Módulo 2 CuadernosdeHematología 2007 Directores: Dr. José María Fernández-Rañada Servicio de Hematología Hospital Quirón Madrid Dr. Adrián Alegre Amor Servicio de Hematología Hospital Universitario de la Princesa Madrid Con el aval de: Actividad Acreditada por la Comisión de Formación Continuada 0,7 Créditos Índice Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Dr. Albert Altés Hernández Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz ISBN: 978-89-690-9666-6 DL: 2 Módulo Dr. Carlos Solano Vercet Cuadernos de Hematología Editor asociado: I Cuadernos de Hematología Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández Hospital Clínic de Barcelona Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Resumen La aplasia medular es una enfermedad autoinmune, mediada por linfocitos T citotóxicos, que provoca una disminución de la hemopoyesis, mediada por interferón gamma y por el factor de necrosis tumoral alfa, y que se relaciona con otras formas de fallo hemopoyético. La detección de clonas celulares anormales debe considerarse más importante que indagar en el agente etiológico. Se debe individualizar la decisión terapéutica en cada paciente y en base a criterios de gravedad, edad y disponibilidad de un hermano histocompatible. El tratamiento inmunosupresor debe combinar ALG/ATG y ciclosporina A. La administración de factores de crecimiento celular no influye en la respuesta al tratamiento inmunosupresor. Deben usarse como una forma de soporte en situaciones puntuales. La fuente de progenitores hemopoyéticos para trasplante debe ser la médula ósea debido a una menor incidencia de enfermedad del injerto contra el huésped crónica en comparación a la sangre periférica. El esquema de acondicionamiento preferente para el trasplante de personas de edad >40 años, politransfundidas o con donantes histocompatibles no emparentados debe basarse en fludarabina. Se debe considerar el trasplante de donante histocompatible no emparentado en personas de edad <40 años, con una forma grave de enfermedad, sin donante familiar y con fracaso al tratamiento inmunosupresor. La aplasia medular debe ser considerada una enfermedad rara y como tal se debería colaborar en grupos de cooperación. Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Las recidivas de las respuestas al tratamiento inmunosupresor deben volver a tratarse de la misma forma ya que vuelven a responder. No sucede lo mismo con los fracasos. Cuadernos de Hematología - 2007 mitomicina C (MMC) son datos sugerentes de anemia de Fanconi (1). La presencia de leucoplaquia e hiperpigmentación cutánea, fibrosis pulmonar, osteoporosis y mutaciones de los genes DKC-1, TERC y TERT son datos diagnósticos de disqueratosis congénita. Por último, una historia de neutropenia prolongada con insuficiencia pancreática y baja estatura junto con la detección de mutación del gen SBDS sustentan el diagnóstico de síndrome de Swachmann-Diamond. Definiciones y diagnóstico La aplasia medular se define como pancitopenia hemoperiférica en el contexto de una médula ósea hipocelular, sustitución del tejido hemopoyético por grasa y ausencia de infiltración celular anormal o de fibrosis colágena y/o reticulínica. Para reconocer una pancitopenia se han de cumplir, al menos, dos de los siguientes criterios: hemoglobina <10 g/dl; recuento de neutrófilos <1,5x109/l y recuentos de plaquetas <100x109/l. Para la confirmación del diagnóstico basta así un hemograma, con análisis morfológico y recuentos reticulocitario y leucocitario, y una biopsia de médula ósea. Esta definición tradicional obliga a descartar otras situaciones pancitopénicas como suceden en síndromes mielodisplásicos y leucemicos, leucemia de linfocitos T granulados, mielofibrosis, linfomas, infecciones y estados de inanición. Si la insuficiencia hemopoyética no se acompaña de rasgos de anomalía congénita se debe pensar en una forma adquirida. En este último caso, indagar sobre la etiología puede tener implicaciones preventivas y terapéuticas. Aunque cerca del 80% de los casos adquiridos son idiopáticos, siempre se debe preguntar sobre contactos con medicamentos y productos químicos, riesgos laborales e infecciones víricas, o valorar la coexistencia de gestación, enfermedad autoinmune, fascitis eosinofílica o timoma. Etiología y fisiopatología Una vez establecido el diagnóstico hay que valorar si el fallo hemopoyético puede ser congénito o adquirido. La sospecha de fallo congénito, principalmente la anemia de Fanconi, la disqueratosis congénita y el síndrome de Swachmann-Diamond, se basa en los datos de la exploración física y en la práctica de pruebas específicas. Estatura baja con anomalías de las extremidades superiores y presencia de manchas “café con leche” asociadas a un incremento de roturas cromosómicas en los linfocitos de sangre periférica estimulados con diepoxibutano (DEB) o Las referencias sobre etiología son, básicamente, observaciones clínicas e intentos de detección de antígenos y, por lo general, no han aportado resultados clarificadores. Solamente se han desarrollado dos grandes proyectos epidemiológicos en los últimos veinticinco años. El estudio internacional sobre aplasia medular y agranulocitosis, realizado en Europa e Israel y el THAI-NHLBI Aplastic Anemia Study en diversas zonas de 1 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández Tailandia. Entre sus conclusiones se encuentra la incidencia de la enfermedad, de 2 casos nuevos por cada millón de habitantes/año en Europa y 2-3-veces superior en los países asiáticos, la limitada relación con la exposición a benceno, pesticidas y medicamentos en ambos territorios y la importancia de la exposición a agua no potable y a determinados animales de granja en zonas rurales poco desarrolladas lo que sugiere una etiología infecciosa no determinada. La búsqueda de antígenos en el suero de pacientes tampoco ha sido resolutiva. Entre estos estudios destacan los relacionados con la proteína de transporte de diacepán, una enzima esencial en la oxidación de ácidos grasos insaturados que puede estimular células T citotóxicas, como ha sido demostrado en tres pacientes, y la relación de una proteína, la kinectina, con la generación de complejos antígeno-anticuerpo capaces de desarrollar in vitro células linfoides T reactivas en el 40% de casos de aplasia medular sin que este hecho esté confirmado in vivo. que provoca una disminución, mediada por interferón gamma y por el factor de necrosis tumoral alfa, de la hemopoyesis y que se relaciona con otras formas de fallo hemopoyético. La prueba de la existencia de un mecanismo inmunológico en el desarrollo de la aplasia medular se basa en criterios clínicos y biológicos. Los fracasos de la reconstitución hemopoyética en trasplantes singénicos sin acondicionamiento previo, las respuesta a tratamientos inmunodepresores de población linfoide T con sueros antilinfocitarios/antitimocíticos (ALG/ATG), ciclosporina A (CyA) y con dosis elevadas de corticoides o de ciclofosfamida, son referencias en el tema. A nivel de laboratorio, la posibilidad de regular el crecimiento hemopoyético in vitro en función de la presencia o no de linfocitos ha permitido relacionar a la activación de la población linfoide citotóxica T como la responsable efectora de la respuesta. Actualmente, por técnicas de inmunofluorescencia y de biología molecular se ha identificado esta subpoblación como CD8+CD28-. De hecho puede detectarse la expansión oligoclonal de subpoblaciones Vb del receptor linfoide T al inicio de la enfermedad y seguir sus variaciones con los tratamientos. A efectos prácticos resulta más importante detectar la presencia de clonas celulares anormales (de hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN), leucémicas y de linfocitos T granulados), utilizando técnicas de inmunofluorescencia, citogenética y de biología molecular, que encontrar una posible etiología (2). El impacto del ataque celular T en la médula ósea ha sido estudiado en modelos in vitro e in vivo. El incremento de interferón gamma y del factor de necrosis tumoral alfa reduce el número de progenitores hemo- Hoy se entiende la aplasia medular como una enfermedad autoinmune, mediada por linfocitos T citotóxicos, 2 Cuadernos de Hematología - 2007 poyéticos en ensayos in vitro al inducir la apoptosis de células CD34+ a través, entre otras, de la vía dependiente de Fas en la muerte celular. En cultivos celulares de largo término, en los que el estroma se ha modificado para que exprese interferón gamma, las LTIC-IC se encuentran disminuidas aunque la concentración de citoquina en el medio sea baja, lo que indica que el efecto tóxico se amplifica localmente en el medio celular/estromal. En el modelo de ratón la aplasia provocada por la infusión de material linfoide puede ser reversible tras la administración de ALG/ATG y de CyA pero, también, mediante anticuerpos monoclonales contra interferón gamma y factor de necrosis tumoral alfa. expresión de reguladores transcripcionales de la polarización de células Th1, mutaciones en el gen PRF1, con sobreexpresión de perforina, y disminución de SAP, una proteína moduladora que inhibe la producción de interferón gamma, en la mayoría de los enfermos. El ataque immune aboca al fallo hemopoyético que se evidencia por el aspecto macroscópico del territorio medular en los estudios necrópsicos, el aspecto de las muestras de biopsia medular, la escasez o la ausencia de progenitores CD34+ analizadas por citometría de flujo o el escaso número de colonias hemopoyéticas en diversas modalidades de cultivos y que son parámetros definitorios de la enfermedad. Al fallo hemopoyético se llega a través de una activación de los mecanismos de apoptosis y de la alteración de los mecanismos de reparación de los telómeros. Se desconoce la razón por la que existen células T activadas en la aplasia medular. Las alteraciones detectadas en los estudios de regulación genética y de secuenciación de nucleótidos sugieren una base genética para la activación aberrante linfoide T en el mecanismo del fallo medular. Así, se encuentra sobreexpresado HLA-DR2 en algunos pacientes, sugiriendo un protagonismo del reconocimiento de antígenos, de forma que algunos autores relacionan su presencia con una buena respuesta al tratamiento con CyA. Más prevalente es la detección de polimorfismos en los nucleótidos de los genes de las citoquinas interferón gamma, factor de necrosis tumoral alfa y de interleuquina 6, todos ellas asociadas con activaciones de respuestas inmunes. También se detecta la Los análisis dirigidos a cuantificar la población progenitora más quiescente y más inmadura (LTC-IC, cobblestone forming cell) muestran una marcada deficiencia, que llega a ser residual en los casos graves al diagnóstico de la enfermedad. Las características cualitativas de esta población residual, incapaz de responder a factores de crecimiento celular, se han explicado por estudios genéticos recientes. La reducción en el número y en la función de los progenitores hemopoyéticos es secundaria a la destrucción celular y a los fenómenos de apoptosis de los elementos resi3 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández alteración en estos genes y pueden tener médulas hipocelulares, disminución de células CD34+ y de la capacidad de generar colonias hemopoyéticas, incremento de los niveles factores de crecimiento y acortamiento de telómeros. Los cromosomas se encuentran protegidos por proteínas que se unen directamente a los telómeros y los polimorfismos de los genes que las producen (TERF1 y TERF2) son más prevalentes en personas con aplasia medular que en pacientes sanos. Todos estos datos sugieren que las mutaciones en los genes relacionados con la reparación de los telómeros son factores genéticos de riesgo en la aplasia medular adquirida, probablemente porque provocan una reducción cuantitativa del compartimiento de progenitores pudiendo llegar a ser cualitativamente inadecuado para soportar el daño mediado por la reacción inmune. Los telómeros se encuentran acortados en un 30-50% de los pacientes con aplasia medular pero sólo pueden detectarse mutaciones en menos de un 10% de los casos. Una explicación a este hecho es que puedan estar involucrados otros genes, incluyendo los relacionados con otros elementos de reparación del complejo de proteínas unidas al telómero, otros sistemas de reparación no bien conocidos y algunas ADN helicasas. duales. Los analisis mediante microarrays de células CD34+ residuales de pacientes aplásticos muestran un transcriptoma en el que existe un aumento en la regulación de genes que afectan a la apoptosis, a la muerte celular y a la respuesta inmune, y esta señal puede reproducirse en células CD34+ normales expuestas in vitro a interferón gamma. Un hecho peculiar de los leucocitos de los pacientes aplásticos es el acortamiento del telómero. El acortamiento del telomero fue interpretado, inicialmente, como relacionado con el agotamiento de la población progenitora debido a su replicación acelerada por el ataque inmune. Actualmente se reconoce, además, una base genética. El descubrimiento de que la disqueratosis congénita está relacionada con mutaciones en DKC1 y de que diversas formas de aplasia constitucional lo estaban con mutaciones en TERC indican una base genética del acortamiento del telómero. De hecho, el mecanismo de reparación del acortamiento se realiza mediante un ARN, codificado por TERC, y con la telomerasa, una transcriptasa inversa codificada por TERT (3). También la disquerina, producida por DKC1, se asocia con la reparación del complejo telomérico. En la aplasia medular adquirida no se han demostrado mutaciones en TERC o en TERT pero, en algunos familiares de pacientes afectos de aplasia medular adquirida, que tienen cifras hemoperiféricas normales y que carecen de rasgos clínicos de disqueratosis congénita, se detecta alguna La aplasia medular puede coexistir, tanto en su inicio como en su evolución, con otros procesos definidos por la proliferación de clonas celulares anormales, como la HPN o la 4 Cuadernos de Hematología - 2007 mielodisplasia, complicando su diagnóstico. El mecanismo entre la reacción inmune y la evolución clonal no está suficientemente explicado. Aproximadamente la mitad de los pacientes muestran expansión de clones de células HPN, detectables por citometría de flujo, al inicio de una pancitopenia. La mayoría de las veces, las alteraciones se detectan en pequeños porcentajes y los enfermos no muestran manifestaciones clínicas típicas de la enfermedad como hemólisis o trombosis. Este hecho se conoce con el término de síndrome aplasia/HPN y se interpreta como una forma de supervivencia de clonas mutantes previamente existentes, aunque no hay demostración empírica suficiente para aseverarlo. Algunos pacientes desarrollan patrones de aneuploidía con el tiempo. De ellos, la monosomía del cromosoma 7 y la trisomía del cromosoma 8 son los más frecuentes. En los pacientes con trisomía del cromosoma 8 se pueden detectar algunas de las anormalidades inmunes que suceden en la aplasia medular, los pacientes pueden responder a tratamiento inmunosupresor y, también, puede detectarse una expansión oligoclonal de células T que reconocen a antígenos de las células aneuploides, pero que no las destruyen debido a un aumento en la regulación de los genes anti-apoptosis como el c-myc, survivina y CDK1. En la monosomía 7, las células anormales identificadas por el sistema immune son seleccionadas por su capacidad de sobrevivir al ataque linfocitario. La monosomía 7 es una anormalidad citogenética frecuente en la aplasia medular y condiciona un mal pronóstico. Los pacientes fallecen por citopenias severas y/o leucemización. El empleo de G-CSF en el tratamiento de algunas formas de aplasia medular, como sucede con la neutropenia congénita severa, se ha asociado con un incremento de monosomía 7. Los estudios in vitro sugieren que las clonas con monosomía del cromosoma 7 se expanden cuando se encuentran en un medio anormal de citoquinas, especialmente con altas concentraciones de G-CSF, debido a anomalías en los receptores de estos mediadores que favorecen la proliferación pero no la diferenciación celular. Tratamiento Los avances recientes en el conocimiento de la fisiopatología y el desarrollo de ensayos terapéuticos de alta calidad han permitido mejorar la esperanza y la calidad de vida de numerosos pacientes, haciendo emerger diversas variables que condicionan el tratamiento. La principal es la valoración de la gravedad entendida como el riesgo de fallecimiento en los primeros 6 meses tras el diagnóstico. Tradicionalmente se han seguido los criterios internacionales para definir la forma grave y que consisten en el cumplimiento de dos de los siguientes parámetros: cifra de neutrófilos <0,5x109/l, cifra de plaquetas <20x109/l y reticulocitos < 20x109/l asociado a una celularidad de médula ósea <25% o entre el 25-50% con una celularidad hemopoyética residual <30%. Algunos autores reconocen una forma mucho más grave si el recuento de neutrófilos es inferior a 5 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández 0,2x109/l. El tratamiento de las formas congénitas se basa en el soporte del estado general y/o en la sustitución de los progenitores mediante trasplante. Por lo general, se acompañan de otros defectos somáticos y el trasplante se indica en los casos de insuficiencia hemopoyética grave. Se debe tener en cuenta el riesgo que comporta el tratamiento sobre el tipo de lesión genética, especialmente en la anemia de Fanconi, en la que la fragilidad cromosómica puede provocar lesiones graves cuando se administra ciclofosfamida o radioterapia. La inmunosupresión no está indicada en el tratamiento de las aplasias congénitas. vos de entre los que destaca la ciclofosfamida a dosis elevadas sin el soporte de progenitores hemopoyéticos. La ALG/ATG se elabora por inmunización animal frente a timocitos humanos. Tiene una acción citolítica, provocando una situación de inmunotolerancia por depleción de linfocitos T activados, pero la experiencia indica que puede ejercer una acción inmunomoduladora. Tras su administración la cifra de linfocitos disminuye durante los primeros 10 días, recuperándose a los valores iniciales tras una o dos semanas. La principal toxicidad de ALG/ATG es la reacción alérgica al ser una proteína heteróloga, y puede provocar una neutropenia transitoria con riesgo de infección. Los pacientes pueden necesitar una semana para producir anticuerpos específicos contra la proteína. La dosis se ha fijado de forma empírica. La mayor parte de los estudios terapéuticos han sido realizados con ALG/ATG de caballo y recientemente se ha introducido la ALG/ATG de conejo, más activa que la de caballo cuando se ha utilizado en el tratamiento del rechazo de trasplantes de órganos sólidos. La CyA tiene un efecto selectivo en la función de la célula linfoide T, por inhibición en la expresión de proteínas reguladoras nucleares, disminuyendo la activación y la proliferación celular. El tratamiento de la aplasia medular adquirida se basa en la supresión de la población T citotóxica y/o en la sustitución de los progenitores hemopoyéticos lesionados mediante trasplante. Las toxicidades que pueden provocar ambos tipos de tratamientos hacen que se deba racionalizar cada situación en base a los criterios de gravedad de la enfermedad, del estado general y de la decisión del paciente. Los algoritmos de tratamiento de la aplasia medular adquirida se muestran en las Figuras 1 y 2. Inmunosupresión El tratamiento inmunosupresor se basa fundamentalmente en la administración de globulina antilinfocitaria (ALG/ATG), de ciclosporina A (CyA) y de una serie de tratamientos alternati- La ALG/ATG y la CyA son eficaces cuando se administran aisladamente (30-40% de respuestas), pero en la actualidad hay pocas dudas de que 6 Cuadernos de Hematología - 2007 Fig. 1 Fig. 2 7 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández adultos. Fuera de la indicación como soporte del tratamiento de las infecciones bacterianas o en el contexto de ensayos clínicos, no debe recomendarse el empleo terapéutico de G-CSF. la opción recomendada es la administración conjunta de ATG y CyA tanto en las formas graves y muy graves, como en las formas poco graves que requieran tratamiento al necesitar soporte transfusional (4). Con esta asociación, el porcentaje de pacientes con formas graves de la enfermedad que dejan la dependencia transfusional es, aproximadamente, del 70% a los seis meses del tratamiento. El seguimiento a largo término muestra una supervivencia del 70% a 4 años. La supervivencia a 11 años se sitúa en el 38%. A pesar de estos datos favorables no hay que esperar la normalización completa de los valores hemoperiféricos ya que sólo sucede en una tercera parte de los enfermos. El riesgo de recidiva se sitúa entre el 30 y el 40% y la dependencia a la CyA entre el 26 y el 60% de los casos, por lo que se recomienda un descenso largo y progresivo de la administración de este medicamento. El riesgo de desarrollar una enfermedad clonal o un tumor es del 30% a 10 años, lo que hace imprescindible el seguimiento de estas personas durante un largo tiempo. La administración de G-CSF asociada al tratamiento inmunosupresor no beneficia la recuperación de la hemopoyesis ni la supervivencia, pero puede ser usado como soporte de las complicaciones infecciosas. En los niños con aplasia medular, la administración de G-CSF se asocia a un incremento del desarrollo de mielodisplasia y leucemias agudas relacionadas con monosomía del cromosoma 7, hecho que no ha sido comprobado en pacientes Para las situaciones de recaída o de ausencia de respuesta se debe administrar un segundo ciclo de tratamiento con la misma forma de ALG/ATG usada inicialmente, o una nueva de diferente fuente. En estos casos el índice de respuesta se sitúa entre el 33 y el 60%. Al no haber estudios aleatorizados sobre la