-mruUI:.L I HI""''' Artículos escritos para Bogotá, pero que s.,n también aplicables a otra~; poblaciones de la Relpública Artículos .:scrltos para Bogotá, pero que son también aplicables a ot.'as poblaciones de la República CASA ImI'I'ORIAL D~ «EL LIIlERA L» - 1O!I, liA LLF. H EXTINCION E IMPUREZA DE LAS AGUAS Por datol del Observatorio naclon;¡1. cnrresponoicntt's a diversas épocas, se I,ueden a¡¿-rllpar los meses de un ciño normal, en razén a IUS cot'f'icientes de lIuvi'ls, así: l.LUYIOSOS :\IIIYo. __ o. ..\I,wi!.. '" Junio, ..•• Urtubr't ... NovirIIlhr·· \ 1IF.IJIOS '7C1rlls. Ene'·u .....• '5 -I;' ,F,'brprtl ... Dici"lIIl"',,, I IS lfi A~'(IS1lJ !':'i:C{l1 0 fi 8 ~tI1\S. J\"'~zn._ ••. :$ ~t1ns . J ,dill ...•• o' 5 Sc'!,li~rnllrp, !i 7 •••• :\Icdio nlf'nsJlUl dl' IInv;¡¡', 9 ,'{'utírnetl'os. Según esto, la capa de agua que cubriría una !lU· impermeable eXpUt·st'l a Jas IIuV1éts y sin te· jJf"rti,je ner en Cllenta la evaporaciÓn, durantt"' tr~intit días. akat/zaría una a'tura mpdi;¡ l,~ nueve l:("::tíml'trps. Un redpi(~nte de una hectárea sl\tll.~r!icíal reC(lg(', por consiguiente, 1111 promedi" ll1tn~ua! di' agua lllJvedi· 7n (if. 900 metro!! c.úbicos p( l") e' promedio de la t'v:"'PQraciÓn men~l¡;.l, ~eKún ;a:; misn¡¡Js an"taciones mdf>orolf)~~ic.'s dI' cdrácr I' nli, i:í es d.· seis centÍme:ro!'l; dr· m"'ü quP. l\ll,l llt'ct~l!·p;l ~k laguna, t'Xpuesta a 'a- 'l,thw<í' i,,~ <ir HLi l~'m!;{'::;tljr't media de 13" y de lin vieuto de 8H k: Ó:ll"rr,,!! d,' v.'iocidad medii, i , ••..'IÍ', per,l, l'Li [ln •..IV"P ,,..,,,,fll' tin volumelJ d~ agul '! •. t,' " III tI'''!! cÚbi" 's <::1 lin mr's, Si se con!'li guiera sUltraer esta superficie a la influencia de loa vientos, por el abrigo de un 'manto de vegetaci6n, 'la evaporación disminuiría inmensamente'Y el depósito, líquido sería más perlistente .. Aplicando esta elemental t~ría a la hoya del rio San Francisco, que hoy por hoyauministra lai aguas' de consumo de Bogotá. por la recolección de una superficie aproximada de4!.ooo hectáreas, se encuentra que el agua lIovediza llenaría' en el término de un segu(}doun cajón de 700 litroa de capacidad, de loa cuales se mermarían, por evaporaci6n, en las mismas 2,000 hectá.reas. las dos tercèras partes, dada una-su· perfide desr.uda de vegetaci6n, y s610 quedarán 233 litros de agua por segundo, para la absorción del terreno y para la alimentación del rio. Los aforos de este río, verificados durante el segundo semestre de J 907 Y el primero de 1908,arrojaron un promedio de 195 \itros por segundo; de modo que en evaporaci6n yabsorci6n se perdieron 505 litros, a sea el 7 I por 100. De tiempo atrás esta pérdida ha-venido en aumento progresivo, con detrimento del caudal del río, a medida que ae ha ido desmontando la cuenca que demora al respaldo de los cerros para la alimentación de la ciudad. Para comprobar este detrimento debido a la evaporación, ponderada por los desmontes progr~siv&$,basta comparar el mínimo de aguas liaHado por el Sr. Ingeniero Manuel H, Peña en 1884 para los acueductos antiguos de la Aguanueva y Las Nieves, en el día-más seco de dicho año', con el minima hallado por el Sr. Ingeniero Pedro Uribe, veinticuatro años de.pué., por observacionès met6dicaa, hechas por orden del' Ministerio de Obras públicas. El primer aforo para aquellos dos acueductos en conjunto fue de 167litras, quedándole al 'río la mitad de esta djra próximamente, la que d uía para el total un mínimo de 250 litros; el segundo aforo arrojó, en marzo de 1908, un minima de 1 12. litros para el mismo río, es decir. que los desmontes la han reducido a menos de la mitad. La merma es. pues, de 138 litros por segundo o, la que es la mismo, JI 923,200 litros por dia. Los propietarios que han desmontado la cuenca ali- -5mentlcla del río San Francisco IG :lan sustraído, por consiguiente, su ración de agua a 119,232 pt::rsonas, computable elta ración a 100 litros diarios por person'l. Dejando para limpiar el cauce l rbano del río una tercera parte, con los 112 lttro~ del mínimo hallado en marzo de 1908. solamente puede suministrar la actual Empresa de Acueducto, al TT isOla tipo rie consumo de 100 litros diarios pOT pHsona, agua para ulla pon1;H;¡ón de 64,800 habitantes alojados en 8,100 casas. La Empresa, sin embargo, Dar una mala diltribución, n,) ha podido proveer h"sta ahora, en lIervicio alternado, sino 6,000 plumas à,~ agua. El mes más escaso de aguas ES marzo. durante el cual no caen sino tres cel tímf'tros de lluvias, es decir, la ter, era parte de; promectio ;il1ual, a sea 233 litros par segundo, cantidad próximamente igual al mínimo de 250 litros obtenidos er. 1884 para el rio. En buena crítica científica ('sto no quiere decir que f1tonces no hubiera pé, didas por evaporación, sino que la absorción del terreno en 10!i meses anteriores de lluvias (diciembr,', a-oH; enero, e-lO; febrero, 0-09) compensaba aquella pérdida. por la regularización del gasto a -que contribuyó la veretación existente en aquella época. En efecto, las plantas que cubren una superficie mojada, no solam~nte la precav n (lel contacto de los vientns dismi"1Uyclldo así la evap)ración, sino que le comunican por las raíces las condiciones porosas de una espOllja, para almacenar el agua durante el tiempo lluvioso a fin rie irla soltan(lo paulatinamente durante el tiempo seco Por esta tazón los arroyos formados bajo el frescor de una vegetación exuberante son más persistentes que los quo~corren por terrenos desnlldos. En estas localidades la lluvia cae y se clt'sliza inmt>diatamente hacia los cauces con derrumbamientos de las faldas muy inclinadas, arrastrando gran cantirlad de tierra t>Dforma èe lodo. Se originan así. con los aguaceros, torrentes ruidosos y dafiinns en las regiones altas,' que inJl1dan de repente las llanuras bajas y las euhren de arenas. Pasada la época de 111.l:vias,sobreviene de sút·ito la sequía; los 6 ., - torrentes no subsisten l'omo manantiales permanentes y fertili7.adores y tos ríos, embravecidos enantl's. desap,arecen de lua pedregosol cauces al primer día de 801. . Tal ha venido sucediendo en los ríos que atimentan de aguila a Bogo~~no hace treinta afios había remansos permanent~ ' arriba de la Quinta de BoIí~ var, donde los pilluelos hacían IUS ensayos de nata. ci6n; la generaci6n actual' no ha echado todavía en olvido sus excursiones domingueras a La tueda Chtpa y al Pozo de los colegidle ,y la Cascada de la nt'nj'a perdura en 'los recuerdos del viejo santafereño. Todo eso ha desapareddo. al