ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO LA NUEVA AGENDA DE LA COOPERACION ESPAÑOLA Juan Francisco Montalbán Carrasco* La cooperación española al desarrollo ha seguido, en los últimos años, un proceso de reformas en respuesta a las peticiones de la opinión pública, contrapartes y foros especializados. Utilizando como guía las recomendaciones del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE se pusieron en marcha una serie de medidas, estudios y encuentros que tuvieron como resultado la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, publicada en julio de 1998. En este artículo se examinan, detalladamente, los pasos seguidos en la elaboración de la agenda de la cooperación española, los instrumentos de planificación y los mecanismos de gestión previstos, la metodología y los planes de evaluación a seguir, los órganos consultivos y de coordinación por establecer, y las dificultades a superar para alcanzar los objetivos previstos. Palabras clave: cooperación internacional, política de ayuda al desarrollo, ayuda bilateral, organizaciones no gubernamentales, España, Comité de Ayuda al Desarrollo, OCDE. Clasificación JEL: F34, F35, O19. 1. Introducción Se ha repetido, a menudo, que la cooperación española debería entrar en una fase de cambios profundos, y que el nivel de madurez alcanzado por sus logros y su papel en nuestras relaciones con tantos países hacía inexcusable esta renovación. Se ha argumentado, frecuentemente, que existía un punto de vista entre técnicos y analistas bastante consolidado respecto a los cambios necesarios, y que era impostergable acometerlos. Las inercias, las permanentes urgencias derivadas de la gestión, los compromisos políticos asumidos en el pasado con alguno de * Subdirector General Jefe de la Oficina de Planificación y Evaluación. Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica. Ministerio de Asuntos Exteriores. nuestros socios internacionales, etcétera, todo ello hacía difícil encontrar el momento idóneo, y la energía suficiente, para acometer labor tan compleja. Pues bien, el paso se ha dado y llevamos ya más de dos años en este proceso de reformas a fondo y muy meditadas, cuyo objetivo es permitir definitivamente a la cooperación española dar un salto notable en su calidad, en el volumen de sus recursos, y en la percepción que de ésta tenga nuestra sociedad. Ante una petición expresa de la opinión pública, contrapartes y foros especializados, y a la luz de lo que va tomando carta de naturaleza como buenas prácticas internacionales en cooperación, se ha procedido al esfuerzo de innovación. Se sabía que sería costoso, que no todas las interrogantes contaban con respuesta sencilla, ni todas las deficiencias con soluciones únicas e inmediatas y fáciles de MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 165 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO consensuar, pero parecía claro que, adoptada la decisión de re f o rma, se generaría una dinámica que iría marcando la senda de trabajo más adecuada. 2. La cooperación española al desarrollo Una referencia utilizada constantemente en estos años como guía de calidad de nuestra cooperación la ha constituido los sucesivos informes del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE sobre la ayuda española, con diagnósticos globales de nuestro modelo de cooperación, y una identificación de sus carencias básicas. Como es sabido, la realización periódica de estos exámenes, el suministro de estadísticas homologadas de cooperación, y la puesta a punto de doctrinas y elaboraciones conceptuales sobre desarrollo y cooperación son las funciones básicas del CAD. El primer informe, publicado en 19941, había resultado muy crítico con nuestra cooperación. Había insistido de forma clara sobre las debilidades derivadas de la ausencia de un texto legal: la mejora de la cooperación española se facilitaría «con un mayor avance en el desarrollo de la legislación aprobada y con una mejora en la coordinación». Sugería el CAD, además, una mayor centralización en la programación de la ayuda y un reforzamiento de nuestra capacidad de