eficacia de los diferentes tipos de ALG/ ATG la elección deberá basarse en la presencia o no de reacciones alérgicas graves durante la administración del primer tratamiento y la preferencia y la disponibilidad de cada centro. La administración de un tercer ciclo de inmunosupresión con ALG/ATG debe reservarse solamente para los casos de recidiva y nunca en las formas resistentes. En general, las recidivas de la enfermedad suelen responder bien a nuevos ciclos con ALG/ATG y es la prueba de que persisten clonas de linfocitos T citotóxicos a pesar de los tratamientos. En algunos estudios retrospectivos el porcentaje de respuestas llega al 100% en estas situaciones de recidiva, frente a las escasas respuestas parciales en los casos de resistencia previa al tratamiento (5). En los casos claros de fracaso se deben considerar otros tratamientos alternativos. Las posibilidades de respuesta al ALG/ATG no tienen relación con la 8 Cuadernos de Hematología - 2007 experiencia del efecto de ALG/ATG sobre el feto y los datos observados en el trasplante renal muestran que no hay un incremento de malformaciones fetales cuando se administra CyA, por lo que puede ser un tratamiento aconsejable en estas situaciones. De todas formas, la decisición final sobre la forma de tratamiento debe ser tomada por la paciente estando convenientemente informada (8). edad del paciente pero la supervivencia es menor cuando se administra en edades superiores a los 60 años en comparación a grupos de población más jóvenes, debido al incremento del riesgo de infección o de hemorragia con la edad. La disminución de la dosis de ATG, como medida para mejorar la supervivencia, no se ha mostrado útil al disminuir significativamente la respuesta terapéutica en comparación a la dosis estándar. La decisión de tratar con ATG a personas de edad superior a 60 años debe basarse en el resultado de la valoración del estado general físico del paciente y no se debería administrar dosis de ATG en personas con edad superior a los 80 años. La prevención y el tratamiento de la enfermedad del suero provocada por el uso de ALG/ATGA se debe hacer con la pauta y dosis de corticoides menos agresiva posible para poder evitar la necrosis avascular, causante de una seria morbilidad tras la recuperación de la hemopoyesis. La posibilidad de que la insuficiencia del tratamiento inmunosupresor pueda ser la razón de las formas de resistencia primaria ha estimulado el desarrollo de diversos ensayos con otros inmunosupresores alternativos. La administración de dosis altas de ciclofosfamida sin el soporte de progenitores hemopoyéticos puede conseguir la independencia transfusional en cerca del 60% de pacientes con fracasos previos a ALG/ATG y una supervivencia del 59% a los 29 meses. Esta forma de tratamiento se asocia a neutropenias prolongadas con un elevado riesgo de infecciones fúngicas y prolongada estancia hospitalaria. Además, no previene la evolución clonal ni erradica la población HPN(6). Hay otras aproximaciones como son el uso de mofetil micofenolato (inhibidor de la síntesis purínica en los linfocitos activados) (7), de alentuzumab (Campath –1H) que provoca una inmunosupresión más intensa y prolongada que la ALG/ ATG), y de daclizumab (recombinante humanizado anti IL-2), que no han aportado resultados esperanza- De forma ocasional, la aplasia medular puede diagnosticarse coincidiendo con un embarazo, ya sea por primera vez o por recidiva de la enfermedad, previamente controlada mediante inmunosupresión. El riesgo de recidiva coincidiendo con una gestación se aproxima al 30% y sucede con las respuestas al tratamiento inmunosupresor, nunca en mujeres trasplantadas. No hay evidencia de que los enfermos aplásticos tengan una reducción de su fertilidad tras un tratamiento inmunosupresor con ALG/CyA. Hay poca 9 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández dores por el momento. Trasplante de progenitores hemopoyéticos Se fundamenta en la eliminación de alteración de la inmunidad y en la sustitución de los progenitores hemopoyéticos dañados, evitando en lo posible el desarrollo de secuelas. Para ello se utilizan esquemas de acondicionamiento no mieloablativo y se procura evitar en lo posible el desarrollo de una enfermedad del injerto contra el huésped (EICH), principalmente su forma crónica (EICHc), mediante la elección de la fuente de progenitores hemopoyéticos (9) y el uso de esquemas preventivos adecuados a cada paciente. a) Trasplante singénico Es la primera opción terapéutica para las formas graves. En los casos no graves debe considerarse siempre este procedimiento cuando fracase la inmunosupresión. Es necesario administrar un tratamiento de acondicionamiento basado en ciclofosfamida, con o sin ALG/ATG, para evitar el rechazo del inóculo. No se administra una profilaxis de EICH por razones obvias. La supervivencia con una hemopoyesis recuperada y estable supera el 90% de casos a los cinco años de seguimiento. b) Trasplante alogénico a partir de un hermano histocompatible La mayoría de los estudios son retrospectivos y procedentes de los registros europeo, internacional o de centros aislados. En las formas de presentación grave y muy grave, en personas jóvenes, debe indicarse el 10 Cuadernos de Hematología - 2007 trasplante antes de iniciar un tratamiento inmunosupresor, si esto es posible. El régimen de acondicionamiento más frecuentemente usado no es mieloablativo y consiste en la administración de 200 mg/kg de ciclofosfamida con ALG/ATG (10), utilizando CyA y metotrexato en la profilaxis de la enfermedad del injerto contra el huésped. Un reciente estudio aleatorizado no confirma el beneficio de añadir ALG/ATG en el tratamiento de acondicionamiento (11). Con este esquema es posible alcanzar una supervivencia superior al 80% de los enfermos a los cinco años, aunque la calidad de vida puede quedar condicionada por las secuelas de una EICHc. Un análisis retrospectivo, recientemente publicado, demuestra una mayor supervivencia cuando se utiliza la médula ósea, frente a la sangre periférica, como fuente de progenitores hemopoyéticos debido, precisamente, a la menor incidencia de EICHc. La mortalidad se incrementa de forma directa con la edad y la supervivencia de los pacientes trasplantados con una edad superior a 40 años no llega al 50% Es por esto que se recomienda el trasplante, en estas edades, como una segunda opción cuando fracasa la inmunosupresión. Al ser un tratamiento no mieloablativo es posible identificar la coexistencia de quimerismo mixto donante/receptor, que puede permanecer estable o progresar a favor de la hemopoyesis del receptor, existiendo recuperaciones autólogas ocasionales. El rechazo del inóculo puede aparecer hasta en un 15% de los trasplantes, siendo el factor pronóstico más importante la politransfusión previa al procedimiento. Es por ello que el trasplante alogénico de progenitores hemopoyéticos de médula ósea en pacientes de edad inferior a 40 años, con formas grave y muy grave de la enfermedad, debe de ser considerado un tratamiento urgente. La utilización de fludarabina (12) en el régimen de acondicionamiento permite reducir la dosis de ciclofosfamida y de ATG, disminuye el rechazo en pacientes politransfundidos (13) y mejora la supervivencia de las personas trasplantadas con edades superiores a 40 años, aunque parece acompañarse de un incremento en la incidencia de enfermedad del injerto contra el huésped aguda (EICHa) y EICHc. En el momento actual se necesitan más estudios para conocer los beneficios que ofrece el uso de esquemas de acondicionamiento con fludarabina frente al esquema tradicional de ciclofosfamida. La incidencia y la gravedad de la enfermedad del injerto contra el huésped aguda ha ido disminuyendo coincidiendo con la utilización de la CyA, pero no ha sucedido lo mismo con la forma crónica que se sitúa en el 40% de los enfermos y con formas extensas en cerca del 80% de los afectados. El riesgo de EICHc se correlaciona directamente con la edad, la inclusión de radioterapia en el tratamiento de acondicionamiento, el desarrollo de una forma de EICH aguda y la administración de un inóculo con una dosis de células nucledas superior a 3,4x108/kg. Está ampliamente aceptado que, en estos momentos, la radioterapia no debe 11 Patogenia y tratamiento de la aplasia medular Dr. Pedro Marín Fernández donantes compatibles y del 11% para los semicompatibles, pero sin disminuir la incidencia de EICH e incrementando la toxicidad pulmonar, mientras que los que usan fludarabina mantienen una elevada incidencia de rechazo, aproximadamente del 18%, con una reducción de la incidencia y gravedad de la EICHa. Existen otros estudios, como los que utilizan Campath o progenitores hemopoyéticos de sangre periférica purificados, que requieren un mayor desarrollo para valorar sus resultados (14). usarse durante el acondicionamiento por el riesgo de provocar infertilidad y segundas neoplasias. El trasplante de progenitores hemopoyéticos es la única alternativa para los adultos con formas subclínicas de disqueratosis congénitas, demostradas por mutaciones TERC o TERT, usando un régimen de intensidad reducida para disminuir las complicaciones. c) Trasplante a partir de donante no emparentado y otras alternativas La probabilidad de disponer de un hermano histocompatible no llega a un 30% y es por esto que se han investigado otras alternativas para tratar a los pacientes que se encuentran sin posibilidades tras el fracaso de la inmunosupresión. El desarrollo de bases de datos de personas no emparentadas histocompatibles y de bancos de sangre de cordón umbilical ha abierto nuevas esperanzas. La sangre de cordón umbilical pueden ser una buena fuente de progenitores al ser mejor toleradas las diferencias en la histocompatibilidad. Los datos publicados sobre su eficacia en el tratamiento de la aplasia medular son escasos y su principal limitante es la dosis celular que se recoge en la donación, por lo general baja para garantizar la implantación estable. Se precisan nuevos estudios sobre el uso de dos unidades de sangre de cordón y del desarrollo de otras posibles técnicas que incrementen la celularidad para recomendar esta variedad de trasplante en el tratamiento de la aplasia medular. Los desesperanzadores resultados observados inicialmente por el CIBMTR en el trasplante a partir de donante histocompatible no emparentado, con un 39% de supervivencia a los 5 años debido a las elevadas tasas de rechazo del inóculo, de EICH y de infecciones, han sido superados tras la aplicación de técnicas de ADN de alta resolución en el análisis de la histocompatibilidad. Los regímenes de acondicionamiento actuales incluyen esquemas con fludarabina o la administración de dosis bajas de radioterapia. Los esquemas con radioterapia permiten reducir el riesgo de rechazo del inóculo a niveles del 2% para los El trasplante de donante histocompatible no emparentado puede ser una posibilidad para tratar niños en los que fracasa un primer tratamiento inmunosupresor y en los adultos que fracasan a diversos intentos de tratamiento convencional. Aún se necesita una mejor experiencia para definir el grupo de pacientes que puede beneficiarse, el adecuado 12 Cuadernos de Hematología - 2007 Bibliografía 1. Kutler D, Singh B, Satagopan J et al. A 20-year perspective on the International Fanconi Anemia Registry (IFAR). Blood 2003;101:1249–1256. 2. Parker C, Omine M, Richards et al, for the International PNH Interest Group. Diagnosis and management of paroxysmal nocturnal hemoglobinuria. Blood 2005;106:3699–3709. 3. Yamaguchi H, Calado R, Ly H et al. Mutations in TERT, the gene for telomerase reverse transcriptase in aplastic anemia. N Engl J Med 2005;352:1413–1424. 4. 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M.ª Fernanda López Fernández Dr. Javier Batlle Servicio de Hematología y Hemoterapia Complejo Hospitalario Universitario Juan Canalejo (A Coruña) II Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por herapina (TIH) Resumen Utilizar siempre que sea posible HBPM en lugar de HNF. En todo paciente recibiendo dosis terapéuticas o profilácticas de heparina deben efectuarse recuentos plaquetares basales y cada 48 h entre los días 4 y 14 desde el inicio de su administración, siendo la excepción las mujeres obstétricas en profilaxis con HBPM. Grado C, nivel IV. Si se objetiva un descenso de las plaquetas ≥50% y/o presentan un nuevo episodio trombótico o una reacción cutánea entre el 4 y 14 día del inicio de la heparina, debe sospecharse una TIH y realizar el “score” clínico. Grado C, nivel IV. Si el pre-test clínico es de alta o moderada probabilidad, suspender la heparina e iniciar un tratamiento alternativo con lepirudina a dosis terapéuticas, salvo contraindicaciones. Grado B, nivel III. La confirmación del diagnóstico viene dada por la probabilidad clínica de HIT conjuntamente con una positividad en la prueba de ELISA (densidad óptica >1) o test funcional de liberación de serotonina. Grado C, nivel III. Las trombosis deben ser confirmadas por un método de imagen objetivo. En pacientes asíntomáticos efectuar un Eco-Doppler de compresión. La lepirudina debe administrarse inicialmente en dosis ajustadas al peso del paciente y posteriormente manteniendo rangos de TTPA o del test de la ecarina comprendidos entre 1,5 y 2,5. Grado B, nivel III. No iniciar la anticoagulación oral hasta que los recuentos plaquetares sean >150x109/l. Deben evitarse INR >5 y mantener el anticoagulante alternativo hasta que el INR esté en rango terapéutico en al menos dos determinaciones. Grado C, nivel IV. Durante el tratamiento con lepirudina el riesgo hemorrágico se relaciona directamente con el nivel del TTPA/ecarina y la insuficiencia renal. Grado B, nivel III. Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por herapina (TIH) No deben administrarse concentrados de plaquetas de forma profiláctica. Grado C, nivel IV. Cuadernos de Hematología - 2007 La trombocitopenia inducida por heparina (TIH) es un desorden protrombótico adquirido y transitorio, irónicamente inducido por un anticoagulante, la heparina. La presencia de trombocitopenia, complicaciones trombóticas venosas y/o arteriales, asociadas a la presencia de autoanticuerpos IgG anti-F4P caracterizan este desorden, que con frecuencia tiene una evolución catastrófica, con una mortalidad del 20% y una incidencia de amputaciones del 2-3%. Avances recientes en este campo están permitiendo su mejor diagnóstico y el uso de tratamientos alternativos más eficaces. constituida por una cadena de oligosacáridos con unos 40 azúcares, a dosis terapéutica tiene un riesgo de inducir TIH del 5%. Las heparinas de bajo peso molecular (HBPM), con unos 15 residuos sacáridos, tienen un riesgo inferior al 0,5% y el pentasacárido, fondaparinaux, un riesgo extremadamente bajo, aunque es capaz de poner en marcha la reacción inmune (2). La frecuencia de presentación de la TIH depende también del grado de sulfatación de la heparina (HNF bovina>HNF porcina), del tipo de paciente (>quirúrgicos>médicos>embarazo/neonatal), tipo de cirugía (>cardiaca >ortopédica>general) y el sexo (mujeres> varones). Fisiopatología de la TIH La TIH, anteriormente conocida como trombocitopenia inducida por heparina tipo II, es un desorden inmune caracterizado por la formación de autoanticuerpos IgG dirigidos contra complejos constituidos por factor 4 plaquetario (F4P) y heparina o ciertos polianiones sulfatados (1). Existe otra trombocitopenia, no inmune, sin repercusión clínica, y que se resuelve sin suspender el anticoagulante, debida a una acción directa de la heparina sobre la activación plaquetaria. Esta alteración, antiguamente conocida como trombocitopenia inducida por heparina tipo I, actualmente no se incluye dentro del desorden conocido como TIH. La interacción de la heparina con el F4P induce un cambio conformacional en ésta, con la exposición de una región específica contra la cual van dirigidos los anticuerpos IgG. Posteriormente, el complejo inmune IgG/F4P/heparina se une a la superficie plaquetar a través de los receptores Fc de las inmunoglobulinas, produciéndose una intensa activación plaquetar con liberación de mayor cantidad de F4P, que intensifica el proceso, y de micropartículas plaquetares, ricas en actividad procoagulante, que van a agregar las plaquetas. Estos agregados son prematuramente retirados de la circulación y condicionan la trombocitopenia. El complejo inmune puede activar también células endoteliales con liberación de interleuquina-6, factor von Willebrand y otras moléculas La capacidad de las moléculas de heparina para unirse al F4P depende de la longitud de la heparina. La heparina no fraccionada (HNF), 1 Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle adhesivas, e inducir la producción de factor tisular por monocitos (3). Todo ello contribuye a la generación de trombina que promueve la trombosis. TIH pasó inadvertida, y que reingresan con una trombosis arterial o venosa asociada a trombocitopenia tras la reexposición a heparina (5). En otro 30% aparece de forma brusca tras el inicio de la heparina (media 10,5 h). Esta forma de presentación se observa al re-exponer a heparina a pacientes tratados con el anticoagulante dentro de los tres meses previos y con anticuerpos persistentes (6). En algunos casos, la administración de heparina se acompaña de un cuadro clínico denominado reacción inflamatoria sistémica aguda, que aparece a los 5 y 30 min de la infusión de HNF por vía intravenosa, fiebre, escalofríos, taquicardia, hipertensión, taquipnea, disnea, parada cardiorrespiratoria, cefalea, amnesia y diarrea, son algunos de los síntomas y signos que pueden observarse en este síndrome asociados a descenso brusco de las plaquetas (7). Cuadro clínico Se resume en la regla nemotécnica de las 4Ts: Trombocitopenia más Trombosis más Tiempo (momento de la aparición del cuadro en relación a la duración del tratamiento con heparina) y la ausencia de oTra explicación para el cuadro clínico (4). La trombocitopenia inmune de la TIH, definida como un descenso del recuento plaquetar ≥50%, se presenta de forma típica entre los días 4 y 10 del inicio del tratamiento con heparina, y se correlaciona con estudios serológicos que demuestran la presencia de anticuerpos IgG-F4Pheparina. Es relativamente grave con recuentos plaquetares superiores a 20x109/l (valor medio 60x109/l) y no se acompaña de sintomatología hemorrágica, lo que la diferencia de otras formas de trombocitopenia inmune, tales como la púrpura trombocitopénica o post-transfusional, que cursan con recuentos plaquetares inferiores a 10x109/l y clínica hemorrágica. En base a ello, se recomienda efectuar recuentos plaquetares en: 1) todos los pacientes antes del inicio de la heparina; 2) a las 24 h en aquellos que reciben una nueva dosis de heparina dentro de los 100 días de la exposición anterior, 3) cada 48 h en todos los pacientes que reciben HNF entre los días 4 y 14 de tratamiento; 4) cada 2-4 días en los pacientes quirúrgicos y médicos recibiendo HBPM, entre los días 4 y 14. No se considera necesario realizar recuentos plaquetares rutinarios en pacientes obstétricas (8). En un 3-5% de los casos la aparición de la trombocitopenia es diferida, apareciendo después de suspender la heparina (entre 9 y 40 días, media 14 días). Habitualmente se presenta en pacientes previamente expuestos a heparina que desarrollaron títulos altos de anticuerpos, en los que la 2 Cuadernos de Hematología - 2007 (2,3%), isquemia de miembros inferiores (16,4%), que requiere amputación en el 2-3% de los casos, o infartos en diferentes órganos (9). Trombosis arterial o venosa. Es la complicación más grave asociada a la TIH. Se presenta habitualmente a los días 5 y 14 del inicio de la heparina, en ocasiones con recuentos plaquetares normales. En un estudio retrospectivo (9), en el que se incluyeron 127 pacientes con serologías positivas, se observaron trombosis venosas en 78 casos (61%) y arteriales en 18 (14%). En el Registro Español de Trombocitopenia Inducida por Heparina (RETIH) se ha observado una relación trombosis arterial/trombosis venosa del 2,4:1 (10). Aproximadamente en el 50% de los pacientes, la TIH se diagnóstica una vez se ha presentado la complicación trombótica. Entre los pacientes con trombocitopenia el riesgo de trombosis en los 30 días siguientes es del 53%. Las manifestaciones más frecuentes son la trombosis venosa profunda (TVP) en miembros inferiores y el embolismo pulmonar (EP). La mortalidad por EP se estima en un 25% (9,11). La TVP en miembros superiores se observa en el 5,4% de los casos, generalmente asociada a catéteres venosos centrales. Otra posible localización es la trombosis de los senos venosos. Un episodio trombótico recurrente, en pacientes con trombocitopenia recibiendo dosis profilácticas o terapéuticas de heparina, sugiere una TIH más que un fallo de la anticoagulación. Los episodios trombóticos de repetición y la asociación de trombosis arteriales y venosas en un mismo paciente son relativamente habituales, con un índice de trombosis/ paciente de 1,9 (12). Necrosis cutáneas inducidas por heparina se presentan en un 10%20% de los pacientes. Se caracterizan por lesiones necrotizantes y no necrotizantes (placas eritematosas) en la pared del abdomen. La trombocitopenia no se observa en todos los casos, pero en aquellos con recuentos plaquetares bajos la trombosis arterial es especialmente frecuente (12). Necrosis hemorrágica adrenal. Se presenta en el 3-5% y se caracteriza por dolor abdominal y necrosis adrenal bilateral secundaria a trombosis de la vena adrenal con infarto hemorrágico secundario. Aunque puede tratarse con corticosteroides, la mortalidad es muy elevada (12). Microtrombosis inducida por cumarínicos. Existen dos formas de necrosis, la cutánea clásica (dérmica y subdérmica) y la gangrena venosa de miembros inferiores (necrosis acral en la extremidad afectada con TVP). Se debe a un