profJio tiempo que l.! pobl;,ción de la ciudad se ha duplicado, Se aplicaron las hoyas al servicio de ta agricultura y la administración pública, negligente siempre entrp nn~otr"<;, consintió en el sacrificio d•. la ulud y la vida rl,~ la capital de la R· pública. La obra maléfica ha sido lenta y todavía no h, ,Ica· bado de consumars". En veinticinco años, cümo se ha visto, se han reducido a más de la mitad las agu~ del río en los meses :iecos de marzo y septiembre; pero todavía corre por él una sed de agu", gracias a tal cual pantanillo cubierto de frailej6n } de chusque en los manantiales más encumbrado·, sobre los cua· les avanzan codiciosos los barbechos de los color:os. A la vera de esos ya insignificantes arr"yos se con densa una numerosa población agrícola: las estancias prosperan allí con sus rebaños de ganado vacuno y lanar; en los patios de las viviendas escarban las gallinas y se revuelcan los cerdos; en la fuentecilia vecina se baña el colono aiegremente con su mujer y sus niños, 'ava las ropas y arroja sus deyecciones; los ganados sedientos beben altí y dejan caer sobre la linfa la baba de su masticación con mirada somnolienta; las yacas y su prole sestean en las horas de sol en el suel<l húmedo, bajo la sombra tenue del chusque, y la boñiga corre disuelta por el bllo transparente que asoma por debajo del musgo. FI viajero de Choachí que asoma al boquer6n de La Culec~ y toma el camino de media falda del cerro de Guadalupe, columbra en la ht>rmosa cuenca del -- 7 rí" San Francisco. E'ticog-id<l .lIlr los eSfJañoles como re(~eptáculo providencial de éeguas para Santófé, 108 predi s rústicos que se If' han superpllPsto posteriormente a Bogotá, con sus queméts de verano, sus barhech0& de otoñ,., sus reco t'cd )l1es alegn'!'; deo primavera y ~us afanosas labores de invieorna. (·nsuciando y envenenando siempre Ja¡; aguas alimenticias de la ciudad. con la inocencia más ingcnua y campechana del rÚstico. All í tamhfén se ve el huma de ios hornos de carbón que a dest;ljo v.m cOlvirtiendo en potreros los pf'quefíos grufJos cie arbolillos paramun08 que aún sub~j;sten, y hasta se ve una fábrica de cal que c·¡nsume I'l) .us htlrnns la rama y las cepa! de la agoniZ,dltp v''g'('lación dGI contornu ~, • El SI'. G"lIt'/'al Ed ,"undo d" b'z' f'l e/HilillO, l'nCOllll'o ñil! dr· !H lI{'iil{\ dd riarhUl'f¡I. C~I'vaDt~~ 1"1' ¡¡~('l<uró lillI', d(,~ d,'I'arcí:H"'s eu UrJH CUlIU- de la~ raba- -8- CRECIMIENTO DE BOGOTA y MODO DE AUMENTAR LAS AGUAS Si la Ingeniería mu~ipaJ hubiera tenido el cuidado de levantar el plano de la ciudad. siquiera cada diez años, con el previsor ol-jeto de estudiar la marcba del poblado, o si se superpu'sieran los diversos croquis que se han becho de Bogotá, se vería la for· ma y velocidad de su crecimiento. Los limites de la poblaci6n en el af'íode J 87~ eran: por el norte, la iglesia de San Diego;, por el lur, la plazuela de Las Cruces; por el occidente. una línea quebrada que iba por abajo de Santa Bárbara a la Pila Ckiqttita, 'Y.terminaba en San Diego, por L. Alameda; y por el ori. rite, Las Aguas y Egipto. Las quintal de NingunfJpsrk, Sansfofán, V£llalobos y Sa,.~ genio Prieto quedaban fuéra del poblado. Pasando por debajo del Arco se entraba en Los Egidos, a tres cuadras abajo de I a Tercera, y SUIparedones encerraban callejuelal cubierta. con lengua de vaca. Por allí, en la Esquina de la Vektn. (cruzamiento de la carrera J o con la calle J 7) fue' donde le encontró. ~ un zanjón el cadáver de Sagrario Morales. Media'èuadra adelante de Ol.jigilS eltaban lOI potreros de D. Fernando Sáncbez. donde implantaron por primera vez )01 alumno. del Colegio de San José el deporte del base ball. -- 9 Es decir. que hace cuarenta años Bogotá era la terCE'r:-parte de la que es actualmente. A falta también de censos V tomando como puntos de apoyo las cifras de población en 1860, cua ndo se enseñaba en las escuelas que Bogotá tenía 40.000 habitantes, y la de 117,000 que arroja él primer esfuerzo formal para obtenerla en Ig12, se puede calcular el incremento dE:la población, así: Año de 1860 •••.•••••••••...•......•••• 40,000 habitantes. ,870 •••.•...............•••..•...•..••••.••. 49,000 1880 ••......•••......•..•••...•....••..•••• 59.500 ,890 •••.••.•••..•.....•..•...........••...... 72,00Q Igoo ........•................................ 88,000 , 9 , o ••.•••••••.••••..•..••••••.••••..••.•.•.• 108,000 1920 ....•••.....•••..•..•••." .......•••••••. 130,000 1930 •••.....•..•....••..••••••....•...•••••••. 160,000 Suponiendo exacto e: censo de 1912, el agua necesaria para la población actual sería de 140 litros por segundo. Pero. con tendencia a la baja. sé la se dispone de 75 de promejio en el río San Francisco en el mes más seco; Juego seria indispensable tomar del San Cristóbal los 65 que harían falta y el aúmellto de la merma en un pe.rvenir inmediato. El mínj-;ma absoluto. hallado en 1908 para este río, fue de 160 litros por segundo. :)eján(lole al cauce una tercera parte, sólo serían suficientes las aguas de am· bas ríos, en régimen permanente, para una población de J57,000 habitan tIos. y en el supuesto de que se detuvieran las causas je extinción de las agualJ, que hoy trabajan con ese resulté/de, con afán acelerado. en Jas cuencas de reü)lección de las lluvias. De modo que la c••ptación iJ,mècliata de las aguas del rio Sali Cristóbal sería er, breve tiempo un recurso efímero. Para contrarn:star la tendencia a la merma en uno y en otro ríos, por ,~ausa de los desmontes, ea preciso buscar un artifich para reemplazar el almacenaje que a modo de esponja desempeñan l••s raíces, por medio de obras de contención de las agm:ls del invierno, para la regularización de las corrientes y para la decantación de Los sedimentos arrastradolJ por los aguaceros. - la -- Por motivos de economía de dinero, la discual6n de este procedimiento puede contraerse a la garganra estrechísima del Boquer6n y, .in mucho pensar, le de!>cllbre que un" serie de murallas atraveaadaa allí, sería el modo más barato y eficaz para aumentar Ia:saguas del tiempo ¡eco. por almacenamiento de Jas del tiempo dE'Iluvia"_ Esta obra es de urgentísima ejecuci6n. L~ hoya del río San Francisco, de 2,000hectáreas d~ superficie, aproximadamente. recoge en el mes de marzo <Iue es el más sêco, una cantidad de agua de 600,000 metro. cúbicos, de los cuales 426,000 se~evaporan y los absorbe el terreno (el 7 J "lo) y quedan solamente para alimentar el río J 74,000 metros cúbicos, la que representaría, si el régimen fuera permanente, un .gasto por segundo de 70 litros, en vez de los J J 2 q'Je resultaron en' el aforo de '1908. Toman!o las dos terceras partes de esta infeliz racwn de agua que le han dejado a la ciudad 101 agricultúrea y carboneros de la hoya, no se pueden alimentar satisfactoriamente en el mes de marzo sino 58,000 personas de las J J 7,000 que arroja el censo; esto, en el supuesto de que el suministro de la cuenca fuera regular a de régimen permal1ente, cosa que en realidad no sucede. En efecto, Jas 3 centímetros de lluvias que acusa el pluviómetro del Observatorio. se colman en uno, dos o tres meteoros en el mes, cuando más. durante los cuales se escapa por el cauce una gran cantidad de agua; de modo que el número de personas a quienes, se podría satisfacer plenamente se reduce muchísimo por esta intermitencia. Par~ regularizar el g•• to y mantener aquel promedio mínimo de personas, se necesitaría un depósito de I74,oOometros cúbicos, capaz de contener las aguas que corren por el cauce en los pocos y contingentes aguaceros de marzo. Tal dep6si~o deberá tener JO metros de profun-didad por 30 de ancho y 580 de largo. Aquel enorme albercón no puede obtenerse en la práctica, en condicione. económicas, sino aprovechando el cauce mismo del río, en la estrecha gar. ganta del Boquerón, yeso lIubdividiéndola en regiones escalonadas, a modo de esclusas. que. por la iD- Il el inación del .uelo, den la capacictad 411C' puede determinar una muralla no rruy aita. Mas, como no sería suficiente el almacenamiento en e.toa depósitos de las insignificantes a!o!uas de marzo, sino más bien las ¿ e febrero y agosto, para poder atendèr a la demanda de 140 litros por segundo a fin de alimentar la población actual. es preciso d'Jplicar, por lo menos, la capacidad rie aquf'llos depósitos. Si no se captaran previamente. como pronta providencia, las aguas riel río San Cristóbal, para triplicar el núme •.o de perS'lna!, satisfechas, alcanzarían las del Boquerón, mediante los amural;amientos. para una publación de 174,OO() hahit.;¡ntes. a que llegará Bogotá dentro de breve pIllo: acaso a]a vueita de un año, después de adquirido el acueducto por e] Municipio; porque proveer de agu . '. suficiente a una , ciudad es poblarla. Conforme a esta doctrina, para calcular el crecimiento de la población de Bogotá nn riebe emplearse la matemática. estrecha y n;ope riel 2°1. anual que sirvió para interpolar en el cU;ldro anterior los censos de 1860 a 1930, sino una fórmula más intensiva y acelt!ratriz, en función de elementos sociológiclls de orden complejo. Consideran(!o únicamcnte, entre ésto. mú]tiples factores, el servicio de los ferrocarriles. cuYI)S rieles avanzan hada el Tolima, Cauca, Antioquia, Boyacá y Santander. el crer:imiento de la ciudad culta, alegre y de c1im;¡, • .lave adquirirá a costa de aquellos Departamentos una aceieraci6n imposible de pronosticar. Cuantas PN.onas pueden alimentar de agua las cuencall providenciales situadas detrás de 10& cerros, otros tant()~ serán los habitantes de Bogotá: - 12- El amurallamiento del Boquerón aae~UTa el promedio anual aforado prácticamente en 1908 ....••........ J9~ It. por segundo El amurallam;ento del San Cnstóbal aseguraría. asimismo, el promedio aforado en J 908 ....•...•...•.•.•..... 39 J La arborización de la - primera hoya duplicaría el promedio de sus agua •...•.. _ J 95 La del San Cristóbal, id 39J Suma J,J72 It. por segundo Dejando para 101 ríos una tercera parte de esta suma, se podría disponE-I' para la alimentaci6n de la metrópoli -futura de un caudal de 800 litros por segundo, en números redo{ldos, cantidad .uficiente para 700.000 habitantes. El,área actual de la ciudad ocupa 369 manzanas y su ensanche hasta llegar a e.te último cupo se ha- _ ria en J 800. La extt>nsión superficial del aumentó, incluyendo calles de J 5 metros de ancho, sería de 1.625 hectáreas, (J sea un rectángulo de 5,000 metros de largo por 3 250 de ancho. El desarrollo de esta ciudad nueva no Sf' hará, sin embarg", en figura re· gular; ella seguirá, en primeT término, la. líneas de tranvías. Jas qe las tuberías de agua y la. de menor resistencia de los propietarios a la urbanizaci6n. U resistencia de los propietarios ,se fomenta con la promesa de las indemnizaciones por las fajas cedida. por elloll para calles, indemniza'ciones que jamás e.tará el Municipio en capacidad de satisfacer. Esta camilla de fuerza para el desarrollo de la ciudad ea .la falsa noción que existe en nuestro rudimentarjo concepto del dt'recho, entre la entidad municipal y la que debe ser el Común. Hay uua confusión deplorable eh 108 tres términos cómo el Consejo municipal puede.fom llta1', autorizar où&ntar la ,àpertura de nuevas calles. Acaso por falta t,ie aptitudes, el au-' tor de este escrito no pudo lIevar al ánimo de su. colegas en el Cahi\do sua ideas sobre la materia, c:uando se trat6, a moci6n Buya, de dictar el Acuerdo i - 13 -- sobre urbanización boy vige lte ; las cuales se fundan en la existencia, incomprensible para el actual Cabildo, de un cuasi contrato entre el Común y el propietario de predios urbanizablEs. en virtud del cual el primero se obliga a prestan n las calles servicios de pavimentación, aseo, vigilancia, luz, agua, etc., y éste cede gratuitamente, en su propio provecho, las zonas necesarias; sin que esta cesión y aquella presta, ión sea.n imperativas desde ant(' s de verificarsf' y para que se verifiquen de precisión, CDmQen un contrato perfecto. El Acuerdo número 6 del corriente añeJ, «por el cual Sf' dictan regias sobre urbani:tacióD.~ desechó sistemáticamente las ideas llostenidas por el autor de este escrito. - 14- TEORIAS SOBRE LA ARBORIZACION En el artículo anterior se habló de la influencia de la vegetación en general, tendida como un manto sobre las hoyas, para disminuír la evaporación y, por ende. para aumentar la cantidad de agua que corre _por los rí~s. Como se comprende, este manto será tanto más eficaz cuanto más tupido, la que.e sati.face empleando la vegetación herbácea. Pero hay yerbas más propicias, que otras para mantener húmedo el suelo, y és'as son aquellas cuyas raíces laD más extendidas. El carretón o trébol se' defiende más cont-rael verano, por esta razón, que la plegadera, por ejemplo. Una pradera de carretón soporta un largo verano sin a~ostarse. porque su raigambre, sin set m.uy profunda, se entrecruza en todas direcciones y subdivide el suelo para hacerla permeable. Disfruta, pues. en mínima parte el. tré'1ol de la función que desempeñan las raíces de los árboles para almacenar agua en el terreno. Silas raices son largas, extendidas y profundas como las,de lOI grandes árboles, el almacén será más grande para conservar las aguas del invierno y estará mejor provisto, e.o verano. La. l.luvias de abril, mayo y junio se gastarán, en un suelo arhorízado, durante los mesetl de julio, agosto y septiemhre, y la. de los meses de oct'llbre, novierobrt'!y diciembre se reunirán ron las escasas de enero y -{l'hreropara que no falten en e! reseco mes demarzoo Así tiel1d~a ser relo(ularel caudal de loa rios '5 Pero hay otra causa dE regularización que no en las raíces SilO en los tallos de 108 árbale., por el movimiento periódico de la savia, Laa plantas tienen una fisiologíc sempjante <lo la de los animales; en ellas la savia Leva disueltas las !inSlancias nutritivas procedente~ jel suelo, y por un viaje de ascenso las conduce hasta los cogoJlos. dl-'sde dl)nd~ desdcnde cargada de carburos y sales azoadas que ora deja en el esqueleto leñoso, ora devuelve al terreno, l"n forma de secreciollf's. El movimi"llto de 'a savia en las plantas es peri¡'ldico, como ~: dé la san gre en Jas animales, aunqUE muchísimo má" lPllto, y a falt~ df' corazón, ejerce ell ellas las fundolH s de bcmba a,pirante, la mism, combinacióll de fu.~rza$ qt,e d,-t.-rmina las mareas: sumas I) n'stas de la CiC['¡.'lO ,un;¡r, en conjunción o ~n oposición con la atrae· C'Ïón (h'i sol. Así como se lia I->retendidr¡ m>~ar las m ,r¡';,s ;qm(l~féricas, Cjt1C sido en el Trópico 5011 pl rcqltih 's se ha negado tarT bién, contra la experiencia d,' <tg-ricultores y leñiltt·ros de nuestra zona, ¡a inftuencii¡ de la IUlla en la ji~ioi()gía \'f'/.tf'tal. L, disputa puede dirimirse call una p-ut'ba "xperimental: las grandes gramíneas dd TrÓpic", (',¡no la guadua, por ejemplo, tier en en su tall" hm'cr) com· p"rtimi Ilt()~ q UP se van llellélnrln d" Iíq Il ie1, ':ot, de abajo hncia arrib ••, rlur nte un< +'ilZ iunar y flue •. ,,¡ ,;,·s orupalldosp de arriha haria ahilj" OUr<1l1t" ('tr" L,z. P.r rneuio lip t.,;adros pl' ,(' ,icados en es"!' compelrtl miento,;. pUt'rh' 1'l.nl~Jr<)h;,rs tanto ¡a subida cnmo :a bajada dl' la savia, IllPo:rse l'i I)('yíodo y Ti-ja, iOIl;q'!o •• tá .ituada CC" LI:' Kici¡.!Í;.s L;, vida - d,- ins orgal1is ï()'!I, des(k la Il hlll,sa h;- so;, l'i microbi,', c-:--tárl'!iJ( ior:,,(lè: ,'II ro.j,;~ sus ft.r ¡'¡meno,-: tal ,.~; la ley guro Plldi,·ra Ila¡¡'ins(' ¡;l:' id mit· tUr/I'dad 1tll1z'('rsa/. Cd."" intt'n'salitt.' CG:1 el i!ldir) y \ de hornbr,>, ('S la d,· las /"'gilll1ps h,ta mutu;¡lid"rl (",pxi,tcn"ja andi ¡;iS (> "l,n "11 ri":\I'iÚn i¡llimi;!d ',lI'rI,-,: ;, <II' ilil ,I<tE.'nninadas ¡¡la ,t.'> d •. ::.Lljlt:;ci(l!' d lI,', ~l En el all't)lanO el l)",¡vi., ti"l]"1l S!iS. r VI' tH " ()h~('uros (·1 indin aym,.ra. ei qui. hu;; l" nUlO" y d qUitus de! Ecuad, r. <,u.,t"ros, tristes y h, rm(~!ic's remo Illl mi,teno de los pál'amos su~wra din,,:,. y (1 ("1)11 l':p¡'.ial - 10- esa mi.ma llanura esca.a cie agua surgieron. al propio tiempo y por un mismo acto genésico del ingrate:> terruño. la alpaca. la vicuf\a y la llama, humildes rumiantes de la familia de loa camellos, tan 5em~ jantes al indio en SUI condidonea, como 'ÚI perenDél compaf\erosy amigos. El chibcha de la obana de Bogotá no tuvo aquel aliado en aua labores; porque 9uestra altiplanicie tenia agua suilcientepara IUS--'tentar otra especie de rumiantes menos económicos en la bebida; pero en cambio, tenia un árbol que lo acompañaba siempre cerca de au cabaña, con el cual circundaba su predio y cuya. hojas sec.ts, impregnadas de trementina, le servían de abrigado lecho contra el frío. El tronco de éste árbol indigen ••, recto y nudoso como el del bambú, economiza el agua en sus cañutos, para devolverla al terreno cada catorce días, promediando las lunaciones. Los españoles. con la petulancia de raza superior, desaprovecharon las condiciones de adaptación del indio Ral"a fundar una '. civilización criolla y le pusieron un apodo ridículo al precioso arbusto: la llamaron arboloco, Nuestrol compatriotas chibchas de Suba. Bosa y .Fontib6rr no han perdido, al través delosiiglos. la amistad de 8U hermano d~ mádre y la emplean, sin decir por qué,· al contorno de sus labranzas, para man~ener húmeda la pequeña heredad de sus antepasados. Este arbusto, para recoger Qet terren~ y hacer 10lubIe la gran cantidad de trementioa que ha menester para defenderse contra el fria y. vivir· en estas alturas. necesita disolverla en un1í~gran cantidad de agua, de la cual están colmado. IUS cañutoa mientras verifica la digeatión de la re.ina: es, puea, UD excelente ec6nomo de la humedad del auelo, La condensaciónl de los vapores acuosos por el follaje, verificada por la vegetaci6n arbórea. es ob· jeto de una explicaci6n fisica tan compreD8ible como poco vulgariiada. Se funda en las siguientes leyes: l.a El agua se vaporiza a roda temperatura. petc) en razón directa de ésta; 2,a La mayor temperatura tiende a aumentar el espacio ocupado por el vé\.por, 10 que significa que la tensi6n a fuerza elástica de - 17 éste aumenta con el calor; 3.- El aire, que se satura de agua a una temperatura dada sin perder su transparencia, puede disolver más ~gua si la temperatura sube, y recíprocamente, la de'¡uelve y repele, si la temperatura baja después. El contacto del ai ~e con una superficie fría verifi· ea un enfriamento en su capa inferior, el cual se va propagando lentamente hacia las capas superiores. SI la superficie refrigeradora e:itásituada en la cúspide de un cerro, por ser más c.enso el aire a medida que se enfría, sus capas refrigeradas descienden como un bitño por las f¡;,ldasdel C:lrro. siguieudo sus ondulaciones; esto es la que detE,rmina el fenómeno de los vientos. Si el aire que rodea la eminencia refrigeradora está saturado de vapores acuosos, transparentes a . la temperatura a que llegaron allí, toman la forma vesicular opaca, con aparienci:l de neblina, no en disolución ya, sino en l'uspensión en la atmósfera, como una polvareda: tal es el prcceso de formación de las nubes que suelen encapotar los cerros. Por último, si la superficie refrigeradora del cerro no es lisa para que el des:izamiento del aire con vapores en suspensiÓn nebula]' se verifique con viento fuerte y rápido, de modo qUt: pueáa recuperar pronto en el valle una temperatura capaz de hacerle disolver nuevamente el vapor de agua que ya estaba en erstado vesicular, sino que