planificación a medio plazo, mayores recursos en la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI), una orientación más marcada hacia criterios de desarrollo en la adjudicación de los créditos concesionales FAD, y más continuidad en los puestos de cooperación de nuestro personal en la sede y en el terreno. A la preocupación derivada de esas críticas del CAD, muy acertadas, por otra parte, se sumó en la Administración la generada por la caída en el volumen total de recursos que se produjo en los años 1995 y 1996. Era a todas luces necesario un paquete urgente de actuaciones: el criterio del CAD, de todos los expertos y analistas, y de las Administraciones públicas era coincidente. En 1997 se pusieron en marcha una serie de medidas para frenar este deterioro de nuestra cooperación, apostando por un objetivo de calidad, rigor, eficacia y transparencia, y ponderando además la estrategia a seguir, con el pragmatismo imprescindible para que las estructuras administrativas se fueran adaptando, el acuerdo inherente a una política de Estado se mantuviera y el diálogo tradicional con nuestros socios en cooperación en el exterior no se viera trastocado de forma brusca. Así, en julio de ese año, el Gobierno presentó el Proyecto de Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que inició su andadura en las Cortes. El paso de la Ley de Cooperación por el legislativo mostró de forma inequívoca la progresiva complejidad del proceso, con una participación muy activa de todos los grupos en su discusión, que duró prácticamente un año. Aunque la resolución de algunas diferencias de criterio llevó tiempo, en temas competenciales por ejemplo (Administración General del Estado/Comunidades Autónomas, y entre los propios departamentos de la Administración General), sin embargo, su aprobación se realizó de forma consensual, lo que permitió un impulso definitivo al proceso de cambios: por primera vez se contaba en España con una norma de rango legal sobre cooperación, después de varios intentos fallidos anteriores. La Ley 2 ha sido estudiada profusamente, y no es por ello preciso insistir en su contenido y características. Conviene, sin embargo, apuntar el hecho de que anuncia un amplio desarrollo reglamentario, que cubrirá desde el Consejo de Cooperación o la nueva Comisión Interterritorial hasta el Estatuto del Cooperante, el Estatuto jurídico de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) o la regulación de los instrumentos reembolsables y no reembolsables definidos en su artículo 28. La Coordinadora estatal de las Organizaciones No Guberna- 2 1 DAC-OECD (1994): Development Cooperation Review Series, número 3, Spain. París: OECD. La Ley apareció en el Boletín Oficial del Estado del 8 de julio de 1998. Ha sido publicada por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores y por la AECI. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 166 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO CUADRO 1 COMPARACION ENTRE LA AOD ESPAÑOLA Y LA MEDIA DEL CAD (En %) AOD/PNB de España ........................................ AOD/PNB de países miembros del CAD ............. 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 0,14 0,32 0,20 0,33 0,24 0,33 0,27 0,33 0,28 0,30 0,28 0,30 0,24 0,27 0,22 0,25 0,24 0,22 0,26 n.d. FUENTE: OPE/SECIPI, 1999. mentales para el Desar rollo (ONGD) o la Plataforma del 0,7 criticaron esta excesiva referencia a reglamentos futuros, por estimar que ampliaban la discrecionalidad del ejecutivo en el diseño del sistema. Los textos se conocerán en breve, y ahí podrá juzgarse si el recelo del mundo no gubernamental estaba justificado. Baste decir, por el momento, que el afán participativo y el rigor técnico se están manteniendo en la preparación de los sucesivos articulados, para que el espíritu de ley tan simbólica quede plenamente recogido en ellos. Esto no significa que todas las cuestiones cuenten con soluciones evidentes: ¿Cuál debe ser la composición y mecánica idónea del Consejo de Cooperación al Desarrollo, de modo que equilibre una presencia amplia de los agentes, agilidad en su funcionamiento y utilidad