DESARROLLOS LEGALES Y JURISPRUDENCIALES EN MATERIA

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QUITO ● GUAYAQUIL
DESARROLLOS LEGALES Y JURISPRUDENCIALES EN MATERIA DE
ARBITRAJE EN EL ECUADOR
Eduardo Carmigniani* y Hugo García Larriva**
Introducción
En los últimos dos años han sucedido importantes cambios legales y jurisprudenciales que
han afectado –de manera positiva y negativa- al arbitraje en el Ecuador. El presente artículo
se concentrará en (i) las reformas al sistema de homologación y ejecución de laudos
arbitrales internacionales, (ii) las decisiones de la Corte Constitucional del Ecuador sobre la
admisibilidad de la Acción Extraordinaria de Protección1 (“AEP”) en contra de laudos
arbitrales, y, (iii) la decisión de la Corte Constitucional del Ecuador sobre la admisibilidad
del recurso de casación contra las sentencias dictadas en los procesos de nulidad de laudos
arbitrales.
I.
Homologación y ejecución de laudos arbitrales en el Ecuador
El 22 de mayo de 2015 el Ecuador estrenó un nuevo Código Orgánico General de Procesos
(COGEP)2 -aunque en una etapa de vacatio legis en la mayor parte de sus disposiciones3-.
Este código viene a reemplazar el decimonónico Código de Procedimiento Civil y una
maraña de leyes procesales incoherentes. La falta de simplicidad y el exagerado ritualismo
de los procedimientos colaboraron en el agravamiento del problema del congestionamiento
de las causas. Frente a esta realidad, el COGEP es un viento fresco en el sistema procesal
ecuatoriano. Se simplifican y se reducen los procedimientos a unos pocos. El COGEP
refuerza el sistema de litigio oral basado en audiencias, pero sobre todo permite un litigio
moderno. Muchas de sus disposiciones van a tono con la práctica moderna del arbitraje,
por ejemplo, el uso de videoconferencia en la realización de diligencias (incluso
Socio de Corral Rosales Carmigniani Pérez (Guayaquil), Presidente del Instituto Ecuatoriano de Arbitraje.
Asociado senior de Corral Rosales Carmigniani Pérez (Quito), Director de la Revista Ecuatoriana de Arbitraje y de
la Gaceta Arbitral.
1 La AEP es un recurso tendiente a la protección de derechos constitucionales vulnerados en resoluciones finales de
naturaleza jurisdiccional. La AEP puede ser considerada como un recurso equivalente a las acciones de amparo que
existen en la región.
2 Código Orgánico General de Procesos (COGEP), R.O. Supl. No. 506, 22/5/2015.
3 La disposición final segunda del COGEP establece un periodo de vacancia legal de un año para su aplicación. Se
exceptúan de esta vacancia legal algunas de sus disposiciones, entre ellas, las que reforman la Ley de Arbitraje y
Mediación.
*
**
Robles E4-136 y Av. Amazonas, Edif. Proinco Calisto, piso 12. T: 593 2 2544144 F: 593 2 2503743. QUITO - Ecuador
Av. 9 de Octubre 100, Edif. La Previsora, Of: 2202. T: 593 4 2300600 F: 593 4 2321773. GUAYAQUIL - Ecuador
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testimoniales)4, el uso de mecanismos electrónicos para la recepción de documentos y para
la conservación de los archivos5, peritos de parte6, careo de testigos y peritos7, etcétera. No
obstante lo anterior, el COGEP ha reformado de manera radical la forma en la cual se
deben homologar y ejecutar en Ecuador los laudos arbitrales internacionales.
