Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Sentencia 14

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Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Sentencia 14 de Mayo de 2002.
( Exp. 02-10069 ). Caso: General Romel José Fuenmayor Magistrado Ponente: Antonio
García García Comentario: Judith Useche
Mediante escrito presentado en la Sala Constitucional el 03 de mayo de 2002, el General de
División del Ejercito ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN, ejerció acción de amparo
constitucional contra la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL,
en razón que está procedió a citarlo en calidad de imputado, para que compareciera a rendir
declaración en la sede de esa Fiscalía, de acuerdo a la Orden de Apertura de Investigación
Penal, relacionada con los acaecidos los días 11, 12, y 13 de abril del año en curso, además de
contener la mencionada citación orden de apercibimiento.
La Sala se declaro incompetente para conocer y decidir la acción de amparo constitucional
incoada por el General de división del Ejército ROMEL JOSE FUENMAYOR LEON, ya que
la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL, es una autoridad que
no está expresamente incluida en la enumeración prevista en el artículo 8 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, ni puede equipararse al Fiscal
general de la República. Sin embargo, de acuerdo a las potestades de la Sala Constitucional, a
la interpretación concatenada y armoniosa de los dispositivos constitucionales, la
comprensión de los principios enunciados en el Texto de la Exposición de Motivos de la
Carta Fundamental y la doctrina sentada por la jurisprudencia de la Sala de procurar
salvaguardar la vigencia de los postulados constitucionales, que sirven de fundamento para
declarar de oficio, la ilegitimidad de alguna actuación, cuando habiendo sido sometido un
caso a su análisis, observe que la misma ha transgredido el orden público constitucional, y en
tal virtud proceda de manera inmediata y efectiva, a restaurar a través de la forma que
considere idónea, la subversión advertida.
Considera la Sala que el control constitucional jurisdiccional constituye materia de orden
público constitucional, y siendo la Sala garante de la supremacía de la Constitución, al
constatar su violación, puede actuar de oficio y, en consecuencia, proveer lo conducente para
garantizar el restablecimiento de la efectiva vigencia del Estado de Derecho, como en efecto
lo hace en esta oportunidad, ordenando al Fiscal General de la Fuerza Armada Nacional y al
Ministro de la Defensa, abstenerse de citar con carácter de imputado, de emplazar bajo
apercibimiento y de imputar la comisión de hechos ilícitos al General de División ROMEL
JOSE FUENMAYOR LEON, así como a cualquier oficial general y almirante de la Fuerza
Armada Nacional, quienes gozan del privilegio procesal establecido en el artículo 266.3 de la
Constitución de la República, (antejuicio de mérito) en concordancia con lo previsto en los
artículos 377 y 36 del Código Orgánico Procesal Penal.
SALA CONSTITUCIONAL
MAGISTRADO PONENTE: ANTONIO J. GARCÍA GARCÍA
Mediante escrito presentado en esta Sala Constitucional el 3 de mayo de 2002, el General de
División del Ejército ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN, titular de la cédula de identidad
número 4.523.165, actuando con el carácter de Presidente de la Compañía Anónima
Venezolana de Industrias Militares (CAVIM), asistido por los abogados RENÉ BUROZ
ARISMENDI y TULIO ÁLVAREZ, inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo los números 1.240 y 21.003, respectivamente, ejerció acción de amparo constitucional,
con fundamento en los artículos 27 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y lo, 2° y 8° de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, contra la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA
NACIONAL.
En esa misma ocasión se dio cuenta en esta Sala y se designó ponente al Magistrado Antonio
J. García García, quien, con tal carácter, suscribe el presente fallo.
Realizado el estudio del expediente, esta Sala pasa a decidir, previas las siguientes
consideraciones:
I
ANTECEDENTES
El accionante señaló como hechos para fundamentar la presente acción de amparo
constitucional, que el 14 de abril de 2002, el Ministro de la Defensa, por disposición del
Presidente de la República, ordenó el inicio de la investigación contra varios oficiales de la
Fuerza Armada Nacional y el ciudadano Pedro Francisco Carmona Estanga.
Continuó expresando, que el 23 de abril de 2002, le fue entregada por la conserje de la
residencia donde habita, una boleta de citación del 22 de abril de 2002, mediante la cual la
Fiscalía General Militar ordenó su comparecencia para rendir declaración con el carácter de
imputado, en virtud de la orden de apertura de investigación penal que se sigue en la causa N°
FMG/2002/02, relacionada con los hechos acaecidos en el país, los días 11, 12 y 13 de abril
del año en curso.
Indicó que adicionalmente le fue entregado el oficio N° FMG/2002/ 180 del 18 de abril de
2002, suscrito por el Coronel del Ejército Ricardo Rafael Reyes Rincón, actuando con el
carácter de Fiscal General de la Fuerza Armada Nacional, dirigido al General de Brigada del
Ejército Juan Andrés Roa Gómez, Presidente de la Corte Marcial, mediante el cual el máximo
representante del Ministerio Público en la jurisdicción penal militar informó que su despacho,
"en cumplimiento de la orden previa de apertura de investigación penal militar NODS-JM1319 del mismo día 18 de abril", había decidido investigar a varios oficiales, entre los que
figuraba su nombre, por la presunta comisión de hechos punibles de naturaleza penal militar.
Asimismo, acotó que en dicha comunicación se expresó que los oficiales investigados `fueron
detenidos infraganti y se encontraban a la orden del Ministerio Público desde el domingo 14
de abril del mismo año a partir de la (sic) 08: 00 a. m. ".
Señaló que el Fiscal Militar solicitó a la Corte Marcial, el nombramiento de un Juez de
Control para iniciar el procedimiento de flagrancia, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 282 y 373 del Código Orgánico Procesal Penal. Agregó que, a tal efecto, fue
designado el Coronel del Ejército Damián Adolfo Nieto Carrillo como Juez de Control,
oportunidad en la que Fiscal Militar ratificó su solicitud de aplicar el procedimiento de
flagrancia, previsto en el artículo 373 eiusdem y el inicio de la fase preparatoria a que se
refieren los artículos 280 y siguientes del mencionado Código.
En tal sentido, dejó expresa constancia de no haber sido mencionado su nombre en ninguna
de las actuaciones efectuadas por el Fiscal Militar relacionadas "con la comisión de delitos
con carácter de flagrancia ".
Refirió que, el 24 de abril de 2002, la Sala Plena de este Tribunal Supremo de Justicia,, al
pronunciarse sobre la solicitud formulada por el Juzgado de Control de la Corte Marcial de la
República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con el artículo 151 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia, con respecto a la libertad de los ciudadanos General de
División (Ej) Efraín Vásquez Velasco, Vicealmirante Héctor Rafael Ramírez Pérez,
Contralmirante Carlos Rafael Molina Tamayo, Contralmirante Daniel Lino José Comisso
Urdaneta, General de Brigada (Av) Pedro Antonio Pereira Olivares, en virtud de la
investigación preliminar abierta contra, acordó lo siguiente:
"PRIMERO: De conformidad con los artículos 333, 334 y 335 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y a fin de garantizar el cauce procesal respectivo, a)
prohibición de salida del país y de ausentarse del Aréa Metropolitana de Caracas sin
autorización del Tribunal Supremo de Justicia, b) obligación de presentarse una vez a la
semana ante la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia en días y horas hábiles, c)
prohibición de concurrir a reuniones, marchas, concentración o cualquier otra actividad
confines políticos, a los oficiales General de División (Ej) Efraín Vásquez Velasco,
Ficealmirante Héctor Rafael Ramírez Pérez, Contralmirante Daniel Lino José Comisso
Urdaneta y General de Brigada (Av) Pedro Antonio Pereira Olivares. Las medidas dictadas
tendrán una vigencia de treinta (30) días y, en consecuencia, sin efecto la detención
domiciliaria de los oficiales mencionados. El incumplimiento injustificado de estas medidas
traerá como consecuencia la aplicación de otras más gravosas.
Con respecto al ciudadano Pedro Francisco Carmona Estanga, la Sala se abstiene de emitir
pronunciamiento alguno, visto que dada su condición de civil, la presente decisión no enerva
las medidas dictadas en la jurisdicción competente. Aclaratoria esta pertinente, pues, aunque
en el oficio de remisión de la compulsa no se menciona al prenombrado ciudadano sí aparece
señalado desde el folio primero del expediente en la lista de aquellos a quienes se sigue juicio
en la Corte Marcial.
SEGUNDO: En cuanto a los ciudadanos Contralmirante retirado Carlos Rafael Molina
Tamayo y Coronel (GN) Isidro Pérez Villalobos, la Sala observa que, según el artículo 266.3.
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no gozan de la prerrogativa
procesal del antejuicio de mérito, quienes podrán ejercer los recursos pertinentes ante las
instancias respectivas.
TERCERO: Se ordena remitir compulsa de los presentes recaudos al Fiscal General de la
República y copia certificada de la presente decisión al Tribunal de Control de la Corte
Marcial, a los fines legales correspondientes.
CUARTO: Se acuerda dirigir los oficios correspondientes a la Oficina de Extranjería, adscrita
al Ministerio del Interior y Justicia, a los fines de dar cumplimiento a lo dispuesto en el punto
primero del presente dispositivo ".
Finalmente, señaló que el 3 de mayo de 2002, funcionarios de la Dirección de Inteligencia
Militar (DIM) se presentaron en su residencia para entregar una nueva boleta de citación,
emanada de la Fiscalía General Militar, en la que se le ordena comparecer para rendir
declaración con el carácter de imputado, en virtud de la decisión de iniciación de la
investigación penal que se sigue en la causa N° FMG/2002/02, relacionada con los hechos
acaecidos los días 11, 12 y 13 de abril del presente año. No obstante, indicó que todavía no ha
recibido la mencionada boleta de citación, a pesar de que dichos funcionarios fueron
informados de que se encontraba en la sede de la Compañía Anónima Venezolana de
Industrias Militares (CAVIM).
II
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO
La presente acción de amparo constitucional se fundamentó en la violación del derecho al
debido proceso, a la defensa y a ser juzgado por el juez natural, previstos en el artículo 49,
numerales 1 y 4, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En tal sentido, el accionante alegó que es atribución del Presidente de la República, como
funcionario de justicia militar, ordenar `por medio del Ministro de la Defensa el
enjuiciamiento de los oficiales Generales y de los oficiales Almirantes ", de conformidad con
el artículo 54 del Código de Justicia Militar, por tratarse dicha decisión de un acto de
gobierno que consideró se corresponde con una situación excepcional cuya valoración
incumbe sólo al Presidente de la República y no es delegable a ningún otro funcionario.
Por ello, señaló que la orden previa de iniciación de la investigación penal militar debe
derivar de una decisión del Presidente de la República, que -según afirmó- no consta en el
expediente del caso, por lo que consideró que "la referencia a la tramitación, por medio del
Ministro de la Defensa, debe entenderse como causal de comunicación entre el Presidente de
la República y los tribunales militares que deben ejecutar la investigación ".
Por otra parte, adujo que la Constitución y la Ley contemplan "el antejuicio de mérito como
una prerrogativa procesal dirigida a obtener una autorización judicial para iniciar el
enjuiciamiento y determinar la responsabilidad penal de un alto funcionario,
independientemente de que la acción sea calificada de pública o privada, y constituye un
medio de protección de la función pública... ".
Señaló que el antejuicio de mérito opera contra funcionarios que se encuentren en ejercicio de
cargos de alta investidura, conforme lo dispuesto en el artículo 266, numerales 2 y 3, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, "aun cuando la comisión del delito
imputado sea previa al ejercicio del cargo o durante su ejercicio ", por lo que dicho privilegio
se pierde al cesar la función pública.
Asimismo, indicó que el antejuicio de mérito es un procedimiento especial que se inicia
mediante querella del Fiscal General de la República - quien puede actuar de oficio o a
solicitud del agraviado o interesado, según el caso-, que se sustancia respetando el principio
del contradictorio.
Alegó que, de conformidad con el numeral 2 y último aparte del artículo 266 de la
Constitución de 1999, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 377 del Código
Orgánico Procesal Penal, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia en Sala Plena declarar
si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente de la República o de quien haga sus
veces y de los altos funcionarios del Estado, previa querella del Fiscal General de la República. Consideró que la citación para declarar como imputado, bajo la amenaza de imposición
de pena de arresto de seis a doce meses, constituye una medida de coerción personal en su
contra, que implica una persecución también personal. Por tal motivo, señaló que la violación
del artículo 49, numerales 1 y 4, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, debe ser analizada tomando en consideración la inviolabilidad de la libertad
personal y la prohibición de realizar contra el funcionario investigado ,,actos que impliquen
una persecución personal", prevista en el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal.
Asimismo, estimó que la existencia de una averiguación en su contra, incumpliendo normas
fundamentales que rigen el enjuiciamiento de los altos oficiales, "constituye una afrenta a mi
honor militar y una macula en una hoja de servicios absolutamente limpia ", por cuanto
señaló que el "requisito de procedibilidad es el que permitiría, eventualmente, ejecutar
medidas legítimas como consecuencia de los resultados de la investigación ".
Con fundamento en las consideraciones expresadas, el accionante solicitó a esta Sala
Constitucional declarara irritas las actuaciones que ha cumplido la FISCALÍA GENERAL
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL, como máximo representante del Ministerio
Público en la jurisdicción penal militar, relacionadas con la investigación que lo afecta.
Igualmente, requirió se ordenara a la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA
NACIONAL se abstuviera de dictar cualquier acto o medida de coerción que implique una
persecución contra su persona o la imposición de pena de arresto por la no comparecencia a
la previa citación de la que fue objeto.
Finalmente, solicitó se decretara medida cautelar innominada, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, mediante la cual se ordenase
a la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL abstenerse de citarlo
a declarar con el carácter de imputado, hasta tanto no fuesen cumplidos "los requisitos de
procedibilidad " que establece la Constitución y las leyes, y que no le lesionare su condición
de Presidente de la Compañía Anónima venezolana de Industrias Militares (CAVIM), por
decisiones vinculadas a la investigación penal militar que se le sigue.
III
DE LA COMPETENCIA
Corresponde a esta Sala determinar su competencia para conocer de la presenta acción de
amparo constitucional y, a tal efecto, observa:
En sentencias del 20 de enero de 2000 (casos Emery Mata Millán y Domingo Ramírez
Monja), esta Sala Constitucional determinó el régimen competencial aplicable en materia de
amparo constitucional, a la luz de las disposiciones de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, estableciendo en dichos fallos que corresponde a esta Sala el
conocimiento directo, en única instancia, de las acciones de amparo incoadas contra los altos
funcionarios a que se refiere el artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, cuyo tenor es el siguiente:
Artículo 8. "La Corte Suprema de Justicia conocerá en única instancia y mediante aplicación
de los lapsos y formalidades previstos en la Ley, (..) de la acción de amparo contra el hecho,
acto u omisión emanados del Presidente de la República, de los Ministros, del Consejo
Supremo Electoral y demás organismos electorales del país, del Fiscal General de la
República, del Procurador General de la República o del Contralor General de la República ".
En tal sentido, precisa esta Sala que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 8
eiusdem, el fuero especial allí previsto debe reunir dos requisitos intrínsecos, cuales son la
jerarquía constitucional y el carácter nacional, es decir, que la actividad de la autoridad derive
de un mandato expreso de la Constitución y que su competencia sea ejercida en todo el
territorio de la República, afectando así múltiples factores políticos, sociales y económicos de
la Nación. Por consiguiente, el referido fuero especial -que asegura que el control de la
violación constitucional a un derecho o garantía por parte de los hechos, actos u omisiones de
tales autoridades, "sean decididos con mayor certeza dado su posible incidencia en el
acontecer político del Estado "-, no puede ser extendido a todo tipo de autoridad del Poder
Público, que no se encuentre dentro del supuesto contenido en la norma mencionada.
Así las cosas, en el caso bajo examen, advierte esta Sala que la acción fue interpuesta contra
actuaciones emanadas de la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA ARMADA
NACIONAL, autoridad a la que el recurrente califica como "máximo representante del
Ministerio Público en la jurisdicción penal militar" y la equipara a la Fiscalía General de la
República.
Al respecto, debe esta Sala observar:
En sentencia N° 2663 del 14 de diciembre de 2001 (caso Agustín Rafael Hernández Fuentes),
la Sala precisó con respecto a la competencia para conocer de las acciones de amparo
constitucional a que se refiere el artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, que "cuando la acción de amparo se propone contra un hecho,
acto u omisión violatorio de derechos fundamentales provenientes de un Fiscal del Ministerio
Público, no debe entenderse que éstos actúan por delegación de atribuciones del Fiscal
General de la República ", dado que de las disposiciones contenidas en los artículos 284 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 1°, 3°, 5°, 6°, 13 y 16 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, constató que el Ministerio Público es único e indivisible, y
se encuentra representado por el Fiscal General de la República, de manera que, todos los
Fiscales del Ministerio Público que actúen en los procesos penales, sea cual fuere la
jurisdicción a que pertenezcan, lo hacen bajo la autoridad y representación de dicho alto
funcionario con rango constitucional y carácter nacional.
En tal sentido, el referido fallo dispuso, lo siguiente:
"...estos funcionarios que auxilian al máximo representantes del Ministerio Público y que
actúan bajo su autoridad, igualmente tiene conferidas atribuciones legales.
Ejemplo de ello lo encontramos en la Ley Orgánica del Ministerio Público en la: que
establece las atribuciones de los Fiscales Superiores (artículo 31), de los Fiscales para actuar
ante la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia y la jurisdicción contencioso
administrativa, en caso que no intervenga directamente el Fiscal General (artículo 32), de los
Fiscales ante las Salas de Casación (artículo 33); de los Fiscales del Ministerio Público, ya
sean de proceso, de ejecución de sentencia (artículos 34 y otros), de los Fiscales de los
derechos y Garantías Constitucionales (artículo 44), entre otros.
Igualmente, observa esta Sala que le están conferidas al Fiscal General de la República
facultades y atribuciones legales en las cuales debe actuar de manera directa y personal.
Estas actuaciones directas y personales del alto funcionario, están igualmente distribuidas en
diversas leyes, siendo un ejemplo de dichas facultades, presentar querella contra el Presidente
de la República (artículo 377 del Código Orgánico Procesal Penal), conocer y designar al
Fiscal del Ministerio Público suplente, cuando se haya interpuesto una recusación o se haya
inhibido otro fiscal (artículo 58 de ka Ley Orgánica del Ministerio Público), ejercer la
potestad disciplinaria sobre los fiscales del Ministerio Público, funcionarios y empleados
subalternos de su despacho (Artículo 14 4en su numeral 14 eiusdem), designar a los fiscales
del Ministerio Público y demás empleados de su dependencia (artículo 14 en su numeral 3).
En estos supuestos, es cuando esta Sala Constitucional es competente para conocer y decidir
en única instancia, las acciones de amparos constitucionales por violaciones o amenazas de
violación de derechos fundamentales ocasionadas por el Fiscal General de la República.
Por tanto, esta Sala precisa, que cuando se asentó en la sentencia del 20 de enero de 2000
(caso: Emery Mata Millán), que le correspondía conocer a esta Sala de los amparos
constitucionales incoados contra los altos funcionarios señalados en el articulo 8 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, así como contra los
funcionarios que actúen por delegación de las atribuciones de los mismos, debe entenderse
que dicha doctrina sólo es aplicable en los casos en que la ley le atribuya actuaciones directas
y personales al Fiscal General de la República, supuestos que no incluye a aquellos casos en
los cuales juzgue intervenir en cualquier causa penal, conforme lo dispone el artículo 21, en
su numeral 12, de la Ley Orgánica del Ministerio Público, en virtud de los principios de
unidad e indivisibilidad del organismo que representa, ni tampoco en las actuaciones
proferidas por los Fiscales del Ministerio Público... ".
En virtud de lo antes expuesto, resulta evidente que, siguiendo los criterios de competencia
expuestos en los fallos señalados utsupra, el FISCAL GENERAL DE LA FUERZA
ARMADA NACIONAL que, conforme a las atribuciones que le confiere el Código Orgánico
de Justicia Militar, representa a la justicia militar en todas las causas de la jurisdicción
ordinaria de la Corte Marcial, es una autoridad que no está expresamente incluida en la
enumeración de la altas autoridades a que hace referencia el artículo 8 Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, ni puede equipararse al Fiscal General
de la República, motivo por el que esta Sala sería incompetente para conocer de la presente
acción, y así se decide.
No obstante lo anterior, esta Sala apunta, que a pesar de ser incompetente, como ha quedado
anteriormente asentado, y de haber sostenido en fallos anteriores que los jueces que conocen
del amparo autónomo y se declaran incompetentes, no podrían examinar la justeza o no de los
hechos, actos u omisiones denunciados como violatorios de derechos y garantías constitucionales, de acuerdo con las potestades que la propia Constitución le ha conferido a esta
Sala Constitucional, ella está obligada a ejercer el control de la constitucionalidad de los
actos del Poder Público, tutelar y garantizar la vigencia efectiva del orden jurídico
constitucional, conforme a las pruebas presentadas y, en cierta medida, aunque no en forma
limitativa, a los alegatos de las partes. En tal sentido, advierte que, de conformidad con lo
preceptuado en el artículo 266, numeral 1 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, corresponde a esta Sala Constitucional ejercer la jurisdicción constitucional;
asimismo, el artículo 335 eiusdem, el Tribuna: Supremo de Justicia debe garantizar la
supremacía y efectividad de las nor. mas y principios constitucionales y velar por su uniforme
interpretación 3 aplicación; y en virtud de lo establecido en el artículo 334 ibidem, deber
todos los jueces de la República, en el ámbito de sus competencias, conforme a lo previsto en
la Constitución y las leyes, asegurar la integridad de la Carta Magna.
En este orden de ideas, estima esta Sala preciso destacar el criterio sostenido en la decisión
N° 33 del 25 de enero de 2001 (caso Baker Hughes S.RL. ), sobre el principio de supremacía
constitucional, la jurisdicción constitucional y las competencias de la Sala Constitucional, al
disponer:
"... 3.- A los efectos de definir el contenido y los efectos del principio de supremacía de la
Constitución, debemos señalar desde ya, por lo que más adelante se dirá, que el principio de
supremacía constitucional justifica el Poder de Garantía Constitucional que ejerce esta Sala
Constitucional, al cual atienden los artículos 334y 335 de la Carta Magna. Es decir, tal
principio tiene carácter fundamental. (omissis)
Se alude de este modo a la técnica derivada del principio de supremacía de la Constitución,
en función de la cual se atribuye a ciertos órganos especializados la tarea de velar por el
respeto a la ética pública que, como un conjunto de objetivos o defines axiológicos, debe
reconocer y preservar el poder político a través del Derecho. Dichos órganos tienen, desde
una óptica jurídica, la última palabra sobre el contenido y alcance de los principios y normas
contenidos en la Constitución.
En consecuencia, ya sea que dichas instancias judiciales tengan una existencia orgánica
dentro del Poder Judicial o fuera de éste; o que se les denomine Tribunales, Cortes, Consejos
o Salas Constitucionales, lo cierto es que son fuente de derecho judicial desde que
complementan jurisprudencialmente el ordenamiento con normas de carácter general.
Ostentan, además, un poder de arbitraje, distinto según algunos autores, Troper por ejemplo,
a los clásicos poderes legislativo, ejecutivo y judicial, rasgo de notoria presencia, según el
mismo autor, en el Consejo Constitucional francés. Pero, en todo caso, lo que los caracteriza
es el ejercicio del denominado Poder de Garantía Constitucional, a través del cual controlan
en fin último de la justicia expresado en la ley, en tanto en cuanto realiza el contenido
axiológico de la Constitución, y garantizan el respeto a los derechos fundamentales (PecesBarba, G. y otros, "Derecho y Fuerza" en Curso de Teoría del Derecho, Marcial Pons,
Madrid, pág. 117). (omissis)
Por otra parte, a dicha jurisdicción le cumple encaminar las manifestaciones de voluntad o de
juicio de los máximos operadores jurídicos dentro de los parámetros que dicha norma
establece. De su influencia no escapa, tal como se desprende de lo dicho, ninguno de los
poderes públicos, incluido el propio poder judicial. Tal vinculación es universal. (omissis)
1.- Lo expresado justifica ampliamente que la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, haya creado un órgano inédito dentro del también reciente Tribunal Supremo de
Justicia, el cual ha sido concebido como una instancia jurisdiccional con una marcada
especialización de tutela, tendente a asegurar la integridad, supremacía y efectividad de la
Constitución; éste órgano es la Sala Constitucional. (omissis)
(..) a esta Sala Constitucional le corresponde no sólo anular actos de esa naturaleza, sino que
tiene asignada tanto la interpretación del texto constitucional, con el fin de salvar sus
dificultades o contradicciones, como hacer valer el principio jurídico político según el cual
los derechos fundamentales proceden y limitan axiológicamente las manifestaciones de poder
(...)
Tal concepción de la Sala Constitucional como órgano fundamental de la estructura del
Estado, produce, como seguidamente veremos, una serie de consecuencias en orden a
establecer los mecanismos necesarios para hacer operativo dicho cambio fundamental.
2.- Por ello, del análisis conjunto de las normas que contiene el Capítulo 1 del Título VIII de
la Carta Magna, denominado `De la Garantía de la Constitución', considera esta Sala que
dicha tutela debe ser estimada en tanto función de garantía, la cual está enlazada con lo que
Matteucci denomina función de la Constitución. Este autor destaca que, además de su forma
escrita y su legitimidad, la Constitución se caracteriza por tener, entre otras, la función de
`...garantizar los derechos de los ciudadanos (e) impedir que el Estado los viole', dicha
función, sigue diciendo, la realiza la Constitución a través del poder judicial, al cual le
incumbe `... controlar la justicia de la ley, es decir, su conformidad a la constitución, ya que
de otra manera no existiría ningún remedio legal contra su posible violación' subrayado de la
Sala-(Matteucci, N., Organización del Poder y Libertad, Madrid, Trotta, 1998, Trad. de F. J.
Ansuátegui y M. Martínez N., p. 25).
En consecuencia, visto que el carácter supremo de la Constitución es un principio político de
primer orden, siendo a este carácter fundamental (en los términos expresados más atrás) al
que responde el Poder de Garantía de la Sala Constitucional, las potestades que de esta
derivan se expresan tanto en las reglas conforme a las cuales es declarada, por ejemplo, la
nulidad de actos con rango de ley o la armonización de los conflictos interorgánicos, como
aquellas potestades que se deduzcan de este principio fundamental. Una visión tal, puede
imponer a esta Sala el examen de actos o actuaciones producidas bajo circunstancias
especiales, vinculadas al orden público, a la paz social o que deriven de ciertos órganos
judiciales, contra cuyas decisiones no haya sido previsto recurso alguno.
En fin, las atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia deben
entenderse desde el principio de supremacía constitucional contenido en los artículos 7, 334 y
335 constitucionales, según los cuales es ésta la norma suprema y el fundamento del
ordenamiento jurídico. Quiere decirse con ello que la Carta Magna vincula, sin excepción,
todas las manifestaciones de los órganos que integran el Poder Público, lo que sin duda
constituye una puesta al día de nuestro Constituyente en cuanto a los avances que en esta
materia se han operado en otras latitudes.
Por ello, la actividad que ejerza la Sala Constitucional, merced a los diversos medios
procesales de que disponen los interesados, no sólo debe atender a la naturaleza de los actos
impugnados, a los entes involucrados o a la sustancia del asunto discutido, sino también, de
manera preferente, a la determinación de si lo planteado afecta, en palabras de García de
Enterría, la `... esencia misma de la Constitución, a la cuidadosa distribución de poder (o a
las) correlativas competencias por ella operada... ', esto es: su implicación constitucional (ver
aplicación de esta doctrina en la sentencia n° 7 de 19-02-00). "
Así pues, las referidas potestades de la Sala Constitucional, la interpretación concatenada y
armoniosa de los citados dispositivos constitucionales, la comprensión de los principios
enunciados en el texto de la Exposición de Motivos de la Carta Fundamental, y la doctrina
sentada por la jurisprudencia de esta Sala, que procura salvaguardar la vigencia de los
postulados constitucionales, sirven de fundamento para declarar, de oficio, la ilegitimidad de
alguna actuación, cuando habiendo sido sometido un caso a su análisis, observe que la misma
ha transgredido el orden público constitucional, y en tal virtud proceda de manera inmediata
y efectiva, a restaurar a través de la forma que considere idónea, la subversión advertida.