desequilibrio del balance procoagulante-anticoagulante, inducido por la TIH, con incremento de la generación de trombina, La trombosis arterial, menos frecuente, se observa en el 14% de los pacientes, y puede manifestarse en forma de accidente cerebrovascular (ACV) (6%), infarto de miocardio 3 Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle y al compromiso de la vía de la proteína C inducido por los dicumarínicos, que resulta en la formación de trombos en la microcirculación. Se presenta preferentemente en pacientes con INR >5 (13). agregación de plaquetas normales en presencia de plasma del paciente con sospecha de TIH, y tras añadir heparina. Es muy específico (>97%) pero de baja sensibilidad (50%). El método inmunológico de ELISA es el más utilizado por su mayor accesibilidad. Emplea placas de microtitulación recubiertas con F4P-heparina a las que se añade suero del paciente. Si la muestra contiene anticuerpos dependientes de la heparina se unirán al complejo, que se identifican añadiendo un segundo anticuerpo. Es de alta sensibilidad (91-97%) pero su especificidad es un 50% inferior a los métodos funcionales. Esto es debido a que detectan no sólo anticuerpos del tipo IgG, sino también del tipo IgA e IgM, que no se relacionan con la TIH. La falta de especificidad queda también reflejada en la presencia de positividad hasta en un 50% de los pacientes sometidos a cirugía cardiaca en ausencia del cuadro clínico de la TIH (15) (Tabla I), y a falsas positividades en presencia de factor reumatoide o anticoagulante lúpico. La especificidad se incrementa considerando únicamente positivos resultados con densidades ópticas >1, neutralizando con heparina o preferentemente utilizando métodos ELISA que detectan únicamente anticuerpos anti-F4P/heparina del tipo IgG, todavía no comercializados. Métodos diagnósticos El diagnóstico de TIH basado únicamente en datos clínicos no es fácil. En un estudio prospectivo en el que se incluyeron 497 pacientes con sospecha de clínica de TIH, en un 1/3 de los casos el estudio serológico no mostró la presencia de anticuerpos contra el complejo F4P/heparina. Por ello se precisa disponer de un método de laboratorio que confirme el diagnóstico lo antes posible (8). Existen dos grupos de pruebas de laboratorio disponibles: los métodos funcionales, con alta sensibilidad y especificidad, pero con metodologías caras y complejas, no siempre disponibles o restringidas a laboratorios especializados, y los métodos inmunológicos en fase sólida, más accesibles y rápidos, y también muy sensibles pero con baja especificidad (14). Entre los métodos funcionales, el test de liberación de serotonina, que mide la cantidad de serotonina liberada de plaquetas normales marcadas con C14 e incubadas con diferentes concentraciones de heparina y el suero del paciente, es el de mayor sensibilidad y especificidad (>95%-100%). El test de agregación plaquetar inducido por heparina es otro método funcional que mide la De cuanto antecede se deduce que la presencia de anticuerpos inducidos por heparina, en ausencia del cuadro clínico característico, no es 4 Cuadernos de Hematología - 2007 Tabla I Frecuencia de positividades de anticuerpos IgG anti-F4P inducidos por heparina y del cuadro clínico de TIH (15) Días de tratamiento Método funcional % positividad Método antigénico % positividad TIH clínica % C. cardiaca HNF 5,1±2,2 20 50 1 C. ortopédica HNF 9,2±2,2 9,3 14,1 4,9 C. ortopédica HBPM 9,5±3 3,2 7,5 0,9 Pacientes TIH: Trombosis inducida por heparina HNF: Heparina no fraccionada HBPM: Heparina de bajo peso molecular se indica en la Tabla II (4,16). Esta valoración se debe realizar ante toda sospecha de TIH, y previamente a la solicitud de la prueba de laboratorio (15). Dado que entre los pacientes con baja probabilidad de TIH sólo un 0,9% tienen un incremento significativo de anticuerpos antiF4P/heparina, parece razonable limitar su determinación, para confirmar el diagnóstico, a pacientes con “scores” clínicos de moderada o alta probabilidad con positividades de hasta el 75% (Fig. 1) (15,17). suficiente para el diagnóstico de TIH. Sin embargo, ya que este método posee un alto valor pronóstico negativo (>95%), la negatividad de la prueba excluirá con seguridad este diagnóstico. Diagnóstico de la TIH Una dificultad adicional en su diagnóstico se debe a que la trombocitopenia puede ser debida a otras múltiples causas. Por otra parte, pacientes que no tienen TIH, en base a falsas positividades en los métodos diagnósticos, pueden ser tratados con medicaciones más caras no exentas de riesgo, en lugar de heparina. Con el fin de facilitar el diagnóstico, se ha diseñado un “score” clínico que permite clasificar a los pacientes en: baja, moderada y alta probabilidad de TIH, puntuando los criterios clínicos (4Ts), tal y como La sospecha de TIH en aproximadamente la mitad de los pacientes se basa en observación de una trombocitopenia “aislada”. Sin embargo, en estos casos existe un riesgo alto de presentar un episodio trombótico sintomático en los 30 días siguientes a la suspensión de la heparina. La incidencia de trombosis estimada es 5 Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle Tabla II Pre-test clínico ante la sospecha de TIH (4,16) Características clínicas Trombocitopenia • Descenso plaquetar >50% o plaquetas >20x109l • Descenso plaquetar entre 30-50% ó 10-19x109l plaquetas • Descenso plaquetar <30% ó <10x109l plaquetas Momento del descenso plaquetar • Claro descenso a los 5-10 días o descenso en ≤1 día en pacientes que recibieron heparina en los previos 30 días • Probable descenso entre 5-10 días pero con datos no claros (ausencia de recuentos plaquetares) o descenso después del día 10 o descenso en ≤1 día en pacientes que recibieron heparina entre los 30-100 días previos • Descenso plaquetar en <4 días sin exposición previa Trombosis u otras secuelas • Nueva trombosis confirmada, necrosis cutánea o reacción inflamatoria aguda postinfusión de HNF en bolo • Trombosis recurrente o progresiva, lesiones cutáneas no necrotizantes (eritematosas) o sospecha de trombosis no confirmada con métodos objetivos • Ninguno Presencia de otras causas de trombocitopenia • Ninguna aparente • Posible • Definitiva Puntuación +2 +1 0 +2 +1 0 +2 +1 0 +2 +1 0 “score” 0-3 4-5 6-8 Pre-test clinico: probabilidad • Baja probabilidad • Moderada probabilidad • Alta probabilidad 6 Cuadernos de Hematología - 2007 Probabilidad del pre-test clínico ALTA 8 7 MODERADA 6 5 4 BAJA 3 2 1 0 • Suspender • Suspender heparina heparina • Continuar con heparina • Iniciar Tto. alternativo: • Valorar riesgoHirudina a dosis terapéuticas • Preferentemente HBPM beneficio del trata• Si TAO: revertir miento alternativo Confirmación del diagnóstico: • Ac anti-F4P/heparina • Eco-Doppler • No se precisa realización de Ac. antiF4P/heparina • Evaluación de otras posibles causas de trombocitopenia Fig. 1. Algoritmo diagnóstico de la TIH (4,8,16,18) del 36% en pacientes con ELISA positivos (con densidades ópticas >1) y del 53% en caso de positividad en el test de liberación de serotonina plaquetar (17), por lo que la suspensión de la heparina no es una medida terapéutica suficiente. trombótico, en un 26,3% de los casos el diagnóstico se efectúa simultáneamente, y en el 33,5% el descenso del recuento plaquetar se objetiva después del diagnóstico de la trombosis (11). Así, en aquellos pacientes con un episodio trombótico diagnosticado entre el día 5 y 14 (o incluso después) de iniciada la heparina, aunque no se objetive trombocitopenia, debe investigarse una TIH-T. Con frecuencia, en estos El 55,6% de los pacientes presentan una trombosis asociada a la TIH (TIH-T) (11). Aunque habitualmente la trombocitopenia precede al episodio 7 Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle casos la trombocitopenia se pone en evidencia al administrar dosis terapéuticas de heparina para el tratamiento de la trombosis. Dado que la duración del tratamiento antitrombótico, en muchos casos, vendrá determinada por la presencia o no de una trombosis, debe confirmarse su diagnóstico por un método de imagen objetivo (8,18). Ante la alta incidencia de trombosis venosa se recomienda también la realización de Eco-Doppler en todos los casos de TIH aislada (8,18). llos con TIH “aislada”. Las dosis profilácticas no son suficientes para prevenir esta complicación19 (Fig. 1). En pacientes con “scores” de alta probabilidad debe iniciarse incluso antes de disponer de los resultados de las pruebas de laboratorio. El tratamiento debe mantenerse hasta la completa recuperación plaquetar. En pacientes con TIH-T o que precisen anticoagulación oral (TAO) prolongada, debe posponerse la introducción de los dicumarínicos hasta que el recuento plaquetar sea >150x109/l (Fig. 1). El inicio del TAO debe ser lento, evitando INR altos, y siempre solapado por el anticoagulante alternativo, que se mantendrá hasta la completa estabilidad del INR (8,18,19). Tratamiento La primera medida ante un paciente con TIH es la inmediata suspensión de todo tipo de heparina, incluyendo la administrada en bolos o para mantener la permeabilidad de los catéteres (8-18). Deben evitarse también las HBPM ya que presentan reacción cruzada in vivo en aproximadamente el 50% de los casos y favorecen la producción de anticuerpos. La hemorragia es infrecuentes en la TIH y la transfusión de concentrados de plaquetas puede contribuir a incrementar el riesgo trombótico, por lo que no se aconseja (8,18). En pacientes con antecedentes de TIH que precisen “by-pass” cardiopulmonar debe efectuarse una determinación de anticuerpos antiF4P/heparina. Si la prueba es negativa la cirugía extracorpórea puede efectuarse, sin complicaciones, con HNF, utilizando un anticoagulante alternativo en el postoperatorio. Si por el contrario se objetiva positividad en el ELISA, se recomienda posponer la intervención hasta la negatividad de la prueba, y si se requiere una cirugía urgente, utilizar lepirudina. La suspensión de la heparina no previene la aparición, progresión o recurrencia de episodios trombóticos, ya que, el 61% de las trombosis tienen lugar en las primeras 24 h (media 0,7 días) tras su retirada. Por tanto, es necesario instaurar lo antes posible un tratamiento antitrombótico alternativo a dosis terapéuticas, tanto en pacientes con TIH-T como en aque- En España, el anticoagulante alternativo disponible para el tratamiento de la TIH es la lepirudina (Refludin®), un péptido recombinante de 65 aminoácidos y unos 7.000 daltons, que actúa inhibiendo de forma irreversible la trombina libre y unida al coá8 Cuadernos de Hematología - 2007 gulo. Tiene una vida media de 60-90 min y se excreta por el riñón. control (17,6 versus 5,8%). El riesgo hemorrágico se relacionó de forma directa con el TTPA y la insuficiencia renal. Índices de TTPA >2,5 duplicaron las hemorragias sin que mejoraran los resultados de las variables objeto del estudio. Por ello, se recomienda eliminar el bolo inicial y reducir la dosis de la infusión a 0,1 mg/kg/h con estricto control posterior del TTPA/ecarina. En la insuficiencia renal debe reducirse la dosis, ya que la droga se elimina por riñón y puede acumularse con un efecto anticoagulante que no se revierte fácilmente. Un 0,015% de los pacientes tratados por primera vez con este agente y el 0,16% de los sometidos a una reexposición presentan complicaciones anafilácticas (18-20). Se ha demostrado su eficacia en tres estudios retrospectivos, HAT 1-3, y dos meta-análisis, en los que se incluyeron pacientes con TIH aislada, TIH-T, y cirugía de “by-pass” cardiopulmonar (20). La administración de lepirudina (0,1 a 0,4 mg/kg en bolo seguida de una infusión continua de 0,1 a 0,15 mg/kg/h) se asoció con un incremento rápido y significativo del recuento plaquetar en el 89% de los pacientes. El análisis combinado de las variables objetivo del estudio: mortalidad, número de amputaciones y episodios tromboembólicos, mostró una reducción significativa de las complicaciones en comparación con el grupo control que recibió danaparoide (25 a 30% versus 52% en el día 35) (20). El análisis individualizado para cada una de las variables sólo evidenció una reducción significativa de las complicaciones trombóticas. El adecuado nivel de anticoagulación se documentó mediante la prolongación del tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPA), considerándose óptimos, rangos comprendidos entre 1,5 y 2,5, que equivalen a niveles de hirudinemia de 0,6-1,4 mg/l. Una alternativa al TTPa es el test de la ecarina, con mayor linearidad en caso de altas concentraciones de lepirudina. El análisis combinado de los tres estudios prospectivos puso en evidencia un incremento significativo de las complicaciones hemorrágicas, en pacientes tratados con lepirudina en comparación con el grupo La bivalirudina (Angiomax®) es otro inhibidor directo de la trombina que se ha utilizado con éxito en algunos pacientes con TIH, aunque se precisan más estudios que confirmen estos resultados. Ha sido autorizado por la FDA para pacientes con TIH, o riesgo de TIH, que precisen intervenciones percutáneas (8.18). Otro inhibidor directo de la trombina es el argatroban, no autorizado en España para esta indicación. Interacciona con el centro activo de la trombina y tiene una vida media in vivo de 24 min, alcanzándose el efecto anticoagulante deseado a las 3 h de su administración intravenosa. Se monitoriza también con el TTPA, manteniendo índices comprendidos entre 1,5 y 3. Al suspender la droga, 9 Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Dra. M.ª Fernanda López Fernández, Dr. Javier Batlle el TTPA se normaliza en aproximadamente 2 h. Los resultados de dos estudios prospectivos multi-institucionales han mostrado una reducción significativa de las complicaciones trombóticas, en comparación al grupo control, tras la infusión de 2 µg/kg/min. Debe utilizarse con precaución en pacientes con disfunción hepática, ya que se metaboliza en el hígado y se elimina por la bilis, pudiendo ser de interés en la insuficiencia renal (18). 10-12 sacáridos es insuficiente para generar anticuerpos antiF4P/heparina (7,19,20). No se han descrito casos de TIH en pacientes tratados con este anticoagulante. El danaparoide (Orgaran®) es un heparinoide constituido por dermatán sulfato, condroitín sulfato y heparán sulfato. Inhibe el FXa y en menor intensidad la trombina. En un 20% de los casos se observa reactividad cruzada con los anticuerpos-TIH. Ha sido ampliamente utilizado en pacientes con TIH, pero su reactividad cruzada con la heparina, la no superioridad sobre la lepirudina, la necesidad de monitorizar niveles de anti-FXa para su dosificación y la no disponibilidad en nuestro país, han restringido su uso. Aunque las publicaciones disponibles con fondaparinux son limitadas, este pentasacárido puede teóricamente jugar un papel en el tratamiento de la TIH, ya que aunque puede interaccionar con el F4P, su longitud inferior a Bibliografía 1. Amiral J, Bridley F, Dreyfuss M, Vissoc AM, Fressinaud E, Wolf M, Meyer D. Platelet factor complexed to heparin is the target for antibodies genered in heparin-induced Thrombocytopenia. Thromb Haemost 1991;10:1-34. 2. Warkentin TE, Levine Mn, Hirsh J, Horsewood P, Roberts RS, Gent M, Kelton JG. Heparin induced thrombocytopenia in patients treated with low-molecular-weight heparin or unfractionated heparin. N Engl J Med 1995;332:1330-5. 3. Visentin GP, Ford SE, Scott JP, Aster RH. 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Blood 2000;96:846-51. 11 Cuestionario Evaluación Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) 1 2 3 En un paciente que ha recibido heparina no fraccionada en los 100 días previos a una nueva re-exposición, ¿cuándo debe efectuarse control de los recuentos plaquetares?: a Antes de la re-exposición y cada 48 h entre los días 4 y 14 desde el inicio de la heparina b Antes de la re-exposición y a las 24 h de iniciar la heparina c Si se van a utilizar HBPM no es necesario efectuar seguimiento de las plaquetas. d Antes de la re-exposición y cada 2-4 días entre los días 4 y 14 desde el inicio de la heparina La frecuencia de TIH en pacientes tratados con heparina es: a Mayor en varones que mujeres b Mayor en pacientes médicos que en pacientes quirúrgicos c Mayor si se utiliza HNF que HBPM d Mayor en pacientes sometidos a cirugía ortopédica que en pacientes de cirugía cardiaca ¿Cuál de las siguientes afirmaciones respecto al rituximab es correcta?: a Un descenso de las plaquetas ≥50%. b Un descenso de las plaquetas ≥50% y descartar otras posibles causas de trombocitopenia c El momento en que se objetiva un descenso de las plaquetas del 50%. d Un descenso de las plaquetas ≥50%, el momento en que se produce la trombocitopenia, la existencia de un nuevo episodio trombótico o lesión cutánea y la valoración de otras posibles causas de trombocitopenia Patogenia y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) Cuestionario Un “score” clínico pre-test de alta o moderada probabilidad y unos anticuerpos anti-F4P/heparina positivos determinados por ELISA b Un “score” clínico pre-test de alta o moderada probabilidad y unos anticuerpos anti-F4P determinados por ELISA con densidades ópticas >1 c No es necesario la determinación de anticuerpos antiF4P/heparina si el “score” clínico es de alta probabilidad d La determinación de anticuerpos anti-F4P/heparina sólo es necesaria en caso de “scores” clínicos de baja probabilidad. Ante un paciente con TIH aislada (trombocitopenia sin trombosis) recibiendo HNF, ¿qué actitud terapéutica es la más idónea?: a Suspender la HNF, iniciar HBPM y transfundir lo antes posible concentrados de plaquetas b Suspender la HNF e iniciar fondaparinux c Suspender la HNF y administrar dosis profilácticas de lepirudina hasta conocer el resultado de la determinación de anticuerpos anti-F4P/heparina. d Suspender la HNF e iniciar dosis terapéuticas de lepirudina, incluso antes de conocer el resultado de la determinación de anticuerpos anti-F4P/heparina. b c d b d Respuestas correctas: 5 a 1. 2. 3. 4. 5. 4 Para la confirmación del diagnóstico de TIH se requiere: Cuadernos de Hematología Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá Dra. Ana Isabel Teruel Dr. Carlos Solano Servicio de Hematología y Oncología Médica Hospital Clínico Universitario (Valencia) III Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Resumen La LLC sigue siendo incurable con el tratamiento convencional. La célula de la LLC deriva de un linfocito B que ha sido estimulado por un antígeno por vía T dependiente o independiente. La mitad de los pacientes con LLC presentan mutaciones en la región variable del gen de las inmunoglobulinas y ello presenta un valor pronóstico reconocido respecto a la necesidad de tratamiento y la supervivencia. La fludarabina (FLD) como agente único permite obtener mayor porcentaje de respuestas globales y completas que los agentes alquilantes sin que ello se traduzca en un aumento de la supervivencia. La fludarabina en asociación a ciclofosfamida (FC) permite obtener mayor porcentaje de respuestas globales y completas con una mayor duración de las mismas respecto a FLD, sin que existan diferencias en supervivencia. La aplicación de FC se acompaña de mayor índice de neutropenias y menor incidencia de hemólisis que la FLD o CLR. Alemtuzumab es un tratamiento eficaz en los pacientes con LLC refractaria a la fludarabina con deleción de 17p. El TPH autólogo puede prolongar la supervivencia en pacientes con LLC, aunque no ha sido confirmado en estudios prospectivos aleatorizados actualmente en marcha. El trasplante alogénico puede curar una proporción de pacientes refractarios a tratamientos convencionales: 1. Pacientes refractarios o que progresan en menos de 12 meses después de finalizar un tratamiento que incluya fludarabina. 2. Pacientes que progresan en menos de 24 meses después de un tratamiento combinado que incluya fludarabina o después de TPH autólogo. 3. Pacientes con marcadores biológicos adversos (del 17p). No existe un tratamiento de acondicionamiento estándar, aunque el más empleado es la combinación de ciclofosfamida e irradiación corporal total. Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica La asociación de rituximab a FC parece incrementar el grado y calidad de las respuestas respecto a FC, pero ello necesita ser corroborado en el contexto de un ensayo clínico prospectivo y aleatorizado. Cuadernos de Hematología - 2007 presencia de CD5 puede adquirirse o perderse tras la activación, el origen celular basado en su nivel de diferenciación está sometido a discusión. La leucemia linfática crónica (LLC) B es la leucemia más frecuente en Occidente y su principal característica es su heterogeneidad clínica, con un grupo de pacientes caracterizados por un curso indolente y una escasa o nula necesidad de tratamiento frente a otro con una enfermedad agresiva que conduce a la muerte en un plazo variable. La profundización en el conocimiento de la biología tumoral que esta enfermedad ha experimentado en los últimos años ha permitido identificar subgrupos de pacientes con diverso curso clínico y con diferente respuesta terapéutica. Así mismo, la introducción de nuevos agentes terapéuticos capaces de incrementar significativamente la tasa de respuestas completa incluso a nivel de enfermedad mínima abre la esperanza a una eventual curación de la misma. El fenotipo de membrana de la LLC corresponde a un fenotipo activado (1). Los linfocitos leucémicos sobreexpresan marcadores de activación (CD23, CD25, CD69 y CD71) en comparación con los linfocitos B normales e infraexpresan otros antígenos que habitualmente disminuyen en expresión tras una activación celular como el CD22, CD79b e IgD. Además, todos son positivos de forma uniforme al CD27, lo cual identifica su origen como células memoria. Alrededor del 50% de las LLC presentan mutaciones en la región variable del gen de la cadena de las inmunoglobulinas (2,3). Ello indica que en este grupo de LLC (formas mutadas) dicha célula ha sido sometida al estímulo de un antígeno a través de una vía T dependiente capaz de desencadenar el desarrollo de mutaciones en la conformación del receptor que permite incrementar su afinidad por el antígeno, quedando posteriormente en un estado anérgico (menos reactivo). El resto de las LLC no presenta mutaciones en la región variable (formas no mutadas) pero sí existen evidencias de que la célula ha contactado con un antígeno por una vía T independiente, dada la expresión de diversos marcadores de activación (Fig. 1). Esta variabilidad biológica se traduce en un comportamiento clínico diferente: las formas Biología de la LLC Origen celular de la LLC La célula neoplásica de la LLC se caracteriza por la expresión del antígeno de línea T CD5 junto a la expresión de otros marcadores de línea B como CD19, CD20, CD22. La baja expresión de inmunoglobulinas de superficie ha apuntado a un estado anérgico de la célula. La célula origen de esta patología no es bien conocida, e inicialmente se pensó que derivaba de una célula con un nivel de diferenciación similar a las células de ratón B1 caracterizadas por la expresión de CD5 y capaces de producir autoanticuerpos. No obstante, teniendo en cuenta que la 1 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. Mª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano 1. Khouri IF, Keating MJ, Saliba RM, Champlin RE. Long-term follow-up of patients with CLL treated with allogeneic hematopoietic transplantation. Cytotherapy 2002;4:217-221. Fig. 1. Origen del linfocito neoplásico en función de la presencia o ausencia de mutaciones en la región variable del gen de las inmunoglobulinas. ambos grupos de LLC (formas mutadas versus no mutadas) arroja diferencias en la expresión de diferentes genes, entre los que destacan la proteína ZAP-70 y otros (lipoproteinlipasa o HS1)(4,5). ZAP-70 es una tirosinquinasa presente de manera uniforme en los linfocitos T y que en las células de la LLC parece contribuir a la transmisión de señales mediada por el receptor de la célula B. Su positividad en más del 20% de las células constituye un factor pronóstico de progresión y necesidad de tratamiento en los mutadas corresponden a formas indolentes de la enfermedad, con un curso menos agresivo y con menor necesidad de tratamiento en contraposición a las formas no mutadas que suelen presentar un curso clínico más agresivo, con mayor necesidad de tratamiento y menor supervivencia (Fig. 2). El análisis del perfil genómico de la LLC revela que esta célula está más próxima ontogénicamente a una célula B memoria. El análisis diferencial de 2 Probabilidad de ausencia de tratamiento Cuadernos de Hematología - 2007 Fig. 2. Curvas de intervalo libre de tratamiento en una serie de pacientes diagnosticados de LLC en el Hospital Clínico de Valencia. antígeno. La estructura está determinada por la secuencia genética de su región variable, producto de la recombinación de los segmentos variables (V) diversidad (D) y unión (j) entre la cadena pesada y ligera. Existen evidencias de que las células de la LLC han sido expuestas a un antígeno porque la estructura de su RCB difiere de la de los individuos normales y presentan una secuencia muy similar entre sí, como si estuvieran reconociendo una misma estructura. Así, el repertorio de utilización de las familias de VH difiere del de los linfocitos B normales: los linfocitos de la LLC pacientes en estadios iniciales (6-8). Otra de las moléculas frecuentemente expresada en el grupo no mutado es la CD38; no obstante, su variabilidad en el tiempo dificulta su utilización como “sinónimo” del estado mutacional. Utilización de las familias VH y receptor de las células B Una molécula fundamental en el funcionalismo de la célula leucémica es su receptor de membrana (RCB) constituido por una inmunoglobulina con una secuencia específica para cada LLC capaz de reconocer un 3 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano utilizan prioritariamente ciertas familias cono VH1, VH3 y VH4 y ciertos genes dentro de estas familias como VH1-69, VH 3-07 y VH 4-34. La utilización de regiones determinantes de complementariedad 3 RDCH3 características indica que dichas células están reconociendo un determinado antígeno y, por tanto, han seleccionado la conformación que le confieren mayor afinidad por el mismo. lación de determinados sistemas proteicos cuyo resultado final va a ser la movilización de calcio y la prevención de la muerte celular programada o apoptosis. Estas células capaces de señalizar a través del RCB con frecuencia son formas no mutadas y expresan CD38 y ZAP70. Existen numerosas evidencias de que la célula de la LLC presenta una apoptosis disminuida como consecuencia de la recepción de una serie de señales anti-apoptóticas, en general procedentes de determinados componentes de su microambiente (Fig. 3). Así, la apoptosis de los linfocitos neoplásicos está inhibida por la acción de determinadas citoquinas como la IL-4, producida por los linfocitos T CD4+. La interacción del CD40 de la membrana de la célula de LLC con el CD40L presente en la superficie de los linfocitos induce la producción de survivina en el interior del linfocito neoplásico y ello conduce a la sobreexpresión de bcl-2 y a una prolongación de la supervivencia celular (10). Los linfocitos de la LLC sobreexpresan algunas moléculas pertenecientes a la superfamilia de TNF, como BAFF o APRIL; la unión de estas moléculas a sus ligandos es capaz de prolongar la supervivencia celular a través de la activación de NF-kB. Finalmente, la interacción de las células leucémicas con determinados componentes de la matriz extracelular a través de los receptores de quimioquinas o de las integrinas también se traduce en una serie de señales de marcado carácter antiapoptótico, que favorecen la Numerosas evidencias científicas muestran que a pesar de que existe una expresión disminuida del RCB, la capacidad de señalización de dicho receptor está conservada en algunos subgrupos de LLC y parece contribuir activamente a la progresión biológica de la enfermedad (9). Así, la mayoría de las LLC no mutadas son capaces de señalizar activamente a través del RCB vía IgM, mientras que la mayoría de la formas mutadas no son capaces de señalizar a través de IgM, si bien de ellas conservan la señalización vía IgD. Apoptosis y proliferación en la LLC La idea tradicional de que la LLC es una enfermedad derivada de la acumulación de linfocitos poco proliferativos, inmaduros e inmunocompetentes está cambiando debido a los nuevos conocimientos de la biología de los linfocitos neoplásicos. En primer lugar, estas células son capaces de reconocer determinados antígenos a través de su RCB, generando unas señales hacia el interior de las células que se traducen en la fosfori4 Cuadernos de Hematología - 2007 Fig. 3. Esquema de las principales relaciones del linfocito neoplásico con los componentes de su microambiente adherencia de los linfocitos al estroma y pueden favorecer la invasión tisular. Otro de los sistemas implicados sería el CD100 presente en los linfocitos de la LLC y plexin-B1 expresado en las células del estroma. Por otro lado, es bien conocido que las células de la LLC sobreexpresan determinadas proteínas antiapoptóticas como bcl-2 y mcl-1, cuya expresión es regulada al alza por la confluencia de algunas de las vías de señalización mencionadas. nes. No obstante, estudios más recientes demuestran que, en contraposición a lo pensado previamente, las células de la LLC son capaces de proliferar (11). Así, experimentos in vivo realizados a un grupo de pacientes con LLC que ingieren agua pesada, muestran que existe una proliferación del pool de células leucémicas constatado por la incorporación del deuterio a la clona leucémica. Por otro lado, las células de la LLC presentes en los pseudofolículos de la médula ósea o en los ganglios linfáticos presentan un mayor tamaño y mayor expresión de survivina y Ki67, lo cual indica su carácter proliferante. En esta localización dichas células son con mayor frecuencia Clásicamente, el hecho de que los linfocitos de la LLC circulantes en la sangre periférica estén en fase G0/G1 indujo a pensar en que estas células no experimentaban divisio5 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano CD38+ y se encuentran rodeadas de células dendríticas y linfocitos T mayoritariamente CD4 activados, lo cual indica un papel de estas células en la presentación antigénica y estimulación de la proliferación de las mismas. Otro marcador indirecto de la proliferación celular procede del estudio de los telómeros. Éstos se acortan en cada división celular. La célula de la LLC presenta unos telómeros más cortos que los linfocitos B normales independientemente de su estado mutacional, si bien las formas no mutadas presentan telómeros aún más cortos que las formas mutadas. ción mediante apoptosis espontánea. Estos linfocitos neoplásicos sometidos a una estimulación continuada serían más propensos a adquirir nuevas alteraciones genéticas algunas de las cuales les conferirían ventajas biológicas que se traducirían en una mayor agresividad clínica. Alteraciones genéticas en la LLC La citogenética convencional, incluso con el empleo de mitógenos, sólo es capaz de detectar anomalías en alrededor del 50% de los casos. Con las técnicas de hibridación in situ fluorescente (FISH) se detectan anomalías citogenéticas en más del 80% de los casos. Mediante dicha técnica, la deleción de 13q14 se encuentra presente en el 55% de los casos, la deleción de 11q23 en el 18%, la trisomía 12q13 en el 16%, la deleción de 17p13 en el 7%, la deleción de 6q21 en un 6%, la trisomía 8q24 en el 5% y la translocación 14q32 en el 4%. Más del 50% de los casos presentan sólo una anomalía citogenética, un 20% dos anomalías y un 10% más de dos anomalías. Con todo ello se construye un hipotético escenario, en el cual las células de la LLC, al igual que los linfocitos B inmunocompetentes, contactarían con el antígeno en los tejidos especializados (ganglios linfáticos y médula ósea) en donde se encuentran en íntimo contacto con los linfocitos T y células accesorias, que favorecen su supervivencia y proliferación. En dicha localización tendría lugar el reconocimiento del antígeno vía RCB que, junto a las señales procedentes del resto del microambiente, favorecería la proliferación de la célula leucémica y su expansión a partir de clonas CD38+. Parte de estas células saldrían a recircular por el resto del organismo y parte de este clon circulante sería destruido por apoptosis. De manera que la evolución final de la enfermedad dependería del equilibrio entre la proliferación de la clona leucémica y su elimina- La presencia de estas alteraciones genéticas presentan un valor pronóstico importante tanto para la necesidad de tratamiento en los estadios iniciales como para la respuesta y supervivencia global (12). La deleción 17p13 que afecta a la deleción del gen p53 se asocia a una quimiorresistencia a la fludarabina y una supervivencia global de tan sólo 3 años. La deleción de 11q23 también 6 Cuadernos de Hematología - 2007 mortalidad precoz como la mortalidad específica por LLC. Este punto quedó inicialmente establecido por el grupo cooperativo francés en sus dos grandes estudios aleatorizados (CLL-80 y CLL-85) de tratamiento de pacientes en estadio A versus abstención terapéutica. presenta un peor pronóstico respecto a la ausencia de alteraciones, mientras que la presencia de la deleción 13q14 se asocia a una enfermedad más indolente y por tanto de mejor pronóstico. Por ello el estudio de estas alteraciones mediante FISH se considera una prueba imprescindible en estos pacientes, en especial antes de iniciar una línea terapéutica. Estos resultados fueron posteriormente confirmados en un meta-análisis realizado por el International Workshop on CLL (IWCLL) (13) realizado sobre un total de 2048 pacientes: el MRC-CLL1 trial (n=78), MRC-CLL2 (n=239), CALGB (n=45), French cooperative group LLC-80 (n= 609), French cooperative group LLC-85 (n= 926), y el grupo PETHEMA (n=157). Por tanto, la actitud en este grupo de pacientes es de no tratar hasta que no existan claros signos de progresión (nivel de evidencia I). Los criterios para iniciar el tratamiento recomendados por el NCI CLL working group son (Tabla I): la presencia de: a) síntomas generales (fiebre, sudación, pérdida de peso); b) adenopatías o esplenomegalia de gran tamaño y que causan molestias; c) infecciones de repetición en sujetos que presentan hipogammaglobulinemia; d) descenso paulatino de la tasa de hemoglobina o cifra de plaquetas, y e) tiempo de duplicación linfocitario rápido (inferior a 6 meses) (14). El posible beneficio de un tratamiento precoz en los pacientes en estadio inicial y factores biológicos adversos está siendo analizado en el contexto de un ensayo clínico prospectivo realizado por los grupos alemán y francés de LLC. Tratamiento de la LLC Aunque el enfoque tradicional del tratamiento de la LLC ha sido paliativo con la administración de agentes alquilantes como el clorambucil, la introducción de agentes más efectivos como los análogos de las purinas y los nuevos agentes inmunoterápicos ha permitido incrementar la tasa de respuestas completas tanto a nivel hematológico como molecular en más de la mitad de los casos, lo cual abre las puertas a una eliminación “completa” de la enfermedad y la posibilidad de emplear estrategias más intensivas como la intensificación y trasplante. A continuación revisaremos los esquemas terapéuticos empleados en esta enfermedad. Indicación de tratamiento Pacientes con enfermedad indolente o no activa Los pacientes con LLC asintomática cuya enfermedad no muestra signos de progresión no deben recibir tratamiento. Estos pacientes están incluidos en los estadios iniciales de Rai (0) y Binet (A) y la administración precoz de tratamiento no aporta beneficio alguno tanto si se considera la 7 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano Tabla I Criterios de tratamiento en base a las recomendaciones del NCI working group La LLC en actividad se define por la presencia de uno de los siguientes: Síntomas relacionados con la enfermedad: 1. Pérdida de peso >10% en los últimos 6 meses, o 2. Fiebre >38 ºC durante 2 semanas sin evidencia de infección, o 3. Fatiga extrema, o sudoración nocturna sin evidencia de infección Adenopatías o mazacotes adenopáticos gigantes (>10 cm de diámetro) o adenopatías de crecimiento progresivo Esplenomegalia gigante (>6 cm por debajo del reborde costal) o esplenomegalia progresiva Linfocitosis progresiva (incremento >50% en periodo de 2 meses) o un tiempo de duplicación linfocitario (anticipado) <6 meses Evidencia de fallo medular progresivo manifestado por desarrollo o empeoramiento de anemia y/o trombopenia (*) * con exclusión de origen inmune ducción de los análogos de las purinas. Se administra por vía oral, presenta una buena tolerancia y un bajo coste. Se puede administrar de manera continua (0,1 mg/kg) o intermitente (0,4-1 mg/kg cada 15-28 días). Aunque se ha utilizado durante décadas, la dosis óptima y la duración del tratamiento no han sido claramente establecidas. La tasa de respuestas globales (RG) oscila entre el 37-60%, pero la mayoría son parciales con menos de un 5% de respuestas completas (RC). La administración de CLR de forma continua y a dosis altas demuestra una mayor eficacia que los esquemas tradicionales. No obstante, dichos hallazgos no han sido reproducidos ampliamente. Pacientes con enfermedad agresiva o activa Por el contrario, los pacientes en estadio B y C o RAI III-IV ó I-II con enfermedad progresiva sí presentan una disminución en su expectativa de vida respecto a la población general, por lo cual existe consenso en la necesidad de iniciar un tratamiento en estos pacientes. La evaluación de la respuesta se realizará en base a los criterios también establecidos por el NCI. A continuación revisaremos las principales opciones terapéuticas. Agentes alquilantes • Clorambucil (CLR) Ha constituido el citostático más empleado en la LLC hasta la intro8 Cuadernos de Hematología - 2007 limitada, menor tratamiento previo, niveles de albúmina normales y edad inferior a 70 años. Los esquemas de administración de 3 días, si bien condicionan un menor grado de inmunosupresión, presentan una menor actividad que los esquemas clásicos de 5 días. Desde entonces, la FLD se ha incorporado plenamente al tratamiento de estos pacientes. Su administración como agente único en pacientes no tratados permite obtener alrededor de un 78% de RG y un 20-30% de RC, con negativización de la enfermedad mínima en un 1520% (15). Los pacientes que alcanzan RC presentan una mediana de duración de la respuesta de 20-24 meses. No obstante, a pesar de su elevada eficacia no es un fármaco curativo en la LLC ya que la mayoría de los pacientes experimentan recaída de la enfermedad, con tan sólo un 10-15% de largos respondedores. Existe una formulación oral de la fludarabina con una biodisponibilidad del 55% y un perfil de toxicidad similar. Esta forma de administración simplifica y facilita su utilización en los pacientes de edad avanzada, evitando desplazamientos. Diversos agentes alquilantes han sido empleados en combinación en el tratamiento de la LLC, generalmente esquemas tipo COP, CAP y CHOP. La mayoría de los estudios controlados no han mostrado superioridad de estas combinaciones a la administración tradicional de clorambucil (13). Análogos de las purinas • Fludarabina como agente único Desde finales de los años 80 los análogos de las purinas integrados por fludarabina (FLD), 2-clorodeoxiadenosina (2-CDA) y deoxicoformicina (DCF), se han convertido en el pilar central del tratamiento de esta entidad gracias a su elevada actividad proapoptótica. La FLD (2-fluoro-araAMP) es el análogo de la purina con mayor actividad clínica. Su mecanismo de acción se desarrolla a través de sus derivados fosforilados, los cuales producen una inhibición de la ribonucleótido reductasa y de la ADN polimerasa que se traduce en una disminución en la síntesis de ADN. Su principal efecto en las neoplasias linfoides es el desencadenamiento de la apoptosis. En pacientes previamente tratados, la dosis de FLD de 25 mg/m2/d por vía endovenosa durante 5 días obtiene un 44% de respuestas globales con un 10-15% de RC9. Cerca de un 60% de los pacientes previamente tratados con alquilantes pueden ser rescatados de manera eficaz con la FLD, con una mediana de intervalo libre de progresión de 15 meses. La mayor tasa de respuestas se produce en los pacientes con enfermedad más • Fludarabina frente a agentes alquilantes Diversos ensayos randomizados han analizado la eficacia de la fludarabina frente a diversos esquemas clásicos de tratamiento. En el estudio realizado por Rai y cols. (16), 544 pacientes con LLC no tratada con enfermedad activa fueron aleatorizados a recibir fludarabina a dosis de 25 mg/m2 fren9 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano te a clorambucil (40 mg/m2 día 1 ) o ambos (FLD 20 mg/m2 + CLR 20 mg/m2) durante 12 meses. El brazo del tratamiento combinado se suspendió precozmente por la toxicidad de dicho esquema. Los pacientes que no respondían o recaían precozmente recibían el tratamiento correspondiente a la otra rama. Con un seguimiento mediano de 30 meses, los pacientes que recibieron fludarabina presentaron un mayor porcentaje de RG (70% frente a 45%) y RC (30% frente a 3%) que los pacientes con CLR. La duración de la respuesta en la rama de FLD fue significativamente superior al CLR (32 meses versus 18), si bien no se apreciaron diferencias en supervivencia, probablemente debido al diseño cruzado del estudio. Ambas ramas del estudio presentaron toxicidades similares excepto la leucopenia grado 3-4, que fue significativamente superior en la rama de FLD (20% frente a 7%). En este estudio, la baja respuesta de los pacientes con CLR puede haberse debido a que la dosis empleada fue relativamente baja. Estos resultados han sido corroborados por otros estudios en los cuales la duración de la respuesta obtenida por fludarabina es significativamente superior a la obtenida por clorambucil. mas de quimioterapia (17,18). La administración de FLD se acompaña de una menor toxicidad gastrointestinal y cutánea pero una mayor incidencia de trombopenia. La duración de la respuesta obtenida por la FLD es significativamente superior con un mayor porcentaje de RC, si bien ello no se traduce en un aumento significativo de la supervivencia probablemente porque una elevada proporción de pacientes que progresan tras agentes alquilantes son eficazmente rescatados con FLD, lo cual dificulta la existencia de diferencias en supervivencia. Por tanto, con un nivel de evidencia tipo I, la FLD como agente único permite obtener una mayor tasa de respuestas y una mayor calidad de las mismas en pacientes no tratados previamente y ha sido aceptada para tal indicación por la agencia europea del medicamento. • Combinación de fludarabina con agentes alquilantes El efecto sinérgico de la FLD con otros agentes citostáticos ha conducido a la combinación de los mismos en diversos regímenes terapéuticos. Con un nivel de evidencia grado III, la combinación de FLD a mitoxantrone o a doxorubicina en pacientes previamente tratados presenta una eficacia similar a la FLD sola. Entre todas las combinaciones la asociación de FLD a ciclofosfamida (CFM) ha sido la más probada en diversos ensayos fase II, con una eficacia terapéutica superior a la fludarabina como agente único. En pacientes no tratados, dicha asociación induce un 85-90% de res- En cuanto a su eficacia frente a la poliquimioterapia, existen al menos dos estudios aleatorizados (Tabla II) que demuestran que la FLD permite obtener un porcentaje de respuestas globales (80%) y de respuestas completas (15%) superior a los esque- 10 Cuadernos de Hematología - 2007 Tabla II Ensayos fase III aleatorizados de fludarabina frente a otros alquilantes (único o en combinación) Estudio Johnson S (18) Nº de pacientes 100 52 48 924 336 237 Leporrier et al (17) 351 Rai et al (16) FLD: fludarabina CLR: clorambucil PDN: prednisona 509 179 193 137 Opción terapéutica RC (%) RC + RP (%) • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • CAP (CFM 750 mg/m2 d 1, adriamicina 50 mg/m2 d 1, PDN 40 mg/m2 d 1-5 cada 28 días 23 17 71 60 • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • CAP (CFM 750 mg/m2 d 1, adriamicina 50 mg/m2 d 1, PDN 40 mg/m2 d 1-5) cada 28 d • CHOP (VCR 1 mg/m2 d 1, adriamicina 25 mg/m2 d 1, CFM 300 mg/m2 vo d 1-5, PDN 40 mg/m2 d 15 cada 28 d 40** 15 71** 58 30** 72** • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • CLR 40 mg/m2 vo cada 28 d • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 + CLR 40 mg/m2 vo d 1 cada 28 d 20* 4 20* 63* 37 61* RC: respuesta completa RP: respuesta parcial * p < 0,001 frente a CLR ** p < 0,001 frente a CAP miento estándar de un paciente joven con enfermedad activa. puestas globales con un 30-40% de respuestas completas. La asociación de fludarabina a ciclofosfamida (FC) permite aumentar el porcentaje de respuesta globales y completas, con una duración de la respuesta significativamente superior al agente único (alrededor 43 meses) tal y como queda reflejado en 3 ensayos clínicos aleatorizados (Tabla III) (19-22). Ello ha conducido a considerar hoy en día que la asociación fludarabina/ciclofosfamida constituye el trata- La administración de FC se acompaña de mayor incidencia de neutropenia y trombopenia respecto al agente único, sin que aumente de manera significativa la incidencia de infecciones. Por otro lado, los pacientes que reciben FC presentan una menor incidencia de anemia hemolítica autoinmune que los pacientes con FLD o CLR. Aunque esta combina11 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano Tabla III Ensayos fase III aleatorizados de fludarabina/ciclofosfamida frente a fludarabina como agente único Estudio Eichhorst (19) Catovsky (20) Flinn (22) Nº de pacientes 362 180 180 777 387 194 196 278 137 141 FLD: fludarabina CLR: clorambucil CFM: ciclofosfamida RC: respuesta completa Opción terapéutica SLP RC (%) RG (%) (mediana meses) • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • FLD 25 mg/m2/ev d 1-3 + CFM 250 mg/m2 d 1-3 cada 28 d 7 24 83* 95* 20* 48* • CLR 10 mg/m2/ev d 1-7 cada 28 d • FLD 25 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • FLD 25 mg/m2/ev d 1-3 + CFM 250 mg/m2 d 1-3 cada 28 días 7† 15†¥ 38¥ 72‡ 80¥‡ 95¥ 20 23 43 • FLD 20 mg/m2/ev d 1-5 cada 28 d • FLD 20 mg/m2/ev d 1-5 + CFM 600 mg/m2 vo d 1 cada 28 d 5* 23* 60** 74** 19 32 RP: respuesta parcial RG: respuesta global (RC+RP) * p < 0,001 † p = 0,006 ¥ p <0,0001 ‡ p=0,04 ** p= 0,013 tas. En pacientes no tratados su eficacia es superior, con un 76% de respuestas globales y un 37% de respuestas completas. La mielosupresión es su principal efecto secundario. La combinación de 2-CDA y PDN permite obtener un mayor porcentaje de respuestas completas y globales que CLR/PDN (nivel de evidencia II) sin que ello se acompañe de una prolongación del intervalo libre de progresión o en la supervivencia global. De nuevo el estudio randomizado presenta un diseño cruzado entre ambas ramas que dificulta su interpretación en términos de supervivencia. ción incrementa de manera significativa el tiempo a la progresión, ello no se traduce en un incremento en la supervivencia, en parte porque una mayoría de los pacientes tratados con CLR o FLD son rescatados de manera eficaz con FC. • Otros análogos: 2-clorodeoxiadenosina La 2-CDA es otro análogo de las purinas empleado en la LLC pero con mucha menor frecuencia. Su administración como agente único en pacientes previamente tratados permite obtener un 54% de respuestas globales con un 4% de comple12 Cuadernos de Hematología - 2007 Anticuerpos monoclonales La aplicación de las nuevas tecnologías de biología molecular ha permitido la obtención de anticuerpos monoclonales humanizados total o parcialmente, con una vida media prolongada, una inmunogenicidad prácticamente nula y capacidad de reclutar al sistema inmune de manera efectiva para eliminar al antígeno diana. Algunos de ellos han sido incorporados a la estrategia terapéutica de diversos síndromes linfoproliferativos y en concreto a la leucemia linfática crónica. supresión que genera. La toxicidad infusional (vía intravenosa) consiste en escalofríos (90%), fiebre (85%) y náuseas (53%) en la mayoría de los casos de grado 1-2 y fundamentalmente con la primera infusión. Las infecciones constituyen la principal toxicidad de este fármaco ya que todos los pacientes desarrollan una linfopenia profunda. Las infecciones oportunistas se producen en un 14% de los pacientes y la septicemia en un 18%. Un 55% de los pacientes desarrolla infección en general. Un 25% de los pacientes presentan reactivación de citomegalovirus (CMV) durante el tratamiento. Por tanto, es imprescindible que todos los pacientes lleven una adecuada profilaxis frente a Pneumocystis carinii, virus varicela-zóster y CMV. Se recomienda que sean monitorizados periódicamente para detectar la reactivación de CMV. • Alemtuzumab Alemtuzumab (Campath-1H) es un anticuerpo monoclonal humanizado dirigido frente al antígeno de membrana CD52, presente en el 95% de los linfocitos B y T y también en los monocitos y macrófagos. Se expresa en una pequeña proporción de polimorfonucleares pero no en los eritrocitos, plaquetas o células stem. El CD52 es una buena diana terapéutica ya que tras su unión al anticuerpo no se internaliza, ni se libera como fracción soluble. Entre los mecanismos de acción de este anticuerpo destaca la citotoxicidad mediada por complemento y la dependiente de anticuerpo. Estudios in vivo sugieren que este anticuerpo actúa a través de una inducción directa de apoptosis por un mecanismo caspasa dependiente. Los estudios fase I establecieron la dosis de 30 mg/ev (3 veces por semana) de 4 a 12 semanas. No obstante, dada la elevada frecuencia de efectos infusionales se recomienda un ascenso gradual de la dosis en los primeros 3 días (3, 10 y 30 mg). Con un nivel de evidencia III, Campath-1H presenta una eficacia demostrada en LLC refractaria a fludarabina que ha motivado su aceptación por la FDA para esta indicación (23). Su eficacia es elevada en la reducción de los recuentos linfocitarios (97%) con una menor actividad en médula ósea (37%) y adenopatías (7%). En el estudio multicéntrico realizado en 136 pacientes a la dosis de 30 mg/ev/3 veces semana se observó un 44% de La toxicidad de este agente se centra tanto en los efectos derivados de su infusión como en la profunda inmuno13 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano una excelente diana terapéutica, ya que está expresada en el 90-100% de las neoplasias linfoides, no se internaliza ni se libera tras su unión al anticuerpo y juega un papel importante en la proliferación y diferenciación celular. Rituximab presenta un mecanismo de acción múltiple, entre los que destaca la citotoxicidad dependiente de complemento, la dependiente de anticuerpo y un efecto proapoptótico directo. Numerosos estudios in vitro demuestran que su administración concomitante con la quimioterapia presenta un efecto sinérgico, probablemente a través de la regulación a la baja de un conjunto de proteínas de acción antiapoptótica como bcl-2, bcl-xL y mcl-1. La toxicidad más frecuente de rituximab son los efectos adversos relacionados con la infusión, consistentes en escalofríos, fiebre e hipotensión y que se deben a la liberación de citoquinas inflamatorias. Los pacientes con elevados recuentos de linfocitos pueden desarrollar síndrome de lisis tumoral por destrucción rápida y masiva de los mismos, por lo cual se recomienda que estos pacientes lleven una adecuada hidratación durante la primera infusión del fármaco. respuestas con un 7% de RC (21). La mediana de supervivencia libre de progresión fue de 7,3 meses y la de supervivencia global 13,4 meses. La eficacia observada en pacientes con mutaciones de p53 lo convierte en un arma a utilizar en estos pacientes, en asociación a altas dosis de metilprednisolona (24). La administración de alemtuzumab por vía subcutánea permite alcanzar niveles plasmáticos similares a la administración intravenosa, aunque con mayor lentitud y con una menor incidencia de reacciones infusionales si bien con una mayor lentitud respecto a la vía endovenosa, por lo cual se hace necesario prolongar el tratamiento hasta las 18 semanas. Alemtuzumab también ha sido empleado en situación de respuesta mínima postquimioterapia con la finalidad de obtener una erradicación completa de la enfermedad que permita estrategias posteriores. Su eficacia en la erradicación de la enfermedad mínima ha conducido a su introducción en diversos esquemas y a dosis más bajas. Recientemente, alemtuzumab ha demostrado en un ensayo fase III superioridad frente a clorambucil como tratamiento de primera línea en LLC (CAM02) (25). Su administración como agente único a dosis de 375 mg/m2/semana durante 4 semanas en la LLC presenta una actividad limitada probablemente asociada a unos bajos niveles plasmáticos del fármaco que existe en la LLC. Aunque el incremento de la dosis y de su periodicidad permite aumentar la eficacia • Rituximab Anticuerpo quimérico dirigido al antígeno de membrana CD20 presente en la superficie de los linfocitos B a excepción de las células stem y de las células plasmáticas. El CD20 es 14 Cuadernos de Hematología - 2007 terapéutica de dicho agente el coste económico de la misma hace prácticamente inviable su aplicación. previamente consiguió un 95% de RG con un 70% de RC (27). Un 50% de los pacientes en RC obtuvieron una negativización de la enfermedad mínima detectada por citometría de flujo con dicho esquema. La principal toxicidad fue la neutropenia grado 4, que apareció en un 20% de los pacientes pero que sólo se acompañó de infección grado 3-4 en un 2% de los mismos. En ambos estudios, los pacientes que recibieron FLD en asociación a rituximab presentan una supervivencia global significativamente superior a las series históricas de pacientes de la misma institución tratados con el mismo esquema quimioterápico sin anticuerpo monoclonal (28); no obstante, dicho hallazgo necesita ser confirmado en el seno de ensayo prospectivo fase III aleatorizados de quimioinmunoterapia frente al tratamiento convencional. • Esquemas de quimioinmunoterapia El efecto sinérgico observado in vitro de rituximab con diversos agentes citostáticos ha conducido a su asociación en diversos ensayos clínicos. Con un nivel de evidencia III la asociación de rituximab a fludarabina única o en combinación permite obtener una mayor tasa de respuestas globales y completa y parece prolongar la supervivencia. Así, en el ensayo clínico fase II de CALGB los pacientes con LLC fueron aleatorizados a recibir fludarabina en combinación con rituximab de manera concomitante o secuencial (26). En una actualización reciente de dicho ensayo la administración concomitante de ambos fármacos permitió obtener una tasa de respuestas completas significativamente superior a la administración secuencial (47% versus 28%). Los pacientes que recibieron la rama concomitante presentaron una mayor toxicidad hematológica que los pacientes en el tratamiento secuencial. En la experiencia del MD Anderson Cancer Center en pacientes con LLC pretratada la administración de rituximab (375 mg/m2 el primer ciclo, 500 mg/m2 el resto) en asociación a fludarabina (25 mg/m2 d 1-3) y ciclofosfamida (250 mg/m2 d 1-3) mostró una tasa de RG del 73% con un 23% de RC, de las cuales el 40% mostraron erradicación de la enfermedad mínima residual. Este mismo régimen aplicado a 300 pacientes no tratados • Enfermedad residual mínima Uno de los parámetros con mayor relieve en el momento actual es la capacidad de detectar la presencia de enfermedad residual mínima mediante técnica de citometría de flujo o molecular. La obtención de enfermedad mínima residual negativa se asocia a un intervalo libre de progresión y una supervivencia superiores tras el tratamiento con alemtuzumab y el auto/alotrasplante. La técnica con mejor coste/ efectividad es la citometría de flujo multiparamétrica, capaz de detectar la presencia de 1 célula leucémica en 105 células normales (29). Se recomienda su aplicación exclusivamente en el seno de ensayos clínicos controlados destinados a evaluar su 15 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano Aunque los estudios iniciales en perfusión continua mostraron una escasa actividad, la modificación de su esquema de administración, y con ello de su farmacocinética, ha permitido obtener un porcentaje de respuestas no desdeñables en paciente con LLC refractaria con mutaciones de p53. eficacia. Nuevos fármacos Dada la incurabilidad de esta enfermedad, nuevas moléculas con diferentes mecanismos de acción están siendo ensayadas, algunas de ellas con una actividad prometedora. • Bendamustina Agente citostático con características intermedias entre los alquilantes y los análogos de las purinas desarrollada en Alemania oriental. Los estudios fase I/II indican una elevada actividad en LLC tanto como fármaco único como en combinación con rituximab (57% de respuestas globales con una duración mediana de 47 meses). Su principal efecto secundario es la mielosupresión. • Desipeptide Fármaco capaz de inhibir la enzima deacetilasa y promover la apoptosis en las células de la LLC. Se encuentra en fase I en pacientes con LLC refractaria. Trasplante de progenitores hematopoyéticos en el tratamiento de la LLC A pesar de los grandes avances en el tratamiento de esta enfermedad en los últimos años, continúa siendo incurable con tratamiento convencional. Por este motivo, se ha observado un incremento de la utilización del TPH en su tratamiento, especialmente en el grupo de pacientes que demuestran refractariedad o recaen de forma precoz después de alguno de los nuevos tratamientos de mayor actividad. • Lenalidomida Análogo modificado de la talidomida que presenta una marcada actividad inmunomoduladora con ausencia de toxicidad neurológica. Su administración como agente único en ensayos fase I/II en LLC refractaria permite obtener entre un 33-47% de respuestas en pacientes con enfermedad refractaria, con un 10% de respuestas completas. Las principales toxicidades son la mielosupresión y una reacción inflamatoria de los ganglios afectos con un posible mecanismo inmunomediado. Tal como se ha revisado, la LLC es una enfermedad muy heterogénea: una proporción significativa de pacientes no requieren nunca o tardan años en requerir tratamiento, mientras que otros tienen un curso evolutivo rápidamente evolutivo y fatal. La identificación de características clínicas o biológicas de mal pro- • Flavopiridol Flavona sintética que actúa como un inhibidor de la proteinquinasa C, produciendo una detención del ciclo celular que desencadena la apoptosis por una vía p53 independiente. 16 Cuadernos de Hematología - 2007 nóstico ha permitido adecuar el tratamiento más agresivo en estos grupos, en los que se ha empleado terapia en dosis altas y trasplante hematopoyético. Entre los factores de riesgo utilizados se incluye la citogenética (12), la positividad para CD38, el estado mutacional de la región variable de cadena pesada de inmunoglobulina (IgVH) y la expresión de ZAP-70. Recientemente, el Grupo Europeo de Trasplante (EBMT) ha propuesto recomendar trasplante alogénico en pacientes jóvenes con LLC que no alcanza la RC o que progresa en menos de 12 meses después de tratamiento con análogos de purinas en monoterapia o en menos de 24 meses después de tratamiento combinado que incluya análogos de purinas o después de trasplante autólogo. Por el momento, el único factor biológico que se considera un factor pronóstico desfavorable como para indicar un trasplante alogénico en primera línea es la presencia de mutaciones de p53 (30). los resultados del TPH autólogo se relacionan de forma estrecha con el estado y tiempo de evolución de la enfermedad en el momento del trasplante. Los pacientes en RC en el momento del TPH tienen una duración de la respuesta mucho mayor que los que se trasplantan con enfermedad activa. En la Tabla IV (31-36) se resumen los principales estudios publicados con este tipo de trasplante. Estos estudios muestran que la mortalidad relacionada con trasplante autólogo es baja y sugieren que esta terapia puede prolongar la supervivencia en un subgrupo de pacientes con LLC (pacientes con enfermedad quimiosensible, sin factores pronósticos desfavorables y trasplantado de forma precoz en el curso de la enfermedad), aunque no parece inducir curación dado que no se observa estabilización de las curvas de supervivencia. Aunque no existen estudios prospectivos que comparen el tratamiento convencional con el TPH autólogo, un estudio casos-control retrospectivo (37) ha sugerido la ventaja del TPH respecto al tratamiento convencional. En este estudio, 66 pacientes tratados con acondicionamiento uniforme seguido de TPH autólogo se trataron de emparejar con 291 pacientes tratados de forma convencional, utilizando cuatro factores de riesgo (edad, estadio de Binet, estado mutacional de IgVH y el número de linfocitos). Cuarenta y cuatro parejas cumplían los 4 factores de riesgo. La supervivencia fue significativamente más larga en los pacientes que recibieron el TPH autólogo que en los que A continuación se revisan los resultados de la utilización de trasplante hematopoyético en los estudios más amplios. Trasplante autólogo de células germinales hematopoyéticas A pesar de la evidencia de relación dosis-respuesta de la radioterapia y los agentes alquilantes en la leucemia linfática crónica, el uso del TPH autólogo está muy controvertido debido a la muy alta probabilidad de contaminación del inóculo celular. De hecho, 17 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano Tabla IV Trasplante autólogo de células germinales hematopoyéticas en la leucemia linfática crónica (LLC) Autor/Grupo Pacientes (n) Dreger et al/EBMT (31) 370 Registro Dreger et al/Kiel (32) 67 SLP(%) SG(%) 10 NR 69 (4-años) Centro único 4 69 (4-años) 94 (4-años) 124 Registro 6 37 (4-años) 65 (4-años) 137 Centro único 4 30 (6-años) 58 (6-años) Milligan et al/MRC (34) 117 Multicéntrico 2 52 (5-años) 77 (5-años) Jantunen et al/Finlandia (36) 72 Multicéntrico 0 42 (5-años) 80 (5-años) Esteve et al/International (33) Gribben et al/DanaFarber (35) MNRR: mortalidad relacionada con no recaída SLP: Supervivencia libre de progresión Tipo de estudio MNRR (%) SG: supervivencia global NR: no reportado EBMT: Grupo Europeo de Trasplante Hematopoyético MRC: Medical Research Council, UK recibieron tratamiento convencional (p<0,003). Sin embargo, el hecho de que el tiempo de seguimiento desde el diagnóstico fuera inferior en el grupo de TPH (70 y 86 meses, respectivamente, p=0,03), parece confirmar la gran influencia de la quimiosensibilidad y tiempo de evolución de la enfermedad en el momento del trasplante. dicho acondicionamiento. Por otra parte, los nuevos tratamientos, especialmente los análogos de purinas, dificultan de forma significativa la capacidad de movilización y obtención de células germinales hematopoyéticas que es necesario distanciar al menos 3 meses desde el último ciclo de tratamiento. No se ha demostrado la superioridad de ninguno de los tratamientos de acondicionamiento utilizados. Sin embargo, la incidencia relativamente alta de síndrome mielodisplásico y leucemia aguda asociada al acondicionamiento con irradiación corporal total y ciclofosfamida, de hasta el 12% comunicado en el estudio del grupo cooperativo inglés (38) y el grupo del Dana Farber, sugiere el potencial leucemogénico de Trasplante alogénico de células germinales hematopoyéticas Al contrario que el TPH autólogo, el TPH alogénico puede curar a un subgrupo de pacientes, incluso a aquellos con factores pronósticos adversos o refractarios a los nuevos tratamientos con análogos de purinas o combinación de quimio-inmunoterapia. El estado mutacional de IgVH, que 18 Cuadernos de Hematología - 2007 Tabla V Trasplante hematopoyético alogénico en leucemia linfática crónica (LLC) Pacientes (n) Tipo de estudio MNRR (%) SLP(%) SG(%) Khouri et al/MDACC, 2002 (40) 28 Centro único NC 26 (5 años) 31 (5 años) Doney et al/Seattle, 2002 NC 32 (5 años) Autor/Grupo Acondicionamiento mieloablativo 25 Centro único 40 Michallet et al/EBMT/IBMTR, 2003 (42) 54 Registro 46 37 (10 años) 41 (10 años) Esteve et al/HCPB, 2005 (43) 17 Centro único 24 66 (6 años) 76 (6 años) (41) Gribben et al/Dana-Farber, 2005 27 Centro único 27 24 (6 años) 58 (6 años) 30 (10 TDNE) 2 centros 47 39 (5 años) 39 (5 años) 77 (14 TDNE) Registro 18 56 (2 años) 72 (2 años) 30 Múltiples centros 15 67 (2 años) 72 (2 años) 17 Centro único 22 60 (2 años) 80 (2 años) 64 Centro único 22 52 (2 años) 60 (2 años) 30 Múltiples centros 22 70 (5 años) 72 (5 años) 41 Múltiples centros 26 45 (2 años) 51 (2 años) 46 Múltiples centros 39 34 (2 años) 54 (2 años) (35) Toze et al/Canada, 2005 (44) Acondicionamiento no mieloablativo Dreger et al/EBMT, 2003 (45) Schetelig et al/German Group, 2003 Khouri et al/MDACC, 2004 (46) (47) Sorror et al/Seattle, 2005 (48) Caballero et al/GETH, 2005 (49) Delgado et al/British Group, 2006 (50) Brown et al/DanaFarber, 2006 (39) MNRR: mortalidad relacionada con no recaída SLP: supervivencia libre de progresión SG: supervivencia global NC: no comunicado MDACC: MD Anderson Cancer Center mantiene su impacto pronóstico tras el TPH autólogo, lo pierde tras el alogénico (39). Sin embargo, el trasplante alogénico, especialmente cuando se utiliza acondicionamiento mieloablativo, presenta una elevada morbilidad y mortalidad (20-50%) relacionada con toxicidad del tratamiento, enfermedad injerto contra huésped e infección. La utilización de esquemas de acondicionamiento de intensidad EBMT: European Blood and Bone Marrow Transplantation GETH: Grupo Español de Trasplante Hematopoyético TDNE: Trasplante de donante no emparentado reducida (AIR) en los esquemas no mieloablativos reduce la mortalidad relacionada con trasplante pero puede aumentar la frecuencia de recaída debido a que su capacidad de curación se debe casi exclusivamente en el efecto inmune injerto contra LLC. Los resultados preliminares son alentadores con una mortalidad relacionada con trasplante del 20% aproximadamente y una supervivencia global a 2 19 Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Dra. M.