Hasta el momento de la expedición del COGEP, el artículo 42 de la Ley de Arbitraje y
Mediación (“LAM”) establecía que “[l]os laudos dictados dentro de un procedimiento de
arbitraje internacional, tendrán los mismos efectos y serán ejecutados de la misma forma
que los laudos dictados en un procedimiento de arbitraje nacional”8. Esta disposición
generó un interesante debate en el foro ecuatoriano sobre si era o no necesario realizar un
procedimiento de homologación para la ejecución de un laudo internacional expedido fuera
del Ecuador9. La mayoría de la doctrina -apoyada en la jurisprudencia local10- se inclinaba
a considerar que, en virtud de este artículo, los laudos arbitrales internacionales, al asimilarse
a los laudos nacionales, no necesitaban de homologación y debían ser ejecutados conforme
lo dispone el artículo 32 de la LAM. Con la expedición del COGEP esta situación ha
cambiado drásticamente, primero, porque deroga el párrafo final del artículo 42 de la LAM
citado previamente, y, segundo, porque establece expresamente la necesidad de
homologación de los laudos “expedidos en el extranjero” (sin distinguir si lo fueron en el
marco de arbitrajes internacionales o arbitrajes internos en otro país), para que puedan ser
ejecutados en el Ecuador.
COGEP, Arts. 4, 174, 192.
COGEP, Arts. 115, 116, 117, 119, 202.
6 COGEP, Arts. 225, 226.
7 COGEP, Art. 222.
8 Esta disposición fue derogada por la disposición derogatoria Décimo Tercera del COGEP.
9 Ver S. ANDRADE UBIDIA, “En torno al tema del reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras y laudos
internacionales”, Foro: Revista de Derecho, No. 6, 2006, pp. 59-93; X. ANDRADE CADENA, “Reconocimiento y ejecución
de laudos extranjeros en Ecuador: un camino inexplorado”, Revista internacional de arbitraje, No. 8, 2008, pp. 146-193; A.
GALINDO CARDONA, “Origen y desarrollo de la Solución Alternativa de Conflictos en Ecuador”, Iuris Dictio, No. 4,
2011, 123-128; A.C. DONOSO BUSTAMANTE, El reconocimiento de la extraterritorialidad de los laudos arbitrales extranjeros y su
procedimiento de ejecución, en la práctica procesal ecuatoriana, Repertorio de Tesis de la Universidad Andina Simón Bolívar,
2008, <http://goo.gl/iX7QvQ>; R. ILLINGWORTH CABANILLA, Los laudos arbitrales nacionales e internacionales: su contenido,
reconocimiento y ejecución, Conferencia Interamericana de Arbitraje Comercial de la Comisión Interamericana de Arbitraje
Comercial CIAC; X. ANDRADE CADENA Y J.M. MARCHÁN, “El arbitraje comercial internacional en Ecuador: marco
legal y jurisprudencial”, en C. CONEJERO ROOS et al., El arbitraje comercial internacional en Iberoamérica: marco legal y
jurisprudencial, La Ley-Wolter Kluwer, 2009, pp. 319-248; E. NEIRA ORELLANA, “Arbitrabilidad, Convención sobre el
Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales y Legislación Ecuatoriana”, en C. SOTO (Dir.), Arbitraje Comercial
y Arbitraje de Inversiones: Convención de Nueva York de 1958 Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales Extranjeras,
Instituto Peruano de Arbitraje, 2009, pp. 151-174; F. ENDARA Y A. GALINDO CARDONA, “Ecuador”, en O. GARCÍABOLÍVAR Y H. OTERO (Ed.), Recognition and Enforcement of International Commercial Arbitral Awards in Latin America,
Koninklijke Brill NV, 2015, pp. 121-136.
10 Juzgado Vigésimo Tercero de lo Civil de Pichincha, Doug W. Cannaday c. Glenn Allan Good y Hampton Court
Resources Ecuador S.A., Causa No. 812 (2006), Auto de 8/2/2008; Juzgado Octavo de lo Civil del Guayas, Daewoo
Electronics America, Inc. c. Expocarga S.A., Causa No. 469 (2009) Auto de 26/10/2009.
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El artículo 102 del COGEP establece que la competencia para conocer la homologación de
laudos arbitrales expedidos en el extranjero corresponde a una sala especializada de la Corte
Provincial11 del domicilio del requerido, la que deberá verificar que se cumpla con los
siguientes requisitos12:
1. Que tengan las formalidades externas necesarias para ser considerados auténticos en
el Estado de origen.
