distintas
formas de vivir la cotidianidad, así:
“… Estar pendiente siempre de ella, porque este es un barrio muy complicado; porque hay mucha drogadicción, hay peleas. Entonces, muchas veces uno no puede
salir a trabajar por lo de estar pendiente de ellos, porque en cualquier momento se
ponen a pelear, y ahí mismo uno tiene que entrarlos para que de pronto no vayan
a salir golpeados, o de pronto por estar ellos en la calle, de pronto van a decir que
ellos también son del mismo grupo y de pronto tengan problemas”.
74
Madre de Familia, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Yo, casi de la misma manera que ella (señala a su compañera), yo… ellos se me
embolatan y yo salgo a buscarlos y les pregunto a los amigos: ¿usted no ha visto a
Pedro?, ¿usted no ha visto a …?, si lo ven, díganle que haga el favor y venga que
lo necesito (tono fuerte) y si yo… a las seis me dan a mí ganas de acostarme, a
las seis se tienen que entrar … y si a las siete, a las cinco, a la hora que yo vaya a
acostarme, les digo, yo ya tengo mi sueño… pero es que mi mamá… pero es que
mi mamá ¡nada! se entran porque yo ya tengo mi sueño y yo no puedo dormir. Por
lo menos yo como… si no están ahí no, yo no puedo dormir nooo…. Yo no puedo
dormir”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Muchos son los análisis disponibles sobre la importancia de fortalecer el vínculo y el
cuidado y la vida en consonancia con lo dicho atrás por la niña, las madres, el joven.
Cyrulnik reconoce la trascendental importancia que reviste la creación de apego y
vínculo en el período más sensible de los humanos (primera infancia) y el referente en
que este se constituye durante toda la vida, con especiales marcas en la infancia y en
la adolescencia, que habrán de recordarse por siempre98. Ratificando lo dicho por este
autor, el doctor Humberto Maturana refiere que el amor “…es una emoción, un modo
de vivir juntos, un tipo o clase de conductas relacionales en los sistemas vivientes”99.
Entendemos que es desde la emoción del amor que una madre puede vivir una cotidianidad en la que lo principal es “estar pendiente de ellos”; así mismo, cómo una niña
de apenas 12 años se plantea la esperanza de protección de parte de sus padres, y
también cómo un joven de solo 19 años se aventura en organizar una empresa en la
que los intereses de los adolescentes y jóvenes de su comunidad tengan cabida. En el
caso de los apartados en comento, la protección del vínculo se desarrolla a través de
conductas de controlar, seguir el rastro y estar pendiente, aunque ello pueda llegar a
afectar a veces el trabajo.
Capítulo
IV
Ante situaciones tan riesgosas como las descritas, el doctor Boris Cyrulnik afirma: “cuando un centro familiar falla, una cierta estructura de barrio (subrayado nuestro), una
determinada forma de vivir, la creación de circuitos profesionales de arte, deporte o de
psicología bastan para sembrar el germen de la resiliencia. Esto es una señal de que la
cultura proponga lugares de apertura y deje de pensar en que una única causa solo es
capaz de provocar un único efecto”100. En lo recomendado por el autor se encuentran
alternativas de protección que pueden ir más allá, o constituirse en complementarias de
las que desarrollan las familias.
Al parecer, para quienes hablan atrás existe una apropiación acerca de que la protección
de la vida exige acciones desde varios ángulos, así que ellas hacen lo suyo. En efecto,
“una única causa sólo es capaz de provocar un único efecto”. El doctor Cyrulnik se refiere al
deporte, el arte y la cultura como coadyuvantes en el cuidado del “centro familiar”, que
Cyrulnik, Boris. Bajo el signo del vínculo. Gedisa, Barcelona, 2008.
Maturana, Humberto. Transformación en la convivencia. Dolmen, España, 1999.
100 Cyrulnik, Boris. El murmullo de los fantasmas. Volver a la vida después de un trauma. Editorial GEDISA, Barcelona, 2003.
98 99 75
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
es justamente lo que hacen los jóvenes de Amazonas con su proyecto ya mencionado,
quienes también hacen su aporte de manera responsable “vamos y charlamos con ellos
y hacemos deporte, les enseñamos”.
Más allá de las fronteras de la familia
Proteger el derecho a la vida no siempre es fácil, especialmente si se es madre cabeza de
familia y su trabajo es vital para la sobrevivencia del grupo familiar. Si bien para algunas
madres es válido poner la vida de sus hijos por encima del trabajo –quizá a partir de
unas circunstancias muy delicadas que rodean su contexto–, para otras este trayecto
es más difícil, pues la responsabilidad económica dificulta “estar pendiente de ellos” y
cumplir extenuantes jornadas laborales al mismo tiempo:
Capítulo
IV
“Lo que pasa, es que… en estos… en estos 5 años de estar aquí en el Sistema,
he notado prácticamente un abandono; un abandono de papás, un abandono de
autoridad. Entonces, ya es común que las Patrullas de Infancia y Adolescencia les
reporten un caso de un niño de 8 años que le saca el cuchillo a la mamá o a la
abuelita porque no lo dejan salir a la calle a jugar. Entonces, esa autoridad de papá
y mamá se perdió, no hay autoridad. Primero porque son familias que la mamá es
la única responsable y tiene que salir desde las 5 de la mañana hasta quizás 9 de
la noche. Entonces durante el día no hay una persona responsable de la crianza
de ese niño, de esa niña; incluso el adolescente. Están básicamente solos. Entonces, posiblemente lo dejó aún acostado, llega, posiblemente ya está durmiendo, o
posiblemente está en la calle jugando; llegó la mamá a dormirse, ella no se entera
qué hizo durante el día, si estudió o no estudió, si comió, si no comió… Entonces
esa autoridad está perdida. Entonces, cuando una autoridad no está, para el niño
es muy fácil probar… ¿probar qué? todo lo que los amigos de pronto mayores o
de la misma edad: ve, probemos a qué sabe…. En ese probemos a qué sabe, se
quedan nuestros niños. Esa es la gran problemática que tenemos”.
Policía, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
76
En este orden de ideas es importante analizar la vida de algunas familias a la luz de la
relación existente entre su mundo privado y el mundo de lo público. Cuando algunas
madres cabeza de hogar tienen que salir a trabajar a la madrugada y regresar a casa
pasada la tarde, se presentan repercusiones en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y en la sociedad, originadas en la falta de respuesta de otros actores que “estén
pendientes” y apoyen el ejercicio materno, para que los pequeños no tengan que estar
“básicamente solos”. Se pone en evidencia la necesidad de crear una oferta suficiente y
adecuada a los intereses de los niños, niñas y adolescentes, por ejemplo: “montar bicicleta o skate o roller…”; saber si comieron, estudiaron, durmieron; acompañarlos para
que no tengan que “probar” psicoactivos; cuidar que no se “embolaten” y garantizar
que estén en un lugar seguro. Ello tiene que ver con disponer de políticas claras y de
acciones confiables de parte de la Administración estatal, que según el relato que sigue,
para el educador no están garantizadas:
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Bueno, lo mío es pequeñito. Yo pienso para que… ¿qué posibilidad de una política… que el Gobierno sepa… que el alcalde de turno se va hoy y deja una política
establecida para que los muchachos sean atendidos como debe ser? Una política
pública es la que ya no nos va a decir: llegó un alcalde o un gobernante tal… y
que la amistad de él era con este grupo y les dio todo lo que querían… bueno, nos
recibieron; pero llegó otro alcalde que no es amigo de ninguna de las fundaciones,
de ninguna de las ONG y no quiso ayudar a nadie… Si hay una política pública es
continua, que es asegurada, que sean atendidos como debe ser, no que porque…
hice gestión, porque soy la amiga de alguien… porque una política obliga, lo establece, lo estipula para todas las entidades de Educación, Salud, Sena… todas
las instituciones deben estar involucradas, porque el problema no es de solo las
instituciones que estamos acá, sino de todos y para todos”.
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
La situación descrita parece menos grave cuando se vive en la primera infancia, porque
en este ciclo se cuenta con una oferta mayor que para niños y niñas que salen de esta y
pasan al sistema educativo formal:
“… las señoras cuentan con hogares, están acostumbradas a otras instituciones…
después de que se acaben esos cinco años de gloria, ya el niño tiene que ir a la
escuela, a la calle, a la pandilla. Entonces, si el Gobierno tampoco se preocupa
por mantener esa conformación de esos grupos familiares, por brindarles a esas
madres unos niveles, unas oportunidades laborales mejores, eso seguirá siendo
parte del problema que hay que resolver, porque los familiares trabajando y los
niños ahí, a la buena de…”
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Capítulo
IV
Evidentemente, cuando el niño, niña o adolescente sale del mundo de lo privado y su
espacio cotidiano es el mundo de afuera, la situación se complejiza más aún y esto tiene
que ver con superar una edad que va más allá de la primera infancia, situación que se
torna aún más delicada cuando se pasa la adolescencia: están solos, “a la buena de…” en
riesgo de consumir psicoactivos y de delinquir; es en este momento cuando su propia
vida se pone en riesgo:
“…continuidad … ella … tenía miedo con el medio, que es muy duro acá, no pudo
con la carga emocional y no tenía opciones, era una muchacha buena… a uno se
le puede … la vida se le puede desbaratar en un minuto”.
Experta, Entrevista. Chocó, agosto de 2013
4.2.2. Al desarrollo
Hablar del derecho al desarrollo es hablar de fortalecimiento de oportunidades y libertades, lo cual implica encontrar espacios físicos e intelectuales y oportunidades para
77
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
potenciar sus capacidades en relación con escuelas, cupos, programas, lugares para la
recreación y el desarrollo del arte y la lúdica.
Un cambio tan “imperioso”
La titularidad de los derechos es universal, esto es, todos y todas tienen los mismos derechos; sin embargo, no tienen las mismas oportunidades: “todas las capacidades tienen
un aspecto material y requieren condiciones materiales; libertades y oportunidades son
interdependientes en cualquier cuestión económica. La tarea de una sociedad decente
es ofrecer a todos los ciudadanos las condiciones sociales para las capacidades hasta
un nivel mínimo adecuado, hasta un umbral, pero no resolver algunas sí y otras no,
sino resolver una buena cantidad de ellas; porque una sociedad justa no permitiría que
la solución o, mejor, que las capacidades de algunos miembros que son dependientes
queden al azar”101.
La potente afirmación de la doctora Nussbaum muestra el camino hacia una sociedad
justa. Abrir oportunidades es abrir rutas al conocimiento, a la construcción del desarrollo y a un proyecto de vida digno, lo cual es el propósito de una sociedad democrática
como la nuestra. Hacia este propósito habrán de encaminarse los esfuerzos para superar
situaciones de inequidad:
“Yo creo que son falta de oportunidades y en contextos complejos; uno logra ver
que el pelao que está en todo el entramado de la delincuencia, son pelaos que
eh… de alguna manera han sido expulsados del sistema educativo. Son pelados
que muy seguramente tienen problemas en sus hogares… económicos en sus
hogares ¿sí? o son pelados que de alguna manera tienen problemas emocionales
muy fuertes, que digamos… no han sido atendidos de una manera oportuna”.
Capítulo
IV
Experto, Entrevista a profundidad. Sibaté, mayo de 2013
En lo dicho por el joven que se cita en el siguiente apartado adquiere la certeza de llegar
a ser un ciudadano con vida digna, en el momento en que el Estado se hace presente a
través de un programa del SRPA, para ofrecerle la oportunidad de estudiar una carrera
universitaria. Se aprecia el impacto que tiene la inversión pública sobre sus expectativas,
las cuales pasan del imaginario de vender mangos en una galería o barrer calles, a verse
como un ingeniero que rompe una predestinación intergeneracional histórica y unas
circunstancias estructurales que obstaculizaban su desarrollo. Con la oportunidad además de romper ese destino, hace un cambio tan “imperioso” que pasa a considerar que
el programa “sí sirvió y hubo una mejoría”: acceso a la educación superior, proyección,
promoción profesional, certeza de poder conseguir un trabajo digno.
“Uno primero tiene miedo de que lo van a castigar y segundo también pues que
uno se siente como que todo el mundo le quiere es caer encima, entonces uno
está más empeñado en defenderse que realmente como que vivir el programa y
aprovechar lo que le brindan, entonces de pronto es como eso … Y ya voy a ser
ingeniero y pues el cambio, cuando uno ve el cambio tan imperioso, porque yo
78
101
Nussbaum, Martha., “las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión”; Editorial Paidós, 2012
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
antes pensaba, ¡yo la universidad nunca! y más que en mi familia nadie ni siquiera
se ha graduado de bachillerato, entonces yo pensaba, yo a la universidad qué
voy a llegar, voy apenas a llegar al Sena a estudiar un año y me saldré a trabajar
en cualquier salario mínimo; pero ya pues, ya veo que sí es posible llegar a una
universidad, que sí es posible empezar el segundo semestre, que sí es posible por
ejemplo estar superando a otros y coger otro tipo de trabajo que no sea solo un
salario mínimo, entonces ya uno como que… como que se le abre a uno, entonces
dice uno, bueno en qué momento yo comencé a pensar en cosas más grandes si
yo estaba pensando era en terminar… no sé, barriendo calles o vendiendo mangos en la galería (risas) entonces ahí es cuando uno dice, ah, ¡el programa sí sirvió
y sí hubo una mejoría!”.
Joven, 19 años. Grupo Focal, Manizales, junio de 2013.
La garantía del desarrollo incluye, además de la posibilidad de hacerse a un cupo en
educación superior, la expansión a través de actividades y espacios lúdicos, recreativos,
libres, lo cual infortunadamente no es una realidad para todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de nuestro país, poniéndose de manifiesto la distancia existente entre
las oportunidades de unos y otros ciudadanos:
“…Es tan cierto que usted vio a un niño que no ha tenido un sitio de recreación,
lo lleva como en muchas instituciones y muchos programas, que uno coge los
niños y los lleva, por decir algo, a un sitio municipal, lo lleva allá al… ¿cómo es
que se llama este sitio de olas? ¡Ellos son felices! ¡Porque nunca han visto eso!
… Yo le digo recreación; el niño a pesar de todos sus inconvenientes que tiene,
esas necesidades tan apremiantes y esas limitantes que tiene el niño… el niño de
escasos recursos tiene cómo en su escuela lo lleven a ver el zoológico, que en su
escuela lo lleven a cine, ¡porque es que hay niños que no van al cine!”.
Capítulo
IV
Servidor Público, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
El anterior apartado pareciera ser un llamado al Estado a apropiar el concepto de inclusión y plantearse la transformación de las instituciones que ofertan servicios como
los que acaban de examinarse: “… la transformación de los procesos e instituciones
sociales… debe considerarse como un problema social y no solamente…”.102
“Pues, lo que yo estoy, ¿sí?, entendiendo, a mí pues eso, me iban a meter a un
programa cerrado de que ya no podía salir de ahí y pues… y pues no tenía el
derecho a terminar mis estudios, ¿no? Entonces pues el abogado de oficio… él
dijo que yo estaba estudiando y me dieron la oportunidad de estudiar”.
Adolescente, 17 años. Grupo Focal, Cali, agosto de 2013
102
Pérez, Teodoro; Martínez, María Eugenia; Rodríguez, Ana Luz. Gerencia social integral e incluyente. Universidad de La
Salle, 2006.
79
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Tabla de salvación
La concreción de las oportunidades para alcanzar el desarrollo de niños, niñas, jóvenes
y adolescentes en conflicto con la ley o no está vinculada directamente a la capacidad
que el sistema educativo tenga de brindarles un acceso universal, que sea capaz frente a
los obstáculos que se presentan en la sociedad actual, de retenerlos, flexibilizarse y “encantarlos” con la ruta del conocimiento. Un sistema que tenga en cuenta estos factores
promueve su desarrollo profesional generando respuestas creativas que los dotan de
capacidades, con criterio de calidad educativa.
“Yo lo digo de primera mano porque a mí me tocó sacar a mi hijo del colegio por
amenazas; hace algunos días desde antes que salgan a vacaciones a mi hijo lo
iban a matar, o sea, hay cosas que uno no sabe cómo vivir: saber que mi hijo
tiene quince años, que llega una banda a quererlo matar, porque… simplemente
no se quiere juntar con ellos o porque no quiere estar en el mismo problema, ¡es
muy duro! Entonces uno dice: bueno, aquí cómo hago yo… es muy difícil. Me
tocó sacar a mi hijo del colegio, entonces ahí es donde yo digo cómo… (llora y se
muestra impotente)”.
Madre de familia, Grupo Focal, Cali, agosto de 2013
Capítulo
IV
Las nuevas lógicas territoriales y barriales definidas por flagelos como el narcotráfico y
su expresión en los ámbitos cotidianos de jóvenes, de adolescentes, de niños y niñas,
en muchas ciudades de nuestro país, signadas por el microtráfico, ponen en alto riesgo
la posibilidad de garantizar sus derechos al desarrollo. Acceder al sistema educativo y,
aún más, no desertar de este se constituye en una amenaza que fuerza la decisión de
desertar del sistema educativo en tanto que compromete la vida.
El desarrollo y la educación se encuentran, pues, ante una encrucijada que requiere
estrategias innovadoras y modelos pedagógicos flexibles, capaces de responder a las
situaciones y condiciones del país que afectan a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Es evidente que en estos y en las familias no se halla la solución a muchas de las dificultades; es así que ante un problema como el que obligó a la madre de familia a retirar a
su hijo del colegio para salvarle la vida, da por resultado la desescolarización y con ello
la vulneración del derecho al desarrollo. Colateral a esta acción, se lee en el silencio de
la madre frente a otro tipo de alternativas la imposibilidad de proceder a instaurar una
denuncia o a buscar ayuda, como mostrando que en sus prácticas no incluye fácilmente
esta posibilidad: “aquí cómo hago yo… es muy difícil”.
80
Del mismo modo que para una madre de familia la única alternativa viable de protección de la vida de su hijo conduce a la vulneración de un derecho, para otra encontrar
opciones o alternativas implica “luchar” entre las discrepancias de la expectativa de ese
hijo con lo que el Estado le ofrece, no hallando una salida intermedia que lo encamine
en su proceso de desarrollo:
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Pues yo luché hasta donde… ¿cómo es que es?, hasta donde yo más pude,
yo luché y luché y luché y busqué ayuda con Bienestar Familiar, fui allá, busqué
ayuda para que hicieran algo… sino que él me decía que no quería estudiar, que
él quería era trabajar; yo le decía que no y allá también me dijeron que no, que él
tenía que estudiar”.
Madre de Familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Lo anterior hace referencia a una oferta incompleta que no se ajusta a los requerimientos y condiciones diversos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes; no es una oferta
flexible y amplia, carece de adaptabilidad y posibilidades de “encantarlos” y retenerlos.
Veamos:
“Entonces yo pienso que el Ministerio de Educación también tiene que empezar
a replantear modelos educativos, modelos educativos que emprendan por otras
miradas dinámicas de estos adolescentes, porque un adolescente afro no se te va
a quedar a ti sentado cuatro horas, porque él quiere es también bailar, moverse,
brincar y… eso es lo que… la educación necesita: una transformación”.
Trabajadora social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
La situación en mención, vivida por las familias, es experimentada del mismo modo por
servidores públicos y profesionales de las instituciones operadoras, quienes, al igual que
la madre que emprendió una “lucha” insistente, intentan, al parecer también en forma
desesperada, abrir posibilidades de inclusión y desarrollo; esta acción produce el mismo
resultado de dejar a los “pelados” sin el respectivo cupo, porque los colegios ubicados
en zonas de alto riesgo no resultaron ser una buena opción para adolescentes en riesgo,
y además porque no contaban con cupos. Queda así en entredicho la prevalencia de los
derechos103:
Capítulo
IV
“Yo también hice la gestión con la Secretaría de Educación; fui y llevé la carta, fui
y me le senté allá y dije: ‘de aquí no me voy hasta que ustedes no me resuelvan
algo’, y muy amablemente me dieron una carta, ¿sí? Un oficio remisorio donde me
decía que había siete colegios que me debían recibir los pelados. Resulta que los
colegios estaban ubicados en zonas de riesgo para los pelados. Por el otro lado,
no tenían cupo. O sea, ¡los colegios no tenían cupos y eran nocturnos!”.
Trabajadora social, Grupo Focal, Cali, agosto de 2013
Parte de las dificultades que se presentan tiene que ver con el desplazamiento que
alarga las jornadas y dificulta la participación de los padres, madres y cuidadores en
los procesos de formación, y puede llevar a los escolares al abandono de sus procesos
educativos:
103
Ley 1098 de 2006, artículo 9º.
81
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“… aquí en nuestra localidad, tenemos aproximadamente 16.000 niños fuera de
nuestra localidad estudiando. Esos desplazamientos hacen que los muchachos
abandonen el estudio. El padre de familia va a incurrir en un costo, en un gasto; si
en la misma localidad hay veces no van a recibir un informe académico del niño,
mucho menos van a ir fuera de la localidad, donde van a incurrir en un gasto …
ellos tienen su ruta; pero vea, no más nosotros acá… hemos llegado. ¿Cuántos
llegaron a la hora que estaba establecida? Así pasa con los niños. Entonces la ruta
tiene un horario, tiene un recorrido y no se va a poner a esperar un niño, tiene que
seguir, porque por esperar un niño perjudica a 10 más, 20, 30, 40 niños que lleva el
bus; entonces a eso es lo que me refiero, ¿sí? ¡Eso perjudica! Y a los muchachos
hay que facilitarles las cosas, ¿no?, porque son personitas que se van a formar”.
Docente, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
El acceso a la educación y la retención dentro del sistema no son los únicos problemas;
la posibilidad de promoverse a niveles de educación superior no está a la mano para todos; “los que no son muy buenos en el colegio” pero que naturalmente buscan desarrollar
un proyecto de vida pueden encontrarse sin alternativas:
Capítulo
IV
“En las universidades pasan los que mejor tienen rendimiento académico y ¿qué
pasa? Los que no van, los que no son muy buenos en el colegio, pero quieren un
proyecto de vida… ahí ellos quedan estancados en esa pared”.
Adolescente, 16 años. Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
La situación referida puede ser tanto más grave en el caso de adolescentes y jóvenes en
conflicto con la ley:
“ … nosotros en el Sistema de Responsabilidad Penal vemos muchachos que
llevan desvinculados del sistema educativo 5, 6, 7 años, tienen 17 años y tienen
segundo de primaria, si acaso quinto de primaria; entonces cuando uno les dice:
bueno, es que tienes que estudiar … pero yo hace 5, 6 años no estudio, a mí
qué aula me ofrece lo que yo necesito si el sistema educativo está implementado
para los muchachos que vienen estudiando en un periodo regular, sin ausentarse
del sistema educativo… NO HAY (acentúa el tono) programas para rehabilitar,
digamos… maleables...”.
Trabajadora social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
4.2.3. A la protección
82
Como ya se afirmó, los derechos son interdependientes, así que nos proponemos
abordar la integralidad que requiere una mirada de los derechos a la protección como
extensión de los derechos a la vida.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Nuevas lógicas de guerra
“Mire, yo vivo en un barrio muy bravo, muy lamentado, un barrio supremamente
bravo para el consumo de droga, yo no trabajo, yo no trabajo; yo permanezco en
mi casa y tengo dos niños: uno de 16, cuando el otro se va para el Programa el
de 16 se va conmigo. Él tiene 16 años, yo soy una mamá que… ¡a él solo no lo
dejo porque yo me metí en la cabeza que esa es la plaga más brava para ellos…!
Peligro sí hay mucho y él es uno que llega y coge su bicicleta: me voy pa’ afuera,
yo voy y me siento en el andén, cuando muchas veces estoy ocupada, yo cada
10 cada 5 minutos, ¿Miguel? Sí amá, aquí estoy, pilas se me embolata… y al rato
salgo, ¿Miguel?... No me contestó… voy y lo busco: ¡quihubo, papito! A mí no se
me embolate! Ay, madre, estoy donde tal amigo, ah, bueno, está donde tal amigo,
vaya mírese donde está, no se me embolate así, papi, porque usted sabe dónde
vivimos”.
Madre de familia, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
El derecho a contar con una familia que dé afecto y cuidado es uno de los fundamentos
de la protección. Sin embargo, esta se ve amenazada en entornos “bravos” como cuando se vive en “un barrio muy lamentado”. En su libro El fenómeno de la violencia armada
organizada, Rebeca Pérez et al. (2008) menciona el fenómeno de las nuevas guerras refiriendo la anotación de Mary Kaldor, según quien una de las características definitorias
de esta nueva situación es la aparición y atomización de actores armados caracterizados
por naturaleza privada… Surgen en contextos donde se da una erosión de la autonomía
del Estado y corresponden a situaciones donde se facilita la expansión de actividades
delictivas, corrupción e ineficiencia del Gobierno. Vivir en un barrio “muy lamentado” y
“bravo” parece coherente con vivir en esta lógica descrita por la autora. Conforme al texto citado, para la OMS las organizaciones juveniles de carácter violento están mediadas
por la interacción de varios factores; proliferan en lugares donde el orden social se ha
desintegrado, lo que da lugar al surgimiento de alternativas como la incorporación de
pandillas –entre otras–, promoviéndose agresivamente el consumo de psicoactivos, la
declinación del cumplimiento de la ley y el orden en lo local. Allí la falta de orientación,
supervisión y apoyo de los padres y familiares puede constituirse en agravantes. Se evidencia que la madre de familia que habla en el precedente párrafo es correspondiente
con el tema referido por la autora, pero la situación si bien es grave, “un barrio muy
lamentado”, es contenida por esta madre, al igual que lo expresa la madre que habla a
continuación, quien refiere no poder imaginar el futuro de seguir las cosas como van:
Capítulo
IV
“Pues yo no quiero ni imaginarme. Si esto es ahora, día tras día, las cosas son más
complicadas, más confusas, me imagino... le digo por mi hijo: tiene dieciséis años.
Yo tengo uno de veintinueve y una niña de veintisiete, y en ese barrio que me tocó
que dejar, yo los crié a ellos. Pero vea: yo no tenía ese problema. Ellos salían a
jugar. O sea, en el tiempo de antes, a las cuadras nada más, me decía: mami, voy
a tal parte. Listo, vaya, pero nunca tuve ese problema que no pudieran ir a otro
ladito porque eso… ¡nada!.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
83
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Para esta madre de familia fue necesario irse del barrio para proteger a su hijo menor,
dejando su historia y contexto en el que antes pudo criar a sus hijos mayores. La existencia de un orden social desintegrado (Kaldor, M., 1999) se manifiesta en la transformación
del territorio, del mundo de afuera de la familia, que la asedia y modifica sus lógicas
internas, sus pautas de cuidado y su proceso de construcción de vínculos. Otros en cambio no se van del barrio, pero optan por encerrarse en sus residencias.
Todo el mundo a esconderse
“… todo el mundo, ¿no? Entonces antes evitamos ir por otro barrio. Yo soy de mi
barrio, que… no salgo; me gusta, porque yo paso por otro lado entonces ¿sí pilla?,
lo quedan mirando mal. No pues, a mí que me miren, mal vaya y venga… porque
pues yo, ¿no?, como la mirada; pero ya llegan es a hostigarlo a uno… entonces yo
no me meto con nadie, pero a mí tampoco me gusta que nadie se meta conmigo y
yo soy muy atravesado también. No me gusta que ni me toquen, ni toquen a mi familia ni nada. ¿Sí me entiende? Entonces cuando usted ve que están agrediéndolo
a uno o esto, entonces uno no se va a quedar quieto, ¿sí me entiende? Porque es
o su vida o entonces la vida del otro y usted piensa más en usted y en su familia,
¿no?… O sea, yo prefiero evitar y no paso por allá”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Capítulo
IV
84
El tema obedece a unas nuevas lógicas de lucha por la territorialidad en las que se
evidencia para el Estado una pérdida importante del control a través de la vigilancia y
de otras acciones que logren recuperar la gobernabilidad. Si bien las mujeres no están
exentas de ser involucradas en estas lógicas y de hecho parecieran involucrarse cada
vez más mientras más se acercan al mundo de lo masculino, pareciera tratarse de lógicas que corresponden más a este –el de lo masculino–, porque es el varón (así sea
un menor de edad) el que es llamado a cuentas por los delincuentes y es él también el
que se conecta con dicha lógica en una actitud defensiva y protectora de su familia que
de alguna forma lo involucra con el grupo delictivo y sobre la que él siente que debe
responder por ser varón: “uno no se va a quedar quieto… es o su vida o entonces la vida
del otro y usted piensa más en usted y en su familia…”. Se infiere que este adolescente
prefiere resguardarse en casa como forma de protegerse, porque lo que sucedería si
no lo hiciera sería un enfrentamiento; así que prefiere quedarse “quieto”, aislarse en su
hogar; sin embargo, se evidencia en su relato un altísimo riesgo y una latente intención
de no dejarse tocar, manifestando que probablemente ante un toque, la resistencia y
el resguardarse en su hogar perderían sentido y se optaría por un movimiento en respuesta. Esta lógica, que afecta a los adolescentes y jóvenes, obviamente de algún modo
involucra a las madres de familia y cuidadores, quizá por esa función protectora que
cumplen hacia sus hijos e hijas:
“Nosotros también. Por lo menos nosotros somos criados ahí en el barrio ‘La
Unión’. Nosotros, o sea, mi papá, nos crió en el barrio ‘La Unión’. Mis hijos también
nacieron y han sido criados allí… y uno iba y venía. Hace como cuatro años,
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
estábamos en el barrio de La Independencia, y nosotros pasamos por allá. Y por
lo menos mi hijo, que esos pelados de por allá lo ven ¿y vos qué?, ¿qué haces por
aquí? … es lo que dice el muchacho. Son cosas que… quieren como apoderarse
de… (los participantes dicen: del barrio, de la persona, del territorio) del barrio,
porque son personas que llegan allí y quieren como venir a este. No saben que
uno es de por ahí, que uno fue criado ahí (murmullos). A nosotros sí, por lo menos
yo otra vez iba con mi hijo cuando lo llamaron, yo iba. Entonces, yo lo dejé que
arrimara; entonces cuando él llegó yo le dije: papi, ¿qué pasó, ve? Que… ¿por
qué?… ¿que yo qué hago?, que si yo era de por aquí o que no sé qué. Y yo dije:
vea pues, hombre, uno criado ahí, por lo menos yo, que a mí me trajeron como de
cinco años pa’ ese barrio y vengan personas, pelaos así como ustedes, entonces
¿qué hace ahí?, ¿qué hace por acá? en un momentico...”. Entonces sí es verdad
lo que dice el muchacho”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
En el comentario de la madre de familia cuando afirma “!vea pues!” parece poderse
interpretar una desaprobación cargada de indignación generada por el control del territorio que ejercen personas que ella considera como forasteras porque no han vivido
en su sector como ella sí lo ha hecho por muchos años en los que se podía “ir y venir”
con tranquilidad. En cambio, como se indicó, en palabras del adolescente, se evidencia
indignación, cargada quizás de unas incontenibles ganas de resolver el asunto por su
propia mano, en cuyo caso prefiere encerrarse en casa para protegerse. No parecen ser
muchas las opciones para estas familias.
Nuevos roles para todos
Capítulo
IV
Pero el rol masculino de proteger a la familia viéndose precisados a enfrentar a los delincuentes no es el único que cumplen algunos adolescentes y jóvenes en Colombia.
Más allá de la protección física, en algunos casos se produce una sustitución del rol
paterno que recae en aquellos, a quienes corresponde asumir la protección económica
en eventos en los que los padres –hombres– están ausentes y que todo el cuidado ha
recaído sobre la madre; o en eventos en los que el padre representa una amenaza de
violencia hacia su grupo familiar:
“No, pues hace rato en este país se ha creado esa figura de jóvenes cabeza de
hogar en donde muchas veces la ausencia del padre de familia no ha permitido
de pronto que ellos en sí tengan ese apoyo, ese empujón que les hace falta para
cumplir esos sueños, esas metas. También la falta de oportunidad influye mucho,
también el desempleo. Influyen también muchas… de pronto proyectos que ellos
vean esa ilusión hecha realidad, y que ellos puedan realizar de cierta forma, y que
no queden estancados ahí. Y pues también influye mucho su entorno; un entorno
a este país un flagelo, pues nuestro barrio ha sido estigmatizado mucho tiempo
porque allí había antes subversiones y todo el cuento del paramilitarismo; y ahora
entonces cuentan las banda criminales…”.
Hermano mayor de un adolescente en riesgo, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
85
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Una cosa es que también por parte de los papás, porque por ejemplo yo que me
quedé en la casa con mi papá y él tiene un temperamento muy alto… y uno ver que
de la forma como le gritan a la mamá y ahí uno por ejemplo… como retándola, como
menos creyendo a la mamá… uno ya ¡ahí sí se tiene que parar en la raya! ¿Entonces
qué? No estoy pintado, mi mamá no está sola, ¿sí me entiende? Ya… por ejemplo
yo desde chiquito me tocó con mi mamá pa’ todos lados de la mano porque yo era
de arriba pa’bajo y yo con mi mamá, pa’ una pieza… pa’ otra… pa’ otra… con todas
mis hermanitas, yo ahí detrás. Entonces… ¿sí me entiende? Yo digo que hay papás
también que se exceden, que tienen una forma de ser como que…”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
El hermano mayor del adolescente que habla atrás refiere su propio caso en el que
desde temprana edad ha hecho el rol paterno en la familia; y el joven que antecede,
igualmente relata una historia en la que la protección familiar quedó a su cargo siendo
aún muy pequeño. Pareciera armarse una red protectora madre/hijos, que gracias a
esos imaginarios de masculinidades que se les imponen deja a los menores de edad
ante dilemas difíciles de sortear, casos en donde la figura paterna no se hace presente,
o estando allí se constituye en riesgosa:
Capítulo
IV
“¿Que estoy sola? Sí. ¡A mí me ha tocado muy duro con mis hijos! (enfatiza).
Entonces mi hijo siempre ha dicho: ¡ay, mami, pero es que mire, nosotros siempre
como hemos estado: ¡pasando trabajos! O sea, gracias a Dios él no se ha ido,
como me dice: mami, yo por usted no lo he hecho. A mí me han dicho: vamos
pa´ca y va a ganar bien. No lo hago, ¿por qué? Por Usted, porque usted no merece
eso y yo quisiera tener más para darle…”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
“… sencillamente, no todos los muchachos roban para conseguir vicios, sino muchachos que sí roban para ayudar a su familia. Entonces aquellos muchachos que
salen (se refiere al posinstitucional) y no tienen qué hacer, entonces sencillamente
se van a ver obligados a volver al mismo camino. Para mí algo sería bueno y yo
siempre lo he llevado y lo he tenido enfocado y sí me gustaría pues formar un proyecto, pero no sé qué, pues eso es bastante complicado, pero sí me gustaría dar
una idea y es que a mí me gustaría que formaran unos talleres donde el muchacho
fuera y no solamente se educara, sino también se formara y posiblemente ahí
también consiguiera sustento para su familia, económicamente fuera ayudado”.
Joven, 22 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
“Es que la única es que desde que entré al proceso y salí del proceso, la única vez
que yo dije: ‘¡gané una!’ fue cuando salí del proceso, porque es que igual, yo me
iba para el proceso y yo me presenté allá y no: es que ‘miren, muchachos, nosotros
nacimos para ser cabeza y no cola… miren, muchachos, hay esto, hay esto, y
esto, ta, ta’. ¡Uy!, uno sale maravillado de allá… pero uno sale, dos cuadras y ¡fuff!
otra vez, estoy afuera, no tengo plata, no tengo nada, ¡no tengo nada!”.
86
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Situaciones como las descritas por el joven y el adolescente en lo precedente necesariamente invitan a la reflexión y a la autocrítica, con el propósito de escucharlos y tomar
decisiones protectoras coherentes con el hecho de que ellos son interés superior de la
sociedad. En el último caso, el adolescente, visiblemente conmovido, refiere el impacto
que le ocasionó escuchar frases de reconocimiento acerca de su importancia social para
la institución en la que desarrollaba su proceso. En oposición, se encuentran no pocos
llamados a la doble moral que lamentablemente algunas veces logran eco. Es pertinente aludir104 al Informe de Vigilancia Superior de la Procuraduría General de la Nación con
corte a 2012 en lo referido a la preocupación frente a enfoques como el de ‘seguridad
ciudadana’ que se erigen sobre el carácter punitivo “poniendo en riesgo la vigencia de
normas del estatuto de infancia y adolescencia que fueron concebidas desde el enfoque
o perspectiva de derechos”. A juicio nuestro, este punto de vista merece toda atención,
tanto más a la luz de lo escrito hasta aquí, donde se evidencia que la vulneración de
derechos, la recarga sobre los roles de adolescentes y jóvenes sin que medie una previa
garantía de aquellos y el contexto que los rodea terminan en algunos casos por condenarlos y perseguirlos en una clásica doble moral que juzga en los otros conductas para
cuya modificación no se han hecho los esfuerzos necesarios y más bien se han omitido
acciones; cuando lo que debería proceder es privilegiar la noción de sujeto prevalente
de derechos a todos los niños, niñas y adolescentes y a los jóvenes. Francamente merecen todo nuestro respeto y admiración respuestas como las expresadas en los dos
recuadros anteriores, en las que soñar con ayudar a la familia y a otras personas vulnerables, o pensarse en términos de ser “cabeza y no cola” son loables precisamente por las
circunstancias tan adversas que atraviesan quienes las manifiestan. Se observa que en
estas expresiones referidas tenemos capital social, rico material que no siempre es aprovechado por la sociedad y por el Estado, lo cual resulta lamentable porque en verdad
se evidencian grandes esfuerzos de parte de este y de muchos sectores de la sociedad
civil que no llegan a cristalizarse en muchos casos porque pareciera que los procesos se
centran más en aspectos como la aprehensión, el juzgamiento, el restablecimiento de
los derechos, el cumplimiento de la sanción o la medida, en desmedro de otros que lo
integran (la prevención secundaria y la prevención terciaria: prevención en lo local y lo
territorial y prevención posegreso).
Capítulo
IV
Nos hallamos pues ante una sustitución de roles: el cuidado de los barrios no siempre está en manos de la policía, sino que con frecuencia lo han tomado integrantes de
bandas; y el cuidado de los hijos está en muchos casos en las madres, en los jóvenes y
adolescentes que les ayudan ante la ausencia del padre que asuma su rol protector y
económico; el Estado y la sociedad demandan de los jóvenes y adolescentes respuestas
para las cuales en muchos casos no se les ha dado la “cuota inicial”, lo que pareciera
distar de una comprensión que asume que los derechos son interdependientes.
Aquí queda revelado que la conculcación de los derechos a la protección afecta los de la
participación, porque es evidente que un joven o un adolescente bajo enormes presio104
Hoyos Castañeda, Ilva Myriam; Palacio, Marisol y otros: Informe de Vigilancia Superior al SRPA, Procuraduría General
de la Nación, 2012.
87
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
nes económicas, sociales y de toda índole, con limitaciones para circular por su propio
territorio, difícilmente puede acceder al derecho a la participación.
En coherencia con las ideas esbozadas y en congruencia con el texto Cohesión social
y educación para la paz…105, afirmamos que las medidas de carácter represivo no han
mostrado un sustancial cambio en los índices de violencia juvenil, razón por la cual se
hace necesario fortalecer los primeros esfuerzos gubernamentales en materia de prevención de la violencia y que es importante dar una mirada multidimensional a aspectos como la inclusión social, el sentido de pertenencia de los ciudadanos y el bienestar,
en oposición a la desintegración social, la ruptura de lazos sociales estables o la quiebra
de la gobernabilidad y la legitimidad del Estado, circunstancias que se han evidenciado
para algunos sectores del país.
Capítulo
IV
Los nuevos roles referidos, a su vez, se constituyen en nuevas paradojas que atrapan a
adolescentes, jóvenes y familias en disyuntivas difíciles de discernir a su edad y en su
contexto, que se resumen en su deseo de desarrollo puede hacerse por caminos fáciles
y a la mano, pero muy peligrosos; cuidar a la familia cuando no están siendo cuidados
implica asumir un rol demasiado pesado, pero además difícil de alcanzar porque las
oportunidades disponibles son escasas y porque contiene un sinsentido, ya que los
niños, niñas y adolescentes están para ser cuidados; es deseable vivir en un sector “noble”, para lo cual hay que vigilarlo, pero hacerlo es un asunto que conlleva demasiados
riesgos; la protección del Estado y de la familia se aleja en ocasiones, lo cual en el ciclo
vital de adolescentes y jóvenes en que necesitan seguridad para poder construir su
identidad y su autonomía los confunde y los deja en una soledad que por sí sola se
configura riesgosa.
Ante situaciones como las descritas, es recurrente la necesidad de protección reclamada
a la entidad policial en las regiones:
“Pues porque la policía pues en mi barrio, ¿no?, casi no se ve, casi no se ve y
pasan las cosas y llegan por ahí a las tres horas, así… Ellos mismos se encargan
de incitarlo.
Adolescente, 17 años. Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
“Digamos que para que nuestra vida fuera más segura en nuestra comunidad, en
nuestro entorno, o sea, yo veo que hace falta como autoridad, ¿sí me entiende?
O sea, muchas veces usted ve en las esquinas fumando marihuana y se ve muy
pocas veces que pasa la policía por ahí y pues uno llama y pasa que ¿sí?, le dicen
a uno que están haciendo tantas rondas, vuelve y llama a la media hora: no, que ya
vamos y llegan y ya no están ahí, ¿sí me entiende? Exactamente y pues a veces
uno llama a la policía y no, que no están haciendo nada, pues que dónde están
y no pues ya se van, se ponen a esperar las cosas. Entonces eso pasa seguido
(varios participantes hablan al tiempo)”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
88
105
Valencia, Rhina Cabezas, Blanco, Juncal Gilsanz, Sampayo, Lucía. Revista CIDOB d´Afers Internacional, 2008.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
La debilidad de los más jóvenes, a expensas de los más sagaces
En consistencia con lo que precede, se muestra cómo es vivido el tema por parte de
algunos jóvenes y adolescentes frente al acecho del contexto:
“Entonces ¿qué pasa? Las personas más mayores, más sagaces y más astutas
abusan de la debilidad y de lo sano de esa mente de los jóvenes, ¿cierto? Esa
sanidad, esa debilidad que ellos tienen, abusan de eso. Entonces los utilizan a
ellos y ellos se sacan en limpio, ¿cierto?, y ellos tienen sus abogados preparados,
tienen todas sus conexiones para ellos salirse. Me consta a mí, como padre que yo
he investigado sobre eso, me consta que ellos tienen sus sagacidades o preparan
con cierta autoridad o cierta… nada, no había nadie que le pudiera ayudar a uno,
entonces uno se siente muy víctima uno también”.
Padre de familia, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
Este asedio pone a prueba la fortaleza familiar. Muchas madres y muchos padres y
cuidadores, frente a la protección de sus adolescentes y jóvenes, dan una batalla incansable para preservarlos de esta influencia, batalla en soledad como lo sugiere el padre
de familia en el anterior apartado. Otras familias cuyas estructuras son debilitadas por
violencia intrafamiliar, maltrato infantil, ausencia de oportunidades, hambre y hacinamiento… son derrotadas y “la debilidad y sanidad” de los niños, niñas y adolescentes, las
hace presa fácil de “personas que les gusta hacer daño”. Es lo que se complementa en los
dos siguientes apartados:
“Ese es el tema que nos tiene aquí acabados, el que nos ha dañado las bases
del departamento, porque un adolescente inmaduro, pobre, inmadurez mental, sin
opciones, pasando física hambre, viviendo cinco en un cuarto, viene un capataz,
de los grupos que sea… primero les dicen… les dan poder con un arma, luego
le dan ropita, platica… los pelaos se sienten importantes, y entonces… una falsa
motivación”.
Capítulo
IV
Experta, Entrevista a Profundidad. Chocó, julio de 2013
“… entonces, al pie de los colegios… son muy frecuentados por las personas
que les gusta hacer daño: el jíbaro, por el ladrón… ¿por qué? Porque los niños
son personitas que como no han quemado muchas etapas en la vida, son muy
sensibles a dejarse convencer…”.
Docente, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Las “nuevas guerras”106 invaden los ámbitos cotidianos de los jóvenes y adolescentes. La
vida urbana y suburbana es escenario donde “este nuevo paisaje” se manifiesta:
106
Kaldor, Mery (1999). “Nuevas guerras”, citado por Pérez, Rebeca et al.: El fenómeno de la violencia armada organizada.
Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana, 2008.
89
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Para mí sí es distinto… totalmente; por lo menos antes se miraba… digamos…
en el barrio se veía uno, no había más; pero ahora se ha propagado demasiado.
Por lo menos, usted a las diez de la noche no puede salir, porque si usted sale a
ese hora, mejor dicho… ¡llega sin zapatos a la casa! Antes era diferente a lo que
es ahorita… pues de pronto las ollas que hay por ahí cerca… los muchachos se
salieron muy rápido de las manos de los papás. Porque ahorita está terrible. Usted
por ejemplo, ahorita va y usted se los encuentra en cada esquina. Antes no se veía
eso, antes cada niño en su casa”.
Madre de familia, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
El mundo de afuera, indispensable para jóvenes y adolescentes en la construcción de su
autonomía, es un mundo que también les ofrece alternativas perversas como resultado
de las nuevas lógicas en mención107.