ª José Terol Casterá, Dra. Ana Isabel Teruel, Dr. Carlos Solano años de 50-80% (Tabla V) (35,39-50). La experiencia de TPH alogénico de donante no emparentado (TDNE) es escasa, sin embargo, los estudios reportados han demostrado que se puede alcanzar respuestas completas de larga duración en pacientes con enfermedad refractaria en su gran mayoría a fludarabina. El EBMT ha comunicado los resultados del análisis retrospectivo en 214 pacientes que recibieron un TDNE. De los 194 evaluables, 80 recibieron acondicionamiento mieloablativo y 114 no mieloablativo (AIR). Cincuenta y dos pacientes recibieron médula ósea (MO) y 162 células germinales hematopoyéticas de sangre periférica (CGHSP) de 48 donantes HLA-no idénticos y 166 HLA idénticos. El 37% de los pacientes desarrolló EICH agudo II-IV (36% en pacientes que recibieron MO y 37% en los que recibieron CGHSP; 49% en el grupo mieloablativo y 28% en el grupo AIR). Aunque con una mediana de seguimiento limitada (20 meses) este estudio no demostró diferencias en la probabilidad de supervivencia global a 3 años entre el grupo mieloablativo (59%, 46–76) y el grupo AIR (48%, 37–63) (51). Finalmente, se debe tener en cuenta que aproximadamente el 10% de los familiares en primer grado de pacientes con LLC y hasta un 3% de la población general, pueden presentar poblaciones linfocitarias clonales en sangre periférica, por lo que debe excluirse esta posibilidad antes de Bibliografía 1. Chiorazzi N, Ferrarini M. B cell chronic lymphocytic leukemia: lessons learned from studies of the B cell antigen receptor. Annu Rev Immunol 2003;21:841-894. 2. Damle RN, Wasil T, Fais F et al. Ig V gene mutation status and CD38 expression as novel prognostic indicators in chronic lymphocytic leukemia. Blood 1999;94:1840-1847. 3. Hamblin TJ, Davis Z, Gardiner A, Oscier DG, Stevenson FK. 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Blood 2005;106:561:167a. 23 Cuestionario Evaluación Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica 1 2 3 Indique cuál de las siguientes afirmaciones NO es correcta: a La célula de la LLC presenta un fenotipo de membrana activado b La presencia de mutaciones en la región variable del gen de las inmunoglobulinas se asocia a un curso clínico agresivo c La formas no mutadas derivan de una célula que ha sido estimulada por un antígeno por una vía T independiente d La célula leucémica recibe diversas señales antiapoptóticas procedentes del microambiente. e El perfil genómico de la LLC está próximo al de una célula B memoria La combinación de fludarabina/ciclofosfamida: a Presenta una mayor incidencia de anemia hemolítica autoinmune que FLD b Permite obtener un 50% de respuestas completas con enfermedad residual mínima negativa c Permite obtener mayor porcentaje de repuestas y mejor calidad de las mismas que FLD d FC incrementa la supervivencia de los pacientes con LLC e La eficacia de FC no ha sido demostrada en primera línea de LLC ¿Cuál de las siguientes afirmaciones respecto al rituximab es correcta?: a Su utilización como agente único presenta una elevada tasa de respuesta en la LLC b Se adhiere al antígeno CD22 presente en la superficie de la célula c Su combinación con FC permite obtener cerca de un 70% de respuestas completas d Su eficacia en combinación con FC en primera línea está ampliamente demostrada e Los estudios in vitro descartan un efecto sinérgico con otros quimioterápicos Biología y tratamiento de la leucemia linfática crónica Cuestionario Se trata de un paciente con resistencia a la fludarabina b La siguiente opción terapéutica debería contener alemtuzumab, porque es un fármaco capaz de inducir apoptosis por vía p53 independiente c Se debería contemplar la realización de un trasplante alogénico d Alemtuzumab presenta una buena actividad antitumoral tanto en sangre periférica como a nivel ganglionar e Si recibe alemtuzumab debería seguir tratamiento profiláctico con cotrimoxazol, aciclovir y fluconazol ¿Cuál es la opción terapéutica más adecuada en un paciente de 54 años con LLC que tras un tratamiento de quimio-inmunoterapia con fludarabina-ciclofosfamida-rituximab presenta una recaída en menos de 1 año?: a Esquema de quimio-inmunoterapia tipo CHOP rituximab b Trasplante autólogo acondicionado con irradiación corporal total y ciclofosfamida, si se consigue la movilización de células germinales c Trasplante alogénico de donante familiar HLA idéntico d Tratamiento con radioinmunoconjugados b c c d c Respuestas correctas: 5 a 1. 2. 3. 4. 5. 4 Paciente de 45 años, con una LLC en estadio B de Binet tratada con fludarabina/ciclofosfamida, que a los 3 meses de finalizar dicho esquema presenta recrecimiento de las adenopatías hasta alcanzar los 5 cm y aumento de la linfocitosis. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es incorrecta?: Cuadernos de Hematología Actualización del tratamiento de la IV sobrecarga férrica Dr. Albert Altés Hernández Servicio de Hematología Hospital de l’Esperit Sant Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Resumen Las transfusiones repetidas de sangre implican una sobrecarga secundaria de hierro que debe ser diagnosticada y tratada correctamente. En los últimos 40 años, el tratamiento quelante con desferoxamina ha modificado radicalmente la esperanza de vida de los pacientes con talasemia mayor en tratamiento transfusional. Desgraciadamente, la baja biodisponibilidad y corta vida media de la desferoxamina hacen que el fármaco deba ser administrado en infusión continua toda la noche y de 5 a 7 días por semana. Este hecho disminuye mucho la calidad de vida de los pacientes y el cumplimiento del tratamiento La introducción de la deferiprona supuso una esperanza para los pacientes, dado que se trata de un fármaco que se administra por vía oral. No obstante, los problemas en su aprobación (no aprobado por la FDA y sólo como tratamiento de segunda elección en Europa) y la aparición de efectos tóxicos graves han reducido su aplicación. La introducción de deferasirox parece solucionar gran parte de los problemas, dado que se trata de un fármaco con una sólida investigación previa a su lanzamiento, que se administra por vía oral una sola vez al día, es eficaz y seguro, y además amplía el ámbito de utilización a otros trastornos por sobrecarga de hierro secundaria además de las anemias genéticas, como los síndromes mielodisplásicos de bajo riesgo. Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica En los últimos años se ha demostrado el efecto sinérgico sin incremento de efectos secundarios al administrar desferoxamina y deferiprona conjuntamente. Cuadernos de Hematología - 2007 Resumen En los últimos cuarenta años, el tratamiento quelante con desferoxamina ha modificado radicalmente la esperanza de vida de los pacientes con talasemia mayor en tratamiento transfusional. Desgraciadamente, para obtener estos resultados ha sido necesario sacrificar la calidad de vida de dichos pacientes. Esto es así porque la baja biodisponibilidad y corta vida media de la desferoxamina hacen que este fármaco deba administrarse por via parenteral en infusión lenta durante toda la noche, 5-7 días a la semana. Desde entonces se ha intentado hallar un fármaco quelante que pueda administrarse por vía oral y, de ser posible, en una sola toma diaria. La reciente introducción en el mercado de deferasirox parece haber llenado ese hueco, ampliando además las patologías por sobrecarga de hierro en el que el quelante puede ser utilizado. La utilización futura de deferasirox, solo o en combinación, nos desvelarán algunas dudas que todavía ahora quedan por resolver. En cualquier caso, la sobrecarga férrica se traducirá en la presencia de hierro libre (no unido a transferrina) en el suero del paciente y a incremento del hierro no unido a proteínas en los tejidos. Finalmente, este hierro, libre de control proteico, interaccionará con elementos celulares incrementando la génesis de radicales libres que, a su vez, producirán daño celular y lesiones orgánicas; fundamentalmente cirrosis hepática e insuficiencias cardiaca y endocrina. Esta cadena de acontecimientos ha sido exhaustivamente estudiada en el caso de la talasemia mayor, única enfermedad en la que el tratamiento médico de la sobrecarga férrica ha demostrado una drástica reducción de la mortalidad a largo plazo (1). En el caso de la hemocromatosis hereditaria también se considera probado el beneficio de las flebotomías como tratamiento de la sobrecarga de hierro a pesar de que no se disponen de ensayos aleatorizados que demuestren sin lugar a dudas este extremo (2). Los beneficios en supervivencia de la terapia depletiva no se han demostrado hasta ahora en el resto de patologías asociadas a sobrecarga férrica y, en estos casos, los protocolos prácticos de tratamiento necesariamente se basan en inferencias extraídas de otras patologías, más que en la evidencia. Introducción Diversos desórdenes patológicos, algunos hereditarios y otros adquiridos, se asocian a sobrecarga férrica. En unos casos, la sobrecarga férrica es secundaria a terapia transfusional. En otros es la propia enfermedad la que propicia una absorción incrementada de hierro a nivel intestinal que, con el tiempo, terminará por producir una sobrecarga orgánica del metal. En un tercer grupo de trastornos se dan ambos mecanismos. Indicaciones del tratamiento depletivo Existen indicaciones razonablemente establecidas (aunque acreditados 1 Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Dr. Albert Altés Hernández tratamiento. Hasta ahora, la práctica habitual consistía en iniciar el tratamiento quelante cuando los niveles de ferritina sérica superaban los 1.000 µg/l o cuando se habían administrado 10-15 transfusiones (con una media de 2 concentrados de hematíes cada una) (4). Con el tratamiento clásico con desferrioxamina, el riesgo del tratamiento precoz se centra fundamentalmente en los pacientes mas jóvenes, por la posibilidad de retardo en el crecimiento y déficit auditivo asociado al fármaco. Debe considerarse muy seriamente estos riesgos cuando el niño tiene menos de 3 años de edad. Valores de hierro hepático superiores a 3,5 mg/g de tejido seco son claramente indicativos de inicio de tratamiento. Como veremos a continuación, la situación puede cambiar con las nuevas generaciones de fármacos quelantes. por diversos grados de evidencia) para el tratamiento de la sobrecarga férrica en la talasemia mayor, la talasemia intermedia, la drepanocitosis, los síndromes mielodisplásicos y en la hemocromatosis hereditaria. La decisión sobre cuándo debe iniciarse el tratamiento depende del nivel férrico considerado “de riesgo”. En el caso de las sobrecargas “secundarias” suele aceptarse como nivel “de riesgo” aquel en el que puede desarrollarse insuficiencia cardiaca, que es la principal causa de muerte en la sobrecarga transfusional (3). Sin embargo, deben considerarse también importantes morbilidades resultado de la sobrecarga férrica, particularmente cuando ésta se da durante la infancia, como la diabetes, hipogonadismo hipogonadotrófico, disminución del crecimiento, hipotiroidismo e hiperparatiroidismo. En el caso de la sobrecarga “primaria”, se acepta como “nivel de riesgo” aquel que se asocia con el daño hepático, la posibilidad de evolución a cirrosis hepática y al temible hepatocarcinoma. A continuación revisaremos los criterios de tratamiento en cada una de las mencionadas patologías, dejando la hemocromatosis hereditaria para el final. Talasemia intermedia En general, la sobrecarga de hierro en esta patología es menor que en la talasemia mayor y suelen detectarse importantes sobrecargas en edades más tardías. Además, la relación entre niveles de ferritina y hierro corporal son más variables en esta patología que en la talasemia mayor. Por este motivo parece juicioso realizar un análisis del hierro hepático antes de decidir iniciar tratamiento quelante en esta patología. Un nivel superior a 7 mg/g de peso seco sería indicativo de inicio de tratamiento. Talasemia mayor Los ensayos clínicos prospectivos no han determinado el nivel crítico en el que las transfusiones de sangre repetidas causaran daño tisular irreversible. La práctica corriente se basa en el balance sobre los riesgos del tratamiento quelante demasiado precoz y los riesgos de diferir excesivamente el Anemia de células falciformes Sólo se observa sobrecarga férrica en aquellos pacientes con anemia de 2 Cuadernos de Hematología - 2007 células falciformes que están sometidos a régimen transfusional. En esta enfermedad, las crisis vaso-oclusivas elevan de forma muy acusada los niveles de ferritina, distorsionando el valor real de este parámetro. Por tanto, también en esta enfermedad es necesario medir el hierro hepático previo al tratamiento quelante y durante el seguimiento del mismo. curvas Kaplan-Meier de supervivencia y los índices cardiacos de RMN T2* demuestran sin lugar a la duda que los pacientes bien tratados con este fármaco sobreviven más y mejor; también es una evidencia que muchos de los enfermos tratados con este fármaco no soportan el tratamiento a largo plazo. El cumplimiento con la desferoxamina en la práctica siempre es bajo. Por otra parte, su uso en pacientes con anemias adquiridas es controvertido, poco estudiado y en la práctica, inviable (6). Por otra parte, el tratamiento con desferoxamina no está exento de efectos tóxicos, siendo especialmente peligrosos la pérdida sensorial de la audición en frecuencias altas, la toxicidad retiniana con casos de ceguera y el retardo en el crecimiento. Menos graves, pero más frecuentes, son los fenómenos inflamatorios y/o alérgicos en la zona de infusión. Anemias transfusión-dependientes de la edad adulta (SMD, mielofibrosis, osteopetrosis, pacientes tras quimioterapia a dosis altas) En estos casos, la necesidad de quelar debe valorarse teniendo en cuenta el número de transfusiones recibidas por una parte y la situación clínica del paciente por otra. No pueden precisarse en esta situación pautas generales, sino que es necesaria una valoración personalizada caso a caso. No obstante, suele admitirse que cifras de ferritina entre 1.000 y 2.000 µg/l y/o un número de concentrados de hematíes transfundidos de 20-30 son indicación de tratamiento quelante (5). La aprobación en Europa de un fármaco quelante oral, la deferiprona, sembró la esperanza en el tratamiento a largo plazo de la sobrecarga férrica. Dicho fármaco obtuvo en Europa la aprobación para el tratamiento de pacientes con talasemia mayor cuando el uso de deferoxamina está contraindicada o es inadecuada. En EE.UU. jamás obtuvo la licencia. La deferiprona, que se administra por vía oral tres veces al día (a la dosis habitual de 75 mg/kg/día), consigue una excreción urinaria de hierro similar a la deferoxamina. Sin embargo, la cantidad total de hierro Fármacos quelantes El quelante por excelencia utilizado en los últimos 40 años ha sido la deferoxamina, a dosis de 40 mg/kg/día. A pesar de resultar un fármaco eficaz y de poseer un perfil de seguridad aceptable, la forma de administración de la deferoxamina (infusión ev o subcutánea durante toda la noche, 5-7 noches a la semana) ha sido su peor inconveniente. A pesar de que es bien cierto que las 3 Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Dr. Albert Altés Hernández eliminado es mayor en este segundo fármaco dado que también consigue la eliminación fecal del metal. Diversos estudios demostraron que la deferiprona era capaz de inducir un balance negativo de hierro en estos pacientes. Sin embargo, diversas situaciones impidieron que el fármaco fuera ampliamente utilizado. Jamás se realizó un estudio comparativo fase III con deferoxamina. Tampoco se realizaron estudios amplios en niños, un sector de la población especialmente afectado por las anemias crónicas. Deferiprona se ha mostrado especialmente útil en reducir el hierro cardiaco, más aún que la deferoxamina, que por otra parte parece más eficaz en reducir el hierro hepático (7-8). Ello ha dado base a la creación de protocolos de tratamiento mixto deferoxamina / deferiprona con buenos resultados y sin un incremento apreciable de la toxicidad (9). semanal de los pacientes durante todo el periodo de tratamiento (10). Deferasirox Deferasirox ha sido el primer quelante oral de hierro aprobado en la mayor parte del mundo. Su uso comprende pacientes de más de 2 años y sus ensayos clínicos incluyen no sólo a personas afectas de anemias hereditarias crónicas, sino también pacientes con sobrecarga férrica debida a síndrome mielodisplásico (11-13). La larga vida media del fármaco (8-16 horas) permite su administración en una única dosis diaria, mejorando muchísimo la comodidad y, por tanto, el cumplimiento del tratamiento. La excreción de hierro con este fármaco se produce fundamentalmente por las heces. Los ensayos clínicos han mostrado un efecto dosis-dependiente y un buen perfil de seguridad. El estudio pivotal fase III del fármaco incluyó a 586 pacientes afectos de talasemia en 65 lugares y se diseñó para demostrar la no inferioridad de este tratamiento en comparación con deferoxamina (11). El control de la depleción férrica se realizó mediante biopsia hepática o SQUID. Efectivamente, se demostró que deferasirox no era inferior a deferoxamina en aquellos pacientes con sobrecarga férrica grave (superior a 7 mg/g de hierro en tejido hepático seco). Las dosis eficaces del fármaco se fijaron en 20-30 mg/kg/día. No obstante, debe remarcarse que un número significativo de pacientes no consiguen depleción férrica con estas dosis y quizá necesitan dosis En cuanto a la seguridad, deferiprona produce síntomas gastrointestinales en 1/3 de los pacientes, dolor en las articulaciones, que incluso ha precisado la interrupción del tratamiento en algunos pacientes, incremento de ALT en algunas ocasiones (debe tenerse en cuenta que muchos de los pacientes tratados presentaban serología positiva para el virus de la hepatitis C) y la temida agranulocitosis en 1% de los pacientes (con casos de sepsis por este motivo), así como neutropenia leve (500-1.500/mm3) en 8% de los pacientes. Por este motivo se aconseja el control con hemograma 4 Cuadernos de Hematología - 2007 superiores. Es, pues, imprescindible realizar un buen seguimiento de la sobrecarga férrica durante el tratamiento quelante. Los estudios con pacientes con anemia de DiamondBlackfan y SMD mostraron una eficacia similar de deferasirox. Sin embargo, el ritmo transfusional en estos pacientes es inferior y, por tanto, posiblemente necesiten una menor dosis del fármaco para mantener sus depósitos férricos (10-20 mg/kg/día). la sobrecarga férrica en los pacientes tratados con deferasirox es, como en todo este grupo de pacientes, difícil. Es de esperar que la resonancia magnética cardiaca y hepática constituya en un futuro próximo el método óptimo de seguimiento. Algunas cuestiones de importancia se mantienen en cuanto al tratamiento con este fármaco. Por ejemplo, ¿qué hacemos con aquellos pacientes que a pesar de tomar la máxima dosis permitida del fármaco (30 mg/kg/día) incrementan sus depósitos de hierro? ¿Pueden ser dosis mayores más efectivas y a la par seguras? ¿Se puede combinar el tratamiento de deferasirox con deferoxamina o deferiprona para conseguir un efecto aditivo sin afectar a la toxicidad global? ¿Cuál es el efecto de deferasirox a nivel cardiaco? ¿Son realmente seguras las dosis de 20-30 mg/kg/día en pacientes con sobrecarga menos grave? ¿Hasta qué punto es importante la toxicidad renal del fármaco? Sin duda será la experiencia clínica acumulada en los próximos años y futuros ensayos clínicos los que respondan a estas preguntas. Se informaron síntomas gastrointestinales en el 15% de los pacientes y rash cutáneo en 11%, pero muy raramente estos efectos indeseables precisaron la interrupción del fármaco. Más preocupante es que el 33% de los pacientes presentó incremento de la creatinina durante el tratamiento. No obstante, en ningún caso los pacientes presentaron incremento de creatinina superior a 2X, el nivel superior de normalidad de este parámetro, y ningún paciente sufrió insuficiencia renal progresiva. La toxicidad renal se presenta más en aquellos pacientes con sobrecarga férrica más leve. Está claro que debe realizarse un seguimiento estrecho de la función renal en los pacientes tratados con este fármaco. Pocos pacientes presentaron elevación de AST, muchos de ellos con previa infección por virus de hepatitis C. También se han reportado efectos tóxicos a nivel de órganos de la visión y audición, similares a los detectados con deferoxamina. Sin embargo, la frecuencia de presentación de estas complicaciones es mucho menor que con deferoxamina. El seguimiento de En la Tabla I se recogen las características sobresalientes de los tres fármacos quelantes del hierro disponibles actualmente en la práctica clínica. Tratamiento de la sobrecarga férrica en la hemocromatosis hereditaria El tratamiento por excelencia de esta enfermedad es tan antiguo como eficaz. Se trata del tratamiento de 5 Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Dr. Albert Altés Hernández Tabla I Características sobresalientes de los tres fármacos quelantes disponibles en Europa Deferoxamina (DFX) Deferiprona (DFP) Deferasirox (DFS) Administración Subcutánea o ev Vía oral Vía oral Vida media 20’ 2-3 horas 8-16 horas Rutas excreción Orina-heces Orina Heces Rango dosis 20-60 mg/kg/día 50-100 mg/kg/día 20-30 mg/kg/día Revisión oftalmológica + ORL anual Hierro hígado-cardiaco anual Revisión oftalmológica + ORL anual Hierro hígado-cardiaco anual Hemograma semanal Monitorización ALT y ferritina cada 3 meses Ferritina cada 3 meses VENTAJAS ALT y ferritina mensual Activa vo Activa vo Larga experiencia Puede combinarse con DFX Administración una sola vez/día Puede combinarse con deferiprona Perfil seguridad establecido Tan eficaz como deferoxamina Muy eficaz a nivel cardiaco Probada en distintas patologías Menos eficaz que deferoxamina Monitorización función renal Riesgo de agranulocitosis Puede no conseguir balance negativo Infusión parenteral DESVENTAJAS Hierro hígadocardiaco anual Toxicidad auditiva, ocular, ósea depleción férrica mediante flebotomías. En esta patología sólo puede estar indicado el tratamiento con quelantes cuando la terapia mediante flebotomías está contraindicada. Los consejos dietéticos en esta entidad tienen poco impacto en el tratamiento, aunque debe desaconsejarse la ingesta de preparados de vitamina C. El tratamiento mediante flebotomías suele iniciarse cuando los niveles de ferritina sérica alcanzan 300 µg/l en varones y 200 µg/l en mujeres. La fase inicial de inducción intenta rebajar rápidamente el hierro corporal mediante flebotomías semanales (y si el paciente lo tolera, dos por semana) de 450-500 ml hasta conseguir niveles de ferritina inferiores a 50 µg/l. La razón que justifica la cele6 Cuadernos de Hematología - 2007 ridad en el tratamiento es el riesgo elevado de aparición de hepatocarcinoma, que se mantiene mientras los niveles de hierro son altos. Cada una de estas flebotomías corresponde a una cantidad de hierro extraído de 0,2-0,25 g. En cada sesión de flebotomía debe vigilarse el nivel de hemoglobina, ya que las flebotomías deben cesar cuando dicho nivel sea inferior a 110 g/l. Es suficiente controlar los niveles de ferritina cada 4-6 flebotomías. También se ha ensayado la práctica de eritroaféresis para reducir el número de procedimientos aplicados a los pacientes, con buenos resultados (14). miento con flebotomías trimestrales, con el objetivo de mantener una ferritina sérica inferior a ¡50 µg/l durante toda la vida! Técnicamente, la sangre extraída en las flebotomías es apta para transfusión heteróloga siempre que el paciente cumpla los requisitos habituales exigidos a los donantes de sangre. Agradecimientos Este trabajo se ha podido realizar parcialmente gracias a las becas del Fondo de Investigaciones Sanitarias (PI - 04/1120), del programa de intensificación en la investigación 2007 y de la Agència d’Avaluació de Tecnología i Recerca Mèdica (005/29/2004). Una vez finalizada la fase de inducción se pasa a una fase de manteni- Bibliografía 1. Brittenham GM, Griffith PM, Nienhuis AW, Mc Laren, CE, Young NS, Tucker EE, Allen CJ, Farell DE, Harris JW. Efficacy of deferoxamine in preventing complications of iron overload in patients with talasemia major. New England Journal of Medicine 1994;331:567-573. 