2. Que la sentencia pasó en autoridad de cosa juzgada conforme con las leyes del país
en donde fue dictada y la documentación anexa necesaria está debidamente
legalizada.
3. Que de ser el caso, estén traducidos. 4. Que se acredite con las piezas procesales y certificaciones pertinentes que la parte
demandada fue legalmente notificada y que se haya asegurado la debida defensa de
las partes. 5. Que la solicitud indique el lugar de citación de la persona natural o jurídica contra
quien se quiere hacer valer la resolución expedida en el extranjero.
A nuestro criterio, la normativa antes señalada es contraria a la Convención de Nueva York
(CNY)13 y a la Convención de Panamá (CP)14 por las siguientes razones:
Primero, se añadieron requisitos no previstos por el artículo 5 de la CNY –y 5 de la CP-,
sin reparar en que los requisitos previstos por esta convención para homologar un laudo
extranjero son taxativos y no pueden ser ampliados por las legislaciones internas de los
países suscriptores salvo que se procure un tratamiento más favorable que el requerido por
la CNY.
Segundo, contrario a lo que dispone el artículo 3 de la CNY, el COGEP impone
condiciones apreciablemente más rigurosas para solicitar el reconocimiento y la ejecución
de laudos extranjeros en comparación con lo que se requiere para la ejecución de laudos
arbitrales nacionales –en especial el segundo y el cuarto requisito-.
Tercero, pese a que uno de los pilares de la CNY es la reversión de la carga de la prueba (la
persona que se opone al reconocimiento y la ejecución del laudo es quien corre con esta
carga15), el COGEP obliga al solicitante a probar que (i) el laudo se encuentra ejecutoriado
en el país de origen, (ii) se ha respetado el derecho al debido proceso de la parte demandada.
Las Cortes Provinciales son Cortes de segunda y última instancia.
COGEP, Art. 104.
13 Convención Sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, 1958,
<http://goo.gl/2xvQfY>.
14 Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, 1975, <http://goo.gl/VGtJMH>.
15 Convención de Nueva York, Art. 5(1).
11
12
Sobre el primer punto –prueba de la ejecutoría del laudo-, con fin de evitar el doble
exequatur –que del texto no es expresamente exigido-, que fuera eliminado por la CNY, se
deberá entender que este requisito impone una simplemente una constatación sobre si un
laudo tiene efecto de cosa juzgada conforme la legislación del país de origen. En este
sentido, no debería ser necesario que el solicitante presente una certificación formal del
cumplimiento de esos requisitos emitida por la judicatura del país de origen del laudo. En
adición a lo anterior, este requisito nos trae otro problema: en el Ecuador no sería posible
ejecutar laudos parciales ni laudos interinos que no sean finales, así como tampoco sería
posible ejecutar un laudo internacional que fue anulado en la sede. Queda aún la duda de si
sería o no posible ejecutar una decisión ordenada por un árbitro de emergencia. Esto
dependerá ulteriormente de si el reglamento de arbitraje bajo el cual se instituyó el
procedimiento de emergencia le da la calidad de laudo final a la resolución del árbitro de
emergencia o de si podría considerársele, para efectos del COGEP, como una “providencia
preventiva” ordenada por un tribunal internacional. Tal vez responder afirmativamente a la
segunda cuestión daría más seguridad y eficacia a tales resoluciones, pues estas medidas son
directamente ejecutables y no necesitan pasar por un proceso de homologación.
Sobre el segundo punto –respeto al debido proceso-, además de imponer la carga de la
prueba al solicitante, esta disposición genera otra carga extremadamente gravosa, por varios
motivos. Primero, qué derechos comprenden el derecho a la defensa de una parte, ¿aquellos
comprendidos en la legislación de la sede?, ¿aquellos enunciados en la constitución del
Ecuador? Segundo, ciertos derechos son virtualmente imposibles de probar pues solo se
evidencian cuando son vulnerados. Por último, este requisito parecería imponer al
solicitante la prueba de un hecho negativo -que no se haya vulnerado el derecho a la debida
defensa de la contraparte- y, ciertamente, es jurídicamente imposible probar un hecho
negativo.
