85 José Raimundo Porras Pérez EL GIRO IDEOLÓGICO DE LA

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MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela
Año VI. N° 15. 2014, pp. 85-120
José Raimundo Porras Pérez
Teniente Coronel (Ej.) en situación de retiro [email protected]
EL GIRO IDEOLÓGICO DE LA FUERZA ARMADA
NACIONAL BOLIVARIANA: LA CONCEPCIÓN
MARXISTA-LENINISTA DE GUERRA
REVOLUCIONARIA Y EL NUEVO PENSAMIENTO
MILITAR VENEZOLANO
Resumen: La orientación del texto que se verá a continuación pretende
una aproximación diferente al giro ideológico de las fuerzas militares venezolanas, desde la perspectiva de la concepción de guerra revolucionaria
enmarcada en el marxismo-leninismo y sus variantes teórico-militares,
como lo son el maoísmo y el “foquismo”, así como su influencia en la construcción del nuevo pensamiento militar venezolano, cuyo planteamiento
central es la adopción de una doctrina militar basada en la unión ejércitopueblo para la defensa integral de la nación.
Palabras clave: historia militar, historia del pensamiento militar, relaciones civiles y militares, historia de Venezuela.
The ideological shift of the Bolivarian National
Armed Forces: the Marxist-Leninist conception
of revolutionary war and the new Venezuelan
military thinking
Abstract: The orientation of the text will then seeks a different approach
to the ideological change of Venezuelan military forces, from the perspective of conception of revolutionary war framed in the Marxism and
the Leninism and its theoretical-military variants, and its influence on the
construction of the new Venezuelan military thinking, whose central con-
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sideration is the adoption of a military doctrine based on the army-people
union for the overall defense of the nation.
Keywords: Military History, History of Military Thought, Civil-Military
Relations, Venezuelan History.
1. Introducción
Todo Estado-nación requiere de la organización de fuerzas
armadas para su defensa, ello sin distinción de su naturaleza
teocrática, autoritaria, totalitaria, monárquica o democrática.
Desde el siglo XIX el desarrollo de teorías de interpretación
del rol de los ejércitos en la estructura social de las naciones,
sumado a su peso específico en los sistemas políticos, llevó a
que se le considere una ciencia social con su aparato crítico y
epistemológico propio. En este sentido, la línea de investigación
histórica de relaciones civiles-militares se define usualmente en
términos del señalado “control civil” y es empleada como concepto marco para debatir el rol político de las instituciones militares, en abordajes que centran la discusión en la subordinación
de las fuerzas armadas a las autoridades políticas1. El profesor
Samuel Huntington identificó dos niveles en las relaciones civiles-militares: un nivel del poder y otro nivel de carácter ideológico. En esta última distinción reconoce como aspecto clave
la compatibilidad entre la ética militar y las ideologías políticas
prevalecientes en el resto de la sociedad.
En el caso venezolano, considerar la interacción de las instituciones militares en el contexto estatal exclusivamente en términos de control civil, puede resultar insuficiente para analizar
la inserción de las fuerzas armadas en el marco institucional
del Estado. En el artículo titulado El aparato ideológico del
1
El enfoque clásico al respecto fue propuesto hace ya más de cinco décadas por S. P. Huntington. Léase Samuel P. Huntington, El Soldado y el
Estado, Buenos Aires: Biblioteca del Oficial, Círculo Militar, 1964, pp.
118-123.
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golpismo chavista, el Doctor Luis Alberto Buttó identificó tres
ejes transversales cuya confluencia dialéctica devino en los soportes filosóficos y programáticos a partir de los cuales se formuló la base doctrinal inspirativa de la acción de gobierno y
transformación de la institucionalidad venezolana emprendida
en febrero de 1999 y que continúa hasta nuestro presente. Dichos ejes ideológicos pueden renombrarse como sigue: fuerza
armada-seguridad interna-desarrollo nacional; fuerza armadaélite gobernante; y, fuerza armada-pueblo-historia2.
El pensamiento militar3 responde a una fusión del conocimiento acumulado por siglos de la teoría de la guerra y las actividades conexas con la conducta concreta en el espacio y el tiempo
para realizar las tareas de defensa en el entorno nacional e internacional. El desarrollo ideológico del eje fuerza armada-seguridad interna-desarrollo nacional se sustenta en paradigmas
teóricos que han dado forma al nuevo pensamiento militar venezolano. El propósito del presente trabajo académico consiste
en analizar las tendencias teórico-militares seguidas por el estamento castrense venezolano en la etapa comprendida entre los
años 1998 y 2013, y apreciar el proceso de evolución e impacto
del pensamiento militar marxista-leninista en la aparición del
2
Para profundizar el tema véase Luis Alberto Buttó, “El aparato ideológico del golpismo chavista”, en El Incesto Republicano. Relaciones civiles
y militares en Venezuela 1812-2012, Caracas: Editorial Nuevos Aires,
2013, pp. 183-218.
3
La doctrina militar británica ofrece una taxonomía útil que nos ayuda a
entender los rasgos generales de la noción de pensamiento militar. Divide
el poder de combate en tres componentes: el físico, que es el medio para
consumar la lucha y conlleva el equipo, los soldados y la logística necesaria para apoyar el esfuerzo bélico; el componente moral, que es la voluntad de vencer y se trata de la motivación, el liderazgo y la cultura militar;
y por último, el componente conceptual, que supone el cómo luchar bajo
el dominio del pensamiento referido a los métodos, enfoques y los usos
más amplios de pensamiento dentro y fuera del campo de batalla. El término “usos más amplios de pensamiento” incluye cualquier otro aspecto
del proceso mental. Véase Jim Storr, The Human Face of War, London:
Briminghan War Studies, 2009, p. 8.
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nuevo combatiente de orientación revolucionaria4 en el seno de
la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
2. El pensamiento militar marxista-leninista y la guerra
revolucionaria
Para entender el pensamiento militar marxista-leninista y la
noción de guerra revolucionaria es necesario remontarnos a
las ideas de Federico Engels, quien se erigió, en cooperación
intelectual con Karl Marx, como uno de los más influyentes
pensadores del socialismo científico, el comunismo, la teoría
de la lucha de clases, la concepción materialista de la historia,
y como un conspicuo teórico militar de su tiempo; en este último aspecto, el filósofo prusiano apreció que todas las grandes revoluciones no eran el resultado de grandes maestros de la
guerra, sino de invenciones en mejores armas y cambios en el
material; por ende, el poder militar se basaba en las armas y en
el equipamiento militar cuya calidad dependía de la condición
del desarrollo de lo que él y otros marxistas llamaron “fuerzas
de producción”5.
Karl Marx sentó las bases sobre las cuales descansan los ejes
de la acción política de los movimientos revolucionarios. Pero
Vladimir Lenin desarrolló las premisas marxistas construyen4
Según Amos Perlmutter, el soldado revolucionario se considera a sí
mismo como un instrumento de la sociedad en correspondencia con su
condición de defensor del orden revolucionario. Perlmutter aclara que la
intervención del soldado revolucionario es para apoyar a la revolución; él
se ve a sí mismo como constructor e innovador de estructuras, se dedica
a la movilización militar de las masas. Entre sus primeros actos se destacan los intentos para destruir las viejas estructuras militares del régimen
anterior. Véase Amos Perlmutter, Lo militar y lo político en el mundo
moderno, Madrid: Ediciones Ejército, 1982, pp. 280-287.
5
La concepción tradicional de la historia situaba en primer plano las hazañas de los personajes ilustres, sin embargo, el marxismo hace hincapié
en la vida material de las sociedades y las fuerzas productivas que están
necesariamente en conexión con un tipo determinado de relaciones entre
los hombres en la producción de bienes necesarios para su subsistencia.
Ver Friedrich Engels, La Guerra Campesina en Alemania, La Habana:
Editorial de Ciencias Sociales, 1974.
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do una metodología de la insurrección. En la teoría leninista se
interrelacionan estrechamente la insurrección y la guerra; como
parte de sus preceptos, una revolución popular verdaderamente
profunda
es un proceso increíblemente complicado y doloroso, de
muerte del viejo orden social y nacimiento del nuevo orden
social, del estilo de vida de decenas de millones de hombres.
La revolución es la lucha de clases y la guerra civil más aguda, más furiosa, más encarnizada. No ha tenido lugar en la
historia ni una sola gran revolución sin guerra civil6.
En su obra de crítica militar, El rol de la violencia en la historia, Federico Engels llegó a establecer las máximas que constituyeron las bases de la revolución cuyo accionar condujo al
derrocamiento del régimen zarista en Rusia. Para el filósofo
prusiano “el ejército, verdadero vencedor, se coloca a la cabeza,
apoyado sobre la clase de donde proviene en su mayor parte, los
pequeños campesinos”; y el otro paradigma es que “en política,
sólo hay dos potencias decisivas: la fuerza organizada del Estado, el Ejército, y la fuerza no organizada, la fuerza elemental de
las masas populares”7.
Una vez logrado el triunfo de la Revolución Rusa en 1917, sus
principales líderes: Vladímir Ilich Lenin y Lev Davídovich
Bronstein –mejor conocido como León Trotsky– mantuvieron
como soporte defensivo del nuevo régimen a la Guardia Roja,
estructura constituida por soldados y obreros, liderados por sargentos que actuaban como brazo armado del bolchevismo8. La
Guardia Roja no se organizaba como un ejército regular, su formación era de una milicia voluntaria; además, sus integrantes
6
Ver el artículo de Vladimir Ilich Lenin, “¿Podrán los Bolcheviques retener el poder?”, en Obras Completas. Setiembre a noviembre de 1917,
Madrid: AKAL Editor, Tomo 27, 1976, pp. 212-216.
