tema 5 .el mester de juglaría y los poemas épicos. el cantar del mío cid

Anuncio
Características de la Edad Media
La Edad Media es el periodo histórico
que se extiende desde la desaparición del
Imperio Romano ( año 476) hasta el
descubrimiento de América (año 1492)
En la península Ibérica, la Edada Media
está marcada por la presencia árabe entre
el año 711 hasta el 1492, año en el que
terminó la Reconquista. Durante casi 800
años la Península estuvo dividida: al
norte, los reinos cristianos; al sur, los
árabes.
Algunos rasgos destacados de este
periodo nos ayudarán a conocer la
literatura medieval:
1. Época de profunda religiosidad. La
religión lo impregna todo y convierte en
fuente de inspiración del arte y la
literatura.Se puede decir que estamos en
una sociedad teocéntrica.
2. La guerra. Es otro factor importante.
La posesión de la tierra daba lugar a
constantes disputas y enfrentamientos.
También la luchas entre los árabes y los
reinos cristianos supusieron continuos
enfrentamientos bélicos por ampliar los
límites de sus territorios.
3. Los héroes. La guerra ensalzó la figura
de los héroes, que se convirtieron en
perdoanjes literarios de primer orden por
su heroísmo, valor, caballerosidad y
honestidad.
Características de la literatura medieval
PERIODOS
Desde el punto de vista literario, la Edada Media se
suele dividir en dos periodos:


Literatural medieval. Abarca desde el siglo X,
época en la que surgen las primeras
manisfestaciones lierarias en romance, hasta
finales del siglo XIV.
Literatura prerrenacentista. Comprende el
siglo XV. Este siglo supone el afianzamiento
de la burguesía y se produce un cambio de
mentalidad en la sociedad y también en la
literatura.
CARACTERÍSTICAS
La literatura medieval tiene una serie de rasgos que la
definen y distinguen:





Carácter anónimo: El autor no firma su obra
porque sabe que esta pertenece a una
colectividad. No busca diferenciarse de los
demás.
Obra oral: Era difundida oralmente por los
juglares, ya que la gente no sabía leer.Esto
explica que sean pocas las obras que se han
conservado.
Obra en verso: En la Edad Media se
consideraba que el verso era lo que hacía
literaria a una obra.
Imitación: Los autores recogían una tradición
popular o un texto latino y los recreaban. Es
decir, las obras no eran originales ni se
consideraba importante que lo fueran.
Didactismo: Las obras, en su mayoría, tenían
una función didáctica: transmitían valores
cristianos y ofrecían modelos de
comportamiento.
El Mester de juglaría
EL Mester de juglaría era la poesía de los juglares castellanos medievales, cuyo arte se apoyaba en la
tradición oral y en las gestas. Aunque floreció en los siglos XII y XIII, también se producen algunas
muestras durante el siglo XIV, pero se fue perdiendo con el Renacimiento. A diferencia del Mester de
clerecía, los temas se relacionaban con las gestas, a las que se imbuía un carácter mitológico.
La versificación empleada en este género era irregular, cultivando sobre todo la poesía lírica, dramática y
narrativa, siempre con el apoyo del canto recitativo. El género del Mester de juglaría tiene como exponente
y obra cumbre al Cantar del Mío Cid.
A lo largo de toda la Edad Media, los juglares constituyeron un importantísimo elemento de difusión de la
cultura. De hecho, debido a que los libros (que fueron manuscritos hasta la invención de la imprenta) solo
estaban accesibles para las elites, los juglares se erigían como el único medio disponible para las clases
menos favorecidas.
Los juglares, que eran habitualmente rapsodas (recitadores de versos), se diferenciaban de los trovadores en
que no componían los versos que recitaban. Su actividad la realizaban en público, y los temas eran
generalmente los cantares de gesta y otros poemas de tipo lírico, como los romances. Pero no sólo se
limitaban a recitar, pues los juglares sabían tocar instrumentos musicales, y solían acompañar con ellos sus
actuaciones; también cantaban, bailaban, y hacían números circenses y juegos malabares.
Socialmente, los juglares tuvieron distinta consideración: eran apreciados en algunas cortes, pero también
fueron reprimidos por parte de la Iglesia y de los reyes. Los cambios sociales y culturales que se
comenzaron a manifestar a mediados del siglo XV hizo que sus actividades comenzaran a decaer, abriéndose
el camino al humanismo renacentista.
Mester de juglaría significa "oficio de juglares" y bajo esta denominación se agrupa un conjunto de obras en
lengua vulgar, transmitidas oralmente durante la Edad Media, sobre todo de los siglos XII al XIV.
Las producciones más representativas del mester de juglaría son los cantares de gesta: poemas de autor
desconocido que se cantaban o recitaban con música y cuyo contenido eran las hazañas de algún héroe
individual que representaba a toda la comunidad. Así pues, su finalidad era divulgar la figura del héroe a la
vez que entretener y divertir al público. Para evitar la monotonía de estos largos cantares, así como para
dramatizar o vivificar ciertas escenas, los juglares acudían a todo tipo de recursos gestuales y técnicas de
expresión oral: usaban el estilo directo sin verbo introductorio, llamaban la atención de los oyentes ("¡Aquí
veríais quejarse a los infantes de Carrión!") y empleaban multitud de epítetos épicos, es decir, adjetivos y
expresiones formularías que ensalzaban a los héroes ("Mío Cid, el que en buen hora nació", o "el que en
buen hora ciñó la espada").
Aunque a veces se consideraba al juglar como intérprete-creador, el autor inicial de los cantares de gesta era
una persona laica y culta que permaneció en el anonimato.
En resumen, el poema épico y el juglar forman el mester de juglaría cuyas características pueden resumirse
en estos rasgos:
A.-Empleo de versos de distintas medidas.
B.-Uso de la serie asonantada monorima como estrofa: largas tiradas de versos irregulares que riman entre sí
en asonante.
C.-Temas de carácter épico.
D.-Recoge la tradición oral: los relatos guerreros pasaban, de memoria y oralmente, de unos juglares a otros.
E.-Equilibrio entre originalidad e inventiva: con el tiempo se van introduciendo modificaciones en la
narración y la historia real que servía de base fue novelándose hasta convertirse en leyenda.
La poesía épica: los cantares de gesta
Algunos juglares recitaban cantares de gesta, que
frecuentemente acompañaban con música
Las manifestaciones más significativas de la poesía popular narrativa son los cantares de gesta y los
romances narrativos
Hacia el siglo XII aparece en la Península un tipo de obras, los cantares de gesta, poemas épicos que
giraban en torno a la figura de un héroe y sus hazañas. En la literatura castellana, se caracterizan por una
versificación irregular: los versos presentan diferente número de sílabas, poseen rima asonante y se agrupan
en series o tiradas.
Los cantares de gesta eran cantados por unos artistas que recorrían aldeas y villas divirtiendo al público con
sus actuaciones y poemas: los juglares.
La épica tuvo también su propio desarrollo en otras lenguas europeas. La tradición más próxima a la épica
castellana es la francesa, de la que se conservan muchos manuscritos.
El principal cantar de la épica castellana y el único que ha llegado hasta nosotros en un manuscrito casi
completo es el Poema de mio Cid. Según el investigador Ramón Menéndez Pidal, uno de los principales
estudiosos de la obra, el texto conservado es una copia realizada a principios del siglo XIV por un copista
llamado Per Abbat. El texto original habría sido escrito en 1140 por dos autores: un juglar de Medinaceli y
otro juglar de San Esteban de Gormaz, ambos de Soria.
Poema de Mío Cid
(Per Abat firma el manuscrito en 1307)
El poema de Mío Cid narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero castellano que vivió en el
siglo XI y al que los árabes dieron el nombre de Cid Campeador.
En cuanto al personaje protagonista hay que destacar su conducta ejemplar. Se nos presenta como un
hombre de conducta intachable: es valiente, astuto, prudente, amoroso padre de familia, con gran conciencia
de su honra y un fuerte sentimiento religioso
Rodrigo Díaz
Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador
Nació en Vivar, Burgos en el 1043y murió en Valencia en el 1099) Caballero castellano. Creció al servicio
de Sancho II de Castilla, siendo nombrado alférez. Tras la muerte del rey en el sitio de Zamora, hizo prestar
juramento a Alfonso VI en Santa Gadea de Burgos de que no había participado en el asesinato de su
hermano. Las relaciones del Cid con el nuevo monarca no se rompieron de inmediato ni por esta razón, sino
por el reparto de unos tributos obtenidos de los musulmanes en 1079. Desterrado de Castilla, entró al
servicio del rey de Zaragoza, al-Mutamin. Sin embargo, no guerreó nunca contra Alfonso VI, al que
consideró siempre su señor y con el que se reconcilió en varias ocasiones. En una de ellas, tras la batalla de
Zalaca, el rey le concedió todos los territorios que pudiera conquistar en el Levante, lo que le llevó a
apoderarse en 1094 de la ciudad de Valencia, donde se mantuvo hasta su muerte. Su personalidad y sus
hazañas fueron cantadas en numerosos romances y poemas. El más importante es el Cantar de Mio Cid.
El manuscrito
Existe un ejemplar único que actualmente se encuentra en la Biblioteca Nacional de España en Madrid.
En el siglo XVI se guardaba en el Archivo del Concejo de Vivar. Después se sabe que estuvo en un
convento de monjas del mismo pueblo. y Ramón Menéndez Pidal.
Se trata de un tomo de 74 hojas de pergamino grueso y no muy bien preparado. Otras 2 hojas le sirven
de guardas. En el reverso de la hoja 74 hay unas escrituras con manchas de color pardo, debidas a reactivos
antiguos. Menéndez Pidal logró leer el primer párrafo (con ayuda de otros reactivos químicos) pero no tuvo
la misma suerte con el 2º párrafo. En esta misma página hay también varios renglones en latín, escritos con
letra grande, del siglo XIV.
La encuadernación del tomo es del siglo XV. Está hecha en tabla forrada de badana y con orlas estampadas.
Quedan restos de dos manecillas de cierre. Las hojas están repartidas en 11 cuadernos; al 1º le falta la 1ª
hoja; al 7º le falta otra, lo mismo que al 10º. El último encuadernador hizo algunos desperfectos importantes
en el tomo.
La letra del manuscrito es clara y cada verso empieza con mayúscula. De vez en cuando hay letras capitales
con adornos. Precisamente por el tipo de letra que se emplea, algunos eruditos creyeron que el manuscrito
podría ser del año 1207, siglo XIII. Pero nuevos estudios aseguran que en realidad pertenece al siglo XIV,
basándose en que dicha letra se parece más a la que se usa en los privilegios de Alfonso XI (1312-1350). Las
letras mayúsculas tienen en su interior dos rasgos paralelos, detalle que era común a finales del XIII y todo
el siglo XIV. Otros detalles que tienen en cuenta los investigadores para situar el manuscrito en el siglo XIV
son: que el amanuense emplea mucho la y (en palabras como myo, rey, yr), cosa rara en documentos de la 1ª
mitad del siglo XIII y muy común en el XIV y XV y que utiliza la v como inicial de palabra en lugar de
la u (en palabras como valer, vno) y por último el uso de Gonçalo,Gonçalez en lugar
de Gonçalvo, Gonçalvez.
En el éxplicit se lee:
Quien escribió este libro del’ Dios paraiso: amen
Per abbat le escribió en el mes de mayo
En era de mil e CC (aquí hay una raspadura) XLV años
Ha habido siempre mucha controversia entre los eruditos sobre la interpretación de este explicit. He aquí
algunas hipótesis:





Abbat es nombre y no título, pues si fuera un abad llevaría un don, según lo acostumbrado
en abades benedictinos de la época.
Hubo un Pero Abad, Chantre de la Clerecía Real que aparece en documentos en 1253. Tal
vez sea el autor del manuscrito y que escribió era por equivocación en lugar de año,
siendo entonces el año de 1245.
Per abbat fue un simple copista y su copia es de 1307, siendo la raspadura que hay
después de las dos C, intencionada.
Si la raspadura es simple equivocación, la fecha sería 1207.
Si las tres C existían, la raspadura es intencionada para dar al libro más antigüedad.
Después de estudios fructuosos sobre el tema se llega a la conclusión de que el manuscrito es probablemente
del siglo XIV pero que es una copia de uno anterior que se escribió seguramente en el siglo XII, año de
1140, en tiempos de Alfonso VII.
Los autores
Siguiendo la interpretación del texto, el estilo, los temas, los lugares descritos, etc., los investigadores han
llegado a la conclusión de que fueron dos los autores y ambos juglares. Uno de ellos debía ser de San
Esteban de Gormaz (Soria) y el otro de Medinaceli (Soria). Teniendo en cuenta las siguientes características,
el Cantar de Mío Cid se puede enclavar en el llamado Mester de Juglaría, (así como en la épica medieval de
los cantares de gesta):

Su contenido son hazañas épicas

Era recitado y cantado al son de un instrumento

Se utiliza el verso épico
El tema
Se trata de un héroe desterrado injustamente, que tiene que recuperar su honra. A través de la obra se vive el
engrandecimiento progresivo del personaje. Todo esto se completa además con el desarrollo de la acción
guerrera y política.
El poema consta de tres partes o cantares: el Cantar del destierro, el Cantar de las bodas y el Cantar de la
afrenta de Corpes.
Cantar del destierro
El Cid, injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI, sale del pueblo de Vivar en compañía de
su familia y sus fieles caballeros. A su paso por Burgos nadie se atreve a darle albergue, ya que el rey lo ha
prohibido amenazando con severas penas a quien le ofreciera ayuda. El Cid se dirige al monasterio de San
Pedro de Cardeña, donde, con gran dolor, deja a su esposa doña Jimena y a sus dos hijas: doña Elvira y doña
Sol.
Una vez fuera de Castilla, el Cid emprende una serie de campañas militares contra árabes y contra cristianos,
que le van a procurar fama, tierras y riquezas.
Cantar de las bodas
El Cid se dirige a Valencia, que estaba en poder de los moros, y logra conquistarla. Envía entonces presentes
al rey de Castilla y le ruega que permita a su familia reunirse con él en Valencia. El rey accede a esta
petición y levanta el castigo que pesaba sobre el Campeador y sus hombres.
Se celebran grandes festejos en Valencia para darle la bienvenida a la esposa y las hijas del Cid. Mientras
tanto, el rey de Marruecos manda una expedición para recuperar la ciudad. El Cid derrota a los moros y
consigue mantener Valencia en poder de los cristianos.
Deseosos de las riquezas del Cid, dos caballeros castellanos, los infantes de Carrión, piden en matrimonio a
doña Elvira y doña Sol. Las bodas se celebran solemnemente y el monarca concede el perdón real al Cid por
su lealtad.
Cantar de la afrenta de Corpes.
Los infantes de Carrión muestran pronto su cobardía, primero ante un león que se escapa del palacio del Cid,
después en la lucha contra los árabes.
Sintiéndose humillados, los infantes deciden vengarse. Para ello emprenden un viaje hacia Carrión con sus
esposas y, al llegar al robledal de Corpes, las azotan y las abandonan allí desfallecidas.
Conocida la infamia, el Cid pide justicia al rey. Se realiza entonces un duelo, en el que los guerreros del Cid
vencen a los infantes. Éstos quedan deshonrados y sus bodas, deshechas. El Cantar termina con el proyecto
de boda de las hijas del Cid con los infantes de Navarra y de Aragón.
La métrica
La métrica del Poema de Mío Cid es irregular: realizado en versos cuya medida fluctúa entre 10 y 20
sílabas aunque predominan los de 13, 14 y 15 y que se agrupan en tiradas (grupos de versos con una sola
rima asonante).
De su estilo cabe destacar:
1. El uso del epíteto épico, para enaltecer y magnificar al héroe ("el que en buena hora nació", "el que
en buena hora ciñó espada").
2. Fórmulas dirigidas al oyente, con el fin de comunicarse con él y de que participe en la narración
("Como oiréis contar", "Bien oiréis lo que dirá"). - o elementos simbólicos (movimientos de los
personajes, elementos decorativos, etc.).
3. Episodios humorísticos, cuya función principal era la de divertir al auditorio e introducir un
momento de distensión en medio de sucesos dramáticos (episodio de las arcas en el cantar I; el
episodio del Conde de Barcelona al final del cantar I; el episodio del león en el cantar III)..
El Cid histórico y el Cid literario
Monasterio de San Pedro de Cardeña
En el Cantar de mio Cid se narran las gestas de un personaje real, nacido en Burgos en torno a 1043. Sin
embargo, la obra presenta abundantes pasajes y personajes inventados por necesidades literarias, como la
visión del arcángel Gabriel, la afrenta de Corpes, el engaño de las arcas, el encuentro del Cid y el león o la
celebración de las cortes de Toledo; se trata de elementos insertados por el autor que buscan, en último
término, engrandecer la figura del héroe. El poema, además, omite ciertos hechos reales, como la
procedencia leonesa de doña Jimena, perteneciente a la alta nobleza, y modifica el orden de las batallas. El
protagonista del Cantar, dotado de una gran humanidad y rasgos realistas, es un personaje verosímil, pero
no real. La figura del héroe se ve idealizada por la ficción, que exagera sus rasgos y configura una historia
con una progresión ascendente. El Cid, gracias a su esfuerzo, va paulatinamente superando los embates de
su mala fortuna, conquistando una fama y una honra que en justicia no debía haber perdido y alcanzando
una posición social mayor de la que tenía al comienzo de la obra.
Descargar