Finalmente, sobre este punto, es nuestro criterio que, en virtud de lo dispuesto en el artículo
425 de la Constitución del Ecuador16, las cortes tienen la obligación de abstenerse de aplicar
aquellos requisitos que contravengan la CNY.
Ahora, el párrafo final del artículo 104 del COGEP, en un lenguaje bastante confuso, nos
trae un último requisito que la Corte debe verificar antes de dar inicio al proceso de
homologación. Este artículo dice:
16 “Art.
425.- El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La Constitución; los tratados y convenios
internacionales; las leyes orgánicas; las leyes ordinarias; las normas regionales y las ordenanzas distritales; los decretos
y reglamentos; las ordenanzas; los acuerdos y las resoluciones; y los demás actos y decisiones de los poderes públicos.
En caso de conflicto entre normas de distinta jerarquía, la Corte Constitucional, las juezas y jueces, autoridades
administrativas y servidoras y servidores públicos, lo resolverán mediante la aplicación de la norma jerárquica superior.
[…]”. Constitución del Ecuador, Art. 425. Énfasis añadido.
“Para efectos del reconocimiento de las sentencias y laudos arbitrales en contra del
Estado, por no tratarse de asuntos comerciales, deberá además demostrarse que no
contrarían las disposiciones de la Constitución y la ley, y que estén arregladas a los tratados
y convenios internacionales vigentes. A falta de tratados y convenios internacionales se
cumplirán si constan en el exhorto respectivo o la ley nacional del país de origen reconoce
su eficacia y validez”.
La disposición citada parte de un error conceptual: que todo laudo dictado en contra de un
Estado tiene como objeto de la disputa una materia no comercial, pese a que los Estados
mantienen relaciones comerciales que más tarde pueden ser objeto de un proceso arbitral,
e.g., la compraventa de un vehículo para un sistema de transporte público. Se forzó así las
cosas para apartar el proceso de homologación, de cualquier laudo contra el Estado, de las
normas de la Convención de Nueva York, permitiendo que el juez de la homologación pase
a analizar si el fondo de la decisión contraría o no la legislación interna, poniendo además
la carga de probarlo en el requirente.
Con lo que respecta al procedimiento de homologación, el artículo 105 del COGEP
establece que, una vez que se haya cumplido con los requisitos antes analizados, se citará a
la persona contra quien el laudo se intenta hacer valer, quien tendrá cinco días para presentar
y probar su oposición. Toda vez que el artículo no prevé cuales son las razones por las
cuales el requerido se puede oponer a la homologación del laudo, es claro que, por su
lenguaje vinculante -“sólo se podrá denegar”- y por ser parte del ordenamiento jurídico
ecuatoriano17, se debe aplicar lo dispuesto en el artículo 5 de la CNY -o 5 de la CP- que
establece:
1. Solo se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de [un laudo], a instancia de la
parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba ante la autoridad competente del país
en que se pide el reconocimiento y la ejecución:
a) Que las partes en el acuerdo a que se refiere el Artículo 2 estaban sujetas a alguna
incapacidad en virtud de la Ley que le es aplicable o que dicho acuerdo no es válido en
virtud de la Ley a que las partes lo han sometido, o si nada se hubiera indicado a este
respecto, en virtud de la Ley del país en que se haya dictado la sentencia; o
b) Que la parte contra la cual se invoca la sentencia arbitral no ha sido debidamente
notificada de la designación del arbitro o del procedimiento de arbitraje o no ha podido,
por cualquier otra razón, hacer valer sus medios de defensa; o
c) Que la sentencia se refiere a una diferencia no prevista en el compromiso o no
comprendida en las disposiciones de la cláusula compromisario, o contiene decisiones
17 “Art.
425.- El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La Constitución; los tratados y convenios
internacionales; las leyes orgánicas; las leyes ordinarias; las normas regionales y las ordenanzas distritales; los decretos
y reglamentos; las ordenanzas; los acuerdos y las resoluciones; y los demás actos y decisiones de los poderes públicos”.
