59-gomez c mecon _1 - Ministerio de Trabajo de la Provincia de

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PROVINCIA DEL CHACO
CAMARA FEDERAL DE APELACIONES DE RESISTENCIA
S.D. T° LXVII F° 28547 “GÓMEZ, DANIEL RAMÓN c/ MINISTERIOS DE
ECONOMÍA
OBRAS
Y
SERVICIOS
PÚBLICOS
Y
OTROS
s/
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO”, Expte. N° 46613
///sistencia, veintisiete de diciembre de 2011.Y VISTOS:
Estos autos caratulados “GÓMEZ, DANIEL RAMÓN c/ MINISTERIOS
DE ECONOMÍA OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS Y OTROS s/ CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO”, Expte. N° 46613, procedentes del Juzgado Federal de
Primera Instancia de esta ciudad;
Y CONSIDERANDO:
El
Dr.
José
Luis
Alberto
Aguilar
dijo:
I) Que a fs. 4/10 vta. el Sr. Daniel Ramón Gómez, por apoderado,
solicita la suspensión del acto administrativo emanado de la AFIP mediante
disposición N° 327/97 que resuelve la finalización de sus funciones en el
interinato que desempeñaba, así como también la restitución de las cosas al
estado anterior del mencionado acto, hasta tanto medie pronunciamiento
judicial; la reincorporación al cargo; se llame a concurso para cubrir dicho
cargo y función; se paguen las diferencias de haberes dejadas de percibir
como consecuencia de la resolución atacada y subsidiariamente la
indemnización por daños y perjuicios por la arbitrariedad del acto
cuestionado.
En efecto, el actor se desempeñaba interinamente en el cargo
de Supervisor de los Equipos de Fiscalización Externa de la Región
Resistencia, función que cumplió en forma regular y continua desde el 9 de
octubre de 1991 hasta el 16 de abril de 1997, momento en el que se dicta la
disposición que motiva el inicio de autos.
Que al momento de comunicársele la citada resolución, ella fue
cuestionada por el actor, mediante recurso que prevé el CCT 15/91 en su art.
10, fundando la ausencia de motivación del acto.
Ante el silencio del Organismo se dedujo amparo por Mora de la
Administración, solicitando el juzgador informes respecto de la demora en que
habría incurrido la AFIP en pronunciarse respecto del recurso deducido.
Mediante el dictado de la disposición N° 412/98 se desestima el
Recurso Administrativo, por lo que el tratamiento del amparo por mora devino
abstracto.
Fundan entonces la demanda promovida en los términos del art. 25
inc. a) de la ley 19.549.
Entienden los apoderados del actor, que de conformidad con el art.
14 de la ley de procedimiento administrativo el acto resulta nulo de nulidad
absoluta, carece de causa, toda vez que no se sustenta en hechos y
antecedentes y el derecho aplicable a tal decisión. Que lesiona derechos
subjetivos e intereses legítimos, debido a que la resolución fue tomada sin la
intervención del servicio jurídico, violando asimismo el derecho de defensa y
debido proceso.
Alegan que lo mismo ocurre con la disposición 412/98, ya que si bien
cuenta con dictamen legal, posee iguales deficiencias que el dictamen
anterior, fundando su decisión en el ius variandi del administrador pero
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apartándose de las alegaciones y probanzas del expediente. Que tampoco
considera demostrado el perjuicio patrimonial, desconociendo de esta manera
todos los perjuicios que acarrea la remoción de un cargo de mayor jerarquía a
uno menor, implicando una merma retributiva.
A fs. 19 la actora desiste de la acción contra el Ministerio de
Economía y a fs. 27 amplía demanda adjuntando como documental el
dictamen 347 y la disposición 412.
II) El ente recaudador, por apoderado, contesta la acción, solicitando
su rechazo, realizando una negativa general y particular de los hechos allí
invocados, manifestando que la misma resulta improcedente toda vez que no
existe ninguna norma que le confiera al actor el derecho que pretende.