2. Niederau C, Fischer R, Purschel A, Stremmel W, Haussinger D, Strohmeyer G. Long-term survival in patients with hereditary haemochromatosis. Gastroenterology 1996;110:11071119. 3. Zurlo MG, Stefano P, Borgna-Pignatti C, di Palma A, Piga A, Melevendi G, Di Gregorio F, Burattini MG, Terzoli S. Survival and causes of death in talasemia major. Lancet 1989;2:27-30. 4. Olivieri N, Brittenham G. Iron-chelating therapy and the treatment of talasemia. Blood 1997;89:1. 5. Consensus statement on iron overload in myelodysplastic syndromes. Hematology/Oncology Clinics 2005; Supp 1:18-25. 6. 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Journal of Hepatology 2000;33:485-504. 8 Cuestionario Evaluación Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica 1 2 3 El hierro libre ejerce su acción tóxica: a Interaccionando con el ADN b Ligándose a la hemoglobina c Generando radicales libres d Interaccionando con las proteínas La vida media de la desferoxamina: a Es larga b Es corta c Depende de la cantidad de hierro d Depende de la vía de administración La deferiprona: a Se ha ensayado mucho en niños b Se administra por vía subcutánea c No es eficaz a nivel cardiaco d Ninguna de las anteriores Actualización del tratamiento de la sobrecarga férrica Cuestionario Renal b Pulmonar c Hematológica d Articular Debe tratarse la sobrecarga férrica en los SMD porque: a Existen recomendaciones de expertos b La sobrecarga de hierro siempre es dañina c Existe evidencia de asociación entre sobrecarga de hierro y mortalidad en esta enfermedad d Todas las anteriores c b d a d Respuestas correctas: 5 a 1. 2. 3. 4. 5. 4 La toxicidad más importante de deferasirox es: Cuadernos de Hematología Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena Dra. Florinda Gilsanz Servicio de HematologíaHemoterapia Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) V Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Resumen Las anemias hemolíticas hereditarias se engloban dentro del conjunto de anemias regenerativas (reticulocitos elevados) con disminución de la vida media eritrocitaria. Los mecanismos fisiopatológicos más importantes de destrucción eritrocitaria son el intravascular (con salida directa de hemoglobina a la circulación) y extravascular (retirada de hematíes por el sistema monocito-macrófago). La realización de un test de antiglobulina directo es esencial para el diagnóstico diferencial entre causas inmunes adquiridas o hereditarias. Defectos en la membrana eritrocitaria, deficiencias enzimáticas o alteraciones en la síntesis de la hemoglobina conducen a procesos hemolíticos crónicos, con crisis ocasionales de descompensación (por infección de parvovirus B19, deficiencias de folatos o secuestro esplénico). Un cuadro agudo de hemólisis intravascular debe hacernos pensar en la deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa, que constituye el defecto enzimático eritrocitario más frecuente. Los síndromes talasémicos pueden presentar anemia en rango variable, pero además, en los casos graves, se encuentra afectación del desarrollo y crecimiento, deformidades óseas por aumento de la eritropoyesis ineficaz y hemocromatosis secundaria. La anemia falciforme es muy frecuente en población de origen africano, siendo la anemia uno de los síntomas mejor controlables dentro de un cuadro de gran afectación sistémica. El manejo terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias es, en general, sintomático, con transfusiones repetidas y evitando mecanismos desencadenantes. Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias La esferocitosis hereditaria es la etiología más frecuente entre las anemias hemolíticas congénitas en la población de origen norteuropeo. Cuadernos de Hematología - 2007 Definición de anemia hemolítica Mecanismos fisiopatológicos Desde el punto de vista fisiopatológico, los mecanismos de destrucción eritrocitaria son de dos tipos: intravascular y extravascular. Aunque en ocasiones exista un componente mixto, el predominio de uno de ellos generará una expresión clínica diferente en cada caso. Las anemias hemolíticas constituyen un grupo heterogéneo cuyo denominador común es el acortamiento de la vida media de los hematíes en la circulación sanguínea, que habitualmente es de unos 120 días. El proceso de destrucción de hematíes, denominado hemólisis, puede obedecer a multitud de etiologías pero, en cualquier caso, conduce a anemia y al consecuente estímulo de la eritropoyesis por aumento de la eritropoyetina. Por tanto, una de las características fundamentales de la anemia hemolítica es presentarse como una anemia regenerativa, que cursa con cifra de reticulocitos elevada. La respuesta medular a la anemia puede implicar que la producción de serie roja aumente entre 6 a 8 veces su actividad normal. Esto conlleva que, en ocasiones, si la hemólisis no es muy intensa, la capacidad medular de producción compense la hemólisis y no haya anemia, lo que se denomina “hemólisis compensada”. La hemólisis intravascular implica la rotura del eritrocito (lisis) en el compartimento vascular. Se produce liberación de hemoglobina al plasma (hemoglobinemia) con posibilidad de eliminación por orina (hemoglobinuria). La hemoglobina libre en plasma se une a la haptoglobina, formando un complejo que es transportado al hígado. En el parénquima hepático se libera el grupo hemo de la hemoglobina que se convierte en hierro y biliverdina, que posteriormente se cataboliza a bilirrubina. Cuando se supera la capacidad fijadora de la haptoglobina, la hemoglobina libre restante en el plasma será eliminada por el riñón, donde es capturada por las células tubulares que la degradan y acumulan el hierro en forma de hemosiderina. En el sedimento urinario se puede observar mediante coloración de Perls la presencia de hemosiderinuria en las células descamativas. Cuando la hemólisis es intensa y supera la capacidad de fijación del riñón, la hemoglobina se elimina por orina (hemoglobinuria), dando a la misma un color inicialmente rojo y luego un oscuro característico. Las anemias hemolíticas hereditarias constituyen un grupo dentro de este tipo de anemias regenerativas, cuya evolución crónica conduce a manifestaciones clínicas sistémicas características (trastornos de la pubertad y desarrollo, alteraciones óseas, etc.). Dada la complejidad de la investigación etiológica de las posibles causas de hemólisis (Tabla I), los hallazgos clínicos y fisiopatológicos nos deben guiar en el diagnóstico. 1 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz Tabla I Clasificación de las anemias hemolíticas Congénitas ALTERACIONES DE LA MEMBRANA ERITROCITARIA Esferocitosis hereditaria Eliptocitosis hereditaria Estomatocitosis hereditaria Acantocitosis hereditaria (Síndrome de Mc Leod, abetalipoproteinemia) ALTERACIONES ENZIMÁTICAS Deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa Deficiencia de pirimidina-5-nucleotidasa Deficiencia de piruvatoquinasa Otros defectos enzimáticos HEMOGLOBINOPATÍAS ESTRUCTURALES Talasemias Betatalasema Alfatalasemia Beta-deltatalasemia Persistencia hemoglobina F fetal Alteraciones en la carga de la superficie Síndromes falciformes Hemoglobinas inestables Adquiridas CAUSAS INMUNES Autoinmunes AHAI por anticuerpos calientes AHAI por anticuerpos fríos Hemoglobinuria paroxística “al frío” Aloinmunes Reacción post-transfusional Enfermedad hemolítica del recién nacido Anemia inmune mediada por anticuerpos a medicamentos CAUSAS NO INMUNES Hemoglobinuria paroxística nocturna Mecánicas Microangiopatías Prótesis valvulares Tóxico-metabólicas Gérmenes-parásitos 2 Cuadernos de Hematología - 2007 La presencia de anemia, con palidez mucocutánea, ictericia conjuntival, presencia de esplenomegalia, orienta a un proceso crónico de hemólisis, fundamentalmente, extravascular. Cuando aparece en personas jóvenes o niños habrá que informarse de antecedentes familiares, por la posibilidad de una anemia hereditaria por defectos eritrocitarios de membrana, hemoglobinopatías, etc. La persistencia de una anemia hemolítica crónica conduce a unas complicaciones que dependerán de la intensidad de dicha hemólisis. La hemólisis extravascular implica, en realidad, una exacerbación de los mecanismos fisiológicos de retirada de eritrocitos senescentes por el sistema monocito-macrófago (1). Los macrófagos del bazo, hígado y médula ósea, fundamentalmente, identifican hematíes anómalos, dañados, o recubiertos de IgG y/o C3d y los fagocitan. En el interior de lisosomas son degradados en lípidos, proteínas y grupo hemo. El grupo hemo libera hierro y biliverdina, que es catabolizada a bilirrubina. En los casos de hemólisis crónica, es frecuente la presencia de esplenomegalia. Datos de hemólisis El hallazgo en el paciente de una anemia con reticulocitosis implica el diagnóstico diferencial entre hemólisis, hemorragia, o crisis reticulocitaria por recuperación tras una anemia carencial. Los datos analíticos que orientan a hemólisis son fundamentalmente los siguientes. Datos clínicos y de laboratorio de anemia hemolítica El diagnóstico se basará en el hallazgo de una anemia regenerativa con hemólisis. Anemia regenerativa aguda o crónica El cuadro clínico puede presentarse de forma brusca, con anemia sintomática (mareo, astenia, palpitaciones), malestar general, dolor abdominal, ictericia y/o palidez, y orinas “oscuras” debido a hemoglobinuria. Esta presentación aguda orienta a un mecanismo de hemólisis intravascular, posiblemente debido a algún agente externo que ha dañado o desencadenado la hemólisis (deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa, anemia hemolítica medicamentosa), o bien a un proceso inmune o mecánico adquirido (anemia hemolítica autoinmune, microangiopatía, hemoglobinuria paroxística nocturna). Hemograma Anemia, generalmente con un volumen corpuscular medio (VCM) normal, aunque también puede estar ligeramente aumentado debido a la reticulocitosis (con un VCM mayor que los hematíes maduros). La concentración corpuscular media de hemoglobina (CCMH) suele hallarse disminuida (porque los reticulocitos tienen una CCMH menor), pero si se encuentra elevada (hipercromía) debe sospecharse la existencia de esferocitos (bien debido a un defecto hereditario de la membrana eritrocitaria, o debido a anemia hemolítica inmune). 3 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz Recuento reticulocitario En procesos hemolíticos es característico la presencia de reticulocitos elevados, el mecanismo compensatorio de la médula ante el estímulo eritropoyético. Cuando la médula ósea está sometida a un estrés de producción importante, puede observarse en sangre periférica otros precursos nucleados (eritroblastemia). pan al plasma y son inmediatamente fijadas por la haptoglobina, formando un complejo que es metabolizado en el hígado. Los niveles de haptoglobina descienden en estas primeras horas de hemólisis, luego se produce un ascenso independientemente de la persistencia o no de hemólisis, por lo que, en nuestra opinión, no tiene valor diagnóstico. Datos analíticos de hemólisis Son un conjunto de marcadores de suero y orina que constituyen pruebas indirectas de la destrucción eritrocitaria. La detección de hemoglobina libre en plasma es un indicador de hemólisis intravascular importante que ha superado la capacidad de las proteínas transportadoras de unirse a la hemoglobina libre. La detección de gránulos de hemosiderina en una tinción de Perls del sedimento urinario indica que el riñón ha realizado un proceso de reabsorción de hemoglobina libre que ha sido filtrada a nivel renal. La hemosiderinuria es detectable durante una a dos semanas tras resolución del cuadro hemolítico. La hemoglobinuria implica una hemólisis intravascular importante que ha superado la capacidad de reabsorción del riñón y se acompaña siempre de hemoglobinemia (“plasma de color rojo”), que puede ponerse en evidencia con el método simple de centrifugar una muestra de sangre anticoagulada extraída en ese momento. El aumento de la bilirrubina plasmática se produce por hipercatabolismo de la hemoglobina. Este aumento se produce, sobre todo, a expensas de la forma indirecta no conjugada, que no se elimina por orina, dando lugar a ictericia mucocutánea, pero no a orinas colúricas (a diferencia de la ictericia por hepatopatía). La enzima lacticodeshidrogenasa (LDH) se encuentra en el interior de los eritrocitos y es liberada en procesos de hemólisis. Sin embargo, su aumento es poco específico, porque también se encuentra en otras células y se puede elevar en casos de miopatías, infarto de miocardio, insuficiencia renal, anemias megaloblásticas (por eritropoyesis ineficaz) y linfomas. La haptoglobina es una proteína fijadora de la hemoglobina que es liberada al plasma. Esta proteína es indectectable cuando existe hemólisis intravascular. Cuando existe hemólisis extravascular, pequeñas cantidades de hemoglobina esca- La determinación de la vida media eritrocitaria con hematíes marcados con un isótopo radiactivo (Cromo 51) es una prueba compleja y molesta para el enfermo, que no aporta información adicional que justifique su uso. Son los datos de anemia rege4 Cuadernos de Hematología - 2007 nerativa y marcadores bioquímicos de hemólisis los que ayudan al diagnóstico de la entidad. cas más leves. El diagnóstico definitivo consiste en la cuantificación de esta enzima eritrocitaria, aunque en momentos de crisis aguda, y sobre todo en mujeres, pueden persistir sólo los hematíes no deficientes y ocasionar falsos negativos. Será necesario, en estos casos, repetir el estudio fuera de la crisis hemolítica y el estudio familiar también puede ayudar. Investigación etiológica Los datos de anamnesis, exploración física y analítica nos inducirán a pensar en el mecanismo fisiopatológico de la anemia que estudiamos (Fig. 1). No podemos, en modo alguno, orientar el diagnóstico de las anemias hemolíticas hereditarias sin tener en cuenta las anemias de causa adquirida. Entre las anemias adquiridas con esta presentación hemos de tener en cuenta la hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN), a descartar mediante un estudio de citometría de flujo de determinadas moléculas (CD55, CD59, CD14, CD16) en la membrana de granulocitos y hematíes. Otras causas inmunes se descartan mediante un test de antiglobulina directo (positivo a C3d), como la anemia hemolítica autoinmune por anticuerpos fríos (primaria, o asociada a infecciones como Mycoplasma pneumoniae, mononucleosis infecciosa, o a síndromes linfoproliferativos de célula B), la hemoglobinuria paroxística “al frío”, entidad excepcional que aparece en ciertas viriasis infantiles, y anemia hemolítica por fármacos (tipo quinina, quinidina, cefalosporinas, anfotericina B, diclofenaco, etc.). No debemos olvidar las crisis agudas por parasitación masiva por Plasmodium falciparum (“fiebre de las orinas oscuras”). Anemia hemolítica intravascular aguda Un cuadro agudo de afectación del estado general, dolor lumbar, fiebre, junto con orinas inicialmente “rojas” y luego “oscuras color Coca-Cola” debe hacernos pensar en un proceso hemolítico intravascular de presentación aguda. La causa más frecuente suele ser hereditaria, deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa (G6PD), que predomina sobre todo en ciertas regiones (variante africana, asiática y mediterránea) (2). Su frecuencia está aumentando por el incremento de población inmigrante procedente de zonas afectadas. Antecedentes familiares de crisis similares, o historia personal de ingesta reciente de fármacos (sulfamidas, sulfonas, nitrofurantoína, primaquina, etc.) o de ingesta de habas verdes, hacen sospechar la deficiencia de G6PD. El cuadro afecta predominantemente a varones (debido a que es un defecto ligado al cromosoma X), si bien las mujeres pueden presentar crisis de característi- Anemia hemolítica intravascular crónica Cuadros de hemólisis intravascular de manifestación menos abrupta 5 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz Fig. 1. Diagnóstico diferencial de anemias hemolíticas. AHAI: anemia hemolítica autoinmune; G6PD: glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa; CMF: citometría de flujo; HPN: hemoglobinuria paroxística nocturna; PTT/SHU: púrpura trombótica trombocitopénica /sd. hemolítico-urémico; CsA: ciclosporina A; TMO: trasplante de médula ósea; EHRN: enfermedad hemolíca del recién nacido; ROG: resistencia osmótica globular; Hb: hemoglobina. 6 Cuadernos de Hematología - 2007 que los anteriores también pueden producirse. Se detecta anemia, ferropenia por pérdidas de hemoglobina por orina y, sobre todo, hemosiderinuria (acúmulo de hierro en células descamativas de la vía urinaria). En general, suelen ser causas adquiridas que, además de cuadros agudos de hemólisis intravascular, presentan persistencia de cierto grado de hemólisis de forma crónica (anemias hemolíticas microangiopáticas, hemólisis mecánica en prótesis valvulares cardiacas, o en atletas por la marcha). Excepcionalmente, este cuadro crónico aparece en raros casos de deficiencias enzimáticas del ciclo de las pentosas fosfato. Antecedentes de exposición a fármacos del tipo penicilinas, cefalosporinas o tetraciclinas pueden relacionarse con una anemia hemolítica por fármacos. En pacientes transfundidos que presenten el test de antiglobulina directo positivo, habrá que descartar la existencia de un aloanticuerpo en su suero, mediante el test de antiglobulina indirecto. También un aloanticuerpo, en este caso de transmisión pasiva, es el origen de la anemia hemolítica inmune del recién nacido. Otras causas más infrecuentes a descartar en un cuadro agudo, son parasitosis (malaria, babebiosis, bartonelosis) o el “golpe de calor”, que origina deshidratación celular y, por tanto, mayor fragilidad y aumento de destrucción eritrocitaria. Anemia hemolítica extravascular aguda En el caso de observar una anemia aguda con reticulocitosis, acompañada de datos de hemólisis (aumento de bilirrubina indirecta y LDH), presencia o no de esplenomegalia, y en ausencia de datos de hemólisis intravascular (hemoglobinemia, hemoglobinuria), se debe pensar en cuadro de hemólisis extravascular aguda. Las causas más frecuentes suelen ser adquiridas y fundamentalmente, de origen inmune. El test de antiglobulina directo es indispensable para el diagnóstico y debe repetirse en caso de alta sospecha en más de una ocasión, porque su negatividad no excluye siempre el proceso. Anemia hemolítica extravascular crónica En el estudio de una anemia de más o menos larga evolución, con datos de lisis celular, reticulocitosis, ictericia, esplenomegalia, y antecedentes de litiasis biliar, habrá que dirigir la anamnesis hacia antecedentes familiares y personales, ante la posibilidad de que se trate de una anemia hemolítica congénita. La persistencia de una anemia hemolítica crónica conduce también a unas complicaciones, que dependerán de la intensidad de dicha hemólisis, y que orientarán a una etiología congénita. En casos moderados, se observarán complicaciones debidas al El primer diagnóstico diferencial es la anemia hemolítica autoinmune (AHAI) por anticuerpos calientes. 