7
Friedrich Engels, The role of force in history: a study of Bismarck’s policy of blood and iron, New York: International Publishers, 1969, p. 62.
8
La Guardia Roja tenía por misión “proteger la revolución” y “mostrar
resistencia a las fuerzas reaccionarias”. Ver Richard Pipes, La Révolution
russe, Paris: Presses Universitaires de France, 1993, p. 383.
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no poseían jerarquías ni reglamentos orgánicos para su funcionamiento, disciplina e instrucción9.
Los teóricos militares marxistas-leninistas entendían que la
guerra se basaba esencialmente en principios científicos10. La
predilección de Vladimir Lenin por los fundamentos de la dialéctica materialista del objetivismo, las regularidades en la naturaleza de la sociedad y las posibilidades del conocimiento,
influyeron fuertemente en el desarrollo de la teoría militar soviética posterior a 1917. Los puntos de vista filosóficos de Lenin
eran compatibles con las inclinaciones objetivas de los estados
mayores zaristas antes de la Guerra Civil Rusa, y sus métodos
científicos en materia castrense apuntaban hacia el desarrollo
de la previsión militar. De hecho, oficiales ex zaristas como
Vladimir Triandafillov y Mikhail Tujachevski surgieron como
defensores de la teoría leninista, que trató de unificar la relación
de principios marxistas con la ciencia militar soviética en plena
formación en las décadas de 1920 y 193011.
Con la consumación de la Guerra Civil Rusa en 1918, los mandos
bolcheviques apreciaron la necesidad de sustituir a la Guardia
Roja por una fuerza militar permanente. El Consejo de Comisa9
La “Guardia Roja” estaba basada en soldados de filiación comunista que
se habían negado a obedecer a sus oficiales, por lo que dicho cuerpo rechazaba cualquier señal de disciplina castrense.
10 “La conducción de la guerra es en gran medida una ciencia y no un
arte”. Tal apreciación no se limitó a los intérpretes marxistas de las teorías de Clausewitz y Jomini. El general británico J.F.C. Fuller también
fue un firme creyente en que la conducción de la guerra es en gran medida una ciencia. En su libro Fundamentos de la Ciencia de la Guerra,
Fuller asentó que se puede establecer un método científico para el estudio de la guerra, entonces con frecuencia seremos capaces de predecir
eventos futuros basados en sucesos pasados, y así extraer la naturaleza
y los requerimientos de la próxima guerra, posiblemente años antes de
que esta se produzca. Ver Colonel J.F.C. Fuller, The Foundations of the
Science of War, Fort Leavenworth: The Command and General Staff
College, 1993, p. 38.
11 Jacob W. Kipp, From Foresight to Forecasting: The Russian and Soviet
Military Experience, College Station Tx, Texas A&M University, Center
for Strategic Technology, 1987, p. 82.
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rios del Pueblo creó el Ejército Rojo mediante un Decreto el 28
de enero de 1918; Lev Trotsky, quien fue nombrado Comisario
de Guerra12 por el Comité Central del Partido Bolchevique, presentó ante el Comité Central Ejecutivo pan-ruso de los soviets
los fundamentos para la construcción de un ejército regular. En
su discurso publicado bajo el título El Ejército Rojo, Trotsky
sintetizó los principales lineamientos que debía seguir el ejército para cumplir con el objetivo de la defensa de Rusia: instrucción general obligatoria, creación de cuadros militares de entre
las filas de los combatientes, y la utilización de especialistas
militares con oficiales y suboficiales del ejército zarista. Para
Trotsky “El proletariado está obligado a tomar a su servicio a
aquellos que han servido a las otras clases. Esto vale también, y
por entero, en cuanto a los especialistas militares”13.
El Ejército Rojo fue adoctrinado ideológicamente desde el
primer día de su creación, pues se consideró esencial que la
nueva fuerza militar estuviese identificada políticamente con
el régimen bolchevique para poder sustentarlo en la realidad.
A fin de garantizar la lealtad de los ex militares zaristas y
de obligar a los distintos elementos del nuevo Ejército Rojo a
unirse, fueron introducidos los comisionados militares –después llamados “comisarios políticos”–14. Todas las ramas de la
12 El antiguo ministerio de Guerra y Marina fue rebautizado formalmente
con el nombre de Comisariato del Pueblo para la Guerra.
13 Véase el capítulo “El Ejército Rojo. Discurso en la sesión del Comité
Central Ejecutivo, 22 de abril de 1918”, en León Trotsky, Escritos Militares. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/trotsky/em/05.htm
(Consultado el 14 de agosto de 2014).
14 Véase el capítulo “The Red Army 1918-1939”, en David M. Glantz; Jonathan Mallory House, When Titans clashed: how the Red Army stopped
Hitler, Kansas: University Press of Kansas, 1995. La contradicción de
un ejército revolucionario comandado, en su mayor parte, por ex oficiales zaristas llevó a la creación de una nueva institución: los Comisarios
Militares. La figura del Comisario Militar fue tomada de la Revolución
Francesa. En Rusia, la organización de esta institución fue el Buró de
Comisarios Militares de toda Rusia, luego Sección Política del Consejo
Militar Revolucionario, en abril de 1919, que recibió el nombre de Administración Política del Ejército Rojo.
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esfera militar se estructuraron alrededor del mando compuesto generalmente de dos miembros: un especialista con conocimientos y capacidad adecuados a sus funciones y un comisario
político fiel a la revolución y al socialismo. La responsabilidad
por las cuestiones puramente militares, operacionales y del
combate era absolutamente del especialista militar, quien tenía la última palabra. El comisario político era un militante
fogueado del Partido Comunista, tenía la función de vigilar
las decisiones y los actos del especialista para evitar que fueran en contra de la revolución.
Para Lenin, una vez tomado el poder, los militares del nuevo
Estado debían responder al partido y subordinarse a sus proyectos. En este sentido la subordinación es total y no hay posibilidad de autonomía o de proyectos propios de las élites militares.
Esta obediencia se lograba mediante el control que ejercían los
“comisarios políticos”. En el seno de los ejércitos, para crear
“células comunistas”; en cada unidad militar, para establecer
una cohesión ideológica y una disciplina consciente en la oficialidad y los soldados15.
Tras la derrota decisiva sobre las fuerzas del general Piotr
Nikoláievich Wrangel y la finalización de la guerra civil a fines de 1920, el gobierno comunista de Lenin tomó la decisión de proceder a la desmovilización de las tropas basado
no solo en la perspectiva de que se entraba en un período de
construcción pacífica, sino también en la imperiosa necesidad de recuperación económica. La política combinaba una
reducción del tamaño del ejército regular con la elevación de
su nivel de instrucción y técnico, así como la instauración, en
algunas localidades, de milicias territoriales que pudieran ser
llamadas al combate si la situación lo exigía. Por lo tanto, el
período iniciado en 1921 fue uno de desmovilización y reorganización militar. Bajo el telón de fondo anterior se discutieron
importantes cuestiones militares, en el X Congreso partidario
15 Ver el decreto “En la esfera militar”, en las resoluciones del VIII Congreso del Partido Bolchevique, en Vladimir I. Lenin, Obras Militares
Escogidas, México: Ed. El Caballito, 1973, pp. 733-734.
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de marzo de 1921, alrededor de las milicias, el mando único y
la doctrina militar16.
Surgieron tres posiciones que podemos esquematizar de la siguiente manera: Nikolái Ilich Podvoiski bregaba por un traspaso total y completo hacia un sistema de milicias territoriales,
aferrándose al programa histórico socialista; Ivar Tenisovich
Smilga se manifestaba por el mantenimiento del ejército regular argumentando que el traspaso al sistema de milicias minaría
la base proletaria del ejército, y también, como lo había hecho
en otras ocasiones, se declaró en contra de mantener a los comisarios políticos; la posición de Mikhail Frunze se centró en una
“doctrina militar unificada” que manifestase el carácter proletario en todos los aspectos militares17, visión que se impondría
a la postre como definitoria del pensamiento militar soviético.
Es necesario resaltar que la aparición de la doctrina soviética
se inscribe en la corriente intelectual que intentó sistematizar la
experiencia de la Primera Guerra Mundial con objeto de identificar unos criterios básicos que hicieran posible alcanzar la
victoria en cualquier circunstancia. A lo largo de los años veinte
y treinta se desarrolló en toda Europa un intenso debate sobre
la necesidad o no de disponer de un instrumento de esas características. Frente a los doctrinarios entusiastas, otros teóricos
militares abogaban por la permanente adaptación a las circunstancias (terreno, enemigo, medios) y aventuraban que la imposición de criterios rígidos derivaría en que los mandos militares
aplicaran mecánicamente unos procedimientos preestablecidos
que, quizá, no fueran los más adecuados a las condiciones reales del momento y lugar18.
16 Michael J. Deane, Political control of the Soviet armed forces, London:
Macdonald and Jane’s, 1977, p. 26.
17 Mark Von Hagen, School of the revolution: Bolsheviks and peasants in
the Red Army, 1918-1928, vol. I, California: Stanford University, 1984,
pp. 135-136.
18 Véase Charles de Gaulle, Le fil de l’épée, París: Berger-Levrault, 1973,
pp. 95-123.
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En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se enfrentaron
dos escuelas de pensamiento basadas en principios similares
a los expuestos en el párrafo anterior, y el debate entre ellas
alcanzó su punto culminante durante la conferencia de delegados militares en el XI Congreso del Partido Comunista Ruso,
en abril de 1922, poco después de terminar la guerra civil. El
entonces Comisario del Pueblo para Asuntos Militares y Navales, Lev Trotski, se opuso a la elaboración de una doctrina y
se mostró partidario de que los militares se concentraran en la
resolución de problemas prácticos. En contraposición, Mikhail
Frunze constataba que:
La doctrina militar única consiste en las enseñanzas adoptadas en un Estado concreto que establecen el tipo de organización de las fuerzas armadas del país, los métodos de
instrucción de las tropas y su mando, sobre la base de la visión
dominante en el Estado acerca del carácter de los problemas
militares que debe afrontar y de las formas de resolverlos,
las cuales se derivan de la esencia clasista del Estado y están
condicionadas por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas del país19.
De acuerdo a los lineamientos de resolución de “problemas
militares” expuestos por el general Frunze, el régimen bolchevique creó un sistema militar que reflejase el espíritu revolucionario, pero con la combinación de métodos de combate de
la insurrección en masa y los destacamentos guerrilleros con
nuevos procedimientos acordes con los adelantos técnicos de
la época. La reforma militar en el Ejército Rojo se basó en las
enormes reservas de mano de obra del país; así, el programa
soviético para desarrollar la industria pesada, que se inició en
1929, también elevó los estándares técnicos de las industrias de
armas soviéticas al nivel de otras naciones europeas. Una vez
19 Véase Andrei Afanasievich Kokoshin, “Edinaja Vojennaja Doktrina”, en
Nezavisimoje Vojennoje Obozrenije, (14-11-1997), pp. 1-5, citado por José
Miguel Palacios; Paloma Arana, Doctrina militar rusa: herencia soviética, realidades postsoviéticas, perspectiva europea, en Revista CIDOB
D’AFERS INTERNACIONALS, núm. 59, 2002, pp. 81-103.
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que esto se logró, los comunistas volvieron su atención a resolver el problema de la movilidad operativa militar20.
El debate de la movilidad operativa de la maquinaria bélica
soviética quedó resuelto en el desarrollo de la teoría de la batalla profunda elaborada por los generales Alexander Svechin,
Mikhail Frunze y Mikhail Tujachevski, quienes propusieron
que la batalla en profundidad debía abarcar la maniobra de
múltiples formaciones de magnitud cuerpo de ejército de manera simultánea sobre un mismo frente. Aquel dispositivo estaba
destinado a la victoria en un cúmulo de operaciones múltiples,
que podrían llevarse a cabo de forma paralela o sucesiva. Cada
operación serviría para desviar la atención del enemigo y mantener al defensor tratando de predecir la ubicación del esfuerzo
principal y el objetivo de las fuerzas soviéticas. La incertidumbre que creaba este dispositivo evitaba que el enemigo pudiese mover poderosas reservas a cualquier área. El Ejército Rojo
podía entonces invadir vastas regiones antes de que el defensor
pudiese recuperarse21. La praxis de esta concepción de combate
estaba acorde con la formulación del empleo de grandes masas
de combatientes –según el enfoque marxista– y una abrumadora disponibilidad de ingentes cantidades de equipos y material
bélico –visión engeliana de la guerra.
La probabilidad de guerra en Europa aumentó a finales de la
década de 1930 y el plan quinquenal de Iósif Stalin triplicó los
gastos militares y dobló el tamaño de las fuerzas armadas para
estar a la altura de sus potenciales enemigos. Las purgas estalinistas de 1937-38 pusieron de manifiesto la pérdida masiva de
valiosos profesionales militares, hecho que afectó severamente
la capacidad operativa del Ejército Rojo en la guerra contra Finlandia, y a principios de la Segunda Guerra Mundial.
20 Richard W. Harrison, The Russian Way of War: Operational Art 19041940, Kansas: University Press of Kansas, 2001. pp. 4-5.
21 Robert Watt, Feeling the Full Force of a Four Point Offensive: Re-Interpreting The Red Army’s 1944 Belorussian and L’vov-Przemyl Operations, London: The Journal of Slavic Military Studies, Routledge Taylor
& Francis Group, 2008, pp. 673-674.
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En 1942, los debilitados ejércitos de las potencias del eje
(Alemania, Imperio de Japón y el Reino de Italia) apuntaron
su esfuerzo principal en dirección al Cáucaso y al río Volga.
Aquella ofensiva perdió el ímpetu del combate y permitió a las
fuerzas soviéticas recuperar la iniciativa siguiendo la teoría de la
batalla profunda de Frunze-Tujachevski con una contraofensiva
sobre las extendidas líneas enemigas. Con la destrucción de
las Wehrmacht en Stalingrado y en Kursk, el Ejército Rojo
recuperó la iniciativa estratégica y la mantuvo durante el resto
de la guerra. En mayo de 1945 el Ejército Rojo lanzó el asalto
final en Berlín que supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial
en Europa22.
3. Maoísmo y foquismo: variantes de la aplicación de la
teoría de la guerra revolucionaria
La Primera Guerra Mundial tuvo importantes repercusiones
ideológicas en la formación del nacionalismo en vastas regiones de Asia. En la tradición de la lucha contra el imperialismo
de la Revolución Rusa de 1917, Mao Tse-Tung se erigió como el
exponente más representativo de las ideas marxistas en la China. En su artículo titulado “Sobre la dictadura de la democracia
popular”, Mao Tse-Tung afirmó que:
Las salvas de la Revolución de Octubre nos trajeron el Marxismo-Leninismo. La Revolución de Octubre ayudó a las
fuerzas progresistas de la China, así como a las de la tierra
entera, a adoptar la concepción proletaria del mundo como el
instrumento para estudiar el destino de su país y para reconsiderar sus propios problemas. Seguir el camino de los rusos:
tal fue la conclusión23.
22 La última apreciación sobre la “Gran Guerra Patria” de los soviéticos
corresponde al profesor Chris Bellamy, en su obra Guerra absoluta, libro
necesario para conocer el desarrollo del combate terrestre más grande y
costoso en términos materiales y humanos de la historia de la humanidad.
Ver Chris Bellamy, Guerra absoluta, Barcelona: Ediciones B, 2011.
23 Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, vol. IV, 1961, p. 413.
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Aunque la revolución Rusa constituyó su pilar teórico fundamental, Mao Tse-Tung adaptó los preceptos del marxismo-leninismo
a la práctica concreta de la Revolución China. Según el revolucionario asiático: “La teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin es una
teoría universalmente aplicable”24. Así, Mao desarrolló la teoría
militar marxista-leninista adaptándola a las condiciones de lucha
en China, a partir de una doctrina militar integral que conecta la
ideología política con la estrategia militar25.
Para el maoísmo, el poder nace del fusil y el campesinado puede
ser movilizado para participar en la guerra popular de la lucha armada a través de una guerra de guerrillas en tres fases. La etapa
de la estrategia defensiva guerrillera, que corresponde a la movilización del campesinado y al establecimiento de la organización.
La segunda es la etapa del equilibrio estratégico, con el establecimiento de bases rurales y el incremento de la coordinación entre
las guerrillas. A esto le sigue una última fase de transición a una
guerra convencional. En el plano logístico, el maoísmo se centra
en la movilización masiva revolucionaria con industrias independientes creadas a lo largo del país. La organización militar de
las masas y el poder económico son necesarios para defender las
áreas en poder de la revolución de los ataques exteriores26.
Para Mao “La guerra revolucionaria es una empresa del
pueblo”27. Así se explica que quien compromete sus esfuerzos es
el pueblo que participa activamente en la lucha, siendo de suma
importancia la movilización de las masas, armar al pueblo y or24 Ibíd., London: Lawrence y Wishart, vol. II, 1954, p. 259.
25 La concepción de la Guerra Revolucionaria de Mao Tse-Tung tiene sus
fundamentos prácticos en las diferentes experiencias bélicas entre 1927
y 1945, primeramente por la disputa por el poder contra el Kuomintang
(Partido Nacionalista Chino), con un período (entre 1937 y 1945) en que,
aliado a sus anteriores y posteriores enemigos, enfrentó una guerra de
liberación nacional contra Japón.
26 Postulados desarrollados ampliamente en los “Problemas estratégicos de
la guerra de guerrillas contra el Japón”, en Obras Escogidas, Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1976.
27 Mao Tse-Tung, Seis escritos militares del Presidente, Pekín: Ediciones en
Lenguas Extranjeras, 1972, p. 20.
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ganizarlo en cuerpos de autodefensa y guerrillas28; además, se
puede inferir que el pueblo puede actuar también como apoyo
logístico propio y denegárselo al enemigo, así como en labores
de espionaje a las fuerzas enemigas. Pero ello debe estar en concordancia con las instrucciones emanadas por la dirección del
Partido Comunista; para ello, asigna al ejército, no solo la misión de combatir a las fuerzas enemigas, sino también de hacer
propaganda entre las masas populares, armarlas y organizarlas
para guerrillas locales. En la Guerra Revolucionaria Agraria,
que se prolongaba desde 1927, Mao Tse-Tung establecía que:
En esta Guerra, el enemigo no es sólo el imperialismo, sino
también la alianza de la gran burguesía y los grandes terratenientes. La burguesía nacional se ha convertido en un
apéndice de la gran burguesía. Esta Guerra Revolucionaria
la dirige sólo el Partido Comunista, que ya tiene establecida su hegemonía absoluta en ella. Esta hegemonía absoluta
del Partido Comunista es la condición más importante para
conducir firmemente y hasta el fin la guerra revolucionaria.
Sin esta hegemonía absoluta del Partido Comunista, sería inconcebible que la guerra revolucionaria pudiera hacerse con
tal perseverancia. El Partido Comunista de China ha dirigido
valiente y resueltamente la guerra revolucionaria de China.
Durante quince largos años ha demostrado a todo el pueblo
chino que es su amigo y que lucha siempre en la primera línea
de la guerra revolucionaria, en defensa de los intereses del
pueblo y por su libertad y su emancipación29.
De esta manera la dirección de la guerra tenía al Partido Comunista Chino como organismo superior. La dirección del partido
era la que establecía los objetivos de la campaña a las fuerzas
militares30. En consecuencia, la concepción maoísta de la guerra
revolucionaria exige de los dirigentes del Partido Comunista un
28 Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Tomo II, p. 98.
29 Ibíd., Tomo I, pp. 208, 209.
30 Lo anterior exigió que los dirigentes del partido debían tener preparación
en el arte militar; la conducción de la guerra no correspondía solo a las
acciones militares, sino a la política del partido de la que la componente
militar era solo un órgano más de maniobra.
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amplio conocimiento de la estrategia militar, así como una perfecta compenetración con las masas populares, para dirigir de
mejor forma la guerra revolucionaria hasta alcanzar el poder31.
John Shy y Thomas Collier consideran que la doctrina de guerra revolucionaria más desarrollada fue la elaborada por Mao
Tse-Tung, en China, y seguida con éxito por Ho Chi Minh y
Vo Nguyen Giap en Vietnam32. Las grandes victorias militares
obtenidas en ambos casos parecen avalar la estrategia revolucionaria de Mao. Ante todo, la guerra revolucionaria se basa en
la construcción de bases político-militares en el campesinado33,
a partir de las cuales se apoya el esfuerzo de guerra. Para el
31 Una constante en el desarrollo y aplicación de la teoría de la guerra revolucionaria es que los partidos comunistas han direccionado a sus fuerzas
castrenses en el marxismo-leninismo, para garantizar el carácter proletario y popular de sus fuerzas armadas. Ello podría explicar por qué en
países gobernados por partidos comunistas no hubo ni hay posibilidad de
“golpe de Estado”. Ni en la Unión Soviética en todo su periodo de vida
como Estado (1917-1990), ni en los países de Europa del Este en el periodo de vigencia de los regímenes comunistas (1945 a 1990), ni en China, o en los países del llamado tercer mundo gobernados por regímenes
comunistas o estatistas el golpe de Estado es un mecanismo de cambio
político. En América Latina el régimen político más cercano al marxismo-leninismo se da en Cuba. Nunca ha habido una amenaza de golpe de
Estado contra Fidel Castro, entre otras razones porque el jefe de las fuerzas
armadas es su hermano, pero tampoco hubo alguna amenaza de oficiales
que cuestionaran seriamente la conducción del ejército por Raúl Castro, o
del país por parte del Partido Comunista de Cuba. Véase Raúl Benítez
Manaut, Las relaciones civiles-militares en una democracia: releyendo a
los clásicos, Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, Año 19, Nº 1, 2005, pp.
153-168.
32 John Shy; Thomas W. Collier, “Revolutionary War”, en Makers of modern strategy from Machiavelli to the nuclear age, Princeton, NJ: Princeton University Press, 1986, p. 822.
33 Mao apreció que el modelo marxista de la revolución del proletariado no
era aplicable a China, porque esta era una sociedad agraria con un sector
industrial débil, por lo que se volvió hacia los campesinos, en lugar de a
las ciudades y los trabajadores, en busca del principal apoyo para la revolución. Así delegó el papel revolucionario a los campesinos, en desmedro
del proletariado urbano, que en China representaba un porcentaje menor
de la población.
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triunfo revolucionario debían ser decisivas variables como la
solidaridad familiar y la cooperación comunitaria, así como
la presencia de enemigos extranjeros en el territorio, pues la capacidad de la nación para soportar los rigores de una prolongada guerra revolucionaria depende del grado de cohesión social
y de la identidad nacional.
Mientras el pensamiento occidental buscaba victorias rápidas
que se materializaban mediante la ocupación del territorio adversario, para Mao tiempo y terreno eran armas y no fines en
sí. A través de un conflicto prolongado se podía asediar al enemigo tanto física como políticamente. En mayo de 1928, los
teóricos maoístas ya habían elaborado los principios básicos de
la guerra de guerrillas, principios rudimentarios pero adecuados a las condiciones de aquel tiempo. Se expresaban en esta
fórmula: cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando
acampa, lo hostigamos; cuando se fatiga, lo atacamos; cuando se retira, lo perseguimos34.
El maoísmo logró su máxima expresión en Indochina, bajo
la dirección política de Ho Chi Minh y militar de Vo Nguyen
Giap; el camarada Ho tuvo mucho cuidado de aplicar la máxima maoísta de primero consolidar una base política mediante la
concientización de sus seguidores, antes de iniciar la fase militar. Los norteamericanos, en su afán de impedir el establecimiento comunista en Vietnam, desafiaron a Ho y Giap, quienes
aplicaron la misma estrategia aplicada por Mao en China, un
conflicto prolongado, una guerra revolucionaria contra un enemigo impulsivo e impaciente, que al final tuvo que retirarse derrotado, porque no realizó el primer acto que según Clausewitz
debe hacer un gobernante al enfrentar un conflicto: entender la
guerra en que está involucrándose.
34 Estos principios militares fueron aprobados por el Comité Central antes de la línea de Li Li-san. Durante la lucha en la primera campaña de
“cerco y aniquilamiento” en la base de apoyo de Chiangsí, se planteó el
principio de “atraer al enemigo para que penetre profundamente”, y se
puso en práctica con éxito. Ver Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Tomo I,
1961, pp. 230-231.
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Las fuerzas comunistas de Vietnam se componían de dos tipos
de unidades: el ejército convencional y las unidades guerrilleras.
A las primeras se les asignaba la misión de aniquilar las fuerzas
del enemigo (Estados Unidos, República de Vietnam y demás
aliados) privándolo de su capacidad de resistencia; y si era posible, debían también atraer a los soldados de las Fuerzas Armadas
de la República de Vietnam hacia las fuerzas propias a través
del adoctrinamiento. La acción del ejército regular requería de
un mando centralizado que ejecutaría la guerra de movimientos,
según las instrucciones del Partido Comunista. Las unidades de
guerrilla se organizaban por fuerzas campesinas, de carácter regional, territorial o local, fuerzas regulares destacadas a tal efecto y fuerzas con entrenamiento propiamente guerrillero35.
El accionar de aquellas unidades estaría destinado a la retaguardia enemiga, a través de acciones de hostigamiento al ejército
adversario. De esta manera, si la campaña se encontrase en una
etapa de franca defensiva estratégica inicial, o en la ofensiva estratégica final, el mayor peso de las operaciones lo llevarán las
fuerzas regulares; y si se encontrase en una etapa de equilibrio
o inestabilidad, el peso principal será absorbido por las guerrillas. Ello sin desmerecer que el peso principal, en términos
generales, lo tendrán las fuerzas regulares. Así se estructuró la
base de elaboración estratégica de utilizar el campesinado para
rodear las ciudades y finalmente tomarlas; camino estratégico a
través de una guerra prolongada, diseño que significó un aporte
de particular importancia para la guerra revolucionaria.
La estrategia política de la guerrilla vietnamita consistía en socavar la cohesión del aparato estatal impidiendo la consolidación de
instituciones estables que emanasen del poder al que combatían.
Sus blancos preferidos eran los mejores y los peores funcionarios
públicos; atacaban a los primeros para impedir un servicio nacional eficaz y dañar la legitimidad del gobierno, y a los segundos
para ganarse la simpatía popular. Son de interés las palabras que
35 Para profundizar el tema véase el capítulo “Hombres, armas y tácticas”,
en James R. Arnold, Ofensiva del Tet 1968. Momento decisivo en Vietnam, Madrid: Ediciones del Prado, 1994, pp. 15-35.
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Kissinger dedicaba a la labor de los insurgentes en la guerra de
Vietnam porque son aplicables a cualquier modelo de fuerzas armadas de carácter revolucionario: “En la pugna entre la creación
de una nación y el caos, entre la democracia y la represión, los
guerrilleros disfrutaban de una ventaja enorme”36.
Otra variante de la guerra revolucionaria ha sido expuesta por
Ernesto Guevara de La Serna en su texto La guerra de guerrillas. Guevara postuló tres aportes fundamentales de la revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios
en América, a saber: primeramente, las faenas populares pueden ganar una guerra contra el ejército; de seguidas, no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para
la revolución ya que el foco insurreccional puede crearlas, y
por último, en la América subdesarrollada el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo –concepción
maoísta de la guerra revolucionaria–. Para Guevara un pequeño
foco que iniciara acciones típicas de la guerra de guerrillas podría lograr con relativa rapidez que la revolución se expandiera,
obteniendo así el levantamiento de las masas y el derrocamiento del régimen.
En la concepción guevarista se le asigna importancia al pueblo
para el desempeño en la lucha, pero más como un ente filosófico
que como un actor real. El pueblo es el grupo que se pretende
liberar, pero dada la condición casi conspirativa de la guerrilla, esta solo debe entrar en contacto con este, en su condición
de guerrilla, una vez que ha logrado victorias que le permitan
abandonar su carácter conspirativo y la hagan atractiva a los
campesinos. Al igual que Mao Tse-Tung, plantea la necesidad
de que la guerrilla se transforme en un ejército convencional,
pero al desarrollar la idea, el ejército “convencional” que plantea es un conjunto de organizaciones guerrilleras de mayor tamaño y con mando central, sin perder jamás la característica de
guerrilla37.
36 Henry Kissinger, Diplomacia, Barcelona: Ediciones B, 1996, p. 684.
37 Ernesto “Che” Guevara, Obras 1957-1967, La Habana: Colección Nuestra América, Casa de las Américas, 1970, pp. 129, 130.
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A diferencia de los postulados marxistas-leninistas y maoístas,
la concepción guevarista de la guerra no reconoce en sus escritos la dirección política de algún partido o movimiento sobre
la guerrilla. La teoría del foco guerrillero se puso en práctica,
en manos del propio Ernesto Guevara, por primera vez en el
Congo: la particular ubicación de la ex colonia Belga en el continente africano (en el centro y poseyendo amplias fronteras)
le resultaba a Ernesto Guevara más que ideal, dadas las condiciones que ofrecía, para transformar al convulsionado país
africano en el eje desde donde un movimiento revolucionario
panafricano se difundiría por todo el Continente. Ganada África para el socialismo, el efecto centrífugo de la revolución la
difundiría paulatinamente por todo el mundo38. Un segundo ensayo lo efectuó en Bolivia entre 1966 y 1967. Ninguno de los
intentos tuvo éxito; el segundo de ellos finalizó con la captura
y muerte de Ernesto Guevara en la pequeña localidad de La
Higuera en territorio boliviano.
En la actualidad la revolución cubana pone en práctica la “guerra
de todo el pueblo” como un sistema integral que contempla poner a disposición de la defensa todos los recursos nacionales en
tiempo de guerra. En él están integrados el Partido Comunista, el
gobierno y las organizaciones de masas a través de los Consejos
de Defensa en todos los niveles, desde el nacional hasta el municipio y la zona de defensa, que es su célula de base. El sistema no
solo tiene en cuenta las actividades propiamente militares, sino
el paso de la economía y la vida de tiempo de paz a tiempo de
guerra. Agrupa por igual a las tropas regulares, a las formaciones
especiales y a las unidades de las Milicias de Tropas Territoria-
38 El 16 de febrero de 1965 arribó a Dar El Salaam, donde se reunió con
varios líderes africanos, quienes habían solicitado el apoyo de Cuba.
Algunos de esos dirigentes, entre ellos Laurent Kabila, pretendieron la
formación de grupos guerrilleros africanos en Cuba, a lo que Guevara se
negó de plano, insistiendo en que el entrenamiento de esos grupos de insurgentes debía realizarse en el mismo territorio africano. Ver Fernando
Pallestrina, Che Guevara, El gran revolucionario, Buenos Aires: Ediciones Lea, 2012, p. 13.
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les, cuyo mando es centralizado, pero posee una gran flexibilidad
operativa y táctica39.
Como estrategia militar preponderante, prevalece la guerra
popular prolongada según el modelo teórico-militar sino-vietnamita o la guerra de todo el pueblo, conforme a la doctrina
cubana, en la cual tropas especiales, unidades irregulares y la
“topografía” de las ciudades juegan un papel central, junto con
una alta movilidad y el vector tiempo que refleja el patrón de una
guerra de desgaste prolongada, tal como se observa actualmente
en las guerras urbanas en el triángulo sunnita en Irak40.
4. El nuevo pensamiento militar venezolano y el giro
ideológico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
Con el arribo del presidente Hugo Rafael Chávez al poder político y la aprobación de una diversidad de marcos legales en
materia castrense, se produjo un cambio sustancial en cuanto
a la situación y rol de las fuerzas armadas con respecto al pensamiento militar. El ataque terrorista del 11 de septiembre de
2001 a las torres gemelas en Nueva York y al pentágono ha sustentado la idea rectora de la guerra preventiva en el estamento
castrense estadounidense como premisa básica en la lucha contra el terrorismo global. Según el general Alberto Müller Rojas
dichos ataques sirvieron de:
excusa para una metamorfosis de la política exterior estadounidense que busca el establecimiento de un imperio global
orientado por el pensamiento neoliberal; transformación que
genera una tensión extrema en las relaciones entre Washington y Caracas, que entre otras consecuencias produce una
profundización en la conflictividad colombo-venezolana y la
39 Ángel Guerra Cabrera, Cuba: la guerra de todo el pueblo, 16 de diciembre de
2004. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2004/12/16/028a1mun.
php (Consultado el 22 de agosto de 2014).
40 Véase el artículo “La doctrina militar cubana y las lecciones de Irak y Sarajevo”, en Heinz Dieterich, La Integración Militar del Bloque Regional
de Poder Latinoamericano, Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones Alcaldía de Caracas, p. 120.
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conformación de una quinta columna doméstica que incorpora los sectores desplazados del poder por el nuevo sistema
político41.
En la tradición de lucha contra un enemigo imperial pregonado
por casi todas las revoluciones de origen marxista en el siglo XX,
el proceso revolucionario bolivariano enmarcó a los Estados Unidos de América, la República de Colombia y una quinta columna
doméstica como las “amenazas de seguridad contra Venezuela”.
Según Müller, Washington “propugna la unipolaridad dentro
de un esquema imperial, contra un movimiento integrador de
grandes espacios, tendente a conformar un orden internacional
multipo1ar”42. De manera que el actual gobierno venezolano se
visualiza como enfrentado a los Estados Unidos por dos razones
centrales: “por su fomento de un orden internacional multipolar
y por el interés estadounidense de controlar el petróleo venezolano. En ese contexto argumental, el gobierno venezolano suele
denunciar los planes estadounidenses para invadir a Venezuela
en analogía con lo sucedido en Irak en 2003”43.
Bajo la premisa anterior, la evolución de las condiciones políticas en el ámbito internacional y doméstico ha sido la fuente de
orientación de una novel tendencia de conducción de la guerra y
es lo que imprime cambios en el ejercicio de la profesionalidad
castrense en Venezuela. En este sentido, el general Müller –quien
se desempeñó como miembro del Estado Mayor presidencial–,
afirmó que “frente a nuevos desafíos las operaciones militares
41 Alberto Müller Rojas, “Nuevo pensamiento militar venezolano”, en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, núm. 2, vol. 12, 2006,
pp. 133-136.
42 Las opiniones de Alberto Müller Rojas pueden apreciarse en Alejandro
Rebolledo, “Tenemos el escenario para la guerra asimétrica”, El Mundo,
Caracas, 09 de febrero de 2005; y en Elizabeth Núñez, “Nuevo pensamiento militar trae consigo una ofensiva ideológica radical”, El Nacional.
Caracas, 21 de agosto de 2005.
43 BBC Mundo: Hugo Chávez habla con la BBC. 23 de octubre de
2005. Disponible en: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4369000/4369306.stm (Consultado el 18 de septiembre de
2014).
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clásicas resultan insuficientes. De allí la necesidad de incorporar
nuevos conceptos y nociones que posibiliten enfrentar con éxito,
desde el punto de vista militar, las nuevas realidades”44.
Para entender los “nuevos conceptos y nociones” expresados
por el general Müller debemos buscar sus raíces en torno al
fortalecimiento del binomio fuerza armada nacional-pueblo
mediante un proceso de amalgamado enmarcado en la noción
de defensa integral, elemento básico en la construcción de la
potencia decisiva de la fuerza organizada del Estado, representada en el ejército; y la no organizada, representada en las
masas populares45. Así, la nueva concepción en materia militar
se materializó inicialmente en la Ley Orgánica de Seguridad
de la Nación46, de manera que la “defensa integral” se definió como las acciones que coordina y ejecuta el Estado con
participación de instituciones públicas y privadas, y personas
naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, “con el objeto
de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia,
la soberanía, la integridad territorial y el desarrollo integral de
la Nación”47.
La cobertura de la defensa integral incluiría el territorio y demás
espacios geográficos de la República, así como los ciudadanos y
ciudadanas, y los extranjeros que se encuentren en él; y también
los venezolanos y venezolanas, y los bienes fuera del ámbito nacional pertenecientes a la República. Se establece en el artículo
4° de dicho instrumento jurídico que la seguridad de la Nación
está fundamentada en el desarrollo integral, definido este como:
la ejecución de planes, programas, proyectos y procesos continuos de actividades y labores que, acordes con la política
general del Estado y en concordancia con el ordenamiento
jurídico vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las
44 Ídem.
45 Vid supra, p. 3.
46 Ley Orgánica de Seguridad de la Nación publicada en Gaceta Oficial N°
37.594 del 18 de diciembre de 2002.
47 Ídem.
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necesidades individuales y colectivas de la población, en los
ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar48.
En el año 2003, la Secretaría General del Consejo de Defensa
Nacional49 redactó un proyecto de Concepto Estratégico de la
Nación, documento base para la planificación estratégica nacional en materia de seguridad, desarrollo y defensa integral, que
parte del fundamento doctrinario, jurídico y político contenido
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en
el cual se establece la dirección estratégica de la Nación para la
formulación de lineamientos generales, políticas y estrategias, a
objeto de promover el desarrollo integral y reducir, neutralizar
o eliminar sus amenazas, con el fin de salvaguardar y garantizar los intereses y objetivos nacionales. En lo militar, el escrito
propugna el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo del sector
castrense; y en lo internacional, favorece un entendido como
modelo cooperativo de defensa resultado de una nueva situación
de seguridad regional y hemisférica 50.
En el transcurso del año 2004 fue elaborado el Concepto Estratégico de Defensa Integral de la Nación. En dicho documento se
esbozaron las amenazas y riesgos que pueden afectar al Estado
venezolano como
las presiones sistemáticas de algunas superpotencias, la pobreza, la desnacionalización, el terrorismo, la corrupción, la
problemática limítrofe-fronteriza, el problema de las drogas
ilícitas, la inmigración ilegal, la minería ilegal, los ilícitos
informáticos, la pesca ilegal, la legitimación de capitales, la
incursión de grupos subversivos, el secuestro, la extorsión, el
48 Ídem.
49 Según el artículo 323 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el Consejo de Defensa de la Nación es el máximo organismo
de consulta para el asesoramiento y planificación de todos los asuntos
relacionados con la defensa integral del país y le corresponde establecer
el concepto estratégico de la Nación.
50 Domingo Irwin e Ingrid Micett, Caudillos, militares y poder: una historia del pretorianismo en Venezuela, Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2008, p. 271.
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deterioro ambiental, el abigeato, la piratería, la delincuencia
común en la zona fronteriza, la delincuencia organizada, la
inseguridad jurídica y la inseguridad personal, entre otras51.
El documento “Concepto Estratégico Militar de la Fuerza Armada Nacional”, elaborado por el Estado Mayor Conjunto del
Ministerio de la Defensa, afirma por su parte que la Seguridad
de la Nación venezolana se caracterizará por:
Una fundamentación doctrinal de empleo propia y actualizada constantemente para hacer frente a las diferentes modalidades en la concepción del conflicto moderno y futuro, así
como ante la presencia de situaciones asimétricas, siempre
apoyada en el fortalecimiento y aplicación de la Doctrina de
Acción Conjunta y Combinada 52.
El 24 de junio de 2004, el general en jefe Raúl Isaías Baduel,
Comandante del Ejército para la fecha, expresó en el discurso
con motivo del aniversario 183 de la Batalla de Carabobo, su
visión de las amenazas que confrontaría Venezuela:
Guerra de cuarta generación, desestabilizar al país con
operaciones previas destinadas a destruir el Estado-nación; el golpe de Estado, es decir, la subversión; acciones
de grupos separatistas promovidas por organizaciones
políticas trasnacionales llamadas depredadores corporativos; el conflicto regional, como extensión de conflictos
internos de países vecinos en el marco de la aplicación
de planes de ayuda militar bajo el pretexto del supuesto apoyo de nuestro país a factores generadores de violencia; intervención militar al estilo de las coaliciones
que han intervenido en diferentes países del mundo bajo
el mandato de la Organización de Estados Americanos,
51 Venezuela-SECODENA. Concepto Estratégico de Defensa Integral de
la Nación. Disponible en: http://www.armada.mil.ve/comgear/conceptos/
concepto_defensa_integral.doc (octubre 2005).
52 Venezuela-Ministerio de la Defensa. Concepto Estratégico Militar de
la Fuerza Armada Nacional. Disponible en: http://www.armada.mil.
ve/comgear/conceptos/concepto_estrategico_militar.doc (noviembre
2005).
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de la Organización de las Naciones Unidas o, lo que es peor,
con prescindencia de este mandato53.
La nueva concepción de seguridad debía ser considerada como
un elemento de la Revolución Bolivariana, en la tarea de “profundizar y acelerar la conformación de la nueva estrategia militar nacional”, definida por el presidente Hugo Chávez como
uno de los diez objetivos estratégicos para lo que el mandatario
denominó la “Nueva Etapa” o fase antiimperialista de la Revolución, que se inició a partir del referendo revocatorio del 15 de
agosto del 2004 y de las elecciones regionales de noviembre.
Los diez objetivos estratégicos tienen la función de dejar atrás
una etapa, para avanzar en la creación de una “nueva institucionalidad del aparato del Estado” y seguir impulsando el “nuevo
sistema multipolar internacional”54.
En línea con la concepción de la fase antiimperialista de la revolución bolivariana, el general en jefe Raúl Isaías Baduel consideró en sus discursos los postulados expresados en la obra
Guerra del Pueblo, Ejército del Pueblo, del general Vo Nguyen Giap, triunfante líder militar ante el imperialismo francés
y estadounidense. Siguiendo los fundamentos del general Giap,
al privar al agresor del “centro de gravedad” de su ataque, reducido a la destrucción física del ejército convencional, se le
priva de la posibilidad de una batalla decisiva y de una victoria
rápida, obligándolo así a una guerra popular prolongada, en la
cual no podrá prevalecer55.
Los días 12 y 13 de noviembre de 2004 se celebró, en el teatro de
la Academia Militar en Caracas, un encuentro del Presidente
53 “Baduel llama al Ejército a revisar potenciales amenazas”, en Radio Nacional de Venezuela, 25 de junio de 2004. Disponible en: http://www. mv.gov.
ve/movil/post.php?p=24846 (Consultado el 12 septiembre de 2014).
54 Fuerza Armada Nacional Bolivariana: Nuevo pensamiento militar venezolano (Material de Apoyo). Disponible en: http://www.edugn.mil.ve/documentaciones/materias/pensamientomilitarvenezolano.pdf (Consultado
el 22 de septiembre de 2014).
55 Vo Nguyen Giap, general: Guerra del pueblo, ejército del pueblo, México: Serie Popular Era, 1971, pp. 34-35.
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de la República con la alta dirigencia política y gubernamental,
civil y militar del oficialismo. De esas jornadas surgieron dos
textos que expresan las orientaciones estratégicas que el régimen venezolano asumió a partir de entones: el documento El
Nuevo Mapa Estratégico y el escrito preparado por la asesora
Marta Harnecker sobre las exposiciones realizadas por el presidente Chávez durante las jornadas, publicado bajo el título:
Taller de Alto Nivel. El Nuevo Mapa Estratégico56.
El gobierno venezolano estimó que sería objeto de “agresiones”
por parte de Estados Unidos, por lo cual, en El Nuevo Mapa Estratégico, reveló como respuesta militar, ante una posible invasión, la utilización de “todas las estrategias posibles, desde una
estrategia de defensa móvil frente al gigante hasta el ataque”.
Entre los objetivos específicos que el gobierno del presidente
Chávez enunció para el área militar se encuentran:
consolidar el nuevo pensamiento militar venezolano; fomentar los estudios y la investigación sobre estrategia nacional
e internacional; desarrollar la reserva militar; reestructurar la organización militar, de acuerdo con la Constitución
bolivariana y desarrollar la industria militar y naval.
En diciembre de 2004, el gobierno venezolano anunció la constitución de una comisión cívico militar de pensadores, historiadores y soldados encargada de articular el nuevo pensamiento
militar venezolano, el cual debería quedar plasmado en un manual que entraría en vigencia en julio del 2005. Se adelantaba
que tendría un enfoque ideológico antiimperialista 57. Según el
líder revolucionario Mao Tse-Tung, la capacidad de una nación
para soportar los rigores de una prolongada guerra revoluciona56 Venezuela. Ministerio de Comunicación e Información. Taller de Alto
Nivel “El Nuevo Mapa Estratégico”, Caracas, 2004. Disponible en: www.
minci.gov.ve/El_nuevo_mapa_estrategico.pdf (Consultado el 12 de septiembre de 2014).
57 El Nacional y El Universal del 28 de diciembre de 2004. Citado por Edgar
C. Otálvora, en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela con
Brasil, Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de Investigaciones sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.de/pdf-files/
bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).
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ria dependía de la identidad nacional; siguiendo los postulados
maoístas, el jefe de Estado venezolano expresó que las bases
del nuevo pensamiento militar debían buscarse en los escritos y
actos militares venezolanos del siglo XIX, en referencia a Francisco de Miranda, Simón Bolívar, José Antonio Páez, Antonio
José de Sucre y Ezequiel Zamora, mencionando además el papel de los accidentes geográficos en una estrategia de defensa
ante una invasión extranjera. De igual manera, se ha referido
en reiteradas ocasiones a la potencial confrontación con los Estados Unidos, ante lo cual debe el sector militar preparar los
planes de operaciones para una guerra asimétrica58.
Para los autores del nuevo pensamiento militar venezolano son
identificadas dos amenazas externas: una acción militar directa
de los Estados Unidos; o una expansión de la acción de ese país
sobre Venezuela desde Colombia59. Frente a la acción directa de
los Estados Unidos –enfrentamiento asimétrico directo–, tiempo y terreno son variables que deben tomarse en cuenta para la
destrucción moral del enemigo –concepción maoísta de la guerra–; siguiendo dicho postulado, el nuevo pensamiento militar
establece el uso del esquema de la guerra prolongada, basado
en la combinación de la resistencia popular y el uso de acciones
convencionales. En el caso de Venezuela sería una “resistencia
organizada y unificada”. La estrategia de defensa no sería enteramente una guerra de guerrillas, ya que los teóricos plantean
que las “fuerzas armadas no se disolverían”60.
58 Venezuela-Ministerio de Relaciones Exteriores. Aló Presidente N° 225 del
12 de junio de 2005. Disponible en: http://www.mre.gov.ve/Noticias/Presidente-Chavez/A2005/alo-225.htm (Consultado el 27 de agosto de 2014).
59 Entrevista al general Melvin López Hidalgo, Secretario General del Consejo
de Defensa Nacional. Ver El Nacional, Caracas, 29 de enero, 2005. Citado
por Edgar C. Otálvora, en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela con Brasil, Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de
Investigaciones sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.
de/pdf-files/bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).
60 Véase extractos de entrevistas al general Alberto Müller. Disponible
en: http://segured.com/2005/venezuela-redimensiona-su-pensamientomilitar/ (Consultado el 28 de agosto de 2014).
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Con la entrada en vigencia la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional61 se establece la preservación o restitución del
orden público interno a discreción del Presidente de la República, sin declaración previa de estado de excepción y sin control legislativo; elemento de orden vital para el combate de la
“quinta columna”. Además de las funciones de asegurar el dominio territorial y la defensa ante cualquier potencial invasor,
se incorpora en la legislación el concepto de resistencia ante
fuerzas militares invasoras. La noción de resistencia adquiere
relevancia estratégica, al ser concebida como una acción espontánea realizada, con medios de lucha elementales, por una
población que rechaza a un invasor militar mientras se busca la
protección de los escasos medios convencionales de lucha, bajo
la cobertura de unidades de reserva organizadas, mediante su
dispersión y ocultamiento, aprovechando las condiciones que
ofrece la geografía del país, que en este caso pasa a ser un instrumento de la acción militar62.
La nueva doctrina nace como respuesta a la amenaza militar
estadounidense y, como tal, refleja los rasgos estructurales de
toda doctrina de guerra de defensa, diseñada para disuadir o
derrotar a un agresor numéricamente y tecnológicamente muy
superior. La concepción de la Defensa Integral de la Nación es,
por lo tanto, hija sui generis de la misma partera de la historia
que engendró las teorías militares sobre la guerra popular prolongada de Mao Tse Tung y Ho Chi Minh / Vo Nguyen Giap en
Asia, y la guerra de todo el pueblo en Cuba63.
61 Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, Gaceta Oficial Nº 38.280
del 26 de septiembre de 2005. Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/gaceta/Septiembre/260905/260905-38280-02.html (Consultado el 12 de septiembre de 2014).
62 Alberto Müller Rojas, Nuevo pensamiento militar venezolano... p. 136.
63 Heinz Dieterich, “Nace la Doctrina Militar de la Revolución Venezolana”, Revista Rebelión, 17 de diciembre del 2004. Disponible en: http://
www.rebelion.org/noticia.php?id=8980 (Consultado el 16 de agosto del
2014).
112
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Contra la acción directa de una potencia vecina –Colombia–
o ante la hipótesis de acciones de quintas columnas nacionales, serían utilizadas tácticas y estrategias convencionales64. La
respuesta a esas amenazas fue la organización de una reserva
popular65 de un millón de personas. Dicha reserva militar, ha
tenido un carácter de defensa estratégica del país. Estaría integrada por un millón de personas y su máximo comandante será
el propio Presidente de la República, y conformada para la guerra de cuarta generación o asimétrica en el uso de armamento
y en lo que sea necesario para defender el país de una posible
invasión de los Estados Unidos66.
Siguiendo la concepción marxista-leninista de la guerra, se creó
el sistema de milicias territoriales apegadas al programa histórico socialista bajo la designación de Milicia Bolivariana, como
un Cuerpo Especial, organizado por el Estado venezolano para
materializar el principio de corresponsabilidad67 para la ejecución de la defensa integral de la Nación. Según el artículo 44
de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, la Milicia
Bolivariana tiene como misión:
entrenar, preparar y organizar al pueblo para la defensa integral con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al
mantenimiento del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo integral de la Nación, con el propósito de coadyuvar a
64 Ver nota 52 supra.
65 El Comando General de la Reserva Nacional y Movilización Nacional
fue creado en fecha 02 de abril de 2005 por Decreto Nº 3.567.
66 Entrevista hecha al general Melvin López Hidalgo, responsable de la formación de la Reserva Popular, publicada por el diario venezolano de circulación nacional Últimas Noticias, del 22 de marzo de 2005. Citado por Olafo
Montalbán, en “Venezuela Bolivariana se prepara ante una posible invasión
o agresión por parte de una potencia militar”. Disponible en: http: //www.
aporrea.org/ideologia/a13089.html (Consultado el 15 de agosto de 2014).
67 La seguridad y defensa de la nación se fundamentan en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, bajo el precepto de la Defensa
Integral de la Nación como un sistema conformado por el nivel nacional,
el estadal y el municipal.
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la independencia, soberanía e integridad del espacio geográfico de la Nación68.
El Comandante de dicho componente “le responderá de sus actos
y omisiones directamente al Presidente de la República”69. Igualmente fue creado un órgano denominado Guardia Territorial, el
cual tiene como misión “la preparación y mantenimiento del pueblo organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier
agresión interna y/o externa, así como la participación en misiones
especiales de defensa y desarrollo integral de la Nación”. La cifra de reservistas y miembros de la Guardia Territorial sumarían
400.000 a finales del mes de octubre70.
Los lineamientos estratégicos de la Milicia Bolivariana estipulan
que la milicia territorial71 se emplea principalmente en la lucha armada; y los cuerpos combatientes se emplean principalmente en la
producción y en la defensa integral de su lugar de trabajo o de residencia. Las unidades de Milicia Territorial se dividen, según sus
misiones, en milicias de empleo general, como unidades móviles
que actúan principalmente en acciones de desgaste en el territorio
de un estado o de varios municipios; de empleo territorial, que actúan principalmente para defender ciudades y otros objetivos importantes; y de empleo local, unidades que actúan principalmente
68 Véase la Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, de fecha 26 de septiembre de 2005.
69 Venezuela-Presidencia de la República. Decreto Nº 3.560 del 02 de abril
de 2005, Gaceta Oficial Nº 338.084 del 04 de abril de 2005. Disponible
en: http://www.tsj.gov.ve/gaceta/Abril/040405/040405-38158-02.html
(Consultado el 15 de agosto de 2014).
70 El Mundo, Caracas, 27 de Octubre de 2005. Citado por Edgar C. Otálvora, en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela con Brasil,
Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de Investigaciones
sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.de/pdf-files/
bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).
71 La milicia es organizada esencialmente en batallones, compañías y patrullas de infantería con la composición de acuerdo a las circunstancias.
La Milicia Territorial, además, puede tener formaciones especiales, que
son organizaciones civiles (de ingeniería, comunicaciones, transporte,
etc.) que, en su integralidad o con modificaciones menores, pueden ser
empleadas para brindar apoyo de servicio de combate.
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para proteger objetivos políticos, económicos y de otra índole en
una localidad, e incluso para el control del orden interno72.
La estructuración legal de la Milicia Bolivariana debía dar paso
a diversos ejercicios de entrenamiento para alcanzar el grado
de operatividad y cumplir con su misión establecida en la ley
orgánica. Se han conformado las unidades de defensa popular para la ejecución del adiestramiento. El dirigente político
Rafael Cabrices afirmó que ante la insuficiencia tecnológica y
militar ante Estados Unidos se debía convertir la confrontación
en una guerra de guerrillas interna para resguardar el territorio, tomando como referentes por su “forma de lucha a Mao
Tse-Tung. Vietnam e Irak”73. En junio del año 2005, efectivos
del Ejército realizaron el ejercicio de armas combinadas “Huracán 01-2005”, en el estado Cojedes, con el propósito de evaluar
“los niveles de apresto operacional” ante un posible escenario
de Guerra Asimétrica. La actuación de las fuerzas consistió en
acciones del país azul en la zona fronteriza para enfrentar una
invasión por parte del país rojo74. Bajo el nombre de Armada
Bolivariana 2005, la armada cumplió un ejercicio de defensa integral, que consistió en una simulación de desembarco de tropas
enemigas, las cuales serían repelidas por reservistas y guardias
territoriales junto a la Infantería de Marina75.
72 Armada Bolivariana de Venezuela, Comando Naval de Educación, Dirección de Doctrina: Programa de lecturas selectas-lectura selecta Nº 27
Tema: Concepto De Empleo. Disponible en: http://www.armada.mil.ve/
portal/biblioteca/documentos/lecturas_selectas/concepto_II.pdf (Consultado el 10 de septiembre de 2014).
73 Francisco Olivares, “Defensa Endógena”, en El Universal.com, Caracas, 13 de marzo de 2005. Disponible en: http://archivo.eluniversal.
com/2005/03/13/pol_art_13161A.shtml (Consultado el 11 de agosto de
2014).
74 María Daniela Espinoza, “1.200 hombres se entrenaron para la guerra
asimétrica”, en El Universal.com, Caracas, 12 de junio de 2005. Disponible en: http://www.eluniversal.com/2005/06/12/imp_pol_art_12192A
(Consultado el 14 de agosto de 2014).
75 Horacio Benitez, “¿Guerra asimétrica o guerra de todo el pueblo? Parte
final”, en Aporrea, 07/06/2005. Disponible en: http://www.aporrea.org/
actualidad/a14623.html (Consultado el 14 de agosto del 2014).
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Para concretar la respuesta de masas populares a los problemas de la Defensa Integral de la Nación se ha hecho necesario un proceso de reequipamiento militar. En esta materia, las
compras de armas a la Federación Rusa y la República Popular
China evidencian los lineamientos de carácter eminentemente político, consistente con las transformaciones doctrinarias y
la ruptura del comercio de equipos bélicos con aquellos países que son evaluados como potenciales amenazas asimétricas
–Estados Unidos de América e Israel, principalmente–. En junio de 2005, Venezuela adquirió 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov AK-103 de la Federación Rusa en una transacción por
valor de $54 millones.
