Ficha Vitolo -11 - Renacer Buenos Aires

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FICHAS DE DANIEL Y GABRIELA VITOLO
EL CUIDADO DE LOS HIJOS CUANDO UN HERMANO HA MUERTO
El siguiente texto ha sido traducido de documentos de Los amigos compasivos, grupo que
funciona en los EEUU y en varios países del mundo. Su objetivo es brindar apoyo a todas
aquellas personas que han perdido seres queridos. Esperamos que sirva como elemento de
análisis y discusión en el grupo
Daniel y Gabriela Vítolo.
¿Cómo está mi hijo frente a la muerte de su hermano?
Tu hijo tiene los mismos sentimientos y síntomas de tristeza que tú, ya que eres su padre osu
madre.
Al igual que ocurre contigo, tu hijo se mostrará confundido y a la defensiva con relación a la
muerte.
Un hijo reacciona frente a la pérdida de su hermano; y también frente al cambio que advierte en
la conducta de sus padres y otras personas.
¿Qué es importante que le hagas saber?
Es importante que le hagas saber que la tristeza que sienten los padres no disminuye el Amor
que éstos sienten por él, que no ha muerto.
¿Qué puede comprender mi hijo?
* Ello depende de la edad que tenga y tú debes ser consciente de cuál es su nivel de comprensión.
Un niño de dos o tres años tiene la comprensión del “aquí” y del “no aquí”.
Un niño de tres a cinco años entiende la muerte como pasajera.
Entre los seis y diez años, el niño ya se da cuenta de la realidad de la muerte y se interesa por
los fenómenos biológicos de la muerte.
A partir de los once años el niño concibe la muerte en forma similar a los adultos, con todos sus
alcances
¿ Qué debo explicar?
Resulta conveniente explicar a los hijos, al nivel que ellos puedan entender, la causa de la
muerte de su hermano.
Resulta conveniente contestar a todas las preguntas que formulen, con sencillez y sin rode-os.
Hasta un niño de 2 años puede comprender “....que el cuerpo no funcionaba más...” Cuanto más
comprenda, menos temor sentirá.
No es recomendable mezclar temas religiosos con temas médicos, porque ello genera confusión
y perturba la comprensión. Debes explicar con naturalidad y exactitud lo que realmente ha
ocurrido.
No es exacto que tu hijo haya muerto porque Dioslo requería en el cielo. Tampoco es cierto que
él haya ido al cielo. Lo que va al cielo es su alma; pero no su cuerpo.
En realidad él murió porque su cuerpo no funcionaba más; y ese cuerpo fue enterrado, o
guardado en una bóveda o fue cremado.
Sí puedes explicar que su alma y su espíritu se encuentran con Dios en el cielo, que nuestra
existencia después de la muerte no es igual a nuestra existencia durante la vida, sino diferentey
que él ha pasado a otro nivel de existencia o a una vida nueva; de distinta naturaleza de la que
nosotros vivimos hoy y aquí.
Sí puedes explicar y creer que era “ especial” y que esas cosas o cualidades “especiales” que
tenía o que lo hacían “especial” para ti, están también con Dios o vinieron de Dios.
¿ Cómo puedo apoyar el duelo de mis hijos?
Recuerda que tus otros hijos, que no murieron, tuvieron con tu hijo muerto una relación estrecha,
aunque esa relación pudo no haber sido amorosa.
Recuerda que el duelo y la tristeza, exageran los sentimientos positivos y negativos entre los
hermanos. Es deseable que puedan discutirse abiertamente estos sentimientos. No te asustes ni
sufras. Tómalo como algo natural.
Recuerda que a menudo -muy a menudo- tus otros hijos pueden sentir culpa o sentirse
“responsables” por la muerte de su hermano. No te alarmes. Explícales serenamente que las
peleas y los sentimientos negativos son comunes y naturales entre hermanos y no causan la
muerte ni influyen en ella.