El narcotráfico y las bandas criminales han puesto su marca en los territorios que por
definición son indispensables para el fortalecimiento de las capacidades de los niños,
las niñas, los y las jóvenes y adolescentes. El barrio, la calle, el parque son territorios
frecuentemente desprotegidos y a merced de nuevas lógicas que demarcan imaginariamente los límites por donde se puede transitar, de suerte que “ellos no puedan ir
más allá. Esta situación modifica el concepto de lo público en los espacios por donde
el tránsito habitual para ir a estudiar, a trabajar o para socializar ahora tienen dueño(s):
Capítulo
IV
“Son jóvenes que consumen droga y pues… ellos se pelean de un barrio al otro,
pues ya no pueden pasar de un barrio al otro porque se forman las peleas… de
pronto que ellos no puedan pasarse del límite; o sea, por decir, los de la parte de
Santo Domingo la parte alta no pueden bajar a la parte baja, o sea, son como
peleas de terrenos”.
Madre de familia, Grupo Focal, agosto de 2013
“(M): ¿Grupos de personas que hacen vigilancia?
¡Vigilancia…! Son los mismos que andan haciendo daño y hay veces como… ¡es
verdad!, uno a veces los ve como una vacuna, a veces son como una vacuna que
uno les tiene que dar, porque dicen: el que no paga, ya sabe (comentarios de los
participantes: allá nunca pagamos, en mi casa también lo mismo… en mi casa
tampoco)… en mi casa, qué pena me da, pero yo no les pago… pero… entonces
ahí… porque ellos son como braviados: ¡ah!, si no paga, ya sabe que si la roban
no va a reclamar. (Comentarios de los demás participantes, como manifestando
acuerdo con lo dicho)”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Algunos autores como María Victoria Llorente, Mauricio Rubio, Rodolfo Escobedo y Camilo Echandía, en un análisis
sobre el caso de Bogotá, señalan que se encuentra un “vínculo estrecho entre la violencia homicida y la presencia de
bandas criminales en algunos sectores en Bogotá”.
107
90
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Bueno… hace por ahí un mes más o menos hubo dizque supuestamente un encuentro, un diálogo entre las barras de un barrio y de otro, estoy hablando del
barrio Riofrío y El Cuervo… los de Riofrío no pueden ver los de Cuervo y los de
Cuervo no pueden ver los de Riofrío… donde los vean, mejor dicho… ya que la
que… misma, que si trompadas, que cuchilladas, que plomazos van, plomazos
vienen y eso… y eso es algo que uno mantiene como madre, yo mantengo con el
corazón en la mano y yo no soy capaz (llora) …tranquilidad, tampoco con ellos”.
Madre de familia, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
Por encima de estas lógicas absurdas surgen propuestas que muestran que la fortaleza
de algunas familias se potencia surgiendo una resiliencia que a pesar de la adversidad
y la soledad, la pobreza, el hambre, los “plomazos”, el hacinamiento, persisten en la
protección de los más cercanos:
“… yo todo se lo cuento a mi mamá, ¡todo!, desde el más pequeño detalle, todo lo
que me ocurre, todo. Entonces mi mamá… entonces le contaba: mami, ¿pero por
qué él? Y ella me decía: usted también puede ser famosa, usted también puede
hacerse notar, pero con cosas buenas, siendo la mejor; lleve las tareas, ¿qué a
dónde está la tarea? Usted sea la primera. ¿Quién tiene los mejores zapatos? No
por lo caros, no por lo caros ni por lo finos, sino por bien presentados. Entonces mi
mamá me decía: usted puede ser la mejor, ¿usted quiere ganarle a ese muchacho
porque él se gana la atención de la gente? Usted lo puede lograr, vamos. Entonces
uno empieza a ver eso y empieza ¿quién trajo la tarea? Yo; ¿quién entendió la
tarea? Yo”.
Adolescente, 15 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
Capítulo
IV
“Bueno, esto… pues yo como estoy en la casa, pues hay muchos compañeritos
de los niños míos. Pues ellos a veces van a la casa a hacer las tareas y yo les
colaboro ahí con el jugo, bueno, si les dejaron trabajo, vamos a ver. Entonces les
colaboro… les ayudo a explicar, mire que hay que hacer una cartelera… pues yo
les colaboro. No sé, la verdad que hay muchos niños que… hay una compañerita
de mi hijo, que ella pues vive es con la abuela, y la abuela dice: yo, la verdad, yo
poco sé de eso. Entonces ella le dice: usted vaya para allá, yo sé que ella le ayuda.
Y entonces a veces por ahí vienen y yo les colaboro en lo que más pueda”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
Retomando una vez más las ideas de Martha Nussbaum108, los derechos son interdependientes; desde una mirada compleja sistémica adicionalmente son integrales (orientando articuladamente todos los esfuerzos del Estado, de la sociedad civil y de la familia
hacia el mismo propósito). En los relatos que referimos atrás se evidencia la confluencia
de situaciones y circunstancias como soledad, pobreza, hambre, plomazos, hacinamiento,
presencia de bandas criminales en los alrededores, debilidad en la madurez de los niños,
108 Nussbaum, Martha. Las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión. Paidós, 2012.
91
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
niñas, adolescentes y jóvenes, familias ausentes en algunos casos, fronteras invisibles,
como factores de vulneración frente a los derechos a la protección. Un paisaje así dibujado exige una respuesta también integral de forma urgente, si el Estado y la sociedad
tienen la intención de lograr el quiebre de tan grave problema. Alcanzar la dignidad humana de todos en un marco de equidad demanda grandes esfuerzos focalizados hacia
una estrategia armonizada, de prevención de la delincuencia juvenil; el enfoque central
de las capacidades, además de la dignidad humana, es entendido como igualdad de
esta dignidad. La interferencia protagonizada por estas nuevas lógicas pone en peligro
esa posibilidad.
4.2.4. A la participación
En esta subcategoría se han incluido aspectos relacionados con medios y espacios de
expresión y de protesta en ámbitos públicos y privados. Las acciones en las que se materializa el acceso a estos derechos aluden a afiliarse, discrepar, proponer, acatar, acordar,
dialogar, hacerse cargo de deberes cotidianos. En esta lógica, el logro individual consiste
en que las personas vean que sus opiniones, puntos de vista y acciones son relevantes
en la toma de decisiones, y que se dispone de ámbitos suficientes para su inclusión, de
manera libre y pacífica.
Capítulo
IV
La certeza de los jóvenes y los adolescentes de hacer parte de un mundo que les garantiza una vida digna se concreta en los derechos a la participación; más allá de la oferta
de espacios para el deporte, el esparcimiento, el aprendizaje, está su participación eficaz
en las decisiones públicas y políticas del país.
En los eventos desarrollados como parte de este proceso investigativo, se encontró que
el tema de la participación para estos adolescentes, jóvenes y familias es casi inexistente. En sus requerimientos y necesidades que son enormes, los espacios de participación
pública y política parecieran estar en la periferia.
Acceso a la posibilidad de orientación y posicionamiento
En el apartado que sigue, la experta menciona aspectos que pueden interponerse en
un proceso equitativo. En su narrativa señala la brecha existente en la posibilidad de
desarrollarse con equidad entre unos y otros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, expresando la discriminación a la que se ven abocados los provenientes de sectores más
vulnerables, lo cual es definido por ella como “situaciones estructurales… de generación
de ingresos… salen a trabajar y los niños quedan solos, sin programas de apoyo en el lugar,
sin poder asumir el costo de actividades de esparcimiento como el deporte, mujeres cabeza
de hogar...”.
92
“Yo pienso que siempre y cuando no haya acciones efectivas para que …de que
el padre de familia haga un efectivo acompañamiento a la crianza de los niños,
la situación... ¡no quiero decir que …que volvamos a lo de antes, que la mamá
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
se quedaba en la casa!, pero cuando una madre de familia sale de la casa por
la mañana y vuelve por la noche, las posibilidades de la orientación al hijo son
mínimas, así la mamá sea una mamá protectora; no quiero decir que la pobreza es
determinante, pero ¡el tema generación de ingresos es muy influyente! Entonces
yo pienso que una situación… que igual sí se deben hacer programas, y se le
debe apuntar a situaciones estructurales frente a la situación de generación de
ingresos… por eso le digo: los adultos si no están ahí, entonces el niño termina
planeando lo que él considera lo más viable. Existen las dificultades de que no
hay escenarios deportivos; porque por ejemplo uno trabaja, y uno su hijo lo lleva a
taekwondo, que vea, que al grupo de básquet… todo esto tiene un costo adicional
para las mamás (…). Pero la mayoría de donde están saliendo nuestros casos
no tiene esas posibilidades, sobre todo cuando no está el papá, las mamás no
alcanzan… una mamá…”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Chocó, julio de 2013
Para algunos adolescentes y jóvenes, el deporte es tan importante que logran vencer
muchos obstáculos y hacerse partícipes, lo cual no va más allá de ser observadores en
la casi totalidad de los casos. No obstante, estos espacios parecieran ofrecer también
enormes riesgos: violencia, consumo de SPA. Parece un lugar común hablar de la necesidad de ámbitos para la recreación, el arte y el esparcimiento, pero se evidencia que
esto sigue siendo una necesidad insatisfecha y que, lejos de contar con una respuesta, se convierte en un problema no resuelto, dado que algunos de estos contextos se
constituyen en objetivos de los violentos y facilitadores del consumo de sustancias psicoactivas. Es indicativo de alto riesgo el hecho de que estos pocos espacios disponibles
sean permeados por el consumo de estupefacientes, pues como lo afirma un experto
consultado: “la presencia de consumo de SPA en el territorio es un factor determinante
en el reclutamiento de Adolescentes en pandillas territoriales109”.
Capítulo
IV
“¡ah!, pues qué yo digo, yo… a mí me gusta mucho el fútbol, porque pa’ qué, ahorita salgo de aquí y me voy a ver un partido, pero entonces no es como ay que…
Juan… le dijeron que insultaron al Once… que vamos hagámonos matar porque
eso hay que respetarlo. No, yo no creo pues”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
“Allá, allá en norte… barras, allá están entrenados que es toda la gente, ¿cierto?
Hacen un gol, todos se van pa’ bajo, se tiran así como caigan, a dar puños, a
dar pata, ¿cierto? Ay, este me pegó un puño, vámonos pa’rriba y le caemos ahí,
¿cierto? Esa es la problemática también”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
109 Monseñor Alirio López Aguilera. Entrevista realizada el 21 de marzo de 2013.
93
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“También hay barras de mucho vicio, uno entra allá y ve el humo desde lejos… de
marihuana, gente metiendo solución… pegante, inhalando en bolsas o en polvo,
inhalan, inhalan y eso es mucho vicio y uno… pues uno verlo y como… esta sociedad tan dañada”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
Capítulo
IV
La participación de los adolescentes y jóvenes en espacios de decisiones políticas se
aleja en la medida en que enfrentan soledad, falta de oportunidades para su desarrollo
personal y de la autonomía, por la carencia de acompañamiento y cuidado protector
e intervención reguladora de dichos espacios, viéndose desprovistos de redes, lo cual
puede llevarlos a encontrar respuesta a sus necesidades de socialización y crecimiento
de la identidad y la autonomía en otras alternativas, como pueden ser pandillas, barras
bravas, parches, combos u otras formas de asociación, que eventualmente los ponen
en riesgo. “La pandilla entendida como una ‘familia’ no está directamente relacionada
con la pretensión de obtener un beneficio económico, más bien como un satisfactor de
necesidades personales que dejaron descubiertas las familias de los jóvenes. La afectividad es un importante vínculo, no obstante no antagoniza con la familia de origen, la
complementa. La pandilla es una organización de tipo fraternal que brinda a los muchachos autonomía con respecto a la autoridad adulta. Estos jóvenes construyen su propia
privacidad en espacios urbanos, donde se sienten protegidos contra la autoridad. Las
pandillas son asociaciones de orden emotivo, pues en las edades que ingresan sus
miembros es de suma importancia la búsqueda de identidad y pertenencia a un grupo.
La territorialidad es de vital importancia”110.
Espacios para la visibilización
Las formas organizativas mencionadas, lejos de los imaginarios circulantes en el sentido de satisfacer una necesidad económica, son formas de asociación que apuntan
a la búsqueda de identidad y valoración colectiva. Su propósito no es delinquir, pero
quienes las integran pueden llegar a ser presa fácil de grupos delictivos, dependiendo
de circunstancias e intereses particulares. En este caso, la falta de una oferta de medios
y espacios de expresión y de posicionamiento político que permita su desarrollo y promueva discusiones y acuerdos que les hagan sentir incluidos dentro de la organización
social e incidir en el mundo de lo político puede llevarlos a hacer parte de un grupo
delictivo.
Interlocutar con sus pares en entornos diversos es esencial para el grupo vital del que
hablamos. Así, en algunas regiones y venciendo obstáculos como los referidos, muchos
jóvenes avanzan en la construcción de iniciativas propias que si bien son culturales,
deportivas y artísticas, tienen impacto sobre su participación en las decisiones políticas
(Sarmiento, A., 2010), visibilizándoles como interlocutores válidos en la sociedad. Esa
capacidad de construir entornos propios se traduce en un ejercicio de ciudadanía. “El
94
110 Goubaud, Emilio: “Maras y pandillas en Centroamérica, en Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana No. 4”,
2008.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
control sobre el entorno propio es una capacidad que tiene dos vertientes, una política
referida a la ciudadanía y otra material referida al disfrute de los derechos, a la protección de estos, a la propiedad y al trabajo, a la libertad para asociarse y para elegir”111.
Grupos de jóvenes de entornos urbanos lo expresan así:
“Lo que nosotros pretendemos con la metodología de alto impacto es que a través
del arte… nuestras herramientas artísticas… lo que es el rap, el breakdance, el
grafiti; con unos momentos, con unos conceptos, con unas personas, con unas
herramientas materiales, ideológicas, filosóficas, físicas, espaciales, llegamos a
los jóvenes y pretendemos darle un vuelco, o darles otra mirada a estos valores, a
estas habilidades que ellos han desarrollado en sus contextos y desde ahí empezamos a hacerles reconocer a ellos mismos… que ellos entiendan, que ellos tienen
más o pueden tener éxito en la vida no solamente a través de esos contextos de
delito y de crimen, sino que también en otros contextos positivos. Que lo único que
necesitan es creer en sí mismos…”.
Experto, Entrevista a Profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
Las realidades regionales delinean el entorno donde habitan jóvenes y adolescentes.
Sin embargo, el sentido de autonomía expresado en la participación se manifiesta en
espacios diversos, diferentes:
“...entonces como que si tiene moto, vamos a dar una vuelta en moto y listo, cada
uno pa’ su casa a ver televisión, porque no hay nada qué hacer: deportes, recreación… ¡nada! Ahorita reclaman mucho por el patinódromo, porque es muy
pequeño y es abierto. O sea, cuando llueve no pueden hacer pruebas, no pueden
practicar, todas esas cosas. Entonces yo también pensé en esa manera: si hubiera
más entidades que estuvieran preocupadas por promover el deporte, armamos
una rondita, entonces los jóvenes se dedicarían más al deporte que estar haciendo
otras cosas”.
Capítulo
IV
Adolescente 15 años. Leticia, septiembre 2013
¿Quién corre más?
La Adolescencia y la Juventud transcurren en un tiempo relativamente corto en el que
se tienen todas las fuerzas vitales y los deseos para volar a altas velocidades. Una respuesta estatal, en consecuencia, tiene que ser oportuna (y rápida), diversa; tiene que
ser incluyente y participativa, contar con los intereses de los jóvenes y adolescentes
acordes con los retos que el mundo globalizado propone a este grupo etario; y debe
partir no de los déficits del grupo, sino de sus fortalezas para el diseño de acciones,
planes, proyectos, programas. Así es como podría construirse capital social en sinergia y
oponerse competitivamente al delito. Conviene apropiar los presupuestos del Enfoque
Apreciativo112, comenzando por el primero, que señala: “en todo sistema, organización o
111 112 Nussbaum, Martha, Op. cit., 2012.
Sue Annis Hammond. “The thin book of appreciative inquiry”. Thin Book Publishing Co.
86 SW century drive pmb 446 bend, or 97702. página web: www.thinbook.com. Material multicopiado, Sistemas
Humanos, Bogotá, noviembre de 1998.
95
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
grupo hay algo que sí funciona”. Creer en los demás es un requisito para ver sus recursos
y ello es prerrequisito para incluirlos, invitarlos a participar y potenciarlos. Pues bien, los
adolescentes y jóvenes sea individualmente o en grupo son sistemas organizados por
seres vivos; el precepto citado aplica para ellos, quienes, como han expresado varios de
los participantes en este trabajo, están llenos de fortalezas y potencialidades en grandes
cantidades, llegando a pasar de ser vistos como “el demonio de Tasmania” –según se
muestra más adelante en “quién restaura”– para validarse como una profesional exitosa, es decir, listos para ser capitalizados cuanto antes. Infortunadamente, el Estado suele
llegar tarde en muchos casos. En un escenario como el que se muestra en el siguiente
apartado, es necesario ir muy rápido:
“¡El Estado es muy... muy lento! Y un joven muchas veces tiene que …tiene hijos,
tiene que llevar comida a la casa, tiene que coger el bus para ir al trabajo, para ir
a estudiar, tiene que capacitarse y… esa cantidad de necesidades. Y hay otros actores de la sociedad que les brindan la posibilidad de satisfacer esas necesidades
de manera inmediata: ¿quieres montar tu empresa de ropa, de diseño, de lo que…
tú crees? Bueno, yo te ofrezco si vendes tal kilo de marihuana o algo y obtienes el
capital semilla y tienes tu empresa. El problema después es cómo sale de ahí…
son respuestas inmediatas a necesidades urgentes de la gente, los jóvenes son…
necesidades urgentes, necesidades básicas urgentes y las respuestas que da el
sistema es a muy largo plazo para satisfacerlas y el sistema criminal y del delito da
respuestas inmediatas urgentes, todos los días”.
Capítulo
IV
Experto, Entrevista a Profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
Mejorar la calidad de vida, y sobre todo abrir las puertas para que adolescentes y jóvenes puedan acceder a ciertos estándares que la sociedad de consumo ofrece insistentemente, hace parte de la construcción de la autonomía y la identidad; es un proceso
que se acompaña de gustos, se expresa en formas únicas y diferentes de comportarse y
mostrarse; en tal sentido estructura formas de participación que al verse frustradas pueden devenir en soluciones perversas y destructivas para los adolescentes y jóvenes. Es
reiterativa la propuesta según la cual opciones como ser parte de expresiones artísticas
y deportivas los blinda de opciones como las mencionadas:
“… aquí en Bogotá… uhmmm… en Medellín en la comuna 13 hay unos ejemplos
grandísimos de jóvenes en medio de las balas, en medio de las bandas… el hecho
de estar haciendo arte te alimenta y te alimenta tanto que realmente te blinda hacia
esa otra oferta que hay de vincularse a estos grupos delictivos. ¿Por qué? Porque
te da una satisfacción personal y humana que va más allá del dinero, porque te da
todo eso que podrías estar buscando a través del dinero, o lo que otros jóvenes
buscan a través del dinero y de las armas”.
Experto, Entrevista a Profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
96
“…la sociedad de consumo sí es un factor importante en todo, en todo, en todo;
prácticamente en todo delito del Joven, todo delito de adolescentes… ¿no? Porque no es que porque mi amigo pues tiene unos tenis Nike, entonces ya yo quiero
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
tenerlos, vestirme con una buena camisa, un buen pantalón, un buen jean. Entonces muchas personas, muchos padres no tienen las condiciones de dárselo…
entonces algunos por la plata fácil… o sea: me voy a asaltar a tal persona, me voy
a parar en una esquina, consigo un machete y robar a las personas, y… ¡no! Aquí
no hay nada para hacer, para distraerse; si vamos pa’l parque, no … no!; vamos a
tal parte, ¡tampoco!”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
Lo dicho por el Adolescente en el anterior apartado es percibido en las diferentes regiones del país como un asunto de gran envergadura en lo relacionado con una cultura del
dinero fácil que se impone y que atrapa a muchos ciudadanos, de la que si bien algunos
tienen conciencia y resisten, no todos logran hacerlo; cuando se tiene la idea de que “un
buen jean” es lo que se necesita y conseguirlo vale mucho dinero, surgen “necesidades”
que requieren satisfacerse. Y no se trata solo de la sociedad de consumo, como acaba
de referirse, sino de la presión que esta produce al estar unida a las lógicas nuevas de
guerra. Como menciona el juez en el siguiente apartado, muchos no logran resistir:
“Creo que habría que averiguar cuáles son las mayores causas que ayudan a que
…incurran en delitos. En este medio, creo, pienso que la pobreza es un factor
determinante que lleva a los muchachos a tratar de ganarse el dinero, la vida, de
manera fácil, incurrir en el delito. De eso se aprovechan las bandas criminales y todos los actores de delincuencia, poder escoger a los menores, a los adolescentes
y vincularlos a las empresas criminales, suministrándoles dinero de manera fácil.
La mejor manera sería tratar de combatir esas empresas criminales, de alguna
forma desestructurarlas”.
Capítulo
IV
Experto, Entrevista a Profundidad. Tumaco, julio de 2013
En las áreas urbanas es más clara la lógica de las fronteras invisibles, a la vez que en
las rurales o más apartadas, la precariedad en infraestructura y dotación básica es más
evidente. Llama la atención cómo por efectos de la globalización quizás, o tal vez en
el mantenimiento de viejas prácticas de centralización, en el desarrollo de eventos de
participación que incluyen a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, se han adaptado
propuestas y prácticas que en algunas zonas del país no resuenan, pudiendo estar en
contravía de su cultura (competiciones deportivas que exigen uniformes y entregan
dotaciones que no son del agrado ni hacen parte de los atuendos incorporados por la
región, en desprecio de los recursos de los que dispone esta). De la misma manera se
desperdicia la posibilidad de hacer un buen uso de recursos naturales que son abundantes (caso de Leticia, Chocó, Tumaco, entre otros), entre los que se evidencia una
enorme riqueza natural inexplorada que el propio ecosistema ofrece y que podría ser
de relevancia aprovechar.
Igualmente, se cuenta con ofertas inoportunas que desde el nivel central o departamental se centran en la municipalidad olvidando corregimientos y zonas eminentemente
rurales inexploradas (caso de Leticia), o se establece el funcionamiento de programas
97
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
preventivos de probada eficacia en las grandes capitales, pero que llegan a las regiones
en los últimos meses del año y no representan sostenibilidad, limitando de esta manera
la efectiva participación de jóvenes y adolescentes y generando expectativas y promesas incumplidas que contribuyen a generar desconfianza en la institucionalidad:
“…estabilidad, no tenemos una estabilidad suficiente que nos permita seguir o que
nos permita seguir fortaleciendo… siempre es… haciendo un corte… lo cual no
nos beneficia para continuar… El programa siempre ha continuado, gracias a Dios,
el proceso… pero es muy duro, ¡muy duro!; pero en otras comunidades ese corte
por eso nuestros compañeros… por la situación económica hacemos un pare,
entonces falta oportunidad de construir sueños…”.
Educadora, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
En el desarrollo concreto de una política de prevención de la delincuencia juvenil es importante tener en cuenta las consideraciones hechas y evitar exportar modelos de programas y proyectos creados para las grandes ciudades para ser adaptados en ciudades
pequeñas o intermedias, prácticas provenientes de culturas urbanas que se insertan en
otras y que desconocen sus hábitos y costumbres. Este tipo de prácticas se acompaña
del desconocimiento de recursos físicos y humanos de las regiones.
Capítulo
IV
Lo anterior no obsta para que la innovación tecnológica y de infraestructura incorpore
elementos que ofrece el mundo globalizado y que sí pueden ser de interés de los adolescentes y jóvenes: estar conectados, acceder al ciberespacio, deportes extremos, arte,
etc. En circunstancias como las referidas puede gestarse un tema de inequidad enorme
en el sentido de que mientras hay NNA y Jóvenes relacionados con el mundo, que se
mueven libremente por este, que construyen su ruta del conocimiento en cualquier
entorno del universo, otros se ven confinados a las disposiciones del gobierno central,
a falta de continuidad y de confianza en programas que cada año se reducen a unos
pocos meses o que no llegan, a merced de las bandas criminales, de la sociedad de consumo, de una cultura del dinero fácil y de otro tipo de fenómenos al no ser involucrados
en la toma de decisiones. Esto se constituye en una limitante de gran envergadura para
la participación y la equidad, siendo por consiguiente un atentado a los derechos que,
como refiere Martha Nussbaum aludiendo a la distancia en la equidad entre unos y
otros países, podemos apropiar para el caso de nuestras regiones: “son únicos, como
las capacidades y van más allá de las fronteras, no entendiéndose que exista dignidad
humana si unos países logran desarrollos de las capacidades por encima de otros. Se entiende que es importante reconocer la fuerza transnacional de los derechos humanos,
equitativos para todos”113.
Es pues perentorio que las propuestas consulten a los jóvenes y adolescentes, se centren en ellos, en los diversos espacios y contextos en que se encuentran (urbano, rural),
en los recursos naturales disponibles en cada región, en los recursos personales. Deben
ser oportunas y competitivas para disputar la juventud a las bandas.
98
113 Nussbaum, Martha. Op. cit., 2012.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Programas adecuados, sostenibles, que hagan presencia durante todo el año (todo
el año existen riesgos, así que no se entiende por qué se llevan a cabo cortes) en los
sectores más vulnerables, pueden constituirse en recurso para encontrar el quiebre a
los riesgos de delinquir que acechan a jóvenes y adolescentes. La falta de consistencia
en los programas preventivos desarrollados implica un doble riesgo para la población.
¿Delinquir también paga?
La paradoja que reúne el título de este apartado es también una pregunta que necesita ser respondida. En este estudio se encontró que algunos adolescentes delinquen y
que su proceso en el SRPA se convierte en alternativa para sus derechos, capacidades
y logros que una política de prevención debería poder conjurar ofreciendo alternativas
virtuosas que no conlleven degradaciones y caminos como el del delito en esta franja poblacional tan importante y ofreciera diversidad de alternativas con carácter de
oportunidad, calidad, eficiencia, eficacia, transparencia, que, aunque parezcan lugares
comunes, ameritan una lectura cuidadosa. En los dos siguientes apartados se muestra
el tema:
“Yo pienso también que las políticas… también se deben enfocar mucho en la
prevención, en la prevención, si nosotros trabajáramos… mire que, es que, ¡es
lógico!, un muchacho que llega al sistema, lastimosamente, mire, me ha tocado
dos casos donde el muchacho dice: entré al sistema porque fue la única manera
de que me pudieran vincular a tal y tal parte –se refiere a estudiar y trabajar– y uno
se queda así (cara de preocupación)… y es verdad, ¿qué pasó? No hubo nada
de prevención, entonces claro, ese muchacho a veces llega al sistema, es que
yo… en la institución me resuelven todas mis cuestiones de necesidades básicas.
(Comentarios de los participantes)”.
Capítulo
IV
Trabajadora social, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
“Indudablemente que el adolescente infractor viene de un proceso social y que lo
hace víctima, ¿victima en qué sentido? Por la exclusión social, la falta de oportunidades, todo el tema de la funcionalidad familiar, que lo llevan indudablemente en
ocasiones a esas conductas delictivas. Cuando entran al sistema… se han visto
casos exitosos, donde el adolescente ingresa con unas deficiencias educativas,
familiares, económicas, sociales y el tema favorece esas condiciones con dificultades obviamente, ¿cierto?, donde termina la sanción y vemos adolescentes que
regresaron al sistema educativo, hubo fortalecimiento de relación de familiares,
hubo un proceso de desintoxicación, hubo un proceso de apropiación en el tema
de normas y disciplina. Pero cuando termina la sanción, él retorna a la misma
miseria que inicialmente el sistema lo había recogido. Y… porque el Estado llega
hasta ahí, ¿cierto?”.
Profesional, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
Sin embargo, pareciera que quien elige delinquir o a partir de la comisión de un delito
piensa en la oportunidad para hacerse a un cupo en institución educativa o para desa-
99
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
rrollarse, en breve se encuentra también en una situación paradójica pero sobre todo
insegura, porque él no sabe qué sanción o medida le va a ser aplicada; y cuando esta no
es el internamiento, su situación puede apenas mejorar, pero al parecer no logrará su
objetivo perseguido si la sanción lo deja en casa con participación en algún programa
(a veces no muy a su alcance, como se muestra adelante en “eso le toca a”). Veamos:
“…Cuando es presencial, pues sí; cuando es semipresencial, o sea que va por
horas, pues ahí es bien complejo, porque no está como en nosotros, no está el
garantizarle ciertas cosas; pero dentro del trabajo que se desarrolla dentro de la
institución, por ejemplo, es precisamente garantizar que el muchacho esté afiliado
a una seguridad social, y si no lo está, la institución tratar de hacerle la gestión. Si
no está vinculado académicamente, eso es un trabajo en conjunto con el ICBF y
el juzgado. Si un muchacho no está estudiando, pues empezar a hacer la gestión
para que se vincule al estudio… la sensación es que cuando el muchacho está
privado de la libertad, hay un esfuerzo mayor y el restablecimiento de derechos es
más… ¡obviamente!”.
Profesional, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
Capítulo
IV
Nuevamente se evidencia la necesidad de apuntalar los programas del SRPA diferentes
al privativo de la libertad, no porque no se dicte un mayor número de decisiones judiciales que favorecen la utilización de los que no son privativos, sino porque estos no
cuentan con una amplia gama de posibilidades para que el proceso de adolescentes
y jóvenes sea más sólido; y fortalecer proyectos de protección preventiva en el medio
social comunitario. Como dice el entonces viceministro de Política Criminal y Justicia
Restaurativa en su informe final 2011, “no es posible hacer política social por medio del
Sistema Penal, pues cada uno de estos ámbitos tiene su propia especificidad”114; esto
es, las políticas sociales tienen que estar cerca de los individuos, a disposición de las
comunidades; y no es posible comprender que un Adolescente o Joven considere el
delito como puente para acceder a los recursos del Estado.
Salir por la puerta grande: El posegreso
Hablar de los derechos a la participación implica dar una mirada y hacer referencia al
posegreso o posinstitucional dentro de los procesos del SRPA. Tratándose de la última
fase de procesos y teniendo como una premisa el gran esfuerzo realizado por el Estado
y por las instituciones operadoras –entre otros–, es una lástima que una vez los jóvenes
y adolescentes cumplen la medida o la sanción queden al parecer en su mayoría sin
el apoyo institucional y ante un mundo que no ha cambiado y que intenta de nuevo
atraparlos. Se presenta entonces una nueva paradoja: el deseo de libertad y el esfuerzo
hecho por conseguirla se pone en entredicho porque es preferible estar interno: protege la vida, asegura el cuidado, el desarrollo y la vida, evita enfrentar la adversidad del
contexto familiar al que hay que regresar:
100
114 Benavides Vanegas, Farid Samir: Política criminal y el Sistema Penal Adolescente; Informe final, 2011.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“pero una vez terminan esos procesos, digamos… como que las acciones no han
sido como tan sostenibles para que ellos allá afuera se puedan movilizar solos;
entonces, digamos que la debilidad está en un… ¡fortalecer ese acompañamiento
posinstitucional, para que tenga como una dirección que esté digamos como plasmada, así como está dentro del proceso de restablecimiento de derechos, dentro
de los lineamientos que esa misma modalidad sea post institucional, para que
nosotros podamos garantizar… con recursos para un mayor acompañamiento,
una vez los jóvenes y las familias egresen, ¿sí?”.
Profesional, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
Sobran razones a la profesional experta en el tema para referir las acciones de posegreso como de acompañamiento: acompañar es “ir con”, seguir es “vigilar a”; y aquí lo que
pareciera requerirse es terminar un proceso iniciado, que tratándose de una población
Juvenil y de adolescentes, iría muy bien “de la mano”. Se trata es de continuar el proceso
florecido y cosecharlo para llevarlo a un feliz término. En el apartado que se muestra a
continuación, se aporta a lo dicho:
“Si no se empieza a trabajar por de lo particular, que es la familia, y hacer como
ese trabajo pedagógico con la sociedad o con el entorno, es bien complicado de
pronto llegar a modificar alguna conciencia, ¿no? Un muchacho puede tener muy
buena intención de practicar deporte, de pertenecer a X institución o de salir de un
proceso de restablecimiento de derechos del CAE. Por ejemplo, puede salir con
muy buena intención; pero si sale a su entorno y el entorno sigue siendo el mismo:
hostil, de drogas, de malas personas y de falta de oportunidades, creo que se quedaría, creo que volvería, sería un alto riesgo de que recaiga, ¿no? Tiene que tener
muy buenas bases y si en la familia y en la sociedad no las hay… complicado”.
Profesional, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
Capítulo
IV
“… El muchacho hace veinte días me dijo: … yo todavía no me quiero ir, estoy
sintiendo miedo… Ya se le había cumplido todo… ¡Él sale es a trabajar! ¿A dónde
voy yo? Mi mamá está en la cárcel, mi papá está en la cárcel, mis hermanos son
drogadictos… ¿para dónde cojo? Mis abuelos… ¡a ver! (expresión de impotencia);
y me dijo: yo lo invito, vaya usted a mi barrio y quédese siquiera dos horas… veinte
minutos… y verá que… ¡y eso a mí me dio tan duro!”.
Profesional, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
El anterior y el siguiente apartado parecen mostrar en forma contundente la referida
paradoja y la difícil situación que debe enfrentar un Adolescente o Joven ante la opción
de dejar los programas del Sistema sin una alternativa de acompañamiento posterior a
ello, en lo que parecieran encontrarse en una “sinsalida”:
“… hice un buen trabajo, dañé cuatro libertades, fue muy duro la salida de allá
de verdad. En El Redentor, encontré todo lo que quizás no tenía afuera; en El
Redentor me di cuenta de lo que era capaz, de lo que podía ser como persona, de
quién era en realidad. Me dieron mucho valor y me dieron la oportunidad de entrar
a la Policía. Me ayudaron a entrar”.
Joven, 20 años. Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
101
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
La situación mostrada en los dos recuadros anteriores es compartida por la Joven y
por el profesional de la institución operadora, quien ha vivido de cerca los procesos
del “muchacho”, por lo que parece comprender que en verdad se ha ganado en parte
la batalla al crimen, pero que no es justo desperdiciar todo el esfuerzo para lanzarlo de
nuevo a un medio hostil y perverso que está esperándolo quizás con nuevas ofertas. Se
reconoce que varios de los operadores en cabeza del ICBF están haciendo intentos para
desarrollar proyectos que preparen a los adolescentes y jóvenes a la hora de cumplir las
sanciones o medidas; pero es claro que se trata de un proyecto que demanda consolidación y recursos de parte del todo el SRPA, siendo necesario construir protocolos precisos
y consistentes:
“Nosotros tenemos un grupo de seguimiento de la sanción, pero eso va de la
mano del proceso de restablecimiento de derechos. Nosotros vigilamos la sanción:
cumplió, entonces ponemos el chulo; pero ¿qué pasó con este abordaje de este
adolescente que necesitaba intervención y no sé qué…? Aquí no … entonces no
hay acompañamiento pos de ninguna institución, y el muchacho vuelve a su medio, en las mismas circunstancias, o si se quiere, está peor la situación”.
Juez, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
Capítulo
IV
Un obstáculo adicional que enfrentan los adolescentes y jóvenes para acceder a los
derechos a la participación cuando salen del proceso que desarrollan en el SRPA está
relacionado con su libreta militar (caso de los varones). Es así indispensable incorporar el
planteamiento del Informe de Vigilancia Superior ya anunciado en el sentido de que el
SRPA debe resolver el tema con apoyo de las fuerzas militares, así como elaborar un protocolo de seguimiento a las medidas y sanciones; y del mismo modo, el ya mencionado
acompañamiento posegreso, no solo para los adolescentes y jóvenes, sino también
para sus familias. En los casos en que estas definitivamente no existan o se haya agotado
un proceso disponible y no se hayan logrado alinear al proceso de sus hijos e hijas, se
sugiere crear una estrategia que sustituya ese doloroso trance que significa quedar sin
apoyo alguno una vez se cumple la medida:
“Que en los centros que ellos están… que les ayudaran para su libreta; con eso
ellos salen, en la institución de que a ellos les dieran su libreta, para que ellos
aprendan a… aprendan a defenderse, que ya pueden salir sin miedo ni nada que
los van a coger otro año, dos años… y eso vale como $300.000… ¿uno de dónde
va a sacar pa’ eso?”.
Madre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
102
Es oportuno aquí recordar que la familia es capital social del Estado y que el vínculo es
vital para la vida de cualquier ser humano, mucho más para los adolescentes y jóvenes,
dado que están en una etapa de su proceso de desarrollo que así lo establece. Los hallazgos del doctor Humberto Maturana acerca del vínculo biológico que conecta, así
como los desarrollos del doctor Cyrulnik, enfatizan en que el apego y el vínculo son
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
esenciales en nuestra historia de Homo sapiens sapiens y que una interferencia con el
amor trastorna nuestra historia de humanos, generando patologías.
Una lectura del texto de Cyrulnik permite concluir que “implica el afianzamiento de la
institución familiar, la promoción y el desarrollo integral y equitativo de sus miembros y la
satisfacción de sus necesidades… se debe ayudar a la familia a desempeñar su papel”115,
enfatizando en la ayuda que se debe dar a la institución familiar para que cumpla su rol.
Complementariamente, Maturana señala que “El aprendizaje y dificultades de conducta
que muestran los niños en la escuela o en casa no surgen de dificultades intelectuales
o de rasgos intrínsecos de su personalidad, sino que emergen de su vida en un espacio
relacional en el cual el amor es negado y se puede solucionar restituyendo el amor”116.
Otro tema que se debe cuidar a la hora de preparar a un Adolescente o Joven para el
egreso requiere que la sociedad esté lista para recibirlo. Escuchar el relato del psicólogo
a continuación es importante en tanto pareciera marcar un reto a la sociedad y a todos
sus estamentos en el sentido de reconocer como una parte consustancial suya a un
Joven o Adolescente que ha infringido la ley:
“Igual, cuando el muchacho sale de allá, lo que hablaban las compañeras, ellos
siguen siendo… para la sociedad, siguen siendo el delincuente, el desechable…”.
Psicólogo, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
Capítulo
4.2.5. Económicos, sociales y culturales
Los derechos económicos, sociales y culturales se relacionan con todo un abanico de
oportunidades que es dable ofrecer a los adolescentes y jóvenes para que sus proyectos
de vida logren el soporte económico, social y cultural requerido. Las cifras estiman que
del total de la población económicamente activa entre los 14 y los 28 años de edad, el
41,6% se encontraba inactiva en el momento de hacer la encuesta, y que el 60,2% de los
que tienen ocupación en ese mismo rango de edad perciben ingresos por debajo de un
salario mínimo legal117.
IV
Esta delicada situación desde luego que es motivo de especial interés para una política
pública, la cual deberá soportarse en información precisa que bien podría estar a cargo
de un observatorio que manejara un sistema de información confiable, amplio y disponible para ser consultado por ciudadanas y ciudadanos interesados en el tema; implica
conocer cuántos adolescentes y jóvenes hay en Colombia, dónde están, qué hacen, qué
lugares del país representan riesgo para ellos, qué necesitan; y amerita programas de
apoyo especiales para prevenir que delincan. El panorama es tan grave para los jóvenes
Cyrulnik, Boris. Bajo el signo del vínculo”. Gedisa, 2008.
Maturana, Humberto. Op. cit. (2002).
117 DANE, boletín de prensa Mercado Laboral de la Juventud (14 a 28 años). Gran Encuesta Integrada de Hogares, trimestre
abril-junio de 2013; óp. cit.; Bogotá, 2013.
115 116 103
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
y realmente su deseo de superación y su resiliencia son tan enormes que ellos acuden
a diferentes y admirables estrategias como formas de ganar espacios sociales alejados
del delito:
“… cuando un joven se vincula a este movimiento, adicional a… de… de estar
satisfaciendo una expresión artística… de… una vocación social o política, está
también en búsqueda de una necesidad laboral o de autoempleo y estos componentes son los que hacen que un joven permanezca en la cultura. Además, hay
otros símbolos de tenacidad, de valoración, donde el altruismo, la espiritualidad,
de sentirse que vamos siendo mejor…”.
Experto, Entrevista a Profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
Capítulo
IV
“Sí, un joven que estuvo en proceso… terminó su proceso… un deportista que
está escogido para una selección nacional de fútbol. ¡Él estaba en la selección
departamental! (recordando a los presentes, de quién se trata). Ahí el más interesado es Coldeportes, pero ¿qué pasa? Él va y entrena todos los días. Juega
todos los partidos a nivel nacional, y no tiene para desplazarse. Cuando hablamos
de corresponsabilidad, de trabajo en red, ¿dónde quedamos? ¿Qué análisis hace
Coldeportes con una persona de altas calidades en el deporte?… Y… ¿sabe en
qué está trabajando? En construcción, pagándole $10.000 el día… ¡noooo! Nadie
dice venga, mijo, trabaje aquí y vaya entrene… y nunca Coldeportes o el entrenador han llegado allá a preguntarse: ve, este muchacho que es titular… ¿qué está
haciendo acá en este trabajo?
Educador, Grupo Focal, agosto de 2013
El tema laboral es esencial para la construcción de la dignidad humana, e incluso para
la sobrevivencia. En palabras de la experta que habla a continuación, los procesos con
adolescentes y jóvenes que pasan por el SRPA demandan un “¡seguimiento de verdad!”
que ella imagina con contenidos de ubicación laboral y estabilidad económica:
“… por ejemplo, seguimiento es ubicar a Gerardo (a conseguir un trabajo… Seguimiento es ¿Leonardo me está cumpliendo en el trabajo o no? Se refiere a adolescentes del programa en el que ella opera); seguimiento es buscar que esa plata
que se está ganando el joven… compre un terreno para una casita; seguimiento…
que el trabajo realizado se sostenga… ¡es seguimiento de verdad!”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Chocó, junio de 2007
104
Se aprecia que las instituciones operadoras y los servidores públicos del SRPA mantienen vivos sus sueños de entregar a la sociedad adolescentes y jóvenes completamente
listos para dar continuidad a los procesos que han iniciado en las instituciones que representan. Al lado de estos sueños, en muchas ocasiones se evidencia una insatisfacción
inocultable por no contar por ahora con los recursos para llevarlos a cabo:
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“… No hay nada ni una política, ¡no tienen opciones! Es más: no les paran bolas,
no saben cuántos adolescente hay involucrados ni siquiera en consumo, y eso
está creciendo a pasos agigantados, porque la mayoría de los pelaos que ingresan
al Sistema, la mayoría son consumidores”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Chocó, junio de 2007
4.3. Justicia Restaurativa
“Un vínculo es aquello que une, que conecta a una persona con otras, consigo misma o con las cosas…
los vínculos tienen fundamentos biológicos y están constituidos por el entrelazamiento entre todas las
dimensiones de la vida: lo físico, lo psicológico, lo social y lo histórico-cultural… se despliegan desde el
nacimiento a la muerte, se insertan en un ecosistema sin el cual pierden sentido… tienen un valor de
supervivencia… todas las amenazas al proceso de vinculación del individuo a su entorno… son también
una amenaza a la supervivencia”.
Instituto Colombiano de Bienestar Fmiliar: Lineamiento de Familia
Lo que se quiebra con la comisión de un delito es el vínculo, aquel que es indispensable para vivir socialmente; entonces es el vínculo lo que es necesario restablecer en un
proceso de delincuencia juvenil: consigo mismo, con los demás –la familia, el ofendido,
la comunidad– y con el mundo que los rodea. En este apartado el lector encontrará
el análisis de la información recogida a través de los grupos focales y las entrevistas a
profundidad, referida a la comprensión y la aplicación de la justicia restaurativa dentro
del SRPA y en población de jóvenes, adolescentes y familias en riesgo de delinquir. Se
identificaron conversaciones relacionadas con el principio de oportunidad, la reflexión,
la reparación a la víctima del adolescente y a este cuando es víctima. La información se
ordenó en cinco subcategorías de análisis, a saber: qué se restaura, cómo se restaura, a
quiénes se restaura, para qué se restaura, quién restaura.
Capítulo
IV
La finalidad de la Ley 1098/06: entre consenso y disenso
En la voz del magistrado y del defensor de familia, a continuación se ilustra el lugar que
ocupa la Justicia Restaurativa en el SRPA que la Ley 1098/06 decreta como una finalidad
en su artículo 140:
“Es un poco para apoyar la posición que tomó nuestra defensora pública, en el
sentido de que el concepto de Justicia Restaurativa no es claro; como no es claro, lo confundimos con el de restablecimiento de derechos, y fíjese que en esta
misma mesa se empezó a hablar de Justicia Restaurativa, tal vez el doctor –se
refiere al defensor de familia– fue el único que tocó el tema concreto… y se fue
distorsionando, hasta que llegamos al restablecimiento derechos y eso en la vida
práctica es así: igual, no cambia la actitud de la institución … Yo diría que no se
está aplicando la Justicia Restaurativa, que la promoción se está haciendo hacia
el restablecimiento de derechos … que la política del Estado está enfocada al
restablecimiento de derechos, no a la política…”.
Magistrado, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
105
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Cero… cero porque la verdad es que nosotros… me parece que trabajamos solos,
con las uñas, le han dado como toda la responsabilidad al ICBF y usted sabe que
si no hay una concatenación entre los jueces, fiscales y… y nosotros, no podemos
hacer nada”.
Defensor de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
En el mismo sentido de lo precitado, veamos la voz del fiscal, señalando sobre la Justicia
Restaurativa. Al parecer, en el SRPA el tema es considerado como algo que el ICBF asume casi en su totalidad a través de las defensorías de familia y los operadores.
