benmfios previonales, cuestion penall y eficiencia administrativaa

Anuncio
Comisión Nº 5
Subcomisión “a”
BENEFICIOS PREVISIONALES,
EFICIENCIA ADMINISTRATIVA
Y CUESTIÓN PENAL
Autor: Dr. VICTOR MARCELO SOSA
UNIVERSIDAD DE CONGRESO
MENDOZA
REPUBLICA ARGENTINA
Correo electrónico: [email protected]
INTRODUCCIÓN
Al momento de sancionarse la Ley Nº 24241 que rige el Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones en la República Argentina, el sistema previsional, destacaba
varias crisis:
FINANCIERA: debido a la incapacidad del sistema de sostenerse con recursos propios
CONFIANZA: los trabajadores activos y los pasivos entendían que se realizaba un a
especie de estafa, al existir prestaciones que no guardaban una proporción razonable con
los salarios percibidos
LEGITIMIDAD: con pronunciamientos judiciales que tachaban de inconstitucionales los
métodos de actualización de haberes y
ENDEUDAMIENTO: por los incumplimientos que por distintos motivos nacían de
atrasos, actualizaciones, recálculos , etc. (1)
En ese estado de situación rápidamente descrito, el 14 de julio de 1994 se puso en
marcha el Sistema Integrado actualmente vigente, como resultado de aquellos
antecedentes, finalizando con la promulgación de esa Ley, por la cual el régimen estatal,
tiene notorios e importantes componentes que le devuelven a los trabajadores la
propiedad de sus ahorros; aunque no ha mostrado ese sistema el dinamismo que le
adjudicaban sus promotores, acérrimos defensores de la economía de mercado (bautizada
por estos lares y en ese entonces economía popular de mercado).
El estado de ánimo vigente por esa época, era de aversión por el Estado
Burocrático Autoritario engendrado por la Dictadura y que la primera
administración constitucional había consolidado por inoperancia, obligaba a reinsertar
al país en la realidad; y dio origen al nuevo sistema producto de una “transacción” que no
hubiera permitido nunca una reforma “a la chilena”, y tampoco el sistema de reparto hasta
entonces vigente.
1.- LEY PREVISIONAL. ASPECTOS PENALES
La Ley Nº 24241 contempla en el Libro Primero Título V, diversas conductas
merecedoras de pena.
Así en cada uno de los capítulos caracterizados como “una suerte de inventario de
defectos” (2) que lo conforman encuadra el bien jurídico protegido y se compone de esta
manera Capítulo I Delitos contra la Integración de los Fondos la Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones (artículos 132/133), Capítulo II Delitos contra la Adecuada
Imputación de los Depósitos al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (artículo
134), Capítulo III Delitos contra la Libertad de Elección de AFJP (artículo 135), Capítulo
IV Delitos contra el Deber de Información (artículos 136/137), Capítulo V Delitos contra
un Fondo de Jubilaciones y Pensiones (artículos 138/139/140/141), Capítulo VI Delitos
por Incumplimiento de las Prestaciones (artículo 142), Capítulo VII Disposiciones
Comunes (artículos 143/150), Capítulo VIII Otras Sanciones (151/155).
2.- NUESTRO CASO
Terminado este sucinto repaso nos detendremos en lo que hace el centro de nuestra
atención y es el artículo 142 que dice: “Será reprimido con prisión de 4 a 10 años el
obligado al cumplimiento de las prestaciones previsionales establecidas en esta ley
que no efectivizara en forma oportuna e íntegra las prestaciones previsionales a las
que se encuentre obligado, a quien resultare beneficiario de las mismas, El delito se
configurará cuando el obligado no diera cumplimento a los deberes aludidos dentro
de los 5 días de notificada la intimación respectiva en su domicilio real o en el asiento
de su negocio”.
Una respuesta superficial: nos cabe la idea de la precaución legislativa, al prever un
régimen penal especifico para el agente (empleado) que no otorga la prestación en el plazo
de cinco (5) días hábiles.
Esta forma de razonar nos parece familiarizada con una visión animista del
derecho. Que significa esto: “que el sólo dictado de la norma generara seguridad” (3).