Así, expresa que en el ordenamiento legal argentino existen dos
esferas de regímenes laborales, el régimen laboral que comprende a la
función pública y el que comprende a la función común o privada, que en lo
fundamental está plasmado en la Ley de Contrato de Trabajo. Según se trate
de uno u otro sistema, distintas son las normas en lo atinente a la estabilidad
del empleo. Con relación al primero de los regímenes, expresa, el art. 1 de la
ley 22.140 establece quiénes se hallan comprendidos dentro de las normas
aplicables a la función pública y el art. 2 enumera las exclusiones, dentro de
las cuales está el personal comprendido en convenciones colectivas de
trabajo.
Continúa sosteniendo que la situación en que se encuentra el
personal de la AFIP es la prevista en las convenciones colectivas de trabajo,
que mediante laudo 15/91 rige actualmente las relaciones del organismo con
sus empleados y que, conforme leyes 22.140 y 20.744 son aplicables las
normas de derecho común laboral. Consecuentemente, su poderdante ha
ejercido legítimamente el ius variandi y en el caso de considerarse ilegal o
arbitrario tiene la solución prevista en la LCT cual es la de considerarse
despedido y reclamar indemnización, no así el derecho de requerir el
reestablecimiento.
Afirman que el actor se ha mantenido en el grupo escalafonario al que
pertenecía, por ende su poderdante actuó dentro de las facultades conferidas
por la norma (art. 11 CCT). Cita doctrina y jurisprudencia en sustento.
Siguiendo esta línea de argumentación esgrimen que la merma en la
retribución es consecuencia inexorable de las nuevas funciones desempeñadas
y que al no ejercer el cargo anterior se dejaron de percibir adicionales o
suplementos específicos de esa función. Por lo que no cabe tampoco acoger la
indemnización por daños, de acuerdo a lo expuesto supra y a la falta de
sustento para justificar la supuesta arbitrariedad de la demandada.
Ofrecen prueba, fundan su derecho, hacen reserva del caso federal y
formulan petitorio de estilo.
III) A fs.179/183 se dicta sentencia, acogiéndose la demanda.
Para así decidir el juez de grado sostiene liminarmente que es
necesario destacar la disimilitud postural en cuanto al derecho aplicable que
ha asumido la demandada en la defensa, ya que por un lado (a fs. 62)
manifiesta claramente que el régimen de trabajo del personal de su parte está
incluido dentro de las convenciones colectivas de trabajo, siendo aplicable a
las mismas las previsiones de la ley 20.744, hecho que amerita el proveído de
fs. 68, que establece que el tratamiento de autos debe desarrollarse ante la
Secretaría específica y ordena el pase de los mismos a la Secretaría Laboral.
Ese proveído fue motivo de recurso de revocatoria por parte de la
actora, entendiendo que el thema decidendum se trata de una cuestión
2
atinente al ejercicio de funciones administrativas de la autoridad pública y
debe ser dilucidado por normas del derecho público. Todo ello implica la
materia contencioso administrativa, por lo que entiende el ente recaudador
que debe aplicarse a la causa de marras el trámite pertinente (contencioso
administrativo).
Esto determina que la decisión de primera instancia, posterior a la
interposición del recurso aludido, haya sido tratar el expediente en la
secretaría Civil N° 2, teniendo en cuenta que del objeto de la demanda surge
claramente que la cuestión es de estricto corte contencioso administrativo.
Superada tal cuestión y definido el tratamiento que le daría el Sr.
Juez a quo al tema en análisis, entiende que el derecho aplicable al
considerar el vínculo que relaciona a la administración con sus empleados se
encuentra incluida dentro del derecho público, aunque regida por su propio
convenio-colectivo laudo 15/91.
Ello lo conduce entonces a examinar si el acto administrativo posee
las condiciones que lo caracterizan (art. 7 LNPA) tales como competencia,
causa, objeto, motivación, forma y finalidad, advirtiendo que especial
atención ameritan la motivación y finalidad.
Concluye así, que en el sub-lite, no se dan los presupuestos que
configuran el acto administrativo como tal. Entiende que el acto motivo de la
litis contraviene los principios requeridos, debido a que el resolutorio recurrido
carece de dictamen legal previo, que se conculcan derechos subjetivos, que si
bien luego del recurso jerárquico se expidió la Asesoría Jurídica, la primigenia
resolución ha omitido aquél, entrelazándose así la falta de debida motivación
y finalidad.