de sus dictámenes? ¿Cómo conseguir fijar de forma eficaz, y competencialmente coherente, la coordinación con la cooperación oficial descentralizada? ¿Qué principios gozan de acuerdo suficiente como para integrar la nueva reglamentación de la cooperación reembolsable? Se desea que durante este año los reglamentos entren en vigor con soluciones a estos temas. Pasemos ahora a hacer una referencia al volumen de recursos, la «cantidad» de nuestro esfuerzo. Sin abordarlo, los anuncios de cambio no acaban nunca de ser creíbles. En 1997 se consiguió un incremento de recursos del 11 por 100 en términos reales, lo cual nos permitió llegar a un porcentaje sobre el PNB del 0,24 3 La caída de la ayuda de algunos grandes donantes, como Francia, Alemania, Reino Unido y Suecia, y la salida de Israel de la lista de receptores de AOD, han sido factores esenciales en este descenso. Véase DAC-OECD (1999): Development Cooperation. 1998 Report, París: OECD. por 100, que por primera vez superaba el porcentaje medio ponderado de los países del CAD (0,22 por 100 en ese año)3. Conviene también recordar que las cifras de 1996 (160.000 millones, 0,22 por 100 del PNB) habían supuesto una caída muy preocupante respecto a años anteriores, marcando una peligrosa dirección que era necesario corregir. Resultaba preciso, por tanto, al hilo de todos los cambios, mantener esta voluntad de incremento sostenido para 1998 (año para el que las previsiones señalaban un 0,26) y años sucesivos, mejorando y equilibrando la distribución por instrumentos, sectores y países. El Cuadro 1 nos resume la evolución comparada de los porcentajes de AOD española4. La interrogante subsiste: ¿Cuál debe ser el objetivo a medio plazo? ¿El 0,7 por 100, propugnado por Naciones Unidas? ¿El 0,5 por 100, del Pacto Parlamentario por la Solidaridad? ¿La media de la Unión Europea? ¿La de los miembros del CAD? El Plan Director ha de pronunciarse al respecto. Durante la segunda mitad de 1997, estaba previsto que el CAD realizara el segundo examen de la ayuda española. Era esencial que el informe final recogiera la realidad de nuestro proceso de reformas y lo calificara, señalándonos su acierto o marcándonos un cambio de rumbo. La elaboración del informe fue trabajosa, pero muy formativa; incluyó un estudio sobre el terreno de nuestra cooperación en Perú, un estudio de la cooperación descentralizada en Cataluña, sesiones de trabajo en Madrid con Administración, Congreso de los Diputados y 4 Para las cifras históricas completas por instrumentos, véase el artículo de J. GRACIA sobre la cooperación no reembolsable, en este mismo número. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 167 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO ESQUEMA 1 ESQUEMA DE COOPERACION ESPAÑOLA AL QUE SE DESEA LLEGAR Textos básicos • • • • • Ley de Cooperación + desarrollo reglamentario. Plan Director de Cooperación Internacional para el Desarrollo Plan Anual (y Documento Anual de Seguimiento). Estrategias sectoriales y por países. Convenios de Cooperación y Actas de Comisiones Mixtas. Planificación Coordinación: Requisitos técnicos • Comisión Interministerial de Cooperación Internacional (CICI) • Comisión Interministerial FAD • Comisión Interterritorial • Consejo de Cooperación Papel de las Cortes Metodología de proyectos: • • • • Identificación Formulación Seguimiento Finalización Incorporación doctrina CAD, UE y Naciones Unidas Marco para una cooperación de calidad. Evaluación: Priorización Recursos Sectores Países Instrumentos Incrementados Agilidad y rigor en su ejecución Relación con Estados receptores y población beneficiaria: enfoque asociativo, de participación y codecisión, sostenibilidad Relación con otras políticas: coherencia Relación con otros donantes: concertación, coordinación FUENTE: OPE/SECIPI, 1999. Relación con opinión pública española: transparencia e información, sensibilización y educación MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 168 • Metodología. • Plan anual de Evaluaciones ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO ONGD, y una sesión formal en la sede de la OCDE