3.- ASPECTO CONSTITUCIONAL
El régimen constitucional argentino desde su Preámbulo
que reza como una
oración laica “promover el bienestar general”, tiene consideración especial por las
prestaciones de orden previsional, ya que reúne no solo el tradicional carácter alimentario
sino que los beneficios de la seguridad social son irrenunciables como postula el artículo
14 bis de la Constitución Nacional, y los tratados internacionales que receptó a partir de
1994: la Declaración Internacional de los Derechos Humanos y la Convención
Interamericana de Derechos y Deberes del Hombre.
Para que no sea un espejismo, de los que divisa el conductor cuando viaja en su
auto mirando lontananza, es necesario tener presente y considerar los instrumentos que los
Estados, procuran para alcanzar aquellos fines protectorios. Por las razones de este trabajo
no haremos hincapié ni en el financiamiento ni en el control. Si lo haremos respecto de los
conceptos de efectividad (hacer las formas de manera correcta, asegurando la protección
requerida) y eficiencia (hacer las cosas bien en el orden administrativo). Así las cosas: “En
el trámite administrativo debe existir un equilibrio entre las prerrogativas del poder
estatal – fundadas en los requerimientos del bien común- y el respeto a los derechos
individuales frente a esas potestades” (Caso HUSSAR, Otto. Fallos 289:430. 1974)
Más aún: “El objetivo preeminente de la Constitución Nacional es lograr el
bienestar general, es decir la justicia en su más alta expresión, la justicia social. Tiene
categoría constitucional el principio: “in dubio pro iustitia socialis”, con arreglo al
cual las leyes deben ser interpretadas a favor de quienes de tal manera, consiguen o
tienden a alcanzar el bienestar” (Fallos 289:430. 1974).
4.- ASPECTO PREVISIONAL
Para obtener los beneficios previsionales de jubilación (artículos 17 incisos a,b, e y
f, 20 y 47), retiro por invalidez (artículos 17 inciso c, 48/49/50 ) o pensión (artículos 17
inciso d y 53 :en adelante los llamaremos indistinta y genéricamente beneficio previsional),
se exige cumplimentar requisitos básicos como ser edad y determinada cantidad de años de
servicios con aportes (en determinadas condiciones: regularidad, irregularidad, total de
años).
Hasta ahí la mención de esas generalidades no debería causar problemas, o al
menos asombro, pero la realidad indica que el atraso que sufre la liquidación de los
beneficios previsionales que tienen su derecho acreditado debidamente, transcurre con una
peregrinación de pronto despacho, emplazamientos
que tienen la posibilidad de ser
reclamados en sede penal en atención a cometer el delito previsto en el artículo 142.
Este delito ha sido caracterizado como de omisión propio, con un tipo especial
propio, por la calidad especial del sujeto que puede ser un particular o un funcionario
público (sea un caso empleado de una Administradora de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones (agencia privada) o de la Administración Nacional de la Seguridad Social
(agencia pública)), obligado al cumplimiento de las prestaciones previsionales
establecidas por ley, una vez que ha sido fehacientemente intimado (para conformar
la tipicidad), siendo el sujeto pasivo el beneficiario y de daño (4).
La crónica existencia de atrasos administrativos de los organismos gestores público
Administración Nacional de la Seguridad Social –ANSES- y privados(Administradoras de
Fondos de Jubilaciones y Pensiones- AFJP- ( que llamaremos Agencias) de la seguridad
social, llevan ante la falta de resolución de los trámites a buscar protección y el efectivo
cumplimiento de sus derechos en sede judicial, ocasionando una verdadera avalancha de
juicios que en el plano práctico lesionan los derechos humanos de los jubilables,
ocasionando atrasos que vulneran el propio espíritu del Derecho de la Seguridad Social
específicamente en materia previsional (5).
5.- OPACIDAD DEL DERECHO E INFLACIÓN NORMATIVA
Nuestro país asiste en los últimos años a una escalada inflacionaria en materia
legislativa que ocasiona un espiral incomprensible de normas, textos ordenados y
actualizaciones de difícil seguimiento para las personas involucradas, y eso sin considerar
el abarrotamiento de normas emitidas por los organismos previsionales y fiscales que se
arrogan facultades legisferantes por motu propio, contraviniendo normas sustanciales y
adjetivas (6).
Esa conducta genera una serie de micronormas (resoluciones, manuales de
procedimiento), que conforman lo que destacada doctrina ha llamado “la opacidad del
derecho”.