Considera además que la merma en las retribuciones no es pequeña,
tal y como esgrime la demandada, sino que del análisis y cotejo de los recibos
de haberes que realiza el perito surgen montos que no pueden ser
minimizados o considerados como una pequeña disminución en la retribución,
si se tiene en cuenta que sobre el mismo se calculan por ejemplo el SAC,
vacaciones, aportes, etc. Que atento a que el justiciable detentaba una
antigüedad de seis años en sus funciones esta merma en la retribución ha
provocado cambios que, sin la adecuada motivación y finalidad, efectivamente
han lesionado derechos subjetivos adquiridos.
Pero introduce además una interpretación de los arts. 11 y 63 del
laudo CCT 15/91 concluyendo que el sistema de selección del personal
interino debe ser mediante llamado a concurso.
Por último expresa que el acto debe ser revocado, por estar viciado
de nulidad en los términos del art. 23 LNPA y resuelve: a) Revocar la
Resolución N° 327/97; b) Ordenar la restitución al cargo de Supervisor
Interino de los Equipos de Fiscalización Externa Región Resistencia del Sr.
González; c) Disponer el pago al actor por parte de la demandada el pago de
la suma de pesos dieciocho mil ochocientos noventa con un centavo ($
18.890,01) con tasa activa Banco Nación Argentina y realizar los debidos
aportes provisionales sobre ese importe y d) imponer las costas a la
demandada.
En lo relativo al llamado a concurso para cubrir el cargo, entiende que
escapa al ámbito de revisión y consistiría una injerencia impropia sobre la
organización y funcionamiento interno del Organismo.
IV) La actora, disconforme con este pronunciamiento, interpone
recurso de apelación.
A fs. 218/226 vta. luce memorial de agravios.
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El primero de ellos refiere a la inexistencia de la nulidad de la
resolución N° 327/97. Expresa que el sentenciante confunde la motivación,
requisito del acto administrativo, para con los administrados con la motivación
exigida para las relaciones de función y empleo en el ámbito del sector
público, donde la Administración puede introducir o modificar las funciones del
empleado que considere necesarias para los fines asignados. Que en el subexámine el cambio de funciones del actor, sólo importa el ejercicio razonable
de atribuciones del ente recaudador, no importando contravención a ningún
requisito de la Ley 19.549. Refuerza esta postura, citando el art. 6 inc. b) del
Decreto N° 618/97 que otorga al Administrador Federal de Ingresos Públicos
la facultad de organizar y reglamentar el funcionamiento interno del
Organismo en sus aspectos estructurales y funcionales.
El segundo de los agravios reitera que las facultades que le asisten al
Organismo en su carácter de empleador, le cabe aquélla que hace al ejercicio
del poder de dirección y organización, reconocido por la Ley de Contrato de
Trabajo Laudo 15/91 y las normas de derecho público. Derivado del derecho
que le otorga el Decreto N° 618/97 es que el organismo, en su carácter de
empleador puede ejercer el ius variandi, que reconoce y regula el mismo
laudo 15/91 en el contenido de los arts. 11; 14; 56, inc. 3°, pto. 2 y ssgtes y
ccdts.
Aduce que el actor sólo cumplía funciones de carácter interinas, que
ello no le asigna derechos permanentes, sino simplemente derechos en
expectativa. No pueden, afirma, lesionarse derechos que nunca se han
adquirido en forma estable y permanente.
Manifiesta que se dio por terminado el interinato, sin apartarse de lo
que establece el art. 14 del laudo 15/91 fundado en razones objetivas y en
ejercicio de la discrecionalidad que les asiste a las personas de derecho
público, que les marca la oportunidad y conveniencia para llevar a cabo
determinadas reformas.
A continuación expresa agravio en relación a cómo el a-quo
interpreta, a su juicio erróneamente, los arts. 10 y 11 del laudo 15/91 en
cuanto a que la suspensión del actor en sus funciones, sólo podía ser efectiva
mediante llamado a concurso para cubrir el cargo vacante. Porque aún cuando
no se hubiese llamado a concurso, entiende que quien desempeña la función
no tiene un derecho adquirido a mantenerla.
Asevera que es patente que el art. 11 del laudo 15/91 sólo prevé el
derecho del agente a conservar la jerarquía y nivel alcanzados, entendidos
como tales la ubicación en el respectivo grupo escalafonario, por lo que de
ninguna manera existe un derecho a mantener el cargo.
Otra cuestión que es motivo de agravios es que el juez de grado no
ha tenido en cuenta que, conforme la legislación vigente al momento de los
hechos, el accionante ante el ejercicio arbitrario invocado, debió ajustar su
actuar al laudo 15/91, en el contenido de los arts. 11; 14; 56 inc. 3, pto. 2 y
ssgtes y ccdtes y en el segundo párrafo del art. 66 de la LCT.
Porque de esta manera, el agente podría haber intimado la cesación
del comportamiento presuntamente ilegítimo, por la vía administrativa
correspondiente y en su caso haberse puesto en situación de despido indirecto
inmediato. Afirma que es esta y no otra, la solución que el legislador ha
previsto para poner fin a los actos teñidos de ilegitimidad o arbitrariedad y
que en ningún caso, ni el texto del CCT ni el texto actual del ordenamiento
laboral privado prevén la reincorporación al cargo que se ostentaba
interinamente.
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Destaca además, que la vigencia del CCT Laudo 15/91 importa la
plena aplicabilidad de las disposiciones de la LCT. Cita jurisprudencia en
apoyo.
Se agravia también en cuanto a la reparación pecuniaria prevista para
el actor, sosteniendo que no se produjo perjuicio alguno al accionante debido
a que no existió un actuar ilícito de la administración, sino que hizo uso de sus
facultades legales y discrecionales y que este ejercicio del derecho de la
administración no puede constituir un ilícito en los términos del art. 1071 C.C.
susceptible de reparación.
Por último se agravia en cuanto a que no se tuvo en miras al motivar
la sentencia de grado la discrecionalidad de la administración en la
apreciación de las aptitudes de sus agentes como un principio constitucional
de separación de los poderes. Entiende que esta discrecionalidad atribuida al
ente recaudador no es revisable judicialmente. Es decir, que el juzgamiento
de los méritos de los agentes, no es en principio, susceptible de revisión
judicial. Esto implica una libertad para la Administración Pública al momento
de designar a una persona que actuará como empleado o funcionario en el
ejercicio de un cargo.
Apela costas y honorarios. Hace Reserva del Derecho Federal.
Formula petitorio de estilo.
V) Es vital, antes de comenzar con el tratamiento de los agravios,
destacar la primera dificultad que presenta el tema en análisis, cual es la de
identificar el derecho aplicable a la cuestión.
Como se ha visto en el desarrollo del presente, tanto la actora, la
demandada, como así también el Sr. Juez a-quo citan normas relativas al
derecho laboral común (o privado), al derecho administrativo (LNPA) y al
derecho contencioso administrativo. Sin soslayar el laudo 15/91, CCT que fue
homologado a los fines de ser aplicado al personal del ente recaudador.
Entiendo entonces trascendental la importancia de desentrañar
primero qué normas rigen la relación entre la Administración Federal de
Ingresos Públicos y sus agentes.
La Administración Federal de Ingresos Públicos, celebró un actaacuerdo, con la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP),
conforme lo dispuesto en la Ley de Negociación Colectiva 14.250, que fue
homologado por laudo 15/91. Esto me conduce a afirmar que cuenta con un
régimen legal propio –CCT aprobado por Laudo 15/91-.
En consecuencia y en virtud de lo dispuesto por el art. 2 de la LCT,
resulta aplicable este último cuerpo, es decir, el derecho laboral común o
privado, a los dependientes de la Administración Pública Nacional que se
encuentren incluidos dentro de las convenciones colectivas de trabajo.