En definitiva, considera la Sala que el control constitucional jurisdiccional constituye materia
de orden público constitucional, y siendo la Sala el garante de la supremacía de la
Constitución, al constatar su violación, puede actuar de oficio y, en consecuencia, proveer lo
conducente para garantizar el reestablecimiento de la efectiva vigencia del Estado de
Derecho, como en efecto lo hace en esta oportunidad.
En tal sentido, esta Sala observa que, en el presente caso, la FISCALÍA GENERAL DE LA
FUERZA ARMADA NACIONAL, mediante boletas del 22 de abril y 2 de mayo de 2002,
procedió a citar, en calidad de imputado, al ciudadano General de División del Ejército
ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN, para que compareciera a rendir declaración en la sede
de esa Fiscalía los días 26 de abril y 7 de mayo de 2002, respectivamente, en virtud de la
Orden de Apertura de Investigación Penal N° DS-JM-1319 del 18 de abril de 2002, según
causa N° FGFAN-2002/002 relacionada con los hechos acaecidos los días 11, 12 y 13 de
abril del presente año, donde presuntamente se cometió el delito de rebelión, en cuyos textos
-en sus partes finales- se lee: `ARTICULO 585 DEL CODIGO DE JUSTICIA MILITAR:
`...Serán penados con arresto de seis a doce meses. En la misma pena incurrirán los testigos
llamados a declarar no comparezcan en el termino (sic) fdado.... ". Asimismo, advierte que la
referida Orden de Apertura de Investigación Penal Militar contra el accionante y otros
oficiales de la Fuerza Armada Nacional, emanó del Ministro de la Defensa, por disposición
del Presidente de la República, decisión presidencial que, según se aduce, no consta en el
expediente de la causa penal militar.
Al respecto, pasa esta Sala a realizar las siguientes consideraciones: De acuerdo a lo previsto
en el artículo 266, numeral 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
está entre las atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Plena, la de declarar si
hay o no mérito para el enjuiciamiento, entre otros altos funcionarios, de los oficiales
generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional. Por su parte, el artículo 377 del
Código Orgánico Procesal Penal prescribe que corresponde al Supremo Tribunal, declarar,
previa querella del Fiscal General de la República, si hay o no mérito para el enjuiciamiento
de tales funcionarios y el artículo 36 eiusdem autoriza, igualmente, al Fiscal General de la
República para solicitar la declaratoria de haber lugar al enjuiciamiento de estos elevados
personeros del Estado.
Con relación al antejuicio de mérito que prevén las normas citadas, en sentencia reciente del
24 de abril de 2002 (caso General de División Ejército Efraín Vásquez Velazco y otros), este
Tribunal Supremo de Justicia en Sala Plena, dispuso:
"...el antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial que tiene por objeto la certeza
de si hay o no mérito para el enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los que se
refiere el ordenamiento jurídico, particularmente el artículo 266.3 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y el artículo 377 del Código orgánico Procesal Penal.
En cuanto a los pasos previos a la solicitud de un antejuicio de mérito, esta Sala ha dicho
señaladamente desde su sentencia n° 7012000 del 4 de julio, caso: Luis Miquilena
Hernández, que cuando se pretenda el enjuiciamiento de un alto funcionario, bien por un
delito de acción pública, bien por un delito de acción privada, el Ministerio Público deberá,
por intermedio del Fiscal General de la República, solicitar el enjuiciamiento del alto
funcionario para la apertura del trámite respectivo, todo de conformidad con el artículo 377
citado, previa querella de dicho funcionario, tras haber adelantado la investigación de los
hechos, la determinación de las circunstancias que pueden influir en calificación, la
responsabilidad de los autores o partícipes (artículo 309 eiusdem), y todo con la debida
salvaguarda de las garantías de la comparecencia del acusado y del conocimiento claro y
específico por parte de éste, de los hechos punibles que se le atribuyan (artículos 122 y 127
eiusdem).
El acceso al juicio en cuestión demanda, pues, el cumplimiento de determinados requisitos,
los cuales condicionan el ejercicio de la acción penal y no constituyen formalidades
intrascendentes e inútiles destinadas a obstaculizar el principio de tutela judicial efectiva, sino
de exigencias como que la función pública se ve preservada de no ser objeto de ataques, en
ocasiones, infundados o temerarios ".
Visto lo anterior, resulta evidente la voluntad del constituyente y del legislador de someter el
posible enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado, por la comisión de determinados
delitos, al mecanismo del antejuicio de mérito y a la competencia jurisdiccional especial del
Tribunal Supremo de Justicia en Sala Plena, en obsequio de la protección de la función
pública, con el objeto de determinar la existencia o no de motivos racionales y fundados para
abrir un proceso penal a este tipo de ciudadanos, a favor de los cuales se ha establecido un
privilegio procesal, conferido de forma expresa y directa por el Texto Constitucional. Es por
ello que, el antejuicio de mérito permite un juicio previo, investido de ciertas garantías y
características especiales que procuran que la actividad que cumplen tales funcionarios no se
vea interrumpida, sin que, por otra parte, sea posible su impunidad, pues, existe un real y
efectivo control jurisdiccional, que como se ha expuesto, está atribuido a este Tribunal
Supremo de Justicia.
Asimismo, esta Sala estima que las disposiciones constitucionales y legales mencionadas
utsupra, no hacen ningún distingo respecto al antejuicio de mérito, con relación en si se
trata«de delitos de acción pública o de aquellos que, igualmente violatorios de un interés
público, la ley reserva su enjuiciamiento a los particulares agraviados. Ello significa que el
referido procedimiento previo sólo puede ser instaurado por el Fiscal General de la República
o quien haga sus veces, adelantando, por supuesto, una actividad de investigación conducida
por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado
su derecho constitucional a la defensa, a tenor de lo dispuesto en el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En el presente caso, luego de un estudio exhaustivo del expediente, esta Sala advierte, que
prima facie las actuaciones desplegadas por la FISCALÍA GENERAL DE LA FUERZA
ARMADA NACIONAL y por otros órganos judiciales y administrativos, en el procedimiento
seguido en sede de la justicia penal militar, contra el ciudadano General de División del
Ejército ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN, con prescindencia total y absoluta de la
exigencia establecida en el artículo 266, numeral 3, de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y en el artículo 377 del Código Orgánico Procesal Penal,
evidencian la violación de una prerrogativa constitucional que el Texto Fundamental atribuye
a los altos funcionarios del Estado, entre éstos, los oficiales generales y almirantes de la
Fuerza Armada Nacional, consistente en la previa declaratoria del Supremo Tribunal sobre la
existencia de mérito o no para el enjuiciamiento de los mismos.
Es por las razones que anteceden, que esta Sala Constitucional, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 266 numeral 1, 333, 334 y 335 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, obligada a asegurar la integridad de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y, en consecuencia, proveer lo conducente para
garantizar el reestablecimiento de la efectiva vigencia del Estado de Derecho, en obsequio de
la vigencia y efectividad objetiva del respeto a los derechos y principios constitucionales y a
la prerrogativa procesal que la Constitución atribuye a las altas autoridades públicas, asume la
competencia para encauzar el asunto en cuestión a través de los canales constitucional y
legalmente establecidos, y a tal efecto, acuerda:
Primero: Se ordena oficiar al Fiscal General de la Fuerza Armada Nacional para que se
abstenga de citar, con carácter de imputado, al ciudadano General de División ROMEL JOSÉ
FUENMAYOR LEÓN, así como a cualquier oficial general y almirante de la Fuerza Armada
Nacional, que goza del privilegio procesal a que se refiere el artículo 266, numeral 3, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y menos aún, emplazarlos bajo
apercibimiento de arresto u otros actos o medidas de coerción personal que impliquen
también una persecución personal, sin que por parte de este Tribunal Supremo de Justicia
hubiera previa declaratoria de haber mérito para el enjuiciamiento, en atención a lo dispuesto
en el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal.
Segundo: Se ordena oficiar al Fiscal General de la Fuerza Armada Nacional para que se
abstenga de imputar a altos funcionarios del Estado, como los oficiales generales y almirantes
de la Fuerza Armada Nacional, la comisión de hechos punibles, dado que, de conformidad
con lo previsto en el artículo 266, numeral 3, de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y los artículos 377 y 36 del Código Orgánico Procesal Penal, el Fiscal General
de la República o quien haga sus veces es el único facultado para interponer e impulsar el
antejuicio de mérito.
Tercero: En atención al criterio sostenido por esta Sala Constitucional en sentencia N° 151
del 9 de febrero de 2001 y conforme con lo dispuesto en el artículo 266, numeral 3, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, "es únicamente la Sala Plena [de este
Tribunal Supremo de Justicia] y ningún otro organismo, ni siquiera el Presidente de la
República, ni las autoridades militares, la que puede determinar cuáles de los funcionarios y
oficiales u ofícialas Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas Nacionales (sic), tienen
los méritos para ser juzgados, casos en los cuales se remitirán los autos al Fiscal General de la
República o a quien haga sus veces, para que proceda a la querella respectiva". En
consecuencia, se ordena oficiar al Ministro de la Defensa para que se abstenga de ordenar el
inicio de investigación penal militar contra los oficiales generales y almirantes de la Fuerza
Armada Nacional.
IV
DECISIÓN
Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia, en nombre de la República y por autoridad de la ley, declara:
PRIMERO.- INCOMPETENTE para conocer y decidir la acción de amparo constitucional
incoada por el General de División del Ejército ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN,
actuando con el carácter de Presidente de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias
Militares (CAVIM), asistido por los abogados RENÉ BUROZ ARISMENDI y TULIO
ÁLVAREZ, antes identificados.
SEGUNDO.- Por razones de orden público constitucional, de conformidad con lo dispuesto
en los artículos 333, 334 y 335 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
se ORDENA a la Secretaría de esta Sala Constitucional expedir los siguientes oficios de
notificación:
(i) Al Fiscal General de la Fuerza Armada Nacional para que se abstenga de citar con carácter
de imputado, de emplazar bajo apercibimiento de actos o medidas de coerción personal que
impliquen también una persecución personal y de imputar la comisión de hechos ilícitos al
ciudadano General de División ROMEL JOSÉ FUENMAYOR LEÓN, así como a cualquier
oficial general y almirante de la Fuerza Armada Nacional, que goza del privilegio procesal a
que se refiere el artículo 266, numeral 3, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concordancia con lo previsto en los artículos 377 y 36 del Código Orgánico
Procesal Penal.
(ii) Al Ministro de la Defensa para que se abstenga de ordenar el inicio de investigación penal
militar contra los oficiales generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional, en atención
a lo dispuesto en el artículo 266, numeral 3 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase, adjunto a las notificaciones ordenadas, copia
certificada de la presente decisión. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, en Caracas, a los 14 días del mes de MAYO del año dos mil dos. Años: 192°
de la Independencia y 143° de la Federación.
El Presidente,
IVÁN RINCÓN URDÁNETA
El Vicepresidente,
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
Los Magistrados,
JOSÉ M. DELGADO OCANDO
ANTONIO J. GARCÍA GARCÍA
Ponente
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
AGG/alm.-Exp. 02-1006.
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Sentencia de fecha 19 de agosto
de 2002.
Expediente 01-2840
Caso: Ratificación de la desaplicación parcial del Art. 125 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia.
Magistrado Ponente: Iván Rincón Urdaneta
Comentario: Raúl José Rueda Pinto
Mediante decisión de fecha 19 de agosto de 2002, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, con Ponencia del Magistrado Dr. Iván Rincón Urdaneta, ratificó la
procedencia de la sentencia dictada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
que desaplico el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, hace
mención al desistimiento del recurso y archivo del expediente cuando el recurrente no haya
consignado dentro del lapso de quince (15) días el ejemplar del periódico en el que se haya
publicado el cartel de emplazamiento.
En la apelación, alegaron los apoderados judiciales lo siguiente: "el fallo apelado, fue dictado
por el juez actuando dentro de su competencia, sin incurrir en abuso de poder... Sin incurrir
en violación de norma constitucional alguna". Que "lo inconstitucional hubiera sido aceptar
que mediante la argucia de una consignación extemporánea del cartel, se realizara el
procedimiento a espaldas del tercero interesado, violando el debido proceso y el derecho a la
defensa", entre otros alegatos.
En las consideraciones para decidir se observa:
La acción de ampara interpuesta fue declarada parcialmente con lugar por la Corte Primera de
lo Contencioso Administrativo mediante decisión del 16 de agosto de 2001, por lo que el
tercero interesado ejerció el recurso de apelación y fue remitida la causa a la Sala
Constitucional, de conformidad con lo establecido en el artículo 35 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
De igual forma observó la Sala que contra la decisión accionada de amparo, podía
interponerse el recurso de apelación previsto en el artículo 181 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, que debía ser conocido por la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo.
Aprecia además la Sala Constitucional:
Conforme a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, "Toda persona tiene
derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses" y a la "tutela judicial efectiva de los mismos". Artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, dicha tutela judicial no se reduce únicamente al acceso
a los órganos judiciales para hacer valer la pretensión invocada por el justiciable, sino a
obtener una decisión de fondo sobre la resolución de la controversia, sea favorable o no, y a
que la misma sea ejecutada.
A criterio de la Sala Constitucional, en resguardo al derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva, no son válidos los impedimentos procésales que sean consecuencia de un excesivo
formalismo, por cuanto dicho derecho constitucional no puede verse enervado por las
exigencias formales cuyo incumplimiento no vulnere ningún derecho constitucional, ya que si
bien tales requisitos atienden a la ordenación del proceso, si ante la omisión de alguno de
ellos no sólo no se vulneró ninguna garantía constitucional, sino que el acto alcanzó su
finalidad y el proceso continuó su trámite con el conocimiento del mismo por las partes y de
cualquier interesado que intervenga en el mismo, resaltaría inadmisible por incosntitucional,
sacrifica la justicia por la omisión de formalidades no esenciales. Artículo 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
SALA CONSTITUCIONAL Magistrado Ponente: Iván Rincón Urdaneta
Mediante oficio No. 01/5708 del 12 de diciembre de 2001, la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo remitió a esta Sala el expediente contentivo de la decisión que
dictó con ocasión a la acción de amparo constitucional interpuesta por INDUSTRIA
METALÚRGICAS OFANTO S.R.L., contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior
Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital el 27 de octubre de
1999, el cual declaró desistido el recurso de nulidad interpuesto por dicha compañía contra la
Resolución No. 00057 del 20 de enero de 1998 dictada por la Dirección de Inquilinato del
Ministerio de Desarrollo Urbano, con ocasión a la regulación de alquiler solicitada por la
ciudadana María Elena Acuña de Coutinho sobre un bien inmueble de su propiedad el cual
ocupa Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., en su condición de arrendataria.
La presente remisión se hizo de conformidad con el artículo 35 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en virtud del recurso de apelación
interpuesto por la apoderada judicial de la ciudadana María Elena Acuña de Coutinho -tercero
interesado- contra la decisión dictada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
el 16 de agosto de 2001, la cual declaró parcialmente con lugar la acción de amparo
constitucional ejercida por Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L.
El 18 de diciembre de 2001, se dio cuenta en Sala y se designó Ponente al Magistrado Iván
Rincón Urdaneta, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
El 23 de enero de 2002, los apoderados judiciales de la ciudadana María Elena Acuña de
Coutinho consignaron escrito contentivo de los fundamentos de la apelación interpuesta, y
solicitaron que se declarase la improcedencia de la acción de amparo ejercida. En la misma
oportunidad se dio cuenta en Sala.
I
ANTECEDENTES
Con ocasión al contrato de arrendamiento celebrado entre el ciudadano Juan F. Acuña fallecido- y la Industria Metalúrgica Ofanto S.R.L., sobre un inmueble propiedad de dicho
ciudadano ubicado en la Sexta Avenida, entre las Calles Atlántico y Colombia, número 22,
Parroquia Sucre del Municipio Libertador, el 24 de septiembre de 1997 la ciudadana María
Elena Acuña de Coutinho, en su condición de representante de la sucesión Acuña, solicitó
ante la Dirección de Inquilinato del Ministerio de Desarrollo Urbano la regulación de alquiler
del mencionado inmueble.
El 20 de enero de 1998, la Dirección de Inquilinato del Ministerio de Desarrollo Urbano dictó
la Resolución No. 00057 mediante la cual fijó un nuevo canon de arrendamiento.
El 16 de septiembre de 1998, el apoderado judicial de Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L.,
interpuso ante el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la
Región Capital recurso de nulidad contra la Resolución No. 00057 del 20 de enero de 1998
dictada por la Dirección de Inquilinato del Ministerio de Desarrollo Urbano, por cuanto, entre
otros argumentos, la ciudadana María Elena Acuña de Coutinho no podía actuar CON
INTERÉS DE DUEÑO interpuso, ya que -a decir del recurrente- las bienhechurías realizadas
sobre el inmueble objeto de regulación son propiedad de la Industria Metalúrgicas Ofanto
S.R.L.
El 27 de octubre de 1999, el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Región Capital declaró desistido el recurso de nulidad interpuesto por
Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., de conformidad con el artículo 125 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia.
El 26 de enero de 2000, el apoderado judicial de Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L.,
interpuso ante la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo acción de amparo
constitucional contra la decisión del 27 de octubre de 1999 dictada por el Juzgado Superior
Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital.
El 11 de abril de 2000, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo se declaró
incompetente para conocer de la acción de amparo interpuesta, por lo cual remitió el
expediente a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
El 4 de abril de 2001, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se declaró
incompetente para conocer de la acción de amparo remitida, y declinó el conocimiento de la
misma en la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo.
El 16 de agosto de 2001, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo declaró
parcialmente con lugar la acción de amparo constitucional interpuesta por Industria
Metalúrgicas Ofanto S.R.L., la desaplicación parcial en dicha causa del artículo 125 de la Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, y en consecuencia, dejó sin efecto jurídico la
decisión dictada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo
de la Región Capital el 27 de octubre de 1999.
El 28 de septiembre de 2001, la apoderada judicial de la ciudadana María Elena Acuña de
Coutinho -tercero interesado- interpuso recurso de apelación contra la decisión dictada por la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo el 16 de agosto de 2001, por lo cual fueron
remitidos los autos a esta Sala Constitucional.
II
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO
Adujo el apoderado judicial de la accionante la violación, entre otros, de los siguientes
derechos constitucionales:
1. Debido proceso: ya que finalizado... el lapso de evacuación de pruebas... correspondía en
conformidad con lo establecido en el artículo 129 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, la continuación del procedimiento por los trámites " previsto en dicha ley; "sin
embargo el curso del juicio se suspendió... por no haber fijado el Tribunal oportunidad para la
relación de la causa, informes y sentencia ".
Que fue "a raíz de la solicitud de desistimiento formulada por la ciudadana María Elena
Acuña de Coutinho... que el Juzgado Superior Primero, dicta la sentencia " cuestionada en
amparo, la cual declaró desistido el recurso de nulidad.
Que se violó el derecho al debido proceso de su representada, por cuanto el fallo cuestionado
fue dictado "estando suspendida la causa, sin haberse efectuado la relación de la causa, sin
informes y sin notificación de las partes ". Que el Tribunal de la causa declaró desistido el
recurso de nulidad "con fundamento en una presunta extemporaneidad en la consignación del
cartel de emplazamiento ", de conformidad con el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de. Justicia, y que dicho Juzgado "consideró cumplido este presupuesto procesal "
(consignación en el expediente el cartel de emplazamiento), por cuanto ordenó la
continuación del proceso. 2. Derecho al debido proceso en la estabilidad de las actuaciones
procesales: ya que el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de
la Región Capital ordenó "agregar al expediente el cartel -de emplazamiento de los
interesados consignado por el recurrente- previo su lectura por Secretaría ",y que por lo tanto
dicho Tribunal "consideró cumplida la carga del recurrente, y como auto de substanciación y
de ordenación del proceso quedó firme en el juicio ".
Que por lo anterior, no podía el Tribunal de la causa, a petición de la ciudadana María Elena
Acuña de Coutinho, declarar desistido el recurso después de haber transcurrido el lapso de
emplazamiento "y sin resolver el fondo de la controversia, con fundamento en una presunta
consignación del cartel en forma extemporánea "
3. Violación del derecho a la defensa: ya que "substanciado el procedimiento y finalizado el
lapso de evacuación de pruebas... el juicio quedó suspendido por falta de impulso procesal
del Juez " y que "no fue sino hasta el día cuatro (4) de octubre de 1999, es decir, siete (7)
meses y once (11) días después de estar paralizado la causa " que la ciudadana María Elena
Acuña de Coutinho solicitó el desistimiento del recurso de nulidad, de conformidad con el
artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
. Que dicho pedimento fue acordado por el Tribunal de la causa, el cual no ordenó notificar a
las partes "dada la circunstancia que dicha decisión fue dictada encontrándose la causa en
estado de suspenso por causa atribuible exclusivamente al juez, situación de hecho que
impidió a las partes ejercer "
su derecho a la defensa.
4. Violación del derecho a la propiedad: por cuanto la sentencia cuestionada, declaró que la
ciudadana María Elena Acuña de Coutinho era la propietaria de las construcciones realizadas
por su representada sobre el inmueble cuya regulación se solicitó.
S. Derecho a la igualdad: ya que el Tribunal de la causa sólo resolvió el pedimento realizado
por la ciudadana María Elena Acuña de Coutinho respecto al desistimiento del recurso y no
se pronunció sobre lo solicitado por su representada -Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L.- a
lo largo del juicio.
Por lo anterior, solicitó que se declare con lugar la acción de amparo ejercida y se restablezca
la situación jurídica infringida "anulando el fallo " dictado por el Juzgado Superior Primero
en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región Capital
el 27 de octubre de 1999 y que se ordene la continuación del juicio de nulidad, "reanudándolo
al estado que dicho Tribunal fije oportunidad para la relación de la causa "
III
DE LA DECISIÓN APELADA
El fallo apelado fue dictado por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo el 16 de
agosto de 2001, la cual declaró parcialmente con lugar la acción de amparo constitucional
interpuesta por Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., y la desaplicación del artículo 125 de la
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
Al respecto, declaró dicha decisión que "las disposiciones procesales han de ser interpretadas
a la luz de la Constitución, pues si bien las formas y requisitos del proceso cumplen un papel
de suma importancia para su ordenación, no toda irregularidad formal puede convertirse en
un obstáculo insalvable para su prosecución`
Que los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no
definen lo que debe entenderse por `formalismos inútiles "ni `formalidades no esenciales ",
sino que presenta dichos conceptos "como indeterminados y vacíos de contenido ".
Que `partiendo del razonamiento de que el emplazamiento de los interesados en el juicio de
nulidad de actos administrativos de efectos particulares permite la posibilidad cierta de su
participación en el mismo y con ello el ejercicio pleno de su derecho a la defensa... permite
ver lo necesario que es dicho emplazamiento y, por tanto, abona la consideración de tal como
una formalidad esencial "
Que "es necesario además considerar que el emplazamiento como tal no se encuentra
estrechamente vinculado a la consignación del cartel que ha sido publicado en el expediente
de que se trate ", ya que el emplazamiento "se produce con la publicación en prensa del
referido cartel, siendo la consignación en el expediente el instrumento que tiende a darle
seguridad al juez sobre su efectivo cumplimiento ".
"Así, el Legislador al determinar que Un ejemplar del periódico donde fuere publicado el
cartel -emplazamiento propiamente tal- será consignado por el recurrente... con la
consecuente sanción por la falta de consignación, ha deslindado dos actos procesales distintos
que responden a finalidades también distintas, pues... en un caso (publicación) el acto tiende a
llamar a los interesados... mientras que, en el otro caso (consignación en el expediente), el
acto tiende a brindar certeza de que aquel se ha producido "
"De todo ello concluye la Corte -Primera de lo Contencioso Administrativo- que mientras la
publicación del cartel en prensa permite el emplazamiento, la consignación del mismo en el
expediente de que se trate permite su eficacia, aún cuando ella no incide en el efectivo
emplazamiento de los interesados, tratándose entonces de un requisito necesario a los fines de
la certeza en el juicio de que ese emplazamiento se ha producido, y a la par ella fija la fecha
cierta del inicio de las posibilidades de intervención de todos los interesados "
Que el desistimiento es una institución procesal "mediante la cual las partes en forma expresa
renuncian al proceso... en el caso específico del proceso administrativo, la Ley ha querido
deducir o presumir esta voluntad, de actos que, si bien, no representan una manifestación
expresa, son - en su sentido- una muestra implícita e inequívoca de ella. Así, se ha dado a
llamar desistimiento tácito, al previsto "en el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia. "Pero, obsérvese que se trata de una manera impropia de castigar la
negligencia procesal, pues se hace con una figura que engendra una manifestación -se repite-
expresa de voluntad, y en ese especial desistimiento no hay manifestación expresa de
voluntad, sólo que el Legislador la presume "
Que "a la luz de los principios constitucionales que disponen la primacía del derecho al
debido proceso, la garantía del derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva... representa
una de las indeclinables conquistas... regular al proceso -instrumento radicalmente esencial
para el cumplimiento de la potestad función jurisdiccional- enlazando a un defecto procesal
de escasa importancia, consecuencias jurídicas cuya entidad gravosa para el justiciable resulta
desproporcionada se conciben a los motivos formales de extinción del proceso que aparezcan
desproporcionados, arbitrarios o irracionales, viciados de ostensible inconstitucionalidad
Que "en el ordenamiento constitucional venezolano... de conformidad con los artículos 26y
257 de la Carta Magna, es un explícito e indeclinable imperativo de Derecho Constitucional
Procesal... el respeto al derecho fundamental del justiciable de una tutela judicial efectiva, en
virtud de lo cual es menester no sacrificar la justicia por la omisión de formalidades no
esenciales "
Que el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, castiga el
incumplimiento del recurrente relativo a la consignación del cartel de emplazamiento, con el
desistimiento del recurso. "Mas sin embargo, lo castigado por el Legislador no es más que la
falta de consignación, pues, si bien no podría producirse consignación sin publicación, la
relación inversa sí es posible, ya que es lo cierto que bien puede ocurrir la publicación sin
consignación o consignación extemporánea "
Que "resulta sencillo entonces que, frente a la falta de publicación del cartel... se declare el
mal denominado desistimiento, pero si el cartel ha sido publicado pero consignado
extemporáneamente, resulta una obstrucción a la justicia que se considere también desistido
el recurso "
Que "declarar desistido el recurso por falta de consignación de la publicación del cartel a
través del cual el Tribunal ordene el emplazamiento de los interesados, luego de admitido el
recurso, es una sanción procesal que no guarda una debida proporcionalidad con la magnitud
de la conducta omitida por el actor... estableciendo un obstáculo excesivo e injustificado al
proceso y a la legítima defensa de los derechos del actor a través del recurso que expresa e
inequívocamente ha incoado "
Por lo anterior, el fallo apelado declaró que "no es posible hacer derivar legítimamente un
desistimiento tácito de la falta de consignación de la publicación del cartel al cual alude el
artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, ya que es evidente que la
intención del actor ha sido, precisamente, impugnar oportunamente el acto que considera contrario a sus propios intereses ".
Que "el pretenderse sancionar al recurrente con una declaratoria objetiva del desistimiento del
recurso, se impide a éste el acceso a los órganos que tienen a su cargo el control del acto
administrativo... levantando así una barrera formalista, exagerada e injustificada que impide
la efectividad del debido proceso y de la tutela judicial efectiva ".
En razón de lo anterior, la decisión apelada de conformidad con el artículo 20 del Código de
Procedimiento Civil y el artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, aplicó "de manera preferente y directamente efectiva, el contenido de las
disposiciones del artículo 26 -del Texto Constitucional- así como del encabezamiento y el
numeral 1 del artículo 49 de la Constitución " y desaplicó el artículo 125 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia, "únicamente por lo que se refiere a la disposición según la
cual el Tribunal declarará desistido el recurso y ordenará archivar el expediente, si el
recurrente no consignare un ejemplar del periódico... (omissis).