7 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz aumento del catabolismo de la hemoglobina, como litiasis biliar precoz y presencia de esplenomegalia. Cuadros con apariencia de hemólisis extravascular aguda, se producen por crisis de descompensación cuando la médula ósea no es capaz de hacer frente al aumento de producción eritrocitaria que exige el acortamiento de la vida media de los hematíes y se profundiza la anemia. Se debe, sobre todo, a crisis de eritroblastopenia por infección de parvovirus B19, crisis hemolíticas exacerbadas por secuestro esplénico, crisis megaloblásticas por deficiencia de folatos debido a un aumento de consumo y agotamiento de las reservas. Diferentes pruebas en un orden secuencial nos aproximan al diagnóstico. Un examen morfológico de los hematíes en una extensión de sangre periférica nos pueda dar la primera orientación. Entre los defectos corpusculares, la esferocitosis hereditaria es la causa más frecuente de anemia hemolítica congénita (3). La presencia de esferocitos (hematíes esféricos sin la concavidad central) se puede ya sospechar en el hemograma por una concentración de hemoglobina corpuscular media elevada. Un test de antiglobulina directo negativo nos proporciona el diagnóstico diferencial con la AHAI. Otros defectos hereditarios de la membrana no esferocíticos son mucho más infrecuentes: eliptocitosis hereditaria (hematíes con mayor diámetro longitudinal); piropoiquilocitosis hereditaria, una forma particular de esta eliptocitosis, entidad abigarrada e infrecuente que puede observarse en neonatos y que ocasionalmente con la edad puede llegar a desaparecer; estomatocitosis hereditaria (hematíes con un aclaramiento hemoglobínico central que simula la forma de una boca o estoma); acantocitosis hereditaria (cuadros que se acompañan de diferentes alteraciones neurológicas por trastornos lipídicos: abetalipoproteinemia, síndrome de McLeod). Una prueba de fragilidad osmótica de los hematíes alterada, o variantes de la misma, apoya el diagnóstico (4). La detección de casos familiares confirma definitivamente el diagnóstico. De todas formas, en todos estos La alta sospecha clínica de una anemia hemolítica crónica con antecedentes familiares, junto con un test de antiglobulina directo negativo, que descarte el origen inmune, nos conduce a la investigación de una alteración hereditaria bien por defecto en la membrana eritrocitaria, defiencia enzimática o alteraciones en la síntesis o estructura de la hemoglobina. Las características geográficas y étnicas también juegan un papel importante en este tipo de anemias. La esferocitosis hereditaria es la anemia congénita más frecuente en la población de origen norteuropeo. En el área mediterránea, Oriente Medio, China y Sudeste Asiático predominan las talasemias. En la población de origen africano, hasta el 40% presenta hemoglobinopatía S en heretocigosis, con lo que la frecuencia de homocigotos sintomáticos es muy alta también. 8 Cuadernos de Hematología - 2007 casos es importante descartar causas secundarias que originan estas morfologías eritrocitarias, porque representan una mayor incidencia que la etiología hereditaria (Tabla II). este caso, la sospecha diagnóstica inicial viene dada por un punteado basófilo grosero en los hematíes, por una degradación anormal del ARN ribosómico. El diagnóstico de esta entidad se realiza con la medición de la actividad enzimática intraeritrocitaria. Otra entidad, con menor frecuencia, es el defecto enzimático de piruvatoquinasa (5). El cuadro clínico Entre los defectos enzimáticos, la entidad más frecuente es el defecto de pirimidina-5-nucleotidasa, de la vía del metabolismo nucleotídico. En Tabla II Diagnóstico diferencial en alteraciones morfológicas del eritrocito Morfología Enfermedad congénita Enfermedad adquirida Anemias hemolíticas microangiopáticas, hemólisis por válvulas cardiacas, intoxicación por ciclosporina Esquistocitos Esferocitos Esferocitosis hereditaria Eliptocitosis esferocítica Anemia hemolítica inmune (por auto-, aloanticuerpos o por fármacos) Eliptocitos Eliptocitosis congénita Anemia megaloblástica, ferropenia Estomatocitos Estomatocitosis congénita Cirrosis hepática, hepatopatía de origen enólico Excentrocitos Deficiencia de G6PD Equinocitos Deficiencia de piruvatoquinasa Drepanocitos Hemoglobina S Dianocitos Hemoglobina C, talasemia Ferropenia intensa, esplenectomía Dacriocitos Hemoglobinas inestables con cuerpos de Heinz Metaplasia mieloide agnogénica, anemia megaloblástica, infiltración medular Uremia, hepatopatía neonatal, circulación extracorpórea Anemias hemolíticas microangiopáticas, hemólisis por válvulas cardiacas, uremia Queratocitos Acantocitos Abetalipoproteinemia congéni- Hepatopatía, malabsorción de lípidos, ta, síndrome de McLeod anorexia nerviosa, hipotiroidismo Punteado basófilo Deficiencia de pirimidina-5nucleotidasa, talasemias Cuerpos de Heinz Hemoglobinas inestables Deficiencia de G6PDH Saturnismo (intoxicación por plomo), leucemia, anemia refractaria 9 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz de la deficiencia de esta enzima de la vía de la glucolisis anaerobia es variable, desde asintomático a anemia grave que requiere transfusiones crónicas, y puede llegar a casos de muerte intraútero por hydrops fetalis. La morfología eritrocitaria no suele presentar alteraciones, aunque en algunos casos se pueden observar equinocitos y algún esferocito. Otros defectos enzimáticos de esta misma vía son mucho más infrecuentes. retrasos del crecimiento y del desarrollo. El aumento de eritropoyesis ineficaz da lugar a deformaciones óseas, tumoraciones vertebrales con riesgo de compresión medular o dolores radiculares. Los requerimientos transfusionales crónicos, junto con el acúmulo de hierro de los hematíes hemolizados, originan una sobrecarga férrica importante, con una hemocromatosis secundaria con afectación hepática, endocrina y cardiaca. Los defectos hereditarios de la síntesis de las cadenas de globina son un caso particular dentro de las anemias hemolíticas hereditarias. Generalmente, su carácter hereditario recesivo conduce a que sólo los homocigotos, doble heterocigotos (que combinan dos defectos), o alteración de al menos 3 genes (en el caso de las alfa-talasemias) presenten una afectación clínica significativa. En los síndromes talasémicos, existen mutaciones o deleciones en los genes de la síntesis de las cadenas de globina beta, alfa o delta que conducen a disminución o ausencia de síntesis de las mismas. Esto induce a una desproporción en la relación entre cadenas alfa y beta, lo que conlleva una acumulación intracelular de una de ellas, y precipitación intracelular, que disminuye su vida media (hemólisis). La sospecha diagnóstica se inicia por un cuadro de anemia microcítica, una vez descartada la causa fundamental de microcitos (ferropenia) y la asociación de algunos datos de hemólisis (bilirrubina indirecta elevada, litiasis biliar). La expresividad clínica es muy variable, desde ausencia de anemia (rasgo talasémico propio de los heterocigotos) hasta anemia grave con todas las complicaciones descritas en la anemia crónica. En cuanto a la morfología eritrocitaria, la betatalasemia intermedia o mayor (anemia de Cooley) son las de mayor expresividad morfológica, con acentuada anisopoiquilocitosis, microcitosis, diano- Hay que recordar que los defectos de las cadenas de globina alfa pueden presentarse ya en la vida intrauterina, mientras que los de las cadenas de globina beta sólo se manifestarán en los primeros 9-12 meses de vida. Dentro de las hemoglobinopatías, la talasemia constituyen la alteración hereditaria más frecuente en raza blanca y la drepanocitosis la más frecuente en la raza negra. En los casos graves, como talasemia mayor o anemia falciforme en homocigosis, la anemia intensa mantenida origina hipoxemia tisular y conduce a 10 Cuadernos de Hematología - 2007 por alteraciones estructurales de la hemoglobina más frecuentes y más graves. La hemoglobina S se debe a una mutación en el gen de la cadena beta que origina una hemoglobina que cuando se desoxigena sufre un proceso de polimerización, formando una estructura cilíndrica rígida e insoluble, que precipita y deforma al hematíe (en forma de hoz). Su prevalencia es muy alta en África tropical, y en países con población procedente de África (Norte, Centro y Sudamérica). Los pacientes sintomáticos presentan crisis vasooclusivas que producen isquemia y dolor intenso, con complicaciones en diferentes órganos: dolores óseos, retrasos en el crecimiento, infartos cerebrales, síndrome torácico, que pueden conducir a insuficiencia respiratoria e hipertensión pulmonar, ceguera por trombosis de la arteria central de la retina y retinopatía proliferativa, úlceras maleolares, incapacidad de concentrar la orina (hipostenuria), hepatomegalia y cólicos biliares, cardiopatía por sobrecarga funcional por la anemia y hemocromatosis secundaria, infecciones por asplenia funcional, etc. La anemia hemolítica crónica es, en comparación con la afectación sistemática, un problema de más fácil control. El manejo de estos pacientes es complejo y debe ser multidisciplinar (6). Los pacientes heterocigotos, por el contrario, son asintomáticos. La sospecha diagnóstica de los síndromes falciformes se apoya por la detección de una anemia moderada-severa, reticulocitosis y la morfología característica de los hematíes en hoz. Se confirma citos, punteado basófilo y eritroblastemia. En la forma menor, el cuadro es más atenuado. En la alfatalasemia, hematíes microcíticos, dianocitos, policromatofilia y eritroblastos también pueden estar presentes. El método más asequible para la aproximación diagnóstica a los síndromes talasémicos consiste en la cuantificación porcentual de las hemoglobinas (mediante HPLC o electroforesis). En la betatalasemia menor o rasgo betatalasémico se encuentra un aumento de HbA2 con HbF normal. En los casos más graves, talasemia mayor, se encuentran valores muy elevados de HbF, HbA2 en rango variable, y en ocasiones ausencia de HbA, lo que constituye los casos más graves. En los casos leves de alfatalasemia no hay anomalías en cuantificación de hemoglobinas y sólo se infiere el diagnóstico por una tendencia a microcitosis y el carácter familiar de la patología. En casos graves, la ausencia de cadenas alfa provoca la unión tetramérica de cadenas gamma (Hb de Bart) en el periodo fetal y de cadenas beta (Hb H) en el periodo postnatal. Estas hemoglobinas pueden ser detectadas en la cuantificación de hemoglobinas. En la delta-betatalasemia (genes de ambas cadenas se ven afectados), se produce un aumento de HbF para compensar y, en casos graves, la práctica desaparición de la HbA normal. El estudio de las mutaciones de los genes debe realizarse en casos de consejo genético y diagnóstico prenatal en parejas afectadas. Los síndromes falciformes o drepanocitosis son los cuadros clínicos 11 Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz de la anemia y a situaciones que favorezcan crisis aplásicas (deficiencia de folatos, infección por parvovirus B19 o secuestro esplénico). con la detección de la HbS como componente mayoritario, mientras que la HbA está prácticamente ausente; aunque hay cuadros similares con patrones diagnósticos más complejos (hemoglobina S-talasemia, hemoglobina SC, etc.). En casos de anemias graves, en ocasiones es necesario establecer una estrategia de transfusión crónica para mantener unos niveles adecuados de hemoglobina, y evitar problemas en el crecimiento, o hipoxemia tisular. Además de las habituales complicaciones transfusionales que pueden surgir, incluida la aloinmunización, la sobrecarga férrica puede constituir uno de los problemas más importantes que afecten la esperanza de vida de los individuos afectados. El hierro procedente de la hemólisis eritrocitaria y el aportado en las transfusiones se acumula en tejidos, sobre todo, hígado, páncreas, corazón, hipófisis, originando cardiopatía, diabetes mellitus, hipogonadismo, hepatopatía crónica. Por ello, también es importante establecer en la medida de lo posible, una estrategia de quelación. Esta medida se facilita actualmente con la aparición en el mercado de nuevos quelantes de hierro por vía oral (7,8). Las hemoglobinas inestables se constituyen por cambios de aminoácidos en puntos críticos de la molécula que disminuyen su solubilidad, precipita y forma cuerpos de inclusión intraeritrocitarios que se denominan cuerpos de Heinz, evidentes con una tinción vital (de forma espontánea o tras incubación a 37 ºC). Diferentes pruebas de estabilidad (con calor o isopropranolol) conducen al diagnóstico. Estas hemoglobinas patológicas dan cuadros clínicos de anemia hemolítica extravascular, pero con episodios ocasionales de hemólisis intravascular, y presentan manifestación clínica en heterocigosis. Manejo terapéutico La mayoría de las entidades de anemias hemolíticas hereditarias no presentan un tratamiento específico (Tabla III). La esplenectomía, con la adecuada profilaxis de vacunación y cobertura antibiótica, también ayuda en casos de hemólisis importantes. La colecistectomía también es una intervención frecuente en estos pacientes por la litiasis biliar. Una complicación a considerar postesplenectomía, es el desarrollo de hipertensión pulmonar grave, aunque también ha sido descrito en enfermos con anemias here- En casos asintomáticos por compensación, o anemia leve, vigilar posibles cuadros desencadentantes de crisis hemolíticas (infecciones, fármacos, hipoxia) es la única medida a tomar. Hay que prestar especial atención a situaciones que impliquen un estrés mayor de eritropoyesis, y que pueden inducir a agravamiento 12 Mecanismo Clínica Alteraciones lipídicas en la membrana (colesterol, fosfolípidos) Anemia leve-moderada, y trastornos neurológicos asociados (abetalipoproteinemia, sd. Mc Leod Deficiencia de proteínas de membrana de los hematíes Anemia leve-grave (anquirina, banda 3, beta-espectrina, alfa-espectrina, proteí- Ictericia, litiasis biliar, esplenomegalia Úlceras en extremidades na 4.2) Anemia leve-grave Deficiencia de proteínas de membrana de los hematíes Ictericia, litiasis biliar, esplenomegalia (beta-espectrina, alfa-espectrina, proteína 4.1, glicoforina C) Úlceras en extremidades Alteraciones en la permeabilidad iónica de la membrana Anemia moderada-grave (en estomatocitosis y xerocitosis hereditaria) (sobre todo del sodio) 13 Deficiencia enzimática de la vía de la glucolisis anaerobia Anemia leve-grave, úlceras en extremidades Ictericia, litiasis biliar, esplenomegalia Hemoglobinopatías asociadas a hemoglobinas inestables Síndromes falciformes Talasemias (beta, alfa y delta-beta) Mutaciones que conducen a sustituciones o deleciones de Anemia leve-graves aminoácidos que debilitan las uniones no covalentes de las Crisis agudas intravasculares subunidades y provocan hemobloginas inestables que Esplenomegalia, litiasis biliar precipitan formando cuerpos de Heinz Anemia leve-grave, úlceras en extremidades Esplenomegalia, ictericia, litiasis biliar Mutaciones en los genes que determinan la síntesis de las Sobrecarga de hierro (diabetes mellitus, insuficiencia cadenas de globina beta, alfa o delta, y que conducen a disadrenal, cardiopatía) minución o ausencia de síntesis de las mismas Alteraciones crecimiento, deformidades óseas Muertes fetales en casos de hydrops fetalis Anemia leve-grave Mutaciones en los genes que determinan la síntesis de las Esplenomegalia, infartos esplénicos, litiasis biliar cadenas de globina, que precipitan con la deoxigenación, Crisis vasooclusivas dolorosas (graves: sd. torácico deforman a los hematíes (en forma de hoz), produciendo agudo, infartos cerebrales) estasis vascular e isquemia tisular Alteraciones crecimiento, deformidades óseas Úlceras en extremidades ANEMIAS HEMOLÍTICAS HEREDITARIAS POR ALTERACIONES EN LA SÍNTESIS DE LA HEMOGLOBINA Deficiencia de piruvato quinasa Deficiencia enzimática de la vía del metabolismo nucleotídico Anemia hemolítica, generalmente compensada Deficiencia de pirimidina-5nucleotidasa Tratamiento Ácido fólico Programa de transfusión Quelantes de hierro Trasplante de médula ósea Consejo genético Microcitosis, reticulocitosis, punteado basófilo, Ácido fólico cuerpos de Heinz Test de estabilidad (con isopropanolol o con calor) Esplenectomía (sólo en alguCuantificación de hemoglobinas (no siempre altera- nos casos) ciones) Ácido fólico, hidroxiurea Drepanocitos y dianocitos, reticulocitosis Evitar desencadenantes Cuantificación de hemoglobinas (Hb S, Hb C, Hb D) (deshidratación, hipoxemia) Confirmación genética Analgesia adecuada Transfusiones Microcitosis (VCM entre 50-70 fl) Morfología variable: dianocitos, poiquilocitos, punteado basófilo, eritroblastos, cuerpos de Heinz Cuantificación de Hb A2 y F, detección Hb H y Hb de Barts Confirmación genética Deficiencia de la enzima piruvato-quinasa Punteado basófilo Defiencia de la enzima pirimidina-5-nucleotidasa Evitar sustancias oxidantes y la ingesta de habas frescas Tratamiento de las crisis agudas intravasculares Esplenectomía en casos sintomáticos Esplenectomía en casos graves, respuesta parcial Transfusiones crónicas Ácido fólico, esplenectomía en casos sintomáticos Transfusiones crónicas Ácido fólico, esplenectomía Eliptocitos, esferocitos (forma esferocítica), aumento en casos sintomáticos de fragilidad osmótica en casos graves Transfusiones crónicas Esplenectomía (resultado Estomatocitos (fragilidad osmótica aumentada). variable) Xerocitos (fragilidad osmótica disminuida) Restricción de ingesta de triglicéridos y suplementos de vitaminas liposolubles Esferocitos, Coombs directo (-) CHCM elevada (>40 g/dl) Aumento de fragilidad osmótica Hallazgos diagnósticos Hemólisis agudas tras exposición a agentes oxidanExcentrocitos, cuerpos de Heinz tes, infecciones, ingesta de habas Deficiencia de la enzima G6PD Anemia hemolítica crónica (excepcional) Deficiencia en la vía del metabolismo oxidorreductor. Los agentes oxidantes producen desnaturalización de la hemoglobina, cuerpos de Heinz y destrucción de hematíes por el bazo Deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa ANEMIAS HEMOLÍTICAS HEREDITARIAS POR DEFECTOS DE ENZIMAS ERITROCITARIAS Acantocitosis hereditaria Estomatocitosis hereditaria y otros trastornos Eliptocitosis congénita y otros trastornos Esferocitosis hereditaria ANEMIAS HEMOLÍTICAS HEREDITARIAS POR TRASTORNOS DE LA MEMBRANA ERITROCITARIA Entidad Cuadernos de Hematología - 2007 Datos fisiopatológicos, clínicos, de diagnóstico y tratamiento en anemias hemolíticas hereditarias Tabla III Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Dra. M.ª Teresa Cedena, Dra. Florinda Gilsanz ditarias graves, tales como la anemia falciforme o defecto de piruvatoquinasa, sin esplenectomía previa (9,10). bina F, que protege la polimerización de la hemoglobina S cuando se desoxigena. En algunos casos se han intentado tratamientos específicos. En pacientes con talasemias y síndromes falciformes graves se ha realizado trasplantes de progenitores hemopoyéticos como curación de la enfermedad (11,12). El balance entre los riesgos del procedimiento y los beneficios para el paciente han de ser evaluados en cada enfermo. En la drepanocitosis sintomática, el tratamiento con hidroxiurea (13), o con otros inductores de las síntesis de cadenas gamma (butirato, decitabina) favorece un aumento de los niveles de hemoglo- El conocimiento de las mutaciones puntuales de los genes de las cadenas beta de globina en la betatalasemia y en la anemia falciforme ha proporcionado las claves para que estas enfermedades sean potenciales dianas en la terapia génica (14). Por último, uno de los puntos fundamentales en estas alteraciones hereditarias es un adecuado consejo genético en individuos con historia familiar en zonas con alta prevalencia de la enfermedad. Bibliografía 1. Weatherall DJ, Provan AB. Red cells I: inherited anaemias. 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Curr Opin Hematol 2006;13:142-8. 15 Cuestionario Evaluación Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias 1 2 3 ¿Qué datos analíticos orientan mejor a un cuadro de hemólisis?: a Disminución de la haptoglobina b Aumento aislado de LDH c Reticulocitosis, aumento de bilirrubina indirecta y de LDH d Microcitosis, reticulopenia y aumento de bilirrubina directa ¿Qué causa más frecuente originará un cuadro agudo de “orinas oscuras”, dolor abdominal y anemización en un paciente varón del área mediterránea: a Esferocitosis hereditaria b Deficiencia de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa c Anemia falciforme d Hemoglobinuria paroxística al “frío” La presencia de esferocitos en una extensión de sangre periférica orienta al diagnóstico de esferocitosis hereditaria, que se confirma con: a Test de antiglobulina directo es negativo b Antecedentes personales o familiares de ictericia, litiasis biliar precoz c Prueba de fragilidad osmótica aumentada d Todo lo anterior Abordaje diagnóstico y terapéutico de las anemias hemolíticas hereditarias Cuestionario Son la causa más frecuente de microcitosis b Siempre se acompañan de alteraciones en la cuantificación de hemoglobinas c Los defectos de las cadenas de globina beta no se manifiestan intraútero d El tratamiento con hierro oral es frecuente En la anemia falciforme, es cierto que: a La anemia es el síntoma más grave e incontrolable b Los pacientes homocigotos no son prácticamente sintomáticos c Es el tipo más frecuente de anemia hereditaria en la población asiática d Nada de lo anterior c b d c d Respuestas correctas: 5 a 1. 2. 3. 4. 5. 4 En los síndromes talasémicos, es cierto que: