Conozca cuales son los problemas que

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El inventario de glaciares brilla por su ausencia.
A partir de la promulgación, en 2010, de la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos para la
Protección de Glaciares y del Área Periglaciar, las autoridades competentes siguen sin cumplir
los plazos para llevar adelante el inventario nacional que debía identificar las reservas
estratégicas de agua en la Cordillera para, de esta manera, poder preservarlas.
Esto es fundamental si tenemos en cuenta que la demanda de agua dulce aumentará
significativamente por el incremento en la población mundial y, en consecuencia, del
consumo. A nivel global, sólo el 3% del agua, es agua dulce. El 97% restante, corresponde al
agua de los océanos. De ese 3%, la mayor reserva se encuentra en aguas subterráneas y en
forma de hielo, en sitios como Antártida, el Ártico y los llamados en general glaciares
continentales.
En nuestro país, regiones como la Patagonia, Cuyo y el NOA, se benefician y basan buena parte
de sus actividades económicas en el agua que proviene de la cordillera de los Andes. Y en
buena medida, de los glaciares. Su función se torna relevante, para asegurar la provisión de
agua, incluso en los años de escasas precipitaciones en el sector cordillerano, cuando el agua
proveniente del derretimiento de glaciares y otras masas de hielo, cumple una función crítica
para la permanencia de actividades económicas primarias de la región. Entre ellas, el quehacer
agropecuario y en particular el cultivo de la vid, de trascendental importancia en la región de
Cuyo.
Los diferentes escenarios previstos para las próximas décadas, muestran una disminución de la
superficie de glaciares a causa del cambio climático, con lo cual nuestras reservas de agua
dulce se verán significativamente afectadas. Los modelos digitales de elevación muestran que
durante los últimos 30 años, 63 de los principales glaciares en los campos de hielo en
Patagonia se han derretido y han contribuido en 0,042 mm por año al crecimiento del nivel del
mar. A partir de 1995 el derretimiento se duplicó, lo que equivale a un crecimiento del mar de
0.105 mm/año.
La Ley Nacional de Presupuestos Mínimos para la Protección de Glaciares y del Área Periglaciar
26.639, prohíbe la liberación de elementos contaminantes y la exploración minera e
hidrocarburífera en los glaciares y áreas periglaciares; ordena realizar un inventario de
glaciares completo cada cinco años, y estipulaba que, antes del 30 de marzo de 2011, se
relevaran las zonas prioritarias, donde existen emprendimientos industriales.
AMARILLO
Hace más de 4 años que la Ley de Bosques existe pero sigue sin estar correctamente
implementada.
A fines de 2007, el Congreso Nacional aprobó la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de
Protección Ambiental de los Bosques Nativos que establece que las provincias deben realizar el
ordenamiento territorial de sus bosques nativos (OTBN). Sin embargo, el Poder Ejecutivo
recién la reglamentó en febrero de 2009, tras el reclamo que hicieron más de 70
organizaciones sociales, entre ellas la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Si bien se puede apreciar el fortalecimiento institucional de las provincias que poseen bosques
a partir de la compra de equipamiento (vehículos, p.ej.), claramente el presupuesto asignado
para la Ley de Bosques es mucho menor a lo estipulado en la Ley (sólo 300 millones de pesos,
lo que representa alrededor de un 25% de previsto). El Fondo Nacional para el
Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos busca compensar a las jurisdicciones
que conservan los bosques nativos por los servicios ambientales que éstos brindan. Este
mecanismo de compensación, además de ser el primer antecedente de este tipo en la
legislación argentina, se enmarca en la concepción de que el ordenamiento territorial por sí
solo pierde sentido si no está acompañado de políticas activas que apoyen y promuevan el uso
sustentable del bosque nativo.
Al mismo tiempo, aún existen aspectos en la normativa que deben ser clarificados, como la
aplicación de fondos de la Ley a emprendimientos silvopastoriles que, sin un manejo
adecuado, pueden convertirse en deforestaciones encubiertas.
La Ley de Bosques es una herramienta que debe ser aplicada adecuadamente para asegurar la
conservación de nuestros bosques nativos. En este sentido, participamos y monitoreamos la
aplicación de esta normativa, principalmente, en las provincias de la región del Chaco (Chaco,
Formosa, Salta, Santiago del Estero) y la Selva Paranaense (Misiones), para promover el uso
sustentable y a largo plazo de nuestros bosques nativos. Y, solicitamos a todos los gobiernos
provinciales que aceleren el proceso de ordenamiento ambiental de sus bosques y, a las
autoridades nacionales, que aseguren la disponibilidad y un mecanismo transparente para el
manejo de los fondos previstos en la ley.
Río + 20
Del 20 al 22 de junio se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo
Sostenible “Río+20” para celebrar los 20 años de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo, que estableció por primera vez una agenda global para el
"desarrollo sostenible".
Si bien los resultados esperables de la próxima cumbre no resultan demasiado alentadores
debido a las diferencias amplias que existen entre las visiones de los países desarrollados y los
países en desarrollo en torno a los temas de Economía Verde, a 20 años de la reunión
precursora de Río ´92, resulta relevante la presencia de más de 100 jefes de Estado que
muestra la trascendencia que los temas ambientales están teniendo en la agenda
internacional. No obstante, los avances son lentos en relación a la velocidad con que
aumentan las presiones sobre los recursos naturales.
En este marco, el debate sobre el futuro energético de la Argentina, cobró espacio en el panel
“Ejes de la Cumbre Río + 20”, donde Carlos Tanides, responsable del Programa Clima y Energía
de Vida Silvestre, fue invitado a exponer sobre la eficiencia energética como una de las
medidas más efectivas para mitigar el cambio climático. En su exposición dio a conocer
algunos de los resultados del impacto de la aplicación en nuestro país del sistema de etiquetas
de eficiencia energética, etiquetas informativas adheridas a los productos que proporcionan
datos a los consumidores para que puedan adquirir estos productos con la información
adecuada desde el punto de vista de su consumo energético. En Vida Silvestre trabajamos con
una investigación, llevada a cabo por el Departamento de Electrotecnia de la Facultad de
Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, que estudia el impacto en el ahorro de energía a
partir de la implementación de la etiqueta en heladeras y freezers. Según la proyección
realizada por este trabajo, el etiquetado de ambos productos ha tenido grandes beneficios y
podrá significar un ahorro energético al 2020 de entre 2,5 a 3,9 TWh/año. “Este ahorro
equivale al 2,5% del consumo total actual de energía eléctrica de nuestro país” explica Tanides.
Si se lograra ese nivel de ahorro de aquí al 2020, significaría el equivalente, y posiblemente
más, a la energía que produce una central nuclear como Atucha 1.
VERDE
La pesquería de merluza de cola argentina obtiene la certificación MSC
La pesquería de merluza de cola argentina (Macruronus magellanicus), con red de arrastre ha
sido galardonada con la certificación del Marine Stewardship Council (MSC), distinción
otorgada a aquellas pesquerías que cumplen con los estándares MSC que promueven la
gestión pesquera sostenible y bien administrada. Esta distinción permite el acceso a mercados
que exigen productos originados en pesquerías que demuestren un manejo sustentable,
abriéndose así nuevas puertas de comercialización.
La pesquería, que opera en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina y en aguas
adyacentes desde los 39° a los 56° de latitud Sur, fue certificada siguiendo la evaluación
independiente del MSC, entidad cuyos reconocidos estándares para la pesca sostenible y la
trazabilidad de los productos del mar tienen como fin el incrementar la disponibilidad de
pescado y marisco de recursos bien gestionados en el mercado. Sin embargo, el consumo de la
merluza de cola argentina en nuestro país se encuentra restringido ya que la mayor parte de la
captura se exporta.
La certificación permite que los productos de la pesquería de merluza de cola puedan ser
elegidos para llevar la ecoetiqueta azul MSC. La etiqueta permite reconocer y recompensar la
buena gestión pesquera, y es una manera sencilla para que compradores y consumidores
puedan identificar productos del mar sostenibles. Por medio de la ecoetiqueta, las pesquerías
sostenibles se pueden reconocer y premiar en el mercado, y ofrecer a compradores y
consumidores la seguridad de que su pescado proviene de un recurso bien gestionado y
sostenible.
Guillermo Cañete, coordinador del Programa Marino de Vida Silvestre, señala "En momentos
de una situación económica muy complicada para la pesca, la certificación MSC de la merluza
de cola ofrecerá oportunidades de mercados para las empresas involucradas. Pero además de
este incentivo económico, la evaluación del MSC ha identificado aspectos a mejorar en la
pesquería que se traducen en un conjunto de condiciones, recomendaciones y un plan de
acción cuyo cumplimiento será auditado anualmente, con la expectativa de renovar la
certificación en cuatro años. FVSA ha participado en el proceso de certificación haciendo uso
de la posibilidad de que actores interesados analicen y emitan opinión crítica sobre los
informes elaborados por la compañía certificadora. Hemos apoyado la certificación aunque
enfatizando la necesidad de concretar las mejoras recomendadas, y haremos el seguimiento
de su cumplimiento en cada auditoría anual"
La pesquería de merluza de cola argentina es la tercera pesquería en Argentina en alcanzar la
certificación del Marine Stewardship Council. En 2006 recibió la certificación la pesquería de
Vieira Patagónica, primera pesquería de vieira del mundo en obtenerla, y en 2011 fue el turno
de la anchoita Argentina Bonaerense, primera pesquería de anchoveta certificada MSC en el
mundo.
San Arawa S.A.; Yuken S.A.; Pesantar S.A.; Pespasa S.A.; Estremar S.A.; y el Grupo Valastro
(Pesquera Ceres S.A., Pesquera Geminis S.A. y Atunera Argentina S.A.) conforman el grupo de
empresas cuyos productos podrán ser elegidos para llevar la ecoetiqueta azul MSC. Un total de
11 son los buques comprendidos en el certificado y en 2011 la captura anual de la pesquería
fue de 70.000 toneladas métricas.
"El trabajo conjunto de autoridades pesqueras, empresas privadas, científicos y organismos de
la sociedad civil permitirá dar cumplimiento a las mejoras requeridas para consolidar y
mantener la certificación, asegurar la sustentabilidad de la pesquería y minimizar su impacto
en los ecosistemas marinos" afirma Cañete.
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