el ocaso de las escuelas infantiles

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POBREZA Por Mónica López y Oriol Oliva
EL OCASO DE LAS ESCUELAS INFANTILES
>> Nou Barris se moviliza para evitar el cierre de la única
escuela infantil del distrito que da becas y tiene un
horario reducido
>> Entre recortes y encarecimientos, las escuelas
infantiles se alejan de las familias que más se podrían
beneficiar
La escuela infantil está mutando a raíz de la gestión de la crisis. En
Barcelona, como en tantos otros municipios catalanes, el ayuntamiento ha
abierto centros de gestión externalizada, ha aumentado las ratios en las
aulas y ha reducido la jornada laboral de muchas trabajadoras. Pero todo
esto parece ser insuficiente: la Concejalía de Educación plantea el cierre
de la escuela de Trinitat Nova, la única de todo Nou Barris que ofrece
ayudas económicas, tiene un horario de media jornada y lista de espera.
Cuando los primeros rayos de sol dan calor a las colinas del barrio de Roquetes, Ainhoa sale
de casa y empuja el carrito para subir hasta el mercado, donde deja a Nerea, de dos añitos, en
su escuela infantil, la Escola Bressol Municipal (EBM) Trinitat Nova. Nunca más tarde de las
ocho y media. La niña entra sonriente a clase, donde ya le esperan otros compañeros que
también madrugan tan contentos como ella. A diferencia de otras escuelas, por las mañanas,
los llantos son la excepción. Es una escuela infantil atípica.
Surgió con las movilizaciones vecinales que querían transformar la Barcelona de los años 60 y
70. En aquella época, sólo había nueve centros dedicados a la educación 0-3 en toda la
ciudad. La historia de esta escuela se inició gracias al empuje del mercado de Trinitat Nova,
vendedores y compradores consiguieron que se abriera un espacio de atención a sus niños
durante las horas que pasaban tanto delante como detrás del mostrador. Y desde entonces, los
dos espacios han quedado unidos por un lazo umbilical.
Así pues, al principio era una escuela infantil al más puro estilo guardería, en una pequeña sala
anexa al mercado. Con el tiempo, evolucionó para atender a niños y niñas de toda Nou Barris y
darles un trato adaptado a los diferentes programas de acción municipal que se han ido
sucediendo.
El progreso no lo ha hecho renunciar a sus rasgos más genuinos. Una de las características
más arraigadas de la EBM Trinitat Nova es su horario: de 8 a 14h, el más madrugador de todas
las escuelas infantiles de Barcelona. Así, muchos padres y madres del centro pueden llegar
puntuales a sus respectivos trabajos de media jornada. Otras escuelas también permiten la
entrada de los niños a estas horas, pero en forma de servicio adicional.
Por este motivo, el Institut Municipal d’Educació de Barcelona (IMEB) define este centro como
un "caso singular". Los centrs singulares como éste son un minoría en peligro de extinción. La
administración apuesta por la rigidez y la homogeneización: da la espalda al variado abanico
de necesidades del conjunto de familias de la ciudad. Todo el mundo ha de aceptar un horario
fijo, de 9 a 17h, y un consiguiente precio cerrado.
Justamente por ello, la singularidad más importante para muchos usuarios llega a final de mes.
Aunque la Regidoria d’Educació subvencione 1.500 de las casi 8.000 plazas que ofrece, cerca
del 20%, la escuela infantil Trinitat Nova es la única de toda su zona que no ha visto disminuir
los recursos destinados a la concesión de becas.
Para el IMEB, el lugar es pequeño y poco apropiado. A pesar de la falta de espacio, en la
escuela conviven treinta y seis alumnos, todos juntos en una gran sala, donde las estanterías
delimitan una zona para cada grupo de edad. Han hecho de la necesidad una virtud, ya que
esta organización les permite estar siempre conectados unos con otros.