en París. El CAD reconoció lo positivo del empeño español, habló de una «impresionante lista de reformas» y mencionó que «la calidad del programa español de ayuda está mejorando radicalmente», todo ello sin dejar de señalar los retos a que nos enfrentábamos y las líneas idóneas de evolución y trabajo: una aplicación «aún más rigurosa» de los criterios de desarrollo en la gestión del FAD, y una mejor coordinación entre éstos y la cooperación no reembolsable, con especial atención a los países pobres muy endeudados; una mayor autonomía y profesionalización de la AECI, para situarse adecuadamente «bajo el nuevo marco de la ley, la planificación plurianual y las estrategias de programación por países»; un estudio sobre la desvinculación de la ayuda, para, a través de un debate amplio, contribuir al conocimiento de esta cuestión por la opinión pública; un esfuerzo por mejorar el instrumento de cofinanciación con ONGD5. Nuestro examen ante el CAD cumplió diversas funciones: dictamen de expertos, con un diagnóstico certero de nuestros problemas; examen profundo de nuestro sistema, del que surgieron otras lecciones adicionales; elemento catalizador de energías y desencadenante definitivo, junto con la aprobación de la ley, del cambio. Tras el informe (de febrero de 1998) y la aprobación de la ley (en julio del mismo año) la agenda de cooperación se concreta en los puntos siguientes: preparación de los instrumentos de planificación previstos en la norma (Plan Director cuatrienal y Plan anual, estrategias sectoriales y por países); mejora de los mecanismos de gestión de proyectos (puesta a punto de una metodología que guíe su ciclo de diseño y ejecución); construcción de una metodología sistemática de evaluación y puesta en funcionamiento de planes anuales de evaluación; instalación, reforzamiento y reforma de los órganos consultivos y de coordinación (Consejo de Cooperación al Desarrollo, Comisión Interministerial de Cooperación Internacional, Comisión Interterritorial), etcétera, todo ello con vistas a iniciar un nuevo diálogo con 5 CAD-OCDE (1998): Serie de exámenes en materia de cooperación para el desarrollo, número 27, España. París: OCDE. los Estados receptores, exponiéndoles nuestro esquema, y profundizando en un enfoque coparticipativo y corresponsable de asociación, y así incrementar el impacto en la erradicación de la pobreza, objetivo prioritario de nuestra cooperación. El Esquema 1 resume esta agenda, representando el ciclo de programación y ejecución de inter venciones que se establece como modelo para la cooperación española. A la abundancia de iniciativas se sumaba la simultaneidad en las reformas lo que, unido a una presión notable de opinión pública, manifestada en demandas de medios de comunicación, ONGD y partidos políticos en el Parlamento, creaba una gran sobrecarga de trabajo en todo el sistema. Sin embargo, el objetivo básico estaba claro: partiendo de nuestra tradición en cooperación y del capital ya acumulado en experiencia, acometer una reforma a fondo, aunque gradual y escalonada, de la cooperación, que se viera acompañada por un proceso de formación permanente de todo el personal. Por decirlo de forma más contundente: a partir de nuestro acervo consolidado (y corregido, en su caso), y nuestra ventaja comparativa, integrando las buenas prácticas internacionales, conseguir recursos incrementados, un perfeccionamiento técnico en nuestros proyectos, y un diálogo profundo con contrapartes y beneficiarios. Una de las mayores dificultades de la nueva planificación prevista por la ley deriva de la multiplicidad de procesos paralelos existentes, que se superpondrán con los de nueva creación, con documentos y calendarios poco coordinados y, en la mayor parte de los casos, sin el soporte informático ágil que permita traslados inmediatos de información. A ello se une la carencia de experiencia planificadora real, más aún con una proyección plurianual, y la diversidad de órganos con competencias y recursos de cooperación. Planificar suponía además clarificar objetivos, priorizar sectores y países, definir instrumentos, dotar todo ello presupuestariamente con proyección plurianual… y no todas ellas eran prácticas habituales de la cooperación española. Resulta difícil conseguir la flexibilidad inherente a todo proceso de planificación sin caer en la laxitud que podría asociarse con un documento meramente orientativo o pragmático. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 169 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO A principios de 1998 se optó por constituir un grupo de trabajo con presencia de profesores universitarios, instituciones especializadas en cooperación y funcionarios, para ir preparando un primer borrador del Plan Director. Una buena parte de las primeras discusiones fue metodológica y de diseño: ¿Se estaba trabajando en un libro blanco, orientativo y más genérico, o en un plan en el sentido estricto? Se estudió la experiencia comparada y se concluyó que, en nuestro caso, debería tratarse de un documento programático con fijación expresa de compromiso presupuestario por sectores, países e instrumentos y argumentación al respecto, y propósitos estratégicos marcados. Fue necesario, paralelamente, revisar y clasificar los mecanismos de programación, planificación o remisión periódica de información que existían en la cooperación española. Se identificaron siete ciclos, con diferentes objetivos para parte de ellos, con elementos coincidentes en algunos casos, con sistemas de elaboración diferenciados, pero necesitados sin duda de armonización (ver Esquema 2). ESQUEMA 2 EL CICLO DEL PROYECTO EN LA COOPERACION ESPAÑOLA El ciclo del proyecto en la cooperacion española 1. Elaboración presupuestaria anual El primer paso es la Ley de Presupuestos, a la que se llega tras la elaboración de las correspondientes fichas presupuestarias por parte de los departamentos, la presentación del Proyecto por par te del Gobierno, la discusión parlamentaria y la aprobación de la ley. La Disposición Adicional Primera de la Ley de Cooperación introduce, además, otro requisito: «Junto a los Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno elaborará un informe que recoja de manera integrada los créditos de los distintos Ministerios y Organismos Públicos destinados a financiar programas de Ayuda Oficial al Desarrollo». 2. Proceso actual de planificación Consta del PACI Previsiones (Fichas P) y el Seguimiento (Fichas H). Ambos son documentos informativos, de recogida FUENTES:SECIPI-MAE: 1998: Metodología de evaluación de la cooperación espa ñola, Madrid: MAE, página 37. SECIPI-MAE (1998): Metodología de gestión de proyectos de la cooperación española, Madrid: AECI, página 8. de los datos suministrados por cada entidad gestora, que no cumplían su función nominal de planificación. 3. Futura planificación Plan Director cuatrienal, Plan Anual, documento de seguimiento, estrategias sectoriales y por países. 4. Gestión del ciclo del proyecto Se realiza mediante unas metodologías de elaboración de fichas, documentos o informes de identificación, formulación, seguimiento, finalización y evaluación, y traduce en intervenciones concretas de cooperación las políticas integradas en los textos de planificación. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 170 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO 5. Negociación y acuerdo con Estados receptores Incluye convenios de cooperación y actas de comisión mixta. La aprobación por parte de España de una nueva política de cooperación exigirá un diálogo renovado con los países receptores de la ayuda, para encontrar con ellos ámbitos de confluencia entre sus políticas de desarrollo y las nuestras de cooperación. Será imprescindible, además, conseguir un foro y un marco jurídico único de referencia, pues en la actualidad las comisiones mixtas de cooperación no recogen las modalidades de cooperación financiera, acordadas a través de protocolos diferenciados. 6. Gestión económico-administrativa del gasto Es éste un proceso por el que los gestores tramitan y autorizan la ejecución de los correspondientes créditos presupuestarios, a través de diversos documentos administrativos (RC, ADOP para los Organismos Autónomos, ADOK para el resto de la Administración). 