dicha superficie refrigeradora está erizada de árboles. S:l acción frigorífica aumt'nta por el mayor contacto 01 espacio yen tiempo, y el aumento de nubes y su ret.trdo en él deslizamiento hacia el valle detcrrr inan la condensación d,>finitiva en forTl"a de rocío, l.oviznil a aguacero, según el grado de saturación y d estado de tensión de los vapores acuosos, meteoros siempre útiles a la vida, a cuya mutualidad están concertados. Tal es la explicación sencilla pero pow conocida de las mayorès iluvias en las cordillera'; cubiertas de bosque. No es qlle los árboles fabri'luen agua, como bay personas que así la creen, sino que sirven de acumuladores de la que bay en la at;nósfera en todo tiempo 2 - J6- y eepecia1mente eo lIaa ~pocas de gran calOl',.que _ cuando la nporizacióo de •• marn y de los l&got l' 88 más abundante. Los árboles p"estao servicio en el aumento d. las aguas, por las raíces, por el tallo y por et follaje. __ Recíprocamente, ai se -'estruyen los árboles de laa cordilleras. disminuyen loa meteoro. acuosos, se agosta la pequeña vegetaci6la cie lo. prados, .e ~ ta la velocidad de loa vientos, Be reduce la caQtidad de oxigeno que los árboles emiten en beneficio de los hombres y de los animales, se merma el caud~ de aguas de los rios, los inviernos se hacen más cOt'toa y los veranos más largos, las cOSéchas sufren, y las vías acuáticas contraen más y más su prestaeióll de servicios al comercio. Una mueca de escepticismo ba contraido el rostro de muchos lectores ante la posibilidad de que los -dachuelos que pasan por Bogotá alimenten algún wa,. mediante la arboriuciÓD ale las boyas, una población de ¡OO,OOO habitantes. Sill embargo; científicamente se puede demostrar que no ea una fábula del tiempo vi~jo, lleno de mentiras, la de que ~I río San Cristóbal se atravesaba en canoa y la de que los frailes franciscanos pescaban desde la puerta de su convento en el qUé h«ja del Boquerón. Con el testimonio de ('uetTo IUtitr.os no más se I:mede compro bar. asimismo, que lOS arroyos procedentes de la Cordillf't"a de Subia eran riachuelos antes de los desmontes hechos para poner· cafetales y que los barcos del bajo Magd;.lena llegaban basta el Salto de Honda, tres leguas arriba de donde hoy suben. El Ma~dait'lla PUt'S. ('(ln sus grandes y fugitivos aguajes de iIlVif'TIlO y SUB varaderas de verano. , va corriendo p,.n'jas con el río San Franciscol N adie ha concebido. sin embar:go, Ulla ley para reglamentar los desmon tes, ni para eati mular la repoblación de las Hon,stas. - 19 - ESPECULACION FORESTAL Ante el egoísmo ciego de los hombres, no basta demostrar que una obra es buena; sino que es neee· .ario, además, hacer mérito de que es lucrativa. Sobre la conveniencia social de la arborización de las hoyas de nuestros riachuelc.s para aumentar les sus aguas de alimentación d(~ la ciudad, conviene ofrecer incentivos de lucro, po:' medio de algunos cálculos seductores en el concepto del negocio. La tierra, aunq~e sea de greda, intensifica su a\Jlícación a inmediaciones de ulla g-ran ciudad, donde se armonizan, bajo la ley di' mutualidad, la codicia del individuo con las necesidades imperativas del común. Por una especie de demagl)gia de las cosas, se impo· nen entonces los elemento:; inferiores: el ladrillo y el carbón se parang-onan cou la seda y el lino y aun les superan en importancia, por las necesidades que impone la ocasión. El (hile, ~sa malE'za indicativa de una tierra enteramente estéril, adquiere importancia a inmediaciones rie Do¡;("otá, como combustible para los dlÍrcales. El inf~liz arboloco de los indio~ viene ahora a ufrecer liUS :iervicios a la urbe, en com· pE'Ccncia con aquel otn. m serable de la vegetación. Una hectárea de m..llcza produce cien carretada!, de rama para los tejares, y la misma extensión de tien;" cubierta de arbolocos alimenta, por la menos, 20.000 arbustos, y los lev lOta a cuatro a cinco metros dp. altura en (·1 térmitlo de un año. El arboloC'o, por su trpmel1tina y su ccmplexilJO icfiosa, tiene mayor potencia calorífica qu',- el chite,. de moclo que, ell ¡Rualdad de precios, una carretada de aquél es mucho más económica qUE'otra de éste. El corte de - 20- veinte metros cuadrados de superficie cultivada con arbolocos, produce, seguramente, más de una carretada de combustible, y en este caso una hectárea produce cinco veces más combustible y de mayor potencia. por aquello de la demagogia de las cosas, es pertinente ameritar en la tesis de defensa de los arbolocos, que a inmediaciones de la ciudad conviene preferirlos sobre el cultivo de las papas. Sin contar, en efecto, con las contingencias de una mala cosecha, una hectárea produce, a la sumo. setenta y cinco cargas de papa, las cuales, vendidas a 1> 5. no alcanzan a dejarle al agricultor una utilidad de $ 300 en seis meses de trabajo azaroso y continuo; al pa80 que si la misma extensión produce 500 can"etadas de arboloco, al minima precio de 1> 2 cada una, producirán más dinero. sin estar esperando lluvias ni temiendo he¡adas, ni gastando en barbechos'y deshierbas. Un millar de ladrillos requiere para su cocción cinco cargas de cisco. por yalor actual de "2-50, a bien, dos carretadas de rama, de 40 @ cada una, con un costo de " 4. Esta diferencia de gastos no hace, sin embargo. prependerar la hulla sobre la. rama; porque este último combustible ofrece al alfarero economía de tiempo y mejora en la calidad flel producto. Una hornada de material se quema con rama en tres días de fuego unHorme; al paso que con hulla el fuego ea irregular-violento en partes e insuficiente en otras-con productos heterogéneos y en un periode de actividad de treinta días. Un horno alimentado con rama rincle 18 operaciones por año, y solamente 7, alimentado con hulla. Para aforar la demanda que ha de merecer ·.elaro boloco, conviene tener en cuenta la siguiente estadística exacta de los tejares que hoy funcionan en los barrios alfareros de Bogotá: - 21 rIamos Empresas Chapinero •••..... Sucre ••....•...... San ta Bárbara. Las Cruces ...... San Cristóbal .. Suma J 13 8 S con 21 la 59 85 32 •• Piezas para 442,5°0 482.000 103,000 132 .. 1.941•000 195 ., 2.968,5°0 En plena actividad, dicha" empresas producirían anualmente 53.4B,oOO pieza!, quemándolas con rama, y sólo 20 779.000. quemi.ndolas con carbón de piedra. En el primer caso se consumirían en el año 106,866 carretadas de rama. por valor de 1> 213,732 Y se aplicarían 1,068 hectáre3.s de tierra para la producción de tal combustible. El crecimiento de poblac ón anual en Bogotá es. próximamente, de 2 por )00, es decir. que para 120,000 babitantes corresponde un .aumento de 2,400 personas por año, alojables f:1l 240 casas. En el año pasado se obtuvieron de ia oficina de ingeniería municipal 201 licencias para Edificar, y en los seis primeros meses del año en curso se baD edificado 121 casas, según informa dicba oficina. Esta concordancia de los bechos con los c¡ilculos permite asegurar que por cada casa bay una producción en los tejares de 223,000 piezas (ladrillos, tejas. tubos. etc.). (o cual no parece exagerado. sí se ':iene en cuenta la cubicación de una casa para diez personas, con sus desagües, pavimentos. paredes. tejados, alcantarillado. etc, Mas, como no todas laH casas son de ladrillo ni la combustión de los horno:1 va con la regularidad y exactitud del cálculo anterior, bien puede reducirse a la mitad el cnsto de combustible en rama. consumido anualmente en Jas 19:i tejares de Bogotá, E. decir que, aun baciendo esti rebaja, el cultivo del arbol oca tendría un mercado anual, por ahora, de más " 100,000. Dentro de quince años. si la raz6n de aumento se mantuviera uniforme, el gasto de combustible representaría un 50 por IDO más. Dea,pués del Ia.~ y l1l-•. -viene,-en orden de alejamiento, la maqeraQecons,trucción, por su mayor pr~çio. el cual ~mite tr~nsportes más largos. L,~ maderas para eqanisteria. pata pl,(erl¡aaordinarias. para columnas. para techo&¡.etc., el;J$I orden, vaD ale#.ndoae de la oiudad. El ~ro d~ o.1leStr() eli~.~fria.•por ejemplo, ~s madera magnífica de ebani,tw{a q~e, sin E'mbargo.se usa!;ta como {Iladeramen ordfnárlo cuando el árbol crecía a orillas del río San Francisco, y hoy se aleja cada v.z más. Loa eucaliptus. impropios, por otra pute paJa e¡l aumento de agua., por su rapidez de dœsarroUoy lU consiguiente bajo precio invade las faldas de nuestroa cerros. qqque 81,1 aplicación aólo alcanza para vigas y postes. El pino, que ofrece madera para ebanistería al propio tiempo que para construcciones. tasto por la finura de su fibra. como por la rapidez de su desarrollo. se impone de preferencia en la flore8tadón de las hoyas. Este hermosísimo árbol de la. neveras de Suiza. empieza a ser útil desde su infancia. Hasta loa cineo años su desarroUoen capay ea follaje lateral elrece por la poda una gran Cantidad de rama para oombustible, más enérgico que el 6kite y que el arboloco fOr au contenido de sustancia leñosa y resina. La poda de èincuenta arboUllos de esa edad produce más de dos carretadas por afta. Después de esta edad ofrece varas para enmaderadoe. lu cua~. se pagan a.$) 0.60. A los diez afios s~ tallos han adquirido longitud y diámetro su{icientes para utili2arlos como €alumnas y vigas. qlW ,e pagao a razón de $ 2 el metro corriente. Después de 108 veinte años este precioso árbol tiene un tronco capaz de ser aserrado en tablas para puertas y mueblea.cotizables a 1> 0.01 el decímetro cuadrado de superficie j de modo que entonces produce más de " 30. Sobre 108 anterÏDres datos d~ precioa. produce una hectárea sembrada de piDpSa cuatro 'Detro» dlli distancia y cubierta de arbolocos mientras el deS.arrollo de aquéllos lo permita. lo siguiente. en el transcurso de quince afios. Er. cinco años de explotaci:,n de los arbolacas, a razón de 500 carretadas por año y al precio de solo $ I la carretada en el sitio ••••••......$ 2.500 Seiscientos pinos P.11 diez años producen 240 carretadas de rama. tamhién al precio de $ I cada una 240 D'~spués de quince años. t:ntresacado el 50 por 100 rie árboles. los 600 pinos producen 300 vigas de a $ 10 cada una 3.000 Suman los productos $ Quedan en el pinar 300 árbo· les q!Je valen ........................•....... $ L:)s gastos de plantío. sin incluír el arriendo de la tierra P,1eden cnmputarse así: Semilla. siembra y cultivo de 600 pinns, hasta ponerlos a un metro de altura, a $0.20 •••.•••.•••..•..••.$ Siembra de 20,000 arbolo( os, a tI! centavo . Intereses de $ 220, en quince atlas, al 10 por 100•••••••••••.••••••••.••• Parte alícuota di> la anmi listación de 'In bosque de ve nte hectheas. P.I1 ciento ochenta me- ses Imprevist(Js 120 100 33° . 180 . 7° Gastos .........•..•........................ $ Utilidad en quí'lce años, ,t un prom!c'dio mensual de" 44 . 800 7.94° Sumas igua:es 1> 8.740 8.740 Bien puede reducirse la t.tilidad mensual de '$ 44 por hectárea a una cuarta paTte, a fin de sortear toda especie de conting-encias des;avorables, para calcularse CU1.lItopodría el propio :ario exi~ir por arrendamif'nto del terreno en est;; especulación forestal, completam~nt~ desdeñada hoy por el mal consejo de una codicia ciega. OXIGENACION DE LA CIUDAD Por experimentos hechos en Europa. se s:lbe que una renona de raza blanca consume por término medio 8 litros de aire, en 16 aspiraciones por minuto, o Bean 11,520 por día. los cuales. Ci la presión del nivel del mar, contienen 14.895 gramos ya la presión de Bogotá sólo 10,978 gramos. suponiendo para uno y otro caso la misma temperatura. 23"10 de 14.895, 60n•........ 3.425 gramos oxígeno e < 10.978, son.•...• : .. 2.525 e' e Pérdida en el consumo de oxigeno para un europeo trasladado bruscamente a Bogotá ............•..•....•..••......._•..... 900 gramos diarios Para equilibrar el gasto necesita el organismo hacer un trabajo biológico a fin de aumentar la cavi· dad torácica a través de v~rias generaciones o para acelerar la respiración desde luel{o. Esto explica la pereza .del pueblo bogot:lno. de raza europea. y la dificultad en que está la ciudad civilizadora y docente de Colombia para fundar la ciencia criolla, es decir. la ciencia de experimentación directa sobre el hombre y las circunstancias locales: el blanco píerde en los Andes fuerza mental, a causa de la merma en su ración de oxígeno. en detrimento de la química de au cerebro. Por esta mi.ma razón no le ha medido aún la capacidad torácica de nuestros indios ni la velocidad respiratoria de los mestizos. Nuestros sabioa y nuestroa pensadores tornan V aUI\ suelen asimilarlle e' trabajo científico de otrol puebloll productores de ;deas nuevas: l!Ion, pues, cuando más eruditos, pero no originales. El dltste bogotano no ar¡{uye contra esta desconsoladora tesis; porque el chiste, como sostiene Spencer. envuelve siempre una incongruencia, y la incongruencia no es sino una discrepancia subjetiva. La bufoneria es una forma sim pática de desequilibrio. Bajo una campana cargada de oxígeno. los grandes penaladores de que nos solemos uf;loar, habrían hecho obra propia, en provecho de nuestra positiva civilización. Los pulmones de la ciudad son los parques y jardines; porque elloll restituyen a la atmósfera el oxígeno del ácido carbónico proveniente de los hogares y de la respiración de hombres y animales, para equilibrar así, bajo la ley dt mutualidad, las funciones fisiológicas de la muchedumbre. Pero los bOS4ues, en su gran manufactura de oxígeno, ofrecen además alegría sana a los pueblos que los cultivan, y fuerza mental a los hombres. La arborización de las hoyas de los ríos San Francisco y San Cristóbal, al suministrar un inmenso caudal de oxígeno para Bogo :á, tal vez acabe con el chiste como base de criterio popular; pero, en cambio, llegará a alimentar cerl~bros de fuerza, capaces de fundar en Colombia la escuela Ùldí~ena. -.2Ó ADQUISICIONDE HÓYAS PROYECTO DE ACUERDO 80bre apropiación de las hoyas de los rios San Francisco y . San Cristóbal El CQnsejo municiP4i de Bog0J4. CONSIDERANDO l.· Que día pol' día se disminuyen las aguas alimenticias de la ciudad', a causa de los des~ontes y cultivos de las cuencas donde estas aguas se reeo- gent ,. Que el número dé habitantes y colonos de dichas cuencas es c:msiderable~a tal punto que en la actualidad alcanza a alterar la pureza de las aguas de que se abastece la ciudad. con menoscabo de la higiene. y 3.· Que en virtud de las anteriores consideraciones. se bace indispensable la solemne declaración de que es UD atentado a la vida de la capital el aplicar las mencionadas hoyas a un uso distinto del de (.olectoras de agua potahl~~,,;;= .. 2.° ACUERDA. -'!r'-- Art. J. ° Declárase de utilidad pública la expropiación de las cuencas de los ríos' San Francisco y San Cristóbal. para los efectos de la ley. Art. 2.° El Alcalde de la ciudad hará levantar inmediatamente, por un agrimensor idóneo, el plano detallado de dichas hoyas. con el objeto de conocer su capacidad y la extensión cielos diferentes predios rústicos q\le alli existen, con expresión de las fuentes de agua. el número de habitaciones, el censo de población y demás elementos que concurran al conocimiento de lU actual desarrollo agrícola e industrial. - 27 - Parágrafo. El Alcalde ~ará un catastro de las propiedades situadas en las hoyas, sobre los datos exactos del plano, tanto de los pre'Hos rústicos y sus cultivos como de las edificaciones que allí existan. con el nombre de sus propietarios y la rel¡¡ción. desde treinta años atrás, de ~us titulas de propiedad, a cuyo efecto tendrá en cuerta lo pr<"scrito en el artículo 4.° de este Acuerdo. Artículo 3.° Por los gastJs que ocasionen el plano y el catastro dI' quP. tratl el artículo anterior, el Alcalde presentará al COTl!wjo sendos proyectos de Acuerdo sobre apropiación de los créditos que sea necesario abrir en el Presupuesto vigente. Art. 4 ° Previo un estudio sobre los títulos de propiedad y lIobr•. los dere'chos de posesión. hecho por dos abogados reputados de· la ciudad. el Munidpio declara como de propiedad comunal aquellos predios cuyo prpsunto propiethrio o poseedor no acredite sufidente d('r~r-ho. sin perjuido de riejar a éstos a salvo el reclamo correspordiente ~nte el Poder judicial para que puedan incorporarse en el beneñeio de la expropiación a que dé lugar el presente Acuerdo, y el Municipio. tomará posesión. de hecho de dichos predios mostrencos. lI'aliéndpse de la fuerza pública, si fuere necesario. Parágrafo. Todo acto de contemplación de la Alcaldía en favor de los colonos intrusos se consid •..rará como un atel1lado contra a salubridad pública y será castigado enn una multa de diez centavos oro por mes, por cada fanegad,¡ a fracción de fanegada op.Dpada, multa que le será liquidada al Sr. Alcalde por el Consejo municipal, de oficio a a solicitud de cualquier vecino de la ciudad que compruebe el hecho. Art. 5.° S bre los datos cue arroje el catastro de qUf' trata el parágrafo del ar::Ículo 2.° de este Acuerdo. el Alcalde abrirá negociaciones con los propietarios legítimos de Jas hoyas. para la adquisición de los predios por el Munir'ipi,), a cambio de Va/es de crédiÜ>municipal, al tpnor dp.l Ar.uprdo número 17 de 1913. y presentará al Concejo. en el t{~rmino de treinta días clespués de hecho el c"itastro, una relación en - 28- que conste el nombre de los propietarios. la extensi6n y mejoras de sus predios, la cuantía del arreglo a que se sometan a cambio de Vales, y la lista de 108 que no se sometan a arreglo, eon el objeto de que se den las disposiciones necesarias a la emisi6n de los Vales, si el Concejo aprueba los arreglos celebrados porel Alcalde, y para que se extiendan la. correspondientes escrituras de compra. o para que se inicien los juicios de expropiaci6n contra aquellos propietarios cuyas pretensiones sean exageradas o que no se hayan sometido a arreglo alguno a cambio de Vaks, y en este caso anotará el Sr. Alcalde en el cuadro antedicho la cuantía en dinero que pretenden éstos por sus predios. Art. 6.° Sobre la base del costo que requiera en dinero el valor de las expropiaciones de las hoyas de los ríos. el Concejo elevará una petición al Congreso para obtener un auxilio por suma equivalente del Tesoro nacional. a fin de pagar las expropiaciones y recoger los Vales, en atención a qbe la ciudad es la residencia de las primeras entidades de la RepúblIca, y debe gozar de las ventajas de un buen servicio de aguas. Parágrafo. En el caso de que el Congreso no atienda la anterior solicitud, el Concejo levantará un empréstito entre 108 Bancos de la ciudad, con garantía de las tierras adquiribles. por la suma necesaria, y si fuere preciso ofreciendo también en garantía la administré!ción de los bosquês que en ellas le establecerán. al tenor de lo dispuesto en los· artículos .iguientes. Art. 7.° Tan pronto como esté sancionado el presente Acuerdo, el Alcalde tomará información del Departament~ de Agricultura de Washington, directamente o por conducto del Ministerio de R~laciones exteriores. acerca de la clase de pino que se desarrolle en el menor tiempo, en una altura comprendida entre 2 500 Y 3.500 metros sobre el nivel, de mar y bajo una temperatura media de 10 o centÍgrado, acerca de los centros dond~ pueda obtenerse a mejor precio la sezrilla y acerca de los métodos de cultivo y explotación. con el objeto de preconizar el siste- ma de arborizaci6n y explotación metódica en las hoyas adquiridas por el Municipio en los contratos que se celebren con este objeto. Art. 8.