Constitución del Ecuador, Art. 425. “Art. 2.- En todas las actividades procesales se aplicarán los principios previstos
en la Constitución de la República, en los instrumentos internacionales de derechos humanos, en los instrumentos
internacionales ratificados por el Estado, en el Código Orgánico de la Función Judicial y los desarrollados en este
Código”. COGEP, Art. 2.
que exceden de los términos del compromiso o de la cláusula compromisaria; no obstante,
si las disposiciones de la sentencia que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje
pueden separarse de las que no han sido sometidas al arbitraje, se podrá dar
reconocimiento y ejecución a las primeras; o
d) Que la constitución del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado
al acuerdo celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que la constitución del
tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado a la Ley del país donde se
ha efectuado el arbitraje; o
e) Que la sentencia no es aun obligatoria para las partes o ha sido anulada o suspendida
por una autoridad competente del país en que, o conforme a cuya Ley, ha sido dictada esa
sentencia.
2. También se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de una sentencia arbitral si
la autoridad competente del país en que se pide el reconocimiento y la ejecución
comprueba:
a) Que, según la Ley de ese país, el objeto de la diferencia no es susceptible de solución
por vía de arbitraje; o
b) Que el reconocimiento o la ejecución de la sentencia serían contrarios al orden público
de ese país.
Finalmente, si el requerido no presentó oposición o si la presentó, pero la complejidad de
la causa no amerita una audiencia, la Corte Provincial respectiva deberá resolver la solicitud
en el término de treinta días contados desde que se citó al requerido. En el caso que éste
haya presentado oposición y la complejidad de la causa lo amerite, la Corte Provincial
convocará una audiencia en el término máximo de veinte días contados desde la
presentación de la oposición.
Una última inquietud queda aún por ser respondida: ¿podría una parte solicitar una medida
cautelar, sea antes o conjuntamente con la homologación, con el objetivo de asegurar el
pago futuro del laudo? Un primer obstáculo podría encontrarse en el artículo 106 del
COGEP que establece que “[l]a parte que dentro de un proceso, pretenda hacer valer los
efectos probatorios de una sentencia, laudo arbitral o acta de mediación expedidos en el
extranjero, previamente deberá homologarlos en la forma prevista en [el COGEP]”18. Pese
a lo anterior, uno bien podría presentar el laudo como una evidencia de apariencia de buen
derecho y simultáneamente probar, de manera preliminar, la existencia del crédito con otros
documentos según lo requiere el artículo 125 del COGEP.
II.
AEP contra laudos arbitrales
Como se mencionó al inicio del presente artículo, la AEP es una suerte de amparo que se
puede presentar en contra de resoluciones jurisdiccionales que hayan violado los derechos
reconocidos en la Constitución ecuatoriana. Este recurso, en el contexto del arbitraje, ha
producido dos incertidumbres: (i) ¿son los laudos arbitrales una de aquellas resoluciones
18
COGEP, Art. 106.
contra las cuales procede la AEP? (ii) de ser el caso, ¿debe necesariamente agotarse la vía
de la acción de nulidad previo a interponer una AEP contra un laudo arbitral?
Sobre el primer punto, la AEP, según el artículo 94 de la Constitución ecuatoriana,
“procederá contra sentencias o autos definitivos en los que se haya violado por acción u
omisión derechos reconocidos en la Constitución”. Por su parte, el artículo 58 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional (LOGJCC) establece que
la AEP “tiene por objeto la protección de los derechos constitucionales y debido proceso
en sentencias, autos definitivos, resoluciones con fuerza de sentencia, en los que se hayan
violado por acción u omisión derechos reconocidos en la Constitución” (énfasis añadido).