7. Remisión de información al CAD-OCDE Incluye CRS (Credit Reporting System, compromisos periódicos de cooperación), tablas estadísticas anuales (presentadas en una primera versión provisional tras la remisión de unos cuestionarios previos por parte de los países donantes). España traslada, así, a la comunidad internacional las cifras y el contenido de su cooperación. No son ciclos excluyentes y cerrados, sino que unos derivan de otros, tienen calendarios distintos, algunos tienen dinámica propia y mecanismo autónomo de toma de decisiones, y otros son una mera recogida de información, algunos son más administrativos y otros más políticos, con participación del Gobierno o de las Cortes. Lo más adecuado para ir llegando a conclusiones clasificadoras era establecer la adecuada jerarquía entre todos ellos, el grado correcto de interrelación, el proceso idóneo de recogida de información en cascada cuando ello fuera posible, la búsqueda de los soportes informáticos preferibles y la inte- gración de los calendarios. Todo ello con vistas a conseguir ordenar el proceso de toma de decisiones, la máxima fiabilidad de la información, la plasmación más consistente de la decisión planificadora en la formulación de los proyectos concretos, y la reducción al máximo de la carga burocrática, liberando tiempo para que el gestor lo dedicara a labores específicas de cooperación. Con esta intención se está trabajando en el máximo acercamiento entre las líneas 1 y 3 (la 2 quedará extinguida este año), que debe conseguirse con las discusiones periódicas en el Congreso de los Diputados sobre los planes director y anual; a ello debe acompañar, como ya se ha señalado, la conexión natural entre la línea 3 y la 5; la metodología de recogida de datos para los planes anuales se ha adaptado a la de gestión de proyectos, aproximando así también las líneas 3 y 4, hasta el momento en que pudieran utilizarse soportes documentales únicos o que permitieran extraer la información necesaria para la línea 3 de forma inmediata de los formularios de la 4; ello permitirá, además, una mayor agilidad en la cumplimentación de la línea 7, en la que sólo se está enviando información estadística agregada pero no, salvo en el caso de los créditos FAD, información sobre los compromisos periódicos en el momento en que se contraen; el sistema se vería, por último, muy facilitado por el acercamiento de los soportes de las líneas 3 y 4, e incluso 7, con la 6, la que en definitiva señala de forma inequívoca la ejecución del gasto. La pieza clave de cuanto antecede es el Plan Director, que en estos primeros meses del año inicia su discusión interna en la Administración. A la espera de su contenido final, pueden adelantarse algunas ideas preliminares que se recogen en el borrador. Se pretende avanzar decididamente hacia la concentración geográfica de la ayuda, con la confección de una lista de receptores prioritarios que recibirán una parte notable de los recursos bilaterales; entre ellos estarían los beneficiarios tradicionales, con una mayor presencia de los países más pobres. Se propone una estrategia horizontal, con criterios que informarían todas las acciones, centrada en la lucha contra la pobreza, la igualdad de opor tunidades entre MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 171 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO mujeres y hombres y la sostenibilidad ambiental; a ello se añaden seis prioridades sectoriales de cooperación (necesidades sociales básicas, inversión en el ser humano, infraestructuras y tejido económico, medio ambiente, buen gobierno y prevención d e conflictos) . Se apuesta por un multilateralismo activo, selectivo y estratégico, y se abunda en la mejora de nuestros instrumentos y el papel de los agentes. También se construyen diversos escenarios presupuestarios acerca de los cuales el gobierno se definirá en el momento de la aprobación. La planificación se resintió de la ausencia de un cuerpo de lecciones de la experiencia provenientes de una evaluación sistemática y normalizada. Se abordó por ello, con toda