Eficiencia: ¿Es usted una mosca o una abeja

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Eficiencia: ¿Es usted una mosca o una abeja?
Y su empresa, ¿es tipo "mosca" o tipo "abeja"?
Autor: Marcelo Perazolo
Evidentemente ante esta pregunta uno tiene natural tendencia a considerarse más
próximo a las delicadas, trabajadoras, disciplinadas y simpáticas abejas, más que a
las estúpidas, sucias e ingobernables moscas.
Sin embargo esto no siempre puede ser bueno para sus negocios y a continuación
verá por qué.
Utilizamos la nota producida por Ismael Ciman en su Newsletter "Llegó la Señal" (Nro.
29), al que ya reseñáramos en nuestra sección correspondiente algunos números
atrás.
¡BZZZ!!!: DE MOSCAS Y ABEJAS
Karl Weick describe la adaptación en términos de "sistemas de acoplamiento
flexibles". Sostiene que la mayor parte de la tecnología de la administración supone
equivocadamente un acoplamiento riguroso:
- Si se da una orden o se define una política, éstas se siguen automáticamente.
"Cuanto más se ahonda en las sutilezas de las organizaciones –dice Weik- tanto más
se pregunta uno que significa el orden y tanto más se convence de que lo eficiente, lo
planificado, lo previsible y lo durable son criterios dudosos para la evolución
satisfactoria".
El Experimento:
Introduzca seis abejas y seis moscas en una botella y colóquela horizontalmente con
el fondo apuntando hacia la luz de una ventana, podrá ver que las abejas no dejarán
de luchar por encontrar salida a través del vidrio del fondo, hasta que mueren de
agotamiento o de hambre; mientras que las moscas, en menos de dos minutos,
habrán salido por el cuello en el otro extremo...
La flexibilidad en el empresa
En este ejemplo, puede verse cómo la flexibilidad adaptativa facilita los medios para
que algunos agentes puedan superar un cambio fundamental en su ambiente.
Es el amor de las abejas por la luz, su misma inteligencia, lo que las pierde en ese
experimento. Probablemente se imaginan que la salida de una prisión debe
encontrarse donde la luz brilla más y obran en consecuencia, persistiendo en una
actitud bastante lógica por cierto.
Para ellas el vidrio es un misterio sobrenatural que nunca han visto. Nunca antes han
tenido una experiencia en esta atmósfera repentinamente impenetrable, y más
incomprensible aparecerá este extraño obstáculo.
Mientras que las tontas moscas, indiferentes a la lógica como al enigma del vidrio,
hacen caso omiso del llamado de la luz. Vuelan al azar de aquí para allá y acaban,
necesariamente, por descubrir la abertura que les devuelve la libertad.
Poseen la buena suerte que a menudo sonríe a los ingenuos, quienes encuentran la
salvación donde los sabios perecen.
Este experimento nos habla del juego de hacer frente al cambio; de la rigidez y la
flexibilidad, de la perseverancia, del ensayo-error y del azar.
En este ejemplo, ataduras flexibles facilitan los medios para que algunos agentes
puedan superar un cambio fundamental en su ambiente.
Cada mosca vuela, atada vagamente a su vecina y a su propio pasado. Hace
numerosas adaptaciones idiosincrásicas hasta que, finalmente, resuelve el problema
de escaparse.
La flexibilidad es un activo en este caso particular, pero no está claro en que medida y
en que momento ella contribuye a un cambio afortunado, y cómo la acción debe
modificarse para que haga frente a la realidad de esta flexibilidad.
Si las compañías no se adaptan, mueren.
La evolución aparece como un fenómeno continuo en el mercado. Las compañías u
organizaciones que tienen éxito, son aquellas que aprenden. No esperan que el
mercado las acabe, sino que crean su propio mercado interno.
Es fascinante constatar que las mejores empresas han desarrollado una multitud de
artificios y rutinas para evitar la calcificación.
Ellas hacen más experimentos, fomentan más ensayos y permiten pequeñas fallas,
conservan pequeñas dimensiones, cooperan más con sus clientes, estimulan la
competencia interna, etc...
Mantienen un rico ambiente informal, cargado de información, que incitan a la difusión
de las ideas que triunfan.
Igor Ansoff, quien durante mucho tiempo ha estudiado la estrategia de los negocios,
agrega: "Podemos predecir el fin de la supremacía de la estructura como primer
criterio para definir la aptitud de una organización. La estructura va a llegar a ser un
medio dinámico de cambio y de inmovilismo a la vez, el último modelo del "caos
organizado".
Finalmente, al ser consultado acerca de las estructuras de las compañías excelentes,
David Anderson las calificó como "ambientes zumbadores y florecientes", metáfora
que nos recuerda nuestro experimento de moscas y abejas.
Usted, o su organización, ¿actúa como mosca, o como abeja?
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