Ello quiere decir, que las relaciones laborales de los empleados de la
AFIP se rigen en primer lugar, por la CCT homologada por laudo 15/91 y
subsidiariamente por la Ley de Contrato de Trabajo.
Lo sentado no se da de bruces con que el acto mediante el cual se
dictó la resolución atacada en autos, haya sido administrativo. Ello es
consecuencia de ser el ente recaudador un Organismo del Estado, que se rige
por su propia ley de procedimiento (11.683) y los actos que determina llevan
impreso el trámite administrativo.
Más esto no es equivalente a que el derecho aplicable en las
relaciones laborales entre AFIP y sus empleados sea el derecho laboral
público, puesto que mediante una negociación colectiva, sometieron
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voluntariamente las normas que han de regir sus recíprocos deberes y
derechos a una convención colectiva de trabajo.
Es conveniente resaltar aquí, para superar esta cuestión y continuar
con el análisis de autos, que la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 en su art.
2 (disposiciones generales, ámbito de aplicación) establece claramente que
las disposiciones de esa ley no serán aplicables a los dependientes de la
administración pública nacional, provincial o municipal, excepto que por acto
expreso se los incluya en la misma o en el régimen de las convenciones
colectivas de trabajo.
Así, implica la doctrina que se aplicará el derecho laboral privado
cuando la Administración Pública – es decir, uno de sus órganos o entes- se
ha sometido a la política negocial colectiva.(Conf. Sardegna, Miguel A., Ley de
Contrato de Trabajo comentada y anotada Ed. Universidad, 1986, pág 14 y
ssgtes.).
En este caso si bien la relación continúa siendo de empleo público, lo
es con la pertinente aplicación de las normas del derecho laboral privado en lo
que concierne a determinados institutos.
Por ello y en cuanto al principio protectorio que insufla todo el
derecho laboral, corresponderá en cada caso ante la multiplicidad de
soluciones desentrañar cuál de ellas es la más benigna, eligiendo la norma
más conveniente al trabajador.
Este razonamiento nos conduce a afirmar que el ius variandi habrá
que analizarlo con suma cautela de acuerdo a las prestaciones y modalidades
que cada caso prevé, cumpliendo la LCT una función integradora y supletoria
cuando la ley laboral administrativa guarda silencio, siempre que las
soluciones de aquélla no contradigan la naturaleza y modalidad de la función
pública y que atienda al dependiente, privilegiándole.
Pasaremos a efectuar ahora las consideraciones acerca de los
agravios vertidos.
En primer lugar y de acuerdo al orden de los agravios esgrimidos y
conducentes corresponde analizar la resolución N° 327/97.
Si bien es cierto que la Administración puede introducir o
modificar las funciones en el empleado que considere necesarias para los fines
asignados y que el art. 6 inc. b) del Decreto N° 618/97 otorga al
Administrador Federal de Ingresos Públicos la facultad de organizar y
reglamentar el funcionamiento interno del Organismo en sus aspectos
estructurales y funcionales, no es menos cierto que el uso de esa potestad no
puede ser caprichoso, mucho menos generar perjuicios de índole material o
moral ni ser irrazonable y limitativa de los derechos del trabajador.
No surge de autos circunstancia de peso alguna que justifique el
dictado de la Resolución que produjo la democión del actor, no se concretaron
con precisión (y menos aún se intentaron demostrar) las razones funcionales
o de reorganización administrativa que llevaban a excluirlo de su cargo.
No se realizó llamado a concurso para cubrir el cargo, no se
establecieron conductas impropias del trabajador, tampoco se integró tal
decisión con el dictamen legal correspondiente. La circunstancia de que éste
fuese realizado con posterioridad y a instancias del actor, no suple el hecho
de que a priori, la resolución fue infundada y deficiente en cuanto a los
requisitos que presupone su elaboración.
En este sentido la jurisprudencia establece que en lo que se refiere al
principio del ius variandi –que rige tanto en la relación de empleo público
como en la de carácter privado- que la forma y la modalidad de la prestación
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de trabajo si bien pueden ser modificadas por el empleador ello no debe
importar un ejercicio irrazonable de tal facultad que ocasione un perjuicio
moral o material al agente, quien como consecuencia de aquél, resulte
afectado por un pase o traslado (CSJN, Diego Gerardo Schiavone c. Estado
Nacional, Administración Federal de Ingresos Públicos, AR/JUR/14862/2009).