Es decir el principio de que las normas se presumen conocidas se ve pulverizado
por esa generación industrial de ellas, que comienzan a dar forma a un sistema jurídico
oscuro e impenetrable; donde “El principio según el cual la ley debe ser aplicada
porque es obligatoria, con independencia del conocimiento que los súbditos tengan de
su existencia, parece vinculado al modelo de un estado autocrático en el que la
legitimidad de los mandatos remite exclusivamente a su origen y no a sus formas o sus
efectos”(7).
Si eso es grave no lo es menos aun las conductas de empleados de esas Agencias
que se arrogan capacidad de interpretación de normas jurídicas, sin tener la formación
adecuada que muchas veces se advierte al momento de denegar un beneficio previsional,
omiten considerar antecedentes doctrinarios, jurisprudenciales y mas grave aun sentencias.
Ello implica reiterar una conducta innecesaria y destinada a abarrotar los estrados
judiciales, con fines eminentemente dilatorios, que contravienen flagrantemente los
Principios de la Seguridad Social.
La consolidación del Sistema de Seguridad Social, y en particular de su
subsistema previsional, no depende del Derecho Penal; sino de la estabilidad de sus
normas, la gestión adecuada de las Agencias y la eficacia del poder de
superintendencia.
6.- LA IDEA CENTRAL
El Estado de Derecho se caracteriza por el sometimiento de todos sus
integrantes al ordenamiento jurídico, incluido el propio Estado y aquellas personas
jurídicas autorizadas a realizar tareas que el Estado les haya delegado (siempre como poder
administrador). Quiere decir que los reglamentos no pueden contradecir una ley, la
Administración (como sus Agencias) no puede excederse ni ignorar las normas, la
actividad estatal debe realizarse sin violar los principios del derecho y los actos de los
funcionarios no pueden contradecir aquel ordenamiento jurídico.
Por lo tanto el respeto a la zona de reserva legal, no implica permitir excesos
para emitir reglamentaciones, por encima de los sanos principios de la
Administración ni los Principios Generales del Derecho.
Así las cosas y rápidamente decantando las esferas de actuación de la
Administración y de los particulares, para que la primera haga valer sus pretensiones
hacia los particulares para el cumplimiento de los intereses públicos y como la otra cara de
la moneda los particulares puedan exigir a la Administración las prestaciones amparadas
por la Ley, la Administración debe ceñirse a lo que la ley establece (actividad reglada),
en el ejercicio de la actividad administrativa, que no renegaremos infantilmente que hay
exigencias de tipo político (urgencias y emergencias), que hacen que convivan con actos
que no dependen de normas específicas (actividad discrecional).
Cuando se advierte que las prestaciones no se pagan inmediatamente, simplemente
debe adjudicarse a una mala gestión administrativa de los entes encargados de esa tarea.
Sus estructuras y cantidad de personas involucradas así lo exigen, no se puede improvisar.
La Ciencia de la Administración supone prever y anticipar.
La inflación normativa descripta, el incumplimiento de los tiempos, la duplicación
de tareas que echan por tierra el aprovechamiento de los avances tecnológicos, son
cuestiones que deben resolver con parámetros de sana y eficiente administración.
Adviértase que un avance sin precedentes en materia previsional como es la
individualización de los aportes de los trabajadores.
Este progreso conocido como nominatividad, por medio del cual se asigna una
Clave Unica de Identificación Laboral (CUIL) (8), identifica a todos y cada uno de los
trabajadores. Esta situación tiene como finalidad para las Agencias gestoras: conocer en
forma inmediata y automática el cumplimiento de las obligaciones previsionales para con
el solicitante de la prestación.
Esta innovación, que tiene su antecedente en la creación del Sistema Unico de la
Seguridad Social (SUSS creado por el Decreto Nº 2284/91 conocido como de
desregulación económica), engloba la totalidad de los conceptos (es decir subsistemas) que
integran la Seguridad Social; implementando a través dela CUSS (Contribución Unica de
la Seguridad Social). Este avance desde el campo de la Administración y de la gestión es
una condición que apoya la plena identificación de cotizantes y (en consecuencia)
beneficiarios.