“Frente al adolescente infractor no manejamos ninguna, a ver… únicamente lo que
se hace con las diferentes instituciones, que se hace es a través de la Defensoría
de Familia”.
Fiscal, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Otro profesional, al intentar introducir información sobre el tema referido, opta por
señalarlo de manera un tanto imprecisa, que denota también el desconocimiento y la
confusión que comporta, a la vez que hace evidente la desarticulación que se presenta
entre los actores:
Capítulo
IV
“ … Del tema de Justicia Restaurativa, creo que no se está entendiendo y creo que
lo que estamos haciendo es tratando de darle una aplicación desde cada uno de
nuestros rol, de manera desarticulada”.
Abogado, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Del mismo modo que lo hacen el magistrado y el defensor de familia, en lo expresado
por el fiscal y por el abogado encontramos un consenso: hay desconocimiento, desarticulación y confusión en relación con el concepto de Justicia Restaurativa. Quizá resulte
prematuro afirmar que no se cuenta con un protocolo dentro del SRPA para la aplicación de tan importante tema, pero nos aventuramos en tal afirmación porque es lo
que evidencian los relatos precitados y las indagaciones hechas. Por ello, es pertinente
mostrar en el mismo sentido el siguiente aporte:
“… al Conpes yo le pediría que tuviera claridad en términos de cuando decimos
restauración, en qué consiste, sobre quién se ejerce y quién la ejerce, pero sobre
todo pensar en si la restauración es del individuo… del individuo y la familia o del
individuo, la familia y la comunidad … claridad en eso”.
Docente, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
106
Acerca de las subcategorías arriba anotadas, mostramos en lo que sigue la información
relevante y cómo puede esta implicar el tema en estudio.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
4.3.1. ¿Qué se restaura?
Como se mencionó, el propósito esencial de la Justicia Restaurativa es el restablecimiento del vínculo roto, lo cual va más allá de la reparación material, generando unas
relaciones de aceptación que son esenciales para la sociedad y para el individuo, en
tanto abre la posibilidad a quien cometió el delito de volver a la comunidad siendo
miembro activo de ella. El siguiente párrafo ilustra ampliamente este proceso, en la voz
de una experta que desarrolla el tema en población en riesgo de delinquir:
“… Y entonces me fui a la parroquia que es bastante amplia y el andén siempre
vive hecho un desastre. Entonces hicimos un arreglo con el padre, e hicimos una
especie de contrato y ellos –los muchachos– se comprometieron a barrer y mantener ese espacio absolutamente limpio. El padre les pagaba, ellos dejaban una
parte y con lo otro hicimos un avalúo de cuánto valía lo que se habían robado, y
lo repararon. Entonces, ellos no es solamente reparar el objeto, es reparar las
relaciones; porque nada sacamos con reparar el objeto si no se reparan las relaciones… Porque en la Justicia Restaurativa no solo se paga la cosa material, sino
sobre todo… la relación. Y vuelven a la comunidad y son miembros activos de la
comunidad”.
Educadora, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Las palabras precitadas se constituyen en una importante precisión en la voz de la
experta, quien señala dentro del procedimiento: “arreglo”, “compromiso”, “pago”, “reparación de relaciones”, “reintegro a la comunidad”, pudiendo evidenciarse además la
decisión de un equipo integrado a manera de red que lejos de excluir a los jóvenes que
cometieron un delito, conversa con ellos para llegar a un acuerdo y ¡además les pagan
por el servicio de reparación prestado!, reflejando de esta forma que la red de relaciones
se restaura e incluye a quienes han quebrantado su normal desarrollo aceptándolos
como válidos y reconociendo una paga por su trabajo, en lo que se denota una clara
intencionalidad pedagógica de validación del individuo, de enseñar a trabajar, de crear
hábitos, de hacer algo reparador para seguir estando en la comunidad, sin cuya posibilidad no somos nada; se ve que se privilegia al otro más allá de la infracción cometida y
se realizan acciones para mantenerlo dentro del sistema y no dejar que escape de este.
Recordemos el concepto de inclusión anotado en el Referente Conceptual a partir de
lo dicho por la Dra. Martha Nussbaum: “la plena inclusión refiere a justicia y no a caridad. La benevolencia que requiere la plena inclusión de las personas con deficiencias
es exigente y gravosa, e incluye la disposición a sacrificar no solo el beneficio propio,
sino también el del grupo”. En el ejercicio de Justicia Restaurativa se ve la aplicación de
esta lección, en tanto la restauración no se realiza de “caridad”, sino que, al contrario, se
reconoce el trabajo realizado por los ofensores. Igualmente, pareciera en el caso haberse trabajado a partir de lo anotado por los Lineamientos para la inclusión y atención de
familias del ICBF –también citados en el referido referente–: “La socialización basada en
la confianza, el aprendizaje para la vida y los procesos de vinculación emocional generan procesos identitarios de orden personal y colectivo que crean valor social y capital
humano…”. Potente, la intervención aludida.
Capítulo
IV
107
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
¿La plata lo es todo?
En oposición a la explicación dada por la experta en el recuadro anterior y en concordancia con la confusión de que se habló atrás, el tema es comprendido por otro profesional
desde un punto de vista meramente económico, lo cual, quizás por la poca integralidad
que comporta, al parecer genera en él frustración y limita el interés en el desarrollo de
los procesos respectivos:
“Pues a nivel de lo que se ha conocido en las intervenciones en las audiencias,
ahí vemos en el momento de las audiencias; por ejemplo, en las sanciones están
presentes las víctimas y qué se le va a reparar por parte del infractor a esa familia… No cuentan con los recursos económicos y lo único que avala y que la familia
queda como tranquila es cuando hay una sanción y bueno, este joven va a cumplir
con una sanción que dura un año, dos años o tres años, entonces económicamente no tienen cómo resarcir sus perjuicios”.
Fiscal, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
En el sentido de lo dicho por el señor fiscal, encontramos la misma opinión por parte del
Adolescente en el siguiente apartado:
Capítulo
IV
“… Cuando a uno le dicen: bueno, vamos a ir a una audiencia de reparación, lo
primero que ellos van a exigir es dinero, y van a pedir es dinero, y van a pedir una
cantidad de que de igual forma uno siendo de un… de un nivel social pues… no
bajo, pero pues tampoco alto, pues uno no va a tener tampoco el suficiente dinero
para...”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Por su parte, para el padre de familia que habla a continuación existe una claridad que
más bien parece una esperanza, en el sentido de que la víctima es actor importante en
un proceso de Justicia Restaurativa; adicionalmente, entre letras se percibe un cierto
apremio por la actividad de reparación en sentido amplio: acompañamiento, seguimiento, apoyo profesional y económico, llegando a sugerir que en los casos en los que
el ofensor no cuente con dinero, el Estado aporte el recurso respectivo.
“… a la víctima no he visto que le hagan seguimiento ni apoyo psicológico, ni
nada, quedan abandonados totalmente por el Estado, ellos solamente buscan una
indemnización en el dinero, no más, pero no hay acompañamiento psicológico, ni
psiquiatra ni de trabajo social, no son incorporados al programa, el Estado tampoco ayuda a las personas que no pueden indemnizar, que indemnizaran también…”.
Padre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
108
El fiscal que habla a continuación parece estar de acuerdo con el planteamiento del
padre de familia en el sentido de que sería interesante resolver el tema de la reparación
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
económica incorporando quizás unos recursos para aquellos casos en que la familia y el
Adolescente no cuentan con ellos:
“Yo diría que… qué bueno que el Estado asumiera lo que se refiere a la reparación económica, para así poder entrar a dialogar sobre la otra reparación con la
persona, pues la reparación esa del perdón y de sanar las heridas que deja un
atentado… un atraco”.
Fiscal, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
No obstante, en el texto precitado se encuentra también una confusión al comprender
el proceso de Justicia Restaurativa desde una linealidad que plantea que primero ha de
abordarse un tema y después otro. En la interpretación desarrollada en este documento se propone tener en cuenta la teoría de la complejidad, que señala un entramado
complejo de relaciones en el transcurrir de la vida humana, por lo que puede sugerirse
que el proceso se desarrolle a partir de un protocolo, pero que en él interactúen a la vez
distintos componentes que tienen que ver con el asunto. Esta concepción implica dejar
de “compartimentalizar la información en pequeñas cuadrículas”, pero a la vez “reunir
sin dejar de distinguir”.
Efectivamente, como se menciona arriba, la Justicia Restaurativa se apropia por los
distintos actores entre consensos y disensos, quizás por varias circunstancias: no se la
reconoce como la finalidad del SRPA; no se la conoce ampliamente; se la confunde con
el restablecimiento de derechos o se la interpreta parcialmente (como resarcir el daño
económico causado), olvidando su enorme poder en la reparación del vínculo y la relación, entre otras. Sin embargo, se cuenta con una amplia disposición manifestada por la
casi totalidad de los participantes en el ejercicio investigativo frente a la posibilidad de
aprender y desarrollar el tema; esto se evidencia en el siguiente acápite, que al lado de
lo expresado atrás por el magistrado muestra la apertura, el interés y la disposición, así
como una actitud autocrítica que, antes que cerrar el camino hacia el desarrollo, abre
posibilidad de un proceso exitoso en el sentido de capacitar y aplicar la Justicia Restaurativa dentro del SRPA. Es en esto en lo que sí hay acuerdo entre los actores del Sistema:
en que no se está aplicando, no sabe aplicarse, se requiere capacitación, merece la pena
incorporar el tema:
Capítulo
IV
“… nosotros no manejamos el tema de la Justicia Restaurativa, porque no nos han
educado en Justicia Restaurativa, esa es la parte primordial, nos tienen que educar
en Justicia Restaurativa y tenemos que llegar a un principio de oportunidad, que es
la primera base en lo que nos pone en bandeja de plata la Ley 1098 en el artículo
174, aplicación preferente del principio de oportunidad, y esa aplicación preferente
cómo la estamos tomando, no estamos tomando el principio de oportunidad como
Justicia Restaurativa, sino lo estamos tomando dentro del marco de que podemos
terminar un proceso porque la víctima no volvió a venir al proceso penal”.
Defensor de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
109
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Si para algunos el dinero lo es todo en un posible proceso de reparación, para otros –del
mismo modo que para el padre de familia citado atrás– se requieren acompañamientos
e intervenciones profesionales, y tenemos otras formas de comprender el tema: el arrepentimiento del Adolescente es importante para el juez que conoce su caso:
“… Entonces pues yo no sé qué pensaría de eso él porque yo le dije que igual yo
le pedía disculpas por lo sucedido, que ya no podría reparar el daño, pero pues
ahí… cómo describir… me dijo, me… reflexiono que al juez, digamos, le importa
más que uno esté arrepentido de lo que hizo, de que indemnice al denunciante,
digamos, de que el juez mira más eso.
(M): ¿Tú sientes que te arrepentiste y que las disculpas que le diste a él fueron de
corazón?
Sí, señora. ¡Sí!
(M) ¿Eso te hace sentir…?
Cómodo”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Capítulo
IV
Podemos afirmar respecto de lo expuesto que existe una diversa gama de conceptos
acerca de la Justicia Restaurativa que va desde considerarla un acto de reparación
económica, una acción de restablecimiento de derechos, una función a cargo del ICBF,
pasando por sugerencias que tienen que ver con ejercicios ya desarrollados por algunos
profesionales de fundaciones u operadores del SRPA, hasta llegar al reconocimiento
entre los actores de este acerca de la importancia de apropiar el tema, si bien se evidencian esfuerzos aislados entre algunos frente a la respectiva acción. Se vislumbra la
apropiación de conceptos como inclusión, acompañamiento, dinero, arrepentimiento,
que integran el concepto. Pese a esto, en general, en el SRPA hasta la etapa de sanción,
al parecer no se cuenta con protocolos, proyectos o respuestas acordados para trabajar
el tema, siendo sugerente consecuentemente apropiarlos, así como retomar las experiencias referidas que se desarrollan por parte de colegios, fundaciones y operadores del
SRPA tanto en el campo de la prevención como de la intervención, en lo que los avances
alcanzados en ciudades como Medellín y Cali pueden resultar útiles.
4.3.2. ¿Cómo se restaura?
Dentro de este subtítulo mostraremos las formas identificadas por los actores participantes en este estudio, en relación con el “cómo” de la aplicación de la Justicia Restaurativa.
110
“No, en el colegio sí se ha vivido, e incluso hubo un caso de unos niños de séptimo, desafortunadamente no tan pequeños, que cogieron una niña y… eso llegó a
consejo directivo. Nosotros lo hablábamos con la rectora y decíamos: bueno, los
sancionamos… ¿qué hacemos? No, fijemos un correctivo; se sancionaron tres
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
días, pero los niños tenían que pasar de salón en salón, no solamente les pedían
disculpas a las niñas… tenían que entrar de salón en salón, por lo menos entre
todos los sextos, que hay como nueve sextos, y pedirles disculpas a las mismas
niñas y les dijimos: tienen que, qué bueno que los niños se lean la ley que nos
protege a nosotras las mujeres y se la enseñen a los demás niños… y ese fue el
correctivo que se hizo… Pero entonces no es solamente darle al niño la sanción.
Es que a mí no me parece solamente darle al niño una sanción y está sancionado
tres días; no, usted va a estar tres días en su casa sancionado, pero tiene un
trabajito para hacer: ¿cómo vas a preparar tú las disculpas? ¿De qué manera las
vas a presentar? ¿Y cómo vas tú a repartir ese mensaje entre los demás niños de
la ley de las mujeres, que nos protege a nosotras como mujeres? ¿Sí?”.
Madre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
“¡Todo el tiempo lo vemos! Inicialmente ellos a través de las canciones llegan a
pedir el perdón, ¡y el perdón sincero!… (voz firme). Llegan a ponerse en el papel
del otro y saber: bueno, he hecho daño; también llegan al arrepentimiento y eso es
bonito verlo, porque llegan, porque están hablando desde la sensibilidad, desde
el corazón”.
Experto, Entrevista a Profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
“Hacemos trabajos de… pues talleres con los niños, orientaciones, trabajo con las
mismas familias, a ese nivel, ¿cierto? Que aprendan a manejar y como a entender
un poco esas situaciones y a saber dialogar de una manera mucho más… que…
reflexiva y más cercana hacia esa, como a saber entender esas situaciones por las
que han pasado y cómo se vuelve a restablecer un poco ese vínculo entre la mamá
y los hijos, o entre los hijos y esos papás”.
Capítulo
IV
Trabajador social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
“En la experiencia que he tenido allí como fiscal aplican la misma ley de adultos…
diciendo que ellos –alude a los adolescentes– tienen una capacidad de delincuencia potencial, que qué cuento, que ellos ya son adultos mentalmente… pero no…”.
Fiscal, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Resulta muy interesante dar una mirada a los cuatro apartados que preceden. En los
tres primeros se nota fuerza y seguridad frente al tema en el sentido de que la Justicia Restaurativa es algo donde hay algunos avances en su quehacer; en cambio, en el
último se reconoce lo que pareciera ser un vacío frente a lo que significa trabajar con
adolescentes, así como una actitud punitiva hacia ellos por parte de algunos servidores
públicos, si bien la afirmación contiene una autocrítica que invita a realizar cambios al
respecto y a especializarse en los contenidos de la temática. Es necesario aquí hacer
notar al lector que quienes hablan en consenso no son actores directos del SRPA, pero
denotan un acercamiento importante a la práctica de la Justicia restaurativa, en tanto
111
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
que el servidor público, al mirar por un momento su práctica y revisarla, considera que
entre sus colegas existe un vacío conceptual que impide tal incorporación.
“Un cierto halo de impunidad”
En el mismo sentido de lo referido por el señor fiscal de Cali, la experta que se cita a
continuación pareciera lamentar el hecho de no contar con fiscales especializados en el
asunto, y alude en su narrativa que dado que cuando se es fiscal promiscuo se priorizan
temas de adultos frente a los de Adolescentes, llegándose a dejar de lado algunos casos
que pueden ser muy delicados también, pero que por ser de menor talante según su criterio, al vencerse los términos se posibilita que los agresores no tengan la oportunidad
de hacer un proceso pedagógico como es el interés de la Ley 1098/06:
“Sí, con los mismos de adultos y el fiscal está ocupado porque está en un caso
de mayores, entonces en muchos casos, también por vencimiento de términos,
ha tenido que quedar el niño libre de delitos como homicidio, ¿por qué? Porque
pasan las 76 horas y el fiscal estaba atendiendo casos de mayores, porque no hay
especialización, no hay la especialización de fiscal de infancia”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Tumaco, julio de 2013
Capítulo
IV
Según lo referido en lo que sigue, en algunos sectores de la sociedad se considera que
la Justicia Restaurativa tiene un cierto “halo de impunidad”. Pues bien, del mismo modo,
en el campo académico tenemos vacíos que contribuyen a explicar en parte la poca
incorporación de la Justicia Restaurativa en el SRPA y que ilustran los pocos desarrollos
del país al respecto, en razón a que en la cultura pareciera considerarse que aplicar la
Justicia Restaurativa puede ser una forma de burlar la justicia y generar impunidad:
“Ahora, lo que… la percepción que hay en el interior de la comunidad es como
cierto halo de impunidad, porque no se conoce en esencia del espíritu de la norma.
Entonces para el estudiante de primero, segundo, tercer año y en la comunidad en
general, como que no hay una efectividad”.
Docente, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
Con respecto a los “cómo se restaura”, encontramos al igual que en el apartado 2.1, ya
se señaló, apertura y sugerencias de parte de varios actores del SRPA:
“… porque, doctora, porque a nivel nacional, porque pues… de alguna manera nos
puede pasar como con el principio de corresponsabilidad: la ley se dio aquí desde
el 2008 y no teníamos las herramientas propias del Sistema para que funcionara
como debe ser y a estas alturas pues estamos… como dicen, en infraestructura…
pero en primera instancia, necesitamos esa unión desde todos los entes destinados a esta aplicación de la filosofía de la ley, que es lo que podríamos hacer en la
Justicia Restaurativa”.
112
Defensor de familia, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Una mirada al recuadro precedente permite inferir que se hace explícita una coincidencia con lo referido en la primera parte de este capítulo, en el que precisamente en la
voz de otro defensor de familia se expresa con un sabor probablemente de impotencia
la necesidad de operar armónicamente entre los miembros que conforman el SRPA.
Además de referirse a la Justicia Restaurativa, el profesional pareciera resentir que en el
tema de corresponsabilidad también se trabaja en desarticulación. Adicional a la propuesta que hace el defensor de familia, se observa también con una actitud autocrítica
la posición del fiscal, que, en coincidencia con otro colega citado atrás, al parecer ha
evidenciado que para un buen ejercicio de su rol dentro del Sistema y especialmente en
cuanto al tema que nos ocupa, es necesario sensibilizarse y hacer cambios, en cuyo camino quizás él ya se ha ubicado en su intencionalidad; es lo que vemos a continuación:
Abrir el corazón cerrado
“Yo creo como… la sensibilidad, como llegarle al adolescente, como acercarse
más al adolescente, porque desde lo que yo he visto ahí… es que por parte por lo
menos de la entidad que yo represento, siempre han sido como, los echamos, yo
no hablo con él, yo lo veo solamente en la audiencia, yo… (resaltado nuestro) o
sea, como que no importa la familia, no importa por qué llegó ahí, por qué llegó a
delinquir. Entonces no se cuestionan, sino simplemente se limitan pues a hacer la
audiencia y terminarla oficialmente; pero hay una cosa: entonces muchas veces,
¿sí?, acercarse al menor, acercarse a la familia y en combinación a las víctimas…
yo he tenido víctimas, que… un caso, la joven víctima se me recostó contra el
pasillo y no quería entrar a la audiencia, yo la convencí, le dije: entre, entre a la
audiencia, en la audiencia la pueden… escuchó la problemática del chico, escuchó
el informe del defensor de familia, la joven pidió la palabra y hasta se sensibilizó
tanto y entendió tanto la problemática del niño, que ya… ella no era ya… que la
joven en la audiencia… y le dio una charla al menor, le dio una charla, una niña
pues de universidad y le dio una charla al chico, ya como de proyecto de vida y lo
perdonó y perdonó en esa audiencia…”.
Capítulo
IV
Fiscal, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
La sensibilidad, la empatía, el acercamiento a los que acude el profesional antes mencionado, como una alternativa que podría ser facilitadora del trabajo que desarrollan desde
esa entidad específicamente en lo que atañe a Justicia Restaurativa, son apropiados de
manera efectiva y menos tímida –quizás–, como ya queda dicho, entre los operadores
de los programas de intervención a jóvenes y adolescentes:
113
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Entonces los adolescentes llegan enconchados; enconchados quiere decir que
tienen un corazón cerrado y hay que abrirles ese corazón en el programa, hay que
llevarlos a que sientan realmente que cometieron un delito, que tienen un problema
con sus vidas. Entonces hay unas actividades en la comunidad terapéutica, como
los grupos de encuentro y los grupos de donde ellos hablan. Tienen que llegar a
hablar de su histórico familiar, su histórico delictivo, su histórico de consumo… y
en el histórico delictivo tienen que llegar a sentir que cometieron un error y ser
capaces de pedir perdón, de perdonarse y hacer… digamos: restaurar”.
Terapeuta ocupacional, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
En efecto, la terapeuta exhibe paso a paso el trabajo de “restaurar” que desarrolla la
institución a la que pertenece, comenzando por “abrir el corazón cerrado” de los adolescentes. Es lo mismo que pareciera clamar el fiscal cuyo texto antecedió, cuando dice
entre frases cortadas: “los echamos, yo no hablo con él, yo lo veo solamente en la audiencia,
yo… o sea, como que no importa la familia, no importa por qué llegó ahí, por qué llegó a delinquir”. De articularse entre distintos actores el tema así expuesto, tal vez podrían lograr
armonizar con lo indicado por algunos adolescentes y jóvenes, para quienes también es
esencial abrir el corazón en este proceso:
Capítulo
IV
“O sea que sí sale del corazón, porque allá de todos modos nadie lo tiene que
obligar a uno a pedir disculpas ni perdón. Entonces es como más voluntario y si
uno quiere pedir disculpas a la víctima, lo hace”.
Joven, 18 años. Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
“… la Justicia Reparativa (sic) como que… es más objetivo de cada persona, porque igual hay muchas razones que tiene para uno pedir disculpas y para aceptar
las disculpas; eso es, hay disculpas que se dan para apaciguar un colega y hay
disculpas que se dan para aliviar las penas del corazón...”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
El corazón de quien ha cometido un delito parece que además de cerrarse, “enconcharse” ante el acto, y “aliviarse” al poder hacerse parte de un proceso de Justicia Restaurativa, en algunos casos muere, pero se trata de una muerte de la que puede revivirse y esa
resucitación está en manos de quienes trabajan con el SRPA:
“… el muchacho también se murió internamente, porque mató a una persona,
cuando la idea no era matar, sino ir a robar, más que todo por necesidad; cuando
ya la señora escuchó la historia de vida de él, entonces cambió de parecer… y
sirvió porque entendió que el muchacho también se murió en vida… Cuando la señora escuchó el relato… pues le hicieron toda la preparación… el procedimiento,
cuando ella escuchó, entendió; ahí hubo un verdadero caso de Justicia Restaurativa porque ella entendió, de algún modo sanó, perdonó, y el muchacho también,
porque ella decía pues que… fue como un error de la inexperiencia”.
114
Experta, Entrevista. Chocó, julio de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Parece concluyente que la apertura de corazón es indispensable en el “cómo” de la
Justicia Restaurativa, tanto para el fiscal como para la terapeuta, pero también para la
víctima y para el adolescente. Interesante lección la que encontramos en los acápites
precedentes. En el corazón abierto de un fiscal, se da la posibilidad del perdón en la
audiencia en la que una víctima alecciona también con su corazón abierto a todos los
participantes; solo con el corazón abierto de un adolescente la terapeuta ocupacional
logra acompañarlo en los caminos del perdón, o que el Joven siente la necesidad de
apropiarse de su proceso. Todo conduce, según otro adolescente, a “aliviar las penas del
corazón”, que pareciera sufrir cuando está “enconchado”, y a revivir, según la descripción
hecha por la profesional. Nótese que este regreso a la vida tiene como condición la
comprensión de lo ocurrido: “entendió”, lo cual se destaca en el anterior recuadro y
también en el siguiente, lo cual amerita dedicar un tiempo para la escucha. En el apartado 4.3.1 (¿la plata lo es todo?) se habla también de la necesaria apertura del corazón,
coincidiendo con los planteamientos que acaban de señalarse, cuando el adolescente
indica que las disculpas que presentó salieron del corazón y que ello lo hizo sentir “cómodo”. En las palabras de la madre a continuación, se evidencia el poder que tiene pedir
perdón, en tanto el corazón “queda limpio”.
“¡Digo yo! Pero ¿nosotras, que somos las mamás, no los vamos a perdonar…?
… ustedes pueden caer diez, veinte, cincuenta veces (mira a los adolescentes
y jóvenes participantes) y todas las veces o por lo menos yo, desde aquí es a
entenderlo, mi hijo es uno, porque, ¿sí?, pero entonces a mi hijo… si yo peleo, él
va y me abraza, dice: mami, perdóneme; él me pide perdón y yo puedo tener la
rabia que tenga más grande y yo al segundo estoy con él como si nada, ¿sí? … Y
es de aquí (se toca el pecho), porque a mí me queda el corazón limpio cuando él
me pide perdón, entonces si usted no se acerca a su mamá a pedirle perdón, a su
papá no se acerca… entonces nosotros como mamás los vamos a perdonar y es
como le digo, de aquí, yo lo digo por mí, no sé ustedes”.
Capítulo
IV
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
No es en vano que la Corte Constitucional (citada en el Referente Conceptual) menciona
entre los aspectos por tener en cuenta que la indemnización debe compensar tanto los
daños materiales como los morales; y aclara que el daño moral “resulta principalmente
de los efectos psíquicos que han sufrido los familiares”, cuya reparación debe ajustarse a
los principios de equidad. En los relatos que anteceden se habla de “ella entendió”, “a mí
me queda el corazón limpio”, como queriendo enseñar que la reparación se produjo en
un plano cercano al corazón y que afloró el perdón a partir del acto desarrollado.
Apropiar un postulado como el que acaba de referirse implica comprender que los humanos no actuamos básicamente desde la razón; actuar con el corazón abierto para
desarrollar un proceso de Justicia Restaurativa exige reconocer que, como se refiere
en el capítulo de referentes conceptuales, a partir de lo enunciado por Humberto Maturana, es necesario restablecer el vínculo a partir de la emoción fundante de nuestra
especie, esto es, desde el amor; desde el amor que conduce la aceptación del otro como
otro legítimo en la convivencia con uno, y que conlleva la vida social, es decir, el resta-
115
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
blecimiento del vínculo; si el corazón está “enconchado” es inútil el intento; si la Justicia
Restaurativa se emplea como una técnica en la que prevalece la razón pero la emoción
queda inexplorada, es inútil igualmente. En consonancia con esto, en el siguiente apartado escuchamos cómo el joven adelantó un proceso de Justicia Restaurativa:
“M: Bueno, durante el tiempo en el que ustedes están en el programa, ¿cómo ha
sido manejado eso del perdón, reflexión, reparación, cómo ha sido manejado eso?
Manuel, cuéntanos tú.
Como… traté de cambiar las cosas, como que estar más tiempo con la familia,
como los que verdaderamente lo quieren a uno y lo quieren ver bien”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Capítulo
IV
Se evidencia en el relato un proceso reflexivo que condujo al cambio del adolescente,
en el que se identifica la búsqueda de apoyo y protección de la familia, “los que verdaderamente lo quieren a uno y lo quieren ver bien”, que en la voz del joven refieren amor,
vínculo y cercanía por parte de quienes lo aman, como refiriendo que el cambio aludido
apunta en dirección contraria de quienes no quieren que esté bien (y también en dirección contraria al corazón). En el apartado que sigue se ejemplifica el proceso de Justicia
Restaurativa y cómo en consonancia con lo dicho se produce una relación que permite
llegar a los abrazos, no solamente con la madre de familia ofendida, sino también con el
agresor, lo cual, más allá de las emociones que pueda generarnos, representa la verdadera reconciliación que difunde la Justicia Restaurativa:
“Me preguntabas del principio de oportunidad y aquí se aplica muy poco con todo
lo que está y como debe ser, hemos llegado de pronto a la conclusión como que
esto le genera un poco más trabajo a… pero pienso que debemos seguir trabajando en esa parte; tengo recientemente un caso que… hubo un caso en el que la
víctima… porque nosotros a veces nos olvidamos de la víctima… la víctima llegó
preocupada porque sentía que su afectación no estaba siendo reparada… y el
defensor de familia ICBF en esos días preparó, como quien dice tenía todo ese
contenido bien preciso, durante la presentación de su informe que debe registrar,
hizo una argumentación sobre la Justicia Restaurativa, habló de la reparación del
daño y demás… y estaba la víctima ahí mismo con el victimario, al punto que fue
tanta la sensibilización en cuanto a esa parte de la Justicia Restaurativa que terminaron, o sea el joven… sin que nadie le dijera, porque el defensor de Familia…
pero salió como de manera espontánea y terminó el joven pidiéndole perdón a la
señora y la señora abrazando al joven y entendiendo porque… como escuchó todo
el informe que el defensor preparó y ahí se presenta todo lo que es la situación
familiar del adolescente y se van a dar cuenta de por qué quizás actuó de esa
manera, la señora dijo: ya yo no voy a seguir… porque acabo de entender que este
muchacho también ha sido víctima… no es un proceso maduro, creo que hay que
seguir trabajando muchísimo en eso”.
116
Experta, Entrevista a Profundidad. Barranquilla, agosto de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Más cerca de la familia, más lejos del delito
Como se lee en la conversación anterior, la familia es esencial en la protección de los
adolescentes (de cualquiera de sus miembros y de la sociedad); asertivamente los Lineamientos para la inclusión y atención de familias la denominan “capital social del Estado”.
Pareciera que el operador entiende con claridad meridiana el significado de este vínculo
y a partir de ello ha elaborado su protocolo de intervención:
… trabajamos siempre para la restauración de la persona primero, que es el joven
que atendemos. Entonces es la restauración de la persona como tal. Luego… entonces… de… esa restauración, que viene acompañada de asimilación del delito,
del acto cometido, de la responsabilidad… de responsabilizarse de lo que cometió
… Entonces ya luego de que se asume y ya la persona comienza a modificar
actitudes y formas de vivir mediante lo que se le presenta en la institución como
objetivos a lograr, entonces ya comienza también el cambio de pensamiento, el
cambio de actitudes, la misma reparación y relación con su familia, porque muchas
de las situaciones de los jóvenes también presentaron las dificultades en el interior
de la familia, entonces hay reparación con la misma familia, hay encuentros significativos, solicitud de perdón, de disculpas, de querer hacer las cosas diferentes,
de… de decir ‘yo por qué tuve que haberte hecho esto’; entonces con todo este
contexto, ese ambiente de cambio y de avance”.
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
En el siguiente apartado se revela, en concordancia con el que acaba de verse, que
efectivamente en algunos programas preventivos con adolescentes, Jóvenes y familias, se cuenta con un protocolo de Justicia Restaurativa; y en este, nuevamente la
familia es protagonista: influencia positiva o negativamente el curso del caso. Para el
operador de este programa preventivo del delito, la familia del ofensor al igual que la
del ofendido son muy importantes; pero refieren mayor dificultad para trabajar con
esta última, “pero más dura es la familia de la víctima”, y la explicación parece estar dada
en una cultura violenta en la que se han validado conversaciones como “hágale duro,
no se deje…”. Habría que focalizar acciones del Estado que en cambio de esta cultura
recuperaran conversaciones de perdón y convivencia, así como el valor de la familia
para proteger y enseñar valores de armonía y respeto por la vida. El vínculo familiar
parece ser aprovechado también por grupos delictivos organizados para “cobrar venganza” por la ruptura de un vínculo, y en ciudades como Cali se refleja que están al
tanto del tema para ofrecer dicho cobro a través de la pérdida de otra vida; cuando dice
la educadora que el integrante de tal organización expresa: “eso no vale sino tanto”, se
evidencia de parte de este un absoluto desprecio por la vida, la que apenas vale muy
poco, notándose que el Estado ha perdido algunos espacios de validación de la familia
“como capital social”, cediéndolo a los delincuentes, que al reconocer la importancia
del apego y del vínculo, ofrecen segar una vida en momentos en que para alguien el
dolor y quizás emociones de rabia o miedo y exclusión pueden constituirse en facilitadores de su empresa:
Capítulo
IV
117
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Nosotros, en el modelo de Justicia Restaurativa, trabajamos el triángulo de la
Justicia Restaurativa, que es ofensor, víctima y comunidad. Sin eso no hay Justicia
Restaurativa; lo más difícil es, como ustedes dicen, la relación con la víctima. ¿Por
qué? Por varias razones: primero, la familia del ofensor; nosotros al principio nos
gastamos hasta dos años, hasta que conocíamos la familia del ofensor del joven.
La comunidad agrede a la familia de los jóvenes que hacen daño; pero más dura
es la familia de la víctima, porque la familia de la víctima le dice: hágale duro, no se
deje y hoy en día descubrí en este año que hay una industria que cuando hay un
delito… por ejemplo hace un mes mataron a un muchacho hermano de un joven a
quien nosotros acompañamos y después del funeral y toda la cuestión me cuenta
el joven, le tocó irse de allá: llegó un señor, otro joven y le… ustedes están muy
mal, dijo: muy terrible lo que le pasó, no sé qué, aquí estamos a la orden, ¿cómo
quieren que reparemos y no sé qué? Eso no vale sino tanto”.
Educadora, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Pareciera importante destacar que en el departamento de Antioquia el proceso de
apropiación de la Justicia Restaurativa además ha incorporado distintos actores entre
los que se destaca la Gobernación. Se constituye en una experiencia digna de resaltar
y de ser apropiada por otras regiones, como se evidencia que ya se dan pasos también
en Cali:
Capítulo
IV
“… a nivel de Antioquia, la verdad aquí tenemos un proyecto; estamos iniciando
la segunda fase… quien se unió inicialmente al proyecto fue la Gobernación de
Antioquia, y la Gobernación, pues digamos que de alguna manera, quiso que
arrancáramos el proyecto piloto no por Medellín, sino por otra zona de Antioquia,
y lo estamos desarrollando en… Estamos cubriendo 4 circuitos judiciales que son:
Rionegro, Marinilla, Remedios y Santuario, con 20 municipios, y allí ya vamos
avanzados. Por ello, la doctora está en el circuito judicial de Medellín y aquí todavía… aunque hemos tenido algunos acercamientos con los Fiscales Seccionales,
las cabezas de las Fiscalías y algunas autoridades; porque la intención es poderlo
ir extendiendo, pero toca ir lentamente, en este momento…”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013
Se observa que se trata de un proyecto serio, riguroso, que marcha lentamente pero
con seguridad y, lo que es más importante, cuenta con intenciones y recursos de varios
corresponsables del SRPA.
118
La familia, como ha quedado dicho por los expertos y también por los adolescentes y
jóvenes –conocedores del tema– (y como lamentablemente también lo saben los criminales), es esencial en un proceso de cambio y para los procesos de Justicia Restaurativa
evidentemente es columna vertebral. Al igual que la adolescente que habla a continuación, recurrir al vínculo afectivo es una tabla de salvación frente al delito.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“(M): ¿Y entonces eso te hizo tomar conciencia?
Mi mamá y mi hermanito (frase dicha con expresión dulce y segura)
(M): ¿Cómo es eso?
Pues sí, porque son más… la compañía y el apoyo que me han brindado”
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
Cerca de la familia y con el corazón abierto es como pueden hacerse afirmaciones como
la que sigue:
“… entonces él me dice: mamá, yo paso por ese puente, mam… y si yo llego a
encontrarme nuevamente con ese señor (se refiere a la víctima del delito), yo
quiero que él vea la persona que soy ahora, yo quiero que él conozca lo que he
hecho en El Centro (refiriéndose a un proceso realizado en un programa del ICBF)
después de que yo cometí un delito con él”.
Madre de Familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
En igual sentido, el experto que habla en el siguiente recuadro sugiere “atraer al joven”,
como refiriéndose a la necesidad de estar cerca de él. Podríamos aventurarnos en mencionar que estar lejos de los adolescentes y de los jóvenes es un principio de riesgo
para las familias, para el Estado y para la sociedad en general; en contrario, acercarse
en una relación vincular amorosa y promover el vínculo familiar es facilitador. Como
se señala en el referente conceptual de este escrito citando al doctor Edgar Morín: “la
familia es a la vez, el lugar de la religazón y del aprendizaje de la individualización y de la
singularidad. En familia se aprende a ser un individuo y un miembro de un grupo y una
sociedad…”.
Capítulo
IV
“…atraer al joven ¿verdad?, los jóvenes continúan en ese programa… o sea, expresan como su deseo de capacitarse como mediadores, por así decirlo… o es
solo en torno a las jornadas, pues a ver… los jóvenes están en el programa y están
en el ámbito escolar ¿qué estamos haciendo en este momento? Capturando esta
población que ya después del colegio sale, para que queden involucrados en una
red, porque sí sentimos que es muy importante la participación de ellos ya fuera
del espacio escolar”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
Atraer al adolescente o al Joven es introducirse en profundidades mayores (los vínculos
y las emociones) para que emerja el individuo, en cuyo proceso la intervención terapéutica es un buen conductor. En las palabras de la profesional que habla en el siguiente
apartado, pareciera leerse en el metalenguaje una seguridad de su parte en el sentido
de que el verdadero adolescente o Joven que está detrás de un delito emerge cuando
se realiza una intervención terapéutica y que lo que emerge es “el individuo”, como
señalando que es un ser humano con virtudes y defectos que ella sabe validar, pero no
119
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
solo un delincuente; se evidencia también una comprensión de su parte respecto de
quién cometió el delito, gracias al reconocimiento de una vida dura que al parecer es de
lo que está conformado el “enconchamiento” del corazón, del que ya se habló.
“… una estrategia es conocer la historia, conocer la historia de vida de esos pelados y de sus familias; es más que hacer una hoja de inscripción o una hoja de vida,
es hacer una intervención terapéutica, ¡ustedes no saben lo que se descubre ahí!
y ahí aparece el individuo…”.
Educadora, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Podría concluirse que encontramos una riqueza extraordinaria de experiencias, sugerencias, reflexiones –entre otras–, que nos han dado los participantes en este trabajo,
que se constituyen en pistas acerca de los “cómo” de la Justicia Restaurativa:
En principio es importante mencionar que en consideración a que entre operadores
directos del SRPA y por parte de ONG se vienen adelantando acciones sostenibles y
exitosas en algunos casos, valdría la pena retomarlas, apoyarlas, desarrollarlas y apropiarlas.
Capítulo
IV
El acompañamiento, las oportunidades, la inclusión, el ejercicio terapéutico, la participación de la comunidad, la aceptación de adolescentes y jóvenes que delinquen, familias,
poblaciones en riesgo de delinquir y también de las víctimas de estos, son esenciales
como preceptos que deben regir el trabajo con ellos a la hora de realizar acciones de
intervención. Ello requiere la incorporación de recursos al SRPA con operadores directos
en cuanto a las sanciones y medidas, y operadores que anteceden el cumplimiento de
la sanción o la medida (fiscales, jueces, defensorías de familia y públicas, policía, etc.),
como también a instituciones de operadores y a organizaciones que desarrollan el trabajo, que permitan su articulación, el conocimiento del tema, su sensibilización, empatía y acogimiento y la respectiva especialización en la temática de todos sus integrantes.
El Estado y las familias deberán cerrar el camino a los delincuentes y alejar a estos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Esto significa que la acción del Estado representado
en sus diferentes niveles y que la acción protectora de las familias deberán ser fortalecidas, de forma que los espacios cedidos a las bandas criminales puedan reconquistarse.
Implica fortalecer la prevención en lo local y también en el territorio y fortalecer una
cultura que apropie la convivencia armónica y el desarrollo de los sujetos de derechos
objeto de este trabajo, con la prioridad ordenada por la Constitución Nacional colombiana, que incorpore la valoración del individuo y su desarrollo, las oportunidades y el
acompañamiento en los procesos.
120
Abrir el corazón a los adolescentes, Jóvenes y sus familias es un acto que alivia las penas,
restablece el equilibrio, restaura. Esta apertura es válida también para los profesionales
que trabajan en el SRPA en cumplimiento de la sanción o medida, así como también lo
es para las universidades que al parecer en la formación de profesionales no dan aún el
peso y el sentido que amerita el tema para el país.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
4.3.3. ¿A quiénes se restaura?
En este apartado encontramos aportes que dan forma y contenido al tema de la Justicia
Restaurativa con relación al “a quién”. En el siguiente acápite, en lo dicho por el Defensor de Familia se plantea una discusión que además de incluir al adolescente ofensor,
involucra a la familia, a la sociedad, al ofendido; al hacerlo, reconoce que ni siquiera
simbólicamente se realiza esta acción, a la vez que muestra que ha estudiado el tema y
lamenta que aún no se incorpore en sus prácticas.
Aclaremos primero…
“Yo quiero retomar el tema de la Justicia Restaurativa, para terminar en el tema
del principio de oportunidad. Realmente… y estoy totalmente de acuerdo con el
doctor (señala al Magistrado) que nosotros no estamos aplicándola en el Sistema
de Responsabilidad Penal para adolescentes ¿por qué? Porque es que nosotros
dentro de la Justicia Restaurativa tenemos que reparar un daño y el daño no es
solo al niño, al adolescente, al ofensor, al infractor o como lo queramos llamar, sino
también tiene que ser a la víctima y no solo tiene que ser a la víctima ni al infractor,
sino tiene que ser a la sociedad; ese es el fin primordial de la Justicia Restaurativa
y nos desviamos y hablamos de todo muy bonito y no lo hacemos, no lo hacemos
¡ni siquiera simbólicamente hacemos eso!”
Defensor de Familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Pareciera que la víctima es el actor más olvidado del proceso, al menos en lo que tiene
que ver con el SRPA (porque como ya se dijo, las ONG y los operadores de los programas
del Sistema o que trabajan en la prevención del riesgo, han adelantado ya un proceso
en el que se evidencia que la víctima es reconocida como actor esencial). En el siguiente
apartado encontramos una reflexión que indica que incluso definir a quiénes se considera víctimas es indispensable para comenzar a hablar de Justicia Restaurativa:
Capítulo
IV
… “porque hasta tanto… hasta tanto no se tenga como presente quién es víctima
dentro del Sistema, cuándo se le da la calidad, o se le reconoce la calidad de víctima, ¿sí?, entonces no podemos pensar ni siquiera en una Justicia Restaurativa
porque sería irnos al… sin saber a quién”
Procurador, Grupo de Discusión. Manizales, junio de 2013.
En la frase que antecede se encuentra coincidencia con la confusión de la que se habló
atrás. Igualmente, en el texto que sigue, el psicólogo señala el apoyo a la víctima con
alguna claridad pero también con algo de inseguridad “apoyar a veces a la víctima o
al victimario… mitigar un poquito…” evidenciando como ya se dijo, la necesidad de
fortalecer el tema entre todos los actores del SRPA, pero fundamentalmente entre los
que trabajan los casos hasta el momento de impartir sanción o medida. Lo que sí queda
claro en su intervención es que la víctima es un actor al que se debe prestar especial
atención.
121
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
La concepción que indica que la Justicia restaurativa puede “mitigar un poquito” quizás no sería suficiente, siendo importante comprender que la Justicia Restaurativa da
para mucho más porque como se señala en el Referente conceptual en palabras del
doctor Uprinmy la Justicia Restaurativa “se presenta como un modelo alternativo de
enfrentamiento del crimen que, en lugar de fundarse en la idea tradicional de retribución o castigo, parte de la importancia que tiene para la sociedad la reconciliación entre
víctima y victimario” (subrayado nuestro). La apuesta del autor plantea el poder que
guarda el tema en la reconciliación, conceptualización cercana a la finalidad protectora,
pedagógica y restaurativa que promueve la Ley 1098 de 2006.
“Yo soy psicólogo, nosotros trabajamos con el tema de salud mental como bien lo
referí ahorita y una de las formas en las que intentamos apoyar a veces a la víctima
o al victimario, si lo queremos denominar de esa forma, es a través de apoyo terapéutico ¿cierto? y esa es una forma también de restaurar también o de mitigar un
poquito el daño que puede llegar a tener tanto la persona como bien usted lo dice,
me parece importante que lo diga el diagnóstico, víctima, mirar en qué perspectiva,
¿cierto?, porque también el joven como tal puede ser víctima… sujeto… entonces
eso no quita la responsabilidad a él obviamente pero terminó siendo víctima”.
Psicólogo, Grupo Focal. Manizales junio de 2013
Capítulo
IV
La designación del psicólogo respecto de que la víctima es un actor importante dentro
de un proceso de Responsabilidad Penal, es compartida, como se mencionó en 4.3.2
(más cerca de la familia, más lejos del delito), por un educador quien también aclara que
el adolescente y el Joven logran hacerse responsables cuando se genera este proceso
de restauración. Al señalarlo así, indica que la responsabilidad asumida por estos es lo
que da lugar al restablecimiento del vínculo quebrantado por el acto delictivo. En efecto, se trata de una reflexión importante que además de considerar a la víctima como
actor esencial en un proceso de Justicia Restaurativa, considera al “joven” como tal.
Tema importante si se tiene en cuenta que en el Sistema se trabaja principalmente con
población de adolescentes (interés superior) y que en la casi totalidad, sus derechos vulnerados los constituyen en víctimas, erigiéndose su doble carácter: víctima/victimario.