Aparte del espacio, hay otros problemas estructurales. La puerta de emergencia, por ejemplo,
se abre peligrosamente hacia dentro en vez de hacia fuera, como alerta el IMEB. Ante la
advertencia, el AMPA de Trinitat Nova está dispuesta, a pesar de la vacío en sus bolsillos, a
colaborar económicamente en su reparación, si de ello depende la continuidad del centro.
Brotes tiernos y despiertos
Nerea mira atenta a su alrededor... No hay ni una sola silla vacía: "ya podemos empezar a
desayunar?". Casi ya lo tiene todo a punto para empezar la comida, pero encuentra algo que
no le cuadra. Revuelve la cabeza de un lado a otro y, mirando a su compañero Saîd, le dice: "y
el pitet? L’entrepà no se come sense el pitet”. Ella ya ha aprendido que el bocata no se puede
empezar a comer sin el babero y nunca se corta a la hora recordárselo a sus compañeros más
impacientes.
Aunque el centro no está habilitado para cocinar, el equipo de Trinitat Nova no ha querido
perder la oportunidad de fomentar unos buenos hábitos de alimentación y cada día prepara un
nutritivo inicio de jornada con un desayuno de tenedor. De paso, se asegura que ningún niño
permanece con el estómago vacío, un hecho que en zonas como Nou Barris no es menor.
Por suerte, Nerea y Dani, su hermanito de siete meses, siempre hacen un bocado antes de
salir de casa. Si lo quisieran, Jose y el Ainhoa podrían cuidar de sus hijos sin tener que ir a
Trinitat Nova y transmitirles sus valores desde casa. En cambio, hacen todo lo que está a su
alcance para llevarlos a la escuela, donde se pueden socializar en otro ámbito más allá del
doméstico y aprender, entre otras cosas, el catalán. Saben que la esculea infantil es una
garantía para que sus hijos entren con buen pie en la escuela de los mayores.
La investigación académica ha dejado fuera de cualquier discusión que de los cero a los siete
años se producen los cambios más importantes en una criatura y que hace falta un
acompañamiento de calidad. Como indica Óscar Prieto-Flores, economista de la Educación de
la Universidad de Girona (UdG), en nuestro país una de las decisiones más trascendentales en
la lucha contra la desigualdad ha sido la extensión de la escolarización obligatoria de los tres a
los seis años: "cuantos más años esté una persona en el sistema educativo y más calidad
tenga éste, mejor", concluye el profesor.
En sintonía con esta idea, el premio Nobel de Economía James Heckman defiende que el
fomento y desarrollo de buenas actitudes y hábitos desde el inicio abre la puerta a un círculo de
complementariedad positiva, en el que la consolidación de unas habilidades facilita la
adquisición de otras.
Cuando en los primeros años de vida estos círculos no se incentivan lo suficiente aumenta el
riesgo de no alcanzar una educación llena. Según la Federació d'Entitats d'Atenció i d'Educació
a la Infància i l' Adolescència (FEDAIA), "una posible derrota escolar se empieza a manifestar a
partir de los diez años", pero este fracaso potencial es la "culminación de un proceso" que
empieza mucho antes.
Infancia de gestión indirecta
En esta escuela, no todo el monte es orégano. La EBM Trinitat Nova está en el punto de mira
del IMEB. Este instituto público asegura que redirigiendo los recursos de Trinitat Nova podrían
obtener resultados más eficientes en otras zonas que lo necesitan, como los barrios de Sant
Martí o Sant Andreu.
La gestión municipal de este año ha resultado una tarea realmente complicada después que en
el curso 2011-2012 la Generalitat rebajara de 1.800 a 875 euros el presupuesto para niño en
las escuelas infantiles públicas. Sin embargo, para el IMEB lo más importante es procurar que
las familias nunca paguen más de un tercio del coste total de cada plaza. Todo indica que
hacer cuadrar los números es el objetivo principal a ambos lados de la plaza Sant Jaume.
A pesar de estos tijeretazos, el de Trinitat Nova es un centro muy bien valorado por los vecinos
que "enorgullece" al IMEB, pero el mismo instituto afirma que no se pueden obviar las
demandas de la sociedad. "Los datos indican que hay demasiada oferta en un barrio
envejecido", argumenta el director de centros del IMEB, Casimir Macià, siempre atento a las
estadísticas.
Según Macià, hoy hay tres salidas sobre la mesa: el cierre definitivo de la escuela, una
remodelación (poco detallada) o su mantenimiento. La versión oficial dice que todas ellas se
están estudiando. Hasta el próximo marzo no se espera un veredicto. Sin embargo, este curso
las solicitudes de entrada de los niños de cero a un año ya no se han aceptado. Ni la de Dani,
ni la de tantos otros bebés que podrían beneficiarse.
En caso de cierre, las alternativas más cercanas a la zona del mercado de Trinitat Nova tienen
una oferta y unas condiciones muy diferentes. En la práctica, dejan de ser, para muchas
familias, alternativas reales.
Por ejemplo, el jardín infantil L'Airet, a dos calles del mercado, es gestionada por la Generalitat
y tiene un horario fijo de 9 a 17h: más horas y menos becas. Tal como denuncia el AMPA de
este centro, en el curso 2011-2012 el gobierno les retiró las subvenciones, que según sus
datos ayudaban a un 43% de las familias a pagar la escolaridad de sus hijos.
Hoy, pues, una plaza en L'Airet conlleva un gasto de 230 euros al mes, donde se incluyen la
comida y las horas "de la siesta", como las califica Ainhoa. Aunque le hayan ofrecido una plaza
para Dani, ella tiene claro que este jardín infantil no está diseñado a la medida de sus
posibilidades. "Si mi hijo va a esta guardería, o no pago la hipoteca, o no como, o no lo visto...",
confiesa Ainhoa.
Rentabilidad social sacrificada
El IMEB no estudia los motivos que llevan a muchas familias al extremo de no solicitar ninguna
plaza. Avalan su gestión afirmando que la demanda de las escuelad infantiles en las zonas
más deprimidas está plenamente satisfecha, ya que no hay listas de espera. Con todo, las
solicitudes de entrada a l'EBM Trinitat Nova, concretamente, no paran de aumentar: aquí sí que
hay lista de espera. Será por las becas?
Ainhoa y su pareja, Jose, pagan una mensualidad de 50 euros por la plaza de la Nerea, gracias
a una beca del 75%, pero se quejan de la mala suerte de su hijo pequeño, que se ha quedado
fuera. Lo hacen de manera contenida: esperan que el curso que viene Dani ya se pueda
beneficiar de las becas de la EBM Trinitat Nova. Ainhoa, sin embargo, teme que detrás del
cierre sólo haya el deseo de la administración de librarse del gasto que suponen.
Ella piensa en todos los compañeros y compañeras de Nerea con contextos familiares mucho
más críticos que el suyo. Cómo lo harán? Son familias, vecinas y amigas, que sobreviven con
los 400 euros del PIRMI y que no accederían nunca a una EBM si no fuera por la beca que les
cubre el 99% del coste. En Trinitat Nova sus hijos pueden acceder a una buena educación por
12 euros al mes. Si la escuela cierra, cuántos pequeños se quedarán en casa?
Desde la Plataforma de Bresols Indignades no entienden cómo, al mismo tiempo que centros
como el de Trinitat Nova están amenazados con el cierre, se abren otros donde la gestión
recae en manos de empresas privadas, como el Enxaneta y el Caspolino, en el barrio de
Gracia, y los Patufets, en el de Navas. Las escuelas infantiles de gestión privada ya
representan un 43% del total de EBM en la provincia de Barcelona.
Hoy por hoy, las empresas que han obtenido la gestión de estas escuelas tienen una tendencia
"más o menos pedagógica", pero aseguran que en otras regiones donde este modelo ya lleva
más tiempo implantado, como Madrid, muchas empresas multiservicios han entrado en el
negocio de la educación.