Por lo expuesto este carácter sistema válido y de carácter único, procura agilidad
y confiabilidad en la información relativa a cotizante/beneficiario: para la
determinación, liquidación y obtención del beneficio previsional en forma ordenada y
sistemática.
Está establecido que estos registros prevalecen sobre cualquier fuente de
información y que la liquidación de los beneficios se hará en función de la información
allí contenida. Cualquier inexactitud o irregularidad no es imputable a un particular
porque las facultades de acceso son propias de esas Agencias.
Paradójicamente
al momento de tramitar las Agencias del sistemas requieren
aunque los aportes figuren en sus propios registros informático a los cuales el solicitante no
tiene acceso ni posibilidad de modificar datos, exigen
la presentación de prueba
documental (certificaciones de servicios, telegramas) que en la practica significa más
perdidas de tiempo, en muchos casos dedicados a buscar empresas desaparecidas o
quebradas, y (en un absurdo) reclamando servicios que ni siquiera son necesarios ni para el
cómputo del haber ni para acreditar los años requeridos.
Cuando se incorporó los actores privados a la vida del Sistema, se planteó
como avance que lo perfeccionaría el ingreso de nuevos sujetos que tienen por
filosofía celeridad y calidad en sus procesos.
7.- LA SOLUCION PENAL
Mientras tanto un nivel inaceptable de centralismo administrativo, más apropiado
una “relación metrópolis / colonia” genera demoras inadmisibles y un vulgar “peloteo”
entre “quien tiene su trámite yo señor /no señor”, “esto es responsabilidad de la AFJP”, “no
esta es culpa de la ANSES”, mientras tanto ese juego con el afiliado al Sistema (que es uno
solo y se supone y llama Integrado), va generando fastidio e impotencia que ofrece “el
escape a la vía penal”, culminando en un menoscabo a nuestro juicio del derecho
penal como método ordenador de la vida en sociedad.
Ese escape perfora el concepto de prevención general. Por que el Derecho es un
mecanismo regulador de conductas y la pena un instrumento de la conciencia jurídica de la
ciudadanía: en consecuencia la aplicación de una pena procura devolver la confianza
ciudadana en la aplicación de las normas.
De tal manera que las Agencias aún emplazadas mantienen una especie de
privilegio ya que mediante unilaterales e innecesarios requerimientos o se de su
silencio desplaza hacia el peticionante de la prestación la carga de accionar,
ofreciendo para ello la vía penal por el comentado artículo 142.
Pero no es este delito el caso: se incorpora el derecho penal para resolver cuestiones
que lo exceden al privilegiar la actividad punitiva por sobre la tradición estatal que sabe
que no es sólo un aparto coactivo sino, un aparato organizado y con perfección societaria
para atender cuestiones sociales y en atención a esas ideas: los beneficios previsionales de
la Seguridad Social.
Esa debiera ser la idea rectora, haciéndonos eco del temperamento que tiene sobre
la materia la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuan do ha dicho: “Las desigualdades
surgidas como consecuencia de la aplicación de una ley previsional no pueden resolverse
sino tendiendo a alcanzar mayores niveles de bienestar. Ello resulta del objetivo
preeminente de la Constitución Nacional de lograr el bienestar general, lo cual significa
decir la justicia en su mas alta expresión, esto es, la justicia social” (Caso HELGUERA,
Fallos 293:551. 1975).
Siempre se ha considerado al sistema penal la ultima ratio del sistema jurídico, lo
que supone su aplicación para preservar la convivencia humana, cuando ha fracasado.
Esa presunción no es tal, ya que se busca en el sistema penal la solución de
cuestiones que deberían ser resueltas en otro ámbito.
Dice Zaffaroni: “La idolatría del poder punitivo es patente, su explotación por un
frontalismo penal autoritario e irresponsable es manifiesta en todo el mundo, la
incapacidad de los políticos para resolver los problemas los lleva a usar la ley penal como
publicidad engañosa, el derecho penal se convierte en una propaganda desleal muy
riesgosa”.