De acuerdo al agravio relativo a que el accionante ante el ejercicio
arbitrario invocado, debió ajustar su actuar al laudo 15/91, en el contenido de
los arts. 11; 14; 56 inc. 3, pto. 2 y ssgtes y ccdtes y en el segundo párrafo
del art. 66 de la LCT, porque de esta manera, el agente podría haber intimado
la cesación del comportamiento presuntamente ilegítimo, por la vía
administrativa correspondiente y en su caso haberse puesto en situación de
despido indirecto inmediato, cabe hacer la aclaración en cuanto a la reforma
que la ley 26.088 hizo en la actualidad del texto del art. 66 de la ley 20.744 y
agregó que frente a tales circunstancias el trabajador puede considerarse
despedido o accionar persiguiendo el reestablecimiento de las condiciones
alteradas.
De manera que le asiste al damnificado la opción de perseguir el
reestablecimiento en sus funciones.
Respecto de lo afirmado en cuanto a que se mantuvo al actor en su
posición escalafonaria, ello no implica desconocer la merma en el salario, la
cual estaba compuesta por ítems que significaban un plus atinente a la
función.
Este plus, de acuerdo a la pericia practicada en autos, formaba parte
del salario en cuanto a Sueldo Anual Complementario, aportes previsionales,
entre otros rubros. De manera que la merma, aún siendo cuantitativamente
mínima, resulta considerable si se tiene en cuenta la cantidad de años (seis)
que cumplió funciones en el interinato el Sr. Gómez y se puede sostener que
en materia de salarios percibidos estamos tratando derechos adquiridos y no
en expectativa.
Ha dicho la doctrina y jurisprudencia en este sentido que la
remuneración mensual es la que se percibe mensualmente o períodos
menores; la normal y habitual, es la compuesta por rubros que, aunque no se
devenguen cada uno de ellos constantemente, integran el salario en una
notable proporción de los períodos. Ninguna de esas calificaciones remite a la
cuantía económica variable del salario total o de cualquiera de sus rubros, por
el contrario, la misma idea comparativa contenida en el adjetivo mejor, indica
una relación de desigualdad cuantitativa que ha de resolverse prefiriendo la
remuneración más elevada (Brandi, Plenario 298).
Así planteada la cuestión, el perjuicio resulta plausible.
Referido al agravio en cuanto a que la discrecionalidad de la
administración en la apreciación de las aptitudes de sus agentes como un
principio constitucional de separación de los poderes, no es revisable
judicialmente, es decir, que el juzgamiento de los méritos de los agentes, no
es en principio, susceptible de revisión judicial, considero que lo que se juzga
aquí no es la discrecionalidad de la administración, sino la forma que se le dio
al trámite (vacuo de dictamen jurídico en principio) y el perjuicio ocasionado
por la resolución, basada en la discrecionalidad.
Es necesario dejar sentado, que discrecionalidad no es sinónimo de
iniquidad, menos aún cuando la Constitución Nacional a través de su art. 14
bis dejó expresamente establecida la protección al trabajador de las
decisiones arbitrarias por parte del empleador, sea éste privado o de la esfera
pública, así lo entendió la CSJN en el caso “Ruiz, Emilio David c/ DGI s/
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Despido”, al hacer referencia a quela política legislativa correspondiente a
situaciones de normalidad está destinada a desterrar la arbitrariedad en la
administración pública y al establecimiento de factores de equilibrio y
seguridad en la carrera de los empleados estatales (Fallos 307:539).