Claramente el texto constitucional no menciona la palabra “laudo” en ninguna parte, sin
embargo, la LOGJCC añadió que la AEP además procederá contra resoluciones con fuerza
de sentencia. Uno puede preguntarse si la LOGJCC puede o no añadir un acto sobre el cual
se puede interponer la AEP sin que la Constitución lo prevea, pero, presumiendo su validez,
lo cierto es que nadie puede dudar que un laudo, al amparo de la legislación ecuatoriana, es
una resolución con fuerza de sentencia. Pese a una oposición inicial19, actualmente no cabe
duda que la Corte Constitucional está admitiendo AEP’s en contra de laudos arbitrales20.
Ahora, sobre los requisitos de admisibilidad del recurso, el artículo 94 de la Constitución
ecuatoriana establece que “[e]l recurso procederá cuando se hayan agotado los recursos
ordinarios y extraordinarios dentro del término legal, a menos que la falta de interposición
de estos recursos no fuera atribuible a la negligencia de la persona titular del derecho
constitucional vulnerado”. Por su parte el artículo 61(3) de la LOGJCC establece como
requisito de la acción la “[d]emostración de haber agotado los recursos ordinarios y
extraordinarios, salvo que sean ineficaces o inadecuados o que la falta de interposición de
estos recursos no fuera atribuible a la negligencia del titular del derecho constitucional
vulnerado”. Estas dos disposiciones configuran la naturaleza residual de la AEP en el
sistema ecuatoriano. En un principio la Corte Constitucional mantuvo una línea constante
de jurisprudencia requiriendo que, previo a la interposición de la AEP, se debe agotar la
acción de nulidad de laudos –en primera y segunda instancia-21, por lo que no cabía la
interposición del recurso directamente contra un laudo arbitral.
19 Ver
E. NEIRA ORELLANA, “La Constitución de 2009 y el Arbitraje bajo la Ley Ecuatoriana: Análisis de dos problemas
que surgen antes que del texto constitucional, de su equivocada aplicación”, Revista Ecuatoriana de Arbitraje, No. 3, 2011,
pp. 33-64.
20 Ver Corte Constitucional del Ecuador, Sala de Admisiones, Quasar Naútica Expeditions S.A. v. Oceanadventures
S.A. y otros, Caso No. 0543-14-EP, resolución de 24 de junio de 2014; Corte Constitucional del Ecuador, Juez Ponente
Nina Pacari Vega, EMVIAL E.P. v. Fernando Castro León, Caso No. 169-12-SEP-CC, Sentencia 1568-10-EP; Corte
Constitucional del Ecuador, Juez Ponente Patricio Pazmiño, Jorge Helmutt Salazar Velez v. Richard Romero y otra,
Caso No. 1542-11-SEP-CC, Sentencia 123-12-EP.
21 Corte Constitucional del Ecuador, Sala de Admisiones, Miguel Angel Valdivieso v. CONTASIS S.A., Caso No. 136213-EP, resolución de 18 de enero de 2014; Corte Constitucional del Ecuador, Sala de Admisiones, MEGADATOS
Ltda. v. Corporación Ecuatoriana de Información y Cultura ECUACULTURA, Caso No. 1585-10-EP, resolución de
Esta posición de la Corte parecía inadecuada pues, como claramente estable la LOGJCC,
podrían existir escenarios de vulneración de derechos constitucional que no estén
protegidos por las causales de nulidad de laudos arbitrales, haciendo que el agotamiento de
la mencionada acción resulte ineficaz para remediar la violación constitucional. Esa línea
constante de jurisprudencia fue modificada con la sentencia en el caso Jorge Helmutt
Salazar Velez v. Richard Romero y otra, donde la Corte hace una distinción entre los
escenarios de (i) vulneración de derechos constitucionales dentro del proceso arbitral, y, (ii)
vulneración de derechos constitucionales dentro de la acción de nulidad. La Corte concluye
que en ambos casos es procedente el control constitucional a través de la AEP. En el caso
de vulneración de derechos constitucionales dentro del proceso arbitral, la Corte reafirmó
también la naturaleza "residual" de la AEP frente la acción de nulidad de laudo,
estableciendo que ésta debe agotarse únicamente cuando sea propicio para la tutela de los
derechos constitucionales presuntamente violados. Por último, la Corte aclara que a AEP
no es un medio para conocer errores in-procedendo ni in-judicando del proceso arbitral ni
de la acción de nulidad, por lo tanto no es un recurso de alzada. Su objetivo, afirma la Corte,
es conocer violaciones constitucionales en dichos procesos. Esta decisión fue ratificada por
una reciente resolución de la Corte Constitucional en el caso Quasar Nautica Expeditions
S.A. v. Oceanadventures S.A.22
III. Recurso de Casación en contra de las sentencias de nulidad de laudos
arbitrales
Si ha existido un área en materia de arbitraje donde se ha tenido inseguridad es en la forma
en la cual debe tramitarse la acción de nulidad en el Ecuador. Durante mucho tiempo, ante
el silencio de la ley, se discutió si el procedimiento era el del juicio ordinario, o si el plazo
para decidir la causa establecido en la ley conllevaba la creación de un procedimiento
especial. Este conflicto concluyó con un pronunciamiento de la Corte Constitucional
rechazando la aplicación del procedimiento ordinario23.