Ese frontalismo penal, vulnera a nuestro juicio los siguientes principios:
I).- ultima ratio, “sólo es legítima cuando es indispensable para el mantenimiento de su
organización política” (9)
II).- mínima suficiencia “debe apuntar a un masiva deflación de los bienes penales y de
las prohibiciones legales, como condición de su legitimidad política y jurídica” (10)
III).- fragmentariedad “ha de limitarse a sancionar sólo aquellas modalidades de ataque
más peligrosas” (11)
IV).- personalidad “impide castigar a alguien por un hecho ajeno, esto es, producido por
otro” (12)
V).- interés social y delito natural en cuanto “representan
la ofensa a intereses
fundamentales” (13)
No obstante el bien jurídico afectado, es originado en la propia conducta de
organizaciones con la suficiente gimnasia administrativa para evitar ese resultado (que es
tan importante como sus balances, comisiones o rédito político), y que con una rara
voltereta, parece administrativizar el derecho penal al convertir determinadas ineficiencias
en tipos penales. En definitiva lo que está mal hecho en la adjudicación de beneficios
previsionales no busquemos remedarlo por medio de injustos penales respecto a
elementales parámetros de eficiencia y eficacia administrativa, cumplimiento de las
normas existentes, aprovechamiento del impacto tecnológico y calidad en la atención del
solicitante. Se administran prestaciones sociales cotizadas y aportadas, de carácter
alimentario y por ello: “La búsqueda de la prosperidad económica no ha de ser concebida
como exaltación de la riqueza por la riqueza misma, sino como condición del bienestar
humano al que la riqueza contribuye”. (Caso MARTÍN, Fallos 208:497.1947)
La concreción de la ilusión pan- penalista, en definitiva no es equivalente a la
concreción de los Derechos Humanos, ni buscando penas como mágica pócima para
curar males de las Agencias, cuando sería más convincente para la lógica capitalista y
conveniente para el beneficiario que la demora que esté por encima de los promedios
tuviera otro tipo de correcciones más emparentadas con lo especifico en el caso de las
administradoras multas equivalentes a una parte del capital administrado y que deberá ser
devuelta afiliado por ineficiencia en su gestión, y en el caso de una persona beneficiaria del
sistema de reparto la aplicación de las sanciones administrativas laborales que involucren
al personal que no realizó su tarea y que ha puesto en tela de juicio el carácter
principios administrativos del sistema público.
de los
Por allí se advierte un divorcio entre una matriz constitucional avanzada y moderna
pero que poco o nada tiene que ver con la realidad en materia de derechos y beneficios
efectivamente percibidos; esa inflación normativa afecta lo penal, a partir de la suma de los
desatinos en la administración con los hombres súbditos del derecho, generando
vulnerabilidad social y una progresiva deslegitimación social negativa.
Von List escribía “ que el derecho comparado nos enseña que el punto de partida de
la historia de la pena coincide con el punto de partida de la convivencia social de los
hombres” (14). Convivencia social que los propios poderes públicos alteran a partir de sus
ineficiencias. Ante ese cuadro se le debe reservar al Derecho Penal atender la prevención
general, haciendo relevante la pena que se apoya en la vigencia del derecho como
regulador de conductas, cuando se aplica en ocasión de restablecer la confianza de los
ciudadanos en la norma jurídica que regula sus conductas, en una sensata comprensión del
derecho que no requiere abarrotar sedes penales al calor de la ineficiencia administrativa y
el “desprecio” por los derechos del trabajador ante contingencias de vida que trascienden el
calendario.
Por ello nos parece atinado recordar: “Las fórmulas generales como la que prevé
los seres humanos no pueden ser profanados al ser tratados por el poder estatal como un
simple objeto, establecen directrices que sirven para determinar los casos en los que se da
una violación de la dignidad humana. El ser humano no es raras veces un simple objeto de
las circunstancias y del desarrollo social, sino también del derecho, en la medida en que sin
tener en cuanta sus intereses debe adherirse a éste. La violación de la dignidad humana no
se da por esta sola razón. Se debe añadir el hecho de que la persona haya sido sometida a
un trato que cuestiona principalmente su calidad de sujeto, o que en el tratamiento dado en
un caso concreto exista una desvalorización arbitraria de la dignidad humana. El trato que
afecta la dignidad humana, otorgando por el poder público al ser humano en cumplimento
de una ley, debe ser considerada como una minusvalorización de las garantías de que goza
ser humano por virtud de ser persona, y en ese caso sentido tiene también el carácter de un
“trato abyecto””. (15)
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1.- En realidad a más de diez años de la puesta en marcha de este sistema la crisis persiste
sobre los mismos puntos. Eso demuestra que no alcanza con la norma mágica, sino que las
normas deben cumplirse. Sigue siendo crónica la evasión de aportes, el trabajo no
registrado, la tendencia a pagar salarios y haberes que no son coherentes con la
productividad, entre otros problemas.