Mis hijos, mis emociones y mis actitudes
Afuera con los miedos
No tengas miedo de mostrarte emocionado delante de tus hijos. Un silencio “cargado” es mucho
más difícil de comprenderpara tus hijos que un llanto abierto y sincero.
Tu ejemplo es fundamental para ellos. Al enfrentar tu propia pena demostrarás con dicho
ejemplo que está bien llorar, sentirse triste, enojarse, reírse, usar las cosas del hermano muerto
o, simplemente, olvidar a veces.
No aísles a tus hijos física ni emocionalmente. Lejos de protegerlos, los perjudicas.
Respeta el silencio
El silencio de tus hijos no significa que no tienen sentimientos ni preguntas. Sólo significa que
no ha llegado el momento propicio para demostrar esos sentimientos o plantear las preguntas.
Habla abiertamente con ellos,o lean juntos un libro.
Escucha con atención todo lo que te digan. También lo que no digan. A veces es más fácil
hablar con alguien de afuera; y quizá lo hacen. Respétalos; ellos también transitan su propio
duelo.
Notarás contradicciones y regresiones
A menudo es más fácil para los hijos hacer su duelo a la distancia. Pero quizás mostrarán mucha
identificación con los personajes de un libro, o asumirán actitudes de llanto, capricho, o
batallarán sin razón por un juguete perdido o roto; por un permiso denegado; o por no haber
sido complacidos frente a una exigencia.
Los hijos, al igual que los padres, pueden tener regresiones emocionales como ser más
dependientes, enojarse frecuentemente, perder habilidad manual, presentar dificultades en el
aprendizaje, alterar su conducta o volverse agresivos. Sé paciente y cariñoso. No recurras
sistemáticamente a las penitencias o reprimendas. A veces los hijos necesitan más juegos
amorosos y palabras de apoyo y cariño. Me molestarán ciertas actitudes?
Los hijos más pequeños, generalmente al principio, hacen chistes o continúan con sus juegos
como distracción. No te inquietes, es absolutamente normal.
Otras veces, los hijos imitan los modos y costumbres del hermano muerto o usan sus ropas.
Tampoco te inquietes; es una forma típica de enfrentarse con la muerte.
Comparte con tus hijos las cosas de su hermano muerto. Cada uno de ellos querrá, a lo mejor,
algo por el momento; o alguna cosa que puedan conservar hasta que sean grandes (un libro, un
juguete, fotos, ropa, un recuerdo, etc.).
Déjalos participar
Permíteles a tus hijos demostrar su tristeza en forma positiva, dibujando, escribiendo cartas,
poesías o cuentos; comenzando un diario, practicando un hobby o deportes, volcándose a la
naturaleza o a la espiritualidad. Aliéntalos en ello.
Permite que tus hijos participen, si lo desean, en los rituales familiares, que visiten el
cementerio, eligiendo ellos el momento, que en recuerdo de su hermano encaren obras de bien;
o que se propongan metas o esfuerzos.
Acepta y comparte las ideas de tus hijos para demostrar su amor y su pena en aniversarios o
fechas especiales.
Ten cuidado
Existe una natural tendencia a idealizar al hijo muerto; pero debes tener especial cuidado en no
hacer comparaciones que puedan derivar en sentimientos de minusvalía para tus otros hijos .
Guarda un equilibrio. No seas demasiado sobreprotector ni demasiado permisivo. Aún en tu
dolor, y en el de ellos, sigues siendo padre.
Tus hijos necesitarán información sobre la muerte de su hermano en cada etapa de sus vida y a
lo largo de su crecimiento .Contesta sus preguntas y respeta su privacidad.
Ama más
La pérdida de un hijo debería hacernos valorar en su verdadera dimensión la bendición de tener
los hijos que permanecen vivos. Ámalos intensamente. Ello no disminuirá tu amor por tu hijo
muerto.
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