Posteriormente, con la derogación de la Ley Orgánica de la Función Judicial y la expedición
del Código Orgánico de la Función Judicial, existió un vació sobre si existía o no apelación
de la decisión del Presidente de la Corte hacia una de las Salas Especializadas de la Corte
en materia Civil –pues se derogó la norma que atribuía a estas salas esa competencia-.
21 de marzo de 2011; Corte Constitucional del Ecuador, Sala de Admisiones, Ávila Chiriboga y otra v. HERSHCORP
S.A., Caso No. 1275-13-EP, resolución de 30 de enero de 2014.
22 Corte Constitucional, Juez Ponente Wendy Molina Andrade, Sentencia No. 113-15-SEP-CC de 8 de abril de 2015,
Caso No. 0543-14-EP.
23 Corte Constitucional, Juez Ponente Hernando Morales Vinueza, Resolución No. 0008-2008-DI, Caso No. 00082008-DI.
Aunque queda pendiente la resolución de un recurso constitucional en esta materia24 y de
que existe un pronunciamiento de la Corte Nacional de Justicia del Ecuador sosteniendo
que la acción de nulidad de laudos es un proceso de conocimiento de única instancia 25, la
práctica jurisprudencial se ha decantado por aceptar los recursos de apelación de las
decisiones sobre nulidad de laudos arbitrales emitidos por el Presidente de la Corte
Provincial.
El siguiente problema que se debía sortear era si cabía o no interponer Recurso de Casación
sobre la decisión de nulidad de las Salas Especializadas de las Cortes Provinciales. Una línea
de jurisprudencia sostenía que era improcedente porque consideraba que la acción de
nulidad de laudos arbitrales no es un proceso de conocimiento26, y otra sostenía
exactamente lo opuesto, es decir, que la acción de nulidad de laudo es un proceso de
conocimiento y por lo tanto sí es procedente el recurso de casación27.
Estas posiciones contradictorias han sido aclaradas recientemente por la Corte
Constitucional en el caso Ministerio de Transporte y Obras Públicas/Procuraduría General
del Estado v. Fiduciaria Ecuador Fiduecuador, administradora de fondos y fideicomisos,
antes compañía Stanford Trust Company, Administradora de Fondos y Fideicomisos S.A28.
En esta sentencia la Corte Constitucional declara que es procedente el recurso de casación
sobre la sentencia que resuelve la acción de nulidad de laudos arbitrales. De esta sentencia
al menos 4 elementos resultan interesantes. Primero, la Corte al analizar el proceso advierte
la existencia de dos instancias en la acción de nulidad de laudos: 1) ante el Presidente de la
Corte, 2) ante la Sala especializada de la Corte. Esto se infiere del fallo, pues la Corte, al
revisar el procedimiento, repasa las dos instancias en el caso sin declarar que la apelación
Caso 1892-11-EP, Oceanadventures S.A. v. Quasar Nautica Expeditions S.A.