Como consecuencia de lo anterior, dicha decisión estableció que respecto a `Ya consecuencia
que se produce una vez que se ha verificado la consignación extemporánea del cartel de
emplazamiento, corresponderá retrotraer la situación acaecida en el supuesto de autos, al
lapso de comparencia, sin embargo en aras de una tutela judicial efectiva y una justicia
expedita, aunado a que... el Juzgado de la causa continuó la tramitación del juicio, esta Corte
ordena la continuación del mismo en el estado en que se encontraba, previa notificación de
las partes ", y dejo sin efecto jurídico la decisión dictada por el Juzgado Superior Primero en
lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital el 27 de octubre de 1999.
IV
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
Alegaron los apoderados judiciales de la parte apelante lo siguiente: Que la decisión apelada
desaplicó el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia "sin ponderar
que el mismo está destinado a garantizar ab initio la certeza, equilibrio y transparencia
procesal y que su desaplicación vulnera... el debido proceso... además de estar viciada de
nulidad
Que el fallo apelado, fue dictado `por el juez actuando dentro de su competencia, sin incurrir
en abuso de poder... sin incurrir en violación de norma constitucional alguna ". Que "lo
inconstitucional hubiera sido aceptar que mediante la argucia de una consignación
extemporánea del cartel se realizara el procedimiento a espaldas del tercero interesado,
violando el debido proceso y el derecho a la defensa ".
Que " los dos jueces -de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo- que suscriben la
irrita decisión recurrida, para desaplicar el artículo 125 -de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia- actuaron por vía de interpretación... ignorando la doctrina que en tal
sentido ha establecido esta Sala y la norma Constitucional que establece dicho control para
ser ejercido de manera exclusiva y excluyente por esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia ".
Que la sentencia apelada vulneró la certeza, seguridad y transparencia en el proceso, ya que
"la base argumental para la desaplicación " del artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, "no es la violación concreta o abstracta de lá Constitución, sino que lo
es, una subjetiva hipótesis de desproporcionalidad, presentada bajo la fórmula de una petición
de principios ".
Que "la norma desaplicada lo fue precisamente por lo que respecta al establecimiento de un
lapso preclusivo que se inicia con la emisión del cartel de emplazamiento yfinaliza quince
(15) días después; plazo que sirve para proporcionar a la Administración Pública y a los
terceros interesados... la seguridad respecto a si él procedimiento incoado mediante el recurso
contencioso de anulación, se abrirá al debate judicial... ya que bajo la vigencia de la norma
ahora desaplicada, no tenían -los terceros- obligación ni carga alguna respecto a ese
procedimiento ".
Que se violó el derecho a la defensa, ya que la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo desaplicó el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia
sin reponer la causa, por lo cual su representada no tendría oportunidad de alegar ni probar.
Por lo anterior, solicitaron que "más allá de la declaratoria de nulidad de la sentencia
recurrida, este máximo Tribunal entre a conocer el fondo de la situación planteada, y declare
la improcedencia del recurso de amparo incoado por Industrias Ofanto ".
V
DE LA COMPETENCIA
Debe previamente esta Sala determinar su competencia para conocer de la presente apelación,
a la luz de las atribuciones conferidas por el vigente Texto Constitucional al Tribunal
Supremo de Justicia y, en especial, de las funciones que en materia constitucional recaen
sobre el mismo.
En este sentido, esta potestad debe ejercerse respecto de todas las sentencias de amparo
constitucional dictadas por los Juzgados Superiores de la República, Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo y las Cortes de Apelaciones en lo Penal, cuando conozcan como
Tribunales de Primera Instancia.
En el presente caso, se sometió al conocimiento de la Sala, la apelación de la decisión dictada
por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo el 16 de agosto de 2001, la cual
conoció en primera instancia, de la acción de amparo constitucional interpuesta contra la
decisión dictada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo el
27 de octubre de 1999, motivo por el cual esta Sala resulta competente para conocer de la
presente apelación, y así se declara.
VI
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Se inició la presente causa, en virtud de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., contra la decisión dictada por el Juzgado Superior
Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital el 27 de octubre de
1999, la cual declaró desistido el recurso contencioso de nulidad ejercido por dicha compañía
contra la Resolución No. 00057 dictada por la Dirección de Inquilinato del Ministerio de
Desarrollo Urbano, de conformidad con el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia.
La acción de amparo constitucional interpuesta por Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., fue
declarada parcialmente con lugar por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
mediante decisión del 16 de agosto de 2001, por lo cual la ciudadana María Elena Acuña de
Coutinho - tercero interesado- ejerció recurso de apelación y fue remitida la causa a esta Sala
Constitucional, de conformidad con el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.
La Sala observa en primer término que contra la decisión accionada en amparo podía
interponerse el recurso de apelación previsto en el artículo 181 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, que debía ser conocido por la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo.
La existencia de ese recurso, en principio, acarrearía la inadmisibilidad de la referida acción
de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 6 numeral 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, el cual dispone que no se admitirá la acción de
amparo: "Cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías judiciales ordinarias o
hecho uso de los medios judiciales preexistentes ".
Sin embargo en sentencia n° 2369/01 esta Sala explicó las situaciones en las que procede la
acción de amparo en forma directa, aun cuando existan los medios ordinarios, son ellas:
a) Una vez que los medios judiciales ordinarios han sido agotados y la situación jurídico
constitucional no ha sido satisfecha.
b) Ante la evidencia de que el uso de los medios judiciales ordinarios, en el caso concreto y
en virtud de su urgencia, no dará satisfacción a la pretensión deducida.
Por otra parte, la Sala en reciente sentencia del 5 de junio de 2002 (Máximo A. Romero), no
declaró inadmisible la acción de amparo a pesar que a la situación analizada no se aplicaba
ninguna de las excepciones expuestas, lo cual resulta procedente también en el presente caso
como garantía de una tutela judicial efectiva, tomando en cuenta que, como será explicado,
tal declaratoria implicaría revocar una decisión de la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo que se encuentra ajustada a derecho y que, además, para la presente fecha se
encuentra vencido el lapso para ejercer el recurso ordinario de apelación contra un fallo
violatorio de los derechos constitucionales de la accionante de amparo.
Sentado lo anterior aprecia la Sala lo siguiente:
Conforme a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, "toda persona tiene
derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses " y a la "tutela efectiva de los mismos " (artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela). Ahora bien, dicha tutela judicial no se reduce
únicamente al acceso a los órganos judiciales para hacer valer la pretensión invocada por el
justiciable, sino a obtener una decisión de fondo sobre la resolución de la controversia, sea
favorable o no, y a que a que la misma sea ejecutada.
En este sentido, esta Sala, en su decisión del 10 de mayo de 2001, (Caso: Juan Adolfo
Guevara y Otros), estableció lo siguiente:
"El derecho a la tutela judicial efectiva, de amplísimo contenido, comprende el derecho a ser
oído por los órganos de administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo
el derecho de acceso sino también el derecho a que, cumplidos los requisitos establecidos en
las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el fondo de las pretensiones de los
particulares y, mediante una decisión dictada en derecho, determinen el contenido y la
extensión del derecho deducido "
Dicho derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales y a obtener un pronunciamiento de
éstos, se conjuga con los valores superiores del ordenamiento jurídico que propugna nuestro
Texto Constitucional, entre otros, los relativos a la preeminencia de los derechos humanos y a
la justicia (artículo 2), la cual se realiza a través del proceso, y es a la luz de dichos valores
que se constitucionalizan las garantías procesales.
De allí, la existencia de los requisitos procesales destinados a la adecuada ordenación del
proceso, el cual está sujeto a una serie de formas que rigen su tramitación. En principio, estas
formalidades procesales no atentan contra el derecho a la tutela judicial efectiva; sin
embargo, a fin de no enervar un derecho fundamental por el resguardo de otro, debe atenderse
a los efectos que generaría el eventual incumplimiento de una forma procesal, toda vez que el
artículo 257 de la Carta Magna establece que "no se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales ".
Por tanto, resulta impretermitible para esta Sala, delimitar cuándo una forma omitida es
esencial o no, habida cuenta que el proceso es el único instrumento para la realización de la
justicia, por lo que no pueden convertirse las formas procesales en una traba que impida a los
justiciables el acceso a los órganos jurisdiccionales, y menos aún que se sacrifique ¡ajusticia
por el incumplimiento de dichas formalidades.
Al respecto, la Sala de Casación Social de este Tribunal Supremo de Justicia, mediante
decisión del 19 de septiembre de 2001, (Caso: Sociedad Mercantil FLETES H. G., C.A. ), en
cita del Autor Arístides Rengel Rombert, estableció lo siguiente:
(omissis)... "Conforme a esta doctrina, para determinar si la forma omitida es esencial, es
necesario averiguar si la omisión ha impedido al acto alcanzar su fin, porque entre la forma y
el fin del acto existe una relación necesaria, toda vez que la forma está dada como medio para
la obtención delfín, y si el acto ha alcanzado su fin, no puede decirse que está privado de
formalidades esenciales. Por lo demás, el fin del acto ha de buscarse no ya en la nulidad que
una de las partes pretenda derivar del mismo, sino en la finalidad que la ley le ha asignado
objetivamente ".
Por tanto, lo esencial o no de una forma procesal está estrechamente vinculado al principio
finalista del acto que se trate, de tal modo que si la omisión de la formalidad impide que el
acto alcance su fin, estaremos en presencia de una forma esencial.
En el caso de autos, el fallo cuestionado en amparo declaró desistido el recurso contencioso
de nulidad interpuesto por Industria Metalúrgica Ofanto S.R.L., de conformidad con el
artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, por cuanto el recurrente
consignó extemporáneamente el ejemplar del periódico donde fue publicado el cartel de
emplazamiento de los interesados.
Ahora bien, cursa en autos el escrito consignado por los apoderados judiciales de la parte
apelante -tercero interesado- contentivo de los fundamentos de la apelación interpuesta, en el
cual señalaron lo siguiente:
"A través de la publicación de un cartel en la prensa, nuestra representada tuvo conocimiento
de que se había demandado la nulidad de la regulación de alquiler de un inmueble de su
propiedad, más, cuando realizamos la revisión del expediente... consideramos obvio que se
había operado el desistimiento del recurso, y por tanto inoficioso hacernos parte en un
procedimiento desistido. Varios meses después casualmente supimos que no se había
procedido conforme a lo pautado en el referido artículo 125 -de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia- y que el proceso había continuado... (omissis). Inmediatamente, estando
el caso en estado de evacuación de pruebas, diligenciamos advirtiendo que se había operado
de pleno derecho el desistimiento del recurso, y solicitamos al juez de la causa que se pronunciara al respecto, lo cual fue acordado, antes de la fijación de los informes ".
En efecto, el cartel de emplazamiento fue librado el 12 de noviembre de 1998 y fue
consignado en los autos el ejemplar de la publicación del mismo el 9 de diciembre de 1998.
Sin embargo, la Sala observa, que tal como lo adujeron los apoderados judiciales de la parte
apelante, su representada -ciudadana María Elena Acuña de Coutinho- tuvo conocimiento del
juicio que originó el fallo cuestionado, "a través de la publicación de un cartel en la prensa", e
incluso tuvo acceso al expediente, ya que -según adujo- una vez revisado éste, observó que
había operado el desistimiento del recurso.
En virtud de lo anterior, la ciudadana' María Elena Acuña de Coutinho consideró "inoficioso
" hacerse parte "en un procedimiento desistido ", no obstante que el Tribunal de la causa no
había declarado mediante decisión expresa el desistimiento del recurso interpuesto.
Asimismo, señalaron los apoderados de la parte apelante, que "varios meses después,
casualmente supimos que no se había procedido conforme a lo pautado en el referido artículo
125 " ( de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia),y que "inmediatamente, estando
el caso en evacuación de pruebas, diligenciamos advirtiendo que se había operado de pleno
derecho el desistimiento del recurso ".
De los propios argumentos esgrimidos por la parte apelante, se infiere, sin lugar a dudas, que
ésta tuvo conocimiento del juicio en el cual tenía interés, en virtud de la publicación del
respectivo cartel de emplazamiento, y no como adujeron en el escrito de apelación, que dicho
proceso se realizó a espaldas de su representada, toda vez que si ésta no intervino en dicho
juicio, no fue porque no tuviera conocimiento del mismo sino porque lo consideró
"inoficioso"
De tal modo, esta Sala observa, que en el presente caso si bien el ejemplar del cartel de
emplazamiento fue consignado extemporáneamente, el acto que refiere el artículo 125 de la
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia alcanzó su finalidad, cual es, el emplazamiento
de los interesados. En efecto, dicha norma consagra como carga del recurrente, la
consignación del ejemplar del periódico en el cual fue publicado el cartel de emplazamiento,
a fin de que los interesados en el juicio que se trate tengan conocimiento del mismo y se den
por citados.
Al respecto, esta Sala estima menester, el análisis del caso en concreto a la luz de los
preceptos constitucionales contenidos en los artículos 26 y 257 de la Carta Magna, conforme
a los cuales toda persona tiene derecho de acceder a los órganos jurisdiccionales, a obtener un
pronunciamiento de éstos sobre la pretensión invocada y a una justicia sin dilaciones
indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles.
En apego a las citadas disposiciones constitucionales, estima esta Sala, que resulta ineludible
la consideración de la proporcionalidad de los efectos de los requisitos procesales que
impidan el conocimiento del fondo de la pretensión invocada por el justiciable, habida cuenta
que existen formas o requisitos procesales que lejos de facilitar la obtención de ¡ajusticia,
constituyen obstáculos para la realización de la misma.
De allí, esta Sala precisa, que en resguardo del derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva, no son válidos los impedimentos procesales que sean consecuencia de un excesivo
formalismo, por cuanto dicho derecho constitucional no puede verse enervado por las
exigencias formales cuyo incumplimiento no vulnere ningún derecho constitucional, ya que si
bien tales requisitos atienden a la ordenación del proceso, en resguardo del derecho
fundamental al debido proceso, si ante la omisión de alguno de ellos no sólo no se vulneró
ninguna garantía constitucional, sino que el acto alcanzó su finalidad y el proceso continuó su
trámite con el conocimiento del mismo por las partes y de cualquier interesado que
intervenga en el mismo, resultaría inadmisible por inconstitucional, sacrificar la justicia por la
omisión de formalidades no esenciales (artículo 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela).
Así las cosas, esta Sala observa que en el caso que nos ocupa, la no intervención de la parte
interesada y hoy apelante en el juicio en que se originó el fallo cuestionado, no fue
consecuencia de la falta de consignación en el expediente del respectivo cartel de
emplazamiento; antes por el contrario, el tercero interesado tuvo conocimiento de dicha causa
y pudo revisar el expediente, en virtud de la publicación de dicho cartel, el cual si bien fue
consignado extemporáneamente, cumplió el fin al cual está destinado (que el interesado tenga
conocimiento de la existencia del juicio).
En virtud de los razonamientos expuestos a lo largo del presente fallo, esta Sala estima, que la
decisión apelada deber ser confirmada, la cual desaplicó el artículo 125 de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema de Justicia en lo relativo al desistimiento del recurso y archivo del
expediente cuando el recurrente no haya consignado dentro del lapso de quince (15) días el
ejemplar en el cual se haya publicado el cartel de emplazamiento.
Sin embargo, aprecia la Sala que, contrariamente a lo decidido por la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo, la causa no debe continuar en el estado en que se encontraba,
pues resulta procedente la solicitud de reposición formulada por la parte apelante, a los fines
de salvaguardar su derecho a intervenir en el proceso, toda vez que no participó en el mismo
tomando en cuenta que sería declarado el desistimiento conforme a lo previsto en una norma
vigente como lo es el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia,
desaplicado en el presente caso.
En consecuencia, se ordena la reposición de la causa contentiva del recurso de nulidad
interpuesto por la Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., contra la Resolución No. 00057
dictada por la Dirección de Inquilinato del Ministerio de Desarrollo Urbano el 20 de enero de
1998, para que en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas a partir de la notificación de
Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., y de la ciudadana María Elena Acuña de Coutinho,
concurran ante el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la
Región Capital a presentar los alegatos y promover las pruebas que estimen pertinentes y
vencido como sea dicho lapso comience a correr el lapso de quince (15) días de despacho
para la evacuación de pruebas a que se refiere el artículo 127 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia.
La reposición ordenada deja a salvo las pruebas que se hubieren promovido y evacuado en el
procedimiento y que resulten irrepetibles. Así se declara.
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara:
1. PARCIALMENTE CON LUGAR la apelación interpuesta por los apoderados judiciales de
la ciudadana MARÍA ELENA ACUÑA DE COUTINHO contra la decisión dictada por la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo el 16 de agosto de 2001.
2. Se CONFIRMA, en los términos expuestos en este fallo la decisión dictada por la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo el 16 de agosto de 2001, objeto de la presente
apelación, la cual declaró parcialmente con lugar la acción de amparo constitucional
interpuesta por Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., contra la decisión dictada por el
Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital el
27 de octubre de 1999, y desaplicó el artículo 125 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia en lo relativo al desistimiento del recurso y archivo del expediente cuando el
recurrente no haya consignado dentro del lapso de quince (15) días el ejemplar en el cual se
haya publicado el cartel de emplazamiento.
3. Se ORDENA la reposición dula causa contentiva del recurso de nulidad interpuesto por la
Industria Metalúrgicas Ofanto S.R.L., contra la Resolución No. 00057 dictada por la
Dirección de Inquilinato del Ministerio de Desarrollo Urbano el 20 de enero de 1998, al
estado de promoción y evacuación de pruebas conforme a los términos expuestos en el
presente fallo.
4. Se ORDENA al Juzgado Superior Primero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la
Región Capital, la notificación de Industria Metalúrgicas S.R.L., y de la ciudadana María
Elena Acuña de Coutinho, para que en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas contados a
partir de dichas notificaciones, concurran a presentar los alegatos y promover las pruebas que
estimen pertinentes; vencido dicho lapso comenzará a correr el plazo de quince (15) días de
despacho para la evacuación de pruebas a que se refiere el artículo 127 de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema de Justicia.
Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase el expediente a la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo y copia certificada de esta decisión al Juzgado Superior Primero
en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas a los 19 días del mes de AGOSTO de dos mil dos. Años:
192° de la Independencia y 143° de la Federación.
El Presidente - Ponente
IVÁN RINCÓN URDANETA
El Vicepresidente,
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
Magistrado
ANTONIO JOSÉ GARCÍA GARCÍA
Magistrado
JOSÉ MANUEL DELGADO OCANDO
Magistrado
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
Exp. 01-2840
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