Respecto de la indemnización otorgada a favor de la parte actora, en
primera instancia, considero que, de no haber prestado propiamente servicios
en la función de Supervisor de Fiscalización Externa, no es susceptible de
indemnización, pues ello implicaría un enriquecimiento sin causa por parte del
Sr. Gómez, en este sentido el Tribunal Supremo ha sostenido desde antiguo
que no corresponde el pago de remuneraciones por funciones no
desempeñadas durante el período que media entre la separación del agente
público dado ilegítimamente de baja y su reincorporación, salvo disposición
expresa y específica (Fallos 312:1382; 313:62; 473; 319:2507entre
muchos otros).
Por todo lo expuesto, entiendo pertinente acoger parcialmente el
recurso de apelación deducido a fs. 209/226, en lo que respecta a la
improcedencia de la reparación pretendida, revocando la sentencia de primera
instancia en este punto y confirmándola en cuanto manda reintegrar al actor
al cargo y función correspondiente a Supervisor de los Equipos de
Fiscalización Externa de la Región Resistencia, hasta tanto se genere llamado
a concurso para cubrir definitivamente el cargo.
Así y atento a la forma en que se resuelve, corresponde adecuar
la regulación de honorarios de primera instancia, confirmando las costas,
distribuyéndolas en el orden causado (art. 68, 2° parte C.P.C.C.N.). A cuyo
fin se regulan los honorarios de los Dres. Edmundo Ávalos Alurralde y Mariano
Ávalos Alurralde – representantes del actor- en la suma de pesos dos mil
setecientos ($ 2.700,00) como patrocinantes y un mil ochenta ($1.080,00)
como apoderados, en conjunto y a los Dres. Oscar Armando Nasir, Jorge
Pedro Romero y Miriam Graciela Medina en la suma de pesos dos mil
trescientos cuarenta ($2.340,00) como patrocinantes y pesos novecientos
treinta y seis ($936,00) como apoderados, también en conjunto. Corresponde
también mantener la regulación efectuada al Contador Público Nacional –
quien actuó como perito- Rumualdo C. Carvajal en la suma de pesos
cuatrocientos setenta y tres ($ 473,00) y la correspondiente a la medida
cautelar despachada en primera instancia, sin costas en la Alzada atento a la
ausencia de réplica de la contraria.
La Dra. Ana Victoria Order dijo
Que por idénticas razones expuestas por el juez preopinante,
adhiero a su voto.
DEL ACUERDO QUE ANTECEDE SE RESUELVE:
I.- HACER LUGAR PARCIALMENTE al Recurso de Apelación deducido a
fs. 209/226 en lo que respecta a la improcedencia de la reparación pretendida
y en consecuencia, revocar la sentencia de fs. 179/183, en este punto. II.CONFIRMAR la sentencia de fs. 179/183 disponiendo se reintegre al actor al
cargo de Supervisor de los Equipos de Fiscalización Externa de la Región
Resistencia. III.- IMPONER las costas en el orden causado. IV.- REGULAR los
honorarios de los Dres. Dres. Edmundo Ávalos Alurralde y Mariano Ávalos
Alurralde en la suma de pesos dos mil setecientos ($ 2.700,00) como
patrocinantes y un mil ochenta ($1.080,00) como apoderados, en conjunto y
a los Dres. Oscar Armando Nasir, Jorge Pedro Romero y Miriam Graciela
Medina en la suma de pesos dos mil trescientos cuarenta ($2.340,00) como
patrocinantes y pesos novecientos treinta y seis ($936,00) como apoderados,
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también en conjunto y del C.P.N. Sr. Rumualdo C. Carvajal en la suma de
pesos cuatrocientos setenta y tres ($ 473,00) y la correspondiente a la
medida cautelar despachada en primera instancia.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
Fdo. José Luis Alberto Aguilar. Juez. Ana Victoria Order. Juez. Patricia Beatriz
Gracía. Secretaria.
NOTA: De haberse dictado el Acuerdo precedente por los Sres. Jueces de
Cámara que constituyen la mayoría absoluta del Tribunal (art. 26 Dto. Ley
1285/58 y art. 109 del Reg. Jus. Nac.).
SECRETARIA
CIVIL
N°
1,
veintisiete
de
diciembre
de
2011.Fdo. José Luis Alberto Aguilar. Juez. Ana Victoria Order. Juez. Patricia Beatriz
García. Secretaria.
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