El modelo de privatización al que intenta tender el IMEB, según Prieto-Flores, se basa en una
idea de corte neoliberal: no hay que hacer centros totalmente públicos y bien subvencionados
si se pueden dar dinero a padres y madres para que paguen la escuela que consideren mejor
(privada o pública).
Las estadísticas municipales revelan que 4.416 familias no han sido atendidas en el barrio
donde viven; casi la mitad de las solicitudes del municipio. Además, según el profesor de la
UdG, este modelo potencia la inequidad y la segregación, ya que los centros menos eficientes
se llenan siempre de familias con poca información y pocos recursos.
"El problema de las escuelas infantiles en Catalunya ya es, en estos momentos, que no las
utilizan las familias que se podrían beneficiar", aclara el sociólogo del Instituto de Infancia y
Mundo Urbano, Pau Mari-Klose. "Cuando los servicios sociales disminuyen, las familias tienen
que empezar a gastar dinero si quieren esos servicios, y es en este momento que muchas
familias abandonan estas escuelas".
Donde caben dos... ¿ caben tres?
La administración saca pecho de la ampliación en más de mil plazas de la oferta pública en sus
escuelas infantiles. Pero a menudo omite que parte de esta oferta nace de aumentar el número
de niños que pueden estar a cargo de un solo adulto. Si en Finlandia (la otra cara de la
moneda, un país reconocido por sus logros educativos) el sistema estipula ratios aproximadas
de tres educadoras para doce niños y niñas de cero a tres años, aquí el mismo número de
profesionales llevan actualmente grupos de unas 24 criaturas.
Desde Bressols Indignades se denuncia que este aumento de ratios conlleva una rebaja de
calidad, ya que se pierde capacidad de atención personalizada para cada niño, esto és,
capacidad educativa. Incluso la Unión Europea ha desaconsejado estas proporciones para ser
excesivas.
Además, esta sobrecarga de las maestras también afecta la labor de apoyo psicológico a las
familias. Un trabajo que Cristina Vall, trabajadora social del Equip d'Assessorament
Psicopedagògic de Nou Barris, remarca, ahora que muchas familias han visto deterioradas sus
capacidades tanto en el ámbito económico como en las relaciones humanas. Ella pone
especial énfasis en que toda esta fragilidad familiar queda muy mitigada si puntales como la
escuela o la red de servicios actúan.
La EBM Trinitat Nova no se ha quedado al margen de la realidad descrita por Cristina Vall. Ha
apostado por fortalecer las relaciones familia-escuela, dejando las puertas del centro siempre
abiertas a padres y madres. Con el propósito de que las familias también participen de la
educación de sus criaturas dentro de la escuela, han introducido "Los miércoles en el aula".
Esta también es una manera de fortalecer las relaciones sociales de los padres con otras
familias y entidades vecinales y asegurarles un tejido social.
El anuncio de un posible cierre ha hecho resurgir el espíritu movilizador del barrio, como si de
un flashback se tratara. Los que hoy luchan por esta escuela infantil son los nietos de quienes
hicieron posible la apertura de la escuela a los setenta. Quizás no todos tienen vínculos
familiares, pero sí que comparten el mismo ADN inconformista.
Tanto las trabajadoras del mercado, como las vecinas de la zona y las familias del EBM Trinitat
Nova han hecho más piña que nunca torno el AMPA. Han recogido más de 1.230 firmas contra
su cierre y no se pierden ninguna manifestación ni asamblea: se han hecho sentir por todo Nou
Barris.
A pesar de sus esfuerzos parece que el mundo gire al revés... ¿Por qué cerrar un equipamiento
que según madres, padres, niños, maestros y vecinas funciona tan bien? Desde su despacho,
a los gestores del IMEB les puede parecer una cuestión de eficiencias. Las familias de Trinitat
Nova, en cambio, saben que está en juego una etapa básica y determinante de la educación de
sus hijos. El veredicto mostrará qué camino elige la administración: dignidad social o provecho
económico. ¿Alea iacta est?
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