° A medida que el Municipio vaya adquiriendo los predios que htegran las hoyas de San Francisco y San Cristóbal, sacará el Alcalde. o la Junta municipal del Acueducto, si se hubiera adquirido éste por el Municipio, a licitación en fracciones de diez a más hectáreas) a siembra en diez ai'los y el disfrute de los pinares en el término decincuenta, .obre las prescripcione s obtenidas según el artículo anterior. que armoni ~en con el pliego de cargos. Parágrafo. El plie{{o d·' cargos para la siembra y disfrute de los pinares será de la forma siguiente: a) N. N se compromete il suministrar la semilla de pinos de (tal especie) para senbrar en diez años completamente (tanta extensión de terreno) dentrd de los siguientes linderos ............• al prf~cio de $ el millar de semillas. b) En dicho término~. N. se compromete a cubrir completamente de árboles la extensión que tome en arriendo, a razón de seiscie ntos por cada hectárea. e) Durante ios diez primeros años N . .N. se comprorn·:::te a no destruír ning-uno d::: las árbote'i sembrados. a mmtenerlos en buen e,titdo de cultivo, y a no derivarde ellos más provechc para ('arbón o leña que el que resulte de las podas necesarios para levantarlos a la altura de su complctL desarroilo. ti) Después de los primeros diez años N. N. sólo podrá entresacar los árbnl~ s defectuosos. reeroplazándolos por árboles nuevos, y el disfrutt:' comprenderá únicamente los gajos in't~riores de cada árbol, sin los cuales no sufre perjuil:io en su forma y loza· nía. Por cada árbol qne N.~. pcrjudique (l rJerribe iocoosuitamente dentro de c~;te plazo, pagará una multa'$ .'5uro, sin pcrjuicio~l~ que se le rescinda su contrato sin lugar a injemniZlcir'm, si rcin<:ide. según comrrobación evidente de lé falta. a iniciativa del guardah sques. e) DèSpués de vt~illte aÙos, ~. 0J. podrá entresacar para madera ti otros liSO.; pl 5,j% de los árboles .. 30'- mis a'ntig'U'Oá, que'd!artdo espaciados los- vètinos e'ñ o:na distancia no mayor del d6ble de la que antes guardaban y reemplazando' cada árbol cortado con otr~ nue~o. En la misma. f~à y dé la misma mal'l~ta N. N. p~drá continuar indefinidamente la explo;. fación del bosque de su dependencia hasta la expiraciórt del tiempo de su. contràto y las próri'ogas a que se 'haga acreedor. /) N. N. paga,.á al Municipio o a quien sus derechos represente la suma 'de" ....•... anuales por cada hectárea en la segunda década, y la suma de " ••......en las subsiguientes hasta el completo de los c1IlC'.lentaaños del contrato, salvo el caso de prórroga. , g) N. N. se compromete con su persona y bJenes en general, por la suma de 1> .• a entrégar al Municipio, vencido el término de los cincuenta años contados desde el día de la entrega del terreno, trescientos árboles de más de quince años de edad y trescientos de más de cinco años, por cada hectárea. h) Mientras la frotldosidlld de los pinos lo per~ mita y desde el momento en que N. N. éntre en posesión dt' su contrato, pondrá provisionalmente un cultivo efímero de arholocos, tan tupidos como sea posible .. Art. 9, Desde la adquisición de los primeros predios en UDay otra hoya, créanse sendas plazas de gu¡¡rdabosques para aquéllas, con la asignación mensual de 1> ••••••• , cuyas funciones son: l. Impedir el establecimiento de habitaciones, quemas y cultivos o empresas de cualquier clase en los tt'rrenos del Municipio. destinados a bosques por el presente Acuerdo. II. Vigilar las siembras de pinos para que ellas se cumplan al tenor de los contratos respectivos. III. Celar las podas de los árboles en crecimiento y en completo d~sarrollo. para que no les sean perjudiciales. IV. Cuidar de que los árôoles defectuosos de más de diez añlls que deban derribarse. sean reemplazados por árboles nuevos. < •••••••• , - 31 - V. Presidir la derriba de los de explotación y cuidar de que ésta sea met6élica e inofensiva para lOI árboles contiguos, y de que los contratistas provean a su reemplazo. VI. Dar cuenta al Sr. Alcalde de las irregularidades que observe en la adminisiración de los bosques y rendir mensualmente un informe sobre el número de árboles sembrados, podados. derribados y reemplazados en la zona d'} su jurisdicción, por los COI:tratistas. VII Vigilar la siembra inmediata de los arbolocos provisionales para ('1 .1.umento de las aguas. mientras la frondosidad de los pinares la permita; y VIII. Cumplir las 6rdenl~s que reciba de la Alcaldía o de la Junta municipll del Acueducto. en su caso, en relación con el cargo de guardabosques. Art 10. A los colonos ir.trusos que sean despojados de sus ranchos y cultivos en las hoyas, se les Indemnizará, si la solicitan, en iguales términos en las tierras baldías del Corregimiento de Nazaret. Art I I. Queda priJhibid(J a los contratistas de bosques levantar en cada lotE más de un ranf'ho par ••. cuidanderos y aserrío, y a unos y otros el e~tablt'cer ninguna especie de cultivos. fuéra del provisional de arbolocos. ci cual debp. qL1cdar plantado en cada lote seis meses después de firmado su contrato. :\rt. 12 La administracicin de los bosques, p-I r.ervicio del empréstito nccciario para adquirir las hoy;.¡s y todos los demás pa ·ticulares re:adunad()s cnn •.lia", quedarán a cargo de la Junta municipal del Acueducto. en cuanto éste sea adquirido por pl Municipio. *** N •.T¡\.-Este proyecto fue presentado-tl C'lf\cejo por el aute·r. el día 20de julio ole '914. T<'Ci'li/) prim' T debate en la spsión del dia 2 J Y pas() "11 ~(¡mi· si6·,. para segundo debate, al Sr. Concejal ¡\il>¡·rt(l Portocarr('ro. .. /;:., ~ los Oa"OU~~:" "t - ... .__';,;,~,l:,:;~:~.\.' __ ~,~: "·d". 'f ',., :,--<--,::; .- . . ~. ',Reúno en,.es~e~~·en()foneto mis artículos , -", , -- . sobre arhoriz~ci6~~i~fa , . dedicárselo~ -'- ..••.. a lasM\l~ nicipalidades ;porqllc a ellas correspond~~'yel~~~ par la exist~nsia de la:; poblacio~~s"c:leP1.fl~i'·~$; te de la abÙn~htncid );'purez~ 4~1~,:~~gàás:'Ef~; ~::~~d~.~ll""j¡~~~7 ... cornó lugar (le'clv~' ámiento, y p6r ellu me -;.~~,':prometoestudiado en próximos artícul~S.Ag:t'p:?" ,:"é)'d~~~rê que se me!emitan informes ~ohr,e'Ji,~ ,"-.~.. ~, ':'~ateria, para ver d~:ç:f1acer una m0Tl; "fiât~)iij.{¡ ~,-:."!',-' ,,: '. ' '. ;." , . '. ' - , - .. .. ,:.,':qu,íera incompi4ra, . ,,::, ',- .. ,.,...,.:. sobre f':~Ae$abrig?~~guridad .c ' ...,..,.." :"';:-.,' Aguas.dé;J~f:l. de que' t~:,:".~~p#~~\· cería al iil' : nte T~ incenti~jíïit: oiros·)·~ bre la r.antt ·}le ~'<;~~~l1e:;coJltíenênnuestras 'cordilleras. ':Bpgotá, agojto :¥,>~;i .: -j;T~'7y'" ;jJ:.ti1.':;f';.L "