Como ya se indicó, la reflexión y la toma de conciencia son necesarias para que surja la
reconciliación. En los dos apartados siguientes, se evidencian este proceso reflexivo y la
toma de conciencia que permite hacerse responsable, en palabras de adolescentes, quienes introducen en calidad de víctima a su propia familia, evidenciándose la restauración del
vínculo y afirmando una vez más la importancia de esta red en los procesos en comento:
122
“(Titubea) Pues yo no sé. yo no… yo en ese momento no… pensando yo más
que todo, he tomado conciencia más es por, como todo lo que es de mi familia,
todo lo que ha pasado en mi familia por lo que hice y todo ese daño que le hice a
mi familia, entonces me ha hecho como tomar… conciencia… Claro, porque ellos
son más que todo… pues para mí, han sufrido mucho por lo que yo hice y todo el
tiempo que estuve allá. Entonces… ¿sí me entiende?”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Sí… le he pedido disculpas a mi mamá. Pues ella no tiene la culpa, ¿no? La culpa
la tuve yo”.
Joven, 19 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
“¡Ay, Dios mío!”
Encontramos, pues, entre los actores más importantes identificados en respuesta a la
pregunta ¿a quiénes se restaura? A la familia, al adolescente ofensor y a la víctima de su
ofensa; la comunidad apenas aparece periféricamente, como significando quizás a que
aún no se la ha incorporado como actor importante, en las conversaciones circulantes.
Quizás el tema obedezca a la confusión de la que hemos hablado; esto sugiere la importancia de estudiar el asunto con los actores del SRPA, brindarles la formación que
requieren, y de reiterar que un buen recurso frente a este reto podría ser el acercamiento a operadores y expertos que trabajan en la prevención de la delincuencia juvenil y en
la intervención a adolescentes, jóvenes y familias del propio Sistema aludido, ya que en
algunos procesos se identifican avances importantes. Es indispensable recordar lo mencionado en el Referente Conceptual en el sentido de que “la misma comunidad puede
utilizarlas en un ámbito restaurativo”; la comunidad es actor esencial como premisa
para la inclusión y el restablecimiento del vínculo, ya que la fractura generada por la
comisión del delito se produce en el vínculo y como afirmamos también en el referente
conceptual, los humanos somos seres sociales y quienes nos rodean en la proximidad
son imprescindibles en la vida de cualquier individuo. Así queda referido en palabras de
un adolescente:
“Pero gracias a Dios todo es como un proceso y una aceptación; si usted acepta
lo que hizo y afrenta (sic) a la misma comunidad ¡porque a uno lo rechaza la
comunidad! ¡ay, Dios mío! Mató, asesinó, agredió a su padre, pero no ve por qué
lo agredí o por qué lo maltraté”.
Capítulo
IV
Adolescente, 14 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
El adolescente al imaginarse enfrentando a la comunidad, manifiesta, al parecer ante
tan dura realidad, el deseo de contar con la compañía de Dios. En el siguiente recuadro
el experto indica la fuerza que puede llegar a tener esta, si no se involucra en el proceso
con un criterio profesional como parte importante:
“…Por lo menos hace poco pues… un chico que había asesinado a otro…el Juez
dictó que no, no era pues… digamos que por la historia que tenía, no, no debía
estar en un Centro… Cerrado, sino que iba a tener una… eh… Libertad Asistida,
que era que le iban a visitar. Y entonces obviamente el muchacho volvió al barrio
¿sí? Él está…. digamos ha cambiado ¿sí? porque está mayormente controlado...
¡Es muy juicioso! pero la comunidad siente que es un delito que quedó… impune…
¿por qué? No se hizo partícipe… y entonces el muchacho sale y eso es… agachado y… entonces uno dice…”.
Experto Entrevista a Profundidad. Sibaté, mayo de 2013
123
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
En las palabras del experto pareciera poder leerse la comprensión frente al hecho de
la sanción impartida por la Autoridad, pero también se evidencia que el importante
paso dado al considerar aspectos del adolescente como su historia y antecedentes, y
no centrarse en el mero delito, no incorpora, sin embargo, el tema contextual que tiene
que ver con una sanción distinta de la suya que es la sanción social. De manera que no
es que el camino para desarrollar un protocolo de Justicia Restaurativa ya esté allanado;
el protocolo demanda unos recursos y una seriedad enormes, objetivos ambiciosos
y recursos importantes, porque no se trata solo de una actividad que ocurre paredes
adentro en los Centros de Justicia ya que más allá de ello el adolescente que cometió
el acto delictivo necesita ayuda para poder enfrentarse a su entorno, y la comunidad
por su parte requiere ser tenida en cuenta. Recuérdese que citando a la dra. Diana Brito,
en el Referente Conceptual se menciona la conocida como “justicia comunitaria”, señalando que es la que abre las puertas al adolescente que ha cometido una infracción.
Justamente, en el siguiente acápite otro experto refiere la importancia del colectivo en
procesos como este, al narrar cómo es su práctica institucional:
Capítulo
IV
“… pero la Justicia Restaurativa tiene también que obedecer a unos elementos
internos y tenemos… que le permitan generar esa aproximación de poder reparar
ese daño a la víctima o al ofendido, porque ya no debe ser la víctima sino el ofendido. Si estamos hablando de Justicia Reparativa y Restaurativa es ofendido, no
hay víctima. Para implementar una justicia de ese nivel, se necesita comprender
el colectivo como una fuerza virtual del ciudadano. Si seguimos con esta noción
del individualismo, no lo vamos a lograr, porque uno de los elementos básicos de
esa justicia debe ser que la comunidad misma también actúe como soporte; y no
existe, nosotros como colectivo no estamos muy bien consolidados todavía, nos
falta fuerza para reconocernos como comunidad”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013
4.3.4. ¿Para qué se restaura?
En concordancia con lo que se menciona en lo que antecede, el adolescente es considerado en este escrito como actor vital de un proceso de Justicia Restaurativa, no solo
porque él necesite reparar sino porque en la mayoría de los casos, como se mostró en el
apartado de Protección Integral, sus derechos han sido vulnerados de distintas formas
y en diferentes momentos de su vida, pese a ser el interés superior de la sociedad. Es
previsible considerar que su corazón se “enconcha” no solo como consecuencia de su
acto delictivo, sino además por circunstancias que han rodeado su vida tanto en lo contextual evidente (el medio, la inseguridad, la falta de oportunidades), como también en
su vínculo afectivo con la red más cercana y con la sociedad.
124
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“Con el mundo encima”
“(M): Si a ti te pidieran perdón por eso, por haberte pateado, por… por no haberte
defendido cuando te estaban agrediendo… ¿sí? ¿Cómo te sentirías?
Yo sentiría el rencor aparte porque es que... uno haber sentido eso es maluco (voz
entrecortada, denota tristeza y enojo)”.
Adolescente, 15 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
En el párrafo que precede así como en el siguiente, se logra leer en el metalenguaje
que en algún modo, los adolescentes y jóvenes del SRPA conocen sus derechos, mostrándose allí un avance democrático del país; no obstante, pareciera que en la práctica
se presentan eventos o relaciones que les resienten y les hacen pensar que a veces
están olvidados por parte de los adultos que hacen parte del Sistema. El adolescente
que habla en el anterior apartado afirma que si recibiera un pedido de perdón por haber sido golpeado por la víctima durante el acto delictivo del que fue protagonista, el
rencor quedaría atrás. Esto sugiere la importancia de incluir en los protocolos que se
adopten para el Sistema, un procedimiento en tal sentido, ya que reviste prioridad que
los adolescentes y jóvenes que cometen delitos puedan dejar “el rencor aparte”. Vale la
pena anotar que en el contexto del Grupo Focal en mención, este adolescente refiere
que el hecho aludido ocurrió en presencia de la autoridad Policial sin que se hubiera
intervenido para protegerlo, circunstancia que nos conduce a referir lo anotado por la
Procuraduría General de la Nación en cuanto reconoce que en algunas ocasiones: “no
se respetan las mínimas del debido proceso, como la presunción de inocencia, presunción
de la minoría de edad, derecho a la defensa…”118. En la acción del ofendido de “patear”
al adolescente ante la mirada de la autoridad, se evidencian imaginarios que llevan a
cobrar justicia por propia mano, lo cual en un país democrático está descartado. La consecuencia es que genera resentimiento y falta de respeto por la institucionalidad.
Capítulo
IV
“La ley también tiene derechos hacia al infractor. Porque… digamos que uno ha
sido infractor y, sí, uno ha cometido un error; pero tampoco es el hecho para que
todo el mundo se le venga encima”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Cali, junio de 2013
En el mismo sentido de lo dicho, un adolescente en actitud reflexiva considera que debe
ser tenido en cuenta aunque haya cometido un “error”, lo que no es obstáculo para pensar en disculparse con su víctima. En una relación sistémica dentro del SRPA, resulta de
interés pensar acerca de lo planteado atrás en el sentido de que el adolescente también
sea considerado como víctima y que frente a él proceda igualmente la propuesta filosófica que soporta la Justicia Restaurativa en la que se destaca la reconciliación; tal consideración podría reforzar o llevar a interiorizar el carácter de prioridad que representa
para la sociedad esta franja poblacional y hacerla efectiva, comoquiera que tal como
anuncia el precitado documento de la Procuraduría, los adolescentes se encuentran “en
118 Hoyos Castañeda, Ilva Myriam, Palacio, Marisol y otros: Informe de Vigilancia Superior al SRPA, Procuraduría General
de la Nación, 2012.
125
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
proceso de formación psicosocial”, razón de más para optar por acciones formativas de
parte de las autoridades y de la sociedad en general.
“… Igualmente yo cometí un error, ella también, entonces ¿no?, una disculpa a mí
me ayuda… cada uno, digamos, uno comete un error sin pensar, hace las cosas
sin pensar, ya después de que las hace uno, ya paila… pero no, o sea, si ella me
pidiera disculpas por lo que me dijo, pues mejor, pero yo sí le pediría disculpas a
la señora”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Pensarlo me protege
Entre las ganancias más importantes que reporta la Justicia Restaurativa, está el frenar
la posibilidad de que un adolescente continúe en el ciclo delictivo en el que algunas
veces queda atrapado. Encontramos aquí una de las respuestas acerca de la pregunta
relacionada con cómo evitar la reincidencia de adolescentes infractores, lo cual hemos
denominado Prevención Terciaria:
Capítulo
IV
“… que el hecho no vuelva a suceder, entonces parte de lo restaurativo también es
que no se vuelva una conducta repetitiva ¿cierto?, entonces, ese apoyo y método
de qué estrategias va a necesitar para favorecer que eso no vuelva a suceder …”.
Psicólogo, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013
En el mismo sentido de lo dicho por el psicólogo, el Servidor Público que habla a continuación hace un balance de las ganancias que ha reportado en un grupo de jóvenes,
la aplicación de conceptos de la Justicia Restaurativa; al hacerlo incorpora como ya se
mencionó atrás, los beneficios que puede generar una intervención terapéutica en las
personas agredidas y también para la población en riesgo de delinquir:
Se necesitaría hacerle una terapia a la persona agredida, porque no es fácil perdonar cuando uno se siente agredido, cómo puedo yo… de pronto uno ya escucha,
yo lo digo porque nosotros tenemos un proyecto en la Secretaría que se llama
Colectivo Viento, que los invitó a volar y esos muchachos que se han recuperado…
ya ellos hoy en día dicen que ellos perdonan y que ellos quieren salir adelante,
pero en principio el odio… y eso genera venganza… ¡por eso son las venganzas!
Servidora pública distrital, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
126
En lo expresado por la servidora pública, se evidencia confianza en el programa desarrollado, en tanto el perdón ha logrado que renazcan las ganas de “salir adelante” y ha
hecho que se abandone la sed de “venganza”. Sus palabras parecen insinuar que basta
un pequeño esfuerzo para obtener una importante respuesta de parte de los jóvenes.
Así lo afirma el joven cuyo texto se muestra seguidamente:
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“… ¡Sí sirve!, porque uno ya lo piensa dos veces para volver a hacerlo”.
Joven, 18 años. Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
Si el acto delictivo se acompaña de “no saber pensar”, una herramienta de autoprotección y afrontamiento frente a este, es el pensamiento, del que hace parte el hecho
reflexivo de presentar disculpas:
“Sí. Y pues ya pidiéndole disculpas, de que fue un momento de… no saber pensar,
sino de actuar para pensar y no pensar para actuar … o sea, gracias a él, yo tuve
un cambio en lo personal total … Algo así…”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Aquí conviene referirse al planteamiento del biólogo Maturana cuando señala que los
humanos nos movemos básicamente por las emociones que gatillan acciones, para
ilustrar que al parecer en el acto de reflexionar y de pedir perdón, se logra trocar una
emoción de exclusión que permite violentar a otro, por una que valide al otro como
otro legítimo (en este caso la víctima del adolescente), y al hacerlo poder detenerse a
pensar “dos veces”. Dice el autor que la reflexión se orienta a la posibilidad de convivir
en relaciones de inclusión y responsabilidad, como “hacerse cargo de” y agrega que “la
emoción gatilla el vivir en conversaciones…”119. Es evidente que cuando en los relatos
se muestra la consideración acerca de pedir perdón, los adolescentes y jóvenes están
situados en una emoción en que lo que se privilegia es pensarlo dos veces y hacerse
cargo de su conducta. Es así como pueden sentir la tranquilidad y darse la posibilidad
de “pensar más las cosas antes de actuar”:
Capítulo
IV
“De pedir perdón, pues… uno se siente como más tranquilo, no siente como ese
cargo de conciencia por lo que se cometió… Es importante porque uno va a pensar
más las cosas antes de actuar”.
Joven, 19 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013
Derrotar el miedo
En el siguiente apartado parece afirmarse lo dicho por el doctor Maturana, en coincidencia con las reflexiones que surgieron de los dos apartados precedentes cuando
quienes hablaron mostraron de manera clara que el proceso toca los sentimientos y se
constituye en un proceso, como lo señalaba un adolescente citado en 4.3.3 (“aclaremos
primero”) al enfatizar en el miedo que como describía otro, “ay, Dios mío!” sentía al pensar en enfrentar a la comunidad:
119 Maturana, Humberto. Op. cit. (2002)
127
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Pues yo pienso que …que una de las cosas es aceptar las cosas y pues de hecho
uno llega al programa y uno siente el miedo, el rechazo, de volver a salir a encontrarse con una sociedad y como que “¡uy, no!, ese hizo algo”, o sea, el miedo, ese
era mi temor antes de salir, porque yo decía, o sea yo di todo de mi parte pero no
sé cómo me vaya a encontrar en una sociedad, pues porque fueron varios meses
que uno estuvo apartado de su familia, de una sociedad, una comunidad y pues yo
salgo y pues mucha gente queda asombrada, pues porque ¡es cambiar el mundo!
En sí es como, o sea todo mundo dice o pues le dicen a uno y uno mismo sabe
que sí es así: usted como es de juicioso, es otra persona, usted sí es… entonces
muchas personas tienen la fe…”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Capítulo
IV
El miedo está presente de nuevo, como emoción que unida al rechazo por la sociedad
se interpone de manera fuerte entre la vida de adolescente o el Joven que ha cometido
un delito, y su reconciliación con las redes vinculares y la sociedad. El mismo joven en
el apartado que precede, parece asombrado de su propio cambio y se evidencia en
franco proceso de desarrollo que le permite hoy ser motivo de admiración para quienes
le rodean, en cuyas relaciones parece que el miedo ya no hace parte de su cotidianidad.
Así que se restaura para restablecer el vínculo, para ganarle la batalla al miedo, para
reflexionar y reconciliarse con los otros sintiéndose una persona con lugar en la vida:
digna de admiración, para hacerse cargo y responsable de sus actos, para pensar antes
de actuar, para dejar atrás las venganzas, volar y no volver a delinquir. Ello, en consonancia con el tema precitado, en la voz de lo dicho por el adolescente, parece ser que
requiere incorporar y atravesar por un “sentimiento de culpa”:
“Si no hay sentimiento de culpa, no hay reparación del daño, porque hay personas
que no les importa si hacen daño”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013
Con la alegría en alto
En la voz de otro participante en este trabajo, se hace necesario presentar disculpas para
“subir la alegría”, que en el contexto de lo dicho por él es como volver a vivir:
“No, pues no es que me animó sino que… lo que pasa es que me sentía SOLO
(enfatiza) en ese encierro, pasando tantas cosas. Me tocó hablar con mi mamá,
pedirle disculpas, perdón… pues, en ese momento pues… se me sube la alegría
(sonríe), pues… al escuchar la voz de mi mamá”.
128
Joven, 19 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
4.3.5. ¿Quién restaura?
En este apartado analizamos y discutimos algunos fragmentos de las conversaciones
desarrolladas en distintas regiones, relacionadas con la pregunta acerca de quién desarrolla procesos de Justicia Restaurativa.
Eso le toca a…
Coincidiendo con lo planteado en 4.3.1 y en 4.3.2, la Justicia Restaurativa en la práctica
del SRPA parece ser un tema que se encuentra un tanto a la deriva en el sentido de no
estar claro a quién corresponde su impulso. No obstante al confundírselo, como ya se
mostró con el de Restablecimiento de Derechos, resulta fácil identificarlo con el ICBF,
situación que una vez más hace sentir a esta Institución señalada y recargada y que
por supuesto mantiene la confusión, ya que realmente la Justicia Restaurativa dentro
del SRPA es un asunto que tiene que ver con todos los actores, si bien cada uno tiene
distintos roles dentro del mismo:
“… se le delegó casi todo en su carga a… mire lo que dice la doctora de la Fiscalía,
‘es que es Bienestar Familiar el que se encarga’ pero observo… ¿por qué? Porque
me ha tocado atender casos de niños, de adolescentes que ingresan dentro del
mismo proceso y la Fiscalía –con perdón suyo, doctora– (se dirige a la Fiscal)
vuelve y juega, todo va direccionado hacia el castigo ¿sí? Vamos es a sancionar
y vamos es a castigar y punto y, dentro del camino del proceso, no hay como esa
importancia y ese reconocer de que tanto esa víctima como ese victimario deben
ser reconocidos más que de una sanción o un delito, deben ser reconocidos como
seres humanos que están en unos errores, que necesitan una ayuda, que necesitan una orientación, que están haciendo un llamamiento precisamente a estas
instituciones, para que volteemos las miradas no solamente desde el castigo, sino
desde el restaurar, ¿sí?”.
Capítulo
IV
Psicólogo, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Pareciera que tampoco se comprende que el tema de Restablecimiento de Derechos si
bien es impulsado por la Defensoría de Familia, no es de su exclusiva responsabilidad;
al hacerlo, se olvida de que nos encontramos ante otro Sistema que al parecer tampoco
opera como tal:
“Hace tres años la Secretaría de Recreación y Deporte, cuando abrió por primera
vez un presupuesto para los adolescentes que infringen la ley, que eran del Sistema y que enviábamos… de garantías, empezaron a practicar cuatro deportes que
eran: natación, voleibol, basquetbol y futbol ellos observaban que muchos de los
chicos que había allí tenían mucha fuerza y mucho poder a nivel atlético, a nivel
de atletismo, pues ¿sí?, obviamente el señor fue y convocaron a seis chicos…
de los mejores… pero… y usted viera cómo los mismos entrenadores querían
… eran emocionados… (con orgullo por los adolescentes)… parecían… ¡porque
encontraban en ellos una fuerza atlética indiscutible!; ¿qué es lo que ha pasado
con muchos de nuestros deportistas? entonces …uno de ellos, hace poquito, me
129
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
enteré de que lo habían matado al poco tiempo… ¡claro, no hubo ese apoyo, ese
acompañamiento, continuidad! ¿sí?, porque precisamente fue lo mismo y ahorita,
mire, estos muchachos que estamos remitiendo a la Secretaría de Recreación y
Deporte, ya les dijeron que para agosto, que para septiembre empezaba la ejecución del proyecto ¿ah? Entonces mire que son cosas que uno empieza a darse
cuenta de que es falta de oportunidades también y eso hace parte también de
restaurarle a él su derecho a una vida digna ¿sí? … Entonces uno dice… mire el
caso de una niña: no pudo seguir… porque les cierran… ¡y Usted viera a esa niña!
Era el demonio de Tasmania, entró por 8 delitos al Sistema de Responsabilidad
Penal, todo mundo se escondía, hasta la Fiscalía, ¡ay, no, no! … ¡Sáquela, sáquela
rápido! Era una niña QUE NOS LLEGABA A DESTRUIR con las instalaciones de
allá; y ahora está muy bien, era buenísima deportista pero como no hay continuidad… pero porque se le abrió una oportunidad de producir”.
Psicólogo, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
Capítulo
IV
130
En el apartado que acaba de citarse se evidencia la fuerza de convicción y la fe que tiene
el profesional al referirse a las fortalezas de los adolescentes del SRPA: “y usted viera…
una fuerza atlética indiscutible”; expresa con un tinte de frustración e impotencia que
esas fortalezas se desperdician, porque las instituciones compromisarias del Sistema en
su respuesta a los programas no parecen considerar la prioridad de la población, no les
dan continuidad y sostenibilidad a los procesos. Es así que es agosto de 2013 y aún no se
cuenta con una respuesta efectiva de la entidad de recreación y deporte para los chicos.
Con la misma fe, el psicólogo refiere un caso exitoso que no obstante tuvo que tocar
varias puertas y probar en varios escenarios hasta poder quedar ubicada en un trabajo
que le aporta esa estabilidad y esa confianza que ella necesitó para su desarrollo.
Una mirada a lo anterior pareciera conducirnos a concluir que en el caso de adolescentes que infringen la ley, el tema de Justicia Restaurativa va de la mano del de Restablecimiento de Derechos. Indiscutiblemente la asignación de recursos especializados que
algunas entidades del Sistema deben apropiar para una población tan especial, aparte
de los que aporte el ICBF, está por concretar. En conferencia desarrollada por el profesor
Manuel Enrique López “Prácticas de la Justicia Restaurativa: Una herramienta para garantizar los derechos de la niñez y la adolescencia. Retos y perspectivas en Colombia”120,
señala la necesidad de restablecer al ofensor los derechos vulnerados como un proceso
alternativo al penal, refiriendo que se trata de un proceso pedagógico y que necesariamente debe conducir a la equidad. ¿Cómo puede hablarse de equidad, si a un adolescente que se han vulnerado los derechos y que a su vez vulneró los de otros, se le
vincula a procesos discontinuos e inciertos, que pueden comenzar y ser interrumpidos?
¿Cómo puede un proceso tan delicado como es el que asumimos en este documento,
someterse a la dependencia de decisiones burocráticas que no parecieran involucrar el
carácter de especial de la población a la que nos referimos? ¿Cómo puede hablarse de
una población prioritaria si no se dispone de los recursos suficientes, que como señala
en su conferencia el autor deben ser “equipos interdisciplinarios”? O bien, ¿cómo puede
120 Cartagena, junio 8 de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
posibilitarse “la reconstrucción de los patrones relacionales consigo mismo”121, si el adolescente o el Joven ofensor no encuentra que su recuperación es tratada con prioridad
por parte de los agentes de intervención del SRPA? Las respuestas a estas preguntas
sugieren que la “restauración” por parte de los adolescentes y jóvenes y de otros actores
del SRPA aún tiene un camino por andar.
Pareciera que el Juez que habla a continuación se hace reflexiones similares a las que
surgen en este equipo de trabajo, al manifestar con un dejo de insatisfacción “la falta de
voluntad política del Estado”, representada en carencia de una buena inversión, recursos
humanos suficientes, capacitación que conjugue teoría y práctica y articulación entre
los distintos actores del programa:
“A ver… pues en estas situaciones a veces es como engorroso hablar descarnadamente de lo que sucede, empezando… falta de voluntad política del Estado, porque esa voluntad política lleva una inversión. Desafortunadamente, las entidades
que están alrededor del Sistema Penal, del Sistema Penal de adolescentes, no
hacen una inversión verdadera en cuanto al material humano… ¿Sí? Vemos que
para llevar a cabo esos programas se necesita suficiente personal con capacidad.
No quiere decir que los que están no la tengan, pero no es suficiente. Miremos
que empezando por la Fiscalía, ahí son dos fiscales que tienen un cúmulo de
trabajo. Ellos no son suficientes y si se pusiera a rodar este… Sistema de Justicia
Restaurativa, no sería suficiente. De igual manera… la Defensoría de Pueblo no
presta su concurso para esta situación; es más, que ni siquiera… Ahora, por parte
de la Rama, pues sí falta es capacitación… porque ¿sí? en los textos traen las
definiciones y la manera de cómo se lleva a cabo, pero falta es entrar a la práctica,
porque de la teoría a la práctica hay mucha distancia”.
Juez, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013
Capítulo
IV
En lo atinente a la falta de voluntad política y otros aspectos mejorables citados por
el Juez, tenemos también que no todos sus colegas manifiestan la misma apertura y
sensibilidad en el sentido de comprender el tema de adolescentes que delinquen o que
están en riesgo, y el valor que implica su cuidado y protección para un país democrático,
pero de manera especial la importancia que tienen en un proceso de Justicia Restaurativa en el que son actores esenciales que deben reparar un daño causado. En el siguiente
apartado encontramos, además, que uno de los programas que debería tener prioridad
porque implica asegurar la concurrencia de las familias como corresponsables en un
proceso del SRPA, tiene poca incidencia:
“yo creo que hay que generar una mayor sensibilización con el tema judicial con
los jueces; por ejemplo la Juez… ella es implacable en sus decisiones y revoca,
así mejor dicho el muchacho ya esté trabajando, ya tenga familia, ya… esté más
estable, ¡revoca!. Y eso depende del informe ¿sí? La revocatoria pues tristemente
121 Álvarez Correa, Miguel; Mendoza, Víctor; Rodríguez, Marcela; Parra, Sandra; Corzo, Lino: Semillas de Cristal: Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes Ley 1098/2006 alcances y diagnóstico. Colombia: Instituto de Estudios del
Ministerio Público, 2008.
131
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
se da porque ellos no cumplen. Eso es claro, no cumplen pero tampoco se les
da otra opción, sino que es ya coger al muchacho y llevarlo al medio cerrado,
así ya tenga… relativamente pues no es que uno diga: uhh… esos proyectos de
vida absolutamente claros y definidos, pero se va encaminando y …es que el
muchacho necesita trabajar y es que… Como para ir a Libertad Asistida es… es
…desplazamiento de dos horas y que el transporte… y pasa lo mismo con los de
prestación de servicios a la comunidad… poco… muy poco se…”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Soacha, mayo de 2013
Capítulo
IV
Merece una mirada detenida el párrafo que antecede y focalizarse en el tema de sanciones como la amonestación, las reglas de conducta, la prestación de servicios sociales
a la comunidad y la libertad asistida, no porque no se apliquen (de hecho, como ya se
anotó, hay que reconocer la confianza en estas de parte de la mayoría de los Jueces:122),
sino porque los recursos parecen no ser suficientes y porque no se ofrecen a los adolescentes y familias todas las posibilidades (“Es claro que no cumplen pero tampoco se
les da otra opción”) para que acaten la orden. En la mayoría de regiones, el desarrollo
de estas medidas con su carácter de especialización es apenas incipiente y en otras los
desplazamientos de los adolescentes y jóvenes demandan horas de ruta, que les ponen
en riesgo o que no pueden cubrir los costos de transporte, por lo cual abandonan el programa, con consecuencias como la precitada. Es perentorio emprender un propósito
hacia el fortalecimiento de este tipo de sanciones, entendiendo por ello el incremento
en su número, pero fundamental y básicamente la ampliación en los recursos, su priorización y la calidad representada en mayor esfuerzo institucional y más posibilidades de
los programas, de forma que efectivamente logren mantener a todos los adolescentes
y jóvenes dentro de estos. Al respecto es muy oportuno tener en cuenta que: “Las experiencias internacionales revelan que un amplio y moderno catálogo de sanciones no
privativas de la libertad, tal como libertad vigilada es lo que rinde mayores frutos para la
reintegración del adolescente, la prevención de la delincuencia y el bienestar social. En
países como Italia, en la –Permanencia en Casa– (incita a la familia para que asuma el rol
principal como actor en el cuidado y desarrollo social del adolescente, bajo la supervisión del Ministerio Público, Decreto 272/89, artículos 20 y 21, el artículo 36 también tiene
una nota aclaratoria que asimila la Libertad vigilada a la de Permanenza) como sanción
igualitaria a la de Libertad Vigilada, los adultos responsables del adolescentes asumen
su custodia, esto sin afectar las actividades académicas o laborales en las que había venido desarrollando (…) En Chile, sucede algo similar, donde el adolescente está sujeto al
control de un delegado del Estado conforme a un plan de desarrollo personal”123.
Como puede observarse, tiene graves consecuencias sobre la vida del adolescente y
de la Sociedad el no prever recursos como los señalados por la experta, especialmente
Conforme al informe fases I-VI presentado por la Rama Judicial del Poder Público –Consejo Superior de la JudicaturaSala Administrativa– entre 2007 y 2011, estas sanciones ocuparon un 69% del total de las impartidas.
123 Álvarez Correa, Miguel; Mendoza, Víctor; Rodríguez, Marcela; Parra, Sandra; Corzo, Lino: Semillas de Cristal: Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes Ley 1098/2006 alcances y diagnóstico. Colombia: Instituto de Estudios del
Ministerio Público, 2008.
122 132
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
porque en el caso particular se nota el esfuerzo del adolescente y su familia en otros
aspectos de su vida: “se va encaminando” pues en efecto en el caso, si el adolescente
no cumple con una sanción para la que no se le brindan las posibilidades de desplazamiento, recibe un castigo mayor (la privación de la libertad), como si fuera su única
responsabilidad y como si el Estado pudiera escapar de la que le asiste.
Finalmente, una vez más se destaca que aunque en el proceso del SRPA que se desarrolla desde la aprehensión y la noticia criminal hasta la imposición de sanción o medida
hay mucho trecho por recorrer tanto en el fortalecimiento de la justicia restaurativa
como en el fortalecimiento de las sanciones más blandas y de la acción preventiva, entre operadores del Sistema y fuera de él en proyectos preventivos privados, se avanza
con decisión y confianza aunque también con pocos recursos. Queda claro una vez más
que el tema de la justicia restaurativa no atañe en forma exclusiva al Sistema referido,
sino que es indispensable su abordaje en la cultura del país, en lo local, en lo cotidiano:
“… entonces ahí como que se dieron las cosas y me presenté a la universidad
y la universidad entró con nosotros, y entramos a aplicar justicia restaurativa sin
conocer y sin haberla aplicado, pero apoyados, con la universidad. Se hizo una investigación. La universidad convocó un grupo de profesionales: había psicólogos,
abogados, trabajadores sociales, alumnos y profesionales de Ciencia Políticas y
nos sentamos con ellos a estudiar y nos gastamos 4, 5 años ahí.”.
Capítulo
IV
Educadora, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013
4.4.Inclusión
“Saberse incluido es saberse amado y ello implica la legitimación de cada sujeto social
como parte de, con una identidad y una responsabilidad social
que se deriva de la misma inclusión de la que es sujeto”
Humberto Maturana Romesín
En el referente conceptual se hizo alusión reiterada al concepto de inclusión, restando
aquí señalar que en este apartado incluiremos información relacionada con el reconocimiento, la pertenencia, la identidad. Se incluye también el sentirse cómodo, ser parte de,
sentir que en las relaciones se es tratado como un interlocutor válido. Así mismo, aquí
se dará cuenta del análisis de información relacionada con la aceptación, la adaptación,
la flexibilización que tiene que ver con procesos en los que tienen cabida los adolescentes y jóvenes. Por último, se alude a la facilitación para el cambio, a la singularidad, la
diferencia y la diversidad (en cuanto a etnias, situaciones, condiciones o circunstancias
especiales), la orientación de género, entre otras. Igualmente se pretende dar una mirada comprensiva acerca de cómo es la relación con familias, comunidades, niños, niñas
y adolescentes, con respecto a la valoración de los recursos y de los derechos que ellos
tienen, en tanto son logros.
133
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Accesibilidad
“Viven 8 personas en un cuarto. Entonces usted dice: oiga aquí hay un problema,
un problema de vivienda, de hábitat que lleva a un montón de problemas al interior. Otra cosa, es que digamos… no existen programas institucionales para la
ocupación del tiempo libre. Entonces está la cancha y punto y el colegio. Entonces
el pelao que sale expulsado del colegio porque… por su temperamento… por eso,
entonces ya llega a un contexto… a un contexto violento, a un contexto que no
tiene oportunidades de trabajo, que no hay oportunidades para que potencie sus
capacidades… o artísticas, o dentro… en algún oficio y que se ve él, pues atrapado en el día a día, en el quehacer del día a día…”.
Experto, Entrevista a profundidad. Sibaté, mayo 2013.
“Ellos reinciden porque esas políticas del Estado no van hasta allá, al núcleo familiar, al grupo familiar, al sitio en donde viven; entonces cae en el mismo medio
y regresan. Hemos pensado y eso lo hemos tratado en todas las mesas, que ahí
hace falta unas políticas del Estado para saber qué hacer con ese joven, cómo
incluirlo, dentro de esas palabras la inclusión, ¿cómo incluirlo?”.
Procurador, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
Capítulo
IV
134
Mientras las Políticas de Estado como refiere el Procurador en el grupo focal en el precitado recuadro no llegan hasta las familias en todos los casos, en cambio las nuevas
lógicas de la delincuencia “invaden” a las familias. Un núcleo familiar con características
como el referido por el experto (hacinamiento crítico, entorno sin posibilidades para la
recreación y el deporte, sin oportunidades para el desarrollo artístico, con hijos e hijas
expulsados del colegio) es proclive a ser seducido por la delincuencia. Este importante
tema ya se tocó en protección (Nuevos roles para todos), pero su reiteración demuestra
el peso que tiene sobre la vinculación de Adolescente y Jóvenes a la delincuencia. Una
vez más cobra interés la reflexión acerca de la desproporción existente entre los ritmos
con que se obtiene una respuesta estatal frente a aquellos en que se produce la intervención de los grupos al margen de la ley en los ámbitos cercanos. Una vez más parece
imprescindible mencionar que aunque los niños, niñas y adolescentes, en muchos casos
desean poner en marcha iniciativas protectoras, se encuentran con respuestas que les
desalientan, al carecer de rutas y propósitos incluyentes para ellos, que aun queriendo
y haciendo aportes importantes (tiempo, profesionalismo, refrigerios), no encuentran
resonancia.
“Yo puedo decir, ya tocando lo de estos jóvenes; yo tengo una niña, una hija que
ella es una niña que siempre le ha gustado el folklor; y ella desde niña bailaba acá.
Ella se vinculó a eso y cuando se fue a la Universidad tuvo la posibilidad de estar
en el grupo de danzas allá, y ella llegó aquí con muchas ganas de hacer reunión
con muchos niños de estrato cero (sic) y uno, y es un grupo grande. Y empezó a
trabajar, a trabajar, a trabajar con los niños, y ella tenía un trabajo aparte. Entonces
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
ella les daba refrigerio a los niños y con muchas ganas de hacer. Vea, ¡tocó todas
las puertas! habló con Mindeportes (sic), habló con la Secretaría de Educación
Municipal, tocó tantas puertas y ninguna, ninguna se le abrió. Entonces no había
esa motivación, no podía conseguir los trajes. Entonces todo era difícil, difícil para
mantener el grupo, porque hay que motivar a los participantes, a los niños. Ustedes tienen que motivarlos, y si al niño le gusta y de pronto si entre todos pueden
ayudarle a conseguir una bicicleta por medio de una rifa, por medio de actividades
y valorar lo que sabe hacer el joven...”.
Profesional, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013.
Más allá del interés superior: El limbo
“… nosotros tenemos jóvenes hasta los 22; entonces ya no son niños, ¿cierto?
ya son adultos, y ahí ya se empieza como a cerrar un poco la brecha de inclusión
con ellos. Con ellos ha tocado… cuando usted habla de unos niños, es como el
enternecimiento, o los adolescentes. Uno dice: no pues, vamos a colaborarles,
los niños, sus sueños; pero cuando yo le hablo de un muchacho de 22 años, ya lo
ven como adulto, y de pronto no lo ven como una persona o como una población
vulnerable, ¿cierto? no lo ven en esa condición de vulnerabilidad, sino como un
adulto ya con todas sus potencialidades, que puede defenderse solo y por sí mismo. Entonces ahí por eso, se empieza como a cerrar un poco la puerta para estos
jóvenes. La segunda dificultad son las edades extraescolares, los muchachos que
tenemos en este momento están terminando primaria, ¿cierto? y con un alto grado
de repitencia escolar. Entonces a mí me exigen un mínimo de escolaridad, entonces se cierra un poco más la puerta”.
Trabajador Social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
Como una manifestación de la poca inclusión y del poco reconocimiento de los Derechos de ciudadanos que están entre los 18 y los 26 años, quienes recientemente acaban
de superar la edad en la que eran interés superior y por lo tanto sujetos de derechos
con prioridad reconocida por la Constitución y las leyes y también por tratados internacionales, nos encontramos con una situación bastante adversa que deben enfrentar los
Jóvenes. Pareciera que apropiando estas y otras disposiciones, se hubiera posicionado
en algún lugar de la cultura un especial aprecio por los niños, niñas y adolescentes,
que se deja de lado cuando ya superan los 18 años, en donde los imaginarios y las
creencias van más relacionadas con exigencia por una productividad que aún no ha
sido sembrada, o que no ha alcanzado a madurar. Se trata de unas exigencias que no se
compadecen con la situación de vulnerabilidad en la que muchos continúan y que más
bien parecieran partir del supuesto de que la mera llegada a la mayoría de edad basta
para desaparecer la atención preferencial y la obligación del Estado y la sociedad de
garantizar la sostenibilidad de los logros. Lo que ocurre a los 18 años no es una pérdida
de los derechos sino que es un cambio previsto en el desarrollo vital, pero su condición
de ciudadanía no prescribe y cada individuo seguirá siendo sujeto de derechos fundamentales en todos los aspectos.
Capítulo
IV
135
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Esta situación encuentra un agravante en el caso de la población de adolescentes y
jóvenes que han pasado por el SRPA, dado que el conflicto con la ley los expone a mayores exclusiones e inequidades:
“A nosotros nos ha pasado, que es peor, en la Colombo-Asiática, que es la que
nos da a nosotros... El Director es amigo mío, entonces me dice: bueno, Leticia
te voy a dar 8 cupos para el Sena ¿por qué? Porque él ya tiene cupo para los 25.
Bueno y nos da 8 y resulta que mandamos 8 y resulta que les hacen un examen
allá horrible, y no nos clasifican sino 5 y quedan 3 por fuera. Vaya usted a saber
por qué”.
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
“Pues no… pues en mi barrio ¿no? yo he visto muchos que ya han salido así… de
estudiar, y así y ya llevan un año así, intentando entrar en la universidad y no han
podido. Entonces eso también lo desmotiva a uno como a estudiar también. Mi
primo, ha viajado por un poco de lados y no… le tocó meterse al Sena. A un poco
de universidades fue, no lo recibieron…”.
Adolescente, 15 años, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Capítulo
IV
Como se ve, no se cuenta con una oferta suficiente ni en el Sena ni en la Universidad.
¿Qué no decir, de otros espacios para el desarrollo, relacionados con expresiones artísticas y formas identitarias diversas, así como espacios para el cultivo del espíritu, el
pensamiento, la escritura, entre otros?
Pasar de los 18 años parece representar un costo social para el país, truncándose en
muchos casos no solo el logro individual sino también el logro colectivo.
“…Pues porque a mí me gusta, me gustaría llegar a hacer esto, a mí me gusta
mucho dibujar, me gusta también mucho la música, entonces me gustaría ser alguien grande en el arte”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Adentro del SRPA también se evidencia una oferta que para lograr la estabilidad que
se espera en los adolescentes que pasan por los programas, ameritaría mayor atención
en los procesos de formación de NNA porque ellos están en desventaja, exigiéndose
una altura y una flexibilidad mayor para buscar estándares de calidad que los denoten
y hagan más competitivos; de esta forma la mejor calidad reduciría la exclusión. En el
siguiente apartado, la autocrítica de la profesional de un programa, evidencia lo dicho:
“Sí, muy difícil. Entonces si ella no se acomoda a peluquería, a uñas, a administración, porque su deseo está en otro programa; aunque desde el programa se le
motive, vea que es una oportunidad para que en su momento, más adelante una
ganancia llegue, ese no es su deseo”.
136
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
La búsqueda de estándares de calidad es un reto claro para el Sistema Educativo y de
formación, que no solo debe garantizar la posibilidad de ingresar a un proyecto específico, sino además que el conocimiento adquirido sea pertinente, de muy buena calidad,
equitativo (dota al Adolescente y al Joven de elementos que multipliquen sus capacidades humanas a niveles que reducen significativamente la inequidad).
“Pero sin embargo, o sea, desde mi visión, en ese sentido no se ha dado un restablecimiento completo en derechos, ¿sí? Porque si nosotros podemos comparar
el nivel educativo que podría manejar un muchacho de los que está interno con
nosotros, a un muchacho que está por fuera escolarizado, en una educación igual
por ciclos; porque allá no nos dan… no nos ofrecen educación regular sino por ciclos. Están en una desventaja grandísima, a nosotros nos están mandando un solo
docente que maneja todos los grupos y maneja todas las materias, entonces…”.
Psicólogo, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Recursos: entre la diversidad y la singularidad
En el mismo orden de ideas de la reflexión hecha por la profesional en el anterior recuadro, a continuación la experta destaca la poca diversidad y especialización de los
programas, lo cual es reiterativo cuando se trata de ciudades pequeñas y apartadas;
parece una tendencia que a menor número de casos que se presentan en el SRPA en
una región, la oferta pierde especialización, especificidad y diferenciación: la consulta
de las necesidades de cada individuo, la singularidad de sus intereses, las posibilidades
de adquirir conocimientos y desarrollarse conforme a las exigencias del mundo, reclama
los mismos retos para programas de cualquier región del país porque todos los adolescentes y jóvenes merecen la mejor oportunidad. Aquí se encuentra un importante reto
para el SRPA.
Capítulo
IV
“…No hacen nada, en prestación… de servicios sociales a la comunidad … todo
lo meten en una bolsa, todos los servicios están ahí metidos menos el Transitorio
que ustedes ya lo vieron, y entonces hacen en la mañana una lectura … que una
película, actividades recreativas, no individualizadas … meten a todos ahí y hacen
las mismas actividades”.
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
El tema que acaba de anotarse tiene que ver adicionalmente con la carencia de infraestructura en las regiones en mención, y de algún modo es un referente para todas las
regiones pequeñas y distantes de la capital; aunque las grandes ciudades no escapan al
tema porque también en la mayoría de estas se observa que podría contarse con más
recursos y mayor variedad de oferta para el SRPA y también para la prevención, programas con menor cantidad de cupos, en diversos lugares de la ciudad, y con diversidad de
posibilidades. Otro tema es el del Sistema de Información, que también insistentemente
se requiere como punto de apoyo para el desarrollo de acciones tanto de intervención
como de prevención. De este se hablará más adelante, pero es necesario resaltarlo en
137
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
cuanto a la inclusión, considerando que es vital para la planeación y el desarrollo del
país y de su población prioritaria.
“Solamente que queremos el desarrollo del sujeto de derechos, pero necesitamos
información del sujeto de derechos con un sistema de información y una prestación del servicio DIFERENCIADO (enfatiza). Yo diría que todo este cuento es para
que la satisfacción de nuestro usuario sea diferenciada, conforme a la necesidad
de ellos”.
Magistrado, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
La inclusión también se ve afectada por criterios centralizados de organización de la
oferta que en ocasiones llegan a ser culturalmente desintegradores que en algunos
casos amplían las brechas de pobreza regional y acentúa las condiciones de los más
pobres de los pobres. Es lo que ocurre frecuentemente cuando se trata de ciudades
intermedias o pequeñas: no cuentan con todos los recursos y se somete a las familias
y a los adolescentes a largas separaciones al no proporcionarse los recursos para los
desplazamientos e imponer el cuidado del vínculo familiar. Ilustrativo de esto es el caso
que mostramos a continuación:
“Yo sugeriría que… en el Municipio hace falta un Centro de Atención Especializada; debería crearse y debería hacerse lo posible por tenerlo aquí. Porque hay un
agravante especial: Tumaco es una zona cultural muy diversa a la de Pasto, a la
de La Sierra, por así decirlo. Entonces estos menores que caen al entrarse, tener
que ser privados de la libertad, llegan a un medio totalmente distinto, con mucho
desapego de su familia. La gente en Tumaco, 90% tiene prácticamente pobreza
absoluta, y esos menores llegan de esos estratos muy bajos. Al llegar allá, se
desconectan totalmente de la familia. La familia no tiene ni siquiera el pasaje para
poderlos visitar en la ciudad de Pasto”.
Capítulo
IV
Experto, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
Parece pertinente apropiar algunos de los saberes que los Lineamientos Técnicos para
la Inclusión y Atención de Familias refieren, al señalar: “Hay que dejar de ver a la familia y al niño como objetos de estudio independientes del contexto, para llegar a una
comprensión donde los sujetos construyen su realidad en relación con sus entornos
sociopolíticos… la gestión institucional debe traducirse en proyectos sociales contextualizados en comunidades con condiciones específicas”124.
Los retos propuestos no se constituyen en cortina de humo que impida ver y reconocer
los grandes y sorprendentes desarrollos que se alcanzan en el SRPA:
“Fue una bendición; en serio que sí. Entré por hurto agravado calificado, porte
ilegal de armas y secuestro. De verdad que hoy en día lo digo y es un orgullo, es
138
124 ICBF (2007). Lineamientos técnicos para la inclusión y atención de familias.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
un orgullo que se sintió, fue una bendición. De pronto no estuviera viva; la acogida
que aún tengo es excelente. Más que agradecerle a ellos por la ayuda que me
dieron... fue… es como sentir que ellos me agradecen por el cambio que tuve”.
Joven, 20 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
La escucha: adolescentes y jóvenes, interlocutores válidos
La Inclusión así mismo, no es ni una fórmula ni un requisito en un proceso judicial. Es
una actitud y un compromiso que debe ser interiorizado y aplicado por todos y cada
uno de los actores del SRPA:
“No, ya en la audiencia… solo el Juez nos hizo preguntas… y la Fiscal nos dijo:
“acepten cargos o si no se alarga el proceso”.
Adolescente, Grupo Focal. Bogotá, agosto de 2013.
Sin más comentarios, diremos que “… es una forma de socialización basada en la confianza, el aprendizaje para la vida y los procesos de vinculación emocional… que crean
valor social y capital humano”125. Escuchar a un Adolescente o a un joven en una audiencia es hacer efectiva la idea propuesta desde el enfoque de inclusión, acerca de que el
otro es un interlocutor válido.
“Yo creo que deberían haber como más espacios… como que uno pueda hablar,
porque uno solo tiene oportunidad para decir: si acepto o no acepto, y entonces si
uno dice no acepto tiene que irse a un oficio para ahí sí poder hablar, y entonces
decir cómo pasaron las cosas”.
Capítulo
IV
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
En coherencia con lo dicho, el siguiente apartado habla por sí solo:
“… es el derecho al debido proceso y garantías que en el proceso penal tiene el
menor y dentro de esos derechos y garantías, entre otros, aparte de ser notificado,
el derecho de defensa, el derecho a estar asistido por su familia, por un Defensor
de Familia, tiene derecho a guardar silencio y entonces en ese ejercicio del derecho a guardar silencio, tanto los señores defensores públicos, como los señores
Defensores de Familia, le dicen al Adolescente; no puede hablar frente a un Juez
de la República Y NO PUEDE HABLAR, no hay lugar a hablar, entonces cuando
este muchacho está en otro espacio donde está con un grupo interdisciplinario
de las características de psicólogos, trabajadores sociales, la familia, los amigos,
mire: ayer nos sorprendíamos de ver una actividad que hicieron aquí los muchachos del CESPA, comparsas, cantaron, realmente yo me quedé sorprendida y
observaba que estos muchachos no parecían los mismos que nos han criticado
tanto en nuestra mesa interinstitucional”.
Fiscal, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
125 Ibíd. 2007.
139
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
El psicólogo, a continuación confirma lo dicho por la Fiscal, resaltando que un espacio
que no juzga, que posibilita un trato “normal”, que devuelve la adolescencia, hace que
el Adolescente o el Joven de algún modo se muestre más auténtico. Sería interesante
conocer qué imaginarios o creencias han instaurado este tipo de reflexiones en algunos
de los profesionales que trabajan en el SRPA en el espacio de los CESPA, que les llevan
a cohibirse de generar unas relaciones en las que se pueda conversar en la confianza y
la seguridad que quizás podría abrir espacios para una mejor comprensión y un mejor
proceso126. Aludimos aquí a la propuesta planteada por el doctor Humberto Maturana
Romesín cuando afirma que las relaciones humanas basadas en el amor excluyen la jerarquía, la obediencia, el dominio y la sumisión… constituyen aperturas para compartir
y colaborar en el solo placer de hacerlo bajo ninguna expectativa de retribución… “nos
enfermamos del cuerpo y del alma cuando se nos priva de amor a cualquier edad, y la
primera medicina es amor… En nuestro proceso evolutivo, el rasgo de vida alrededor
del cual todo lo demás cambió, fue la biología del amor”. Agregaríamos siguiendo al
doctor Maturana, que como somos animales lenguajeantes, privar del habla a una persona como es este caso, quizás constituya una privación del sentido profundo de lo
humano que tiene en nosotros el lenguaje.
“… pero realmente lo que pasó en el CESPA es lo que nos pasa de pronto a
muchos, es que llegan allá y nadie los juzga, desde que entran quiubo mijo, ¿no?,
a veces se les hablan fuerte, pero hay una situación de que no hay juzgamiento, el
muchacho es tratado normalmente, como tratan a todo los pelados abajo y fuera
de eso entran en actividades fuera de su contexto cotidiano, entonces van a jugar
fútbol, van a cantar, van a bailar, van a conversar, van a jugar baloncesto, hacen
cosas, mil cosas que … ¿pero que a hacen en ese ratico? les devolvemos la
adolescencia, les devolvemos los espacios donde ellos deben estar, fuera de eso
tienen el aula de clase, tienen el psicólogo y el trabajador social de la Institución
también”.
Capítulo
IV
Psicólogo, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Aquí la propuesta de un experto en el trabajo con esta población, que se centra precisamente en la aceptación de otro y en una postura apreciativa consulta por los potenciales
del Adolescente o del Joven:
“Cambiar la mirada de cómo se acerca a un joven que cometió un delito… no se
es un criminal, se cometió un delito… no se es un delincuente, se cometió un delito
y desde allí acercarse al joven como ser humano; ¿Qué habilidades tiene?, ¿qué
capacidades tiene?, ¿qué sabe hacer? y desde ahí empezar a invertir en ellos, a
creer en ellos…”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013.
Así mismo los jóvenes y adolescentes que han pasado por el Sistema, manifiestan cómo
ha sido el reconocimiento que les permitió desarrollar sus procesos, en los que el vín-
140
126 Maturana, H. Op. cit. (2002).
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
culo fue esencial; al hacerlo, parecieran mostrar un camino a los responsables del SRPA,
que indicaría la importancia de generar procesos de afianzamiento y de creación de
vínculos:
“Sí, algo que de pronto encierra todo ese respeto, el respeto que le brindan a las
personas cuando llega uno allá es impresionante, no importa por lo que hayas
llegado, no importa la rebeldía que tengas, no, no importa nada de eso, ante todo
el respeto”.
Joven, 20 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“Pues en cuestiones de eso pues en mi caso personal la acogida fue bastante rara,
pues porque yo era totalmente diferente a lo que soy hoy, entonces todo mundo
como que me veía como que ‘ese pelado es un cafre, ese pelado hasta asesino,
ese pelado no hay poder humano que lo cambie’ y una persona en el centro,
cuando asistía que, fue mi Trabajadora Social y fue y me acompañó ante… para
todo lado, ella era como mi conciencia… Pues ¿cómo hago yo para decirle?, lo
que pasa es que uno en estos centros de formación, reeducación, como lo quieran
llamar, uno siempre llega y uno forma un vínculo afectivo siempre con una persona
que va a ser especial para uno y esa persona siempre, háblele como le hable uno,
ella va a decir, ´a este loco yo lo quiero mucho´ y toca cumplirle (risas)”
Joven, 19 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“El ya no está allá y pues, él más que, él se apropiaba de mis situaciones, entonces
me entendía, me dedicó tanto tiempo, como que yo veía la fe de él, de que yo sí iba
a demostrar a él el giro que me faltaba, él, para mí él es un excelente educador”.
Capítulo
IV
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Más profesionales y mejor capacitados
“Es que los muchachos vuelven con los mismos dolores del alma a su familia. Es
decir, que se alcanzan a ver con el psicólogo una vez, máximo dos veces… tres
veces y con dificultad, porque todo es rápido, las sesiones súper rápidas, y porque
a veces los psicólogos no tienen buenas herramientas para hacer psicoterapia. Yo
pienso que también del Estado, a pesar de que hay personal; hay personal que no
sabemos o no se sabe cómo hacer intervención”.
Nutricionista, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“Pues atendiendo a mi profesión, yo pienso que hay dos cosas puntuales: Los
equipos psicosociales son insuficientes, yo he trabajado con equipo psicosocial
en el abordaje de víctimas y a nosotros nos llegaban para restablecimiento de
derechos entre cinco y diez casos nuevos al día… entonces imagínate al final del
mes cuántos casos antiguos tengo yo, cuántos casos nuevos tengo yo, los equipos
141
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
son insuficientes, número uno y número dos: hay que generar competencia específica, especializados: diez, quince, veinte años formándose y capacitándose
con un tipo de población, con un tipo de problemática y eso los hacen muy, muy
fuertes. Nuestra experiencia como que hay que mejorar en cuanto al número de
equipos sociales y que hay que empezar a generar capacitación y competencia
específica, para que nosotros digamos… no, los remitimos a esta institución donde son durísimos en el tema, donde los psicólogos han estudiado virtualmente,
presencialmente, han viajado y demás y eso nos permite generar procesos de
rehabilitación de fondo”.
Psicólogo, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Capítulo
IV
En estos casos, los profesionales de nutrición y psicología hacen un importante llamado
orientado al fortalecimiento de los equipos interdisciplinarios y de las intervenciones;
resulta nuevamente pertinente hacer referencia al aporte realizado por el Informe de
vigilancia superior ya mencionado que recomienda a todas las instituciones que integran el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, apropiar los recursos
necesarios para que puedan cumplirse los objetivos esperados según lo formulado en
la Ley 1098 de 2006. Del mismo modo, reconocer el aporte hecho por los Lineamientos
Técnicos para la Inclusión y Atención de Familias en cuanto señalan que “el conocimiento de la familia trasciende el conocimiento científico/técnico… el cual lleva a perder
el horizonte de un conocimiento complejo, fundado en los procesos de investigación
social y validado por los mismos procesos de cambio”. Así que pareciera fundamental recomendar al unísono con la Procuraduría que los equipos interdisplinarios estén
completos en todo momento del año y de los procesos, pero también que su formación
trascienda los tecnicismos y apropie diversos saberes aportados por distintos profesionales y también por las familias, en cuya acción los lineamientos en comento son de
particular importancia.
Resulta incomprensible que ante la insuficiencia de recursos humanos, algunos de estos
refieran dedicar buena parte de su tiempo a llenar informes y documentos en detrimento de su tiempo para conversar con los jóvenes y adolescentes.
“Yo salgo… la verdad…en calidad de Pedagogo… salgo muy desmotivado, la
verdad cuando todo el día estoy llenando formatos y cosas, y el pelao está necesitando alguien con quien hablar. Yo salgo muy desmotivado la verdad. A veces,
hay días que todo el día uno pegado a un computador. Yo digo: pero por Dios,
los muchachos allá, llegan ahí a hablar con uno… ese pelao no… de pronto no
requiere de la atención formal, organizada, sino quiere es que lo escuchen ahí, que
lo escuchen y ¿cómo te fue hoy?, ¿qué tenés?, pero a veces a mí como pedagogo
me cuestiona bastante”.
142
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Amistades que matan…
“Muchas veces pienso que no es tanto… bueno, desde mi punto de vista; para
mí, cada persona tiene un sueño en algún momento, o por lo menos quiere hacer
algo; pero muchas veces son las… como las influencias o por lo menos… no
sé. Yo estuve hace dos años, apenas salí de la Academia de Música. No pude
continuar porque ya los gastos iban a ser más altos y porque mi mamá no tenía las
posibilidades de ayudarme económicamente; con mi papá, pues no tengo relación.
La tuve, pero tuve un inconveniente bastante grave, triste; entonces, no tengo contacto con él. Desde ahí, pues a mí me han incitado a que me meta a la prostitución,
ellos me decían que yo era una niña muy bonita, que si yo me vendía yo iba a tener
todo lo que yo quería, que iba a poder seguir pagando mi Academia y todo; pero
entonces, yo me puse a pensar: mis sueños son los que están en juego y pues
¿de qué sirve tener lo que quiero de una manera que el día de mañana vaya a ser
un vicio o que sea vergonzoso para yo contarlo a mis hijos o alguien? Entonces,
muchas veces pienso que no es tanto, sino como las influencias que hay, que hay
veces que no todos tenemos las capacidades de decir no a algo; hay veces como
que a uno le dicen: ay, vamos y hacemos esto ¿será, será que si? No, vamos,
vamos, si puede, vamos ¿sí me entiende? O sea, muchas veces el problema es
no tener la capacidad de decir no.
Adolescente, 15 años, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“… y el quehacer del día a día no le ofrece nada, y… pues halla otro grupo de
muchachos que con iguales características, se empiezan a juntar, se empiezan a
unir, y de un momento a otro, cuando uno no se da cuenta, están problemas de
consumo, problemas de porte ilegal de armas, empiezan a hacer pequeños robos
para mantener sus, su, su consumo de sustancias psicoactivas. Empiezan a ver
que de alguna manera delinquir paga”.
Capítulo
IV
Experto, Entrevista a profundidad. Sibaté, mayo de 2013.
En los dos apartados anteriores, además de evidenciar la influencia que en muchas ocasiones ejercen los amigos para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, está también
implícita la incorporación de “nuevas lógicas” en la cultura, asociadas a la valoración
de la belleza, del dinero, del éxito a través de posesiones que para el caso de la Adolescente de quince años no tuvieron tanto peso como sí lo tuvieron sus consideraciones
morales y hacerse cargo de las narrativas e imaginarios a futuro acerca de lo que su
comportamiento podría llegar a producir algún día en sus hijos. Diferente es el caso del
experto que relata que en muchas ocasiones, la vinculación al delito no está mediada
por este tipo de consideraciones tan racionales, viéndose el Adolescente o a la Joven,
involucrados en problemas de consumo, porte ilegal de armas, o robos, entre otros.
Tratándose de una población tan vulnerable, o en situaciones tan adversas como el
caso de la Adolescente que habla atrás, sería entendible que cayera en la trampa de
privilegiar las posesiones y el éxito ofrecido por el dinero a cualquier costo. Es sugerente
también que ante circunstancias como las que viven estos adolescentes y jóvenes se
plantea un desafío en el sentido de introducir en la cultura otro tipo de valores, que les
143
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
dote de herramientas para afrontar circunstancias que pretenden incluirlos en el mundo del delito y excluirlos del mundo de la autonomía y las libertades.
En búsqueda de un lugar social
Los procesos de urbanización caracterizados por la masificación y homogenización de
los grupos humanos, en los diferentes escenarios de la vida cotidiana –para transitar,
para encontrarse, para vivir–, de los hábitos, de las costumbres, de las tendencias (moda,
comportamientos), de las identidades físicas y estéticas, rompen la diversidad y la singularidad. Estas dinámicas provocan que cada vez más los individuos que conforman
las grandes urbes, queden en el anonimato.
En el marco de una sociedad “cada vez más abstracta y aislacionista”, surge la fuerte
necesidad para los individuos de hacerse notar, visibilizarse, lo cual desdibuja las especificidades de la cultura, crea subculturas, o impulsa desarrollos identitarios homogenizantes pero que parecen únicos, entre los cuales, están las tribus urbanas y otras formas
de expresión. Esto es impulsado de manera muy importante por los y las Jóvenes,
quienes “dependen estrechamente de la consideración de los otros y buscan por infinidad de medios construir su propio estatus relacional, por lo cual las tribus urbanas les
proporcionan claves, métodos, y una especie de manuales no escritos para determinar
su propia expresividad127”.
Capítulo
IV
“Porque el Hip Hop es una cultura que genera identificación en estos jóvenes, que
el Hip Hop como cultura ha sido un vehículo para la inclusión social de los jóvenes
y para también acceder a estos espacios ¿no?, ha sido una herramienta para la
reconstrucción de la identidad de estos jóvenes y para la resignificación de ellos
mismos, eso es el Hip Hop. Por eso usamos esta herramienta cultural y artística
ya que en sí la herramienta viene cargada de esta simbología, nos permite tocar
algunas sensibilidades en ellos y generar unas aperturas emocionales, psicoafectivas, algunos estados de pensamiento y de reflexión: de verse a sí mismo, de ver
la sociedad, leer la sociedad, lo cual les permite hacerlo a través del arte”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013.
En la búsqueda de un lugar y una identidad, los adolescentes y los jóvenes enfrentan
dificultades: presiones sociales, presiones de pares, exigencias del mercado y de los
medios de comunicación, para lograr definir su valoración y su estatus frente a otros.
“Y porque esa es la sociedad: si lo ven a uno mal vestido y… le hacen el feo… lo
discriminan y todo”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
127 144
PERE ORIOL COSTA –JOSÉ MANUEL PÉREZ TORNERO–FABIO TROPEA, CHARO LACALLE (apoyo: estudiantes de Ciencias de la Comunicación): “Tribus urbanas el ansia de identidad juvenil entre el culto a la imagen y la autoafirmación
a través de la violencia”. PAIDÓS, Barcelona, 1996.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
La señal más clara del cambio en una sociedad son sus Jóvenes, quienes abren espacios
a nuevas formas y expresiones de su identidad. Ser parte de una tribu o de una subcultura es estar cohesionado, es lograr identidad y compartir intereses con sus pares. “las
tribus surgen para estar con…el principio vital de las tribus reposa sobre una paradoja
esencial: el vaivén constante que se establece entre la masificación creciente y el desarrollo de los microgrupos128”.
En la búsqueda de diferenciarse de otros y oponerse a ellos, camino que como se afirmó
presenta dificultades para adolescentes y jóvenes, ellos pueden encontrar desvíos o
propuestas para llegar más rápido al objetivo de hacerse visibles de manera singular,
pudiendo desembocar en la delincuencia:
“… Nosotros lo que sí sabemos que un joven que delinque está detrás de esto:
precisamente de un reconocimiento, está detrás de una aceptación social, está
detrás de poder acceder a espacios sociales a los cuales cree que desde el
sistema regular o desde su condición social, le sería más difícil alcanzarlos; por
eso entonces se vincula al circuito criminal: poder tener dinero, poder de pronto
tener armas, poder sentir que tiene poder y poder sentir que puede llegar a otros
espacios, o poder comprar otros productos o poder acceder a otros servicios, los
mismos productos o servicios de la sociedad: los autos, los carros, el vivir bien, el
vivir mejor …”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013.
Otro lugar en el que pueden desembocar, es el de las peleas o las pandillas que también
satisfarán el interés de “estar con” o construir “su propia privacidad en los espacios urbanos donde se sienten protegidos de la autoridad…129”; tal es el caso referido en los
dos siguientes apartados:
Capítulo
IV
“Bueno, lo que pasa también con las bandas criminales… hay una cosa con los
adolescentes, tienen poca… digamos la autoestima un poco baja, porque algunos
para pertenecer al grupo, cambian su estilo de vida para agradar y hacer parte
de esos grupos y ser aceptado en el grupo. También hay que fortalecer eso en el
adolescente, la autoestima. Es que ellos se dejan influenciar muchísimo… y está
el factor dinero…”.
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
“… porque imagínate que los niños por lo general salen inquietos y siempre están
buscando peleítas como de pandilla y tal. Entonces de pronto la educación en
el hogar uno le da bien; pero de ahí para la calle salen, y al llegar a un colegio,
amiguitos que se encuentran así en la calle… ¿entonces qué pasa cuando llegan
al colegio?, lo que aprenden en la calle durante ese recorrido. Entonces pues ya
llegan con otra idea, son los niños de hoy día, entonces…”.
Padre de Familia, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013.
128 129 Ibíd (1996).
Goubaud, Emilio, Op. Cit., 2008.
145
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Porque yo llevo un camino que está… en mí es malo, ¿sí ve? Yo busco peligros en
la calle, yo busco lo que no se me ha perdido en la calle; pero yo pienso que en la
calle yo puedo llenar unos vacíos que siento ¿sí ve? En la forma en que mi mamá
no está o yo puedo… los puedo llenar en la calle con amigos y eso”
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Los microgrupos y las formas de expresión identitarias mencionadas de alguna manera
resuelven las necesidades de los jóvenes y adolescentes de visibilizarse; esto es lo más
interesante de las culturas y subculturas y de las tribus urbanas. Una sociedad “adultocentrada” con ofertas añejas, catapulta la creación de alternativas como estas que
ofrece un grupo poblacional cuya mejor opción es la creatividad y la innovación.
Vínculos imprescindibles
Capítulo
IV
Más allá de la relación biológica fundamental que representa la familia, en los imaginarios, en las esperanzas y en las conversaciones, la familia significa protección y certeza
afectiva. La fuerza de esta afirmación es tan grande, que cuando algunas familias no
cumplen con dicha función o por el contrario, ofrecen malos tratos, violencia, desapego
y falta de vínculos, o cometen abusos hacia sus hijos e hijas, surgen actores sociales e
institucionales que están dispuestos a asumir un rol sustituto de ese vínculo protector,
como ya se sugirió en “La escucha: adolescentes y jóvenes, interlocutores válidos”; con
ello, se las arreglan para construirlo o mantenerlo; pareciera que también los adultos
que trabajan en el SRPA necesitan desarrollar vínculos importantes. Así se refleja en las
experiencias que esta investigación recogió:
“yo particularmente, cuando voy allá soy una más de ellos, me siento con ellos todo
el día, hablo, los escucho, los quiero les llevo, yo tengo dos hijos, para mi ellos son
mis otros hijos, aquí todo el mundo sabe que yo me hago matar por ellos, confío
en ellos, ¡es que son jóvenes! ellos pueden… pueden… son errores; la mayoría la
mayoría lo hacen por necesidad, cometen delitos por necesidad o por error”.
Experta, Entrevista a profundidad, Chocó, julio de 2013.
“Él está ahora en una problemática muy brava. ¿En qué? En que el niño ahora
está metido en el robo y metiendo vicio. ¿Qué pasa con la mamá? La mamá no va
a una reunión, la mamá cuando la citan a reuniones…no tengo tiempo. De pronto
la bisabuela, de pronto la bisabuela, que ella sufre mucho por el niño. Yo soy una
que yo le digo a la mamá del niño y a mi cuñada, ¿Qué le pasa al Niño? ¿Por qué
está así? Porque a ése niño le hace falta amor, cariño de este hogar, él no tiene
hogar en este momento, el hogar de ese niño es la calle, él encuentra más hogar
en la calle que en la casa. En la casa qué encuentra: malas palabras, malos tratos,
si llegó: amá tengo hambre, abuela tengo hambre... Vaya coma mierda (sic)… yo
a él siempre le doy un abrazo… él a mí me quiere…”.
146
Madre de Familia, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Bajo esta consideración la figura materna, que en muchos casos es asumida por la
“abuelita”, por el Defensor de Familia, por una vecina, por alguien del programa operador, resulta extremadamente poderosa para una Joven o un Adolescente en riesgo
de delinquir o que delinque. Por una parte, porque es una muy buena razón para no
involucrarse en actos delictivos; y por otra, porque una señal de afecto y compromiso de
su familia, o la seguridad y la confianza que despierta un vínculo afectivo, se constituye
en una excelente razón para modificar su vida.
El cuidado, la protección y el amor, como ya se ha dicho, son fundantes en nuestra especie y existe una respuesta instintiva tal, como práctica incorporada, de modo que
cuando la protección natural o los vínculos afectivos fallan o se rompen, surgen redes
alternativas para reparar este déficit: Dar y recibir amor conforman una unidad integrada por dos elementos, que parecieran ser un fundamento de sobrevivencia: “Extraño a
mi mamá” … “yo creo que mi hijo” … “la abuelita corre como a atenderlo a uno”.
“Entonces ya empieza a darle vueltas a uno un poco de cosas en la cabeza: Que
la familia no se lo merece, por ejemplo. Yo era uno que todos los días, pues que en
ese tiempo nosotros dizque ´cuidábamos el barrio´ entre comillas, porque dizque
se iban a meter y no sé quién de no sé dónde, ¿sí, o no? que iban a venir a recuperar el barrio. Un peladito con un arma más grande que uno… el turno mío era de
las siete de la noche a las siete de la mañana… me daban dizque quinientos mil
quincenales, yo ganaba casi fue un millón. Yo sí esa plata, le daba mucha plata a
la mamita pues; a la abuelita que es la que siempre ha llevado la obligación ella
reunía la plata de todos y sacaba: esto pa la comida, esto pa… pero ella como
tiene esa cabeza… un día, siempre llegaba a las siete de la mañana y ella estaba
ahí llorando en la cama. Y un día casi se me desmaya… pues porque me encontró
el arma pues… debajo de la almohada, casi se desmaya; entonces eso fue lo que
me puso a pensar a mí también… y muchos amigos que se murieron en el conflicto… cosas… de pronto ¿sí?... Todo está pues como en lo de… lo del trato en la
casa, yo creo más que todo ¿no? porque yo creo que lo que más me influenció pa
no seguirlo haciendo, fue por el trato en la casa, porque a mí me tratan muy bien,
porque yo siempre llego y ahí mismo la abuelita corre a atenderlo a uno… yo no sé,
es que ¿no? es como si estuviera como enamorado de ella, yo la veo y no sé, yo
tengo que darle un besito, tocarle los cachetes ¿sí me entiende? … el buen trato”.
Capítulo
IV
Joven, 19 años, Grupo Focal, Manizales, junio de 2013.
(M): Y a ti ¿qué te contiene? ¿Qué te asegura en el proceso que has hecho?
“Yo creo que mi hijo, porque antes de tenerlo a él yo… no me importaba nadie y yo
era muy loca, ahoritica él es el que me hace como pensar más las cosas”.
Joven, 18 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“Extraño una mamá que me apoye… Doña Luisa me aconseja mucho, está pendiente de mí, cuando estoy mal porque mi mamá y mi papá no están, me hace
sentir como si fuera hija de ella… porque… por los abrazos que ella me da, ella y
yo compartimos mucho”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
147
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Si bien el Adolescente entra a un sistema en el que precisamente lo que tiene que hacer
es asumir una responsabilidad penal, algunos encuentran allí una figura de autoridad
que de algún modo resuelve en ellos quizás la necesidad de contar con alguien que
les ponga los límites y que espere del Adolescente o del Joven desarrollos y respuestas
personales; de esta manera, suple quizás su necesidad de dar y recibir amor y cuidado
protector, tan importante en la especie humana. En esta forma, el Juez, o quien sea que
se constituya en red vincular, asegura un lugar al Adolescente o al Joven en la sociedad,
sea dentro o fuera del SRPA, garantizando que van en buena vía hacia sus desarrollos
individuales y hacia la construcción de una vida que para ellos y ellas es considerada
valiosa.
“Importante, porque el Juez me ha colaborado mucho, él necesita de mi buen comportamiento, de mi responsabilidad, yo soy muy respetuoso con ellos … Cuando
voy al programa, siempre buscan a la persona más cumplida, porque nosotros
somos los más cumplidos, somos los que vamos mejor en el programa y nunca
tenemos problemas ahí”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013.
Capítulo
IV
Es lo mismo que hacen muchas madres de familia al proteger, acompañar, cuidar a sus
hijos: Encausar a sus hijos e hijas por un camino en el que sus derechos puedan estar
incluidos; ocuparse de que se mueven por lugares que conducen hacia ello, como si
estuvieran incubando. Una perspectiva democrática de promoción y restablecimiento
de derechos en colaboración solidaria e incluyente con las familias representa la solidaridad, el reconocimiento y la inclusión de la familia como “sujeto activo interlocutor
válido130”.
La mirada protectora
“Sí, cuando él me dice, mami, ya vengo, a dónde va, no, voy aquí al otro lado,
a los dos pasajes o tres pasajes y yo salgo muchas veces y me lo encuentro en
el camino, me lo encuentro en el camino y muchas veces dice, ¡ay mami, usted
porqué es así! ¡Ay, que pasó! o sale a llamar y yo salgo ahí mismo y él está ahí
hablando en verdad, yo estoy cuidando mi hijo yo no estoy cuidando al hijo de la
vecina, ni el marido de la vecina, YO ESTOY CUIDANDO A MI HIJO (tono seguro),
o muchas veces voy y lo veo con los muchachos de por ahí y yo me le paro y me
le paro así, ellos saben cómo soy yo y él calladito se viene y dice, mami, usted
por qué hace eso, a mí no me interesa, usted es mi hijo y él se viene calladito, yo
donde tengo que ir, yo no soy de las que me escondo para que no me vean, no,
yo paso y paso por el lado, mami, ya voy, o con solo mirarlo... él ya sabe,entonces
llega y se quita y se va…
(M): Con la sola mirada ¿y cómo es su mirada?
148
130 ICBF, Lineamientos Técnicos para la Inclusión y Atención de Familias, 2007.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Con la mirada no más, el otro está allí, entonces el muchacho se siente y yo
apenas le hago tuccc (chasquea los dedos) y entonces ya sabe qué es lo que le
espera (risas) él me ve, pero él a mí me ve, ahí mismo se me acerca y me echa
el brazo y nos vamos pa´ la casa, es de lo que hace no más él, él ya sabe que…”.
Madre de Familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
“… en la casa él llega y él coge y hace aseo, voltea esa casa y yo lo dejo que haga
todo lo que es aseo, él voltea y menea, todo eso y cuando me dice, mamá, yo voy
a salir a… voy a salir, yo lo sigo, yo lo sigo, para dónde va, con quién se va, con
quién se va”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Familias distantes
Hay familias que protegen, cuidan, acompañan, pero hay otras que no lo hacen tanto,
poniéndose en riesgo el vínculo fuerte que implica el ejercicio de este grupo primario
hacia sus hijos e hijas “… la familia sobrevive gracias a su fuerte vinculación, donde
la filiación se refiere a la naturaleza y a la historia de los vínculos de los miembros de
familia131”.
“El diálogo en mi casa, el diálogo con mi papá es difícil, con mi mamá sí. Con mi
papá un diálogo es caduco”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Capítulo
IV
En los casos en que los diálogos con las familias son “caducos” o que la familia no se
hace presente cuando los adolescentes y jóvenes han cometido un delito, la vinculación
fuerte se debilita y puede llegar a romperse.
“Pero un poquito más hablando de la familia; aunque uno la motive, aunque vaya
a la casa, aunque se le haga la visita domiciliaria, uno le pinte las cosas bonitas de
la familia, hay familias que son totalmente alejadas de estos procesos, familias que
no llevan al adolescente al ingreso, si no va el adolescente solo y uno tiene que ir a
la casa e indagar ¿por qué va el adolescente solo?, familias que no saben qué es
Sistema de Responsabilidad Penal y ellos mismos estigmatizan al hijo: no es que
es un asesino, es un delincuente, es un marihuanero. Las palabras que usan ellos
y eso, hace que la inclusión de ese adolescente también… tanto en la comunidad,
como en el entorno en el que se desenvuelve, sea lo que la mamá dice. Entonces,
hay que tener en cuenta un poquito más a la familia y más responsabilidad con
ellos. Que la familia dijo que ellos no tienen el derecho de asistir a estas actividades”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
131 Ibíd (2007).
149
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Parece ser que no contar con la familia cuando se está en un proceso del SRPA, genera
miedo por el dolor causado ante la soledad, y quizás porque se ponen en riesgo la identidad, la autonomía y la pertenencia al grupo:
“…Yo pienso que… pues ustedes que tienen como más herramientas, exigirles
que vayan y visiten a sus hijos, porque yo cuando estaba en el internado había una
niña que se llamaba Diana, a ella no la dejaban salir de a mucho; ella, al ver que
los demás tenían el apoyo de un papá, una mamá, un mayor de edad, una abuela
o lo que sea, ella como que se sentía mal, ella se apartaba del grupo. Yo pienso
que debe ser obligatoriamente, o si no que reciban un castigo. El no acompañar
a sus hijos en un proceso de esos, porque es muy duro a uno perder la libertad,
es más duro para otros pelados ver que tienen un apoyo y uno no. Yo pienso que
tienen que estar ahí los familiares”
Joven, 19 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Indagaciones y demostraciones hechas por el doctor Cyrulnik con relación a la importancia del vínculo y el apego en un ser humano, conducen a pensar que obligatoriamente la familia y de manera especial la madre o quien haga sus veces, se constituyen en
personas llamadas obligatoriamente a dar continuidad, dar nacimiento o dar fortaleza
al vínculo tan importante para los adolescentes dentro de un proceso del SRPA132.
Capítulo
IV
Es claro que en el presente estudio entran múltiples aspectos, pero la familia es esencial
a la hora de abordar la prevención de la delincuencia juvenil. En los espacios familiares encontramos y desencontramos posibilidades, alternativas y opciones frente a la
inclusión: La familia es un espacio para los encuentros y los desencuentros, en el que
los derechos hallan cabida. Los vínculos tejidos en la familia son demasiado complejos
como para omitir su vinculación como lo señala la Ley 1098 de 2006: en todos los casos.
Resulta interesante retomar la frase del Sociólogo Morín, cuando señala: “…No se sabría
separar la familia de su contexto cultural y social. Es verdad que los primeros años de
la vida son para la formación del individuo, el aprendizaje del lenguaje en el seno de la
familia, en y por la religazón (resaltado nuestro) se forma el individuo; luego viene la
escuela y después la vida. Factores externos entran en juego. Lo que importa es conservar la religazón, porque perder la religazón con su familia es una pérdida irreparable…
Además, para los que dejaron su familia, que se rebelaron contra ella o que perdieron a
sus padres, la amistad, la fraternidad, el amor jugaron un papel de substituto que crea
una familiaridad elegida. Yo mismo, pienso en mis amigos Duras, Antelmo, Mascolo;
aún hoy, digo: era mi familia. Porque ellos eran para mí más mi familia que lo que era mi
familia real133”. La designación de Morín es precisa.
Le queda al país un enorme desafío en cuanto a consolidar, fortalecer y desarrollar la
familia porque ella es una importante aliada en la prevención de la delincuencia juvenil
y en la protección de la vida social. De no ser posible contar con algunas familias para
132 150
133 Ver: Cyrulnik: Bajo el signo del vínculo.
Morín, Édgar. “El pensamiento Complejo y la Familia” II Congreso Latinoamericano de Familia Siglo XXI. Edición: Comité Interinstitucional de Familia (CIF). Medellín, 1998.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
el acompañamiento de jóvenes y adolescentes dentro del SRPA, tendrá que construirse
una alternativa que sustituya tan importante lugar. Coincidimos con la doctora Ligia
Galvis Ortiz cuando señala: “si la práctica de los derechos se inicia en casa, la conformación de las prácticas culturales y políticas que modifican el orden social y político de
un país cuenta con bases humanistas sólidas. En este orden de ideas, la unidad familiar
adquiere sentido y consideración como el punto de partida para la formación de los
sujetos activos de la democracia134.
Inclusión y diversidad
La Constitución Política Nacional Colombiana de 1991 puso sobre la mesa el tema del
Enfoque Diferencial al señalar que “el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural…135”. Así mismo, en su artículo 13 señala que “todas las personas nacen libres
e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán
de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por
razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica… El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición
económica, física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta…”.
A veintidós años de vida de la Constitución, las ideas esbozadas han ido tomando desarrollo, ganando espacios y apropiándose por parte de los ciudadanos y ciudadanas,
mostrando con ello que se han hecho avances para el posicionamiento de los nuevos
aportes constitucionales, en los que algunos temas van más rápido que otros según
sea la región, o el lugar en el que se discuten. En grupos Focales desarrollados dentro
de este trabajo al abordar la diversidad, hemos encontrado percepciones, creencias y
prácticas distintas: algunas personas han introyectado el tema, lo estudian, han logrado
modificar prácticas y hacer acuerdos para avanzar en el mismo. Es el caso de Leticia y
Popayán, por ejemplo. Sin embargo la diversidad se apropia con menos fuerza en otras
ciudades; del mismo modo, hablar de diversidad pareciera haberse incorporado apenas
como un asunto de género, pero otros temas que tienen que ver con la inclusión o
la discriminación como la pertenencia a un grupo étnico u otro, en muchos casos es
reciente su incorporación, tampoco ocurre así con temas como la discapacidad, la que
usualmente tampoco se toma en cuenta; y sobre asuntos de género como la homosexualidad, solo se toman en cuenta cuando se los puntúa y explica136.
Capítulo
IV
“como también llegan muchachos con diferentes credos unos son católicos, otros
son cristianos… inclusive dentro de nuestro proceso de atención en los centros
de atención, se da apertura a los operadores para que ellos puedan organizar
actividades que al mismo tiempo son con este tipo de variedad; por ejemplo con
un operador tenemos que allá no es netamente católicos pudiera decirse, allá al
Galvis Ortiz, Ligia., “pensar la familia de hoy: el paradigma de los derechos humanos, fin del régimen patriarcal”.
Ediciones Aurora, 2011.
135 C.P.N.C. artículo 7º.
136 Ni qué pensar en lo relacionado con la enorme diversidad que implica profundizar en este mismo tema: el de género
y el de preferencias sexuales.
134 151
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
centro especializado va un grupo cristiano y trabajan con esos muchachos que tienen ese credo… inclusive con los otros también; este puede ser como un ejemplo
de inclusión”.
Experta, Entrevista a profundidad. Barranquilla, agosto de 2013.
“La cosa del enfoque diferencial”
“Usted sabe que estamos en la cosa del enfoque diferencial, y frente a eso nosotros somos respetuosos de la cultura y lo que intentamos como personas es tratar
de entender algunas situaciones con los indígenas y con la situación de crianza
con ellos; el trabajo que hacemos es lento, es mínimo porque hay dificultades de
la lengua con ellos, pero nos apoyamos mucho con las autoridades indígenas;
como ellos son ente territorial, nosotros todo lo que vamos a trabajar con ellos
es con los Gobernadores. Pero hay unas situaciones que… si uno va en equidad
de género y en todas esas cosas no las podemos incorporar allá, porque con
ellos no es fácil, con las comunidades indígenas no es fácil, nosotros tratamos de
interrelacionarnos con ellos a través de... porque entre otras cosas las mujeres
casi no participan de las capacitaciones, ni de las charlas de sensibilización, ni de
los programas, entonces nosotros nuestro canal es con los Gobernadores, cuando
hay situaciones de vulneración extrema que hay allá, que nos toca coger los niños
en protección y todo lo canalizamos con las autoridades indígenas”.
Capítulo
IV
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
“Cuando tenemos esos casos llamamos a las autoridades indígenas o a la organización; ellos allá tienen un programa que se llama Justicieros. Tenemos el caso
de un niño de 10 añitos que cometió un homicidio contra otro niño indígena… Sí lo
tenemos en protección, y todo lo hemos canalizado con el Justiciero”.
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
152
En ciudades como Leticia y Popayán, la observación adelantada da cuenta de avances
en acuerdos acerca de las sanciones y medidas dentro del SRPA o en otras temáticas
con las autoridades indígenas, en el sentido del reconocimiento como autoridad;
igualmente, frente a la opción de conversar y decidir mancomunadamente sobre los
adolescentes y jóvenes. No obstante, el tema requiere fortalecimiento; es así que, los
mismos participantes expresaron la importancia de continuar haciendo ejercicios de
inclusión, por ejemplo en lo referente a la participación de las mujeres indígenas y en
la construcción conjunta de planes de recuperación y desarrollo de sus hijos e hijas que
ingresan al SRPA, en lo que es imperativo incorporar el saber de la autoridad tradicional.
Esto no va a ser posible, sin embargo, hasta tanto, en el caso específico de Amazonas,
se reconozca la amplitud territorial y su diversidad, ya que los integrantes de los Grupos
Focales expresaron que actualmente no se identifican más que dos municipios, lo cual
resulta excluyente; y otro desafío sería el de incorporar el saber tradicional, haciendo
propias algunas de sus prácticas milenarias.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Por su parte en ciudades como Tumaco, el tema de la diversidad presenta vacíos en el
abordaje de las diferencias, sugiriendo que al parecer no se ha incorporado información
sobre el cómo trabajar con estas diferencias.
“Sinceramente, no hay un manejo apropiado de la diversidad. Lo que sé, lo conozco es por las personas afrodescendientes, la mayoría aquí en la región, y muchos
indígenas que están localizados en el pie de Monte Costero. Pero el manejo que
se da es igual para todos, es decir, si hay alguna sanción que se impone a una
persona de la costa, igual todos van al mismo sitio… que es la única institución
especializada. No sé el manejo interno que se dé allá a las personas, cómo será”.
Experto, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
El Código de la Infancia y la Adolescencia en su artículo 12 se refiere al tema de perspectiva de género: “se entiende por perspectiva de género el reconocimiento de las
diferencias sociales, biológicas y psicológicas en las relaciones entre las personas según
el sexo, la edad, la etnia y el rol que desempeñan en la familia y en el grupo social.
Esta perspectiva se debe tener en cuenta en la aplicación de este Código, en todos los
ámbitos en donde se desenvuelven los niños, las niñas y los adolescentes, para alcanzar la equidad”. Esta disposición implica el ejercicio de cambios en la cultura y en los
programas y proyectos de atención a la población menor de 18 años. En consecuencia, esto debe “conducirnos a: conversar acerca de esas diferencias con el Niño o Niña,
Adolescente, Joven, Adulto mayor o cualquier persona y con su familia y red en tono
y postura respetuosos; aceptarlas y generar comportamientos de aceptación en todas
aquellos que hacen parte del programa, y mostrarnos empáticos o empáticas hacia su
situación o condición particular; hacer sentir y hacer saber a ese grupo familiar que su
situación o condición es aceptable y comprensible, validarla y apoyarla ayudando en su
comprensión clara…137”.
Capítulo
IV
Pareciera evidenciarse que hay factores que hacen parte de prácticas de la crianza, que
demarcan unos caminos o unas rutas a los adolescentes y jóvenes, con claros sesgos de
género. Los comentarios a continuación no solo dejan ver la diferencia de roles entre
unos y otras sino que también muestran cómo sobre el papel de las mujeres descansan
valores éticos y morales de cuidado y “buen comportamiento”… “usted es una señorita
y debe dar ejemplo”, en tanto que sobre los hombres “varones” pareciera indicarse que
su tarea de proveedores se debe cumplir a cualquier precio, aunque les haga “propensos al delito”.
“No, no, no, no quise decir eso. Pienso que de pronto los hombres por el mismo
factor cultural, digamos, están más propensos a caer en el delito. Porque son ellos
seguramente los que tienen que colaborar en sus casas, llevar los alimentos, la
ayuda, la colaboración a sus hogares y por eso precisamente caen mayormente en
cuestiones delictuosas: porque tratan de buscar el medio de manera fácil”.
Experto, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio 10 de 2013
137 ICBF: “Líneas de acción para el trabajo en familia en el ICBF según grupos etarios”, 2010.
153
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“No, pues, o sea, yo lo digo en forma uno no debe ser machista, pero es que
digamos por ejemplo, los muchachos son como más… un poquito más de arranque, más de adrenalina; por ejemplo usted le dice a una niña: tome esta navaja y
vaya robe a alguien… como que coge la navaja y como que ¡huy, no!! Pero usted
vaya dígale a un pelado tome, coja esta navaja y… ¡de una! …Porque es que la
mujer siempre es más dada a estar en la casa y toda la situación, y que son más
consentidas y que todo eso y son como más, o sea...”.
Docente, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Lo dicho en el acápite anterior, implica unas lógicas de crianza, que de alguna forma
atraviesan las pautas de la estructura familiar: pactos, lógicas, acuerdos que el mundo
de lo privado construye a través de las relaciones también se determinan por un claro
sesgo de género que veinte años más allá de la Constitución no rompen con la inequidad de género y, que también dedican mayores esfuerzos a la protección de ellas en
descuido de la de ellos:
“Uno en el hogar restringe más a las mujeres… Con mi hija estuve más pendiente;
la controlaba más con el tiempo, la recogía a la salida del colegio. En cambio, a los
varones los dejé solos, no me preocupaba ni...”.
Padre de Familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Capítulo
IV
“Yo digo que las mujeres… bueno. Lo que pasa es que la diferencia que dan los
padres a un hombre, a una mujer, es muy distinta; a un hombre siempre lo crían
como una cosa machista: usted no llora, usted hace, usted es el que responde,
usted es el que tiene; mientras que la mujer: Usted se casa, usted se casa, usted
tiene que ser una señorita en todo el sentido, usted tiene que ser el ejemplo, no sé
qué; pero al niño siempre se le inculca no hermano, usted emigre rapidito, trabaje,
haga, produzca”.
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“… cuando un adolescente llega de pronto en cierta condición cultural; de raza,
de religión, desde el primer momento que ingresa, se vincula ¿cierto?, o sea, no
se separa por ser de color por ejemplo, o por tener otra religión. Obviamente lo
debemos respetar, o por tener una condición… sexual. Entonces, si iniciamos un
trabajo con ellos junto a los demás adolescentes, él no se va a sentir discriminado
¿cierto?, y dentro de las formaciones que nosotros le damos a los mismos… a los
compañeros, especialmente eso, acoger, hay que llegar ahí. Yo tengo muchachos
por ejemplo de otras regiones apartadas, una cultura totalmente diferente ¿cierto?,
y en este momento están vinculados y trabajan conjuntamente ¿cierto?, en sus
trabajos por pares; el muchacho que tiene una inclinación sexual… es un muchacho que hay que estar más pendiente de él, por la condición y por la situación de
los demás, igual se vincula al trabajo, … o sea que no se sienta… si el muchacho
en un momento dado se siente recriminado, se siente que se está separando, ahí
vamos a empezar a tener más problemática, digamos…”.
154
Educador, Grupo Focal, Manizales, junio de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“No. Ella la niña su tendencia es lesbiana, y el niño ya totalmente destapado. Entonces, al inicio, los muchachos al verlo a él, se sintieron como... a decirle cosas.
Entonces ya empezamos nosotros a tomar el caso. Para ello también buscamos
la colaboración de equidad y género. Nos dictaron una charla muy buena con
los adolescentes, y también con las familias que son muy cerradas ante el tema
de homosexualismo. Entonces con ellos se trabajó con la perspectiva de género,
y con los adolescentes también se les presentan muchas exposiciones frente al
tema; y los muchachos ya se están metiendo más con ellos. Ya hablan, porque
ellos piensan que si le hablan al muchachito, ya se van a contagiar de lo que es él;
o si le hablan a la niña…”.
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
Se han incorporado temáticas de diversidad sexual en la atención directa a adolescentes
y jóvenes, mostrando con ello que se avanza en cumplimiento del mandato constitucional.
“Usted no es de aquí”
Pareciera que el problema del consumo de SPA es de los más importantes cuando se
habla de prevención de la delincuencia. La información recopilada en este trabajo mostró una temática común y transversal en los grupos focales, cual es la incidencia del
consumo en la comisión de delitos. En el análisis de derechos a la protección se hizo
referencia a esta temática como gancho de vinculación a jóvenes y adolescentes en las
redes de microtráfico y como puente hacia su reclutamiento en bandas criminales. Estos
dos temas así vistos en su unidad, potencian las posibilidades de exclusión para adolescentes y jóvenes. Como se verá detalladamente en “Corresponsabilidad”, el sector de
la salud como tampoco el de Educación, avanza en el protagonismo necesario frente
al manejo del tema, que sin duda requiere la concurrencia de todos los actores de la
sociedad para ser enfrentado.
Capítulo
IV
“Si, a nosotros, porque en allá donde nosotros estamos, allá sí hay niños negros…
y normal, entonces desde hace mucho venimos tratando este tema y ya, allá no
hay como racistas, no…Pues como los drogadictos, a los drogadictos sí los aíslan
mucho de la sociedad, ¿cierto? … Que los miran feo, no mano, usted no es de
aquí, ¿cierto? Así, ¿sí? como que no les gusta convivir con ellos”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
“No, pues, de que menos discriminación, más educación, todo eso, porque pues
hay veces que las personas llevan las hojas de vida ¿no? A tal empresa, pero apenas se dan cuenta que es del Distrito… ‘no, ese “man”, el ladrón’ y no los aceptan”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
155
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Las ciudades fronterizas
Las observaciones, así como las entrevistas y los grupos focales, permiten afirmar que
estar viviendo entre fronteras con otros países, es un tema que reviste vital importancia
en su análisis. Confluyen aspectos generados por la condición de ciudad fronteriza, en la
que las decisiones tomadas desde el SRPA –en el caso de capturas, sanciones, medidas,
frecuentemente son invalidadas al traspasar una frontera. Se presenta lo que podría llamarse “Economía de frontera y delito”, siendo posible que ocurra un caso de proxenetismo que se ejerce en el país vecino aunque se resida en Colombia, implicando la urgente
necesidad de establecer acuerdos internacionales (ejemplo: Perú, Brasil, Colombia),
para homologar criterios de intervención frente al tema de Infancia y Adolescencia, y de
esta forma fortalecer los recursos y las formas de acción. Esto desborda el escenario del
SRPA, y requiere intervenciones a nivel diplomático y político que generen una sinergia
favorable a la prevención del delito en población de adolescentes y jóvenes.
“… se crea un elemento diferenciador con respecto al resto del país: tenemos una
ciudad de zona de fronteras, con altos índices de desempleo, que incluso está muy
por encima del promedio nacional, tenemos unos altos índices de informalidad
laboral, tenemos gran número de familias disfuncionales, entonces encontramos
que la oportunidad que en este caso tienen los niños, las niñas y los adolescentes
son muy pocas”.
Capítulo
IV
Docente, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
4.5. Corresponsabilidad
“El decurso que la humanidad siga es el que tracen los niños,
porque son los niños y el vivir que ellos tengan lo que pervivirá
cuando sean adultos y estos adultos desde hoy
seremos los artífices de la atmósfera en la cual se van a levantar
los niños, que conservarán generación tras generación
el gusto o el desdén por la convivencia”
Humberto Maturana Romesín.
En este apartado se presenta un análisis interpretativo de la información recogida a
través de los Grupos Focales y Entrevistas a Profundidad, a partir de la respuesta a preguntas relacionadas con la concurrencia de actores del Estado, la Sociedad y la Familia.
El análisis explora también la concurrencia en diferentes niveles, e incluye a las comunidades y a la empresa privada.
La Ley 1098 de 2006 precisa los conceptos de corresponsabilidad, en sus artículos 10 y
41, así:
156
“Artículo 10. Para los efectos de este Código, se entiende por corresponsabilidad, la concurrencia de actores y acciones conducentes a garantizar el ejercicio de los derechos de
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
los niños, las niñas y los adolescentes. La familia, la sociedad y el Estado son corresponsables en su atención, cuidado y protección.
La corresponsabilidad y la concurrencia aplican en la relación que se establece entre
todos los sectores e instituciones del Estado.
No obstante lo anterior, instituciones públicas o privadas obligadas a la prestación de
servicios sociales, no podrán invocar el principio de la corresponsabilidad para negar
la atención que demande la satisfacción de derechos fundamentales de niños, niñas y
adolescentes.
Artículo 41… Garantizar la asignación de los recursos necesarios para el cumplimiento
de las políticas públicas de niñez y adolescencia, en los niveles nacional, departamental,
distrital y municipal para asegurar la prevalencia de sus derechos…”.
Siguiendo lo preceptuado en la Ley de Infancia y Adolescencia y a la luz de lo señalado
por el doctor Maturana, en el encabezado de este apartado, se puntualizará la información relacionada con la concurrencia de actores del Estado, la sociedad y la familia, para
la protección integral de los derechos de sujetos o interlocutores válidos, de manera
compartida. Mostraremos información recogida de las y los participantes con relación a
su mirada en niveles nacional, territorial y local; del mismo modo, en lo relacionado con
la corresponsabilidad de la familia y a la articulación entre instituciones compromisarias
del SRPA según lo establecido en el capítulo II de la Ley de Infancia y Adolescencia138”.
Los diferentes actores: todos al ruedo
Capítulo
IV
Como se ha visto a lo largo del texto y aquí precisamos, la corresponsabilidad frente a
la población de adolescentes y jóvenes, concretamente en lo que tiene que ver con el
Sistema de Responsabilidad Penal, no alcanza a cumplir lo señalado en la ley y mucho
menos cubre las mínimas expectativas de quienes trabajan directamente en los programas del Sistema:
“Con todo lo que tenemos aquí, todas estas herramientas, todas estas estrategias
de intervención, nosotros toreamos el toro todos los días (se refiere al trabajo en el
SRPA), pero mientras los actores del Sistema de Responsabilidad Penal, yéndome mucho más allá, se queden en la barrera solamente mirando, es mucho más
complejo la recuperación del adolescente y mientras algunos actores del Sistema
sigan mirando solamente el delito y no el ‘ser’, mucho más difícil … Actores del
Sistema… generar conciencia en ellos para que verdaderamente miren a estos
adolescentes como seres humanos, porque siempre se ve que es el delito real”.
Psicólogo, Grupo Focal. Cúcuta, julio 30 de 2013.
138 Ley 1098 de 2006: Autoridades y entidades del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes.
157
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Que realmente todos los actores del sistema se comprometieran, que no fuera
una responsabilidad exclusiva de Bienestar Familiar; o sea creo que eso sería
más esperanzador. Y que los procesos realmente apunten a las necesidades de
los jóvenes; que ellos salgan con mejores oportunidades y posibilidades en donde
la comisión de una infracción a la ley penal, ya no haga parte de sus opciones de
vida”.
Experta, Entrevista a profundidad. Soacha, mayo de 2013.
Aquí se evidencia que dentro de la cultura administrativa del Estado se han ido configurando como normas, prácticas que son anormales: el principal doliente de un tema lo
asume como propio (caso del ICBF), pero a su vez, al hacerlo, se convierte en el principal
culpable de lo que no se hace. No es habitual en la gestión administrativa hacer control
y seguimiento a la corresponsabilidad (salvo por el ejercicio que realiza la Procuraduría
General de la Nación). Así que esta cultura suplanta la ley, se erige como tal y se adopta
como responsabilidad institucional algo que por definición de ley es responsabilidad de
todas las entidades compromisarias.
Capítulo
IV
“Situaciones como esas: no es justo que un muchacho o un grupo de jóvenes esté
peleando tantos años para que les construyan una cancha ¿no? no me parece. Y
todo ¿por qué? por el mal manejo de los recursos… Como ese día sobre las competencias, sobre el campeonato que hubo y yo hablé con el funcionario encargado;
yo le dije que nos apoyara más y él me dijo: ¿más que eso, qué más quieren? ¡Más
que eso! ¿Qué quiere que lo apoye? Así: como ignorando ahí todo… (Expresión
de frustración)”
Joven, 19 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013.
“…Por ejemplo: en las Juntas Locales y en todo, hay una gran cantidad de dinero
que no se aprovecha; y si se aprovechara… no se aprovecha como debería de ser
y no llega directamente a donde tiene que ser; porque el joven no sabe utilizar esos
espacios, no se apropia de ellos, no sabe cómo presentar propuestas, no está al
tanto de cómo dinamizarse frente a la comunidad porque… primero no hay una
noción de empoderamiento… ¿qué te digo? eso no lo tienen muy claro; y segundo,
las personas que están a cargo de este tipo de elementos tratan de descartar las
propuestas del joven minimizando el asunto porque les conviene …si muestran
algo, hacen propuestas y eso, no le dejan progresar su propuesta, porque los otros
les gusta es coger esa plata y volverla nada… y se las desbaratan”.
Experto, Entrevista a Profundidad. Sibaté, septiembre de 2013
158
En los apartados que preceden se sugiere una enorme dificultad y más allá de esta, una
cierta desesperanza para que los jóvenes y los adolescentes puedan acceder a los espacios públicos y políticos que han sido creados por el Estado para su posicionamiento;
este planteamiento fue generalizado en los grupos focales y en las entrevistas a profundidad desarrollados.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Para nadie es desconocido que una dificultad que enfrentan las instituciones y la sociedad misma está dada por la corrupción administrativa. De acuerdo con Garay “…la
corrupción es un mecanismo eficiente para obtener beneficios económicos y, como se
verá más adelante, beneficios sociales y políticos139”. En el caso de lo referido por algunos de los participantes como ya se mostró, pareciera que se trata de distintas formas
de corrupción generalizada e incorporada en comportamientos culturales; y a la vez, de
un mecanismo de exclusión, que tratándose de la población prioritaria del país, resulta
poco menos que preocupante.
Las alcaldías, las gobernaciones y la política en lo local
La Ley 1098 de 2006 designó en su libro III (Art. 204), las responsabilidades del ente
territorial no solamente con relación al SRPA, sino para toda la infancia y la adolescencia:
“Son responsables del diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas públicas de
infancia y adolescencia en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal, el
Presidente de la República, los Gobernadores y los Alcaldes…”. Veamos cómo se desarrolla tal disposición:
“… incluso eso me sorprendió mucho, hace por ahí dos meses nos reunimos con
varias Secretarías y se observa cómo todos estamos trabajando, pero de una
manera independiente, entonces la propuesta que le decía era que deberíamos
unir esfuerzos, unir todos esos programas para lograr un fin como el que es la
prevención y evitar que se siga aumentando la delincuencia”.
Fiscal, Grupo Focal, Manizales, junio de 2013.
Capítulo
IV
“Yo pienso que para poder invitar a la empresa privada a tener un sentido de
corresponsabilidad con toda esta parte social, que es muy importante, tendríamos
que empezar por la Alcaldía Municipal y la Gobernación, para que realmente ellos
asuman la corresponsabilidad como debe ser; con todo respeto con las personas
presentes … (Varias voces hablan a la vez de la corresponsabilidad) y la corresponsabilidad siempre queda en el ente visible del Sistema Nacional de Bienestar
Familiar, que es el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; hablemos de todo,
de presupuesto, de...”.
Trabajador social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
Lo dicho por los dos profesionales, sugiere que el paradigma de la corresponsabilidad
aún no está posicionado en las prácticas institucionales y sociales. Pareciera dominar
una mirada desde la subsidiariedad: “todos trabajamos pero de manera independiente…”
“tendríamos que empezar por…” Estas concepciones y prácticas van en contravía de los
elementos que son esenciales a la acción corresponsable de todos: solidaridad, simultaneidad, y complementariedad, lo cual por supuesto incluye a Alcaldes y Gobernadores:
“corresponsabilidad significa que la familia, la comunidad y el Estado tienen obligacio-
139 Garay; Luis Jorge; et. al., “La Captura y Reconfiguración cooptada del Estado en Colombia”; 2011.
159
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
nes concurrentes, simultáneas e interrelacionadas; no que cada uno tiene algunas responsabilidades aisladas. La familia no puede ceder su responsabilidad a la comunidad
o al Estado (como ocurre cuando abandona a un Niño o Niña). A la vez, debe exigir que
el Estado cumpla con lo que le compete. La comunidad brinda espacios y oportunidades para el desarrollo y la protección de los niños, niñas y adolescentes, a la vez que
promueve y vigila la gestión de la correspondiente a la familia y el Estado. El Estado por
su parte no puede evadir sus responsabilidades planteando que ciertos asuntos son de
competencia exclusiva de la familia, pues a él le compete habilitarla para que ejerza su
función, vigilar que lo haga y llenar sus falencias. De igual modo no puede descargar
sus responsabilidades en organizaciones sociales para que cumplan funciones propias
del sector público pero sí debe complementarse con ellas para lograr el mejor soporte
posible a los Derechos140”.
“La gobernación… ¿programas así cofinanciados directamente por la gobernación? No tengo mucha claridad”.
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
“Nuestros Gobiernos no apoyan; las Alcaldías no apoyan para nada. Le pedimos
plata al Alcalde y no, que no hay. El Gobernador, sí que menos”.
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Capítulo
IV
“… Ya sería más bien como propuesta a nivel municipal. El municipio tiene que
movilizarse… con programas de prevención que salen siendo más económicos
que los de intervención…”.
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
Conforme a las opiniones y vivencias de algunos de los participantes en los Grupos Focales y en las Entrevistas a Profundidad, las alcaldías y las gobernaciones aún distan de
apropiarse del mandato de la Ley 1098 de 2006 y de las disposiciones dadas en la guía
antes citada.
Asignación de recursos para la prevención en lo local-barrial
Cuando la concurrencia corresponsable no es clara, los actores no solo pueden confundir sus roles y recursos sino que también pueden sentirse paralizados, inhibidos, o desesperanzados frente a su quehacer. Incluso cuando quieren hacer algo, las posibilidades
y capacidades se contraen al no encontrar salidas respecto a su rol, que ante el déficit
de acción de algunos actores, da como resultado la pérdida de iniciativas y la dispersión
de recursos y esfuerzos.
160
140 DNP, ICBF, MEN, MINPROTECCIÓN: “Guía para Alcaldes: Marco para las políticas públicas y lineamientos para la planeación del desarrollo de la infancia y la adolescencia en el municipio”. 2ª. Edición, 2009.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Recuérdese, como ya se mencionó en el referente conceptual, que de acuerdo con
Heckman y Dimitriv V. Masterov las intervenciones tempranas benefician a los niños y
niñas, a nuevas generaciones y a la sociedad en general; reducen la desigualdad e incrementan la productividad de la sociedad. Desde luego, la intervención para sostener los
logros, es indispensable, pero ello sin desmedro de la prevención. La destinación de recursos puede resultar ineficiente cuando se hace solo para resolver problemas de corto
plazo, o que demandan inmediatez, de suerte que una inversión en recursos humanos,
físicos y financieros no proyectada y no sostenida en el tiempo impide encontrar en la
Prevención una posibilidad de hacer eficientes tales recursos; mucho más cuando esta
mirada no está en un contexto de desarrollo individual y colectivo.
Más esfuerzos para lo preventivo
Los esfuerzos adelantados en el campo de la prevención, usualmente representan un
mínimo de recursos frente a los de la intervención o la protección, dando con ello un
énfasis en lo inmediato y de corto plazo, lo cual tiene efectos perversos: a mayor descuido de lo preventivo, mayor demanda en la protección. Esto se convierte en un círculo
vicioso que no permite proyectarse con saldo social, como sí puede hacerse cuando
se enfatiza en la prevención. Téngase en cuenta además, como ya se señaló en 4.2.4
(¿Quién corre más?) que se ha vuelto una constante que los programas preventivos se
sacrifican debido a asuntos burocráticos, así que no se desarrollan con sostenibilidad
sino apenas durante alguno o algunos meses del año, imponiendo aún con mayor
fuerza la lógica que señala que lo verdaderamente importante es lo que reclama inmediatez. Pues nos encontramos con un nuevo desafío consistente en generar equilibrio
entre lo preventivo y lo referente a la atención, obviamente a partir de diagnósticos;
programas probados técnicamente para funcionar durante 8 o 9 meses por año no
pueden reducirse a 3, porque su efecto será adverso y el resultado será la pérdida de
recursos y de credibilidad ante las instituciones; los recursos para la prevención tendrán
que robustecerse si verdaderamente queremos que en los programas de protección se
cuente cada vez con menos demanda. En los apartados que siguen mostramos lo dicho:
Capítulo
IV
“… pienso yo que se invierte mucho más esfuerzo, dinero, recursos, todo, en la
atención, más no en la prevención, ¿cierto? En la atención de esas familias y esos
niños allá en su comunidad, o sea ¿por qué llegan estos niños, estos jóvenes al
sistema de restablecimiento de derechos? ¿Cierto? ¿Qué es lo que ha pasado antes, que no se ha atendido? Siento que hay muchos más esfuerzos encaminados
a todo el proceso de atención y muy reducidos a prevención y en prevención es
mucho… muy asistencialista… todo lo de familias en acción… que entonces es el
subsidio, llegó el subsidio y ya. Pero entonces ¿cómo poder orientar a las familias
para que sean garantes de derechos? …Pues por ejemplo, ahorita se está haciendo mucho esfuerzo en primera infancia, ¿cierto? En todo lo de 0 a 5 años; pero
entonces yo pienso: ¿y toda esa población que sigue a partir de los 5 años, qué?
Los niños, los adolescentes, el trabajo desde la escuela, desde los colegios…”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
161
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“Pues yo digo de que… un ejemplo, si el gobierno nos apoyara a abrir más centros
de... de ocupación para los adolescentes, para las jóvenes, hasta para uno como
madre de familia, que hubiera más posibilidades, sería muy bueno”.
Madre de Familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“(M): ¿Qué harías con la juventud?
Pues yo, primero que todo, les daría como un estudio, normas, estudiar… para
ellos como… algo que les guste ¿sí me entiende?
(M): ¿Cómo qué?
De una vez en los barrios… desde pequeños… si a usted le gusta pintar, si les
gusta esto, es que uno desde pequeño, uno se cría como con una cosa, qué quiero
ser, quiero cantar, quiero pintar o algo, como darles desde chiquitos un estudio en
lo que les guste ¿no? Como por ejemplo facilitárselos más, para que crezcan en
eso y crezcan con lo que les gusta hacer y ayudarlos con eso ¿sí me entiende?”
Adolescente, 16 años, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
Capítulo
IV
Hay regiones del país en las que los programas de intervención o protección apenas
llegan, en tanto que algunos proyectos preventivos ni siquiera asoman. Sobre ellas,
también previa elaboración de un diagnóstico, debe focalizarse la mirada de las instituciones que integran el Sistema Nacional de Bienestar Familiar; ello, repetimos, con una
mirada de diversidad y respeto que les consulte, que tenga en cuenta sus necesidades
y recursos, sus intereses, tal como ya se señaló en 4.4 (“Recursos: entre la diversidad y la
singularidad”):
“Pero yo también digo: más instituciones de protección y prevención, porque nosotros no tenemos ninguna, o sea aquí en Tumaco, los niños que andan en la calle
doctora ¿y nosotros qué cupo tenemos por decir algo? No hay cupo para esos niñitos que andan en la calle… Hay, pero no para niños de calle, debería haber aquí, o
sea, una institución para niños de calle que tienen problemas de consumo… Pero
no tenemos así, vuelvo y le insisto, de comunidad terapéutica ¿no? Yo sé que este
es un problema de salud, pero debería haber”.
Experta, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
162
En estas zonas, en las que como se ve adelante, los adultos recorren grandes distancias para realizar sus actividades productivas (minería, agricultura, pesca, entre otras),
es necesario llegar con propuestas eficaces de apoyo en la prevención del abandono,
el abuso y el reclutamiento y prevenir así riesgos de delincuencia juvenil. Así mismo
y primordialmente, darse cuenta (indagar sobre ellos, buscarlos, identificarlos) de los
recursos con que cuentan y a partir de ellos promover procesos que como en el caso
de Amazonas, gracias a la biodiversidad que caracteriza al departamento, entre sus
imaginarios está que una Entidad como Colciencias pudiera impulsar proyectos investigativos en los que los niños, niñas y adolescentes serían protagonistas. Igualmente, las
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
zonas más apartadas del país aunque no registren los más altos índices de delincuencia
juvenil, deben representar la misma importancia para el país y ser incluidas en el sentido
de conjuntamente con ellas construir opciones que aseguren la corresponsabilidad de
los diferentes estamentos para con ellas y que faciliten el cumplimiento corresponsable
de las familias:
“… yo creo que también se necesita una fuerte presencia del Estado en las comunidades rurales, ¿cierto? Pues por la experiencia de los jóvenes como les digo, la
mayoría por no decir que todos, vienen es de zonas rurales, ¿cierto? Y la vulneración a los derechos es impresionante allá, las situaciones de violencia intrafamiliar,
de abuso, la presencia de los grupos es lo que impera, entonces también es como
ese abandono estatal a todas esas comunidades”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
“Como que el papá se dé cuenta cuando puede atacar el problema ¿por qué?
Porque son papás que no permanecen en la casa, se van a hacer actividades
mineras a otro lado, entonces cuando reaccionan, el niño ya está abandonado”.
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
“... por ejemplo, aquí Colciencias debería que… involucrarse también en esto,
porque hay muchos niños que quieren demostrar que son investigadores, tienen
destrezas ¡listo! si hubiera aquí un sitio en donde pueden interactuar, buscar sus
formas de investigar, yo creo que más de un niño, si hay un niño que está en
su casa sin nada qué hacer, acudiría inmediatamente allá y así… las empresas
también deberían de estar involucrados aquí, porque hay muchos niños que dicen:
yo tengo cultura empresarial, yo quiero saber cómo va a ser esto… y también
deberían de interactuar de esa forma las empresas en Bogotá. Entonces son factores que ahí se necesitan, pero que aquí no los hay. Eso hace que la vida ocio
de nuestra sociedad, los niños …Eso haría que se quitara ese riesgo que corren
nuestros niños, porque como la sociedad no los toma, no los tiene en cuenta; pero
sí la otra parte de la sociedad que es la delincuencia, sí los tiene en cuenta a ellos”.
Capítulo
IV
Padre de Familia, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013.
Cualquier esfuerzo en lo preventivo implica una asignación presupuestal, que en el caso
de poblaciones marginadas y con escasas posibilidades de vincularse en procesos productivos, a decir de la experta que habla en el siguiente apartado, deberían focalizarse,
e ir más allá de la mera asignación en dinero, orientadas y con acompañamiento.
“De pronto en el Conpes que haya acciones para efecto de intervenir el tema de
generación de ingresos; al menos para las familias focalizadas, con un niño con
problemas de infracción penal … la comunidad tiene sus responsabilidades, pero
la comunidad las asume a medias, pero si una familia la tenemos focalizada con
163
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
un proyecto de generación de ingresos, no es tan difícil la ubicación, además se
nos facilitan las acciones, porque entran unas exigibilidades, usted en el programa
tiene que reunir estos y estos requisitos… y un acompañamiento… de ahí… que
no sea la plata y ya”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Chocó, julio de 2013.
La sostenibilidad en los proyectos preventivos, su efectividad, el respeto por las disposiciones técnicas relacionadas con el tiempo durante el que deben funcionar cada
año, su puesta en marcha en todos los lugares del país que lo requieran, evitaría que se
presenten situaciones como la que describe el joven que habla a continuación:
“… en estos días estaba viendo en el barrio que había como un conflicto, llegó dizque que la mesa de derechos - nada más se ve cuando hay problemas - de resto
no se ve que… llegando capacitaciones, campañas, vacunas, para los jóvenes,
que partidos de fútbol, que ir a enseñarles, que meterse en programas de los que
les gusta… la adrenalina, todo eso… los deportes extremos… nada”.
Joven, 18 años. Grupo Focal, Medellín, agosto de 2013.
La autoridad familiar: ni carceleros, ni presos
Capítulo
IV
La corresponsabilidad de las familias comprende el cuidado, el amor y la protección no
solo frente al desarrollo físico de sus hijos e hijas, el desarrollo afectivo es vital; y de la estabilidad emocional y afectiva hace parte importante el establecimiento de límites y de
guías que les permitan convivir socialmente asertivos y, en la promulgación y práctica
de reglas claras y consensuadas en cuyo proceso de construcción el ejercicio de su autoridad es indispensable. En el documento conceptual del “Modelo de Comportamientos
Prosociales con las familias, niños y niñas de 4 a 6 años”141, las autoras señalan que:
“Distintos investigadores han encontrado factores de riesgo asociados con la agresión
en la primera infancia, como con la violencia familiar, la delincuencia juvenil…”. En el
caso que se muestra a continuación, un Adolescente de 16 años instruye a una madre
de familia, quien en un Grupo Focal manifiesta su impotencia para poder controlar a
su hijo menor de 14 años: hacerlo “reflexionar” y hacerle “un escándalo” son sus sabios
consejos, al parecer aprendidos en su propia vida familiar:
“Sí, sí, claro, hay que, hay que hacerlo reflexionar, ya si él no quiere, va siendo
hora de que… porque él todavía tiene catorce años ¿cierto?, usted es la mamá
(señalándola con la mano y mirándola a la cara), usted es la que tiene la autoridad
sobre él: no papito, usted a las ocho de la noche tenía que estar en la casa, si
usted está allá con sus amiguitos, le hago un escándalo allá encima de ellos, pa’
que se pase una pena; mi amá (sic) me decía una vez... (risas)”.
Adolescente, 16 años. Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
164
141 Torres Méndez, Clara & Vargas Trujillo, Elvia: “Modelo de Promoción de Comportamientos Prosociales con las familias,
niños y niñas de 4 a 6 años”. Proyecto de cooperación Técnica BID-ICBF 2005-2007 2ª. Edición, ICBF, 2010.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Una madre de familia participante en otro grupo focal, parece complementar la instrucción: “es lo que yo diga, no lo que él quiera”.
“Es que uno tiene que ser así con los hijos (hablan varias señoras a la vez) y los
hijos no lo mandan a uno (tono seguro); uno como padre, uno manda a los hijos…
eso que no, que el niño no quiere tal cosa… porque hay muchas madres que
pues… yo he escuchado, que el niño es muy jodido, que el niño, no… qué pena
me da, es lo que yo diga no lo que él quiera (con tono de seguridad)”
Madre de Familia, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Se desprende de lo anterior una nueva confusión de roles similar a la que se planteó en
4.2.3 (“Protección Integral: Nuevos roles para todos”), que esta vez anida en las familias.
Es claro que la madre de familia se encuentra tan desolada y tan perdida, que un adolescente interviene para orientarla. Se infiere la necesidad de desarrollar acciones dirigidas
hacia los padres de familia, redes vinculares y cuidadores, encaminadas a enseñarles
el control y la autoridad democrática al interior de sus familias, con el fin de facilitarles
la realización de su rol paterno. Recuérdese, como se señaló al comienzo del tema de
corresponsabilidad, que al Estado le compete habilitar a la familia para que ejerza su
función, vigilar que lo haga y llenar sus falencias; habilitarla es darle las condiciones
necesarias para que desempeñe su rol. En la voz de los adolescentes y jóvenes que participaron en los grupos focales, podría decirse que es coincidente su reflexión respecto
de lo imprescindible que es el apoyo de sus familias, sin las cuales algunos ni siquiera
imaginan su vida, o piensan que de haber seguido aislados de su apoyo habrían podido
morir:
Capítulo
IV
“(M): si no hubieras tenido familia o… no te hubiera apoyado como te ha apoyado
tu familia, ¿en cambio de eso qué?
Yo no estaría acá, yo creo que yo estaría... ¡hasta en la muerte!”
Joven, 19 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“… no, pues gracias a Dios, pues yo creo que… ¿sin familia? ¡Uichh no!...
uuuuichh!!!”
Adolescente, 14 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Con mucho criterio técnico y profundidad epistemológica, los Lineamientos Técnicos
del ICBF consideran que la familia es una “unidad ecosistémica de supervivencia
(resaltado nuestro) y de construcción de solidaridades… en el interjuego de los ciclos
evolutivos de todos sus miembros en su contexto sociocultural” y que “… por tanto hay
que potenciar sus recursos y los de las comunidades en vez de enfatizar la identificación
de sus déficits…”142. En efecto, para el joven y el adolescente que hablan atrás, la familia
142 ICBF: Lineamientos Técnicos para la Inclusión y Atención de Familias (2007).
165
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
ha sido fundamental como posibilidad de vida; y en el joven que habla a continuación,
se constituye en una razón para continuar en su proceso:
(M): “¿Tú en quién te apoyas?
En mi familia, es lo que más quiero, estoy mejor con ellos y por ellos estoy haciendo esto y lo quiero terminar y también… me ha mantenido el programa”.
Joven, 19 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013.
Pareciera que en algunos casos, cuando se descuida el vínculo o se confunde el rol familiar, los seres humanos tendemos a buscar entretejer relaciones vinculares que nos den
sentido de vida, o a romper definitivamente con aquellas que confundieron su quehacer. Las relaciones intergeneracionales encuentran en la familia un espacio casi único,
debido a la fortaleza de vínculos que en su interior se establecen; esto puede explicar,
en algunos casos, que adolescentes y jóvenes encuentren sentido a su vida a través de
la maternidad y de la paternidad, lo cual puede llegar a constituirse en un problema
para ellas y ellos, en cuanto interfiera en su desarrollo y en las posibilidades de expandir
sus capacidades al tener que priorizar sobre su propio proceso de desarrollo, el de otra
vida; pero no puede desconocerse que en muchos casos la paternidad temprana da
sentido a la vida:
Capítulo
IV
(M): “¿Qué es lo que… ¿en qué se basan, en qué se soportan, en qué se apoyan?
En la familia… ahora, en mi hija, es importante, si no fuera por ella, quién sabe
dónde estuviera”.
Joven, 20 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013.
Siguiendo al Dr. Borys Cyrulnik y retomando las conclusiones de sus indagaciones podríamos señalar que el vínculo y el apego son indispensables en un ser humano y que la
familia, necesariamente, se constituye en quienes deben dar nacimiento, continuidad y
fortaleza al vínculo tan importante para los adolescentes y jóvenes en procesos de riesgo o del SRPA; si no hay conversación, si no hay sentido, no existirá forma de construir
verdades plausibles para los adolescentes y jóvenes.
“Yo, por ejemplo, ¿puedo intervenir?, por ejemplo, en mi caso yo fui víctima y
victimaria (llora); en mi caso fue violencia intrafamiliar (se refiere al delito que
cometió). Yo… hablo de mi papá… pues bueno… en fin… gracias a esto pues,
terminé acá. Ahí se nota la fisura, porque si tú no tienes un buen núcleo familiar
¿cómo vas a esperar que tú respetes a tu padre o a tu madre si no hay un buen
acompañamiento y si…?”
Adolescente, 14 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
166
Los mencionados Lineamientos señalan que las redes sociales son espacios esenciales
en la vida humana, como quiera que “hacer parte de” y “contar con un vínculo” son
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
marcadores de la identidad y del sentido de vida, así que su exploración e identificación
como también su construcción, se hacen esenciales en todo proceso de intervención
a la familia; esto se constituye en enorme reto para el SRPA, que además cuenta con
los Lineamientos en mención para el uso de todo el Sistema Nacional de Bienestar, los
cuales reúnen herramientas, conceptos y estrategias y dan líneas de intervención para
trabajar con familias en principios de corresponsabilidad, inclusión y solidaridad. Este
material se constituye en un apreciable aporte que debe ser introyectado previo proceso de formación, por todos los actores del SNBF y del SRPA.
Aunque en la mayoría de los casos del SRPA se cuenta con la concurrencia de las familias —frecuentemente, gracias a los procesos que desarrollan los operadores—, en
la población en riesgo ocurre lo mismo, no siempre la familia cumple su rol y se hace
corresponsable.
“Toda aquella persona que lo trate bien a uno y que le dé afecto, no precisamente
tiene que ser la mamá la que le dé amor y cariño y afecto, ¡no!, puede ser cualquier
persona, ¿sí?, desde que uno se sienta querido, desde que uno se sienta apoyado, desde que… toda aquella persona que así lo vea a uno pateando un balón mal
pero le diga: ¡eso, eso es como lo que usted tiene que hacer, eso!…”
Joven, 22 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Lo que acaba de referir el joven da sentido a la corresponsabilidad. El rol de la familia
como el de los demás corresponsables, es insustituible. Y en este caso, el joven crea
una estrategia para darle sentido a su vida y afirmar la necesidad de contar con amor,
aceptación y aprobación. Como en otros casos ya mostrados, las propias familias, los
adolescentes y jóvenes, así como algunos operadores directos del SRPA, encuentran alternativas y surgen como diseñadores espontáneos de propuestas frente a situaciones
tan adversas como no contar con la presencia de una red vincular que les encamine y
les apoye en su proceso de socialización. Se podría decir que los niños, niñas y familias
son estrategas permanentes de su vida, dejarles solos frente a propuestas como estas
sería ignorarles como interlocutores válidos y desaprovechar sus importantes aportes:
Capítulo
IV
“… que yo les comenté al comienzo ¡mi hijo es consumidor!; entonces cuando los
hijos de nosotras son consumidores y cometen un delito, pues somos estigmatizados el adolescente y la familia, entonces ¿qué hicimos nosotras? Pues que muchas
mamás teníamos el mismo problema, llegábamos a… o sea, nos encontrábamos
en las audiencias y ¿qué hicimos nosotras?, creamos una red, una red de familias
protectoras y somos las mamás”.
Madre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“No todo el mundo pone la cara”
En los casos en los que la familia no se hace corresponsable frente a sus hijos e hijas, o
aún más grave, cuando esta es la que —vulnerándoles los derechos— los impulsa a la
167
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
realización de actividades delictivas; procede (como ya se indicó) “habilitarla” para que
cumpla su rol, y escuchar las propuestas que ellos hacen para restablecer la red vincular
o crear alternativas de red. Esta es una tarea en la que el Estado no puede ahorrar esfuerzos; al contrario, lo que debe hacer es invertir recursos especializados y transdisciplinarios que tengan como prioridad dicha “habilitación”.
“…lamentablemente, donde hay problemas los papás nunca ponen la cara; así
sea disciplinario, así sea de drogadicción, así sea… bueno de lo que sea. Los
papás a veces no ponen la cara; generalmente estamos los mismos papás ¿por
qué? Porque a uno le mandan una citación y uno sí se interesa por saber para qué
lo necesitan. Pero lamentablemente no todo mundo tiene la misma mentalidad,
la obligación… o sea… a mí me parecería que hubiera una ley que sancionara a
los padres irresponsables, de una u otra manera los obligara a ser responsables.
Porque es que si habemos (sic) en un colegio de 2.500 niños, habemos (sic) 100
padres responsables, la mayoría de ellos son irresponsables”.
Madre de familia, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
¿Sancionar a las familias?
Capítulo
IV
La corresponsabilidad, en el sentido de responsabilidades de varios actores hacia fines
compartidos, requiere de su concurrencia efectiva en cumplimiento de roles diversos
que les han sido señalados por la normativa y las leyes. Es indispensable identificar
cada una de esas responsabilidades en cabeza de cada actor. En el tema de ‘responsabilidad penal’ pareciera haber una división muy sutil entre las responsabilidades que
corresponden a las familias y las que corresponden a los adolescentes, lo cual pone de
manifiesto una falta de precisión en los alcances de la corresponsabilidad y exige por
tanto una clara definición, quizás mediante la reglamentación de la Ley 1098 de 2006.
Establecer el grado de responsabilidad de cualquier actor es complejo e implica contar
con un sistema de seguimiento, control y evaluación de las medidas y sanciones, que
permita una aproximación más precisa a estas, de suerte que se clarifique el alcance y
resultados de cada una, así como el cumplimiento de cada actor. Necesitamos construir,
en conclusión, una cultura de la responsabilidad con alcances claros de manera que
—como lo expresan las dos madres de familia a continuación— se cumpla la corresponsabilidad desde todos los actores incluyendo, por supuesto, a las familias:
“Yo creo que se debería pensar en sancionar a la familia también, alguna cosa
así, por así decirlo; y uno pensar en fortalecer al muchacho o al chico como tal,
fortalecerlos a ellos para que en medio de que no hay apoyo de la familia ellos
puedan… lo otro yo no sé hasta qué punto sancionar la familia o algo…”
Madre de familia, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
168
“… es verdad lo que él está diciendo: tienen que castigar a esos papás que no cuidan de sus hijos… una vez llegó un muchacho a la casa, era amigo de los míos y
a mí me intrigaba la forma de ser de él, porque era, a pesar de tan adolescente era
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
muy duro en cierta actitud, entonces yo le pregunté que la mamá, que el papá, que
los abuelos. Me dice, no, yo vivo con mi abuelita… y mi mamá, no, es que a ella le
interesa estar más con la amigas, ella que sale por ahí con el novio. Así, al estilo
de lo que él está diciendo, él decía que a él le generó ese vacío tan impresionante,
de saber que a su mamá le importaba más el novio y las amigas y el plan… como
dice el del fin de semana”
Madre de familia, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
La Policía
Dentro de la Institución Policial, como ya se mencionó en el apartado “A la Protección”,
se reconoce que se trata de una situación “complicada y compleja” en el cuidado,
vigilancia y control de los ciudadanos y ciudadanas en lo local, situación que evidentemente afecta la vida social. Sin embargo, se identificó en lo referente al Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes, un reconocimiento importante, tanto por la
especialización de su rol como por la disponibilidad y disposición de recursos que este
conlleva; esto es: la Policía de Infancia y Adolescencia ha alcanzado avances importantes que son identificados por actores del SRPA, pero no ocurre lo mismo en cuanto a la
Policía de Vigilancia:
“…los delincuentes, los ladrones, los consumidores y… así… esos son los riesgos”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013.
Capítulo
IV
“Sería como más esto… más protección por parte de la Policía; o sea, que estuvieran más pendientes, que pasaran, dieran varias vueltas en el barrio. Estar ahí diez
veces en la semana, puede ser más que todo en las noches y por los jóvenes que
son drogadictos que se la pasan por las esquinas”.
Madre de familia, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“Por las dos cosas: es complicado y complejo; primero, porque la Administración
municipal y los otros agentes del Sistema piensan que la única responsable del
sistema sigue siendo ICBF… por ejemplo: ayer ¿quién se afanó porque qué hicieron los muchachos?..., ¿qué pasó?, ¿cómo están?, ¿en qué podemos colaborar?
Policía indudablemente, fueron los que se tuvieron que exponer su integridad y
bueno…nosotros. Pero ni la Alcaldía ni la Secretaría de Gobierno”.
Experta, Entrevista a Profundidad. Soacha, mayo de 2013.
En este escenario es importante mostrar que no es fácil el ejercicio de vigilancia y control porque el espacio ganado por “las personas que delinquen” no es poco, y porque su
acción, como ya se manifestó, al parecer ha cooptado algunos sectores que por estar
intimidados o por estar de su lado, les protegen; se requieren aún más esfuerzos en los
169
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
distintos niveles que atañen a la Institución Policial, pero de mayor envergadura en lo
que se refiere a la vigilancia y al control:
“…en la medida en que pueblos pequeños, ciudades pequeñas… los delitos cada
vez vienen en aumento, vienen realmente con cierto tipo de gravedad, ha ido cambiando el modelo de delito en Sibaté y especialmente el delito que involucra a adolescentes y jóvenes… la comunidad no sabe qué hacer, las comunidades como que
se preguntan: bueno ¿esto es deber de quién, de la Policía? … entonces, por favor
¡presencia de la Policía!, o ¿es deber de la familia?, o ¿es deber de quién?, pero
casi siempre se considera que es deber del Estado; que… el Estado somos todos
realmente, pero de los gobiernos locales como manejan el asunto uno también
se da cuenta (…) que muchas veces, en municipios pequeños, las personas que
delinquen de alguna manera son jóvenes de las comunidades, entonces llaman
a la Policía, pero cuando va, llega la Policía la y la misma comunidad, el mismo
entorno protege… los protege para que no se los lleven, entonces terminan siendo
como cómplices”.
Experto, Entrevista a profundidad. Sibaté, mayo de 2013.
Educación y Salud
Capítulo
IV
Como ya se mostró en varios momentos en lo que va del texto, nos encontramos ante
dos sectores que, dentro del SRPA, han realizado esfuerzos que hasta ahora resultan
insuficientes frente a los derechos de los niños, niñas y adolescentes en cuanto a protección y desarrollo. En la voz de la Procuradora que habla a continuación, ejemplificamos
un contenido que más es un clamor a nivel nacional, porque las acciones correspondientes siguen siendo invisibles o insatisfactorias:
Desacato
“Entonces me parece urgente, pero no sé. Yo creo que es a nivel nacional lo del
problema con la educación, porque ¿qué les van a dar la nivelación a los muchachos? (manifiesta inseguridad), qué… no hay manera de cómo enseñarles porque
no hay maestros; que a los de primaria, que… me estaba contando el compañero que volvieron a incurrir ahorita en desacato. Entonces está el problema en la
educación ¡que el Estado se comprometa verdaderamente! no sé, a través de
una resolución o un convenio, a ver qué compromisos se van a hacer, porque…
llamadas de atención, a cada rato requerimientos y ellos comienzan y cumplen
unos días, nombran a los profesores y a los dos meses ¡otra vez en las mismas!”
Procuradora, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
170
Un tema interesante que surgió en las actividades de recolección de información fue
el relacionado con la importancia de que la educación se asuma no solo como el espacio de transmisión o enseñanza de aprendizajes técnico-teóricos, sino adicionalmente
como un tema de convivencia. Pues bien, así lo expone el Plan Decenal de Educación
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
2006-2016143 al incorporar entre sus desafíos la “educación en y para la paz, la convivencia y la ciudadanía”, dentro de unos principios de “inclusión, diversidad, diferencia,
identidad y equidad”.
La educación es, pues, un asunto que rebasa el cumplimiento de requisitos curriculares;
se trata de expandir las capacidades de los adolescentes y jóvenes, que puedan caminar
por las rutas del conocimiento y que estas les ofrezcan diversidad de modelos flexibles
de educación de muy alta calidad, nivelación y construcción de modelos pedagógicos
adecuados a circunstancias de fortalezas y dificultades de los educandos. La experta a
continuación explica con claridad meridiana el asunto, al que da una mirada sistémica
compleja:
“… el área educativa ha venido haciendo ese tipo de trabajo: hacer esas mesas,
hay que formar al docente en ese compromiso; por lo menos, yo veía un proyecto
que se quiere hacer, que tiene un eje transversal, que es la convivencia ciudadana:
el respeto, los deberes, los derechos… que ese programa no sea especialmente
como una asignatura que tiene que llevar un profesor ahí; que sea trasversal,
que sea cotidiano, que el de matemáticas maneje también esa situación, que no
diga vengo a dar matemáticas y no más, eso pasa, eso es todo un trabajo que
hay que darle fuerte… la mayoría de problemas… lo que dice el observatorio, se
presenta en el aula. El problema de acoso, de competitividad se está en el aula, el
mayor espacio donde se presenta es el aula. Y cuando se resuelve con la pelea, lo
resuelven afuera… ¡No se puede resolver un problema fuera del aula o fuera del
colegio, cuando tú lo has podido resolver adentro!”
Experta, Entrevista a profundidad. Barranquilla, agosto de 2013.
En efecto, analizar un tema de violencia que ocurre al interior de los colegios y escuelas,
refiere necesariamente al compromiso que tiene el sector educativo frente al desarrollo
de los estudiantes y frente a la prevención de la delincuencia juvenil: “Se entiende que
la violencia en la escuela puede ser una muestra de una tendencia más generalizada a
reaccionar e interaccionar con otros de manera agresiva y/o violenta”144. En este sentido
se ilustra el escenario mediante información precisa en el próximo capítulo.
Capítulo
IV
“Hoy en día, los docentes están casi que educados es para la academia únicamente y olvidan todas estas variables que hacen parte de la formación del joven. Como
quien dice: yo dicto mi clase magistral y de pronto me apoyo en la tecnología: el
video beam, el computador y como que dicto yo una buena clase: he cumplido…
¡Noooo!!!! Yo digo que hay un compromiso, más todavía, allá”
Docente, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
El Plan Decenal, efectivamente, propone este como su primer desafío en el que incluye sus prioridades con enfoque
de derechos y deberes, principios de equidad, inclusión, diversidad social, económica, cultural, étnica, política, religiosa, sexual y de género, valoración y tratamiento integral de los conflictos y, respeto por la biodiversidad y el
desarrollo sostenible.
144 López, Hernández Mónica; Gómez Becerra Immaculada; Martín García María Jesús; González Gutiérrez, Carolina. Prevención de la violencia infantil-juvenil: estilos educativos de las familias como factores de protección. International
Journal of Psychology & Psychological Therapy. 2008, Vol. 8. Issue 1, p. 73-84. 12p. 1 Chart, 3 Graphs. 143 171
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Es fundamental, desde la corresponsabilidad, reconocer las responsabilidades centrales
de la escuela; no se trata solo de la familia como responsable de sus hijos e hijas, sino
que estos en calidad de ciudadanos en formación, son también responsabilidad de las
instituciones en las que transcurre su vida y se construye su identidad, autonomía y su
proyecto de vida: “la familia es parte de una red interconectada en la que padres e hijos
interactúan con factores externos como la escuela y el ambiente laboral. Por lo tanto, las
intervenciones dirigidas solo a los padres pueden no ser eficaces si no hay cambios en el
contexto en el que estos se desenvuelven”145.
“… porque… mire los riesgos en los colegios, ya uno ve los morrales de los niños
de cuarto, quinto y sexto, ya con marihuana en el bolso, eso está viendo uno y los
profesores… llaman al papá, llaman la mamá, ya después de ahí ya empiezan a
llevar… les dan cuchillos, les dan navajas y los van… o sea, eso es una escuela
como para el crimen ¿cierto?, se van volviendo los colegios… una escuela como
para el crimen, porque ya salen niños ya con… se envuelven… los niños se envuelven las camisetas en la cabeza y se van y atracan un viejito, una señora, un
negocio. Entonces están saliendo de esas escuelas. Entonces el Gobierno tiene
que ponerle ¡ya! el remedio inmediato”.
Padre de familia, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
¿A quién acudir?
Capítulo
IV
El logro del derecho a la vida se traduce en la construcción de entornos saludables que
exigen la prevención y el tratamiento ante el consumo de sustancias psicoactivas, entre
otros. Esto, por supuesto, implica desde una mirada corresponsable, la participación
decidida en la construcción de estrategias que se concreten en acciones visibles por
parte del Sistema de Salud, en articulación con la sociedad civil y con las instituciones.
Aún hay un largo trecho por recorrer frente a este tema:
“Efectivamente yo soy la persona encargada de la asistencia social de los juzgados. Cuando llega un tema de educación por ejemplo, los jueces… se hace el
trámite ante un juez de conocimiento, y los jueces han escrito, solicitado, suplicado
al Gobernador, al Alcalde, a las instituciones educativas, que se les garantice el
derecho; de igual forma, cuando es el tema de salud se le solicita a las secretarías
de salud o a las IPS la atención. Es un tema que cuando un alto número de jóvenes
vienen con temas de consumo de sustancias psicoactivas, está relacionado con el
tema delincuencial, de por sí programa que…”
Profesional, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Como se mencionó en este apartado bajo el título “asignación de recursos para la prevención en lo local barrial”, si bien la destinación de recursos implica tener miradas en
el largo plazo para que allí quede capitalizada la prevención, es también importante
distinguir entre lo que es urgente y lo que no lo es, y reconocer que esta comprensión es
172
145 Guerrero, R. “Qué sirve en la prevención de la violencia juvenil”. Revista Salud Pública de México, 2008.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
crucial, siendo igualmente importante lo urgente y lo no urgente. Un niño, niña, joven
o adolescente con consumo de SPA como sugiere a continuación el educador, requiere
atención urgente y prioritaria “porque algunos tienen esas situaciones de consumo lastimosamente… entonces la cita está a dos, tres meses por allá, y en esos dos o tres meses
entonces ¿yo qué hago?” Simultáneamente tenemos que pensar en su aseguramiento,
su prevención y su atención en el largo plazo, de manera que se le garantice una vida
larga y saludable146.
“…entonces tenemos el factor de consumo de sustancias psicoactivas como factor
también relevante, además porque eso afecta la construcción del carácter y la
personalidad del muchacho ¿sí? Entonces, no es igual el adolescente que nos
llega, que solamente nos llega porque solamente probó por experimentar marihuana, al adolescente que consume pepas y que tiene una dificultad a nivel de…
un problema de adicción ya como tal. Entonces creo que eso se está también
como desconociendo… Entonces ahí sería también la parte de salud ¿qué está
haciendo?, por ejemplo porque… ahora están las EPS, entonces por ejemplo: si
yo remito al chico a una valoración médica o una valoración en psiquiatría porque
detecto cosas, porque algunos tienen esas situaciones de consumo lastimosamente… entonces la cita está a dos-tres meses por allá, y en esos dos o tres
meses entonces ¿yo qué hago? Además que la modalidad que tenemos pues es
Libertad Vigilada, pues no es igual el chico pues que mantiene todo el tiempo en
sus dinámicas de factores de riesgo dentro de la familia, dentro de la sociedad… y
cuando llega a nosotros, es: ¿qué vamos a hacer en este tiempo? O sea hagamos
algo constructivo pero ¡hagámoslo!”
Educador, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Conforme a lo dicho hasta aquí, la corresponsabilidad no puede depender de buenas
relaciones o de buenas voluntades, si bien estas son de gran importancia y también
hacen parte del proceso, se trata es de cumplir con lo ordenado por la normativa y las
leyes; la concurrencia de los actores debe ser tangible, articulada, permanente y visible:
Capítulo
IV
“Bueno, hablo directamente por mi institución, en mi institución ha sido posible
lograr la corresponsabilidad, más por voluntades personales, más por redes de
relaciones que tienen entre la corporación y las instituciones de educación, las
instituciones de salud, etc. Lo que debe… que… tiene que pasar es que se cumpla
lo de ley; es decir, que esto es lo que le toca a salud, esto es lo que le toca a las
empresas por responsabilidad social. Porque realmente nosotros hemos logrado
grandes cosas con los muchachos, pero por relaciones; lograr, conseguir los recursos, vincular a los jóvenes, acompañarlos, pero lo que debe haber es que se
cumpla lo que es de ley y que todos sean realmente beneficiados”.
Profesional, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
146 Un componente de los derechos a la existencia es “todos saludables”, que implica: conocer y prevenir las principales
causas de enfermedad por grupos de edad; garantizar que todos tengan las vacunas, atender la salud visual, auditiva,
bucal, ambiental y mental; lograr que todos estén afiliados a la seguridad social en salud y tengan servicios oportunos y eficaces; garantizar acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, proveer a todos agua segura en sus
viviendas y saneamiento básico /ver DNP-Bienestar Familiar-MEN y Minprotección, Óp. cit.
173
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Desarrollo Social y Técnico
Llegar a la mayoría de edad, es en sí mismo un logro, detrás del cual hay una inversión
del Estado, de las familias, de la sociedad y del propio niño o niña y adolescente, que dio
como resultado imponerse a la vida. Al igual que los derechos de la población menor
de 18 años están respaldados en convenciones internacionales y acuerdos nacionales,
los derechos de quienes están por encima de los 18 años se establecieron en pactos y
convenciones como el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)”, entre otros. Pasar de los 18 años no implica la pérdida de la ciudadanía,
esta se fortalece en los derechos correspondientes a adultos jóvenes para quienes tiene
sentido hablar del derecho al trabajo, por ejemplo, o a la preparación técnica para el desarrollo social. En el siguiente capítulo se ilustra la crítica situación a la que se enfrentan
los jóvenes mayores de 18 años.
Capítulo
IV
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25 señala que “toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia,
la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia
médica y los servicios sociales necesarios. Tiene así mismo el derecho a los seguros en
caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de
sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”. Según
Sarmiento, a partir de este marco, algunos definen en una forma muy amplia los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales como “aquellos derechos humanos
que posibilitan a la persona y a su familia gozar de un nivel de vida adecuado”147. En
cumplimiento de estos derechos, la formación y capacitación que imparte el Sena, así
como la oportuna expedición de la Libreta Militar, se pueden constituir en facilitadores
para el adecuado desarrollo de los adolescentes y jóvenes. No disponer de estos, consecuentemente, es un obstáculo para cualquier joven y, en particular para jóvenes y
adolescentes que se encuentran en el SRPA —como ya se indicó en “Salir por la puerta
grande: el pos-egreso”—, lo cual es mucho más grave si ya han cumplido la sanción o
medida, en cuyo caso cuentan con menos recursos institucionales de apoyo para poder
acceder a estos elementos facilitadores y dar continuidad a un proyecto de vida que fue
apoyado y construido desde una perspectiva pedagógica durante el cumplimiento de
la sanción o la medida.
“Ojalá… por ejemplo los muchachos que terminan un proceso y cumplen una sanción de un año y uno pudiera reinsertarlos en un call center o en una empresa,
o sea… ojalá aquí tuviéramos la posibilidad de que algunas… que no pusieran
tantas trabas por la escolaridad también a veces ¿cierto?, lo mismo con el Sena, a
147 174
Areli Sandoval Terán. “Construcción de Indicadores en Materia de Derechos Económicos, Culturales y Ambientales:
documento base sobre el estado de discusión a nivel mundial”; citado por Sarmiento Alfredo en “Estado de la Discusión Académica y Práctica de los Indicadores de Derechos, Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales” consultoría para el Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario – “Formulación de
una propuesta de indicadores de seguimiento y evaluación de los DESCA”, Bogotá, 2012.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
veces… que pudiéramos… un muchacho cumple una sanción de un año, está en
séptimo grado, ¡pero que fuera y lo capacitaran!”
Terapeuta, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“…sino que… respecto a la capacitación de los jóvenes. Si bien es cierto, el Sena
se ha portado muy bien y ha mejorado la atención notablemente, pero hay mucho
chico y chica en las audiencias que por ejemplo no quieren tener capacitación de
las que da el Sena. Eso me pasó con una niña que no quería estudiar, como dice
el Juez, ella quería una capacitación que tenía facilidad para manicurista y que le
gustaba, y el Sena no lo tiene; entonces se pensó en la posibilidad de… yo le dije,
pues de pronto...
Profesional, Grupo Focal. Popayán, agosto de 2013.
“Es que incluso las mismas prácticas con el Sena son muy difíciles porque ellos
prefieren pasarles las prácticas a otro tipo de población que a la población del
Sistema de Responsabilidad Penal, y la exigencia para que nos den cursos es muy
grande… creen que…”
Trabajadora Social, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
“La Libreta Militar… pues… uhm… Es que en los requisitos para adquirir un trabajo
es de las cosas primordiales, que se está gestionando y realmente pues encontramos como limitante que la gestión y la colaboración o la respuesta siempre es:
espera, espere, espere… y nunca vemos resultados”.
Capítulo
IV
Psicólogo, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
Todos participando, todos jugando
Brindar infraestructura y programas para que los adolescentes y los jóvenes puedan
jugar; proveerles espacios para el desarrollo físico y la recreación en entornos educativos, recreativos y deportivos o artísticos, y promover la integración de la formación
ciudadana desde la educación inicial148, son estrategias que conducen hacia caminos
seguros en la prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes.
148 DNP-ICBF, MEN, Minprotección, Op. cit. (2009).
175
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
“… y yo pienso que si el chico tuviera una favorable ocupación del tiempo libre, se
evitarían muchas situaciones como es el mismo consumo de sustancias psicoactivas, y qué rico trabajar desde lo lúdico-recreativo porque lo que decía la doctora,
los chicos cuando están en su fase institucional… se fomentan estas actividades y
son otros y tienen la posibilidad de crear y tenemos unos chicos súper inteligentes,
o sea que tenemos unas habilidades sociales… qué rico tener esos espacios, ellos
se identifican, la gran mayoría, con la cultura hip hop, cuando ellos empiezan a
expresar a través del arte están expresando su sentir, su dolor, su angustia, etc.,
qué rico utilizar la lúdica para poder fomentar programas de prevención… y… ellos
algo apoyan, pero…”
Trabajadora Social, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
“Sí, sí; pero ese skate park fue de una lucha desde ocho años atrás. Unos amigos,
muchos pioneros, los primeros pioneros de acá de deporte extremo, lucharon hasta
el año pasado que concretó el skate park después de ocho años de lucha; porque
siempre nos han discriminado a nosotros. Desde que montamos en bicicleta o en
tabla, los roller; dicen que nosotros somos gamines… nos discriminan mucho”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Leticia, julio de 2013.
Capítulo
IV
El ICBF
La prevención adquiere sentido y fortaleza en una mirada a la corresponsabilidad si las
acciones, las estrategias, las herramientas se piensan y se construyen articuladamente
entre los diferentes actores llamados a desarrollar acciones preventivas. Esta mirada
integral se refiere al valor agregado que produce trabajar articuladamente con un único
propósito para todos —el mismo para todos—: prevenir la delincuencia juvenil y de
adolescentes. Ha sido reiterativo a lo largo del texto que uno de los corresponsables
—el ICBF— se encuentra en muchas ocasiones solo frente al tema del SRPA:
“…pero aquí ¿qué pasa?, estamos en este momento… ya le mandamos como a la
Alcaldía, y… porque el Procurador de Familia es muy interesado en esos temas,
porque a veces las alcaldías o las entidades no les prestan… ven eso como: ¡ah!,
eso es del ICBF. No le prestan atención, uno no consigue apoyo”.
Experta, Entrevista a profundidad. Soacha, mayo de 2013.
176
Como ya se mencionó en referencia al tema de derechos, cuando los adolescentes entran a la adultez no pierden la condición de ciudadanía; además de prepararse para el
desarrollo de sus propios proyectos, entrar en el mundo adulto implica el derecho de
conformar una familia y disponer de los elementos que este desafío contiene. Para el Estado, frente al asunto se plantea un desafío adicional y es el de la protección de la familia
más allá de los 18 años, a través de acciones visibles y reconocidas, viables y disponibles:
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“No pues, la pregunta es complicada porque existe un ICBF con su énfasis en
población de 18 años hacia abajo. De ahí pa’ arriba ¿qué institución existe?, qué
tal… y cuando usted dice ‘tal’ y todo eso, la respuesta es: ¡no hay nada!, (varias
intervenciones a la vez)…”
Psicólogo, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
“Mucha prelación, mucho entendimiento… y una justicia más especializada”
La Ley 1098 de 2006, en su artículo 140, estableció que “en materia de responsabilidad
penal para adolescentes, tanto el proceso como las medidas que se tomen son de carácter pedagógico, específico y diferenciado, respecto del sistema de adultos, conforme
a la protección integral…” Esto requiere de profesionales especializados y de equipos
integrales en la Judicatura, en la Fiscalía y en todas las instituciones que hacen parte
del SRPA. Esta disposición se aprecia en ciudades como Bogotá (entre otras), pero no
es el caso de todas las regiones; y aún en Bogotá se observan equipos incompletos o
ausencia de estos en algunas temporadas o épocas de cada año.
Si bien el tema se mencionó en 2.3.2 “un cierto halo de impunidad”, hablar de corresponsabilidad invita a reiterar que la especialización de la justicia consiste en: la capacidad de reconocer el significado del ciclo vital de los adolescentes y jóvenes y saber
los contenidos de esa etapa tan importante por la que ellos atraviesan; aprender la
importancia de la familia como soporte de los niños, niñas y adolescentes que integran
la red vincular conformada por ella; adquirir conocimientos y experiencia en derechos
humanos, lo que significa dar una mirada a las oportunidades que se deben brindar a
los adolescentes y jóvenes para que vivan una vida valiosa; apropiar los tratados internacionales relacionados con infancia y adolescencia; dedicarse de manera exclusiva al
tema, lo cual posibilita desarrollos y focalización para avanzar en distintos aspectos de
la labor que implica el SRPA:
Capítulo
IV
“Sí, muy complejo, muy difícil. Es decir, yo pienso que sí debería haber un juzgado
que se especialice únicamente o que tenga como función o marco de competencia
el juzgamiento para adolescentes. Para mí es muy complicado tener que atender
todos los asuntos de familia que se manejan desde el ámbito civil, y de pronto
manejar los casos de adolescentes, que merecen mucha prelación y mucho entendimiento y una justicia más especializada. Pero igualmente, así está concebida la
justicia colombiana en algunas partes, porque en las capitales sí existen juzgados
penales para adolescentes, tanto de control de garantías como de conocimiento”.
Experto, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
Sí, de pronto yo quisiera aclarar algo: no es que no los aprehenda la Policía, los
delincuentes o, por decir, los niños que infringen la ley penal. El problema es que
sí los aprehenden, pero como que no se les hacen audiencias ¿verdad Doctor?
177
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Los que se los llevan son por casos más graves como extorsión, como hurto o por
decir también porte ilegal de armas. Pero sí, a veces como que la Fiscalía no los
pasa ¿no?
Experta, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
Para que un Juez —como en el caso que sigue— un defensor de familia o un fiscal,
por ejemplo, puedan estar enterados del desarrollo de todos los casos a su cargo, es
necesaria la especialización y una dedicación exclusiva a temas prioritarios como es el
del SRPA. A su vez, para un adolescente dentro del SRPA es crucial contar con estos
profesionales, a quienes valora, tiene en cuenta, considera como algo esencial en su
proceso; así mismo, de esas figuras dependen decisiones vitales para ellos:
“(M) ¿Qué fue lo que hizo que tu juez se convenciera de que era mejor que te
dejaran seguir estudiando y no estuvieras más interna?
Mi comportamiento, el rendimiento que se dio tanto de mi familia, el personal y
pues del académico y el compromiso que uno le mete al proceso, si uno no tiene
compromiso con la vida, no tiene compromiso con nada”.
Adolescente, 17 años, Grupo Focal. Bogotá, junio de 2013.
Capítulo
IV
Unas rejas más grandes que las del SRPA
La corresponsabilidad no tiene como único escenario el de los grandes pactos, las leyes
y los acuerdos; la acción cotidiana de quienes representan las instituciones llamadas a
la concurrencia puede inhibirla o desarrollarla. De no estar integrados los operadores
del Sistema y las instituciones que operan los programas ante y con las familias, los
adolescentes y los jóvenes; el sujeto de derechos se desintegra al no encontrar recursos
articulados para su protección. La tarea de la corresponsabilidad en esta articulación es
no solo la de identificar el rol de uno u otro actor del SRPA, se trata de reconocer que
cada uno agrega valor a un proceso cuyo producto final debe ser el mismo para todos:
jóvenes y adolescentes reintegrados a la sociedad.
“Corresponsabilidad… hmm, complejo, frente al tema de responsabilidad penal,
muy complicado, porque yo siento que cada día nos dejan más y más solos dentro
del mismo proceso al ICBF, es más, el Ministerio de Justicia en el Sistema de
Responsabilidad Penal, el Centro de Servicios Judiciales ordenó poner una reja
allí… ahora nos marginaron a la Policía de Infancia y Adolescencia y a Bienestar
Familiar; y los otros entes: Fiscalía, Defensoría Pública, jueces, centro de servicios
quedaron aparte… como: OH, TODOPODEROSO (muestra aflicción e incomodidad). Como quien dice, esa reja demuestra claramente, vayan ustedes allá con
su problema porque nosotros no nos vamos a enlodar. Una reja en acero, mucho
más fuerte de las que nosotros tenemos en los centros de formación o hasta en el
mismo Centro Transitorio, más agresiva”.
178
Psicólogo, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
“… nosotros con el compañero, al principio nos citaban en el Sistema del Consejo
de la Judicatura muy juiciosos por ahí cada dos meses. Ahorita tenemos años que
no nos reunimos; es decir, como… nos hemos dado cuenta, cada quien por su
lado. Y no sé si sería posible que también…”
Defensor de familia, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“Otra cosa, yo voy a pedir es que se puedan fortalecer reuniones con los defensores y con los jueces, porque yo opino que esto nos articula de una manera tan
positiva, que el muchacho ya no va a decir: es que yo no me volví a entender con
el Juez porque ese cucho tal cosa… es loco ¿cierto?; que ellos vean si estamos
todos en red, que está el ICBF, que está el Juzgado y que está el operador y que
está… que estamos en red, que estamos articulados. Yo pienso que esta parte hay
que fortalecerla porque tengo entendido que en un tiempo atrás cuando todavía
era Código del Menor se lograba hacer”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
La empresa privada
“Los empresarios del mundo han llegado a ciertos consensos básicos, encuadrados
dentro de este principio fundamental de convivencia y colaboración ordenada al bien
común, con aporte al desarrollo humano a través de una competencia sana y honrada,
dentro de una posición ética que conecta los fines de las empresas a objetivos humanos y sociales. Es el reconocimiento de la constitución del ser humano a través de una
existencia social; y que el desarrollo social y humano pide mucho más que reglas económicas y trasciende el mercado. Implica una mirada altruista que no acepta que con
el enorme potencial productivo... muchas personas en todo el planeta no lleven una
existencia en condiciones de dignidad”149.
Capítulo
IV
“…es que la versión que en este momento se tiene ya de empresa, y de la versión que se tiene en este momento de todo el boom de responsabilidad social
empresarial, tiene que ver básicamente que nosotros no podemos pensar que la
empresa es solamente la relación del producto y el cliente y el usuario. Es decir,
el entorno y el ciudadano como tal, forman parte de esa dimensión y de ese ciclo
de producción”.
Experto, Entrevista a profundidad. Bogotá, septiembre de 2013.
El criterio económico fundamentado en la ganancia muchas veces otorga a la responsabilidad social una mirada que puede definirse como gestos de buena voluntad, favores,
amistad o generosidad, pero que es distinta de la responsabilidad que, ética y moralmente, deben asumir actores tan importantes para el desarrollo del país, como son las
empresas privadas. Esto es más cierto aún si se tienen en cuenta los territorios aislados
149 Pérez, P., Teodoro, et ál. Op. cit. 2006.
179
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
con reducidas posibilidades de oferta empresarial, que desde una mirada de equidad
requieren más recursos y esfuerzos que los fortalezcan.
“Acá en… la verdad ¿qué corresponsabilidad de la empresa privada?, es mínimo
el aporte porque realmente no… como la curia, los transportes, por ejemplo, los
transportes que son demasiado costosos, porque acá la mayoría del transporte de
nosotros es fluvial”.
Experta, Entrevista a profundidad. Chocó, julio de 2013.
“Pues yo miro muy escasa esa corresponsabilidad o al menos el ejercicio, la aplicación de ese principio. En nuestro medio es muy difícil la labor que hace la Defensoría de Familia en lo que ellos pueden, tratando con los niños, con los padres,
pero menos hay colaboración de entidades privadas. No existe prácticamente eso
en este medio”.
Experto, Entrevista a profundidad. Tumaco, julio de 2013.
Capítulo
IV
La solidaridad, la colaboración y el compartir son valores humanos que denotan la legitimación del otro, tienen un componente afectivo y vincular. Estos valores en el marco
de un enfoque de derechos son muy importantes, pero —reiteramos— no pueden
reducirse a la voluntad ni ser ocasionales:
“Pues a ver… sobre todo desde nuestra experiencia, en este año hemos visto un
incremento significativo del acercamiento de las personas naturales y de empresas
a nuestra institución; casi que estamos teniendo en promedio 2 visitas semanales
de empresas o personas que se interesan en hacer un acercamiento a nuestros
niños. Lo hemos logrado, no solamente a través del grupo de voluntarios y del Plan
Padrino, sino también a través de una red de sueños que nosotros hemos tratado
de crear y es como tratar de recopilar en cada uno nuestros niños… aquellas cosas que han soñado, que quieren de alguna manera concretar, y con eso estamos
creando una base de datos en donde estamos dándole a conocer a esas personas
cuáles son los sueños de cada uno de nuestros niños”.
Profesional, Grupo Focal. Manizales, junio de 2013.
“Los lazos de amistad, porque ya le digo nosotros tenemos un curso de serigrafía y
arrancamos con el docente nosotros mismos, y pues… conseguimos una empresa
que nos incluya los muchachos que salen de ahí a laborar allá, pero es el amigo
de la empresa que quiere hacer la labor”.
Profesional, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
Lo medios de comunicación en la corresponsabilidad
180
Al igual que las empresas privadas de las que hacen parte la mayoría de los medios
de comunicación en Colombia, estos tienen unas responsabilidades que sobrepasan
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
la mera idea del lucro; a estos corresponde desarrollar iniciativas creativas que vayan
más allá del “rating”, a partir de la comprensión de que tienen la capacidad de construir
cultura en torno a valores relacionados con la paz y la convivencia armónica, coherentes
con la importancia de construir una sociedad humana. En efecto, la Ley 1098 de 2006
en su artículo 47, señala entre otras cosas que los medios deben “abstenerse de realizar
transmisiones o publicaciones que atenten contra la integridad moral, psíquica o física
de los menores, que inciten a la violencia, que hagan apología de hechos delictivos o
contravenciones o que contengan descripciones morbosas o pornográficas”. Con mucha frecuencia los medios de comunicación, según señalan algunos de los participantes
en este estudio, se alejan de este mandato de ley y pocas veces se ven aportes hechos
en sentido contrario:
“ … generalmente, algunos adolescentes involucran este tipo de comportamiento
cuando se ven permeados por estas dinámicas de que, bueno, yo estoy en el
grupo y quiero ser aceptado, entonces tengo que tener ciertos estilos de vida que
me están… por lo menos la televisión, el medio, son los que de alguna manera
generan ese tipo de práctica en ellos, entonces es como que ese consumo me
permite estar como a la par de mi grupo, entonces para poder entenderlo habría
también que mirar qué es lo que estamos vendiendo a los jóvenes a través de
estos medios, a través de la misma cultura”.
Trabajadora Social, Grupo Focal. Cali, agosto de 2013.
“Quedaría una parte que es importante con los medios de comunicación a veces
y es de los jóvenes, no solamente eso, mucha de la influencia es negativa… podemos ver que existen propagandas nocivas que influyen a los jóvenes, muchos de…
programas que se les presta a nivel de televisión están afectando a la juventud,
no sé si conoces todavía pandillas y paz, o todavía X o Y como … Las Prepago,
etc., etc., que influyen en el rol del joven… y el joven ve en esos programas como
un sentido de pertenencia, como algo que él quiere desear a llegar a ser, como
cuando dieron El Capo, cuando las profesoras le preguntaban a sus niños en los
colegios, ¿ustedes quién quieren llegar a ser?, y él decía, no, yo quiero ser El
Capo porque él tenía plata… y cómo es que el niño distorsiona la realidad gracias
a los medios de comunicación y algunos programas influyen sobre él, no tanto los
niños, como también los jóvenes”.
Capítulo
IV
Docente, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“Pasaban la figura de un joven bonito, como son los jóvenes en su juventud, y la
manera como se iba deteriorando… y deteriorando, que impacta de muy buena
manera. Porque el joven está viendo a donde lo lleva el consumo de sustancias
psicoactivas. Entonces no sé cómo sería por parte del Gobierno nacional que
implementaran una publicidad y en unos horarios estelares; porque ahora lo que
181
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
tenemos en horarios estelares son cuestiones negativas; La Prepago, por ejemplo,
todo lo que vemos donde hacen apología de la droga por todo lado… entonces
eso. Y en segundo lugar… a mí me parece que el ocio, la desocupación de los
jóvenes es lo que los lleva a hacer y a deshacer lo que están haciendo, desafortunadamente. Sería bueno que el Estado colombiano volviera a considerar el horario
escolar mañana y tarde”.
Fiscal, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
Investigación
En un mundo amplio y globalizado, es amplio también el espectro de estudios, análisis
e investigaciones disponibles sobre el fenómeno de la delincuencia juvenil y su prevención desde múltiples miradas (sociológicas, psicológicas o desde la misma economía,
etc.). No obstante, articular este mundo del conocimiento al mundo cotidiano de quienes día a día y por múltiples factores tienen conflictos con la ley desde temprana edad,
sigue siendo un reto de la corresponsabilidad, sin dejar de reconocer avances importantes en esta materia150. Es, así mismo un reto contar con disponibilidad de estadísticas,
datos, análisis cualitativos, miradas heterodoxas sobre el tema de insumos necesarios
para realizar seguimiento y evaluación del impacto de la implementación de la política
sobre la prevención de la delincuencia juvenil.
Capítulo
IV
“Uno: presupuesto, mayor presupuesto y un presupuesto que sea real, que no dependa solamente de la voluntad del Alcalde ni nada, que sea un lineamiento… que
no tenga que ver con la voluntad. Lo segundo sería el vínculo con la Academia y
la investigación ¿sí?, es decir, que esté sistematizada la experiencia, lo que están
haciendo en este momento. Y lo tercero tendría que ver con nosotros (expresión
que señala que se deben integrar más)… (risas) ”
Nutricionista, Grupo Focal. Cúcuta, julio de 2013.
“A eso es a lo que me refiero, eso es lo que se ha hablado en otras reuniones,
que haya un sistema unificado y diga: este muchacho está en tal sanción; porque
entonces, o sea, el sistema está colapsado, pero porque… porque están todos
regados en todos los juzgados ¿cómo vamos a hacer así? Ahorita por eso digo:
rescato la organización del Juzgado que se dio también a partir de hace como dos
o tres reuniones, que las trabajadoras sociales ya tienen cada una determinadas
sanciones”.
Profesional, Grupo Focal. Medellín, agosto de 2013.
150 182
El Informe “Basta Ya” elaborado recientemente por científicos sociales fue presentado por el Presidente al país como
un análisis profundo de las víctimas del conflicto, se constituye en un insumo de los procesos de paz y de justicia
restaurativa y transicional que vive actualmente el país.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
4.6. Análisis institucional: una observación como apoyo
al ejercicio cualitativo
Con el propósito de obtener información relacionada con el funcionamiento de los
programas del SRPA, y conocer el trabajo institucional en cada entidad y la articulación
entre estas, se realizó una observación a algunas de las entidades que trabajan en la
fase inicial del proceso (hasta el momento en el que se ordena la sanción o la medida)
con el propósito de contar con una mirada de primera mano sobre su operar, identificar factores que puedan contribuir a la prevención terciaria y establecer cuál ha sido el
papel que las entidades territoriales han desempeñado en el SRPA, y sus compromisos
frente al mismo. Entre las diferentes entidades que participan en esta primera etapa se
encuentran: la Policía de Infancia y Adolescencia, el Ministerio Público, el ICBF, el Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalía de Infancia y Adolescencia, y Medicina Legal.
De conformidad con lo observado, es importante analizar la prevención terciaria desde
el momento mismo de una aprehensión. Esta debe apuntar a limar asperezas y resolver
situaciones que a veces se presentan, en la medida en que algunos efectivos de la Policía aún no son reconocidos como figuras protectoras por parte de algunos adolescentes
y jóvenes. Esto se convierte en razón para que algunos adolescentes los vean como
una fuerza contraria y, en consecuencia, sean agresivos contra ellos, lo que en ocasiones se refleja en que uno de los delitos por los cuales son sancionados sea violencia
contra un servidor público. En este momento de la aprehensión sería interesante que
el adolescente pudiera entrar en contacto con un agente dotado de una formación y
herramientas pedagógicas que permitieran a aquel, antes que ponerse a la defensiva,
asumir un primer concepto frente a la responsabilidad que le asiste.
Capítulo
IV
Como una experiencia positiva para resaltar en materia de prevención, se encontró que
en Chiquinquirá se realiza una “Jornada por el Buen Trato” en coordinación con la Policía, en donde toda la oferta institucional se traslada a los barrios que presentan situaciones extremas de vulnerabilidad. Esta campaña tiene un alto impacto porque permite
que la población conozca las instituciones y los servicios que prestan, y pueda acceder
en su mismo sitio a estos beneficios (prevención secundaria). Retomando lo dicho en
el análisis cualitativo, numeral 4.5 “corresponsabilidad: más esfuerzos en lo preventivo”, es importante escuchar la voz de los adolescentes, jóvenes y familias, que reclama
una presencia estatal con características de mayor permanencia, y no solo cuando se
presentan emergencias o con el carácter de “brigadas” que no tienen continuidad ni
impacto sostenible.
Se evidencia que muchas de las capturas que está realizando la Policía son por porte de
estupefacientes en dosis mínimas, en cuyos casos resulta muy difícil identificar el límite
entre estas y un posible microtráfico.
En este punto, es importante resaltar que muchos de los adolescentes que son parte
de esta cadena de tráfico son a la vez consumidores; de hecho, llama la atención que
183
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
la manera en la que las grandes estructuras reclutan a sus pequeños expendedores
es ofreciéndoles droga a cambio de trabajo. Esta observación fue hecha en todos los
lugares visitados, lo que permite evidenciar que la oferta institucional debe cuidar y
proteger la ciudadanía desde varios frentes, tanto en lo que tiene que ver con su salud
como también con su seguridad.
Como sucede con el resto de entidades, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
es recurrente la observación de la falta de personal, lo que hace difícil el desarrollo de
su gestión, dada la gran demanda que los equipos de las defensorías de familia reciben
en diferentes momentos de los procesos. Esto nos remite nuevamente al tema de la
corresponsabilidad institucional, de cuyas reflexiones y análisis se desprende la necesidad de dotar con los recursos suficientes a todas las entidades y de asumir por parte
de cada uno de los corresponsables la respectiva acción. Frente a esto, es importante
resaltar que en algunos lugares como Girardot, Funza y Facatativá, la diferencia entre
los adolescentes que son aprehendidos y los que son judicializados es muy grande, desbordando frecuentemente la capacidad del Sistema, lo que sería otro punto de reflexión
de la prevención terciaria que implicaría revisar mecanismos alternativos de prevención
anteriores a la aprehensión del adolescente, como podrían ser procesos de prevención
que les alejen de la posibilidad de entrar en contacto con el Sistema. Los jóvenes que
ya han delinquido pero que no son judicializados, están claramente en mayor riesgo de
entrar al Sistema y probablemente de reincidir cometiendo delitos de mayor gravedad.
Capítulo
IV
La Fiscalía, por su parte, llama la atención acerca de que precisamente por el poco número de efectivos que tiene la Policía Judicial, los trabajos investigativos algunas veces
no dan respuesta a la expectativa de rigor esperada. De igual forma, al tener la Policía
una unidad de mando, el Fiscal no puede interferir en las órdenes que provengan desde
la jerarquía superior, lo que implica que cuando efectivos de Policía Judicial son requeridos para realizar labores diferentes a las investigativas, los procesos quedan detenidos.
Con respecto a los Defensores Públicos, así como ya se dijo que también ocurre en el caso
de la Fiscalía y de la Judicatura, en municipios pequeños no se encuentran especializados para adolescentes y por ende, en algunos casos no conocen a fondo el Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes y se guían más por el sistema de adultos.
184
Por último, en la percepción de los servidores públicos con quienes se conversó, se
expresa que existe un vacío frente a la forma como se resuelven jurídicamente ciertos
procedimientos que aún no están reglamentados a partir de la Ley 1098 de 2006. Se
refieren a que el artículo 144 de la Ley 1098 de 2006 afirma que “Salvo las reglas especiales de procedimiento definidas en el presente libro, el procedimiento del Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes se regirá por las normas consagradas en la
Ley 906 de 2004 (Sistema Penal Acusatorio), exceptuando aquellas que sean contrarias
al interés superior del adolescente”; esto genera algún tipo de contradicción porque lo
que no se encuentra regulado en la Ley 1098 pasa a ser regulado por una ley diseñada
para adultos.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Infraestructura
En los municipios en donde funcionan en un mismo lugar todas las entidades que prestan servicios a los adolescentes en conflicto con la ley, se denota que existe una articulación que facilita que los servicios judiciales para el adolescente fluyan de una manera
más ágil y adecuada. Cabe anotar que el trabajo conjunto que se ha realizado, ha permitido que algunas entidades territoriales sean las propietarias de estos lugares en donde
se centralizan los servicios judiciales, generando así procesos de empoderamiento que
se traducen en mejor atención a los adolescentes y a las víctimas. Esta disposición de
recursos agrupados repercute en una mayor eficiencia y articulación institucional, y por
supuesto en beneficio de los adolescentes.
Sin embargo, en algunos municipios las entidades prestan sus servicios en lugares diferentes. El caso más frecuente es que las audiencias se realicen en un sitio distinto al
que se encuentran el resto de entidades, lo que dificulta las labores de los servidores
públicos partícipes de dichas audiencias debido a los desplazamientos que tienen que
realizar. Sobre el particular, se destaca la situación de la ciudad de Pereira, en donde las
audiencias se realizan en un sitio, el Centro Transitorio se encuentra en otro y el resto
de entidades en otro. La consecuencia es un gran desgaste institucional que afecta también el cumplimiento de sus labores; lo cual, en el caso de la Policía demanda esfuerzos
y recursos extraordinarios, así como la creación de estrategias que a veces también
afectan a los adolescentes, como el traslado de un lugar a otro, largas esperas y riesgos.
Por otro lado, es importante mencionar que en algunos casos cuando se decreta la libertad del adolescente durante las 36 horas de ruta jurídica, su familia no llega a recogerlo y
por ello tiene que entrar al proceso de Restablecimiento de Derechos del ICBF. Un caso
particular es el de Medellín, en donde a pesar de los esfuerzos realizados por el Sistema,
se encontró en el Centro Transitorio que más de la mitad de los adolescentes que se
encontraban allí ya estaban en libertad sin que su familia los fuera a retirar, a pesar de
las labores que tanto el Centro Transitorio como el ICBF habían realizado para ello. Esto
denota que en algunos casos no existe un compromiso real de la familia hacia el proceso del adolescente en su ruta de atención. Aquí se ratifica la importancia ya mencionada
en el apartado 4.4 “Inclusión”, respecto de fortalecer acciones que comprometan a las
familias en todas las etapas de los procesos del SRPA y disponer de recursos suficientes
para ello.
Capítulo
IV
Articulación institucional
Como parte de la observación realizada, se pudo constatar que en algunos lugares
existe una articulación eficiente entre las diferentes entidades que prestan servicios
judiciales a los adolescentes y jóvenes. Esto no solo se explica por el hecho de que se
encuentren ubicados en un mismo lugar, sino también por la gestión y el compromiso
que algunos servidores públicos tienen con el Sistema. En general, se percibe en los
del ICBF un ejercicio de articulación con las diferentes entidades en esta primera etapa.
Esto no quiere decir que se desconozca la importancia de tener claros los roles de cada
185
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
actor, más bien se refiere al valor agregado que genera articularse frente a un propósito
común: la protección del joven y adolescente.
La observación realizada sobre los programas en los que se cumplen las sanciones, corrobora lo señalado en el numeral 4.4. “Entre la diversidad y la singularidad”, cuando se
refiere a las distancias que representa para algunas familias la ubicación de sus hijos e
hijas en ciudades apartadas de las de residencia. Como ya se dijo, algunas familias se
desentienden de sus hijos e hijas debido a la dificultad que representa el desplazarse
para visitarles en otras ciudades, poniéndose en riesgo el vínculo. Adicionalmente, una
observación insistente frente a esto es que los municipios que remiten a estos lugares a
sus adolescentes, se desentienden de su población, debilitando la corresponsabilidad.
El tema de infraestructura es aún más complejo porque la mayoría de entidades territoriales no están realizando convenios interadministrativos para el mantenimiento de
los centros, porque desde el inicio de las vigencias fiscales no se dejó la partida presupuestal para dicho fin. Esto recarga el Sistema en unos pocos y desentiende al resto de
entidades de la corresponsabilidad que se les tiene asignada por ley.
Capítulo
IV
En el departamento de Cundinamarca se identifica un desbalance en el sentido de que
la mayoría de cupos se encuentran usados por el municipio de Soacha por los altos índices de delitos que se cometen en este. Consecuentemente, parece pertinente sugerir
que Soacha, por ser atípico frente al resto de municipios que integran el departamento,
debe ser mirado separadamente. Soacha requiere una mirada e intervención especial
dada la tipología de delitos, la variedad de población y la confluencia de factores de
toda índole que le caracterizan.
Es preocupante que la dinámica que se está viviendo en las ciudades se está trasladando
o intenta trasladarse a los Centros de Atención Especializada. En algunos sitios visitados,
se menciona que cuando los adolescentes ingresan dejan claro a sus educadores a qué
bando pertenecen. Este tema se mencionó principalmente en las ciudades de Medellín
y Barranquilla, en donde se intentan instaurar claras divisiones territoriales entre los
grupos que operan en un mismo sector. Conviene también dar una mirada al numeral
4.2.3 “A la protección: Nuevas lógicas de guerra”.
186
Como estrategias de convivencia en los centros, se establecieron dos mecanismos
importantes de resaltar porque visibilizan la participación y la inclusión: el primero,
consistente en que entre los adolescentes y jóvenes democráticamente se elige a un
presidente, quien entra a ser una figura de liderazgo positivo dentro del grupo; este líder
es parte de las decisiones que se toman dentro del Centro e interviene en los procesos
de otros adolescentes cuyos procesos están en vía de maduración y quienes perciben a
este presidente como una figura positiva dentro de su grupo. El segundo, que recrea al
interior del programa una estructura familiar en el que los vínculos, los hermanos mayores y otros agentes protagónicos, se constituyen en acompañantes y líderes positivos
que incitan con su ejemplo y su orientación hacia el proceso.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Sanciones no privativas de la libertad
Mirando desde un enfoque de derechos, el carácter pedagógico de los programas no
privativos de la libertad del SRPA, en algunos sitios visitados se los derechos al desarrollo y a la protección se aprecian en la práctica cotidiana, cuando incorporan ambientes
sanos, que promueven el buen uso del tiempo libre, el cual ha sido identificado como
factor protector frente a la delincuencia juvenil, a la vez que se constituye en prevención
terciaria. Cuenta de ello da la oferta de programas no solo enfocados hacia la educación
académica o técnica, sino que también incluyen educación en valores, proyecto de vida
y ayuda psicosocial, lo que le brinda herramientas al adolescente para asumir la vida
desde el fortalecimiento de sus capacidades.
Educación
Los derechos al desarrollo representados en el acceso a una educación con calidad y
pertinente requieren, como ya se mencionó en 4.4 (“Más allá del interés superior: El
limbo”), de este tipo de sanciones, esfuerzos hacia la flexibilización que consigan la
adaptabilidad del sistema educativo, variedad de recursos y disposición de alternativas
para los adolescentes y jóvenes.
Si bien, el SRPA no es el Sistema Educativo, no debe sustituirlo; es fundamental que el
diálogo entre los dos se estreche y que como también se mencionó en corresponsabilidad, se ofrezca a los adolescentes y jóvenes opciones atractivas que logren adaptarse
a sus necesidades e intereses, como es el caso de aquellos que deben cumplir una sanción pero que además son padres o madres de familia y por lo tanto necesitan trabajar.
Capítulo
IV
Educación técnica
Una observación recurrente de los profesionales que trabajan en las instituciones operadoras es la imposibilidad de incluir a los adolescentes en los programas del Sena si
no tienen hasta noveno de bachillerato. Teniendo claro que la mayoría de los jóvenes
y adolescentes que se encuentran en el SRPA se hallan entre sexto y séptimo de bachillerato; la exigencia representa de por sí dejarlos por fuera. Corresponde a esta Entidad,
en conjunto con el Ministerio de Educación, el diseño y construcción de programas
flexibles que permitan el cumplimiento de los requisitos para esta población, sin que se
bajen los niveles de calidad. Este tema se abordó en 4.4 (“corresponsabilidad: ¿A quién
acudir?).
Sin embargo, dentro de los centros de cumplimiento de medidas no privativas de la
libertad los operadores tienen una serie de programas de educación técnica cuyas características son diferentes de acuerdo con el operador que maneje el Centro, generando con esto propuestas alternativas; lo que no significa que no se deban adelantar las
acciones ya mencionadas por parte de las entidades corresponsables.
187
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Privación de la libertad
Los sistemas pedagógicos que manejan la mayoría de los operadores son similares y se
adecúan a los lineamientos diseñados para ello por parte del ICBF.
Mayores de edad
Se encuentra que en todos los centros visitados la población de mayores de 18 años
es cercana al 50% o es superior a esta cifra. Esto dificulta la acción de los operadores: la
división que por ley debe existir entre los menores de 18 años y los mayores de 18 años
dentro de los centros, se hace difícil en muchos casos debido a los costos de infraestructura y oferta de servicios, ya que los niveles de rotación de edades en esta población no
es alta. Evidentemente, esta cifra tiende a aumentar. Por lo tanto, en términos generales,
se puede afirmar que tenemos un sistema que es homogéneo para una población que
no lo es.
Educación técnica y superior
Ante la situación mencionada, en algunos sitios visitados se destaca que el operador
realiza convenios con instituciones de educación técnica certificada que ofrecen varios
programas y sus docentes van al centro.
Capítulo
IV
Llama la atención que en algunos sitios visitados se tienen convenios con universidades
regionales que funcionan muy acorde a la situación de los adolescentes. En el marco
de dichos convenios, las universidades envían practicantes en diferentes áreas, lo que
permite diversificar la oferta educativa y técnica y a la vez ofrece alternativas a los adolescentes bachilleres.
Familia
Las familias de los adolescentes y jóvenes que se encuentran privados de la libertad son,
en muchos casos, las encargadas de que el proceso llegue a un buen término; desafortunadamente, en otros casos las familias son un factor de riesgo, ya sea porque no se
involucran en los procesos y no asisten a las citaciones ni a las visitas, o porque (en casos
específicos) en los días de visita son quienes incitan a los desórdenes y entran armas y
drogas a los centros de atención.
De igual forma, se encuentran casos en donde los adolescentes ya son padres, en cuyo
caso la sola separación implica un debilitamiento de los vínculos afectivos. Este caso es
aún más delicado cuando es una mujer la que se encuentra privada de la libertad, ya
que el contacto con sus hijos e hijas es limitado.
Casos especiales
188
Por último, en coherencia con lo señalado en 4.4 (“vínculos imprescindibles”), es importante resaltar que en los lugares visitados los operadores afirman que el trabajo realizado por algunos jueces con los adolescentes es fundamental durante todo el proceso.
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Cuando los jueces o parte de su equipo de trabajo, visitan los centros de privación de
libertad y son partícipes del proceso del adolescente, los educadores ven grandes avances en los procesos. Esto debido a que el Juez representa una figura protectora y percibe
que durante el cumplimiento de su sanción el Despacho del Juez está pendiente de sus
avances. De igual manera, en el momento en que el adolescente solicite algún tipo de
beneficio como cambio de sanción o medida, la autoridad judicial conoce el caso de
primera mano y tiene un criterio más claro sobre su decisión.
El caso de Pereira
Pereira fue escogido para realizar una visita debido a las actuaciones que la Alcaldía ha
adelantado en el tema del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes. Este
caso es muy particular porque presenta las dos caras de una misma moneda; si bien
existe un compromiso real de la Alcaldía alrededor de todo el sistema, la misma Alcaldía
está administrando el CAE.
Efectivamente, al comparar los otros CAE visitados las diferencias son muy altas en temas como la infraestructura, el sobrecupo, el modelo pedagógico, el uso del tiempo
libre, el tratamiento en comunidades terapéuticas, el aprovechamiento de los espacios
al aire libre, entre otras cosas. Si bien el municipio anualmente destina una partida presupuestal para la administración de este Centro (lo que no ocurre en otros lugares),
sus empleados son contratados por la Alcaldía, lo cual representa algunos obstáculos
propios de la administración pública.
Si bien el compromiso de los servidores que trabajan es muy alto frente a los retos que
implica la administración de un centro como este, es importante saber cuándo el sector
público es eficiente para prestar un servicio y cuándo el modelo privado se acomoda
mejor. En este caso, es más probable que sea este último sector el llamado a aplicar
el modelo que se tiene en otros lugares y que en todo caso ha demostrado ser más
eficiente que el que actualmente se tiene en el Centro.
Capítulo
IV
A pesar de lo anteriormente expuesto, Pereira es un ejemplo de articulación institucional
entre las diferentes entidades y el Ente Territorial. Como se ha expresado anteriormente
existen problemas de articulación en otros lugares en temas como la educación o el
tratamiento para los jóvenes que consumen SPA, cosa que no ocurre en Pereira. El municipio ha asumido la tarea y tiene programas especializados para los adolescentes en
conflicto con la ley y se percibe que en el discurso que manejan las autoridades locales
no existe esa estigmatización que se percibe en otros escenarios locales. Así mismo, no
solo la Secretaría de Desarrollo Social se compromete con el tema, sino que el resto de
secretarías están siempre dispuestas a prestar sus servicios a esta población. Para el caso
particular de educación, esta es flexible, donde el adolescente puede vincularse a una
institución educativa en cualquier mes, incluso si el año escolar está por finalizar.
Pereira cuenta con unos planes operativos especializados para adolescentes con el fin
de prevenir la comisión de delitos. Entre los más destacados se encuentran: toque de
queda hasta las 11 de la noche, caracterización de los jóvenes en situación de riesgo,
189
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
grupos juveniles para la ocupación del tiempo libre, zonas de escucha (que incluye
temas de salud mental), convenios en salud para el consumo de SPA y programas especiales para las barras bravas, que es un tema con unas connotaciones muy fuertes
en esta región ya que muchas personas consultadas afirman que más del 90% de los
adolescentes de este municipio pertenecen a una barra brava de algún equipo.
Se observa una apropiación del tema que al parecer tiene que ver mucho con la gestión que entidades como el ICBF ha realizado y con la voluntad política de mandatarios
locales frente al tema, y que no solo recae en una secretaría, sino que es transversal en
todos los escenarios.
En conclusión, es importante que si el CAE entra a ser administrado por un operador, se
sigan manteniendo los espacios en donde los diferentes actores puedan confluir, discutir, participar y llegar a acuerdos en este tema. En este punto es importante el correcto
funcionamiento del Consejo de Política Social que en Pereira se reúne cumplidamente
y en donde las diferentes entidades asisten y aportan, lo que se ve reflejado en la oferta
institucional existente.
Posegreso
Capítulo
IV
La fase de posegreso se limita en todos los lugares visitados a realizar una llamada
mensual y alguna visita ocasional a la residencia del adolescente o joven. En ocasiones
se hacen encuentros organizados en los centros y se invita a los adolescentes que ya
concluyeron su proceso; sin embargo, su asistencia es mínima aunque se haya realizado
una amplia convocatoria.
Durante las visitas realizadas se denota que esta etapa requiere mayor atención, quizás
consistente en la construcción de un modelo de acompañamiento, con recursos específicos y suficientes destinados a la sostenibilidad del proceso ya adelantado. Al respecto,
estas observaciones afirman lo que ya se mencionó en 4.2.4 (“A la participación: Salir por
la puerta grande”).
Una cultura del delito
190
Tanto en los entornos que frecuenta el adolescente como en la educación que se le
imparte, se percibe que no existe una cultura de manejo de conflictos. Ven la violencia
como una cotidianidad en su vida: en su colegio, en su barrio, en su familia; lo que
genera que su ingreso al mundo delictivo frecuentemente sea visto como algo normal
en su entorno. De igual manera, la familia en muchos casos es un factor de riesgo
porque presiona para que el adolescente lleve dinero a su hogar, cosa que lo incita a
buscar opciones que eventualmente lo llevarán por el camino del delito. En este tema
se estima coincidencia con lo planteado en 4.2.3 (“A la protección: Nuevos roles para
todos”).
La prevención de la delincuencia juvenil: Una mirada regional
Atención diferencial
En algunos centros visitados no existe atención para las adolescentes y las jóvenes, por
lo que se tienen que remitir hacia otros sitios. Sin embargo, los casos más críticos se
encuentran en los municipios pequeños e intermedios en donde no se contratan cupos
para las mujeres. Un ejemplo de esto es Casanare que no tiene CAE para mujeres, por lo
que son remitidas a Tunja, situación que dificulta el proceso integral de las adolescentes
por la lejanía de sus familias.
En general, en los centros visitados existen espacios cómodamente adecuados para su
atención, que es especializada y diferenciada frente a la de los adolescentes y los jóvenes. En algunos sitios se observan esfuerzos por adecuar la infraestructura en términos
de separación entre los hombres y las mujeres. Esto se ve principalmente en los centros
transitorios. Llama la atención el caso de los CAE de Tunja y de Medellín, en donde si
bien, existe una separación en los dormitorios las actividades cotidianas se realizan en
espacios comunes; frente a esto, los operadores afirman que este hecho no ha generado
ningún tipo de inconveniente y que por el contrario facilita el proceso para unos y otras.
Es de resaltar el caso de Manizales en donde las adolescentes gestantes y lactantes tienen a sus hijos en el Centro; en dicho lugar se encuentran adolescentes de otras partes
del país, que con el fin de estar cerca a sus hijos prefieren aceptar alejarse de sus lugares
de residencia. En otros lugares visitados, las adolescentes pueden ver a sus hijos entre
dos y tres veces al mes, lo que genera fuertes choques emocionales a las madres en
privación de libertad; en dichos lugares, algunas solicitan ser remitidas a Manizales, sin
embargo, los cupos son mínimos en esta ciudad.
Otro tema importante es el relacionado con el apoyo que se le da a la población con
trastornos psiquiátricos; efectivamente, aquellos casos que cuentan con el respectivo
diagnóstico, como se mencionó en 4.4 (“Inclusión: Inclusión y diversidad”), usualmente
no disponen de los recursos para la prestación de la atención especializada requerida.
Capítulo
IV
191
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
P
revenir la delincuencia juvenil desde una perspectiva de derechos implica analizar
profundamente un tema complejo, porque las relaciones que lo componen son
innumerables, así como lo son los contextos que las conforman. Este postulado
pone el acento de la prevención en el desarrollo de capacidades para el desarrollo de la
dignidad humana, entendido en términos de equidad, tal y como lo propone la doctora
Martha Nussbaum151. El mejoramiento de la calidad de vida y el acceso a ciertos estándares que la sociedad establece en espacios y tiempos definidos, ocurren en distintos
escenarios de la vida cotidiana y se constituyen en metas que hacen parte de la construcción de la autonomía y la identidad de los integrantes de la sociedad.
Para los jóvenes y adolescentes, estas son un proceso que se acompaña de gustos e
intereses y que se expresa en formas únicas y diferentes de comportarse y mostrarse,
y que se estructuran en formas más amplias de participación e inclusión que en ocasiones pueden devenir en soluciones destructivas para ellos. Téngase en cuenta que
como ya se anotó, los y las adolescentes y jóvenes “dependen estrechamente de la
consideración de los otros y buscan por infinidad de medios construir su propio estatus
relacional…152”. De este modo, cualquier conclusión o recomendación que se oriente al
espacio de lo individual, lleva implícita una relación de interdependencia. Los siguientes
puntos dan cuenta del resultado de observaciones y conversaciones con interlocutores
de la prevención de la delincuencia en jóvenes y adolescentes; estos contienen algunas
conclusiones y recomendaciones que esperamos allanen el camino de la política pública que se encuentra en elaboración:
vEste estudio encuentra reiteradamente, y desde los aportes de muchos de los actores participantes, que las expresiones artísticas y deportivas contribuyen a blindar a
adolescentes y jóvenes, de opciones como el delito, en tanto que facilitan la construcción de su identidad y la posibilidad de posicionarse y saberse alguien en la comunidad
más próxima y en el mundo. Esta recomendación que es una propuesta desde lo individual, también conecta el ámbito institucional. No basta recomendar que los jóvenes
y adolescentes exhiban su resiliencia y la pongan de manifiesto para que se acerquen
al territorio o al gobierno nacional en procura de escenarios de participación; hace falta
además que sus propuestas tengan eco, que se consideren importantes, que se facilite
151 152 Nussbaum Martha, Op. cit., 2010.
Pérez Oriol, José Manuel Pérez Tornero-Fabio Tropea, Charo La Calle et ál., Op. cit., 1996.
193
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
su posicionamiento, que se incluyan y que se traduzcan en acciones concretas de la
oferta institucional. Esto convoca a los mandatarios regionales y locales, así como al Gobierno nacional a incluir con criterio de prioridad sobre esta población, recursos propios
como política de sus respectivos gobiernos, a través de un plan que articule de manera
específica la prevención del delito, con la recreación, el arte y el deporte.
vAquellos adolescentes y jóvenes que cometen un acto delictivo y que no cuentan
con el apoyo familiar requieren encontrar opciones alternativas al vínculo, ya que, como
se manifestó, este es vital. Surgen de los diálogos propuestas orientadas a fortalecer
familias de apoyo a través de las cuales puedan conformar vínculos que se asemejen a la
familia de sangre; así mismo, es posible construir desde los propios medios institucionales estructuras vinculares que le den nombre propio al vínculo, como ocurre en algunos
programas en los que la estructura de red semeja o adopta vínculos familiares protectores entre quienes la integran: hermanos mayores, hermanos menores, profesionales
que cumplen una figura de apoyo afectivo y de autoridad, por ejemplo.
vLa intervención a los adolescentes y jóvenes que han cometido un delito requiere
de procedimientos entre los que la empatía y el establecimiento de vínculos se constituyen en puente a través del cual ellos y ellas pueden hacerse cargo de manera responsable, tanto del acto delictivo, como de su proceso de resocialización que concluya con
la reparación del vínculo que ha sido roto. Una propuesta que surge a partir del análisis,
es la reglamentación del artículo 140 de la Ley 1098 de 2006 “finalidad del Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes” en el sentido de identificar que lo que se
restaura es un vínculo roto y que la reparación económica puede pagar el daño –por
supuesto importante–, pero no siempre restaura el vínculo que es lo que posibilita el
perdón, la comprensión, la reflexión, la reconciliación, que abren el camino hacia la liberación de una carga social y personal, con el propósito de reincorporarse a la familia, a la
comunidad y a la sociedad, previniendo así la reincidencia en el mismo u otros delitos.
El ámbito de la Justicia Restaurativa para la prevención del delito en adolescentes y
jóvenes tiene que desbordar los límites del SRPA, y crear una cultura que se incorpore
en todos los ámbitos posibles de la vida del país. De esta manera, la Justicia Restaurativa
constituye un recurso de prevención terciaria, pero también de prevención secundaria
y primaria (que aunque se dirige a personas que no están en riesgo, ni tampoco han
cometido un delito, necesitan incorporar sus contenidos).
194
Se sugiere abordar el tema partiendo de experiencias ya en proceso de desarrollo en
Cali, Medellín y Bogotá; las cuales destacan la importancia de formar mediadores en
procesos restaurativos que se adaptan al ámbito y a los actores específicos con los que
se desarrolla el respectivo proceso (colegio, comunidad, audiencia, entre otros). El tema
debe fortalecer la resolución pacífica de conflictos de manera eficaz, de tal suerte que
estos no trasciendan el escenario en el que se generan, evitando así que se agraven y
dando lugar a la resolución oportuna. Papel crucial juega la concurrencia del Ministerio
de Educación y de las Secretarías respectivas, de cara a trabajar directamente con otros
sistemas, e incorporando bajo esta perspectiva, el desafío que se proponen en su “Plan
Conclusiones y recomendaciones
decenal de Educación 2006-2016” cuyo título es “Educación en y para la paz, la convivencia y la ciudadanía”.
Comoquiera que a partir de las observaciones de este estudio se encontró que el tema
de la Justicia Restaurativa debe ser puesto en marcha dentro del SRPA y que sus principios y filosofía no son claros y por tanto no se cuenta con rutas y acciones concretas para
su implementación, se requiere desplegar una propuesta de formación y capacitación
especializada para todos aquellos que institucionalmente hacen parte del SRPA. Cabe
reconocer aquí el avance que en esta materia adelanta el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
En la medida en que se construye una cultura de Justicia Restaurativa, se hace camino
en la consolidación de una cultura ciudadana. Si bien, son esenciales la reparación del
daño y, la reconstrucción del vínculo roto, su alcance va más allá del ámbito donde
ocurre la ofensa o el delito; su potencial descansa en la capacidad de generar mayor
sostenibilidad en el desarrollo porque plantea soluciones a los desafíos asociados “al
comportamiento y a la falta de apropiación de los referentes básicos de la cultura ciudadana”, que en el sentido de los objetivos planteados por la política de seguridad y
convivencia ciudadana (2011), buscan reducir la probabilidad de inicio y continuidad
de la carrera criminal y dificultar la comisión del delito a través de su eje de Prevención
Social y Situacional.
Un proceso de Justicia Restaurativa que involucra a todos los actores del SRPA (el joven
y adolescente que cometió el delito, los distintos actores institucionales que acompañan todo el proceso en cada etapa, la familia del adolescente o del joven junto a su red
vincular, la comunidad, y sobre todo la víctima del delito) permitirá a los adolescentes
y jóvenes a sentirse aceptados por parte de sus familias, de la comunidad y de la misma
víctima del delito que cometieron, y encontrar nuevamente un lugar en la vida social.
No puede hablarse de un proceso de Justicia Restaurativa que omita incluir a la víctima;
esta es esencial para que el adolescente o el joven puedan desarrollar la reparación y
asumir la responsabilidad que implica haber lesionado a otro ser humano. Así mismo,
son indispensables la familia y la comunidad porque la ofensa a cualquier ser humano
se constituye a la vez en una ofensa a toda la red vincular y social. La relación en la que
se produce una acción de Justicia Restaurativa debe ser de aceptación, de compasión
e inclusión, de seguridad y confianza, de solidaridad y respeto entre los participantes,
lo cual excluye señalamientos y estigmatizaciones o castigos que vayan más allá de la
sanción o medida que habrá de imponer la respectiva autoridad.
vLos esfuerzos que realizan los adolescentes y los jóvenes en sus procesos de desarrollo como ciudadanos y, los que adelantan como actores dentro del SRPA, ameritan
atención, escucha y reconocimiento. Promover acciones de política de atención a adolescentes, jóvenes y familias con carácter de escucha y reconocimiento, implica oírles
empáticamente, esforzarse por entender sus demandas y sus explicaciones en una
posición de “no saber” para poderles entender, y tomar en cuenta sus opiniones, sus
expectativas y sus puntos de vista en la toma de decisiones (desde la noticia criminal,
195
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
pasando por las audiencias, hasta el cumplimiento de la sanción o la medida). El ICBF
ha construido una herramienta conceptual, metodológica y práctica “Lineamientos
técnicos para la inclusión y atención de familias”, que se sugiere retomar, realizando un
proceso de capacitación que incluya a todos los actores institucionales, para que le den
aplicabilidad.
vCobra particular importancia la inclusión y atención a familias de adultos jóvenes
que están en el Sistema de Responsabilidad para Adultos. En la mayoría de casos, el
hecho de cumplir una pena en la cárcel, a su vez, implica un cambio de vida para toda la
familia, en tanto se incorpora una variable adicional a la vida cotidiana que pone en peligro el vínculo afectivo, la manutención, el cuidado, entre otros factores. Se recomienda
también para este caso, apropiar los lineamientos mencionados y adelantar el diseño de
proyectos pensados para la familia con integrantes privados de libertad.
vLos derechos económicos, sociales y culturales, como se menciona en el análisis,
se relacionan con todo un abanico de oportunidades que se debe ofrecer a los adolescentes y jóvenes para que sus proyectos de vida logren el soporte económico, social y
cultural requerido. Un grupo poblacional como es el de los jóvenes y adolescentes entre
14 y 28 años cuyo desempleo se acerca al 17%153 está verdaderamente en una situación
crítica, porque precisamente del ejercicio laboral, como forma de hacer uso de estos
derechos, depende de la satisfacción de otros. Por ello es recomendable designar una
propuesta que decididamente impacte en este sentido a los adolescentes y jóvenes,
garantizándoles más oportunidades de las que hoy día tienen. Recuérdese con Martha
Nussbaum154, que si hay desigualdad en las oportunidades, esto atenta contra la igualdad de la dignidad humana. Más importante aún es mejorar los procesos de inclusión
a la vida laboral, de la población del SRPA, teniendo en cuenta que muchos de quienes
cumplen medidas o sanciones son padres o madres de familia y en algunos casos son
cabezas de hogar. Con el mismo propósito se debe construir una estrategia que vincule
en procesos de formación a adolescentes y jóvenes, que sea diversa, flexible (que se
adecue a sus necesidades sin deterioro de la calidad). En el caso del Sena, uno de los
prerrequisitos para la formación para el trabajo es contar con 9º grado de escolaridad,
conforme a lo establecido por la Ley. Para los adolescentes y jóvenes que no alcanzan a
cumplirlo, es necesario el diseño con estándares de calidad, de una estrategia incluyente que permita la formación para el trabajo. Es de resaltar que algunos operadores del
SRPA implementan estrategias de formación que incluyen paralelamente el desarrollo
escolar y la formación para la vida laboral, lo que en muchos casos permite a un adolescente o joven, con medida o sanción, estar dentro de los dos sistemas, de suerte que
cuando termina su proceso alcanza como un logro individual y simultáneamente los
dos requerimientos (cumplir el prerrequisito de formación para el trabajo y adquirir la
promoción en un oficio o arte una vez el grado noveno se cumpla). El valor agregado de
este proceso, además de la formación del adolescente o joven, consiste en que le dota
DANE, Boletín de prensa mercado laboral de la juventud (14-28 años). Gran encuesta integrada de hogares trimestre
abril-julio de 2012.
154 Nussbaum Martha, Op. cit., 2000.
153 196
Conclusiones y recomendaciones
de herramientas para valorar su proceso de sanción como uno de fortalecimiento de
sus capacidades, el cual vale la pena culminar, dando de esta manera mayor sentido y
asegurando el proceso penal, a través de un proceso que por definición debe ser pedagógico, específico y diferenciado. Este desafío puede ser abordado por el Sena y a la vez
por el sector educativo. Es por esto que resulta importante contar con convenios con el
Sena y entidades afines en todos los centros, para impartir educación técnica a través de
la cual se fortalezca una opción de vida diferente a la comisión de delitos.
vLa prevención secundaria y terciaria de la delincuencia juvenil encuentra un desafío
enorme en las estadísticas señaladas por este estudio, que revelan que la escolaridad de
la mayoría de adolescentes y jóvenes aprehendidos son: 5º grado de primaria y 11 de
bachillerato. Al respecto, es importante indagar la relación existente entre la delincuencia y estos grados de escolaridad. Es sugerente para el Ministerio de Educación analizar
si el delito es responsable de la posible deserción escolar, así como también asegurar
la promoción de los estudiantes en estos grados, a niveles superiores, a través de estrategias como subsidios condicionados a la continuación de los estudios, estrategias
que sean capaces de competir con factores de riesgo que conducen a la pérdida de esta
continuidad y que ponen a los adolescentes y jóvenes en riesgo de delinquir.
Es probable que esta situación pueda ocurrir en buena parte por las transformaciones
que en las últimas décadas han sufrido las estructuras del cuidado y la protección familiar, combinadas con la oferta educativa que reduce la jornada escolar, que deja solos
durante una buena parte del día a los niños, niñas y adolescentes, quienes se exponen a toda suerte de riesgos, que pueden incluir también la posibilidad de vincularse
a actos delictivos. Este tema no puede ser considerado de responsabilidad exclusiva
de las familias, cuyos adultos generalmente están ubicados o tratando de ubicarse en
el mercado laboral que usualmente tienen jornadas laborales considerablemente más
extensas que la jornada escolar.
Cuando por razones del mundo económico, las familias trastocan sus lógicas, se espera
que las políticas públicas contengan propuestas que llenen estos vacíos, como pueden
ser los programas de atención en jornadas alternas o contrarias a la escolar, que ofrezcan
actividades lúdicas, recreativas, de apoyo al proceso escolar, entre otras. Para alcanzar
resultados positivos en este sentido, se requiere una oferta suficiente y con calidad, lo
cual implica la sostenibilidad y permanencia de programas y proyectos durante todo el
año y no durante una fracción de este, como suele ocurrir con los programas preventivos. Como se mencionó anteriormente, esto no puede ser resuelto solamente desde la
familia; su solución convoca a un innumerable grupo de actores entre los que están el
ente territorial, el ICBF, el sector educativo en general, el de salud y otros.
Una oferta insuficiente de programas preventivos puede traducirse en una menor
contención del delito y puede redundar en un aumento de la población que ingresa
al Sistema de Responsabilidad Penal. La oferta de programas en el Sistema debe cubrir
ese paso previo que no ocurrió en la garantía de los Derechos, al tiempo que debe pro-
197
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
mover la formación para el trabajo para jóvenes que una vez dejan el sistema no tienen
claras sus posibilidades laborales. En este sentido, se sugiere una acción conjunta del
Ministerio de Trabajo con los entes territoriales, que contemple el diseño un modelo
de formación para el trabajo, especializado para adolescentes y jóvenes del SRPA y
para Jóvenes del Sistema de Adultos, que los cualifique para que conjuntamente con
empresas públicas y privadas, promuevan el desarrollo incluyente desde los derechos
económicos, sociales y culturales.
vEl consumo de SPA se identifica como un factor de riesgo de gran envergadura,
fuertemente asociado a la comisión de delitos de adolescentes y jóvenes. El derecho
a una vida larga y saludable para estos, tiene como obstáculo el consumo de SPA, que
avanza a grandes pasos en la medida en que se ha logrado posicionar en calidad de
microtráfico en colegios y barrios. En este sentido se pone en riesgo la garantía de
Derechos porque puede expulsarlos del sistema educativo sacándolos de su ruta del
conocimiento, y en no pocos casos los expulsa también de su medio familiar, lo cual
amenaza directamente su inclusión social.
El estudio da evidencias que relacionan el tema con una reiterativa exclusión del sistema de salud, en tanto las citas de atención para esta población prioritaria se dan
luego de largos plazos de espera y se focalizan en la desintoxicación, no llegando a
ofrecerse una variedad de programas preventivos y de intervención que resuelvan el
tema correspondiente, con características de permanencia, continuidad, e integralidad, para obtener resultados positivos al final de un tratamiento. Como lo manifiestan
expertos en el tema de psicoactivos, el manejo no puede circunscribirse a atenciones
ocasionales, esporádicas, o que apunten exclusivamente a la manifestación de crisis o
episodios relacionados.
Al igual que el sistema educativo y el de formación para la vida laboral, el sistema de
salud tiene que ser flexible y oportuno en la atención y reconocer desde la equidad
quiénes son los adolescentes y jóvenes del SRPA, cuáles son sus mundos, cuál es su
estado de salud y qué requieren para mejorar sus capacidades físicas y mentales para
vivir una vida sana. En respuesta a ello, una posibilidad es la de instalarse en los Centros
de Atención, para hacer prevención permanente y desarrollar allí sus programas en
articulación con el Sistema. Si bien, el ICBF cumple a través de los operadores con el
desarrollo de aspectos de cuidado de ambientes saludables y de una nutrición especial
adecuada a las necesidades de la población referida, es muy importante que el sector de
la salud asuma la corresponsabilidad que le otorgó la Ley 1098 de 2006.
198
Resaltando la tarea de protección y cuidado que realiza la Institución Policial, cualificándola se sugiere el diseño y puesta en marcha de una estrategia articulada con las
comunidades en favor del desarrollo, que reposicione su lugar protector, recupere y
legitime la institucionalidad en los espacios públicos (la cuadra, el parque, el trayecto a
la escuela), para que se conviertan en lo que deben ser: lugares de recreación donde sus
habitantes puedan circular libremente y compartir con sus vecinos, superando las res-
Conclusiones y recomendaciones
tricciones que las “nuevas lógicas de guerra” imponen en algunos de ellos a las familias
y a las comunidades.
Podría decirse que el delito del narcotráfico se nutre de adolescentes y jóvenes quienes
se constituyen en el eslabón más débil de esta cadena delictiva. De tal suerte, se requiere también desplegar esfuerzos para debilitar estas estructuras, mediante estrategias
eficaces con el crimen organizado.
vEn la distribución de programas para el cumplimiento de medidas y sanciones del
SRPA, se cuenta con diversidad de modelos, pudiéndose afirmar que desde el ICBF se ha
desarrollado una amplia gama de opciones; el problema está en que la distribución de
la oferta no llega a todas partes, encontrándose razones para ello, básicamente fundamentadas en que hay lugares en los que el número de los delitos cometidos no amerita
la apertura de un programa u otro, lo cual lamentablemente afecta de manera directa a
algunos adolescentes y jóvenes: porque los puede separar de sus familias, rompiendo
o debilitando de esta manera el vínculo y el mandato de ley que obliga a vincularlas
en sus procesos; porque les puede obligar a la realización de largos desplazamientos
tantas veces por semana cuantas determine la modalidad, en los casos en que no se
trata de privación de la libertad y que dentro del municipio no se dispone del programa.
En este evento, el cumplimiento de la sanción demanda recursos de tiempo y dinero,
de los cuales, tal vez, los adolescentes, los Jóvenes y sus familias no dispongan. Hay que
mencionar también que se arriesga el propósito de la sanción, en tanto puede propiciar
circunstancias que den por resultado la reincidencia de los jóvenes y adolescentes en
actos delictivos. En conversaciones sostenidas con operadores de programas del SRPA
surgió la propuesta de considerar para adolescentes y jóvenes que sean cabeza de
hogar, padres y madres de familia, o que estén trabajando, los fines de semana y las
noches como tiempos válidos para el cumplimiento de una sanción, previo diseño de
esta opción por parte del ICBF.
En el caso de no estarse brindando el apoyo necesario para que los adolescentes y jóvenes puedan cumplir las medidas y sanciones por ejemplo en sitios distantes cuando
en las ciudades de residencia no se cuenta con los programas respectivos, se debe examinar el tema en su integralidad con el rigor que implica detenerse para comprender
los factores que se asocian al incumplimiento, como quiera que el Estado no puede
sustraerse a su responsabilidad generando una nueva acción legal que sabe de antemano que ni el Adolescente ni el Joven ni su familia tienen posibilidades de cumplir.
Los déficits de oferta no pueden recaer sobre el Adolescente o Joven, así que hay que
mirar en qué circunstancias se origina tal incumplimiento y buscar mecanismos que
obviamente ajustados a la ley, sean creativos y adaptados a los recursos locales.
En todos los casos en que los adolescentes y jóvenes tienen una sanción o medida, es
importante que la autoridad judicial destine espacios para conversar con ellos periódicamente, ya que se identifica que una relación de acompañamiento de parte suya hacia
ellos, se constituye en soporte y dinamizador que les alienta a continuar desarrollando
sus procesos. Del mismo modo, para aquellos casos en que las medidas de interna-
199
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
miento conllevan lapsos de dos o tres años, resulta de interés particular desarrollar una
estrategia especializada de contención hacia los adolescentes, que dé como resultado
la comprensión e interiorización de la situación, lo cual debe contar con recursos para su
desarrollo, focalizados en el manejo de la crisis que tal decisión puede provocar.
La prevención secundaria y terciaria, exige apropiar una mayor cantidad de recursos
para las sanciones que no implican privación de la libertad e institucionalización, como
son: amonestación, reglas de conducta, prestación de servicios sociales a la comunidad,
libertad vigilada o asistida. La opinión de muchos expertos y conocedores del tema da
cuenta de un mayor impacto de la inversión en estas sanciones sobre la prevención,
además de ser más costo/efectivas. Se reconoce que en efecto, los Jueces tienen preferencia y hacen un amplio uso de estas sanciones, en concordancia con la normatividad
y las leyes, pero se evidencia que los recursos económicos asignados para su operación
requieren un fuerte impulso financiero, de manera que se disponga en la operación de
los procesos, de una mayor cantidad de recursos frente a los que hoy se asignan y, que
estos transformen la relación protección/prevención, dando un lugar más protagónico
a la prevención. Ello redundará en la protección del vínculo y en la apertura a una diversidad de acciones protectoras a favor de los y las adolescentes y jóvenes y sus familias,
que se encuentren vinculados al SRPA.
La sanción de prestación de servicios sociales a la comunidad, por ejemplo, de contar con
mayores recursos, podría fortalecer el protagonismo y el liderazgo del Adolescente y
del Joven sancionado, como agente dinamizador de procesos sociales que redunden
en beneficio del ámbito comunitario, que lo conecte a iniciativas de auto organización
y autogestión, como es el caso de las redes de madres protectoras que opera en Bogotá
con la concurrencia del Ente territorial quienes trabajan con sus hijos sancionados en la
construcción y fortalecimiento del tejido social.
En el mismo sentido de lo mencionado y para las sanciones privativas de la libertad, se
destaca a en este estudio, a partir de las experiencias desarrolladas en algunas regiones
como Bucaramanga, Bogotá y en Popayán, la creatividad frente a este tipo de medidas,
para implementar el carácter pedagógico, específico y diferenciado del SRPA. Esto se
logra a través de experiencias que reducen el número de adolescentes y jóvenes por
Centro de Atención Especializada, amplían los espacios físicos, contando con zonas
para el deporte, la recreación y el esparcimiento, a la vez reducen progresivamente las
barreras físicas, lo cual redunda en la apertura de posibilidades para que ellos puedan
desplazarse con mayor libertad y responsabilidad fuera de los muros institucionales,
fortaleciendo su autonomía y su proyecto de vida, lo que abre puertas a una convivencia armónica con sus entornos.
200
vLo diferencial parte de una concepción que amplía la mirada de la prevención “un
enfoque diferencial, por tanto, tiene un doble significado: es a la vez un método de
Conclusiones y recomendaciones
análisis y una guía para la acción”155. Metodológicamente diseña instrumentos para visibilizar las diferencias de algunos grupos humanos frente a otros, diferenciar las características propias de los ámbitos donde estos grupos viven, e identificar las singularidades
que les tipifican. Cualquier acción que surja como propuesta para la prevención de la
delincuencia debe partir de estas características propias de los individuos y de los ámbitos en los que transcurre su vida. En el caso de los Derechos Humanos, las necesidades
de protección, desarrollo sobrevivencia y participación están ligadas a características
propias y diferencias que son inherentes a las personas.
Desde este enfoque, “el género es una construcción social de patrones culturales relacionada con la subjetividad. Hace relación a la idea que tenemos de cómo ser hombre
o cómo ser mujer”156. Una mirada derivada de este estudio, desde este enfoque a la prevención de la delincuencia juvenil, nos permite inferir la fuerte persistencia de patrones
culturales que resaltan un estilo patriarcal de crianza, que puede explicar la reducida
participación de las mujeres en la comisión de delitos, frente a la de los varones. Este
estilo se traduce en pautas de crianza específicas para las niñas que las preparan para la
crianza, el cuidado y el fortalecimiento del mundo (no solo en el ámbito de lo privado
sino también en el de lo público) y les dedica “mayor atención” protección y acompañamiento para que “den ejemplo”. Aún en algunos casos en que ellas se vinculan a la
delincuencia, es frecuente que lo hagan como cuidadoras de las parejas y grupos a los
que acompañan. Por su parte los varones son más preparados para el mundo de afuera,
lo que implica producir, proveer, cuidar a los demás pero más con un carácter de poder,
de control y de territorialidad, que suele lanzarlos prematuramente al mundo de los
adultos, en el que no es fácil llevar tan pesadas cargas.
Lo anterior no quiere decir que el enfoque de género no se esté incorporando en los
repertorios institucionales, pues quienes trabajan en el SRPA en buena medida manifiestan la incorporación del tema. Se trata de fortalecerlo como quiera que se trata de
implicaciones sobre la equidad que requieren ser incorporadas en la cultura.
En el Enfoque étnico que es un componente de la diversidad, entre las ciudades que se
incluyeron en este estudio, se destacan Popayán y Leticia por la apropiación hecha de
parte servidores públicos, adolescentes, jóvenes y familias, en el sentido articular en sus
prácticas y relaciones la experiencia y algunos conocimientos de los grupos étnicos que
integran sus regiones. Esto sin embargo, no está del todo arraigado en la relaciones cotidianas, si bien se establecen esfuerzos realizados por las instituciones, demandando aún
el desarrollo de propósitos relativos al tema, por parte de las instituciones, de manera
especial en casos en los que como Chocó y Tumaco, también denotan una importante
diversidad en sus territorios.
Pretender hacer prevención de la delincuencia juvenil sin incorporar estos recursos provenientes de la diversidad, resulta de muy corto alcance para lo que se espera de una
Naciones Unidas – Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos- www.hchr.org.co/acnudh “Qué es el enfoque diferencial” Boletín electrónico, marzo de 2013.
156 Ibíd (2013).
155 201
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
política pública. La prevención deberá apuntar desde una mirada compleja, a aprovechar los recursos humanos, naturales y culturales, así como las oportunidades con que
cuentan los territorios, sin desperdicio de su gran riqueza, porque también complejos
son los obstáculos que se presentan ante la protección y el desarrollo de los adolescentes y los Jóvenes. Entre estos recursos, se cuentan posibilidades para el desarrollo
científico y tecnológico y para el desarrollo de espacios para la recreación y los deportes,
que hacen diferencias frente a las grandes ciudades y que se constituyen en factores
protectores de la delincuencia; a este respecto llama la atención la disponibilidad característica de regiones como Leticia, Chocó, Tumaco, Manizales y Popayán.
En el caso de la prevención terciaria, es perentorio aprovechar las condiciones geopolíticas de algunas regiones, para promover factores protectores. De manera particular
se destaca el caso en las ciudades de frontera las que se ven enfrentadas regularmente
al tránsito libre de adolescentes y jóvenes que delinquen en un país y se “mimetizan”
a través de las fronteras propiciando impunidad e imposibilitando el ejercicio de la acción legal. Para Amazonas, se propone promover acuerdos internacionales a través de
la cancillería, que permitan homogeneizar la normatividad y las acciones de prevención
entre Perú, Brasil y Colombia.
La construcción de estrategias y propuestas para la prevención de la delincuencia
juvenil debe enfatizar en el carácter descentralizado, consultivo con las regiones, que
parta de sus intereses y aspiraciones, así como de sus posibilidades reales. Los recursos
humanos, físicos, financieros, de infraestructura y de todo tipo se tornan más eficientes
en tanto responden y se articulan a realidades concretas. Esto requiere Interlocutar de
manera respetuosa e incluyente con las autoridades y comunidades locales, indígenas
y territoriales, con los profesionales y técnicos que ejecutan los programas y con los
propios beneficiarios de la prevención, de suerte que los servicios no sean recibidos en
las regiones como imposiciones desde el nivel central que no logran consonar con ellos
y por tanto no llegan a apropiarse en sus prácticas y éticas porque les son ajenos. Esto
no obsta para que se les ofrezca y se les dote de tecnología y de desarrollos que ofrece
el mundo globalizado, que podrían enriquecer aún más la variedad de posibilidades
protectoras.
En algunos de los centros visitados, se evidenció que se hace necesario realizar adecuaciones con el fin de mejorar la seguridad y la calidad de los espacios, evitar la entrada
de estupefacientes e impedir las evasiones y, con el objetivo de especializar y dar el
carácter de específico y diferenciado al SRPA.
202
Cuando las dotaciones iniciales de las personas son diferentes por razones de discapacidad, el tratamiento en cualquier campo tiene que ser distinto, garantizando la
equidad. Esta afirmación sugiere a la política de prevención de la delincuencia juvenil,
la urgencia de incorporar alternativas y estrategias de prevención secundaria para este
grupo de población. Así mismo, en la prevención terciaria se sugiere la incorporación
de estrategias basadas en la construcción de ambientes menos hostiles que reconozcan
sus necesidades y fortalezcan sus capacidades facilitando su proceso pedagógico. De la
misma manera se deben brindar alternativas de atención especializada a la población
Conclusiones y recomendaciones
con diagnóstico de enfermedades psiquiátricas, de manera que reciban un tratamiento
acorde con el diagnóstico y protegerlos de entornos y pares que por sus relaciones no
favorezcan su recuperación.
vLa corresponsabilidad es pieza clave de la prevención. Esta tiene dos momentos
de enorme importancia donde la concurrencia adquiere mucho sentido: antes de que
jóvenes y adolescentes incurran en delitos e ingresen a un proceso de Responsabilidad
Penal y otra en el pos-egreso, que se constituye es la última fase para un proceso de
Responsabilidad Penal donde se ponen a prueba los logros alcanzados y en el que se
consolida la reinserción social de los jóvenes y los adolescentes. para que esto ocurra
y el proceso de esta población gane sostenibilidad se requiere construir una estrategia
corresponsable donde los actores del Sistema Nacional de Bienestar Familiar concurran
articuladamente. Dicha estrategia debe ser de acompañamiento por un lapso suficiente
a fin de conservar y cuidar los logros. Igualmente debe contemplar varios aspectos:
1. Garantizar la red vincular inmediata y activa, que les reciba y les provea seguridad
afectiva, emocional y manutención. 2. Dar continuidad a su proyecto de vida; es decir,
formación para el trabajo, inserción en la vida laboral, y en el Sistema educativo, e Igualmente que les ayude a realizar procesos necesarios para su inclusión: Libreta Militar (de
suma importancia como parte del proceso, para el desarrollo y la socialización de los
varones) y, que tenga cobertura en salud.
Una estrategia como esta requiere, de recursos físicos, financieros y humanos que la
activen y la desarrollen y que permita optimizar los recursos invertidos en el SRPA en la
medida en que protege al Adolescente y al Joven de reincidir en el delito a través del
cual se pierden los esfuerzos invertidos desde diferentes actores. La política de prevención terciaria de la delincuencia, carece de solidez si no se acompaña de un diseño de
posegreso y la construcción de procesos que operen al momento de terminar la sanción.
En el marco de la corresponsabilidad se evidencian actores cuya tarea es importante
definir con claridad en la prevención de la delincuencia juvenil; son estos los medios
de comunicación y la empresa privada. En relación con los medios de comunicación,
se requiere realizar un trabajo conjunto con los Ministerios de Comunicaciones y de
Educación y con el ICBF, para que estos se pongan del lado de los propósitos que exige
dicha prevención. De acuerdo con las vivencias y el sentir de las personas que participaron en este trabajo, se aprecia una preocupación en tanto los medios privilegian
criterios de mercado y de rating por encima del desarrollo de la construcción de una
cultura de convivencia pacífica. Programas como “El capo”, “Pablo Escobar: el patrón
del mal” entre varios otros, reivindican héroes cuyos patrones de éxito se posicionan
como dignos de ser seguidos, contribuyendo a fortalecer una cultura de la violencia y
del dinero fácil, que calan con fuerza en los imaginarios e ideales de los adolescentes
y jóvenes. En cuanto al sector privado y empresarial, existe un escenario disperso de
experiencias y proyectos que según lo manifestaron participantes en Grupos Focales
y en Entrevistas a Profundidad, son participaciones que se asocian mas con la buena
voluntad, la amistad y el deseo de ayudar de algunos empresarios, lo cual desde luego
es de suma importancia, más que con la existencia de un proyecto de Responsabilidad
203
La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Social Empresarial articulado a un escenario de concurrencia de actores que encuentran
en la prevención secundaria y terciaria del delito, un propósito común.
vUna mirada multidimensional al delito nos obliga a considerar la prevención de
manera compleja, esto es, mirando las múltiples relaciones sociales que interactúan
entre sí y con los distintos actores. Reducir la solución al aumento de las penas o a la
disminución de la edad para ser penalizado, deja de lado muchas discusiones y omite
actores claves en la prevención del delito de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, lo cual
necesariamente nos remite una vez más al tema de la corresponsabilidad que asiste a
los adultos desde el Estado, desde la sociedad, desde las familias, desde las empresas y
desde todos los ámbitos en los que estos se relacionan.
vSaber cuántos son nuestros jóvenes y adolescentes, cuáles son los riesgos que enfrentan, cuántos se encuentran en riesgo de delinquir, entre otras tantas inquietudes
pone de manifiesto la necesidad de establecer un Sistema de Información que contenga
Indicadores claros y disponibles a través de los cuales se puedan monitorear los factores
de riesgo y protectores de la delincuencia juvenil en los diferentes ámbitos donde transcurre su vida. Así mismo, este Sistema debería aportar y disponer de análisis, evaluación
de gestión de producto e impacto de las inversiones y recursos que se invierten en el
SRPA, de tal forma que se tenga una visión amplia, integral y global de la delincuencia
Juvenil.
vLa familia como un ámbito primario para la socialización de todos los seres humanos, se constituye en escenario obligatorio de la prevención de la delincuencia juvenil,
en el que su concurrencia es vital. En la familia se despliegan factores protectores o de
riesgo. Vista la prevención como una cadena compuesta por un sinnúmero de actores
que le agregan valor, la familia es primordial en esta prevención. No obstante, el escenario familiar es complejo: en el, ocurren acuerdos y desacuerdos: la familia protege,
cuida, pero también abandona y descuida. Constituirla en capital social del Estado para
la prevención, implica nutrirla, habilitarla, vincularla y vigilarla en términos democráticos e incluyentes que respeten y validen su saber; esto es, como interlocutor válido con
Derechos y responsabilidades. Una política de prevención de la delincuencia juvenil,
consecuentemente, debe ir tomada de la mano de las políticas afines como por ejemplo
la de familia, creando puentes de articulación entre ellas.
204
vLa corresponsabilidad implica una mirada regional. En tal sentido, el Ente territorial está convocado a hacerse parte protagónica de la prevención de la delincuencia
juvenil. Los Consejos de Política Social son un escenario para la confluencia del todo el
Sistema Nacional de Bienestar Familiar, sin perjuicio de la responsabilidad que asiste
a las Alcaldías y Gobernaciones frente al tema, respecto de lo cual es preciso llamar a
la construcción de Políticas Departamentales y Distritales que apunten a los objetivos
respectivos. Igualmente, en materia de oferta institucional y de liderazgo respecto de la
delincuencia juvenil, deben definirse con precisión y poner en marcha los mecanismos
de vigilancia y control que den como resultado su participación corresponsable que
agregue valor.
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•
Declaración de la OIT para una Justicia Social en una globalización equitativa. Ginebra, 10 de junio de 2008.
•
Convenio 182 de la OIT, referente a las Peores Formas de Trabajo Infantil. Adoptado
en Colombia mediante la Ley 704 de 2001.
•
Resolución 60/147 de las Naciones Unidas “Principios y directrices básicos sobre el
derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de
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a interponer recursos”.
Normativa interna
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Constitución Política de Colombia.
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Concordada, Organización de las Naciones Unidas (ONU) (2006).
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Ley 906 de 2004, Código de Procedimiento Penal Colombiano.
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Ley 599 de 2000, Código Penal Colombiano.
Jurisprudencia internacional
•
Corte Interamericana de Derechos Humanos del 17 de agosto de 1990, Caso “Velázquez Rodríguez”.
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La prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes
Jurisprudencia nacional
•
Corte Constitucional, Sentencia C–979 de 2005. M. P. Jaime Córdoba Triviño.
•
Corte Constitucional, Sentencia SU– 254 de 2013. M. P. Luis Ernesto Vargas Silva.
•
Corte Constitucional, Sentencia T–282 de 2008. M. P. Mauricio González Cuervo.
Normas Extranjeras Mencionadas
•
Lineamientos de la Política de Prevención Social de la Violencia, la Delincuencia y la
Participación Ciudadana. Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación
Ciudadana. México.
Lineamientos técnicos
•
Lineamientos Técnicos para la Inclusión y Atención de Familias-modelo solidario.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
•
Lineamientos técnicos administrativos para la atención del adolescente en el sistema de responsabilidad penal en Colombia. Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF), 2007.
•
GDNP, ICBF, Ministerio de Educación Nacional, Ministerio de Protección Social
(2009). Guía para Alcaldes: Lineamientos Técnicos para la planeación del desarrollo de
la infancia y la adolescencia en el municipio. (Consultado el 30 de julio de 2013).
Otras fuentes
•
Entrevistas (diferentes a los grupos focales y entrevistas a profundidad)
•
Aguilera, A.; Párroco en Dei Verbum, Bogotá, 2013. Entrevista realizada el 21 de
marzo de 2013.
Enlaces web
•
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http://recursostic.educacion.es/bachillerato/sabios/web/index.php?option=com_
content&view=article&id=291&tmpl=component Criterio de Búsqueda concepción
socrática de la justicia
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Tel.: (571) 4578000
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