Corte Nacional de Justicia, Sala de Conjueces Permanentes de lo Civil, Mercantil y Familia, Juez Ponente Dana Abad
Arévalo, Asociación Ecuatoriana de Ecoturismo ASEC v. Ministerio de Turismo, Resolución de 2 de marzo de 2010.
26 Corte Suprema de Justicia (ahora Corte Nacional de Justicia), Sala de lo Civil y Mercantil, Colonial Compañía de
Seguros y Reajustes S.A. v- La Ganga Rca. Cía. Ltda., Sentencia de 10 de octubre de 2001, Gaceta Judicial 7 de 10 de
octubre de 2001, Serie 17; Corte Suprema de Justicia, Tercera Sala de lo Civil y Mercantil, Autoridad Portuaria de
Guayaquil v. Andipuerto Guayaquil S.A., Sentencia de 2 de octubre de 2003, Expediente de Casación 207, RO. 259 de
26 de enero de 2004; Corte Suprema de Justicia, Tercera Sala de lo Civil y Mercantil, Dineagro Corporación
Agroindustrial S.A. v. GRUPEXPORT Compañía de Comercio Cía. Ltda., Sentencia de 30 de octubre de 2006,
Expediente de Casación 378, RO. Supl. 14 de 1 de febrero de 2008; Corte Nacional de Justicia, Sala de Conjueces de
lo Civil y Mercantil, Juez Ponente Guillermo Narváez Pazos, Compañía de Seguros Ecuatoriano Suiza S.A. v.
Compañía ASESORESSA Agencia Asesora Productora de Seguros S.A., Juicio No. 687-2012, Sentencia de 4 de
diciembre de 2012; Corte Nacional de Justicia, Sala de Conjueces de lo Contencioso Administrativo, Juez Ponente
Oscar Enríquez Villarreal, INMODIURSA S.A. v. Compañía Alfredo Ribadeneira Arquitectos Cía. Ltda., Juicio
173.2012, sentencia de 13 de mayo de 2013.
27 Corte Suprema de Justicia, Segunda Sala de lo Civil y Mercantil, LATIN AMERICA TELECOM Inc. V.
PACIFICTEL S.A., Sentencia de 11 de junio de 2007, Expediente de Casación 242, RO. Sup. 542 de 6 de marzo de
2009. Corte Nacional de Justicia, Sala de lo Civil, Mercantil y Familia, IMPOCOMJAHER Cía. Ltda., Resolución No.
10-2009 de 5 de febrero de 2009; Corte Nacional de Justicia, Juez Ponente Carlos Ramírez Romero, Sala de lo Civil,
Mercantil y Familia, Trasinvest S.A. v. BMI Financial Group Inc., Sentencia de 18 de enero de 2010.
28 Corte Constitucional, Sentencia No. 124-15-SEP-CC de 22 de abril de 2015, Caso No. 1279-11-EP y 1280-11-EP
Acumulados.
24
25
de la sentencia de nulidad expedida por el Presidente de la Corte sea contraria a la
Constitución. Segundo, la Corte ratifica que los laudos son inapelables y que el único
recurso que se puede intentar en su contra es la acción de nulidad. Tercero, la Corte
confirma que los recursos intentados contra las resoluciones de nulidad -sea apelación de
la sentencia del Presidente o casación contra la resolución de la Sala- no vulneran la
inapelabilidad de los laudos pues, en rigor, son recursos presentados contra sentencias
judiciales (y no contra el laudo). Cuarto, sin ser clara en su fundamento ni directa al respecto,
la Corte, al admitir la existencia de casación sobre la acción de nulidad, ha aceptado que el
proceso de nulidad de un laudo arbitral es un proceso de conocimiento. El 13 de agosto de
2015 la Corte Constitucional ha admitido a trámite una nueva AEP (Consorcio Ecuatoriano de
Telecomunicaciones S.A. CONECEL v. Jet Air Service Ecuador S.A., Caso No. 0932-15-EP) sobre
el mismo tema donde se espera que la Corte ratifque su posición sobre la procedencia del Recuso
de Casación sobre las sentencias que resuelven la acción de nulidad de laudos arbitrales.
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