urgencia, el mandato, según el artículo 19.4 de la Ley, de evaluación de «la política de cooperación para el desarrollo, los programas y proyectos financiados con fondos del Estado en curso de ejecución y los finalizados, desde su concepción y definición hasta sus resultados». Se construyó una metodología al respecto6, partiendo de la práctica comparada y de la realidad de nuestra cooperación, se difundió ampliamente y se seleccionaron unas acciones a evaluar por consultoras especializadas tras el correspondiente concurso público. Pareció oportuno, además, ejecutar una de las evaluaciones conjuntamente con la Comisión Europea, en el caso de Guinea Ecuatorial, para contrastar nuestro modelo con el de otro gran donante. La intención de este ejercicio es ahondar en el estudio de cinco grandes criterios para valorar el desempeño de las intervenciones: • Eficacia, alcance del objetivo y los resultados de una actividad, sin analizar los costes generados. • Eficiencia, logro de resultados en relación con los recursos empleados. • Pertinencia, adecuación de los resultados y objetivos previstos al contexto (otras inter venciones, políticas públicas del receptor…) en que se realiza. 6 SECIPI-MAE (1998): Metodología de evaluación de la cooperación española, Madrid: MAE. • Impacto, efectos globales previstos y deseados, o no, sobre toda la población en general y no sólo sobre la establecida como beneficiaria. • Viabilidad, mantenimiento de los efectos positivos de la intervención, una vez retirada la ayuda externa. Durante el pasado año se realizaron cuatro evaluaciones, cuyos informes fueron publicados y se están distribuyendo en la actualidad7. Es aún temprano para extraer conclusiones del ejercicio, y la dimensión, todavía reducida, de las acciones cubiertas nos obliga a ser cautos al respecto. No contamos todavía con reacciones por parte de nuestras contrapartes, y se está trabajando en el establecimiento de mecanismos de retroalimentación en la propia cooperación española. Pero lo cierto es que se cuenta con un modelo, con presupuesto para ponerlo en práctica, y con una visión abier ta y de colaboración con las entidades gestoras cuyos proyectos son objeto de la evaluación. Conviene, con todo, no ser formalista. El que las evaluaciones se estén llevando a cabo no implica automáticamente que sus enseñanzas estén siendo utilizadas. Ha de seguirse trabajando para conseguir la funcionalidad, esto es, una combinación de crítica argumentada, neutralidad del análisis, apor tación de todas las par tes implicadas, utilidad y asunción del resultado, y finalidad de transparencia e información a la opinión pública que la evaluación implica. Se ha hecho hincapié en las líneas anteriores en algunos aspectos cruciales de la nueva agenda de cooperación. Me detendré ahora, más brevemente, en otros. Es preciso asimilar la conveniencia del uso de metodologías normalizadas en los diversos ámbitos de la cooperación y, en este sentido, se está promoviendo la formación de los funcionarios en el enfoque del marco lógico (sobre el que se preparó la metodología de gestión de proyectos 8) y se deberá considerar su especialización en los llamados a ser sectores prioritarios. Se está elaborando una pro7 Se trata del sector del cacao en Guinea Ecuatorial, el proyecto de Fortalecimiento Municipal en Flores (Guatemala), la Escuelas-Taller y el Fondo de Ayuda al Equipamiento en Iberoamérica, todas ellas publicadas por SECIPI-MAE (1998). 8 SECIPI-MAE (1998): Metodología de gestión de proyectos de la cooperación española, Madrid: AECI. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 172 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO ESQUEMA 3 CRONOGRAMA Y MECANISMOS DE PRESUPUESTACION Y PLANIFICACION DE LA COOPERACION ESPAÑOLA 1998 May. 1 2 Jun. Fichas presup. Jul. Anteproy. Agos. Sep. 1999 Oct. Nov. Proy. PACI 98 Dic. Enero Feb. Mar. Abr. Ley Disp. Ad. 1ª May. Jun. Fichas 2000 Jul. Anteproy. Agos. Sep. Oct. Nov. Proy. Dic. Ene. Feb. Mar. Abr. Ley Disp. Ad. 1ª Fichas H PACI Seg-98 Nuevas fichas H 3 Plan Director: elaboración borrador 4 Puesta a punto de metodologías y soporte informático Doc. estrategia sectorial y por países Plan Anual 2000 Doc Seg-99 Identificación/Formulación/Seguimiento/Finalización/Evaluación Acuerdos de Cooperación y Actas de Comisiones Mixtas 5 6 Ejecución presupuestaria de 1998 7 Tablas estad. 1. 2. 3. 4. Plan Director 1999-2002: Nuevas fichas P discusión y aprobación Plan Anual 1999 RC/AC, OP, OK/ADOP, ADOK, según se vayan ejecutando los créditos presupuestarios de 1999 Cuest. CRS según comrpomisos prelim estadíst. Ley de Presupuestos y Previsión de la Disposición Adicional 1.ª Ley de Cooperación. Planificación actual: Plan Anual de Cooperación Internacional. Nueva Planificación: Plan Director, Anual, documentos de estrategia y por países. Gestión del ciclo del proyecto. puesta de financiación plurianual con ONGD a través de convenios-marco. Se están construyendo nuevos instrumentos de impacto probado en la lucha contra la pobreza, como los microcréditos. Se participa activamente en la discusión en curso en el CAD con vistas a conseguir un punto de acuerdo con respecto al formato más adecuado de desvinculación de la ayuda a los países menos avanzados. Y se empieza a preparar la base metodológica de elaboración de las futuras estrategias sectoriales y por países. La reforma de la cooperación proporciona a los gestores satisfacciones siempre moderadas y pocos respiros. El mundo de la cooperación y del análisis teórico del subdesarrollo es de gran dinamismo y, por ello, el estudio, la profundización y la re f o rma son constantes. Cada pequeño logro desencadena CRS según compromisos Tablas estad. Ejecución presupuestaria 2000 CRS según compromisos Cuest. CRS según compromisos prelim. estadit. 5. Negociación con Estados receptores. 6. Gestión económico-administrativa del gasto. 7. Remisión de información al CAD-OCDE. otras interrogantes y expectativas a las que hay que hacer frente. El diálogo con los Estados receptores empieza a ser de una profundidad tal que las iniciativas no dejan de fluir. La colaboración de España en diversos procesos de pacificación y reconstrucción nacional, en Centroamérica, incrementa notablemente nuestra responsabilidad. La presencia creciente de los inversores y exportadores españoles en los países en desarrollo crea, además, apasionantes cuestiones en lo que se refiere a la complementariedad de esfuerzos entre las iniciativas privadas y las públicas, entre la ayuda al desarrollo, el comercio y la inversión. La senda es la adecuada. Se han puesto a punto unos textos programáticos básicos, tanto legales como de planificación y MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 173 ECONOMIA Y COOPERACION AL DESARROLLO estrategia; es probable que a ellos deban seguir una revisión de nuestra red de convenios de cooperación, para seguir alimentando el diálogo constante y la asociación con los países en desarrollo. Se han ido estableciendo los requisitos técnicos en cuanto al establecimiento de objetivos, coordinación entre actores, asimilación de metodologías e incorporación de la doctrina vigente internacionalmente, y funcionalidad de los mecanismos de evaluación que nos deben conducir a una cooperación de calidad (Cuadro 2) que priorice de forma equilibrada y eficiente, con una voluntad de impacto en cooperación, tanto sectores como países e instrumentos. Si todo ello se realiza con unos recursos incrementados año tras año y ejecutados de forma ágil y rigurosa, con coherencia con otras políticas y concertación con otros donan- tes, y con un enfoque participativo y asociativo con nuestros receptores tradicionales de ayuda, sin duda la opinión pública llegará a asumir que el esfuerzo merece su confianza. Referencias bibliográficas [1] CAD-OCDE (1998): Serie de exámenes en materia de coopera ción para el desarrollo, número 27, España. París: OCDE. [2] DAC-OECD (1994): Development Cooperation Review Series, número 3, Spain. París: OECD. [3] SECIPI-MAE (1998a): Metodología de evaluación de la coopera ción española, Madrid: MAE. [4] SECIPI-MAE (1998b): Metodología de gestión de proyectos de la cooperación española, Madrid: AECI. MAYO-JUNIO 1999 NUMERO 778 174