En la actualidad Venezuela es el único país de América Latina que aparece entre las 20 naciones que más adquirieron
equipamiento bélico entre los años 2008-2012. Durante el año
2012 Venezuela importó armamento por una cantidad de $643
millones, 6,8% más que lo gastado un año antes, cuando pagó
$602 millones por las armas adquiridas en 2011. El 63,7% de
las armas compradas en 2013 fueron adquiridas a Rusia ($410
millones de dólares), 17,8% a China y un 8,5% a España. De lo
gastado en 2012, 37,7% ($240 millones) fue usado para adquirir
vehículos armados, 17,8% ($115 millones) en aviones y 14,6%
($94 millones) en sistemas de defensa aérea. El resto se reparte
entre misiles, sensores y barcos76.
El 3 de septiembre de 2010 se creó la Universidad Militar
Bolivariana de Venezuela por decreto presidencial N° 7.662, inspirada en el ideal “bolivariano”, “robinsoniano” y “zamorano”,
concebida como un espacio para el fortalecimiento de la investigación a través de la producción del conocimiento e innovación
para la seguridad, defensa y desarrollo integral de la Nación. La
Universidad Militar ha establecido “lineamientos organizacio76 Rafael Uzcátegui, “Venezuela lidera compra de armas en América Latina”, en El Mundo, Caracas, 24 de abril de 2013. Disponible en: http://
www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/venezuelalidera-compra-de-armas-en-america-latina.aspx#ixzz3DuzV86B4 (Consultado el 08 de septiembre de 2014).
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nales, culturales, estratégicos, tácticos e históricos que muestren
el carácter de nuestra Fuerza Armada hoy, como pivote central
del proceso bolivariano en todos los órdenes de la sociedad”. La
producción del pensamiento militar en los claustros académicos
debe alinearse en un pensamiento reflexivo de la política
como responsabilidad ante la sociedad, los venezolanos y la
seguridad integral de la Nación. Fundamentado en la Defensa Integral de la Nación se implementa una nueva doctrina
militar autóctona y anti-imperialista, además de asumir los
presupuestos de la guerra popular prolongada como base para
el desarrollo de la misma77.
Los alféreces y cadetes de las academias militares del Ejército,
Armada, Guardia Nacional, Técnica Militar y Aviación Militar
Bolivariana se han preparado en ejercicios de defensa territorial
integral desarrollados en conjunto con la Milicia Bolivariana, y
enmarcado dentro del período de campo y maniobra conjunta
PAO 2014. Estos entrenamientos obedecen al fortalecimiento
cívico-militar y a la ejecución de una operación estratégica de
resistencia, con la finalidad de alcanzar las competencias en
materia de guerra popular prolongada y del empleo de la milicia
bolivariana en un ambiente de conflicto78.
La praxis de la educación militar en la revolución bolivariana
ha estado acorde con la formación de un profesional de las armas, de orientación revolucionaria, que sirva como defensor del
proceso de cambios para destruir las viejas estructuras militares del régimen anterior y que se dedique a la movilización militar de las masas. Los perfiles que deben poseer los oficiales en
las distintas academias militares los definen como profesionales
77 Marialsira González Rivas; Víctor Córdova Cañas, “Universidad Militar
Bolivariana de Venezuela y su contribución al pensamiento Militar Venezolano”, Revista Columnata, N° 3, septiembre de 2011, pp. 120-121.
78 Ptte. Claudia D. Mendoza Becerra, Cadetes de la AMAB inician ejercicio de Defensa Territorial Integral, 29 de mayo de 2014. Disponible en:
http://200.109.228.11/amavb/index.php?option=com_content&view=ar
ticle&id=179:cadetes-de-la-amab-inician-ejercicio-de-defensa-territorial-integral&catid=80&Itemid=475 (Consultado el 21 de septiembre
de 2014).
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universitarios, con un potencial que garantice la Seguridad y
Defensa de la Nación, en acción conjunta para la guerra convencional y guerra de resistencia de acuerdo al Nuevo Pensamiento
Militar Venezolano. Su formación profesional es fundamentada
en valores ideológicos revolucionarios, bolivarianos, socialistas
y antiimperialistas que garantizan la defensa de la Patria ante
cualquier intento de agresión nacional e internacional79.
La formulación de la guerra revolucionaria ha establecido –salvo pocas excepciones– que los militares deben responder al
Partido Comunista y subordinarse a sus proyectos, eliminando
la posibilidad de autonomía de las élites militares. Subordinación que se ha realizado mediante el control de los comisarios
políticos, en el seno de las instituciones castrenses, a fin de establecer una cohesión ideológica. Los partidos comunistas dirigieron la guerra revolucionaria en China y Vietnam. En el caso
venezolano se presenta una situación atípica en el esquema de
guerra revolucionaria a implantarse en el nuevo pensamiento
militar. La Carta Magna de Venezuela establece en su artículo
328 que la “Fuerza Armada Nacional constituye una institución
esencialmente profesional, sin militancia política (...) al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna”. Igualmente, en el artículo 330 se
establece que los integrantes de la Fuerza Armada Nacional en
situación de actividad no les está permitido participar en actos
de propaganda, militancia o proselitismo político.
La dirección del proyecto político del presidente Hugo Chávez
y los altos mandos militares se han autodenominado como chavistas, revolucionarios, socialistas y antiimperialistas; igualmente se ha autorizado la participación política del estamento
castrense en situación de actividad; para ello, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia sentenció que:
la participación de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en actos con fines políticos no constituye
79 Véase el Perfil del futuro egresado de la Academia Militar de la Armada
Bolivariana. Disponible en: http://www.umbv.edu.ve/amarb/index.php/eloficial-de-la-armada (Consultado el 21 de septiembre de 2014).
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un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación democrática y protagónica que, para los efectos de
la República Bolivariana de Venezuela, sin discriminación
alguna, representa el derecho que tiene todo ciudadano, en
el cual un miembro militar en situación de actividad no está
excluido de ello por concentrar su ciudadanía, de participar
libremente en los asuntos políticos y en la formación, ejecución y control de la gestión pública80.
Con el anterior artilugio jurídico, el alto mando político militar
de la revolución solucionaría la ausencia de dirección del partido sobre el aparato militar y facilitaría la implantación de los
comisarios políticos en los diferentes niveles de los distintos
componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
5. Conclusiones
La guerra revolucionaria se empleó como forma legítima de
violencia desde la perspectiva de los movimientos insurreccionales de las masas para alcanzar o mantener el poder. Según la
visión marxista-leninista de la guerra revolucionaria el uso de la
lucha armada posibilita a las masas populares derrotar a la clase
dominante y ejercer el control político del Estado. Existen variantes teóricas de la guerra revolucionaria que se adaptaron a
sus realidades históricas y geográficas. Las tendencias maoístas
asignan mayor importancia al pueblo campesino que al proletariado urbano y, en consecuencia, focalizan la lucha armada en
los sectores rurales.
Mao Tse-Tung y Vo Nguyen Giap combinaron las acciones convencionales y no convencionales dirigidas por sus partidos comunistas que entregaban las directrices estratégicas y tácticas
al ejército y al pueblo en la lucha por la liberación anticolonial.
Para la concepción maoísta de la guerra el pueblo es parte integral de la estrategia militar y del sostenimiento político de la re80 Véase la ponencia del 28 de marzo de 2014 presentada por el magistrado
Juan José Mendoza Jover. Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/junio/165491-651-11614-2014-14-0313.html (Consultado el 21
de septiembre de 2014).
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volución. Es decir, el pueblo, el ejército y el partido representan
factores reales y activos en la praxis de la guerra revolucionaria.
En la perspectiva guevarista, el peso de la lucha lo soporta un
grupo guerrillero que no obedece órdenes de un órgano político
y que no interactúa con la población en forma permanente; más
bien espera que la población se sume a ella.
La revolución bolivariana ha definido un nuevo pensamiento militar cuya tendencia apunta claramente a las corrientes de pensamiento militar marxistas-leninistas y su variante maoísta del
siglo XX, identificando como amenaza potencial imperial a los
EE.UU., en virtud de la atribuida injerencia en los asuntos internos de Venezuela. También se han definido, como amenazas
potenciales, coaliciones que puedan intervenir en una posible
invasión con la colaboración de una quinta columna que operaría en territorio nacional. El proyecto político encabezado por el
fallecido presidente Chávez Frías ha establecido las condiciones
para un giro cualitativo orientado a transformar al estamento militar venezolano en una fuerza armada revolucionaria.
En el contenido del discurso político del fallecido presidente
Hugo Chávez Frías y de los diferentes autores del nuevo pensamiento militar venezolano se han empleado términos propios
de la Guerra Revolucionaria: como Guerra del Pueblo y Guerra Popular Prolongada. Para su elaboración se ha adoptado el
concepto marxista-leninista de la unión ejército-pueblo para la
defensa integral y la creación de una milicia territorial con clara
inspiración en los modelos leninistas de Guardia Roja y maoísta
de movilización del campesinado. Con estos antecedentes se ha
formalizado la educación, a partir de un programa de profesionalización e institucionalización de corte revolucionario, de un
profesional necesario para la movilización de masas ante una
respuesta militar en un posible conflicto armado. Este nuevo
combatiente revolucionario tendría un desempeño técnico como
instrumento de la Revolución Bolivariana y el monopolio del
uso de la violencia y la insurrección de masas.
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