El ICAC, sobre la base del principio de prevalencia del fondo

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Capital Social Y Fondo Económico
José Luis Prada Larrea
1-9-2011
El ICAC, sobre la base del principio de prevalencia del fondo
económico en la calificación de los instrumentos financieros, aborda
el tratamiento de una eventual recompra de acciones emitidas por
una Entidad de Capital Riesgo, pactada por esta entidad con el
suscriptor de la ampliación y con otros socios de la compañía,
obligando a la ECR a reconocer en cuentas un pasivo financiero por
el importe de la potencial recompra a la que resulta
contractualmente obligado.
Ya en anteriores comentarios nos hemos referido en alguna ocasión a la
prevalencia del fondo económico en la calificación de los instrumentos
financieros ("substance over form"), de suerte que, en lo que atañe a
determinados valores, pese a tratarse jurídicamente de acciones, por sus
condiciones de emisión o por determinados pactos recaídos entre el emisor y el
suscriptor
de
patrimoniales,
los
títulos,
como
deben
pasivos
ser
consideradas,
financieros,
no
a
efectos
como
contables
instrumento
y
de
patrimonio. Es el caso, explícitamente mencionado en las Normas de Registro y
Valoración del Plan General de Contabilidad vigente, de ciertas acciones rescatables
o sin voto.
Y lo cierto es que la realidad del mercado de los negocios ofrece numerosos
ejemplos de configuración contractual, verificada entre emisor y suscriptor, de
determinados instrumentos financieros que arrojan dudas acerca de su verdadera
naturaleza económica de los mismos (no se olvide en este sentido que cuando el
ICAC nos habla de fondo económico, también se refiere a la verdadera calificación
jurídica, más allá de sus formas o nomen iuris de transacciones o instrumentos, de
modo semejante a lo que tradicionalmente ha venido representando la teoría de la
causa del negocio jurídico en el ámbito civil a efectos de calificación de los
contratos).
Pues bien, en particular, en el mundo del private equity o del capital de riesgo se
muestran a menudo ejemplos de esta clase de instrumentos que, si bien
formalmente presentan unas condiciones inequívocas como recursos propios, no
obstante, por sus condiciones, deben ser tratados contablemente de modo distinto,
como pasivos financieros. Debe así buscarse un tratamiento contable adecuado
para reconocer como pasivo financiero el reembolso de ciertos títulos que,
jurídicamente, son acciones integrantes del capital social emitido por la compañía.
Carta Tributaria
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Un ejemplo de ello lo encontramos en la consulta nº 2, recogida en el BOICAC nº
86, en la que se plantea el tratamiento contable de la suscripción de acciones
por parte de una Entidad de Capital Riesgo, con el compromiso de
recompra en un plazo determinado, desde la perspectiva de la entidad que
emite el capital.
En efecto, se trata de un supuesto en el que una sociedad realiza una ampliación de
capital que es parcialmente suscrita por una Entidad de Capital Riesgo (ECR). En
esa misma fecha, se firma un contrato entre la sociedad emisora, la ECR y los
restantes socios, en cuya virtud, la sociedad emisora de las acciones o los restantes
socios, indistintamente, asumen los siguientes compromisos frente a la ECR:
a) Comprar las acciones suscritas por la ECR en un plazo de seis años por la mayor
de las siguientes cantidades:
a.1) El importe representativo de la participación de la ECR en el patrimonio neto
que se deduzca del balance correspondiente al mes inmediatamente anterior a la
finalización del plazo acordado, o
a.2) el ciento cincuenta por ciento de la inversión realizada por la ECR.
b) Abonar anualmente a la ECR una cantidad a cuenta del precio final, que en
ambos casos se deducirá de este último.
El Instituto, después de recordar el artículo 34.2 del Código de Comercio y su
desarrollo, el Marco Conceptual recogido en la Primera parte del RD 1514/2007, de
16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad, en cuya
virtud, "en la contabilización de las operaciones se atenderá a su realidad
económica y no solo a su forma jurídica", y tras referirse al apartado 3 de la NRV
9ª, relativa a instrumentos financieros ("Los instrumentos financieros emitidos,
incurridos o asumidos se clasificarán como pasivos financieros, en su totalidad o en
una de sus partes, siempre que de acuerdo con su realidad económica supongan
para la empresa una obligación contractual, directa o indirecta, de entregar efectivo
u otro activo financiero, o de intercambiar activos o pasivos financieros con terceros
en condiciones potencialmente desfavorables, tal como un instrumento financiero
que prevea su recompra obligatoria por parte del emisor, o que otorgue al tenedor
el derecho a exigir al emisor su rescate en una fecha y por un importe determinado
o determinable, o a recibir una remuneración predeterminada siempre que haya
beneficios distribuibles. En particular, determinadas acciones rescatables y acciones
o participaciones sin voto."), y apartado 4 ("(...) En el caso de que la empresa
realice cualquier tipo de transacción con sus propios instrumentos de patrimonio, el
importe de estos instrumentos se registrará en el patrimonio neto, como una
variación de los fondos propios, y en ningún caso podrán ser reconocidos como
activos financieros de la empresa ni se registrará resultado alguno en la cuenta de
pérdidas y ganancias (...)"), concluye lo que a continuación se expone:
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El compromiso de entregar efectivo que asume la sociedad en el momento
inicial deberá contabilizarse como un pasivo por su valor razonable, equivalente al
valor actual del ciento cincuenta por ciento de la inversión realizada por la ECR,
salvo que el importe calculado por referencia al patrimonio neto fuese superior,
empleando como contrapartida una cuenta con adecuada denominación que
deberá
mostrarse
con
saldo
negativo
en
el
epígrafe
IV.
(Acciones
y
participaciones en patrimonio propias) de los fondos propios. A tal efecto se
propone emplear la cuenta 107 "Compromisos de adquisición de acciones propias".
Se trata de que esta cuenta 107 minore el volumen de fondos propios -con efecto
equivalente, en sentido económico-, a que la parte de capital social afectada por el
negocio
de
recompra
hubiese
sido
directamente
registrado
como
pasivo,
sustituyendo a aquél.
Así, el pasivo figurará en "Débitos y partidas a pagar", valorándose a coste
amortizado, minorándose su importe, periódicamente, en el de los pagos a cuenta o
reembolsos realizados. Y en la fecha de la recompra, cabrán dos escenarios: que
la empresa adquiera las acciones, en cuyo caso se cancelará la deuda
trasladando el saldo de la cuenta 107 a la 108 ó 109 (en definitiva, acciones
propias en situaciones especiales), o bien que adquieran los restantes socios la
participación, escenario en el que se cancelará la deuda con abono a la cuenta 107,
reconociendo la diferencia en reservas.
En definitiva, en paralelo a la existencia de un capital social emitido, el
reconocimiento de la deuda contraída por la sociedad emisora de tales
títulos se lleva a una cuenta de pasivo financiero, compensada en el debe por
una cuenta representativa de ese menor volumen de fondos propios (insistimos en
que el "Compromiso de adquisición de acciones propias" minora el patrimonio neto
como si de acciones propias se tratara), de forma que si, al final, adquiere la
sociedad los títulos, el saldo de esa cuenta 107 se lleva a "Acciones propias en
situaciones especiales", mientras que si adquieren los restantes socios se cancela la
deuda y se elimina esa cuenta 107, llevándose a reservas el diferencial, y no a
pérdidas y ganancias, como sucede con todo negocio sobre acciones propias.
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