2.- JAIME, Raúl- BRITO PERET, Jaime, “Regime Previsional”, Astrea, página 595,
1999.
3.- KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, “La Seguridad Jurídica”,
Depalma
Separata de la Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, página 204, abriljunio 1998
4.- cfr: MARUN, Elizabeth, “Delitos relacionados con el Sitema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones, Ad-Hoc, página 225, 2003.
5.- El artículo 1º de la Ley N 24241, contempla un Régimen Público de Reparto
administrado por ANSES y un Sistema de Capitalización Individual a cargo de las AFJP.
6.- Por ejemplo el Manual de Procedimientos de trámites de ANSES Juri-01-01
(22/03/2004), respecto de los oficios judiciales en procesos sucesorios parece ignora el
artículo 3284 del Código Civil que establece el fuero de atracción.
7.- CARCOVA, Carlos María, “La opacidad del Derecho”, Editorial Trotta, página 29,
1998
8.- También las personas jurídicas y físicas que sean empresarios, profesionales,
trabajadores por cuenta propia y empleadores en general cuentas a los efectos previsionales
y tributarios una CLAVE UNICA DE IDENTIFICACION TRIBUTARIA (CUIT), lo
que conlleva la idea de simplicidad y cumplimiento del principio de unicidad de la base
imponible.
9.- LASCANO, Carlos J., “Lecciones de Derecho Penal Tomo 1”, Advocatus, página 48,
2000.
10.- LASCANO, Carlos J., op. cit., páginas 116/117,
11.- LASCANO, Carlos J., op. cit., página 118
12.- LASCANO, Carlos J., op. cit., página 126.
13.- BARATTA, Alessandro, “Criminología Critica y cr´ritica del derecho penal”, Siglo
XXI, página 37. 1998.
14.- VON LIST, Franz, “Tratado de Derecho Penal”, Reus, página 19, 1926
15.- KAS- GUSTAVO IBÁÑEZ, “Cincuenta Años de Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Federal Alemán”, página 17, 2003.
.
Voces: SERVICIO PUBLICO ~ PRIVATIZACION ~ ENTE REGULADOR DE SERVICIOS PUBLICOS
Titulo: El papel del Estado en la etapa de posprivatización - Los entes reguladores
Autor: Goldenberg, Isidoro H. Cafferatta, Néstor A.
Publicado en: LA LEY 1998-F, 1172
SUMARIO: I. Proceso privatizador y la tutela de los intereses sociales. -- II. Razón de la existencia de los entes
reguladores. -- III. El nuevo rol del Estado. -- IV. Fundamentos constitucionales y legales. -- V. Sistemas de control
del sector público. -- VI. Base institucional del control público. -- VII. Sector público: patrones de eficiencia y
economía. -- VIII. Fines de la fiscalización superior. -- IX. Independencia del control. -- X. Distorsiones del mercado
y el valor solidaridad. -- XI. Garantías de pleno acceso a los entes en interés del usuario o consumidor. Tutela de la
calidad de los servicios. -- XII. Fortalecimiento. Facultades de control de los entes. -- XIII. Responsabilidad de
concesionarios y del Estado por daños. -- XIV. Servicios públicos, medio ambiente y calidad de vida. -- XV. Entes
reguladores, marcos normativos y medio ambiente. -- XVI. Las audiencias públicas. -- XVII. Valores y bienes en
juego.
I. Proceso privatizador y la tutela de los intereses sociales
Como consecuencia del acelerado proceso privatizador, se produce en nuestro
país una inserción en la actividad económica de empresas o concesionarios
privados que cumplen en muchos casos funciones de interés público. Pero el
apartamiento del Estado de la gestión patrimonial directa no puede de ningún
modo implicar que resigne o desatienda la tutela de los intereses sociales. Ello
conlleva resguardar a la comunidad de cualquier proceder ilícito, frente a la
estrategia de los grupos dominantes encarnados en entidades monopólicas que
dotados de una gran concentración de capitales operan en su seno.
Descargar